Crecimiento, Desigualdad y Democracia
Crecimiento, Desigualdad y Democracia
Crecimiento, Desigualdad y Democracia
Andrés Solimano
2015
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Santiago – Chile
Capitulo
2,
en
Cordera,
R.,
M.Flores
y
M.L
Fuentes,
(Coordinadores)
México
Social:
Regresar
a
lo
Fundamental
UNAM,
México,
2015.
1
dólares,
siendo
uno
de
los
más
altos
de
América
Latina
y
es
miembro
de
la
Organización
de
Cooperación
y
Desarrollo
Económico,
OCDE,
un
club
de
economías
de
alto
ingreso.
El
país
es
generalmente
alabado,
internacionalmente,
por
su
manejo
macroeconómico
responsable
y
por
sus
bajos
niveles
de
deuda
pública.
Sin
embargo,
Chile
se
ubica
entre
las
15
naciones
más
desiguales
del
mundo
en
un
total
de
192
países
según
las
estadísticas
publicadas
por
las
Naciones
Unidas,
usando
el
conocido
coeficiente
de
Gini.
Otros
indicadores
de
concentración
de
ingreso
y
riqueza
muestran
que
el
uno
por
ciento
más
rico
de
la
población
controla
el
33
por
ciento
del
ingreso
nacional1
y
las
cuatro
familias
más
ricas
del
país
tienen
una
riqueza
neta
cercana
a
los
45
mil
millones
dólares,
decir
cerca
de
15
por
ciento
del
PIB.
Ambas
cifras
revelan
índices
de
desigualdad
que
son
anómalos
internacionalmente.
Así,
una
pequeña
elite
económica
controla
el
grueso
de
los
activos
productivos
del
país,
los
medios
de
comunicación
y
ejerce
una
desmedida
influencia
sobre
las
instituciones
democráticas.
La
otra
cara
de
la
distribución
de
ingresos
es
que
cerca
de
seis
y
medio
millones
de
trabajadores
ganan
menos
de
550
mil
pesos
al
mes
(equivalente
a
aproximadamente
mil
dólares
mensuales).
La
economía
chilena
aceleró
su
crecimiento
económico
en
los
últimos
25
años,
liderado
por
los
sectores
de
la
minería
y
los
servicios,
pero
en
el
contexto
de
una
sostenida
reducción
de
la
participación
del
sector
industrial
en
el
PIB.
Por
otra
parte,
el
esfuerzo
de
crecimiento
se
apoyó
en
la
movilización
del
ahorro
interno
en
base
a
mecanismos
que
implicaron
una
transferencia
de
1
Lopez,
Figueroa
y
Gutierrez
(2013).
2
ingresos
del
trabajo
al
capital
cuya
naturaleza
discutiremos
en
este
capítulo.
Además
también
se
han
impuesto
prioridades
de
gasto
público
controversiales:
mientras
el
gasto
de
gobierno
en
educación
y
cultura
de
Chile,
relativo
al
PIB,
es
bajo
para
su
nivel
de
renta
per
cápita,
tenemos
un
nivel
de
gasto
militar,
en
relación
al
ingreso,
de
los
más
altos
de
la
región.
Adicionalmente,
Chile
es
quizás
el
único
país
en
que
la
seguridad
social
de
la
población
civil
está
totalmente
privatizada
(sistema
de
AFP)2;
el
sistema
es
muy
asimétrico
ya
que
la
mayoría
de
la
población
jubilada
recibe
bajas
pensiones
aunque
los
propietarios
de
las
AFP
si
reciben
altas
utilidades
al
invertir
los
fondos
de
los
trabajadores.
La
principal
fuente
de
inspiración
del
modelo
de
desarrollo
económico
vigente
ha
sido
la
doctrina
del
neoliberalismo,
que
promueve
un
individualismo
exacerbado
y
la
lógica
del
lucro
y
las
ganancias
monetarias
no
sólo
a
los
sectores
productivos
tradicionales
sino
también
a
la
educación,
la
salud
y
las
pensiones,
lo
que
es
fuente
de
serias
tensiones
sociales
y
de
deslegitimación
ciudadana.
Este
capítulo
analiza
brevemente
los
fundamentos
y
orígenes
del
neoliberalismo
como
doctrina
y
después
examina
su
aplicación
en
el
contexto
chileno
centrándose
en
su
principales
impactos
sobre
el
crecimiento
económico,
la
desigualdad,
la
composición
del
producto
y
los
mecanismos
regresivos
de
redistribuciones
del
trabajo
al
capital
que
caracterizan
el
proceso
de
ahorro-‐‑inversión
y
que
han
contribuido
a
la
formación
y
expansión
de
poderosas
elites
económicas.
2
AFP=Administradoras
de
Fondos
de
Pensiones.
3
2.
Neoliberalismo
y
el
capitalismo
del
siglo
21
El
término
“neoliberalismo”
-‐‑-‐‑o
nuevo
liberalismo-‐‑-‐‑
fue
acuñado
por
pensadores
conservadores
en
la
década
de
1930
reunidos
en
el
coloquio
Walter
Lipmann
realizado
en
París
en
Agosto
de
1938.
