Poema Erotico
Poema Erotico
Poema Erotico
(B.N.M. Mss. 3736) y otros manuscritos madrileños”, RFilR, 11/12 (1994-95), 309-
325. Aunque este manuscrito lleva en portada el título de Comedias y poesías varias por
Don Juan Cantón de Salazar, y la fecha de 1700, lo cierto es que hay acuerdo general
entre los críticos en la atribución a “D. Hierónymo Barrionuevo y Peralta, Canóni-
go de Sigüenza”, y en la datación en torno a 1641-1643. Sobre Barrionuevo, puede
verse además el trabajo de JOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ DE CANO Y MARTÍN, “Don Jerónimo
de Barrionuevo, poeta castrado”, Estado actual de los estudios sobre el Siglo de Oro: Actas
del II Congreso Internacional de Hispanistas del Siglo de Oro, eds. M. García Martín, I. Are-
llano, J. Blasco y M. Vitse, Universidad, Salamanca, 1993, t. 1, pp. 347-355.
2 Zaragoza, en Casa de Juana Milian…, f. 23r.
3 Hernando Díaz, Sevilla, f. 72v.
NRFH, XLVI UN EUFEMISMO ERÓTICO DE LOS SIGLOS DE ORO 99
A my gusto me acomodo
Madre mía en buena fe,
que si se me rompe el codo
codi[r]rota me quedaré.
7 Séptima parte de Flor de varios romances nueuos recopilados de muchos autores por Fran-
cisco Enríquez, Casa de la bivda de Alonso Gómez, Madrid, 1595, ff. 137v-138r. Hay ree-
dición facsímil de ANTONIO RODRÍGUEZ MOÑINO en el noveno de los doce tomos de sus
Fuentes del Romancero General (Madrid, 1600), Real Academia Española, Madrid, 1957.
La composición puede verse también en la moderna edición del Romancero General
(1600, 1604 y 1605) de ÁNGEL GONZÁLEZ PALENCIA, CSIC, Madrid, 1947, núm. 613.
También la editaron PIERRE ALZIEU, ROBERT JAMMES e YVAN LISSORGUES en su Poesía eró-
tica del Siglo de Oro, Crítica, Barcelona, 1983, núm. 49. Los editores franceses expli-
caron la expresión de la mano al codo como equivalente a “un codo de largo. Pero es
difícil precisar más, ya que hubo varias medidas de longitud llamadas codo. «Las medi-
das del codo fueron diversas —dice Covarrubias—; una del codo a la mano, otra que
llamavan codo real, y el tercero codo geométrico». Hubo más. Para abreviar, diremos
que el codo puede tener entre 44 y 72 centímetros. ¡Lo que puede el miedo en la
imaginación de una mujer!”. A este comentario se puede ahora añadir que aunque,
efectivamente, el poema juega con la expresión de la mano al codo en su acepción de
‘medida de longitud’, la exploración del sentido metafórico de la voz codo que esta-
mos realizando avala que opera también, intencionadamente, con el equívoco
codo/coño. Máxime cuando pone en escena un codo que no tiene relación con los bra-
zos, sino con las piernas de las mujeres: “…cuando, con un hueso / de la mano al
codo, / las dan por las piernas / golpes tan sabrosos…”.
NRFH, XLVI UN EUFEMISMO ERÓTICO DE LOS SIGLOS DE ORO 101
COPLAS
No quiero calamitades
ni estar suspensa contino.
Mejor es abrir camino
a tantas dificultades.
Y abierto a Roma por todo
como las demás iré
que si se me rompe el codo
codi[r]rota me quedaré 8.