Mi Experiencia Con Dios.
Mi Experiencia Con Dios.
Mi Experiencia Con Dios.
CONOCER Y
HACER LA
VOLUNTAD
DE DIOS
CLAUDIO V. KING
LIFEWAY PRESS®
NASHVILLE,TENNESSEE
© Copyright 1993 • LifeWay Press®
Reservados todos los derechos
Octava reimpresión, mayo de 2007
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o copiada, bien sea de manera electrónica o mecánica, incluyendo foto-
copias, grabaciones, digitalización y/o archivo de imágenes electrónicas, excepto cuando se autorice por la Editorial. Las
solicitudes de permisos
para realizar reproducciones o copias deben hacese por escrito y enviarse a:
LifeWay Press®, One LifeWay Plaza, Nashville, TN 37234-0175.
ISBN 076732370X
Clasificación Decimal Dewey 231
Subdivisión: Dios-Voluntad
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas se han tomado de la Santa Biblia,
Versión Reina Valera de 1960, propiedad de las Sociedades Bíblicas en América Latina,
publicada por Brodman & Holman Publishers, Nashville, TN., Usada con permiso.
Para ordenar copias adicionales escriba a LifeWay Church Resources Customer Service,
One LifeWay Plaza, Nashville, TN 37234-0113; FAX (615) 251-5933; teléfono 1-800 257-7744 ó envíe un correo electróni-
co a [email protected]. Le invitamos a visitar nuestro portal electrónico en WWW.lifeway.com donde encon-
trará otros muchos recursos disponibles.
También puede adquirirlo u ordenarlo en la librería LifeWay
de su localidad o en su librería cristiana favorita.
SESIÓN DE GRUPO 1
La voluntad de Dios y su vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
SESIÓN DE GRUPO 2
Mirar a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
SESIÓN DE GRUPO 3
Dios busca una relación de amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
SESIÓN DE GRUPO 4
La invitación de Dios y el amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
SESIÓN DE GRUPO 5
Dios habla. Parte 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
SESIÓN DE GRUPO 6
Dios habla. Parte 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
SESIÓN DE GRUPO 7
Crisis de fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
SESIÓN DE GRUPO 8
Ajustar su vida a Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
SESIÓN DE GRUPO 9
Una experiencia con Dios mediante la obediencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
SESIÓN DE GRUPO 10
La voluntad de Dios y la iglesia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
SESIÓN DE GRUPO 11
El pueblo del reino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
SESIÓN DE GRUPO 12
Comunión constante con Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
4
•
MI
Modelo de matrícula y asistencia
EXPERIENCIA CON
Líder:
DIOS–MANUAL
Nombre Sesión (Marque la asistencia)
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
PA R A E L L Í D E R
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
* Informe la asistencia semanal al secretario o director general del Ministerio Discipular.
** Usted tiene permiso para hacer copias de este modelo para usarlo en este curso.
CÓMO DIRIGIR UN GRUPO DE ESTUDIO
MI EXPERIENCIA CON DIOS
Nota: tes del estudio Mi experiencia con Dios: ¿Cómo
conocer y hacer la voluntad de Dios?
Cuando usted vea en el texto de este manual las Las páginas 25-63 contienen los procedimientos
letras MD y un número de página a continua- paso a paso para dirigir la sesión introductoria y las
ción se refiere a una cita en este manual para el doce sesiones semanales. Para cada sesión se inclu-
líder; cuando solamente vea un número de pági- yen tres partes:
na se refiere al libro del alumno del estudio Mi • Antes de la sesión. Esta sección indica lo que debe
experiencia con Dios. realizarse antes de las sesiones del grupo. Los
cuadritos de la izquierda sirven para que usted
haga una marca una vez que completó lo indica-
Un vistazo al estudio Mi experiencia con Dios do. Se ha hecho todo lo posible para que las suge-
A modo de introducción lea las páginas 8 al 10 en rencias requieran solo un mínimo de preparación
el libro del alumno del estudio Mi experiencia con de parte del discipulador, de modo que usted
Dios: ¿Cómo conocer y hacer la voluntad de Dios? pueda dedicarse a la oración y a la preparación
antes de continuar con esta presentación. espiritual. Si usted adapta los planes o crea sus
El estudio Mi experiencia con Dios: ¿CÓMO propias actividades, deberá conseguir también
CONOCER Y HACER LA VOLUNTAD DE DIOS? no los materiales necesarios.
es un libro para leerse de corrido. Es parte de un • Durante la sesión. Esta sección contiene pregun-
sistema de aprendizaje diseñado para enseñar el tas y actividades de aprendizaje que puede usar
material que contiene y ayudar a las personas a pro- para dirigir la sesión semanal del grupo. Cada
fundizar su relación con Dios. Para alcanzar los sesión está planeada para un mínimo de una hora
objetivos propuestos para este curso, los partici- y media, y todas siguen un modelo similar. En la
pantes deben estudiar individualmente la lección sesión se repasa el contenido de la unidad, y se
señalada de cada día, y completar las actividades de les permite a los participantes que compartan sus
aprendizaje. Luego deben reunirse en grupo (entre experiencias personales, así como sus respuestas
ocho y diez personas como máximo) para repasar, al contenido de la unidad estudiada. Hay un perí-
dialogar sobre preguntas que pudieran surgir, com- odo para orar por los motivos que surjan duran-
partir experiencias y conocimiento personal, y apli- te los testimonios. Se sugiere tener también un
car las verdades bíblicas a la vida. período opcional para el canto.
• Después de la sesión. Esta sección lo guía a evaluar
Cómo usar este manual la sesión del grupo, su desempeño como líder, y
Este manual para el líder está diseñado para que las necesidades del grupo, a fin de ayudarlo a
usted se prepare y pueda dirigir con eficacia las mejorar constantemente su capacidad para guiar
sesiones semanales de grupo. El material que sigue al grupo en su aprendizaje. Cada semana se lo
en esta sesión: "Cómo dirigir un grupo del estudio animará a pensar en los participantes de su
Mi experiencia con Dios" le indicará cómo inscribir grupo, e identificar a aquellos que tal vez necesi-
a los participantes, y prepararse para las sesiones ten que usted se comunique con ellos personal-
semanales de grupo. Si usted desea ahorrar tiempo, mente. No descuide este aspecto de su ministe-
una gran parte de la preparación para las sesiones rio. Su principal tarea en este estudio es ayudar a
semanales puede hacerse de una sola vez, antes de las personas a crecer en Cristo, no simplemente
empezar el curso. La información contenida en las darles información.
páginas 12-24 es para usarse en dichas sesiones.
Usted deberá reproducir dichas páginas para cada Su papel como discipulador de un grupo pequeño
uno de los participante de su grupo. Algunos mate- de estudio
riales son opcionales, de modo que debe usar su Tal vez usted esté preguntándose: "¿Por qué acepté
propio criterio para decidir cuáles usará y deberá dirigir este grupo? Yo mismo necesito aprender
reproducir. Tiene permiso para reproducir dichas cómo conocer y hacer la voluntad de Dios". Su
páginas, pero solo para usarlas con los participan- papel en un grupo pequeño de estudio no es el de
Tamaño del grupo para lograr Prepárese para dirigir un grupo pequeño del
un aprendizaje eficaz estudio Mi experiencia con Dios
Jesús predicó a grandes multitudes, pero la mayor Como líder o discipulador de un grupo pequeño de
parte de su entrenamiento discipular lo realizó con estudio usted necesita hacer los preparativos para el
un grupo de doce. Dentro del grupo de los doce dis- estudio, ayudar a matricular a los participantes,
cípulos, tres eran los más allegados al Señor. Estos guiar las sesiones del grupo, y realizar algún segui-
tres serían líderes claves de la iglesia en el Nuevo miento al finalizar el estudio. Las siguientes tareas lo
Testamento. Usted necesita prever un ambiente en ayudarán a realizar estas tareas.
donde Dios puedan realizar su mejor obra en la vida
de los participantes. Estos necesitan formar parte de Decida cuántos grupos necesitan tener. Si usted no
un grupo pequeño en donde pueda formular pre- es el pastor, hable con él. Tanto usted como el pastor
guntas, contar sus propias experiencias y orar con deben hablar con el director del programa de disci-
otros hermanos y hermanas en Cristo. El mejor pulado y con otros líderes de la iglesia para determi-
ambiente no es una multitud en donde serán sim- nar cuántas personas tienen interés en realizar este
ples espectadores, en lugar de participantes. Por estudio en esta ocasión. Cualquier adulto que haya
consiguiente, el grupo de estudio debe tener un recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador puede
máximo de ocho a diez participantes. Si tiene más de beneficiarse con este estudio. Una breve encuesta en
diez personas interesadas en el estudio, haga los su iglesia descubrirá cuántas personas tienen interés
arreglos necesarios para tener dos o más grupos de en estudiar cómo conocer y hacer la voluntad de
estudio simultáneos. Así podrá tener un ambiente Dios. Necesitará organizar un grupo por cada diez
propicio para el aprendizaje. personas. Cada grupo deberá tener un discipulador.
El curso Mi experiencia con Dios: ¿Cómo conocer y hacer la voluntad de Dios? lo guiará en un
estudio bíblico de doce semanas, para aprender cómo conocer mejor a Dios, cómo saber cuando
Dios le está hablando, y cómo ajustar su vida y ministerio a la revelación que Dios le da en cuan-
to a su voluntad. El estudio diario dado en un libro y la sesión semanal del grupo, lo ayudarán a
desarrollar una relación de confianza personal con Dios mediante la cual Él se revelará a sí
mismo, y revelará su voluntad.
Henry Blackaby, autor del curso, es Director de oración y despertamiento espiritual de la Junta
de Misiones Domésticas de la Convención Bautista del Sur en los Estados Unidos. Por medio de
historias de la vida real relata cómo Dios obró mediante individuos, iglesias y asociaciones para
realizar su voluntad. Usted se animará a profundizar su andar con Dios.
Fecha: _______________________________
Lugar: _______________________________
Hora: ________________________________
✝Tiene permiso para reproducir el volante que antecede y usarlo en la promoción del curso Mi expe-
riencia con Dios. Escriba la fecha, el lugar y la hora en las líneas indicadas.
A. Mencione dos principios del reino que usted ha • Las preguntas de la sección B en esta prueba
estudiado en esta semana (pp. 187-192). de repaso.
1. ______________________________ • El principio al cual Dios le llamó la atención,
2. ______________________________ y lo que usted debe hacer diferente para apli-
B. En una hoja de papel aparte responda lo carlo en su vida (p. 192).
siguiente: • Las dos enseñanzas que usted seleccionó del
1. ¿De qué manera la relación con su hermano en resumen, y el porqué (pp. 192 y 193).
Cristo refleja su propia relación con Dios? (pp. 194 y • Una de las enseñanzas o porciones bíblicas
195). más significativas de las lecciones de esta
2. ¿Qué necesita usted para experimentar una koi- unidad y su respuesta en oración a Dios.
nonía más completa en su iglesia? Escoja de las páginas 186-187, 190, 192-193,
3. Según lo que usted percibe, ¿cuál es el propósito 196 ó 201.
de Dios para que en su iglesia haya más koinonía?
Vea las respuestas en las páginas entre paréntesis.
Mi experiencia con Dios: Unidad 2 Mi experiencia con Dios: Unidad 6 Mi experiencia con Dios: Unidad 10
•
Mi experiencia con Dios: Unidad 3 Mi experiencia con Dios: Unidad 7 Mi experiencia con Dios: Unidad 11
MI
Mateo 22.37,38 Hebreos 11.6 1 Juan 1.7
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu cora- Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es nece- Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos
zón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. sario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su
Éste es el primero y grande mandamiento. es galardonador de los que le buscan. Hijo nos limpia de todo pecado.
EXPERIENCIA CON
1 Juan 1.7
Mateo 22.37,38 Hebreos 11.6
Mi experiencia con Dios: Unidad 4 Mi experiencia con Dios: Unidad 8 Mi experiencia con Dios: Unidad 12
DIOS–MANUAL
Juan 14.21 Lucas 14.33 Hebreos 10.24,25
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo Y considerémonos unos a otros para estimularnos al
que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, lo que posee, no puede ser mi discípulo. amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos,
y yo le amaré, y me manifestaré a él. como algunos tienen por costumbre, sino exhortándo-
PA R A E L L Í D E R
Lucas 14.33 nos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Juan 14.21 Hebreos 10.24,25
17
ESCRITURAS PARA LA MEDITACIÓN
Las porciones bíblicas que siguen 2 Crónicas 16.9–Porque los ojos de Proverbios 3.5-6–Fíate de Jehová de
están relacionadas con los temas que Jehová contemplan toda la tierra, todo tu corazón, y no te apoyes en
se tratan en Mi experiencia con Dios. para mostrar su poder a favor de los tu propia prudencia. Reconócelo en
Les serán de gran significado durante que tienen corazón perfecto para todos tus caminos, y él enderezará
este estudio, e incluso después de con- con él. Locamente has hecho en tus veredas.
cluirlo. Estúdielas, medite en ellas, y esto; porque de aquí en adelante
si lo desea, subráyelas en su Biblia y habrá más guerra contra él. Isaías 1.18-20–Venid luego, dice
apréndalas de memoria. Jehová, y estemos a cuenta: si vues-
Salmo 5.3–Oh Jehová, de mañana tros pecados fueren como la grana,
Números 14.35–Yo Jehová he ha- oirás mi voz; de mañana me presen- como la nieve serán emblanquecidos;
blado; así haré a toda esta multitud taré delante de ti, y esperaré. si fueren rojos como el carmesí, ven-
perversa. drán a ser como blanca lana. Si qui-
Salmo 25.4-5–Muéstrame, oh Jehová, siereis y oyereis, comeréis el bien de
Deuteronomio 4.7–Porque ¿qué tus caminos; enséñame tus sendas. la tierra; si no quisiereis y fuereis
nación grande hay que tenga dioses rebeldes, seréis consumidos a espada;
Salmo 33.11–El consejo de Jehová
tan cercanos a ellos como lo está porque la boca de Jehová lo ha dicho.
permanecerá para siempre; los pen-
Jehová nuestro Dios en todo cuanto
samientos de su corazón por todas Isaías 14.24 –Jehová de los ejércitos
le pedimos?
las generaciones. juró diciendo: Ciertamente se hará de
Deuteronomio 4.29–Mas si desde la manera en que lo he pensado, y será
Salmo 37.4-5–Deléitate asimismo
allí buscares a Jehová tu Dios, lo confirmado como lo he determinado.
en Jehová, y él te concederá las peti-
hallarás, si lo buscares de todo tu
ciones de tu corazón. Encomienda a Isaías 26.12–Jehová, tu nos darás
corazón y de toda tu alma.
Jehová tu camino, y confía en él; y él paz, porque también hiciste en nos-
Deuteronomio 6.4-5–Oye, Israel: hará. otros todas nuestras obras.
Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
Salmo 37.7–Guarda silencio ante Isaías 30.1–¡Ay de los hijos que se
Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu
Jehová, y espera en él. apartan, dice Jehová, para tomar
corazón, y de toda tu alma, y con
todas tus fuerzas Salmo 40.8–El hacer tu voluntad, consejo, y no de mí; para cobijarse
Dios mío, me ha agradado, y tu ley con cubierta, y no de mi espíritu,
Deuteronomio 11.26-28–He aquí yo añadiendo pecado a pecado!
está en medio de mi corazón.
pongo hoy delante de vosotros la ben-
dición y la maldición: la bendición, si Salmo 42.1–Como el ciervo brama Isaías 31.1–¡Ay de los que descien-
oyereis los mandamientos de Jehová por las corrientes de las aguas, así den a Egipto por ayuda, y confían en
vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, clama por ti, oh Dios, el alma mía. caballos; y su esperanza ponen en
y la maldición, si no oyereis los man- carros, porque son muchos, y en jine-
damientos de Jehová vuestro Dios, y Salmo 63.1–Dios, Dios mío eres tú; de tes, porque son valientes; y no miran
os apartéis del camino que yo os madrugada te buscaré; mi alma tiene al Santo de Israel, ni buscan a Jehová!
ordeno hoy, para ir en pos de dioses sed de ti, mi carne te anhela, en tierra
seca y árida donde no hay aguas. Isaías 40.31–Pero los que esperan a
ajenos que no habéis conocido.
Jehová tendrán nuevas fuerzas;
Deuteronomio 30.19-20–A los cie- Salmo 86.11–Enséñame, oh Jehová, levantarán alas como las águilas;
los y a la tierra llamo por testigos tu camino; caminaré yo en tu ver- correrán, y no se cansarán; camina-
hoy contra vosotros, que os he pues- dad; afirma mi corazón para que rán, y no se fatigarán.
to delante la vida y la muerte, la tema tu nombre.
Isaías 41.10–No temas, porque yo
bendición y la maldición; escoge,
Salmo 126.5-6–Los que sembraron estoy contigo; no desmayes, porque
pues, la vida, para que vivas tú y tu
con lágrimas, con regocijo segarán. yo soy tu Dios que te esfuerzo; siem-
descendencia; amando a Jehová tu
Irá andando y llorando el que lleva la pre te ayudaré, siempre te sustenta-
Dios, atendiendo a su voz, y siguién-
preciosa semilla; mas volverá a venir ré con la diestra de mi justicia.
dole a él; porque él es la vida para ti,
y prolongación de tus días; a fin de con regocijo, trayendo sus gavillas.
Isaías 46.11–Yo hablé, y lo haré venir;
que habites sobre la tierra que juró Salmo 127.1–Si Jehová no edificare lo he pensado y también lo haré.
Jehová a tus padres, Abraham, Isaac la casa, en vano trabajan los que la
y Jacob, que les había de dar. edifican; si Jehová no guardare la
ciudad, en vano vela la guardia.
A través de todo este curso usted tendrá experiencias DIARIO ESPIRITUAL REPASO SEMANAL
en su vida espiritual que querrá recordar luego.
Cuando Dios le hable, escriba lo que le dice.
También tendrá oportunidad de orar específicamen- Lleve un diario espiritual para recordar las cosas
te por los participantes de su grupo, y por su iglesia. importantes que Dios le dice y las cosas que Él
Necesita un cuaderno, del tipo que prefiera. Las hace en su vida. Use cada semana las preguntas
tareas que se asignan se dividen en cuatro grandes que siguen para repasar la actividad de Dios en su
categorías. Si lo desea, puede escoger otras. vida. Sólo debe responder a las preguntas que se
apliquen a lo que Dios ha hecho o le ha revelado.
Las secciones en su diario espiritual deben incluir:
1. Testimonios. Esta sección es para anotaciones 1. ¿Qué le ha revelado Dios acerca de sí mismo,
diarias acerca de lo que Dios está haciendo en su su nombre, su carácter o su naturaleza?
vida, en torno a ella, y por medio de ella y lo que 2. ¿Qué le ha revelado Dios acerca de sus propó-
usted aprende acerca de él y de los propósitos y sitos, su voluntad, sus planes, sus deseos, la
los caminos de Dios. manera en la que está obrando en torno suyo,
las tareas que le ha asignado, sus metas y sus
2. Repaso diario. Al final de cada día de trabajo se objetivos?
le pedirá que repase la lección y que identifique la 3. ¿Qué le ha revelado Dios acerca de sus cami-
enseñanza o porción bíblica más significativa nos? ¿Cómo actúa, qué hace, cómo responde
para usted, y luego su respuesta a Dios en ora- Él ante determinadas circunstancias, de qué
ción. La lección del día tiene en su diario un espa- personas se vale para hacer la obra, de qué
cio adicional para que escriba un resumen de lo manera involucra a las personas en su obra, de
que Dios le está diciendo a través de su Palabra, qué manera lleva a cabo sus propósitos?
la oración, las circunstancias y la iglesia. También 4. ¿Qué ha hecho Dios en su vida o a través de
puede incluir un resumen de los ajustes que usted ella, que le ha hecho experimentar su presen-
percibe que Dios quiere que haga, instrucciones cia?
que percibe que Dios lo está llamando a seguir, 5. ¿Qué porción bíblica ha usado Dios para
pasos de obediencia que debe tomar, y otras res- hablarle acerca de sí mismo, sus propósitos y
puestas que Dios puede estar pidiéndole que sus caminos?
haga. 6. ¿Qué persona o preocupación en particular le
ha puesto Dios en su corazón como carga por
3. Repaso semanal. Use las preguntas bajo el título la cual orar? ¿Acerca de qué le ha guiado Él a
"Repaso semanal" para repasar lo que Dios ha orar con respecto a esa persona o preocupa-
hecho durante la semana pasada. Aplique estas ción?
preguntas a su experiencia personal, y aliente a 7. ¿Qué ha hecho Dios por medio de las circuns-
los participantes a hacer lo mismo. tancias que le ha permitido percibir la ocasión
apropiada de Dios o la dirección con respecto a
4. Peticiones de oración. Esta sección se usará en algún aspecto de la voluntad de Él?
cada sesión del grupo para escribir las peticiones 8. ¿Qué palabra de dirección o verdad percibe
y respuestas a la oración, de individuos y a la igle- usted que Dios le ha hablado por medio de
sia. Puede dividirse para incluir peticiones tales algún otro creyente?
como: 9. ¿Qué ajuste quiere Dios que usted haga en su
Peticiones personales vida?
Peticiones de los participantes del grupo 10. ¿Cómo ha obedecido usted a Dios en esta
Peticiones por mi iglesia semana? ¿Cómo quiere Dios que usted lo
Otras peticiones especiales obedezca?
A fin de ayudar al discipulador de su grupo a prepararse a dirigir el próximo grupo de estudio, haga la
siguiente evaluación. Encierre en un círculo la letra que mejor describe el desempeño de su discipulador:
Sus respuestas a las preguntas que siguen tienen la intención de ayudar al discipulador del grupo para que
crezca en su habilidad de dirigir las sesiones en futuros grupos de estudio de Mi experiencia con Dios.
Escríbalas aquí:
2. ¿Qué sugerencia podría darle al discipulador de su grupo para mejorar el aprendizaje y la experiencia con
otro grupo en el futuro?
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
3. ¿Qué clase de actividades le resultaron más significativas durante las sesiones de grupo? ¿Por qué?
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
8. ¿Qué percibe usted que Dios le ha revelado durante este estudio sobre lo que Él quiere hacer en su vida,
o a través de ella, de aquí en adelante? (Mencione dos o tres aspectos.)
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
9. ¿Qué gran ajuste percibe usted que Dios lo está guiando a hacer a fin de unírsele en su obra?
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
10. ¿Cuál fue la experiencia más significativa, durante este estudio, de la obra y actividad de Dios en su vida?
Explique qué hizo Dios.
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
11. Escriba una oración a Dios por lo que Él ha hecho en su vida durante este estudio.
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
✬➪✤✥✲
Lea Juan 5.17, 19-20 y responda a las preguntas que siguen:
1. ¿Quién está trabajando siempre? __________________
✥✬
2. ¿Cuánto puede hacer el Hijo por sí mismo? ______________
✰✡✲✡
3. ¿Qué hace el Hijo? __________________________
_________________________________________________
✤✩✯✳➐✭✡✮✵✡✬
4. ¿Por qué el Padre le muestra al Hijo lo que está haciendo? 1. Dios siempre está trabajando alrededor de usted.
__________________________________________________ 2. Dios busca una relación continua de amor con usted que sea
real y personal.
Esta es una de las afirmaciones más claras de cómo sabía Jesús lo 3. Dios lo invita a unírsele en su obra.
que debía hacer. La manera en que Jesús conocía y hacía la 4. Dios le habla por medio del Espíritu Santo, la Biblia, la ora-
voluntad de Dios se puede resumir de la siguiente forma:
ción, las circunstancias y la iglesia. Para revelarse a sí mismo,
✣✯✮
El ejemplo de Jesús sus propósitos y sus caminos.
✥✸✰✥✲✩✥✮✣✩✡
5. La invitación de Dios para que se una a Él en su trabajo siem-
• El Padre hasta ahora trabaja pre lo conduce a una crisis de fe que requiere confianza y
• Ahora el Padre me tiene a mí trabajando acción.
• Nada hago por mi propia iniciativa 6. Usted tiene que hacer grandes ajustes en su vida para unirse a
• Observo para ver lo que el Padre está haciendo Dios en lo que Él ya está haciendo.
• Hago Lo que veo que el Padre ya está haciendo 7. Usted llega a conocer a Dios por medio de la experiencia que
✭✩
• Como pueden ver, el Padre me ama tiene cuando lo obedece y Él realiza su obra por medio de
•
• Él me muestra todo lo que Él mismo está haciendo usted.
24
Sesión introductoria
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO
MI EXPERIENCIA CON DIOS
METAS DE LA SESIÓN ❏ 5. Si ya tiene listo los cartelones de las unidades
(p. 8), coloque en la pared uno por cada unidad,
Esta sesión ayudará a los participantes a: a fin de despertar más interés.
• entender el método de estudio y cómo los
beneficiará para profundizar su relación con ❏ 6. Opcional: Seleccione un himno, o canto, o
Dios. música grabada para usarla en este momento. De
• comprender los requisitos que este estudio ser posible consiga alguien que toque el piano o
exige. algún otro instrumento, o consiga una cinta gra-
• demostrar un serio compromiso para comple- bada y una grabadora.
tar este estudio y las exigencias de las sesio-
nes de grupo. ❏ 7. Lea con cuidado la descripción de las activi-
dades de aprendizaje en la sección "Durante la
sesión" e indique las secciones del contenido del
libro de los participantes que explicará durante
ANTES DE LA SESIÓN esta sesión. Estudie esas secciones. Si desea
ayuda, busque y asígneles a una o dos personas
❏ 1. Prepárese espiritualmente para el estudio por las secciones correspondientes. Por ejemplo:
medio de la oración. Pídale a Dios que traiga a la podría pedirle a alguien que explique cómo la
sesión a las personas que Él quiere que partici- vida de Moisés es un ejemplo de las siete realida-
pen en este estudio. des de tener una experiencia con Dios.
❏ 2. Lea la sección "Durante la sesión". Adapte o ❏ 8. Si todavía no leyó ni completó todos los pre-
prepare las actividades de modo que ayuden lo parativos indicados en la sección "Cómo guiar un
mejor posible a comprender el contenido, y esti- grupo de estudio del curso Mi experiencia con
mular la participación. Dios", hágalo antes de la sección introductoria.
❏ 3. Decida cuánto tiempo quiere asignarle a cada ❏ 9. Consiga voluntarios que ayuden a proveer un
actividad. Escriba en el margen la hora en la que ligero refrigerio para el receso.
piensa que debe empezar cada actividad.
Requisitos del curso: 10 minutos 1. Distribuya los materiales. Empiece cobrando las
cuotas, y dé a cada persona los siguientes materiales:
1. Estudio y participación. Use la información • Un ejemplar del libro Mi experiencia con Dios:
que se señala en la introducción (pp. 9-10) para ¿Cómo conocer y hacer la voluntad de Dios?
explicar las exigencias del estudio individual, dia- • Un cuaderno para el diario espiritual.
rio y la participación en las sesiones del grupo. • Las tarjetas para la memorización de los pasajes
Recalque que se espera que los participantes invier- bíblicos (p. 17) y la lista de porciones bíblicas
tan por lo menos 30 minutos cada día, durante para la meditación (opcional, pp. 18-20).
cinco días a la semana para completar las tareas.
2. Explique cuáles son los requisitos del estudio
2. Pacto del grupo. Lea el texto del Pacto del individual. Use la unidad 1 como ejemplo. Repase
grupo de estudio (p. 2 ). Cada persona que decida con los participantes el proceso que seguirán para
estudiar este curso deberá firmar dicho pacto. completar cada unidad de estudio.
2. Vistazo a la unidad 2. Pídales a los participan- • ¿Quiénes necesitan que se les llame por teléfo-
tes que pongan especial atención a la diferencia no durante la semana, para animarlos, orar con
entre una vida centrada en el yo, y la vida centra- ellos, darles alguna instrucción, o consejo?
da en Dios. ¿Cuándo los llamaré?
_______________________________________
3. Oración. Pídales a los participantes que se pon- _______________________________________
gan de pie y se tomen de las manos. Pídale a cada
persona que eleve una oración de una sola frase 3. Si hay más de diez personas inscriptas, haga pla-
comprometiéndose personalmente con Dios a per- nes para dividir el grupo. Busque otro discipulador,
severar hasta la conclusión de este curso. preferiblemente entre los asistentes. Si no puede
Explíqueles que si alguna persona no quiera orar hallar otro discipulador, considere dividir el grupo
en voz alta puede hacerlo en silencio, e indicarlo y reunirse en otro día o a una hora diferente.
diciendo "Amén".
4. Lea toda la sección "Antes de la sesión" en la
página que sigue, para tener una idea de la prepa-
DESPUÉS DE LA SESIÓN ración que deba hacer para el próximo encuentro.
❏ 6. Asegúrese de que cada persona tenga su pro- 2. Las siete realidades. Use el cartelón con el
pio libro de trabajo y su diario espiritual. Si diagrama de las siete realidades, repáselas. Pida a
alguien no lo tiene, trate de conseguirlos antes de los participantes que las digan en sus propias
3. Preguntas y respuestas. Pídales a algunos 4. Declaren las maravillosas obras de Dios. Éste
voluntarios que contesten las siguientes pregun- es el momento para compartir los testimonios.
tas: Diga: Si Dios ha hecho algo especial en su vida o
a. ¿Cuál es la diferencia entre la vida centrada en por medio de ella esta semana pasada, cuéntelo
uno mismo y la vida centrada en Dios? brevemente, para que así todos juntos podamos
b. ¿De qué manera es el rey Asa un ejemplo de alabar al Señor.
ambas formas de vivir? (p. 28).
c. ¿Cómo buscaba Jorge Mueller la dirección de Período de oración: 10 minutos
Dios para su vida? (p. 33-34).
d. ¿Cómo hablaba Dios en los tiempos del 1. Peticiones y oración. (Subgrupos) Pida que
Antiguo Testamento? ¿Cómo lo hacía en los abran sus diarios espirituales en la sección de ora-
tiempos de Jesús? (p. 36). ción, y se preparen para anotar las peticiones de
e. ¿Cómo habla Dios en nuestros días? (p. 36). oración que se indicarán en la actividad que sigue.
f. ¿Cuál es la clave para conocer la voz de Dios?
(p. 37). 2. Peticiones y oración. Pídale a cada persona
que mencione en una frase una petición específica
4. Discusión del cartelón. Dirija la atención a las de oración. La petición puede relacionarse a la
afirmaciones de los cartelones de las unidades que persona misma como individuo, a su familia, la
ha exhibido. Lea cada frase y pida a los participan- iglesia, el trabajo, algún amigo o pariente. Sugiera
tes que hagan comentarios sobre lo que esas afir- que alguna de las peticiones pueden referirse a
maciones significan para ellos. Pregúnteles qué inquietudes espirituales que pueden haber surgido
clase de ajustes necesitarían hacer en sus vidas durante el estudio de esta semana. Después de que
para relacionarse directamente con Dios. cada persona haya indicado su petición, pida a los
participantes que oren en forma conversacional
Tiempo para compartir: 25 minutos por las necesidades que han presentado los demás.
❏ 2. Ore a Dios pidiendo su dirección al preparar- 2. Oración de apertura. Pídale a cada participan-
se para la sesión del grupo de esta semana. Ore te que diga una razón para alabar a Dios, darle gra-
por cada uno de los participantes mencionándo- cias y adorarlo por lo que Él es y por lo que ha
los por sus nombres. hecho. Concluya con una oración pidiendo la
dirección de Dios durante la sesión.
❏ 3. Lea la sesión "Durante la sesión". Seleccione
las actividades que mejor se ajustan a las necesi- Repaso de la unidad: 35 minutos
dades de aprendizaje de su grupo. Adapte o bus-
que otras actividades que servirían mejor para 1. Prueba de repaso. Repase las respuestas de las
que su grupo logre el mayor beneficio de esta preguntas A y B de la prueba de repaso de la uni-
unidad de estudio. dad. Use preguntas como las que siguen:
• ¿Qué ha logrado en Cristo? (¿Qué progreso ha
❏ 4. Designe cuánto tiempo tomará para cada acti- hecho usted en su vida de creyente?)
vidad. Escriba en el margen la hora para indicar • ¿Cómo influye esto en su vida hoy?
el momento en que planea. Esté siempre listo • ¿Por qué Pablo desacreditaba su pasado?
para cambiar sus planes si el Espíritu Santo lo • ¿Puede un ser humano alguna vez tomar la ini-
guía a usted, o al grupo, en otra dirección. ciativa para tratar de establecer una relación de
amor con Dios? ¿Por qué dice que sí? ¿Por qué
❏ 5. Consiga los siguientes materiales, así como dice que no?
cualquier otro que usted necesite para las activi- (Nota: Siempre que una persona empieza a buscar
dades que haya decidido hacer: a Dios, es porque Dios la está atrayendo a Él.
• copias de la prueba de repaso y de los temas Nadie busca a Dios por iniciativa propia. Vea el día
para "Tiempo para compartir" de la unidad 3 (p. 4, página 63).
12); una por persona.
• el cartelón de las siete realidades. 2. Las siete realidades. (Parejas) Pídales a los par-
ticipantes que se dividan en parejas, y que cada uno
❏ 6. Retire los cartelones de las sesiones previas, y le diga al otro las dos primeras realidades de tener
guárdelos para usarlos en el futuro. Coloque los una experiencia con Dios. Si necesitan ayuda, indí-
cartelones que ha preparado para la unidad 3 (p. 8). queles las palabras claves: trabajo y relación.
DESPUÉS DE LA SESIÓN
1. Anote en la sección de oración de su propio
diario espiritual las maneras específicas en que
puede orar por los participantes del grupo.
¿Percibe alguna necesidad de alguien en particular
por la cual debe orar más intensamente? En ese
caso, anótela también en su diario. Incluya tam-
bién cualquier preocupación especial que pudiera
haber surgido en cuanto a su iglesia. Ore por estas
peticiones durante la semana que viene.
2. Declaren las maravillosas obras de Dios. Este 2. Anoten las peticiones de oración. A medida
es el momento de compartir los testimonios. que los grupos concluyen la oración, dígales:
Dígales: Si Dios ha hecho algo especial en su vida Ahora busquen en su diario espiritual la sección
o por medio de ella en esta semana, cuéntelo bre- de peticiones de oración, y anoten aquellas que
vemente, para que así todos juntos podamos ala- sientan que Dios los está guiando a hacer. Ore por
bar al Señor. estas personas de su grupo que tienen una necesi-
dad en especial en esta semana.
3. Fijemos la atención en Dios. Pregunte: (a)
¿Qué ha llegado usted a conocer en esta semana Conclusión: 10 minutos
en cuanto a Dios, sus propósitos o sus caminos?
(b) ¿Qué percibe usted que Dios quiere que haga 1. Esperemos en Dios. Responda a cualquier pre-
en respuesta a lo que Él le ha enseñado? gunta o inquietud que pudiera haber surgido
durante la sesión. Pídale al grupo que ore por este
4. Respuestas escritas. (Subgrupos) Pídales a los asunto durante la semana, pídale a Dios que los
participantes que usen las siguientes actividades guíe a encontrar la respuesta.
5. Preguntas y respuestas. Pídales a algunos vo- 1. Peticiones y oración. (Parejas) Pídale a cada
luntarios que respondan las siguientes preguntas: persona que le diga a la otra cuál es el mayor desa-
fío o meta espiritual hoy (p. 78).
a. Según lo que se ha aprendido en cuanto a las
maneras en que Dios hablaba en los tiempos 2. Anoten las peticiones de oración. A medida
del Antiguo Testamento, ¿cuál es el factor más que los grupos concluyen la oración, dígales:
importante? (p. 73) Ahora busquen en su diario espiritual la sección
b. ¿Cómo hablaba Dios en los tiempos de los de peticiones de oración, y anoten aquellas que
evangelios? (p. 76) sientan que Dios los está guiando a hacer. Ore por
c. ¿Cuál es la función del Espíritu Santo en la ora- estas personas de su grupo que tienen una necesi-
ción? (p. 90) dad en especial en esta semana.
d. ¿Qué es lo más importante que usted ha apren-
dido en esta lección acerca de cómo Dios habla Canto o música especial: 5 minutos
por medio de la Biblia y de la oración?
Música especial. Canten o pongan en la grabado-
Tiempo para compartir: 25 minutos ra el canto o himno que se relacione con el Es-
píritu Santo, la Biblia y la oración.
1. Respuestas escritas.(Subgrupos) Pídales a los
participantes que usen las siguientes actividades Conclusión: 10 minutos
de aprendizaje de sus libros para discutir y dialo-
gar sobre las respuestas que han dado. Los temas 1. Esperemos en Dios. Responda cualquier pre-
también se indican en el cuadro que se halla en la gunta o inquietud que pudiera haber surgido
hoja de la prueba de repaso de la unidad. durante la sesión. Pídale al grupo que ore por estas
inquietudes durante la semana, pídale a Dios que
• Lo que Dios ha estado diciendo en este grupo los guíe a encontrar la respuesta.
(p. 78).
• Lo que Dios ha dicho a través de la Biblia (pp. 2. Vistazo a la unidad 6. Pídales a los participan-
84 y 85). tes que pongan especial atención a la manera en la
• Lo que Dios le ha dicho por medio de la oración que Dios puede usar las "señales espirituales" para
(p. 89). guiarlos en la toma de decisiones. Indíqueles que
• Una de las enseñanzas o porciones bíblicas más deben reservar tiempo para preparar su propia
significativas de las lecciones de esta unidad, y lista de "señales espirituales" antes de la próxima
su respuesta en oración a Dios. Escoja una de semana.
las páginas 75-76, 78-79, 82-83, 86 ó 90.
3. Oración. Pida que se pongan de pie y se tomen
2. Fijemos la atención en Dios. Pregunte: (a) de las manos. Oren en forma conversacional según
¿Qué ha llegado usted a conocer en esta semana el Espíritu los dirija.
en cuanto a Dios, sus propósitos o sus caminos?
DURANTE LA SESIÓN
ANTES DE LA SESIÓN Actividades de apertura: 15 minutos
❏ 1. Complete todas las actividades de aprendiza-
je en el libro del alumno. 1. Salude a las personas a medida que llegan.
Entrégueles una copia de la prueba de repaso
❏ 2. Ore a Dios pidiendo su dirección al preparar- para esta unidad. Pídales que completen la prue-
se para la sesión del grupo de esta semana. Ore ba y se aseguren de tener todas las actividades de
por cada uno de los participantes del grupo men- aprendizaje del libro del alumno, sobre todo las
cionando sus nombres y necesidades. que corresponden a la sección "Tiempo para
compartir" en la hoja que se les acaba de entre-
❏ 3. Lea la sección "Durante la sesión". Seleccione gar. Haga que revisen la lista de las "señales espi-
las actividades que mejor se ajustan a las necesi- rituales".
dades de aprendizaje de su grupo. Adapte o bus-
que otras actividades que se apliquen a esta uni- 2. Oración de apertura. Dirija al grupo en ora-
dad de estudio. ción y pídale a Dios que hable y obre por medio
de los participantes del grupo para ayudar a que
❏ 4. Decida cuánto tiempo asignará a cada activi- otros comprendan mejor la voluntad de Dios
dad. Escriba en el margen la hora en que usted para sus vidas.
planea empezar cada actividad. Esté siempre listo
para cambiar sus planes si el Espíritu Santo lo Repaso de la unidad: 35 minutos
guía a usted, o al grupo, en otra dirección.
1. Las siete realidades. Pídale a una persona
que mencione las primeras cuatro realidades de
❏ 5. Tenga listos los materiales que necesitará. En
esta sesión usará: tener una experiencia con Dios. Si la persona
• copias de la "Prueba de repaso" y de los temas necesita ayuda, mencióneles las palabras claves.
de la sección "Tiempo para compartir" corres- Use el cartelón.
pondiente a la unidad 6 (p. 14, una para cada
participante). 2. Discusión del cartelón. Dirija la atención a
• el cartelón de las siete realidades. las afirmaciones que constan en los cartelones de
las unidades que ha colocado. Lea cada frase y
❏ 6. Retire los cartelones de las sesiones previas, y pídales a los participantes que comenten lo que
guárdelos para usarlos en el futuro con algún significa para ellos dichas afirmaciones.
1. Señales espirituales. Mencione alguna de sus 3. Anoten las peticiones de oración. A medida
propias "señales espirituales" (según la tarea que que los grupos concluyen la oración, dígales:
se asigna en la página 104 del libro del alumno). Ahora busquen en su diario espiritual la sección
Luego pídales a otros participantes que mencio- de peticiones de oración, y anoten los motivos por
nen algunas de las "señales espirituales" que han los que se ha orado, las personas, la iglesia y por
identificado en sus propias vidas. Pregunte cómo la manera en la que Dios los está guiando.
perciben que el uso de las "señales espirituales"
los podría ayudar a tomar decisiones. Vea si Canto o música especial: 5 minutos
alguien puede dar un ejemplo personal de cómo
este proceso lo ayudó a tomar una decisión recien- Música especial. Canten o ponga en la grabadora
te. el canto o himno que se relaciona con la manera
en la que Dios habla y dirige a su pueblo.
2. Declaren las maravillosas obras de Dios. Este
es el momento de compartir los testimonios. Conclusión: 10 minutos
Dígales: Si Dios ha hecho algo especial en su vida
o por medio de ella en esta semana, cuéntelo bre- 1. Esperemos en Dios. Responda a cualquier pre-
vemente, para que así todos juntos podamos ala- gunta o inquietud que pudiera haber surgido
bar al Señor. durante la sesión. Pídale al grupo que ore por este
asunto durante la semana, pídale a Dios que los
3 Fijemos la atención en Dios. Pregunte: (a) guíe a encontrar la respuesta.
¿Qué ha llegado usted a conocer en esta semana
en cuanto a Dios, sus propósitos o sus caminos? 2. Vistazo a la unidad 7. Pídales a los participan-
(b) ¿Qué percibe usted que Dios quiere que haga tes que pongan especial atención a las cuatro afir-
en respuesta a lo que Él le ha enseñado? maciones que se indican en el cuadro de "La crisis
de fe" (p. 111). Indíqueles que escriban en el mar-
4. Lo más significativo. (Subgrupos) En peque- gen cualquier motivo de oración que surja en la
ños grupos de tres o cuatro personas revisen las semana. Dígales que si tienen inquietudes en
cinco enseñanzas o porciones bíblicas más signifi- cuanto a la manera en la que su propia iglesia
cativas de esta unidad (pp. 94, 98, 100, 104 y 107) "camina por fe" ore sobre eso, y por el momento
e identifiquen la que más resalte de las cinco. no lo comente con nadie. Explíquele al grupo que
Pídales que lean por turno dicha enseñanza o por- el hermano Blackaby, autor de este curso, tuvo que
ción bíblica, digan por qué les pareció la más sig- invertir bastante tiempo ayudando a su iglesia a
nificativa e indiquen cómo respondieron a Dios en comprender cómo conocer la voluntad de Dios
oración. antes de que pudieran estar listos para andar por
fe. El proceso de elaboración del presupuesto que
5. Memorización de la Escritura. (Subgrupos) se describe al comienzo de la unidad 7 le muestra
Pídale a cada uno que repita Juan 5.19 por turno. una situación específica, y no significa que eso se
DESPUÉS DE LA SESIÓN
1. Anote en la sección de oración de su propio
diario espiritual las maneras específicas en que
puede orar por los participantes del grupo.
¿Percibe alguna necesidad de una persona en par-
ticular por la cual debe orar más intensamente?
En ese caso, anótela también en su diario.
DESPUÉS DE LA SESIÓN
1. Anote en la sección de oración de su propio
diario espiritual las maneras específicas en que
puede orar por los participantes del grupo.
¿Percibe alguna necesidad de una persona en par-
ticular por la cual debe orar más intensamente?
En ese caso, anótela también en su diario.
4. Discusión del cartelón. Dirija la atención a las 1. Anoten las peticiones de oración. A medida
afirmaciones que constan en los cartelones de las que los grupos concluyen la oración, dígales:
unidades que ha colocado. Lea cada frase y pída- Ahora busquen en su diario espiritual la sección
les a los participantes que comenten lo que signi- de peticiones de oración, y anoten las maneras en
fica para ellos dichas afirmaciones. Pregúnteles las que Dios los guía a orar por la fe de otros cre-
qué clase de ajustes necesitarían hacer en sus yentes y de su iglesia.
vidas para relacionarse correctamente con Dios.
2. Oración. (Subgrupos) Pídales que se dividan
Tiempo para compartir: 25 minutos en pequeños grupos y oren en forma conversacio-
nal. Mencionen los motivos anteriores más los que
1. Memorización de la Escritura. (Parejas) Pídale anotaron esta semana en sus libros.
a cada uno que repita Lucas 14.33. Si alguno tiene
dificultades en el aprendizaje del versículo, aní- 3. Énfasis en la oración. Si algunas de las perso-
melo a que lo haga. Pídale a cada persona que le nas desean profundizar la vida de oración de la
diga a su compañero o compañera lo que Dios le iglesia le sugerimos el libro "En la presencia de
enseñó esta semana mediante este versículo. Dios" de T. W. Hunt y Claude V. King.
DESPUÉS DE LA SESIÓN
1. Anote en la sección de oración de su propio
diario espiritual las maneras específicas en que
puede orar por los participantes del grupo.
¿Percibe alguna necesidad de una persona en par-
ticular por la cual debe orar más intensamente?
En ese caso, anótela también en su diario.
DESPUÉS DE LA SESIÓN
1. Anote en la sección de oración de su propio
diario espiritual las maneras específicas en que
puede orar por los participantes del grupo.
¿Percibe alguna necesidad de una persona en par-
ticular por la cual debe orar más intensamente?
En ese caso, anótela también en su diario.
2. Fijemos la atención en Dios. Pregunte: (a) 3. Oración. Pídales a los participantes que oren
¿Qué aprendió en esta semana en cuanto a Dios, en forma conversacional por su iglesia y sus líde-
DESPUÉS DE LA SESIÓN
1. Anote en la sección de oración de su propio
diario espiritual las maneras específicas en que
puede orar por los participantes del grupo.
¿Percibe alguna necesidad de una persona en par-
ticular por la cual debe orar más intensamente?
En ese caso, anótela también en su diario.
❏ 1. Complete todas las actividades de aprendiza- 1. Salude a las personas a medida que llegan.
je en el libro de estudio Entrégueles una copia de la prueba de repaso para
esta unidad. Pídales que completen la prueba y se
❏ 2. Ore a Dios pidiendo su dirección al preparar- aseguren de tener todas las actividades de apren-
se para esta sesión de grupo. Ore mencionando a dizaje del libro del alumno, sobre todo las que
los participantes por nombre. Ore por su iglesia corresponden a la sección "Tiempo para compar-
y por el crecimiento espiritual de cada individuo tir" en la hoja que se les acaba de entregar.
que es parte del cuerpo de Cristo en su iglesia
local. 2. Oración de apertura. Guíe usted mismo la
oración pidiendo la dirección de Dios para que
❏ 3. Lea la sección "Durante la sesión" y seleccio- su iglesia pueda ser un verdadero centro estraté-
ne las actividades que mejor se apliquen a su gico de misiones mundiales.
grupo. Adapte o busque aquellas que usted pien-
se serán las más apropiadas. Repaso de la unidad: 35 minutos
❏ 4. Decida cuánto tiempo asignará a cada activi- 1. Preguntas y respuestas. Pídales a algunos vo-
dad. Escriba en el margen la hora en que usted luntarios que contesten las siguientes preguntas:
planea empezar cada actividad (por ejemplo: a. ¿Cómo puede una iglesia local ser un centro
coloque 6:15 al lado de "Repaso de la unidad"). estratégico de misiones mundiales? (pp. 184-
Este horario lo ayudará a mantener un ritmo 186)
apropiado durante toda la sesión. Esté siempre b. ¿Cómo realiza Dios los propósitos del reino?
listo para cambiar sus planes si el Espíritu Santo (p. 187)
lo guía a usted, o al grupo, en otra dirección. c. ¿Cuál es la verdad acerca del reino que se
enseña en cada una de las parábolas que
❏ 5. Consiga los siguientes materiales, así como siguen? (pp. 187-189)
cualquier otro que usted necesite para las activi- • El trigo y la cizaña
dades que haya escogido hacer. Deberá tener • La semilla de mostaza
listo: • La levadura
• copias de la "Prueba de repaso" para la unidad • El tesoro escondido y la perla
11 (p. 16); una por persona. • Los talentos
3. Evaluación del curso. Reparta las hojas de eva- • ¿Quiénes necesitan que les visite durante la
luación del curso Mi experiencia con Dios. Pídales semana, para animarlos, orar con ellos, darles
a los participantes que la coloquen en sus libros al algún consejo? ¿Cuándo los visitaré?
comienzo de la unidad 12 y que la completen. _______________________________________
Esto ayudará al discipulador a mejorar su presen- _______________________________________
tación del curso cada vez más. Dígales que les
pedirá las evaluaciones la semana que viene. 3. Lea toda la sección "Antes de la sesión" en la
página que sigue, para tener una idea de la prepa-
4. Fije una fecha. Pídales que se pongan de ración que deba hacer para el próximo encuentro.
acuerdo para fijar una fecha en las próximas cua-
tro o seis semanas. Explíqueles que en la próxima 4. Hable con su pastor o con el director del pro-
sesión de grupo decidirán con respecto a una posi- grama de discipulado de su iglesia (o la persona
ble fecha para tener una reunión de compañeris- responsable por el planeamiento de los estudios
mo cristiano. de discipulado) para averiguar cuándo se ofrecerá
otra vez el estudio Mi experiencia con Dios.
5. Oración. Pídale a un participante que ore inter- Averigüé también sobre otras oportunidades de
cediendo por su iglesia para que pueda experi- discipulado que se planea ofrecer en el futuro para
mentar todas las dimensiones de la koinonía que informarle a su grupo. Prepare para cada partici-
Dios quiere que tenga, y que verdaderamente se pante una copia del calendario de eventos de dis-
convierta en un centro estratégico de misiones cipulado o haga un cartelón para exhibirlo.
mundiales.
DESPUÉS DE LA SESIÓN
1. Anote en la sección de oración de su propio
diario espiritual las maneras específicas en que
puede orar por los participantes del grupo.
¿Percibe alguna necesidad de una persona en par-
ticular por la cual debe orar más intensamente?
En ese caso, anótela también en su diario.
Contenido _____________________________________________________________________ 3
PREFACIO ____________________________________________________________________ 5
INTRODUCCIÓN ______________________________________________________________ 8
1 COMO CONOCER A DIOS POR EXPERIENCIA__________________________________ 10
2 COMO CONOCER LA NATURALEZA DE DIOS __________________________________ 13
3 COMO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS _______________________________________ 18
4 COMO SER UN SIERVO DE DIOS _____________________________________________ 21
5 SIETE REALIDADES QUE RESULTAN DE EXPERIMENTAR A DIOS ______________ 25
6 DIOS SIEMPRE ESTA OBRANDO ALREDEDOR DE USTED ______________________ 30
7 DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED___________________________ 35
8 DIOS TOMA LA INICIATIVA __________________________________________________ 42
9 DIOS LE INVITA A UNIRSE A EL______________________________________________ 48
10 DIOS HABLA A SU PUEBLO _________________________________________________ 54
11 DIOS REVELA SU PERSONA, SUS PROPOSITOS Y SUS CAMINOS _______________ 62
12 DIOS HABLA A TRAVES DE LA BIBLIA _______________________________________ 65
13 DIOS HABLA A TRAVES DE LA ORACION ____________________________________ 68
14 DIOS HABLA A TRAVES DE LAS CIRCUNSTANCIAS ___________________________ 73
15 DIOS HABLA A TRAVES DE LA IGLESIA______________________________________ 79
16 LA INVITACION DE DIOS PRODUCE UNA CRISIS DE FE_______________________ 82
17 UNIRSE A DIOS EXIGE AJUSTES IMPORTANTES _____________________________ 89
18 UNIRSE A DIOS REQUIERE OBEDIENCIA ____________________________________ 94
19 DIOS LLEVA A CABO SU OBRA _____________________________________________ 100
APENDICE__________________________________________________________________ 105
Reflexiones personales _________________________________________________________ 112
3
A mis padres, Sr. y Sra. G. R. S. Blackaby
A mis suegros, Sr. y Sra. M. A. Wells
por su ejemplo de fe.
A mi esposa Marilynn,
por su fiel compañía.
Y a mis hijos Richard, Thomas, Melvin, Norman y Carne,
con quienes juntamente hemos experimentado a Dios.
HENRY T. BLACKABY
4
PREFACIO
UNA DEMOSTRACION DEL PODER DE DIOS
Cuando en 1986 conocí a Henry Blackaby y lo oí predicar por primera vez, no tenía la menor idea de la manera en que
Dios lo utilizaría para reorientar mi vida y mi ministerio. Sin embargo, en el transcurso de estos últimos siete años, he
experimentado algunos de los cambios más radicales en mi vida. Henry me condujo a las Escrituras. Llamó mi atención a los
ejemplos bíblicos de personas que experimentaron a un Dios poderoso, amoroso y personal obrando a través de ellos. Me
mostró la manera en que llegaron a conocer y hacer la voluntad de Dios. Fue como si de mis ojos cayeran escamas. El plan de
Dios de actuar a través de su pueblo era tan claro y sencillo. ¿Por qué no lo había visto así antes?
En diferentes oportunidades yo había intentado aplicar un plan o una fórmula para conocer la voluntad de Dios. Intenté
seguir una serie de pasos para descubrirla. La triste realidad de mis logros indicaba que algo andaba mal. Me sentía vacío,
confundido, frustrado y totalmente falto de realización en mi ministerio.
Las enseñanzas de Henry captaron mi atención. El decía que no somos nosotros quienes encontramos la voluntad de
Dios: nos es revelada. Dios siempre toma la iniciativa. Ofrecía ejemplos contemporáneos de la manera en que personas e
iglesias comunes y corrientes vivieron el obrar de Dios a través de experiencias personales dramáticas y hasta milagrosas.
Medité en la declaración del apóstol Pablo: “Ni mi mensaje ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de sabiduría,
sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el
poder de Dios” (1 Cor. 2:4, 5). Eso es lo que encontré en las enseñanzas de Henry: un mensaje bíblico y sencillo, unido a una
vida a través de la cual Dios demostraba su poder. Henry siempre dirigía mi atención a mi relación de comunión con Dios.
Esa era la clave para que yo experimentara el poder de Dios actuando a través de mí.
Estudié las Escrituras. Oré para que Dios me enseñara acerca de él y de sus caminos no solamente en teoría, sino a
través de la experiencia. Mi vida se convirtió en una excitante aventura. Mi ministerio nunca había sido tan apasionante como
en ese momento.
MI ROTUNDO FRACASO
Al egresar del seminario en 1984, mi esposa y yo renunciamos a nuestros empleos y nos mudamos a Gwinnett County
(cerca de Atlanta). Yo tenía la fuerte convicción de que Dios me había llamado a ser un iniciador de iglesias, pero no en la
forma tradicional, sino como lo fue el apóstol Pablo, es decir, uno que se auto sostiene a través de su trabajo secular y
colabora en el establecimiento de iglesias nuevas sin “ser gravoso”. Había estudiado todos los libros “apropiados” sobre el
establecimiento y crecimiento de iglesias. Tuve grandes sueños acerca de lo que haría para Dios. Dediqué un año y medio a la
elaboración de mis planes y paso a paso comencé a ponerlos en práctica.
Pasaron seis meses y nuestros muebles continuaban en una bodega. En medio de una tasa de desempleo del 2%, no
encontrábamos trabajo. Nuestros ahorros se agotaron, nuestra cuenta corriente en el banco ya no tenía fondos, y las deudas se
estaban acumulando. No existía ni siquiera el núcleo fundamental para una nueva iglesia. Desolados, regresamos a casa para
vivir con nuestros padres. Pero hace poco tiempo descubrí dónde estaba el problema.
Todavía Llamado a Establecer Iglesias
Todavía estaba seguro de mi llamado a ser un “hacedor de tiendas” e iniciador de iglesias. El único trabajo que conseguí
fue como editor en la Junta Bautista de Escuelas Dominicales. No entendía por qué Dios me ponía detrás de un escritorio
cuando había tanta necesidad de iglesias nuevas.
En esas circunstancias conocí a Henry. El me guió a una comprensión fresca de lo que es conocer a Dios y seguirlo. Mi
asociación de iglesias local consiguió un nuevo director: James Powers. El tenía el gran deseo en su corazón de comenzar
ocho iglesias nuevas para el año 2000. Después de orar, entendí que esta era mi oportunidad de ofrecerme como iniciador de
iglesias sin remuneración. La asociación me extendió una invitación para servir como voluntario en esa tarea. Esta vez no
intentaría desarrollar mis propios planes. Me negué a soñar mis propios sueños de lo que haría para Dios.
Decidimos simplemente compartir con las iglesias la necesidad de alcanzar a todas las personas en nuestro país con el
evangelio. Les hablamos de la manera en que Dios podría utilizar iglesias nuevas para alcanzar a grupos y lugares que las
iglesias existentes no estaban alcanzando.
Hablamos acerca de la amplia variedad de maneras en que Dios podría obrar para comenzar una iglesia nueva. Entonces
observamos dónde estaba obrando Dios, a fin de unir nuestras fuerzas a él para ayudar.
¡Dios lo Hizo!
Habían transcurrido tres meses, y yo tenía una lista de catorce lugares o grupos que podrían necesitar una iglesia nueva.
¿De dónde salió esa lista? En algunas ocasiones una persona se acercaba a mí después de un culto y me decía: “Dios ha
puesto una visión en mi corazón de comenzar una iglesia nueva en...” o “Varias personas en nuestro barrio sentimos que
necesitamos una iglesia nueva porque...” Al cabo de dos años teníamos seis iglesias nuevas con pastores de tiempo completo
y un grupo que se reunía para estudios bíblicos en una casa de familia, el cual ya estaba realizando planes para constituirse en
5
la séptima iglesia nueva. Nuestras iglesias descubrieron que Dios tenía para nosotros planes mucho más grandes que los que
nosotros podíamos ni siquiera soñar.
Dios llamaba a personas para servir y les daba una responsabilidad. Dios llamaba a las iglesias para ser quienes
sostuvieran económicamente y en todos los aspectos a las nuevas misiones. Nuestra tarea no era la de encontrar maneras de
motivarlas, sino que ellas mismas nos estaban llamando para que las capacitáramos para realizar lo que Dios les había
llamado a hacer. Ninguna persona o iglesia en especial era la clave del crecimiento. No había nadie en particular que fuera la
clave. ¡Dios lo hizo a través de su pueblo!
Una Lección Aprendida
Dios permitió que yo siguiera mis planes en Georgia, pero fracasé dolorosamente. El tenía una lección importante para
enseñarme, y yo había elegido aprender por la vía difícil. Descubrí que no estaba en mí hacer planes ni aun soñar la manera
en que Dios pudiera querer llevar a cabo su obra. Descubrí que mi relación con Dios era sumamente importante. Aprendí a
amarlo más entrañablemente, a orar más fielmente, a confiar en él totalmente, y a descansar en él esperando sus respuestas.
Cuando él estuviera listo para utilizarme, me lo haría saber. En ese momento yo tendría que hacer los ajustes necesarios y
obedecerle. Mientras tanto, yo debía estar velando y orando. Su determinación de los tiempos y su manera de obrar siempre
serían los mejores y los adecuados.
Mi Experiencia con Dios
COMO CONOCER Y HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
Tuve el privilegio de trabajar con Henry en un curso de aprendizaje interactivo titulado: Mi experiencia con Dios: Cómo
conocer y hacer la voluntad de Dios, que se lanzó en 1990. Henry y yo queríamos que el estudio ayudara a las personas a
experimentar a Dios, y no simplemente a saber acerca de él. Esa fue la razón que inspiró el título del curso. Comprometimos
a creyentes fieles en la oración (“guerreros”), y a ministerios de intercesión en todo el país para que oraran para que el Señor
nos guiara en la preparación del curso.
