ALERGIAS
ALERGIAS
ALERGIAS
INTEGRANTES:
Dioses Fernández, Fiorella Paola.
Espinoza Calle, Michelle Larissa.
Garrido Chávez, Juan Enrique.
Medina Chumacero, Eddu.
Moreno Flores, Marita Celeste.
Muñoz Vílchez, Naomi Micol.
Oliva Valladolid, Andrea Alexandra.
Torres Rojas, Luz Cecilia.
Villarreal Vásquez, Ariana Michelle.
Zapata Pazo, Max Andre.
Zevallos Chiroque, Deyanira Milagros.
CURSO:
Inmunología general
ENCARGADO:
Reyes Chávez, Daniel
Silupú García Carmen
INTRODUCCIÓN
• SEXO FEMENINO: por motivos mal conocidos, las mujeres tienden a presentar
con mayor frecuencia que los hombres hacia la alergia a los medicamentos, tanto
para reacciones de tipo inmediato como tardío.
Cronológica
Inmediatas: hay que tener en cuenta que, si la administración del fármaco es por
vía oral, es posible que los síntomas se retrasen, especialmente si el
medicamento se toma tras las comidas. Sin embargo, el periodo de una hora
permite identificar la gran mayoría de reacciones mediadas por IgE.
Tardías: la mayoría de las reacciones tardías suelen aparecer entre seis horas
tras la exposición y en general después de unos días de tratamiento, incluso
después de haber cesado este. Algunas reacciones tardías pueden iniciarse
después de varias semanas de tratamiento continuo, por ejemplo en el síndrome
de hipersensibilidad inducida por fármacos.
Clásicamente, las reacciones inmunes se dividen en cuatro categorías (I, II, III y
IV), según la clasificación de Gell y Coombs, pero esta se originó antes de
conocer los tipos de las células T, de modo que posteriormente las reacciones de
tipo IV se subdividieron en subtipos IVa, IVb, IVc y IVd.
Los fármacos causan con más frecuencia reacciones de los tipos I y IV, la
mayoría de ellos causan solo un tipo de reacción, pero algunos como la penicilina
pueden causar reacciones de todos los tipos.
Tipo II: retardadas, mediante lisis celular mediada en general por IgG.
Estos mediadores ponen en marcha las manifestaciones clínicas, siendo las más
comunes el prurito, la urticaria y el angioedema, que pueden presentarse
simultáneamente. Si el edema afecta a la laringe puede causar dificultad
respiratoria con disfonía, estridor y en raras ocasiones asfixia; y también
broncoespasmo, síntomas digestivos y/o hipotensión.
Estas reacciones requieren la presencia previa de IgG (y rara vez IgM). Son
reacciones poco frecuentes, y se ven en individuos tratados con dosis elevadas,
de forma prolongada o recurrente.
En cuanto a la gravedad del cuadro clínico hay mucha disparidad, desde casos
asintomáticos a cuadros clínicos fulminantes. La aparición es más frecuente entre
los cinco y los ocho días tras la exposición pero el periodo de latencia puede
prolongarse hasta meses.
Este tipo de reacciones mediadas por linfocitos T activados puede incluir distintos
tipos de células como macrófagos, eosinófilos o neutrofilos. Clínicamente,
presentan manifestaciones cutáneas, ya que la piel es un depósito de células T, y
muchas de estas células T cutáneas son células de memoria efectoras, que
reaccionan si los antígenos penetran la barrera cutánea o se difunden por la piel
desde el torrente sanguíneo.
Son reacciones que requieren tiempo (desde horas a días tras la exposición al
antígeno) para que se desarrolle la activación y expansión de las células T, de ahí
que también se denominen reacciones retardadas por hipersensibilidad.
Los mecanismos de tipo IV se relacionan con distintas presentaciones clínicas, y
el mecanismo preciso para cada manifestación no está completamente
demostrado.
