Articulo Didactica Diferencial PDF
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LA DIDKCTICA DIFERENCIAL
En el ANUARI0 I, primer ejemplar de esta-revista,dediqui un articulo
a definir el campo de la Didáctica General y a analizar su diferencia for-
mal con la Didáctica Especial1. Ahora, y de acuerdo con 10 que se acaba
de exponer, es necesario hacer algo similar respecto a la Didáctica Dife-
rencial. Quede bien sentado que esta no aportar5 mis que una ayuda a
la planificación concreta de un proceso instructivo, mediante el análisis
1 FERRÁNDEZ. A., <La Didáctica: ciencia normativa*, Anuario 1, Universitat Authno-
ma de Barcelona, Bellaterra, 1981, pp. 65-84.
de algunas variables instructivas. Es decir, particuiariza la norma gene-
ral de acuerdo con la acción instructiva que se programa.
Es obligado ahora determinar cómo y cuáles son estas variables que
son objeto material de la didáctica diferencial. Y comenzaré definiendo
el termino cdiferencial~como la característica común a un número de
discentes por la que se diferencian de otros grupos con 10s que, a su vez,
tienen otras características comunes. El campo de variabilidad de 10 di-
ferencial se delimita entre la propia especie humana y la individual per-
sonal.
Un discente adulto es idéntico a otro infante en cuanto a la categoria
de individuo-persona, pero se diferencian por sus intereses, experien-
cias, expectativas, nivel de aspiración, actitudes y un largo etcétera.
Este fenómeno es generalizado a todos 10s adultos y a todos 10s infan-
tes; ya que se han encontrado dos ccaracterísticas diferenciales, según la
variable cedad,. Igualmente sucede con toda la población de alumnos
oligofrénicos en comparación con 10s normales o superdotados; aquí ha-
blamos de tres grupos diferenciales de acuerdo a la variable cinteligen-
cia,. Pero, a su vez, el adulto puede ser normal, superdotado u oligofré-
nico; y 10 mismo sucede con el joven o con el infante.
Es así como se establecen categorías diferenciales que exigen un mo-
delo didáctico concorde con su idiosincrasia grupal.
No es igual, ni tan s610 parecido, una planificación y proceso didácti-
co de lecto-escritura para adultos o para alumnos de enseñanza primaria
(caso distinto es si se ha hecho y aún se sigue haciendo de idéntico pro-
ceder). Éste es un aspecto diferencial que la didáctica considera y que
tiene en cuenta como variable interviniente, tanto en la programación
como en el transcurs0 y evaluación de la acción instructiva. Es preciso
acomodar la norma general a la situación concreta y diferencial que se
presente.
Es obvio, pues, que existen diferencias que reúnen grupos de perso-
nas y que tal situación obliga a un ajuste didáctico-metodológico y tec-
nológico, si se desea lograr la normalidad del nivel de eficacia. En breve
analizaremos y secuenciaremos estas características diferenciadoras.
Pero, previo a tal análisis y secuencia, conviene contrastar el concepto
cdiferenciala con el actualmente en boga: ediferenciador)>.Ya se ha de-
finids el primer concepto, por 10 que no voy a insistir en ello. Pararé
mientes en el segundo, que quizá por su cortedad existencial goza de
falta de univocidad.
Se le achaca a la educación actual al ser indiferenciada; pero más o
menos se puede traducir como un fen6meno educativo que reduce su
campo de normativa y actuación a la media teórica de 10s grupos de
alumnos. Con el10 se indiferencia progresivamente a todo aquel que se
separa de la normalidad, ya sea positiva o negativamente. De este mo-
do, la educación nunca ser5 compensadora de las diferencias iniciales,
sino que se convierte en un potenciador individual que mantiene y am-
plia las diferencias iniciales de cada alumno.
