Tango Memoria y Patrimonio
Tango Memoria y Patrimonio
Tango Memoria y Patrimonio
Herman Montoya
Antropólogo
Coordinador del programa Memoria y Patrimonio
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Bar La Payanca. 2008
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INTRODUCCIÓN
El presente texto surge a partir del trabajo que la Secretaria de Cultura Ciudadana
realizó durante el 2007 y 2008 con el fin de promover el tango en la ciudad de la mano
con el Festival Internacional de Tango 2, pues si bien existe un acuerdo 3 del Concejo de
Medellín que legitima el carácter patrimonial de esta expresión cultural, desde el
Programa de Memoria y Patrimonio de la Secretaría encontramos necesario llenar de
contenido esa declaración formal y devolverle a la ciudad una reflexión sobre su
carácter tanguero y la valoración del tango como patrimonio.
Para tal fin presentamos este acercamiento que está dividido en tres partes,
inicialmente introducimos algunas reflexiones sobre el patrimonio inmaterial y sobre la
relación música y cultura; en la segunda parte nos ocuparemos de la adopción del
tango en Medellín, sus huellas y raíces históricas, para concluir con una reflexión
sobre el presente desde las formas como se está apropiando, practicando y
promoviendo esta expresión cultural en la ciudad y las perspectivas de futuro,
fortalezas y amenazas para conservarla como patrimonio inmaterial.
El tango llegó a Medellín a principios del siglo XX cuando se convirtió en uno de los
principales productos de las industrias culturales argentinas a través de la radio, el
cine y la grabación. En el caso de Medellín este género “fue identificado localmente
como la música de fondo del progreso y el triunfo de la civilización europea en tierras
americanas, y por lo tanto, un modelo a seguir” (Santamaria, 2005, 7). El tango como
música de la ciudad por excelencia representaba las vivencias y contradicciones de la
modernización que se vivía aceleradamente a principios del siglo XX.
2 El festival de Tango nace en 1968 como una iniciativa ciudadana de los amantes al tango, dentro de
ellos Don Leonardo Nieto un reconocido gestor del tango en la ciudad. Desde el 2007 la Secretaria de
Cultura ciudadana empieza a activar nuevamente este festival en la ciudad.
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Desde el año 2000 mediante el acuerdo 12 del Concejo municipal, “el tango fue declarado patrimonio
artístico, cultural y social de la ciudad”, y a través de la Ordenanza 24 del mismo año es declarado
patrimonio artístico, cultural y social de Antioquia, Posteriormente, en el año 2005, se institucionaliza por
medio del acuerdo 161 del Concejo la realización del evento “Festival Internacional de Tango Ciudad de
Medellín”.
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migratorios. En este sentido, como lo expone Santamaría, las cuestiones formales del
género musical poco tuvieron que ver con la recepción del tango en la ciudad y más
bien fue el texto lo que tomo un valor protagónico en tanto “el público estaba muy
atento a la diferencia entre el tango que celebraba el vigor de la vida urbana, y la
música argentina del interior, que tenia temas bucólicos y un sonido más rustico”
(Santamaría, 2005, 7). Estas características de la adopción del tango han dejado una
huella importante en la configuración de una cultura tanguera en la ciudad.
Desde niña escuchaba tangos en las calles de mi barrio, un barrio de gente obrera en el
municipio de Dosquebradas a pocos minutos de Pereira en el eje cafetero. Mi abuelo
músico, amante del tango, los pasillos y los boleros me enseño que la música antes que
un dato es una pasión, con él empecé, de la mano de mi padre, a escuchar nombres de
compositores, melodías y anécdotas, sin embargo esa inquietud por la música aún no
encontraba campo fértil en mis pasiones. A punta de escuchar las conversaciones de mi
padre y mi abuelo, de escuchar las serenatas del abuelo mientras tocaba bandola con
3
su amigo violinista en el patio de la casa, de llevarle razones a mi padre al billar de la
esquina o a la tienda de “Gonzaga” donde siempre se escuchaban tangos, este ritmo
mágico fue quedándose en mi memoria, en una memoria emocional.
Cuando decido venirme a estudiar a Medellín mi abuelo me recordó que venía para el
lugar donde había muerto Gardel, me contó una historia de una ciudad que aún no
conocía pero que por referencias suyas ya me sabía a tango. Después en la nostalgia de
mi familia, mi padre, mi abuelo con sus historias y serenatas, se empieza a fertilizar mi
pasión por el tango. Llevada por ese amor que se siembra en mi familia pereirana pero
que retoña en mi soledad en Medellín, atraída por las preguntas sobre el patrimonio, la
memoria y la cultura, llega esta investigación de la mano del programa de Memoria y
Patrimonio que nos permite incursionar más allá del ocio en el mundo del tango para
descubrir que además de escucharlo y disfrutarlo, el tango también se estudia y se
adopta como un estilo de vida.
***
Yo solo conocía a Carlos Gardel, recuerdo que una vez escuche con detenimiento su
famosa canción Cuesta Abajo, me hizo llorar… Sueño, con el pasado que añoro, El tiempo
viejo que lloro, Y que nunca volverá, recordaba a mi abuelo, de quien nunca aprendí a oír
tangos a pesar de su fervoroso amor por él, recordaba mi infancia con pestañeos que
me llevaban vagamente a mi pasado. Era un breve encantamiento, no sé bien
exactamente porqué, lo que ahora me queda claro, es que el tango es poderoso, es
carnal y espiritual, y tal vez por eso sea una música que fácilmente te hace llorar y
anhelar algo parecido a lo que Víctor Hugo definió como melancolía: “la felicidad de
estar triste”.
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Y es que es difícil saber de tangos, que mundo tan grande nos hemos encontrado en
esta investigación, tantos bandoneones, violines y pianos, tantas composiciones y
poesías, tantos viajes, tanta historia encerrada bajo cada canción, en cada oído, en las
manos, en los labios. Yo soy generación de los 80’s, no herede el amor por el tango a
pesar de que mis abuelos lloraron la muerte de Gardel, no me toco ni rastro de
Guayaquil, aún hoy se más de Astor Piazzola o de Gotan Project que de Aníbal Troilo,
Susana Rinaldi o Julio Sossa. Sin embargo, aprendí que conocer de tango en Medellín
no solo implica conocer las canciones, los años, los artistas; acercarse al tango es llegar
a un mundo sentimental, lleno de símbolos, de rituales, de herencias, de amores, se
trata de familias enteras cuya historia se escribe en poesía tanguera, vidas dedicas a
esta pasión, vidas contadas y transformadas por las canciones, un mundo donde
existen hijas con nombres como Malena o Marion, de bares, colecciones y
conocimientos pasado de padre a hijos y de hijos a nietos, llegar al tango es sentir
escalofrió cuando se entona una canción en el más bello de sus momentos ,o saberla
oir en medio de la quietud del silencio, es cuando se abraza al amigo al son de un coro,
un buen trago tras un bandoneón, un violín o un piano. El tango no es solo una música
que se escucha, el tango se camina, se recorre, se vive día a día, por eso una vez
conocido y amado, el tango no se olvida.
Queremos agradecer a todos los tangueros de Medellín y del Área Metropolitana por
acompañarnos en esta incursión y guiarnos con espíritu pedagógico por el insondable
mundo de la música y la cultura tanguera. Queremos igualmente reconocer que este
acercamiento no alcanza a incluir todos los escenarios y personajes tangueros de la
ciudad, sin embargo su ausencia en este texto no significa un desconocimiento sino
mejor una invitación para continuar investigando y documentando el mundo del tango.
5
I
PATRIMONIO INMATERIAL
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atenta contra los seres humanos ni contra la naturaleza y finalmente es una muestra de
la creatividad y el ingenio de una comunidad4.
Retomando este concepto de Identidad Peter Wade, 2002, expone como un aspecto
central, el hecho de que la identidad se reconoce a partir de la diferencia, es por esto
que el reconocimiento de la diversidad cultural toma importancia; para lograr construir
identidades. Wade nos recuerda que en tanto las identidades se configuran a través de
la interacción permanente entre el “yo” y el “otro”, éstas pueden variar en el tiempo
pues “las identidades varían cuando se presentan los contrastes”, es decir, a medida
que “yo” me reconozco como diferente frente a asuntos como las ideologías,
interpretaciones y prácticas de “otro”. Otro aspecto central señalado por Wade, es el
4
http://www.mincultura.gov.co/patrimonio/patrimonioInmaterial/secciones/quees/caracteristicaspci.htm
7
reconocer que las identidades coexisten en varios niveles, no son ni exclusivas ni
esenciales por lo tanto una identidad individual, por ejemplo de género, puede co-
existir con identidades colectivas como identidades generacionales, regionales, étnicas,
nacionales, musicales, etc… “es posible ser una persona determinada, y ser a la vez
colombiano, tukano, hombre, padre, latinoamericano, cuartomundista, indígena, ser
humano, etc., y todo ello simultáneamente” (Wade, 2002, 255). La identidad es
entonces “esa sensación de seguir siendo lo mismo a través del tiempo” pero sobre
todo ese proceso de reconocimiento de lo propio a partir de lo diferente, un
reconocimiento que puede ser múltiple y diverso en sí mismo y que surge desde la
identificación personal y colectiva.
Como vemos las identidades cobran sentido en la relación entre diferentes, si todos
fuéramos iguales, la preocupación por la identidad desaparecería, por lo tanto para la
vivencia y posibilidad de expresión de las identidades es necesario propiciar escenarios
de constante interacción, de esa manera las identidades se pueden reafirmar, renovar,
y dialogar, pues las identidades “se establecen por repetidos actos de representación,
es decir de identificación” (Wade, 2002, 256), de ahí la importancia de revivir espacios,
escenarios, personajes, públicos, para escuchar, proyectar y crear el tango como
expresión artística y cultural de la ciudad.
Sin embargo también es necesario aceptar que estos encuentros están atravesados por
relaciones de poder, conflictividades, estereotipos y exclusiones. Como dice Wade, “no
hay una sola “verdadera” identidad”, más bien existen diferentes versiones de ésta
cuando se trata de una misma expresión, grupo o práctica cultural.
Retomando estos elementos para nuestra reflexión seria preciso decir, entonces, que
no hay una sola forma de vivir el tango en la ciudad, no existe una versión verdadera
del tango y otras falsas, no existen lugares que por ser exclusivamente de tango deban
reivindicar más o menos la cultura tanguera, no por escuchar tango electrónico o
renovar y hacer propuestas de vanguardia sobre la música ésta perderá su identidad.
“Cada versión surge de actos de representación que tienen lugar dentro de redes
traslapadas de significados. Lo importante no es la “verdad” de cada versión, sino el
impacto práctico –en términos políticos, económicos, sociales, psicológicos- de actuar
sobre las diferentes versiones” (Wade, 2002, 264)
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patrimonio cultural, -especialmente aquel reconocido como inmaterial-, esta en
constante actualización, -al igual que la memoria y las identidades-, lleno de pasado,
presente y futuro. El tango tiene por lo tanto características que, fundadas en aspectos
como el mito de Gardel, son valoradas desde el pasado y desde la historia del tango en
la ciudad, sin embargo ese mito hoy continua vivo y por lo mismo, le da vigencia a
otras memorias y experiencias que vale la pena explorar.
Aquí nos interesa evidenciar como hoy desde lo local, -entendido como la ciudad y sus
diferentes escenarios-, es valorado, apropiado y representado el sentido patrimonial
del tango en la ciudad. Como lo propone Mónica Lacarrieu, es necesario pensar el
patrimonio como un asunto inserto en una contemporaneidad que cuestiona
constantemente las concepciones, el uso y sentido de lo patrimonial.
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En este sentido toma relevancia llamar la atención sobre cuál es la Medellín tanguera
que se está proyectando, ¿qué es lo que caracteriza el tango como un patrimonio de la
ciudad?, ¿qué versiones del tango en la ciudad se promueven y cuales están siendo
relegadas?, ¿qué necesidades identifican los protagonistas de esta expresión artística
para desarrollar verdaderos procesos de inclusión cultural a través de la promoción de
una cultura y una ciudad tanguera, de la promoción y proyección de un patrimonio? En
suma, si hablamos del tango como patrimonio debemos pensar en que la manera cómo
lo estamos identificando va a tener implicaciones en la forma como lo vamos a
promover, proteger y divulgar; como un patrimonio fundado en una visión de la
identidad esencialista o como un patrimonio que incluye a las múltiples versiones de la
expresión cultural en la ciudad, como uno que se quedo anclado en una historia pasada
o que se renueva, se vive en el presente y se sueña para el futuro.
MÚSICA Y CULTURA
En el caso del tango este enfoque nos permite abordar los espacios del tango en la
ciudad como el entorno cultural de este género musical, en la búsqueda de las
representaciones que existen sobre estos espacios y el lugar que ellos tienen, para
grupos de personas y barrios de la ciudad, en la sociabilidad urbana.
Varios autores han resaltado los pocos estudios que existen en general de la historia
musical en Colombia. Estudios que retomen elementos de lo musical desde una
perspectiva que los relacione con aspectos históricos, sociales y culturales, es decir, con
los contextos de creación, producción, difusión, consumo y vivencia de la música como
expresión cultural 5.
