Informe Escuela de Milan 1
Informe Escuela de Milan 1
Informe Escuela de Milan 1
Maestría en Psicología
Presentado Por:
Maestra:
Master Liana Tabora
Para hablar del Modelo de la Terapia Sistémica de Milán, es necesario referirse a Gregory
Bateson, quien, en 1950, estudia la comunicación humana en Palo Alto (que es aquí en donde
surge el Mental Research Institute MRI), en donde ya se realizaban estudios y psicoterapia
de familias. En Milán, Mara Selvini Palazzoli inicia el Centro para el Estudio de la Familia,
en Italia, un centro independiente a las instituciones públicas. En sus inicios, este grupo
trabajó con la orientación psicoanalítica, mas, el libro “Pragmática de la comunicación
humana” influyó para el cambio de modelo que años siguientes se daría en este centro.
Aun cuando su formación era psicoanalítica, empiezan a introducir ideas y técnicas como la
prescripción del síntoma, paradoja, reencuadramiento o redefinición. De esta manera, se
diferencian del modelo psicoanalítico desarrollando otro modelo terapéutico. Cambia su
epistemología, de una lineal, enfocada al conflicto inconsciente, a una visión de causalidad
circular, en donde el síntoma era estudiado dentro de un contexto relacional, y el objetivo era
romper las pautas rígidas y repetitivas con las que se conectaba el síntoma. Y aún, cuando en
esa época existían otras escuelas en Terapia Familiar, como lo es la Escuela Estructural,
desde sus orígenes, la escuela de Milán, se orientó al enfoque sistémico, no solo en la
concepción de la familia, sino también en las técnicas psicoterapéuticas delineándose al
modelo estratégico – sistémico y en particular, retomando las
El modelo de Milán, es una de las escuelas de Terapia Familiar, que desde sus inicios entre
los años de 1970 y 1971, ha estado en constante trasformación. En el presente informe se
plasma su evolución desde sus orígenes, el proceso terapéutico, estrategias y técnicas de
intervención familiar.
II. OBJETIVOS
II.1 Describir el modelo de la escuela de Milán dirigido al sistema familiar, que nos permite
conocer cómo identificar problemas, establecer estrategias y diseñar intervenciones para
ayudar a los pacientes o familias a resolver una crisis o problema.
II.2.1 Enunciar los postulados teóricos desde su origen en que se fundamenta el modelo de
terapia de la escuela de Milán.
El trabajo del grupo se inserta en sus inicios en la línea de las terapias estratégicas para
emerger más tarde, una década después, como uno de los principales ejemplos de terapia
sistémica, fundada sobre los principios de la cibernética batesoniana, desembarcando en el
constructivismo, el construccionismo social, el posmodernismo y la narrativa.
La primera separación
En 1979 el grupo se separa por primera vez: Selvini-Palazzoli y Prata abandonaron el Centro
para continuar su propia investigación sobre las familias y Boscolo y Cecchin se dedicaron,
principalmente, a la formación.
Selvini y Prata
Fundada sobre una cibernética de primer orden las autoras se orientaron a “descubrir”
posibles organizaciones familiares específicas (“juegos”), relativas a determinados
síndromes (como la anorexia y la psicosis). Luego, en 1983, Mara Selvini-Palazzoli, Stefano
Cirillo, Matteo Selvini y Anna Maria Sorrentino formaron un equipo para investigar sobre
las tipologías familiares, cuyos resultados fueron publicados en “Los juegos psicóticos en la
familia” (1988), donde se trata la prescripción invariable y el juego instigatorio entre otros
contenidos.
Boscolo y Cecchin
los demás alumnos, junto a dos docentes. Se había pasado de esta forma, a la investigación
sobre la formación y la terapia. Los roles se hicieron cada vez más complejos: por ejemplo,
un docente se podía encontrar en un determinado momento en el rol de terapeuta, supervisor,
etcétera.
Años más tarde los autores dieron un salto del análisis del sistema observado al del sistema
observante. Además, como consecuencia (coherente con las perspectivas constructivistas y
la cibernética de segundo orden), el énfasis pasó desde el comportamiento observado a las
ideas, a las teorías, a las premisas personales de los componentes del sistema observante. La
familia ya no era vista más como una “máquina homeostática” que el terapeuta debía conocer
para reparar. Se empieza a centrar el interés en aquello que sucede en la sesión, en el
intercambio de información, emociones y significados entre terapeutas y clientes. Es decir,
se presta mayor atención al proceso terapéutico que a la intervención final, a diferencia del
período anterior donde representaba el punto culminante, el más significativo del encuentro
entre equipo y familia, y a ello era atribuido la posibilidad de provocar un cambio.
