Monografías Tomo 2 PDF

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BIBLIOTECA DE HISTORIO NOCIONAL

VCbUMEN XXX

MONOGRAFIAS
RUFINO GUTIERREZ

T O M O II

Bogotá—Colombia -S . A .
im p r e n ta n a c io n a l
1921
/

M O N O G R A F IA S
^ 0 (f^ “

V:

?
ACADEMIA NACIONAL

DE H I S T O R I A Y A N T I G Ü E D A D E S

INFORME DE UNA COMISION

Señores académ icos:

Nuestro colega el señor don Rufino . Gutiérrez,


miembro de número de esta corporación, ha presentado
un voluminoso libro que contiene una gran miscelánea
de artículos, de que es autor, y que han sido publicados
en periódicos, la mayor parte diarios, y por lo mismo
condenados dichos artículos a una yida tan efímera como
es la de hojas sueltas, que una vez leídas ya no vuelven
a aparecer. Dicho libro lo ha presentado el señor acadé­
mico Gutiérrez con el fin de que la Academia dé su con­
cepto sobre si sería conveniente que esos artículos fue­
ran publicados en una forma un poco más permanente
y de mayor utilidad ; y habiéndoseme comisionado para
que exprese mi concepto, paso a daros el informe re­
glamentario.
El acervo de pegados que he examinado, puede divi­
dirse en dos clases de artículos : la una, de suma varie­
dad, por tratar asuntos de muy diversas especies, se
compone de artículos relativos a cuestiones de pequeña
política, de diversos sueltos, cortas noticias de negocios
pasajeros, polémicas más bien de interés personal, y es­
critos sobre cuestiones de administración oficial, cuya
importancia pasó con la misma rapidez con que pasó la
fecha de su publicación. Oreo que esta primera clase no
merece su reproducción, y aun me imagino que nuestro
colega no ha pensado en que se le tenga en cuenta para
los fines de io que se propone (1).

íl) Así es—R. G.


IV PRÓLOGO

La otra clase, la que forma lo principal y sustancial


de la miscelánea que he examinado, parece a vuestra
Comisión de verdadera importancia. En ésta hay mono^
grafías históricas y geográficas ya conocidas por la Aca­
demia, unas, otras conocidas por todo el público, y otras
leídas a lo menos por el elemento oficial del Gobierno.
No hay duda, señores académicos, que la laboriosa
obra del señor don Rufino Gutiérrez es de lo más digno
de encomio tanto por la utilidad que sin duda han pres­
tado a los gobernantes y legisladores, como por la ense­
ñanza que propaga en quienes lean tan abundante m a­
teria. Sin que yo pretenda constituirme en juez y crítico
de nuestro colega, y mucho menos señalar a su criterio
cuáles son los escritos que debe escoger para reproducir,
me voy a permitir hacer a esta corporación un resumen
de los que creo de importancia para la especialidad de
nuestra Academia.
19 Las salinas marítimas de Colombia desde la Co­
lonia. Es esta una interesantísima monografía de un
ameno desempeño, de grande importancia histórica ta n ­
to de la explotación de las salinas como de la legislación,
que le es pertinente y de grande utilidad para los ciuda­
danos y para ios gobiernos. Fue publicada en el Boletín
del Ministerio de Relaciones Exteriores, y se encuentra
pegada en las páginas 95 a 123.
2. ° El ferrocarril del Pacífico y sus progresos. Artícu­
los publicados en El Nuevo Tiempo de esta ciudad, cor­
tos pero muy instructivos así para los técnicos en m ate­
ria de ingeniería como por los datos históricos que con­
tiene, y que sin duda serán con el tiempo una gran fuente
de información para los que vengan algún día a histo­
riar nuestro progreso material. Se encuentran pegados
en las páginas 142 a 145.
3. ° Resguardos de indígenas es un trabajo sumamen­
te corto pero de muy nutridos datos históricos ; éste se
encuentra en las páginas 161 y 162.
4. ° Impresiones de un viaje por Cundinamarca y Bo•
y acá y Un viaje por tierras de Boy acá, publicados en
El Tiempo de esta ciudad, forman una serie de artículos
descriptivos de viajes en que los lectores encuentran da
tos útiles, curiosos y aprovechables sobre costumbres,
vías de comunicación, agricultura y comercio ; los futu
ros historiadores tendrán aquí una buena fuente de in-
prólogo V

formación. Se encuentran pegados en las páginas 173 a


a 181.
5. ° El mismo concepto que los anteriores me he for­
mado de los artículos En el Ferrocarril de Girard >t,
Los progresos de Girardot y Apuntes de viaje, publi­
cados también en SI Tiempo, y que se hallan en las pá­
ginas 182 a 186.
6. ° Impresiones de Antioquia. Con este título, y con
otros pero siempre relativos a la misma materia, ya como
capítulos relacionados unos con otros, ya como monogra­
fías sobre los pueblos y ciudades, se encuentra una pre­
ciosa colección que ocupa las dos terceras partes de este
voluminoso libro y que da prueba de las energías, labo­
riosidad, aplicación, ilustración y patriotismo del señor
Gutiérrez, quien no contento con lo que escribió sobre el
Departamento de su nacimiento, se halló estimulado
para seguir escribiendo sus monografías y viajes por
ciudades y pueblos del Cauca; lo que pai’a Boyacá y San­
tander fue el señor Manuel Ancízar ha venido a ser
para Antioquia y Cauca el señor don Rufino Gutiérrez,
con la sola diferencia que el primero estudiaba orogra­
fía, geología e hidrografía, costumbres y algo de esta­
dística exornado con ligeros datos históricos, y el segun­
do estudia industrias, costumbres, vías de comunicación,
progreso y atraso de ios pueblos, y es más adicto que el
otro a las noticias históricas; en veces encuentra uno el
criterio minucioso de Camacho Roldán, en otra el del
observador Samper.
7? Visitas del Prefecto Generad de la PoliHa. Fue
esta obra escrita por el señor Gutiérrez en colaboración
con nuestro otro distinguido colega doctor Ernesto Res­
trepo Tirado, y es ya conrcida de la Academia ; fue pu­
blicada en varios números en el Boletín de Historia y
Antigüedades, reproduciéndola de folleto en que primero
se dio a la luz pública.
Vosotros la conocéis, y por consiguiente no hay para
qué exprese mi concepto, que no podía ser si no elogioso.
8.° Folleto titulado Pasto y las demás Provincias
del sur de Colombia—Sus relaciones políticas y comer
dales con el Ecuador—Esta obra tiene apuntamientos
históricos muy interesantes sobre nuestra accidentada
vida civil desde los albores de la Independencia y a tra
vés de nuestras luchas políticas y guerras intestinas,
VI PRÓLOGO

observaciones rauv notables sobre la importancia m ili­


tar de aquella región y sobre la riqueza, agricultura y
comercio de aquella importantísima porción de Colom­
bia. No sé si estoy equivocado, pero tengo idea de haber
visto reproducida una parte de este folleto en el Reper­
torio Colombiano. Creo por demás sustentarla impor­
tante monografía,
99 Otra hermosa monografía de grande importancia
para la historia y para la política es el folleto que nues­
tro laborioso colega publicó en edición oficial bajo el tí
tu lo de I n f irme rendido por el Procurador de Hacien­
da al Ministerio de Instrucción Pública sobre el Territo­
r io Escolar del Caquetá y Putumayo. Varios datos hay
que oueden interesarnos a todos los actuales habitantes
de Colombia, pero más principalmente a quien en lo
futuro se le ocurra escribir una historia de la civiliza­
ción, bien sea de nuestra Patria o bien de toda la Amé­
rica.
10 Encuéntrase otra notable monografía de nues­
tro colega, publicada en los números l.° y 5.° del Reper­
torio Colombiano, dividida en dos partes, cuyos títulos
respectivos son: De Túquerres a Tumaco y Entre Tuque-
rres y Tumaco. No sólo contiene muy buenos datos
históricos sino también un buen estudio sobre la civi­
lización y costumbres deesa importantísima comarca
de nuestra República.
11. El Archivo Historial, órgano del Centro de Es^
tudios Históricos del Departamento de Caldas, publicó,
en su número 5, otra notable monografía del académico
Gutiérrez, sobre la ciudad de Manizales, que es sum a­
mente interesante no t into por los datos históricos, que
naturalmente debieron ser pocos, pues -aquella impor­
tante ciudad es un prodigio de reciente fundación, cuan­
to por los datos estadísticos, comerciales e industriales y
por la exhibición que Race de las condiciones sociales de
un pueblo que en materia de precocidad y desarrollo no
tiene antecedentes ni imitadores hasta hoy en nuestra
Patria.
12. Datos sobre la Historia del Ferrocarril del Pa­
cífico. Es este folleto de una utilidad para la historia de
nuestras obras públicas y vías de comunicación, tanto
por los conocimientos que nos da respecto del mencio­
nado ferrocarril como por lo mucho que se relaciona
PRÓLOGO VIÍ

con los ferrocarriles de Antioquia y Girardot. Cuando


apareció este folleto un respetable periódico de la capi­
tal (Sur América) felicitó a nuestro colega con estas ex*
presiones:
“Felicitamos al señor Gutiérrez por su interesante
y erudito trabajo, el cual puede ser estímulo para el
desarrollo de otras empresas que den impulso al pro­
greso de nuestros pueblos.”
De las obras que he enumerado en el presente in ­
forme y de la lectura que les he dado resalta la verdad
de que nuestro colega el señor don Rufino Gutiérrez es
uno de los miembros de la Academia Nacional de His­
toria más laboriosos, más investigadores, mejor instrui­
dos y de colaboración más eficaz ; y de que su obra es
ciertamente de las más fecundas no sólo para los am an­
tes de los anales patrios sino también para ilustrar el
criterio de los políticos en asuntos de Administración
Pública.
En fuerza de estas consideraciones, vuestra Comi­
sión tiene el gusto de term inar con la siguiente propo­
sición :
“ Dígase al señor académico de número señor don
Rufino Gutiérrez, que la Academia Nacional de Histo­
ria vería con suma complacencia publicados en un solo
volumen, o en cuerpo de una misma obra, los estudios
y monografías que se han presentado y se acaban de
enumerar, los cuales merecen que esta corporación los
recomiende para que el Gobierno disponga su publica­
ción.”
J osé D. M o n sa l v e

Academia Nacional de Historia—Secretaría—Bogotáy


julio 2 de 1919.
En sesión ordinaria de ayer fue aprobado en todas
sus partes el anterior informe.
Luis Augusto Cuervo
6

MONOGRAFIAS .

MAGANGUE
Barranquilia, de octubre de 1917

Salí el 25 del mes pasado del puerto de La Dorada eo el vapor es­


p e so Medellin, de la Compañía Anti quena de Navegación. Es un©
de los mejores barcos del río Magdalena, tanto por sos comodidades y
elegancia como por la excelente educación de sn Capitán, y por el orden,
disciplina y aseo de la tripulación y el baen servicio de la mesa.
Al día siguiente, poco más abajo de Bocas de Carare, nu individuo
se atravesó en el río, en canoa, a pedir pasaje, y resultó ser el joven espa­
ñol Arroyo, empleado qae fae de la Casa Editorial Arboleda y Valencia,
a quien la prensa de Bogotá había dado por muerto, porque en un mo­
mento de enajenación mental se arrojó al río desde a bordo del vapor
Caldas, con el propósito de suicidarse.
El Capitán, con mucho acierto, aconsejó a los pasajeros que no hicie­
ran preguntas a ese joven, y dispuso qae uno de los sirvientes estuviera
vigilándolo con prudencia, para evitar nn nuevo accidente, pues parecía
notársele todavía algún desequilibrio. El pobre joven se me acercó, me
manifestó confianza y me refirió que la noche que cayó al agua habí»
ülegado nadando a la desierta isla de Barbacoas, donde pasó sin comer y
at la intemperie hasta el coarto día, que lo vieron unos negritos que pa­
saban en canoa, lo recogieron, lo llevaron a un rancho y le dieron un sao©
á© dril y un sombrero.
Ellos lo condujeron así al primer vapor que vieron bajar. Tenía la
liara y las manos que parecían mazorcas, a caasa de las picadoras de los
Mosquifcoe y zancudos. Su única preocupación era por el equipaje que
dejó en el Caldas, el cual se inventarió y ya se le entregó aqní.
En el viaje tuvimos la contraridad de venir acompasados hasta
Puerto Berrío por una dama cortejada por algunos de ios pasajeros y por
otra que siguió hasta aquí acompañando a un militar en servicio, nnifoav
mado, sin que esta pareja se preocupara de la presencia de las señoras y
otras personas de respeto, y menos por el decoro y la disciplina de maes­
tra relajada milicia.
El río está muy grande a cansa de las lluvias, de manera que empie­
za &desbordarse e invadir poblaciones ribereñas, en términos que en
algunas de ellas temen que se presenten inundaciones desastrosas com©
las de hace un año.
Al amanecer del 28 llegad a Magangué, donde desembarqué y per-
canecí hasta el día siguiente por ia noche, que tomé el vapor Palmar?
otro de los bellos y buenos vaporea del río, pero cuyo servicio de mesa y
2 Magangué

el aseo de los catres y de los sirvientes, lo mismo que la disciplina de


éstos, me parecierou inferiores a los del Medellin.
Por todas partes se ve, en los camarotes de los barcos, en iglesias,
en oficinas públicas, en hoteles, etc., este aviso: “ Se prohíbe escupir en
el suelo. La tisis y otras enfermedades se transmiten por este medio.”
Mucho preocupa a los señores de la higiene la\ escupa, pero do se ve que
hayan dictado o hecho cumplir la más insignificante providencia para
evitar que en hoteles, vapores, etc., usen personas alentadas camas, pie­
zas y vasijas sin lavar y menos sin desinfectar, que baD ocupado o de
que se han servido leprosos, sifilíticos, tísicos, etc.
La Compañía Antioqueña, que tánto se esmera en el buen servicio
de sus barcos, debería organizar el persona! de las tripulaciones y el que
atiende a los pasajeros, uniformándolos, estableciendo en el mismo barco
el lavado y aplanchado dé la ropa de sus empleados, y, sobre todo, esco­
giendo ese personal y dotándolo de manera que se pueda educar bien y
no haya que estar cambiándolo para cada viaje, como comúnmente sucede
ahora, sobre todo eu los vapores de las otras compañías.
El primero que trajo embarcaciones de vapor al río Magdalena,
cuando todavía no había más de dos ríos en el mundo en que estuviera
establecida la navegación por esos barcos, fae don Jaan Bernardo
Elbers, y eso lo hizo en virtud de privilegio que le concedió el Congreso
por medio de decreto de 2 de julio de 1823. En enero de 1824 llegó el pri­
mer vapor, llamado Fidelidad, y en jnnio de 1825 el segundo, que fue e!
Santander. Estos dos barcos, especialmente el último, navegaron el río
hasta Honda, aunque no eran apropiados, por su gran tamaño y mucho
calado. Elbers no pudo cumplir todos los compromisos que contrajo por
el contrato, y trató de traspasarlo a compañías extranjeras. Entonces el
Libertador revocó el privilegio desde Qaito, el 12 de mayo de 1829.
La navegación del río por vapor quedó paralizada por varios años a
causa del fraccionamiento de la Gran Colombia y del estado de intran­
quilidad en que vivíamos, hasta que don Francisco Montoya trajo en
1839 el vapor Unión.
Fue edificado Magangué en la ribera izquierda del río Magdalena, el
cual corre hoy por el antiguo cauce del Cauca, a poca distancia de la
desembocadura de éste, y frente a la isla de Santa Bárbara, que está se­
parada de Magangué por uu brazo del Magdalena llamado río Cicuco.
La corriente que paea al Este de la antigua y noble ciudad de Mompós
no es más que un residuo del Magdalena, que antes corría por allí y fue
por donde se hizo todo el tráfico hasta 1860, próximamente. Entonces
empezó a disminuir el caudal de agua por allí, porque su mayor volumen
siguió el cauce del Cauca; de manera que ya desde 1870 los viajes empe­
zaron a hacerse por la nueva ruta, y Mompós quedó casi aislado, pues
sólo en las grandes avenidas hay agua suficiente por el antiguo cauce.
Hoy sostienen el tráfico por allí dos vaporcitos que hacen la travesía en­
tre Mompós y Magangué entrando por el Norte, en la Boca de Tacaloa,
por la confluencia de los dos brazos. La desembocadura del río San Jor­
ge está a tres leguas hacia el sur de esta última población.
En la isla de Santa Bárbara no hay más Municipio que el de Pinilloe
(cuyo nombre recuerda al gran benefactor de Mompós); en la de Mom­
pós, el de este nombre y los de San Fernando y Margarita, y en ambas
numerosos caseríos de poca importancia.
También se comunican por tierra las dos poblaciones principales,
pero hay que atravesar el Cicuco en canoa, por el caserío de Limón. Por
esta vía hay ocho leguas de distancia y unas qameeiJor la fluvial.
Rufino Gutiérrez 3

, A espaldas, o sea aS occidente de Magangué, está ei caserío de Cór­


doba, que forma un barrio de ía población, separado de ella por un cano
del Magdalena, con puentes. Este caño atraviesa a Magangué a poco más
de doscientos metros de distancia de la orilla del río. O n poco que crezca
éste, el caño, queen todo tiempo conserva agua, se desborda e inunda la
población o su barrio, en términos que cuando estuve aiií empezaban a
abandonar muchas de las casas de gente pobre, invadidas por el agua.
£31 caño es la gran amenaza de Magangué y la causa de su mal cli­
ma; y si e! Gobierno no djcta providencias eficaces, el día menos pensado
desaparece la población. No sé qaó digan sobre esto los expertos, pero a
la simple vista parece, que la obra de defensa no sería difícil ni costosa
cerrando la entrada de las aguas por la parte alta con pilotes clavados
con martinete y construyendo en la baja un tambre con compuerta para
que a! bajar el nivel del río vaya saliendo el agua que la creciente repre­
só al caño, el cual deesa manera puede ir rellenándose con ios sedimen­
tos o con las obras que hagan el Municipio y los vecinos.
Magangué es ei más importante centro de concentración comercial
del río ban Jorge, del Bajo Cauca, de los brazos de Mompós y Loba, y de
las sabanas de Oorozal, región productora de ganado vacuno y de.
tabaco. ,
En otro tiempo, hasta antes de las revoluciones de 1875 y 1876, se
celebraba allí una feria anual en los días 2, 3 y 4 de febrero, tan concu­
rrida por negociantes de la Costa Atlántica, de Santander, Tolima,
Antioquia y Oundinamarca, como no ha habido semejante en el país,
y otra, también bastante animada, en cada uno de los meses de julio y
septiembre; pero después de aquella revolución se suspendieron, no sé sí
a consecuencia de ésta; si porque el desarrollo.de la navegación hizo más
expedita la comunicación del interior con la plaza de Barranquilla, que
venía tomando grandísimo desarrollo, o si en ello influyeron las nocivas
libertades de todo género con que se vivía en el puerto durante los días
deferías. Por esa época ya Magangué era capital de Provincia y tenía
3,100 habitantes. En aquellas ferias se encontraban todos los artículos
necesarios para ia vida ordinaria deí país, tanto de producción nacional
como extranjera, pues iban a venderlos y a proveerse de ellos gentes de
casi toda la Kepúbüca, y también .podían satisfacerse allí aun los capri­
chos refinados del lujo; de manera que esas ferias, especialmente la de
febrero, que se celebraba aí mismo tiempo que la fiesta de la Candelaria,
patrona del lugar, eran «orno una exposición de productos del país.
Hoy no hay más que ei mercado semanal de los domingos, bastante
concurrido y abastecido, y uno diario, no escaso, que se celebra en la
calle llamada Albarráda, eu una plazoleta que denominan plaza de mer­
cado, y eu embarcaciones menores atracadas frente a ésta.
El aspecto del poblado revela antigüedad, y entiéndase que esto es
muy relativo entre nosotros, pues damos cal calificativo a'edificaciones que
tengan siquiera un siglo. Muchas de las casas son de ladrillo, con azo­
teas, y algunas de dos pisos, y la mayoría son modestas viviendas de
bahareque y techo metálico o pajizo, o miserables ranchos de guadua y
hoja de palma. Las calles son angostas y desiguales, pocas de ellas tra­
zadas en línea recta. No hay una plaza que merezca el nombre de táí,
sino espacios reducidos de forma irregular que llevan aquel nombro. Las
casas de material y azoteas tienen aspecto de edificaciones de la Colonia,
y no son pocas las de apariencia ruinosa, aunque también las hay de boni­
tas y elegantes fachadas. Algunas tienen arquería en el interior y porta­
les a la calle.
4 M agangué

En I860, 1904 y 1914 ocurrieron voraces incendios* que han contri­


buido a mejorar el aspecto del poblado, porque para reemplazar muchos
de los ranchos destruidos se levantaron edificios de mejores condiciones y
apariencia, de techos metálicos, y se hicieron rectificaciones en las calles.
A cada paso se tropieza, aun al lado de los principales edificios, con so­
lares cercados coo gaadu*. Los andenes de las calles, donde los hay, son
altos, porqae las aguas de las inundaciones han profundizado el piso, y
algunos tienen cobertizos metálicos en forma de portales. De esos ande
ne8 los hay que tienen hasta 80 centímetros de altara sobre el nivel
de la calle, y son de ladrillo o de cemento.
Tiene hoy el Distrito más de 13,000 habitantes (1) y trece Corregi­
mientos, y ocuoa quizá el segundo lugar entre los del Departamento de
Bolívar, por su riqueza y movimiento comercial; y sin embargo sólo hay
un Sacerdote encargado del miuisterio de las almas, ana sola iglesia ©o
el puerto y uua modesta capilla en el barrio de Córdoba.
No hay en el poblado un baño público, ni los tienen los incómodos'
hoteles, en los caales la alimentación es regular. La gente no se baña en
®1 río, por lo profundo y correntoso que es allí y por miedo a los cai­
manas.
Tanto hombres como mujeres del pueblo usau zapatos sin medias y
sin lavarse los pies, y la mayoría los llevan sueltos en forma de arras-
traderas.
Las propiedades del Municipio son:
I. Casa consistorial o Palacio municipal con una desairada torre
cilla en que hay reloj público. Es un edificio feo, incómodo y que parece
inconcluso o residao de nao antigao, y tiene portales y arquería.
II. Cárcel en construcción ;
n i. Un reducido cobertizo de madera y techo metálico que sirve para
el mercado de carnes ;
IV. Casitas para las Escuelas rurales ;
V. Matadero público ;
Vi. Local de una de las Escuelas urbanas de niñas, f
vu. Una casa de material eo la plazuela de Nariño.
No conocí esta cas-* ni el matadero.
Tiene además el Distrito veinte títulos de baldíos de a 1,000 hectá­
reas cada uno, expedidos por el Ministerio d© Agricultura y Comercio el
22 de agosto del presente año, en virtud de la Ley 62 de 1879, como auxi­
lio a nuevos posadores, según se dispuso en aquella Ley; pero esos títu-
Sos están expedidos en tal forma que 'pueden enajenarse en cualquier#,
incondicioDalm<mte.
La Instrucción Pública va muy mal en el Municipio, como se ve por
estos datos de loque allí hay:
I. Colegio particular de varones llamado de Nariño, subvencionado
por el Distrito con $ 50 mensuales, con 52 alumnos que pagan pensión d©
$ l por año, en el primero preparatorio, de $ 1-50 en el segando, de $ 2
en el primero elemental, de $ 3 en el tercero y de $ 4 en el cuarto; de $ 5
en ei primero y segundo de literatura y de $ 6 en el tercero ;
II. Co'egio particular de señoritas, de la Concepción, subvencionado
por el Distrito con $ 2o mensuales, y 50 matriculadas que pagan a $ 1 y
a $ l 5o por mes ;
(1) L a población de Magangué, según los censo*, ha sido ésta: en 1772,
1*457 habitantes; en 1835, 3,769; en 1843, 3,465; en 1852, 2,512; en 1865, 1,388; en
1870, 3,460; en 1912,13,406, y en 1918, 14,076.
Rufino Gutiérrez 5

ni. Escuela urbana de varones, costeada por el Departamento, con


dos Directores que ganan a $ 50 y a $ 35, coa 46 alumnos ;
IV. Escuela nocturna, con un Director, a quien paga el Departamento
i 16 mensuales, y 25 asistentes;
' V. Escuela primaria urbana de niñas, con tres Directoras, a quienes
paga el Departamento $ 45, $ 35 y $ 30, con 43 matriculadas ;
Vi. Escuela segunda urbana de niñas, también costeada por el De­
partamento, con dos Directoras, que ganan a $ 35 y.$ 30, y 48 matricu­
ladas, y
Vil. En los Corregimientos o fracciones de Madrid, Oérdoba, Retiro,
Barbosa, Tacasaluma, Cascajal, Boca de San Antonio y Tacalva hey es­
cuelas rurales a cargo del Departamento, y de ellas alternadas las de
Córdoba, Barbosa y Tacasaluma, y en las otras localidades una de cada
sexo. Por jauto tienen 331 matrículas. A los Directores les pagan a $ 28,
a las Directoras a $ 25, pero en las Escuelas alternadas, sólo a $ 20.
Hay pues por junto 595 educandos en un Distrito que tiene 13,406
habitantes, según el censo de 1912, en región que está a orilla de la más
importante vía de comunicación del país y donde el Presupuesto de rentas
asciende a ■$ 23,325-33 en el presente año. En cambio se publican allí
actualmente once hojas periódicas, El Distrito no tiene qae hacer gastos
en construcción y conservación de caminos y puentes, porque casi toda
su comunicación con otras régioDes se hace por ríos, caños y lagunas.
Todo el gasto que tiene que hacer en el ramo de Instrucción Pública
se reduce a las subvenciones que da a los dos Colegios; al costo de los lo­
cales de las Escuelas, de los cuales uno, malísimo, es en la parte baja del
Palacio municipal, y el otro en incómoda e inapropiada casa; el modes­
to y escaso mobiliario de las Escuelas introducido del extranjero; la pen­
sión de un joven que estudia medicina en Medeliío, y la de dos que cursan
jurisprudencia en Bogotá. Esta protección es plausible, pero primero está
la instrucción primaria que el coronamiento de la carrera científica de
unos pocos preferidos. ,
lío obstante el elevado Presupuesto de rentas, a un empicado del
Municipio je oi decir que el pago de su sueldo está atrasado en más de
seis meses, y que en el pago del servicio de alumbrado eléctrico hay con­
siderable retardo.
En el puerto del Banco han construido un cómodo y gracioso desem­
barcadero de manipostería. La Gloria, Calamar y otras poblaciones ri­
bereñas, sólidas y extensas murallas de ladrillo y cal o terraplenes eleva­
dos para defenderse de las corrientes del río; y Magangué, el puerto más
rico y más concurrido de toda esta región del Magdalena, adonde tocan
centenares de embarcaciones mayores y menores todos los meses, y milla­
res de pasajeros, no ha invertido un centavo en un muellecito, o un male-
cód, ni en defenderse de las avenidas del río y del cuño, a pesar de que la
inundación del año pasado subió en el interior de sus casas hasta 2 me­
tros, como pude verlo por las señales que dejó el agua en paredes y
puertas.
La Oficina telegráfica fue establecida por allá el año de 1870, y el
primer Telegrafista fae R. Viana. Es una de las más importantes de la
República, por su carácter de repetidora, al principio de todos los despa­
chos que coreaban entre la Costa Atlántica y el interior del país, y ac­
tualmente sólode una parte muy considerable de ellos, pues hay otra línea
que va por las Sabanas a Antioqaia. Por los datos que se me suministra­
ron, ahora repite un promedio de 4,454 telegramas, por día, osea unos
133,000 por mes- No pudieron facilitarme el dato preciso de los despachos
\
Q Magangué

locales transmitidos y recibidos en el año anterior o en lo que va trans


corrido del presente, sino sólo el de juuio último, qne faeron 1,744 portea­
dos transmitidos, por valor de %518-43, un cable por $ 3-20 y 709 oficia­
les. Los de particulares recibidos faeron en ese mes 1,345 y 944 oficiales,
BI local es central, pero no bien situado para su destino a causa de que
por la noche se oye desde la calle todo lo que se recibe y se transmite en
oficina por donde cursan táatas comunicaciones delicadas; cuesta el
arrendamiento $ 30. Está muy deficientemente provisto de mobiliario, y
eso porque el Gobierno se empeñó en favorecer a contratistas incumplidos
desautorizando a Jefes del ramo que trataron de hacer llenar las obliga­
ciones contraídas en contratos muy costosos. El personal de la Oficina es
éste: un Jefe, con $ 80 de sueldo; un segundo Jefe, con $ 70; once Ayu­
dantes, con $ (JO cada uno; un Oficial de recibo, con $ 40 ; un Copista,
con $ 35, y dos Carteros, con $ 15 cada uno. Además, desde la gran ave­
nida del Magdalena, el año pasado, tienen todos estos empleados un
sobresueldo del 20 por 100 mensual. Tenemos pues que el personal de esa
Oficina cuesta al Tesoro público $ 1,098 por mes.
La Oficina de Correos nacionales, en local que cuesta $ 18, está ser­
vida por un Administrador, con $ 54 de sueldo ; un Ayudante, con $ 25, y
otro, con $ 23. En agosto del ano pasado se expendieron especies postales
por valor de $ 43-50, y en el mismo mes del presente año $ 77-30. Se re­
ciben y despachan allí estos correos: un expreso y el ordinario entre la
Costa y el interior, una vez por semana cada uno; uno^semanal para las
poblaciones de la Sabana de Coroza!; otro semanal para Mompós; tres
mensuales para las poblaciones del río San Jorge; otros tres para las de
la Mojana, y uno quincenal para las del Bajo Cauca y del Nechí. Este úl­
timo es conducido gratuitamente por el vapor que hace ese crucero, lo
cual no parece bien, porque por ese correo se despachan valores de consi­
deración.
Eu la Recaudación de Hacienda del Departamento se expenden las
especies de timbre nacional mediante el abono del 10 por 100 hasta
el límite máximo de $ 30 mensuales al Recaudador, por vía de comisión.
A peskr de ser Magangué puerto de mucho movimiento de carga fluvial
que consume gran eatidad de estampillas de timbre y de ser cabecera de
Circuito y de Notaría, el promedio mensual de las ventas de junio a agos
to fue de $ 134, con la circunstancia de que en ningún otro Distrito de la
Provincia hay expendio. Eso depende de la organización que tiene*hoy la
renta: en poblaciones miserables donde no se consumen $ 5 o $ 10 por mes
e)i estampillas y papel sellado, se paga a un Agente Expendedor el 10
por 100, y él, para obtener algún provecho en su comisión, vende esas
especies a los consumidores con notable descuento, fuera de que rio son
pocos los que impunemente dejan de rendir la cuenta de su manejo. Por
acá casi nadie cumple la disposición de estampillar giros y recibos, sin
que. estén tan adelantados como en Bogotá y en Medellin, donde para elu­
dir el pago del impuesto, al dar un recibo le ponen un sello que dice : du­
plicado, o lo extienden eu forma de certificado en que consta que el deu­
dor queda a paz y salvo con el acreedor.
En 1912 se estableció nu hospital en casa arrendada, y el 12 de no­
viembre del siguiente año se hizo ia formal inauguración en local propio,
levantado con fondos recaudados en bazares y en rifas po% un» Junta
de señoras creada por la Alcaldía desde el 10 de junio de 1911, y con
la subvención de $ 80 mensuales, que desdo, el principio le concedió
la Nación hasta febrero de 1915, y además con el auxilio de $ 3,000 que
dio el Congreso de 1913, con destino a 1» construcción del edificio. El
Rufino (Gutiérrez 7

Municipio ha contribuido con el costo de un médico durante un año y


con $ 1,025-79 en diferentes auxilios periódicos.
JS1 Hospital está manejado por seis Madres de la Comunidad francis­
cana, a quienes e! Departamento paga $ 80 mensuales, y al Médico paga
$ 50 por mes. Actualmente disfruta de una subvención nacional de
$ 40 y una departamental de $ 150, y desde febrero de 1916 recibe $ 90,
también mensuales, de la Lotería de Bolívar. El día que tomó nota había
diez y ocho enfermos. El local es de regalares condiciones, y está situado
en el barrio de Córdoba; tiene departamento para pensionados y botiquín,
pero carece de instrumental.
Hay en la población regular servicio de alumbrado eléctrico, cuyos
cables van sobre postes clavados en las calles. Se inauguró el 2 de febrero
de 1914 por una Compañía particular iniciada por los señores Díaz Gra­
nados, López, Olier y Cuevas, en virtud de contrato de privilegio por
veinte años hecho con el Municipio. Para desarrollar la energía se em­
plea motor de vapor alimentado por combustible de lena. En las calles,
plazoletas y algunos edificios públicos hay 80 focos de 30 bujías, por los
cuales paga el Municipio $ 200 mensuales ($ 2-50 por foco); la Empresa
cede gratuitamente 10 focos para el Hospital y algunas oficinas públicas;
entre los particulares hay colocadas 3,270'bujías en lámparas de 8, 10,
15 y 20 bujías, y se cobra a razón de $ 0-10 mensuales por cada bujía.
La instalación de cada lámpara cuesta $ 3-50, Estos precios sólo tienen
semejantes por lo elevados, en Medeilíu y "Barranquilla. En la iglesia pa­
rroquial hay 11 focos, por los cuales sólo se pagan $ 3 por mes, menos en
febrero, que se da el alumbrado gratuitamente por ser el mes de la
fiesta de la Patrona.
Hay actualmente tres imprentas, y en,ellas se publican, con mayor o
menor intermitencia, las siguientes hojas periódicas: La Justicia, Germi­
nal, La Enseña, Ritmos, La Idea, Minerva, Idilio, E l Tango, Venus, La
Propaganda y la Revista Comercial de Mogollón, La primera imprenta fue
introducida por don Albano Posada en 1873, quien empezó a publicar el 30
de marzo de ese año El Alba, que fue el primer periódico que vio la luz
pública en Magangué. Después introdujeron imprentas don Erasmo M.
del Valle, en 1882 ; don Ezequiel M. Posada, en 1903, y doña Ana María
de Alvarado, en 1904. Las actuales fueron establecidas con posterioridad
por los señores Luis A. Bernal, J, V. Mogollón y Oornelio Osorio.
Las principales industrias de los habitantes del Distrito son el co­
mercio, la pesca, la ganadería y el cultivo de maíz, frijoles, yuca, ñame,
plátanos, tabaco, arroz y caña de azúcar.
La paz de que estamos disfrutando hace catorce años, a pesar de que
hemos tenido intermitencias de desconfianza en la estabilidad de ella, que
por fortuna cada día se hacen menos frecuentes y duraderas, va desarro­
llando las riquezas del país de manera considerable. El ejemplo dado por
el noble y progresista don Oarlos Vélez Danies, con su gran Ingenio de
Sincedn, ha tenido imitadores en ia Provincia de Magangué, aunque en
escala relativamente reducida.
Ho vi una sola prendería o casa de empeños, tan corauues en las po­
blaciones mineras de Antioquia y en Bogotá.
El comercio al por menor y algo al por mayor está casi todo en ma­
nes de sirios. Esta raza posee condiciones recomendables de economía,
laboriosidad e inteligencia para negocios de comercio, y no son pocos los
individuos de ella que se distinguen por la corrección de su conducta y
que se han labrado buena posición en las plazas del Atlántico.
Eri estos meses del año se siente tánto calor y hay túutes zancudos
\
$ Magangné

<en Magangné, que casi no puede trabajarse en el escritorio y pasarse aua


noche tranquila.
Como es sabido, en los puertos del Magdalena ia principal base de
lía alimentación de la gente del pueblo es el pescado, y de ello no se lleva
la menor estadística. A pesar de ser región muy criadora y cebadora de
ganalo vacuno, el consumo de él es muy reducido en Magangné, si se
tiene en cuenta su crecida población, y el de ganado menor lo es muchísi­
mo más. Del primero se consumieron en el primer trimestre del presente
afio 301 cabezas; en julio último 164, y en agosto 180, Jo cual revela un
considerable aumento progresivo cada mes. El consumo de ganado menor
fae reducidísimo, pues sólo subió a 93 cabezas en los ocho primeros meses
del año, o sea un promedio de 11} cerdos por mes. Ganado cabrío y
lanar poco se conoce allí. No creo que el beneficio de cerdos se reduzca
a la cifra que dejo anotada, pnes desde a bordo de los vapores se ven
bastantes ejemplares de ese ganado en los predios.de las orillas del río, y
en las ventas de alimentos en el mercado y en los hoteles se presentan con
mucha frecuencia platos de esa carne. Es que no se lleva estadística más
que de lo que paga el impuesto de degüello, y probablemente se benefi­
cia mucho de manera fraudulenta.
El agua que se consume en la población se toma en vasijas de la ori­
lla del Magdalena, donde la corriente del río va depositando todas las in­
mundicias que arrastra en un enrso de millares de kilómetros, por donde
viene recibiendo los desagües de casi todas las poblaciones de la Kepá-
blica, y adonde se arrojan los millares de reses que mueren de peste m
las inmensas dehesas que riegan el gran río y sus innumerables afluentes.
En las casas principales tratan de corregir el mal usando lo que llaman
filtros de piedra, que no son en realidad más que coladeras.
Debería hacerse eh las poblaciones ribereñas lo que en Barbacoas.
Aunque el Telembí, que pasa por aquel puerto, es río tan' grande que tie­
ne establecida navegación por vapores, y aunque su hoya está completa­
mente despoblada en la parte alta, allí ni los negros más pobres cogen el
agua para el consumo de sus hogares en la orilla, sino del centro de Sa
corriente, para lo cual se sirven de numerosas canoas mny chicas llama­
das potrillos.
En las antiguas crónicas no está claro quién fae el primer descubri­
dor y conquistador del territorio qne ocupa Magangné, pero parece que lo
fueron, poco después de 1533, Pedro y Alonso de Heredia y Francisco
César, pues en ellas no se la menciona especialmente en los primitivos
tiempos. Aun sobre la fundación del poblado hay noticias que no conceer-
d an : unos dicen qne la hizo don Diego de Carvajal en 1610, con el nom­
bre de Magangoey o Bacacoa, y otros, que don Antonio de la Torre y Mi­
randa, en 1774, con el nombre de Nuestra Señora de Magangné; pero en
el informe rendido por él da ya como fondada la población, y dice que en
1778 tenía 237 “vecinos y 1,415 almas.” Hay documentos en los archivos
de Cartagena que dicen que en 1608 se hizo una adjudicación de terrenos
a Martín Bellido en el “monte de Magangné que llaman Pirnai,” y otra a
Cristóbal de Oastro en 1627.
El 29 de noviembre de 1741 el Presidente de la Real Audiencia, non
Sebastián de Eslava, creó el partido y Corregimiento del Retiro, complies
í¡0 de ocho pueblos, uno de ellos Magangné, y nombró como primer Corre­
gidora don Jacinto Bustillo, como dependiente de Mompós.
En 1772 tenía el caserío de Magangné feligresía con 1,393 almas de
confesión y 64 esclavos.
Ei General Diógenes A. Reyes, actual Administrador de 1a Aduana
de Barranquilla, y el señor Joaquín Ruiseco, cubano, han establecido rao,
Rufino Gutiérrez 9

¡mgenio de azúcar llamado El Central Bolívar, a orillas del río Cauca,


en el Distrito de Maj <gual, entre Achí y Gaarauda, a unas 20 leguas de
Magangué. Ya se hizo la primara zafra, que produjo unos 1,300 sacos de
a 5 arrobas ; a fiDes de este año se hará otra, que se espera produzca de
15,000 a 20,iiOU sacos, y en adelante se harán dos anuales. La empresa
tiene establecidos cultivos de caña directamente y por medio de contra
tos con colonos en 174 hectáreas, y los obreros que trabajan en el inge­
nio son unos 200, a los cuales se paga por unidad de obra un jornal
de | 0-60.
La maquinaria es servida por motores de vapor en que se consume©
leña y bagazo; tiene instalación eléctrica y 4 kilómetros de vía férrea para
mover la materia prima. El precio actual del azúcar es $ 8 por saco d©
5 arrobas, y el mercado de la que se produce, es en las poblaciones de las
orillas del Magdalena, el Uauca y elSan Jorge.
Comparados con los habitantes de Antioquia, Cauca y Tolima, lo©
de Magangué quizá fuman diez veces menos que aquéllos.
El uso del licor está generalizado entre la geute del pueblo, quien
consume del extraído de la caña de azúcar, a unos 181 o 20°, sin anís, lo
que allí llaman “ron blanco.’’ La renta de licores destilados no es ya mo­
nopolio en el Departamento de Bolívar, sino que se grava la producción
de cada litro con $ 0-4Ó, y como en las ventas al menudeo el precio de
ese alcohol es de $ 0-30 la botella, lo que equivale casi a $ 0-40 el litro,,
se comprende fácilmente el negocio de destiladores y venteros. Hay en el
Distrito cuatro tábricas de destilación registradas.
Tiene el poblado una máquina de desgranar maíz, una de moler café,
una fábrica de jabón, dos de bebidas gaseosas y una de hilados; todas ella©
en pequeña escala.
Magangué está a 35 metros sobre el nivel del mar, y tiene temperatura
¡media efe 29°. La propiedad raíz del Municipio está avaluada en $ 434,355,
Desde 1866 se establecieron el Juzgado de Circuito y las Oficinas de
botaría y Registro.
Los empresarios de luz eléctrica tienen maquinaria en que produce©
500 libras de hielo cada día.
Prestan el servicio de policía trece agentes departamentales unifor
/nados y tres manicipales sin uniforme.
Según la estadística que se lleva en las oficinas de navegación fin-
vial, en 1916 entraron a Barranqnilla 538 vapores, y a Magangué 88?
sólo de marzo a diciembre del mismo año. La diferencia consiste en que
todo boque que sale de aquel puerto toca eu este último, menos los qu©
van directamente a la Ciénaga y a Cartagena, y no tocan en Barranqui-
13a los qne parten de Magangué para hacer el tráfico con el Bajo Cauca, el
brazo de Mompós y el río San Jorge. El servicio del Bajo Cauca lo pres­
tan dos vapores, otros dos el del brazo de Mompós y uno el del San Jo r­
ge hasta Ayapel. Los pasajeros que se movieron de Magangné de marzo
a diciembre del año pasado fueron 4,060; los bultos de artículos de dife­
rentes clases salidos, 54,927, y las cabezas de ganado mayor embarcadas
para el interior, casi todas ellas en el puerto de Yatí, a legua y media de
distancia, 32,736. Hay en el puerco una Inspección fluvial a cargo de un
Inspector, con $ 65 de sueldo; un Ayudante, con $ 47-50, y nn Guarda,
creado desde el 25 de septiembre, que ya funciona, enyo sueldo aún no ha
avisado el Ministerio cnál es. El local cuesta $ 12a y se oarece de mobilia­
rio, el cual tienen que facilitar los mal remunerados empleados. En esta
Inspección sólo paga el impuesto lo que se embarca o desembarca en el
puerto, y en agosto último produjo $ 1,836-16, y por patentes de navega
10 M ag a n g u é

ción $ 18-52. En ese mismo mes tocaron allí 78 embarcaciones de vapor,


de ellas 9 procedentes de Ziragoza.
Para apreciar las dotaciones de los empleados de esta Inspección y
de la Administración de Correos, debe teperse en cnenta que ellos tienen
que recibir y despachar todos los vapores, de los cuales la mayor parte
entran y salen a diferentes horas de la noche.
El Manicipio cobra impuesto de $ 0-03 por cada embarcación menor
que atraca en el puerto cargada con artícolos de consumo, sea cual fuere
su capacidad. En agosto último tocaron 415, por lo cual puede verse que
el movimiento es muy considerable. Esas Embarcaciones són champanes de
8 a 10 toneladas de capacidad, cubiertos con toldos de palma; botes o
bongos de 10 a 12 toneladas, con cubierta de madera, y canoas con cubier­
ta o sin ella, con capacidad de 1 a 12 cargas.
La estadística en materia de movimiento de población arroja cifras
desconsoladoras, por lo que respecta a moralidad pública, y porque reve­
la que el clima es más malo de lo que a primera vista juzga uno al ver
el color de la gente y el gran número de ancianos. Es que casi todas las
habitaciones de Magangué están en terreno que permanece inuadado
gran parte del año, y con frecuencia todas ellas sufren por las inundacio­
nes. En el primer semestre del presente año hubo en todo el Distrito 136
nacimientos, 190 defunciones y 11 matrimonios. De los nacimientos, 36
fueron hijos legítimos y los 104 naturales
En los primeros años de la Independencia el Gobernador Rodríguez
Torices elevó el poblado a la categoría de villa, y naturalmente debió de
ser con las prerrogativas de Municipio, pueshksta entonces había depen­
dido en lo político de Mompós.
En diciembre de 1810 don Juan María de Río y don José María Be­
nito Rebollo se quejaban de que la Junta revolucionaria-del Cabildo de
Mompós hubiera supeditado a los vecinos de Magangué, enviáñdoíes, en
lugar del Corregidor que había allí, al Capitán don Felipe Sánchez Mo-
villán, a quien aquel Cuerpo admitió como Vocal representante de Ma
gangaé.
El 6 de marzo de 1815 atacó a la población el Oomaudante español
don Ignacio Larrús, y derrotó a! Jefe patriota José María Arias, que la
defendía.
En 1816 fue fusilado allí el Capitán patriota Sabas Muñoz.
En noviembre de 1819 el Corregidor Arias, de Magangué, levantó
fuerzas en el caserío en favor del Rey, y con 50 hombres ocupó a Zarago­
za el l.° de octubre de ese añ o .‘
El 3 de junio de 1820 ocupó el puerto con un buque el General José
María Córdoba, sin encontrar resistencia.
El 9 de agosto de 1885 derrotó el General Niqolás Jimeno Collante a
los Jefes Heriberto Duque y Antonio Galán.
El 2 de diciembre de 1900 ocupó el puerto el Jefe revolucionario Ra
fael Uribe Uribe, despnés de combate con fuerzas de tierra y con flotilla
del Gobierno.
Por la Ley 18 de 1859 se hizo a Magangnó capital de Provincia: se
le quitó ese carácter por Decreto número 220 de l.° de diciembre de 1885,
y se le restableció por la Ley 26 de 1898. *
La primera capilla fae edificada por nn encomendero y pacificador
de indios del Bajo Cauca, de apellido ¿Yíonroy, quien colocó en ella una
imagen de la Virgen de la Candelaria, que hizo traer de España, y es la
misma que hoy 8© venera en la parroquia, la cual fue erigida en 1777. Es
nn lienzo ordinario de poco más de 1 metro, fondo cafó oscuro. De la
Rufino Gutiérrez 11

imagen de la Virgen y de la del Niño que tiene eu brazos no se ven aaás


que ios rostros, de color semejante al del fondo, pues lo demás está cu­
bierto con telas d© raso ñno en forma de trajes, pegado ©adherido al
lienzo con alfileres. Tiene la Virgen una bella coronita de oro acomodada
sobre la cabeza, arracadas y una gargantilla de oro y piedras finas. Eí
resto del lienzo se ve lleno de dijes y flores adheridas con alfileres. El
marco del cuadro, bastante ancho, está cubierto con espesa chapa de pla­
ta, de trabajo poco artístico. ^
La iglesia es fea, de aspecto antiguo, poco alta, con frontis acha­
tado, y una alta torre al lado, no elegante y muy deteriorada, sobre todo
a causa de la metralla del ataque de los revolucionarios en septiembre,d©
1900. Columnas delgadas de madera marcan tres naves, bien pavimenta­
das con ladrillo de cemento; hay bastantes bancas ordinarias y dos ciria­
les pesados, de plata, bastante maltratados.
Al frente dé la parroquial, la cual está edificada en una moderada emi­
nencia que el terreno hace a la orilla del río, debió de haber en otro tiem­
po un espacio libre o plazuela que después de la última gran inundación,
que no llegó hasta allí, han ocupado en parte con edificaciones pajizas
levantadas en desorden.
Temo que mis observaciones no sean del agrado de los amigos de
Magangué, porque revelo algunas de las flaquezas de la localidad; pero
confío que ellas serán de utilidad porque estimularán a loa vecinos a co­
rregir mucho de lo malo que allí hay y que ea muy fácilmente enmenda­
ble, mucho más contándose entre esos amigos caballeros tan patriotas
y distinguidos como don Julio Posada, actual Prefecto de la Provincia y
digno hijo del inolvidable don Albano, don Antonio López, don Olimpo del
Valle, don José Luis Paniza y don Francisco García Oarbonell, quienes
de la manera más bondadosa me ayudaron a recoger datos en mi corta
visita ai puerto.

M A N IZALES
Cartago. diciembre 3x de 1917
i A don Enrique Otero D'Cpsta).
Mientras se presenta vapor para seguir á Oali voy a empezar a dar
algunas noticias sobre la ciudad de Macízales, que acabo de visitar des­
pués de diez y siete años de no pasar por allí, y donde encontré progresos
realizados en ese tiempo que me han sorprendido.
Salí de Bogotá el 10 en tren atestado de pasajeros que iban a pasar
las vacaciones en tierra caliente.
Desde que lo tomó en Facatativá oí hablar de una huelga que se h a­
bía declarado entre los obreros del Ferrocarril de La Dorada, pero no se N
tenían noticias precisas de ella, auuqae sí era general el concepto de que
ese movimiento era justificado; y lo peor es que a un alto empleado de la
línea de Gírardofc le oí manifestar el temor de que lo* obreros de éste si­
guieran el ejemplo de los de aquél, porque se habían recibido reclamacio­
nes en que se notaba la influencia de elementos extraños. Lo cierto es que
los peoües de carrilera, los freneros y otros empleados de inferior^catego*
ría trabajan en peores condiciones que los de las demás empresas do
su género.
12 Mañiza les

Encontré qne en Girardot acababan de pasar las ferias, con poca


concurrencia y no mayor presentación y realización de ganados.
En aqnel puerto, cosa extraña, no tenían noticia medianamente de­
tallada las autoridades ni los empleados de la Inspección fluvial y de
las Compañías de navegación de lo que ocurna en la huelga. A pesar de
que se sabía que no se encontraría tren en Beltrán y que el Gobierno no
había dictado medidas eficaces con motivo de la huelga, el vapor Maris-
e&l Sucre. el único de una Compañía domiciliada en Girardot, a la cual le
correspondía ese viaje con el correo expreso, salió el 11 con 79 pasajeros
qne iban por Beltrán para diferentes lugares del país. Mochos otros pasa­
jeros se quedaron en Girardot al tener noticia de la huelga. El correo que
se conducía era sólo el de correspondencia, pues las encomiendas y los
recomendados se dejaron en Bogotá, como otros varios correos de enco­
miendas, porque el Gobierno no tuvo con qué pagar la miserable ración
de la escolta que debía custodiarlo.
Temprano llegámos a Beltrán, y allí supimos que la huelga, que dura­
ba ya dos días, era de las cuadrillas de la línea, de maquinistas, fogoneros,
íreneros, obreros del taller y otros empleados subalternos del Ferrocarril,
quienes pedían, dirigidospor tres abogados de Honda y apoyados pecu­
niariamente por comerciantes de esa plaza, un aumento de jornal del 40
por 100, y que ya el encargado de la empresa había 'ofrecido aumentar el
20 por 100.
En Beltrán, donde encontré absoluta tranquilidad, pues ningún em­
pleado de allí tomó parteen el movimiento, se sabía que los huelguistas
no habían cometido la menor tropelía, y que el Gobierno habla ordenado
a un batallón estacionado en Ibagué que se pusiera en marcha para Am-
balema a embarcarse allí en la draga y bajar a Honda. También se supo
que estaban demorados en La Dorada muchos pasajeros del expreso de
la Costa.
De Bogotá a Honda, disponiendo acertadamente el viaje, podría ba­
jar en tren y vapor, en un día, un batallón y llegar oportunamente, pero
ae creyó que era más derecho hacer mover en tres días el de Ibagué,
para queen tan*dilatada marcha a pie, por llanuras ardientes, donde esca­
sean toda clase de recursos, se expusieran a morir insolados unos cuantos
soldados y a llegar al logar de su destino cuando ya se hubieran realiza­
do hechos graves o fuera innecesaria su presencia.
Esto último fue loque sucedió: ya entrada la noche, caaDdo aquel
batallón tenía dos días de marcha y todavía estaba lejos de Ambalema,
«e tuvo noticia de qne llegaría un tren procedente de Honda, porque los
huelguistas habían convenido en aceptar el aumento del 20 por 100 En
efecto, el tren llegó tarde de te noche, y a las dos de la mañana del día 12
me puso en Mariquita.
De parte de las autoridades no se hizo nada para evitar la interrup­
ción del tráfico, lo cnal habría sido sencillísimo enviando, conveniente­
mente respaldados, maquinistas y otros pocos empleados de Faeatativá y
Girardot.
Hacía como un año que hacendados del Tolima habían promovido an
movimiento algo semejante a éste, y quizá con base justificable, para
obligar a la Compañía del Ferrocarril a pagarles los daños que causaban
en sus pastales los incendios producidos por las locomotoras.
Naturalmente no me acosté en Mariquita, porque sólo hubo tiempo
paira comer algo,—pues en Beltrán nohnbomodo de hacerlo,—y para pre­
pararme a seguir el viaje a caballo.
Desde el terremoto que arruinó la antigua ciudad de Mariquita,
Rufino Gutiérrez

antes tan próspera, que fue capital de Departamento y tuvo Asamblea


que proclamara su iudependeDcia y expidiera Constitución como si faera
República independiente; desde que empezó a prosperar comercialmente
el vecino puerto de H onda; desde que comenzaron a agotarse las minas
que allí se explotaban, y desde que gran parte del tráfico con Antioqaia
prefirió la vía de Sonsón, llamada el camino de la Montaña, Mariquita
viene decayendo de día en día sin que haya habido uno solo en qué se
marcara un paso para contener la mina.
Ese camino de la Montaña de Sonsón se abrió de 1816 a 1317 por
líos españoles, empleando en los trabajos a los patriotas que habían redu­
cido a prisión.
Desde el 8 de mayo de 1777 el Gobernador interino de Antioqnia, don
Francisco Silvestre, recomendó al Virrey la apertura del camino por Son»
són a salir a Mariquita, de acuerdo con la propuesta que hizo don Felipe
de Villegas y Córdoba (ascendiente mío y daeño de la mayor parte de los
terrenos de Sonsón). El Virrey acogió la idea de la apertura, pero no
aceptó la propaesta del señor Villegas, y dispuso que el camiuo se
abriera coa las rentas de la villa de Medellin; y como nada se hizo en este
sentido, al fio se aceptó aquella propaesta. Así es que el primero que
abrió el camino fae don Felipe Villegas.
También hablaba entonces el Gobernador Silvestre de que los artícu­
los que salían de Autioqaiapor el camino “dilatado de Hervé por Mariqui­
ta no satisfacen cosa alguna” y de que por ese camiao había que pasar
treinta veces el rio Guannó.
Al tenderse !a vía férrea de La Dorada los empresarios quisieron
poner allí una estación, pero los vecinos y el Concejo, pretendiendo ex­
plotar la empresa, opusieron grandes dificultades, y por un lote qne no
valía nada pidieron lo qae apenas valdría toda el área de la población, y
entonces se compró a alguna distancia de allí una buena extensión de
tierra, se trazó población muy grande, con calles rectas, de bastante am­
ellara, qne van hasta la vieja ciudad, se estableció la estación construyen­
do numerosos edificios y bonitas quintas para vivienda de los empleados,
se puso agua buena y abundante, se repartieron lotes en los cuales se han
edificado machas casas cómodas, etc., y más tarde se estableció ailí la es­
tación principal del cable áreo. Así Mariquita, por un mal cálculo de espe­
culación, recibió el golpe mortal, de lo cual no es este el tínico ejemplo que
tenemos en el país, pues allí cerca está la miñosa población de Ainbaie-
ma, donde se procedió del mismo modo, y por eso hubo que poner en
Beltrán la estación termiuai del ferrocarril y de los vapores del alto
Magdalena.
Esta ruinosa ciudad fue fundada con el nombre de San Sebastián de
Mariqaita, en tierra de los indios marquetones, el 28 de agosto de 155L, a
orillas del río Magdalena, y el Capitán Francisco Náñez Pedroso, con­
quistador y vecino de Tanja, por comisión qne le dio el licenciado don
Miguel Díaz de Armeodáriz, la trasladó al lugar que hoy ocapa a orillas
del rio Gualí, en 3 de enero de 1553. Probablemente esta fundación se
hizo en el actual asiento de Houda, pnes en 1583 el Oidor Guilén Chapa­
rro decía: “ Por estar la dicha ciudad de Mariquita junto al río Grande y
puerto de Honda” (el puerto era al terminar los rápidos del Magdalena,
«n lo que de un lado se llamó después pnerto de B *gotá y del otro Cara­
coli), *ky por ser la primera ciudad de e^te Reino, hay ordinariamente ma­
cho concurso de gente de las qae saóen el río arriba y de las que vienen
d© la Gobernación de Popayán y de otras paites para emplear y tratar
con sos mercancías y para ir a los reinos de Bsp ñ*,, por ser como es ©l
dicho pueblo de Houda y su avío el mejor que hay en este Reino.”
14 Manizales ^_,

A! principio fue lugar muy próspero, donde bubo siete iglesias y tres
conventos. A la comunidad de uno éstos pertenecían los numerosos hatos
de ganado vacuno de que todavía hay restos en las sabanas al pie de los
nevados del Bniz.
El 16 de febrero de 1579 murió en esta ciudad ei Conquistador y Ade­
lantado don Gouzakr Jiménez de Qaesada, de ochenta años de edad; se
le sepultó allí mismo* en el couvento de Santo Domingo, que estaba situa­
do frente a la casa en que murió. Los cronistas dicen que murió de lepra.
Sus restos faerou llevados a Bogotá, donde se Ies colocó el 15 de julio de
1892 en un triste monumento frente al cementerio. <
Era tan rico en minerales este territorio en ios primeros años de la
Colonia, que Kodríguez Fresle^quien escribió sus crónicas en 1638, dice
que Gaspar de Mena Oyóla, vecino de Mariquita, casó a una hija suya
con el Gobernador de Santa Marta y “ diole en dote doce'cargas de a dies
arrobas de plataeusayada^y que se deeíaque tenía otras doce cargas para
casar otra bija con otro Gobernador, y agrega: 4Íy sin esto lo que le que.
daba en casa que no ha medido ni pesado. Aquel dote fue sin otros seis
mil pesos y matalotajes que envió a! yerno para que viniese por la mujer,
y po se cuenta aquí el ajuar y joyas que llevó la desposada, que dicen
fue grandioso.”
Los vecinos de la población secundaron, en junio de 1781, el movi­
miento de los Comuneros al presentarse en ese lugar José Antonio Galán.
Mariquita fue capital de la Provincia de su nombre hasta fines del si­
glo xvili, que se trasladó a Honda.
De los once árboles de canela de los andaquíes que sembró en Mari­
quita el sabio sacerdorfce don Celestino Mutis, Director de la Expedición
Botánica y astrónomo del Bey, quien fue destinado al Nuevo Beino de
Granada por Cédula- de l.° de noviembre de 1783, no queda nada. Yo vi
dos q tres de ellos que se conservaban hace unos cuarenta años. No sé
cuándo los destruyeron : probablemente cuando el Gobernador del Toll­
ina, General Frutos Santos, mandó demoler muchas de las ruinas de la
ciudad para levantar sobre ellas el panóptico que proyectaba.
Se relacionan con la historia de la viejá ciudad estos hechos: nació en
ella el 9 de abril de 1786 don José León Armero; el 28 de mayo de 1816
fuefasilada la joven hermana de Armero, Carlota ; el 28 de noviembre y el
12 de diciembre del mismo año, respectivamente, fueron fusilados Manuel
Montaña y José Perlaza; ei 26 de julio dé 1810 se adhirió el Cabildo ai
movimiento revolucionario de Bogotá; el 31 de octubre d© 1807 nació
allí el historiador don José Antonio P laza; en 1822 ordenó el Gobierno de
Bogotá establecer un colegio en este lugar, para lo cual le asignó
$ 50,000 de los capitales pertenecientes a los extinguidos conventos me­
nores; el 11 de diciembre de 1840 se pronunció aquí e! Coronel José María
Vega contrae! Gobierno legítimo,yeso fue el resuitadode una conferencia
que tuvo en Honda con el General José Hilario López, quien regresaba de
Europa; el 6 de febrero de 18^5 las fuerzas del Gobierno hicieron prisione­
ra aquí a una gran parte de la revolucionaria que había sido derrotada en
Honda el día anterior.
Segíin el censo de 1870, Mariquita tenía entonces 2,094 habitantes (l).
Conviene aprovechar la ocasión para hacer referencia a las minas del
territorio de Mariquita y recordar las cuarenta y cinco prudentísimas y
acertadísimas ordenanzas que en esta población dictó el 9 de marzo de
16i2 el Capitán General del Nuevo Beino de Granada, don Juan de Borja.
U) E l censo de 1918 le da. 5,666 habitantes.
Rufino Gutiérrez 15

Ojalá que para fomentar la industria minera y proteger a los obreros de


ellas se adaptaran mochas de sus disposiciones en nuestro Código de
Minas.'
Haré un somero extracto de esas sabias disposiciones:
En el preámbulo de ellas, después de visitar don Juau de Rorja
u los ingenios y las minas de oro y de plata,wdice: 6i De las dichas dili­
gencias personales y larga experiencia pasada, consta que las dichas mi­
nas del distrito en esta ciudad son las mejores que se conocen en este
Reino, y de mayor duración y riqueza.”
Las más salientes disposiciones de las Ordenanzas son éstas:
Para favorecer y ayudar a los dueños de las minas deben traerse
por ahora, de acuerdo con lo dispuesto por Real Cédula, 700 indios útiles
de las ciudades de Santafó y Tanja y repartirse entre los dueños de di­
chas minas, según la calidad de ellas y de las personas que las ¿ubieren
de sustentar, los cuales indios sólo deben trabajar un año, y vencido éste
que sean reemplazados por otros;
Por ahora debe haber dos Sacerdotes para doctrinar a los indios y
administrarles los sacramentos, que deben ser examinados y aprobados y
que entiendan la lengua de los indios;
Que se construya una iglesia a costa de ios dueños de las minas,
pero en el acarreo de las maderas y reparaciones de ella ayuden ios in­
dios sin más paga que el sustento; ' ,
Que los Sacerdotes ganen a $ 350 anuales, que seráu sufragados
$ 200 por los dueños y demás vecinos de las minas, $ 100 por la Real
Caja y los $ 50 restantes por los jornales de los indios;
Se prohíbe a los sacerdotes exigir a los indios obvenciones y cama­
ricos (regalos o contribuciones voluntarias con motivo de festividades), y
se les previené qae con particular cuidado y caridad atiendan al buen
tratamiento de ios indios y al aprovechamiento de sus almas, desterrando
los vicios y supersticiones;
Se ordena al Alcalde Mayor que mande proveer a los indios en las
cosas necesarias, y en les días de fiesta pida .limosnas para dicho efecto,
de manera que los indios conozcan la piedad y amor de los españoles;
Se mandan construir dbs hospitales cerca de las dos iglesias para
atender a los indios;
Los indios deben colocarse en forma de población cerca de las igle­
sias, en lugares sanos y de mejor comodidad, procurando que queden
juntos y congregados por familias y parcialidades ;
Deben hacerse dos sementeras de comunidad ai año para que a los
indios no les falten provisiones, determinando las épocas de rocería, des
yerba, cogienda y acopio, la extensión de las sementeras y la cantidad
que a cada indio corresponde del producto; eso sin impedir que ellos
puedan hacer sementeras particulares, y se dispone que teDgan sembra­
do^ de legumbres, gallinas y árboles frutales cerca de sus casas; y se dan
las reglas precisas de cómo deben recogerse y conservarse los frutos, lle­
var la cuenta de ellos y distribuirse entre los indios;
Los indios traídos deben devolverse a su tierra precisamente al cum­
plir el año de trabajo;
Al Alcalde Mayor se le obliga a impedir que los víveres se vendan en
minas a precios excesivos, cuidando de que los mercaderes sólo ob­
tengan moderada ganancia y vayan con gusto, y los compradores queden
sin agravio ;

\
16 Panizales

A los indios, qae por repartiera o voluntariamente trabajen en ?ae


minas no se les puede obligar, y ni siquiera permitir, trabajar más qa© ocho
horas diarias;
Los empresarios de las mines deben pagar a los indios nu jornal de
un tomín por día, en oro y piara marcada, en presencia del Alcalde Ma­
yor y del Sacerdote, y de ningona manera en mantas, camisetas ni nin-
gúu otro géaero de ropas. Esos jornales no pueden ser embargados judi­
cialmente, y el pago en ellos tiene preferencia sobre cualquiera otra
acreencia, y
A los Alcaldes Mayores se les prohíbe tener minas en la región y
aun paitioipación en ellas en ninguna forma, so pena de perder su em­
pleo y todo beneficio en las mina*.
El camino para Manizales pasa por lo que en otro tiempo fue calle
populosa, y hoy no se ven en ella más que un antiguo templo de manipos­
tería qae apenas se sostiene en pie, y restos de casas y de cercas de sola
res dei mismo material, y señales de lo que fueron caños de excelente
construcción.
A poco de salir de las rainas se encuentra el torrentoso río Gualí, de
abundantes aguas, sobre el cual h a y un puente colgante de hierro, estre­
cho y de fea apariencia pero de gran solidez. Allí se cobra pontazgo a ra­
zón de $ 0-04 por cada carga y cabeza de ganado, y de $ 0-02 por per­
sona. Antes de ponerse en servicio el cable ese pontazgo producía hasta
$ 50 diarios, y hoy su prodneto sólo alcanza a unos $ 10 mensuales.
A las doce del día llegué a la población del Ftesno, fundada y habi­
tada casi exclusivamente por antioqueños en localidad muy escabrosa.
En ella no vi más edificaciones coa techo de teja de barro que la iglesia y
cuatro casas. Las demás son de astilla o de pjqa y unas pocas de teja me­
tálica; pero tiene luz eléctrica establecida por su progresista Gura, y
acuedocro de tubería metálica ; se cobran $ 5 por instalación de cada
foco y $ 0-50 mensuales por el servicio de 12 bujías. El señor Cura Cor
tés estableció también y sostiene un colegio de señoritas, telares y una
trilladora de café. No li*y reloj público. El Distrito del Fresno tenía
1,323 habitantes en 1870 (1).
A las dos de la tarde me quedé en La Florida, donde en la revolución
pasada se dio un combate en que fueron derrotados los revolucionarios.
Gerc*¿ en El Espejo, habo otro encuentro de armas al principio de la re-
velación de 1885.
En esta región, desde Mariquita, se trabajaron en grande escala va­
rias minas hasta hace algunos años, y ya están agotadas; hoy apenas se
elaboran, en pequeño, las de Sau Miguel y Colombia.
Por todas partes encueutra uno abundantísimos restos de tubería
de hierro de gran capacidad que sirvió para couducír el agua a las minas
-que se trabajaban.
Por allí las tierras de la Cordillera Central son de mala calidad para
la agricnltnra. Hecho uo desmonte en bosque virgen, sólo alcanza a dar
tres o cuatro cosechas de maíz, y después se le deja descansar años hasta
que crece el rastrojo, el cual se roza, y vuelve a sembrarse; cogida la
nueva cosecha se deja crecer la grama y convertirse en potrero de escasí­
simo roé' ito, que con el transcurso de poco tiempo se inutiliza, porque
como son tan peudientesesas tierras, el ganado, con las pezuñas, mueve la
delgada capa vegetal, qae las aguas lluvias arrastran a profandas ca&»
(1) E l censo de 1918 le da 10,998 habitantes.
Rufino Gutiérrez 17

das. A pesar de eso a lado y lado del camino hay bastantes abortaras y
numerosas habitaciones, porque como ésta era la vía de todo el sur de An-
tioquia y de una parte de lo que hoy es Departamento de Caldas para
comunicarse con el río Magdalena, el tráfico era muy activo, y los viajeros
y las recuas proporcionaban negocio lucrativo.
Hoy al camino no se le pone mano, y está completa y absolutamente
abandonado por la Nación, por el Departamento del Tolima y por los
Distritos interesados, y el tráfico es casi ninguno a causa de que el mo­
vimiento de carga se hace por el cable aéreo; por eso van abandonando
aquellas aberturas y casas. Todavía se ven algunos cultivos de café en
reducidas sementeras, que es lo que sostiene allí a los avecindados, pues
cuesta poco poner el fruto a bordo de los vapores del río.
Adelante del Fresno está la partida para venir a Manizales por el
camino que se llamó de La Moravia, construido por privilegio, muy tran­
sitado al principio y abandonado hoy por sus malas condiciones y por la
competencia del cable.
Después *do pasar la profunda hondonada de El Aguacatal, que es río
grande y correntoso y tiene muy buen puente, se asciende a la población
de Soledad, fandada y habitada en las mismas condiciones del Fresno,
en una cuchilla todavía más escabrosa, donde no hay más espacio llano
que la diminuta plaza : y sin embargo vi una.bicicleta, que no puede mo
verse más que dentro de la plaza.
En Soledad casi todas las edificaciones son de techo de astilla; se
carece de agua corriente, de alumbrado eléctrico y ^e reloj público (1).
A una legua del poblado está la última estación en servició del cable
aéreo, en el punto llamado Frutillo. Por allí pasé como a las tres de la tar­
de del segundo día de viaje, a caballo, y no entré a las oficinas a adquirir
algunas noticias sobre esa importantísima obra, como precio del transpor-N
te de la carga, extensión construida y en servicio, número de toneladas
que se movilizan mensualmente, etc., porque sabía que el extranjero en ­
cargado de la obra es caballero muy amable, que me habría obligado, en
vista del aguacero torrencial que caía, a pasar allí la noche, y yo no
quería ser molesto, y además abrigaba la esperanza de obtener esos da­
tos en Manizales; pero no sucedió esto. Sólo sé que los trabajos adelantan
de Frutillo a Manizales ; que las últimas torres se están construyendo de
madera por la dificultad de traerlas de hierro a causa de la guerra univer­
sal; que se trata de adaptar más tarde el cable pata el servicio de pasa­
jeros, pues hoy sólo lo presta para la carga dos veces por semana, que es
lo suficiente.; y que los dueños de carga economizan en el transporte $ 3
en el buen tiempo, cuando los fletes en bueyes o muías están bajos, y
muchísimo más cuando las lluvias, dañan los camines, y los fletes suben.
La vía de Frutillo a la línea que separa los Departamentos del Toli­
ma y de Oaldas la conserva a su costa la Empresa del cable en el mejor
estado posible, para facilitar el movimiento de la carga, y eso porque
aquel Departamento no hace nada por ella; y la línea a Manizales la
atiende Oaldas. *
Dormí en una casucha llamada El Portón, tal vez porque es como ia
puerta del frío páramo. Al día siguiente pasó éste, donde se carece de casi
todo recurso y se ven a cada paso osamentas de animales de carga que
constantemente mueren alií, la mayor parte bueyes, de frío casi todos,

(1) E l censo de 1918 le da 6,777 habitantes.

Monografías—Tomo 2?—-
18 Manizales

pues cada mes están moviéndose millares de animales cargados de café


y pieles para la exportación y con mercancías de importación.
El descenso del páramo es muy pendiente y peligroso, porque a cau­
sa de lo flojo del terreno, está todo tendido de palos, y las caballerías res­
balan y caen con facilidad.
Los sacos en que vienen del extranjero la correspondencia y las enco­
miendas postales hay obligación de devolverlos a las oficinas de origen,
y si no se devuelven se los cargan a Colombia a precios muy altos. En
eso hay gran descuido, y por ello por todas partes no ve uno que los
arrieros useu más roana y delantal, ni ciertos viajeros más zamarros, ni
encasas de campo más sillas plegadizas, ni compradoras de mercado más
sacos, etc. que los del género de aquellos sacos de correos, que son de
excelente calidad.

El primer jefe conquistador que pisó territorio del actual Distrito de


Manizales fue Jorge Robledo, pero los cronistas no hacen mención espe­
cial de esa región sino para hablar del volcán del Ruiz, el cual, dice el
Padre Simón, que estaba en actividad entonces. Por lo que dan a en­
tender, los quimbayas extendían sus dominios hasta esas tierras. Conti­
nuaron ignoradas y desconocidas sin que se hiciera la menor referencia a
ellas hasta mediados del siglo pasado.
Cuando se fundó la ciudad de Arma, en 1543 próximamente, y de la
cual sólo queda un reducido y triste caserío cerca del río de ese nombre
en jurisdicción del Distrito de Aguadas, el territorio que ocupa hoy Ma­
nizales hacía parte de aquella ciudad, cuya jurisdicción se extendía hasta
el río Chinchiná.
El primero que las exploró y trató de establecer cultivos en esta re­
gión fue Fermín López, de Salamina, quien en 1834 empezó a hacer des­
montes en el bosque virgen, en lo que hoy se UamaSan Cancio, pero pronto
abandonó sus trabajos, porque supo que esos terrenos hacían parte de los
extensísimos que había capitulado la Compañía de González y Salazar, y
emprendió viaje hacia el Sur en busca de otros que fueran baldíos.
En 1843 Joaquín y Antonio María Arango y Nicolás Echeverri, veci­
nos de Abejorral, acompañados por otros individuos de Salamina, reco­
rrieron esas tierras en busca de lotes para cultivos y de minas o aluviones
auríferos.
Más tarde, eu el mismo año, don Marcelino Palacio y el citado Eche­
verri hicieron otra expedición, y Palacio exploró los flancos del nevado
del Ruiz acompañando al alemán Guillermo Degenhardt, y visitaron las
grandes llanuras que hay al pie de la nieve perpetua, que entonces esta­
ban bien pobladas de ganado vacuno remontado, que en tiempo de
la Colonia perteneció a una comunidad religiosa de Mariquita, y el cual
no han podido destruir completamente los que van a cazarlo con armas
de fuego. Las mesas altas del Ruiz fueron visitadas con frecuencia enton­
ces y dorante muchos años después con el sólo objeto de proveerse de
carne los que iban estableciéndose en aquellas montañas.
Joaquín Arango se instaló en San Cancio, donde diez años antes ha­
bía estado López; y por el mismo tiempo Mario Cebados hizo desmontes
en el logar en que más tarde se fundó la población.
Aquellas expediciones sugirieron a Joaquín, Antonio María y Victo­
riano Arango y a Marcelino Palacio el proyecto de buscar una vía que
debió haber existido entre las mesetas y la ciudad de Mariquita. Trata­
ron de realizarlo Joaquín y Antonio María Arango, Manuel Grisales y
PedroHenao; pero tropezaron con graves dificultades, especialmente para
R u fin o G u tié rr e z • 19

salvar el inmenso derrumbamiento ocurrido el año de 1845, que represó el


río Lagunilla y dio a la región que en el Tolima lleva ese nombre la sor­
prendente feracidad que tiene. Entonces los dos Arangos citados empren­
dieron una nueva exploración con el mismo objeto, yendo por el Quindío
a Ibagué y Lérida para buscar el paso, que al fin hallaron, y así se esta­
bleció comunicación directa entre el sur de Antioquia y el Tolima.
Los Arangos, Palacio, Echeverri y Henao con otros colonos más
de los que iban estableciéndose allí atraídos por la feracidad de las tie­
rras y el aliciente de la comunicación con las regiones del otro lado de
la Cordillera Central y con el Valle del Cauca, resolvieron en 1847 fundar
una población, y para ello pensaron primero en lo que hoy se llama
La Enea, y prontamente se fijaron en las orillas de un ríe que habían bau­
tizado con el nombre de Olivares, en terrenos de la que es hoy hacienda
llamada Las Mmitas. Dicen en Manizales que por ese tiempo fae de visita
a Salamina don Mariano Ospina Kodríguez, y él diz que aconsejó que el
iniciado poblado se trasladase al asiento que boy ocupa, donde tenía una
abertura Manuel Grisales. En 1849 se hizo la traslación y se sembró la
primera sementera de maíz para la comunidad de colonos. El nombre de
Manizales lo dio el fundador Nicolás Echeverri, porque en río cercano en­
contraron abundancia de rocas graníticas llamadas allí maní.
Se admira uno de que hubieran escogido para asiento de la población
una cuchilla abrupta, sin agua, en lugar de la bella explanada, rica en
aguas de excelente calidad, que está a una legua de distancia de la cu­
chilla. Se alega que se hizo eso porque por este último lugar pasaba la
trocha, que ya estaba abierta, para comunicar el sur de Antioquia coa el
Valle del Cauca; pero esa no es razón, porque más cerca del otro punto
pasaba la que conducía al Tolima y a Bogotá, y además la distancia era
corta y no había motivo para confiar en la buena dirección de esas vías.
Dudo que sea cierto el consejo atribuido al Gobernador Ospina, quien
por aquel tiempo no estuvo en Mañiza les. Tal vez la tradición lo confunda
con su homónimo de Salamina. Creo que el poblado se fue formando y cre­
ciendo rápidamente sin plan preciso, como han nacido y se han desarro­
llado la mayor parte de las poblaciones de Colombia, al amparo de la ca­
pilla y del rancho de un cura doctrinero, del trabajo que proporcionaba
una mina en explotación, de la influencia de un rico propietario o del ha­
lago del negocio que proporcionaban las recuas de bueyes y muías y los
transeúntes que tenían que hacer paradas en aquellos lugares.
A propuesta de don Mariano Ospina Delgado, vecino de Salamina,
la Cámara Provincial de Antioquia dictó el l.° de octubre de 1849 la Or­
denanza que creó el Distrito parroquial de Manizales. Fueron primeros
Alcalde y Juez, respectivamente, Antonio Ceballos y Antonio María
Arango. El l.° de enero siguiente entró en la vida política la nueva en­
tidad.
El 15 de febrero de 1851 empezó a fancionar como parroquia.
El 8 de diciembre de 1909 se dividió la parroquia en dos.
Los terrenos ocupados pertenecían a la Compañía de González y Sa­
lazar.
Por escritura de 7 de febrero de 1851, suscrita por todos los miem­
bros del Caoildo de Manizales y por don Elias González y don Ambrosio
Mejía, como representantes de la Compañía de González y Salazar, el Ca­
bildo reconoció los derechos de ésta a los terrenos, y ella se comprometió
a vender a los ocupantes de esos terrenos, por la mitad del precio que
fijaran peritos avaluadores, si no se entendían directamente las dos
partes ; del producto de la venta se destinaría el 8 por 100 para el doctor
20 Manizales

Manuel María Escobar, abogado del Cabildo de Neira; un 6 por 100 para
la edncaeión de niñas, y a los compradores se les rebajaría todavía el 8
por 100. La Compañía cedió gratuitamente el área de la plaza y calies, un
lote para iglesia, tres solares para cárcel y escuelas de ambcs sexos, y
además, para área ele la población, diez cuadras en toda dirección, a partir
de la plaza, ‘o cual equivale a 400 cuadras cuadradas, y 50 cuadras de
monte para beneficio de los pobladores. En términos semejantes se cele­
braron en seguida transacciones con los Cabildos de Neira y Salamina.
Después de esto continuaron las diferencias y dificultades, hasta que en
virtud de autorización dada por el Congreso al Ejecutivo se firmó un
contrato de transacción entre el Secretario de Hacienda y la Compañía de
González, Salazar y Compañía, en el cual éstos procedieron con la ma
yor generosidad : dieron 10 fanegadas de tierra a cada habitante del te­
rritorio, 12,000 fanegadas a la población de. Manizales, la cuarta parte
de todos sis bienes, derechos y acciones al Tesoro de la República, el 8
por 100 al doctor Escobar y el 6 por 100 del producto de las tierras
que se vendieran a la instrucción pública. La adjudicación de las 10 fane­
gadas se hizo juntamente a 1,154 vecinos.
Don Elias González fue asesinado ese mismo año por gente de Sala-
mina que disputaba sobre la propiedad de los terrenos, aunque él, acorn-
panado por su sobriuo carnal Gregorio Gutiérrez González, acababa de
hacer grandes concesiones al Distrito y a los pobladores de Salamina.
Por acuerdo dei Cabildo de Manizales, de 23 de mayo de 1851, se des­
tinó para el uso comúu de los vecinos el área cedida, y entonces se trazó
la población y se repartieron solares. El Acuerdo disponía que se diera a
cada vecino cabeza de familiarmayor de edad u hombre libre, un solar de
40 varas por cada lado.
El trazado de la plaza y las calles se hizo desde 1849 por Joaquín y
Antonio María Arango, según tradición que se conserva en Manizales,
y se encargó de la repartición de solares Antonio Cebados. Sin embargo,
en los papeles que dejó Codazzi se dice que é! trazó la plaza el 12 de fe­
brero de 1852.
La Administración de Correos del Estado, que más tarde se naciona­
lizó, fue creada en 1852, debido a los esfuerzos de don Agustín José P ati­
no, con Juan de Jesús Ramírez como primer Administrador Nacional.
El 29 de agosto de 1860 el Presidente revolucionario del Estado del
Cauca, General Tomás Cipriano de Mosquera, atacó en Manizales a las
fuerzas legitimistas que comandaba el Generál Joaquín Posada Gutié­
rrez ; fue rechazado, y tuvo que celebrar una esponsión que ha hecho mu­
cho ruido en los anales revolucionarios de Colombia. Por parte de Posada
Gutiérrez fueron contratantes Marceliano Vélez, Braulio Henao y Elí­
seo Arbeiáez, y por la de Mosquera, Policarpo Martínez, Juan A.
Salazar y Simón Arboleda. Mosquera se retiró al Valle del Cauca, y de
allí siguió a Bogotá a derrocar al Presidente de la República.
La Notaría y la Oficina de Registro se establecieron eu 1863, y en
1905 se creó la Notaría 2 /
Por Acuerdo de 16 de julio de 1864 se dividió el poblado en calles y
carreras y se dieron nombres a ellas y a las plazas. De esos nombres se
conservan muy pocos.
Por la Ley 13 de! Estado se creó el Juzgado del Circuito, en 1864.
La Oficina Telegráfica se estableció por cuenta del Estado de Antio-
quia en 1871, y fue primer Telegrafista Alejandro Restrepo.
El 5 de abril de 1976, después de combates parciales en los alrede-
Rufino Gutiérrez oí
Jj
t
dores, las faerzas legitimistas qae comandaba el General Julián Trujillo
ocuparon a Manizales, y quedó vencido el Estado de Antioquia.
Las faerzas triunfantes, compuestas en gran parte de negros, come­
tieron muchas y muy graves tropelías en la población, saquearon muchas
casas de los campos, y las principales del poblado fueron ocupadas por
esas fuerzas, sin avisar siquiera a los dueños ni permitirles que las des- ‘
ocuparan de lo que en ellas tenían.
Ese mismo año fue trasladada allí la cabecera de la Provincia que
antes era en Salamina.
El 16 de noviembré*de 1896 se creó el Distrito Judicial del Sur de
Antioquia, por la Ley 113, y se estableció el Tribunal el 4 de abril de
1897, empezando a funcionar el Juzgado Superior y el 2.° de Circuito.
Hay actualmente dos Juzgados Superiores y cuatro de Circuito ; el 2.°
Superior empezó a funcionar el i.° de enero de este año, y el 4,° de Cir­
cuito fue creado en 1916.
El 11 de abril de 1900 se erigió la Diócesis de Manizales.
Por la Ley 17 de 10 de-abril de 1905 se creó el Departamento de
Caldas con Manizales de capital, y se inauguró el 15 de junio del mismo
año, siendo don Alejandro Gutiérrez el primer Gobernador.
Por la Ley I a de 1908 se le dio el nombre de Departamento de Mani­
zales y se ie agregaron algunos Municipios que habían pertenecido al
Cauca.
Por la Ley>65 de 14 de diciembre de 1909 se dispuso la reintegración
de los antiguos Departamentos, y llenadas las condiciones que exigía la
ley, se restableció éste con el nombre de Caldas, por Decreto número 340
de 16 de abril de 1910. A Gutiérrez lo han sucedido en lá Gobernación,
por su orden, don Marcelino Arango, don Ramón, Jaramillo, el doctor
Emilio Robledo y don José Ignacio Villegas, quien la ejerce actualmente.
En la creación de este Departamento tomé parte activa en las Asam­
bleas Nacionales de 1905 y 1908, y venía trabajando con grande empeño
desde 1888, pues consideraba <que eso sería de mucho provecho para el
pueblo anfcioqueño, como ha sucedido. Mis labores hicieron que los diri­
gentes de la política en Antioquia me consideraran desligado de la tierra
de mi nacimiento y mayor cariño, y áun traidor a ella, en términos que
cuando en la primera Administración Marroquín fui nombrado Goberna­
dor de Antioquia, no acepté, entre otras razones, porque comprendí que
no sería bien recibido por mis conterráneos. Cuando hallándome confina­
do en Yarum&l porque trabajaba a favor de un candidato antioqueño
para la Presidencia de la República, propusieron ios conservadores de
Sonsón y Abejorral mi candidatura para Representante al Congreso en
las sesiones de 1892 y 1894, para resolver ai la aceptaban y apoyaban los
directores de la política en Medellin, me preguntaron si persistía en mis
ideas divisionistas. A pesar de la contestación que di, lui elegido, quizá
sólo como protesta contra la persecución de que era victima.
La creación de este Departamento es uno de los actos de mayor tras­
cendencia política de'la Administración del General Reyes.
La Provincia de Manizales ha tenido estos Prefectos :
1876. Eduardo Arango P., Siíverio Arango P. y Alejandro Gutié­
rrez.
1877. Alejandro Londoño, Heraclio Uribe, Benicio Angei, Tomás
Reügifo, Carlos Latorye y Vicente Manilo.
3878. Rafael Toro, Julián Mora, Víctor Cordobés y Carlos Latorre.
1879. Víctor Cordobés y Francisco Sarmiento.
3880. Víctor Cordobés, Carlos Latorre y Pedro Uribe Ruiz.
22 Mañiza Us

1881. Oarlos Latorre, Pedro Uribe Ruiz y José M. Villegas A.


1882. Daniel Gómez E.
1883. Daniel Gómez E. y Antonio Pinzón.
1884. Daniel Gómez E.
1885. Daniel Gómez E., Aldemar Sánchez, Silverio Arango P., Juaa
de Dios Jaramillo B. y Marcelino Arango.
1886. Marceliuo Arango.
1887. Marceliuo Arango.
1888. Marcelino Arango, Pablo Jaramillo y Alejandro Gutiérrez.
1889. Marcelino Arango.
1890. Marcelino Arango, José Jesús Restrepo fí. y Alejandro Res-
trepo R.
1891. Alejandro Restrepo R. y Bonifacio Vólez.
1892. Bonifacio Vélez y Alejandro Gutiérrez.
1893. Alejandro Gutiérrez, Ramón Velásquez y Juan de D. Jarami­
llo B.
1894. Alejandro Gutiérrez, Juan de D. Jaramillo B. y José Jesús
Restrepo B. . ' w
1895. José Jesús Restrepo B. y Alejandro Gutiérrez.
1896. José Jesús Restrepo B., Alejandro Gutiérrez y Ramón A. Gu­
tiérrez.
1897. Ramón A . Gutiérrez.
1898. Ramón Velásquez A. y Juan de D. Jaramillo B,
1899. Juan de D. Jaramillo B., Juan de Dios Villegas V., Francisco
Velásquez y Julio Res trepo B.
1900. Francisco Velásquez, Julio Restrepo B. y José J. Jaramillo J.
1901. José J. Jaramillo J., José Jesús Restreno B., Isaías Ramírez,
Alfonso Villegas A., Félix A. Vólez M. y Vicente Hoyos.
1902. Jesús A. Mejia B. y José Jesús Restrepo B.
1903. Leopoldo Salazar.
1904. Leopoldo Salazar y Juan Andrés Echeverri V.
1905. Juan Andrés Echeverri V. y Guillermo González.
1906. Hasta 1908 funcionaron con el nombre de Alcaldes Provin­
ciales.
1909. Guillermo González y Juan B. López O.
1910. Juan B. López O., Juan B. Gómez D. y Ramón Alvarez E.
1911. Ramón Alvarez E.
1912. Ramón Alvarez E. y Rafael Mejia D.
1913 a 1918, en que se suprimieron las Prefecturas, el actual, Rafael
Mejia D.
Los Alcaldes han sido:
.1850. Antonio Oeballos.
1851. Eduardo A. Hoyos, Ramón Echeverri, Eduardo Franco, José
María Arias y Pedro Palacio.
1852. Eufrasio Jaramillo.
1853. José María Arias, Benito Henao y Pedro Restrepo.
1851 Antonio María Arango, Nepomuceno Jaramillo y Atanasio
Hoyos.
1855. Antonio Cebailos, Pablo Jaramillo, Bernardino Jaramillo, Mar­
celino Palacio y Julián Mora.
1856. Julián Mora, Antonio Ceballos, Népoinuceno Gómez, Aparicio'
Angel, Bernardino Jaramillo, Miguel Arango. Rafael Jaramilio y Carlos
Alvarez.
Rufino Gutiérrez 23

1857. Garlos Alvarez, Pablo Jaramillo, José Joaquín Arango, Eduar­


do A. Hoyos y Nepomuceno Jaramillo.
1858. José Jaramillo U., Aparicio Angel, Pablo Jaramilio, Victoriano
Arango, Federico Villegas y Marcelino Palacio.
1859. Fraucisco A. Jaramillo y Federico Villegas.
1860. Francisco A. Jaramillo, Hepomuceno Jaramillo, Gabriel Aran­
go P., Bruno Arango, Carmelo Hoyos y Pablo Jaramillo.
1861. Ramón Arango P., Victoriano Arango, José J . Arango, Emig
dio Hoyes, Pablo Jaramillo, Francisco Arango y Federico Villegas.
1862. Antonio Oeballos, Félix M. Botero, Vicente Gil, Hilario Patifio
y Liborio Gutiérrez E.
1863. Simeón Márquez, Felipe Villegas, Hilario Patino, Andrés H ur­
tado, Antonio Caballos, Juan O. Montoya. Bernardo y Pablo Jaramillo.
1864. Liborio Gutiérrez E., Kicardo Arango, Victoriano Arango, P e­
dro Arango, Pablo Jaramillo, Eduardo Espinosa y Alejandro Arango P.
1865. Rafael Jaramillo U. y Máximo Arango.
1866. Máximo Arango, Eduardo A. Hoyos y Pablo Jaramillo.
1867. José María Gutiérrez E. y Cruz M, Callejas.
1868. Alejandro Gutiérrez y Ricardo Arango.
1869. Andrés Escobar e Ignacio Villegas.
1870. Cruz A. Restrepo y Marcelino Palacio.
1871. Gabriel Aiango P. y Rodolfo Vélez.
1872. Rafael Jaramillo U., Pablo Jaramillo e Ismael Villegas.
1873. Rafael Jaramillo U. y Gabriel Arango A.
1874. Rafael Jaramillo U., Liborio Gutiérrez E. y Roque Gómez.
1875. Jesús M. Uribe ÍT., Ignacio Villegas, Alejandro Gutiérrez y
Rafael Jaramillo U.
1876. Rafael Jaramillo U , Brígido Hurtado, José María Mejía, Fede­
rico Arango, Andrés Escobar y Luis M. Mejia.
1877. Andrés Escobar, Aureliano Villegas, Ignacio Villegas, Liborio
Mejía, Ramón Duque, Eugenio Angel y Mario Arana.
1878. Mario Arana, Samuel Jaramillo e Ismael Villegas.
1879. Ismael Villegas, Antonio J. Alvarez y Manuel S. Londoño.
1880. Ismael Villegas, Manuel S. Londoño, Pedro Uribe Ruiz, Cipria­
no Botero, Jesús Montes R., Samuel Jaramillo y Heliodoro Mejía.
1881. Jesús Montes R., Luis M. Palacio y Manuel Baena Zea.
1S82. Manuel Baena Zea, Rafael Londoño P., Juan O. Arango y Ma­
rio Arana.
1883. Antonio J. Alvarez, Belisarío González y Lnis M., Palacio.
1884. Lisandro Castaño y Pedro A. Isaza.
1885. Luis M. Palacio, José A. Echeverri, Juan de Dios Jaramillo
Antonio M. Restrepo Euse, Ignacio Villegas y Juan F., Botero.
1886. Alejandro Gutiérrez, Félix M. Salazar, Wenceslao Uribe y Ra­
món M. Hoyos.
1887. Alejandro Gutiérrez, Teodomiro Irango, Rafael M. Botero y
Rafael Jaramillo U.
1888. Rafael Jaramillo U.
1889. Rafael Jaramillo U.
1890. Rafael Jaramillo U.
1891. Rafael Jaramillo U. y Miguel M. Hoyos.
1892. Julián Gómez E., Alvaro Jaramillo y Teodomiro Arango.
1893. Teodomiro Arango y José J. Villegas A .
1894. José J. Villegas A.
24 Manizales

1895. José J. Villegas A., Ramón A. Gutiérrez y Juan de D. Eche­


verri P.
1896. Juan de D, Echeverri P . y Teodomiro Arango.
1897. Juan de D. Echeverri P., Jean B .. Jaramillo y Teodomiro
Arango.
1898. Teodomiro Arango y Luis F. Jaramillo.
1899. Luis F. Jaramillo.
1900. Lais F. Jaramillo y Raimuudo Jaramillo.
1901. Raimundo Jaramillo L«, Marcos Jaramillo, Daniel Arango A.r
Rafael Ospina G. y Alvaro Jaramillo.
1902. Rafael Ospina G. y Alvaro Jaramillo.
1903. Alvaro Jaramillo, Rafael Ospina G.T Alfonso Arango, Fernan­
do Uribe G. y José María Angel.
1904. Raimundo Jaramillo, Leonidas Villegas, José María Zapata y
Alejandro Gaviria.
1905. Alejandro Gaviria.” José María Zapata y Guillermo Goazá
lez S.
1906. Guillermo González S7y José J. Villegas A.
1907. José J. Villegas A.
1908. José María Zapata, José J. Villegas A. y Guillermo Gonzá­
lez S.
1909. Guillermo Alzate, Juan Jaramillo L, Gonzalo Botero B., Gami-
lo Villegas y Andrés Arango,
1910. Camilo Villegas y Obdulio Robledo.
1911. Obdulio Robiedo.
1912. Juan B. Angel, Obdulio Robledo y Gabriel Villegas.
1913. Gabriel Villegas G., Obdulio Robledo, Emilio Latorre y Rodol­
fo Botero.
1914. Rodolfo Botero y Tu lio Londoño J.
1915. Tulio Londoño J., Antonio Gómez Calderón y Tulio Báyer O.
1916. Tulio Báyer O. y José M. Botero.
1917. José Manuel Botero y Rodolfo Vélez (hijo).
1918. José Manuel Botero y Heliodoro Aristizábal (actuál Alcalde).
Oonsta la población de 112 manzanas bien compactamente edifica­
das, la mayor parte de casas de uno, de .dos y de tres pisos; y muchas de
éstas, a causa del desnivel del terreno, tienen por un lado uno y por
otro dos y aun tres.
Guando se empezó a poblar levantaron casas de tapia pisada, de
adobes y de ladrillos; pero los temblores, que han sido allí frecuentes, las
destruyeron o dañaron gravemente, y hubo que reemplazarlas por otras
debase de ladrillo y cal, poco elevada, y sobre ella tabiques dobles de
madera revestidos de tablas o de guadua. Esa clase de construcción, que
es la de todos los edificios de la ciudad, públicos y privados, de ricos y de
pobres, ha resistido violentos movimientos de tierra. Tánto se han esme­
rado los particulares y las entidades en la mejora y perfeccionamiento de
su sistema de construcción, que las casas principales, con elegantes bal­
cones y ventanas de graciosas balaustradas de hierro, de fabricación ex­
tranjera, y con cielos rasos y paredes cubiertos con planchas de hierro
galvanizado, aparentan estacados de Injo y muros de cemento unos, y
otros de materiales de piedra de primera calidad. Muy bello, aunque bas­
tante monótono por la uniformidad, es el aspecto de esas edificaciones;
pero de relativa corta duración y de mucho gasto para consérvalas como
están. Los techos por lo general son de teja de barro, y no escasean los
metálicos.
/

R u fin o G u tié rr e z 25

Las calles y las carreras son angostas, con estrechos andenes casi
todas, onos de lajas de pizarra, otros de cemento, y los más de ladrillos
de malísima calidad, que se gastan pronto con el tráfico. Lo propio suce­
de con las lajas de pizarra, las cuales se convierten a poco en polvo ne­
gro, qoe vuelve una miseria la ropa. Casi todas las calles están empedra­
das, y machas de ellas sólo a los lados, dejando en el centro una zona de
de tierra bien apisonada. Hay algunas casi llanas, pero las más son bas­
tante pendientes a pesar de los banqueos y rellenos que se hacen cons­
tantemente. Fuera del miedo, muy fundado, a los temblores, hay la cir­
cunstancia de que no en toda el área de población pueden levantarse
edificios pesados, porque la . consistencia del terreno no permite echar
cimientos profundos y de resistencia.
En muchas de las casas que tenían patios más bajos que el nivel de
la calle y pendientes, se han aprovechado esos" abismos para construir so­
bre ellos lujosos salones de recibo o vestíbulos, y en las más centrales,
en la Calle del Comercio, los patios se han convertido en productivos al­
macenes en lo bajo, y lo alto en piezas de habitación cubiertas con tejas
de vidrio y separadas de los almacenes que quedan debajo por un piso de
ladrillos del mismo material, todo ello fabricado en la vidriería de Caldas,
en Anticquia.
Macízales está a 2,140 metros sobre el nivel del mar, según los textos
de Geografía, y a 2,220, según la excelente Geografía Médica del doctor Emi­
lio Eobledo, y tiene 17 grados de temperatura media, y como está en una
cuchilla intermedia de los nevados de la Cordillera Central y los calores
‘•del río Cauca, su ambiente es húmedo, y ocurren frecuentes y muy sensi­
bles cambios de temperatura; por consiguiente no escasean las enferme­
dades de los pulmones. )
Su situación geográfica es 57°,47?10J’; la presión atmosférica, 77,3.
A pesar de eso son raras las casas, aun entre Sos de las gentes más
acomodadas, donde no se usen sólo sillas mecedoras de paja y todo el
mobiliario como de tierra ardiente, y donde, como se acostumbra en cli­
mas muy cálidos, no se tengan constantemente abiertos balcones, puertas
y ventanas. De allí tántos casos de tisis y neumonía.
Los cronistas dicen que el 12 de marzo de 1595 hizo una gran erup­
ción el volcán del Euiz. En sus flancos se encuentran señales de ella y de
otras anteriores, y la configuración del valle del Tolima revela la magni­
tud de esas erupciones y de las dei Huila. La altura del Euiz es de 5,300
metros y de 5,100 la de su vecino el nevado de Santa Isabel.
No tiene el Distrito casa consistorial, y por eso todas sus oficinas es­
tán alojadas en locales arrendados. Muy pocas son las poblaciones de
Antioquia y Caldas donde sucede eso.
Sus propiedades son éstas:
Plaza de mercado, avaluada en ........................ .$ 80,000
Un lote contiguo, en forma de plaza, en 20,000
Asilo de mendigos, en............. 10,000
Matadero de ganado mayor, con agua, incómodo y mal
situado, en.................................................. ’ 2,000
Matadero de ganado m enor................................................. 2,000
Un lote de una fanegada, que llaman Plaza de los Funda­
dores, y otra fanegada adyacente, en la cual piensan formar
un p arq u e......................................................... j....... ............. 8,000
Una casa chica donde se hace el examen módico a las mu­
jeres enfermas.. . . ............................. . • ••• 1,500
.

