Mexico Editado
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La independencia de México fue la culminación de un proceso histórico ocurrido entre los años 1810 y 1821
que llevó a que el virreinato de la Nueva España, se separe de España y comenzara su andadura
independiente. Si bien estos cambios políticos no tuvieron reflejo en las estructuras políticas, sociales y
económicas virreinales que prácticamente se mantuvieron intactas. Hubo un intento de revolución social y
política al principio con los movimientos de Miguel Hidalgo y José María Morelos desde 1810 hasta 1815
pero fueron derrotados y no tuvieron mayor trascendencia que el haber iniciado los enfrentamientos y
dividir a la población.
La independencia final no surgió de esas revoluciones populares, sino de un movimiento conservador que
ante la caída del absolutismo de Fernando VII en 1820 reaccionó y trató de evitar que los liberales se
hicieran con el poder. Estos grupos privilegiados, alta burguesía comercial, nobleza y alto clero, en
connivencia con el virrey Juan Ruiz de Apodaca, impusieron al general realista Agustín de Iturbide como
comandante de los ejércitos y ejecutaron un plan para lograr la independencia lo antes posible con la idea
de evitar que los liberales impusieran su ideario.
Iturbide se reunió con los insurgentes que aún quedaban y mediante el Plan de Iguala cesaron los
enfrentamientos y días más tarde ante la llegada del nuevo capitán general enviado desde España por los
liberales, Juan de O’Dojonú, quien sería el encargado de imponer las reformas liberales, Iturbide se reunió
con él y firmaron los Tratados de Córdoba en el que se ordenaba a los ejércitos realistas el cese de las
acciones militares y reconocía la independencia del Imperio mexicano. Finalmente se firmó el Acta de
Independencia el 28 de septiembre de 1821 tras la toma pacífica de Ciudad de México por el Ejército
Trigarante comandado por Iturbide.
1ª etapa de 1810 a 1814-15: En este período en España gobernaba Napoléon Bonaparte a través de su
hermano José I. Y en Nueva España se produjeron las revueltas de los curas Hidalgo y Morelos cuyo
levantamiento se ejecutó en nombre del rey Fernando VII y para defender a la religión de los liberales
franceses. Ambos fueron derrotados, fusilados y sus movimientos disueltos.
Después de la muerte de Hidalgo, el 30 de julio de 1811, Morelos desde Acapulco hizo un llamado para crear
en el mes de septiembre un Congreso en la ciudad de Chilpancingo (actualmente estado de Guerrero), cuyo
propósito fue crear un gobierno independiente. Proclamado como el Supremo Congreso Mexicano, fue
instalado el 14 de septiembre de 1813; el mismo día Morelos anunció a la Asamblea un documento con
carácter de programa llamado Sentimientos de la Nación, en el cual declaraba la independencia total de la
América Mexicana y establecía un gobierno popular representativo con división de poderes, prohibía la
esclavitud y la división de la población en castas. El 6 de noviembre del mismo año, el Congreso firmó el
primer documento oficial de declaración de independencia conocido como el Acta Solemne de la
Declaración de Independencia de la América Septentrional.
2ª etapa de 1814 a 1820: Napoleón es expulsado de España y Fernando VII vuelve al poder e impone de
nuevo el absolutismo ilustrado derogando la Constitución liberal de 1812. En Nueva España fue un período
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de relativa calma con unos pocos ejércitos insurgentes que no ponían en riesgo la estabilidad del virreinato.
El virrey Apodaca ofreció el indulto a los insurgentes para que dejasen las armas y muchos se acogieron a él.
En 1817 tuvo que enfrentarse a una expedición organizada y encabezada por el militar liberal español
Francisco Xavier Mina y el ex fraile Servando Teresa de Mier.
3ª etapa 1820- 1821: Alzamiento en España del liberal Rafael de Riego que obliga a Fernando VII a jurar la
constitución liberal de 1812. Estos hechos alarman a las oligarquías novohispanas que nunca habían
apoyado a los insurgentes y organizan una conspiración para independizarse de España y así no caer en
manos de los liberales.
Durante el siglo XVIII en el virreinato de la Nueva España se produjo un gran desarrollo económico basado
principalmente en la explotación de las minas de oro y plata. La producción de dichos minerales se triplicó a
lo largo del siglo siendo las regiones de Pachuca, Fresnillo, Guanajuato, Zacatecas y San Luis de Potosí,
convirtiéndose en regiones de las más ricas del mundo en este aspecto. Esto favoreció el desarrollo de otras
actividades económicas como el comercio y la agricultura y con ella la aparición de una boyante burguesía
tanto criolla como peninsular.
Los criollos ricos, si bien en el aspecto económico se podían sentir cómodos, no lo estaban en el ámbito
político, su poder era de nivel municipal. En estos círculos de la burguesía criolla tomaron fuerza las logias
masónicas importadas desde Europa por masones españoles. La primera logia masónica de México fue
fundada en 1806, Enrique Mugi. Otras logias fundadas en los años posteriores fueron las de la Conjuración
de Querétaro1, Conjuración de Querétaro 2, la logia Reunión Literaria Queretana, la logia Ilustración
Mexicana, la logia Querétaro y Patria, la logia Apatista Mexicana y otras más. Todos estos “clubs privados”
se reunían en secreto y discutían la forma de lanzar la revolución política y derrocar el sistema político
vigente en la Nueva España.
En ayuda de estos revolucionarios vino la caída de la corona española en manos francesas en 1808 que llenó
de inseguridad e incertidumbre todos los estamentos del virreinato. Ante la falta de rey o no aceptación del
propuesto por Napoleón ¿cómo debía conducirse el virreinato? ¿en dónde estaba ahora la soberanía? El
virrey José de Iturrigaray se reunió con la Real Audiencia de México el 15 de julio y llegaron a la conclusión
de que nada había cambiado. Que la soberanía seguía depositada en el prisionero rey Fernando VII y que las
instituciones y la estructura social y política del virreinato seguían igual. Pero no pensaban así los criollos del
Ayuntamiento de México, reunido el 19 de julio, que se apoyaban en la vieja Ley de las Siete Partidas de
Alfonso X El Sabio. Estás dejaban bien claro que si el rey desaparecía o se encontraba impedido para ejercer
su gobierno se producía una retroversión de la soberanía en el pueblo y éste quedaba habilitado para
reunirse en Juntas para administrar y gobernar en ausencia de dicho rey.
Por ello, y basándose en estos preceptos, el Ayuntamiento de México propuso al virrey Iturrigaray la
creación de una junta de gobierno en nombre del rey Fernando VII. El virrey estuvo de acuerdo, quizás
pensando más en conservar el cargo, y convocó una junta el 9 de agosto de 1808 a la que asistieron
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representantes de todos los estamentos importantes de la sociedad novohispana. La Audiencia de México se
mostró contraria a esta convocatoria ya que pensaban que ya existía la Junta Suprema de Sevilla pero aun
así asistieron. Este fue el primer intento real de independizar la Nueva España de la metrópoli, pero no por
odio o por supuestas injusticias, sino para mantener la gobernabilidad y estabilidad del territorio ante la
incertidumbre que había con lo que ocurría en la metrópoli.
Aun así, había aparecido una brecha en la sociedad novohispana que se iría ampliando con el paso del
tiempo. Por un lado el Ayuntamiento que pedía que se gobernase desde la Junta de México y por el otro
lado la Audiencia que no quería dicha Junta y que deseaba que todo siguiese como estaba y gobernar bajo la
Junta Suprema de Sevilla, algo que sonaba más a mantenerse en el cargo ellos mismos que a necesidad o
idoneidad política. En España existían muchas juntas y no se sabía a cuál obedecer.
La situación cada vez era más inestable. Por ello la Audiencia actuó rápidamente; el 15 de septiembre de
1808 envió a 300 soldados a tomar el palacio virreinal y deponer al virrey Iturrigarray y poner a uno nuevo:
Pedro de Garibay. La Junta de Sevilla fue informada del hecho y procedió a reconocer al nuevo gobierno
virreinal. La Nueva España ya no tendría una junta. Todo seguiría igual pero en vez de Iturrigaray sería
Garibay el virrey. Éste sería sustituido a los pocos meses por un nuevo virrey enviado por la Junta de Sevilla:
Francisco Javier de Lizana y Beaumont. Lo subyacente era que Iturrigaray se prestaba más a los intereses de
los criollos que al de los peninsulares, consecuentemente nunca se llegó a un acuerdo respecto a que junta
española reconocer, finalmente no se reconoció a ninguna. Este acontecimiento de alguna manera comenzó
a debilitar la autoridad legítima de España, y existió un descontento social, y motivo el levantamiento de
1810, junto a la crisis del maíz.
Pero este estado de cosas no contentó a todos y las intrigas y conjuras siguieron produciéndose. En la ciudad
de Valladolid (actual Morelia) se organizó un levantamiento que tendría lugar el 21 de diciembre de 1809,
para imponer una junta soberana pero dichas intenciones fueron descubiertas y sus organizadores
encarcelados.
La situación en España no hacía más que empeorar, y la convocatoria de las Cortes de Cádiz no iba a resolver
nada para los reinos americanos. Las conspiraciones y reuniones clandestinas seguían produciéndose en
Nueva España y no fue hasta el 16 de septiembre de 1810 en que se lanzó la conspiración de Querétaro,
organizada y por Ignacio Allende, Juan Aldama y Miguel Domínguez. Estos supieron que la conspiración, que
estaba planeada iniciarla el 1 de octubre de 1810 en San Juan de los Lagos (Jalisco), había sido descubierta y
decidieron adelantar los acontecimientos. Los conspiradores sabían que la iglesia estaba muy aceptada
popularmente y que un levantamiento sin contar con ella sería rechazado por el pueblo, por lo que
utilizaron como lanzador de la revolución al cura Miguel Hidalgo, que tenía gran predicamento entre los
indígenas y fácilmente le seguirían. Y así fue.
Los hechos que se conocen como el Grito de Dolores tuvieron lugar en la ciudad homónima. El cura Hidalgo
en la misa del domingo del 16 de septiembre de 1810, considerado actualmente como el Día de la
Independencia de México, arengó a los feligreses a armarse con lo que pudieran y a luchar contra el
virreinato, supuestamente vendido a los franceses por la ocupación de estos de España. Lo que es claro es
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que Hidalgo se levantó contra los gobernantes impuestos en la península por Napoleón y en honor de
Fernando VII y de la virgen de Guadalupe, es decir, llamó a luchar contra los franceses liberales y a defender
la religión, se supone que nada menciona de una independencia mexicana.
Hidalgo de forma improvisada y sin ningún tipo de organización reclutó a cerca de 50.000 personas
malamente armadas para marchar sobre Ciudad de México. Con el estandarte de la virgen de Guadalupe
como bandera, asaltó y tomó la ciudad de Guanajuato en donde realizó una encarnizada matanza de
españoles, confiscó sus bienes y abolió el tributo indígena para atraerse a más soldadesca. Su campaña duró
unos cuantos meses en los que esta tropa cometió numerosos desmanes y violencia gratuita que fueron
criticadas incluso por compañeros de insurgencia. La aventura del cura Hidalgo terminó el 17 de enero de
1811 en el Puente de Calderón donde fue derrotado por los realistas, apresado y ejecutado por alta traición.
Proclamando la independencia como meta y con objetivos pocos claros, llamando a la revuelta a los indios y
a las castas oprimidas, despertó fuerzas que era incapaz de controlar. Criollos y europeos vieron al
levantamiento como una sublevación india. Por tanto Hidalgo no consiguió apoyo alguno de los criollos. El
virrey por entonces era Venegas, el cual luego fue sustituido por Calleja, debido a que al primero se lo
consideró blando con los insurgentes.
