M14 U2 S5 Joma
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PROGRAMA ACADÉMICO
LICENCIATURA EN DERECHO
T E M A:
DOCENTE:
Mtra. ROSA JIMÉNEZ RODEA
MÓDULO XIV
El mar territorial: es el sector del océano; mide 12 millas marinas a partir de la línea
de base. El Estado ejerce plena soberanía, al igual que en las aguas interiores. Sin
embargo, debe otorgar el derecho de paso inocente.
Artículo 2
Régimen jurídico del mar territorial, del espacio aéreo situado sobre el mar territorial
y de su lecho y subsuelo
“El derecho de paso inocente radica en permitir el paso pronto, continuo rápido e
ininterrumpido, a todo barco o aeronave que atraviese el territorio nacional, siempre
que se desarrolle en periodos de paz y portando la bandera de la nacionalidad”.
“El derecho de paso inocente radica en permitir el paso pronto, continuo rápido e
ininterrumpido, a todo barco o aeronave que atraviese el territorio nacional,
siempre que se desarrolle en periodos de paz y portando la bandera de la
nacionalidad”.
PARTE V
ZONA ECONÓMICA EXCLUSIVA
Artículo 55
Régimen jurídico específico de la zona económica exclusiva. La zona económica
exclusiva es un área situada más allá del mar territorial y adyacente a éste, sujeta
al régimen jurídico específico establecido en esta Parte, de acuerdo con el cual los
derechos y la jurisdicción del Estado ribereño y los derechos y libertades de los
demás Estados se rigen por las disposiciones pertinentes de esta Convención.
Artículo 56
Derechos, jurisdicción y deberes del Estado ribereño en la zona económica
exclusiva
1. En la zona económica exclusiva, el Estado ribereño tiene:
a) Derechos de soberanía para los fines de exploración y explotación,
conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no
vivos, de las aguas suprayacentes al lecho y del lecho y el subsuelo del mar, y con
respecto a otras actividades con miras a la exploración y explotación económicas
de la zona, tal como la producción de energía derivada del agua, de las corrientes
y de los vientos;
3. Los derechos enunciados en este artículo con respecto al lecho del mar y su
subsuelo se ejercerán de conformidad con la Parte VI.
Artículo 57
Anchura de la zona económica exclusiva. La zona económica exclusiva no se
extenderá más allá de 200 millas marinas contadas desde las líneas de base a
partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial.
Artículo 58
Derechos y deberes de otros Estados en la zona económica exclusiva
1. En la zona económica exclusiva, todos los Estados, sean ribereños o sin litoral,
gozan, con sujeción a las disposiciones pertinentes de esta Convención, de las
libertades de navegación y sobrevuelo y de tendido de cables y tuberías
submarinos a que se refiere el artículo 87, y de otros usos del mar
internacionalmente legítimos relacionados con dichas libertades, tales como los
vinculados a la operación de buques, aeronaves y cables y tuberías submarinos, y
que sean compatibles con las demás disposiciones de esta Convención.
Artículo 59
Base para la solución de conflictos relativos a la atribución de derechos y
jurisdicción en la zona económica exclusiva. En los casos en que esta Convención
no atribuya derechos o jurisdicción al Estado ribereño o a otros Estados en la zona
económica exclusiva, y surja un conflicto entre los intereses del Estado ribereño y
los de cualquier otro Estado o Estados, el conflicto debería ser resuelto sobre una
base de equidad y a la luz de todas las circunstancias pertinentes, teniendo en
cuenta la importancia respectiva que revistan los intereses de que se trate para las
partes, así como para la comunidad internacional en su conjunto.
Artículo 60
Islas artificiales, instalaciones y estructuras en la zona económica exclusiva
6. Todos los buques deberán respetar dichas zonas de seguridad y observarán las
normas internacionales generalmente aceptadas con respecto a la navegación en
la vecindad de las islas artificiales, instalaciones, estructuras y zonas de
seguridad.
Alta Mar
PARTE VII
ALTA MAR
SECCIÓN 1. DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 86
Aplicación de las disposiciones de esta Parte Las disposiciones de esta Parte se
aplican a todas las partes del mar no incluidas en la zona económica exclusiva, en
el mar territorial o en las aguas interiores de un Estado, ni en las aguas
archipelágicas de un Estado archipelágico. Este artículo no implica limitación
alguna de las libertades de que gozan todos los Estados en la zona económica
exclusiva de conformidad con el artículo 58.