Un lote donde fue el primitivo cementerio . ^............ 300


26 Afanizales

Un solar comprado para abrir una calle y hacer rellenos,$ 150


Otro solar............ * ......... .............................................. ......... 150
Üorral para ferias de ganado............. ............................... 2,500
Edificio de uno y de dos pisos, con agua, baños y excusa­
dos para colegio oficial de señoritas .......................................... 10,000
Edificio para escuela urbana de varones, de dos y de tres
pisos................................................................. .............................. 16,000
Edificio para escuela de niñas, de dos pisos, con agua y
excusados...........«,...... »•••»•••• * 18,000
(En su parte baja está el salón de sesiones del Concejo,
chico, bien alfombrado y amueblado, y con separación conve­
niente para la concurrencia del público).
Derechos en el edificio que fue antiguo Hospital................ 2,000
Un lote contiguo al nuevo Hospital..................................... 3.000
Otro contiguo al Asilo 1.500
Otro extenso para pastaje de las vacas del Asilo................ 1.500
Otro en el carretero para rectificar el trazado de éste....... 200
Otro para facilitar el paso del acueducto........................... 80
Otro extenso para los semovientes del Municipio.............. 3.000
El acueducto, sus zonas y los terrenos altos...................... 60,000
Un lote contiguo al matadero................................................ 800
Veintitrés locales para escuelas rurales............. ................. 6,470
La planta eléctrica................ ..................- ............................ 100,000
El Departamento tiene en Manizales estas propiedades :
La casa de Gobierno o Palacio departamental, situado en la plaza de
Bolivar, de dos, de tres y de cuatro pisos por la desigualdad del terreno.
Es edificio, que haría honor a cualquier capital de Departamento, muy
ventilado, con excelente luz todas sus dependencias; oficinas suficientes
para todos los ramos de la administración, tal vez demasiado amplia?, que
están muy bien amuebladas, especialmente el espacioso salón de sesiones
de la Asamblea; abundante agua, excusados inodoros y profusión de
alambrado eléctrico. Está formado por tres grandes claustros o secciones,
comunicados entre sí, y cada una de ellas con amplio patio cementado.
La Cárcel del Departamento, construida debido a los esfuerzos del
Gobernador Alejandro Gutiérrez, es un grande y cómodo edificio, en el
cual hay presos de la Nación, del Departamento y del Municipio, enjui­
ciados, arrestados o condenados a menos de un año de prisión, para cuyos
gastos sufragan estas tres entidades, según el personal de empleados,
presos y detenidos. Es de dos pisos, dividido en varios departamentos de­
bidamente separados, con amplios patios cementados, agua abundante,
baños y excusados. Los empleados superiores tienen cómodas oficinas y
dormitorios ; los vigilantes, que son trece Gendarmes nacionales y seis
Policiales del Distrito, dos dormitorios bien paramentados. Los pocos en­
juiciados y sentenciados están en departamentos separados.
El local de corrección de muchachos, entre los cuales la mayor parte
son más bien asilados, es muy cómodo, con baño, excusados inodoros,
buen dormitorio con camitas, talleres, salón para estadios, etc. El depar­
tamento de las mujeres tiene las mismas condiciones del de los hombres.
A los muchachos se les dan los alimentos en una especie de casino
oficial, y a los hombres y a las mujeres, por medio de contratos, pero ellos
tienen facilidades para preparar diferentes objetos de alimentación con
los cuales negocian entre sí. Además se les permite trabajar en varias
obras manuales, y eso se vende por cuenta de ellos, por conducto de orde­
nanzas o sirvientes, sin intervención de los superiores. No hay un solo ta-
Rufino Gutiérrez 27

Her organizado para el trabajo de lps presos. Si las manufacturas que


confeccionan son de cabuya, como costales, alpargatas y mochilas, eso se
vende por cuenta del establecimiento y se da a los presos la mitad de la
utilidad. A algunos se les saca a trabajar en obras públicas o de particu­
lares, custodiados por la Policía.
Hay doce presos por cuenta de la Nación, o sea que dependen de los
Juzgados de Circuito, y de ellos^trea mujeres (las condenadas a más de
seis meses se envían a la reclusión de Medellin); por cuenta del D eparta­
mento, veintisiete, y del Distrito, treinta y uno. Los muchachos penados
son doce y los asilados sesenta. Estos últimos se hallaban en el Corregi­
miento de La Enea por vía de vacaciones, en local que tiene allí el Depar
tamento, con los necesarios vigilantes. El producto de las obras que ha­
cen estos muchachos se destina a sostenerlos y mejorar sus talleres. Gran
parte del mobiliario de la Cárcel es fabricado por ellos. En ella hay abun­
dante alambrado eléctrico.
En 1916 entraron a esta Cárcel cuatrocientos ochenta individuos, de
ellos dos por fraude a la renta de tabaco (ni uuo a la de licores) ; diez y
nueve por fuerza y violencia, sesenta y dos por homicidio, sesenta y seis
por robo y dos por seducción.
También pertenecen al Departamento los locales del Instituto y de
las dos Normales, de los cuales hablo en otro lugar.
La Nación tiene en Manizales estas propiedades :
El Palacio dé Justicia, que fue construido para casa de habitación y
después sirvió para oficinas de un banco regularmente cómodo. El 13 de
octubre de 1891 dio el Gobierno Nacional por esta casa el doble de lo que
entonces valía, o sea $ 28,000 papel moneda, que entonces estaba al 98
por 100 por oro, e hizo el pago en sal de Zipaqnirá, computándola a $ 2-60
de aquella moneda la arroba. Hoy vale en oro más . dé lo que costó en
billetes.
Otro edificio que pertenece a la Nación es el cuartel de la fuerza pú­
blica, levantado al lado del Instituto Universitario, en el carretero, en un
extremo de la población, en lote que compró la Administración Reyes por
el entonces excesivo precio de $ 10,000. Es de un solo claustro, de tres
pisos edificados en sus cuatro costados, con gran patio, dormitorios y pie­
zas para ios oficiales, muy regularmente amueblados; peluquerías para
oficiales y para soldados, con útiles apropiados ; baños, inodoros, botiquín
muy desprovisto; comedor, sala de casino y billar para los oficiales, bien
amueblados. Las cuadras de los soldados no son estrechas, pero sólo en al­
gunas hay unas pobres camas, y en las otras tienen que dormir en el suelo
aquellos infelices; por fortuna no carecen del todo de tendidos. El come­
dor de la tropa es un cobertizo con mesas Jy bancas muy incómodas y or
dinanas. En la enfermería sí hay buenas camitas de hierro. La ropa se
lava por contrato, y allí mismo se preparan los alimentos de los soldados.
El edificio es de madera, como todos los de Manizales.
No hay espacio suficiente para la instrucción de los soldados, quienes
tienen que hae^r los ejercicios en el único lugar que hay en Manizales me­
dianamente apropiado para ello, que es el angosto carretero, lo cu^i es un
inconveniente muy grave para la tropa, y muchísimo más para loé parti­
culares, porque es el camino para muchas fincas y casas de recreo y para
el Tollina y Bogotá. El Institato cedió temporalmente un pequeño espa­
cio en Ja parte de atrás, y allí ha arreglado la fuerza un patio para colocar
aparatos de gimnasia. Hay dos pararrayos.
Hace tfeis meses que no se suministra uniforme de cuartel a la tropa,
y desde 1912 no se le da de parada Los pagos de raciones estaban atra
\

28 Manizales

sados en cinco semanas, y por eso para el rancho había que estar buscan­
do dinero prestado y tomando al fiado víveres de mala calidad y a altos
precios. Se presuponen $ 7 mensuales para comida, lavado y peluquería
de cada individuo de Jaropa.
Lo que llaman Penitenciaría o Presidio es una casa de habitación de
dos pisos, situada en ia plaza de Caldas, por la cual paga arrendamiento
la Nación. Es muy incómoda y estrecha, e insegura, no sólo porque es
construcción de madera, sino porque ni aun tiene cerca el solar que queda
a la calle de atrás. Los excusados y dos baños son detestables; los dormi­
torios de los presidiarios, piezas chicas, como que son de casa de familia, y
allí duermen ellos apiñados en ei suelo. La Reclusión, en casa contigua
de las mismas malísimas condiciones, está comuuicada por dentro con el
Presidio, pero las reclusos tienen eamitas en dos piezas chicas La cua­
dra de los vigilantes no tiene mejores condiciones.
El establecimiento es sostenido por la Nación, quien costea un médi­
co, pero no hay botiquín ni con qué comprar drogas. Como administrado­
ra está encargada la Sociedad de San Vicente de Paúl de preparar los
alimentos de los presos mediante ei pago de un centavo diario por cada
uno de ellos, más el valor de los gastos.
Hay 166 presidiarios y 22 reclusos. Tres años hace que no se les da
un vestido, y sin embargo do se les ve muy mal, porque ellos o sus fami­
lias hacen los gastos. Uasi todos son blancos, barbados, de buena presen­
cia; de manera que si al entrar uno allí oo supiera que está en una socie­
dad de criminales, en un presidio, podría creer que es una reuuión de
gente buena y acomodada.
Trabajan algunos en las piezas de dormitorio o en el patio al aire
libre, en sastrería, zapatería, carpintería, herrería y artefactos de cabuya;
pero carecen casi en absoluto de herramientas y de espacio para estable­
cer un taller. A loa que no son reclusos se les hace salir a trabajar en
obras públicas y de particulares. Estos les pagan a $ 0-20 diarios, y el
Departamento y el Municipio, a l 0-10. El 30 por 100 de esto se reserva
para dárselo al preso cuando sale libre.
Hay un Director que gana %53-86 mensuales; un Secretario, con $ 25
y un Cuerpo de Policía especial de individuos contratados con ese objeto.
Y eso es todo.

Hay en Mauizales los siguientes establecimientos de instrucción pú­


blica:
* E). Instituto Universitario, sostenido por el Departamento, con una
subvención nacional de 8 6.000 anuales. Tiene un Rector, tres Prefectos,
un Inspector de internos, un portero, dos Celadores y veinticuatro Pro­
fesores. Los estudiantes matriculados son 2S0Vde ellos 2o **u la Escuela
de Comercio. Los internos pagan pensión mensual de $ 12 y los semin-
ternos a $ 10. En 1917 se dictaron cuarenta y cuatro clases, de ellas ca­
torce por los superiores del establecimiento y las otras por los veinticua­
tro Profesores ;
Escuela Normal de varones, costeada por la Nación, con un Director,
que ganaS 100, y un Subdirector» cou $ 80. Hay 37 alumnos internos, de
ellos 33 becados por la Nación y 4 que pagan pensión de $ 12;
Escuela Normal de mujeres, también costeada por la Nación, con su­
periores y dotaciones comb la de varones. Las alumnas son 49, de ellas 33
becadas y las otras pagan %12 de pensión ;
Escuela Anexa a la Normal de varones, con un Director, que paga la

i
R u fin o G u tié rre z 29

Nación, con $ 70, y un Subdirector, a quien paga el Departamento $ 50,


y Los matriculados son 247, sin internado;
Escuela Anexa a la Normal de mujeres. Las matrículas son 156, y
las demás circunstancias como la otra Anexa;
Escuela Superior de varones, costeada por él Departamento, en local
arrendado, con Director,^qne gana $ 60, y Subdirector, con $40. Matrícu­
las, 148;
Éscuela Superior de mujeres, con el personal directivo y los sueldos
de ía anterior, y además una Profesora de Corte, con $ 10 de sueldo. Ma­
trículas, 87;
Escuela Urbana de varones, con un Director, que gana $ 70, y once
Maestros, a $ 45. Matrículas, 717;
Escuela Urbana de mujeres, con una Directora, que gana I 60, y ocho
maestras, a $ 40. Matrículas,.423;
^Escuela Dominical, a cargo de los Maestros de la Urbana, con sobre­
sueldo de $ 5. Los asistentes son 36;
Escuela Nocturna, a cargo de cuatro Maestros de la Urbana, con so­
bresueldo de $ 10 cada uno. Asistentes, 182.
Escuela de Corrección, Anexa a la Cárcel, donde sed a enseñanza
también de zapatería,-carpintería, talabartería, encuadernación y corde­
lería. Hay un Director con $ 50, un Superintendente con $ 30 y Maestros
de los diferentes oficios, que ganan unos a $ 12, otros a $ 25 y otros a
$ 30. Muchachos becados o recogidos, 70;
Escuela de la Cárcel para los presos del Departamento. Se da ense­
ñanza especial de moral y religión. La Nación paga $ 20 a uu Profesor.
El númerode asistentes varía. Et día que^ visitó la Cárcel había veinti
siete presos por cuenta del Departamento; y
Las Escuelas rurales son una de varones y una de niñas en cada uno
délos caseríos de La Enea y La Linda, con Directores y Subdirectores
que ganan a $ 20 y $ 18, respectivamente, y 143 niños y 144 niñas matri­
culados; cinco de varones y otras cinco de niñas en otros Corregimien­
tos, con Maestros que ganan todos a $ 18, y las matrículas son 297 de
los primeros y 274 de las segundas; y diez y seis alternadas, con Maes­
tros pagados a $ 17; varones matriculados en éstas, 520; niñas, 579.
Los alumnos de los establecimientos costeados por entidades oficia­
les son 4,405*.
Establecimientos no oficiales de educación hay éstos:
El Seminario Conciliar, con 70 alumnos, tqdos internos.
El Internado Campestre, establecido en una casa de campo distante
de la población, por don Jesús María Guingue Carbalho, con 22 alumnos,
todos internos, que pagan pensión mensual de $ 20.
Escueta mixta de San Luis Gonzaga, con 53 niños y 55 niñas,
Escuela de Jesús, mixta, con 17 niños y 24 niñas.
Escuela mixta de San Luis, con 24 niños y 20 niñas.
Colegio mixto de Nuestra Señora de los Dolores, con 20 niños y 40
niñas. <
Colegio de María, de señoritas, con 54 alumnas.
Colegio de La Presentación, de Hermanas de la Caridad, con 200,
alumnas.
Escuela gratuita, de niñas, con 60.
Escuela infantil, de niño3 , con 30.
Instituto Antioquia, de varones, con 26.
Colegio de Cristo, de varones, con 147.
30 M a n iz a le s

Escuela Industrial, de mujeres, con 60.


Colegio de la Inmaculada, de señoritas, con 43.
Los alumnos de los establecimientos privados son 821- de manera
que en el Distrito de Manizales hay por junto 5,226 educandos. Proporcio­
nalmente a la población no hay tántos estudiantes en ningún otro lugar
del país.
El Instituto Campestre, muy justamente recomendado, se abrió en la
ciudad en 1889 por el señor G-uingue, con el nombre del Colegio de Santo
Tomás de Aquino, lo regentó por muchos años y se clausuró por corto
tiempo para abrirse de nuevo en casa de campo con el nombre que hoy
tiene.
Al abrirse las tareas de las Escuelas Normales después de las vaca­
ciones de fin y principio de año, tal vez sufrirán algún trastorno esos esta­
blecimientos, porque a causa de la mala situación fiscal el Ministerio de
Instrucción Pública ordenó, por telegrama de 19 de este mes, que se sus­
pendiera la adjudicación de becas hasta nueva orden.
Para los establecimientos públicos, elementales y de segunda ense­
ñanza costea el Departamento los sueldos, el Municipio los locales y el
mobiliario, y la Nación los textos de enseñanza. La manera como estas en­
tidades cumplen con el deber que tienen al respecto -puede clasificarse en
el orden en que quedan enumerados. Para atender a los gastos que le co­
rresponden apropió el Distrito en el presupuesto para 1918 $ 4,810.
Doy a continuación algunas noticias sobre locales, etc. de algunos
de los establecimientos de enseñanza. De otros no podré dar ni el de la
pensión que cobran, porque no tuve ocasión de visitarlos ni de hablar con
los Directores, a causa de las vacaciones. En el Seminario éstas son, como
en el antiguo Cauca, a mediados del año.
El Seminario está alojado en lo que fue casa de familia, comprada
para aquello, y después se le agregaron otros edificios y lotes adquiridos
a altos precios; se le han hecho algunas reformas para adaptarlo al objeto,
pero no han podido darle condiciones convenientes. El mobiliario es esca­
so y malo. Tiene un buen gabinete de física. Como al actual Obispo le ha
tocado crearlo todo en Diócesis que él mismo inauguró en población de re-
cientísima fundación, antes ha logrado hacer mucho, y más si se compara
con otras Diócesis nuevas.
La Escuela Industrial de mujeres, donde se da enseñanza de tejidos,
zapatería y panadería, fue fundada y es sostenida por la Sociedad de San
Vicente de Paúl, y la subvencionan el Departamento y el Distrito con
$ 20 cada uno.
El local de la Escuela Normal de varones, que ya casi acaba de cons­
truir a su costa el Departamento, en el cual funcionan ese estableci­
miento y la Escuela Anexa, tiene base de ladrillo, y como todos los edi­
ficios de Manizales, el resto del cuerpo es de madera y guadua. Por el
lado que mira al Norte es de un piso, y de cuatro por el Sur, y esto por la
desigualdad del terreno. Es muy grande, dividido en dos amplios depar­
tamentos claustrados, con espacioso salón para dormitorio, extenso solar
y desahogados patios. Quizá no hay en el país un local tan cómodo para
Escuela Normal; pero aunque tiene algunos pupitres extranjeros, puede
considerarse que el mobiliario es malo y escaso. Esta Escuela se estable­
ció en 1909.
El local de la Normal de mujeres y de la Anexa está en barrio excén­
trico. Es de dos pisos y con departamentos claustrados, de los cuales uno
está aún inconcluso; bien cómodos ambos. Tiene dos grandes salones y
baño. En materia de mobiliario, como el anterior. Se abrió la Escuela en
R u fin o G u tié rre z 31

1910. Se debe a la progresista iniciativa del Gobernador doctor Emilio-


Robledo, la construcción de los locales para Escuelas Normales.
El edificio del Instituto Universitario es de tres pisos, con muy ele­
gante fachada; tiene al frente un grande espacio que lo separa del came­
llón o carretero, con verja de hierro. Consta de tres amplios departamen­
tos claustrados, con espaciosos y bien aireados dormitorios, comedor y sa­
lones para aulas; cuatro excusados inodoros, urinarios, cuatro baños y
cuatro pararrayos. Hay gabinete de física, instrumentos modernos de as­
tronomía y agricultura, reloj público en la fachada. Carece casi por com­
pleto de aparatos para ejercicios gimnásticos, o a lo menos no los vi. En
materia de mobiliario está bastante bien, pues de sólo catres y pupitres
extranjeros hay 84 de los primeros y 332 de los segundos. En la parte de
atrás tiene un gran lote sumamente pendiente, del cual ha cedido tem­
poralmente una parte al vecino cuartel. Allí mismo están rellenando y
arreglando un patio para juego de foot-ball y tennis. A esfuerzos del ante*
/ior Gobernador, doctor Emilio Robledo, se debe principalmente la cons­
trucción y paramentación de este edificio, que si fuera de ladrillo o piedra
podría considerarse uno de ios mejores de Colombia; pero está excéntri­
co, de manera que en mal tiempo no podrán concurrir puntualmente pro­
fesores y alumnos.
El actual Gobernador está haciendo construir buen local para esta
blecer en él una Escuela de Artes y Oficios.
El de la Escuela Urbana de varones es muy grande, no bien conser­
vado; tiene baño y excusados, y son amplios los salones para aulas; pero
el mobiliario es incompleto y de lo peor que he visto en escuelas públicas,
aun en poblaciones de cuarto orden. No se comprende por qué Distrito tan
rico, de un presupuesto de rentas que envidiarían muchas de las capita­
les de Departamento, y donde se ha revelado espíritu público digno del
mayor encomio en toda clase de mejoras públicas, como construcción de
la plaza de mercado, acueducto, montaje de una famosa planta eléctrica
cuando ya funcionaban dos, banqueo de gruesos y elevados cerros para
rellenar profundidades; no se comprende, repito, por qué tiene sólo dos
escuelas urbanas para más de 1,100 alumnos que concurren a ellas, cuan­
do cualquiera otra población tendría y tiene en iguales circunstancias
seis u ocho bien distribuidas y paramentadas en los diferentes barrios. Á
esas malas condiciones de los locales y mobiliario atribuyo el que en Ma-
nizales haya tántas escuelas privadas, en que los vecinos se ven abiiga-
dos a hacer sacrificios pecuniarios para evitarse otros mayores en los lar­
gos viajes de sus hijos atravesando calles muy concurridas de la ciudad
en todo tiempo.

En 1851 tenía Manizales 2,789 habitantes y 480 casas ; en 1870 la po­


blación ascendió a 10,362; a 14,603 en 1884; a 24,656 en 1905; el censo
de 1912 leda 34,720 (1).
El censo agrícola de este año da al Distrito 172 cabezas de ganado
asnal, 260 del laDar, 2,300 del caballar, 5,000 del de^erda, 1,600 del mu­
lar y 18,000 del vacuno. *
En los primeros diez meses de 1917 se introdujeron 1.753,125 kilogra­
mos de mercancías extranjeras. \
Hay setenta y ocho casas introductoras y treinta y ocho exportado­
ras de oro, plata, cafó, cacao y pieles.
(1) E l censo de 1918 le da 42,594 habitantes.
32 Manizaies

£1 último catastro ie da a la propiedad raíz del Municipio el valor de


$ 7.711,750; el de 1917 le daba $ 7.2L7,370. •
En los once primeros meses de este ano se registraron 1,776 escrita,
ras por valor de I 833,315-92, lo que da un promedio mensual , de 161 es­
crituras y $ 83,286-99.
El consumo de ganado en noviembre fue de 532 machos y 223 hemT
bras de! mayor, que pagan impuesto de$ 2 los primeros y $ 2-50 el se­
gundo; el impuesto sobre el ganado menor, o sea cerdos, a $ 1 por ca­
beza, con derecho al uso del matadero, por el cual se cobra a $ 0-15; está
rematado en $ 910 mensuales. El último mes que se administró esta ren­
ta se beneficiaron 805 cerdos; otra clase de ganado menor no sé consume
en estas tierras ni paga impuestos.
La Oficina de Estadística Nacional no se estableció hasta agosto último.
De ese mes a noviembre hubo 129 matrimonios. Los nacimientos eny
los cuatro meses fueron 575, de ellos sólo 84 de hijos ilegítimos. Las
funciones fueron 239. En 1910 hubo 1,380 nacimientos*y 1,548 en 1915. En
1874 los nacimientos fueron 600, de ellos 59 de hijos ilegítimos, 239 defun
ciones y 83 matrimonios.
En 1916 se cosecharon 500,000 kilogramos de arracachas, 5,200 de
arroz, 8,250 de cacao, 1.133,600 de cafó, 3.400,000 'de panela, 15,968 de fri
soles, 611,475 de maíz, 82,500 de papas, 1.036,800 de plátanos, 285,375 de
tabaco y 1.800,000 de yucas.
Actualmente se produces 180 kilogramos de queso por día y 8,600
piezas diarias en los galpones.
La renta de tabaco se maneja por„administració«. Por la producción
o introducción de otro Departamento se pagan $ 0-62^ por kilogramo; si
es elaborado en cigarrillos, $ 0-90, y en cigarros, $ I-2U. Hay en elvDistri­
to 223 plantaciones con 400,000 matas. El producto líquido de la renta en
los primeros once meses de 1917 ascendió a $ 30,496-65. El tabaco que se
produce es de mala calidad. En tiempo del Virrey Messía de la Cerda se
estableció el monopolio del tabaco.
La renta de timbre nacional produjo en noviembre de 1912 §608-40,
y lo siguiente en los mismos meses en los anos que se expresan: en 1914,
1520-09; en 1915, $ 1,505-70; en 1916, $ 1,063-66, y en 1917, $ 1,038-05.
En 1915, por Decreto 894/de mayo, se duplicó el impuesto de timbre, y
empezó a producir mucho la renta. La Ley .115 de 1916, que permitió re-
validar los documentos y alteró las anteriores disposiciones, hizo parali­
zar el producto. En esto han influido también la guerra europea y la fal­
ta absoluta de fiscalización. Hoy no se registra ni la décima parte de lo
que se registraba antes de expedirse aquella ley.
La renta de consumo, que consiste en el estampillado de ciertos ar­
tículos introducidos dél extranjero, se estableció en mayo de 1915. En
noviembre de ese año produjo $ 1,140-42; en el mismo mes de 1916,
$ 1,339-45, y en el de 1917, $ 1,044-40.
El presupuesto de rentas del Municipio para 1918 monta a $ 117,553.
De él $ 7,725 por impuesto de aguas, $ 3,700 por matadero público,
8 8,400 por plaza de mercado, $ 16,845 por fábricas y dettíás estableci­
mientos industriales, { 7,500 por derechos de registro, $ 11,100 por el 10
por 100 de la renta de licores, $9,000 por el 50 por 100 de la .renta de
degüello de ganado mayor, $ 1,500 por el 7 por 100 de la renta de taba­
co, $ 3,200 por impuesto de aseo, $ 9,600 por introducción de mercancías,
$ 8,500 por degüello de ganado menor, $ 1,500 por venta de ganados en
las ferias, $ 200 por fijación de avisos y carteles en lugares públicos y
§ 2,000 por venta de pesas y medidas, para tratar de uniformarlas, pues
en esto hay mucha anarquía en la plaza de mercado.
R u fin o G u tié r r e z 33
V

El impuesto de aseo se cobra sólo en las calles en que se presta el


servicio, según la extensión del frente del edificio gravado. Se hace el
aseo con cinco carros y diez bestias, y cuesta unos $ 70 semanales. El ba­
rrido de las calles y plazas se hace por la noche, cuando termina el movi­
miento de ellas.
El presupuesto de gastos es de $ 117',778 para obras públicas; $9,820
para beneficencia, y $ 4,810 para instrucción pública.
En octubre la deuda del Municipio por empréstitos contraídos para
obras públicas ascendía a $ 131,775.
Lá renta de licores destilados está rematada en $ 9,254-60 mensuales.
El monopolio de aguardiente se estableció en tiempo del Yirrey Alfonso
Pizarro. También están rematadas la de degüello de ganado menor, la de
puestos en la plaza de mercado, la de ferias de ganados y la de introduc­
ción y consumo de mercancías. En esto último el gravamen es de $ 0-03 a
$ 0-10 por cada 10 kilogramos, según la ciase de artículos que entran a la
población, inclusive encomiendas postales.
El curato de Manizales empezó a funcionar en 1851, el 15 de febrero,
y la primera partida de bautizo fue la de Luis Carlos Hoyos, y el primer
Cura el presbítero Bernardo José Ocampo, quien figuró hasta 1800. Lo
sucedieron, por su orden, estos presbíteros: fray Elias de Jesús Alvarez,
hasta marzo de 1862; Pedro A. Bojas, hasta noviembre del mismo año;
Manuel de los A. Betancourt, hasta enero de 1864; José Joaquín Baena,
hasta diciembre de 1880, a quien sirvieron de Excusadores, de junio de
1865 a julio de 1866, José Agustín Aranda y Emigdio Marín; Gregorio
Nacianceno Hoyos, hasta marzo de 1901; José Joaquín Barco, hasta fe­
brero de 1902; Nazario Be^trepo B., hasta marzo de 1904; Benjamín Muñoz,
hasta noviembre del mismo año, y Luis Carlos Muñoz, que es el actual
Cura de la parroquia de la Catedral, desde esta última fecha.
El 8 de diciembre de 1909 se dividió la parroquia en dos, y entró a
servir como Cura d'e la Inmaculada Concepción el presbítero Bafael A.
Bamírez, a quien sucedió el actual presbítero Jesús A. Molina.
Loa únicos Obispos que visitaron la parroquia fueron los Ilustrísi-
mos señores José Joaquín Isaza, Bernardo Herrera y Joaquín Pardo Yer-
gara. *
Con parte de las Diócesis de Antioquia y del Cauca se erigió la de
Manizales el 11 de abril de 1900, y fue nombrado Obispo el que entonces
era Cura de la parroquia y gobierna todavía la Diócesis, el Ilustrísimo
señor don Gregorio Nacianceno Hoyos, quien se consagró el 29 de junio
de 1902. No hay Capítulo Catedral.
La primera iglesia que se construyó, en el mismo lugar en que está
hoy la Catedral, fae pajiza. Allí mismo se levantó de 1850 en adelante,
por dos veces, una de tapias y teja de barro, con frontis de cal y canto,
pero fueron destruidas por los temblores de 18 de mayo de 1875, 9 de fe­
brero de 1878 y 9 de septiembre de este mismo año. En seguida se em­
prendió de nuevo la obra,, y el temblor del 5 de noviembre de 1888 destru­
yó lo que se llevaba construido. Inmediatamente después se empezó la
construcción del actual templo, que sirve de Catedral y parroquial. Es,
todo de madera, menos los cimientos, que son de manipostería, inclusive
sus dos altas, agudas y elegantes torres, en una de las cuales está colo­
cado el reloj púolico, y revestidas de manera que imitan las construccio­
nes de cementó. Es de tres naves, bastante amplia, bien ornamentada;
con pocas estatuas, todas ellas de mérito, lo mismo que los cuadros del
viacruci8, qué son realzados y de metal fundido. El pavimento es de la-
' Monografías—Tomo 2?—3
34 Manizales

drillo muy ordinario. Hay muchos reclinatorios y ni un solo escaño o


banca, por lo cual, probablemente, asisten allí pocos hombres a los oficios
divinos y a las funciones solemnes de la Catedral. Hacen papel poco airoso
cuatro cuadros que representan alegóricamente a los evangelistas, con
los cuales el día menos pensado se seguirá el aplaudido ejemplo que dio
el Ilu8trísimo señor Velasco y que más tarde sirvió a los Padres domi­
nicanos de Ohiquinquirá para limpiar su templo de lienzos y cartones con
que, por centenares, trataban los sencillos fieles de representar milagros.
El atrio, alto, estrecho, es muy desairado, y tan incómodo que es raro
que por las puertas que dan a él entren o salgan los concurrentes. Da
frente al Parque de Bolívar uno de los costados, y la parte posterior a
calles, y el otro a un espacio libre que ocupaba^parte de una casa, y aún
no se ha arreglado convenientemente, pero que formará otra calle. Tiene
la Catedral diez y siete grandes puertas, tres en el frontis y siete en cada
uno de los costados, todas de artística fabricación. Es templo elegante y
de buena apariencia, que hace honor a Manizales. Lástima quesea cons*
trucción de madera. Para levantar el templo que reemplazó la primera
capilla pajiza cedió gratuitamente don ISTepomuceno Jaramillo su casa
de habitación, que ocupaba la esquina en que está la Catedral. Cotf moti­
vo de los daños que causó el movimiento terráqueo del 9 de febrero de
1878 en la torre de la iglesia que es hóy Catedral, el Jefe Municipal del
Distrito dictó un decreto por el cual repartió una contribución volunta­
ria de cuatro mil jornales para demolerla, otro en que mandó pasar la
feria pública que se celebraba en la Plaza de Bolívar a la Plazuela de
Sucre, y el 8 de marzo dispuso que la feria volviera a su anterior lugar.
La iglesia de la Inmaculada Concepción* también toda de madera,
es amplia, con pavimento de ladrillo ordinario ya bastante desgastado,
atrio chico y muy desairado, frontis con torre de no escasa elegancia, y
de tres naves. Hay algunos reclinatorios y escaños; las estatuas son ma­
las, y los cuadros detestables casi todos, Da frente al Parque de Caldas.
Se empezó hace unos ocho años, y ya está casi concluida. Es la parroquial
del curato de su nombre.
Dando frente al Parque de Colón se empezó hace poco más de diez
años, y ya se concluyó, la construcción de la iglesia de San José*, regular­
mente amplia, con buena torre, atrio estrecho y bajo, de cemento, con
incrustaciones de mármol que le dan bonito aspecto. Hay pocos reclina­
torios y ni un solo escaño. Carece completamente de cuadros, y las esta­
tuas son muy pocas. El pavimento es de mal ladrillo, y todo el edificio de
madera.
Los agustinos ocupan una manzana que da frente a la plaza de mer­
cado. En ella tienen una capilla dedicada al Sagrado Corazóp de Jesús,
de alguna amplitud, pero muy desmantelada y fea. Allí sí hay escaños.
A un lado han empezado a construir, y ya está en esqueleto de madera,
que revestirán de tablas y tai vez de planchas de hierro galvanizado, un
templo muy grande y alto. Contiguo está el convento de la Orden, el cual
no pude visitar.
Además hay capillas destinadas al servicio público en el Hospital y
en el Asilo y en los Corregimientos de La Enea y La Linda.
La Catedral, el Palacio episcopal y el de la Gobernación son los me­
jores edificios de Manizales. El episcopal, que se acaba de construir, es
muy cómodo,y muy elegante. Su ornamentación y disposición son del
mejor gusto y hacen honor a los obreros de la ciudad y á quien lo dirigió.
Tiene capilla muy bonita y regularmente amplia, con entrada especial
para el público. Aún no se ha estrenado, porque falta mobiliario para tan
notable obra.
R u fin o G u tié rr e z 35

Anteriormente se celebraba la feria o mercado público en la plaza


principal, hoy Parque de Bolívar. En lo que fae cañada profundísima,
por donde no podían transitar ni los muchachos ni las cabras, y se había
formado una laguna, se ha construido la actual plaza de mercado, que
ocopa dos fanegadas. La manzana siguiente, en la parle superior, que
estaba casi en las mismas condiciones, fue rellenada por los Padres agus­
tinos, para edificar su capilla y convento, y para ello banquearon altos
cerros y cuchillas, y por medio de corrientes de agua arrastraron la tierra
a la parte profunda de las cabeceras de la cañada, donde se iban hacien­
do tambres a medida que el nivel subía, y así vino a formarse una expla­
nada de una fanegada y poco pendiente. Allí quedó el piso de mayor so­
lidez que el de los terrenos vecinos. El éxito obtenido en esto animó ai
Ooncejo a comprar por $ 150 papel moneda la profundidad donde se
había formado la laguna, y por el mismo sistema hizo un extenso relleno^
de muchos millares de metros cúbicos, de poco desnivel, donde se ha
construido la plaza de mercado, se han abierto calles y se han levantado
' muchas buenas casas; de manera que eso está hoy en lugar muy central.
No se ha detenido allí el Concejo, pues empleando el mismo sencillo y
económico procedimiento ha estado allanando otras varias calles de la
población, en términos que quien conoció a Manizaies hace quince años se
admira de lo que se ha hecho en el arreglo de las calles, parques y plazas.
Antes era difícil y peligroso transitar por ellas de noche, y casi hasta de
día, y hoy las encuentra uno con pendientes relativamente moderadas y
llenas de muy buenas construcciones. Ya desaparecieron aquellas casuchas
encarautadas en altísimas barrancas, desde donde se dominaban otras
asentadas al pie en vertiginosas hondonadas. En la parte baja de la mis­
ma cañada, donde se construyó la plaza, de mercado ha seguido la obra de
rellenamiento. Eso se hace por el Concejo sin exigir nada a los dueños de
los abismos, completamente instiles hoy, cuando tal vez lo más acertada
sería comprar loque va a hacerse utilizabíe para edificaciones, o exigir
en favor del común a los que van a ser favorecidos una parte de lo que
tienen en abandono.
Terminada la plaza, será la más grande, más cómoda y mejor dis­
puesta del país. Sobre muros bajos de ladrillo y cemento se han levan­
tado ocho galerías, muy amplias y aireadas, cubiertas con teja metálica,
comunicadas todas entre sí y con grandes y elegantes portadas hacia las
calles. Esas obras de madera se están revistiendo en forma que quedarán
con la apariencia de columnas de cemento, separadas unas de otras con
verjas de hierro que rodearán el mercado, y se tiene noticia de que ya
vienen subiendo el río Magdalena. La plaza tiene luz eléctrica, agua y
urinarios, pero aún está sin pavimentar, y ya se van tomando medidas
para arreglar esto prontamente con cemento, hacer excusados inodoros,
y se la dotará de mesas de mármol para el expendu de carne, con una
llave de agua cada una. Para la construcción de lá plaza tomó el Muni­
cipio un empréstito de $ 10,000 al 15 por 100 anual al Banco del Buiz, y
otro de $ 20,025 al 10 por 100 a vecinos de la ciudad. La renta que pro»
doce la plaza hoy está rematada en $ 967 mensuales.
Ei mercado se celebra los sábados y los miércoles, con grande abas­
tecimiento y concurrencia, eu orden admirable. Hasta 1870 era sólo los
domingos, y en aquel año se transfirió a los sábados por acuerdo municipal.
Los artículos alimenticios que se ponen a la venta no son muy variados,
pero sí de buena calidad, y los precios poco más o menos los mismos de
Bogotá.
Eu 1880 se estableció la feria del miércoles, y para fomentarla el
Concejo suprimió el impuesto ese día sobre la venta de víveres.
36 Manizales

En épocas de lluvias los víveres escasean y se encarecen porque los


caminos se vuelven intransitables en todas direcciones, en términos que
en un largo invierno la plaza queda poco menos que aislada y se encare­
cen los más indispensables artículos alimenticios.
Los caminos que parten de la cabecera son dos para el Tolima, uno
para el norte del Departamento y Antioquia, otro para el Sur y el Oauca,
otro para el Distrito de María y otro para Anserma, Ríosucio y Antioquia.

Hay tres plantas que suministran luz y energía eléctrica a la ciudad:


Empresa Eléctrica de Manizales.—En 1808 celebró un contrato el Oon­
cejo con el Banco llamado Orédito Antioqueño, del cual era el accionista
más fuerte el señor Roberto Tobón. Las principales condiciones fueron
éstas: privilegio exclusivo por ochenta años; cesión al concesionario del
uso de las aguas públicas del Distrito; permiso para colocar postes en las
calles y plazas para tender los cables y para usar con el mismo objeto las
paredes y tejados de las casas, exención de todo gravamen municipal;
compromiso de tomar doscientas lámparas de a 16 bujías para alumbrado
público, las cuales debían pagarse a $ 12 por instalación y a $ 0-50
mensuales por servicio de cada una. Los concesionarios se comprometie­
ron a no cobrar a los particulares más de $ 15 por instalación de cada
foco y de $ 0-20, $ 0-40, $ 0-50 y $0-60 mensuales por focos de 4, 8, 10
y 16 bujías, respectivamente. Transcurridos treinta años terminaban las
obligaciones del Municipio, pero no las del concesionario.
A mediados del año de 1914 el público boicoteó por algunos meses la
Empresa, alegando mal servicio y que no se cumplían las condiciones del
contrato, y también porque no simpatizaba con los contratistas. Por su
parte el Municipio entabló pleito contra éstos, y el Tribunal del Depar-
tamento declaró por sentencia resuelto el contrato por falta del cumpli­
miento. Esto ocasionó uno reformatorio, de noviembre de 1916, por el
cual se renunció al privilegio, y el Distrito dio licencia para que siguiera
funcionando la planta por veinte años más, mediante el pago de $ 5 men­
suales como impuesto, y se comprometió a continuar pagando $ 75 men­
suales por el servicio de luz en calles, plazas y oficinas. (El Departamen­
to contribuye con $ 50 mensuales para este pago).
Los empresarios quedaron con derecho a cobrar a los particulares
por instalaciones y por servicio lo que les conviniera. Antes cobraban a
$ 0-45 por foco de 16 bujías*' y después de la reforma del contrato a $ 0-20
y $ 3 por instalación de cada lámpara. Por la energía que suministran a
once fábricas y empresas particulares, a $ 2-50 mensuales por caballo de
fuerza. Los particulares tienen tomados muy poco más de 4,000^ focos,
según me informó el Administrador.'En plazas, calles y edificios públi­
cos hay 340 de a 32 bujías, de los cuales suministra la Empresa gratuita­
mente 80, entre ellos 70 colocados en el Parque de Bolívar, y en la misma
forma otros 80 de 16 bujías a la Catedral. A las otras iglesias se cobra
la mitad de lo que paga el público consumidor.
La planta está instalada a 3 kilómetros de la población, cercá de la
quebrada de Olivares. Su potencia es de 160 caballos, y la caída dei
agua puede desarrollar 500. Hoy pertenece la empresa a los señores Fran­
cisco A. Mejía y Oarlos E. Pinzón.
Planta de Oampoalegre— Apenas se reformó el contrato Tobón, los
empresarios de la planta de Oampoalegré, montada en el Municipio de
• Santa Rosa de Cabal para suministrar luz a aquella población, á las d^e
San Francisco y Palestina y a una empresa particular, a 22 kilómetros
R u fin o G u tié rr e z 37

de Manizales, obtuvieron permiso para llevar luz y fuerza a la capital del


Departamento, mediante el pago de un impuesto de $ 15 mensuales. Esa
planta desarrolla 200 caballos de fuerza. Hace año y medio lleva su ser­
vicio a Manizales, donde tiene colocadas unas doscientas lámparas al mis­
mo precio de la otra empresa, y cobra $ 3 por la instalación de cada foco.
También suministra energía a la imprenta del Departamento y a tres
empresas particulares, a $ 3 el caballo de fuerza; los cables que van de
Campoalegre al poblado están sobre postes de guadua, como si se tratara
desuna línea telegráfica nacional.
Planta del Municipio—Desde que en 1914 se hizo el boicoteo a la pri­
mera empresa de alumbrado, el Concejo resolvió establecer una planta
por su cuenta, y para ello consiguió un empréstito de $ 50,000 con el Ban­
co Alemán Antioqueño de Medellin, con cinco años de plazo, al 13J por
100 anual, amortizable por anualidades, y contrató la planta y su montaje
con Wesselhoeft & Wisner. Ya está montada a orillas del río Ohinchiná,
a unos 4 kilómetros de distancia de la población; es moderna y de una
sencillez admirable. Los cables y las instalaciones en el poblado, sin em­
plear postes en las calles de éste, están ya colocados y todo a punto de
empezar el servicio en estos ocho días; pero por causa de la guerra euro­
pea los cables van de la planta a la ciudad en postes de madera. Se
abrió, casitoda en la roca, una acequia de2¿ kilómetros de extensión, con
dos puentes de cemento, y un artístico túnel labrado en la roca viva, para
alimentar un gran estanque de mampostería, todo lo cual ha costado unos
$ 30,000.
Del estanque se desprende una tubería de 44 pulgadas de diámetro,
que tiene una caída de 82 metros. El costo de toda la obra para estable­
cer el alumbrado se calcula en $ 80,000, en lo cual se han invertido el
empréstito y los recursos del Municipio. La obra empezó en abril de 1916.
El acueducto está hecho para que pueda producir 1,600 caballos de fuerza,
pero en la planta sólo se ha colocado por ahora una unidad que producirá
400. El alumbrado de plazas, calles, edificios y establecimientos públicos
quedará a cargo de esta planta. Ya está acordada la tarifa, que será así:
por foco de 4 a 16 bujías, $ 0-20 mensuales; de 20 bujías, a $ 0-25; de 30
bujías, a $ 0-45; de 50, a $ 0-50; de 100, a $ 0-80, y a precio convencional de »
mayor fuerza. La instalación de cada lámpara costará $ 3 y otros $ 3 men­
suales la energía de un caballo. Al vecino que ponga un foco de 15 bujías
,en la puerta de su casa para alumbrar la calle, sólo se le cobrarán diez
centavos por él, y así Manizales quedará regiamente alumbrado.

Hace unos cuarenta años se construyó el primer acueducto, de tejas


sencillas, para proveer de agua potable al poblado; se le mejoró unos diez
años más tarde haciéndole parte de la cañería de piedra; desde 1884 se
había empezado a construir un acueducto de buenas condiciones, pero se
suspendió la obra por largo tiempo, y más tarde se reanudaron los traba­
jos, aprovechando otro lugar de la fuente madre, por iniciativa y por efi­
cacísima colaboración de don Alejandro Gutiérrez. Para ello se levantó
úna suscripción entre los vecinos interesados, y se obtuvo de la dación un
auxilio de $ 15,000 en la Administración Oaro. A cada vecino suscriptor
se le reconoció derecho a perpetuidad a disfrutar de Una paja de agua
mediante el pago de $ 0-20 mensuales. En 1887 se estableció una pila, y
ese acontecimiento que muchos consideraban irrealizable, fue grande­
mente festejado por el vecindario.
38 M a n iza le s

Lo primero que se hizo fue comprar una extensión muy grande de


tierras en las cabeceras de la corriente que alimenta el acueducto, para
evitar los desmontes. El agua se conduce por tubería de 12 pulgadas de
diámetro desde 3 kilómetros de distancia, y en la vía ha habido que cons­
truir un puente de manipostería y otro colgante de 111 metros de luz y 59
de altura sobre la parte más profunda, para pasar la tubería sobre caña­
das. La obra ha costado unos $ 22,000. Fuera de la suscripción abierta
para levantar fondos, se remataron algunas pajas en subasta. Hay colo­
cadas 102 de propiedad de suscriptores y rematadores que pagan a
$ 0-20 mensuales; 636 arrendadas a $ 1, y 86 faentes públicas en dife­
rentes lugares de la ciudad. Tanto esas fuentes como las colocadas en
edificios públicos y privados están dotadas de llaves de presión para evi­
tar el desperdicio del agua, y quien las deja abiertas es castigado con una
multa.
Hay alcantarillas en algunas calles, y lo más extraño es que pertene­
cen a particulares, a quienes tienen que pagar los vecinos para que reci­
ban los desagües de sus casas; y no se ha establecido impuesto alguno
por la constante remoción de las calles para hacer o reparar estas obras,
cuando en la mayor parte de los poblados de Antioquia eso está bien
reglamentado.

Una sociedad de caridad había fundado un hospital en edificio le


vantado a esfaerzos del doctor Dionisio Uribe y de don Brígido Hurtado.
Pasó en 1876 a ser manejado por la que se llamó Sociedad Católica. Des­
pués de la revolución de aquel año siguió funcionando. El antiguo edificio
del establecimiento está situado cerca de la plaza de mercado, y en ól tie­
nen su Colegio y la Escuela de huérfanas las Hermanas de la Caridad, y
figura como de propiedad de la Diócesis. De este edificio pasó el Hospital
a otro situado al extremo norte de la población, levantado con mandas
y limosnas de ios vecinos, a esfuerzos especialmente de don Alfonso Ro­
bledo J. y de don José María Zapata. Ésr local bueno y cómodo, dividido
en cinco departamentos bien separados: uno para habitación dé las Her­
manas, con jardín; tres para hombres, entre ellos el de pensionados, y el
de presos, y uno para mujeres, con separación conveniente de las sifilíti­
cas; pero las tuberculosas se hallan confundidas con éstas. Además, hay
un pabelloncito aislado, muy modesto, para varones tísicos. El Distrito
ha cedido para el sostenimiento del Hospital el producto de la renta de
degüello de ganado menor, que está rematada en $ 910. Hay sala para
operaciones de cirugía con buen instrumental, botiquín no mal provisto,
ropero bastante escaso y camas no mal tendidas para los enfermos. El
Departamento sostiene la sala de sifilíticas, y en ello invierte $ 90 men­
suales y naga $ 40 a un médico especial.
El Hospital está a cargo de cinco Hermanas de la Caridad, y tiene un
médico y un capellán, a quienes paga $ 40 y $ 10, respectivamente; el úl­
timo con derecho a alimentación. Hay también un cirujano que presta gra­
tuitamente sus servicios.
Encontré 15U enfermos, de los cuales 15 son mujeres sifilíticas, y 3
pensionados, que pagan a peso diario, o menos, segúu su situación econó­
mica. A poca distancia, en lote de propiedad del Municipio, hay Hospital
de virolentos sostenido por esta entidad y a cargo de las Hermanas de la
Caridad y del módico del establecimiento.
El Hospital había dado en préstamo al Municipio $ 6,750, de los cua­
les le ha abonado ya $ 4,050.

\
R u fin o G u tié rr e z 39

En 1893 fandó mi hermano José Ignacio la Sociedad de San Vicente


de Paúl, qneha venido prosperando macho. Ya está dividida en caatro
Conferencias, que trabajan con grande empeño en aliviar la suerte de los
pobres. Sostiene la Escuela Industrial, donde se da enseñanza de corte y
costura a sesenta muchachas, y tiene^diez y seis casitas de buenas como­
didades para familias pobres de buena conducta, y forman casi un barrio;
y otras cuatro más separadas de las anteriores, y una casa grande que
tiene dada en arrendamiento.
La Sociedad de Caridad que promovió la fandación del Hospital se
extingaió cuando se fundó la de San Vicente.
Dicha Sociedad de Caridad construyó y cedió más tarde al Munici­
pio el Asilo de Mendigos, el cual está servido por cuatro Hermanas de la
Caridad, a quienes se paga a $ 10 mensuales. Tenia una subvención del
Departamento, pero fue suprimida por la última Asamblea. El Distrito da
$ 300 mensuales para su sostenimiento, y lo demásdo hace la caridad pú­
blica. Es Asilo de locos, ancianos, mendigos y aun enfermos que no caben
en el Hospital, todos ellos acomodados eü salones comunes para cada
sexo, con muy regulares camas y tendidos. También están acogidos allí
cuarenta y dos niños y niñas, con dormitorio separado pero que pasan el
día en el departamento de las mujeres. Para ellos tienen las Hermanas Es­
cuela de primeras letras, y les enseñan oficios domésticos y a trabajar en
obras de cabuya. Los ancianos, mendigos y enfermos son treinta y ocho.
El edificio tiene una parte de dos pisos, huerta y un gran jardín bien culti­
vado y productivo. En febrero de 1973 se estableció en Manizales la Socie­
dad Católica, que tuvo más carácter político que religioso; y desde el 2L de
junio del mismo año, la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús.
Contiguo a la iglesia de San José y comunicado con ella están cons­
truyendo ios fieles un gran edificio, que ya está muy adelantado, de dos
pisos y tres departamentos claustrados, para ejercicios espirituales. Que­
dará de machas piezas, tal vez demasiado grandes, como para alojar has­
ta cuatro ejercitantes.

En Manizales, como en casi todas las principales poblaciones del país,


se ha crfeado recientemente, por iniciativa del meritorio y progresista don
Ricardo Olano, la Sociedad de Mejoras Públicas, la cual obrará de acuerdo
con la sección oficial de embellecimiento y ornato. También está funcio­
nando ya la Cámara de Comercio.
Y a propósito, conviene hablar aquí de una especie de institución que
ha dado excelentes resultados yaes una muestra clara del espíritu noble y
práctico de aquel pueblo.
Hace unos cinco años que casi la unanimidad de los principales co­
merciantes de la ciudad formaron una asociación para defender sus inte­
reses de los clientes de fuera y los de esos mismos clientes. Contribuyen
con una cuota mensual que varía en cada caso de $ 0-50 a $ 2, según la
importancia de los negocios del asociado, con el objeto de pagar al Se­
cretario de la junta directiva, el local de la oficina y los gastos de
escritorio, correo y telégrafo. El Secretario, que tiene que ser persona
muy discreta y consagrada, lleva un registro de lo que los negociantes
de fuera compran a los comerciantes de la ciudad, de lo que deben y pa­
gan y demás operaciones que hacen en negocios de mercancías, para lo
cuah tienen los asociados el compromiso, que cumplen lealmente, de sumi­
nistrar a la Secretoria todoá los datos que les corresponden. Esos regis­
tros, qne son absolutamente reservados para toda persona extraña a la
40 Manizale8

asociación, se comunican a todo asociado qae los solicita para saber si


fía a un negociante de fuera p qué seguridad tiene una acreencia suya; y
cuando un cliente se atrasa eií los pagos, el acreedor da aviso, y todos los
demás acreedores se ponen de acuerdo para ver si se conceden prórrogas
o se concursa al deudor por cuenta de todos ellos. Así se evita también
en muchos casos la ruina de un buen cliente que puede estar en mora
sólo por causas pasajeras. Esto ha dado excelente resultado para vende­
dores y compradores y ha moralizado mucho el comercio. Lo extraño es
que personas de tánto sentido práctico no hayan contratado desde el
principio con todos los Registradores de instrumentos públicos del circulo
de sus relaciones comerciales el envío mensual de la relación de todas las
escrituras de venta, compra e hipoteca que se registran en sus oficinas,
para tener así bien completo el registro que se lleva. Eso causaría un
gasto insignificante.
Antes de la guerrá universal los plazos comunes para la venta de
mercancías eran de seis y nueve meses y aun en dos y tres contados de a
tres, cuatro y más meses; ahora sólo son de tres o cuatro meses.

La antigua plaza principal se convirtió en parque, con verja de hie­


rro, escaños y un bonito quiosco con que obsequiaron a Manizales los me-
dellinenses establecidos en esa plaza. El parque es el de Bolívar.
La antigua plazuela de El Guayabo se niveló y está convertida en un
bellísimo parque, debido a los esfaerzos de don Alfonso Villegas Arango,
Tiene verja de hierro, y probablémente se colocará allí el quiosco que la
casa de Félix Salazar e Hijos, al hacer su balance de fin de año, ofreció a
la Sociedad de Mejoras Públicas construir a su costa en el lugar que se le
designe y por el modelo que se le presente.
En el centro del parque que se Rama de Caldas está colocada la es­
tatua de bronce del mártir payanés, desde el 30 de abril de 1911.
v La vieja plazuela de El Mico, también nivelada ya, se ha convertido
en Parque de Colón, pero todavía no está cercado más que con alambre
de púas.
Al Oriente, .en el extremo de la población, hay un lote de una fanega­
da, que llaman Plaza de los Fundadores, lie piso muy irregular, que está
empezándose a allanar haciendo grandes banqueos. Allí se celebra un mer-
cadito los martes y los viernes,y se cobra lo mismo que en la plaza cubier­
ta por cada puesto. . ^
Contiguo a la plaza de mercado, en dirección al centro más poblado,
hay un lote de una fanegada de terreno, de piso en extremo pendiente, en
forma de plaza y rodeado de edificios por todos sus costados, *que sólo
sirve para parar los semovientes que traen los víveres a la feria. Aún no
se ha resuelto si eso’se arregla para plaza, si se vende o si se edifican allí
la casa consistorial y otros locales públicos; lo cierto es que hace muy
mala impresión ver aquel derrumbadero limeño de bueyes, caballos y mu­
ías en el centro de la ciudad, y pensar que el distrito no tiene casa con­
sistorial y podría construirla allí.
La avenida o carretero, donde se han sembrado algunos árboles de
lado y lado, que cgd el tiempo convertirán ese lugar en una bonita ala­
meda, tiene escaños en algún trecho, y a !a vera se construyen constan­
temente bellas casas de habitación y quintas de recreo.
En cada uno de los tres parques hay retreta una vez por semana, to­
cada por la banda de la fuerza pública nacional. En esos momentos sólo
se permite la entrada gratuita a las señoras, y los caballeros tienen que

*
R u fin o G u tié rr e z 41

pagar $ 0-05. El producto de esto se destina a la conservación y el mejora­


miento del respectivo parque, y se recogen de cada uno de ellos unos $ 10
semanales. En las horas de retreta no se permite la entrada a hombres
de ruana ni a mujeres de condición dudosa.

Hay dos bancos de giro y descuento: el del Ruiz, fundado en 1916,


con $ 500,000 de capital, dividido en acciones, de a i 10, de las cuales se
han emitido y cubierto 34,000. Tiene una reserva de $ 3,730-89, y el fondo
de previsión asciende a $ 747-99; y el de Caldas, fondado en julio de 1915,
en el óual se refundió el antiguo Banco de Manizales y que funciona desde
1901. Su capital hoy es de $ 400,000, dividido en acciones de a $ 20, paga­
das íntegramente. El fondo de reserva es de $ 250,000, y el de previsión,
$ 94-07. Este no ha repartido dividendo, y el del Ruiz sí repartió en el
último balance un dividendo de $ 1 por acción.

IJno de ios principales alicientes que atrajeron exploradores ai terri­


torio d ef Distrito fue la minería, que creyeron que sería muy productiva
por allí. Explotadas las arenas auríferas de algunas corrientes de agua,
que por cierto dieron no mayor rendimiento, esa industria quedó parali­
zada por años, hasta que empezaron a descubrir minas de aluvión y de
veta que se han explotado con regular éxito. Las principales que se tra­
bajan son éstas:
La Cascada, que se beneficia hace unos veinte años. Desde 1909 tiene
tres molinos comunes, motor eléctrico, planta de cianuración, y produce
unas 80 libras de oro por mes.
La Coqueta, montada hace catorce años, con molino del país, de 10 pi­
sones y motor hidráulico. Produce unas 32 libras de oro y plata al mes.
La Unión, que se trabaja desde hace quince años, tiene montaje mo­
derno cod molino californiano de veinte pisones y planta de cianuración.
Está servida por electricidad, tiene teléfono y produce unos $ 5,000 men­
suales.
Volcanes, que es la más antigua de las minas de la región, tiene dos
molinos californianos de veinte pisones, está servida por motor hidráulico
y produce unas 16 libras de oro al mes.
El Diamante, rica en plata, con un molino californiano, sin planta de
cianuración. Se trabajó largo tiempo, y ahora está suspendida diz que por
falta de buena dirección.
Toldafría, que también es de las más antiguas, tiene molino califor­
niano y produce alrededor de 20 libras de oro ai mes.
También se explotan otras minas de veta y de aluvión, pero de esca­
so rendimiento, y en ínfima escala se benefician las arenas de ríos y que­
bradas.
En las faldas del Ruiz hay canteras de mármol que no se benefician,
y grandes depósitos de azufre.
i ___
La Oficina de Correos fue creada por el Estado de Antioquiaen 1859,
y fue primer Administrador el señor Juan de Jesús Ramífez. Con poste­
rioridad se nacionalizó. Hoy se despachan de ella las siguientes valijas de
correspondencia: dos semanales para Bogotá, por la vía del páramo de
Aguacatal; una para Medellin, por Heira ; una para el Valle del Cauca,
42 M a n iza le s

por Santa Rosa de Oabal; una para Qnibdó, por Ríosueio ; una para Me­
dellin, por Ansermay Oaramanta; una para Soledad, y otra para María.
De encomiendas hay dos correos mensuales para Bogotá, Medellin, Cau­
ca, Riosucio y Oaramanta.
El personal de la Oficina es éste: Administrador, con $ 100 de sueldo;
Contador, con $ 50; Ayudante de éste, $ 30; Oficial de Encomien­
das del Exterior, $ 50; Oficial de Recomendados, &45; Ayudante de éste,
$ 25; Oficial de Encomiendas del Interior, $ 45; Oficial de Correspondencia
oficial, $ 35; Ayudante de éste, $ 30; Oficial de Giros Postales, $ 25; Ofi­
cial de Lista, $ 35; Ayudante de éste, $ 15; Portero Escribiente, $20; Jefe
de Correos Urbanos, $ 50; Buzonero, $ 20, y cinco Carteros, a $ 15.
El local es arrendado y cuesta $ 110 mensuales.
Tomando un promedio de los últimos meses de este afio, la Oficina re­
sulta con este movimiento mensual: venta de especies postales, $ 520;
se reciben 13,468 cartas porteadas y se despachan 11,089; recomendados
entran 700 y salen 300. En julio de 1914 se recaudaron $ 5,978 por dere­
chos de encomiendas postales, y en el mismo mes de 1915 sólo $ 2,786, y
ha continuado el descenso en esa proporción. ,
El Correo Urbano se estableció el 10 de junio de 1916. El movimiento
en octubre último fue en él de 2,121 cartas, 1,436 tarjetas y 15,4u0 impre­
sos de la ciudad; de otros destinos, 3,127 cartas y 2,694 impresos, y para
otros destinos, 2,280 cartas.
Hay colocadas 102 cajillas de apartados, que pagan a $ 4 por año.
De esta Administración Principal dependen 43 Subalternas, entre
ellas la del Chocó. Las encomiendas postales para esta región tienen que
venir a Manizales, entrando por Barranquilla; se liquidan y se devuelven
al Chocó para que se entreguen a los destinatarios y se paguen los dere­
chos. Esto causa un crecido gasto en transportes, pérdidas y averías y
perjudica a los interesados con las demoras; cuando lo indicado es que
aquellas operaciones se hagan directamente en Cartagena.
En 1880 el producto del correo sólo ascendía a $ 49-85.

Eí telégrafo fue establecido en Manizales por el Estado de Antioquia


en 1871, por el sistema de circuito cerrado, y fae primer Telegrafista don
Alejandro Restrepo. En 1889 vendió sus líneas el Estado a la Nación para
uniformar el servicio, y como primer Director General del ramo me tocó
recibirlas entonces.
La Oficina es de traslación y repetición, y tiene este personal: un
Jefe, con $ 65 de sueldo; un Subjefe, con $ 60 ; seis Ayudantes, a $ 52;
un Contador, a $ 50; dos Oficiales de Recibo, a $ 40; un Copista, $ 30, y
cinco Carteros, a $ 12. Por el local se pagan $ 50 de arrendamiento.
De enero a noviembre de 1917 se transmitieron 60,701 telegramas por­
teados, que produjeron $ 14,612-20 ; 376 cables, por valor de $ 2,080-32, y
16,157 despachos oficiales. Los recibidos en el mismo tiempo fueron 64,429
despachos particulares y 9,904 oficiales.
El 2 de noviembre de 1898 concedió el Municipio privilegio exclusivo
por veinte años a los señores Segismundo Escobar, Francisco Giógory, Pe­
dro Jaramillo J. e Hipólito Jaramillo para establecer el servicio telefóni­
co en el área de la población. Las principales condiciones de este contrato,
que ya está al venoerse, y tal vez por eso presta malísimo servicio, fueron
éstas: Jos empresarios dan al Distrito cuatro aparatos, no cobran a los
particulares más de $ 12 por instalación y de $ 3 por el servicio mensual
(hoy se cobran $ 6y 8 1, respectivamente); vencido el término del contra-
R u fin o G u tié rr e z 43

to la empresa pasa a ser propiedad del Municipio, pero si antes quiere


tomarla por su cuenta debe comprarla por avalúo; el Distrito se obligó a
dar gratuitamente local para las oficinas de la empresa y a no establecer
gravamen alguno sobre ella. Hay colocados 76 aparatos, y de ellos 15 en
casas de campo.

El día del centenario de la proclamación de la independencia de An-


tioquia se inauguró en Mauizales, por cuenta del Departamento, una bi­
blioteca pública, que está instalada en no mal salón de los bajos de la
casa de gobierno, con regular estantería y escaso mobiliario. Al mes se
presentan unos 50 lectores. Se calculan en 2,500 los volúmenes de esta bi­
blioteca, pues no se ha hecho catálogo, y la mayor parte de ellos son de
escasísimo mérito. Hay unos pocos objetos de cerámica indígena y varios
retratos de próceres de la Independencia y de fundadores de la población.
Los de aquellos que no dejaron retratos están representados por alegorías
que no estarían mal vueltas al muro o cubiertas con velos. Al primer bi­
bliotecario, el meritorio institutor don José María Destrepo Maya, lo suce­
dió una señorita hija suya desde hace un año.
Los principales establecimientos industriales y fábricas de Mañiza-
les son :
Seis trilladoras de café, movidas dos por energía eléctrica y las otras
por agua.
Úna fábrica de velas, con energía eléctrica, y seis a mano.
Dos*fábricas de jabón, y ee está montando otra en grande escala para
producir jabones finos perfumados. *
Dos de bebidas gaseosas.
IJna de fósforos de cerilla, servida por electricidad.
Una de licores destilados.
Uuatro de chocolate, servidas por electricidad.
Tres eléctricas de tejidos, en que se emplea hilaza extranjera, pero
ana de ellas está paralizada por falta de materia prima.
Una eléctrica de moler café y dos rudimentarias.
Dos talleres de aserrar, movidos por electricidad.
Tres de calzado. N
Tres fotografías.
Cinco imprentas.
Ocho dentisterías.
Seis ebanisterías.
Cinco fábricas de cigarrillos hechos a mano.
'Cinco sastrerías.
Siete talabarterías.
Diez y nueve peluquerías.
Un molino hidráulico para trigo.
Diez fábricas de mantequilla.
Ocho de pan.
Veinte de quesos.
Veinticinco galpones.
Cinco tenerías.
Catorce trapiches hidráulicos y sesenta y cinco movidos por fuerza
animal.
Tres librerías y papelerías.
Dos casas de juegos permitidos.
Hueve boticas.
Dos agencias mortuorias.
44 Manizales

Siete hoteles y restaurantes llamados de primera y machas casas de


asistencia.
Una fábrica de puntillas, que está al empezar a funcionar, y ya tiene
levantado el edificio.
TJna fábrica de sombreros de telas llamada La Mundial, que produce
por ahora sombreros sólo para hombres, con tal perfección y apariencia
que a un metro de distancia se confunden eon los de iraca, siéndo de mu­
chísima mayor duración que los de esta paja. Son impermeables, y se
lavan como cualquier otro objeto de tela sin que se deformen. El áuico
pero que se les pone es que son algo más pesados que los otros; sin em­
bargo, se están usando ya mucho, pues hay agencias establecidas en Bo­
gotá, Medellin, Honda, Girardot le Ibaguó. En la semana que visité la fá­
brica debió inaugurarse el servicio eléctrico para mover las máquinas de
coser sombreros. El precio de ellos es de $ 2 a $ 3. Hay empleadas
unas cuarenta señoritas de buenas familias, a quienes se paga por unidad
de obra; de ©lias estaban veinticuatro gozando de vacaciones. Actual­
mente se fabrican quince sombreros por día, y terminadas las vacaciones y /
empleada la energía eléctrica se podrán hacer mil. Una vez que se conoz­
can en todo el país los productos de esta nueva industria y se aprecien su
comodidad y economía, el expendio se extenderá muchísimo, sobre todo si
se lés hace de peso más ligero y se fabrican en diferentes formas y colores
para señoras y niñas.
También se han dado ya los primeros pasos por otros empresarios
con el objeto de obtener patente de privilegio para fabricar sombreros de
piel de cordero, los cuales resultarán de mayor duración, menor precio y
la misma apariencia que lote de tela, pero algo más pesados.
Una fábrica de cigarros y cigarrillos movida por vapor y dos de ci­
garros en pequeña escala. En aquélla, llamada < Sociedad Tabaquera del
Ruiz, se refundió la de La Legalidad, que venía funcionando en Maniza-
les desde hace años, con muy buen éxito. Su capital es de $200,000; tiene
edificio propio, y el mercado de sus productos se extiende al Valle del
Cauca, al norte del Tolima y a todo el Departamento de Caldas. La ma­
teria prima que emplea es picadura de La Habana y tabaco de Ambale-
ma, Palmira, Bucaramanga, Ovejas (Bolívar) y del Departamento. Hay
empleados en la fábrica doce varones y setenta señoritas de bueña posi­
ción. Los empresarios dieron ahora,# 2-50 a cada obrero como aguinaldo.
Una fábrica de libros de cuentas y de sobres para oficios y cartas.
Se fabrican libros de todas clases, rayándolos, como los mejores que vie­
nen del extranjero. Además se prepara toda clase de papel para escribir,
y.se encuadernan libros con rara perfección. Ahora que el precio de los
artículos extranjeros ha subido tánto, llama la atención lo moderado de
los que ailí se confeccionan.
Desde 1913 fanciona una fábrica de hielo, que produce unas 300 libras
diarias, y se vende a $ 0-04, pero este artículo casi no se emplea más
que para enfermos.
Las trilladoras pagan impuesto de $ 15 mensuales; las fábricas de
velas, de $ 2 a $ 5; la de jabón, $ 5, y la de fósforos, $ 5; las de chocolate,
$ 10; las de hilados, $ 2; las de cafó molido, $ 5; la de cigarros, $ 10; las
de aguas gaseosas, $ 7; las de cerveza, $ 2; las fotografías e imprentas, de
$ 0-50 a $ 2; las dentisterías, de $ 1 a $ 3; los aserraderos, $ 2.
Son muchos los talleres, fábricas y demás establecimientos industria­
les que no pagan impuesto.
Hay una gallera, que paga# 10 mensuales, y por apertura $ 40; cinco
billares que pagan i 5, y por derecho de apertura $ 20; tres clubes con bi-
d
Rufino Gutiérrez 45

llares, que pagan S 20 por mes y $ 60 por apertura, y otro que paga $ 15 y
$ 40, respectivamente. Los hoteles sólo pagan $ 0-50 mensuales.
En 1880 sólo había en Manizales cuatro sastres, tres relojeros, cuatro
dentistas, dos encuadernadores, tres boticas y siete comerciantes, que h i­
cieran introducciones del Exterior.

La primera imprenta que hubo en Manizales fue parte de la que en


1879 nos arrebató en Medellin a mis hermanos y a mí el General Tomás
Rengifo al estallar la revolución de aquel año, porque publicábamos un
periódico de oposición.
Una de las imprentas que funcionan en la ciudad pertenece al De­
partamento, y otra a> la Diócesis, y en ésta no se hacen trabajos de par­
ticulares.
Los periódicos que se publican actualmente son los órganos oficiales
del Departamento y del Municipio: La Revista Judicial, la de la Cámara
de Comercio, el Boletín de Estadística, El Apostolado Doméstico, de los Pa
dres agustinos; La Cátedra, que es órgano de la Instrucción Pública; el
órgano del Instituto Campestre; E l Renacimiento, diario; (Jorreo de Cal­
das, semanario; El E go, bisemauario, y algunos otros de vida efímera.

En materia de hoteles, estaba bastante mal Manizales, pero desde el


l.° de este mes se estableció el Hotel Europa, sucursal de el del mismo
nombre de Medellin, servido por un alemán. En todo sentido es de lo
bueno del país.
No hay en el Distrito parcialidades indígenas, y ni siquiera los cro­
nistas hablau de haberse encontrado tribus en aquella región, y por eso
en el pueblo no se nota la menor pinta de esa sangre.
El cementerio está bien cercado, y tiene algunos monumentos lojosos,
pero es muy chico para la población, y tal vez no se halla bien situado.
Están muy retirados de la ciudad los bosques, por lo cual la leña y
el carbón son excesivamente caros. Por fortuna se espera remedio; que
será más valioso a medida que transcurran los añjOS, de una mina de car­
bón que se ha descubierto a cuatro leguas de distancia, hacia el ríoCaoca,
en el paraje llamado Rumazón; se halla en una cuesta cuya inclinación
sigue la veta, la cual es bastante ancha, aunque en el socavón abierto de
16 metros sólo se le han encontrado 25 céntímetros de espesor. Las mues­
tras tomadas allí han sido analizadas y ensayadas con resultados satis­
factorios, según informes que me suministraron los interesados.
Hay en Manizales comunidades religiosas de Hermanas de la Cari­
dad, Hermanos Cristianos y Agustinos.
Para espectáculos públicos hay lo que se llama Salón Olimpya, de
propiedad particular. Es un feo local, con buena luz solar y focos eléctri­
cos; tiene tres galerías a los lados y cuatro al frente de un pésimo esce­
nario de lastimosa decoración. El patio, cubierto, sirve de platea, con es­
caños para unos 250 espectadores. La primera galería, al nivel de la pla­
tea, tiene seis palcos reservados, que parecen chiqueros; en la segnuda
hay 19 palcos, con silletas ordinarias; en la tercera, 15, con bancas, y la
cuarta está" destinada para mujeres alegres.
El otro teatro es El Escorial, en el patio de una casa de locales para
oficinas de particulares, y está situado en la Galle Real o del'Oomereio.
Tiene platea con bancas, un corredor al nivel de ella para espectadores
de pies ; el segundo piso es para que sirva de palcos- para familias, y el
46 M a n iza le s

tercero es el gallinero. Hay buena luz solar y eléctrica y capaoidad para


unos 700 espectadores.
Gomo se ve, estos coliseos no corresponden en absoluto a la prospe­
ridad de Macízales.
Muy pocos son los extranjeros establecidos en aquella plaza, y aun
los turcos son allí en número muy reducido, y eso porque es muy difícil
hacer competencia al habilísimo comerciante antioqueño.
Hay establecidos dos patios o plazas para el juego de tennis, uno de
ellos por jóvenes de la ciudad, y otro por alemanes.
Por las mañanas se ven circular por las calles, como en poblaciones
chicas, las vacas que ordeñan en las casas.
El servicio doméstico es muy malo, porque la democracia nos ha he­
cho a todos iguales, sin admitir diferencias por ningún respecto, y lo
peor es que la persona que se allana a servir en un hogar no sabe absolu­
tamente desempeñar ninguna de las funciones que le remuneran con lar­
gueza ; no convienen en pasar la noche en la casa en que sirven, y las car­
gueras ponen la condición de no salir a la calle con los niños en brazos.
Por supuesto que en todo esto hay excepciones.
Entre los habitantes son tan comunes los apellidos Villegas, Jarami-
11o, Arango, Botero, etc , y se repiten tánto unos mismos nombres pro­
pios, que para distinguir a las personas hay que agregar a dos o tres ape­
llidos un calificativo o apodo, y si la cosa sigue así habrá que hacer lo
que en el valle de Sibundoy, donde por las mismas circunstancias los va
roñes tienen que agregar el nombre propio de su esposa para distinguirse
de otros que tienen ios mismos nombres y apellidos.
Una de las maderas que más se emplean en postes y cercas es la lla­
mada arboioco, bastante parecida a la que en Oundinamarca se llama así;
tiene gran resistencia y duración cuando se corta en sazón, y crece con
mayor rapidez que el eucalipto; de manera que en lugar de éste se ven
por todas partes plantaciones de arboioco.
En el corral apropiado para las ferias, no lejos de la plaza de merca­
do, se celebra una feria de ganado dos veces por semana, a la; cual
sacan cada vez 150 reses, por término medio. Está rematado en $ Í32-20
anuales el impuesto que se cobra, que es de $ 0-10 y de i 0-05 por la venta
de cada cabeza de ganado mayor y menor, respectivamente.
Lo que llaman coso es un lote estrecho, mal cercado con alambre y en
extremo fangoso.
Están de guarnición en la ciudad el Regimiento Ayacucho número 12
y la Comandancia de la Brigada.
Cien agentes de la Policía Departamental prestan servicio en la po­
blación.
La Cámara de Comercio empieza a hacer activa propaganda, espe­
cialmente en Sur América, en favor del café, que es el único artículo de
consumo que ha bajado de precio después de que empezó la guerra eu­
ropea.
En los últimos días de diciembre casi no se abren en Manizales más
tiendas que las de los turcos, porque una parte muy considerable de la po­
blación sale al campo en vacaciones.
Llama la atención el que en la ciudad esté localizada todo el comer­
cio en una sola calle. de manera que por un almacén o tienda que no
esté situado allí, aunque sólo disteSO metros en calle transversal, no
pagan de arrendamiento la cuarta parte de lo que vale en aquella calle,
porque el público comprador no ocurre sino a ésta. El movimiento co­
mercial es moy activo.
R u fin o G u tié rr e z 47

El Departamento paga al Alcalde $ 100 de sueldo, y el Distrito le


tiene señalado un sobresueldo de $ 20. Esta última entidad costea tres
Inspectores de Policía, un Director de Estadística Municipal, un Perso­
nen), tres Jueces Municipales, un Jefe de la Policía del Distrito, que se
compone do ochenta y cuatro individuos uniformados, un Médico Escolar,
un Ingeniero y un Ayudante de éste.
Ai pie del nevado del Ruiz hay termales, y se arreglaron baños en
ellos, pero no son frecuentados.
Inventada por un mecánico raizal, Pedro Ramírez, es usada en todas
las casas de dos o tres pisos que tienen interior y poco frente a la calle,
o que ese frente es muy valioso para almacenes y oficinas, una escalera
automática o levadiza, la cual se coloca en el zaguán, con resortes que no
se notan a primera vista, y con los cuales sin el menor esfuerzo puede un
niño levantarlas para que pasen al patio o interior bajo las personas de la
servidumbre y las caballerías. Oreo que a medida que se vayan conocien­
do serán usadas estas económicas y cómodas escaleras en todo el país
para casas que estén en las mismas condiciones.
El General Rafael Reyes nos enseñó, con ejemplo que hemos seguido
en toda la República, a descubrirnos y ponernos de pies cuando se toca el
himno nacional. En Manizaíes no siempre puede hacerse eso, porque ho­
teles, clubes, botillerías, etc., están llenos de pianolas y grafófonos que a
toda hora están tocándolo, de manera que si u d o fuera a seguir aquel
ejemplo tendría que abandonar el uso del sombrero. A imitación del an-
tioqueño que, para recomendar una casa que ofrecía en arrendamiento,
avisó que no había grafófono en las vecindades de ella, los dueños de ho­
teles deberían hacer lo propio para atraer clientela. En 1880 había en la
población un solo piano, que pertenecía a don Alejandro Gutiérrez.
La sociedad de Manizaíes se distingue por su moralidad y cultura, y,
sobre todo, no hay población en Colombia que le lleve ventaja en el noble
espíritu público y de caridad que la anima.

S A N T A ROSA DE C A BA L
Santa Rosa, diciembre_27 de 1917

El 25 salí de Manizaíes por la mañana. A principios del siglo actual,


que lo transité por última vez, el camino era muy escarpado, y desde en­
tonces le han hecho variantes, que sin prolongarlo lo suavizan y mejoran
bastante. Lo encontré en regular estado, pero con los desagües, cuando no
muy mal hechos, completamente descuidados, aunque había algunas cua­
drillas empedrando los pasos malos que se formaron con las últimas llu­
vias. Está la vía tan poblada y cultivados los predios pequeños de los lados,
que recordéi la Provincia de Tequendama. La zona está bien desmontada.
Las quebradas del Tablazo, Aguabonita y El Rosario, de bastante
caudal y que echan terribles avenidas que invaden el camino dejando en
él grandes piedras, carecen de puentes. La del Rosario se atraviesa dos
veces, y para evitar las dificultades y los peligros que presenta, se ha com­
prado parte de la zona, y se hacen diligencias para expropiar el resto con
el objeto de hacer una variante por la banda izquierda, y así no habrá
que pasarla ni hacer en ella puentes, que no durarían nada, como ha suce­
dido con otros construidos anteriormente.
48 S a n ta R o s a de C a b a l

El río Ghinehiná, correntoso y muy abundante en aguas, se salva por


puente colgante muy sólido, largo y elegante. En esa región se ven por
todas partes extensos potreros de micay y yaraguá, que han venido a
reemplazar, con grandísima ventaja, las gramas y los pastos artificiales
que antes cubrían esas tierras, entre otras en la hacienda de mi amigo
don Aquilino Villegas, quien se hallaba en ella con su familia y salió a
recibirme; y después de almorzar con él me sacó hasta la población de
San Francisco, que queda a dos horas de distancia de Manizales, donde
no me demoró un minuto.
Es San Francisco (de Paula) población regularmente grande, de
calles rectas, situada en una meseta completamente llána, con plaza am­
plia, regulares edificios de la misma construcción de los de Manizales, es
decir, de tablas y guadua, revocados de manera que imitan muros de
adobe, ladrillo o tierra pisada, y eso por miedo a los temblores. La igle­
sia es feísima, en estado ruinoso, y va reconstruyéndose, empezando por
un buen frontis que proyectan. En cambio hay un bonito y cómodo local
para Escuela superior, con jardín y huerto.
Tiene alumbrado eléctrico de la planta de Üampoalegre, de propiedad
particular, y como es Distrito muy productor de cafó, además de gana­
dero", hay dos trilladoras movidas por energía eléctrica, lo mismo que una
máquina para beneficiar caña de azúcar. El clima de San Francisco es
palúdico, y su temperatura media de 22 grados.
Fue fundada esta población en 1857 por Candelario Rodríguez, Gre
gorio y Francisco Restrepo y otros, todos antioqueños, en territorio del
antiguo estado del Cauca, y hoy hace, parte del Departamento de
Caldas.
El censo de 1870 le dio 971 habitantes; 5,000 el de 1892; en 1906 su­
bió la población a 6,428; en 1912 sólo tenía 5,239, porque se le segregó
parte del territorio para crear el Distrito de Palestina, cuya cabecera
está en cuchilla poco distante (1).
Gran parte del camino de San Francisco a Santa Rosa es llano y ha
recibido últimamente variantes que lo mejoran y suavizan las antiguas
pendientes. Por todas partes, a lado y lado, se ven en estos Distritos
grandes guaduales de sorprendente feracidad, los cuales han sido tala­
dos en parte para formar potreros de ceba. La guadua es allí el principal
material para las edificaciones, y entre la gente pobre para formar sus
asientos, camas, estantería, pavimentos, techos (en lugar de tejas); y
aun vasijas para cargar y conservar líquidos. Al hablar de la conquista
de los quimbayas que habitaban en esta región dicen los cronistas que
había extensos bosques de caña (guadua).
Pasado el río Campoalegre, que es grande, por muy buen puente, se
llega a Santa Rosa de Cabal, que dista de Manizales unas seis leguas.
Está a 1,697 metros de altura, y tiene 19 grados de temperatura.
Santa Rosa fue la primera población que se fundó en el valle del
Quindío, en lugar que llamaron Italia, en territorio que había estado
completamente desierto desde que a principios de la Coloniaje abandonó
la primitiva ciudad de Cartago. El primero que se estableció allí fue Fer­
mín López, venido de lo que después fue Manizales, en 1837. Lo siguie­
ron Gregorio Londoño, Pedro Gallego, José Antonio Pino y otros, todos
ellos de origen antioqueño, quienes para facilitar y aprovechar el tráfico
por el camino que entonces se exploró para comunicar el sur de Antio-
quia con el Cauca, resolvieron fundar una población. Los individuos cita*

(1) E l censo de 1918 le da 6,655 habitantes.


