La Filosofía

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La filosofía

¿Que es la filosofía? Filosofía es una doctrina que usa un conjunto de razonamientos


lógicos y metódicos sobre conceptos abstractos como la existencia, la verdad y la ética
basados en la esencia, las características y las causas y efectos de las cosas naturales
como el ser humanos y el universo.

¿De donde viene la palabra? Filosofía viene de la palabra griega φιλοσοφία y del latín
philosophia acuñada por Pitágoras en el la Antigua Grecia que significa 'amor por la
sabiduría' o 'amigo de la sabiduría'. Con este término también se nombran las teorías y
sistemas de pensamiento desarrollados por uno o varios autores dentro de este campo.

La doctrina filosófia y sus estilos.

según su cronología: filosofía antigua o filosofía moderna


según su tema: filosofía lógica, filosofía epistemológica, filosofía ética, filosofía metafísica
entre otros.
según el estilo: filosofía analítica entre otros.
La filosofía griega es la referencia de la filosofía clásica. Entre sus mayores filósofos se
encuentran Pitágoras, Sócrates, Platón y Aristóteles.

La filosofía es también el espíritu, principios y conceptos generales de una materia, una


teoría o una organización. Hace también referencia a una forma propia de entender el
mundo y la vida.

Filosofía también significa templanza, fortaleza o serenidad para afrontar una situación
complicada. En este sentido, la expresión 'tomarse las cosas con filosofía' significa
relativizar un problema.

Filosofía de la ciencia
La filosofía de la ciencia es una rama de la filosofía que estudia el conocimiento y la
metodología científica, utilizando conceptos principalmente del empirismo y el positivismo.
Se trata de un tipo de reflexión normativa que profundiza sobre la legitimidad, la
naturaleza y la racionalidad de la ciencia y su relación con otras formas de conocimiento
como la Religión.

Algunos de los autores que han contribuido al desarrollo de la filosofía de la ciencia son
Karl Popper, Moritz Schlick y Thomas Kuhn.

Filosofía de una empresa


La filosofía de una empresa es un conjunto de principios, valores y pautas de actuación
genéricas en las que se puede incluir la visión y la misión de una organización
empresarial. En ente concepto a veces se incluye también la idea de cultura empresarial
aunque ésta se encuentra más relacionada con las costumbres y formas de proceder
existentes.

Una de sus características es que posee una cierta estabilidad en el tiempo, aunque la
filosofía de un empresa puede adaptarse o modificarse. Además, es determinante en el
desarrollo de la actividad empresarial, ya que la filosofía existente condiciona los objetivos
y las formas de actuación de una empresa.

Filosofía del derecho


La filosofía del derecho es el estudio de los conceptos propios del Derecho desde un
punto de vista filosófico. Se ocupa de temas como la naturaleza del Derecho y su relación
con la moral, el concepto de verdad, conocimiento y norma jurídica.

Destacan dos corrientes dentro de la Filosofía del Derecho: la doctrina del Derecho
Natural o Iusnaturalismo y la doctrina del Derecho Positivo o Positivismo Jurídico (en el
que se distingue una postura escéptica por un lado y por otro una vertiente metodológica).

Algunos de los autores que han profundizado en la Filosofía del Derecho son John Finnis,
Hans Kelsen y Ronald Dworkin.

7 características de la filosofía

La filosofía es una doctrina que abarca una gran cantidad de estudios lógicos y
metodológicos que buscan responder cuestiones de interés para el ser humano como la
existencia, la verdad o el conocimiento.
De la filosofía ha surgido una gran cantidad de saberes humanistas y científicos que han
sido de vital importancia para el desarrollo de la humanidad y para dar respuestas a
infinidad de preguntas y dudas existencialistas, entre otros.

Ejemplos:

Universalidad
La filosofía abarca una gran cantidad de ramas del conocimiento con el fin de construir
una idea general y común de la verdad del universo que pueda ser entendida por todas
las personas.

Por esta razón, la filosofía se vale de diversas áreas de estudios a fin de complementar
este concepto de manera razonable para que pueda promover su posterior crítica, por ello
no se toman en cuenta los misticismos o supersticiones.

Saber crítico
A partir del razonamiento, las personas se alejan de la ignorancia y se acercan al
conocimiento y a la búsqueda de la verdad, que deberá ser comprobada con la aplicación
de diversos métodos para evitar que se afirmen verdades absolutas.

Es decir, se hacen preguntas y se plantean problemas. En este sentido, la filosofía invita


al ejercicio del pensamiento y del razonamiento para replantearse aquellos conocimientos
que se tienen y para poner en duda aquellos que carecen de una base sólida de
veracidad.

Por ello, la filosofía parte siempre desde la crítica y análisis del conocimiento a fin de que
el ser humano pueda entender el mundo donde vive y todo aquello que le rodea, ya que el
conocimiento libera a las personas de la ignorancia.

