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EL GALLO

CARACTERÍSTICAS

El gallo es un ave.

Es el macho de la gallina.

Tiene una cresta roja y alta, y un pico corto, grueso y


arqueado. Bajo el pico tiene unas formaciones carnosas rojas
colgantes.

Tiene el cuerpo cubierto de plumas.

Tiene dos patas.

Su familia son la gallina y el pollito.

Come gusanos, insectos, grano (trigo, maíz…) y verduras.


Beben agua.

El gallo hace QUIQUIRIQUIIIII.


CANCIONES SOBRE EL GALLO:

– el gallo Kiriko

– Bartolito

– el gallo desafinado

– el gallo pinto

– el gallo y la pata
 EL GALLO DESPERTADOR (GLORIA FUERTES)

Kikirikí, El pueblo no necesita reloj,


estoy aquí, le vale el gallo despertador.
decía el gallo
Colibrí.

El gallo Colibrí
era pelirrojo,
y era su traje
de hermoso plumaje.

Kikirikí.
levántate campesino,
que ya está el sol
de camino.
-Kikiriki.

levántate labrador,
despierta con alegría,
que viene el día.

-Kikiriki.

Niños del pueblo


despertad con el ole,
que os esperan en el "cole'.
EL GALLO TORCUATO

El gallo Torcuato
entona muy bien,
y quiere enseñar
¿Quién quiere aprender?

Ha formado un coro
con cuatro gallinas,
dos cerdos y un pato,
¡y una desafina!

Dentro del corral


los podemos ver,
muchos cantan mal
al amanecer.

Pero lo importante
es querer saber
y, si lo deseas,
puedes aprender.
Poema para niños: Don gallo y doña
gallina
Don gallo y Doña gallina se han casado
Por eso pico con pico, se han besado
Doña gallina no tuvo velo
Puso en su cresta dos flores del florero
Don gallo no lleva anillo Porque ya es
redondo su corralillo Un pollito
chico pió las nupcias
Aun siendo pequeño, puso su empeño
Por eso cacarean las gallinitas
¡Don gallo y Doña gallina se han casado!
TAMBIÉN PODEMOS HACER UNA CARETA DE GALLO:
GALLOS PARA COLOREAR:
SOBRE GALLOS TAMBIÉN HAY MUCHOS CUENTOS:

Los dos gallos

En un gallinero vivían dos gallos, que nunca tuvieron un conflicto,


compartían el lugar en paz y en armonía. Un cierto día el granjero,
trajo al corral una gallina hermosa y altanera, de la cual se
enamoraron los gallos a primera vista. Así que pasaron de ser amigos,
a ser rivales, a competir por el amor de la bella gallinita.
Decidieron enfrentarse en combate, y el vencedor se haría acreedor
del amor de la dama. Pelearon largo rato, hasta que el más fuerte, se
fue del brazo de la gallina y el otro se retiró a los fondos del corral a
llorar su pena.

El vencedor, se subió al tejado para hacer alarde de su triunfo y


comenzó a gritar para que los vecinos se enteraran de ello. Con tan
mala suerte que un buitre lo escucho, y sin dudarlo se abalanzo sobre
él, terminando con su vida y su soberbia.
Moraleja: Es preciso ser modesto cuando se gana una acción.
El gallo Quiquiriqui un hombre delgado y feo que jamás sonreía. Llevaba unas
El granjero Bonachón tenía una granja en la que todos los relucientes botas y un grueso bastón. A ninguno de los animales
animales hacían exactamente lo que les apetecía. Las vacas se le cayó simpático. Primero habló a los cerdos: —¡Qué pocilga
paseaban por el prado y charlaban con los caballos, y los cerdos más sucia! ¡Buscad cepillos y agua y limpiadla en seguida! Luego
dormían muy contentos en sus pocilgas. Pero las más alegres se dirigió a los caballos: —Estáis todos demasiado gordos.
eran las gallinas. Había cinco: Enriqueta, Filomena, la vieja tía Pronto os pondré en forma haciendo que tiréis de la carreta
Copete, Beatriz, que se sentía muy orgullosa porque era bonita, hasta el mercado.
y Bonifacia, la jefa de las gallinas, la más menuda de todas ellas,
que se aposentaba en su percha y tocaba un flautín mientras el
resto de las gallinas ponían huevos en sus nidales.