R u fin o G u tié r r e z 49

dos hicieron la demarcación del área y trazaron calles y plazas, reservan­


do lotes para iglesia, casa consistorial, cárcel y cementerio. Poy la Ley 30
de abril de 1849, el Congreso concedió a los nuevos pobladores 12,000
hectáreas de tierras baldías, y de ellas se destinaron 200 para área de
población. En 1863 la Convención de Ríonegro destinó al nuevo Distrito
24,000 hectáreas más, de las cuales conserva algo.
El primer Corregidor fae José Antonio Pino; el primer Maestro de
escuela, Patrocinio Patifio.
Los fundadores le pusieron el nombre de Cabal, probablemente en
honor deí mártir caucano ; en obtubre de 1852 la ley mandó que se lla­
mara Santa Rosa de Cabal. La Asamblea de Manizales de 1914 dispuso
que se llamara Cabal, y la de 1917 le restableció el nombre de Santa Rosa
de C^bal, con lo cual no se han conformado los vecinos.
No encontró dato preciso de la erección como viceparroquia, pero de­
bió de ser en 1846, pues la primera partida de bautizo es de 22 de febrero
de aquel año; y como parroquia ya figura en marzo de 1848. Hace parte
de la Diócesis de Manizales.
El primer Vicecura y después Cura fue el presbítero José Ramón de
Cázares, de 1816 a 1863 ; de este último año hasta 1872 ejercieron como
Curas interinos, por su orden, Manuel Parmónides Velasco, Luis Lujáu y
José María García; de 1872 a 1874, Bernardo José Ocampo; Juan Nepo-
muceno Parra hasta 1887; Agustín Aranda, Ismael Valencia y José
Ignacio Pineda hasta 1888; Gregorio Pavas hasta 1892; Esmaragdo Ló­
pez hasta 1908; Jesús A, Molina hasta 1912; Gonzalo Alvarez, actual
Cura, de este último año para acá. Desde 1908 hay Coadjutor. La parro­
quia tiene buena casa cura!.
La primera capilla se levantó en el lote que ocupa hoy la casa de don
Emiliano Henao, y en 1870 se empezó a construir la iglesia en el lugar en
que está !a parroquial.
La Notaría y la Oficina de Registro se brearon en febrero de 1904, y
el Juzgado de Circuito en 1912.
La población se mantuvo estacionaria por machos años, y desde el
principio de este siglo comenzó a prosperar notablemente, y esto debido a
la siémbra de pasto micay, qne allí se da muy bien y se ha propagado en
la región ©d términos que casi no se ven potreros de cría, de levante y de
engorde de otro pasto, y las gentes se vuelven lenguas ponderando los
resultados que da hasta para cebar cerdos y criar aves de corral. Muy
pocos recordamos, y es de justicia qne no se olvide, que él primero que
sacó del valle del río Micay este pasto y lo hizo conocer sembrándolo en
sus tierras de la Cordillera Occidental, en el lugar llamado La Elvira,
cerca de Cali, en 1887, fue don Elias Reyes.
La Oficina Telegráfica se estableció por primera vez cuando se tendió
la línea entre entre Cartago y Manizales, con Hipólito Jaramillo como
Telegrafista; pero negociantes en cacao destruyeron la línea, porque creían
qne perjudicaba a su comercio, y no se restableció la Oficina hasta 1884.
Hoy está servida por un empleado que gana $ 35 y un Cartero, con $ 6 ;
tiene %0-60 mensuales'para alumbrado y el local cuesta $ 4. Eu noviem­
bre último se transmitieron 396 telegramas porteados, que produjeron
$ 76-80, y 52 oficiales. Los recibidos fueron ¿60 porteados y 82 oficiales.
No hubo cables.
La Oficina de Correos está separada de la de Telégrafos y a cargo de
una señorita, a quien pagan $ 25 y $ 1 para útiles de escritorio. El local
cuesta $ 3. Eu noviembre último hubo este movimiento: 7 giros postales,
Monografías—Tomo 2?—4
50 S a n ta R o s a de C a b a l

vendidos por valor de $ 124-90; cartas recibidas, 756, y despachadas,


809; oficios recibidos, 397; despachados, 62 ; impresos recibidos, 561, y
despachados, 41; tarjetas, 63 y 21, respectivamente. Entran y se despa­
chan semanalmente cnatro correos del Norte y del Sur.
En Santa Rosa se dio el primer combate de la revolución de 1885.
La población tiene por asiento un valle estrecho, llano, muy feraz y
de buen clima, a orillas del río San Eugenio, de abundante y excelente
agua. Está dominado el valle por los nevados del Ruiz y Santa Isabel, y
el páramo Santa Rosa también se ve con frecuencia coronado de nieve.
Las calles son rectas, de la anchura ordinaria, y en ellas hay bastantes
edificios particulares, cómodos y de buena apariencia, pero en su mayor
parte de construcción como los de Manizales.
Parten de allí tres caminos para Manizales: uno por San Francisco,
otro por el Distrito de María y el otro es* el antiguo llamado de Las
Guacas ; dos para Segovia (hoy Marsella); uno para Pereira, y uno para
Circasia, a buscar el de Galarcá, que va a Ibagué. Hay además una tro­
cha directa para este último lugar, y si por allí se abriera un camino
transitable, resultaría de sólo doce leguas, de manera que podría irse
cómodamente de Manizales a Ibagué en dos días.
El cüma de la localidad es muy bueno.
Las principales industrias del Distrito son la ganadería y el cultivo
del café. La propiedad raíz está muy repartida, y el movimiento comercial
es sólo local, y por consiguiente de escasa animación. El mercado, bien
abastecido y concurrido, es los sábados. En el comercio no hay más que
dos extranjeros, ambos de nacionalidad siria.
Don Agustín José Patino, oriundo de Ocaña, fue el más entusiasta
propagador de la siembra del cafó, en loque es hoy Departamento de Cal­
das, porque él había palpado en su tierra los efectos de ese cultivo.
Ño pude obtener el dato preciso de las manzanas que forman la po­
blación, porque un plano que había lo dejaron perder, y del número de
calles y carreras no me fue fácil tomar el dato, porque el área está de­
marcada con irregularidad. Por cálculo son 296, pero la mayor parte de
ellas con muy pocas edificaciones. Las principales calles están bien empe­
dradas, y por ellas no van los caños por el centro sino que son laterales#
Tiene el Municipio estas propiedades :
Oasa consistorial.
Locales para Escuela superior de varones, para las dos urbanas y
veintiuna rurales.
Matadero de ganado mayor.
Corral para ganados vagos.
La planta eléctrica con su edificio.
Una casita que está arrendada en $ 3, y un solar.
La instrucción pública y privada tiene esta representación:
Escuela superior de varones, a cargo de un Director y un Subdirec­
tor, con $ 60 y $ 40, respectivamente, con 52 matrículas.
Escuela superior de señoritas, en local arrendado, y 40 matrículas; lo
demás como la anterior. ~
Escuela urbana de varones, con un Director, que gana $ 50, y tres
Maestros a $ 40, en local del Distrito, 211 matrículas y mal mobiliario.
Escuela urbana de mujeres, a cargo de siete Hermanas de la Cari­
dad, a quienes se paga a $ 20. Local muy bueno, del Municipio. Matrícu­
las, 450.
R u fin o G u tié r r e z 51

Una Escuela rural de niños, otra de niñas y 17 alternadas. Las dos


primeras con sendas Maestras que ganan a $ 20, y las de las otras
pagadas a $ 17. Varones matriculados 649, y mojeres 652.
Los sueldos de todos los Maestros son de cargo del Departamento^
los locales y el mobiliario, del Distrito, y los textos, de la Nación.
La Escuela nocturna no funcionó este año por falta de asistentes.
Los establecimientos privados son:
El Colegio Mayor, regentado por Padres lazaristas, llamado por el
público Seminario, y la Escuela Apostólica de los mismos. En el Mayor
hay cinco alumnos novicios, y en la Escuela, cuarenta y tres alumnos, to­
dos internos. Los primeros no pagan, y la pensión de los otros es de $ 100
por año, de 15 de septiembre á l.° de julio, que es la época de estudios.
Colegio de Jesús, regentado por los Hermanos Maristas, con 130
alumnos, que pagan pensión de $ 0-50, $ 0-80 y $ 1, según los cursos que
hacen, en edificio modesto, de propiedad de la comunidad, la cual se
compone de un francés’y cinco colombianos. No tienen internado.
Escuela infantil privada, de'tas Hermanas de la Caridad, en local
separado, que pagan ellas. Hay 30 alumnos, quienes pagan pensión men­
sual de $ 0-50.
Por junto los estudiantes de Santa Rosa son 2,262.
El agua potable que surte a la población es conducida por cañería de
niedra y adobe. No hay más fuente pública que la de la pila de la plaza.
Los vecinos pagan $ 0-20 mensuales por el servicio de cada paja de agua.
También hay alcantarillado o desagües públicos, y por llevar allí los su­
yos el vecindario paga a $ 0-20 por mes; pero no se ha establecido grava­
men sobre la remoción de las calles para el arreglo de las cañerías.
Hace dos años estableció el alumbrado eléctrico la planta de Campo-
alegre, de empresarios particulares, que es la misma que sirve a San
Francisco y lleva su energía hasta Manizales. Cobraba a $ 8 por instala­
ción de cada lámpara, y menfeualmente $ 0-30, $ 0-40, $ 0-50 y $ 0-60 y
$ 1 por el servicio de 10, 20, 30, 50 y 100 bujías. Los vecinos se quejaban
del servicio, y exigieron rebaja de precios, y como no la obtuvieron, por
iniciativa del señor Emiliano Henao resolvió el Concejo poner una planta
por su cuenta, y poco después realizó su propósito con $ 11,000 de costo.
Para ello estableció un gravamen extraordinario sobre la propiedad raíz
urbana, y consiguió un empréstito de $ 3,000, de los cuales sólo debe $ 300.
La caída desarrolla 8ü caballos de fuerza, y el edificio de la planta está en
el área de la población.
En la plaza hay colocados 19 focos de 100 y 200 bujías ; en las calles,
150, de 40 y 60; en edificios públicos, 96, de 10, 25 y 40; en la iglesia, 50,
de 40 y 10 de 100, por las cuales no paga nada la parroquia, y sólo $ 1
por junto cuando se celebra función religiosa por cuenta de un devoto.
En casas particulares hay colocadas 600 lámparas, y se están instalando
bastantes m ás; pagan hasta el último de este mes $ 0-20, [$ 0-30, $ 0-40
y $0-80 por cada 10, 25, 40 y 100 bujías, respectivamente, y del l.°de
enero en adelante sólo pagarán la mitad de estos precios. Continúa pres­
tando servicio la planta de Oampoalegre, y cobra los precios fijados por
el Concejo para su planta de enero en adelante. El Colegio Apostólico
tiene 50 focos de esta empresa, de 40 a 80 bujías, y sólo paga $ 5 mensua­
les por todos ellos.
La iglesia parroquial, de madera, es amplia y de bonito pavimento de
tronquitos de comino, que piensan cubrir con cemento; es de feo aspecto,
sin atrio, pobre en estatuas y cuadros y carece de bancas. Hay reloj pú­
blico en su triste frontis. Se adelanta activamente la reconstrucción del
52 S a n ta R o sa de C abal

templo, alargándolo, y ya está construida la cúpula. Dos veredas o corre­


gimientos tienen capillas, y hay una semipública en el Colegio de las
Hermanas y otra privada en el Mayor.
La plaza, de 80 metros por lado, no está empedrada. El espacio líbre
que le deja un parque que se ha formado en ella, cercado con alambre de
púas y con pila de bronce en el centro, es el destinado para mercado pú­
blico. En el marco de esa plaza hay diez y nueve casas de dos pisos. Las
aceras de ella y de las calles son de regular anchura, la mayor parte de
ladrillos y las demás de cemento o de guijarros. Los cables de la luz es­
tán en las calles retiradas, sobre postes, y en las centrales en los aleros de
las casas.
Hay una plazoleta al frente de la Escuela Apostólica, y se rellena un
lote con el proyecto de construir en él una plaza de mercado cubierto.
Mensualmente hay feria de ganados, a la cual sacan a la venta de
200 a 500 reses. *
El cementerio, feo, descuidado y estrecho, está muy en el centro de
la población, en la calle de la entrada.
No conocí ninguno de los hoteles qne hay en el poblado, porque en la
población viven muchas personas de mi familia ^ue no me lo permitieron;
y a una milla de distancia, en Guayabito, funciona desde hace años uno
afamado, que es el preferido por ios viajeros.
Una gallera que había se hizo cerrar hace dos años, y fyay dos billa­
res, tres boticas, dos fotografías, una dentistería y se explotan tres ca­
leras.
No se lleva estadística de productos agrícolas, y no pudieron sumi­
nistrarme datos sobre ellos ni por cálculo.
El censo de 1870 le da a Santa Rosa 3,872 habitantes; el de 1892 le
da 8,000; 13,017 el de 1905, y 17,009 el de 1912 (1).
El año de Í916 hubo 737 nacimientos, de ellos sólo 23 hijos ilegítimos;
248 defunciones y 180 matrimonios. Datos dh este año no me suministra­
ron diz que porque mensualmente se envían a la Prefectura v
Se consumen mensualmente 156 cabezas de ganado mayor y 125 del
menor.
En lo que fue una depresión del terreno, que ha sido rellenada por el
sistema que se emplea en Manizales con gran beneficio para los dueños
de ios lotes vecinos, se está construyendo nn magnificó local para hospital,
que tendrá cómodos departamentos para cada sexo,'para diferentes dolen­
cias, para habitación de las Hermanas de la Caridad, para pensionados,
etc., sala de maternidad, extenso jardín y huerta, buena capilla y agua en
grande abundancia. La obra está ya muy adelantada. El edificio es de un
piso. La capilla se pondrá al servicio del público. Por ahora se atiende a
los enfermos por la Sociedad de San Vicente de Paúl, en casa comprada
por ella con limosnas y con auxilie del Distrito, quien ha cedido la renta
de registro, que produce un promedio de $ 87 mensuales. Hoy hay 16 en­
fermos a cargo de una Hermana de la Caridad. Al ponerse eu servicio el
nuevo local, se acabará de demoler la casa en que funciona, y se cons­
truirán varias chicas, para familias pobres y formar así un barrio con las
que ya tiene la Sociedad en el mismo lote. Como auxilio para la construc­
ción del Hospital ha dado la Nación $ 700 en dos partidas. El presupues­
to del Distrito para 1918 asciende a $ 13,592-80. El promedio mensual de
venta de especies de timbre es $ 213-58. El consumo de tabaco se calcula
en 2,500kilogramos por año, y hay denunciadas 17,470 matas. El prome­
dio mensual de la recta de licores es $ 1,340-70.
(1) E l censo de 1918 le da 19,904 habitantes.
R u fin o G u tié r r e z 53

Prestan servicio seis Agentes de la Policía Departamental y ocho que


costea el Municipio, todos elíos uniformados.
Me aseguraron, pero lo pongo en duda," que en jurisdicción del Dis­
trito se ha encontrado una mina de carbón ; más no se han hecho explo­
raciones formales. Se elabora una de oro llamada El Ghaquiro, de me­
diano montaje, que está produciendo unas 7 libras mensuales.
Hay una fábrica de chocolate y tres trilladoras de cafó, de éstas una
servida por energía eléctrica y las otras por fuerza hidráulica.
Hubo una imprenta en que se publicó un periodiquit©, pero la retí-"
raron de la población porque el dueño la cambió por un tren de cinema­
tógrafo.
En 1904 estableció don Alejandro Arango Isaza, con la respectiva
autorización, un teléfono para que el público se comunicara con San
Francisco y Manizales, pero un alto empleado del ramo en esta última
población lo hizo suprimir, sin indemnizarlo y sin que valieran protestas
y reclamaciones. Hoy no hay más que el de la empresa eléctrica de Oam-
poalegre, que va a las dos poblaciones nombradas y otro a una trilladora.
La casa consistorial es de dos pisos en el frente y tres en el fondo,
muy amplia y cómoda, capaz para todas las oficinas públicas; el patio,
claustrado, está dispuesto para servir para espectáculos públicos, pero
para esto carece de muebles, A.111 están las cárceles nacional, departa­
mental y municipal. La Nación y el Departamento no pagan por'el servi­
cio que se les presta. Esta última entidad está construyendo un edificio
para cárcel. Los presos no tienen el más sencillo taller ni herramienta para
ocuparse en trabajar, y sólo salen a hacerlo en obras públicas los que
están por cuenta del Distrito.
Las Hermanas de la Caridad, vicentiuaa, se establecieron en Santa
Rosa desde 1897, y desde entonces se encargaron de la Escuela; son trece.
El local que ocupan con la Escuela es notaole por su buena construcción,
comodidad y mobiliario; tiene buena capilla, jardín y un gracioso teatrico.
El de la Escuela urbana de varones, de dos pisos, con gran solar, es
medianamente cómodo y mal amueblado.
La Escuela superior de varones está en casa mala; pero^el Departa­
mento tiene un lote grande, y ya está votada la partida para construir allí
un buen edificio.
Ei Padre Juan Fiore Bret y el presbítero Manuel A. Arboleda, hoy
Arzobispo de Popayán, establecieron en 1894 la casa de Lazaristas en
Santa Rosa, qne es hoy la casa madre en Colombia. El Colegio Mayor em­
pezó a funcionar en 1907, y se dan en él todas las enseñanzas necesarias
para poder recibir hasta la orden de presbítero, y los estudios que
se hacen allí son aceptados en los Seminarios, con sólo un certificado de •
los superiores. Este establecimiento, que es un verdadero noviciado, se
trasladará a Bogota en julio próximo, y sólo quedará aquí la Escuela
Apostólica, que es de enseñanza secundaria. Han recibido las órdenes
^sagradas veintidós presbíteros, quienes hicieron todos sus estudios en el
Colegio Mayor.
El edificio, está levantado en una altura moderada al sur de la pobla­
ción, donde empiezan esta y el valle en que está asentada. Es muy gran­
de, lleno de toda clase de comodidades, muy bien amueblado y capaz para
más de 200 Padres y alumnos. Hay laboratorio para la enseñanza de físi­
ca y química, elementos para el estudio de historia natural, amplios sa­
lones de estudio, Extensos patios de recreo y aparatos para hacer ejercicios
gimnásticos. La capilla es cómoda, bien decorada y con escaños decentes.
En el valle, muy cerca de la población, y del otro lado del río San
54 F e r e ir a

Eugenio, tienen los Lazaristas ana bella hacienda qne fae donada a la
comunidad por el miembro de ella, presbítero Marcos Oayo, quien la com­
pró el año de 1904 por $ 3,300, y hoy está avaluada en $ 16,000.

PEREIRA
Pereira, diciembre 27 de 1917
El 26 salí de Santa .Rosa de Cabal. El camino, de suave pendiente, donde
la hay, lo encontré ya en buen estado, porque varias cuadrillas se ocupan
en arreglar los malos pasos que se formaron con las lluvias anteriores. Se
han hecho numerosas variantes que lo mejoran mucho. Los ríos San Eu­
genio y Otún, ambos de bastantes aguas, especialmente el último, se pa­
san por muy buenos puentes.
Desde que se llega al valle de Pereira, que puede considerarse como
que hace parte de el del Cauca, empieza uno a ver casitas con techo de
guadua; y como ya es clima ardiente, no escasean los negros y mulatos.
El asiento de la actual próspera población de Pereira fue el de la pri­
mitiva ciudad de Cartago, y por eso no hablaré de aquella remota fundación
sino al dar noticia de esta ciudad, para donde seguiré mañana. Me limito
pues a tratar de lo que se relaciona con Pereira.
Este valle hacía parte de la Provincia de Quimbayas; lo descubrió
en 1536 Francisco de Cieza, Teniente de Belalcázar. Después estuvo aquí
Jorge Robledo en comisión del mismo Belalcázar, y realizada la conquis
ta fundó la ciudad de Cartago, la cual empezó a decaer pronto; y ciento
cincuenta años después fue abandonada por sus moradores, para trasla­
darse a la que empezaba a prosperar a orillas del río La Vieja.
Poco menos que desierta e ignorada permaneció la región hasta el año
de 1837, en que Fermín López hizo allí algunos desmontes, y los abandonó
dos años más tarde para establecerse en el lugar en que poco después
fandó con algunos compañeros la población de Santa Rosa de Cabal.
Parece que no hay descendientes de López de posición pecuniaria ;
pues de otra manera su nombre se habría recordado a esta generación y
las siguientes, dándoselo aunque sólo fuera a una calle en Macízales,
Santa Rosa o Pereira, por haber sido él el primero que se estableció en
los lagares en que se fundaron estas tres poblaciones.
Ciento sesenta y dos años después de abandonada la antigua ciudad
de Cartago, en 1862, varios vecinos de la nueva, entre ellos el doctor José
Francisco Pereira, el presbítero Remigio Antonio Cañarte y don Félix
de la Abadía, concibieron el proyecto de restablecer la población. El 24
de agosto de 1863 el presbítero Cañarte y Abadía, acompañados por el
presbítero Sebastián Montaño, Jesús María Ormaza, Jorge Martínez y
Elias Recio, emprendieron marcha de Cartago para realizar aquel pro­
yecto-
E n el lugar escogido, que resultó ser el mismo del asiento de la ciu­
dad abandonada, encontraron seis ranchos de guadua con techo de lo
mismo, y allí levantaron uno pajizo en el lote que hoy ocupa la parro­
quia. El 1? de noviembre se dijo allí la primera misa y se hizo el primer
bautizo. Esa capilla se conservó hasta 1876.
Demarcaron seis manzanas en terreno entonces cubierto de fértil gua­
dua!, para hacer la nueva fundación, y los primeros colonos que se esta­
blecieron allí faeron Nepomuceno Baitrago, José Hurtado, Tomás Cortés
y otros antioqueños y caucanos.
R u fin o G u tié rr e z 55

La naciente población se conoció con el nombre de. Oartago viejo


hasta 1869, que la Municipalidad deOartago dispuso que se llamara Villa
de Pereira, en honor del doctor José Francisco.
En este mismo año presentó el doctor Ramón Elias Paláu un proyec­
t ó l e ley en el Congreso sobre cesión a la nueva población de 12,000 hec­
táreas de terrenos baldíos. El doctor Guillermo Pereira hizo fracasar el
proyecto, porque alegó que esos terrenos eran de su propiedad, y que él ya
había cedido el áerea necesaria. El poblador Jesús María Ormaza levan­
tó entre los vecinos un memorial al Congreso coa el comprobante de que
el doctor Pereira Gamba no era dueño de los terrenos sino que éstos eran
baldíos, y que este señor no había cedido una pulgada de tierra para el
poblado sino una zona entre las quebradas Egoya y Consota, fuera del
área de población, y que también había vendido y cedido a amigos y
parientes suyos terrenos lejanos del poblado.
Con ese memorial volvió el doctor Paláu a presentar su proyecto en
las sesiones de 1870, y obtuvo que se expidiera la Ley 21 de aquel año,
por la cual se concedieron las 12,000 hectáreas. El doctor Pereiia ya no
pudo oponerse, y sólo exigió que se hicieran ciertas adjudicaciones, y a él
mismo le tocó un lote. De los baldíos se destinaron 300 hectáreas para
área de población.
Al hacer desmontes para edificar casas en ésta se encontraron seña-'
les claras de la antigua población, entre otras, una pila bautismal labra­
da en piedra, la cual tomó más tarde el presbítero José Ignacio Pineda,
siendo Cura, y no se sabe a dónde fue a dar.
El primer Corregidor fue Francisco Hernández; el primer Maestro
de Escuela, Jesús María Ormaza, quien duró veinte años en ese empleo, y
hoy es Registrador de instrumentos públicos. El Corregidor no tenía
sueldo, y ál Maestro de Escuela se le pagaban seis pesos de ocho décimos
por mes, y una costilla de marrano semanalmente.
La población empezó a prosperar tan rápidamente, que despertó celos
y funestas rivalidades en Cartago, en términos que en esta ciudad se llegó
hasta expedir un acuerdo que prohibía pasar el río La Vieja la iraca que
compraban los nuevos pobladores para fabricar sombreros. Los pereira-
nos se vieron obligados a suspender sus operaciones comerciales con Car­
tago y activarlas con Santa Rosa y Manizales, porque lo que compraban
en aquella plaza lo gravaban si salía para Pereira, cuando no lo decomi­
saban.
Por fortuna para ambas poblaciones, ese estrecho espíritu va des­
apareciendo casi por completo.
El 20 de enero de 1870 fue erigido el poblado en Distrito. Entonces
todas las edificaciones eran de techo de paja o de guadua. La primera
casa de teja de barro la construyó, en 1874, don Toribio Robledo. El tra­
zado formal de la población lo hizo el súbdito inglés Guillermo Flecher,
quien demarcó seis plazas.
En 1871 se establecieron dos pozos para proveer de agua al vecin­
dario.
El Correo se estableció en 1874, con Enrique Posada Gaviria como
Administrador.
La guerra de 1876 causó graves perjuicios a Pereira, porque las fuer­
zas contendoras estuvieron mucho tiempo acantonadas allí, a ambos
lados del río Otúu, que corre casi al pie de la población.
E q 1879, en virtud de un contrato, se llevó agua a la plaza principal,
pero no pudo sostenerse allí más de veinticuatro horas. Posteriormente,
por iniciativa del presbítero Nepomuceno Parra, se logró poner agua co­
rriente en el centro del poblado, cosa sencillísima y muy poco costosa.
56 P e r e ir a

El acueducto actual fue establecido en 1899 por una Compañía anó-r


nima, trayendo el agua del río Otún, a unos 4 kilómetros de distancia,
por atanores de barro.
La Sociedad está dividida en ochenta acciones, de las cuales de dos
años a esta parte ha comprado setenta y cuatro el Concejo, a $ 150. Para
pagar esto y poner tubería de hierro apenas termine la guerra Europea,
se consiguió un empréstito de $25,000 con la Mutualidad de Medellin, de
los cuales sólo se han recibido $ 8,000, y se ha convenido en que la entre­
ga del resto se haga cuando se pueda hacer la compra de la tubería. El
servicio de cada paja se cobra a $ 0-50 por mes, y hay colocadas 176. To­
dos los edificios públicos tienen agua.
En la extinguida aldea de Condina funcionaba como Cura en 1854 el
presbítero Fulgencio del Castillo, quien bautizaba a los niños que nacían
en los ranchos que había donde se fundó Pereira, y en 1863, antes dé
construirse la capilla de esta población, aparecen partidas firmadas por el
presbítero Parmónides Velasco. Construida, empezó a funcionar como
Cura, hasta 1876, el presbítero Remigio Antonio Cañarte y Figueroa; lo
sucedieron, por su orden, los presbíteros José María García, hasta 1882y
Joan KepomuceDo Parra, unos pocos meses del mismo año; José Ignacio
Pineda, hasta 1883; José flipacio Mejía, hasta 1887; en seguida estuvie­
ron por coitosperíodos Alejo María Marnlanda y los nombrados Pine­
da, Mejía y Parra, hasta#1888, que se encargó el presbítero Ismael Va­
lencia, hasta 1894; José María López, hasta 1910; y a éste lo sucedió el
i presbítero Benjamín Muñoz, quien ejerció hasta esta semana que se re­
tiró y vinieron a encargarse del carato cuatro Padres de la comunidad
del Corazón de María. y
La feria semestral de ganados se estableció por acuerdo de 20 de
agosto de 1894; se reúne en febrero y agosto de todos los años, y dura ocho
días; a cada una de ellas se sacan a la venta 6,000 cabezas de ganado,
aproximadamente.
Hasta el 31 de diciembre de 1903 Pereira dependió de la Provincia
del Quindío, del Departamento del Cauca, y por la Ley 9 / de ese año se
creó la de Robledo y se le hizo capital. Por la Ley 17, de 11 de abril de
1,905, entró a formar parte del Departamento de Caldas?
La primera imprenta fue establecida en 1909 por Emiliauo Botero, y
hoy está servida'por fuerza eléctrica. En 1914 se trajo otra. Ei primer
periódico qne se publicó fae El Colegio eu 1903, y el segando El Pijao,
pero ambos se editabau en Manizales. El primero publicado aquí fue
EhEsfuerzo, en 1909. Hoy se publican tres noticiosos y el órgano oficial
del Municipio, éste desde 1910.
La Notaría y la Oficina de Registro empezaron a funcionar en abril
de 1891.
El Juzgado de Circuito se creó por la Ley 118 de 1890. Eh septiem­
bre de 1906 se creó el Juzgado 2.°, pero se suprimió en abril de 1908, y fae
restablecido en 1909; en 1913 se pasó éste a Santa Rosa, y en 1916 volvió
a restablecerse dejando el de Santa Rosa.
En 1907 se fundó la Sociedad de San Vicente de Paúl, que tiene una
sola Conferencia y sostiene talleres puestos a cargo de las Hermanas de
la Caridad. Tiene la Sociedad biblioteca de 590 volúmenes para lectura
del público mediante abono mensual de $ 0-20 o alquiler de $ 0-01
diario por cada volumen. Al Bibliotecario se le da el 50 por 100 del pro­
ducto, y el resto alcanza para pagar alquiler de local y para adquirir
nuevas obras. También posee la Sociedad ona casita en un Corregimien­
to, la cual tiene dada a ana familia pobre.
Rufino Gutiérrez 57

, La Oficina Telegráfica se estableció de 1881 a 1882, cuando ya estaba


funcionando la linea entre Oartago y Manizales, y eso porque don Vale­
riano Maralanda ofreció al Inspector Gregorio llíaz dar local y muebles
y completar hasta $ 16, si la Oficina no producía el sueldo del Tele­
grafista. Desde el principio produjo suma mayor. El primer Telegrafista
fue Gabriel Marín. Es repetidora de Marulanda, Belalcázar, San Joaquín
Anserma, Ríosucio y Supía, con Caldas y ADtioquia.
Por arrendamiento de local paga la Nación $ 10 mensuales; $ 50 a
un Jefe; dos Ayudantes, a $ 40; a un Oficial de Recibo, $ 25; dos Carte­
ros, a $ 5, y $ 2-70 para alumbrado. En* el trimestre de septiembre a no­
viembre último se transmitieron 3,634 telegramas particulares, por valor
de $ 729-70; cuatro cables, por $ 20-89, y 559 despachos oficiales. Los por­
teados recibidos en el mismo tiempo fueron 3,765; los oficiales 418 y dos
cablee. Porque no se provee oportunamente de útiles a la Oficina, el papel
que se pone a disposición del público para escribir sus telegramas son di­
minutas tiras de los libros de cuentas y de los cuadros de servicio.
La Administración de Correos se estableció en 1874, a cargo de Enri­
que Posada Gaviria. Tiene un Administrador, con $35 de sueldo; un
Ayudante, con $ 25; para útiles de escritorio, $ 3, y para arrendamiento
de local, $ 7-50. Llegan y se despachan dos correos semanales por el ca­
mino del Qufndío, nao para Manizales, uno para el valle del Cauca, uno
para el valle del Qaindlo y para Apía y demás poblaciones de Occidente.
En los tres últimos meses se vendieron especies postales por valor de
$ 145-60. En septiembre se recibieron 2,919 cartas, 20 recomendados,
3,005 impresos y 7 valores declarados, por $ 24-27; se despacharon 2,716
cartas, 17 recomendados, 1,154 impresos y 16 valores declarado», por
$ 116-70. Los derechos recandados por los giros emitidos en los últimos
tres meses fueron 107, por valor de I 1,431-35.
Tiene el Distrito buen servicio de alumbrado eléctrico, establecido
por una compañía particular, en virtud de contrato de concesión celebra­
do por el Concejo en 30 de octubre de 1913 La empresa está dividida en
4,500 acciones de a $ 10, y el Municipio no es accionista. Tiene ella
$ 20,000 de fondo de reserva, que destina a ensanche del servicio. Desde
el principio compró el Distrito la instalación de 80 lámparas, a $ 8 cada
una, y paga meusualmente por el servicio de ellas $ 40. Además compró
la instalación de 100 focos más, por cuyo servicio no paga nada, y recien­
temente pidió 200 lámparas más, que se instalarán en estos días, y por
ellas pagará el precio de costo y a $ 0-30 por el servicio. Estas últimas
serán de a 100 bujías, y las otras de a 25, pero los empresarios han con­
traído el compromiso de cambiar aquellos 180 focos^por de 100 bujías,
sin recargar el precio de costo y servicio. Los destinados a oficinas públi­
cas y casas de benefice?!cia son 60, y los déinás alumbran las calles y pla­
zas. En ia iglevsia hay 20 de 25 bujías costeados por los fieles y 6 por el
Municipio. Los del Hospital son 12 de 50 bujías, pero los empresarios du­
plicará» gratuitamente e¡ número de ellas. Entre los particulares hay co­
locadas 1,200 lámparas de 10, 18 y 20 bujías, que pagau a $ 0-10, $ 0-45 y
$ 0-50. respectivamente. La instalación les cuesta a $ 5.
La empresa ha hecho contrato por ocho años cou el Muuicipio de
Oartago para llevar allí desde Pereira, a 5 leguas de distancia, luz y fuer­
za; ya están muy^adelantados los trabajos, de manera que dentro de dos
meses se instalará la luz en aquella ciudad. Se ha convenido en dar al
Distrito 300 focos de a 50 bujías, a $ 6 la instalación y a $ 0-25 el servicio
mensual de cada uno, y en no cobrar a los particulares más de $ 8 por
instalación y de $ 0-50 por lámpara de 20 bujías, y si éstas tienen una

v
58 P e r e ir a

mayor o menor fuerza, proporciooalmente. Se calcula en $ 25,000 el costo


de la instalación de la luz en Oartago. Oreen los empresarios poder en­
tenderse con el Concejo para levantar agua del río La Vieja para surtir
la población.
La planta de Pereira está a diez cuadras de la plaza, servida por
agua tomada del río Otún, tiene acueducto capaz para 600 litros por se­
gundo, una caída de 65 metros de altura vertical, y puede desarrollar 1,500
caballos de fuerza, pero el montaje actual sólo es para 300; para asegu­
rar el servicio la planta consta de dos unidades. Se utiliza la energía
para dos trilladoras de cafó, que no pagan impuesto, de propiedad de la
misma empresa, para una imprenta, tres carpinterías y dos cerrajerías.
Por esto se cobra a $ 3 el caballo.
La Empresa se obligó en el contrato con Pereira a no retirar del ser-
—vicio público la energía sino dos horas en el día, y por eso en muchas
casas la usan para reverberos y para planchas, sin pagar comúnmente, y
cuando les cobran es $ 0-50 por mes.
Parten de la cabecera caminos por Santa Rosa y por Marsella para
Manizales; para Medellin por la Virginia; para el valle del Oauca por
Cartago, y para el Tolima y Bogotá por Salento y por Oalarcá.
El presupuesto de rentas para 1918 sube a $ 46,119. Los impuestos
de juegos permitidos, rifas, espectáculos públicos, feria semanal de gana­
dos, depósito de pieles, servicio de matadero de ganado mayor y menor,
degüello del menor e introducción de mercancías están rematados en
conjunto por $ 609 mensuales.La partida votada para instrucción pública
es $ 3,139; la de obras públicas, $ 22,839-40, y la de beneficencia, $ 3,620.
Hay estos establecimientos de enseñanza:
Colegio oficial de varones, en local del Municipio, con un Rector, un
Vicerrector, un Prefecto, un Pasante y tres Profesores, para quienes da el
Departamento %270 mensuales y el Municipio $ 50. Matrículas, 64.
Colegio oficial de señoritas, en local alquilado que paga el Municipio,
con una Directora que gana 8 70 y una Subdirectora, $ 50, costeadas por
el Departamento. El Distrito da $ 30 para pago de Profesoras, pero no
las hay de corte y costura. Matrículas, 60.
Escuela urbana de varones, con un Director, que gana $ 50 mensuales,
y seis Maestros, a $ 40, en local del Distrito. Matrículas, 339.
Escuela urbana de niñas, a cargo de siete Hermanas de la Caridad,
que ganan a $ 20. El local es del Municipio, y las matrículas, 400.
Escuela nocturna en el local de la de varones, con tres Maestros, a
quienes paga el Departamento a 8 10. Asistencia, 122.
Las Escuelas rurales, todas en locales propios, son tres de varones,
tres de niñas y ocho alternadas, con 477 varones y 495 mujeres.
La Escuela anexa a los talleres de San Vicente, auxiliada por el De­
partamento con el local y $ 25 para un Maestro. Matrículas, 25.
Intituto Caldas, Colegio privado de varones, donde se cobra pensión
de $ 5 mensuales, con un Director, un Subdirector y 22 matrículas.
Instituto Murillo Toro, privado, con au Director, un Subdirector y 38
matrículas. Pensión, $4.
Enseñanza Popular. Escuela privada con 16 alumnos, que pagan
a $ 2.
Colegio privado de María, de señoritas, con 42 alumnas, que pagan
a $ 1-50; y
Colegio privado de Nuestra Señora del Carmen, mixto, con 45 alum­
nos, que pagan a 8 1-50.
Los estudiantes en el Distrito son 2,145.
R u fin o G u tié r r e z 59

El edificio del Colegio oficial de varones es una casa casi en ruinas,


malísimamente dispuesta para el objeto a que se la tiene destinada, y es­
trecha. Lo que llaman biblioteca son unos 50 volúmenes de textos repeti­
dos, como para Escuela secundaria. El mobiliario, el excusado, las cercas
del patio, solar, etc., no las envidiaría un pueblo de tercera o cuarta ca
tegoría.
El local de la Escuela de niñas, de dos pisos, es bastante bueno, pero
está inconcluso; la capilla es un salón graade, mal pavimentado, y los
salones de aulas tienen pocos y uo malos muebles. Hay un gran solar sin
cultivo. A este local se pasarán en febrero los talleres de San Vicente,
que se componen de telares y de máquinas de coser. Carece la Escuela, de
inodoros, y tiene mucha agua.
El local de la Escuela de varones, grande, de un piso, está poco más
o menos en las mismas condiciones del anterior.
Doce vecinos de diferentes filiaciones políticas fundaron el Instituto
Caldas, y a su costa están levantando ua edificio grande, cómodo y bien
distribuido, que va tan adelantado Que ya funciona allí el Colegio. Tiene
extenso lote, en que se sembrarán jardín y huerta, y habrá patio de ejer
cicios gimnásticos.4 Está dotado de baenos pupitres y de excusados inodo­
ros, y a pesar de que tiene agua no se le harán baños porque a 200 metros
corre el río Otón.
El hospital fue obra iniciada por Delfín Cano y Carlos Echeverri en
1897, en local cedido por el Distrito, y se llama San Jorge. Lo auxiliaban
la Nación y el Departamento con $ 17 y $ 35, respectivamente; pero ya
se suspendieron esos auxilios. El Distrito costea cinco Hermanas de la
Caridad, un médico, el Sindicó y los gastos especiales, como drogas y
atención de virolentos, sifilíticos y mujeres con enfermedades venéreas, y
además cede el producto de la renta de registro, que asciende anualmente
a unos $ 2,000.
El edificio, construido en un lote de dos fauegadas donde hay jardín
muy bien cultivado, huerta y sementeras de caña y plátanos, es grande,
de tres tramos que no forman claustro. Hay departamentos separados
para los dos sexos, abuDdanciá de agua, excusados y baño3 para cada
uno de estos departamentos y para las Hermanas, cuarto de operaciones
sin instrumental, uua capilla chica, que está al servicio del público, boti­
quín regularmente provisto, suficientes cam *s buenas y bien tendidas, y
piezas para pensionados. Hay 25 enfermos varones y 18 mujeres, entre
aquéllos dos presos a quienes se asiste por los $ 0-20 de su ración diaria.
Los pensionados pagan $ 0-80 diarios.
Las propiedades del Municipio y su avalúo, son:
Oasa consistorial, $ 12,000; Escuela de varones, $ 7,000; Escuela de
niñas, $ 25,000; doce locales para Escuelas rurales, $ 6,000; Colegio ofi­
cial de varones, $ 4,000; lote para ferias semestrales, $ 6,000; una casita
y un lote en la calle de Del Corral, <$ 2,000; matadero, $ 1,500; Hospital,
$ 10,000; acciones en la empresa del acueducto, $ 10,950; un solar para
edificar loca! para Escuela de un Corregimiento, $ 14; local de la Inspec­
toría del mismo, $ 300, y solar para ferias semanales de ganado, $ 700.
El salón del Concejo es estrecho y de muy modesto mobiliario, en la
casa consistorial. Está situada en la plaza principal, es de dos pisos, có­
moda pero desairada y mal conservada. Allí está la Cárcel, incómoda y
poco segura. No pagan arrendamiento la Nación ni el Departamento por
tener allí sns presos.
\ Esta última entidad construye, y ya está adelantando, en lote cedido
por el Distrito, un gran edificio de dos pisos, de los cuales el primero
60 Pereira
u .
será de ladrillo y ca!, y el segando de madera. La planta baja está divi.
dida en cómodos departamentos para los presos de diferentes condiciones
y sexos y para los vigilantes y empleados superiores, y en la alta se alo­
jarán las oficinas nacionales y departamentales.
No hay más templos que la iglesia parroquial y las dos capillas de
la Escuela de ninas y del Hospital. Aquélla tiene 85 metros de fondo y
27 de aqcho. sin atrio. Su reconstrucción está bastante adelantada, pero
carece todavía de cúpula, E' frontis está inconcluso, y tiene una torre que
no hace juego con el cuerpo de la iglesia. Sus muros y las columnas que
forman las naves son de ladrillo y cal, y el techo, muy alto, de excelente
madera trabajada con arte. El altar y los cuadros de las estaciones son
pobrísimos, y el pavimento, de tierra sin apisonar siquiera.
La plaza principal, llamada de Bolívar, es limpia, sin empedrar y ca­
rece de pila ; estjí bordeada de naranjos ; todas las casas que la rodean,
meDos una, son de dos pisos, y tiene la particularidad de que el agua
lluvia que en ella cae corre a un tiempo por todas las ocho calles que
desembocan en sus ángulos. En esa plaza se hace el mercado dos veces
por semana^ el cu*) es bastante concurrido y abastecido.
El lote en que se hacen las ferias semestrales desganado tiene 30(1
por 100 metros.
Oon el nombre de Parque de la Libertad hay uno bonito, con verja
de hierro, quiosco y escaños, de calles muy estrechas, que se empezó a
formar por iniciativa de la Junta de Ornato y Embellecimiento, que es
hoy la de Mejoras Públicas. La verja costó $ 6,000, y para ese gasto sólo
tuvo que contribuir el Municipio con $ 1,500.
Lo que aquí llaman teatro es na patio con galería baja eu tres de los
costados, y en el otro un tramo baio, que sirve de esceuario. El patio, al
aire libre, tiene unas tablas que hacen las veces de lunetas. Ea la galería
alta hay unos pocos taburetes y naneas.
En unos libros he visto que dan a Pereira uua altura de 1,418 metros
sobre el nivel del mar y 21° de temperatura; eu ofcro3, 1,450 y 20°; en otros,
1,424 y 20°, respectivamente.
Begún los censos, en 1870 tenía 634 habitantes; 10,000, en 1892, en
1905 alcanzó a 19,036, y en 1912 bajó a 18.428 (1).
Según datos que pude recoger, hay 15,695 cabezas de ganado vacu­
no, 2,266 caballar y mular, 1.948.260 matas de café, 4,207 fanegadas de
pasto natural, 11,100 de pastos artificiales; 6 máquinas para beneficiar
600 fanegadas de caña, servidas por faerza hidráulica, y varios trapiches
servidos por fuerza animal, que benefician 400 fanegadas de caña; 8,100
árboles de cacao.
Hay dos automóviles y dos coches, que no se ponen en movimiento
cuando llueve, porque los caminos se hacen intransitables, y ocho carros
que hacen el aseo de una de las trilladoras.
Los principales establecimientos industriales son :
Una trilladora, servida por eoergía eléctrica, montada el 16 de enero y
de 1913, en la cual se benefician diariamente 80 cargas de café y se es­
coge) 100 bultos por'seteota mujeres, a quienes se paga $ 0-06 por me­
dida de poco más de arroba, y hay otras doce empleadas a quienes se da
jornal de $ 0-30; además cinco trilladoras movidas por agua.
Quince zapaterías.
Cuatro talabarterías.
Diez carpinterías.
(1) E l censo de 1918 le da 23,584 habitantes.
/
Rufino Gutiérrez 61

Cinco agencias mortuorias.


Ocho herrerías.
Una cigarrería.
Nueve sastreriRS.
Tres fotografías.
Seis boticas.
Oíu c qdeutisterías. i
Tres hoteles.
Una fábrica de jabón.
Una de bebidas gaseosas.
Una cnrtimbre. *
Dos encuadernaciones muy favorecidas por las oficinas públicas,
pues hacen encuadernar los principales legajos de los archivos,
Cuatro panaderías.
Ejercen sus profesiones cuatro mé licos graduados, dos abogados y
cuatro ^ingenieros.
Las casa£ importadoras son diez, y las exportadoras ocho. En 1916 se
exportaron 7,428 pieles y 47,520 sacos de café. Lis exportaciones se ha­
cen por el puerto de Buenaventura.
Hay establecidos en ia población uu alemán, un francés y cinco sirios.
En lo que va corrido de este año se han denunciado 347 plantacio­
nes de tabaco, con 468,444 matas. Esta renta produjo en el segundo se­
mestre de 1916.$ 17,460-10. El impuesto que se paga es $ 0-62y por ki
logramo, pero se devuelve el correspondiente a las venas de las hojas
cuando las presentan oara ser incineradas. Se calcula que las venas re­
presentan el 20 por 100 del peso, y que una mata del mal tabaco en
aquella regióu prodace un kilogramo. A pesar de algunas disposiciones
como esta de las venas, la renta de tabaco es may prodactiva y va me­
jorando de día en día.
La de licores está rematada en !a Provincia, y 4o correspondiente al
Municipio alcanza a $ 4,644-70 mensuales; el aguardiente se vende en el
estanco a $ 0-85 botella de 720 gramos.
La provisión de timbre nacional resulta difícil para el público por
que el expendio está en el interior de una casa de habitación. En los pri­
meros once meses de este año se vendieron especies por $ 4,071-17.
El catastro de 1913 da a la propiedad raíz el valor de $ 1.749,191, y
$ 441,470 a los semovientes.
Las casas de juego permitidas son nna gallera y cuatro billares.
En noviembre último se consumieron 394 cabezas de ganado mayor,
de ellas 156 hembras. El consumo de ganado menor está rematado, y se
calcóla que se benefician unas 400 cabezas al mes.
En 1916 se consumieron 3,7715 cabezas del ganado mayor y 4,780 del
menor. Aquél paga impuesto de $ 2-40 la hembra y $ 2 el macho, y éste $ 1.
De enero a octubre del presente año hubo 1,001 nacimientos, de ellos
190 hijos naturales, 300 defunciones y 122 matrimonios.
En los mismos diez meses ^se suscribieron en la Notaría 928 instru­
mentos por $ 373,087, que pagaron $ 1,853-47 por derecho de registro.
No elaboran minas de oro. Hay cuatro fuentes de agna salada, que
producen unas treinta arrobas de sal de bneua calidad por día.
Prestan el servicio de policía y de serenos doce ageutes del Departa­
mento y quince del Distrito, todos ellos uniformados. Este costea una
banda de música creada por al Junta de Embellecimiento.
El servicio de aseo lo prestan, bastante mal, los presos.
El alcantarillado es obra de particulares.
62 P e r e ir a

Me llamó desagradablemente la atención el ver en la calle principal


de población tau notable, dando de comer a caballerías, y que para no-
desperdiciar el maíz que éstas regaban, sacaran cerdos a que lo aprove­
charan.
El movimiento comercial es dé muy regulad animación.
Es atrayente el aspecto del poblado, asentado en un bonito y ameno
valle; consta de 350 manzanas, de 85 metro-i de lado, con calles y carreras
de 8 metros 50 centímetros de anchura. Las calles son de Norte a Sur, y
las carreras de Oriente a Occidente; aquéllas con nombres de próceres de
la Independencia, y éstas con nombres indígenas en su mayor parte. De
esas manzanas no son muchas las que están compactamente edificadas,
y sí las bastante despobladas. En diciembre de 1916 había 970 casas, y
de ellas 130 de dos pisos. Las calles más centrales están empedradas, y
algunas macadamizadas. Las aceras son anchas en lo general, algunas de
cemento y la mayor parte de ladrillo; unas de material de buena calidad y
en otras tan malo, que se deshace con la llavia y el tránsito.
Muy contados son los edificios cuya construcción no sea íntegramen­
te de madera y guadua, por el estilo de los de Manizales, y las excepcio­
nes las constituyen los pocos de dos cuerpos que tienen el bajo de ladri­
llo o adobe. Los del centro son todos de techo de teja de barro.
El clima de la localidad puede considerarse bueno, y se nota bienes­
tar en el vecindario, a pesar de que la propiedad, en la mayor extensión
del Municipio, está poco repartida, y de que las principales industrias son
la ganadería y el cultivo de café.
De Pereira no puede hablarse sin recordar los nombres de don Loren­
zo Jaramillo y de don Juan María y don Valeriano Marulanda, oriundos
de Sonsón, a quienes debe el mayor impulso que ha recibido para su sor­
prendente progreso, y los más nobles ejemplos de laboriosidad y rectitud.
Ellos, luchando con una naturaleza bravia, en ocasiones se veían obliga­
dos a sostener las cuadrillas de peones que descuajaban el bosque virgen
con el hacha en una mano y en la otra el arma para defenderse de rivali­
dades y envidias que despertaba una invasión que convertía desiertos
en emporios de riqueza. A dondequiera que se vuelva la vista desde Ma­
nizales hasta las orillas del río La Vieja, se ven los benéficos resultados
del ejemplo y del capital del señor Jaramillo.
Se ha cumplido y seguirá cumpliéndose la profesía del Oidor Mon y
Velarde en comunicación dirigida a 1 Virrey a fines del siglo antepasado,
no sólo en lo que entonces formaba la Provincia de Antioquia, sino en-,
todas las regiones del país donde se establecen los hijos del pueblo a
quienes aquel célebre Oidor organizó e impulsó por la vía del progreso.
Decía é l:
“ Aquella Provincia, la más atiasada del Reino, llegará a ser un día
la más opulenta.”
Tenía yo vivo deseo de conocer lo hecho en el ferrocarril de Caldas,
pero dio la mala fortuna de que cuando llegué a la estación terminal no
había tren que se moviera, y las constantes lluvias y mi corta permanen­
cia en Oartago no me permitieron ir a la línea, y cuando fui a tomar el
vapor en el río Cauca, era día feriado y no había tren.
En Manizales obtuve estos datos sobre la obra: hay construidos y
en servicio desde la estación de Puerto Caldas, a orilla del río Cauca,
hasta la estación Villegas, frente a Oartago, 10 kilómetros. Se cuenta
con rieles para 10 más, y está hecho el banqueo en 3. La gradiente ma­
yor es del 2 por 100 compensada ; los rieles son de 55 libras yarda lineal.-
La carrilera es de 3 pies entre rieles.
R u fin o G u tié rr e z 63

El servicio se iDaugnró el 20 de julio último, y de entonces a noviem­


bre se han movido 8,816 pasajeros, 281 toneladas y 241 kilogramos de
carga de importación y 482 toneladas y 534 kilogramos de exportación.
Se hace el servicio con una locomotora, un carro para pasajeros de
primera, ocho vagones de carga y ocho plataformas, las cuales se apro
vechan para pasajaros de tercera, poniéndoles cubierta cuando es nece­
sario. Los pasajeros pagan $ 0-15, $0-12 y $ 0-05, según la clase de pa­
saje ; el ganado mayor, $ 0-15, y el menor, $ 0-12; carga de primera clase
paga $ 0-12 la tonelada por kilómetro; la de seganda, $ 0-10, y la de ter­
cera, $ 0-05.
El trazado lo hizo el ingeniero Luis A. Isaza. Toda la línea hasta
Manizales, pasando por Pereira, Santa Rosa de Cabal y San Francisco,
tendrá 128 kilómetros. Para atender a los gastos de construcción se cuen­
ta con el producto de la renta de tabaco del Departamento de Caldas,
menos el 7 por 100 que corresponde a los Distritos; con los $ 15,000 que
da la Nación por cada kilómetro que se construye ; con una parte del su­
perávit del Tesoro del Departamento, que en el año pasado alcanzó a
$ 45,000, loque le correspondió al ferrocarril, y con parte, que fluctúa en­
tre $ 127 y $ 15,000 mensuales, de lo destinado a gastos generales.
La estación Villegas, a la orilla del río La Vieja, y a muy corta dis­
tancia de Cartago, pero en terreno que corresponde al Departamento de
Caldas, recibió su nombre para hacer merecido honor al actual Goberna­
dor de esta Sección, don José Ignacio Villegas, a quien debe la obra casi
todo lo que en ella se ha hecho. Es un edificio grande, de baharequey techo
metálico, con todas las dependencias necesarias para oficinas y vivienda
de empleados y bodegas. Tiene teléfono para la comunicación con Puerto
Caldas.
Cuando esta línea avance unos 20 kilómetros más y éntre a la parte
bien cultivada de Pereira, el movimiento local tendrá un desarrollo seme­
jante al que hemos visto progresar en proporción geométrica entre Bogo­
tá y Nemocón, en el ferrocarril de Amagá y en la Provincia de Tequen-
dama, y a medida que avance la obra avanzarán más y más el desenvol­
vimiento de la riqueza pública y el consiguiente tráfico local; y cuando
vengan a unírsele el ferrocarril del Pacífico en su curso hacia Bogotá y
el de Amagá, que ha de comunicar a Medellin con Buenaventura, todo lo
cual, Dios mediante, hemos de verlo no muy tarde, entonces esta línea
vendrá a ser una de las de más poderoso movimiento.
Por ahora, y mientras no pueda recibir por vía férrea carbón mine­
ral del Valle del Cauca y de Angelópolis y Amagá, tropieza con la grave
dificultad de la escasez y carestía de combustible, porque atravesará
una región donde aún no se han hallado yacimientos carboníferos y don­
de los bosques están talados hasta grandes distancias para establecer
dehesas y cultivos agrícolas.
No debe olvidarse que el iniciador de este ferrocarril fue don Ramón
Jaramillo, cuando estuvo de Gobernador de Caldas en 1911.

CARTAGO
Cartago, enero l.° de 1918
Mientras sale vapor para Cali y hago el viaje en él, aprovecho el
tiempo para empezar a dar algunas noticias sobre esta ciudad de Oarta-
go, llamada a prosperar notablemente cuando el ferrocarril de Amagá
venga a unirse aquí con el del Pacífico, que irá a enlazarse con el de Iba-

\
64 G a rta g o

gué y con el que construye el Departamento de Caldas, y mucho más, si


como ha de suceder algún día, esta ciudad se convierte en puerto fluvial
porque la draga que hay en el Cauca, que bien poco hace, se destine por
algún tiempo a limpiar y rectificar el curso del río La Vieja, que creo
puede hacerse navegable por vapores con poco esfuerzo.
Salí de Pereira, que dista de aquí cinco leguas, el día 29. El camino,
bastante llano, lo encontré en regular estado. Sólo había unos pocos malos
pasos formados en el invierno que terminó, los cuales están componiendo
cuadrillas de peones.
En las dos primeras horas de marcha es muy. poblada y cultivada la
región que atraviesa la vía, porque la propiedad está bastante repartida ;
y en adelante disminuyen la población y los cultivos a causa de las gran­
des propiedades, casi todas ellas convertidas en dehesas de pastos artifi­
ciales. En esta parte tienen malos colores los habitantes, y ya un número
no corto de ellos es de negros y mulatos. *
La línea telegráfica viene sobre postes de guadua y palos delgados,
de mala calidad.
El río La Vieja se pasa por un puente colgante llamado primero Mau­
ricio y hoy Bolívar, de 84 metros de largo, que fue construido en 1884
mediante privilegio por veitieinco. años, concedido a los señores Ristchet
y Gartner. Sin terminarse el privilegio se hizo un convenio con los con­
cesionarios para tomarles sus derechos; al entrar Pereira a formar parte
del Departamento de Caldas, éste recibió parte del producto del pontaz­
go, y más tarde,—no pude averiguar en virtud de qué arreglo—quedó
por cuenta del Municipio de Cartago, y todo lo que produce está destina­
do a la instrucción pública, la mitad al Colegio de María Auxiliadora, de
señoritas. En el año pasado, hasta al 19 de diciembre, produjo $ 8,347-90,
cobrando $ 0-05 por persona, por carga y por cabeza de ganado de cual
quier clase.
Desde que salí de Bogotá en lugar alguno se ha registrado mi equi­
paje, como me sucedió en la Costa Atlántica en Cartagena, Barranquilla,
Santa Marta, Calamar y Ciénaga, ni se cobra pontazgo más que en el
Tolima, en el río Gualí, y al entrar al Departamento del Valle.
El descubridor de estas regiones fue Francisco Cieza, teniente de
Sebastián de Belalcázar, en 1636; y Jorge Robledo, enviado por el mismo
Belalcázar, las conquistó en 1587. Al río se le puso el nombre de La Vie­
ja, porque, según los cronistas, los conquistadores encontraron en la orilla
de él una anciana de más de cien años adornada con valiosos dijes de oro.
En el lugar que ocupa hoy la población de Pereira, a orillas del río
Otún, en tierras del Cacique üonsota, de la familia de los Quimbayas,
fundó Jorge Robledo el lunes 10 de enero de 1541 una ciudad a la cual
puso el nombre de Cartago. En el acta de erección dijo que hacía la fun­
dación “por cuanto esta dicha ciudad estaba fundada en nombre del Mar
qués don Francisco Pizarro al tiempo que dicha fundación no tuvo poder
para ello el dicho señor teniente” (el mismo Robledo).
La anterior fundación la había hecho Suer de Nava el 9 de agosto de
1540 de oí den de Robledo, como teniente jde Belalcázar, quien a su vez
era Teniente de Pizarro; y en 1541 la repitió Robledo en el propio asien­
to en nombre de don Pascual de Andagoya, Capitán General de las Pro­
vincias del San Juan y del Berú. El acta dice que la fundación se hace en
el asiento del Cacique Oonsota. Se le puso el nombre de Cartago, porque
con Robledo venían algunos soldados procedentes de Cartagena de In ­
dias. La capilla que se levantó se puso bajo la advocación de San Jorge.
Robledo funcionó como Capitán General hasta el 16 de marzo de 1643
/
R u fin o G u tié rr e z 65

que llegó Pedro de Ayala, nombrado para ese cargo por Belalcázar, do
quien dependía, y no de Andagoya, ese territorio. Ayala fue reemplazado
el 9 de julio siguiente por Francisco de Eodas, nombrado Teniente de
Gobernador y Capitán General por el mismo Belalcázar, y feudas fae
reemplazado naeve días después en la misma forma. Estos frecuentes
cambios eran motivados por el temor de que los tenientes al realizar la
conquista de un nuevo territorio se independizaran de sus Jefes, como
acababa de hacerlo Belalcázar con Pizarro.
Después de despojado Robledo marchó para España, y de allí regresó
con el nombramiento de Gobernador de lo que había descubierto y con­
quistado, y se presentó en Oartago, cuyo Cabildo lo reconoció “ cediendo
a la fuerza,” como lo expresó en el acta respectiva.
En los primeros años tuvo importancia la ciudad, porque era el cen­
tro de operaciones sobre la rica Provincia de los quimbayas.
En 1565 el Rey Felipe n le concedió el escudo de armas, y ya había
allí un convento de Franciscanos, y también hubo tresJglesias, pero de­
bieron de ser edificaciones may ligeras, porque no quedaron restos apre­
ciables de ellas. En 1601 le causaron graves perjuicios los pijaoR, quienes
venían hostilizándola de tiempo atrás. En 1603 Jos mismos indios pusie­
ron sitio a la ciudad; de allí siguieron a atacar a Ibagué; y entonces el
Gobernador de Popayán ordenó levantar faerzas en Oartago para ir
a perseguir a loa indios en combinación con las fuerzas de Ibagué y To-
caima. Ese mismo año representaron los vecinos a la Audiencia para de­
cirle que los indios los tenían sitiados, sin dejarles pasar víveres, que les
mataban los ganados, y agregaban que estaban resueltos a emigrar. Ya
desde el año anterior de 1602 los vecinos habían tenido que cercar de ta­
pias todo el poblado, que era pajizo, para defenderse más fácilmente de
los ataques de los indios, y habían tenido que recogerse allí con todo lo
que pudieron escapar de esos ataques.
La hostilidad de los pijaos, la despoblación de indios de trabajo a
causa de las pestes, especialmente de la de viruela, y de las duras labores
a que los sometían los conquistadores en el laboreo de las minas y de las
tierras, y muy particularmente el incremento que iba tomando un caserío
que se formaba en pleno valle, a orillas del río La Vieja, hicieron que el
día 21 de abril de 1691 todos los vecinos se trasladaran en solemne pro­
cesión, presididos por la imagen de la Virgen de la Pobreza, al lugar que
hoy ocupa Oartago, que tenía la ventaja, entre otras, de uo estar aislado
como el que abandonaron, sino en vía que comunicaba a la capital del
Nuevo Reino de Granada con el sur de éste y con el Perá, lo mismo que
con el Chocó y las ciudades de Anserma, Antioquia y Toro. El camino del
Quindío ya había sido abierto por el Capitán Melchor de Valdés cuande fue
comisionado por el Gobernador de Popayán para perseguir a los pijaos.
El Cosmógrafo Mayor de Indias, don Juan López de Velasco, en su
descripción geográfica del siglo XVI, dice que Cartagode 1572 a 1575 era
pueblo de 17 vecinos encomenderos y los demás pobladores, y tratantes
otros tantos, con 4,000 indios tributarios, casa de fandición, Teniente de
Gobernador y dos Alcaldes Ordinarios. Agrega que estaban en la juris­
dicción de la ciudad estos pueblos de indios: Tanipa, Lasegue, Noguo,
Co, Porraaga, Pegoyago, Taguambí, Tuscunda, Sautoma, Utanquea,
Pindaña, Quindo, Yamba, Sosaquibi, Pión, Oosota, Tarita, Crabamuy,
Chimbati, Sasacua, Andio, Gorrones, Tamansi, Ooinza, Tocaromisi, Pe-
rambosa, Permasí, Imato, Zango, Sasapa, Junilloy elpatán.
Monografías—Tomo 2?—5
66 Cartago

De aquellos indios no queda uno solo descendiente en el valle del


Quindío, y ni siquiera se conserva memoria de más de dos o tres de los
nombres de sus caseríos.
Fray Jerónimo de Escobar, quien fue Cura y Vicario de Gartago de
1572 a 1573, y Procurador de la Diócesis de Popayán más tarde, escribió
una interesante relación sobre la Provincia de Popayán. En ella dice de
Gartago:
“Este pueblo está cercado de una montaña tan áspera de cañave­
ral, de UDas cañas muy gruesas, que dura más de diez leguas, no se ve
el pueblo hasta queestá en él.”
Guando el Padre Escobar escribió su relacióü, por allá en 1583, el
Gura de Gartago era el Maestro Alonso Gutiérrez, y había en esta tierra
1,500 indios. Agrega la relación: “es tierra de mucho ganado de vacas,
aunque tiene poco valor.” El Padre Escobar fue nombrado Obispo de Ni­
caragua, pero murió antes de posesionarse.
Después de mucha lucha y oposición, la Audiencia concedió la licen­
cia para la traslación al lugar que se llamaba Las Sabanas, y así se veri­
ficó en la fecha citada. Todo se llevó al nuevo asiento: paramentos de las
iglesias, muebles de casas particulares, todo lo aprovechable; y la vieja
ciudad quedó completamente desierta a los cimento cincuenta años de fan­
dada, de la cual se habían ido retirando la mayor parte de los vecinos
atraídos por la ventaja que el nuevo lugar les proporcionaba para sus ne­
gocios. Ya en éste había una iglesia, adonde con frecuencia venía el
Gura de Gartago a administrar los sacramentos, lo mismo que a la capilla
que ya existía en lugar cercano, que desde entonces se llama Santa Ana.
Hecha la traslación, figuró como primer Gura doctrinero de que se ten­
ga noticia, el Licenciado Francisco de Mora Maldonado; sin embargo, hay
constancia de que el Gura y Vicario de la parroquia abandonada era el
doctor don Manuel de Oastro y Mendoza, quien hizo el primer bautizo el
l.° de marzo de 1691 en la iglesia pajiza de San José, que se había levan­
tado en el mismo lugar que hoy ocupa la matriz; y ya entonces estaban
demarcadas plazas y calles y existía una casa de teja de barro. El 22 de di­
ciembre de 1701 compró^el Distrito, con fondos colectados entre los veci­
nos, una grande extensión de terrenos para el servicio del común.
A mediados del siglo xv m había prosperado tántoel nuevo Gartago,
que había cinco parroquias bajo su dependencia: la del poblado, la de
Santa Ana, la de Santa Bárbara del llano deBuga (hoy Zaragoza), la del
Naranjo y la de Los Micos o La Victoria. Estos dos últimos lugares son hoy
cabeceras de Distrito, y los dos anteriores no tienen Gura en la actualidad,
y son Corregimientos de Gartago, pues desde la Colonia se anexaron a la
parroquia de esta ciudad.
Hecha la traslación, se trajeron aquí las cajas reales de ^nserma, y
se estableció Administración de Correos.
A fines del mismo siglo fundó la primera escuela don Lázaro Gardea.
quien la dotó con rentas suficientes.
El 26 de julio de 3813 combatió en Las Gañas o Cerrogordo el Gene­
ral Serviez con fuerzas realistas al mandode don Juan Sámano, y triunfó
éste. Serviez huyó por la montaña y fue a parar a Ibagué casi solo.
Al tenerse noticia en la ciudad de la muerte del Libertador, en 1830,
se la celebró con suntuoso baile en casa deda familia Durán.
El Cabildo, presidido por don José Antonio Mazuera, envió un acta al
Coronel Fiancisco W arieta cuando en 1816 iba éste de Antioquia hacia el
Cauca, poniéndose con el vecindario a las órdenes del Rey de España, y
Rufino Gutiérrez 67

el C om andite de la fuerza patriota qoe había en la ciudad, don Pedro


José M urgueítio, ofreció al mismo Jefe español esa fuerza y juró al Rey.
El 10 de octubre de 1839 batió en este lugar el Coronel patriota José
María üancino al Comandante realista Simón Muñoz.
El 16 de abril de 1832 ocupó a Oartago el Coronel Salvador Córdoba,
y asumió el mando4e la primera columna que debía abrir operaciones
sobre las fuerzas del Ecuador que ocupaban e\ puerto de Buenaventura.
Cartago, que había sido arrastrado como el resto del Cauca por el
movimiento de anexión al Ecuador, había vuelto el 28 de febrero de aquel
año a incorporarse a la Nueva Granada. >
Por disposición del Gobierno Nacional el Coronel Joaquín Posada
Gutiérrez marchó de Ibagué con una columna de 800 hombres contra
los revolucionarios que comandaba el General José María Obando, y ocu­
pó a Oartago el 18 de marzo de 1841. Obando pidió auxilio al Coronel
Salvador Córdoba, quien se habla levantado contra el Gobierno y apode­
rado de Antioquia; Córdoba marchó inmediatamente en auxilio del Jefe
rebelde, dejando encargado del Gobierno de Antioquía al Coronel José
María Vesga. Sabedor Posada de que se movían contra él las faerzasde
Obando y de Córdoba, abandonó la ciudad en la madrugada del 3 de abril
y emprendió retirada para Ibagué. Córdoba ocupó la ciudad ese mismo
día por la noche, y Obando llegó allí el 5.
Los desastres que, sufrieron los revolucionarios comandados por el
Coronel Vesga en Salamina, el 5 de marzo, y en Ríofrío las fuerzas del Co­
ronel Sánchez, le desconcertaron y levantaron el ánimo de los amigos del
Gobierno legítimo, los cuales se pusieron en armas en las cercanías de
Oartago. En la tarde del 22 emprendió marcha Córdoba hacia el Sur, acom­
pañado por su cuñado don Manuel Antonio Jaramillo y su Secreta­
rio el doctor Manuel Camacho; se alojaron en una casa en Pedro Sánehez,
y a la media noche fueron hechos prisioneros allí por el Capitán legiti-
mista Juan N. Pinto y llevados a Cartago, donde se entregó con !a redu­
cida fuerza que comandaba el Sargento Mayor Bibiano Robledo.
El l.° de junio fueron despachados todos los presos para Ibagué,
adonde llegaron el 9, pero de allí los devolvieron a Cartago, adonde llega­
ron en la tarde del 7 de julio, a ponerlos a disposición del Genera! Tomás
Cipriano de Mosquera, por orden del Secretario del Interior.
Los principales vecinos de varias poblaciones del Cauca, militares y
civiles amigos del Gobierno, hicieron representaciones a éste en solicitad
de gracia para el Coronel Córdoba; sin embargo, el día 8 de julio, a las sie­
te de la mañana, fue fusilado por orden verbal del General Mosquera*
junto con su cañado don Manuel Antonio Jaramillo; su Secretario, el
doctor Manuel Camacho; el Comandante Bibiano Robledo; el Capitán José
María Ayala; el Coronel Juan de la Cruz González, y el Teniente José
Antonio Castrillón, todos sentados en un escaño que colocaron en el cos­
tado sur de la plaza de Cartago, frente a la casa que ocupaba el General
Mosquera.
El Coronel Córdoba murió con el mismo éereno y elevado espíritu que
Ioyacompañó en todos los trances de la vida, y como ferviente cristiano. Por
la noche, cuando estaba en capilla, recordaría él la noble y humana con­
ducta que observó con los 13 Jefes y Oficiales y los LIO soldados que
hizo prisioneros en el combate de Abejorral el 14 de abril de 1831, y la
carta que el General José María Obando le dirigió con tal motivo de Oa-
loto el 23 del mismo mes, en la cual le decía:
“No sé cómo pintarle a usted el gozo que sentí cuando supe que se
había usted rescatado de ese mal extranjero Castelli. Después supe sus
68 C a rta g o

primeros progresos, y ayer recibí de Popayán la noticia de usted desde


Abejorral el 14, después de terminada la facción de ese malvado que debe
usted fn8ilar en el acto, lo mismo que a cuanto malvado ha oprimido esa
tierra. Fusile usted, fusile usted, fusile usted, fasile, fasile, fusile antes
que el Gobierno ande con lástimas. Yo habría hecho lo mismo con todos
los prisioneros que hice en Palmira, pero la prisión de usted fueron mis
grillos y mi freuo; sin embargo, a todos los tengo aquí y los llevo a fusi­
lar en la marcha para Bogotá.”
El 23.de febrero de 1848 nació aquí ef doctor Adolfo Perea, Obispo
que fue de Pasto.
El 24 de agosto de 1854 hubo aquí otro hecho de armas.
El 28 de enero de I860 hubo un combate entre las fuerzas revolucio­
narias que apoyaban al General Tomás Cipriano de Mosquera y las legi­
timistas; quedaron derrotadas aquéllas y muerto el General Pedro José
Murgueítio. Las fuerzas legitimistas estaban comandadas por el coronel
Manuel A. Pizarro.
El 18de septiembre de 1862 atacaron las fuerzas legitimistas queco-
mandaba el Genera! Braulio Henao a las revolucionarias al mando del
General Santos Gutiérrez, que estaban atrincheradas en el campo de
Santa Bárbara, cercano a la ciudad, y fueron completamente. vencidas
aquéllas, habiendo perdido allí la vida el doctor Rafael María Giraldo,
Gobernador de Antioquia.
Cuando el llustrísimo señor Obispo de Antioquia, don Domingo An­
tonio Riaño, fue extrañado por el General Tomás Cipriano de Mosquera,
porque no se sometió a sus decretos sobre inspección de coitos y tuición,
el virtuoso Prelado escribió el diario de su viaje, y en él dice que el 8 de
enero de 1863 llegó a Cartago a las doce del día; que lo detuvieron en
la entrada de la población bajo unos árboles, para dar aviso ai Gober­
nador, “quien mandó decir que a la tarde dispondría, que era lo mismo
que decir que estuviéramos en la calle hasta que él quisiera; pero el Ca­
pitán Morales (Ricardo, que era quien mandaba la escolta conductora),
manifestó que no debía tratarse así a un Obispo, a lo cual contestó que
bajo la responsabilidad de dicho Capitán podíamos ir a la posada que éste
y el Cura habían buscado. El tal Gobernador (según se nos dijo), cuyo
nombre es Pedro José Murgueítio, quería mandarnos a la cárcel, y él
se denegó a prestar los auxilios, aunque se ie pidieron varias veces, y
cada rato apuraba para que nos fuéramos aunque fuera a pie. Su ejecutor
era su Alcalde, Antonio Rivera Mazuera, hermano del Jefe que debía
conduc rnos: dicho Alcalde puso en la cárcel al Cura excusador, Padre José
Joaquín Hoyos, porque se opuso a sus tropelías, lo cual sucedió el 10 por
la tarde. En esa misma tarde, por orden del referido Gobernador, me
puso el Alcalde Rivera Mazuera escolta en toda la casa en que estábamos
alojados. Por diligencias del Mayordomo de Nuestro Amo, llamado Cus­
todio Sanz, y de un señor José María Piédrahita, conseguimos bestias y
pudimos salir a las cuatro del día 11, y llegamos a las seis y media de la
noche a la hacienda llamada Potrerogrande, del señor Bonifacio Zorrilla,
en donde nos cuidaron.”
Parece que el Gobernador Murgueítio era hijo del General del mismo
nombre.
En Cartago se levantaron en armas los conservadores en 1876, porque
las persecuciones que sufrían eran ya absolutamente insoportables y los
obligaron a ello. El Secretario de Hacienda del Cauca, en su Memoria de
1877, en la página 113, hace una como confirmación de lo que queda dicho
cuando se expresa así:
R u fin o G u tié rr e z 69

‘‘Colombia necesitaba (como todas las Repúblicas americanas donde


impera el catolicismo ultramontano) una guerra en que la teocracia toma­
ra una intervención directa para que saliera vencida.”
El 16 de jAlio de aquel año hubo en la Loma del Calvario, cerca de
Oartago, un combate entre las fuerzas revolucionarias conservadoras a
las órdenes del Comandante Carlos Bermúdez, y las liberales comandadas
por el General Ramón Perea, y triunfaron aquéllas. El 30 del mismo mes
se puso a la cabeza de las fuerzas revolucionarias de aquí don Sergio A r­
boleda y se le proclamó Presidente provisional del Estado del Cauca y
Director de la guerra.
El 23 de febrero de 1885 venció en el mismo campo'de Santa Bárba­
ra el General Elíseo Payán, Jefe de las fuerzas legitimistas, a las revolu­
cionarias de Antioquia que habían invadido el Estado del C«uca.
El 15 de agosto de 1894 murió aquí el Obispo de Popayán, doctor
don Juan Buenaventura Ortiz.
Por la Ley 1.* de 1908 se creó el Departamento de Cartago, pero ni
aun llegó a inaugurarse esa entidad.
- La Notaría se estableció en 1663, y la Oficina de Registro en 1828.
En el archivo de la iglesia parroquial el libro más antiguo en que
aparecen partidas de bautizos, matrimonios y defunciones es el que tiene
el número 1, que parece abierto el 9 de agosto de 1629, y en él firma como
Cura de San Jorge de Oártago el presbítero Joan Moreto, hasta el 22 de
junio de 1637. Después siguen firmando en este orden: don Felipe de Ma­
gaña, hasta 1663j el Bachiller Andrés Ochoa de Iturmenda, hasta 1668;
Tomás Díaz Guerrero, hasta 1670; Antonio de Toro, hasta 1673; Juan de
Rada y Prieto, hasta 1674; Licenciado Juan Félix de Herrera, hasta
1679; Manuel de Castro y Mendoza, hasta 1726, a quien ayudó casi todo
el tiempo como Coadjuntor el doctor Joseph de Castro y Rada, y lo suce­
dió hasta 1753; don Sebastián Francisco de Mendoza y Bueno, pocos.me­
ses de este último año, y muerto lo sucedió como interino por pocos meses
el doctor don Manuel Comelio de Urrutia y Rojas, y en seguida don
Francisco García de García y Alonso, hasta 1757; doctor Ignacio de Lu­
cio y Murillo, hasta 1793; doctor don Pedro Sanz López de Vicuña, hasta
1795; doctor don Manuel Mariano Rodríguez, hasta 1798; Antonio Mora­
les y Velasco, hasta 1813; doctor Rafael Antonio Cerezo y Gómez, hasta
1819; José Ramón Bueno, hasta 1840; JTosé María Durán, hasta 1845; Ze-
nón Sarmiento, hasta 1866; Tomás Ruperto Delgado, hasta 1892; TJladis-
lao González, hasta 1898; Jorge Salcedo, hasta 1900; Vicente Sánchez,
hasta 1901; Juan Clotet, hasta 1902; Daniel Guerrero, hasta 1907; Luis
E. Véiez, en 1907; Emiliano López, hasta 1908; Pedro A. Lozano, hasta
1912; José Ramón Bejarano, hasta agosto de 1916, que volvió Luis E.
Véiez, hasta febrero de 1917, que se encargó de nuevo el presbítero Pedro
A. Lozano, actual Cura.
Hay libros de bautizos de “ la parroquia de Santa Ana y de Santa
Bárbara del Llano de Buga de Zaragoza” de 1794 a 1831, y de 1846 a
1872.
La Oficina de Correos se halla instalada en casa particular, arrendada
por cuenta del Departamento, mientras se terminan las reparaciones del
edificio que la Nación cedió a éste con condición de reservar locales para
las oficinas nacionales. Está servida por un Administrador, con $ 46 de
sueldo; un Ayudante, con $ 25; un Portero, con $ 16, y tieue $ 2 para útiles
de escritorio.
Se reciben y despachan estos correos semanales: dos de Bogotá, do$
del Sur, uno de Manizales, uno de Ríosucio, uno del Chocó, uno de las po-
70 Oartago

blacioues de la banda occidental del Oauca, y además los dos de encomien­


das de Bogotá con el Sur.
En noviembre último el movimiento fue así: venta de especies posta­
les, $ 57-92; giros postales emitidos, 29, por valor de $ 349*-60, que produ­
jeron | 8-20 de derechos, y los cubiertos fueron 24, por 8 264; el produc­
to de los derechos de las encomiendas postales llegadas del exterior as­
cendió a %140-65. Se despacharon 2,060 cartas, 125 impresos y 20 notas
oficiales, y se recibieron 1,990 cartas, 1,780 impresos y 128 notas.
La Oficina Telegráfica se halla en la grande y antigua casa de propie­
dad nacional que hace tres años próximamente se cedió por ley al Depar­
tamento del Valle. Cuando en todas las demás nacioues las oficinas de
correos y telégrafos están alojadas en locales propios, Colombia sólo posee
nn 2 por 100 de las que ocupan sus oficinas, y eso porque es'tal el
descuido de las autoridades encargadas de velar por las propiedades pú­
blicas, que cuando éstas no se arruinan e inutilizan por completo porque
se las deja abandonadas o se apoderan de ellas los particulares o entida­
des subalternas, sin que haya quien las reclame, él Congreso dispone que
sean cedidas a un Departamento, un Distrito, nna comunidad o una obra
de beneficencia o caridad, sin que se haya presentado el caso dé que un
Ministro se haya opuesto a la cesión de propiedades nacionales. De qne se
han apoderado particulares a ciencia y paciencia de la Administración
Pública, podría citar varios ejemplos. Cuando se expidió la ley que cedió
al Departamento del Valle el edificio de Üartago, me hizo muy mala im­
presión; pero ahora, en vista de que esta entidad lo está reparando de
una manera lujosa, aplaudo 3o hecho, pues esa casa quedará siendo la me­
jor de la ciudad, y las oficinas nacionales estarán alojadas en magníficos'
locales, sin tener que pagar arrendamientos; mientras que si hubiera con
tinuado siendo propiedad nacional, a la fecha habría acabado de arrui
liarse sin qne el Gobierno se preocupara por ello más que para autorizar
a los Jefes de los Correos y de los Telégrafos y a los Jueces para tomar
locales por arrendamientos bien subidos.
El servicio telegráfico se estableció en 1872, siendo constructor de la
línea Julio Torrente, y contratista, si no estoy mal informado, Demetrio
Paredes, y el primer Telegrafista fae Ezequiel Vélez. En ese mismo año
se siguió de aquí hacia Buenaventura la construcción de la línea. Con
Manizales prestaba la línea nn servicio tan imperfecto a causa de que los
negociantes en cacao la cortaban, cliz que para qne no los perjudicaran
' en sus operaciones, que cuando el 19 de agosto de aquel año fue nombra
do Telegrafista Heliodoro Peña, se le dijo en la nota de nombramiento
que no tomara posesión si la línea con aquella ciudad no estaba corriente.
Siguió tan descuidada y tan perseguida por aquellos negociantes, qué en
1884 hubo que recoger todo el alambre, y no se la reconstruyó hasta
1887. En este último año se la llevó hasta Roldanillo, y en 1914 se la pro­
longó por las poblaciones de la banda occidental del Oauca hasta Oali.
Hoy entran a la oficina de Oartago dos líneas que vienen por el Quindío,
dos del Valle, dos de Antioquia y Caldas y la de la banda occidental.
La Oficina es de repetición de todos los cables y de los despachos de
Bogotá, Tolima, Oauca, Valle, Antioquia, Caldas y Nariño. Tiene estos
empleados: un Jefe, con $80 de sueldo; un Subjefe, con $ 70; trece Ayu­
dantes, a 8 60; un Oficial de Reéibo, con $ 30; un Copista, con $ 25; dos
Carteros, a $ 12, y $ 12 mensuales ~para alumbrado. Todos estos em­
pleados gozan de un sobresueldo del 20 por 100 desde las inundaciones
de fines de 1916, pero esos sueldos hace tres meses completos que no sé
cubren, y por eso los empleados estáu pasando muchos trabajos, pues no
R u fin o G u tié rr e z 71

encuentran quienes les compren las nóminas ni con los más usurarios
descuentos.
En noviembre último se transmitieron 1,528 despachos porteados,
por $ 329-82, y se recibieron 1,281. No hubo cables. Los telegramas ofi­
ciales transmitidos fueron 463, y 423 los recibidos. Los repetidos alcanza­
ron a 18,885, y los cables repetidos a 3,424, uno de ellos de 5,400 palabras.
En materia do instrucción hay esto:
Colegio oficial de varones, costeado por el Distrito, al cual auxilia el
Departamento con $ 200 mensuales, en local que hace parte de lo que fae
convento de franciscanos, de propiedad de la Nación, con un Director,
trece Profesores, nn Inspector, un Tesorero, un Sectetario, un Portero y
128 matriculados;
Escuela urbana de varoues número 1, a cargo de un Director, con
$ 36 de sueldo, y tres Maestros, a $ 30, todos ellos de la comunidad de
los Marietas. El local es de propiedad del Departamento. Hay 310 ma­
trículas;
Escuela urbana de varoues uúmero 2, con un Director y dos Maes­
tros, a $ 36 y $ 30, respectivamente, en local del Departamento. Alum­
nos, 130;
Escuela urbana de varones número 3, can un Director, que gana
' $ 36, y 100 alumnos, en local adquirido por el Distrito;
Escuela urbana de niñas número l.°, a cargo de cuatro Hermanas de
la Caridad, a quienes se paga a $ 20, en local dé propiedad del Distrito.
Matriculas, 252;
Escuela urbana de niñas número 2, con una Directora y una Maes­
tra, que ganan a $ 32 y $ 30, eja local del Distrito. Matrículas, 130;
Escuela urbana de niñas número 3, con una Directora y dos Maes­
tras, que ganan $ 32 y $ 30, en local alquilado por el Distrito, y 136 ma­
triculadas;
Escuela de Tejidos y de Corte, a cargo de una Hermana de la Oaridad,
que gana $ 20, en local alquilado por el Distrito; 50 aíumnas; /
Cinco Escuelas rurales de varones, cinco de mujeres y siete alterna­
das, en ocho locales de propiedad del Distrito y nueve alquilados, eon
498 varones y 528 niñas. A todas las Maestras se íes paga $ 20, y
Colegio de señoritas llamado de María Auxiliadora, con 215 alumnas.
Los educandos de Oartago son por junto 2,477.
El Colegio de María Auxiliadora, a cargo de Madres Franciscanas,
es costeado por el Municipio, quien suministra el local y paga $ 25 a cada
una de las Madres que se ocupan en la enseñanza, y $ 20 a un Capellán.
Para atender a los gastos está destinada la mitad del producto del puen­
te de Bolívar, sobre el río La Vieja. El Distrito creó una Junta, que pue­
de considerarse directiva de este Colegio, la cual le presta decidido apo­
yo. Se dan allí enseñanza primaria y secundaria de música, modistería,
floristería, ididmas, pintura, etc., y para ello se cuenta con todos los ele­
mentos necesarios y de buena calidad. Las Madres Franciscanas depen­
den de la casa madre establecida en Tóquerres, que,fue el primer lugar
del país adonde vinieron, traídas por el Ilustrísimo señor Obispo de la
Diócesis, doctor Leonidas Medina, y por el notable benefactor y promotor
de toda buena obra piadosa y de beneficencia que se emprende en aquella
región dei Snf, don Angel León. El señor León les donó una magnífica
casa para*que se*establecieran en Túquerres, y después otra para el Co­
legio que abrieron. La labor de las Madres en la enseñanza dio tan bue­
nos resaltados, que hoy tienen establecidas muchas casas en diferentes
poblaciones del país, inclusive el Uaquetá y el Patumayo. Las de la casa
72 O ar ta g o

de Cartago son 18, y entre ellas hay alemanas, francesas, italianas, suizas
y colombianas. De las 215 alumnas, 66 son internas, procedentes de dife­
rentes poblaciones del Valle, de Caldas y del Tolima, que pagan pensión
de $ 12 mensuales, Por cada diez alumnas que pagan pensión se concede
una beca gratuita, que es adjudicada por la Junta Directiva. El edificio,
de propiedad del Municipio, es muy cómodo y amplio, con buen jardín,
una bonita capilla elegantemente pavimentada, salones de estudio y aulas
con mobiliario fino; los dormitorios tienen elegantes catres de hierro con
sus toldillos; y todo allí es por el estilo. Este Colegio, que hace honor a
Colombia, es uno de los que más me han llamado la atención en todo
sentido. Al salir de la misa solemne hoy la comunidad, hombres y muje­
res de todas las clases sociales se agrupaban en las esquinas y las puertas
a presenciar el desfile: eso y los comentarios que oí me revelaron lo satis­
fecha que está la sociedad cartagüefía con su Colegio. Las niñas lleva­
ban bonitos y sencillos uniformes y un catrecito cada una.
Los Hermanos Maristas se establecieron aquí desde 1898, y desde
entonces se puso bajo su dirección la Escuela urbana que regentan. El
local, de propiedad del Departamento, es una casa poco apropiada para
el objeto a que está destinada, por su estrechez y malas disposiciones y
la incomodidad de los patios. Tiene extenso huerto; el mobiliario es insu­
ficiente y de mala calidad. Dos Hermanos habitan en casita contigua que
costea el Distrito.
Los locales de las otras Escuelas urbanas son casas viejas, incómo­
das, y el mobiliario malo y escaso.
Don Cristóbal Botín, vecino de Popayán, dejó en su testamento
$ 45,000 para fundar un Colegio en Cartago, con la advertencia de que
si no se fundaba se destinaran $ 20,000 para un Colegio en ualí. La Cé­
dula Real defandación del Colegio de Buga, de 30 de noviembre de 1743,
dice que esas donaciones no fueron aceptadas.
El hospital fue fundado por esfaerzos del presbítero don Tomás Es­
cobar en 1888, cuando él regentaba aquí un Colegio, ayudado eficazmente
por Alejandro Concha, en casa de la cual cedió la mitad don Bonifacio
Zorrilla y la otra mitad la compró con mandas de vecinos. Está a cargo
de cuatro Hermanas de la Caridad, a quienes no se paga sueldo alguno.
Tiene dos piezas estrechas para enfermos varones, con camas de malos
tendidos; otras dos para mujeres, en las mismas condiciones; un depar­
tamento para pensionados, y gran huerta que va hasta el río. Hay vein­
tidós varones y veinticuatro mujeres, pero la mayor parte más que enfer­
mos son ancianos asilados. También hay veintidós muchachas recogidas
a quienes se dan algunas enseñanzas, y prestan servicios eficaces en el
hospital; ellas tienen su departamento separado con camas bien arregla-
ditas. Tiene el establecimiento decretados auxilios de $ 25 por la Nación,
$ 45 por el Departamento y $ 70 por el Distrito, pero de eso no todo se
hace efectivo. Una ley nacional de 1915 votó $ 3,000 pata#ampli»r el edi­
ficio, pero no se han pagado. Se le había destinado el producto de la ex­
tracción de cacao, y desde hace algún tiempo ya no se cobra ese impues­
to. El Hospital y el Asilo de niñas se sostienen con las limosnas de los
vecinos, y muy especialmente con las constantes que envía el General
Rafael Reyes por conducto de su cuñada, que es la Hermana encargada
del Asilo. El botiquín tiene buenos envases, pero está muy escaso de
drogas. Hay una buena capilla,.cuyo altar y ornamentación fueron cos­
teados por los Generales Rafael Reyes y Euclides de Angulo.
El Cementerio primitivo era al Oriente, en lo que llaman el Llauo, a
larga distancia. En 1897 lo trasladó a! lugar en que está hoy, e! presbí-
R u fin o G u tié rr e z 73

tero TJIadislao González. Tiene verja de hierro, nn quiosco y regulares


tumbas al aire libre.
£1 18 de julio de 1911 se inauguró la plaza de mercado cubierto,
construida por una Compañía particular en virtud de privilegio por vein­
ticinco años, con la condición de abonar al Distrito el 8 por 100 de lo que
produzca, que ha venido a ser un promedio de $ 11-80 por mes. Ocupa
unos 80 metros cuadrados con sus galerías bien ventiladas y las tiendas
que hay en el interior y exterior. Carece de agua, de urinarios y de excu»
sados. El impuesto que se cobra es tres centavos diarios por cada metro
cuadrado que se oiupe.
Son propiedades del Distrito:
La Casa Consistorial.
El local del Colegio de María Auxiliadora.
Los de las Escuelas 1.a y 2.a de niñas.
El matadero público. /
Una casita en que atiende a sus obligaciones el Administrador del
puente de Bolívar.
Los terrenos llamados Pindaná, en el Distrito de Pereira, que en
tiempos remotos fueron resguardos de indígenas y los destinó a la ins­
trucción pública una ley del año de 1873 o 1875. El Distrito de Pereira
no ha alegado propiedad sobre esos terrenos, y parece que el de Cartago
no hace mayores diligencias para hacer valer sus derechos.
Los ejidos del Distrito, que son próximamente una legua alrededor
del poblado, están arrendados por lotes a tan módicos precios, que en
el año, hasta el 19 de diciembre, sólo han producido $ 423-04.
Peco más o menos que con los terrenos de Pindaná sucede con unos
situados en el Corregimiento de La Bolsa, en los cuales parece que tiene
derechos importantes el Colegio de varones.
El Departamento tiene la casa de que he hablado atrás y los locales
de las Escuelas de varones números 1.a y 2.a.
En la Casa Consistorial están la Cárcel, que sirve para los presos de
la Nación, del Departamento y del Municipio, con tres departamentos
bien separados y seguros, pero que carecen de agua y de excusados. Hay
allí cuarenta y siete presos por cuenta de la Nación y diez y siete del
Departamento. Del Distrito no hay. Se carece en absoluto de talleres y
de herramienta y útiles para trabajar los presos; la ración que se les pasa
es de $ 0-12 diarios. El Departamento prohibió sacar los presos a la calle
a trabajaren obras de él, pero se les saca a las del Distrito, y les pagan
a $ 0-08 diarios. Paga la Nación $ 35 mensuales de arrendamiento por el
lugar que ocupa.
Esta casa es un edificio feo y de aspecto muy antiguo, aunque fue
concluido en 1857. Faera de la Cárcel no ha;y allí más oficinas que la Al­
caldía y la del Concejo, cuyo salón es de regulares amplitud, mobiliario y
decorado, pero el piso, el embovedado y la entrada se hallan en malísimo
estado. Tiene algunos retratos buenos de próceres de la Independencia y
uno detestable de la Pola. v
^Prestan servio de policía y serenos veintisiete Agentes del Departa­
mento, uniformados, y dos del Municipio.
Los locales que ocupan los Juzgados son costeados por el Departa­
mento, mientras se termina la reconstrucción de la casa que cedió la Na­
ción para pasarlos allí
En jurisdicción del Distrito, en el camino del Quindío, sobre el río La
Yieja, en el lugar llamado Piedra dé Moler, se dio al servicio el 18 de ja -
nio de 1912 un buen puente colgante construido en virtud de privilegio
\

74 Oartago

por treinta años, concedido por el Departamento. Se paga allí pontazgo


de $ 0-05 por persona, por bestia o por carga. Hace bastantes años se con­
trató la construcción de ese puente, se anticipó suma no despreciable, y
nada se hizo, ni siquiera devolver lo anticipado.
Hay en Cartago estas iglesias:
La parroquial, construida en 1808, Tiene el frente a una calle y un
costado a la plaza principal. El frontis es feo, con reducida torre, una
sola puerta y sin atrio. Por el costado hacia la plaza tiene cinco amplias
y bien construidas puertas. Es de ladrillo, espaciosa, de tres naves, techo
bajo, pavimento de ladrillo y con altar de madera, de construcción mo­
derna, y otro semejante en una nave; las estatuas son pocas y de no mala
calidad; la de La Paz fue regalada por Felipe n i; hay unas pocas ban­
cas sólo para hombres, y pocos reclinatorios. La concurrencia a los oficios
divinos es numerosa, y casi todas las señoras llevan catrecitos.
La iglesia de San Francisco, construida a costa de don Francisco de
Rentería Martínez Balderruten, se concluyó en 1786. Es chica y de cons­
trucción antigua, lo mismo que los altares; tiene modesto frontis y muy
regular torre, en la cual está, colocado un reloj de cuatro muestras, que
fue comprado con mandas de los vecinos e inaugurado el 20 de julio de
1910. Es el único reloj público de la ciudad, y vino a reemplazar el que
servía desde 1867, que había sido construido por Pastor Gamba, vecino
de la población. La mesa del altar mayor está cubierta por una gruesa
plancha de plata repujada, de bastante mérito ; del mismo metal y con
adornos es el marco de grandes dimensiones que tiene el lienzo que repre­
senta a la Virgen de la Pobreza. Esta imagen es la más venerada en
Oartago, y la misma que había en la antigua ciudad, y que fue traída en
solemne procesión cuando emigró el vecindario para establecerse aquí.
El mérito artístico del lienzo no es cosa mayor. Es la iglesia más antigua
de la población, de tres naves, con algunas estatuas viejas de escaso mé­
rito, entro ellas la del Misericordioso, la del Crucificado, una de la
Santísima Virgen y otra de San Juan. Hay unas pocas bancas. El atrio
es bajo y está cercado con verja de hierro.
La bonita iglesia de Guadalupe es corta, ancha, toda de ladrillo, in­
clusive el altar. Don Mariano o don José Ignacio Ormaza y Matute cons­
truyó allí a su costa, en 1810, una graciosa y chica capilla de ladrillo, la
cual forma la capilla lateral de la iglesia. Entre los vecinos hay la tradi­
ción de que cuando estaba levantándose la expresada capilla se halló a,llí
un valioso tesoro de oro y plata, y que con eso hizo el señor Ormaza venir
un arquitecto a que construyera la iglesia por el modelo de la de Nues­
tra Señora de Guadalupe, de Méjico. El pavimento es de ladrillo de buena
calidad, y hay ocho bancas. En materia de cuadros y estatnas no hay
nada que llame la atención.
La capilla del Carmen, construida en 1833 por don Francisco María
Cerezo, es de regalares proporciones; tiene altar antiguo y no feo, torre
chica de cal y canto, tres naves formadas por columnas de madera y pa­
vimento de ladrillo. A uno de los costados, incomunicado con la calle, tie­
ne un bonito claustro y amplio solar.
No conocí la iglesia de San Jerónimo, porque está retirada del cen­
tro, en el barrio del Guayabo, y hacía mal tiempo.
Además, que yo sepa, hay iglesias de construcción antigua en los
Corregimientos de Santa Ana y de Zaragoza, las cuales fueron en otro
tiempo parroquiales.
Parten de la cabecera el camino del Quindío, el que va a Manizales,
los dos del Valle del Cauca por las dos bandas del río, el del .Chocó, el de

/
Rufino Gutiérrez 75

la Provincia de Ríosucio por la cima de la cordillera y el de la hoya del


río Risaralda.
De enero a noviembre del año pasado hubo 326 nacimientos, de ellos
156 de hijos ilegítimos, 240 defunciones y 37 matrimonios.
La principal y casi única industria de! Distrito es la ganadería, pues
el cultivo de las tierras se ha descuidado de tal modo que hasta los plá­
tanos tienen alto precio, y hay que traerlos de larga distancia, del valle
del Quindío, en balsas, por el río La Vieja. Eu otro tiempo Cartago tenía
gran fama por la abundancia y la excelente calidad del cacao que produ­
cía; pero han abandonado de tal tal modo ei cultivo de ese valioso grano,
que la mayor parte del que aquí mismo se consume es traído del valle.
En mis primeros viajes por el Cauca, especialmente cuando los hacía por
el río, me extasiaba contemplando los grandes cacaotales, sombreados
por hermosos cámbulos o pisamos florecidos, y ahora casi todo eso está
convertido pa dehesas de pastos artificiales, pobladas de ganados'. Perso­
nas muy prácticas en asuntos agrarios y*poseedoras de grandes haciendas,
me informaron que por ser negocio más lucrativo la cría, el levante y el
engorde del ganado vacuno, habían talado las plantaciones de cacao, y
que absolutamente no es cierto lo qüe se ha dicho de que esa destrucción
fue motivada por pestes o insectos que atacaron e inutilizaron los árbo­
les. Hoy no quedan sino pequeñas plantaciones de agricultores pobres.
La población está situada eu terreno completamente llano, a orillas
del río La Vieja, a 979 metros de altara sobre el nivel mar y con tempera­
tura de 24 grados, según geógrafos; según otros, que considero
u d o s

mejor informados, la altura es 918 metros y la temperatura 27 grados.


