Nueve Meses - Aryam Shields PDF
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¿Puede envolverte,
atarte…?
Odette Miller pensó que esa solo sería una noche de viernes más, salir con sus
amigas, beber un par de tragos y bailar hasta que sus pies le pidieran
clemencia,
lo que nunca imaginó fue que esa noche alguien llegaría a su vida como un
Nueve Meses
©Aryam Shields
Quintín
ISBN-13: 978-1545494684
ISBN-10: 1545494681
©Todos los derechos reservados.
Sígueme a la oscuridad
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Epílogo
Agradecimientos
Sobre la Autora
Capítulo 1
La luz del sol me molestaba. Me giré en la cama buscando una mejor posición,
rostro. Dándome por vencida, entreabrí uno de mis ojos, todavía somnolienta,
casi a mediodía.
«¡Demonios!».
en dos.
Conté hasta tres muy lentamente, antes de abrirlos una vez más y observar el
«¿Madera? ¡Mierda!».
Me senté en la cama, abriendo los ojos del todo. Justo en ese momento, me di
Me encontraba desnuda.
Había alguien en el baño, pues escuchaba el agua correr.Y esta no era mi casa.
Como por arte de magia, la pregunta llegó a mí: «¿qué diablos hice anoche?».
más rápido posible. Me levanté por completo, cubriendo mi cuerpo con una
estaba en una habitación de hotel, ya que, aunque era bastante elegante, había
detalles –como el vaso de agua a medio tomar que estaba sobre la mesa– que
me
pieza de encaje negro, a un lado de la gran cama. Corrí hacia ella, y no pude
dijo que era mala idea salir con Allegra y Mía, no le presté atención. Me giré
perfecto. Cabello negro como la noche, ojos azules como dos zafiros, pómulos
Fue entonces cuando la realidad me impactó como una gran bola para
demoler. Aquí estaba yo, Odi Miller, veintitrés años, medio desnuda, frente a
la
encarnación de “el David” de Miguel Ángel, en una casa que no era la mía, y
con
retazos de mis bragas negras de encaje en la mano.
―¡Oh! Las bragas son lindas, pero me temo que no sobrevivieron, tuve que
arrancara ―dijo con una sonrisa ladeada―. Puedes ser muy peligrosa si te lo
propones ―susurró.
del mes».
«Un extraño que me tocó más que la mano anoche, pero al final un extraño».
Derrick Tatcher en la Fundación GEA. ―Abrí mis ojos, sorprendida. ¡El tipo
era
Mi cara debió reflejar todo lo que pasaba por mi mente, porque él sonrió.
―No te haré daño, Odette. Quizás, si me lo permites, tal vez grites un poco,
―Ya regreso, iré por tu vestido, debió quedar… ―Fingió pensar, tomando su
barbilla con sus dedos―, en algún lugar de la sala. ―Su mirada se paseó por
todo
mi cuerpo como un perro ansiando un hueso, luego negó con su cabeza, como
―Necesito mi vestido.
Salió de la habitación, envuelto con la pequeña toalla. Una vez sola, me senté
Su rostro se me hacía familiar; pero de algo estaba segura: ese chico no era de
en la mano.
―Gra…gracias ―dije tomándolo.
―Es nuevo, ya que estropeé tus bragas, es lo mínimo que puedo hacer por ti.
Me dio una sonrisa de esas, que estaba segura, derretirían la Antártida con
maquillaje y acomodar mi cabello, que gritaba que había tenido una noche de
sexo a lo loco.
tenía alguna duda de que esta era su casa, quedó disipada al verlo manipular
las
tonta.
preocupada ―mentí.
―Vives sola ―dijo sin mirarme―. Estoy preparando huevos con tocino y
waffles con arándanos. Ya te sirvo.
Le di una mirada avergonzada, y fui hacia ellos para calzármelos, pero las
así que opté por abrir la puerta y huir de ahí, cuando el extraño caminó hacia
mí.
que sea que había hecho anoche, pero sobre todo, alejándome del extraño de
ojos azules.
había liado con el extraño, pero fue inútil. Recordaba cuando Mía fue por mí
al
Decidí dejar de pensar en lo que fuese que hubiera hecho la noche anterior, y
para cancelar el valor del servicio. Suspiré audiblemente al ver todos mis
Cuando el taxi aparcó fuera de mi edificio, pagué el valor del servicio y corrí
debía saber qué había sucedido la noche anterior. Me tomó tres golpes antes
de
podía jurar que un hilillo de saliva se escurría por una esquina de su boca. Se
acomodó el cabello y respiró―, ¿qué diablos haces tocando mi puerta como si
―Stss, pasito, a ver… anoche… ―Cerró los ojos―, fuimos a Alcatraz, con
Alle,
―Odi, princesa, tengo resaca. No puedo acordarme de más nada, creo que nos
mesa que estaba en frente, eran guapísimos; uno tenía el cabello castaño, el
otro
era rubio, y el último era de cabello negro. Nos invitaron a su mesa, bailamos
con
ellos luego de que nos invitaron una ronda. Te vimos mientras bailábamos,
pero
luego desapareciste…
bien, entonces bajé a verlas. Eso me pasa por querer ser una buena amiga.
―Fingí indignación.
Estaba a punto de irme, cuando Alle apareció por el pasillo, corriendo como
si
Minutos después, un mechón de cabello negro se vio por la puerta del baño,
junto a nosotras.
―Qué noche, ¿no? ―dijo en voz baja―. No recuerdo muy bien qué pasó,
pero el
cuerpo me dice que fue una noche bastante movida. Mi cabeza va a reventarse.
―¡Tú tampoco te acuerdas de nada! ―Mi voz salió mucho más alta de lo que
pretendía, tanto Mía como Allegra taparon sus oídos mientras me miraban mal.
―Según ella ―ironizó Mía―, estaba preocupada por nosotras, por eso vino a
vernos.
―Bueno, chicas, debo irme. Me da tranquilidad saber que están bien, tomen
extraño con el cual había compartido una cama, «y más que eso».
Abrí la puerta y Ferb me recibió con una suave caricia entre las piernas.
―Hola, amor mío ―dije mirando mi hermoso gatito de pelaje gris corto, y
ojos
¿Quién era ese hombre, y qué tanto había hecho con mi cuerpo? ¿Conmigo? ¿Y
si me drogó? Esa podría ser la causa por la cual no recordaba nada, ¿y si tenía
alguna enfermedad de transmisión sexual?
Recordé la caja abierta de preservativos, que estaba justo al lado del reloj
intentando no pensar más en lo que había hecho la noche anterior. Una vez
No habían pasado diez minutos cuando las chicas volvieron a nuestra mesa,
miramos hacia la mesa de
sin duda alguna, había más alcohol que sangre en nuestras venas.
―Vale, y una vez que termines con él o te aburras, lo mandas a bajar los
dos pisos que separan nuestro
apartamento.
Uno de los meseros «culo lindo» ―como lo había apodado Allegra―, llegó
hasta nuestra mesa
―¿Tú ordenaste esto, Alle? ―Mía preguntó, antes de coger un mojito. Ella
negó con la cabeza―. Oye,
―El señor Bronw ha enviado esto para ustedes ―dijo, señalando a alguien
en la planta de arriba, pero
no podíamos ver bien.
―¡Baile, baile, baile! ―respondió Mía como niña pequeña, mientras nos
volvía a tomar para lanzarnos
de cabeza a la pista.
―Anda, bonita, sigue bailando así ―dijo. Su voz era tremendamente sexy, y
un baile no se le negaba a
nadie, ¿o sí?
y a Alle.
las luces me impedían detallarlo bien, pero era alto y olía delicioso. Pegué
todo mi cuerpo al suyo,
Tenía que haberme separado, pero en cambio, lo dejé que me acercara cada
vez más hasta que
La mañana siguiente, el reloj sonó para recordarme que era un nuevo día. Me
por seguridad.
asaltante cuando yo tenía ocho años, Mike se había portado como el hermano
mayor que cualquier chica desearía tener. Era protector, amoroso, nadie
tierno del mundo; y cuando se casó con Ashley, fue como si ella lo
chicas esperándome.
―¿Qué no entienden?
Abrí la puerta del coche y quité los seguros para que ellas entraran.
si nada».
―¿Mucha agua? ―mentí―. Además, yo me vine antes, por lo que seguro bebí
―Yo solo recuerdo que estaban buenísimos ―dijo Mía desde la parte trasera
del auto.
Mía.
Obstetricia…
«¡TRÁGAME MUNDO!».
Capítulo 2
Me giré lentamente para encontrarme con ese par de ojos azules que me habían
acompañado todo el fin de semana. El extraño, que ahora era mi nuevo
profesor
sus lentes y pasó una mano por su cabello, antes de volver a hablarles a mis
compañeros.
―Me gustaría que cada uno de ustedes tomara su lugar para poder comenzar
la clase.
Me bajé de la mesa para ubicarme en mi asiento. Hoy más que nunca odiaba
que Allegra ocupara siempre los primeros lugares del salón. Lo vi dejar su
tono de su voz―, a pesar de mi acento, soy americano. Desde muy niño, fui
llevado a Rusia donde pasé parte de mi adolescencia y estuve ahí hasta hace
todo el salón―. No soy muy dado a ser el profesor malo y no me gusta usar la
dedocracia[2], sé que fue ese el tema tratado en la última clase con su antiguo
profesor.
memoria solo podía recordar el torso desnudo y húmedo en toalla esa mañana
en la que desperté en su cama.
cabeza para verlo tomar la planilla nuevamente―. Miller… ―Lo miré sobre
mi
Suspiré.
embarazo.
Terminé orgullosa por recordar todo lo que había leído el día anterior.
¡Joder! Ese acento hacía que mis bragas temblaran, y apostaba mi vida a que
clase, tenía el tiempo justo para salir y presentarme ante el doctor Derrick
Tatcher.
internado.
técnicas, les permitía ser parte de sus intervenciones, reparándolos para ser
casi
tan buenos como él. Pero yo no quería ser “casi tan bueno” yo quería ser la
mejor. Había trabajado muy duro para poder ser el pupilo elegido este año, así
aprender.
pronunció mi nombre.
necesito hablar con usted, por favor no se vaya aún ―dijo lentamente,
Esperó a que salieran todos los compañeros; por un momento, pensé que Mía
y Alle iban a quedarse conmigo. Pero no, ellas me desearon suerte y me dieron
girar.
―Respóndeme.
estaba tranquilo.
―¿Yo?
―No sabía que era una obligación llamar al polvo de la noche. Pensé que
éramos las chicas quienes esperábamos la llamada al día siguiente.
Él rio, fue una risa sarcástica, me hizo sentir como una estúpida.
―Dejé una nota en tu bolsa, mi número telefónico estaba ahí. Tenías que
llamarme.
―¿Por qué tenía que llamarlo? ―Me alejé de él―. Doctor Malinov, somos
dos
aventura.
―¿Una aventura?
―¿Te arrepientes?
Su sonrisa se curvó a un lado de su rostro. Esta vez, más que un rictus sexy,
no soy de los que va por ahí follando chiquillas en una discoteca. Yo te elegí a
ti…
entre todas ellas.
recordártelo.
Estrelló sus labios contra los míos. De manera apremiante, sus manos
Pero no lo hice.
Sus besos eran como el fuego que lo consume todo. Recordé entonces por qué
que mi piel ardiera, parecía tener una necesidad de tener su boca sobre la
mía…
entero fuese una masa gelatinosa que solo respondía según sus designios.
Jadeé guturalmente cuando, llevada por su beso, embestí mis caderas contra
las suyas buscando un poco de fricción. Sus manos, fuertes y suaves al tiempo,
tomaron mis glúteos suspendiéndome hasta dejarme sobre una superficie dura.
Besó mi cuello, dejando que su lengua lamiera mi piel. Gemí ante el toque
estás volviendo loco, preciosa. Desde que te vi entrar a Alcatr az, ni siquiera
sabía
quién diablos eras, simplemente te vi y supe que eras para mí ¡Mía! ―susurró
cerca de mi oído. Lamió el lóbulo, mordiéndolo, torturándome.
realidad.
«¡ Detente! »
«¡Ahí estás!»
Él se detuvo ante mi llamado. Sus ojos azules, como dos piedras ardientes, se
mi ropa interior.
ellos; su gemido fue bajo, ronco y recorrió cada una de las terminaciones
me besó. Esta vez fue suave, degustó mis labios con parsimonia y se retiró
rápidamente.
―¿Precauciones?
interrumpida por una sonrisa sarcástica, que dio paso a una sonrisa burlona―.
Lo vi abrir la puerta y negar con la cabeza ¿El muy cabrón pensaba irse así,
sin
más?
Odio el látex
Odio el látex
¡ Odio el látex!
minutos luego de que él saliera del auditorio antes de hacerlo yo. Caminé
hacia el
―¡Odette! ―El grito de Mía me hizo centrarme en el ahora, ella chasqueó sus
algo había que tener miedo, era de uno de los interrogatorios de Mía Johnson.
abrochaba su cinturón.
―Ese doctor Malinov está como el bombón ruso que hace rato me quiero
comer ―continuó.
―Pues no lo parece.
―Estás loca…
resopló.
El resto del camino, Mía dormitó, Alle se colocó sus auriculares y empezó a
limarse las uñas y yo… Yo me limité a rememorar el beso que Dimitri
Malinov
Un mes completo transcurrió. Evitaba al doctor Malinov lo más que podía, era
para que él no se acercara. Sobra decir que no había ido a la cita que él me
había
impuesto. Pasaba mis días en el hospital, aprendiendo todo lo que podía del
doctor Tatcher; aún no me invitaba a una de sus cirugías, pero cada día me
en la cama y cerraba los ojos cuando mi mente era atacada por los recuerdos
de
acariciando mi piel, hacían que al final acabara con el señor brillante entre las
piernas.
No ayudaba mucho que Mía fuera la fan número uno de Dimitri y pasara todo
mis oídos.
―¡¿Me estás escuchando?! ―exclamó molesta.
mal los últimos días, mi estómago estaba tan sensible que apenas podía
soportar
―No hablemos de él, ¿sí? Y debes alimentarte mejor, no por vanidad sino por
salud. ―Lo decía quien estaba tomando una malteada de Oreo y chocolate.
has entendido?
―Mi padre nunca será como el tuyo, Odi. ¿Por qué mejor no hablamos de otra
cosa, por ejemplo, las ojeras de panda que luces esta mañana?
―No he dormido muy bien, y estos últimos días he estado con malestar
―Debes cuidarte más. ―Buscó su celular en el bolso, que sonaba bajo los
estaré ahí ―colgó―. Gustavo acaba de llamarme. ―Rodé los ojos por lo
obvio―.
Mi papá insiste con que tengo que ir a esa cena de hoy. Estoy harta. No puedo
vivir un segundo sin la sombra del senador Harris ―bufó―. ¿Estás segura de
que
Tomó mi mano entre las suyas, Allegra era la hija del senador Preston Harris;
a pesar del abolengo de su apellido, ella era amable, tranquila y una excelente
amiga.
―Sí, Alle, estoy bien. Está a punto de llegar mi período y tengo las defensas
bajas. Pescaré un resfriado. Además, no soy una niña pequeña que necesita
niñeras ―dije irritada, mi sentido del humor también había cambiado, a veces
que… ―No sabía que decirle―, te quiero, Alle, ojalá puedas escapar pronto
del
senador.
Gustavo entró con su impecable uniforme negro. Más que el chofer de Alle,
Gustavo era algo así como un agente de la CIA, siempre estaba cerca, aunque
nunca lo notáramos.
mamá.
Estuve en la cafetería del hospital por casi veinte minutos más, mientras
Me giré cual niña del exorcista cuando escuché el fuerte acento ruso; lo ignoré
―No tengo nada que hablar con usted, doctor Malinov. ― Tiré de mi brazo,
encarándolo enojada.
acercándose peligrosamente.
pregunta. ¿Por qué cree que estoy huyendo de usted? ―¿Trabajar? No, Odette,
no
trabajo aquí.
ningún tipo de relación oficial, mucho menos en el tonto juego de los amantes.
―No juegues conmigo, Odette. ―Su tono de voz fue amenazante―. Para mí
fue
―Y se excitó, no tenemos que adornar las cosas. Soy alta, rubia y mis ojos
son
futuro brillante, como le dije, una relación no está entre mis planes del
momento,
así que suéltame y déjame en paz. ―Tiré de mi brazo―. Acepte que solo fue
un
polvo.
―Calla, maldita sea. Cállate, cállate y escúchame, no creo que seas estúpida,
de
hecho, eres muy inteligente y una maldita bruja, no es cuestión de erecciones…
Capítulo 3
doctor Tatcher sugería –por lo general era traerle café, buscar su diario y
de comidas rápidas que estaba cerca de casa. Era viernes, mi quinto viernes
Caminé con paso lento mientras cantaba Love Somebody bajo la sensual voz
de
Adam Levine. Estaba famélica así que tenía un plan trazado: llegaría a casa,
comería mi cena llena de grasas trans y azúcar, me daría un baño y buscaría
una
película en Netflix. Subí las escaleras de dos en dos e ignoré la puerta de Mía,
Una vez dentro de mi hogar, coloqué comida y agua en los platos de Ferb y
comida se veía fabulosa. Tomé una patata frita y la bañé con salsa de tomate
necesidad de correr al baño para devolver todo lo que había comido en el día.
Me aferré a la taza del toilette hasta que mi estómago quedó vacío, respiré un
Aún con la cabeza dándome vueltas, me quité toda la ropa y me di una ducha
«Mía…».
tampoco estaba en óptimas condiciones, lo mejor era abrir y dejar que ella
pescado un virus y no me siento bien, yo que tú… ―Me giré para encontrar a
la
desnuda. Caminó dos pasos y cerró la puerta tras él―. ¿Quién le dio mi
dirección? ¿Me siguió? ¿Quién le ha dicho que podía entrar? ―Lo bombardeé
a
preguntas.
con elegancia.
detrás del otro sofá, podía sentir cómo mi piel se erizaba con su cercanía.
digo por tus pezones, ¿o es que hace mucho frío? ―Su postura de «te tengo en
―Lo del salón… ―Corté su diatriba antes que lograra envolverme con su
acento sexy y su carita de niño bueno―, fue algo que no debió ocurrir, un
por el respaldo del sofá. Acarició mi mejilla con sus dedos antes de volver a
hablar―. No tiene que ver con la tensión sexual que es clara entre nosotros,
nena, eres tú. Yo estaba ahí en el bar, bebiendo mi escocés cuando tú entraste a
Tomó mi rostro sin prisa y sus labios estuvieron conectados con los míos en
cada una de mis terminaciones nerviosas, justo cuando los recuerdos de una
los jadeos, los gemidos y la manera furiosa en la que él castigó y dio placer
a mi cuerpo mientras yo me
Los labios de Dimitri descendieron por mi cuello. Sus manos masajearon mis
cada una. Mamó de mi pecho como un niño hambriento, mientras sus manos
acariciaban mi pubis.
―Te deseo… no sabes cómo, ni cuánto, pero jamás había deseado a alguien
así.
alrededor… Quiero ser el dueño de tus días y tus noches. ―Sus dedos se
colaron en la fina tela de mis bragas―. ¿Qué no ves cómo me afectas, pequeña
diabla? Paso las veinticuatro horas del día pensando en ti, duro por ti.
―Acarició
locura y solo quiero llevarte a la cama y hacerte el amor una y otra vez.
Esto no podía seguir, no podía volver a suceder. Así que, juntando todo el
apartamento.
dejes en paz! ―grité, presa del miedo por las sensaciones que este hombre me
hacia la puerta.
―Tú vendrás a mí, Odette, yo lo sé. Sientes lo mismo que yo cuando estamos
con él.
mis partes íntimas. Una vez que estuve completamente calmada, fui a mi cama
y
traté de dormir.
levanté para comenzar el día. Solo fue colocar el pie en el suelo para sentir
cómo
Después de devolver hasta el agua que había tomado, me sentía débil; parecía
que iba a tener un resfriado. Lavé mis dientes, y traté de aliviar el ardor
«¡Dios no…!».
Empecé hacer cuentas mentales desde mi último ciclo; había sido durante
última semana en rotación de ginecología antes de…
«Alcatraz».
¡Joder!
Conté con los dedos, y aun cuando no conseguí quedar del todo convencida,
Leí:
20 de noviembre.
¡Diablos!, los vómitos, los cambios de humor, el asco hacia ciertos alimentos
día, traté de recordar algo que hubiese podido afectar mi ciclo, me estaba
sintiendo un poco mal y había tomado ¡Diablos!, pasé la mano por mi cabello,
rápidamente y bajé las escaleras de dos en dos. Salí a la calle sin mirar a
nadie y
aterradoras pruebas.
Entré al baño, abrí las dos cajas, sacando las pruebas, y las coloqué sobre la
tapa del wáter. Solo tenía que orinar en la parte indicada y esperar cinco
minutos.
lavamanos.
La alarma de mi celular sonó haciéndome saber que habían pasado los cinco
minutos más largos de toda mi existencia, suspiré audiblemente mientras
Dos rayas rosadas, no había que ser un genio para saber que dos rayas
rosadas era positivo, pero aun así tomé la otra prueba, esta era digital, suspiré
fuertemente y…
Embarazada 3-4
Un bebé de Dimitri Malinov, por el que media planta del hospital babeaba, y
ni
Esto no podía estarme pasando a mí. Estas pruebas no eran del todo seguras
¿No? Iría al hospital y me haría una prueba de sangre y seguro esa sí daba
negativo.
Abortar…
ellas fue en vano. Durante todo el día no pude dejar de pensar que yo, Odette
Salí de mi residencia temprano, no sin antes dejar una nota pegada a la puerta
Sin embargo, cuando llegué al hospital para recoger los resultados, el corazón
casilleros a guardar mis cosas y prepararme para un turno que esperaba fuera
tranquilo.
todos mis planes, solo los retrasaría un poco. Este era mi bebé y lo amaría, ya
La mañana siguiente, desperté con la sensación que todo iba a salir bien, sería
difícil para Mike, y aún más para Ashley. Ellos eran mis padres, a efectos
ténicos,
se habían casado dos años después de la muerte de mis padres cuando Mike
Para Mike había sido muy duro todo el proceso y, aunque llevaban dos años
padre.
No vi a Dimitri en la universidad, sabía que tenía que hablar con él, pero no
su apoyo económico hacia mí, pero no sabía si podía vivir sin él. Una parte de
mí
necesitaba la presencia de mi hermano en mi vida.
acompañada por un chico, estaba en una de las mesas. Ella lloraba mientras él
le
infundía valor.
mesa continua a los chicos. Pasados unos minutos, una mujer vestida de traje
Al final, cuando el niño naciera, se encargaban de buscar una pareja para que
lo
llenaran de amor.
Dijeron mi nombre un par de veces por el altavoz, pero lo ignoré. Cuando los
casos más complicados. Sin embargo, no podía dejar de pensar que dentro de
mí
más bien, como si se odiaran hacía mucho tiempo. Dimitri estaba enfadado,
Era decirle a Malinov o hablar con Mike y quedarme en Jersey hasta que el
bebé
Pero sabía que mi hermano no permitiría eso, y no estaba muy segura de que
Pude notar que había barrido con su escritorio enviando todo al suelo.
―Miller.
detestar.
―¿Estás bien? Te ves mucho más delgada y pálida que hace unos días. Debes
cuidarte, comes muy mal, Miller. Tu alacena solo tiene macarrones con queso
ya
veces comes esa fea y grasienta pizza que venden frente a tu casa.
Alcatraz?
―He estado mal del estómago, tengo un parásito. ―Me alejé de él.
duele mucho, tanto que quieres matar al idiota que te puso en ese lugar.
―Eso es lo que sucede cuando las personas viven comiéndose lo que se les
―Estás en lo cierto, pero parece que uno no se fija en lo que se come cuando
lugar, pensé que se negaría; nos habíamos conocido en un pub cuando en mis
Él negó con la cabeza, su boca se curvó en una sonrisa de victoria que hizo
que
mi sangre hirviera.
que fui a tu departamento. Solo rocé tus pechos, Odette, y ya estabas gimiendo
mi nombre.
sin rumbo.
Detuve el auto cerca de Bryant Park, sabía que había conducido mucho, pero
quién era pero me aterraba contestar. Antes de que todo esto ocurriera, había
a escucharse, y ese era el tono de Ashley. No sabía qué iba a decirles, pero si
algo
tenía seguro era que tendría que contarles los cambios que ocurrirían en mi
vida.
―Ashley…
―Casi…
el puente.
―Eso sería exagerado hasta para ti. Estaba con un paciente, no podía dejar de
―¿Otra vez?
―Estaré bien para cuando llegue a casa. ―La línea se quedó en silencio―.
Mike…
―¿Sí, Odette?
―Te extraño.
derramarlas.
―Oh, yo también te extraño, Odi. Tengo muchas cosas planeadas para cuando
―Lo sé, no arruines la diversión, muñeca. Siento que hace una eternidad que
no estás aquí.
días siguientes.
habitación…
cansada, que ser la alumna bajo el mando del doctor Tatcher era extenuante,
cuando lo cierto era que pocas veces había visto al doctor en esta última
semana.
