Una Leyenda de La Muñeca Rusa Matrioska
Una Leyenda de La Muñeca Rusa Matrioska
Una Leyenda de La Muñeca Rusa Matrioska
MATRIOSKA
Leyenda rusa
Aquella noche había nevado mucho, pero con los primeros rayos de sol de la mañana,
nuestro amigo salió esperando tener fortuna y encontrar un buen tronco con el que
poder trabajar la madera. Pero sólo encontró viejos trozos de madera húmedos y
pequeños, que con suerte solo podían servirle para calentarse al fuego.
Cuando iba a retirarse rendido por el cansancio, algo llamó su atención: un bulto
grande sobresalía sobre la nieve. Al agacharse, vio el más hermoso de los troncos que
nunca había recogido, de una maravillosa madera blanquecina. Serguei tomó fuerzas y
recogió el tronco, que transportó hasta su casa. Tomó aquel tronco como el mayor de
los tesoros y pensó que debía valer para hacer algo muy especial.
Pasó días y noches sin dormir, hasta que por fin se le ocurrió hacer una muñeca con la
madera y así lo hizo. Cuando terminó, estaba tan orgulloso de su trabajo, que decidió
no ponerla en venta. Se sentía muy solo y aquel pequeño objeto lo acompañaba en su
soledad.
El viejo carpintero se sentía muy afortunado de tener alguien con quien conversar en su
soledad. Pero Matrioska solo hablaba cuando los dos estaban solos.
Un día, Matrioska se levantó muy triste. Serguei, que lo había notado, preguntó:
- ¿Qué te pasa, mi querida Matrioska?
- ¡Que no es justo!
- ¿El qué?- contestó el carpintero.
- Cada mañana me levanto y veo a la osa con sus oseznos, a la perra con sus
perritos... incluso tú me tienes a mí. Yo querría tener una hijita- contestó la Matrioska.
- Pero entonces -le dijo Serguei- tendría que abrirte y sacar madera de ti, y eso sería
doloroso.
-Ya sabes que en la vida las cosas importantes siempre suponen pequeños sacrificios-
contestó la bella Matrioska.
Y así fue como el carpintero abrió a su pequeña muñeca y de ella extrajo madera de su
interior, para crear una muñequita más pequeña pero exactamente igual a ella, a la que
llamó Trioska.
Desde aquel día, todas las mañanas saludaba:
- Buenos días Matrioska, buenos días "Trioska".
- Buenos días, Serguei- respondían al unísono.
Muy pronto ocurrió que Trioska también sintió la necesidad de ser madre. Así, el viejo
Serguei volvió a repetir el proceso y de ella sacó otra muñeca exacta a ella pero más
pequeña a la que llamó "Oska".
Entonces, el viejo carpintero tuvo una gran idea. Fabricó un diminuto muñeco y antes
de terminarlo, le pintó unos grandes bigotes. Cuando lo hubo terminado, lo puso
delante del espejo y le dijo:
- Mira , "Ka",... Tú tienes bigotes. Eres un hombre. Por tanto, no puedes tener un hijo o
una hija dentro de ti.
Después abrió a Oska. Puso a Ka dentro de Oska. Cerró a Oska, abrió a Trioska. Puso
a Oska dentro de Trioska. Cerró a Trioska, abrió a Matrioska. Puso a Trioska dentro de
Matrioska y cerró a Matrioska. Un día, Matrioska desapareció misteriosamente de la
casa de Serguei.
FUENTE:
http://obsturaciones.blogspot.com.es/2012/12/una-leyenda-de-la-muneca-r
usa-matrioska.html