Trabajos como el de Peter Wade en Música, Raza y Nación, exploran las estrechas
relaciones entre la identidad, la memoria y la música desde una perspectiva
antropológica que articula miradas históricas y etnográficas. Este autor examina las
formas de recepción y creación de la música tropical en Colombia y cómo ésta se fue
configurando como una música nacional. Trabajos como este nos invitan a seguir la
pista, en este caso, desde un escenario local a esa relación entre música e identidad, y
música y memoria, es decir, al carácter patrimonial de la música.
En este sentido, surge la pregunta sobre ¿cuáles fueron los determinantes o los
condicionamientos históricos y sociales que permitieron que el tango llegara, se
adoptara y se apropiara en la ciudad? Para responder esta pregunta el sector tanguero
y los amantes de este género suelen traer constantemente tres palabras a la memoria:
Guayaquil, migración y Gardel. Rastrearemos en la segunda parte de este texto qué
significado tienen estas tres palabras para el tango en Medellín. Aquí, nos
encontramos más que con las características propias de la música desde la técnica y el
conocimiento de un intérprete o compositor, con varios elementos que la rodean, la
alimentan y le dan sentido. Así, un lugar: Guayaquil; un fenómeno social e histórico: la
migración; y un personaje mitificado: Gardel, van dándole forma a las huellas de la
memoria tanguera en Medellín.
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Es de destacar en este sentido el trabajo del grupo de investigación “Valores Musicales” del Instituto
de Estudios Regionales y la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia.
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que ver con las ideas de ciudad o de nación promovidas por los Estados a través de una
idea de identidad nacional, o regional, sino que se identifican y se reivindican con
asuntos de otros ordenes como los que se construyen alrededor de un gusto, un
interés o una causa. Sin embargo valdría la pena preguntarse y continuar una
exploración más profunda sobre las formas como se negocian esas identidades;
cuando el Estado entra en la escena de promover estas expresiones culturales y
empieza a asumir su responsabilidad en la protección de estas expresiones como
patrimonio.
Wade (1997) expone uno de los debates y de las críticas a los estudios de la música en
relación con la cultura, tiene que ver con la idea de que la música “refleja” la identidad
de una sociedad, es decir, el hecho de establecer una relación de homología entre “la
forma musical y la estructura social”. Este ha sido uno de los enfoques con los cuales se
ha explicado la adopción y florecimiento del tango en Medellín; por un lado la idea que
refleja a Medellín con Buenos Aires como cunas del Tango, y por otro la característica de
las letras y composiciones del tango como elementos que reflejaban fenómenos
creciente a principios del siglo XX; la migración campesina, las transformaciones de
pueblos a ciudades (aquí encontramos el auge industrial, los crecientes flujos
comerciales, la diversidad de prácticas e ideologías en los nuevos habitantes o
visitantes de las ciudades) y el encuentro y desencuentro con una sociedad en
construcción, caracterizada por fuertes jerarquías, desigualdades sociales y por las
grandes dificultades para incluir a los nuevos habitantes en un proyecto de ciudad
apenas en construcción.
De esta manera y si bien estos elementos hacen parte de la relación entre el tango y
Medellín, el llamado teórico de Wade, nos invita a proponer relaciones que trasciendan
la tendencia a concebir la identidad “como una cosa pre-formada expresada por la
música en forma sencilla” (Wade, 1997, 67). Este autor propone, retomando a Firth y
Stokes, “observar la música como algo que constituye la identidad en vez de
simplemente reflejarla (…) pues tanto la música como la identidad se vuelven más
flexibles y menos reificadas” (Wade, 1997, 68). Paramo (2002) habla de un territorio
emocional para referirse a la música y su apropiación por parte de los públicos, en este
sentido podríamos plantear que uno de los elementos que más persiste, que expresa la
vivencia y vigencia del tango en Medellín, es la continuidad que este género ha logrado
en la colonización de ese territorio emocional de los públicos en la ciudad, esta es una
de las principales fuentes y motivaciones para seguir impulsando una cultura tanguera
en Medellín.
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II
EL TANGO EN MEDELLÍN
Angélica Gorodischer 6
6
Escritora Argentina. El Ojo Ajeno. Entre onces y mediasnueves. Diario Colombiano. En: Boletín Cultural y
bibliográfico Numero 28. Volumen XXVIII, 1991.
http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti5/bol28/ojo.htm
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En los albores del siglo XX, espontánea e insospechadamente, dos hombres
transformarían no sólo la vida bohemia, sino el deleite musical y dancistíco de los
habitantes de la ciudad de Medellín. Alejandro Wills7 y Alberto Escobar después de
regresar de su viaje a Buenos Aires, trajeron consigo la música porteña que se quedaría
en el corazón de los habitantes de la ciudad trasmitiéndola de generación en
generación a través de la herencia cultural. Fue en discos de acetato de setenta y cinco
revoluciones por minuto, en donde pudieron escucharse las primeras composiciones
gauchas conocidas en Medellín. Esta además, la importación de gramófonos, vitrolas, y
posteriormente la llegada de la Radio con programas como La voz de Antioquia
(Caracol) o La voz de Medellín (RCN), donde se contaba con orquestas de planta que
contribuyeron a la rápida la divulgación de la música en cafés, cantinas y en los hogares
de Medellín
“El tango tiene su historia, antes de escuchar los tangos que venían de Chile o
Argentina, escuchamos los que venían de Estados Unidos, los tangos de Gardel
fueron grabados en Estados Unidos, por la RCA Víctor. Los primeros tangos que se
escucharon fueron de Juan Pulido, Margarita Cueto, y esos discos venían con un
tango cantado por esos artistas por un lado y al otro lado música colombiana,
entonces así fue llegando y la gente los empezaba a escuchar. Porque se va uno
atrás y dicen que desde el año 1927 vino la compañía de Camila Quiroga en esa
compañía, vienen dos guitarristas que acompañaron a Gardel en Nueva York en dos
grabaciones, Cáceres y Ayala, esos vinieron ahí. También dicen que el primer
bandoneonista que se cree que piso Medellín, se llama Augusto Pedro Berto, el
Autor de la Payanca” Don Chepe Rua
En la segunda década del siglo XX “el estanco, centro de socialización por excelencia
[…] cedió su lugar a la cantina y el café” (Betancur, 2006, p. 157), los cuales además de
multiplicarse considerablemente con el correr de los años, atraerían a personas que en
su mayoría pertenecían al “club” de numerosos inmigrantes que llegaron a Medellín a
causa de el florecimiento de la industria y la “modernización” de la ciudad. Puede
advertirse entonces la particular similitud de circunstancias entre lo sucedido en
Medellín y en Argentina cuando esta última recibió centenares de barcos cargados de
7
Cantor, guitarrista y compositor colombiano. De muy joven dedicóse al canto formando dúo con Arturo
Patiño hasta 1911 y desde 1913 con Alberto Escobar con quien recorrió Venezuela, Centro América y los
Estados Unidos donde grabó buena cantidad de discos en la marca Víctor. www.todotango.com
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europeos, en su mayoría italianos y españoles, que darían vida a una nueva e híbrida
Argentina cargada de ritmos que conquistarían al mundo entero.
Así, Medellín recibiría a sus inmigrantes quienes identificados profundamente con las
letras del tango -que nacieron producto de los desafortunados eventos y los
sentimientos de nostalgia experimentados por la mayoría de los inmigrantes en
argentina- lo escucharían una y otra vez tratando de ahogar sus penas y dilapidando sus
escasos ingresos del jornal, quizá en compañía de una prostituta, un cigarrillo Camel, un
Aguardiente Pepe Sierra, una cerveza Guapa o Pilsen, o la popular mezcla de
Arguardiente y Ron llamada Tigre en aquella época.
“…En los años 15 hubo una migración muy fuerte en Antioquia, acabada de
terminar la gran colonización antioqueña desde 1870 a 1900, entonces esas
migraciones crean el hombre desarraigado, el campesino llega a la ciudad y no es
campesino ni es ciudadano, ese desarraigo era una tristeza, unas condiciones de
nostalgia por el campo, eran generaciones que llegaron a vivir en la periferia de la
ciudad, el tango pega en ese tipo de antioqueños, y los antioqueños, en su
migración externa, llevaban el tango, el tango va con el pueblo.” Jaime Jaramillo
Panesso, presidente honorario de la Academia Nacional del Tango.
La Migración
Si bien las ciudades Colombianas apenas podrían considerarse como tales a principios
del siglo XX, lo interesante es el fenómeno de urbanización y transformación de un país
rural a un país urbano que ciudades como Medellín, Bogotá, Cali y Barranquilla
empezaron a propiciar. Como lo explica Santos “nuestras principales ciudades de
principios del siglo XX apenas superaban la condición de aldeas grandes. De acuerdo
con resultados globales del censo realizado en 1901, en las precarias condiciones de la
guerra civil, Bogotá inició el siglo con 195 mil habitantes, Medellín con 86 mil, Cali con
65 mil, Barranquilla con 63 mil, Bucaramanga con 60 mil, Cartagena con 55 mil, Tunja
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con 45 mil, Popayán con 40 mil, Pasto con 35 mil, Santa Marta con 25 mil, Ibagué con 25
mil” (Santos, 2007).
Uno de los elementos centrales en este proceso social de urbanización que vive el país
en la primera mitad del siglo XX es que fue un proceso fuertemente asociado a la
migración, es decir, el estimulo del poblamiento de las ciudades acompañado de
procesos emergentes como la industrialización, la bonanza cafetera y el desarrollo de
vías de comunicación, propiciaron un contexto propicio para la migración de población
rural a las nacientes ciudades. Como todo proceso de migración, la llegada de nuevos
sujetos a un territorio, generó debates sobre la configuración de un ciudadano
especifico, esta vez el ciudadano urbano, modelo en el cual debían integrarse o
incluirse los pobladores rurales que recién llegaban.
En el caso de Medellín las cifras son más que evidentes, Melo muestra como la ciudad
“multiplicó su población en los últimos cien años por 50, y en el breve lapso de 23 años,
entre 1938 y 1951, prácticamente la quintuplicó”. Este autor habla de dos momentos
que caracterizaron esa migración, el primero lo ubica en la época anterior a los años
40, y se caracterizó por la llegada de clases medias de los pueblos antioqueños que
venían atraídos por las oportunidades de la capital, esta población poseía valores y
costumbres afines a las capas urbanas de Medellín. El segundo momento se da después
de los años 40 cuando empieza a llegar una población de origen más rural ampliando
la frontera de migración “aunque sigue siendo fuerte la presencia de gentes de los
pueblos más tradicionales de la zona antioqueña, incluye ahora contingentes notables
de migrantes de las tierras bajas. Además, está compuesta por gentes de los grupos
sociales más débiles, por campesinos expulsados por la miseria o la violencia, que
vienen a buscar en la ciudad un respiro a las dificultades de la vida rural” (Melo, 1993).
Así, el crecimiento de la ciudad fruto de los procesos de migración produjo una ciudad
con habitantes de diferentes raíces culturales.
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Este proceso de urbanización coincidió con lo que Orlando Melo denomino el proceso
de modernización política del país, a través de la propuesta liberal de la Revolución en
Marcha. “El triunfo liberal de 1930 permitió el ascenso al poder de una elite con un
proyecto de modernización que acentuaba los aspectos políticos abandonados por el
proyecto regenerador. Mientras que se seguía compartiendo el objetivo económico
capitalista del período anterior, el liberalismo confiaba en contribuir a la que he llamado
"revolución política" generando las bases institucionales para una ciudadanía universal
y abstracta. Para ello, estableció el sufragio universal y directo, promovió la
participación política popular, la movilización de masas, la organización del
sindicalismo, etc. Incluso en el plano simbólico, la conversión de la calle en escenario de
la participación política, mediante la manifestación pública, era señal de este esfuerzo
de ampliación del espacio político” (Melo, 1993, sp)
Un elemento importante señalado por Melo es esa nueva dimensión de lo público que
si bien permitió la emergencia de nuevas formas de participación, también reconfiguró
las formas de apropiación de la ciudad y de la calle. En este sentido empiezan a
emerger escenarios para el intercambio, la diversión, el comercio, y la integración de
diferentes sujetos en una nueva ciudad. Este elemento es clave para comprender el
lugar en el que se anida el tango, el bar, la cantina, la calle, los nuevos escenarios
públicos que se empiezan a transformar en la ciudad y donde tienen protagonismo no
solo las elites locales, sino también aquellos recién llegados llenos de sueños,
nostalgias y expectativas.
“Guayaquil es otra cosa, ese era el centro comercial más importante, había dos
centros importantes en Medellín, los almacenes del parque Berrio y Guayaquil,
donde estaban todas las cacharrerías, allá convergía el tren, el tranvía, los carros de
caballo, los taxis, los carros, todo llegaba ahí, todo (…)Tenía dos escenarios, en el
día el comercio y bajaba el telón y aparecían lo que yo llamo las mariposas
nocturnas, entre el campesino, el cotero, el taxista y algunos intelectuales, además
estaba las meseras que eran confidentes, bailarinas, prostitutas, tenían todos los
oficios simultáneos, era también un sitio señalado, combatido, las riñas eran a
puñal, y el atracador que se aprovechaba del campesino” Jaime Jaramillo Panesso,
presidente honorario de la Academia Nacional del Tango.
Así el contexto social de la primera mitad del siglo XX estuvo acompañado de procesos
como la migración del campo a la ciudad y la urbanización, de transformaciones
sociales de gran importancia que le dieron el carácter de un momento histórico
convulsionado, es decir, los roles sociales y los modelos establecidos hasta el momento
se vieron cuestionados y empezaron a dimensionarse posibles transformaciones. Como
lo expone Diego Armus, 2002, para el caso de Buenos Aires, en ese momento histórico
la incursión de las mujeres en el escenario urbano significó una posibilidad de ascenso
social, constituyendo una transgresión del modelo de ama de casa y mujer de familia.
