Informe Escuela de Milan 1

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UNIVERSIDAD CATOLICA DE HONDURAS

“Nuestra Señora Reina de la Paz”

Maestría en Psicología

TERAPIA DE LA ESCUELA DE MILAN

Presentado Por:

Edwin Francisco Calix


Klardy Sicely Landeros
María Bernarda García

Maestra:
Master Liana Tabora

Tegucigalpa, M.D.C. 3 de agosto de 2019


INDICE
I. INTRODUCCIÓN

El concepto tradicional de familia se refiere a un grupo nuclear compuesto por un hombre y


una mujer unidos en matrimonio, más los hijos en común, que comparten una misma
residencia y con funciones delimitadas para cada miembro de esta unidad; pero esta
concepción de familia en realidad como institución ha sufrido infinidad e importantes
transformaciones. Por lo que a lo largo de la historia de la Psicologia se han desarrollado
diversas aproximaciones teorico-filosoficas respecto a la comprensión y explicación del ser
humano, especialmente en el campo de la Psicologia clínica se han propuesto distintas
nociones respecto a los procesos de formación de los problemas psicológicos y se han
buscado los medios para su solución. De esta manera y en base a la necesidad han surgido
diferentes corrientes y escuelas orientadas a la solución de los problemas del ser humano
enfocado en la familia dentro de las cuales tenemos la psicoterapia sistémica en la que se han
desarrollado muchas modalidades diferentes de abordar, trabajar y pensar la clínica
terapéutica, debido a la gran cantidad de escuelas y autores en esta investigación nos
enfocaremos específicamente en la escuela de psicoterapia de Milán.

Para hablar del Modelo de la Terapia Sistémica de Milán, es necesario referirse a Gregory
Bateson, quien, en 1950, estudia la comunicación humana en Palo Alto (que es aquí en donde
surge el Mental Research Institute MRI), en donde ya se realizaban estudios y psicoterapia
de familias. En Milán, Mara Selvini Palazzoli inicia el Centro para el Estudio de la Familia,
en Italia, un centro independiente a las instituciones públicas. En sus inicios, este grupo
trabajó con la orientación psicoanalítica, mas, el libro “Pragmática de la comunicación
humana” influyó para el cambio de modelo que años siguientes se daría en este centro.

Aun cuando su formación era psicoanalítica, empiezan a introducir ideas y técnicas como la
prescripción del síntoma, paradoja, reencuadramiento o redefinición. De esta manera, se
diferencian del modelo psicoanalítico desarrollando otro modelo terapéutico. Cambia su
epistemología, de una lineal, enfocada al conflicto inconsciente, a una visión de causalidad
circular, en donde el síntoma era estudiado dentro de un contexto relacional, y el objetivo era
romper las pautas rígidas y repetitivas con las que se conectaba el síntoma. Y aún, cuando en
esa época existían otras escuelas en Terapia Familiar, como lo es la Escuela Estructural,
desde sus orígenes, la escuela de Milán, se orientó al enfoque sistémico, no solo en la
concepción de la familia, sino también en las técnicas psicoterapéuticas delineándose al
modelo estratégico – sistémico y en particular, retomando las

aportaciones de Bateson. Y este modelo, no se limita solo a lo que sucede en la sesión de


terapia, sino que trasciende más allá y habla de los sistemas significantes, habla del contexto,
de la cultura, del espacio y del tiempo. Así mismo en sus inicios el modelo de Milán
presuponía que a la terapia fueran siempre convocados todos los miembros de la familia
nuclear. La evolución del modelo terapéutico ha llevado a aceptar aquello que el sistema
familiar “escoge” traer a la terapia. Se ha pasado así al principio de que venga aquél que
desee venir. Ahora tenemos la convicción de que la convocatoria de subsistemas familiares
definidos al interior de la terapia es un instrumento esencial para el proceso terapéutico,
incluso para facilitar no sólo las acciones del terapeuta, sino también los momentos cruciales,
como es la definición de los objetivos. Por ejemplo, convocar a un solo cliente después de la
primera sesión puede permitir definir la terapia como individual, modificándose
sensiblemente los objetivos.

