Como Luchar Contra La Adicción A La Pornografía
Como Luchar Contra La Adicción A La Pornografía
Como Luchar Contra La Adicción A La Pornografía
Creo que si estás leyendo este artículo es porque deseas de todo corazón
ser libre y éste también es mi deseo. Por esto, hoy te quiero ayudar a
conocer lo que la Biblia dice acerca de este vicio, y cómo ser libre para
siempre.
¿Es pecado?
Ciertamente, el hombre tiene la capacidad de saber lo que es bueno y lo
que es malo gracias a la conciencia que habita dentro de él. Sin embargo,
no es extraño escuchar a ciertas estrellas de cine y televisión promover
y aprobar esta práctica, y poco a poco se va convirtiendo en algo común
en nuestra sociedad. Las redes sociales y televisión bombardean
nuestros ojos constantemente con contenido alusivo a este vicio. La
Biblia nos advirtió que el mundo le llamaría bueno a lo malo, y malo a lo
bueno para justificar su pecado (Isaías 5:20). Por esto necesitamos
recurrir al único libro que nos ofrece la verdad absoluta, la Biblia.
En el Antiguo Testamento, era un gran pecado cometer adulterio o
fornicación al tener relaciones sexuales con la mujer ajena. De hecho,
Jesús añadió más detalles a este mandamiento al decir: “cualquiera que
mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”
(Mateo 5.28). De manera que con tan solo mirar una mujer en forma
sensual y desearla, uno ha cometido pecado de adulterio. Obviamente,
esto califica la pornografía como un pecado capital, ya que en ésta la
persona codicia la desnudez ajena, y por lo tanto es un pecado. También
el apóstol Pedro reclama en su primera carta: “Amados, yo os ruego
como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos
carnales que batallan contra el alma” (1 Pedro 2.11–12). Y por último,
Gálatas 5:19 dice “Y manifiestas son las obras de la carne, que son:
adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia…”.
PASO #1
Primeramente, para ser libre es necesario buscar la ayuda diaria de Dios
en oración. El ser humano es tripartito, o sea, somos espíritu, alma y
cuerpo. El espíritu es la habilidad que Dios nos dio para poder tener
comunicación con Él. El alma es el asiento de los anhelos, las emociones
y los sentimientos. Y el cuerpo obviamente es el tabernáculo que
almacena los dos primeros. Cuando Adán y Eva pecaron contra Dios,
toda la humanidad quedó manchada por el pecado y cada persona que
nace ya viene con la inclinación al pecado en su mente y corazón. Es lo
que la Biblia llama en ocasiones “carne”, el apetito pecaminoso que está
en nosotros. Éste se opone a lo que Dios desea para nosotros y por esta
razón tenemos un conflicto en nuestros corazones. Queremos hacer la
voluntad de Dios y no pecar, pero nuestra “carne” nos lleva hacia el mal.
El apóstol Pablo refiriéndose a esta situación dijo: “!!Miserable de mí!
¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7:24). Nuestra
carne siempre nos pedirá que le fallemos a Dios, frecuentemente vamos
a ser tentados por nuestra concupiscencia, pero depende de nosotros
alimentarla o someterla a la voluntad de Dios. Por lo tanto, para ganar
esta guerra necesitamos fortalecernos en Dios y que nuestro apetito
carnal sea más débil que el poder espiritual que recibimos de Dios.
Un hombre tenía dos leones a los cuales iba a echar a pelear el uno
contra otro. A uno le mantuvo una semana sin alimentarse, y el otro le dio
abundancia de alimento. No es sorpresa que el día de la pelea
obviamente el león que más se había alimentado fue el que venció, ya
que estaba más fortalecido en comparación al otro moribundo. Así mismo
sucede en nuestro ser, un león es nuestra carne y el otro es nuestro
espíritu. El ganador será aquel que fortalezcamos más. Si alimentamos
nuestro espíritu buscando a Dios en oración, lectura bíblica y ayunos,
éste será lo suficientemente fuerte como para vencer la demanda
pecaminosa, y así podremos decir un ¡NO! rotundo a la tentación. Por el
otro lado, si no sembramos en nuestra vida espiritual diariamente, y solo
nos alimentamos de lo pasajero, carnal y de cosas pasajeras, entonces
seremos demasiado débiles y cederemos a la tentación.
