7 Pecados Capitales
7 Pecados Capitales
7 Pecados Capitales
Los pecados capitales son aquellos de los cuales se desprenden otros pecados. Los siete pecados capitales son
una clasificación de los vicios que se enumeraron en las primeras enseñanzas del catolicismo y del cristianismo
con el objetivo de educar a los fieles acerca de la moral cristiana.
La doctrina católica divide en dos grandes grupos a los pecados, el pecado venial (se consideran menores y son
perdonados a través de los sacramentos) y el pecado mortal (son sumamente graves, ya que rompen la vida de
gracia y amenazan con la condenación eterna a menos que la penitencia los perdone.).
2. Avaricia
Es un pecado que implica la inclinación o deseo desordenado de placeres o de riquezas materiales para
atesorarlas y no compartirlas con los demás o gastarlas.
Está prohibido por el noveno y décimo mandamiento.
Consiste en tener como máxima prioridad en la vida el conseguir y mantener dinero, propiedades, y
demás.
Nos lleva a buscar tener demasiado, y en esa actitud puede llegar hasta el robo para obtener el exceso
de bienes que desea.
Es un deseo enfermizo, de cualquier cosa, no sólo de dinero. El avaro también es egoísta, por lo que se
niega a ayudar en las necesidades del prójimo, no le gusta compartir y no practica la solidaridad.
3. Envidia
La envidia supone el deseo de obtener aquello que otro posee lícitamente.
Puede presentarse de varias maneras:
Comparar los bienes o males míos con los de los demás. Ya la comparación es un inicio de la
envidia.
Resentir las cualidades, bienes o logros de otro, porque yo no los tengo.
Desear tener los bienes materiales, intelectuales, físicos de los demás. Esto va en la línea de la
codicia.
Desear que los demás no tengan los bienes que tienen, porque yo no los tengo.
Es un pecado muy escondido: casi nunca la persona envidiosa habla de estos sentimientos y pocas veces
se manifiestan abiertamente. Por eso es difícil detectarla. Forma parte de los malos pensamientos, que
las personas suelen pensar que son sólo de lujuria.
4. IRA
Es un sentimiento no ordenado, ni mucho menos controlado, de odio, enojo y/o desagrado y,
generalmente, antagonismo, suscitado por un daño real o aparente.
Reacción de irritación y rabia causada por la indignación de sentir que se vulnera lo que creemos
merecer, puede ir de la irritación leve a la furia intensa.
Entre las principales transgresiones que puede ocasionar este pecado capital se cuentan el homicidio, el
asalto, la discriminación y hasta el genocidio.
Puede producirse por la frustración de no alcanzar algún objetivo o necesidad.
5. Lujuria
Es el pecado ocasionado por la excesiva presencia de pensamientos de tipo sexual, y goce del placer
sexual en forma desordenada además supone pensamientos posesivos sobre otra persona.
En su máximo grado, la misma, puede desembocar en compulsiones sociológicas, sexuales o
transgresiones.
Así que, cuando la búsqueda de placer está separada de la procreación y/o de la unión entre un hombre
y una mujer que estén unidos en matrimonio cristiano, se está cayendo en el pecado capital de lujuria.
Y, como todo pecado capital, la lujuria origina otros pecados:
La fornicación: relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio cristiano.
La masturbación, los actos homosexuales, la pornografía, mal terrible de nuestra época por su
difusión masiva y casi compulsiva por el Internet.
La pederastia, la violación, la prostitución.
¿Qué cosas nos conducen a la lujuria?
Películas, fotografías, imágenes, etc. que estimulen pensamientos y deseos contrarios a la
castidad y/o que nos lleven a pecar de lujuria. Al ponernos enocasión de pecado, ya estamos
pecando.
6. Gula
La gula es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida. También puede
incluir otros tipos de comportamientos autodestructivos como el consumo de drogas.
Este deseo puede ser pecaminoso de varias formas:
Comer o beber en exceso más de lo que el cuerpo necesita.
Fomentar el gusto por cierta clase de comida a sabiendas que hacen daño para la salud.
Consentir el apetito fruitivo por comidas o bebidas lujosas y excepcionales.
Consumir bebidas alcohólicas hasta el punto de perder control total de la razón. La intoxicación
injustificada que termina en una completa pérdida de la razón es un pecado mortal.
Consumo de drogas de cualquier clase y en cualquier cantidad.