El modelo de Milán, es una de las escuelas de Terapia Familiar, que desde sus inicios entre
los años de 1970 y 1971, ha estado en constante trasformación. En el presente informe se
plasma su evolución desde sus orígenes, el proceso terapéutico, estrategias y técnicas de
intervención familiar.
II. OBJETIVOS

II.1 Objetivo General

II.1 Describir el modelo de la escuela de Milán dirigido al sistema familiar, que nos permite
conocer cómo identificar problemas, establecer estrategias y diseñar intervenciones para
ayudar a los pacientes o familias a resolver una crisis o problema.

II.2 Objetivos Específicos

II.2.1 Enunciar los postulados teóricos desde su origen en que se fundamenta el modelo de
terapia de la escuela de Milán.

II.2.2 Describir cada una de las técnicas de intervención orientadas a la superación de un


problema familiar.
II. MARCO TEORICO
2.1. Orígenes del Modelo de la Escuela de Milán
Mara Selvini Palazzoli, psiquiatra y analista infantil, descontenta con los resultados de su
trabajo psicoanalítico, se acoge a las ideas del grupo de Bateson, a la teoría general de
Sistemas (Bertalanfly 1968) y a otros autores como Searles o Wynne y en Milán, en el año
1967, abre el “Centro para el estudio de la familia”, en el que se incorporan otros tres
psiquiatras psicoanalistas: Luigi Boscolo, Guiliana Prata y Gianfranco Cecchin. Este cuarteto
formará la denominada “Escuela de Milán” (EM).

El trabajo del grupo se inserta en sus inicios en la línea de las terapias estratégicas para
emerger más tarde, una década después, como uno de los principales ejemplos de terapia
sistémica, fundada sobre los principios de la cibernética batesoniana, desembarcando en el
constructivismo, el construccionismo social, el posmodernismo y la narrativa.

La EM ha influido enormemente en la terapia familiar, aportando desarrollos que son pilares


para el trabajo sistémico, dentro de los que podríamos destacar: la importancia de la
derivación, el rigor investigativo, la hipotetización circular, las insidias en terapia, la visión
ecológica y las técnicas de intervención.

La primera separación

En 1979 el grupo se separa por primera vez: Selvini-Palazzoli y Prata abandonaron el Centro
para continuar su propia investigación sobre las familias y Boscolo y Cecchin se dedicaron,
principalmente, a la formación.

Selvini y Prata

Fundada sobre una cibernética de primer orden las autoras se orientaron a “descubrir”
posibles organizaciones familiares específicas (“juegos”), relativas a determinados
síndromes (como la anorexia y la psicosis). Luego, en 1983, Mara Selvini-Palazzoli, Stefano
Cirillo, Matteo Selvini y Anna Maria Sorrentino formaron un equipo para investigar sobre
las tipologías familiares, cuyos resultados fueron publicados en “Los juegos psicóticos en la
familia” (1988), donde se trata la prescripción invariable y el juego instigatorio entre otros
contenidos.
Boscolo y Cecchin

Boscolo y Cecchin prosiguieron en su propia investigación, que siguió un camino distinto,


influenciados notablemente por un cambio de contexto. En 1977 ambos terapeutas iniciaron
un curso de formación en terapia familiar sistémica. En 1980 fundan y co-dirigen el “Centro
Milanés de Terapia para la familia”, con un énfasis especial en la actividad formativa
(especialmente a trabajadores de servicios públicos sanitarios y sociales). Las familias eran
vistas por uno o dos terapeutas, frecuentemente alumnos en formación, mientras que detrás
del espejo observaban

los demás alumnos, junto a dos docentes. Se había pasado de esta forma, a la investigación
sobre la formación y la terapia. Los roles se hicieron cada vez más complejos: por ejemplo,
un docente se podía encontrar en un determinado momento en el rol de terapeuta, supervisor,
etcétera.

