Boyz N The Hood VF

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Miguel Ángel Arellano Robledo.

Historia política de Estados Unidos s. XX.


Boyz N The Hood: perspectivas sobre el “nuevo cine afroamericano” como movimiento
político y social.
“El día siguiente, Doughboy
presenció el entierro de su hermano…
Dos semanas después, fue asesinado.”
(Boyz N The Hood, John Singleton. 1991).
Prólogo.
A tan solo un mes de la muerte del director de cine John Singleton, parece apropiado
realizar una mirada retrospectiva hacia una de las carreras fílmicas más consistentemente
preocupadas por ofrecer, desde el ámbito cinematográfico hollywoodense de gran alcance,
perspectivas nuevas e incisivas sobre las condiciones y problemáticas de las comunidades
afroamericanas a partir de los mismos sujetos sociales que afrontaron, durante la década de
los 80´s y 90´s, dichas realidades. En el presente ensayo no solo buscaremos cotejar el
impacto de Boyz N The Hood para las generaciones posteriores de cineastas que vieron (y
siguen viendo) en su medio de expresión la posibilidad de retratar las experiencias de las
“minorías” con la intención de ejercer, así como divulgar, comentarios y posturas con un
amplio peso político sobre las sociedades urbanas contemporáneas, particularmente la
norteamericana. También pretendemos suscribir el ejercicio fílmico a una importante
función social que, a nuestro criterio, constituye el legado más importante de Singleton al
nuevo “realismo” 1 cinematográfico en Estados Unidos: la visibilización de realidades
alternas que problematizaron el mito de las utopías urbanas mediante la “complejización de
las representaciones del entorno citadino”,2 logrando concientizar a un público más amplio
que el exclusivamente afroamericano sobre los problemas que, de hecho, forman parte de
muchas experiencias de vida en las ciudades contemporáneas.

El nuevo “cine negro” en Estados Unidos


1
Chan, Kenneth. “The Construction of Black Male Identity in Black Action Films of the Nineties”. Cinema
Journal. Vol. 37. N. 2. Invierno de 1998. P. 35.
2
Massood, Paula J. “Mapping the Hood: The Genealogy of City Space in Boyz N The Hood and Menace II
Society”. Cinema Journal. Vol. 35. N. 2. Invierno de 1996. P. 88.

1
El filme de sugerente título Boyz N The Hood no solo fue la ópera prima, y para muchos
incluso el magnum opus, de Singleton, sino que rápidamente se constituyó como una de las
obras seminales de una nueva corriente cinematográfica, frecuentemente denominada
“black cinema”, “black film” o “hood films”.3 Formalmente, el director utilizó algunos de
los recursos narrativos y estéticos más comunes de la representación fílmica de los
afroamericanos tales como la equiparación de la cultura e identidad afroamericanas urbanas
con el rap,4 la “ciudad interior” (inner city)5 como un espacio donde se desenvuelven los
personajes, pero que, simultáneamente, impone restricciones y obstáculos que deben
enfrentar, así como sucintamente la elección de retratar dichos espacios, desde la ciudad
hasta el “guetto”,6 atendiendo a los “problemas políticos y sociales que conciernen a los
africano americanos”7 y que típicamente se habían ceñido a la drogadicción, la prostitución,
así como los efectos de la pobreza y la pauperización sobre los individuos.8 De hecho, tal
como Singleton afirmó en una entrevista del 2017, la inspiración para realizar Boyz N The
Hood surgió de un anhelo por crear, para la zona donde había crecido el director, South
Central Los Ángeles, un filme similar al que Spike Lee filmó para las comunidades
afroamericanas de la ciudad de Nueva York en Do The Right Thing (1989).9 El ejercicio no
deja de ser indicativo de las tendencias y objetivos que se persiguieron con el cine negro
contemporáneo. Uno de los principales era contrarrestar o, más precisamente, contraponer
las perspectivas de los mismos afroamericanos a los “confines de representación”10 que
imponía el Hollywood convencional.
La historia de las representaciones de las “minorías”, tanto en la pantalla grande
como en la televisión, muestra que, desde la década de los 50´s, estos medios se enfocaban
en las convenciones y valores de una clase media “blanca” acomodada que,


3
Lott, Tommy L. “A No – Theory Theory of Contemporary Black Cinema”. Black American Literature
Forum. Vol. 25. N. 2. Verano de 1991. P. 221.
4
Dyson, Michael Eric. Between Apocalypse and Redemption: John Singleton´s Boyz N The Hood. Cultural
Critique. N. 21. Primavera de 1992. P. 124.
5
Massood, Paula J. Op. Cit. P. 85.
6
Chan, Kenneth. Op. Cit. P. 45.
7
Chan, Kenneth. Op. Cit. Pp. 35 – 36.
8
Massod, Paula J. Op. Cit. P. 87.
9
Li, Shirley. “Boyz N The Hood, 1991”. Entertainment Weekly. Hollywood´s Greatest Untold Stories. Abril
del 2017. P. 78
10
Massod, Paula J. Op. Cit. P. 88.