Dicho
coloquio
fue
parte
de
un
amplio
esfuerzo
orientado
a
“rescatar”
y
redefinir
el
liberalismo
clásico
que
había
caído
en
descredito
en
las
décadas
de
1920
y
1930,
principalmente
en
Europa,
por
la
confluencia
de
crisis
inflacionarias,
crash
financiero,
gran
depresión
y
surgimiento
de
virulentos
movimientos
autoritarios
y
nacionalistas
como
el
fascismo
y
el
nazismo.
El
objetivo
principal
del
nuevo
liberalismo,
tanto
como
enfoque
académico
y
como
proyecto
político,
fue
desafiar
la
creciente
presencia
del
estado
en
la
economía,
que
llevó
asociado
la
adopción
de
políticas
keynesianas
de
estabilización,
regulación
del
capitalismo,
creación
del
estado
de
bienestar,
además
del
experimento
de
socialismo
de
Estado
y
planificación
central
en
la
URSS
y
Europa
central
y
oriental
después
de
la
segunda
guerra
mundial.
En
el
impulso
al
neoliberalismo,
le
ha
cabido
un
rol
a
la
Sociedad
Mont
Pelerin
fundada
en
1947
en
la
villa
de
dicho
nombre,
situada
próxima
al
lago
Ginebra
en
Suiza.
3
Cabe
mencionar,
sin
embargo,
que
durante
varias
décadas
(décadas
de
1940
a
1960)
el
neoliberalismo
fue
una
corriente
bastante
marginal
en
los
ámbitos
económicos,
3
En
dicho
coloquio
participaron
filósofos,
economistas,
sociólogos
e
historiadores
entre
los
que
se
encontraban
F.
Hayek,
L.
Von
Mises,
R.
Aaron,
L.Baudin,
W.
Roepke
y
otros.
Varios
centros
(think-‐‑tanks)
de
orientación
conservadora
y
neoliberal,
en
el
espíritu
de
la
Sociedad
Mont
Pelerin,
surgieron
en
varios
países
Europeos
y
en
Estados
Unidos
para
impulsar
estas
ideas.
Ejemplos
de
estos
son
el
Institute
of
Economic
Affairs
en
Londres,
la
Heritage
Foundation
,
el
American
Enterprise
Institute
en
Estados
Unidos
y
otros
centros
en
Alemania,
Suiza,
Francia
y
otros
países.
4
intelectuales
y
gubernamentales
(Solimano,
2014).
El
giro
se
produce
a
partir
de
la
década
de
1970,
en
que
se
inaugura
la
llamada
“era
neoliberal”4
en
un
contexto
de
estancamiento
e
inflación
en
los
países
capitalistas
avanzados,
acompañados
por
una
mayor
militancia
y
activismo
de
los
sindicatos.
Se
abandonan
las
soluciones
keynesianas
y
se
adoptan
políticas
públicas
orientadas
a
restablecer
el
poder
del
capital,
debilitando
el
trabajo
y
la
capacidad
regulatoria
y
redistributiva
del
Estado.5
Los
“lideres”
del
neoliberalismo
fueron
Chile
(en
un
contexto
autoritario
del
tercer
mundo),
el
Reino
Unido
(con
Margaret
Thatcher)
y
Estados
Unidos
(con
Ronald
Reagan).
Cabe
notar
que
Estados
Unidos
y
el
Reino
Unido,
en
contraste
con
el
Chile
de
esa
época,
eran
democracias
consolidadas
lo
que
imponía
restricciones
políticas
a
la
aplicación
del
libre
mercado
que
eran
menos
importantes
en
el
Chile
autoritario
de
Pinochet.
Posteriormente,
la
influencia
del
neoliberalismo
se
extendió
a
varios
países
de
América
Latina
en
la
década
de
1990,
aunque
esta
influencia
empezó
a
decaer
en
la
década
del
2000,
quizás
con
la
excepción
de
Chile
que
permanece,
en
gran
medida,
como
un
bastión
del
libre
mercado.
La
expansión
del
neoliberalismo
al
Este
fue
facilitada
por
la
acción
conjunta
del
gobierno
de
EE.UU,
el
FMI
y
el
Banco
Mundial,
que
apoyaron
con
créditos,
asistencia
técnica
y
asesorías
programas
económicos
con
un
fuerte
componente
de
privatizaciones
y
austeridad
en
la
ex
Unión
Soviética
y
en
Europa
Central
y
Oriental.
Las
ideas
neoliberales
también
alcanzaron
países
de
gran
tamaño
4
Esta
doctrina,
como
hemos
visto
privilegia
la
propiedad
privada
y
el
mercado
por
sobre
los
Margaret
Thatcher
y
de
los
controladores
aéreos
por
Reagan
en
EE.UU,
esto
sin
mencionar
las
políticas
de
Pinochet
en
Chile
de
dura
represión
con
encarcelamientos
y
desapariciones
de
líderes
sindicales
y
populares
durante
el
régimen
militar.
