Relaciones Tóxicas
Relaciones Tóxicas
Relaciones Tóxicas
Nos referimos a relaciones tóxica, cuando hablamos de aquellas relaciones que nos hacen sentir
mal con nosotros mismos, que alteran nuestra personalidad haciendo cambiar nuestros gustos
o costumbres, o incluso aquellas que pueden cambiar nuestra personalidad. Esto sucede de
forma paulatina y sin apenas darnos cuenta, es por eso que cuando somos conscientes de lo que
sucede nos cuesta mucho romper con esa relación, ya que se ha convertido en parte de nuestra
rutina diaria, puede ser incluso, ya, una necesidad. Nos vemos incapaces de poner FIN a la
relación.
Tener relaciones tóxicas es algo más frecuente de lo que pudiera parecernos. A veces
confundimos enamoramiento con amor y acabamos inmersos en relaciones negativas colmadas
de sufrimiento que nos amargan y complican la vida.
Creemos que el amor es eso y que hay que “hacer todo por amor”. Cuando tenemos este tipo
de relaciones no somos felices en ellas pero tampoco somos capaces de salir de la encerrona.
MENOSPRECIO Y DENIGRACIÓN
En una relación tóxica, una persona puede tener la tendencia a denigrar y menospreciar
constantemente a la persona con la que está, ya sea pareja, amigo incluso familiar. El
menosprecio se puede dar a través del humor o las bromas, emitiendo juicios sobre las
cualidades, competencias o la personalidad del otro, o bien mediante la burla explícita,
implicando con esto que todo lo que expresa la otra persona, sus ideas, sus creencias o sus
deseos, es algo estúpido. También puede hacerlo mediante la crítica discreta pero intensa. Aun
en los casos en que se logra confrontar a la persona que denigra, ésta se muestra evasiva y
disfraza su actitud diciendo que simplemente está bromeando. Al lado de una persona que
denigra, la persona que creías ser habrá perdido poco a poco toda importancia. Te vuelves
banal, poco interesante, extremadamente inferior.
INTIMIDACIÓN Y CONTROL MEDIANTE "MAL CARÁCTER"
En una relación tóxica, una persona puede tender a mostrarse furiosa simplemente por recibir
alguna crítica o porque no se esté de acuerdo con algo de su persona, y podrá permanecer
molesta durante días. Esta es una forma que tiene de controlar y chantajear emocionalmente.
Nunca se sabe qué puede hacer que pierda el control y se enoje. Las parejas de estas personas
tienden a describir su relación como constantemente estar cuidando no decir o hacer algo
inapropiado, pues es impredecible cuando la pareja de mal carácter puede estallar en furia.
Esta vigilancia e incapacidad para saber cuando su pareja se enojará y por qué razón, desgasta
emocional y físicamente su salud. Por otra parte, la pareja de "mal carácter" tiende a
responsabilizar a los demás por sus enojos, que es su culpa que el grite e insulte. Este renegar
de la responsabilidad por su comportamiento disfuncional es un rasgo típico de una relación
tóxica.
INDUCCIÓN DE CULPA
En una relación tóxica, una de las personas puede inducir la culpa en el otro, y con esto, trata
de obtener control. Cada vez que hace algo que hace sentir mal a la otra persona, intentará
hacerle sentir culpable por la situación, por lo que la hace sentir mal. Esto puede ocurrir en
relaciones de pareja, pero también es frecuente en la relación de los padres con sus hijos
adultos. Es frecuente que los padres busquen poner a otro a su lado para hacer más efectivo el
hacer sentir culpable: por ejemplo, cuando el padre llama al hijo para decirle lo mucho que
está dolida su madre por no haber asistido a la reunión familiar. Esta es una forma muy usual
de los padres para controlar tóxicamente a sus hijos. Como todos los comportamientos y
dinámicas tóxicos, inducir culpa tiene la finalidad de controlar la conducta del control, de
modo que el padre, el amigo o la pareja haga lo que quiera.