Mediadas por linfocitos Th1, con secreción de INF-γ; TNFα, e IL-18, y activación
de macrófagos.
Las reacciones tipo IVb son secundarias a una respuesta Th2, con secreción de
IL-4, IL-5, IL13; que desencadenan síntesis de IgE, e IgG4, desactivación de
macrófagos y respuesta de mastocitos y basófilos. Estas reacciones pueden estar
también implicadas en la fase tardía de la inflamación alérgica. La IL-5 favorece la
inflamación eosinofílica, característica de muchas reacciones por
hipersensibilidad.
Las reacciones tipo IVd, dan lugar a una inflamación neutrofílica estéril mediada
por células T. La pustulosis exantemática generalizada aguda es un ejemplo de
este tipo de reacción cutánea, que también se ha descrito en la en la enfermedad
de Behçet y en la psoriasis pustulosa.
Sus manifestaciones clínicas y su gravedad son las mismas que las de una
anafilaxia inmune y por tanto el modo de tratarlas debe ser idéntico. Los fármacos
más frecuentemente implicados en las anafilaxias no inmunes, son radio
contrastes, opiáceos, AINE, vancomicina, quimioterápicos, anticuerpos
monoclonales u otros fármacos biológicos usados en la terapia antineoplásica.
LOS FÁRMACOS COMO ALÉRGENOS: INTERACCIÓN CON EL SISTEMA
INMUNE
HAPTENOS
Entre los fármacos capaces de comportarse como haptenos, los mejor conocidos
son los betalactámicos, pero otros como la penicilamina y los metales pesados
también pueden comportarse como tales.
METABOLITOS REACTIVOS
Entre los fármacos que con más frecuencia pueden dar lugar a metabolitos
reactivos, estaría el trimetoprim-sulfametoxazol, anticomiciales (fenitoína,
carbamazepina, lamotrigina) y la procainamida.
MARCADORES DE ANAFILAXIA:
TRIPTASA
Un resultado positivo indica alergia, siempre que esté probado que las
concentraciones usadas no son irritantes. Un resultado negativo no excluye
alergia al fármaco.
PRUEBAS IN VITRO:
En las citopenias inmunes, en general mediadas por IgG y rara vez IgM, se
utilizan métodos de detección de anticuerpos frente a hematíes (T. de Coombs), o
bien de anticuerpos frente a plaquetas o neutrófilos.
PRUEBAS DE PARCHE:
La duración puede ser entre dos horas y media y seis horas, dependiendo del tipo
de medicación y del grado de alergia del paciente. Normalmente, suele tolerarse
bien y es rara la aparición de efectos adversos que impidan completar la dosis del
fármaco.
PROCEDIMIENTO
La mayoría de los fármacos inducen reacciones que no están mediadas por IgE o
en las que no se ha podido confirmar dicho mecanismo. Ejemplos en este sentido
son: las reacciones cutáneas y/o febriles inducidas en los pacientes con SIDA en
tratamiento con cotrimoxazol, antirretrovirales, antifúngicos, anticonvulsivantes o
tuberculostáticos, entre otros fármacos.
Se pueden utilizar tanto la vía oral como la parenteral para el inicio de una
desensibilización, siendo ambas igualmente efectivas para alcanzar una
desensibilización y para mantenerla. Algunos autores prefieren la vía endovenosa
por considerarla más rápida y segura por permitir un control absoluto del nivel y
de la concentración del fármaco que se administra. Este tipo de administración
permite detectar con rapidez cualquier reacción adversa, sin interferencia de la
absorción digestiva o la presencia de alimentos. La interrupción de la
administración del fármaco, en caso de reacción adversa, se garantiza de forma
rápida, en contraposición con la administración oral en la cual se requiere una
absorción digestiva que se puede mantener por un periodo variable. El
tratamiento de una posible reacción adversa va a ser posible de forma rápida al
disponer ya de una vía endovenosa. Tanto la vía de administración como otros
detalles del procedimiento serán variables en función entre otras circunstancias
de la urgencia con que se requiera el fármaco. Como se verá a lo largo del
capítulo, hay pautas muy variadas y en algunas es preferibles la administración
lenta oral incluso en forma de jarabes que se lleva a cabo en varios días y en
otras se trata de un procedimiento urgente que requiere administración
endovenosa e ingreso en una unidad de cuidados intensivos.