En Medellín, especialmente la emergencia de la industria textil y la demanda de mano
de obra femenina permitieron la transformación de ese lugar de la mujer. Para el
tango estos elementos fueron centrales en tanto le permitió convertirse en un
vehículo de expresión de todas estas transformaciones, de las subjetividades y
emociones que acompañaron a la época, así retomando a Wade, el tango no fue
entonces un reflejo de esas transformaciones sino que más bien hizo parte de las
mismas, se constituyo como esa mediación entre los sentidos diversos entre las
personas y su entorno (Serje, 2002).
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Las compañías discográficas grababan la música latinoamericana para la venta en
Estados Unidos y en América Latina, enviaban sus agentes a América Latina con
maquinas portátiles de grabación y más tarde establecieron estudios en centros
urbanos de América Latina. Al mismo tiempo los agentes de venta latinoamericanos
enviaban a los artistas para que grabaran en las compañías discográficas en New York
o en esas ciudades donde fueron establecidos los estudios (Wade, 1997). Como lo
expone este autor la música que tenía como mercado los públicos latinoamericanos era
“supremamente ecléctica”, así un solo artista podría grabar una gran diversidad de
estilos que iban desde la polka, el pasodoble, el bolero, el tango entre otros. Wade
señala la década del 30 como el momento en el que la música cubana, argentina y
mexicana empieza a tener impacto en Colombia, debido a la industria discográfica
internacional.
En una entrevista que Ana María Cano le realiza a Hernán Restrepo Duque, un
personaje de gran importancia para la música en Medellín y en Colombia, éste narra
como
“en la época anterior a la televisión el disco fue una locura, y tener un tocadiscos
en la casa era el equivalente a lo que hoy es tener un betamax8. Por eso los
empresarios discográficos de Medellín se empeñaban en lanzar cantantes
locales, y para eso enviaban a Estados Unidos una partitura de la canción a fin de
que fuera grabada como pista por orquestas de allá. Piénsese, por ejemplo, en
artistas de barrio como Gonzalo Vidal, que al aparecer grabados en disco
quedaban consagrados. Pero todas estas grabaciones eran aprovechadas por
las casas disqueras y, por otro lado, mandaban lo que les interesaba
promocionar. En esa época el furor del tango hizo que hubiera moda, cigarrillos
y demás "parafernalia" del tango. Cuando la familia se reunía a escuchar al valor
de aquí, a las cuatro veces volteaban y se encontraban con una música que era
más avanzada, y por eso pegó aquí” (Cano, 1986)
Por su parte don Chepe Rua también nos cuenta sobre la importancia de esta
evolución tecnológica en la apropiación y difusión del tango.
“Las vitrolas orto fónicas, que se les daba cuerda, fue donde primero la gente escucho
tango. Luego empezaron a llegar los equipos modernos, los tocadiscos, para discos de 78,
luego ya en los 50 aparece el LP, los primeros LP que salieron de 33 eran de cuatro
88
Es importante aclarar que la entrevista fue realizada en 1986. Hoy la comparación se podría hacer
con un I pod o con la nueva tecnología en el campo de lo audiovisual.
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grabaciones por un lado y cuatro por el otro. Y después la misma Odeón y La Víctor
sacaron los compactos que eran dos por un lado y dos por el otro. Yo el primer piano que
conocí fue un cisburg, empiezan a llegar esos pianos, y empieza la gente a ponerlos a
echarles música, el piano era de 5 centavos. -Después viene una importante ruptura, en el
año 53 con Rojas Pinilla, se prohíben las importaciones de discos, al país no entran más
discos y empiezan a aparecer Sonoluz, discos Victoria, Prodiscos, esas empresas
empiezan en auge de que empiezan a grabar. La gente se enfrenta a un dilema ya no
habían discos de Nano Roldan, Arturo Peluca, Canaro, una cantidad de música, Alfredo
De Angelis, ya no habían discos pero la gente ya estaba apegada a escuchar esas
orquestas. Si yo me siento y te digo esta es la música que grabaron los caballeros del
tango aquí y esta es la música que viene de diferentes puntos, tanto de México como de
los Estados Unidos, donde grabaron muchos grandes Agustín Irusta, Pepe Aguirre… Uno
prefería escuchar las orquestas argentinas, a De Angelis, a Calo, que escuchar lo que se
grababa acá, porque lo que se grababa acá era muy simplificado se grababa con tres o
cuatro músicos, y uno escuchar unas orquestas de esas que ya las había visto uno en cine y
todo, claro!!” Chepe Rua
Después vino la radio, desde finales de los años veinte, varios países latinoamericanos,
dentro de ellos Colombia, poseían sus propias emisoras. Duque, 1996, señala los años
30 como la época de oro de la radio, “de los rudimentarios transmisores que la HKO
había vendido a la pequeña emisora Voz de Medellín, surgió la voz de Antioquia. La
nueva estación, fundada el 16 de febrero de 1935 por Alberto Hoyos Arango, fue
respaldada por la compañía Colombiana de Tabaco, Fabricato, Cervecería Unión…”
(Duque, 1996, 683) y otras industrias con mercado local.
Esta autora presenta un aspecto que relacionado con el vigor del tango en la ciudad
marco la radio de la época. En este sentido narra como “un acontecimiento trágico
irrumpió en la emisión vespertina del 24 de junio de 1935, cuando Carlos Gardel y
destacadas personalidades murieron calcinados en el aeropuerto las Playas, suceso que
inició lo que puede llamarse el radioperiodismo” (Duque, 1996, 684). Pero no fue sólo
en este escenario radial donde tuvo protagonismo el tango y Gardel, en la emisora
Ecos de la Montaña fundada en 1935 y con una orientación a la música popular, fue
donde Gardel “actuó por única vez en Medellín el 12 de junio de 1935, presentado por
Hernán Jiménez Arias, locutor, cantante y pianista de oído” (Duque, 1996, 684).
Finalmente como lo expresa la cita que Duque trae de la revista Letras y Encajes de
1936, uno de los más importantes efectos que tuvo la radiodifusión en Medellín fue la
configuración social del gusto y la “nivelación” de las clases sociales en cuanto al
20
consumo cultural. “El efecto de mayor trascendencia en la conquista de la humanidad
por el radio ha sido la nivelación del gusto artístico en todas las clases sociales. Tanto
en las salas lujosas de la más selecta sociedad como en los cafetines y en las más
humildes casitas de los suburbios, escuchamos más o menos los mismos tangos, las
mismas rumbas, las mismas noticias, los mismos chistes anodinos” (Letras y Encajes N
18, 1936. Citada por Duque, 1996, 684-685)
Veamos a partir de la reseña que hace Alberto Burgos (2007) sobre cuales eran los
programas de radio que difundía el tango en las décadas del 50 y 60 en Medellín:
21
- Entre Tangos y Deportes, de Julio Arrastía y Oscar Contreras Rossi y transmitido
por La Voz del Rio Grande
- El programa de tangos del argentino Antonio Cantó, transmitido por Ecos de la
Montaña
- Tangos y algo más , de Humberto Vilches Vera, transmitido por Caracol
- El Cantar Argentino, de Eduardo Villalba, transmitido por La Voz de las Estrellas
- Tangos en el Aire, de Ruben Raffa, transmitido por Antena 2
- Buenas Noches Tango, de Rodrigo Pareja, transmitido por Ondas de la Montaña
(Burgos, 2007, 17-20)
Del mundo del tango en la Radio, Medellín tiene a uno de sus principales
representantes, Hernán Caro o como lo llaman sus amigos tangueros “El Negro
Hernán”. Don Hernán Caro hace en la actualidad uno de los pocos programas de tango
en la radio vigentes “Una Hora en Buenos Aires” un programa que dirige desde 1962.
Su papel ha sido muy importante en la difusión y apropiación del tango en la ciudad.
El cine por su parte llega a la ciudad el 29 de octubre de 1898 “Se anuncia en la prensa
local la presentación en la ciudad de Medellín de los señores Wilson y Gaylord & Co.,
quienes realizarán una exhibición del proyectoscopio de Edison el 1 de noviembre”
(Moreno y Torres, Sf). El 4 de noviembre el diario El Aviso comenta así la función: "En la
noche del martes presenció Medellín, por primera vez, la exhibición del cinematógrafo
o proyectoscopio de Edison. El público, generalmente, salió contentísimo. Por carecer
de espacio no damos a nuestros lectores una revista de la función tan detallada como
quisiéramos, y nos limitamos a aconsejar a todos que vayan a conocer aquel prodigioso
invento que es digno de verse" (Moreno y Torres, Sf)
22
Como lo narra Don Chepe Rua en el sector de Guayaquil, reconocido por la adopción
del tango, también se ubicaban diferentes salas de cine que fueron determinantes en la
difusión de este género musical.
Por su parte, las academias de baile constituirían otro medio de difusión de estos
ritmos. Privadamente o en conjunto, hombres y mujeres pudieron iniciarse en el baile
gracias a profesores expertos en los movimientos del cuerpo frente a los ritmos
porteños, o a personajes que, como Jairo Toro, invitaron a unos y a otros a descubrir
habilidades para el baile de manera espontánea, “[…] el italiano Vito Morris ofreció sus
servicios para enseñar, tanto en su academia como a domicilio, luz-fox, eritation, walz,
fado, tango de salón, aret step, fox-trot, charleston y pasillo colombiano.” (Betancur,
2006, 287)
Inicialmente los hombres fueron los primeros en aprender de la liberación suscitada por
el baile porteño guiados por amigos, prostitutas u homosexuales en algunos bares de
Guayaquil, primer epicentro del tango en la ciudad. (Betancur, 2006, 287).
Posteriormente, se sumaron nuevos aficionados y aficionadas a través de las ya
mencionadas academias, y solo hasta bien entrada la década del treinta, comienzan a
darse los bailes en ambiente familiar entre hombres y mujeres.
23
Si para los primeros años del tango en Medellín el escenario del café y la canción eran
los protagonistas en la difusión y apropiación, en la actualidad el baile se ha ubicado en
un lugar central. Los amantes del tango nunca dejaran de escucharlo y reivindican la
música desde sus diferentes componentes, pero a su vez aceptan que el baile es
ahora un elemento importante de difusión y transmisión a nuevas generaciones de esta
cultura musical. En la ciudad encontramos niños, jóvenes y adultos bailando tango, es
así como la brecha en cuanto a gustos musicales que tradicionalmente se traza entre
diferentes generaciones, en el caso del tango se ha podido superar a través del baile.
Como lo expone Cesar Arteaga del Salón Málaga, escenario tanto para el baile como
para la canción, “El baile del tango viene ligado a la música, sobretodo la juventud de
ahora que es más bailarina del tango que lo que escuchan, y eso es lo que hay que empezar
a renovar. Para mí ha sido un enganche la parte del baile en la milonga porque yo tengo un
fenómeno contrario, yo estoy poniendo a los tangueros, a los que les gusta escuchar tango
los estoy poniendo a bailar, es totalmente diferente y yo creo que ese va a ser el éxito de la
parte de buscar renovación de clientela, porque dentro del trabajo que hablábamos de
investigación para el patrimonio, encontramos situaciones que son preocupantes, que la
generación que es exclusiva de este tipo de música son los viejos que se están muriendo”
Cesar Arteaga, Salón Málaga
24
Un Mito: Gardel
Ni los bandoneones de Guayaquil y la Permanencia dejan oír allí sus lamentos; pero Gardel sigue
cantando cada vez mejor, como dicen que decía Borges
Belisario Betancur Cuartas9
Se podrá discutir que Gardel nació en Uruguay, Argentina o Francia. Lo que nadie discute es que
murió en Colombia. Y, para muchos, morir debe ser más determinante que nacer10
Pero si todos éramos por el estilo, ¿Cómo decir que había muerto? No señores, muere lo que se
olvida. Antes él estaba en las Europas o en Nuevayor, ¿cierto?, ahora está en todas partes porque
no lo encuentran en ninguna. Por eso me pregunto: si Gardel no hubiera muerto, ¿estaría viviendo
en esta forma tan verraca?
“Según el hombre de tango Óscar Darío Mejía, el 10 de Junio de 1935, Carlos Gardel
llegó a Medellín procedente de Cartagena; estaba acompañado por sus guitarristas
9
Mi Valle de Aburrá. En Medellín se me quedó el corazón. Introducción del libro El patrimonio cultural
del Valle de Aburrá, Alcaldía de Medellín. Editorial Colina, Medellín, 1989.
10
http://weblogs.clarin.com/cronicas/archives/2006/08/12_baile_colombia.html
25
Guillermo D. Barbieri, Ángel Domingo Riverol y José Maria Aguilar, su director artístico
Alfredo Lepera y el empresario Chileno Celedonio Palacios; Gardel se hospedo en el
Hotel Europa, en el sitio donde hoy se eleva el edificio Coltejer. Sus presentaciones
fueron en el Circo España los días 11, 12 y 13 de junio y se constituyeron en un éxito sin
precedentes para la época. De aquí partió para Bogotá donde actuó en el teatro
Olimpia y el 23 de junio realizó su última audición en La Voz de la Víctor; antes de su
despedida cantó el tango Tomo y Obligo. Al día siguiente lunes 24 de junio salió para
Cali, hizo escala en Medellín y allí cumplió su cita con el destino exactamente a las 3 y 5
minutos de la tarde” (Burgos, 2007,10)
Dentro de los acontecimientos reseñados para el año 1935, por la prensa nacional se
destaca el día 24 de Junio “Catástrofe Aérea en Medellín. Perecen el Zorzal criollo
Carlos Gardel, el piloto bogotano Ernesto Samper Mendoza, director de la Sayco, y
diecisiete personas más”11. Días antes se vivía en la ciudad una tensa situación por la
“huelga general de los obreros de Antioquia” y sin embargo el acontecimiento del 24
de Junio fue el que quedo grabado en la memoria de la ciudad y del mundo para
siempre.
