Fraude Bancario
Fraude Bancario
Fraude Bancario
2008
1. INTRODUCCIÓN.
Si analizamos el Robo de Identidad (RI) desde el punto de vista penal, no hay dudas que
la Entidad bancaria es víctima. Ahora; desde el punto de vista de la responsabilidad
profesional de aquella en el ámbito del derecho privado, el análisis se centra no en la
conducta del estafador, sino en la falta de controles de la Entidad que facilitan el daño
causado a un tercero que no guarda ninguna relación comercial con el banco y cuyos
datos personales son utilizados para cometer el fraude.
2. EL ROBO DE IDENTIDAD.
El robo de identidad es un delito que comete una persona que suplanta a otra mediante
un ardid valiéndose de documentación o datos personales de un tercero para operar
bancariamente, comprar bienes o contratar servicios y cargarselos a la cuenta de quien
es sustituido.
Decimos que es un delito porque se trata de una conducta delictual que engloba varias
figuras penales: defraudación, falsificación de documento entre otros. Sin embargo no
se encuentra tipificado como tal en el Codigo Penal.
No es un flagelo local sino que es una pandemia internacional que se basa en cuatro
pilares:
1
Gabriel Martinez Medrano es abogado especialista en derecho de las nuevas tecnologías y defensa del consumidor ,
autor del blog www.martinezmedrano.blogspot.com email: [email protected]
d) Poca conciencia ciudadana de que los datos personales son, en manos
inadecuadas, un riesgo por la potencialidad dañosa que posee su uso ilícto.
Otro metodo común de R.I. ocurre cuando el delincuente presenta una solicitud para la
apertura de una cuenta corriente o una tarjeta s de credito y obtiene así una cuenta nueva
a nombre de un tercero.
Esta estafa puede ocurrir cuando una entidad financiera envia, sin requerimiento previo,
una tarjeta a un futuro y posible cliente. El estafador se apodera del correo del
damnificado sustrayendo así el plástico no solicitado. El cliente desconoce el envío de la
tarjeta porque no la ha solicitado y el estafador completa los datos de la solicitud (a
nombre de la víctima) pero con un domicilio falso y activa la tarjeta que ya tiene en su
poder. Este fraude permite al delincuente utilizar la tarjeta por untiempo hasta que el
consumidor tome conocimiento, a veces años después al verse insertado en una base de
datos de deudores morosos o cuando la agencia de cobranzas se dirige a su domicilio o a
su trabajo para reclamar el pago.
2
Stephen L. Wood and Bradley I. Schecter , Identity Theft: Developments in Third Party Liability Summer 2002
American Bar Association, Section of Litigation Consumer and Personal Rights Newsletter, Vol. VIII, No. 3.
Traducción del autor.
3
Kristen Provenza, Identity Theft:Prevention and Liability, 3 N.C. BANKING
INST. 319, 321 (1999)
4
Word & Bradley, op cit.
a) no se sabe cuando ocurrió hasta que es demasiado tarde.
b) Una vez que se conoce se pueden adoptar medidas preventivas, pero nunca se
esta seguro de que no volverá a ocurrir mientras p. ej. Nuestro DNI esté en
manos de estafadores. 5
c) Algunas medidas preventivas, actúan per se como limitantes a la obtención de
crédito para la propia víctima. Por ejemplo: existe un servicio que venden las
empresas de riesgo crediticio que se llama Stop Robo de Identidad por el cual
quien fue victima de este delito puede comunicar a la empresa de bases
crediticias para que incluya en sus informes que ha denunciado ser objeto del
delito. Cuando la verdadera persona concurra a sacar un crédito o sea buscado
por una entidad para otorgarle una tarjeta de credito, al ver que existe la
denuncia se transforma inmediatamente en un riesgo. El Banco o entidad
crediticia tendrá recelo en otorgar un credito a quien puede ser el estafador o la
victima. En caso de duda el credito no se otorga.