―¿Seguro? Te ves pálida y ojerosa. ―Me señaló con la espátula que tenía en
la
mano; el olor a huevos con tocino hizo que mi estómago se agitara. Tomó todo
de mí no vomitar de nuevo―.
―El desayuno está listo, hice hot cakes con chispas de chocolate como te
gustan.
Algo vio Mike en mi cara que lo hizo pensar que era momento de alejarse.
―Bueno, te dejo sola. Parece que fueses a vomitarme encima. Y no, gracias…
a mi silla habitual, había una torre de Hot cakes con chispitas de chocolates,
―Te lo dije ―dijo Ashley antes de llevar su taza con lo que parecía café a
sus
labios.
―Tu cara me dice que no los vas a comer. ―Miré a mi hermano mientras
beso en su frente; luego, me informó que trabajaría hasta medio día para pasar
tiempo conmigo. A pesar que le dije que no se preocupara, que quería dormir
lo
pensamientos.
hacía labores domésticas. No quise comer los huevos con tocino y en cambio
me
comí un muffin con un vaso de leche. El resto del día, estuve más dormida que
del porche por un par de minutos, sabía que tenía que hablar con él, pero no
girarme. Al verlo, intenté darle una sonrisa, pero la culpa me pesaba; así que
solo
nuevo esta mañana. ―Mike era un niño despistado, siempre lo había sido,
pero
Ashley, ella era otra cosa―. ¿No será que tienes bichos en la panza?
―¿Bichos?
―Con un doctor de verdad. Digo, uno con experiencia. ― Enarqué una de mis
cejas hacia él―. No digo que seas mal doctor, muñeca, es que simplemente…
tú
―Agarré su mano con fuerza―. Voy a protegerte siempre, Odette, así a veces
te
parezca exagerado. Más que mi hermana, para mí eres… Eres mi hija. ―Mike
me
abrazó fuertemente.
―Ya vamos, cariño ―gritó de vuelta Mike―. ¿Y qué tenías que decirme?
―¡Se va a enfriar!
Toda la casa olía al pavo en salsa de ciruelas que Ashley había preparado. En
―Espero que tengan hambre porque no quiero ver nada en sus platos. Miren
esta belleza…
que pude. Por un momento, pensé que no llegaría hasta el baño. Para cuando
estuve allí, mi estómago se contraía con fuerza, mis piernas parecían gelatina y
no haber salido de mi apartamento esa noche. Una mano tibia retiró el cabello
pegado en mi nuca y me pasó una toalla, cuando creí haber expulsado todo lo
Me levanté para dar la cara a Mike, pero no era mi hermano quien estaba ahí.
síntomas.
―Ashley..
llamado Odette, para ella era Odi, o el sobrenombre cariñoso que Mike me
decía
fingía odiarlo.
cumpliste diez años y te conozco desde antes; más que mi cuñada, eres como
una
hija para mí, no soy tonta y me conoces lo bastante bien para saber que solo
hay
dos cosas que odio en este mundo: la primera, cuando tu hermano se pasa de
están; por último, he tenido esos síntomas tres veces, así que no te hagas la
Pasaron varios minutos hasta que nos separamos. Ashley limpió mis lágrimas
antes de hablar:
fue que quedaste embarazada. ―Arqueé una de mis cejas y ella cruzó sus
cuando se lo digas.
Mike…
―¿Crees que no lo sé? Las cosas sucedieron muy rápido. Allegra, Mía y yo
fuimos a celebrar que Mía había pasado ese casting de labiales que te conté.
Llegamos a un pub y se nos pasó la mano con los mojitos… Fue una noche de
alcohol.
el muy hijo de puta no quiere hacerse responsable. Si es eso, hay que decirle a
Mike.
él. ―Me acerqué hasta ella y tomé sus manos en un susurro desesperado―.
Por
―Está bien, eres una mujer adulta y, por consecuente, dueña de tus actos, pero
debes contarle a Mike antes que asocie todos tus malestares. ―Acomodó mi
cabello con sus dedos―. Iré a ver qué hace tu hermano. ―Abrió la puerta y le
―Estoy bien, Mike, tú sabes, los parásitos. ―Intenté bromear, a pesar de que
nada. Estuve dos días más, buscando el momento indicado para decirle todo a
mi
¿Y si Ashley le contó?
¿O se dio cuenta?
―No eres tú, soy yo… ―bromeé. Sin embargo, mi hermano continuó serio.
―Te he escuchado vomitar cada mañana desde que llegaste, tu ánimo es una
―Esperé el tiempo suficiente, tenemos confianza; así que pensé que si te daba
―Yo…
auto bus de regreso. Asegura bien las puertas y llámame si necesitas algo.
―Ella
amo, bonita.
Fui a la cocina, dejándolos solos un momento, saqué una botella con agua del
El trayecto a casa fue horrible. Mike tuvo que hacer varias paradas para que
Abrí la puerta y busqué a tientas el botón para encender la luz, saqué a Ferb
de su maleta de viaje y caminé hacia la cocina para tomar agua. Cuando Mike
me
―Si tienes algo que decirme, créeme que este es el momento. ―Habló sin
algo y ese algo tiene que ver contigo ―dijo sin vacilación.
―No es…
conozco. ¡Carajo! Yo cambiaba tus pañales, soy once años mayor que tú, y
Ashley
―Mira, creo que es mejor que vayas a cambiarte, iré a ponerme algo cómodo
y
embarazada, pero ninguna parecía una buena, me dolía el pecho al saber que la
pedazos.
llega un punto en el que, por más que evadas las situaciones, éstas llegan y te
revientan en la cara. Mike tocó tres veces mi puerta antes de hablar con voz
grave:
―Te escucho.
Abrí la puerta.
―¿Cuánto le debo?
―Dimitri…
―¿Por qué demonios te fuiste? ―Me atrajo a su cuerpo, abrazándome tan
fuerte… como si temiera que me esfumara ante sus ojos―. Dime que no lo
hiciste.
Lamento haberme ido, pero tenía que hacerlo. ―Se separó de mí, acariciando
mis
que no lo has hecho, por favor! ¡Dime que no abortaste, Odette! ― Escuché el
―¡Estás embarazada!
¡Joder!
―¡Fui un imbécil! Los mareos, los vómitos. ―Se acercó a mí, tomándome por
―Suéltala. ―La voz de Malinov se tiñó con un tomo amenazante, pero Mike
lo
furioso.
Lo siguiente fue muy rápido. Mike lanzó el primer golpe, pero Dimitri le
―Ya está volviendo en sí. Puedes por favor dejarle espacio ―dijo Malinov
con
fastidio. Abrí los ojos, encontrándome con sus gemas azules, Él tomó algo de
su
―Estoy bien…
―No, no lo estás.
mirándolo fijamente. Tenía el pómulo hinchado y el labio roto, pero se veía tan
―Gracias.
completamente.
un par de octavas.
―Por favor. ―Ambos me observaron―. Dimitri, vete, tengo que hablar con
mi
hermano.
―No te dejaré sola con él. No tienes que dar ninguna explicación, no eres una
niña.
―¡Basta! Parecen dos niños. ―Me senté―. No deberías estar aquí. ―Miré a
Dimitri.
―Me iré, pero antes necesito hablar con él. ―Señaló a Mike. Mi hermano le
Dimitri salió, no sin antes darme una mirada que no podía descifrar.
volvieran a golpearse.
ante lo que sea que mi hermano le estaba diciendo. Me acerqué un poco más
señas con la cabeza para que llegara hasta donde estaba él.
―Según las cuentas, nacerá en julio ―dijo Dimitri con una sonrisa. Cuando
―Hay que arreglar todos los detalles para la boda ―dijo mi hermano,
dejando
―Sí, boda, Dimitri y tú se casarán en dos meses en la capilla del pastor Gil,
en
―No entiendo por qué no fuiste sincera, Dimitri me contó todo sobre ustedes:
años y cómo mantuvieron todo en secreto para que no afectara tus prácticas
con
el doctor Tatcher, pero ahora con lo del bebé todo ha cambiado y lo mejor es
que
que la boda sea el próximo mes. No hay nada más de qué hablar.
―¿No hay nada más de que hablar? ¿¡Y lo que yo pienso!? ― grité a mi
―Dimitri me ha dicho que no quiere que dejes de ser tú. ―Mi hermano se
levantó del sofá―. Ahora no veo el porqué de la pataleta, Odette, vas a ser
madre,
reputación.
―Creo que es hora de que yo me vaya, llamaré al doctor Mancini para que
revise a Odette a primera hora. ―Había olvidado completamente a Dimitri.
La
burlona.
tu hermanito sepa que eres una zorra que se acuesta con el primero que la
invita
amor.
tiene vínculos con la fundación Vitae. Derek Farell es muy bueno en su campo.
Dimitri sonrió.
Quiso darme un beso, pero giré el rostro. Terminó dejando que sus labios
tocaran mi mejilla.
Estaba molesta y no me pensaba casar con Dimitri Malinov.
mujeres que trabajan y luchan por sacar a sus hijos adelante solas.
―No lo haré.
―Odette…
―Tu novio quiere casarse. ¿O es que las cosas no son como él me las ha
Me di cuenta que no quería hablar más, así que fui a mi habitación, entre
fuerza.
Capítulo 4
El olor a huevos y café era uno de mis favoritos por la mañana, incluso aunque
―No hay mucho qué comer en esta casa; cuando salgamos de tu consulta,
Sabía que no llegaría hasta el baño, así que fui hasta el lavador de platos.
consiguió al doctor ahora en la mañana, pero logró sacar una cita para la
tarde.
―Mike…
―Odette, no vamos a discutir sobre lo mismo; piensa en que ya te metiste en
este lío, así que vas a hacerlo bien. ―Acarició mi mejilla y sostuve su mano
unos
segundos más.
dolido es que no hayas tenido la confianza suficiente para decirme que hace
tres
«¡Qué!».
me contabas todo.
―¡Y lo hago!
Él arqueó su ceja.
Entré al auditorio distraída, pasando por alto que Alfred se dirigía hacia mí.
una cita
entregó con coquetería, tomé la rosa y mi mirada conectó con los ojos azul
hielo
se veía una pequeña herida; aun así, estaba completamente guapo, llevaba unos
jeans ceñidos que marcaban sus piernas y su trasero, y una camisa negra de
mangas largas; había peinado su cabello hacia atrás y… Sarah Hills llegó
junto a
él, tocando el golpe en su pómulo, él murmuró un par de cosas y ella rio como
una tonta.
más.
Fue mi turno de mirarlo altiva, quería ir allá y golpearlo y luego besarlo para
respuesta de mi parte.
―¿Perdón?
―¿Que si quieres ir conmigo a ver la banda de mi primo? Tocará esta noche
en
un pub cercano.
―Entiendo, ¿quizá podría ser para la próxima semana? ―Me dio una sonrisa
que imagino hacía caer a muchas. Alfred era guapo, el prototipo de hombre
«¡Basta!».
―Ocupen sus lugares que comenzaré esta clase. ―La voz de Dimitri
interrumpió lo que él fuese a decir―. Miller y Donovan, pueden salir del aula,
si
no les interesa.
detenerme a mirar a Malinov cuando pasé junto a él; sin embargo, la energía
que
desprendía de su cuerpo cuando estuve a su lado hizo que cada uno de mis
vellos
se pusieran de punta.
Mía y Alle no estaban, pero sabía que llegarían pronto, había dejado una nota
bajo la puerta de Mía, Mike se llevaría mi auto; así que, estaría todo el día sin
coche.
―Haremos un repaso de los últimos temas que vieron con el doctor Strell,
―¿No estará muy difícil verdad, Dimitri? ―Miré a Sarah con furia ¿de
cuándo
de ellas sacó un pequeño frasco y roció sobre sus muñecas una fragancia dulce
deseando que la clase y el mareo acabaran pronto, todo lo que quería era ir a
mi
casa, recostarme en mi cama y no saber nada del mundo hasta que no hubiesen
Miré a la mayoría de mis compañeros y casi todos estaban igual que yo, con
indescifrable. Tenía una línea tensa como sonrisa, lo que me daba escalofríos.
Mi
¡Quería matarlo!
¡Imagina lo terrible que ha de ser para el niño nacer en la prisión estatal! …».
Coloqué la punta del rotulador rojo sobre la blanca superficie y, con manos
― Fisura Palatina.
― Divertículo de Meckel.
intervenciones.
¡Maldito!
infierno sin GPS, a ver si se quedaba ahí. Me guiñó un ojo con coquetería.
Cerré los ojos, intentando controlarme. Una gota helada de sudor recorrió mi
Quiero que me definan las cinco malformaciones congénitas que aquí, tan
Caminé hacia mi lugar sin poder evitar llevar mi mano hacia atrás y mostrarle
mi dedo corazón.
―Miller… ―Cerré los ojos y tomé una larga respiración antes de girarme―,
―No discuta, Miller, solo hágalo. Quizás de este lado del auditorio no le dé
Una vez sentada al lado de Sarah, descubrí que ella también había usado el
perfume de Wendy; el olor era mucho más concentrado ahí y las náuseas
campus.
―Estamos en un examen, Donovan. Vuelva a su lugar.
―Pero, profesor…
―Si Miller se sintiera mal, ella me lo habría dicho. ¿No es así, Miller? ―Una
lágrima descendió por mi mejilla derecha―. Solo preguntaré una vez más
―dijo
llegando frente a mí―. ¿Se siente mal, Miller? ―Y eso fue todo lo que pude
soportar, haría que Mike le diera otra paliza―. Abrí mi boca para decirle que
se
fuera al infierno, pero no pude hablar, solo vomitar. Luego de eso, todo se
oscureció.
Desperté en una de las habitaciones del GEA. Mía y Alle me miraban entre
aquí?
sacaba en brazos. Sarah dijo que vomitaste sobre su bata y zapatos. ―Cerré
los
―¿Mike? ―pregunté.
―Dimitri lo llamó. ¿Por qué no nos habías dicho que ellos eran amigos y que
podría decirse que parecía preocupado. Pero era Malinov, el hombre de las
―Es normal, mi niña, tuviste una baja de azúcar, pero ahora estos dos
―No creo que en su estado sea bueno que beba alcohol, doctora Miller.
―Mike
vio el intercambio de palabras, pero prefirió callar―. Usted más que nadie
debe
saberlo.
―A que se acaba de desmayar porque ha tenido una baja de azúcar ¿No es así,
―Cierto. ―Mía se rascó la cabeza―. Entonces nos tocará brindar con soda
no haga ningún tipo de esfuerzo; tómense esa noche de chicas con calma. Y
―Lo sé, Malinov nos verá allá. Al parecer, debe cambiarse la ropa. ―Sentí
mi
cara arder cuando recordé lo ocurrido en el auditorio.
abrazo.
Alle solo asintió, pero yo sabía lo que significaba ese leve movimiento de
Abrí la puerta del coche y salí con lentitud de él mientras Mike y Ashley
llevaba unos jeans deslavados y una camisa de manga larga color gris, con los
y caminó hacia mí como el felino que sabe que su hembra ha entrado en celo y
la
labios a los míos, y esa simple caricia hizo que mi corazón latiera con la
fuerza de
mil caballos a galope.
consulta del doctor Mancini, uno de los mejores ginecólogos del hospital.
Dimitri habló con la recepcionista y luego nos guio hacia el único consultorio
abrazó como el hijo que lleva muchos años sin ver a su padre.
―Lo siento, hijo. ―Se disculpó el doctor Mancini. Ya una vez lo había visto
en
el GEA, pero nunca cruzamos palabra alguna―. Así que es ella. ―Me dio una
sonrisa gentil―. Parece buena chica.
―Ella lo es. ―No sabía si Dimitri lo decía porque Mike estaba justo detrás
de
Pietro Mancini.
―Odette Miller.
―La estudiante bajo el ala de Derrick Tatcher. ―Arqueó una ceja a Dimitri
de
viejos amigos.
palabras de Dimitri.
―¿Cuándo fue tu último periodo? ¿Y cuándo fue la última vez que mantuviste
―¡Oh, por Dios!, creo que esperaré afuera. ―Mike se levantó de la silla,
saliendo de la consulta.
que me dejes hacer mi trabajo, o encárgate tú mismo de que tu hijo esté bien.
―Gracias. ―Se giró hacia mí―. Pies a los estribos, mi niña. ―Obedecí
la sonda transductora con un condón y luego cubrirlo con gel. Malinov veía
todo
seriamente.
―Una vez…
Mi bebé
―No ahora ―dijo tajante―, pero pasaré por tu casa esta noche.
Fue solo salir al parqueadero para que mi cuerpo empezara a dar retortijones,
Para Ashley eran terribles. ―Abrí la botella, la llevé a mis labios y enjuagué
un
poco mi boca―. ¿Tienen algún plan? Aún tengo que hacer unas diligencias
más.
―Tengo que volver al hospital, pero si estás muy ocupado, puedo dejarla en
el
departamento.
preguntar.
―Dimitri.
―¡Mmm!
―¿A qué se refería el doctor cuando dijo que no era tu primera vez en su
Lo miré sorprendida.
―¡Cabrón!
ventana, hay un bonito día afuera. ―La postura rígida de su cuerpo me dio a
mento.
—En tus sueños, Malinov. Solo tienes que detener el auto frente a mi casa y
así
No dijo nada, así que me dediqué a mirar por la ventana hasta quedarme
completamente dormida.
Afortunadamente, esta vez estaba vestida, aunque tenía una de las camisas de
Malinov. Salí de la habitación, notando que había oscurecido. Dimitri estaba
frente al televisor con un control, de lo que parecía ser un Xbox, mientras que
la
―Despertaste.
―Mi ropa…
―Yo te llevaré. Sin discusiones, Odette. Hablé con Mike, ha surgido algo y
tiene
―Menos mal que llegaste, tengo que irme. ―Recogió sus cosas, dejándolas
en
la mesa frente al sofá.
―Ha surgido algo, tengo que irme ahora; al menos sé que Dimitri te cuidará,
hacia un lado, pero no era la misma sonrisa de Michael, esta era una sonrisa
triste―. Parece ser que estamos embarazados otra vez. ―Su voz se quebró. Y
cuando me miró, pude ver que sus ojos eran cristalinos. «Mi pobre
hermano»―.
Está algo asustada, pero tú tampoco lo estás llevando bien. Yo no quiero irme,
pero…
―¿Estarás bien?
―Mike ―insistí―, estoy embarazada, el médico ha dicho que todo está bien,
y
quiero, Odi.
hombro mientras murmuraba que no quería volver a ilusionarse, que temía que
El sonido de su celular hizo que deshiciera el abrazo. Secó sus lágrimas antes
de contestar:
―No, peque. Cuando has pasado por el dolor de tres pérdidas, lo mejor es no
Llamé a Mía y a Alle y les dije que prefería descansar un poco más, podíamos
nuevamente la sensación.
noche.
bebé, mío y de Dimitri Malinov, un hombre del que solo sabía el nombre.
blog para nuevos ginecólogos. Di clic en uno de los links, encontrándome con
una columna para el diario El Clarín, de España.
sus movimientos.
otras etapas del embarazo, por lo tanto, deberás prestar cuidado más que
nada a lo que
había nada sobre su vida privada en el blog. ¿Quiénes eran sus padres? ¿Tenía
hermanos? ¿Hijos?
hiciera un sonido sordo cuando con premura impactó contra el suelo. Se lanzó
a
departamento sin dejar de besarme. Sus manos eran como piedras calientes
quemando por donde me tocaban. Mis dedos tomaron sus cabellos ante la
intromisión de su lengua a mi boca, sabía que tenía que parar, pero con Dimitri
de él.
Dimitri Malinov era una droga, un pedazo de crack, adictivo y perjudicial para
―Lo siento. ―Beso―. Lo siento. ―Beso, sus labios se deslizaron por la piel
de
conmigo mismo para no tumbarte sobre tu espalda durante cada clase… eres
mi
marca de whisky favorita, eres la mejor y más pura droga que mi cuerpo haya
respaldo del sofá y descendió hasta atrapar uno de mis erectos pezones en el
calor de su boca.
de mis dedos..
desatarlo.
Sus manos trazaron planos por mi vientre hasta escurrirse debajo de mis
―Dim ―lo llamé―, por favor… ―supliqué aún en el éxtasis causado por el
orgasmo.
en mi piel.
―Stss… ―Su cuerpo entero cubrió el mío, quedando a horcajadas sobre mí,
sus
manos a cada lado de mi rostro. Se inclinó con cuidado, besando mis labios
con
lentitud; solo un roce, sin lenguas danzarinas, solo labios besando labios,
piel…
Mis pezones, siendo piedrecillas dolorosas, fueron adorados por su boca; sus
Iba a llorar de emoción por la manera tan lenta y tierna en que este hombre
a ese ser voraz que habitaba en su interior. Dimitri lamió, succionó y besó
cada
rincón de mi entrepierna, llevándome, una vez más, al laberinto de sensaciones
era un ser expectante, no recordaba a Dimitri desnudo, era muy poco lo que
recordaba de esa noche. Lo único de lo que estaba segura ahora mismo era del
excitación…
mi entrada..
―¡Oh, mi Dios!
al mío.
lenta y prolongada, pero una vez que estuvo dentro de mí… todo cambió.
torno a él, los jadeos como único sonido a nuestro alrededor, mis manos en su
espalda, en su trasero…
Por unos minutos, todo fue silencio, no hubo otro sonido que el latido de
dormitar cuando Dimitri se giró hasta que yo quedé de nuevo debajo él. Salió
de
mi interior y rodó hasta quedar a mi lado. Se veía agotado, pero sobre todo,
satisfecho.
No era momento para recriminarme, podía culpar a mis hormonas por lo que
acababa de ocurrir. Pero sería ser hipócrita conmigo misma, deseaba a Dimitri
Malinov y, sobre todo, deseaba saber qué había pasado esa noche en su
departamento. Me levanté de la cama y fui hasta el baño sin decir una sola
palabra, me di una ducha rápida y me coloqué una toalla alrededor del cuerpo.
pero…
―Levántate y vete.
―Estoy cansado, Miller. Si quieres repetir, tienes que esperar un poco. Por el
completamente exhausta.
―Si quieres quedarte, no será en esta cama, hay un sofá en la sala y mantas en
el clóset.
Capítulo 5
siguiente. Y Dimitri, desde esa noche, hacía ocho semanas que vivía en mi
sala.
Debía decir que era muy cuidadoso, ni las chicas se habían dado cuenta de que
desagradables también; debía admitir que vivir con él no era tan malo como
paulatinamente y ya eran muy pocos los días en los que me despertaba directo
al
baño.
Hoy era un día especial. Por fin podría estar en una intervención del doctor
Tatcher, solo sería el remplazo de un marca pasos, pero estaba segura de que
él quería examinar el pliegue nucal y la medida del hueso nasal de bichito para
Miré el reloj en mi mesa de noche, dándome cuenta de que los quince minutos
que había acostumbrado a estar con el bebé habían pasado. Era hora de
inquilino ya se había ido, o seguía dormido, cosa que nunca había sucedido
al punto de que mi hermoso gato usaba sus zapatos de orinal. Dimitri bajó la
deseo en mi interior.
―Bien hecho, Ferb. ―Mi minino me acarició las piernas―. Tranquilo cariño,
―Declino con los huevos. ―Tomé el tazón con frutas y las tostadas. Dimitri
se
sentó frente a mí con su plato y un vaso con café.
estruendosamente.
inconfundible.
inhalando la cafeína.
―El mejor del mundo, dicen. ―Quería un poco, solo un sorbo. Hacía más de
―¿Puedo?
―No, pero quería ver tu rostro cuando te dijera que no podías… ―Tomó un
Bichito.
―Eres…
―Se me pasó el hambre. ―Me levanté de la mesa y fui hasta el baño para
lavar
mis dientes, tomé el tubo de crema dental y lo observé.
―¡Dimitri, ven al baño ahora! ―grité―. ¿Se puede saber qué es esto? ―le
el vaso, una idea –una muy infantil idea– cruzó por mi cabeza. Tomé su cepillo
de
dientes y muy lentamente avancé por el baño hasta llegar al inodoro. Dimitri
Cuando salí del baño, él esperaba con una toalla anudada a su cintura.
Estaba destapando una lata de comida para Ferb cuando Dimitri salió del
baño. Si cuando entró se veía comestible, ahora con el pelo húmedo y el torso
cubierto de pequeñas gotas de agua, se veía glorioso. Mi libido dio un paso de
La tensión sexual podía palparse en el aire, así que, tenía que irme… pronto.
―No es bueno que cargues tanto al gato, te lo digo como médico. ―Usó una
toalla para secar su cabello―. Por cierto, tuve que usar tu cepillo de dientes
prácticamente nuevo.
«¡Maldito!! ¡Te odio! ¡Te deseo y te odio! ¡Pero te odio más de lo que te
deseo!».
puerta en dos pasos. Abrí y cerré tan rápido como pude. Recostándome del
otro
Cuando entré a quirófano con el doctor Tatcher, las ojeras que llevaba hacía
días eran cada vez más profundas. Se rumoraba por los pasillos del hospital
que
distraído. Había intentado hablar en muchas ocasiones con él, contarle sobre
mi
embarazo, aun cuando sabía que esto podría tener consecuencias graves en mi
su puerta. Alcé la mano para tocar, pero la voz airada del doctor detuvo el
golpe.
