CEBA Metas de Atencion, Area de Influencia
CEBA Metas de Atencion, Area de Influencia
CEBA Metas de Atencion, Area de Influencia
A continuación, se presenta las metas de atención del presente año 2018 y la meta de atención
proyectado para el año 2019.
META DE ATENCIÓN 2018
SECCIONES No. VARONES No. MUJERES No. TOTAL
24 10 34
1° A
22 13 35
1° B
23 12 35
1° C
16 20 36
1° D
15 15 30
1° E
100 70 170
SUBTOTAL
20 12 32
2° A
14 15 29
2° B
15 14 29
2° C
13 17 30
2° D
21 05 26
2° E
83 63 146
SUB TOTAL
18 15 33
3° A
20 14 34
3° B
23 14 37
3° C
23 12 35
3° D
84 55 139
SUB TOTAL
21 19 40
4° A
21 21 42
4° B
26 15 41
4° C
68 55 123
SUB TOTAL
19 15 34
5° A
20 12 32
5° B
16 12 28
5° C
55 39 94
SUB TOTAL
390 282 672
TOTAL
Se estima que en el año 2019 la meta de atención en estudiantes van a estar disimiles por
grados:
En el primer grado con 5 secciones se acogerá a 35 estudiantes por sección como máximo
haciendo un total de 175 estudiantes en el grado.
En el segundo con 5 secciones en el grado se acogerá también a 30 estudiantes por sección
como máximo haciendo un total de 150 estudiantes en el grado.
En el tercer grado con 4 secciones en el grado se acogerá a 35 estudiantes por sección,
haciendo un total de 140 estudiantes en el grado.
En el cuarto grado con 3 secciones se estima que en cada sección se cobijara a 38 estudiantes
como máximo, lo que implica que harán un total de 114 estudiantes en el tercer grado.
Y en el quinto grado con 3 secciones se acogerá a 32 estudiantes por sección como máximo
por lo que el grado estará conformado por 96 estudiantes.
Haciendo un estimado total de 675 estudiantes para el año lectivo 2019.
Por lo que se requerirá en los próximos años un creciente esfuerzo financiero para cubrir la
demanda poblacional de estudiantes con infraestructura y presupuesto para personal docente.
Visto y constatado que estudiantes que se han retirado de los estudios EBR, en años anteriores
y que son una considerable población y que hoy en día quieren retomar sus estudios secundarios
por motivos laborales, por ello urge la necesidad de brindar el servicio de educación básica
alternativa.
entorno social
y familiar cada ser humano, muchas de sus reacciones se dan como respuesta a las
condiciones de vida, al ambiente familiar, educativo, laboral y de salud que les
rodean. Al respecto, Angulo (2003) señala que las expresiones de violencia que se
dan al interior de las instituciones educativas pueden estar influenciadas por las
condiciones sociales de los centros educativos y del entorno social que circunda a la
institución.
Los seres humanos necesitan concretar sus proyectos de vida. Para lograrlo, se
requiere de espacios saludables que le lleven a maximizar las capacidades, que le
conduzcan al disfrute de una vida digna. Para ello, un espacio apropiado donde crecer
es determinante ya que el medio es parte de "un proceso de expansión de libertades
efectivamente disfrutadas por las personas... de ser o de hacer lo que necesitan para
concretar las acciones o los proyectos de vida que consideren importantes"
(Carvalho, Gutiérrez, Blanco, Omodeo, Madrigal, Mata, y Mora, 2011, p.16).
De acuerdo con Dutton y Golant (2006), el que las niñas y los niños repitan acciones
violentas desencadenadas en el entorno familiar, se extiende mucho más allá de la
mera imitación, porque este entorno contribuye a formar una personalidad violenta,
y cuando el niño o la niña, ingresa al Centro Educativo, el proceso de aculturación,
mediante el cual se llevan a cabo los ajustes de costumbres para promover cambios
positivos en el estudiantado, puede influir y moldear el comportamiento, pero al
llegar a la escuela, la personalidad de los infantes ya se ha formado, de allí que el
docente o la docente deba abordar con mayor esfuerzo el maltrato en el aula, para
transformar conductas previamente adquiridas, en habilidades positivas que
conduzcan a una mejor convivencia escolar.