Está dividida en noventa y seis manzanas, una parte considerable de ellas
dé edificación compacta dé casas de ladrillo o adobe con teja de barro, y las
de las calles retiradas son de bahareque o guadua. Las calles son gene­
ralmente rectas, de9 metros de anchura, especialmente las que van de
Oriente a Occidente, que son las mejor pobladas; están empedradas las
más concurridas, y las otras en completo abandono. Las aceras, donde
las hay, son regularmente anchas, de ladrillo. Además, hay dos barrios
populosos, llamados El Guayabo y La Cumbre. Saliendo de la parte más
central se encuentra que todas las cercas de solares y huertas de las
casas que dan a las vías públicas son de guadua.
La plaza principal tiene 125 metros de cada lado; hay en ella diez
casas altas, y tiene algunos árboles sembrados. Fuera de esta-plaza hay
una tan chica como descuidada, ai frente de la iglesia de San Francisco;
un jardincito cercado de alambre al frente de la capilla del Carmen, y un
diminuto parque en formación al frente de la iglesia de Guadalupe.
El presupuesto del Distrito para el presente año sabe a $ 40,520-13, y
de él se destinan $ 10,836-05 a ¡a instrucción pública.
El catastro que acaba de levantarse, que está aceptado ya por la
Junta Municipal del ramo, pero aún no aprobado por su Director, y ni
sumados siqaiera el número de propiedades gravadas y el valor de
ellas—lo cual tuve que hacer yo,—tiene anotadas 3,561 propiedades por
$ 2.061,021.
El censo de población de 1870 le da a Cartago 7,696 habitantes; el de
1905 le da 16,782; el de 1912 le da 38,618, y ano de 1914, 18,417 (1).
En 1916 se consumieron 1,894 cabezas de ganado mayor y 1,558 del
menor; a^uól paga impuesto de $ 2, sea macho o hembra, y éste $ 1. En oc­
tubre último el consumo del mayor fue de 89 cabezas, y del menor, 130. El

(1) E l censo de 1918 le da 21,470 habitantes.


76 C a rta g o

Distrito cobra $ 0-60 de matadero por cada res vacuna, y en ese mismo
mes le correspondieron $ 78-90 por el 15 per 100 del producto del de de­
güello de ganado mayor.
Cuadros de la Oficina de Estadística de la capital del Departamento
dicen que en 1915 había en Cartago 48,000 cabezas de ganado vacnno,
20.000 de caballar, 26 del de cerda, 6,500 del lanar, 800 del cabrío,
7.000 del mular y 1,000 del asnal; cifras éstas que considero sumamente
elevadas, menos en la de ganado de cerda.
El mercado, no muy abastecido, es los lunes, y en escala reducida
hay todos los días. En la primera semana de los meses de julio y diciem­
bre hay una gran feria de ganados, muy concurrida.
La renta de tabaco pertenece al Departamento. Antes pagaba $ 0-08
por kilogramo, pero desde el 6 de diciembre próximo pasado se aumentó
repentinamente ese impuesto a $ 0-50, loeual ha causado un grave trastor­
no en la renta. En octubre produjo pon el gravamen de $ 0-08, $ 443-32,
y en novienbre con el dé $0-50 sólo subió a $ 1,675-18. De esa renta
no se cede nada a los Distritos, como en Caldas, pero una ordenanza
dispone que el 50 por 100 de su producto se invierta en edificar locales
para Escuelas. Esto me parece muy acertado mientras el Valle esté mane­
jado por Gobernadores tan progresistas y prudentes como el actual, doctor
García Córdoba, y mientras no se despierte el espíritu público entre los
Concejeros. Aquí no se devuelve, como eu el Departamento de Caldas, el
impuesto correspondiente a la vena de! tabaco, y por consiguiente no se
dan facilidades a los defraudadores. El aüo pasado se denunciaron 453
plantaciones con 516,370 matas.
La renta de licores, que constituye un monopolio desde el año de
1891, está administrada directamente por el Departamento. El mes de
noviembre produjo en el Distrito $ 3,478-2L Deesa renta corresponde al
Municipio el 15 por 100.
El expendio de especies de timbre produjo $ 3,333-80 en 1916, y la
renta de consumo, $ 490-14.
La población permanece por la noche en completa oscuridad, pero
antes dedos meses estará dotada de alumbrado eléctrico en mny buenas
condiciones económicas y de servicio, conforme a contrato que celebró el
Concejo con lps dueños de la planta de Pereira para traer de allí la ener
gía. De esto di datos pormenorizados ai hablar de aquella población.
La ciudad de Cartago, una de las primeras fondadas en el país,
asentada a la orilla de un gran río qne corre casi al nivel del plano del
poblado, carece de agna potable dentro de ella, y los vecinos tienen que
llevar en vasijas de ese río la que necesitan en sas casas; cuando llueve
y baja el agua turbia, hay que dejarla decantar por días, pues rara es la
casa en que usan filtro. Por cansiguiente, donde hay excusados son en
seco. En las calles principales se han cubierto los caños, formando alcan­
tarillas para recibir las aguas lluvias de las casas.
En 1873 se trajo la primera* imprenta, y ya hay tres. En aquel año
se publicó el primer periódico, que se llamó Fe, Esperanza y Caridad..
Hoy se publica uno político y otro que es órgano oficial de la Academia
del Colegio.
Sólo hay dos teléfonos, que van de la población al puerto de la Fres­
neda y a una hacienda.
Establecimientos industriales hay:
Cuatro zapaterías. '
Diez galpones.
Oaatro dentisterías.
R u fin o G u tié rr e z 77

Cinco boticas.
Uúa fotografía.
Dos librerías.
Tres hoteles.
Ejercen sus profesiones cinco abogados y tres médicos graduados.
Prestan servicio un automóvil y cinco carros. *
Funciona una Sociedad de San Vicente, que no prospera.
Cuatro billares y una gabera, bastante concurridos.
No hay más extranjeros que cuatro comerciantes sirios.
Hace, mucha falta en cada población de la República, empezando
por la capital, un hombre de la escuela de Ricardo Olaoo y Jorge Ro­
dríguez, de Medellin, o de Simón Araújo, de Bogotá, para que hagan
despertar el espíritu público entre gobernantes y gobernados, a fia de
que haya quien se interese por el mejoramiento y progreso locales.

ROLDAN1LLO
R oldanillo, enero 3 de 1918
El día l.° salí de Oartago a tomar el vapor en el puerto de la Fres-
nada, a una legua de distancia, por camino llano, sólo en parte bien
demarcado y el resto por entre potreros enmalezados, sin cercar, nada
bien conservado todo él; pero ya va muy adelantada la obra, en que se
trabaja con grande empeño por cuenta del Departamento, de convertir
esa vía en excelente carretera con puentes y alcantarillas de buen mate­
rial sobre toda corriente que lo atraviese, por chica que sea.
Como a la media legua se llega al Corregimiento de Santa Ana, cuyo
caserío tiene iglesia y algunas casas de ladrillo, adobe y tapia pisada,
con techo de teja de barro, y muy antiguas, y las demás edificaciones son
áe bahareque o guadua con techo de paja; todas diseminadas en el llano
sin simetría y. con fértiles y chicas sementeras de plátanos y caña, cerca­
das con guadna. 1
La Fresnada, que es el puerto de la Compañía Oaucana de Navega­
ción, no tiene más que un casarón de teja que sirve de bodega, tan des­
cuidado, que parece de construcción muy antigua, y sólo data de 1907.
Estaba casi desocupado de carga de importación y exportación. A corta
distanciado allí, bajando el río, hay un rancherío llamado Anacaro, que
es por donde se pasa de Oartago para Ansermanuevo.
E]l Cauca bajaba muy crecido. A las cuatro de la tarde tomó el vapor
Santander, de la Compañía Antioqueña de Navegación.
Por separado, cuando llegue a Cali, daré algunos datos sobre las
empresas y el servicio de la navegación y de lo que hay en materia de
canalización ; y por eso me limito hoy a decir que el servició es bueno, el
buque, cómodo, que por falta de un filtro teníamos los pasajeros que to­
mar turbia el agua del río, y que aunque hay varios camarotes, muy es­
trechos, de a dos camas, pasó la noche en cubierta, porque había bastan­
tes pasajeros, especialmente señoras, que se habían embarcado en Puerto
Caldas y La Virginia.
Se navegó unas cuantas horas durante la noche, y a las cinco y media
de la mañana llegámos al puerto de Roldanillo, que queda a unas 15 le­
guas de la Fresnada. Tiene allí una mala bodega cada una de las dos
Compañías de navegación.
Poco más de media legua hay de este puerto a la población por ca
78 R o l d a n il lo

mellón muy bien conservado y bordeado de risueñas casitas pajizas, lim­


pias y con bellos jardines y huertas.
Roldanillo se halla situado a 960 metros sobre el nivel del mar, con
24° de temperatura, en nna rinconada en forma de semicírculo, comple­
tamente llana, que hace el valieren.la banda occidental del río, al pie de
pequeños cerros de’las estribaciones de la cordillera que vienen a morir
aquí. Un cuadro oficial publicado ea Cali dice, creo que erradamente,
que la altura es de 1,060 metros.
En las crónicas no se determina con precisión la fecha en que fae
descubierta y conquistada esta región, que estaba poblada por indios a
quienes los españoles llamaron gorrones, según unos, y gorronoes, según
otros* dizque porque consumían un pescado que tenía ese nombre. Parece
que la conquista la hizo el Capitán Juan Ampudia, Teniente de Sebas­
tián de Belalcázar, en 1537.
La fundación del poblado se hizo en 1600, por vecinos de Buga, y a
fines del siglo x v iii se elevó a la categoría de Distrito, y formó parte
unas veces de la Provincia de Buenaventura y otras de la de Tuluá.
En 1602 cayeron sobre Roldanillo, “ recién fundado,” los pijaos, ma­
taron, incendiaron el pueblo y se llevare?! algunas mujeres.
En 1840 había aquí un Juzgado de Circuito; más tarde se creó el 2.°;
éste se eliminó después, y hace poco que se ^restableció. También hubo
épocas de suspensión de ambos Juzgados.
En el mismo año de 1840 tomó la población, que estaba defendida
por Manuel Santos Martínez, es Jefe revolucionario Berbey, sin derra­
mamiento de sangre.
E q 1854 el Comandante Clodomiro Ramírez atacó a las fuerzas me-
listas, a las órdenes del Comandante Laureano Urrego, y fae vencido éste.
El 13 de febrero.de 1885 ocupó la población el Comandante Márquez,
después de su derrota en Sonso y de un tiroteo en el paso de Moreno, y
el 15 fue atacado en la población y vencido por el entonces Coronel Ra­
fael Reyes.
En 1887 se estableció la Oficina Telegráfica con Ricardo Escobar A.
como primer Telegrafista.
En 1894 se creó ja Provincia de Arboleda, ern Roldanillo por capital,
y por la Ley 8.&de 1912 se le cambió el nombre por el de su cabecera.
Eu 1915 se trajo la primera imprenta y se publicó el periódico La
Espiga, bajo la dirección del señor Enrique Recio. Por falta de operarios
ei periódico El Centro, que aparece cómo publicado aquí, se edita en Cali.
Hay constancia de que desde 1658 existía la parroquia.
En Roldanillo nació Faustino Rayo, quien asesinó ai ilustre Presi­
dente del Ecuador, doctor Gabriel García Moreno, el 6 de agosto de 1875.
De talabartero que era, lo elevó su víctima a Sargento Mayor y a Gober­
nador de una de las Provincias de aquella República.
Esto no es un timbre de honor para Koldaníllo, pero sí lo es serla
cuna de Carlos Villafañe, a quien conocí aquí cuando muy niño estaba él
en la escuela pública.
Sobre la Cordillera Occidental, en el feraz valle de Cajamarca, que
forma el río San Juan ea sus cabeceras, y que sólo dista unas dos leguas
del poblado, había uu resguardo de indígenas, pero desde el año antepa­
sado se les hicieron adjudicaciones personales a los indios, y quedaron
sometidos a la legislación común.
Sólo hay libros parroquiales de bautizos, matrimonios y defunciones
a partir del añode 1701, y aparece firmando desde la primera partida, el
8 de agosto de ese año, hasta 1703, el Cura de 3an Sebastián do Rolda­
nillo don Pedro de Valderrama. Lo sucedieron el bachiller Francisco
Rufino Gutiérrez 79

Heredia y Junguito, hasta 1703; el bachiller Francisco Javier Rivera,


hasta 1705; Feliciano del Castillo Yalderrama, hasta 1708; Bartolomé
Francisco de la Serna y el maestro Juan Ambrosio de Miranda, hasta
1720; Ignacio Marmolejo y Figueredo, hasta 1724; Francisco José de F i-
gueredo y Victoria, hasta 1730; Juan Gómez García, hasta 1737; doctor
don Francisco de Ayala y Rada, hasta 1740; Diego José de Ayala y Rada,
hasta 1741; doctor don Domingo Manuel Pérez de Guzmán, hasta 1753;
Francisco Javier ííagle, hasta 1770; doctor Gaspar dé Soria y Oviedo,
hasta 1777; Manuel Mariano Rodríguez, hasta 1795; doctor don Fernando
José de Vargas, hasta 1816; Ignacio Eduardo Cruz, hasta 1817; Manuel
Santos Escobar y Ramos, hasta 1819; Juan Antonio de Aguirre, hasta
1833; Francisco José Scarpetta, hasta 1836; Pedro Antonio Pizarro, hasta
1837; José Miguel Velasco, hasta 1842; Juan Ignacio Valdós, hasta 1852;
Pedro Rudesindo Bueno, hasta 1858; Andrés Quijano, hasta 1860; Elias
Guerrero, hasta 1891; Jesús María Oadavid, hasta 1896; José Rafael Pla­
za, hasta J908; Vicente Sánchez, hasta 1912; Jerónimo Qaintero Domín­
guez, hasta 1913, y Pedro Pablo Martínez, actual Cura, desde este últi­
mo año.
Advierto que los libros parroquiales no están completos, ni arregla­
dos en orden los de épocas remotas, y que los que he hecho figurar como
Guras son los queen esos libros aparecen firmando partidas.
Las Oficinas de Correos y Telégrafos están unidas, instaladas en edi­
ficios de propiedad del Departamento, al cual se pagan $ 7 de arrenda­
miento, y servidas por un Jefe, que gana $ 35; dos Ayudantes, a $ 20, y
un Oartero, con $ 6; tiene $ 1 para alumbrado del telégrafo, y $ 1 para
útiles de escritorio del correo. Es Oficina intermedia, simple, con un solo
aparato. En octubre último se transmitieron 421 telegramas porteados,
por $ 92-66, y 102 oficiales, y se recibieron 391 de los primeros y 198 de
los segundos. Por falta de útiles de escritorio para los telegramas, al
público le ponen tiras desprendidas dq los cuadros de servicio.
Los correos tienen una línea semanal con Oartago, que pasa hasta
Tuluá. Una directa a Cali y otra a Versalles. En el mismo mes de octu­
bre se despacharon 804 cartas y 121 impresos, y se recibieron 800 y 912,
respectivamente; llegó una encomienda postal del Exterior, que produjo
$ 12-46; se emitieron en ese mes 24 giros postales, por valor de $ 280,
que produjeron $ 4-80 de derechos, .y se cubrieron por $ 12-50.
!No hay más establecimientos de educación que estos:
Colegio de varones, en local de propiedad del Departamento, nuevo
y no malo, pero casi desprovisto de mobiliario, con un Director y un Sub­
director, a quienes paga el Departamento $ 70 y $ 50, respectivamente.
Alumnos, 42. 4
Escuela urbana de varones, en local del Distrito, con un Director y
dos Maestros, que ganan a $ 30. Matrículas, 204.
Escuela superior de señoritas, a cargó de dos Hermanas de la Cari­
dad, a quienes se paga a $ 20, con 18 alumnas. El local es de la parro­
quia, y el Distrito le paga arrendamiento.
Escuela urbana de niñas número l.°, a c»Tgo de las Hermanas de la
Caridad, a quienes se pagan $ 30, en el local de la superior. Matrícu­
las. 175.
Escuela urbana de niñas número 2, en local del Distrito, con una
Directora, una Subdirectora y una Maestra, que ganan a $ 30. Matrícu­
las, 95.
Una Escuela rural de varones, con 50 matrículas, una de niñas, con
80 R o ld a n illo

38 y Dueve alternadas, con 421 niños y 517 niñas. Á todas las Maestras de
las rnrales se les paga a $ 20.
Los educandos en Roldanillo son 1,560,
Los locales de las Escuelas son incómodos y tienen mal mobiliario.
El edificio de la Escuela superior de señoritas parece bastante bueno,
y tiene uu gran jardín, pero no pude conocerlo, porque la Superiora de
las Hermanas .no me permitió entrar. Lo construyó el presbítero Jesás
María Oadavid, con limosnas de los vecinos, en terreno cedido a la igle­
sia por el presbítero Elias Guerrero. El Distrito lo reclama como suyo, y
el Cura no lo reconoce como dueño, y por eso aquél paga de cuando en
cuando $ 8 mensuales, por vía de arrendamiento. Está contiguo a la er­
mita, comunicado por dentro con ella y con frente a una plazuela que
tratan de convertir en parque.
lío posee el Distrito más que estos bienes: tres locales de Escuelas
urbanas, tres de Escuelas rurales.
La Casa consistorial, de dos pisos, muy buena y muy grande, es de
propiedad del Departamento, Allí están alojadas todas las oficinas de
éste, las del Municipio y la Cárcel. El Distrito paga 8 8 de arrendamien­
to. El salón del Concejo es grande y demasiado modesto, con sólo dos
mesas y unos pocos taburetes. En la parte baja del edificio está bien
acuartelada la Policía Departamental, que consta de doce individuos
uniformados. El Distrito costea dos Agentes.
En 1917 hubo 197 nacimientos, de ellos 97 hijos naturales, 73 defun­
ciones y 3? matrimonios.
Hay 577 propiedades inscritas en el catastro, avaluadas en $ 345,430.
El presupuesto para este año sube a $ 6,194-16; para instrucción pú­
blica se destinan $ 740, y para obras públicas, $ 973.
La renta de degüello produjo en octubre último $ 608-96; la de lico­
res, %3,013-53; la de tabaco, $ 922-80; la de registro e hipoteca, $ 81-72,
y la de timbre nacional, $ 74-29.
El censo de 1870 da a Roldanillo 3,324 habitantes; 7,304 el de 1905;
9,196 el de 1912, y 9,033 uno de 1914 (1).
En un cuadro estadístico de la oficina del ramo eu la cabecera del
Departamento aparece que Roldanillo en 1915 tenía 5,740 cabezas de ga­
nado vacuno, 2,014 de caballar, 4,300 de cerda, 698 de lanar, 305 de cabrio,
203 de mular y 25 de asnal.
La ermita existe desde la época de la Colonia, pues hay dato de que
el Cura, doctor Francisco José Figueroa y Victoria, quien fue después
Obispo de Popayáu y Arzobispo de Guatemala, la hizo construir. Es
de regalar tamaño, de ladrillo, con frontis y torre muy desairados y
bastante desprovista de cuadros e imágenes.
La primera capilla que se construyá era de paja, y estaba del lado
de atrás de la actual parroquial. Esta tiene el frente a una calle, y uno
de los costados da a la plaza. La torre, que se avanza bastante hacia la
calle, es muy fea y de construcción reciente. Es iglesia amplia, cou bue­
nos altares y pavimento de ladrillo, pocas bancas, lujosos reclinatorios,
muy aseada y de aspecto alegre.
Había un cementerio, que fue abandonado hace seis años. El nuevo,
que puede considerarse lujoso, está cercado con muros de ladrillo forman­
do arcos. Tiene muy regalares monumentos, pero está bastante retirado
del centro y muy enmalezado.
No hay hospital, pero el rico capitalista José Antonio UrdinoU, que
hace poco murió, dio $ 1,000 para faudar uno, y se trata de esto.

(1) E l censo de 1918 le da 9,197 habitantes.


R u fin o G u tié rr e z 81

En la plaza, que tiene pila, hay siete casas altas. Allí se hace el mer­
cado tres veces en la semana, con poca concurrencia y escaso abasteci­
miento.
Parten de la cabecera caminos para el puerto, para La Unión, para
Bolívar, para Versal les y para Cajamarca. Hay además una trocha, casi
intransitable, para el Chocó.
Se carece de alumbrado público. Como hay caídas de agua cercanas,
se habla de establecer una planta eléctrica que sirva a esta población y a
las de Bolívar y La Unión.
El servicio de aguas urbanas es del Municipio, quien ha puesto un
acueducto de hierro de cuatro cuadras, y tiene establecidas tres fuentes
públicas. A las casas particulares no va agua. No hay alcantarillado. Al
pierde la población, casi por su centro, pasa una abundante corriente de
agua, a poca profundidad.
Se carece de reloj público.
Las calles son muy irregulares, poco rectas; en casi todas ellas, así
como en la plaza, se ve el pasto tan crecido que es difíbil saber si están
empedradas; parece que lo están unas pocas; aun en las más centrales las
cercas de los solares son de guadua.
Hay tres hotelitos, uno de ellos, del señor Pablo Gálvez, bien servido
y de precios excepcionalmente módicos; una fotografía; dos dentisterías,
una de ellas servida por señoritas.
Había una gallera, que se cerró hace algún tiempo, y hay un billar.
Extranjeros no hay más que un francés, que es institutor.
Por iniciativa del señor Gura se está formando una biblioteca pú­
blica.
No hay en el Distrito minas de oro ni salinas.
La principal industria es la pecuaria; pero la cría de cerdos, que én
otro tiempo hacía de esta plaza uno de los principales mercados del país
en ese ganado, ha disminuido mucho.
Lo propio ha sucedido con el cultivo de los cocos. Antes, al darse
una casa en arrendamiento de las muchas que tenían cocoteros en los so­
lares, el precio se fijaba por el número de palmas; hoy no sucede esto,
porque han desaparacido casi todas, unas destruidas por rayos, y la ma­
yor parte por los escarabajos que se introducen en los cogollos y las se­
can; y los vecinos se preocupan tan poco por conservar ésta, que era
una fuente de riqueza, que no vi una sola palma nueva, y han dejado
que los muchachos maten o ahuyenten con caucheras los coclíes, que eran
los que destruían los escarabajos. Becuerdo que en 1891 la mayor parte
de los cocos que se consumían en el Valle procedían de Boldanillo, y que
por uno pedían $ 0-05 y por la docena de $ 0-40 a $ 0-50 de la moneda
de entonces (el cambio por oro era aH9ü por 100). Hoy vale aquí $ 0-10
oro un coco, y las principales poblaciones del Valle se proveen del fruto
de las costas del Pacífico.
Se cultivan algo el cacao y bastante los plátanos, pero en pequeñas
sementeras. Las inundaciones de fines del año antepasado y las actuales
perjudican mucho todos los cultivos y aun la ganadería, pues una llanura
de éstas inundada por semanas y hasta por meses no se restablece en sus
buenas propiedades nutritivas sino después de trancurridos dos o tres
años.
La parte alta de la Cordillera Occidental, excepción hecha de la re­
gión de Oajamarca, completamente abandonada e inculta hasta hace po­
cos años, empieza a ser cultivada por inmigración de agricultores antio-
Monografías—Tomo 2?—6

\
/
82 Cali

qaeños. Cuando allí se propague el pasto micay se convertirán esas lomas


en valiosa despensa del Valle.
El clima del Distrito, bueno antes, ha desmejorado últimamente por
las¡inundaciones. Ai hablar de la navegación del Cauca diré cuál es mi
opinión sobre estas inundaciones.
Los postes de la línea telegráfica que se tendió el año de 1914 para
unir a Roldanillo con Cali, son de lo mejor que tienen hoy las líneas del
país.
Veintisiete años hacía que no venía yo a esta población, desde que aquí
seme redujo a prisión por orden simultánea del Presidente de la Repú­
blica y del Gobernador del Cauca, y se me envió confinado a Antioquia
porque trabajaba con éxito por un candidato para Presidente de la Re­
pública que no era el oficial; y concurre la coincidencia de que el Alcalde
que hay hoy fue el mismo que cumplió aquella orden de prisión. De en­
tonces acá Roldanillo ha mejorado mucho en edificaciones urbanas; pero
en materia de riqaezay de bienestar general me parece que ha decaído
notablemente.

CALI
* Cali, enero 16 de 1918
En la tarde del día 3 tomé el vapor en el puerto de Roldanillo para
venir a esta ciudad. Había pocos pasajeros, porque a las poblaciones no
se da aviso de la hora a que debe llegar el vapor al respectivo puerto.
Navegamos hasta las diez de la noche, y el 4 llegamos a Puerto Isaacs a
tomar el tren que pasaba para acá.
El río estaba sumamente crecido, todavía más que en las avenidas
de fines del año de 1916, pues en el puente del ferrocarril señala ahora
cuatro pulgadas más de elevación el nivel que en aquel año.
De Tuluá para arriba, hasta muy cerca de Cali, las aguas habían
inundado ajado y lado una grandísima extensión de terreno, formando
un inmenso lago y echando a perder plantaciones y pastales, lo cual obli­
gó a abandonar muchas casas y a llevar los ganados a otros lugares.
En este trayecto hace el río dos vueltas de leguas para volver casi al
mismo punto de partida, y si se cortaran mermarla mucho el tiempo que
se gasta en el viaje. La operación sería sencilla y poco cotosa, mucho más
habiendo una draga con excavadora. Hace poco que en el Departamem
to del Magdalena se abrió con una de esas excavadoras, en corto tiem-
po, un largo caño por donde entran hoy los vapores y demás embarcacio- '
nes de la Ciénaga a la población del mismo nombre. Aquí apenas se em­
pezó a hacer el corte de una de aquellas vueltas, pero no con la draga.
Si no se rectifica el curso del río y se canaliza sobre todo en la parte
baja en que el agua tenga mayor cuelga y se desocupan en lo posible las
numerosas ciénagas que se han formado, las inundaciones serán mayores
de día en día, y la navegación por vapor llegará a hacerse poco menos
que imposible, porque todos los tributarios del Cauca arrastran a él gran
carga de detritos, y el oleaje que produce el paso de las embarcaciones
va desbarrancando visiblemente y en tal proporción las orillas de tierra
vegetal deleznable, que de un año para otro se nota claramente cómo se
ancha el cauce. Todos esos despojos van depositándose en el fondo del río,
de donde no se mueven por la poca corriente que tiene el agua, y natural*
mente su nivel está subiendo de manera constante, y con la menor aveni-
R u fin o G u tié rr e z 83

da se desborda y forma lagunas que no se desaguan con facilidad, por­


que no encuentran desnivel favorable.
En parte me han servido de guía para las noticias históricas que
anoto a continuación, las interesantes Apuntaciones de la Provincia de
Oali} publicadas por don Belisario Palacio. Advierto que para esta rela­
ción, como para las demás que he escrito, al correr de la pluma en mo­
mentos que me dejan libres viajes rápidos y ocupaciones urgentes, casi
no he podido consultar libros, periódicos ni documentos históricos, y que
por consiguiente puedo haber cometido errores. Gomo sólo me he pro­
puesto sentar bases para que otros más competentes escriban monogra­
fías completas, convendría mucho que esos errores se rectificaran y se
completaran las noticias.
Después de que Sebastián de Belalcázar realizó la conquista de Qai-
to, despachó a su teniente Juan de Ampudia a conquistar las regiones
del Norte, y fue éste quien descubrió y conquistó el valle del Cauca. Al
gran río que en él encontraron le dieron los soldados el nombre de Oauca,
en recuerdo de uno de España así llamado. Guando un poco más tarde
vino Belalcázar, lo llamó río Santa Marta, pero prevaleció el primitivo
bautizo.
Ampudia trató de fundar en ei valle, en lugar que no se ha precisado
(parece que en el asiento de la actual población de Yijes), una población
con el nombre de Villa de Ampudia, la cual no tuvo vida, porque Belal­
cázar ordenó a su teniente, el Capitán Miguel López Muñoz, que la tras­
ladara a otro lugar, y así lo hizo el 25 de julio de 1536. De esta manera, y
con el nombre de Santiago de Oali, se fundó esta ciudad en asiento lla­
mado Lili por los indios.
Indudablemente se escogió este asiento por ser intermedio de la gran
llanura, por la abundancia de buenas aguas, por estar cerca del río Oau­
ca, al pie de una de las mayores depresiones de la Cordillera Occidental
(2,200 metros), y por donde ya había empezado a establecerse comunica­
ción con el mar.
Según la tradición, las primeras casas se levantaron en lo que hoy
es el barrio de La Merced.
Andagoya dice en sus relaciones que en el valle había al tiempo de la
Conquista muchos pueblos de indios que tenían de 500 a 800 casas, los
cuales fueron destruidos por la gente de Belalcázar, y que para defen­
derse los indios destruyeron todas sus sementeras desde Popayán, y esto
causó grave hambre que completó la destrucción de la raza conquistada.
La Princesa doña Juana (la Loca), en nombre de su padre, concedió
a la nueva población el título de ciudad el 27 de junio de 1559, y el 21 de
agosto del mismo año el de “muy noble y leal ciudad de Santiago de
Cali,” con derecho a usar escudo.
El 10 de mayo de 1540 llegó a la ciudad don Pascual de Andagoya
procedente del Pacífico, por Buenaventura, quien estaba nombrado Ca­
pitán General de las Provincias de San Juan y del Berú, y había heoho
algunos descubrimientos y conquistas, y aunque el valle no quedaba en
la jurisdicción de su gobierno, se hizo reconocer por los pocos y enfer­
mos habitantes que había en Cali. El historiador Oviedo dice que Anda­
goya le cambió a Cali el nombre por el de Lili, y que las autorida­
des desconocieron a Belalcázar, que a la sazón se hallaba en España,
y también desconoció el Cabildo a un comisionado que envió don Fran­
cisco Pizarro desde el Perú a hacer valer sus derechos en lo conquistado
por su teniente Belalcázar. Agraciado éste por la Corona de España con
el título de Adelantado de lo que conquistó, la Audiencia de Panamá le
(
84 C a li

ordenó que arrojara de este territorio a Andagoya por no hacer parte


del de San Juan.
El 24 de febrero de 1541 regresó de España Belalcázar cou el nom­
bramiento de Gobernador vitalicio de Popayán, para lo cual se segregó
esta región de la Gobernación del Perú. Tomó posesión de su cargo, y
Andagoya trató de resistir, pero fae reducido a prisión por el nuevo Go­
bernador, quien le secuestró todos sus bienes, aun los que tenía en Bue­
naventura, y lo envió preso a Popayán, donde permaneció en la cárcel
hasta que llegó Vaca de Oastro y se lo llevó a Qaito, y después fue des­
pachado para España. La contienda que se entabló entre los dos con­
quistadores la decidieron los Cabildos de Cali y Popayán en favor de Bel­
alcázar. En este viaje trajo de España don Sebastián mujeres, animales
y semillas de varias clases, y misioneros Mercedarios para fundar un
convento en Cali.
El 24 de abril de 1550 llegó el Oidor y Licenciado don Francisco
Bricefío, con el carácter de Juez de Residencia de Belalcázar, a quien se
hacían graves cargos por sq, conducta con Andagoya, por ia ejecución
del Mariscal Jorge Robledo y de sus compañeros y por otros hechos.
Según descripción geográfica del siglo xvi, hecha por el cosmógrafo
mayor de Indias, don Juan López de Velasco, de 1572 a 1575 tenía Cali
36 vecinos, de ellos 24 encomenderos, y 49 parcialidades de indios, con
3,000 tributarios, y había en la ciudad un Gobernador de Provincia, una
casa de fundición, un monasterio de Franciscanos “con uno o dos religio­
s o s ,y un hospital. Dice que fundó la población Miguel Muñoz en la
Provincia de los Gorrones, y después la pasó Lorenzo de Aldana al lugar
que ocupa, y que los indios estaban repartidos en estos rancheríos: Ancho,
Bonvitalima, La Quebrada, Coa, Andes, Guales, Chiche, Chitangqa,
Montañeses, Sendo, Sengo, Iguata, Niño, Chumba, Xamaguey, Abita-
que, Quenhabe, Pete, Quiguata, Pondo, Inubo, Bichacama, Caqueba-
que, Amico, Chita, Bayuelos, Vitaco, Pepita, Amaime, Biguá, Ocache,
Luacta, Laca, Bijas, Aleta, Mulahalo, Lucata e Icama.
Fray Jerónimo de Escobar, Agustino, quien fue Procurador y Visi­
tador del Obispado de Popayán, decía en su relación, escrita en 1582, al
hablar de Cali:
“ Hubo en este pueblo muchos indios, porque tenía más de treinta
mil; no han quedado dos mil; éstos están encomendados a diez y nueve o
veinte vecinos.” “Estos vecinos los más de ellos tienen indios de la mon­
taña que llaman de Cali, que va a dar al puerto de Buenaventura; estos
indios montañeses están poblados en la montaña más áspera que se co­
noce hoy en el mundo; estarán, en contorno de veinte leguas dispersos
cantidad de setecientos indios montañeses, los cuales son los mejores e
los más dóciles e de mayor bondad e fidelidad que se han conocido ja ­
más; unos con otros tienen gran paz; es gente muy partida; si algún indio
de ellos pierde algo, lo conocen e se lo llevan, aunque sea cosa de mucho
peso, e se lo ponen en la puerta de su casa, e no hay ninguno de ellos
que llegue a ello; nunca se han rebelado desde que los españoles entra­
ron: es gente de tanta caridad, que si topan por aquellas montañas algún
español que va a pie, porque allí no se puede andar de otra manera, e
con dos bordones largos como lanzas, con los cuales van subiendo y ba­
jando de barranco en barranco, e si lo ven fatigado o cansado, le cogen
cuatro o cinco indios e en unas silletas que hacen, a trechos, entre todos
cinco, lo llevan hasta ponerlo en poblado, adonde le dan de comer e de
todo lo que ellos tienen; son tan fieles, que con haber cuarenta o cincuen­
ta años que llevan mercaderías por aquella montaña, no han echado de

I
R u fin o G u tié rr e z 85

menos an alfiler; son tan buenos indios e tan sin malicia, que inclinan
los corazones de todos a que los quieran bien. Había en otra montaña
más de ocho mil indios, e no han quedado seiscientos de todos con el
continuo tra b a jo e n el acarreo de carga, que es la forma en que los blan­
cos les exigen el tributo. v
El Cura y Yicario que había entonces era Juan Montano, y había
también un “monasterio de La Merced, con tres o cuatro frailes.”
El 11 de septiembre de 3735 nació en Oali el doctor José de Cuero
y Caicedo, quien fae Obispo de Cuenca y de Quito; y el 22 de agosto de
1773, don Joaquín Caicedo y Cuero, fusilado en Pasto el 26 de enero
de 1813.
El 30 de enero de 1790 se hizo en Cali la solemne jura del Rey Car
los 1Y.
Ai principio Cali dependía de la Audiencia de Lima, y más tarde se
le hizo depender de la de Quito.
A mediados del siglo x v n se sublevó el pueblo de Cali porque iban
a ahorcar a un hombre que había sido condenado a la pena de muerte,
lo sacó de la cárcel, despedazó la horca, y amenazaba de muerte a los
Alcaldes, quienes tuvieron que asilarse en una casa. El Yicario salió a la
calle con el Santísimo, y así calmó al pueblo; la agitación era tan grande,
que tuvieron que venir de Popayán el Gobernador y el Obispo.
Cuando en 1793 se declaró la guerra entre España y Francia, el Rey
pidió donativos a los súbditos de las colonias para sostenerla, y Cali con­
tribuyó con 911 patacones, de ios cuales fueron 100 del Alférez Real don
José Micolta, y 100 de don Manuel Umaña.
Preocupado el sabio Caldas por las dificultades que encontraba el
comercio a su paso por el Istmo de Panamá, decía a don Santiago Arroyo
y Yalencia en carta de 5 de julio de 1797:
“ El Istmo de Panamá es una barrera inaccesible, por otra parte que
por el Arrastradero de San Pablo. Este tránsito era digno de inmortali­
zar a cualquiera, rompiendo la pequeña ‘bolonia7que separa los ríos Atra­
to y San Juan.”
. El 13 de julio de 1810 el Cabildo de Cali organizó una Junta de Se*
guridad Pública que propendía a influir en la variación del sistema po­
lítico y de gobierno del Reino y para pedir que en la capital se instalara
una Junta Superior.
El l.° de noviembre de 1810 se instaló en Oali una Junta de Gobier­
no, presidida por fray José Joaquín Escobar, para secundar el movimien­
to revolucionario de Bogotá del 20 de julio. Esa Junta promovió, una fe­
deración de las ciudades del valle, y acogida por ella la idea, eligieron
Diputados Cali, Buga, Caloto, Toro y Anserma, para una Asamblea que
debía reunirse aquí. Por disposición de ese Cuerpo se sembró en la plaza
mayor el “ árbol de la lib e rta d ,q u e fue una mata de cafe, y más tarde
se cambió por una palmera. Esta fue destruida el año de 1813, cuando
entraron los realistas. El 14 de noviembre de mismo año se juró solem­
nemente en Cali ia Constitución española expedida el anterior en Cádiz,
y entonces se dio a la plaza mayor el nombre de Plaza de la Constitución.
Cuando en 1811 pasó por aquí el Coronel Antonio Bara^ a a atacar
al Gobernador realista Tacón, se le unieron 500 vecinos a las órdenes de
don José María Cabal. Obtenido el triunfo de Palacé por los patriotas,
la Junta de Gobierno de Cali, con el señor Cabal como Presidente, se
trasladó a Popayán, y al acercarse allí Sámano, en 1813, regresó a Cali,
donde volvió a levantarse el pueblo en favor de la libertad, el 22 de di­
ciembre de este último año.
86 Cali

Don José Fernández Madrid, qnien en su carácter de Presidente ha­


bía salido de Bogotá para el Sar huyendo de las faerzas realistas, llegó a
Cali el 19 de julio de 1816, y al día siguiente se dirigió a Warleta inclu­
yéndole la nota que el l.° de mayo dirigió a Morillo ofreciéndole entre­
garse con determinadas condiciones.
El 25 de agosto de 1816 decretó el Jefe realista Oarlos Warleta, en
Cali, que toda persona, sin excepción de sexo ni calidad, que pasado el
término de cuatro días no se presentara en la respectiva población del
Valle a obtener un pasaporte, sería fusilada “ en cualquier parte del cam
po o montaña en que sea encontrada por los destacamentos de la tropa.”
Ei 22 de septiembre del mismo año fue fusilado en la ciudad, por
patriota, el doctor Manuel Santiago Vallecilla.
Estando aquí las fuerzas que marchaban a dar libertad al Ecuador,
en la noche del 25 de septiembre de 1820 se embriagaron en un baile los
Jefes y Oficiales del Ejército, y uno de los Oficiales de la Legión inglesa
abofeteó al General Mires, quien estaba encargado de la Oomandancia
de todas las faerzas, por retiro accidental del General Manuel Valdés.
El escándalo que se armó fue muy grave, y estuvo al ocasionar conflictos
sangrientos entre los batallones colombianos e ingleses. El General Val-
dé8 tuvo que intervenir y encargarse de nuevo de la Comandancia. Mires
siguió de segundo Jefe, y la gran falta del Oficial inglés quedó impune.
El 11 de mayo de 1820 dispuso el Libertador qae la Provincia de
Popayán se llamara Provincia del Cauca y que tuviera a Cali por capital
en premio de los servicios prestados a la República, y por ley del año
de 1821 se trasladó la capital a Popayán.
El l.° de enero de 1822 llegó el Libertador a Cali, de paso para la
campaña del Sar, y ese mismo mes dio orden desdqaqaí al Gobernador
del Chocó para que emprendiera la apertura de un canal por el río San
Juan y el Arrastradero Je San Pablo a salir al Atrato.
El 20 de diciembre de 1829 volvió a Cali el Libertador, de regreso
del Sur, y el día 22 dictó decreto por el cual mandó abrir el camino de
Buenaventura, y encargó de los trabaios al Coronel Eusebio Borrero.
En 1830 el pueblo de Cali se levantó en armas contra el Gobierno
del doctor Joaquín Mosquera, sitió al Coronel Ensebio Borrero, teniente
entonces del General, José María Obando, en el Colegio de Santa Libra­
da, y lo obligó a rendirse. La Provincia desconoció el Gobierno que en
cabezaba en Bogotá el General Rafael Urdaneta, y declaró que se anexa­
ba ai Ecuador; las Provincias del Cauca llegaron hasta elegir Diputados
al Congreso del Ecuador. El 28 de febrero de 1832 se reincorporó a la
Nueva Granada, después de que el Presidente de la República envió al
Coronel Salvador Córdoba con fuerzas a someter a los que estaban en
armas, y después de los combates tenidos con éstos en el Dagaa.
El 13 de agosto de 1831 había tomado el General Obando a Cali y
hecho fasilar aquí a los Capitanes Quintero y Reyes, y a los Tenientes
Sqldaña y González.
En 1835, al establecerse la República de la Nueva Granada, se creó
la Provincia de Buenaventura con Cali por capital.
El 12 de junio de 1811 fueron derrotados en La Chanca los Jefes re­
volucionarios José María Obando y Juan Gregorio Sarria, por los legiti-
mista8 Joaqaín M. Barriga y Manuel Ibáñez.
Las faerzas legitimistas habían abandonado la ciudad al acercarse
con las suyas el General Obando, quien entró el 15 de marzo del mismo
año, se alojó en el edificio de la Universidad y entregó al pillaje la biblio­
teca y a la destrucción los instrumentos de física y química.
R u fin o G u tié rr e z 87

Se había hecho tai) general en el país, y había asumido caracteres


tan graves esta guerra, que el Presidente de la República, doctor José
Ignacio de Márquez, abandonó la capital y se vino al Oauca a buscar
apoyo en las fuerzas legitimistas que mandaba el General Pedro Alcan­
tara Herráo, y antes de emprender marcha, el 16 de diciembre de 1840,
dirigió una carta al Presidente del Ecuador, que era entonces el General
Flores, solicitándole un auxilio de 2,<)00 hombres con el mismo Presidente
Flores a la cabeza, para que 800 de ellos obraran “ por el Cauca sobre
Antioquia, dirigiéndose el resto con usted (Flores) hacia esta capital”
(Bogotá). Agrega el doctor Márquez que debían “venir volando, porque
cualquiera dilación las hará llegar inoportunamente y cuando el auxilio
fuese infructuoso,” y que las bases del convenio para corresponder “a ese
auxilio serán las mismas que celebró con usted (Flores) el General He-
rrán para admitir el que usted le dio tan oportunamente en Pasto.” Se
refiere el doctor Márquez al auxilio de una fuerza de 478 soldados de in­
fantería y 452 de caballería con que Flores pasó la frontera el 18 de sep­
tiembre para auxiliar a Herrán en la campaña que haeíá contra los revo­
lucionarios José María Obando y Andrés Noguera; auxilio prestado por
el Presidente del Ecuador en virtud de que Herrán le ofreció, en comu­
nicación de 19 de agosto, la cesión al Ecuador del territorio que hoy
forma el Departamento de Nariño, como lo exigía Flores.
En su comunicación le decía al General Herrán:
“ Si se logra restablecer el orden público en la Provincia de Pasto,
no se fijará la Nación en poseer algunas leguas más o menos de territorio,
y atenderá de preferencia la conveniencia de los dos países. Si a eso se
agrega que el pueblo ecuatoriano contribuye a destruir la abominable fac­
ción que acaudillan Obando y Noguera, la Nueva Granada será tanto
más favorable a las pretensiones del Ecuador, cuanto haya sido mayor
su ayuda para destruir la facción, como que entonces el honor nacional y
la conveniencia de las dos Repúblicas están de acuerdo.”
Por su parte el General Obando, en comunioación de 8 de junio de
1841, firmada por su Secretario General, pidió al Presidente de Venezue­
la su intervención en la guerra granadina.
El General Tomás Cipriano de Mosquera, en carta que dirigió al doc­
tor Rufino Cuervo desde Pasto el 19 de octubre de 1841, le dice:
“Cada día sentiié más la maldita campaña de 1832, que nos dio esta
Provincia, foco y asiento de las revoluciones.”
En otra carta, de 9 de noviembre, le dice:
“En la alternativa de ser dominado por Obando o por el Ecuador,
para mí, como para todos los habitantes de las Provincias del Cauca, que
valen algo, es una cosa decidida escoger el último partido.”
El Presidente de la República, General Pedro Alcántara Herrán, en
carta dirigida de Bogotá al doctor Rufino Cuervo el 3 de agosto de 1842,
le dice:
“ Desde que yo vine de Pasto principió a influir con activo empeño,
pero da un modo franco, razonab e y decente, para popularizar la fijación
de límites en el Guáitara. Encontró apoyo y grande cooperación; logró
generalizar las más vivas simpatías en favor del Ecuador; todo estaba
hecho; hice más de lo que ofrecí particularmente al General Flores. Sábe­
se lo ocurrido en el Sur, y todo cambia a un extremo contrario. Mis ami­
gos, que habían convenido ya conmigo, me dicen: ¿Será honor para la
Nueva Granada hacer concesiones a un Gobierno queen nuestros con­
flictos usurpó una parte de nuestro territorio?, ¿que por sus manejos tomó
88 C a li

incremento la facción de Obando?, ¿que es responsable de la pérdida de


Popayán?, ¿que hostilizó al Cantón de Barbacoas por su fidelidad?, ¿que
inició tratados con Obando?, ¿que ultrajó y despidió escandalosamente a
nuestro Encargado de Negocios? Me reconvienen dicióndome: ¿es el
Ecuador, el fiel aliado de quien usted nos respoudía?, y Si ahora le conce­
demos que se extienda, hasta el Guáitara, ¿no pretenderá en seguida ex- *
tenderse hasta Guanacas y Quindío?”
Don Anselmo Pineda, en carta escrita en Pastoel 20 de octubre de 1841
a don Rufino Cuervo, dice que el único medio de matar la revolución es
que quede enclavado el Cantón de Pasto entre la Nueva Granada y el
Ecuador, y agrega: “ Esto podrá tener logar fijándose los límites del Ecua­
dor en el Gnáitara, aunque haya que prescindir por uhora de Tumaco y
Barbacoas, que pertenecen a la Nueva Granada.”
En 1851 empezaron a organizarse en Cali las Sociedades democráti­
cas, que tantos asesinatos, incendios y devastaciones de haciendas caá-
saron en el Valle. Las primeras reuniones fúeron en casa del Goberna­
dor R-iinón Mercado.
El 11 de mayo de 1853 nació aquí el doctor Eladio Perlaza, primero
y único Obispo que ha habido en la Diócesis de Cali.
El 16 de diciembre de 1853 el pueblo liberal de esta ciudad se pro­
nunció en favor de la Dictadura de Meló ; protegidos por el Gobernador
Avelino Escobar y por el Coronel de la Guardia Nacional Manuel José
Núñez Oonto, asaltaron el cuartel y se apoderaron de un abundante
parque que había en él; el Corone! Manuel J. Tejada y el Comandante
Manuel J. Collazos atacaron en la ciudad a los dictatoriales el 16 de junio
de ese año, y fueron vencidos. El 25 del mismo mes puso sitio a la pobla­
ción el General José Hilario López, y el 29 se entregaron los revolucio­
narios, por capitulación.
Poco antes de ese año—no encontré el dato preciso de la fecha—
se formaron dos Distritos de la ciudad, llamados Cali y C^icedo, dividi­
dos por la calle 12, ni tampoco sé cuándo volvieron a ser uno solo.
El 21 de febrero de 1860 fue ocupada la ciudad por el Jefe legitimists
Comandante Manuel A. Pizarro, y el General Mosquera mandó fuerzas
con el Coronel R. Zúñiga a atacarlo; después de cruento combate en las
calles, fue vencido el Jefe legitimista.
Aquí dictó el Genera! Mosquera su Decreto de 8 de mayo de 1860,
por el cual declaró separado el Cauca de la Confederación Granadina.
Los destrozos hechos por los democráticos y por la revolución que
empezó en 1860 y el que no pudiera introducirse sal en mucho tiempo
durante la revolución, hasta el extremo de venderse la libra a $ 4, hicie­
ron qae el ganado vacuno,^abundantísimo antes, se escaseara de manera
alarmante.
El 8 de abril de 1862 el Jefe mosquerista, General Elíseo Payán, se
hizo fuerte en el Alto de los Cristales, que queda cerca de la población
y dominándola, y en la mañana del 11 lo atacó allí don Julio Arboleda*.
El combate fue corto y sangriento; quedaron prisioneros el General P a ­
yán y sus Jefes y Oficiales, y se rescató al General legitimista Braulio
Henao y a los demás Jefes antioqueños que habían sido vencidos poco
antes por el General Payán en el combate de Las Hojas.
En la noche del 18 de diciembre de 1876 atacó el Coronel revolucio­
nario Carlos Patino,, con 18 hombres, los dos cuarteles que tenían en la
ciudad las fuerzas liberales legitimistas, y se ios tomó, cogiendo en ellos
un grao parque. No pudo levantar mayores fuerzas para conservar su
conquista, y el 24 del mismo mes fue atacado con 1,500 hombres por el
R u fin o G u tié rr e z 89

General David Peña, y completamente vencido. Las faerzas triunfantes


saquearon en gran parte la ciudad; muchos amigos políticos de Patino se
asilaron en las iglesias, y allí y en las casas particulares fueron asesina­
dos algunos. El Jefe conservador no tenía a sus órdenes más de 100 hom­
bres, y los muertos de su parcialidad fueron más de 400.
El 21 de abril de 1879 combatieron entre sí, en las calles de la pobla­
ción, las dos parcialidades liberales, radicales e independientes, y triun­
faron éstos.
En la madrugada del 19 de enero de 1885 estalló una revolución en
Cali, la cual se tomó los cuarteles, desconoció al Presidente del Estado,
General Elíseo Payán, y proclamó en su lugar al doctor Jorge Enrique
Delgado. El 8 de febrero, al tenerse noticia de que las fuerzas legitimis-
tas se acercaban, los revolucionarios desocuparon la ciudad, y el 9
entraron aquéllas, comandadas por Payán y Ulloa.
Los revolucionarios huyeron en dirección a Buenaventura, y el 27 de
marzo se entregaron en Dagua.
El 9 de febrero siguiente, después del combate de Sonso, entraron a
Cali las fuerzas legitimistas.
Por la Ley 1.a de 1908^se creó el Departamento de Cali; por la 65 de
1909 se eliminó y se restablecieron los antiguos Departamentos, y des­
pués, por Decreto número 340, de 16 de abril de 1910, se creó el actual
Departamento del Valle, con Cali por capital, y se inauguró el l.° de mayo
del mismo año. Gobernador del efímero Departamento de Gali fue don
Ulpiano Ríaseos, y los del Valle, por su orden, han sido: doctor Pablo Ba­
rrero, doctor Miguel García Sierra, General José Antonio Pinto (durante
su período estuvieron reemplazándolo como interinos, por algún tiempo,
el doctor Gonzalo Mejía y don Miguel Angel Losada), y doctor Vicente
García Córdoba, actual Gobernador, desde el l.° de junio de 1915.

La ciudad de Cali está asentada en una ladera de suave declive, al


pie de la Cordillera Occidental, de donde desciende el cristalino y torren­
toso río Cali, y dominada a gran distancia por los imponentes y bellísimos
farallones que a considerable altura forma esa Cordillera. Dista el pobla­
do del fío Cauca poco más dé una legua. Se compone de 213 manzanas,
divididas por calles y carreras angostas, y no todas ellas completamente
rectas, de edificación compacta en la parte central, y bastante disemina­
da en los barrios retirados. En el centro las edificaciones son de ladrillo
o adobe, y de tapia pisada, con techo de teja de barro, y hay no pocas
casas de dos pisos, de muy regular apariencia. Entre las de un piso, casi
todas de construcción uniforme y bastantes de estilo coÍQnial, las hay de
gran comodidad, con extensos patios, jardines y huertas, y numerosas y
amplias piezas, que casi parecen salones. Las de los barrios retirados son
en gran número de bahareque o de guadua, con techo de este material o
pajizo, y con los cercados hacia la calle, de guadua, de alambre o de ma­
tas de piñuela.
Aunque la población se extiende de la ribera del Cali hacia el Sur,
de manera que este río dista^de la plaza principal o Parque de Oaicedo,
donde se halla la Catedral, sólo cuadra y media, no tiene el río más que
el puente de Santa Rosa y uno de ladrillo, de varios arcos y de 80 metros
de extensión, pero estrecho como todos los de la misma clase que se cons­
truyeron al principio en el Cauca. Tendrán que ampliarlo pronto, porque
el tránsito por él se está haciendo difícil con el gran movimiento de auto­
móviles, coches, carros y caballerías que se está desarrollando. Fue cons­
truido en 1844, por iniciativa de fray José Ignacio Ortiz.
90 C a li

Las calles y carreras centrales están empedradas, sin que se hayan


cambiado todavía en todas ellas las grandes, redondas y lisas piedras que
antes empleaban para el pavimiento. En algunas de las principales se
han cubierto, en parte, con tapas de piedra los caños que corren por el
centro de ellas, de manera que vienen a formar estrechas alcantarillas,
muy superficiales, adonde tributan los desagües de las casas. A lo largo
de la calle 4.a va ya bastante adelantada la construcción de una alcanta­
rilla de regulares condiciones, a la cual paróceme que deberían hacerle
derivaciones laterales hacia el vecino río, porque puede suceder que cuan*
do caigan aguaceros torrenciales no tenga la capacidad suficiente para
recibir todos los desagües que afluyen a ella. Los empedrados los mandó
hacer el Gobernador de Popayán en 1781, pero sólo al frente de las casas.
Las calles de la parte baja de la ciudad se mantienen en completo
descuido, sin empedrar, con pocas aceras, y los abundantes caños que
por ella corren, llenos de malezas, son fétidos e inmundos.
Las aceras del centro son de regular anchura y de ladrillo de buena
calidad.
Hay estas plazas y parques:
Plaza principal, convertida en el frondoso Parque de Oaicedo, con la
estatua de bronce del prócer, buena verja de hierro y algunas bancas.
Allí se dan retretas con frecuencia por la Banda del Ejército, que es la
única de la población. Son muy concurridas; las señoras tienen entrada
libre, y los caballeros pagan cinco centavos, los cuales se destinan a la
conservación del Parque y sostenimiento de muchas aves de diferentes
clases y otros animalitos que alegran y embellecen ese lugar de recreo.
Con plausible severidad se impide la entrada al parque en las tardes de
retretas a mujeres de conducta dudosa y a hombres que no estén decente­
mente vestidos. Lástima que en Bogotá no se esmeren como aquí en em­
bellecer y conservar los parques.
Plaza de San Nicolás, donde empieza a formarse un parque cercado
con alambres, llamado Lucio Velasco. Esta plaza es grande, de forma
irregular, porque en uno de sus ángulos está el viejo templo de aquel
nombre; pero cuando termine la construcción del nuevo se demolerá el
antiguo
Plaza de Santa Posa, hoy de Colón, de forma oblonga e irregular,
porque en uno de sus lados está la iglesia de la Santa de su nombre.
Allí hay algunos árboles grandes cercados con alambre, y piensan formar
un parque.
Plazuela muy chica de''San Francisco, al frente del templo de este
nombre. En el centro de ella, y dentro de verja muy reducida, está la es­
tatua de bronce del virtuosísimo y de muy grata memoria para los cale­
ños fray Damián González, Cura que fue de la parroquia.
Otra diminuta plazuela al frente de la iglesia de La Merced.
En la ribera izquierda del río, al pasar el puente de arcos, de uno y
otro lado del camellón, los parques llamados de Bolívar y de Mallarino,
que van embelleciéndose.
El extenso, ancho y bastante poblado camellón que conduce a la
estación del ferrocarril, al cementerio y al río Cauca, está muy bien ma-
cadamizado, provisto de alumbrado eléctrico y ya arborizado: se llama
hoy Avenida Uribe Uribe. Entre él y el río Cali, en una zona extensa y
de anchura que varía entre 40 y 80 metros, se ha formado bonito parque
ya bastante frondoso, que tiene el nombre de El Centenario.
Al sureste de la población y lamiendo las últimas edificaciones del
barrio que hasta allí llega, empieza la muy extensa laguna de Agua-
Rufino Gutiérrez 91

blanca, formada por las represas y los ríos Pance, Lili, Melendez y Ca-
fíaveralejo al desembocar en el Canea. Es esa laguna un criadero de zan­
cudos y el origen del paludismo que aflige al vecindario. Por allí hay
bastante movimiento de embarcaciones menores para el comercio de vive
res con las poblaciones y haciendas que demoran al norte de ambos lados
del río.
Funcionan en Cali un Tribunal Superior, con tres Magistrados} un
Juez Superior, cuatro Juzgados de Circuito, de los cuales uno conoce en
asuntos criminales} dos Notarías, una Oficina de Registro, y Cónsules de
Alemania, Estados Unidos, Francia, Noruega, Ecuador y Bolivia.
El Tribunal fue creado en 1893, como unitario, con el nombre de
Tribuual del Pacífico; en 1907 se le hizo plural con el nombre de Tribunal
del Norte, y desde 19i2 se llama Tribuual del Distrito Judicial de Cali.
El Juzgado Superior fue creado en 1882; más tarde se le eliminó, y
volvió a establecerse en 1905.
El primer Juzgado del Circuito en lo Civil se creó en 1848; el segun­
do, en 1905; el tercero, en 1916, y el de lo Criminal, en 1882. Desde 1916 se
considera éste como 4.° del Circuito.
En los protocolos de la Notaría hay escrituras que datan de la pri­
mera época de la Colonia; pero la primera no fue creada hasta 1852, y la
segunda un poco más tarde.
Hay datos de que la Oficina de Registro funciona desde 1816.
La iglesia de San Pedro, hoy Catedral y parroquial a un tiempo,
tenía sólo este último carácter antes de crearse el Obispado, desde 1693.
La construcción de la actual se empezó el l.° de septiembre de 1772 y se
concluyó en 1841. Para eso dio la Corona de España 3o,009 patacones.
La torre se levantó el año de 1866, por iniciativa del Cura fray Damián
González, y el reloj público fue colocado allí en 1868. El terremoto del
25 de mayo de 1885 le causó graves daños, y con ese motivo recibió im­
portantes reparaciones. Es un bonito y espacioso templo, con elegantes
frontis y torres, buenos altares, pavimento de ladrillo, un rico y artístico
sagrario, cuadros y estatuas de bastante mérito, 70 buenos escaños y
16U lámparas eléctricas. Hace lucido papel como catedral.
La otra parroquial, 8au Nicolás, fue construida a costa de una fami­
lia piadosa en 1806. Es iglesia fea, achatada, de humilde frontis, malos
altares y peores imágenes. Está edificada en un rincón de la plaza; pron­
to será demolida, y entonces ésta quedará de forma regular, pues en el
costado occidental de ella se está construyendo un nnevo y espacioso
templo. La primera piedra de él se colocó el 20 de noviembre de 1880, y
su fábrica ha adelantado muy poco. Hay que tener confianza en que el
actual Cura llevará la obra a feliz término rápidamente. Aunque hace
poco que se encargó de la parroquia, ya levantó al lado del nuevo templo
una buena casa cural de dos pisos.
La ermita es una capilla chica, de aspecto muy viejo, descuidada y
desmantelada, con una pobre torrecita. Fue construida a principios del
siglo XVili. Al lado de ella se han establecido las Carmelitas.
La iglesia de Santa Rosa fue la segunda que se levautó, del otro lado
del río, y porque la población crecía del lado de acá, y se dificultaba el
paso, se trasladó a su actual asiento. Es apenas no inferior a la ermita,
tiene dos cuadros regularas y una silla autigua de artísticos tallados y
dorados. Se edificó en 1690 la actual, lo mismo que el convento contiguo,
en el cual se estableció el Colegio de Padres Lazaristas en 1886.
La capilla de San Antonio se edificó en 1746, en una colina que do­
mina la ciudad por el Occidente, en terreno de dos fanegadas, que con
92 Oal¡

ese objeto cedió don Juan Garcés de Aguilar. No tuve tiempo para ir a
visitar esa modesta capilla, que a todas horas veía cerrada.
El convento de La Merced se fundó en 1545 por Mercedarios que
trajo Belalcázar de España, a las órdenes de fray Francisco de Granada,
y cuando el Congreso de 1821 decretó la extinción de los conventos me­
nores, el Gobierno cedió por poco tiempo a los Mercedarios el actual edi­
ficio de Santa Librada. La primera iglesia reedificada en Cali fue la de
La Merced; es chica, muy aseada* de aspecto antiguo, regularmente pa­
vimentada, con buen altar mayor de dorados fiaos y bonita capilla late­
ral. Está al frente de una ampliación de la calle en forma de plazuela, ^
no tiene atrio; ei frontis es modesto, y en la parte de atrás hay una torre
correcta. Hoy, tanto la iglesia como el convento contigao, el cual es de
muy antigua construcción, están a cargo de veinte Madres Agustinas,
quienes por disposición legal tienen un asilo de muchachas pobres, en el
cual hay más de 50. A llí se les da enseñanza de primeras letras y de
mny variadas obras maun&les. Estas asiladas trabajan para la calle en
lavado, aplanchado, costuras, bordados, obras de cocina, etc. La primera
misa la celebró en Cali fray Santos de Añazgo, en La Merced.
No encontré dato preciso de la época en que se fundó el convento de
Dominicanos, pero fue a mediados del siglo XViii. Suprimida la comuni­
dad por ley del año de 1821. el Gobernador don Eusebio Borrero destinó
la iglesia, adaptándola, a escuela de primeras letras en 1839, y más tarde
se construyó en sn asiento el actual Palacio de Justicia. El convento se
vendió, y en su área construyeron casas particulares. ^
El convento de San Francisco de Cali, lo .mismo que los de Popayáa
y Quito, fue fundado en 1761 por fray Fernando de Jesús Larrea, quien
dirigió la obra del convento y de la iglesia. Aquí murió y se conservan
sus restos. Para la fundación del de Cali dio 6,000 patacones fray Nico­
lás de Hiuestrosa.
Desde 1750 vinieron de Quito algunos misioueros Franciscanos, y el
Key de España autorizó la fundación del convento por Cédula de 11 de
mayo de 1756. En 1766 se le declaró independiente de la casa de Po-
payán. Se empezó por comprar una manzana y por edificar el convento y
□na capilla, la cual fue reedificada por el vecindario en 1889 y dedicada
a Nuestra Señora de Lourdes. Sin embargo de lo qae dejo anotado sobre
losFranciscanos, el corógrafo don Juan López de Velasco dice que en 1575
tenía el ‘‘monasterio uno o dos religiosos.”
En 1800 se empezó a levantar el actual templo de San Francisco, y
se concluyó en 1827, por planos hechos por fray Pedro Herrera y Kiaseos.
El Obispo de Popayán, señor Jiménez Padilla, lo consagró en 1828. Esta­
ba proyectada la obra desde 1791 en virtud de Cé lula de 2i de febrero
de ese año. En el terremoto de 1885 sufrió bastante, y después fue repa­
rado. Cuando se expulsó a los Jesuítas ei siglq xviíi, la librería y los ar­
chivos que tenían pasaron a poder de los Franciscanos.
Saprimida esta comunidad en la guerra de 1860, los Franciscanos se
dispersaron, y la Nación se apoderó del convento, el cual no se remató
porque no se presentaron postores, y estuvo sirviendo durante varios años
uñas veces de cuartel y otras de escuela. La Asamblea Legislativa de
1886 devolvió el edificio a los pocos frailes que vivían, y con éstos y per­
sonal de origen español se reorganizó la comunidad.
El templo es de notable construcción, alto, espacioso e imponente,
con frontis severo y elegante; atrio bastante elevado, que ocupa todo el
frente y gran parte de ano de los costados. Tiene un buen altar moderno,
pero tal vez recargado de moldaras y adornos, y otros laterales de mejor
R u fin o G u tié rr e z 93

gusto; bastantes cuadros y estatuas de no escaso mérito, infinidad de re­


clinatorios y dos series de escaños en la nave central.
Es la iglesia de Cali más concurrida por los fieles. He notado que
aquí, como en Medellin, Cartagena y Barranquiila, y algo también en
Bogotá, los asistentes a los oficios divinos no estáu tan bien educados
como los de Popayán y Pasto para ponerse de rodillas, de pies o sentarse
cuando deben hacerlo. En la Catedral de Amberes se avisa esto con una
campana, y entre nosotros convendría que se nos enseñara en la mis­
ma formado por medio devnn figurante, aunque sólo faera en las funcio­
nes solemnes.
En 1581 vinieron los Agustinos a establecerse en Cali, y levantaron la
iglesia y el convento del nombre de su santo patrono. Suprimida la co
munidad 6 0 ,1 8 2 1 , por falta de personal, en 1823 el Vicepresidente San­
tander destinó el convento para local del Colegio de Santa Librada,
y la iglesia de San Agustín se conoce desde entonces con el nombre de
ese establecimiento. Mientras se reconstruyó la iglesia de San Pedro
sirvió de parroquial. Es capilla chica, modesta, remozada por dentro con
un regalar altar de madera, dos cuadros-antiguos y bancas ordinarias.
Las comunidades religiosas establecidas en Cali sor: Hermanas de la
Caridad, Vicentinas; Hermanas de la Providencia, Carmelitas Agustinas,
Franciscanos, Marietas y además dos Padres Lazaristas y dos Agustinos.
Parece que el primer Cura que hubo en la parroquia de Santiago de
Caii fie fray Santos de Añasco, a quien sucedió en 1539 fray Julián
Heredia, pero nada de eso dicen los libros parroquiales, pues faltan los
del principio de la Colonia. El primer libro que se haila en el archivo pa­
rroquial es el número 2, de bautizos, que empieza el l.° de enero de 1701,
y en él firma como Cura el maestro don Juan Rodríguez Montaña hasta
1720. De allí en adelante están autorizadas las partidas así: Agustín de
Mora, hasta 1721; Licenciado doctor Pedro Francisco de Iturralde, hasta
1724; Ignacio Vinas Cadena, hasta 1731; Jaáa Delatorre y Velasco, has­
ta 1732; Melchor Jacinto de Arboleda, hasta 1742; doctor Joseph de Ale­
gría y Caicedo, hasta 1758; doctor Juan de Salazar y Utrera (cuatro me­
ses); Francisco Javier Nagle, hasta 1767; José de Andrade, 1768; F ran­
cisco Javier de Castro, 1777; doctor José de Rivera, hasta 1790; doctor
don Juan Ignacio Motalvo, hasta 1812; doctor Juan Ignacio Aragón, hasta
1814; doctor Gregorio deOamacho, hasta 1819; dóctor Manuel María Rodrí­
guez Gil, hasta 1837; Gregorio de Camacho (segunda vez), hasta 1862; fray
Damián González, de 3 de juniode 1862 a 2 de noviembre de 1877; Marcos
Rodríguez, hasta 1881; Severo González hasta 1900; Uladislao González
Camacho, hasta 1908; Pedro P.' Martínez, hasta 1910; Uladislao González
Camacho (segunda vez), hasta 1913; Vicente Sánchez, unos pocos meses
de 1913, y de este año en adelante Daniel Guerrero, actual Cura.
La parroquia se dividió en dos, conocidas con los nombres de la Ca­
tedral y San Nicolás, en 1848.
La primera partida en ios libros de bautizos de la nueva parroquia de
San Nicolás de Caicedo es de 16 de diciembre de 1849, y figura como
Cura el presbítero Angel Piedrahita hasta 1862. y en adelante siguen fir
mando en este orden: Antonio García, hasta 1880; Buenaventura Jiménez,
hasta 1895; Eladio P. Perlaza (actual Obispo), hasta 1900; Manuel A. Pi-
zarro, hasta 1901; Francisco A. Salazar, hasta 1904; Luis E. Véiez, hasta
1906; Víctor M. Bonilla, hasta 1908; Francisco A. Salazar (segunda vez),
hasta 1916; Pedro A. Lozano, hasta 1917; fray Edmundo Gofíi, actual
Cura.
Hoy es Cali cabecera de Obispado, creado por Bula de 7 de julio de
94 Cali

1910. Sa primer Obispo, el Ilustrisimo señor Eladio P. Perlaza, fne ele­


gido el l.° de agosto de 1911, y se consagró el 24 de agosto de 1912. No
hay Capítulo Catedral, y el Palacio episcopal es una modesta casa alqui­
lada.
Los establecimientos de educación que hay en Cali son éstos:
i. Oo?egio de Santa Librada, en local destinado para él por la Nación*
Esta lo auxilia con $ 1,000 auuales y el Departamento cou $ 450 por mes-
Goza de renta nominal, qae le produce $ 1,022 por año. No hay internado.
Tiene un Bector, que gana $100; ocho empleados permanentes, con suel­
dos *de $ 5 a $ 70; diez y ocho Profesores, a $ 15; un Capellán Profesor,
con $ 19. Los alamnos matriculados son 159; además, 56 en el Liceo anexo
de cursos preparatorios, y 10 asistentes.
II. Escuela Normal de varones, en local arrendado a $ 120, con un
Director, que gana $ 93; un Subdirector, $ 65-60; un Director de la Escuela
Anexa. $ 70; dos Celadores Profesores, a $ 36-10; un Portero, $ 11-40, y
nueve Profesores, a $ 19. Los alumnos matriculados son 42, de ellos 30 beca­
dos por la Nación, 7 por el Departamento y 2 por el Municipio. La
pensión es de $ 12. La Escuela Anexa tiene 100 matrículas.
n i. Escuela Normal de mujeras, en local y con superiores y dotacio­
nes en las mismas condiciones de la anterior. Hay 30 alumnas becadas
por la Nación y 16 que pagan pensión de $ 12, y además, 123 en la Anexa.
IV. Colegio de la Sagrada Familia, dirigido por Madres de la Provi­
dencia, a quienes paga el Departamento a $ 35 la Directora y a $ 25 seis
Maestras; por local da $ 150 y $ 10 para una Portera. Hay 48 alumnas in­
ternas, que pagan pensión de $ 1&, y externado anexo con 65 matrículas.
V. Escuela urbaua de varones número 1, a cargo de cuatro Hermanos
Maristas, cou un Director, que gana $ 40, tres Maestros, a $ 30, y dos
más, a $ 25, en local alquilado. Matrículas, 380.
* Vi. Escuela número 2, con un Director, $ 40; dos Maestros, a $ 30, y
232 matrículas. Local arrendado.
Vil. Escuela número 3, iguales condiciones a la anterior en personal,
dotaciones y local. Matrículas, 210.
VIH. Escuela urbana de mujeres número 1, a cargo de seis Hermanas
de la Caridad, a quienes se paga a $ 20, en local del Distrito, con sección
mixta. Matrículas, 115 varones y 469mujeres.
ix. Escaela número 2, a cargo de cinco Hermanas de la Caridad, a
quienes se paga a $ 20, en un departamento del Hospital. Matrículas, 405.
x. Escuela número 3, con una Directora que gana #40 y ana Maestra
$30, en local arrendado. Matrículas, 82.
Xi. Escuela número 4, con personal, dotaciones y local como la ante­
rior; 146 matrículas.
XII. Escuela número 5, con una Directora y dos Maestras, y con local
como la anterior, e iguales dotaciones. Matrículas, 137.
xiii. Escuela mixta del barrio de San Antonio, con una Directora, que
gana $ 23, y dos Maestras a $ 20; local arrendado. Matrículas, 40 varones
y 205 mujeres.
XiV. Escuela mixta del Pueblonuevo, con una Directora, que gana
$ 23; local arrendado, y 45 varones y 67 mujeres.
XV. Escuela mixta de Versalles, con personal, dotación y local como
la anterior. Matrículas, 40 y 30, respectivamente.
xvi y xvii Dos Escuelas nocturnas, con sendos Maestros, pagados a
# 10, y 115 asistentes. Las Escuelas nocturnas del Departamento se ha­
bían cerrado poique la Asamblea no apropió partida.
R u fin o G u tié rr e z 95

xviii a XXVII. Una Escuela rural de varones, una de mujeres y ocho al­
ternadas, todas en locales arrendados, menos uno que pertenece al D is­
trito. Los sueldos son todos a $ 23. Matrículas, 290 varones y 254mujeres.
Los establecimientos privados son:
i. Colegio de mucho prestigio establecido en el campo, en paraje lla­
mado Yanaconas, a unos 8 kilómetros de la ciudad, por los Hermanos Ma-
ristas, en local de propiedad de ellos, del cual me informaron qae es un
gran edificio lleno de comodidades y planta eléctrica. Sólo tiene internado,
con 95 alumnos. No recibe auxilio oficial.
II; Colegio de San Luis Gonzaga, de los mismos Hermanos Maris-
tas. Sólo tiene externado, con 122 matrículas.
lir. Colegio del Valle, del señor Luis A. Toro, con 85 alumnos.
IV. Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, regentado por Hermanas
de la Caridad, con 98 alumnas. Pensión, $ 2 y $ 3.
V. Colegio de Nuestra Señora de los Dolores, de las señoritas Esco­
bares, con 61 alumnas. Pensión, $ 3.
Vi. Colegio mixto del Sagrado Corazón, de la señorita Consolación
Paz, con 6 niños y 24 niñas.
vil. Colegio mixto de Hijas de María, de la señorita Carmen Sinis-
terra, con 15 niños y 38 niñas. Pensión, de $ 0-60 a % 6-80
viii. Escuela Seráfica, en el convento de los Padres Franciscanos,
con 24 alumnos.
IX. Escuela de muchachas asiladas en el convento de La Merced, de
las Madres Agustinas, con 30 alumnas.
X. Escuela de San Agustín, del señor Víctor Muñoz V., con 70
alumnos.
xi. Escuela de San Francisco de Asís, del señor Miguel Vicente
Mercado, con 34 alumnos.
xii. Escuela de Santa Isabel, de la señora Evarista A. de Alvarez,
con 33 alumnas.
XIII. Escuela de varones de la señorita María Garcós Campo, con
23 alumnos.
XiV. Escuela mixta de la señora Juana Alvear de Divas, con 23
niños y 13 niñas.
XV. Escuela mixta de la señora Catalina Jiménez, con 7 niños y
9 niñas.
xvi. Escuela mixta de la señorita Tomasa Arrechea, con 18 niños y
2 niñas.
Hay, pues, en Cali 27 establecimientos públicos de instrucción y 16
privados, con 4,805 educandos. En 1910 éstos eran 3,093.
El Obispado no tiene Seminario.
Las vacaciones de los estudiantes en el Departamento del Valle son
del 20 de julio al 2 de octubre.
Parece que anteriormente funcionaban Escuelas públicas fabriles, y
que se suspendieron por falta de partida en el último Presupuesto.
La primera Escuela pública de varones se fundó en 1777, en casa que
se compró con legado de ocho mil patacones del presbítero Manuel de
Cuero y Oaicedo, que es la misma en que está la Escuela que regentan
las Hermanas de la Caridad, y la primera Escuela de mujeres la fundó
el Gobernador Eusebio Borrero en 1830. El primer Maestro de aquélla
fue el presbítero José Cristóbal Vernaza.
Don Cristóbal Botín, vecino de Popayán, dejó en su testamento
45,000 patacones para fundar un Colegio en üartago, y dispuso que si no
se hacía esa fundación se destinaran 20,000 para uno en Cali, y por el
96 C a li

mismo tiempo dejó 30,000 para el qae estableciera en Oali den Pedro
Rodríguez. La Cédula sobre fundación del Colegio de Buga, de 30 de
noviembre de 1743, dice que esas donaciones no fueron aceptadas, pues
no se abrió el Colegio.
Por ley de 28 de julio de 1821, expedida por el Congreso de Cúcuta,
se suprimieron los conventos de Santo Domingo, San Agustín y La
Merced, por no tener el personal que exigía esa ley, y dispuso qué todos
los bienes y rentas de ellos se destinaran a la instrucción pública. F un­
dado en esa ley, el Yicepresidente Santander, por Decreto de 29 de
-enero de 1823, mandó establecer en Cali un Colegio que debía llamarse
de Santa Librada, “ en conmemoración del día en que hizd^su revolución
la antigua Nueva Granada”; destinó para local el convento de San Agus­
tín, con todas sus anexidades; dispuso que el Colegio tuviera Escuela de
primeras letras y cátedras de Mineralogía, de Flosofía y Matemáticas y
de Gramática española, latina y principios de Retórica; que todos los
bienes y rentas de aquellos conventos suprimidos formaran las rentas del
Colegio; que los jóvenes que vivieran en él pagaran $ 100 anuales por la
alimentación, y que hubiera cuatro becas para hijos de muertos en defen­
sa de la patria, dos para hijos de indios de la Provincia de Popayán y
otras dos para hiios de indios de! Chocó.
El Colegio se inauguró el 18 de octubre de 1823, y su primer Rector
fue el presbítero Mariano del Campo Larrahondo y Valencia.
El Obispo de Popayán, don Salvador Jiménez de Enciso, cedió en
1824 a favor de este Colegio las cuartas que le correspondían en la pa­
rroquia. .
Aunque la ley de 1821 dispuso que los bienes de los conventos su­
primidos se aplicaran a la enseñanza en la respectiva localidad, el Gene­
ra! Santander mandó en 1825 que ie los del convento de Santo Domingo,
de Buga, qup valían más de $ 7,000, se destinaran $ 4,352 al Colegio de
Santa Librada. En ese tiempo los capitales impuestos a censa a favor de
los extinguidos'conventos de Oali ascendían a unos $ 60,(100, asegurados
en fincas raíces.
A mediados del siglo pasado el Colegio tuvo su época de esplendor, y
trajo gabinete de física, laboratorio químico, instrumentos para el ^estudio
de las matemáticas, cartas, globos, etc., y se formó un gabinete de mine­
ralogía. De eso no queda nada. La biblioteca llegó a contar más de 4,000
volúmenes.
Desde 1830 empezó a destinarse el edificio para cuartel cada vez que
estallaba una de nuestras frecuentes revoluciones, y mientras tanto na­
turalmente no fancionaba el Colegio.
En 1891 se entregó a los Hermanos Maristas, y volvió a empezar a
prosperar, y en 1904 se puso de nuevo bajo la dirección de laicos. „
El edificio es de dos pisos, con techos muy bajos, y está bastante des­
cuidado y desmantelado; el mobiliario es paupérrimo, y en materia de
comodidades en lo interior baste con saber qae los excusados son unos
caños sin cajones siquiera. Esto parece increíble en un Departamento y
en nna ciudad que en materia de mejoras públicas, de construcciones de
edificios para oficinas, y de otros ramos de progreso y bienestar, van po­
niéndose a la cabeza de los más avanzados de Colombia.
El Departamento tiene en Oali estas propiedades: el Palacio de la
Gobernación, el cual será el de Justicia cuando se construya otro con
aquel destino, para lo cual se ha empezado ya a acopiar materiales en lo
que ha sido casa consistorial, situada en el Parque de Oaicedo; pues la
Gobernación dio al Distrito por este viejo edificio el actual Palacio de
R u fin o G u tié rr e z 97