―Si no quieres hacerlo por su hijo, hazlo por el tuyo, Dimitri. ―Abrí un
poco la puerta, no mucho, y
el doctor Mancini. Dimitri salió del consultorio.― ¿Hace cuánto estás ahí?
Fingí idiotez.
aligerando el ambiente.
―Sí, señor.
rictus tenso.
Bichito.
Era socio del GEA, pero nadie lo sabía, ni siquiera figuraba como accionista
en
Bichito había permanecido con su identidad oculta, pero todos los examenes
habían salido perfectos.
completamente cerradas
«Sin duda alguna, será igual al padre…Parece que tenemos todo un misterio
por aquí».
actitud había sido fría durante toda la ecografía, ni siquiera se inmutó cuando
el
doctor Mancini nos dejó escuchar los latidos del corazón de Bichito.
Una vez que me dio el paso, apreté el acelerador; necesitaba llegar a casa.
dejar de hacer conjeturas. Bichito no podía nacer entre dos personas que no se
del piso cuarto que salía a pasear a Godzilla, su chihuahua, enemigo número
uno
el sofá, esperándolo.
Abrí la boca para hablar, pero fue Dimitri quien lo hizo primero.―¿Cuánto
tiempo estuviste escuchando tras la puerta, Odette? ―Su tono de voz era duro
e
―Ya te dije que acababa de llegar. ―No lo miré, mis manos jugaron con la
tapa
de la botella.
―Y yo te dije que no soy idiota, no me hagas quedar como uno. ―Se acercó a
Sus brazos estaban tensos, la camisa se adhería a sus bíceps como si fuese
su cuerpo, sus ojos estaban desorbitados… Mi primer instinto era huir, pero
no
lo haría.
preguntar.
―Sabes a qué me refiero, solo preguntaré una vez más. ― Utilicé sus
palabras,
―¡No, no lo sé! Yo solo sé que nos conocimos en una pub, que fui una
Aparte de eso, solo sé que eres médico y profesor. De ahí en más, ¡no tengo ni
―Quien soy es algo que no te importa ―dijo con sus dientes apretados y sus
¿Qué?
―¿Qué? ―dije sin creer lo que acababa de escuchar.
sala y luego se giró, mirándome con ojos fríos―. Lo único que tiene que
importarte es que voy a responder por ese bebé, y que nos vamos a casar. Mi
¿Qué escondes?
―No puedo saber sobre ti, pero tú te crees con el derecho de arruinar mi
vida,
¿Padres? ¿Hijos?
granito.
departamento.
pregunté al doctor Mancini si sabía algo sobre él, pero el viejo doctor dijo
que no
Tres semanas pasaron sin ninguna noticia de Dimitri. Fui a consulta con el
doctor Mancini y salí con las chicas. Por supuesto, seguí las recomendaciones
del
doctor. Mi tripita empezó a notarse solo un poco, hablaba con Mike por
webcam
corazones, Cupidos y flechas. No tenía muchas ganas de salir, así que había
aunque tenía una leve curvatura en la parte baja. En las noches, sentía
pequeños
movimientos o tímidas pataditas que me hacían sonreír, cada día amaba más a
Bichito. Ashley me había recomendado una crema para las estrías y, aunque no
tenía ninguna, me gustaba creer que acariciaba a Bichito cada vez que me la
cama, arrastrando los pies y maldiciendo en voz baja al insistente que estaba
del
―¡Voy! ―grité mientras iba a abrir la puerta, pero al pasar por el espejo me
di
«Tienes que decirlo algún día. ¿O es que piensas comértelo cuando nazca?».
parte de su ropa y abrí a unas sonrientes Mía y Alle. Ambas entraron como
huracanes a mi departamento.
―¡Te tenemos el plan de la noche! ―Mía parecía haber ingerido una tonelada
de ositos de goma.
―No puedes decir que no. ―Alle se sentó en sofá―. Me costó mucho
―¡Es San Valentín! ―gritó Mía―. Tenemos que salir a patearle el culo al
enano
¡Meses!
―El senador me hizo acompañarlo en su gira por Europa. ― Mía rodó los
ojos
―Bueno, al punto… ―Mía unió sus manos―. Sé que nos estás escondiendo
―¡Ah, sí! Búrlate, señorita ―dijo Alle pinchando su dedo en mi pecho, sus
ojos
se abrieron como platos y entonces gritó―: ¡Estás con alguien!
Negué rápidamente.
―No, Allegra.
―No digas que esa camisa no es de un chico, Odette ―entrecerró los ojos.
―Me parece familiar, como que se la he visto a alguien ― dijo Mía mientras
se
―Chicas, no puedo. Ya tengo una cita con Nicholas Spark y The Notebook, El
―¡Oh! Vamos, Odi. La inauguraron dos días atrás, y hace semanas que nos
evitas ¿y vas a rechazarnos por ver a Miley Cyrus cuando dejó de ser Hannah
hospital. Pensábamos que era por un chico, desde el año pasado no tenemos
una
cuatro paredes con ese gato, voy a empezar a creer que eres zoofílica.
―Obvio. Esta vez no iremos solas, niñas. Tenemos cita para comer a las siete
Tengo un serio problema libidinoso con ese hombre. ―Allegra metió su dedo
a la
boca y simuló vomitar―. Nick está en México y Fer tenía reservaciones, así
que
nos ahorró la cena. Además, siempre es bueno que un hombre vaya con
nosotras.
Fernando era el primo de Allegra, había sido todo un hombre hasta que
enamorarlo.
―Bueno, ya basta, no discutan por tontadas. ¿A qué hora debo estar lista?
―¡A las seis! ―dijeron al unísono, olvidando por completo lo que estaban
discutiendo.
No quería usar tacones, pero íbamos para uno de los lugares más elegantes y
Arrojé todo de mi cama, frustrada conmigo misma. Por un momento, solo por
bailar cuando quisiera, ni podría salir con mis amigas. Por nueve meses, no
podría ponerme mis antiguos vestidos. Y cuando por fin recuperara mi peso,
Adiós libertad, salir con amigas, rumbear, tener noches para mí sola…
Cambiaría mi cartera por una pañalera, usaría guantes solo para limpiar el
pedazo de látex!
toalla a mi cuerpo y salí dispuesta a decirle a las chicas que no podría ir.
―¡Sigues sin estar lista! ―Mía fue la primera en entrar, estaba enfundada en
un vestido rojo corto, adornado con piedras. Allegra, por su parte, tenía un
vestido ceñido a su cintura color marfil que iba un poco más debajo de sus
rodillas.
―He subido de peso, y no tengo qué ponerme. ―Ser sincera, ante todo.
―Olvídalo, princesa…
―Te dije que Odi estaba más gordita, que era mejor traerlo de una vez y tú
dijiste que eran ideas mías, así que, es justo que tú vayas por él.
―¿Y si mejor bajamos las tres juntas? ―Si no detenía esa pequeña discusión,
no íbamos a ir a ningún lugar y ahora que sabía que tenía un vestido esperando
de color negro, y Mía había subido por mis zapatos altos. Al mirarme al
espejo,
novio, Nick. Aunque Nick aún no se atrevía a contarles a sus padres sobre su
homosexualidad, Fer estaba dispuesto a estar con él. Allegra apagó su celular
Por un momento, pensé que la velada se había acabado, pero cuando llegamos
se escuchaba alta y todo el mundo bailaba compaginándose los unos con los
otros. Ubicamos nuestra mesa rápidamente. Fer insistió en que tomáramos algo
sentía que aún no era el momento, al menos no hasta que resolviera mis dudas
con Dimitri.
―Si no fuera mi primo, con gusto pasaría una noche con él. ― Murmuró Mía
su mano.
―Sí, claro. Tiene mejor trasero que nosotras tres juntas y una bufanda roja
que grita a los cuatro vientos que le gusta «dar» y que le «den». ―Todas
empezamos a reír histéricamente, justo al tiempo que Fer regresaba con las
bebidas.
aburrida. ―Me señaló―. Más te vale que pidas algo fuerte y bueno cuando
volvamos de la pista. Niñas, fondo blanco. ―Todas bebieron sus copas, pero
era
colocar Sorry For Party Rockingde LMFAO. Fer se movía entre las tres
mientras
de todo, pude sentirme libre: Bichito estaba quieto, Dimitri no existía, solo era
yo, la Odi de hace un par de meses atrás. La chica que quería comerse el
mundo.
Sentí una mirada sobre mí y miré hacia todos lados, pero no vi nada extraño.
Estábamos en un pub a medio reventar, así que era lógico que me miraran.
Volvimos a la mesa y esta vez Mía fue por los tragos; sin preguntar, trajo
tequila
mi espalda. Fer acarició mi cuello con su nariz, mientras una de mis manos se
deslizaba por su espalda. Estábamos tan juntos que solo unos centímetros
No era la primera vez que bailábamos así, de hecho, Fernando decía que yo
llevaba sangre latina en algún lugar de mi cuerpo. Podía escuchar a las chicas
jodidamente feliz. Hacía mucho tiempo, desde que Dimitri había entrado a mi
vida, que no me divertía tanto. Y también tenía que hacer pis. La melodía de
Thelegraphy de Cristina Aguilera se escuchó inmediatamente, pero necesitaba
ir
Entré a uno de los cubículos y dejé que mi vejiga liberara todo el líquido
Una vez todo fue desechado, salí del cubículo y abrí la llave del lavado para
refrescar mi cuello.
Capítulo 6
agotado, con grandes círculos púrpura cayendo de sus párpados, tenía esa aura
desapareció. Malinov no tenía esa sonrisa de: “puedo follarte si quiero ahora
mismo” en los labios. Su boca era una línea tensa y su mirada se enfocaba en
algo
detrás de mí. Era la mirada de alguien que estaba drogado o muy enfadado.
―Dimitri…
ése te tocara? ―Al principio, no entendí a qué se refería, pero luego todo fue
muy
claro: él me había visto bailar con Fer. Dimitri no estaba drogado, estaba
celoso…
encontrará aquí.
caminó hacia mí, todo su cuerpo estaba gritando peligro. ―¿Piensas acostarte
Alcé la mano dispuesta a golpearlo, pero él fue mucho más rápido; sostuvo mi
mano en el aire, apretando mi muñeca con ferocidad.
―¡Eres mía, Odette! Te lo dije una vez. ―Agarró mi barbilla con su mano
libre
y unió mis labios con los suyos de manera violenta. Me resistí, intenté
empujarlo,
pero él era mucho más fuerte que yo, así que lo consentí cuando su lengua
pidió
Lo empujé con todas mis fuerzas, separándolo de mí, y luego pasé mi brazo
por mi boca quitando los restos de whisky de mis labios. El abismo de ternura
que había sentido hacía unos minutos volvió a convertirse en una furia que no
¡Me perteneces!
Malinov.
Dimitri cerró los ojos negando dos veces con su cabeza. Cuando volvió a
hice una pregunta, una sola, y te vas de mi casa por un mes; luego vuelves y
―¡No! Todo, Odette, tendrás lo que quieras de mí, pero no te daré mi pasado.
entre nosotros lo tenía. Lo mejor era salir de aquí antes que alguien llegara.
―¿A dónde vas? ―Su mano tiró de mí hasta dejarme frente a él agarrándome
con fuerza por los hombros, quedando atrapada entre la pared de cerámica del
lavado y el duro cuerpo de Dimitri―. Te vas con él, ¿verdad? Dime, Odette,
¿te
una.
―Sí ―dije con rabia―. Iré a su casa y me acostaré con él y ¿sabes qué,
Malinov?
Sé que será mil veces mejor que la noche que estuve contigo, porque al menos
la cama.
espalda baja.
mucho miedo… eres lo único que tengo, tú y él. ―Señalo mi vientre―. ¡Lo
único
que me queda en esta puta vida! ¡Lo único que me da paz! ―Volvió a
acercarse y
me encogí con temor―. Tú eres mía, Odette. ―Me tocó la barbilla con la
punta de
No supe en qué momento empecé a llorar, pero podía sentir las lágrimas
―¿Me elegiste? Tú decidiste que yo debía ser tuya, ¿y por eso tengo que
entonces?, ¿dónde está ese documento que dice que yo, Odette Mackenzie
Miller,
cuerpo se irguió quedando tan cerca que podía palpar la tensión de su cuerpo,
su
maldito documento cuando entraste esa noche a Alcatraz. ―Sus dedos bajando
cada vez más, acariciando la piel de mis muslos―. Colocaste cada maldita
tienes razón, nena, no eres una jodida posesión. ―Introdujo uno de sus dedos
en
ronca―. ¡Demonios! Estás mojada por mí, bebé… sólo yo puedo hacerte
sentir
así, Odette, sólo yo puedo darte lo que necesitas: follarte y amarte. Sólo yo,
―¡Mía!
¿Me amarás?
―Nunca podría amar a alguien tan bajo como tú. Lo único que puedo sentir
por ti es repulsión.
impacto y luego otro y otro, sin importar nada más que sacar la furia que mis
ensangrentada lo que lo hizo parar, pero fue como si todo su cuerpo colapsara.
Golpeó su frente con la mano sana y salió del tocador sin decir una sola
palabra.
intentando calmarme, tenía que encontrar a mis amigas e irme de aquí. Tenía
que hizo que mis piernas se debilitaran. Me sostuve con una mano del lavado
mientras que acunaba mi vientre con la otra. Cerré los ojos y respiré profundo,
pretendiendo que nada había ocurrido, queriendo borrar los últimos minutos
de
este día, pero sentir un líquido caliente correr por mis piernas me hizo abrir
los
ojos y encontrarme con que todo lo que había ocurrido era real. Tan real como
―Fer, soy Odi, estoy en el baño. Te necesito, trae a Mía. ―Un nuevo
calambre
Porque quería a mi bebé sin importar quién fuera el padre, sin importar que
tuviera que dejar mi carrera en pausa, sin importar todo lo demás.., solo él, mi
Intenté enfocar la vista con el afán de saber en dónde estaba, pero no veía más
Quise levantarme, sin embargo, no pude. Tenía la boca seca, cerré los ojos de
nuevo y los mantuve así por unos segundos. Miles de imágenes pasaron por mi
memoria: Dimitri enojado, yo reprochándole, él golpeando el vidrio…
Bichito.
Toqué mi vientre sin sentir nada. Mi corazón latía rápidamente, lo que hizo
―¿Odi? ―Mía llegó a mi lado―. Tranquila, estás bien. Tu bebé está bien.
dijeron que Bichito estaba bien, que aún estaba junto a mí, lloré de alegría y
me
la palma de mi mano―. ¿Con que tía, no? Eres una pillina. ¿Quieres un poco
de
habitación.
Mía me dio un vaso plástico con una pajita y me ayudó a sentarme sobre la
―Quería contarles ―dije cuando supe que no podía dilatar más el asunto.
Ashley! O no, mejor ibas a contarnos cuando el bebé naciera, ¿verdad, Odette?
―Alle…―Mía la interrumpió.
momento.
―Odette es una mujer adulta, ella podía guardar su secreto si quería. Somos
―El doctor dijo que debías descansar. He llamado a Mike, llegará esta noche,
―Lo siento…
hermanas.
―Lo sé. ―Mía tomó mis manos―. Y por eso te apoyo, Odi. ―Solté el agarre
de
destrozado.
―Yo..
―Eres una tonta y solo voy a perdonarte porque voy a ser tía. ―murmuró
―Gracias.. ―dije con voz rota―. ¿Él.. él está bien? ―pregunté acariciando
mi
vientre
silencio.
―Tenemos que ir a avisarle a Fer que Odi está bien… ―dijo Mía, tomando a
Allegra.
la habitación.
me encogí en la cama.
―¿Cómo estás? ―Despeinó sus cabellos con su mano sana―. ¿Él bebé está
bien? ―Se veía preocupado y muy cansado, como si llevara el peso del
mundo
los mismos.
―¡Detente! Él está bien. Por favor, no te acerques. ―Mi voz tembló. Aunque
Dimitri me atemorizaba.
―Eres la madre de mi hijo, es mi deber estar aquí. Por favor, solo escúchame.
―Solo vete…
―No, no lo es. Si hay un culpable aquí, ese he sido yo. ―Hubo un minuto de
condiciones de pedir nada, pero por favor no me alejes de él. ―Bajó su mano
―Dime la verdad.
―¿Por qué te interesa tanto mi vida si no quieres ser parte de ella? ―preguntó
con tristeza.
―Mucho.
―No entiendo.
―Yo sí.
―¿Qué gano yo por contarte la verdad? ¿Qué me das a cambio por abrirte mi
―No voy a casarme contigo, pero quizá pueda, con el tiempo, perdonarte lo
―Dimitri…
―Mi madre era una mujer de escasos recursos que trabajaba como empleada
niño rico y malcriado, que folla a su sirvienta para satisfacer sus deseos.
―Negó
con la cabeza un par de veces―. Él la usó, la tuvo todas las veces que él
quiso, aún
golpear el marco. Esta vez fue más fuerte, por lo cual me sobresalté un poco.
Un gemido profundo salió de mí. Estaba atenta a cada gesto, a cada palabra
estaba asustada, pero era una chiquilla fuerte y valiente ―sonrió con pesar y
una
deshizo del bebé, trabajó en cualquier pequeña cosa con tal de que no la
separaran de él. ¿Sabes por qué? ―Se giró mirándome y yo negué―. Porque
ese
bebé era lo único que ella tenía y, cuando lo tuvo entre sus brazos, supo que
iba a
dar la vida por él. Meses después, ella dio a luz a su “bastardo”. ―Recordé
sus
En ese lugar, conoció a una pareja de avanzada edad que tuvo piedad de la
cocina americana y latina hasta que tuvieron que mudarse a Austin en Texas.
La
pareja murió cuando el niño tenía cuatro años, pero para ese entonces, mi
madre
―Dimitri…
―No es fácil para mí decir esto, así que solo escúchame… ―Respiró
antes retomar el relato―. Mi madre era feliz, recuerdo que cantaba música en
español, he tenido esa melodía en mi cabeza por muchos años, pero nunca he
doblegó a su voluntad todo el tiempo que quiso. ―Un jadeo salió de mí, pero
él
“el niño”―. Una noche, ella se quedó trabajando hasta muy tarde.
Un camionero pidió una orden, pero no quería bajarse de su coche así que ella
―¿Lo adoptaron?
Él sonrió sarcásticamente.
―Podría decirse que sí, en la casa había más niños, pero él era el más
pequeño
y débil. Sus nuevos “padres” eran estiércol, una pareja que se dedicaba a usar
a
sus hijos para distribuir drogas, mendigar, robar y, si no hacías bien el trabajo,
te
encerraban en La Jaula.
―Dimitri.. –Mi voz salió algo ronca. «¿ En qué momento había empezado a
llorar? » .
―No llores. ―Me observo y después volvió a mirar afuera de la ventana―.
El
niño escapó de ahí cuando cumplió doce. Seis años de malos tratos…
―¿Y? ―pregunté.
conoció a dos chicos, el mayor tenía catorce y era un año mayor que él; esos
pero robaban comida para no pasar hambre, la ropa de los tendederos para no
pasar frío… No era fácil, pero era una aventura. Un par de años más tarde, se
―No la mejor, pero qué diablos importaba, servía para escapar del mundo de
mierda en el que estaba. Tenía catorce años y el niño soñaba despierto cuando
la
coca lo hacía volar, Odette. Le daba paz. Con ella, no necesitaba respirar, ni
robar
sobre mí, tenía las manos hechas puños, las venas en sus brazos y cuello
podían
como letal… aún sin saber lo que era el amor. Él y sus amigos la siguieron
hasta
asalto a los ocho años, pero a los doce tenía a Mike y a Ashley. Mi hermano y
su
esposa habían llenado ese vacío que mis padres habían dejado.
―Victoria era una cría de dieciséis años: alta, hermosa de cabellos castaños y
bonitos ojos azules. Estar con ella era como quemarse en el infierno y disfrutar
―Ya, no quiero saber más ―musité con voz acongojada. Sin embargo, él no
se
detuvo.
―Días sin dormir, fines de semana sin comer… solo sexo. Ella les enseñó
todo
a los tres. Les mostró cómo le gustaba que la trataran, que la ataran, la
golpearan, todo esto mientras tenían sexo como animales, todos al mismo
―Cuando el niño deseó morir, una luz llegó a él… Un hombre, uno bueno.
cuerpo, y pude volver a tomar aire para respirar. Sin embargo, el alivio tan
sólo
Sin embargo, ya era tarde para mí: era un adicto, a la coca, a Victoria, al sexo
sin
ternura… Pero sobre todo, era un volcán, Odette, las noches en abstinencia
Me fugué. Una y otra vez, volvía a los brazos de ella. Hasta que Alexei, mi
de desintoxicación.
—Cada día, durante los tres años que estuve ahí recluido, juré vengarme de
todo el que me hubiese hecho daño… Empezando por el niño poderoso que
mirada.
Chasqueó su lengua.
―Dimitri…
casa?
Sonreí sarcásticamente.
―Tú nunca has estado en mi casa. No quiero seguir discutiendo, se harán las
―Belleza, yo soy un ser ruin, soy mezquino, egoísta, cruel.. No voy a volver a
pedirte que te cases conmigo… por ahora, pero, vivirás en mi casa. ―Abrió
la
que está en tu vientre, será lo mejor para todos. ―Su voz fue suave pero firme,
no
De nada valdría intentar pelear, pero si Dimitri Malinov pensaba que con esto
Capítulo 7
Una vez que Malinov estuvo fuera de la habitación, Allegra y Mía entraron
demandando respuestas.
Me limité a contarles “la verdad” que Dimitri le había contado a Mike, que
nos
de internet desde hacía tres años atrás mientras él estaba en Londres y que
Sentía que estaba entrando en una dimensión desconocida mientras las chicas
misma. ¿Qué había pasado con la chica que tenía ganas de comerse el mundo?
era capaz de hacer. Cuando el doctor de turno me dio de alta, no pude hacer
más
que colocar mi mejor sonrisa mientras me dejaba guiar hacia el auto color
plata,
Desperté cuando sentí el auto aparcarse, solo para encontrarme con una
imponente casa de dos plantas, adornada con dos grandes pinos en entrada.
auto.
―Te dije que vivirías conmigo y esta es mi casa ―dijo calmadamente―. Tus
anfitrión.
exactamente igual que por fuera, lujosa, elegante, ostentosa y muy impersonal.
Parecía que él nunca hubiese vivido en este lugar. Paredes en color blanco y
músculos de la boca los tenía tensionados de tanto fingir que sonreía mientras
que los dedos me dolían por la leve presión que Malinov ejercía sobre mi
mano.
Cuando el reloj marcó las 17:00, Mía y Allegra se levantaron del sofá.
extrañaría a Mía y Allegra, que últimamente vivía más con Mía que en su casa
en
Manhattan.
nuestro abrazo.
―¡No tienen que irse! ―Las palabras salieron de mí mucho antes de
procesarlas, no quería quedarme sola con él en esta casa y los nervios ante mi
nueva realidad florecían desde mis entrañas. Una vez que las chicas se fueran,
yo
me quedaría en su territorio.
Malinov.
―Cariño, esta casa es muy grande, y las chicas y yo siempre hemos vivido
juntas, ellas podrían mudarse acá y vivir con nosotros al menos hasta que
nazca
el bebé. ―El rostro de Dimitri estaba tenso. Aun así, me dio una media
sonrisa.
Por unos minutos, todo fue en silencio. Dimitri dio un respiro profundo antes
de acariciar mi mejilla.
relación con su padre la obligaba a pasar mucho más tiempo en casa de Mía.
Me separé de las chicas para, como una novia enamorada, abrazar a Malinov.
―Jaque Mate…
―Me las pagarás muy caro, Odette ―dijo en mi oído mientras me daba un
―Gracias, profesor ―dijo Mía abrazando a Dimitri por unos momentos, una
vez me separe de él. Allegra solo extendió su mano dándole un ligero apretón.
―No tienen que agradecerme a mí. ―Pasó su brazo por mis hombros,
estemos en clase. ―Les dio una sonrisa derrite bragas―. Hablando de eso,
creo
relación con Odi, o que alguna de ustedes tres está viviendo en mi casa.
―Solo tengo que decirle que viviré con Odette, la conoce hace tiempo. Sé que
Me pregunté internamente qué era eso tan grande que Alle sabía sobre su
padre, un comodín que le permitía vivir la vida a su antojo.
evitar tomar sus muñecas con las mías―. Recuerda lo que dijo el doctor, no te
exaltes y, por favor, ve a la habitación. Le diré a George que te diga cuál es.
―¡Dios! ¿Quién iba a imaginar que detrás de esa seriedad y esa sonrisa sexy
se
―No creo que esté enamorado. ―Allegra era muy perspicaz―. ¿Recuerdas
Sonreí
―Bueno, cuéntanos el chiste ―miré a Allegra, que me observaba desafiante.