Al levantamiento se unió otro sacerdote llamado José María Morelos que se ocupó de la zona del sur de la
Nueva España y que tenía como objetivo principal la toma del puerto de Acapulco en el verano 1813. Al
conseguirlo, luego salió de ese lugar y convoco a un congreso en Chilpancingo, el cual le otorgo a Morelos el
poder ejecutivo. En el verano de 1814, el congreso se instaló en Apatzingán, en donde se proclamó una
Constitución con el fin de ganarse a los elementos liberales, al haberse producido la restauración absolutista
en España y en antagonia con los decretos de Fernando VII. Morelos sí trató de hacer mejor las cosas y logró
crear un ejército de más calidad que el de Hidalgo, bien organizado, correctamente abastecido y con
soldados de verdad. En noviembre de 1812 lograron ocupar Oaxaca en donde el general Ignacio López
Rayón redactó los Elementos Constitucionales, siendo este el primer proyecto de Constitución para la
futura nación mexicana y en el que se basarían posteriores documentos.
En resumen, la madre patria nunca hizo mucho por el cuidado de sus tierras, fue el gobierno virreinal,
representando a España, quien lucho y defendió la tierra, era un enfrentamiento entre mexicanos. Debe
tenerse en cuanta toda la confusión política que existía tras la proclamación de la constitución española de
1812.
El 15 de junio de 1814 llegaron noticias a México de que Fernando VII había vuelto al poder derogando la
Constitución de 1812 por lo que el absolutismo retornaba al poder y ya no había posibilidad de cambios
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políticos. Pero los insurgentes decidieron seguir con la lucha adelante a pesar de que está, tras la muerte de
Morelos perdió bastante fuelle y quedó dividida en numerosos grupos insurgentes que hacían la guerra cada
uno por su lado. Además el virrey Juan de Apodaca tuvo bastante éxito con la política de capitulaciones e
indultos que ofreció a numerosos insurgentes y que estos aceptaron.
Desde el exterior se vio con preocupación este declive del bando insurgente y se pusieron manos a la obra.
Un ex fraile llamado Servando Teresa de Mier que había sido expulsado de Nueva España y exiliado en la
Península por decir que el cristianismo ya existía en Mesoamérica antes de la llegada de los españoles y que
Quetzalcóatl en realidad fue el apóstol Santo Tomás que predicó el evangelio, allá por el siglo IV, en tierras
mesoamericanas.
El fraile en su estancia en Europa entró en ambientes liberal y en Londres conoció al militar español
Francisco Xavier Mina, y con financiación no se sabe muy bien de quién organizaron una expedición de
apoyo a los insurgentes que partió de Londres, hizo escala en Nueva York y Filadelfia recogiendo más
hombres y pertrechos y desembarcaron en Soto la Marina, Tamaulipas, el 15 de abril de 1817. Los 400
hombres de la expedición se unieron a los insurgentes en su lucha por la revolución político-social pero
fueron rápidamente derrotados y Mina fusilado el 11 de noviembre.
Ya solo quedaban algunos ejércitos insurgentes activos con Vicente Guerrero y Victoria como el más
importante y que había rechazado varias ofertas de indulto 1 por parte de Apodaca. La insurgencia estaba
prácticamente vencida en 1819. Otra amenaza para Apodaca fue el peligro de una guerra con EEUU para
tratar la cesión de floridas en 1817 y 1819. La expansión estadounidense en Texas, era ya hace tiempo
considerada una amenaza, Calleja había propuesto un asiento de militares y granjeros mexicanos en esos
territorios. El tratado de Floridas queda definido en 1819. En él, EEUU reconocía una frontera definida,
considerada por España.
Pero en 1820 todo cambió radicalmente. Llegó a México la noticia de la revolución liberal de 1820 del
general Rafael de Riego por la cual se reestablece la constitución de Cádiz anulando el absolutismo
fernandino. El virrey Apodaca recibió las órdenes para organizar la Jura de la Constitución entre los altos
cargos virreinales. Esto enfureció a la iglesia y la aristocracia novohispana por la pérdida de privilegios que
ello suponía para ellos. Reaccionaron rápidamente mediante la Conspiración de la Profesa, si bien algunos
historiadores niegan que dicha conspiración existiese, y atrajeron al general Agustín de Iturbide a su bando
ofreciéndole su plan que no era otro que declarar unilateralmente la independencia para evitar que la
constitución fuera impuesta.
Iturbide marchó con sus tropas hacia el sur para ofrecer un pacto al general Vicente Guerrero que, tras
rechazar la propuesta inicialmente y producirse algunas batallas, terminó aceptando y sellaron la paz y la
unión en el Abrazo de Acatempan. Ambos jefes militares firmaron el Plan de Iguala que proclamaba la
1
Medida por la cual una persona competente perdona a otra toda o parte de una pena a la cual fue
condenada en virtud de una sentencia firme y los hechos cometidos, direccionados al final excluyente de la
misma.
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independencia de La Nueva España respecto de la España liberal, si bien se ofrecía a Fernando VII la
posibilidad de ser rey de México o que lo fuera cualquier infante de España, se defendía la religión católica y
a su iglesia, se establecía la igualdad entre todos los ciudadanos y se hacía una llamada a la unidad y la paz.
Pero Apodaca de repente cambió de opinión y junto al Ayuntamiento de México declaró su fidelidad a la
constitución y al rey Fernando VII por lo que Iturbide y su Plan de Iguala fueron puestos fuera de la ley.
Rápidamente formó un ejército para ir a combatir al Ejército Trigarante formado recientemente por Iturbide
y Guerrero, reavivándose el fuego de la guerra y produciéndose numerosas batallas y escaramuzas que no
finalizaron hasta el 19 de agosto de 1821 en que terminó la última batalla de la guerra, la de Azcapotzalco.
TRATADO DE CORDOBA
El 3 de agosto de 1821 llegó a San Juan de Ulúa enviado por el gobierno español el general Juan O’Donojú
como nuevo capitán general (el cargo de virrey desapareció con la constitución liberal) de México.
Encargado de introducir las reformas liberales en Nueva España y asegurarse que la colonia siga siendo del
imperio español. Solicito una entrevista con Agustín de Iturbide, apresurado por la fiebre amarilla que
infectaba al puerto y al ver que la independencia era un hecho ya consumado. Se reunieron en la villa de
Córdoba en donde el 24 de agosto firmaron el Tratado de Córdoba en el que se reconocía la soberanía e
independencia del Imperio Mexicano.
Pero el Tratado de Córdoba, similar al Plan Iguala, presentaba modificaciones. El Plan iguala ofrecía el trono
a Fernando VII, si esté se rehusaba, a un príncipe de una casa real reinante. Alguien querría; sin embargo, el
Tratado de Córdoba mencionaba a cuatro candidatos concretos que pertenecían todos a la familia real
española, sin que se hiciera referencia a otras dinastías europeas. Si ninguno de los cuatros príncipes
españoles aceptaba el trono, el futuro emperador de México sería elegido por el congreso mexicano.
Todavía no se entiende por qué O´Donoju firmó tal documento sin darse cuenta de la “trampa”. Debería
estar cansado por el viaje. Se lo conoce a este último, como, valga la redundancia, el último virrey de Nueva
España, de facto, claramente por los liberales.
La Guerra de independencia de México duró once años y distaba mucho de ser un movimiento homogéneo.
Su propósito inicial era apoyar el regreso de Fernando VII como rey de España contra la invasión francesa,
aunque después José María Morelos y Pavón y el resto de los caudillos insurgentes tomaron como causa la
independencia total de Nueva España. La reacción española sofocó el ímpetu bélico de los primeros años.
Después de la ejecución de Morelos, los insurgentes resistieron como guerrillas confinadas en pequeños
territorios. Agustín de Iturbide se convirtió en el representante de una élite que vio amenazados sus
intereses con la adopción de la Constitución de Cádiz. En vista de ello, decidieron pactar con los insurgentes
y apoyar la separación de Nueva España.
En la ciudad de Córdoba se reunieron Agustín de Iturbide, jefe del Ejército Trigarante, y el último virrey que
recién llegaba de España, Juan O´Donojú. Se encontraron para firmar la independencia del virreinato. El 24
de agosto de 1821, ambos personajes se reunieron en el Portal de Zevallos y firmaron los puntos
denominados Tratados de Córdoba, en los que se reconocía la independencia y la soberanía del territorio
que antes representaba la Nueva España.
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Después de consumarse la independencia de México por medio del Plan de las Tres Garantías, la forma
acordada de la organización de la naciente nación sería una monarquía constitucional, por lo que se funda el
así llamado Imperio Mexicano, a la cabeza del cual queda el General Agustín de Iturbide. Agustín de Iturbide
fue elegido unánimemente Presidente de la Junta y luego Presidente de la Regencia del Imperio, pero por
ser incompatible con el mando del ejército, y considerándose que debía conservar este último, se le nombró
Generalísimo de las armas del imperio de mar y tierra. Después de la entrada del Ejército Trigarante, se
disolvió el gobierno virreinal, y las fortalezas de Acapulco y Perote expresaron su rendición.
El previo virreinato de Nueva España pasó a ser una monarquía constitucional moderada llamada Imperio
Mexicano. El Plan de Iguala, proclamado por Don Agustín de Iturbide amparaba tres garantías: la
independencia de México, la conservación de la religión católica, y la unión de todos los habitantes de la
Nueva España, refiriéndose a los mexicanos y españoles (después históricamente aplicado a los pueblos
indígenas). El plan no cambiaba la situación social del país, solo la política, dando más poder a los criollos y a
los mexicanos, pero invitaban a un monarca europeo a tomar el trono del Imperio Mexicano. Ningún
monarca lo haría, para evitar conflictos con España quien no reconocía la independencia de sus ex colonias
americanas. Por eso Agustín de Iturbide fue proclamado emperador de México. VER FOTOCOPIA.
Historia
A este imperio se sumaron los también recién independizados estados centroamericanos, por lo que
geográficamente es en este período cuando el territorio mexicano alcanza su máxima extensión geográfica,
desde el estado de Oregón e incorporando parcialmente a la región Centroamericana. El gobierno de
Iturbide, sin un plan económico, duró solo nueve meses, y la rebelión republicana amparada por el Plan de
Casa Mata2 tomaría el poder, instaurando el sistema republicano federal en México en 1824, dando fin al
Primer Imperio, y el inicio de la Primera República Federal de los Estados Unidos Mexicanos amparada en la
Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824.
Después de septiembre de 1821 Iturbide había quedado como Presidente de la Regencia, pero el trono
seguía vacante, y el Plan de Iguala estipulaba un gobierno de monarquía moderada por un Congreso. La
primera medida que se tomó fue crear una Junta Provisional de Gobierno que, como su nombre lo indica, se
encargaría de gobernar hasta que hubiera un emperador. Acto seguido, se mandó una carta a Fernando VII
en la que se le invitaba a él o uno de sus familiares a que aceptara el trono mexicano.
Escaso tiempo pasó para que las diferencias ideológicas entre los mexicanos estallaran y muestra de ello fue
el Congreso que se formó para que ostentara el poder legislativo. En su interior se podrían encontrar tres
tendencias: monárquicos, republicanos y borbonistas.
