Teoria Atomica
Teoria Atomica
Teoria Atomica
Cuando dos elementos se combinan para formar más de un compuesto, las cantidades de uno
de ellos que se combina con una cantidad fija del otro están relacionadas entre sí por números
enteros sencillos.
A mediados del siglo XIX, unos años después de que Dalton enunciara se teoría, se
desencadenó una serie de acontecimientos que fueron introduciendo modificaciones al
modelo atómico inicial.
De hecho, el mundo atómico es tan infinitamente pequeño para nosotros que resulta muy
difícil su conocimiento. Nos hallamos frente a él como si estuviésemos delante de una caja
cerrada que no se pudiese abrir. Para conocer su contenido solamente podríamos proceder a
manipular la caja (moverla en distintas direcciones, escuchar el ruido, pesarla...) y formular
un modelo de acuerdo con nuestra experiencia. Este modelo sería válido hasta que nuevas
experiencias nos indujeran a cambiarlo por otro. De la misma manera se ha ido construyendo
el modelo atómico actual; de Dalton hasta nuestros días se han ido sucediendo diferentes
experiencias que han llevado a la formulación de una serie de modelos invalidados
sucesivamente a la luz de nuevos acontecimientos.
El modelo atómico de Thomsom.
Thomson, sir Joseph john (1856-1940). Físico británico. Según el modelo de Thomson el
átomo consistía en una esfera uniforme de materia cargada positivamente en la que se
hallaban incrustados los electrones de un modo parecido a como lo están las semillas en una
sandía. Este sencillo modelo explicaba el hecho de que la materia fuese eléctricamente neutra,
pues en los átomos de Thomson la carga positiva era neutralizada por la negativa. Además
los electrones podrían ser arrancados de la esfera si la energía en juego era suficientemente
importante como sucedía en los tubos de descarga.
J. J. Thomson demostró en 1897 que estos rayos se desviaban también en un campo eléctrico
y eran atraídos por el polo positivo, lo que probaba que eran cargas eléctricas negativas.
Calculó también la relación entre la carga y la masa de estas partículas.
Para este cálculo realizó un experimento: hizo pasar un haz de rayos catódicos por un campo
eléctrico y uno magnético.
Cada uno de estos campos, actuando aisladamente, desviaba el haz de rayos en sentidos
opuestos. Si se dejaba fijo el campo eléctrico, el campo magnético podía variarse hasta
conseguir que el haz de rayos siguiera la trayectoria horizontal original; en este momento las
fuerzas eléctricas y magnética eran iguales y, por ser de sentido contrario se anulaban.
El segundo paso consistía en eliminar el campo magnético y medir la desviación sufrida por
el haz debido al campo eléctrico. Resulta que los rayos catódicos tienen una relación carga a
masa más de 1.000 veces superior a la de cualquier ion.
Esta constatación llevó a Thomson a suponer que las partículas que forman los rayos
catódicos no eran átomos cargados sino fragmentos de átomos, es decir, partículas
subatómicas a las que llamó electrones.
Las placas se colocan dentro de un tubo de vidrio cerrado, al que se le extrae el aire, y se
introduce un gas a presión reducida.
El modelo de Rutherford.
Sir Ernest Rutherford (1871-1937), famoso hombre de ciencia inglés que obtuvo el premio
Nobel de química en 1919, realizó en 1911 una experiencia que supuso en paso adelante muy
importante en el conocimiento del átomo.
La experiencia de Rutherford consistió en bombardear con partículas alfa una finísima lámina
de oro. Las partículas alfa atravesaban la lámina de oro y eran recogidas sobre una pantalla
de sulfuro de cinc.
La importancia del experimento estuvo en que mientras la mayoría de partículas atravesaban
la lámina sin desviarse o siendo desviadas solamente en pequeños ángulos, unas cuantas
partículas eran dispersadas a ángulos grandes hasta 180º.
