Tema 2
Tema 2
Tema 2
sustentar la acusación. No podemos olvidar que son los indicios físicos los
que pueden ser convertidos en evidencias durante la fase oral; evidencias que
empleará el juzgador para condenar y, finalmente, dictar sentencia. Solo así
los delitos pueden ser juzgados y obtenerse un reproche legal para su autor.
Ello no quiere decir que las evidencias psicológicas no puedan ayudar al
juzgador a realizar una valoración, incluso a tomar decisiones basándose en
ellas; de hecho, sí que lo hacen, pero la mayor parte del peso de la decisión
descansará en las evidencias de tipo físico.
Al igual que los indicios físicos de un delito necesitan ser detectados,
recogidos y analizados, los indicios psicológicos precisan de un proceso
similar. A partir de los indicios físicos se detectan comportamientos; incluso,
en ocasiones, de unas conductas se pueden deducir otras posteriores. En la
medida de lo posible, una vez detectados, deben ser recogidos para su
análisis posterior. Por último, de su análisis se extraen
hipótesis que tratan de interpretar esas conductas detectadas. Aunque el
proceso es similar, la materia prima que se usa en uno u otro es diferente: el
miembro de Policía Científica detectará, recogerá y analizará indicios físicos,
mientras que el analista de conducta hará lo mismo con indicios psicológicos.
Es por ello por lo que el analista de conducta criminal, al analizar las
conductas, debe realizar un proceso que le permita encontrar las unidades de
análisis necesarias a partir de las conductas generales o amplias que
categorizan el delito en cuestión. Así, la acción cometer un delito , como
hemos señalado, se compone de una determinada cantidad de otras
conductas menores que le dan forma. A las conductas menores que
conforman una conducta mayor y que serán objeto específico de análisis las
denominaremos unidades mínimas de análisis conductual (UMAC) y las
podemos definir como la menor conducta observada en la comisión de un
hecho delictivo y que puede ser interpretada por sí sola en función del
contexto. Por ejemplo, un agresor con intención homicida localiza a su víctima
debajo de la cama de su dormitorio, pero la
arrastra hasta el recibidor de la casa, fuera ya del dormitorio, para matarla. La
conducta onsistente en llevar de un lugar a otro a la víctima para acabar con
su vida es una de las muchas conductas que componen el acto global del
homicidio, pero por sí sola tiene sentido en la dinámica global de los hechos.
Podía haberla matado junto a la cama donde se escondía la víctima, pero el
agresor decidió hacerlo en el recibidor, por lo que tuvo que arrastrar a la
víctima de un lugar a otro. La conducta de llevar a la víctima desde el
dormitorio hasta el recibidor es una conducta específica con su propia
motivación, por lo que la consideraremos una unidad mínima de análisis
conductual.
en y es influido por el declarante. Por tanto, para controlar esa influencia debe
destinar una parte de sus recursos psicológicos y físicos a controlar su propio
comportamiento, con lo que pierde capacidad de concentración de sus esfuerzos en
el análisis del comportamiento de la persona que declara. Si el analista no está
presente en el acto, ya sea porque está en una sala adyacente desde la que ve y oye
toda la declaración o porque la analiza en una grabación, puede dedicar todos sus
recursos al análisis del comportamiento del declarante, siendo así mucho más
eficiente.
b) La información derivada del análisis de la escena del delito. También veremos
en su momento que podemos distinguir diferentes tipos de escenas en un mismo
delito. La distinción que como analista propongo se basa en la conducta principal
llevada a cabo por el perpetrador del delito. La experiencia profesional me ha
mostrado que las escenas se pueden diferenciar en función del objetivo que el
delincuente tiene para cada una de ellas. Así, encontramos escenas de abordaje,
escenas de consumación, escenas de abandono de la víctima y escenas intermedias.