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Fue proclamado el 1 de febrero de 1823 por Antonio López de Santa Anna, al que posteriormente se le unirían Vicente
Guerrero, Nicolás Bravo y jefes del ejército imperial (incluso del propio ejército de Iturbide), como José Antonio de
Echávarri, Luis Cortázar y Rábago y José María Lobato. Tenía la intención de reinstalar el congreso y declarar nulo el
imperio, no reconociendo a Iturbide como Emperador de México. Cambió así este documento la forma del estado
mexicano de Monarquía a República y provoca la ascensión al poder de un triunvirato formado por Pedro Celestino
Negrete, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, lo que convierte a este último en el primer presidente de la República
Mexicana.
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Los primeros -monárquicos- apoyaban la monarquía moderada que se había plasmado en el Plan de Iguala y
los Tratados de Córdoba , y no les desagradaba la idea de que el propio Iturbide terminara coronándose
como el emperador del país. Los republicanos, en su mayoría insurgentes que pelearon a la causa de 1811 y
1812, temían que el imperio se terminara convirtiendo en un común régimen absolutista que estuviera en
las manos de Iturbide; ellos proponían copiar el patrón de gobierno de los Estados Unidos que hasta el
momento iba funcionando muy bien. Los borbonistas estaban indecisos y divididos, estaban dispuestos a
apoyar a cualquiera de estas opciones dependiendo de quién fuera el monarca y aclaraban que si el
candidato no era un rey de la casa Borbón, preferirían inclinarse por un gobierno republicano.
La situación empeoró cuando llegó la respuesta del rey de España en la que afirmaba que ni él y ninguno de
sus familiares aceptarían el trono mexicano puesto que no reconocían la independencia de la Nueva España.
La noticia cayó como balde de agua fría en México pues alteraba los planes que tenían. En cambio, los que
más se alegraron fueron los iturbidistas, pues imaginaban a su líder como máximo gobernante del país. La
noche del 18 de mayo de 1822 el sargento Pío Marcha encabezó una manifestación en la que participó una
multitud fogosa que recorría las calles de la capital aclamando a Iturbide como emperador y gritando: "Viva
Agustín I, emperador de México".
El 19 de mayo se reunió el Congreso, Iturbide manifestó que se sujetaría a lo que decidieran los diputados,
representantes del pueblo, mientras tanto la gente aclamaba. El Congreso no podía contener a la multitud
exaltada, y se dieron dos alternativas. El consultar a las provincias o proclamarlo inmediatamente. Iturbide
insistió en la primera opción. Los diputados del Congreso votaron en secreto, el resultado fue de sesenta y
siete votos a favor de hacerlo inmediatamente contra quince por consultar a las provincias.
La coronación se llevó a cabo el día 21 de julio de 1822 en la Catedral de México, él y su esposa Ana María
Huarte fueron nombrados emperador y emperatriz del Imperio mexicano. De igual modo la bandera del
gobierno de Agustín Iturbide fue modificada por él mismo con franjas verticales con el orden de verde,
blanco y rojo, además del águila real coronada sobre un nopal, en representación de la leyenda náhuatl.
Disolución
En febrero de 1823, mediante el Plan de Casa Mata3 liderado por Antonio López de Santa Anna, se produjo
una rebelión, también apoyada por Vicente Guerrero, quien había apoyado la coronación de Iturbide, en la
que exigían que se reinstalara el Congreso, se anulara el Imperio de Agustín I y que la monarquía deviniera
en República, implementada en 1824. A pocas semanas de su coronación Iturbide había arrestado a 19
congresistas y disolvió el congreso; se debilito aún más al impulsar unas series de medidas fiscales
confiscatorias. Iturbide desconfiaba mucho del joven ambicioso Santa Anna, por tanto, lo destituyo de su
cargo y lo envió a Jalapa. Ya que este habría protagonizado una rebelión en la fortaleza San Juan de Ulúa.
Antes de que la noticia de la destitución llegara a Veracruz, Santa Anna acuso públicamente a Iturbide de
tirano. Proclamó la república y apeló por la reinstalación del congreso y la formulación de una constitución
basada en la religión, la independencia y la unión.
Se hace referencia que al manifiesto firmado por Victoria, Gurrero, etc., se cuida de no volver a mencionar la
palabra república, ya que sonará muy revolucionaria para los propósitos presentes. Se recibió apoyo del
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Las conspiraciones tenían el propósito de derrocar el imperio de Iturbide a favor de una república, pero fueron descubiertas
y disueltas. ... Iturbide decide entonces disolver el congreso e instalar una Junta Nacional Instituyente.
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ejército quien se pronunció en contra de Iturbide. Finalmente Iturbide abdicó, finaliza el mandato de
Iturbide nueve meses más tarde, abdicando la corona en el Congreso el 19 de marzo de 1823, y se embarcó
hacia Europa el 11 de mayo. Finalizada la etapa de Agustín I, Centroamérica se independizó de México e
Iturbide fue acusado de traidor por el Congreso. Después de que el Imperio Mexicano fuera disuelto, las
provincias centroamericanas decididas para emanciparse de México crearon su propia federación. No hay
registro histórico de esfuerzos mexicanos de volver a tomar los territorios. En abril de 1824 el Congreso
declaró traidor a Iturbide. Engaño por rumores de apoyo Iturbide regreso a México, fue arrestado y
ejecutado, dado que en su usencia fue declarado traidor. El país se reorganizó y culminó con la creación de
la Primera República Federal de México. El congreso anulo el plan de iguala y Córdoba, y declaro que México
adoptaría el sistema constitucional que quisiera. De este modo Santa Anna dio paso a la república.
Tras la caída de Iturbide, se conforma un triunvirato provisional, el cual obtuvo dos empréstitos en el
mercado de Londres. 32 millones de pesos en deuda extranjera, de los cuales solo recibió 10 millones.
Rápidamente fue absorbido por gastos corrientes, si bien parecía excesiva, el interés británico por los
minerales del país hizo que invirtieran más de 12 millones de pesos en empresas mexicanas.
REPUBLICA
Al principio de la misma, solo se cambiaron etiquetas, pero los problemas más o menos seguían siendo los
mismos. Los principios monárquicos se consideraban una traición una vez que la república triunfo. Los que
sostenían a un imperio mexicano dirigido por un príncipe europeo se convirtieron en republicanos
centralistas, eran vestigios del virreinato. Y los republicanos que se opusieron a Iturbide se convirtieron en
federalistas, y abogaban por el modelo estadounidense. En resumen, realistas e independentistas,
borbonistas y republicanos, que se unieron para destruir a Iturbide cambiaron ahora de nombres. Tras la
caída de esté como emperador, el poder estuvo escaso tiempo en manos de los borbonistas. Los antiguos
seguidores de Iturbide, culpando a los borbonistas de haber derrocado al emperador, se unieron a los
republicanos y las elecciones para un nuevo congreso constitucional dio la mayoría federalistas. Tal congreso
reunido en noviembre de 1823, casi un año después adoptó la constitución federal de 1824, parecida a la de
EEUU. Está dividió al país en 19 estados y cada uno debía elegir sus respectivos gobernantes, se estableció la
división de poderes, pero a diferencia de la constitución del vecino del norte, está reconoce a la religión
católica como la única. De este modo de las tres garantías del Plan de Iguala, solo se reconocieron dos, la
independencia y la religión, en tanto la tercera fue sustituida por la república federal.
Victoria intento establecer un equilibrio en su gabinete en pos de fomentar una unidad nacional. Pero en
1825, el ministro Alamán, conservador, fue obligado a abandonar su cargo debido al ataque de los
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federalistas. La tensión aumenta cuando en 1827 se descubre una conspiración para restaurar el dominio
español. España no reconoció a México hasta 1836, consecuentemente había muchos comerciantes
españoles ricos, y muchos españoles también en la burocracia gubernamental, la cual no fue difícil incitar el
odio popular hacia todo lo español. El nacionalismo comenzó a ser un arma letal, que los federalistas
utilizaron en contra de España y de los centralistas que pensaban en España. Los centralistas usaron un
ataque religioso contra Poinsett, quien era conservador y estadounidense. Victoria fu incapaz de controlar a
los federalistas, y Bravo, conservador y vicepresidente, recurrió a la insurrección en contra del gobierno.
Fue derrotado pronto por Guerrero que había sido compañero de armas y se lo envió al exilio. Guerrero
acudió a la causa federalista.
La consecuencia política de este hecho fue que, los centralistas, en las siguientes elecciones no pudieron
presentar un candidato. Entonces los federalistas se dividieron en moderados y radicales. Los centralistas
comenzaron a seguir a los moderados, cuyo candidato fue Pedraza. Su competidor era Guerrero apoyador
también por Zavala, senador por Yucatán. Pedraza es elegido presidente y Bustamante vicepresidente.
Guerrero no reconoció el resultado y Zavala se levantó en su nombre en 1828. En 1829 fue elegido
debidamente Guerrero presidente que recibió el cargo de manos de Victoria.
Guerrero era un héroe popular, pronto se decretó la expulsión de los españoles que vivían en la república y
se empezó a preparar la resistencia a una invasión española. Zavala era el ministro hacienda de Guerrero, y
él encontró en tesoro casi vaco. La manera de obtener fondos fue el vender los bienes de la iglesia
nacionalizados por las autoridades coloniales y se decretó un impuesto progresivo. Sus acciones en contra
de la iglesia, su amistad con Poinsett y sus intentos de reforma social, en pos de la mejora de la situación de
las clases más desfavorecidas, hicieron despertar la furia de sectores sociales pudientes y del clero.
En 1829 llego la esperada invasión española, la cual no solo hizo que los conflictos políticos se dejaran de
lado y se unieran, sino que apareció Santa Anna, que corrió desde Veracruz hasta Tampico, donde
desembarcaron los españoles y los aplastó rápidamente. Santa Anna se convirtió en héroe, poco duro la
alegría en la república. Desapareció la amenaza exterior y un grupo católico renovó su campaña contra
Guerrero. Era difícil tocar al presidente, puesto que era un héroe de la independencia, sus ataques se
desviaron hacia el protestante Poinsett y a Zavala, quienes debido a ello, Zavala fue obligado a renunciar y
Poinsett se fue del país.
Sin el apoyo de estos, Guerrero perdió el cargo. Bustamante se levantó contra él, con la ayuda de Bravo,
que volvió de su exilio. Guerrero se retiró hacia el sur, a su hacienda, y Bustamante en 1830 actuando como
presidente formo su gabinete. Con el ministro Alamán a su lado como el líder del mismo. Su programa
político inmediatamente se puso en marcha: se reprimió a la oposición, el Gob. central intento contener a
los estados que estaban siendo contaminados con las ideas liberales y entre otras cosas se confirmaron los
privilegios de la iglesia.
Muchas medidas no guastaron a Guerrero, por lo cual se levantó de nuevo en el sur. El general Bravo,
dirigiendo el ejército contra Guerrero que fue capturado en 1831 y ejecutado.
El trato cruel a Guerrero tiene una explicación. Lo condeno su condición de mestizo, hecho que se refleja en
el diferente trato hacia Bravo y Zavala que al margen de sus diferencias ideológicas, eran criollos y
pertenecían al club de caballeros. Su ejecución fue una advertencia para todos los pertenecientes a etnias
inferiores, de que no sueñen con ser presidentes.
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El Gob. Bustamante-Alamán mejoro las finanzas del país a consecuencia de una serie de medidas. La deuda
atrasada que sobre pasaba los 4 millones, fue capitalizada por los británicos, de este modo se restauró la
confianza al precio de incrementar el capital de la deuda. Se creó un banco gubernamental para que
financiara la introducción de máquinas de hilar y tejer y se prohibió de algodón de Inglaterra. Se
promulgaron medidas proteccionistas, se prestaba dinero a comerciantes y financieros mexicanos, se
encargaron maquinas a EEUU, las primeras fábricas de hilar se fundaron 1833. Alamán puso las bases de la
revolución industrial en el sector textil.