Por un lado tenemos al ladron de identidad. Un estafador del siglo XXI que suplanta a
otra persona y obtiene creditos, tarjetas, etc. Por lo general solo tenemos una foto suya
dejada en el documento de identidad cuya copia obra en el Banco que concedió el
crédito. Se trata de una foto borrosa, con lo cual es casi imposible su identificación,
cuando no se trata de una foto falsa. Los datos personales que dejó en el Banco
pertenecen a la víctima, salvo el domicilio que es falso. Cuando los efectivos policiales
se apersonan en dicho domicilio nadie conoce al autor del hecho. Por lo general
presentan copias de servicios públicos falsificados, como ser recibos de Telefono, Gas,
Agua, con los que intentan acreditar el domicilio falso. Tambien presentan recibos de
sueldo falsificados de alguna empresa, o en algunos casos certificaciones contables
fraguadas. En algunas ocasiones llegan a inscribirse – con el nombre de la víctima – en
AFIP y guardan una contabilidad paralela que presentan en el banco.
La segunda pata del ilícito es la víctima. Usualmente se trata de una persona con
antecedentes comerciales y crediticios intachables (de otro modo el ladrón no obtendría
crédito por estar la victima en un banco de datos de morosos). Puede que se trate de
empleados jerárquicos y se utilice sus altos ingresos como carnada para el Banco. Hoy
en día puede ingresarse en la página web de ANSES y con el número de CUIT saber
donde trabaja una persona. Si aparece trabajando en una empresa importante, basta
fraguar un recibo de dicha empresa para presentar al banco como aval de solvencia. La
víctima – como el marido engañado – es el último que se entera, puesto que desconoce
que el ladron de identidad obtuvo un crédito y lo dejó de pagar. Puede enterarse de
varias maneras, todas muy desagradables y sorpresivas. Puede llegarle un embargo al
5
Así se ha dicho: Moreover, once the crime is discovered, the problem is not easily solved. Unlike stolen goods—
where the value of the property represents a one-time loss—the harm caused by a stolen identity is ongoing. Even
after the affected individual has cleared her name and credit history, the risk of further harm will linger as long as the
thief remains at large and in possession of the victim’s personal identification data. Daniel J. Solove, Identity Theft,
Privacy, and the Architecture of Vulnerability, 54 HASTINGS L.J. 1227, 1245 (2003).
sueldo generado por un juicio iniciado por el Banco,6 puede comenzar a recibir llamadas
coercitivas de agencias de cobranzas que representan al supuesto acreedor, mensajes
telefónicos de tipo intimidantes (pague o le embargamos el sueldo, sabemos donde
trabaja, etc). En otros casos la persona es citada por el Jefe de Personal de la empresa
donde trabaja: “Gonzalez, llamaron del banco tal o de la financiera cual. A ver si paga la
deuda que tiene que esta dejando mala imagen de esta empresa”. En algunas ocasiones
se ha llegado al despido de la víctima.
La tercera pata del R.I. es la Entidad Bancaria que concede el crédito a nombre de la
víctima y entrega los fondos, una tarjeta, una chequera, al delincuente. Por lo general es
una entidad financiera, una emisora de tarjetas de crédito o una gran tienda que otorga
ventas a crédito ya sea autofinanciandose o por intermedio de una tercera entidad. Como
adelantamos en el punto 1), la Entidad Financiera ocupa un doble carácter de víctima de
la estafa y de colaborador en la producción del daño al suplantado.
Si analizamos este flagelo desde el punto de vista civil, la víctima está en condiciones
de reclamar de la entidad una indemnizacion por daños si esta otorgó un crédito a un
tercero y ese otorgamiento le causó un perjuicio.
La defensa más común que ejerce la entidad financiera en esta acción pasa por situarse
en el papel de víctima de un tercero desconocido. Sin embargo, como estamos en un
reclamo civil, el meollo de la cuestión pasa por determinar si la Entidad puso todos los
recaudos para evitar el daño al suplantado.
Es decir: pagar el daño al que contribuyó y luego repetir del estafador (“si lo
encuentra”) y no tratar de derivar su responsabilidad pretendiendo que la víctima de
suplantación reclame al delincuente.7
Entendemos que el riesgo por RI forma parte del negocio bancario y por lo tanto debe
ser asumido por la Entidad Financiera. Es un riesgo calculable y por lo tanto asegurable.