Nunca hubiéramos imaginado lo que Dios tenía en sus planes realizar a través de ese trabajo. Comenzaron a llegarnos
noticias de personas en casi cada denominación cristiana, que estaban utilizando el curso en pequeños grupos de estudio
bíblico. Había iglesias enteras, grandes y pequeñas, que lo estaban utilizando con toda la congregación. Algunos enviaban
ejemplares a familiares y amigos en todo el mundo. Grupos de misioneros estudiaron el curso juntos y nos escribieron para
contarnos del espíritu de avivamiento, y de la renovación del compromiso para con las misiones que estaban experimentando.
Las iglesias comenzaron a utilizar el curso para la capacitación de nuevos creyentes y hasta para comenzar nuevas iglesias.
Quizás los testimonios más conmovedores que comenzamos a recibir provenían de creyentes de muchos años que
compartían expresiones tales como:
* “Cuánto me hubiera gustado haber conocido estas verdades cuarenta años atrás. Mi vida y mi ministerio hubieran sido
totalmente diferentes.”
* “Este es el momento más hermoso en mi vida de creyente. Nunca supe que podía tener una relación tan íntima y
personal con mi Padre celestial.”
* “La totalidad de mi vida y mis actitudes cambiaron desde que comencé este estudio.”
*“Sentí el llamado de Dios a las misiones (o al ministerio) mientras estudiaba Mi experiencia con Dios. Esa fue la
manera en que Dios me llevó al campo misionero.”
* “Nuestra iglesia ya no es la misma, ha vuelto a vivir. En este último año hemos comenzado once nuevos ministerios.”
El libro que usted tiene en sus manos surge de ese curso. Al ver a Dios obrando de manera tan profunda en la vida de las
personas y en las iglesias, hemos decidido compartir este mensaje en un formato diferente, para ponerlo al alcance del mayor
número de personas que sea posible. Para los fines del presente formato, hemos reordenado parte del contenido a la vez que
hemos intentado responder a preguntas y ofrecer explicaciones e ilustraciones adicionales que le ayuden a comprender el
mensaje. Después de leer este libro, quizá usted desee realizar el curso interactivo en un grupo pequeño, como una
herramienta que lo ayudará a aplicarlo de manera práctica en su vida personal y en su iglesia.
SE REQUIERE ANDAR POR FE NUEVAMENTE
A mediados de 1992 Henry me pidió que trabajara junto con él y con la Oficina de Oración y Despertar Espiritual, en un
nuevo curso titulado: Un encuentro renovado: El modelo de Dios para el avivamiento y el despertar espiritual. Oré y entendí
que el Señor quería que trabajara con Henry, de modo que acepté. Sin embargo, al oír el mensaje comencé a sentir una gran
urgencia de parte de Dios en cuanto a que el trabajo debía estar listo pronto. Frente a la gran carga de trabajo que pesaba
sobre mí en la Junta Bautista de Escuelas Dominicales, no veía la manera de poder completar el proyecto en mi tiempo libre.
Dos años antes Dios me había hablado a través de su Palabra, en el sentido de que llegaría un momento en que yo
necesitaría estar libre de esas responsabilidades de empleo, a fin de estar más plenamente disponible para él. Comencé a orar
y a preguntarle si éste era el momento en que yo debía dejar mi empleo y caminar por fe. Repasé mis “señales espirituales”
6
(ver págs. 193, 195) y busqué el consejo de otros creyentes. Para el mes de septiembre Dios me había convencido de que
debía renunciar a mi trabajo y caminar con él por fe, mientras completaba este nuevo proyecto. Sin una fuente de ingresos a
la vista, mi familia me acompañó en esta aventura con Dios. A sugerencia de Henry me ofrecí como voluntario en el Cuerpo
de Servicios para las Misiones, y fui asignado a su oficina como escritor y consultor voluntario.
Luego de comunicar mí renuncia, y mientras ordenaba los materiales con que había estado trabajando, recibí una
llamada del Ministerio Laico de Renovación (Laity Renewal Ministries). Se trataba de un grupo de hombres que habían
formado una organización sin fines de lucro en el Estado de Texas. Habían participado en la renovación de laicos y habían
sostenido a un voluntario en el Cuerpo de Servicios para las Misiones. Cada uno de los directores había estudiado el curso Mi
experiencia con Dios y veían la renovación que Dios estaba realizando a través de esa herramienta. Me dijeron: “Nos hemos
enterado de su decisión de dejar la Junta de Escuelas Dominicales para escribir Un encuentro renovado. Hemos orado y
entendemos que el Señor quiere que lo sostengamos como un proyecto nuestro.”
Me contrataron para ser su director ejecutivo y servir de catalizador para la renovación espiritual a través de la oficina
de Henry. Estuvieron de acuerdo con el sueldo y dijeron: “Nosotros nos ocuparemos de procurar los fondos. Usted haga lo
que Dios le indica hacer.” ¡Dios proveyó para cada una de nuestras necesidades!
Normalmente, dentro de nuestros organismos denominacionales, la totalidad del proceso de desarrollo de los materiales
de Un encuentro renovado, habría entrado en un ciclo de planificación de cinco años. Pero Dios puso en otros el mismo
sentido de urgencia que teníamos nosotros, y él obró a través de muchas personas para llevar a cabo la producción de los
materiales de Un encuentro renovado en un período de ocho meses. Comenzamos a entender que Dios tenía en mente algo
mucho más grande de lo que cualquiera de nosotros pudiera haber planeado.
Durante ese año oímos un gran clamor por parte del pueblo de Dios buscando una renovación espiritual, como nunca
antes habíamos oído. En la actualidad el Señor sigue utilizando esas herramientas para guiar a pastores e iglesias a volver a él
y a experimentar la renovación. Henry y yo nos maravillamos de lo que Dios ha hecho y está haciendo para llevar a cabo su
propósito en nuestro mundo.
MI ORACION
Dios está obrando en nuestro mundo más poderosamente hoy que en cualquier otro momento de la historia, con el
propósito de llevar a los seres humanos a él. Está trabajando para purificar a su pueblo a fin de que su Hijo sea exaltado. Está
derribando barreras que frenan la proclamación del mensaje del evangelio, y está llamando personas al servicio misionero
como nunca antes en la historia. Está levantando líderes y pastores piadosos para que hablen a su pueblo y a un mundo
perdido.
¡Dios está convocando y alistando a sus fuerzas para un extraordinario derramamiento de su gracia en nuestros días!
Mi oración es que el Señor use este libro para tocar de manera profunda y total su vida para bien del reino. La poderosa
obra de Dios en su vida sobrepasará ampliamente todos sus sueños y expectativas. El le dará propósito y un sentido de
realización a su vida y a su ministerio, con sobreabundante gozo. Lo convocará a unirse a él en su misión de alcanzar a
nuestro mundo. Oro para que en los días que vienen usted esté receptivo y muy dispuesto a responder.
Que la gracia, el gozo y la paz del Señor sean suyos en Cristo Jesús nuestro Señor viviente. A él sea la gloria, ahora y
por siempre.
Claude V. King
Murfreesboro, Tennesee.
Julio de 1994
Nota del editor: Claude King y Henry Blackaby han colaborado escribiendo y desarrollando libros y otros materiales.
Debido a que las enseñanzas y las ilustraciones contenidas en Mi Experiencia con Dios provienen fundamentalmente de la
experiencia personal de Henry, este libro está escrito como si él fuera su consejero personal. Hemos elegido este estilo como
una manera de hacer de este libro un mensaje cálido y personal, especial para usted.
7
INTRODUCCIÓN
¿Alguna vez ha deseado usted conocer y hacer la voluntad de Dios? Aquellos que reciben a Jesús como Salvador y
Señor se unen a su misión de reconciliar con Dios a un mundo perdido. Es Dios mismo quien le da a una persona el deseo de
ser un servidor fiel. No obstante, Dios tiene preparado para su vida mucho, mucho más que simplemente el hacer algo para él.
El quiere que usted experimente una relación muy íntima de amor con él, una relación real y personal. Jesús dijo: “Y esta es
la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado” (Juan 17:3)
El corazón de la vida eterna y el corazón de este libro es que usted conozca a Dios y que conozca a Jesucristo, a quien
Dios envió. El conocer a Dios no ocurre a través de un programa, del estudio de un libro o de un método. El conocer a Dios
se produce a través de la relación con una Persona. Se trata de una íntima relación de amor con Dios. A través de esta
relación, Dios nos revela quién es él, nos revela sus propósitos y sus caminos; y nos invita a usted y a mí a unirnos a él
precisamente allí donde él ya está actuando. Cuando obedecemos, Dios lleva a cabo a través de nosotros algo que únicamente
él puede realizar. Es así que llegamos a conocer a Dios de una manera más íntima, al experimentar a Dios obrando a través
de nosotros.
Quiero ayudarle a llegar a esa clase de relación con Dios a través de la cual usted verdaderamente experimente la vida
eterna en la medida más completa posible. Jesús dijo: “El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido
para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). ¿Quisiera usted experimentar la vida en toda su
plenitud? Puede hacerlo, si está dispuesto a responder a la invitación de Dios a mantener una íntima relación de amor con él.
LA RELACIÓN CON JESÚS, UN REQUISITO PREVIO
Al Escribir este libro estoy dando por sentado que usted ya ha confiado en Jesús como su Salvador y lo reconocer como
el Señor de su vida. Si aun no ha tomado esta decisión trascendental, el resto del libro podrá tener poco significado para
usted, porque las cosas espirituales únicamente puede ser entendidas por aquellos que tienen al Espíritu de Cristo morando
entre ellos.”Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede
comprender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Cor. 2:14)
Si usted siente la necesidad de aceptar a Jesús como su Salvador y Señor, ahora es un buen momento para resolver este
asunto con Dios. Pídale que le hable mientras lee los siguientes pasajes de las Escrituras.
Romanos 3:23 Todos pecaron.
Romanos 6:23 La vida eterna es un regalo de Dios.
Romanos 5:8 Por amor, Jesús sufrió la pena de muerte por nuestros pecados.
Romanos 10:9, 10 Es necesario confesar a Jesús como Señor y creer que Dios le levantó de entre los muertos.
Romanos 10:13 Debemos pedirle a Dios que nos salve, y lo hará.
Para poner su fe en Jesús y recibir su regalo de la vida eterna, usted debe:
• Reconocer que Dios le hizo para vivir en una relación de amor con él. Él quiere que usted lo ame con todo su ser.
• Reconocer que usted es un pecador o una pecadora y que no puede salvarse a sí mismo/a.
• Creer que Jesús pagó en la cruz la muerte que usted merecía por ser pecador, y que victorioso se levantó de entre los
muertos.
• Confesar a Dios sus pecados que son los que le separan de él.
• Arrepentirse de sus pecados (apartarse del pecado y volverse a Dios).
• Pedirle a Jesús que le salve por su gracia (Favor inmerecido).
• Entregar el gobierno de su vida a Jesús. Permitirle ser su Señor.
Si necesita ayuda, busque a su pastor, a un diácono, un anciano o a un amigo creyente. Si acaba de tomar esta decisión
importante, comuníquese con alguien y comparta las buenas nuevas de lo que Dios ha hecho en su vida. Comparta luego su
decisión con su iglesia.
¿ESTÁ BUSCANDO ALGO MÁS EN SU EXPERIENCIA CON DIOS?
Quizá su experiencia cristiana sea un tanto frustrante porque sabe que Dios tiene para usted una vida mucho más
abundante que la que ha experimentado hasta ahora. O probablemente usted esté anhelando de todo corazón las directrices de
Dios para su vida y ministerio. Tal vez estará experimentando una tragedia y desconcertado o desconcertada frente a la
realidad de una vida deshecha, quizá usted no sabe qué hacer.
Cualesquiera que sean sus circunstancias actuales, mi oración sincera es que de algún modo, al leer estas páginas, usted
pueda:
• Oír cuando Dios le hable.
• Identificar con claridad el obrar de Dios en su vida.
• Creer que él es y hace todo lo que promete.
• Ajustar sus creencias, carácter y conducta a él y a sus caminos
8
• Distinguir aquella dirección que él está dando a su vida y lo que él quiere hacer a través de usted.
• Saber con toda claridad lo que usted debe hacer en respuesta al obrar de él en su vida.
• ¡Experimentar cómo Dios está haciendo a través de usted, lo que solamente él puede hacer!
Estas no son cosas que yo o este libro podamos hacer por usted. Solamente Dios puede hacerlas en su vida. Yo trataré
de servirle de guía, animarle, y actuar como catalizador (uno que colabora para que se produzca una acción o una reacción)
en su caminar hacia una relación más profunda con Dios. Le compartiré los principios bíblicos por los cuales Dios ha estado
guiando mi vida y ministerio. A través de este libro le compartiré algunas de las “obras maravillosas” que el Señor realizó
cuando los hijos de Dios lo siguieron aplicando principios bíblicos. Le invito a interactuar con Dios a través de toda la lectura
de este libro, de modo que él pueda revelarle aquellas maneras en que desea que usted aplique estos principios a su vida, su
ministerio y su iglesia. Para interactuar con Dios, tome tiempo, mientras lee, para detenerse y orar pidiéndole a Dios que le
hable, que lo guíe, o que le revele la manera en que él desea que usted responda.
Su Maestro.
Jesús dijo: “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y
os hará recordar todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). El Espíritu Santo de Dios será su Maestro personal. Él es quien le
guiará en la aplicación de estos principios de acuerdo con la voluntad de Dios. Él estará revelando al hombre la persona de
Dios, sus propósitos y sus caminos. Jesús dijo: “Si alguien quiere hacer su voluntad, conocerá si mi doctrina proviene de
Dios o si yo hablo por mi propia cuenta” (Juan 7:17)
Este es un criterio aplicable también al libro que tiene en sus manos. El Espíritu Santo, actuando dentro de usted,
confirmará en su corazón la verdad de las Escrituras. Cada vez que yo exponga lo que considero un principio bíblico, usted
podrá depender del Espíritu Santo para confirmar si es que tal enseñanza proviene de Dios o no. Por lo tanto, su relación
íntima con el Señor en oración, meditación y estudio de la Biblia, serán una parte indispensable de lo que Dios quiere hacer
en su vida mientras usted lee y busca aplicar estas verdades.
Su fuente de autoridad
La Biblia es la Palabra de Dios para usted. El Espíritu Santo respalda la validez total de esa Palabra y la utiliza al
hablarle. Las Escrituras serán su fuente de autoridad para la fe y la práctica. Usted no puede depender de las tradiciones
humanas, de su experiencia, o de la experiencia de otros como fuentes autorizadas y confiables de la voluntad y de los
caminos de Dios. La experiencia y las tradiciones deben examinarse siempre a la luz de la enseñanza de la Palabra.
Todo lo significativo que acontezca en su vida será el resultado de la actividad de Dios en ella. Él está muchísimo más
interesado en su vida de lo que usted o yo pudiéramos llegar a estarlo. Permita que el Espíritu de Dios lo lleve a una íntima
relación con el Dios del universo: “aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de los que
pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros” (Ef. 3:20)
¿Quisiera usted orar ahora, al comenzar a leer este libro, y rendir su vida al Señor de modo que él pueda guiarle y
enseñarle de la manera que a él le plazca? Oro para que Dios, que ya comenzó una buena obra en usted, la complete en su
tiempo.
9
COMO CONOCER A DIOS POR EXPERIENCIA
1
Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado. Juan 17:3
COMO CONOCER A DIOS POR EXPERIENCIA
Jesús dijo que la vida eterna es conocer a Dios, incluyendo a Dios el Hijo: Jesucristo. No quiso decir que la vida eterna
es “tener un cierto conocimiento acerca de Dios”. En las Escrituras, el conocimiento de Dios viene a través de la experiencia.
Llegamos a conocer a Dios al experimentarlo en nuestra vida y en las circunstancias que la rodean.
Usted nunca podrá quedar satisfecho con simplemente saber acerca de Dios. El conocer verdaderamente a Dios sólo
sucede por vía de la experiencia, a medida que él se revela ante usted. A través de toda la Biblia, Dios tomó la iniciativa de
revelarse a las personas por medio de la experiencia. Frecuentemente, cuando Dios se revelaba a una persona, ésta le daba a
Dios un nuevo nombre o lo describía de manera diferente.
Para el judío, el nombre de una persona representaba su carácter o describía su naturaleza. Por esto con frecuencia
encontramos que se utilizan nombres o títulos para Dios, luego de un acontecimiento en que un personaje bíblico
experimentara a Dios. Conocer a Dios por su nombre exigía que la persona experimentara su presencia.
Los nombres, títulos, y descripciones bíblicas de Dios son indicativos de la manera en que los hombres y mujeres de la
Biblia llegaron a conocerlo personalmente. Las Escrituras constituyen un registro de la revelación de Dios al hombre. Cada
uno de los muchos nombres dados a Dios es parte de esa revelación.
EL SEÑOR PROVEERA
Por ejemplo, en Génesis 22:1-18 Dios estaba desarrollando el carácter de Abraham a fin de hacer de él el padre de una
nación. Dios puso a prueba la fe y la obediencia de Abraham al pedirle que sacrificara al hijo de la promesa, Isaac. Esto llevó
a Abraham a una crisis de fe. En su decisión él manifestaría lo que en realidad creía acerca de Dios. Hasta ese momento, la
experiencia de Abraham con Dios hacía que lo conociera como “Dios Todopoderoso”, porque le había dado un hijo cuando él
y Sara eran de edad avanzada, más allá de los límites humanos para la gestación de hijos.
Ahora Dios le estaba pidiendo a Abraham que caminara con él por fe. Mientras subían al monte, rumbo al lugar del
sacrificio, Isaac preguntó a su papá: “¿Dónde está el cordero para el holocausto?” (v. 7). ¿Se imagina usted lo que pudo haber
sentido Abraham, sabiendo que Isaac era el sacrificio?
“Abraham respondió: —Dios mismo proveerá el cordero para el holocausto” (v. 8). Abraham adecuó su fe y respondió
en base a su fe en que Dios era su proveedor. Obedeció a Dios. Dios vio la fe y la obediencia de Abraham y lo detuvo cuando
estaba a punto de sacrificar a su hijo, y en su lugar proveyó un carnero. Abraham le dio al lugar el nombre del Dios que
acababa de conocer por experiencia. Denominó al lugar “El Señor Proveerá” (Jehová-yireh). Aparece aquí por primera vez en
la Biblia el nombre “El Señor Proveerá”. Aquel día, Abraham llegó a un conocimiento íntimo de Dios, a través de
experimentar a Dios como su proveedor.
Es así como también nosotros llegamos a conocer a Dios. Llegamos a conocerlo al experimentarlo. Dios se está
revelando mientras lo experimentamos actuando en nuestras vidas.
Podemos saber acerca de Dios como proveedor al leer el relato de Abraham, pero llegamos a conocer verdaderamente a
Dios como proveedor cuando lo experimentamos proveyendo algo para nuestra vida.
Durante doce años fui pastor de la Iglesia Bautista de la Fe, en Saskatoon, Saskatchewan, Canadá. Cuando comenzamos
nuestra primera obra misionera, invitamos a Jack Conner para que fuera el primer pastor. Pero no teníamos dinero para los
gastos de mudanza y no teníamos dinero para su salario. Jack tenía tres hijos de edad escolar, por lo que entendíamos que
debíamos pagarle como mínimo $850 dólares mensuales. Comenzamos a orar para que Dios proveyera para su mudanza y
sus necesidades.
Nunca había guiado a una congregación para hacer eso. Habíamos comenzado a caminar por fe, creyendo firmemente
que Dios quería que él pastoreara nuestra misión en Prince Albert.
A excepción de algunas personas en California, yo no conocía a nadie que pudiera ayudarnos financieramente.
Comencé a preguntarme: “¿Cómo hará Dios para proveer para esto?” Fue en ese momento que comprendí que si Dios sabía
dónde estaba yo, él podía hacer que cualquier persona en el mundo supiera dónde yo estaba. Si él conocía mi necesidad, él
podía poner esa necesidad en el corazón de cualquier persona que él eligiera.
Jack completó sus trámites de inmigración y comenzó a moverse por fe, convencido de que Dios lo había llamado.
Entonces recibí una carta de la Primera Iglesia Bautista de Fayetteville, Arkansas. La carta decía: “Dios ha puesto en nuestro
corazón, el destinar el uno por ciento de nuestro aporte misionero a las misiones en Saskatchewan. Adjuntamos un cheque
para que lo utilicen como consideren apropiado.” En aquel momento, yo no tenía ni la menor idea de cómo se habían
relacionado con nosotros, pero enviaron un cheque por $1.100 dólares.
10
COMO CONOCER A DIOS POR EXPERIENCIA
Un día recibí una llamada telefónica en mi casa. La persona que llamaba hizo una promesa que completaba los $850
dólares mensuales que necesitábamos para el sueldo de Jack durante un año. Apenas había colgado el teléfono, cuando llegó
Jack.
— ¿Cuánto costó tu mudanza? —le pregunté.
—Bien Henry, —respondió— siento mucho decirte que me costó mil cien dólares
Dimos ese primer paso por fe, seguros de que el Dios que sabe dónde estamos es un Dios que puede tocar a cualquier
persona, en cualquier parte, y hacer que ella sepa dónde estamos. Hicimos los arreglos necesarios y fuimos obedientes.
Estábamos convencidos de que el Dios que llamó a Jack también dijo: “Yo SOY proveedor.” Cuando obedecimos, Dios
demostró ser nuestro proveedor. Esa providencia nos condujo a una experiencia de amor más profunda con un Dios que es
suficiente para satisfacer todas nuestras necesidades.
EL SEÑOR ES MI BANDERA
Otra experiencia en las Escrituras revela el nombre de Dios como “El Señor es mi bandera”. Josué y los israelitas
estaban luchando contra los amalecitas, Moisés observaba la batalla desde un monte cercano. Mientras él alzaba sus manos a
Dios, los israelitas triunfaban. Cuando él bajaba los brazos, comenzaban a perder. Ese día Dios derrotó a los amalecitas a
través de Israel, y Moisés edificó un altar y llamó a ese lugar “El Señor es mi bandera” (Jehová-nisi). Una bandera es el
estandarte que va delante del ejército de una tribu o de una nación para indicar a quién representa y sirve de inspiración para
enfrentar las adversidades.
“El Señor es mi bandera” dice que somos el pueblo de Dios:
él es nuestro Dios. Las manos alzadas de Moisés daban gloria permanente a Dios, indicando que la batalla era de él y
que Israel también lo era. Ese día, Israel llegó a conocer mejor a Dios al descubrir una vez más que eran el pueblo de Dios;
que el Señor era su bandera. (Ver Exo. 17:8-15.)
YO SOY EL QUE SOY
Moisés también sostuvo un encuentro con Dios, en el cual él le reveló un nombre personal. Cuando Moisés estaba frente
a la llama en medio de la zarza, le preguntó a Dios: “—Supongamos que yo voy a los hijos de Israel y les digo: ‘El Dios de
vuestros padres me ha enviado a vosotros.’ Si ellos me preguntan: ‘¿Cuál es su nombre?’, ¿qué les responderé?” (Exo. 3:13).
Dios respondió: “—YO SOY EL QUE SOY. —Y añadió— Así dirás a los hijos de Israel: ‘YO SOY me ha enviado a
vosotros” (Exo. 3:14). Cuando Dios dijo: “YO SOY EL QUE SOY”, él estaba diciendo: “Yo soy el Eterno. Yo seré lo que
seré.” Estaba diciendo: “Yo soy todo lo que necesitarás.” Durante los cuarenta años que siguieron, Moisés llegó a conocer a
Dios a través de la experiencia como Jehová o Yavé, el Gran YO SOY. Dios era todo lo que Moisés e Israel necesitaban que
él fuera.
UNA RELACION, NO UN NOMBRE SIMPLEMENTE
Dios se revela con propósito. El lo creó a usted para que tuviera una relación de amor con él. Cuando Dios se le revela,
está permitiéndole llegar a conocerlo por experiencia. A veces, esa revelación es una expresión del amor de Dios para con
usted. Jesús dijo: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, él es quien me ama. Y el que me ama será amado por mi
Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él” (Juan 14:21).
Si usted tiene una relación de amor con Dios, ha llegado a conocerlo a través de la experiencia. El ha actuado en su vida
y en las circunstancias que le rodean. Por ejemplo, usted no podría conocer a Dios como “Consolador en la aflicción” a
menos que haya experimentado su consuelo en momentos de tristeza o aflicción. Llega a conocer a Dios cuando él se revela a
usted. Llega a conocerlo a medida que lo experimenta. Por esa razón hemos titulado este libro Mi experiencia con Dios.
Nuestro gran anhelo es el de asistirle en su experimentar a Dios de manera más profunda y personal.
Debido a que un nombre hebreo describía el carácter o la naturaleza de una persona, el mismo estaba cercanamente
relacionado con la persona. Por lo tanto, el pronunciar el nombre de alguien era buscar su presencia. El nombre de Dios es
majestuoso y digno de nuestra alabanza. Reconocer el nombre de Dios significa reconocer quién es él. Invocar su nombre es
señal de que uno está buscando su presencia. Alabar su nombre es alabarlo a él. Los nombres de Dios en las Escrituras
pueden constituirse en un llamado a la adoración.
El salmista dijo: “¡Bienaventurado el pueblo que conoce el grito de júbilo! Andarán a la luz de tu rostro, oh Jehová. En
tu nombre se alegrarán todo el día, y en tu justicia serán enaltecidos” (Sal. 89:15, 16).
Esté atento en este día a aquellas oportunidades de adorarlo a través de sus nombres. Centrar la atención en su nombre
es centrar la atención en el Dios del nombre. Su nombre representa su presencia. Adorar es reverenciar y honrar a Dios,
reconocerlo a él como digno de su alabanza.
RESUMEN
Los nombres de Dios en las Escrituras revelan algo de su naturaleza, su accionar o su carácter. Por iniciativa de Dios
usted llega a conocerlo por experiencia a medida que él se revela. Al experimentar a Dios, usted llega a conocerlo de manera
11
COMO CONOCER A DIOS POR EXPERIENCIA
más íntima y personal. Al conocerlo, usted querrá expresarle su alabanza, gratitud y adoración. Una de las maneras de
adorarlo es alabarlo y honrarlo reconociendo sus nombres. Le animo a permanecer en una actitud receptiva ante aquellas
experiencias de su vida a través de las cuales, en el futuro, Dios quiera llevarle a un conocimiento más profundo de él.
Dedique tiempo para adorar a Dios así como lo ha llegado a conocer.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Para recordar algunas de las maneras en que usted ha llegado a conocer a Dios por experiencia o por nombre, repase la
lista. Trate de identificar nombres y recordar experiencias en las que llegó a conocer a Dios así. En el apéndice (págs. 267-
283) encontrará una lista más completa de nombres en las Escrituras. Dedique tiempo a adorar a Dios a través de sus
nombres. Agradézcale por revelársele.
• mi testigo (Job 16:19)
• el pan de vida (Juan 6:35)
• el Consolador en la aflicción (Jer. 8:18)
• mi esperanza (Sal. 71:5)
• Admirable Consejero (Isa. 9:6)
• defensor de las viudas (Sal. 68:5)
• la fortaleza de mi salvación (Sal. 140:7)
• Fiel y Verdadero (Apo. 19:11)
• nuestro Padre (Isa. 64:8)
• un cimiento seguro (Isa. 28:16)
• mi amigo (Job 16:20)
• el Todopoderoso (Gén. 17:1)
• e1 Dios de toda consolación (2 Cor. 1:3)
• el que ejecuta mi venganza (Sal. 18:47)
• el Dios de mi salvación (Sal. 51:14)
• nuestro guía (Sal. 48:14)
• nuestra cabeza (2 Crón. 13:12)
• cabeza de la iglesia (Ef. 5:23)
• nuestra ayuda (Sal. 33:20)
• mi refugio (Sal. 32:7)
• gran Sumo Sacerdote (Heb. 4:14)
• un santo en medio de nosotros (Ose. 11:9)
• Juez Justo (2 Tim. 4:8)
• Rey de reyes (1 Tim. 6:15)
• nuestra vida (Col. 3:4)
• la luz de la vida (Juan 8:12)
• Señor de señores (1 Tim. 6:15)
• el Señor de la mies (Mat. 9:38)
• mediador (1 Tim. 2:5)
• nuestra paz (Ef. 2:14)
• Príncipe de Paz (Isa. 9:6)
• mi redentor (Sal. 19:14)
• amparo y fortaleza (Sal. 46:1)
• mi salvación (Exo. 15:12)
• la salvación de mi ser (Sal. 42:5)
• el buen pastor (Juan 10:11)
• Señor (Luc. 2:29)
• mi fortaleza (Sal. 18:2)
• mi apoyo (2 Sam. 22:19)
• Maestro bueno (Mat. 10:17)
12
COMO CONOCER LA NATURALEZA DE DIOS
2
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Y todo aquel que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que
no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. 1 Juan 4:7, 8
COMO CONOCER LA NATURALEZA DE DIOS
Recuerdo que cuando uno de mis hijos no podía hacer su voluntad, me decía: “Tú no me quieres.” ¿Era cierto eso? Por
supuesto que no. Mi amor no había cambiado. Sin embargo, en aquel momento mi amor se estaba expresando de manera
diferente de lo que el deseaba.
Cuando nuestra única hija, Carne, tenía diecisiete años, los médicos nos dijeron que tenía cáncer. Debió someterse a
quimioterapia y radiaciones. Sufrimos con Carne al verla experimentar todos los trastornos que acompañan a los
tratamientos. Algunos hacen frente a tal experiencia culpando a Dios y preguntándole por qué ya no les ama. El tratamiento
del cáncer de Carne podría haber sido una experiencia muy negativa para nosotros. ¿Nos amaba Dios todavía? Sí. ¿Su amor
había cambiado? No, su amor no había cambiado.
Cuando una persona está frente a circunstancias como ésa, puede pedirle a Dios que le manifieste qué es 1o que está
sucediendo. Es lo que nosotros hicimos. Tuvimos que pedirle que nos indicara lo que debíamos hacer. Le presentamos todas
esas preguntas, pero nunca dije: Señor, creo que ya no me amas.
Había oportunidades en que estaba delante del Padre celestial, y detrás de mi hija veía la cruz de Jesús. Entonces decía:
“Padre, nunca permitas que mire a las circunstancias y ponga en duda tu amor por mí. Tu amor por mí fue demostrado
en la cruz. Eso nunca ha cambiado y nunca cambiará para mí.” Nuestra relación de amor con el Padre celestial nos sostuvo
durante un tiempo sumamente difícil.1
Dios nos creó para mantener una relación de amor con él. El anhela que usted lo ame. El llamado a una relación con él,
es también un llamado a estar en misión. Si usted quiere conocer la voluntad de Dios, necesita responder a la invitación que
él le hace a amarlo con todo el corazón. Dios obra a través de aquellos con quienes mantiene una relación de amor, para
llevar a cabo los propósitos de su reino en el mundo. A medida que usted comienza a pensar en conocer y hacer la voluntad
de Dios, necesitará saber quién es él. Consideremos tres aspectos de su naturaleza. Cada una de las siguientes características
de Dios encierra motivos especiales para que usted haga su voluntad.
LA NATURALEZA DE DIOS Y SU VOLUNTAD
1. Dios es amor. Su voluntad es siempre lo mejor.
2. Dios es omnisciente. Sus directivas son siempre acertadas.
3. Dios es omnipotente. El puede capacitarlo, a fin de que usted lleve a cabo su voluntad.
Dios es amor: SU VOLUNTAD ES SIEMPRE LO MEJOR
Según 1 Juan 4:16 “Dios es amor”. No se limita a decir que Dios ama aunque lo cierto es que él ama
incondicionalmente y de manera perfecta. Las Escrituras dicen que la naturaleza misma de Dios es amor. Dios nunca puede
actuar contrariamente a su naturaleza. ¡No es posible! La voluntad de Dios para usted nunca podrá ser otra cosa que una
verdadera expresión de perfecto amor. El amor de Dios es esa clase de amor que siempre busca lo mejor para una persona;
por lo tanto, él nunca puede darle a usted un amor que no sea perfecto; su naturaleza misma no se lo permite.
Es cierto que Dios aplica su disciplina, ejecuta su juicio y descarga su ira sobre aquellos que perseveran en el pecado y
la rebeldía, pero aun su disciplina siempre se fundamenta en el amor.
“Porque el Señor disciplina al que ama y castiga a todo el que recibe como hijo” (Heb. 12:6). Debido a que su
naturaleza es amor, yo confío en que cualquiera que sea la forma en que él se exprese conmigo, siempre será lo mejor. Hay
dos versículos más que describen su amor para con nosotros: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su
Hijo unigénito” (Juan 3:16), y “En esto hemos conocido el amor: en que él puso su vida por nosotros” (1 Jn. 3:16). Es
fundamental que usted confíe en la naturaleza de Dios, en esa naturaleza que es amor. Esto ha resultado en una poderosa
influencia en mi propia vida. Nunca considero las circunstancias sin contemplar, detrás de ellas, la cruz de Cristo. Es allí
donde Dios demostró claramente, una vez y para siempre, su profundo amor por mí. Mi relación de amor con Dios determina
todo lo que hago.
1
En el capítulo 14, “Dios Habla a Través de las Circunstancias”, contaré acerca de la manera en que Dios utilizó la
circunstancia del cáncer de Carne para gloria de él y renovar ministerios de oración en todo el mundo. A propósito, Carne
está perfectamente bien, ya terminó sus estudios universitarios y se está preparando para una carrera relacionada con las
misiones.
13
COMO CONOCER LA NATURALEZA DE DIOS
No importa cuales sean las circunstancias, su amor nunca cambia. Mucho antes de nuestra experiencia con el cáncer de
Carne, yo había tomado una determinación: Sin importar cuales fueren las circunstancias, nunca las consideraría sin el
trasfondo de la cruz. En la muerte y resurrección de Jesús, Dios me convenció definitivamente de que me amaba. La cruz, la
muerte de Cristo y su resurrección, constituyen la expresión total, definitiva y completa de que nos ama.
¿Alguna vez oyó a alguien decir algo como: “Tengo miedo de rendirme totalmente a Dios porque él podría mandarme al
África como misionero”? Tal expresión denota una falta de comprensión del amor de Dios, y de confianza en ese amor. El
nunca le llamaría al África a menos que tal llamado fuera lo mejor para usted.
Muchos de los que están sirviendo como misioneros allá no querrían estar en ninguna otra parte del mundo. Aman a
África y saben que cuando Dios los llamó allí, les estaba dando el mejor lugar.
Un matrimonio de misioneros que estaba sirviendo en Zimbabwe, regresó con sus dos hijos para su año sabático. Su
agenda en los EE.UU. de Norteamérica estaba tan cargada y exigida en tiempo, que ellos decían: “No vemos la hora de
regresar al África. ¡Nos encanta la vida en África!”
Allá donde ellos trabajan no hay electricidad, se van a la cama cuando oscurece, y duermen hasta que se despiertan
solos. Cuando van a una reunión en una aldea, no los presionan los horarios. Cuando llegan hacen correr la voz por toda la
aldea a través de los niños, la gente se reúne, y la reunión continúa hasta que terminan todo lo planeado. El ritmo y estilo de
vida es muy diferente al de los EE.UU. de Norteamérica.
Nunca permita que su corazón ponga en duda el amor de Dios. Determine como la más alta prioridad en sus anhelos, el
conocerlo y experimentarlo, el saber que él le ama. El lo creó para esa relación de amor. El ha perseverado en esa relación de
amor. Todo, absolutamente todo en su trato con usted es una expresión de su amor.
¡Dios dejaría de ser Dios si se expresara de otra manera que no fuera en amor perfecto! Su relación con Dios en este
momento revela lo que usted cree de él. Es imposible, espiritualmente, que usted crea de una manera y actúe de otra. Si
verdaderamente cree que Dios es amor, entonces también reconocerá la realidad de que su voluntad es siempre lo mejor.
Los Mandamientos de Dios Son para Su Bien
Al oír palabras como mandamientos, juicios, estatutos, o decretos, su primera impresión puede ser negativa. No
obstante, los mandamientos de Dios son expresiones de la naturaleza de su amor. En los siguientes pasajes de las Escrituras,
él dice que los mandamientos son para su bien. Significan la vida para usted.
¿Qué pide Jehová tu Dios de ti? Sólo que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos que yo te
prescribo hoy, para tu bien (Deut. 10:12, 13).
Les dijo: “Aplicad vuestro corazón a todas las palabras con que yo os advierto hoy, para que las encarguéis a vuestros
hijos a fin de guardar y poner por obra todas las palabras de esta ley. Porque no son palabras vanas; pues son vuestra vida, y a
causa de estas palabras prolongaréis vuestros días en la tierra que para tomarla en posesión cruzáis el Jordán” (Deut. 32:46,
47).
El fundamento de estos pasajes es la relación de amor de Dios con usted. Cuando usted llega a conocer a Dios por
experiencia, quedará convencido de su amor. Cuando está convencido de su amor, puede creerle y confiar en él. Cuando
confía en él, puede obedecerle. Cuando lo ama, no encuentra dificultades para obedecerlo. “Pues éste es el amor de Dios: que
guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son gravosos” (1 Jn. 5:3).
Dios le ama profunda y entrañablemente. Porque él le ama le ha dado principios rectores para su vida, a fin de que usted
no deje de disfrutar de todos los aspectos de esa relación de amor. Como el soldado que en su avance encuentra minas y
peligros, en la vida también hay “minas” que pueden arruinar a una persona o destruirle la vida. Dios no quiere que usted se
pierda lo mejor de él, y no quiere ver su vida destruida.
Supongamos que usted tuviera que cruzar un campo minado. Existe una persona que sabe exactamente dónde fue
colocada cada mina, y ella se ofrece a guiarle. ¿Le diría usted: “No me diga lo que tengo que hacer; No quiero que me
imponga sus caminos”? No sé lo que haría usted, pero yo me quedaría lo más cerca posible de esa persona. De ninguna
manera andaría deambulando por mi cuenta. Sus indicaciones preservarían mi vida. El me diría: “No vaya por allí, porque
hay peligro de muerte. Venga por aquí, y vivirá”, yo obedecería sus órdenes. ¿Y usted?
El Propósito de los Mandamientos de Dios
Dios quiere que usted tenga vida y que la tenga en abundancia. Cuando Dios le da un mandamiento, él está tratando de
protegerlo y de preservar lo mejor que tiene para usted. El no quiere que usted pierda sus bendiciones. Cuando Dios da un
mandamiento, no está coartando su libertad, le está dando verdadera libertad. El propósito de Dios es que usted pueda ser
prosperado y vivir, así lo declara en el siguiente pasaje:
En el futuro, cuando tu hijo te pregunte diciendo: “¿Qué significan los testimonios, las leyes y los decretos que Jehová
nuestro Dios os mandó?”, entonces responderás a tu hijo: “Jehová nos mandó que pusiéramos por obra todas estas leyes y
que temiésemos a Jehová nuestro Dios, para que nos fuera bien todos los días y para conservarnos la vida, como en el día de
14
COMO CONOCER LA NATURALEZA DE DIOS
hoy. Y será para nosotros justicia, si tenemos cuidado de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro
Dios, como él nos ha mandado” (Deut. 6:20, 21, 24, 25).
Dios ha establecido sus mandamientos a fin de que usted pueda ser prosperado y vivir la vida en toda su plenitud.
Permítame darle un ejemplo. Supongamos que él le dice: “Tengo un regalo para ti, y este regalo es una hermosa y
maravillosa expresión de amor. Te daré la compañía idónea para tu vida, un esposo o una esposa. Tu relación con esta
persona hará que aflore lo mejor que hay en ti. Te dará la oportunidad de experimentar algunas de las expresiones más
profundas y significativas del amor humano. Esa persona aportará cosas hermosas a tu vida, afirmará en ti otras y estará a tu
lado para fortalecerte cuando te desanimes. Dentro de esa relación, tu compañero/a te amará, te creerá y confiará en ti. A
partir de esa relación yo los bendeciré a ambos con hijos y esos hijos se sentarán en tu regazo y te dirán: “Papito, te quiero”,
te abrazarán y te dirán:
“Mamita, te quiero.”
Cuando Dios dice: “No cometerás adulterio” (Mat. 5:27), ¿Dá ese mandamiento para limitar o restringir su libertad?
¡No! Es para protegerle y para darle la oportunidad de experimentar lo mejor del amor humano. ¿Qué sucede si usted
quebranta el mandamiento y comete adulterio? La relación de amor entre esposo y esposa se destruye. La confianza
desaparece. El dolor se anida. La culpa y la amargura se hacen presentes. Aun los hijos comienzan a responder de manera
diferente. Las cicatrices limitarán seriamente las dimensiones futuras de ese amor que podrían haber experimentado juntos.
Los mandamientos de Dios tienen como propósito fundamental que usted obtenga el máximo provecho de la vida. No
obstante, usted no le obedecerá si no cree y confía en él. No puede creerle si no lo ama. No puede amarlo a menos que lo
conozca; por otra parte, si llega realmente a conocerlo cuando él se le revela, usted lo amará.
Si usted lo ama, le creerá y confiará en él. Si usted le cree y confía en él, lo obedecerá. Dios ha establecido sus
mandamientos para guiarle a experimentar la prosperidad que viene de él y para que viva la vida en toda su plenitud. ¡Si
usted lo ama, lo obedecerá! Si no lo obedece, significa que no lo ama verdaderamente (ver Juan 14:24). Dios es amor, y
debido a esta realidad, su voluntad para usted siempre será lo mejor. Dios es omnisciente, por eso sus directivas son siempre
las correctas. El amor y la omnisciencia de Dios son bases sólidas en las cuales podemos fincar nuestra fe con toda confianza.
Dios es omnisciente: SUS DIRECTIVAS SON SIEMPRE ACERTADAS
Por naturaleza Dios es omnisciente, es decir, sabe todas las cosas. Posee todo el conocimiento pasado, presente y futuro.
Nada queda fuera del alcance del conocimiento de Dios. Por esa razón, cuando Dios se manifiesta, sus directivas son
siempre correctas. Cuando Dios le da una indicación, puede estar totalmente seguro de que él ya consideró cada factor que
era necesario tener en cuenta. Nunca se encontrará con que Dios le ha dado una indicación equivocada. Sus directivas
siempre son acertadas.
¿Alguna vez le pidió a Dios que le diera varias alternativas, de modo que usted pudiera elegir la más conveniente?
¿Cuántas opciones debe darle Dios para que usted al final tenga la correcta? ¡Dios siempre acierta en la primera!
Al proponerse conocer y hacer la voluntad de Dios, deberá “estar quieto” en su presencia hasta conocer claramente su
voluntad y sus directivas para llevarlas a cabo. La sabiduría y el conocimiento humanos siempre tendrán sus limitaciones,
pero el conocimiento y la sabiduría de Dios son siempre acertados. No necesitará encontrarse discutiendo con Dios acerca de
si su voluntad es el curso de acción más conveniente. Aun cuando la voluntad divina parezca no tener sentido desde su
perspectiva humana, el obedecer le confirmará que la voluntad de Dios era correcta.
En una de nuestras iglesias en Vancouver, los hermanos estaban convencidos de que Dios los estaba llamando a iniciar
tres obras misioneras para diferentes grupos de distintos idiomas. Eran apenas diecisiete miembros y el más elemental
razonamiento humano habría descartado semejante acometimiento para una iglesia tan pequeña. Estaban contando con
fondos de nuestra Junta de Misiones Domésticas para cubrir los sueldos de los pastores. Uno de los pastores ya estaba
tramitando su mudanza cuando se nos informó que la Junta no podría financiar obras nuevas en nuestra región hasta pasados
tres años. La iglesia no contaba con los recursos necesarios para hacer lo que Dios les había llamado a hacer. Buscaron mi
consejo. Les sugerí que primero volvieran al Señor y clarificaran el llamado. Cuando lo hubieron hecho, volvieron y me
dijeron: “Aún creemos que Dios nos llamó a comenzar las tres iglesias.” Ahora debían caminar por fe y confiar en que Dios
proveería.
En ese tiempo, yo cambié de empleo y me mudé a Atlanta. Algunos meses después me comuniqué telefónicamente con
la secretaria de la iglesia en Vancouver. Lo que me compartió era maravilloso. Seis años antes yo había dirigido una serie de
reuniones en una iglesia de California. En esa oportunidad, una señora mayor se acercó a mí y me dijo que quería dejar parte
de sus bienes para usarlos en las misiones en Vancouver. La secretaria me dijo que acababan de recibir una carta de un
ejecutor testamentario de California. Aquella señora había fallecido. El ejecutor les informaba que recibirían una suma
superior a los $150.000 dólares. Esa suma alcanzaba para financiar todas las obras misioneras que habían iniciado las iglesias
en Vancouver.
¿Sabía Dios lo que hacía cuando le dijo a una iglesia de diecisiete miembros que comenzara tres nuevas iglesias? Sí.
¿Sabía él que los fondos no vendrían de la Junta de Misiones Domésticas? Sí. ¿Sabía Dios que los fondos estarían disponibles
15
COMO CONOCER LA NATURALEZA DE DIOS
de otra fuente cuando llegara el momento? Sí. Ninguno de estos detalles tomó a Dios por sorpresa. El es omnisciente. Esta
pequeña iglesia en Vancouver sabía eso, y los hermanos estaban seguros de que Dios sabía lo que hacía cuando les encargó
tan grande responsabilidad. Cuando Dios proveyó, todos desarrollaron una mayor confianza en su Dios omnisciente.
Cada vez que Dios le imparte una directiva, ésta siempre es la correcta y la mejor. Nunca debe preguntarse si la
voluntad de Dios es la mejor o si es correcta. Siempre es la correcta y lo mejor. Esto es así porque él le ama y porque conoce
todas las cosas. Porque su amor por usted es perfecto, puede confiar en él y obedecerlo en todo. Dios no sólo es amoroso y
omnisciente, también es todopoderoso. No importa la magnitud de la misión que Dios le dio, él puede llevarla a cabo a través
de usted.
Dios es omnipotente: EL PUEDE CAPACITARLE PARA LLEVAR A CABO SU VOLUNTAD
Dios es omnipotente, es decir, tiene poder ilimitado. Pudo crear el mundo a partir de la nada, puede realizar todo lo que
se propone. Es más, dice que lo hará: “Yo anuncio lo porvenir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no ha sido
hecho. Digo: “Mi plan se realizará, y haré todo lo que quiero.” Yo llamo desde el oriente al ave de rapiña, y de tierra lejana al
hombre que llevará a cabo mi plan. Yo hablé, y yo haré que suceda. Lo he planeado y también lo haré” (Isa. 46:10, 11). Si
Dios le pide que haga algo, él mismo le capacitará para llevarlo a cabo. Por ejemplo:
• Dios capacitó a Noé y a sus hijos para construir un enorme barco en el que se salvaron las vidas de cada especie
animal durante el diluvio (Gén. 6-9).
• Dios capacitó a Gedeón y a otros 300 hombres para que derrotaran a un ejército de 120.000 (Jue. 7—8).
• Cristo Jesús capacitó a sus doce discípulos para sanar a las personas y expulsar demonios (Mat. 10).
• Dios capacitó a Pablo para que llevara el evangelio a los gentiles y estableciera iglesias a través de toda Asia Menor
y hasta Roma (su llamamiento: Hech. 9; sus viajes misioneros: Hech. 13—28).
Cuando usted coloca su vida en el centro de la actividad de Dios, él comienza a reordenar muchos conceptos. Los
caminos y los pensamientos de Dios son tan diferentes de los suyos y los míos, que muchas veces parecerán errados,
insensatos y hasta imposibles. Frecuentemente, usted se dará cuenta de que la tarea está mucho más allá de sus posibilidades
o de sus recursos. Cuando usted reconoce que la tarea es humanamente imposible, debe estar dispuesto a creer a Dios y
confiar enteramente en él.
Usted necesita creer que él le hará competente y que le dotará de los recursos necesarios para llevar a cabo todo lo que
le está pidiendo. No intente actuar adivinando “lo que Dios quiere hacer”. Simplemente déjelo a él ser Dios. Busque en él el
poder, el entendimiento, la capacidad y los recursos necesarios. Dios le proveerá de todo lo que usted necesite.
Dios comenzará a permitir que usted lo vaya conociendo de una manera sencilla, como lo haría con un niño. A medida
que le corresponda con esa confianza simple y sencilla de un niño, irá descubriendo toda una manera de cómo Dios se va
revelando en su vida. Siempre tendrá un sentido de realización. Nunca experimentará un vacío o falta de propósito. Dios
mismo estará llenando su vida. Cuando usted lo tiene a él, lo tiene todo. Del mismo modo que lo fue para Moisés, él será para
usted el “Yo soy el que soy”.
RESUMEN
Hay tres características de la naturaleza de Dios que ejercen una significativa influencia sobre la manera de conocer y
hacer su voluntad. Porque él es amor, su voluntad será siempre lo mejor. Al obedecerlo y seguirlo, siempre le dirigirá de la
manera que sea mejor para usted y para el mundo al cual él le llama a servir.
Porque Dios es omnisciente, usted nunca deberá preguntarse acerca de si sus directivas son o no las correctas; aun
cuando parezcan no tener sentido, sus indicaciones son siempre acertadas. Porque Dios es omnipotente, usted nunca necesita
preguntarse acerca de su propia capacidad, fuerzas o recursos para llevar a cabo el encargo de Dios. El hará posible que usted
lleve a cabo todo lo que le llama a hacer.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Medite en las verdades de este capítulo, dígale a Dios que lo ama y que se revele a usted de estas maneras. Pídale que
ponga en usted una confianza tal que le permita depositar toda su seguridad en él cada vez que le encomiende una tarea.
• Dios es amor. Su voluntad es siempre lo mejor.
• Dios es omnisciente. Sus directivas son siempre acertadas.
• Dios es omnipotente. Puede capacitarle para que haga su voluntad.
Ahora Responda a las Siguientes Preguntas
• Si Dios le encomendara una tarea claramente identificada y usted sabe que viene de él, ¿qué razón podría dar para
no obedecer?
• ¿Por qué razón Dios le da directivas acerca de la manera en que usted debe vivir su vida?
• Cuando Dios le da una directiva, ¿en qué medida debe usted confiar en sus conocimientos humanos, en su sentido
común y en su sabiduría, para determinar sus acciones?
16
COMO CONOCER LA NATURALEZA DE DIOS
• ¿Cómo respondería a un encargo de Dios sabiendo que usted no tiene el poder, la capacidad, ni los recursos
necesarios para llevar a cabo lo que él le está pidiendo que haga?
17
COMO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
3
Jesús les dijo: —Mi comida es que haga la voluntad del que me envió y que acabe su obra. Juan 4:34
COMO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
Para Jesús, hacer la voluntad de Dios siempre fue más importante que el alimento. Hacer la voluntad de Dios es
importante para usted también. Al proponerse descubrir y hacer la voluntad de Dios, muchos se preguntan: “¿Cuál es la
voluntad de Dios para mi vida?” Quizá inconscientemente centran la atención sobre sí mismos, sus vidas y sobre lo que
deben hacer. Gaines S. Dobbins, uno de mis profesores en el seminario, solía decir: “Si haces la pregunta equivocada,
recibirás la respuesta equivocada.” A veces damos por sentado que toda pregunta es una pregunta legítima. Si insistimos en la
búsqueda de una respuesta y el resultado siempre es adverso, llega un momento en que no entendemos qué es lo que sucede.
Cuando comience a preguntar, siempre asegúrese de haber formulado la pregunta correcta antes de insistir en la respuesta.
“¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida?” no es la mejor pregunta para formular. Creo que la pregunta apropiada es
simplemente: “¿Cuál es la voluntad de Dios?” Una vez que conozco la voluntad de Dios, puedo adecuar mi vida a él y a sus
propósitos. En otras palabras: “¿Qué es lo que Dios tiene en su propósito realizar en el lugar donde yo estoy?” Una vez que sé
lo que Dios está haciendo, sé lo que yo necesito hacer. ¡El centro de atención necesariamente debe ser Dios y sus propósitos,
no mi vida!
Ahora bien, eso no significa que Dios no tenga un propósito para su vida. Puede tener la plena certeza de que sí tiene un
propósito y un plan para su vida. Pero ese plan se basa en lo que él está haciendo en su mundo. Dios tiene un gran propósito
para toda la humanidad en todos los tiempos, y su deseo es que usted se integre a lo que él está haciendo. El descubrir lo que
él está haciendo le ayudará a saber lo que quiere hacer a través de usted.
NO HAGA ALGO SOLO PARA ESTAR OCUPADO
Los cristianos somos gente activa. Siempre queremos estar «‘haciendo” algo. La idea de hacer la voluntad de Dios nos
entusiasma. De cuando en cuando, oímos decir: “No te quedes allí parado; ocúpate en hacer algo.” A veces las personas y las
congregaciones están tan ocupadas “haciendo cosas” que creen ser de ayuda para llevar a cabo el propósito de Dios, que él no
puede retener su atención el tiempo suficiente como para utilizarlas como instrumentos para llevar a cabo lo que él quiere.
Sucede con frecuencia que llegamos al extremo del agotamiento y lo que hemos realizado no aporta mucho de valor para el
reino.
Pienso que Dios nos está diciendo a viva voz y desde lo profundo de su ser: “No hagas algo sólo por estar ocupado.
¡Qué- date allí parado un momento! Quiero que establezcas una relación de amor conmigo, que me conozcas. Quiero que tu
vida esté unida con la mía. Deja que te ame y que me revele a ti a medida que actúo a través de tu vida.” Llegará el momento
en que sea necesario hacer algo, pero no podemos dejar de lado esta relación. La relación con Dios ocupa el primer lugar.
Jesús dijo: “Yo soy la vid, vosotros las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto. Pero
separados de mí, nada podéis hacer” (Juan 15:5). ¿Lo cree? Sin él, usted no puede hacer nada. Y él lo dice en serio. Créale y
confíe en que lo que dice es cierto. Si en este momento usted se encuentra atravesando una etapa estéril, es posible que esté
tratando de hacer por su cuenta cosas que no surgen de la iniciativa de Dios.
Dios quiere que a través de la experiencia usted llegue a un conocimiento más profundo de él. Quiere establecer una
relación de amor con usted. Quiere integrarlo en los propósitos de su reino. Pero solamente él tiene el derecho de iniciar
aquello en lo cual usted participará. Si permite que él le guíe y que actúe a través de usted, entonces él realizará su obra a
través de su vida.
Observe lo que Jesús dijo con respecto a quienes están agotados por tratar de hacer cosas con sus propias fuerzas:
“Venid a mí, todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de
mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga” (Mat. 11:28-30).
El yugo es un instrumento construido para que dos bueyes trabajen juntos. La invitación de Jesús es para que usted tome
el yugo junto con él y que de esa manera se integre a su obra (la obra de Dios). Cuando trabaja donde él ya está obrando, él
lleva a cabo su obra con usted y a través de usted, de una manera en la cual el yugo es fácil y la carga es ligera.
DIOS ESTA INTERESADO EN UNA RELACION DE AMOR
Alguna vez me han preguntado: “¿Planifica Dios nuestra vida para la eternidad y después nos deja solos para descubrir
y llevar a cabo su plan?” El plan de Dios es el de establecer una relación de amor con usted. Nos metemos en problemas
cuando intentamos hacer que Dios nos diga si quiere que seamos un empresario cristiano, un director de música, un líder en
el área educativa, un pastor o un misionero. Queremos saber si él quiere que sirvamos en nuestro país o que vayamos a Japón
o a Canadá. Por lo general Dios no le da a una persona un encargo definitivo y la deja allí para siempre. Es probable que le
ubique en un lugar y en una tarea por un tiempo prolongado, pero Dios le estará manifestando diariamente sus encargos.
18
COMO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
Dios le llama a una relación en la cual él es Señor, y espera que usted esté dispuesto a ser y hacer lo que él designe. Si
está dispuesto a responder a Dios como Señor, él podrá guiarle a ser y a hacer lo que usted nunca habría soñado. Si usted no
lo sigue como Señor, puede llegar a encerrarse en un trabajo o en una tarea y perder la oportunidad de ser partícipe de algo
que Dios quiere hacer a través de su vida. He oído a personas decir cosas como: “Dios me llamó a ser..., de modo que no es
posible que esto otro sea su voluntad.” O: “Mi don espiritual es..., por lo que este ministerio no podría ser la voluntad de Dios
para mí.”
Dios nunca le dará una tarea sin que al mismo tiempo 1o capacite para llevarla a cabo. De esto se trata, precisamente,
cuando hablamos de un don espiritual: un poder sobrenatural para llevar a cabo la tarea que Dios le asigna. Tenga cuidado, no
obstante, de no centrar la atención en sus talentos, habilidades e intereses, al intentar determinar la voluntad de Dios. He oído
a demasiadas personas decir: “Me encantaría hacer tal cosa; por eso seguramente debe ser la voluntad de Dios.” Esa respuesta
está centrada en sí mismo. Necesitamos, en cambio centrarnos en Dios.
Cuando él es Señor, su respuesta debiera ser algo como:
“Señor, haré cualquier cosa que tu reino requiera de mí. Donde tú quieras que vaya, allí iré. No importan las
circunstancias, estoy dispuesto a seguirte. Si tú quieres suplir una necesidad a través de mi vida, yo soy tu siervo; y haré todo
aquello que sea necesario.”
El Granjero Fue Mi Mapa
Durante doce años fui pastor en Saskatoon, Saskatchewan, Canadá. Un día, un granjero me dijo: “Henry, quiero que
vengas a visitarme en mi granja.” Sus indicaciones para llegar fueron algo así: “A unos quinientos metros después de que
sales de la ciudad, verás un enorme galpón rojo a tu izquierda. Sigue hasta el próximo cruce de caminos y toma a tu
izquierda. Continúa por ese camino otros mil metros. Allí verás un árbol. De allí continúa por unos siete kilómetros hasta que
veas una roca grande...” ¡Yo anoté todo eso, y un día llegué al lugar!
La siguiente vez que fui a la casa del granjero, él me acompañaba. Debido a que existía más de un camino para llegar a
su casa, él podría haberme llevado por cualquiera de ellos. Esta vez yo no necesitaba las instrucciones que había escrito. Es
que él era mi “mapa”. ¿Qué era lo que yo debía hacer? Simplemente tenía que escuchar sus indicaciones. Cada vez que él
decía “toma a la derecha” o “toma a la izquierda”, yo hacía exactamente lo que él decía. Me llevó por un camino que yo
nunca había transitado. Es probable que yo nunca pudiera volver a tomar esa ruta por mi cuenta. El granjero fue mi “mapa”.
El conocía el camino.
Jesús Es Su Camino
A menudo, muchos abordan de esta manera el tema de conocer y hacer la voluntad de Dios: Preguntan: “Señor, ¿qué
quieres que haga? ¿Cuándo quieres que lo haga? ¿Cómo lo hago? ¿Dónde lo hago? ¿Cuál será el resultado?”
¿Acaso no es ésta nuestra manera más común de proceder? Siempre estamos pidiéndole a Dios un “mapa de ruta” con
todos los detalles. Decimos: “Señor, si solamente me indicaras hacia dónde me dirijo, entonces podría orientarme para
llegar.”
Pero él dice: “No te hace falta. Lo que necesitas es seguirme un día a la vez.” Necesitamos llegar al punto en que
nuestra respuesta a Dios sea: “Señor, simplemente dime lo que debo hacer, un paso a la vez, y lo haré.”
¿Quién es el que verdaderamente conoce el camino para que usted cumpla la voluntad de Dios para su vida? ¡Es Dios!
Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).
• El no dijo: “Yo te mostraré el camino.”
• El no dijo: “Yo te daré un mapa de ruta.”
• El no dijo: “Yo te diré hacia dónde debes dirigirte.”
• El dijo: “Yo soy EL camino.”
Jesús conoce el camino. Jesús es su camino.