A la luz de estas nuevas adquisiciones, reevaluándose el modo de trabajar, el grupo sufre otra
evolución (Boscolo y cols., 1987). Terapeuta y equipo dejan de considerar solamente al
sistema como constituido únicamente por la familia que se presentaba en sesión y comienzan
a formular hipótesis sobre el sistema significativo relacionado con el problema presentado.
Por éste se entiende el sistema de relaciones entre las personas involucradas en el problema
presentado.
Esto incluye por definición al paciente identificado y puede comprender, además, a los
miembros de la familia nuclear, la familia extendida (comprendidos los difuntos más
importantes), los coetáneos de los pacientes, la escuela, el trabajo y, sobre todo, los
operadores, los expertos y los servicios sociales y sanitarios que en el tiempo puedan haber
estado en contacto con el paciente. El sistema significativo incluye naturalmente también al
terapeuta en su calidad de observador, con sus propias teorías y prejuicios. Los terapeutas
buscan ahora entender las maneras con las cuales los patrones de ideas y significados
contribuyen a la creación consensual de la imagen clínica observada.
Segunda separación
Selvini Palazzoli
El estudio sobre los secretos fue derivando, también, a un cambio en el modo de citar a la
familia. Ya no era imprescindible que acudieran todos los miembros, había que sopesarlo en
base al problema, la familia, la motivación de cada uno de los participantes, etc.
Los tratamientos volvieron a ser largos y se acepta la complejidad del conocimiento, la
flexibilidad-re flexibilidad y no la rapidez.
Prata
Giuliana Prata, conjuntamente a un nuevo grupo, publicó “El niño que seguía la barca:
intervenciones sistémicas sobre los juegos familiares” en donde recoge casos clínicos (con
sesiones transcriptas) y las intervenciones realizadas.
Cecchin
El autor explica que el terapeuta comparte la responsabilidad por el contexto que emerge en
la terapia y que debe asumir sus convicciones, poniendo en claro que sus éstas no son una
verdad.
Como construccionista, Cecchin sugiere que todos sean terapeutas irreverentes. Éste trata de
seguir múltiples guías, pero nunca acata un modelo o una teoría particular. Adoptar la
posición de irreverencia equivale a ser levemente subversivo respecto a cualquier verdad
ratificada. El terapeuta irreverente es un ejemplo de la sensibilidad posmoderna en la cual el
contexto relacional es reconocido como proveedor de las construcciones y posibilidades
terapéuticas que no pueden ser predeterminadas en virtud de la validez de un modelo o su
superioridad teórica. El terapeuta asume la responsabilidad por sus acciones y opiniones; la
irreverencia en la tarea le permite atreverse a usar sus sus prejuicios de modo que pueda
tomar una nueva posición para reelaborar, o redescubrir, su lugar en la relación terapéutica.
Boscolo
Con la apertura de la “caja negra”, a mediados de los años ’70 se condujo el interés hacia los
significados. Del mismo modo, la apertura del marco temporal del presente, al pasado y al
futuro, estimula a trabajar sobre las conexiones de eventos y significados en el fluir del
tiempo. Boscolo se orienta, por tanto, en cómo conectan los clientes eventos y significados
de su pasado para explicar en modo determinístico su presente, vinculando el futuro. Estas
reflexiones son recopiladas en su libro “Los tiempos del tiempo” (Boscolo y Bertrand, 1993)
donde muestra cómo los sistemas humanos que producen síntomas y sufrimientos tienden a
enjaularse en historias deterministas.
III.2.2 El setting de la EM
El término de “Setting terapéutico” indica la manera en la que se desarrolla el encuentro entre
terapeuta y familia. En la Escuela de Milán, esta manera es constante y sigue algunas reglas:
III.2.4 Rituales
Los rituales se refieren a una acción o serie de acciones, combinadas generalmente con
fórmulas o expresiones verbales, en las que tienen que participar todos los miembros de la
familia. Al equipo de Milán se le debe la creación del ritual de los “días pares y días impares”:
Al finalizar la sesión de pareja se les prescribe que uno de ellos, los martes, jueves y sábados
será el encargado de resolver y decidir el solo todo sobre los hijos, el otro miembro de la
pareja hará como si no estuviese.
III.2.5 Hipótesis
Por hipótesis entendemos “la capacidad que tiene el terapeuta de formular una hipótesis,
fundada sobre las informaciones de que dispone.
