El Sindrome de Down Trabajo Milet

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EL SINDROME DE DOWN

¿Qué es el síndrome de Down?

El síndrome de Down es una afección en la que la persona tiene un cromosoma extra.


Los cromosomas son pequeños “paquetes” de genes en el organismo. Determinan cómo
se forma el cuerpo del bebé durante el embarazo y cómo funciona mientras se desarrolla
en el vientre materno y después de nacer. Por lo general, los bebés nacen con 46
cromosomas. Los bebés con síndrome de Down tienen una copia extra de uno de estos
cromosomas: el cromosoma 21. El término médico de tener una copia extra de un
cromosoma es ‘trisomía’. Al síndrome de Down también se lo llama trisomía 21. Esta
copia extra cambia la manera en que se desarrollan el cuerpo y el cerebro del bebé, lo
que puede causarle tanto problemas mentales como físicos.

Aun cuando las personas con síndrome de Down pueden actuar y verse de manera
similar, cada una tiene capacidades diferentes. Las personas con síndrome de Down
generalmente tienen un coeficiente intelectual (una medida de la inteligencia) en el
rango de levemente a moderadamente bajo y son más lentas para hablar que las demás.

Algunas características físicas comunes del síndrome de Down incluyen:

 Cara aplanada, especialmente en el puente nasal


 Ojos en forma almendrada rasgados hacia arriba
 Cuello corto
 Orejas pequeñas
 Lengua que tiende a salirse de la boca
 Manchas blancas diminutas en el iris del ojo (la parte coloreada)
 Manos y pies pequeños
 Un solo pliegue en la palma de la mano (pliegue palmar)
 Dedos meñiques pequeños y a veces encorvados hacia el pulgar
 Tono muscular débil o ligamentos flojos
 Estatura más baja en la niñez y la adultez

Tipos de síndrome de Down

Hay tres tipos de síndrome de Down. Por lo general no se puede distinguir entre un tipo
y el otro sin observar los cromosomas porque las características físicas y los
comportamientos son similares:

 Trisomía 21: La mayoría de las personas con síndrome de Down tienen trisomía
21.1 Con este tipo de síndrome de Down, cada célula del cuerpo tiene tres copias
separadas del cromosoma 21 en lugar de las 2 usuales.
 Síndrome de Down por translocación: Este tipo representa a un pequeño
porcentaje de las personas con síndrome de Down.1 Esto ocurre cuando hay una
parte o un cromosoma 21 entero extra presente, pero ligado o “translocado” a un
cromosoma distinto en lugar de estar en un cromosoma 21 separado.
 Síndrome de Down con mosaicismo: Mosaico significa mezcla o combinación.
Para los niños con síndrome de Down con mosaicismo, algunas de las células
tienen 3 copias del cromosoma 21, pero otras tienen las típicas dos copias del
cromosoma 21. Los niños con síndrome de Down con mosaicismo pueden tener
las mismas características que otros niños con síndrome de Down. Sin embargo,
pueden tener menos características de la afección debido a la presencia de
algunas (o muchas) células con la cantidad normal de cromosomas.

Otros problemas

Muchas personas con síndrome de Down tienen los rasgos faciales típicos y ningún otro
defecto de nacimiento mayor. Sin embargo, otras pueden tener uno o más defectos de
nacimiento mayores u otros problemas médicos. Algunos de los problemas de salud más
comunes entre los niños con síndrome de Down se enumeran a continuación.

 Pérdida auditiva.
 Apnea del sueño obstructiva, que es una afección en la que la persona deja de
respirar temporalmente mientras duerme.
 Infecciones de oído.
 Enfermedades de los ojos, como cataratas, y problemas de los ojos que requieren
anteojos.
 Defectos cardiacos presentes desde el nacimiento.
Otros problemas de salud menos comunes entre las personas con síndrome de Down
incluyen:

 Obstrucciones intestinales desde el nacimiento que requieren cirugía.


 Dislocación de la cadera.
 Enfermedad tiroidea.
 Anemia (cuando los glóbulos rojos no pueden llevar suficiente oxígeno al
cuerpo) y deficiencia de hierro (anemia en la que los glóbulos rojos no tienen
suficiente hierro).
 Leucemia desde la lactancia o la niñez temprana.
 Enfermedad de Hirschsprung.

Los proveedores de atención médica monitorean rutinariamente a los niños con


síndrome de Down para detectar la presencia de estas afecciones. En caso de
diagnosticarse, se ofrece tratamiento.

Causas y factores de riesgo

El cromosoma 21 extra causa las características físicas y los desafíos del desarrollo que
se pueden presentar en las personas con síndrome de Down. Los investigadores saben
que el síndrome de Down es causado por un cromosoma extra, pero nadie sabe con
seguridad por qué se produce el síndrome de Down ni cuántos factores diferentes están
involucrados.

Uno de los factores que aumentan el riesgo de tener un bebé con síndrome de Down es
la edad de la madre. Las mujeres que tienen 35 años o más cuando quedan embarazadas
tienen más probabilidades de tener un embarazo afectado por el síndrome de Down que
las mujeres que quedan embarazadas a menor edad.

Diagnóstico

Hay dos tipos básicos de pruebas disponibles para detectar el síndrome de Down
durante el embarazo. Las pruebas de detección son uno de los tipos, y las pruebas de
diagnóstico son el otro. Las pruebas de detección les pueden indicar a la mujer y a su
proveedor de atención médica si el embarazo tiene un riesgo menor o mayor de estar
afectado por el síndrome de Down. Por lo tanto, las pruebas de detección ayudan a
decidir si se podría necesitar hacer una prueba de diagnóstico. Las pruebas de detección
no proporcionan un diagnóstico absoluto, pero son más seguras para la madre y para el
bebé. Las pruebas de diagnóstico por lo general pueden detectar si el bebé tendrá el
síndrome de Down o no, pero pueden implicar mayor riesgo para la madre y el bebé. Ni
las pruebas de detección ni las de diagnóstico pueden predecir el impacto completo que
tendrá el síndrome de Down en el bebé. Nadie puede predecir esto.

Pruebas de detección

Las pruebas de detección suelen incluir una combinación de pruebas de sangre, que
miden la cantidad de varias sustancias en la sangre de la madre (por ejemplo, la prueba
de alfafetoproteína en suero materno o MS-AFP, la de detección triple o la de detección
cuádruple) y una ecografía, que crea una imagen del bebé. En la ecografía, una de las
cosas que el técnico observa es el líquido que hay detrás del cuello del bebé. La
presencia de líquido extra en esta región podría indicar que hay un problema genético.
Estas pruebas de detección pueden ayudar a determinar el riesgo que tiene el bebé de
presentar síndrome de Down. En raras ocasiones, las pruebas de detección pueden dar
un resultado anormal aun cuando no hay ningún problema con el bebé. A veces, dan un
resultado normal y no detectan un problema que sí existe.

Una nueva prueba que está disponible desde el 2010 para la detección de ciertos
problemas cromosómicos, incluido el síndrome de Down, analiza la sangre de la madre
a fin de detectar los pequeños pedazos del ADN del bebé en gestación que circulan por
la sangre de la madre. Esta prueba se recomienda para las mujeres que tienen más
probabilidades de tener un embarazo afectado por el síndrome de Down. Esta prueba
normalmente se lleva a cabo en el primer trimestre (los primeros 3 meses del embarazo)
y cada vez está más ampliamente disponible.

Pruebas de diagnóstico

Las pruebas de diagnóstico suelen hacerse para confirmar el diagnóstico de síndrome de


Down después de que se hayan obtenido resultados positivos en una prueba de
detección. Los tipos de prueba de diagnóstico incluyen:

 El muestreo de vellosidades coriónicas (CVS, por sus siglas en inglés), que


examina material proveniente de la placenta.
 La amniocentesis, que examina el líquido amniótico (el líquido que está dentro
de la bolsa de agua y que rodea al bebé).
 Cordocentesis, también llamada muestra percutánea de sangre del cordón
umbilical (PUBS, por sus siglas en inglés), que examina la sangre del cordón
umbilical.

Estas pruebas tienen el objetivo de detectar los cambios cromosómicos que podrían
indicar el diagnóstico de síndrome de Down.

PRONÓSTICO

Se desconocen todavía los mecanismos que provocan la discapacidad en las personas


con SD, aunque la secuenciación del genoma humano y diversos estudios llevados a
cabo en sujetos con translocaciones parciales están empezando a servir para descubrir
los genes responsables del cuadro. Estos mapas fenotípicos también se han comparado
con algunos casos de monosomía 21 (cuadro de ausencia de uno de los dos cromosomas
del par 21, la situación contraria al SD) obteniéndose así mapas de rasgos asociados al
exceso o defecto de dosis cromosómica. En las próximas décadas todo este
conocimiento sobre el funcionamiento y expresión de los genes permitirá, con
seguridad, establecer nuevas estrategias terapéuticas capaces de revertir los trastornos
cognitivos asociados al síndrome de Down, y muchos de sus problemas asociados.

En 1981 se diseñó el primer Programa de Salud específico para personas con SD, pero
el más ampliamente aceptado y difundido en la comunidad científica es el diseñado por
el Down Syndrome Medical Interest group (DSMIG). En estos programas de salud se
contemplan las actuaciones preventivas mínimas para un adecuado diagnóstico precoz y
seguimiento de las enfermedades o complicaciones que se pueden presentar, mejorando
significativamente el pronóstico de estas personas. Por otra parte los programas, cada
vez más extendidos, de estimulación precoz, y el cambio progresivo de mentalidad que
la sociedad está experimentando con respecto a la discapacidad intelectual son los
principales motivos de la gran transformación que se está viviendo en torno a las
personas con SD. Hace apenas unas décadas estas personas eran apartadas de la
sociedad en instituciones, o escondidas por sus progenitores, basándose en un falso
complejo de culpa. A pesar del enorme esfuerzo que aún queda pendiente se ha
comprobado cómo un entorno basado en la aceptación, en la adaptación de los métodos
de aprendizaje y en la virtud de la diversidad está dotando a las personas con SD de la
autonomía suficiente como para trabajar, vivir en pareja o desarrollar habilidades
artísticas impensables hace muy poco tiempo.

VACUNACIONES

Se enumeran las vacunas recomendables, número de dosis y edades en niños con Sd. de
Down

Un buen número de las infecciones que con frecuencia padecen estos niños son
inmunoprevenibles, de modo que las vacunas vienen a ser una herramienta importante
en la mejora de los niveles de salud de estas personas. Los expertos recomiendan como
vacunaciones sistemáticas de los niños con SD, las siguientes:

 Hepatitis B.
 Difteria, tétanos y tosferina.
 Sarampión, rubéola y parotiditis.
 Poliomielitis.
 Gripe.
 Enfermedad neumocócica.
 Hepatitis A.
 Enfermedad por Haemophilus influenzae tipo b.
 Varicela.
 Rotavirus.

Las pautas de vacunación son variables según la edad y la historia vacunal de cada
individuo, y serán determinadas por los médicos pediatras o médicos de familia en cada
caso

ENFERMEDADES ASOCIADAS MÁS FRECUENTES


Cardiopatías

Entre un 40 y un 50 % de los recién nacidos con SD presentan una cardiopatía


congénita, es decir, una patología del corazón presente en el momento del
nacimiento,siendo estas la causa principal de mortalidad en niños con SD. Algunas de
estas enfermedades solo precisan vigilancia para comprobar que su evolución es
adecuada, mientras que otras pueden necesitar tratamiento quirúrgico urgente. Casi la
mitad de ellas se corresponden con defectos del septo aurículo-ventricular (ausencia de
cierre más o menos completa de la pared que separa aurículas y ventrículos). Una
tercera parte (en torno al 30 % según las fuentes) son defectos de cierre del septo
ventricular (pared que separa los ventrículos entre sí), y con menos frecuencia se
encuentran otras enfermedades como ostium secundum, ductus arterioso persistente o
tetralogía de Fallot.

En general casi todos estos defectos provocan paso inapropiado de sangre desde las
cavidades izquierdas del corazón a las derechas, aumentando la circulación pulmonar.
La tetralogía de Fallot, en cambio, provoca un cortocircuito inverso, por lo que
disminuye el flujo sanguíneo pulmonar y aparece cianosis (color azulado por la
deficiente oxigenación de la sangre), sobre todo en crisis de llanto o esfuerzos. Esta es
una patología grave que precisa cirugía, habitualmente en el primer año de vida, para
reparar los defectos. Es frecuente que el examen clínico del recién nacido no ofrezca
datos de sospecha por lo que pueden quedar sin diagnosticar en la etapa neonatal hasta
un 50 % de los recién nacidos con cardiopatía congénita. Por este motivo se recomienda
la realización de una ecografía del corazón a todo recién nacido con SD. En la etapa de
adolescencia o adulto joven pueden aparecer defectos en las válvulas cardíacas (Con
mayor frecuencia, prolapso de la válvula mitral). Los adultos con SD presentan, en
cambio, menor riesgo de arterioesclerosis y unas cifras de tensión arterial inferiores a
las de la población general, por lo que se consideran un grupo poblacional protegido
frente a enfermedad coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio…).

Alteraciones gastrointestinales

La frecuencia de aparición de anomalías o malformaciones digestivas asociadas al SD


es muy superior a la esperada en población general: en torno al 10 % de las personas
con SD presentan alguno de estos trastornos. La lista de anomalías y su expresión
clínica (gravedad con la que se presentan) es muy amplia y variable, pero las que
presentan una mayor incidencia son la atresia esofágica, la atresia o estenosis duodenal,
las malformaciones anorrectales, el megacolon agangliónico (Enfermedad de
Hirschsprung) y la celiaquía. La atresia esofágica consiste en la interrupción de la luz
del esófago (este se encuentra “obstruido” por un desarrollo incompleto).

