El Desierto y Su Semilla
El Desierto y Su Semilla
El Desierto y Su Semilla
“El desierto y su semilla” de Jorge Baron Biza. Es una novela, que luego de
mucho tiempo, ha logrado estremecerme; y no me refiero solo al hecho de
haber disfrutado su lectura, ni mucho menos de que haya tenido que sacarme
el sombrero metafísico y aplaudir silenciosamente cuando terminé de leerla,
sino al hecho de que durante la lectura me vi obligado a cerrar el libro, y
respirar para poder digerir lo avanzado. Y no, no me refiero a esa tendencia
gore de intentar describir actos repulsivos, sino al acto más puro del narrador,
que es hacer que el lector caiga en su trampa diegética, en donde uno termina
oliendo, escuchando y viendo, pero sobre todo sintiendo lo que los personajes
experimentan. Personalmente creo que es el acto más trascendente de los
escritores, o al menos de aquellos que han escrito los libros que nunca olvido.
Enumerarlos sería absurdo, pese a que no son muchos, quizás por ello que
este post sea mucho más empírico, mucho más sentimental, de lo que
acostumbran ser mis post respecto a libros.
1
Se trata de una narración autodiegética
ataque del que fuera víctima Eligia, su madre, en manos de Arón, su padre. Un
punto interesante, es que el protagonista no llama nunca a sus padres como
tales, sino por sus nombres, en un claro intento por desnaturalizar la posición
de ambos con respecto a la suya. De esa forma Mario iniciará una travesía,
como acompañante y cuidador de Eligia en una serie de tratamientos para
poder restaurarle el rostro dañado por el ácido, en primer lugar en Argentina y
luego en Italia, Milán.
2
Se menciona solo un par de veces, la junta militar que destituyó el primer gobierno de Perón, como la
que destituyó a la viuda del mismo, luego de su muerte.
3
Ya que la misma termina encontrándose relacionada con Eligia, y el motivo por el cual se encuentra en
un país ajeno al suyo.
contó la primera vez que entró al bar cercano del hospital de Milán, o la otra
historia que les contó a los turistas jubilados que le ofrecieron un empleo en su
funeraria aludiendo de que Mario era una persona que entiende sobre la
muerte4. Quizás sea por ello, por dicha colectividad en la que se encuentra la
reconstrucción de Eligia y la muerte de Arón, que Mario decide rechazar las
tres oportunidades de salvación que se le ofrecen directamente.
4
Esto después de hacerles creer que sabía latín al traducirle las inscripciones de una serie de tumbas de
distintos cementerios.
vomito todos los días. Tarde o temprano yo también seré solo un
texto… es de reconciliación de lo que estoy hablando. (p. 283, 285,
286)