Artículo 87
Libertad de la alta mar
1. La alta mar está abierta a todos los Estados, sean ribereños o sin litoral. La
libertad de la alta mar se ejercerá en las condiciones fijadas por esta Convención y
por las otras normas de derecho internacional. Comprenderá, entre otras, para los
Estados ribereños y los Estados sin litoral:
a) La libertad de navegación;
b) La libertad de sobrevuelo;
c) La libertad de tender cables y tuberías submarinos, con sujeción a las
disposiciones de la Parte VI;
d) Libertad de construir islas artificiales y otras instalaciones permitidas por
el derecho internacional, con sujeción a las disposiciones de la Parte VI;
e) La libertad de pesca, con sujeción a las condiciones establecidas en la
sección 2;
f) La libertad de investigación científica, con sujeción a las disposiciones de
las Partes VI y XIII.
2. Estas libertades serán ejercidas por todos los Estados teniendo debidamente en
cuenta los intereses de otros Estados en su ejercicio de la libertad de la alta mar,
así como los derechos previstos en esta Convención con respecto a las
actividades en la Zona.
Artículo 88
Utilización exclusiva de la alta mar con fines pacíficos
Artículo 89
Ilegitimidad de las reivindicaciones de soberanía sobre la alta mar
Artículo 52
Derecho de paso inocente
Conflicto de Beagle
Chile y Argentina
¿Con qué tema de los analizados en esta sesión lo identificas?
Después de la notificación del laudo arbitral, que Chile aceptó inmediatamente, este
país comenzó a tomar medidas que significaban la ejecución de sus disposiciones,
estableció nuevos puestos de vigilancia e instaló señales en las islas más al sur del
continente.
Por su parte, el gobierno argentino el 25 de enero de 1978 declaró la nulidad
de la decisión de la Corte arbitral y del laudo de la corona británica y, en
consecuencia, no se consideró obligado a su cumplimiento.
Durante todo ese año hubo negociaciones para tratar de solucionar el problema, el
que no solo consistía ya en la validez o nulidad del laudo arbitral, sino que se habían
incorporado otras cuestiones tales como las relativas a la jurisdicción marítima, la
navegación por los canales fueguinos y la relativa a la boca oriental del Estrecho de
Magallanes. Chile ofreció someter la controversia a la Corte Internacional de
Justicia, pero Argentina prefirió buscar una solución mediante negociaciones
directas.
Ante la grave situación, el Papa Juan Pablo II se mostró dispuesto a enviar a Buenos
Aires y Santiago de Chile un representante personal para obtener informaciones
más concretas y examinar las posibilidades de una solución pacífica de la
controversia.
Fueron casi ocho años los que tuvieron que transcurrir para que Chile y Argentina
se pusieran de acuerdo en los límites australes, y con ello dejaran atrás el fantasma
de la guerra que en algunos momentos amenazó con hacerse realidad. Conozca
detalles de los esfuerzos que debieron hacerse y los momentos de mayor tensión
que vivieron los equipos negociadores de ambos países. Si se toma en cuenta el
extenso período en que Chile y Argentina discreparon sobre la soberanía del canal
Beagle y sus islas, el Tratado de Paz y Amistad de 1984 podría ser visto aún con
más valor.
Y las ramas de las Fuerzas Armadas, a ambos lados de la cordillera, afirman una y
otra vez que las hipótesis de conflicto con la contraparte ya no existen y que, por el
contrario, se avanza a paso firme en la integración. Sin embargo, diversos episodios
registrados en el último tiempo se han encargado de recordar que la rivalidad es
todavía cosa del presente.
El caso más reciente, que provocó en octubre alta tensión en las cancillerías de
Santiago y Buenos Aires, fue la molestia argentina por un artículo de opinión escrito
por el ahora jefe de la diplomacia chilena, Ignacio Walker. En ese artículo, redactado
meses antes de que asumiera su cargo como canciller, Walker disparaba contra el
peronismo, al que acusaba de "autoritario y fascistoide". La indignación argentina
fue tal, que el ministro de Relaciones Exteriores Rafael Bielsa llegó a decir que el
Presidente Néstor Kirchner jamás estrecharía la mano del debutante canciller
chileno.
Bibliografía
Azcoitia, F.. (2010). Historelo. Abril 02, 2019, de Algredo Azoitia Sitio web:
http://www.scielo.org.co/pdf/histo/v10n20/2145-132X-histo-10-20-
00237.pdf