De hecho las Entidades tienen seguros contra otro tipo de delitos como ser robo en los
cajeros automáticos.
Para que prospere una demanda de daños contra un banco por robo de identidad, la
víctima debe probar:
6
De la experiencia personal de decenas de casos tratados, siempre me sorprendo de que al momento de otorgar el
crédito el control del domicilio del “cliente” es muy laxo, casi nulo, pero al momento de dejar de pagar la cuenta, las
agencias de cobranza contratadas por la Entidad Financiera casi de inmediato ubican el domicilio real de la victima y
su trabajo, comenzando de inmediata la persecución telefónica y postal en el domicilio o en su lugar de trabajo.
7
Son defensas comunes de las Entidades que hemos leído en nuestro ejercicio diario en la temática.
para determinar que la víctima no fue la persona que suscribió la solicitud bancaria
correspondiente.
Así se ha dicho que “cabe consignar que, si bien se aplican a las entidades financieras
los principios del derecho común, su responsabilidad se encuentra caracterizada por las
cualidades especificas de su profesion (Vezian, La responsabilité du banquier en droit
privee francais, Paris, 1977 p. 10). …La responsabilidad de la entidad financiera es, en
consecuencia, una responsabilidad profesional y específica (Vezian, op cit). En materia
contractual la responsabilidad nace como consecuencia de un incumplimiento de sus
obligaciones y en materia delictual o cuasidelictual es necesario un hecho negativo o de
omision o un hecho positivo que genera un perjuicio (arts 1073, 1107 del Cod Civil). Si
bien se aplican los principios generales en cuanto a la reparación del perjuicio, la
especialidad propia de la profesión incide en materia en cuanto se trata de una culpa
profesional (Vezian, op cit). En efecto, en materia contractual, si bien es cierto que debe
tenerse en cuenta el incumplimiento de la obligacion asumida en cuanto a las entidades
financieras, cabe agregar la consideración que merece la diligencia que se exige a las
mismas como consecuencia de la profesión que ejercitan. En este aspecto, el modelo a
tener en cuenta debe extraerse de la propia actividad de la entidad financiera, de su
competencia, de su técnica, de la importancia de los intereses que se le confían y de los
medios de que dispone (Vezian, op cit).” 8
8
WILLIAMS, Jorge N. “Contratos de Credito, tomo 2ª Contratos Bancarios”, Ed Abaco, Bs As, 1986, pg 116.
9
La Excma Camara Civil consideró que bajo el concepto de carga probatoria dinámica la entidad financiera debía
aportar los elementos que le permitieran deducir que obró con la diligencia exigible por su calidad de agente
especializado y no limitarse a negar los hechos planteados. Es decir, la carga de la prueba de la existencia de la
debida diligencia recae sobre el banco. Si una persona que nunca fue cliente del banco tiene una cuenta abierta en la
entidad financiera, mas que desconocer la autenticidad de los documentos de apertura de la misma y su firma en ellos,
poco le queda por probar. El fallo agregó, además, que la demandada solo requirió el numero de documento, el
nombre y la dirección de solicitante sin verificar que los datos consignados fueran correctos. Palazzi, INFORMES
COMERCIALES, Ed Astrea 2007, pg 227.
Si bien es cierto que no se exige de los bancos una investigación policíaca, si se requiere
una serie de diligencias que permitan la identificación del futuro cliente.
Existe una norma legal aplicable a las Entidades Financieras, la ley 25246 que establece
en su artículo 21 normas para la identificación de sus clientes que deben ser cumplidas
por las Entidades Financieras.
Es decir que la Entidad Financiera debe corroborar como mínimo identidad y domicilio
de la persona, mediante la comprobación correspondiente.10
La identidad se corrobora con el DNI, el cual debe verificarse que no contenga señales
de adulteración, como por ejemplo en la foto, en las firmas, en las impresiones digitales.
10
En el Fuero Comercial de la Capital se ha dicho:
No se puede abrir una cuenta a la primera persona que pasa por la oficina de un banco, sin exigirle una identificación
completa (cédula o libreta, domicilio, referencias etc.) porque se corre el riesgo de que sea un impostor. CNCOM J.A.