5
como
China
que,
tras
la
muerte
de
su
líder
Mao
Tse
Tung,
se
embarcó
en
una
agresiva
política
de
apertura
a
la
multinacionales
de
occidente
para,
dentro
de
una
lógica
capitalista
de
aprovechar
grandes
contingentes
de
mano
de
obra
recibiendo
bajos
salarios,
convertir
a
este
país
en
una
plataforma
exportadora
de
manufacturas
de
menor
costo
al
resto
del
mundo.
La
evidencia
internacional
indica
que
en
los
países
en
que
se
ha
aplicado
el
neoliberalismo
se
ha
producido
un
aumento
de
la
desigualdad,
con
concentración
de
ingreso
y
riqueza
en
pequeñas
elites,
fortaleciéndose
el
poder
de
las
corporaciones
y
del
sector
financiero;
en
contraste,
ha
tenido
lugar
un
debilitamiento
de
la
participación
democrática
de
la
ciudadanía
en
las
decisiones
públicas
(Solimano,
2014b).
Este
registro
histórico
ha
llevado
a
algunos
autores6
a
plantear
que
un
rasgo
distintivo
del
neoliberalismo
es
el
fortalecimiento
del
capital
y
las
elites
económicas
propietarias
de
los
medios
de
producción
como
una
forma
de
elevar
las
tasas
de
ganancia
(retorno)
del
capital
afectadas
por
las
regulaciones,
los
impuestos
y
el
poder
de
los
sindicatos
asociados
con
el
consenso
keynesiano-‐‑desarrollista
de
post-‐‑guerra.
3.
El
experimento
Neoliberal
en
Chile
Las
recetas
económicas
del
neoliberalismo,
como
hemos
mencionado,
fueron
aplicadas
con
especial
radicalidad
en
Chile
en
los
años
posteriores
al
golpe
de
Estado
de
1973
que
derrocó
al
Presidente
constitucional
Salvador
Allende.
Chile
fue
convertido
en
un
temprano
laboratorio
de
experimentación
de
políticas
6
Ver
Harvey
(2004)
y
Duménil
y
Dominique
Lévy
(2011).
David
Harvey
(2004)
A
Brief
History
of
Neoliberalism,
Oxford
University
Press
y
Gérard
Duménil
y
Dominique
Lévy
(2011)
The
Crisis
of
Neoliberalism,
Harvard
University
Press.
6
privatizadoras
de
empresas
públicas,
y
de
mercantilización
de
la
educación,
la
salud
y
las
pensiones,
privatización
de
los
derechos
de
agua
y
desnacionalización
de
la
gran
minería
del
cobre
favoreciendo
a
empresas
multinacionales
en
arreglos
de
dudosa
conveniencia
para
la
nación
chilena.
El
régimen
militar
para
su
aplicación
del
modelo
económico
neoliberal
contó
con
el
apoyo
financiero
y
técnico
de
las
instituciones
de
Bretton
Woods,
las
que
anteriormente
habían
negado
los
créditos
al
gobierno
constitucional
de
Allende.
En
Estados
Unidos
y
el
Reino
Unido,
la
aplicación
del
neoliberalismo
en
la
década
de
1980
tuvo
también
ribetes
de
bastante
dureza
y
abierta
represión
sindical,
pero
debían
moderarse
en
cierto
grado
por
el
hecho
que
se
aplicaban
en
un
contexto
de
democracias
establecidas
con
una
prensa
independiente
y
con
parlamentos
en,
operación,
condiciones
que
estaban
ausentes
en
el
régimen
de
Pinochet.
Un
aspecto
interesante
es
como
el
neoliberalismo
se
pudo
consolidar
en
la
democracia
post-‐‑autoritaria
chilena.
Algunas
claves
se
ofrecen
más
abajo
en
este
capítulo
que
pueden
ayudar
a
entender
este
fenómeno.
El
resultado
de
las
políticas
de
libre
mercado
ha
sido
una
sociedad
con
mayor
riqueza
pero
muy
concentrada
en
su
distribución,
con
un
capitalismo
de
monopolios
y
oligopolios
dominado
por
conglomerados
económicos
en
el
sistema
bancario,
las
farmacias,
el
comercio
detallista,
la
administración
de
los
fondos
de
pensiones,
la
provisión
privada
de
servicios
de
salud,
la
provisión
de
energía
y
la
propiedad
de
los
medios
de
comunicación
de
masas
como
diarios,
radio
y
televisión
(Solimano,
2012a).
Asociada
a
la
concentración
económica
se
ha
instaurado,
además,
una
perniciosa
cultura
7
corporativa
de
manipulación
del
consumidor
y
de
abusos
laborales
que
solo
recientemente
los
gobiernos
han
intentado
contener.
4.
Crecimiento,
pobreza
y
desigualdad.
