Actividad SEM 1

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1- Identificación del problema. Será el objetivo con el que partimos.

La razón de ser del


proyecto. Se podría decir que es de las cosas más importantes, no sólo identificar un
objetivo sólido y que cubra una necesidad real en la población, sino mantener ese objetivo a
lo largo del desarrollo del proyecto. Un truco podría estar en darle al proyecto el nombre
del objetivo. Por ejemplo, construcción de una casa.

2- Descripción del proyecto. Una vez sabemos lo que queremos solucionar, vamos a
redactar y ampliar el cómo hacerlo. En esta fase estaremos elaborando una justificación del
proyecto. Las preguntas a responder aquí son:

 ¿Qué se quiere hacer?


 ¿Cuál es la razón de hacerlo?
 ¿Qué se espera obtener? Objetivos dentro del propio proyecto.
 ¿Cuánto se quiere hacer? Metas alcanzables del proyecto.
 ¿Quienes son los interesados del proyecto que obtendrán un beneficio del mismo?
¿Por quién se hace?
 ¿Cuáles son los productos resultantes del proyecto?

3- Identificación de actividades y sub-tareas. Sabemos qué queremos alcanzar, cómo y


para quién. Es el momento de definir las acciones por las que logramos estos objetivos.

4- Planificación del cronograma de actividades online. Es momento de programar en un


calendario esas tareas, para darles un plazo estimado. Estaremos planificando nuestro
proyecto. Normalmente se planifica gracias a un diagrama de Gantt. Una tarea que se puede
realizar constantemente gracias a la gestión ágil y la planificación flexible de herramientas
como Sinnaps.

5- Asignación de recursos. Identificamos qué elementos necesitamos para ejecutar las


actividades, ya sean humanos, financieros, técnicos o materiales. Desde la propia aplicación
de gestión se pueden ir asignando recursos, costes y todo lo necesario/disponible para llevar
a cabo esas tareas.

6- Elaboración del presupuesto. Al mismo tiempo que vamos identificando estos


recursos, podemos ir asignando y estimando costes. Presupuestamos así el proyecto.
Calculamos los costos totales sumando cada uno concepto por separado.

7- Seguimiento y control del proyecto. La gestión continua de los proyectos es clave para
el adecuado rendimiento de los mismos. Un proyecto está vivo. Tiene imprevistos, cosas
que cambiar a última hora, estimaciones con incertidumbre. Por eso necesitamos trabajar
con planificaciones flexibles que además evalúen el estado del proyecto en el momento que
necesitemos. ¿Cómo simplificar al máximo este trabajo? Sinnaps nos lo pone fácil.
1. ¿Qué es un proyecto?

Se entiende por proyecto a una planificación consistente en un conjunto de actividades


que se encuentran interrelacionadas y coordinadas, con el fin expreso de alcanzar
resultados específicos en el marco de las limitaciones impuestas por factores previos
condicionantes: un presupuesto, un lapso de tiempo o una serie de calidades establecidas.

Los proyectos suelen comprenderse como la preparación y disposición por escrito de los
elementos teóricos, materiales y humanos que se necesitarán para elaborar un producto,
servicio o resultado único, por lo que en ciertos ámbitos puede ser equivalente a
bosquejo, guion previo, primer borrador, etc.

Los aspectos formales y teóricos de un proyecto varían dependiendo de la naturaleza del


mismo y de su objeto de estudio, así como las partes que lo componen. Por ejemplo,
algunos podrán hacer hincapié en sus fuentes bibliográficas, mientras que otros lo harán en
su metodología o su impacto una vez terminado.

Un proyecto tiene más probabilidades de resultar exitoso cuando quien lo lidera (es decir,
quien se encuentre a cargo del mismo) establece algún tipo de sistema de control o método
a través del cual se monitorice a lo largo de las etapas todos los avances (o inconvenientes)
del proyecto en base a lo que fue planeado. De modo que puedan realizarse a tiempo las
modificaciones necesarias para lograr un mejor resultado y así concretar todos los
objetivos.