Esta situación permite que las exposiciones ante los diversos conflictos sean difíciles,
porque van a estar permeados por la propia experiencia, por una carga emocional
significativa y por el ambiente social en que cada uno se desarrolla.
Cuando los y las estudiantes son de corta edad, no tienen la capacidad para hacerle
frente a la adversidad y si las experiencias negativas son continuas, "se afecta
dramáticamente la constitución de su aparato psíquico, desplegando una serie de
mecanismos que le causarán a lo largo de la vida, reiterados fracasos e
inconmensurables sufrimientos" (Pincever, 2008, p. 110); de allí que si el entorno
que rodea a los niños y las niñas es hostil, y no disponen de estrategias que les lleven
a resistirse a esta realidad, la influencia negativa que el medio ejercerá sobre ellos
podría impedir su desarrollo pleno, afectando la realidad inmediata y la forma de
relacionarse con los pares. Al no contar con recursos interiores, para resolver las
situaciones, la irritabilidad, los cambios de humor e inestabilidad emocional se van
apropiando de su personalidad, acentuándose la impulsividad y generando
posteriormente los conflictos manifiestos en la escuela.
Para muchos niños y niñas de barrios marginales, los espacios principales de relación
los encuentran en la calle, con los innumerables peligros que esto conlleva. La
adversidad forma parte de su vida cotidiana, el niño o la niña en muchas ocasiones,
van a depender de su propia capacidad para afrontarla, para no llegar a situaciones
de inseguridad, frustración, o desequilibrio emocional que afectarían posteriormente
la convivencia escolar.
3. Metodología
Para proponer los resultados, se hizo un análisis global de los datos recolectados, lo
que llevó a determinar la prevalencia del bullying en las escuelas encuestadas.
Posteriormente, los porcentajes obtenidos en las secciones participantes se
agruparon por Institución, de acuerdo con la mayor o menor incidencia del fenómeno,
con el propósito de compararlos luego, con la problemática social de la zona donde
se ubica.
Para determinar que las conductas encontradas califican como acoso entre pares, se
tomaron en consideración los parámetros internacionales, dados por definición, que
describen al bullying como: “la situación de acoso e intimidación, en donde un alumno
es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida
durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de
ellos” (Olweus, 1998, p. 25). En esta definición se identifican tres criterios
importantes: el primero es un comportamiento agresivo intencional, el segundo son
las manifestaciones que se dan de manera reiterada e incluso más allá del horario
escolar, y por último, la existencia de una relación interpersonal caracterizada por un
desequilibrio de poder que lleva a la víctima a la impotencia, lo que la imposibilita a
salir por sí sola de esa situación. El maltrato puede tomar diversas formas que van
desde el maltrato físico, verbal hasta el psicológico.
4. Análisis de la información.
Del análisis general de los instrumentos se desprende que un 26.5% de los niños y
niñas, han atemorizado a sus pares bajo diferentes formas como: golpes, patadas,
pellizcos, zancadillas, empujones; y también, mediante las amenazas, los apodos,
las burlas y los insultos. Estas últimas acciones no dejan lesiones físicas, pero sí
huellas sociales y psicológicas tan devastadoras como permanentes, ya que este tipo
de violencia genera problemas de autoestima, dificultad para establecer relaciones
humanas con el riesgo de que en
Los dos centros educativos que mostraron los mayores índices de violencia escolar
son los ubicados en el Guarco de Cartago y en Tirrases de Curridabat, y dos de los
que mostraron baja incidencia están en Desamparados y el Carmen de Escazú. Los
cuatro centros mencionados se analizan a continuación
En este mismo nivel un 85% de niños y niñas manifestaron haber sido víctimas de
sus compañeros o compañeras, evidenciándose una diferencia de un 15% entre los
datos que aportaron los agresores y los que brindaron las víctimas.
