Implantes Dentales, MG
Implantes Dentales, MG
Implantes Dentales, MG
¿QUÉ SON?
Los implantes son elementos metálicos que se ubican quirúrgicamente en los
huesos maxilares, debajo de las encías. Una vez colocados en el lugar, el
dentista puede colocar sobre ellos las coronas o puentes fijos que reemplazarán
a las piezas dentarias perdidas.
Los implantes dentales son una forma popular y efectiva de reemplazar los
dientes perdidos y están diseñados para disimularse entre los otros dientes. Son
una excelente opción a largo plazo para restaurar su sonrisa. De hecho, el
desarrollo y la utiliza de los implantes es uno de los mayores avances en la
odontología de los últimos 40 años. Los implantes dentales están hechos de
titanio y otros materiales que sean compatibles con el cuerpo humano. Son
tornillos que se colocan quirúrgicamente en el maxilar superior o inferior, donde
funcionan como un ancla firme para los dientes de reemplazo.
INDICACIONES Y FACTORES PARA SU COLOCACIÓN
Rebordes maxilares con marcada reabsorción ósea (edentulismo total en
el maxilar inferior que impide la sujeción de prótesis mucosoportada).
Baja tolerancia de los tejidos blandos. Desaparición total de la encía
adherida, la encía libre y mucosa son muy sensibles.
Hábitos parafuncionales de origen oclusal. La reabsorción extrema de los
maxilares genera hábitos parafuncionales que son tratados con prótesis
dentales.
Reflejos nauseosos hiperactivos.
Incapacidad psicológica para portar prótesis removible.
Rehabilitación de desdentados parciales, con brechas entre dientes
sanos, excitando su utilización como pilares de prótesis fija.
Rehabilitación de brechas extensas o extremos libres, en los cuales no es
posible realizar prótesis fija.
Los implantes dentales son recomendables cuando una persona ha sufrido
la pérdida de dientes debido a:
La caries dental: es el proceso que da lugar a una cavidad en el diente. Se
produce cuando las bacterias en la boca fabrican ácidos que corroen el
diente. Una caries no tratada puede causar dolor, infección y finalmente la
pérdida del diente.
Fracaso del tratamiento radicular: se trata del fracaso de una endodoncia. Si
después del tratamiento por endodoncia, el interior de los dientes o los tejidos
alrededor de la raíz permanecen infectados, el procedimiento se considera
fallado. Los síntomas habituales de fracaso del tratamiento del conducto
radicular incluyen dolor dental y dolor o inflamación de las encías en la zona
cercana al diente. Esta complicación puede aparecer inmediatamente
después del tratamiento o incluso después de muchos años desde su
realización. Los implantes dentales son una solución valiosa ante este
problema.
Periodontitis: Se inicia con una gingivitis (inflamación de las encías) pudiendo
progresar a periodontitis En una etapa temprana de la gingivitis, las bacterias
de la placa se acumulan, causando que las encías se inflamen y sangren con
facilidad durante el cepillado de dientes. A pesar de que las encías se
encuentren irritadas, los dientes aún están plantados firmemente. En esta
etapa no existen aún daños irreversibles. En este caso la capa interna de la
encía y el hueso se separan de los dientes y se forman bolsas. Estos
pequeños huecos entre los dientes y las encías se pueden infectar y se puede
producir la destrucción del periodonto, lo que puede finalizar con la pérdida
del diente.
Traumatismos: Un traumatismo en los dientes se puede producir por
accidentes, caídas o lesiones. Pueden ser debidos a la práctica de deportes
cuando se produce un golpe importante en la cabeza o por una caída desde
cierta altura. La fractura de la raíz puede no ser evidente hasta algún tiempo
después, cuando se desarrolla una infección.
Uso y desgaste excesivo del diente: Un uso excesivo o un desgaste como
por ejemplo el bruxismo puede llevar a la pérdida del diente. El bruxismo
puede aplicarse a aquellos que rechinan los dientes durante la noche
mientras duermen, o personas que son extremadamente ansiosas y rechinan
los dientes o aprietan las mandíbulas durante las horas de vigilia. Este
desgaste anormalmente excesivo puede causar daño produciendo la pérdida
de los dientes permanentemente.