Certidumbre
La filosofía no se conforma con una simple respuesta, por ello hace énfasis en la
búsqueda de las respuestas más lógicas y verdaderas acerca del universo, de la
existencia y de todo aquello que nos rodea, incluso, en aquellas áreas cuyas bases son
más abstractas, como la metafísica.
Las respuestas deben suelen contundentes y conllevar a un profundo razonamiento del
conocimiento que se posee.

Sistematicidad
La filosofía es una doctrina en la cual se organizan las ideas y verdades a partir de un
modelo, principio o verdad, de esta forma se presenta de manera coherente y unida una
serie de ideas acerca de un tema en particular.

Metodología
En la filosofía es de mucha importancia definir la metodología que se va a emplear
cuando se realiza un razonamiento lógico o una actividad empírica acerca de un tema en
particular.

Esto quiere decir que la filosofía se preocupa tanto de conocer la naturaleza de las cosas
y la existencia, así como del método que se debe aplicar para llegar a la verdad de éstas.

Concepción del mundo


La doctrina filosófica tiene una percepción del mundo bastante particular porque se
interesa por llegar al principio y verdad de las cosas, de la existencia y de todo aquello
que nos rodea, es decir, la totalidad del universo.

Sin embargo, para alcanzar este conocimiento, el hombre debe realizar una serie de
razonamientos lógicos que posibiliten analizar, cuestionar, interpretar, argumentar o
experimentar ciertas situaciones para asegurarse de la veracidad de la información.

Transversalidad
La filosofía abarca diversas áreas de estudio que forman parte de las bases del
conocimiento humano y su conducta. De allí que las ramas de la filosofía sean tanto
humanistas como científicas.

Entre las ramas de la filosofía que se pueden mencionar están la metafísica, gnoseología,
lógica, ética, política, arte, estética, lenguaje, religión, entre otras.

La filosofía pate de una visión crítica a través de la cual busca argumentos sólidos y
racionales que respondan a un sin fin de incógnitas relacionadas con la vida y el
desarrollo del ser humano. Por ello, la filosofía comprende diferentes áreas de estudio e
investigación.

¿Que son las Corrientes filosóficas?

Las corrientes filosóficas son las distintas agrupaciones de filósofos que se reúnen y
definen según las características comunes y opiniones compartidas, sobre filosofía, que
tienen sus integrantes.

Las corrientes filosóficas se han formado con la finalidad de compartir y discutir diversos
razonamientos lógicos y métodos sobre conceptos abstractos relacionados con la
humanidad y el contexto que nos rodea.

Por ello, cada una de las corrientes filosóficas que existe responde a una época, un hecho
histórico o surge de la necesidad de expresar contrariedad u oposición a una lógica en
particular.

las corrientes filosóficas más importantes.

Qué son Corrientes filosóficas:

Las corrientes filosóficas son las distintas agrupaciones de filósofos que se reúnen y
definen según las características comunes y opiniones compartidas, sobre filosofía, que
tienen sus integrantes.

Las corrientes filosóficas se han formado con la finalidad de compartir y discutir diversos
razonamientos lógicos y métodos sobre conceptos abstractos relacionados con la
humanidad y el contexto que nos rodea.

Por ello, cada una de las corrientes filosóficas que existe responde a una época, un hecho
histórico o surge de la necesidad de expresar contrariedad u oposición a una lógica en
particular.
Idealismo

El idealismo es una corriente que se caracteriza por interpretar el mundo como algo dual,
de esta manera se accede a las ideas a través del conocimiento y de la sensibilidad. El
idealismo sostiene que la realidad es subjetiva, es decir, se fundamenta en la forma o
idea. El idealismo se contrapone al realismo.

De esta corriente han surgido otras ramificaciones como el Idealismo objetivo, Idealismo
subjetivo y el Idealismo trascendental.

Se considera a Platón como el padre del idealismo y le siguieron Descarte, Hegel, Fichte,
Kant.

Realismo
El realismo es una corriente filosófica cuya posición es reconocer que la realidad se
percibe a través de la experiencia para poder ser entendida en sí misma. Aristóteles y
Santo Tomás de Aquino fueron sus principales exponentes.

Es decir, la verdad es la realidad tal como es, por ello está conformada por formas
universales que son reconocidas por todos los individuos. Los objetos tienen una
existencia independiente del ser.

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Escepticismo
El escepticismo es una corriente filosófica que defiende que lo importante es la felicidad
del espíritu, la paz interior. Por tanto, expone que no se debe pretender alcanzar los
conocimientos absolutos, ya que, ni la razón ni los sentidos son fiables.

Es decir, el individuo no debe apegarse a ninguna opinión, en especial, porque estas son
cambiantes en el tiempo.

El fundador del escepticismo fue Pirrón de Elis, junto con sus seguidores,
aproximadamente en el siglo III a.C.
Dogmatismo
El dogmatismo es una corriente que da por supuesto la posibilidad y la realidad del
contacto entre el sujeto y el objeto. En esta corriente, el conocimiento es la capacidad que
posee el individuo para interpretar la realidad.

Su principal exponente fue Tales de Mileto.