En Cartago
es conocido que una de las principales causas de la existencia del trabajo infantil es
la pobreza que provoca que muchas niñas, niños y adolescentes deban trabajar para
contribuir al sostenimiento familiar, a expensas de su participación en la educación y
en actividades recreativas más propias de su edad. (Moreno, Rodríguez y Chamorro,
2002, p. 33)
Los estudiantes que además mostraron signos de timidez o debilidad en este grupo,
se convirtieron en el blanco fácil de los mayores quienes adujeron, que entre las
características que presentaban los pares, que les llevaron a maltratarlos estaban "el
que eran más pequeños", "porque es muy humilde", y además agregaron que la
intención de estos hechos fueron “el hacerles sentir mal”, “el humillarles”, “por llamar
la atención”, o por “quedar bien con el resto de los compañeros”. Estos indicadores
se mostraron con un 75% en las respuestas, convirtiéndose los rasgos anotados, en
características de alto riesgo, para las víctimas que llegaron a ser "el blanco
disponible en el que descargar la hostilidad cuando la persona que provoca no puede
ser contestada: el niño es un chivo seguro de atacar y está garantizado que no
contraatacará” (Cerezo, 2002, p.64).
Los niños y las niñas pasan mucho tiempo en los Centros Educativos y las relaciones
que se establecen entre pares se tornan muy importantes para ellos. Es así como "la
falta de popularidad puede ejercer sobre el alumno diversos efectos duraderos y
profundos: hay quienes tratan de reforzar su autoestima tratando de adquirir
prestigio, otros acrecientan su agresividad, fanfarronean, mienten, buscan una
posición de notoriedad, en otros se fomenta el aislamiento, y se acrecientan los
sentimientos de incapacidad e inferioridad” (Cerezo, 2002, p. 98).
Las diferentes formas de maltrato se distribuyen entre agresiones físicas con un 52%
y las verbales que obtuvieron un 55%. Como puede observarse los porcentajes
sobrepasan el 100% en la muestra seleccionada debido a que algunos niños y algunas
niñas anotaron haber arremetido contra sus pares utilizando ambas formas de
maltrato, prevaleciendo los insultos, los golpes y las patadas.
Algunas de las formas de arremeter evidenciadas por estos alumnos y estas alumnas,
pueden ser semejantes a las utilizadas por los padres, las madres o personas
encargadas de corregir conductas en el hogar, de allí la importancia de la influencia
del entorno en el comportamiento humano, porque este tipo de manifestaciones
forman parte de las habilidades aprendidas, que también pueden reproducirse en el
salón de clases.
El entorno es una condición básica para el desarrollo de las habilidades de cada uno
de los habitantes, las que pueden verse afectadas por los índices de criminalidad de
cada Región. Específicamente en Cartago, de acuerdo con Moreno et al., (2002) la
tasa de criminalidad, para ese entonces era de 239.35 por cada cien mil habitantes,
y en el Distrito del Guarco el dato para esa fecha ascendía a 129.21 por cien mil,
factor que podría convertir el ambiente inmediato del Centro Educativo en un sitio
inseguro y promotor de violencia.
Un 25% de las personas que participaron en esta investigación indicó que las
agresiones las recibieron fuera del recinto escolar, por lo que el temor se acrecienta
cuando salen de la escuela.
Al porcentaje tan alto bullying hallado en esta Institución hay que prestarle atención
y apoyo, tanto desde el abordaje que ha de hacerse con la víctima como con el
victimario porque también, estos últimos padecen depresión y, probablemente no
han desarrollado arraigo con el centro educativo. Al respecto Voors (2006) dice que
"es fácil comprender esa depresión de los abusones. La falsa valentía que suelen
exhibir no es más que un disfraz con el que tratan de disimular sus profundas
sensaciones de vacío interior, inadaptación y falta de afecto" (p. 58).
El Centro Educativo ubicado en Curridabat, fue otro de los estudiados en donde los
alumnos y las alumnas mostraron índices altos de conductas agresivas en el salón de
clases. Del total de 79 instrumentos aplicados en tercer grado en esta Institución se
desprende que un 66 % han victimizado a sus pares, utilizando los golpes, las
amenazas, jalándoles el cabello, escupiéndoles, poniéndoles apodos, pellizcándoles,
empujándolos, pateándolos entre otras formas. éstas se agrupan en físicas y
verbales.
El 98% de las formas de agresión fueron físicas y el 52% verbales. Entre las
agresiones físicas se destacan el golpear, patear, empujar y pellizcar. Como parte de
las verbales se hallaron: decir apodos, gritar, amenazar e insultar. Estos porcentajes
son muy altos para el nivel educativo en que se encuentran los alumnos y las
alumnas, porque solo cursan el tercer grado escolar. El porcentaje obtenido
sobrepasa los niveles hallados en Costa Rica (Cabezas, 2007, 2011).