―Da igual, lo único que me importa es que desde hoy… ¡No más renta!
un susto de muerte.
―El señor está en el estudio, en una videollamada con los encargados del
GEA
caminábamos, pude ver que la segunda planta de la casa contaba con muchas
habitaciones. ¿Por qué Dimitri había ofrecido una sola habitación a las chicas?
―.
―La casa tiene seis habitaciones, tres en el ala derecha y tres en la izquierda;
el ala izquierda es para invitados, los amigos del señor. El señor Collins y el
señor Brown comparten una pero ahora están de viaje; y el señor DÁngelo
viene
solo una vez al año. Del lado izquierdo, solo está la del señor, el resto de las
Era enorme, todo mi departamento podía caber aquí dentro: tenía ventanales
de techo a suelo, pintado de blanco con una pequeña antesala, y luego una
cama
tamaño King. Había un televisor sobre una mesa en color wengué, un sofá y un
par de puertas. George corrió las cortinas al tiempo que una chica con
uniforme
―El agua está lista, señor Jones. ―Él asintió y luego me mostró el camino
hacia
habitación y el baño por esa puerta; sus cosas ya están ubicadas ahí. En la
repisa,
hay toallas y en las gavetas todo lo que necesite para su aseo. Si necesita algo,
hay un teléfono que comunica con la cocina.
habitación. Necesitaba estar sola, necesitaba asimilar todo, esta era mi nueva
dos toallas del estante: una para cubrir mi cuerpo y la otra para secar mi
cabello.
siendo una tonta, que podía irme de aquí lejos. Estaba segura de que Mike me
había enredado en las mentiras de Dimitri y nada me mataría más que ver la
Tenía cinco meses para intentar salvarme, solo había que esperar a que ese
Salí del baño encontrando a Dimitri sentado en la cama; tenía un vaso con lo
que parecía ser whisky y removía el hielo con sus dedos. De nuevo, parecía
como
contacto de su piel.
había caído una vez, no deseaba brindarle una nueva oportunidad. ― ¿Qué
hace
tu ropa en mi closet?
―¡Qué lástima! Puedes decir jaque, Odette, pero ten por seguro que siempre
―No quiero dormir solo esta noche. ―Colocó el vaso sobre la mesa y se
sentó
sobre el sofá cruzando sus piernas―. Faltan unas semanas para que comiences
Entré de nuevo al closet y tomé una de las camisas que Mike había olvidado
en
recuerdas?
―Tus prácticas están suspendidas por lo menos un mes con el doctor ―rio
―Solo tuvimos una pequeña charla y le dije que no irías las siguientes
más, bebé?
en mi vida.
―No le daré una habitación de esta planta al gato, Odette, pero si te hace
miradas batallaron por lo menos un minuto, pero debía ser franca, aquella
sonrisa ladeada que tenía en ese instante era terriblemente perjudicial para mi
pero yo debía ser fuerte y no mostrarle lo que esa sonrisa causaba a mis
bragas,
así que, en actitud infantil, le mostré el dedo del medio con altanería, mientras
salía de la habitación.
tenedor hasta ella. Elevé mi mirada del plato rebosante de pastas cortas en
salsa
y estaba vestido con ropa de deportes, llevaba una camisa, que se pegaba a los
músculos de su pecho como una segunda piel, mientras dejaba sus bíceps
descubiertos.
Demonios, era doloroso el solo verle allí, con esa expresión ecuánime y seria.
apetecía más.
Dimitri se levantó de su silla y caminó hacia mí. Tomé mi jugo natural y bebí
él.
hacia mí.
comida.
―Te doy de comer ―Me dio su sonrisa torcida―. ¿Es que acaso no es lo
suficientemente evidente?
habitación.
Como las noches pasadas, hablé con Mike, que prometió venir pronto. Lo
de no dejar a Ashley sola. Apliqué mis cremas y mantuve una charla frente al
que pude.
Él sonrió.
escena, pero al final, sabía que él ganaría, así que no lo intenté. En cambio,
quité
―¿Es en serio? ―No contesté―. Odette, Odette, eres incluso más infantil de
lo
tocar, pero antes de que puedas siquiera pensarlo, tú vendrás a mí… Buenas
Sin embargo, esa fue la peor idea que se me hubiese podido ocurrir, Malinov
se
había convertido en un completo grano en el trasero, no solo pasaba fingiendo
tratarme como una niña de seis años, y eso era algo que me irritaba, me sacaba
Había despertado con un muy buen humor ya que tenía cita con el doctor
Mancini. Quizás con un poco de suerte, Bichito dejaría que el doctor viese su
sexo. Además, después de hoy, por fin podría volver al hospital. Había
empezado
las clases hacía unas semanas, tal como Dimitri lo había ordenado. Joshua era
la
seguía.
Había llamado a Susan, la cocinera de Dimitri, antes de bajar, así que cuando
llegué a la mesa todo lo que había pedido estaba servido frente a la atónita
«Dije ¿mí? Sin duda alguna el hambre hacía decir cosas raras».
Me serví jugo de naranja y miré a los ojos a Dimitri, que no quitaba la vista de
mi suculento desayuno.
proceso.
―Muestrow ―dije con la boca llena, era una de las cosas que él detestaba y
yo
vivía para hacerlo rabiar―. ¿Dównde estánw Mía y Alle…? ―Me ignoró,
tragué y
desaforadas. Verlo todos los días ir al gimnasio o salir del baño con poca ropa
era una prueba para mi deseo sexual, y no ayudaba mucho el dormir con él.
Era
cada vez más difícil meterme a la cama sabiendo que él llegaría en algún
punto de quiebre, pero solo entender que al final le daría la razón me hacía
detenerme.
―Mía y Allegra tenían algo que hacer y se han ido con Joshua, así que te
que hoy harán el examen que determinará si Bichito tiene alguna anomalía
cromosómica?
―Pues qué mal no poder decir lo mismo de la mía ―dijo con ironía ―. Voy a
subir, debes estar lista cuando baje, tengo una reunión importante en media
hora.
―Te espero en el auto, princesa ―murmuró con voz baja, haciendo que cada
camino.
embarazada.
averiguar sobre quién había sido el hombre que me había dejado embarazada.
Dimitri me ignoraba en clases, había elegido a Mía como su monitor, y cuando
la
somnolencia era superior a mí, ella tomaba mis apuntes o me prestaba los
suyos,
Casa, con Mía y Allegra allí, podía decir que era mi hogar. No sabía qué me
este último mes, me había demostrado que adoraba a bichito y esperaba que
esa
terminé mi última clase. Alle había insistido que el quinto mes era el indicado
para empezar las clases de Yoga, por lo que estábamos tomando clases tres
veces por semana. Había una sesión para madres primerizas a las que ella me
―¿Qué?
dejara de dominar. Pero aún dice salta y tú preguntas ¿qué tan alto?
―Sabes que cortará mis tarjetas de crédito y aún me faltan dos años para
―No te entiendo, tienes más dinero aparte de tu finiquito, vives con Dimitri y
él no nos pide dinero para nada. Eres una sometida por convicción, dices tener
el
secreto más grande de tu padre, pero simplemente creo que te deja ser
―Lo que sea, no sé por qué no creo que mueras de amor por el profesor, te he
visto cómo eres alrededor de él… cómo él parece dominarte con una sola
mirada.
color rosa, que sería la perfecta pareja para Fernando, si no estuviera tan
enamorado del cobarde de Nick.
Tan pronto como terminamos, Allegra me dio un gran abrazo diciéndome que
Gus la esperaba fuera para llevarla a hablar con su padre. Me despedí de ella
y
consulta. Solo fue salir del coche para notar que estaba mucho más serio que
de
«¿Estará enfermo?» .
Asentí.
primero voy a ubicar a tu bebé para el examen, y una vez haya extraído la
muestra que necesito, procederemos a investigar el sexo del bebé. ¿Por qué no
me cuentas qué tal van las clases de Yoga? ―Di una mirada a Dimitri y él solo
se
encogió de hombros―. Ven acá, muchacho, dale apoyo moral a tu chica ―dijo
en
su hermoso acento.
era sexy.
mi interior y una lágrima escapó de mi ojo izquierdo. Cerré los ojos y sentí
como
mientras apretaba su mano fuertemente y apretaba los ojos hasta sentir cómo el
anegaron en lágrimas. Alcé la mirada para ver a Malinov, sus ojos azules
estaban
―Su peso está estable, doscientos ochenta y cinco gramos, y mide unos
veintisiete centímetros, chicos.
Capítulo 8
Lo siguiente que pasó fue muy rápido y solo reaccioné cuando sentí los tibios
nuestros labios.
carraspeó.
Sonreí, había llamado Bichito a mi bebé desde que había tomado conciencia
que sería madre, pero nunca me había puesto a pensar que tal vez hubiese
Dimitri llevaba una sonrisa radiante y no podía decir nada, pues estaba igual,
tan
eufórica que no me resistí cuando entrelazó sus dedos con los míos mientras
Mientras íbamos en el auto, llamó y canceló sus citas pendientes. Yo hice una
videollamada con Mía y Allegra para contarles las buenas nuevas. Mía agregó
a
Fer a nuestra llamada, quien se vio bastante desilusionado por no tener una
niño.
Sonreí, olvidando todo lo que nos rodeaba en el momento, tendríamos un
bebé y lo adorábamos.
Desperté con la luna en lo más alto del cielo. Quería ver a Ferb, contarle que
tendría un hermanito y que pronto nos iríamos a casa. Bajé las escaleras con
cuidado, quería pasar primero por la cocina por un bocadillo, pero ver a
Allegra
como pudiera.
―Se fue detrás del chico del trasero comestible que entró con el profe a ese
―No me mires a mí, iba por un bocadillo. ―Lo último que necesitaba era
―Pasen y las presentaré… ―Nos dejó seguir y, para vergüenza de las chicas,
nos dimos cuenta que la casa de Dimitri tenía un circuito cerrado de cámaras
de
video y justo había una en el pasillo, lo que significaba que él era plenamente
curvado.
―¿Dormiste bien, preciosa? ―Su mirada nunca había sido tan clara para mí,
estaba feliz… corrijo, lo que irradiaban esos ojos claros era euforia.
―Así que esta es la chica. ―Alcé la mirada para encontrarme con un chico de
cabellos castaños y ojos negros, era alto de cuerpo fibroso, vestía un jean azul
y
un jersey color piel―. Soy Andrew Brown, y aquel que está allá ―otro chico
de
Dante se levantó del sofá y caminó hacia mí. Extendí la mano en un gesto de
―El gusto es mío. ¿Cómo una chica tan guapa pudo fijarse en este? ―golpeó
a
Dimitri en su hombro.
―¿Stephan?
ti rende un’idiota[4].
alzando una ceja al verme, haciéndome sentir inferior a él. Podía ver que era
más
arrogante que Malinov, e incluso más sombrío. Su cabello estaba cortado al
estilo
militar; tenía los ojos irritados y una mirada que decía que había que
costado de Dimitri.
estaré.
muy cruel con la chica. ―La sonrisa lobuna iluminó el rictus sádico en su
rostro.
Sara, la hija de Susan, entró para informarnos que la cena iba a ser servida.
de medicina.
―Serán animales. ―Lo reté a que me dijera algo diferente, obvio lo hizo.
―Porque mejor no nos cuentan qué hacían en Londres. ―Mía cambio el tema
había hecho suficiente vida social para un día. Me coloqué un pijama cómodo
y
baño―. Te he hecho una maldita pregunta, odio que me dejes hablando solo.
―A
hasta rodear mi vientre. Podía sentir su erección pegada a mi espalda baja; sus
sujetador―. Hemos tenido un buen día hoy, nena, pensé que las peleas
infantiles
ya habían pasado entre nosotros. ―Acarició mi pezón con sus dedos índice y
Di un empujón con mi codo y él se alejó, salí del baño antes de cometer una
―Odette, no quiero discutir, solo dime qué puto nombre tenías pensado.
―Quitó sus zapatos con sus pies y caminó hacia mí―. Supongo que, si estás
―Declan… ―No había dicho el nombre desde hacía mucho tiempo, así que,
el
de Dimitri.
¡Malditas hormonas!
gusta.
también, era algo que teníamos en común, llamar a nuestro bebé de esa manera
Mordí mi labio con fuerza cuando me di cuenta que no tenía ropa interior.
―Nunca usas bóxers. ―De hecho, no lo había visto usar unos desde que había
―No, asfixian ahí abajo. ―Tomó el libro que llevaba días leyendo y buscó
sus
gafas antes de abrirlo y empezar a leer. Los minutos pasaban lentamente y ver
a
excitada. Declan se movía inquieto en mi interior. Así que tomé una larga
Varios minutos después de una escena intensa de sexo entre los protagonistas
―Quiero helado de limón con leche condensada y fresas con chocolate ―dije
libro.
su bata. Esperé que saliera para ir al baño, me quité mi pijama y abrí la ducha,
Salí del baño, encontrando dos tazones de mi lado en la mesa de noche, uno
con helado y el otro con fresas. Dimitri estaba en su lugar leyendo su libro.
―Estoy aquí. ―Acarició mi mano―. Estoy aquí para cumplir cada uno de tus
―Gracias…
centro se contrajo, todo mi ser gritó que me dejara guiar por mis instintos.
Tomé
más helado y me dediqué a ver la película de Adam Sandler que Dimitri había
escogido.
Terminé mi helado y compartí las fresas y el chocolate con él, riéndonos por
―¿Qué?
llevándoselo a su boca.
Tragué el nudo en mi garganta; esa era la jodida cosa más sensual que yo
Mi respiración se hizo más pesada y sus ojos mostraron la lujuria que muy
seguramente tenían los míos. El mundo dejó de existir para mí cuando sus
labios
solas. Por un momento, quise resistirme. ¡Al diablo! ¡Yo quería esto!
Cuando estaba con él, era como si perdiera control de mi voluntad y solo
hiciera lo que las manos de Dimitri y sus labios querían hacer conmigo.
―¿Puedo tocarte, Odette? ―Me pidió con voz ronca y tortuosa, parecía
querer
acariciar mis sentidos con aquel tono atractivo como todo él ―. Déjame
tocarte,
sentir su trato.
Me recostó sobre las colchas, sus manos moviéndose por mis costados hasta
dejarme tan desnuda como él; las mías, tocando cada trozo de piel que podían
alcanzar. Toqué con las yemas de mis dedos su nuca, acariciando el punto en
su
Había hecho el amor con este hombre dos veces, sin embargo, no sabía cómo
o
dónde tocarlo.
―Eres hermosa, tan hermosa que me quedo sin aliento de solo verte. ―Besó
por el embarazo.
Lo miré acariciando su cabello, alentándolo a que fuera un poco más rudo ahí
lentamente.
―Dimmm…
―Allá voy, nena, déjame disfrutarlo. Estoy tan jodidamente loco, enamorado
de ti. ―Abrió mis piernas con sus rodillas y llevó el glande de su pene hasta
mi
Me matas, bebé.
quiero que seas mía. Quiero que me ames, Odette. Quiero que juntos cuidemos
a
excitante.
Asentí mientras él volvía a unir nuestros labios, esta vez más suave que la
anterior.
―Sube sobre mí y déjame entrar a mi hogar. ―Nos giró rápidamente para que
en mí.
manera lenta.
se sentó en la cama tomándome de la cintura, unió sus labios con los míos y
me
sujetó, tomando el control. Embistió mi cuerpo, contundente, sin llegar a ser
muy
rudo. Salió de mí, estableciendo él, un ritmo lento, acariciando mis costados,
Me escuché a mí misma pedir más, más de él, más placer, más… Gemí cuando
su boca volvió a entretenerse con mis sensibles pezones, sus manos buscando
mi
llevarme a la cima del precipicio. Dimitri arremetía sus caderas contra las
mías,
de esta habitación.
―Te amo ―dijo él mientras embestía―. Te amo tanto, Odette Miller. Contigo
vuelvo a ser ese loco y explosivo adolecente que fui, pero esto… cuando
estamos
bastaron dos embestidas para que todo mi cuerpo explotara junto a él.
bebé, eso no era amor, aunque él lo afirmara. Y esto que acababa de pasar,
tampoco.
Levanté mi rostro, encontrándome con sus ojos, ahora mucho más claros que
minutos atrás y no pude evitar el suspiro que salió de mi interior. ¿Qué tenía
este
confundida.
Me dio otro beso corto y luego se levantó en dirección al baño. Mi vida había
corazón.
Capítulo 9
Se había dormido luego de volver del baño con una toalla empapada de agua
tibia, abrió mis piernas y limpió nuestros fluidos antes de llevarla de vuelta al
él sin importar que me hubiese obligado a venir a su casa, de que casi pierdo a
Bichito por su culpa.
Pensar eso me hizo sentir como una cualquiera.. ¿En eso me estaba
hormonas por haber sido débil pero no así era, Malinov era sexy, atractivo y
me
Tenía que levantar mis defensas nuevamente. No podía fiarme de él, de sus
Dimitri acarició mi espalda desnuda, estaba dormido aún, pero sus dedos
cristalina cuando nos volvimos uno, la forma en que tocó cada pedazo de piel
a
departamento.
boca de manera reverencial, decidí que tenía que intentarlo, así que, en vez de
aún más en su pecho y entrelacé sus dedos con los míos, sintiendo el beso
inconsciencia.
la cama cuando sus dedos entraron a ser parte de la ecuación. Boca, lengua,
sexo… era tortura, placer, una cantidad de sensaciones que estallaban justo en
mi vientre bajo.
observando el cabello negro del hombre entre mis piernas; estas yacían sobre
sus hombros mientras lamía mi clítoris con ímpetu. ―¡Basta! ―intenté parar
la
tortura, pero él se aferró a mis caderas por un par de minutos, hasta levantar su
mirada hacia mí. La lujuria se escurría en sus orbes azules, su mano se separó
de
―Hazme acabar…
―Tus deseos son órdenes. ―Su voz gutural erizó mi piel por completo.
interior. Apreté las sabanas bajó mis manos, sintiendo como mi cuerpo se
Cerré los ojos mientras mis latidos se normalizaban, con las piernas hechas
empezaba a filtrarse en el ventanal lateral. Dejé que mis manos vagaran por la
―Estoy satisfecho… por ahora. ―Me guiñó un ojo, dejándome caer a su lado.
hiciera silencio.
―Es muy activo por las mañanas ―sonreí, porque más de una vez el
por el lugar donde una vez estuvo mi cintura, uniéndome más a él―. ¿Cierto
alguien nos hubiera visto en ese momento, pensaría que éramos simplemente
dos amantes enamorados―. Lo sé, está algo largo. Pasaré por donde mi
barbero
al salir del trabajo. ―Besó mis manos, mis dedos, mientras se cernía sobre
mí,
interior.
al orgasmo hacía unos minutos atrás. Desde ahí, la habitación se había sumido
en
silencio.
―Dime…
necesito sinceridad. Faltan menos de cuatro meses para que Declan llegue a
este
mundo, y quiero conocer a su padre en todos los sentidos. ―Intenté que mi voz
mentirosa.
respiro.
―¿Preguntas? ―Su ceño se frunció y cerró los ojos unos instantes―. ¿En
has querido.
―Sí, lo es. ―Pasó sus brazos por mi cintura―. Anda, aprovecha que estoy de
―Me hago analíticas regulares, dono sangre con frecuencia y tenía muchos
meses sin intimar con nadie. ―Un movimiento en mi vientre lo hizo sonreír―.
¡Ohm! Tú también estás feliz de que no lo haya usado, ¿cierto? ―dijo tocando
el
lugar donde muy seguramente Declan estaba alojado. A cambio, recibió una
patada.
«¡Dios, serán Iguales!».
―Mía.
―Digamos que Alexei me dejó una buena cantidad de dinero. Con el tiempo,
lo
―¿Qué quieres decir con que está engrosando tu cuenta? ¿Te está pasando
―No más preguntas por hoy, Odette. Debes descansar. ― Rodeé los ojos al
escucharlo.
―Pero…
―Tengo reunión con la junta directiva del GEA, apenas son las seis de la
―Dimitri, tú dijiste…
―Después ―sentenció.
―Pero, tú…
―¡Maldición, Odette! ―Se levantó de la cama completamente enojado―.
Sabes
cómo arruinar una puta buena mañana. ―Caminó hasta el closet y cerró la
¡Joder!
―Tú debes elegir de lado de quién estarás, si de él o del mío, Declan ―dije,
Cuando salió del baño, tenía una taza de su café colombiano y me veía
Dante y Andrew estuvieron en la casa. Cuando pregunté por él, los chicos se
Sabía que estaba en casa porque veía a Joshua llegar muy entrada la noche y
debo decir que el hombre me intrigaba. No tenía ni idea de cómo se veían las
auras de las personas, pero estaba segura que la de Alessandro era negra.
para dictar las clases de Dimitri y en el hospital nadie sabía de él. El doctor
Tatcher pasaba pocos días en el hospital –se rumoraba que su hijo enfermo
estaba cada vez peor–, pero cuando estaba era como una máquina: atendía a
los
cansado. Lucía una barba desarreglada y grandes círculos oscuros bajo sus
ojos
azules; aun así, seguía con mi tutoría, nunca se refería a mi embarazo. Sin
lado de la mesa. Había pasado gran parte del día en la biblioteca de Dimitri
con
―Hice una seña con mi mano para que se fuera. Esa había sido su respuesta
los
últimos tres días. Llevé el libro que leía hasta el estante y tomé uno sobre
cardiología infantil.
Ferb se subió en mis piernas tan pronto volví al sillón. ¿Han escuchado la
sofá frente a mí. Tomé el batido que George me había servido, llevando la
pajilla
a mis labios.
del año…
―¿Gracias?
―Odi…lamentamos dejarte sola hoy, pero fuimos con los chicos a correr
compras, ellos necesitaban algunas cosas para las nuevas casas y con eso de
que
qué tan perjudicial sería para Declan, pero podemos ir arriba y me pueden
mostrar esos vestidos que tienen ahí escondidos y con eso las perdonaré por
ser
con la plancha.
―Dante dice que tiene algunos problemas con la junta directiva del GEA.
neceser.
sí a Dante?
―Cierto…
bello, pero demasiado pasivo para mí. No tiene ese aire coqueto que tiene
Dante.
latino, se nota que sabe mover el bote ―dijo haciendo alusión a el rey Julien.
[5]
plancha y la colocó sobre el tocador del cuarto que compartía con Mía.
―Si me disculpan, mi hijo tiene hambre. Los vestidos están divinos. Esos
Dos horas después de que las chicas se fueran, la casa se sentía en calma y me
Dimitri sentado en un sillón mientras DÁngelo estaba cerca al bar. Vertió licor
en dos vasos y tendió uno hasta Malinov.
de noche.
―¿Cómo va todo con tu junta? ¿La perra sigue jodiéndote las pelotas?
―Ivanka puede irse a la mierda, ella sabe que debe dejar de jugar conmigo
o lo va a lamentar…
―Siempre hay alguien dispuesto a darte placer a través del dolor, DÁngelo,
aunque no sea con
sexo…Odette, es especial.
―¿Especial? No sabía que ahora las putas que se embarazaban eran
especiales. ―Todo sucedió muy
Tu mujer estuvo preocupada por ti, ¿ya le contaste lo que estás haciendo?
¿Dejarás de hacerlo por ella?
Malinov sonrió.
―Sótano.
―No, pero ten por seguro que tendré una al finalizar la noche, si necesito
quedarme.
―Quizá consiga una especial como tú ―dijo burlón. Dimitri caminó hacia
la puerta antes de decir:―Ya
quisieras, cabrón…
preocupada, pero solo podía pensar: ¿quién era Renata? ¿Por qué Malinov
tenía
palabra en Google, Venganza ¿Contra quién? ¿Qué tenía que ver yo en una
venganza?
―Dime…
―Estás como ida, te dije que hablé con los chicos y tienen los bocetos para la
nuestra tregua. George sabía mi ubicación por si ocurría algo. ―No dije
nada―.
Se había puesto solo un pantalón como pijama por lo que me acerqué a él,
―Te dije que lo haría si estaba de buen humor ―dijo, pasándose la mano por
el flequillo de su frente.
algunas preguntas.
Me levanté de la cama, ya que esto era algo que debía hacer de pie.
―Bien, tú siempre dices que desde que me viste supiste que sería tuya.
―Sí.
―¿Por qué?, digo, ¿me habías visto antes que el día en Alcatraz?
―No.
impresionaron tus notas y por eso quise saber más de ti, lo de Alcatraz fue una
la cama.
―Eso quiere decir que también lo hiciste con Mía y Allegra ―asintió ―.
¿Por
qué?
como esperaba, debía darle sus tiempos. Había optado por hacer una pregunta
que me permitiera ver hasta dónde era capaz de llegar, y otra mucho más
simple.
―Creo que es obvio. ―Hizo un ademan con sus manos, mostrando el pantalón
noche?
―Treinta y dos.
páncreas.
―Entiendo.
―Era bueno.
―No, odiaba a su familia y sabía que iba a morir. A pesar de tener a quien
dejar su fortuna, buscó un heredero, y nadie era mejor que el pobre adicto de
la
―Para poder controlar el infierno. ―Se burló―. Soy dueño del cincuenta por
« Es asquerosamente rico…» .
―¿Se te acabaron las preguntas? ―Me tendió un vaso con agua, bebí un poco,
espalda.
―¿Por qué yo, Dimitri? Si investigaste a muchas, ¿por qué yo? ― Colocó sus
―Pero…
―Pregunta, pequeña.
―¿Quién es tu padre?
―Siguiente pregunta…
―Quiero saber.
―No entiendo.
―No entiendo.
―¿Te dejaste golpear por Dante? ―El tipo estaba loco, necesitaba un
―Tengo algunos problemas para manejar la ira y verte con ese completo
mari..
―Es lo que es, Odette. ―Su voz fue desdeñosa―. Verte bailando con él me
llenó
quien golpear… Créeme, si no hubiese tenido esa pelea, no hubiese sido tan
locura.
―¿Andrew y Dante?
era un niño, así que me vi en el deber de salvarlos cuando tuve los medios.
Los
busqué durante meses, y una vez los hallé, los reintegré a la sociedad.
―¿Eres cruel con todos o ese afecto especial es solo para mí?
―No soy cruel contigo, Odette. No me conoces. Soy igual con todos. Tomo las
gustan, te aguantas.
―¿Otra pregunta tonta, nena? ¿Crees que me iría ahora que te tengo a ti y a
Resoplé.
―No responderé a esa pregunta. ―Su voz retumbó por cada pared de la
valor.
―¿Por qué no? ¿Por qué cuando pregunto algo grande, algo que tiene que ver
Odette. ―Su voz era de hierro, estaba asustada, pero el maldito nombre había
martillado mi cabeza una y otra vez desde que había salido de la clínica
―Y si escuché, ¿qué?
grité, presa de un sentimiento que, por muy extraño que pareciera, era similar
a
los celos.
cama, subiendo sobre mí―. Escúchame muy bien, Odette, porque no pienso
repetir esta mierda: primero, nunca más quiero oír el nombre de esa maldita
mujer en mi casa; segundo, en lo que nos resta de vida, no vuelvas a comparar
lo
que siento por ti con lo que alguna vez sentí por ella, esa perra ni siquiera
Sentí las lágrimas caer, estaba completamente en shock. Dimitri negó con la
tormenta.
―¡¿Por qué maldita sea, por qué?! ¿Qué diablos ganas con revolver la mierda
que fue mi pasado, Odette? Estoy intentándolo, pensé que tú lo hacías, pero
solo
me he estado engañando…
ignoró.
―¿Por qué no puedes intentar vivir con el presente?, ¿por qué no puedes
maldito mundo, con tus preguntas, con tus rechazos. Este juego de preguntas es
de la habitación.
Escuché cosas romperse cada vez más lejos. Gemí internamente antes de salir
Capítulo 10
cosa… pero nada sucedió. Subí las piernas a la cama, llevando las rodillas a
mi
Estuve en una especie de trance no sé por cuánto tiempo, hasta que escuché la
las escaleras.
―¡Odette! ¡Odi!
llamada.
―Fue él verdad. ―Me miró fijamente y no pude hacer más que solo
asentir―.
―¿Qué quieres decir con fue él? ―Allegra colocó las manos en sus caderas
mirándolo desafiante.
―Hacía mucho tiempo que no veíamos tal desastre en esta casa ―murmulló
Andrew.
―No desde que lo encontró ―contestó Dante―. ¿Sabes dónde puede estar?
físico.
―Necesito hablar con ustedes dos ―miré a las chicas―. Déjennos a solas.
―Estás loca si piensas que te dejaremos sola. ―Mía se levantó tras de mí,
―Necesito que vayan a su habitación por unos minutos, después puedes venir
y desatar el infierno, Allegra. ―Mi voz salió un poco más dura de lo que
―Si necesitas algo, solo grita. ―Ambos chicos alzaron sus manos en señal de
Una vez la puerta estuvo cerrada, y quedamos solos, fue Dante el que habló:
―Antes que nada, nos gustas, Odette. Hacía mucho tiempo que Dim no sonreía
la cama―, nuestra lealtad siempre será con él. Puedes hacer todas las
preguntas
que quieras, pero solo contestaremos las que creamos que debamos contestar.
tensión.
―Sabes que esa es una pregunta tonta ―Andrew tomó mi mano tirando
de advertencia.
―Mucha gente le hizo daño, mucha gente intenta hacerle daño ahora, siempre
está en la punta de un precipicio, pero no todas las veces deja que el infierno
lo
fierecilla e intentes bajar tus muros alrededor de él, verás cómo cambian las
cosas.
―Victoria es una víbora, una mujer venenosa. Le hizo mucho daño… Nos hizo
mucho daño.
un par de años mayor que nosotros. Sobra decir que odia a Dimitri. No está
―¿Por qué?
―Dimitri heredó hace diez años la fortuna de Alexei Malinov cuando cumplió
―Fue la mujer que salvó a Dimitri, a pesar de haber sido la que más lo
Victoria era una víbora, Ivanka bruja y Renata una salvadora… estaba incluso
más confundida que antes. Tres mujeres importantes para él, pero que, a la
vez,
lo habían lastimado.
Las chicas entraron sin tocar, cada una en pijama y con gestos de
preocupación.
―Estoy bien, estamos bien. ―Extendí mis brazos hacia ellas y nos fundimos
en
un abrazo. Dante y Andrew eran para Dimitri como las chicas para mí.
Ante, como ellos habían pedido que los llamaran. Estábamos acostadas sobre
la
cama King de Dimitri, mirando el techo, cada una pensando en algo, cuando
Allegra se sentó.
―Déjala, esto no le hace bien ni a ella ni al bebé. ―Luego estaba Mía, que
era
―No, ella tiene que decirnos. ¿Malinov te está obligando? ¿Te amenazó?
Sabes
―Sí, y el hecho de que haya ocurrido no quiere decir que Clayton deje de ser
mi padre… ¿Sabes lo que pensamos al ver tal destrucción abajo? ―No había
querido salir de aquí y hacía más de media hora que las chicas habían llegado
a
la habitación.
que fueran novios, pero es tu vida y simplemente te dejamos ser; aunque eso
no
un corta cutículas.
llegamos y todo lo que dijo fue “se desató el infierno”, en un fluido y marcado
italiano.
unos días, una chica lo llamó, se llamaba Victoria. Me enteré de que estuvo
con
ustedes no fueron ―mentí una vez más―. Ahora, señoritas incrédulas, son
casi
las ocho.
―Cualquier cosa, sabes que estamos al lado ―dijo Alle―. Y, Odette, hay
algo
más, puedo verlo. ―Ambas se levantaron de la cama.
―Aquí estaré cuando quieras hablar con la verdad. ―Una vez que la puerta
se
qué, por más raro que pareciera, yo deseaba que él estuviese alli?
La relación entre los amigos de Dimitri y mis amigas empezó a surgir. Dante,
Amaba pasar ratos con ellos viendo televisión o cotilleando con Mía sobre
revistas de moda.
Mía, mi loca amiga, estaba enamorada de Dante hasta el pelo, pero, por la
Mía y Allegra tenían una apuesta: Allegra decía que era el típico hombre
gordo
tenía el pene chico, y Mía, por su parte, apostaba que el tipo era un algún tipo
de
Miguel Ángel, que sabía lo que tenía y por eso se jactaba de ello. Yo prefería
no
opinar, mis hormonas estaban completamente locas y la voz del hombre tras el
Extrañaba a Malinov, el sexo era bueno con él, y cuando no estaba caminando
Tatcher había solicitado una excedencia, no sin antes asegurarme que cuando
la fase terminal de su enfermedad era cada vez más fuerte, decían que el
La primavera fue dando paso al verano y, con él, a las altas temperaturas. Bajé
las escaleras sin muchos ánimos, había tenido tan mala noche que deseaba
pasar
mirarme en el espejo del recibidor, pero fue imposible. Ahí estaba yo, Odette
Mackenzie Miller, con más ojeras que un oso panda, mi vientre completamente
en él quedara pausada.
―Te ves fatal ―Mía fue la primera en hablar―. Deberíamos maquillarte esas
un poco de jugo de naranja, pero solo di un sorbo antes de sentir una patada.
“Come”.
―¿Además del pasillo que lleva al estudio de Dimitri, hay más cámaras en la
―Dimitri solo las pidió allí, aunque instalaremos una en la habitación del
bebé, solo por seguridad ―asentí y Susan reemplazó mi plato por un yogurt y
cereal―. Esta noche pintaremos el cuarto del bebé ¿nos ayudan, chicas?
trasero, no estaba en peligro, no era una celebridad… solo era una estúpida
universitaria que olvidó usar un condón en una noche de alcohol. Sin embargo,
Dimitri Malinov le pagaba muy bien por recibir todos esos golpes.
―Dante vino la pasada consulta… ―Su rostro se tiñó de rosa y solo sonreí.
Las chicas y Dante nos esperaban en casa, habían dibujado los animales a
lápiz
Los muebles serían de color blanco y las chicas se habían vuelto un poco
locas
animalitos y los chicos habían hecho las iniciales del nombre del bebé en
madera
para colocarlo sobre la cuna DM, involuntariamente las mismas iniciales que
su
padre.
emocionados.
yo, papá. Sé que he estado ausente, Bichito, pero tenía que hacerlo
―murmuró―.
Quisiera poder decirte que no lo haré más, que puedo cambiar por ti, pero no
puedo. Esto es lo que soy, bebé, lo intento, cada día lo intento, pero el dolor,
el
rencor, saber que estoy casi al final de todo por lo que he luchado, me hace no
seré una mejor persona para ti. No ahora, Declan, no puedo hacer esto ahora,
pero cuando todo termine, cuando al fin pueda salir del purgatorio, te juro,
hijo,
que dedicaré mis días y mis noches para hacerlos felices a ti ―Alzó la
mirada, a
pesar de que la luz nos rodeaba, pude ver claramente sus ojos azules― y a tu
mamá, Odette…
delgado que la última vez que lo había visto, con una barba descuidada y
grandes
Mis labios cosquillaron cuando él se acercó a mí, eliminado cada vez más la
distancia que nos separaba. ―¡Cómo te extrañé, pequeña! ―susurró cada vez
más cerca ―. Déjame besarte, por favor. No me rechaces. ―Solo asentí, antes
que
sus labios secos pero dulces tocaran los míos. Su beso fue suave, labios
danzando
uno con el otro. Alcé mi mano acariciando su áspera mejilla a la vez que
giraba
nuestras frentes, mientras sus manos bajaban hasta mi cintura y me atraían más
de mí? Soy tuyo. Pero no más dudas, no más rechazos… Ya no más. Sé que no
habrá más dolor… ―Llevó sus manos a mi vientre―, que no golpearás más
mi
alma.
Había tanto dolor en sus palabras, tanta angustia, era como si quisiera lavar
defensas, anulaba mis muros; este hombre que se veía como un niño perdido
en
que él había dicho era cierto: en algún punto de su rabia desmedida, en algún
apostar.
Repasé con las yemas de mis dedos su rostro, sin importar su barba; toqué sus
cejas, sus párpados, nariz…, y rocé sus labios de manera lenta antes de
Capítulo 11
Cerré los ojos, saboreando la sensación de volver a tener sus labios sobre los
camisa. Aunque había perdido varias libras, su pecho seguía siendo fibroso y
los irregulares latidos del mismo. Él dejó besos con los labios separados en
mi
camisa completamente.
―Odette…
cuerpo. La mirada que me dio me hizo sentir poderosa, sexy y atractiva a pesar
acariciando mi mejilla con sus labios―. Nunca te compares con las mujeres
de mi
pasado, Miller. Todas fueron destrucción y tú eres luz, mi luz. ―Besó mis
pechos,
cuerpo.
―Te amo, Odette, y anhelo que algún día puedas amarme… ―Posó sus labios
sobre los míos, esta vez no con la misma suavidad que nuestro beso anterior.
Era
toque gentil de sus manos acariciando mi cuerpo como si fuese una rosa a
punto
Entendí que realmente Dimitri Malinov era quién era debido a su pasado. Si
lograr que permaneciera en el lado donde sus luces eran maravillosas, donde
la
una toalla húmeda; como en las veces anteriores, limpió nuestros fluidos
ninguna intención sexual. Deslizó uno de sus brazos por mi cuello; y el otro,
por
mi cintura dejándolo en mi vientre. Busqué con mis manos las suyas, anudando
―Te mentí... ―habló después de varios minutos, incluso pensaba que estaba
dormido.
daba tacos picantes porque son mis favoritos, recuerdo esa noche de lluvia
―Tengo que contarte muchas cosas, tengo que contestar todas las preguntas
omoplatos.
―Dimitri…
―Sé que no va a ser ya, ni mañana, pero deseo que con el tiempo me ames, y
cautivó, Odette. Y desde ese momento, quise saber todo sobre ti. Y cuando te
vi
madre, recuerdo el llanto, los gritos por las noches… Tengo recuerdos vagos
del
día que Alissa y Viktor me escogieron, tenía siete años e iría a una casa con
cinco
―Era mi favorita… cuando mis padres murieron, pasaba mucho tiempo sola
ya que Mike trabajaba como ayudante en una ferretería, cerraba los ojos y
madera.
―¡Oh, por Dios!… ―sentí mis ojos humedecerse y apreté su mano intentando
reconfortarlo.
Tenía esta entrega enorme, por la que me iban a dar un buen dinero. Se las
robé
―rio―. Cerraba los ojos e imaginaba sus caras maldiciendo en ruso, mientras
« Victoria» .
―Victoria. ―El nombre de sus labios salió desdeñoso―. Y era tan hermosa,
Me removí con más fuerzas entre sus brazos. ¡Acababa de abrirle mi corazón y
―Quieta, tesoro… Tengo que contarte todo, déjame sacar todo de mi pecho.
metros bajo tierra, con ella solo me divierto haciéndola rabiar. Necesito que
Odiaba compartirla, le dije que la amaba, que no quería que ella se entregara a
los chicos. Dejé de fumar y empecé a traficar, era un trabajo, ¿sabes? Vendía
No podía dejar a mis amigos atrás, por lo que, los presenté a mis contactos y
Primero era un poco, un viaje, al mes eran dos, y al año… Al año ya no sabía
le gustaba el sexo fuerte así que, tenías razón, bebé, la até, la golpeé, la hería y
lastimaba hasta que los dos estábamos completamente saciados. Pensé que eso
la hacía feliz, pensé que era una cosa nuestra hasta que, una noche, terminé mi
―Golpeé a Andrew, que era el más cercano a mí, antes de tomar un paquete
de
los costosos y salir completamente furioso; inhalé varios gramos y tuve una
Su historia era un golpe tras otro para mi corazón. Tan sólo imaginarme a un
adolescente adicto a las drogas y al sexo duro… imaginarme que ese mismo
venas y que sintiera una gran impotencia al no haber podido ayudar, en aquel
―Él no era un hombre malo, solo putamente egoísta y rico, dueño del imperio
clínico más grande del mundo: el GEA. Cuando salí del hospital, mandó a uno
de
por qué lo hizo hasta muchos meses después de su muerte. De lo único que
»Cuando volví, estaba limpio, pero cargaba una ira permanente. Malinov me
golpeó muchas veces, cada vez que hacía algo que a él no le parecía bien.
Nunca
supe cómo lo hizo, pero cuando volví, ya era legalmente su hijo. ¡Jodido
dinero!
¿No bebé?
Suspiré sin saber qué decir o cómo actuar, pues continuaba en shock. Por lo
horas allí, o simplemente buscaba a alguien para follar. ―Me estremecí ante
lo
último, pero él me abrazó más fuerte―. Encontré sectas secretas, ahí es donde
―Alessandro…
―Alessandro ha tenido casi la misma vida de mierda que yo, solo que la de él
fue mucho peor. Porque si un extraño te obliga a hacer cosas indeseadas es una
cosa, pero que tu misma sangre te dañe… En fin, regresé a Norteamérica como
el
edad.
―Habían pasado siete años desde la última vez que los vi. Contraté un
―La seguía amando, Odette. Lo supe cuando la vi, sin importar lo pálida,
delgada y mal que se veía. Sin importar que ella consumiera, yo la quería
lejos de mí. Le enseñé la forma de conseguir mayor placer a través del dolor y
entre los dos armamos nuestro propio cuarto destinado para darnos placer,
yo, sumido en el placer que ella me daba. Ella seguía consumiendo, cada vez
más,
―Caíste…
Ivanka sería la heredera de todo y odiaba a la maldita mujer; así que no iba a
permitirlo, por lo que tomé a Victoria y a los chicos y los ingresé en un centro,
»Victoria solo estuvo seis meses recluida. Me enteré de que ella iba a tener a
mi bebé. Me sentía pletórico. Tan solo tenía veintidós años, a la mujer que
dinero como para no preocuparme por nada, mi carrera empezaba a dar sus
frutos e iba a ser papá. Yo, el chico que nunca había tenido nada, ahora tendría
una familia.
ocasiones, él no lo permitió.
dediqué a cuidarla. Ella me juró que no consumiría, pero una noche, encontré
residuos de coca en nuestra mesa de noche. Aunque ella me juró que no había
consumido, podía verlo en sus ojos: sus pupilas dilatadas, su boca seca…
»El infierno ardió dentro de mí, discutimos, destruí un par de cosas y al final
junta en mi contra, alegando mi edad, a pesar de que ella es solo cuatro años
mayor que yo; así que estuve una semana fuera de casa. Cuando volví, pasé
por
una tienda y compré el oso de felpa más grande que encontré y un ramo de
flores para ella. Los chicos seguían en el centro de rehabilitación, era tarde y
la
casa estaba en silencio. La busqué por todas partes, pero ella se había, ido
―¿Tu hijo?
―Creo que por hoy ha sido suficiente. Un paso a la vez, no necesitas contarme
―No. Pídeme cualquier cosa menos eso. Él pagará por cada humillación,
cada
lágrima de mi madre…
Dimitri se había ido por la mañana, me había dado un beso suave y había
dicho
Me di un baño rápido porque era tarde. Susan me trajo un poco de yogur con
cerraban y mis vestidos me hacían ver como si una lagartija se hubiese comido
una bolita. Resoplé frustrada mientras tomaba una de las sudaderas de Dimitri;
tenía que doblarla un poco, pero era lo único que me quedaba. Me veía
horrible y
La casa estaba sola, pero podía escuchar a los chicos ladrar órdenes desde la
parte trasera de la casa. Joshua me esperaba con una sonrisa burlona al ver mi
ropa. Charlie, aunque mantenía su cara seria, podía ver que la línea de su boca
Sobra decir que me rehusé a salir del auto una vez llegamos al GEA.
Dimitri: Por qué mejor no entras, bebé, tengo un par de llamadas que atender.
Odi: Olvídalo. Tengo una de tus sudaderas puesta. ¡Tu hijo crece muy rápido!
Nada me queda ya :(
―Dilo de nuevo ―dijo con evidente alegría… ―Por favor, quiero escucharte
decirlo.
había dicho cuando la risa de Dimitri se escuchó del otro lado de la línea. Era
la
―¡A la mierda las llamadas! Voy saliendo, hermosa. ―Colgó dejándome con
duda de eso, se evaporó cuando lo vi salir del GEA. Tenía un traje gris –que
le
quedaba de maravilla–, su corbata era del color del vino tinto, el cabello
veces–. Traía una sonrisa divertida en su rostro y, a pesar de que llevaba unas
gafas oscuras, podía ver que parecía haber eliminado el peso que cargaba en
su
espalda.
―Te hubiesen dicho que te veías jodidamente sexy, no hay cosa que más nos
complazca y nos orgullezca a los hombres que ver a nuestra mujer usando
nuestra ropa.
―Fetichista…
Estuvimos parte de la tarde comprando ropa para mí y una que otra cosa para
Declan, que, gracias a sus tías y tíos, tenía más ropa de la que algún día podría
usar. Cuando terminamos las compras, Dimitri insistió en hacer una visita a La
―No fui yo sino el doctor Tatcher. Al parecer, su niño sigue muy mal. ―Dejé
el
tenedor sobre la mesa y limpié mi boca con la servilleta. ―Me da tanto pesar
ese
―Nuestro bebé estará bien, tú misma has sentido las patadas que da. ―Llevó
―Ese niño. ―Apretó mi mano y respiró con fuerza―. Ese niño está bien, está
―Tatcher trabaja para mí. Y hablando de él, quiero que continúes tus tutorías
conmigo.
―No.
―Odette…
me amenaces.
―¿Por qué parece que lo odias? De hecho, una vez te vi discutir con él.
―No quiero hablar de eso. ―Se levantó de la silla―. Pediré la cuenta, tengo
que
volver al trabajo.
comienzo
―Te veré en la noche, preciosa. ―Fue lo último que dijo antes de salir del
Pensé que después de nuestra discusión del restaurante, la frágil tregua que
Con siete meses de gestación, la vida era una montaña rusa, había días que el
y mis días odiosamente largos. Dormía todo el tiempo libre, pero aun así me
que el doctor Tatcher seguía ahí, cada vez más desmejorado, había cambiado
su
Ferrari por un modelo más antiguo y había tenido varios problemas con la
junta
médica que conformaba del GEA, dirigida por Dimitri.
Los chicos habían ido al supermercado por cervezas, refrescos y papas fritas,
Fútbol Americano les importaba muy poco, pero eran fanáticos del Fútbol
―¿Sigues aquí? ―Me giré con una jirafa de peluche y no pude evitar el
sus ojos ardían cuando no hacía lo que él quería; sin embargo, aunque lo
―Los chicos ya están por llegar, deja eso ahí. ―Pasó la mano por su
cabello―.
Ven aquí ―negué con la cabeza.
―No lo sé, nunca he tenido sexo en una habitación con un circuito cerrado de
malditamente loco por ti, nena. ―Su erección, que parecía estar siempre lista
para mí, se apretó en mi vientre, desventaja de ser mucho más baja que él.
―¿Se escucharía muy morboso si te digo que quiero follarte aquí? ―Tomé su
―¡Joder! Te amo.
mi labio inferior.
―¿El juego?
hacia atrás.
las escaleras.
―Creo que no verían el partido… ―Me alejé de él―. ¿Dónde dejaste mis
hijo.
―¡¿Yo?! ¡Tú fuiste la que me provocó con ese dedo trepador! ―Vi mis bragas
en el barandal de la cuna del bebé.―¡Rompiste mis bragas!
parejas en los puffs más pequeños, dejándonos el sofá a nosotros; por lo que,
había visto jugar soccer, Mike era fanático del beisbol al igual que mi padre y
la
mayoría de mis amigos en Jersey. Así que solamente veía a veintidós tontos
Barcelona le quitaba el balón a los del Real Madrid. A mitad del tiempo, el
juego
iba 0 a 0, así que los chicos se levantaron a rellenar la nevera portable con
cerveza y los platos con palomitas de maíz.
aburrimiento.
―¿Puedes dejar de repetir eso? ―dije enfadada porque, en los pocos minutos
realmente aburrido, Mía. No sabía que ustedes fueran fanáticas del deporte.
―¿Entonces?
―Te contaré un secreto del fútbol, querida amiga ―dijo Allegra, sentándose a
mi lado mientras Mía le pasaba el control remoto y Alle colocaba una jugada
―Él es Cristiano Ronaldo ―Mía alzó las manos como si dijera una gran
proeza
―¡Santo padre! ―Alle llevó sus ojos al techo en una actitud dramática―.
Mira
las piernas, Odi, y su cuerpo. ―En ese momento, el jugador levantó su camisa
sonriendo. Mía estaba seria y yo enfoqué a Dimitri que traía en sus manos un
recipiente de helado.
un lado, luego hacia otro ¡Quería dormir! Estaba de mal humor y Malinov
había
por su culpa.
―¿Qué sucede?
―Nada…
puedes dormir?
Dimitri cruzó sus brazos en su pecho, luego alcanzó el control del aire
―Si no necesitas nada más, este idiota se va a dormir, mañana tengo una
Dimitri pasó las manos por su cabello, sabía por su postura que estaba
pueda dormir.
―¡No estoy de humor para una follada! ―golpeé su pecho y me bajé de sus
―¡No siempre que te toco es porque quiero follarte! ¡Joder, qué demonios
ahora?, ¿eh?
―¿Harías eso por mí? ―Se separó de mí, mirándome a los ojos.
besé lentamente.
Una vez estuve dentro del agua, todo pareció encajar. Dimitri había colocado
esencia de rosas y música suave desde su iPod; pensé que él querría bañarse
―Se me había olvidado comentarte, Mike llamó mientras dormías esta tarde.
cuñada.
Dimitri y Ashley no se conocían, así que sería interesante la percepción que él
morir con Declan, Ashley simplemente debía estar destruida, su embarazo era
extasiada―. ¿Y?
―¡Dios! Creo que te amo. ―Detuvo todo el movimiento. Por unos segundos,
el
―¿Lo has dicho en serio? ―Pude haberme quedado callada, pude incluso
decir
que era algo dicho por el maravilloso masaje que me estaba dando, pero nada
de
Después de unos minutos, en los que solo nos miramos, él retomó el masaje.
