Tim Keller
Tim Keller
Tim Keller
Y
cuando esto sucede comienzas a leer la Biblia de modo que sabes que Jesús es el verdadero y mejor
Adán quien pasó la prueba en el jardín y cuya obediencia se imputó a nosotros.
Jesús es el verdadero y mejor Abel quien, aunque sacrificado inocentemente, su sangre ahora clama,
no para nuestra condenación, sino para nuestra absolución.
Jesús es el verdadero y mejor Abraham quien respondió al llamado de Dios a salir de todo lo familiar y
lo confortable y fue sin saber a dónde iba, no sabiendo que él fue a crear un nuevo pueblo para Dios.
Jesús es el verdadero y mejor Isaac quien no sólo fue ofrecido por su padre en el monte sino que
verdaderamente fue sacrificado por nosotros. Y cuando Dios dijo a Abraham, “Ahora sé que temes a
Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo.” Ahora nosotros podemos ver a Dios
tomando a su hijo llevándolo al monte y sacrificándolo y decir, “Ahora sabemos que nos amas porque
ni siquiera te has negado a darnos a tu hijo, a tu único hijo.”
Jesús es el verdadero y mejor Jacob quien luchó y tomó el golpe de justicia que merecíamos, para que
nosotros, como Jacob, solo recibamos las heridas de gracia que nos despierten y nos disciplinen.
Jesús es el verdadero y mejor José quien, sentado a la derecha del rey, perdona a aquellos quienes lo
traicionaron y lo vendieron y usa su nuevo poder para salvarlos.
Jesús es el verdadero y mejor Moisés quien permanece en la hendidura entre la gente y el Señor y
quien es el mediador de un nuevo pacto.
Jesús es la verdadera y mejor roca de Moisés quien, golpeado con la vara de la justicia de Dios, ahora
nos da agua en el desierto.
Jesús es el verdadero y mejor Job, el verdadero sufriente inocente, quien después intercede por y para
salvar a sus estúpidos amigos.
Jesús es el verdadero y mejor David cuya victoria llega a ser la victoria de su pueblo, aunque ellos
nunca levantaron una piedra para alcanzarla por ellos mismos.
Jesús es el verdadero y mejor Esther quien no solo arriesgó dejando un palacio celestial sino que
perdió el palacio celestial, y quien no solo arriesgó su vida, sino dio su vida para salvar a su gente.
Jesús es el verdadero y mejor Jonás quien fue echado a la tormenta para que nosotros pudiéramos ser
rescatados.
Jesús es el real Cordero de Pascua, inocente, perfecto, indefenso, sacrificado para que el ángel de la
muerte pasara de largo de nosotros.