Si usted hiciera todo lo que Jesús le dice un día a la vez, estaría siempre exactamente en el centro de donde Dios quiere
que esté. ¿Es posible confiar en Dios para que le guíe de esta manera? Podría decir: “No, Jesús no conoce realmente la
voluntad de Dios para mi vida.” ¡Pero sí la conoce! Jesús es Dios. Podría decir: “No, Jesús podría confundirme y guiarme por
el camino equivocado.” Pero no es así. Usted podrá pensar que Jesús preferiría que esperara hasta recibir de él todos los
detalles, antes de comenzar a seguirlo. Pero ese no es el modelo que vemos en su vida o en las Escrituras.
Dios está más interesado en que usted le responda de esta manera: “Sí, si yo seguiré a Jesús un día a la vez, y así estaré
exactamente en el centro de su voluntad para mi vida.” Cuando llegue al punto en que usted confía en Jesús para que él le
guíe un paso a la vez, allí es donde experimentará una nueva libertad. Si no confía en Jesús para guiarlo de esta manera, ¿qué
sucede si usted no conoce el camino a seguir? Se aflige a cada vuelta del camino. A menudo uno queda paralizado y es
incapaz de tomar una decisión. Esta no es la manera en que Dios quiere que viva su vida.
19
COMO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
He descubierto en mi propia vida, que puedo entregarle a él el control del camino. De allí en más me ocupo de todo lo
que él me dice un día a la vez. El me da lo suficiente para hacer, como para llenar a cada día de propósito y de significado. Si
hago todo lo que él dice, estaré en el centro de su voluntad cuando quiera utilizarme para una misión especial.
Abram Siguió un Día a la Vez
Abram (más adelante, Dios le cambió el nombre por el de Abraham) es un buen ejemplo de este principio en acción en
un personaje de la Biblia. Caminó por fe y no por vista. En el siguiente pasaje de las Escrituras, lea el llamado de Abram a
hacer la voluntad de Dios. Preste especial atención a cuántos detalles le dio Dios antes de pedirle que lo siguiera.
Entonces Jehová dijo a Abram: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Yo
haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y a
los que te maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.” Abram se fue, como
Jehová le había dicho, y Lot fue con él. Abram tenía 75 años cuando salió de Harán Abram tomó a Sarai su mujer, a Lot
su sobrino y todos los bienes que había acumulado y a las personas que habían adquirido en Harán; y partieron hacia la tierra
de Canaán. Después llegaron a la tierra de Canaán (Gén. 12:1-5).
Dios dijo: “Vete de tu tierra.” ¿En qué medida fue Dios específico? Estos fueron todos los detalles que Dios le dio: “a la
tierra que te mostraré”. Eso es todo lo que Dios le pidió a Abram que hiciera. Dios prometió hacer el resto. ¿Estaría usted
dispuesto a seguir las directivas de Dios para su vida con tan pocos detalles?
Dios Pocas Veces Dio Detalles Minuciosos a Sus Siervos
¿Llama Dios a personas para seguirlo sin darles la totalidad de los detalles anticipadamente? En muchos casos, como el
de Abram, Dios llamó a personas simplemente a seguirlo. Es más un llamamiento a seguirle un día a la vez que una ocasión
para declarar todos los detalles del caso.
En algunas ocasiones Dios dio más detalles que en otras. En el llamamiento de Moisés descubrimos que Dios le
permitió tener un panorama más amplio de la misión que el que generalmente brindaba. No obstante, en todos los casos, las
personas debían permanecer cerca de Dios para recibir la guía diaria. Para Moisés y para los hijos de Israel, Dios proveyó
guía por medio de la nube durante el día y la columna de fuego por la noche (Exo. 13:20-22).
A Pedro, Andrés, Santiago, Juan (Mat. 4:18-20, 21, 22), Mateo (Mat. 9:9) y Pablo (Hech. 9:1-20) Dios les dio pocos
detalles acerca de su misión. Fundamentalmente, lo que le dijo a cada uno fue: “Sígueme, y te mostraré.” Primero estuvo el
llamamiento a seguirle. Lo que él quiere de usted es esto: “Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio
afán. Basta a cada día su propio mal” (Mat. 6:33, 34).
RESUMEN
Dios está mucho más interesado en una relación de amor con usted, que en lo que usted pueda hacer para él, su deseo es
que usted lo ame. A medida que él le llene de su presencia, le irá guiando a hacer cosas. Pero aun cuando usted realice esas
cosas, será él quien estará obrando a través de usted para llevar a cabo sus propósitos. El es todo lo que usted necesita. El
Cristo que está en usted es su camino. El es su “mapa”. Cuando lo sigue a él día por día, está en el centro mismo de la
voluntad de Dios para su vida.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Dios es absolutamente confiable. Usted puede confiar en él para guiarle y para proveerle. Recuerde: “Dios es el que
produce en vosotros tanto el querer como el hacer, para cumplir su buena voluntad” (Fil. 2:13). Considere cuidadosamente
decirle a Dios:
• Que lo seguirá un día a la vez.
• Que lo seguirá, aun cuando él no le anticipe todos los detalles.
• Que le permitirá ser su Camino.
Ahora, ore de esta manera: Señor, haré todo aquello que tu reino requiera de mí. Dondequiera que me necesites, allí iré.
Cualesquiera que sean las circunstancias, estoy dispuesto a seguirte. Si quieres suplir una necesidad a través de mi vida, yo
soy tu siervo; haré lo que sea necesario para cumplir tus propósitos.
20
COMO SER UN SIERVO DE DIOS
4
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
Juan 12:26
COMO SER UN SIERVO DE DIOS
Para tomar parte en la obra de Dios usted necesariamente debe ser un siervo o una sierva de Dios. El vino como siervo a
fin de cumplir la voluntad de Dios en la redención de la humanidad. El apóstol Pablo describió la actitud de siervo que
demostró Jesús, y nos la recomendó a nosotros de esta manera:
Haya en vosotros esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús: Existiendo en forma de Dios, él no consideró
el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse; sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, haciéndose
semejante a los hombres; y hallándose en condición de hombre, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte,
¡y muerte de cruz! (Fil. 2:5-8).
Debemos desarrollar esa actitud de siervo, la cual reclama humildad y obediencia. En las instrucciones que dio a sus
discípulos acerca del servicio, Jesús (el Hijo de Dios) describió su propio desempeño como siervo: “Y el que anhele ser el
primero entre vosotros, será vuestro siervo. De la misma manera, el Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir
y para dar su vida en rescate por muchos” (Mat. 20:27, 28).
Jesús también nos habló acerca de nuestra relación con él: “Como me ha enviado el Padre, así también yo os envío a
vosotros” (Juan 20:21). Cuando usted responde al llamado de Dios para salvación, se une a él en su misión de redimir al
mundo. El llamado a salvación es un llamado a estar unido a él en esa misión. En esta nueva relación usted pasa a
desempeñarse como siervo, con Dios como Amo y Señor.
Algunos definirían a un siervo o sirviente de esta manera: “Un siervo es alguien que descubre lo que su amo desea que
haga, y luego va y lo hace.” El concepto humano del desempeño de un sirviente, es que éste va a su amo y le pregunta: Amo,
¿qué quieres que haga?” El amo da las indicaciones y el siervo se marcha a realizar él solo la tarea. Ese no es el concepto
bíblico del siervo de Dios. Ser un siervo de Dios es diferente de ser el siervo de un señor humano.
El siervo de un señor humano trabaja para su amo. Dios, en cambio, trabaja o actúa a través de sus siervos. Mi concepto
acerca de un siervo de Dios se asemeja más al de un alfarero y el barro. Dios describió su relación con Israel como si ésta
fuese la de un alfarero diseñando con su barro un determinado producto:
La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehová, diciendo: “Levántate y desciende a la casa del alfarero. Allí te
haré oír mis palabras.” Descendí a la casa del alfarero, y he aquí que él estaba trabajando sobre la rueda. Y el vaso de
barro que hacía se dañó en la mano del alfarero, pero el alfarero volvió a hacer otro vaso según le pareció mejor.
Entonces vino a mí la palabra de Jehová, diciendo: “¿No podré yo hacer con vosotros como hace este alfarero, oh casa
de Israel?, dice Jehová. He aquí que vosotros sois en mi mano como el barro en la mano del alfarero, oh casa de Israel”
(Jer. 18:1-6).
El barro, para ser útil debe ser modelado, y una vez que se ha convertido en una vasija, esa vasija será dedicada a los
usos que el alfarero había designado. El barro no se modela a sí mismo, el alfarero decide lo que quiere hacer con él. En el
proceso de ser moldeado, el barro permanece en las manos del alfarero y no tiene manera alguna de ejercer voluntad.
Cuando el alfarero termina su obra la utiliza según los planes para los cuales él la había diseñado. De allí en adelante la
utilizará en la forma que él quiera.
SIERVO HUMANO Y SEÑOR DIVINO
Ser siervo de un Señor divino es muy diferente a serlo de un amo humano. Cuando usted se presenta ante Dios como su
siervo, lo primero que él quiere es que le permita modelarle y darle la forma que él elija. Entonces él puede tomar su vida y
ponerla allí donde él desea, y puede obrar a través de ella para llevar a cabo sus propósitos. Del mismo modo en que una taza
nada puede hacer por su propia cuenta, usted no tiene la capacidad de cumplir con el mandato de Dios, a menos que esté
donde él quiere que esté. En la medida que le obedece, él hace su obra a través de usted.
Este concepto se le hará aun más claro cuando consideremos el ejemplo de Jesús en el capítulo 6.
Un siervo de Dios debe: ser moldeable y permanecer disponible para que su Señor (el alfarero) lo utilice. Entonces el
Señor puede utilizar ese instrumento según lo desea. El siervo o la sierva, por su cuenta, nada pueden hacer de valor para el
reino. Es como dijo Jesús: “El Hijo no puede hacer nada de sí mismo” (Juan 5:19), y “Separados de mí, nada podéis hacer”
(Juan 15:5). Cuando Dios obra a través de su siervo, éste puede hacer todo aquello que Dios puede hacer.
¡Asombroso! ¡Capacidad ilimitada! Pero el siervo debe tener presente quién es el que está llevando a cabo la tarea:
Dios. Una cosa que se le demanda al siervo es obediencia, debe hacer todo aquello que se le indica.
21
COMO SER UN SIERVO DE DIOS
Si usted ha estado intentando servir desde una perspectiva humana, debe cambiar este concepto para servir a Dios. No
se trata de recibir órdenes y salir a cumplirlas por su cuenta. Usted se relaciona con Dios, responde a él, y se dispone a que él
haga lo que él desea, a través de usted.
Expo ‘86
Durante seis años trabajé con las iglesias bautistas en Vancouver, Canadá. Cuando se programaba la Exposición
Mundial (Expo ‘86), en nuestra Asociación de Iglesias estábamos convencidos de que el Señor quería que hiciéramos todo lo
posible por alcanzar a los veinte millones de personas que asistirían a la exposición. ¿Cómo podrían dos mil personas hacer
un impacto sobre tan grande multitud de turistas de todo el mundo?
Dos años antes de la exposición, buscamos la dirección del Señor y comenzamos a poner esos planes en acción. Los
ingresos totales de nuestra asociación sumaban $9.000 dólares. Al año siguiente nuestros ingresos llegaron a unos $16.000
dólares. Para el año de la Exposición Mundial fijamos un presupuesto de $202.000 dólares. Contábamos con promesas que
posiblemente cubrieran el 35 por ciento de ese presupuesto. El otro 65 por ciento dependía de la oración y de la provisión de
Dios.
¿Es posible ejecutar un presupuesto basándose en la oración? Sí, pero cuando hacemos eso estamos acometiendo algo
que solamente Dios puede llevar a cabo. ¿Qué es lo que la mayoría de nosotros hacemos? Fijamos el presupuesto realista, que
contempla todo lo que podemos hacer. Luego fijamos un presupuesto tentativo, “un presupuesto de fe”. Sin embargo, el
presupuesto que en realidad utilizamos y en el cual confiamos, es el que podemos alcanzar por nuestra propia cuenta. A
menudo no confiamos en Dios para nada.
Como Asociación de Iglesias decidimos que Dios nos había guiado sin duda alguna a la tarea que costaría $202.000
dólares. Ese fue nuestro presupuesto operativo. Toda nuestra gente comenzó a orar para que Dios proveyera e hiciera todo lo
que firmemente creíamos que él nos había guiado a planificar para la Exposición Mundial. Al finalizar el año pregunté a
nuestro tesorero cuánto había sido el dinero que recibimos. De Canadá, de los EE.UU de Norteamérica y de otras partes del
mundo habíamos recibido $264.000 dólares.
De todas partes vinieron personas a ayudarnos. Durante el tiempo de la exposición, vimos a casi veinte mil personas
llegar a conocer y a confiar en Jesucristo como Señor y Salvador. Esto no tiene explicación si no vemos en ello la
intervención de Dios. Únicamente Dios pudo haberlo hecho. Dios lo hizo con personas que se habían propuesto firmemente
ser siervos moldeables y que se pusieron a disposición del Amo, para que él los utilizara.
Elías Fue Un Siervo
Elías fue uno de los destacados profetas de Israel en el Antiguo Testamento, y un siervo de Dios (1 Rey. 17:1). Bajo el
reinado del rey Acab y su esposa Jezabel, el pueblo de Israel estaba siendo desviado para servir a Baal, el dios cananeo de la
fertilidad. En 1 Reyes 18:16-39, Elías desafió a los profetas de Baal a una demostración pública para comprobar, de una vez
por todas, quién era el verdadero Dios.
Elías asumió un riesgo muy grande al presentarse como siervo de Dios. Los profetas paganos lo superaban 850 a 1.
Elías propuso que los profetas de Baal prepararan un sacrificio y le pidieran a su dios que enviara fuego para
consumirlo. El haría de igual manera, y pediría al Dios de Israel que enviara fuego. Baal, el dios de los cananeos no
respondió a las peticiones de sus profetas. Elías reparó el altar del Señor y preparó su sacrificio. Dios sí respondió a través de
fuego que consumió el sacrificio (y hasta el altar de piedra), como lo había propuesto Elías. Si Dios no hubiera demostrado
cuál era su obra presentándose en fuego, Elías hubiera fracasado. Y eso tal vez le hubiera costado la vida.
A través de este proceso Elías debió quedarse con Dios y hacer todo lo que Dios le mandó hacer. En su oración, Elías
dijo:
“¡Sea hoy manifiesto...que yo soy tu siervo; y que por tu palabra he hecho todas estas cosas!” (1 Rey. 18:36). Elías
estaba actuando en obediencia a la orden de Dios y no por iniciativa propia. Fue a donde Dios le dijo, cuando Dios le dijo, e
hizo lo que Dios le dijo; entonces Dios llevó a cabo sus propósitos a través de Elías.
Elías atribuyó la obra a Dios cuando dijo: “Tú, oh Jehová, eres Dios, y...tú haces volver el corazón de ellos” (1 Rey.
18:37). Elías quería que el pueblo identificara a Jehová como el Dios verdadero. ¡Y así es como el pueblo respondió! ¿Quién
hizo descender fuego del cielo, Elías o Dios? Dios. ¿Qué estaba haciendo Elías? Estaba siendo obediente a Dios. Elías no
tenía la capacidad de hacer lo que Dios estaba por hacer. No obstante, cuando Dios hizo algo que únicamente él podía hacer,
todos supieron que él era el verdadero Dios. Dios realizó esta obra portentosa, pero actuó a través de su siervo obediente:
Elías.
PERSONAS ORDINARIAS
Cuando uno comienza a pensar acerca de trabajar con Dios en su misión de redimir a un mundo perdido, puede
preguntarse: “¿Qué puede hacer una persona común y corriente? Uno de los hermosos pasajes de las Escrituras que mucho
me ha ayudado en este aspecto describe a Elías: “Elías era un hombre sujeto a pasiones, igual que nosotros, pero oró con
22
COMO SER UN SIERVO DE DIOS
insistencia para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Y oró de nuevo, y el cielo dio
lluvia, y la tierra produjo su fruto” (Stg. 5:17, 18).
En este pasaje aprendemos que este poderoso hombre de Dios era una persona común y corriente como podemos serlo
usted y yo. Pero cuando este hombre común y corriente oraba, Dios respondía. Elías era común y corriente, pero se humilló
ocupando el lugar de un siervo. Obedeció todo lo que Dios le mandó hacer, y Dios obró a través de Elías para que por su
poderosa influencia toda una nación se volviera a él.
Pedro y Juan Fueron Personas Ordinarias.
Pedro y Juan fueron dos de los primeros discípulos que Jesús seleccionó. Cuando, después de la resurrección de Jesús,
Dios sanó a un mendigo paralítico a través de Pedro, Pedro y Juan fueron llevados ante el Sanedrín a fin de dar razón de sus
hechos. Lleno del Espíritu Santo, Pedro habló valientemente a los líderes religiosos. Observemos la respuesta de los líderes:
“Y viendo la valentía de Pedro y de Juan, y teniendo en cuenta que eran hombres sin letras e indoctos, se asombraban y
reconocían que habían estado con Jesús” (Hech. 4:13).
Todas las personas que usted encuentra en las Escrituras fueron personas ordinarias. Su relación con Dios y la acción de
Dios las hicieron especiales. ¿Prestó usted atención a esta declaración: los líderes reconocieron que Pedro y Juan “habían
estado con Jesús”? Cualquier persona que dedique el tiempo necesario para entrar en una relación íntima con Dios, puede ver
a Dios hacer cosas extraordinarias a través de su vida.
D. L. Moody Fue un Zapatero Ordinario
D. L. Moody no fue un pastor ordenado, fue un hombre de escasa instrucción escolar, un simple vendedor de zapatos
que sintió el llamado de Dios a predicar el evangelio. Una mañana, temprano, él y algunos de sus amigos se reunieron en un
sembradío para pasar un tiempo en oración, confesión y consagración. En el transcurso de esa reunión, Henry Varley dijo:
“El mundo no ha visto aún lo que Dios puede hacer con, a favor de, y a través de un hombre totalmente consagrado a él.”
Estas palabras tocaron profundamente a Moody, quien luego escuchando al gran predicador Charles H. Spurgeon
respondió a este desafío.
El autor de la biografía de Moody lo relata de esta manera:
“¡El mundo no ha visto aún! ¡Con, a favor de, y a través de! ¡Un hombre!” ¡Varley se refería a cualquier hombre!
¡Varley no dijo que ese hombre debía ser instruido, ni inteligente, ni tener alguna otra cualidad! ¡Se trataba simplemente de
un hombre! Bien, por la obra del Espíritu Santo en él (Moody), él sería uno de esos hombres. Y de pronto, en esa galería de
los grandes, descubrió algo que nunca antes había entendido, que no era Spurgeon, en realidad, quien estaba haciendo esa
obra, era Dios. Y que si Dios estaba utilizando al señor Spurgeon, podía utilizar a cualquiera de nosotros, a todos los que nos
postramos a los pies del Amo, del Maestro, y le decimos: “¡Úsame!” “¡Envíame a mí!”
Dwight L. Moody fue un hombre común y corriente que anheló consagrarse plena y totalmente a Cristo. A través de
esta vida ordinaria Dios comenzó a hacer lo extraordinario, lo que no era común y corriente. Moody llegó a ser uno de los
más grandes evangelistas de nuestros tiempos. Durante gran parte del siglo diecinueve predicó en cultos de avivamiento
espiritual a través de Gran Bretaña y de los EE.UU de Norteamérica, donde miles y miles de almas conocieron a Cristo.
¿Podrá Dios obrar de manera sobrenatural en su vida para llevar a cabo cosas importantes para su reino? Usted podría
decir: “Está bien, pero yo no soy un Moody.” No necesita ser un D. L. Moody. Dios no quiere que usted lo sea. Dios quiere
que usted sea usted y que le deje hacer a través de su vida lo que él quiera hacer. Cuando dice que nada importante puede
llegar a suceder a través de usted, está expresando mucho más acerca de su fe en Dios, que lo que está diciendo acerca de
usted mismo. Está diciendo que Dios no es capaz de hacer nada significativo a través de usted. La verdad es que él es capaz
de todo lo que quiera hacer, cuando cuenta con una persona ordinaria totalmente consagrada a él.
Juan el Bautista
No se sorprenda de que las pautas de Dios para la excelencia sean diferentes de las nuestras. ¿Cuánto tiempo duró el
ministerio público de Juan el Bautista? Seis meses, quizás. ¿Cómo evaluó Jesús la vida de Juan? “Os digo que entre los
nacidos de mujer, no hay ninguno mayor que Juan” (Luc. 7:28). ¡Ninguno mayor! Seis meses totalmente rendido a Dios, y el
Hijo de Dios puso ese sello de aprobación a su vida.
No mida su vida con los parámetros del mundo. No lo haga. Hay muchas denominaciones que lo están haciendo. Hay
muchas iglesias que lo están haciendo. Medítelo. Tanto una persona como una iglesia, pueden aparentar que andan muy bien
según las pautas del mundo, pero a los ojos de Dios, podrán ser totalmente detestables. De igual modo, una persona o una
iglesia podrán estar totalmente rendidas a él, y agradarlo, pero ser insignificantes a los ojos del mundo.
¿Puede un pastor que sirve fielmente en una pequeña iglesia rural donde Dios lo puso, ser agradable al Señor? Por
supuesto que sí, si es el lugar donde Dios lo puso. Dios ve la fidelidad, y la recompensa, no importa que a la persona se le
haya asignado responsabilidad sobre poco o sobre mucho.
23
COMO SER UN SIERVO DE DIOS
Es a una persona común y corriente a quien Dios más le agrada utilizar. Pablo dijo que Dios deliberadamente busca a lo
débil y lo despreciable, porque es a partir de ellos que él recibirá mayor gloria (ver, 1 Cor. 1:26-31). Entonces todos sabrán
que únicamente Dios pudo haberlo hecho. ¡Si se siente débil, limitado, que apenas es una persona común y corriente, usted es
el mejor elemento a través del cual Dios puede obrar!
RESUMEN
El llamado a la salvación es un llamado a unirse con Dios en su misión de reconciliar consigo a un mundo perdido, a
través de Jesucristo. Este llamado exige que usted sea un siervo de Dios. Jesús le dejó el mejor modelo del desempeño de un
siervo, siendo tanto humilde como obediente. Como siervo o sierva, usted debe ser moldeable y estar en permanente
disponibilidad para las demandas del Amo y Señor.
Aun cuando se considere una persona ordinaria, Dios le dará la preparación necesaria, y luego hará su obra a través de
usted, revelándose a sí mismo a un mundo que está a la expectativa.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
¿Quiere ser un siervo o una sierva de Dios? ¿Quiere ver a Dios llevando a cabo a través de su vida cosas que solamente
él puede hacer? ¿Quiere experimentar el descanso y el éxito del cual habló Jesús en Mateo 11:28-30? Descubra, entonces,
dónde está el Amo, dónde está el Señor: allí es donde usted necesita estar. Descubra lo que el Señor está haciendo: y es en
eso que usted necesita ocuparse. “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy, allí también estará mi servidor. Si alguno me
sirve el Padre le honrará” (Juan 12:26).
Siguiendo el ejemplo de Jesús, reconozca que usted nada puede hacer y que Dios puede hacerlo todo. Humíllese ahora
delante de Dios en oración, y reconozca esta verdad. Prométale que se rendirá totalmente a él y que le será obediente en
cualquier misión que él le asigne.
24
SIETE REALIDADES QUE RESULTAN DE EXPERIMENTAR A DIOS
5
Así, nada hará el Señor Jehová sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. Amós 3:7
SIETE REALIDADES QUE RESULTAN DE EXPERIMENTAR A DIOS
Cuando Dios se prepara para hacer algo, él le revela a una persona o a su pueblo lo que piensa hacer. Dios lleva a cabo
su obra a través de su pueblo. Así es como él trabaja con usted. La Biblia tiene el propósito de ayudarle a entender los
caminos de Dios. Por lo tanto, cuando él comience a obrar en su vida, usted reconocerá que se trata de Dios.
Al estudiar la manera en que Dios integró a hombres y a mujeres de la Biblia en su obra, he descubierto tres aspectos
coincidentes en todos estos casos:
• Cuando Dios hablaba, sabían que se trataba de Dios.
• Entendían lo que Dios decía.
• Sabían lo que debían hacer en respuesta.
Yo también encuentro experiencias coincidentes, a las que denomino las siete realidades que resultan de experimentar a
Dios. No se trata de pasos para conocer y hacer la voluntad de Dios. Pero sí de identificar aquellas maneras en que Dios
trabaja con una persona o con un grupo para integrarlos a su obra.
En este capítulo haré una presentación general de estas realidades. El resto del libro estará dedicado a tratarlas en mayor
profundidad, a fin de ayudarle a entender la manera en que Dios obra en y a través de usted. Seguramente habrá notado que
con frecuencia repito diferentes aspectos de este ciclo. Muchas de las experiencias personales que compartiré con usted no se
ajustan de manera exclusiva a una sola categoría. En algunos momentos, ciertos aspectos de una realidad se destacarán más
que otros. En diferentes situaciones utilizaré la repetición para ayudarle a descubrir la manera en que usted puede responder
al accionar de Dios en su propia vida.
SIETE REALIDADES QUE RESULTAN DE EXPERIMENTAR A DIOS
1. Dios siempre está obrando alrededor de usted.
2. Dios busca una relación de amor continua, real y personal con usted.
3. Dios le invita a unirse a él en su obra.
4. Dios habla por el Espíritu Santo a través de la Biblia, la oración, las circunstancias y la iglesia, para revelar su
persona, sus propósitos y sus caminos.
5. La invitación que Dios le hace para trabajar con él, siempre le lleva a una crisis de convicciones que demanda fe y
acción.
6. Necesita realizar ajustes importantes en su vida para poder unirse a Dios en lo que él está haciendo.
7. Llega a conocer a Dios por experiencia a medida que lo obedece y que él lleva a cabo su obra a través de usted.
Después de leer estas siete realidades, quizá usted se pregunte cosas como:
• ¿Qué implica una relación de amor con Dios?
• ¿Cómo puedo saber cuándo Dios está hablando?
• ¿Cómo puedo saber dónde Dios está obrando?
• ¿Qué clase de ajustes me exige Dios?
• ¿Cuál es la diferencia entre ajuste y obediencia?
Intentaré responder a muchas de
sus preguntas a través de los restantes
capítulos de este libro.
EL EJEMPLO DE MOISES
El llamado de Moisés y su
ministerio son buenos ejemplos de la
manera en que Dios trabajó con los
personajes de la Biblia. La etapa
temprana de su vida y su llamado al
ministerio se relatan en los capítulos
2, 3 y 4 de Exodo. Quizá usted quiera
leer esos capítulos como un trasfondo
para lo que discutiremos a continuación. Hay otros pasajes que nos ayudan a ver la manera en que Moisés llegó a conocer y a
hacer la voluntad de Dios. La experiencia de Moisés en la zarza ardiente, ilustra estas realidades. He tomado dicha
experiencia a fin de brindarle a usted una ilustración de la manera en que Dios trabajó con Moisés.
Observe en el gráfico las palabras clave para cada una de las siete realidades.
25
SIETE REALIDADES QUE RESULTAN DE EXPERIMENTAR A DIOS
Consideremos esas realidades y veamos cómo Moisés experimentó cada una de ellas en particular.
REALIDAD 1: Dios siempre está obrando alrededor de usted.
Dios no creó el mundo y luego lo abandonó para que funcionara solo. El ha estado integrado activamente a través de
toda la historia. Es más, él está dirigiendo la historia. A causa del pecado, la humanidad quedó fuera de una relación correcta
con Dios. Pero él está obrando en su mundo para restaurar esa relación, redimiendo a aquellos que están lejos de él. El Padre
está obrando a través de Cristo para reconciliar al mundo consigo mismo. Por alguna razón, Dios ha elegido hacer su obra a
través de su pueblo. Al obrar para llevar a cabo su misión, él está tratando de integrar a las personas en la corriente de su
actividad.
Dios ya estaba obrando en las circunstancias de Moisés cuando se presentó a él en la zarza ardiente. Dios tenía un
propósito, y lo estaba llevando a cabo en el mundo de Moisés. Aun cuando Moisés era un exiliado en el desierto, tenía un
lugar exacto en el programa de Dios; en el momento preciso del cronógrafo perfecto de Dios; en el centro mismo de su
voluntad.
Años antes, Dios había dicho a Abraham que sus descendientes estarían bajo esclavitud, pero que él los libraría y les
daría la Tierra Prometida. Dios estaba observando y esperando el momento adecuado para llevar a cabo sus propósitos para
Israel. Llegó el momento en que: “Los hijos de Israel gemían a causa de la esclavitud y clamaron a Dios, y el clamor de ellos
a causa de su esclavitud subió a Dios.
Dios oyó el gemido de ellos y se acordó de su pacto con Abraham, con Isaac y con Jacob. Dios miró a los hijos de Israel
y reconoció su condición” (Exo. 2:23-25).
En el momento en que Dios estaba a punto de liberar a los hijos de Israel, el factor importante no era cuál sería la
voluntad de Dios para Moisés. El factor importante era cuál sería la voluntad de Dios para Israel. Dios estaba trabajando con
Israel, y él estaba preparando todo para incorporar a Moisés a la corriente de su actividad. El plan de Dios es de carácter
universal y está usando individuos para llevarlo a cabo. Por el uso que Dios hace de su vida, el bendecirá a muchas personas.
REALIDAD 2: Dios busca una relación de amor continua, real y personal con usted.
Dios creó a la humanidad con el propósito de que tuviera una relación de amor con él. Más que ninguna otra cosa, Dios
quiere que lo amemos con la totalidad de nuestro ser. El es el que inicia esta relación. Concretamente, él la inició al enviar a
su Hijo Jesús a morir en la cruz y demostrar con toda claridad la importancia que tenía para él esta relación de amor. Esta
relación es a la vez real y personal. Este, probablemente sea el aspecto más importante que resulta de conocer y hacer la
voluntad de Dios. Si su relación de amor con Dios no está bien, ninguna otra cosa estará bien.
Dios tomó la iniciativa de llegar hasta Moisés y de iniciar con él una relación de amor que fue real y personal. Moisés
había llevado las ovejas que estaba pastoreando, a “Horeb, el monte de Dios” (Exo. 3:1). Es muy probable que Moisés se
haya acercado a la montaña para adorar, pero Dios interrumpió los planes de Moisés al revelarse en la zarza ardiente y
mostrarle su voluntad de que fuera a Egipto.
Hay un gran número de versículos en Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio, que ilustran la manera en que Dios
buscó una relación continua de amor con Moisés. He aquí un ejemplo:
Entonces Jehová dijo a Moisés: —Sube a mí, al monte, y espera allí. Yo te daré las tablas de piedra con la ley y los
mandamientos que he escrito para enseñarles.
Entonces Moisés subió al monte, y la nube cubrió el monte. La gloria de Jehová posó sobre el monte Sinaí. Moisés
entró en la nube y subió al monte. Y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches (Exo. 24:12, 15, 16, 18).
Repetidamente, Dios invitó a Moisés para que hablara con él y estuviera con él. Dios inició y mantuvo una relación
continua con su siervo. Esta relación estaba fundamentada en el amor, y diariamente Dios cumplía sus propósitos a través de
su “amigo” Moisés. Esta relación con Dios resultaba muy práctica, mientras Dios guiaba y proveía para su pueblo bajo el
liderazgo de Moisés. (Para otros ejemplos de esta relación de amor, usted puede leer Exo. 33:7-34:10 o Núm. 12:6-8.)
REALIDAD 3: Dios le invita a unirse a él en su obra.
El gobierno de Dios en el universo es soberano. El es quien está obrando, y únicamente él tiene el derecho de tomar la
iniciativa de comenzar una tarea. Dios no nos manda que soñemos nuestros sueños para él y que luego pidamos su bendición
sobre nuestros planes.
El ya está obrando cuando viene a nosotros. Su deseo es llevarnos desde donde nosotros estamos hasta donde él está
obrando. Cuando Dios le revela a usted dónde él está obrando, eso se constituye en su invitación a unirse a él. El momento en
que Dios le revela su obra, es el momento que él ha dispuesto para que usted comience a responderle.
El propósito de Dios era liberar a los hijos de Israel y establecerlos como una nación. Moisés era aquel a través de quien
Dios quería obrar para llevar eso a cabo.
Dios invitó a Moisés a unirse a él en su obra. Le dijo:
26
SIETE REALIDADES QUE RESULTAN DE EXPERIMENTAR A DIOS
“Yo he descendido para librarlos [a los israelitas] de la mano de los egipcios y para sacarlos de aquella tierra a una tierra
buena y amplia, una tierra... Pero ahora, ve, pues yo te envío al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de
Israel” (Exo. 3:8, 10).
REALIDAD 4: Dios habla por el Espíritu Santo a través de la Biblia, la oración, las circunstancias y la Iglesia,
para revelar su persona, sus propósitos y sus caminos.
El testimonio de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, es que Dios habla a su pueblo. En nuestros días, Dios nos
habla a través del Espíritu Santo. El utiliza la Biblia, la oración, las circunstancias y a la iglesia (otros creyentes). Ninguno de
estos métodos por los cuales Dios habla es, aislado de los demás, un indicador claro de las directivas de Dios. Pero cuando
Dios dice lo mismo a través de cada uno de estos caminos, usted puede proceder confiadamente.
Dios se estará revelando de modo que usted pueda confiar en él y tener fe en él. El revelará sus propósitos de modo que
usted se integre a su obra en lugar de hacerlo a otro trabajo. Revelará sus caminos para que usted pueda llevar a cabo sus
propósitos de tal manera que glorifique a Dios. Los caminos de Dios no son nuestros caminos. Usted no puede descubrir estas
verdades acerca de Dios por su cuenta. La verdad se revela.
Dios habló a Moisés a través de una experiencia extraordinaria en una zarza ardiente, para revelarse él, y para revelar
sus propósitos y sus caminos a Moisés.
Entonces se le apareció el ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza... Jehová... lo llamó desde en
medio de la zarza diciéndole: “¡Moisés, Moisés!” Y él respondió: “Heme aquí.”
Dios le dijo: “No te acerques aquí. Quita las sandalias de tus pies, porque el lugar donde tú estás tierra santa es. Yo soy
el Dios de tus padres: el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.”
Y le dijo Jehová: “Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus
opresores, pues he conocido sus sufrimientos. Yo he descendido para librarlos de la mano de los egipcios y para sacarlos de
aquella tierra a una tierra buena y amplia” (Exo. 3:2-8).
“Si tuvieseis un profeta de Jehová, yo me manifestaría a él en visión o hablaría con él en sueños. No es así con mi siervo
Moisés, quien es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablo con él” (Núm. 12:6-8).
Dios vino y habló con Moisés acerca de su voluntad. Dios quería liberar a los israelitas a través de su siervo, por lo cual
le dijo a Moisés que fuera a Egipto. Dios le reveló a Moisés su santidad, su misericordia, su poder, su nombre, su propósito
de cumplir su promesa a Abraham de dar a Israel la tierra prometida, y muchas otras cosas que no se detallan en las
Escrituras que hemos citado. Cuando Dios habló a través de esta zarza ardiente, Moisés supo que era Dios. El entendió lo que
Dios dijo, y sabía lo que debía hacer para responder al Señor, como soberano en su vida.
REALIDAD 5: La invitación que Dios le hace para trabajar con éL siempre le lleva a una crisis de convicciones
que demanda fe y acción.
Dios quiere revelarse a un mundo que está expectante de lo que el puede hacer. Dios no le llama a integrarse
simplemente para que la gente vea lo que usted está haciendo. Le llama a una misión que usted no puede realizar sin él. El
encargo podrá parecer tan grande como Dios mismo, por lo cual cuando Dios le pida que haga algo que no puede hacer, usted
estará frente a una crisis de convicciones. Tendrá que decidir qué es lo que en realidad cree acerca de Dios. ¿Puede Dios
llevar a cabo lo que él h. dicho que quiere hacer a través de usted? ¿Lo hará en realidad? Lo que usted hace en respuesta a su
invitación, revela, a pesar de lo que diga, lo que cree y cuales son sus convicciones acerca de Dios.
Este es un punto fundamental, donde muchas personas se pierden la oportunidad de experimentar el gran poder de Dios
obrando a través de ellas. Si no alcanzan a ver con exactitud la manera en que se puede llevar a cabo todo, no están
dispuestos a avanzar. Quieren caminar con Dios por vista, pero para seguir a Dios usted tendrá que caminar por fe, y la fe
siempre demanda acción.
La invitación de Dios a Moisés para trabajar con él lo llevó a una crisis de convicciones que exigió fe y acción. Moisés
exteriorizó esta crisis de convicciones cuando le dijo estas cosas a Dios:
* — ¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel? (Exo. 3:11).
* —Supongamos que yo voy a los hijos de Israel y les digo: “El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros.” Si
ellos me preguntan: “¿Cuál es su nombre?” ¿Qué les responderé? (Exo. 3:13).
* — ¿Y si ellos no me creen ni escuchan mi voz, sino que dicen: “No se te ha aparecido Jehová”? (Exo. 4:1).
*—Oh Señor, yo jamás he sido hombre de palabras, ni antes ni desde que tú hablas con tu siervo. Porque yo soy tardo
de boca y de lengua (Exo. 4:10).
* — ¡Oh Señor; por favor, envía a otra persona! (Exo. 4:13).
Moisés presentó numerosas objeciones: Dudó que Dios pudiera hacerlo a través de él (Exo. 3:11), que los israelitas
creerían que Dios le había aparecido (Exo. 4:1), y de que él era capaz para hablar con la elocuencia suficiente para llevar a
cabo la misión (Exo. 4:10).
27
SIETE REALIDADES QUE RESULTAN DE EXPERIMENTAR A DIOS
En todos los casos, la duda de Moisés era en realidad más con respecto a Dios que con respecto a sí mismo. Enfrentó
una crisis de convicciones: ¿Puede Dios realmente hacer lo que él dice? Finalmente, Dios convenció a Moisés de que se
involucrara en la liberación de Israel que él llevaría a cabo, y luego la fe de Moisés se describe en Hebreos como modelo de
sacrificio de sí mismo y de confianza en un Dios todopoderoso. Una vez que Dios le hizo saber a Moisés lo que se había
propuesto llevar a cabo, esa revelación se constituyó en la invitación para unirse a él. El escritor de la carta a los Hebreos
describe así la fe y las acciones de Moisés:
Por la fe Moisés, cuando llegó a ser grande, rehusó ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió, más bien, recibir
maltrato junto con el pueblo de Dios que gozar por un tiempo de los placeres del pecado... Por la fe abandonó Egipto, sin
temer la ira del rey, porque se mantuvo como quien ve al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre,
para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe ellos pasaron por el Mar Rojo como por tierra seca;
pero cuando lo intentaron los egipcios, fueron anegados (Heb. 11:24-29).
REALIDAD 6: Necesita realizar ajustes importantes en su vida, para poder unirse a Dios en lo que él está
haciendo.
Este es otro punto fundamental en el que muchos pierden la oportunidad de experimentar a Dios. El llegar desde donde
usted está, hasta donde está Dios, requiere realizar ajustes importantes en su vida. Estos ajustes tal vez tendrán que ver con su
manera de pensar, sus circunstancias, sus amistades, sus compromisos, sus acciones y/o sus convicciones. Algunas personas
creen que no se trata de ajustes profundos. Sin embargo, siempre que usted se dirija desde donde está a donde Dios está,
tendrá que realizar ajustes importantes. Cambiar su forma de pensar o proceder, para pensar y proceder a la manera de Dios,
demandará ajustes.
Usted no puede permanecer donde está e ir con Dios al mismo tiempo.
Moisés debió hacer ajustes importantes en su vida para unirse a Dios en lo que él estaba haciendo. Moisés no podía
estar simultáneamente en el desierto y delante del Faraón. Dios dijo: “‘Vé, vuélvete a Egipto, porque han muerto todos los
que procuraban matarte.’ Entonces Moisés tomó a su mujer y a sus hijos, y los puso sobre un asno y regresó a la tierra de
Egipto” (Exo. 4:19, 20).
Moisés realizó los ajustes necesarios para orientar su vida hacia Dios. Había llegado al punto en que creía que Dios
podía hacer todo lo que él dijo que haría. Eso le llevó a dejar su trabajo y la familia de su esposa, y mudarse a Egipto.
Después de hacer estos ajustes, Moisés estaba en una condición en la que podía obedecer a Dios. Eso no significaba que
haría algo para Dios totalmente por su cuenta. Significaba que estaría donde Dios estaba obrando, de modo que Dios pudiera
hacer aquello que se había propuesto desde el principio. Moisés fue un siervo moldeable, y se mantuvo a disposición de Dios
para ser utilizado como el Señor quisiera.
Dios cumplió sus propósitos a través de aquel siervo moldeable.
REALIDAD 7: Llega a conocer a Dios por experiencia a medida que lo obedece y que él lleva a cabo su obra a
través de usted.
Una vez que se haya decidido seguir a Dios por fe, y que se haya ajustado a Dios en lo que sea necesario, deberá
obedecer- lo. Cuando usted hace lo que él le dice, no importa cuán insensato parezca, Dios lleva a cabo a través de usted lo
que él se había propuesto. No sólo usted experimenta el poder y la presencia de Dios, sino que lo mismo sucede con aquellos
que observan lo que usted está haciendo.
Moisés llegó a conocer a Dios por experiencia al obedecerlo, y así Dios llevó a cabo su obra a través de Moisés.
Muchos versículos en Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio, ilustran la manera en que Dios se reveló a Moisés. A
medida que obedecía a Dios, Dios llevaba a cabo a través de Moisés lo que Moisés no podía hacer. He aquí un ejemplo en el
que Moisés y el pueblo llegaron a conocer a Dios como su Libertador. El pueblo estaba saliendo de Egipto, y se encontró con
el Mar Rojo. No podían avanzar, y el ejército egipcio los perseguía. El pueblo no veía salida alguna, pero entonces Dios
habló:
Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Dí a los hijos de Israel que se marchen. Y tú, alza tu vara y
extiende tu mano sobre el mar, y divídelo para que los hijos de Israel pasen por en medio del mar, en seco. Y he aquí, yo
endureceré el corazón de los egipcios para que entren detrás de ellos, y mostraré mi gloria en el faraón y en todo su ejército...
Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y Jehová hizo que éste se retirase con un fuerte viento del oriente que
sopló toda aquella noche e hizo que el mar se secara, quedando las aguas divididas. Y los hijos de Israel entraron en medio
del mar en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Los egipcios los persiguieron, y entraron en el
mar tras ellos...
Entonces Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus
carros y sobre sus jinetes. Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, éste volvió a su lecho... Pero los hijos
de Israel caminaron en seco por en medio del mar, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Así libró
Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios. Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Cuando Israel vio la
28
SIETE REALIDADES QUE RESULTAN DE EXPERIMENTAR A DIOS
gran hazaña que Jehová había realizado contra los egipcios, el pueblo temió a Jehová, y creyó en él y en su siervo Moisés
(Exo. 14:15-17, 21-23, 26, 27, 29-3 1).
Moisés debe haberse sentido indigno de que Dios lo utilizara de manera tan extraordinaria. Moisés obedeció e hizo todo
lo que Dios le dijo. Entonces Dios llevó a cabo a través de Moisés todo lo que se había propuesto. Cada paso de obediencia
llevó a Moisés (y a Israel) a conocer más a Dios (ver Exo. 6:1-8).
RESUMEN
Dios está en acción, reconciliando al mundo consigo mismo. Porque él le ama, quiere que usted se involucre en su obra.
El comienza buscando una relación de amor real y personal. A partir de allí, le invita a participar de su obra. Se revela a sí
mismo, revela sus propósitos y revela sus caminos. Si quiere experimentar la omnipotencia de Dios obrando en usted y a
través de usted, debe caminar por fe, realizar ajustes importantes, y obedecer todo aquello que Dios le ordena hacer.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Dedique tiempo para estar en oración con su Padre celestial. Considere en oración estas Siete Realidades Que Resultan
de Experimentar a Dios, y pídale al Padre que le ayude a entender la manera en que él obra con su pueblo. Pídale que le
señale aquella realidad a la que usted necesita dedicar especial atención aquí y ahora. Reconozca su disposición y su deseo de
trabajar junto con Dios.
• Dios siempre está obrando alrededor de usted.
• Dios busca una relación de amor continua, real y personal con usted.
• Dios le invita a unirse a él en su obra.
• Dios habla por el Espíritu Santo a través de la Biblia, la oración, las circunstancias y la iglesia, para revelar su
persona, sus propósitos, y sus caminos.
• La invitación que Dios le hace para trabajar con él, siempre le lleva a una crisis de convicciones que demanda fe y
acción.
• Usted necesita realizar ajustes importantes en su vida, para poder unirse a Dios en lo que él está haciendo.
• Usted llega a conocer a Dios por experiencia a medida que lo obedece y que él lleva a cabo su obra a través de usted.
29
DIOS SIEMPRE ESTA OBRANDO ALREDEDOR DE USTED
6
Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo... De cierto, de cierto os digo que el Hijo no puede hacer nada de sí
mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Porque todo lo que él hace, esto también lo hace el Hijo de igual manera. Porque el Padre
ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él mismo hace. Juan 5:17, 19, 20
DIOS SIEMPRE ESTA OBRANDO ALREDEDOR DE USTED
Cuando quiero aprender a conocer y a hacer la voluntad de Dios siempre pienso en Jesús. No encuentro mejor modelo
que l. Aun cuando Jesús fue Dios, fue totalmente humano. En el transcurso de sus treinta y tres años sobre la tierra llevó a
cabo con total perfección cada misión que Dios le encomendó. Jamás fracasó en hacer la voluntad de su Padre. Nunca pecó.
¿Quisiera usted saber cómo llegó Jesús a conocer y a hacer la voluntad de Dios? Jesús mismo describió este proceso en
el pasaje de Juan 5 con que abrimos este capítulo. Esta constituye una de las declaraciones más explícitas acerca de cómo
Jesús sabía lo que debía hacer. Antes de tratar la manera en que Jesús entendió el conocer y hacer la voluntad de su Padre,
repasemos lo concerniente a la relación de Jesús con el Padre.
LA TRINIDAD
Jesús fue y todavía es Dios. Aunque tengamos dificultades para entenderlo, Dios el Padre, Jesús el Hijo y Dios el
Espíritu Santo los tres forman la Deidad. No son tres dioses separados. Los tres son un Dios. Dios es tan grande y
majestuoso, que nuestras mentes humanas no pueden comprender totalmente su naturaleza.
A través de la Escrituras podemos ver que cuando Dios eligió revelarse a la humanidad, lo hizo en una de tres maneras:
en la persona del Padre, del Hijo o del Espíritu. Siempre que Dios está obrando las tres personas de la Trinidad están
obrando.
Los discípulos también tuvieron dificultad para entender esta verdad. Aun al cabo de tres años en compañía de Jesús,
Felipe le pidió:
“Señor, muéstranos el Padre...” Jesús le dijo: “Tanto tiempo he estado con vosotros, Felipe, ¿y no me has conocido?
El que me ha visto, ha visto al Padre... ¿No crees que yo soy en el Padre y el Padre en mi? Las palabras que yo os hablo,
no las hablo de mí mismo; sino que el Padre que mora en mí hace sus obras” (Juan 14:9, 10).
Al considerar juntos el ministerio de Jesús necesitamos tener siempre presente que él fue totalmente humano. Por lo
tanto, él es un ejemplo de lo que sería la condición humana perfecta. Es el mejor modelo posible para que nosotros sigamos,
pero, al mismo tiempo Jesús fue también totalmente Dios. Jesús describió la forma en que su Padre guiaba su trabajo, pero
también dijo que él y su Padre son uno. No permitamos que la majestad de esta verdad aparte nuestra mirada del maravilloso
ejemplo que Jesús nos dejó para seguir.
DIOS NOS INVOLUCRA
Lo primero que Jesús reconoció es que su Padre siempre estaba trabajando. Dios no creó al mundo para luego dejarlo
funcionando solo. El no está sentado por allí en algún lugar celestial, observando pasivamente la actividad que se lleva a cabo
en la tierra. Está dirigiendo la historia. El está presente y en el centro mismo de la historia. Está obrando en la redención de
un mundo perdido; su deseo es integrar a su pueblo y a sus siervos. Pablo describió a la iglesia en Corinto las características
de esta relación:
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es;
EL EJEMPLO DE JESUS las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y
El Padre ha estado trabajando hasta ahora todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo
En este momento el Padre me tiene a mí trabajando por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios
Nada hago de mi propia iniciativa estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles
Observo para ver dónde está trabajando el Padre en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros
Hago aquello que veo al Padre haciendo la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en
nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros
(2 Cor. 5:17-20, RVR60).
Dios ha estado obrando en nuestro mundo, y aún sigue obrando. A causa de su amor quiere que tengamos el privilegio
de trabajar con él como sus embajadores. No obstante, es Dios el que está presente para hacer su obra a través de nosotros.
Jesús no solamente reconoció que su Padre estaba trabajando; también dijo que ahora su Padre lo tenía a él (Jesús)
trabajando. Entonces Jesús pasó a describir la manera en que él entendía lo que era conocer y hacer la voluntad de Dios. Yo
la bosquejaría así:
Porque el Padre me ama me muestra todo lo que él está haciendo
30
DIOS SIEMPRE ESTA OBRANDO ALREDEDOR DE USTED
31
DIOS SIEMPRE ESTA OBRANDO ALREDEDOR DE USTED
Como resultado de ese contacto iniciamos tres grupos de estudio bíblico en los dormitorios de las señoritas, y otros dos
en los de los varones. Durante casi dos años habíamos estado tratando de hacer algo para Dios y habíamos fracasado.
Dedicamos tres días a descubrir dónde Dios estaba obrando, y nos unimos a él. ¡Y qué diferentes fueron los resultados! En el
transcurso de los años que siguieron muchos estudiantes confiaron en Jesús como su Salvador y Señor. Muchos de ellos se
entregaron por completo al ministerio, y en la actualidad están sirviendo como pastores y misioneros en diferentes partes del
mundo. ¿Ha oído últimamente a alguien que está buscando ayuda para iniciar un ministerio? Esté atento, algo grande puede
suceder.
DIOS ESTA SIEMPRE ACTIVO
En este preciso instante Dios está obrando en su vida y en todo lo que le rodea. Una de las mayores tragedias en medio
del pueblo de Dios es que, a la vez que anhelan profundamente experimentarlo, lo están experimentando día tras día pero no
saben cómo reconocerlo. Si esta es su experiencia cristiana personal, ruego al Señor que este libro le ayude a descubrir
maneras de identificar con claridad la actividad de Dios en su vida y a su alrededor. Oro porque el Señor le abra los ojos
espirituales, y usted pueda ver lo que él está haciendo. El Espíritu Santo y la Palabra de Dios le enseñarán y le ayudarán a
saber dónde y cuándo Dios está obrando. Una vez que sepa dónde él está obrando, usted puede hacer los ajustes que su vida
necesita para unirse a él allí donde él está trabajando.
Una vez que se haya unido a Dios en lo que él está haciendo, lo experimentará llevando a cabo su actividad a través de
usted. Cuando entre en esta íntima relación de amor con Dios, conocerá y hará la voluntad de Dios, lo experimentará a él en
maneras en que nunca lo había conocido antes. Únicamente Dios puede llevarle a esa clase de relación, y él está dispuesto y
esperando para hacerlo.
No Deje de Lado la Relación de Amor
Muchos quieren que Dios los llame a una misión. Sin embargo, no toman en cuenta esta relación de amor con él. Como
veremos más adelante, tener y mantener esta relación de amor es, precisamente, aquello para lo cual Dios le creó. Para él eso
es muchísimo más importante que lo que usted hace. De manera que preste atención, porque Dios comenzará a obrar en
usted, y lo llevará a una íntima relación de amor que es real y personal.
Cuando esta relación de amor esté afianzada, Dios podrá comenzar a darle misiones, tomando él la iniciativa. Cuando le
parezca que no está recibiendo misiones de parte de Dios, dedíquese a cultivar su relación de amor con él, y espere allí hasta
que la misión se manifieste.
Dedíquese a Detectar el Llamado a una Misión
Creo firmemente que muchos hoy en día están buscando interpretar de manera inversa el llamado de Dios al ministerio
o a una misión. Les enseñamos a las personas a descubrir sus dones espirituales, y luego buscamos una misión en la cual
puedan utilizar esos dones. Esta puede ser una experiencia un tanto frustrante para alguien que está buscando su primera
misión asignada por Dios. Un don espiritual es una manifestación del Espíritu Santo obrando a través de una persona,
mientras ésta lleva a cabo una misión asignada por Dios. Por lo general, una persona no conocerá su don espiritual si no
recibe primeramente una misión. Cuando Dios asigna una misión y la persona obedece, Dios lleva a cabo lo que él tenía en su
propósito, a través de esa persona. La evidencia del accionar sobrenatural de Dios es lo que generalmente identificamos como
dones espirituales. Es muy probable que una persona que nunca aceptó una misión no conozca o sepa identificar sus dones
espirituales.
El dedicarse a identificar dones, en lugar de identificar también la misión encomendada, puede limitar seriamente al
creyente que evalúa su utilidad futura para Dios únicamente en base a su utilidad pasada. Muchos enseñan, respecto a los
dones espirituales, que Dios únicamente podrá usarlo a usted en misiones que necesitan aquellos dones que usted haya
descubierto en el pasado. En consecuencia, muchos reciben una misión de parte de Dios y dicen: “Eso no podría ser de Dios.
Eso no está dentro del área de mis dones.” Si se trata de una misión encomendada por Dios, obedézcale, y verá la
manifestación del Espíritu Santo en formas nuevas que quizá usted nunca haya experimentado antes.
Si toma la iniciativa de decidir respecto de una misión que considera es la apropiada para usted, esta forma común de
considerar los dones espirituales llegará a estar centrada en usted mismo y no en Dios. La verdad no se descubre, se revela.
Únicamente Dios puede decirle a usted lo que está haciendo o queriendo hacer a través de su vida. Usted no está en
condiciones de arribar a conclusiones por su cuenta.
¡Un momento! En esto es probable que usted no esté de acuerdo conmigo en absoluto. Antes de que cierre este libro
permítame compartirle lo que yo interpreto como dones espirituales en las Escrituras. Si usted tiene alguna dificultad con esto
deténgase y ore, aquí y ahora, para que el Espíritu Santo sea su Maestro. No acepte lo que yo digo a menos que el Espíritu
Santo se lo confirme, y que esté en armonía con la enseñanza de las Escrituras. Pídale a Dios que le ayude a entender la
relación entre una misión asignada por Dios, y un don espiritual.
32
DIOS SIEMPRE ESTA OBRANDO ALREDEDOR DE USTED
33
DIOS SIEMPRE ESTA OBRANDO ALREDEDOR DE USTED
Un don espiritual es una manifestación de Dios obrando a través de usted. Dios obra en, y a través de usted para llevar
fruto. Lo importante es Dios, y lo que él hace a través de usted. Cuando la importancia se asigna a alguna cosa, uno se
encuentra haciendo algo bueno para Dios, y generalmente piensa más en sí mismo que en nuestro Dios.
Ahora bien, quizá usted haya realizado un estudio sobre los dones espirituales que pareció resultarle muy útil. A
menudo, cuando alguien recoge una experiencia positiva a partir de una lista sistematizada de dones espirituales, es porque
esa persona ya anteriormente ha participado en misiones que Dios le asignó. Lo que él o ella ven como una manifestación de
Dios en aquellas experiencias, es descrito como un don espiritual. Este es el patrón que yo veo en las Escrituras: Dios asigna
una misión, y el Espíritu Santo se manifiesta a través de una persona al llevar a cabo la misión a través de ella.
Dedique su atención a oír el llamado de Dios a una misión, la invitación que le hace para unirse a él. Cuando usted
ajuste su vida a él y le obedezca, el Espíritu Santo estará obrando en usted, capacitándole para llevar a cabo todo lo que Dios
desea.
RESUMEN
Dios está siempre obrando en su mundo. Está obrando para llevar a cabo la redención del mundo, a través de su Hijo
Jesucristo. Jesús describió la manera en que él conocía y hacía la voluntad de su Padre. Porque el Padre amaba a su Hijo, le
mostraba lo que estaba haciendo. Jesús observaba para ver dónde el Padre estaba obrando, y se unía a él. Usted puede seguir
el mismo patrón de conducta, observando para ver dónde Dios está obrando. Cuando él se lo manifieste, únase a él en su
trabajo. Concentre su atención en el llamado de Dios a una misión, más que en sus dones espirituales, sus deseos y
habilidades personales, o su capacidad y sus recursos. Una vez que usted entienda que se trata del llamado de Dios a una
misión, obedézcalo y él obrará para dar cumplimiento a sus propósitos a través de usted.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Medite sobre sus propias experiencias con Dios. ¿Puede identificar momentos en que Dios estaba obrando a su
alrededor, y que usted lo sabía? ¿Se da cuenta también ahora de que en ciertas ocasiones Dios estaba obrando alrededor de
usted, y que en esos momentos no alcanzó a discernir que se trataba de la obra de Dios?
Ore y dé gracias al Señor porque él es quien está obrando.
Agradézcale por el privilegio de trabajar junto con él. Invítelo a iniciar su obra en usted en cualquier momento que él
desee. Comience ahora a concentrar su atención en una relación de amor con su Padre celestial. Más que su actividad, él
quiere que usted lo ame. Entonces esté atento y a la espera de que él le revele una misión para su vida. Confíe en que él
obrará a través de usted y llevará a cabo la misión.
34
DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED
7
Jesús le dijo: —Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el grande el
primer mandamiento. Mateo 22:37, 38
DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED
Dios, en persona, busca una relación de amor con usted. El es el que toma la iniciativa de llevarle a una relación de esta
naturaleza. El lo creó para vivir amándole y que usted le ame. Ese es el propósito de su vida. Para usted, esta relación de
amor puede y debe ser real y personal.
No obstante, no se trata de una “aventura” unilateral. Dios quiere que usted lo conozca y lo adore. Sobre todo, él quiere
que usted lo ame. Jesús dijo: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, él es quien me ama. Y el que me ama será amado
por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él” (Juan 14:21). Si usted quiere que Dios se le revele debe amarlo y
obedecerle.
OBEDIENCIA Y AMOR
Jesús dijo: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos” (Juan 14:15). Cuando usted obedece a Jesús demuestra que le
ama y que confía en él. El Padre ama a quienes son amados por su Hijo. Jesús dijo que amaría y que se manifestaría a quienes
le aman y guardan sus mandamientos. La obediencia es la expresión visible del amor que usted siente por Dios.
La recompensa por su obediencia y amor es que él se le manifestará a usted. Jesús dejó con su vida un ejemplo para
usted. El dijo: “Pero para que el mundo conozca que yo amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago” (Juan 14:31).
Jesús fue obediente a cada uno de los mandamientos del Padre. El demostró su amor por el Padre a través de la obediencia.
Una relación de amor con Dios demanda que usted exprese su amor por medio de la obediencia. No se trata
simplemente de cumplir la “letra” de la ley, sino de cumplir con el “espíritu” del mandamiento también. Si usted tiene un
problema de obediencia tiene un problema de amor. Piense en el amor de Dios. Si usted estuviera delante de Dios, ¿podría
describir su relación con él diciéndole: “Te amo con todo mi corazón y con todas mis fuerzas y con toda mi mente y con toda
mi alma”?
Problemas con la Relación.
Uno de los miembros de nuestra congregación permanentemente tenía problemas en su vida personal, en su familia, en
su trabajo y en la iglesia. Un día, me acerqué a él y le pregunté:
“¿Podría usted describir su relación con Dios diciendo con honestidad: ‘te amo con todo mi corazón?”
Nunca vi a una persona tan sorprendida. Me respondió: “En mi vida, nadie me ha preguntado eso. No, no podría
describir mi relación con Dios de esa manera. Podría decir que lo obedezco, que lo sirvo, que lo adoro y que lo temo. Pero no
puedo decir que lo amo.”