Me levanté de mal humor. Pensé que, cuando por fin le declarara mi amor, él
agua se tornara fría saliera de la tina. Para completar, se había levantado muy
temprano, por lo que había despertado sola en la cama y no con su lengua entre
cuchara para así afirmar su sentencia. Una vez vio que empecé a picar mi
debido a que mis pechos ahora eran más grandes y, en mi última salida de
Me senté en una de las tumbonas, mirando hacia la nada, cerrando los ojos
―Mike…
―¡Muñequita! ―Mi hermano llegó hasta mí, rodeándome con sus fuertes
brazos, haciéndome reír; siempre me había gustado estar entre los brazos de
―Estás hermosa…
favorito para leer―. Yo bien, Odette, si vamos a hablar de ballenas, creo que
aquí
mis pies. ―Ashley hizo un puchero gracioso―. ¿Tú cómo lo llevas? —dijo,
acariciando mi vientre.
la casa y, desde el balcón del segundo piso, las casas gemelas que hacían los
a Mike de reojo.
―Tu hermano está haciendo vida célibe.
―El doctor nos dio vía libre, pero nada de jugar a ser bruscos; sin embargo,
el
niñas.
―No te rías, soy una mujer de casi siete meses de embarazo.. ¡Siete meses sin
sexo! ―Hizo un puchero divertido―. Tienes cara de que no has pasado por lo
que
se iba al estudio de Dimitri. Debía haber llegado mientras yo estaba arriba con
estropicio.
―Señora, no creo que deba… ―dijo cuándo me vio caminar hacia el estudio.
añicos. No sabía a qué hora había llegado; pero frente a mí, Dimitri estaba
caminando por los anillos del purgatorio. Su postura, la ira en sus ojos, su
frente
surcada por venas que parecían querer estallar… Supe que necesitaba
calmarlo
en casa.
―No me iré..
―¡Genial Me iré yo! ―Salió del estudio, hecho una fiera. Respiré tres veces
antes de seguirlo. Mike bajaba las escaleras con una muy preocupada Ashley.
―Solo iré a ver qué sucede. ―Cuando pasé al lado de Mike, él tomó mi
muñeca.
―No te hará daño, ¿verdad? Porque voy a ser padre y tío y necesito estar para
mis chicas.
hombro.
―No, solo quiero saber si está bien y si va a comer con nosotros. Dimitri es
como un perro chihuahua, ladra mucho, pero muerde poco ―intenté hacer una
―Ni hablar, me quedaré aquí. ―Mike se cruzó de brazos, con su pose tozuda
de “intenta moverme”
Subí las escaleras sin saber qué iba a encontrarme. La ducha estaba
encendida, por lo que supuse Dimitri estaba ahí. Me senté sobre la cama
esperándolo, pero los minutos pasaban sin alguna muestra de que él fuese a
salir
ducha se detuvo; minutos después, él salía del baño envuelto en una tolla
negra.
―¿Por qué demonios no puedes entender una jodida orden? He tenido una
mañana de mierda, lo único que quiero es estar solo, así que, por última vez,
eran furia pura, como lava ardiendo, el demonio luchando por salir y domarlo.
por el llanto.
golpeó el pecho.
―No, eres mucho más, eres el hombre que me hizo un baño, el que masajeó
mis pies, eres el hombre que me besa con ternura y pasión al tiempo…
paredes, Odette, estoy tan rodeado de mierda. ―Se sentó en la cama y llevó
sus
manos a sus cabellos―. Estoy cansado, tan cansado, pero seguiré luchando y
seguiré haciendo que cada persona que arruinó mi vida se lamente de respirar.
Tanto dolor y odio en sus palabras hacían que mi pecho se contrajera, quería
que fuese libre, pero parecía tener cadenas que cada cierto tiempo se
templaban
―No puedo.
―¡No quieres!
Alzó la mirada, el fuego extinguiéndose solo por segundos; respiró y negó con
―Quiero que sufran, que se humillen, quiero que me pidan perdón, que se
te lo digo.
―Mike…
está acabando, que necesito tiempo para mí… Dile cualquier jodida cosa,
pero
su mejilla.
―Quiero ser mejor persona para ti, de verdad quiero serlo. ―Bajó la mirada
y
tocó mi vientre―. Lamento haberte gritado, solo necesito unos minutos a solas
subas.
―Dimitri..
―Sal de aquí, por favor. ―Me empujó fuera y cerró la puerta con fuerza, me
giré para encontrarme a Mike; la postura de su cuerpo dejaba en claro que
Capítulo 13
notar que fuera estaba el coletazo. Acaricié mi vientre cuando Mike me dejó
pasar primero, golpeé el pie contra la moqueta del suelo, y decidí antes de
hablar
que se traslade a la filial principal y desde ahí maneje todo, pero él no quiere
destrucción como “un poco enojado” ―Hizo comillas con sus manos y caminó
―¡¿Qué!?
―Que recojas tus cosas, hagas una jodida maleta o lo que sea.
Nos vamos.
―Mike…
―Mira, Odette, no soy un maldito idiota, esta vez no ha sido la primera vez,
―¿Ah, no?, ¿y cómo lo sabes? ―El sarcasmo en sus palabras era evidente.
―¡Ay, por favor, Odette! ¿De verdad me crees tan idiota? ¡Sé perfectamente
que no lo conoces desde hace tres años! ―Caminó de un lado a otro como
león
cabello.
―Yo estoy bien, estamos bien, no me quiero casar porque no quiero una unión
ropa tirada, porque no levantaba la maldita tapa del toilette. ―Se sentó sobre
la
algo está pasando aquí, es mejor que… ―La puerta se abrió y ambos miramos
a
Dimitri. Mis ojos le pedían calma, los de Mike… por primera vez, no podía
―¿Qué le hice de qué? ―Se acercó a mí―. ¿Estás bien, nena? ―asentí―.
Escuché gritos.
gritándole a mi hermanita.
tomó―. Debo pedirte una disculpa por mi actitud hace un rato, tuve varios
problemas con los directivos de GEA. Sé que me excedí y que no está bien
que
simplemente, la situación me superó. Estoy agotado, han sido días muy duros.
―Lo sé, pero tiendo a ponerme un poco histérico cuando no puedo controlar
pero es la verdad.
―Problemas, Mike, los directivos piensan que como CEO debo estar a pie de
la
―¿Y qué se supone que harás?, como médico sabes que Odette no puede
viajar
―O puedes irte y Odette puede quedarse en New Jersey el tiempo que tú estés
fuera. ―Mi hermano estaba serio; sin embargo, no estaba siendo descortés.
habíamos hablado de irnos del país, que digo país, ¡irnos del continente!―.
Debo
que yo dirija desde Nueva York, pero luego hablaremos de eso, la mesa está
contra, pero le vuelves a gritar a mi hermana y te juro que vas a volver a tener
Mike se adelantó para llegar con Ashley; sabía que aún estaba molesto, pero
al
―Dimitri.
―Vamos a comer, nena. Lo que sea que vayas a decirme, podemos hablarlo
después.
en el viaje a Europa.
No pensaba dejar mi carrera, mi familia, mis sueños, ¡mi vida!. , por ir tras
Norte América; por mucho que amara a Dimitri, no quería dejar atrás lo que ya
noticias.
―Perdí el apetito.
―¿Quieres que le diga a Susan que te prepare algo más, quizá una tortilla de
huevos untada de ese dulce de leche que tanto te gusta? —Hice mala cara.—
Habla conmigo… te levantaste abruptamente del comedor y hace diez minutos
estoy de pie en la puerta esperando que me notaras. Si fue por lo que pasó
hace
―Así que eso es… ―Se levantó y pasó la mano por su cabello. Se detuvo
frente
―Dimitri…
―Tengo que ir, Miller. Los directivos siempre se han quejado por mi edad e
Alexei murió. Estos últimos meses, las acciones han tenido un declive en la
bolsa
e Ivanka siempre ha sabido manipularlos a todos. Ahora alega que desde que
padre, ansía poder; piensa que siendo ella presidente del grupo va a obtener
―¿Otra venganza?
―Sí, Odette. Mi vida está pactada para vengarme de cada persona que me
hizo
daño.
permitió.
―¿Por qué?
―Porque fue lo único que me mantuvo vivo cuando lo que más quería era
morir. ―anudó sus dedos con los míos―. Porque es lo que soy.
―No, tú no eres eso. Cuando no estás al borde, eres el ser humano más tierno
que he conocido.
―Tú haces que sea tierno, princesa. ―Se giró, uniendo nuestras frentes―.
Me
haces querer ser Ironman. ―Soy más Deadpool. ―Lo besé y acaricié su
rostro
―No hay nada más. ―Tomó mis manos dando besos mariposas sobre mi piel.
tiernamente.
hacerme daño.
―¿Quién quiere hacernos daño?
bebé. Un hijo mío será mi heredero universal, lo que la aleja cada vez más de
poder colocar sus uñas sobre los bienes de Alexei. ―Me abrazó, recostando
mi
cabeza en su pecho―. Perro que ladra mucho no muerde, Odi. Sin embargo,
ella
―Tienes miedo.
―No tengo miedo. Pero aún así, no pienso permitir que ustedes salgan
―¡Shsss! ―Lo abracé―. No quiero irme de aquí, no quiero que vayas con
ellos,
quiero meterte dentro de mí y protegerte del odio, del rencor. ―No pude
evitarlo
―Ya no llores más. Mike y Ashley han salido; los chicos volvieron al trabajo
y
Cada día tiene su afán, Miller, no nos preocupemos por eso ahora. ―Besó mis
algo más. Dimos un paseo por los jardines, mientras me hablaba de la primera
vez que Alexei lo trajo a este lugar; saludamos a los chicos de lejos antes de
chicas. Todos miraban a Dimitri con un rictus serio. Mi demonio personal les
Para la hora de la cena, todo estaba tranquilo: hubo risas, experiencias y una
dormida cuando Dimitri se unió a mí, intentando no darle más vueltas a lo que
Bichito, por lo que abrí los ojos dándome cuenta de que estaba amaneciendo;
―¡Mmmm!
Dimitri Malinov siempre dejaba mi libido a mil, pero desde que se había
alejándolas de mi vientre.
―¡Dios, qué difícil eres cuando te lo propones! ―Se dejó caer boca arriba,
su
Les juro por Dios que era hipnótico. Lo observabas más de la cuenta, y
―¿Cómo dormiste? ―Su voz estaba ronca, sensual… apreté mis piernas un
Dimitri me atrajo más cerca de él, casi al centro de la cama. Sus manos
―Tu hermano también tiene mujer; si está muy celoso, estoy seguro de que
―¡Oye!
meterme al baño, pude escuchar que dijo «¿y ahora qué hago yo con esto?».
cuerpo con dedicación, a pesar de que le dije que ya lo había hecho. Lamió
mis
―Si sigues mirándome así, no vamos a salir de esta habitación. ―Sé colocó
los
―Perfecto…
―Presuntuoso.
―¡Cabrón!
―Voy por tus examenes, preciosa, y nos vamos. ―Ella asintió, terminando su
tostada.
―Dimitri acarició mi mano con su mano libre antes de llevar su café a sus
labios.
―Ok, pensaba conducir, pero da igual. ―Salió del comedor, todos esperaron
inquisición.
―Parece que se te han pegado las sábanas, Odi. ― Mía cortó su waffle,
solemne.
Andrew le había hecho bien. Estaba más risueña, podía ver en sus ojos que
poco
optado por algo de cereal y yogurt, pero no pude evitar robar un pedazo de
beicon de su plato.
Dimitri soltó mi mano para abrir su periódico como todas las mañanas, cuando
―Necesito contestar esta llamada ―dio un beso a mi frente antes de salir del
comedor.
pidiéndole más beicon y preguntándole por Dimitri, quien había salido hacía
diez minutos.
―¿Quién podrá ser? ―Dante dejó los cubiertos e intentó levantarse, pero Mía
detuvo su mano.
―¡El señor no está! ¡No puede pasar!―La voz de George tembló haciendo
que
los chicos se pusieran alerta. Me levanté, pero Andrew nos ordenó sentarnos.
Entonces la escuché:
helada hubiese caído justo sobre sus cabezas. Me levanté nuevamente rodando
mujer, alta, esbelta y rubia, con unos ojos impresionantemente azules y una
piel
―Ya le dije que el señor no está. Abandone la casa, señorita Jones, o me veré
―¡Pues hazlo! ―Le retó―. No pienso irme de aquí hasta verlo. ¡Sal de tu
escondite, Malinov!
No sabía por qué George negaba a Dimitri, pero decidí hacerme notar al ver
―Disculpe, señorita. ―Mi voz fue fuerte, me erguí completamente a pesar del
vientre.
―Señora Victoria, váyase ahora. ―George se veía cada vez más nervioso.
―Yo soy…
―¡¿Se puede saber qué demonios haces en mi casa?! ―rugió Dimitri, que
El hombre amoroso que había sido estas semanas se había ido del todo.
lo que lo hacía ver salvaje, como un tigre encerrado en una diminuta jaula. Sus
mujer como un león a punto de atacar, como si no hubiese nadie más en esta
Ella lo desafiaba, se veía claramente enojada; aun así, tenía una postura
―Querido ―susurró―, veo que sigues tan apuesto como siempre. Giró su
cabeza hasta ver a Andrew y a Dante―. ¿Aún son sus perros falderos…?
Siempre
supe que serían unos perdedores ―farfulló muy bajo, pero todos pudimos
escuchar.
repulsión.
―¡Habla ya! ¡¿Qué haces en mi casa, joder?! ―Caminó aún más cerca y, por
mi
―Por favor… Cálmate. ―Algo en sus ojos cambió y entonces ella habló.
propia cada cosa que has estado haciendo. ¿Le contaste a esta niña quién eres,
Dimitri?
―No me iré de aquí hasta hablar contigo, ¡hasta que entres en razón!
liberó rápidamente.
una sonrisa triste pero cruel. Ella tenía el mismo tipo de sonrisa sarcástica que
―¿Por qué mejor no te vas? ―La voz de Andrew me llegó lejos, como si le
un niño!
estado embarazada.
intimidante desapareció, las lágrimas corrieron por sus pómulos. Se veía sola,
Victoria volvió a reír y, esta vez, su sonrisa erizó cada rincón de mi piel.
su postura anterior.
acercarse a ella.
de tus problemas.
Dante esta vez obedeció. Mis pies dejaron de tocar el suelo mientras gritaba el
nombre de Dimitri. Mis ojos se llenaron de lágrimas al verlo tan fuera de sí, al
tiempo que él salía de la casa apretando fuertemente el brazo de su ex.
sobre la grava.
Se había ido.
Capítulo 14
Subí a mi habitación completamente molesta, con él, conmigo, con los chicos.
Una vez estuve sola, las lágrimas corrieron por mis mejillas. Me había pedido
Había hecho las cosas como él había querido sin importar lo que lo rodeara.
que Victoria había matado a su hijo y ella ahora pensaba que por eso él estaba
matando al suyo.
No entendía nada.
Las lágrimas seguían saliendo sin control. Me dolía el pecho porque, a pesar
de las amenazas, de su toque violento y su ira, sabía que estaba sufriendo, pero
más, me había mentido esa noche cuando volvió a mí, cuando decidí dejar mi
vida en sus manos. Eso y la amenaza contra Declan hicieron que llorara aún
más
fuerte. Lo peor de todo era que no sabía por quién lloraba, si por él, porque su
vida llena de odio no lo dejaba cambiar, o por mí, que me había ilusionado
con
No supe cuánto tiempo pasó. Mike me dejó llorar hasta que los sollozos
cesaron.
Dimitri y él se veía tan seguro de sí mismo. Te veía a ti, Odette, veía tu postura
―Me cegué, creí que hacía lo mejor y te fallé. Lo mejor habría sido suspender
pero ella me lo ha dicho todo. La manera cómo Dimitri llegó al hospital, cómo
te
qué está pasando, no somos exactamente ricos, pero tampoco somos pobres y,
―Lo amo. ―Mi voz se escuchó tan rota como mi corazón lo estaba.
―No te mientas, Odette, yo… las chicas me han dicho que no has comido
nada
bebé te necesita.
una vida difícil. Pensé que perder a mis padres a tan temprana edad era duro,
Mike, pero él lo perdió todo a los cinco años; fue usado desde los seis y,
desde
―¿Quién era la mujer? Las chicas no supieron decirme y sus amigos callaron.
―Cuando hablé con Malinov hace siete meses atrás, me prometió cuidarte,
Ashley me ha dicho que debo preguntarte qué quieres hacer, así que… ¿Qué
hacemos?
―Me iré contigo. ―Mi hermano soltó un suspiro, había estado pensando en
irme con Mike al menos hasta que llegara el momento del nacimiento de
Declan,
estaba cansada; pero más que eso, estaba harta de vivir al límite y asustada
por
las amenazas de Victoria para con mi hijo non nato. Iba a proteger a mi bebé
―¿Ha vuelto ya? ―Mi hermano negó―. Nos iremos cuando tú digas. ―Omití
completamente que quizá para cuando Dimitri volviera ya habrían pasado
días, e
incluso meses.
―Entonces recoge tus cosas, nos vamos mañana al amanecer. ―Mike volvió a
la habitación de al lado.
puerta.
Por más que lo intenté, no dormí durante la noche, mis pensamientos estaban
Cuando llegué a la sala, Mía, Allegra y los chicos estaban ahí, junto con Mike.
―Ashley está en el coche, ¿tu equipaje? ―preguntó al no ver nada a mis pies.
―Nada de lo que hay en esta casa me pertenece. ―Me acerqué a Mike para
susurrarle que deseaba hablar algunas cosas con mis amigas antes de irme.
―Te espero en el auto. ―Mi hermano dio un beso en mifrente antes de salir
―Odette… ―Mía intentó hablar, pero alcé mi mano, diciéndole con ese gesto
Odette.
―Dimitri no permitirá que nada les pase. ―Andrew tomó lugar al lado de
Dante.
volver.
tienes que…
―Si sientes que tienes que irte, vete. ―Allegra se acercó a mí, tomando mis
―Lo volverás loco, tú mantienes sus demonios en paz. ―Se acercó a mí―.
―Tengo que irme. ―Me iría pese a todo. Si Dimitri Malinov destruía media
despeinado, tenía el mismo traje azul que le había visto ponerse ayer.
―No…
muñeca.
―No quiero escuchar más mentiras, Dimitri. No hay explicación para lo que
―¡Déjennos solos! ―ladró a los chicos. Con reticencia, Mía y Allegra nos
dejaron solos.
―Voy a darte una explicación por las buenas… O por las malas, Odette. ―Me
menor duda, de que un hombre como él sabe cómo detener a alguien., aún en
contra de su voluntad. ―Bebió el licor ambarino de su vaso.
―Intimidándome no vas a lograr nada. O sí, vas a lograr que me vaya cuando
menos lo esperes.
―Lo que quieras. ―Se acercó a mí, tomando mi mano entre las suyas, pero
las
―¡Tú! Maldita sea, siempre tú. ¿Y yo, Dimitri? ¿Dónde demonios quedo yo?
Estuve ahí, traté de controlarte, pero tú, tú te dejas dominar por tus instintos.
¡Yo
no puedo! Te fuiste con ella. ¡Con ella! Sin importarte mis sentimientos.
¿Dónde
Malinov?
―Mentira, todo tú eres una maldita mentira. ―Una lágrima descendió por mi
una vez con Victoria, que cobrara lo que ella me había quitado.
puerta y salir de aquí. Mike seguía afuera gritando; pero, tal y como él me
había
neoyorquina.
―Entonces recordé mis promesas. ―Su voz se escuchó baja―. Cerré los
ojos y
centrarme en Declan, en ti, y entonces, Joshua nos llevó hasta su casa y la dejé
con su marido con clara advertencia: que si ella volvía a mi casa, que si se
reacciona.
―¿Es tu hijo? Dijiste que Victoria te había engañado que el embarazo era una
farsa… ¿Es ese niño, tu hijo?
―Victoria era una farsa, mató mis sueños, mis ilusiones, mis ganas de vivir…
vez.
fuertemente.
―He hecho todo para salvar ese niño, le he dado sangre, le doné mis células,
tan mezquino.
―¿Por qué siempre piensas lo peor de mí? Dices que me amas, Odette, pero
crees que soy un demonio. ―Sus palabras sonaban tan rotas que mi corazón se
oprimió en un latido.
Sin embargo, no dije nada, no tenía nada que decir porque no conocía al
―Tengo mejores maneras de hacer pagar los años de dolor y sufrimiento que
Por varios minutos, todo fue silencio. Una parte de mí, la más sensata, me
decía que tenía que continuar con mis planes; la enamorada, me pedía.. no, me
ahí. De hecho, es la última llamada que recibí ayer, la llamada por la cual me
―Demian rechazó el trasplante, no hay mucho que se pueda hacer por él,
―¿Cuál es su condición?
donantes, pero no puedo hacer más que esperar a que aparezca alguien
―Te lo juro por mi vida que estoy dando todo de mí para mantener a ese niño
―Puedo llevarte con el doctor, solo necesito que creas en mí, que te quedes a
mi lado. Me has hecho ser mejor persona, Odette. En realidad, quiero ser
mejor.
―Mike…
―No te estoy preguntando, todo está dispuesto para que viajes con nosotros.
―Mike… ―Dimitri intentó intervenir, pero mi hermano calló lo que sea que
él
fuese a decir.
―No tengo nada que hablar contigo, he estado aquí dos días. ¡Dos! ―Señaló
para nada.
tu hijo? Que se críe viendo cómo su padre trae mujeres y grita a su madre
como
pienses.
―Ella puede ser tu hermana, Mike, pero antes de todo es mi mujer, la madre
―Ella…
―Cuando tenía quince años, Mike. También fue la novia de Dante y Drew.
―¿Y qué buscaba, estar con los cuatro a la vez? ―satirizó mi cuñada
así que ella pensó que chantajeándome podría tener algo de dinero. Las cosas
que ella puede llegar a decir traerían consecuencias con la dirección del GEA.
importante.
―Una vez te prometí que cuidaría de ellos, ¿cómo lo haré si te los llevas?
―Aquí lo importante es lo que Odi quiere. ―Mía se acercó a
―No hay razón por la que tenga que irme, estaba actuando de manera infantil.
Mi hermano caminó hacia mí, apartándome del resto, pero dejándome cerca
de la habitación.
―Te juro por la memoria de mis padres. ―Miré a Dimitri―. Te prometo por
la
vida de Declan, que si algo extraño sucede en esta casa, que si Dimitri me alza
la
voz, su ex novia o cualquier cosa del pasado que no sepa, vuelve, si me entero
de
una mentira más ―No sabía si lo decía para calmar a mi hermano, para
dinero, pero la haces llorar una sola vez más y te juro por la memoria de mis
padres y la vida de mis hijas que te haré pedazos ―dijo mordaz―. Ashley, te
espero en el auto.
No podía dejar que se fuera molesto, así que me senté al lado de Ashley.
―Ash…
―Hablaré con él, quizá si nos quedamos un par de días más y si el señor
―señaló a Malinov― no mete las cuatro patas, pueda irse más tranquilo.
―Puedo hacer que el doctor venga y conteste todas tus preguntas, pero no
algo que necesite saber, Este es el momento adecuado. ―Él se acercó con
cautela,
rodeando mi vientre con sus brazos―. Me iré, Dimitri. Así me ames, así te
ame…
―Lo sé. ―Besó mis cabellos―. Sabes todo de mí, Odette, no hay secretos en
mi
―Gracias, mi amor.
Anhelaba con toda mi alma que este fuese un nuevo comienzo, que no me
Ashley logró convencer a Mike para quedarse hasta el fin de semana. Antes de
irse, las chicas y yo le dimos algunos trucos para acabar con su celibato
actividad sexual. Unos días después de que se fueran, ella me había llamado
para
contarme que mi hermano había vuelto a amarla, quizá no como antes, pero sí
Me alegré por ellos, pero no era particularmente feliz sabiendo sobre la vida
sexual de Mike.
casi listas. Era admirable la rapidez con la que los obreros e ingenieros
habían
las comparábamos con la mansión, pero ellos decían no necesitar más que una
habitación, una pequeña cocina y un baño. Cuando les propusieron a las chicas
vivir con ellos, pensé que se negarían, pero accedieron casi inmediatamente.
Mía lo hacía por loca, ella era aventurera. Le gustaba tomar decisiones sin
con “disimulo”.
La rutina había vuelto entre Dimitri y yo: masajeaba mis pies, conseguía mis
manos juguetonas.
Hacer el amor se había vuelto una odisea ahora que tenía ocho meses y la piel
más se ajustaba a nosotros era a medio lado, donde dejaba todo el trabajo a
Los chicos se habían ido al cine hacía unos minutos, lo que nos dejaba a
―¿Estás bien?
Braxton Hicks[13] desde el día anterior. Para cuando llegó la noche, había
hecho
un examen rápido?
―Estarás bien ―restó importancia―. Voy por algo de beber, ¿qué te traigo?