Años más tarde los autores dieron un salto del análisis del sistema observado al del sistema
observante. Además, como consecuencia (coherente con las perspectivas constructivistas y
la cibernética de segundo orden), el énfasis pasó desde el comportamiento observado a las
ideas, a las teorías, a las premisas personales de los componentes del sistema observante. La
familia ya no era vista más como una “máquina homeostática” que el terapeuta debía conocer
para reparar. Se empieza a centrar el interés en aquello que sucede en la sesión, en el
intercambio de información, emociones y significados entre terapeutas y clientes. Es decir,
se presta mayor atención al proceso terapéutico que a la intervención final, a diferencia del
período anterior donde representaba el punto culminante, el más significativo del encuentro
entre equipo y familia, y a ello era atribuido la posibilidad de provocar un cambio.

A la luz de estas nuevas adquisiciones, reevaluándose el modo de trabajar, el grupo sufre otra
evolución (Boscolo y cols., 1987). Terapeuta y equipo dejan de considerar solamente al
sistema como constituido únicamente por la familia que se presentaba en sesión y comienzan
a formular hipótesis sobre el sistema significativo relacionado con el problema presentado.
Por éste se entiende el sistema de relaciones entre las personas involucradas en el problema
presentado.
Esto incluye por definición al paciente identificado y puede comprender, además, a los
miembros de la familia nuclear, la familia extendida (comprendidos los difuntos más
importantes), los coetáneos de los pacientes, la escuela, el trabajo y, sobre todo, los
operadores, los expertos y los servicios sociales y sanitarios que en el tiempo puedan haber
estado en contacto con el paciente. El sistema significativo incluye naturalmente también al
terapeuta en su calidad de observador, con sus propias teorías y prejuicios. Los terapeutas
buscan ahora entender las maneras con las cuales los patrones de ideas y significados
contribuyen a la creación consensual de la imagen clínica observada.

También difunden la obra milanesa en el exterior, especialmente en Europa, Estados Unidos


y Australia.

Segunda separación

En la segunda separación los dos grupos se convierten en cuatro tendencias individuales


donde las diferencias aumentan. Comentaremos algunas de sus aportaciones más
significativas.

Selvini Palazzoli

Después de la clausura de la fase de la prescripción invariable, junto a un nuevo grupo, la


autora inicia otra etapa que se caracteriza por proyectos basados en la integración del trabajo
terapéutico con individuos, relaciones diádicas y consultas con la familia entera. Abandona
estrategias terapéuticas de tipo prescriptivas, estructural-estratégicas y se orienta a un
contexto de menor directividad y mayor escucha a los miembros singulares de la familia.
Esta forma de trabajar da como resultado el artículo “Secretos familiares. Cuando el paciente
no sabe”. La idea de este documento es que el secreto es una importante clave para acceder
a los procesos de distorsión de la realidad.

El estudio sobre los secretos fue derivando, también, a un cambio en el modo de citar a la
familia. Ya no era imprescindible que acudieran todos los miembros, había que sopesarlo en
base al problema, la familia, la motivación de cada uno de los participantes, etc.
Los tratamientos volvieron a ser largos y se acepta la complejidad del conocimiento, la
flexibilidad-re flexibilidad y no la rapidez.

Prata

Giuliana Prata, conjuntamente a un nuevo grupo, publicó “El niño que seguía la barca:
intervenciones sistémicas sobre los juegos familiares” en donde recoge casos clínicos (con
sesiones transcriptas) y las intervenciones realizadas.

Cecchin

Gianfranco Cecchin evoluciona desde la cibernética de primer orden al construccionismo


social (con todos los cambios que ello implica) aunque los conceptos que más lo identifican
y diferencian son el de “curiosidad” e “irreverencia”.

El autor explica que el terapeuta comparte la responsabilidad por el contexto que emerge en
la terapia y que debe asumir sus convicciones, poniendo en claro que sus éstas no son una
verdad.

El terapeuta irreverente no entra a una relación terapéutica vacío de ideas, experiencias o


construcciones privilegiadas. Al igual que los consultantes, entra a un proceso terapéutico
con sus propias versiones de la realidad.

El desafío en la terapia es la negociación y co-construcción de maneras de ser viables y


sostenibles que encajen con la familia, con el terapeuta y con modos de ser culturalmente
consensuados. El tipo de posición propuesto en este trabajo permite al terapeuta alcanzar un
estado que se caracteriza por un cierto grado de irreverencia hacia sus propias verdades, más
allá del esfuerzo que haya puesto en conquistarlas o alcanzarlas.