Luego riñó a las vacas por su aspecto adormilado. Por último


visitó el gallinero, donde las gallinas estaban sentadas
tranquilamente en sus nidales esperando a que Bonifacia tocara
Cada vez que el granjero Bonachón quería tomar un huevo para su flautín. Al ver a Bonifacia, don Cascarrabias se encolerizó: —
desayunar, no tenía más que asomarse a la ventana de la granja ¡Esto es un gallinero, no un concierto! Vete, Bonifacia. No quiero
y gritar: “Toca el flautín, Bonifacia”, e inmediatamente las veros ni a ti ni a tu flautín en esta granja nunca más. Mañana
gallinas ponían huevos. vendrá otro jefe a espabilaros! ¡Holgazanas, más que
Una mañana, el granjero Bonachón reunió a todos los animales holgazanas!
de la granja. Las gallinas se sentaron delante de los patos, y los Así que Bonifacia hizo su maletín y abandonó la granja. A la
demás animales permanecieron agrupados detrás de ellos. mañana siguiente, temprano, Enriqueta miró por la ventana y vio
—Tengo malas noticias —dijo el granjero Bonachón—. Lo siento, a un enorme y joven gallo paseándose arriba y abajo. Tenía una
amigos, pero me he visto obligado a vender la granja. A partir cresta colorada, largos y relucientes espolones y portaba bajo
de mañana trabajaréis para don Cascarrabias. el ala un bastón ligero con la punta de bronce.
—Vaya por Dios —se dijeron los animales—. Esperemos que nos —Me llamo Quiquiriquí, y estoy aquí para meteros en cintura —
trate con amabilidad. cacareó muy fuerte—. Con que ya podéis iros espabilando. Es
Los animales andaban preocupados cuando a la mañana siguiente hora de levantarse y poner huevos.
se presentó don Cascarrabias para inspeccionar la granja. Era
Las gallinas se pusieron en fila para que Quiquiriquí las —Todo el mundo al corral, haremos otra larga marcha, esta vez
inspeccionara. Primero le gritó a Enriqueta: subiremos a la cima de la colina y volveremos a bajar.
—Hoy no has aseado tus plumas. Están que dan asco. Todas se pusieron en marcha, excepto Beatriz, que se quedó
Luego le tocó el turno a Filomena: —Mañana, a primera hora, comiendo maíz de un gran saco.
debes pulir tus uñas. Son una vergüenza. Cuando Quiquiriquí entró más tarde en los nidales, no había un
solo huevo. ¡Las gallinas estaban tan asustadas que no podían
poner huevos!

A continuación estuvo de lo más grosero con la pobre tía


Copete:
Bonifacia se puso a pensar en algún medio para ayudar a las
—Deja de sonreír, estúpida, o te sacudiré con mi bastón.
gallinas y le pidió consejo al buho Oliverio.
Luego las obligó a todas a desfilar por el corral hasta quedar
—No digas nada y vigila —dijo éste.
extenuadas. Es decir, a todas menos a Beatriz, pues Quiquiriquí
Entonces, una mañana, Bonifacia oyó a don Cascarrabias gritarle
se había encaprichado de ella.
a Quiquiriquí:
—Tú no te muevas, querida —dijo—. Eres demasiado bonita para
—Como no obtengas un huevo muy pronto, tendrás que irte.
cansarte caminando arriba y abajo.
Buscaré a otro gallo para que se ocupe de las gallinas.
Las demás gallinas marchaban detrás de Quiquiriquí. “Izquierda,
Quiquiriquí estaba muy cariacontecido.
derecha, izquierda, derecha, media vuelta, izquierda, derecha”,
—Déme otra oportunidad, señor —rogó—. Le prometo que
gritaba. Ninguna de las gallinas tenía costumbre de desfilar a
mañana temprano pondrán huevos. ¡Por favor!
paso de marcha. Filomena se torció la pata, Enriqueta se metió
Aquella tarde, Bonifacia siguió a Quiquiriquí cuando éste se
en el establo por error, y la pobre tía Copete se sentó a
dirigió al estanque y robó todos los huevos de pata que
descansar entre las coles y se quedó dormida como un tronco.
encontró. Con mucho sigilo, los depositó en los nidales mientras
A la mañana siguiente, al despuntar el día, las gallinas se
dormían las gallinas.
despertaron al oír a Quiquiriquí cacareando a voz en grito: —
Dijo Quiquiriquí – don Cascarrabias que por fin las gallinas
¿Cuántos huevos habéis puesto esta mañana? Nadie desayunará
habían comenzado a poner huevos.
hasta no haber puesto por lo menos un huevo.
Cuando regresó a los diez minutos, no halló ningún huevo.
—Bien —dijo don Cascarrabias-. Mañana temprano inspeccionaré todas las gallinas se metieron en sus nidales y empezaron a
los nidos. Si hay suficientes huevos, conservarás tu empleo. poner huevos.
Cuando Quiquiriquí se acostó, Bonifacia fue a ver a su amigo el —Pero si esto es estupendo —dijo don Cascarrabias, sonriendo
viejo gorrión. por primera vez al ver cinco huevos frescos—. Te devuelvo tu
—¿Puedes prestarme cuatro huevos de gorrión muy pequeños puesto de jefa de las gallinas. De ahora en adelante puedes
por esta noche? Mañana por la mañana te los devolveré. seguir tocando tu flautín para que las gallinas pongan huevos.
—Por supuesto -dijo el gorrión, y le entregó cuatro diminutos ¡Tendréis música mientras trabajáis y raciones dobles de
huevos. Sin ser vistos, retiraron entre ambos los huevos de desayuno!
pata y colocaron en su lugar los huevos de gorrión. Después Las gallinas cloquearon alegremente, las vacas mugieron
durmieron hasta el amanecer, cuando toda la granja se despertó satisfechas, los caballos relincharon y Bonifacia, la jefa musical
con el ufano cacareo de Quiquiriquí: de las gallinas, tocó su flautín entusiasmada.
—A levantarse todo el mundo. Esta mañana vendrá don
Cascarrabias en persona a inspeccionar los huevos.
Antes de que las gallinas tuvieran tiempo de meterse en los
nidales, entró en el gallinero don Cascarrabias.
—Bien, veamos esos huevos.
Lo siguiente que oyeron todos fue un potente alarido.
—¡Has querido engañarme, Quiquiriquí! Estos huevos son de
gorrión, no de gallina. Vete de mi granja inmediatamente. ¡Cómo
te atreves a burlarte de mí!