En la escena del delito es donde se realizan las conductas que lo conforman.
c) La información conductual derivada de los indicios físicos y su documentación
en foto y vídeo. Los indicios físicos hallados durante la investigación del hecho son
fundamentalmente el resultado de una acción humana realizada por cualquiera de
los actores que intervienen en el delito, ya sean el agresor, la víctima o el testigo.
Por tanto, serán indicios de los que partir para detectar las conductas que los
produjeron.
d) Las heridas de la víctima y su documentación. Cada herida infligida a la víctima
es producto de una conducta que, a su vez, tenía su propia motivación. De hecho,
el cuerpo de la víctima debe ser considerado como una escena más del delito, ya
que no deja de ser una superficie concreta sobre la que el agresor realiza diversos
actos susceptibles de análisis. Por ejemplo, la conducta de degollar tiene una clara
motivación letal, mientras que otros tipos de acciones que provocan otras heridas
no letales tendrán su propia intención, ya sea punitiva, correctora, experimental,
etc.
e) La Victimología es otra fuente de evidencias conductuales, toda vez que la
víctima ha sido elegida por el delincuente en función de una serie de criterios. La
víctima ha de tener necesariamente una serie de características que hayan influido
en la elección por parte del agresor y que han determinado que sea ella y no otra
persona la que finalmente ha sido elegida. Por ello, todos los datos que se puedan
reunir acerca de la víctima, como su ocupación, su actividad rutinaria, su biografía,
su edad, sus características físicas, etc., de algún modo han influido en la elección
y han de ser tenidas en cuenta.
Los señalamientos que hace la ley frente a la apreciación del testimonio, invitan al
juez a considerar los aportes que la ciencia ofrece a la Administración de justicia a
través de algunas de sus disciplinas forenses. Muchos de los términos empleados
en ciertos procesos, obedecen a constructos psicológicos, en los que, por supuesto,
se espera que sea un profesional en esta disciplina, con formación y experticia en
este campo, quien asuma la responsabilidad de ilustrar y asesorar al juzgador frente
a
estas exigencias. El juez puede prescindir o apartarse de las indicaciones del
psicólogo, de allí que se emplee la expresión: “invitan al juez a considerar”. Esto se
contrapone a lo que plantean autores como Duce y Riego (2007), cuando afirman
que los peritos usurpan la labor del juez al pronunciarse sobre la credibilidad de un
testigo. Ellos, incluso, emplean el errado concepto de “veracidad del testimonio” y
no de credibilidad, que es lo que, en realidad, evaluaría el psicólogo.
GAE &GRHA TELEFONOS 79283729 Y 21012275
[email protected]
APECSV CONSULTORES
LMACENAMIENTOV GRUPO DE ASESORIA EMPRESARIAL
RECURSOS HUMANOS Y AMBIENTALES
CENTRO REGIONAL DE EDUCACION AMBIENTE Y SEGURIDAD
Uno de los criterios diferenciadores de los límites y alcances de estas dos disciplinas
lo proporciona la etiología del cuadro clínico. Si la problemática obedece a una base
orgánica, como en el caso de los trastornos neurodegenerativos, será quizás de
mayor competencia del médico psiquiatra (sin perjuicio de las labores que, en este
sentido, pueden hacer los neuropsicólogos forenses o los neurólogos); en
contraposición, si el cuadro obedece a patrones de comportamiento y alteraciones
del desarrollo, como una discapacidad intelectual, por ejemplo, será mayor la
competencia del psicólogo. Es importante resaltar que cada caso particular
determinará el uso del profesional más competente (o ambos, como sería lo ideal)
y se espera que ambos profesionales actúen con experticia y ética frente a la
demanda planteada por la parte que solicita, pensando en la responsabilidad
profesional, con el caso y con la Administración de Justicia, y no con egos y celos
profesionales. Es importante advertir, en todo caso, que independientemente de la
etiología de un trastorno mental, el sujeto despliega una serie de patrones de
comportamiento que seguirán siendo susceptibles de ser evaluados por un
psicólogo.