Ningún esclavo puede ser libre por sí mismo, éste necesita a un libertador
que obre a su favor. Y para esto tenemos a Jesús, quien murió para
darnos libertad total. La Biblia dice “Así que, si el Hijo os libertare, seréis
verdaderamente libres.” (Juan 8:36). Dios desea que seamos libres y Él
está dispuesto a ayudarnos, pero necesitamos buscarle diariamente para
recibir el poder necesario. Romanos 8:13 dice: “porque si vivís conforme
a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la
carne, viviréis.” La solución para toda tentación está primeramente en
buscar a Jesús y llenarnos de su poder para fortalecer nuestro espíritu.
PASO #2
El segundo paso para ser libres es tomar una decisión radical. De nada
vale que vallamos al médico para que nos diga el remedio para alguna
enfermedad si no estamos dispuestos a tomar la medicina fielmente para
ser sanos. Job dijo: “Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de
mirar a una virgen?” (Job 31.1). La determinación de Job en no codiciar
a una joven ajena, es manifestación de un carácter fiel a Dios. Hay un
hermoso ejemplo de esto en la Biblia, me refiero a Daniel, en Babilonia,
“él propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida
del rey, ni con el vino que él bebía”. (Daniel 1:8). Fíjese que él se propuso
serle fiel a Dios a pesar de todo. Esa misma determinación la
necesitamos para que cuando la tentación venga, nos mantengamos
firmes y renunciemos al pecado. Si desde inicio no nos comprometemos
a terminar la carrera, probablemente nos rendiremos a la mitad del
camino.
PASO #3
Y en tercer y último lugar, hay que tomar precauciones estratégicas.
Diariamente tendremos una lucha contra el enemigo de nuestra alma, y
como toda guerra hay que tomar precauciones para saber por dónde el
enemigo pudiera atacarnos. Esto es lo que la Biblia llama “VELAR”, o
sea, estar pendiente de los pasos del enemigo. Ejemplo de esto es no ir
a lugares donde soy más propenso a fallarle a Dios, alejarme de
amistades que practican manifiestamente la pornografía, establecer
filtros seguros con el celular y la computadora. Las estadísticas dicen que
de toda la pornografía que se consume, el 61% se hace en teléfonos
celulares. En muchas ocasiones la caída ha ocurrido porque se ha jugado
con el pecado. Ver una imagen sensual, un programa de televisión subido
de tono, seguir una cuenta de Instagram que contiene mujeres
indecentemente vestidas, o ver una película con escenas sexuales, sin
duda alguna son pasos que estaríamos dando hacia el abismo de la
pornografía otra vez. El sabio Salomón dijo: “¿Tomará el hombre fuego
en su seno sin que sus vestidos ardan?” (Proverbios 6:27). No es posible
jugar con fuego y no quemarse, no se puede tocar la serpiente sin ser
mordido, y no es permitido coquetear con la tentación sin finalmente caer
en ella. Casi siempre tendemos a sentirnos fuertes y confiar en nosotros
mismos, por lo que nos acercamos al precipicio y entonces resbalamos.
De quién más nos tenemos que cuidar es de nosotros mismos. Pablo le
aconsejó a su joven discípulo Timoteo: “ten cuidado de ti mismo” (1
Timoteo 4:16).
Conclusión
Querido hermano, hermana, joven o adolescente que lee este artículo;
deseo con todo mi corazón que puedas ser libre y un día pueda oír tu
testimonio de cómo Dios te ayudó. Oro que puedas recibir el poder y
autoridad del Espíritu Santo para ser un vencedor. ¡Tu no naciste para
ser un adicto, sino un siervo/sierva de Dios! No tienes por qué ser
esclavo, mejor decide por la libertad que Cristo te ofrece con su amor. La
pornografía es un pecado miserable y sucio que nos engaña y lleva al
infierno. Para ser libres necesitamos buscar a Dios en oración, lectura
bíblica y ayunos. Tomar una decisión firme de no fallarle nunca más al
Señor. Y por último tomar pasos de precaución para no caer más.
Debo advertirte que la tentación en tu mente nunca se alejará, Satanás
intentará una y otra vez llevarte de vuelta a su cárcel. Por lo tanto, es
necesario aplicar estos pasos diariamente toda la vida, no solo por un
tiempo. No te descuides, vela por tu alma en oración. Y cuando te sientas
tentado, clama a Jesús con fervor, estoy seguro que Él vendrá y te
ayudará.
Con amor sincero para todo aquel que quiere ser verdaderamente libre,
Su hermano y amigo,
Jahaziel Rodríguez.
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