Descubrí que todo en su vida estaba desordenado, porque el propósito fundamental de Dios para su vida no ocupaba el
lugar debido. Dios nos creó para una relación de amor con él. Si usted no puede describir su relación con Dios diciendo que
usted le ama con todo su ser, entonces necesita pedirle al Espíritu Santo que le lleve a esa clase de relación.
Si fuera necesario resumir el del Antiguo Testamento usaría estos versículos: “Escucha, Israel: Jehová nuestro Dios,
Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Deut. 6:4, 5).
El Más Grande Mandamiento
Este clamor que surge del corazón de Dios se expresa a través de todo el Antiguo Testamento. La esencia del Nuevo
Testamento es la misma. Jesús, citando el libro de Deuteronomio, dijo que el más grande mandamiento en la ley es: “Y
amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Mar. 12:30).
¡Todo depende de esto! Todo en su vida cristiana, todo lo que tenga que ver con conocer a Dios y experimentarlo, todo lo que
se refiera a conocer su voluntad, depende de la calidad de su relación de amor con él. Si eso no está en orden, si no ocupa el
debido lugar, nada en su vida estará en orden. Vea lo que dice Dios acerca de esta relación de amor con él:
Llamo hoy por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que he puesto delante de vosotros la vida y la
muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes, amando a Jehová tú Dios,
escuchando su voz y siéndole fiel. Porque él es tu vida (Deut. 30:19, 20).
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se
pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).
El que tiene mis mandamientos y los guarda, él es quien me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo
amaré y me manifestaré a él (Juan 14:21).
35
DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación? ¿Angustia? ¿Persecución? ¿Hambre? ¿Desnudez? ¿Peligros?
¿Espada? Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó... [Nada] nos podrá
separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro (Rom. 8:35, 37, 39).
En esto hemos conocido el amor: en que él puso su vida por nosotros. También nosotros debemos poner nuestras vidas
por los hermanos (1 Jn. 3:16).
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que
vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y
envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados... Nosotros amamos, porque él nos amó primero (1 Jn. 4:9-10, 19).
¿Comprende que el Señor no solamente le da la vida, sino que él es su vida? El es quien buscó relacionarse con usted.
No fue usted quien comenzó una relación de amor con Dios. El comenzó una relación de amor con usted. Es más, Dios le
amó antes que usted viniera al mundo, le comenzó a demostrar su amor en la cruz del Calvario.
Porque Dios le amó, quiere que usted le ame también. Los pasajes de las Escrituras que citamos anteriormente nos
muestran algunas de las maneras en que usted puede expresar su amor por él: Puede escoger la vida, escuchar su voz, serle
fiel, creer en su único Hijo, obedecer sus mandamientos y enseñanzas y estar dispuesto a poner su vida por sus hermanos y
hermanas cristianos.
Cuando en verdad usted ama a Dios, él promete responder con sus bendiciones. Usted y sus hijos vivirán cubiertos por
sus bendiciones. Al confiar en Jesús usted tiene vida eterna. El Padre le amará, Dios vivirá con usted, él le hará más que
vencedor en todas las dificultades, nada le separará de su amor.
¿Qué es lo más importante que Dios quiere de usted? El quiere que usted lo ame con todo su ser. Ese es el más grande
mandamiento. Su relación de amor con Dios es más importante que cualquier otra cosa en su vida.
SU PRIMER AMOR
Imagine una escalera muy alta apoyada contra una pared. Piense en su vida como el proceso de subir por esa escalera.
¿No sería una tragedia llegar al extremo y descubrir que la apoyó sobre la pared equivocada? ¡Sólo una vida para vivir, y
usted se equivocó! Su relación con Dios (Padre, Hijo y Espíritu) es el aspecto más importante de su vida. Si eso no está en
orden, todo lo demás deja de ser importante.
Si supiera que todo lo que tiene es una relación con él, ¿estaría absoluta y totalmente satisfecho? Muchos responderían:
“En fin, me gustaría tener esa relación, pero también me gustaría poder hacer algo”, o “me encantaría que él me diera un
ministerio o algo para hacer”. Somos gente de “hacer” (siempre queremos estar haciendo algo para demostrar que somos
útiles). Nos sentimos inútiles, o que no valemos nada, si no estamos ocupados haciendo algo. Las Escrituras nos llevan a
entender que Dios está diciendo: “Yo quiero que me ames por sobre todo lo demás. Cuando estás en una relación de amor
conmigo, tienes todo lo que se puede tener.”
Eso no significa que usted nunca hará nada como expresión de su amor por él. Dios le llamará a obedecerlo, y a hacer lo
que él le pida. No obstante, no necesita estar haciendo algo para sentirse realizado. Usted está totalmente realizado estando en
relación con Dios. Cuando está lleno de él, ¿qué más puede necesitar?
Fuera los Competidores
¿Quiere usted realmente amar al Señor su Dios con todo su corazón? El dice:
“Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al
otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mat. 6:24).
“Cuando hayas comido y te hayas saciado, entonces ten cuidado; no sea que te olvides de Jehová... porque Jehová tu
Dios es un Dios celoso que está en medio de ti” (Deut. 6:11, 12, 15).
“Sucederá que cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob
que te daría, con ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, con casas llenas de todo bien que tú no llenaste, con
cisternas cavadas que tú no cavaste, con viñas y olivares que tú no plantaste, y cuando hayas comido y te hayas saciado,
entonces ten cuidado; no sea que te olvides de Jehová que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. A Jehová
tu Dios temerás y a él servirás, y por su nombre jurarás. No iréis tras otros dioses, tras los dioses de los pueblos que están a
vuestro alrededor; porque Jehová tu Dios es un Dios celoso que está en medio de ti” (Deut. 6:10-15).
“Por tanto, no os afanéis diciendo: ¿Qué comeremos? o ¿Qué beberemos? o ¿Con qué nos cubriremos? Porque los
gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre que está en los cielos sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat. 6: 31-33).
Cuando usted ame a Dios, y solamente a él por sobre todas las cosas, puede confiar en que le proveerá para todas sus
necesidades.
36
DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED
La Búsqueda
Dios siempre toma la iniciativa en esta relación de amor. Si es que hemos de experimentarlo a él, es necesario que Dios
tome la iniciativa y venga a nosotros. De esto testifica toda la Biblia. El vino a Adán y Eva en el jardín del Edén. En amor él
tuvo comunión con ello y ellos con él. El vino a Noé, Abraham, Moisés y los profetas. Dios tomó la iniciativa, de modo que
cada persona en el Antiguo Testamento lo experimentara en una comunión de amor que fuera personal. Lo mismo sucede
también en el Nuevo Testamento. Jesús vino a los discípulos, los eligió para que estuvieran con él y experimentaran su amor.
Vino a Pablo en el camino a Damasco. En nuestra condición humana normal no buscamos a Dios por propia iniciativa. “No
hay justo ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se apartaron, a una fueron hechos inútiles; no
hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Rom. 3:10-12).
El pecado nos ha afectado tan profundamente que ninguno busca a Dios por iniciativa propia. Por lo tanto, si es que
hemos de tener una relación con él o con su Hijo, es necesario que Dios tome la iniciativa. Y eso es precisamente lo que hace.
Dios nos acerca a él. Las Escrituras dan testimonio de esa acción de atraer que realiza Dios:
“Nadie puede venir a mí, a menos que el Padre que me envió lo traiga;... todo aquel que oye y aprende del Padre viene
a mí... Por esta razón os he dicho que nadie puede venir a mí, a menos que le haya sido concedido por el Padre” (Juan 6:44,
45, 65).
Jehová me ha aparecido desde hace mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te he
prolongado mi misericordia (Jer. 31:3).
Con cuerdas humanas los atraje, con vínculos de amor. Fui para ellos como los que ponen un bebé contra sus mejillas,
y me inclinaba hacia ellos para alimentarlos (Ose. 11:4).
El amor que Dios proyecta sobre su vida es un amor eterno. A causa de ese amor él le ha atraído a usted a sí mismo. Le
atrajo con cuerdas de amor cuando usted no era su amigo, cuando usted era su enemigo. Dio a su propio Hijo para morir por
usted. A fin de que el experimentar a Dios y conocer su voluntad sea algo firmemente establecido, es necesario que usted esté
totalmente convencido del amor de Dios por usted.
Pablo. Dios vino a Saulo, quien más adelante sería conocido como Pablo (Hech. 9:1-19). Pablo, quien se oponía a Dios
y sus actividades luchaba contra su Hijo Jesús cuando éste se le presentó y le reveló los propósitos de amor que el Padre tenía
para él. Esto se aplica también a nuestras vidas. Nosotros no lo elegimos a él. El nos elige a nosotros, nos ama y nos revela su
propósito para nuestras vidas.
Los discípulos. Jesús les dijo a sus discípulos: “Vosotros no me elegisteis a mí; más bien, yo os elegí a vosotros... Pero
ya no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo” (Juan 15:16, 19). ¿Acaso Pedro no eligió seguir a Jesús? No, Jesús
eligió a Pedro y él respondió a la invitación de Dios. Dios tomó la iniciativa.
Jesús y Pedro
Cuando llegó Jesús a las regiones de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos diciendo:
-¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
Ellos dijeron:
-- Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o uno de los profetas.
Les dijo:
--Pero vosotros, ¿Quién decís que soy yo?
Respondió Simón Pedro y dijo:
--¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente!
Entonces Jesús respondió y le dijo:
--Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos
(Mat. 16:13-17)
Jesús dijo que Pedro estaba respondiendo a la iniciativa de Dios en su vida. Les preguntó a los discípulos quién decían
los hombres que era él. Después les preguntó a ellos quién decían ellos que era él. Pedro respondió acertadamente: “Tú eres
el Cristo.” Entonces Jesús le hizo a Pedro una aseveración muy importante: “(Esto) no te lo reveló carne ni sangre, sino mi
Padre que está en los cielos.”
En esencia Jesús estaba diciendo: “Pedro, nunca podrías haber sabido y confesado que yo soy el Cristo a menos que mi
Padre hubiese estado obrando en ti. Él te llevó a conocer quién soy. Tú estás respondiendo a la acción del Padre en tu vida.
¡Muy bien!
Dios está decidido a amarle, de no ser así usted nunca habría llegado a ser un cristiano, un creyente. Él tenía un
propósito en mente cuando le llamó, y comenzó a obrar en su vida. Desde el momento en que Dios tomó la iniciativa usted
comenzó a experimentar una relación de amor con él, comenzó a abrir su entendimiento, le atrajo a sí. ¿Qué hizo usted?
37
DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED
Cuando respondió a su invitación, él le integró a una relación de amor con él. Si Dios no hubiese tomado la iniciativa
usted nunca hubiera conocido, o sido consciente, o estado en la presencia de ese amor. Los siguientes pasajes de las
Escrituras describen las iniciativas que Dios toma para establecer una relación de amor con usted.
Jehová tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu
corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. (Deut. 30:6)
“Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre. Nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el
Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (Luc. 10:22).
“Vosotros no me elegisteis a mi; más bien, yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y para
que vuestro fruto permanezca” (Juan 15:16).
Porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, para cumplir su buena voluntad (Fil. 2:13).
En esto hemos conocido el amor: en que él puso su vida por nosotros (1 Jn. 3:16).
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo
(Apoc. 3:20).
Dios siempre toma la iniciativa de establecer una relación de amor con usted.
CREADOS, NO PARA LO TEMPORAL, SINO PARA LO ETERNO
Dios no lo creó a usted para lo temporal; lo creó para lo eterno. Lo temporal (su etapa de vida en la tierra) le ofrece la
oportunidad de relacionarse con él y conocerlo. Le brinda a Dios una oportunidad para desarrollar en usted un carácter
semejante al de él. Entonces la eternidad tendrá para usted su verdadera dimensión.
Si usted vive solamente para lo temporal (el aquí y ahora), se pierde el propósito máximo de la creación; estará
permitiendo a su pasado modelar y dar forma a su vida actual. Su vida como un hijo o una hija de Dios, necesita estar
moldeada por lo futuro (lo que un día usted será). Dios utiliza su presente para modelar y dar forma a su utilidad futura aquí
en la tierra y en la eternidad.
Usted podrá tener cosas en su pasado que están ejerciendo una fuerte influencia limitante sobre su vida presente. Estas
cosas podrán incluir discapacidades, una formación de familia con problemas, fracasos, vergüenza por algún “secreto”
personal o familiar, o cosas tales como orgullo, éxito, fama, reconocimientos, demasiados bienes y otras tantas. Usted podrá
descubrir que está siendo moldeado o moldeada más por su pasado que por su futuro.
Pablo luchó con este problema. He aquí la manera en que él trató la relación entre su pasado y su presente:
Si alguno cree tener de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de
Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de
la ley, irreprensible.
Pero las cosas que para mí eran ganancia, las he considerado pérdida a causa de Cristo. Y aun más: Considero como
pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he
perdido todo y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en él; sin pretender una justicia mía, derivada de la
ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que proviene de Dios por la fe. Anhelo conocerle a él y el poder de su
resurrección, y participar en sus padecimientos, para ser semejante a él en su muerte; y de alguna manera, me encontraré en la
resurrección de los muertos.
No quiero decir que ya lo haya alcanzado, ni que haya llegado a la perfección; sino que prosigo a ver si alcanzo aquello
para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa
hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante, prosigo a la meta hacia el premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Fil. 3:4-14).
Pablo fue un judío fiel y honesto, de la tribu real de Benjamín. Era intachable en guardar los preceptos de los fariseos.
Tenía un gran celo por Dios, y consideraba todos sus méritos personales como pérdida y basura. Más que ninguna otra cosa,
quería conocer a Cristo, ser hallado en él, y llegar a ser como él a fin de obtener bendición futura (resurrección de entre los
muertos). Para centrar su atención en lo futuro olvidaba el pasado. Se proyectaba esforzadamente hacia lo futuro y hacia la
meta futura de un premio celestial.
El deseo íntimo de Pablo era conocer a Cristo y llegar a ser como él. Usted también puede someterse y ordenar su vida
bajo la dirección de Dios de tal modo que logre conocerlo, amarlo únicamente a él y llegar a ser como Cristo.
Permita que su presente sea modelado y formado por lo que usted ha de llegar a ser en Cristo. ¡Usted fue creado para la
eternidad!
Necesita comenzar a orientar su vida hacia los propósitos de Dios, esos propósitos se proyectan más allá del tiempo y
hacia la eternidad. Asegúrese de estar invirtiendo su vida, tiempo y recursos en lo que es duradero y no en cosas pasajeras. Si
no reconoce que Dios le creó para la eternidad, usted invertirá en la dirección equivocada. Necesita hacer tesoros en el cielo.
38
DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED
“No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y
roban. Más bien, acumulad para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones
no se meten ni roban. Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón... Más bien, buscad primeramente el reino
de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat. 6:19-21, 33).
Esta es la razón por la cual es tan importante una relación de amor con Dios. El le ama y sabe lo que es mejor para
usted. Únicamente él puede guiarle a invertir su vida de manera que tenga sentido. Esta guía vendrá a medida que “camina”
con él y lo escucha.
CAMINANDO CON DIOS
Dios creó a Adán y a Eva, el primer hombre y la primera mujer, para una relación de amor con él. Después que Adán y
Eva pecaron oyeron a Dios caminando en el jardín al fresco del día. Se escondieron de él a causa de su vergüenza y temor.
Trate usted de pensar en el sentimiento del corazón de un padre amante, cuando hizo esa maravillosa pregunta de amor:
“¿Dónde estás?” (Gén. 3:9). Dios sabía que algo había sucedido en su relación de amor con ellos.
Cuando su relación con Dios es como debe ser usted siempre estará en comunión con el Padre. Estará allí, en su
presencia, anhelando y anticipándose a esta relación de amor. Cuando Adán y Eva no estuvieron allí, era porque algo había
fallado.
Todos los días, temprano, tengo una cita con Dios. A menudo me pregunto qué sucede cuando el Dios que me ama
viene a encontrarme allí. ¿Cómo se siente él, cuando pregunta: “Henry, dónde estás?”, y simplemente yo no estoy allí. En mi
propio caminar con el Señor he descubierto esto: guardo ese tiempo a solas con Dios no para establecer una relación, sino
porque tengo una relación. Porque tengo esa relación de amor con el Señor quiero encontrarme con él en mi tiempo
devocional. Quiero pasar tiempo allí. El tiempo pasado en su presencia enriquece y profundiza la relación que tengo con él.
Oigo a muchas personas decir: “Para mí es una lucha tratar de tener ese tiempo a solas con Dios.” Si ese es un problema
que usted tiene, permítame sugerirle algo. Haga que la primera prioridad en su vida sea el amarlo con todo su corazón. Eso
solucionará en gran parte su problema con el tiempo devocional. Su tiempo devocional existe porque usted lo conoce a él y
por lo tanto lo ama, no únicamente para aprender acerca de él. El apóstol Pablo, dijo que era “el amor de Cristo” lo que a él lo
impulsaba o lo constreñía (2 Cor. 5:14).
Supongamos que usted sale con una persona a quien ama y con quien tiene la intención de casarse. ¿Cuál es la razón
fundamental por la cual pasa tiempo con esa persona? ¿Es porque quiere interiorizarse acerca de lo que a ella le gusta y no le
gusta, o saber cómo es su familia? ¿Es porque usted quiere probarla en lo que ella conoce, y saber cuál ha sido su educación?
¿O es porque la ama y disfruta de estar con ella?
Cuando dos personas se aman y hacen planes para casarse, están interesadas en obtener información la una acerca de la
otra. No obstante, esa no es la razón fundamental por la cual pasan tiempo juntas. Se relacionan así porque se aman y porque
disfrutan de estar juntas.
Del mismo modo usted aprenderá mucho acerca de Dios, su Palabra, sus propósitos y sus caminos a medida que pase
tiempo con él. Llegará a conocerlo durante el día, a medida que lo experimente obrando en su vida y a través de ella. Sin
embargo, aprender acerca de él no es la razón por la cual usted quiere tener un tiempo a solas con él. Cuanto más lo conozca
y experimente su amor, más lo amará. Como resultado, querrá tener ese tiempo a solas con él, porque verdaderamente lo ama
y disfruta de la comunión con él.
REAL, PERSONAL Y PRÁCTICA
La relación que Dios quiere tener con usted es real, personal y práctica. Algunos preguntan: “¿Puede en verdad una
persona tener una relación real, personal y práctica con Dios?” Parecen creer que Dios está lejos y despreocupado del vivir
diario de ellos. Ese no es el Dios que vemos en las Escrituras. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis vemos a Dios
relacionándose de manera real, personal, íntima y práctica. Tome su Biblia y lea los relatos que describiremos a continuación.
Descubra la manera en que la relación de esa persona con el Señor fue muy real, práctica y personal.
Adán y Eva. Dios tenía una comunión íntima con Adán y Eva, caminaba en el jardín con ellos al fresco del día. Cuando
pecaron Dios vino a buscarlos para restaurar esa relación de amor mutuo. Lo demostró prácticamente al proporcionarles ropa
para cubrir su desnudez (Gén. 3:20, 21).
Agar. Sarai había usado, maltratado y abusado de Agar. Agar escapó para salvar su vida. Cuando llegó al final de sus
recursos, cuando no tenía ya a donde dirigirse, cuando toda esperanza había desaparecido, Dios vino a ella. En su relación
con Dios aprendió que Dios la veía, conocía sus necesidades y que proveería amorosamente para esas necesidades. Dios es
muy personal (Gén. 16:1-13).
Salomón. David, el padre de Salomón, fue un hombre que buscó al Señor de todo corazón. Salomón tenía una herencia,
tradición de fe y obediencia a las cuales seguir. Se le dio la oportunidad de pedir y recibir lo que él quisiera de Dios. Salomón
demostró su amor por el pueblo de Dios, al pedir un corazón capaz de discernir. Dios le concedió su petición y le dio fama y
riqueza. Para Salomón su relación con Dios fue sumamente práctica (1 Rey. 3:5-13).
39
DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED
Los doce discípulos. También tuvieron una relación real, personal y práctica con Jesús. Jesús los había elegido para que
estuvieran con él. ¡Qué placer debe haber sido tener una relación tan íntima con Jesús! Cuando les fue dada una misión
particularmente difícil, Jesús no los envió desarmados. Les dio autoridad que nunca antes habían conocido, sobre espíritus
malignos (Mar. 6:7-13).
Pedro en la cárcel esperando su ejecución. En algunos lugares del mundo la obediencia al Señor trae como resultado la
cárcel; esta fue la experiencia de Pedro (Hech. 12:1-17). En respuesta a la oración el Señor lo libró milagrosamente. La
experiencia fue tan dramática y práctica que al principio Pedro pensó que era un sueño. Los creyentes que oraban pensaron
que él era un ángel; pronto todos descubrieron que la liberación del Señor fue real. Esa liberación posiblemente salvó la vida
de Pedro.
Juan. Exiliado en la isla de Patmos, Juan estaba pasando el día del Señor en comunión con Dios (Apoc. 1:9-20). En el
transcurso de este tiempo de comunión en el Espíritu, la revelación de Jesucristo vino a Juan para “mostrar a sus siervos las
cosas que deben suceder pronto” (Apoc. 1:1). Este mensaje se ha constituido en un verdadero desafío y estímulo a las
iglesias, desde el tiempo de Juan hasta el presente.
¿Percibe, al leer las Escrituras, que Dios se hace real y personal? ¿Percibe que la relación de ellos con Dios era práctica?
¿Fue él real y personal para Noé?, ¿para Abraham?, ¿para Moisés?, ¿para Isaías? ¡Sí!, ¡sí!, ¡sí! ¿Ha cambiado Dios? ¡No!
Esto fue cierto en el Antiguo Testamento; durante el tiempo y ministerio de Jesús y después de la venida del Espíritu Santo
en Pentecostés. Su vida también puede reflejar esa clase de relación real, personal y práctica, al responder a la obra que Dios
está haciendo en usted.
El amor debe ser real y personal. Una persona no puede vivir sin “otra” a quien amar. Una relación de amor con Dios se
desarrolla entre dos seres reales. Una relación de amor con Dios es real y personal. Este ha sido siempre el deseo de Dios.
Todos sus esfuerzos están hechos con el propósito de hacer realidad este deseo. Dios es una Persona que vierte su vida en la
suya.
Si por alguna razón no puede recordar un momento en que su relación con Dios haya sido real, personal, y práctica
necesita dedicar un tiempo para evaluar esa relación. Vaya al Señor en oración y pídale que le revele la verdadera naturaleza
de su relación con él. Pídale que le lleve a esa clase de relación. Si descubre que nunca ha establecido una relación salvadora
con Dios, busque ayuda en la Introducción de este libro en las páginas 15-18, para resolver ahora ese tema de vital
importancia.
Hay quienes me dicen: “Henry, lo que estás sugiriendo acerca de hacer la voluntad de Dios no es práctico para nuestro
tiempo.” Siempre debo disentir con ellos. Dios es muy práctico; lo fue en las Escrituras, lo sigue siendo hoy. Cuando él
proveyó maná, codornices y agua para los hijos de Israel estaba siendo práctico. Cuando Jesús aumentó a cinco mil estaba
siendo práctico. El Dios que veo revelado en los tiempos bíblicos es real, personal y práctico. Yo simplemente confío en que
Dios será práctico y real para mí también.
Para usted la presencia constante de Dios es el aspecto más práctico de su vida y ministerio. Lamentablemente a
menudo le asignamos a Dios un lugar limitado en nuestras vidas, y luego clamamos a él cuando necesitamos ayuda. Eso es
exactamente lo opuesto a lo que encontramos en la Palabra de Dios. El es quien está obrando en nuestro mundo, y le invita a
relacionarse con él a fin de llevar a cabo su trabajo a través de usted. La totalidad del plan de Dios para la extensión del reino
depende de su obrar en maneras reales y prácticas al relacionarse con su pueblo. En las Escrituras el conocer y experimentar a
Dios a través de una relación real y personal fue algo práctico.
Estoy seguro de que encontrará sumamente práctica esta forma de caminar con Dios. Dios puede hacer una diferencia
práctica en sus relaciones con su familia, su iglesia y con otras personas. Usted puede encontrar a Dios de este modo y estar
seguro de que lo está experimentando.
RESUMEN
Nadie busca a Dios por propia iniciativa. El toma la iniciativa de buscar una relación de amor continua con usted, esa
relación de amor es muy real, personal y práctica. Más que ninguna otra cosa que pudiera hacer, Dios quiere que lo ame con
todo su ser. El le creó para ese propósito. Si su relación de amor con él no es lo que debe ser, afectará negativamente todo lo
que se relacione con conocer, hacer y experimentar la voluntad de Dios. Cuando encuentre que no está recibiendo encargos o
misiones del Señor, preste atención a su relación de amor con él. Para encargarle una misión, Dios esperará hasta que usted
responda a su amorosa invitación.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Adán y Eva caminaron con Dios en el fresco del día. Tómese tiempo para “caminar con Dios” y cultivar una relación
más íntima con él, hoy o en esta semana. Según su condición física, donde usted viva, y si el clima se lo permite, encuentre
un lugar al aire libre donde caminar con Dios. Utilice este tiempo para salir de la rutina. Hasta quizá usted quiera hacer un
corto viaje a un lugar, para pasar parte del día a solas con Dios. El lugar podría ser:
• su barrio
• un lugar arbolado en el campo
40
DIOS BUSCA UNA RELACION DE AMOR CON USTED
• una playa
• un parque o una plaza
• un jardín
• la orilla de un lago
• un camino por la montaña
• cualquier lugar
Dedique tiempo a caminar y hablar con Dios. Si las características del lugar lo permiten, hasta puede hablar en voz alta.
Guíe sus pensamientos al amor de su Padre celestial. Alábelo por su amor y misericordia. Agradézcale por las expresiones de
amor que él ha tenido para con usted. Sea específico. Exprésele a Dios su amor por él. Dedique tiempo para alabarlo y
adorarlo. Luego, simplemente dedique tiempo a estar con él. Háblele de sus preocupaciones, y escuche lo que él pueda querer
decir le. Después de caminar reflexione acerca de sus sentimientos. Considere algunas de las siguientes preguntas:
• ¿Cómo se sintió cuando caminaba y hablaba con Dios?
• ¿Fue usted consciente de algún aspecto sobresaliente de su relación de amor con Dios? ¿Cuál?
• Si resultó ser un tiempo difícil o emocionalmente incómodo, ¿por qué cree usted que fue?
• ¿Hubo algo especialmente significativo o gozoso? ¿Qué fue?
• ¿Es una experiencia que usted quisiera repetir con cierta regularidad? Si es así, ¿cuál sería la frecuencia?
41
DIOS TOMA LA INICIATIVA
8
Porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, para cumplir su buena voluntad. Filipenses 2:13
DIOS TOMA LA INICIATIVA
Dios no solamente toma la iniciativa al buscar una relación de amor con usted, sino que también le extiende la
invitación para que se involucre con él en su obra. Porque Dios no consulta al siervo antes de comenzar su obra, usted
necesita una vida centrada en él, a fin de estar correctamente orientado frente a Dios y su obra.
Parte del libro de Génesis es el registro de la acción de Dios llevando a cabo sus propósitos a través de Abraham. No es
el registro del caminar de Abraham con Dios. ¿Entiende la diferencia de conceptos? El centro de la Biblia es Dios.
La esencia del pecado es el cambio de una vida centrada en Dios a una vida centrada en sí mismo, en el yo. La esencia
de la salvación es la negación del yo. Debemos llegar a una negación del yo y regresar a la vida centrada en Dios. Cuando
esto sucede Dios puede llevar a cabo, a través de nosotros, lo que él tenía en la mente antes de que creara el mundo.
LA VIDA CENTRADA EN DIOS
La vida centrada en Dios se caracteriza por:
• confianza en Dios
• dependencia de Dios, de su capacidad y provisión
• una vida enfocada en Dios y en su accionar
• humildad delante de Dios
• negación del yo
• buscar primero el reino de Dios y su justicia
• buscar la perspectiva de Dios en cada circunstancia
• una vida santa y piadosa
He aquí algunos ejemplos bíblicos de vidas centradas en Dios:
José. Todos los días, la esposa de Potifar le rogaba a José que se acostara con ella. El le respondía que no podía hacer tal
maldad y pecar contra Dios. Cuando ella intentó obligarlo él huyó de la habitación; prefirió que lo encarcelaran antes que
rendirse a la tentación (Gén. 39). José centró su atención en Dios antes que en sus apetitos carnales.
Josué y Caleb. Cuando Dios estaba listo para que Israel entrara en la tierra prometida, Moisés envió espías a reconocer
la tierra. A diferencia de diez de los espías (descritos más adelante), Josué y Caleb dijeron: “Si Jehová se agrada de nosotros,
nos introducirá en esa tierra... (no) temáis al pueblo de esa tierra” (Núm. 14:8, 9). Estuvieron dispuestos a confiar en la
palabra dada por Dios y proceder confiados en que él los había llamado, más bien que confiar en sus propias fuerzas y
capacidades.
El rey Asa. En los primeros años de su reinado, el rey Asa tenía su vida centrada en Dios. Estando frente al ejército de
Zéraj el etíope, Asa dijo: “¡Oh Jehová, no hay otro como tú para ayudar tanto al poderoso como al que no tiene fuerzas!
Ayúdanos, oh Jehová, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esta multitud. ¡Oh Jehová, tú
eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre!” (2 Crón. 14:11). Dios entregó al enemigo en su mano, y la nación tuvo
paz.
LA VIDA CENTRADA EN EL YO
En contraste con la vida centrada en Dios, la vida centrada en el yo se caracteriza por:
• una vida enfocada en uno mismo
• el orgullo de uno mismo y de sus propios logros
• la confianza en uno mismo
• la dependencia de uno mismo, y de las propias capacidades
• la afirmación del yo
• la búsqueda de aceptación por parte del mundo y sus caminos
• considerar las circunstancias desde una perspectiva humana
• vivir de una manera egoísta, y como los demás
He aquí algunos ejemplos bíblicos de vidas centradas en el yo:
Adán y Eva. Dios colocó a Adán y Eva en un jardín hermoso y de frutos abundantes. Les dijo que no comieran del árbol
de la sabiduría del bien y el mal. Eva vio que el fruto del árbol era agradable a la vista, y deseable para obtener sabiduría, de
modo que comió de él (Gén. 2:16-17; 3:1-7). Lo compartió con Adán, y él también comió del fruto prohibido. Ellos
mostraron un estilo de vida centrado en el yo cuando intentaron ser como Dios, violando su mandamiento. Su forma de vivir
centrada en el yo les llevó a la quiebra de su relación de amor con su creador.
42
DIOS TOMA LA INICIATIVA
Los diez espías. Dios había prometido, y estaba a punto de dar a Israel la tierra de Canaán. Moisés envió a doce hombres
a la Tierra Prometida para explorarla y regresar con un informe. La tierra era abundante, pero las personas que allí vivían
fueron vistas como gigantes (Núm. 13—14). A pesar de que Josué y Caleb estaban dispuestos a confiar en Dios, diez de los
espías dijeron: “No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros” (Núm. 13:31). En lugar de fijar
su vista en Dios, la fijaron en sí mismos. No veían cómo con sus fuerzas podían conquistar al enemigo. Poco sabían acerca de
lo que Dios había hecho para preparar el camino.
Cuarenta años más tarde una mujer de Jericó describió lo que Dios había hecho. Ella explicó que cuando el pueblo oyó
acerca de la manera en que Dios había liberado a Israel de Egipto, “nuestro corazón desfalleció. No ha quedado más aliento
en ninguno a causa de vosotros, porque Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra” (Jos. 2:11). Las
vidas de los diez espías centrados en ellos mismos, le costaron a Israel otros cuarenta años en el desierto.
El rey Asa. Judá y el rey Asa estaban amenazados por Baasa, rey de Israel. En otra ocasión, estando frente a un ejército
así, Asa había guiado al pueblo a confiar en el Señor. Esta vez, en lugar de buscar ayuda en Dios, Asa envió oro y plata del
templo y de su propio palacio a Ben-hadad, rey de Siria, pidiéndole ayuda en el presente conflicto (2 Crón. 16:1-3). A pesar
de haber sido, en otro tiempo, una persona centrada en Dios y que confiaba en él, el rey Asa se convirtió en una persona
centrada en y dependiente de sí mismo. Dios reprendió a Asa diciendo:
“Locamente has actuado en esto, y de ahora en adelante habrá guerras contra ti” (2 Crón. 16:9). Debido a esta actitud,
precisamente eso que el rey Asa más temía sería lo que lo asediaría toda su vida.
La vida centrada en el yo es una trampa sutil. La vida centrada en Dios podrá parecer no tener sentido desde una
perspectiva humana. Al igual que el rey Asa, usted puede evitar e1 actuar centrado en el yo una vez, y caer en la trampa la
siguiente vez. La vida centrada en Dios demanda diariamente la muerte del yo y el sometimiento a Dios: “A menos que el
grano de trigo caiga en la tierra y muera, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; pero el
que odia su vida en este mundo, para vida eterna la guardará” (Juan 12:24, 25).
LOS PROPOSITOS DE DIOS, NO NUESTROS PIANES
Para vivir una vida centrada en Dios usted debe enfocar su vida en los propósitos de él, no en sus propios planes. Debe
tratar de ver las cosas desde la perspectiva de Dios, en lugar de hacerlo desde su propia perspectiva humana distorsionada.
Cuando Dios comienza a hacer algo en el mundo toma la iniciativa de venir a hablar con una persona. Por alguna razón
divina, él ha elegido integrar a los suyos en la concreción de sus propósitos. Dios estaba a punto de destruir el mundo con un
diluvio, cuando vino a Noé (Gén. 6:5-14). Cuando Dios iba a destruir a Sodoma y Gomorra, vino a contárselo a Abraham
(Gén. 18:16-21; 19:13). Dios vino a Gedeón cuando estaba a punto de librar a los israelitas de la opresión de Madián (Jue.
6:11-16). Dios se presentó a Saulo (más tarde llamado Pablo) en el camino a Damasco, cuando (Dios) estaba preparado para
llevar el mensaje del evangelio a los gentiles en todo el mundo conocido (Hech. 9:1-16). Sin duda, el factor más importante
en cada caso no era lo que la persona quería hacer para Dios. El factor más importante, era lo que Dios tenía en mente hacer.
Tomemos a Noé como ejemplo. ¿Qué de todos los planes que tenía Noé para servir a Dios? No habrían tenido sentido a
la luz de la inminente destrucción, ¿verdad? Noé no estaba pidiéndole a Dios que lo apoyara para concretar lo que él estaba
soñando que haría para Dios. Usted nunca encontrará que Dios le pide a una persona que se ponga a soñar acerca de lo que
quisiera hacer para él.
No nos sentamos a soñar lo que queremos hacer para Dios, y luego lo llamamos a él para que nos ayude a hacer
nuestros sueños realidad. El modelo de las Escrituras es que nos sujetemos a Dios y esperemos hasta que él nos muestre lo
que está por hacer. Que observemos para ver lo que está haciendo a nuestro alrededor, y que nos unamos a él. ¿Quién libró de
Egipto a los hijos de Israel? ¿Moisés o Dios? Dios lo hizo. Eligió integrar a Moisés en una relación con él, a fin de que él
(Dios) pudiera liberar a Israel. ¿Intentó alguna vez Moisés hacerse cargo de los asuntos de los hijos de Israel? Sí. Lea el relato
del intento de Moisés por desempeñar un papel de liderazgo en el pueblo de Dios:
Aconteció cierto día, cuando Moisés había crecido, que fue a sus hermanos y les vio en sus duras tareas. Entonces vio a
un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. El miró a uno y otro lado, y viendo que no había nadie, mató al
egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió otra vez, y he aquí que dos hebreos se estaban peleando. Entonces
dijo al culpable:
— ¿Por qué golpeas a tu prójimo?
Y él le respondió:
— ¿Quién te ha puesto a ti por jefe y juez sobre nosotros? ¿Acaso piensas matarme como mataste al egipcio?
Entonces Moisés tuvo miedo y pensó: “Ciertamente el asunto ya es conocido.”
Cuando el faraón se enteró de este hecho, procuró matar a Moisés. Pero Moisés huyó de la presencia del faraón y se fue
a la tierra de Madián (Exo. 2:11-15).
En Exodo 2:11-15, Moisés comenzó a tomar posición a favor de su pueblo. ¿Cuál podría haber sido el resultado si
Moisés hubiese tratado de 1ibrar a los israelitas con criterios humanos? Miles y miles habrían muerto. Porque Moisés intentó
43
DIOS TOMA LA INICIATIVA
tomar los problemas israelitas en sus manos, le costó cuarenta años de exilio en Madián trabajando como pastor y ajustando
su vida a una forma de vida centrada en Dios.
Cuando Dios liberó a los hijos de Israel, ¿cuántos de ellos se perdieron? Ninguno. En el proceso Dios hasta llevó a los
egipcios a que les dieran su oro, plata y vestidos. ¡Egipto fue despojado, el ejército egipcio fue destruido, y los israelitas no
perdieron una sola persona!
¿Por qué no entendemos que el hacer las cosas a la manera de Dios siempre es lo mejor? Provocamos gran parte de las
tragedias y destrucciones en nuestras iglesias porque tenemos un plan. Ejecutamos el plan, y obtenemos de él nada más que
lo que nosotros podemos hacer. ¡Oh, si descubriéramos la diferencia! Cuando dejamos que Dios sea la Cabeza de ese cuerpo,
Dios hará más en seis meses a través de un pueblo rendido a él, que lo que nosotros podemos hacer en sesenta años sin él.
Los Caminos de Dios.
Dios quiere que su pueblo siga sus caminos. El nos creó; nos conoce; conoce nuestro mundo; y conoce el pasado,
presente y futuro. Los caminos de Dios siempre serán los mejores y los correctos. Cuando el pueblo de Dios no sigue sus
caminos, las consecuencias pueden ser muy perjudiciales. Dios había ofrecido a Israel gran realización, pero su fracaso en
seguirle tuvo un alto costo. El dijo a Israel: “Yo soy Jehová tu Dios, que te hice venir de la tierra de Egipto. Abre bien tu
boca, y la llenaré. Pero mi pueblo no escuchó mi voz; Israel no me quiso a mí. Por eso los entregué a la dureza de su corazón,
y caminaron según sus propios consejos” (Sal. 81:10-12).
Los caminos de Dios habrían sido mucho mejores que los caminos que Israel eligió. Dios dijo: “¡Oh, si mi pueblo me
hubiera escuchado; si Israel hubiera andado en mis caminos...! En un instante habría yo sometido a sus enemigos, y habría
vuelto mi mano contra sus adversarios” (Sal. 81:13, 14).
Dios quiere que adecuemos nuestras vidas a él, de manera que pueda hacer a través de nosotros lo que él quiere hacer.
Dios no es nuestro siervo, para que se adapte a nuestros planes. Nosotros somos sus siervos y debemos adaptar nuestras vidas
a lo que él está por hacer, y a sus caminos para hacerlo.
Si no nos sometemos, Dios probablemente nos permitirá llevar adelante lo que nosotros hemos planificado. Al hacerlo,
no obstante, nunca experimentaremos lo que Dios está deseando y esperando hacer a favor de nosotros, o a través de nosotros
para otros.
Cuando Dios sacó a Israel de Egipto su obra fue acompañada de muchas señales y milagros. El pueblo caminó por el
mar en seco y vieron la destrucción del ejército egipcio cuando el mar volvió a cerrarse. Vieron a Dios proveer pan del cielo,
bandadas de codornices para comer, y agua fresca de una roca. ¿No cree usted que tenían motivos suficientes para confiar en
que Dios podía manejar cualquier circunstancia? Cuando llegaron a la tierra prometida, no pudieron confiar en que él les
entregaría esa tierra que había prometido. Por eso pasaron los siguientes cuarenta años deambulando por el desierto.
En el Salmo 81 Dios le recordó a Israel que él habría conquistado rápidamente a sus enemigos, si tan sólo ellos hubieran
seguido sus planes en lugar de los propios.
Usted Necesita Saber lo que Dios Va a Hacer
En una oportunidad los líderes denominacionales vinieron a Vancouver para discutir planes a largo plazo, como parte de
un esfuerzo que habíamos planificado para el área metropolitana. Los principales responsables de diferentes organismos
trabajarían con nosotros, a fin de llevar a cabo muchas cosas maravillosas. Sin embargo, yo me preguntaba silenciosamente:
¿Pero qué si Dios antes de ese tiempo llama a nuestro país a juicio? Comprendí cuán necesario me era saber lo que Dios tenía
en mente para Vancouver. La planificación de lo que yo quería hacer para el futuro podría haber resultado totalmente
irrelevante.
Cuando Dios llamaba a los profetas, a menudo tenía un mensaje con dos alcances. El primer deseo de Dios era: “Llama
al pueblo para que regrese a mí.” Si el pueblo no respondía necesitaban oír el segundo mensaje: “Hazles saber que están más
cerca del momento del juicio de lo que jamás hayan estado.” ¿Cree usted que era importante que los profetas entendieran lo
que Dios estaba por hacer? Cuando Dios estaba preparado para ejecutar un juicio terrible sobre Jerusalén, y destruir a la
ciudad entera, ¿era importante saber lo que Dios estaba a punto de hacer? ¡Por supuesto! Entender lo que Dios está por hacer,
allí donde usted está, es más importante que decirle a Dios lo que usted quiere hacer para él.
¿Qué hubiera aportado Abraham diciéndole a Dios que estaba planeando un reconocimiento de las ciudades de Sodoma
y Gomorra y que iría de puerta en puerta testificando, un día antes de que Dios destruyera las ciudades? ¿Qué provecho
tendría que usted elaborara planes a largo plazo en su iglesia, si antes de llegar a ejecutarlos Dios descargara su juicio sobre
su país? Necesita saber lo que Dios tiene en su agenda para la iglesia en que usted ministra, para su comunidad y para su país
en este momento de la historia. Entonces, usted y su iglesia deberán ajustar sus vidas a Dios, de modo que él pueda
incorporarlos a la corriente de su obrar antes de que sea demasiado tarde. Aun cuando Dios probablemente no le dé un
programa de actividades detallado, sí le dará a conocer un paso a la vez, la manera en que usted y su iglesia deben responder
a lo que él está haciendo.
44
DIOS TOMA LA INICIATIVA
Martín Lutero. ¿Qué tenía planeado Dios cuando comenzó a decirle a Martín Lutero que “el justo por la fe vivirá”? El
iba a llevar a las gentes de toda Europa a comprender que la salvación era un don gratuito, y que cada persona tiene acceso
directo a Dios.
Estaba preparando una gran Reforma. Al estudiar los grandes movimientos de Dios en la historia de la iglesia, usted
observará que en todos los casos Dios se presentó a una persona, y que esa persona le entregó totalmente su vida a él. Luego,
Dios comenzó a llevar a cabo sus propósitos a través de esa persona.
Juan y Carlos Wesley, Jorge Whitefield. Cuando Dios comenzó a llamar a Juan y a Carlos Wesley estaba preparando un
avivamiento arrasador en Inglaterra, que salvó a este país de una revolución sangrienta como la que los franceses habían
sufrido. Allí estaba un par de hombres, acompañados por Jorge Whitefield y algunos otros, a través de los cuales Dios pudo
realizar una obra poderosa y producir un cambio transformador en Inglaterra.
En su comunidad hay algunas cosas que están a punto de suceder en las vidas de otros. Dios quiere intervenir en esas
vidas. Supongamos que lo quiere hacer a través de usted. El se acerca y le habla, pero usted está tan centrado en usted mismo
que responde: “Creo que no estoy preparado(a). No creo que yo esté en condiciones de hacerlo. Y yo...”
¿Comprende lo que sucede? El centro de atención es el yo. Al instante de percibir que Dios se está moviendo en su vida,
usted le da toda una serie de razones que intentan convencerlo de que ha dado con la persona equivocada, o que la ocasión no
es la apropiada.
Eso es lo que hizo Moisés. Cuánto deseo que usted busque situarse en la perspectiva de Dios. ¡Dios sabe que usted no
puede hacerlo! Pero él quiere hacerlo a través de usted.
DIOS TOMA LA INICIATIVA
Dios muestra través las Escrituras que él siempre toma la iniciativa. Cuando él viene a una persona siempre se revela,
tanto él mismo, como su obrar. La revelación siempre es una invitación a que la persona ajuste su vida al obrar de Dios.
Ninguna de las personas con quienes Dios tuvo un encuentro pudo seguir siendo la misma después de esa experiencia.
Tuvieron que hacer ajustes importantes a sus vidas a fin de caminar obedientemente con Dios.
Dios es el Señor soberano. Trato de mantener mi vida centrada en él, porque él es quien marca el paso. El es siempre el
que toma la iniciativa para llevar a cabo lo que quiere hacer. Cuando usted tiene su vida centrada en Dios, aun los deseos de
hacer algo para Dios provienen de la iniciativa de él, “porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el
hacer, para cumplir su buena voluntad” (Fil. 2:13).
¿Qué es lo que a menudo sucede cuando vemos a Dios actuando? Inmediatamente nos centramos en nosotros mismos
en lugar de centrarnos en Dios. En cierta forma, nosotros debemos reorientar nuestra vida hacia Dios; aprender a mirar las
cosas desde su perspectiva; permitirle desarrollar su carácter en nosotros; dejar que él nos revele sus pensamientos.
Únicamente de esa manera podremos obtener una perspectiva correcta de la vida.
Si usted mantiene su vida centrada en Dios, inmediatamente la pondrá junto al accionar de él. Cuando vea a Dios
obrando a su alrededor su corazón dará un salto y exclamara: Gracias, Padre. Gracias por permitirme participar donde tú
estás.”
Cuando estoy en medio del accionar de Dios, y Dios abre mis ojos para dejarme ver dónde está obrando, siempre doy
por sentado que quiere que me una a él.
Dios siempre toma la iniciativa, no espera para ver qué es lo que nosotros deseamos hacer para él. Después de tomar la
iniciativa, espera hasta que le respondamos uniéndonos a él y poniéndonos a su disposición.
Usted debe tener cuidado en identificar la iniciativa de Dios, y distinguirla de sus propios deseos egoístas. Una vida
centrada en sí misma, tiene la tendencia a confundir su deseo egoísta con la voluntad de Dios. Las circunstancias, por
ejemplo, no siempre constituyen una directiva clara de la guía de Dios. Las “puertas abiertas” y “cerradas” no son siempre
indicadores de la dirección de Dios. Al buscar la dirección de Dios asegúrese de que la oración, las Escrituras y las
circunstancias, armonicen en la dirección que presiente que Dios le está guiando.
Ahora bien, usted podrá estar pensando: “Todo eso suena muy bien, pero yo necesito un poco de ayuda práctica para
aprender a aplicar estos conceptos.” En cada situación Dios exige que usted dependa de él, no de un método. La clave no es
un método, sino una relación con Dios. Permítame ayudarle contándole acerca de un hombre que aprendió a caminar con
Dios por medio de la oración y la fe.
Jorge Mueller, que fue un pastor en Inglaterra durante el siglo diecinueve, se preocupaba porque el pueblo de Dios
estaba muy desanimado. Ya no esperaban de Dios nada fuera de lo común. Ya no confiaban en la respuesta de Dios a sus
oraciones. Tenían tan poca fe... (¿No le suena un poco como el caso de muchas de nuestras iglesias?).
Dios comenzó a llevar a Jorge a orar. Sus oraciones eran para que Dios lo guiara a un trabajo que solamente pudiera ser
explicado como un acto de Dios. Jorge quería que su gente aprendiera que su Dios era fiel, y que era un Dios que respondía a
la oración. Llegó al versículo, en el Salmo 81:10 que usted ya leyó anteriormente y que dice: “Abre bien tu boca, y la
llenaré.” Jorge comenzó a buscar la provisión de Dios para su trabajo de una manera en que Dios se complaciera en darla.
45
DIOS TOMA LA INICIATIVA
Dios comenzó a guiar a Jorge en un caminar en fe, que ha constituido un testimonio impactante para todos aquellos que
llegan a conocer su experiencia.
Cuando Jorge se sentía guiado por Dios para una cierta tarea, oraba por los recursos necesarios, pero no le contaba a
nadie de la necesidad. El quería que todos supieran que Dios había provisto para la necesidad, nada más que en respuesta a la
oración y la fe. Durante su ministerio en Bristol, Jorge fundó el Instituto para el Conocimiento de las Escrituras, destinado a
la distribución de las Escrituras y la enseñanza religiosa. Fundó también un orfanato. Al momento de su muerte Jorge
Mueller había sido utilizado por Dios para construir un orfanato que atendía a dos mil niños juntos. Más de diez mil niños
habían sido atendidos a través de esa obra. Distribuyó más de ocho millones de dólares que le habían sido dados en respuesta
a la oración. Cuando murió, a los noventa y tres años, sus posesiones terrenales fueron valuadas en ochocientos dólares.
¿Cómo conocía y hacía él la voluntad de Dios? La siguiente, es una descripción que Jorge Mueller hizo acerca de la
manera en que enfrentaba este tema:
No recuerdo... un periodo.., un periodo en que no haya sido dirigido correctamente después de buscar, de manera
sincera y paciente, conocer la voluntad de Dios a través de la enseñanza del Espíritu Santo por medio de la Palabra de Dios.
Pero cometía grandes errores si me faltaban la honestidad de corazón, la rectitud delante de Dios o si yo no esperaba
pacientemente sus instrucciones y prefería el consejo de mis colegas humanos en lugar de las declaraciones de la Palabra del
Dios viviente.
¿Qué es lo que ayudaba a Jorge Mueller a conocer la voluntad de Dios? El menciona tres cosas:
• Buscaba sinceramente la dirección de Dios.
• Esperaba pacientemente, hasta que recibía una indicación de Dios en las Escrituras.
• Buscaba que el Espíritu Santo le enseñara a través de la Palabra de Dios.
¿Qué es lo que le llevaba a cometer errores, al tratar de conocer la voluntad de Dios? El sabía que estas cosas le llevaron
a cometer errores:
• Falta de honestidad de corazón.
• Falta de rectitud delante de Dios.
• Impaciencia para esperar a Dios.
• Preferencia por el consejo de los hombres, por sobre las declaraciones de las Escrituras.
He aquí su resumen de la manera en que entraba en una relación “de corazón” con Dios, y aprendía a distinguir su voz:
1. Busco, en principio, que mi corazón esté en condición tal que no tenga voluntad propia con respecto a determinado
asunto. El noventa por ciento de los problemas de muchos generalmente estriba aquí. El noventa por ciento de las dificultades
se superan cuando nuestros corazones están listos para hacer lo que sabemos es su voluntad.
2. Habiendo hecho esto, no dejo el resultado a los sentimientos o a la simple impresión. Si lo hiciera, corro el riesgo de
sufrir grandes decepciones.
3. Busco la voluntad del Espíritu a través de, o en relación con, la Palabra de Dios. El Espíritu y la Palabra deben
combinarse. Si busco en el Espíritu solamente, sin la Palabra, también estoy sujeto a grandes decepciones. Si el Espíritu
Santo nos ha de guiar, lo hará de acuerdo con las Escrituras y nunca contrariamente a ellas.
4. A continuación considero las circunstancias de la providencia. Estas a menudo indican claramente la voluntad de
Dios, en estrecha relación con su Palabra y su Espíritu.
5. Le pido a Dios en oración, que me revele su voluntad.
6. Por lo tanto, (1) a través de la oración a Dios, (2) el estudio de la Palabra y (3) la meditación, arribo a una decisión
deliberada, según lo mejor de mi conocimiento y capacidad; y si mi mente está en paz, y sigue estándolo al cabo de dos o tres
peticiones más, procedo de ese modo.”1
Espero que esto haya sido de ayuda. No se desanime si todavía le parece esto algo indefinido. Tenemos mucho más para
cubrir en los siguientes capítulos.
RESUMEN
Al desarrollar una forma de vida centrada en Dios, su relación de amor con él le prepara para integrarse a su trabajo. Es
fundamental fijar su atención en los planes, propósitos y caminos de Dios, en lugar de los que usted se hace. Fijarla en
cualquier otra cosa le desorientará en su integrarse a la obra de Dios. Al igual que Jorge Mueller, usted necesita llegar al
1
Para una lectura adicional sobre Jorge Mueller, ver Respuestas a la Oración, Tomadas de las Narraciones de Jorge
Mueller, compilado por A.E.C. Brooks, Moody Press, y Jorge Mueller por Fe, Coxe Bailey, Moody Press.
46
DIOS TOMA LA INICIATIVA
punto en que la voluntad propia esté totalmente rendida. Entonces, Dios podrá hacer que usted desee la voluntad de él por
sobre toda otra cosa.
Es Dios mismo quien comienza a integrarle en su obra. El no le pide que elabore en sueños algo que pudiera hacer para
él. Necesita saber lo que él está haciendo, o está por hacer, allí donde usted está. Esto, es lo más importante que usted debe
saber. En el próximo capítulo le ayudaré a entender cómo Dios da a conocer lo que está haciendo.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Tómese unos minutos para repasar la manera en que Jorge Mueller enfrentó el tema de conocer y hacer la voluntad de
Dios. Luego ore, y pídale a Dios que le ayude a llegar al punto de no tener voluntad propia. Si usted tiene toda una serie de
planes propios de lo que quiere hacer para Dios, renuncie a ellos y, en cambio, permítale a Dios que le revele sus planes.
Pídale a Dios que comience guiando su manera de orar; que le hable a través de su Palabra; que le dé una percepción especial
de las circunstancias al buscar su voluntad. Continúe buscando, pero sea paciente y espere a que él maneje los tiempos y le
indique cuándo integrarse a los propósitos divinos.
47
DIOS LE INVITA A UNIRSE A EL
9
Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo,... encomendándonos a nosotros la palabra de la reconciliación.
Así que, somos embajadores en nombre de Cristo; y como Dios os exhorta por medio nuestro, rogamos en nombre de Cristo:
¡Reconciliaos con Dios! 2 Corintios 5:19, 20
DIOS LE INVITA A UNIRSE A EL
La Biblia revela que Dios siempre ha estado participando activamente en el mundo, para reconciliarlo consigo. Nunca
ha estado ausente de él, ni de lo que está aconteciendo. Cuando leemos la Biblia estamos leyendo de la actividad redentora de
Dios en nuestro mundo. Vemos que él elige tomar la iniciativa e integrar a su pueblo para que trabaje junto a él. Elige obrar a
través de ellos para dar cumplimiento a sus propósitos.
Cuando Dios estuvo listo para juzgar al mundo vino a Noé. Dios estaba a punto de hacer algo, e iba a hacerlo a través de
Noé. Cuando Dios estuvo listo para edificar una nación para sí, vino a Abraham. Dios llevaría a cabo su voluntad a través de
Abraham. Cuando Dios oyó el clamor de los hijos de Israel y decidió liberarlos, se apareció a Moisés. Dios vino a Moisés a
causa de ese propósito: su plan era el de liberar a Israel a través de Moisés.
Todo el conjunto del Antiguo y Nuevo Testamentos confirma esto. En la plenitud del tiempo de Dios para redimir a un
mundo perdido, a través de su Hijo, él le dio a su Hijo doce hombres con el objeto de prepararlos para llevar a cabo sus
propósitos.
Cuando él está por hacer algo, toma la iniciativa y se presenta a uno o más de sus siervos. Les hace saber lo que está por
hacer. Les invita a adecuar sus vidas a él, de modo que él pueda llevar a cabo su obra a través de ellos. El profeta Amós,
señaló que: “Así, nada hará el Señor Jehová sin revelar su secreto a sus siervos los profetas” (Amós 3:7).
EL TIEMPO DE DIOS
Como un hijo de Dios que es obediente a su Padre, usted forma parte de una relación de amor con él. El le ama y quiere
integrarle a su obra. Cuando él esté listo le mostrará dónde está obrando, para que usted pueda unirse a él. No se impaciente.
Dios podrá pasar años preparando su carácter, o desarrollando su relación de amor con él. No se desanime si la misión o el
“llamado” no vienen inmediatamente. Dios sabe lo que está haciendo. Hasta que él le revele lo que está haciendo, a fin de que
pueda unirse a él, usted no necesita preocuparse por no estar ocupado en los asuntos del Padre.
Jesús, por ejemplo, tenía doce años de edad cuando se ocupó de los negocios de su Padre en el templo. No obstante,
tenía treinta cuando comenzó el ministerio para el cual Dios le había preparado. El Hijo de Dios pasó la mayor parte de un
período de treinta años, como carpintero, esperando hasta que el Padre estuviese listo para que él comenzara su ministerio
público.
En este proceso de conocer y hacer la voluntad de Dios usted podrá preguntarse: “¿Por qué Dios no me asigna una
misión importante?” Dios, podría responderle: “Me estás pidiendo que te integre a mis grandes movimientos, pero estoy
tratando de lograr que simplemente entiendas la manera de creerme. No puedo asignarte esa misión todavía.” Dios debe
establecer algunos fundamentos básicos en su vida antes que él pueda prepararle para las tareas más grandes.
¿Alguna vez dijo usted algo como: “Señor, si tan sólo me dieras una gran misión yo te serviría con todo lo que tengo”?
Dios podría responder: “En realidad quisiera, pero no puedo. Si yo te asignara esa clase de misión tú nunca podrías
manejarla. Sencillamente todavía no estás preparado.”
Entonces usted podría insistir: “Señor, puedo. Puedo manejarla; solamente dame la oportunidad.” ¿Recuerda a alguno
de los discípulos que pensaron que estaban en condiciones de manejar una misión más grande? La noche anterior a la
crucifixión de Jesús, Pedro dijo: “Señor, estoy listo para ir contigo aun a la cárcel y a la muerte.”
Jesús le respondió: “Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú hayas negado tres veces que me conoces”
(Luc. 22:33, 34). ¿Es posible que él también sepa exactamente lo que usted haría? Confíe en él. No insista en que Dios le
asigne algo para lo cual usted cree que está preparado. Eso podría llevarle a la ruina.
Dios está mucho más interesado que usted en llevar adelante los propósitos de su reino, y él le indicará cada misión para
la cual sabe que usted está preparado. Permita que Dios lo oriente hacia él. El siervo no le dice a su Señor qué clase de misión
necesita. El siervo espera que su Señor le asigne la misión. De modo que tenga paciencia, y espere. Esperar en el Señor no
debiera ser para usted un tiempo inútil. Permita que Dios utilice los tiempos de espera para modelar y formar su carácter.
Permítale a Dios usar esos tiempos para purificar su vida y hacer de usted una vasija limpia para su servicio.
Al obedecerlo, Dios le preparará para la misión apropiada para usted. No obstante, cualquier misión que venga del
Hacedor del universo es una misión importante. No utilice los parámetros humanos para medir la importancia o el valor de
una misión.
48
DIOS LE INVITA A UNIRSE A EL
Allan era una pequeña ciudad a unos setenta kilómetros de Saskatoon. Nunca había tenido una iglesia evangélica. Uno
de los miembros de nuestra iglesia se sintió guiado a organizar una Escuela Bíblica de Vacaciones para los niños de Allan.
Dijimos: “Averigüemos si Dios está obrando aquí.”
Llevamos a cabo la Escuela Bíblica de Vacaciones. Al finalizar la semana, celebramos una “noche de los padres”.
Dijimos al grupo presente: “Pensamos que quizá Dios desea que comencemos una iglesia bautista en esta ciudad. Si alguno
de ustedes quisiera participar en un estudio bíblico regular, y quizá formar parte de una nueva iglesia, por favor pase aquí
adelante.”
Desde lo último del salón se acercó una dama; estaba llorando. Dijo: “He orado durante treinta años para que hubiera
una iglesia bautista en esta ciudad, y ustedes son los primeros en responder.”
A ella le siguió un señor mayor, llamado Jorge “T.V.” (reparaba televisores). El también estaba profundamente
conmovido y llorando. Dijo: “Durante muchos años, participé activamente en una iglesia bautista. Después caí en el
alcoholismo. Hace cuatro años volví al Señor. Le prometí a Dios que oraría entre cuatro y cinco horas por día hasta que
hubiera una iglesia bautista en nuestra ciudad. Ustedes, son los primeros en responder.”