De todos modos Bustamante no era lo suficientemente fuerte para imponer una república centralizada, y
surgieron grupos políticos rivales. García, gobernador de Zacatecas, organizó una milicia civil y desafió al
régimen conservador. Gómez Farías, un senador amigo de García, sugería que el estado trate sobre la
cuestión de los respectivos derechos de la iglesia y el estado sobre la propiedad. A ellos se les sumo Mora,
que en 1831 justificó el desmantelamiento de la propiedad de la iglesia y sentó las bases teóricas e
ideológicas del movimiento liberal. De todos modos, con la derrota de Guerrero los derechos de propiedad
privada habían quedado salvaguardados.
Así, Gómez Farías organiza la oposición contra Bustamante, la milicia de García era una fuerza local, por lo
cual necesitó apoyo, el cual fue dado por Santa Anna. Quien se rebeló ante Bustamante en 1832. Su
ideología era una incógnita, pero vio en ese movimiento la oportunidad de beneficiarse de la ejecución de
Guerrero que había sido muy impopular. Él también era como un héroe nacional, dado su protagonismo
ante la invasión española. La campaña liberal de Gómez combinado ante el ataque militar de Santa Anna
obligó a Bustamante a despachar a su ministro Alamán, y a otros cambios en el gabinete. Al no ser
suficientes, Bustamante a fines del 1832 aceptó su derrota. Así en 1833 Santa Anna fue elegido presidente y
Gómez vicepresidente. Gómez ansioso por instalar reformas liberales, Santa Anna dejo que su poder
ejecutivo fuese llevado adelante por el vicepresidente.
Sin limitaciones presidenciales, Gómez emprendió serias reformas sobre todo en lo referido a la iglesia. Se
derogo la ley civil según la cual el pago de diezmo se volvió algo voluntario; se declararon nulas y se
abolieron las transferencias de bienes inmuebles pertenecientes al clero. Es decir, se declaró ilegal la venta
de tales propiedades para evitar que la iglesia las vendiera a gente de confianza y evitará así la
desamortización.
Gómez y su gabinete liberal intentaron reducir el tamaño del ejército, lo que hizo que Santa Anna
interviniera en tal accionar debido a que existió una revuelta en 1834 en contra de las reformas, Santa Anna
asume la presidencia y en 1835 Gómez en expulsado de su cargo. Dos meses después, el congreso aprobó
una moción para modificar la constitución de 1824 a fin de implantar una república centralista. Santa Anna
sabiendo que en Zacatecas se encontraba el bastión de federalismo, lo invadió y derroto. En ese mismo año
la constitución más centralista estableció que los estados serian departamentos y que sus gobernadores
serían elegidos por el presidente de la república.
Después del triunfo en Zacatecas, sucedieron complicaciones imprevistas en el norte. La provincia de Texas
se negó a aceptar el centralismo y se levantó en armas. Santa Anna, en una expedición punitiva declaro que
si veía que EEUU estaba ayudando a los rebeldes, su ejército llegaría hasta Washington. En 1836 llega a San
Antonio y fue derrotado y encarcelado. Texas declara su independencia, el vicepresidente de la república era
el liberal Zavala. Siendo prisionero, Santa Anna firma un tratado reconociendo el río Bravo como la frontera
y garantizando la independencia. En 1837 es liberado y México desconoce el acuerdo.
11
Esta derrota en el norte a la vez le trajo el reconocimiento de España como república. El congreso aprueba
otra constitución muy centralista en la cual se extiende el mandato presidencial por ocho años, en pos de
buscar estabilidad. En ese contexto Bustamante recupera el cargo de presidente y sin la ayuda o presión de
Alamán y Santa Anna, tuvo una inclinación hacia la causa federalista y reimplantó la constitución de 1824.
Invasión francesa en 1838, guerra de los pasteles. Allí Santa Anna vio la nueva posibilidad de ganarse la
estima popular. Tras su gran accionar, nuevamente fue un héroe nacional. Fue nombrado presidente
interino mientras Bustamante estaba luchando contra los rebeldes federalistas, y luego de eso devolvió su
cargo al legítimo presidente. A su vez el apoyo popular a Bustamante se estaba diluyendo, así en 1840 fue
capturado por el ejército federalista y luego liberado tras varias batallas. Evidentemente Bustamante ya no
recibía apoyo de nadie, por esos momentos también, Yucatán, siguiendo el ejemplo de Texas declaro su
independencia; Santa Anna también estaba descontento con la constitución de 1836, que hablaba de un
curioso poder conservador supremo que limitaba el poder del presidente; hay aumento de impuestos,
aranceles y precios…
El nuevo congreso harto de las extorsiones fiscales de Santa Anna, de la mano de Paredes se rebelaron en
Guadalajara, la cámara de diputados y unidades del ejército lo apoyaron. En 1844 Santa Anna fue destruido.
El congreso eligió como presidente a Herrera.
El trasfondo de toda esta revuelta eran las complicadas relaciones con EEUU en 1843. Gran Bretaña y
Francia oficiaron de mediadores, no fue de mucha ayuda, la acción de EEUU fue reconocida por Santa Anna
como una declaración de guerra.
En 1845 el congreso de EEUU aprobó la anexión de Texas, lo cual despertó furia en todos los mexicanos,
Herrera, su presidente, sabía que no tenía ejército y fondos para oponer resistencia, y Europa no los
ayudaría, por lo cual decidió negociar con EEUU. A ello se lo consideró una traición. En 1845 Paredes se
rebeló y pidió la destitución de Herrera y elaboró otra constitución. El ejército oyó la llamada y Herrera
dimitió, y Paredes fue presidente en 1846. La constitución que se encontraba en vigor era la de 1843, liberal.
Rápidamente se hizo evidente que pensaba en el sistema monárquico, y bajo s protección Alamán resucito
el Plan de Iguala de Iturbide. Era una buena opción frente al expansionismo estadounidense, pero este
sistema monárquico debía contar con una nobleza fuerte en la república que le sirviera de base, pero
Alamán no tuvo en cuenta esta precondición, como que tampoco tuvo en cuenta que en México el sector
dominante era el ejército.
12
En 1846 todo se precipita cuando estalla la guerra con EEUU, el ejército del norte en dos meses triunfa y
ocupo parte del norte del territorio mexicano. La opinión pública enfurecida por la incapacidad de Paredes
frente a la invasión se volcó nuevamente hacia Gómez y Santa Anna. Como si entre ellos nada hubiera
pasado, comenzaron a trabajar juntos. Era claro que Santa Anna seria presidente. Santa Anna comenzó a
dirigir al ejército, Gómez restauro la constitución de 1824, y nacionalizo propiedades de la iglesia las cuales
vendió por debajo de su precio, puesto que la urgencia no dio tiempo para valorarlos. La iglesia protesto y al
poco tiempo empezó una revuelta militar. Santa Anna regresa de su dirección del ejército y repudio los
decretos de confiscación, ya que el clero le había prometido un préstamo. Aun sabiendo que no recibirían el
dinero de nuevo. Gómez se resistió a ser destituido y, acto seguido se abolió el cargo de vicepresidente.
En medio de ese caos, las tropas estadounidenses derrotan en el puerto de Veracruz, entran a Puebla y
cuando la resistencia mexicana se rindió, las tropas cesaron su avance. Santa Anna dimitió como presidente
y salió del país, no así a cargo del ejército.
Se establece una junta municipal en la capital, entre los cuales se encontraba Miguel Lerdo, y se esperaba la
constitución de un gobierno mexicano que pudiera negociar la paz. La derrota se le atribuyo a la traición de
Santa Anna. Se forma un nuevo gobierno con Manuel de la Peña y Peña, y en 1848 se firma la paz con EEUU.
Se perdió allí Texas, California, Nuevo México. La mitad del territorio. Ello no destrozo a la economía
mexicana debido al pago de una indemnización de 15 millones de dólares. Se consideraban traidores a los
que firmaron e incluso algunos querían seguir peleando, prevaleció la razón.
Existía miedo a una revuelta social por parte de los terratenientes, puesto que las condiciones de vida de los
trabajadores rurales en 1848 eran las mismas de 1829. Los trabajadores estaban ligados a la tierra por
peonaje o servicios por deuda. Y si n tuvieran deuda, tampoco podrían decidir en donde trabajar, no eran
dueños de nada, ni siquiera de su fuerza de su fuerza de trabajo, era un error llamarlos trabajadores. En este
contexto en 1848, Melchor Ocampo, un hacendado liberal, condenó al peonaje por ser no solo inmoral sino
también por qué evitaba el progreso.
En Yucatán era diferente la situación. Ellos se habían rebelado contra México. Los hacendados de aquí, con
ayuda de los mayas, con quienes a cambio de la abolición de los impuestos parroquiales, etc., estos se
convirtieran en sus soldados. Nada de esto paso. Y en 1847 comenzó una revuelta para expulsar a los
blancos que decantó en una guerra de castas. México, derrotado por EEUU no podía frenar tal alboroto.
Llegaron a ofrecer Yucatán a cualquier potencia: Inglaterra, EEUU.
En fin, gracias a la indemnización que México recibía, con lo cual compro armamento militar a EEUU, pudo
restablecer el orden social y mandar un ejército al norte del país y a Yucatán, y de tal modo terminar con la
rebelión y anexionar al mismo.
En ese mismo contexto la deuda pública extranjera contraída con Gran Bretaña, dejo de pagarse debido a la
guerra con EEUU. En un gesto amistoso, los londinenses, redujeron la tasa de interés anal del 5 al 3 por 100.
Luego se cumplió con el pago razonablemente.
Ya en 1850, existieron nuevas elecciones presidenciales en México, que darán como resultado la presidencia
de Arista. Las perspectivas financieras eran malas, los fondos de la indemnización desaparecieron, el
contrabando aumentaba gracias a la proximidad de la frontera con EEUU, se redujo el tamaño del ejercito
pero los gasto de en él seguían siendo grandes debido a las invasiones indias en el norte. El déficit
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presupuestario era cada vez mayor. Los radicales, los conservadores y los seguidores de Santa Anna
atacaron la administración de Arista. En 1852, Blancarse en Guadalajara, depuso al gobernador de aquel
estado, y reavivo una revuelta militar que pronto se extendería por todo el país. No se sabía bien quien llevo
adelante tal movimiento pero todos querían a Santa Anna de nuevo. Arista dimitió y en 1853 Santa Anna fue
presidente.
Ahora tanto conservadores como liberales se inclinaban por su liderazgo esperando las migajas de
beneficencia. Formó un gabinete mixto, junto con Alamán y un liberal llamado Haro. Lerdo de tejada fue
ministro de fomento y el máximo responsable de las líneas telegráficas. Se suspendió la Constitución de
1824 y no se proclamó ninguna, gobernó sin una Constitución.
Murió Alamán y Haro dimitió por ocultamiento, el Gob. necesitaba plata. Un poco antes de que Santa Anna
fuera presidente, EEUU, se apropió de Arizona, debido a la falta de recursos de México, esta se vio obligada
a vender dicho territorio.
En 1853, el país estaba al borde de la desintegración debido a la rivalidad de los dos partidos políticos, hecho
que hizo que Santa Anna de una vez por todas tome en la práctica el cargo de presidente. Lo embelleció con
tal variedad de títulos que era un monarca a excepción del nombre. Ese mismo año obtuvo el derecho de
elegir a su sucesor, y cuando abrió el sobre sellado, estaba escrito el nombre de un hijo de Iturbide. Lo
proclamó el libertador e hizo poner retratos en edificios de esté.