Como construccionista, Cecchin sugiere que todos sean terapeutas irreverentes. Éste trata de
seguir múltiples guías, pero nunca acata un modelo o una teoría particular. Adoptar la
posición de irreverencia equivale a ser levemente subversivo respecto a cualquier verdad
ratificada. El terapeuta irreverente es un ejemplo de la sensibilidad posmoderna en la cual el
contexto relacional es reconocido como proveedor de las construcciones y posibilidades
terapéuticas que no pueden ser predeterminadas en virtud de la validez de un modelo o su
superioridad teórica. El terapeuta asume la responsabilidad por sus acciones y opiniones; la
irreverencia en la tarea le permite atreverse a usar sus sus prejuicios de modo que pueda
tomar una nueva posición para reelaborar, o redescubrir, su lugar en la relación terapéutica.

Boscolo

Con la apertura de la “caja negra”, a mediados de los años ’70 se condujo el interés hacia los
significados. Del mismo modo, la apertura del marco temporal del presente, al pasado y al
futuro, estimula a trabajar sobre las conexiones de eventos y significados en el fluir del
tiempo. Boscolo se orienta, por tanto, en cómo conectan los clientes eventos y significados
de su pasado para explicar en modo determinístico su presente, vinculando el futuro. Estas
reflexiones son recopiladas en su libro “Los tiempos del tiempo” (Boscolo y Bertrand, 1993)
donde muestra cómo los sistemas humanos que producen síntomas y sufrimientos tienden a
enjaularse en historias deterministas.

Asimismo, se orientará al trabajo individual y, conjuntamente con el autor arriba


mencionado, publicarán “Terapia sistémica individual” donde se describe la primera
adaptación del modelo sistémico al trabajo con individuos.

III.2 Conceptos Principales del Modelo de la Escuela de Milán

III.2.1 Prescripción del síntoma


La escuela estratégica ha llevado a un alto nivel la técnica de prescribir el síntoma, la
diferencia es que la escuela de Milán no solamente prescribe la conducta o serie de conductas
problemáticas, sino la configuración más amplia de las relaciones que rodean el problema.
Para comprenderlo hay que examinar su concepto de connotación positiva, íntimamente
ligado al desarrollo de la hipótesis sistémica y a sus intervenciones.

III.2.2 El setting de la EM
El término de “Setting terapéutico” indica la manera en la que se desarrolla el encuentro entre
terapeuta y familia. En la Escuela de Milán, esta manera es constante y sigue algunas reglas:

 La llamada telefónica: El primer contacto de la familia y el centro se da a través de la


llamada telefónica. Ésta debe ser en días y horas concertadas.
 El trabajo en equipo: El equipo está compuesto de dos o más miembros. Uno de ellos
trabaja como terapeuta (T) y el otro con función de supervisor (S) detrás de un espejo
unidireccional. Cada sesión se compone de dos partes diferentes. La función principal
del equipo es formular una hipótesis y la del terapeuta es el control de esta hipótesis
a través de la conversación con la familia. II
 El contrato: La única intervención familiar seguida por el Centro es la terapia breve,
según un contrato estándar. Todo el tratamiento consta de un máximo de diez sesiones
distanciadas una de otra, por lo menos, de cuatro semanas. La terapia se inicia solo
después de la primera o segunda sesión; si se acepta que existe indicación de un
trabajo familiar, estos dos entran dentro de ese máximo de diez.
 Las reglas de la directividad: son implícitas ya que no vienen enunciadas por el
terapeuta
o El terapeuta tiene el derecho exclusivo de decidir de qué se habla, es decir, de
elegir los temas de conversación.
o El terapeuta tiene el derecho exclusivo de decidir quién debe hablar, es decir,
de decidir a quién y cuándo se le da la palabra.
o El terapeuta tiene el derecho exclusivo de quitar la palabra, también a quien
le dio dicha palabra anteriormente. Este acto del terapeuta lo llamaremos
“Censura”.
o El terapeuta tiene el derecho exclusivo de suspender y cerrar la conversación.
La entrevista no tiene, de hecho, una duración prefijada.
o El terapeuta tiene el derecho exclusivo de preguntar, de resumir lo que otros
dicen y de reencuadrar y de enlazar los comentarios, argumentos y preguntas.
III.2.3 Connotación positiva
La connotación positiva es básica como principio terapéutico. Se creó por la necesidad de no
contradecirse en la prescripción del síntoma, ya que no se puede indicar lo que antes se
hubiera criticado y su función principal es la de facilitar al terapeuta el acceso al modelo
sistémico, sabiendo que lo que se connota positivamente es la tendencia homeostática del
síntoma.