No fue necesario hacer un estudio poblacional. ¡Dios nos había mostrado dónde estaba obrando! Esa fue su invitación
para unirnos a él. Regresamos a nuestra iglesia, y gozosos les compartimos a los hermanos lo que Dios estaba haciendo. La
iglesia inmediatamente votó comenzar una nueva iglesia en Allan. Actualmente esa iglesia en Allan ya comenzó una nueva
iglesia y dos obras misioneras.
Dios no nos ha dicho que salgamos y hagamos algo para él. Nos ha dicho que él ya está obrando, tratando de rescatar
para sí a un mundo perdido. Si estamos dispuestos a ajustar nuestras vidas a él, en una relación de amor, él nos mostrará
dónde está obrando. Esa revelación es su invitación para que nos integremos a su obra. Y entonces, cuando nos unimos a él,
él completa su obra a través de nosotros.
Cómo Saber Dónde Está Obrando Dios
En diferentes ocasiones Dios trata de llamar nuestra atención revelándonos dónde está obrando. Lo vemos, pero no lo
identificamos de inmediato como la obra de Dios. Decimos: “Bueno, no sé sí Dios quiere que me involucre aquí o no. Será
mejor que ore por esto. “Para cuando nos decidimos la oportunidad de unirnos a Dios puede haber pasado. Un corazón tierno
y sensible estará listo para responder a Dios al primer estímulo. Dios hace posible que su corazón sea sensible y tierno.
Si ha decidido unirse a Dios en el trabajo de él, usted necesita saber dónde está obrando Dios. Las Escrituras nos dicen
de algunas cosas que solamente Dios puede hacer. Aprenda a identificarlas, y cuando usted vea suceder algo que solamente
Dios puede hacer, sabrá que se trata del accionar de Dios. Esto de ninguna manera niega la iniciativa de Dios, porque a
menos que Dios abra sus ojos espirituales, usted no sabrá que es él quien está obrando. Por eso, cuando Dios le invite quedará
totalmente convencido de que se trata de él obrando.
HAY COSAS QUE SOLO DIOS PUEDE HACER
Las Escrituras dicen que ninguno puede venir a Cristo si el Padre no lo trae (Juan 6:44). Nadie buscará a Dios ni se
interesará en las cosas espirituales, a menos que el Espíritu de Dios esté obrando en su vida. Supongamos que un vecino, un
amigo, o uno de sus hijos comienza a interesarse en las cosas espirituales. Usted no debe preguntarse si Dios está llamando a
esa persona. El es el único que puede hacer eso.
Muchos que han comenzado a aplicar esta comprensión a su testificar, han encontrado gran libertad. Oran y observan
para ver cómo Dios está obrando en las vidas de otros. Cuando ven u oyen a alguien que está buscando a Dios, eso se
convierte en una invitación para ellos, para dar testimonio de Dios.
Los siguientes pasajes de las Escrituras describen otras cosas que sólo Dios puede hacer. Léalos cuidadosamente e
identifique el obrar de Dios.
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros
para siempre. Este es el Espíritu de verdad...Vosotros lo conocéis, porque permanece con vosotros y está en vosotros (Juan
14:15-17).
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os hará
recordar todo lo que yo os he dicho (Juan 14:26).
Cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8).
50
DIOS LE INVITA A UNIRSE A EL
51
DIOS LE INVITA A UNIRSE A EL
Le expliqué que nuestra iglesia había asumido un compromiso. Si Dios nos muestra dónde alguien quiere un estudio
bíblico o una iglesia, nosotros respondemos. “¿Quiere usted decir que si alguien les pide que vengan a ayudarnos a comenzar
una iglesia en nuestra ciudad, ustedes van?”, preguntó. Le dije que era así, y comenzó a llorar. El hombre era un obrero de
construcción en la ciudad de Leroy, a unos ciento veinte kilómetros al oeste. Nos dijo que hacía cuarenta años que venía
rogando a diferentes personas que comenzaran una iglesia bautista en Leroy. Nadie había querido ayudar. Nos preguntó si
iríamos.
Fundamos una iglesia en Leroy. Compramos dos lotes de terreno sobre la calle principal. El hombre estaba tan
entusiasmado que compró un aula móvil que había pertenecido a una escuela y la instaló en el lugar. Más adelante comenzó a
trabajar como pastor laico, en una obra misionera más allá de Leroy. Sus dos hijos respondieron al llamado del Señor al
ministerio cristiano.
Como iglesia estábamos preparados para ver las cosas que sólo Dios puede hacer. Cuando él nos mostraba dónde estaba
obrando, inmediatamente lo interpretábamos como su invitación para unirnos a él. Muchas veces la razón por la que no nos
unimos a Dios, es porque no nos hemos comprometido a unirnos a él. Queremos que Dios nos bendiga, y no que él obre a
través de nosotros.
No busque la manera en que Dios pueda bendecir a su iglesia. Busque la manera en que Dios quiere revelarse para
llevar a cabo sus propósitos. El obrar de Dios en usted traerá bendición. La bendición es un resultado de su obediencia, y de
experimentar a Dios obrando en medio de su congregación.
¿Quién sabe lo que puede significar, en su iglesia, la visita de un extraño solitario? Formule a esa persona algunas
preguntas acerca de lo que Dios está haciendo allí donde ella está. Entonces usted sabrá cómo adecuar su vida para ser un
instrumento de Dios, de modo que Dios pueda realizar lo que él quiere. Cuando comience a ver a Dios moviéndose, ajuste su
vida, y respóndale. Hay otros dos factores, que resultan importantes al responder a la invitación de Dios.
Cuando Dios Habla...
Cuando Dios le revela lo que él está haciendo es el momento en que usted necesita responder. El habla cuando está a
punto de realizar sus propósitos. Eso lo vemos confirmado a través de la totalidad de las Escrituras. Tenga presente, no
obstante, que el cumplimiento de su obra puede proyectarse a un tiempo muy distante. El hijo de Abraham nació veinte años
después de que Dios hiciera la promesa.
El preciso momento cuando Dios viene a usted es el momento de responder. Usted necesita comenzar a ajustar su vida a
él. Quizá sea necesario que de alguna manera se prepare para lo que él va a hacer a través de usted.
Lo Que Dios Comienza...
Cuando Dios le dijo al profeta Isaías: “Yo hablé, y yo haré que suceda. Lo he planeado y también lo haré” (Isa. 46:11),
estaba confirmando que lo que Dios comienza, él lo completa. Con anterioridad advertía al pueblo de Dios: “Ciertamente será
como lo he pensado, y se realizará como lo he decidido... Porque Jehová de los Ejércitos lo ha decidido; ¿quién lo invalidará?
Su mano está extendida; ¿quién la hará volver atrás? (Isa. 14:24, 27). Dios dice que si en alguna oportunidad él anticipa a su
pueblo lo que está por hacer, es como si hubiese sido hecho, él mismo lo llevará a cabo. (Ver también 1 Rey. 8:56 y Fil. 1:6.)
Dios garantiza que sucederá lo que él dice. Esto tiene enormes implicancias, tanto para los creyentes individualmente
como para la iglesia. Cuando vamos a Dios, para saber lo que está por hacer en el lugar donde estamos, también vamos con la
certeza de que aquello que él nos señala como su propósito, ciertamente sucederá.
Quizá usted no esté muy de acuerdo con lo que acabo de decir. Esté siempre seguro de fundamentar su entendimiento de
las cosas en las Escrituras, y no únicamente en su opinión personal o su experiencia. A través de la historia muchos han dicho
que recibieron un mensaje del Señor, y luego no se cumplió. No podemos considerar válidas estas experiencias para
determinar el alcance de nuestro conocimiento de Dios. Según las Escrituras, Dios cumple lo que se propone.
RESUMEN
Dios toma la iniciativa de integrar a los suyos con él en su obra. Lo hace en base a su manejo de los tiempos, no el
nuestro. El ya está obrando en nuestro mundo. Cuando le abre a usted los ojos espirituales, para que vea dónde él está
obrando, esa revelación es su invitación a unirse a él. Usted sabrá dónde está obrando, cuando lo vea haciendo cosas que sólo
Dios puede hacer. Cuando Dios le revela a usted su obra, es el momento en que él quiere que comience a ajustarse a él y a su
obrar. Dios garantiza que cumplirá lo que se propone hacer.
Otra realidad, relacionada con la invitación de Dios, está estrechamente vinculada con otra que se relaciona con su
hablar. En realidad ambas son inseparables. Suceden juntas. Varios de los siguientes capítulos describirán más ampliamente
la manera de saber cuándo Dios le está hablando. Al leerlos permítale a Dios tener un tiempo para enseñarle a reconocer su
voz.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Piense acerca de las cosas que únicamente Dios puede hacer. Dedique un tiempo para estar con el Señor, revisando su
pasado. ¿Hay oportunidades en que Dios le mostró que estaba actuando, y que usted no las tuvo en cuenta? ¿Hay algo en lo
52
DIOS LE INVITA A UNIRSE A EL
cual Dios ha estado tratando de hacerle partícipe, pero que usted se ha estado negando a unirse a él? ¿Le habló en el
transcurso de este capítulo, con respecto a la actividad de él alrededor de usted? Pregúntele al Señor cómo quiere que usted
responda a lo que él le revela. Agradézcale por el privilegio de ser su siervo o su sierva. Confiésele que se unirá a él en el
momento en que él le revele con claridad lo que está haciendo.
53
DIOS HABLA A SU PUEBLO
10
El que es de Dios escucha las palabras de Dios.
Por esta razón vosotros no las escucháis, porque no sois de Dios. Juan 8:47
DIOS HABLA A SU PUEBLO
Si hay algo que resulta claro de la lectura de la Biblia, es esto:
Dios habla a su pueblo. Habló a Adán y Eva en el huerto del Edén. Habló a Abraham y a los otros patriarcas. Dios habló
a los jueces, reyes y profetas. Dios estaba en Cristo Jesús hablando a los discípulos. Dios habló a la iglesia de los primeros
tiempos, y habló a Juan en la isla de Patmos, en Apocalipsis. Dios en verdad habla a su pueblo y prepárese, porque él le
hablará a usted también.
Hace algunos años, al terminar de hablar a un grupo de pastores jóvenes, un pastor me llamó aparte y me dijo: “Le
prometí a Dios que nunca, nunca más, escucharía a un hombre como usted. Usted habla como si Dios fuera real y personal y
como si Dios le hablara. Sencillamente detesto eso.”
Le pregunté: “¿Tiene algún problema con que Dios hable con usted?” Tomamos tiempo para conversar. Al rato,
estábamos ambos de rodillas. El estaba llorando y agradeciéndole a Dios que le hubiera hablado. No permita que nadie 1e
intimide con respecto a escuchar a Dios.
Un aspecto sumamente importante relacionado con comprender y experimentar a Dios, es el saber claramente cuándo
Dios está hablando. ¡Si el creyente no sabe cuándo Dios está hablando tiene problemas en el fundamento mismo de su vida
cristiana! En los capítulos siguientes centraremos nuestra atención en la manera en que Dios habla a través del Espíritu Santo
para revelarse él mismo, sus propósitos y sus caminos. Analizaremos maneras en que Dios habla a través de la Biblia, la
oración, las circunstancias, la iglesia u otros creyentes. Leamos algo de lo que dice la Biblia acerca de Dios hablando con su
pueblo.
Dios, habiendo hablado en otro tiempo muchas veces y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos
últimos días nos ha hablado por el Hijo (Heb. 1:1, 2).
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os hará
recordar todo lo que yo os he dicho (Juan 14:26).
Y cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo
lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir (Juan 16:13).
El que es de Dios escucha las palabras de Dios. Por esta razón vosotros no las escucháis, porque no sois de Dios (Juan
8:47).
DIOS HABLO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
En el Antiguo Testamento, Dios habló muchas veces y de diferentes maneras. Habló por medio de:
• ángeles (Gén. 16)
• visiones (Gén. 15)
• sueños (Gén. 28:10-19)
• el empleo de Urim y Tumim (Exo. 28:30)
• acciones simbólicas (Jer. 18:1-10)
• un silbo apacible (1 Rey. 19:12)
• señales milagrosas (Exo. 8:20-25)
• y otros medios
La realidad de que Dios hablaba a las personas es mucho más importante que la manera en que hablaba. Cuando él
hablaba la persona sabía que era Dios quien estaba hablando, y sabía lo que decía. Yo veo cuatro factores determinantes en
cada oportunidad en que Dios habló en el Antiguo Testamento. Un ejemplo lo constituye la experiencia de Moisés con la
zarza ardiente en Exodo capítulo 3.
Cuando Dios hablaba, generalmente era algo exclusivo con esa persona. Moisés no tenía antecedentes de experiencias
con una zarza ardiente. El no podía decir: “Esta es mi experiencia con la zarza ardiente. Mis padres Abraham, Isaac y Jacob
tuvieron las suyas, y esta es la mía.” No existieron otras experiencias de Dios hablando de esa manera. Fue única.
Dios quiere que nuestra experiencia con él y su voz sean personales sólo para nosotros. Quiere que lo busquemos en una
relación más personal que el vernos dependiendo de alguna técnica o método. La clave no está en cómo habló Dios, sino en
que habló. Eso no ha cambiado. El hablará a su pueblo en la actualidad, y la manera en que él hable no tendrá tanta
importancia como la realidad de que verdaderamente él lo hace
54
DIOS HABLA A SU PUEBLO
Cuando Dios hablaba, la persona estaba segura de que se trataba de Díos. Debido a lo singular de la manera en que Dios
le habló a Moisés, no había dudas en Moisés acerca de que se trataba de Dios. Las Escrituras dan testimonio que Moisés no
tuvo dificultad en entender que su encuentro era con Dios, el “YO SOY EL QUE SOY” (Exo. 3:14). El confió en Dios, le
obedeció y experimentó que Dios respondía tal como él mismo dijo que lo haría. Ahora bien, ¿podía Moisés probar
racionalmente, ante otra persona, que él había oído a Dios hablar a través de un arbusto encendido? Todo lo que podía hacer
Moisés era testificar de los resultados de su encuentro con Dios. Únicamente Dios podía hacer que su pueblo supiera que la
palabra que le dio a Moisés era la palabra del Dios de sus padres y también Dios de ellos.
Cuando a Gedeón le faltó seguridad, Dios, en su benevolencia, se reveló más claramente. La primera vez que pidió una
señal, Gedeón preparó un sacrificio. “Entonces el ángel de Jehová extendió el cayado que tenía en la mano, y con la punta
tocó la carne y los panes sin levadura, y subió fuego de la peña, que consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de
Jehová desapareció de su vista. Dándose cuenta Gedeón de que era el ángel de Jehová, exclamó: ‘Ay, Señor Jehová! ¡Pues he
visto cara a cara al ángel de Jehová!” (Jue. 6:21, 22). Gedeón estaba seguro de que Dios había hablado.
Cuando Dios hablaba, la persona sabía lo que Dios decía. Moisés sabía lo que Dios le estaba indicando que hiciera.
Sabía de qué manera Dios quería obrar a través de él. Por eso Moisés interpuso tantas objeciones. El sabía exactamente lo que
Dios pretendía. Esto tiene aplicación a Moisés, y también se aplica a Noé, Abraham, José, David, Daniel y otros. Dios no
utilizó acertijos. El presentó un mensaje claro.
Cuando Dios hablaba, ese constituía el encuentro con él. Moisés podría haber cometido la torpeza de decir: “Qué
maravillosa experiencia la de la zarza ardiente. Espero que todo esto me lleve a un encuentro con Dios!” ¡Este era,
concretamente, el encuentro con Dios! Cuando Dios le revela una verdad, cualquiera sea el medio utilizado, ese es un
encuentro con él. Se trata de una experiencia de la presencia y obra de Dios en su vida. El es el único que puede hacer que
usted experimente su presencia o que oiga su voz.
Encontramos este patrón de la manera de hablar de Dios a través de todo el Antiguo Testamento. El método que él
utilizó fue diferente de una persona a otra. Lo importante es que:
• Dios habló con los suyos en maneras únicas y singulares.
• Esas personas sabían que se trataba de Dios.
• Ellas entendían lo que él decía.
Cuando Dios le habla por el Espíritu Santo, a través de la Biblia, la oración, las circunstancias, y la iglesia, usted sabe
que se trata de Dios, y entenderá lo que él está diciendo. Cuando Dios le habla, ese es un encuentro con Dios.
DIOS HABLO EN LOS EVANGELIOS
En los Evangelios, Dios habló a través de Jesús, su Hijo. El Evangelio según Juan comienza diciendo: “En el principio
era el
Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1:1, 14).
Dios se hizo carne en la persona de su Hijo Jesucristo. (Ver también 1 Jn. 1:1-4.)
Habría sido necio de parte de los discípulos decir: “Jesús, es maravilloso conocerte; pero lo que realmente nos gustaría
es conocer al Padre.” No obstante, Felipe llegó a decir: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta” (Juan 14:8).
A esto, Jesús respondió: “Tanto tiempo he estado con vosotros, Felipe, ¿y no me has conocido? El que me ha visto, ha
visto al Padre. ¿Cómo, pues, dices tú: ‘Muéstranos el Padre’? ¿No crees que yo soy en el Padre y el Padre en mí? Las
palabras que yo os hablo, no las hablo de mí mismo; sino que el Padre que mora en mí hace sus obras” (Juan 14:9, 10).
Cuando Jesús hablaba, el Padre estaba hablando a través de él. Cuando Jesús hacía un milagro, el Padre estaba haciendo su
obra a través de Jesús.
Tan ciertamente como Moisés estuvo cara a cara con Dios en la zarza ardiente, los discípulos estuvieron cara a cara con
Dios en su relación personal con Jesús. Su encuentro con Jesús, era un encuentro con Dios. Algo dicho por Jesús era,
concretamente, algo dicho por Dios.
En los relatos de los Evangelios Dios estaba en Cristo. Dios hablaba a través de Jesús. Cuando los discípulos
escuchaban a Jesús, estaban escuchando a Dios. Cuando Jesús hablaba, era un encuentro con Dios.
DIOS HABLO EN EL LIBRO DE LOS HECHOS, Y SIGUE HABLANDO HOY
Cuando pasamos de los Evangelios al libro de Los Hechos y de allí al momento presente, a menudo cambiamos
totalmente de actitud. Vivimos como si Dios hubiera dejado de hablar en forma personal con los suyos. No nos damos cuenta
de que un encuentro con el Espíritu Santo es un encuentro con Dios. Dios habló claramente a su pueblo en el libro de Los
Hechos. El habla claramente con nosotros en la actualidad. Desde el tiempo de Los Hechos hasta hoy, Dios ha estado
hablando con los suyos a través del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo hace residencia en la vida del creyente. “Sois templo de Dios, y... el Espíritu de Dios mora en
vosotros” (1 Cor. 3:16). “Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que mora en vosotros, el cual tenéis de Dios” (1 Cor.
6:19).
55
DIOS HABLA A SU PUEBLO
Porque siempre está presente en un creyente, él puede hablarle a usted con toda claridad en cualquier momento y de la
manera que él quiera.
Dios habla a través del Espíritu Santo. A medida que el Espíritu Santo le revele a Cristo, le enseñará a usted todas las
cosas, le hará recordar las cosas que Jesús dijo, le guiará a toda verdad, le dirá lo que él oye decir al Padre, le dirá las cosas
que han de venir y glorificará a Cristo.
¿Habla Dios, realmente, a los suyos hoy? ¡Sí! ¿Le revelará él dónde está obrando cuando quiera utilizarle? ¡Sí! Dios no
ha cambiado. El aún habla a su pueblo. Si usted tiene problema para oír cuando Dios habla, tiene un problema en la raíz
misma de su experiencia cristiana.
¿COMO PUEDO SABER CUANDO HABLA DIOS?
El pecado nos ha afectado de tal modo (Rom. 3:10, 11) que usted y yo no podemos entender la verdad de Dios, a menos
que el Espíritu Santo nos la revele. El es nuestro Maestro. Cuando él le enseñe a usted la Palabra de Dios, escuche con
atención, y respóndale. Al orar observe, para determinar la manera en que él utiliza la Palabra de Dios a fin de confirmar en
su corazón un mensaje de Dios. Preste atención a lo que él está haciendo a su alrededor y en sus circunstancias. El Dios que
habla con usted cuando ora, y el Dios que habla con usted a través de las Escrituras, es el Dios que está obrando a su
alrededor.
Dios habla por el Espíritu Santo, a través de la Biblia, la oración, las circunstancias y la iglesia, para revelarse él, sus
propósitos y sus caminos. En los capítulos siguientes consideraremos estas maneras a través de las cuales Dios habla. Sin
embargo, yo no puedo darle una fórmula, diciendo que esa es la manera en que usted puede determinar cuándo Dios le está
hablando. Le compartiré lo que dice la Biblia:
Las evidencias que encontramos en las Escrituras deben servirle de estímulo en esto. En la Biblia, cuando Dios en su
soberanía eligió comunicarse con una persona, esa persona no tenía duda en cuanto a que se trataba de Dios y entendía lo que
Dios le decía. Cuando Dios le hable usted podrá saber que se trata de él, y entenderá con toda claridad lo que le está diciendo.
En Juan 10:2-4, y 14, Jesús dijo: “El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.., y las ovejas le siguen, porque conocen
su voz... Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.”
La clave para conocer la voz de Dios no es una fórmula. No es un método a seguir. Conocer la voz de Dios es algo que
surge de una íntima relación de amor con Dios. Por eso, aquellos que no tienen esa relación (los que “no son de Dios”) no
pueden oír lo que Dios dice (Juan 8:47). Necesitará estar atento para ver la manera muy particular en que Dios quiere
comunicarse con usted. No tendrá ninguna muleta, dependerá única y exclusivamente de Dios. La relación que tenga con él
es de suma importancia.
La Clave para Conocer la Voz de Dios: Una Relación de Amor
Una íntima relación de amor con Dios constituye la clave para reconocer su voz, para oír cuando él habla. Usted llega a
reconocer su voz, a medida que lo experimenta a él en una relación de amor. A medida que Dios habla y usted responde,
llegará a reconocer su voz cada vez con mayor claridad. Algunas personas intentan saltear la relación de amor. Algunos
buscan una señal milagrosa, o intentan descansar en una ‘fórmula” o en una serie de pasos para descubrir la voluntad de Dios.
Sin embargo, no existe sustituto para la íntima relación con Dios.
No se trata de una señal milagrosa. En las Escrituras algunas veces Dios dio una señal milagrosa, para asegurarle a la
persona que la palabra provenía de él. Un ejemplo de esto es Gedeón (Jue. 6). Pedir a Dios una señal puede ser una
indicación de incredulidad, como en el caso de Gedeón. Dios ya había enviado fuego de las piedras para consumir un
sacrificio, y aun las piedras sobre las cuales estaban. Sin embargo, en su incredulidad
Gedeón pidió otra señal. El “poner un vellón” como hizo Gedeón, refleja incredulidad o falta de disposición a confiar en
la respuesta de Dios.
Cuando los escribas y fariseos le pidieron a Jesús una señal milagrosa, Jesús los condenó como “una generación
malvada y adúltera” (Mat. 12:38, 39). Ellos eran tan pecadores y estaban tan centrados en sí mismos que ni siquiera
reconocieron que Dios estaba en medio de ellos. (Luc. 19:41-44.) No sea usted como esa generación malvada y adúltera al
buscar señales milagrosas para convalidar una palabra recibida de Dios.
No se trata de una fórmula. Una “fórmula correcta” tampoco es la manera de escuchar la voz de Dios. Moisés oyó a
Dios hablar a través de la zarza ardiente. Si Moisés hubiese vivido en nuestros tiempos, habría sentido la tentación de escribir
un libro acerca de Cómo conocer la voz de Dios en zarzas ardientes. Como resultado, todo el mundo andaría tratando de
encontrar su zarza ardiente.
Pero, un momento, ¿cuántas otras zarzas ardientes como la que experimentó Moisés, existieron? Ninguna. Dios no
quiere que se convierta en un experto en la utilización de una fórmula. Quiere una íntima relación de amor con usted. Quiere
que dependa exclusivamente de él. Oír a Dios no depende de un método ni de una fórmula, sino de una relación.
No se trata de creer que uno recibirá lo que afirma. Algunas personas tienen la costumbre de abrir sus Biblias, tomar
un versículo que quieren utilizar y afirmar que tienen una palabra de Dios para ese momento. Usted podrá preguntar: “No
56
DIOS HABLA A SU PUEBLO
puedo yo recibir una palabra de Dios a través de la Biblia?” ¡Sí, usted puede! Pero únicamente el Espíritu Santo puede
revelarle cuál verdad de las Escrituras constituye una palabra de Dios para una circunstancia específica. Ese es un enfoque
muy humano (o centrado en uno mismo). Aun cuando la circunstancia sea similar a la suya, únicamente Dios puede revelarle
a usted su palabra para la circunstancia que está viviendo.
También es necesario que tenga mucho cuidado en cuanto a afirmar que tiene una palabra o un mensaje de Dios.
Afirmar que uno tiene un mensaje de Dios es algo serio. Si ha recibido un mensaje de Dios, debe continuar en esa dirección
hasta que se cumpla (aunque como Abraham, deba esperar veinticinco años). Si afirma que ha recibido un mensaje de Dios y
no es cierto, usted está sujeto a juicio como falso profeta: “Puedes decir en tu corazón: ‘,Cómo discerniremos la palabra que
Jehová no ha hablado? Cuando un profeta hable en el nombre de Jehová y no se cumpla ni acontezca lo que dijo, ésa es la
palabra que Jehová no ha hablado. Con soberbia la habló aquel profeta; no tengas temor de él” (Deut. 18:21, 22).
En el Antiguo Testamento, la pena que prescribía la ley para un falso profeta era la muerte (Deut. 18:20). Era, sin duda,
una trasgresión muy seria. No tome usted livianamente un mensaje o una palabra de Dios.
No es simplemente una cuestión de puertas abiertas o cerradas. Algunas personas intentan escuchar la voz de Dios y
conocer su voluntad, únicamente a través de las circunstancias. Oigo a muchos decir cosas como: “Señor, realmente quisiera
conocer tu voluntad. Quiero que me detengas si estoy equivocado, y que me bendigas si estoy bien.” Otra versión de esto
mismo sería:
“Señor, yo continuaré en esta dirección. Te pido que si no es tu voluntad, vea las puertas cerradas.” El único problema
es que yo no veo esto como un modelo en ningún lugar de las Escrituras. Dios, efectivamente, utiliza las circunstancias para
hablarnos. Pero a menudo esto podrá desorientarnos si es nuestra única manera de determinar las indicaciones de Dios.
Vemos el caso en el capítulo 16 del libro de Los Hechos donde Pablo trató de entrar en Asia y Bitinia, y el Espíritu
Santo no se los permitió. Sin embargo, no se trata de un simple caso de buscar puertas abiertas o cerradas. Pablo dependía de
la oración y el consejo compartido de aquellos que con él viajaban. Al buscar las indicaciones del Señor, el Espíritu Santo les
decía repetidamente que no fueran, que esperaran. Entonces, cuando se presentó la visión del varón macedonio, el Espíritu
Santo confirmó que esa era la dirección de Dios para el trabajo misionero de ellos.
La Palabra de Dios es nuestra guía. El modelo o patrón que veo en las Escrituras es que Dios siempre da una dirección
para encaminarle. Quizá él no le diga todo lo que quiera saber en el principio, pero le dirá todo lo que necesita saber para que
usted inicie sus ajustes necesarios antes de dar el primer paso de obediencia. Su tarea es esperar hasta que el Señor le dé
instrucciones. Si usted comienza a “hacer” antes de tener una indicación de Dios, lo más probable es que se equivoque.
No se puede permitir el lujo de ser guiado solamente por la experiencia o tomar como guía una tradición, un método o
una fórmula. Hay personas que confían en estas formas de proceder, porque resultan fáciles. Hacen lo que les place y asignan
todo el peso de la responsabilidad a Dios. Si se equivocan, él debe intervenir para detenerlos. Si cometen un error, lo culpan a
él. Si quiere conocer la voz y la voluntad de Dios debe poner el tiempo y el esfuerzo para cultivar una relación de amor con
él. ¡Eso es lo que él quiere!
Dios le ama. El quiere tener una íntima relación con usted. Quiere que usted dependa únicamente de él cuando está
buscando una palabra o un mensaje. Quiere que usted aprenda a escuchar su voz y a conocer su voluntad. Su relación con él
es la clave para escuchar cuando Dios le habla. Si usted no tiene aun esa clase de relación con Dios, considere orar así: Dios,
te pido que pueda llegar a una relación tal contigo que cuando tú hables, yo pueda oír y responder.”
La Misión del Espíritu Santo
Como consecuencia del pecado, “No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se apartaron, a una fueron
hechos inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno” (Rom. 3:11, 12). Es imposible para nosotros conocer o
entender verdades espirituales, si no existe la acción de Dios en nuestras vidas. Las verdades espirituales, únicamente pueden
ser reveladas por Dios:
Cosas que ojo no vio ni oído oyó, que ni han surgido en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los
que le aman. Pero a nosotros Dios nos las reveló por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las cosas
profundas de Dios...nadie ha conocido las cosas profundas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el
espíritu de este mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado
gratuitamente (1 Cor. 2:9-12).
El Espíritu Santo tiene la misión de revelar a los creyentes las verdades espirituales. El Espíritu Santo es llamado el
“Espíritu de verdad” (Juan 14:17; 15:26; 16:13). Jesús dijo acerca del Espíritu Santo: “El os enseñará todas las cosas y os
hará recordar todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). El os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que
hablará todo lo que oiga y os hará saber las cosas que han de venir. El me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo hará
saber’ (Juan 16:13, 14).
57
DIOS HABLA A SU PUEBLO
58
DIOS HABLA A SU PUEBLO
Dios habla cuando tiene en mente un propósito para su vida. Es tan natural en nosotros la tendencia a pretender una
respuesta pronta, que dejamos de lado la palabra o el mensaje de Dios antes que él haya tenido tiempo para desarrollar
nuestro carácter. Cuando Dios habla, él tiene en mente un propósito para su vida. El momento en que él habla es el momento
en que usted necesita comenzar a responderle. Cuando Dios le habla usted debe responder inmediatamente, ajustando su vida
a él, a sus propósitos y a sus caminos. El momento en que Dios habla es el tiempo de Dios.
DIOS AJUSTA SU CARACTER CON LA MISION QUE LE ASIGNA
Cuando Dios habla con el propósito de asignarle una misión, usted necesita confiar en lo que Dios está haciendo. El
sabe exactamente lo que está haciendo en y a través de su vida. No descarte cosas que Dios puede estar diciéndole,
simplemente porque no concuerdan con lo que usted quiere oír. Cuando Dios llamó a Abram, le dijo: “Te bendeciré y
engrandeceré tu nombre” (Gén. 12:2). Eso significa: “Voy a desarrollar tu carácter, para que concuerde con tu misión. Nada
más trágico que encontrarnos con un carácter “pequeño” frente a una misión grande. Muchos de nosotros no queremos
prestar atención a nuestro carácter; solamente queremos que Dios nos asigne una misión grande.
Supongamos que un pastor está esperando que una iglesia grande Lo invite a ser su pastor. En eso lo llaman de una
iglesia pequeña y le dicen: “Quisiera venir a trabajar medio tiempo y ayudarnos en este pequeño pueblo del interior del país?”
“Por ahora no” responde. Y piensa: Estoy esperando que Dios me asigne una misión. Después de tanto estudiar, no
puedo perder el tiempo en un trabajo secular y dedicar medio tiempo a la iglesia, cuando podría dedicar tiempo completo. Yo
creo que merezco algo más importante que eso. Yo ya pagué mi “derecho de piso“
¿Comprende usted cuán centrado en uno mismo es ese punto de vista? El razonamiento humano no le brindará a usted
la perspectiva de Dios. Si no puede ser fiel en lo poco, Dios no le asignará una misión mayor. Quizá él quiera ajustar su vida
y su carácter a través de pequeñas misiones, a fin de prepararle así para otras mayores. Allí es donde Dios comienza a obrar.
Cuando usted ajusta su vida a lo que Dios está haciendo y comienza a obedecerlo, llega a conocerlo por experiencia. Este es
el objetivo del obrar de Dios en su vida: que usted llegue a conocerlo.
¿Quiere experimentar a Dios obrando poderosamente en su vida, y a través de ella? Pues entonces, ajuste su vida a Dios
en esa clase de relación, en la cual lo sigue dondequiera que él le conduzca, aun en una misión que parece pequeña o
insignificante. ¿No preferiría usted oír: “Bien, siervo bueno y fiel. Sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en
el gozo de tu señor” (Mat. 25:2 1)?
Ahora bien, quizá usted pregunte: “,Debo dar por sentado que un pedido como el que recibió el pastor recién
mencionado, por ser una misión pequeña automáticamente viene de Dios?” No. Ya sea que a su juicio se trate de una misión
grande o pequeña, usted siempre tendrá que descubrir si es de Dios o no. No obstante, siempre debe dejar que Dios se lo diga.
No desestime una misión, grande o pequeña, en base a sus ideas preconcebidas. Recuerde: usted lo sabrá a través de su
relación con Dios. No intente saltear esta relación.
Conozco a personas que no estarían dispuestas a renunciar a un día de pesca o a un partido de fútbol por nada del
mundo. Dicen que quieren servir a Dios, pero sistemáticamente eliminan de su vida todo aquello que pudiera interponerse a
sus propios planes. Están tan centrados en sí mismos, que no alcanzan a reconocer los momentos en que Dios viene a ellos.
Si usted está centrado en Dios, ajustará sus circunstancias con lo que Dios quiera hacer. El tiene todo el derecho de
interferir en su vida e interrumpir sus planes. El es Señor. Cuando usted se rindió a él como Señor, le dio el derecho de
servirse de su vida, en cualquier momento que él quisiera.
Supongamos que cinco de cada diez veces en que el Señor tuviera una tarea para hacer, el siervo le dijera: “Lo siento.
Eso no está en mi agenda.” ¿Qué cree usted que haría el Señor? El Señor disciplinaría al siervo. Si el siervo no respondiera a
la disciplina, tarde o temprano descubriría que su Señor ya no viene a encargarle tareas o misiones.
Probablemente usted esté diciendo: “Cuánto desearía poder experimentar al Señor obrando a través de mí, como Juan (o
como María)!” Pero cada vez que Dios viene a Juan, Juan ajusta su vida a él y le obedece. Cuando Juan fue obediente en las
pequeñas misiones, Dios le asignó misiones más importantes.
Si usted no está dispuesto a ser fiel en lo poco, Dios no puede asignarle responsabilidades mayores. Dios siempre utiliza
las misiones pequeñas para desarrollar el carácter. Dios siempre desarrolla el carácter para que éste corresponda a la misión
que él encomienda. Si Dios tiene una gran misión para usted, necesita desarrollar su carácter para concordar con esa misión,
antes de poder asignársela.
Cuando Dios le da directivas y usted las acepta y las entiende claramente, debe permitirle tomar a Dios todo el tiempo
necesario para hacer de usted la clase de persona a la cual puede confiarle esa misión. No dé por sentado que el momento en
que él le llama, usted está listo o lista para la misión. Considere el ejemplo de estos dos personajes bíblicos:
David. ¿Cuánto tiempo transcurrió entre el momento en que Dios (a través de Samuel) ungió a David como rey y el
momento en que David ascendió al trono? Probablemente entre diez y doce años. ¿Qué estaba haciendo Dios en todo ese
tiempo? Estaba edificando la relación de David con él (Dios). Tal el rey, tal la nación. No se puede saltear la formación del
carácter.
59
DIOS HABLA A SU PUEBLO
Pablo. ¿Cuánto tiempo transcurrió entre el momento en que el Dios viviente llamó al apóstol Pablo en el camino a
Damasco, y la salida de Pablo en su primer viaje misionero? Quizá unos diez o doce años. El centro de atención no se sitúa
sobre Pablo; el centro de atención es Dios. Dios quería redimir a un mundo perdido, y quería comenzar a redimir a los
gentiles a través de Pablo. Dios necesitaba de todo ese tiempo para preparar a Pablo para la misión.
Cuando Dios dedica tiempo para prepararle, ¿es solamente para beneficiarlo o beneficiaria a usted? No, no es para usted
solamente, sino también para beneficio de aquellos a quienes quiere alcanzar a través de usted. Por amor a ellos permítase
usted esa clase de relación con Dios como la que estamos considerando. Entonces, cuando él le asigne a una misión, él
llevará a cabo todo lo que quiere en las vidas de aquellos a quienes usted alcanza.
DIOS DA DIRECTIVAS CONCRETAS
Algunos enseñan que Dios no da órdenes específicas, sino que nos impulsa a actuar, y que luego cada uno, razonando
con la mente que Dios mismo le dio, trata de interpretar hacia dónde ir. Esto implica que un cristiano siempre piensa
acertadamente y de acuerdo con la voluntad de Dios. Esa forma de pensar no tiene en cuenta que la antigua naturaleza está en
guerra constante con la naturaleza espiritual (ver Rom. 7). Nuestros caminos no son los caminos de Dios (ver Isa. 55:8).
Únicamente Dios puede darle la clase de directivas concretas y específicas que le permitan a usted llevar a cabo sus
propósitos en la forma como él quiere.
Después que Dios le hablara a Noé con respecto a construir un arca, Noé sabía las dimensiones, los materiales a utilizar
y la manera en que debía construirse. Cuando Dios le habló a Moisés acerca de la construcción del tabernáculo, fue
sumamente específico en cuanto a los detalles. Cuando Dios se hizo carne en la persona de Jesucristo, les dio instrucciones
específicas a sus discípulos: dónde ir, qué hacer, cómo responder.
Pero, ¿qué pasó cuando Dios llamó a Abraham (Abram) y le dijo: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu
padre, a la tierra que te mostraré” (Gén. 12:1). Ese llamado no era muy específico. Requería fe. Pero Dios sí le había dicho:
“(yo) te mostraré.” Dios siempre le dará las suficientes indicaciones concretas, como para realizar ahora, lo que él quiere que
usted haga. Si necesita más indicaciones, él se las da cuando considera que es el momento apropiado. En el caso de Abraham,
Dios le dijo, más adelante, acerca del hijo que le nacería, del número de sus descendientes, del territorio que habitarían y que
ellos serían esclavos y luego serían liberados.
El Espíritu Santo también hoy da directivas claras. Dios es personal. El quiere involucrarse de manera íntima en su vida,
y le dará indicaciones claras para vivir. Usted podrá decir: “Esa no ha sido mi experiencia.” Pero usted necesita llevar su
experiencia a la altura de la Palabra de Dios, y no rebajar los caminos de Dios a fin de hacerlos coincidir con su experiencia.
Si no tiene instrucciones claras de parte de Dios, con respecto a determinado asunto, ore y espere. Aprenda la paciencia.
Dependa de los tiempos establecidos por Dios. El determina los tiempos siempre de la manera mejor y correcta. No se
apresure. El puede estar reteniendo sus indicaciones para hacer que usted lo busque más intensamente. No intente saltear la
relación para ocuparse más pronto del “hacer”. Dios está más interesado en una relación de amor con usted, de lo que está por
aquello que usted pueda hacer para él.
Frecuentemente me preguntan: “¿Cómo puedo saber si la palabra o el mensaje que recibo es de Dios, de mis propios
deseos egoístas, o de Satanás?” Algunos se ocupan demasiado, estudiando las estrategias de Satanás, a fin de poder
interpretar aquello que pudiera ser un engaño de él. Yo no hago eso. Estoy decidido a no poner el centro de atención en
Satanás. Está derrotado. Aquel que me guía, el que en este momento está ejecutando su voluntad a través de mí, él es el
Vencedor. La única manera en que Satanás puede afectar el obrar de Dios a través de mí, es cuando yo le creo a Satanás y
dejo de creerle a Dios. Satanás siempre tratará de engañarle. Satanás no tiene la autoridad final para impedir lo que Dios se
propone hacer.
La Real Policía Montada de Canadá, la famosa “montada”, capacita a un cuerpo especial de agentes para actuar contra
la falsificación de billetes. Un estudiante jamás ve un billete falso. Saben que existe solamente un tipo de billete genuino de
diez dólares. Estudian el billete genuino tan intensamente, que cualquier otro que no reúna sus condiciones es falso.
Es imposible imaginar todas las maneras en que se puede falsificar dinero. Pero los de la Policía Montada de Canadá no
estudian la manera en que es posible falsificarlo. Ellos simplemente estudian lo genuino. Todo lo que no tenga sus
características, es falso. Cuando usted se encuentre frente a lo que pudiera ser una instrucción a seguir, podrá preguntarse:
¿Se trata de Dios, de mí o de Satanás?” ¿Cómo puede usted prepararse, para determinar claramente lo que es una palabra o
una indicación de Dios? Sugiero que usted conozca de tal manera los caminos de Dios, que si algo no tiene las características
de Dios, usted pueda rechazarlo. Eso es lo que hizo Jesús en las tentaciones. En esencia, lo que Jesús dijo fue: “Yo sé lo que
me estás diciendo, Satanás; pero esa no fue la última indicación que recibí del Padre. Las Escrituras dicen...” (ver Mat. 4:1-
11). Jesús, no dio lugar a la discusión del tema con Satanás. Nunca lo analizó. Simplemente continuó haciendo aquello último
que el Padre le dijo que hiciera, hasta que el Padre le indicara el próximo paso.
Al igual que el encuentro de Jesús con Satanás, la guerra espiritual que usted libra podrá incluir el estímulo a hacer algo
que suene a bueno, pero que no es lo que Dios considera mejor, o lo que Dios quiere. Jesús sabía claramente cuál era su
misión y de qué manera el Padre quería que la llevara a cabo. Cuando Satanás intentó llevar a Jesús por otro camino,
ofreciéndole el “éxito instantáneo”, Jesús recordó la misión que el Padre le había encomendado y rechazó el falso consejo.
60
DIOS HABLA A SU PUEBLO
RESUMEN
Dios ha estado hablando permanentemente a su pueblo. Hoy él habla a través del Espíritu Santo. Para hablarle, el
Espíritu Santo utilizará la Biblia, la oración, las circunstancias, y a otros creyentes. No obstante, el método no constituye la
clave para conocer la voz de Dios. Usted aprende a conocer la voz de Dios a través de una íntima relación de amor que él ha
iniciado. Dios puede elegir hablarle de una manera que sea exclusiva para usted. Puede usted estar seguro, sin embargo, de
que él tiene todos los recursos para hacerle saber claramente que el mensaje que ha recibido es de él.
Cuando Dios le hable, lo hará con un propósito. Cuando lo hace, ese será el momento para que usted comience a ajustar
su vida y su forma de pensar a él. Dios estará obrando en usted, a fin de ajustar su carácter y prepararlo para la misión que
quiere asignarle. Permita que Dios tome todo el tiempo necesario para prepararle.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Tómese tiempo para estar con Dios en oración, y pensar acerca de aquellas ocasiones en que usted supo claramente que
Dios le estaba hablando. Pídale a Dios que le dé percepción para conocer su voz.
Si usted no lleva un diario espiritual, le aconsejo que de aquí en adelante comience a registrar aquellas cosas que Dios le
ha dicho en el pasado, y las cosas que le está diciendo ahora.
61
DIOS REVELA SU PERSONA, SUS PROPOSITOS Y SUS CAMINOS
11
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice Jehová. Isaías 55:8
Muchas naciones vendrán y dirán: “Venid, subamos al monte de Jehová y a la casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe
sus caminos, y nosotros caminemos por sus sendas. “Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.
Miqueas 4:2
DIOS REVELA SU PERSONA, SUS PROPOSITOS Y SUS CAMINOS
Dios habla a los suyos. Cuando él habla, ¿qué es lo que revela? A través del conjunto de las Escrituras, cuando Dios
habló era para revelar algo con respecto a sí mismo, sus propósitos o sus caminos. Las revelaciones de Dios tienen como
propósito llevarle a usted a una relación de amor con él.
DIOS SE REVELA A SI MISMO
Cuando Dios le habla por el Espíritu Santo, frecuentemente le está revelando algo acerca de sí mismo. Le estará
revelando su nombre, su naturaleza y carácter: está revelándole su persona. Observe en los siguientes pasajes de las
Escrituras lo que Dios reveló acerca de él.
Abram tenía 99 años cuando Jehová se le apareció y le dijo: “Yo soy el Dios Todopoderoso” (Gén. 17:1).
Jehová habló a Moisés diciendo: “Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y dijes: ‘Sed santos, porque yo,
Jehová vuestro Dios, soy santo” (Lev. 19:1, 2).
“Porque yo, Jehová, no cambio;... Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes y no las habéis
guardado. ¡Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros!, ha dicho Jehová de los Ejércitos” (Mal. 3:6, 7).
Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan, vivirá para siempre”
(Juan 6:5 1).
Dios habla cuando quiere integrar a una persona a su trabajo. El se revela a sí mismo, a fin de ayudar a la persona a
responder en fe. La persona puede responder mejor a las directivas de Dios cuando cree que Dios es quien dice que es, y
cuando cree que Dios puede hacer lo que dice que hará.
Dios se reveló a Abram por su nombre: Dios Todopoderoso. Abram, con sus noventa y nueve años, necesitaba saber
que Dios es todopoderoso (que podía realizar toda y cualquier cosa que quisiera), para creer que Dios le podía dar un hijo
varón a pesar de su edad avanzada.
Dios le reveló a Moisés su naturaleza santa. Luego, a través de Moisés, Dios dijo que él era santo. Su pueblo tenía que
creer que él era santo, para que respondieran siendo también ellos santos. De ello dependían sus vidas.
Dios le habló a Israel a través de Malaquías, y le reveló que él es inmutable y perdonador. Dios le reveló su naturaleza
perdonadora, para que el pueblo pudiese creer que serían perdonados si volvían a Dios.
Jesús se reveló como “pan de vida” y fuente de vida eterna. Jesús reveló que él era la fuente de vida eterna para que los
judíos pudiesen creer y responder a él y recibir vida.
Dios se revela para aumentar la fe que conduce a la acción. Usted tendrá que escuchar atentamente lo que Dios le revela
acerca de él mismo. Esto desempeñará un papel fundamental, cuando usted llegue a la crisis de fe.
• Usted tendrá que creer que Dios es quien dice que es.
• Usted tendrá que creer que Dios puede hacer lo que dice qué hará.
• Usted tendrá que ajustar su forma de pensar, a la luz de esta convicción.
• Confiando que Dios comprobará ser quien dice ser, usted le obedece.
• Cuando usted obedece, Dios hace su obra a través de usted, y demuestra que él es quien dice ser.
• Entonces, conocerá a Dios por experiencia.
• Sabrá que él es quien dice ser.
Por ejemplo, ¿cuándo supo Abram que Dios es todopoderoso? Bien, mentalmente lo supo tan pronto como Dios lo dijo.
Pero él llegó a conocer por experiencia a Dios como todopoderoso, cuando Dios hizo en su vida algo que sólo él podía hacer.
Cuando Dios les dio a Abraham (de cien años de edad) y a Sara (de noventa años de edad) un hijo, Abraham supo que Dios
era Todopoderoso.
DIOS REVELA SUS PROPOSITOS
Dios revela sus propósitos para que usted conozca lo que él planea hacer. Si usted ha de unirse a él, necesita saber lo
que Dios está por hacer, o lo que ya está haciendo. Lo que usted tiene en sus planes hacer para Dios, no es importante. Lo que
él tiene en sus planes hacer, allí donde usted está, es muy importante. Dios habla con un propósito.
62
DIOS REVELA SU PERSONA, SUS PROPOSITOS Y SUS CAMINOS
Noé. Cuando Dios se presentó a Noé no le preguntó: “,Qué quieres hacer por mí?” El vino para revelar lo que estaba por
hacer. Era mucho más importante saber lo que Dios estaba por hacer. En realidad, no importaba lo que Noé hubiera
planificado hacer por Dios. Dios estaba a punto de destruir el mundo. Quería obrar a través de Noé, para llevar a cabo sus
propósitos de salvar a un remanente de personas y de animales, a fin de volver a poblar la tierra.
Abram. Del mismo modo, Dios vino a Abram y le habló porque tenía un propósito. Se estaba preparando, para edificar
una nación para sí. Dios estaba por cumplir sus propósitos a través de Abram.
Cuando Dios se preparó para destruir a Sodoma y Gomorra, no le preguntó a Abraham qué era lo que él quería, o qué
tenía en sus planes hacer por Dios. Era de suma importancia para Abraham saber lo que Dios estaba por hacer. Dios le reveló
su propósito.
Esta secuencia se repite a través de toda la Biblia: los jueces, David, los profetas, los discípulos y Pablo. Cuando Dios
estaba por hacer algo, él tomaba la iniciativa, y se presentaba a sus siervos: “Así, nada hará el Señor Jehová sin revelar su
secreto a sus siervos” (Amós 3:7). El hablaba para revelar sus propósitos y planes. Entonces él podía involucrar a esos
siervos, y llevar a cabo sus propósitos a través de ellos.
Los propósitos de Dios versus nuestros planes. A menudo nos dedicamos a soñar lo que nosotros queremos hacer para
Dios. Entonces, hacemos planes fundamentados en nuestras prioridades. Lo que es importante es aquello que Dios tiene en
sus planes hacer donde nosotros estamos, y cómo él quiere llevarlo a cabo a través de nosotros. Vea lo que dicen las
Escrituras, acerca de nuestros planes y propósitos: “Jehová hace nulo el consejo de las naciones, y frustra las maquinaciones
de los pueblos. El consejo de Jehová permanecerá para siempre, y los pensamientos de su corazón, por todas las
generaciones” (Sal. 33:10, 11). “Muchos planes hay en el corazón del hombre, pero sólo el propósito de Jehová se cumplirá”
(Prov. 19:21).
Sus planes y propósitos deben ser los planes y propósitos de Dios, de lo contrario, usted no experimentará a Dios
obrando a través de usted. Dios revela sus propósitos para que usted sepa qué es lo que él tiene en sus planes hacer. Entonces
usted puede unirse a él. Los planes y propósitos de Dios prevalecerán. Serán cumplidos. El Señor frustra y desbarata los
planes de las naciones y los propósitos de los hombres.
La planificación es una herramienta valiosa, pero nunca debe constituirse en un sustituto para Dios. La relación que
usted lleve con Dios es mucho más importante para él que toda planificación que usted pueda realizar. Nuestro mayor
problema, al planificar, es que planificamos y ejecutamos en nuestra propia sabiduría, cosas que solamente Dios tiene el
derecho de determinar. No podemos conocer el cuándo, el dónde, ni el cómo de la voluntad de Dios, hasta que él nos lo diga.
Dios quiere que lo sigamos a él, y no simplemente a un plan cualquiera. Si intentamos determinar todos los detalles de
su voluntad, en una reunión de planificación, correremos luego el riesgo de pensar: Ahora que sabemos adónde vamos y
cómo llegaremos, pongamos manos a la obra. Eso hará que nos olvidemos de la necesidad de una relación diaria, íntima con
Dios. Podremos ejecutar nuestros planes, pero estamos olvidando la relación. Dios nos creó para una eterna relación de amor.
La vida es nuestra oportunidad de experimentarlo a él obrando.
Planificar no es del todo incorrecto. Simplemente tenga cuidado de no planificar más allá de lo que Dios quiere que
usted planifique. Permítale a Dios interrumpir o redirigir sus planes en cualquier momento que él quiera. Permanezca en una
cercana relación con él, de manera que siempre pueda oír su voz cuando él quiera hablarle. He descubierto que las mejores
reuniones de planificación son reuniones de oración, donde pasamos tiempo con nuestro Padre, descubriendo lo que él está
haciendo a nuestro alrededor.
DIOS REVELA SUS CAMINOS
Aun el lector casual de la Biblia puede ver que los caminos y planes del Señor son muy diferentes de los del hombre.
Dios utiliza principios del reino para llevar a cabo los propósitos del reino. Dios nos revela sus caminos, porque ellos son la
única manera de llevar a cabo sus propósitos.
Su objetivo es, siempre, el de revelarse a las personas para llevarlas a una relación de amor con él. Sus caminos son
redentores. El actúa de manera tal que logre revelarse él mismo, y su amor. ¡No es que él esté por allí esperando para
ayudarnos a alcanzar nuestras metas para él! El viene a dar cumplimiento a sus propios objetivos, a través de nosotros y a su
manera.
Dios dijo: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos” (Isa. 55:8).
No llevaremos a cabo el trabajo de Dios a nuestra manera. Este es uno de los problemas fundamentales que las personas
enfrentan con respecto al pecado: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino” (Isa.
53:6).
Nuestros caminos podrán parecernos buenos. Hasta quizá disfrutemos de cierta medida de éxito. Pero cuando hacemos
la obra de Dios a nuestra manera, nunca veremos el poder de Dios en lo que hacemos. Dios revela sus caminos porque esa es
la única manera de llevar a cabo sus propósitos. Cuando Dios cumple sus propósitos a su manera, a través de nosotros, las
personas llegan a conocerle. Reconocen que lo sucedido únicamente tiene su explicación en Dios. ¡El es quien recibe toda la
gloria!
63
DIOS REVELA SU PERSONA, SUS PROPOSITOS Y SUS CAMINOS
La utilización de los caminos del reino puede apreciarse en la vida de los discípulos. Jesús les pidió que alimentaran a
las multitudes. La respuesta de ellos fue: “Envíalos a sus casas!” Pero Jesús, aplicando principios del reino, los hizo sentar,
los alimentó, y de lo que sobró llenaron muchas canastas.
Ellos vieron al Padre obrar un milagro. ¡Qué contraste! Los discípulos habrían enviado a la gente a sus casas, vacías y
con hambre. A un mundo que observaba Dios le manifestó su amor, su naturaleza, su poder. Manifestaciones poderosas como
ésta, sucedieron muchas veces en las vidas de los discípulos. Para hacer la obra del reino ellos tuvieron que aprender a
funcionar en base a los principios del reino.
Los propósitos de Dios, llevados a cabo a su manera, lo glorifican a él. La obra del reino debemos hacerla a la manera
del reino. Venid, subamos al monte de Jehová... para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros caminemos por sus sendas”
“...
(Miq. 4:2).
Cuando estaba aprendiendo a dar mis primeros pasos con Dios, dependía excesivamente de otras personas. Recurría a
otros, y les preguntaba: “,Cree usted que esto viene verdaderamente de Dios? Yo pienso de tal manera, ¿qué le parece a
usted?” Consciente o inconscientemente, dependía más de ellos, de lo que dependía de mi relación con Dios.
Finalmente tuve que decir: “Voy a ir al Señor y clarificaré qué es aquello de lo cual estoy absolutamente convencido
que él me está diciendo. Luego, me dedicaré a observar la manera en que Dios lo confirma.” Por un tiempo apliqué ese
proceso a muchas áreas de mi vida. Mi relación con Dios llegó a ser lo primordial. Comencé a descubrir una manera clara y
personal a través de la cual Dios me estaba dando conocer sus caminos.
Dios revelaba sus caminos a través de su Palabra. En el próximo capítulo prestaremos atención a la manera en que Dios
habla a través de su Palabra, y en otros capítulos siguientes, consideraremos la manera en que Dios habla a través de la
oración, las circunstancias y la iglesia, para confirmarnos su voluntad.
RESUMEN
Dios quiere que lleguemos a conocerlo y a seguirlo. Cuando nos habla, él se revela a fin de que tengamos fe para
confiar en él, frente a la misión a la cual nos llama. El revela sus propósitos para que nos involucremos y comprometamos en
su obra, y no en lo que hemos soñado que podríamos hacer para Dios. Dios revela sus caminos, a fin de que él pueda realizar
su trabajo a través de nosotros, de manera tal que él reciba toda la gloria.
MI FXPERIENCIA CON DIOS HOY
Diríjase al apéndice que figura al final de este libro. En oración comience a leer la lista de nombres a través de los que
Dios ya se ha revelado en las Escrituras. Subraye, o haga un círculo alrededor de aquellos por los que usted ya lo conoce en
su experiencia personal. Medite sobre si el hecho de que Dios se haya revelado a usted le ha servido para aumentar su fe y
confiar en él en otras áreas de su vida. Reflexione acerca de algunos de los caminos y propósitos con que Dios puede haberse
revelado a usted, a través de los años. Agradézcale por tomarse el tiempo y el interés personal de amarle y de revelársele.
Adórelo y alábelo por todo lo que él es y hace, para y por usted.
64
DIOS HABLA A TRAVES DE LA BIBLIA
12
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la enseñanza, para la reprensión, para la corrección, para la
instrucción en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente capacitado para toda buena obra.
2 Timoteo 3:16, 17
DIOS HABLA A TRAVES DE LA BIBLIA
Dios le habla a usted a través del Espíritu Santo, para revelar su persona, sus propósitos y sus caminos. Probablemente,
las preguntas más frecuentes con respecto al hablar de Dios sean éstas:
• ¿De qué manera me habla Dios?
• ¿Cómo puedo saber que Dios me está hablando?
• ¿Cómo puedo hacer para que Dios sea más real y personal para mí?
Dios habla a las personas en forma individual y puede hacerlo de cualquier manera que él decida. Al caminar en una
íntima relación de amor con Dios usted llegará a reconocer su voz. Sabrá cuándo Dios le está hablando. El se encargará de
hacerlo.
COMO CONOCER LA VOLUNTAD DE DIOS
Jesús comparó la relación que él lleva con sus seguidores, con la relación de un pastor con sus ovejas. El dijo: “...el que
entra por la puerta es el pastor de las ovejas..., y las ovejas oyen su voz... y las ovejas le siguen, porque conocen su voz”
(Juan 10:2- 4). Del mismo modo, cuando Dios le hable, usted reconocerá su voz y lo seguirá.
Dios es soberano, él puede hacer lo que desea. Con las Escrituras como nuestra guía sabemos que Dios puede hablar de
maneras exclusivas a las personas. Los suyos le oirán y reconocerán su voz.
En nuestro tiempo Dios habla, fundamentalmente, siempre por el Espíritu Santo a través de la Biblia, la oración, las
circunstancias y la iglesia. Estos cuatro medios son difíciles de separar. Dios utiliza la Biblia y la oración juntas. A menudo
las circunstancias y la iglesia, u otros creyentes, ayudarán a confirmar lo que Dios le está diciendo. Frecuentemente, Dios
utiliza circunstancias y a la iglesia para ayudarle a conocer los tiempos de él. Hablaremos más de esto en los próximos
capítulos. Por ahora consideremos la manera en que Dios habla a través de la Biblia.
LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS
La Biblia presenta la revelación completa que Dios hace de sí mismo a la humanidad. Es un registro de la relación de
Dios con los seres humanos, y de sus palabras y mensajes a ellos. Dios le habla a usted a través de la Biblia. ¿Le sucedió
alguna vez estar leyendo la Biblia y de pronto sentirse invadido por una comprensión del pasaje que resulta nueva y fresca?
¡Era Dios que hablaba!
Para una persona es imposible entender una verdad espiritual, a menos que el Espíritu Santo se la revele. Es más, el
Espíritu Santo es el “Espíritu de verdad” (Juan 14:17). Cuando usted llega a entender el significado y aplicación espiritual de
una porción de las Escrituras, es porque el Espíritu Santo ha obrado. Esto no le lleva a un encuentro con Dios. Esto es
precisamente su encuentro con Dios. Cuando Dios le habla a través de la Biblia se está relacionando con usted en una forma
real y personal.
Cuando el Espíritu Santo revela una verdad de la Palabra de Dios, él se está relacionando personalmente con su vida.
Ese es un encuentro con Dios. He aquí el proceso:
1. Usted lee la Palabra de Dios, la Biblia.
2. El Espíritu de Verdad toma la Palabra de Dios y revela la verdad.
3. Usted ajusta su vida a la Palabra de Dios.
4. Usted le obedece.
5. Dios obra en y a través de usted para llevar a cabo sus propósitos.
El Espíritu utiliza la Palabra de Dios (la espada del Espíritu, Ef. 6:17), para revelar a Dios y sus propósitos. El Espíritu
utiliza la Palabra de Dios para instruirnos en los caminos de Dios. Por nuestra propia cuenta no podemos entender las
verdades de Dios: “El hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede
comprender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo” (1 Cor. 2:14, 15).