III.2.6 Circularidad
Por circularidad entendemos “la capacidad del terapeuta de dirigir su investigación
basándose en las retroacciones de la familia a las informaciones que él ha solicitado en
términos de relación, y, por lo tanto, en términos de diferencia y de cambio.” Esto implica
un especial modo de dirigir la sesión.
III.2.7 Neutralidad
Por neutralidad del terapeuta entendemos “un determinado efecto pragmático que el conjunto
de sus comportamientos pragmáticos en la conducción de la entrevista, ejerce sobre la
familia” (y no una disposición intrapsíquica del terapeuta). El terapeuta deberá poner sumo
cuidado para captar y neutralizar, cuanto antes, cualquier tentativa de coalición, seducción o
relación privilegiada que un miembro o subgrupo de la familia intente hacia el sistema
terapéutico ya que éstos deben colocarse y mantenerse en un nivel diverso (meta nivel) del
de la familia.
El proceso terapéutico comienza cuando una persona se presenta delante del terapeuta en
busca de ayuda por un problema concreto que le ocasiona un trastorno o malestar. A partir
de este primer contacto con el cliente comienza la relación terapéutica y la terapia sí procede.
El equipo de Milán en 1980 describe su método de entrevista, que ha sido una guía para
muchos terapeutas sistémicos.
El equipo estaría formado por dos terapeutas hombres y dos terapeutas mujeres Para
equilibrar al equipo en cuanto a cuestiones de género. El intervalo entre cada una de las
sesiones es de un mes, se justifica porque según ellos los efectos de la entrevista y la
intervención final se digieren de forma lenta, puesto que con el tiempo los efectos son más
visibles. Se contratan como máximo 10 sesiones. (Feixas, G., Muñoz, V., Victoria, F.,
Montesano del Campo, A., 2016)
Se trabajaba en una sala amplia con Sillas movibles y con espejo bidireccional. De la misma
perspectiva de este modelo cada sección se desarrollaba en 5 partes:
IV.1.2 La sesión misma. En la que dos terapeutas estaban a cargo de la misma familia y dos
detrás del espejo. Los terapeutas a cargo de la familia no revelaban los fenómenos
observados, ni emitían juicios o valoraciones, observaban y propiciaban interacciones.
Feixas refiriendo a este punto dice:
El hecho que una parte del equipo se mantenga detrás del espejo unidireccional permite
asegurar en gran medida el logro de la condición de neutralidad del terapeuta respecto de la
familia, considerada como indispensable, así como el mantenimiento de una "meta-posición"
con respecto a la familia. (Feixas at al, 2016, p.40) la sesión contiene las siguientes fases:
la discusión de la sesión. Los dos terapeutas a cargo salían para discutir como
equipo lo acontecido en la sesión y decidían como terminarlo.
Conclusión de la sesión: en este punto, los terapeutas regresaban a dar el mensaje
final, que podía ser un breve comentario o una prescripción.
Acta de la sesión: ya después que la familia se haya retirado, el equipo se reúne para
redactar el acta de la sesión
IV.2 El equipo de Milán desarrolla, para la coordinación de la sesión terapéutica, tres
directrices:
Por elaboración de hipótesis se entiende la capacidad del terapeuta para construir una
hipótesis basada en las informaciones que posee. Con esa hipótesis el terapeuta determina el
punto de partida de su propia investigación. Si la hipótesis resultara errada, se deberá
formular otra basada en las informaciones recogidas durante el trabajo de verificación de la
hipótesis anterior
Etimológicamente, "hipótesis" significa lo que está debajo, es decir, la propuesta que sirve
de base a una construcción conceptual.
La hipótesis, como tal, no es ni verdadera ni falsa, sino sólo más o menos útil. Su función
esencial es la de proporcionar una guía para obtener nuevas informaciones que la
confirmarán, refutarán o modificarán. Toda hipótesis que formulemos deberá ser sistémica,
es decir, deberá incluir a todos los componentes de la familia y proporcionarnos una
suposición relativa a todo el funcionamiento relacionar.
IV.2.2 Circularidad
Por circularidad se entiende la habilidad del terapeuta para realizar preguntas circulares. Se
trata de indagar de qué modo ve un tercero una relación diádica. Es decir, todo miembro de
la familia será invitado a decir cómo ve la relación entre los otros dos miembros.
Al proponer preguntas de tipo circular, además de obtener información se alcanza
simultáneamente el objetivo de introducir en la familia conexiones entre distintos hechos,
permitiéndoles adquirir una nueva visión del problema.