Justicia, de tres pisos, y ei lote en qae el Manicipio va a construir pronto


un teatro. También pertenece al Departamento la cárcel o penitenciaría,
que es un gran edificio de dos pisos, aún inconcluso. La Nación ha conve-
nidoen pagar ai Departamento $150 mensuales por tenerle allí sus presos,
pero no ha verificado los pagos.
Se me informó que el Municipio no tiene más que las siguientes pro­
piedades;
El edificio que sirve hoy de Palacio de Justicia, el cual será desti­
nado a casa consistorial;
El lote frente ai actual Palacio de la Gobernación, donde se levan­
tará el teatro;
La casa bajaea qae está una Escuela urbana, regentada por Herma,
ñas de la Oandad;
Ei acueducto y ei espacio qae ocupan sus dependencias;
Los ejidos qne estaban formados por terrenos que se llamaban de
“ propio,” que la ley española mandaba que se reservaran para nuevos
pobladores. Desde un principio los ocuparon algunos vecinos, y eso ha
dado ocasión » constantes y largas controversias desde la época de la
Colonia, y a pesar de dicisiones que se han dictado en diferentes épocas,
no ha logrado el Municipio aclarar sus derechos ni sabe de qué constan
esos ejidos;
Los espacios cedidos temporalmente a ios empresarios de la plaza de
mercado y del matadero; y
Una casa en que funciona la Escuela rural de Puerto Mallarino.
La casa consistorial existió desdo un principio en su actual asiento.
En ios comienzos del siglo x v n fue reedificada; de 1864 a 1866 fue re­
construida; en la guerra de 1876 sufrió graves averías, y eu 1887 sa le
hicieron reparaciones de importancia. Ocupa extenso lote. El salón del
Ooncejo es amplio, alfombrado, bien amueblado, con espacio suficiente
para la concurrencia del público, y con bancas allí. Está adornado coa
bastantes retratos da no escaso mérito.
No he encontrado que la Nación tenga aquí más propiedades que ia
estación del ferrocarril y ei extenso lote que ocupa con sus dependen­
cias, sobre lo cual hay datos precisos en la Dirección de la Empresa,
donde todo se lleva con el mayor orden, yeí cuartel en construcción.
Además, pertenecía a ia misma entidad una casa situada en e! barrio
de Rayano, o de San Juan de Dios, la cual dicen que fue cedida en 1906
per el Gobierno a la Conferencia de San Vicente de Paúl; pero no h8 po­
dido aclarar esto, y con seguridad que en Bogotá tampoco lo han aclarado
ni lo aclararán, a pesar de que desde 1912 di cuenta de ello al respectivo
Ministerio.
Se halla de guarnición en Oaii e! Regimiento Pichincha número 10,
de la 3.* División del Ejército Nacional, y está también ei Comandante
de la División. El Regimiento está acuartelado en cuatro casas de habi­
tación comunicadas entre sí por dentro, qne cuestan $ 350 de arrenda­
miento, y son sumamente incómodas, de manera que ios dormitorios de
los soldados son nna acumulación de camas sin las menores condiciones
higiénicas y siu modo de velar por la conducta moral'de los infelices
soldados; y lo peor es que no hay otro edificio apropiado para el objeto.
El cuartel en edificación está en la situación eu que lo dejé hace
seis años, y con el abandono en que tienen la obra van sufriendo los
muros de ladrillo, A su frente y a los lados han formado un bello paseo,
Monografías—Tomo 2?—7
98 C a li

con frondosas ceibas y otros árboles y una alegre alameda, y se han cons­
truido buenas casas.
No pude encontrar dato de cuándo se empezó la construcción del
cuartel, que parece fue en 1905, y sólo obtuve el de que el extenso lote en
que está costó $ 5,000. En los libros no hay constancia de cuánto se in­
virtió en la obra de 1905 al 2 de euero de 1907. De esta última fecha a
octubre de 1911 se gastaron $ 43,491-518, inclusive los $ 5,000 del lote;
pero falta el dato de lo invertido de 1.* de junio a l.°de diciembre de 1910.
En aquel gasto no se ha computado el valor de la obra de mano de con­
siderable número de miembros del Ejército, que estuvieron trabajando
allí durante años, como si fueran obreros contratados. Tampoco sé cuándo
se suspendieron les trabajos ni qué se invirtió de octubre de 1912 hasta
esa suspensión.
Según el plano, el edificio del cuartel debía tener 80 metros por cada
uno de los cuatro costados, y ser de dos pisos, con cuatro torres en los
ángulos. Los muros de ladrillo de excelente calidad, están concluidos en
dos de los costados, con siete metros de elevación y uno de ancho. Los
cimieutos son muy profundos y sólidos y están construidos en todo el
contorno de la obra, y hay una amplia y sólida cañería para conducir
gran cantidad de agua del vecino río.
El dueño de un terreno cercano, donde hay una buena cantera y ma­
terial de primera calidad para fabricar ladrillo y adobe, permitió explotar
esos materiales para emplearlos en la {fábrica del cuartel mientras estu­
viera en obra, con la única condición de que se construyeran un galpón y
las enramadas necesarias y se le dejaran en propiedad al terminar o sus­
pender la edificación. Se construyeron por cuenta del Gobierno un horno
de doce bocas, en el cual se producían de 12,000 o 20,000 adobes de a 36
libras por hornada, y un depósito de materiales de 75 metros de largo
por 17 de ancho; y como la obra se suspendió hace años, el dueño del
terreno reclamó el cumplimiento del contrato, y hubo que entregarle sus
propiedades con las mejoras.
Esta suspensión hace temer que el gran capital invertido en el mo­
numental cuartel sea cosa perdida ya, y es una lástima.
Existe una biblioteca pública llamada del Centenario, fundada el 20
de julio de 1910. Está en la parte baja de la actual casa consistorial, en
amplio salón, con puertas ai Parque de Oaicedo, con buenos pupitres y
asientos para los lectores, excelentes anaqueles con vidrieras y cerradu­
ras para ios libros, cartas murales, globos, abundante alambrado eléc­
trico, etc. El Distrito suministra el local y costea el sueldo de! Bibliote­
cario, que es de $ 50, y la luz. El Departamento sufragó los gastos para
mobiliario, compra de libros, útiles, etc. Se compone la biblioteca de
2,259 volúmenes, casi todos de obras escogidas y muy valiosas, de las
últimas ediciones, como las mejores enciclopedias modernas. Los libros
están muy bien catalogados por autores y materias. El promedio diario
de lectores que concurren, especialmente por la noche, es de 56. El único
Bibliotecario que ha habido es el señor Blas Soarpetta, quien fae nombra­
do por la Junta del Centenario, y más tarde eí Concejo ratificó el nom­
bramiento con mucho acierto.
Comúnmente los concurrentes a las bibliotecas públicas son personas
que tienen ocupadas las horas del día en la lucha por la vida. Si en la
Biblioteca Nacional de Bogotá se siguiera el ejemplo de Cali, se prestaría
un gran servicio a las personas estudiosas.
A principios del siglo XIX se estableció el primer acueducto, de
construcción primitiva, tomando el agua del Paso de Santa Rosa, para.
Rufino Gutiérrez

traerla aí edificio que se levantaba con destino a la fábrica de aguar­


dientes. En 1825 se reconstruyó y amplió, y para ello hizo el gasto don
José Maria Quero; más tarde fue mejorándose.
Para ei actual se toma el agua del río Cali, a 3 kilómetros de dis­
tancia, por cañería.de mampostería. Hay diez fuentes públicas, y colo­
cadas entre los particulares 380 pajas, que pagan a $ 1 mensual, y por
remoción de calles para reparaciones, a $ 0-10 por metro lineal.
Por la defectuosa construcción de las cañerías y el mal material em­
pleado en ellas el servicio de aguas en la ciudad deja mucho que desear
porque ocurren con frecuencia infiltraciones de los desagües de las casas.
Tanto el acueducto como el aleantarillado son de propiedad del Dis­
trito, y los vecinos no pagan nada por sacar sus desagües a las alcanta­
rillas, pero sí $ 0-60 anuales por cada paja de agua sucia que de­
rivan de caños o alcantarillas para el aseo de sus casas.
Grande interés ha tomado ahora el Distrito en la construcción de
un acueducto digno de la ciudad, y ya van muy adelantados los trabajos.
De los $ 50,000 que votó la Nación por la Ley 56 de 1912, para celebrar la
llegada del ferrocarril a Oali, y destinó la Ley 79 de 1913 para la cons­
trucción del acueducto, han entrado a la caja de la Junta Directiva de la
obra $ 35,000; de las rentas que el Municipio apropió para lo mismo han
ingresado $ 7,600, y de los $ 30,000 que por ordenanza mandó la Asam­
blea qae diera en préstamo el Departamento al Distrito, se han recibido
% 10,000 y además ha dado ei Departamento a cuenta 1,000 barriles de
cemento; los remates de ejidos han producido para esa misma cuenta
$ 4,539-93. Además, el Ooncejo dispuso que se levantara un empréstito
de $ 1.000,000.
Ei canal construido para el acueducto tiene capacidad para 370 litros
por segundo, y ese canal y la bocatoma han costado 8 15,336-89. El es­
tanque, que es obra muy notable de mampostería y cemento» tiene capa­
cidad para 5.900,000 litros, y ha costado $ 26,800. El agua que se toma
del río Oali podrá desarrollar bastante energía.
El Qoncejo estudia propuesta de una casa norteamericana que ha
ofrecido suministrar toda la tubería de hierro necesaria para calles, plazas
y edificios, por $ 65,710, puesta sin desembarcar en el puerto de Buena­
ventura.
Anteriormente se hacía todos los días una feria de víveres muy
abastecida en lo que llamaban Plaza de la Carnicería, y otra muy concu­
rrida y abastecida, los sábados, en lo que era plaza principal y hoy Par­
que de Oaicedo, todas ellas al aire libre. El 21 de agosto de 1894 celebró
el Distrito contrato con una Compañía constructora de obras públicas del
Cauca, por el cual ésta se comprometió, mediante privilegio por cuarenta
años, a construir una plaza cubierta, y además un matadero fuera del marco
de la población. Ambas obras se construyeron y pusieron en servicio: la
plaza, el 17 de octubre de 1897, y el matadero, el 20 de julio de 1895. La
Compañía es de nacionales, con capital de $ 125,000 de la moneda de
aquel tiempo, dividido en 125 acciones, de las cuales corresponden 8 al
Municipio por el contrato. Se cedió a la Compañía un edificio viejo, que
tenía el Municipio en la Plaza de la Carnicería, y el derecho a hacer uso
de la superficie de la plaza para la edificación; también se le cedió parte
del impuesto municipal que se cobra por degüello de ambos ganados,
y el del llamado de coso; por su parte los contratistas se comprometieron
a construir la plaza de mercado cubierto y el matadero, a establecer
corral adecuado para encerrar los ganados que se encuentren vagando
por calles y caminos, a no cobrar más de $ 0-10 por metro cuadrado
100 C a li

qne se ocupara con víveres en ia plaza, y a poner en ia fachada de ésta


un reloj para el servicio público. Ea virtud del contrato el Municipio no
puede imponer nuevas contribuciones sobre las obras contratadas. Al
terminar el privilegio éstas pasan a ser propiedad del Municipio, quien
mientras tanto sólo tiene derecho a los dividendos que le corresponden
por sus ocho acciones.
Oon posterioridad, en septiembre de 191G y noviembre de 1917,
se celebraron contratas reformatorios del anterior, con el objeto de am­
pliar y reformar ía plaza y hacer un nuevo matadero, y se demolió el an­
tiguo, aunque había costado $ 17,000. Se convino en que no se cobrarían
más de $ 0-10 por metro cuadrado bajo cubierta ni más de 8 0-05 en Sos
patios. Las ocho acciones dei Municipio no entran en los gastes de las nue­
vas obras y reformas más que con $ 1,000, que ya se habían deducido de
sus dividendos, para la construcción de nuevo matadero.
La plaza está ya concluida y ocupa una fanegada próximamente; se
compone de cuatro galerías en cuadrG y dos que la cruzan por la mitad
formando cuatro patios, pavimentados con cemento; el piso de !o cubierto
es de ladrillo. Hay tiendas en las galarías laterales, y una de éstas es de
dos pisos, con dormitorios o depósitos en ia parte alta. Esto es de mala
disposición. El alumbrado eléctrico y el alcantarillado para el aseo diario
de ía plaza son buenos. Hay seis excusados y seis urinarios servidos por
bombas eléctricas, dos grandes salones o bodegas para que depositen en
ellos su carga los vivanderos cobrándoles un precio muy reducido, y reloj
público.
Por la reforma del contrato la Uompañía se comprometió a dar a!
Municipio fuera de los dividendos que le corresponden por sus ocho ac­
ciones, $ 60,000 en contados semestrales de a 8 10,000 desde el día en
que terminen las reformas. Las de la plaza están concluidas, y falta muy
poco para termiuar las del matadero. Este es de 31 metros y 60 centímetros
por 13 con 80, con dos cobertizos sobre tres series de columnas de ladrillo,
muy ventilado, con piso de cemento de moderado declive, cinco grandes
albercas de cemento para el lavado de los despojos, agua en abundancia
llevada por tubería de hierro, buenos excusados y urinarios, tres fuentes
públicas para el servicio de ios matanceros y de los vecinos del barrio
dei Sur, adonde antes no llegaba agua potable, dos anchas y muy bien
construidas alcantarillas de concreto que pasan por debajo de los cober­
tizos para recibir todas las impurezas, corrales separados con altas tapias
para los ganados que se benefician o se encierra a, y me llamó la atención
el que en ellos no haya agua. Llegué a conocer el matadero por la ma­
ñana, cuando acababa de terminarse el sacrificio del ganado para el con­
sumo del día, y lo encontré tan aseado, en tánto orden todo, sin que se
sintiera el menor mal olor, como si se acabara de construir y aun no se
hubiera puesto en servicio. Sólo le faltan la terminación del frontis y el
alumbrado eléctrico.
El ganado menor ha estado beneficiándose en la3 casas de los res­
pectivos matanceros, y ahora se íes obligará a ir al nuevo edificio.
En septiembre de 1914 se degollaron 619 cabezas de ganado mayor y
288 del menor; 786 y 263, respectivamente, en el mismo mes de 1917, y eu
diciembre de 1918 las del mayor fueron 884.
A mediados del siglo x v m un novillo gordo beneficiado en el mata­
dero sólo producía 28 reales, y era tan abundante engañado vacuno, que
se llevaba a Popayán, Pasto y Quito.
El 26 de octubre de 1910 se inauguró el alumbrado eléctrico por una
Compañía norteamericana llamada Empresa de luz y fuerza eléctrica de
R u fin o G u tié rre z 3 91

Caliy de $ 50,000 de capital, dividido en acciones de a $ 100, de las caales


son algunas de nacionales. Se concedió privilegio por cincuenta años, pero
no para la energía, sino sólo para el alumbrado. Transcurridos los cincuenta
años el Municipio puede comprar la empresa por el 50 por 100 del valor
que se le dé por avalúo, y si no la compra tiene derecho de allí en ade­
lante, por veinticinco años, al 50 por 100 del producto, y al terminar esta
prórroga pasa la empresa a ser propiedad del Municipio. Los contratistas
se comprometieron a suministrar al Distrito 100 focos de a 32 bujías, a
$ 0 50 durante catorce años, siendo de cargo de éste los bombillos, que
debe pagar a principal y gastos, y después de los catorce años no paga
nada por el servicio de los 400 focos. En las plazas, las calles y los edifí-
eios públicos hay colocadas 734 lámparas de a 32 bujías, y entre ios
particulares, 3,679 de a 25. Estas pagan a $ 4-50 por instalación, y por el
servicio hasta hace poco les cobraban a $ 0-75 mensuales, y hoy a
$ 0-70. La iglesia de San Francisco tiene instalación para 1,200 focos, que
sólo se usan en las grandes festividades, y en las otras iglesias hay 25
lámparas de a 500 bujías. A todas ellas se íes hacen rebajas de conside­
ración en los precios.
Hay colocados energía y calor para dos trilladoras, una fábrica de
cerveza, dos de cigarrillos, una de tejidos, una de cola, una de puntillas,
una de chocolate, una de hielo y tres de moler cafó, tres gabinetes den­
tales, cuatro hornos para pan, nueve planchas, seis bombas para levantar
agua, cinco imprentas, una fundición de metales, un molino de sal, una
carpintería, dos peluquerías, que tienen esterilizador, y un taller para
preparar maderas. La energía sólo se facilita de las seis de la mañana a
las seis de la tarde. Por ella cobran a razón vie cinco y medio centavos
por caballo de fuerza cada hora, y de esto corresponde al Municipio medio
centavo. Las planchas y reverberos pagan a $ 2 por mes; los hornos, a $ 4.
La planta está a 4 kilómetros de la ciudad, y desarrolla 500 caballos.
Ei servicio es bastante bueno, y son muy pocos los postes que soístienen
los cables por las calles.
Don Emilio Brissot, natural de Suiza, contrató con el Concejo el 9 de
noviembre de 1906 el establecimiento del tranvía, y el servicio se inaugu­
ró el 20 de julio de 1910, Hasta el 20 de julio de 1915 sólo iba de la plaza
de mercado cubierto al puerto de Juanehito, llamado ahora Puerto Malla-
riño, sobre el Oauca, a unos 6 kilómetros, y en ésta última fecha se ex­
tendió un ramal de casi 2 kilómetros, que pasa por la estación del fe­
rrocarril y sube por la Avenida Cribe Cribe hasta cerca de ia Ermita y
del puente dei río Cali, esto es, a poca distancia del centro comercia). Está
servida la línea por tres locomotoras chicas, que consumen carbón; ocho
carros muy modestos para pasajeros, y ocho para carga. Además tiene la
Empresa varios carritos tirados por malas para prestar eficaz servicio, a
precios moderados, de recibir y entregar a domicilio la carga que moviliza
el tranvía de o para los vapores del río y ios trenes del ferrocarril. Es
hoy empresa de una Compañía anónima, compuesta en su mayor parte de
nacionales, con capital de $ 100,000, dividido en sesiones de' a $ 100. El
señor Brissot la cedió a esta Compañía en 1909 a condición de que le reco­
nocieran a él 180 acciones y le dieran $ 2,000, y al señor MazoD, antiguo
contratista para ia construcción del ferrocarril, 250 acciones, también
libres, para pagar los materiales qae suministró para la construcción de
la vía.
Ei Municipio concedió privilegio exclusivo por cuarenta años con
condición de que se dé paso iibre a sus empleados y de que vencido ese
término pueda comprar la empresa por el avalúo que se le dé, menos un
102 Cali

40 por 100, y si no la compra se prorroga el privilegio por veinte años más


con derecho a recibir en este tiempo el 40 por 100 del producto líquido.
Vencida la prórroga pasa la empresa a ser de propiedad del Distrito coa
todas sas anexidades. El tranvía no puede cobrar más de $ 0-10 por
persona o por bulto que uo exceda de 120 kilogramos o de seis pies cúbi­
cos dentro del perímetro de la ciudad, ni más de $ 0-04 por pasaje y
$ 0-02 por bulto por cada kilómetro fuera de eso perímetro.
Ya está celebrado un convenio con ei Municipio para prolongar la vía
por alguna de las calles principales, y electrificarla, para lo cual están
hechos 108 estudios y los planos.
Por los siguientes datos se ve que el movimiento ha duplicado en tres
años, especialmente desde que se estableció el ramal: en 1914 transportó
53,787 pasajeros, que pagaron $ 10,750-40, y la carga produjo $ 14,275-70;
en 1916 los pasajeros faeron 187,082, por $ 24,215-30, y la carga produjo
$ 24,936-54.
En 1911 se formó en Palmira una Compañía con capital de $80,000, y
celebro contratos con los Ooncejos de ese Distrito y del de Candelaria
para extender el tranvía de Jusnchito a aquella población, pasando por
ésta. Los contratos fueron aprobados por la Asamblea, y al fin nada se
hizo. Considero muy conveniente y que sería de grande utilidad para los
empresarios un tranvía que uniera a Palmira con Candelaria y a ésta con
Cali, pues esos Distritos son la más rica despensa de esta banda del do.
El l.° de noviembre de 1912 se estableció el servicio de teléfonos en
virtud del permiso, sin privilegio, concedido por el Concejo a una Oompa
ñía nacional, con condición de poner un aparato para el Municipio por
cada cincuenta que coloque. Hay boj7, inclusive los de prima, 160, los cua­
les pagan a $ 3 por la instalación y $ 3 mensuales por .el servicio. Diez de
los aparatos están fuera del poblado, y por instalación de ellos se ha paga
do según !a distancia. La empresa pertenece hoy al señor Emmanuel Pi­
nedo, tiene edificio propio arreglado expresamente, y el servicio es bueno.
La Oficina de Correos está alojada en los bajos de la casa que ocupa
la de Telégrafos, y por eso se pagan $ 70 de arrendamiento. Se reciben y
despachan dos correos de correspondencia y uno de encomiendas cada se­
mana por la vía del Norte; uno de cada una de estas clases por el Sur; uno
semanal de correspondencia, y nno quincenal de encomiendas, por el No­
roeste; y diez y ocho de correspondencia y doce mixtos mensuales por el
tren del Pacífico.
Hay Oficina de Apartados, con 125 cájilias excelentes, colocadas a $ 2
por semestre; Correo Urbano con veinticinco buzones, servido por un Jefe,
que gana $ 25, y dos Buzoneros y cuatro Carteros, a $ 14.
El personal de la Administración se compone de un Jefe, con $ 100;
Contador, $ 50; Ayudante do éste, %30; Copista, $ 30; Jefe de Encomien­
das del Exterior, $ 45; primer Ayudante de éste, $ 50 (más que el Jefe);
segundo Ayudante, $ 25; Jefe de Encomiendas del Iuterior, $ 40; Expen­
dedor de Especies, $ 35; Oficial de Apartados, $ 20, y Portero Escribiente,
$ 16; un Conductor de correos del Pacífico, $ 40. Para útiles de escritorio
están apropiados $ 20 mensuales, para alambrado, $ 2-75 y $ 3 para telé­
fono.
En octubre último se recaudaron $ 4,015-66 por derechos de enco­
miendas postales del Exterior, y se vendieron $ 394-77 de estampidas.
Los siguientes datos sobre el movimiento habido en la Oficina corres­
ponden al mismo mes de octubre:
Se despacharon 21,636 cartas, 20,516 impresos, 1,676 oficios, 212 autos
civiles y criminales, 19 muestras, 17 papeles de negocios, 320 recomenda­
dos y 16 valores decorados, por $ 1,970-72.
Rufino Gutiérrez 103

Se recibieron 18,585 cartas, 11,466 impresos, 1,328 oficios, 232 autos


civiles y criminales, 10 muestras, 19 papeles de negocio, 595 recomenda-
- dos y 190 valores declarados, por $ 1,725-56.
Se recibieron 142 encomiendas del interior, con $ 27,410-26. y se des­
pacharon 118, con $ 40,601-36,
El Correo Urbano repartió 2,216 cartas de ía ciudad y 9,743 de otras
procedencias, 1,273 impresos locales y 1,490 de otro origen.
Se emitieron 102 giros postales por $ 1,231-20, que produjeron $ 34-95,
y se cubrieron 76 por $ 1,042-25.
En estos días se perdieron de la Caja de Giros $ 566-95. Aún no se ha
aderado el punto, y se teme que el responsable no sea extraño a la Oficina.
En 1912 costaba el local $ 45, y el personal se componía de ocho em­
pleados, que ganaban $ 371 por mes. Hoy, sin computar ios empleados del
servicio férreo y de correo urbano, que entonces no se habían establecido,
hay once empleados, que ganan I 441. Eí movimiento de encomiendas y de
correspondencia se ha aumentado de aquel año a esta parte considerable
mente, a pesar de la guerra europea.
Se prestaría un servicio grandísimo al público de todo el Valle del
Cauca si se hiciera un arreglo con el actual contratista para la conducción
del correo del Norte, o cuando se haga nuevo contrato, para que las
valijas sean despachadas por los vapores que hacen la carrera entre Cali
y Cartago, pues así llegarían más pronto y en mejor estado a su destino.
Eso para el contratista sería más económico, porque evitaría tener que sos­
tener una numerosa y costosa recua de muías, y con lo que hoy gasta en
conductores podría contratar el personal necesario para que entregue y
reciba a bordo en el respectivo puerto las valijas de las muchas pobla­
ciones por donde tienen que pasar esas recuas a entregar y recibir los
correos.
En mayo de 1872 ge estableció la Oficina Telegráfica para la comunica­
ción eon Bogotá, y el 2 de octubre de 1882 se comunicó con Buenaven­
tura. El primer Telegrafista fue el señor Leocadio Lotero.
Es oficina de traslación y de repetición, y entran a ella dos líneas de
Buenaventura, una del Sur y dos del Norte, de éstas una porcada una de
las bandas del río Oauca.
• Está servida por un Jefe coa $ 75 de sueldo; un Subjefe, $ 65; ocho
Ayudantes, a $ 55; un Contador, $ 50; dos Oficiales de Recibo, a $ 40; un
Copista, $ 30; un Ayudante de éste, $ 20, y cuatro Carteros, a $ 12. Todos
ellos tienen sobresueldo del 20 por 100 desde las inundaciones del año an­
tepasado. Por arrendamiento del loca], que es la parte alta de la Oficina
de Correos, se pagan $ 70; para alumbrado tiene $ 8.
En octubre último se transmitieron 5,592 telegramas porteados, por
valor de $ 1,549-49, y *,900 oficiales, y se recibieron 5,725 porteados y
1,911 oficiales. En septiembre se transmitieron 60 cables, por $ 405-55, y
se recibieron 74. Los telegramas repetidos dan un promedio mensual de
$ 1,800.
Sobre persoua!, dotaciones y movimiento puede hacerse comparación
con otras oficinas.
En 1912 tenía ésta once empleados, a quienes se pagaban $ 556 por
mes, y ahora hay diez y nueve, que ganan $ 979-20. El producto por cables
y telegramas se ha triplicado de aquel año para acá.
La navegación del río Cauca por medio de barcos de vapor se inició
en 1885 por una compañía de vecinos de Baga, quien hizo tratr de San
Francisco de California el baqueoito Caldas, el cual fue armado por el ita­
liano Felipe ürosti, pero quedó tan defectuoso que sólo hizo un viaje a
104 C a li

Oali y otro a Oartago, demoradísimoe, y al volver a despacharlo del pu 9 rto


de Baga se fae a piqne.
En 1887 el inolvidable don Carlos Simmonds formó una compañía en
Oali e hizo traer el vapor Oauca, el cual se perdió a poco en Taíuá: había
sido echado al agua el 17 de diciembre de aquel año.
El tercer vapor fue el Chaves, traído en 1894, para nsivegacióu del río
SaD Juan, por una Compañía encabezada por don Bartolomé Ohaves. En
aquel río dio mal resultado porque no tenía fuerza para remontar la co­
rriente, y eDtODcesse trajo al Cauca, que es más manso, y en el transporte
ayudó el presidio. Fue mal armado, prestó por poco tiempo servicio ^muy
deficiente, y al fin se vendió el material de que estaba hecho.
Po: ese mismo tiempo trajo don Luis Fischer, comerciante alemán
establecido en Oali, ana lancha chica con motor de petróleo y mecánico
que la manejara; se botó al agua, y resultó que no tenía fuerza para re­
montar el río, y entonces !a despacharon para Buenaventura.
Actualmente hay dos Compañías de navegación en el río Cauca por
medio de vapores, y fuera do éstos poco se emplean otros vehículos de
transporte por agua, porque las canoas, pocas y todas muy chicas, casi
sólo se usan para pasar ei río de un lado al otro o entre las fincas ribere
ñas vecinas, y las balsas casi se han abolido porque a causa de la poca
corriente del río el viaje es muy dilatado, y las estrechuras y vueltas
h a c e D muy penosa y aun peligrosa la navegación cuando se tropieza con
vapores.
La Compañía de navegación del río Cauca se organizó por una socie­
dad aüónima de naturales de Cali en 1904, con capital de $ 180,000, dividi­
do en treinta y seis acciones cubiertas totalmente. Ese mismo año dio al
servicio el vapor Suore, de 60 toneladas, y una lancha de vapor para carga,
de 30, la cual naufragó en 1916. Eu 1911 se lanzó ai agua el Cabal, de
60 toneladas, y en 1915 el Rioaurte, del mismo tonelaje. Todos estos
barcos están dotados hoy de alumbrado y^ventiladores eléctricos y tienen
camarotes tan numerosos y cómodos como lo permite su capacidad. En
1917 movilizaron estos tres vapores 8.798,968 kilogramos de carga.
La Compañía fluvial de transportes, compuesta en su mayorí a de ac­
cionistas antioqueños, se organizó en 1911 y tiene en servicio ios vapores
Risaralda y Santander, de 30 y 50 toneladas, respectivamente, y en este*
mismo mes empezará a hacer viajes eí Cali, de 80 toneladas. Las condi­
ciones y comodidades de estos barcos son poco más o menos las de los de
la otra Compañía.
Todos ellos usan combustible de leña, y como ésta es escasa en las
riberas del río, I03 viajes resultan muy costosos, pues son pocos los leña­
teos, y con frecuencia sucede quecuaDdo de uno de éstos ven qae el vapor
paBa poco provisto del artículo y cerca no hay otros depósitos de leña,
imponen la ley subiendo el precio o hacen perder tiempo en las atracadas.
Esto podría evitarse notificando a todos los leñadores que si no ponen en
sus pilas de leña un aviso visible a distancia, del precio fijo de ésta, los
buques no arrimarán a tomarla.
o consumen el carbón, que sería combustible mejor en todo sentido
y más económico, diz que porque no tienen arregladas las parrillas para
ello, y porque como el carbón sólo se consigue en Oali, habría que cargar
todo el buque con él para el viaje de ida y regreso. Todo puede obviarse
arreglando las parrillas, lo cual es fácil y no muy costoso, y estableciendo
depósitos de carbón en Oartago y en algunos puertos intermedios, llevado
a ellos en loe viajes de bajada, para los cuales hay siempre poca carga, o
en balsas.
Rufino Gutiérrez 105

Las dos Compañías no han hecho combinación o acuerdo expreso para


nada, y sin embargo marchan en completa armonía, sin hacerse compe­
tencia, y tienen tarifa uniforme. Esto les hace honor. La tarifa es ésta:
por las 75 leguas que calculan que hay de Cali a Oartago: pasajes de pri­
mera, de subida (tres días comúnmente) y de bajada (día y medio) $ 6; y
de segunda, $ 3-90; entre puertos intermedios, en proporción a la distan­
cia. Por una cama con tendido bien aseado, en camarote, cualquiera que
sea la distancia, $ 1; la alimentación, que es más bien buena, se paga a
$ 1-20 diarios de primera, y a $ 0-50 de segunda, sin derecho a extras de
ninguna clase entre las tres comidas diarias. Loa fletes de bajada de Oali
a Oartago son: $ 10-92 por tonelada de mercancías extranjeras y $ 9-80
de artículos del país, y de subida, %11-50 y $ 10-50, respectivamente.
P aia bodegas intermedias, en proporción.
Los pasajeros sólo tienen derecho a llevar sin pagar las monturas y
las maletas de mano; el equipaje se afora como carga.
Los empleados de los buques, desde el Capitán hasta la tripulación,
son bien educados, muy bien hablados, están siempre decentemente vesti­
dos y no se arrima a los pasajeros el más infeliz sirviente o tripulante a
importunarlo con exigencias para que lo ocupen en mover el equipaje o en
cualquiera otro servicio, o para pedirles propinas. Allí el embarque y
desembarque de todo se hace por cuenta del buque.
Los vapores de estas Compañías hacen constantes viajes entre Cali j
La Virginia, puerto que está unas diez leguas abajo de Oartago, adonde
llevan su café los vecinos de Pereira por camino que con ese objeto abrie­
ron. Semsnalmente suben y bajan tre3 vapores los cuales van tocando ea
los puertos de todas las poblaciones del Valle del Oauca que quedan
cerca del río. En esos puertos hay bodegas más o menos rústicas e incó­
modas, casi todas ellas de propiedad de particulares, y lo curioso es que
allí hay que pagar bodegaje aun po los' equipajes, aunque éstos pasen
directamente a bordo del carro o a las bestias que los conducen, y vice­
versa
Si las Compañías de navegación tuvieran itinerarios üjos, y a todas
las poblaciones avisaran por telégrafo el día y la hora de la salida de cada
vapor a sus agentes, y éstos dieran aviso de ello al público, el movimiento
de pasajeros y víveres aumentaría muchísimo. Üomo hoy no se sabe con
precisión cuándo debe llegar un vapor a los puertos, los pasajeros^ no se
exponen a perder tiempo en ellos y a sufrir incomodidades, y prefieren
hacer penosos pero segaros viajes a caballo. Por lo mismo, no se encuentra
en esos puertos ninguna clase de provisiones.
Ei Distrito de Tejada, sobre el río Palo, cerca de la desembocadura
de éste en el Cauca, arriba de Cali, está progresando y produciendo bas­
tante café. Gomo no hay dificultad material para qne suban hasta allí los
barcos de vapor, probablemente no se demore el establecimiento de la na­
vegación hasta ese lugar.
Las Compañías no han recibido ni reciben auxilio alguno oficial.
En tiempo de seca del río se dificulta la navegación, pero últimamen­
te rara vez se suspende, porque los barcos están construidos en condicio­
nes apropiadas para ello.
En 1909 estableció el Gobierno una Inspección Fluvial en Cali, la cual
no hizo más que poner trabas al comercio y a la navegación del río, y el
impuesto fluvial no producía ni una parte mínima de lo que costaba el
personal de la Oficina, y por eso se suprimió prontamente. Bastante más
tarde se restableció. Por las noticias que doy en seguida se ve que el nom­
bramiento del actual Inspector se hizo c o d acierto.
106 Cali

La Intendencia está radicada en Cali a cargo de un Jefe, que gana


8 111-60, y nn Inspector Técnico con $ 38. Tiene $ 10 para pago de local y
8 5 para útiles de escritorio y alumbrado. Hay sendos Guardas en Puerto
Mallarino y Oartago, con sueldo de $ 9-50; en Puerto Isaacs, Baga y
Tnlná, a $ 4-75; y no hay más empleados,
Lo que hacen estos Gnardas es vigilar los transportes que se hagan
en balsas o en canoas, cobrar el impuesto por lo que conduzcan, menos
víveres de procedencia nacional, y expedir las correspondientes guías. El
impuesto flavial qae se paga es de $ 4 por tonelada de artículos de impor­
tación y $ 1-60 por los de exportación, sea cual fuere la distancia, de ma­
nera que una carga paga lo mismo de Cali a Oartago o a La Virginia, unas
85 leguas, que de Cali a Puerto Isaacs, a poco más de dos, y aunque
sobre esto se presentó uu proyecto al Congreso, los señores legisladores
no han corregido tan inconveniente anomalía. Los equipajes no pagan
sino por exceso de 150 kilogramos, como mercancía de importación. Los
Capitanes de los vapores son los recaudadores del impuesto que causa lo
que éstos transportan, para entregarlo al Intendente. Por fortuna esos Ca­
pitanes son hasta ahora personas en cuya honorabilidad se tiene completa
confianza. Si no faeran de absoluta honradez, siendo ellos los encargados
de decir qué han transportado y recaudado, sin la menor vigilancia y
fiscalización, es de suponerse cómo marcharía aquella renta con una orga­
nización en que queda a voluntad de los recaudadores declarar lo que se
les antoja sobre recaudo, y en que algunos de ellos son empleados que
tienen sueldo de $ 4-75 por mes. En 1917 produjo el impuesto fluvial
t 27,089-97, y de eso hay hoy en caja $ 25,377-18. Esta existencia podría
aliviar algo la penosa situación de infelices empleados a quienes hace
meses no les pagan sus sueldos, pero no se hará eso con ella sino que pa­
sará a las cajas del Departamento.
Hace ya varios años que hay en el río Cauca una draga llamada Ge­
neral Mosquera, con excavadora, traída por el Gobierno para la limpia y
canalización del río: desde julio de 1915 está armada, y hasta ahora no ha
hecho nada en materia de canalización, y casi nada en la limpia, a pesar
de que tiene veintiún empleados que ganan $ 552-21 por mes, fuera de ali­
mentación, y de que consume algo más de $ 300 en combustible y mate­
rial, y a pesar, también, de que en el cauce del río no hay rocas, forma
pocos brazos y se presentan muy raras palizadas, pues el río y sus tribu
tarios arrastran escasos árboles por !o desmontado de las riberas y por lo
manso de las corrientes.
El Congreso, por la Ley 33 de 1917, cedió ai Departamento del Valle
el impuesto fluvial del río Cauca y la draga, pero todavía no se ha hecho
la entrega forma), porque aún no ha venido de Bogotá el decreto regla
mentarlo de esa Ley. Confiemos en qae el actual Gobernador, que con
tánto acierto ha procedido en asuntos de administración, hará que se or
ganico convenientemente la recaudación del impuesto y que la draga
preste eficaces servicios. Ojalá empezara por hacer levantar un plano
del río.
Para hacer el aseo de la ciudad hay un Administrador, dos Inspecto­
res, cinco peones y veinticinco barrenderos, cinco carros, tíos irrigadoras y
las caballerías necesarias. Para ayudar a costear ese servicio se ha esta­
blecido un impuesto de 8 0-02 por metro lineal de casas de un piso, de
$ 0-03 por las de dos pisos y de $ 0-04 por las de más de dos. El barrido
de las calles no se hace más que dos veces por semana y una la recogida
de las basaras de las casas, pero todo esto sólo en las calles de las sesenta
manzanas más centrales.
i
Rufino Gutiérrez 107

Actualmente no faucioaa como local para espectáculos públicos más


que el del cine, muy central, de buena apariencia por fuera, el cual se
compone de tres galerías de a dos pisos, en sendos costados, sin separa­
ción los cuarenta y cuatro palcos que consideran hay allí. En éstos hay
bancas para seis espectadores que tomen uno, y como el espacio es amplio,
se venden puestos para que el público se coloque en el mismo palco detrás
de los que lo tomaron. Eu el otro costado hay un modestísimo escenario,
pobre de decoraciones. El patio está a! aire libre y tiene bancas, lo mismo
que las galerías bajas de los palcos. Oabrán unos 800 espectadores.
En ia casa consistorial había hasta hace poco, y ya se desbarató,
local de espectáculos semejante a éste.
Por permuta que hizo el Municipio con el Departamento, de la cual
hablo en otro lugar, aquél adquirió un lote de buenas proporciones, bien
situado, y en él va a construir un teatro digno de la ciudad, y ya tiene
acopiado bastante material para ello. Lástima que no sea donde puedan
moverse con facilidad automóviles y cochea.
Hay un circo de toros que fue construido por empresa particular en
diciembre último, sin que le hubiera puesto condiciones especiales el Con­
cejo. Paga al Fisco Municipal $ 5 por corrida.
Viene a propósito este recuerdo histórico: el Cabildo dispuso ea 1798,
entre otras cosas, que sin permiso de él no se corrieran toros en las calles,
ni se representaran comedias, ni se tiraran voladores, ni se tocaran tam­
bores, ni se hicieran bailes, ni se anduviera por ias calles de noche con
músicas, todo bajo multa de 10 patacones; se ordenó también no salir a la
calle después de las nueve de la noche, bajo multa de 4 patacones; se
prohibió a los muchachos y a los negros vendedores hacer mausión en ias
esquinas, lo cual debía hacerse en la plaza, bajo pérdida de los objetos
que llevaran de venta; prohibió cargar armas cortas o de fuego, bajo pér­
dida del arma y cuatro días de arresto; y se ordenó a los vecinos que des­
truyeran los hormigueros de sus casas y solares, y si eu tres meses no lo
hacían, la autoridad lo haría por cuenta de ellos. Además prohibió vender
tamales por la noche, “ porque eso da ocasión a desórdenes.”
Parten de la ciudad estos caminos, fuera del férreo que va a Buena­
ventura y a Palmirá, y el que sigue al Sur hasta Gaachinfce: la carretera
central que debe ir hasta Cartago y ys está muy adelantada, pasando por
todas las poblaciones de \% banda oriental de Palmira hacia el Norte; el
que va hacia el Occidente casi en tola su extensión por el antiguo camino
de herradura que abrió eUGie^eral Mosquera para ir a Buenaventura; el
para Ansermanuevo, el ctral se empieza a arreglar como carretera hasta
el río Oauca; el que va a Palmira por el paso de La Torre; el que va a
Candelaria por Navarro; del Norte por Yambo y el del 8ur por Jamundl.
Estos dos se están arreglando como carreteras con grande empeño. Bue­
no, muy bueno tánto interés para la mejora de las vías de comunicación,
que sin la menor duda son la primera necesidad del país; pero carreteras
paralelas a una vía férrea y otra fluvial, a cortísima distancia de ellas y
para enlazar las mismas poblaciones donde tiene o tendrá pronto esta­
ciones el ferrocarril, como sucede ai Norte y al Sur, me parece uu lujo
innecesario. Mucho se hace por favorecer ciertas secciones del Valle, y
nada por otras, ricas y populosas; algo de io que se invierte en aquellas
carreteras podría destinarse a uuir por vía carreteable a Palmira con
Candelaria, Pradera, Cerrito, La Balsa, Oaloto, Santander y demás po­
blaciones de ia banda oriental del sur del Valle.
El Hospital fue fandado en 1657 en casa situada en la actual calle 4.*,
cuadra y media al occidente de la plaza principal, por el cirujano francés
108 Oali

Leonardo Sndrol de Lagarde, en edificio que compró por 3,000 patacones*


El y su esposa, doña Francisca Paula Ramos de Morales, fundaron dos
capellanías en favor de! establecimiento, por valor de 6,000 patacones. En
1710, por orden del Obispo de Popayán, don Diego Fernández de Verga­
ra, se había establecido una casa de beaterío y huérfanas en el lote cedido
por el Padre Jerónimo López, que ocupa hoy el actual Hospital, y coya
capilla y algunas de las celdas construyó a su costa el Padre Tomás Ruiz
Sa iuas. En 1757 el Virrey dispuso que dos frailes atendieran al Hospi­
tal. En 1825 el beaterío pasó al antiguo convento de La Merced, el Hos­
pital al lugar que ocupaba el beaterío, y la casa que servía de Hospital
se veudió y su capilla se adaptó para coliseo, y estuvo sirviendo como tal
hasta hace poco. Cnando se hicieron aquellas traslaciones donó 8,600 pa­
tacones don Francisco Sanjurgo a favor del Hospital. En 1850 se reparó
el edificio de éste, y en 1874 y Í884 recibió otras reparaciones, y actual­
mente se le hacen algunas de mucho mayor importancia.
Don Angel María Porrero, muerto hace poco, logó a favor del Hos­
pital $ 4,00(!; sn hermana don* Manuela de Varona, otros $ 4,090.
Ei establecimiento tiene auxilios mensuales de $ 80 de ía Nación,
$ 200 del Departamento y $ 200 del Municipio, y la renta nominal le pro­
duce $ 135 anuales. Está a cargo de diez Hermanas de la Caridad, a quie­
nes se paga a $ 5 mensuales; un Capellán, que gana $ 20, y un Síndico, don
Ignacio A. Guerrero, quien presta sus servicios gratuitamente. El Médico,
doctor Pedro Pablo Scarpetta, hace veinte años que sirve gratuitamente.
El gasto anual en enfermos es próximamente de $ 11,000. El día que
visitó el establecimiento había 87 varones y 65 mujeres, de aquéllos, dos
pensionados que pagan a $ 2 mensuales.
Poco a poco ha ido ensanchándose el edificio, de manera que para que
ocupe toda la manzana sólo falta el lote en que está una casa en la esqui­
na noroeste, la cual se está tratando de adquirir. Va una gran parte es do
nueva y elegante construcción de dos pisos. En ia parte alta de uno de los
claustros independientes hay Escuela urbana de niñas que regentan las
Berms ñas. Ei plano para la reedificación y la dirección de los trabajos es
obra gratuita de don Emilio Sardi. Ya se han invertido en las nuevas
obras $ 20,000.
La capilla, que da a la calle, y está al servicio público, y donde se
celebran los oficios divinos diariamente, es chic*, bonita, de construcción
antigua, con buenos altares e imágenes. Tiene el Hospital departamentos
separados para las diferentes clases de enf^mos. y, pobre todo, donde
lace ei asea. Allí son recibidos los enfermos derFerrocarri), del Ejército y
de la Policía, pagando a $ 0-40 diarios. Hay sección para pensionados,,
botica bien provista, sala de cirugía con regular instrumental, ropero no
poco abundante, baños y jardín. Auuque la reconstrucción está ya muy
adelantada, e! departamento que ocupan las Hermanas y las muchachas
asiladas es todavía de ios antiguos, y bajo, no incómodo.
El asilo de muchachas fae fundado por la Sociedad de Beneficencia,
para lo cual dio el Municipio de una vez $ 500, y sigue dando $ 400 men­
suales. La misma entidad votó el año pasado $ 500 para fundar cu salón
de maternidad.
El asilo de indigentes se ha establecido en las afueras de la ciudad,
del lado izquierdo del río, en un gran lote, con edificio chico. Está a cargo
de tres Hermanas de la Caridad, a quienes pagan a $ 7, y tienen cocineras
y lavadoras. Está dividido en dos departamentos bien arreglados; hay 18
varones y 13 mujeres asilados, cou sus camas convenientemente dispues­
tas y tendidas Por lo qae pude observar, más parece hospital para eofer-
Rufino Gutiérrez 109

moa que asilo de mendigos. Aún d o sa ha dispuesto nada para que éstos
tengan allí alguna ocupación, a pesar de que hay extenso huerto. La casa
sa construyó con limosnas de los vecinos, y el Municipio auxilia el esta
blecimiento con $ 400 mensuales. Fue inaugurado el 6 del presente mes, y
su fundación se debe en gran parte ai interés que ha tomado don Miguel
Oalero.
Primitivamente el cementerio fue en las iglesias; más*tarde se esta*
bleció en Cali en lo que hoy es plaza de San Nicolás, y en 1850 lo trasladó
fray Damián González ai lugar que hoy ocupa, al oriente de la ciudad,
muy cerca de donde se construyó la estación de! ferrocarril. Está bien
cercado y tiene buenos monumentos.
El edificio de 3a Penitenciaría no pude visitarlo porque el individuo
que está de Director me recibió mal y me dijo que sin orden escrita del
Gobernador no me permitía entrar. Sé que allí están 185 presos por
cuenta de la NaciÓD, 27 del Departamento y que no los hay del Distrito;
que se les dan $ 0-20 diarios para alimentación, L cual es por contrato.
No sé si hay talleres establecidos para que trabajen los presos. El edificio
se empesó a construir el 20 de julio de 1910, y ya está terminado el frente,
de des pisos y de ladrillo, que da a la avenida Gribe Uribe, y es elegante
y de 50 metros de extensión.
El presupuesto de reatas del Municipio para este año asciende a
$ 368,906; para obras públicas se destinan $ 102,704, en ios—cuales se
computan I 15,500 que daba dar la Nación y $ 16,000 el Departamento
para ia obra del acueducto; para instrucción pública se presuponen
$ 32,048.
Al Distrito correspondió hasta el mes de junio del año pasado ei 10
por 100 del producto de las rentas de degüello y licores y el 35 por 100
de allí m adelante. Antes estaba destinado el 10 por 100 de la renta de
tabaco a los Municipios, y la última Asamblea retiró este auxilio y dis*
puso que el 60 por 100 de esta renta se invirtiera en ía construcción de lo­
cales para Escuelas. La renta de licores, que constituye un monopolio que
me correspondió implantar en 1891 como administrador por cuenta de
una compañía rematadora, está ahora administrada, y también soreorga
nizas por administración las de tabaco y degüello. El impuesto de éste
es I 2 por res, sea macho o hembra.
El tabaco pagó $ 0-08 por kilogramo hasta el 6 de noviembre último,
y de allí en adelante paga $ 0-50; si es de procedencia de otro Departa
mentó eu que haya impuesto diferencial, paga el elaborado $ 0-97, y sin
elaborar $ 0-64, y si no existe ese impuesto en el lugar de procedencia,
sólo paga lo que en éste. Eu el Distrito no se ha denunciado más que una
plantación de 5,000 matas de semilla de tabaco de Virginia. El producto
de esta renta en septiembre último fae de $ 314-44, y en noviembre,
$ 12,150-07.
La renta de licores produjo en abril del año pasado $ 11,002-88, y en
mayo, $ 10,957-09.
La de degüello, en junio, $ 1,592, y ea julio, $ 1,630.
En el pasado año fiscal correspondieron al Distrito por su participa­
ción en las tres rentas, $ 15,025-07.
El impuesto de consumo produjo en octubre $ 1.271,21, en noviem­
bre, $ 1,432, y ea diciembre, $ 2,323-18.
El de timbre nacional en los mismos dos últimos meses, $ 1,588-80 y
$ 1,477-10, respectivamente.
El oatastro avalúa la propiedad urbaua en $ 7.474,120 y la rural en
$ 1.872,160.
no Ca l i

En octubre último hubo en Cali 1ÜL uacimieato8, de ellos 50 de hijos


ilegítimos; 02 defunciones y 9 matrimonios.
En 1793 se levantó uu censo, y entonces tenía la ciudad 6,548 habi •
tantee, de ellos 1,781 esclavos; pero en documento oficial he visto que en
1789 los habitantes eran 16,000. El censo de 1870 le da 12,743; el de 1905
le da 30,740; el%de 1912 ya hace descender los habitantes a 27,747, y uno
de 1914 todavía baja más, pues sólo le da 27,695, y eso que la población
crece visiblemente (l).
Según cuadro formado por la Oficina Central de Estadística, en 1915
había en el Distrito 15,239 cabezas de ganado vacano, 2,068 caballar, 147
lanar, 10 cabrío, 508 mular, 19 asnal y 585 cerdos.
Ejercen sns profesiones, según datos qne se me suministraron:
Veinte médicos.
Treinta abogados graduados.
Hay en la ciudad tres librerías.
Nneve imprentas.
Cuatro fotografías.
Veinte ebanisterías.
Nueve herrerías.
Tres joyerías.
Cinco talleres de mecánica y fundición.
Veinticinco modisterías.
Tres panaderías.
Tres relojerías.
Quince sastrerías.
Catorce peluquerías.
Doce platerías.
Once zapaterías.
Cinco talabarterías.
Ocho dentisterías.
Quince hoteles.
Veintiocho boticas y droguerías.
Veintiocho billares.
Una gallera.
Una fábrica de fosfuros.
Una fábrica de puntillas.
Una fábrica de ladrillos de mosaico.
Una fábrica de hielo.
Veinticinco automóviles.
Tres coches.
Veintitrés carros.
Los automóviles pagan impuesto de $ 3 mensuales; los coches, $ 0-50;
los carros, de $ 0-20 a $ U-40, según sus condiciones, pero si no tienen re ­
sortes pagan $ 7-50; los hoteles, de $ 1 a $ i, según su importancia; la ga­
llera, i 20; los billarea, a 53; laa boticas, de $ 1 hasta $ 6, según surtido.
Peluquerías, fotografías y dentisterías no están gravadas.
Cuadro reciente, publicado por la Secretaría de Gobierno, dice que
Cali está a 1,000 metros de altura sobre el nivel del mar, tiene 26° de
temperatura y dista de Bogotá 495 kilómetros. Textos de geografía dicen
qne la altura es de 1,032 metros y la temperatura 25°.
Hay un Banco de giro y descuento fandado en 1903, cou el nombre de
Banco Comercial, que tiene capital de $ 160,000, divididido en acciones

(1) E l censo de 1918 le da 45,524 habitantes.


R u fin o G u tié r r e z 111

de $ 10, pero de ellas sólo se han emitido 10,000, que están pagadas. Sa
fondo de reserva es de $ 47,000. También hay la casa bancaria de Giraldo
y Garcés, de gran movimiento y crédito.
Hoy se publica un diario, El Correo del Cauca, que tiene ya larga
vida; un interdiario, Relator; un bisemanario, Los Principios; cuatro se­
manarios; los órganos oficiales del Departamento, del Municipio, de la
Oámara de Comercio y de la Academia de Historia.
La primera imprenta fue traída de Cartagena en 1837 por fray José
Ignacio Ortiz. Más tarde, por allá de 1845 a 1850, introdujo elementos
para mejorarla el doctor Manuel María Alonso de Velasco, y entonces se
publicaron los primeros periódicos, que fueron La Vos del Sur y El Ariete.
El territorio de Cali, lo mismo que gran parte de el del Valle, es rico
en vetas de carbón, que de poco tiempo a esta parte se explotan con muy
buen éxito. Cuando en los hogares se acostumbren a consumirlo, lo cual
sucederá pronto, porque la leña y el carbón vegetal son escasos y caros;
cuando les vapores del Cauca lo empleen como lo está haciendo el ferro­
carril de pocos meses a esta parte, y cuando se construya el muelle de
Buenaventura y pueda exportarse para el Ecuador, el Perú, etc., donde
es muy escaso, estos yacimientos serán una fuente de incalculable ri­
queza.
Desde 1916 funciona la Cámara de Comercio, la cual trabaja con
grande interés por el progreso del Departamento y del Municipio, y pu­
blica un interesante boletín mensual. Allí no pudieron darme el número
de introductores y exportadores de la ciudad, pero al hacer mis averigua­
ciones resolvieron mandar levantar la matrícula de ellos.
Desde hace años se estableció una Academia de Historia coa personal
escogido. Ha publicado con intermitencia unos pocos números de un bole­
tín con material importante.
El comercio de Cali es bastante animado y está diseminado en mu­
chas calles de la ciudad, y además por todas partes se ven talleres bien
surtidos de numerosas industrias manuales.
No hay más banda de música que la del Ejército.
Ha empezado a implantarse, aunque en reducida escala todavía, el
cultivo de la vid con grande éxito. Los racimos de uvas que se dan a la
venta, a precios relativamente bajos, me parecieron no muy inferiores a
los que vi en los Estados Unidos y en Europa, y así los oí calificar a un
español y a un inglés.
A pesar de que los exagerados datos estadísticos que se mandan a la
Oficina Central dicen que en el reducido perímetro del Distrito hay más
de 15,000 reses Vacunas, la mantequilla aquí vale comúnmente de $0-60
a $ 0-70 la iibra, y sólo se consigue a $ 0-50 cuando llegan las grandes
remesas que se hacen de la hacienda de San Isidro, en Popayáu, a unas
24 leguas de Cali.
Ahora dos años funcionaban en la ciudad tres loterías, que hacían
sorteos de sumas no despreciables cada semana, y el público estaba acos­
tumbrándose de tal modo y con tal entusiasmo a ese fanesto juego, que
todas ellas se sostenían con utilidad. Por fortuna la autoridad abrió ios
ojos y se suspendieron, de manera que ya no hay ninguna.
En 1806 concedió licencia el Obispo de Popayáu para establecer un
lazareto a orillas del río Cali, cerca de ia ciudad, y de él no queda noticia.
En 1807 el Cabildo hizo construir dos casitas para los leprosos en San
Fernando, y el Gobernador, don Maüuel Santos üaicedo, construyó allí
mismo una casa mejor, la cual fue reparada en 1885. Esa construcción
se destruyó, y más tarde el Concejo vendió el lote.
112 P a lm ir a

No funciona hospital de virolentos.


flay un ministro presbiteriano, que no hace más que vender libros de
propaganda. El público no le ha permitido dar conferencias.
El río Oali pasa a muy poca distancia del centro de mayor ^movimien­
to de la ciudad, a poco más de 200 metros de la Catedral; y como éste es
clima cálido, todo el mundo, por centenares, hombres y mujeres, en re­
pugnante mezcolanza, se baña allí y lava sus ropas, desde ei amanecer
hasta la tarde.
Hay un Cuerpo de Serenos, compuesto de 24 plazas, que está bajo la
inspección de una Junta de tres comerciantes. Como el comercio está muy
diseminado por diferentes calles, este corto personal no alcanza a hacer
una vigilancia eficaz.
La Policía Municipal se compone de 15 individuos uniformados.
En la plaza de mercado y en las calles se ven ahora menos negros
que antes, o porque ha aumentado mucho la población blanca, o porque
aquéllos se han retirado a los bosques del sur del Valle.
Cuando las grandes invasiones de la langosta, de diez años para
atráe, se escaseaban tánto los víveres que había necesidad de traer del
Extranjero hasta maíz, fiijo’es y panela; ahora ya no sucede eso por la
mejora de los caminos, la construcción del ferrocarril, y, sobre todo, por­
que los flancos de las dos cordilleras se han cultivado y siguen cultiván­
dose en gran parte por colonos antíoqneños, y hasta allí no llega la lan­
gosta.

PALMIRA
Palm ira, enero 21 de 1918
Eu ei tren de ia mañana del día 21 vine de Cali, en poco más de
media hora. De este trozo del ferrocarril y de su estación hablaré cuan­
do escríba sobre toda la línea, desde Buenaventura hasta aquí y hasta el
ramal del Sur, que ya está puesto en servicio en.Guachinte.
En la antigua hacienda de Llanogrande, que pertenecía a laCcmpa
ñíade Jesüs cuando fue expulsada por Carlos m , en el siglo xvm , empe­
zó a formarse un poblado a la sombra de la comunidad y de la factoría de
tabaco que el mismo Rey mandó establecer allí, para !o cual dispuso que
una Comisión de agricultores prácticos examinara los terrenos y promo
viera el cultivo de la planta. Eu 1794 había ya una capilla dedicada a
Jesús Nazareno, lacasa de la factoría y 145 de particulares, y funcionaba
desde hacía años un Cura doctrinero. Los terrenos pertenecían entonces
al Maestro don Gregorio Saa y Rengifo y a doña Margarita Rengifo,
quienes cedieron el área necesaria para fundar la población
Estos terrenos, situados en pleno Valle del Cauca, en la banda crien
tal del río, son de lo más feraz de la región; están a 950 metros sobre el
nivei del mar, y tienen24° de temperatura, según geografías, pero una pu­
blicación oficial hecha en Oali dice que son 1,002 y 26, respectivamente.
Ei Gobernador realista don Pedro Domínguez fue batido y pereció
con casi toda su fuerza, a principios de octubre de 1819, eu el Guanábano,
en combate con patriotas comandados por el Coronel Gutiérrez.
El Congreso de 1824 dispuso que el poblado, que ya tenía 207 casas,
ee llamara Villa de Palmira, y eu 1825 se la erigió en Municipio. Más
tarde una Asamblea del Canea le dio el título de ciudad, y en 1863 la
hizo cabecera de Provincia.
Rufino Gutiérrez 113

El 31 de jalio de 1854 faeron atacados ios melistas, que estaban co­


mandados por el Coronel Manuel Calle, en los alrededores de la pobla­
ción y vencidos por fuerzas despachadas de Cali.
El 20 de agosto de 1860 fue vencido en el llano de la Concep­
ción el Coronel legitimista A. Rozo, por fuerzas mosqueristas venidas de
Baga y Taluá.
El 11 de julio de 1876 por la noche atacaron los revolucionarios con­
servadores a Palmira, y faeron derrotados por el General Miguel Bo­
lló rquez.
El 27 de julio del mismo año fue derrotado en La Granja el General
conservador Francisco de Paula Madriñán por el entonces Coronel Tomás
Rengifo.
El 4 de febrero de 1877 el Gobernador del Cauca, don César Con to,
expidió aquí un decreto por el cual expulsaba del Estado a ios Obispos de
Popayáu y Pasto, doctores Carlos Bermüdez y Manuel Canuto Restrepo.
La Cámara de Representantes de la Nación, en sesión de 21 del mismo
mes, a propuesta de los Diputados José María Quijano Wallis, Aníbal Ga­
lindo y Florentino Yesga, aprobó esta proposición:
“ La Cámara de Representantes felicita al Gobierno Ejecutivo dei
Estado dei Cauca por la acertada y justa medida que ha adoptado al de­
cretar el extrañamiento de los Obispos de Pasto y Popayán y de algunos
otros miembros del clero dei Estado,”
A orillas del río Amaime hubo otro combate el 21 de abril de 1879,
entre liberales radicales e independientes, y faeron derrotados aquéllos.
Es Palmira cabecera de Provincia, compuesta de cuatro Municipios;
asiento de tres Juzgados de Circuito, de los cuales el 3.° conoce de los
asantos criminales; el 2.° se creó por la Ley 40 dé 1907; lo suprimió
la Administración Reyes, y se restableció por la Ley 30 de 1912; son dos
los Juzgados Municipales.
Los protocolos de la Notaría l.Bempiezan en 1821, y en 1870 se creó
la 2!
Está formada la ciudad por 201 manzanas, de edificación compacta
sólo en las más centrales; los edificios son de ladrillo o de adobe, con teja
de barro, y de los de los barrios muchos son de bahareque y techo de paja;
generalmente los solares que quedan a las calles son cercados con guadua.
Las manzanas están separadas de Norte a Sur por carreras,y de Oriente a
Occidente por calles, todas ellas rectas, dei ancho común que hasta hace
poco se acostumbraba para esas vías públicas. Algunas de las calles más
centrales están empedradas, y en las pocas que tienen andenes son éstos
angostos y de muy mal ladrillo.
No hay más que una plaza—fuera de la de mercado cubierto—que han
convertido en bonito parque cercado con verja de hierro y que tiene algu
nos escaños, y una diminuta plazuela, muy descuidada, frente al templo
de la Trinidad, eu construcción. Al parque le han puesto e! nombre de
Bolívar, y en sus costados hay doce casas de dos pisos.
Dos de los camellones de salida se están arborizando, y ¡levan los
nombres de alamedas de Santander y de Rivera. El que parte hacia el
Norte es ancho y recto, con árboles ya crecidos y buen alambrado, con
focos eléctricos eu elegantes postes de hierro.
El clima dei Distrito no es bueno a causa de las constautes inunda­
ciones; el del poblado tampoco lo es por la mala calidad del agua que se
consume, o tal vez más bien por su defeotuosa provisión; y se ven no
pocos casos de coto.
M onografías.—Tomo 2 ?—8
114 P a lm ir a

Llama la atención el extraordinario número de personas que a toda


Iiora andan a caballo por las calles, por ser Distrito muy agrícola, y com­
place ver que el uso de la ruana está casi relegado.
Desde principios del siglo x v n t existía una parroquia en lo que se
llamaba Llanogrande, y el Obispo de Popayán, señor doctor Juan Gómez
de Erías, concedió al Gura, doctor Gaspar de Oviedo, licencia para colo­
car en la iglesia de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario del Pal­
mar el Santísimo Sacramento, en 22 de octubre de 1724.
En los libros parroquiales de Nuestra Señora del Rosario de Palmira,
el primero que aparece firmando como Cura doctrinero partidas de bau­
tizo, del 12 de septiembre de 1722 a 1728, es el citado doctor Oviedo; lo
sucedieron en este orden en las firmas de partidas de bautizos, defuncio­
nes y matrimonios: doctor Francisco Javier de Oviedo, hasta 1744; Jacin­
to Ramírez, hasta 1746; Gregorio de Saa y Reugifo, hasta 1748; Mariano
o Manuel (todas las firmas son muy confusas) Ruiz, hasta 1750; doctor
Juan de Varona y Fernández, hasta 1773; Fray Antonio Martínez, hasta
1774; doctor Domingo Sanjurgo y Montenegro, hasta 1780; doctor Tomás
Idrobo, hasta 1782; doctor Vicente Oiave, hasta 1815; Manuel Santos Es­
cobar y Ramos, Manuel José Guzmán, José María Chacón y fray Andrés
Sarmiento siguieron, de 1815 a 1825, turnándose como interinos; fray
Manuel Alvo Palacio, hasta 1826; José María Valdivieso, hasta 1831;
Manuel Trinidad Buendía, hasta 1832; fray Fernando Racines, hasta
1833; Manuel Antonio del Basto, hasta 1837; Francisco José Searpetta,
hasta 1840; Toribio Luna y Méndez, hasta 1841; Francisco José Scarpetta
(segunda vez), hasta 1851; Pedro Antonio Holguin, hasta 1876, a quien
reemplazó como Gura accidental de 1869 hasta 1870 el presbítero José
Joaquín Ledesma; fray Víctor Guzmán, hasta 1879; Fernando Jesús
Fráquez, hasta 1880; volvió el doctor Holguin de 1880 a 1882; Rafael de
Aguilera O., hasta 1900; Pedro P. Martínez D., hasta 1905; Manuel E.
Paredes, hasta 1908; Daniel Guerrero, hasta 1912, y Guillermo Becerra,
que es el actual Gura, desde el 20 de diciembre de 1912.
En 1899 se dividió en dos la parroquia, y empezó a funcionar como
primer Cura de la Trinidad, que fue la de nueva erección, el presbítero
Uladislao González, hasta 1900; lo sucedieron Jorge Salcedo, hasta 1908;
José Rafael Plaza, hasta 1911, y Manuel V. Cruz, actual Gura, desde el
8 de noviembre de este último año.
Hasta 1846 la iglesia parroquial era una enramada pajiza, que exis­
tía desde 1794. El presbítero doctor Pedro A. Holguin promovió la cons­
trucción de una de teja de barro, la cual se demolió más tarde para edificar
una suntuosa, de la cual están ya levantadas dos altas y elegantes torres
de ladrillo, los macizos muros y columnas del mismo material hast* la
altura que tendrá el edificio, cuyo frente da al Parque de Bolívar.
Mientras se termina la construcción de la iglesia del Rosario, presta
el servicio de parroquial la capilla del Sagrado Corazón de Jesús, que
está en calle cercana; es de un solo cuerpo, con pavimento de maderas,
de regalar capacidad, con dos buenos altares modernos, frontis de ladrillo
inconcluso, pocos y buenos cuadros y algunos reclinatorios y bancas.
La primera capilla de la Trinidad fue levantada por el presbítero
José Joaquín Ledesma, de 1862 a 1876, y se demolió más tarde para
construir la que apenas se está empezando. Dos planos están hechos y
aprobados por el señor Obispo, y tiene ya una alta y elegante tolere ai
lado del antiguo frontis, que es lo único que se conserva de la antigua
iglesia. En esa torre está colocado el único reloj público de la población,
de coatro muestras, el cual fue fabricado en Caldas (Antioquia), inaugu-
R u fin o G u tié rr e z 115

rado el l.° de enero de 1917 y costeado con mandas de loe vecinos. Al


lado de atrás, y a an costado del templo en construcción, hay una capilla
que hace las veces de parroquial. Es de dos naves, con pavimento de
madera, cielo raso de planchas de hierro galvanizado y realzado, muy
regulares altares, y abundantes estatuas y cuadros de algún mérito. Esta
capilla fae construida por el actual Gura, y cuando se termine el templo
se le arreglará para casa cura!.
El l.° de enero del presente año se inauguró allí un bello grupo es­
cultural del Calvario, que costó en Barcelona $ 2,000 al doctor José Ma­
ría Cantillo. Es de las buenas obras de escultura que hay en el país, y
para colocarlo se construyó una bonita capilla lateral.
. Bajo la dirección del Cura de esta parroquia fanciona una sociedad
de caridad, un poco semejante a la de San Vicente de Paúl, la cual se
ocnpa en socorrer a las familias pobres con dinero, víveres, ropa y medi­
camentos, El año pasado colectó y distribuyó $ 605-25.
Hay, inaugurada el 6 de este mes, una capilla dedicada a Nuestra
Señora del Carmen, destinada al servicio público, situada en la esquina
de la casa que ocupa la comunidad de Carmelitas descalzos. Es demasia­
do modesta, pues se formó uniendo varias piezas de la casa, y carece de
frontis; está entablada y tiene un pobre altar, púlpito por el estilo, dos
confesonarios, dos bancas, cuatro focos de luz eléctrica, bastantes recli­
natorios y un euadrito que representa a la Patrons.
En 1898 había en Palmira un Colegio privado de varones, uno de se­
ñoritas a cargo de las Madres Betlemitas, una Escuela pública de varones
a cargo de Hermanos Maristas y otra de niñas a cargo de Hermanas de
la Caridad. De entonces acá ha progresado bastante en materia de esta­
blecimientos de enseñanza, pero no tanto como debiera ser, en atención al
número de habitantes y al presupuesto de rectas. Actualmente hay los
siguientes centros de enseñanza de carácter oficial:
Colegio de varones, auxiliado por la Nación con $ 1,000 anuales, al
cual destina el Departamento $ 350 por mes; fanciona en el edificio de la
factoría de tabaco, construido por contrato en tiempo de la Colonia, por
N. Romero, y que fue cedido al Distrito por el Congreso. Matrículas, 66;
Escuela urbana de varones número l.vcon un Director, que gana
$ 36, y siete Maestros, a $ 30. Matrículas, 560;
Escuela urbana número 2; un Director, con $ 36; ud Maestro, $ 30, y
120 matrículas;
Escuela urbana número 3; un Director y dos Maestros, con las mis»
mas dotaciones. Matrículas, 235;
Escuela urbana de niñas número l.°, llamada de San Vicente, a car­
go de cuatro Hermanas de la Caridad, a quienes se paga a $ 20. Matrícu­
las, 230;
Escuela urbana de niñas número 2, a ca^go de tres Hermanas, a
quienes se paga como a las anteriores. Matrículas, 235;
Escuela urbana de niñas número 3, con una Directora y tres Maes­
tras, que ganan a $ 32 y $ 30, respectivamente. Matrículas, 190;
Escuela urbana de niñas número 4, con una Directora y dos Maes­
tras, que ganan como las anteriores. Matrículas, 164, y
Cuatro Escuelas rurales de varones, con 151 alucinas; cuatro de mu­
jeres, con 191, y catorce alternadas, con 317 varones y 365 mujeres.
Las Maestras de las rurales ganan todas a $ 20.
Los establecimientos privados son:
Colegio de señoritas regentado por las Madres Betlemitas, con 24
110 Palmira

alumnas, todas internas, Ni el señor Prefecto, ni yo personalmente pudi­


mos conseguir que se nos diera el dato de la pensión qae se cobra;
Jardín Infantil, con 24 matrículas;
Colegio de la señorita María Becerra, con 24 alumnas. La pensión
es de $ 2 y Luy dos niñas que reciben instrucción gratuita;
Colegio de la señorita Herminia Espinosa, con 9 alumnas, que pagan
a S 1-60;
Colegio de la señorita F. Zoraicla Rengifo, con 3 alumnas, que pagan
a $ 1-50;
La Escuela de San Vicente está dirigida por las Hermanas desde
hace veinticuatro años, en local muy amplio, de propiedad del Distrito, y
hay trabajos para ampliarlo todavía más. Tiene allí un internado anexo
con 22 alumnas, que pagan a $ 7 mensuales, pero a algunas de ellas se las
educa gratuitamente. También hay en departamento separado diez y nue­
ve huérfanas que reciben instrucción y tienen su dormitorio bien arre­
glado, y una sección infantil. Hay un gran patio con jardín y algunos
árboles; los excusados son malos y en seco; el agua, casi impotable, llega
a una profunda poceta; el mobiliario de la Escuela es malo. Se da ense­
ñanza de modistería.
Los educandos en Paimira son 2,959.
La Escuela de varones número l.°, dirigida por Hermanos Marietas,
llegados aquí el 25 de octubre de 1892 a encargarse de ella, está en local
de propiedad del Departamento, de dos pisos, bastante grande, pero mal
dispuesto e incómodo para el objeto a que se le destina, Los salones son
chicos; el mobiliario bastante pobre y apenas suficiente como para una
tercera parte de los alumnos; tiene espacio para ampliarlo, y excusado
con agua. Hay en esta Escuela una sección de enseñanza superior.
El Municipio costea cuatro becas de estudiantes que cursan en Bo­
gotá, Popayán y Oali.
La Oficina Telegráfica se estableció en 1872, y el primer Telegrafista
fae Isidoro Materón. Es oficina de traslación y repetición, con estos em­
pleados: nn Jefe, con $ 65 de suelde; un Subjefe, $ 55; cuatro Ayudantes,
a $ 50; un Oficial de Recibo, $ 35; dos Oarteros, a $ 10; para alumbrado,
$ 3-50, y para arrendamiento, $ 25. En octubre último se transmitieron
1,887 telegramas porteados por valor de $ 454-12; 6 cables, por $ 26-55,
y 306 despachos oficiales; se recibieron 1,768 despachos porteados, 7
cables y 396 oficiales; los repetidos fueron 4,200.
La Oficina de Correos está a cargo de una Administradora, con $ 46
de sueldo; un primer Ayudante, con $ 25, y un segundo, con é 20; tiene
$ 3 para útiles de escritorio, y el arrendamiento del local cuesta $ 20.
Toaos los empleados son mujeres, y a juzgar por el orden y aseo que allí
ee ven, todo marcha bien. No hay apartados, y como en Oali están exce­
dentes los que había en uso cuando se trajeron del Extranjero, no hace
mucho, los que están en servicio, podrían destinarse aquéllos a Buga y
Palmira, pues se hallan en muy regular estado. Es lástima que en po­
blación que tiene ya tanto movimiento postal no se haya establecido
correo urbano. La venta de timbre postal en esta Oficina ascendió en no
viembre último a 6 153-42.
En el mismo mes se despacharon 3,151 cartas y 1,402 impresos, y se
recibieron 3,122 de las primeras y 3,714 de los segundos; las encomiendas
del Exterior fueron 56, que produjeron $ 167-52 por derechos; se emitie­
ron 39 giros por valor de $ 390-60, que produjeron $ 14-75, y se cubrie­
ron 16 por $ 173-20.
La señora Administradora comete una irregularidad reglamentaria,
que es muy de aplaudirse en ella, tanto porque sus inmediatos superiores
R u fin o G u tié rr e z 117

no le han hecho observación alguna, como porque con ello muestra un


celo por las propiedades nacionales de que carecen los altos empleados
encargados de velar por ellas. Me refiero al cobro que hace del arrenda­
miento de $ 8—muy bajo por cierto—de una casa de propiedad de ía
Nación. Esa casa la compró el Gobierno el año de 1807 y sirvió para la
Oficina Telegráfica hasta 1910, que se abandonó para tomar otra en arren­
damiento. El Telegrafista de entonces permitió a un vecino agregar a su
casa parte del solar de la del Gobierno, y la dio en arrendamiento por su
cuenta a un particular; el arrendatario pagó al principio, y cuando supo
que los fondos no ingresaban en el Tesoro Público, suspendió los pagos»
Aunque hace de esto ocho años y entonces di cuenta de ello a la respec­
tiva Oficina superior, nada se hizo hasta que ahora la señora Adminis­
tradora de Correos ha tomado la intervención que dejo dicha. Temo que
la propiedad se pierda por esa incuria y porque aquí se dice ya, sin fun­
damento, que el lote es de propiedad de un particular y de la Nación sólo
el deteriorado edificio.
Tieüe el Distrito estas propiedades:
Casa consistorial, matadero público, local de la Escuela urbana de
niños número l.°, llamada de San Vicente; local del Liceo o Escuela su­
perior de varones; un derecho avalaado en $500 en una casa situada en
Buga; otro, avaluado en $ 1,000,-en casa de Palmira; otro, avaluado en
$ 500, en otra casa de aquí; otro derecho eo terrenos ubicados en el
Distrito de Candelaria; un lote de una fanegada en Palmira; otro lote en
Potrerilio; local de otra de las Escuelas urbanas; un solar de media fane­
gada cerca de la plaza de mercado cubierto; local de una Escuela rural;
una fanegada de tierra en el Corregimiento de Florida, y media fanega*
da de tierra contigua a la estación del ferrocarril.
La casa consistorial es de dos pisos, vieja y fea, pero el salón del
Concejo es amplio, alfombrado, con muy buen mobiliario, espacio arre­
glado para la concurrencia dei público y numerosos y no malos retratos.
La cárcel, contigua a esta casa, y que hace parte de ella, tiene depar­
tamentos separados y bien seguros para hombres y mujeres, este último
en muy mal estado. En el otro hay un patio extenso con tres saloncitos
desmantelados; el excusado es en seco, por falta de agua en ia cárcel.
Los empleados, que son un Director, el Secretario, el Módico y seis Guar­
dianes, son pagados por la Nación y tienen piezas para el despacho, y
habitaciones no malas. La Nación reconoce $ 30 mensuales de arrenda­
miento al Municipio. Hay sesenta y cinco presos por cuenta de la Nación,
uno del Departamento y uno del Municipio. De ios presos dos son muje­
res, y una de ellas no es sino una loca asilada porque no hay otra parte
dónde tenerla; la ración de ios presos es $ 0-12 para alimentación, la cual
se les suministra por contrato, y si salen á trabajar en obras públicas se
íes entrega un jornal de $ 0-06. Allí no hay talleres ni elementos para tra­
bajar; algunos presos hacen alpargatas y mochilas.
El matadero es uu patio amplio, con cobertizo grande de teja de ba­
rro, sostenido por columnas de madera por tres costados; piso de ladrillo,
lo que está bajo cubierta; hay muchos botalones, y en materia de agua,
sólo un caño inmundo; carece de alumbrado eléctrico y de mesas, y al
fondo sigue un gran solar para encerrar los ganados Está situado en la
calle 6.a, tapando la carrera 5.a, al extremo sur de la población.
No hay ejidos en el Municipio.
Fuera del local de la Escuela que regentan los Maristas y de uno de
Escuela rural, tiene el Departamento en construcción un gran edificio de
118 P a lm ir a

tres pisos, de ladrillo, para oficinas departamentales; concluido, lo cual


demorará poco, será el mejor de la ciudad.
En la plaza de mercado cubierto se puso la primera piedra el 11 de
marzo de 1906 y se inauguró en 1907, por iniciativa del señor Olimpo Za­
pata y en virtud de contrato de privilegio por cincuenta años con una
Compañía anónima de capital de $ 15,000 dividido en acciones de $ 10,
de las cuales tomó y pagó 50 el Municipio. No hubo necesidad de colocar
todas las acciones, porque el producto dei impuesto que se cobra alcanzó
para terminar la obra, pues está produciendo el 6 por 100 mensual sobre
el capital invertido. Al Distrito no le corresponde más qae el dividendo
de sos 50 acciones. Al terminar ios cincuenta años del privilegio pasa la
plaza a ser propiedad del Manicipio La empresa ha comprado lotes con­
tiguos a la plaza para construir tiendas de arrendamiento, pero esto no
pasará a ser propiedad del Distrito en virtud del contrato de privilegio.
El impuesto que se cobra es hasta de $ 0-20 diarios por metro cuadrado,
según el artículo que se pone a la venta. Ocupa mi espacio de 80 metros
por cada costado y se kalia situada al extremo oriental de la ciudad; está
formada por claustros de ladrillo y teja metálica a los cuatro costados,
con tiendas que tienen puertas al interior y para la calle; el centro está
cruzado por dos galerías de ladrillo y teja de barro que forman cuatro
patios, enladrillados unos y empedrados otros. Hay dos pocetas con agua
no muy potable. La feria de víveres es diaria, y las de los sábados y mar­
tes son muy concurridas y abastecidas.
Dada seis meses hay una feria de ganados, de gran movimiento.
El alumbrado eléctrico se inauguró el 30 de enero de 1916, debido a
la iniciativa del señor Olimpo Zanata. Por acueducto de 3 kilómetros se
tomó el agua del río Nima para formar la caída y establecer la planta a
10 kilómetros de distancia del poblado. Para que el dueño deí terreno en
que se estableció la caída se allanara a cederlo, hubo que darle a perpe­
tuidad derecho a 50 lámparas,de 16 bujías. La caída tiene 80 metros de
altura y puede desarrollar 1,400 caballos de fuerza; por ahora hay em­
pleadas dos unidades que producen fuerza para 12,000 lámparas de a 16
bujías. La empresa es de una Compañía anónima de vecinos, con capital
de $ 70,000, dividido en acciones de $ LO, de las cuales tomó y pagó 1,000
el Municipio. El costo total fue de $ 95,000. En el contrato hecho con el
Concejo se convino en conceder privilegio por cincuenta años, vencidos
los cuales queda la empresa de propiedad del Distrito si paga el 50 por
100 del valor que se ie dé entonces por peritos; pero no se estipuló nada
para el caso de que no se haga la compra. La empresa se comprometió a
suministrar el alambrado público y para las oficinas que se ie pida, a
razón de $0-50 la lámpara de 32 bujías, siendo de cargo de ella la insta­
lación y el sostenimiento de las bombillas. En el Parque de Bolívar hay
70 focos; en las calles, oficinas, hospital y Escuelas (en éstas muy pocos),
430; en les casas particulares, 1,900; éstos pagan a $ 0-50, $ 0-60 y $ 0-70
por 16, 20 y 32 bujías, y $ 5-50 por instalación de cada lámpara. En las
iglesias hay bastantes, que pagan la mitad de precio do los particulares.
Energía no hay colocada más que para la bomba del estanque de la es­
tación del ferrocarril, para la fábrica de cigarrillos y para una trilladora
de café; pagau a razón de $ 0-05 J por hora cada kilovatio.
Está celebrado contrato con el Manicipio de Pradera (a 2 leguas de
distancia) para llevarle la luz, a razón de $ 0-50 por foco de 16 bajías, y ya
se pidió alambre para ello. Por lo demás, se han estipulado las mismas con­
diciones del contrato de Palmira, hasta en lo del privilegio.
Por iniciativa del doctor Pedro A. Holguin, cuando fae Gura de Pal-
R u fin o G u tié rre z 119

mira,'ao fundó, con fondos colectados entra los vecinos, el Hospital de


Caridad y se levantó el edificio. Además, el doctor Hoíguín cedió para
la obra su casa de habitación, ia cual está arrendada a $ 10 mensuales.
A pesar dé esto el edificio del Hospital está inventariado por el Munici­
pio como de su propiedad. Está servido por ocho Hermanas ele la Cari*
dad, a quienes paga el Distrito a $ 8-60, y paga también un Capellán y
un Módico. El Departamento lo auxilia con $ 100 mensuales, y la Nación
le-tiene decretados $ 40 por mes. Es un buen local, aúu inconcluso, de dos
claustros separados por una capilla en obra, con departamentos separa­
dos para hombres, mujeres, presos, policías, pensionados y operaciones de
cirugía, pero sin instrumental. Los enfermos hoy son 41 varones
y 20 mujeres. Tiene un gran solar al lado, y en el centro de la pobla­
ción un lote que le donó una extinguida casa comercial.
Hay una sociedad de obreros, fundada hace tres o cuatro años para
promover la moralización e instrucción del gremio, la cual ha estableci­
do una biblioteca pública, que tiene ya unos 100 volúmenes bien escogi­
dos en saloncifco con mesas, bancas y alumbrado eléctrico.
Lo que aquí llaman río Palmira, no era hasta 1850 más que un zanjón
infecto, y cerca de allí corría una derivación del río Nima. Oomo la po­
blación crecía* y carecía de agua potable, y los dueños de los predios que
regaba el Nima se oponían a que se tomara agua de allí, el pueblo en
masa, encabezado por José Ignacio Manzano y José Ignacio Quintero,
hizo arbitrariamente, en 1851, un corte en el terreno, amplió la bocatoma,
y así echó por el antiguo zanjón una bnena corriente y se formó el río
Palmira, que atraviesa la ciudad. Eso sucedió en tiempo euque el poder de
‘‘las democráticas” del Cauca era incontrastable. Más tarde los dueños de
los predios no se atrevieron a hacer valer sus derechos, porque las semi­
llas dejadas por aquellas funestas sociedades ejercieron grande influencia
en el ánimo de las gentes de estas regiones por muchos años.
De ese río o zanjón se provee la población de agua poco potable, que
apenas puede conducirse a pocetas profundas. El Municipio hizo levantar
por un ingeniero, con costo de $ 2,500, el plano para establecer buen
acueducto, alcantarillado y pavimentación, y en eso ha quedado el pro­
yecto de mejoras urbanas. La Legislatura del Cauca destinó en 1877 el
producto de ía renta de licores, que entonces no producía suma aprecia­
ble, para construir el acueducto, y el Congreso siguiente votó una par­
tida con el mismo objeto.
Lo que hay como acueducto es un caño con tapas de piedra. Los ve­
cinos tienen que pagar $ 8 por el derecho de tomar agua de allí para lle­
varla a b u scasas por cañerías, y un impuesto de $ 2 mensuales por cada
paja. En muchas de las casas no se hace uso de eaa agua para el consumo
sino de aljibes servidos por bombas. Los que deriven agua de ios ríos
para sus predios, aunque tengan derecho de antiguo para ello, tienen
que pagar * 20.
No hay alcantarillado.
Eí presupuesto de rentas para el presente año es de $42,412-72.
La renta de timbre nacional produjo en noviembre último $ 823-23;
la de licores, $ 9,954-27; la de degüello, $ 1,810; la de tabaco, $5,031-78; la
de registro e hipoteca, $ 232-32.
En la Administración de Hacienda está radicado el pago de pensio­
nes, las cuales están cubiertas hasta el mes pasado, mientras que en Bo­
gotá hace como ocho meses que no las pagan.
Se me informó que el anterior Administrador de la renta de tabaco
no había dejado libros ordenados, sino sólo apuntamientos de octubre
120 P a lm ir a

en adelante, y por ellos se ve que desde ese mes hasta el 18 del presente
se han denunciado 165 plantaciones con 409,720 matas.
La Ordenanza del año pasado que reglamenta esa renta contiene estas
principales disposiciones que anoto porque he visto con satisfacción que
muchas de las acertadas disposiciones sobre diferentes materias de que
doy cuenta se adoptan en otros lagares, y se evitan las que no lo son:
por cada kilogramo, peso neto, de tabaco de producción nacional ae
cobran 50 centavos. El tabaco elaborado en otros Departamentos sigue
pagando como antes, y se computa el empaque. Lo que se introduce del
Exterior no paga porque tiene gravamen nacional, pero debe presentarse
la guía correspondiente (nada o casi nada se introduce). Por el tabaco
que se exporta se devuelve el impuesto mediante comprobación. Los ci­
garros y cigarrillos elaborados con materia prima extranjera y nacional
sólo pagan por ésta mediante comprobación. Si una introducción de otro
Departamento cansa impuesto menor de $ 100, se paga de contado, y si
mayor, se concede plazo para cubrirlo. Sólo el productor de tabaco puede
movilizarlo para otro Distrito del Departamento sin pagar previamente
el impuesto, y en el lugar del destino debe pagar. Todo el que compre ta
baco debe proveerse de nueva guía, pero sin pagar de nuevo, pues la
que se haya expedido al vendedor sólo sirve para él. El comprobante de
que el tabaco por el cual se haya pagado se llevó a otro Departamento debe
presentarse dentro de los primeros noventa días para que tenga derecho
a que se devuelva el valor de lo pagado por impuesto. No hay gravamen
ni embarazos para el cultivo de la planta, ni para la preparación y aliño
basta que se ofrece a la venta o se da a! consumo. Dispone la Orde­
nanza que la Gobernación pida semillas a Cuba para repartir gratuita-
mente entre los cultivadores. El 50 por 100 del producto de la
renta, que está administrada directamente, se destina a costear la cons*
trucción de edificios para instrucción pública en los Distritos. Por las
nerviosidades o venas de la hoja no se devuelve el impuesto, como se
hace desacertadamente en el Departamento de Caldas. Se considera de*
fraudador al cultivador que vende tabaco sia dar aviso y al que lo elabora
sin pagar el impuesto. No hay decomiso del artículo sino pena de multas,
las cuales muchas veces no se hacen efectivas, o pueden pagarse con uti­
lidad con el producto de lo que se vende o se compra fraudulentamente.
El censo de 1870 da a Palmira 12,390 habitantes; el de 1905, 26,400,
y sólo 24,3L2 el de 19L2 (1). En nn legajo oficial que hay en el Concejo
aparece que los habitantes en este último año son 23,471, y una publica­
ción oficial hecha en Cali dice que en 1914 había 24,548. Estas diferencias
dependen de lo mal levantados que son los censos en el paío. De 1912 para
acá indudablemente ha aumentado bastante la población.
El año pasado hubo 982 nacimientos, 690 defunciones y 135 matri­
monios. En diciembre último fueron 67 los nacimientos, de ellos 35 de
hijos ilegítimos, 45 defunciones y 8 matrimonios.
Diariamente se beneficia ganado; en diciembre se consumieron 437
machos y 278 hembras de ganado mayor j 211 cabezas del menor.
La propiedad raíz del Municipio está avaluada en $ 6.500,000.
Según datos suministrados por el señor Alcalde, hay en el Distrito
32,781 cabezas de ganado vacuno, 724 de cerda, 6,673 caballar, 110 cabrío,
1.701,000 matas de café y 312,500 árboles de cacao. Sin embargo, en ios
cuadros de la Oficina de Estadística de la capital del Departamento apa*

(1) El de 1918 le da 27,032 habitantes.