Cada discente, por centrar el estudio exclusivamente en la didáctica,
tiene una forma de actuar, pensar y relacionarse, unos intereses e inhi-
biciones, unas habituaciones y un nivel de aspiración que reclaman un
todo diferente al del compañero con el que está codo con codo. A cada
cua1 le conviene un modo didáctico de proceder, con 10 que la diferen-
ciación se convierte en acción personalizada.
El coneraste clave entre diferencial y diferenciador es, repectivamen-
te, la consideración de un grupo de sujetos que presentan una sola ca-
racterística común o la estimación de cada discente con su inmensa indi-
vidualidad. Esta diferencia obliga a enclavar 10s hitos del proceso educa-
tivo de modo distinto, con 10 que también la programación variar5 sig-
nificativamente. Veamos algunas variaciones definitorias:
I . El interés es un factor clave para la integración del aprendizaje. Es
quizá la característica mis clara de impulso a la acción -motivo-, de
modo que cuando no existe hay que echar mano de 10s incentivos ade-
cuados que coduzcan a la motivación extrínseca. Pues bien, en la ins-
trucción personalizada o de corte diferenciador, el interés es algo que
está allí, como una condición sin la cua1 no hay personalización2.Por el
contrario, en el grupo diferencial bien puede estar ausente el interés por
aquel tip0 de aprendizaje o puede ser patrimoni0 de algún miembro y
no de todos. Siendo as1 esta realidad, el técnico tiene que tener en cuen-
ta, en la planificación y proceso, la incardinación de incentivos que pro-
voquen motivos y éstos, a su vez, motivación extrínseca.
Otro tanto puede decirse de la actitud, factor inherente a la persona-
lizada y no obligatoriamente presente en la actuación diferencial.
2. También existe una clara diferencia respecto al sistema de impac-
to. Es norma de obligado cumplimiento ajustar el plan instructivo al
grupo o al individuo destinatario, única forma de huir de la alegre uto-
pia. No hay dogmatismos en didáctica porque todo depende del indivi-
duo que aprende.
Ahora bien, se puede pensar en el individuo como persona indivi-
dual, y por tanto, concreta; pero también se puede planificar de acuer-
2 Quizá sea necesario distinguir aquí el concepto de instrucción personalizada del de
individualizada para evitar posibles errores de interpretación. Aquí usamos aindividua-
lizadau como la acomodación del proceso instructivo al ritmo de trabajo y a las capacida-
des del alumno. La enseñanza personalizada goza tambiin de estas características, pero
hay que añadir otra: el interés del individuo hacia el contenido y forma de enseñanza-
aprendizaje.
do a un grupo de alumnos que no es homogéneo, pero que fluctúa en-
tre unos mínimos y máximos, como sucede entre 10s distintos puntajes
de una diana. Nosotros hemos llamado al grupo destinatari0 de la ense-
ñanza sgrupo dianad, precisamente por intentar acomodar la instruc-
ción a un grupo heterogéneo, pero que gozan de algunas características
predicables de todos 10s alumnos: la edad y el nivel de inteligencia ge-
neral a partir de la normalidad. Ésta es la realidad de 10s grupos escola-
res, tanto de primaria como de media y universitaria.
El sistema de impacto es, pues, para la personalizada cada individuo,
sin considerar para nada a 10s demás. En la didáctica diferencial este sis-
tema se esfuerza por conocer cómo es el grupo a partir de cada elemento
componente y sabiendo que hay una o varias características que son co-
munes a todos.
3. El sistema de objetivos es otro factor digno de análisis en este do-
ble ámbito diferencial y diferenciador.
Dentro de la instrucción personalizada no hay mayor dificultad que
racionalizar la conducta, el contenido y la circunstancia instructiva de
acuerdo con las posibilidades totales de cada individuo; cada objetivo es
<(SUDobjetivo y no tiene por q u i considerar otras situaciones personales.
Algo distinto sucede con la instrucción diferencial en la que hay ele-
mentos comunes pero que coexisten con otros altamente diferenciantes.
Habrá, de acuerdo con ello, un grupo de objetivos comunes a todo el
grupo y otros objetivos destinados a llenar las diferencia intragrupales.