homicidio del peatón, pues no existió un acto consciente dirigido por aquel, sino
que se produjo un acto reflejo, del cual no se ocupa el Derecho penal. Igualmente
ocurre, cuando se analiza el aspecto subjetivo del tipo penal, es decir, cuando se
establece si el autor de una conducta descrita en el Código penal, actuó con dolo,
culpa o preterintención, pues si el sujeto no actuó bajo ninguna de estas
modalidades, la conducta sería atípica; por ende, no sería punible. Los anteriores
ejemplos, sirven para demostrar que el acto, el cual le interesa al Derecho penal,
tiene aspectos subjetivos y dichos aspectos pueden ser conocidos por la Psicología
Forense.
Lo mismo ocurre con las anomalías o alteraciones psíquicas que dan lugar a
inimputabilidad, pues, en ocasiones, provocan ausencia completa de voluntariedad
y, con ello, ausencia de acción, o la incapacidad del sujeto para conocer
adecuadamente la realidad, lo cual constituye un error de tipo invencible o ausencia
de un elemento subjetivo del injusto penal (Molina, 2008, p. 4). En síntesis, al
analizar aspectos subjetivos de la acción no se está frente a un Derecho penal de
autor, sino que, por el contrario, se estudia el acto mismo que, por supuesto, es
realizado por un ser humano.
libertad, existiendo sólo como límites los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.
Toda demanda de pericia proveniente del sistema se origina mediante una solicitud
formal al perito para que, en virtud de sus especiales conocimientos,
pueda intentar aclarar o aportar sobre algún punto materia de controversia o litigio.
Al respecto la naturaleza de las solicitudes dirigidas a los peritos de las
disciplinas de la Salud Mental, si bien son diversas y estarán determinadas por
las circunstancias y características específicas del delito investigado, se las
puede englobar bajo las siguientes categorías en el Proceso Penal:
Respecto de la víctima-testigo: evaluar sus capacidades mentales y posibles
alteraciones; su capacidad para aportar un testimonio válido judicialmente;
su diagnóstico de personalidad; el posible daño y las consecuencias del delito
en su vida; la credibilidad de su relato respecto de los hechos; determinar la
existencia o no del trastorno de estrés postraumático, entre otros.
Respecto del imputado: evaluar su estado mental y posibles alteraciones al
momento de la ocurrencia de los hechos a fi n de determinar su
imputabilidad; determinar su grado de control de impulsos; establecer perfil
de personalidad con el propósito de determinar si se ajusta o no al delito;
indagar si posee algúncuadro psicopatológico comúnmente asociado a
delincuentes (trastorno debpersonalidad antisocial y/o psicopatía); analizar
su capacidad para ser juzgadobe instruir una defensa; etc.
No debemos olvidar que, el origen de esta consulta que se hace desde el mundo
jurídico al psicológico, se encuentra asentada en la necesidad tanto del fiscal como
del juez, de valorar aspectos que no son estrictamente jurídicos, para lo cual
requieren de los especiales conocimientos de otras bramas del saber. Ahora bien,
considerando que el dictamen pericial obedece a dicha necesidad, demás está
afirmar que sus conclusiones deben: ser claras; simples (cuando puedan serlo);
desprovistas de duda o incertidumbre; estar expresadas en un lenguaje
comprensible y común (a menos que refiera conceptos muy técnicos, los cuales
debe explicar); y deben responder a lo solicitado.
Debemos recordar que no resulta conveniente aseverar, y menos concluir, respecto
de algún punto sobre el cual no tengamos competencias ni elementos suficientes de
análisis como para pronunciarnos de forma seria y responsable.