Sin la ayuda del Espíritu de Dios, los caminos y las cosas de Dios serían tonterías para nosotros (1 Cor. 2:14). Ayudados
por el Espíritu podemos entender todas las cosas (1 Cor. 2:15).
El entender verdades espirituales no le conduce a un encuentro con Dios; eso es el encuentro con Dios. Usted no puede
entender los propósitos de Dios y sus caminos, a menos que el Espíritu de Dios le enseñe. Si Dios le ha revelado alguna
verdad espiritual a través de este pasaje de las Escrituras, ¡usted se ha encontrado con Dios mismo obrando a través de su
vida!
65
DIOS HABLA A TRAVES DE LA BIBLIA
66
DIOS HABLA A TRAVES DE LA BIBLIA
transcurso del retiro varias personas se acercaron a Robert y le expresaron cosas como: “No tenemos odontólogo en nuestra
ciudad, ¿por qué no se muda aquí para ser nuestro odontólogo?” Y: “No tenemos pastor, ¿por qué no se muda aquí para ser
nuestro pastor?” Robert dio por sentado que simplemente querían que esos tres líderes capacitados se mudaran a Nueva York.
Poco tiempo después de que el pastor comunicara sus planes para mudarse, la iglesia en Rusk llevó a cabo una “Semana
de Experimentar a Dios”, en la que toda la iglesia estudió las Siete Realidades que Resultan de Experimentar a Dios. El
sábado por la mañana, a las dos y media de la madrugada, Gail despertó. En su pensamiento estaba permanentemente el
capítulo 4 de Lucas. Ella no sabía de qué se trataba Lucas 4, pero le prometió al Señor que lo leería al levantarse. Al no poder
conciliar el sueño, decidió que sería mejor leer Lucas 4 en ese momento, en lugar de esperar.
Aquella mañana el Señor le habló a Gail a través de la Biblia. Ella comprendió que aun Jesús tuvo que dejar su ciudad a
fin de “predicar las buenas nuevas del reino de Dios a las otras ciudades”. Sentía que el Espíritu Santo le estaba diciendo que
tendría que dejar las comodidades y la seguridad de su casa para acompañar a su esposo, sirviendo juntos al Señor. Más tarde,
esa mañana, en el seminario de “Mi Experiencia con Dios”, ella dio testimonio de lo que Dios le había dicho.
El líder le preguntó: “¿Por qué le habló Dios hoy, y no seis meses atrás, o dentro de seis meses? Dado que Dios habla
cuando es su tiempo, ¿es posible que Dios los quiera a ambos, trabajando en las misiones en Nueva York con su pastor?”
Durante la pausa de media mañana, Robert preguntó a los otros dos hombres que lideraron el retiro de oración con él:
“Cuando estuvimos en Nueva York, ¿alguien les pidió a ustedes que se mudaran allá y que trabajaran o pastorearan una
iglesia?” Cuando ambos hombres respondieron que no, Roberto y Gail comenzaron a sentir la dirección de Dios con más y
más claridad. Entonces, una pequeña iglesia en Chataguay, Nueva York, invitó a Robert para pastorear la iglesia medio
tiempo.
Robert y Gail vendieron su casa nueva perdiendo dinero, y se mudaron a muchos kilómetros de su ciudad de residencia
en Texas. Cuando Robert llegó a Nueva York, la asociación de iglesias estaba orando acerca de comenzar un ministerio para
miles de norteamericanos indígenas, en una reservación cercana. Adivine quién fue el odontólogo de la reservación. ¡Robert!
Y Dios continuó manifestando sus planes y propósitos para alcanzar para sí a los habitantes de los Adirondacks.
¿Se da cuenta cómo Robert y Gail aprendieron por experiencia las Siete Realidades que Resultan de Experimentar a
Dios? Debieron hacer adecuaciones importantes para unirse al Señor; pero cuando le obedecieron, comenzaron a
experimentar a Dios obrando a través de ellos, para alcanzar a otros con el evangelio de Jesucristo.
RESUMEN
A medida que usted dedique tiempo a cultivar una relación de amor con Dios, llegará a identificar su voz. Sin embargo,
Dios ya le ha dado muchos mensajes y directivas en su Palabra, la Biblia. Al leer la Biblia el Espíritu Santo estará obrando
para revelarle verdades acerca de Dios, de sus propósitos y de sus caminos. Cuando él hable con claridad, usted deberá
ajustar su vida a la verdad revelada, y obedecer a Dios. Cuando usted le obedezca, lo experimentará obrando en y a través de
usted para llevar a cabo su obra.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Dedique un tiempo para estar con Dios en oración. Pídale que traiga a su memoria aquellas oportunidades y maneras en
que él ya le ha hablado a través de la Biblia. Si usted lleva un diario espiritual, quizá quiera recorrerlo para repasar algunas de
las maneras en que Dios le habló en otros momentos. A medida que él le haga recordar experiencias, quizá usted quiera ir
tomando nota, y describiendo lo que Dios dijo. ,Descubre usted algo particular en lo que Dios ha estado diciendo? ¿Le reveló
Dios, a través de su Palabra, alguna verdad a la cual usted aún no adecuó su vida? ¿Hizo usted el ajuste, pero aún le falta
obedecer? ¿Cómo quiere Dios que responda a él en este instante? ¡Si él se lo dice, ajuste su vida a esa verdad y obedézcale!
67
DIOS HABLA A TRAVES DE LA ORACION
13
Y asimismo, también el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades; porque cómo debiéramos orar, no lo sabemos; pero el
Espíritu mismo intercede con gemidos indecibles. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el intento del Espíritu, porque él
intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios. Romanos 8:26, 27
DIOS HABLA A TRAVES DE LA ORACION
Si usted no lleva un diario espiritual, necesita hacerlo. Si el Dios del universo le dice algo, debiera registrarlo. Cuando
Dios le hable en su tiempo devocional escriba inmediatamente lo que él dice, antes de que lo olvide. Después tome nota de lo
que usted respondió en oración.
Yo anoto el versículo de la Palabra que Dios utiliza, y lo que él me dice acerca de sí mismo a partir de ese versículo.
Escribo mi respuesta en oración; y así tengo juntos el lugar de mi encuentro con Dios, lo que Dios dijo y la manera en que yo
respondí. También escribo lo que necesito hacer para ajustar mi vida a Dios, y poder comenzar a experimentarlo
relacionándose conmigo de esta manera.
LA VERDAD ES UNA PERSONA
El Espíritu Santo revela la verdad. La verdad no es simplemente un concepto para ser estudiado. La verdad es una
persona
Jesús no dijo: “Yo les enseñaré la verdad.” Dijo: “Yo soy... la verdad” (Juan 14:6).
Cuando Dios le da vida eterna, le da también de sí mismo (Juan 17:3). Cuando el Espíritu Santo revela la verdad, no le
está enseñando un concepto para analizar. Le está llevando a la relación con una persona. ¡El es su vida! Cuando Dios le da
vida eterna, le da una persona. Cuando usted se convirtió y pasó a ser un cristiano, no recibió de Jesús un algo, una cosa;
usted lo recibió a él.
MI RELACION CON DIOS
He aquí un resumen de la manera en que he tratado de vivir mi relación con Dios:
• Dios crea en mí el deseo de que yo participe en su misión de reconciliar a un mundo perdido con él.
• Yo respondo, y vengo a Dios buscando conocer su voluntad.
• Cuando Dios me revela una verdad, yo sé que él está tratando de hacerme consciente de lo que está haciendo en mi
vida.
Cuando Dios revela la verdad a través de su Palabra, eso no lleva a un encuentro con Dios, eso es el encuentro con Dios.
Cuando él me revela la verdad, estoy en la presencia de una persona viviente. El es el autor de las Escrituras. El autor me
dice, a través de su Palabra, lo que está haciendo en mí.
El Espíritu de Dios conoce el pensamiento de Dios. El me hará conocer la voluntad de Dios, a través de la Palabra de
Dios. De allí en más yo debo tomar esa verdad, e inmediatamente ajustar mi vida a él. Yo no ajusto mi vida a un concepto, o
a una filosofía, sino a una persona.
¿Alguna vez le sucedió que leyendo un versículo o un pasaje de las Escrituras que ha leído muchas veces, de pronto
encuentra algo que nunca antes había visto? Esa verdad no es un concepto que usted debe tratar de encontrar la forma de
incorporarlo a su vida. Por ese pasaje bíblico Dios le está llevando a conocerlo a él, y a tomar conciencia de que él quiere
aplicar esa verdad a su vida, en ese mismo instante. Cuando Dios está preparado para hacer algo en usted, el Espíritu de Dios
utiliza la Palabra para hacérselo saber. Entonces, usted puede armonizar su vida con él y con lo que él ha revelado de sí, con
sus propósitos y con sus caminos.
LA ORACION ES UNA RELACION
La oración es compañerismo y comunicación “de dos vías” con Dios. Usted le habla a Dios y él le habla a usted. No es
una comunicación de una sola vía. Es probable que su vida de oración personal sea una comunicación de una vía, usted le
habla a Dios. La oración es más que eso; la oración incluye también escuchar. Es más, lo que Dios dice en la oración, es
mucho más importante que lo que usted dice.
La oración es una relación, no meramente una actividad religiosa. La oración tiene más el propósito de hacer que usted
armonice con Dios, antes que pretender que Dios se adapte a usted. Dios no necesita de sus oraciones, pero quiere que usted
ore. Necesita orar por lo que Dios quiere hacer en y a través de su vida mientras usted ora. Dios habla a los suyos por el
Espíritu Santo a través de la oración. Cuando el Espíritu Santo le revela una verdad espiritual en oración, él está presente y
obrando activamente en su vida. La oración genuina no conduce a un encuentro con Dios. Es un encuentro con Dios. ¿Qué
sucede cuando usted busca la voluntad de Dios en oración? Esta es la secuencia:
1. Dios toma la iniciativa, poniendo en usted e1 deseo de orar.
2. El Espíritu Santo, a través de las Escrituras le revela la voluntad de Dios.
3. En el Espíritu usted ora en armonía con la voluntad de Dios.
68
DIOS HABLA A TRAVES DE LA ORACION
69
DIOS HABLA A TRAVES DE LA ORACION
manera en que Dios quiera utilizar la Palabra escrita, para confirmar lo que usted está sintiendo en oración. Sin embargo, no
juegue con Dios. No busque un pasaje de las Escrituras que parezca decir lo que usted egoístamente quiere hacer, afirmando
luego que es la voluntad de Dios. Eso es muy peligroso. No lo haga.
Orar por una Cosa y... Recibir Otra
¿Alguna vez oró por una cosa y recibió otra? A mí me sucedió. Y no falta un buen hermano que nos diga: “Dios quiere
que insistas. Sigue orando hasta que recibas lo que quieres.” En una ocasión así perseveré en pedir a Dios en una dirección, y
permanentemente recibía algo diferente.
En medio de esa experiencia comencé a leer, en mi tiempo devocional, el segundo capítulo de Marcos. Es el relato de
los cuatro hombres que trajeron a su amigo paralítico a Jesús para que lo sanara. A causa de la multitud, abrieron un boquete
en el techo y bajaron al hombre delante de Jesús. Jesús le dijo:
“Hijo, tus pecados te son perdonados” (Mar. 2:5).
Quise continuar la lectura, pero sentía como que el Espíritu de Dios me decía: “Henry, ¿viste eso?” Volví atrás, y
comencé a meditar en ese pasaje de las Escrituras. Bajo el ministerio tutor y docente del Espíritu Santo comencé a ver una
maravillosa verdad.
Aquellos cuatro hombres, estaban pidiéndole a Jesús que sanara al enfermo pero Jesús le perdonó sus pecados. ¿Por
qué? ¡Ellos pidieron una cosa, y Jesús dio otra! Este hombre y sus amigos pidieron un regalo muy especial, pero Jesús quería
hacer del hombre un hijo de Dios, ¡para que pudiera heredarlo todo!
Me encontré llorando en la presencia de Dios, y diciendo:
“Oh, Señor, si alguna vez te pido algo, y tú tienes más para darme, no tomes en cuenta mi pedido!”
¿Qué Está Sucediendo Mientras Usted Ora?
Si comienzo a pedirle a Dios una cosa, y sucede algo diferente, siempre actúo en base a lo que comienza a suceder. He
descubierto que Dios siempre tiene muchísimo más para darme de lo que yo pudiera imaginar o pedir. Pablo dijo: “Y a aquel
que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el poder que
actúa en nosotros, a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones de todas las edades, para
siempre” (Ef. 3:20, 21).
Usted ni siquiera puede imaginarse una oración que se acerque a lo que Dios quiere darle. Si Dios quiere darle más de lo
que usted está pidiendo, ¿optaría por lo que está pidiendo o por lo que Dios quiere darle? Solamente el Espíritu de Dios
conoce lo que Dios está haciendo o se propone hacer en su vida. Permita que Dios le dé todo lo que él quiere dar. “Porque el
Espíritu todo lo escudriña, aun las cosas profundas de Dios. Pues ¿quién de los hombres conoce las cosas profundas del
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así también, nadie ha conocido las cosas profundas de Dios, sino el
Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu de este mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que
conozcamos las cosas que Dios nos ha dado gratuitamente” (1 Cor. 2:10-12).
Supongamos que quiere iniciar una obra misionera en determinado lugar de la ciudad. Ya ha hecho un censo, a fin de
identificar las necesidades. Ha hecho toda la planificación a largo plazo. Le ha pedido a Dios que guíe y bendiga su trabajo.
Entonces Dios comienza a traer a su congregación personas de un grupo étnico que no pertenecen al área fijada como
objetivo. ¿Qué haría usted? Probablemente tenga las siguientes opciones:
• Seguiría insistiendo en oración hasta que Dios le ayude a comenzar la obra misionera que ha planificado.
• Se sentiría frustrado y abandonaría su plan.
• Comenzaría a investigar si debiera o no comenzar una obra misionera étnica, además, o en lugar de la otra.
¿Sabe lo que yo haría? Iría inmediatamente con el asunto a Dios, para clarificar lo que él está diciendo. Si he estado
trabajando y orando en una dirección, y veo a Dios obrando en una dirección diferente, armonizo mi vida con lo que Dios
está haciendo. En situaciones como ésta debe decidir si es que va a hacer lo que usted quiere y pedirle a Dios que lo bendiga,
o ir a trabajar donde él está obrando.
Recuerdo cuando iniciamos un esfuerzo especial para alcanzar a estudiantes universitarios en Vancouver. Comenzamos
en el otoño con treinta estudiantes. Al cabo de casi nueve meses teníamos una asistencia cercana a los 250 estudiantes. Dos
tercios de ellos eran estudiantes extranjeros. Podríamos haber dicho: “No teníamos pensado un ministerio a extranjeros. Por
favor váyanse a otro lugar, y que el Señor los bendiga.” Por supuesto que no hicimos eso. Ajustamos nuestros planes con lo
que Dios comenzó a hacer alrededor de nosotros.
CONCENTRACION ESPIRITUAL
Nuestro problema es que oramos, y luego no relacionamos nada de lo que sucede con nuestra oración. Después que
usted ora lo principal y fundamental que debe hacer es poner en funcionamiento su concentración espiritual. Cuando usted
ora en una dirección, inmediatamente debe estar a la expectativa para descubrir el obrar de Dios en respuesta a su oración.
Esto lo veo repetido a través de toda la Escritura; cuando el pueblo de Dios oró, él respondió.
70
DIOS HABLA A TRAVES DE LA ORACION
He aquí lo que sucede si usted ora y luego se olvida de lo que pidió. A lo largo del día suceden cosas que no son
normales para su jornada. Usted las ve como distracciones, y las deja de lado. No alcanza a relacionarlas con lo que acaba de
orar.
Cuando oro inmediatamente comienzo a observar lo que va a suceder de allí en adelante. Me preparo para ajustar mi
vida con lo que comience a suceder. Cuando oro nunca cruza por mi mente el pensamiento de que Dios no va a responder.
Espere las respuestas de Dios a sus oraciones, pero “quédese cerca” para recibirlas. Los tiempos de Dios son siempre los
mejores y los acertados.
Los Silencios de Dios
Pasé un período prolongado, en el cual Dios guardaba silencio. Quizá a usted le haya sucedido también. Durante
muchos días había estado orando, y parecía haber un silencio total de parte de Dios. Tenía la sensación de que el cielo estaba
cerrado. No entendía lo que estaba sucediendo. Algunos me dijeron que si Dios no me escuchaba, era porque había pecado en
mi vida. Me dieron una “lista de posibles situaciones de pecado”, para que me analizara a la luz de ella. Lo hice en oración,
pero hasta donde yo podía ver, todo estaba bien. Yo no entendía el silencio de Dios.
¿Recuerda usted el caso de algún personaje bíblico con un problema similar? Sí, Job. Sus “consejeros” le dijeron que
todos sus problemas eran a causa de pecado. Job insistía en decir:
“Hasta donde yo puedo entender, mi relación con Dios está bien.” Job no sabía lo que Dios estaba haciendo durante ese
tiempo, pero sus consejeros estaban equivocados. Había otra razón para lo que Dios estaba haciendo.
Entendí que lo único que podía hacer era volver a Dios. Yo creo firmemente que el Dios que lleva una relación de amor
conmigo, me hará saber lo que está sucediendo en mi vida, si es que necesito saberlo y en el momento apropiado. De manera
que oré: “Padre celestial, no comprendo este silencio. Necesito que tú me digas lo que estás haciendo en mi vida.” ¡Y lo hizo,
a través de su Palabra! Esta experiencia se convirtió en una de las más significativas de mi vida.
No anduve buscando desesperadamente una respuesta. Perseveré en la lectura diaria de la Palabra de Dios. Estaba
convencido de que al leer la Palabra de Dios, el Espíritu de Dios (que conocía el pensamiento de Dios para conmigo) estaría
en el proceso de ayudarme a entender lo que Dios estaba haciendo en mi vida.
En el momento apropiado, y si es que usted lo necesita saber, Dios le dirá lo que está haciendo en su vida.
En el Tiempo de Dios
Una mañana estaba leyendo el relato de la muerte de Lázaro (Juan 11:1-45). Permítame repasar el orden de los
acontecimientos:
Juan nos dice que Jesús amaba a Lázaro, a María y a Marta. Habiendo sido informado de que Lázaro estaba enfermo de
muerte, Jesús demoró su visita hasta que Lázaro hubo muerto. Dicho de otra manera, Marta y María pidieron a Jesús que
viniera para ayudar a su hermano, y hubo silencio. Durante el resto de la enfermedad terminal de Lázaro, Jesús no respondió.
No recibieron respuesta de aquel que dijo que amaba a Lázaro. Jesús también dijo que amaba a Marta y a María. Sin
embargo, no hubo respuesta.
Lázaro murió. Se hizo todo lo que normalmente se hacía ante un fallecimiento. Se preparó el cuerpo de Lázaro, y se lo
puso en una tumba; luego cerraron la tumba con una piedra. Para ellos todavía había silencio de parte de Dios. Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: “Vamos...”
Cuando Jesús llegó, hacía cuatro días que Lázaro estaba muerto. María le dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí,
no habría muerto mi hermano” (Juan 11:32).
Entonces el Espíritu de Dios comenzó a ayudarme a entender algo. Me parecía como que Jesús le hubiese dicho a
María:
Tienes razón. Si yo hubiese venido tu hermano no habría muerto. Tú sabes que yo pude haberlo sanado, porque me has
visto sanar muchas, muchas veces. Si yo venía cuando me pediste, lo hubiera sanado, pero nunca tú habrías conocido más de
mí que lo que ya conoces. Sabía que ahora tú estabas lista para que yo me revelara a ti de una manera que todavía no me
habías conocido. Quería que tú supieras que yo soy la resurrección y la vida. Mi tardanza y mi silencio no fueron un rechazo,
sino una oportunidad para revelarte más de lo que jamás hayas conocido acerca de mí.
Cuando comencé a tomar conciencia de eso mi sorpresa fue mayúscula. “Eso es lo que está pasando en mi vida!”, dije
yo. “Eso es lo que me está pasando! El silencio de Dios significa que él está listo para introducir en mi vida una más grande
revelación de sí que la que jamás yo haya experimentado.” Inmediatamente, cambié mi actitud de vida para con Dios. Con
gran expectativa me puse a observar para ver lo que Dios me enseñaría acerca de él. De allí en más me sucedieron algunas
cosas a las cuales nunca habría respondido de la manera en que lo hice, si no hubiese tenido esa expectativa y disposición.
Ahora, cuando oro y hay silencio de parte de Dios, todavía utilizo mi lista de posibles situaciones de pecado. A veces
los silencios de Dios son porque hay pecado en mi vida. Si en mi vida hay pecado sin confesar, lo confieso y lo soluciono. Si
después, todavía hay silencio de parte de Dios, me preparo para otra experiencia con él como nunca he tenido antes. En
71
DIOS HABLA A TRAVES DE LA ORACION
algunas ocasiones Dios guarda silencio mientras se prepara para llevarle a usted a un conocimiento más profundo de él.
Siempre que sobrevenga un silencio siga haciendo aquello último que Dios le indicó, y esté atento y a la expectativa de un
encuentro fresco con él.
Usted puede responder de dos maneras a los silencios de Dios: Una de ellas es cayendo en la depresión, en el sentido de
culpa y la auto condena. La otra manera de responder es en expectación, al saber que Dios está a punto de llevarle a un
conocimiento más profundo de él. Estas respuestas son tan diferentes entre sí como el día y la noche.
¿Sabe qué fue lo que me dio libertad? La verdad. La verdad, es una Persona activamente involucrada en mi vida. En el
momento mismo en que entendí lo que Dios podía estar haciendo, armonicé mi vida. Me despojé de toda depresión y sentido
de culpa. Dejé de pensar que quizá yo no era de ninguna utilidad para Dios y que él ya no me escucharía más. Ajusté mi vida
de una manera total, para vivir en una actitud expectante, en fe y en confianza. Desde el momento en que lo hice, Dios
comenzó a mostrarme la manera en que yo podía responderle, a fin de llegar a conocerlo en una medida muchísimo mayor.
RESUMEN
La oración no es una simple actividad religiosa que se debe cumplir una vez por día u observar antes de cada comida.
La oración es una relación con una Persona. Es una comunicación de dos vías con el Dios del universo. Cuando usted ora está
presente en el recinto del trono, en los cielos, el centro de operaciones del universo. Usted no necesita entrar solo a la oración.
Jesús y el Espíritu Santo son sus intercesores. El Espíritu Santo le ayuda a saber qué orar y cómo hacerlo. Guía su oración de
acuerdo con la voluntad de Dios. El ya sabe lo que Dios quiere darle o hacer y su tarea es la de guiarle a orar en esa dirección.
A veces el Espíritu Santo utilizará las Escrituras para revelar la verdad. Pero la verdad no es apenas un concepto. La
verdad es una Persona. Cuando el Espíritu Santo revela la verdad, usted armoniza su vida con Dios, y le obedece. La oración,
como relación, probablemente es su mejor indicador respecto de cuán sana es su relación de amor con el Padre. Si su vida de
oración es pobre, su relación de amor con Dios está afectada.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Dedique hoy un tiempo para estar en una relación de oración con su Padre celestial. Comience pidiéndole al Espíritu
Santo que le dirija para orar según la voluntad del Padre. Durante estos próximos días preste especial atención hacia
dónde el Espíritu Santo dirige su oración. Eso le indicará acerca de la dirección hacia la cual el Señor está obrando.
Esta puede ser una buena semana para realizar otra caminata de oración con su Padre celestial. La única manera de
cultivar con él esa intimidad que él desea y que usted anhela en lo profundo de su ser, es pasando tiempo con él. Cuando
usted salga a caminar con Dios, no lleve una agenda mental. Dedique su tiempo a la adoración, a la alabanza y al
agradecimiento. Permita que el Espíritu Santo dirija su oración de acuerdo con la voluntad del Padre.
72
DIOS HABLA A TRAVES DE LAS CIRCUNSTANCIAS
14
Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él
enderezará tus sendas. Proverbios 3:5, 6
DIOS HABLA A TRAVES DE LAS CIRCUNSTANCIAS
En algunas ocasiones al llevar a cabo un seminario alguien se enoja conmigo y me dice: “A mí no me interesa lo que
usted diga, yo he experimentado otra cosa.”
Con mi mejor disposición, le respondo: “No está en mí negar su experiencia. Lo que sí pongo en tela de juicio es su
interpretación de lo que ha experimentado, porque es contraria a lo que veo en la Palabra de Dios.”
Nuestras experiencias por sí solas no pueden ser nuestra guía. Cada experiencia necesita ser controlada por las
Escrituras y entendida a la luz de ellas. El Dios revelado en las Escrituras no cambia. A lo largo de su vida habrá momentos
en que usted querrá responder en base a sus experiencias o su sabiduría. Buscar conocer la voluntad de Dios guiándose
únicamente por las circunstancias, puede llevar a confusión. Tenga este principio como una norma: Siempre es necesario ir a
la Biblia para que el Espíritu Santo le revele la verdad.
Cuando usted estudie las Escrituras, busque interpretar la manera en que Dios obra a través de la totalidad de las
Escrituras. No se fundamente en casos aislados. Cuando llega a conocer la manera en que Dios ha obrado a través de la
historia, puede entonces depender de que él obre de manera similar con usted. Su experiencia es válida en la medida en que
sea confirmada en las Escrituras. Nunca descalifico ninguna experiencia que una persona haya tenido, pero siempre me
reservo el derecho de interpretarla en base a lo que entiendo de las Escrituras.
LA BIBLIA ES SU GUlA
Yo utilizo la Palabra de Dios como una guía para lo que debiéramos estar haciendo. Algunos me dicen: “Henry, eso no
es práctico.” Quieren que deje de lado la Biblia, y que me apoye en los conceptos del mundo o en la experiencia personal.
Como discípulo cristiano no puedo abandonar la guía que encuentro en la Biblia. La Biblia es mi guía de fe y práctica.
¿Cómo puede permitir que la Palabra de Dios sea su guía? Cuando busco la dirección de Dios, insisto en seguir las
directivas que encuentro en la Palabra de Dios. El Espíritu Santo utiliza la Biblia, la oración y las circunstancias, para
hablarnos o para mostrarnos la voluntad del Padre.
JESUS ESTUVO ATENTO A LA ACTIVIDAD DEL PADRE
Jesús conocía la voluntad de Dios para su vida y para su actividad diaria observando la actividad del Padre. Jesús
describió este proceso en Juan 5:17, 19, 20: “Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo... De cierto, de cierto os digo
que el Hijo no puede hacer nada de sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre. Porque todo lo que él hace, esto también lo hace
el Hijo de igual manera. Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todas las cosas que él mismo hace.”
Jesús dijo que él no tomaba iniciativa alguna en hacer algo por el Padre (v. 19). Solamente el Padre gozaba de tal
prerrogativa. El había estado trabajando hasta el momento del tiempo terrenal de Jesús, y aún lo estaba haciendo (v. 17). El le
haría saber al Hijo lo que estaba haciendo (v. 20). Cuando el Hijo viera la actividad del Padre sería el momento para que el
Hijo se uniera a él. Dios empleaba circunstancias para revelarle a Jesús lo que estaba por hacer. Las circunstancias eran lo
que Jesús veía al Padre hacer. Hay algunas cosas que solamente el Padre puede hacer.
Jesús siempre estaba atento para descubrir dónde el Padre estaba obrando y luego se unía a él. El Padre amaba al Hijo, y
le mostraba todo lo que estaba haciendo. Jesús no necesitaba adivinar lo que debía hacer. No necesitaba elaborar en sueños lo
que podría hacer para el Padre. El observaba, descubría lo que el Padre estaba haciendo alrededor de su vida, y ponía su vida
allí. De esta manera, el Padre podía cumplir sus propósitos a través de Jesús.
Esto es exactamente lo que Jesús quiere hacer con nosotros a través de su señorío en nuestras vidas. Vemos lo que está
haciendo, y ajustamos a él nuestra vida, nuestros planes y nuestros objetivos. Debemos ponernos a su disposición —allí
donde está obrando— de manera que él pueda cumplir sus propósitos a través de nosotros.
El ejemplo de Jesús es una de las maneras positivas en que Dios habla a través de las circunstancias. Algunas veces las
circunstancias se presentan como “malas”. Quizás se haya encontrado alguna vez en medio de una circunstancia “mala”, y
sintió deseos de preguntarle a Dios: “Por qué me sucede esto?” Usted no es la única persona que lo hace.
LA PERSPECTIVA DE DIOS ES VITAL
Job pasó por una experiencia similar. No entendía por qué todos sus bienes fueron destruidos, por qué murieron sus
hijos, y por qué su cuerpo se llenó de llagas (Job 1—2). Para Job entender sus circunstancias significó una lucha intensa. No
alcanzaba a ver desde la perspectiva de Dios lo que estaba sucediendo (Job 1:6-12; 2:1-7). Tampoco conocía él el último
capítulo (Job 42:12-17), en el cual Dios le restauraría sus propiedades, su familia y su salud.
Los amigos de Job creían tener la perspectiva de Dios y le decían que confesara su pecado. Job no encontraba en su vida
ofensa alguna a Dios que debiera confesar. Si usted no tuviera ese último capítulo, y no conociera la perspectiva de Dios, ,de
73
DIOS HABLA A TRAVES DE LAS CIRCUNSTANCIAS
qué lado cree que estaría? ¿Del lado de Job o del de Dios? Es probable que usted estuviese del lado de Job, diciendo: “Quiero
que Dios me diga lo que está ocurriendo. ¿Por qué permite que esto suceda?” Si no contara con la perspectiva de Dios, usted
podría pensar que Dios estaba siendo cruel con Job.
Cuando usted deba hacer frente a circunstancias difíciles o desconcertantes, estas pueden llegar a sobrepasarle. Si usted
se sitúa en el centro de las circunstancias y trata de ver a Dios, su manera de entenderlo siempre estará distorsionada.
Por ejemplo, usted podrá decir: “Dios no me ama”, o “Dios es injusto”. Ambas afirmaciones acerca de Dios son
incorrectas. ¿Alguna vez se encontró en medio de circunstancias trágicas o confusas, en las que, en sus oraciones, comenzó a
acusar a Dios de algunas cosas que sabe que no son ciertas? Es probable que haya puesto en duda el amor de Dios, o su
sabiduría. Quizá usted tuvo miedo de decir que él estaba equivocado, pero dijo algo así como: “Dios, me engañaste al
permitirme creer que esto era lo más conveniente. ¿Por qué no me detuviste?” Si usted intenta interpretar a Dios desde el
centro de una circunstancia dolorosa, el resultado podrá ser una gran cantidad de conclusiones erróneas.
¿Qué hacer? Vaya primeramente a Dios y pídale que le permita ver sus circunstancias desde la perspectiva de él.
Contemple sus circunstancias desde el corazón de Dios. Cuando se encuentre frente a situaciones difíciles o desconcertantes,
el Espíritu de Dios una vez más tomará la Palabra de Dios, y le ayudará a entender sus circunstancias desde la perspectiva de
Dios; él le revelará la verdad de esas circunstancias. Entonces, podrá tener armonía usted mismo, así como en su forma de
pensar, con la perspectiva de Dios.
El Cáncer de Nuestra Hija
Anteriormente mencioné el cáncer que atacó a nuestra hija. Fue una circunstancia difícil para toda nuestra familia. Los
doctores nos anticiparon que tendríamos entre seis y ocho meses de quimioterapia y además, aplicaciones de rayos. Sabíamos
que Dios nos amaba. Oramos: “Cuál es tu propósito al cual debemos ajustarnos en esta experiencia?”
Al orar nos vino una promesa de las Escrituras que entendimos que provenía de Dios. No sólo recibimos la promesa,
sino que recibimos llamadas y cartas de muchas personas que citaban esta misma Escritura. El versículo dice: “Esta
enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios; para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella” (Juan 11:4).
Nuestra percepción de que Dios nos estaba hablando crecía a medida que la Biblia, la oración y los testimonios de otros
creyentes comenzaban a coincidir, diciéndonos lo mismo. Entonces armonizamos nuestras vidas con la verdad y nos
dispusimos a observar la manera en que Dios utilizaría esta situación para su gloria. Durante ese tiempo hubo personas en
muchas partes de Canadá, Europa y los EE.UU de Norteamérica, que comenzaron a orar por Carne. Individuos, grupos de
estudiantes e iglesias nos llamaron para hacernos saber que estaban orando. Muchos dijeron cosas como esta: “Nuestra vida
de oración (ministerio de oración) está fría y sin fruto. Hace mucho tiempo que no veíamos respuestas especiales a nuestras
oraciones. Pero cuando supimos acerca de Carne, la pusimos en nuestra lista de oración.”
Al cabo de tres meses de tratamiento los médicos realizaron toda una serie de nuevos análisis. Dijeron: “No entendemos
lo que está sucediendo, todos estos análisis arrojan resultados negativos. No hay rastros del cáncer.” Inmediatamente me
comuniqué con aquellos que se habían comprometido a orar por Carne para compartirles estas demostraciones de oración
contestada. En todos los casos, uno tras otro, me dijeron que el ver la respuesta de Dios renovó completamente sus vidas de
oración. Ministerios de oración en iglesias se revitalizaron. Hubo nueva vida en grupos de oración entre estudiantes.
Para la Gloria de Dios
Entonces comencé a ver lo que Dios tenía en mente para esta circunstancia. A través de esta experiencia Dios fue
glorificado ante los ojos de su pueblo. Muchos, muchos sintieron un renovado llamado a la oración. En forma personal
comenzaron a experimentar nuevamente la presencia de la Verdad, pero como una Persona. En ese tiempo algunas de las
amigas más íntimas de Carne comenzaron a orar fervientemente. Aun sucedió que algunos estudiantes se convirtieron al
Señor, al observar lo que Dios había hecho en y a través de Carne. Efectivamente, Dios se glorificó a sí mismo a través de
esta enfermedad.
¿Comprende lo que sucedió? Enfrentamos una situación difícil. Podríamos haber contemplado a Dios desde nuestra
perspectiva estando en medio de la crisis, y así nuestra comprensión de Dios hubiera resultado muy distorsionada. En cambio
fuimos a él en busca de su perspectiva.
El Espíritu Santo tomó la Palabra de Dios, y nos reveló la perspectiva de Dios en cuanto al resultado final de esa
circunstancia. Creímos a Dios y ajustamos nuestra vida a él y a lo que estaba haciendo. Luego, analizamos las circunstancias
buscando maneras en que sus propósitos se cumplieran por caminos que lo glorificaran a él. De modo que cuando vino la
respuesta a la oración inmediatamente supe que mi tarea era la de “proclamar las obras maravillosas del Señor” a los suyos.
En todo este proceso llegamos a conocer a Dios de una manera nueva, a causa de la compasión que él nos demostró al
revelarnos su perspectiva respecto a nuestra situación.
Permítame resumir la forma en que usted puede responder cuando las circunstancias son difíciles o desconcertantes:
• Decídase a creer que Dios demostró para siempre, en la cruz, su absoluto amor por usted. Ese amor no cambiará
jamás.
74
DIOS HABLA A TRAVES DE LAS CIRCUNSTANCIAS
muerto se sentó y comenzó a hablar. Y Jesús lo entregó a su madre. El temor se apoderó de todos, y glorificaban a Dios
diciendo: “Un gran profeta se ha levantado entre nosotros! ¡Dios ha visitado a su pueblo!” Y esto que se decía de él se
difundió por toda Judea y por toda la tierra de alrededor (Luc. 7:11-17).
Si usted le hubiese preguntado a la viuda que marchaba a dar sepultura a su único hijo: “¿Cuál es la verdad de esta
situación? Ella podría haber contestado: Mi esposo murió Joven. He tenido solamente un hijo, y esperaba que pudiéramos
estar juntos muchos años. El me cuidaría, y viviríamos un hermoso compañerismo. Ahora mi hijo ha muerto, y deberé vivir el
resto de mi vida sola.” ¿Era esa la verdad?
¡No, la Verdad estaba allí presente! Cuando la Verdad extendió su mano y tocó a su hijo, y lo restableció, todo cambió.
Usted no puede conocer la verdad de una situación hasta haber recibido un mensaje de Jesús.
Cuando a Jesús le fue permitido revelarse en esta circunstancia, la gente glorificaba “a Dios diciendo: ‘Un gran profeta
se ha levantado entre nosotros! ¡Dios ha visitado a su pueblo!’ Y esto que se decía de él se difundió por toda Judea y por toda
la tierra de alrededor” (Luc. 7:16, 17). Nunca, nunca determine la verdad de una situación por lo que aparentan las
circunstancias. No evalúe su situación hasta haber escuchado a Jesús. El es la Verdad de todas sus circunstancias.
La verdad con gente hambrienta. En Juan 6:1-15, Jesús estaba rodeado por cinco mil personas hambrientas y él quiso
darles de comer. Fue una prueba para la fe de Felipe cuando Jesús le preguntó dónde podían comprar pan para alimentar a la
multitud. Si en ese momento usted les hubiera preguntado a los discípulos acerca de la verdad de la situación ellos podrían
haber respondido: “No lo podemos hacer. Señor, la verdad de la situación es que es imposible.” ¿Era realmente así? No.
Conocemos la otra mitad del relato. ¿Acaso no estaríamos en mejor situación si en nuestras vidas confiáramos en Dios para la
otra mitad del relato? ¡La Verdad en persona alimentó a cinco mil hombres, además de sus familias, y de lo que sobró se
recogieron doce cestas llenas!
Me pregunto si algunas veces Dios no prueba nuestra fe como hizo con la de Felipe. ¿No será que él dice: “Alimenten a
las multitudes”, y la iglesia responde: “No tenemos tanto dinero en nuestro presupuesto”? La Verdad, entonces, se presenta
en medio de la iglesia y la Cabeza de la iglesia dice: “Crean en mí. Nunca les daré una orden sin que yo libere el poder que
permita llevarla a cabo. Confíen en mí, obedézcanme y efectivamente sucederá.”
Si, Señor
Llegado el momento de tomar una decisión la mayor dificultad podrá no estar en elegir entre bueno y malo, sino en
elegir entre bueno y mejor. Usted podrá encontrarse frente a varias opciones, y podrán parecer todas buenas. El punto de
inicio es decir de lo profundo de su corazón: “Señor, lo que sea, y que yo sepa es tu voluntad, eso haré. No importa el costo y
no importa lo que requiera de mí el ajustarme a tu obrar, me consagro a seguir tu voluntad. ¡Señor, no importa cómo se
presente esa voluntad, quiero hacerla!”
Usted necesita decirle eso a Dios antes de buscar su voluntad. De otro modo, usted no estará diciendo: “Hágase tu
voluntad.” En realidad, usted está diciendo: “Hágase tu voluntad, siempre y cuando no sea contraria a la mía.” Hay dos
palabras en el vocabulario del cristiano que no pueden ir juntas, y ellas son: No, Señor. Si usted dice: “No”, él no es Señor. Si
verdaderamente él es su Señor, su respuesta siempre debe ser “sí”. En el momento de tomar decisiones, siempre comience
por aquí. No siga adelante hasta que pueda, honestamente, decir: “Lo que quieras de mí, Señor, eso haré.”
Señales Físicas de Encuentros Espirituales
Cuando Israel entró en la Tierra Prometida cruzando el Río Jordán, Dios impartió a Josué las siguientes instrucciones:
“Toma del pueblo doce hombres, uno de cada tribu, y mándales diciendo: “Tomad de en medio del Jordán, del lugar donde
están firmes los pies de los sacerdotes, doce piedras, las cuales llevaréis con vosotros, y las pondréis en el lugar donde habéis
de pasar esta noche” (Jos. 4:2, 3).
Estas piedras debían servir de señal a los israelitas. Josué les explicó: “para que esto sea señal entre vosotros. Y cuando
vuestros hijos os pregunten en el futuro, diciendo: ‘Qué significan para vosotros estas piedras?’, les responderéis: ‘Las aguas
del Jordán fueron cortadas ante el arca del pacto de Jehová. Cuando ésta cruzó el Jordán, las aguas del Jordán fueron
cortadas, por lo cual estas piedras sirven de memorial a los hijos de Israel, para siempre” (Jos. 4:6, 7).
Estas piedras debían servir como el recordatorio de una poderosa obra de Dios en favor de su pueblo. En muchas otras
ocasiones los hombres edificaron altares, o erigieron piedras como recordatorio de un encuentro significativo con Dios (Noé:
Gén. 6-8; Abram: Gén. 12:1-8 y 13: 1-18; Isaac: Gén. 26:17-25; Jacob: Gén. 28:10-22 y 35:1-7; Moisés: Exo. 17:8-16 y 24:1-
11; Josué: Jos. 3:5 a 4:9; Gedeón: Jue. 6:11-24; y Samuel: 1 Sam. 7:1-13).
Muchas veces los hombres en el Antiguo Testamento erigían una señal de piedra o edificaban un altar, como un
recordatorio de sus encuentros con Dios. Lugares como Betel (“casa de Dios”) y Rejobot (“habitación” o “ensanche”)
pasaron a ser recordatorios de una destacada acción de Dios en medio de su pueblo.
Moisés denominó a un altar “El Señor es mi bandera” (Exo. 17:15), y Samuel denominó a una piedra “Eben-ezer,”
diciendo: “Hasta aquí nos ayudó Jehová” (1 Sam. 7:12). Estos altares y piedras se convirtieron en señales físicas de
76
DIOS HABLA A TRAVES DE LAS CIRCUNSTANCIAS
importantes encuentros con Dios. Brindaron a los hombres de aquel tiempo la oportunidad de enseñar a sus hijos acerca del
obrar de Dios en favor de su pueblo.
UN INVENTARIO ESPIRITUAL
He descubierto que es útil identificar en mi vida “señales espirituales”. Cada vez que me encuentro frente al llamado de
Dios o recibo directivas de él, edifico mentalmente allí una señal espiritual. Una señal espiritual identifica un momento de
transición, de decisión o de dirección, en el que yo sé con toda claridad que Dios me ha guiado. Con el paso del tiempo puedo
mirar retrospectivamente estas señales espirituales, y ver la manera en que Dios ha dirigido fielmente mi vida, de acuerdo con
su propósito divino. Cuando repaso mis señales espirituales puedo ver con más claridad aquellas direcciones en las cuales
Dios ha estado moviendo mi vida y ministerio.
A veces estoy frente a varias alternativas en las que podría servir a Dios. Necesito saber cuál de estas cosas buenas es lo
que Dios desea de mí. Cuando estoy frente a una decisión con respecto a la dirección de Dios, repaso mis señales espirituales.
No doy e1 próximo paso sin tener el contexto de la totalidad de la actividad de Dios en mi vida. Esto me ayuda a ver la
perspectiva de Dios para mi pasado y presente. Entonces contemplo las alternativas que tengo delante. Observo para
determinar cuál de las alternativas parece estar en mayor concordancia con lo que Dios ha estado haciendo en mi vida. A
menudo una de estas direcciones estará en mayor concordancia con lo que Dios ya ha estado haciendo. Si ninguna de las
direcciones parece concordar, continúo orando y esperando la guía del Señor. Cuando las circunstancias no coinciden con lo
que Dios está diciendo en la Biblia y en oración, doy por sentado que el tiempo no es el correcto. Entonces espero que Dios
revele su tiempo.
Cuando me hablaron de integrarme a la Junta de Misiones Domésticas, para dirigir el esfuerzo de oración y despertar
espiritual, nunca había desempeñado un trabajo así en mi vida.
Solamente Dios podía revelar si esto formaba parte de su propósito divino. Hice memoria de las señales espirituales en
mi vida, para poder ver esta dirección desde la perspectiva de Dios.
Mi legado se remonta a Inglaterra, donde varios de mis familiares eran egresados de la Universidad de Spurgeon, en el
tiempo en que Spurgeon estaba tratando de ganar a Inglaterra para Cristo. Por otra parte, yo me crié en una ciudad de Canadá,
en la que no existía testimonio cristiano evangélico. Mi padre sirvió como pastor laico en la fundación de una obra allí.
En los años de adolescente yo había comenzado a sentir una gran carga por aquellas comunidades que no contaban con
una iglesia evangélica en su medio a través de todo Canadá. En el año 1958, estando en el seminario, Dios me reveló que él
amaba lo suficiente a mi país como para provocar una gran acción de su Espíritu a través de toda nuestra patria. Cuando
acepté el llamado de Dios para ir como pastor a Saskatoon, Dios utilizó la posibilidad de un despertar espiritual allí, para
confirmar mi llamado. En verdad, se produjo un avivamiento y despertar espiritual que se extendió a muchas partes de
Canadá a principios de la década de los años 70.
En 1988, me llamó Bob Hamblin, de la Junta de Misiones Domésticas.
“Henry”, me dijo, “hemos orado mucho para asignar una responsabilidad en el área de oración por un despertar
espiritual. Hace más de dos años que venimos buscando a la persona que ocupe este lugar. ¿Estarías dispuesto a venir a
dirigir a los bautistas del sur, en este anhelo por un despertar espiritual?”
Al repasar el obrar de Dios en mi vida (mis señales espirituales) observé que una destacada constante, a través de todo
mi ministerio, era el hincapié en un despertar espiritual. Le dije a Bob: “Nada en el mundo que me hubieses ofrecido hacer,
me hubiera llevado siquiera a orar por salir de Canadá, excepto el tema del despertar espiritual. Eso ha sido un profundo hilo
conductor a través de toda mi vida, desde el tiempo en que salía de mi adolescencia, y más especialmente desde 1958.”
Después de mucha oración, y confirmación en la Palabra y a través de otros creyentes, acepté el puesto en la Junta de
Misiones Domésticas. Dios no me cambió el rumbo. Me confirmó en algo que ya había estado haciendo durante el transcurso
de mi vida.
RESUMEN
Dios utilizó las circunstancias para revelarle a Jesús lo que debía hacer. Jesús estuvo atento a las circunstancias para
saber dónde el Padre quería integrarlo a su obra. Dios podrá utilizar las circunstancias para revelarle también a usted sus
directivas. Sin embargo, usted debe confirmar estas directivas, en base a lo que Dios puede estar diciéndole a través de las
Escrituras y en oración. El repasar sus señales espirituales es una de las maneras en que Dios puede estar utilizando las
circunstancias, para darle un sentido de dirección.
Cuando Dios esté preparado para que usted dé otro paso, o cambie de dirección dentro de lo que él está haciendo, será
en continuidad con aquello que ya ha estado haciendo en su vida.
A veces se encontrará frente a circunstancias desconcertantes o difíciles. Para entender esas circunstancias adversas o
difíciles, resulta vital la perspectiva de Dios. Nunca, bajo ningún concepto, determine la verdad de una situación analizando
usted las circunstancias. No puede conocer la verdad de circunstancia alguna, hasta tanto Dios le haya hablado.
77
DIOS HABLA A TRAVES DE LAS CIRCUNSTANCIAS
78
DIOS HABLA A TRAVES DE LA IGLESIA
15
Sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: Cristo. De parte de él todo el
cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todas las coyunturas, recibe su crecimiento de acuerdo con la
actividad proporcionada a cada uno de los miembros, para ir edificándose en amor. Efesios 4:15, 16
DIOS HABLA A TRAVES DE LA IGLESIA
En Vancouver serví como pastor interino en una iglesia pequeña. La semana anterior a mi llegada una familia de
refugiados laosianos se había unido a la iglesia. Yo sabía que Dios nunca agrega miembros al cuerpo de Cristo por
casualidad. Aquellos que se unen a la iglesia son mi ministerio. Mi responsabilidad como pastor era la de ver lo que Dios
estaba haciendo al unirlos a nuestra congregación.
Yo necesitaba ver lo que Dios quería hacer en sus vidas, a través de nuestra iglesia. Tuve la oportunidad, al igual que
otros, de ver el obrar de Dios en las vidas de los laosianos. Al orar juntos y compartir a Cristo, la iglesia ayudó a Tomás, el
padre, a comprender mejor el plan de Dios para su vida. Tomás había recibido protección en un campamento de refugiados
en Tailandia. Tan gloriosa fue la transformación que experimentó en su vida, que él quería que sus compatriotas laosianos
conocieran a Cristo. Recorrió toda la comunidad, tratando de guiar a sus hermanos laosianos a Cristo. En la primera semana
Tomás llevó a quince adultos al Señor. La semana siguiente llevó a otros once al Señor; y lloraba porque sentía que era tan
poco fiel su Señor.
En nuestra siguiente reunión administrativa de la iglesia, dije: “Percibo que necesitamos comenzar una obra misionera
entre los laosianos.” Compartí todo lo que sabía acerca de lo que Dios estaba haciendo. “Creo que Dios está llevando a esas
personas al Señor, de modo que podamos comenzar una misión entre los laosianos”, expliqué. Entonces pedí a la iglesia que
decidiera con respecto a la manera en que percibían que Dios quería que respondiésemos. Votaron a favor de comenzar una
obra misionera entre los laosianos.
Entonces dije: “Creo que deberíamos llamar a Tomás para que sea su pastor.” Les relaté lo que Dios estaba haciendo en
la vida de Tomás. Dios le había dado un corazón de pastor. Sentía una carga por evangelizar. Acababa de ingresar a un
instituto bíblico bautista, a fin de prepararse para hacer lo que Dios quisiera realizar a través de él. La iglesia votó a favor de
invitar a Tomás a pastorear la nueva obra misionera, y Tomás aceptó.
Dos meses después Tomás fue invitado a participar en una reunión para pastores de grupos étnicos, a realizarse en San
Luis. Consultó acerca de si podía concurrir. “Por supuesto”, le dije. Entonces preguntó: “,Puedo llevar algunos amigos
también?” Yo no sabía a qué se refería, hasta que me dijo que quería llevar a dieciocho amigos. Y luego me preguntó:
“Henry, ¿estarías de acuerdo con que a mi regreso yo fuera pasando por todas las ciudades más importantes de Canadá? Hay
hermanos míos en todas ellas. Dios quiere que vaya y que lleve a algunos de ellos al Señor. Si el Señor me ayuda les
encontraré un pastor. Así, podrán tener una iglesia en cada ciudad importante en Canadá.” Entonces supe que Dios estaba
haciendo algo especial.
Le dije: “Por favor, Tomás, no dudes en ir!” Lo hizo. Para la Navidad de ese año muchos laosianos diseminados por
todo Canadá, vinieron a celebrar la nueva vida que habían hallado en Cristo.
Pasado un tiempo volví a Vancouver de visita. Pregunté por Tomás. Me informaron que el gobierno de Laos había
otorgado permiso para fundar iglesias. Tomás regresó a Laos a predicar el evangelio; 133 de sus familiares conocieron al
Señor, comenzó cuatro obras misioneras. Relacionó a las iglesias laosianas con la iglesia en Vancouver con el profundo
deseo en su corazón de ver a todo el pueblo laosiano entregado a Cristo.
Al principio, todo lo que vimos fue a un refugiado laosiano. ¿Qué vio Dios? Vio a una raza y a una nación entregándose
a Cristo. Cuando Dios honra a su iglesia, integrando un nuevo miembro al cuerpo, pídale a Dios que le muestre lo que él tiene
en mente. Luego, comparta lo que usted percibe ser el accionar de Dios. Dios habla a través de los miembros del cuerpo, para
ayudar a otros a conocer y comprender la misión que él tiene para sus vidas.
LA PARABOLA DE LAS VIAS DEL FERROCARRIL
Supongamos, que el ojo pudiera decirle al cuerpo: “Caminemos por las vías del tren. Están libres. No hay tren a la
vista.” De modo que el cuerpo se lanza a caminar por las vías. De pronto, el oído dice: “Oigo un silbato, viene de la otra
dirección.
Mas el ojo insiste: “Hasta donde yo puedo ver, no hay nada. Sigamos caminando.” El cuerpo hace caso al ojo, y sigue
caminando.
De pronto, el oído vuelve a decir: “Ese silbato se está haciendo cada vez más audible, ¡y más cercano!”
Los pies dicen: Percibo la vibración de un tren que se acerca. ¡Será mejor que salgamos de las vías!” Si este fuese su
cuerpo, ¿usted qué haría?
• ¿Trataría de ignorar el conflicto, esperando que se supere?
• ¿Llevaría el tema a votación entre todos sus miembros, y que la mayoría decida?
79
DIOS HABLA A TRAVES DE LA IGLESIA
• ¿Confiaría en su ojo y seguiría caminando, ya que sus ojos hasta ahora nunca se han equivocado?
No. Saldría de las vías lo más pronto posible. Por supuesto que estas parecen preguntas bastante ingenuas. Dios le dio a
nuestro cuerpo diferentes partes y diferentes sentidos. Cuando cada parte cumple la función que le corresponde, todo el
cuerpo funciona debidamente. En nuestros cuerpos físicos no decidimos en base al voto de la mayoría, ni pasamos por alto
algún conflicto entre sentidos, ni decidimos prestar atención a un sentido ignorando a los demás. Vivir así sería sumamente
peligroso.
Porque la iglesia es el cuerpo de Cristo, funciona bien cuando todos los miembros pueden compartir aquello que
perciben que Dios quiere que la iglesia sea y haga. Los miembros de una iglesia no pueden conocer plenamente la voluntad
de Dios para sus vidas en el cuerpo si están separados del cuerpo. Una iglesia también necesita oír el consejo completo de
Dios a través de sus miembros. Recién entonces puede proceder en confianza y en unidad a hacer la voluntad de Dios.
EL CUERPO DE CRISTO
Uno de los problemas que enfrentan muchas iglesias evangélicas en la actualidad, es que han hecho tanto hincapié en la
doctrina del sacerdocio de todos los creyentes, que han perdido su identidad corporativa. ¿Qué quiere decir esto en palabras
sencillas? Los cristianos creen que son individualmente responsables delante de Dios y que no deben rendir cuentas a nadie;
y que ese “nadie”, incluye también a la iglesia.
Los cristianos tienen, efectivamente, acceso a Dios a través de Cristo como su único mediador. No obstante, Dios creó a
la iglesia como su agente redentor en la tierra. El tiene un propósito para la iglesia. Dios coloca a cada miembro en una
iglesia, para llevar a cabo sus propósitos redentores a través de ese conjunto de creyentes en Cristo.
Una iglesia es un cuerpo. ¡Es el cuerpo de Cristo (1 Cor. 12:27)! Jesucristo está presente como cabeza de una iglesia
local (Ef. 4:15), y cada miembro ha sido puesto en el cuerpo según el beneplácito de Dios (1 Cor. 12:7). Todo el cuerpo ha
sido ensamblado por el Padre. Los miembros están facultados y capacitados por el Espíritu Santo para funcionar en el lugar
del cuerpo donde el Padre los colocó. De esta manera, el cuerpo funciona para edificarse y consolidarse en la cabeza, hasta
que cada miembro llegue a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4:13). Dios nos hizo interdependientes. Nos
necesitamos mutuamente. Cuando un miembro se debilita, otros en el cuerpo pueden ayudar.
Por lo tanto, lo que Dios está haciendo en y a través de su cuerpo es fundamental para que yo sepa cómo responder a él.
En el lugar del cuerpo donde lo veo obrando, yo hago los ajustes necesarios y pongo allí mi vida. En la iglesia, dejo que Dios
me utilice en cualquier manera que él elija para completar su obra en cada miembro. Esta era la meta de Pablo al decir: “A él
anunciamos nosotros, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre con toda sabiduría, a fin de que presentemos a
todo hombre, perfecto en Cristo Jesús” (Col. 1:28). Pablo estaba reclamando permanentemente a los creyentes que se
involucraran de una manera vital a su vida y ministerio. La efectividad del ministerio de Pablo dependía de ellos (Col. 4:3; 2
Tes. 3:1, 2; Ef. 6:19).
La Iglesia Me Ayudó a Conocer la Voluntad de Dios
Cuando cursaba el seminario estaba integrado a una iglesia local. Durante el primer año enseñé a un grupo de
adolescentes. Lo hice con corazón dispuesto. Al año siguiente se me pidió que fuera director de música y educación cristiana.
Nunca había hecho algo así. Había cantado en un coro, pero nunca había dirigido música. Tampoco tenía idea acerca de la
dirección del programa educativo de la iglesia. He aquí la manera en que tomé la decisión:
Esta iglesia necesitaba un líder. Al orar, presentían que Dios me había puesto allí con el propósito de llenar esa
necesidad. Yo también vi la necesidad, y comprendí que Dios podía utilizarme. Como siervo de Jesucristo no tenía la
alternativa de negarme. Creía firmemente que la cabeza —Jesucristo— podía hablar a través del resto del cuerpo, y guiarme
para hacerme saber la manera en que debía funcionar dentro de ese cuerpo. Dije que haría lo mejor que pudiera dentro de mis
conocimientos; durante dos años trabajé como director de música y de educación cristiana.
Entonces la iglesia votó para invitarme a ser su pastor. ¡No había predicado ni tres mensajes en toda mi vida! No había
ido al seminario por haber sentido un llamado a ser un pastor, sino por otras razones. Sentí, no obstante, el llamado de Dios a
entrar en una relación con él, para realizar lo que él tuviera en mente. Percibí que necesitaba poner en práctica la capacitación
del seminario, de manera que tuviese algunas herramientas con las que Dios pudiera trabajar. No dije: “Voy a involucrarme
en las misiones foráneas o en las misiones domésticas.” No dije:
“Trabajaré en música, educación cristiana o predicación.” En cambio dije: “Señor, lo que sea que tú me dirijas a hacer
en relación con tu cuerpo, eso haré. Soy tu siervo para tus propósitos.” De modo que convine con ellos en ser su pastor.
Fuera del cuerpo usted no puede conocer la voluntad de Dios para su relación con el cuerpo. Sin el ojo, la mano no sabe
dónde tocar. Sin el oído, podrá ser que el cuerpo no sepa cuándo o cómo responder. Cada miembro necesita escuchar lo que
dicen los otros miembros. Si los miembros no están hablando acerca de lo que perciben que Dios está haciendo, el cuerpo
completo estará en problemas. Al funcionar en relación con la iglesia, dependo de otros para ayudarme a entender la voluntad
de Dios.
80
DIOS HABLA A TRAVES DE LA IGLESIA
81
LA INVITACION DE DIOS PRODUCE UNA CRISIS DE FE
16
Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador
de los que le buscan. Hebreos 11:6
LA INVITACION DE DIOS PRODUCE UNA CRISIS DE FE
Este capítulo centra su atención en el momento decisivo de hacer la voluntad de Dios. Cuando Dios le invita a unirse a
su obra, la misión que le presenta para llevar a cabo es gigante, digamos que es “tamaño Dios”. Usted se da cuenta de que no
puede llevarla a cabo por sus propios medios. Si Dios no le ayuda, fracasará. Este es el momento de crisis en el que muchos
deciden no seguir adelante en lo que perciben que Dios les está guiando a hacer. Luego se preguntan por qué no
experimentan la presencia de Dios y su obrar, de la misma manera en que lo experimentan otros creyentes.
El término crisis se deriva de una palabra que significa “decisión”. El mismo término griego a veces se traduce como
juicio. No nos referimos a una crisis en la vida, como la que provoca un accidente o una muerte. La crisis de fe es un
momento de definición, un lugar donde el camino se bifurca y le exige tomar una decisión. Allí debe decidir qué es lo que
cree acerca de Dios.
La manera en que usted responda cuando llegue este momento, determinará que continúe involucrado con Dios en algo
“tamaño Dios”, que únicamente él puede realizar, o que siga por su camino perdiéndose lo que es el propósito de Dios para
su vida. No se trata de una experiencia circunstancial que tiene su momento y termina. Es una experiencia diaria. La manera
en que usted vive su vida es un testimonio de lo que cree con respecto a Dios.
UN PRESUPUESTO DETERMINADO EN FE
En una ocasión los hermanos integrantes de la comisión de finanzas de nuestra iglesia me dijeron:
—Pastor, usted nos ha enseñado a caminar por fe en todas las áreas de la vida de la iglesia, excepto en el presupuesto.