ACTITUD UTILITARIA
Una relación tóxica puede ser entre dos personas de las cuales una utiliza al otro para obtener
lo que quiere, y la otra intenta complacerlo constantemente sin nunca conseguirlo. Lo que
hace tóxica este tipo de relación es que sea una relación solo en un sentido, solo uno obtiene
beneficios, y el hecho de que la otra persona nunca saciara la necesidad del otro de ser
complacido. Las personas que utilizan a otros realmente absorben la energía de los otros, y
tienden a dejar a sus relaciones sin encuentran a alguien más que puede hacer más por ellas.
ACTITUD POSESIVA Y CONTROLADORA
Las relaciones que tienen una confianza deteriorada tienden a ser relaciones tóxicas en las que
uno de los dos es posesivo, y el otro sufre los celos y la desconfianza de su pareja. Si se deja
que simplemente pase el tiempo, las personas posesivas serán cada vez más sospechosas y
controladoras. Un ejemplo puede ser revisar el celular, incluso el kilometraje del automóvil
para asegurarse que no haya ido a algún lugar que no debiera. Más que estar con alguien en
una relación, estas personas quieren poseerla. Los esfuerzos de su pareja de asegurarle su
fidelidad y compromiso serán en vano. Quedarse en una relación aceptando el ser tratado
como una persona no confiable tendrá como resultado el perder cualquier espacio personal y
propio.
¿QUÉ FACTORES SON LOS QUE NOS HACEN TENER UNA RELACIÓN TÓXICA?
RELACIONES SALUDABLES
Hablar de relaciones de pareja "sanas" puede dar la falsa impresión de que existen relaciones
perfectas, lo cual se aleja de la realidad. Toda relación tiene sus defectos o debilidades, por la
simple razón de que las personas no son perfectas. Lo importante no es que una relación de
pareja tenga debilidades o no, lo que define una relación saludable es que esté interesada en
trabajar y atienda sus posibles debilidades y dificultades.
En una relación saludable ambas personas deben:
Tratarse con amabilidad y respeto
Ser honestos el uno con el otro
Gustarle pasar tiempo juntos
Mostrar interés en las cosas que son importantes sobre usted y su pareja.
Respetar los límites emocionales, físicos y sexuales de ambos.
Hablar honestamente sobre sus sentimientos.
3. Compartir tiempo junto y cuidar la relación: Todas las relaciones hay que cuidarlas, y ello
implica dedicarles tiempo, además de favorecer los intercambios positivos. Muchas veces la
rutina, la convivencia o la vida en familia hacen difícil encontrar momentos para dedicar a la
pareja. Este tiempo puede ser desde ocasiones especiales como pasar una tarde o un fin de
semana juntos, hasta rutinas diarias como conversar acerca del día, expresar cómo nos
sentimos, nuestras opiniones, discrepancias, etc. Al fin y al cabo se trata de compartir con el
otro nuestras experiencias y nuestras emociones acerca de estas. Cuidar la relación también
implica mantener una comunicación positiva, diaria, incluso cuando hay discusiones y
conflictos. Cuando hacemos una crítica de forma asertiva podemos acompañarla de algún
reconocimiento, resaltar lo positivo del otro, algún gesto cariñoso, etc. Además es importante
tener proyectos en común, construir algo conjuntamente, actuar en equipo.
4. Tiempo para cada uno: La vida en pareja no debe hacer que nos olvidemos de nosotros
mismos. Compartir proyectos debe ser compatible con el mantenimiento de aquellos que
tenía cada uno por separado. Nos referimos con esto a actividades, ocio, amistades, etc.
5. Confianza mutua: Confiar en el otro significa creer en él o ella. Las relaciones de pareja
implican un compromiso que establecemos de forma voluntaria con la otra persona, es decir,
decidimos confiar en alguien. No se trata de una confianza ciega, cuando conocemos a una
persona valoramos aspectos de su comportamiento que nos permiten decidir si merece la
pena o no confiar en ella.