Se excedió mucho en sus políticas. Favoreció mucho a la iglesia, permitió el regreso los jesuitas, limito la
libertad de prensa, abolió la ley de 1833 que hace referencia a los votos monásticos y a muchos liberales
puso en prisión y los mando al exilio. En este contexto, en el sur, el coronel Villareal, en Ayutla, elaboraron
un programa que luego fue modificado en Acapulco. Se pidió la destitución de Santa Anna, la elección de un
presidente provisional y la convocatoria a un Congreso extraordinario para confeccionar una nueva
Constitución. El plan Ayutla-Acapulco, de aquí nacía el liberalismo mexicano. En Acapulco el coronel
Villarreal fue sustituido por Comonfort, un amigo de Juan Álvarez. Álvarez era un hacendado que tenía
mucho apoyo de los indios, era el dueño del sur, en la costa del Pacifico. El área de su control fue
desmembrada de México para formar el estado de Guerrero. No había mucha química entre Alamán y
Álvarez, pero como Alamán murió pronto la relación entre Santa Anna y Álvarez se hizo buena.
Santa Anna cometió un gran error. Destituyo a algunos oficiales del ejército y a algunos funcionarios civiles
de la costa del Pacifico que se juntaron con Álvarez. Y en la hacienda de esté se planifico el golpe. La
estrategia era unificar a la nación contra Santa Anna, de la cual participaría Comonfort. La revuelta se
extendió irreversiblemente por todo el país en 1855, y Santa Anna abandonó el cargo y se exilió. Sus bienes
fueron confiscados. No volvió al país hasta 1874 para morir. La capital estaba en manos de los soldados
indios de Álvarez, y esté fue presidente.
Él era un símbolo de revolución mexicana, dado que Bravo había muerto, por tanto se consideraba su
elección como parte de la tradición revolucionaria del país. Ya como presidente, Álvarez tuvo la posibilidad
de vengar a Guerrero y atacar a los grupos dominantes que le ocasionaron la muerte, y/o acrecentar su
dominio en el sur. Pues no lo dispuso así. Formó un gabinete con los liberales radicales, Comonfort fue
ministro de guerra, asuntos exteriores a Melchor Ocampo, Benito Juárez ministro de justicia y Lerdo de
Tejada ministerio de fomento.
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Ocampo, ya era famoso por atacar las altas tasas parroquiales, que eran unas delas principales causas de
endeudamiento de los peones de las haciendas. Como las tarifas de defunción y nacimiento eran altas, esto
hacia que gran parte de su sueldo se vaya al diezmo. En fin. Se ganó el odio total de los curas ya que su
mantención provenía de allí. Ocampo exiliado de México durante la última presidencia de Santa Anna, en
Nueva Orleans, en una reunión de liberales conoció a Benito Juárez, que había sido gobernador de Oaxaca y
que también tuvo que exiliarse debido a la oposición con Santa Anna en la guerra estadounidense-mexicano.
En 1855, Juárez como ministro de justicia promulgo la ley Juárez4, Álvarez sabiendo de la tormenta venidera
a raíz de dicha ley, nombró a Comonfort como presidente sustituto y dimitió pocos días después.
Comonfort nombró un gabinete con liberales moderados, en diferentes partes del país se presentaron
revueltas por partes de los afectados a la ley. Un grupo armado pidió la anulación de la ley Juárez,
destitución de Comonfort y restauración de la Constitución de 1843. En 1856 tomaron la ciudad de Puebla y
establecieron un gobierno allí. Comonfort reprimió y disolvió tal suceso. El obispo Labastida intento
desvincularse del acontecimiento llevado adelante por los rebeldes, Comonfort no dio a lugar y no solo
culpó a la iglesia por aquello, sino que embargó sus propiedades. Luego se expulsó al obispo por rehusarse al
requerimiento del gobierno. Tras esta violenta reacción en Puebla respecto al decreto confiscatorio, puede
ser que esconda la razón de ser, por la cual Lerdo de Tejada, impulso en 1856 la ley de Lerdo, ley de
desamortización.
La principal característica de esta ley era que la iglesia debía vender todas sus propiedades rurales y urbanas
a quienes las tenían arrendadas y establecidas a un precio que las hiciera atractiva a los compradores. Si
éstos no la quisieran comprar el gobierno la subastaría. El alto clero no se vio afectado por qué su riqueza
tenía otra naturaleza. A primera vista no parecía confiscatoria la ley; puesto que la iglesia cobraría algo del
precio global capitalizado. Pero la ley también decía que la iglesia en el futuro, no podría adquirir o poseer
propiedades, se trataba de un despojo gradual. Consecuencia, los eclesiásticos se negaron a cumplir la ley.
Lo mismo ocurrió con los ejidos. Pese a la protesta de los campesinos, parte de esos ejidos se vendieron.
Los arrendatarios leales a la iglesia no aceptaban a sus nuevos propietarios, y pagaban sus rentas a los
antiguos propietarios.
Mientras Lerdo estaba ocupado con los bienes de la iglesia, José Iglesias, nuevo ministro de justicia, hizo una
ley para limitar los aranceles parroquiales. La ley Iglesias de 1857 estableció como válidos los aranceles que
se pagaban en la época colonial, que eran muy bajos, prohibió que se cobrara a los pobres. La ley establecía
severas multas para los párrocos que cobraban por los servicios prestados los pobres.
Con un gobierno liberal en el poder, era recomendable fortalecerlo, sobre todo teniendo en cuanta que la
proximidad de la frontera con EEUU debilita el control de México central sobre los territorios del norte. De
ese modo, los liberales se convirtieron en centralistas. En 1857 se aprueba una nueva Constitución, que
conservaba su estructura federal, pero había dejado de llamarse Constitución Federal de los Estados Unidos
Mexicanos para llevar el nombre de Constitución Política de la República Mexicana.
4
Arrancar los privilegios a militares, restringir la jurisdicción de los tribunales eclesiásticos a cuestiones
religiosas.
15
Así, la iglesia siguió siendo el principal problema entre los liberales y conservadores. Los federales ya
perdieron su nombre. En 1856 los liberales quisieron introducir en la Constitución del ´57 la libertad de
cultos. Propuesta demasiado avanzada para una sociedad básicamente campesina con fieles lazos a su
iglesia, y la clase ilustrada, tan liberal como los europeos, no podría ir en contra de la masa de campesinos.
La propuesta fue retirada, pero en la Constitución se omitió que la religión católica era la única en la nación.
Se introdujeron en tal Constitución la ley Juárez (1855) y la ley Lerdo (1856).
Los liberales eran tan antimilitaristas como anticlericales. Comonfort no solo era el presidente sino también
el jefe del ejército, por lo que los diputados liberales se limitaron a restringir privilegios judiciales del
ejército.
La Constitución reconocía la igualdad de todos los ciudadanos. Por vez primera desde la Constitución de
Apatzingán, todos por más pobres que fueran disfrutaban del derecho a votar y ser elegidos; declararon los
derechos humanos; inviolabilidad de la propiedad privada. La ley Lerdo había excluido o los ejidos, pero
como la Constitución no lo decía, podían ser desamortizados. Lo cual hizo que se enfrentaran con los
campesinos.
El gobierno liberal no podía luchar contra la iglesia y contra los campesinos. Por lo que refiere a la iglesia,
buscaron aislarla ganando aliados en todos los niveles sociales. En centros urbanos lo lograron, atrajeron a la
clase media y alta. En la eras rurales, donde la iglesia era más fuerte no pudieron aislarla pero abrieron una
brecha en el campo, permitieron que los grandes propietarios compraran haciendas que habían pertenecido
a los religiosos.
En fin. Para llegar a un acuerdo con la iglesia y los conservadores, habría que anular los artículos más
extremos de la Constitución. Se pensó que Comonfort era quien podría evitar una guerra civil dado su
proximidad a ambos bandos. Pero los liberales lo veían como un conservador, los conservadores como un
liberal. Se quedó solo.
En 1857, el general conservador Zuloaga se rebeló con el deseo abolir la Constitución. Mientras Comonfort
detentaba la autoridad, el ejército tomó la ciudad, disolvió el congreso y arresto entre a tantos, al nuevo
presidente del Tribunal Supremo, Benito Juárez. Comonfort aprobó el programa de Zuloaga, y poco tiempo
después, éste destituyó a Comonfort y tomo la presidencia. No se sabe por qué, pero Comonfort libero a
Benito Juárez, dándole una gran ayuda a la causa liberal, y éste huyo a Querétaro.
Desde allí, Juárez se dirigió a Guanajuato y alegando que el orden constitucional se había violado, se
proclamó presidente dela república junto con Ocampo. Juárez era la cabeza del Tribunal Supremo-en la
constitución de 1857 no se adaptó el cargo de vicepresidente que había sido erradicado por Santa Anna-
tenía el derecho constitucional de ser presidente de la república en caso de ausencia del presidente.
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GUERRA DE LOS TRES AÑOS O DE LA REFORMA 1857- 1861
En consecuencia, se dan dos gobiernos paralelos. El liberal encabezado por Benito Juárez que en su calidad
de presidente de la Suprema Corte debía ocupar el Ejecutivo en caso de que el presidente se ausentara,
secundado por Melchor Ocampo, Santos Degollado, Guillermo Prieto, Manuel Doblado y José María
Arteaga; y el otro presidido por Félix Zuloaga, a quien una junta de representantes había electo presidente,
secundado por Miguel Miramón y Tomás Mejía.8 El primero defendería el orden constitucional, mientras el
segundo se encaminaría a su destrucción. Juárez estableció su gobierno, en un primer momento, en
Guanajuato, mientras Zuloaga en la capital gobernaba con las llamadas Cinco Leyes, que de hecho
derogaban algunas de las reformas liberales como la Ley Lerdo, la Ley Iglesias y la Ley Juárez entre otras. Las
diversas entidades del país tomarían una posición y defenderían a uno de estos dos gobiernos. El ejército y
el gobierno liberal irían sufriendo severas derrotas a manos de los conservadores, en Puerto de Carretas,
Atenquique, Ahualulco y Barranca de Beltrán, bajo el mando, en la primera batalla, de Luis G. Osollo y del
general Miguel Miramón tras la muerte de aquel, derrotas que llevaron a Juárez a convertir su mandato en
itinerante. Con todo y las penalidades a que se vio sujeto, este continuó dictando una serie de disposiciones
legislativas que simbolizaron una postura aún más radical que la manejada en el congreso constituyente de
1857. La legislación dictada en Veracruz modificó sustancialmente diversos aspectos centrales de la vida
nacional.
Las leyes decretadas por Juárez en Veracruz en 1859 y 1860, mientras se encontraba sitiado dicho puerto,
conocidas como Leyes de Reforma5 son consideradas por algunos autores como el punto de quiebre de esta
guerra. Establecieron al fin la separación de la Iglesia y el Estado. El 12 de julio de 1859 se promulgó la Ley
de nacionalización de los bienes eclesiásticos; el 23, la Ley del matrimonio civil; el 28 la Ley orgánica del
Registro Civil y la Ley sobre el estado civil de las personas; el 31, el decreto que declaraba que cesaba toda
intervención del clero en cementerios y camposantos. El 11 de agosto se reglamentaron los días festivos y se
prohibió la asistencia oficial a las funciones de la Iglesia. Un año más tarde, el 4 de diciembre de 1860, se
expidió la Ley sobre libertad de cultos.9 Este conjunto de leyes fueron el inicio de una nueva era en la
política, la economía y la cultura. Pero mientras esos ordenamientos se convertían en realidad, la guerra civil
había agotado y empobrecido al país.