“Así llega 1935 y muere Gardel y le pega ese cimbronazo emocional, entonces claro,
ahí el tango se queda, eso fue como el sello y nace el mito de Gardel, empieza la
disputa de su lugar de nacimiento, y en eso seguirán todo el tiempo, lo que si esta
absolutamente cierto es que se murió en Medellín, eso no tiene duda” Jaime
Jaramillo Panesso, presidente honorario de la Academia Nacional del Tango.
Aire de Tango, novela de Manuel Mejía Vallejo, constituye una pieza central en la
formación del mito gardeliano; Jairo el protagonista de esta novela, no solo amaba a
Gardel, quería ser como él, Vallejo le da forma a un personaje que encarna el mito y la
11
Colombia y el Mundo en 1935. En: Revista Credencial Historia Edición 206, Año 2007
26
pasión por este exponente del Tango, al mismo tiempo que hace una semblanza del
viejo Guayaquil, sus escenarios, personajes y vivencias.
Sin embargo la marca que dejó Gardel en la ciudad trasciende su muerte, podríamos
decir que fue una muerte que le dio vida para siempre, es así, como la pasión de
muchos por el tango nació y se quedo en este intérprete, trascendiendo el disfrute de
su música para convertirlo en un referente simbólico y cultural de masculinidad e
incluso como su santo de devoción como fue el caso del fallecido Gordo Aníbal el
llamado Rey del Tango en Medellín. “El ídolo de Aníbal siempre fue Gardel, era su ángel
de la guarda, entonces si Aníbal tenía una enfermedad le pedía al alma de Gardel, el decía
que hablaba con él, una vez que la mama se enfermo y le ordenaron operación, el decía
que le pidió a Gardel, hablo con Gardel, y Gardel la curo. El cualquier problema que tenía
se lo pedía a Gardel, lo que fuera. Y como dato curioso Gardel murió el 24 de junio del 35 y
Aníbal murió el 22 de junio del 2008, solo dos días después, mire que casualidad y allá
Aníbal tiene a Gardel, a Luís Correo que es su compadre, a Armando Moreno que es su
compadre, tiene a Héctor Galán, a La Roca, a Baldas, allá están en su salsa”. Don Alberto
yerno del Gordo Aníbal
Así, no podría negarse la influencia sustancial que el impecable aspecto de Gardel tuvo
en la vida de los hombres que habitaban Medellín, pues superados los años veinte, los
hombres empezaron a transformar sus hábitos higiénicos y de imagen,
“engominándose” el pelo, pasando de las alpargatas a los zapatos de cuero, y en fin,
luchando por conseguir el título de guapo hasta llegar a poner de moda el sombrero
gardeliano.
27
Mural con imágenes de la muerte de Gardel. Patio del Tango. 2008
¿Gardel?, el que más subió tenía que caer –decía-. ¡Ni Cristo!, hasta se parecen: de Cristo
haber cantao, cantaría con la voz de Carlitos.
Fragmento de Aire de Tango. Manuel Mejía Vallejo
La muerte de Gardel no solo lo inmortalizo como un ídolo en Medellín, sino que dejo a
Medellín ubicado dentro de los principales lugares para el tango en el mundo, lo
convirtió en un hito de la memoria tanguera, o en “El Santuario del Ángel Caído” como
lo señaló Jorge Göttling de El Clarín 12. El efecto de este mito repercutió además en el
interés de toda una generación de argentinos amantes o exponentes del tango por
“conocer el lugar donde murió Gardel”. Medellín vio desfilar por sus calles a muchos
argentinos que encontraban en la ciudad un refugio afín con su pasión tanguera. Así
fue como llego a Medellín uno de los grandes gestores del tango en la ciudad Don
Leonardo Nieto.
Don Leonardo cuenta que llego a Medellín en un viaje de vacaciones pero se quedó,
sin darse cuenta las vacaciones se le convirtieron en un proyecto de vida.
“Yo llegue en 1960 a pasear por 21 días, a la ciudad de Medellín, donde había muerto
Carlos Gardel. Yo soy hijo de una madre francesa, viví mi infancia con mi madre y mi abuela
también francesa, y muy simpatizante, la abuela sobre todo, del llamado “gordito del
abasto” que era Gardel. Yo le digo a la gente que mientras acá a las 6 de la tarde la gente
salía para su casa para rezar el Rosario, nosotros, en el campo, poníamos la vitrola, la
12
http://primerfestivalinternacionaldeltan.blogspot.com/2007/07/clarn.html
28
famosa vitrola Victor, y escuchábamos los pocos temas que había en esa época de
Gardel. Ya a los 14 años me radico en Buenos Aires, y en Buenos Aires sigo muy apegado al
tango y a lo Gardeliano. Cuando vengo a pasear acá, es porque en ese momento para la
gente de mi generación, poder conocer el lugar donde había muerto Gardel!!!. Podemos
decir que nació acá, por ahí hay muchas discusiones sobre su origen, que nació en
Uruguay, en Argentina que nació en… aunque sabemos que nació en Tolouse
indiscutiblemente. Pero murió en un solo lugar, murió en Medellín, y evidentemente
Medellín es de nuestros afectos por eso, entonces tuve la oportunidad de viajar, tuve la
oportunidad de venir, pero no sabía que me iba a encontrar con un problema.
Cuando llegue aquí conocí a todos los gardelianos que me llevaron a conocer los cafés de
Guayaquil, muy simpático todo, recuerdo que la primera impresión que tuve fue que la
gente bebía mucho, en una mesa encontré 30 botellas de cerveza y me preguntaba, por
qué, se van a matar con las mismas botellas de borrachos, cosas muy simpáticas de la
época. Entonces había una cosa, yo pregunte por la estatua de Gardel, quería conocer
la estatua de Gardel, me dijeron –no aquí no hay estatua de Gardel-, bueno entonces el
Busto, - no aquí busto tampoco hay-, bueno la placa, - no tampoco-. No había nada, eso
me llamo poderosamente la atención, como es posible, que acá no tengamos nada de
esto, entonces yo le hice una broma a las personas que estaban conmigo que era la
gente de Sonoluz, Hernán Restrepo Duque y Hernán Caro, les dije, ustedes me están
obligando a que prolongue mis vacaciones, porque como es posible eso, voy a tener que
tomar la iniciativa. Así es que yo regreso por un tiempo y luego vengo a radicarme y ya
empiezo a hacer contactos para poder traer una estatua de Gardel. Mis vacaciones
terminaron en un proyecto que cambió mi vida.
29
La casa Gardeliana surge después de eso, por iniciativa del embajador quien me dice,
“ahora le queda a usted una responsabilidad” y es crear un espacio cercano al
monumento donde la gente pueda ir a escuchar tangos tranquila, un lugar agradable
donde puedan ir mujeres solas, donde puedan ir hombres. Porque dentro de los
comentarios que hacia la gente es que las mujeres casi no podían ir a los bares a escuchar
tangos y teniendo en cuenta eso surgió la idea de la casa, y así fue. La casa la compramos
a finales del 69 y en el 72 la pusimos a funcionar, primero una cosa pequeñita a ver cómo
funcionaba. El proyecto fue acogido y la casa Gardeliana llego a reforzar un espíritu
tanguero que ya existía en Manrique, como dice don Leonardo, en el barrio ya existían
no uno, sino varios lugares para escuchar Tango. Sin embargo actualmente a pesar
de la emergencia del interés y el amor por el Tango, el panorama actual de la casa
Gardeliana no es el mejor. Cuando le pregunto a don Leonardo por el presente de esta
casa, cambia la voz de entusiasmo que le traían recuerdos de años pasados, para
expresarnos como ahora la casa Gardeliana es su “inmensa preocupación”, y resume
en tres aspectos la situación actual “esa casa está cerrada, origina gastos grandes y no
está prestando ningún servicio a la comunidad”. Don Leonardo recuerda visitantes
recientes a la casa, extranjeros que siempre que llegan se encantan, asombran y
deslumbran con la casa. Sin embargo ese encantamiento de los de afuera parece no
ser suficiente para que la casa vuelva a reactivarse. Ahora Don Leonardo recuerda
como en la administración pasada estuvo a punto de comprarla y se daño el proyecto,
no se lamenta de este hecho pues como él lo deja muy claro no es solamente un
asunto de comprar la casa, sino de reactivar un proyecto artístico y cultural, un
proyecto de memoria para la ciudad. La casa Gardeliana, fue declarada en acuerdo
municipal como un patrimonio de la ciudad. Es responsabilidad ahora de la nueva
administración proyectar e impulsar el tango desde este tipo de escenarios. Don
Leonardo dice que ve con dolor como esa casa está cerrada pues el solo no puede
impulsarla, le duele porque en su mente lo que hay son sueños para la casa Gardeliana
“ahí es mucho lo que se puede hacer, se puede poner una escuela de Música, una escuela
de danza…. esa casa la quiero tanto! es que todo lo que hay ahí, se fue poniendo de a
poquitos…”
Ahora Gardel tiene en Medellín una casa, un monumento, una plaza, una avenida, una
asociación de tangueros, y cientos de amantes e incluso devotos de su figura, su
memoria y su talento. Gardel como lo explican bien los conocedores, no fue el que trajo
el tango a Medellín, pero si fue el que marco la ciudad. El tango se empezó a escuchar
acá antes de la Muerte de Gardel, un grupo de gente viajo de acá a buenos Aires y trajo
tangos. Después no cabe duda que la muerte de Gardel marco.
30
III
TERRITORIOS TANGUEROS
Bares de Tango en Medellín. De izquierda a derecha: Adiós Muchachos, El Patio del Tango, Salón
Málaga, EL Homero Manzi, La Boa y La Payanca.2008.
31
Sin embargo reconociendo que las transformaciones no significan la muerte de una
expresión cultural, veremos en la segunda parte de este texto como se vive el tango
hoy en la ciudad. En lo que sigue realizaremos un recorrido por algunos de estos
lugares representativos para la memoria del tango en la ciudad.
Guayaquil
…tumbaron la Plaza y empezaron las reformas, porque nos llevó el ensanche. Así
decimos desde que volvieron anchas las calles estrechas, nos llevó el ensanche. ¿Dónde
está mi barrio, mi cuna maleva, / donde la guarida, refugio de ayer? / Borró el asfalto de
una manotada / la vieja barriada que me vio nacer, dice “Puente Alsina”. Lo único que
conozco, tangos y perrerías. Y este barrio de Guayaquil, pregunte no mas, le sé todas
sus cosas. Las que no sepa se las invento.
El nacimiento de Guayaquil data de finales del siglo XIX cuando la ciudad giraba en
torno a “la plaza de Berrío” “centro que congregaba el poder económico, político y
eclesial de la ciudad. Allí habitaba la gente importante de la pequeña Villa y los que no
32
lo eran, la visitaban en las fiestas cívicas y religiosas, en los días de misa y de mercado;
esta última actividad le otorgó el carácter de centro comercial”. (Naranjo y Villa, 1992).
Esta plaza que albergaba la principal actividad comercial de la ciudad en la época debió
cederle espacio a la naciente plaza de Cisneros en el año 1894 cuando por iniciativa de
la rica familia Amador se inicio la urbanización del barrio Guayaquil.14
En esta época la ciudad crecía a medida que iban llegando campesinos, turistas,
comerciantes y viajeros de diferentes regiones del departamento y del país, Guayaquil
era el primer lugar de llegada y encuentro de estos nuevos habitantes, gracias a que en
1914 se inaugura la estación del ferrocarril en el sector. Al mismo tiempo se fue
incrementando la construcción de locales comerciales, hoteles y edificios públicos, que
fueron resignificando este barrio como una nueva centralidad en la ciudad. Esta época
se identifica como una época de desarrollo comercial y urbano. “Guayaquil se había
convertido en un puerto seco, centro de negocios y de encuentro, era éste el primer
lugar que la ciudad ofrecía al viajero, era la carta de presentación, era éste el lugar que
convocaba a propios y a extraños, era el sitio para la reunión política, dirigida por
líderes de la región y del país” (Bedoya, 2001, 29)
A mediados del siglo XX Guayaquil era el principal punto de encuentro entre los
ciudadanos. Sin embargo la misma vitalidad del sector empezó a generar la imagen de
Guayaquil como “nido de muchos males urbanos” (Naranjo y Villa, 1992) esta imagen
promovida por la iglesia y las autoridades locales fue configurando una nueva identidad
para el sector de Guayaquil, una identidad bohemia donde tenía lugar la trasgresión y
donde se:
“fraguaban modos de vida que rompían con el pudor y la vida monacal que
aparentemente había caracterizado a Medellín. La música, el licor, el baile, la
poesía, los juegos prohibidos, evidenciaban la existencia de otra moral que
rápidamente se asoció con lo criminal, lo malevo y lo ilegal. Justamente esta
asimilación entre otros modos de vida, y si se quiere, otra cultura, con lo ilegal,
llevó a que al lugar se le diera un tratamiento excluyente, que desconocía su
representatividad e importancia para la vida de la ciudad” (Naranjo y Villa, 1992,
30)
14
Tomado del informe Memoria y Comercio en Guayaquil: Encuentros entre lo rural y lo urbano
en Medellín. Proyecto del programa de Memoria y Patrimonio de la Secretaría de Cultura
Ciudadana en el 2006.
