BORGES Tema Del Traidor y Del Héroe
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FICCIONES
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hallaron una cana cerrada que le advertia el riesgo de coorurrir a1 teatro,
esa noche; cambien Julio Cesar, a1 encaminarse a! Iugar donde lo aguardaban
los punales de sus arnigos, recibi6 un memorial que no lleg6 a leer, en que
iba dedarada la traici6n, con los nombres de los traidores. La mujer de
Cesar, Calpumia, vio en suei\os abatida una corre que le habia decrecado el
Senado; falsos y an6nimos rumores, la vispera de la muene de Kilpatrick,
publicaron en todo el pais el incendio de la torre circular de Kilgar-
van, hecho que pudo parecer un presagio, pues aquel habia nacido en Kilgarvan.
Esos paralelismos (y orros) de la historia de Cesar y de la hiscoria de un
conspirador irlandes inducen a Ryan a suponer una secreta forma del ciempo,
un dibujo de lineas que se repiten. Piensa en la historia decimal que ide6
Condorcet; en las morfologias que propusieron Hegel, Spengler y Vico; en
los hombres de Hesiodo, que degeneran desde el oro hasca el hierro. Piensa
en Ia rransmigraci6n de las almas, docrrina que da horror a las letras celticas
y que el propio Cesar atribuy6 a los druidas britarucos; piensa que antes
de ser Fergus Kilpatrick, Fergus Kilpatrick fue Julio cesar. De esos laberincos
circulares lo salva una curiosa comprobaci6n, una comprobaci6n que luego
}o abisma en OtrOS laberintOS mas inextricables y heterogeneos: cienas palabras
de un mendigo que convers6 con Fergus Kilpatrick el dia de su muerce,
fueron prefiguradas por Shakespeare, en la tragedia de Macbeth. Que la
hisroria hubiera copiado a la historia ya era suficientemence pasmoso; que
la hisroria copie a la literamra es inconcebible ... Ryan indaga que en 1814,
James Alexander Nolan, el mas antiguo de los compai\eros del heroe, habia
rraducido a1 gaelico los principales dramas de Shakespeare; entre ellos, ]Niio
Ch ar. Tambien descubre en los archivos un articulo manuscrito de Nolan
sobre los FeJtJpie/e de Suiza; vastas y errantes representaciones ceacrales, que
requieren miles de actores y que reiceran episodios hist6ricos en las mismas
ciudades y moncai\as donde ocurrieron. Otro documenco inedito le revela
que, pocos dias ames del fin, Kilpatrick, presidiendo el wcimo c6nclave,
habia firmado Ia sentencia de muerte de un traidor, cuyo nombre ha sido
borrado. Esta senrencia no condice con los piadosos habitos de Kilpatrick.
Ryan investiga el asunro (esa investigaci6n es uno de los hiatos del ar~Zumento)
y logra descifrar el enigma.
Kilpatrick fue ultimado en un teatro, pero de ceatro hizo tambien Ia
entera ciudad, y los actores fueron legi6n, y el drama coronado por s~
muerre abarc6 muchos dias y muchas naches. He aqw lo acontecido:
El 2 de agosto de 1824 se reunieroo los conspiradores. El pais escaba
maduro para la rebeli6n~ algo, sin embargo, fallaba siempre: algun traidor
habia en e1 c6ndave. Fergus Kilpatrick habia encomendado a James Nolan
e1 descubrimiento de este traidor. Nolan ejecut6 su tarea: anunci6 en plena
c6ndave que el craidor era el mismo Kilpatrick. Demostr6 con pruebas
irrefucables Ia verdad de la acusaci6n; los conjurados condenaron a muerte
a su presidente. Este firm6 su propia sentencia, pero implor6 que su castigo
no perjudicara a la patria.
Entonces Nolan concibi6 un extraiio proyecro. Irlanda idolatraba a Kilpa-
trick; Ia mas tenue sospecha de su vileza hubiera compromecido Ia rebeli6n;
Nolan propuso un plan que hizo de la ejecuci6n del traidor el instrumento
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para Ia emancipaci6n de Ia patria. Sugiri6 ·que el condenado muriera a
manos de un asesino desconocido, en circunstancias deliberadamente dramati-
cas, que se grabaran en Ia imaginaci6n popular y que apresuraran Ia rebeli6n.
Kilpatrick jur6 colaborar en ese proyecto, ·que le ~aha ocasi6n de redimirse
y que su muene rubricaria.
Nolan, urgido por el tiempo, no supo integramente inventar las circuns-
tancias de la mUltiple ejecuci6n; tuvo que plagiar a otro dramatu.rgo, al
enemigo ingles William Shakespeare. Repiti6 escenas de Macbeth, de julio
Cisar. La publica y secreta representaci6n comprencli6 varios elias. El condena-
do entr6 en Dublin, discuti6, obr6, rez6, reprob6, pronunci6 palabras pateticas
y cada uno de esos aaos que reflejaria Ia gloria, habia sido prefijado por
Nolan. Centenares de actores colaboraron con el protagonista; el rol de
algunos fue complejo; el de otros, momentaneo. Las cosas que dijeron e
hicieron perduran en los libros hist6ricos, en Ia memoria apasionada de
Irlanda. Kilpatrick, arrebatado por ese minucioso destino que lo redimia y
que lo perdia, mas de una vez enriqueci6 con actos y palabras improvisadas
el reno de su juez. Asi fue desplegandose en el tiempo el populoso drama,
hasta que el 6 de agosto de 1824, en un palco de funerarias coninas que
prefiguraba el de Lincoln, un baJazo anhelado entr6 en el pecho del traidor
y del heroe, que apenas pudo anicular, entre dos efusiones de brusca sangre,
algunas palabras previstas.
En Ia obra de Nolan, los pasajes imitados de Shakespeare son los menos
dramaticos; Ryan sospecha que el autor los intercal6 para que una persona,
en el porvenir, diera con Ia verdad. Comprende que el tambien forma pane
de Ia trama de Nolan... Al cabo de tenaces cavilaciones, resuelve silenciar
el descubrimiento. Publica un libro dedicado a Ia gloria del heroe; tambien
eso, tal vez, estaba previsto.
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