La Corrupción en Bolivia

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LA CORRUPCIÓN EN BOLIVIA

FERNANDO MIGUEL IGNACIO TITO

William Herrera Añez ha publicado en la editorial Kipus, el libro "La Corrupción


en Bolivia", compuesto de 274 páginas y lo ha puesto a consideración de la
sociedad boliviana. Esta obra se suma a otras publicaciones especializadas del
autor, especialmente referidas al Derecho Procesal Penal. Así por ejemplo lo
último que ha publicado dentro de su especialidad ha sido: "El Proceso Penal
Boliviano", segunda edición, 2010, donde hace un estudio completo y
sistematizado sobre esta parcela del Derecho.

Sin embargo, "La Corrupción en Bolivia" es la primera publicación que aborda


este fenómeno social. El trabajo, que se compone de cuatro capítulos, explora
y analiza las causas y los efectos de la corrupción; describe y estudia las
políticas preventivas y se cuestiona si la configuración de los Órganos Ejecutivo
y Judicial, resultan coherentes, idóneas y suficientes para luchar realmente
contra la corrupción.

Según el autor, la corrupción y sus múltiples manifestaciones, ha dejado de ser


un problema nacional para convertirse en un "cáncer" general, que degrada
sistemáticamente las instituciones democráticas, la sociedad, el desarrollo
sostenible de los pueblos y los valores esenciales de nuestra
civilización.También deja establecido que las prácticas corruptas son tan
antiguas, se encuentran globalizadas,no tienen límites,fronteras ni ideologías y
socavan tanto las estructuras del sistema capitalista como del sistema
socialista.

La publicación enfatiza sobre la gravedad de este fenómeno social, al extremo


que las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos por
separado, no sólo han condenado las prácticas corruptas y exhortado a los
Estados para que adopten disposiciones legislativas idóneas, sino también han
denunciado los problemas que plantea la corrupción para la estabilidad política
e institucional, la seguridad de las sociedades y el imperio de la ley.

Asimismo, el autor pasa revista a la normativa existente y pone de manifiesto


que el Estado boliviano ha sido consciente de este problema, y se ha sumado
al llamado de ambos organismos internacionales, por cuanto: a) Mediante DS
N° 29894, de 7 de febrero del 2009, se crea por primera vez el Ministerio
deTransparencia Institucional y Lucha Contra la Corrupción, para cambiar los
"patrones culturales que se encuentran en la mentalidad y en el
comportamiento de las personas"; b) Mediante DS N° 0214, de 22 de julio de
2009, se define la Política Nacional deTransparencia y Lucha contra la
Corrupción; y, c) Mediante la Ley N° 004, del 3 1 de marzo de 2010 (Ley de
Lucha Contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de Fortunas
"Marcelo Quiroga Santa Cruz"), se establecen "mecanismos y procedimientos
en el marco de la Constitución Política del Estado, Leyes,Tratados
Internacionales, destinados a prevenir, investigar, procesar y sancionar actos
de corrupción..."

El profesor William Herrera considera que desde el punto de vista normativo e


institucional, estarían dadas las condiciones para luchar contra la corrupción, y
aboga por que todas las instituciones encargadas de esta lucha hagan un
"trabajo en equipo", y se pase del discurso político y mediático, a combatir
efectivamente este cáncer social, que mina las instituciones públicas y
privadas.

Sin embargo, el autor llama la atención en el sentido de que la mera existencia


de instituciones, plan "cero tolerancia a la corrupción" y una legislación nacional
e internacional, no resuelve el problema. En realidad, tiene que existir una firme
voluntad política del Gobierno y una gran cruzada nacional, que involucre a
todos los sectores de la sociedad, para combatir la corrupción, antes que sea
demasiado tarde.

En cualquier caso, la lucha contra este viejo fenómeno social preventiva y


represiva tiene que llevarse a cabo conforme a los principios, derechos y
garantías que establece la Constitución y el Estado Social y Democrático de
Derecho; es decir, donde prevalezca la voluntad popular, la división de
poderes, la independencia de los jueces, la libertad de expresión, la rendición
de cuentas y la transparencia en todos los niveles del Estado.

La obra además cuenta con rigor científico y académico. En este sentido el


libro de William Herrera, que tiene excelente y actualizado respaldo
bibliográfico, se constituirá en la obra de consulta obligada no sólo para los
estudiantes y profesionales del Derecho, sino también para los politólogos y
académicos sociales, así como de las instituciones públicas y privadas que
tengan algún interés de conocer y profundizar sobre uno de los fenómenos más
perversos de los últimos tiempos.

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