El
crecimiento
económico
chileno,
por
el
lado
de
la
demanda
ha
dependido
fuertemente
de
las
exportaciones
y
de
la
inversión
privada,
aunque
el
consumo
sigue
siendo
el
principal
componente
de
la
demanda
agregada
(por
el
lado
de
oferta,
como
dijimos
este
ha
sido
liderado
por
la
minería
y
los
servicios).
La
canasta
exportadora
es
altamente
dependiente
de
la
minería,
principalmente
del
cobre,
(cerca
del
63
por
ciento
del
total
exportado
corresponde
a
productos
mineros),
seguido
por
las
exportaciones
industriales
que
representan
alrededor
del
19
por
ciento
de
estas.7
La
relación
entre
crecimiento
del
PIB
y
la
dimensión
social
aproximada
por
la
pobreza
y
la
desigualdad
en
el
periodo
1990-‐‑2012
exhibe
características
importantes
de
mencionar
(ver
cuadro
1
y
gráfico
1).
Como
se
visualiza
en
este
último,
se
nota
una
relación
inversa
entre
el
PIB
y
la
tasa
de
pobreza8:
mientras
el
PIB
crece
(línea
azul
ascendente),
la
pobreza
(línea
roja)
desciende.
Según
las
estadísticas
disponibles,
la
pobreza
era
de
43
por
ciento
en
1990
pero
baja,
durante
un
periodo
de
dos
décadas,
a
14
por
ciento
en
el
2011.
Sin
embargo,
la
relación
entre
crecimiento
del
PIB
y
la
desigualdad,
medida
por
el
coeficiente
de
Gini,
es
menos
clara.
El
rango
de
variación
del
Gini
(ajustado
por
transferencias
monetarias),
está
en
un
rango
de
52
a
56
por
ciento.
Este
es
un
resultado
importante
ya
que
sugiere
que
por
sí
solo
el
crecimiento
económico
7
Solimano
y
Schapper,
(2014).
8
La
pobreza
se
mide
como
el
porcentaje
de
la
población
cuyo
ingreso
8
no
reduce,
automáticamente,
la
desigualdad
(Solimano
2012
a)
y
2012b,
cap.
5).
Si
bien
el
coeficiente
de
Gini,
por
lo
general,
varía
poco
en
el
corto
plazo,
este
debiera
haber
disminuido
en
forma
más
sistemática
si
el
crecimiento
en
Chile
de
las
últimas
dos
a
tres
décadas
hubiese
sido
efectivamente
“pro-‐‑equidad”.
Tabla
1
Chile:
Crecimiento,
Pobreza
y
Desigualdad
(1990-‐‑2012)
4)
Coeficiente
de
Gini
**
1)
PIB*
2)
PIB*
3)
Pobreza*
4b)
Ingreso
Monetario
Año
(Tasa
de
variación
anual,
4a)
Ingreso
Principal
(2005=1)
(100=1)
(Ajustado
por
porcentaje)
(Antes
de
transferencias)
transferencias)
1990
3.70
0.44
0.38
0.57
0.56
1991
7.97
0.47
-‐
-‐
-‐
1992
12.28
0.53
-‐
0.56
0.56
1993
6.99
0.57
-‐
-‐
-‐
1994
5.71
0.60
-‐
0.57
0.55
1995
10.63
0.66
-‐
-‐
-‐
1996
7.41
0.71
0.23
0.57
0.56
1997
6.61
0.76
-‐
-‐
-‐
1998
3.23
0.78
-‐
0.58
0.57
1999
-‐0.76
0.78
-‐
-‐
-‐
2000
4.50
0.81
0.21
0.58
0.58
2001
3.35
0.84
-‐
-‐
-‐
2002
2.17
0.86
-‐
-‐
-‐
2003
3.96
0.89
0.19
0.57
0.56
2004
6.04
0.95
-‐
-‐
-‐
2005
5.56
1.00
-‐
-‐
-‐
2006
4.59
1.05
0.14
0.54
0.53
2007
4.60
1.09
-‐
-‐
-‐
2008
3.66
1.13
-‐
-‐
-‐
2009
-‐1.04
1.12
0.15
0.55
0.53
2010
6.10
1.19
-‐
-‐
-‐
2011
5.99
1.26
0.14
0.54
0.52
2012
5.60
1.33
-‐
-‐
-‐
Promedio
1990-‐
2000
6.20
0.65
0.27
0.57
0.56
2001-‐
2012
4.22
1.05
0.15
0.55
0.54
1990-‐
2012
5.16
0.86
0.21
0.56
0.55
Fuente:
(*)
Banco
Mundial.
(**)
Ministerio
de
Desarrollo
Social
de
Chile.
9
Grafico
1
Chile:
Crecimiento,
Pobreza
y
Desigualdad
(1990-‐‑2012)
Crecimiento
con
desindustrialización.
En
cuanto
a
la
composición
del
PIB,
se
observa
en
las
últimas
tres
a
cuatro
décadas
una
disminución
sostenida
en
la
importancia
relativa
del
sector
industrial
en
relación
el
producto
nacional
(ver
gráfico
2).