2
ideológicamente, encarnaba el non plus ultra de la sociedad norteamericana.11 Aún cuando,
hacia finales de la década de los 60´s, como parte de los movimientos por los derechos
civiles, tanto el cine como la televisión comenzaron a representar más a las minorías,
además de que viraron su contenido hacia los temas del conflicto social, la violencia, lo
político, etc.,12 fue durante la década de los 90´s, y específicamente en el año de 1991, que
la producción del cine “enfocado en los negros”13 sobrepasó todas las cifras anteriores.
No obstante, el cineasta logró subvertir las expectativas de una generación de
espectadores “blancos” y “negros” norteamericanos tratando directamente las incómodas
realidades de la marginación, del ostracismo, la discriminación y el subdesarrollo en
sociedades urbanas tardías, en su caso la de Los Ángeles,14 con una mirada más particular y
realista que ideal. Este enfoque marca ya un elemento que distingue al “cine afroamericano
contemporáneo” de sus referentes pasados. De manera particular, esta corriente se
distinguió de géneros anteriores como el filme de acción negro (blaxploitation) 15 por
perseguir miradas más íntimas de los personajes retratados, buscando no tanto apelar a un
público afroamericano como a la representación de realidades urbanas que atrajeran tanto a
estos como a los espectadores “blancos”,16 es decir, un ejercicio más analítico y personal
orientado hacia el comentario social.

Conciliando lo particular y lo general: el cine afroamericano como postura política.


“Uno de cada veintiún varones americanos negros será
asesinado en su tiempo de vida…
La mayoría morirá a manos
de otro varón negro”.
La temática central de Boyz N The Hood, el tránsito de la infancia a la mayoría de edad, no
se reduce a la denuncia del espacio donde el individuo se forma. Más bien contrapone

11
Brinkley, Alan. Historia de Estados Unidos. Un país en formación. 6º ed. Trad. Carlos Julio Briceño. Félix
A. Esquivia. M. Cecilia Ávila López. México. McGraw Hill. 2011. Pp. 834 – 835.
12
Ibid. P. 893.
13
Chan, Kenneth. Op. Cit. P. 35.
14
Li, Shirley. Op. Cit. Idem.
15
Lott, Tommy L. Op. Cit. P. 223. Este es un género fílmico que se considera como uno de los primeros
intentos de las grandes casas productoras de Hollywood por llegar a un público fundamentalmente
afroamericano al capitalizar el “enojo” y “frustración” de las comunidades por la discriminación racial, es
decir, realizando un ejercicio de “empoderamiento”. No obstante, debido a esta relación un tanto
conservadora, diversos autores han apuntado a una “distinción maniquea” del “negro malo” contra el “bueno”
producto de su desvinculación con las realidades que afrontaban. Chan, Kenneth. Op. Cit. Pp. 36 – 37.
16
Lott, Tommy L. Op. Cit. P. 227.

3
experiencias diversas a esos influjos externos para realizar un estudio de personajes que
muestre la interacción de los sujetos con las situaciones que los rodean. El filme presta
atención al entorno donde se desenvuelven los personajes, pero para contextualizar a los
mismos dentro de un repertorio de fuerzas de “interacción social, psíquica, política y
económica”17 cuya función en la perspectiva del director es ofrecer un marco de referencia
que explique porqué y cómo los individuos toman las decisiones que vemos desarrolladas a
lo largo de la trama. El drama de los personajes que habitan Boyz N The Hood nos permite
vislumbrar la complejidad de una sociedad urbana mediante (y dando preeminencia a) las
experiencias verosímiles, realistas y particulares de Tre, Ricky y Doughboy, los
protagonistas del filme, creando un vínculo más directo entre las condiciones de un
ambiente social hostil y su influjo, positivo o negativo, sobre los individuos que se ven
sumergidos en él. De tal manera, no es extraño encontrar múltiples referencias a fenómenos
que conforman el background de las vidas cotidianas de nuestros personajes: la
criminalidad, la drogadicción y la violencia entre bandas juveniles o “gangs”, etc. Todos
ellos matizados con el contrapunto de otro tipo de procesos mucho más personales,
referentes al desarrollo individual del ser humano: la sexualidad, la búsqueda de una
identidad en comunidad, la formación de un sentido de moralidad, la familia y la amistad.
De tal manera, Singleton pinta un cuadro en el que los procesos “generales” que
afectan al espacio formativo de los personajes sencillamente configuran distintas formas de
reacción por parte de los protagonistas desde su infancia hasta el umbral de su adultez. El
objetivo no está, pues, en subyugar la agencia del individuo a su entorno o viceversa sino,
precisamente, en matizar que dichas condiciones externas determinan, en mayor o menor
medida, el “rango de elecciones”18 del que dispone cada ser humano, en este caso, un varón
afroamericano viviendo en Los Ángeles a inicios de las décadas de los 80´s y 90´s. El matiz
es importante porque, como ya han analizado diversos autores, Boyz N The Hood trata muy
específicamente el proceso de maduración de los varones afroamericanos. Nuevos estudios
serán necesarios para atender las problemáticas de otras “minorías”, particularmente de las
mujeres, cuya representación, aunque presente en el filme, está relegada a espacios
periféricos de la trama.