El hecho de que sólo unas pocas radiaciones sufriesen desviaciones hizo suponer que las
cargas positivas que las desviaban estaban concentradas dentro de los átomos ocupando un
espacio muy pequeño en comparación a todo el tamaño atómico; esta parte del átomo con
electricidad positiva fue llamado núcleo.
Rutherford poseía información sobre el tamaño, masa y carga del núcleo, pero no tenía
información alguna acerca de la distribución o posición de los electrones.
En el modelo de Rutherford, los electrones se movían alrededor del núcleo como los planetas
alrededor del sol. Los electrones no caían en el núcleo, ya que la fuerza de atracción
electrostática era contrarrestada por la tendencia del electrón a continuar moviéndose en línea
recta. Este modelo fue satisfactorio hasta que se observó que estaba en contradicción con una
información ya conocida en aquel momento: de acuerdo con las leyes del electromagnetismo,
un electrón o todo objeto eléctricamente cargado que es acelerado o cuya dirección lineal es
modificada, emite o absorbe radiación electromagnética.
Así, en un cuerpo sólido caliente que irradia energía, Planck consideró que una onda
electromagnética de frecuencia era emitida por un grupo de átomos que circulaba con la
misma frecuencia.
Aplicando esta hipótesis a la estructura electrónica de los átomos se resolvía la dificultad que
presentaba el átomo de Rutherford. El electrón, al girar alrededor del núcleo, no iba perdiendo
la energía, sino que se situaba en unos estados estacionarios de movimiento que tenían una
energía fija. Un electrón sólo perdía o ganaba energía cuando saltaba de un estado (nivel) a
otro.
Por otro lado, el modelo de Bohr suponía una explicación de los espectros discontinuos de
los gases, en particular del más sencillo de todos, el hidrógeno. Una raya de un espectro
correspondía a una radiación de una determinada frecuencia.
Atendiendo a las características estructurales del átomo las propiedades de este varían. Así
por ejemplo los átomos de que tienen el mismo número de electrones de valencia que poseen
distintos números atómicos poseen características similares.
Los átomos están formados por un núcleo que posee una serie de partículas subatómicas.
Alrededor del núcleo se hallan en diferentes órbitas los electrones.
Las partículas subatómicas de las que se compone el núcleo son los protones y los neutrones.
Los átomos son eléctricamente neutros. Luego, si contienen electrones, cargados
negativamente, deben contener también otras partículas con carga positiva que corresponden
a la carga de aquellos. Estas partículas estables con signo positivo se las llamó protón. Su
masa es igual a 1,6710-27 kg.
Con estas dos partículas, se intentó construir todos los átomos conocidos, pero no pudo ser
así porque faltaba unas de las partículas elementales del núcleo que fue descubierto por J.
Chadwick en 1932 y que se llamó neutrón. Esta partícula era de carga nula y su masa es
ligerísimamente superior a la del protón (1,6748210-27kg.).
Situados en órbitas alrededor del núcleo se hallan los electrones, partículas estables de carga
eléctrica negativa y con una masa igual a 9,1110-31kg. El modelo de Bohr explica el espectro
del átomo de hidrógeno, pero no los de átomos mayores. Para explicar estos y otros
fenómenos ha surgido la mecánica cuántica. Aquí como en el modelo de Bohr, un electrón
atómico sólo puede ocupar determinados niveles de energía. Ahora bien cada nivel de energía
posee uno o más subniveles de energía.
El primer nivel de energía principal, n =1, posee un subnivel; el segundo posee dos, el tercero
tres y así sucesivamente.
En el modelo de Bohr, los electrones giran en torno al núcleo siguiendo órbitas circulares,
pero hoy sabemos que un electrón en un subnivel de energía dado se mueve aunque la mayor
parte del tiempo se encuentra en una región del espacio más o menos definida, llamada
orbital.
Cuando un haz de luz formado por rayos de distinta frecuencia atraviesa un prisma óptico,
se dispersan en las diferentes radiaciones que se recogen en una pantalla en forma de espectro.