Esta
es
una
tendencia
preocupante
ya
que
el
sector
industrial
es,
tradicionalmente,
una
fuente
de
valor
agregado
nacional
de
ingenieros,
técnicos
y
trabajadores
nacionales
a
la
producción,
además
de
ser
un
locus
de
aplicación
productiva
de
nuevas
tecnologías.
Un
reciente
estudio
de
ASIMET 9
(Asociación
de
9
Sanhueza,
Bello
and
Rosenberg
(2013).
10
Industrias
Metalmecánicas
y
Metalúrgicas)
revela
que
en
Chile
el
sector
industrial
representa
solo
el
10
por
ciento
del
PIB
(2012)
mientras
que
el
promedio
(PIB
industrial/
PIB
total)
para
economías
emergentes
es
de
16
por
ciento.
El
peso
relativo
actual
de
la
industria
en
Chile
es
equivalente
al
que
existía
en
a
principios
de
la
década
de
1940,
alcanzando
su
máximo
de
17
por
ciento
del
PIB
en
1970
(ver
gráfico
2).
La
concepción
neoliberal
dominante
en
Chile
ha
restado
importancia
al
sector
industrial.
En
esta
la
industria
no
necesita
ser
apoyada
en
forma
activa
con
políticas
cambiarias,
de
competitividad,
de
promoción
industrial,
crédito
y
otras.
Como
resultado
de
este
enfoque
se
ha
rezagado
la
contribución
de
la
industria
al
crecimiento
económico.
Grafico
2.
Chile.
Evolución
del
sector
manufacturero,
1930-‐‑2012.
(porcentaje
del
PIB)
Source:
Sanhueza,
Bello
and
Rosenberg
(2013).
Proceso
ahorro-‐‑inversión
y
redistribución
del
trabajo
al
capital
11
Un
tema
escasamente
discutido
en
las
evaluaciones
del
modelo
chileno
es
la
conexión
existente
entre
el
proceso
ahorro-‐‑inversión
y
los
mecanismos
de
generación
y
persistencia
de
la
desigualdad.
Se
puede
afirmar
que
la
elevación
del
nivel
de
ingreso
per
cápita
ha
sido
posible
por
la
presencia
de
un
proceso
ahorro
que
extrae
excedentes
a
los
sectores
asalariados
para
transferirlos
al
capital,
la
gran
empresa
y
el
sistema
financiero.
Podemos
identificar
la
operación
de
tres
mecanismos
para
reorientar
el
excedente
económico
en
esta
dirección
(ver
Solimano,
2014b):
(i) Redistribución
de
salarios
a
utilidades.
El
sistema
económico
vigente
genera
altas
tasas
de
ganancias
para
las
empresas
(principalmente
las
grandes)
como
incentivo
para
la
acumulación
de
capital.
Una
situación
similar
de
alta
rentabilidad
se
da
en
la
banca.
Las
altas
tasas
de
retorno
al
capital
invertido
han
sido
posible,
entre
otras
cosas,
porque
es
posible
pagar
salarios
modestos
a
los
trabajadores,
que
han
sido
un
sector
debilitado
crónicamente
tras
décadas
de
un
sindicalismo
disminuido
y
por
una
legislación
laboral
pro-‐‑
empresa.
Lo
anterior
ha
permitiendo
al
capital
(empresas)
apropiarse
del
grueso
de
las
ganancias
de
productividad
y
disminuir
la
participación
del
trabajo
en
el
ingreso
nacional.
Dos
factores
adicionales
que
permiten
abaratar
el
coste
de
la
mano
de
obra
es
la
existencia
de
persistentes
excedentes
de
mano
de
obra
y
el
trabajo
migrante
poco
calificado
que
acepta
remuneraciones
modestas.10
Cabe
notar
que
los
excedentes
de
mano
de
obra
no
solo
se
refieren
al
desempleo
abierto
sino
que
también
se
reflejan
en
que
un
porcentaje
significativo
de
la
10
Solimano
(2013).
12
fuerza
de
trabajo
está
empleada
en
el
sector
informal
de
la
economía,
en
la
existencia
de
múltiples
ocupaciones
precarias
(sin
contrato,
seguridad
social
y
seguro
médico)
y
en
fenómeno
de
la
sub-‐‑contratación
y
de
provisión
de
trabajadores
por
parte
de
empresas
contratistas
de
mano
de
obra.
11
(ii) Ahorro
forzoso
vía
sistema
de
pensiones
de
capitalización.
Un
segundo
mecanismo
de
ahorro
forzoso
se
asocia
a
la
operación
del
sistema
previsional
de
capitalización
individual
vigente
desde
1981
que
canaliza,
compulsoriamente,
el
ahorro
pensional
del
sector
asalariado
a
las
AFP.12
El
sistema
funciona
deduciendo
mensualmente
de
la
planilla
salarial
una
contribución
que
es
depositada
en
cuentas
individuales
en
las
AFP
privadas.