Quiquiriquí salió huyendo de la granja y todos los animales


rompieron a reír de gozo. Entonces la pequeña Bonifacia salió de
detrás del gallinero y se puso a tocar su flautín, y en el acto
EL GALLO KIRICO Camina que camina, muy preocupado, el gallo kirico llegó hasta
un prado. Allí vio… ¿sabéis que vio? Una malva; y el gallo le
En un gallinero muy postinero se iban a celebrar unas bodas
dijo:
de alto plumero.
-Malvita, malva, límpiame el pico, que voy a las bodas del tío
Las bodas del tío Perico, que había invitado a su sobrino el Perico.
gallo Kirico.
-No quiero- dijo la malva-. No haberte ensuciado.
Y el gallo kirico, que vivía muy lejos, se levantó más temprano
que nunca para ir a las bodas de su tío Perico. Muy aseado y Y el gallo Kirico siguió su camino. Anda que anda, muy enojado,
muy bien vestido, allá va tan pimpante el gallo Kirico. se encontró una oveja en otro prado.
-Ovejita, bonita, cómete la malva, que no quiso limpiarme el
pico para ir a las bodas del tío Perico
-No quiero- dijo la oveja-. No haberte ensuciado.
Y el gallo Kirico no tuvo más remedio que seguir su camino.
Anduvo y anduvo, muy enfadado, hasta encontrarse con el
lobo que estaba muy flaco.
-Lobito, lobo, cómete a la oveja, que no quiso comerse la
malva, que no quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío
Perico.
De pronto, ¿sabéis con qué se topó? Pues con una caca de la -No quiero- dijo el lobo-. No haberte ensuciado.
vaca, llenita, llenita de granos de trigo. ¡Uhm, con el hambre ¿Qué diréis que hizo el gallo Kirico? Seguir su camino muy
que llevaba el gallo Kirico! Entonces dijo: malhumorado, y se encontró con un palo.
-¿Pico o no pico? Si pico me ensucio el pico, y no podré ir a las -Palito, palo, pégale al lobo, que no quiso comerse la oveja, que
bodas del tío Perico. Pero si no pico me muero de hambre y no quiso comerse la malva, que no quiso limpiarme el pico para
para otro el trigo. ir a las bodas del tío Perico.
Total que no pudo resistir la tentación y picó. ¡Vaya si picó! Y
-No quiero-dijo el palo-. No haberte ensuciado.
todo el pico se manchó.
-¿Y ahora qué hago? ¿Cómo voy a presentarme así en las
bodas del tío Perico?
¡Qué palo más malo! El gallo Kirico, muy enfurruñado, sigue su lobo, que no quiso comerse la oveja, que no quiso comerse la
camino. Y apenas había empezado a andar se encontró… ¡al malva, que no quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío
fuego! Perico.
-¿Y el gallo Kirico?
-Fuego, fueguito, quema al palo, que no quiso pegarle al lobo,
que no quiso comerse la oveja, que no quiso comerse la malva, -Con el burro se puso pesado y este una coz le ha pegado.
que no quiso limpiarme el pico para ir a las bodas del tío -¡Y qué más?
Perico.
-No quiero- dijo la candela-. No haberte ensuciado. -Que al río se ha caído y se ha puesto empapado.

Entonces se encontró un río. -¿Y qué más?

-Río, río, apaga el fuego, que no quiso quemar al palo, que no -Que en las bodas no entran gallos tan mojados, y el gallo
quiso pegarle al lobo, que no quiso comerse la oveja, que no Kirico, con su pico limpio, fuera se ha quedado.
quiso comerse la malva, que no quiso limpiarme el pico para ir a Y colorín colorado, ¡este cuento se ha acabado!
las bodas del tío Perico.
FIN
-No quiero- dijo el río, y siguió su corriente.
¡Qué mala gente! El gallo Kirico ya casi volaba aunque iba muy
triste. ¿Y sabéis qué se encontró? ¡Un burro!
-Burrito, burro, bébete el agua del río, que no quiso apagar el
fuego, que no quiso quemar al palo, que no quiso pegarle al

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