Analisis I Psicología
Analisis I Psicología
Analisis I Psicología
ROSÁNGELA MUSETT
C.I.N° 15.446.270
El maestro/a debe estimular, dirigir y controlar el aprendizaje de manera tal que el alumno sea
participante activo, consciente de dicho proceso.
La actividad del maestro es la de "enseñar" y la actividad del alumno es "aprender". Por tanto,
podemos decir que el proceso enseñanza-aprendizaje es una actividad social, donde tienen lugar
diversas interacciones, como puede ser la interacción entre el maestro-alumno, alumno- maestro
o incluso entre los mismos alumnos. En definitiva, la importancia del proceso de enseñanza-
aprendizaje permite al alumno desarrollar habilidades para comprender lo que ocurre en su
contexto.
Pudieran ser muchos los factores que están incidiendo en la actualidad sobre este tema, pero sin
duda alguna, en el fondo del mismo no podemos desconocer el cuerpo de conocimientos que
aporta la Psicología vigente en relación con el aprendizaje. Tampoco se puede ignorar lo que se ha
dicho sobre la conceptualización del proceso enseñanza aprendizaje. Por eso es bueno recordar las
palabras de Cesar Coll (1987), quien al abordar lo concerniente a la construcción del conocimiento
y los mecanismos de influencia educativa plantea que por una serie de circunstancias vinculadas
con el desarrollo histórico de la psicología, la concepción constructivista del aprendizaje ha
prestado atención a los procesos individuales, no así al hecho de que estos procesos tienen lugar
en el contexto interpersonal, y que por lo tanto, no podremos llegar a ofrecer una explicación
detallada, fundamentada y útil de cómo aprenden los alumnos en la escuela si no analizamos los
procesos de aprendizaje en estrecho vínculo con los procesos de enseñanza con los que están
interconectados. El proceso de enseñanza aprendizaje es una unidad dialéctica entre la instrucción
y la educación; igual característica existe entre el enseñar y el aprender.
La enseñanza se ocupa de maximizar los procesos de aprendizaje. Logrando que por su mediación
el alumno alcance el aprendizaje que por sí mismo no puede lograr. (Asensio, 1989). Es decir, la
enseñanza es una mediación entre el alumno y lo que tiene que aprender. De allí se desprende
que para que el alumno aprenda determinados conocimientos y habilidades, como enseñanza se
programa un conjunto de decisiones sobre finalidades, tipos y organización del material, tipos de
actividades. Para eso un proceso ineficiente es aquel en el cual el maestro centra la acción, expone
el material y da el modelo de lo que el alumno tiene que aprender. Mientras que un proceso
eficiente es aquel en el cual el alumno aprende bajo sus decisiones y espontáneamente. O sea,
pareciera que cuando se enseña no se aprende y cuando no se aprende, no se enseña. Por ello
entender adecuadamente la actividad docente es comprender que el maestro enseña bajo ciertos
métodos, procedimientos y técnicas, a que el alumno aprenda; y que el alumno aprende mal, no
sólo cuando el maestro expone en forma verbal sino cuando aquel actúa espontáneamente,
faltándole la orientación de la formación lógica de su pensamiento y la conceptualización del
conocimiento.
Un alumno aprende bien no porque actué solo y el maestro no exponga el material, sino porque
sabe pensar, porque el maestro le facilita el acto de razonar, le facilita situaciones de aprendizaje,
lo guía. En definitiva, enseñar es una cosa y aprender es otra. La actividad del profesor no es la
misma del alumno. El alumno aprende a partir de un movimiento interior, intelectual, para actuar
sobre lo social y lo hace individualmente y con su estilo. Mientras que el profesor con su estilo
personal, facilita las condiciones, provoca y organiza situaciones, despliega acciones, para que el
alumno comprenda la lógica, aprenda a pensar, actuar, sentir, con su estilo propio. La enseñanza
se dirige a que el alumno desarrolle su intelecto, sus actitudes y sentimientos, pero este desarrollo
individual ocurre gracias a un intercambio social que comienza por la acción del profesor. Álvarez
de Zayas, C.M (1999).
