Jurisprudencia Sobre El Delito de Daños
Jurisprudencia Sobre El Delito de Daños
Jurisprudencia Sobre El Delito de Daños
El anterior recurso de casación ha sido interpuesto por el licenciado Will Alberto Bonilla
Orantes, en su calidad de querellante, contra la sentencia definitiva absolutoria pronunciada
por el Tribunal Primero de Sentencia de San Miguel, a las dieciocho horas con cinco
minutos del día veintiuno de junio de dos mil cinco, en el proceso penal instruido en contra
de los imputados SIXTO DAVID GONZALEZ PACHECO y JULIO CESAR CRUZ,
por el delito de DAÑOS AGRAVADOS, - Art. 222 Nos. 1 y 4 Pn. -, en perjuicio
patrimonial de Alba de Jesús González de García, Mario Humberto García, Maria
Alejandra Lovo Meléndez, Vicente Baires y Manuel de Jesús Ramírez Ramos.
El recurso de casación se ha formalizado por escrito en el que se han expresado los motivos
de impugnación, sus respectivos fundamentos y la solución pretendida, además de haber
sido interpuesto dentro del plazo legal, por sujeto procesal facultado para incoarlo y contra
resolución judicial recurrible en casación, consecuentemente y con fundamento en los Arts.
406, 407, 421, 422, 423 y 427 del Código Procesal Penal, ADMÍTESE.
RESULTANDO:
CONSIDERANDO:
I.- El sistema de valoración de la prueba de acuerdo a la sana crítica, exige que el juzgador,
al momento de fundamentar el fallo, exprese las razones que lo llevaron a su
convencimiento, y que tal conclusión sea producto de las reglas del correcto pensamiento
humano; tales son, los principio de la lógica, máximas de la experiencia, y la psicología. En
ese sentido, la fundamentación como requisito esencial de la sentencia, lo que requiere es
un mínimo suficiente de labor crítica sobre las pruebas aportadas al juicio, y que tales
valoraciones sean consignadas en los fundamentos de la sentencia – fundamentación
probatoria intelectiva - con la finalidad de garantizar a las partes el derecho de control de la
racionalidad de sus decisiones.
II.- En cuanto a la fundamentación de la sentencia impugnada, esta Sala advierte que la
misma es suficiente en cuanto a la determinación del fallo, no es necesario, para el caso,
una exhaustiva o sobreabundante exposición de razones que motiven el arribo de la
conclusión, cuando de los argumentos expuestos, se observa que el tribunal ha tomado una
decisión que corresponde a los principios lógicos necesarios, y no advertirse en su
fundamentación falencias que hagan merecer su anulación. Y, sobre lo contradictorio del
fallo, no obstante haberlo señalado el recurrente, éste no argumenta de forma clara, ni
expresa, en que radica tal contradicción, por lo que, a este Tribunal se le imposibilita hacer
consideraciones al respecto.
III.- El peticionario al señalar como transgresión a los principios de la lógica, omite señalar
en qué forma se da este incumplimiento, y solamente manifiesta que "...el tribunal no ha
negado la versión de los denunciantes en cuanto a la concurrencia de los hechos, no se
acreditó en el desarrollo de la vista pública que los nombres expuesto (sic) en el
testimonios (sic) de las víctimas no sean los de los imputados, ni que los imputados sean
los dueños de las casas provisionales o no, ni que los imputados tengan títulos inscritos de
Propiedad del inmueble en el cual sucedieron los hechos, en todo caso el título inscrito de
la cooperativa El Tercio, no de los imputados y existe un nexo causal dentro la quema y la
Cooperativa El Tercio, ya que los que realizaron el hecho dijeron que lo hacían en nombre
y en representación de la Cooperativa referida....".
De lo antes relacionado, cabe recordar que en el juicio penal los hechos acreditados sobre
los que el Tribunal pronunciará su fallo, son aquellos sobre los que obró prueba suficiente
al efecto, y en base a ello, una vez plenamente probados estos hechos, es que se dictará la
decisión definitiva que recaerá sobre las personas a quienes se les impute la comisión del
acto punible. Con esto se quiere decir que para que exista una condena, es absolutamente
necesario que existan los elementos probatorios suficientes que lleven al juzgador a un
estado de certeza, y así se declarará en la sentencia definitiva, pero, en el caso de que el
sentenciador considere que no existen las probanzas necesarias para arribar a este estado, es
menester para éste dictar absolución al no probarse plenamente los extremos de la
imputación, lo cual conduce lógicamente a pensar que no es el tribunal el llamado a negar
los hechos imputados, sino solamente a tenerlos por probados o no, dependiendo de la
actividad probatoria desplegada por las partes.
De lo antes dicho, se desprende que el abogado querellante, manifiesta como vicio a los
principios de la lógica, la omisión del tribunal de negar la acreditación de los hechos, lo
cual no corresponde a un argumento válido ni coherente con los principios del proceso
penal, especialmente con los de la presunción de inocencia, el in dubio pro reo y el de
necesidad de la prueba. Además, cabe hacer la aclaración en cuanto a que el Tribunal de
mérito no es que no negara la acreditación de los hechos como lo manifiesta el recurrente,
cosa que no le corresponde, sino que concluyó que no existían elementos para tener por
establecida la participación.
De los argumentos aducidos por la parte que recurre, se advierte que éste lo que expresa, es
una crítica a las conclusiones de hecho del tribunal de juicio, formulando una distinta
valoración de las pruebas que sirvieron de base a la sentencia de mérito, intentando de esa
manera, demostrar la falta de correspondencia entre los elementos de prueba utilizados por
el sentenciador y la conclusión que ellos derivan, y lo que ulteriormente pretende es una
revalorización de la prueba, lo cual no es objeto de competencia de este Tribunal.
Finalmente, y en aplicación del Art. 429 Pr.Pn., este Tribunal estima necesario corregir el
error material señalado por el querellante, y que consta en el romano VI de la sentencia
recurrida, en cuanto a que ahí se nomina erróneamente el delito como hurto agravado,
siendo lo correcto el de daños agravados. Se sugiere al tribunal a quo en el futuro, poner
especial cuidado en la redacción e impresión de los autos o sentencias para evitar que se
repitan dichas inconsistencias.
POR TANTO: Con base en las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Arts. 50
Inc. 2 , No. 1), 130, 357, 421 , 422 y 427 Pr.Pn., en nombre de la República de El Salvador
esta Sala FALLA: