El Sindrome de Down Trabajo Milet
El Sindrome de Down Trabajo Milet
El Sindrome de Down Trabajo Milet
Aun cuando las personas con síndrome de Down pueden actuar y verse de manera
similar, cada una tiene capacidades diferentes. Las personas con síndrome de Down
generalmente tienen un coeficiente intelectual (una medida de la inteligencia) en el
rango de levemente a moderadamente bajo y son más lentas para hablar que las demás.
Hay tres tipos de síndrome de Down. Por lo general no se puede distinguir entre un tipo
y el otro sin observar los cromosomas porque las características físicas y los
comportamientos son similares:
Trisomía 21: La mayoría de las personas con síndrome de Down tienen trisomía
21.1 Con este tipo de síndrome de Down, cada célula del cuerpo tiene tres copias
separadas del cromosoma 21 en lugar de las 2 usuales.
Síndrome de Down por translocación: Este tipo representa a un pequeño
porcentaje de las personas con síndrome de Down.1 Esto ocurre cuando hay una
parte o un cromosoma 21 entero extra presente, pero ligado o “translocado” a un
cromosoma distinto en lugar de estar en un cromosoma 21 separado.
Síndrome de Down con mosaicismo: Mosaico significa mezcla o combinación.
Para los niños con síndrome de Down con mosaicismo, algunas de las células
tienen 3 copias del cromosoma 21, pero otras tienen las típicas dos copias del
cromosoma 21. Los niños con síndrome de Down con mosaicismo pueden tener
las mismas características que otros niños con síndrome de Down. Sin embargo,
pueden tener menos características de la afección debido a la presencia de
algunas (o muchas) células con la cantidad normal de cromosomas.
Otros problemas
Muchas personas con síndrome de Down tienen los rasgos faciales típicos y ningún otro
defecto de nacimiento mayor. Sin embargo, otras pueden tener uno o más defectos de
nacimiento mayores u otros problemas médicos. Algunos de los problemas de salud más
comunes entre los niños con síndrome de Down se enumeran a continuación.
Pérdida auditiva.
Apnea del sueño obstructiva, que es una afección en la que la persona deja de
respirar temporalmente mientras duerme.
Infecciones de oído.
Enfermedades de los ojos, como cataratas, y problemas de los ojos que requieren
anteojos.
Defectos cardiacos presentes desde el nacimiento.
Otros problemas de salud menos comunes entre las personas con síndrome de Down
incluyen:
El cromosoma 21 extra causa las características físicas y los desafíos del desarrollo que
se pueden presentar en las personas con síndrome de Down. Los investigadores saben
que el síndrome de Down es causado por un cromosoma extra, pero nadie sabe con
seguridad por qué se produce el síndrome de Down ni cuántos factores diferentes están
involucrados.
Uno de los factores que aumentan el riesgo de tener un bebé con síndrome de Down es
la edad de la madre. Las mujeres que tienen 35 años o más cuando quedan embarazadas
tienen más probabilidades de tener un embarazo afectado por el síndrome de Down que
las mujeres que quedan embarazadas a menor edad.
Diagnóstico
Hay dos tipos básicos de pruebas disponibles para detectar el síndrome de Down
durante el embarazo. Las pruebas de detección son uno de los tipos, y las pruebas de
diagnóstico son el otro. Las pruebas de detección les pueden indicar a la mujer y a su
proveedor de atención médica si el embarazo tiene un riesgo menor o mayor de estar
afectado por el síndrome de Down. Por lo tanto, las pruebas de detección ayudan a
decidir si se podría necesitar hacer una prueba de diagnóstico. Las pruebas de detección
no proporcionan un diagnóstico absoluto, pero son más seguras para la madre y para el
bebé. Las pruebas de diagnóstico por lo general pueden detectar si el bebé tendrá el
síndrome de Down o no, pero pueden implicar mayor riesgo para la madre y el bebé. Ni
las pruebas de detección ni las de diagnóstico pueden predecir el impacto completo que
tendrá el síndrome de Down en el bebé. Nadie puede predecir esto.
Pruebas de detección
Las pruebas de detección suelen incluir una combinación de pruebas de sangre, que
miden la cantidad de varias sustancias en la sangre de la madre (por ejemplo, la prueba
de alfafetoproteína en suero materno o MS-AFP, la de detección triple o la de detección
cuádruple) y una ecografía, que crea una imagen del bebé. En la ecografía, una de las
cosas que el técnico observa es el líquido que hay detrás del cuello del bebé. La
presencia de líquido extra en esta región podría indicar que hay un problema genético.
Estas pruebas de detección pueden ayudar a determinar el riesgo que tiene el bebé de
presentar síndrome de Down. En raras ocasiones, las pruebas de detección pueden dar
un resultado anormal aun cuando no hay ningún problema con el bebé. A veces, dan un
resultado normal y no detectan un problema que sí existe.
Una nueva prueba que está disponible desde el 2010 para la detección de ciertos
problemas cromosómicos, incluido el síndrome de Down, analiza la sangre de la madre
a fin de detectar los pequeños pedazos del ADN del bebé en gestación que circulan por
la sangre de la madre. Esta prueba se recomienda para las mujeres que tienen más
probabilidades de tener un embarazo afectado por el síndrome de Down. Esta prueba
normalmente se lleva a cabo en el primer trimestre (los primeros 3 meses del embarazo)
y cada vez está más ampliamente disponible.