Contraindicaciones
Complicaciones
Protocolos de desensibilización
BETALACTÀMICOS
Las reacciones adversas producidas por las sulfamidas varían desde cuadros
leves como urticaria, exantema fijo medicamentoso, eritema multiforme,
exantemas maculares hasta reacciones graves, como anafilaxia, síndrome de
Stevens-Johnson y
TUBERCULOSTATICOS
OTROS ANTIMICROBIANOS
AMINOGLUCOSIDOS:
CIPROFLOXACINO
LEVOFLOXACINO
En una paciente con leucemia aguda, que presentó un cuadro febril, e infiltrados
pulmonares; se realizó una desensibilización al levofloxacino que se indicó con
objeto de cubrir una sospecha de infección por Legionella
.
VANCOMICINA
ANFOTERICINA B
FLUCONAZOL
METRONIDAZOL
La heparina puede dar lugar a varios tipos de hipersensibillidad, desde cuadros inmediatos con
urticaria, asma y/o anafilaxia, hasta reacciones tardías de tipo eccematoso y trombopenia grave
por inmunocomplejos frente al factor 4 plaquetario.
INSULINA / PROTAMINA
Las reacciones alérgicas a la insulina han disminuido de forma espectacular con el uso de insulinas
purificadas: en primer lugar, las monocomponentes y, posteriormente, las insulinas de origen
humano (secuencia de aminoácidos idéntica a la humana endógena). Existen muchos
ejemplos de pautas de desensibilización a la insulina, ya que las reacciones alérgicas a este
péptido se describieron desde su comercialización en 1922. Sin embargo, con la
introducción de la insulina recombinante humana, la incidencia de reacciones alérgicas ha
decrecido sustancialmente.
Es un fármaco inhibidor de la fusión del virus de SIDA que, aunque es raro que ocasione
reacciones de hipersensibilidad, ya se ha descrito al menos una, con su consiguiente pauta de
desensibilización. En este caso se optó por una pauta rápida con objeto de prevenir el desarrollo
de resistencias debidas a la administración de dosis subterapéuticas del fármaco.
En los casos en los que no existe alternativa, se han llevado a cabo diversas pautas de
desensibilización, tanto pediátricas como en adolescentes También se han publicado pautas de
desensibilización para pacientes alérgicos únicamente a la parte activa de la mesalazina.
ANTINEOPLÁSICOS
Se han descrito reacciones de hipersensibilidad con todos los agentes quimioterápicos al uso,
aunque los más frecuentemente implicados son los taxanos, las sales de platino, las
asparraginasas y las epipodofilotoxinas. Algunos de estos fármacos son liberadores inespecíficos
de histamina y, en muchos de ellos, no se ha podido demostrar un mecanismo de
hipersensibilidad.
TAXANOS
Un claro ejemplo de fármacos antineoplásicos liberadores de histamina son los taxanos. En una
revisión de oncología ginecológica, hasta el 42% de las pacientes tratadas con paclitaxel
(taxano) presentaron, ya con la primera dosis, reacciones consistentes en disnea,
broncoespasmo, urticaria, eritema (flushing), hipotensión y angioedema Un 2% de los cuadros
fueron graves y, aunque los síntomas eran sugestivos de reacción anafiláctica, llama la atención
que esto ocurriera en la primera ocasión en que la paciente se exponía al fármaco. Este hecho
se justifica asumiendo un posible mecanismo de liberación de histamina inducido por el propio
taxano o sus excipientes En general, estos cuadros se suelen manejar utilizando pretratamiento
consistente en antihistamínicos y corticoides, aunque en algunos casos se han llevado a cabo
desensibilizaciones han realizado un total de 17 desensibilizaciones rápidas (6-7 horas) con
paclitaxel y docetaxel, la primera en una unidad de cuidados intensivos y el resto en la propia
planta de Oncología, alcanzando un total de 72 de 74 ciclos de tratamiento, sin efectos
adversos. Todos los pacientes recibieron previamente un pretratamiento con corticoides 12 y 6
horas antes, así como ranitidina y antihistamínicos de forma endovenosa en los 30 minutos
previos, siguiendo las indicaciones habituales en este tipo de tratamientos.