Es válida la clasificación que ya estableci en la obra La ensegama
individualzzadd, diferenciando el sistema de objetivos en obligatorios,
optativos y libres. Los primeros serian comunes a todo el grupo y condi-
ción obligada para poder saltar a 10s otros. Cubridn éstos 10s aspectos
comunes, mientras 10s optativos y libres abrirían un abanico de posibili-
dades para que cada cua1 llegue al nivel de instrucción que sus posibili-
dades personales le demanden. Por otra parte, la cada vez mayor liber-
tad para procesar el aprendizaje permite que se camine desde la hete-
roinstrucción hasta la,autoinstrucción total, representada por el subsis-
tema de objetivos libres. El grupo puede llegar, asi, a un aprendizaje
individual usando distintos caminos. Hasta podria llegar el caso de que
algunos objetivos libres se conviertan en auténticos objetivos de instruc-
ción personalizada; se u n i h en estepunto lo dz3renciadory 20 &+ren-
cial.
4. No hay duda que 10s contenidos, las actividades y el material no
5 DE COSTER.S. y HOTYAT.
F., Sociologib de la educació~,Guadarrama, Madrid,
1975, p. 99.
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6 Seria prolijo entrar ahora en la problemática educativa que comportan las Concen-
traciones Es.colares y las Escuelas Hogares, exclusivas e inalienables de las zonas rurales
de mínimo número de habitantes. Las secuelas que tal medida político-educativapuede
comportar no son motivo de análisis en este estudio.
en una rural. A la vea, en cada una de ellas, acomodar10 al submodelo
grupal.
Habrá, por tanto, una didáctica diferencial urbana y otra suburbana,
que tenddn muchos puntos de coincidencia entre ellas, pero que ten-
drán también otros muchos puntos de diferenciación. Ambas a su vez,
se diferencian de la didáctica aplicada a 10s discentes de una realidad ru-
ral.
Quizá el core-currículum de arnbas situaciones discentes sea similar,
pero la especificación de objetivos y, por tanto, de contenidos será dife-
rente. Las mismas técnicas variarán de acuerdo con la posibilidad de
contacto directo, mediato o simbólico con la realidad instructiva: 10s
alumnos de la escuela rural tienen un contacto directo con 10s cultivos
agrícolas; este contenido habrá que impartir10 en la escuela urbana me-
diante 10s medios audiovisuales. Pero a la contra, 10s niños urbanos co-
nocen el hacinamiento del hábitat por experiencia directa, mientras 10s
discentes rurales han de emplear 10s medios audiovisuales o la explica-
ción del profesor.
La didáctica diferencial, bajo este punto de vista, tendría que dife-
renciar contenidos, métodos y material escolar; pero no puede olvidar
tampoc0 la diferencia organizativa y aun orientativa. De otro modo el
impulso vital tiende a negar 10 rural, y hasta eliminarlo, en pro de 10 ur-
bano; 10s programas escolares se encargan de este menester.
4. No cabe duda que hay otras muchas variables diferenciales que de-
mandan la acamodación de la norma didáctica a la situación grupal con
características comunes. Podríamos citar las diferencias grupales que
provienen de la creencia política, religiosa, moral, etc. Pero la entrada
en el mundo de 10s fines, y por tanto de 10s valores, nos arrastraria al
mundo de la adoxa, y, por tanto, a una inmensa variedad de interpreta-
ciones, todas respetables, pero casi siempre enfrentadas.
Con esto quiero decir que el ámbito diferencial de la instrucción se
mueve entre las acuasirrealidades>> de la enseñanza y la nebulosa gris de
la opinión manifestada. Es éste quizá el mal endémico de la Didáctica
Diferencial.
RESUMEN
I
The fundamental problem of differential didactics is the tendency to
generalize situations and differentiate only groups for its political, reli-
gious, moral beliefs ot pertaining to whatever manifestation of the <(do-
xa*.