CONSECUENCIA DE LA GUERRA
Después de tres años de guerra civil, las fuerzas liberales encabezadas por el general Jesús González Ortega,
enfrentaron la que sería la última batalla contra las fuerzas conservadoras dirigidas por Miramón el 22 de
diciembre de 1860. Los liberales vencieron a los debilitados conservadores definitivamente en la Batalla de
Calpulalpan en el Estado de México el 22 de diciembre de 1860, y finalmente el 1 de enero de 1861, Juárez
hizo su entrada triunfal a la capital.11 . Poco tiempo antes de que esto sucediera, pero convencido ya de la
5
Las Leyes de Reforma son un conjunto de leyes expedidas entre 1855 y 1863, durante los gobiernos de Juan Álvarez,
Ignacio Comonfort y Benito Juárez. El objetivo principal de estas leyes era separar a la Iglesia del Estado.
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victoria de las fuerzas liberales sobre las conservadoras, Juárez expidió el 6 de noviembre de 1860, una
convocatoria para las elecciones de diputados al Congreso de la Unión y para Presidente constitucional de la
República en un plazo de dos meses.12 El presidente había venido gobernando con facultades
extraordinarias, por lo cual le era apremiante restablecer la legalidad del gobierno a través del Congreso.
Tras una votación muy cerrada, el gobierno juarista apenas pudo triunfar con unos votos de diferencia. El
Congreso declaró presidente constitucional a Benito Juárez y a González Ortega presidente de la Suprema
Corte de Justicia, cargo que llevaba implícito ser el sustituto legal del presidente. Las sesiones en la cámara
transcurrieron en medio de una gran tensión política, la cual obligó al presidente a suspender algunas de las
garantías individuales consignadas en la Constitución. Una vez que se restableció el orden constitucional a
nivel nacional, se buscó la manera de sostener las leyes dictadas en Veracruz y se expidieron algunas nuevas,
como el decreto por el que quedan secularizados los hospitales y los establecimientos de beneficencia,
emitido en diciembre de 1861. Estos nuevos ataques a los intereses conservadores provocaron
levantamientos por parte del ejército reaccionario. A pesar de haber sido derrotado por los liberales,
Zuloaga hizo un nuevo pronunciamiento declarándose presidente de la República. La inquietud política se
volvió a desatar y produjo fuertes enfrentamientos partidistas, incluso contra el presidente Juárez, que se
esforzaba por mantenerse dentro del orden constitucional. Sin embargo, las ejecuciones de Melchor
Ocampo y de Santos Degollado, en 1861 llevados a cabo por las fuerzas conservadoras, contribuyeron a que
la situación política, económica y social se tornara crítica. El gobierno juarista decidió suspender pagos,
buscar la forma de allegarse recursos por cualquier medio y mantener la suspensión de garantías. Estas
medidas resultan insuficientes para resolver los problemas financieros existentes y lograr la pacificación del
país.
La causa de la intervención francesa en México fue la suspensión de pagos a Francia, España y el Reino
Unido, que el gobierno del liberal Benito Juárez se vio obligado a anunciar después de la Guerra de los Tres
Años (1858-1861), entre liberales y conservadores. Esto hizo que las tres potencias europeas se reunieran en
Londres (Convenio de Londres de 1861) y acordaran hacer efectivo el pago de las deudas. Para presionar a
las autoridades mexicanas, dichas potencias desembarcaron con tropas en el Puerto de Veracruz en 1862,
entrando en negociaciones con el gobierno de Juárez. Las negociaciones diplomáticas se llevaron a cabo en
el pueblo de la Soledad. Como resultado de las mismas, el ministro mexicano de relaciones exteriores
Manuel Doblado, logró persuadir a los gobiernos de España y Gran Bretaña de que la suspensión de las
deudas era algo transitorio, lo que trajo como consecuencia que las tropas inglesas y españolas se retiraran
del territorio mexicano.
Sin embargo, las tropas francesas se negaron a irse debido a que Napoleón III tenía intenciones de instaurar
una monarquía en México, con el fin de apoyar a los confederados en la guerra civil estadounidense (Guerra
de Secesión) y así disminuir drásticamente el poder de los Estados Unidos en la región. Por tal razón, los
franceses avanzaron desde la costa hasta el centro del país y tras sufrir un revés en la batalla de Puebla del 5
de mayo de 1862, continuaron adelante hasta ocupar la Ciudad de México el 10 de junio de 1863. A partir de
entonces y hasta la llegada de Maximiliano a la capital, el gobierno estuvo encabezado por una regencia
integrada por los generales Juan Nepomuceno Almonte (hijo natural del sacerdote revolucionario José María
Morelos y Pavón), Mariano Salas y el arzobispo Pelagio Antonio de Labastida.
Otra de las causas de la instauración de la monarquía fue que los conservadores mexicanos, descontentos
con el fracaso de su gobierno (1837-1841) que promulgó las Siete Leyes Constitucionales expedidas en
18
diciembre de 1836, habían volcado los ojos hacia Europa con el fin de imponer en México un gobierno
netamente conservador de carácter monárquico. Con este propósito, estos —después de visitar a Napoleón
III y asegurar su apoyo a la intervención—, enviaron una comisión a Trieste, encabezada por José María
Gutiérrez de Estrada (ministro plenipotenciario de los conservadores en el viejo continente), Miguel
Miramón (dos veces presidente interino de México) y el ya mencionado Almonte, para convencer al
archiduque de que aceptara el trono de México. Una comisión de personas relacionadas con el Partido
Conservador y la Iglesia católica, a disgusto con el gobierno de Juárez y la Constitución de 1857 llegó en 1863
al Castillo de Miramar, en Trieste :
1.- La nación mexicana adopta por forma de gobierno la monarquía moderada, hereditaria, con un
príncipe católico.
2.- El soberano tomará el título de Emperador de México.
3.- La corona imperial de México se ofrece a S. A. I. y R., el príncipe Maximiliano, archiduque de
Austria, para sí y sus descendientes.
4.- En caso que, por circunstancias imposibles de prever, el archiduque Maximiliano no llegase a
tomar posesión del trono que se le ofrece, la nación mexicana se remite a la benevolencia de S. M.
Napoleón III, emperador de los franceses, para que le indique otro príncipe católico.
Lo que fue su casa, antiguamente era el castillo de Chapultepec, unió dos pasillos que llevan el nombre de la
reforma. La comisión de conservadores mexicanos que había invitado a Maximiliano conocía perfectamente
los antecedentes liberales del archiduque y conocía también el pacto adicional y secreto, en virtud del cual
el emperador aceptaba las declaraciones de Forey (Comandante General del cuerpo expedicionario francés
en los inicios de la intervención) en su programa del 12 de junio de 1863, reconociendo la nacionalización y
desamortización de los bienes del clero. Por consiguiente, y de acuerdo a tales precedentes y a su propia
convicción, Maximiliano, un liberal europeo al estilo de la época, desarrolló a su llegada una política en
desacuerdo con la posición tradicional de la clase conservadora y del clero mexicano. REVISAR
El liberalismo del emperador lo enfrentó con quienes lo habían llevado al poder. Esto fue debido a que
reconoció la legislación reformista e incluso invitó a Benito Juárez a formar parte de su gobierno como
Ministro de Justicia —aunque este no aceptó—, e integró en su gabinete a liberales distinguidos como los
dos constituyentes de 1856. Por otra parte ratificó las leyes que despojaban de sus bienes a la Iglesia a pesar
de las presiones recibidas por parte de la Santa Sede y del obispo de México, y promulgó muchas normas
acordes con el liberalismo de la época.
La legislación antes mencionada, junto a las normas sobre libertad de culto, abolición del fuero eclesiástico,
nacionalización de los bienes de la Iglesia, exigencia del pase imperial para los documentos pontificios, y
todas las que ratificaron la legislación juarista, como la de registro civil y de cementerios, llevaron al
emperador a un enfrentamiento con el clero. Debido a ello, las relaciones entre Estado e Iglesia fueron
siempre tirantes durante el Segundo Imperio. Desde la audiencia privada que tuvo con el papa Pío IX el 18
de abril de 1864, ya con el título imperial por haber aceptado días antes la Corona de México, los vínculos
con la Iglesia comenzaron a deteriorarse. En dicha visita especial ambos trataron, entre otros asuntos, el de
la posible recuperación de los bienes del clero; bienes que este había perdido según las leyes de reforma
juaristas. Sin embargo, en ese encuentro no llegaron a acuerdo alguno, pues el emperador antepuso los
intereses de la nación que iba a gobernar a los designios de la Santa Sede. Además, pidió al papa que enviará
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a México “un buen nuncio con principios razonables”, es decir, un embajador capaz de negociar con el
gobierno imperial las demandas de la Iglesia; petición que el papa no cumplió. La tirantez continuó durante
todo el gobierno del emperador y empeoró cuando el emperador plasmó en el Estatuto la absoluta “libertad
de cultos”, y en su legislación posterior ratificó algunas leyes reformistas, como las de desamortización de
fincas, de las corporaciones eclesiásticas, las de nacionalización de los bienes del clero secular y regular, y las
de secularización de instituciones que, durante siglos, habían estado en manos de la Iglesia. No fue posible
una buena relación entre Maximiliano y la Santa Sede, que exigió en todo momento, a través de su nuncio,
que el emperador rectificara su postura, dado que el asunto de los bienes de la Iglesia debía ser resuelto en
Roma, a lo que el emperador se negó.
Además, en el Estatuto, Maximiliano enumeró explícitamente los derechos del hombre y del ciudadano;
estos eran: igualdad ante la ley, seguridad personal, propiedad, ejercicio libre de culto y libertad de prensa.
Dichos derechos quedaron garantizados, junto a otros, para todos los habitantes del imperio. Junto a la
libertad personal —todo individuo que pisara el territorio mexicano sería libre por el solo hecho de estar en
él—, la propiedad, que era considerada inviolable, aunque se reconocía la expropiación forzosa por causa de
utilidad pública mediante previa y competente indemnización, las libertades de opinión y prensa que
consistían en que nadie podía ser molestado por sus opiniones ni impedir que las manifestara en la prensa.
También estableció la garantía de audiencia, por la que todo mexicano tenía derecho a obtener audiencia
del emperador para presentarle sus peticiones y quejas.
Además, prohibía la confiscación de bienes, los servicios gratuitos o forzados, regulaba los servicios
personales en el caso de los menores de edad y dedicaba dos disposiciones al derecho penitenciario en las
que establecía la separación de los detenidos de los formalmente presos.
En resumen, abandonado por Napoleón III y las tropas francesas —estas comenzaron a retirarse a partir de
1866 ante la inminencia de una guerra entre Francia y Prusia y la constatación de la derrota de los
confederados en la Guerra de Secesión norteamericana en 1865—, enemistado con los conservadores que
lo habían llevado al poder y con el clero, así como repudiado por los liberales bajo el gobierno de Benito
Juárez por la intervención y ocupación de parte del territorio mexicano, el emperador se quedó solo,
aislado.
Maximiliano fue vencido y capturado por el ejército republicano bajo el liderazgo de Mariano Escobedo en la
ciudad de Querétaro, después procesado, y por último fusilado en el Cerro de las Campanas, junto a los
generales Miguel Miramón y Tomás Mejía, el 19 de junio de 1867. En Europa se produjo una gran
conmoción con motivo de su muerte. Pintores, músicos, narradores y dramaturgos del viejo y nuevo
continente dejaron constancia en sus obras del triste acontecimiento
Aunque fue un gobierno de corta duración y su área de influencia nunca alcanzó la totalidad del territorio
nacional, su presencia, acciones y acontecimientos anecdóticos marcaron una época de la historia de
México. Comenzando con la trascendencia legislativa, pues el segundo imperio fue el primer gobierno
mexicano que instauró leyes, reglamentos y normativas que protegían y fomentaban los derechos sociales.