Para esta misma muestra, un 82% de las y los escolares manifestaron haber sido
víctimas de sus pares, situación que podría indicar que hay muchos más niños y niñas
que podrían estar victimizando a los iguales en esta Institución.
Al respecto de las características sociales anotadas para este Distrito, Serrano (2006)
indica que "en los centros educativos situados en entornos urbanos o socialmente
desfavorecidos existen más problemas de indisciplina y de victimización que en
contextos rurales, sub urbanos o de clase social alta" (p. 166).
La población que habita en esta zona es clasificada como de riesgo social, pero ha de
entenderse que la clase social no es tan determinante para influir en el bullying, sino
lo "que parece influir mayormente sobre la amplitud del fenómeno es el ambiente, el
barrio y la zona de la Ciudad en que los chicos viven; en una palabra la cultura de
referencia" (Menesini, 2009, p. 14), de allí que el vivir en lugares con una alta
criminalidad, como el caso en estudio, podría implicar un mayor riesgo de acoso en
el contexto de aula.
Relacionado con la inseguridad, los medios de comunicación escritos del país han
informado que en esta zona, existen la formación de pandillas y el consumo de
drogas; lo que lleva a la detención de algunos miembros del grupo familiar en el que
crecen los niños y las niñas. Otro hecho, que podría convertirse en un factor de riesgo
para esta comunidad, es el de la violencia y la presencia de conductas delictivas, por
lo que este ambiente comunal, juega un papel formativo preponderante en la
población de niñas y niños que la habitan, debido a que representa el entorno más
cercano y con el que mantienen interacción constante, por, lo que influye en todo su
proceso de desarrollo.
Otro aspecto a tomar en consideración para la mayor o menor presencia del acoso
escolar, es el uso del castigo físico que ha sido un método ampliamente aceptado y
utilizado tradicionalmente para corregir a la niñez costarricense. De acuerdo con el
estudio realizado por la UNICEF, el 53% de los ticos ha recibido golpes, como una
forma disciplinaria (Sierra, 2013, p. 23A). Esta forma de corrección es la fuente
primaria para cambiar las conductas de los niños y de las niñas y es considerado por
una cantidad de padres y madres como un método eficaz; sin tener conciencia de
que conlleva a problemas emocionales a corto o largo plazo.
En los estudios llevados a cabo por Krmpotic y Farré (2008), concluyeron que
El contexto que rodea a esta Institución se caracteriza por la violencia, las acciones
delictivas y el uso de drogas, lo que podría dar un indicio a los y las docentes, sobre
las casusas que la podrían estar desencadenando en el aula ya que el ambiente que
rodea a estos escolares se muestra con muy pocas oportunidades para un desarrollo
armónico.
Luego de examinar los datos aportados por los niños y las niñas de este Centro
Educativo, se observó que solo un estudiante manifestó haber agredido a sus pares,
pero no recuerda las razones que le llevaron a hacerlo. Tampoco se aportan datos
que evidencien la intencionalidad de los hechos ni la frecuencia con que fueron
cometidos los actos, lo que hace suponer que las agresiones se presentaron en forma
aislada y ocasional. Fue un acto puntual que no trajo mayores consecuencias.
Al revisar los porcentajes brindados por las víctimas solo tres personas indicaron
haber recibido algún tipo de agresión por medio de golpes lo que equivale a un 6%.
Los insultos se manifestaron en un 3% acciones que se presentaron solamente una
vez en el patio, por lo que se considera que en esta Institución el maltrato escolar no
es algo común.
Las personas que manifestaron haber sido víctimas de agresión, indicaron que se
encontraban solas al igual que sus agresores en el momento de ser golpeadas y que
no le comunicaron a nadie lo sucedido.
En cuanto a la frecuencia con se dieron estos actos, una estudiante indicó que
solamente fue una vez al mes, lo que equivale a un 3%, y otra que una vez al año.
Como dato adicional se anota, que una de las víctimas identificó al victimario como
"un estudiante de secundaria que no siempre ve", lo que puede interpretarse como
que el maltrato fue ocasional.
