Investigación Sobre El Desnudo en La Historia
Investigación Sobre El Desnudo en La Historia
Investigación Sobre El Desnudo en La Historia
Materia: Dibujo II
Grupo: 2251
María Fernanda Zurita Díaz
Índice
El desnudo en el Arte…………………………. 2
El desnudo en el Cine……………………….. 21
Artes escénicas………………………………. 23
El desnudo en la publicidad………………...26
El desnudo en el diseño…………………….. 28
Conclusión…………………………………….. 29
Bibliografía…………………………………….. 30
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El desnudo en el Arte
Prehistoria
Arte Antiguo
Puede llamarse así a las creaciones artísticas de la primera etapa de la historia, destacando las grandes
civilizaciones del Próximo Oriente: Egipto y Mesopotamia. En Egipto la desnudez era vista con
naturalidad, y abunda en representaciones de escenas cortesanas, especialmente en danzas y escenas
de fiestas y celebraciones. Pero también está presente en los temas religiosos, y muchos de sus dioses
representados en forma antropomórfica aparecen desnudos o semidesnudos en estatuas y pinturas
murales. Igualmente aparece en la representación del propio ser humano, sea faraón o esclavo, militar o
funcionario, como el famoso Escriba sentado del Louvre. Por contrapartida, en Mesopotamia, cercana
geográfica y cronológicamente al Antiguo Egipto, el desnudo es prácticamente desconocido, excepto
algún relieve asirio como Asurbanípal cazando leones (British Museum), o algunas escenas de tortura
de prisioneros, mientras que en la vertiente femenina sólo hallamos los pechos desnudos de un bronce
caldeo representando una joven canéfora, presente en el Louvre. Tampoco encontramos desnudos en
el arte fenicio o judío, donde la ley mosaica prohibía la representación humana.
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Arte clásico
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Roma
Con un claro precedente en el arte etrusco, el arte romano recibió una gran influencia del arte griego.
Gracias a la expansión del Imperio Romano, el arte clásico grecorromano llegó a casi todos los rincones
de Europa, norte de África y Próximo Oriente, sentando la base evolutiva del futuro arte desarrollado en
estas zonas. La mayor parte de estatuas romanas son copias de obras griegas, o están inspiradas en
ellas, como el Torso del Belvedere (50 a. C.), la Venus de Médici (siglo I a. C.) o el Grupo de San
Ildefonso (10 a. C.).77 Más original fue su pintura, de la que nos han llegado numerosas muestras
gracias sobre todo a las excavaciones en Pompeya y Herculano, donde existen numerosas escenas en
las que abunda el desnudo, con clara tendencia al erotismo, mostrado sin tapujos, como una faceta más
de la vida.
Arte medieval
El Pecado y la Expulsión del Paraíso, de Las muy ricas horas del Duque de Berry (1416),
Hermanos Limbourg, Museo Condé, Chantilly.
La caída del Imperio Romano de Occidente marcó el inicio en Europa de la Edad Media, etapa de cierta
decadencia política y social, pues la fragmentación del imperio en pequeños estados y la dominación
social de la nueva aristocracia militar supuso la feudalización de todos los territorios del antiguo Imperio.
El cristianismo impregnó la mayor parte de la producción artística medieval, en la que se sucedieron
diversas fases: desde el arte paleocristiano, pasando por el prerrománico, hasta el románico y el gótico,
incluyendo el bizantino y el de los pueblos germánicos.
Con la desaparición de las religiones paganas se perdió la mayor parte del contenido iconográfico
relacionado con el desnudo, que quedó circunscrito a los escasos pasajes de las Sagradas Escrituras
que lo justificaban, como Adán y Eva en el Paraíso o el martirio y crucifixión de Jesucristo. En los pocos
casos de representación del desnudo son figuras angulosas y deformadas, alejadas del armonioso
equilibrio del desnudo clásico, cuando no son formas deliberadamente feas y maltrechas, como señal
del desprecio que se sentía por el cuerpo, que era considerado un simple apéndice del alma. El período
gótico supuso un tímido intento de rehacer la figura humana, más elaborada y partiendo de unas
premisas más naturalistas, pero bajo un cierto convencionalismo que sujetaba las formas a una rigidez y
una estructura geometrizante que supeditaba el cuerpo al aspecto simbólico de la imagen, siempre bajo
premisas de la iconografía cristiana. El desnudo más o menos naturalista empezó a aparecer con
timidez en la Italia prerrenacentista, especialmente en la obra de Nicola Pisano, Giovanni Pisano y
Giotto.
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Arte de la Edad Moderna
Renacimiento
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El desnudo renacentista se inspiró en modelos clásicos grecorromanos, aunque con una función
diferente de la que tenía en la antigüedad: si en Grecia el desnudo masculino ejemplificaba la figura del
héroe, en la Italia renacentista el desnudo tiene un carácter más estético, más vinculado a una nueva
forma de entender el mundo alejada de preceptos religiosos, el ser humano nuevamente como centro
del universo. Destacó entonces principalmente el desnudo femenino, debido al mecenazgo de nobles y
ricos comerciantes que demostraban de esa forma su posición privilegiada en la sociedad.
Una de las primeras obras que rompían con el pasado y suponían un retorno a los cánones clásicos fue
el David de Donatello (circa 1440), obra de gran originalidad que se adelantó a su tiempo, ya que
durante los siguientes cincuenta años no hubo realizaciones con las que se la pudiese comparar. Con
posterioridad a Donatello, el desnudo fue practicado por artistas como Antonio Pollaiuolo, Botticelli y
Luca Signorelli, con obras de gran dinamismo. Un clasicismo más sereno se percibe en la Italia central,
como en Piero della Francesca, P erugino o Rafael. En cambio, Leonardo Da Vinci se alejó de los
cánones clásicos, con figuras naturalistas diseñadas según sus amplios estudios de anatomía. La
culminación del desnudo renacentista se produjo en la obra de Miguel Ángel, para el que el cuerpo
humano desnudo tenía un carácter divino que le otorgaba una dignidad inigualable en cualquier otro
desnudo contemporáneo, en obras como el David (1501-1504), el Esclavo moribundo (1513), La
creación de Adán (1508-1512) o el Juicio Final (1536-1541).
En el siglo XVI el desnudo tuvo una amplia difusión gracias a los grabados publicados sobre obras
clásicas grecorromanas, especialmente los producidos por Marcantonio Raimondi. Surgió entonces la
escuela veneciana, que realizó importantes contribuciones al desnudo, no sólo en la continuidad de
ciertos planteamientos clasicistas, sino también en la innovación y experimentación de nuevas vías
técnicas y estilísticas, con artistas como Giovanni Bellini, Giorgione, Tiziano, Tintoretto y Paolo
Veronese. En el segundo cuarto del siglo XVI surgió el manierismo, con el que en cierta forma comienza
el arte moderno: las cosas ya no se representan tal como son, sino tal como las ve el artista. El desnudo
manierista es de formas alargadas, exageradas, esbeltas, de una elegancia casi amanerada. Destacan
Parmigianino, Bronzino, Baccio Bandinelli, Bartolomeo Ammannati, Benvenuto Cellini, Giambologna,
Pontormo y Rosso Fiorentino.