IV.2.3 Neutralidad.
Por neutralidad se entiende la capacidad del terapeuta de no tomar partido por ninguno y de
no preferir evaluación alguna. Cuanto más asimila el terapeuta la epistemología sistémica,
más interesado está en provocar realimentaciones y recoger informaciones, y menos en hacer
juicios moralistas de cualquier clase. El hecho de emitir un juicio cualquiera, sea de
aprobación o de desaprobación, implica, implícita e inevitablemente, una alianza con alguna
de las partes.
El equipo de Milán también pone especial cuidado en captar y neutralizar lo antes posible
cualquier tentativa de coalición, seducción o relación privilegiada con nosotros realizada por
algún miembro o subgrupo de la familia. El terapeuta sólo puede ser efectivo en la medida
en que se coloque y mantenga en un nivel diferente (meta nivel) del de la familia.
Las técnicas de intervención que emplea el equipo de Milán han ido evolucionando a través
de su propia investigación, las más destacables son:
Prescripción paradójica.
Connotación positiva.
Rituales.
Prescripción invariable.
Mauri (2004) acota que la connotación positiva es más bien un principio terapéutico que crea
las condiciones favorables para el funcionamiento de las técnicas. Dice que es uno de los
inventos más originales, pero también más incomprendidos del grupo milanés, ya que
consiste en definir como positivos y deseables todos los comportamientos implementados
por el sistema familiar.
V.3 Rituales
Los rituales se refieren a una acción o serie de acciones, combinadas generalmente con
fórmulas o expresiones verbales, en las que tienen que participar todos los miembros de la
familia. Al equipo de Milán se le debe la creación del ritual de los “días pares y días impares”:
Al finalizar la sesión de pareja se les prescribe que uno de ellos, los martes, jueves y sábados
será el encargado de resolver y decidir el solo todo sobre los hijos, el otro miembro de la
pareja hará como si no estuviese. Al revés sucederá los lunes, miércoles y viernes donde el
que se ocupará será el otro miembro de la pareja. Los domingos volvería a ser un
comportamiento espontáneo. Cada uno debe hacer constar, según él, cuándo se ha infringido
la prescripción cuando él/ellas se comportaban como si no estuvieran allí. Después de
prescribir esto se les despide sin ningún otro comentario, ni dar consejos ya que serán
completamente libres en sus decisiones. El objetivo de un ritual sería evidenciar el conflicto
entre las reglas verbales de la familia y las reglas analógicas, prescribiendo un cambio de
comportamiento, en vez de una reformulación hablada con un posible insight. Los rituales
promueven cambio individual, familiar y social.
El juego familiar, se utiliza como una hipótesis operativa, es decir, como un diagnóstico sobre
el que basar una intervención.
La secuencia define una interacción cara a cara, fácilmente observable, que se repite
transcurrido un intervalo de tiempo relativamente corto, de segundos a una hora.
Los mitos son reglas sistematizadas. Los mitos son reglas en cuanto que se han sistematizado.
El mito contiene las reglas de mayor grado de abstracción que dirigen el funcionamiento
familiar, por lo tanto, cualquier tipo de secuencia de rango inferior queda subsumida dentro
de ella.
VI. Conclusiones
1. Es un modelo que se ha replanteado constantemente sus intervenciones desde el rigor
investigativo, generando modificaciones paso a paso en pro de una mejora a la hora de
comprender la psicopatología, la ecología y el mejor modo de intervenir y ayudar a las
familias.
2. El trabajo del grupo de la escuela de Milán se inserta en sus inicios en la línea de las
terapias estratégicas.
3. La evolución del modelo terapéutico ha llevado a aceptar aquello que el sistema familiar
escoge traer a la terapia. Se ha pasado así al principio de que venga aquel que desea venir.
Feixas, G., Muñoz, V., Victoria, F., Montesano del Campo, A. (2016). El Modelo sistémico
en la intervención familiar.
Bateson, G., Jackson, D. D., Jay Haley & Weakland, J., (1956). "Toward a Theory of
Schizophrenia", Behavioral Science, vol. 1, pp. 251–264.
Boscolo, L. y Bertrando P. (1996) Los Tiempos del Tiempo, una nueva perspectiva para la
consulta y la terapia sistémicas. Barcelona, España: Ed. Paidós Terapia Familiar.
Prata, G. (1985) La maniobra del miembro ausente en las primeras sesiones sesiones de
consulta. Cómo evitar errores irreparables. Revista Asociación Española de Neuropsiquiatría.
Vol V Nº 14.