ASPARRAGINASA
ALOPURINOL
En los casos en los que los uricosúricos están contraindicados, no son efectivos o son mal
tolerados, está indicada la desensibilización con alopurinol. Existe bibliografía abundante al res-
pecto, aunque la mayoría son casos clínicos aislados, utilizándose tanto la vía oral, en caso de que
no se requiera un tratamiento urgente, como endovenosa en caso contrario. General- mente
las pruebas cutáneas inmediatas suelen ser negativas y se han descrito casos de exantema
fijo con prueba de parche positiva en la lesión residual y desensibilización eficaz
DESENSIBILIZACION AL TOXOIDE TETANICO
La inmunización con DTP no está exenta de efectos secundarios que, por lo general, suelen
tratarse de problemas locales (dolor, induración, eritema), aunque se han descrito reacciones
sistémicas en forma de hipertermia, náuseas, vómitos, convulsiones o erupciones cutáneas,
entre otras. El componente antidifteria se ha asociado en raras ocasiones con síntomas locales
como tumefacción y eritema, y la aparición de efectos secundarios se suele relacionar
directamente con la cantidad de antígeno recibido y la edad del receptor, asumiendo un
mecanismo de hipersensibilidad de tipo Arthus. Sin embargo, existen verdaderas reacciones
alérgicas que pueden deberse, bien al propio toxoide, al medio de cultivo, o bien a sustancias
añadidas, como adyuvantes (aluminio), estabilizantes (gelatinas), conservantes (thiomersal) o
antibióticos (neomicina). Con el toxoide tetánico se han descrito reacciones mediadas por
IgE, que se pueden confirmar mediante pruebas cutáneas y determinación de IgE específico.
SULFATO FERROSO
DESFERROXAMINA
D-PENICILAMINA
En general, existe una reactividad cruzada de grupo de hasta un 75%. Las alternativas son:
ácido valproico, gabapentina, lamotrigina y benzodiazepinas, aunque también se ha descrito
DRESS con la lamotrigina. Solamente en aquellos casos de clínica leve (sin afectación
sistémica ni eosinofilia) estarían indicadas las pautas de desensibilización, y teniendo en
cuenta que los fármacos alternativos no fueran eficaces o no estuvieran indicados. Estas
condi- ciones se han reducido, en los últimos años, con la comercialización de los
nuevos anticonvulsivantes antes mencionados.
ANTICUERPOS MONOCLONALES
Son fármacos emergentes y se puede considerar que están indicados para el tratamiento de
enfermedades tan diversas como la enfermedad de Crohn, artritis reumatoide y tratamiento
del rechazo del trasplante renal, entre otras. Uno de sus efectos secundarios más frecuentes
son las reacciones de hipersensibilidad, para las cuales ya se han descrito algunas pautas de
desensibilización de tipo parenteral. Concretamente, con el infliximab (antitumor necrosis factor
tipo alfa) y el trastuzumab se han obtenido buenos resultados en sendos casos clínicos
Los AINE son un grupo heterogéneo de fármacos desde el punto de vista estructural, con
efectos fundamentalmente antiinflamatorios y analgésicos y que comparten la ausencia de
estructura esteroidea. Sin embargo, presentan un mecanismo de acción común, la inhibición de
la producción de prostanoides a través de la reducción de la actividad de las ciclooxigenasas
(COX). La ciclooxigenasa es la enzima clave en la vía de metabolización del ácido araquidónico,
en la obtención de prostaglandinas y leu- cotrienos que actúan como mediadores en la
inflamación.