Durante el siglo XVI, la aceptación del desnudo como tema artístico, que se trasladó de Italia al resto de
Europa, generó una gran demanda de estas obras, especialmente en Alemania y los Países Bajos, con
artistas como Lucas Cranach el Viejo, Alberto Durero, Hans Baldung, El Bosco, Jan Brueghel de Velours
y Jan Gossaert. En Francia se desarrolló la Escuela de Fontainebleau, caracterizada por un gusto
cortesano y sensualista, decorativo, voluptuoso, de una elegancia lánguida. En España el influjo
renacentista llegó tarde, subsistiendo hasta casi mediados del siglo XVI las formas góticas. El Greco fue
uno de los principales innovadores de la pintura española de la época, con figuras largas y
desproporcionadas donde no deja de exponer figuras desnudas más o menos justificadas por el tema.
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Barroco
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Venus del espejo (1647-1651), de Diego Velázquez, National Gallery, Londres.
El barroco se desarrolló entre el siglo XVII y principios del XVIII. El arte se volvió más refinado y
ornamentado, con pervivencia de un cierto racionalismo clasicista pero con formas más dinámicas y
efectistas, con gusto por lo sorprendente y anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes de efecto.
Durante el barroco siguió predominando el desnudo femenino, como objeto de placer del mecenas
aristocrático, que se recreaba en este tipo de composiciones, donde generalmente la mujer tenía un
papel subordinado al hombre.
El barroco tuvo como principal heraldo del desnudo a Peter Paul Rubens, cuyas figuras femeninas
robustas y de una carnal sensualidad marcaron época en el concepto estético de belleza de su tiempo,
con obras como Las tres Gracias (1636-1639) o el Juicio de Paris (1639). Autor de más de dos mil
cuadros, quizá sea el artista que más desnudos ha representado en la historia. En el lado opuesto al
idealismo de Rubens se sitúa la obra de Rembrandt, heredero de las formas redondeadas del desnudo
nórdico de origen gótico, con figuras tratadas de forma realista, igual de exuberantes que las de Rubens
pero más mundanas, sin disimular los pliegues de la carne o las arrugas de la piel, con un patetismo
que acentúa la cruda materialidad del cuerpo, en su aspecto más humillante y lastimoso. En Italia
destacó la obra de Gian Lorenzo Bernini, arquitecto y escultor que escenificó el boato de la Roma papal
de una forma suntuosa y grandilocuente, y cuyas obras expresan el movimiento dinámico y sinuoso tan
propio del barroco, como en su David lanzando su honda (1623-1624) o Apolo y Dafne (1622-1625).
Otro gran creador fue Caravaggio, que inició un estilo conocido como naturalismo o caravagismo,
basado en la estricta realidad natural y caracterizado por la utilización del claroscuro (tenebrismo) en
aras de conseguir efectos dramáticos y sorprendentes gracias a la interacción entre luces y sombras.
Entre Italia y Francia se originó otra corriente denominada clasicismo, igualmente realista pero con un
concepto de la realidad más intelectual e idealizado, y donde la temática mitológica era evocadora de un
mundo de perfección y armonía, parangonable a la Arcadia romana. Se inició en la Escuela Boloñesa,
de la mano de Annibale Carracci, destacando igualmente Guido Reni, Francesco Albani y Nicolas
Poussin. España siguió siendo en esta época un país artísticamente casto y recatado, donde el desnudo
se veía con ojos pudorosos, siendo predominantemente de tema religioso, como se percibe en la obra
de Francisco Ribalta, José de Ribera, Francisco Zurbarán, Gregorio Fernández y Pedro de Mena. Algo
más de libertad tuvo Diego Velázquez, sin duda por su puesto como pintor real, por lo que pudo efectuar
más desnudos que cualquier otro artista español de su tiempo, destacando la Venus del espejo
(1647-1651), uno de los desnudos más magníficos y afamados de la historia.
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Rococó
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Neoclasicismo
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Arte contemporáneo
Romanticismo
Movimiento de profunda renovación en todos los géneros artísticos, los románticos pusieron especial
atención en el terreno de la espiritualidad, de la imaginación, la fantasía, el sentimiento, la evocación
ensoñadora, el amor a la naturaleza, junto a un elemento más oscuro de irracionalidad, de atracción por
el ocultismo, la locura, el sueño. El desnudo romántico es más expresivo, se otorga más importancia al
color que a la línea de la figura —al contrario que en el neoclasicismo—, con un sentido más dramático,
en temáticas que varían desde lo exótico y el gusto por el orientalismo hasta los temas más puramente
románticos: dramas, tragedias, actos heroicos y apasionados, sentimientos exacerbados, cantos a la
libertad, a la pura expresión del interior del ser humano.
A caballo entre el neoclasicismo y el romanticismo se sitúa la obra de Jean Auguste Dominique Ingres,
cuyas figuras se encuentran a medio camino entre la sensualidad y la preocupación por la forma pura,
con un cierto aire gótico (pechos pequeños, estómagos prominentes). Su obra más famosa es El baño
turco (1862), que supuso la culminación de los estudios que durante toda su vida dedicó al desnudo.
Eugène Delacroix fue un prolífico artista que realizó numerosas obras de desnudo, de temática muy
diversa, desde la religiosa, mitológica, histórica y literaria, hasta las escenas de género o el desnudo por
sí mismo; para Delacroix cualquier pretexto era bueno para mostrar la belleza física, como en la alegoría
de La Libertad guiando al pueblo(1830). En escultura, François Rude evolucionó del neoclasicismo al
romanticismo, en obras de gran fuerza expresiva donde jugaba un papel protagonista el desnudo, con
figuras colosales que traducen en su anatomía el dinamismo de la acción, como en su principal obra, La
Marsellesa (1833). Igual proceso estilístico denotó Jean-Baptiste Carpeaux, con figuras de intenso
dinamismo, como El conde Ugolino y sus hijos (1863).
Academicismo
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Hipatia (1885), de Charles William Mitchell, Laing Art Gallery, Newcastle upon Tyne.