13, 1978 C, 7, LL 1984 A 401 y muchos otro citados en Fernández – Gomez Leo, op cit p. 220.
Se ha resuelto que los Bancos debían “extremar la cautela frente a las solicitudes de apertura de esas cuentas, a cuyo
efecto debían dar cabal cumplimiento a las normas vigentes en la materia, verificando de modo particular la identidad
de los solicitantes como también la existencia real de las personas que afiancen la solvencia material y moral del
requirente” (CNCOM, Sala B, LL 1982 A 260).
“La circular 855 de BCRA recuerda que se han falseado las presentaciones solicitando la apertura de cuentas
corrientes o bien sus titulares denuncian domicilios falsos, inexistentes, lo que implica una evidente responsabilidad
de los bancos..” (CNCOM, SALA B, LL 1982 A 259)
“Por aplicación de los arts. 512, 902 y 1109 C.C y arts. 832 y 833 C.Com el banco que abre una cuenta corriente sin
observar las normas claras precisas del Banco Central desatendiendo totalmente las precauciones que ellas imponen,
debe responder por las acciones de daños instauradas por quien sufrió el perjuicio de ese actuar ligero, imprudente y
negligente.” (CNCOM, Sala B, LL 1982 A 260). En el mismo sentido CNCOM, SALA D, LL 1984 A p. 575.
“El banco cumple con sus obligaciones cuando ha verificado que el solicitante era quien requirió la cuenta y se ha
asegurado que su domicilio era el denunciado y verifica que el solicitante es una persona honorable, comprobando
que ejerce la profesión denunciada. En fin, la obligación de verificación que recae sobre el banco no es otra cosa que
un deber de prudencia y clarividencia para que su comportamiento no constituya para los terceros causa de perjuicio
que habría podido evitar. CNCOM SALA B, ED 78-461
Está reñida con los principios de una buena organización, la actitud del banco que abre una cuenta corriente sin
averiguar nada, con una cédula de identidad falsa y con un domicilio inexistente. CNCOM, SALA B JA 1964-III-
264.
El banco no solo debe requerir el cumplimiento de los requisitos para abrir la cuenta corriente bancaria que se le
solicita, entre los cuales se halla el domicilio real y el documento de identidad, sino que le incumbe verificar la
exactitud de las enunciaciones denunciadas. CNCOM, SALA C, LL 1985 C 447.
El domicilio se comprueba mediante la comprobación domiciliaria, aunque algunas
entidades se conforman con exigir la fotocopia de un servicio de luz, gas y teléfono.
Hemos visto falsificaciones bastante burdas que han sido aceptadas por entidades de
primera linea que han terminado en casos de robo de identidad.
Asi la doctrina ha dicho que los bancos, en la práctica, tratan de lograr un mínimo de
garantía con respecto al solicitante de la cuenta, procediendo a ciertas verificaciones
acerca de su identidad y de su domicilio. Si bien es cierto que a la entidad bancaria le
interesa poseer una numerosa clientela y, en tal sentido, una selección muy estricta
atenta contra sus intereses comerciales, no es menos cierto que su prestigio puede verse
afectado por una apertura indiscriminada de cuentas sin la selección previa necesaria, ya
que tambien debe cuidar su reputación profesional y garantizar la seguridad de los
instrumentos y operaciones bancarias frente a los terceros.11
Ha dicho la doctrina y abonado la Jurisprudencia que las reglas para la apertura de una
cuenta corriente deben extenderse en la medida en que lo permita el contrato a
celebrarse, a las demás operaciones bancarias para garantía de la entidad y de los
terceros. 12
11
Vezian,, La responsabilité du banquier en droit privee francais, Paris, 1977 cit por Williams, Jorge N. “Contratos de
crédito”, Ed Abaco, 1986, pg 122.
