Trastorno de Ansiedad Por Separación
Trastorno de Ansiedad Por Separación
Trastorno de Ansiedad Por Separación
El TAS puede iniciarse antes de los 6 años, pero también en cualquier momento antes de los 18; la
edad de comienzo más frecuente es entre los 7 y 9 años. No es frecuente que comience en plena
adolescencia, pero de ser así, el pronóstico es peor. El TAS puede aparecer tras algún evento
estresante (fallecimiento de algún familiar o cachorro, enfermedad del niño o de un familiar,
cambio de escuela, mudanza). Suele haber periodos de exacerbación y remisión y el trastorno
puede durar varios años (American Psychiatric Association, 1994/1995; Sandín, 1997).
No existen por el momento instrumentos específicos de evaluación para el TAS que hayan
mostrado ser psicométricamente válidos y clínicamente útiles.
Entrevista Clínica Estructurada para Síntomas de Ansiedad por Separación (Structured Clinical
Interview for Separation Anxiety Symptoms, SCISAS; Cyranowski y cols., 2002). Está pensada para
adultos y sigue los criterios diagnósticos del DSM-IV. Incluye dos escalas de 8 ítems cada una. La
primera evalúa retrospectivamente los síntomas del TAS en la infancia, mientras que la segunda
evalúa la posible presencia de TAS en la vida adulta (no necesariamente en el momento actual). El
clínico califica cada ítem como 0 (ausente), 1 ( a veces), 2 (frecuentemente) o ? (no recuerda). La
segunda escala es unidimensional, mientras que la primera tiene dos factores: ansiedad por
separación y rechazo escolar.
CUESTIONARIOS:
TRATAMIENTO
El número de estudios es muy bajo y no existen casi estudios experimentales sobre la eficacia del
tratamiento conductual en el TAS. Existen casos exitosos tratados con desensibilización
sistemática o de autocontrol (niños mayores o adolescentes), exposición en vivo graduada o poco
graduada, o técnicas operantes (reforzamiento de separación progresivamente más larga). Una de
estas técnicas consistió en el reforzamiento diferencial de la conducta no ansiosa durante
ausencias cada vez más largas de la madre; el reforzador fue la presencia de la madre. Lo usual es
que se haya empleado más de un procedimiento.
FOBIA ESCOLAR
Aunque algunos autores han considerado a la fobia escolar como una manifestación del TAS, se
puede temer y evitar la escuela por motivos diferentes al de la ansiedad por separación, tal como
es el caso de muchos niños con rechazo escolar. La fobia escolar también es muy frecuente en
niños con trastorno de ansiedad excesiva (generalizada), trastorno por evitación (fobia social),
trastorno obsesivo-compulsivo o depresión (Bragado, 1994; Echeburúa, 1993).
IMPORTANTE:
Hoy en día existe una tendencia a preferir el término rechazo escolar en vez del de fobia escolar
para referirse a la negativa a asistir a la escuela o a la dificultad para permanecer en la misma
basadas en perturbaciones emocionales; se considera que el primer término es más amplio y
descriptivo y reconoce la heterogeneidad causal del problema. En efecto, el rechazo escolar es un
problema complejo que puede tener diversas causas (King, Ollendick y Tonge, 1995; Sandín, 1997):
a) miedo a separarse de los padres (posible diagnóstico de TAS); b) miedo a diversos eventos
relacionados con la escuela (ser golpeado por un compañero, ser objeto de burlas, ser criticado en
clase, hablar delante de la clase, ser enviado al director, hacer exámenes, desvestirse a la hora del
deporte; posible diagnóstico de fobia específica o social); c) problemas de ansiedad generalizada o
depresión (posible diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada o trastorno afectivo). De
estos tres subtipos, la fobia escolar correspondería al segundo. De todos modos, ni el rechazo
escolar ni la fobia escolar corresponden a categorías diagnósticas aceptadas en el DSM-IV o en la
CIE-10
EDAD:
El rechazo escolar tiende a comenzar en todas las edades, aunque se han señalado picos a los 3-4
años, 5-6 años, 11-12 años y 13-14 años, es decir cuando se comienza la escuela o se cambia de
ciclo; también cuando se producen cambios de escuela. En niños pequeños el comienzo suele ser
repentino, pero en niños mayores y adolescentes el desarrollo es más gradual y más grave; cuanto
más tarde o más gradualmente comienza, peor es el pronóstico (Blagg, 1987; Bragado, 1994;
Echeburúa, 1993; Marks, 1987/1991).
EVALUACION:
CUESTIONARIO: Escala de Evaluación del Rechazo Escolar (School Refusal Assessment Scale;
Kearney y Silverman, 1993, citado en King, Ollendick y Tonge, 1995). Es un instrumento diseñado
para poder identificar cuatro tipos de variables que pueden mantener el rechazo escolar: a)
evitación de estímulos escolares que provocan miedo específico o ansiedad general (coger el
autobús escolar, ser golpeado por un compañero, desnudarse para hacer deporte); b) escape de
situaciones sociales o evaluativas aversivas (hacer un examen, hablar delante de la clase); c)
conductas de búsqueda de atención que pueden reflejar preocupación por la separación (rabietas,
decir que se está enfermo); y d) conductas que proporcionan reforzamiento positivo (ver TV,
jugar). Esta última categoría es análoga a la de hacer novillos. La escala consta de 16 preguntas,
cuatro por tipo de variable, valoradas de 0 a 6; se calcula una media para cada tipo, sin tener en
cuenta los ítems no contestados, y se establece el rango de mayor o menor para ver cuáles son las
variables mantenedoras principales. La escala original para niños puede consultarse en King,
Ollendick y Tonge (1995); existen también versiones para padres y maestros.