El arte académico es el fomentado desde el siglo XVI por las academias de bellas artes, que regulaban
la formación pedagógica de los artistas. Si bien en principio las academias estaban en sintonía con el
arte producido en su época, por lo que no se puede hablar de un estilo diferenciado, en el siglo XIX,
cuando la dinámica evolutiva de los estilos empezó a alejarse de los cánones clásicos, el arte
académico quedó encorsetado en un estilo clasicista basado en reglas estrictas, por lo que hoy en día
se entiende más como un período propio del siglo XIX, recibiendo paralelamente diversas
denominaciones, como la de art pompier en Francia. En el academicismo tuvo una especial relevancia
el desnudo, considerado la expresión por excelencia de la nobleza de la naturaleza, estandarizado en
unas premisas clásicas sujetas a estrictas reglas tanto temáticas como formales, supeditadas al
ambiente generalmente puritano de la sociedad decimonónica, donde el desnudo sólo se aceptaba
como expresión de la belleza ideal, basado estrictamente en el estudio anatómico.114
Uno de los principales representantes del academicismo fue William-Adolphe Bouguereau, que realizó
una gran cantidad de obras de desnudo, generalmente de tema mitológico, con figuras de gran
perfección anatómica, como El nacimiento de Venus (1879). Otro exponente fue Alexandre Cabanel,
autor de desnudos mitológicos y alegóricos que son un pretexto para representar mujeres de belleza
voluptuosa y sensual, como otro Nacimiento de Venus (1863). Jean-Léon Gérôme fue uno de los
principales representantes del orientalismo académico, con obras ambientadas en harenes y baños
turcos al más puro estilo ingresiano, además de temas mitológicos e históricos. En Gran Bretaña, la
sociedad victoriana estimuló el academicismo como arte oficial que expresaba de forma óptima la moral
puritana preponderante en los círculos de la burguesía y la nobleza, con autores como Joseph Noel
Paton, Charles William Mitchell, Frederic Leighton, John Collier, Edward Poynter, Lawrence
Alma-Tadema, John William Godward, Herbert James Draper, etc. En España destacó Luis Ricardo
Falero.
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Realismo
Impresionismo
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gran escándalo, pero fueron obras rupturistas que abrieron el camino a un arte nuevo: Le Déjeuner sur
l'Herbe (1863) y Olympia(1863).
Otros autores continuaron el camino iniciado por Manet, como Edgar Degas, quien después de unos
primeros desnudos de influencia ingresiana evolucionó a un estilo personal basado en el diseño de
dibujo, preocupado esencialmente por la transcripción del movimiento, en escenas llenas de vida y
espontaneidad. Degas inició un subgénero dentro del desnudo, el de la toilette, las mujeres en el baño,
realizando su aseo personal, que tendría gran desarrollo a finales del siglo XIX y principios del XX.
Pierre-Auguste Renoir fue uno de los más grandes intérpretes del cuerpo femenino, que transcribió de
una forma realista pero con cierto grado de adoración que le confería un aire de idealizada perfección,
con una visión serena y plácida de la desnudez, en un ideal de comunión con la naturaleza.
Posteriormente, los llamados postimpresionistas fueron una serie de artistas que, partiendo de los
nuevos hallazgos técnicos efectuados por los impresionistas, los reinterpretaron de manera personal,
abriendo distintas vías de desarrollo de suma importancia para la evolución del arte en el siglo XX. Paul
Cézanne trató el desnudo como expresión de la relación entre volúmenes de color inmersos en la luz,
como en sus Bañistas (1879-1882). Paul Gauguin recreó un mundo de primitiva placidez donde la
desnudez era contemplada con naturalidad, como en sus obras realizadas en Tahití. Henri de
Toulouse-Lautrec, en contraposición a los estilizados desnudos de los salones académicos, estudió la
figura femenina en su más cruenta carnalidad, sin soslayar las imperfecciones propias del cuerpo, con
preferencia por escenas de circo y music-hall, o bien de ambientes bohemios y de prostíbulos.
En el terreno escultórico, Auguste Rodin fue un gran renovador, tratando el cuerpo humano de forma
intimista, con un fuerte componente de introspección psicológica, y aportando nuevas tipologías al tema
del desnudo: El pensador (1880-1900), El Beso (1886-1890), La edad de bronce (1877), etc. En
España, Joaquín Sorolla interpretó el impresionismo de una forma personal, con una técnica suelta y
pincelada vigorosa, con un colorido brillante y sensitivo, donde cobra especial importancia la luz, el
ambiente lumínico que envuelve sus escenas de temática mediterránea, en playas y paisajes marinos:
Triste Herencia (1899), Niños en la playa (1910).
Simbolismo
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mundo de lo fantástico y lo sobrenatural, con inclinación hacia lo satánico y las referencias a la muerte,
con un erotismo que refleja el aspecto oscuro y pervertido del amor.
En Gran Bretaña surgió la escuela de los prerrafaelitas, que se inspiraban en los pintores italianos
anteriores a Rafael, así como en la recién surgida fotografía. Aunque su temática era de preferencias
líricas y religiosas, también abordaron el desnudo, como Dante Gabriel Rossetti, Edward Burne-Jones,
John Everett Millais y John William Waterhouse. El alemán Franz von Stuck expresó un erotismo de
tórrida sensualidad que refleja un concepto de la mujer como personificación de la perversidad (El
pecado, 1893). En Austria, Gustav Klimt recreó un mundo de fantasía de fuerte componente erótico, con
una composición clasicista de estilo ornamental, donde se entrelazan el sexo y la muerte, tratando sin
tabúes la sexualidad.
Siglo XX
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(1906-1907) inició una simplificación de la forma humana en busca de una síntesis perfecta de la
estructura del cuerpo, proceso que le obsesionaría por muchos años y que culminaría con el Desnudo
rosa (1935). Siguieron la estela de Matisse artistas como: André Derain, que en su obra denota la
influencia del arte primitivo (La edad de oro, 1905); Maurice de Vlaminck, que sentía predilección por los
colores puros, con un volumen de origen cézanniano (Desnudo reclinado, 1905); Albert Marquet, de
estilo más naturalista (Desnudo a contraluz, 1909-1911); y Kees van Dongen, apasionado desnudista
muy de moda en la alta sociedad parisiense (La mujer de las joyas, 1905).
Expresionismo (1905-1923)
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Cubismo (1907-1914)
Futurismo (1909-1930)
Movimiento italiano que exaltó los valores del progreso técnico e industrial del siglo XX, destacando
aspectos de la realidad como el movimiento, la velocidad y la simultaneidad de la acción, el futurismo
aspiraba a transformar el mundo, a cambiar la vida, mostrando un concepto idealista y algo utópico del
arte como motor de la sociedad. Aunque los futuristas no se dedicaron especialmente al desnudo,
conviene recordar a Umberto Boccioni y su Formas únicas de continuidad en el espacio (1913), una
versión moderna del «desnudo heroico» clásico.
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Dadaísmo (1916-1922)
Movimiento de reacción a los desastres de la guerra, el dadaísmo supuso un planteamiento radical del
concepto de arte, que pierde cualquier componente basado en la lógica y la razón, reivindicando la
duda, el azar, lo absurdo de la existencia. Su principal factótum fue Marcel Duchamp, que realizó en
Desnudo bajando una escalera (1911) una síntesis entre cubismo y futurismo, donde el cuerpo ha sido
descompuesto en volúmenes geométricos y serializado en diversos movimientos superpuestos. El
desnudo fue también un tema propicio para la experimentación en otras obras suyas como El gran vidrio
(o La novia desnudada por sus solteros, incluso, 1915-1923) y Dándose: 1. La caída de agua, 2. El gas
de alumbrado (1944-1966).
Surrealismo (1924-1955)
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Art déco (1925-1945)
El Art déco fue un movimiento surgido en Francia a mediados de los años 1920 que supuso una
revolución para el interiorismo y las artes gráficas e industriales. En pintura destacó la obra de Tamara
de Lempicka, cuyos desnudos presentan mujeres que son un producto de su época, elegantes y
sofisticadas, con lujo y glamour, una mujer moderna que asume sin trabas su sexualidad, y que es
admirada y respetada por los hombres, una mujer de alta sociedad que sigue los dictados de la moda.