33
En la mayor parte de los terrenos que don Carlos Coriolano Amador poseía en
Guayaquil “surgió una camada de artistas populares, maestros en la interpretación y
fabricación de la vihuela, músicos y compositores” (Betancur, 2006, 11) que
posteriormente, después de la década del veinte, le darían a sus tonadas forma de
tango. En cafés como el Córdoba, el Roma, El Árabe, Yocasta, La guerra Santa,
Hollywood, Regina o Café 93, empezaron a oírse no sólo las voces provenientes de los
gramófonos y vitrolas, sino también de cantantes que hicieron sus primeros pinos en la
interpretación de ritmos porteños. Por su parte los más clandestinos hacían lo propio
en las aceras afuera de los bares caso particular vivido por Caruso, cantante popular de
la época muy recordado por su amor a la zarzuela, género que precede al tango y que
conforma el híbrido de su surgimiento. (Jaramillo Panesso, S.A, 55)
Entre fox, tango, bolero y porro, los cafés y bares de Guayaquil decidieron atender a su
ansioso y apasionado público aficionado a los ritmos porteños y a la bebida, las 24
horas del día. Así, para los años treinta, “[…] el barrio era considerado tierra de nadie,
… las casas de las familias decentes cambiaron sus fachadas por las de un almacén o un
café, armonizadas con las notas de las música de tangos y pasillo que sonaban a
cualquier hora.” (Betancur, 2006, p. 90-91). Lo anterior solo hizo que aumentara el
número de consumidores de alcohol no solo en Guayaquil sino en toda la ciudad. Y es
que dadas las condiciones de ubicación de Guayaquil, en donde muy cerca arribaban
mercancías e inmigrantes, su ambiente bohemio se divulgaba rápidamente entre la
gente, capturando, a pesar de su estigma negativo, nuevos públicos para el tango.
Lo anterior continúo por varias décadas hasta después de los años cincuenta, pues
cuando comenzaron a pensarse y a ejecutarse serias reestructuraciones en la ciudad,
algunos bares empezaron a desaparecer y otros fueron reubicados. Como lo narra Don
Chepe Rua quien le atribuye su amor al tango a su nacimiento en este barrio, los bares
se fueron acabando por el “ensanche”.
“Como paso en la calle Corrientes en Buenos Aires, lo mismo que con San Juan en
Medellín, eran calles pequeñas llenas de sitios tangueros, y al hacer el ensanche
acabaron con todos los sitios tangueros… San Juan era estrecho, entonces tu salías
de aquí del Victoria y te entrabas aquí al San Jorge, te entrabas aquí a la Lunetta, te
entrabas al Atlántico, subías más arriba, dabas la vuelta, entrabas al bar Los Tangos
que quedaba ahí más arriba el teatro Guayaquil, más arriba quedaba el Galicia que
fue un café donde en realidad se reunían todos los Gays pero eran unos bailarines de
tango que parecía la hora de llegada” Chepe Rua
34
Los bares de Guayaquil se encontraban en sectores específicos y aparecen vivos en la
memoria de tangueros como Don Chepe Rúa quien nació y se crió a ritmo de tango en
el viejo Guayaquil.
“El café tropical, un café de 12 puertas ubicado en Cúcuta con San Juan, cerca a lo
que era el pasaje Sucre, encima del tropical había una academia, donde enseñaban a
bailar boleros, porros, tangos. También estaban el café Estambul, La danza roja, El
Armenonville, El San Jorge, El San Francisco, El Cisneros, El Victoria, La Lunnetta, La
Gayola, El Pigal. Por el Vásquez y el Carre estaban El Dandy, El Árabe, El Santa Cruz,
El Córdoba, El Perro Negro.
Hasta el 85 El Pasaje Coltejer por las peleterías estaba lleno de bares, estaba El
Gaucho, el Surrambay, Tango bar, Triana, Marion, Las vegas, Tabariz, Tarky,
Tangolandia, San Marino, Ayacucho, Kenedy.
Por Bolívar Entre los huesos y San Juan, donde anteriormente estaba el Ferrocarril
de Amaga, ahí se forma una callecita en el año 48. La Calle de los Tambores, en esa
calle habían cafés donde se escuchaba boleros, tangos y porros. En lo que hoy es
Barrio Triste estaba El Café los dos amigos, El Faraón, El as de copas y otros que no
recuerdo.
Don Chepe explica que para todos estos cafés había clientes pues Guayaquil era el
corazón de la industria, el corazón del centro en los años 40 “Alrededor habían muchas
fabricas, estaba Postobon, Gaseosas Luz, la Planta de Leche, Indulana, estaba la plaza de
mercado, el ferrocarril de Antioquia. Habían muchos obreros y como dice don chepe
“el tango es del pueblo, el tango nunca fue de los oligarcas”. En Guayaquil también se
encontraban ubicados los principales teatros donde se difundía el cine y con él el
tango, En Bolívar se encontraban Los Teatros Granada, Medellín, Guayaquil donde la
gente veía las películas. Don Francisco Duque presidente de la Academia Nacional de
Tango cuenta como su padre le narraba que en la época del cine en Guayaquil los
espectadores pedían que repitieran una y varias veces los fragmentos de las películas
donde aparecían los artistas interpretando los tangos.
Entre los cafés de Guayaquil encontramos dos casos muy conocidos en la ciudad como
el Café Málaga que aunque no se encuentra en el sitio original, su territorio hace parte
de las fronteras del viejo Guayaquil, el cual el año pasado celebró medio siglo de
tradición con más de siete mil discos de 78 revoluciones en colección. Caso de igual
tradición acompaña El Patio del Tango que después de estar ubicado por veinte años
en Junín entre Amador y Maturín – en el reconocido Sótano- se traslado al barrio
35
Antioquia. Otros bares no corrieron la misma suerte pero hoy siguen presentes en la
memoria de los amantes del tango.
Como lo narra don Alberto Correa, los lugares en el centro se acabaron por muchas
razones; la inseguridad, el billete, no es lo mismo uno ya con cuarenta años o cincuenta e
irse pa Guayaco, ya guayaco es diferente, no hay donde oír música, ya no existe ni el
Tango, ni el Perro Negro, ni el Escorpión, ya esos lugares se han acabado, esos fue hace
mucho tiempo, lugares muy viejos. Las calles han cambiado mucho, por ejemplo en
Carabobo no hay ni vía para carros, por Junín hay es algo de salud, unos se volvieron
bibliotecas, hay muchos lugares que eran insignias para el tango y ahora son parques
recreativos, todo se va acabando. Alberto Correa. El Patio del Tango
Sin embargo, el tango no se ha muerto ni se irá a morir, lo que pasa es que son
generaciones muy diferentes y la situación económica influye en todo, no es la misma cosa
un negocio de hace veinte años, no es lo mismo la plata de hace tiempo que la de ahora,
todo ha subido el triple, plata no hay. Dice que El Patio se ha salvado por Aníbal, por su
recuerdo, por la clientela que supo cuidar y cultivar.
Guayaquil con sus cafés constituye una clave importante para comprender la evolución
del tango en la ciudad. Las formas como se daba la difusión de la música en las primeras
décadas del siglo XX, hicieron de su apropiación y consumo un asunto público, que se
vivía principalmente en escenarios como el café o el bar. Con la evolución de los
dispositivos tecnológicos, la aparición del LP y la distribución masiva, la música se
empieza a escuchar en la casa, en el escenario privado y el café deja de ser el lugar
protagónico para la difusión y consumo musical. Que se acaben los cafés no significa
entonces que se acabe el tango, significa que cambia de escenario.
36
Barrio Antioquia Territorio Para La Memoria De Los Inmortales
Aunque se encuentra realmente en el barrio Santa Fe, El Patio del Tango, administrado
por Alberto Correa, yerno de Don Aníbal Moncada -gestor y “Rey de la Milonga”- , es
reconocido en Medellín como parte del barrio Antioquia. Este lugar, visitado por
públicos de diferentes procedencias lleva casi treinta años de tradición tanguera en
este sitio, pues antes se ubico en la zona de Guayaquil, complaciendo a jóvenes
frenéticos que empeñaban sus libros universitarios para saciar el desenfrenado
entusiasmo aguardientero propiciado por algunos tangos, a seguidores del sitio desde
37
sus inicios en Guayaquil y hasta a directores de cine como Víctor Gaviria quien utilizaría
en un par de ocasiones sus locaciones para filmar escenas de sus reconocidos rodajes.
Hablar del tango en Barrio Antioquia es hablar del Gordo Anibal y el Patio del Tango.
Aunque sus alrededores carguen el estigma de albergue de putas, homosexuales,
ladrones y sicarios, El patio del Tango ha sido respetado, valorado y cada vez más
visitado. Se encuentra allí otra esperanza para la conservación y divulgación del muy
apreciado patrimonio de los habitantes de Medellín: el tango.
La historia del Patio del Tango del Tango en Medellín es no solo la historia de un bar, es
la historia de un sueño, de su fundador Don Aníbal Gaviria, de su familia y todos
aquellos que fueron y son parte de El Patio del Tango.
El negocio tiene 50 años, lo inició El Gordo Aníbal en Junín con Bolívar, cerca a donde
hoy en día esta el bar La Payanca. Allí duró alrededor de 20 años y recuerdan que en el
sector también se situaban otros bares de tangos como el Belgrano 60-11, que era
también de don Aníbal Moncada, y más adelante, quedaba El Escorpión.
Hace treinta años, Don Alberto Correa decidió fundar, y prácticamente construir, junto
con su suegro Aníbal el Patio del Tango del Tango en el Barrio Antioquia pues la familia
compró una casa en este sector y en tanto siempre ha sido la familia, o los amigos del
barrio, quienes trabajaban el negocio, el traslado resultaba más favorable para todos.
Resulto el terreno y se compró, en una piecita se hizo el estadero, lo abrieron con 75 mil
pesos.
38
Don Alberto cuenta que alcanzo a ir con su suegro tres veces a Buenos Aires, él alcanzo
a ir cinco veces, también fue dos veces a cuba porque el mismo Fidel Castro lo mando a
llamar para que fuera a cantarle allá la canción “cosas de la vida”
Cuenta que a su suegro si le toco la época tanguera. Anibal era de Jericó, al igual que
don Alberto y que otro hito del tango en Medellín; Manuel Mejía Vallejo. El Gordo
Aníbal ahorraba mucho, se hizo el solo y se dedico a cantar, se fue para Buenos Aires en
un viaje que le resulto, ya después los argentinos se venían para acá, el gordo Aníbal era
muy mentado, el rey de la milonga, Armando Moreno, era muy compadre con él. Cuenta
que a su bar han venido muchos cantores, muchas orquestas, casi todos los argentinos
que venían a Medellín donde el gordo Aníbal, se quedaban arriba del bar, vino Beatriz
del Campo, Marcelo Belini, Roberto Florio, Pablito Chin venían al sitio, sabía que el
gordo Aníbal estaba en el barrio Trinidad, en el Barrio Antioquia porque en ese barrio
murió Gardel.
Don Alberto cuenta que al Patio han venido personajes que muchos quisieran que los
hubieran visitado; la orquesta Donato Razziati, un Jorge Valdez, un Juan Carlos Godoy, un
Falgazz, un Pepe Aguirre, viviendo aquí de lleno, comiendo, bebiendo y durmiendo, aquí
salían a cantar a Añoranzas, cuando quedaba ahí junto al Éxito, luego fue el Viejo Almacén,
aquí venían los cantantes argentinos, se hospedaban y aquí buscaban trabajo y a las 2, 3 de
la mañana volvían a la casa del gordo Aníbal. El gordo Aníbal fue el embajador del tango,
por eso se llama el Patio del Tango.
La embajada de los argentinos del tango era esta. Ellos llegaban acá porque Aníbal conocía
todo el espectáculo del tango y ellos necesitaban quien los orientara aquí y Aníbal era un
referente para ellos porque todos los tangueros de Medellín conocían al gordo Aníbal
como el del tango, el era un referente, el argentino que venía a venderse tenía que
ponerse en manos de él y él se mataba por cualquier tanguero que viniera, lo hospedaba
con todo y le buscaba trabajo, el les ayudaba, los vendía.
Resalta que el Patio sobrevivió a la época más dura en Medellín a pesar de su ubicación
en un barrio popular y peligroso, el Patio del Tango fue una isla, nunca se tocaba nada,
aquí revientan y matan gente a una cuadra y hay guerras de bandas contra bandas pero
este negocio jamás lo tocaron, nunca lo han tocado porque a don Aníbal lo respetaban
mucho. Es un sitio de respeto en el Barrio Antioquia. Igual el tango ha estado relacionado
con la barriada, no es de estrato seis ni cinco, conserva su esencia del malevo.