Les pedí que fueran más explícitos.
—Bien —respondieron—, cuando fijamos el presupuesto, lo determinamos en base a lo que estimamos que podemos
hacer. No está reflejando que esperemos que Dios haga algo.
—Hmmm —dije yo—. ¿Y cómo creen ustedes que debiéramos determinar nuestro presupuesto?
Me respondieron:
—Primero deberíamos determinar qué es lo que Dios quiere hacer a través de nosotros. En segundo lugar, necesitamos
estimar el costo de eso. y por último, la suma que nos hayamos propuesto como objetivo necesitamos dividirla en tres
categorías: (1) lo que planeamos llevar a cabo a través de nuestras ofrendas, (2) lo prometido por otros y (3) lo que debemos
depender que Dios haga.
Como iglesia oramos y llegamos a la conclusión de que Dios quería que abordáramos el tema del presupuesto de esta
manera. No intentamos soñar nuestros sueños para Dios. Debíamos estar absolutamente seguros de que Dios nos estaba
guiando a hacer aquellas cosas que incluíamos en el presupuesto. Luego determinamos los costos. Anotamos lo que
estimábamos podría ser aportado por nuestra gente, y los aportes que otros habían prometido (agencias de la denominación,
iglesias que participarían en proyectos y personas). La diferencia entre lo que razonablemente podíamos esperar recibir, y el
total, era lo que le pediríamos a Dios que proveyera.
La gran pregunta era: ¿Cuál será nuestro presupuesto operativo? Por fe tomamos el total general como nuestro
presupuesto operativo. Aquí es donde llegamos a nuestra crisis de fe. ¿Creíamos en realidad que Dios que nos llevó a decidir
hacer esto, nos proveería también los recursos para llevarlas a cabo? Siempre que Dios le guíe a realizar algo que sea
“tamaño Dios”, usted estará frente a una crisis de fe. Cuando esté frente a esa crisis el siguiente paso que dé revelará lo que
en realidad cree de Dios.
El presupuesto normal de la iglesia habría sido de $74.000 dólares. El presupuesto que fijamos fue de $164.000. Nos
comprometimos a orar diariamente para que Dios supliera nuestras necesidades. Por todo dinero ingresado y que no fuera
parte de lo previsto, dábamos el crédito a Dios. Al finalizar aquel año habíamos recibido $172.000 dólares. Dios nos enseñó
una lección de fe que produjo un profundo cambio en todos nosotros.
La crisis más grande se presentó cuando decidimos operar en base al total general, en lugar de hacerlo con lo que
sabíamos que podíamos alcanzar. Operar en base a la suma de $74.000 no exigía mucha fe que digamos. Estábamos seguros
de poder hacer al menos eso. Operar en base a $164.000 demandaba fe. No veíamos manera alguna de reunir ese dinero, a
menos que Dios lo proveyera.
¿Ve el momento de definición, la crisis de fe? Podríamos haber optado por el presupuesto menor, y nunca haber
conocido algo más de Dios. La gente de nuestro barrio que nos observaba habría visto solamente aquello que los seres
humanos pueden hacer. Nunca habrían visto a Dios y lo que él puede hacer.
82
LA INVITACION DE DIOS PRODUCE UNA CRISIS DE FE
recursos o capacidades. Con fe podemos avanzar confiadamente porque sabemos que él llevará a cabo lo que se ha propuesto.
“Entonces Jesús, mirándolos, les dijo: ‘Para los hombres es imposible; pero no para Dios. Porque para Dios todas las cosas
son posibles” (Mar. 10:27). Las Escrituras dan testimonio de que esto es así.
Len Koster y las Obras Misioneras
En la iglesia en Saskatoon percibíamos que necesitábamos ser útiles para Dios, alcanzando para él a la gente de
Saskatchewan. La provincia incluía más de doscientas ciudades, pueblos y pequeñas comunidades. Esto significaba que
tendríamos que comenzar obras misioneras. Para hacer eso sentíamos que Dios nos guiaba a invitar a Len Koster para dirigir
nuestro esfuerzo misionero. El capacitaría a la iglesia para comenzar iglesias.
Durante catorce años Len y Rut habían pastoreado iglesias pequeñas. Len estaba tan comprometido con el Señor, que
llevaba catorce años trabajando como empleado en una estación de servicio, para poder servir como pastor laico. Si no
hubiese sido por un pastor de medio tiempo, estas iglesias nunca habrían tenido la posibilidad de tener pastor alguno. Durante
ese tiempo Len y Rut habían ahorrado siete mil dólares, con la esperanza de reunir algún día el dinero suficiente para
comprar su casa. Cuando Len sintió la plena seguridad de que debía venir a ayudarnos a comenzar iglesias le dije:
—Len, no tenemos dinero para tu mudanza, y no tenemos dinero para sostenerte.
—Henry —me dijo—, el Dios que me llamó, me ayudará. Usaré el dinero de nuestros ahorros, y nos mudaremos.
Poco después, entró a mi oficina y me dijo:
—Henry, mi esposa y yo oramos y hablamos toda la noche. Yo he trabajado como pastor laico durante catorce años y
no tengo problema en trabajar para sostener a mi familia. Pero la necesidad aquí es tan grande y es tan clara la dirección de
Dios, que siento que necesito estar dedicado de tiempo completo. Anoche mi esposa y yo entendimos que el dinero que
tenemos en el banco es de Dios, y que él quiere que vivamos de eso. Cuando eso se acabe, él nos mostrará cómo viviremos.
De manera que no te preocupes por mi sostén.
Cuando Len salió de mi oficina, yo caí sobre mi rostro. Lloré y lloré delante del Padre; dije: “Padre, no entiendo por qué
un matrimonio fiel como ellos tienen que hacer semejante sacrificio.” Vi en Len y Rut una gran fe que se demostraba en sus
acciones.
Dos días después, recibí una carta de un laico, miembro de una iglesia presbiteriana en Kamloops, British Columbia.
Era una carta muy breve, que simplemente decía: “Tengo entendido que un hombre llamado Len Koster ha venido a trabajar
con ustedes. Dios ha puesto en mi corazón que debo ayudar a sostenerlo en su ministerio. Adjunto un cheque por siete mil
dólares para su sostenimiento.” Después de abrir esa carta caí nuevamente de rodillas, y lloré delante del Padre. Esta vez le
pedí perdón por no confiar en él, cuando él me había dicho que podía hacerlo.
Llamé a Len y le dije: “Len, pusiste los ahorros de tu vida en el altar del sacrificio, pero Dios tiene algo más en la zarza.
¡El Dios que dice: ‘Yo soy tu proveedor’ acaba de proveer!” Y le conté de la carta. ¿Sabe usted lo que eso significó en la vida
de Len? ¿Sabe usted lo que eso significó en la vida de nuestra iglesia? Todos crecimos en nuestra fe para creer en Dios.
Después de eso nos lanzamos a caminar por fe una y otra vez. Vimos a Dios hacer cosas maravillosas. Nunca hubiéramos
llegado a experimentar a Dios de esa manera, sin haber dado el paso de fe de invitar a Len. Esa experiencia nos ayudó a
aprender cómo confiar en Dios.
De igual manera sucederá cuando usted tenga un encuentro con Dios: traerá aparejada una crisis de fe. Será necesaria la
fe para superar esa crisis. Sin esa fe usted no podrá agradar a Dios.
LOS ENCUENTROS CON DIOS SON “TAMAÑO DIOS”
Dios está interesado en que el mundo llegue a conocerlo. La única manera en que las personas llegarán a saber cómo es
Dios, es viéndolo obrar. Una persona conoce la naturaleza de Dios cuando ve su naturaleza expresada en sus acciones. Cada
vez que Dios le integre a su accionar, la misión asignada será “tamaño Dios”.
Hay quienes dicen: “Dios nunca me pedirá que haga algo que no puedo hacer.” He llegado a un punto en mi vida en que
si la misión la cual siento que Dios me está asignando es algo que yo puedo manejar, sé que probablemente no es de Dios.
Las misiones que Dios asigna en la Biblia son siempre “tamaño Dios”. Siempre están más allá de lo que una persona puede
hacer, porque él quiere manifestar su naturaleza, su poder, su provisión y su misericordia, a los suyos y a un mundo que
observa. Esa es la única manera en que el mundo puede llegar a saber cómo es él.
Podemos mencionar muchas misiones “tamaño Dios”, en las Escrituras. El le dijo a Abraham que debía ser padre de una
nación, cuando Abraham no tenía hijo y Sara estaba más allá de la edad normal para concebir. Le dijo a Moisés que libertara
a los hijos de Israel, que cruzara el mar Rojo y que sacara agua de una roca. Le dijo a Gedeón que con trescientos hombres,
derrotara un ejército madianita de 120.000 hombres. Jesús dijo a los discípulos que alimentaran a la multitud, y les mandó a
hacer discípulos en todas las naciones. Ninguna de estas cosas era humanamente posible. Cuando el pueblo de Dios y el
mundo son testigos de algo que solamente Dios puede hacer, saben cómo es Dios.
84
LA INVITACION DE DIOS PRODUCE UNA CRISIS DE FE
El mundo llega a saber quién es Dios cuando ve su naturaleza expresada a través de sus acciones. Cuando Dios
comienza a obrar lleva a cabo algo que solamente él puede hacer. Cuando Dios hace eso, tanto el pueblo de Dios como el
mundo llegan a conocerlo de una manera en que nunca antes lo habían conocido. Por eso Dios asigna a los suyos misiones
“tamaño Dios”.
La razón por la cual Cristo y su iglesia no atraen a una gran parte del mundo, es porque el pueblo de Dios carece de la fe
necesaria para intentar acometer aquello que únicamente Dios puede hacer. Si usted o su iglesia no están respondiendo a
Dios, e intentando cosas que solamente él puede llevar a cabo, entonces no están poniendo en práctica la fe. “Y sin fe es
imposible agradar a Dios” (Heb. 11:6). Si la gente de nuestro barrio no está respondiendo al evangelio, de la misma manera
en que vemos en el Nuevo Testamento, una de las posibles razones es que no están viendo a Dios en aquello que ustedes
están haciendo como iglesia.
Dios está mucho más interesado en que usted viva una experiencia con él, que verlo llevando a cabo algo. Usted puede
terminar la tarea y no haber experimentado para nada a Dios. Su interés no se limita simplemente a ver un trabajo terminado.
El puede llevar a cabo una tarea en el momento que lo desea. ¿Qué es, entonces, lo que le interesa? Usted y el mundo; que lo
conozcan y lo experimenten. De modo que Dios vendrá a usted, y le asignará una misión “tamaño Dios”. Cuando comienza a
realizar lo que le dice, él hace que suceda lo que él se ha propuesto. Entonces usted y todos los que están con usted se
regocijarán por haberlo experimentado. Usted y quienes le rodean conocerán más de él que lo que jamás hayan conocido.
Unirse a Dios Demanda Fe y Acción
Nuestra iglesia en Saskatoon estaba creciendo, y necesitaba más espacio. Sentíamos que Dios nos estaba guiando a
poner en marcha un programa de edificación, aun cuando solamente contábamos con $749 dólares en el fondo para
construcciones.
El edificio nos costaría $220.000 dólares. No teníamos ni la más remota idea de cómo lograrlo. Una suma importante en
el presupuesto se redujo al poner nosotros la mayor parte de la mano de obra. No obstante, a mitad de camino del programa
de edificación, nos faltaban $100.000 dólares. Mis queridos hermanos volvieron la vista hacia mí, para ver si su pastor creía
que Dios haría lo que nos había llamado a hacer. Dios llenó mi corazón de confianza en que él, que nos estaba guiando, nos
indicaría cómo lograrlo.
Dios comenzó a proveer los fondos necesarios. Nos faltaban unos $60.000 dólares para terminar la construcción.
Habíamos estado esperando un dinero de cierta fundación en Texas. Inexplicables demoras sucedieron una tras otra. Un día,
por un lapso de dos horas, la tasa de cambio del dólar canadiense tocó el piso más bajo de su historia. Fue precisamente en
ese tiempo en que la fundación en Texas giró telegráficamente el dinero a Canadá. ¿Sabe usted lo que eso significó? Nos dio
$60.000 más de lo que hubiésemos recibido a tasa normal de cambio. Luego, el dólar volvió a subir.
¿Controla Dios las finanzas a fin de ayudar a sus hijos? Nadie en el mundo creería que Dios hizo eso pensando
solamente en una iglesia, ¡pero yo puedo contarles de una iglesia que sí cree que Dios lo hizo! Cuando eso sucedió, exalté
delante de la congregación lo que el Señor había hecho. Me aseguré de que le diéramos el crédito a él. Dios se reveló a
nosotros, y a través de esa experiencia llegamos a conocerlo de una manera nueva.
LO QUE USTED HACE DICE LO QUE USTED CREE
Cuando Dios le habla a una persona, revelándole sus planes y su propósito, siempre provoca una crisis de fe. Lo que
usted cree acerca de Dios determinará lo que usted haga y cómo usted viva.
Lo que hace, revela lo que usted cree acerca de Dios más allá de lo que dice. Cuando Dios le revela lo que él se ha
propuesto hacer, usted está frente a una crisis, un momento de decisión. A partir de la manera en que usted responde, Dios y
el mundo pueden decir qué es lo que cree acerca de Dios.
Una Demostración de la Fe de David
En 1 Samuel 16:12, 13 Dios eligió a David, e hizo que Samuel lo ungiese como el nuevo rey de Israel. En 1 Samuel 17
Dios llevó a David al centro mismo de la actividad divina. Mientras Saúl aún era rey, los israelitas estaban en guerra con los
filisteos. Siendo todavía un muchacho, David fue enviado por su padre a visitar a sus hermanos, alistados en el ejército.
Cuando David llegó, Goliat (un soldado gigante, de tres metros de estatura) estaba desafiando a Israel para que enviara un
hombre a luchar con él. La nación perdedora sería esclava de la ganadora. El ejército de Israel estaba aterrorizado. David,
sorprendido, preguntó: “Quién es ese filisteo incircunciso para que desafíe a los escuadrones del Dios viviente?” (v. 26).
David estuvo frente a una crisis de fe. Probablemente entendió que Dios lo había traído hasta el campo de batalla, y que lo
había preparado para esta misión.
David dijo que lucharía con este gigante. Hizo pública la declaración de lo que él creía: “Jehová, quien me ha librado de
las garras del león y de las garras del oso, él me librará de la mano de ese filisteo!” (v. 37). David no quiso tomar las armas
clásicas de la guerra. En su lugar tomó una honda y cinco piedras lisas. Y dijo a Goliat: “Tú vienes contra mí con espada,
lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre de Jehová de los Ejércitos, Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú
has desafiado. Jehová te entregará hoy en mi mano... ¡Y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel! También todos estos
86
LA INVITACION DE DIOS PRODUCE UNA CRISIS DE FE
congregados sabrán que Jehová no libra con espada ni con lanza. ¡De Jehová es la batalla! ¡Y él os entregará en nuestra
mano! (vv. 45- 47). David dio muerte a Goliat, e Israel obtuvo la victoria.
Las declaraciones de David indican su convicción de que Dios era el Dios viviente, y que era el libertador. El afirmó
que Dios era todopoderoso, y que defendería a los escuadrones de Israel. Las acciones de David confirman que
verdaderamente creía esto acerca de Dios. Muchos pensaron que David era un muchachito insensato, y aun Goliat se rió de
él. No obstante, Dios libró a los israelitas y dio una gran victoria a través de David, ¡de manera tal que el mundo entero
conociese que había Dios en Israel!
La Falta de Fe de Sara
Dios llamó a Abram y le prometió que haría a su descendencia tan numerosa como las estrellas. Abram dudaba acerca
del cumplimiento de esta promesa, al ver que envejecía y aun no tenía hijos. Dios volvió a asegurarle: “Alguien que salga de
tus entrañas será el que te herede... él creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Gén. 15:4, 6).
Para esta época, Sarai, esposa de Abram, estaba promediando los setenta años de edad. Ella sabía que los años de
concebir habían pasado, de modo que decidió “hacer una familia”, de otra manera. Le dio su sierva por mujer a Abram, y
pidió un hijo a través de ella. Abram consintió, y un año más tarde le nació Ismael a Agar. Las acciones de Sarai indicaban lo
que ella creía acerca de Dios. Aun cuando Abram es reconocido por su fe, en esta experiencia se unió a Sarai en el intento por
llevar a cabo el propósito de Dios, a la manera del hombre.
¿Comprende cómo las acciones de Sarai dijeron lo que ella realmente creía acerca de Dios? No tuvo fe para creer que
Dios podía hacer lo imposible y darle un hijo a los setenta y siete años de edad. Su fe en Dios estaba limitada por su propio
razonamiento humano. Este acto de incredulidad tuvo un alto precio. Ismael les trajo a Abram y a Sarai mucha aflicción en su
vejez. Ismael y sus descendientes árabes han vivido en hostilidad con Isaac y los judíos desde aquel día hasta la actualidad.
Lo que usted hace, en respuesta a la invitación de Dios, en verdad es la demostración de lo que usted cree acerca de Dios.
Las Acciones Hablan
Cuando Dios le invita a unirse a él, y usted se encuentra frente a una crisis de fe, lo que a continuación usted hace
demuestra lo que usted cree acerca de Dios. Resulta cierto lo de que sus acciones hablan más fuerte que sus palabras.
Cuando los dos ciegos demostraron que creían que Jesús era misericordioso, y que él era el Mesías (el Hijo de David),
Jesús los sanó, conforme a la fe de ellos (Mat. 9:27-3 1). Una mujer que había estado enferma durante muchos años, creyó
que tan sólo un toque a su ropa, permitiría que su poder sanador fluyera hacia ella. Estaba dispuesta a correr el riesgo de
hacer el ridículo en público, con tal de experimentar el poder sanador del Maestro. Ella tuvo fe, y Jesús la sanó (Mat. 9:20-
22).
Los discípulos fueron sorprendidos por una tormenta en pleno mar. Jesús los reprendió, no por su humana inclinación a
temer, sino por no reconocer su presencia, su protección y su poder (Mat. 8:23- 27). En este caso las acciones de ellos
revelaron más bien su incredulidad que su fe. Cuando las tormentas de la vida nos sorprenden, como esta tormenta sorprendió
a los discípulos, a menudo respondemos como si Dios no existiese o como si no le interesara.
Cuando un centurión buscó la ayuda de Jesús para que sanara a su sirviente, le dijo: “Solamente di la palabra, y mi
criado será sanado” (Mat. 8:8). Jesús destacó la fe que demostró el centurión en su autoridad y en su poder, y sanó al
sirviente, a causa de la fe de su señor (Mat. 8:5-13).
En cada uno de estos ejemplos bíblicos, lo que las personas dijeron fue para Jesús una indicación de la clase de fe que
tenían, o que no tenían. Lo que usted hace, más que lo que usted dice que cree, revela lo que verdaderamente cree acerca de
Dios.
LA FE VERDADERA DEMANDA ACCION
Cuando usted está frente a una crisis de fe, lo que hace demuestra lo que cree. “Porque tal como el cuerpo sin el espíritu
está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Stg. 2:26). ¡La fe que no tiene acción está muerta!
A veces se da en llamar al capítulo 11 de Hebreos, “La galería de los héroes de la fe”. Las personas que se nombran allí
llevaron a cabo acciones que evidenciaron su fe. No obstante, al estudiar Hebreos 11 podrá notar que una vida fiel no siempre
trae aparejados los mismos resultados, en términos humanos.
Los versículos 33-35a presentan la victoria y protección que experimentaron algunas personas de fe. Los versículos
35b-38 presentan la tortura, escarnio y muerte que experimentaron otras personas de fe. ¿Fueron algunos más fieles que
otros? No; “recibieron buen testimonio por la fe” (Heb. 11:39). Decidieron que un “¡Muy bien!” de parte de su Maestro, era
más importante que la vida misma. El versículo 40 explica que Dios tiene planeado para las personas de fe algo mucho mejor
que lo que el mundo tiene para ofrecer.
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y
del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante, puestos los
ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe; quien por el gozo que tenía por delante sufrió la cruz, menospreciando el
87
LA INVITACION DE DIOS PRODUCE UNA CRISIS DE FE
oprobio, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Considerad, pues, al que soportó tanta hostilidad de pecadores
contra sí mismo, para que no decaiga vuestro ánimo ni desmayéis (Heb. 12:1-3).
La apariencia externa del éxito no siempre es indicadora de fe, y la apariencia externa del fracaso no siempre indica
falta de fe. Un siervo fiel es el que hace lo que su Señor le dice, no importa cuáles sean los resultados o consecuencias. Como
nuestro ejemplo tenemos a Jesús quien sufrió la cruz, ¡pero que ahora está sentado junto al trono mismo de Dios! ¡Qué
recompensa por su fidelidad! No se canse de ser fiel. Hay una recompensa esperando para los siervos fieles.
Es mi oración que esté tratando de agradar a Dios buscándole de todo corazón (Heb. 11:6). En los capítulos siguientes
estaremos examinando en más detalle los aspectos del costo de seguir la voluntad de Dios. Parte de la acción para demostrar
su fe, será la de ajustar lo que usted quiere hacer con lo que Dios quiere. El seguir la voluntad de Dios siempre exige ajustes,
que tienen su costo para usted y aun para quienes le rodean.
RESUMEN
Cuando Dios le invita a integrarse con él, quiere revelarse a usted y a un mundo que observa. Por eso le pedirá que se
involucre con él en una misión “tamaño Dios”. Al confrontarse con una misión tan grande tendrá una crisis de fe. Tendrá que
decidir qué es lo que verdaderamente cree acerca de Dios. La manera en que responda pondrá de manifiesto lo que cree, a
pesar de lo que diga. Luego Dios le demandará fe y acción. Sin fe no podrá agradar a Dios. Cuando usted actúa en fe, Dios se
agrada.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Vaya a la “Galería de los héroes de la fe”, en Hebreos 11. Lea el capítulo y ore mientras lee. Pídale al Señor que
aumente su fe para creer que todo lo que dice es cierto. Ore pidiéndole que le capacite para caminar por fe, aun cuando el
resultado de su fe pueda ser no como la primera mitad del capítulo, sino como la segunda.
Pídale al Señor que identifique momentos en su pasado en los que efectivamente caminó por fe, y momentos en que él
pudo haberle asignado una misión, y no respondió en fe. Póngase de acuerdo con Dios en relación con su fidelidad o su falta
de fe. Renueve su consagración a él, decida ser un siervo fiel. Dígale: “Señor, lo que sea que tú me pidas, ¡mi respuesta es
sí!”
88
UNIRSE A DIOS EXIGE AJUSTES IMPORTANTES
17
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su
vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará. Lucas 9:23, 24
UNIRSE A DIOS EXIGE AJUSTES IMPORTANTES
Muchos de nosotros queremos que Dios nos hable y nos asigne una misión. Sin embargo, no siempre nos interesa tanto
ajustar nuestra vida a los planes de Dios. Bíblicamente esa conducta es imposible. Cada vez que Dios habló a personas en las
Escrituras, respecto de algo que quería hacer a través de ellas, fue necesario que hicieran importantes ajustes. Debían
armonizar, ajustar sus vidas a Dios. Una vez hechos estos ajustes, Dios llevó a cabo sus propósitos a través de aquellos a
quienes llamó.
UN SEGUNDO MOMENTO DECISIVO
En su búsqueda para conocer y hacer la voluntad de Dios, el momento decisivo fue una crisis de fe: usted debió creer
que Dios es quien dice ser, y que hará lo que dice. Sin fe en Dios en ese momento decisivo, usted tomaría decisiones
equivocadas.
El ajuste o la armonización de su vida a Dio es otro momento decisivo. Realizar los ajustes de su vida a Dios es también
un momento decisivo. Si usted elige armonizar su vida con él, puede pasar a la etapa de obediencia. Si se niega a hacerlo,
puede llegar a perder lo que Dios tiene preparado para usted.
Una vez que ha creído en Dios, usted demuestra su fe a través de lo que hace. Siempre es necesaria alguna acción. Esta
acción demanda hacer importantes ajustes en los cuales centraremos nuestra atención en este capítulo. Su obediencia también
formará parte de esta necesaria acción. Los ajustes que deba realizar, y su obediencia, tienen un precio para usted y los que le
rodean.
Tuvimos una necesidad en una de nuestras obras misioneras a casi 60 km de distancia. Pedí a la iglesia que orara para
que Dios llamara a alguien para mudarse a ese lugar, y ser un pastor laico para la misión. Un matrimonio joven respondió. El
estaba estudiando en la universidad, y contaban con muy pocos recursos.
Si decidían vivir en la zona de la misión, él tendría que viajar diariamente más de 100 km para llegar a la universidad.
Yo sabía que ellos no podrían sufragar ese gasto.
—No, no puedo permitir que hagan eso —les dije.
Enumeré todas las razones por las cuales consideraba que no sería justo, pero este matrimonio estaba profundamente
agradecido a Dios por su salvación, por lo cual el joven esposo, me miró y dijo:
—Pastor, no me niegue la oportunidad de hacer un sacrificio para mi Señor.
Esa declaración me aplastó. ¿Cómo podía yo negarme? No obstante, yo sabía que tendrían que pagar un alto precio
debido a que nuestra iglesia había sido obediente en iniciar nuevas obras misioneras.
Habíamos orado para que Dios llamara a un pastor laico. Yo debía haber estado abierto a que Dios respondiera a
nuestras oraciones de una manera inesperada. Cuando este matrimonio respondió con un sentido de compromiso tan
profundo, y haciendo un sacrificio personal tan grande, el cuerpo (nuestra iglesia) confirmó su sentido de llamamiento, ¡y
Dios proveyó para sus necesidades!
USTED NO PUEDE QUEDARSE DONDE ESTA Y A LA VEZ IR CON DIOS
Cuando Dios le habla revelándole lo que está por hacer, esa revelación es la invitación de Dios para que usted ajuste su
vida a él. Una vez que ajuste su vida a él, a sus propósitos y a sus caminos, usted estará en condiciones de obedecer. Estos
ajustes le preparan para la obediencia. Usted no puede continuar la vida como siempre, o quedarse donde está y al mismo
tiempo ir con Dios. Esta verdad se confirma a través de toda la Escritura.
• Noé no podía continuar su vida como siempre y al mismo tiempo construir un arca (Gén. 6).
• Abram no podía quedarse en Ur o en Harán y a la vez ser padre de una nación en Canaán (Gén. 12:1-8).
• Moisés no podía permanecer en el desierto pastoreando ovejas y al mismo tiempo presentarse ante faraón (Exo. 3).
• David debió dejar su rebaño para ser rey (1 Sam. 16:1-13).
• Amós tuvo que dejar los sicómoros, a fin de predicar en Israel (Amós 7:14,15).
• Jonás debió dejar su casa y superar un importante prejuicio, a fin de predicar en Nínive (Jon. 1:1,2; 3:1,2; 4:1- 11).
• Pedro, Andrés, Santiago y Juan debieron dejar su negocio de la pesca, para poder seguir a Jesús (Mat. 4:18-22).
• Mateo tuvo que dejar su mesa de recaudación de impuestos, para seguir a Jesús (Mat. 9:9).
• Saulo (más adelante Pablo) debió realizar un cambio total de dirección en su vida, a fin de ser usado por Dios para
predicar el evangelio a los gentiles (Hech. 9:1-19).
¡Fue necesario realizar enormes cambios y desafiantes ajustes! Algunos tuvieron que dejar familias y países. Otros
debieron abandonar preconceptos y cambiar preferencias. Otros debieron dejar atrás metas, ideales y anhelos para sus vidas.
89
UNIRSE A DIOS EXIGE AJUSTES IMPORTANTES
Todo debía ser rendido a Dios, la vida entera debía ajustarse a los planes de él. En el momento en que se realizaron los
ajustes necesarios, Dios comenzó a cumplir sus propósitos a través de esas personas. Cada una de ellas, no obstante, aprendió
que fue para su bien pagar el precio que demandó ajustar su vida a Dios.
Usted podrá pensar: “Pero Dios no me pedirá a mí que haga ajustes importantes.” Si se remite a las Escrituras para
entender a Dios, sin duda verá que exige ajustes también a los suyos. Aun exigió un ajuste importante a su propio Hijo:
“Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, por amor de vosotros se hizo pobre, para que
vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Cor. 8:9). Jesús se despojó a sí mismo de su posición y riqueza en el cielo
con el objeto de unirse al Padre en el propósito de proveer redención a través de su sacrificio en la cruz, ¡ese fue un ajuste
importante!
Si usted quiere ser un discípulo, un seguidor de Jesús, no tiene opción. Para seguir a Dios deberá realizar ajustes
importantes en su vida. Seguir a su Maestro requiere adecuar su vida al plan de Dios. Hasta tanto esté dispuesto a realizar
todo lo que sea necesario para seguir y obedecer lo que Dios ha dicho, usted será de poca utilidad para él. Quizá la mayor
dificultad que enfrente al seguir a Dios se presente en el momento de reconocer, aceptar y hacer estos ajustes.
Nuestra tendencia es querer pasar por alto el ajuste, e intentar pasar directamente del creer en Dios, a la obediencia. Si
quiere seguirlo, usted no tiene esa opción. Los caminos de él son muy diferentes de los suyos. Dios dice: “Como son más
altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros
pensamientos” (Isa. 55:9). La única manera de seguirlo exige que usted ajuste su vida a él y a sus caminos.
El Joven Rico No Estuvo Dispuesto a Hacer Ajustes
El joven rico quería la vida eterna, pero no quiso ajustar su vida a Jesús (Luc. 18:18-27). Su dinero y sus posesiones le
eran más importantes. Jesús sabía que este hombre no podría llegar a amar a Dios enteramente, y a la vez amar su dinero
(Mat. 6:24). Le pidió que renunciara a eso que se había constituido en su Dios, su riqueza. El joven se negó a hacerlo y perdió
la oportunidad de experimentar la vida eterna.
El amor al dinero y la avaricia de este joven lo convirtieron en un idólatra. No pudo llegar a conocer al verdadero Dios,
y a Jesucristo a quien Dios había enviado. Quería la vida eterna, pero no estuvo dispuesto a realizar los ajustes necesarios en
su vida que el verdadero Dios le demandaba.
Probablemente haya muchos hoy en día que están sosteniendo una lucha parecida. La prosperidad y el amor a las cosas
del mundo tal vez le tienten a negarse a ajustar su vida a Dios. El amor por el dinero y las posesiones puede llegar a
convertirse en un sustituto para la relación de amor con Dios. Jesús dijo:
“No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Mat. 6:24). Este será un ajuste importante que usted deberá realizar, a fin de
observar una relación correcta con el verdadero Maestro, el Padre celestial.
Eliseo Realizó Ajustes Importantes
Eliseo respondió de manera totalmente diferente (1 Rey. 19:15-21). Elías había recibido la orden de designar a Eliseo
como su sucesor. Encontró a Eliseo en el campo, arando con doce yuntas de bueyes. Cuando Eliseo oyó el llamado de Dios a
través de Elías, hizo los ajustes necesarios. Dejó su familia y su profesión (agricultor) para responder afirmativamente al
llamado de Dios. (Seguramente, usted ha oído la expresión: “Quemar las naves”. Bien, Eliseo se deshizo de su maquinaria
agrícola y mató a sus veinticuatro bueyes. Cocinó la carne y dio de comer a los de su aldea. ¡El no se volvería atrás!)
Cuando Eliseo hizo los ajustes necesarios, estuvo en condiciones de obedecer a Dios. Como resultado Dios obró a
través de Eliseo para llevar a cabo algunas de las señales y milagros más portentosos registrados en el Antiguo Testamento (2
Rey. 2 al 3). Para Eliseo, su llamamiento exigía ajustar totalmente su vida en pensamiento y acción. No fue sino hasta que
Eliseo cumpliera su decisión que Dios pudo obrar a través de él para realizar los milagros.
¡Nadie es capaz de imaginar todo lo que Dios puede llevar a cabo, a través de una vida totalmente rendida, ajustada y
obediente a él! ,Está usted dispuesto a rendirse totalmente, y ser obediente a Dios en todo? Cuando Dios le invite a unirse a él
la tarea será de tal manera “tamaño Dios”, que usted se encontrará frente a una crisis de fe. La fe se demostrará con la acción.
La primera acción será la de ajustar su vida a Dios. La segunda, obedecer a lo que Dios le pida. Usted no puede pasar a la
etapa de obediencia si primero no hizo los ajustes necesarios.
DIFERENTES CLASES DE AJUSTES
¿Qué clase de ajustes son necesarios hacer? Intentar responder a esa pregunta sería como tratar de hacer una lista de
todo lo que Dios podría pedirle que hiciera. La lista podría ser interminable. Pero puedo señalarle algunos ejemplos y
mencionar algunas clases de ajustes generales que pueden ser necesarios.
Puede ser necesario realizar ajustes en las siguientes áreas:
• En sus circunstancias (como: su trabajo, hogar, finanzas)
• En sus relaciones interpersonales (familia, amigos, compañeros)
• En su forma de pensar (preconceptos, métodos, sus capacidades)
90
UNIRSE A DIOS EXIGE AJUSTES IMPORTANTES
interrumpió con una visión. Fue necesario que Dios lo convenciera de que lo que él había creado no debía ser llamado
inmundo. Pedro recibió la orden de ir con algunos gentiles a predicarle a Cornelio y a su familia.
La experiencia de Pedro con Cornelio exigió un ajuste en la manera de pensar de Pedro y en sus creencias acerca de lo
que era limpio e inmundo; también de sus compromisos para con la tradición de los judíos y de su manera de proceder en su
relación con los gentiles (Hech. 10:1-20). Pedro hizo los ajustes que necesitó hacer y obedeció a Dios. Cuando lo hizo, Dios
obró a través de él para llevar a Cornelio y a toda su casa a conocer a Cristo.
Ponerle un rótulo a determinado ajuste, no es tan importante como identificar el cambio que Dios quiere que usted haga
para con él, sus propósitos o sus caminos. Y allí, entonces, usted debe elegir hacer el ajuste que Dios le demanda.
Una Rendición Total
Frecuentemente Dios demanda ajustes en aspectos que en otros tiempos usted nunca tuvo en cuenta. Puede haber oído a
alguien decir cosas como: “Nunca le digas a Dios que no quieres hacer tal o cual cosa, porque eso mismo es lo que te pedirá
que hagas.” Dios no está buscando “divertirse” con usted. Quiere, sí, ser el Señor de su vida. Cada vez que descubra un área
donde usted le está negando su señorío, allí es donde él va a obrar. Dios pretende una rendición total, podrá pedirle o no, que
haga precisamente eso que usted identificó. No obstante, seguirá obrando allí hasta que usted esté dispuesto a permitirle ser
Señor de todo.
Porque Dios le ama, ¡su voluntad es siempre lo mejor! Todo ajuste que Dios exija de usted, será para su bien. Al
seguirlo podrá llegar el momento en que su vida y su futuro dependan de un rápido ajuste a las indicaciones de Dios.
El ajuste es siempre a una Persona. Usted ajusta su vida a Dios, ajusta sus puntos de vista a Dios, para que sean como
los puntos de vista de él, ajusta sus caminos para que sean como los de él. Luego de hacerlo, él le dirá lo que debe hacer en
obediencia.
Cuando usted le obedezca, experimentará lo que él esta haciendo a través de usted, algo que solamente Dios puede
hacer.
Algunos ponen en duda la necesidad de una armonización total en todos los casos. Pero siempre que usted quiera ir
desde donde está, hasta donde Dios está obrando, pasar de su manera de pensar a la manera de pensar de Dios, de sus propios
caminos a los caminos de Dios, o de sus propósitos personales a los propósitos de él, será necesario hacer un ajuste total.
En este momento usted puede ajustar algunos aspectos de su vida que le eviten tener que hacer otros ajustes importantes
cuando Dios le asigne la próxima misión. Para unirse a él tarde o temprano usted tendrá que llegar a un ajuste total.
Una Dependencia Total de Dios
Otro ajuste que forma parte de conocer y hacer la voluntad de Dios es el de llegar a una total dependencia de él en el
cumplimiento de lo que quiere hacer a través de usted. Jesús dijo que nuestra relación con él sería como la de una vid y sus
ramas. El dijo: “Separados de mí, nada podéis hacer” (Juan 15:5). Todo siervo o sierva de Dios, necesariamente debe
permanecer en esa relación íntima, a fin de permitir que él complete su obra a través de ellos. Deben depender únicamente de
Dios.
Este ajuste exige pasar de hacer cosas para Dios en base a sus capacidades, sus dones, a lo que a usted le gusta y no le
gusta, y de la persecución de sus objetivos y metas, a depender totalmente de Dios y de sus acciones y recursos. Se trata de
un ajuste total que nunca resulta fácil de implementar.
Lea los siguientes pasajes de las Escrituras, y preste atención a la razón por la cual debe depender de Dios, para llevar a
cabo sus propósitos.
Yo soy la vid, vosotros las ramas. El que permanece en mí y yo en él, éste lleva mucho fruto. Pero separados de mí,
nada podéis hacer (Juan 15:5).
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano. Más bien, he trabajado con
afán más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que ha sido conmigo (1 Cor. 15:10).
Con Cristo he sido juntamente crucificado; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en la carne,
lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí (Gál. 2:20).
91
UNIRSE A DIOS EXIGE AJUSTES IMPORTANTES
Jehová de los Ejércitos ha jurado diciendo: “Ciertamente será como lo he pensado, y se realizará como lo he
decidido” (Isa. 14:24).
No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré.
También te sustentaré con la diestra de mi justicia (Isa.41:10).
Yo soy Dios, y no hay otro... Mi plan se realizará, y haré todo lo que quiero... Yo hablé, y yo haré que suceda. Lo he
planeado y también lo haré (Isa. 46:9-11).
Si Dios no está obrando en su vida, usted no puede producir fruto para el reino. En la medida que esté crucificado o
crucificada con Cristo, él vive a través de usted para llevar a cabo sus propósitos, por su gracia divina. Cuando Dios se
propone hacer algo, él garantiza que se cumplirá. El es quien da cumplimiento a lo que se ha propuesto hacer. Si usted
depende de algo o alguien fuera de Dios, estará, en términos del reino, invitando al fracaso.
Esperar en el Señor
Algunas veces, al comenzar a implementar sus ajustes, Dios le pedirá que espere en él, o, dicho de otra manera, que lo
espere a él. No es que Dios no pueda mantenerse a la par de usted, o que él no sepa cuál sea el próximo paso a dar. Dios está
interesado en una relación de amor con usted. La actitud de esperar en él, asegura que usted actuará en los tiempos de él y no
en los suyos propios. Las Escrituras con frecuencia recomiendan esperar en el Señor:
Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré ante ti y esperaré (Sal. 5:3).
Nuestra alma espera en Jehová: El es nuestra ayuda y nuestro escudo (Sal. 33:20).
Espera en Jehová y guarda su camino. El te exaltará para heredar la tierra (Sal. 37:34).
Pues en ti, oh Jehová, he esperado; tú responderás, oh Jehová, Dios mío (Sal. 38:15).
Pero los que esperan en Jehová renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán;
caminarán y no se fatigarán (Isa. 40:31).
Al hablar de esperar quizá usted imagine un tiempo pasivo, de inactividad. Esperar en el Señor es todo menos una
actitud pasiva. Mientras usted espera en él, estará orando con un verdadero anhelo por conocerlo a él, sus propósitos y sus
caminos. Estará atento a las circunstancias, y pidiéndole a Dios que se las interprete revelándole la perspectiva de él. Se
encontrará compartiendo con otros creyentes para descubrir lo que Dios les está diciendo a ellos. Mientras espera en el Señor,
usted estará sumamente activo preguntando, buscando y llamando como quien llama a una puerta: “Pedid, y se os dará.
Buscad y hallaréis. Llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que llama se le abrirá”
(Mat. 7:7, 8).
Mientras espera continúe haciendo lo último que Dios le indicó hacer. Al esperar estará transfiriendo la responsabilidad
del resultado a Dios, a quien compete en realidad. Entonces, cuando Dios le dé instrucciones concretas, él llevará a cabo a
través de su vida, en unos días o semanas, mucho más de lo que usted realizaría en años de trabajo. Cuando esperamos en él,
la espera siempre tiene sentido. Los tiempos y los caminos de Dios son siempre los acertados. Usted necesita depender de
Dios para que él le guíe en el camino, y según el tiempo de él, en la concreción de su propósito.
RESUMEN
He intentado ayudarle a comprender que usted no puede quedarse allí donde está, y a la vez pretender ir con Dios en
obediencia a su voluntad. Primeramente es necesario hacer los ajustes principales. El pasar de sus propios caminos,
pensamientos y propósitos a la voluntad de Dios exigirá siempre un ajuste importante. Dios podrá requerir que usted ajuste
sus circunstancias, relaciones interpersonales, pensamientos, acciones y conceptos. Una vez que haya hecho las adecuaciones
necesarias, podrá seguirlo en obediencia. Tenga siempre presente que el Dios que le llama es Aquel que también le capacitará
para hacer su voluntad.
Cuando esté dispuesto o dispuesta a rendir todo en su vida al señorío de Cristo, entonces usted, al igual que Eliseo,
descubrirá que los ajustes bien valen la recompensa de experimentar a Dios. Si no ha llegado al punto en su vida de rendir
todo a su señorío, decídase hoy a negarse a sí mismo, tomar su cruz, y seguirlo (Luc. 9:23).
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
Las personas que han sido utilizadas por Dios con poder, siempre tuvieron que realizar importantes ajustes en sus vidas.
Quiero que usted lea las declaraciones siguientes, que pertenecen a piadosos siervos de Dios. Medite acerca de la profundidad
de la consagración que refleja cada una de estas citas, y señale aquella que le resulta más significativa.
David Livingstone consideraba su trabajo de médico misionero en África, como un alto honor y no como un sacrificio.
Livingstone dijo: “Dios no permita que alguna vez consideremos el desempeño de una misión para el Rey de reyes como un
sacrificio, en tanto que otros hombres consideran el servicio en un gobierno terrenal como un honor. Yo soy un misionero de
92
UNIRSE A DIOS EXIGE AJUSTES IMPORTANTES
alma. Dios mismo tenía un Hijo único y ese Hijo fue médico y misionero. He aquí, yo soy, o quisiera ser, apenas un pobre
imitador, pero en este servicio espero vivir y en él quiero morir. Aun prefiero el servicio misionero, antes que las riquezas y
la comodidad. Esta es mi elección.”1
Jim Elliot. Jim Elliot fue un misionero a los indígenas aucas en América del Sur. Estuvo dispuesto a renunciar a todo lo
terrenal, por la recompensa celestial. La famosa expresión que Jim citaba era: “No es necio quien da lo que no puede retener,
a fin de alcanzar lo que no puede perder.”2 Jim fue muerto por los indígenas en las selvas de Ecuador, al tratar de llevar el
evangelio a quienes nunca habían oído de Jesús. Más adelante su esposa y otros tuvieron la oportunidad de compartir el
mensaje de salvación con los propios asesinos de Jim, y muchos de ellos llegaron a conocer a Cristo.
Bob Pierce. La oración de Bob era: “Que mi corazón sea quebrantado por aquello que quebranta e1 corazón de Dios.”3
El permitió que Dios ajustara su manera de pensar, de modo tal que se ocupó de los necesitados por los cuales Dios se
preocupaba. Bob Pierce fue utilizado por Dios para fundar World Vision (Visión Mundial) y Samaritan Purse (La Bolsa del
Samaritano), con el propósito de ministrar a los necesitados alrededor del mundo.
Oswald Smith. Anhelaba tanto el plan de Dios para su vida, que estaba dispuesto a sentirse feliz tanto en lo placentero
como en la adversidad. Dijo: “Quiero tu plan, oh Dios, para mi vida. Que pueda yo estar contento y feliz en mi patria o en
tierra extranjera; ya sea casado o solo, en alegría o en aflicción, salud o enfermedad, prosperidad o adversidad; yo quiero tu
plan para mi vida, oh Dios. ¡Lo quiero; oh sí, lo quiero!”4 El fue un misionero estadista de Canadá.
C. T. Studd, dijo: “Si Jesucristo es Dios, y él murió por mí, entonces no hay sacrificio demasiado grande que yo realice
por él.”5 Sirvió como misionero en China, India y África.
¿Cuál de esta citas le resultó más significativa o tocante? Si usted está dispuesto a subordinarse al señorío de Cristo de
una manera similar, dedique unos momentos a orar, y exprésele a Cristo su disposición para ajustar su vida a él, a sus
propósitos y a sus caminos.
1
David & Naomi Shibley, The Smoke of a Thousand Villages (El humo de mil aldeas) (Nashville: Thomas Nelson
Publishers, 1989), 11
2
Elizabeth Elliot, Shadow of the Almighty: The LJ’ and Testament of Jim Eliot (La sombra del Omnipotente: Vida y
testimonio de Jim Elliot) (New York, Harper & Brothers Publishers, 1958), 247.
3
Franklin Graham y Jeanette Lockerbie, Bob Pierce: This One Thing 1 Do (Bob Pierce: Esto hago) (Waco, Texas:
World Books, 1983), 220.
4
Shibley, 11.
5
Shibley, 98.
93
UNIRSE A DIOS REQUIERE OBEDIENCIA
18
Respondió Jesús y le dijo: —Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos
nuestra morada con él. Juan 14:23
Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo. Lucas 14:33
UNIRSE A DIOS REQUIERE OBEDIENCIA
Usted no puede permanecer donde está, y a la vez querer ir con Dios. No puede continuar haciendo las cosas a su
manera y pretender llevar a cabo los propósitos de Dios a la manera de él. Una vez que haya ajustado su vida a él, a sus
propósitos y a sus caminos, estará preparado para obedecerlo.
Ya anteriormente (cap. 7) estudió la relación entre amor y obediencia. Descubrió que la obediencia es la manifestación
de su amor a Dios. Jesús dijo: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. El que no me ama no guarda mis palabras” (Juan
14:15, 24). A modo de repaso, he aquí algunos conceptos tomados de ese capítulo:
• La obediencia es la manifestación de su amor a Dios.
• La recompensa por la obediencia y el amor es que él se le revelará.
• Si usted tiene un problema de obediencia, tiene un problema de amor.
• Si lo ama, lo obedecerá!
Jesús dijo: “Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, mi hermana
y mi madre” (Mat. 12:50). Jesús dijo claramente que por la obediencia, una persona expresa cómo es su relación de amor con
Dios (Juan 14:15-21).
Santiago, en su epístola a los creyentes, se esmeró en señalar que la fe que no obedece por medio de acciones es muerta,
no tiene vida. Cuando los discípulos obedecieron a Jesús vieron y experimentaron el gran poder de Dios obrando en ellos y
alrededor de ellos. Cuando no actuaron en fe, haciendo la voluntad de él, no experimentaron sus obras poderosas.
¿QUE ES LA OBEDIENCIA?
Los siervos de Dios hacen lo que él les indica, le obedecen. El siervo no tiene la alternativa de elegir si quiere obedecer
o no. Elegir no obedecer es rebeldía, y una desobediencia tal acarrea serias consecuencias. Muchas personas están tan
centradas en sí mismas, que quieren hacer “lo suyo”. No se detienen a considerar lo que podría significar para ellas la
obediencia. Jesús relató una parábola acerca de la obediencia:
“Pero, qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: ‘Hijo, vé hoy a trabajar en la viña.’ El
contestó y dijo: ‘No quiero.’ Pero después, cambió de parecer y fue. Al acercarse al otro, le dijo lo mismo; y él respondió
diciendo:
‘Sí, señor, yo voy!’ Y no fue” (Mat. 21:28-30).
¿Cuál de los hijos hizo la voluntad de su padre? ¿Fue el que dijo que no, pero luego se arrepintió, o el que dijo que sí y
nunca fue? El primero de los hijos es el que obedeció al padre. Obediencia significa hacer lo que se le ha ordenado hacer.
OBEDEZCA LO QUE YA SABE QUE ES LA VOLUNTAD DE DIOS
Algunos quieren que Dios les asigne una misión. Se comprometen a hacer lo que él pida, sea lo que fuere. Pero cuando
Dios considera sus vidas, observa que no han sido obedientes en las cosas que ya les ha mandado hacer. Dios dio los Diez
Mandamientos. ¿Está obedeciendo? Jesús le dijo que amara a sus enemigos. ¿Puede usted hacer eso? Jesús mandó a la iglesia
que hiciera discípulos en todas las naciones. ¿Está haciendo usted todo lo que sabe que debe hacer para obedecerlo? Dios le
dice a través de las Escrituras que viva en unidad con sus hermanos y hermanas creyentes. Sus relaciones en la iglesia, ¿se
caracterizan por el amor y la armonía?
Las órdenes de Dios no están dadas para que usted elija de entre ellas las que quiere obedecer, y olvide las restantes. El
pretende que, a partir de su relación de amor con él, obedezca todos sus mandamientos. Cuando Dios vea que usted es fiel y
obediente en lo poco, podrá confiarle más.
La Obediencia y las Misiones de Dios
Dios siempre ha estado obrando en nuestro mundo. El está obrando ahora allí donde usted está. Cuando Dios esté
preparado para que usted se integre con él en una misión, siempre tomará la iniciativa de venir y revelarle lo que está
haciendo o lo que está por hacer. Cuando él se revele, esa será su invitación para que usted se una a él.
Unirse a él demanda de usted ajustes fundamentales, a fin de que él pueda llevar a cabo su voluntad a través de usted.
Cuando sepa lo que Dios ha dicho, sepa lo que está por hacer, y haya ajustado su vida a él, queda aún una respuesta por dar a
Dios. Para experimentarlo a él obrando en y a través de usted, es necesario obedecerlo. Cuando lo obedezca, llevara’ a cabo
su obra a través de su vida; y usted llegará a conocerlo por experiencia.
94
UNIRSE A DIOS REQUIERE OBEDIENCIA
Este capítulo centra nuestra atención en la última de nuestras siete realidades: Usted llega a conocer a Dios a medida
que lo obedece y que él lleva a cabo su obra a través de su vida. Después que Dios toma la iniciativa de integrarle a su obra,
usted le cree y ajusta su vida a él. El proceso completo, puede producirse muy rápidamente o prolongarse bastante tiempo. De
una u otra manera los ajustes deben realizarse. Únicamente entonces es que llega usted al punto de la obediencia. Debe
obedecerlo primero. Entonces él cumplirá su obra a través de usted. Cuando Dios hace una obra “tamaño Dios” a través de su
vida, usted llega a conocerlo íntimamente por experiencia.
El Momento de La Verdad
En varios aspectos la obediencia es su momento de la verdad. Lo que usted haga:
1. Revelará lo que cree acerca de él.
2. Determinará si es que experimentará su obrar poderoso en usted y a través de su vida.
3. Determinará si llegará a conocerlo más íntimamente.
Cuando usted llega al momento de la verdad, debe decidir si obedecerá a Dios. No puede obedecerlo a menos que le
crea y confíe en él. No puede creer y confiar en él a menos que lo ame. No puede amarlo a menos que lo conozca.
Cada “nueva” orden o misión exigirá una nueva manera de conocerlo. El Espíritu Santo le enseñará de Jesús, de modo
que pueda confiar en él y obedecerlo. Entonces lo experimentará de maneras nuevas. Así es como crece en él. Como dice 1
Juan 2:3-6: “En esto sabemos que nosotros le hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos. El que dice: ‘Yo le
conozco’ y no guarda sus mandamientos es mentiroso, y la verdad no está en él. Pero en el que guarda su palabra, en éste
verdaderamente el amor de Dios ha sido perfeccionado... El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo.”
Jesús lo definió de otra manera cuando dijo: “No todo el que me dice ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos,
sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor! ¿No
profetizamos en tu nombre? ¿En tu nombre no echamos demonios? ¿Y en tu nombre no hicimos muchas obras poderosas?’
Entonces yo les declararé: ‘Nunca os he conocido. ¡Apartaos de mí, obradores de maldad!” (Mat. 7:21-23).
LA IMPORTANCIA DE LA OBEDIENCIA
La obediencia es sumamente importante. Si usted sabe que
Dios le ama nunca debiera discutir una directiva impartida por él. Siempre será la correcta y la mejor. Cuando él le da
una directiva, no es para que la considere, la discuta o haga de ella un debate. Es para que la obedezca. Observe lo que las
Escrituras dicen con respecto a la obediencia:
“Si escuchas diligentemente la voz de Jehová tu Dios, procurando poner por obra todos sus mandamientos que yo te
mando hoy, también Jehová tu Dios te enaltecerá sobre todas las naciones de la tierra... Jehová mandará bendición a tus
graneros y a todo lo que emprenda tu mano” (Deut. 28:1, 8).
“Pero si no escuchas la voz de Jehová tu Dios a fin de procurar poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos
que yo te mando hoy... Jehová enviará contra ti maldición, turbación y reprensión en todo lo que emprenda tu mano, hasta
que seas destruido y perezcas rápidamente a causa de la maldad de tus hechos, por los cuales me habrás abandonado” (Deut.
28:15, 20).
“Escuchad mi voz; y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo. Andad en todo camino que os he mandado, para
que os vaya bien” (Jer. 7:23).
“Por qué me llamáis: ‘Señor, Señor’, y no hacéis lo que digo? Yo os mostraré a qué es semejante todo aquel que viene a
mí y oye mis palabras, y las hace. Es semejante a un hombre que al edificar una casa cayó profundo y puso los cimientos
sobre la roca. Y cuando vino una inundación, el torrente golpeó con ímpetu contra aquella casa, y no la pudo mover, porque
había sido bien construida. Pero el que oye y no hace es semejante a un hombre que edificó su casa sobre tierra, sin
cimientos. El torrente golpeó con ímpetu contra ella; en seguida cayó, y fue grande la ruina de aquella casa” (Luc. 6:46-49).
“Jesús les respondió y dijo: ‘Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. Si alguien quiere hacer su voluntad,
conocerá si mi doctrina proviene de Dios o si yo hablo por mi propia cuenta” (Juan 7:16, 17).
Dios bendice a aquellos que le obedecen (Deut. 28:1- 14). Los beneficios de la obediencia van más allá de nuestra
imaginación, pero incluyen la condición de ser el pueblo de Dios (Jer. 7:23), tener un cimiento sólido cuando se abatan sobre
usted las tormentas de la vida (Luc. 6:46-49), y poseer el conocimiento de la verdad espiritual (Juan 7:16, 17).
La obediencia es lo opuesto a la rebelión contra Dios. La desobediencia es un serio rechazo a la voluntad de Dios.
Deuteronomio 28:15-68, habla acerca de algunos de los costos de la desobediencia. (Para mayor estudio sobre los resultados
de la obediencia y la desobediencia, ver Deut. 30 y 32.)
EL PRECIO DE LA OBEDIENCIA
La obediencia, no obstante, tiene un precio para usted y para quienes le rodean. No puede conocer y hacer la voluntad
de Dios sin pagar el precio de ajustar su vida y obedecer. La disposición para pagar el precio de seguir su voluntad, es uno de
los mayores ajustes que usted deberá hacer. Es precisamente aquí, que “muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no
95
UNIRSE A DIOS REQUIERE OBEDIENCIA
andaban con él” (Juan 6:66). Es aquí, también, donde las iglesias no llegarán a conocer y experimentar el cumplimiento de
los propósitos y la voluntad de Dios a través de ellas, porque no están dispuestas a pagar el precio de la obediencia.
Aquellos que están dispuestos a pagar el precio y vivir en obediencia, experimentarán el poder y la presencia de Dios
obrando a través de ellos.
Saulo, por ejemplo, formaba parte de la estructura del poder religioso en Jerusalén. Había asumido el liderazgo en la
búsqueda de los cristianos, para llevarlos a la cárcel o a la muerte. Estando en camino a Damasco, Saulo (luego llamado
Pablo) tuvo un encuentro con el Cristo viviente. El Cristo resucitado le dijo que había sido elegido para predicar el evangelio
a los gentiles. Tuvo que experimentar un cambio total de dirección. De perseguir a los cristianos, pasó a proclamar que Jesús
era el Cristo.
Dios le pedirá a usted que lo siga en maneras que demandarán cambios en sus planes y en la dirección de su vida. Para
Pablo, el ajuste que debió hacer tuvo un alto precio. Hasta llegó a significar un riesgo para su vida, por causa de los judíos.
Los ajustes y la obediencia que a usted se le requiere también tendrá su precio.
A veces la obediencia a la voluntad de Dios conducirá a la oposición y a la incomprensión. Debido a su obediencia
Pablo sufrió mucho por la causa de Cristo. La lista de sus castigos, prisiones y peligros pareciera más de lo que una persona
puede soportar. El concluyó una de sus epístolas diciendo: “llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús” (Gál. 6:17). Pablo no
había tenido estas experiencias antes de comenzar a hacer la voluntad de su Señor. La obediencia tuvo para él un alto precio.
Sin embargo, Pablo aún podía decir: “Anhelo conocerle a él y el poder de su resurrección, y participar en sus padecimientos,
para ser semejante a él en su muerte; y de alguna manera, me encontraré en la resurrección de los muertos. No quiero decir
que ya lo haya alcanzado, ni que haya llegado a la perfección; sino que prosigo a ver si alcanzo aquello para lo cual también
fui alcanzado por Cristo Jesús” (Fil. 3:10-12).
El apóstol Pablo reveló los ajustes que realizó para hacer la voluntad de Dios, al decir: “A todos he llegado a ser todo,
para que de todos modos salve a algunos” (1 Cor. 9:22). Para usted los ajustes y su obediencia a Cristo también tendrán su
precio. Las Escrituras están llenas de ejemplos de ajustes y de obediencias que demandaron un alto precio.
Moisés y los israelitas. Cuando Moisés fue obediente y le dijo a Faraón que dejara ir a los israelitas, ¿cuál fue el precio
que debieron pagar ellos? Cuando Moisés obedeció a Dios, la carga de trabajo sobre los hijos de Israel aumentó, y hasta los
vigilantes israelitas fueron castigados. Los israelitas pagaron un alto precio para que Moisés pudiera hacer la voluntad de
Dios (Exo. 5:1-2 1).
Jesús y María. Cuando Jesús obedeció y fue a la cruz, ¿cuál fue el precio para su madre, al observar de cerca su muerte?
Cuando el Señor Jesús hizo la voluntad del Padre y murió en la cruz, María, su madre, debió sufrir la agonía de ver a su Hijo
cruelmente ejecutado (Juan 19:17-37). La obediencia de Jesús llevó a su madre a través de una experiencia en la cual su
corazón fue quebrantado. Su obediencia infundió temor y dolor a las vidas de cada uno de sus discípulos. Para que Jesús
hiciera la voluntad de Dios, otros tuvieron que pagar un alto precio.
Pablo y Jasón. Cuando Pablo obedeció para ir a predicar el evangelio a los gentiles en Tesalónica, ¿cuál fue el precio
que pagó Jasón? Cuando Pablo siguió la voluntad de Dios, predicando el evangelio, otros fueron inspirados a responder a la
obra de Dios en sus propias vidas. Jasón y algunos más fueron arrestados por una turba sediciosa y acusados de traición, a
causa de su relación con Pablo. A menudo la obediencia de Pablo a la voluntad de Dios puso en peligro las vidas de aquellos
que estaban con él (Hech. 17:1-9).
Usted no debe pasar por alto este aspecto fundamental que encierra el conocer y hacer la voluntad de Dios. Dios le
revelará sus planes y propósitos, pero para usted y quienes están a su lado la obediencia tendrá un precio. Cuando, por
ejemplo, un pastor rinde su vida a las misiones, puede costarle a los que están a su lado (su familia, la iglesia) más que a él. Si
él conduce a su iglesia a ser parte activa y directa en las misiones podrá costarle a algunos en la iglesia más de lo que le
costará al pastor.
El Precio para Mi Familia de Hacer la Voluntad de Dios
Cuando Marilynn y yo nos consagramos al trabajo en las misiones, uno de los precios más altos que debimos pagar fue
el que pagarían nuestros hijos con mis prolongadas ausencias. Cuando nos mudamos a Saskatoon, el mayor tenía ocho años.