El riesgo de aparición en niños con SD es casi 30 veces superior al de la población


general, y precisa tratamiento quirúrgico precoz para impedir aspiración de saliva y
alimento a la vía aérea y permitir el tránsito adecuado de alimentos hasta el estómago.
Un cuadro similar se presenta en la atresia o estenosis duodenal (atresia: obstrucción
total, estenosis: obstrucción parcial), pero en este caso en la porción de intestino situada
inmediatamente tras el estómago. Puede deberse a una compresión mecánica del
páncreas por una anomalía en su desarrollo denominada “páncreas anular”. Esta
malformación (la atresia duodenal) aparece hasta en el 8% de los niños recién nacidos
con SD.35 El ano imperforado es la malformación anorrectal más frecuente en niños con
SD: se ha descrito una incidencia del 2-3 % (es decir, dos o tres da cada cien niños
recién nacidos con SD lo presentan), mientras que su aparición en la población general
se estima en torno a uno de cada 5000. Su diagnóstico es clínico y su tratamiento
quirúrgico. Otros trastornos relativamente frecuentes son el megacolon, o dilatación
excesiva de la porción distal del tracto digestivo por un defecto en la relajación y la
enfermedad celíaca (intolerancia digestiva al gluten), que aparecen también con una
frecuencia superior a la que se presenta en recién nacidos sin el síndrome.

Trastornos endocrinos

Las personas con SD de cualquier edad tienen un riesgo superior al promedio de


padecer trastornos tiroideos. Casi la mitad presentan algún tipo de patología de tiroides
durante su vida. Suele tratarse de hipotiroidismos leves adquiridos o autoinmunes que
en muchos casos no precisan tratamiento, aunque cuando su gravedad lo requiere deben
instaurarse lo más precozmente posible para no ver comprometido el potencial de
desarrollo intelectual.

Trastornos de la visión

Más de la mitad (60 %) de las personas con SD presentan durante su vida algún
trastorno de la visión susceptible de tratamiento o intervención. El astigmatismo, las
cataratas congénitas o la miopía son las enfermedades más frecuentes. Dada la enorme
importancia que la esfera visual supone para el aprendizaje de estos niños se
recomiendan controles periódicos que corrijan de manera temprana cualquier déficit a
este nivel.

Trastornos de la audición

La particular disposición anatómica de la cara de las personas con SD determina la


aparición frecuente de hipoacusias de transmisión (déficits auditivos por una mala
transmisión de la onda sonora hasta los receptores cerebrales). Esto es debido a la
presencia de enfermedades banales pero muy frecuentes como impactaciones de
cerumen, otitis serosas, colesteatomas o estenosis del conducto auditivo, lo que
ocasiona la disminución de la agudeza auditiva hasta en el 80 % de estos individuos.

Trastornos odontoestomatológicos

Las personas con SD tienen una menor incidencia de caries, pero suelen presentar con
frecuencia trastornos morfológicos por malposiciones dentarias, agenesia (ausencia de
formación de alguna pieza dentaria), o retraso en la erupción dentaria. Son necesarias
revisiones periódicas para una corrección precoz de los trastornos más importantes o
que comprometan la función masticatoria o fonatoria.

Inmunodeficiencia y susceptibilidad a las infecciones

Las personas con SD presentan ciertas anomalías inmunológicas de características e


intensidad variables que no son fácilmente asimilables a las inmunodeficiencias
catalogadas. Son la causa principal de la mayor susceptibilidad de estas personas a
ciertas enfermedades infecciosas. Otros factores inherentes a SD contribuyen a ello: sus
frecuentes contactos con otras personas con discapacidad funcional neurológica en
centros de educación o atención especial, la intensa afectividad de estas personas y la
frecuente coexistencia de otras anomalías, como las cardiopatías, que también
comportan un mayor riesgo o vulnerabilidad a las infecciones.

Las infecciones del tracto respiratorio representan a día de hoy la segunda causa de
fallecimiento (tras las cardiopatías congénitas) y la primera causa de hospitalizaciones y
complicaciones en niños con SD

TRATAMIENTOS

El síndrome de Down es una afección que dura toda la vida. Los servicios que se
proporcionan temprano suelen ayudar a los bebés y a los niños con síndrome de Down a
mejorar sus capacidades físicas e intelectuales. La mayoría de estos servicios se centran
en ayudar a los niños con este síndrome a desarrollarse a su máximo potencial. Estos
servicios incluyen terapia del habla, ocupacional y física, y generalmente se ofrecen a
través de los programas de intervención temprana de cada estado. Los niños con
síndrome de Down también podrían necesitar ayuda o atención extra en la escuela,
aunque a muchos de estos niños se los incluye en las clases regulares.

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