R u fin o G u tié rr e z 121

rece que en 1915 habla 38,712 cabezas de ganado vacuno, 3,096 caballar,
1,556 de cerda, 109 cabrío, 356 mular, 268 lanar y 22 asnal.
Las principales industrias son la pecuaria, el cultivo de tabaco, cacao,
caña de azúcar, cafó y plátanos. El ganado vacuno sufrió mucho hasta
hace poco a causa de la peste de carbón, pero ya se le defiende con éxito
con la vacuna. No sucede tomismo con la peste o plaga de garrapatas, que
está haciendo centenares de víctimas todas las semanas.
Hay varios hoteles, y entre ellos uno bastante regular llamado El
Oasis; una gallera, cuatro billares, cuatro imprentas, dos fotografías, tres
dentisterías, cinco teléfonos con empresas de fuera, además de el del ferro­
carril, ocho automóviles, ocho coches y treinta y tres carros.
Hay varias casas introductoras y exportadoras, cuyo número no
pudieron precisarme, y varios extranjeros establecidos aquí.
La casa banoaria de Giraldo y Garcés, de Oali, tiene una sucursal
bien establecida.
No hay coliseo o teatro, ni corral para recoger los ganados que vagan
por las calles.
El Municipio cobra estos impuestos:
Derecho de alumbrado de uu centavo mensual por metro lineal de
oasa de planta baja, y dos centavos por las dedos pisos; por aseo, de $ 0-tQ
a $ 0-15, según la situación y valor de la casa; por patente o ins­
cripción de cada carruaje, de cualquier clase que sea, $ 2, y por servicio
mensual, $ 0-20 por carro de dos ruedas con resorte, $ 0-40 si es de 4
ruedas, $ 2 y $ 4, respectivamente, si no tienen resortes, $ 1 por coche y
$ 2 por automóviles; $ 50 mensuales por cada prendería; $ 10 por gallera;
el derecho de matadero es $ 1 por cabeza de ganado mayor, y el impues­
to sobre el menor $ 1 por cabeza; los gitanos deben pagar $ 20 mensuales
por su estada en el Municipio; los hormigueros urbanos $ 10 anuales y
los rurales $ 5, pero este impuesto no se hace efectivo.
Ejercen sus profesiones cinco médicos y cinco abogados graduados.
No hay fábrica de hielo, y lo más extraño es que estando Oali a poco
más de media hora por tren, no se trae de allí el artículo sino cuando
hay un enfermo que lo necesita.
Las comunidades religiosas establecidas aquí son las Hermanas de
íaOaridad, los Hermanos Marietas, las Madres Betlemitas y los Carmeli­
tas descalzos.
Las fábricas de importancia que hay en el Municipio son:
Una de azúcar, llamada La Manuelita, una de cigarros, una de ciga­
rrillos, tres de aguardiente, cinco de jabón y dos de cerveza.
El ingenio de La Manuelita fue fundado en 1866 por don Santiago
Eder, de origen ruso y naturalizado en los Estados Unidos, y desde en­
tonces se le puso fuerza hidráulica; pareeeque hasta aquel año no se había
hecho uso de tal motor en el Oauca. Hoy pertenece la empresa a una
Compañía anónima formada por extranjeros, de la cual son principales
accionistas los señores Eder. Sn capital es de $ 100,000. Beneficia 600
fanegadas de caña y produce azúcar, ron y alcohol. El mercado del
azúcar es todo el antiguo Estado del Cauca, el Departamento de Caldas,
y con frecnencia se lleva el artículo hasta Bogotá y Medellin. Además
exporta gran cantidad en polvo; pronto debe llegar maquinaria podero­
sa y moderna, y el Administrador cree que entonces podrá producir 10,000
toneladas anuales de azúcar morena parala exportación y que sea refinada
en el Extranjero. Seme informó que hay unos 400 obreros empleados, a los
cuales se paga por unidad de obra a la mayor parte, y a los demás jornal
de $ 0-55. Antes no se empleaba en nuestros trapiches el bagazo como
122 Palmira

combustible, y el señor Eder nos enseñó a aprovechar esa fuente de eco­


nomía; si no fuera por eso, el consumo de leña, tan escasa en el Valle, no
permitiría beueficiar con mayor provecho ni aun las cañas de La Ma-
nuelita. Hay allí unos 13 kilómetros de carrilera para transportar la
caña en carros tirados por bueyes, y planta eléctrica. El azúcar se vende
a $ 0-06 y $ 0-05 la libra de primera y segunda clase. Ahora no hay lan­
gosta ene! Valle del Oauca, y cuando la ha habido ha hecho tal daño en
las cañas, que se ha suspendido la producción de azúcar. Hace dos años
y medio, por ejemplo, la que se consumía por acá era traída del ingenio
de Sinceiín, en el Departamento de Bolívar.
La fábrica de cigarros llamada La Tropical fue establecida en 1915,
por los señores Villamizar, de Bucaramanga. Hasta cuando empezó a regir
la nueva ordenanza que aumentó repentina y considerablemente ei im­
puesto sobre el tabaco se producían allí, por término medio, 5,000 cigarros
diarios, y había de veinticinco a treinta obreros empleados, todos ellos
hombres, porque las mujeres no dieron buen resultado. Ahora sólo se elabo­
ran unos 2,000 cigarros, porque aquel aumento hizo subir el precio de la ma
teria prima,y por consiguiente el del artefacto, y se.redujoel consumo; por
eso no se emplean ya más que diez obreros, de ellos cuatro mujeres. El ciga­
rro de esta fábrica es de tabaco de semillada La Habana y del común de
primera calidad llamado aquí de olor; se consume en los Departamentos del
Valle, Cauca y Caldas y algo en Antioquia; su preparación y empaque
es como oí mejor de Ambalema, y muchos consumidores lo prefieren a
éste.
La fábrica de cigarrillos y cigarros llamada La Corona, de una Com­
pañía palmirana, no emplea más materia prima que la producida en el
Distrito, la que, como se sabe, es de lo mejor del país. Se elaboran diaria­
mente 10 gruesas de cajetillas de cigarrillos y 200 cigarros finos. Los
primeros, sobre todo, son de muy buen gu^to, y se venden a precios re­
ducidos. La maquinaria es movida por energía eléctrica de noche, y como
de día falta ésta, se emplean los brazos. Tiene empleados trece obreros,
y de ellos cuatro mujeres.
Hay también ana fábrica de escobas de la misma paja de las que se
traen del Extranjero.
La primera imprenta fae establecida por ei señor Teodoro Materón,
en 1874, y allí publicó el primer periódico, llamado El Alacrán, don
Kafael Prado Concha. Hoy se publican cuatro, entre ellos uno de propa­
ganda religiosa de las dos parroquias. El Distrito publicó uno oficial,
pero hace algún tiempo que se suspendió.
El Municipio no tiene policía ni serenos, y el servicio lo prestan
cuarenta y tres Agentes del Departamento. Para el aseo de las calles se
costean un Inspector y seis barrenderos, con dos carros; pero el servicio
deja mucho que desear, pues parece que no ha llegado a barrerse una
sola calle de manera formal.
Hay en el territorio del Municipio muchas palmas altas y delgadas,
qoe producen excelente material para construcciones, y paja de gran
duración para techos; pero no se las caltiva sino qu8 se las deja vegetar.
A esa abundancia se debió el primitivo nombre de estos llanos.
Parten de la cabecera los caminos para Oali por los pasos deí Oo-
mercio y la Torre, fuera de la vía férrea, el del Norte por Cerrito y Baga,
el del Sar por Pradera y Santander, y el de Candelaria.
La población arbana, especialmente la dedicada a los negocios, es
cosmopolita, y por eso es ésta, éntrelas principales ciudades del Valle,
donde fos centros sociales están menos bien constituidos. A ello se debe
Rufino Gutiérrez 123

también que haya aquí poco espíritu público. A pesar de la feracidad de


los terrenos, de la riqueza de los cultivos, de su activo movimiento co­
mercial y de su inmejorable situación en el centro de io más poblado y
productivo del Valle, el progreso que ha adquirido es muy inferior a lo
que prometen tan propicios elementos como los de que dispone. La riva
lidad que cultiva con Cali le ha perjudicarlo notablemente.
Para juzgar de la moralidad de un vecindario, en el cual he estado
siempre de paso, no tengo más da^o que el que dejo anotado atrás sobre
la condición de los niños que naeén.

BUGA
Buga, enero 24 de 1918
Antier salí de Palmira, y como era día de uuo de los mercados más
concurridos allí, encontré mucha gente en el camellón; ni una sola perso-
na llevaba carga a espaldas, como es tan común en Oucdinamarca y Bo-
yaeá. Por largo espacio estuve contando las que encontraba en el camino,
y formé el cálculo de que e! 60 por 100 de ellas iban a caballo y el 40 por
100 a pie.
Todos los víveres que llevan al mercado van cargados en bestias ca­
ballares o mulares, suspendidos de las cabezas de las angarillas, sobre las
cuales indefectiblemente va un hombre, o una mujer montada a horca­
jadas.
La vía es ancha, y a cada paso hay cuadrillas de peones arreglándola
muy bien para haceria carretera por cuenta del Departamento.
Hace treinta años no había de Oartago a Popayán—más de cincuenta
leguas—sino unos cinco o seis puentes sobre los ríos, que son invadeables.
Ahora no se ve uno solo, por chico que sea, ni corriente medianamente
caudalosa, que no tenga buen puente de hierro o de arco. Los antiguos
son generalmente estrechos, y como los ríos corren por acá casi al nivel
del valle, para hacer esas obras hubo necesidad de levantarlas mucho,
de manera que formaban una especie de espinazo o arco. Para evitar el
inconveniente qu8 eso presentaba para ei tránsito de carros, han tenido
que levantar largos terraplenes de lado y lado. Los modernos son anchos
y cómodos en todo sentido.
Con tal actividad se trabaja en la construcción de nuevos puentes,
que el doctor Sebastián Ospina, como contratista, ha hecho en el último
semestre nueve de cemento armado, de más de 4 metros de luz, nueve de
2 o 3 metros y siete alcantarillas de piedra o de cemento armado.
El camino viene por entre haciendas, muy valiosas y bien cultivadas,
donde se ven casas espaciosas de edificación antigua, todas de techos mus
bajos. Esto mismo he notado en todas las casas viejas de las hacienday
del Valle del Oauc.a, y no he podido explicarme porqué se adoptó seme­
jante sistema de construcciones en tierra tan cálida como es ésta.
A poco de salir de Palmira se llega al Cerrito, que es población que
ha progresado notablemente de algunos años a esta oarte. El censo de
1879 le da 4,519 habitantes; el de 1905 le da 9,610, y ó,310 el de 1912 (1);
de manera que según nuestros benditos censos una población que pro­
gresa en todo sentido pierde 3,300 habitantes en siete años.

(1) E l censo de 1918 le da 7,198 habitantes.


m Buga

Foe fondado Cerrito en 1839 por el presbítero José Manuel Guzrnáo.


Se hace allí mercado dos veces por semana en un corral cercado con
guadua y con malísimos cobertizos provisionales, casi todo de lo mismo;
pero en todo hay más comodidad, más aseo, mejor higiene que en la ver­
gonzosa plaza de mercado de Las Nieves, en Bogotá.
La plaza principal es de una fanegada, con árboles de sombrío y fru­
tales; en ella están una buena iglesia con dos torres y reloj público; la
casa consistorial, de dos pisos, muy amplia y cómoda; y la coral, de un
piso, que tiene apariencia de ser un buen edificio.
TieDe además el Distrito regulares casas para Escuelas públioas de
varones y de mujeres, esta última cedida por el antiguo Cura, presbítero
Francisco A. Oampo, quien en 190á trajo a su costa a las Hermanas de la
Caridad para que se encargaran de la Escuela. La casa cura! se constru­
yó a expensas del mismo venerable anciano, quien no limitó a lo dicho su
generosidad y patriotismo, pnes por su cuenta construyó un gran edificio
de uno y de dos pisos, con jardín y toda clase de comodidades, e hizo que
las Hermanas fundaran en ó! un Colegio de señoritas con internado; con
sus propios fondos y algún auxilio de la Nación y del Departamento, y
con limosnas de los vecinos construyó un hospital de caridad, que se
inauguró el día l.° del presente mes, y está al cuidado de las Hermanas
de la Caridad. Además tomó la iniciativa para la construcción de la casa
consistorial y dei cementerio. Este es chico, de forma circular, bien cer­
cado con muros de ladrillo que forman graciosos arcos, y en el centro de
él hay una especie de quiosco, en forma de cúpula, cercado con muros de
ladrillo. Hay en e! cementerio abundancia de pasto.
La población carece de alumbrado, y no tiene más agua que la del río
que pasa allí cerca, de donde se lleva en vasijas a las casas.
En otro tiempo se veían en el Cerrito muchas personas con coto, y
ahora es raro encontrar una sola.
Poco más adelante se llega a la población de Guacarí, que si no hade-
caído, al menos no ha progresado nada en veintiocho años. Era día de mer­
cado cuando estuve allí, y lo encontró sumamente escaso de víveres y con­
currencia. La iglesia, muy vieja, es baja y fea, de frontis achatado y
torre muy chica; la casa cural, antiquísima, de dos pisos y chica; y en ©i
resto del marco de la plaza casi no hay más que ranchos miserables de
paja o solares cercados con talanqueras o sin cerca. En ias calles de en*
trada y salida, o sea en la carretera, sí hay algunas casas buenas, y el
Distrito no tiene consistorial. De lo que son el poblado y el bote! o casa
de asistencia que hay en ó! puede juzgarse por la circunstancia de que en
ese día de mercado, y por consiguiente de la mayor concurrencia, no había
pan. E! cementerio, aunque chico, y con mucho pasto, se ve bonito, por­
que está cercado con muros de ladrillo que forman arcos con verja de
hierro; tiene una buena portada y elegante y diminuta capilla con dos
graciosas torrecitas. Guacarí tenía en 1870, 3,779 habitantes (i).
Allí se hizo la jura de Fernando v il el 7 de julio de 1816.
Más adelante tropieza uno con el memorable campo de Sonso, sobre
cuyo río hay nn puente de ladrillo de 206 metros de extensión con diez y
seis arcos de 5 metros de luz cada uno y barandaje artístico de hierro; fue
construido en 1916. La longitud de este puente y el número tan conside­
rable de sus arcos se deben a que el ría, aunque es chico y vadeable por

(1) El censo de 1818 le da 7,257.


R u fin o G u tié rr e z 125

Cualquiera parte en verano, en sus frecuentes y grandes avenidas arrastra


considerable carga de cascajos y arena y cambia de curso
De Palmira a Guacarí los postes del telégrafo son casi exclusivamente
de guadua, con pequeñas carretas de loza como aisladores, y de este últi­
mo lugar a Buga ya se encuentran unos pocos postes de madera, pero
delgados, cortos y de mala calidad.

El Cosmógrafo Mayor de Indias, don Juan López de Velasco, en su


descripción geográfica del siglo xvi, correspondiente a los años de 1572 a
1575, dice que el Capitán Alonso de Fuenmayor, por comisión de don
Luis de Gonzaga, Gobernador de Popayán, fundó la ciudad de Boga en
1569 y le dio el nombre de Guadalajara, porque el Gobernador era oriundo
de la de España, y agrega que en aquel tiempo había allí veinte vecinos
encomenderos y 5,000 indios.
Otro autor dice que la fundación ia hizo el Capitán Rodrigo Diez de
Fuenmayor, en 1560, en terreno del cacique de Baga,-que le puso el nom­
bre de Guadalajara de la Victoria de Buga; el 4 de marzo de 1570 se
trasladó al lugar que hoy ocupa, y el primitivo asiento quedó llamándose
Bu gal a gran de.
Otro dice que la fundación fne hecha el 4 de marzo de 1575, por Do­
mingo Lozano.
Otro, que se hizo en el pie del cerro de Pan de Azúcar; y destruida
por los pijaos, el Gobernador de Popayán, don Alvaro Mendoza, ordenó
que se reedificara donde hoy está, a orillas del río Guadalajara, y que la
traslación la hizo el Capitán Domingo Lozano, Gobernador de Ibaguó, el
4 de marzo de 1570, quien había venido por orden impartida de Bogotá a
perseguir a los pijaos, y que le dio el nombre de Guadalajara de Nuestra
Señora de la Victoria de Buga.
Otro dice que con el nombre de Nueva Galicia se fundó el 4 de marzo
de 1575 por el Capitán de la Armada española don Domingo José Lozano,
por comisión del Licenciado don Alvaro de Mendoza, Gobernador de Po­
payán, a orillas del río Guadalajara; que el Gobernador le cambió el
nombre poco después por el de Guadalajara, y en 1591 los vecinos, con
aprobación del Gobernador, en Cabildo abierto, de lo cual dejaron acta,
le cambiaron este nombre por el de Baga.
También hay quien haya escrito que la fundación la hizo don Alvaro
de Mendoza y Carvajal en 1570, en la parte alta de ia cordillera, por orden
del Gobernador de Popayán don Luis Guzmán, y diez años más tarde se
pasó de la tierra de los páramos al Valle.
Según otras fuentes, la fundación se hizo por Giraldo Gil de Estupi
ñán en el lugar llamado El Ahorcado, cerca de Taiúa, con el nombre de
Nueva Jerez, que destruida por los pijaos la pasó don Alonso de Faen-
mayor, yerno de Belalcázar, al pie del cerro de Pau de Azúcar, con el
nombre de Nuestra Señora de la Victoria de Guadalajara de Baga, y que
a solicitud de los vecinos se trasladó de allí al actual asiento.
Creo que esta versión esta más acorde con la verdad do los hechos,
pues el Procurador General deBuga, en declaración escrita que reposa eu
los archivos de la ciudad, dice en 1635 que hacía más tiempo de ochenta
años que el Capitán General Giraldo Gil de Estupiñán, con poderes
reales, levantó gente y entró al descubrimiento y pacificación de las Pro­
vincias de Buga, y entró al llano que llaman de Buga, que está más ade­
lante del Naranjo, camino de Oartago, el cual se pobló en nombre de Sn
Majestad, en las cabeceras del río Bagalagrande, y que los indios destru*
120 Buga

yeron ese pueblo, y después volvió a poblar y reedificar el pueblo el Gene­


ral Faeninayor.
Helios, periódico de Buga—redactado por el doctor Tulio Enrique
Tascón, joven muy competente y aficionado a estudios históricos, como
digno hijo de don Leonardo Tascón, y quienes sou los llamados a aclarar
todo esto y a escribir una buena monografía de la noble y simpática ciu­
dad,—dice en el número 4 de marzo de 1915, que ese día hacía 345 años que
la ciudad fue trasladada a su actual asiento a orillas del río Guadalajara, y
publica actas originales, tomadas del archivo, las cuales dicen que la ciu­
dad fue fundada primero al pie de Pan de Azúcar, por orden de don Luis
de Guzmán, Gobernador, que era natural de Guadalajara; que los veci­
nos pidieron al Gobernador don Alvaro de Mendoza y Carvajal, en 1569,
que la trasladara al valle por estar edificada en páramo y no tener estan­
cias a la redonda; que el Gobernador accedió* a la solicitud; se trazó la
ciudad el 30 de septiembre de 1569; el 22 de febrero de 1570 se levantó de
su sitio, y el 4 de marzo siguiente se hizo la solemne traslación, de lo cual
se levantaron actas formales. En ellas se dispone que se construya iglesia
para el culto divino bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concep­
ción de la Victoria, y que la ciudad se llame Guadalajara de la Victoria,
en lugar de Guadalajara de Buga.
Debe tenerse en cuenta qne el Gobernador de Popayán en 1569 era
don Alvaro (le Meodoza, y de 1600 en adelante don Vasco de Mendoza y
Silva, y lo que se llamó en tiempo de la Conquista y en los primeros
años de la Colonia Llano de Buga, se extendía hasta las goteras de la ac­
tual ciudad de Cartago, unes documentos fehacientes al hablar del case­
río de Zaragoza, qae casi podría considerarse un barrio de esta última
ciudad por su proximidad a ella y que es uno de sus corregimientos, lo
llaman Santa Bárbara del Llano de Buga.
Parece que los indios que había ^quí al tiempo de la Conquista no
eran pijaos, se iet* conocía con el nombre de quiomanoes, y que el Capitán
don Rodrigo Diez de Fuenmayor cedió el terreno donde tiene su asiento
la ciudad.
Fray Jerónimo de Escobar, quien recorrió todas estas tierras como
Visitador del Obispado de Popayán, decía en relación escrita en 1582
que de Baga a Cartago había 30 leguas de camino llano y ‘‘casi todo
despoblado por haberse muerto los indios de aquellos valles.” Agrega que
a Baga lo pobló Luis de Guzmán. Gobernador, con quien él pasó por allí
en ese tiempo, hacía unos veintidós años; que cuando escribía había en
Buga uu monasterio con dos frailes, y 15 vecinos de indios (encomende­
ros), y que ciudad tenía malas aguas que criaban papas (coto) a la
gente en la garganta.
El Distrito (le Buga ha sido teatro de acontecimientos notables.
El 25 de junio de 1603 iban don Pedro de Mendoza y don Jerónimo
de Figueroa, hijo y sobrino, respectivamente, del Gobernador de Popa-
yán, de Buga para Cartago a ponerse a la cabeza de las fuerzas que de­
bían seguir a Ibagué a perseguir a los indios pijaos, cuando fueron sor­
prendidos y muertos par éstos, lo mismo que el criado que los acompaña­
ba, y sus cabezas y las caballerías se las llevaron a los montes; entonces
e! Gobernador despachó al Capitán Diego de Bócauegra a organizar fuer-
zas en Cartago y abrir campaña contra loa indios. Este Jefe subió la cor­
dillera por la hoya del río de La Paila el 30 de jalio siguiente, y después
de muchos trabajan logró coger nueve indios eo celadas que les puso y ba­
jarlos a Buga, donde fueron decapitados, de los cuales siete eran bautiza»
dos, y sus cabezas puestas en el lagar en que habían sido muertos Men
doza y Figueroa.
R u fin o G u tié r r e z 127

El mismo Capitán Diego de Bocanegra rindió informes detallados


sobre sus expediciones y sobre los hechos ocurridos en aquel tiempo. Se­
gún esas relaciones, el l.° de mayo de 1603 los indios pijaos atacaron la
estancia y encomienda de Felipe de Oamargo, situada a un cuarto de le­
gua de Buga, quemaron todas las casas y la igiesia, y mataron y se lleva
ron cautivos a sesenta y cuatro indios cristianos.
De su expedición por el río de la Paila en persecución de los pijaos
dice el Capitán Bocanegra en otra relación, que duró más de tres meses.
Esta expedición no tuvo más éxito que coger, valiéndose de malas
artes, a ios nueve indios de que se hablado. Agrega la relación:
“ Este fue el fin y sucesos que yo tuve en aquella entrada y castigo
que hice en los indios pijaos del valle de Burila, Cauchuna y Totorambo,
sin dejar paso ni rincón alto ni bajo que no quedase destruido y asolado.”
En relación de fecha posterior dice:
“ Llegué hasta los aposentos de Quindío do estaba poblado el más
bravo indio y cacique principal de todos llamado Calalla; a éste y todos
los demás quemé las casas y talé todas sus sementeras y comidas de todo
género, platanales y árboles de fruto, y palos de bija que ellos tienen en
mucho, sin dejarles tinajas ni ollas, ni matas, ni calabazos, que es pérdida
muy grande para ellos, y la sienten en extremo.”
Esto sin haber encontrado allí la menor resistencia, ni siquiera habi­
tantes. ^
Los mismos términos de las relaciones del Capitán Diego de Bocane­
gra hacen dudar de que los nueve únicos indios que logró coger en su di­
latada y penosa correría fueran los autores de la muerte de Mendoza y
Figueroa.
El terremoto del 9 de julio de 1766 destruyó la iglesia parroquial, la
ermita, el convento de Santo Domingo y “ aun las casas de los vecinos ”
Por esto y porque “ se desarrolló una peste en el ganado de cerda que
arrasaba todos los que se criaban,” el Key destinó $ 8,000 para la recons­
trucción de la parroquial.
En agosto de 1767 faeron expulsados de Buga los jesuítas en virtud
de pragmática del Key Carlos m . Había entonces cuatro sacerdotes y un
lego en el Colegio, y un sacerdote y dos legos en las haciendas que po­
seían.
El 31 de julio de 1816 fueron fusilados aquí los patriotas Carlos Morí-
túfar y Pedro José Ruiz. El 3 de ese mismo mes se había hecho la solem­
ne jura de Fernando vn.
En ese año fueron ahorcados en el campo llamado Presidente, Vicen­
te Figueroa y Clemente Marmolejo,
El 9 de agosto de 1816 ordenó aquí don Juan Sámano al Gabiído
que se capturara a don José María Cabal y a don Pedro Felipe, Conde de
Casa Valencia, y decía que capturados o nó, todos los bienes de ellos que­
daran embargados.
El 30 de agosto del mismo año de 1816 faeron pasados por las armas
don Carlos de Montúfar, Conde de Casa Valencia, y el soldado Pedro
José Kuiz.
El 28 de septiembre de 1919 se dio un combate en San Juaniio entre
las fuerzas del General Joaquín Ricaurte y las realistas que comandaba
el Coronel Miguel Rodríguez, y faeron derrotadas éstas.
Cuando los enemigos del Libertador fueron encabezados en el Cauca
por ios Generales José Hilado López y José María Obando, hicieron que
casi la totalidad de estos pueblos declararan que se separaban de la Nue-
128 Buga

va Granada y se anexaban al Ecuador; poco más tarde el Intendente del


Oauca convocó la Asamblea Cantonal, que se reunió en esta ciudad el 11
de noviembre de 1830, y allí, después de acalorada discusión, tuvo mayo­
ría la decisión del 16 del mismo mes de seguir dependiendo del Estado de
la Nueva Granada, y proclamó Jefe Supremo de la Nación al Libertador,
y en su reemplazo al General Rafael Urdaneta, quien se había alzado con
el poder en Bogotá.
El de Popayán fue uno de los pueblos que con más entusiasmo se
declararon por la anexión al Ecuador, y entre los anexionistas uno de
los más decididos fue entonces el Rector de la Universidad de aquélla,y
poco después Arzobispo de Santafé, Iiustrísimo señor doctor Manuel
José Mosquera.
El 22 de febrero de 1860 derrotaron en El Derrumbado los Generales
Tomás Cipriano de Mosquera y José María Obando al Comandante Pedro
José Carrillo, sostenedor de la legitimidad.
El 1S de octubre de 1861 nació en Buga el actual Obispo de la Dió­
cesis de Santa Rosa de Osos.
Levantados en armas los conservadores el año de 1876 a causa de la
persecución de que eran víctimas, el Jefe Municipal de Baga declaró tur­
bado el orden público el 4 de julio de aquel año.
El 31 de agosto fueron derrotadas en Los Chancos las fuerzas que
encabezaban don Sergio Arboleda y los Generales José María Gutiérrez
Echeverri y Joaquín María Córdoba, por el General Julián Trujillo.
El 21 de abril de 1879 hubo un combate entre las fuerzas del Gens
ral Elíseo Payán y las que comandaba don Francisco Pizarro.
Los revolucionarios, alzados en Cali el 19 de enero de 1885 contra el
Gobierno legítimo, enviaron a Buga el 21 siguiente una Comisión compues­
ta de los señores Francisco Rebolledo y Emiliano Gaviria a exigir al Gene­
ral Juan Evangelista Ulloa, Jefe de las fuerzas legitímistas, que se some­
tiera, entregara las armas y reconociera al Presidente provisional que ha­
bían proclamado, doctor Jorge Enrique Delgado. Ulloa rechazó las propo
sicione8, y entonces se movieron de Cali los revolucionarios sobre Baga, y
fueron completamente derrotados en el campo de Sonso el 23 del mismo
mes por Ulloa. Los revolucionarios estaban comandados por el Coronel de
la Guardia Colombiana Guillermo Márquez, quien se había pasado a la
revolución con las fuerzas que estaban a sa mando, que eran 1,500 hom­
bres.
Ei 7 de febrero dio Ulloa otra derrota a las fuerzas de Márquez en el
Portachuelo de Yijes. *•
El venerable doctor Manuel Antonio Sanclemente, Presidente que
fae de la República, nació aquí.
La ciudad de Buga tiene 24° de temperatura, se halla a 1,001
metros de altura sobre el nivel del mar, según unos geógrafos; a 989
según otros. Publicación^’oficial hecha recientemente en Cali dice que la
altura es 692 metros y la temperatura 26°. Está en asiento llano al
pie de estribaciones de la Cordillera Central y donde ésta se aproxima
más a la Occidental en el Valle del Cauca y lo estrechan considerablemen­
te. Se compone de 129 manzanas, formadas por calles y carreras rectas,
angostas como las de todas las poblaciones antigaas. La edificación es
bastante compacta de casas de adobe, ladrillo y tapia pisada, con techo
de teja de barro, y casi todas ellas de una sola planta, muy cómodas y es­
paciosas, de construcción uniforme, con grandes patios y solares, con
servadas todas con esmero. No hay casas de techo de astilla ni de guadua,
y son pocas las que lo tienen de paja, y eso solamente en los barrios retira-
R u fin o G u tié rr e z 129

dos. En éstos las hay de baharaque, cayos solares están cercados hacia las
calles con guadua o con tupidos y fértiles cactos, y todas se ven muy re­
gularmente limpias y cuidadas. Los caños, anchoa, bien hechos y de abun­
dante corriente de agua, van a trechos por el centro de las calles, cubier­
tos con tapas de piedra o destapados, y entran a muchas casas a hacer
el aseo en ellas. Las calles y carreras más centrales han estado pavimen­
tadas con grandes piedras redondas y muy finas, que se ponen extraordi­
nariamente lisas cuando llueve y hacen peligroso el tránsito para los que*
no están acostumbrados a equilibrios. De algunos años a esta parte viene
corrigiéndose ese grave defecto. Las retiradas tienen empedrado de esa
clase en una zona central, angosta, pero no tedas ellas se desyerban.
Las aceras, y sólo en el centro las hay, son de mal ladrillo, y unas
pocas de cemento, de conveniente anchura y construcción.
Las plazas que hay son:
La antigua, prinoipal, convertida en frondoso parque llamado Cabal,
portel mártir de la Independencia José María Cabal, nacido aquí. Tiene
algunas bancas y cerca de alambre de púas. Allí colocarán una estatua
del prócer que le da su nombre, para lo cual hay ya un fondo de $ 5,00C;
de ellos, $ 3,000 votados por ei Departamento, $ 1,000 por la Nación, y el
resto de colectas públicas. El costado norte de este parque está ocupado
casi íntegramente por la elegante casa consistorial; el sur, por la iglesia
parroquial y una casa de dos pisos, que tiene apariencia de ser la más an=
tigua del poblado; el orienta), casi todo por un edificio particular de dos
pisos, con portales, y ei occidental, por casas de muy modesto aspecto.
La Plaza de Santa Bárbara, hoy Parque do la Victoria, la cual tiene
una alta y desairada columna inagurada en el centenario de ia Indepen­
dencia para conmemorar la batalla de San Juanito, costó $ 1,000 que dio
la Nación. El Parque ocupa una fanegada, y está cercado con alambre tor­
cido sostenido por columnas de ladrillo.
Al frente del templo del Milagroso hay un parquecito llamado Lour­
des, qu8 está cercado con mallas de alambre grueso bi8n retorcido. En el
centro hay una estatua de ia Virgen, en regalar pedestal Este parquecito
está a cargo de ios Padres Re lentoristas, quienes lo cuidan con esmero.
A lado y lado del río, que pasa rozando la ciudad, se está plantando
un bosque, lo mismo que al freí)te del Hospital, y a éste lo llaman Fuen
ma
1río es de considerable caudal y de excelente agua; desciende aquí
mismo de la Cordillera Central, que por esa parte está poco cultivada. No
s© sabs cuál fae su nombre indígena, púas desde la Colonia se le llamó
Guadalajara, o en recuerdo de el del mismo nombre de España, de don­
de, según ti cosmógrafo López de Velasco, era el Gobernador que ordenó
plantar aquí la ciudad, o porque, como dicen algunos, tiene piedras en el
cauce (esto es, “río de las piedras” en árabe). Sobre él hay un lujoso puen­
te de catorce arcos, cuya construcción se inició en 1873.
Parece cosa cierta que la ciudad se plantó en la ribera izquierda del
río, el cual corría por 16 que es hoy calle 6.a, a una cuadra al sur de la
iglesia de San Francisco, y que por allá hacia 1600 echó por el actual
cauce. Así lo dice la tradición, y - quizá la configuiación del terreno la
confirma.
En la primera época de la Colonia el comercio de Buga con el Ex­
tranjero se hacia por Oartago, Nóvita, Qaibdó, el Atrato y Cartagena.
Monografías—Tomo 2?—9
130 Buga

Desde tiempo inmemorial existe el Juzgado de Distrito.


Los protocolos de la Notaría datan de 1598.
En 1835 y 1856 se creó Provincia con Buga por capital.
En 1881 acababa de crearse un Tribunal unitario, y habla ya Juzgado
de Circuito. Tuvo varias alternativas el Tribunal, y desde 19i3 se restable­
ció con tres Magistrados. Hay un Juez Superior y dos de Circuito, que oo
nocen ambos de lo civil y lo criminal, y de ios cuales el 2 01fue creado en
1907.
En 1846 había un banco en Buga.
En 1908, por la Ley 1.a se creó el Departamento de Buga con esta
ciudad por capital, y se inauguró el l.° de octubre de ese año, y por la Ley
65 de 4 de diciembre de 1909 se eliminó. Estaba compuesto de las Pro­
vincias de Buga, Taiuá, üartagoy Roldanillo, con diez y siete Municipios.
Esta Ley dispuso que el Departamento eliminado entrara a fum ar parte
de eí deí Valle, el cual empezó a funcionar el i.° d@marzo de 1910.
En tan corto tiempo recibió un notable incremento el progreso de la
ciudad por el interés que tomaron los Gobernadores, que lo fueron por su
orden los doctores Roberto Becerra, Luis Felipe Campo y José Igna­
cio Ospina. En el primer año de existencia tuvo un presupuesto de
rentas de $ 92,654-40.
Hay inventariadas estas propiedades como del Distrito :
Casa consistorial, construida cuando Bnga era capital de Departa­
mento. por éste y por el Distrito, y se la tiene como de las dos entidades
por iguales partes. Allí están alojadas con bastante comodidad las ofici­
nas departamentales y municipales y las de la Nación, pues es edificio am­
plio. Esta paga arrendamiento a! Distrito por teñe le allí la cárcel y las
Oficinas de Correos y de Telégrafos. El edificio se levantó en el lote que
ocupaba la antigua cárcel, que pertenecía a la Nación, según me infor
marón;
El pobre edificio del extinguido convento de Santo Domingo, donde
hoy está una de las Escuelas de mujeres, no sé porqué es propiedad del
D istrito;
Local déla Escuela de varones llamada José María Cabal;
L a casa donde está alojada la Policía departamental, por la cual se
pagan $ .10 mensuales de arrendamiento al Municipio ;
El local de la Escuela de varones del barrio de Santa B árbara;
El antiguo matadero, habilitado para Escuela de varones;
El actual matadero, que es bueno y tiene local separado para depó­
sito de ganados que se encuentrau vagando por las calles;
Un potrero que no se utiliza;
299 hectáreas de terreno de ejidos colindantes con el poblado, los eua
les están arrendados a vecinos; y
656 hectáreas en los Corregimientos Presidente y Oh&mbímoba!, en
lo más poblado y cultivado de loa terrenos de) Distrito, arrendados por
peqneños lotes.
El salón d^l Concejo es grande, medianamente amueblado y con bas
tantee retratos.
L i cárcel está en ios bajos de casa consistorial, y o* Nación paga
$ 100 mensuales al Municipio porque le renga allí sus presos, que son
69, de ellos umi mujer. Los del Departamento se alojar* ai í mismo, y
sólo hay uuo, y para ios del Distrito hay pieza separada. La prisión es
segura y relativamente cómoda, pues tiene departamentos separados
para cada sección, alambrado eléctrico, agua abundante, baños, excusa-
R u fin o G u tié rr e z 131

dos y auo un oratorio con sa Capellán; también hay médico. A los


presos se les dan los alimentos por contrato, para lo cual destinan $ 0-12
diarios por cada ano. Se les saca a trabajar en obras públicas y de par
tieulares. pagándoles jornal de $ 0-20, de io cual se les entrega la paitad,
y el resto lo reservan para dárselo cuando estén en libertad. En la pri­
sión se ocupan unos pocos de ellos en manufacturas de cabuya, y do hay
espacio ni elementos para otros trabajos.
Como se ha visto en las relaciones anteriores, de linas cárceles oo se
sac^n a trabajar ios presos, de otras ios sacan a obras públicas y de par­
ticulares; hay poblaciones en que no fes pagan nada por eso* trabajos;
otras que les pagan jornales de $ 0-04, $ 0-08, $ 0-tO y hasta $0-20,
de los cuales unas veces les eutFegao personalmente io ganado, y otrae
lo reservan total o parcialmente para cuando estén en libertad. Prisiones
hay en que les facilitan medios para trabajos manuales en ellas, y sa
producto se entrega parcial o íntegramente, cuando los presos no hacen
vender sus obras sin intervención de loa superiores, y en las más de las
prisiones no hay en qué trabajar. La ración alimenticia no es uniforme,
pues en unos lugares se destinan $ 0-12 y en otros $ 0-20, ios cuales se
entregan en unas partes a un contratista y en otras a los mismos presos.
En fin, en todo hay grande anarquía o falta absoluta de reglamentación
general o de cumplimiento de los reglamentos, si es que los hay; y sobre
todo, por excepción se encuentra uua prisión de medianas comodidades
e higiene.
La estaóítica que se lleva ea Baga m may deficiente. Sa movimiento
comercial poco animado, y está generalmente en manos de auíioqueños,
pues los naturales casi no se ocupan más que ea la agricultura.
En octubre último se vendieron especies de timbre nacional por
$ 355-42; la renta de consumo produjo $ 95-50; en ei mismo mes hubo 34
nacimientos, de ellos 10 de hijos ilegítimos, 30 defunciones y ni un matri­
monio, pero en noviembre hubo 6 de éstos; se beneficia ganado diaria­
mente, y el promedio mensual del mayor es de 275 cabezas y 100 del me­
nor; la renta de tabaco produjo en diciembre último $ 73-20, y se denun­
ciaron en ei mismo mes cuatro plantaciones con 3,756 matas; la de degüello
produjo eu noviembre $ 530; la de licores en el mismo mes, $ 1,970-65.
Ei catastro de 1917 avalúa en $ 2,507,640 la propiedad raíz.
Se calcula por autoridades coa quienes hab!é, que hay 18,000 cabezas
de ganado vacuno, 5,500 del caballar, mular y asnal, y 3,200 del de cerda,
cabrío y lanar; pero en un cuadro estadístico de la Oficina de la cabecera
del Departamento aparece que en 1915 había 17,801 dei vacuno, 3.600 del
caballar, 2,843 de cerda, 268 lanar, 84 cabrío, 1,202 muías y 11 asnos. En
los últimos meses han muerto muchos ganados a causa de las pestes, por
que las inundaciones dañaron los pastos, y por eso ahora sólo tiene buen
precio el ganado gordo.
En 1870 había en Baga, según eí censo, 10,090 habitantes; 17,465, en
1905; 11,578, en 1912, y nn censo especial de í§14 le da 14,592 (K Así son
nuestros censos de población.
fía 1910 el presupuesto de rentas del Distrito fue de $-11,442-69. y
eu ei presente año asciende a % 19,582-83. So destinan $ 3,394-36 para
instrucción pública, $ 5,229 para obras púdica- y $ 340 para beneficencia.
For impuesto de aseo se cobran $ 0-20 mensuales por cada casa, sea
grande o chica, alta o bija, pero sólo en las pocas calles en que se hace
el servicio, con un solo carro.

(1) E l censo de 1918 le da 13,561 habitantes.


132 Buga

Por el de matadero paga cada cabeza de ganado mayor $ 1, y $ 0-50


la del menor; y ese impuesto produce al año unos $ 3,000 y $ 780, respec­
tivamente.
El de alumbrado es de $ 0-1 j al mes el metro lineal de cada casa alta,
y § 0-01 si es baja, pero eso si en la cuadra hay tres focos eléctricos de
esquina a esquina, y si éstos son menos, entonces sólo se cobra la mitad de
aquel impuesto
Una gallera paga $ 5 mensuales; la matrícula de los billares vale $5,
y pagan $ 3-75 mensuales por cada mesa; $ 2 es la matrícula de un auto­
móvil, y $ 1 mensual el impuesto si es de servicio privado, y $ 2 si es de
negocio; la de los coches, $ 1, y el impuesto de $ 1 para los de servicio
público y $ 0-50 para los de particulares; los carros de resorte pagan ma­
tricula de $ 0-50, y $ l si no son resortados, y el impuesto es $ 1 por año
para todos ellos.
No hay más que una prendería o casa de empeños, y no paga nada
diz que porque burla las disposiciones que rigen sobre la materia.
Hay dos imprentas.
Tres fotografías.
Una fábrica de hielo.
Una fábrica de cola.
Trece automóviles.
Cuatro coches.
Cuatro carros.
U dc fundición.
Cinco hoteles.
Cinco deutisíerías.
Siete peluquerías.
Siete boticas.
Cuatro billaree.
Ejercen sus profesiones diez y nueve abogados, y
Doce módicos graduados.
La -5 com unidades establecidas aquí son la de las Hermanas de la
Caridad, Vicentinas; la de Madres Mañanitas, la de los Hermanos Ma­
rietas y la de Padres Redentoristas.
La Sociedad de San Vicente se estableció en 1887; fue iniciadora de
*» fundación del Hospital de Caridad y de una Escuela de niñas pobres,
a <nrgo de tas Hermanos de la Caridad, que es una de las Escuelas pú-
blicae; pero parece que después aquella asociación se echó a dormir sobre
an* laureles porque ahora nose hace sentir su acción.
Hubo en tiempos remotos un beaterío en loque hoy es un edificio
grande con portales, de propiedad particular; después so pasó a lo que
se ha llamado la Obra Pía, en el ángulo noroeste de la plaza, en que están
u n portales.
De la cabecera parten los caminos del norte y del sur del Valle; uno
puerto en río Cauca, uno para varias fincas del Valle, otro para las
que hay sobre la Cordillera Central y otro p»ra el paso llamado Media-
canoa para ir a Yo toco. Allí hay ana barca de acero, del Departamento,
la cual no produce ni p*ra pagar el empleado que la maneja, porque no
se cobra oasaje a las personas ni por los víveres, sino sólo por los ganados,
La población de Baga es esencialmente agrícola, pero no sale de la
i atina, de manera que si estuviera animada de un espirita más empren­
dedor progresaría muchísimo, porque cuenta con terrenos de gran feraci­
dad, que, aunque se inundan en parte en los fuertes inviernos y algunos
carreen de agua, podrían defenderse aquéllos y regarse éstos con faeili-
R u fin o G u tié rr e z 133

dad y poco gasto, y porque estáu en magnífica situación topográfica. La


ganadería es su mayor riqueza y su principal negocio, y se preocupan
poco por el cultivo de las tierras, que serían hoy una fuente de riqueza
si se sembraran arroz, frijoles, maíz, cana de azúcar, cacao, cafó, etc., paró
la exportación. En estos cultivos hacen poco, aun cuando obtienen por
sus frutos altos precios si I03 sacan del Distrito, y aun las mismas perso­
nas que realizan con ello grandes utilidades se quejan de la carestía d©
los víveres cnando por algo que necesitan para su. personal consumo les
piden un poco más de lo que solían cuando oo tenían mercado extenso.
Así sucede en casi todo el país: acabo de ver telegramas de la Costa Atlán­
tica, aun de altos empleados nacionales, en que piden al Gobierno que
diote providencias para evitar que los productos agrícolas da aquella
región se vendan fuera de allí, y por consiguiente-para que se contenga
el desarrollo sorprendente que por ese comercio está recibiendo la rique
za pública. Cuando ee restablezca la paz universal y tengamos inmigra­
ción, el ejemplo y la competencia nos harán sacudir este letargo en que
vivimos, y para entonces se le espera brillantísima situación al Vade del
Cauca. w £
Una inmensa extensión de tierra, de grandísimo valor, está inutili­
zada permanentemente, porque allí han formado cuatro grandes ciéna­
gas, que crecen de día en día, el Cauca y sus a f l u e n t e S c
La primera imprenta fue introducida por don Alejandro Scarpetfca
en 1875, y el primer periódico fue El Valle, redactado por don Adriano
Scarpetta, cuyo número l.° salió el 20 de septiembre de 1877.
El Distrito no tiene Policía propia, y presta el servicio, lo mismo
que el de serenos, la Departamental, que antea tenía 37 plazas y acaban
de elevarse a 50, todos uniformados.
Sólo hay cinco extranjeros establecidos aquí, dos de ellos sirios.
La sociedad de Baga es casi colonial en sus costumbres y corrección.
Aquí están radicadas muchas d8 las principales familias del antiguo
Cauca, que son tronco y origen de otras machas que lucen en diferentes
pantos del país. Aun en el pueblo bajo se nota la influencia de esa sociedad.
Por esto y por su falta de actividad comercial, un célebre literato llamó
a Boga “Ja ciudad ausente,” y quizá por lo mismo, y sobre todo por la
distinción de su noble vecindario, un Delegado de la Santa Sede la llamó
‘•‘la ciudad señora.”
El clima del Distrito puede considerarse bueno.
Hay varios hoteles y algunos de ellos no malos.
Tienen interés, sobre todo histórico, las noticias que puedo dar sobro
instrucción pública eu Buga. Los establecimientos públicos son éstos:
Colegio Académico, con 70 matriculados;
Escuela urbana de varones número l.°, a cargo de cinco Hermanos
Marietas, con sueldo de $ 32 e! que hace de Director, y los otros a $ 30.
en local del Distrito. Matrículas, 340;
Escuela urbana de varones número 2.°, con un Director, que gana
$ 30, eu local alquilado. Matrículas, 102;
Escuela urbana de varones número 3.°, con un Director, que gana
$ 36 y un Maestro, con $ 30, en local del Distrito. Matrículas, 152;
Escaela urbana de niñas número i.r, cou una Directora y una Maes ­
tra, que ganau $ 32 y $ 3í), respectivamente, en local considerado del Dis­
trito, qu8 era el antiguo convento de Santo Domingo. Matrículas, 90;
Escuela urbana de ninas número 2.°, cou superiores y dotaciones
como la anterior, eu loc*l alquilado. Matrículas, 102;
134 Buga

Escuela mixta número 3 con saperioree, dotaciones y local como la


anterior. Matrículas, 10 varones y 95 ninas;
Escuela urbana de niñas número 4.°, a cargo de des Hermanas de la
Caridad, a quienes se pagan $ 32 y $ 30, en local arrendado. Matrículas,
171;
Escuela mixta número 5.°, con una Directora, que tiene 8 20 de suel­
do, cu local arrendado. Matrículas, 25 varones y 16 niñas; y
Cuatro Escuelas rurales alternadas, con sendas Maestras pagólas a
$ 20. Matrículas, 98 varones y 8 mujeres.
Los establecimientos privados:
Colegio de Santo Tomás de Equino, regentado por Hermanos Marie­
tas, sin internado. Alumnos, 50, que pagaD pensión de $ 2;
Colegio de las Madres Marianitas, en local propio; sólo hay internas,
que pagan $ 12. Alumnas, 45;
Colegio de la señorita Lastenia Ospina, con 26 niñas, que pagan $ 2;
Colegio de la señorita Graciana Alvarez, con 72 niñas, que pagan $ 2;
Colegio de la señora María Luisa Cabaí de Oaba), cou 24 niñas, que
pagan a 8 3-50;
Escuela mixta de la señorita María Luisa Calero, con 12 alumnas,
que pagan a $ 2; y
Otra Escuela de varones con 37 alumnos, que pagan $ 2,
Incluyendo las dei Orfelinato del Hospital y ios de ios Redentoristas,
hay en Baga, 1,573 educandos.
El local de la Escuela de varones número 3, que es ia del barrio de
Sinfca Bárbara, es una casa chica construida en 1914 por el Departamen­
to, quien la cedió al Distrito con la condición de que la ampliara. Algo de
esto se ha hecho, pero todavía es incómoda; carece de agua potable, y el
excusado la tiene sucia y escasa.
Loa Hermanos Maniatas vinieron el año de 1892, llamados a regentar
la Escuela de varoüfs En Í895 fundaron el Colegio privado de Santo
Tomás de Aquino, que está dirigido por cuatro de ellos. Ei local y la
casa contigua en que viven los miembros de la comunidad, que se com
pone de trece Hermanos, son alquilados, y parece que pertenece al Disr
trito, el primero. No reciben auxilio alguno oficial.
Don Cristóbal Botín, vecino de Poparán, legó $ 40,000 para que se
fundara un Colegio en Boga, y doña María de Lenis y Gamboa, esposa
de Botín y vecina de Baga, legó $ 50,000 con el mismo destino. A solicitud
del Padre iomás Nieto y Polo, Procurador General de la Compañía de
Jesús establecida en Quito, el Rey Felipe V expidió Cédula de 30 de no­
viembre de 1743, por la cual permitió hacer la fundación del Colegio, con
condición de que estuviera bajo la dirección de los Jesuítas. Dice la Cédula
que Buga es numerosa en vecinos españoles, mestizos, indios, mulatos y
negros; que no había en la ciudad más que el convento de la religión de
Santo Domingo, que por lo común sólo tenía dos religiosos, y que había a
lo sumo diez sacerdotes en su jurisdicción, de ios cuales sóio tres se ocu^
paban en la administración de los sacramentos; y hace la observación de
qu3 kila situación de Boga es como centro a cuya circunferencia están en
moderada distancia In* ciudades de Cali, Oartago, Ansorraa, Toro, la
Vega de Supía y Rolda ni lio,” y la de que podía aprovecharse a los miem­
bros de la Compañía para evangelizar el Chocó, adonde se podía pasar
oon facilidad por Raposo y el San Juan.
El Colegio se fundó y funcionó hasta 1767, que faeron expulsados los
Jesuítas y se ocaparon todos sus bienes y rentas, inclusive los del Oole-
R u fin o G u tié rr e z 135

gio, a pesar de que !a Oédnla de 9 de julio de 1769 mandó que a la ense­


ñanza se aplicaran los bienes especialmente destinados a ella por funda­
ción. El edificio tampoco fue restituido por aquel tiempo.
Quedó suspendido el Colegio hasta 1803, en que el Cabildo promovió
la fandaciófj de una cátedra de Latinidad, para la cual se levantó una sus­
cripción entre ios vecinos, y su producto se juntó con lo poco que había
podido salvarse de las donaciones del siglo anterior, que estaban en deudas.
El 9 de diciembre de 1809 se formuló la fundación, y volvió a abrirse el Co­
legio el 12 de marzo de 1810, en la misma casa en que tavieron el suyo los
Jesuítas, pues el 15 de enero de este último año fue entregada al pres­
bítero Joaquín Fernáudez de Soto, quien fue nombrado Director de estu­
dios. El acta dice que era casa alta y baja.
Aunque ley de 6 de agosto de 1821 dispuso que se aplicaran a la
enseñanza de cada localidad los bienes y rentas de los conventos supri­
midos, el Vicepresidente Santsnder ordenó, en 1825, que de los del anti­
guo convento de Santo Domingo de Baga—que eran más de $ 7,000—
se aplicaran al Colegio de Santa Librada de Cali $ 4,352. Además de lo s ^
bienes del Colegio de Baga se destinaron algunos a pagar haberes milita­
res. Por ejemplo, la hacienda de Barragán, que fue de lo donado por el se­
ñor Botín, se adjudicó al Coronel José Concha,
La iglesia que fue de los Jesuítas la dejó arrumar el Gobierno es­
pañol, y en agosto de 1810 el Gobernador Tacón la cedió a la Orden Ter­
cera para que la reconstruyera, y se levantó la iglesia de San Francisco.
Eí Colegio tomó el nombre de Académico en 1859. Tuvo épocas de
decadencia y de prosperidad, y aun llegó a expedir títulos profesionales
y hasta de doctor en Jurisprudencia y Medicina. Quizá no se había vis
to en mfjor pie que el que tiene hoy.
E! Icc&l, que pertenece al Colegio, es un gran edificio de dos pisos,
casi todo de construcción modern*, que está avaluado en $ 35,000, con
patio muy grande claustrado, salones de estudios y de aulas con buenos
pupitres y asientes; espacioso salón de historia natural, con aparatos,
cuadros y útiles necesarios para el estudio de la materia; otro gran salón
con rico museo, también de historia natural, especialmente de zoología,
formado por los Hermanos Maristas de la manera más artística, y cla­
sificado científicamente; otro salón para actos públicos, con galería de
retratos de Directores que han sido del Colegio; biblioteca en cómodo
salón y bueua estantería, con 953 volúmenes y muchos documentos inte­
resantes sobre la historia del establecimiento, etc.
En la parte baja dei edificio hay almacenes y tiendas que se alqui­
lan al comercio y producen $ 1,243 anuales. El Gobierno Nacional tiene
votada la partida de $ 1,000 anuales para auxiliar al establecimiento; el
departamental, $ 350 mensuales; el Municipio, nada. Tiene también renta
nominal que le produce, cuando pagan, $1,084 por año. Además tiene
derechos en unos terrenos situados en Los Chancos y en La Quesera, que
están indivisos.
Está a cargo de un Rector y tres Superiores de ia comunidad de
Maristas, y tiene nueve Profesores laicos. No hay internado, y está auto­
rizado el Colegio para expedir diplomas de bachillerato.

Hay noticia de que el primer Cura de la parroquia de San Pedro de


Baga fue el presbítero Francisco Martín Ginete, en 1558, pero en los ar­
chivos de la parroquia no hay libros más que de 1682 en adelante. Se cree
que se destruyeron en el incendio de 1722 o en el de 1785. En el libro de
136 B uga

partidas de matrimonios, la primara está firmada este último año por el


presbítero José Valenzuela Fajardo, y en el de bautizos firma en abril
de 1687 como dura el presbítero Joseph Alonso Bar Boesa, pero en 1686
se ve que ya había comunidad de Predicadores, porque algunos religiosos
de esa Orden firman partidas. Oontinúan incompletos los libros, y en
1688 se encuentra la firma del doctor Diego de Mesa y Maldonado como
Oura y Vicario hasta 1698, y muchas de las partidas de esos años están
firmadas por Primo Feliciano de Herrera, como Teniente Oura; de allí en
adelante siguen las firmas, así: doctor Marcos Maldonado de Salazar*
hasta 1729; doctor Juan Nieto Polo, hasta 1737; Pedro Pablo Escobar,
hasta 1756; doctor Nicolás de Piedrahita, hasta 1789; José Matías de la
Plaza, hasta 1807; Mariano d éla Peña, hasta 1813; José Ignacio de la
Peña, primero como Coadjutor y después como Gura, hasta 1821; Pedro
José Salcedo, hasta 1822; doctor Luis Antonio de la Peña, hasta 1831;
Joeé Benito Rodríguez, por quien firman varios Coadjutores durante su
largo período, hasta 1885; Víctor Saavedra, hasta 1902; Vicente Sánchez,
hasta 1908; Jorge Salcedo, actual Cura, desde el 24 de febrero de este
último año.
La parroquia tiene casa coral, pero es incómoda, y por eso está dada
en arrendamiento.
El 22 de julio de 1913 se dividió en dos la parroquia, se erigió la
de Santa Bárbara, y fue nombrado primer Cura el presbítero Manuel A.
Fernández, quien la sirvió hasta el 10 de octubre de 1915; lo suce­
dió el presbítero Uiadislao González Concha hasta el 2 de julio de
1916, qne quedó la parroquia a cargo de la matriz hasta el 29 de oc­
tubre del mismo &ño; en seguida se encargó el presbítero Manuel S.
Romero, hasta el 3L de diciembre de 1917, que entró como Cura el actual
presbítero Juan Olotet.
Donde existió la primera iglesia parroquial se halla la actual matriz
de Boga. La historia dice que aquélla y parte de la ciudad fueren des­
truidas por el terremoto de 9 de julio de 1776; sin embargo, en una de
las piedras de que está construido el achatado frontis de la actual,
está marcado el año de 1775 en caracteres muy visibles, lo cual parece
dar a entender que la edificación empezó antes de que ocurriera )a ca
tástrofe. En atención a ésta, el Rey destinó $ 8,000 para la reconstrucción
de la iglesia, y la tradición dice que ésta costó menos, y se devolvió di­
nero. El frontis da a una calle estrecha, y un costado a la plaza principal,,
hoy Parque de (Jaba!, y tiene un feo y chico campanario en la esquina.
Es poco espaciosa, dividida en tres naves por columnas delgadas de
madera, con pavimento de mal ladrillo. Los altares son de muy poco mé­
rito, y sí lo tiene el púlpito, con dorados finos; hay unos pocos escaños y
muchos reclinatorios. Fuera de un cuadro de San Antonio de Padua, que
parece que fue de los Jesuítas antes de su expulsión en el siglo xvili,
no vi eu el templo una sola imagen de mérito artístico.
La otra parroquia, Santa Bárbara, de construcción antigua, frontis
muy humilde, desmantelada, con altares miserables, da frente a ia plaza
de La Victoria, y no estaría mal como capilla de un corregimiento. Al
lado hay una casa coral que hace juego con la iglesia.
Todavía parece más vieja, y es mas fea e inferior en todo a esta úl
tima, la iglesia de San Antonio, que está situada a corta distaucia de allí.
La están refeccionando y han empezado por la construcción de un frontis
de ladrillo.
La iglesia de San Francisco, de una sola nave, chica, desmantelada
con feo frontis y una torrecita vieja de ladrillo, está en el centro de la
ciudad, y apenas no es de inferior mérito que las anteriores.
R u fin o G u tié rr e z 137

Eb cambio tiene Boga un bellísimo y elegante templo, que haría


papel muy lucido al lado de las mejores catedrales del país: el del Mila­
groso, cuya imagen es veneradísima y atrae numerosos fieles hasta de
largas distancias. Desde los primeros años del siglo x v n data la devo­
ción a la imagen de Jesús de los Milagros, El Milagroso o e) Señor de los
Milagros, que con todos estos nombres sé le ha conocido. Es una estatua
de (Jristo, pendiente de una cruz enchapada en carey, con clavos
de oro, adornados con rubíes; tiene valiosa corona de oro puro y una toalla
bordada con perlas. No es obra de mérito artístico, y ha recibido reto­
ques ordinarios. Antiguamente se veneraba !a imagen en una capilla
chica, que se conocía con el nombre de Ermita del Milagroso, situada al
lado del actual templo, y de la cual sólo se conservan una alta y airosa
torre y parte de la techumbre del cuerpo del edificio. Parece que no de
molerán la torre, por ser un recuerdo histórico; lo demás lo están destru­
yendo, En 1600 se pusieron los cimientos de la Ermita, y el Obispo Vasco
Jacinto dé Contreras y Valverde le dio solemnemente a la imagen el
nombre de Milagroso de Buga. La Ermita fue destruida por el terremo­
to de 1776, y después se construyó la que encontraron ios Redentorisfcas
en 1884 cuando vinieron a establecer aquí su comunidad y se les hizo
entrega d8 ella. Inmediatamente dieron principio a la construcción del
gran templo, y lo concluyeron en unos catorce años, pues lo inauguraron
el 20 de agosto de 1909. Tiene 72 metros de largo por 29 de ancho. Es
todo de ladrillo, inclusive eí techo, que forma UDa gran bóveda en que
entró cantidad inmensa de cemento; está sobre b ises firmes de piedra
labrada; con dos altas y elegantes torres, en una de las cuales hay reloj
público, que fue costeado por el General Rafael Reyes y por don Modes­
to Cabal; la cúpula principal es muy elevada y airosa y tiene otras chi­
cas y graciosas; el pavimento, de madera fina trabajada con gasto; las
estatuas y ios cuadros, inclusive los del Viacrucis, son todos de mérito,
y entre eiios algunos antiguos; el nicho de la imagen del Milagroso tiene
portada dorada de gran valor, trabajada por un notable artista de París.
Hay 50 lujosas lámparas de alumbrado eiéstrico y pocas bancas y recli­
natorios. Es uno de ios templos más tinosamente decorados del país y de
los más bellos. Su altura es considerable, y de todas partes se le ve do­
minando a la ciadad. El atrio es de piedra labrada al frente de la iglesia,
y se extiende de cemento hacia el frente del convento de la comunidad.
Sobre la elegante portada hay una gran estatua de bronce del Salvador.
El convento, de dos pisos, contiguo al templo, es un grande y no­
table edificio de mucha comodidad, y fae construido por los Padres; tiene
un extenso patio que forma tr.-.a claustros cerrados por los muros de la
iglesia. Allí tienen una Escuela, que es base de noviciado, con diez y seis
niños.
Los Padres Redentoristas que hay actualmente en Buga son sólo
siete, porque algunos pasaron a Pcpayán a establecer noviciado allí.
Además, en la población de Sevilla, en los flancos de la Cordillera Cen­
tral y en clima templado, están fundando otra casa para noviciado.
Don José María Cañadas, oriundo del Chocó, muerto en Quito, legó
dos haciendas situadas en el Distrito del Cerrito (Valle), para fundar
un hospital de caridad en Buga; se vendieron en $ 22,000, que se coloca­
ron a interés. Cou sus réditos, que constituyen la renta principal para
sostener el establecimiento, y con $ 3,01-0 que votó la Asamblea del anti­
guo Canea, se empezó el 2 de marzo de 1891 la construcción dd edificio,
por representantes de la Sociedad de San Vicente de Paúl y de los mé­
dicos de la ciudad, y bajo la dirección del doctor Angel Cuadros, quien
133 Buga

dorante muchos años prestó ese servicio y los de su profesión de médico


gratuitamente, y con constancia y abnegación dignas del mayor encomio.
La Nación tiene votado un auxilio de $ 35 mensuales; el Departa­
mento, de $ 100, y el Municipio, de $ 20. Está al cuidado el establecimien­
to de ocho Hermanas de la Caridad, Vicentinas, a quienes se pagan $ 5
mensuales. Se costea un Capellán, que cuesta $ 10, y el doctor Mario Gar-
cés presta caritativamente sus servicios como módico. Es uno de los me­
jores y más bien dispuestos locales de su género que hay en el país; tiene
bella y bien decorada capilla, que está también al servicio del vecindario
del retirado barrio en que se halla; agua en abundancia, distribuida con
tino para todos los servicios, inclusive el de baños; departamentos sepa­
rados para hombres, mujeres, pensionados, enfermos especiales, asilados
del Orfelinato, habitaciones de las Hermanas, etc.; botiquía muy regular­
mente provisto; ropero bastante surtido; luz eléctrica suficiente; sala de
cirugía oon algo de instrumenta!; bonito jardín y extensa huerta, corral
con abundnu ;ia de animales domésticos; elegante portada y buena verja;
muy cómodo* lavaderos; amplio salón de talleres, en que se dan enseñan­
zas de Lectura, Escritura y Religión, y trabajan con provecho los huérfa­
nos recogidos, que son seis varoncitos y cuarenta y tres mnohaohas, en
toda clase de obras de mano, para lo cual se cuenta con elementos nece­
sarios propios de un taller de esta clase bien montado. Estas asiladas
cosen, bordan, lavan, aplanchan, etc., para las familias de la ciudad. Los
pensionados pagan de $ 9 a $ 30 mensuales, según su situación econó­
mica. El último de diciembre había diez y siete varones enfermos y
veintiséis mujeres.
Por disposición testamentaria del señor Dañadas, y a solicitud de su
hijo dou Aurelio, los restos de aquel benefactor fueron traídos a Baga
cuando don Emiliano Isaza venía de representar diplomáticamente a Uo-
lombia en *d Ecuador. Los recibió el s-ñor Gura doctor Saavedra, y para
colocarlos en un mausoleo eu el Hospital hizo solemne fiesta religiosa.
Don Jo^é María (dañadas nació en Quibdó el 6 de abril de L815, de
familia muy pobre, pero resultó tan hábil para los negocios, tan honrado
y tan consagrado, que todavía joven tenía ya un regular capital, con el
cual adquirió un lavadero de oro en el Atrato, que le produjo co?» qué em
prender negocio con el Oauca y con Jam ruca y pudo establecerse en Cali.
De allí lo obligaron las persecuciones de ios revolucionarios de 1860 a ir
a radicarse en Guayaquil, donde aumentó considerablemente su capital.
Guando murió en Quito, el l.° de abril de 1895, dejó $ 300,000 (sucres) e
para los hospitales de Buga, Gali, Palmira. Popayán, Pasto, Qaitof Am-
bato, Riobamb i y Laja. El señor O^ña irs fue Senador y Representante
en Golombia.
Antiguamente el cementerio era en lo que hoy es capilla de Nuestra
señora de! Garmen y patio de la parroquial, y hace como un siglo que se
trasladó a sn actual asiento cercándolo con ladrillo y levantando una mo­
desta capilla. Ultimamente se le está reconstruyendo, y ya se han gastado
en ó! unos $ 6,000 recogidos entre los vecinos piadosos, y con el produc­
to de las bóvedas que se colocan. Se le están formando galería* cubiertas
sostenidas por altos muros de ladrillo, con series de bóvedas superpues­
tas. Los monumentos que hay son de poco mérito. Parece que no se
preocupan más que en adelantar la obra de reconstrucción, y que lo demás
lo descuidan, pues lo encontró muy enmalezado y pastando allí algunas
bestias.
Loque llaman “cementerio civil” establecido por cuenta del Munici­
pio en otro extremo de la ciudad, no es más que un lote con mucho pasto,
R u fin o G u tié rr e z 139

cercado con alambre de púas, sostenido en columnas de ladrillo y con una


portadita del mismo material.
Desde el año de 1821 había Oficina Postal establecida en Baga con
regularidad. Se reciben hoy y se despachan semanal men te nn correo de
correspondencia y otro de encomiendas para e! Norte y para el Sur.
Está servida la Oficina por un Administrador, con $ 42 de sueldo, un
Ayudante, con 23, y un Expendedor de Especies, con $ f». Por arrenda­
miento de local se pagan $ 10.
Ea octubre último se recibieron 3,982 cartas, 450 oficios, 5,082 im­
presos, 186 encomiendas, que produjeron $ 273-61 por derechos; se des­
pacharon 3,454 cartas, 231 oficios y 1,479 impresos; se expidieron 33 giros
postales por valor de $ 471-15, que produjeron $ 9, y 88, cubrieron 17
por $ 213-40; U venta de especies postales produjo en el mismo mes
$ 74-87.
No hay apartados en esta Administración, y podrían aprovecharse
algunos de los que quedaron excedentes en (Jali.
En junio de 1872 se estableció ia Oficina Telegráfica, a cargo del se­
ñor Marco Aurelio Oarvajal. Es Oficina de traslación de la línea de ser
vicio de los cables, y de repetición sólo para la Oficina de San Pedro y
para los cables que puedan ocurrir en las intermedias de Tuluá a Oarta-
go. Está la Oficina a cargo de un Jefe, con $ 65 de sueldo, tres Ayudantes
a $ 50, nn Oficial de Recibo, con $ 35 y dos Oarteros, a $ 15. Por el local
se pagan $ 15 al Municipio, y para alumbrado se destinan $ 3-50. Eo octu­
bre último se transmitieron 1,367 telegramas porteados, por $ 308-07, ofi­
ciales 404, y dos cables, por $ 6-03, y se recibieron 1,435 telegramas de
particulares, 396 oficiales y 5 cables. Se repitieron 244 telegramas y
cables.

El alumbrado público se inauguró el l.° de diciembre de 1916 por


una Compañía anónima formada por vecinos del Distrito, con capital de
$ 68,1:00, dividido en acciones de a$ 1,000, y resultó costando $ 120,000 la
obr¿\ El Disírito no es accionista ni concedió privilegio sino sólo permiso
por tiempo, indefinido, con la condición de que si se concede poste­
riormente a otra Compañía uno semejante, no sea en mejores términos.
En cambio de este permiso los empresarios dan ai Municipio $ 0-U1
censual durante los primeros diez años, y $ 0-02 de atii en ade­
lante por cada foco que coloquen entre particulares, y nada por la ener­
gía que se emplee como fuerza motriz, y suministratLel alumbrado públi­
co y para las oficinas municipales, a # 7 la instalación de cada lámpara, y
a $ 0-40 mensuales el foco de 25 bujías. En lugar de este número de bu­
jías se han puesto las lámparas de 32, sin aumentar el precio. Hay en pía
zas y calles 200, y paulatinamente se va aumentando el número, porque
está convenido que en lugar de entregar a! Distiito los centavos que le
corresponden, eso se invierta en aumentar el alambrado público. Por 20
focos de 16 bujías de los que hay en oficinas públicas no se cobra nada,
de acuerdo con el contrato, ni por la instalación ni por el servicio. Los
particulares y las iglesias tienen 1,355 focos, que pagan a $ 0-50 o a
$ 0-90 si son de 16 o de 32 bujías, respectivamente, y $ 7 por instalación,
inclusive pantallas. Sólo tienen medidor la iglesia y el convento de los
Reden toristas, quienes pagan $ 0-30 mensuales por cada kilovatio. A las
demás iglesias le hacen rebajas según el consumo. Para fábricas sólo hay
colocada energía de tres cabaPos en la de hielo, y pronto se pondrá en
140 Buga

una carpiutería, una fundición y una trilladora de café. Para ésta se está
levantando el edificio.
La forma en que están colocados los cables por las calles, sin postes
que afeen y estorben, y las condiciones de las lámparas del alumbrado
páblico, es de lo más cómodo, elegante y lujoso que he visto en las pobla­
ciones de Colombia j pero aun no se ha puesto alumbrado más que en las
calles centrales. El montaje de la planta es de Jo bueno que hay entre
nosotros, con la circunstancia de que no intervinieron extranjeros, pues
todo fue dirigido por don Daniel Saíazar, de Medeiiín.
Antes no había más servicios de aguas en la ciudad, que caños
anchos y abundantes que recorrían algunas calles, descubiertos a trechos o
tapados, que entraban a varias casas por canales bien hechas de ladrillo
y caí, para hacer en ellas el aseo, todo lo cual tiene su origen de la Colo­
nia, y todavía se conservan aquí en gran parte, como sucede en la ciudad
de Anticquia. Los vecinos se proveían eu el río de agua potable llevándo
la a sus casas en vasijas. En 1905, estando encargado de la Gobernación
el señor Cíímaco Losada, se resolvió auxiliar al Municipio para que esta­
bleciera un acueducto, yen 1906 se le dieron $3,000, a condición de que
fuera de tubería de hierro y se pusiera una fuente pública en la plaza
principal y otra en el barrio de Santa Bárbara, y se proveyera de agua a
las oficinas departamentales. Las condiciones se llenaron, pero posterior­
mente la fuente del centro de la plaza se trasladó a lugar contiguo. Con­
tando con esa b3se formaron ios vecinos una Compañía anónima con ca­
pital de $ 25,000, dividido eu acciones de $ 50. El Distrito auxilió la obra
cou $ 7,650, parte en cemento, a condición de que le reconocieran 153 ac­
ciones, y cuando ya iba adelantada, dio la Nación nn auxilio de $ 4,000.
La suma presupuesta no alcanzó, pues ia obra resultó costando
$ 40,941-68, !o cual se completó con $ 6,< 00 que aportaron los accionistas,
cou los auxilios nacional y departamental y con lo que producía el servi­
cio. Las aguas se toman del río Guadalajara por una acequia contigua a
la que antes tenía el Municipio, a unos 500 metros de la población. Tiene
un grande y notable estanque de cemento para desarenador y repartición,
excelente tubería que va por todas las calles. Las fuentes públicas no son
más que Jas dos de que he hablado Fuera de las de los edificios públicos
hay colocadas 486 fuentes en casas particulares, por las cuales pagan
a $ 1-50 mensua’es por media pulgada, a $ 1-15 por tres octavos y a
$ 0-80 por cuarto de pulgada. Por la instalación del servicio se paga en
proporción a la extensión de la tubería. Por remover las calles para esta*
blecer y reparar cañerías no se cobra nada. Los desagües de las casas van
a los antiguos caños, y eso es todo lo que hay en materia de alcantarilla­
do. En 1916 empezaron a repartir dividendos, y le correspondieron al Mu
nicipio $ 697 por sus acciones, y en 1917 ya esa participación subió a
$ 810-90. Tiene la Compañía eu sus depósitos grandes cantidades de ele­
mentos de todas clases para prolongaciones y reparaciones del acueducto
y máquinas para los servicios de él. Este acueducto es de lo mejor cons­
truido y reglamentado del país, y puede hacer uso de toda el agua que
quiera. Sólo le falta a la ciudad el arreglo del alcantarillado.
En esto, come en la fundación y sostenimiento del hospital, eu la
construcción del teatro y en todo lo que signifique progreso, el más eficaz
y desprendido colaborador ha eido el doctor Leonardo Tascón.
Hasta no hace mucho no se hacía feria pública de víveres, y los ve­
cinos se proveían en tiendas o de vendedores ambulantes que iban de
puerta en puerta.
Rufino Gutiérrez 141

En 1907 se dio al servicio una plaza de mercado cubierto, que tiene


tres puertas para las calles, agua, excusados, galerías en los cuatro cos­
tados y otras dos que la atraviesan formando cuatro patíos muy chicos,
porque el espacio que ocupa toda la plaza no llega quizá a 40 metros por
lado. Se construyó en virtud de privilegio concedido por cincuenta años a
un vecino. Expirado el privilegio, durante el cual puede el contratista co­
brar hasta $ 0-20 diarios por cada metro cuadrado que ocupen los vivan­
deros, no tiene derecho a nada de los productos el Municipio, pero sí la
obligación de comprar la plaza por la mitad del avalúo cuando expire la
concesión. Es escasa la provisión del mercado y poco concurrida; y las
condiciones establecidas en este contrato, que no favorecen el desarrollo de
la feria, son tan desfavorables para el Municipio como tai vez no las tie­
ne ninguno en el país.
Los espectáculos públicos han estado dándose en la galiera, adap­
tada para ello, pues un teatrico que hubo se desbarató para construir vi­
vienda particular en el lote. Una Compañía anónima compró en 1896 nn
solar para edificar un teatro, y fracasó. Ahora, por iniciativa del doctor
Leonardo Tascóo, quien se ha encargado gratuitamente hasta de la direc­
ción material de la obra, se formó otra Compañía anónima, con $ 10,000 de
capital, dividido en acciones de $ 19. L* antigua Compañía cedió a ésta ei
lote por 105 acciones, y el Municipio tomó 69, que va pagando por cuotas
anuales, y ya tiene cubierto el valor de 60. La obra adelanta con rapidez,
y ya están muy avanzados ion muros, que son de ladrido. Quedará un bo­
nito y cómodo teatro, pero quizá no alcance el capital presupuesto.

JU L U A
Tuluá, enero 27 de 1918
El día 25 salí de Baga y vine en cuatro horas. El camino es como el
que he dejado atrás entre aquella ciudad y Palmira: a cada paso se en­
cuentran pequeñas rectificaciones del trazado hasta donde lo permiten sin
macho costo ios valiosos predios que lo bordean ; reparaciones bien he­
chas; rellenos en depresiones y banqueos en prominencias insignificantes;
cuadrillas ocupadas en todos esos trabajos, y, sobre todo, puentes, ponto­
nes y alcantarillas de ladrillo y cal o de cemento armado dondequiera
que hay una corriente de agua o puede presentarse cuando cae un
aguacero fuerte. Este carretero, que hoy es muy bueno, quedará excelente
el día que se concluya que será pronto. E! nombre del joven Gobernador
de! Valle, doctor García Córdoba, quedará vinculado a esta vía, la-cual
se deberá a él; y no es sino una maestra de lo que ha hecho en favor
del progreso y de la tranquilidad del Departamento que en buena hora
pusieron a su cuidado.
Después de dos horas de marcha se liega a la población de'San Po­
dro, que es cabecera de Distrito y se halla a un lado del camino. A tres o
cuatro cuadras dedistancia se alcanza a ver ia iglesia parroquial de no
mal aspecto, E¿ un Distrito de 3,47L habitantes, según el censo de 1912,
y estaría tal vrz m»jor de Corregimiento de Bugs. En 1870 tenía 2,007
habitantes (1). Tiene Oficina Telegráfica. Ei cemeuterio, situado a la orilla
del Ccvrre ero, es un potrerito cercado con alambre de púas y tan enma­
lezado, que no se ven las cruces.

(1) E l censo de 1918 le da 2,281 habitantes.


H2 T u lu á

El aspecto de la gente que encuentra nao de paso muestra que es


clima may palúdico. Es Distrito muy productor de tú imeo de la mejor ca­
lidad que se cosecha eu el Oauca.
A poco de salir de San Pedro se encuentra el tris te me a te célebre
campo de Los Chancos. El 31 de agosto de 1876 se libró allí ei memora­
ble combate que se conoce en la historia de nuestras contiendas con el
nombre de este llano. Las fuerzas del Estado da Autioquia, comandadas
por el General José María Gutiérrez Echeverri, y las revolucionarias del
Cauca, acaudilladas por don Sergio Arboleda y por el Geoerál Joaquín
María Górdoba, sin ponerse de acuerdo en el plan que debían desarrollar,
sin hacerlas reconocer unas de otras, sin previo estadio del campo de
acción, y contrariando orden terminante del General Marceliano VéU*z,
quien acababa de ser nombrado General eu Jefe de todas las fuerzas de
Antioquia, y ya se movía de Medellía sobre el Cauca con numerosas Di­
visiones bien equipadas, atacaron al amanecer de aquel día a las fuerzas
legitimistas dei Estado del Cauca, que comandaba al General Julián Tru­
jillo, dándoles una violenta carga, y las pusieron en derrota en poco tiem­
po, haciéndoles machos muertos. Empeñada la persecución de ios derro
tados, las fuerzas vencedoras tropezaron con un Batallón de la Guardia
Colombiana, que iba eu auxilio de las fuerzas de Trujillo, y entonces el
triunfo se convirtió en monumental derrota. Se apoderó tal pánico de ios
que poco autes eran vencedores, que fueron a resollar a Manizaies, y
hubo so dados y aun oficiales poseídos de un terror tan grande, que no
pudieron dar razón de cuándo y cómo patacón el caudaloso río de La
Vieja.
fíl camino está bastante poblado a lado y lado de casas modestas,
cou buenos huertos, y pasa entre dehesa&jie pasco artificial y muy pocos
cultivos de importancia. Eo ias dos líneas telegráficas, de las cuales una
es la de ios cables, faltan muchos postes que se han podrido con el tiem­
po, y eu lugar de reponerlos las han juntado en uno solo.
Cuando vine por primera vez ai Valle del Cauca y la producción de
licores era casi libre, pues se vendía la botella da aguardiente a $ 0-15
y $ 0-2'» de la moneda de entonces (el cambio estaba al 192 por 100), era
hasta peligroso transitar por estos caminos en días en que los negros y
los mulatos regresaban de los mercados: ahora, en este viaje, no he encon
trado mío solo ebrio ni qne se me acerque con la menor impertinencia, y
la mejor muestra de cómo hln abandonado ei vicio de la bebida que antes
los domiuaba, es que en las casas del camino es raro ver una venta de
licores.
Be estado en las plazas de mercado en varias poblaciones del Valle,
y no he visto ebrios.
Sin embargo he notado al recoger datos de las oficinas que cuando
se celebran fiestas públicas, las cuales casi siempre son promovidas por
dutños de estancos y fond as, las ventas de licores en ios tres días de baca­
nal non mayor«3 que eu loa del resto del mes.
Uu* monografía de Tuluá, escrita por el joven Guillermo E. Martínez,
dice que estos terrenos pertenecían eu 1572 a Hernán Muñoz y Esteban
Sánchez Loranca, quienes los vendieron en ese año a Diego Fernández
Barbosa; que parte de esos terrenos pasaron a po lerdo siete indios en
1604, y alií se formó el poblado a l kilómetro de distancia del actual
asiento; y que no sabe quién hizo ia fundación, pero que cree que fue el
Uapitáu Juan de Lemos antes de 1700. Agrega que era parroquia en 1730,
y que eu i82d figuraba ya como cabecera do üantón, y en 1857 se erigió
en Provincia.
R u fin o G u tié rr e z 143

Per otros datos que he recogido aparece que el fundador fue Bartolo­
mé Gil de Estnpiñán, en lugar más alto que el que hoy ocupa; que los in­
dios la destruyeron, y entonces se pasó a su actual asiento, con el nom­
bre de Jerez, antes de 1600.
También dice el autor mencionado que primitivamente do se decía
Tu?uá, porque los indígenas llamaban tulú al plátano. A lo cual ob­
servo que este fruto no era conocido por los indios antes de la Conquista.
El 6 de jubo de 1816 se hizo en Tuluá la solemne jura de Fernán
do vil.
La población, que está a 1,011 metros de altura sobre el nivel del
mar, tiene1»24° de temperatura, según textos de geografía, pero una pu­
blicación oficial dice que son 974 y 26, respectivamente; se compone de
unas 84 manzanas, formadas por calles rectas, empedradas con guijarros
bastantes de ellas; no pocas con acaras de regular anchura y buen ladri­
llo; en unas pocas los caños están tapados a trechos con l*jas de piedra
para recibir las aguas lluvias que salen de las casas. Los edificios del
centro del poblado son de ladrillo o de adobe, con techo de teja de barro,
pero no escasean los pajizos ni las cercas de guadua en los solares de
las casas. Ni éstas ni las calles tienen numeración. *
En la plaza principal hay cinco casas de dos pisos; es grande, sin
empedrar y sin un solo árbol.
Hay pocos negros y mulatos en el poblado, y de extranjeros sólo un
anciano inglés, que funciona como módico, y cuatro sirios.
La Notaría se creó en 1825.
Hay dos Juzgados de Circuito; el 2 ° fue creado en 1913.
Eo 1865 se levantaron los conservadores contra el Gobierno del Es­
tado, capitaneados por el General Joaquín María Córdoba; obtuvieron
un triunfo a orillas del río Tuluá ei 23 de octabre, y el 26 del mismo mes
los derrotó ei General Elíseo Payán en el campo de La Polonia.
El 4 de julio de 1876 declaró el Jefe Municipal turbado el orden pú­
blico por pronunciamientos de los conservadores.
El 11 de enero 1885 fueron derrotadas en las calles de la población
por el General Juan Evangelista Uiio* las fuerzas revolucionarias que
comandaba el Coronel Pizarro.
El primer libro de bautizos que hay en el archivo parroquial empieza
en junio de 1732, y firma las partidas como Cura de San Bartolomé de
Tuluá. hasta 1741, Lucas de Periáñez; siguen firmando las ptwtid&s en
este orden:
Doctor Manuel de Zúñiga, hasta 1766, y de allí en adelante fa tan
libros hasta 1787, probablemente porque la Asamblea dei Cauca, después
de la revolución da 1876, dispuso que los libros de las parroquias pasaran
a las Notarías. Quizá a eso se deba, en parte, el desorden que he encontra­
do en ios libros de ésta y de otras parroquias del Cauca. De 1787 a i 796
firma el presbítero José María Rimos; fray José Tallado, hasta 1810;
fray Joaquín María Arizabaleta. hasta 1811; Cristóbal de Uaicedo, Pedro
José Raiz, Pedro José Dueñas y fray Miguel Dueñas aparecen firmando
hasta i 819, y encontré que es difícil precisar el tiempo en que cada uno
dé ellos sirvió el Curato, porque las hojas de los libros están en desorden
y sin encuadernar; Buenaventura Saavedra, hasta 182d; Fernando Lozano,
hasta 1832; Francisco José Soarpetta, hasta 1834; Angel Sarmiento, hasta
1843; al mismo tiempo aparecen muchas partidas firmadas por Serafín
Escobar y Crespa, como Cara, de 1829 a 1814; José María Le lesma, hasta
1846; Manuel Santos Escobar y Ramos, hasta 1848; después aparecen
firmados Víctor Bonilla y Pedro Ignacio Ramos; en 1853 se encuentran
1 44 Tuluá

firmas de Telósforo Tascón, y vuelven a encontrarse de 1863 a 1896, sin


que precisara de cuándo a cuándo sirvió el Onrato, por el desorden de los
documentos; Víctor Bonilla hasta 1900; Rafael Aguilera y O., hasta 1906;
nuevamente se encuentran firmas de Víctor Bonilla de este último año
de 1910; Jerónimo Qaiutero Domínguez, hasta 1912; del 20 de octubre de
este año hosta hoy, el doctor Manuel Antonio Pizarro.
La disposición que dictó la Asamblea del Oauca por medio de Ley
de 23 de octubre de 1877 dice que “ pertenecen a los archivos públicos,
y serán en consecuencia entregados a las Notarías, bajo riguroso inven­
tario, los libros llamados parroquiales, de matrimonios, nacimientos y
defunciones, que ilevaron los Curas hasta ei año de 1852, en que se encargó
a las Notarías el registro del estado civil de las personas. Los libros per­
tenecientes a los años posteriores se tomarán también” .... “Los Ministros
de los cultos no celebrarán ceremonias como bautismos, matrimonios ni
entierros sin que se compruebe con una atestación del Notario que se ha
inscrito en el registro la partida de nacimiento o defunción, bajo la pena
de nno a cinco años, decretada breve y sumariamente por los Jefes Mu­
nicipales respectivos.”
Se pidió a la Corte Suprema la suspensión y anulación de esta Ley,
y la Corte decidió en contra. El Senado aprobó el 27 de mayo de 1878
una resolución por la cual declaró válida la Ley.
Hay en Tuluá estos establecimientos de educación:
Liceo público de varones, con un Rector, que gana $ 70, y un Sub­
director. con $ 50, en local comprado con mandas de loa vecinos y que
está a cargo de la Sociedad de San Vicente do Paúl, a quien se pagan
$ 25 por arrendamiento. Fae fundado en 1813 con el nombre de Escuela
Superior. Matrículas, 38;
Escuela urbana de varones, con un Director, que gana $ 36, y dos
Maestros, a $ 30. Matrículas, 203;
Los locales de estas dos Escuelas son de propiedad del Distrito; y
Una Escuela rural de varones, otra de mujeres y las alternadas, con
569 matrículas por junto. Los sueldos de los Maestros de las rurales son
de $ 20. Los locales de las fracciones son alquilados, y en la de Barragán
construyen los vecinos uno.
Los establecimientos privados son un Colegio de varones, con Escuela
infantil y 125 matriculados, que pagan pensión de $ 1 a $ 1-50; y
Un Colegio de señoritas con 57 alumnas, que pagan las que más $ 2
mensuales.
En el poblado y en los caseríos hay varias escuelitas privadas en -
que cobran pensión insignificante. Oficialmente se calculan los estudian­
tes de ellas en 200.
Según estos datos hay en Tuluá 1,337 educandos.
Había una Escuela superior de señoritas, costeada por el Departa­
mento, pero la última Asamblea la suprimió.
En 1872 se estableció la Oficina Telegráfica con Marco Aurelio Car­
vajal como primer Telegrafista. Es de traslación y repetición, y está ser
vida por un Jef>, con $ 50 de eaeldo; un Ayudante, con $ 45, y un Oartero,
con $ 6. El ¿ocal cuesta $ 3, y para gastos de alumbrado están señalados
$ 3. El ano pasado se transmitieron 10,163 telegramas porteados, por
valor de $ 2,220-69; tres cables, por $ 13-40, y 1,954 despachos oficiales;
los porteados recibidos fueron 9,608, ios oficiales 1,854 y los cables 4.
Los telegramas repetidos 10,416.
La Oficina de Correos estuvo anexa a la de Telégrafos hasta 1908; y
en este año se a separó. Está a cargo de un Administrador, con $ 30 de
R u iin o G u tié r r e z 145

sueldo; tiene $ 4 para arrendamiento de local y $ 2 para útiles de escri­


torio. El local, que es cómodo, cuesta $ 6, y tanto los $ 2 de diferencia
como $ 5 que se pagan a un Ayudante los sufraga el Administrador. Se
carece de una báscula y casi absolutamente de mobiliario, por io cual
el archivo está amontonado en el suelo. Se reciben y despachan semanal­
mente dos correos del Norte, dos del Sar y uno de CJartago, por la vía de
Roldanillo. En noviembre último se vendieron especies postales por
valor de $ 71-01. El mismo mes se recibieron 26 encomiendas del extran­
jero, que produjeron $ 63-10 por derechos, 2,425 cartas 203 oficios y 1,500
impresos, y se despacharon 1,766 cartas, 181 oficios y 331 impresos.
En terreno donado por los señores T. Calderón e hijo, y por iniciativa
del doctor Tomás Uribe Uribe y del señor Alejandro Potes, se empezó
a construir desde el día del centenario de la Independencia, y ya está muy
adelantado, un edificio para establecer hospital. La Nación tiene votada
la partida de $ 80, el Departamento $ 50 y el Distrito otros $ 50 para
auxiliarlo. Las doa primeras partidas son mensuales y la última anual.
Hasta hace tres años había un cementerio chico y muy descuidado,
y desde entonces cinco jóvenes de la población se propusieron construir
ono recogiendo limosnas y haciendo rifas, y ya lo tienen en servicio. Es
amplio, muy bien cercado con muros de ladrillo graciosamente construi­
dos, con elegante portada, buenos monumentos, un camellón bien arre­
glado que conduce a él, y tan aseado como he visto pocos.
La plaza de mercado cubierto es grande y buena, de ladrillo y teja
de barro, con cinco grandes puertas que dan a las calles laterales; claus­
trada, con numerosas tiendas a todos los costados, menos ai occidental,
y dos galerías que la parten formando cuatro patios bien empedrados
c$n guijarros. Las galerías y los claustros están sostenidos por columnas
de ladrillo, y tienen pavimento del mismo material. La plaza se cons­
truyó por una Compañía anónima, en virtud de privilegio por cincuenta
años, terminados los cuales queda el Distrito con derecho a la mitad de
ella y de todos sus enseres, y la Compañía se obliga a venderle la otra
mitad por avalúo; si el Municipio no hace la compra, los empresarios
continúan administrando la plaza hasta que con sus productos amortice
el valor de ese avalúo.
Para emprender la obra se formó una Compañía con capital de
$ 20,000 dividido en acciones de a $ 10, y el Distrito suscribió y pagó
200, y fuera de los dividendos de éstas le corresponde el 8 por 100
del producto líquido de la plaza. Aun no se ha repartido dividendo,
porque apenas se puso en servicio el 3 de febrero de 1916, y costó $ 25,000.
Los productos se han destinado a pagar el exceso de costo, el caal queda­
rá cubierto en febrero próximo. El lote en que se construyó fue cedido
gratuitamente por el señor Teófilo Victoria, lo mismo que el que llaman
matadero. El impuesto que debiera cobrarse, según el contrato, es de
$ 0-10 por metro cuadrado, pero se hacen concesiones muy liberales
a los proveedores. Hay excusados, pero en seco, porque se carece de
agua, la cual tienen obligación de ponedlos contratistas, y no la han
puesto por dificultades que oponen algnuos vecinos para dejarla pasar
desde ei río: ya tienen los planos y el presupuesto.
Antes el mercado de víveres se hacía al aire libre en una plazo­
leta llamada la Planeta, que queda al lado oriental de la población, a
la orilla del río y frente al Parque Céspedes; y me informaron que los
vecinos de este lugar, hacen guerra cnjjja a la plaza cubierta, porque
ésta los ha alejado de su negocio.
Monografías.—Tomo 2?—10
146 Tuluá

Frente al mercado cubierto, hacia el Oriente, está eonfcruyendo el se­


ñor Jesús Sarmiento una gran casa de dos-pisos y de ladrillo, con amplios
almacenes y locales para oficinas, la cual no haría papel desairado en
la capital de la República.
Tiene.el Distrito'estas propiedades:
Casa consistorial en construcción, apenas empezada, y por eso paga
arrendamiento por los locales que ocupan sus oficinas;
Dos locales de Escuelas urbanas, y
Un lote para construir matadero, cuya obra se suspendió apenas
comenzada. Está separado de la plaza de mercado por una calle; carece
de techo y de agua. Allí se depositan las bestias que traen víveres a la
feria y las qae se encuentran vagando por calles y caminos o en pre­
dios ajenos, y se degüella el ganado que se consume.
En cambio el Departamento tiene u d u c*sa grande y muy cómoda,,
de dos pisos, construida en 1892, donde se hallan alojadas todas sus
oficinas y algunas nacionales, lo mismo que la cárcel, que es segara.
Además, en el Corregimiento de Narifío un lote extenso, en el cual se
empieza a construir local para Escuela rural.
No se reconoce en el Distrito propiedad alguna de la Nación, la
cual está comprometida con el Departamento a pagarle $ 40 de arrenda­
miento por los locales de los Juzgados de Circuito y por la cárcel.
Hace cinco o seis años pasé informe oficial al respectivo Ministro,
con datos precisos, sobre una extensa y muy feraz propiedad rural que
tiene la Nación en este Municipio y que está ocupada por particulares,
pero naturalmente nada se ha hecho sobre el particular.
En la cárcel hay 20 presos por cuenta de la Nación, 23 del De-
partamanto y 5 del Distrito, a quienes se da ración diaria de $ 0-12 para
alimentación, y cuando se Ies saca a trabajar en la calle les pagan jornal
de $ 0-08 En la prisión no trabajan en nada. Los presos ocupan de­
partamentos separados por sexos.
Hacen servicio de policía 20 Agentes del Departamento, uniformados,
y 8 del Distrito, sin uniforme.
La población carece de alumbrado público. Sería fácil y muy econó­
mico establecer el eléctrico, trayendo la energía de la planta de Boga,
donde sobra más de lo necesario, como lo está haciendo Gartago lleván­
dola de Pereira, pues sólo dista unas cuatro leguas. Eso tendría la ven­
taja de que en el tránsito se aprovecharla la luz para muchas casas de
campo y para la población de San Pedro, sin aumentar cosa mayor el
gasto. Hay hasta la circunstancia de que la empresa de Boga posee los
elementos necesarios para esa obra. Tanto en Baga como en Taluá estuve
llamando la atención sobre esto; pero temo que ia rivalidad que siempre
anima a poblaciones vecinas no deje hacer nada en el particular.
No hay reloj público, pero sí una banda de música, a la cual auxilia
el Distrito con $ 40 mensuales, con el objeto de que haga las veces de
Escuela del arte. Del poblado a dos fincas rurales fancionan teléfonos.
Aquí no hay comunidades religiosas. No se han dictado disposiciones
sobre aseo, por lo cnal las calles y solares de las éasas son los depósitos
de las basuras.
El presupuesto de rentas para el año comprendido entre el l.° de
julio de 1917 y el 30 de junio de 1918 es de $ 15,390. En él figuran estos
gravámenes: por apertura de un billar, $ 10, y $ 3 mensuales por cada
mesa; por matrícula de una casa de empeños, $ 100, más$ 30 mensuales;
por fiestas públicas, a $ 10 diarios; por espectáculos públicos, $ 6 o $ 6 por
cada sesión, según sean ellos; por matrícula de una gallera, $ 50, y $5
R u fin o G u tié r r e z 1 47

mensuales, más $ 0-50 par cada riña de gallos,* por matríoula de


cada casa de juegos permitidos o de clabes, $ 5, más 3 por me^; por
cada toldo que armen los gitanos en el territorio del Distrito, $ 1 diario;
y para que se destruyan los hormigueros se cobran $ 5 anuales si están en
predio urbano, y $ 1 sin son en el campo. Para instrucción pública se
presuponen $ 3,957, y para obras públicas, $ 3,999.
En 1917 hubo 590 nacimientos, de ellos 306 hijos ilegítimos, 313 de­
funciones y 35 matrimonios.
La renta de licores produjo en el mismo año $ 33,221-35; el promedio
mensual de la venta de timbre nacional el año pasado fae de $ 204-40; se
consumieron 2,674 cabezas de ganado mayor y 1,760 d.el menor; el catas­
tro dice que hay en el Municipio 28,550 cabezas de ganado vacuno, 33 del
asnal, 500 del cabrío, 6,481 caballar, 6,000 de cerda, 4,020 mular y 120
lanar; pero en un cuadro de la Oficina de Estadística de la capital del
Departamento aparece que son 24,120 vacuno, 6,600 caballar, 1,700 de
cerda, 1,000 cabrío, 1,500 mular y 25 asnal.
El censo de población de 1870 le da a Tuluá 17,723 habitantes; el
de 1905 le da 10,310; 10,825 el de 1912, y 10,788 uno de 1914 (1).
Por estas cifras asignadas a población que prospera bastante puede
juzgarse lo que son nuestros censos de población.
Hay cinco automóviles que pagan a $ 2 por patente y $ 3 de impues­
to mensual, y cuatro carros que pagan a $ 1 y $ 0-10, respectiva­
mente.
En noviembre de 1910 trajo la primera imprenta el señor José María
Bojas Buiz, y es la única del Distrito. El primer periódico que se publicó
fue El Provincianot redactado por el señor Pedro Calderón. Hoy se
publica una hoja política.
Existen en el Distrito tres máquinas de moler caña de azúcar, movi­
das por agua, y cuatro por fuerza animal; una fábrica de cola; una de ci­
garros en regular escala, cinco boticas, una fotografía, tres hoteles,
una calera, cuatro galpones y tres billares.
Las principales industrias son la ganadería y el cultivo de la caña de
azúcar, de cafó, del tabaco y de plátanos^
La más importante de las empresas agrícolas es la del señor Jesús
Sarmiento, hombre de gran talento práctico, quien sólo en negocios agrí­
colas ha hecho nn fuerte capital en lo que va corrido del siglo. Posee hoy
mas de 7,000 fanegadas de tierra de primera calidad en el Valle, y en
ellas ha establecido mny en grande una fábrica de azúcar, panela y
aguardiente, que surte a casi todas las poblaciones del Valle de Buga
hacia el Norte. Además produce semanalmente de 1,300 a 1,500 kilogra­
mos de quesos que se envían a Oali y a la costa del Pacífico. Por el estilo
son todas las producciones de sus tierras. Otros muchos hacendados de
estas regiones podrían hacer con facilidad lo mismo, pero por acá la
gente se mueve poco y se contenta coa las utilidades rutinarias de ana
tienda de mercancías o con lo que espontáneamente le producen unos
pastales o unas matas d\} cacao o de plátano. ¡Qué asombro de riqueza
se desarrollará en este Valle el día en que en sus hijos se despierte el es­
píritu de empresa industrial!
Ahora sólo he visto entre ellos entusiasmo, y más que entusiasmo,
exaltación, por todo lo que se relaciona con las próximas elecciones para
Presidente de la Bepública. Eo la prensa, entre los comerciantes,
en el Ulero, entre las autoridades, los campesinos, los niños de escuela, etc.