La cercanía con la población que siempre mostró la pareja, manifestado en su intento de adoptar y divulgar
la identidad del país que gobernaban; con acciones como la práctica de la charreria, el estudio de las
especies vegetales y animales del bosque de Chapultepec y el interior del Imperio (que incluso lo llevó a
instituir un Museo Nacional de Historia Natural); la traducción al nahuatl de los decretos imperiales; las
fiestas del castillo organizadas por la emperatriz para recabar fondos destinados a la caridad y la visita del
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Emperador a Dolores Hidalgo para ser, el 15 de septiembre de 1864, el primer gobernante en dar el grito de
independencia en el lugar original en el que se produjo. Existen un sinfín de libros, novelas, cuentos, cartas y
textos inspirados en los dos monarcas que arriesgaron todo lo que tenían, y decidieron lanzarse a un país del
que poco conocían, para gobernar al pueblo mexicano. También se pueden enlistar como hechos
trascendentes aportados por este periodo histórico los siguientes. Fue Maximiliano I quien contrató al
ingeniero M. Lyons para la construcción del ferrocarril de La Soledad al Monte del Chiquihuite, que creció,
más tarde, a la Línea de Veracruz.
Luego de haber efectuado una sesión extraordinaria del Congreso de la República, donde se le dieron
poderes especiales a Juárez y el Congreso, decretó la suspensión de trabajos hasta nuevo aviso, seguido de
una sesión solemne que acabó en el Zócalo capitalino con miles de mexicanos que fueron a despedir a
Juárez, el 31 de mayo de 1863. Juárez abandonó la capital junto con una gran caravana para llevar consigo el
Gobierno de la República hacia el norte, a salvo de los invasores. En la caravana iban los principales
ministros de Juárez, así como muchas carretas cargadas de papeles que contenían los archivos de la nación.
La caravana era custodiada por unas tres centenas de soldados bien pertrechados.
Juárez llegó a San Luis Potosí donde intentó rehacer su gobierno. Él había decretado una ley, el 25 de enero
del año anterior, donde serían traidores todos los que apoyaran con armas y tomaran puestos del gobierno
de los invasores. También, todo el que pidiera la abolición de las Leyes de Reforma sería traidor.
Los franceses entraron a la capital mexicana sin disparar un solo tiro, ya que Juárez y su gabinete estaban
gobernando desde San Luis Potosí. De ahí se cambió estratégicamente a Monterrey y a Saltillo. Echó al
cacique por medio de sus contactos, para luego perder las ciudades ante los franceses. Juárez había enviado
a Margarita y sus hijos a Nueva York. Partió a la Ciudad de Washington, donde se entrevistó con el secretario
de Estado. La encomienda de Juárez era asegurarse que los Estados Unidos estuvieran del lado de la
República y en contra del imperialismo francés. Abraham Lincoln, presidente norteamericano en ese
entonces, tenía grandes problemas en medio de la Guerra de secesión. Maximiliano se dirige a México y
escribe una carta a Juárez, invitándole a participar en su gobierno imperial.
En 1864 el presidente Benito Juárez y sus ministros Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias y Miguel
Negrete arriban a territorio chihuahuense e instalan en la ciudad la sede del gobierno republicano.30 En
Chihuahua la república gozaba de bastante apoyo tanto del gobierno como del pueblo.
Ante el inminente ataque francés, Juárez y su gobierno destruyeron la papelería importante para que no
cayera en manos francesas. En una madrugada de mayo de 1865 los franceses atacaron Chihuahua al mando
del General Agustín E. Brincourt. La ciudad fue bombardeada y se defendió tenazmente pero finalmente
cayó en manos de los franceses. Sin embargo, Juárez y su gabinete habían logrado ser evacuados a salvo
escapando rumbo al norte. Mientras tanto algunos generales republicanos combatieron heroicamente el
avance francés, Los franceses al llegar son informados que Juárez cruzó la frontera lo que dio por terminada
la persecución y fue lo que reportaron a la Ciudad de México. Los franceses planearon retomar por sorpresa
la ciudad de Chihuahua pocos días antes de la navidad de 1865. Los militares Manuel Ojinaga, Manuel Díaz
Mori (hermano de Porfirio Díaz) y otros militares estuvieron al lado de Juárez en la defensa de su gobierno.
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También el embajador de los Estados Unidos en París presionaba a Napoleón III para que retiraran sus
tropas de México. Maximiliano ofreció a los confederados que habían perdido la guerra en los Estados
Unidos la posibilidad de establecerse en Veracruz. Esto fue mal visto en el gobierno de Washington.
Las fuerzas republicanas al mando del general Luis Terrazas Fuentes contraatacaron a los franceses y
retomaron la capital de Chihuahua el 25 de marzo de 1866; luego recuperaron Parral y avanzaron sobre el
estado de Durango. Luego de tales hechos, el presidente Juárez distinguió al general Terrazas con su
amistad.34 Juárez entró a la capital chihuahuense el 7 de junio de 1866 ante el gran júbilo de la población. Se
organizó una ceremonia donde les dieron lugares de honor a los lisiados de las batallas acaecidas en aquella
región y se entregaron medallas de bronce a los héroes de la República. Cuando Juárez colocó una medalla a
un joven de unos 16 años, este estalló en lágrimas y le dijo al presidente que sus cinco hermanos murieron
combatiendo por él (Juárez) y que él también con gusto habría muerto por la misma causa. El presidente
contestó que lo entendía y que él también perdió un hijo.
Carlota por su parte busco incansablemente apoyo en Francia, y junto al Papa. Sin resultados positivos era
cuestión de tiempo la caída de Maximiliano I de México. En Chihuahua Benito Juárez recibía buenas noticias
de todo el territorio nacional respecto a la recuperación del control de la patria. El ministro de Guerra, el
general Ignacio Mejia, rendía los informes correspondientes. Porfirio Díaz avanzaba en Oaxaca desde el sur.
Suceden las batallas con los franceses, de las cuales al fin de cuentas, la guerra dio como resultado el triunfo
de México.
Cuando el presidente Juárez volvió a ciudad de México en 1867, luego de la guerra contra los franceses y la
guerra civil, su euforia se desvaneció tan rápidamente al asentar cabeza y notar que sus metas estaban lejos
de ser plasmadas. La ejecución de Maximiliano y la derrota de Napoleón III, hizo que el peligro de una
invasión europea desaparezca, y que por tanto, la supervivencia de México como nación independiente no
correría riesgo; los golpes de estado de inspiración eclesiástica eran parte del pasado. Los gobiernos
regionales estaban bien asegurados en manos liberales. Sim embargo, estos logros no produjeron los
resultados esperados, ya que la expropiación de las tierras de la iglesia no hizo surgir una clase de pequeños
campesinos, como las propiedades se otorgaban al mejor postor, las adquirieron las personas más
pudientes, y esto a pesar de los liberales más radicales, no logro más que incrementar la fuerza económica y
política de la clase dominante de ricos hacendados ya existente. El nuevo ejército liberal no aportó mayores
garantías que el anterior conservador, ya que estaba compuesto por soldados poco uniformes. Era
demasiado numeroso para el periodo de paz, tampoco se podía mandar a los veteranos de guerra a sus
casas sin nada, pues podría llevar a producir una revuelta.
A pesar de sentimiento nacionalista el país estaba más lejos de lograr la integración. Muchas provincias
lograron su existencia autónoma, aislada del resto de México social, económica y políticamente, la
parcelación de las tierras agrando la clase media, se los conocían como los riquitos.
Los diez años de lucha habían sumergido a la economía mexicana en el caos, ya que la riqueza de la iglesia
con la que los liberales contaban para llevar adelante sus planes, se fue en gastos de guerra. Descendió la
base del impuesto federal, el ministro de hacienda, Mejía, en sus memorias dijo que el tesoro estaba vacío.
A todo esto México tenía frías relaciones con Europa debido al ejecutamiento de Maximiliano y la negativa
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de Juárez a pagar deudas del último emperador, y con EEUU se estaban contrayendo relaciones cada vez
más de dependencia.
El partido liberal mexicano se parecía a los liberales europeos solo en nombre y no así en su composición
social, ya que recibía poco apoyo de la burguesía, y estaba compuesta por fabricantes textiles, agiotistas 6 y
el resto de la burguesía era extranjera.
Existían dos alas en el partido liberal mexicano que se unían y cooperan en tiempos de guerra, y cuando no,
las diferencias y la disputa emergían. Los grandes propietarios y la clase media estaban unida contra un
tercer grupo social, el sector popular. Este era un grupo heterogéneo-campesino, herreros, etc.-que exigían
la redistribución de la tierra a gran escala. Durante la guerra civil, los liberales llevaron adelante los intereses
de este sector, pero recordaban lo difícil que fue controlarlos cuando se alzaron tras el llamado de Hidalgo, y
más tarde durante la guerra de castas.
Frente a estos obstáculos, Juárez logro ser hasta su muerte el líder de este partido. Su liderazgo provenía de
la escisión del partido. Las dos fuerzas principales, hacendados y clase media, lo atacaban por no responder
a sus peticiones, pero ninguno quería derrocarlo por miedo a que otra facción ascendiera al poder. El sector
popular que estaba en desacuerdo con sus políticas, sobretodo la ley Lerdo, tampoco quiso hacerlo, pues
veían él a un indio pobre, de los suyos, que llego a ser presidente. Para hacer frente a estas crecientes
divisiones dentro del partido liberal, que impedía el funcionamiento normal, Juárez convocó a elecciones y
simultáneamente un referéndum sobre una serie de enmiendas a la Constitución 7. No pudo ser. Las dos
fuerzas antagónicas a Juárez se unieron para en oposición al presidente quien luego retiro las enmiendas.
Juárez para conservar su poder hizo concesiones a las fuerzas opositoras. A los hacendados les concedió
autoridad ilimitada sobre sus dominios. A la clase media, hizo crecer el aparato burocrático, invirtió
presupuesto federal en áreas de interés para este sector, mejoro la educación pública etc. Mientras el
gobierno mediaba en las elecciones, el parlamento ya no era el mismo, ahora tenían voz. La libertad de
prensa era absoluta, tan así que muchos intelectuales criticaban cada vez más a Juárez por todos los errores
que cometía su gobierno.
Una parte de la clase media liberal era oficiales del ejército que continuaban en actividad. Una
contradicción, puesto que se consideraba al estamento militar como un atraso para México. Pese a que en la
Constitución de 1857 se habían suprimido los beneficios militares, estas contradicciones en la sociedad
mexicana, fomentaba las revueltas, lo cual tuvo como producto una dependencia progresiva del gobierno
hacia la fuerza militar.
Juárez quiso llegar a un acuerdo con sus antiguos enemigos. Concedió amnistía a todos los que apoyaron a
Maximiliano, lo que hizo que algunos terratenientes recuperaran sus posesiones y algunos funcionarios
conservadores reclamaran sus puestos en el gobierno. La iglesia nunca recupero sus tierras. Pero se vio
recuperada gracias a la beneficencia de sus ricos seguidores y frente al despojo de sus tierras se hicieron
6
Comerciantes que especulaban con préstamos al gobierno.
7
Anadir un senado a la cámara de diputados para contrarrestar el poder del Congreso. Derecho a vetar al
presidente.
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fuertes en el campo. Estas medidas anclaron en una conciliación entre los sectores sociales. Léase clase
media, alta y estamento militar, en pos de evitar algún golpe de estado.