Racionalismo
El racionalismo es una corriente filosófica que resalta a la razón como la fuente del
conocimiento, en tanto, se opone al empirismo. Es decir, los individuos poseen un
conocimiento e ideas anteriores e independientes a la experiencia.

René Descartes fue el principal exponente del racionalismo en el siglo XVII. Sin embargo,
en la antigua Grecia Platón ya hacía mención de esto, y más tarde lo hicieron San
Agustín, Leibniz, Hegel, entre otros.

Empirismo
El empirismo es la corriente filosófica que se contrapone al racionalismo. Se basa en que
el conocimiento y la formación de ideas se fundamentan, justifican y sostienen de la
experiencia sensible. Es decir, la experiencia es la base de todo conocimiento.

El empirismo aparece en la Edad Moderna, entre los siglos XVII y XVIII, y sus principales
exponentes fueron John Locke y David Hume.

Criticismo
Se conoce como criticismo a la teoría del conocimiento propuesta por Emmanuel Kant, la
cual consiste en indagar dónde están los límites del conocimiento. La propuesta de Kant
se basa en que cuando se genera un conocimiento, éste trae conocimientos o elementos
que son anteriores al resultado de la investigación.

Es una teoría que propone estudiar las formas de conocimiento anteriores que han hecho
posible el conocimiento nuevo. Es decir, busca una respuesta a la forma por la cual se
llega a un conocimiento final.
Positivismo
El positivismo es una corriente filosófica propuesta por el pensador Augusto Comte y John
Stuart Mill a principios del siglo XIX. El del positivismo se basa en la idea de centrarse en
la ciencia objetiva y las leyes de la investigación.

Para los positivistas el conocimiento auténtico se obtiene a través del conocimiento


científico que, a su vez, surge de las teorías del método científico, sobre la cual deben
analizarse las actividades filosóficas y científicas, partiendo de hechos reales.

Pragmatismo
El pragmatismo es un movimiento filosófico que se originó y desarrolló entre Estados
Unidos e Inglaterra. Sus principales exponentes fueron William James y John Dewey.

Consiste en reducir lo verdadero a lo útil, es decir, la verdad consiste en la congruencia de


los pensamientos con fines prácticos para el individuo. La verdad debe ser útil, por tanto
todo conocimiento es práctico si cumple una función.

Marxismo
El marxismo es un conjunto de teorías, ideas y conceptos que poseen un fondo
ideológico, político y económico que deriva de las propuestas y doctrinas formuladas por
Karl Marx y Friedrich Engels.

Por tanto, es una corriente filosófica que ha sido empleada en la base de ideologías como
el comunismo y el socialismo.

Existencialismo
El existencialismo se refiere a la existencia como algo equiparable a la realidad. Es una
de las corrientes filosóficas más importantes del siglo XX, sus exponentes fueron Jean-
Paul Sartre, Albert Camus, entre otros.

Para los existencialistas la existencia de la vida precede su esencia. Esta corriente busca
el significado metafísico del ser humano.
¿Por qué y para que la filosofía? origen de la actividad filosófica
La filosofía tiene la función inicial de acercar al hombre al conocimiento en general, esto
es, que abarcaba todo lo conocido. La filosofía abarca muchas ciencias y artes como:

Derecho
Medicina
Alquimia (química)
Historia
Religión
Arte
Moral
¿Por qué la filosofía?
Platón
Conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las
cosas naturales, especialmente sobre el hombre y el universo.
Más sin embargo los Griegos alcanzado un desarrollo superior al logrado en sus lugares
de origen.

551-479 a. C.

Por lo general los filósofos griegos han considerado que la filosofía nace con Tales de
Mileto alrededor siglo VII a. c., pero no se consideraba necesario explicar cómo se había
producido ese surgimiento de una nueva forma de pensamiento. Sí parecía haber un
común acuerdo en considerar la filosofía como la forma de pensamiento racional por
excelencia, es decir, una forma de pensamiento que no recurre a la acción de elementos
sobrenaturales para explicar la realidad y que rechaza el uso de una lógica ambivalente o
contradictoria.
Origen oriental
427-347 a.C.
¿para que la filosofía?
Origen de la actividad filosófica
569 -470 a. C.

La filosofía existe porque esta en nuestra naturaleza, en la naturaleza del hombre... la


realidad es que todos somos un poco filósofos. El hombre busca el verdadero
conocimiento de la realidad.

Etimológicamente “Filosofía” proviene de los dos términos griegos:

- filÒ˚: amor (amistad), gusto, propensión, tendencia, cariño, ...

- sof¤aes: sabiduría, que es conocimiento interiorizado.

La caracterización etimológica de la Filosofía es ilustrativa, pero tiene sus límites. La


Filosofía no es solamente un amor a la sabiduría, es una disciplina científica que no
puede ser definida atendiendo a su objeto.

Esta hipótesis mantienen que los griegos habrían copiado la filosofía oriental, por lo que la
filosofía no podría considerarse una creación original del pueblo griego. Los primeros
filósofos habrían viajado a Egipto y Babilonia.