REACTIVIDAD CRUZADA ENTRE AINE Y DESENSIBILIZACIÓN
Los pacientes con asma inducida por AINE (AIA) pueden reaccionar de manera cruzada con otro
AINE, estructuralmente diferente, al que produjo la primera reacción. La inhibición in vitro de la
COX-1 producida por el AAS y los AINE restantes se produce a una concentración diferente
según el fármaco utilizado, por lo que este fenómeno puede predecir la reactividad cruzada
entre ellos. Los AINE, no sólo presentan esta propiedad farmacológica de la reactividad
cruzada para inducir sintomatología respiratoria en los pacientes con AIA, sino que reproducen
también este fenómeno cuando se desensibiliza a un pa ciente.
Settipane y Stevenson estudiaron a tres pacientes con AIA, que presentaban reacciones
respiratorias tras la toma de 500 a 1.000 mg de paracetamol. Estos síntomas fueron
comprobados mediante provocaciones orales a doble ciego, llegando hasta una dosis de 1.000
mg de paracetamol. Posteriormente, los dos pacientes fueron desensibilizados con AAS hasta
325 mg y a continuación toleraron 1.000 mg de paracetamol sin presentar reacción adversa,
demostrando la existencia de una de- sensibilización cruzada en inhibidores débiles de la
COX-1.
METODOLOGÍA DE LA DESENSIBILIZACIÓN
Generalmente se somete a este proceso a aquellos pacientes asmáticos con historia previa
altamente sugestiva de AIA, o que hayan sido expuestos a otros AINE, habiendo presentado,
tras la toma, manifestaciones respiratorias.
Las principales indicaciones para la realización de una de- sensibilización son El tratamiento
de una enfermedad específica, como pudiera ser la artritis reumatoide o el tromboembolismo, que
no tenga otra opción terapéutica aceptable.
Pacientes que necesitan dosis demasiado altas de corticoides de forma intermitente o continua
para controlar su enfermedad.
Pacientes que han padecido numerosas polipectomías o cirugía de los senos paranasales,
como comentaremos más ampliamente en otro apartado de este capítulo.
Otra indicación adicional para la realización de esta técnica podría ser el estudio de los
mecanismos patogénicos básicos que subyacen en este tipo de reacciones.
El estudio se inicia con una primera exposición utilizando placebo para obtener los valores
espirométricos basales. Posterior- mente, se comienza administrando dosis crecientes de AAS,
con un intervalo que oscile entre 1 y 3 horas entre dosis. La reacción asmática suele aparecer
entre los 30 y los 180 minutos después de la administración del fármaco, con un tiempo
medio de 50 minutos. La cantidad de AAS que se administra a cada paciente se debe
individualizar según la gravedad del asma, bien disminuyendo la dosis inicial de la
exposición, o bien llegando a la dosis total fraccionando, en mayor o menor medida, el
número de dosis. Como pauta general, se pueden realizar exposiciones crecientes con 3, 30,
60, 100, 150, 325 y 650 mg de AAS.