Últimas tendencias
Informalismo (1945-1960)
El informalismo es un conjunto de tendencias basadas en la expresividad del artista, renunciando a
cualquier aspecto racional del arte (estructura, composición, aplicación preconcebida del color). Es un
arte eminentemente abstracto, aunque algunos artistas conservan la figuración, donde cobra relevancia
el soporte material de la obra, que asume el protagonismo por encima de cualquier temática o
composición. Incluye diversas corrientes como el tachismo, el art brut, la pintura matérica o el
expresionismo abstracto en Estados Unidos.
Algunos de sus representantes que han tratado el tema del desnudo han sido: Jean Fautrier, autor de
desnudos donde la figura se encuentra deformada, confeccionados a base de diversas texturas de
color, en soportes multimatéricos; Jean Dubuffet, que en su serie Cuerpos de Dama trata el cuerpo
como una masa que queda aplastada en el soporte, como en una tabla de carnicero; Willem de Kooning
realiza desnudos femeninos distorsionados al máximo, como su serie de Mujeres (1945-1950); Antoni
Tàpies es un pintor básicamente abstracto, aunque en sus obras introduce a veces partes del cuerpo
humano, especialmente genitales, de formas esquemáticas, muchas veces con apariencia de deterioro,
el cuerpo aparece rasgado, agredido, agujereado.
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Nueva figuración (1945-1960)
Como reacción a la abstracción informalista surgió un movimiento que recuperó la figuración, con cierta
influencia expresionista y con total libertad de composición. Uno de sus principales exponentes fue
Francis Bacon, que expone en sus obras unas figuras cuya desnudez es deforme, vulnerable,
escarnecida, enmarcadas en espacios irreales, que semejan cajas que encierran las figuras en un
ambiente opresivo, angustioso. Sus desnudos, tanto masculinos como femeninos, parecen amasijos de
carne amorfa, que se retuerce y libra una lucha desesperada por la existencia. Otro notable exponente
fue Lucian Freud, para el que el desnudo fue uno de sus principales temas, que trató de forma realista,
descarnada, pormenorizada, sin omitir ningún detalle, desde venas y músculos hasta arrugas y
cualquier imperfección de la piel. En escultura destacaron: Germaine Richier, que siguió la estela de
Giacometti en figuras estilizadas de miembros alargados, que semejaban insectos, con un aspecto
lacerado y andrajoso, como en descomposición (El pastor de las Landas, 1951); y Fernando Botero,
autor de figuras de grandes dimensiones, que parecen muñecas hinchadas (El rapto de Europa, 1994).
Pop-art (1955-1970)
Surgió en Gran Bretaña y Estados Unidos como movimiento de rechazo al expresionismo abstracto,
englobando una serie de autores que retornaron a la figuración, con un marcado componente de
inspiración popular, tomando imágenes del mundo de la publicidad, la fotografía, el cómic y los medios
de comunicación de masas. El pop-art asumió el sexo como algo natural, sin tapujos, en el marco de la
liberación sexual de los años 60 propugnada por el movimiento hippy. Uno de sus principales
exponentes por lo que atañe al desnudo fue Tom Wesselmann, que realizó en la serie Grandes
desnudos americanos (años 1960) un conjunto de obras donde el desnudo se muestra como un
producto de consumo, con una estética publicitaria y cercana a las revistas eróticas tipo Playboy.
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Antonio López García es autor de obras de factura académica pero donde la más minuciosa descripción
de la realidad se aúna con un vago aspecto irreal cercano al realismo mágico (Mujer en la bañera,
1968).
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El desnudo en el Cine
Inspiración (1915), primera película estadounidense no pornográfica que contenía escenas de desnudo, la actriz
que aparece desnuda es Audrey Munson.
El cine, técnica basada en la reproducción de imágenes en movimiento, surgió con el invento del cinematógrafo por los
hermanos Lumièreen 1895. Si bien en principio únicamente suponía la captación de imágenes del natural, como si fuese un
documental, enseguida la cinematografía evolucionó hacia la narración de historias mediante la utilización de guiones y
procesos técnicos como el montaje, que permitían rodar escenas y ordenarlas de forma que presentase una historia coherente.
Con la incorporación de elementos tomados del teatro —proceso iniciado por Méliès—, el cine alcanzó un grado de auténtica
artisticidad, siendo bautizado como el «séptimo arte».
El desnudo en el cine ha estado frecuentemente vinculado al cine erótico y pornográfico, aunque numerosas películas
comerciales han presentado desnudos parciales o totales por «exigencias del guion» —como se suele decir eufemísticamente
en el mundillo del cine—. Ya en los primeros años del nuevo arte, en el llamado «cine mudo», se hallan diversos casos sobre
todo en la industria norteamericana de Hollywood: Inspiración (1915), fue el primer film no pornográfico que presentó escenas
de desnudo, al que siguieron casos como Hipócritas (1915), La hija de los dioses (1916), Volver al país de Dios (1919), La
reina de Saba (1921), La señal de la cruz (1932), Ave del Paraíso (1932), etc. Sin embargo, entre 1934 y 1960 el desnudo fue
prohibido en Estados Unidos por el Código de producción cinematográfica, también conocido como Código Hays. Fuera de
este código se encontraban las películas nudistas, concebidas para difundir este estilo de vida, aunque en numerosas
ocasiones sirvieron de pretexto para mostrar desnudos de forma poco justificada; algunos ejemplos de este tipo de películas
son: El mundo desnudo (1933), El sinvergüenza (1938), Jardín del Edén (1954), Venus desnuda(1958) y La vida nudista
(1961).
El inmoral Mr. Teas (1959) de Russ Meyer, fue el primer largometraje no naturista que exhibía abiertamente la desnudez y,
aunque fue calificado de pornográfico, dio origen a un género apodado Nudies o Nudie-cuties, un precedente del fenómeno
conocido como «destape», con películas como Las aventuras de Lucky Pierre (1961) y Desnudo en la Luna (1963). En los años
1960 surgió un género denominado sexploitation, mezcla de sexo y violencia, con ejemplos como Los rapiñadores (1965),
Sexploiters (1965), Las chicas malas van al infierno (1965) y La agonía de amor (1966). También en los 1960 comenzaron a
surgir desnudos en películas corrientes del circuito comercial, tratados con mayor naturalidad, como en Peeping Tom (1960),
que contiene la primera escena de desnudo femenino en una película de posguerra, a la que siguieron: Promesas! Promesas!
(1963), El prestamista (1964), Cowboy de medianoche (1969), La naranja mecánica (1971), etc.