Estos
depósitos,
a
su
vez,
son
invertidos
por
estas
compañías
en
la
compra
de
bonos,
acciones
y
otros
instrumentos
financieros
emitidos
por
el
sector
corporativo
y
los
bancos
lo
que
provee,
en
forma
sostenida
y
asegurada,
un
enorme
volumen
de
recursos
financieros
a
empresas,
bancos,
compañías
de
seguros
y
otros
intermediarios
financieros.
Se
estima
que
las
AFP
tienen
activos
por
cerca
de
44
mil
millones
de
dólares
invertidos
entre
las
10
empresas
y
los
10
bancos
más
grandes
de
Chile
(Kremerman
y
Ballesteros,
2013).
Asimismo
cerca
de
50
mil
millones
de
dólares
son
invertidas
en
el
exterior
por
las
AFP
contribuyendo
a
financiar
el
11
Durán
(2014)
muestra
que
a
inicios
del
2014
cerca
de
683
mil
trabajadores
trabajan
menos
de
30
horas
a
la
semana
(un
32
%
de
ellos,
menos
de
dos
horas
diarias,
aunque
desean
y
están
disponibles
a
trabajar
más).
Adicionalmente,
hay
1.079.145
trabajadores
asalariados
que
no
tienen
contrato
de
trabajo.
12
Las
Fuerzas
Armadas
tienen
un
sistema
público
propio
de
jubilación
(y
salud).
A
pesar
de
que
el
sistema
de
capitalización
de
AFP
fue
impuesto
en
1981
por
el
régimen
militar
de
la
época
las
Fuerzas
Armadas
no
fueron
obligadas
a
entrar
al
nuevo
sistema
de
AFP.
13
crecimiento
y
la
inversión
de
otros
países.
El
arreglo
es
muy
ventajoso
para
los
grupos
económicos
y
para
los
accionistas
controladores
de
las
AFP
pero
mucho
menos
favorable
para
los
millones
de
pensionados
que
reciben
(o
recibirán)
menguadas
pensiones
del
sistema.
(iii) Sistema
tributario
pro-‐‑empresa.
El
sistema
tributario
chileno
descansa,
en
lo
grueso,
en
la
tributación
indirecta
(IVA
e
impuestos
específicos)
para
recaudar
sus
ingresos.
La
contribución
de
la
tributación
directa
(impuestos
al
ingreso
que
generalmente
tienden
a
ser
progresivos),
es
muy
inferior
en
términos
relativos
a
la
que
registran,
por
ejemplo,
los
países
de
la
OCDE
(Jiménez
y
Solimano,
2012).
El
carácter
pro-‐‑
empresa
del
sistema
tributario
chileno
es
particularmente
notorio
en
el
caso
del
llamado
Fondo
de
Utilidades
Tributarias,
FUT,
el
que
exime,
por
plazos
indefinidos,
del
pago
de
impuestos
a
las
utilidades
retenidas
por
las
empresas.
Adicionalmente
hay
un
conjunto
de
exenciones
llamadas
“gastos
tributarios”
que
liberan
del
pago
de
impuestos
a
distintas
actividades
empresariales.
Un
caso
especial
es
el
bajo
nivel
de
tributación
de
royalty
de
la
gran
minería
privada
del
cobre
dominada
por
empresas
nacionales
y
extranjeras.
5.
Democracia
y
consolidación
del
modelo
neoliberal
Un
tema
importante
en
el
análisis
del
modelo
chileno
es
la
relación
entre
democracia
y
modelo
económico
en
particular
referente
a
la
persistencia
y
estabilidad
de
la
desigualdad
en
un
contexto
democrático.
Una
democracia
es,
teóricamente,
un
sistema
igualitario
de
representación
de
preferencias
políticas,
sin
embargo
el
sistema
14
económico
capitalista
es
un
sistema
no
igualitario
de
distribución
de
los
recursos.
Así,
el
carácter
igualitario
de
la
democracia
se
desvirtúa
y
distorsiona
en
la
medida
que
un
pequeño
segmento
de
la
población
(elites
económicas,
grupos
de
alta
riqueza
en
la
sociedad)
usa
su
muy
superior
comando
de
recursos
económicos
respecto
al
resto
de
la
sociedad
para
influir
en
el
sistema
político
y
preservar
el
estatus-‐‑
quo.
Podemos
identificar
al
menos
cuatro
mecanismos
en
operación
que
hace
muy
difícil
alterar
el
estatus-‐‑quo
de
alta
desigualdad
en
Chile:
(a) Instituciones
pro-‐‑gran
empresa.
La
alta
capacidad
de
apropiarse
del
excedente
económico
por
parte
de
las
elites
dominantes,
el
“uno
por
ciento”,
se
ha
facilitado
por
la
existencia
de
un
marco
político-‐‑institucional
favorable
a
la
gran
empresa
(nacional
y
extranjera)
que
protege
los
intereses
de
elites
beneficiadas
por
el
sistema
neoliberal.