III.2.4 Rituales
Los rituales se refieren a una acción o serie de acciones, combinadas generalmente con
fórmulas o expresiones verbales, en las que tienen que participar todos los miembros de la
familia. Al equipo de Milán se le debe la creación del ritual de los “días pares y días impares”:
Al finalizar la sesión de pareja se les prescribe que uno de ellos, los martes, jueves y sábados
será el encargado de resolver y decidir el solo todo sobre los hijos, el otro miembro de la
pareja hará como si no estuviese.

III.2.5 Hipótesis
Por hipótesis entendemos “la capacidad que tiene el terapeuta de formular una hipótesis,
fundada sobre las informaciones de que dispone.

III.2.6 Circularidad
Por circularidad entendemos “la capacidad del terapeuta de dirigir su investigación
basándose en las retroacciones de la familia a las informaciones que él ha solicitado en
términos de relación, y, por lo tanto, en términos de diferencia y de cambio.” Esto implica
un especial modo de dirigir la sesión.

III.2.7 Neutralidad
Por neutralidad del terapeuta entendemos “un determinado efecto pragmático que el conjunto
de sus comportamientos pragmáticos en la conducción de la entrevista, ejerce sobre la
familia” (y no una disposición intrapsíquica del terapeuta). El terapeuta deberá poner sumo
cuidado para captar y neutralizar, cuanto antes, cualquier tentativa de coalición, seducción o
relación privilegiada que un miembro o subgrupo de la familia intente hacia el sistema
terapéutico ya que éstos deben colocarse y mantenerse en un nivel diverso (meta nivel) del
de la familia.

IV. Descripción del proceso Terapéutico

El proceso terapéutico comienza cuando una persona se presenta delante del terapeuta en
busca de ayuda por un problema concreto que le ocasiona un trastorno o malestar. A partir
de este primer contacto con el cliente comienza la relación terapéutica y la terapia sí procede.

El equipo de Milán en 1980 describe su método de entrevista, que ha sido una guía para
muchos terapeutas sistémicos.

El equipo estaría formado por dos terapeutas hombres y dos terapeutas mujeres Para
equilibrar al equipo en cuanto a cuestiones de género. El intervalo entre cada una de las
sesiones es de un mes, se justifica porque según ellos los efectos de la entrevista y la
intervención final se digieren de forma lenta, puesto que con el tiempo los efectos son más
visibles. Se contratan como máximo 10 sesiones. (Feixas, G., Muñoz, V., Victoria, F.,
Montesano del Campo, A., 2016)

IV.1 El proceso inicial con el contacto para pedir consulta.


Los datos de las familias que solicitaban el servicio se transcribían en una ficha
telefónica que contenían el remitente, la dirección , la fecha de la llamada, los datos
personales en cuanto a la edad, la profesión de cada uno de los padres, la fecha de
matrimonio, los datos de los hijos por orden de edad, con quien vivían y su parentesco ,el
problema actual , el nombre de quien llamaba y las observaciones . En los casos de familias
derivadas se llamaba telefónicamente a la persona que remitía la escuela, hospital, etc. Esto
con el fin de elaborar una hipótesis circular inicial, donde se identifica la función de cada
miembro de la familia en relación con el síntoma del paciente identificado. (Feixas et al,
2016). De esta forma las sesiones comienzan con una hipótesis previa con respecto a las
razones de la familia piden ayuda.