(1) E l censo de 1918 le da 15,274 habitantes.


148 B u e n a v e n tu r a

no se habla de otra cosa. A nadie, aunque sea un viejo amigo, ae le ocu­


rre preguntarle a ano cuándo llegó, cómo quedó la familia, sino sólo cómo
marcha la candidatura tal o cual en las poblaciones recorridas, quién cree
que obtendrá el triunfo en las urnas, cuál es su opinión personal sobre el
particular.
El Canoa se ha manifestado muy juicioso y prudente de unos treinta
años a esta parte, y eso me hace concebir la esperanza de que esta exal­
tación no se tradazca en hechos sangrientos el día de las votaciones.
Ni en la plaza principal, ni en las calles, ni en las casas hay una sola
fuente de agua, a pesar de que e¡ caudaloso río Tuluá corre a algo menos
de dos cuadras de distancia de esa plaza, de que sus aguas son de exce­
lente calidad y de que para establecer un acueducto desde él no habría
que hacerle la toma a más de nn kilómetro. Tan sencillo sería eso, que
he leído en alguna parte y he oído a vecinos, que a principios del siglo
pasado el río corría al sur de la ciudad, y por habérsele hecho en 1840
nna derivación para el regadío de predios, en una creciente echó por don­
de es hoy sn curso. Los vecinos se proveen de agua haciéndola transportar
del río en vasijas.
Parten de la cabecera el camino del Norte hacia üartago, el del Sur
por Buga, uno para el puerto del Oauca, llamado Ríofrío, otro para el ca­
serío del Salto, otro para el de Jicaramata, y el antiguo de Barragán, que
iba al Tolima y hoy está abandonado. De las poblaciones del Valle es
Taluá la que queda a mayor distancia (unas dos leguas) delrío Oauca.
El Parque Céspedes, situado a la orilla del río Tuluá, es bonito pero
muy pequeño, y está cercado con alambre de púas. Se empezó en 1910 y
se le puso el nombre que tiene en honor del presbítero Juan María Cés­
pedes, notable naturalista y prócer de la Independencia. Tiene algunas
bancas y está separado del río por un camelloncito donde no hay habita­
ciones. El 21 de febrero de 1772 nació en esta población el botánico pres­
bítero Juan María Céspedes, quien acompañó como Capellán a la fuerza
que marchó sobre Pasto con el General José María Cabal. Fue Cura de
Oaloto, Belén de Boyacá, donde hay una calle que lleva su nombre, etc.;
fae Secretario del Arzobispo Mosquera, y murió en Guasca el 21 de enero
de 1866 en casa de don Pastor Ospina.
El puente sobre el río Tuluá es colgante y de gran resistencia, pero
muy angosto; fue construido en 1889. Desde 1914 fundó el presbítero
doctor Manuel Antonio Pizarro la Sociedad de San Vicente de Paúl.
No hay más iglesia en Tuluá que la parroquial, que se empezó a
construir en 1835 donde antes existía una de paja, y fue concluida por
el Cura donde Telésforo Tascón en 1864. Su frontis, que da a la plaza,
tiene una torre de medianísimo mérito. Es de tres naves formadas por
columnas de madera, y pavimentada con ladrillo; su ornamentación, em­
pezando por los altares, es muy modesta; carece de atrio y, sobre todo, es
muy estrecha para el vecindario.

BUENAVENTURA
Buenaventura, febrero 5 de 1918.
El 30 de enero salí de Cali, almorcé en La Cumbre y pernocté en Cal­
das para tener el gusto de estar unas horas con mis antiguos compañeros
de labores en el Ferrocarril, y amigos, los doctores Rafael Alvarez Salas y
Juan de la Rosa Barrios, y llegué aquí el 31.
Rufino Gutiérrez 149

Por separado hablaré de la vía férrea, y por hoy me limito a dar no-
ticias sobre este puerto.
El 15 de febrero de 1540 el licenciado don Pascual de Andagoya salió
de Panamá en tres embarcaciones a hacer exploraciones en el Mar Pacífico,
y entonces entró, el primero, a la bahía que más tarde se llamó Buenaven­
tura. Su Teniente Juan de Ladrillero, que venía en avanzada de explora­
ción, descubrió una ensenada y fundó en ella una población que bautizó
con el nombre de Puerto de la Cruz. Oviedo al hablar de ésta dice que es
“una de las más hermosas ensenadas que hombres han visto, y entran en
ella muchos ríos grandes y pequeños,” y agrega que allí se dio principio
a la fundación de una población con el nombre de Buenaventura, y se
nombró a Ladrillero Teniente de la fundación. El corógrafo de Indias don
Juan López de Velasco dice que el Capitán Gutiérrez de la Peña, Tenien­
te de Andagoya, fundó en esta bahía una población en 1540, y agrega que
en 1546 había sólo tres o cuatro vecinos oriundos de Cali, encargados de
despachar las mercancías, y que era tierra “enferma, áspera y muy llu­
viosa.” Belalcázar hizo reducir a prisión a Andagoya y llevarlo a Cali, y
mientras tanto la familia del perseguido Licenciado y las mujeres espa­
ñolas que él había traído de Panamá, murieron aquí a causa del mal cli­
ma. La esposa de Andagoya se llamaba doña Mayor Mejía. Andagoya ha­
bía explorado el valle del río Dagna y le dio el nombre de Atunceta,
creen algunos que por haber encontrado en el río abundancia de peces
llamados atún.
Fray Jerónimo de Escobar, Procurador y Visitador de la Diócesis de
Popayán, quien la recorrió toda, dice en relación que escribió en 1582 lo
siguiente, que parece indicar que el puerto primitivo no fue en la isla de
Cascajal sino en el río Dagua, un poco arriba; pero debe tenerse en cuen­
ta que éste no es navegable por embarcaciones que hagan la travesía a
Panamá sino en la desembocadura a la bahía: “ Este puerto es en un río
a donde llegan los barcos desde la ciudad de Panamá, los cuales dichos
barcos navegan ciento o ciento cincuenta leguas por el mar, que es llama­
do del Sur, hasta dar en este río; correrán estos dichos barcos por este
río, hasta dar en el puerto, ocho leguas.” Agrega que ya se hacia mucho
trato por el puerto.
Quillón Chaparro, quien escribió en 1583, dice: “El puerto de Bne-
. naventura es al pie de la montaña. Súbese al puerto por un río arriba, y
este río entra en ia Mar del Sur ”
Parece que a tiempo de la Conquista había en lo que desde entonces
se llamó isla de Cascajal, actual asiento de Buenaventura, algunos indios
que vivían de la pesca, pertenecientes a la tribu de los puacajaes, quie­
nes tenían su asiento principal en las cabeceras del río Raposo. Tal vez
descienden de éstos los que actualmente viven en la ramificación de la
Cordillera Occidental, que da nacimiento al rio Patía, afluente del Saija.
Juan de Jiménez, Teniente de Andagoya, remontó en septiembre de 1545
el río Raposo enerando por la quebrada que se lianas hoy Aguamara, a
dar al río Anchicayá, y en una bella meseta de la parte alta fundó la po­
blación de Raposo, que fae cabecera de Üantóu y de Provincia durante
mucho tiempo. El nombre de esta población tal vez se le paso por el ape­
llido de uno de los conquistadores que entraron por el Pacífico.
El tránsito por Buenaventura y el Dagua, que era la vía de comuni­
cación del Valle del Cauca con el Exterior, hizo que fueran estableciéndo­
se algunas personas en la isla de Cascajal, en términos que en 1842 el Go­
bierno de la Confederación Granadina, por acto legislativo, la cediera al
Cantón de Raposo para que se fundara aquí una población.
150 Buenaventura

En los primeros días de abril de 18L6 ocupó a Buenaventura el Co­


modoro inglés Guillermo Brown con el bergantín Hércules y una corbeta,
con bandera republicana de Buenos Aires.
Fue en este puerto donde se embarcaron el General Antonio José de
Sucre y las demás expediciones que mandó y llevó el Libertador a dar
libertad a) Ecuador y al Perú.
La Oficina de Notaría existió en Raposo por lo menos desde 1827,
porque de esa fecha datan documentos que reposan en el archivo, casi
ilegibles; y tan poco cuidado se tiene con él, que los protocolos poste­
riores pronto se pondrán en el mismo estado.
En 1830 se anexó esta Provincia al Ecuador, siguiendo el ejemplo
del resto del Oauca, y en 1832 volvió a hacer parte integrante de la Na*
ción. El General Juan José Flores celebró el 8 de diciembre de 1832 un
armisticio con el General Obando en Pasto, pero no retiró hasta 1833 las
fuerzas con que había ocupado el puerto, y eso porque estalló una guerra
en el Ecuador.
La Constitución de 1832 dividió la República de la Nueva Granada
en Departamentos, y éstos en Provincias; una de ellas fue la de Buena­
ventura, con capital en Iscuandé.
En septiembre de 1832 el Comandante Atanasio Villamarín, subal­
terno del Coronel Salvador Córdoba, atacó en las cercanías de Buenaven­
tura a las fuerzas ecuatorianas que allí tenía el General Juan José Flórez,
y las venció completamente. Después del triunfo del Naranjo, el Coronel
Córdoba siguió a Buenaventura y ocupó la población, que había sido aban­
donada por el enemigo, el 27 de octubre.
El Congreso de 1833 decretó la erección de esta reglón como Provin­
cia, pero la ley fue objetada por el General Santander, en atención a la
oposición que a esa medida hacían los Representantes del Cauca; pero en
1835 se creó con el nombre de Buenaventura, y capital Cali.
El Juzgado de Circuito se erigió en 1840, cuando la cabecera era R a­
poso.
En 1856 Buenaventura dependió de Cali, que era la capital de la
Provincia.
Para debelar la revolución que encabezó en el Cauca el General
Tomás Cipriano de Mosquera en 1860, envió el Gobierno Nacional fuer­
zas de Panamá por Buenaventura, y entonces las 'revolucionarias se re­
tiraron del puerto al Boquerón del Dagua, y unidas a otras enviadas de
Cali a las órdenes del Coronel Manuel E. Pedrosa, sorprendieron a las
legitimistas, en la mañana del martes santo de 1861, y pusieron fuego ai
cuartel en que éstas se alojaban, que era donde está construida la iglesia
parroquial. Los que no murieron allí abrasados por las llamas fueron víc­
timas de las lanzas de los asaltantes, entre otras personas de valía perdió
allí la vida el doctor Jorge Juan Hoyos, Administrador de la Aduana en­
tonces.
Buenaventura fae erigido Distrito en 1872.
En 1881 hubo un gran incendio que destruyó buen número de casas
y casi todos los archivos.
En la revolución de 1885 fae ocupado el puerto por los revoluciona­
rios, pero se entregaron por medio de tratados a las fuerzas legitimistas.
Entonces se organizó aquí la célebre expedición encabezada por el Gene­
ral Rafael Reyes, que fue a libertar a Panamá. Esta expedición se embar-
oó el 23 de marzo en buques que se hallaban en tan mal estado, que
fue casi un milagro que no se perdieran en el mar. El 29 se entregaron
los revolucionarios de Panamá, que estaban comandados por el doctor
R u fin o G u tié rr e z 151

Bafael Aixpuru. Las fuerzas americanas que habían desembarcado en el


Istmo terciaron en favor de los iegitimistas.
A principios de la revolación de 1900 los revolucionarios dominaban
completamente todo ei litoral del Pacífico y tenían bloqueado el puerto
de Buenaventura, que era io único que estaban en-poder de la fuerzas del
Gobierno, pero Bazán y Punta Soldado estaban ocupados por aquéllos.
A mediados de noviembre el General Oarlos Albán, que había sido nom­
brado Gobernador de Panamá, expropió temporalmente ei vapor Taboga,
de la Compañía Inglesa, y vino a libertar a Buenaventura, ío cual consi­
guió dando combate a los revolucionarios en la bahía el día 24 de no­
viembre de aquel año, derrotándolos completamente. Les cogió tres caño­
nes, seis coroneles y machos oficiales y soldados.
Actualmente Buenaventura es capital de una Provincia que se com­
pone de sólo este Distrito y el de Naya.
La población ha progresado notablemente en todos sentidos desde que
el Ferrocarril llegó al Yalie del Cauca y facilitó el movimiento de ios habi­
tantes y el abastecimiento de provisiones de boca; las edificaciones han
mejorado y aumentado; las calles de la parte baja se han arreglado en-
camellonándolas y haciéndoles aceras anchas, algunas de ellas cementadas;
en el centro del caserío y trente a la casa consistorial, de lo que antes era
un pantano infecto formado por las aguas de las altas mareas que entra­
ban hasta allí, se hizo una plazuelita, que es ia única, donde han coloca­
do unas pocas bancas, y es el campo de juego de foot-ball; pero en lo
que no hay mejora y sí más bien retroceso que aumenta de día en día,
es en el costado de las casas que da hacia la bahía y en Jos edificios
de ia Nación y dei Ferrocarril. Todas aquéllas tienen su parte poste­
rior en estacones de madera sobre el terreno de la baja marea, de manera
que cuando ésta sube se ven sobre el agua; y allí están los excusados, las
cocinas, ios baños, secaderos de ropas y todo lo del interior de casas de
habitación, que debiera estar reservado a la vista del público. Ouaudo
uno llega al puerto embarcado recibe la más triste y desagradable im­
presión, porque no ve más que esos repugnantes interiores. A esto se
agrega la circunstancia de que si entra en el momento de la marea de
quiebra tiene que atravesar a espaldas de un negro o arrastrado en una
c'anoíta una zona de lodo muy profando y hediondo, de más de un kiló­
metro para saltar a tierra. La desilusión se completa cuando conoce lo
que son los hoteles, y muy especialmente lo que hay como edificios y bo­
degas de la Aduana y del Ferrocarril. Sólo las de la línea del de Puerto
Wiicbes y las del de Calamar en las estaciones del tránsito de éste son com­
parables a las que aquí tiene la línea más extensa y de mayor importancia
del país. ¡Qué vergüenza y humillación sufrimos los colombianos cuando
venimos del Extranjero y vemos el abandono en que el Gobierno mantiene
el principal puerto del Pacífico!
La población está asentada eu el extremo occidental de la isla de
Casacajal,que es de tres kilómetros de largo y uno de ancho próximamen­
te, y termina en una punta aguda que avanza sobre el mar, después de
haber formado un pequeño otero. Al pie. en la falda y en la cima de éste
se ha plantado de manera irregular el poblado. Sólo en la parte baja y
llana hay unas pocas manzanas bien demarcadas. Las casas de habita­
ción y de oficinas y negocios son todas de madera, machas de ellas de dos
pisos, con techos de planchas de hierro corrugado, pocas de madera fina
introducida de los Estados Unidos; las de la gente pobre son casi todas
de astillas de palma, o de guadua, con techos pajizos.
La temperatura media aquí es de 29.°, y la altara del asjento donde
está el centro comercial, 8 metros sobre el nivel dei mar.
«3 B u e n a v e n tu ra

Cuando sube la marea, el agua entra por un ancho caño e invade ei


centro del poblado, formando allí un profundo pantano, naturalmente
nocivo para la salud de los habitantes y perjudicial para el desarrollo
y embellecimiento de la población. Considero muy fácil y relativamente
poco costoso rellenar esos pantanos con tierra del montículo que los do­
mina, a menos de 200 metros de distancia, empleando el sistema que tie­
nen en Manizales para llenar profundísimas cañadas. Una bomba podero­
sa con su tubería metálica, propias para levantar el agua de mar con ese
objeto, no demandaría mayor sacrificio pecuniario para un Distrito que
tiene rentas productivas. Rellenados los pantanos, podría el Municipio
sacarles un valor mucho mayor que el costo de la obra, vendiéndolos por
lotes para edificar.
El movimiento comercial, el local, es animado, porque ésta es la plaza
que provee a la mayor parte de las poblaciones de esta costa y a una
gran región del Chocó.
La circunstancia de ser una gran parte de los pobladores empleados
de la Aduana, del Ferrocarril, de casas de comercio, de agencias, etc., que
no tienen familias aquí, y el ser negros la mayoría de aquéllos, hace que
las costumbres del puerto no sean de lo más recomendable.
El Municipio tiene inventariadas como suyas estas propiedades:
Casa consistorial, de dos pisos, en que están todas las oficinas muni*
cipales y las cárceles. La Nación paga $ 65 de arrendamiento, y ei De­
partamento $ 35 porque le tengan allí sus presos;
Un Jote de baja marea al lado deesa casa;
Local de la Escuela de mujeres;
Cinco locales para las oficinas de los Corregimientos;
Un lotecito en la plaza, que está avaluado en $ 1,500;
El lote en que se hacen las ferias;
Otro en el Corregimiento de Córdoba, y
El islote de Oubaradó y las islas Calavera y Los Pájaros. Considera
también como suyos otros islotes y ulas playas y márgenes de los ríos
donde los particulares no tengan derechos adquiridos.”
El Departamento tiene un lote en la plaza, en el cual piensa edificar
local para sus oficinas.
Son de la Nación los malísimos edificios de la Aduana y del Ferroca­
rril, la zona de éste y algunos lotes cercanos a la línea y de la baja marea,
los cuales por tenerlos en completo abandono han sido ocupados por ex­
traños y dejará perder o ha perdido ya.
El salón del Concejo es de reducidas proporciones, y los muebles y re­
tratos que hay en él son malos.
La cárcel, en la parte baja de la casa consistorial, es estrecha, comple­
tamente insegura, muy sucia, y están allí confundidos y con la mayor
incomodidad once presos de la Nación y doce del Mnnicipio. No los hay
del Departamento. La Nación les pasa dación alimenticia de $ 0-15, y
cuando hay presos del Departamento éste les da $ 0-20. Los mismos
presos se preparan allí los alimentos o se los llevan de la calle.
Si los sacan a trabajar en obras municipales, les reconocen y entre­
gan jornal de $ 0-15.
Lo8 establecimientos de enseñanza no son más que:
EscueU urbana de varones, en local de propiedad de la iglesia, por
el cual paga el Distrito $ 56 de arrendamiento, con un Director y dos
Maestros. El Departamento paga $ 60 al Director y $ 40 a uno de los
Maestros, y el Municipio paga $ 50 al otro Maestro y un sobresueldo de
$ 10 a cada uno de los otros superiores. Matrículas, 132;
R u fin o G u tié r r e z 153

Escuela urbana de mujeres, con el mismo número de empleados y do­


taciones déla otra; es regentada por Hermanas de la Caridad. El local,
aumentado y mejorado considerablemente, ea el mismo que construye­
ron para hospital del Ferrocarril los señores Muñoz y Borrero cuando fae-
ron contratistas, con 142 alumnas. No sé porqué pertenece al Distrito; y
Cinco Escuelas rurales alternadas, con Maestras a quienes paga el
Departamento a $ 36 y da el Municipio un sobresueldo^dé $ 4, en locales
que son ranchos alquilados a $ 6„ Matrículas, 71 varones y 59 mujeres.
Y nada más que esto; de manera que eu Buenaventura hay por junto -
404 educandos.
El Concejo tiene dictado un Acuerdo por el cual manda establecer
dos restaurantes escolares para dar diariamente veinticinco desayunos a
niños indigentes.
En un principio Buenaventura no fue cabecera de parroquia sino
una dependencia de la de Raposo, cuyo Cura venía de paso a administrar
los sacramentos. Suprimido este Curato, se pasaron los archivos al puerto,
pero los libros desaparecieron en el incendio de 1881. Sólo se sabe que
el primero que desempeñó el ministerio por algún tiempo aquí fue el
presbítero Buenaventura Jiménez, y que en 1872 ya lo ejercía. Probable­
mente la eliminación de aquel Curato y creación de éste se hicieron en
1870, cuando vino de visita pastoral, y pasó a Raposo, el Obispo de Po-
payán, Ilustiísimo señor Carlos Bermúdez. Al señor Jiménez lo siguió
como Cura accidental por algún tiempo el presbítero Juan Evangelista
García Vernaza, Después de éste sólo se presentaban de tránsito algunos
sacerdotes a celebrar ciertas festividades religiosasv En 1891 ya hubo
Cura propio, que fue el presbítero Alejo María Marulanda hasta 1906;
lo sucedió el presbítero José Ramón Bejaraño hasta 1912, que entró de
Cura el actual, presbítero Zabulón B. Hoyos.
Antes no había más que un rancho pajizo que hacía de iglesia; se
incendió, y el presbítero García Vernaza emprendió la construcción de
una de tablas, y la dejó techada con láminas de hierro. En 1896 ya casi
todas las tablas estaban podridas, y el presbítero Marulanda empezó la
reparación; entonces los contratistas del Ferrocarril me autorizaron para
preparar gratuitamente en los talleres de la Empresa todas las maderas
que se necesitaran. Con posterioridad se concluyó la reparación, y hoy la
iglesia, que es toda de tablas, sin mayor adorno, menos el techo, que es
metálico, no presenta mal aspecto en su interior; el actual Cura está reem­
plazando los pavimentos de tablas por cemento. Es de capacidad más que
suficiente para los fieles que a ella concurren. Está en una prominen­
cia que forma la isla al morir en la bahía, casi en el centro de lo más po­
blado y comercial, a la orilla de la carrilera del ferrocarril. Tieüe altar y
púlpito regulares, y muy pocos reclinatorios y bancas. Carece de torre;
su frontis es muy infeliz, y tiene bonito y alto atrio formado por gradería
de piedra labrada y cemento.
A los lados de la iglesia hay dos casas de dos pisos, de tabla ínte­
gramente, con techos de teja metálica, de las cuales la una es la cural, que
tiene podrida casi toda la madera del piso alto, y la otra está alquilada
para Escuela pública.
En 1894 estableció alumbrado eléctrico en Buenaventura el mecánico
irlandés John Oneil, y estuvo funcionando como año y medio; pero
como sólo colocó unos 250 focos, que le pagaban a $ 0-50 cada uno
por mes, aprovechó la primera ocasión que se le presentó y vendió la plan­
ta al señor Apolinar Sierra, para llevarla a la hacienda de San José, en
el Distrito de Palmira, y él mismo se contrató para trabajar allí en la fá„
154 B u e n a v e n tu ra

brica de azúcar y licores. Ei alumbrado público consiste hoy en 36 lám­


paras alimentadas con petróleo.
Agua potable no hay, ni se consume otra que la de lluvias, la cual se
recoge en ios techos de las casas, en canales metálicas, o de guaduas si los
techos son pajizos, y se recibe en estanques o barriles de metal o de ma­
dera, pues en la isla no hay una sola corriente que sea utilizable para
usos domésticos, sino sólo unos dos o tres sedientos resumideros, que no se
emplean más que para lavar Jaropa de los negros y de la gente más pobre;
pues la de la medianamente acomodada o delicada se lava con el agua
lluvia o se lleva lejos de la isla, porque la de aquellos resumideros produce
con frecuencia manchas en el cuerpo, llamadas aquí carato de agua.
Colocados donde puedan recoger bastante agua de lluvia de la que
cae sobre edificios, y para el abastecimiento del público, hay cuatro es­
tanques de acero de capacidad de 6,500 galones cada uno, sobre bases de
manipostería. Dos de ellos los dio la Nación, uno los empresarios del
Ferrocarril, y ei otro lo costeó el Distrito.
Aquí todo el que toma baños lo hace en su casa, con agua de los
depósitos, y esa es la misma que se consume aun para alimentar los de­
pósitos de las locomotoras. A pesar del gasto que esto demanda, es tan­
to lo que llueve, que rara vez tiene que pasar al continente una locomo­
tora a llenar sus depósitos.
Los baños en el mar sólo pueden tomarse, y eso con peligro y difi­
cultad, en la parte alta de la población, bajando por un despeñadero
muy poco frecuentado. En la parte baja, cerca del abandonado muelle, no
se baña nadie, por la profundidad del mar, por la violencia de la corriente
marina y por temor justificado a voraces peces; y al frente, menos, porque
cuando sube la marea siempre está allí el agaa extraordinariamente sucia
e inmunda.
Actualmente se inician trabajos para hacer una gran cisterna de pie­
dra y cemento en la parte alta del poblado para recoger agua lluvia, con
$ 400 que votó el Departamento y la colaboración desinteresada de inge­
nieros del Ferrocarril.
Una casa norteamericana y una antioqueña han hecho últimamente
propuestas, que parece que no se han considerado debidamente, para do­
tar a la población de agua potable y de alumbrado eléctrico.
El censo de población de 1870 da a Buenaventura 3,991 habitantes;
el de 1905 le da 12,195, y 6,470 el de 1912; uno especial de 1914 le da 6,304
(1). No es que en siete años se haya rebajado casi a la mitad la población,
pues más bien ha aumentado, ni que se haya segregado parte del territo­
rio, sino que los censos en el país son malísimamente levantados.
La propiedad raíz urbana está anotada en el catastro de 1913, que es
©1 último que hay, con valor de $ 588,160, y ia rural en $ 10,200.
En enero dei presente año hubo 21 nacimientos, y de ellos sólo 7 de
hijos legítimos, 6 defunciones y ni un matrimonio.
Diariamente se beneficia ganado, que es traído todo del Valle del
Oauca por el Ferrocarril; en enero último se dieron al consumo 59cabezas
del mayor y 20 del menor.
La renta de licores produjo en once meses de 1917, a partir de febrero,
$ 36,586-30; la de degüello, $ 1,230, y la de tabaco, $ 676-68,ipero de esto
último hay que devolver todavía algo cuando se presenten las tornaguías
del tabaco llevado al Chocó.

(1) E l censo de 1918 le da 8,827 habitantes.


R u fin o G u tié rr e z 155

El impuesto de consumo eo 1917 produjo $ 7,176-80, y ea el mes de


enero dekpresente año, $ 2,550-53; estampillas de timbre se vendieron en
el mismo año por valor de $ 14,318-93, y papel sellado por $ 1,834-80, y
en enero del presente, $ 913 y $ 153-40, respectivamente.
Hay establecido un impuesto de $ 0-10 mensuales, llamado de
aseo, por cada metro lineal de las casas, y otro de medio y un centavo,
respectivamente, por vía de alumbrado, por metro lineal de las caeae, si
son altas o bajas.
domo impuesto de consumo se cobran $ 0-05 por cada arroba de
artículos alimenticios que se dan a la venta, excepción hecha de maíz,
yucas, plátanos, cocos y pescados, y $ 1 por cada 100 kilogramos de pro­
ductos industriales procedentes de otros lugares.
El presupuesto de rentas para el presente año asciende a $ 25,760;
de ól están apropiados $ 4,116 para instrucción pública, $ 4,503 para obras
públicas y $ 1,700 para beneficencia.
Según cuadros estadísticos formados en la Oficiaa Central de Cali,
en 1915 había en Buenaventura 758 cabezas de ganado vacuno, 4,660 del
de cerdo, 205 lanar, 80 cabrío, 500 mular y 20 asnal. Esto es exageradísi­
mo por exceso, pero sí sirve para^que los que conocemos el Distrito poda­
mos apreciar lo que es la estadística.
Hay cuatro comerciantes introductores del Extranjero y cuatro ex­
portadores, y además unos pocos negociantes que se proveen de ciertos
artículos en Panamá.
En el puerto hay establecidas seis casas de chinos, tres de sirios, una
de italianos y una de suizos.
Hay dos boticas.
Tres hoteles. * -
Una fotografía.
Una dentistería.
TJna fábrica de jabón.
Una de velas.
Una de hielo y una de aguas gaseosas.
En materia de billares, sí está muy adelantado Buenaventura, pues
hay seis muy concurridos; y también hay gallera.
Como dato curioso para que pueda apreciarse el espíritu comercial
de la gente de estas regiones, anotaré que aquí, a poco más de seis horas
de distancia por el tren del Valle del Cauca, la región más rica en gana­
dería del interior de Colombia, casi no se consume más mantequilla y le­
cho que la que viene en latas de los Estados Unidos, y cuando por casua­
lidad hay del país cuesta la primera a $ 1 la libra, y la leche a $ 0-25 y
$ 0-30 la botella.
El lugar del cementerio se ha cambiado tres veces, de que yo tenga
noticia cierta, y es tal que ni siquiera está cercado.
Hay trece Agentes de la Policía del Departamento y ocho del Muni­
cipio, sin uniformes. Dos de ellos hacen el servicio de serenos, menos en
las noches de sábados y domingos, que se aumenta el número porque hay
bastantes borracheras y desórdenes."
No hay reloj público, y por la noche se dan las horas en una campa­
na de la estación del Ferrocarril.
Tampoco hay hospital, pues el que sostenía la Empresa del Ferroca­
rril se pasó a la población de Caldas Por fortuna ahora es raro que se
presente un caso de beriberi, tan frecuente antes, que aun yo fui atacado
de esa terrible enfermedad cuando estuve encargado de la administra­
ción de la Empresa.
150 B u e n a v e n tu ra

De la población no párte camino alguno para tierra fuera de la vía


férrea. •
En tiempos antiguos se elaboraron algunas minas de oro a orillas del
río Dagua, en Calima y Raposo ; ahora ningana.
La primera imprenta fue introducida por don Rodolfo Velasco, en
1880, y el primer periódico qne se publicó fue M Isleño. Hoy hay una im­
prenta, y se publican dos periódicos de información y política, con poca
regularidad.
Fuera del teléfono del Ferrocarril no hay más que una corta línea para
entenderse entre sí los Jefes de las Oficinas Telegráfica y del Cable.
Lo que llaman plaza de mercado es un lote estrecho y de piso muy
desiguálala orilla de la carrilera, con algunos ranchitos cubiertos con
desechos de teja metálica. Allí se reúne poca gente a vender y comprar
escasas provisiones de boca, y lo admirable es que estando a la orilla del
mar y a poca distancia de la desembocadura del Dagua, ricos en todas
clases de peces y mariscos, casi no se encuentra de esto; en las mañanas
algo ofrecen en venta de puerta en puerta, pero en reducida cantidad y
menos variedad, y por eso el consumo es poco. En estos momentos el Oon­
cejo trata de construir una plaza cubierta en lote central, y de reglamen­
tar las ferias, pues las actuales carecen de organización.
De 1915 para acá se está explotando en los bosques de las llanuras
del Pacífico una resina conocida en los mercados extranjeros con el nom-
bre de balata, que tiene muy buen precio en ellos. Es producida por el ár­
bol llamado ahora níspero, y que comúnmente se le había dicho siempre
por acá guayacán trapichero, de excelente madera de gran duración; pero
ahora no puede utilizarse ésta porque está prohibido cortar el árbol, aun­
que resulta que cuando se le pica para extraerle la resina se seca. De
marzo a diciembre de 1915 se exportaron 7,565 kilogramos de balata;
en el año de 1916 ya fueron 15,755, y en los seis primeros meses del
año pasado la exportación subió a 103,089.
Parece que la Oficina de Correos se estableció formalmente en Bue­
naventura en 1844, pues en ese año se celebró el primer contrato para
transportar de aquí las valijas. En 1847 ordenó el Gobierno a nuestro
Ministro en Londres que comprara buques para ese servicio, pero nada
se hizo.
La Oficina tiene el carácter de agencia posta!, con un Jefe que gana
$ 100; un Contador, $ 50; un Oficial de Recibo y Despacho, $ 40; un Ayu­
dante de éste, $ 35; un Encargado de las Encomiendas Postales, $ 45; un
Oficial de Lista, $ 40, y Portero Escribiente, $ 30. Para útiles de escritorio
está apropiada la partida de $ 30 mensuales, y la de $ 5 para alumbrado.
Si se tiene en cuenta el clima y lo cara que es la vida, porque todos los
artículos alimenticios hay que traerlos de faera, estas dotaciones son
bajas, y por eso no siempre se encuentra personal idóneo y han ocurri­
do tántas irregularidades en el manejo de los fondos y de las encomien­
das postales.
Los autores de esas irregularidades han quedado siempre sin cas­
tigo cuando no se les ha premiado con puestos mejores, j nunca se ha
hecho efectiva una fianza.
Diariamente se recibe y despacha un correo por el tren del Ferro­
carril con Cali y las Oficinas intermedias; uno quincenal con el Extran­
jero para el Norte y psra el Sur, y este último toca en Tumaco; uno se­
manal, en goletas, para el Chocó por el río San Juan e Istmina, y otro del
mismo modo para los puertos nacionales de la costa sur del Pacífico.
El servicio postal férreo y fluvial lo establecí yo.
R u fin o G u tié rr e z 157

Por el embarqae y desembarque de ios correos del Extranjero se


paga, conforme a contrato, a $ 0-10 por cada saco; en 1917 costó este
servicio $ 630-80.
En la Oficina no hay cajillas de apartado, ni buzones en la pobla­
ción.
No se me dio dato sobre las encomiendas de tránsito llegadas del
Exterior ni de los sacos que las contienen, ni el de los locales de esa
procedencia recibidas en 1917, sino sólo que éstas produjeron $ 6,635 en
el año.
Se recibieron en ese tiempo 14,287 cartas para la población y 38,226
impresos, y se despacharon 21,581 cartas y 3,480 impresos. Las enco­
miendas del interior recibidas fueron 206, y las despachadas 164.
Se expidieron 472 giros postales, por valor de 5,726-50, que produ­
jeron $ 223-50, y se cubrieron 26, por $ 1,020-50.
La venta de especies postales produjo $ 1,744-69 en el año.
La Oficina Telegráfica de Buenaventura fue inaugurada en 1874 por
el señor Víctor Triana. Es terminal, y entran a ella dos líneas, de las cua­
les una está destinada especialmente para la transmisión de cables. La
Oficina del Cable submarino se estableció en este puerto el 2 de octubre
de 1882, en virtud de contrato con el Gobierno. El valor de les despachos
que se dirigen al Extranjero se paga en la Oficina Nacional, donde se in­
troducen de acuerdo con tarifa que constantemente cambia la Compañía
del Oable, y hecha la liquidación de ellos en Buenaventura por los Jefes
de esta Ofioina y de la Nacional, éste gira mensualmente por el valor de
ellos sobre ©1 Consulado de Nueva York.
El personal de la Oficina Telegráfica se compone de un Jefe, don
Joaquín Mafia, quien viene sirviendo al ramo desde 1888, con * 90 de
sueldo; un Subjefe, con $ 80; cuatro Ayudantes, a $ 70; nn Oficial de Re­
cibo, $ 50p in Copista, $ 40, y un Cartero, $ 14. Para alumbrado sólo tie­
ne $ 5 mensuales, a pesar de que se trabaja todas las noches y con mu-
oha frecuencia hasta el amanecer.
El local, cómodo y central, y donde tienen sus habitaciones algunos
de los empleados, está en la parte alta de una casa cuyo arrendamiento
cuesta $ 100. En los bajos está la Agencia Postal.
En 1917 se transmitieron 40,008 telegramas porteados, por valor
de $ 32,719-04* y 13,893 oficiales, y se recibieron 28,519 de los primeros
y 10,994 de los otros. Los cables de Colombia para el Extranjero en el
año fueron 19,141 de particulares, que costaron $ 136,396-21, y los ofi­
ciales, 575, que valieron $ 6,901-97.
Las líneas telegráficas de Córdoba para acá venían a grandes tre­
chos por ana cuchilla muy chata que muere cerca de Buenaventura, por
donde indudablemente hubo eu otro tiempo una trocha para caminan­
tes de a pie que se ocupaban en introducir contrabandos o que no se aco­
modaban con la costosa y dilatada navegación del Dagua. Las líneas
estuvieron muy descuidadas, en malos postes, oxidadas y llenas de nudos,
y desde el año pasado están arreglándolas por ancha zona, con alambre
nuevo y en postes de rieles cada una de ellas separadas.
Hace dos años, cuando se presentó el azote de la fiebre amarilla en
Buenaventura y Caldas, este puerto estaba en el más lastimoso estado
en materia de higiene: no se barría una calle; bandadas de gallinazos es­
taban encargadas de hacer el aseo, y como los techos de las casas se
veían a todas horas llenos de esos inmundos animales, todos sus despo­
jos eran arrastrados por las aguas lluvias a estanqaes y barriles que
no se limpiaban nunca. Esa era el agua que consumía el vecindario,
158 B u e n a v e n tu r a

ricos y pobres, para todos los servicios domésticos; y como los depósi-
sitos do tenían tapas, allí iban a dar las suciedades que llevaban fuer­
tes vientos e infinidad de animalejos asquerosos que hay siempre en in­
cultas playas marinas, sobre todo caando no hay aseo.
Alarmados el Gobierno y la Junta de Higiene por lo que estaba su­
cediendo con la epidemia, resolvieron al fin hacer algo, y empezaron
por traer un médico norteamericano, quien debidamente apoyado por
todas las autoridades y por el vecindario, dictó medidas enérgicas y
eficaces, y nos enseñó lo que debíamos hacer en adelante para sanear el
puerto, donde sólo permaneció hasta junio de 1916. El primer caso de
fiebre amarilla se presentó en septiembre de 1915, y el último enjanio
de 1916; los atacados por ella fueron 92, y murieron 45.
La epidemia desapareció, pues, prontamente, sin propagarse en el
Valle del Oauca, como se temió al principio. Desde mayo de 1916 se
creó aquí una Oficina de Sanidad, que está servida ahora por un módi­
co colombiano, un Secretario, un Jefe de Policía Sanitaria y cuatro Agen­
tes que se ocupan constantemente en hacer visitas domiciliarias para vi­
gilar el aseo; dos Aceitadores para petrolizar las aguas que haya en el
terreno poblado; dos Carpinteros, y diez peones gara recoger y bolear dia­
riamente las basuras. Todos los depósitos de agua para el consumo fueron
cubiertos con mallas de alambre, para que no éntre a ellos un solo insecto,
y les pusieron llaves; y caando en las visitas diarias se encuentra un
daño en éstos y no se comprueba inculpabilidad, al dueño del depósito se
le impone una multa y se repone o remienda lo dañado.
El personal a sueldo caesta mensualmente $ 379-50, y ios Policías,
Carpinteros, Aceitadores y basureros, $ 76-80 por semana; en material se
gastan unos $ 400 mensuales.
Se declaró guerra a muerte a ratas y gallinazos, y desde el 9 de abril
de 1916 hastael 31 de mayo de 1917 se han destruido, pagándolas a $ 0-05,
4,313 ratas y 293 del 16 de enero de este año a hoy. De la primera
fecha anotada al 16 de octubre último se han muerto 474 gallinazos, pa­
gados a $ 0-10, y con posterioridad ni ano solo, porque ya no se pre­
sentan en la población.
Con estas medidas el estado sanitario del puerto, que era de lo peor
del país, ha mejorado muchísimo, y los zancudos, que no dejaban un mo­
mento de tranquilidad a ninguna hora del día y de la noche, han des­
aparecido de tal modo, que ya se puede dormir en Buenaventura sin mos­
quitero. Para los que en otro tiempo hayan vivido aquí o estado unas
horas de tránsito, esta noticia, que algunos considerarán exagerada, les da
idea de lo que ha sido y es la labor de las Juntas de Higiene y de Sani­
dad. Con este motivo creo de jnsticia consignar el nombre del doctor J e ­
naro Payán, inteligente y eficaz colaborador de la Junta Central de
Higiene, en sq carácter de Inspector del Pacífico, y el del actual Jefe de
la Jauta de Sanidad de! puerto, doctor Pedro A. Duque, a quien en gran
parte se debe el éxito de que estoy hablando.
Desafortunadamente este celo no será muy estable porque cambia­
rán el personal o porque suprimirán el gasto.
Apenas se presentó la epidemia, la Junta de Bogotá mandó que se es­
tableciera cuarentena rigurosa, y dictó las medidas que consideró pruden­
tes; del resaltado qoe dieron ellas hablan el reducido número de víctimas
que hubo y la poca duración dei azote. Las. poblaciones del Valle del Cau­
ca y de las vertientes del Pacífico están en condiciones más desfavorables
para una invasión de esa naturaleza que lo estuvieron las de Ocaña,.
Oúcnta, Neiva, Tocaim?, Guaduas, Espinal, etc., cuando en el últimoeaar-
R u fin o G u tié rr e z 159

to del siglo pasado faeron visitadas por la epidemia; y sin embargo en cual­
quiera de éstas hubo más víctimas que ahora en todo la región del anti­
guo Oauca,
A la cuarentena mandada establecer fueron sometidas unas 1,800 per­
sonas. Por si el flagelo se prolongaba, y en previsión de lo que pueda
ocurrir más adelante con otras epidemias de las que con tánta frecuencia
se presentan en las costas del Pacífico, la Junta General de Higiene man.
dó construir un edificio en el lugar mejor escogido, en Puerto de Dagas,
para cuarentenas, el cual se concluyó cuando el azote había cesado, Hoy
está desocupado y a cargo de dos empleados subalternos encargados de
cuidar de él, quienes hacen esto con exquisito esmero y aun tienen gran­
de y bello jardín, y han plantado extensa y variada arboleda. El edificio,
construido a tina docena de metros de la carrilera dei ferrocarril y a poco
más del río Dagua, entre los dos, y a la salida del famoso Boquerón de
este nombre, es grande, con departamentos bien separados para cuaren-
tenarios sanos, sospechosos y enfermosy para módicos y demás empleados,
de madera de bnena calidad y bien trabajada, coo base de cemento para
hacerlo inaccesible a las ratas, y techo metálico; está defendido por todas
partes con mallas de alambre, y tiene puertas con resortes; hay agua po­
table en abundancia, baños, excusados, etc. Costó poco más de 8 9,000*
muy bien empleados, siempre que no 89 le abandone con el tiempo, como
sucede entre nosotros con toda obra buena.
La construcción de un muelle es una de las necesidades más imperio­
sas de este puerto y del comercio de importación y exportación, pues hoy
para hacer embarques y desembarques hay que esperar a que el
alta marea esté en su plenitud para poder mover Ja carga entre los ba­
ques y tierra, y eso en lanchas y otras embarcaciones menores. En la
baja marea sólo se maeven pasajeros y equipajes manuales, pero a es­
paldas de negros o en diminutas canoas arrastradas con cuerdas sobre la
ancha faja de lodo que queda entre la población y el mar, y de allí hasta
a bordo en embarcación menor. Debido a esto, el transporte de pasajeros
y carga es sumamente costoso por falta de competencia.
Oaando don Francisco J. Gisneros fue contratista del ferrocarril, en
1883, construyó, con gran costo, un muelle de acero, que de nada sirvió, y
quedó relegado desde que se construyó, porque es corto y está localizado
donde hay bajíos de fondo de roca alrededor de él, y pasa por allí una fuer­
te corriente de las mareas, que llaman el Mero; de manera que el pri­
mer buque que atracó tuvo que retirarse con la baja marea, y después
no han vuelto a atracar, porque no pueden resistir esa corriente" sin
exponerse.
En el contrato de 1905 con la actual Compañía sobre construcción
y conservación del ferrocarril se estipuló que se la preferiría en igualdad
de circunstancias para la construcción de un muelle, pero ella no ha hecho
nada.
Gasas extranjeras y del país han hecho varias propuestas, más o me­
nos formales, para encargarse de la obra con diferentes condiciones; y
por lo que yo recuerde por el momento sólo llegó a firmarse, y en eso
quedó, un disparatado contrato, hace como veinte años, con un español.
Entonces censuré por la prensa ese contrato y anuncié que sucedería lo
que se ha visto.
Ley de 1912 destinó el producto de los derechos del puerto para esa
obra, y la 3.a de 1915 mandó que se construyera.
En vista de que el Gobierno no toma providencias para hacer algo
en favor del comercio de los Departamentos del Valle, Caldas y Oauca
160 B u e n a v e n tu r a

y por el decoro nacional, la Gobernación del Valle acaba de nombrar dos


ingenieros que estudien el punto con el objeto de entenderse con la próxima
Asamblea para que apropie la partida necesaria, y solicitar del Gobierno
que permita construir el muelle a costa de esta entidad seccional.
Estudios formales sobre esto hay el de los ingenieros enviados por
la Oasa inglesa de Pearson, y el que hicieron los muy competentes de la
empresa del Ferrocarril.
Debemos tener confianza en que el Departamento del Valle, gober­
nado hoy por el doctor Vicente García Córdoba, joven de grande
empuje para el progreso, y donde el espíritu público empieza a desper­
tarse de una manera consoladora y que promete mucho, llevará a cabo la
obra; y como ésta interesa también muchísimo a los Departamentos del
Oauca y de Caldas, las Asambleas de éstos deberían prestar eficaz con­
tingente para ello.
Por falta del muelle es costosísimo el desembarque de maquinaria
pesada o voluminosa, y no puede traerse paralas industrias fabriles y
agrícolas, y poco menos que imposible el embarque de ganado vacuno y
de carbón mineral, que tendrían espléndido mercado en Panamá y Gua
yaquil. Ouando se construya, se exportarán en gran cantidad estos ar
tículos y otros muchos que no dan ios gastos actuales, y entonces ven
drán a la bahía vapores de otras compañías que nos rediman del actual
monopolio. Hay que confiar en que ya que el Gobierno y la Compañía del
Ferrocarril no han hecho nada por la construcción del muelle, no pondrán
dificultades al Departamento haciendo el papel del perro del hortelano.
A mi ver es muy clara la causa de que quede una zona de iodo muy
ancha entre la población y la baja marea, y que vaya aumentando de
año en año: la marea ascendente, ayudada por la corriente marina que
viene del Sur lamiendo la costa del continente, entra a la bahía por un
canal angosto, con gran violencia, y su corriente, sensible a l a vista,
como si fuera la de un río caudaloso, marcha directamente sobre la punta
de la isla, y a su paso empuja sobre la playa de ésta la carga de detritos
que constantemente trae el río Dagua al desembocar muy cerca, en la mis
ma bahía, y la arrincona contra la isla. La inmensa hoya de este río antes
de bajar a las llanuras del Pacífico es muy quebrada, de tierra sumamen
te deleznable, cou poca vegetación, y por eso aun cuando no llueva, y
mucho más eu invierno, echa el río formidables y momentáneas avenidas
por las represas que se forman con los muy frecuentes derrumbamientos,
y toda esa tierra viene a depositarla en la bahía. Aun en los tiempos de
mayores secas baja turbio el río por la gran cantidad de tierra eu des­
composición que trae.
Este puerto es poco visitado por embarcaciones, porque el comercio de
importación y exportación no es activo y por las dificultades que los vapo­
res de alto bordo encuentran para entrary atracar en nna bahía en que se
necesita conocer el canal, y se carece en absoluto de boyas y de faros, y
por las no menores que hay para dejar y recibir carga por falta de muelle.
La Ley 17 de 1911 autorizó al Ejecutivo para contratar el estudio y
la ejecución de todas las obras que requiera el puerto para sanificarlo y
mejorarlo en todo sentido, inclusive para la construcción de bodegas de
la Aduana, depósitos, etc., y para contratar un empréstito con ese objeto
y declarar a Buenaventura puerto de depósito.
En informe que rendí en febrero de 1912 a los Ministerios de Gobier­
no y de Obras Públicas les dije:
“ Para atender al propósito del Gobierno y a lo que dispone la Ley
17 del año pasado, creo que convendría hacer lo siguiente :
R u fin o G u tié rr e z 161

“ l.° En primer logar, y como medida más urgente y de más inmedia­


tos y benéficos resultados para el saneamiento del puerto, hacer uno o más
estanques o cisternas de cemento con armaduras de hierro, para recoger
en la parte alta de la población las aguas lluvias para atender a las
necesidades de los habitantes por medio de tuberías de hierro galvani­
zado;
“Rellenar con tierra de la parte aita de la población los grandísimos
pantanos que en el centro de lo mejor habitado de ella se forman a causa
de que hasta allí entran las aguas de la marea alta;
“Formar canales de cemento en esos pantanos, que servirían para
secar el piso y recibir los desagües de las casas, y aun por ellos podrían
transitar canoas, y establecerse un tráfico económico cuando sube la
marea, y
“Nombrar ui? buen módico.
“ Convendría confiar estos trabajos a una Junta compuesta dei P re­
fecto, el Cura, el Director de) Ferrocarril y dos o tres vecinos importantes*
más bien que a ana residente en Cali.
“ 2.° Establecer un lugar apropiado para mercado público y otro para
matadero en condiciones higiénicas .
*‘3.® Balizar la bahía y poner nna boya en el fondeadero de los va­
pores.
“ 4.° Canalización de la bahía y de la desembocadura del río Dagua,
para evitar que todo el detrito que arrastra sea arrojado sobre la po­
blación.
“5.° Construcción de nn muelle.
“6.® Construcción de edificios y bodegas para la Aduana y parala
estación del Ferrocarril, siquiera medianamente cómodos y decentes.”
Algo de esto se ha hecho o empezado a hacer con posterioridad a
aquel informe.
En otro tiempo tocaban aquí periódicamente barcos de una poderosa
Compañía chilena, y como esto hacía competencia a la inglesa que des­
de mediados del siglo pasado tiene casi monopolizado el transporte de
nuestro comercio, ésta dio a aquélla una suma considerable para que no
enviara sus naves a los puertos colombianos; así lo hicieron.
Después estuvieron viniendo por largo tiempo cómodos vapores de las
Compañías Hamburguesa y Cosmos, alemanas, y do la Veloce, italiana,
que llevaban nuestros frutos de exportación por el estrecho de Magalla­
nes, a precios más b resq u e la Compañía inglesa por Panamá, y se re­
tiraron tambiÓD, no sé si por alguna combinación semejante a la hecha
con ios chilenos, o si fue por falta de carga.
Ahora nuestras relaciones con el Extranjero se sostienen casi exclusi­
vamente por vapores chicos, viejos, incómodos, desaseados y de repug­
nante reglamentación interna, de la Compañía inglesa de navegación del
Pacífico. Estos barcos costaneros hacen actualmente la carrera entre P a­
namá y Guayaquil cada quince días, tocando en Buenaventura yTumaeo,
y cobran precios elevadísimos por pasajes y fletes. Como nuestros puertos
se consideran infestados, y en Guayaquil no se admiten procedencias de
ellos, el vapor que viene de Panamá, después de tocar en nuestros dos
mal reputados puertos, regresa a la capital del Istmo, y de allí va direc­
tamente al Ecuador; mientras que los que salen de Guayaquil con desti­
no a Pauamá sí entran a los puertos colombianos, a pesar de que en
aquel puerto se han vuelto casi endémicas la fiebre amarilla y la peste
bubónica. Quien vaya de Buenaventura para el Extranjero por Panamá
Monografías.—Tomo 2?—l i
102 Buenaventura

y quiera librarse de la iucómoda cuarentena, tiene que hacer el viaje to­


cando en Turnaco. Estos vapores son los encargados de transportar los
correos nacionales en virtud de costoso contrato. No se reducen a lo di­
cho las molestias que ocasiona la línea inglesa, pues para ir de squí a
Turnaco en uno de sus barcos tienen que proveerse los pasajeros de pasa­
porte expedido por el (Jóusul inglés ; y eo materia de embarques y des­
embarques de carga en el puerto, han establecido un monopolio odioso,
pues uo la reciben ni entregan si no es movilizada entre tierra y a bordo
por los agentes de la Compañía,
Los señores Alejandro Angel y Compañía, establecidos en Nueva
Ycík, formaron allí una Compañía llamada Colombian Maritime Company
Limited., compuesta ea a a mayor parte de accionistas antioqueñoa y alga
nos de Oa:i. Hace pocas meses estableció navegación por medio det vapor
Balboa, de 800 tonelada*, de buenas condiciones hasta para veinticuatro
pasajeros. Este barco toca dos veces al mes éu Buenaventura, y de regreso
para Panamá va hasta Turnaco y hace escala allí. Da venida del Istmo ha
traído gratuitamente el correo; el da Buenaventura no se despacha en éi
porque uo hay contrato pira ello. Indudablemente presta un buen servicio
al país, pero co compremio porqué se le entregan en Panamá correos tan
valiosos como son ios de encomiendas sin constituir garantías.
Como la Compañía inglesaos muy poderosa y muy hábil, tío le fal­
tarán medios para acabar con esta competencia.
Por iniciativa de don Jorge Mercado, de io más honorable que hay
en estas costas, S8 formó hace algunos años una Compañía llamada
Línea Costanera Fluvial de Vapores, la cual tiene hoy en servicio cuatro
vapores de 25 a 110 toneladas, con camarotes regularmente cómodos para
pasajeros, y que hacen sus carreras entre Buenaventura y el puerto de
Negri en el río San Juan, y entre Turnaco y el puerto de Barbacoas en el
Telembh subiendo por el Patía. Estos vaporcitos prestan muy oportunos
y eficaces servicios a! comercio y a los viajeros y dan garantías necesarias
en todo sentido.
Además tocan aquí de vez en cuando otros vapores y embarcaciones
nuevos. En diciembre último entraron por junto a este puerto catorce va­
pores, la mayor parte de los del comercio costanero, y doce buquecitos
veleros.
En ;a Comandancia del puerto están matriculados, según registro
que se lleva, dos vapores y trece veleros de los que están en servicio; en
Turnaco están matriculados otros de los que vienen aquí. No se lleva por
oficiua o autoridad alguna un registro de las embarcaciones mayores y
menores que entran y salea.
Los champanes y las canoas de bastante capacidad, llamadas aquí
ibaburas, que vieueu de lugares lejanos de la Costa, no están inscritos ni
se examinan, y entran al puerto y salen de él sin que autoridad alguna
intervenga para nada. Examínese !a estadística aduanera, y se verá que
la introducción de perfumes, relojes, sedería, joyas, licores, cigarrillos, ci­
garros, revólveres, y todos los demás artículos que tienen alto gravamen
en la Tarifa, no produce nsda apreciable, y sin embargo hasta en las pobla­
ciones más miserables ve uno grandes existencias de esos artículos puestos
a la venta; los coalesse introducen de contrabando eu embarcaciones de
todas clases, y éstas se celan tan poco que es raro que se sorprenda aoo.
Los guardacostas del Gobierno no han llegado a coger el primero en unos
cuatro años que hace que están en servicio.
No será inútil dar algunas noticias sobre estos guardacostas. Son
tres bonitos buques, bastante cómodos, movidos por gasolina, con alum-
R u fin o G u tié r r e z 163

brado eléctrico, que faeron construidos en el Extranjero por cuenta del


Gobierno y se armaron aquí. La armada de cada uno salió costando de
$ 15,000 a $ 18,000 oro. Hasta ahora sólo han servido para paseos de em­
pleados y particulares y para llevar de cuando en cuando algún emplea­
do a puerto o caserío de la costa para que se encargue de destino subal­
terno o practique visita a un resguardo; pero no siempre se les aprovecha
ni para eso, porque coa demasiada frecuencia están en reparación a causa
de que no se nombran empleados que sepan manejarlos. Hace pocos me­
ses, por ejemplo', tuvo que ir el Jefe dei Resguardo de la Aduana a hacer
visita a uno de los de su dependencia, y como no podían moverse lás embar­
caciones del Gobierno porque estaban dañadas, para hacer ese viaje se tomó
a flete, por $ 600, uno de los vaporcitcs de la Compañía costanera fluvial.
Para que se vea lo gravosos que son para el Fisco los guardacostas,
tomó algunos datos de lo que cuesta su manejo. El Cauca consume veinte
galones de gasolina y medio de aceite, en cada hora de marcha, y como
aquí esas sustancias valen a $ 0-85 y $ 1-80, respectivamente, resulta que
el gasto en una hora en combustible y aceite es de $ 17-90. El año pasado
se invirtieron en el mismo guardacostas $ 4,150-17 en sueldos de emplea­
dos que lo manejan y $ L,896-84 en material, y ha hecho por todo doce
áxcursiones por la costa norte y seis poría sur. El guardacostas número
3 ha hecho de agosto de 1814 a diciembre último, diez y nueve viajes por
junto, y ha consumido en ese tiempo $5,000 en reparaciones y material,
$ 12,500 en sueldos y $ 6,600 í-n alimentación desús empleados.
En cambio el vapor Bolivar, por ejemplo, de la Compañía costanera
fluvial, que es ei más grande de eü», pues tiene aforo de 110 toneladas,
hace viajes eostantemeate y sostiene mayor número de empleados para
atender a los pasajeros y a la carga que trasporta, invierte $ 590 plata
(o sea $ 300 oro) per mea en esos empleados, y sólo $ 2 por hora en com­
bustible y lubricante.
El Gobierno tiene en el puerto una existencia de 2,500 galones de
gasolina, que se consumirán pronto en paseos.
lío me atrevería a aconsejar que se vendieran estos guardacostas tan
gravosos e inútiles por el momento, sino que se organizara su servicio;
pues que podría suceder con ellos lo que con tres vapores que tenía el
Gobierno en la bahía de Cartagena y acaba de vender por unos pocos
centavos, o lo ocurrido con el casco del Boyaoáf qne tenía aquí, el cual
vendió en remate por $ 500, y los rematadores vendieron en estos días a
no peruano por $ 5,600.
Al hablar de Buenaventura, que es el puerto de mayor importancia
que tiene la República en el mar Pacífico, hay que dar algunos datos
sobre la Aduana establecida eu ól. Los edificios para oficinas de emplea­
dos y para bodegas son malos, muy malos, y éstos de tan poca capacidad,
que cuando un buque trae regular cantidad de carga uo cabe en ellas, y
mucha parte hay qne tirarla en la calle mientras se afora y liquida, para lle­
varla a las bodegás del Ferrocarril o de los particulares. Ahora, pocos días
se ve eso, porque lian disminuido las importaciones en los últimos meses
a tal extremo que antier que estuve en las bodegas las encontré comple­
tamente desocupadas.
Sobre la marcha del movimiento de la Aduana dan idea estos datos:
el año de 1913, antes de la guerra universa!, produjo por los diferentes
derechos que gravan la introducción de mercancías, $ 1.301,809-61; en el
año pasado, $ 974,664-43, y el mes de enero último, ¿33,859-89.
Las mercancías introducidas en 1913 pesaron 12.416,849 kilogramos
y 737 gramos, por valor de $ 2.962,809-97, según facturas, y sé hicieron
164 B u e n a v e n tu ra

exportaciones por 8 2.252,316-85, con peso de 5.739,734 kilogramos y 607


gramos. El año pasado de 1917 las introducciones pesaron 11.799,892 k i­
logramos y 808 gramos, por valor de $ 2.638,418-89, y se exportaron
14.452,122 kilogramos y 893 gramos, por valor de $ 4.741,680-94.
Como se ve, la disminución de los productos de la Aduana y del vo­
lumen de las importaciones no es tan sensible como era de temerse al
oír los lloriqueos del Gobierno y de la prensa sensacional, mientras
que la cantidad y el valor de las exportaciones se han duplicado en
cuatro años.
En el de 1914 se exportó por este puerto platino por valor de
$ 215,897, y sólo en el primer semestre de 1817 por $ 336,188} la exporta­
ción de otros artículos fae así en los mismos períodos: oro, $ 384,350 y
$ 128,547; caucho, 174 bultos y 26; café, 76,299 bultos y 87,198, v pieles,
38,766 bultos y 43,186.
Los contrabandos no se evitan fácilmente porque los guardacostas
nada hacen eu eso, y porque los resguardos, además de carecer de los ele
mentos necesarios, tienen tan ma! dotado su personal, que no es fácil esco­
gerlo entre persones idóneas. El Resguardo de este puerto se compone de
un Jefe, cinco Cabos, un Piloto, chatro Remeros y quince Guardas, y de
este Jefe dependen ios Resguardos de Gaapí, con un Oabo y cuatro Guar­
das; el de Micay, con un Jefa; un Oabo y seis Guar las; el de Palestina,
con un Jefe, un Oabo y siete Guardas, y el deNuquí, con un personal igual
al anterior. A los Guardas de Buenaventura les pagan a $ 34 y a los de
los otros puertos a $ 27.
Casi todos estos resguardos están situados en lugares malsanos de
la costa, poco menos que desiertos y completamente desprovistos de lo v'
más indispensable para sostener !a vida, y a eso se agrega que con mu­
cha frecuencia sucede que trascurren tres, cuatro o más meses sio reci­
bir ei valor de sus sueldos. Por esto y porque carecen en absoluto de em­
barcaciones, de remeros y aun de remos, ya es de imaginarse la eficacia
de la acción de esos pobres empleados contra los contrabandistas, mucho
más cuando saben de sobra que entre nosotros no hay sanción penal, so­
cial, ni religiosa para esos criminales.
Los fondos de la-Aduana han sido objeto de robos y fraudes en di­
ferentes tiempos. De dos años para acá ha habido un desfalco de
$39,459-30 por medio de adulteración de documentos y omisión de asien­
tos en 1916, y además se hizo reintegrar a ciertos comerciantes la suma de
$ 6 69f-51, proveniente de otras adulteraciones de documentos; y el año
pasado se descubrió otro desfalco de $ 1,264-50, el cual reitegró el fia­
dor del responsable. Esperemos que pase el tiempo y se verá que todo eso
queda impune y que no se recupera nada de lo robado.
Bu los últimos años se han ocupado mucho-las Cámaras Legislativas,
la Asamblea del Valle, el público y la prensa en disposiciones y discu­
siones que se relacionan con el proyecto concebido por algunos amigos
de innovaciones para establecer en la ensenada de Málaga el puerto
por el cual deba comunicarse el Cauca con el Exterior, y la consiguiente
eliminación del de Buenaventura, y por eso no será baldío dar algunos
datos sobre aquella ensenada, atenido a mis escasos conocimientos sobre
la materia y a noticias precisas que me suministró dou Manuel S. Oaicedo,
persona muy conocedora de las costas de! Pacífico.
La ensenada de Má'aga está a unas 25 millas al nordeste de la bahía
de Buenaventura; fue descubierta por don Luis de Audagoya, hermano
de don Pascual del mismo apellido. Se halla en el punto en que muere eu
el mar la baja estribación de la Cordillera Occidental que separa las agua&
de los ríos San Juan y Calima.
R u fin o G u tié r r e z 1 65

Tiene dos entradas por el mar, 'la una al Este, entre la isla de La
Palma y el continente por la playa de Bazán, y la otra entre el costado
Norte del bajío de Los Negritos y la punta Sar de la playa de Jnancha-
co. La primera entrada no tiene mayor profundidad ni es regular o uni­
forme en toda su extensión, y tiene muchos bancos de piedra que no se
ven sino en la marea baja ; en uno de ellos chocó y se perdió hace poco
el vapor Buenaventura de la línea costanera fluvial. En la otra, la parte
profunda es muy estrecha y no tiene capacidad para barcos de bastante
tonelaje y calado. Esta entrada va casi de Occidente a Oriente unos 4
kilómetros como buscando la depresión de la cordillera que da naci­
miento al río Oalima, y tiene anchura variable de 1 a 3 kilómetros; la
tierra de los lados es baja generalmente, pantanosa y cortada a cada
paso por grandes esteros, como el de Guarataco, de más de 800 metros
de ancho. La tierra de las pequeñas colinas adyacentes a la ensenada es
blancuzca, cascajosa y deleznable, impropia para la agricultura, por lo
f cual no hay cultivos por aiií¡ Como es natural, porque caen en estas
costas aguaceros torrenciales casi diariamente y aquellas colinas están
pobladas de vegetación, se forman fuentes más o menos grandes que des­
aparecen o disminuyen considerablemente con cuatro o seis días de seca.
Así es que puede considerarse que los terrenos que están cerca de la en­
senada no tienen fuentes permanentes de agua potable suficientes para
atender a las necesidades de un poblado que se estableciera por allí, pues
loa ríos San Juan y Calima desembocan a gran distancia. El fondo en
toda su extensión es un arrecife de roca granítica tan irregular, que en
uu círculo de 50 metros se encuentran profundidades de una hasta cator­
ce brazas. 3obre todo esto el mayor defecto de la ensenada es que está
desabrigada y no presta seguridad a las naves que allí anclen para defen­
derse de los vientos que soplan con violencia de mayo a diciembre por el
Norte, y de junio a octubre por el Sur. Por esos lados no hay el más po­
bre caserío, y en el archipiélago de islas pequeñas, estériles y sin agua de
que está poblado, no alcanzan a una docena los ranchos miserables de
gente infeliz que vive de la pesca. La bahía de Buenaventura tiene la
grandísima ven taja./sobre la de Málaga, de ser muy fácil de defender
de ataques de enemigos exteriores.
Si esta ensenada fuera aprovechable como puerto de medianas con­
diciones, y si Jas tierras que la limitan fueran propias para la agricultu­
ra, con seguridad que habría algo de población y cultivos.
Desde la Uonquista y durante la época de ia Colonia y de la Repú­
blica fue una preocupación constante de gobernantes y hombres de ne­
gocios y de empresa encontrar una salida expedita para el Pacífico, y no
se halló más que la vía del Dagua a Buenaventura. Los Gobiernos es­
pañoles enviaron expediciones científicas a estudiar las coatas y los puer
tos de sus colonias, y ellas hicieron sondajes y levantaron planos. Por
cuenta del Almirantazgo inglés se ha hecho lo mismo repetidas veces.
Cuando todavía era Buenaventura un caserío sin mayor valor, el Go­
bierno envío en 1857 al notable ingeniero don Lino de Pombo a estu­
diar la ensenada de Málaga para ver si convenía trasladar allí el puerto,
y más tarde el señor Cisneros trajo del Extranjero ingenieros competen­
tes para que estudiaran y decidieran cuál era el lugar más conveniente
como punto de partida del Ferrocarril coya con3trucción contrató, a fin
de ver si podía evitar el grandísimo gasto de rellenar extensos esteros
en malísimo clima y donde las provisiones de boca costaban un sentido,
y el no menor de construir el largo puente del Piñal para pasar de la
isla al continente. Si el Gobierno español no cambió el puerto; si don
166 F e r r o c a r r il d e l P a cífic o

Lino de Pombo d olo encontró digno de recomendarlo; si el señor Cisne-


ros se decidió por Buenaventura, y en su informe al Gobierno expuso las
razones que tuvo para ello, y si en los planos del Almirantazgo no está
marcado Málaga como puerto aprovechable, sin dada es por algo poco
favorable a esta ensenada. Digo que en los planos del Almirantazgo no se
recomienda a Málaga, porque en uno de mis viajes por el Pacífico habló
sobre esto con uno de los altos empleados de la Compañía inglesa de na-
navegaeión, quien así me lo dijo, me mostró los planos que llevan los bu­
ques que en nuestras costas hacen el servicio, y agregó que durante mu­
chos años había recorrido él estas costas estudiándolas y haciendo son-
dajes palmo a palmo.

FERROCARRIL DEL PACIFICO


Buenaventura, febrero 6 de 1918
Para completar la relación de lo que es este puerto, es necesario
hablar de la vía férrea que lo une con el centro del Cauca y que táuto
lo ha favorecido, y para eso empiezo por hacer una ligera historia de
ella desde la época de la Conquista,
En los primeros tiempos, fundada la ciudad de Raposo, el Valle del
Cauca se comunicó con el mar por trocha abierta hasta aquella pobla­
ción, pero como por allí resultaba muy dilatado y penoso el viaje, y no
había un puerto medianamente aprovechable, se abrió comunicación per
el río Dagua a salir a la isla de Cascajal; y para facilitar los viajes se
estableció en esto río navegación por pequeñas canoas, pues los esteros,
los pantanos y la falt¿ absoluta de habitaciones y cultivos 8n estas pla­
yas malsanas, donde el terreno es fangoso, y por consiguiente no sopor­
ta el piso de los viajeros, hacían poco menos que imposible el viaje por
tierra. Establecida esa navegación, se abandonó ia vía de Raposo.
Apenas fundada la población de Cali mandó Beiaieázar al Capitán
Ladrillero con treinta hombres a buscar una salida al mar del Sur; y des­
pués de mil trabajos regresó, al mes de comisión, sin haber hallado camino.
Don Francisco Mosquera y Figueroa, encargado de la, Gobernación
de Popayáo, fae el primero que, en noviembre de 1564, dictó medidas
para que se estableciera comunicación formal entre Cali y Buenaventura
por el río Dagua.
En 1582 la Corona española concedió licencia a don Francisco Jara*
millo para abrir el camino de Cali a Buenaventura.
En abrir de 1808 don Manuel Caicedo y Tenorio, vecino deCali,
cedió a favor de este camino el quinto de sus bienes para que se adelan­
tara la apertura.
El 22 de diciembre de 1829, por decreto dictado en Cali, dispuso el
Libertador qae se abriera el camiuo, y encargó de la dirección de los
trabajos al Coronel Eusebio Borrero; y en 1839, estando éste, que ya
era General, de Gobernador de la Provincia, consiguió que se destinara
el presidio a los trabajos de la vía.
Por decreto de 12 de abril de 1854, expedido por el Congreso, se
concedió privilegio exclusivo por ochenta años al General Tomás Cipria­
no de Mosquera para construir un camino carretero con desnivel no ma­
yor del 10 por 100, de Cali a Buenaventura, y para cobrar cuatro reales
de impuesto por cada cabeza de ganado o por carga que no fuera de
R u fin o G u tié rr e z 167

frufcos del país, pues ni las bestias que condujeran éstos debían pagar.
Quedaron excluidos del pago los transeúntes a pie y los emigrantes y sus
equipajes. Se concedieron como auxilio 125,000 hectáreas de baldíos. Al
terminar los ochenta años, el camino quedaría de propiedad de la Pro
vincia de Buena ventura, y mientras se explotara por privilegio le corres­
pondería a la Nación el 3 por 100 de) producto.
Un año más tarde el Congreso dictó el decreto de 30 de abril de
1855, por el cual concedió privilegio exclusivo por cuarenta años al señor
Juan Nepomuceno Núñez Oonto, sin perjuicio del privilegio anterior,
para abrir un camino de herradura que partiendo del estero de San An­
tonio, en la bahía de Buenaventura, y tomando la ruta descubierta por
Joan Alberto Sinisterra, pasara por el sitio denominado Los Chancos,
en el valle del Salado, concluyera en el Valle del Cauca en el punto más
cercano a Cali. Se le autorizó para cobrar $ 1 por cada carga de efec-
tos extranjeros o cabeza de ganado mayor, y $ 0-40 por ganado menor.
Este contrato caducó porque no se hizo nada para cumplirlo.
Por Decreto número 46, de 27 de agosto de 1859, dictado por “ el
pueblo soberano del Cauca, y en su nombre por el Senado y Cámara de
Diputados del Estado,” se patrocina la empresa del camino; “ como ac­
cionista más fuerte de ella” que’es el Estado, se autoriza a la Compañía
para elevar el capital social a $ 1.000,000, y se garantiza, comprometien­
do todas las rentas, el 6 por 100 de interés anual del capital que se in­
vierta, desde que el camino empiece a producir.
Por la Ley 29, de 19 de mayo de 1803, expedida por la Convención
de Bíonegro, se autorizó al Ejecutivo Nacional para contratar en el Ex­
tranjero un empréstito hasta de un millón de pesos, aplicable exclusi­
vamente a la apertura del camino de ruedas de Cali a Buenaventura,
asegurando el pago del empréstito con el derecho de rescate del ferro­
carril de Panamá y el 15 por 100 del producto bruto de las salinas. Con el
millón debían tomarse acciones de la Compañía que había organizado el
General Mosquera. Ei empréstito se contrató en Londres per 200,000
libras esterlinas el l.° de octubre del mismo año, y por la Ley 31 de 6 de
junio de 1874 se autorizó a! Ejecutivo para amortizar ío que aún se
debiera de aquel empréstito.
Por la Ley 3, de 14 de mayo de 1864, se prorrogó por dos años el
término concedido por aquel privilegio para entregar concluida la ter­
cera parte del camino.
Por la 40, del 28 del mismo mes, se autorizó al Ejecutivo para tomar
acciones en la empresa de ese camino, con el objeto de fomentar su aper­
tura.
Por ia 29, de 8 de mayo de 1866, se aumenta eu dos años la prórroga
concedida por la Ley 3 de 1864, para que el concesionario “pueda hacer
de hierro aquella vía,” pudiendo abrir el tráfico como camino de herra­
dura, y en este caso sólo cobraría la mitad de ios derechos estipulados.
La 14, de 15 de mayo de 1868, concedió otra prórroga de dos años
más, y ya nose refiere sino a camino de herradura; agrega la ley que
sí concluido el camino ios empresarios resuelven hacerlo caí retero o de
rieles, la prórroga será de seis años, a contar del l.° de julio de 1872, y
agrega que el Gobierno Nacional completará la suma destinada a
apertura del camino aplicando el producto de los derechos de importa
ción que se causen en las Aduanas do Buenaventura y Tamaco, deduci­
dos loa gastos de administración y las cuotas destinadas a) pago do la
deuda exterior.
168 F e r r o c a r r il d el P a cífic o

El 6 de marzo de 1869 se celebró otro contrato con los concesiona­


rios del camino dándoles mayores ventajas, y la Ley 41 de aquel año
lo aprobó, y autorizó al Ejecutivo para descontar las rentas y contribu­
ciones en caso de que los recursos ordinarios del Tesoro no alcanzaran
para hacer los pagos estipulados en ese contrato.
Hasta 1871 se construyeron casi once leguas de camino de herra­
dora de Urtli hacia Buenaventura, y en 1873 ya se terminó ía obra hasta
Córdoba.
La navegación del Dagua concluyó el 20 de julio de 1882, fecha en
la cual se inaguró el servicio del Ferrocarril entre Buenaventura y Cór­
doba.
El camino venía por la parte más alta del contrafuerte a cuyo pie
está el Boquerón del Dagua, y los contratistas lo trajeron hasta éste, y
de allí lo subieron un poco por la falda izquierda que estrecha al río, y
en ella se labró una extensa y costosa cornisa hasta salir al punto lla­
mado entonces Las Juntas, porque allí reúnen sus aguas ios ríos Dagua y
Pepita, y era donde empezaba la navegación por canoa. En ese punto
atravesó el camino el río y siguió por la bando derecha de éste hasta
Córdoba.
De allí para acá, sólo unas cuatro leguas largas, el río tiene algo
de más agua, y la corriente es relativamente suave, de manera que la
navegación en canoas y aun en champanes podía hacerse con menores
dificultades; y digo podía, porque desde que la línea férrea llegó a la
estación de Córdoba esa navegación quedó suprimida en absoluto, en
términos que hoy no se ven en todo el trayecto desde allí hasta la bahía
sino poquísimas y diminutas canoas de pescadores. De Juntas (hoy Cis­
neros) a Córdoba no se ve una sola embarcación, yantes de traer el
camino a este último lugar todo el tráfico se hacía en embarcaciones muy
chicas. Al ver uno lo escaso del caudal de agua, sus impetuosas corrientes
en algunos trayectos, estrellándose contra grandes moles de piedra di­
seminadas en todo el cauce del río, la falta absoluta de fondo en los la­
gares en que se depositan los cascajos y las arenas por falta do declive,
las constantes variaciones que sufre la corriente, las cascadas de El Salto
y El Saltico, etc.; al ver esto, digo, casi se resiste uno a creer que por allí,
y sólo por allí, se hacía todo el tráfico de importación y exportación y
de pasajeros desde la Colonia hasta 1867, y recuerda la expresión del
varón de Humboldt, quien hizo esa navegación y dijo de ella, para pin­
tar sus peligros y dificultades, que eu „e! Dagua cada boga era un dios y
un milagro cada palancazo que daba.
El Presidente de la República doctor Manuel Murillo Toro acordó
las bases de un contrato, en junio de 1872, con los americanos David R.
Smith y Frank B. Módica, como apoderados de la Compañía The Oauca
Walley Minniug and Contraction Company, y fueron aprobadas por la
L^y 66del mismo mes, sobre construcción de una vía férrea entre la b a ­
hía de Buenaventura yol río Oauca. Las principales condiciones del con­
trato fueron éstas: se empezaría la exploración a los seis meses, la cons­
trucción seis meses después, y se terminaría la obra cuatro años más
tarde; se pondría en explotación U carrilera a medida que fuera adelan­
tando, y los contratistas tendrían el usufructo por sesenta años, vencidos
ios coales pasaría la obra con todas sus anexidades a ser de propiedad
de la Nacióu; no se cobrarían más de $ 5 por cada pasajero y de $ 0-02
por cada, kilogramo de carga de un extremo a) otro de la vía, y en
trayectos mayores de la mitad de la línea sólo un recargo proporcional
del 25 por 10 y siendo menor el trayecto recorrido ese recargo podría
R u fin o G u tié rr e z 369

ser hasta del 50 por 100 ; los contratistas debían construir un muelle en
Buenaventura en punto en que fondeen buques de alto bordo, con derecho
a cobrar $ 0-10 por cada persona y cada 50 kilogramos de carga que hieie
ran uso del muelle; los concesionarios debían depositar $ 25,000 en
el Banco de Bogotá, para garantizar el cumplimiento del contrato; el Go­
bierno debía depositar en el mismo Banco, a la orden de los contratistas,
$ 105,000 en cada uno de los tres últimos años de plazo para la construc­
ción y $ 210,000 anuales por el término de veinte años, a partir del día
en que se diera al servicio toda la vía; los primeros depósitos sa harían
en abono de los intereses del capital invertido y los otros para atender
al déficit que resultara en la explotación y conservación, más los intere­
ses del capital invertido en ella, el cual se caleuló en %7.000,000 ; pero la
.República no estaba obligada a dar más de esa suma de $ 210,000 anua­
les si^el déficit resultaba mayor, ni suma alguna si no había déficit; para
garantizar estos pagos se comprometieron los productos libres de las
Aduanas de Buenaventura, Tumaeo y Ríosacio, y en caso necesario, se
completarían con las demás rentas; se concedieron franquicias aduaneras
hasta para ios víveres qae consumieran las dependencias del camino; se
cedió a los contratistas el antiguo camino de herradura, con todas sus de­
pendencias, excioyendo lo que a la Compañía de éste debieran la Nación
y el Estado del Cauca, y los contratistas se comprometieron a reconocer el
valor de las acciones que tuvieran en él los particulares; también se com­
prometieron a poner en ei río Oauca uno o más v^jfores un año después
de terminado el Ferrocarril, siendo facultad de ellos establecer la tarifa
a su acomodo; y se les concedió el derecho de construir un Ferrocarril
hasta el río Magdalena, sin subvención.
El depósito de los $ 25,000, de la garantía, no !o hicieron los conce­
sionarios, ni empezaron los trabajos, por lo cual se celebró nuevo con­
trato, que fue aprobado por la Ley 64, de 9 de mayo de 1873, y por él se
concedió prórroga de ocho meses para hacer esa consignación y de dos
años para concluir el camino si en los cuatro fijados en el contrato primi­
tivo tenían ya construida y dada al servicio más de la mitad de Sa obra.
Los contratistas no camplíau todos sus compromisos, aunque sí
habían hecho ya el depósito de los # 25,000 y practicado algunos estadios,
y por eso la Ley 32, de 6 de junio de 1374, autorizó al Ejecutivo para
que en el caso de caducidad del contrato emprendiera la obra por cuenta
de la Nación o celebrara otro.
Los concesionarios traspasaron el suyo a otra Compañía americana,
y el Gobierno no aprobó ei traspaso; mandaron a Bogotá comisionados
especíales para hacer reforma al primitivo, e hicieron nuevas propuestas,
que no se aceptaron.
La Ley del Oauca, número 43, de 20 de septiembre de 1885, autorizó
al Presidente del Estado paca aceptar el contrato que la Nación hiciera
sobre construcción del Ferrocarril y para tomar acciones en la Compañía
empresario.
Al fin uno de aquellos Representantes celebró en 1877 q q contrato
con el Estado del Cauca, sobre construcción del Ferrocarril, pero el Go­
bierno Nacional no lo aprobó, y así terminó todo con aquellos contra­
tistas.
Entonces la Nación celebró con el señor Ross contrato para hacer
exploraciones en la vía, y nada efectivo se hizo; y más tarde, el 2 de fe
brero de 1878, celebró otro con el señor Francisco J. Cisneros, el cual fae
aprobado, con algunas modificaciones, por la Ley 25, de 7 de mayo del
mismo año. Las principales estipnlaciones, las cuales extracto en parte
170 F e r r o c a r r il d el P a c ific o

del may interesante estadio que sobre el Ferrocarril publicó el doctor Al­
fredo Ortega en los Anales de Ingeniería, fueron éstas: la línea debía ir de
Buenaventura al río Oauca, pasando de preferencia por Cali; anchura,
3 pies entre rieles ; gradiente máxima* 4 por 100, pudiendo ser del 6 en
casos excepcionales; los rieles que se emplearan, de treinta libras por
yarda linea!; los trabajos se empezarían a loaseis meses ; el costo de la
obra se calculó en $ 6.000,000, de ios cuales el Gobierno contribuiría con
g 3.000,000, y para pagar éstos se destinaron 50 unidades de ios produc­
tos de las Aduanas del Pacífico; e! Estado de Antioquia ayudaría con
$ 200,000 por una vez, y el de! Oauca, con $ 2,000 mensuales, pero la ila ­
ción nose constituía responsable de estas dos subvenciones; el Gobierno
contribuiría gratuitamente con las zocas y con eí serviciode policía, y cedía
al contratista 200,000 hectáreas de baldíos; el privilegio se concedió por
sesenta años, pero el Gobierno podía comprar la empresa después de veinte
de estar en servicio; Cisneros debía construir un muelle en Buenaventura
como dependencia del Ferrocarril.
Los trabajos se inaguraron e! 15 de septiembre de 1878, y en noviem­
bre se dio aviso de que estaban hechos los estudios de la línea hasta Oali
y que tendría 138 kilómetros de extensión, 15 túneles y 103 puentes.
Los Estados de Antíoqnia y Oauca no pagaron con puntualidad las
sumas ofrecidas, y entonces, por medio de otro contrato, de 15 de marzo
de 1880, aprobado por la Ley 54, de 5 de julio de ese afio, se convino en
que la Nación aceptaba la responsabilidad de esos pagos.
Los títulos da ios 200,000 hectáreas de baldíos fueron entregados, y
de ellas 20,000 estaban ubicadas en Panamá.
SI 20 do jallo de 1882 entregó el contratista construida la línea hasta
Córdoba (20 kilómetros), inclusive el puente del Piñal, que comunica la
isla de Cascajal, donde está edificado Buenaventura, con eí continente.
Este puente tenía 487 metros de largo, y costó § 163,336. También se
construyó el muelle, con costo de $ 80,235, y quedó abandonado desde ei
principio, porque los buques no podían atracar ©n él.
Ei sefior Cisterna no podo form ir una Compañía en el Extranjero, y
por eso propaso varias veces !a rescisión del contrato, a la cual no acce­
dió el Gobierno; a la cuarta solicitud en ese sentido, y en atención a las
quejas que había porque la obra no adelantaba, ai fia, ei 22 de junio de
1885 se rescindió el contrato, de acuerdo con las opiniones del Cuerpo
Legislativo. El Gobierno recibió la obra el 20 de septiembre de ese afio.
La carrilera tenía 27 kilómetros de longitud, y el trazado estaba hecho
hasta el 52. Lo recibido se avaluó en $ 1.780,882, incluyendo el derecho de
indemnización que se reconoció; y como Cisneros había recibido $ 1.244,945,
quedó un saldo de $ 588,937 a su favor, inclusive $ 53,000 fijados por el v
perito tercero en puntos en qae no estuvo de acuerdo con los otros dos.
Resalta que los 27 kilómetros salieron costando a poco menos de $ 66,000.
El material rodante entregado por ei contratista fue sólo dos locomotoras
y diez y nueve carros.
Los títulos de los baldíos fueron devueltos por el sefior Oisneros, y
el Gobierno le pagó lo que le quedó debiendo.
La Nación cedió la empresa al Estado del Cauca el 9 de diciembre
de 1885, quien se comprometió a coronar la obra, pero nada hizo, entre
otras razones, porque en seguida se eliminó el Estado y entráñaos en el
régimen central; y mientras tanto lo poco que había se iba echando a
perder por defeetusa administración.
Por la Ley 144, de 26 de noviembre de 1888, se autorizó al Ejecu­
tivo para comprar al Cauca los derechos que tuviera en el Ferrocarril,
R u fin o G u tié rr e z 171

deatinó hasta $ 600,000 oon ese objeto, y lo autorizó también para conti­
nuar la obra por administración o contrato.
SI Gobierno se hizo cargo de ella, y destinó las 50 anidadea de las
Aduanas del Pacífico y los $ 300,000 que ía Ley 124, de 13 de junio de 1887,
votó cuando 'mandó hacer la emisión de $ 12.000,000 en billetes. La Admi­
nistración hizo algunas reparaciones a la línea y al puente del Pifia?, que
se hallaban en malísimo estado, y adelantó algo los trabajos, coa gasto
de $ 786,166 en moneda corriente.
Cuando se rescindió el contrato Cisneros, se celebró uno con el apode­
rado del Conde de Goueencourt, el l.° de junio de 1886, que fue aprobado
por la Ley 4.a de aquel afio. Se concedió al nuevo contratista privilegio
por noventa y nueve años para construir y explotar un Ferrocarril de Bue­
naventura al río Cauca y otro de Bogotá al Magdalena, abajo de la des­
embocadura del Oarare, y también en caso de que no se presentaran
propuestas más ventajosas, para uno de Medellin ai Magdalena o Carta­
gena y para otro de Girardot a Cali o al Cauca. Los trabajos debían em­
pezarse dos años después de la aprobación del contrato; las líneas serían
de 1 metro entre rieles; el Gobierno garantizaba con los productos de
las Aduanas el interés del 7 por 100 anual sobre el capital invertido, a ra*
zón de $ 42,000 por kilómetro. El contratista depositó $ 50,000 para ga­
rantizar el cumplimiento de las obligaciones que contraía; se le autorizó
para fijar libremente las tarifas. El Conde celebró uo contrato con el De­
partamento del Cauca, sobre cesión de los derechos de éste, y el Gobierno
no lo aceptó. Como los trabajos no se empezaron en el tiempo estipulado,
el Gobierno declaró caducado el contrato el 28 de marzo de 1889. El 8 de
mayo siguiente se celebró otro con el mismo Conde para construir un Fe­
rrocarril de Buenaventura a Manizales, pasando por-Cali. Por este nuevo
convenio el privilegio se limitó a ses enta afios y se contrajo el compromiso
de garantizar el 7 por 100 sobre lo que se invirtiera en la reconstrucción
del trayecto ya construido, sobre la base de $ 40,000 por kilómetro. El
Conde traspasó esta concesión a una Compañía franco belga; y como los
contratistas oo pudieron cumplir sus compromisos y entablaron reclama­
ción, el 30 de junio de 1892 se celebró un convenio, que fue aprobado por
la Ley 87, de 10 de diciembre de ese año, por el cual se declaró nulo el
privilegio concedido, y se convino en devolver el depósito hecho, con
interés al 7 por 100, y en dar 40,000 francos por ios gastos.
El 7 de agosto de 1890 se había celebrado contrato, que fue aproba­
do por la Ley 16, de 18 de octubre de ese afio, con James L. Cherry, so­
bre privilegio de construcción y explotación de nu Ferrocarril de Buena­
ventura íTMaDizales, pasando p> r Cali, por setenta años, con derecho a
establecer otras líneas férreas a las fronteras del Ecuador, al Atrato, al
Magdalena y al Putumayo; los trabajos debían empezarse cuatro meses
despnés y estar construida la línea hasta Cali a los cuatro años; ei Go­
bierno garantizó el interés del 4£ y por luí) sobre lo que set in­
virtiera en la línea de Buenaventura a Mam'zales, a razón de $ 38,000
por kilómetro y durante diez y ocho años; para el pago de esos intereses
se destinó el 50 por 100 del producto de las Aduanas del Pacífico. El contra­
to fue traspasado por Cherry a una Compañía americana, y por ésta a
otra. Los trabajos se iniciaron el 18 de septiembre de 1890; se estipuló que
el ancho de la vía fuera de 1 metro entre rieles, y después convino el Go
bierno en que no faera sino el de ío ya construido ; en marzo de 1892 se de­
volvieron a Cherry $ 50,000 que había depositado para garantizar el cam
plimiento de los compromisos que contrajo, porque entregó construidos
14 kilómetros, ha^ta Sacre, aprovechando los trabajos muy adelantados
\