7. Pereza
Es el desgano culpable en el cumplimiento de las obligaciones, en el trabajo y en el estudio.
Incluye la ociosidad, que –como dice el dicho- es la madre de todos los vicios. Incluye la postergación
culposa: dejar para mañana lo que se puede hacer hoy.
Se considera Acidia o pereza espiritual cuando es la falta de interés en los bienes espirituales y el desgano
para responder a las gracias divinas.
Si bien los recién mencionados se mantienen imperturbables, en el año 2008, el Tribunal de la penitenciaría
apostólica del Vaticano presentó una lista de pecados capitales nuevos con la denominación de pecado social
para de alguna manera incluir los nuevos vicios que ocasionan grandes impactos negativos en la humanidad hoy
día, entre ellos figuran: no realizarás manipulaciones genéticas, no llevarás a cabo experimentos sobre otros
seres humanos, incluyendo los embriones, no contaminarás el medio ambiente, no provocarás injusticia social,
no causarás pobreza, no te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común, no te drogarás.
http://www.definicionabc.com/religion/7-pecados-capitales.php
SOBERBIA
Estrictamente hablando la Soberbia es el orgullo que lleva a la persona a igualarse a Dios o ponerse en antagonismo con
Dios.
Pero este pecado capital también se refiere al orgullo que “consiste en una estima de uno mismo o amor propio indebido, que
busca la atención y el honor” (Catecismo de la Iglesia Católica #1886).
El orgullo tiene muchas formas de presentarse. He aquí sólo algunas:
Vanidad: deseo de ser apreciado y quedar bien.
Engreimiento: creerse uno muy importante, necesario, creerse una gran cosa. Y para colmo: no darse cuenta que cualquier
cosa buena que tengamos nos viene de Dios, no de nosotros mismos.
Arrogancia: mostrar actitudes de superioridad a los demás.
Auto-suficiencia: Creer que no necesito de Dios, que todo lo puedo por mí mismo, o creer que no necesito tampoco a otras
personas.
Suceptibilidad: No aceptar crítica o corrección, además de molestarse sin suficiente razón.
AVARICIA
Inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. Está prohibido por el noveno y décimo mandamiento.
(Catecismo de la Iglesia Católica #2514, 2534)
Consiste en tener como máxima prioridad en la vida el conseguir y mantener dinero, propiedades, y demás.
Hay que ser prudentes y previsivos con respecto de los bienes materiales. Pero la avaricia sobrepasa la precaución y la
prudencia.
La prudencia nos lleva a buscar tener lo suficiente para llevar una vida sin excesos. La avaricia nos lleva a buscar tener
demasiado. Y en esa actitud puede llegar hasta el robo para obtener el exceso de bienes que desea.
La avaricia es un deseo enfermizo, de cualquier cosa, no sólo de dinero. El avaro también es egoísta, por lo que se niega a
ayudar en las necesidades del prójimo, no le gusta compartir y no practica la solidaridad.
La avaricia es muy frecuente en nuestros días. Pero sucede que está tan a la vista, que no se nota, pues nos parece de lo más
natural.
¿No es avaricia querer tener el mejor automóvil, el mejor reloj, el último celular y blackberry, etc?
ENVIDIA
Puede presentarse de varias maneras:
. Comparar los bienes o males míos con los de los demás. Ya la comparación es un inicio de la envidia.
. Resentir las cualidades, bienes o logros de otro, porque yo no los tengo.
. Desear tener los bienes materiales, intelectuales, físicos de los demás. Esto va en la línea de la codicia.
. Desear que los demás no tengan los bienes que tienen, porque yo no los tengo.
La envidia es un pecado muy escondido: casi nunca la persona envidiosa habla de estos sentimientos y pocas veces se
manifiestan abiertamente. Por eso es difícil detectar la envidia. La envidia forma parte de los malos pensamientos, que las
personas suelen pensar que son sólo de lujuria.
Otro problema para detectarla es porque el envidioso se siente con derecho a serlo: pareciera un sentimiento natural,
necesario, y no suele verlo como pecado.
Sólo si la envidia se materializa haciendo daño al otro pueda que el envidioso se dé cuenta. Pero pudiera ser puesta en
evidencia la envidia cuando buscamos criticar y hasta calumniar al otro para disminuirlo ante los demás.
IRA
La ira es el sentido emocional de desagrado y, generalmente, antagonismo, suscitado por un daño real o aparente.