La última nació un par de meses después de la mudanza. Yo estaba fuera de casa durante la mayor parte del tiempo en que
mis hijos estaban creciendo. Marilynn también debió pagar un alto precio al tener que criar prácticamente sola, a nuestros
cinco hijos.
Yo había oído a muchos hombres de Dios decir: “Creo que Dios me está llamando, pero mis hijos me necesitan. No
puedo obligar a mi familia a sobrellevar eso.” Sin duda sus hijos necesitan de su cuidado. ¿Pero no le parece que si
respondiera obedientemente al accionar de Dios, él tendría una manera de cuidar de sus hijos? ¡A nosotros sí! Creíamos de
todo corazón que Dios honraría nuestra obediencia. Creíamos que el Dios que nos llamaba, nos mostraría la manera de criar a
nuestros hijos. Llegamos a creer firmemente que el Padre celestial, que ama a sus siervos, podría cuidar a nuestros hijos
mejor de lo que jamás habríamos podido hacer nosotros. Creíamos que Dios nos podría mostrar la manera de llevar una
relación con nuestros hijos que compensara la falta de tiempo pasado con ellos. Ahora bien, yo no podía dejar que eso se
96
UNIRSE A DIOS REQUIERE OBEDIENCIA
convirtiera en una excusa para descuidar a mi familia. Pero en la medida que estuviese obedeciendo al Padre, podía confiar
que él cuidaría de mi familia.
En el primer año que estuvimos en Saskatoon bautizamos a tres personas. Después de dos años y medio de trabajo duro,
muy duro, teníamos treinta asistentes en la escuela dominical. Un día Marilynn me dijo: “Henry, hoy Richard me dijo que
siente mucha pena por ti. Me dijo: ‘Papá predica tan buenos sermones; hace la invitación semana tras semana, y nadie
responde.”
Le dije a Richard: “Hijo, nunca sientas pena por tu padre. Aun cuando Dios permita que trabaje durante diez años
viendo pocos resultados, estaré impaciente porque llegue aquel día cuando él reúna la cosecha.” Fue necesario que yo
ayudara a Richard a entender lo que estaba sucediendo. Le expliqué la promesa de Dios: “El que va llorando, llevando la
bolsa de semilla, volverá con regocijo, trayendo sus gavillas” (Sal. 126:6). Dios obró a través de mí, en ese momento, para
enseñar a mi hijo una verdad espiritual profundamente significativa.
Dios Cuidó de Marilynn
Recuerdo una ocasión en que el ánimo de Marilynn decayó, se había desanimado. El domingo siguiente, después de mi
predicación, Richard pasó al frente para hacer pública una decisión: “Me siento llamado al ministerio”, dijo él.
Inmediatamente detrás le siguió nuestro vecino, también llamado Richard. Marilynn había dedicado cientos de horas para
apoyar a este adolescente en los serios problemas de su hogar. Se adelantó diciendo: “Yo también siento que Dios me ha
llamado al ministerio.” Luego giró y dijo: “Y una gran parte del crédito es para ‘Mami’ Blackaby”
En ese mismo culto, un muchacho de nombre Ron se puso de pie y dijo: “Quiero que ustedes sepan que Dios me está
llamando al ministerio a mí también. Y quiero que sepan que en gran parte se debe a ‘Mamá’ Blackaby.” En un momento de
crisis para él, nuestra familia le había ministrado y animado a buscar la voluntad de Dios para su vida. Marilynn había
demostrado de muchas maneras su amor por Ron. En este momento muy crítico para Marilynn, Dios cuidó de ella.
En la actualidad, nuestros cinco hijos sienten el llamado de Dios a un ministerio vocacional o a la obra misionera. En
este momento Richard está sirviendo como director del Seminario Teológico Bautista de Canadá. Únicamente Dios pudo
haber hecho una obra tan hermosa con nuestros hijos. Quiero que usted sepa que ¡puede confiarle a Dios su familia! Mil
veces preferiría confiar a Dios el cuidado de mi familia, antes que a cualquier otra persona en el mundo.
LOS AJUSTES Y EL PRECIO EN LA ORACION
Cuando nuestra iglesia se encontraba frente a una directiva de Dios, frecuentemente yo experimentaba una crisis en mi
vida de oración. En esas circunstancias he aprendido más acerca de la oración, que en cualquier otro momento. Hubo algunas
cosas que solamente la oración podía producir. Muchas veces Dios espera hasta que pidamos. La crisis era ésta: ¿Estaba yo
dispuesto a orar hasta que Dios la hiciera realidad?
Marcos 11:24, es una promesa de oración que me ha estado desafiando con respecto a la relación entre fe y oración:
“Todo por lo cual oráis y pedís, creed que lo habéis recibido, y os será hecho.”
Este versículo a veces se utiliza para enseñar una teología de: “pídelo y recíbelo”. Usted decide lo que usted quiere, lo
menciona en su petición, usted lo pide, y es suyo (ya lo tiene!). Esa es una teología egocéntrica. Recuerde que únicamente
Dios toma la iniciativa. El es quien le da el deseo de hacer su voluntad (Fil. 2:13). Su Espíritu Santo le guía a orar de acuerdo
con la voluntad de Dios (Rom. 8:26-28). El enfoque centrado en Dios está en permitir que él le guíe a orar de acuerdo con su
voluntad (en el nombre y carácter de Jesús). Crea que aquello por lo cual él le ha guiado a orar, él mismo lo hará realidad.
Luego continúe orando en fe y observando atentamente para verlo suceder.
Cuando Dios tiene un encuentro con usted, usted enfrenta una crisis de fe que puede llegar a exigir ajustes
fundamentales en su vida. Necesita aprender cómo orar. La oración podrá resultarle sumamente costosa. Quizá sea necesario
permitirle a Dios que le despierte a cualquier hora de la noche para orar. Probablemente necesite pasar mucho tiempo en
oración. Habrá oportunidades en que orará hasta tarde en la noche, o aun toda la noche. Ser una persona de oración exigirá un
ajuste fundamental de su vida para con Dios. La oración siempre será una parte de la obediencia. Es en una relación de
oración que Dios imparte sus directivas.
Otro precio a pagar se presentará cuando usted trate de guiar a la oración a las personas que están a su alrededor. La
mayor parte de nuestras iglesias no han aprendido la manera de orar juntas. El mayor recurso aún no explotado, del que yo
tenga conocimiento, es la oración unida del pueblo de Dios. Jesús, citando a Isaías 56:7, dijo: “Mi casa es casa de oración...!”
(Luc. 19:46). Ayudar a su iglesia a convertirse en una iglesia de oración será una experiencia gratificante. ¡Cada iglesia
necesita ser una iglesia de oración!
Las Segundas Oportunidades
Frecuentemente me plantean esta pregunta: “Cuando una persona desobedece la voluntad de Dios, ¿le da Dios una
segunda oportunidad?” La respuesta es sí, a veces. El no siempre ofrece segundas oportunidades, y no está obligado a
hacerlo.
97
UNIRSE A DIOS REQUIERE OBEDIENCIA
Me reconforta saber que Dios a menudo concede una segunda oportunidad. Cuando Dios tenía un plan para llamar a la
ciudad de Nínive al arrepentimiento, le pidió a Jonás que se uniera a él en su obra. Jonás desobedeció a causa de sus
prejuicios respecto de estos “enemigos paganos”. Jonás hubiese preferido ver a Dios destruyendo la ciudad. Desobedecer a
Dios es algo muy serio.
Jonás pasó por la situación traumática de ser arrojado a un mar embravecido y pasar tres días dentro del vientre de un
gran pez. Confesó su desobediencia y se arrepintió de ella. Entonces, Dios le dio una segunda oportunidad para obedecer. La
segunda vez Jonás obedeció (aunque a regañadientes). El primer día Jonás predicó un mensaje de una sola frase, y Dios
utilizó el mensaje para llamar a 120.000 personas al arrepentimiento.
Jonás dijo: “...sabía que tú eres un Dios clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y que desistes
de hacer el mal” (Jon. 4:2). La respuesta de Dios a Jonás y a Nínive le enseñó a Jonás mucho acerca de la profundidad con
que Dios se interesa por todas las personas, y de cuánto quiere que se arrepientan.
Algunos de los grandes siervos de Dios se encontraron quebrantados por el pecado y la desobediencia, no obstante, Dios
no los abandonó. Si Dios le permitiera al ser humano nada más que un error Moisés nunca habría llegado a ser la persona que
fue. El cometió varios errores (Exo. 2:11-15). Abraham comenzó con un extraordinario paso de fe, pero entró en Egipto y la
dejó de lado más de una vez (Gén. 12:10-20). David la obstruyó (2 Sam. 11), y lo mismo hizo Pedro (Mat. 26:69). Saulo
(Pablo) hasta comenzó su “servicio a Dios” persiguiendo a los cristianos (Hech. 9: 1, 2).
La Desobediencia También Tiene Su Precio
Dios, no obstante, nunca toma livianamente la desobediencia. La desobediencia de Jonás casi le cuesta la vida. A
Moisés el asesinato del egipcio le costó cuarenta años en el desierto. El pecado de David con Betsabé le costó la vida de su
hijo. Los primeros tiempos del ministerio de Pablo sufrieron gran limitación a causa de su desobediencia. Muchos tenían
miedo de acercarse a él, debido a su reputación como perseguidor de los cristianos.
En cuanto a usted, Dios está interesado en desarrollar su carácter. A veces él permite que siga adelante en su
desobediencia, pero nunca le permitirá ir demasiado lejos sin disciplinarle, con el propósito de hacerle volver. En su relación
con Dios él podrá permitir que usted tome una decisión equivocada, pero entonces, el Espíritu de Dios le lleva a reconocer
que no es la voluntad de Dios. Le guía de regreso al sendero correcto. Clarificará lo que él quiere. Hasta podrá tomar la
circunstancia de su desobediencia y obrar en ella para bien (Rom. 8:28), mientras le corrige y le enseña sus caminos.
Aun cuando Dios perdona, y a menudo ofrece una segunda oportunidad, usted no debe tomar livianamente la
desobediencia. Algunas veces él no da una segunda oportunidad. Nadab y Abiú, los hijos de Aarón, fueron desobedientes al
ofrecer al Señor incienso extraño que él no les había mandado; y el Señor los mató (Lev. 10).
Moisés le robó a Dios su gloria delante de todo Israel, y golpeó la roca, diciendo: “Escuchad, rebeldes! ¿Sacaremos para
vosotros agua de esta roca?” (Núm. 20:10). Observe usted la expresión “sacaremos”. Dios era quien sacaría el agua de la
roca. Moisés robó la gloria a Dios y Dios se negó a quitar las consecuencias de esa desobediencia. El no permitió que Moisés
entrara con Israel a la tierra prometida. En esa experiencia Dios no dio lugar a una segunda oportunidad.
La Obediencia Provee Bendición Futura
Aunque la obediencia tiene un alto precio, siempre vale la pena. Es más, siempre que usted se sienta tentado a pensar
que el precio es demasiado alto debe considerar lo que le costará el no hacer la voluntad de Dios. Ese precio es aun mayor.
Cuando éramos todavía una iglesia muy pequeña con una asistencia de apenas cuarenta y cinco personas en la escuela
dominical teníamos tres obras misioneras las cuales estábamos apoyando y tratando de proveer personas que sirvieran allí. Se
nos pidió que apoyáramos otra obra misionera en Winnipeg, Manitoba. Estaba a casi 1.000 km de Saskatoon. Alguien tendría
que viajar esos 2.000 km, ida y vuelta, para proveerles de un pastor. A primera vista parecía una tarea imposible, y a la vez
poco sensata para nuestro grupo tan pequeño.
Compartí con nuestra congregación la manera en que un grupo fiel de personas se había estado reuniendo durante más
de dos años. Querían comenzar una iglesia relacionada con los bautistas del sur. Nosotros éramos la posible iglesia madre
más cercana. Debíamos determinar si es que ésta era la obra de Dios, y si es que él nos estaba revelando su obra. ¿Se trataba
esto de una invitación para unirnos a él en lo que ya estaba haciendo? La iglesia estuvo de acuerdo en que esto era el obrar de
Dios. Sabíamos que teníamos que obedecerlo. Acordamos brindar nuestro apoyo a la nueva misión. Luego, le pedimos a Dios
que nos mostrara la manera de hacerlo y que nos diera las fuerzas y los recursos.
Viajé varias veces a Winnipeg, a predicar y a ministrar a la gente allí. ¡Más pronto que para cualquiera de nuestras otras
obras misioneras, Dios proveyó un pastor y su sueldo! La historia de nuestra obediencia no termina aquí. La Iglesia Bautista
de la Amistad ha llegado a ser la iglesia madre de otras nueve obras misioneras, y fundó toda una asociación de iglesias.
Cuando Richard, nuestro hijo mayor, egresó del seminario, esta iglesia en Winnipeg lo invitó a ser su pastor. ¡Era su
primer pastorado! Tom, nuestro segundo hijo, fue invitado a formar parte del equipo de esta iglesia en el área de la música,
educación cristiana y jóvenes. Mal sabría yo que esta acción de obediencia, que al principio se presentaba como imposible,
98
UNIRSE A DIOS REQUIERE OBEDIENCIA
encerraba tal potencial de futura bendición para el reino, como asimismo para mi familia. ¡Cuán agradecido estoy de que
hayamos elegido obedecer a Dios, comenzando una iglesia en ese lugar!
RESUMEN
Los ajustes mayores, tanto como el alto precio de la obediencia, anteceden a la experiencia de la presencia de Dios y a
su poder obrando a través de usted. Muchos creyentes e iglesias llegan a este momento de verdad y deciden que el precio es
demasiado alto. Lo que a menudo no llegan a hacer es considerar lo que podría costarles el no obedecer. Cuando Dios le
llama a una misión, la obediencia tiene un alto precio para usted y para quienes le rodean. No obstante, cualquiera que sea el
precio, la obediencia a Dios no es una opción. Se le exige a cada siervo. Cuando usted obedece, Dios lleva a cabo lo que se ha
propuesto y entonces usted quedará sobrecogido por la experiencia del poder y la presencia de Dios. A través de la
experiencia, usted y los que le rodean llegarán a un conocimiento más profundo de Dios.
MI EXPERIENCIA CON DIOS HOY
¿Alguna vez le invitó Dios a usted, o a su iglesia, a unirse a él, y se negaron porque el precio era muy alto? Pídale a
Dios que le revele cualquier acto de desobediencia o de necesidad de obediencia en su pasado. Si Dios le trae algo a su
mente, póngase de acuerdo con él, confesando su pecado. Renueve la rendición de su vida al señorío de él y acuerde
obedecerlo, no importa cuál sea el precio.
Siempre que le invada la sensación de que el precio de la obediencia es demasiado alto, es una indicación de que no ha
entendido, o ha entendido mal quién es usted y qué es lo que tiene. Como discípulo de Cristo usted ha sido comprado por un
precio, y ya no se pertenece a sí mismo. Todo lo que tiene también le pertenece a Dios; usted es solamente un mayordomo,
un administrador, de los recursos de Dios. Ya que usted y todo lo que usted tiene le pertenecen a Dios, renueve su
consagración a él para sus propósitos. Ore, y póngase de acuerdo con Dios, de que todo lo que él le pida es razonable.
Comprométase a pagar el precio que sea, para obedecer la voluntad de él. Comience a observar, desde ahora, para detectar la
primera oportunidad en la que Dios ponga a prueba la sinceridad de su consagración, y no le falle a Dios.
99
DIOS LLEVA A CABO SU OBRA
19
Pero el que hace la verdad viene a la luz para que sus obras sean manifiestas, que son hechas en Dios. Juan 3:21
“Yo anuncio lo porvenir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no ha sido hecho. Digo: Mi plan se realizará, y
haré todo lo que quiero.’... Yo hablé, y yo haré que suceda. Lo he planeado y también lo haré.” Isaías 46:10, 11
DIOS LLEVA A CABO SU OBRA
Al experimentar la invitación de Dios para unirnos a él, muchas veces insistimos en que quisiéramos verla acompañada
por alguna señal. Es como si estuviésemos diciendo: “Señor, demuéstrame que esto viene de ti, y entonces obedeceré.”
Cuando Moisés estuvo delante de la zarza ardiente y recibió la invitación para unirse a Dios, Dios le dijo que recibiría una
señal de que él lo había enviado. Dios le dijo a Moisés: “Esto te servirá como señal de que yo te he enviado: Cuando hayas
sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios en este monte” (Exo. 3:12). En otras palabras: “Moisés, obedéceme. Yo libraré a
Israel a través de ti. Tú llegarás a conocerme como tu Libertador, y vendrás a esta montaña, y me adorarás.”
La confirmación de Dios en cuanto a que era él quien había enviado a Moisés, vendría después de que Moisés
obedeciera, no antes. A menudo esto es lo que encontramos en las Escrituras. La confirmación viene después de la
obediencia. Dios es amor. Confíe en él, y créale. Porque usted lo ama, obedézcale. Entonces la relación que establecerá con él
será de una naturaleza tal, que llegará a conocerlo íntimamente. El obrará a través de usted, para llevar a cabo misiones
“tamaño Dios”, que le confirmarán la presencia y el obrar de él en su vida. ¡Esa confirmación será para usted un tiempo de
regocijo!
¿Y QUE, SI LA “PUERTA” SE CIERRA?
Supongamos que usted percibe el llamado de Dios a una tarea, o a cierto lugar, o a una misión. Usted se encamina a
llevar eso a cabo y todo parece salir mal. Hay quienes dicen: “Bien, supongo que no era la voluntad de Dios.”
Dios le llama a una relación con él. Tenga mucho cuidado con la manera en que interpreta las circunstancias. Muchas
veces saltamos a una conclusión apresurada. Dios nos encamina en una dirección, para decirnos lo que está por hacer.
Nosotros inmediatamente saltamos a una conclusión propia, tanto de lo que él está por hacer como de cuándo lo hará, porque
nuestras conclusiones nos parecen enteramente lógicas. Comenzamos a seguir la lógica de nuestro propio razonamiento, pero
descubrimos que las cosas no salen de esa manera.
Tenemos la tendencia a dejar de lado la relación de amor, y tomar las cosas en nuestras manos. No lo haga. La mayoría
de las veces, cuando Dios le llama o le da una directiva, su llamado no es a que usted haga algo para él, sino que le está
diciendo lo que él tiene en su propósito hacer allí donde usted está. Como un ejemplo de esto, examine este informe de una
parte del ministerio de Pablo:
Atravesaron la región de Frigia y de Galacia, porque les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia.
Cuando llegaron a la frontera de Misia, procuraban entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. Entonces,
después de pasar junto a Misia, descendieron a Troas. Y por la noche se le mostró a Pablo una visión en la que un hombre de
Macedonia estaba de pie rogándole y diciendo: “Pasa a Macedonia y ayúdanos!” En cuanto vio la visión, de inmediato
procuramos salir para Macedonia, teniendo por seguro que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio (Hech. 16:6-
10).
Ya en el camino a Damasco, Dios le había dicho a Pablo que él [Dios] predicaría el evangelio a los gentiles a través de
Pablo. Dios, no Pablo, predicaría a los gentiles. Pablo comenzó en una dirección y el Espíritu lo detuvo (Hech. 16:6-10).
Intentó encaminarse en otra dirección. Nuevamente, el Espíritu se lo impidió. ¿Cuál era el plan original de Dios? Enseñar a
los gentiles. ¿Cuál era el problema de Pablo? Estaba considerando cuál sería su próximo paso y la “puerta” de la oportunidad
se cerró. ¿Se cerró en realidad la puerta? No, Dios estaba tratando de decir:
“Pablo, quiero que me escuches. Ve a Troas, y siéntate allí hasta que yo te diga dónde debes ir.”
En Troas Pablo tuvo la visión de pasar a Macedonia para ayudar. ¿Qué estaba sucediendo? El plan de Dios era el de
encaminar el evangelio en dirección al oeste, hacia Grecia y Roma. Dios estaba obrando en Filipos, y quería que Pablo se
uniera a él en su obra allí.
Cuando usted comienza a seguirlo, y las circunstancias parecen cerrar las puertas de la oportunidad, vuelva al Señor y
clarifique lo que él le ha dicho. Mejor aun, siempre trate de asegurarse frente a la manera en que se presenta un llamado, qué
es exactamente lo que Dios está diciendo. La mayoría de las veces él no le estará llamando solamente a una tarea, sino a una
relación. A través de esa relación hará algo con su vida. Si se encamina en una dirección, y todo se detiene, vuelva atrás y
clarifique lo que Dios ha dicho. No niegue ni desestime lo que Dios dijo, sino clarifíquelo.
Moisés constantemente debió hacer eso. Obedeció a Dios y le habló a Faraón, y todo salió mal. Moisés no abandonó la
tarea, volvió al Señor para clarificar lo que estaba sucediendo. Dios comenzó a darle directivas respecto de las plagas que
traería sobre Egipto.
100
DIOS LLEVA A CABO SU OBRA
Faraón parecía ser cada vez más difícil de tratar. Moisés buscaba diariamente las directivas de Dios y las obedecía.
Después,
Moisés pudo mirar retrospectivamente, y ver la mano de Dios en todo lo que sucedió. La manera en que Dios libró a
Israel de los egipcios hizo que Israel, Egipto y todas las naciones de alrededor, supieran que Dios lo había hecho.
El Llamado de un Matrimonio al Trabajo entre Estudiantes Hablé con un matrimonio encantador, y me dijeron que
estaban invitados a ir a Saskatoon para ministrar entre los estudiantes. Comenzaron los trámites para ser asignados como
misioneros, y la junta de misiones dijo: “No.” La conclusión a que arribaron fue: “Quiere decir que nos equivocamos.” Les
aconsejé que no saltaran a una conclusión tal, sino que recordaran lo que Dios dijo cuando sintieron su llamado. Estaban
cancelando la totalidad del plan de Dios porque un pequeño detalle no salió como ellos pensaban.
Les sugerí que volvieran a clarificar lo que Dios les había llamado a hacer. ¿Estaba llamándolos a las misiones? ¿Estaba
llamándolos al trabajo entre estudiantes? ¿Estaba llamándolos a Canadá? ¿Percibían ellos que Dios los estaba llamando a
Canadá y al trabajo entre estudiantes? Entonces les dije: “Mantengan firme ese sentido del llamado. Porque una puerta se
haya cerrado, no crean que la misión ya no tiene vigencia. Observen la manera en que el Dios que los llamó llevará a cabo lo
que él dijo. Tengan cuidado de no permitir que las circunstancias anulen lo que Dios dijo.”
Dios podrá estar pensando en otra ciudad para ellos. El podrá querer que ellos se sostengan económicamente de otra
manera. O él podrá necesitar más tiempo para prepararlos para la misión. Permítale a él manejar todos los detalles, en sus
tiempos. Mientras tanto, haga todo lo que tiene claro debe hacer, y espere la siguiente indicación de Dios. Cuando, después
de dar un paso de obediencia, las cosas parecer salir mal:
• Clarifique lo que Dios le dijo, e identifique lo que pudieron ser sus propios agregados a lo que él dijo.
• Mantenga firme lo que Dios dijo.
• Deje a Dios manejar los detalles, en los tiempos de él.
• Haga todo lo que usted sabe que debe hacer.
• Luego, espere en Dios hasta que él le diga lo que debe hacer a continuación.
La tarea más grande para Dios es lograr que los suyos se ajusten a el. Necesita tiempo para moldeamos hasta que
seamos exactamente lo que quiere que seamos. Supongamos que usted percibe que Dios está por hacer algo grande, frente a
lo que le ha dicho en su Palabra y en oración. Usted siente que él lo hará, debido a la manera en que se van dando las
circunstancias, y otros creyentes (la iglesia) coinciden.
Luego, pasan seis meses y usted no ha visto nada importante. No se vuelva negativo, ni se deprima, ni se desanime. El
Dios que inicia su obra en el marco de una relación con usted es quien garantiza que la completará.
Observe lo que Dios está haciendo en usted, y en otras personas a su alrededor, a fin de prepararle(s) para lo que él está
por hacer. La clave está en su relación con Dios.
A Paso Lento
¿Le parece como que Dios está trabajando muy lentamente en su vida? Jesús había estado con sus discípulos casi tres
años, cuando les dijo: “Todavía tengo que deciros muchas cosas, pero ahora no las podéis sobrellevar. Y cuando venga el
Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; pues no hablará por sí solo, sino que hablará todo lo que oiga y os hará saber
las cosas que han de venir” (Juan 16:12, 13).
Jesús necesitaba enseñarles más, pero ellos no estaban preparados para recibirlo. No obstante, Jesús sabía que el
Espíritu Santo continuaría, en el cronograma de Dios, guiando a estos discípulos a la verdad.
Usted podrá estar pensando: “Dios, apúrate y ayúdame a madurar.” Y Dios le está diciendo: “Me estoy moviendo en tu
vida con la celeridad que tú me permites. Cuando estés listo para tu próxima lección, incorporaré una nueva verdad a tu
vida.”
Si Dios no parece estar asignándole alguna nueva misión, usted probablemente quiera plantearse estas preguntas:
• ¿Estoy respondiendo a todo aquello que Dios ya me está guiando a realizar?
• ¿He obedecido a todo lo que ya sé que es su voluntad?
• ¿Creo, realmente, que él me ama, y que siempre hará lo que es mejor y lo correcto?
• ¿Estoy dispuesto/a a esperar pacientemente los tiempos que él ha determinado y, mientras tanto, obedecer a
todo lo que yo sé que debo hacer?
La hierba que hoy está y mañana desaparece, no necesita mucho tiempo para madurar. Un inmenso roble, que
permanece durante varias generaciones, necesita mucho más tiempo para crecer y madurar. Dios está interesado en lo que
será de su vida por toda la eternidad. Permítale tomarse todo el tiempo que él necesite, a fin de moldearle para sus propósitos.
Las misiones más grandes exigirán mayor tiempo de preparación.
¿Estaría dispuesto/a a que Dios se tomara todo el tiempo que necesitara, a fin de prepararle para la misión que él, en su
propósito, tiene para usted? Si es así, dedique ahora mismo un tiempo para estar en oración diciéndoselo a Dios.
101
DIOS LLEVA A CABO SU OBRA
102
DIOS LLEVA A CABO SU OBRA
Los discipu1os. Lucas registra una hermosa experiencia de los discípulos de Jesús que responde a este mismo patrón.
Jesús invitó a unas setenta personas para que se unieran a él en la obra del Padre. Los discípulos obedecieron, y
experimentaron a Dios llevando a cabo, a través de ellos, algunas cosas que sabían que solamente Dios podía hacer.
Jesús dio a estos seguidores instrucciones específicas (Luc. 10:20-24). Fue muy claro al expresar su voluntad. Ellos
obedecieron y experimentaron a Dios obrando a través de su vida para sanar y expulsar demonios. Jesús les dijo que, en cada
uno de ellos, su propia salvación debía traerles más gozo que la sujeción de los espíritus (v. 20). Jesús alabó a Dios el Padre
por revelarse a estos seguidores (vv. 21, 22). Luego, Jesús se volvió a sus discípulos, y dijo: “Bienaventurados los ojos que
ven lo que vosotros veis. Porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír
lo que oís, y no lo oyeron” (vv. 23, 24).
Estos discípulos fueron bendecidos. Ellos habían sido especialmente elegidos por Dios para formar parte de su obra. Lo
que ellos vieron, oyeron y llegaron a conocer acerca de Dios era algo que aun reyes y profetas quisieron experimentar, y no
pudieron. ¡Qué bendición la que recibieron estos discípulos del Señor!
Usted también será bendecido, cuando él haga una obra “tamaño Dios”, a través de su vida. Llegará a conocerlo de tal
manera que traerá regocijo a su vida. Cuando otras personas vean que usted experimenta a Dios de esa manera, querrán
conocer la manera en que ellos también puedan experimentar a Dios del mismo modo. Prepárese para señalarles el camino a
Dios.
Si usted es obediente, Dios obrará algunas cosas maravillosas a través de su vida. Tendrá que tener sumo cuidado de
que todo testimonio acerca de lo que Dios haya hecho, solamente le dé la gloria a él. El orgullo puede hacer que quiera contar
su experiencia porque le hace sentir que usted es alguien especial. Esto será una tensión permanente. Querrá declarar las
maravillosas obras de Dios, pero deberá evitar todo sentido de orgullo. Por lo tanto: “El que se gloría, gloríese en el Señor” (1
Cor. 1:31).
USTED LLEGA A CONOCER A DIOS
Dios se revela a su pueblo a través de lo que él hace. Cuando Dios obra a través de usted para llevar a cabo sus
propósitos, usted llega a conocer a Dios por experiencia. También llega a conocer a Dios cuando él suple una necesidad en su
vida.
En la Biblia, cuando Dios hizo algo a través de una o más personas obedientes, ellas llegaron a conocerlo en maneras
nuevas y más íntimas. Dios le reveló a Moisés su nombre personal: “YO SOY EL QUE SOY” (Exo. 3:14). Jesús, dijo a sus
discípulos:
“Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35).
“Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12).
“Yo soy la puerta” (Juan 10:9).
“Yo soy el buen pastor” (Juan 10:11).
“Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25).
“Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).
“Yo soy la vid verdadera” (Juan 15:1).
Jesús se identificó a sí mismo, con el YO SOY (nombre de Dios, que le fue revelado a Moisés en el episodio de la zarza
ardiente) del Antiguo Testamento. Conocer y experimentar a Jesús, en estas maneras, requiere que usted “crea en él” (tenga
fe en él). Por ejemplo, cuando él le dice: “Yo soy el camino”, lo que usted hace a partir de allí en su relación con él
determinará si es que verdaderamente lo experimentará en su propia vida como “el camino”. Cuando le cree, ajusta su vida a
él, y obedece 1o que él le dice a continuación, usted llega a conocerlo y a experimentarlo como “el camino”. Esta verdad se
aplica a todo lo que Dios le revela día a día. Al seguirlo obedientemente, él obra en y a través de su vida para revelarse a
usted y a los que le rodean.
RESUMEN
Dios está obrando, reconciliando consigo mismo a un mundo perdido, a través de su Hijo Jesucristo. Dios toma la
iniciativa de invitarle a usted a integrarse a su misión. Cuando le obedece, él lleva a cabo su obra a través de su vida de una
manera que usted y todos los demás saben que Dios es el que ha estado obrando. Cuando experimente a Dios, obrando en y a
través de usted, llegará a conocerlo más plenamente. Eso es precisamente lo que Jesús tenía en mente cuando dijo “Y ésta es
la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo a quien tú has enviado” (Juan 17:3). Usted llega a
conocerlo a medida que lo experimenta en su vida.
MI FXPERIENCIA CON DIOS HOY
Dios anhela que usted lo ame y que ande en sus caminos. ¿Lo hace? Lea la siguiente oración del salmista, y hágala su
propia oración hoy. Pídale al Señor que le guíe y le conduzca en todos sus caminos para la gloria de él.
Enséñame, oh Jehová, el camino de tus leyes, y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento, y guardaré tu ley; la
observaré con todo el corazón. Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito. Salmos 119:33-35
103
DIOS LLEVA A CABO SU OBRA
Doblo mis rodillas ante el Padre... a fin de que, conforme a las riquezas de su gloria, os conceda ser fortalecidos con poder
por su Espíritu en el hombre interior; para que Cristo habite en vuestros corazones por medio de la fe; de modo que, siendo
arraigados, y fundamentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender, junto con todos los santos, cuál es la anchura, la
longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento; para que así seáis llenos de
toda la plenitud de Dios.
Ya aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según
e/poder que actúa en nosotros, a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones de todas las edades,
para siempre. Amén. Efesios 3:14-21
CONSIDERACIONES FINALES
Al preparar este libro mi oración ha sido que usted llegara a conocer más íntimamente a Dios, al experimentarlo
obrando en y a través de su vida. ¿Le ha estado hablando Dios? ¿Le ha estado enseñando, guiando o animando? ¿Le ha
estado llamando a una relación de amor con él? ¿Le ha invitado a integrarse en su obra? ¿Puede usted identificar lo que Dios
ha estado haciendo en su vida? Oro para que usted pueda contestar afirmativamente a todas estas preguntas.
Permítame recomendarle dedicar tiempo, para hacer un inventario espiritual de su actual caminar con Dios. Si Dios ha
estado obrando en su vida mientras usted leía este libro, es que le ha estado preparando para una comunión más íntima con él,
y para recibir misiones en su reino. Mi anhelo es que usted haya llegado a este momento con un profundo sentido de la
presencia y de la actividad de Dios en su vida. Lo que Dios ha comenzado en su vida, él mismo lo llevará a un perfecto
cumplimiento: “El que en vosotros comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús” (Fil. 1:6).
Dios ha sido muy misericordioso al permitirme estar unido a él mientras trabajaba en la vida de usted. Agradezco a Dios
y le alabo por las muchas cosas maravillosas que ha hecho en nuestro tiempo.
104
APENDICE
APENDICE
NOMBRES, TITULOS, Y DESCRIPCIONES DE DIOS
A fin de ayudarle en su investigación personal, ofrecemos por lo menos una referencia bíblica para cada nombre o
título.
• consolación de Israel (Luc. 2:25)
• Consolador, el (Juan 14:26)
• abogado delante del Padre (1 Jn. 2:1) • constructor de todas las cosas, el (Heb. 3:4)
• aceite de alegría (Heb. 1:9) • copa, mi (Sal. 16:5)
• afinador y purificador, como un (Mal. 3:3)
• cordero sin mancha y sin contaminación, un (1
• alabanza, tu (Deut. 10:21) Ped. 1:19)
• Alfa y la Omega, el (Apoc. 22:13) • Cordero, un (Apoc. 5:6)
• Alfa, el (Apoc. 1:8; 2 1:6) • Cordero, el (Apoc. 5:13)
• alfarero, nuestro (Isa. 64:8) • Cordero que fue inmolado, el (Apoc. 5:12)
• alfarero, el (Rom. 9:2 1) • Cordero, el (Apoc. 5:8)
• aliento del Todopoderoso, el (Job 33:4) • Cordero pascual, nuestro (1 Cor. 5:7)
• Altísimo sobre toda la tierra, el (Sal. 83:18) • Cordero de Dios, el (Juan 1:29)
• Altísimo, el (Sal. 18:13; 47:2; 92:1) • corona de hermosura (Isa. 28:5)
• alto refugio, mi (Sal. 59:9) • corona de esplendor (Isa. 62:3)
• amado, mi (Mat. 12:18) • creador de los cielos y de la tierra (Gén. 14:22)
• Amén, el (Apoc. 3:14) • creador de los confines de la tierra, el (Isa. 40:28)
• amigo de publicanos y de pecadores, un (Mat. • Creador, tu (Ecl. 12:1)
11:19) • Creador de Israel, el (Isa. 43:15)
• amo en los cielos, un (Col. 4:1) • Cristo, el escogido de Dios (Luc. 23:35)
• amor (1 Jn. 4:8) • Cristo, el (Mat. 16:16)
• amparo y fortaleza, nuestro (Sal. 46:1) • Cristo Jesús mi Señor (Fil. 3:8)
• amparo del huérfano (Sal. 10:14) • Cristo de Dios, el (Luc. 9:20)
• amparo en el día de mi angustia, un (Sal. 59:16) • Cristo Jesús nuestra esperanza (1 Tim. 1:1)
• Anciano de Días, el (Dan. 7:22) • cuerno de salvación (Luc 1:69)
• ángel del pacto, el (Mal. 3:1) • Dador de la ley y Juez, el solo (Stg. 4:12)
• apóstol y sumo sacerdote de nuestra confesión, el
• descendencia (de Abraham) (Gál. 3:16)
(Heb. 3:1)
• descendencia, la (Gál. 3:19)
• arquitecto y constructor (Heb. 11:10)
• diadema real, una (Isa. 62:3)
• autor y consumador de la fe, el (Heb. 12:2)
• diadema de gloria, una (Isa. 28:5)
• Autor de la vida, el (Hech. 3:15)
• Dios de Nacor, el (Gén. 31:53)
• Autor de eterna salvación, el (Heb. 5:9)
• Dios de todo mortal (Jer. 32:27)
• ayuda, nuestra (Sal. 33:20)
• Dios de nuestros padres (Deut. 26:7)
• ayuda, mi (Sal. 27:9; Sal. 40:17)
• Dios de gloria (Sal. 29:3)
• baluarte, mi (1 Sam. 22:3; Sal. 18:2)
• Dios de toda gracia (1 Ped. 5:10)
• bandera para los pueblos, una (Isa. 11:10)
• Dios de dioses (Deut. 10:17)
• Bienaventurado, el (1 Tim. 6:15)
• Dios de toda consolación
• Bienaventurado y solo Poderoso, el (1 Tim. 6:15)
• Dios de los cielos (Gén. 24:3; Sal. 136:26)
• buen pastor, el (Juan 10:11)
• Dios de nuestro Señor Jesucristo, el (Ef. 1:17)
• cabeza de todo principado y autoridad, la (Col.
• Dios de mi salvación, el (Sal. 51:14; Sal. 88:1)
2:10)
• Dios de Israel (Exo. 24:10; Mat. 15:31)
• cabeza del cuerpo, que es la iglesia, la (Col. 1:18)
• Dios de Jacob, el (Sal. 20:1; 46:7)
• cabeza, la (Ef. 4:15; Col. 2:19)
• Dios de nuestra salvación (1 Crón. 16:35; Sal.
• cabeza de la iglesia, la (Ef. 5:23)
85:4)
• camino, el (Juan 14:6)
• Dios de los cielos y de la tierra (Esd. 5:11)
• canción, mi (Sal. 118:14)
• Dios de todos los reinos de la tierra (2 Rey.
• carpintero, el (Mar. 6:3) 19:15)
• castillo, mi (Sal. 91:2)
• Dios de Jesurún, el (el majestuoso) (Deut. 33:26)
• Celoso (Exo. 34:14) • Dios misericordioso (Sal. 59:10)
• cetro, un (de Israel) (Nám. 24:17) • Dios de tu padre David (2 Rey. 20:5)
• cimiento, un (Isa. 28:16) • Dios de Daniel, el (Dan. 6:26)
• compasivo y clemente (Exo. 34:6) • Dios de mi padre Isaac (Gén. 32:9)
• Consejero, Admirable (Isa. 9:6)
105
APENDICE
• Dios de mi padre Abraham (Gén. 32:9) • Dios y Salvador Jesucristo, nuestro (2 Ped. 1:1)
• Dios de mi fortaleza (Sal. 43:2) • Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el (Ef.
• Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (Exo. 1:3)
3:16) • Dios perdonador (Sal. 99:8) Dios de tu salvación,
• Dios el Padre (Juan 6:27) Dios, el (Isa. 17:10)
• el Rey de toda la tierra (Sal. 47:7) • Dios y Salvador, nuestro gran (Tito 2:13)
• Dios de Israel (2 Sam. 7:26) • Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra
• Dios, fortaleza nuestra (Sal. 81:1) (Deut. 4:39; Jos. 2:11)
• Dios, nuestro Salvador (Jud. 1:25) • Dios que hace maravillas, un (Sal. 77:14)
• Dios Jehová (1 Crón. 13:6; Sal. 85:8) • Dios, mi Hacedor (Job 35:10)
• Dios único y sabio (1 Tim. 1:17, RVR6O) • Dios Altísimo (Gén. 14:18)
• Dios invisible (1 Tim. 1:17) • Dios de mi salvación, el (Sal. 18:46)
• Dios que ejecuta mi venganza, el (Sal. 18:47) • Dios de los Ejércitos, el (El Sabaoth) (Sal. 80:7)
• Dios inmortal (1 Tim. 1:17) • Dios de Abraham (Sal. 47:9)
• Dios único (1 Tim. 1:17) • Dios en quien confío, mi (Sal. 91:2)
• Dios nuestro Padre (Ef. 1:2) • Dios que me libra de mis enemigos (Sal. 18:47,
• Dios de tus padres (Deut. 1:21) 48) Dios (Gén. 1:1; Juan 1:1)
• Dios de la tierra (Gén. 24:3) • Dios castigador de malas obras (Sal. 99:8)
• Dios de los hebreos (Exo. 5:3) • Dios que me ve, (Gén. 16:13)
• Dios de los escuadrones de Israel (1 Sam. 17:45) • don inefable, un (2 Cor. 9:15)
• Dios de Sadrac, de Mesac y de Abed-nego, el • don, el mismo (Hech. 11:17)
Dios de retribución (Dan. 3:28)(Jer. 51:56) • El que viene en el nombre de Jehová (Sal.
• Dios de vivos (Mat. 22:32) 118:26)
• Dios de los espíritus de todo ser humano (Núm. • El que llama a las aguas del mar (Amós 5:8)
16:22) • El que hace oscurecer el día hasta que se hace
• Dios fiel, en quien no hay iniquidad (Deut. 32:4) noche (Amós 5:8)
• Dios de verdad (Sal. 3 1:5) • El que pisa sobre las alturas de la tierra (Amós
• Dios de toda la tierra (Isa. 54:5) 4:13)
• Dios de los espíritus de toda carne (Núm. 27:16) • El que revela al hombre su pensamiento (Amós
• Dios de paz (Rom. 16:20; 1 Tes. 5:23) 4:13)
• Dios vivo, el (Jer. 10:10) • El que estuvo muerto y vivió (Apoc. 2:8)
• Dios compasivo y clemente (Exo. 34:6) • El que me salva de la violencia (2 Sam. 22:3)
• Dios grande en misericordia y verdad (Exo. 34:6) • El [que] hizo la Osa Mayor, el Orión, las
• Dios Fuerte (Isa. 9:6) Pléyades y... (Job 9:9)
• Dios, mi (Gén. 28:21; Juan 20:17) • El que está sentado en el trono (Apoc. 5:13)
• Dios vivo y verdadero, el (1 Tes. 1:9) • El que nos ama y nos libró de nuestros pecados.
(Apoc. 1:5, 6)
• Dios de las venganzas (Sal. 94:1)
• El que vive por los siglos (Dan. 12:7)
• Dios de Abraham, de Isaac y de Israel (1 Rey.
18:36) • El que vive para siempre jamás (Apoc. 10:6)
• Dios de mi padre, el (Gén. 31:42) • El que da victoria a los reyes (Sal. 144:10)
• Dios grande y temible (Dan. 9:4) • El que rescata a su siervo David...(Sal. 144:10)
• Dios mi (Juan 20:17) • El que gobierna con el temor de Dios (2 Sam.
23:3)
• Dios de mi justicia (Sal. 4:1)
• El que habita en los cielos (Sal. 123:1)
• Dios, Rey (Sal. 145:1)
• El que gobierna a los hombres con justicia (2
• Dios grande (Deut. 10:17)
Sam. 23:3)
• Dios, grande y temible, el (Neh. 1:5)
• El que en nuestra humillación se acordó de
• Dios de toda consolación (2 Cor. 1:3)
nosotros (Sal. 136:23)
• Dios, vuestro (Juan 20:17)
• El que eres y que eras (Apoc. 16:5)
• Dios de nuestra salvación (Sal. 65:5)
• El que ha de juzgar a los vivos y a los muertos (1
• Dios Fuerte (Isa. 9:6)
Ped. 4:5)
• Dios eterno, el (Gén. 21:33; Isa. 40:28)
• El que es desde el principio (1 Jn. 2:13)
• Dios es mi Rey desde los tiempos antiguos (Sal.
• El que escudriña los corazones (Rom. 8:27)
74:12)
• El que escudriña la mente y el corazón (Apoc.
• Dios fiel (Deut. 7:9)
2:23)
• Dios Todopoderoso (El Shadai) (Gén. 17:1)
• El que santifica (Heb. 2:11)
• Dios celoso, un (Deut. 4:24)
• El que revela los misterios (Dan. 2:29)
106
APENDICE
• El que resucitó a Cristo de entre los muertos • Espíritu eterno, el (Heb. 9:14)
(Rom. 8:11) • Espíritu de Cristo, el (Rom. 8:9)
• El que da a cada uno conforme a sus obras • Espíritu, tu buen (Neh. 9:20)
(Apoc. 2:23) • Espíritu de vuestro Padre, el (Mat. 10:20)
• El que las tinieblas convierte en mañana (Amós • Espíritu, tu (Neh. 9:30)
5:8) • Espíritu, el (Núm. 11:17; Hech. 16:7)
• El que es poderoso para guardaros sin caída (Jud. • Espíritu, su (Núm. 11:29; Ef. 3:16)
24) • Espíritu que mora en nosotros, el (Stg. 4:5)
• El que es poderoso para... (Jud. 24) • Espíritu.. .que da testimonio, el (1 Jn. 5:6)
• El que vive (Apoc. 1:18) El que tiene los siete • esperanza de sus padres, la (Jet 50:7)
Espíritus de Dios (Apoc. 3:1) • esperanza de todos los confines de la tierra y...
• El que borra tus rebeliones (Isa. 43:25) (Sal. 65:5)
• El que hace a la aurora tinieblas (Amós 4:13) • esperanza de sus padres, la (Jer. 50:7)
• El que juzga con justicia (Jer. 11:20) • Esperanza de Israel, la (Jer. 14:8; Hech. 28:20)
• El que es Dios de Israel (1 Crón. 17:24) • Espíritu Santo, su (Isa. 63:10)
• El que nos guiará por siempre (Sal. 48:14) • estrella, una (Núm. 24:17)
• Emanuel (Dios con nosotros) (Mat. 1:23) • estrella resplandeciente de la mañana, la (Apoc.
• escogido de Dios, el (Luc. 23:35) 22:16)
• escogido, mi (Isa. 42:1) • experimentado en el sufrimiento (Isa. 53:3)
• escudo, mi (2 Sam. 22:3) • expiación por nuestros pecados (1 Jn. 2:2)
• escudo alrededor de mí, un (Sal. 3:3) • expresión exacta de su naturaleza, la (Heb. 1:3)
• escudo, tu (Gén. 15:1) • fiador de un pacto superior, un (Heb. 7:22)
• escudo, mi (Sal. 18:2; 28:7) • fiel Creador, el (1 Ped. 4:19) Fiel y Verdadero
• escudo, nuestro (Sal. 33:20) (Apoc. 19:11)
• espada de tu excelencia, la (Deut. 33:29) • fin, el (Apoc. 21:6)
• espíritu de justicia, un (Isa. 28:6) • fortaleza, mi (Sal. 118:14; 18:2)
• espíritu de conocimiento y de temor de Jehová • fortaleza de salvación para su ungido, la (Sal.
(Isa. 11:2) 28:8)
• espíritu, mi (Gén. 6:3; Mat. 12:18) • fortaleza para el necesitado en su aflicción, una
• espíritu de sabiduría, el (Deut. 34:9) (Isa. 25:4)
• espíritu de sabiduría y de inteligencia, el (Isa. • fortaleza para el pobre, una (Isa. 25:4)
11:2) • fortaleza de mi vida, la (Sal. 27:1)
• espíritu vivificante, un (1 Cor. 15:45) • Fortaleza mía (Sal. 59:9)
• espíritu de consejo y de fortaleza, el (Isa. 11:2) • fuego consumidor (Deut. 4:24)
• espíritu de fe, el (2 Cor. 4:13) • fuego consumidor, el (Isa. 33:14)
• espíritu nuevo, un (Eze. 11:19; 18:31) • fuente de aguas vivas, la (Jer. 2:13)
• espíritu de juicio (Isa. 4:4) • Fuerte de Jacob, el (Sal. 132:2, 5)
• espíritu de sabiduría y de revelación, el (Ef. 1:17) • fuerza, mi (Sal. 28:7)
• espíritu de gracia y de súplica, un (Zac. 12:10) • fundamento (1 Cor. 3:11)
• espíritu de adopción, el (Rom. 8:15) • galardón... muy grande (Gén. 15:1)
• espíritu vivificante (1 Cor. 15:45) • garantía, una (2 Cor. 1:22; 5:5)
• espíritu consumidor, el (Isa. 4:4) • gloria, su (Sal. 106:20; Jer. 2:11)
• Espíritu de Jehová, el (Isa. 11:2) • gloria de tu pueblo Israel (Luc. 2:32)
• Espíritu del Dios vivo, el (2 Cor. 3:3) • gloria, tu (Isa. 60:19)
• Espíritu Santo, la promesa del (Hech. 2:33) • Gloria de Israel, la (1 Sam. 15:29)
• Espíritu del Señor, el (Luc. 4:18) • glorioso Espíritu de Dios, el (1 Ped. 4:14)
• Espíritu de verdad, el (Juan 14:17; 15:26) • gobernante, un (Mat. 2:6)
• Espíritu de Dios, el (Gén. 1:2; Mat. 3:16) • gran sacerdote sobre la casa de Dios (Heb. 10:2
• Espíritu Santo de Dios, el (Ef. 4:30) 1)
• Espíritu de gracia, el (Heb. 10:29) • Gran Rey, el (Sal. 48:2; Mat. 5:35)
• Espíritu de vida, el (Rom. 8:2) • grande en misericordia y verdad (Exo. 34:6)
• Espíritu de santidad, el (Rom. 1:4) • grandiosa gloria, la (2 Ped. 1:17)
• Espíritu de su Hijo, el (Gál. 4:6) • Hacedor de todo (Jer. 10:16)
• Espíritu de nuestro Dios (1 Cor. 6:11) • Hacedor, tu (Isa. 54:5)
• Espíritu de Jesucristo, el (Fil. 1:19) • Hacedor, su (Prov. 14:3 1)
• Espíritu Santo, el (Juan 14:26; Sal. 51:11) • Hacedor, mi (Job 32:22)
107
APENDICE
• Hacedor, nuestro (Sal. 95:6) • Jehová... poderoso para con nosotros (Isa. 33:21)
• heredad, su (Eze. 44:28) • Jesucristo [el] hombre (1 Tim. 2:5)
• heredad, su posesión (de los sacerdotes) (Eze. • Jesucristo (Juan 1:17; Hech. 2:38)
44:28) • Jesucristo nuestro Salvador (Tito 3:6)
• heredero de todo, el (Heb. 1:2) • Jesucristo nuestro Señor (Rom. 1:4)
• hermano de Jacobo, de José, de Judas y de • Jesucristo de Nazaret (Hech. 4:10)
Simón, el (Mar. 6:3) • Jesús (Mat. 1:21)
• hijo de José, e1 (Juan 6:42) • Jesús de Nazaret (Juan 19:19)
• hijo de Abraham (Mat. 1:1) • juez de las viudas, el (Sal. 68:5)
• hijo de David (Mat. 1:1; Luc. 20:41) • Juez de toda la tierra, el (Gén. 18:25)
• hijo de María, el (Mar. 6:3) • Juez, el (Jue. 11:27)
• hijo del carpintero, el (Mat. 13:55) • Juez de la tierra (Sal. 94:2)
• Hijo del Dios Altísimo (Mar. 5:7) • Juez justo (2 Tim. 4:8)
• Hijo del Dios viviente, el (Mat. 16:16) • Juez de los vivos y de los muertos (Hech. 10:42)
• Hijo del Bendito, el (Mar. 14:61) • justificación (1 Cor. 1:30)
• Hijo del Hombre, el (Mat. 12:40; 24:27) • justificación, santificación y redención, nuestra
• Hijo unigénito (1 Jn. 4:9) (1 Cor. 1:30)
• Hijo amado, mi (Mar. 1:11) • justo, el (1 Jn. 2:1)
• Hijo de Dios (Juan 1:49) • Justo y Poderoso, el (Job 34:17)
• hombre justo, ese (Mat. 27:19) • Justo, el (Hech. 7:52)
• hombre, el (Juan 19:5) • la fuerza de su pueblo, la (Sal. 28:8)
• hombre justo, [un] (Luc. 23:47) • labrador, el (Juan 15:1)
• hombre, el segundo (1 Cor. 15:47) • lámpara, mi (2 Sam. 22:29),
• hombre acreditado por Dios (Hech. 2:22) • lento para la ira (Exo. 34:6)
• imagen de Dios, la (2 Cor. 4:4) • León de la tribu de Judá, el (Apoc. 5:5)
• imagen del Dios invisible, la (Col. 1:15) • libertador, el (Romanos 11:26)
• intercesor, mi (Isa. 53:12) • libertador, mi (2 Sam. 22:2; Sal. 18:2)
• invisible, el (1 Tim. 1:17) • lirio de los valles, el (Cant. 2:1)
• jefe y comandante de los pueblos, un (Isa. 55:4) • lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14)
• Jefe del ejército (Dan. 8:11) • lucero de la mañana, el (2 Ped. 1:19)
• Jefe del Ejército de Jehová, el (Jos. 5:15) • lugar santísimo, el (Dan. 9:24)
• Jehová Señor de toda la tierra (Jos. 3:13) • luz de la aurora (Luc. 1:78)
• Jehová nuestro Dios (Jos. 24:24) • luz (1 Jn. 1:5)
• Jehová, nuestro Hacedor (Sal. 95:6) • luz verdadera, la (Juan 1:9)
• Jehová Dios (Gén. 2:4) • luz para las naciones (Isa. 42:6)
• Jehová de los Ejércitos (Sal. 24:10) • luz para revelación de las naciones (Luc. 2:32)
• Jehová, el Dios de dioses (Jos. 22:22) • luz del mundo, la (Juan 8:12)
• Jehová Roca mía (Sal. 28:1) • luz para las naciones, una (Isa. 42:6)
• Jehová-nisi (Jehová es mi bandera) (Exo. 17:15; • luz, gran (Isa. 9:2)
ver Núm. 2:2) • luz de la vida, la (Juan 8:12)
• Jehová-shalom (Jehová es paz) (Jue. 6:24) • luz eterna (Isa. 60:19)
• Jehová Dios de los Ejércitos (2 Sam. 5:10) • luz de los hombres, la (Juan 1:4)
• Jehová el Altísimo (Sal. 7:17) • maestro venido de Dios, un (Juan 3:2)
• Jehová Dios de Israel (1 Crón. 29:10) • Maestro (Mar. 9:17; Luc. 5:5)
• Jehová (Gén. 15:6) • Maestro, el (Mat. 26:18)
• Jehová, justicia nuestra (Jer. 23:6; 33:16) • Majestad en las alturas (Heb. 1:3)
• Jehová, tu Hacedor (Isa. 51:13) • marido, tu (Isa. 54:5)
• Jehová tu Dios (Deut. 4:24) • Marido mío (Ose. 2:16)
• Jehová (Isa. 43:15) • mediador del nuevo pacto, el (Heb. 9:15)
• Jehová-yireh (Jehová proveerá) (Gén. 22:14) • mediador, el (1 Tim. 2:5)
• Jehová vuestro Dios (Lev. 11:44) • mensajero, mi (Mal. 3:1)
• Jehová, escudo nuestro (Sal. 59:11) • Mesías Príncipe, el (Dan. 9:25)
• Jehová tu sanador (Exo. 15:26) • Mesías, el (Juan 1:41)
• Jehová, quien hizo los cielos y la tierra (Sal. • mi apoyo (2 Sam. 22:19; Sal. 18:18)
115:15; 121:2) • mi seguridad desde mi juventud (Sal. 71:5)
• Jehová, el que [nos santifica] (Exo. 31:13) • mi esperanza (Sal. 71:5)
108
APENDICE
109
APENDICE
110
APENDICE
111
Reflexiones personales
Siete Realidades que Resultan de Experimentar a Dios
Después de leer el libro, complete los siguientes ejercicios como una evaluación de su lectura.
1. Dios siempre está obrando alrededor de usted
En su plan redentor Dios ya está obrando para reconciliar a los hombres con él. Según su observación, mencione por lo
menos tres situaciones que están sucediendo alrededor de usted y que revelan que Dios está obrando.
(1) _____________________________________________________________________________________________
(2) _____________________________________________________________________________________________
(3) _____________________________________________________________________________________________
2. Dios busca una relación de amor continua, real y personal con usted
Dios toma la iniciativa para iniciar una relación de amor con usted. Este es, probablemente, el aspecto más importante
que resulta de conocer y hacer la voluntad de Dios. Muchas veces estamos haciendo muchas cosas importantes para Dios.
1) Mencione tres de esas cosas que usted está haciendo.
(1) _____________________________________________________________________________________________
(2) _____________________________________________________________________________________________
(3) _____________________________________________________________________________________________
2) En una escala de 1 a 10 califique la calidad de su relación con Dios. Su calificación debe ser en base al tiempo que
pasa orando, meditando en la persona y obra de Dios, en alabanza, en adoración, y todo lo que tiene que ver con su relación
con el Señor.
3) De los ejercicios anteriores, ¿cuál considera que sea más importante? 1) Trabajar mucho para Dios. 2) Tener una
relación continua, real y personal con él. Explique su respuesta.
3. Dios le invita a unirse con él en su obra
Recuerde, Dios ya está obrando. El no espera que sea usted quien tome la iniciativa para llevar adelante su plan
redentor. En el ejercicio 1 (Dios está obrando alrededor de usted) hizo una lista de tres acciones que Dios ya está realizando
alrededor de usted. Esa lista contiene los elementos que constituyen la invitación de Dios para que se una a él en lo que él
está haciendo. El momento cuando él le revela sus acciones es su llamamiento y la oportunidad precisa para responder a esa
invitación. Hoy mismo usted puede ver cuáles necesidades hay en su derredor. Por ejemplo, si su iglesia necesita comenzar
una nueva obra misionera, si hay personas en su derredor a las cuales pueda hablarles del amor de Dios y otras.
Describa lo que usted siente que Dios quiere hacer con su vida para responder a las necesidades que hay en su derredor.
¿Qué hará para responder a la invitación que Dios le hace para unirse a él en lo que ya esta haciendo?
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
4. Dios habla por el Espíritu Santo a través de la Biblia, la oración, las circunstancias y la iglesia para revelar su
persona, sus propósitos y sus caminos
Dios desea que usted se una a él para llevar a cabo su obra en el mundo y se lo revela por medio de la Biblia, la oración,
las circunstancias y la iglesia. Complete el siguiente cuadro indicando cómo Dios le está hablando a través de:
Biblia ___________________________________________________________________________________________
Oración _________________________________________________________________________________________
Circunstancias ____________________________________________________________________________________
Iglesia __________________________________________________________________________________________
5. La invitación que Dios le hace para trabajar con él, siempre le lleva a una crisis de convicciones que demanda fe y
acción
El mundo está expectante por ver las obras maravillosas de Dios. Por más grande que parezca la misión que Dios le
encargue, él es tan poderoso que le puede capacitar para realizarla. Suponga que Dios quiere usar su vida para que toda la
comunidad donde usted vive llegue a conocer acerca del amor de Dios.
Responda a las siguientes preguntas:
¿Puede Dios llevar a cabo lo que él quiere a través de su vida? ¿Le permitirá que lo haga?
112
Reflexiones personales
¿Cuáles objeciones pondría usted en relación con lo que Dios quiere hacer con su vida?
_____________________________________________________________________________________________
Recuerde que lo que haga en respuesta a la invitación de Dios revela lo que cree acerca de él.
¿Qué acción llevará a cabo por la cual demostrará su fe en el poder y el obrar de Dios?
_____________________________________________________________________________________________
6. Necesita realizar ajustes importantes en su vida para poder unirse a Dios en lo que él está haciendo
En este punto es donde muchos pierden la oportunidad de experimentar a Dios. Usted no puede permanecer donde está
y pretender llegar a donde Dios está obrando. Es necesario hacer ajustes para adecuarse al plan de Dios.
Según lo que ha visto a lo largo de la lectura y estudio de este libro, mencione por lo menos tres ajustes importantes que
usted tiene que hacer para unirse a Dios en lo que él está haciendo.
(1) _____________________________________________________________________________________________
(2) _____________________________________________________________________________________________
(3) _____________________________________________________________________________________________
¿Está dispuesto a hacer esos ajustes? ¿Cuándo y cómo comenzará?
7. Llegará a conocer a Dios por experiencia, a medida que le obedece y que él lleva a cabo su obra a través de usted
Este es el momento cumbre de su experiencia con Dios. Haga un resumen de lo que significó para usted la lectura de
este libro y cómo ahora está experimentando a Dios.
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________________
113