―Helado de pistachos…
―Ya regreso ―dejó un beso sobre mis labios antes de marcharse. Tomé de
Dimitri regresó colocando una taza con dos bolas de helado, también traía una
Esos pequeños detalles hacían que mi corazón olvidara todo lo que habíamos
―No, quedémonos aquí. ―Él tomó el portátil del escritorio y se sentó sobre
la
alfombra, recostando su cuerpo al sofá. Cerré el libro y deslicé mis dedos por
los
―Por favor, preciosa. Por lo general, cuando haces ese tipo de preguntas, no
―Anda, solo quiero saber más sobre ti ―dije poniendo voz dulce.
―¿Amaste a Victoria?
―Tienes una vena masoquista, ¿no, Odette? ―Tomó mi mano libre al ver que
no contesté nada―. En ese tiempo, pensé que ella era el amor de mi vida.
Ahora
que te tengo, me doy cuenta que ella era una adicción, algo nuevo. Realmente
Victoria nunca me amó. La primera vez que estuvimos juntos, ella me enseñó
menos solo.
Sentí una nueva contracción y apreté el cabello entre mis dedos, él se giró
en su mirada
pasado atrás por ti, es hora que tú también lo dejes ir. ¿Entendido?
―Está bien ―bajé los pies de los cojines y tomé la mano que él me tendía.
porque, a pesar que lo que iba a ocurrir no tenía ningún contexto sexual, él lo
estaba disfrutando. Deslizó la tela de encajes hasta mis tobillos y tomó mis
pies
la cual no creí nada. Abrí las piernas para él y respiré profundo cuando él
hizo reír, recordando la última vez que había hecho lo mismo, pero con un
contenido muy erótico. Sentí el calor subir hasta mi rostro y coloqué mis
manos
―Te lo dije, pero tú querías meterme mano ―me guiñó un ojo con coquetería
Esperé unos segundos mientras escuchaba el agua del lavado correr. Respiré
hubiese visto ya. Tomé el control del televisor de la mesa de noche y pasé los
―Estaba pensando… ―Dimitri salió del baño secándose las manos con una
toalla; se dejó caer a mi lado, tomando el control y silenciando el televisor―.
―¿Tú y yo?
estúpido gato.
―Estamos a quince millas… ―se acercó aún más―. El banco de sangre del
GEA
de mis neuronas.
―Bésame, Malinov.
―Antes responde…
por tu hermano.
―Si sucediera algo ―sacó una maleta del closet y la colocó sobre la cama―,
a mi lado.
mucho lo que podemos hacer, solo facilitar los métodos para hacer su vida
más
llevadera; para eso está Fraser ―dio un suspiro ahogado―. Siento que tú y yo
necesitamos este fin de semana, después de todo lo que hemos pasado en los
últimos meses.
tras mi oreja.
―En que no es mucho lo que podamos hacer por Demian. ―Besó mis labios
―Hace mucho que no voy a esa propiedad, pero puedo enviar un servicio de
―Cuando hablas así, me asustas… es como si supieras que sería tuya desde
rostro. Volvió al closet y salió con más ropa. Me encogí de hombros, tomando
el
karaoke en la pantalla portátil del auto; sin embargo, Mía había hecho un
quedado con Ferb. Por fortuna, no había vuelto a sentir una contracción, lo que
hecho, pensé que era parecida a la casa de la bruja de Hansel y Gretel, oculta
en el
follaje del bosque. Pero la verdad es que la casa era preciosa: dos plantas,
parecía una casita sacada de un cuento de hadas, pero una vez que entrabas,
podías notar que, aunque la casa tenía muchos años desde su construcción,
estaba completamente modernizada. Tenía cinco habitaciones y cuatro baños
―Guao ―alargué la “o” ante su petulante sonrisa―. Menos mal que era una
―¿Te gusta?
así no tienes que subir las escaleras. ¿Te parece si ordenamos algo, es casi la
―Eres la chica…
Malinov.
mano sobre la mía, ambos acariciando a Declan mientras él nos respondía con
patadas.
―Parece que alguien tiene hambre ―dije, acariciando la mejilla sin rasurar
de
Dimitri.
interior era rústico y espacioso. Malinov tenía razón en algo, hacían la mejor
hamburguesa del mundo, al punto que comí dos con doble ración de papas
fritas
y un sorbete de fresa.
―Llévame ahí. ―Tomé su mano anudando mis dedos con los suyos y tirando
inglés, la mayoría de las casas parecían haber sido construidas con el mismo
tipo
de ladrillo rojo, estaban rodeadas por verdes prados y árboles muy altos. El
clima estaba perfecto, ni calor ni frío; a pesar de que habían anunciado por
senderos señalados. Imaginé a Declan de tres años con los ojos azules de su
chimenea, él con una copa de vino tinto en sus manos y yo con una malteada de
siquiera la notamos.
El viaje que había sido programado por solo tres días se extendió por dos
semanas, y es que solo había que ver el cambio en Malinov para desear
Mollyś; hacíamos picnic en alguno de los parques del Bronx River Greenway,
con
nada más que el sonido del río como música de fondo, mientras nos
que no sabía cómo ni cuándo, pero que estaba perdidamente enamorada de él.
Amor. La palabra ahora salía de mis labios con facilidad, amaba a Dimitri
como nunca imaginé que podría llegar a amarlo y él me retribuía cada gota de
«¿Quién hubiera imaginado que, detrás del hombre que me había amenazado
Hablaba con Mike y los chicos todos los días, los extrañaba, pero no
cambiaría
este viaje por nada en mi vida, ya que no había sido tan feliz desde antes de
que
Estiré mi mano tocando las frías mantas a mi lado. Estaba claro fuera de la
ventana, pero no podía decir qué hora era a ciencia cierta. Me recosté sobre
mi
una vez por todas. Tanteé con mi mano la mesa de noche encontrándome con él
Te amo. D.
acompañarlo, pero fue solo llegar al parque para quedarme sentada sobre una
Pensé que estaría aquí para cuando yo despertara, pero hacía más de una hora
desde que yo había salido de la cama y él aún no llegaba. Durante estos días,
Ivanka.
Preparé mi desayuno, mirando por la ventana por si veía venir el auto, pero la
carretera estaba casi desierta. La noche anterior había estado tenso, después
de
recibir una llamada cuando volvíamos de nuestro paseo diario por la plaza del
pueblo. Se había ido hacia el segundo piso, sabiendo que no podría subirlo; y
cuando bajó, la sombra en sus ojos me decía que algo no estaba bien.
Pensé que para la cena volvería a ser el mismo, pero se disculpó diciéndome
que tenía cosas que hacer y me dejó sola en la cocina. No comió sus raviolis y
sus besos, que me hacían olvidar hasta cómo me llamaba, y luego me explicó
Sabía que tenía que ir, e incluso, le había dicho que una vez Declan pudiera
viajar lo acompañaríamos
profesión me hacía interesarme cada vez más en ella; pero ahora que tendría a
auto derrapar frente a la casa y me bajé del taburete para esperar a Dimitri.
Tenía puesta una de sus camisas de deporte, junto con unos leggins negro, y
Miller, cuando te tenga en mis brazos voy a matarte a base de polvos ―se rio,
por
lo que me reí más fuerte―. Abre de una jodida vez o voy a tumbar la puerta.
cocina―. Estoy acostumbrado a que abran las puertas para mí, nena.
―Gilipollas.
―Apestas…
Tal como las nubes anunciaban, pasó toda la tarde lloviendo, por lo que no nos
vacía.
―Es tarde.
―No es tan tarde ―pasó una de sus sudaderas con capucha por sus hombros
―Dulce de leche…
Busqué las colchas en la habitación y aparté, con mucho esfuerzo, el sofá para
colocar las colchas sobre el suelo. Introduje más troncos a la chimenea,
apagué
las luces y saqué del refrigerador su vino favorito dentro de una hielera con
hielo.
estar abriendo tus puertas, señor “estoy acostumbrado a que otro abra la puerta
para mí”
Capítulo 16
Miré a Victoria Jones de arriba abajo, la mujer que estaba sentada en el sofá
no
un mes atrás; lucía pálida, ojerosa y el vacío en sus ojos era demoledor.
Serví dos tazas de café y llevé una hasta la sala. Había quitado las mantas y
encendido la luz, aun así, ella había observado todo silenciosamente y con
desdén.
Ella, no me miró, tampoco me recibió la taza, así que la dejé sobre la mesa
―Victoria…
―Victoria.
―¡Qué te calles! ―Se levantó del sofá y protegí mi vientre con mis manos y
ella
rio, una risa irónica que caló mis huesos, incluso más que el frío de la lluvia
No dije nada, pero a mi cabeza llegaron las imágenes de los últimos meses:
las
dijo que el chiquillo estaría bien el día en que le dije lo triste que estaba por
el
hijo de mi mentor.
―No te culpo, usa tantas caretas que creo que ni él mismo se reconoce.
―Victoria, yo…
―¡Qué te calles, maldita sea! ―Sacó de la cinturilla de sus jeans un arma de
―Tu problema es con Dimitri, no conmigo ni con Declan. ―Mi postura fue
encuentro de odios y rencores ―bajó el arma y paseó por la sala pateando las
sin pulir ―tragué saliva, sin entender―. Todos los años, desde hace seis
años,
que serán tocados por el Rey Midas —recordé que así era llamado el
prestigioso
había una esperanza de salvar a Demian y me alegré. Juro por Dios que el
bastardo, y que, para salvar a mi niñito, tenía que dejar que la sangre
putrefacta
―Dimitri no es un demonio.
Victoria volvió a reír frente a mí, con un tono burlón que me desagradaba.
―Eres tan tonta. Amarrar, golpear, forzar…, eso era solo un juego para él,
él.
¿entendido? —sentenció.
Asentí.
―Al principio, me negué. Por nada del mundo iba a permitir que Dimitri
quise arriesgarme―. Debí negarme más, debí haber buscado otra opción y no
―¿Corazón? ―ironicé, sabía que tenía que callar, pero no podía―. ¿Dónde
estaba el corazón del poderoso Derrick Tatcher cuando dejaba que su hijo
viera
corazón cuando mataste la única ilusión que Dimitri había tenido en su vida?
Había visto a Dimitri hablar de ese bebé, había sentido el dolor de sus
―Tú se lo pediste.
―Vete de mi casa.
―¡Déjalo en paz!
vida?!
―Fue su sangre podrida la que lo puso peor. Y ahora que nos dejó sin nada, se
ha desligado de nosotros.
―Sabes que eso es una mentira, Dimitri es un hombre sano, fue el cuerpo de
―Me trajo a esta casa cuando me sacó del hospital… Hicimos el amor ahí
donde estás sentada ―rio―. Ató mis piernas de extremo a extremo y me folló
por
horas ―las lágrimas brotaron de mí, mientras me repetía a mí misma que ella
―¡Basta!
Dimitri.
estaba usando.
estaban cerca de él, supo incluso antes que tú que eras la elegida del año…
Derrick no podía ser el mentor de tres chicos, así que escogió a uno, al mejor,
al
de las notas más altas, un pupilo sabiondo como lo era él. Dimitri Malinov te
había enredado en sus planes antes de que siquiera cruzaras palabra con él.
«―Ok ¿tú siempre dices que desde que me viste supiste que sería tuya?
―Sí.
―No.
por eso quise saber más de ti. »¡No! Negué con la cabeza, incapaz de
creerlo.
casualidad».
habitación.
había salido a buscar helado para mí, sin importar la tormenta, fuera capaz
« Dispara» .
Odette.
―¡Déjala en paz! ―Tenía en sus manos la bolsa con la tarrina de helado y eso
solo hizo que mis lágrimas aumentaran―. Tranquila, bebé ―me habló en voz
baja
La furia ardía detrás de sus orbes azules―. Esto es entre tú y yo, Victoria
bolsa con las compras y apretó sus manos en puños―. Por última vez, deja ir
a
Odette.
Jadeé.
―No, no fue así y tú lo sabes.
« Digamos que Alexei me dejó una buena cantidad de dinero. Con el tiempo,
lo he multiplicado y,
―¡No te bastó con vendernos tu sangre! ―gritó, apretando el cañón del arma
―Victoria…
―¿Por qué mi hijo tiene que morir… ―bajó el arma hasta mi vientre― y el
tuyo
―Porque he hecho todo lo que he podido para mantener al tuyo con vida.
―¡Eso es una gran mentira! ―Gritó, pero alejó el arma de mí, apuntando
hacia
él. Dimitri dio un paso hacia delante―. Despojaste a Derrick de sus bienes, en
propiedad. ¡Lo despojaste de todo! ―Cada palabra que salía de Victoria era
un
quitaste sus sueños, acabaste con la vida de su hijo ―él se acercaba cada vez
más
y ella no parecía notarlo―. Eres un maldito infeliz, ¿por qué lo hiciste?
Simplemente te uso.
―Eso no es cierto.
equilibrio y tanto ella como el arma cayeron sobre el suelo de madera. Él fue
por
el arma.
―¡Está descargada! ―La furia flameante que había visto cuando llegó invadió
cachorro; sus ojos eran dos piedras oscuras. Victoria se colocó en pie,
temblaba leventemente.
―¡¿En qué demonios estabas pensando?! ―La apretó por los brazos,
hierro.
golpearla.
―Odette…
―Él es un animal, Miller. ―Ella echó la cabeza hacia atrás riendo como si
estuviera loca―. Estoy acostumbrada a esto con Dimitri. ¿Ya le contaste las
veces
que tuviste que llevarme al hospital porque me marcabas de todas las maneras
posibles? ¿Le contaste que la última vez que te vi fue porque casi me matas?
casa?
de que no lo hizo.
Habla con tu marido y quédate con tu hijo los días que le queden.
―¡Él no quiere! Está cansado del hospital. ―Ella llegó hasta él, golpeando su
pecho. Dimitri apretó sus manos en puños, dejando que lo golpeara por varios
hay más nada que se pueda hacer, salvo darle lo que pide y seguir su
tratamiento
juro en nombre de lo que sentí por ti que me negaré a cualquier cosa que tenga
que ver con Demian. ―De nuevo, el hombre vengativo estaba hablando por
él―.
haré los días de Demian aún más difíciles ―su voz se endureció―. Tu hijo
aún
contraían con cada palabra―. Una sola palabra de mi parte, y Fraser se irá…
aún sin nacer, estaba envuelto en una maraña de odios, rencores y violencia en
la
Corrí, no supe cómo tan rápido, pero corrí fuera de la casa. La puerta del auto
asegurado.
―¡Abre la puerta, Odette! ―Sabía que estaba manipulando las manijas, podía
auto. No pensé, entre sus gritos amortiguados por la lluvia, sus golpes al
vidrio, y
Conduje hasta la salida del pueblo sin siquiera saber cómo; llovía fuerte, era
conducir y documentos en la casa de Dimitri, pero no podía volver ahí; así que
de carretera me detuviera.
daba por vencido. Sabía que vendría por mí y tenía que ser cuando estuviera
con
mi hermano.
mis lágrimas solo un minuto y lo siguiente que vi fue los faros de un vehículo
que
Cerré los ojos tirando del volante, las llantas chirriaron y sentí cómo el auto
el airbag. Cada minuto que estuviese detenida era un minuto más a favor de
retrovisor el caminito de sangre que descendía por mi sien; no parecía ser una
herida profunda y tenía que llegar a Jersey. Pasé la manga de mi camisa por mi
frente, retirando la sangre. Giré la llave en el contacto, pero nada pasó nada.
piernas.
dolor.
Capítulo 17
mucho tiempo había dejado el letrero de Bronxville atrás, pero esperaba que
Acaricié mis brazos, recordando que solo tenía la camisa que Dimitri había
usado en la tarde; no tenía zapatos y mis ojos y nariz estaban rojos. Pero poco
lágrimas aún se derramaban por mi rostro sin que pudiera hacer nada para
detenerlas. Siempre pensé que conocía a Dimitri, que podía ver a través de su
mirada, acertar cada careta, pero el hombre que amenazaba a Victoria con
apagar la vida de su hijo era uno que no había vislumbrado antes, ni siquiera
«¡Diablos!. . Inhala…Exhala».
Me sostuve del tablero del auto, tratando de respirar… Esas malditas clases
no
Nunca había sido una gran creyente, pero imploré al cielo por ayuda; no tenía
Quería pujar, pero sabía que podría ser contraproducente, así que había
mantenido las piernas cerradas por lo que había parecido mucho tiempo.
Una nueva contracción me golpeó, eran seguidas, pero aun así no podía
descifrar cada cuánto tiempo se estaban dando. Conté hasta treinta mientras
mis
dedos se retorcían.
Necesitaba pujar…
Tomé el impermeable amarillo del asiento de copiloto –lo había visto cuando
Maldito Dimitri. Maldita Victoria, pero sobre todo, maldita yo por necesitarlo,
Me sentía cansada, así que cada vez que las incómodas contracciones
aparecían, me aferraba a la tapicería del auto con mucha fuerza. Estaba tan
―Bichito. ―Toqué mi vientre donde creía que podía estar ubicado. Presioné
presionar el lugar por donde, por lo general, sentía el peso de mi bebé, palpé
cielo con un halo claro, mientras las lágrimas corrían sin cesar por mi rostro.
inmóvil, sin sentir a mi bebé… Solo quería a Dimitri conmigo. Sin importar si
me
Cerré los ojos deseando dormir y despertar mañana sabiendo que todo esto
Quería que Declan naciera bien, sano, con el doctor Pietro recibiéndolo en sus
Cuando pensé que todo estaba perdido, la puerta del auto se abrió…
―¡Odette!
Dimitri estaba allí, tenía un impermeable azul con el que se cubría de la lluvia;
Una nueva contracción, mucho más fuerte que las anteriores, hizo contraer mi
cuerpo.
cuerpo.
¿Odette?
completamente asustada.
―Ya regreso…
―Cuando nuestro bebé este aquí, seré yo el que te implore que no me dejes,
amor. Necesito buscar mi maletín, está en el maletero del coche. ―Besó mis
Dimitri tomó las llaves del contacto y sentí sus pasos hasta abrir el maletero
frente.
dolor.
Él agarró mis manos mientras duró, con sus labios pegados a mi frente,
mientras me repetía que era valiente y que me amaba. Revisó su reloj cuando
rodeando el auto hasta aparecer del otro lado. Colocó el maletín abierto en el
―Necesito revisar cuánto tienes de dilatación. Pon los pies planos contra el
―Masculló entre dientes―. Abre las piernas, nena. ―Quitó mis bragas e
inhaló
profundamente mientras me examinaba.
Iba a decirle algo más cuando Dimitri limpiaba el guante con una toallita de
pasaba.
―¿Puedes decirme hace cuánto empezaste con esto? ―No dije nada―.
¡Odette!
―Saliste de casa hace dos horas, Odi. Tienes nueve centímetros de dilatación
y
las contracciones son cada tres minutos. Llamé a la policía y pedí una
ambulancia desde el auto en el que vine. El hospital está a unas diez millas de
―Dim, algo está mal con el bebé. Sé que no debería sentir sus movimientos
regulares, pero está muy quieto, demasiado quieto. — Le dije muy asustada.
―Él estará bien, está ubicado, listo para nacer… Tú estarás bien. ―Se movió
al
asiento delantero y revisó su maletín.
―Sé que te voy a pedir algo muy difícil, pero confía en mí. Nunca jugaría con
tu
―Quiero pujar.
que te recuestes sobre la puerta del coche y adoptes una posición semi
sentada.
Hice lo que me pidió, apoyando mi pie derecho sobre el asiento del conductor.
coche.
―No lo sé, has dilatado muy rápido para ser primeriza. ―Pasó las manos por
Dimitri me miró y dijo, por tercera vez, no sabía si lo hacía para mí o para él,
Otra contracción llegó. Apreté mi labio entre mis dientes mientras mi cuerpo
aquí.
auto estaba solo. Cerré los ojos, negándome a gastar un solo pensamiento en
Victoria. En todo lo que podía pensar en este momento era en Declan.
pecho. Podía ver que había dejado desnudo su torso, pero aún mantenía el
impermeable.
―Eso es, nena. ―Tenía la mirada fija en el reloj―. Dos minutos. ―Apretó
mi
Necesito que hagamos esto juntos. ¡Dios! Tiene cabello, Odette. Al parecer,
la próxima contracción, respira profundo y luego puja con todas tus fuerzas,
nena.
Centré mis ojos en los suyos, asintiendo mientras sentía la leve presión de la
contracción.
manera, pero estoy aquí, bebé. Estoy contigo. ―Grité cuando la contracción
me
golpeó.
―Vamos, Odette, puja. Siete, seis… vamos, tú puedes. Cinco, cuatro, tres,
dos…
―Sé que estás cansada, nena, que esto no es fácil, pero tienes que pujar por
Declan, Odette…
bien, Odette. Solo una vez más… bueno, dos o tres, pero este es decisivo para
―¡No!
―No puedo más. ―Y era cierto, sentía como si mi cuerpo hubiese sido
enamoré, ¡la que tiene las agallas para torear a este demonio y para traer a
Declan a este jodido mundo! ―gritó―. Puja a la cuenta de tres. Uno, dos y…
Pujé, pujé con todas las fuerzas de mi alma, de mi corazón, con el amor de
madre que no sabía que podía tener. Pujé porque Declan no iba a morir, él
sería
―Bien, preciosa, muy bien. Ya tengo la cabeza, no pujes ahora, solo respira
la vuelta. ―Lo sentí mover sus manos, pero mis ojos estaban fuertemente
Te amo, Odette. Sé que estás agotada, pero necesito sacar el resto del cuerpo.
Un
pujo más, nena. El decisivo.
conté mentalmente con Dimitri antes de pujar tan fuerte como pude hasta sentir
incorporarme pero no tenía fuerzas. Vi por el espacio entre los asientos cómo
cansancio, no entendía. Me asusté y puse todo de mi parte para que mis ojos
no
se cerraran, luchaba con mis párpados hasta que lo sentí, un suave gemido muy
débil.
llanto del bebé era bajo, mucho más bajo que el de los bebés que había visto
fina capa de vérnix caseosa [14]que lo cubría. Lo tomó en sus brazos antes de
pasarlo sobre los asientos y dejarlo sobre mi pecho.
hecho muy bien, amor. Estoy muy, pero muy orgulloso de ti. —Volvió a
situarse a
mis pies, hice lo que él me pidió, limpiando la carita pegajosa de Declan con
la
tela―. Sé que estás cansada, pero necesito que expulses la placenta, solo un
pujo
pecho.
Asentí, incapaz de decir una palabra, era como si ahora que Declan estaba
fuera de mí, me sintiera sin fuerzas, muy débil. Dimitri seguía presionando mi
responderle―. Nena, por favor. ―Sabía que decía algo más, pero se
escuchaba
“…Hemorragia…”
“… ¡Ayúdenla!”
Capítulo 18
Alguien dijo algo, una puerta se cerró, manos tocaron mi mejilla, labios
―¡Está despierta! ―Su grito hizo que los chicos despertaran sobresaltados.
despacito. Tiene los ojos claros, el doctor Mancini dice que serán azules
―Amor ―Andrew la atrajo a sus brazos―, todo pasó, el bebé está bien y
Odi
―¿Cómo está Declan? ―Me impulsé con los brazos, quedando ligeramente
recostada.
―Lo han llevado a la incubadora, solo será por unos días, el doctor dice que
es
fuerte y que tiene los pulmones más sanos que haya visto en su historia como
pediatra.
―Bebé…
―¡Bebé, no Andrew! ―Se giró molesta―. El hijo de puta que tienes por
amigo
―Ese mismo hijo de puta fue quien lo ayudó a nacer ―contraatacó Dante.
―No
vamos a tomar partido por esto. Lo discutimos ya, Allegra. Así que corta el
rollo,
mujer. Odette sabe qué decisión tiene que tomar y ya nosotros escuchamos a
Dimitri.
―¡Mía!
―Dante tiene razón. ―Mía tomó mis manos―. Sabes que siempre vas a
contar
entre Dimitri y Odette son solo de ellos. ―Extendió su mano hacia Alle y ella
la
que salen de la tierra ―intentó reír―. Además de eso, apoyar a nuestra amiga
no
cuánto tiempo había estado dormida realmente; pero, antes de poder preguntar,
―¡Aléjate de ella!
a la enfermera que Odette está despierta?, quieren que ella intente darle
Dante dio otro beso a Mía antes de palmear la espalda de Dimitri y salir de la
habitación.
―Hace un par de días te pedí ―había dormido días― que cuando llegara el
Negué con la cabeza, mientras cada palabra dicha por Victoria se colaba en mi
Por segundos, solo nos quedamos ahí, viendo quien iba a decir la primera
Estuve tan asustado, como nunca antes. Cuando te desmayaste, había tanta
sangre que pensé que no podría controlarla a tiempo, y entonces, Odette, me di
cuenta de que todos mis “te amo” habían sido vacíos, palabras planas que no
que no…
suficiente.
―Prometiste escucharme.
―Estaba en trabajo de parto, atascada en una carretera por una tormenta. Iba
a prometer cualquier cosa si eso garantizaba que mi hijo llegara bien a este
mundo.