La filosofía sirve para...

La primera posibilidad de respuesta es la de esbozar la utilidad de la filosofía. Debo


advertir que cualquier utilidad que queramos asignarle a la filosofía dependerá de la
definición de filosofía que tengamos. Personalmente, me adhiero a la definición según la
cual la filosofía es un saber que ayuda a sentar tesis sólidas sobre los fundamentos de
todos los demás saberes. No estoy reduciendo la filosofía a la lógica, pero sí
vinculándolas estrechamente. Al decir que la filosofía es un saber, quiero decir que es un
conocimiento y no una mera forma de pensar o de especular. Al decir que la filosofía sirve
para sentar tesis sólidas sobre los demás saberes, quiero decir que ella es necesaria para
sentar las bases de todo saber, pues, a diferencia de cualquier saber particular, la filosofía
resuelve preguntas tan generales que ningún saber puede abarcar, al menos no por sí
solo, preguntas relacionadas directamente con dicho saber.

Un ejemplo, Cuando un psicólogo o un psiquiatra quieren curar a un paciente de una


cierta fobia, o un trauma de niñez, sencillamente hacen la labor de su saber particular.
Pero cuando quieren desentrañar las relaciones mente-cuerpo, y cosas parecidas, ya
hacen filosofía, al igual que un médico hace su trabajo cuando extrae un tumor maligno de
un paciente, pero cuando comienza a investigar por la vida y la muerte más allá de lo
biológico, entonces dejó de practicar la medicina, pero no se desvinculó de ella.

Los ejemplos son innumerables, pero como se ve, ayudan a dar sustento a nuestra
definición. No sólo mostraron que la filosofía ayuda a sentar tesis sólidas sobre los
fundamentos de un cierto saber, sino que es ella misma un saber porque es un
conocimiento acerca de los fundamentos últimos de todo saber distinto de ella. Si
recordamos además que esta característica de ser un saber sobre los fundamentos de
todos los demás saberes le es dada porque responde preguntas generales relacionadas
con saberes particulares que no pueden ser respondidas desde ellos mismos,
entenderemos por qué la filosofía no solo es un saber general o universal (contrapuesto a
saber particular), sino que por ello mismo es un saber teórico y estrictamente racional
(contrapuesto a saber práctico y empírico).

Ahora bien, si tenemos un saber de esta naturaleza, ¿qué utilidad podría tener? Yo diría
que muchísima. Imaginemos un filósofo que estudia los fundamentos de las matemáticas.
Puede asesorar a los ingenieros o científicos sobre el uso de las matemáticas, darles un
conocimiento sobre las bases filosóficas en las que descansa no sólo la matemática sino,
también, nuestra confianza en ella, y en especial, podría exponer los límites de la
matematización y alertar acerca de los peligros de sobrepasar esos límites, por ejemplo,
llegar a tratar a las personas como meros objetos de cálculo.

Un filósofo de la religión podría asesorar a los religiosos con respecto a las relaciones
entre ciencia y fe, a las bases filosóficas de la religión, y asuntos semejantes. Incluso un
filósofo de la política ayudaría a los políticos a dilucidar en sus respectivas tendencias o
ideologías la naturaleza humana supuesta en ellas, la cual puede no ser conforme con lo
que los políticos buscan, y en dicho caso, el filósofo podría sugerir reformas. También
sería de utilidad para sugerir críticas que podrían recaer sobre una cierta tendencia
política, y valorarlas teniendo en la mira lo que los políticos buscan con ella. En el caso
del psicólogo, el historiador, y el médico, la utilidad del filósofo es similar a la que hemos
expuesto en los casos anteriores.
Con esto, creo que he hecho un panorama breve de las posibles utilidades de la filosofía,
que podemos resumir así: dado que la filosofía es un saber sobre los fundamentos de
todo conocimiento, el filósofo no solo es un maestro de la fundamentación, sino también
de la interdisciplinariedad. Pero pasemos ahora a otro tipo de respuesta distinta a “la
filosofía sirve para...”