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En Europa, el desnudo en el cine tuvo una evolución paralela, con mayor o menor intervención de la censura o de la
calificación de películas según los diversos países. El primer desnudo femenino integral fue protagonizado por la actriz Hedy
Lamarr en la película Éxtasis, dirigida por Gustav Machatý en 1933, que llegó a ser condenada por el papa Pío XI. Otros
ejemplos de desnudo en el cine europeo son: Era Lui, Si Si (1951), Verano con Monika (1953), Dispara sobre el pianista
(1960), El desprecio (1963), El juego ha terminado (1966), Belle de jour (1967) e Isadora (1968). Mujeres enamoradas (1969)
generó polémica por mostrar unos desnudos masculinos frontales de una escena de lucha entre Oliver Reed y Alan Bates;
Glenda Jackson ganó el premio de la Academia a la mejor actriz en la película, el primer actor que lo ganó por un papel que
incluía escenas de desnudo. El último tango en París (1973), de Bernardo Bertolucci, fue una de las primeras películas de
ámbito comercial en mostrar el desnudo sin tapujos, en paralelo a la revolución sexual propugnada por el movimiento hippy, y
propició el boom del cine erótico de moda entre los años 1970 y 1980, con películas como Emmanuelle (1974) e Historia de O
(1975), de Just Jaeckin, El imperio de los sentidos (1976), de Nagisa Oshima, y Calígula (1979), de Tinto Brass.
En España, entre los años 1970 y 1980 se dio un curioso fenómeno sociológico conocido como el «destape», donde
proliferaron escenas de desnudo —preferentemente femenino, pero también alguno masculino— casi sin ningún pretexto,
simplemente por la demanda de este tipo de imágenes por un público que había recuperado la libertad tras la dictadura
franquista y su férrea censura. La creación de la clasificación S para películas de softcore o porno blando, generó películas
como Deseo carnal, Desnuda ante el espejo, Eróticos juegos de la burguesía, La orgía, La visita del vicio, Susana quiere
perder eso, Aberraciones sexuales de una mujer casada, Atraco a sexo armado, Con el culo al aire, Viciosas al desnudo o La
caliente niña Julieta. Estas películas hicieron famosos a actores de estilo cómico como Alfredo Landa, Andrés Pajares y
Fernando Esteso, y convirtieron en mitos sexuales a actrices como Nadiuska (Lo verde empieza en los Pirineos, 1973), Ágata
Lys (Último tango en Madrid, 1975) y María José Cantudo (La trastienda, 1976, primera película española que mostró un
desnudo integral).
Pasados los años en que el desnudo en el cine era motivo de escándalo y provocación, hoy en día su presencia es asumida
con naturalidad, siendo frecuentes las películas donde el desnudo se muestra en escenas que así lo requieren, como las que
transcurren en la naturaleza, o bien en el baño o en escenas de amor. Así, por ejemplo, The Blue Lagoon (1980), de Randal
Kleiser, muestra el despertar del instinto sexual en dos jóvenes náufragos en una isla tropical, donde el desnudo es parte
consustancial del entorno natural en que se mueven. La bella mentirosa( 1991), de Jacques Rivette, muestra la relación entre
un pintor y su modelo, que posa desnuda para él y le vuelve a motivar tras una etapa de falta de inspiración del artista. Igual
ocurre en Titanic (1997), de James Cameron, donde Kate Winslet posa desnuda para que la dibuje Leonardo DiCaprio. Estas
películas evidencian la estrecha relación entre el cine y el arte tradicional, que en el ámbito del desnudo artístico ha dejado
realizaciones como Las aventuras del Barón Munchausen (1988), de Terry Gilliam, donde aparece Uma Thurman posando
como la Venus de El nacimiento de Venus de Botticelli, o Goya en Burdeos (1999), de Carlos Saura, donde Maribel Verdú posa
como La maja desnuda de Goya.
Así, en estos últimos años no es extraño encontrar escenas de desnudo en películas comerciales como Splash (1984, Ron
Howard), Nueve semanas y media (1986, Adrian Lyne), Basic Instinct (1992, Paul Verhoeven), Prêt-à-porter (1994, Robert
Altman), Más allá de las nubes (1995, Michelangelo Antonioni), Showgirls (1995, Paul Verhoeven), Striptease (1996, Andrew
Bergman), El abogado del diablo (1997, Taylor Hackford), The Full Monty (1997, Peter Cattaneo), Eyes Wide Shut (1999,
Stanley Kubrick), etc. En la actualidad, el desnudo es incluso una forma de cotización para actores y actrices, ya que es un
fuerte reclamo para el público, existiendo la opinión de que uno de los factores del Óscar a la mejor actriz para Halle Berry por
Monster's Ball (2001) fue su aparición desnuda en la película. Una de las películas con mayor número de desnudos colectivos
—requirió 750 extras— ha sido El perfume (2006), de Tom Tykwer, donde en la escena final, en que el asesino va a ser
ajusticiado, éste esparce una fragancia que hipnotiza a todo el público asistente, que se pone a hacer el amor en una
desenfrenada orgía que permite escapar al prófugo.
En España, tras los tiempos del destape el desnudo ha asumido la misma naturalidad que en el cine internacional, y es habitual
en el cine comercial, con notables ejemplos como ¡Átame!(1990), de Pedro Almodóvar, historia de un joven obsesionado por
una actriz porno a la que secuestra, iniciando una tórrida relación donde el amor se junta con el odio; o Lucía y el sexo( 2001),
de Julio Medem, centrada en los recuerdos de una camarera que ha perdido al ser amado, y su relación con un escritor que
escribe una historia parecida, donde el sexo es una forma de plasmar los pensamientos de la protagonista.
El desnudo masculino, si bien no tan frecuente como el femenino, también ha estado presente en numerosas producciones,
practicado por actores como: Richard Gere (American Gigolo, 1980), Arnold Schwarzenegger (The Terminator, 1984), William
Petersen (To Live and Die in L.A., 1985), Harvey Keitel (Bad Lieutenant, 1992 y The Piano, 1993), Sylvester Stallone
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(Demolition Man, 1993), Bruce Willis (El calor de la noche, 1994), Ewan McGregor (Trainspotting, 1996), Edward Norton
(American History X, 1998), Kevin Bacon (Juegos salvajes, 1998), Jude Law (The Talented Mr. Ripley, 1999).
Artes escénicas
El desnudo es también un recurso habitual en artes escénicas como el teatro y la danza, especialmente desde mediados del
siglo XX. En estas formas artísticas el cuerpo tiene una especial relevancia, ya que es transmisor por sus gestos y movimientos
de una gran cantidad de expresiones y sentimientos. En el teatro, donde se escenifica un relato o drama literario, el desnudo
puede estar justificado —como en el cine— por el guion, en escenas en el ámbito doméstico o cualquier situación que lo
requiera. El desnudo teatral ha cobrado un gran auge en estos últimos tiempos gracias al teatro experimental y a la influencia
del happening y la performance, espectáculos que por su representación ante un público tienen un fuerte componente teatral.
En tales casos se utiliza la desnudez como forma de provocación, de impactar al público, de poner en tela de juicio los
convencionalismos sociales. Así se pone de manifiesto, por ejemplo, en el «teatro pánico» elaborado por Fernando Arrabal,
que en obras como Striptease de los celos utiliza el desnudo como elemento simbólico.