Se trabajaba en una sala amplia con Sillas movibles y con espejo bidireccional. De la misma
perspectiva de este modelo cada sección se desarrollaba en 5 partes:

IV.1.1 Precesión: en ella el equipo analizaba la ficha si se trataba de la primera entrevista,


en caso contrario, se leía el acta de la sesión anterior. La hipótesis inicial es revisada con los
miembros de la familia a través de preguntas que formula el terapeuta para confirmarla o
refutarla.

IV.1.2 La sesión misma. En la que dos terapeutas estaban a cargo de la misma familia y dos
detrás del espejo. Los terapeutas a cargo de la familia no revelaban los fenómenos
observados, ni emitían juicios o valoraciones, observaban y propiciaban interacciones.
Feixas refiriendo a este punto dice:

El hecho que una parte del equipo se mantenga detrás del espejo unidireccional permite
asegurar en gran medida el logro de la condición de neutralidad del terapeuta respecto de la
familia, considerada como indispensable, así como el mantenimiento de una "meta-posición"
con respecto a la familia. (Feixas at al, 2016, p.40) la sesión contiene las siguientes fases:

 la discusión de la sesión. Los dos terapeutas a cargo salían para discutir como
equipo lo acontecido en la sesión y decidían como terminarlo.
 Conclusión de la sesión: en este punto, los terapeutas regresaban a dar el mensaje
final, que podía ser un breve comentario o una prescripción.
 Acta de la sesión: ya después que la familia se haya retirado, el equipo se reúne para
redactar el acta de la sesión
IV.2 El equipo de Milán desarrolla, para la coordinación de la sesión terapéutica, tres
directrices:

IV.2.1 Elaboración de hipótesis.

Por elaboración de hipótesis se entiende la capacidad del terapeuta para construir una
hipótesis basada en las informaciones que posee. Con esa hipótesis el terapeuta determina el
punto de partida de su propia investigación. Si la hipótesis resultara errada, se deberá
formular otra basada en las informaciones recogidas durante el trabajo de verificación de la
hipótesis anterior

Etimológicamente, "hipótesis" significa lo que está debajo, es decir, la propuesta que sirve
de base a una construcción conceptual.

La hipótesis, como tal, no es ni verdadera ni falsa, sino sólo más o menos útil. Su función
esencial es la de proporcionar una guía para obtener nuevas informaciones que la
confirmarán, refutarán o modificarán. Toda hipótesis que formulemos deberá ser sistémica,
es decir, deberá incluir a todos los componentes de la familia y proporcionarnos una
suposición relativa a todo el funcionamiento relacionar.

Antes de la primera entrevista con la familia, y en base a las informaciones recogidas en la


"ficha telefónica", el equipo terapéutico se reúne para elaborar una primera hipótesis. Al
empezar la primera sesión con una hipótesis ya construida, el terapeuta puede tomar la
iniciativa, actuar con orden, controlar, interrumpir, guiar y provocar transacciones, evitando.
Así, el quedar atrapado en conversaciones desprovistas de valor informativo.

IV.2.2 Circularidad
Por circularidad se entiende la habilidad del terapeuta para realizar preguntas circulares. Se
trata de indagar de qué modo ve un tercero una relación diádica. Es decir, todo miembro de
la familia será invitado a decir cómo ve la relación entre los otros dos miembros.
Al proponer preguntas de tipo circular, además de obtener información se alcanza
simultáneamente el objetivo de introducir en la familia conexiones entre distintos hechos,
permitiéndoles adquirir una nueva visión del problema.

Algunos ejemplos de preguntas circulares son:

(A la hija) ¿Quién consigue calmar mejor a la abuela, tu padre o tu madre?


(A un hijo) ¿A quién crees que le ha afectado más el hecho de que tu hermana ya no esté en
casa por haberse casado ¿Si al chico se le internara en un colegio, tal como se ha solicitado,
¿quién se sentiría más aliviado?; ¿quién le echaría más en falta?

IV.2.3 Neutralidad.

Por neutralidad se entiende la capacidad del terapeuta de no tomar partido por ninguno y de
no preferir evaluación alguna. Cuanto más asimila el terapeuta la epistemología sistémica,
más interesado está en provocar realimentaciones y recoger informaciones, y menos en hacer
juicios moralistas de cualquier clase. El hecho de emitir un juicio cualquiera, sea de
aprobación o de desaprobación, implica, implícita e inevitablemente, una alianza con alguna
de las partes.