Cuando se obtiene una respuesta positiva, definida como una caída 25% del VEMS o la
aparición de síntomas, se debe iniciar tratamiento para revertir la reacción. Habitualmente, el
paciente empieza a presentar manifestaciones clínicas, cuando se alcanza una dosis que oscila
entre 60 y 100 mg de AAS. Una vez que comiencen los síntomas, no se debe continuar con las
exposiciones al fármaco. Debe esperarse hasta que el paciente se encuentre de nuevo
estabilizado, es decir, sin síntomas y con los valores espirométricos que presentaba al comienzo
del estudio. La remisión suele suceder entre las 2 y las 24 horas después de la reacción. Una vez
que el paciente se encuentre recuperado, se puede continuar con las exposiciones,
empezando por aquella dosis de AAS que desencadenó los síntomas. Cuando ya no
aparezcan síntomas a esta dosis, se puede ir aumentando secuencialmente las dosis hasta que se
produzca una nueva reacción, o se llegue a la cantidad total del fármaco deseada sin que
aparezca ningún efecto adverso. Como norma general, se considera que el paciente está
desensibilizado si se administran 650 mg de AAS y no presenta síntomas o caída del VEMS. Hay
que tener en cuenta que la dosis de AAS capaz de provocar la primera reacción respiratoria
predice esencialmente la rapidez con la que se realizará la desensibilización.
Tras lograr la desensibilización, se debe administrar AAS diariamente o a días alternos para
mantener de esta manera el estado de desensibilización de forma indefinida. Se ha estimado
que la dosis mínima diaria para mantener una tolerancia al AAS es de 81 mg cada 24 horas por
vía oral. En un estudio realizado por Pleskow y cols. se demostró que, después de la
desensibilización, y en ausencia de otras exposiciones a los AINE, el estado de desensibilización
persiste entre 2 y 5 días, retornando de nuevo a un estado de sensibilización después de 7 días
sin estar en contacto con el AAS u otros AINE
LA DESENSIBILIZACIÓN EN LAS REACCIONES DE TIPO CUTÁNEO
Los pacientes con urticaria crónica tienen una especial susceptibilidad cutánea hacia el AAS o
hacia el resto de AINE. El grado de actividad de la urticaria determina en gran medida la
susceptibilidad al AAS o al resto de AINE. Las desensibilizaciones en los pacientes con
urticaria crónica son muy difíciles de realizar. En un trabajo publicado por Mathison, en 10
pacientes con urticaria crónica activa, 7 reaccionaron tras la toma de AAS.
Como se ha comentado anteriormente, ante un paciente con una historia clínica altamente
sugestiva de alergia al AAS y, sobre todo, en las reacciones de tipo anafilatoide no se debe
realizar una desensibilización, sino intentar utilizar otros antiagregantes plaquetarios
Continuar tratamiento con CC y 2 adrenérgicos en los pacientes con síntomas respiratorios Continuar
el tratamiento antihistamínico a la menor dosis en los pacientes con síntomas cutáneos
La desensibilización debe ser realizada por personal experto en una Unidad de Reanimación
• Tras la exposición controlada/desensibilización
• ¿Síntomas respiratorios descenso del FEV1 > 20% síntomas naso-oculares síntomas cutáneos?
PRUEBAS CUTÁNEAS:
Pueden ser clasificadas según el tiempo en que se obtienen los resultados: las
de lectura inmediata y las de lectura tardía. Las primeras están relacionadas
con el mecanismo de hipersensibilidad inmediata tipo I, mediadas por
inmunoglobulina E (IgE), y las últimas se relacionan con la reacción de
hipersensibilidad tardía tipo IV, mediadas por células T, según la clasificación
de Geel y Coombs.
PRUEBAS CUTÁNEAS DE LECTURA INMEDIATA:
Las pruebas cutáneas de alergia son indoloras. En este tipo de prueba, se usan
agujas (lancetas) que penetran levemente la superficie de la piel. No habrá
sangrado y solo se sentirá una molestia leve y momentánea.
Prueba intradérmica
Puedes necesitar una prueba en la que se usa una aguja para inyectar una
pequeña cantidad de extracto del alérgeno justo en la piel del brazo (prueba
intradérmica). El lugar de inyección se examina después de aproximadamente
15 minutos para ver si hay signos de una reacción alérgica. El médico podría
recomendarte esta prueba para verificar si tienes alergia al veneno de insectos
o a la penicilina.
PRUEBAS SERICAS
Para conocer este tipo de alergias es importante conocer cómo realizar las
diversas pruebas para el reconocimiento de alergias.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS