Mitos Que Encierra El Carnaval de Oruro
Mitos Que Encierra El Carnaval de Oruro
Mitos Que Encierra El Carnaval de Oruro
Los
historiadores
sostienen que el
"Tío" es el dios
Huari, a quien
los mineros que
entraban en las
Desde que los habitantes de los alrededores de vetas de la
la mina Pie de Gallo observaron a la Virgen mina, por
de la Candelaria velar el cadáver del Chiru temor,
Chiru, este socavón se convirtió en el centro desconfianza y
de peregrinación del Carnaval de Oruro. zozobra, lo
llamaron "Tío".
Él desenlace de esta historia, que data de la De esta manera,
época de la Colonia, es uno de los mitos que se ganaron el
encierra la fiesta del Carnaval de la capital del beneplácito de
folklore, declarado Patrimonio Cultural e esta divinidad y obtuvieron su recompensa
Intangible de la Humanidad por la Unesco con la entrega permanente de las riquezas
desde 2001. terrenales.
La leyenda cuenta que el Chiru Chiru era un Cuando no está satisfecho con sus "sobrinos",
conocido ladrón que vivía en una de las Huari manifiesta su enojo y ocasiona
cuevas de esta mina y tenía la costumbre de derrumbes dentro de las minas.
repartir sus botines entre los pobres. Éste, tras
ser herido de muerte por un minero que lo Para congraciarse con la Virgen, los
sorprendió hurtándole su tesoro, fue auxiliado trabajadores del metal, en el momento de
por una caritativa mujer que lo llevó a su entrar en las vetas, cumplen el siguiente ritual:
morada, donde finalmente agonizó y murió. uno de ellos dice "Ave María Purísima", y
para su tranquilidad es respondido: "sin
Cuando los mineros, extrañados por la pecado concebida". Este saludo de invocación
desaparición del Chiru Chiru, fueron a a la Virgen protege a estos hombres del
buscarlo a su refugio, descubrieron la imagen misterioso "Tío" de las minas.
de la Virgen velando el cadáver del ladrón.
Por eso el socavón es el lugar adonde los
peregrinos van a rendir sus ofrendas.
.
El lobo con piel de oveja más alejado del bosque. Allí cuidaba de los
animalitos que vivían con ella, y disfrutaba de
la compañía de los niños que la visitaban para
escuchar sus cuentos y canciones. Todos la
admiraban por su paciencia, la belleza de su
voz y la dedicación que prestaba a todo lo que
hacía. Para los niños no era importante en
absoluto su aspecto.