Por tal motivo, es necesario conocer los diversos TIPOS DE DOCENTES, de forma genérica existen
tres tipos de docentes:
Los Pasotas: que no exigen nada ni se exigen nada a ellos mismos, conllevando un
aprendizaje nulo. Podrían estar en cualquier otro trabajo, sería lo mismo, no presentan
motivación ni vocación.
Los superiores: que exigen mucho, aunque ellos no se esfuerzan, suponiendo un
aprendizaje negativo, pues su falta de interés y su poca implicación dan lugar a una
cantidad de suspensos y frustración. A menudo, en sus exámenes se pueden encontrar
cuestiones no explicadas, preguntas inesperadas o planteadas de un modo extraño.
Los exigentes: que exigen a sus estudiantes pero también se exigen mucho a ellos mismos.
Se podría decir que aquí es donde la verdadera enseñanza y aprendizaje tienen lugar. Hay
que tener cuidado de no desembocar en una exigencia exagerada, ni con los alumnos ni
con nosotros mismos.
Además de estos tipos de docentes existen más posibilidades, teniendo en cuenta otros
aspectos:
Profesor presentador: en sus clases solo habla él, son clases magistrales y expositivas. Es
controlador. Desea dar su explicación y abandonar el aula.
Profesor social: conecta sus clases con la actualidad, buscando la formación global de sus
estudiantes. Los debates, la lluvia de ideas, el pensamiento crítico tienen cabida en su
metodología. Lleva noticias a su aula, interesado en la formación cívica, empática, solidaria
y reflexiva de sus estudiantes.
Profesor distante: no desea crear ningún tipo de vínculo afectivo con los alumnos.
Únicamente acude a hacer su trabajo. Contagia su apatía e indiferencia a sus estudiantes.
Profesor amigo: se muestra como colega, se preocupa más por la formación personal de
los estudiantes que por los contenidos. Desea dejar huella en sus estudiantes, ayudarles a
formarse para la vida.
Profesor obediente: cumple al cien por cien con las normas indicadas en el curriculum y
en las leyes. No contempla la posibilidad de saltarse el guion.
Profesor apasionado: ama su trabajo, a veces hasta la obsesión, desea ayudar a sus
estudiantes en todos los ámbitos.
Después, de ver los tipos de docentes, me hago las preguntas ¿cuál es el mejor de todos?,
¿Son unos malos y otros buenos?
Personalmente creo, que como vimos, no hay ninguno que sea bueno o malo por
definición, dependerá del profesor, de los alumnos y del contexto de enseñanza y
aprendizaje concreto.
Y si tuviese que definir el profesor ideal, lo definiría como el profesor adaptativo, capaz de
adaptarse, sobreponerse y superar las adversidades diarias, por ejemplo, cuando llega a
clase y todo lo que tenía preparado en forma digital no funciona, o se ha caído el internet.
El docente perfecto debe ser un gran observador, capaz de adaptar el ritmo de la clase,
las actividades a las necesidades que vaya notando en el transcurso de la clase, teniendo
un plan B y un plan C con ingenio e imaginación. Debe ser creativo y resolutivo. Este tipo
de docente es el que se mantiene al día de las innovaciones educativas y de las nuevas
metodologías. Formándose constantemente, deseoso de aprender de sus compañeros y
de sus alumnos y de colaborar y compartir con ellos sus ideas. Hace reflexionar a sus
estudiantes y despierta su curiosidad.
Para finalizar, Ser docente es ser una persona ESTUDIOSA, PACIENTE, SERENA
INTERIORMENTE Y AMANTE DE LA PROFESIÓN DOCENTE Y DEBE TENER HUMILDAD POR
SOBRE TODO.
Ser docente es GUIAR A LOS ALUMNOS A LA MADURACIÓN DE UNA FE. El educador
creyente debe reflejar su fe en su propia vida. Por eso dentro de sus limitaciones tratará
de caminar siempre al lado de sus estudiantes, dispuesto a atenderles con especial cariño
y dedicación.
El docente es el alma del Sistema Educativo, resaltar además que el docente no es nada
sin el alumnado, ni el alumnado sin su maestro/a. Se trata de una relación indisoluble, que
debe no solo ser entendida sino apoyada y reforzada, ya que cuando mejor podamos
analizarla, mejor podemos favorecer el proceso de enseñanza y aprendizaje en los centros
educativos.