Es una reacción de irritación y rabia causada por la indignación de sentir que se vulnera lo que creemos merecer.
Puede producirse por la frustración de no alcanzar algún objetivo o necesidad.
La ira es un estado emocional que varía en intensidad, yendo de la irritación leve a la furia intensa.
La terapia para la ira la da el Señor en Mt. 11, 29: Aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón Otras
traducciones: paciente de corazón y humilde….. Y para aprender del Señor hay que estarse a sus pies en oración, para que El
vaya haciéndonos semejantes a El en esa mansedumbre y humildad que requerimos.
HUMILDAD: Para controlar la ira hay que crecer mucho primeramente en humildad. Esto nos ayuda a ir aceptando mejor las
contrariedades.
MANSEDUMBRE y/o PACIENCIA: Nos ayuda a controlar los arrebatos de cólera, al poder soportar con serenidad los
momentos que pueden encender la ira.
LUJURIA
La lujuria es el goce del placer sexual en forma desordenada. Los deseos y actos son desordenados cuando no se conforman
al propósito para el cual Dios los creó.
En el caso de la sexualidad, Dios nos la dio para propiciar el amor mutuo entre los esposos unidos en matrimonio cristiano y
para favorecer la procreación.
Así que, cuando la búsqueda de placer está separada de la procreación y/o de la unión entre un hombre y una mujer que
estén unidos en matrimonio cristiano,se está cayendo en el pecado capital de lujuria. Y, como todo pecado capital, la lujuria
origina otros pecados:
. La fornicación: relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio cristiano.
. La masturbación, los actos homosexuales, la pornografía, mal terrible de nuestra época por su difusión masiva y casi
compulsiva por el Internet.
. la pederastia, la violación, la prostitución.
(Ver Catecismo de la Iglesia Católica #2351 a 2359)
¿Qué cosas nos conducen a la lujuria?
Películas, fotografías, imágenes, etc. que estimulen pensamientos y deseos contrarios a la castidad y/o que nos lleven a
pecar de lujuria. Al ponernos enocasión de pecado, ya estamos pecando.
Es necesario entonces reconocer y obedecer el sentido que Dios ha dado a la sexualidad, aunque el mundo nos venda otra
cosa.
El mundo nos vende la búsqueda del placer sexual, porque con eso nos sentimossupuestamente libres, realizados y felices. Y
comenzamos a centrarnos en nosotros mismos, buscando el placer sexual, olvidándonos de Dios, de cómo nos creó y para
qué puso en el ser humano la sexualidad.
Seguir al mundo en cuanto a la lujuria definitivamente es desviarnos del plan de Dios desde el momento de la creación del
ser humano.
Vamos a analizar este proceso: El corazón, que está hecho para amar, y la razón, que es para razonar, son manejados por el
deseo carnal, que es lo más inferior de nuestra naturaleza. No es que sea malo el deseo carnal (si fue puesto por Dios, no es
malo: lo malo es el uso que le demos).
Un ejemplo puede servirnos para entender el mal uso que puede dársele a algo que Dios nos ha dado. Dios nos dio los
dientes para morder, rasgar y masticar los alimentos. Pero si un agresivo decide usarlo para maltratar a los demás
mordiéndolos, está cambiando la finalidad de una cosa buena para hacer algo malo que termina por desvirtuar el fin para el
que fue hecho.
Cuando la lujuria no se rechaza con diligencia, el sujeto cae presa de sus propios deseos que terminan por dominarle y
envilecerle.
El hecho es que Dios nos pide ser castos. Y Dios no puede pedirnos cosas imposibles. ¿Cómo es posible ser castos?
Dios nunca nos exige nada imposible y nos da todas las gracias para hacer lo que nos pide. Dios dispone para
nosotros todos los medios necesarios y nos da las gracias necesarias para vivir la castidad según nuestro estado de vida. No es
que sea fácil, pero no es imposible.
La Castidad exige vencer la concupiscencia carnal en pensamientos y en deseos, lo cual supone fomentar la virtud de la
templanza.
La Castidad requiere que rechacemos los pensamientos y deseos que estimulen la lujuria.
¿Cómo puede lograrse la virtud de la castidad?
. Tratando de practicarla: disciplinando los sentimientos y la imaginación, regulando miradas y gestos, evitando las
ocasiones de pecado,huyendo de la pornografía y de las malas compañías.
