Gestión de Intereses y El Delito de Tráfico de Influencias
Gestión de Intereses y El Delito de Tráfico de Influencias
Gestión de Intereses y El Delito de Tráfico de Influencias
Aun cuando la conducta descrita por el artículo 400º podría ser confusa
por el conjunto de elementos que menciona, bien podríamos señalar que el
delito de tráfico de influencias sanciona el acuerdo de intercesión ilegítimo
ante la Administración Pública. Acuerdo que además se gesta a través del
compromiso de contraprestaciones recíprocas. Así, por un lado, el interme-
diario se compromete a interceder en favor del interesado ante la Admi-
nistración Pública a partir del ejercicio de influencias sobre un funcionario
L
público, mientras que éste último entregará algún beneficio a cambio de
a absolución de Rómulo León en el caso Petro Audios por la presunta dicha gestión.
comisión del delito de tráfico de influencias trajo nuevamente al debate
la discusión sobre la posibilidad de que el gestor de intereses (figura Alguien podría señalar que, a fin de cuentas, se trata de una conducta que
regulada y reconocida por la Ley Nº 28024), pueda ser sancionado como se produce dentro de un ámbito absolutamente privado y por tanto ajena
autor de este delito. Según dicha sentencia, ello no sería posible incluso si
el gestor no se encontrara reconocido formalmente conforme lo dicta dicha
1 Disponible en: http://goo.gl/j0uupC.
NOTICIAS
en este segundo momento dicha relación no puede ser abarcada por el delito
de tráfico de influencias”7. Tal y como señalábamos en líneas anteriores, la
comisión del delito de tráfico de influencias se concentra sobre el acuerdo
de intercesión ante la Administración Pública, por lo que cualquier conducta
posterior estará fuera del alcance de la conducta típica.
De otro lado, y analizando solo el contacto entre gestor y el funcionario RESUMEN DE NOTICIAS SOBRE ANTICORRUPCIÓN Y JUSTICIA PENAL
público, tampoco se apreciaría el delito de tráfico de influencias ya que
no existiría un intermediario. Desde esta perspectiva, el gestor podría ser
considerado como el interesado; sin embargo, se aprecia que este va a tratar
directamente con el funcionario público, por lo que desaparecería la figura
del intermediario. Similar situación sucederá en el caso de gestores de inte-
reses propios, quienes directamente deben defender su postura frente al
funcionario que emitirá la decisión pública.
Aun cuando podría afirmarse que el funcionario podría ser el intermediario
entre el gestor (interesado) y la Administración Pública, la ley es clara al
afirmar que la figura del gestor de intereses no puede ser asumida por un
funcionario público y menos aun por quien deberá emitir una decisión (artí-
culo 9 inciso b de la ley). Este esquema por tanto también queda descartado.
Solo podrían presentarse delitos de corrupción (en concreto, supuestos de
cohecho) en este segundo momento si el gestor ofrece alguna dádiva al
funcionario público para que realice una actividad en contra de sus funcio-
nes (cohecho activo propio) o para que actúe conforme a ellas (cohecho
activo impropio)8.
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alcances de la presente Ley están prohibidos de aceptar directa o indirectamente cualquier liberali-
dad de parte de los gestores de intereses o de los terceros en cuya representación actúen, de ser el
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Las prohibiciones alcanzan al cónyuge del funcionario público, así como a sus parientes hasta el
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