El documento habla sobre cómo Jesús ha sido visto por algunos autores judíos, reconociendo que aunque ninguna imagen agota el misterio de Jesús, es importante acercarse a las perspectivas judías dado que Jesús vivió como un judío.
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El documento habla sobre cómo Jesús ha sido visto por algunos autores judíos, reconociendo que aunque ninguna imagen agota el misterio de Jesús, es importante acercarse a las perspectivas judías dado que Jesús vivió como un judío.
El documento habla sobre cómo Jesús ha sido visto por algunos autores judíos, reconociendo que aunque ninguna imagen agota el misterio de Jesús, es importante acercarse a las perspectivas judías dado que Jesús vivió como un judío.
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Miguel Ramírez Preciado UPM
Cristología 10 de septiembre de 2019
Jesús según algunos autores judíos Mientras cursaba el bachillerato en teología, muchos profesores hacían referencia a lo que se conoce como la búsqueda del Jesús histórico. Dicha búsqueda, como bien se sabe, pretendió (y todavía se pretende) distinguir entre el Cristo de la fe (según la interpretación creyente) y el Jesús histórico (narrado en los evangelios), a fin de conseguir encontrar lo “verdadero” de ese hombre llamado Jesús, y separar los retoques simbólicos con los que había sido delineado en el Nuevo Testamento. La búsqueda del Jesús histórico dio lugar a un sin número de Vidas de Jesús, donde se ha presentado al galileo desde ópticas tan plurales como creativas, y al mismo tiempo ficticias. Así, se dibujó un Jesús revolucionario, profeta, homosexual, curandero, supra humano, poeta, sínico, maestro de sabiduría, etc. Desde luego, ninguna de estas imágenes ha logrado agotar el misterio que envuelve al varón Jesús de Nazaret. Sin embargo, hoy día constatamos, quizá más que en ningún otro siglo, que Jesús es patrimonio de la humanidad. Dado que su vida histórica transcurrió aquí en nuestra historia, y en la misma Jesús anunció un mensaje humano para toda persona humana; todo su ser, es decir, su persona en cuanto individuo social, cultural, religioso, psicológico, etc., forma parte del patrimonio de la humanidad. Dicho en breve, Jesús es para los hombres, para la humanidad porque él es verdaderamente humano. Por esta razón, no solo es legítimo, sino necesario acercarnos a las aproximaciones que distintos autores, en este caso, judíos, han esbozado sobre la obra y mensaje de Jesús. Ciertamente, esto no significa que estemos de acuerdo con “todo lo que se dice y se dirá acerca de Jesús”; pero, si conlleva acercarnos con respeto (y mucho discernimiento) a fin de escuchar las opiniones (a veces más o menos fundamentadas) que estos autores judíos tienen que decir sobre el único varón que ha desplegado tantas imágenes tras de su persona. Este acercamiento a la cosmovisión judía sobre la persona de Jesús, además de justificarse debido a la necesidad del diálogo (tan apremiante en nuestros días), se fundamenta en un hecho histórico, que podemos comprobar gracias a la antropología cultural: Jesús fue judío. Vivió entre judíos, creció, pensó, comió, celebró, creyó bajo la perspectiva judía de su natal cultura semita. Por tanto, el acercamiento desde el punto de vista judío se torna imprescindible para poder hablar con coherencia, tolerancia y credibilidad sobre Jesús, el judío de Nazaret. Esto no supone prescindir de la fe católica. Un acercamiento histórico y bien fundamentado no implica renunciar a nuestra fe ni a nuestra identidad. Todo lo contrario; la perspectiva histórica nos permite sustentar la fe en un varón judío histórico, que por ello se vuelve más accesible a todo el género humano, y por eso mismo podría ser aceptado por los que no comparten nuestra religión como Hijo de Dios, en cuanto es la verdadera humanidad del hombre histórico. Así, lo histórico no puede contraponerse con la fe. Y menos en nuestros tiempos.