Para él La diferencia entre el Patio del Tango del Tango de Junín y el de Trinidad
consiste en la clientela porque en Junín iban a entrenar a los hijos, a tomar cerveza y
39
aguardientico, y Aníbal toda la vida fue muy amigable con todo el mundo, si alguien
quería cantar les abría el micrófono, les daba licor en los libros, por eso toda la vida la
gente lo quiso mucho. Resalta que la gran diferencia del actual Patio del Tango es el
restaurante, y como Aníbal fue carnicero se sabía todos los secretos de la carne… el
machete es la carne, él me enseño a mí los secretos de la carne, la hago igualito a él y eso
es lo que atrae la gente; los payancas son estilo argentino y el chimichurri es muy diferente
a los que se conocen, la punta de anca se corta en estilo mariposa, uno acá almuerza y
lleva para la casa. Cuenta que la clientela de su bar no es del barrio, es de fuera del
barrio, los del barrio se toman un tinto, un cigarrillo.
Cuenta que la relación de su familia con el tango es una relación de sangre pues es un
legado en las generaciones y hay ahijados y relaciones de familia que se tejieron a
través del tango, a través de los argentinos que se quedaban en sus casas 4, 5,6 meses
o hasta dos años, cuenta que Armando Moreno estuvo seis meses y su hijo, que
también es artista, Néstor Armando Moreno es ahijado de Aníbal y su esposa. La
relación de Aníbal con el Tango es una relación de sangre, está en nuestras raíces. Es decir
que estas raíces hay que fortalecerlas, abonarlas.
40
Manrique Huella Gardeliana
Mural En Manrique15
Tanto la carrera como la casa han sido recorridas y reconocidas por grandes personajes
locales, nacionales e internacionales, entre los que pueden encontrarse los nombres
del médico Oscar Jaime Lema, presidente de la Asociación Gardeliana de Colombia, el
del general Martín Balza –quien fuera embajador de Argentina en Colombia, el del
señor José Rúa -uno de los grandes tangueros de Colombia-, el de Alfonso Irial (“El
Gardel de Manrique”)el de interpretes argentinos como Aníbal Troilo, Agustín Irusta,
Hugo del Carril, Alberto Echagüe, Sexteto Tango, el de artistas locales como Fernando
Botero y Enrique Grau, y sin duda, el de reconocidos escritores argentinos como Jorge
15 http://flickr.com/linamontoya/
41
Luís Borges y Mario Benedetti, quienes aún escapando al contexto musical reivindican y
reivindicaron el apelativo tanguero que identifica a este sector de Manrique. A pesar
de la transformación que vive esta zona de la ciudad con la construcción del MetroPlus,
sigue conservándose como un referente tanguero y una huella en la geografía
bohemia de la ciudad, es así como durante el Festival Internacional de Tango del 2008
se hizo un homenaje a Gardel en cabeza del reconocido compositor Horacio Ferrer,
Presidente de la Academia Nacional del Tango en Argentina.
“La singular historia de la avenida principal del barrio Manrique (avenida Carlos Gardel)
cuna del culto a Gardel, de donde han salido cantantes y pistoleros, escritores y
raponeros, abogados y bailarinas …” 16, sigue hoy construyéndose no solo con la
continuidad que el señor Leonardo Nieto ha logrado darle a La Casa Gardeliana; también
con iniciativas como la de Martha Alvarez quien entrada la década de los noventa,
decide emprender “su sueño de tango” fundando el sitio conocido como El Balcón de
los Artistas, que inicialmente emerge como una academia de baile de tango integrada
por adultos, hoy un espacio en donde el arte de mover los cuerpos al compás de los
ritmos porteños es puesto a disposición de las diferentes generaciones que conviven
en Manrique. En éste balcón los niños encuentran un espacio alternativo para
divertirse, aprender y, quizá sin advertirlo, divulgar el patrimonio tanguero que han ido
construyendo propios y “extraños” dentro de la ciudad.
El Balcón de los Artistas se encuentra ubicado por el sector reconocido como la Banca,
existe desde 1992 cuando iniciaron su trabajo con los ritmos de salón. Martha Alvarez
la gestora y promotora de este proyecto cuenta que la idea de bailar tango en el barrio
surge con el propósito de brindarles a los jóvenes una alternativa diferente en un
momento histórico donde las ofertas estaban enmarcadas principalmente en la
violencia y la delincuencia. Es así como a través de la concertación y el trabajo con un
comité del barrio, Martha decidió transmitir a niños y jóvenes su conocimiento como
bailarina de tango. Cuenta que desde el inicio se trabajó con bailes populares pero
principalmente con niñas, el trabajo de inclusión de los niños en el baile fue un trabajo
duro en un barrio donde aún perviven estigmas y censuras sobre los hombres como
bailarines profesionales.
Hoy el centro de la ciudad es un lugar donde revive el tango, encontramos lugares tan
importantes como El Salón Málaga, La Payanca, Adiós Muchachos, El Homero Manzi y
La Boa. Así, alrededor de estos lugares, el centro conserva aún su carácter tanguero.
17 Frase del Doctor Francisco Duque. Presidente de la Academia Nacional de Tango. 2008
43
Casa Cultural del Tango Homero Manzi
La esquina del Homero Manzi, como la llaman algunos tangueros, está ubicada en la
carrera 41 con la calle Pichincha, este lugar trasciende las características de un bar y
toma forma, como su nombre lo indica, de una casa cultural para el tango. El Homero
Manzi con 21 años de existencia constituye en la actualidad, como lo plantea el doctor
Francisco Duque, “un faro para el tango” en Medellín, allí se reúne la Asociación
Gardeliana de Colombia, se encuentran los bailarines para la milonga los jueves de cada
semana y los novatos aprenden a bailar los sábados a las 11 am. Don Javier Ocampo, su
propietario es en la actualidad uno de los principales representantes de los bares
tangueros en la ciudad, convirtiéndose así en un gestor cultural para el tango a pesar
del inmenso cambio que el ambiente tanguero a tenido a lo largo de los últimos años.
Aquí en la ciudad de Medellín somos poquitos los sitios que hacemos tango. En este
momento en los barrios no hay muchas actividades tangueras ni muchos sitios donde
hacer tango aunque hace algún tiempo había bares en todos los barrios de la ciudad de
Medellín; el bar más importante de cada barrio era el bar de tango, y en todos los parques
de los barrios siempre había uno, en este momento ya son pocos pero sin embargo
44
quedan, en Aranjuez por ejemplo hay sitios de tango, también en Manrique, por toda la 45
hay varios sitios, también por la América y en Belén
Así, a pesar del cierre de muchos de estos bares, Don Javier señala un vuelco
importante para el tango en los últimos años pues ha dejado de ser una música solo
asociada con lo bohemio y el arrabal para pensarse como un asunto digno de ser
analizado y reflexionado por sus oyentes, don Javier siente que ésta es una nueva
situación que ha permito que las nuevas generaciones se acerquen al tango. La idea
asociada al tango solo con el arrabal se ha ido transformando enormemente debido al
conocimiento real de qué es el tango, porque el tango es una música que como todas ha
venido evolucionando en el último siglo y eso ha servido para que se tenga como un tema
de estudio, entonces en el ámbito social ya no se toma como en los 40, o 50 que decían
que los que escuchaban el tango era quienes se iban a suicidar o los aburridos.
Hasta hace unos 20 o 30 años uno se daba cuenta que la clientela que acudía a los sitios de
tango era una clientela media baja, porque los sitios de tango eran realmente cantinas,
bares, no habían sitios de tango con otro ambiente, con otra modalidad de hacer el tango,
entonces en ese momento los clientes de las cantinas eran clases medias hacia abajo, en
ese momento la clase alta iban a las funciones de los teatros, espectáculos o eventos que
se realizaban en sitios mas cotizados. Hoy en día el tango dio un vuelco enorme, alrededor
de los años 80’s hacia acá, ha venido el tango tomando la posición que realmente le
corresponde, o sea que debe ser escuchado y analizado; anteriormente el tango solo era
para emborracharse, era un elemento más de la rumba y la borrachera pero nunca se
detuvo como algo que podía entrar en el plano de lo cultural, de lo analítico. Hoy en día sí,
hay muchos sitios donde la gente va con ese ánimo.
La cuestión del Festival es ya por decreto y ya eso no tiene marcha a tras, tendrá que
haber otro decreto mejor que este y le voy a explicar el porque: el primer festival del
tango, el año pasado, tuvo más publicidad y reconocimiento a nivel internacional que la
misma Feria de las Flores, o sea que para el conocimiento de la ciudad en el mundo y a
nivel cultural, el festival de tango es el primer elemento.
El Salón Málaga
46
conforman; la extensa galería de imágenes, su decoración y principalmente en la
colección musical que durante 50 años el padre de Cesar, don Gustavo Arteaga, ha
venido enriqueciendo a partir de su amor a la música. En este sentido la principal
característica de este lugar es la colección de más de 7 mil discos de 78 revoluciones
con música antigua . “El Málaga es el único Negocio en el país que conserva la identidad
de cómo eran los bares en los años 30, 40 y 50, el único negocio que tiene más de 7000
discos en 78, y que suenan en las rockolas originales, son 7 rockolas que están alrededor de
todo el salón, de distintos géneros musicales cada una, donde se pone bolero, tango, la
música antigua, los pasillos, música colombiana, instrumental y música lírica”. Cesar
Arteaga. Salón Malaga
Ser Coleccionista implica comprender la estrecha relación que existe entre la música
y la memoria pues como lo explica Cesar, un coleccionista no se hace por la cantidad de
discos en una discoteca, sino por las vivencias que le evocan en cada canción.
“Para ser coleccionista debe estar un elemento primordial, y es que cada disco es
una vivencia en el tiempo, entones, yo escucho un disco, lo quiero tener, entonces la
compro y la meto en una rockola como empezó mi papá, consiguió un tendidito de
50 discos para una rockola, después suena otro disco y él buscando música por todas
partes, encontraba tres o cuatro discos, y entonces, cuál saco de acá, sacaba 5 o 6 y
guardaba los otros y la discoteca empezaba a incrementar, entonces, es el disfrute
de ese disco en el tiempo, en un momento específico donde lo conseguí, lo disfruté,
lo gozamos, lo cantamos, y hubo un momento en que hubo que cambiarlo porque
llegó uno nuevo, es decir, cada disco tiene una vivencia en el tiempo. No es tanto el
número, sino cómo lo disfruté. Ahí es donde se encuentra las relaciones de la música
con la memoria, es un elemento de que te permite evocar el pasado, otros
momentos.” Cesar Arteaga
47
Sábado de tango en el Málaga. 2008
Como lo expone Cesar, el Málaga es “una empresa cultural”, desde que él llego a
“recibirle” a su padre y heredar en vida los conocimientos y afectos musicales, ha
querido imprimirle igualmente su sello al lugar. “Iluminar el negocio, a poner cuadros, ahí
empezó el cambio de Málaga, cuando se empezó a buscar la línea cultural, hasta el día de
hoy, se puede hablar que es una empresa cultural, muy difícil de manejar, vienen
personajes de la talla de Jaime Jaramillo Panesso, Belisario Betancur, toda la gente de la
administración, los abogados, magistrados, profesores de las universidades, y muchos
jubilados que vienen expresamente a buscar el ambiente y la música del Málaga.
Los negocios se van volviendo una moda, y todo esto es buscando que el Málaga no sea
una moda, que el Málaga sea una cosa que perdure, que la gente la respete, que venga un
turista y diga, esto tiene fuerza, tiene identidad, que le vean las personas que vienen a
48
bailar, es que estoy en clases en tal academia, es que venir a bailar aquí es otra cosa, todo
el sentimiento que le han metido, el Málaga tiene mucha fuerza”. Cesar Arteaga
La Payanca
La Payanca, 2008
Don Gilberto Vallejo, un amante del tango, inició el bar “9 de Julio” en 1962, éste estaba
ubicado en todo Guayaquil, en San Juan con Bolívar. Después de probar suerte en los
Estados Unidos y de haber vendido su bar, pero no su música, regresa a la reconocida
esquina de La Payanca, en Junín con Bombona, en 1971, cuando compra el lugar hoy
conocido como La Payanca, donde volvió a sonar la música del antiguo “9 de Julio”.
La Payanca es considerado por muchos tangueros como uno de los escenarios que
mejor conserva el típico ambiente de los bares del viejo Guayaquil, es caracterizado así
como uno de los “sobrevivientes”, un lugar donde solo se escucha música argentina,
donde la rockola funciona, el cliente programa la música y una mujer lo acompaña a
tomarse su trago y a escuchar sus tangos preferidos.
En la Payanca se reúnen todas las clases sociales, es un lugar de tránsito y por allí pasan
sobre todo obreros, gente trabajadora que va rumbo a la estación del Metro o se baja
de algún bus cerca a la avenida Oriental. A pesar de que este punto estratégico tiene
una imagen de peligro en las noches, sin embargo la Payanca es un lugar donde se
49
puede estar tranquilo y don Gilberto tiene amigos taxistas de confianza que
recomienda a sus clientes antes de salir.
Si bien para don Gilberto es claro que el tango no se va a morir en la ciudad, dice con
cierta nostalgia, que no sabe que va a ser de ese lugar cuando él se muera, a sus hijos
no les gusta el tango y probablemente no se harán cargo de la tarea de conservar uno
de los pocos bares sobrevivientes del tango del viejo Guayaquil.