2. La pregunta por la utilidad de la filosofía es una pregunta absurda


Otro tipo de respuesta que ya se ha vuelto famoso en la filosofía analítica es el de
responder a una pregunta (filosófica) argumentando en favor del absurdo de la pregunta
misma, argumentación que descansa sobre un análisis de los elementos que conforman
la pregunta, en especial, por lo que se entiende por cada uno de ellos. La finalidad de esta
argumentación no es responder a la pregunta sino sustentar los errores de su
enunciación. Creo que una pregunta como ¿para qué sirve la filosofía? es susceptible de
un análisis de esta naturaleza, y es lo que probaré en este aparte.
La pregunta ¿para qué sirve la filosofía? trae consigo dos conceptos importantes: el de
“servir” o “servicio”, y el de “filosofía”. Creo que en principio, la persona que pregunta no
hace una diferencia tajante entre servicio y utilidad, de modo que una pregunta como
“¿para qué sirve la filosofía?” resulta equivalente a la pregunta “¿cuál es la utilidad de la
filosofía?”. Si no hace una diferencia tajante entre servicio y utilidad, es bastante probable
que la persona que pregunta tenga una noción más o menos vaga de ambos conceptos,
pero no obstante, creo que todo el que pregunta por la utilidad de la filosofía lo hace con
base en la utilidad de otras materias. Por ejemplo: si a alguien le preguntan ¿para qué
sirve la medicina?, dirá, seguramente, que para curar enfermos o lesionados, o al menos
para intentar hacerlo. Lo mismo responderá un psicólogo respecto a la salud mental. Es
decir, preguntar por la utilidad de un cierto saber es preguntar por la finalidad que busca,
es preguntar por su propósito último, un propósito para el cual “sirve”.
En términos generales, parece que esta es la noción de utilidad que usa quien pregunta
¿para qué sirve la filosofía? No obstante, las cosas son más oscuras cuando tratamos la
noción de “filosofía”. En el numeral (1) de este artículo, hemos dado una cierta definición
de la filosofía y hemos visto cómo esta definición estaba ligada a la utilidad de la filosofía
que allí exponíamos, de modo que quien pregunta ¿para qué sirve la filosofía?, o no ha
hecho el análisis de la noción de filosofía para deducir su utilidad (en caso de que
conozca dicha noción), o tiene otra definición de la filosofía, o sencillamente no sabe qué
es la filosofía.
De ese modo, el filósofo o aspirante a filósofo puede responder a dicha pregunta de la
siguiente manera: debe preguntar ¿qué es la filosofía? o ¿qué entiende usted por
“filosofía”? La pregunta está justificada porque el interlocutor introduce el término en su
pregunta ¿para qué sirve la filosofía?, de modo que en, principio, podemos suponer que
tiene una noción de lo que la filosofía es. Ahora, el interlocutor puede hacer tres cosas;
puede dar una definición igual o parecida a la que esbozamos en (1), puede dar una
definición diferente y quizá personal respecto de la filosofía, e incluso, puede decir que no
sabe qué es la filosofía. En el primer caso, podemos recriminarle que la utilidad de la
filosofía está implícita en dicha definición, de modo que sólo faltaría mostrarle cómo se
liga esa definición con la utilidad de la filosofía. El segundo caso es diferente; si la
persona trata de dar una definición de la filosofía diferente a la de (1), e incluso una
definición personal, podemos recriminarle que no tiene una definición correcta; esto
podemos hacerlo dado que, en la mayoría de los casos, quien pregunta es alguien que no
conoce la filosofía, o al menos no la conoce a fondo, razón por la cual es bastante
probable que su definición (sobre todo si es personal) no sea una definición correcta o al
menos compatible con lo que la filosofía es.
El tercer caso presenta dos subcasos: el primero consiste en que el interlocutor no sepa
qué es la filosofía, pero tema que al decirlo se muestre ignorante, razón por la cual
inventará, aprisa, una definición a partir de sus cursos de filosofía del bachillerato o lo que
escasamente haya escuchado. En este subcaso procedemos igual que en el segundo
caso; sencillamente le mostramos (o demostramos) a la persona que su definición es
errónea. El segundo subcaso consiste en que el interlocutor admita que ignora lo que es
la filosofía, en cuyo caso, debemos mostrarle que la pregunta por la utilidad de la filosofía
supone el concepto de filosofía, de modo que la pregunta se hace absurda cuando
notamos que el propio interlocutor no sabía ni siquiera qué era aquella cosa o aquel saber
por cuya utilidad preguntaba.
De ese modo, vemos cómo la pregunta por la utilidad de la filosofía se vuelve absurda:
quien pregunta ¿para qué sirve la filosofía? supone una noción de filosofía. Si la tiene, y
ésta es válida, podemos recriminarle que la pregunta no tiene sentido al tener la definición
en la mano y no deducir de ella la utilidad de la filosofía. Si la tiene, pero ésta es
incorrecta, podemos tratar de deducir de ella la utilidad de la filosofía. Si se deduce la
utilidad, la pregunta es absurda porque la persona tenía también a la mano la respuesta, y
si no se deduce la utilidad, llegando a la conclusión de que la filosofía no sirve para nada,
también la pregunta es absurda, pues si no sirve para nada, ¿para qué preguntamos por
su utilidad?
Sin embargo, qué sucedería si la pregunta no fuera realmente absurda, sino que el
anterior no fue más que un ejercicio sofistico para ocultar la respuesta que ningún filósofo
quiere admitir: que la filosofía no sirve para nada. Analizaremos esta respuesta a
continuación.
3. La filosofía no sirve para nada
¿Y si la filosofía no sirve para nada? En la actualidad utilizamos expresiones como “bueno
para nada” o “tal o cual objeto sirve para tres cosas: para nada, para nada y para nada”.
Lo peyorativo de estas expresiones hace que el filósofo sienta escozor cuando contempla
que la respuesta a la pregunta ¿para qué sirve la filosofía? podría ser sencillamente: para
nada. Lo que voy a argumentar en este aparte es que incluso si la filosofía no sirviera