Sin embargo, el desnudo ha llegado también al teatro clásico, en casos como el papel de Desdémona representado por la
actriz Sarah Stephenson en el montaje del Otelo de Shakespeare efectuado en el Mermaid Theatre de Londres en 1971. En
2007 se produjo una gran polémica por la aparición de Daniel Radcliffe —el famoso actor de la serie de películas Harry
Potter— desnudo en la obra Equus, dirigida por Peter Shaffer en el Teatro Gielgud de la capital inglesa. Radcliffe insistió en
que el desnudo era sólo un elemento más en la obra y que había tomado el desafío porque le parecía un gran reto que podría
ser muy enriquecedor para él como actor. La obra consiguió un enorme éxito, tanto de público como de crítica.
En la danza, el desnudo cobra un especial significado, ya que es una forma de expresión del cuerpo humano, que es el
instrumento del que se sirven los bailarines para mostrar su arte. Las técnicas de danza requieren una gran concentración para
dominar todo el cuerpo, con especial hincapié en la flexibilidad, la coordinación y el ritmo. En la antigua Roma era frecuente
que las bailarinas se desnudaran, especialmente en las fiestas saturnales y lupercales, siendo prueba de su éxito el que nos
hayan llegado algunos nombres de estas bailarinas, como Taletusa y Cíteris.
En el siglo XX se han buscado nuevas formas de expresión basadas en la libertad del gesto corporal, liberado de las ataduras
de la métrica y el ritmo, cobrando mayor relevancia la autoexpresión corporal y la relación con el espacio. Isadora Duncan fue
una de las principales promotoras del desnudo en la danza, bailando en numerosas ocasiones semidesnuda o con finas telas
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transparentes, como se podía constatar en los vasos y cerámicas de la antigua Grecia, con la pretensión de romper con el
academismo y la rigidez del ballet clásico. Desde entonces la desnudez en la danza contemporánea ha oscilado según la
época, apareciendo en tiempos de libertad y aperturismo social, y retrayéndose en períodos de moral más puritana. En tiempos
modernos el cuerpo desnudo ha sido utilizado por coreógrafos como Jan Fabre, Daniel Léveillé, Maureen Fleming, Lia
Rodríguez, Alban Richard, Eléonore Didier, Anna Ventura, Kataline Patkaï, Jesús Sevari, Cecilia Bengolea y la española María
Ribot.
Yo no trabajo con el desnudo como tema sino como medio para hablar de otras cosas. Hoy nos interesa de
nuevo la danza libre e Isadora Duncan. Hay como una búsqueda espiritual en la relación de la desnudez
con la naturaleza cuyo espíritu se veía muy bien en la danza libre, como separación entre la danza formal y
la danza espiritual. En verdad, vestir un cuerpo en escena es muy narrativo y lleva muchos siglos y
características de épocas. Nosotros con la desnudez podemos estar en una especie de cuerpo sin época,
sin narración. Lleva ideas de libertad, como en Isadora Duncan, pero también de política de la sexualidad,
biopolítica, etcétera.
Cecilia Bengolea.
El desnudo ha ido cobrando relevancia en la danza especialmente desde los años 1960, concebido como la más pura forma de
expresión del cuerpo. Si en los 60 estaba en consonancia con la liberación sexual, en los años 1980 tuvo cierto cariz de
reivindicación política, mientras que en la actualidad es una mera elección estética, donde la piel tiene la misma validez que el
vestuario. Para la historiadora Rose Lee Goldberg, la desnudez sería una reacción contra la excesiva tecnificación de los
medios audiovisuales, afirmando que «es como si cada tanto necesitáramos recordar que la coreografía tiene que ver con el
cuerpo».
Si bien en la actualidad es frecuente la desnudez en la danza, hace unos años era un tema incómodo incluso para coreógrafos
innovadores como Merce Cunningham, que en su ballet Rain Forest (1968), donde colaboró con el artista pop Andy Warhol,
frente a la sugerencia de éste de que los bailarines actuaran desnudos, decidió utilizar mallas de color piel, que en algunas
escenas estaban cortadas para dar la sensación de arañazos en la piel. En 1970 Yonne Rainer presentó en el Judson Flag
Show a bailarines desnudos bajo banderas estadounidenses, que generó una gran polémica. Pero poco a poco la desnudez
fue ganado terreno: en los 80, la compañía Dancenoise, formada por Lucy Sexton y Anne Iobst, utilizó la desnudez como una
herramienta integral, junto a una estética punk y otros elementos de gran impacto, como la sangre, en espectáculos cercanos a
la performance. Para Sexton, «la desnudez enseguida se convierte en vestuario, y ésa es la naturaleza de estar desnudo en el
escenario: hay un momento inicial en que se abre la puerta y cae algún tipo de barrera entre el artista y el público. Ellos están
nerviosos y excitados y al artista le pasa lo mismo, y se elimina algún tabú social».
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Otros trabajos donde la desnudez tiene un papel protagonista han sido: Glory, de Jeremy Wade, un dúo desnudo que presenta
a los bailarines arrastrándose y retorciéndose por el suelo, como signo de vulnerabilidad; Giant Empty y Excessories, de Miguel
Gutiérrez, donde los artistas se tocaban los pechos y los penes, como muestra de objetuación del cuerpo; Michael, de Ann Liv
Young, donde el desnudo es una metáfora de autenticidad, de naturalidad del cuerpo; o NOVA, de Rose Anne Spradlin, donde
unos bailarines rasgan con tijeras la ropa a otros hasta dejarlos desnudos.
Una variante escénica donde cobró gran relevancia el desnudo —especialmente desde inicios del siglo XX— fueron los
espectáculos de cabaret, burlesque, vaudeville y revue, espectáculos generalmente nocturnos que suelen combinar música,
danza y canción —pero que puede incluir también la actuación de humoristas, ilusionistas, mimos y muchas otras artes
escénicas—, desarrollado en salas como los famosos Moulin Rouge y Folies Bergère de París, donde estrellas como
Linopovska y Pouliguen triunfaron con tan sólo mostrar sus desnudos integrales. Fue en los espectáculos de burlesque y
cabaret donde aparece el drag y el transvestismo como elemento artístico en las representaciones dramáticas, y donde se
representaron las primeras pantomimas o "pantomimes" con dichos elementos. En este tipo de espectáculos triunfaron
estrellas como Loïe Fuller, Cléo de Mérode y Joséphine Baker, que se hizo famosa al bailar el charlestón con sólo un cinturón
de bananas.
Espectáculos como el cabaret pusieron de moda el striptease, una forma de baile en que la persona ejecutante se va quitando
la ropa sensualmente ante los espectadores, donde la delectación estética se encuentra en el hecho de desnudarse con
movimientos sensuales y sugerentes, y no en la propia desnudez. Este tipo de espectáculo hizo famosa a la célebre Mata Hari
a principios del siglo XX, mientras que en la actualidad ha lanzado al estrellato a figuras como Dita Von Teese y Chiqui Martí,
defensora del striptease como arte, para lo que ha acuñado el término strip-art. Igualmente, el striptease ha sido un recurso
frecuentemente utilizado por el cine, como el de Brigitte Bardot y Jeanne Moreau en Viva María! (1965), Sophia Loren en Ayer,
hoy y mañana (1964), Kim Basinger en Nueve semanas y media (1986) y Demi Moore en Striptease (1996).