GAE &GRHA TELEFONOS 79283729 Y 21012275
[email protected]
APECSV CONSULTORES
LMACENAMIENTOV GRUPO DE ASESORIA EMPRESARIAL
RECURSOS HUMANOS Y AMBIENTALES
CENTRO REGIONAL DE EDUCACION AMBIENTE Y SEGURIDAD
La entrevista forense
Como sugerencia, los pasos a seguir en este tipo de entrevistas se pueden resumir
de la siguiente manera:
1. Generación de Rapport y establecimiento de encuadre de trabajo
Es fundamental que la víctima experimente confianza y cierto nivel de seguridad
con el entrevistador, a esto se le llama Rapport. Esto incide directamente en la
cantidad y calidad de información que vamos levantando de los hechos denunciados
y evita fenómenos como la sugestión, los falsos recuerdos y la contaminación en el
material evocado.
El encuadre de trabajo se refi ere a generar ciertas circunstancias invariantes en la
entrevista que garantizan que un proceso de evaluación recoja aquellos aspectos que
2. Fase sustantiva.
La idea es que a través de la generación de rapport se produzcan informes
espontáneos sobre el abuso. Esto ha sido llamado Narración Libre la que ha
demostrado ser la forma más exacta y válida de obtener la información.
Cuando es necesario precisar en los hechos las preguntas deben ir de las más
generales a las más específicas. Las preguntas generales generalmente no
cuestionan el relato pero puede generar pocos detalles, a su vez las preguntas
cerradas o dirigidas pueden generar más detalles, pero existe mayor probabilidad
de sugestionar el relato.
Puede ser necesario ir concentrándose poco a poco en ciertos aspectos de la
situación central relatada. Esto se llama focalización progresiva donde se centra la
atención de la víctima en personas, sucesos, espacios que realzan
o complementan el relato sustancial de la agresión. En general se puede introducir
una posterior pregunta abierta, guiando la atención y memoria.
3. Clarificación
En la clarificación se apunta a generar una organización en el desorden discursivo,
a fin de resaltar o recortar los elementos significativos de este. La base de la clarifi
cación está en la reformulación sintética del relato. La víctima aprende a observar
selectivamente los acontecimientos de los hechos denunciados desde un punto de
vista lógico consecuencial. Esto mejora el potencial cognitivo que existe del evento.
La forma más común de clarificar es haciendo preguntas cerradas directas, en ellas
se hacen referencias a conductas o acciones asociadas
directamente al hecho abusivo. Son especialmente útiles cuando la narración se
hace de una manera muy concreta y poco detallada, o se hace necesario aclarar
ciertos puntos incoherentes o inconsistente. Después de hacerlas se debe terminar
su utilización haciendo una pregunta abierta.
Una forma más extrema de especificar detalles es a través de preguntas si/no. Ellas
entregan una información exacta, pero pueden conducir fácilmente a error,
especialmente por el fenómeno de deseabilidad social.
Este tipo de preguntas deben utilizarse generalmente en la fase final y para
corroborar la identificación del agresor y aspectos específicos de la agresión. No es
recomendable utilizarlas en la fase inicial ya que son altamente sugestivas
y afectan la validez del testimonio.
4. Cierre de la entrevista.
Es necesario realizar un cierre formal de la entrevista. Esto ayuda a disminuir los
niveles de angustia que se pudieron haber generado durante la entrevista.
Hay que tener presente que en todo momento se debe considerar el desarrollo
cognitivo del niño(a), por cuanto el solo hecho que sea capaz de relatar el evento en
sí, no quiere decir que sea capaz de ubicar los sucesos n el tiempo, pues su vivencia
de la temporalidad no tiene nada que ver con la de los adultos. Por lo general, los
acontecimientos signifi cativos suelen ayudar a los niños(as) a situar los sucesos en
el eje temporal, como una fecha de cumpleaños, vacaciones, entre otros.
Si bien hay autores (Lamers y Buffi ng; 1996) que consideran al análisis de
Contenido (CBCA) como la parte más importante de la metodología del SVA,
queremos destacar que la valoración de la presente metodología se realiza a nivel
global considerando igualmente relevantes sus tres fases, encontrándose estas
interrelacionadas para su posterior análisis.
Estos criterios, se agrupan en cinco categorías de acuerdo a determinados aspectos.
