Ingestión Digestión y Absorción
Ingestión Digestión y Absorción
Ingestión Digestión y Absorción
TEMA:
INGESTIÓN DIGESTIÓN Y ADSORCIÓN
DE NUTRIENTES
La mayor parte de las sustancias pasan desde la luz intestinal hasta los enterocitos
y luego salen de ellos hacia el líquido intersticial. Los procesos que se ocupan del
desplazamiento a través de la membrana de la célula luminar suelen ser muy
diferentes de los que intervienen en el movimiento a través de las membranas de
las células basales y laterales hacia el líquido intersticial (Alvares y Moreno,2004)
II. OBJETIVO:
Comprender los procesos de ingestión, digestión y adsorción de nutrientes.
La cavidad bucal está formada por el paladar, los dientes, los carrillos y
la lengua en la que se encuentran las papilas gustativas.
En la cavidad bucal se produce la recepción del alimento, masticación, insalivación
e inicio de la deglución. (Barrett, et al,2013)
Actúa como conducto de paso del bolo alimenticio hasta el estómago, aunque
también se contrae para facilitar la deglución y trasladar el bolo hacia el estómago.
En esta fase se ha producido una digestión mecánica en la cavidad bucal, al ser
triturado el alimento e impulsado mediante la deglución hacia el esófago; y una
digestión química iniciada por la amilasa salivar, que digiere parcialmente el
almidón.
Situado en el abdomen, con forma de bolsa alargada. Posee dos esfínteres: uno
superior o cardias, que impide la salida del bolo hacia la boca, y otro inferior o
píloro que evita el vaciado gástrico hasta el momento adecuado.
Esta fase produce una digestión mecánica en la que las paredes del estómago se
contraen y relajan permitiendo la mezcla del bolo con las distintas enzimas y jugos
gástricos. El vaciamiento del estómago también es considerado una digestión
mecánica. (Alvares y Moreno,2004)
Son enzimas presentes en las membranas celulares del tubo digestivo, principalmente del
intestino delgado.
Intestino grueso
Digestión en el intestino grueso
Es un conducto tubular de casi 2 metros de longitud.
Se divide en colon ascendente, colon transversal y colon descendente. En el intestino grueso
apenas ocurre digestión química, siendo muy importante la digestión mecánica.
Los movimientos propulsivos y contracciones musculares facilitan la reabsorción de agua. En
en la porción del colon ascendente donde se encuentran bacterias intestinales se favorece la
absorción de ciertas vitaminas.
La cavidad de la boca está sostenida por los huesos de las mandíbulas. Contiene los
dientes, incrustados en estos huesos; las encías, la lengua, en el piso de la cavidad; y el
paladar, en el techo, separando esta cavidad de la nasal. En su parte anterior, el paladar
es duro y óseo y en su parte posterior, blando. La lengua sirve para mezclar los alimentos
con la saliva, para la fonación y para la deglución (paso del alimento hacia el estómago).
Además, en su superficie superior se encuentran las papilas gustativas, que contienen
los corpúsculos gustativos relacionados con el sentido del gusto. Los dientes son los
encargados de la masticación, proceso por el cual se desmenuza mecánicamente el
alimento de modo que se exponga una mayor superficie para la acción de las enzimas.
Las piezas dentales constan de tres regiones: corona, sobre la encía; cuello y raíz, bajo
la encía. Se pueden observar varias capas: el esmalte, exterior y duro; la dentina; y la
pulpa, en la cavidad central, que contiene los vasos sanguíneos y los nervios. El diente
se sujeta al hueso mediante el cemento. En el ser humano hay cuatro tipos de piezas
dentales: incisivos, para cortar; caninos, para desgarrar; y molares y premolares, para
moler (Richrason,1997).
La cavidad bucal está siempre mojada y lubricada por la saliva, secreción que contiene
agua, sales y algunas enzimas12 de las cuales las más importantes son la amilasa salival,
o ptialina, capaz de fragmentar parte del almidón en moléculas de maltosa, y la maltasa
salival, que puede descomponer parte de la maltosa en glucosa. Estas enzimas actúan
en un pH de 6.5 a 6.8 aproximadamente, que es el pH de la saliva; sin embargo no tienen
mucha oportunidad de hacerlo porque, normalmente, no tenemos a los alimentos el
tiempo suficiente en la boca, sino que pasan rápidamente al estómago, donde estas
enzimas encuentran un pH ácido en el que no pueden actuar (Alvares y Moreno,2004).
La acción de las enzimas de la saliva queda en evidencia si se incuba a temperatura
corporal un trozo de pan (almidón) en presencia de saliva fresca. Al comienzo, podrá
observarse una reacción positiva con el colorante para almidón llamado lugol. Después
de veinte minutos esta casi no se observará y, en cambio, podrá apreciarse una reacción
positiva para el licor de Fehling, lo que significa que hay glucosa. La acción conjunta de
los dientes, la lengua y la saliva permiten transformar el alimento en una masa poco
digerida llamada bolo alimenticio, que pasará a la faringe en el proceso de deglución
(Richrason,1997).