Los
ejemplos
de
lo
anterior
son
múltiples:
la
ley
laboral
debilita
el
derecho
a
huelga
y
dificulta
la
formación
y
efectividad
de
los
sindicatos;
la
estructura
impositiva
es
favorable
a
las
empresas
que
no
pagan
impuestos
sobre
las
utilidades
retenidas;
el
derechos
de
propiedad
tiene
primacía
en
la
constitución
política
del
Estado
por
sobre
los
derechos
económico-‐‑sociales
de
la
población;
el
código
minero
(muy
favorable
a
las
multinacionales
del
cobre)
tiene
rango
de
“ley
orgánica
constitucional”
orientada
a
anular
la
aplicación
del
artículo
19
de
la
actual
constitución
política
del
estado
(aprobada
en
1980)
que
consagra
y
defiende
la
propiedad
pública
de
las
riquezas
mineras
del
subsuelo,
derivada
de
la
nacionalización
del
cobre
de
Junio
15
de
1971;
13
el
código
de
agua
le
ha
permitido
a
ciertas
empresas
extranjeras
tener
la
propiedad
de
más
de
80
por
ciento
de
los
derechos
de
agua.
Esta
estructura
legal
está
orientada
a
asegurar
buenos
negocios
al
sector
privado,
nacional
y
extranjero,
y
a
hacer
muy
difícil
su
modificación
parlamentaria,
a
través
de
requisitos
de
mayorías
calificadas
incorporadas
en
la
actual
constitución.
(b) Concentración
del
Poder
Mediático.
Las
elites
concentran
no
solo
el
poder
económico
sino
también
el
poder
comunicacional
y
mediático,
elementos
fundamentales
de
legitimación
subjetiva
de
órdenes
económicos
y
sociales.
Los
dos
principales
diarios
de
circulación
nacional
(El
Mercurio
y
La
Tercera)
son
de
orientación
conservadora14
con
algunos
matices
entre
ellos.
Por
otro
lado,
la
televisión
de
señal
abierta,
incluida
la
TV
pública,
debe
auto-‐‑
financiarse
lo
que
ha
aumentado
la
proporción
de
contenidos
banalizados
orientados
a
fomentar
una
cultura
conformista,
y
escapista
(profusión
de
reality
shows,
futbol,
y
relevamiento
de
información
sobre
delincuencia,
inseguridad
y
violencia
en
los
noticiarios)
que
contribuye
muy
poco
a
entregar
las
herramientas
cognitivas
necesarias
a
la
población
para
que
sea
capaz
de
analizar
y
entender
13
El
Artículo
19,
Numeral
24,
Inciso
5
que
señala
lo
siguiente:
“
El
Estado
tiene
el
dominio
absoluto,
exclusivo,
inalienable
e
imprescriptible
de
todas
las
minas,
comprendiéndose
en
estas
las
covaderas,
las
arenas
metalíferas,
los
salares,
los
depósitos
de
carbón
e
hidrocarburos
y
las
demás
sustancias
fósiles,
con
excepción
de
las
arcillas
superficiales,
no
obstante
la
propiedad
de
las
personas
naturales
y
jurídicas
sobre
los
terrenos
en
cuyas
entrañas
estuvieren
situadas.
Los
predios
superficiales
estarán
sujetos
a
las
obligaciones
y
limitaciones
que
la
ley
señale
para
facilitar
la
exploración,
explotación
y
beneficio
de
dichas
minas.”
14
En
contraste
con
otros
países
no
existen
en
Chile,
periódicos
de
circulación
diaria
de
tendencia
política
de
centro
o
de
izquierda
(o
al
menos
independientes).
Hay
libertad
de
prensa
(formal)
pero
no
diversidad
de
prensa
en
Chile.
16
críticamente
la
realidad
en
que
viven
e
idealmente
a
transformarla.
Lo
anterior
es
muy
funcional
a
la
mantención
del
estatus-‐‑quo
de
una
sociedad
dominada
por
una
lógica
del
lucro,
el
consumo
y
la
preponderancia
del
mercado
en
la
cultura
y
otras
actividades.
(c) Influencia
del
dinero
en
el
sistema
político.
Los
conglomerados
económicos,
las
grandes
empresas
y
las
personas
naturales
de
alto
patrimonio
influyen,
decisivamente,
en
el
sistema
político
chileno
a
través
del
financiamiento
de
campañas
políticas
y
de
otros
mecanismos. 15
Además
las
empresas
movilizan
su
capacidad
económica
para
financiar
actividades
de
lobby
y
contratan
los
servicios
de
técnicos
y
expertos
para
preparar
propuestas
favorables
a
sus
intereses
y
defender
sus
posiciones
en
materias
legislativas
y
administrativas.
(i) Nexos
entre
elites
tecnocráticas,
gobierno
y
negocios.
Un
factor
que
tiende
a
hacer
el
sistema
económico
resistente
a
las
presiones
de
cambio
es
la
constante
rotación
entre
personas
que
desempeñan
cargos
de
alta
responsabilidad
en
la
administración
del
Estado
y
el
sector
privado
de
mayor
tamaño,
evidencia
de
los
cercanos
nexos
existentes
entre
las
elites
económicas,
las
elites
tecnocráticas
y
las
elites
políticas
en
el
país.