12
(conf CNCOM Sala C in re Nasralas Aref c. Banco Municipal de la Ciudad de buenos Aires, LL 139 p 219, y
Molinos Fenix c. Banco Popular Argentino en ED t 17 p. 45 y Onapri SRL s. quiebra c. Banco d ela Provincia de
Santa Cruz, 28/2/79 en ED t 84 p 190, todos citados por Williams, Contratos…, op cit, p 124 nota 66.
IDENTIFICACION PERSONAL Y LA FALTA DE UNA PREVIA INVESTIGACION SOBRE
LA SOLVENCIA MORAL Y MATERIAL DEL TITULAR AL QUE LE FUE ACREDITADO POR
CLEARING EN ESA CAJA, LUEGO DE SER DEPOSITADO, UN CHEQUE LIBRADO SOBRE
LA CUENTA CORRIENTE DEL ACTOR RADICADA EN OTRO BANCO Y QUE FUE
REMITIDO POR CARTA CERTIFICADA A SU BENEFICIARIO PARA SU COBRO, SIENDO
EL DOCUMENTO SUSTRAIDO Y ADULTERADO. I.P.H. SAIC Y F. C/ BANCO LOS
TILOS SA S/ SUM. 29/12/95
CAMARA COMERCIAL: A
“La entidad financiera que otorgó un crédito para la compra de mercaderías sin realizar
averiguación o constatación alguna acerca de la identidad del solicitante debe responder
por los daños ocasionados a un tercero que resulto incluído en una lista de deudores
morosos de uso público por entidades financieras y comerciantes, sin que hubiese
contraído obligación alguna” 13
Es que el derecho bancario se asienta en al crédito (del latín credere) con lo cual la
confianza es un elemento esencial del sistema. Confianza que obliga a la entidad
financiera, en su carácter de intermediador entre la oferta y demanda de dinero, a actuar
responsablemente adoptando todos los recaudos que se esperan del profesional
especializado (art. 512 y 902 CC).
Es que, como bien dice Garrigues citado por Palazzi al diferenciar el derecho mercantil
del derecho bancario: si bien en el primero predominan las operaciones en masa, estas
no se manifiestan con el mismo grado en el derecho bancario, en razón de que este
derecho está fundado sobre el crédito y el crédito dice siempre relación a una persona
concreta y determinada. Entonces que resulta un deber legal que el banco deba conocer
a esa persona determinada que es su cliente. No solo debido a las tradicionales reglas
sintetizadas en la máxima know your client sino por la responsabilidad social y
profesional que implica otorgar un préstamo mediante el sistema bancario. 14
Indica Palazzi que a lo largo de los años la doctrina sigue siendo la misma: recae sobre
el banco un deber de diligencia consistente en evitar la apertura de una cuenta con un
nombre falso y sus consecuencias (CN CIV SALA E 26/4/07 Tula Alberto c. BBVA
Banco Frances, idem Sala J 23/4/07 Vagatay c. Banco Supervielle).
En definitiva, los tribunales en esta clase de casos han recordado la doctrina que ha
caracterizado a la actividad bancaria por su trascendencia social como una actividad de
naturaleza peculiar; asimismo se considera al banquero como un agente profesional
cuya actividad le impone cargas, lo que justifica el extremado control a que está sujeto y
13
Cam civ y Com San Martin, Sala 2º, Umeres Mirta b. v. Credifacil JA 1999 IV 450, cit en Amadeo, Jose Luis
“Mala praxis Bancaria”, Lexis Nexis, Bs As, 2006, pg 36
14
Palazzi, INFORMES COMERCIALES, Ed Astrea 2007, pg 226.
su obligación de actuar con especial diligencia y concluyen que debe considerarse a
estos supuestos de otorgamiento de creditos o apertura de cuentas como un
incumplimiento del deber de previsión (art. 512, 902 y 909 Cod Civil) atribuíble a título
de culpa (art.1109 C.C.) CN CIV SALA J Valdez Jose c. Bansud 3/5/2005.
Los tribunales han reiterado en numerosas oportunidades que la apertura de crédito sin
contar con los recaudos legales necesarios genera responsabilidad bancaria ( Sala H
5/9/03 Clementino Luis c. Banco Societe Generale, id Fraboschi c. Citibank, CNCOM
SALA A 10/6/97 Morea Cesar c. Banco Mayo, id Sala C 2/3/04 Podesta c. Banco del
Buen Ayre) Palazzi, op cit, p 228.