Ausencia congénita de dientes: La falta de uno o más dientes es quizás
nuestra malformación congénita más común. Muchos de nosotros carecemos
de una o varias muelas del juicio o de incisivos. La falta de una gran cantidad
de dientes, sin embargo, es muy rara. Son muy normales las caídas de
dientes de leche en niños, sin un diente sucesor para reemplazarlo.
ESTUDIO, DIASGNÓSTICO Y PLANIFICACIÓN
1.-Planificación de la rehabilitación: La planificación de la intervención quirúrgica
comienza con el diagnostico de su problema individual. Una vez resueltas todas
las cuestiones se realizarán radiografías para planificar la intervención y
determinar la posición del implante
2.-Intervención quirúrgica: El siguiente paso es la colocación del implante con
anestesia local. Posteriormente, el implante se óseo-integra al hueso firmemente
en el hueso
3.-Colocación de la prótesis: Una vez finalizada la fase de cicatrización se coloca
la nueva corona sobre el implante.
EVALUACIÓN INTRAORAL, ESTUDIO DE MODELOS
Historia clínica y exploración inicial
En primer lugar, el implantólogo debe conocer todos los detalles sobre la salud
general y los hábitos del paciente. Si tiene enfermedades, está tomando alguna
medicación, fuma... Los profesionales de la salud también llaman “anamnesis”
en su jerga profesional a este cuestionario.
Es muy importante que no ocultes ningún dato: la información que suministres
ayudará a que recibas el mejor tratamiento y es estrictamente confidencial.
Después, el implantólogo examinará directamente la boca del paciente,
valiéndose del pequeño espejo circular que utilizan los dentistas y con el que
todos estamos familiarizados. Esta exploración inicial sirve para orientar sus
observaciones posteriores, descartando patologías e identificando los elementos
que requieren que los estudie con más profundidad.
Estudio radiológico
Después, el paciente se somete a una serie de radiografías, que sirven sobre
todo para conocer el estado de los tejidos óseos del paciente. La cantidad y
calidad del hueso en el maxilar o la mandíbula son un punto muy importante a la
hora de hacer un plan de tratamiento para implantes.
Esto indica al implantólogo si es necesario efectuar un injerto de hueso, un paso
previo a la cirugía implantológica propiamente dicha especialmente común en
las personas mayores, que han perdido altura y anchura en el tejido óseo.
La principal de estas pruebas radiológicas es la radiografía panorámica u
ortopantomografía. Con un examen de una sola de estas imágenes de la boca
del paciente, el dentista puede detectar problemas que habían pasado
desapercibidos en la exploración inicial.
En muchos casos, sobre todo si el estado de la boca del paciente no es el óptimo,
las ortopantomografías, que son radiografías convencionales, no son suficientes
y es necesario recurrir a las radiografías axiales de haz cónico.
En solo unos segundos, una de estás máquinas es capaz de tomar cientos de
radiografías desde varios ángulos de la boca del paciente. Toda esta información
es procesada después por un programa informático que reconstruye en 3D la
boca del paciente y permite al odontólogo hacer “cortes virtuales” para conocer
mucho mejor el estado del hueso en una sección concreta y planificar el
tratamiento implantológico con una precisión absoluta.
Estudio fotográfico y de modelos
Además de las técnicas de radiodiagnóstico, el implantólogo puede realizar una
serie fotográfica paciente, tanto imágenes del rostro como intraorales desde
diferentes ángulos. Estas imágenes, además de ayudar al diagnóstico, son sobre
todo útiles a la hora de documentar todo el tratamiento.
Para terminar, y poder estudiar con detenimiento el caso que se le presenta
puede ser necesari la, toma moldes de la boca del paciente. Para ello, le hace
morder una masilla a base de alginato del que obtiene una impresión de sus
dientes y encías. Posteriormente y a partir de esta “huella” confecciona una
réplica en yeso, con el que puede trabajar más fácilmente.
Si no hay consideraciones clínicas que obliguen a realizar más pruebas (en
ocasiones es necesaria la confección de guías y férulas quirúrgicas) el
implantólogo tendrá suficientes datos para planificar la intervención y que esta
sea todo un éxito.
GUÍA QUIRÚRGICA
Nota: Una guía quirúrgica es un elemento protésico que nos permite colocar los implantes de
acuerdo a un estudio y una planificación previos y hacerlo de forma cuidadosa y precisa.
Disminuimos el tiempo quirúrgico y conseguimos un pos-operatorio con menos dolor y menor
inflamación gracias a la guía