17
Dyson, Michael Eric. Op. Cit. P. 127.
18
Ibid. P. 135.

4
A pesar de la larga trayectoria de los movimientos por los derechos de los
afroamericanos, para 1991 la condición precaria de las comunidades afroamericanas en Los
Ángeles distaba mucho de estar remediada. Escasos tres meses antes del estreno del primer
filme de John Singleton, el video de un grupo de oficiales de policía blancos golpeando a
un joven afroamericano, Rodney King,19 abatido en posición fetal sobre el suelo, adquiría
ímpetu entre la sociedad de Los Ángeles. El resultado: alrededor de once fracturas en el
cuerpo de King, así como un juicio cuyo veredicto, a favor de los oficiales del
Departamento de Policía de los Ángeles, los absolvió de cualquier responsabilidad punitiva.
El episodio no solo reavivó las protestas de equidad y justicia de la comunidad
afroamericana en 1992, sino que expuso de nuevo a la luz de la opinión pública la
permanencia de la desigualdad en el trato a la juventud afroamericana, a la sazón,
particularmente vulnerable a la brutalidad policiaca debido, en parte, a los estereotipos
forjados en torno a este sector social. A lo largo del presente ensayo nos hemos posicionado
a favor de la “anti – teoría” de Tommy L. Lott para comprender no solo las metas sociales y
políticas del cine afroamericano contemporáneo sino, también, el sentido de los temas que
se tocan en Boyz N The Hood. De acuerdo con tal perspectiva, esta corriente
cinematográfica se distingue no por un argumento “biológico” de la producción artística
(cine creado por afroamericanos para afroamericanos) ni por una vaga noción de los
“valores estéticos” de la cultura afroamericana.20 Más bien se define por un “criterio
cultural” íntimamente vinculado con la identidad afroamericana del periodo.21 Ahora bien,
dicha identidad, dentro del contexto histórico que hemos tratado, constituye una afirmación
del afroamericano en la sociedad norteamericana, así como un acto de resistencia del
“imperialismo cultural” Hollywoodense.22 Concordamos, pues, en la necesidad de estudiar
una “función política” del cine afroamericano contemporáneo; particularmente en la
medida en que este se distingue, sobre todo lo demás, por su seguimiento del “destino y
devenir de la gente afroamericana” en tanto que agente político enfrascado en la búsqueda
por la equidad social.23


19
Massood, Paula J. Op. Cit. P. 89.
20
L. Lott, Tommy. Op. Cit. P. 227.
21
Ibid. P. 230.
22
Ibid. P. 232.
23
Idem.

5
Bibliografía.
• Brinkley, Alan. Historia de Estados Unidos. Un país en formación. 6º ed. Trad.
Carlos Julio Briceño. Félix A. Esquivia. M. Cecilia Ávila López. México. McGraw
Hill. 2011. Pp.
• Chan, Kenneth. “The Construction of Black Male Identity in Black Action Films of
the Nineties”. Cinema Journal. Vol. 37. N. 2. Invierno de 1998. Pp. 35 – 48.
• Dyson, Michael Eric. Between Apocalypse and Redemption: John Singleton´s Boyz
N The Hood. Cultural Critique. N. 21. Primavera de 1992. Pp. 121 – 141-
• Li, Shirley. “Boyz N The Hood, 1991”. Entertainment Weekly. Hollywood´s
Greatest Untold Stories. Abril del 2017. Pp. 75 – 79.
• Lott, Tommy L. “A No – Theory Theory of Contemporary Black Cinema”. Black
American Literature Forum. Vol. 25. N. 2. Verano de 1991. Pp. 221 – 236.
• Massood, Paula J. “Mapping the Hood: The Genealogy of City Space in Boyz N The
Hood and Menace II Society”. Cinema Journal. Vol. 35. N. 2. Invierno de 1996. Pp.
85 – 97.

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