El equipo de Milán también pone especial cuidado en captar y neutralizar lo antes posible
cualquier tentativa de coalición, seducción o relación privilegiada con nosotros realizada por
algún miembro o subgrupo de la familia. El terapeuta sólo puede ser efectivo en la medida
en que se coloque y mantenga en un nivel diferente (meta nivel) del de la familia.

Un concepto importante desarrollado por el equipo de Milán es el de "JUEGO". Es por eso.


Que aquello que ha de diagnosticarse (lo enfermo), es el "juego familiar".

Si trazáramos una línea imaginaria, en un extremo podría estar la "secuencia" y en el otro el


"mito familiar". El "Juego familiar" ocuparía un lugar intermedio entre ambos, aunque más
próximo al mito.
V. Estrategias o Técnicas de la Escuela de Milán

Las técnicas de intervención que emplea el equipo de Milán han ido evolucionando a través
de su propia investigación, las más destacables son:

 Prescripción paradójica.

 Connotación positiva.

 Rituales.

 Prescripción invariable.

V.1 Prescripción Paradójica:


El grupo de Bateson, al experimentar con el doble vínculo terapéutico, se planteó que habría
que usar con la familia esquizofrénica el mismo tipo de comunicación paradójica que ésta
mostraba. El equipo de Milán adoptó la misma postura. Trabajaron sobre la idea del doble
vínculo terapéutico que ellos denominaron “contra paradoja” y la usaron como piedra angular
para una metodología de cambio intrincado, elegante y lógico.

La escuela estratégica ha llevado a un alto nivel la técnica de prescribir el síntoma, la


diferencia es que la escuela de Milán no solamente prescribe la conducta o serie de conductas
problemáticas, sino la configuración más amplia de las relaciones que rodean el problema.
Se trata de pedirle al paciente que haga precisamente lo que es objeto de malestar psicológico,
es decir hacer lo contrario a lo que el paciente quiere. La intención de la terapia es sorprender
al paciente de modo que su visión de la misma cambie.

V.2 Connotación Positiva:

Mauri (2004) acota que la connotación positiva es más bien un principio terapéutico que crea
las condiciones favorables para el funcionamiento de las técnicas. Dice que es uno de los
inventos más originales, pero también más incomprendidos del grupo milanés, ya que
consiste en definir como positivos y deseables todos los comportamientos implementados
por el sistema familiar.

Ésta tiene funciones importantes como:

 Acceder al sistema mediante la confirmación de la tendencia homeostática.


 Así se define la relación sin peligro de recibir una descalificación.
 Se introduce, paradójicamente, la capacidad de transformación.
 Ser una marca de contexto, en cuanto lo define como terapéutico.
 Incluir a todos los miembros de la familia en el mismo plano.

V.3 Rituales
Los rituales se refieren a una acción o serie de acciones, combinadas generalmente con
fórmulas o expresiones verbales, en las que tienen que participar todos los miembros de la
familia. Al equipo de Milán se le debe la creación del ritual de los “días pares y días impares”:
Al finalizar la sesión de pareja se les prescribe que uno de ellos, los martes, jueves y sábados
será el encargado de resolver y decidir el solo todo sobre los hijos, el otro miembro de la
pareja hará como si no estuviese. Al revés sucederá los lunes, miércoles y viernes donde el
que se ocupará será el otro miembro de la pareja. Los domingos volvería a ser un
comportamiento espontáneo. Cada uno debe hacer constar, según él, cuándo se ha infringido
la prescripción cuando él/ellas se comportaban como si no estuvieran allí. Después de
prescribir esto se les despide sin ningún otro comentario, ni dar consejos ya que serán
completamente libres en sus decisiones. El objetivo de un ritual sería evidenciar el conflicto
entre las reglas verbales de la familia y las reglas analógicas, prescribiendo un cambio de
comportamiento, en vez de una reformulación hablada con un posible insight. Los rituales
promueven cambio individual, familiar y social.