Tipos de proyectos

Los proyectos pueden clasificarse de acuerdo a su ámbito de acción, de la siguiente manera:

 Proyectos productivos o privados. Aquellos que tienen como fin ulterior la


rentabilidad, es decir, la obtención de lucro. Suelen ser presentados en el ámbito
empresarial, del emprendimiento o industrial.
 Proyectos públicos o sociales. Aquellos que no poseen fines de lucro, sino alcanzar
un impacto importante en la sociedad o la población a distinta escala: local,
regional, incluso mundial. Por lo general cuentan como promotor con las
instituciones del Estado, las ONG, o las políticas de responsabilidad empresarial de
las grandes empresas trasnacionales.
 Proyectos comunitarios. Aquellos comprometidos con el mejoramiento en
aspectos puntuales de una comunidad determinada, por lo general pequeña, tanto
urbana como rural, a través de la satisfacción de sus necesidades.
 Proyectos de vida. Aquellos que se centran en los deseos de vida de un individuo y
sus probabilidades reales de conseguir la autorrealización.
 Proyectos de investigación. Aquellos cuyo objetivo es la documentación o
adquisición de fuentes y materiales en torno a una tema elegido, tal y como sucede
en las Ad.
3. Pasos de un proyecto

Los proyectos se componen de cuatro etapas:

 Diagnóstico. Se evalúa la necesidad y oportunidad del proyecto en su rango


particular de acción, para determinar en qué condiciones debería darse y qué etapas
involucrará, etc.
 Diseño. Se debaten las opciones, tácticas y estrategias que pueden conducir al éxito,
es decir, a cumplir con el objetivo. Se evalúa la factibilidad del proyecto, su
relevancia y sus necesidades puntuales.
 Ejecución. La puesta en práctica de lo establecido en el proyecto.
 Evaluación. Se revisan las conclusiones del proyecto, los resultados arrojados tras
su pesquisa. Es una etapa de control y de información, sustentada en la idea del
mejoramiento y acumulación de factores de éxito a lo largo del tiempo.

Elementos de un proyecto

Los proyectos suelen constar de los siguientes elementos:

 Finalidad y objetivos. Apartado en que se explica el problema que el proyecto


vendría a solucionar, los fines que persigue y las metas concretas, generales y
específicas.
 Producto o servicio. Aquí se hace una descripción detallada del producto final que
se desea obtener, explicando el modo en que esto respondería a lo planteado en los
objetivos y también a su área de ejecución, es decir, a otro tipo de situaciones
parecidas.
 Cronograma de actividades. Se explican los pasos a seguir para cumplir los
objetivos, ordenados cronológicamente y detallando la cantidad de tiempo que
requeriría su satisfacción.
 Presupuesto. El costo que la aplicación del proyecto tendrá para sus destinatarios,
así como el modo detallado en que se empleará el dinero en cada fase del proyecto.
 Resultados esperados. Un detallado de los resultados que se desea obtener
mediante la aplicación del proyecto, a menudo acompañados de sus márgenes de
riesgo y de ganancia.
Formulando Proyectos a Partir de Necesidades Diagnosticadas
https://efiempresa.com/blog/el-objetivo-de-cualquier-proyecto-
consiste-en-satisfacer-necesidades-las-cuales-son-su-fuerza-
impulsora-su-seguimiento-permitira-realizar-todo-el-proceso-de-
gestion/
El objetivo de cualquier proyecto consiste en satisfacer necesidades, las cuales son
su fuerza impulsora, su seguimiento permitirá realizar todo el proceso de gestión. Se
requiere entonces que en la definición del proyecto se comprendan realmente las
necesidades y sus consecuencias, que se formulen correctamente, evitando acometer
la necesidad equivocada, para evitar la amenaza del posible fracaso.

Las necesidades aparecen como ideas sin forma, luego que son reconocidas y
definidas se convierten en algo más estructurado y bien entendido, para
proceder entonces a su formulación como objetivo del proyecto, pudiendo así definir
o articular correctamente los requerimientos funcionales y técnicos para llevarlo a
cabo. Es decir, que las necesidades pasan por una evolución desde que aparecen
hasta que son definidas como el objetivo principal del proyecto. Si la necesidad no
ha sido bien formulada, van a estar mal orientados los requerimientos funcionales y
técnicos, y como resultado, el proyecto no resolverá ninguna necesidad.

Reconociendo las necesidades:

Primer paso:

Son las personas que están experimentando la necesidad, a las que se


debe solicitar que la definan lo más claro posible. Hay que ser cuidadosos, ya que
los individuos que padecen de una necesidad, por lo general, tienden a tener
hacia ella un “sentimiento” más que una percepción o idea objetiva y concreta de
sus características. Para ellos es difícil tener precisión para articularla porque
están muy próximos a ella y, por lo general, no tienen la competencia técnica
para poder hacerlo, por lo que pierden la objetividad.

Es muy importante tomar en cuenta la opinión de “los clientes” (del proyecto)


acerca de sus necesidades, es decir cómo las ven ellos, sin embargo, estas
percepciones no deben ser aceptadas con superficialidad ya que están cargadas
de subjetividad.