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El desnudo en la publicidad
Bettina, modelo pin-upde SuicideGirls, página web de softcore altporncuyas modelos tienen un perfil gótico o
punk.
El desnudo se encuentra presente, además de en los medios artísticos tradicionales, en infinidad de otros medios de
reproducción audiovisual, como la televisión, la publicidad, las revistas y demás medios editoriales, el cómic o, más
recientemente, internet. La representación de desnudos dentro de películas y televisión ha generado polémica durante mucho
tiempo. La desnudez integral ha tenido mucha más aceptación en el cine y la televisión europeos, donde —en contraste con
sus homólogos estadounidenses— la audiencia percibe en general el desnudo y la sexualidad como algo menos censurable
que la violencia, otro de los factores frecuentemente criticados en las producciones audiovisuales. Sin embargo, el desnudo en
un contexto sexual no pornográfico ha quedado en muchos países europeos en el filo de lo que es socialmente aceptable para
espectáculos públicos, a pesar de que esta situación fue liberalizada a finales del siglo XX: en la década de los 70 las series de
televisión australianas Number 96 y The Box incluían desnudos regularmente, y en los Países Bajos el desnudo ha sido
mostrado en programas de debate como Jensen! y Giel, presentados por Giel Beelen.
Las emisoras de televisión y la mayoría de las compañías de cable en los Estados Unidos han sido más reticentes a mostrar
desnudos en la mayoría de los casos, siendo una excepción la PBS. Algunas series en la década de los 90, como por ejemplo
NYPD Blue, han utilizado ocasionalmente desnudos parciales, tanto de hombre como de mujer. Cuando se transmiten en
televisión, las películas teatrales que contienen desnudos normalmente se emiten con esas escenas cortadas, o el desnudo se
oculta de alguna forma, como con imágenes digitales para vestir a los actores desnudos. Algunos servicios de cable premium
como HBO, Showtimey, más recientemente, FX Networks han obtenido popularidad por, entre otras cosas, presentar películas
sin retocar. Además, han producido series que no se muestran tímidas con las escenas de desnudos, como Oz, Sex and the
City, Los Soprano, True Blood y Queer as Folk (la serie original británica fue incluso pionera en el más tolerante Reino Unido).
El programa Gran Hermano, que se emite en múltiples países, a veces contiene desnudos, aun así las escenas con desnudos
no siempre se muestran en televisión.
Las series de televisión rara vez han mostrado desnudos atrevidos, a excepción de las series de Procter & Gamble As the
World Turns y Guiding Light, que en el 2005 fueron tan lejos como para mostrar por detrás a un hombre desnudo haciendo el
amor. Después del escándalo motivado por el espectáculo de Janet Jacksonen el descanso de la Super Bowl de 2004 —donde
la artista enseñó un pecho sin querer—, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos declaró que era hora de
tomar medidas drásticas para la televisión diurna, e indicó que estaba revisando si las series de televisión estaban violando las
prohibiciones de indecencia de la agencia. Después de esta noticia, Guiding Light eliminó desnudos de un episodio que ya
había sido grabado, y las nueve cadenas norteamericanas comenzaron a imponer una regla no escrita para evitar cualquier
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clase de escenas para adultos atrevidas. Sin embargo, en el ámbito europeo el desnudo es exhibido cada vez con mayor
naturalidad, en series como: Roma, Espartaco, Los Tudor, Águila roja o Hispania, la leyenda.
La desnudez se presenta en algunas ocasiones en otros medios de comunicación como cubiertas de álbumes musicales de
intérpretes como Jimi Hendrix, John Lennon y Yoko Ono, Nirvana, Blind Faith, Scorpions y Jane's Addiction. Varios músicos de
rock han actuado desnudos en los escenarios, incluyendo miembros de Jane's Addiction, Rage Against the Machine, Green
Day, Black Sabbath, Stone Temple Pilots, The Jesus Lizard, Blind Melon, Red Hot Chili Peppers, Blink-182, Queens of the
Stone Age, Of Montreal y The Bravery.Otros medios
Bettina, modelo pin-up de SuicideGirls, página web de softcore altporn cuyas modelos tienen un perfil gótico o punk.
El desnudo se encuentra presente, además de en los medios artísticos tradicionales, en infinidad de otros medios de
reproducción audiovisual, como la televisión, la publicidad, las revistas y demás medios editoriales, el cómic o, más
recientemente, internet. La representación de desnudos dentro de películas y televisión ha generado polémica durante mucho
tiempo. La desnudez integral ha tenido mucha más aceptación en el cine y la televisión europeos, donde —en contraste con
sus homólogos estadounidenses— la audiencia percibe en general el desnudo y la sexualidad como algo menos censurable
que la violencia, otro de los factores frecuentemente criticados en las producciones audiovisuales. Sin embargo, el desnudo en
un contexto sexual no pornográfico ha quedado en muchos países europeos en el filo de lo que es socialmente aceptable para
espectáculos públicos, a pesar de que esta situación fue liberalizada a finales del siglo XX: en la década de los 70 las series de
televisión australianas Number 96 y The Box incluían desnudos regularmente, y en los Países Bajos el desnudo ha sido
mostrado en programas de debate como Jensen! y Giel, presentados por Giel Beelen.
Las emisoras de televisión y la mayoría de las compañías de cable en los Estados Unidos han sido más reticentes a mostrar
desnudos en la mayoría de los casos, siendo una excepción la PBS. Algunas series en la década de los 90, como por ejemplo
NYPD Blue, han utilizado ocasionalmente desnudos parciales, tanto de hombre como de mujer. Cuando se transmiten en
televisión, las películas teatrales que contienen desnudos normalmente se emiten con esas escenas cortadas, o el desnudo se
oculta de alguna forma, como con imágenes digitales para vestir a los actores desnudos. Algunos servicios de cable premium
como HBO, Showtime y, más recientemente, FX Networks han obtenido popularidad por, entre otras cosas, presentar películas
sin retocar. Además, han producido series que no se muestran tímidas con las escenas de desnudos, como Oz, Sex and the
City, Los Soprano, True Blood y Queer as Folk (la serie original británica fue incluso pionera en el más tolerante Reino Unido).
El programa Gran Hermano, que se emite en múltiples países, a veces contiene desnudos, aun así las escenas con desnudos
no siempre se muestran en televisión.
Las series de televisión rara vez han mostrado desnudos atrevidos, a excepción de las series de Procter & Gamble As the
World Turns y Guiding Light, que en el 2005 fueron tan lejos como para mostrar por detrás a un hombre desnudo haciendo el
amor. Después del escándalo motivado por el espectáculo de Janet Jackson en el descanso de la Super Bowl de 2004
—donde la artista enseñó un pecho sin querer—, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos declaró que era
hora de tomar medidas drásticas para la televisión diurna, e indicó que estaba revisando si las series de televisión estaban
violando las prohibiciones de indecencia de la agencia. Después de esta noticia, Guiding Light eliminó desnudos de un episodio
que ya había sido grabado, y las nueve cadenas norteamericanas comenzaron a imponer una regla no escrita para evitar
cualquier clase de escenas para adultos atrevidas. Sin embargo, en el ámbito europeo el desnudo es exhibido cada vez con
mayor naturalidad, en series como: Roma, Espartaco, Los Tudor, Águila roja o Hispania, la leyenda.