Pruebas de diagnóstico
Estas pruebas tienen el objetivo de detectar los cambios cromosómicos que podrían
indicar el diagnóstico de síndrome de Down.
PRONÓSTICO
En 1981 se diseñó el primer Programa de Salud específico para personas con SD, pero
el más ampliamente aceptado y difundido en la comunidad científica es el diseñado por
el Down Syndrome Medical Interest group (DSMIG). En estos programas de salud se
contemplan las actuaciones preventivas mínimas para un adecuado diagnóstico precoz y
seguimiento de las enfermedades o complicaciones que se pueden presentar, mejorando
significativamente el pronóstico de estas personas. Por otra parte los programas, cada
vez más extendidos, de estimulación precoz, y el cambio progresivo de mentalidad que
la sociedad está experimentando con respecto a la discapacidad intelectual son los
principales motivos de la gran transformación que se está viviendo en torno a las
personas con SD. Hace apenas unas décadas estas personas eran apartadas de la
sociedad en instituciones, o escondidas por sus progenitores, basándose en un falso
complejo de culpa. A pesar del enorme esfuerzo que aún queda pendiente se ha
comprobado cómo un entorno basado en la aceptación, en la adaptación de los métodos
de aprendizaje y en la virtud de la diversidad está dotando a las personas con SD de la
autonomía suficiente como para trabajar, vivir en pareja o desarrollar habilidades
artísticas impensables hace muy poco tiempo.
VACUNACIONES
Se enumeran las vacunas recomendables, número de dosis y edades en niños con Sd. de
Down
Un buen número de las infecciones que con frecuencia padecen estos niños son
inmunoprevenibles, de modo que las vacunas vienen a ser una herramienta importante
en la mejora de los niveles de salud de estas personas. Los expertos recomiendan como
vacunaciones sistemáticas de los niños con SD, las siguientes:
Hepatitis B.
Difteria, tétanos y tosferina.
Sarampión, rubéola y parotiditis.
Poliomielitis.
Gripe.
Enfermedad neumocócica.
Hepatitis A.
Enfermedad por Haemophilus influenzae tipo b.
Varicela.
Rotavirus.
Las pautas de vacunación son variables según la edad y la historia vacunal de cada
individuo, y serán determinadas por los médicos pediatras o médicos de familia en cada
caso
En general casi todos estos defectos provocan paso inapropiado de sangre desde las
cavidades izquierdas del corazón a las derechas, aumentando la circulación pulmonar.
La tetralogía de Fallot, en cambio, provoca un cortocircuito inverso, por lo que
disminuye el flujo sanguíneo pulmonar y aparece cianosis (color azulado por la
deficiente oxigenación de la sangre), sobre todo en crisis de llanto o esfuerzos. Esta es
una patología grave que precisa cirugía, habitualmente en el primer año de vida, para
reparar los defectos. Es frecuente que el examen clínico del recién nacido no ofrezca
datos de sospecha por lo que pueden quedar sin diagnosticar en la etapa neonatal hasta
un 50 % de los recién nacidos con cardiopatía congénita. Por este motivo se recomienda
la realización de una ecografía del corazón a todo recién nacido con SD. En la etapa de
adolescencia o adulto joven pueden aparecer defectos en las válvulas cardíacas (Con
mayor frecuencia, prolapso de la válvula mitral). Los adultos con SD presentan, en
cambio, menor riesgo de arterioesclerosis y unas cifras de tensión arterial inferiores a
las de la población general, por lo que se consideran un grupo poblacional protegido
frente a enfermedad coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio…).
Alteraciones gastrointestinales
Trastornos endocrinos
Trastornos de la visión
Más de la mitad (60 %) de las personas con SD presentan durante su vida algún
trastorno de la visión susceptible de tratamiento o intervención. El astigmatismo, las
cataratas congénitas o la miopía son las enfermedades más frecuentes. Dada la enorme
importancia que la esfera visual supone para el aprendizaje de estos niños se
recomiendan controles periódicos que corrijan de manera temprana cualquier déficit a
este nivel.
Trastornos de la audición
Trastornos odontoestomatológicos
Las personas con SD tienen una menor incidencia de caries, pero suelen presentar con
frecuencia trastornos morfológicos por malposiciones dentarias, agenesia (ausencia de
formación de alguna pieza dentaria), o retraso en la erupción dentaria. Son necesarias
revisiones periódicas para una corrección precoz de los trastornos más importantes o
que comprometan la función masticatoria o fonatoria.
Las infecciones del tracto respiratorio representan a día de hoy la segunda causa de
fallecimiento (tras las cardiopatías congénitas) y la primera causa de hospitalizaciones y
complicaciones en niños con SD
TRATAMIENTOS
El síndrome de Down es una afección que dura toda la vida. Los servicios que se
proporcionan temprano suelen ayudar a los bebés y a los niños con síndrome de Down a
mejorar sus capacidades físicas e intelectuales. La mayoría de estos servicios se centran
en ayudar a los niños con este síndrome a desarrollarse a su máximo potencial. Estos
servicios incluyen terapia del habla, ocupacional y física, y generalmente se ofrecen a
través de los programas de intervención temprana de cada estado. Los niños con
síndrome de Down también podrían necesitar ayuda o atención extra en la escuela,
aunque a muchos de estos niños se los incluye en las clases regulares.