El requisito c) que debe probar la víctima es el daño sufrido. Aquí pueden darse algunas
de las siguientes situaciones:
El banco al no recibir el pago del crédito, informa al cliente (supuesto cliente) en las
bases de datos crediticios. La información es falsa y el solo hecho de haber sido
informado como moroso sin serlo causa un daño moral, que no exige prueba concreta
conforme la doctrina pacífica de la Excma Camara en lo Comercial.
15
. Palazzi, op cit p 228. Asimismo el autor cita CN CIV SALA K 18/10/99 Rodo Serrano c. Banco Prov de buenos
Aires JA 2000 ii 471.
La Sala D en el fallo “Maresca Carlos Alberto”, Registro 32.237/00 de fecha 7 de
septiembre de 2.004 resolvió:
Haber sido inhabilitado por error y haber permanecido en esa situación no obstante los
inútiles esfuerzos realizados, importan por el mero hecho de su acaecimiento, un
sufrimiento o un estado de impotencia frente a la entidad, en la que el cliente se debió
sentir poco más que un número de cuenta. también pondero que no sólo debió transitar
la vía judicial para que se quedara satisfecho su derecho, sino que debió cumplir una
injusta condena en su integridad, antes de obtener la reparación del error del que fue
víctima.
Otra situación bastante común es que la víctima reciba llamados de los cobradores, e
incluso cartas intimidatorias en su domicilio o incluso en su trabajo. Conocemos el caso
de un visitador médico de un importante laboratorio que fue despedido puesto que parte
16
Ruiz Martínez, Esteban, "Los informes comerciales y el derecho a la
información" Ed Abaco, 2000, pg. 238
17
Molina Quiroga, Eduardo. "Preservación del derecho a la intimidad", en Daños,
Globalización, Estado Economía, Ed Rubinzal Culzoni, 2000, pg. 146
de su tarea era manejar dinero de la empresa y una calificación crediticia negativa
suponía un riesgo para la empresa.
También se puede dar el caso de juicios en contra de la víctima, con traba de medidas
cautelares en sus bienes, salarios y/u otros ingresos, todos ellos motivados por la entidad
financiera que, sin advertir el ilícito del que fue cooperadora al no controlar el
otorgamiento del crédito, pretende recuperarlo de quien nunca fue su deudor.
Conocemos el caso de una persona que vive en el interior de la Provincia de Santa Fe, a
cuyo nombre se otorgó un crédito prendario por una entidad bancaria. Existe un
automotor circulando por allí a su nombre y como está patentado en Capital Federal, el
Fisco de la Ciudad le ha iniciado al titular registral juicio por cobro de patentes
trabandole medidas cautelares.
Todas estas situaciones generan en menor o mayor medida daños que están en adecuada
relación de causalidad con el hecho ilícito, es decir con el otorgamiento a un tercero de
un crédito u operación bancaria y por ello deben ser resarcidos adecuadamente.
Existen juicios en sede civil, con fundamento en que en el RI no existe contrato entre el
Banco y la víctima y por ello, al tratarse de un supuesto extracontractual estamos frente
a un pleito civil.
Otros fallos, con los cuales coincidimos, atribuyen competencia al Fuero Comercial.
Entendemos que el juez, para resolver la cuestión, deberá analizar una operatoria
bancaria regida por normas comerciales (vg. Tarjeta de Credito, Cuenta Corriente,
Mutuo Bancario, etc).
18
ARTICULO 40. — Si el daño al consumidor resulta del vicio o riesgo de la cosa o
de la prestación del servicio, responderán el productor, el fabricante, el importador, el
distribuidor, el proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o
servicio. El transportista responderá por los daños ocasionados a la cosa con motivo o
en ocasión del servicio.