Adiós Muchachos
Este bar existe hace 20 años, y como todo patrimonio valorado, ha sido transmitido de
padres a hijos “yo desde niño me enamore del tango, yo casi que me crie escuchando
tangos, de niño mi papa tenía unos bares en Guayaquil, el Valenton, el bar la reja y el bar
Medellín”. Como lo cuenta Camilo Valencia, el actual propietario, la vena tanguera le
vino por herencia de su padre quien hizo parte del capítulo tanguero de Guayaquil y
“con las transformaciones urbanas” le toco cambiarse de lugar.
Ahora Adiós Muchachos se encuentra ubicado en la carrera 45, el palo, con la calle
Bombona. Como en la mayoría de los lugares tangueros, en Adiós Muchachos nunca
se para, se trabaja todos los días de 2 de la tarde a 2 de la mañana. Solo cierran cuando
hay ley seca y jueves y viernes santo. “todo el año funcionamos”.
50
Sobre la colección de tangos que tiene el bar, Camilo cuenta que ha sido un proceso,
desde su tío, su padre y él se ha venido haciendo una colección propia. Pero como
reconoce el insondable mundo del tango dice “todavía se sigue haciendo porque todavía
hay cosas que uno no tiene, de pronto llega un cliente que le pide un tema, uno lo anota y
trata de conseguirlo con los compañeros, los amigos del tango. Les pregunta tal tango y
ellos lo consiguen. Aquí compartimos mucho la música, intercambiamos”
Para Camilo el hecho de que los bares de tango ya no sean tantos en la ciudad no
significa que el tango este muriendo “A ver… los bares se acabaron, pero la gente
tanguera no. Tangueros hay muchos, incluso universitarios y gente joven… es que para
acabarse el tango es difícil, yo no creo, o sino ya hubiéramos tenido que cerrar”
51
IV
EL TANGO HOY:
NUEVOS ESCENARIOS Y PERSPECTIVAS PARA SU
PRESERVACION
El tango sigue vigente como se hace evidente en el público, en los artistas, promotores
y escenarios tangueros. Sin embargo son varias las incertidumbres y retos que
acompañan al presente del tango; principalmente el tema del relevo generacional y la
transmisión de la cultura tanguera a la población joven de la ciudad, pues existe un
amplio y detallado conocimiento alrededor de esta cultura que debe ser transmitido y
fomentado pues como lo expresaba un tanguero en tono trágico “tanguero que se
muera no hay quien lo remplace”.
Sin embargo el panorama no es tan desolador pues el lugar de los jóvenes en el mundo
del tango no es ausente ya que aparecen como protagonistas en uno de los escenarios
más importantes de la actualidad tanguera, el baile. Desde este lugar parece
reivindicarse el gusto por el tango en niños y jóvenes, instalándose en la ciudad como la
mejor ruta para la reactivación del tango.
52
El Festival Internacional de Tango
De los festivales pasados, también conocidos como Tango vias, se recuerda que eran
gestionados e impulsados en cabeza de don Leonardo Nieto y con un amplio sector de
tangueros, entre empresarios, medios y a través de organizaciones como la Asociación
Gardeliana, basándose en la autogestión y con el apoyo del sector privado, logrando
que personalidades de la categoría de Aníbal Troilo y su orquesta, Edmundo Rivero y
Armando Moreno, vinieran a nuestra ciudad.
Allá empecé a conversar con la gente, para gestionar algo. Pero también empecé a
pensar que había que traer a los ídolos que tanto admiraban aquí, que nunca habían
llegado acá. Y bueno en Buenos Aires me escucharon muy bien y empezamos a trabajar en
eso, eso fue un proceso largo, como de 4 a 5 años. Para todo se necesita dinero, teníamos
que tener muy buenos patrocinadores, auspiciadores y por el lado que más nos pareció
interesante fue por el lado de la federación de Cafeteros, que en Buenos Aires había un
señor muy bohemio, muy querido, se llamaba De Narvaez, que era el representante de la
Federación Nacional de Cafeteros. Como hubo muy buena disposición de la Federación de
Cafeteros a mí se me ocurrió que iba a ser por ese lado que se iba a poder llevar a cabo el
sueño mío, que era el de hacer un festival, tuvo una muy buena participación ahí el
embajador de la época, Francisco Guevara, un hombre que sin ser muy tanguero nos
colaboro muchísimo y así fue como…empezó todo. Lo nuestro empezó en el 64, empezó
cuando traje a Jorge Luis Borges, que fue la primera cosa que hicimos y después seguimos
hasta que hicimos un pacto con el embajador en el aeropuerto Olaya Herrera, donde
quedo plasmado lo que queríamos hacer, ahí convenimos que íbamos a hacer el Festival.
Alberto Burgos en su libro “Aquí también se canta el tango” hace un recorrido por
algunos de los primeros festivales con los artistas invitados 18:
Primer Festival
Segundo Festival
Celebrado en 1970: Armando Moreno, Carlos Dante, Oscar Larroca, Lalo Martel, Los
Hermanos Rivas, El Tango Ballet, El Mayoral y Elsa Maria, orquesta de ocho músicos
dirigida por Oswaldo Berlinghieri, Montecristo y Héctor Galán.
Tercer Festival
18
Transcribimos aquí la reseña de los tres primeros festivales del texto de Alberto Burgos, 2007. Aquí
también se baila el tango. Págs. 24-29.
54
Las décadas posteriores a los años 80s experimentaron un declive del tango en la
ciudad, para muchos esto estuvo asociado a la época dura de la violencia y el
narcotráfico y para otros constituye un asunto aun sin descifrar, un hueco en la
memoria tanguera de la ciudad que se ofrece como pregunta de investigación futura.
De este modo, desde el año de 2006, comienzan todos los preparativos para lanzar el
festival en la ciudad entre el 22 de junio y el 2 de julio de 2007, fechas elegidas con el fin
de darle al festival un carácter conmemorativo en tanto ésta semana coincide con la
muerte y el nacimiento de dos grandes figuras del tango. “Gardel será homenajeado en
el festival, que también conmemorará el centenario del nacimiento de otra figura
histórica del tango, Homero Manzi, "el gran poeta del tango" 20
19
Proyecto de Acuerdo Nº 161 de 2005. En:
http://www.concejodemedellin.gov.co/webcon/concejo/concejo_gallery/502.doc. Visita: 20 de noviembre
de 2008
20
http://primerfestivalinternacionaldeltan.blogspot.com/. Visita: 20 de noviembre de 2008
55
tango a través de artistas como Daniel Melingo y la agrupación Malevo, una de las más
reconocidas en el tango electrónico.
En su recorrido durante estos dos años, el festival se perfila como una gran fiesta que
disfrutan propios y visitantes, una fiesta que durante el 2008 inició un proceso que
trasciende a categoría de evento, para dar lugar a procesos de formación,
investigación, apropiación y recuperación del tango en la ciudad a través de la
Academia Nacional del Tango en Colombia y el compromiso que implica ser la sede de
la Cumbre Mundial del Tango. La Orquesta Ciudad de Medellín bajo la dirección de
Carla Algeri es una muestra de ello, un proceso formativo que se inició previo al festival
y mostró sus primeros frutos en el evento.
21
http://www.caracol.com.co/nota.aspx?id=620301. Visita: 20 de noviembre de 2008
56
apropiación y reactivación del tango durante todo el año y en todos los sectores
sociales asociados, que acompañen el Festival como evento de ciudad y le den
contenidos más profundos y de mayor trascendencia al evento y a la declaración del
tango como patrimonio de los Medellinenses.
Medellín ha sido postulada como la sede de la próxima cumbre mundial del tango en el
2010, un gran reto para la ciudad, para el sector tanguero y la administración municipal,
pero sobre todo un honor y un homenaje a la memoria y patrimonio tanguero de
Medellín. La cumbre es uno de los eventos más importantes del mundo tanguero que
inicia en Buenos Aires en el año 1992 y desde ese año la cumbre inicia su trayectoria
por el mundo entero:
57
La Ciudad de Sevilla fue en marzo de 2005, la sede de la 6ª Cumbre Mundial del
Tango, teniendo la posibilidad de albergar un acontecimiento donde lo
sustantivo es usar el tango como un instrumento para intensificar la relación
entre ciudades distintas y distantes. El tango fue disfrutado en todas sus
manifestaciones, pero al mismo tiempo, propuso un “espacio cultural urbano”
que ayudó, sin duda, a comprender nuestra vida ciudadana... La ciudad de
Valparaíso, en Chile, fue elegida en Sevilla como sede de la que sería en 2007, la
7ª Cumbre Mundial del Tango. Teniendo como subsede la vecina ciudad de Viña
del Mar, pocas veces se ha visto un evento que esté tan presente en una ciudad
y sus habitantes como lo estuvo esta cumbre” 22.
Como vemos este gran evento conjuga desde su espíritu y desde sus propósitos,
dimensiones como lo artístico, lo formativo, lo turístico y lo académico, todo esto con
el fin de promover, pero también transmitir el mundo del tango a nuevos sectores y
nuevas generaciones. Será una gran oportunidad para Medellín tener al mundo del
tango en la ciudad durante un evento de esta envergadura.
22
Tomado de: http://www.cumbredeltango.com/historia.htm. Visita: 20 de noviembre
23 Ibid.
58
Los Jóvenes y el tango
El tema de la apropiación del tango por parte de las nuevas generaciones tiene dos
matices importantes, por un lado encontramos la consideración de que el tango no
tiene un “club de fans” juvenil, como lo tuvo con las nuevas generaciones de mediados
del siglos XX y por lo tanto se encuentra amenazado ante el inevitable relevo
generacional. Por otro lado, encontramos la interpretación de que el tango se
encuentra en un momento de reactivación y renovación más que de declive y en este
sentido los jóvenes aparecen como protagonistas de dicha renovación, principalmente
desde escenarios como el baile.
Como dice don Leonardo, ahora hay un ingrediente a favor para el tango en Medellín:
el baile, la danza. “Tenemos bailarines como profesores en Japón, España, Alemania,
Arabia saudita”. Esta transformación parece reafirmarse cada vez más, la manera como
se renueva el tango en el Medellín actual es a través del baile, las nuevas generaciones
poco lo escuchan y estudian pero quieren aprender a bailarlo.
59
Entender el tango como un género que se transforma tanto en lo musical como en su
apropiación y sus públicos, permite entender y valorar el amor de los jóvenes por el
tango y su baile como una forma particular de apropiación.
A propósito del debate de si el amor por el tango está en decadencia Don Chepe Rúa
establece un matiz importante, se trata de que las vivencias del tango cambian según
las generaciones “no es lo mismo la generación del 40, la generación del 20 o la del 900”,
no se trata entonces de que el tango muera, sino de que sus públicos y formas de
vivirlo se transforman.
Sin embargo es cierto que el desequilibrio en la balanza del tango como baile, música
y poesía tiene efectos en la cultura tanguera, por ejemplo los artistas locales sienten,
como lo expresa el bandoneonista Oscar Pelayes, que “la gente ha perdido la pasión
por el tango”, estos días para un bandoneonista en Medellín, ya no son los mismos a
los de aquella época de los 70s donde los escenarios de proyección musical estaban en
su máximo apogeo. Así, ideas como la propuesta por el académico Jaime Jaramillo
Panesso tienen enorme valor pues se trata de impulsar, desde proyectos de formación
integral, los diversos componentes de la cultura tanguera en la población de bailarines
de la ciudad, quienes ya tienen sembrado el amor por el tango y estarían dispuestos a
complementar su arte con nuevos conocimientos. Igualmente importante es abrir las
fronteras de lo tradicional para permitir el dialogo entre diversas formas del tango,
entre los renovadores, los vieja guardia, el tango electrónico o el tango fusión.
Sobre la participación de los jóvenes en el mundo del tango, los propietarios de los
bares consideran que hay un grupo considerable de jóvenes que asisten a escuchar el
tango, se interesan por él y lo conocen. Don Alberto del Patio de Tango cuenta que allá
van muchos jóvenes de las universidades, estudiantes de toda parte que van a
aprender, a hablar sobre tango, asunto que rescata como algo muy bonito, pues hoy en
día le parece muy difícil que la juventud vaya a lugares así, “van a sentarse, a oír los
tangos, piden tangos... Van a hablar de tango, entonces es una cadena que se va
formando y es muy difícil porque dicen que el tango es para los viejitos pero en el Patio, si
van un viernes, se encuentra con quince o veinte jóvenes aspirantes pidiendo tango,
oyendo tango. A los jóvenes les gusta La Roca, Piazzola, Edmundo Rivero, Goyeneche” Don
Alberto, El Patio del Tango.
Igualmente, don Javier del Homero Manzi comenta, “Yo tengo el reconocimiento de la
juventud que ha estado muy concentradita, muy dedicada ha escuchar el tango, yo me
quedo aterrado a veces de los jóvenes que llegan y se da uno cuenta que ha cambiado
totalmente la percepción que la juventud tenía acerca del tango, que era para los viejos,
60
que era música de aburridos, para tristes, que no hablaba si no de los desencantos de la
vida, ya no, ya hay otra tendencia a mirar.”
Ante otra de las transformaciones evidentes, el tango promovido por los ciudadanos a
el tango impulsado desde la institucionalidad, don Leonardo Nieto tiene muy claro que
para que el tango siga vivo eso no puede ser una cuestión solo de la Alcaldía “ no se
pueden echar la carga solos”, y para citar ejemplos de iniciativas ciudadanas que
reactivan el tango cita “un lugar hermoso” el Málaga, un lugar que tuvo sus años de
silencio, pero que hoy se reconoce como un escenario donde la música y entre otras
joyas, el tango, sigue viva. Estos ejemplos le sirven a Don Leonardo para hacer un
llamado, “el Tango va mas allá de la fiesta, el tango ofrece secretos profundos,
representaciones culturales profundas”, cita a Borges, Sábato, poetas y personajes
sureños que han amado y escrito del tango. En este sentido, considera necesario abrir
el perfil de la fiesta, que la inversión para el tango sea para verdaderos proyectos
culturales que perduren y trasciendan en el tiempo y traten de llegar a esas
profundidades del tango.