Corresponden a los siguientes, según la literatura especializada en el tema:
Características Generales
Estructura Lógica: El objeto de este criterio se basa en examinar la coherencia
contextual, consistencia lógica y la homogeneidad espacio temporal. Se determina
su presencia cuando la narración entregada por el niño(a) tiene sentido global, es
decir presenta una lógica y coherencia interna, denotándose
GAE &GRHA TELEFONOS 79283729 Y 21012275
[email protected]
APECSV CONSULTORES
LMACENAMIENTOV GRUPO DE ASESORIA EMPRESARIAL
RECURSOS HUMANOS Y AMBIENTALES
CENTRO REGIONAL DE EDUCACION AMBIENTE Y SEGURIDAD
Contenidos Específicos
Adecuación Contextual: Este criterio se cumple cuando el evento que describe el
niño(a) en su relato, contiene información atingente a las coordenadas espacio-
temporales en las que ocurrió el evento, de acuerdo a la capacidad cognitiva del
niño(a). De esta manera, el suceso abusivo no es un evento aislado en la vida del
niño(a), sino que se debe ajustar dentro de su cotidianeidad en cuanto a horarios,
actividades, espacios, hábitos y relaciones con su entorno, entre otros.
Descripción de Interacciones: Este criterio está presente cuando en la narración se
hace referencia a las acciones y reacciones entre la víctima y el victimario, o bien
GAE &GRHA TELEFONOS 79283729 Y 21012275
[email protected]
APECSV CONSULTORES
LMACENAMIENTOV GRUPO DE ASESORIA EMPRESARIAL
RECURSOS HUMANOS Y AMBIENTALES
CENTRO REGIONAL DE EDUCACION AMBIENTE Y SEGURIDAD
con terceras personas, las cuales constituyen una cadena mutuamente dependiente
que pueden ser reproducidas por el niño(a). Cabe mencionar que este criterio debe
poseer la siguiente característica: debe darse una acción, reacción y otra reacción
en respuesta a esta última.
Reproducción de Conversaciones: Este criterio dice relación con la incorporación
de una interacción verbal específi ca, en la que el niño(a) utiliza el mismo lenguaje
y modo empleado por los hablantes, confi gurando un diálogo en el cual se
expliciten los interlocutores. Lo anterior, independiente de la extensión de la misma,
la cual podría estar determinada por el tipo de relación
o abuso reseñado.
Complicaciones Inesperadas Durante el Incidente: Este criterio dice relación con
la mención espontánea por parte de la presunta víctima, de situaciones imprevistas
que complican o detienen el curso o finalización de la agresión descrita. En este
sentido, en el transcurso del evento abusivo existe la posibilidad que se presenten
ciertas situaciones que compliquen o detengan el curso o fi nalización del suceso
mediante situaciones imprevistas, tales como una distracción del agresor, una
llamada telefónica, entre otros. Por tanto, este
criterio se cumple si en la declaración aparecen detalles relativos a situaciones
imprevistas que surgieron en el momento del evento descrito.
Características Psicológicas
Motivos para declarar: Este punto busca valorar si con la información que se tiene
del caso pueda pensarse que hay razones que justifiquen una acusación legal.
Contexto de la Revelación: Este punto se considera importante, por cuanto si es el
niño(a) el que revela la información a alguien de su entorno, la validez se ve
reforzada, en contraste con situaciones en las que es el adulto el que revela el hecho,
sobre todo si este puede beneficiarse del evento. De la misma manera, se deben
considerar variables tales como el entorno en el cual se hace la develación, a quien
se la realiza, vinculación con esta persona, si es tipo directa o indirecta, espontánea
o accidental, tardía o temprana, entre otros.
Presiones para Informar en Falso: Se refiere a la valoración de una posible
influencia ejercida sobre el menor para que realice la denuncia. En conjunto
con lo anterior, se hace indispensable apreciar variables del contexto y de la
develación, entre otros.
Cuestiones de la Investigación
BIBLIOGRAFIA