19
La jurisprudencia ha considerado que la relación bancaria cuando el
cliente es una persona física queda comprendida por la Ley 24.240. Así
ver por todos: En cuanto a la alegada improcedencia de la extensión de la ley de defensa del consumidor a
los clientes bancarios, si bien no desconozco la existencia de una minoría doctrinaria que sostiene ello,
considero que los sujetos intervinientes en los contratos de servicios bancarios sí se encuentran
aprehendidos por la referida ley 24240. Y en numerosos antecedentes los tribunales de esta Cámara
Comercial han invocado su aplicación para resolver cuestiones de esta índole (v. CNCom., Sala A, in re:
“Modesta Pedro Miguel c. Banco del Buen Ayre S.A. s. ordinario”, del 30.8.2000; íd., Sala B, in re:
“Dederian Carlos c. Citibank NA s. sumario”, del 12.9.2002; íd., esta Sala, in re: “Unión de Usuarios y
Consumidores c. Banco de la Provincia de Buenos Aires s. sumarísimo”, del 4.10.2005”; entre muchos
otros).
Es que la condición de orden público de los derechos de consumidores y usuarios obedece a la necesidad
de fijar directrices para el mercado, desde una perspectiva realista, lo que impone al juez una
interpretación amplia, extensiva y sistemática del dispositivo legal. Y si bien la ley de defensa del
consumidor no menciona explícitamente a las entidades bancarias –salvo en lo referente a los créditos
para el consumo- éstas quedan incluidas dentro de las personas jurídicas mencionadas en su artículo 2
(conf. CNCom., Sala B, in re: “Cova Rodolfo José c. Banco Caja de Ahorro S.A. s. ordinario”, del
1.4.2003). CNCOM SALA C Marchetto Silvia Adriana c/ Banco de la Provincia de Buenos Aires s/
sumario 19/10/2007.
Por otra parte, el nuevo artículo 36 de la Ley 24.240 incorpora a su
ámbito a las operaciones de “crédito para consumo”.
20
‘Artículo 50.- Prescripción. Las acciones judiciales, las administrativas y las
sanciones emergentes de la presente ley prescribirán en el término de 3 (tres) años.
Cuando por otras leyes generales o especiales se fijen plazos de prescripción distintos
del establecido precedentemente se estará al más favorable al consumidor o usuario.
La prescripción se interrumpirá por la comisión de nuevas infracciones o por el inicio
de las actuaciones administrativas o judiciales. Texto según ley 26.361.
es de 3 años. La reciente reforma de la Ley 24.240 establece que cuando una acción es
interpuesta con fundamento en dicha ley, al existir dos plazos de prescripción se aplica
el más favorable al consumidor; que en caso de responsabilidad extracontractual es el
plazo trianual de la norma específica.
Entendemos que el suplantado, si bien no tiene una relación contractual con el Banco, si
está vinculado a una relación de consumo, que es el crédito mal concedido. En
consecuencia puede acogerse a la norma tuitiva. El art. 1 de la Ley 24.240 luego de la
reciente reforma por Ley 26.361 incluye como consumidor “a quien de cualquier
manera está expuesto a una relación de consumo.”
El dies ad quem se contará desde cada uno de los perjuicios sufridos por el suplantado y
no desde la concesión del crédito erróneo. Decimos esto porque el suplantado
desconoce el otorgamiento del crédito falso y por lo general se entera varios años mas
tarde cuando, p.ej. recibe un embargo, aparece en el VERAZ.
El daño no surge por la concesión del crédito, sino por las consecuencias disvaliosas de
aquella concesión: vg. Juicio ejecutivo contra el suplantado, embargos, informes
comerciales erróneos.
6. CONCLUSIONES.
El robo de identidad se asienta en tres intervinentes: la víctima (se usan sus datos), el
delincuente y la entidad que concede el crédito.
Desde el punto de vista civil, pesa sobre la entidad crediticia una presunción de culpa en
cuanto ha concedido un crédito erróneamente a un tercero.
El estándar para juzgar la conducta de la Entidad Financiera es alto, es el
correspondiente a un profesional experto en la materia, con lo cual responde hasta por
culpa leve.
La victima debe acreditar los daños, aunque el daño moral se presume en el caso de
haber sido informado erróneamente en bancos de datos.
Es aplicable al supuesto de RI la ley de defensa del consumidor.