V.4 La Prescripción Invariable:

La prescripción invariable es un instrumento terapéutico que se utiliza cuando el paciente es


cualquiera de los hijos.
Consiste en una serie de prescripciones especificadas en sus menores detalles, tiempos y
secuencias. El poder terapéutico de esta técnica radica en: La superioridad de la pareja
parental. La jerarquización de los subsistemas. El contrato de colaboración establecido con
los padres mediante el secreto. El viraje continúo de la definición de la pareja. Se la trata
alternativamente de parental y conyugal. Citados como padres, se les pide regresar a su casa
principalmente como pareja.

El juego como Herramienta

Un concepto importante desarrollado por el equipo de Milán es el de "JUEGO". Es por eso,


que aquello que ha de diagnosticarse (lo enfermo), es el "juego familiar".

El juego familiar, se utiliza como una hipótesis operativa, es decir, como un diagnóstico sobre
el que basar una intervención.

Si trazáramos una línea imaginaria, en un extremo podría estar la "secuencia" y en el otro el


"mito familiar". El "Juego familiar" ocuparía un lugar intermedio entre ambos, aunque más
próximo al mito.

La secuencia define una interacción cara a cara, fácilmente observable, que se repite
transcurrido un intervalo de tiempo relativamente corto, de segundos a una hora.

Las secuencias son encadenamiento de conductas que se estereotipan, justamente la


repetición está hablando de algún tipo de regla por la que se rigen.

Los mitos son reglas sistematizadas. Los mitos son reglas en cuanto que se han sistematizado.

El mito se percibe como pensamiento, como el estilo de la familia de percibir la realidad y


percibiese y en este sentido funcionan como filtro.

El mito contiene las reglas de mayor grado de abstracción que dirigen el funcionamiento
familiar, por lo tanto, cualquier tipo de secuencia de rango inferior queda subsumida dentro
de ella.

Las conductas, las rutinas familiares, tienen su justificación última en el mito.


La secuencia es lo más observable y el mito es lo más inferido. Si la secuencia son conductas
interactivas, el mito lo componen reglas.

VI. Conclusiones
1. Es un modelo que se ha replanteado constantemente sus intervenciones desde el rigor
investigativo, generando modificaciones paso a paso en pro de una mejora a la hora de
comprender la psicopatología, la ecología y el mejor modo de intervenir y ayudar a las
familias.

2. El trabajo del grupo de la escuela de Milán se inserta en sus inicios en la línea de las
terapias estratégicas.

3. La evolución del modelo terapéutico ha llevado a aceptar aquello que el sistema familiar
escoge traer a la terapia. Se ha pasado así al principio de que venga aquel que desea venir.

4. Su objetivo principal de la intervención psicológica consiste en modificar la visión que la


familia tiene de sus propias relaciones y conductas para lograr un cambio en la secuencia
sintomática.
VII. Referencias Bibliográficas

Feixas, G., Muñoz, V., Victoria, F., Montesano del Campo, A. (2016). El Modelo sistémico
en la intervención familiar.

Bateson, G., Jackson, D. D., Jay Haley & Weakland, J., (1956). "Toward a Theory of
Schizophrenia", Behavioral Science, vol. 1, pp. 251–264.

Boscolo, L. y Bertrando P. (1996) Los Tiempos del Tiempo, una nueva perspectiva para la
consulta y la terapia sistémicas. Barcelona, España: Ed. Paidós Terapia Familiar.

Boscolo, L. y Bertrando P. (2008) Terapia Sistémica Individual. España: Amorrortu Editores.

Prata, G. (1985) La maniobra del miembro ausente en las primeras sesiones sesiones de
consulta. Cómo evitar errores irreparables. Revista Asociación Española de Neuropsiquiatría.
Vol V Nº 14.

Selvini Palazzoli, M. y otros (1988) Paradoja y contraparadoja. Ed. Paidós. Barcelona.


Selvini Palazzoli, M. y otros (1990) Los juegos psicóticos en la familia. Paidos. Barcelona.

Selvini Palazzoli, M. y otros (1980) Hipotetización, circularidad y neutralidad.Tres


directrices para el buen desarrollo de la sesión. Family Proces.

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