En este Distrito en el año 2012, se firmó un convenio entre los vecinos y la policía
Municipal, que les llevó al compromiso de luchar en forma conjunta contra el hampa.
También han surgido grupos de mujeres que trabajan por la seguridad y la paz
familiar que para llevar los mensajes a los pobladores utilizan como recursos las
mascaradas y las obras de teatro, a través de las cuales promueven los derechos de
las mujeres. Este tipo de participación de la comunidad como una forma preventiva
de la violencia, juega un papel muy importante en la zona, porque el maltrato no solo
debe entenderse en función de una víctima y un victimario, sino que también se
encuentra influenciado por la convivencia familiar, y el entorno de la Escuela, porque
dependiendo de la problemática en que se esté inmersa, le va a permitir a los
ciudadanos desenvolverse en un ambiente más seguro con menores índices de
violencia y mayor libertad, lo que lleva a responder a las acciones propuestas de
forma positiva y a imitar los patrones de quienes componen el grupo social
inmediato.
Comentario:
El Centro escolar está situado en uno de los cantones que muestra uno de los índices
más altos de desarrollo humano del país. En cuanto a seguridad ciudadana se
encontró que “del total de denuncias presentadas ante el Organismo de Investigación
Judicial por delitos contra la propiedad, durante los años 2004-2005, el distrito de
San Rafael ocupa el primer lugar con el 51,8 % de denuncias; luego, sigue el Distrito
de Escazú con el 33,2% y, por último, San Antonio con 13,9%.” (PNUD, 2008, p. 17)
siendo precisamente San Antonio el lugar donde se ubica este centro educativo, lo
que pareciera indicar que la problemática delictiva no es tan alta en sus alrededores.
En el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo del año 2008, se indica que el
índice de violencia de este distrito es 14,3%, el cual se podría considerar bajo si se
compara con el dato suministrado para el Cantón Escazú en general que asciende al
51,3%.
Las principales acciones de maltrato cometidas por los y las estudiantes de esta
Institución y los porcentajes obtenidos fueron: el quitarle el dinero a un compañero
y amenazarle con que no dijera nada con un 2%, el insultar a otro con un 2% y el
amenazar con un 2% también. Se detectó además que solo un niño manifestó haberle
quitado el dinero a otro. Un niño aceptó haber insultado y una niña amenazó a otra
compañera. De ellos dos indicaron haberse sentido culpables después de los hechos.
A pesar de que los índices mostrados en esta escuela son bajos, se ven indicios de
agrupamiento. Uno de los estudiantes comentó que las acciones negativas las realizó
acompañado de otro compañero, mientras que el resto lo hizo encontrándose solo.
Prestar atención a la formación de grupos, guiar a los niños y las niñas en el proceso
educativo, permanecer alerta ante cualquier indicio de violencia, son aspectos que se
deben de considerar como preventivos y que a su vez contribuirían a evitar el daño
moral, físico y psicológico de la población. De allí la importancia del abordaje de esta
temática desde edades tempranas, antes de que el fenómeno se instale en las aulas.
Cobra de nuevo importancia el contexto donde se desarrollan los niños y las niñas,
dando cabida a la influencia del entorno; en el que se concibe al bullying "en un
determinado contexto social con dos niveles de influencia que pueden ser objeto de
diagnóstico y de intervención" (Orte, 2008, p. 33).
5. Conclusiones
En la escuela ubicada en Cartago el dato hallado para esta misma forma de maltrato
fue de un 75%. La comunidad que rodea a esta Escuela se caracteriza por el
desempleo, la pobreza y por los niños trabajadores, quienes hacen abandono
temprano de la educación para contribuir con la economía familiar, para regresar
posteriormente a integrarse con grupos de niños menores.
Como se desprende del estudio, el entorno que rodea a las escuelas, ejerce influencia
directa sobre ellas. Si los espacios familiares se convierten en batallas entre los
miembros que los conforman, los niños y las niñas podrían buscar referentes fuera
de ellos, en la calle, y si en ella proliferan las pandillas, el consumo de drogas o altos
índices de violencia, van adoptando esta violencia como una forma natural de vida
que reproducen en el aula.