No logro la pacificación del país. Para complacer a la elite del país sacrifico los intereses del campesinado. El
resultado fue un descontento generalizado. El gobierno era débil para reprimir el descontento, que a su vez
debilitaba más la administración juarista e impulsaba a otras fuerzas a desafiar al gobierno.
El fin de la guerra supuso la vuelta al campo de muchos militares que no poseían tierras ni empleo y
aumentaron al ya abundante número de desposeídos mediante la ley Lerdo8. Una vez lograda la victoria
liberal sobre los conservadores. Se podría haber utilizado las tierras en algún programa de distribución y
crear una clase de campesinos. Sim embargo el gobierno nunca se tomó en serio tal situación y solo cedió
algunas tierras a algunos veteranos de guerra. El gobierno mexicano nunca se planteó hacer lo que hizo el
gobierno de EEUU después de la guerra civil: ceder tierras gratuitas a pobladores. Se vendieron tierras a
hacendados mexicanos y se reservaron tierras para campesinos inmigrantes.
Una principal inquietud en la sociedad mexicana era la desigual carga impositiva, que suponía un perjuicio
para el pobre. Un hacendado que poseía una tierra valorada en 20.000 pesos, pagaba al gobierno el mismo
impuesto que pagaba un empleado sin posesiones 9. Para apaciguar tal castigo, fue la exención del impuesto
a los que ganaban menos de 26 centavos al día.
Durante el periodo de la restauración de la República existieron muchas revueltas. Tres formas en tres
regiones distintas. Una de las más radicales fue en 1868, cerca de la capital. En donde a sus protagonistas lo
clasificaron de socialistas rabiosos. Estaban influidos por el socialista Plotino, quien veía en Jesucristo como
el socialista divino. Un alumno suyo, López, fue tan influido que llevo adelante revueltas en donde se
apoderó de la ciudad de Chalco y Texcoco y se la dividieron entre él y sus hombres. Después de un tiempo
las tropas federales derrotaron a los rebeldes y López fue arrestado y fusilado.
En cambio los mayas luego de la guerra de castas, consiguieron establecer un gobierno independiente en el
sur de Yucatán, que perduro hasta 1901.
Las guerras apaches en el norte fueron abrumadoras para el gobierno central. Su jefe Cochise quien mato a
15.000 personas. Gradualmente la presidencia de Juárez logro la fuerza suficiente para controlar las
incursiones, cabe decir que las tropas que eran enviadas al norte para tal objetivo, al ser mal pagos y débiles
no podían competir con aquellos. Los hacendados comenzaron a organizar su propia milicia civil y el
gobierno comenzó a otorgar tierras a cualquiera que estuviera dispuesto a defenderla.
La disminución del apoyo popular a Juárez despertaba el apetito de fuerzas opositoras. Luego de la guerra
contra los franceses aparece en escena Porfirio Díaz 10. Quien era un antiguo subordinado de Juárez. Tenía 37
años al terminar la guerra y se consideraba con iguales derechos que Juárez, en 1867 fue candidato a
presidente en oposición a éste, se presentó en 1871 y perdió otra vez. En ese año, y en vigencia del plan de
La Noria, Díaz declaro que las elecciones habían sido fraudulentas e hizo un llamamiento a la rebelión. El
8
Expulso a muchos campesinos de tierras comunales y su distribución fue de forma poco equitativa.
9
La alcabala: aduana interna. Contribución personal: equivalente al salario diario de seis a doce días de un
peón medio de hacienda.
10
A los 17 años se alisto en el ejército para combatir a las fuerzas invasoras norteamericanas.
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plan, poca referencia hacia a las reformas sociales, su punto crítico era político: que la presidencia se
limitara a un mandato.
El hermano de Díaz movilizó fuerzas en el estado de Oaxaca, junto con tropas federales y se apodero de él.
Díaz encabezo un contingente con mil soldados para apoderarse de la ciudad de México. Cuando Juárez
envío sus tropas a luchar contra los rebeldes, Díaz rápidamente se tuvo que retirar. El hermano de Díaz
también fue derrotado.
LA SUCESION DE JUAREZ
En 1872 Juárez sufrió un ataque al corazón y murió, 17 de julio. Su sucesor debía ser el presidente del
Tribunal Supremo, Lerdo de Tejada 11, que llamo a elecciones. A diferencia de Juárez, éste era criollo, y
conservador en materia social, a diferencia de Juárez, Lerdo tenía poca relación con los estamentos más
pobres de México. En 1871 compitió con Juárez para la presidencia y perdió. Muerto Juárez, en las
elecciones de 1872 gano.
Lerdo tuvo más éxitos que Juárez en muchas materias, puesto que recogió los frutos de su predecesor.
Fortaleció el papel del estado, y en la pacificación del país, tras ser alcanzado por la victoria anterior ante los
rebeldes de Díaz. De modo que el presidente Lerdo otorgó una amnistía a ellos, y humillándose, tanto Díaz
como sus seguidores no tuvieron más remedio que aceptarla; y se lo destituye de cargo militar.
Acabo con un caudillo que había establecido una república campesina en México, Lozada, en Tepic.
La economía se desarrolló más rápidamente, gracias a la pacificación del país. En 1873 se inauguró la
primera línea férrea que une ciudad de México con el puerto de Veracruz. En 1876 el intento de Díaz para
derrocar a Lerdo fue exitoso. Debe entenderse que Lerdo no contó con el prestigio que tenía Juárez y
además su fracaso de mantener un consenso con la elite mexicana, la relación no fue la misma que al
principio de su mandato. La política de Lerdo contra la iglesia fueron las que deterioraron tales relaciones,
políticas más enérgicas que las de Juárez. Éste último, tras su victoria sobre los conservadores, pasaba por
alto que el clero violara algunas leyes de reforma, Lerdo no perdonaba.
En enero de 1876 la suerte de política de Lerdo estaba deteriorada, Díaz dio el golpe. A petición de éste, el
comandante de Oaxaca lanzó el plan de Tuxtepec, llamando a la revuelta armada contra el presidente y a
favor de Díaz. Lo mismo que el plan Noria contemplaba el principio de no reelección, éste extendía el
principio a nivel municipal. Por lo cual era esta una propuesta muy popular para la clase media que aspirara
al gobierno, y para los hacendados también, ya que su poder disminuía por el creciente del mismo de los
gobernadores.
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Comonfort al poder, lerdo al Tribunal Supremo, éste destituido Lerdo renuncia. Juárez al poder, llama a
Lerdo, éste al Tribunal Supremo.
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Lerdo se creyó tener demasiada fuerza y convoco a nuevas elecciones, pero la rebelión ya estaba en marcha.
Iglesias, el nuevo presidente del Tribunal Supremo, acusó a Lerdo de haber cometido fraude y se negó a
aceptar los resultados de las mismas. Intento apoderarse del gobierno con la ayuda de otros gobernadores y
funcionarios que habían quedado fuera de la administración de Lerdo, lo cual dio una vitalidad nueva a Díaz.
Las tropas de éste junto con las de Díaz vencieron a Lerdo. Renuncio a la presidencia y Díaz reconoció a
Iglesias como el presidente provisional si éste convocaba a nuevas elecciones, Iglesias se negó y Díaz hizo
marchas sus tropas contra él, las derrotaron. En 1877 Díaz fue elegido presidente producto de nuevas
elecciones.
Su administración tuvo un carácter militar más acentuado, y otorgo un mayor presupuesto a gastos
militares. Intento recuperar la coalición entre las clases media y alta. Su política hacia las clases altas fue
“divide y vencerás”. Destituyo de su cargo a caciques locales, como el gobernador de Chihuahua 7y nombró
a personas de su extracción social. Permitió a los hombres destituidos conservar sus propiedades y extender
su influencia económica.
Frente a las clases media, optó por hacerles concesiones políticas. El congreso aprobó el principio de no
reelección no solo al cargo de presidente, sino también al de gobernador, facilitando de este modo la
apertura a la clase media a participar de las contiendas electorales.
No llevo a cabo una represión masiva, ni acabo con los grupos políticos. Las relaciones con EEUU eran frías.
Los pobladores estadounidenses continuaban su expansión hacia el oeste, y los ladrones de ganado
utilizaban las fronteras mexicanas, menos protegidas y despobladas, como refugio, y desde allí lanzaban
ataques sobre EEUU. El resultado fue que ambos países se acusaban por no combatir a esos ladrones, etc. El
gobierno mexicano para atraer pobladores a esa región, la nombro zona libre de impuestos. Resultado: los
bienes adquiridos allí eran mucho más baratos, aumento el contrabando y generó el descontento de los
comerciantes estadounidenses. A ello se sumaba el descontento de Díaz por la concesión de Lerdo para la
construcción de vías férreas.
EEUU y países europeos reconocían a los gobiernos latinoamericanos cuando estos podían mantener el
control por sí mismos, EEUU dejo de lado esta norma y el gobierno de Grant no reconoció a la
administración de Díaz a no ser que éste reconociera a favor de los EEUU ciertos puntos de conflictividad
entre ambos países. Cambia la administración en EEUU, Hayes, y una de las primeras medidas que éste toma
es capturar a cualquier ladrón en la frontera mexicana sin consentimiento del gobierno mexicano. Díaz no
podía permitir tal atropello, por lo que mando un contingente a la frontera y atacaran sea cual sea la más
mínima amenaza del país. Nunca chocaron. La guerra era inevitable.
La crisis término gracias a la cordialidad de Díaz para con los inversores norteamericanos. A través de las
concesiones del ferrocarril y de promesas de ayuda a futuro, en lo referido a sus negociados, los gritos de
intervención se convirtieron en férrea defensa de la administración de Díaz.
ESTRATEGIA DE DIAZ
El conflicto con los norteamericanos dio quizá con la zanahoria con la que Díaz dirigió su política. Tres fueron
las medidas: otorgar a los inversores norteamericanos o extranjero concesiones de todo tipo; el gobierno
hacia todo lo posible para fortalecer y renovar sus lazos con Europa a fin de contrarrestar el capital
estadounidense; mantener la estabilidad política a cualquier precio. Estas fueron las bases del gobierno de
Díaz hasta 1910.
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La estabilidad interna se logró con una política de represión y concesiones. También, haciendo honor a su
palabra no se presentó en las elecciones venideras. Díaz confiaba en que los empresarios y financieros
estadounidenses estarían más ocupado en hacer fortunas que en preocuparse por otra guerra con México,
lo cual era un alivio por un lado. Por otro lado se veía en estas acciones del gobierno mexicano que si los
inversores no percibían la estabilidad interna requerida, tenderían a constituirse en un poderoso grupo de
presión.
Díaz logro establecer buenas relaciones diplomáticas con Francia, aunque algunos sectores mexicanos
pedían una indemnización por lo ocurrido, ello no se llevó adelante. En 1880 formalmente ambos países
intercambiaron embajadas. Díaz buscaba crear contrapeso económico con EEUU y Francia fue de este modo
uno de sus principales inversores. Banqueros franceses asumieron el papel en la construcción del Banco
Nacional de México. Francia fue en definitiva la moda, la cultura.
Elecciones de 1880 Díaz no se presenta y su protegido era González, conocido por corrupto, razón suficiente
para Díaz que aspiraría a presidente tiempo más tarde. Su gobierno se distinguió por la corrupción. Reunió
un gabinete porfirista, pero él no era Díaz. A pedido de González, el congreso aprobó una ley en donde se
permitía el paso de tierras pública a manos privadas, lo cual despertó la furia campesina, ya que se barrían
con los derechos de los pequeños propietarios. REVER CONTRATO EEUU Y ALEMANIA.
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