Son
múltiples
los
casos
de
ministros
de
estado,
autoridades
del
Banco
Central,
súper-‐‑intendentes,
encargados
de
entes
regulatorios,
sub-‐‑secretarios
que
después
de
abandonar
la
función
pública
pasan
a
ser
parte
15
En
Chile
la
legislación
vigente
permite
mantener
secretas
las
fuentes
de
financiamiento
de
las
campañas políticas.
17
de
los
directorios
de
grandes
empresas
y
bancos
o
asumen
funciones
ejecutivas
en
estas.
6.
Comentarios
finales.
La
actual
estrategia
de
desarrollo
chilena
ha
sido
un
caso
de
aplicación
persistente
de
las
ideas
neoliberales
apoyada
primero
por
un
régimen
fuertemente
autoritario
(décadas
de
1970
y
1980)
y
posteriormente
(desde
la
década
de
1990)
y
con
cierto
énfasis
en
lo
social,
en
una
democracia
de
baja
intensidad.
Esta
democracia
post-‐‑
autoritaria
se
caracteriza
por
un
grado
bajo
de
diversidad
en
cuanto
a
los
contenidos
de
los
principales
medio
de
prensa
escrita
y
la
TV,
la
que
es
mayoritariamente
de
propiedad
de
conglomerados
económicos
nacionales
o
extranjeros;
por
una
legislación
laboral
que
le
ha
restado
fuerza
al
sindicalismo
permitiendo
a
las
empresas
apropiarse
del
grueso
de
las
ganancias
de
productividad.
Es
una
democracia
en
que
la
mayoría
de
las
organizaciones
de
la
sociedad
civil
reciben
escaso
apoyo
del
Estado
para
sus
actividades
y
en
que
el
sistema
de
partidos
políticos
y
parlamento
concita
bajos
niveles
de
apreciación
y
aprobación
ciudadana.
El
sistema
económico
ha
producido
una
elevación
del
ingreso
per
cápita
del
país
pero
la
distribución
de
los
frutos
de
este
progreso
económico
se
ha
distribuido
en
forma
muy
desigual
lo
que
reduce
el
impacto
del
crecimiento
sobre
el
bienestar
de
población,
que
muchas
veces
debe
financiar
sus
patrones
de
consumo
con
endeudamiento.
Además
este
crecimiento
es
muy
intensivo
en
el
uso
de
recursos
naturales
no
renovables,
es
territorialmente
concentrado
y
crecientemente
dependiente
del
sector
minero
y
de
servicios.
Una
tendencia
preocupante
es
la
sostenida
pérdida
de
importancia
relativa
del
sector
industrial
en
la
economía
(proceso
de
des-‐‑industrialización).
18
Adicionalmente,
el
proceso
de
ahorro-‐‑inversión
conlleva
redistribuciones
regresivas
del
trabajo
al
capital
en
una
economía
de
modestos
salarios
y
altas
utilidades
de
las
empresas,
principalmente
grandes.
En
los
ámbito
político-‐‑institucional
y
socio-‐‑cultural
se
han
creado
mecanismos
de
consolidación
del
modelo
neoliberal
basados
en
el
control
de
los
medios
de
comunicación
por
las
elites
económicas
que
promueven
una
cultura
conformista,
consumista
y
conservadora
en
la
sociedad
y
en
un
marco
institucional
(laboral,
derechos
de
propiedad
en
la
minería,
el
agua
y
otros
recursos,
sistema
de
pensiones)
muy
funcional
al
capital.
La
modificación
substancial
de
esta
estructura
institucional
es
dificultada
por
la
constitución
actual,
lo
que
sugiere
que
sin
reformas
político-‐‑institucionales
de
fondo
será
muy
difícil
hacer
más
equitativo
y
racional
el
sistema
económico
vigente.
19
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Cultura
Económica.
-‐‑-‐‑-‐‑-‐‑
(2014,
forthcoming)
Wealthy
Elites,
Crises
and
Economic
Democracy.
Oxford
University
Press.
Oxford
and
New
York.
-‐‑-‐‑-‐‑-‐‑-‐‑
(2014a)
Elites
Económicas,
Crisis
y
Democracia.
Fondo
de
Cultura
Económica
(por
aparecer).
-‐‑-‐‑-‐‑-‐‑
(2014b)
“Neoliberalismo
y
Desarrollo
Desigual:
la
Experiencia
Chilena”
Revista
Nueva
Economia
Sustentable.
Santiago,
Chile.
-‐‑-‐‑-‐‑-‐‑
and
M.
Schaper
(2014)
“The
Paradoxes
of
Chilean
Economic
Development
:
Growth,
Inequality
,
De-‐‑industrialization
and
Sustainability
Risks”.
Documento
preparado
para
el
proyecto
20
Internacional
“Sustainability
in
Economic
Development”,
Oslo
University.
21