La desnudez se presenta en algunas ocasiones en otros medios de comunicación como cubiertas de álbumes musicales de
intérpretes como Jimi Hendrix, John Lennon y Yoko Ono, Nirvana, Blind Faith, Scorpions y Jane's Addiction. Varios músicos de
rock han actuado desnudos en los escenarios, incluyendo miembros de Jane's Addiction, Rage Against the Machine, Green
Day, Black Sabbath, Stone Temple Pilots, The Jesus Lizard, Blind Melon, Red Hot Chili Peppers, Blink-182, Queens of the
Stone Age, Of Montreal y The Bravery.
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El desnudo en el diseño
En medios editoriales, el desnudo ha sido un recurso frecuentemente utilizado como reclamo especialmente del público
masculino, en revistas bien de corte marcadamente erótico o en magazines de noticias y reportajes que incluyen algunas
páginas de modelos desnudas, donde es típica la presencia de un póster central desplegable. A comienzos del siglo XX las
modelos que aparecían en este tipo de publicaciones recibían el apodo de pin-ups , y aunque por lo general eran modelos
amateur algunas adquirieron notable fama, como Bettie Page. Sin embargo, actualmente este tipo de trabajos los realizan
modelos fotográficos, actrices de cine, cantantes o top-models del mundo de la moda y la publicidad. Algunas revistas
dedicadas al desnudo erótico han alcanzado una gran notoriedad y difusión mundial, como Playboy, Penthouse y Hustler,
llegando a desnudar a famosas modelos y actrices, como Marilyn Monroe, que inauguró el primer número de Playboy en 1953,
o Madonna, que en 1985 apareció en Playboy y Penthouse. En España, la revista Interviú ha contado desde sus inicios con
una sección dedicada a la fotografía de desnudo, siendo de remarcar la aparición en 1976 de la actriz Marisol desnuda, que
tuvo un gran impacto en la España recién liberada de la censura franquista, o en 1991 de la cantante Marta Sánchez, que batió
todos los récords de ventas de la revista.179
Otro medio usual de difusión del desnudo erótico son los calendarios, destacando por su calidad el Calendario Pirelli, elaborado
desde 1964 por la sección británica de la marca Pirelli, y que se caracteriza por la sensualidad de sus imágenes, que presentan
a bellas actrices y modelos en lugares paradisíacos, contando con fotógrafos de la talla de Bert Stern, Herb Ritts, Richard
Avedon, Peter Lindbergh, Bruce Weber, Annie Leibovitz, Mario Testino, Patrick Demarchelier, etc.
El desnudo se encuentra asimismo en un medio gráfico como el cómic, generalmente en una temática erótica y dirigido a un
público adulto. Aquí también existe una distinción entre erotismo y pornografía, dependiendo de la explicitud de las imágenes,
como se percibe en Japón, donde distinguen entre los géneros ecchi (エッチ?), que no muestra sexo explícito, y hentai (変態?),
que sí lo hace. La primera historieta en la que estuvo presente el erotismo fue Bringing Up Father (1913), de George McManus,
en la cual aparecían de vez en cuando jóvenes bañistas. Otra de las pioneras fue Betty Boop, dibujada por Grim Natwick y Max
Fleischer entre 1934 y 1937. En los años 1960, la incipiente revolución sexual permitió al cómic erótico superar el moralismo de
los 50 por diversos caminos: en Francia, se produjeron cómics de lujo con heroínas independientes y activas sexualmente,
como Barbarella (1962), de Jean-Claude Forest, y Valentina (1965), de Guido Crepax; en Estados Unidos se editaron obras
marcadamente eróticas como Little Annie Fanny (1962), de Harvey Kurtzman y Will Elder, además de mezclarse el erotismo
con el terror en Vampirella (1969-1988), de Forrest J. Ackerman y Archie Goodwin. En los años 1980 el cómic erótico alcanzó
su edad dorada, con artistas como el italiano Milo Manara, autor El Click( 1984), o el español Luis Royo, conocido por sus
imágenes sensuales y oscuras, casi apocalípticas, en mundos de fantasía con formas de vida mecánica.180
La aparición de internet ha supuesto un gran medio de difusión del desnudo, en sus múltiples variantes del desnudo artístico al
erótico y pornográfico. Muchas páginas web cuentan con este tipo de material como reclamo para el público, siendo
especialmente demandadas las imágenes de personajes famosos —los llamados celebrities— . En internet se han recopilado
todo tipo de imágenes provenientes de revistas, calendarios y publicaciones de moda, además de fotografías hechas
especialmente para este medio, existiendo un abundante material sobre todo de actrices y modelos femeninas, con nombres
mundialmente conocidos como las actrices Ursula Andress, Bo Derek, Ornella Muti, Nastassja Kinski, Kim Basinger, Milla
Jovovich, Demi Moore, Sonia Braga, Cameron Diaz, Charlize Theron, Diane Kruger, Elsa Pataky, etc.; o las modelos Claudia
Schiffer, Elle Macpherson, Cindy Crawford, Naomi Campbell, Helena Christensen, Gisele Bündchen, Kate Moss, Laetitia Casta,
Adriana Sklenariková, Carla Bruni, etc. El desnudo masculino es menos frecuente, y suele estar más restringido a ámbitos
homoeróticos. El desnudo artístico también dispone en internet de una óptima plataforma de lanzamiento, y muchos fotógrafos
exponen su obra en el medio digital para dar a conocer su trabajo.
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Conclusión
El desnudo es parte medular de la expresión visual, ya que desde los inicios del arte ha estado
presente aunque no con fines estéticos inicialmente, sino comunicativos. Es tan amplia su
riqueza visual que nos ha permitido no únicamente conocer y explorar más sobre nuestro
cuerpo, sino además alterarlo y emplearlo como medio expresivo y creativo en el que se refleja
un sin fin de detalles que nos hablan sobre los tiempos del ser humano y como éste es capaz
de ser y hacer a través de sí empleando su propio cuerpo que ofrece limitaciones, pero también
un sinfín de posibilidades. Los estándares de belleza cuentan mucho a través de las obras del
desnudo en cada época, hablan del pensamiento y jerarquías de prioridades sociales. Es muy
interesante adentrarse en un tema que para algunas personas y en algunas épocas fue y sigue
siendo motivo de asombro y rechazo debido a la presunta exhibición del templo en el que
residimos. Considero que es menester comprender y valorar la belleza humana como lo que
es, un cuerpo sentido, y dejar de considerarlo una prohibición o inmoralidad pues lo más
valioso que el ser humano puede poseer es el cuerpo por el cual vive su propia complejidad.
29
Bibliografía
❏https://es.wikipedia.org/wiki/Desnudo_(g%C3%A9nero_art
%C3%ADstico)#Artes_esc%C3%A9nicas
❏http://www.spanisharts.com/history/index_historia.html
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