La puerta se abrió y una enfermera entró con un bultito azul entre los brazos.
extendió a mi hijo y sonreí al verlo con mejor luz. Era cierto lo que decían, mi
fue un parto difícil… ¡qué bueno que papito sabía qué hacer! ―sonrió hacia
Dimitri y él le devolvió una sonrisa revienta bragas que hizo que ella se
―Si necesitas ayuda, solo tienes que apretar este botón y yo vendré
enfermera se fuese.
mí misma a no mirarlo.
niño me odia.
―No levantes la voz, Dimitri. El hecho de que grites no da por sentado que te
escucharé.
cantidad de éxtasis y crack que consumía, más una dosis de un fuerte abortivo,
casi lo hice, apreté su cuello tan fuerte que estuve a nada de partirlo. Pero
volví
sacado el corazón del pecho y lo había estrujado entre sus manos, pero yo
mismo le había abierto mi piel y permití que ella lo hiciera. Si hubiese sido
antes de levantar la vista hacia él―. Perdí a mis padres a los ocho años,
estuve
que cambió su vida cuando lo adoptaron por segunda vez. Tu vida mejoró,
pero
―Solo escúchame…
carita sonrosada, cinco dedos en cada mano, cabello rubio como el sol. Él no
era
hermoso…era perfecto.
Sentí el obturador de una cámara y vi a Dimitri antes que disparara otra toma
Por primera vez, se veía anhelante, indefenso. Sabía que estaba haciendo un
en su cuerpecito.
―Habla ―dije sin saber el porqué, quizá necesitaba a Declan para poder
escucharlo.
―Me odiarás.
la que yo no era partícipe, pero, aún con todo el resentimiento que tengo hacia
ti,
sabes que también te amo y solo por ese amor estoy dejándote hablar. Purga
todos tus demonios, Dimitri. Sé sincero por primera vez en tu vida. ―Sabía
que
―Está bien.
―El que te escuche no quiere decir que esté dispuesta a fingir que nada
ocurrió.
―Estás en tu derecho.
mundo arder bajo tus pies… ―Se levantó de la cama tomando una silla
plástica y
después de que fui consciente de que mi vida había sido injusta, supe que tenía
Me preparé para escuchar una verdad, incluso más cruel y dolorosa, que todo
—Primero tengo que aclarar que sí sabía que serías la estudiante que Derrick
iba a elegir, por eso llegué esa noche a Alcatraz, pero nada de lo que pasó,
―Al principio, pensé que era eso, Miller, pero después de verte en el
auditorio
―Te quería para mí, te quiero para mí. Quiero envejecer a tu lado, me has
―Supe quién era mi padre cuando cumplí la mayoría de edad. Alexei acababa
y enlaces de los que podía beneficiarme…, pero había una que no hablaba
sobre
Alexei.
»Así que abrí mis heridas, Odette. Me permití recordar las veces que ese
ojos llorosos de mi madre cuando él se iba. Recordé todas esas noches metido
en
y cínica.
Derrick Tatcher se había salido con la suya porque tenía dinero. Ahora yo
una sorpresa para mí saber que Victoria era la madre de Demian. Desde la
última
vez que la vi, en lo alto de las escaleras, cuando le dije que se fuera de mi
vida, no
había vuelto a pensar en ella.
Apartó la silla como si no pudiera estar quieto, pasó la mano por su cabello,
―Ahí estaban los dos, ambos sufriendo por un niño, cuando él había
condenado mi vida al infierno; ella había cubierto mis heridas con lava
ardiente.
decisión.
―Le hiciste daño a un niño, a tu medio hermano, tu sangre, Dimitri. ¿En qué
ti? ¿Cómo era, Dimitri? Le decías al doctor Tatcher: “Hoy haré una transfusión
a
una lista con todos sus bienes. El GEA tiene un banco de sangre bastante
próspero y soy donante asiduo desde que cumplí veintitrés años; mi madre
murió por falta de donadores, así que una vez estuve completamente limpio,
mismo tipo de sangre, el mismo RH; por lo que cuando mi sangre empezó a
al azar. Tatcher solo tenía que firmar y ese niño tendría un día más de vida…
―Al principio, estaba pletórico. El primer bien cedido me hizo sentir como si
estuviera aplastando cucarachas. Una vez que Wills me informó que Tatcher
que por esa oportunidad podría tenerla fresca y era mejor tenerla de mi propio
brazo.
sabías que tenía que estar en el hospital, pero lo enviaste a casa sin importarte
su salud.
firme.
No quería que se llevara a Declan, pero tampoco quería que estuviera aquí.
―Hola, Bichito. ―susurró―. Lamento que hayas tenido que escuchar todo
eso.
―Se alejó hasta la única ventana en la habitación―. Mira eso, Declan… Paz,
la paz
que quiero para ti. No soy perfecto, pero intentaré serlo por ti. ―No pude
Cuando alzó la mirada, sus ojos estaban rojos por las lágrimas sin derramar.
―Fraser me llamó hace tres días, los últimos examenes de Demian dan muy
niño se salve, su cuerpo es débil como una rosa marchita. ―Volvió a sentarse
en
la silla―. Luego recibí otra llamada, pensé que era Fraser nuevamente, pero
era
Demian, me contó cómo había robado el teléfono del doctor sin que él lo
notara y
que los iPhone eran muy fáciles de usar cuando no tenían una contraseña.
También me dijo que no quería estar más en el hospital, que quería ir a casa a
su
habitación.
avergonzado―. Aun así, ordené abrir su casa e instalar en su cuarto todos los
equipos necesarios para que el niño estuviese bien. Fraser se trasladaría con
él y
dos enfermeras cubrirían sus turnos. No soy tan hijo de puta como crees.
―Lo sé, y aunque te suene cínico, me importa muy poco lo que la gente pueda
Ahora que no tenía a Declan en mis brazos, se sentían vacíos, así que me
abracé a mí misma.
―No lo sé.
superior a él”.
―No quiero mostrarme superior a Tatcher, quiero que viva como yo viví,
Odette.
necesitamos.
―Paz…
amor.
―Cállate.
―Dime qué tengo que hacer. ―Se sentó en la cama y tomó mis manos. Ni
Devuélvele todos sus bienes al doctor Tatcher, dale vida a ese niño sin que se
te
dé nada a cambio. Hazlo porque es tu hermano, porque no tiene nada que ver
Dimitri. Declan no merece ser enlodado con tus partes oscuras. Él soltó mis
manos.
hijo sobre ti, no le contaré lo despreciable y ruin que eres. Y cuando él tenga
―Me iré, pero no voy a esperar dieciocho años, Odette. Sé que en este
lo que no deseas, solo lograré que me odies, y no quiero eso bajo ningún
soltarla―. ¡No me importa cómo carajos piensas hacerlo, solo toma sus putas
contacto.
―Dimitri.
―Te amo, Odette, nada ni nadie es más importante que tú para mí. Declan y tú
son todo lo que necesito en mi vida para ser feliz y estar en paz y voy a
demostrártelo.
Marcó nuevamente.
―Samuel, tengo que salir de la ciudad. Haz todo lo necesario para mantener a
Demian vivo; moveré mis influencias e intentaré conseguir un donante a la
mucho tiempo porque necesito ese lapso para cambiar, para sanar, para cerrar
todas esas viejas heridas que me están matando lentamente. Me voy con la
promesa de voleer siendo una mejor persona para ti, para mi hijo, mi amor.
―Su
pulgar acarició mi mejilla―. Espero que tu amor sea tan grande como para
perdonar mis errores y tan fuerte como para esperar el tiempo que sea
necesario. De verdad lo siento. ―Dejó que sus labios cayeran sobre los míos,
voraces, húmedos y demandantes. Estaba tan confundida por todo, que le dejé
Después de todo, el amor es ciego y no entiende de razones, por más que las
Bajó las manos de mi rostro y golpeó su pierna dos veces con el puño cerrado.
Capítulo 19
Mía y Allegra entraron minutos después. Y, sin decir nada, me arroparon entre
sus brazos mientras yo lloraba. Debía estar enojada, odiándolo. Debía estar
feliz
ahogando. El sentimiento de pérdida era tan voraz que sentía que había dejado
ir
a la mitad de mi vida.
¡Casa!
Cuando Mike preguntó por Dimitri, los chicos le dijeron que el problema en
hermano insistió con que debía irme con él a Jersey, me negué. Mike y Ashley
pronto serían padres y mi antigua habitación se había transformado en el
cuarto
de las niñas.
Los días pasaban rápidos, las noches me hacían acurrucarme en mi cama con
nadie en especial, pero Declan Stephan Malinov era una mini copia de su
padre
en versión rubia.
No sabía nada de él, tal como lo había prometido. Las semanas pasaron sin
una sola llamada de su parte, haciendo que todo fuese más duro, a pesar de
que,
seguí con mis planes de aplazar mi último semestre. Abrí las puertas de roble
y
No había tomado ninguna comida con ellos desde que había salido del
corazón roto.
―¡Qué bien que decidiste desayunar con nosotros! ―Andrew tomó un sorbo
de café.
―Voy a irme. ―No tenía que dilatar más el motivo de haber bajado.
tenido una discusión hacía unos días, simplemente porque no quise ir a ver una
―Odette. ―Dante tomó mi mano sobre la mesa―. No puedo dejar que hagas
eso.
podemos…
―¡No entiendes nada! Andrew, quiero volver a mi antigua yo. Antes de que
desesperado de mi voz.
―Voy a irme esta tarde, solo llevaré mi ropa, la de Declan y, por supuesto, a
mi
gato. No necesito más nada. ―Me levanté de la mesa, pero la voz de Dante me
detuvo.
―¡No!
―Cállate, Allegra… Solo por una vez en tu vida, mantén tu boca cerrada
―dijo
―Si ella quiere irse, está en todo su derecho. ―Andrew colocó los cubiertos
opinión―. Pero estas son las condiciones: Primero ―Dante cruzó una mirada
con
―¿Qué diji…?
hermano está lejos, eso nos deja en calidad de tíos. No pienso dejar de ver a
mi
―Estoy de acuerdo.
―Si lo piensas bien, no son tan malas condiciones. ―Mía peinó mi cabello
con
sus manos.
nuevos dientes había traído consigo fiebre y malestar. Aunque ya había pasado
por eso cuando brotaron los primeros, había sido una noche completamente
agotadora.
dedos entre sus hebras―. Necesitas un corte… urgente, antes de que tus tíos
vengan el domingo.
Entre más pasaba el tiempo, más se parecía a él, tenían la misma mirada, el
mismo color de ojos y la misma barbilla, lo único que Declan tenía de mí era
el
Dejé a Declan en la silla y serví leche y cereal en un tazón para mí, mientras
Y las amaba.
Una vez el desayuno estuvo listo, nos dimos un baño y salimos rumbo a la
Mía y Dante se habían casado hacía dos meses en las Vegas. Allegra les había
reñido, pero la verdad es que era algo que todos sospechábamos que podía
que habían terminado con su relación hacía tres meses. No obstante, todavía
esperábamos que arreglaran sus diferencias. Sabía que se amaban, así que lo
Jersey. Tan solo un par de meses después del nacimiento de Declan, las
gemelas
estuvieran todos.
prudente.
cuerpo se había recuperado, sus ojos aún lucían tristes. Demian había dado su
último suspiro hacía sólo cuatro meses. No importó la sangre de Dimitri, ni
los
que le carcomía por dentro. Demian fue un niño valiente, inteligente y amado
cuando lo vio.
―¿Te importaría tomarte un café conmigo? ―Miré mi reloj, tenía dos horas
―Claro. ―Caminamos juntos hacia la cafetería. Una vez ahí, tomé un biberón
―Lo sé.
―No, desde hace nueve meses. ―Me concentré en darle de comer a mi hijo.
la tierna carita de Declan―. Nunca violé a Steph, la amaba, pero era un niño
pretendiendo ser grande. Y sí, me enojé un poco… bastante. La última vez que
buscado por todo Estados Unidos para encontrarla, pero cuando lo hice, ella
ya
no me amaba.
―Mi hijo tenía cuatro años, Odette. Vio a su madre llorando y a un hombre
que
enorgullezco de eso. La última vez que los vi, ellos se veían felices con ese
hombre; así que dejé Texas y me vine a Nueva York. Ese hombre adoptó a mi
hijo
―Él me odia y no le culpo. Sin embargo, a pesar de que me dejó sin nada en
un
―¿Lo ha visto?
unos minutos. Dos horas antes de que mi niño muriera, Dimitri lo hizo reír.
―Sé lo que les hizo Vicky, pero tampoco puedes culparla. ¿No harías tú lo
mismo por tu bebé? ―Lo haría―. Conocí a Victoria una noche de lluvia
cuando
ella trató de venderme una pintura muy costosa, la llevé a casa y luego la
convencí a tomar tratamiento para sus adicciones. La visité todos los días
hasta
que ella salió. Es veinte años menor que yo, pero la amé desde que nos
encontramos esa noche. Nos casamos unos meses después de que ella estuvo
saber que Victoria lo había abandonado luego de la muerte del niño, sentía que
―¿Volverás a la escuela?
―¿Te gustaría ser mi aprendiz? Prometo esta vez sí darte la oportunidad que
sonrojada y empecé a sacar sus gases―. Quiero saber qué hacer cuando
enferme,
su reloj―. Tengo que irme, Odette. Gracias por el café. ―No hice evidente
que
momento?
portaba―. Serás todo un dandi con las niñas cuando crezcas, pequeño. Eres
vida. Siento que nunca voy a poder llamarlo hijo, no me lo merezco, pero me
caminé más a prisa hasta llegar al auto. Lo último que necesitaba era ser la
comidilla de la facultad.
cosas. ―Él cerró la puerta del coche y arranqué antes de que pudiera subirse
al
suyo.
No tenía idea de por qué había actuado así. Simplemente había sido un
instinto.
Sin embargo, luego del encuentro con las víboras, sentía como si todos me
Incluso, había alquilado el piso de Mía para poder cuidarme por las noches.
―Si vuelvo a comer macarrones con queso, creo que le diré al jefe que
necesito un aumento.
―Sabes que soy una tumba, me tengo que ir. ¿Necesitas algo antes de que me
vaya?
―¡Eres un bastardo! ¡La próxima vez, colocaré veneno para ratas en tus
volumen. Cuando el bebé dormía, intentaba hacer todas esas cosas que me
eran
Había recuperado mi peso después del embarazo, pero aún persistía una lonja
Necesitaba ejercitarme, pero estaba tan cansada que lo único que quería era
un baño tibio en la bañera, así que entré al baño y gradué el agua hasta que
estuvo tibia. Suspiré cuando el agua relajó mis adoloridos músculos, cargar a
enojado.
« Voy a matarlo» .
Salí de la tina y tomé mi toalla, cubriendo mi cuerpo con ella. Fui por Declan
y
mis pechos solo para ti. ―Di un beso en su coronilla—. Dios mío, Charlie.
Vas a
matrimonial, incluso podía esperar a Mike con las niñas en cada brazo,
llorando
como un bebé. Esperaba cualquier cosa, menos verlo a él, aquí, delante de mí.
Capítulo 20
―¡Oh, diablos! ―Fue lo único que dijo después de que sus ojos vagaran por
mi
cuerpo sin ningún reparo. El ramo de rosas que tenía en sus manos cayó al
suelo
en un golpe sordo. Bajo el escrutinio de sus ojos, olvidé que solo una toalla
cubría mi cuerpo mojado. Lo siguiente que sentí fue cómo sus brazos rodeaban
que quizá ya no te amaba; pero, por favor, dime que has perdonado mis
pecados
―Volviste… ―Mi voz sonó ahogada―. Eres tú. ¡Tardaste mucho tiempo,
cabrón!
qué no te quedaste en casa, pero estoy tan jodidamente feliz de estar aquí que
no
me importa el motivo.
se agachó para tomar las flores y luego cerró suavemente la puerta tras
levemente.
me colocaba unos shorts cortos y uno de los tops de deporte, antes de deslizar
quería.
―No es la primera vez que te vería hacerlo. No me quites ese placer, por
favor.
―Su voz era suave, pausada y tranquila. Estaba siendo estúpida. Quité mi
camisa
un mordisco a mi pezón.
―Odette.
―Sí.
―Mírame.
más largo que la última vez que lo vi, la barba lo hacía doblemente sexy.
Intenté
buscar en mi interior algún resto de rabia, rencor u odio, pero todo lo que
podía
―¿Por qué?
―Es un niño sano, feliz y mimado. ―Como si supiera que hablaban de él, mi
son todos tuyos. ―Deslizó su lengua entre sus labios y el sutil latigazo de la
tan
presente.
―¿Quién eres y qué hiciste con Dimitri Malinov? ―Un gruñido por parte de
Declan me hizo volver a observarlo. No estaba comiendo sino simplemente
jugando.
deporte― ¿Dimitri?
Jaque Mate.
completamente agotado.
Me levanté del sofá y caminé hacia la habitación para dejarlo sobre la cuna.
corriese más deprisa, que mi corazón latiera al mismo ritmo que el de mil
caballos a galope.
―Estos meses sin ti fueron una tortura. ―Me giró, dejándome frente a él. Se
veía incluso más guapo que en el pasado y, antes de que pudiera decir
cualquier
cosa, mis manos subieron hasta acariciar sus labios. El gemido que salió de
―Sé que soy indigno de ti nena, pero necesito saber si has perdonado lo que
sucedió en el pasado. ―Su voz era baja, ronca, y cada palabra hacía que la
piel de
mi cuerpo se erizara.
―Contesta mi pregunta.
―Te amo Odette Mackenzie Miller, por favor vuelve conmigo. ―estábamos
tan
cerca.
―¿Qué fue de ti todos estos meses? ―Me incliné, deslizando mi otra mano en
su pelo.
pero te juro que me está matando el tenerte tan cerca y no poder besarte.
suyo y sus labios se apoderaron de los míos en el beso más exquisito que
alguna
era, pero era diferente, me hacía sentir distinta. Seguía siendo pasional y
tierno,
seguía encendiéndome desde mis cabellos hasta las puntas de los dedos de mis
pies. Me estaba deseando solo con caricias sutiles de sus labios sobre los
míos,
complementaban la lujuria.
―Si no te mueves ahora, lo lamentarás aún mucho más, Malinov. ―Su sonrisa
Me deje ir…
Dimitri marcó el ritmo de las embestidas, me amó con cada parte de su cuerpo
lugar que tocaba… Toda yo era un volcán amenazando con hacer erupción
bajo
Una vez que habíamos bajado de nuestro frenesí orgásmico, nos habíamos
una vez comenzáramos a hablar. Había fingido dormir hasta que lo sentí
levantarse.
―Se parece más a ti. ―No pude evitar levantarme de la cama y rodear su
cuerpo con mis brazos, dejando mi mejilla sobre su espalda, sin importar mi
desnudez.
―Tengo hambre.
¿Asiática o Italiana?
Quince minutos más tarde, Joshua tocó mi puerta y entregó a Dimitri dos
bolsas de McDonald’s.
para mantenerse por tres vidas. A los accionistas no les gustó mucho que yo
fuera su dueño, ya que, con las acciones de Ivanka tengo mucho más control
que
antes, pero delegué cargos y contraté un director ejecutivo para que ocupara
mi
lugar. Me tomó un mes poder dejar listo todo, pero una vez hecho, me fui a
Rusia.
―¿Rusia? ―Me levanté y giré para quedar sentada frente a él. En su cuna,
―Te dije que había tomado una terapia, eso fue lo hice en Moscú. Cuando
y a Victoria. Sobre todo, me perdoné yo. Volví hace un mes, pero no podía
verte
pasado… fue lo más doloroso que he tenido que atravesar. Me siento mucho
mejor conmigo mismo, pero no puedo prometerte que nunca estallaré, ni que
mi
orbes que yo tanto amaba, se enfocaron con los míos; su mano dejó la mía para
acariciar mi mejilla.
también.
tu perdón la última vez que nos vimos, y sé que el hecho que hayamos hecho el
Odette. Esta vez, quiero hacer las cosas bien. ―Sus ojos se humedecieron―.
Así
recuperación?
Epílogo
que sí. Pero esta era la quinta vez que lo intentaba y la respuesta seguía siendo
la
misma.
¡¿A mí?!
―¡Joder! Por cosas como esas es que yo te amo, Miller. ―Metí mi mano entre
nuestros cuerpos para alcanzar su clítoris y darle la presión justa para hacerla
llegar en un maravilloso orgasmo, y luego, seguí embistiendo su cuerpo,
―Te doy los mejores orgasmos de toda tu vida, vivimos juntos hace nueve
amo más que a mi vida, me amas en igual proporción; me porto muy bien y
tomo
todas mis medicinas. Además, cumplo todos tus antojos sin importar la hora.
a ser mi esposa.
―Me veo como una mamá, pero no aún como una esposa…
Soy muy joven para eso, Malinov. Pero si te estás sintiendo viejito..
¿Viejito yo?
sentía.
―Sí, sí, semental. No creo poder aguantar otro round. ―Dio golpecitos en mi
Se subió sobre mí, a horcajadas. Alcé una ceja en su dirección y relamí mis
―¿No, que no? ―Sonreí, colocando las palmas de mis manos en su vientre.
―No me cambies el tema. ¿Por qué si has dejado al demonio Malinov atrás,
no
―Tu cumpleaños se acerca y será bueno que Declan esté con su abuelo.
―Como tú quieras, pero deja la tortura o tendré que hacerme cargo.
un jodido déjà vu, uno que a mi linda mujercita no le había gustado para nada;
Los primeros meses fueron duros. Con un niño que no me quería y una mujer
en cause; pero estaba tomando medicinas, seguía asistiendo a terapia una vez
disposición.
Aún tenía suficientes heridas, pero bien decía el dicho que el tiempo las
―Cásate conmigo ―intenté una vez más al sentir cómo sus músculos internos
empezaban a contraerse
―Bebé.
no nos casaremos.
―No tiene que ser una gran boda. Tu hermano, nuestros amigos tú y yo.
de Declan. Habíamos decidido que el nuevo bebé –un nuevo niño al que
―No soy una posesión, ¿recuerdas? Si estoy contigo es porque quiero, porque
una pecadora?
negaba en redondo?
―Bienvenido al siglo veintiuno, donde las mujeres no nos atamos. ―bostezó.
―Un poco. ―Se acomodó entre mis brazos, enredando su pierna con la
mía―.
Intenta usar un condón cuando ya no esté embarazada. Creo que podre rendir
―¡Bingo! Para ser tan inteligente, amor, eres bastante caído del zarzo.
―Volvió
a bostezar.
enfoqué la carita de Declan. Ella no respondió nada—. Vamos, dime que sí,
por
favor.
gran bostezo.
―Sí, sí, como tú digas. ¿Me dejas dormir? ―Hormonas, benditas hormonas.
―Dimitri…
―¿Sí, amor?
―No ovejas no. Te juro que llenaría el patio y aún me mantendría despierto.
Dos años atrás, había llegado a Nueva York con un solo deseo: vengarme de
todo aquel que me había hecho daño. Podría decir que lo hice, me vengué.
Pero
Era un hombre violento, aún lo soy en una parte interna de mí. La oscuridad
no puede destruir la oscuridad, únicamente, la luz puede hacerlo. El odio
nunca
puede minimizar el odio, solo el amor puede hacerlo. Y Odette es todo eso,
ella es
mi amor, mi luz…
La respuesta es sí.
Sí, puede.
FIN
Agradecimientos
Segundo, a cada persona que hizo que este libro fuese publicado. Cristina
A mi amiga Isabel Acuña, por su tiempo, sus consejos y esa voz de apoyo que
historia.
A mis chicas de LKZ, (Soledad, Erika, Mayra, Ivana, Angélica, Shamara,
Alejandra, Michel, Angie, Paola, Sofi y Cat), ustedes hacen parte de esas
personas
a las que uno conoce y llama Familia del Corazón. Gracias por no dejarme
caer,
por siempre estar ahí, por ser las mejores amigas que una persona puede
desear,
gracias por los chistes, las lágrimas y los consejos. Gracias por ser la familia
que
escogí.
exacto.
A mi Doc, Johanna W, perdón por todos los “¿Y si, Doc.. ?” todas las
llamadas
conocimientos.
en mi vida es una dicha, gracias por el esfuerzo, por el apoyo, por las
anécdotas..
A El harem del Doctor Sex… creo que ya quedamos bautizadas así de por
vida,
muchas gracias por sus comentarios, su apoyo incondicional hace que esta
México.
A mis locas compañeras de universidad Etty Rueda, Katia Defex, Yane Hera,
Gracias Odi, por que donde sea que estés, debes estar riendo que yo usara tu
decirlo.
Pero sobre todo, Gracias a TI. Sí, a TI que has llegado hasta aquí, que estás
leyendo esto, gracias por apoyar esta locura llamada Nueve Meses, Espero
que
Sobre la Autora
Contadora de profesión que le gusta pasar sus días entre números y sus noches
los doce años cuando, llevada por su maestra de español, se vio inmersa en el
mundo de los libros y las historias de fantasía, romance y acción; pero no fue
hasta hace cinco años que empezó a escribir en las plataformas virtuales con
pequeños Fanfiction.
la que logró ser Best Seller Mundial en Amazon, Nueve Meses es su tercera
novela
interfierenenlaproduccióndeglóbulosrojos