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EDICIONES
lograda con las más absoluta economía to con aquellas características propias
de medios, hasta a veces, como sucede a la mÚoica de su país natal.
en las introducciones de los movimien- Decir que su Serenata para flauta y
tos extremos, con un simple dibujo del violín, recientemente publicada por
oboe, sobre un pedal sostenido de la or- Southern Music Publishing, Inc. se da
questa. La elegancia y variedad de la a veces la mano con Copland o Piston
línea, bastan para llenar las necesida- y otras con Poulenc o lhert, es definir-
des expresivas de tales pasajes. la en lo que es la síntesis de su estilo.
Hay en toda la composici6n un acen- Esta obra fué escrita en París (No-
to popular, exteriorizado con finura e viembre de 1931), y el aporte america-
inteligencia, que a excepci6n de su se- no se percihe más bien en su fisonomía
gundo movimiento donde el título pun- técnica, mientras lo francés aparece
tualiza que está basado en <un canto constantemente planteado en su con-
folkl6rico siciliano>, no establece refe- tenido, donde predomina una cierta
rencias a un folklore determinado, sin ironía y frivolidad muy propia de los
embargo evoca la atm6sfera propia a nuevos músicos parisienses, o más bien
algunas obras de Bela Bartok. Esto de los que en la época en que Thomson
se percibe especialmente en el tercero escribi6 su Serenata, constitulan su
de sus movimientos, Moderato-Allegro, admiraci6n. Si entonces lo eran, Pou-
donde incluso la fisonomía rítmica y lene, ¡hert e incluso el recuerdo de Sa-
tratamiento arm6nico, DOS recuerda tie, con quien el compositor americano
algunos trozos del Mikrokosmos. demuestra un estrecho contacto, hoy
Sin embargo en medio de esta s610 es Messiaen, quien le debe en gran par-
aparente dispersi6n de elementos, la te la difusi6n de su obra en Estados
obra aparece unificada, dentro de for- Unidos.
mas de expresi6n muy personales, don- La Serenata para flauta y violín de
de el sello norteamericano se hace sen- Thomson, escrita dentro de modestas
tir con nitidez y esp6ntanea asimila- exigencias técnicas para cada uno de
ci6n. los instrumentistas, se divide en cinco
Este Concierto para oboe y orquesta movimientos cortos, pequeñas caricatu-
de Foss, no reviste dificultades extre- ras, finamente realizadas, de una Mar-
mas, ni para el solista ni para la orques- cha, Aria, Fanfarria, Fioritura e Him-
ta, lo que además de todas las razones no. Cada uno de ellos, son microsc6pi-
aducidas para demostrar su valor ar- cos bosquejos, productos más bien de
tístico, aumentará sus posibilidades de una improvisación intrascendental, que
ejecuci6n. no se resiste a ser escuchada con cierto
agrado y olvidada con la misma velo-
J. O. S. cidad con que transcurre la obra.
posiciones para canto y piano que figu- tumbrada politonalidad de las últimas
ra en los catálogos de esta empresa pu- obras de Milhaud, aparece suavizada
blicitaria. por sus figuraciones melódicas donde
Luis Gianneo, en ésta como en otras predomina el movimiento conjunto, por
de sus creaciones, demuestra ser un com· encima de los grandes saltos de inter-
positor de ideas claras, un inteligente valos. No podría decirse que en este
adaptador del folklore a las necesida- cuarteto se ha hecho uso de una téc-
des técnicas de la música contemporá- nica preferentemente contrapuntística..
nea y un artífice de probada competen- no obstante cada una de las llneas apa-
cia. La estilización de los ritmos f1okló- recen tratadas como partes reales den-
ricos de cada una de estas coplas, ha si- tro de un conjunto que en sus funda-
do realizada con finura de conceptos, mentos responde a las necesidades de
sin que por la prosecución de un delibe- un esqueleto armónico, que' es germen
rado eclecticismo, se encubra la esen- regu lador de la obra. La imitación por
cia del espíritu popular, como tampoco, ejemplo, se produce dentro de los mar-
por irse al extremo opuesto, se caiga cos de determinadas armonías, estable-
en una mera reconstitución de lo regiÚ'" cidas ca priori», o de encadenaciones
na!. En esta obra se ha mantenido el de acordes ordenados conforme a un
justo término medio, dentro de un to- sentido cadencial perfectamente libre,
tal bien equilibrado, donde las prefe- o en todo caso desprendido de cualquier
rencias por algunas de sus seis cancio- concepto académico.
nes, no es más que materia de gustos Hay en esta obra un elemento poé-
personales, puesto que en todas se ha- tico, que tan pronto se resume en at-
cen presentes por parejo las bondades mósferas de gran intimidad, como tra-
de la creación. duce sentimientos de un impulsivo op-
A nuestro modo de pensar, y en el timismo. Lo primero lo encontramos
terreno señalado anteriormente, prefe- planteado en sus movimientos impa-
rimos la primera, la quinta y la sexta, res, cTendre» y cDoux et calmeJo, aun-
por encima de las otras tres, sin que que en el último de éstos con una ma-
por ello se entienda que las que no apa- yor dosis de patetismo; y lo segundo
recen favorecidas por nuestra selección en los movimientos pares, «Vif» y cAni-
merezcan ser descartadas en una serie mé>. Cuanto de todo esto responde a
que consideramos debe cantarse com- un plan previamente establecido por
pleta. el compositor no lo sabemos, pero el
J. O. S. caso es que esta secuencia dramática
resulta ser lo más característico de la
DARIUS MILHAUD. - VIGESIMO- obra, hasta el punto de hacernos pen-
SEXTO CUARTETO DE CUER- sar que su desarrollo está regulado por
DAS. (Ell. Heugel el Cie. Paris). un programa literario. Incluso pueden
establecerse algunas recurrencias te-
Este músico francés cuya experien- máticas, o más bien de incisos meló-
cia en el Cuarteto de Cuerdas, puede dicos, como sucede con las primeras
contarse entre las más desarrolladas de tres semicorcheas muy típicas del pri-
hoy día, dedica la vigésimosexta obra mer movimiento y el tresillo con que
de este género, a su esposa Madeleine se inicia el cuarto movimiento, también
«pallr le 25e anniversaire de natre ma- motivo dominante en éste.
riage:t. Una escritura sólidamente encauza-
Como todas las demás, ésta demues- da dentro de los preceptos técnicos más
tra un fácil manejo del mencionado con- propios a los instrumentos de arco, es
junto, dentro de un estilo donde la acos- la que mantiene el interés constante
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en que entre las voces se producen ro- ordenada de manera que contrasten
ces armónicos de cierta complejidad. unas con otras, dentro de un total bien
La consideración de los aspectos seña- proporcionado y de la necesaria va-
lados, permite a estas obras el poder riedad.
ejecutárselas con relativa facilidad, sin Los sentimientos de ternura, auste-
que la novedad de sus elementos mu- ridad, regocijo, meditación y vivaci-
sicales constituyan un escollo para al- dad que en estos cantares se hacen pre-
canzar una apropiada interpretación. sentes, son la médula de su discurso
Aunque lá impresión en cuadernillos expresivo y la solidez de una realiza-
separados de cada una de sus partes, ción plenamente lograda, su mérito ar-
anticipa la posibilidad de una ejecu- Ustico más sobresaliente.
ción parcial, la serie completa ha sido J. O. S.