para nada, no por ello es una profesión despreciable.
Todo el problema se halla en la noción de “utilidad”. Sostuvimos que cuando alguien
preguntaba por la utilidad de la filosofía, lo hacía basado en la utilidad que se entrevé en
otras materias, como la medicina, la psicología, la ingeniería, etc. Pero si hemos definido
a la filosofía según (1), es decir, como un saber respecto a los fundamentos de todo
conocimiento, no podemos comparar la utilidad de la filosofía con la utilidad de cualquier
otro saber particular. En principio, todo saber particular parece tener un propósito
específico, o por lo menos eso parece atestiguarlo el que en casi toda definición de un
cierto saber aparezca no solo el objeto que estudia sino su utilidad; la medicina busca la
cura de los enfermos, la política busca el orden de la sociedad, la psicología busca la
salud mental, la ingeniería en sus diversas ramas busca solucionar problemas de
construcción, problemas de producción, problemas de programación informática,
problemas mecánicos y electrónicos, la economía busca la distribución equitativa de los
bienes, la física y la química buscan las leyes de la naturaleza y sus elementos para su
posterior control y aprovechamiento, las matemáticas nos ayudan a simplificar cálculos
útiles a todas las demás ramas del saber, y así podríamos seguir con todas las ramas del
conocimiento.
Con la filosofía sucede algo distinto. Es verdad que, de la definición que dimos en (1),
podríamos deducir la utilidad de la filosofía como un saber acerca de los principios de
todo conocimiento, saber que nos ayudaría a fundar saberes, a rechazar críticamente
otros, o a abrir una puerta de diálogo entre saberes distintos, como lo sostuvimos en
aquel aparte. Sin embargo, el hecho de que la filosofía sea un saber acerca de los
fundamentos de todo saber distinto de ella, la deja en un puesto bastante curioso frente a
la utilidad. Por ejemplo: decimos que la utilidad de la medicina es curar a los enfermos,
pero el médico no admite una pregunta del siguiente calibre ¿porqué hay que curar a los
enfermos?, esta es una pregunta filosófica que, ciertamente, no parece que se pueda
responder desde la medicina, lo que quiere decir que el fin o propósito de la medicina se
lo puso la filosofía, cuando algún filósofo o conjunto de ellos justificó que los enfermos
debían ser curados. Nótese, entonces, que la filosofía queda como la que impone la
utilidad o propósito a otras ramas debido, precisamente, a que dichos fines o propósitos
necesitan, para mantenerse, de una justificación que resista el escrutinio filosófico, por lo
cual, la utilidad debe ser filosófica.
De ese modo, si la filosofía es la que impone el propósito a los demás saberes, no solo se
refuerza lo absurdo de preguntar por la utilidad de la filosofía, sino que podemos llegar a
pensar que, efectivamente, la filosofía no sirve para nada. Alguien podría creer posible
que la filosofía se da a sí misma su utilidad, en cuyo caso podríamos responder diciendo
que esta utilidad es la que esbozamos en (1). Sin embargo, contemplar la posibilidad de
un saber “inútil” tampoco debe ser algo peyorativo o denigrante para la filosofía. Durante
mucho tiempo se ha insistido en la filosofía en el tema de la teleología, es decir, el tema
de la finalidad o el propósito último de todas las cosas. El mundo se divide, entonces, en
medios y fines, donde los fines son aquello a lo que se aspira, y los medios son las
herramientas para conseguir los fines. Se ha discutido el estatus de los fines frente a los
medios usados para alcanzarlos, e incluso, sobre la ontología de unos ciertos fines en
ciertas cosas. No es mi misión discutir esto aquí, lo que quiero es vincular la disertación
que he llevado a cabo con la mecánica medios-fines.
Cuando hablamos de que la medicina busca la salud del cuerpo humano, estamos
diciendo que la medicina es un medio o herramienta para alcanzar el fin de la salud del
cuerpo. Lo mismo pasa con los otros saberes. Ahora, si decimos que la filosofía, o al
menos, una cierta filosofía, es la que pone los fines a los demás saberes, o al menos a
algunos, no sólo notamos que el estatus de la filosofía frente a los demás saberes es
distinto, sino que preguntar por la utilidad de la filosofía parece, al menos a primera vista,
un error categorial.
Además, si todo saber es útil en la medida en que “sirve para algo” o “es un medio para
algo”, me pregunto si la diferencia de la filosofía radica en que no es una herramienta para
conseguir nada sino un fin en sí misma. Cuando se sabe que la psicología busca la salud
mental, hace que la persona se dirija a ese fin en su profesión, pero hay una separación
entre el ejercicio del psicólogo y el fin, puesto que el fin no lo trata la psicología sino la
filosofía, como lo habíamos dicho. Pero cuando alguien quiere resolver el sentido de la
vida (si es se puede hacer algo como eso), o resolver el problema de porqué debemos
buscar la salud mental, la pregunta y la respuesta son filosóficas, de modo que podemos
decir que el fin de la filosofía está en ella misma, o que ella misma es su fin, lo cual nos
lleva a que la filosofía no sirve para nada.
Sé que a pesar de estas cuestiones, la carga peyorativa de la expresión “la filosofía no
sirve para nada” aun se mantiene. Para solventar un poco dicha carga, pensemos en un
paralelo entre la filosofía y la felicidad. Pensemos en un tipo de pregunta como ¿para qué
sirve la felicidad? Hay respuestas posibles como “para estar bien”, pero si preguntamos
¿para qué sirve estar bien?, es posible que el interlocutor sienta que es un ignorante o
que se le está tomando del pelo. Ello es así porque ese “sentirse bien” es algo que no
sirve para nada, pero no sirve para nada porque es deseado por sí mismo, no por otra
cosa. Con relación al sentimiento, la felicidad o el “sentirse bien” son deseados por sí
mismos y no por otra cosa, mientras en el conocimiento, la filosofía no sirve para nada
porque es fin de sí misma, o al menos, tiene dentro de ella a su propio fin.