Segundo paso:

Se recomienda plantearse varias interrogantes acerca de las necesidades, lo


que obligará a evaluar la necesidad desde variados puntos de vista, y cuyas
respuestas ofrecerán una visión en múltiples dimensiones.
 ¿Cómo es definida la necesidad por las personas que la experimentan?
 ¿Es real la necesidad? ¿Es verdadera o está tapando otra más importante?
 ¿La necesidad es importante? ¿Merece tratar de satisfacerla?
 ¿De qué forma se resuelve? ¿Es posible, es factible?
 ¿Qué implicaciones presenta la necesidad? ¿Si se logra satisfacer, surgirán otras
necesidades? De aparecer una nueva necesidad ¿reemplazará a la necesidad
anterior?
 ¿Quiénes son los afectados de manera directa por la necesidad? ¿Están de acuerdo
en que la necesidad planteada es real y verdadera? ¿Cómo les afectará la satisfacción
de la necesidad? ¿Cómo reaccionarán ante los esfuerzos por satisfacerla?
 ¿Cómo afecta la necesidad a la empresa? ¿Cómo a cada departamento, a cada
unidad?

Tercer paso:

Para comprender mejor la necesidad es importante realizar la investigación


pertinente, siendo preciso entenderla en todos los aspectos incluidos los técnicos
antes de formularla.

Cuarto paso:

Todos los pasos anteriores brindan un amplio conocimiento para que formule
la necesidad lo mejor que usted pueda. Llegado a este punto, la comprensión
sobre la misma será mucho mejor que aquella que se tenía al inicio. En
ocasiones, una vez que la necesidad es formulada, puede parecer algo diferente
a las apreciaciones que originalmente fueron planteadas.

Quinto paso:

Acuda de nuevo a sus “clientes” para obtener de ellos comentarios u opiniones


y vuelva a revisarlas.

Pida entonces a los clientes que comenten su formulación de la necesidad y


después revísela. Se recomienda tener mucho cuidado ya que se puede incurrir
en una situación bastante común, en la que, en muchas ocasiones, articular la
necesidad le corresponde a quienes están intentando formularla y no al cliente.
Lo ideal es que sea a partir de este último.

En esa evaluación de la necesidad resulta común que los especialistas designados


procedan a modificarla para satisfacer sus propios intereses y no los de sus clientes.
para controlar esa posibilidad, los responsables de formular la necesidad deben
realizar un esfuerzo considerable para garantizar que lo que definan y articulen, se
corresponda con la realidad de la organización.

La gestión de proyectos se desarrolla en varias etapas que comprenden: a) Definición


del proyecto, b) Organización del esfuerzo, c) Planificación, d) Ejecución, e) Control
y evaluación; y c) Finalización o cierre. Es en la primera etapa donde se realizan
ciertas acciones que servirán de cimiento para todas las demás actividades, y de ella
dependerá el éxito o fracaso del proyecto, siendo una de ellas la formulación de las
necesidades que representan el propósito fundamental de todo proyecto.

La definición del proyecto forma parte de su planificación, por lo que es


fundamental hacer la distinción entre ambas:

a. Es necesario conocer todos los parámetros antes de desarrollar el plan completo y


detallado.
b. No avance sin antes asegurarse de que todas las partes involucradas estén de acuerdo
con la visión del proyecto, es decir, con sus objetivos y criterios de éxito.
c. Definir con acierto el proyecto es un trabajo que no suele ser liviano, por el contrario,
es muy delicado.
d. Si la definición del proyecto es omitida, entonces su planificación y gestión no
resultarán eficaces.
e. En términos financieros, una buena definición puede contribuir al incremento en la
cartera de inversiones que ofrezcan alta rentabilidad y, por ende, altas posibilidades
de éxito.
f. Para lograr el consenso y conseguir acuerdos, la definición del proyecto debe estar
respaldada por un documento que contenga como mínimo el propósito del proyecto,
las metas u objetivos, los criterios de éxito, el contexto, las especificaciones del
alcance, las asunciones, las limitaciones, los riesgos, identificar los involucrados, el
enfoque recomendado, los activos de los procesos organizacionales, el costo, el
calendario y la estimación de recursos, y las referencias a otros documentos.

Las personas o colaboradores que tengan la responsabilidad de definir el proyecto


deben estar conscientes de que se trata de un proceso que va estar en constante
afinación hasta llegar el momento de su implantación, la cual incluye la ingeniería
de detalle, la construcción y el arranque. Esto quiere decir que el documento de
definición es muy dinámico, debiendo ser actualizado constante y oportunamente
para mostrar todas aquellas situaciones que van cambiando, los diferentes
problemas que se van presentando y todas las demás necesidades que rodean el
proyecto. Todos esos cambios requieren ser oficializados, anunciándolos
debidamente, revisados, aprobados por los niveles correspondientes y registrados.

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