El Nuevo Ciudadano
El Nuevo Ciudadano
El Nuevo Ciudadano
Los habitantes de un país o de una ciudad en la mayoría de los casos nos consideramos “ciudadanos” por el mero hecho de contar con el registro
de nuestro nacimiento y de la cédula de identidad representada por un número.
El concepto y filosofía del nuevo ciudadano va más allá de superficiales e intrascendentes formas de expresar o creerse como tal. El nuevo
ciudadano es el que se desenvuelve en la vida individual y colectiva basado en valores.
Todo ciudadano debe tener una buena convivencia en la comunidad con su entorno social, laboral y familiar; por lo tanto, los valores más
destacados en un buen ciudadano son, entre otros, tener calidad en su compartir, en su convivencia y hacer las cosas no por hacerlas, sino tener un
fin a favor de los demás. El ser honestos tal vez es el valor más importante, pues es la forma de vivir con la verdad, hacer que los demás crean en ese
ciudadano porque hace las cosas enmarcado en la ley y sin mentir, es la confianza que brinda a los demás, haciendo que crean en él sin temor.
El valor del respeto se ejerce cuando mostramos aprecio y cuidado por el valor de algo o de alguien, debemos respetar, cuidar y proteger a los
grupos vulnerables de la sociedad, ya que son indefensos. Sin respeto no hay confianza y sin confianza no podemos llegar a tener unas buenas
relaciones interpersonales, justicia, amor y equidad.
El valor de la tolerancia es la aceptación de la diversidad de opinión, social, étnica, cultural y religiosa, es la capacidad de saber escuchar y aceptar a
los demás, valorando las distintas formas de entender y posicionarse en la vida. Así las demás personas tengan ideas diferentes a las nuestras,
debemos aceptar que todos no pensamos igual y respetar la posición de los otros.
El buen ciudadano es el que vive en armonía con las tres naturalezas: La naturaleza humana, vivir en armonía con nosotros mismos y con nuestro
entorno. Con la naturaleza física, nuestra Pacchamama, vivir en armonía con responsabilidad ambiental. Con la naturaleza espiritual, vivir en armonía
dentro de la cosmogonía que tengamos y bajo conceptos ecuménicos. El nuevo ciudadano emerge desde el hogar y que la sociedad disponga de
políticas públicas para su construcción en los establecimientos educativos e instituciones del Estado en todo nivel.
Nuestra sociedad requiere de un remezón ético, que nos permita construir una ciudad ideal, incluyente, equitativa y sin indiferencia, convirtiéndola
en la nueva acrópolis, alta en valores y formada por nuevos ciudadanos, contestatarios ante las inequidades, sabiendo que hemos venido a
trascender y dejar huella. (O)
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INTRODUCCIÓN
Nuestro país vive un proceso de transformación único en su historia, donde se está retomando una vez más el sueño de una
patria justa y humana, donde la justicia y la paz social sean el pilar fundamental de la existencia política, social, económica y
cultural orientado por las ideas de Francisco de Miranda y su gran Maestro Simón Rodríguez. Este reto solo será posible en la
medida en que progresemos en la consecución de una educación liberadora, que forme al nuevo hombre como un ser social y no
como un explotador de sus hermanos; sembrando valores de solidaridad y tolerancia en los ciudadanos y ciudadanas para que
asuman con una ética de respeto por los demás, la construcción de una nueva sociedad plena de libertad, cuidadosa de las leyes
y amante de las buenas costumbres y la moral. Por ello es necesario retomar de una vez el ideal bolivariano, donde lo esencial de
una república es su educación y de que la moral y las luces son las necesidades primarias para la transformación de un
ciudadano y de una ciudadana.
El nuevo ciudadano venezolano socialista debe enfocarse hacia el nuevo hombre nacionalista, que cree en los valores y
tradiciones folclóricas de la patria y en un proyecto de país.
La globalización y el mal uso de los medios de comunicación e Internet, están avocados a debilitar la soberanía nacional,
comenzando con desvirtuar el gentilicio venezolano por ello el modelo de un nuevo ciudadano está orientado a los principios
naturales de conciencia colectiva como nación, a pesar del descontento que existe hacia lo tradicional y a todo lo que representa
los valores de la patria. El nuevo ciudadano venezolano socialista, esta entregado a trabajar por el pueblo en colectivo, siendo lo
más humano y sensible posible; bajo estas circunstancias cualquier persona podría apoyar estos valores, ya que hasta el más
insensible ser humano debe reconocer que el progreso espiritual del ser humano, es una virtud que beneficia a todos como
sociedad.
En este sentido es comprensible que muchos opten por el socialismo como vehículo para la igualdad social y el progreso
material de los más desposeídos. El venezolano socialista, se justifica en su lucha contra los males sociales, incluso va mas allá
de la actitud anticapitalista y busca los medios para dar importancia y felicidad al individuo. Promoviendo así valores como:
Solidaridad, Amor, Igualdad, Justicia Social y Bienestar para todos.
El nuevo ciudadano venezolano socialista debe mantener una combinación de lo autóctono, lo tradicional y folclórico,
elevando de alguna forma el espíritu nacionalista, ya que teniendo conciencia de nuestro gentilicio venezolano,