El espectro puede ser estudiado en laboratorios gracias al espectrógrafo, un aparato que
consta fundamentalmente de una rendija por la que entra el haz de luz, una lente, un prisma
de dispersión y una placa fotográfica, estos se empezaron a utilizar a partir de 1859.
Los espectros pueden ser continuos o discontinuos. Los espectros continuos son los que
abarca toda la frecuencia de las radiaciones que tienen pasando de una a otra gradualmente,
sin saltos. La luz blanca tiene un espectro continuo, formado por siete colores (rojo,
anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y el violeta) y cada uno de ellos corresponde a
radiaciones de una frecuencia determinada; cuando termina un color empieza otro, sin que,
entre ellos, hayan ninguna zona oscura. En cambio, los elementos gaseosos de un tubo de
descarga emiten una luz que posee un espectro discontinuo, es decir, sólo contiene
determinadas radiaciones, que aparecen en forma de rayas entre las cuales hay una zona
oscura.
Cuando se descubrieron los rayos X y se observó la fluorescencia que estos rayos producían
en las paredes del tubo de vidrio, Becquerel se dedicó a investigar si la fluorescencia iba
acompañada siempre de radiaciones. Obtuvo los primeros resultados en 1896 al comprobar
que el sulfato de uranilo y potasio emitían unas radiaciones que impresionaban las placas
fotográficas, atravesaban cuerpos opacos e ionizaban. El aire. La emisión de estas radiaciones
no implicaba que el cuerpo estuviera expuesto a la luz, pues también se producían en la
oscuridad.
Además, los espectros también pueden ser el espectro de masas (el que resulta de la
separación de un elemento químico en sus distintos isótopos.
El espectro de la luz blanca está constituido por una sucesión de colores (colores del
espectro), cada uno de los cuales corresponde a una longitud de onda bien precisa.
Un espectro puede ser: de emisión, cuando se obtiene a partir de la radiación directamente
emitida por un cuerpo; de absorción, cuando es el resultante del paso de la radiación a través
de un determinado absorbente.
Se distingue también entre: discretos, o de rayas, constituidos por una serie de líneas aisladas;
continuos, que contienen todas las longitudes de onda entre dos límites, y de bandas,
constituidos por una serie de zonas continuas separadas por espacios oscuros.
Los átomos producen espectros de líneas, las moléculas de bandas y los sólidos y líquidos
espectros continuos.
Vocabulario.
Indivisible: Que no se puede dividir.
Subatómica: Dícese de las partículas que constituyen el átomo y de todas las partículas
elementales así como de sus fenómenos característicos.
Electrostática: Parte del electromagnetismo que estudia los campos eléctricos producidos
por cargas en reposo, tanto en el vacío como en la materia. Su ley fundamental es la de
Columb.
Electromagnetismo: Parte de la física que engloba el estudio de los fenómenos eléctricos y
magnéticos.
Cuántico: Magnitudes físicas que sólo pueden tomar ciertos valores discretos.
Espectros: Resultado de la separación de los componentes de distinta longitud de onda de la
luz o de otra radiación electromagnética.
Irradiación: Despedir un cuerpo de rayos de una energía, como luz, calor, etc.
Análogo: Relación de semejanza entre dos cosas distintas.
Inducir: Ascender lógicamente el entendimiento desde el conocimiento de los casos o
hechos particulares a la ley o principio general.
Neutro: Que no posee carga eléctrica.
Constatación: Comprobar un hecho, establecer su veracidad o dar constancia de él.
Isótopo: Cuerpo que ocupa el mismo lugar que otro en el sistema periódico, por tener las
mismas propiedades químicas. Los núcleos tienen igual número atómico, pero distinta masa.
Difracción: Fenómeno característico de las propiedades ondulatorias de la materia, por el
cual un obstáculo que se opone a la propagación libre de las ondas se presenta como fuente
secundaria que emite ondas derivadas en todas direcciones.