La deglución es el paso del bolo alimenticio desde la boca hasta el estómago. Se inicia
de manera voluntaria cuando la lengua se apoya en el paladar empujando el bolo hacia
atrás y continúa con una serie de actos involuntarios (reflejos): el paladar blando se eleva
tapando las coanas y la glotis queda tapada por una válvula, llamada epiglotis, lo que
impide el paso del bolo hacia el sistema respiratorio. Así, el bolo pasa hacia el esófago
iniciándose una onda peristáltica, fuera del control voluntario, que recorrerá todo el tracto
digestivo y que llevará al bolo alimenticio hasta el estómago. Este paso está facilitado
por el moco que secretan las paredes del esófago13. La apertura del esófago en el
estómago está regulada por un esfínter, llamado cardias, que se abre cuando llega el
bolo empujado por la onda peristáltica, observemos este proceso en la figura
3.6.(Richrason,1997)
Estómago
El ácido clorhídrico (HCI) proporciona un pH ácido (1.5-2.0) para la acción enzimática; hincha
las proteínas, aumentando así su superficie; mata bacterias y activa enzimas. La principal
enzima secretada por el estómago es la pepsina, que actúa sobre las proteínas
transformándolas en cadenas de polipéptidos menores. Al igual que otras enzimas
proteolíticas, la pepsina no es secretada como tal, sino como una forma inactiva llamada
pepsinógeno (Barrett, 2013).
La bilis contiene los pigmentos biliares bilirrubina y biliverdina, que son desechos
producidos en la degradación de la hemoglobina, que es, a su vez, el pigmento contenido
en los glóbulos rojos; contiene, además, colesterol, lecitina y sales biliares necesarias
para su función, que consiste en emulsionar las grasas, es decir, en transformar las
partículas de grasa en partículas mucho más pequeñas, de modo que expongan mayor
superficie para el trabajo enzimático posterior. Además, por su pH alcalino contribuye a
neutralizar la acidez del quimo. La bilis se produce en el hígado y se almacena en una
bolsa llamada vesícula biliar (fig. 3.3.3), en la que se concentra por pérdida de agua. Si
la deshidratación que experimenta es excesiva, puede hacer que las sales precipiten
formando cálculos biliares (Alvares y Moreno,2004).
El páncreas es una glándula mixta, o anficrina, es decir, tiene una parte que funciona
como órgano endocrino y otra que lo hace como glándula exocrina. La porción exocrina
secreta jugo pancreático, que contiene enzimas y bicarbonato. El bicarbonato del
jugo
Además de recibir bilis y jugo pancreático, el interior del duodeno recibe la secreción de
las glándulas que están en su pared. Este jugo intestinal contiene enzimas que finalizan
la digestión. Las peptidasas dejan a los pequeños péptidos convertidos en
aminoácidos; las disacaridasas15, transforman los disacáridos en monosacáridos; y
una lipasa, convierte los triglicéridos en ácidos grasos y glicerol.
El colon mide aproximadamente un metro y medio y consta de las siguientes partes: una
porción por donde su contenido asciende en el lado derecho de la cavidad abdominal,
llamada colon ascendente ; una que atraviesa la parte superior del abdomen de lado a
lado, llamada colon transverso; una por donde su contenido baja por el lado izquierdo
de la cavidad abdominal, llamada colon descendente ; una pequeña porción sigmoídea
y un último segmento llamado recto que se abre en el orificio del ano, cuya apertura está
regulada por un esfínter que podemos controlar voluntariamente, a diferencia de lo que
ocurre con el cardias y el píloro (Barrett, 2013)
.
La salud del colon depende no solo de la evacuación regular de las heces, sino, además,
de su abundante flora bacteriana que, entre otras cosas, descompone los pigmentos
biliares dándole su color a las heces y sintetiza algunas vitaminas, como la K y algunas
del complejo B, que luego se absorben ahí mismo. Esta flora bacteriana se ve deteriorad
a si las materias fecales permanecen demasiado tiempo en su interior, y beneficiada si
incorporamos lactobacilos, que son bacterias presentes en el yogurt natural y en algunos
productos lácteos enriquecidos con ellos, que compiten con bacterias dañinas.
Aproximadamente la mitad de la masa de las materias fecales corresponde a bacterias
muertas. El resto es fibra hidratada y células epiteliales descamadas al avanzar el
contenido intestinal (Alvares y Moreno,2004).
La pérdida de epitelio intestinal es un proceso normal, que hace necesaria una rápida
renovación de tejido. Esta, como es evidente, involucra muchas reproducciones
celulares, de modo que ofrece muchas posibilidades de “error” en la copia del ADN,
algunos de los cuales podrían generar cáncer. Esta probabilidad aumenta en presencia
de las sustancias tóxicas que se acumulan cuando las heces son retenidas por mucho
tiempo y en presencia de algunas especies de bacterias. De ahí que salta a la vista la
conveniencia de consumir alimentos y suplementos alimenticios, si fuera necesario, que
mantengan el intestino libre de tóxicos y habitado por una flora bacteriana beneficiosa
(Barrett, 2013).
V. BIBLIOGRAFIA
Alvarez, Monereo, P Ortiz, C Salido. Gestión en nutrición clínica. Nutr Hosp.
2004 (XIX)
Barrett Kim E., Susan M. Barman, Scott Boitano, Heddwen L. BrooksGanong.
Fisiología médica, 24e 2013
Llano JE, Oliva J. Medicina coste-efectiva y medicina basada en la evidencia:
su impacto en el proceso de decisiones clínicas. Med Clin (Barc) 2000;
Rebollo Rabat JM, I. Gestión por procesos: El proceso de Nutrición en
Andalucía. En: J Alvarez Hernández y PP García Luna (eds.). Gestión en
nutrición clínica.
Richrason WS, Rodenberg W, Haylnes RB. Medicina basada en la evidencia
como ejercer y enseñar la MBE. Madrid. Churchill Livingstone,1997