Si no se vigila la imaginación y los pensamientos, la castidad se hace muy difícil.
Si no se arrancan las raíces de la imaginación es imposible contener las consecuencias en la carne.
El apetito sexual aumenta según la atención que se le preste. Es como esos perros que ladran cuando se les mira, y se callan si
no se les hace caso.
Por todo esto se hace necesario dominar la imaginación y los deseos.
. Buscando la fortaleza y templanza especialmente en la oración.
Con nuestras solas fuerzas, la castidad es imposible; pero con el auxilio de Dios, que nos viene a través de la oración es
posible ser castos.
En ese caso de la castidad, querer es poder. Quien -con la ayuda de Dios- se decide a luchar con todas sus fuerzas, será una
persona casta.
Y no es que muera la inclinación, sino que el instinto sexual será gobernado por las riendas de la razón.
La Castidad es para todos:
. Para los no casados aún y que aspiran al matrimonio, la castidad requiere abstención. Es una necesaria preparación para
lograr la madurez y la castidad en el matrimonio.
. Los que han hecho voto de castidad, como Sacerdotes, Religiosos y Religiosas, han decidido no casarse, renuncian
plenamente a las relaciones sexuales en una total oblación entregando todas sus energías y todo su amor a Cristo y su Iglesia.
. Los casados también deben practicar la castidad a lo largo de su vida matrimonial: en algunos períodos en que es
imposible tener relaciones por enfermedad, partos, regulación de nacimientos de manera natural, separaciones por trabajo,
viajes etc. Y a veces, inclusive, como penitencia, como ofrenda al Señor.
GULA
La gula es el deseo desordenado por el placer conectado con la comida o la bebida. También está ligado al consumo de
drogas.
Este deseo puede ser pecaminoso de varias formas:
. Comer o beber en exceso más de lo que el cuerpo necesita.
. Fomentar el gusto por cierta clase de comida a sabiendas que hacen daño para la salud.
. Consentir el apetito fruitivo por comidas o bebidas lujosas y excepcionales.
. Consumir bebidas alcohólicas hasta el punto de perder control total de la razón. La intoxicación injustificada que
termina en una completa pérdida de la razón es un pecado mortal.
. Consumo de drogas de cualquier clase y en cualquier cantidad.
Contra GULA – TEMPLANZA
La virtud de la Templanza también tiene varios ángulos. Aunque la Templanza puede referirse a la moderación en el placer
sexual y también oponerse a la avaricia de bienes temporales, en este caso vamos a tratarla como la virtud opuesta a la Gula.
La Templanza incluye la moderación y sobriedad en el comer y el beber.
La virtud de la templanza conduce a evitar toda clase de exceso, el abuso de la comida, del alcohol y del tabaco.
PEREZA
Es el desgano culpable en el cumplimiento de las obligaciones, en el trabajo y en el estudio.
Incluye la ociosidad, que –como dice el dicho- es la madre de todos los vicios. Incluyela postergación culposa: dejar para
mañana lo que se puede hacer hoy.
Se considera Acidia o pereza espiritual cuando es la falta de interés en los bienes espirituales y el desgano para responder a
las gracias divinas.
Los pecados capitales son aquellos de los cuales se desprenden otros pecados. Los siete pecados capitales son una clasificación de
los vicios que se enumeraron en las primeras enseñanzas del catolicismo y del cristianismo con el objetivo de educar a los fieles
acerca de la moral cristiana.
La doctrina católica divide en dos grandes grupos a los pecados, el pecado venial (se consideran menores y son perdonados a través
de los sacramentos) y el pecado mortal (son sumamente graves, ya que rompen la vida de gracia y amenazan con la condenación
eterna a menos que la penitencia los perdone.).
En tanto, los pecados capitales son siete y siguen este orden: lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y vanidad.
La lujuria es el pecado ocasionado por la excesiva presencia de pensamientos de tipo sexual, además supone pensamientos
posesivos sobre otra persona. En su máximo grado, la misma, puede desembocar en compulsiones sociológicas, sexuales o
transgresiones.
Por su lado, la gula se identifica con la glotonería, es decir, el consumo en exceso tanto de comida como de bebida, aunque también
puede incluir otros tipos de comportamientos autodestructivos. Abusos de determinadas sustancias, el alcoholismo o comer en
exceso son ejemplos de este tipo de pecado.