Problemas de la filosofía

El problema fundamental de la filosofía es el de la relación que existe entre el pensar y el


ser, entre el espíritu y la Naturaleza. Engels hace notar que los filósofos se dividen en dos
campos: idealistas y materialistas, según consideren como primario el ser o la conciencia.
Todos los representantes de la filosofía idealista toman como primario la conciencia, la
idea, el espíritu. En cambio, los materialistas consideran lo primario la Naturaleza, la
materia, y la conciencia lo secundario, como una propiedad de la materia, derivada de
ella. El problema fundamental de la filosofía tiene, además, un segundo aspecto;
¿estamos en condiciones de conocer el mundo circundante? La mayoría de los filósofos
afirma la posibilidad de conocer el mundo, pero hay algunos agnósticos que la niegan. El
materialismo dialéctico refuta el agnosticismo. Nuestras sensaciones, nuestras ideas y
conceptos son copias, reflejos, del mundo objetivo. La práctica sirve de criterio de la
verdad o del error en nuestro conocimiento. “Desde el momento en que con arreglo a las
propiedades que percibimos en las cosas, las aplicamos a nuestro propio uso, sometemos
las percepciones de nuestros sentidos a una prueba infalible en cuanto a su exactitud o
falsedad” (Engels). Sólo el materialismo dialéctico da una solución consecuente y correcta
hasta el final del problema fundamental de la filosofía.

Problema fundamental de la filosofía

Problema de las relaciones del pensamiento con la existencia, del espíritu con la
naturaleza. Engels anota que los filósofos se dividieron en dos campos –”idealistas” y
“materialistas”– según que considerasen como primario la existencia, o la conciencia.
Todos los representantes de la filosofía idealista toman como primario, la conciencia, la
idea, el espíritu. Los materialistas, por el contrario, consideran como primario la
naturaleza, la materia, y como secundario, la conciencia, propiedad de la naturaleza,
derivada de la materia.

El problema fundamental de la filosofía tiene además un segundo aspecto: ¿Estamos en


condiciones de conocer el mundo que nos rodea? La mayoría de los filósofos considera
que es posible conocer el mundo que nos rodea; pero hay filósofos agnósticos que niegan
esa posibilidad. El materialismo dialéctico impugna el agnosticismo. Nuestras
sensaciones, representaciones y conceptos solo son copias, reflejos del mundo objetivo.
La práctica sirve como criterio de la verdad o falsedad de nuestro conocimiento. “En el
momento en que, de acuerdo a las propiedades por nosotros percibidas, de una cosa
cualquiera, la utilizamos para nosotros mismos, en ese mismo momento sometemos a
inequívoca verificación la verdad o falsedad de nuestras percepciones sensibles”
(Engels).
La solución consecuente hasta el fin del problema fundamental de la filosofía solo la da el
materialismo dialéctico.

Cuestión fundamental de la filosofía


Problema de la relación entre la conciencia y el ser, el pensamiento y la materia, la
naturaleza; se analiza desde dos lados: en primer lugar, ¿qué es lo primario, el espíritu o
la naturaleza, la materia o la conciencia? y, en segundo lugar, ¿cómo se relaciona el
conocimiento sobre el mundo con el mundo mismo? o, en otras palabras, ¿corresponde la
conciencia al ser, es capaz de reflejar con certeza el mundo? Sólo tomando en
consideración estos dos aspectos puede ser resuelto de modo consecuente el problema
fundamental de la filosofía. Los filósofos partidarios del materialismo reconocen como lo
primario la materia, el ser, y como secundario, la conciencia, y consideran que esta última
es el resultado de la influencia que sobre el sujeto ejerce el mundo exterior realmente
existente. Los filósofos idealistas toman por lo primario la idea, la conciencia, afirmando
que ellas son la única realidad verídica. Por eso, desde su punto de vista, el conocimiento
no es un reflejo del ser material, sino tan sólo la intelección de la conciencia misma en
forma de autoconocimiento de la idea absoluta, la voluntad mundial, &c. La filosofía
anterior se distingue por el enfoque metafísico de la solución del problema fundamental de
la filosofía, que se manifiesta o bien en la subestimación de la actividad de la conciencia,
en la reducción del conocimiento a la contemplación pasiva (materialismo metafísico) y en
la identificación de la conciencia y la materia (Materialismo vulgar), o bien en la
exageración de la actividad del pensamiento y su elevación al grado de lo absoluto
separado de la materia (Idealismo), o bien en la afirmación de su incompatibilidad por
principio (dualismo, agnosticismo). Únicamente la filosofía marxista brinda una solución
dialéctica materialista exhaustiva y científicamente fundamentada del problema
fundamental de la filosofía, subraya el carácter primario de la materia consistente en que:
1) ésta es la fuente de la conciencia, que la refleja; 2) la conciencia es el resultado de un
largo proceso de desarrollo del mundo
Características generales de las corrientes actuales del pensamiento filosófico