Más allá de los decretos y los eventos, Medellín es y seguirá siendo tanguera porque el
tango está en el corazón de los habitantes de esta región, porque como lo expone
Camilo Valencia del bar “Adiós Muchachos”, el tango “lo acogimos hace mucho rato ya,
61
lo cogimos como una costumbre de los padres, los abuelos, lo han escuchado y las
generaciones que han venido, por ejemplo nosotros que hemos escuchado tango desde
que nacimos prácticamente. Y en todas partes donde usted llegue el tango es acogido . La
gente de Medellín siente el tango, lloran, se ríen…”.
Es patrimonio “Por la historia, más que por la influencia popular, el tango es patrimonio
en tanto es una música de la ciudad que permanece, no en tanto sea una música de todo el
mundo, pero es una historia que permanece” y señala que, a pesar de que Medellín ya
declaró su amor por el tango a través de los Acuerdos del Consejo, “lo que no hemos
hecho es apoderarnos de esos mitos para hacer la mitología de la ciudad de la manera
como se entiende a Gardel en Uruguay, en Buenos Aires, como son las ciudades que van
creando sus propios mitos, no lo hemos convertido en fuente de curiosidad, de símbolo”
Jaime Jaramillo Panesso. Presidente honorario de la Academia Nacional del Tango.
Una relación que parece evidente pero que trae sus complejidades es l a del turismo y
el patrimonio, o en términos generales el turismo y la cultura. En el caso de Medellín
nos acercamos cada vez más a la posibilidad de ofrecer una ciudad con alternativas
culturales para los turistas, una ciudad con eventos importantes y escenarios culturales
de interés para aquellos que están de paso. Sin embargo a pesar de que no debemos
negar la importancia de estas ofertas, es necesario proponer reflexiones sobre la
62
profundidad, el arraigo y la calidad de lo que le entregamos al otro como propio, y
frente al hecho de apoyar una cultura, en este caso la tanguera, solo para el turismo y
no para los habitantes de la ciudad o para los directos “dolientes” de la misma (bares,
academias y artistas locales).
Esta reflexión parte de un presupuesto básico; antes que mostrar a otros lo que nos
identifica debemos reconocernos en esas expresiones, eventos y escenarios culturales,
debemos apropiarnos, valorarlas y fomentarlas desde los ciudadanos que son quienes
están en el lugar de la reactivación cotidiana y la transmisión de esas expresiones
culturales, de lo contrario asistiríamos a una simple escenificación o teatralización de la
cultura, y de lo patrimonial, como un acto conmemorativo que solo tiene lugar en un
momento del año, o ante la visita del extranjero, pero que en la cotidianidad se diluye y
desaparece. Aquí es donde está el valor del turismo cultural; en la posibilidad de
reflexionar sobre lo propio para entregarlo y compartirlo con otros.
Aquí señalamos algunos de los ejes identificados con la comunidad tanguera como
elementos centrales para proponer acciones en torno al tango en la ciudad:
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ANEXO 24
GUIA TANGUERA
Bar La Payanca.
Carrera 49 No 46-23
Teléfono: 5116359
Horario: Lunes a Domingo de 11:30 a.m. a 1 a.m.
Don Gilberto Vallejo, un amante del tango, inició el bar “9 de Julio” en 1962, ubicado en el sector
de Guayaquil, en San Juan con Bolívar. Tras una temporada fuera del país, inaugura en 1971 la
reconocida esquina de La Payanca, donde volvió a sonar la música del antiguo “9 de Julio”.
La Payanca es considerado por los tangueros como uno de los escenarios que mejor conserva el
típico ambiente de los bares del viejo Guayaquil; un lugar donde solo se escucha música
argentina, donde la rockola funciona, el cliente programa la música y una mujer lo acompaña a
tomarse su trago y a escuchar sus tangos preferidos.
Don Camilo Valencia heredo de su padre el amor por el tango quien tuvo tres bares de tango en el
auge de Guayaquil llamados El Valenton, La Reja y Medellín. Adiós Muchachos lleva 20 años en el
mundo tanguero de la ciudad y ofrece a sus clientes lo mejor de la música Argentina acompañada
de videos y partidos de fútbol proyectados en pantalla grande.
Salón Málaga
Telefono: 2312658
Carrera 51 #45-80
Con 50 años de existencia El salón Málaga es uno de los últimos bastiones de la tradición musical
de antaño El Bar Málaga más que un sitio popular de Medellín, representa dos cosas: La
supervivencia del antiguo ambiente de Medellín de los años cincuenta y un auténtico santuario de
la música de antaño, El Málaga es el legado material de varias generaciones que han cultivado la
24 Este es uno de los productos que está por hacerse en la ciudad, aquí dejamos algunos datos, sin
embargo es necesario un trabajo especializado desde la subsecretaría de turismo para crear la guía
tanguera de la ciudad.
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música popular como un arte excelso. Si uno quiere conocer la historia del centro de la ciudad, es
necesario visitar el Salón Málaga y observar su galería de imágenes como un estandarte de la
zona.
Su propietario ha sido un reconocido gestor del tango en Medellín al apoyar la promoción del baile
del tango, con clases de Milonga los jueves y clases para principiantes los días sábado. El Homero
es la “casa” de la Asociación Gardeliana y, en muchas ocasiones, el lugar de reunión de la recién
creada Academia Nacional del tango. Junto con La Boa y El Malaga, es uno de los bares más
visitados por las nuevas generaciones.
Bar Tarky
Cl 47 50-15
5116467
Horario: lunes a sábado de 8:30 a.m. A 12 p.m
El bar Tarki lleva más de 50 años abierto, se especializa en todo lo relacionado con el bolero y el
tango y música argentina. Es un sitio tradicional con una clientela constante y fiel que se mantiene
desde los inicios del bar.
La Boa
Teléfono: 2393580
Ubicado sobre la calle Maracaibo, entre las carreras el Palo y Girardot, se ha dedica en los últimos
años al tango, junto con el Homero Manzi y el Malaga, es uno de los bares más visitados por
nuevas generaciones.
Calle 34 # 58-38
Teléfono: 235-45-95
Uno de los bares con más tradición en la ciudad gracias a su antiguo dueño Moncada, el “Rey de
la Milonga”. Actualmente es administrado por su yerno, Don Alberto Correa. El Patio se ubica en
el Barrio Antioquia cerca al Aeropuerto Olaya Herrera, lugar donde murió Carlos Gardel. El Patio
lleva casi 50 años de tradición tanguera, con 30 años promoviendo el tango desde el barrio
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Antioquia, y antes desde el antiguo Guayaquil. El Patio también ofrece una carta de asados al
estilo argentino, "Churrasco", solomito, punta de anca y bife de chorizo.
Calle 39 S 43 A-41
Teléfono: 331-70-85
Jueves a Sábado4 PM A 2 AM
Atlenal – Envigado
Teléfono: 276-59-71
El Torrente – Bello
Cra 57 # 53-67
Teléfono: 451-28-96
El Abrojito – Bello
Cr 48 # 54-73
Teléfono:456-40-76
Calle 53 # 47-04
Teléfono:275-91-57
La Casa Gardeliana
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ACADEMIAS
Vos Tango
Dg75 B-1 -289 Int 194
3470442
GRUPOS
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UNA RUTA TANGUERA
En los encuentros repentinos que nos trae la contingencia de la vida en la barra de un bar de
tangos en Medellín pueden suceder muchas cosas, pero sobre todo puedes aprender lo que en
ningún otro lugar se podría aprender. Encontrarme una noche de jueves con dos hombres
particulares fue una de mis experiencias en la ruta tanguera por la ciudad de Medellín, un escritor
Vasco que dedica sus vacaciones a explorar el tango en Medellín y Jaime un hombre que lleva el
tango en el alma, el maestro de la noche. En estos encuentros se derrumban todas las
herramientas científicas y casi todos los debates éticos de la etnografía, en este encuentro era
insólito, imposible sacar mi grabadora digital para grabar toda la conversación, simplemente
rompía la magia, cambiaba el carácter del encuentro y así parezca romántico, es permitido ser
romántico cuando se trata de Tango. Un encuentro en la barra de un bar trasciende la agenda de
un etnógrafo, trasciende la categoría de informante, colaborador, y al calor de unas cervezas se
anima una conversación imposible de repetir, un encuentro único, que dejara emociones y datos
en mi memoria, uno que otro en mi libreta de notas pero sobre todo, dejara acentuado el amor
por el tango en quienes tuvieron la fortuna de encontrarse.
Sentada en la barra tomando una cerveza conocí a Jaime, un hombre, taxista que aunque nunca
escucha tango en su taxi, es un amante y conocedor de las profundidades del tango, de lo
insondable de su música y sus emociones. Con el aprendí que saber el nombre de un compositor,
un cantante o una orquesta trasciende la cultura tanguera, el recuerda que de joven apostaba con
sus amigos a quien primero reconociera después de la primera melodía los datos completos del
tema en cuestión, sin embargo hoy años después de su camino como tanguero, se ríe del asunto.
Para él sí es importante el dato, pero más allá de eso encuentra en el tango sentidos que le
permite decir con toda seguridad “el tango es la canción al desamor y al desarraigo” o “es la
compañía en la soledad”. Jaime nació en un pueblo donde se ama el Tango, Jericó, el mismo
donde nació Manuel Mejía Vallejo o el Gordo Anibal, coincidencias de la vida, tal vez. Jaime cuenta
que su padre tenía 5 cantinas, 4 de ellas eran de Tango, cuando era niño una de sus tareas era ir a
buscar a su papá para darle razones o llevarle encargos, después de cumplida la tarea, Jaime se
quedaba escondido detrás de la pianola esperando a su “viejo”, viéndolo tomarse sus
aguardientes, pero lo más importante, escuchando tango. Desde niño fue esa la música, allí
aprendió, y escucho a muchos cantantes, orquestas y poetas.
Para hablar del amor al tango de esta ciudad Jaime recuerda los bares del viejo Guayaquil, y hace
la salvedad de que ahora ya no es como en aquella época. Para explicarlo dice “el tango subió de
estrato”, en Medellín ahora el Tango no es sólo de arrabal, de bohemia, es también la música de
otros grupos sociales.
La ruta sigue y en la Payanca al entrar todos nos miran, es normal siempre se observa al que llega
y más cuando la apariencia no es la del visitante cotidiano, las miradas son curiosas, no
inquisidoras, después de ubicarnos, amablemente se van cruzando miradas con las otras
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personas, alguien se acerca y nos pregunta “¿quien canta esa canción?”, no sabemos, él se ríe,
nosotros le decimos, “perdimos el examen”, es una pequeña broma que nos deja en evidencia;
ese no es nuestro lugar cotidiano, allí estamos porque nos gusta el tango, nos interesa el tango,
pero no somos tangueros. En el lugar no falta entonces quien se anime a darnos instrucciones,
qué compositor es reconocido, cual le gusta más, e incluso encontramos amigos que nos invitan a
un tema en la pianola.
La pianola es uno de los elementos que le da vida a la Payanca, allí hay pianola como muchos
bares, pero en la Payanca ésta no para de funcionar, pasan uno a uno los clientes del bar con
manojos de monedas de doscientos para seleccionar sus canciones preferidas, algunos tienen sus
trucos “uno le echa cuatro monedas y la maquina le regala una canción, entonces pido 5 temas”.
Un encuentro regional, después de preguntarle al “Tío” de donde viene su amor por el tango, me
responde algo que ya Jaime en el Homero Manzi me había contado alguna vez, “de mi pueblo. Yo
vengo de una región Tanguera”, El Tío es del eje Cafetero, parece que esa es otra relación con el
Tango poco explorada “tango y café”, el Tío viene de Belén de Umbría, allí se escucha mucho
tango, tomando tinto, cerveza o aguardiente, pero escuchando siempre tango. Nos envía con una
nota a sus bares preferidos de Envigado, una nota que recuerda los nombres del lugar y de sus
dueños y que digamos “que van de parte del Tio”, seguro vamos a estar bien atendidos.
Estos lugares donde la espontaneidad del amor al tango sale por los poros de sus visitantes, dejan
la certeza total de que Medellín es una ciudad tanguera, sin embargo el tango se puede vivir en
muchos contextos, de distintas maneras, en algunos lugares el tango está listo para presentarse, y
en otros simplemente se vive a diario.
En la barra de un bar aprendí que Lejos de Ti fue un tango de Julio Eraso compositor colombiano
de la costa Caribe que al lado de Tartarin Moreira se reconocen como poetas colombianos en el
mundo tanguero. Aprendí que existió el bar El Deportivo en la Toma, Cuartito Azul en Aranjuez y
nuevos nombres llegaron a mi repertorio tanguero de principiante, entre ellos Carlos Dante, Raul
Iriarte y Raul Veron. Pero sobre todo aprendí que estos encuentros le dan vida a la contingencia de
la memoria, del conocimiento, de los seres que cruzan por nuestras historias y del tango y su
esencia.
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