La avaricia, es un pecado que implica la total orientación del ser hacia la obtención de riquezas materiales para atesorarlas y por
supuesto no entra en los planes el compartirlas con los demás o gastarlas.
La ira implica un sentimiento no ordenado, ni mucho menos controlado, de odio y enojo, entre las principales transgresiones que
puede ocasionar este pecado capital se cuentan el homicidio, el asalto, la discriminación y hasta el genocidio.
Y finalmente la vanidad resulta el deseo por tratar de ser siempre más importante y atractivo que el resto, es decir, la
sobrevaloración del propio Yo.
Si bien los recién mencionados se mantienen imperturbables, en el año 2008, el Tribunal de la penitenciaría apostólica del Vaticano
presentó una lista de pecados capitales nuevos con la denominación de pecado social para de alguna manera incluir los nuevos
vicios que ocasionan grandes impactos negativos en la humanidad hoy día, entre ellos figuran: no realizarás manipulaciones
genéticas, no llevarás a cabo experimentos sobre otros seres humanos, incluyendo los embriones, no contaminarás el medio
ambiente, no provocarás injusticia social, no causarás pobreza, no te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien
común, no te drogarás.
v Envidia – sentimiento en el cual existe dolor por no poseer lo que tienen el otro; emulación.
Y ahora conozcamos las virtudes que os salvaran de estos pecados y como aplicarlas.
Castidad: la castidad contrarresta la lujuria, si la lujuria es tener deseos sexuales descontrolados la Castidad es
el comportamiento voluntario a la moderación y adecuada regulación de actos sexuales. No es lo mismo que
abstinencia sexual, sino en este caso saber con quién y cuándo van a hacer el amor; es saber que una
calentura de 15 minutos puede terminar en un SIDA, o un embarazo no planeado.
Templanza: ayuda a afrontar la gula y es una virtud moral que regula la atracción por los placeres. Al practicar
la templanza es que domine la voluntad sobre los instintos así manteniendo los deseos en los límites de la
honestidad. Según la biblia una persona templada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana
discreción y no se deja arrastrar “para seguir la pasión de su corazón”. Si usted sabe lo que es la moderación o
la sobriedad, entonces eso es lo que tiene que estar practicando.
Generosidad: es la manera en la que pueden confrontar la avaricia. La generosidad está en el ser humano
desde que nace, es un hábito de dar y entender a los demás que muchos perdemos al crecer. Por lo general es
comparado con la caridad y es una forma de altruismo, ya que tú ayudas sin esperar algo a cambio. Les puedo
decir que la generosidad se regresa (como con todo en el mundo) y siempre regresa al triple. Recuerden que
alguien en su momento les ayudo y alguien estará en aquel momento para poder ayudarles en caso de
emergencia.
Diligencia: combate a la pereza, si la pereza es flojera y negligencia entonces lo que tienen que hacer es hacer
algo bien. la diligencia es el esmero y el cuidado en ejecutar algo, es prontitud de hacer algo con gran agilidad
tanto interior como exterior; como todas las demás virtudes, se tienen que trabajar con diligencia. Es
demostrar entusiasmo en las acciones que se hacen con otras personas o cumplir las metas que uno se pone a
tiempo.
Paciencia: ayuda a las personas contra la ira. La paciencia es la capacidad de sufrir y tolerar las adversidades
con valor y sin quejarse, es la capacidad de esperar con tranquilidad una cosa que sabe que va a tardar. Es la
capacidad para realizar una actividad o trabajo difícil, pesado o minucioso con perseverancia. No es ser pasivo
y dejar que a uno lo maltraten, sino es la virtud en la cual sabes que todo va a mejorar sin necesitar de perder
tu control; es tener serenidad.
Caridad: contra la envidia. Según la iglesia católica, “la caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios
sobre todas las cosas por El mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios”. La caridad
fue uno de los mandamientos que les dio a sus apóstoles y discípulos: ámense unos a otros como yo los he
amado.
Humildad: afronta a la soberbia, la humildad se opone al orgullo sino también a la auto abyección en la que se
dejaría de reconocer los dones de Dios y la responsabilidad de ejercitarlos según su voluntad. El hombre
humilde no aspira a la grandeza personal que el mundo admira porque ha descubierto que ser hijo de Dios es
un valor muy superior. El hombre humilde no está en competencia.