El idealismo existencialismo: Lista de los principales filosofía actual


Para darle un enfoque más transversal a la filosofía, aquí están algunas de las principales
corrientes filosóficas y las principales escuelas de pensamiento. Lo que hay que recordar
es que un autor bien puede pertenecer a varias corrientes (por ejemplo, la fenomenología
existencialista de Sartre, marxista e individualista). Aquí la mayoría de las principales
escuelas de filosofía y una definición de cada corriente filosófica (el existencialismo, el
idealismo, el empirismo, …):

escuelas generales de pensamiento:


– El empirismo: la doctrina de que todo conocimiento proviene de la experiencia.

– Racionalismo: Teoría que afirma que la mente humana tiene principios o un


conocimiento a priori, independiente de la experiencia

– Idealismo: doctrina filosófica que niega la existencia del mundo exterior, y lo reduce a
las representaciones de la subjetividad. De lo contrario, los idealistas piensan que el
mundo no existe sin un sujeto que pensar.

– Positivismo: El principio del positivismo es refutar el hombre un sentido metafísico,


centrándose así en la ciencia objetiva, las leyes de investigación.

– Estoicismo: el estoicismo es tanto una teoría del universo y una moral. la sabiduría
estoica se define como el conocimiento del Cosmos.

– El estructuralismo: Hay, por el estructuralismo, estructuras para todas las actividades


sociales, para explicar. Por tanto, debemos ir más allá de los hechos empíricos.

La fenomenología: un estudio descriptivo de un conjunto de fenómenos. Fenomenología


procede de una crítica de la metafísica clásica (empirismo y el idealismo a la vez), en un
deseo de volver a lo concreto. La fenomenología se define como una ciencia rigurosa de
las esencias.

Materialismo: La teoría materialista es una doctrina ontológica que no hay ninguna otra
sustancia que la materia. Por lo general, rechaza la existencia de Dios, el alma, la vida
futura. La conciencia sería un segundo fenómeno de relacionarse con el material.

El existencialismo: el existencialismo es una filosofía del hombre (no una filosofía de las
ideas). Es una filosofía de vida que rechaza la precedencia de la esencia. El
existencialismo considera al hombre como un auto-producción libre, sólo en un universo
sin Dios. La filosofía existencial busca el significado metafísico del hombre.

El escepticismo: El escepticismo es una posición de rechazo. Negativa a pronunciarse


sobre la existencia de objetos. El juicio se suspende, la duda permanente.

El cinismo: el cinismo es ante todo una doctrina moral, que es rechazar las convenciones
sociales y morales comúnmente aceptados. la vida cínica debe basarse en una virtud muy
ascético.

Romanticismo: Exaltación de la sensación de la naturaleza. Los nostalgia romántica


describen como la verdadera actitud de la conciencia humana, y fundó la teoría de la
naturaleza como un mediador entre el hombre y la divinidad, la nación como fuente de
acceso a la religiosa. También es rehabilitar los sentimientos, la libertad.
Conclusión

Hemos visto que resultado para responder a la macabra pregunta. Podemos hablar de la
utilidad de la filosofía a partir de su definición, podemos demostrar que la pregunta es
absurda, e incluso, podemos responder que la filosofía no sirve para nada, sin enfoque
que con esto digamos que dedicarse a ella es perder el tiempo. Si alguien va más allá y
trata de preguntar por la utilidad laboral de la filosofía, diremos que los filósofos son los
mejores docentes y maestros, pues conocen y manejan los fundamentos de todo
conocimiento, cosa que los ayuda a relacionar saberes volviéndolos maestros de la
interdisciplinariedad, como lo habíamos dicho. Pero si preguntan es por la utilidad
económica de la filosofía, diremos que dedicarse a ella puede que no deje muchos
dividendos, pero es bastante seguro que el filósofo irá más allá, pues tendrá la
justificación filosófica de por qué es mejor vivir con pocos dividendos que con muchos,
pregunta que es, en esencia, filosófica, pero con relación a la economía.

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