1 72 F e r r o c a r r il d el P a cífic o

que habían hecho hasta allí Oisneros y la Administración oficial, Cherry


introdujo dos locomotoras, un carro para pasajeros y otro para ganados,
construyó dos defectuosos puentes de hierro sobre el río Dagua y adelan­
tó trabajos en 15 kilómetros, y para eso recibió $ 620,294. £io pudo con­
seguir empréstito en el Extranjero para continuar la obra, y como se ven­
cieron los plazos fijados en el contrato, el Gobierno le concedió una pró
rroga de dos años para dar al servicio la línea hasta Cali y para importar
3,000 chinos para les trabajos, pero el Congreso improbó el contrato que
sobre esto se hizo, y autorizó al Ejecutivo para declarar caducado el pri­
mitivo; autorización de la cual hizo uso por resolución de 16 de octubre
de 1895. Después de mil contrariedades y de intervención de árbitos y
de tribunales de los Estados Unidos, terminó el contrato Cherry, habién­
dole costado a Colombia esa desastrosa y humillante negociación
$ 903,382 oro, fuera de gastos en honorarios y viajes de abogados, inge­
nieros, etc. Los trabajos se abandon§ron por más de dos años hasta enero
de 1897, que se hizo cargo el Gobierno d i la obra en malísimo estado, y
se concretó a restablecer el servicio en lo construido.
El 9 de abril de 1897 celebró contrato con los señores Ignacio Muñoz
C. y Víctor Borrero. Las principales condiciones fueron éstas: la líuea
hasta la estación de San José, en el kilómetro 37, sería reconstruida me­
diante ei pago de $ 320,000, moneda corriente, que entonces equivalían a
$ 160,000 oro; los productos de ese trayecto se destinarían a atender a
los gastos dé conservación y explotación, a razón de $ 400 anuales por
kilómetro, y lo que sobrara de eso se ‘abonaría al Gobierno; en diez años
se adelantaría la construcción hasta Palmira; los contratistas podrían
fijar libremente las tarifas, pero sin exceder las existentes; el Gobierno
pagaría la construcción a estos precios por kilómetro: de San José a Jun
tas, a $ 38,000; en el Boquerón del Dagua—unos 12 kilómetros,—a
$ 65,333; y de allí a Palmira, a I 40,000, todo en oro. Para atender a estos
gastos se destinaron 50 unidades del producto de jas Aduanas de Buena­
ventura y Tumaco, sobre los cuales se] girarían libranzas que ganarían
interés del 8 por 100; los contratistas constituirían una fianza de $ 50,000,
si terminada la obra no se Íes había acabado de pagar, serían preferidos
en igaaldad de circunstancias para p¿dministrar el Ferrocarril hasta la
cancelación de la deuda ; también se íes prefería para construcciones de
líneas a Macízales y Popayán y para un muelle en Buenaventura. La re-
construción hasta San José se concluyó en octubre do 3897, y en ese mis­
mo mes se empezaron los trabajos de prolongación, los cuales se suspen­
dieron en octubre de 1899, por haber estallado la guerra civil. Duran­
te ese contrato se gastaron en las obras realizadas por Muñoz y Borrero
$ 540,000 oro. Ei Gobierno asumió la administración del trayecto que es­
taba en servicio y del camino de herradura, que había estado a cargo de
los contratistas, y en diciembre siguiente la confió al doctor Víctor Bo­
rrero ; en marzo inmediato declaró el Gobierno suspendido el contrato de
1897. Muerto el doctor Borrero en diciembre de 1900, se encargó a don
IgDaeio Muñoz O. de la administración, pero éste se separó prontamente,
y entonces fae nombrado el doctor Ignacio Paláu. En noviembre de 1901
nna avenida, del Dagua destruyó el puente de hierrro de San Cipriano ;
los nuevos trayectos fueron abandonados, y volvió a quedar el servicio
sólo hasta Córdoba. Tanto la línea como el material rodante estaban en
malísimo estado.
Por contrato de marzo de 1903, con don Ignacio Muñoz ü., se obligó
éste a reconstruir el Ferrocarril hasta el kilómetro 46, a pedir el puente
de hierro para San Cipriano, y mientras llegaba, a construir uno de
Rufino Gutiérrez 173

madera, y a restablecer el servicio en el término de dos años, mediante


el pago de $ 75,000, comprometiéndose el Gobierno a dar como zapado­
res dos batallones de 300 plazas. Los trabajos de prolongación no se em­
pezarían sino después de terminados los de reconstrucción y los de los
dos kilómetros que faltaban para llegar a Delfina. Mientras tanto el
producto del camino de herradora se destinaría a la conservación de la
línea férrea. El Ingeniero Interventor rindió informe sobre el mal estado
de la línea, y como los zapadores no prestaban servicio apreciablc, el
Gobierno resolvió rescindir el contrato en 1904, y para ello comisionó
al Gobernador del Üaucr* y al General Jaime Córdoba para que se enten­
dieran con el señor Muñoz C. Al fin, en septiembre de este último año,
se llegó a no arreglo, mediante el cual se traspasó el contrato al Depar­
tamento del Cauca, reservándose la Ilación el derecho de tomar la em­
presa por su cuenta si encontraba contratista que se comprometiera a
llevar el Ferrocarril hasta la capital de la República; pero poco después
la Gobernación del Cauca dio aviso de que, estaba en incapacidad para
hacerse cargo de la obra. Entonces se celebró un nuevo convenio con
Muñoz O., en diciembre de 1904, por el cual se prorrogó por no año el
tiempo fijado para la reparación de lo construido y colocación del puente
de San Cipriano; y como los zapadores fueron retirados, se reconocieron
a Muñoz O. $ 160,179 oro por los jornales de los trabajadores que los
reemplazaron; por obras que hizo, no estipuladas en ei contrato, se le
reconocieron $ 20,000, y por la herramienta, enseres y trabajos ejecutados
de II de enero a 11 de febrero de 1906 se le reconocieron $ 100.000.
Mientras que los señores Muñoz y Bercero manejaron el ferrocarril,
de 1897 a febrero de 1906, se gastaron $ 1.013,251 en reconstrucción de
la línea, cuando la entregó Cherry en abandono y después de la guerra,
en explotación, en conservación, en dos puentes de hierro traídos para
el Dagua en San Cipriano y San José, y en la prolongación de 12 kiló­
metros.
Desde febrero de 1905 se inició contrato con los americanos Eduardo
y Alfredo Mason, y sólo se perfeccionó el 30 de diciembre de ese año.
Estos señores se hicieron cargo de la ob^a el 10 de febrero de 1906, y se
comprometieron a reparar la línea desde Buenaventura a Delfina, cam­
biando todas las obras provisionales por de construcción y materiales
permanentes, a prolongarla y equiparla hasta Palmira, en el tór uino de
cinco años; y por el traspaso que les hizo Muñoz O. le reconocieron
quinientas acciones pagadas de a $ 100, en la empresa, el 10 por 100 dé
las utilidades líquidas de la explotación de carboneras y $ 84,897 por gas­
tos hechos por el mismo Muñoz. El contrato eou los Masón se celebró
antes de estar rescindido el de Muñoz.
Los nuevos empresarios no pudieron conseguir capital en el Exfcran
jero para contiuuar la obra, y ocurrieroa ai B meo Central de Bogotá,
quien les prestó $ 75,000, para lo cual dieron como garantía U concesión
del privilegio, y no podiendo cumplir sus compromisos coa este esta­
blecimiento, ie traspasaron el contrato el 6 de judo de 1907. El Banco
se hizo cargo de la empresa el 22 de agosto siguiente, á uuque el. acuer­
do se hizo con ambos Mason, Alfredo entabló reclamación contra el Go­
bierno por <$ 10.009,000; pero Eduardo desautorizó esas pretensiones, y
todo quedó terminado, comprometiéndose e! Banco a pagar a tos Mason
$ 100,000, quienes traspasaron también los contratos que tenían para pro­
longar el Ferrocarril hasta Oartago y para el estudio de las líneas de esta
última ciudad a Ibagué y Amagá.
El Banco Central traspasó sus contratos el 3 de febrero de 1908 a la
174 F e r r o c a r r il del P a cífic o

Compañía del Ferrocarril del Pacífico, en la cual no quisierou tomar ac­


ciones los caucanoa. El de 30 de diciembre de 1905 se reformó con el
de 23 de enero de 1908 en el sentido de que la Compañía se comprometía
a construir los trayectos de Palmira a Popayán y a Oartago y un ramal
a Santander (Quiliohao), en la forma y condiciones de aquel contrato,
todo en el término de diez años.
Hechos los estudios para prolongar la línea construida, vecinos y
autoridades de Cali elevaron reclamaciones, protestas y aun amenazas
porque no se bajaba la carrilera directamente a aquella ciudad, y enton­
ces, en vista de falta de apoyo y aun cruda oposición que se le hacía,
y también por falta de pagos de parte del Gobierno, la Compañía propuso
a éste la rescisión del contrato sobre la base de que sólo se le reintegrara
el capital invertido con sus intereses. Para resolver sobre esto, el Go­
bierno consultó a todas las Municipalidades del antiguo Cauca, y como
la mayoría de ellas opinara por que la Compañía continuara hecha cargo
de la obra y los Senadores y .Represe otan tes fueran de la misma opinión,
el Gobierno resolvió el 23 de diciembre de 1909 no convenir en la resci­
sión. Más tarde, en julio de 1916, la Compañía propuso nuevamente la res­
cisión del contrato,|en vista de la falta de apoyo de parte del Gobierno,
y éste no accedió a ello, a pesar de los términos ex sepciona!mente favo­
rables de la propuesta.
Dadas las dificultades provenientes de la guerra universal que estalló
en 1914, pues los rendimientos de las Aduanas del Pacífico disminuían, el
Gobierno echaba mano de parte de ellos y Be hacía casi imposible la conse­
cución en el Extranjero de los elementos más indispensables para la prose­
cución de los trabajos, la Compañía celebró el 26 de octubre de 1917 un con­
trato reformatorio de los anteriores por ei cual se convino en prorrogar por
seis años, a contar de febrero de 1919, ei tiempo estipulado para la conclu­
sión de la obra. La Compañía renunciaba el derecho que tenía a explotar
las hulleras que hubiera en 40 kilómetros a lado y lado de la vía y a los
baldíos que debían adjudicársele; los apartaderos y desvíos que ya
estaban construidos, sobre- los cuales hubo discusiones coa el Gobierno,
y que estaban pagados como si hicieran parte de la extensión kilométri­
ca, se reconocían como bien pagados, pero aquellos cuyo valor no se
hubiera cubierto y los que «8 construyeran en adelante no serían paga­
dos; para facilitar la adquisición de la zona por donde debía pasar la
línea, la Compañía se comprometió a costear su valor, el cual le cubriría
el Gobierno con libranzas sóbrelas Aduanas del Pacífico; también se
comprometió a entregar anualmente 25 kilómetros de explanación en
trabajos simultáneos de las líneas que seguían para Popayán y Oartago
y a arreglar a su costa el paso del Piñal en dos años, haciendo un relleno
en el brazo del mar en lugar de) puente actual, o a poner allí un nuevo
puente en tres años, teniendo derecho a los elementos del puente actual
y a emplear en la obra que emprendiera los materiales pertenecientes a
la explotación del Ferrocarril que necesitara.^ Para ei caso de no cumpli­
miento de lo estipulado sobre prolongación de la línea, se convino en que
la Compañía pagaría una multa de $ 5,000 por cada kilómetro que dejara
de entregar en la de Popayán, y de $ 7,000 en la del Norte y en el ramal
de Santander. Este contrato ha quedado sin efecto por trabas que puso
el Consejo de Estado.
Desde que se celebró el contrato con Mason se excluyó de él la ex­
plotación y conservación del camino de herradura, el cual se puso al cui­
dado de una Jnnta residente en Cali, y así estuvo manejado desde 1906.
En 1911 el Gobernador del Valle, no sé con qué facultades, puesto
R u fin o G u tié rr e z 1 7o

que se trataba de qd camino nacional, dispuso que esta vía 88 considera­


ra prolongada, para los efectos del cobro del impuesto de peaje, hasta el
puente del río Amaime, pasando por el c8ulro de la ciudad de Cali, por
el Paso del Comercio en el río Cauca y por Palmira, y como el Ferrocarril
llegaba ya a La Cumbre y e! tráfico de carga abandonó el antiguo camino
de herradura y 68 hacía por el de Pavas, Cresta de Gallo y Yambo, dispu­
so también el Gobernador que esta vía se considerara como parte inte­
grante de aquel camino nacional de herradura, para asi poder continuar
haciendo efectivo el impuesto da pisadura, cuyo producto ascendía por
aquel tiempo a unos $ 2,600 m?usuales por término medio, pues se cobraba
a razón de $ 0-15 y $0-30 porcada bulto, según clase, a $ 0 45 por cabeza
de ganado mayor y a $ 0-15 perla de menor. Si producto se invertía en sos­
tener un numeroso e inútil tren de empleados y en mejoras locales de la ciu­
dad de Cali, Como Procarador de Hacienda visitólas oficinas, llamé la aten­
ción a eso; y entonces se puso remedio a semejante irregularidad, de ma­
nera que desde 1915 no se cobra el paaja, y el camino de herradura, poco
frecuentado ya, está a cargo del Departamento.
La Compañía traspasó a don Ignacio Muñoz O. su contrato en lo re­
ferente a ía construcción de ía línea de Cali a Popayáo, cediéndole 18 de
las 50 unidades del producto de las Aduanas del Pacífico ; y parece que el
señor Muñoz O. se entiendo con el Gobierno dei Cauca para que él se *
encargue de la obra o éntre como accionista en ía empresa. Duelos le man­
do a este querido amigo y hombre de grandes capacidades si 88 atiene al
apoyo que deban prestarle o a la eficacia de la intervención del pobre te­
soro departamental y del espíritu poco amplio de sus paisanos.
Para que se vea cómo se va desarrollando el movimiento en e¡ Ferro­
carril, a pesar de \a guerra universas, anoto algunos datos:
Años. Pasajeros. Carga local.
Kilogramos.
1912.... ............................ ' 11,945 1.303,996
1913 ............... * 17,865 844,960
1914 ................ . 28.617 1.866.858
1915.'.......................................... 57,894 3.232,691
1916 ....................................................... 105.10!9.223,651
1917 ................................................ 202.30117.312,730
El movimiento de carga de importación y exportación y de ganado y
evos, íue así. en los tres último»* años:
Años. Importación. Exportaeión. Animales.
Kilos. Kilos.
1915... 7.205,346 6.573,124 1.910
1616 8.185,979 10.729,273 6,433
8.458,773 13.706,968 17,460
Los productos y gastos de administración y conservación fueioo:
Años. Productos. Gastos.
1912 .... ... $ 1S6,324 .... 220,541 ...
1913 - ............... - 105,522 88 186,065 39
1914 ......................... 222,476 38 281,031 72
1915 .... 320,992 45 401,249 19
1916 .. - ................... 355,377 ... 423,442 51
1917 454.081 10 475,472 15
1 76 F e r r o c a r r il d e l P a c ífic o

En el último semestre del año pasado se movilizaron estas toneladas


en el ferrocarril:
Maíz, 260; panela, 250; maderas, 2,282; cafó, 5,360; plátanos, 170;
queso, 35; azúcar, 1,005, casi toda de Palmira; papa, 215, producida en
Popayán.
La tarifa, como lo observaré más adelante ai hablar de ella, no es uní*
foime en la línea, y por eso las maderas que se transportan sólo son de
la parte alta de la cordillera, en genera! de mala calidad. Si se uniformara
poniéndola al nivel de la de la parte alta del Ferrocarril y del Valle del
Clauca, podrían llevarse a éste las excelentes que pioduceu las llanuras del
Pacífico, y aumentaría grandemente el movimiento de muchos otros a r ­
tículos que hoy no resisten los fletes en la parteaba ja.
X causa de la mala vía en este último trayecto y de su detestable
construcción, las locomotoras no pueden arrastrar en él sino anos pocos
carros, muy lentamente; hay que sostener numerosas cuadrillas para con­
servar la vía en estado transitable, $ que estar haciendo constantes
reparaciones muy costosas. A eso, principalmene, se debe el que los pro­
ductos de la empresa no alcancen todavía para"etender a los gastos de
conservación y explotación. Desde el mismo momento en que el Gobierno
cumpla la obligación que contrajo en los contratos vigentes de sufragar
la mitad de lo que cueste la reconstrucción de los 37 kilómetros de la vía
construida por Ciros contratistas, los productos subirán, I03 gastos baja­
rán y habrá superávit. Pero para esto se necesita que el Ministerio del
ramo modérela generosidad, que hace que constantemente esté ordenando
que se pongan trenes expresos y se den pasajes de cumplimiento a cuan­
tos los solicitan, y se transporten gratuitamente cargamentos de todas
las entidades que lo piden.
Hecha la reconstrucción de! trayecto de que hablo y construido el mue­
lle de Buenaventura, se podrán exportar en gran cantidad carbón mine
ral, ganado vacuno y otros productos para las diferentes Repúblicas del
Pacífico, lo cual no puede hacerse hoy porque es casi imposible transpor­
tarlos de tierra a bordo de los boques, y ni siquiera hay dónde depositar­
los mientras se hace el embarque.
Como se ha visto, la actual Compañía se encargó de la obra del Fe­
rrocarril en agosto do 1907, cuando sólo venía en Cisneros, en el kilóme­
tro 55, a la entrada de la formidable estrechura del Dagua, por donde casi
todos los ingenieros nacionales y extranjeros opinaron que no podía o no
debería construirse la línea. Unos de ellos eran partidarios de la vía del
Pepita, a salir por el valle del Salado; otros de la del Calima, etc. Parece
que el señor Cisneros dijo que si se construía por el Boquerón del Da-
gua habría necesidad de hacer en ese trayecto dg estrechura, de 11 o
más kilómetros, cinco túneles, pasar el río seis veces por puentes de ace­
ro y construir en algunos puntos cobertizos metálicos para defender los
trenes de los constantes derrumbamientos que ocurren de los altísimos y
casi perpendiculares cerros rocallosos que encañonan el río. Sin embargo
la Compañía lleyó por allí la línea, mediante la perforación de sólo tres
túneles en la roca viva—de los cuales uno se destruyó más tarde,—cinco
puentes de acero de 29 a 40 metros de luz, de labrar a fuerza de dina­
mita casi todo el trayecto en la roca, y de levantar, en grandes extensio­
nes, altas y macizas murallas de piedra y cemento en la orilla del río
para sostener la mesa del camino y defenderla de las avenidas.
A pesar de las dificultades do esta titánica obra, el 20 de julio de
1909 se inauguró el servicio en !a estación de Caldas, en el kilómetro 82.
Rufino Outiérrcn W

L o s tr a b a jo s c o n tin u a b a n d e a llí e n a d e la n t e c o n g r a n d e a c tiv id a d ,


p a r a rem o n ta r la C o rd ille r a O c c id e n ta l, y a v a n z a b a n c o n ta l r a p id e z , q n e
e l e n r ie la d o ib a en e l k iló m e tr o 137, y y a s e h a b ía e s t a b le c id o n n a e s ta c ió n
p r o v is io n a l e n C r e sta d e G a llo , q n e e s t á e n to d o e l e s p in a z o d e e s a C o r d i­
lle r a , a 1 ,6 0 0 m e tr o s d e a ltu r a so b r e e l n iv e l d e l m ar, e n e l k iló m e tr o 1 3 7 ,
c u a n d o s o b r e v in o la g r a n » c a tá str o fe d e o c tu b r e d e 1912.
A p e n a s a c a b a b a n d e r e p a r a r se lo s g r a v ís im o s p e r ju ic io s q u e c a u s ó
a q u e lla c a tá s tr o fe , e s t u v e a llí y e s c r ib í lo s ig u ie n t e s o b r e ella :
“ N o h a c ía m u c h o q u e e l F e r r o c a r r il e s t a b a fu n c io n a n d o co n r e g u la r i­
d a d h a s t a C a ld a s, e n e l k iló m e tr o 8 2 , y y a lo s r ie le s ib a n te n d id o s h a s t a
e l 137, c u a n d o v in o la c a tá s tr o fe d e o c tu b r e d e 1 9 1 2 . U n a fo r m id a b le a v e ­
n id a d el río B ita o o , tr ib u ta r io d e l D a g u a , c a u s ó la p é r d id a d e a lg u n a s v i ­
d a s , d e s tr u y ó la v ía fé r r e a e n u n o s 2 5 k iló m e tr o s , y e n la a n tig u a d e h e ­
r ra d u ra e n e x te n s ió n c a s i ig u a l, p a r a liz ó io s tr a b a jo s d e c o n str u c c ió n , p o r ­
q u e no p o d ía n tr a n s p o r ta r s e lo s m a te r ia le s , y r e tr o g r a d ó el se r v ic io f é ­
rreo p a ra p a sa je r o s y c a r g a a S a n J o s é , en e l k iló m e tr o 37. V o tv im o s,
p u e s, a ia m ism a s itu a c ió n e u q u e e s tá b a m o s e u 1894, h a c e v e in t e a ñ o s.
“ P a r a c o m u n ic a r se e s t e p u e r to c o n e f i n t e r i o r h u b o q u e e m p e z a r p o r
a b r ir d e n u e v o e l c a m in o d e h e r r a d u r a q u e h iz o e l G e n e r a l M o sq u e r a , p o r
e n tr e r is c o s y d e s p e ñ a d e r o s , p o r q u e lo q u e n o h a b ía s id o d e s tr u id o , p r i­
m ero por lo s tr a b a jo s d e c o n s tr u c c ió n d e l F e r r o c a r r il y d e s p u é s p o r la
a v e n id a d e l río, s e cerró o d e r r u m b ó , p o r q u e h a c ía a ñ o s q u e e s t a b a a b a n ­
d o n a d o y n o p a s a b a se r v iv ie n t e por é l.
“ P a r a c o lm o d e m a le s , e l te lé g r a fo y e l te lé fo n o d e sa p a r e c ie r o n .
“ L a s p é r d id a s m a te r ia le s s e c a lc u la n e n m á s d e u n m illó n d e p e s o s .
S o n d if íc ile s d e c a lc u la r la s q u e su fr ie r o n lo s c o n tr a t is t a s p o r la p a r a liz a ­
c ió n d e io s tr a b a jo s, y e l c o m e r c io p or la in c o m u n ic a c ió n al p r in c ip io y d e s ­
p u é s por la d ific u lta d d e h a lla r f le t e s a c u a lq u ie r p recio .
“ D e ia m a g n itu d d e la c a tá s tr o fe p u e d e u s te d ju z g a r p or e s t o s d a to s:
tr e s p u e n te s d e a c e r o q u e e s t a b a n c o lo c a d o s e l q n e m e n o s a 6 m e tr o s
so b r e el n iv e l n o rm a l d e l a g u a , fu e r o n d e s tr u id o s ; u n o d e e llo s , e l B o -
rrero , s e v e d e s p e d a z a d o a la r g a d is t a n c ia d e d o n d e e s t a b a , sin q n e p u e ­
d a a p r o v e c h a r se n a d a d e é l; o tr o , e l O iso e r o s, d e 120 to n e la d a s d e p e so ,
f u e a r r a n c a d o d e cu a jo y lle v a d o , c o m o s o b r e u n a b a ls a , a 1 k iló m e tr o
d e d is ta n c ia , d o n d e s e v e e n te r r a d o e n la a ren a ; e n la r g o s t r a y e c t o s , d o n d e
h a b ía e s t r e c h a s v e g a s , e l r ío c a m b ió d e c u r so , y d o n d e n o la s h a b ía d e s ­
h iz o o a rr a str ó la ro ca e u q u e s e h a b ía la b r a d o la m e s a d e l c a m in o a fu e r ­
z a d e d in a m ita ; m o le s in m e n s a s d e p ie d r a r o d a d a q u e h a b ía n s u fr id o sin
m o v e r s e n n a p u lg a d a la s m á s g r a n d e s a v e n id a s y la a c c ió n c o n s t a n te d e l
a g u a p or a ñ o s . y a ñ o s, y q u e lo s v ia je r o s e s ta b a n a c o stu m b r a d o s a m ira r
e n e l lech o d e l río , fu e r o n a r r a s tr a d a s y d e sa p a r e c ie r o n ; lo s r ie le s , d e 5 5
lib r a s p or y a r d a li n e a l,y c u y o p e so t o t a l e s d e a lg o m á s d e v e in t e a r r o b a s,
fu e r o n d e s p r e n d id o s y a r r a str a d o s c o m o s i fu e r a n le v e s g u a d u a s , a le*
g u a s d e d is ta n c ia , y d e c e n te n a r e s d e e llo s n o s e s a b e a d ó n d e fu e r o n a
p arar; m u c h o s , e n r o s c a d o s c o m o m im b r e s, s e v ie r o n s u s p e n d id o s e n r a ­
m a s d e á r b o le s , y o tr o s s e v e n t o l a v í a a b r a z a d o s a la s ro c a s; p e r o lo q u e
m á s c o n fa n d e , lo q u e e s in c r e íb le p a ra q u ie n n o lo v e , e s q u e a lg u n o s d e
e s o s r ie le s d e 5 5 lib r a s p or y a r d a fu e r o n to r c id o s so b r e su p r o p io e je
o o m o si fu e r a n b a g a z o . O reo q u e b a s ta lo d ic h o p a ra q u e s e fo r m e id e a d e
lo q u e fu e la c a tá s tr o fe .
“ P o r a llí, p or e s a s r u in a s , p o r d o n d e p a r e c e q u e h u b ie r a p a sa d o la m a n o
a ir a d a d el S e ñ o r , a n a C o m p a ñ ía n e ta m e n te n a c io n a l, b ajo la d ire o o ió n d e
in g e n ie r o s c o lo m b ia n o s, fo r m a d a en el p a ís , la b r ó e n la r o c a , a m a y o r a l-
Monografías.—Tomo 2?—12
178 F e r r o c a r r il d el P a c ífic o

tu ra so b r e el n iv e l d e la s a g u a s , o tr a c o r n is a p a r a se n ta r la v ía q u e d io
d e n u e v o al s e r v ic io , y y a b a s t a C resta d e G a llo , en ju n io ú ltim o . D ie z y
n u e v e m e se s d e tra b a jo a sid u o co n 1,8 0 0 p e o n e s por té r m in o m e d io , co n
g a s t o d e caBi un m illó n d e p e so s , s e n e c e s ita r o n p a r a r e c o n str u ir lo q u e
e n p o ca s h o ra s d e s tr n y ó el rio. L o s m u r o s d e c o n te n c ió n le v a n t a d o s so n
u n o s 2 0 ,0 0 0 m e tr o s c ú b ic o s , y e l c e m e n to e m p le a d o , a lg o m á s d e 6 0 ,0 0 0
c a rg a s; p ara m o v iliz a r lo tu v o q u e o r g a n iz a r la C o m p a ñ ía u n a r e c u a d e
300 m u ía s.
“ P a r a d a r m a y o r se g u r id a d a la v ía , en 11 k iló m e tr o s t o d a s la s tr a ­
v ie s a s so n d e a cero , y d e g u a y a c á u en el r e s to d e lo r e c o n str u id o , to d o b ie n
b a la s ta d o . S e co lo ca r o n c u a tr o p u e n te s n u e v o s d e a c e r o , d e 3 0 m e tr o s
u n o , otro d e 50 y d o s d e 55. y s e a r r e g la r o n lo s d e m á s q u e h a b ía n q u e ­
d a d o so c a v a d o s .
“ E n tr e O ian eros y S a n J o s é , 18 k iló m e tr o s , tr o z o c o n s t r u id o por lo s
a n te r io r e s c o n tr a tis ta s e x tr a n je r o s, io s d a ñ o s n o fu ero n m e n o r e s . E n é l s e
h iciero n g r a n d e s v a r ia n t e s en la lín e a y s e c a m b ia r o n io s a n tig u o s r ie le s
d e 4 0 lib r a s por lo s d e 5 5 ,”
H a s t a S a n J o s é , en e l k iló m e tr o 3 7 , c o m o d e jo d ic h o , la v ía fé r r e a
r e s is te con v e n ta ja la c o m p a r a c ió n e n to d o s s u s d e t a lle s c o n c u a lq u ie r a
o tra d el p a ís . D e e s e lu g a r p a r a a c á e s s e n c illa m e n te u n a lá s tim a y u n a
v e r g ü e n z a , p ero n o por c u lp a d e la C o m p a ñ ía , a q u ie n s ó lo c o r r e s p o n d e
a te n d e r a la c o n s e r v a c ió n y e x p lo t a c ió n d e la lín e a a n tig u a , s e g ú n e l c o n ­
tr a to , q u e d a n d o a c a r g o d e l G o b ie r n o la r e c o n str u c c ió n y to d a o b r a n u e v a
d e e lla . S in e m b a r g o , a la so m b r a d e la c o n s e r v a c ió n s e h a n h e c h o a lg u ­
n a s v a r ia n t e s d e im p o r ta n c ia y s e h a n e lim in a d o d e c e n a s d e p u e n te s d e
m a d e r a , r e e m p la z á n d o lo s c o n a lc a n ta r illa s d e c o n c r e to . A ú n fa lta n por
h a c e r a lg u n a s v a r ia n te s in d is p e n s a b le s y c a m b ia r d ie z y s ie te p u e n te s ,
e lim in a r lo s o r e e m p la z a r lo s p or a lc a n ta r illa s .
L a s c u r v a s en e s t o s 3 7 k iló m e tr o s so n n u m e r o s a s y m u y fo r z a d a s ,
lle n a s d e co d o s; lo s r ie le s , d e 4 0 lib r a s por y a r d a lin e a l, d e tr e s o c u a tr o
c la s e s d is tin t a s , c o m p r a d o s d e s e g u n d a m a n o d o n d e ib a n s ie n d o d e s ­
e c h a d o s p ara r e e m p la z a r lo s c o n o tr o s d e m a y o r p e so . T a n m a lo s e s tá n , q u e
n o e s raro e l c a s o d e q u e s e r o m p a n a l p a s o d e n n tr e n , p o r q u e e s tá n
c r is ta liz a d o s . C on m a te r ia l fijo d e e s a c la s e , la s ju n tu r a s so n d e t e s t a b le s ,
y a l p a sa r por e lla s s a lta n lo s c a r r o s y s e q u e ja n q u e e s u n g u s t o , y m u ­
c h a s v e c e s , con d e m a s ia d a fr e c u e n c ia , s e d e sc a r r ila n .
T a n m a rca d o c o n tr a s te h a c e e s t e tr a y e c t o co n io c o n s tr u id o por la
a c tu a l C o m p a ñ ía , co m o a r m ó n ic o ju e g o c o n e l a m e n a z a n te p u e n te d e l
P iñ a l, q u e u n e la is la d e B u e n a v e n tu r a co n el c o n tin e n te , y co n lo s lo c a ­
le s d e la e sta c ió n do e s t e p u e r to , to d o e llo d e c a r g o d e l G o b ie r n o .
D e b id o a e sto , la s lo c o m o to r a s b u e n a s y p o d e r o s a s q u e h a in tr o d u ­
c id o la C o m p a ñ ía só lo p u e d e n fa n c io n a r d e C isn e r o s p a r a h r r ib a , o b li­
g a n d o a si e l trá fico a c a m b io s m u y e m b a r a z o s o s p a r a la m a r c h a e x p e d it a
d el se r v ic io .
E l p u e n te d el P iñ a i, q u e u n e la is la c o n el c o n tin e n te , a 3 k iló m e ­
tr o s d e d is ta n c ia d e la p o b la c ió n d e B u e n a v e n tu r a , tie n e h o y 180 m e tr o s
d e lo n g itu d , e s d e h ierro y e s t á s o s te n id o p or p ilo te s d e m a d e r a , lo s c u a ­
le s h a y q u e e sta r r e p o n ie n d o c o n s ta n te m e n te , co n g a s t o m u y c r e c id o , y
h ab rá q u e rep o n erlo to d o él m u y p ro n to , p o r q u e e l d ía m e n o s p e n sa d o o c u ­
rre a llí un a c c id e n te d e fa t a le s c o n s e c u e n c ia s , p or h a lla r s e en m a lísim o
e sta d o . S e h a p r e s u p u e s to la su m a d e $ 9 3 ,0 0 0 p a ra r e e m p la z a r lo .
E n el tr a y e c to d e lo s 11 k iló m e tr o s e n el D a g u a , d o n d e to d a s la s
tr a v ie s a s son d e a cero , e s tá ta n b ie n c o n str u id a ia lín e a q u e p a r a su c o n ­
se r v a c ió n só lo s e in v ie r te nn jo r n a l por k iló m e tr o ; p u e s n o h a y m á s tra-
Rufino Gutiérrez 179

bajo que limpiar las cunetas, desyerbar ia vía y cambiar ios rieles y
traviesas qne rompen con frecuencia las piedras que se desprenden de las
©levadas rocas.
Hasta ei kilómetro 34 ios rieles son ahora de 40 libras por yarda,
pues aunque la Compañía recibió la línea con esa clase de materiales hasta
el 55, tuvo que reconstruirla desde ei 48, y en el resto del trayecto cambió
los rieles d 8 40 por de 55. De los retirados del servicio el Gobierno dio en
préstamo, y aún no se han devuelto ni pagado, 442 al Tranvía de Cali
para la nueva línea de Las Ceibas; y cedió 736 al Ferrocarril del Departa­
mento de Caldas, 441 al acueducto de Oaii, 421 a la Gobernación del Valle,
para diferentes obras públicas, y 1,231 a¡ la Administración General de
Telégrafos, para emplearlos como postes de la línea de Buenaventura a
Cali; en esto los empleados se han dado el lujo de invertir doble número
de ríeles de los que se necesitan.
Cuando Qherry entregó la línea había 96 puentes y pontones de ma­
dera, los cuales se han cambiado casi en su totalidad por de acero o reem­
plazado con alcantarillas, cuando no eliminado en absoluto. Todavía hay
1 2 puentes de madera sin cambiar, porque ese gasto corresponde por
mitad ai Gobierno, quien no ha dictado providencias al respecto.
Hay actualmente de Buenaventura a Cali 41 puentes de acero, in­
cluyendo el del P iñal; de ellos 6 son de 30 a 55 metros de luz, y 72 alcan­
tarillas y tubos o desagües con tapas de cemento.
Cerca de Puerta del Dagua, en el paraje llamado Espinal, se depositó
en un gran almacén una cantidad muy considerable y valiosa de mate­
riales, herramientas, útiles, etc., que el Gobierno recibió de la Compañía
cuando se terminó la reconstrucción de lo destruido por la creciente del Da­
gua. Hace cuatro años que eso está allí casi abandonado, y va perdién­
dose por extravío o por deterioro, sin que ei Gobierno tome providencia
eficaz para utilizarlo en forma algans. Lo propio sucede con dos puentes
de acero que quedaron abandonados al hacerse i a reconstrucción.
Antes de que se prolongara el camino de herradura hasta Córdoba,
Juntas (hoy Cisneros) fue lugar de alguna animación, porque era el puer­
to fluvial donde se embarcaba y recibía toda la carga de exportación e
importación. De allí el camino de herradura subía por la hoya del rí^ P e-
pita, que desemboca en ese punto en el Dagua, y por eso se llamó Jautas,
ascendía al espinazo del contrafuerte, bajaba al valle del Salado, conocido
también con el nombre de Queremal, y seguía a buscar la mayor depre­
sión de la Cordillera por allí y descender a Cali, Prolongado el camino de
herradora,el pobladito de Juntas decayó mucho, y volvió a animarse cuan­
do llegó la vía férrea y se abrió la estación con el nombre de Cisneros;
pero cuando adelantó el enrielado y se estableció la estación de Caldas,
volvió a decaer, y hoy es na pobladito pajizo de medianísimo movimien­
to y sin porvenir.
A la salida del Boquerón del Dagua hacia el interior, se baila el tris­
temente célebre campo de Las Hojas, lugar en que siempre se establecie­
ron campamentos durante la guerra de la Independencia y de nuestras
contiendas civiles y hubo algunos hechos de armas, por ser iugar estraté­
gico de excepcionales condiciones.
De Oisaeros para acá forma el Dagua una estrecha vega hasta Cór­
doba, de 35 kilómetros de longitud y que quizá no tiene 1 de anchara don­
de más se amplía. Por allí se ven algunos cultivos de caña, bastantes ca­
sitas pajizas habitadas por descendientes de los antiguos bogas, muchas
palmas de chaqnípay, o sea chontadaro, que es alimento muy nutritivo;
y, sobre todo, grandes sementeras de plátanos, de tamaño y calidad como
180 Ferrocarril del Pacifico

no los be visto iguales en nlngana otra región del país. Ahora cuatro años,
cuando la langosta destruyó los platanares del Valle del Oauca, las se­
menteras del Dagua abastecieron a Oali en condiciones muy cómodas.
La línea férrea en genera», y particularmente en lo construido por la
Compañía, está balastada con piedra picada de excelente calidad; las cu­
netas se mantienen limpias; donde no está cercada la línea es por culpa de
los dueños de los predios; los polines van reemplazándose todos por de gua.
yacáo, y para evitar accidentes con la entrada de ganados a la mesa del
camino, están colocados más de sesenta aparatos metálicos.
La estación de Tumbo, inaugurada el 19 de septiembre de 1914,
en el extremo oriental de la población de este nombre, tiene muy buenos
edificios para despacho y habitación de los empleados, bodegas amplias, y
empieza a formarse un bonito y extenso parque por cuenta de la Empresa.
El centro de movimiento de la población queda un poco retirado de ia es­
tación, y por eso considero que no es acertado el que por hacer una mise­
rable economía en arrendamiento de local para la Oficina de Correos y Te­
légrafos Naciona'es, se haya trasladado últimamente ésta al edificio de
la estación. La población, situada al pie de la Cordillera Occidental,
adonde baja directamente ia línea férrea, es grande, bien trazada, no ca­
rece de bnenas edificaciones, pero éstas están muy diseminadas, y el ma­
yor inconveniente que allí hay es que las aguas no son abundantes ni de
buena calidad.
La estación de Punta de Yambo, hoy Isaacs, inagurada el 19 de oc­
tubre de 1914. a 3 kilómetros de la anterior, en vía para Oali, a orilla del
río Canea, está a 13 ki ómetros de esta última ciudad, y en ese trayecto
forma la línea una recta. Los edificios son buenos, la bodega muy amplia.
Es estación de gran movimiento, aunqae el poblado que se va formando
a sa sombra crece muy lentamente. E*e es el puerto de mayor movimien­
to del río en carga de importación y exportación Allí tiene sus oficinas y
talleres una de las Compañías de Navegación del Cauca, y la otra ha cons­
truido an cómodo muelle. Entre las bodegas y oficinas y la línea está for­
mando un parque la Compañía del Ferrocarril.
La estación de Cali, en el kilómetro 173, se inauguró el l.° de enero
de 1£»£, a gran distancia del centro de la ciudad, hacia el Occidente, cero»
del cementerio, porque el Concejo y algunos vecinos presentaron inven­
cibles dificultades para que se estableciera en el otro lado del río de Cali,
en el lugar más apropiado para el objeto. En eso militaron intereses per­
sonales y de suspicacia poco recomendables. A pesar de que el ramal del
tranvía que se tendió por frente & la estación, para comunicarla con el
centro de ciudad, y a la sombra del movimiento se ha desarrollado allí
bastante la población, todavía queda muy excéatrica la estación, y se di
ficulta comunicarse coa ella en días de lluvias. Con el tiempo ese b a ­
rrio adquirirá grande importancia, pues tiene buenas condiciones, está
bien alumbrado y se construyen allí varias fábricas. Es lástima que no­
tes de qae los terrenos adquierau gran valor no compre el Concejo un
lote para formar una plaza en ese logar.
La estación es may cómoda y de buena y sólida construcción de la­
drillo, adobe y cemento, con techos metálicos, superior a todas las del
país, excepción hscha de las de Bogotá y Medeilín ; tiene edificios de dos
pisos para oficinas y habitación de los empleados superiores, grandes bo­
degas, separadas, para carga de importación, exportación y productos del
país y entrega y recibo de equipajes; salones bien amueblados para pasa­
jeros de las diferentes categorías; ana casa con cuatro departamentos
para empleados secundarios del servicio de la estación, de los trenes y
Rufino Gutiérrez 181

de la vía ; muy amplios andenes cementados, con bancas; extensos patios;


almacenes de útiles y materiales may bien provistos y ordenados; talleres
de reparaciones; cobertizos para depósito y para reparaciones de má­
quinas y carros; baños, excusados, urinario; iniciado un parque entre los
edificios y el camellón por donde pasa el tran v ía; profaso alumbrado
eléctrico; un estanque de acero de 6 ,0 0 0 galones de capacidad, para pro­
veer de agua a las locomotoras y a los edificios, servido por energía eléc-
trica, con gasto de $ 3 mensuales; cuando para ese servicio se emplea»
ban los brazos humanos costaba de $ 80 a $ 90, y era deficiente; el mobi­
liario de todas la9 oficinas, habitaciones y salones de espera es extran­
jero, etc.
En cambio, la estación de Buenaventura, en el puerto de entrada
más importante que tiene la Nación en el mar Pacífico, es sencillamente
vergonzosa, lo mismo qne sus dos bodegas, de paredes y techo metálicos,
todo en estado ruinoso, sin uu estrecho salón de espera, sin andenes, sin
una miserable banca para sentarse las personas que esperan la llegada
o el despacho de un tren. Todo aquí es apenas comparable coa los las­
timosos edificios del titulado Ferrocarril de Puerto Wíiches o cou los in­
termedios del de Calamar. De ello no es responsable la Compañía sino el
Gobierno, quien no suministra los fondos que le corresponden para Jas
construcciones. Mala idea se formarán dei país y de su más importante
vía férrea los extranjeros que lleguen al puerto y vean lo que son los
edificios de la estación de entrada y los no mejores de la más prodactiva
y concurrida Aduana de este mar.
En la línea que recibió la actual Compañía, de Cisneros para acá,
había pendientes hasta del 5 por 100 y curvas estrechísimas, de manera
que nunca una locomotora pudo arrastrar allí más de tres carros; los rie­
les eran malos y de poco peso; la zona enmontada; las estaciones, tristes
ranchos; los puentes, casi todos de madera, muy peligrosos. Todo eso lo
ha corregido en parte la actual Compañía, de manera que hoy la ma­
yor pendiente en ese trayecto es del 4 por 1 0 0 ; se han ampliado muchas
curvas, reemplazado puentes, construido estaciones en Córdoba y Cis­
neros, etc. Todavía necesita la línea muchas correcciones, y más que eso,
la reconstrucción, pero no puede hacerlo la Compañía m ientas el Go­
bierno no suministre ia cuota que le corresponde para el gasto. Debido
al mal estado de este trayecto, las locomotoras que hacen el servicio en
la parte nueva de la línea no pueden bajar a Buenaventura, y tienen que
recibir y acomodar sus trenes de Cisneros o Caldas en adelante.
Hace seis años, caando aún no había llegado el enrielado a la cima
de la Cordillera, lo qne hoy se llama LaCumore era uo terreno desierto,
cubierto de bosque, abrupto, por donde no se veían aberturas, a pesar
de estar a poca distancia de la población de Pavas, y eran terrenos
baldíos o pertenecientes a la comunidad del Municipio. La Empresa del
Ferrocarril compró una regular extensión para establecer la estación y fo­
mentar la creación de un poblado, cayo trazado hizo, demarcando plazas,
callesy lotes para enajenar. HoyLaOambrees un grande y animado pueblo,
lleno de bellas y cómodas casas de recreo, con jardines espaciosos mochas
de ellas, y todos los dias aumenta el número, elegancia y comodidad, por­
que ese es ei lugar de recreo y veraneo de las personas acomodadas del
Valle del Canea; hay tiendas bien surtidas de toda clase de artículos ;
feria pública muy abastecida; oficina nacional de Correos y Telégrafos,
que produce más de lo necesario para atender a sus gastos, inclusive
arrendamiento de local, que es edificio independiente construido cou ese
objeto por la Empresa; regular servicio de hoteles; baños y excusados
182 F e r r o c a r r il d e l P a cífico

públicos establecidos por la Empresa; acueducto, servido por agua que la


Compañía trajo de más de una legua de distancia, y es llevada a las oa­
sas particulares por tubería metálica, después de decantarla eu un gran
estanque desarenador construido de concreto, coa todas las condiciones
de los acueductos modernos; y también hay escuelas, y aun un patio para
juego de tennis Pero, cosa extraña, imperdonable, tratándose de lugar tan
populoso, de región tan rica y de habitantes tan religiosos como son los
vabecaucanos: no hay allí una miserable capilla para el culto religioso.
Una de las quintas más lujosas y cómodas de La Cumbre, rodeada
de extensos jardines y arbolados cultivados con exquisito gusto, es la
llamada Fiza, de propiedad particular de los contratistas del Ferrocarril.
Cuando empezó a crecer la demanda de lotes para edificar, la Com­
pañía les fijó precio y condiciones especiales, y entonces las gentes poco
acomodadas construyeron sus casitas fuera del área demarcada, a los la­
dos del camino que conduce a la cabecera de Pavas, y como eso quedaba
retirado de la estación, se llamó Mocoa, como por burla. Las edificaciones
continuaron aumentando y mejorando allí con gran rapidez, de manera
que eso forma hoy un bonito y gran barrio de La Cumbre, y sus habitantes
le han cambiado el nombre de Mocoa por el de Villahermosa.
Son tantos los cancanos y costeños de! Atlántico que van al sanato-
rio de Ancón, en Panamá, a hacerse ver y operar, que un módico ameri­
cano, qne vino ai país al servicio de una Compañía minera del Ohooó,
está dando pasos para establecer un sanatorio en La Cumbre, con instru­
mental y empleados competentes. Si obtiene buenos resultados en sus
primeros diagnósticos y operaciones, esto servirá de estímalo a nuestros
galenos, y no muy tarde veremos el país lleno de sanatorios de esa clase,
pues la romería de enfermos a Panamá es tan considerable, que una com­
petencia bien organizada puede ser productiva para los empresarios y con
veniente para el país.
En el ascenso del valle hasta la cima de ía Cordillera Occidental la
línea viene por faldas empinadas bastante escasas de agua, sin más ve­
getación que paja muy poco nutritiva, y por consiguiente no se encuen­
tran por allí más que unas pocas casas de habitación y escasísimos gana­
dos. En la mitad de la cnesta hay un estanque metálico de gran ca­
pacidad para proveer de agua a las locomotoras que suben.
Coronando el espinazo de la Cordillera, sin que la gradiente de la
línea exceda del 3 por 100 compensado, y después de pasar cuatro túne­
les de hasta 1 2 0 metros de extensión, revestidos de concreto, un terra­
plén de 40,000 metros cúbicos de tierra y piedra acarreadas, y extensas
y vertiginosas cornisas labradas en la roca viva y reforzadas por altas
murallas de piedra y cemento, se abandona la vista del Valle del Cauca,
que es uno de los más bellos panoramas que puedan contemplarse en
Colombia. A propósito de esto recuerdo que al despedirme del doctor
Carlos Holguin para mi primer viaje ai Oauca, me dijo:
—¿Cómo es, usted no conoce el Valle? pues lo envidio.
Siendo caucano el doctor Carlos Holguin, me causó extrañeza eso,
pero agregó prontamente:
—Los que lo conocemos «o disfrutamos ya con la misma intensidad
la gratísima impresión que causa la vista desde las alturas de ese paraí­
so de promisión.
Coronada la altura por una de las mayores depresiones de la Cordi­
llera en esa región, a 1,600 metros do altura sobre el nivel del mar, se en­
tra a lo que antes de pasar por allí el Ferrocarril era desierto inculto cu­
bierto «te bosque virgen y hoy es terreno abierto, muy cultivado y Heno
R u fin o G u tié rr e z 183

de buenas casas de habitación y de sementeras de pasto de mioay, plá­


tano, maíz, frísoles, caña dulce, etc,, hasta muchas leguas a lado y lado.
De allí se desciende por pendiente que no pasa del 3 por 1 0 0 compensa­
do, siempre por entre cultivos más o menos extensos y tan productivos
que son ya una de las más ricas despensas de Oali, hasta llegar a Lomi-
tas, en el kilómetro 109. En este punto estableció la Compañía un para­
dero al principio; y el desarrollo de la agricultura hizo que más tarde se le
elevara a la categoría de estación, y hace poco estableció un tren local
semanal para levantarlos muchos víveres y leñas que se producen. Es
clima excelente (unos 2 2 ° de temperatura), situación risueña, donde no se
hacen sentir las repentinas y fuertes transiciones de temperatura que se
notan en La Cumbre; de manera que si allí no fuera tan escasa el agua,
sería ese lugar preferido para los veraneos.
En adelanle la línea está construida en terreno extraordinariamente
quebrado, lleno de desfiladeros, precipicios y altas crestas rocallosas, por
donde va en continuados zigzags la carrilera,y después de pasar siete tú­
neles de 40 a 150 metros de extensión, se llega a La Laguneta, donde des­
aparece la fértil vegetación de la montaña y empieza descenso cómodo,
por grandes vueltas, en terreno estéril y bermejo, cubierto de raqaítica
vegetación, hasta llegar a Caldas, a la orilla del río Dagua.
Al pie de la antigua población de Papagayeros (hoy Los Remedios),
am enosde 1 kilómetro de distancia y a la orilla izquierda del río, en
una vega estrecha, llana y feraz, donde todavía existen restos de la vieja
casa de la hacienda de El Oogollo) se inaguró el 2 0 de julio de 1909 una
estación del Ferrocarril en el kilómetro 84, a la cual se dio el nombre de
Caldas, y a su sombra se ha desarrollado una población bonita, de cons­
trucciones de madera y techos metálicos, de astilla y de paja, a 800 metros
de altura sobre el nivel del mar y con temperatura de 27°.
Hay abundancia de agua, pues fuera del Dagua, que corre al pie
del poblado, éste está atravesado por la abundante, cristalina y pura
quebrada de El Cogollo. Los talleres del Ferrocarril, provistos de todas
las maquinarias y demás elementos necesarios en una empresa de esta
clase, y donde a primera vista, y mucho más después ds estudiarlos con
detención, se notan el orden y la buena reglamentación, están allí y son ser­
vidos por fuerza hidráulica con una Pelton, la cual produce energía eléctri­
ca para alumbrar todas las dependencias del Ferrocarril situadas en ese lu­
gar, las calles, la iglesia y las casas particulares.
La Empresa construyó grandes edificios con amplios patios, bodegas,
iglesia muy elegante y espaciosa, casas para oficinas y para habitaciones
de los empleados superiores y subalternos, un hospital muy biea dispues­
to, coa todos los elementos y comodidades del caso, y otros dos edifioios
separados para los atacados por enfermedades contagiosas, gran almacén
de útiles y materiales^muy provistos, etc.
La población se trazó con la plaza y anchas calles, y los lotes que se
formaron se dan gratuitamente a los pobladores, con condición de edifi­
car casas en determinados plazos y la d 8 no establecer juegos ni permitir
escándalos condenados por las disposiciones de policía y las buenas cos­
tumbres.
E! alumbrado pábíico y el de la iglesia lo saministra gratuitamen­
te la Empresa. Don Adolfo Cuevas estableció un acueducto con estan­
qué, desarenador y tubería de hierro para llevar el agua a las casas, y la
Empresa ha hecho ya algo de alcantarillado. La misma Compañía desti­
nó un amplio lote contiguo a las bodegas para plaza de mercado público,
184 F e r r o c a r r il d el P a c ific o

el cual se celebra los domingos cotí bastante concurrencia y abasteci­


miento.
Hay Escuelas públicas de ambos sexos en locales propios ; y como el
que ocupa la de varones pertenecía al camino de herradura, debe consi­
derarse como de propiedad nacional. También hay hoteles.
El desarrollo que ha adquirido esta población ha hecho que la de
Los Remedios, que es la cabecera del Municipio del Dagua, decaiga a tal
extremo que ya allí no hay mercado de víveres, y sus tiendas se han pa
sado todas a Oaídas. Los vecinos del nuevo poblado han solicitado de la
Asamblea que lo eleve a la categoría de Municipio. La última Asam­
blea accedió a la solicitud, pero el Gobernador objetó la ordenan
za, fandado en que en Caldas no había local para oficinas públicas ; pero
tal vez iuflayó en su ánimo la circunstancia de que esa medida natural­
mente perjudicaba a Los Remedios, que es vecindario que se ha hecho
acreedor a consideraciones, porqae allí es muy uniforme y de grandes in
fluencias la opinión política del señor Gobernador. Entonces los vecinos
de Oaldas obtavieron del Ferrocarril que les c idiera un lote, y emprendí© -
roa con entusiasmo la construcción de una cómoda casa de adobe para
consistorial, la cual iba muy adelantada cuando pisó por ese lugar (l)r
Encontré en esta estación, entre otras, una mejora que no la tienen
los otros ferrocarriles del país, y consiste en una plataforma a la cual se
sube en vagonetas por carrilera de decauville el carbón para suminis­
trarlo a las locomotoras en tal forma que la operación se hace mientras
la máquina toma el agua del estanque contiguo, sin la menor pérdida de
tiempo, y con tal precisión que en cualquier momento se sabe cuánto car­
bón ha consumido uua locomotora en tiempo determinado.
Allí mismo, en combinación con este aparato, hay un horno para que­
mar carbón y producir coque para los talleres, y con ese calor se seca la
arena para las locomotoras y se las surte de ella automáticamente por
medio de un tubo.
El doctor Jorge Samuel Delgado y el doctor Ricardo Pérez están
montando, y ya tienen muy adelantado, al otro lado del río y a muy
corta distancia del poblado, un gran molino de trigo movido por faerza
hidráulica; y para fomentar ei cultivo dei precioso grano han distHbuí-
do gratuitamente semillas entre los agricultores de la Cordillera con
buen éxito.
De la estación de Cali parte la línea para Palmira hacia el Sur por
unas pocas docenas de metros y después sigue próximamente al Oriente
formando ana recta de 25 kilómetros. Eo este trayecto hay 13 puentes
de 9 a 19 metros de luz, 26 pontones de 2¿ a 3 metros, 6 guardaganados
metálicos, una alcantarilla y un guárdameles con contrarrieles y pas y a
nivel.
Este trayecto, de 25 kilómetros, está dado al "servicio desde el 15 de
mayo último, a pesar de que el Gobierno no ha qaerido recibir más que 5
hilómetros de él porqae no se han acabado de construir en firme dos de
los grandcB puentes de estructura metálica que salvan las ciénagas que
hay en esa vía, y eso no obstante que el contrato autoriza a la Compañía
para construirlos provisionalmente y le da dos años de plazo para reempla­
zarlos por metálicos, y no obstante también que los provisionales que
están en servicio io prestan tan bien qne hasta ahora no se ha presentado
el menor inconveniente, ni siquiera retardo, eu la marcha de los trenes.

(1) Ya es cabecera del Municipio llamado Dagua, y el censo de 1918 le da


6,847 habitantes.
Rufino Gutiérrez 185

Todos los elementos para los puentes de hierro están ya en el país, y sn


colocación tan adelantada qae a mediados del año se habrá terminado la
construcción. Todos los demás puentes y pontones son de materiales de
primera calidad y de carácter permanente.
La obra más notable de este trayecto y de todo el Ferrocarril es el
puente giratorio sobre el río Oauca, a 6 kilómetros de Oali, de acero, q ue
costó colocado poco más de $ 1 0 0 ,0 0 0 ; fue fabricado por la United States
Steel Products <7o., y montado por ingenieros enviados por la American
Bridge Co. Se empezóla construcción el 17 de agosto de 1915, y el 9
de enero de 1916, en cuatro meses y medio, se concluyó. Para reci­
birlo se hizo el ensayo de sn resistencia poniendo encima dos locomtoras
que pesaban por junto 2 2 0 ,0 0 0 libras inglesas. Tiene 82 metros y 60 centí­
metros de largo, y el tramo giratorio 53 metros y 20 centímetros. Este
tramo puede moverlo un peón con una palanca de mano, y se abre
cada vez que tiene que pasar uno de los vapores que navegan el río.
Por disposición de la Compañía contratista del Ferrocarril el puente
debía llamarse Oamacho, y trajo una placa con ese nombre, como mereci­
do tributo al doctor Nemesio Oamacho, antigao y eficacísimo Gerente
de la Compañía; pero como este señor es liberal y fae valioso cola­
borador de la progresista Administración Reyes, los politiqueros del Valle
levantaron el grito al cielo por ese bautizo, y sabido esto por el doctor Oa­
macho, dispuso que se cubriera la plancha que tenía su nombre*
y se dio al puente el de Murillo Toro, como tributo a la memoria del go­
bernante que hizo el primer contrato para la construcción del Ferrocarril.
A pesar de no haberse recibido la línea entre Oali y Palmira por el
Gobierno, y por consiguiente no haberse pagado en bonos sobre las Adua­
nas sn valor, se autorizó a la Compañía para ponerla en servicio; pero
eso sí, con la condición d 8 que loa gastos de conservación y explotación
sean por cuenta de la Compañía exclusivamente, y se le exige que de
los productos le reconozca ai Gobierno la participación a que tiene dere­
cho, según el contrato, por la línea en servicio.
Cuando recorrí ahora este trayecto empezaba a ceder la gran inun­
dación producida por el río Cauca. Tan considerable fue ella que personas
conocedoras calculan que sólo en el Municipio de Palmira faeron anega­
das once mil fanegadas de tierras.
Entre Cali y Palmira se halla la estación del Goan abana), en el k i­
lómetro 185, a partir de Buenaventura, inaugurada el 11 de noviembre
de 1916. Está a la orilla del camino de herradura que une aquellas d o e
poblaciones. Los edificios de la estación son de modesta construcción, de
madera, con techo metálico. La línea va a nivel por zona tan ancha que
puede soportar tres carrileras.
En el kilómetro 199, casi dentro de la población, está la estación de
Palmira, inaugurada el 15 de mayo de 19L7, con grande y cómodo edifi­
cio bien aireado, de estructura metálica revestida de ladrillo y cemento,
con techos metálicos, pavimento y anchos andenes de cemento; dos espa­
ciosos salones de espera con escaños extranjeros; amplias oficinas ; bode­
gas separadas para recibo y despacho de carga con piso de polines ;
embarcadero de ladrillo para ganados, y alojamiento para los empleados.
Las locomotoras reciben el agua de un gran le estanqae metálico, el onal se
alimenta de un aljibe de 7 metros de profundidad, servido por bomba
eléctrica. Antes se hacía uso del agua del acueducto público, y hubo que
desecharla, porque siempre llegaba muy cargada de areua. La del aljibe
es potable, de muy buena calidad.
El movimiento de este trayecto, de Palmira a Oali, fue s*sí en el pri-
186 F e r r o c a r r il d el P a o ífico

mer semestre del año pasado: 7,417 pasajeros despachados y 8,240 llega­
do?} 66,376 kilogramos de carga recibida y 589,866 despachada; el
moví mentó del segundo semestre, por el cual se ve cómo va desarro­
llándose el tráfico, fue éste: 27,117 pasajeros llegados y 29,079 des­
pachados; 319,616 kilogramos de carga recibida y 1,854,840 despachada.
Bu la misma proporción viene aumentando el movimiento en lo que va
corrido del presente año.
Para la prolongación hacia Cartago está heoho el estudio en toda su
exteusión, y la línea, en rectas casi continuas en sn totalidad, tocará en
todas las poblaciones de la banda oriental del Oauca. La explanación
va en el kilómetro 210, en el río Amaime, y se trabaja activamente en la
construcción de puentes y alcantarillas. En la estación de Oali están de­
positados 63 puentes de acero de 10 pies de extensión para arriba, desti­
nados a esta vía.
Tres gravísimos imconvenientes han impedido qne el Ferrocarril avan­
ce con la rapidez qae es de desearse y se proponía la Oompañia: l.°, la
guerra universal, que no permite traer material del Extranjero ni conse­
guir un empréstito; 2 !, el grandísimo atraso en los pagos que debe hacer
e! Gobierno, porque el producto de las 50 unidades de Aduanas dél Pací­
fico se ha reducido tánto que no alcanza ni para los gastos más argentes,
y aun han llegado casos en que el Gobierno, por su aparada situación fis­
cal, se ha visto obligado a echar mano de los productos íntegros de aque­
llas Aduanas; y 3.°, la no entrega oportuna de las zonas que el Gobierno
tiene obligación de facilitar; y eso porque la mayoría de los dueños de
predios por donde pasa ¡a línea han pretendido aprovecharse de la oca­
sión para explotar el Tesoro público, y porque la ley que regía hasta
hace poco no permitía efectuar la expropiación hasta después de terminado
el respectivo juicio y pagado por avalúo el valor de la zona. Jamás tnvo
en cuenta el daeñodel predio el beneficio qae a éste reporta la proximi­
dad a la vía. Oasos se han presentado en que loa dueños de las zonas
convinieron en recibir determinadas sumas por ellas, y como la compra no
podía hacerse sin llenar las formalidades de la ley, al practicarse éstas
ante el Poder Judicial, con pérdida de machos meses y la consiguiente
paralización de los trabajos, los avaluadores oficiales dieron a es*? zonas
valores mucho mayores que los convenidos privadamente, y no hubo más
remedio que aceptar esos precios; y como el pago nunca lo hacía el Go­
bierno puntualmente, los trabajos seguían paralizados.
La línea que debe seguir por el Sur hasta Popayán va ya en Gua-
chinte, en e! kilómetro 34 a partir de Oali, donde antes no había más qne
ana casa y ahora se va formando ana población a la sombra de la esta­
ción del Ferrocarril, la cual se inauguró el 14 de marzo de 1916. En ese
trayecto hay siete rectas que suman por junto 32 kilómetros, y en los
otros dos las curvas son muy amplias. La pendiente de la línea es suave,
pues en la generalidad de ella fluctúa entre el cuarto y el uno y medio
por ciento. En dos kilómetros esa gradiente aumenta algo hasta llegar
al dos y medio en unos 300 metros. Pado evitarse esto, y así quiso hacer­
lo la Oompañia echando la línea un poco al Oriente, pero el Gobierno se
empeñó en que se prefiriera el primitivo estudio del trazado, diz que por­
que por donde se construyó la línea quedaba más corta, como si no fuera
más económico y cómodo para el porvenir hacer de una vez el gasto en
unas pocas decenas de metros más.
Pasa la carrilera por entre grandes haciendas de propiedad de Cale-
Sos, y por cousiguieate la región es ua poco despoblada hasta Jamundí.
Qaizá por las condiciones de esas propiedades no se han establecido casas
Rufino Gutiérrez i
187

de campo, hoteles y restaurantes a las orillas de los bellísimos ríos que


por allí se encuentran. Si eso se hiciera, irían ailí muehas familias y gen­
tes de paseo y se establecería un tren de recreo los domingos, que compe­
tiría ventajosamente con el de La Oumbre, por ios excelentes y numerosos
baños que hay. En esos ríos, que son el Oañaveralejo, el Meléndez, el Lili,
el Pance, el Jamuudí y el Rícclaro, hay puentes de estructura de hierro
y además 45 pontones del mismo materia), y en la estación de Cali están
depositados ios que habrán de colocarse en ’os ríos Guachiute y Timba,,
de 60 y 1 1 0 pies, respectivamente.
El balastaje de la línea no está aún completo, pero sí es de primera ca­
lidad el material. __
En el kilómetro 14 está el paradero de Mar&nón para el servicio de
las haciendas vecinas, con casita de madera, de techo metálico.
En el 17 hay otro paradero, sin edificio, llamado La Vega
Las primeras traviesas colocadas fueron de maderas comunes, que
ya se van pudriendo en gran número y se están reemplazando con otras
de maderas de gran duración, traídas desde las playas dei Pacífico.
Las zonas no están todas cercadas por culpa de los dueños de loe
predios.
Las líneas telegráfica y telefónica de este trayecto están colocadas
sobre postes de hierro, y hacen contraste con las del Gobierno, que van
sobre guaduas.
Oasi paralela a la vía férrea, y a poca distancia, en mucha parte por
el en verano excelente camino de herradura, va construyéndose lujoso ca­
rretero, del cual están ya concluidos 1 2 kilómetros y colocados grandes
puentes de hierro sobre loa ríos Oañaveralejo y Meiéadez y muy adelan­
tados los de concreto armado sobre el Lili, ei Gaachinte y el Ríoclaro.
Esto mientras que del otro lado del río del Oanca, a poca distancia, don­
de están las poblaciones de Palmira, Candelaria, Pradera, Santander,
Oaloto, etc., nada efectivo se hace para mejorar siquiera sus vías de co­
municación.
En el extremo noroeste de la población de Jamundí, en el kilómetro
2 2 , se construyó el edificio de la estación, el cual es de ladrillo y techo me­
tálico, con amplios andones de cemento, lo mismo que la espaciosa sala
de espera, con buenos escaños, y las piezas de despacho y habitación
de los empleados; las bodegas, capaces, están muy bien pavimentadas
con polines. Hay estanque de hierro de 6 ,0 0 0 galones de capacidad, con
bomba servida por gasolina. La estación no tiene más empleados que un
jefe, un bodeguero y el bombero. Se inauguró el 6 de octubre de 1915.
En el kilómetro 27, en Ríoclaro, hay paradero siu edificio.
En el extremo del enrielado, kilómetro 37, en el lugar llamado Gua-
chiute, se ha establecido estación accidental con este nombre, pero creo
que se convertirá eo permanente, porque por esos iados va desarrollándose
bastante movimiento. El edificio de la estación es de madera y techo me­
tálico, con bodega de guadua. Está servida por un jefe, un bodeguero y un
celador. En diciembre último se embarcaron allí 989 pasajeros y 80,914
kilogramos de carga loca!. Para la prolongación de la vía hacia Popayán
hay ya 2 0 kilómetros de explanación, pero faltan los rieles, difíciles de
conseguir hoy por la guerra universa!.
En el Ferrocarril del Pacífico no se admiten pasajeros más que do pri­
mera y de segunda. Los de primera pagan dos y medio ceutavos por ki­
lómetro entre Buenaventura y Yambo, y los de segunda a ano y medio;
entre Yumbo, Calí, Palmira y Gaachinte, a dos y a un ceutavos, respecti­
vamente. El ganado mayor paga a ano y medio centavos por kilómetro
1 88 F e r r o c a r r il d e l P a cífic o

entre Buenaventura y Yambo, y a un centavo en el resto de la línea; el


menor, a medio centavo en cualquiera de los trayectos, y las aves, a cinco
centavos por cualquier recorrido.
Para los trenes de recreo, que sólo se ponen los domingos, de Cali a
La Cumbre y estaciones intermedias, el tiquete sirve para la ida y regreso.
La carga se clasifica para su transporte en cuatro categorías, y paga
así por tonelada y por kilómetro : en toda la línea a dos centavos la de 1.*;.
* entre Buenaventura y Cali, a diez lade 2,*, a quince la de 3.a y a veinte la
de 4.a, y en el resto de ía línea a cinco, ocho y diez centavos, repectivamen-
te. El oarbón mineral a un centavo en cualquiera de los trayectos. En los
paraderos se admiten pasajeros y carga como si tomaran el tren en la esta­
ción inmediatamente anterior. Las maderas de construcción destinadas a
la población de La Cumbre sólo pagan por el trayecto recorrido, y se re­
ciben en cualquier punto.
Como equipaje no se reciben más que valijas de mano, bastones, para­
guas, abrigos y objetos de uso que puedan colocarse en las canastillas de los
carros o debajo d 6 los asientos para que no estorben a !ós pasajeros, y lo
demás del equipaje paga como carga de cuarta clase. Esta reforma la esta­
blecí yo hace nnos tres años para cortar los abusos y molestias que ocu­
rrían, pues por observación que he hecho sólo un tí por 1 0 0 de los pasaje­
ros en nuestros trenes carga lo que puede clasificarse como equipaje, y
sin embargo un número muy considerable de los viajeros se presenta a
hacer aforar como tái, baúles, petacas, maletas, etc. llenos de mercancías,
víveres y aun artículos de prohibido transporte, y eso a última hora,
cuando la salida del tren no da tiempo para verificar su contenido, lo
cual, por otra parte, es operación muy odiosa. Además, los portadores de
verdaderos equipajes son casi siempre personas acomodadas, quienes,
cuando éstos pesan más de lo que se íes concede de franquicia, lo que
hacen para no pagar exceso es tomar tiquetes prestados a otros pasaje­
ros para amparar esos excesos, o valerse de mozos de andón para que ha­
gan la operación sin provecho para los pasajeros y con perjuicio de las
empresas ferroviarias. La moralizadora disposición que rige hoy en este
Ferrocarril ocasionó al principio algunas protestas de logreros, y después
todo el mu ido se ha conformado con ella.
De Buenaventura para Palmira salen trenes de pasajeros lunes, jue­
ves y sábado; de Palmira para Buenaventura, lunes y sábado; de Cali
para Buenaventura, lunes, jueves y sábado; entre Üali y Palmira, trenes
simnItáDeos, martes, viernes y domingo; entre Cali y Guachinte, trenes
simultáneos todos los días, menos los domingos; y entreUali y La Oumbre,
de recreo, todos los domingos.
Cuando la actual Compañía recibió el Ferrocarril de los Mason estaba
construido hasta Oisneros, en e! kilómetro 55, y le entregaron diez y nueve
carros de empuje a mano para el servicio de los trabajadores de la línea y
uno para el Inspector; un coche para pasajeros de primera, uno para los de
segunda, uno mixto, ochocarros para carga y ganados, dos plataformas y seis
locomotoras. Este material rodante se hallaba en tan mal estado, qno con
excepción de cuatro locomotoras, todo se abandonó y destruyó, y apenas pu­
dieron aprovecharse uuos pocos elementos de los carros para construir otros.
En septiembre de 1917, al hacer los inventarios de lo que debía conside­
r a r e como perteneciente a J a explotación, para el servicio de Ja línea del
kilómetro 48 al 174 y del ramal a Guachinte, presentó la Compañía al Go~
bierno: diez y seis locomotoras, nuevecoches para pasajerosde primera,on­
ce para los de segunda, cuarenta carros de carga, treinta y dos plataformas
de acero, ocho carros de reja para ganados,ocho góndol as de acero, cuaren-
Rufino Gutiérrez 189

ta y tres carros de empuje para trabajalores de la vía y diez y seis para


Inspectores, cuatro carros de motor de gasolina, siete vagonetas de acero,
de vuelco y de empoje, y veinte carros de vuelco.
Además la Compañía tiene de su propiedad exclusiva para ios tra­
bajos de la prolongación : cinco locomotoras, doce carros de carga, dos
para equipajes, treinta y cuatro de vuelco de 4 metros cúbicos de capaci­
dad, veinticuatro góndolas de acero, treinta y cinco plataformas de acero,
dos excavadoras de vapor, una grúa de vapor, de capacidad de diez tonela­
das, y otra de dos toneladas, un martinete movido por vapor y una grúa
con martillo de vapor.
Todas las locomotoras en servicio, menos dos, que ya casi se acaban
de adaptar en los talleres de Caldas, consumen ahora carbón mineral
en lugar de leña, con lo cual se ha obtenido grande economía de tiempo y
dinero y mejor reglamentación en el servicio.
En el Valle del Cauca, casi por todas partes, se han encontrado mi­
nas de carbón, pero aún no se las explota sino en reducida escala y em­
píricamente. Sin embargo, la tonelada del de buena calidad no cuesta
sino de $ 5-50 a $ 6 , según la estación adonde se lleve.
Prescíndase de la comparación que puede hacerse entre el estado de
la línea construida por los actuales contratistas, de los edificios levan­
tados por ellos y del materia rodante con que la dotaron, con lo que so­
bre eso hicieron los anteriores, y para apreciar la labor de ia nueva Com
pañí» fijémonos sólo en estos datos :
Los anteriores contratistas, en veintinueve años, de 1878 a 1997, cons­
truyeron 55 kilómetros de carrilera, que costaron a la Nación alrededor
de $ 4.719,000, esto es, a poco más de i 85,800 el kilómetro, a menos de
2 kilómetros por año. La actual Compañía, en diez años escasos, de fines
de 1907 a hoy, tiene construidos y en servicio 178 kilómetros, a más de 17
por año, que han costado a la Nación unos $ 8.300,000, esto es, a menos
de $ 45,000 por kilómetro. Pero si se tiene en cuenta que en esta suma
estén incluidos todos los gastos de reconstrucción de la antigua carrilera
(lo del Boquerón destruido por la avenida del Dagua costó muy poco me
nos de un millón de pesos), lo de explanaciones hechas de Palmira y de
Gnachinte en adelante y lo de compra de material acumulado para pro­
longar la carrilera en estas secciones, resulta que el kilómetro de lo cons­
truido por la actuai Compañía ha costado a la Nación menos de ia mitad
de lo que le costó por contratos con las primeras compañías.
La mayor ventaja para el pais no consiste en la rapidez con que se
ha llevado la construcción en los últimos años, ni en las buenas condioio
nes de ella, ni en el menor costo de la obra, ni en el ejemplo de lo que
pueden hacer sos hijos sin extraña intervención en favor del progreso
nacional, sino en que así no estamos expuestos a pleitos y reclamaciones
humillantes como los que hemos tenido que sufrir por habernos entendido
con especuladores extranjeros.
Del Valle del Cauca, especialmente de Cali, se elevan constante­
mente quejas contra los empleados superiores del Ferrocarril, diz que
porque con la gran masa de empleados subalternos y obreros inferiores
influyen decisivamente en determinado sentido político en épocas de
elecciones. Con ese motivo, impresionado el Gobierao, hizo exigencias a
la Compañía para que pusiera remedio al supuesto mal, y ésta se vio
obligada a crear el puesto de Superitendente y confiármelo. Estuve allí
bastante tiempo, aun en épocas de elecciones, y convencido de que aque­
llas quejas carecían en absoluto de fundamento, lo hice saber así al Go­
bierno, por conducto de la Gerencia de la Compañía, renuncié el empleo*
*
190 A r m e n ia

y aconsejé se suprimiera, porque era absolutamente innecesario, y así se


hizo. El hecho de conocer ya mucho este teatro, pues administré el Ferro­
carril en ;a primera época del contrato de Muñoz y Borrero, y de ser mi
filiación política bien definida y probada en casi medio siglo de luchas,
creo que me abona como juez competente e imparcial para emitir concep­
to sobre este asunto.
Para terminar la descarnada monografía del Ferrocarril del Pacífico,
permítaseme agregar unas pocas palabras en honor de quienes más eficaz­
mente han contribuido a la realización de esta salvadora obra, y cuyos
nombres deberían conservarse en la memoria de los colombianos perpetua­
mente como prueba de gratitud y justicia: el doctor Manuel Murillo Toro,
quien como gobernante de la República firmó el primer contrato para ía
iniciación de la obra; el General Rafael Reyes, quien como Presidente
tomó tai interés por ella, qae si no faera por él quizá la obra habría con­
tinuado al paso y en las condiciones en que estuvo durante los primeros
treinta años; el doctor Garlos B. Restrepo, quien siguió con gran brío y
eficacia el ejemplo que le dio su antecesor Reyes 5 don Francisco J. Oisne-
ros, quien, además de haber ejecutado los primeros trabajos, tiene el in­
signe mérito, nunca bien apreciado, de haber sido el maestro, el creador
de la escuela en que se ha formado esa pléyade de ingenieros qne hon­
ran al país, tan competentes que hoy uo hay un solo ingeniero extranjero
en los diferentes ferrocarriles de Colombia; los doctores Rafael Alvarez
Salas, Luis Lobo Guerrero, Julián Uribe Uribe, Juan de la Rosa Barrios
y otros que no nombro^por no hacerme demasiado extenso, y que han sido
eficaces colaboradores de aquellos notables ingenieros, quienes han sido
los directores y organizadores de todas las labores, secundando con ad­
mirable tino la acertadísima dirección del Gerente de la Compañía, don
Nemesio Camacho, brazo y cabeza de ella.

ARMENIA
Armenia, febrero 8 de 1918
El día 6 salí de Buenaventura en tren de carga, pernocté en La Cum­
bre, y de allí bajé en mesa de empuje a tomar el vapor en Puerto
Isaacs, de donde me puse en día y medio en Garfcago, y de esta
cindad salí el 9 por camino bastante quebrado y no muy descuidado has­
ta el puente colgante de Piedra de Moler, sobre el río de La Vieja, que
está a unas dos Teguas de distancia. Ya empiezan a hacer en este trayec­
to algunos cultivos, entre ellos de arroz, 5 se ven varias casas de guadua
íntegramente, o con techo de paja. En una veguita que forma el río hay
bonitos potreros poblados de buen ganado vacuno y una elegante y có­
moda casa, faera de ia bastante regular que sirve a la administración del
pueüte, el cual, como dije ai hablar de Cartago, se construyó por con­
trata de privilegio.
De allí se sube un repecho largo, y en seguida se marcha por cuchila
poco elevada, sin costear una sola de la innumerables pequeñas eminen­
cias que forma, y por eso hasta la población de La Balsa, a dos leguas
próximamente de! río, no se encuentra una sola gota de agua, aunque a
corta distancia hay cañadas donde se ven y aun se oyen las corrientes que
cruzan estas tierras que forman parte de valle del Quindío.
Quien primero exploró este camino, en los tres primeros años del
siglo xvii, fue ei Capitán Melchor de Vsldós, cuando fue enviado hasta*
*
R u fin o G u tié r r e z 191

Ibaguó por el Gobernador de Popayán en persecución de los indios pí-


jaos, y probablemente la misma trocha que ói abrió entonces para pasar
con su fuerza, cuando tenía que ir buscando las alturas para orientarse,
es el actual camino del Quindío, sin una sola variante, porque los que a
él lo siguieron fueron aprovechando la misma vía ya marcada. Así se
abrieron todos los primitivos caminos en nuestras montañas.
Veintisiete años hace que pasó por allí la primera vez, y entonces de
la incipiente población de Filandia a Oartago sólo se encontraban unas
pocas casas pajizas o de guadua y techo de astillas, rodeadas de pequeños
cultivos e iniciaciones de aberturas para potreros, pues apenas empeza­
ba la colonización. Hoy casi todo está abierto y convertido en potreros de
pastos artificiales y sementeras, y a lado y lado del camino hay machísi­
mas casas, no pocas de ellas de buena constrncción y comodidad, la ma­
yor parte, eso sí, de techo de astillas y de cuerpo de guadua, tan abun­
dante por allí.
En aquel tiempo sólo había tal cual miserable rancho a lo largo del
camino eu lo que hoy es el caserío de La Balsa, de proporciones de po­
blación que en üundinamarca y Boyacá sería cabecera de Municipio, y
aquí sólo es Corregimiento de Oartago, y en lo eclesiástico dependencia
de la parroquia de Filandia. Hay allí numerosas casas de tapia pisada,
de adobe y de ladrillo con techo de teja de barro, iglesifca de buen aspec­
to en construcción, Oficina de Correos y Telégrafos, plaza bien demarca­
da, donde vi feria bastante concurrida y abastecida, y un acueducto sen­
cillo de agua potable.
Dados la situación topográfica de este*caseiío, que se interna en el va­
lle del Qaindío dentro del territorio de! Departamento de Caldas, el ori­
gen de ía casi totalidad de sus pobladores, y considerados sus intereses
comerciales y agrícolas, parece que debiera pertenecer más bien a este
Departamento que al del Valle.
En La Balsa se abandona el camino del Qaindío, y por ano bastante
mal conservado y peor trazado, por entre potreros y sementeras de maíz,
oaña y plátanos y fértiles guaduales, y marchando a ia ventura, pues la
vía no está cercada, se llega en menos de dos horas a ia naciente pobla­
ción de Alejandría, Corregimiento de Filandia, habitada únicamente por
antioqneños.
En 1916 se juntaron varios propietarios de predios vecinos y forma­
ron fondo común para comprar un lote de tierra en el sitio qne se llamaba
La Soledad, y fundar en él una población; demarcaron plaza y calles,,
reservaron lotes para oficinas públicas, iglesia y escuelas, trajeron agua
abundante de media legua de distancia, y hoy, después de poco más de
un año, hay allí una población bastante grande, con buen templo en cons­
trucción, local de teja de barro para una Escuela alternada, y se constru-
yeuno más para que se funde otra y haya una para cada sexo. Las bue­
nas casas de teja son numerosas, y entre ellas hay ya cinco de dos pisos,
casi todas de cuerpo de madera o de gaadua; y eemanalmente hay feria
de víveres. Es tal la concurrencia de nuevos pobladores, que sólo eu esta
semana se han repartido gratuitamente casi 2 0 0 lotes de 10 varas de fren­
te por 40 de fondo para nuevas edificaciones.
De allí en adelante el camino está más abierto y mejor conservado y
atraviesa muchas quebradas de regular caudal y el río de El Roble, con
buenos puentes, hasta llegar a Montenegro, que fae quizá la primera po­
blación que empezó a formarse en pleno valle del Qaindío, hace anos
treinta años, por gaaqueroa atraídos por las numerosas y ricas sepulturas
de indígenas que había eu un cerro cercano llamado Montenegro. Desde
192 Armenia

hace anos siete años se erigió en Municipio; en 1914 se le dotó de No­


taría , y tiene Oficina de Correos y Telégrafos. Es población bastante gran­
de, con baeoos edificios de tablas y guadua, iglesia muy capaz en cons­
trucción, plaza chica, agua abundante traída de larga distancia; pero el
asiento no es todo llano y hay qne estar haciendo grandes banqueos y
rellenos. Hay una buena feria semanal de víveres.
De Montenegro a Armenia el camino mejora en todo sentido, y están
más poblados y mejor cultivados sus campos, pero se encuentran dos
quebradas caudalosas, la de El Espejo y la de Armenia, que carecen de
puentes, y como oonflayen en el camino, podría arreglarse un solo puente
para salvarlas. Por todas partes se ven restos de grandes guaduales que
hacen recordar que los cronistas dicen que la Provincia de los quimba-
yas era un tupido bosque de callas. Dentro dé pocos años, si no se toman
providencias, se escasearán las maderas de construcción y la leña, porque
por acá casi no hay más vegetación primitiva que guadua.
En 1536 descubrió esta región Pedro de Oieza, y en 1537 efectuó su
conquista Jorge Robledo.
Muertos los indios que la habitaban, a causa de las pestes que tra­
jeron los españoles y de los duros trabajos a que los sometían, y también
por la guerra que les hacían los crueles pijaos, o huidos a las alturas de
las Oordilleras Central y Occidental para extinguirse allícou el transcurso
de los años, porque tenían que llevar una vida llena de privaciones, ei
territorio permaneció completamente desierto por casi tres siglos, hasta
que la inmigración antioqueña vino a invadirlo de 1S80 para acá.
En la mañana del domingo, a la hora en que se verificaban las eleccio­
nes para Presidente de la República, llegué a Armenia; ai entrar se me
detuvo por la Policía, como se hacía con todo el que se acercaba a ía po­
blación y transitaba sus calles, para ver si era portador de armas o de li
cores. Debido a estas requisas, que se hacíau coa todo rigor, sin excep­
ciones odiosas y en forma qne las víctimas de ellas no tuvieran motivo
para quejarse, pudo presentar en ese día Armenia un certamen de cal
tara y orden como no había presenciado yo otro semejante en parte alga
na. Poco menos de 2,000 votantes, partidarios de las tres candidaturas, se
disputaban ei triunfo electorales© día, y ano cuandoandnve por todas par
tes examinándolo todo y establecí un lugar de observación en la calle
más concurrida, a media cuadra de la plaza principal, no pude v erán
individuo medianamente ebrio siquiera, ni durante el día ni por la noche
hubo la más insignificante disputa, ni nu grito, ni una palabra subida de
tcrio;los votantes se acercaban a las urnas con las cabezas descubiertas, en
todo orden, y probablemente no trató de hacerse una mixtificación de vo
tos, porqne no oí ana protesta de Jurados o de votantes o espectadores.
Lo que más sorprende es que habiendo triunfado los conservadores
por pocos votos sobre los liberales, no dieran aquéllos un solo grito para
celebrar su triunfo ni los otros uno de queja o protesta, a pesar de que
desde qae esto era Corregimiento siempre habían triunfado por gran ma­
yoría en las elecciones los vencidos de hoy. Esto se debe a la cultura cí­
vica del vecindario, y sobre todo, álcelo y tino desplegado por el Alcalde.
José María Ocampo Tigreros, Alejandro y Jesús María Suárez. Juan
de Dios Arango, Antonio María Gómez y Luis Tabares, colonos antioque
ños, que habían empezado a hacer desmontes, fundaron !a población de
Armenia el 14 de octubre de 1889; fae hecha Corregimiento de Saleoto *
en 1902, y el l.° de julio de 1903, por Ordenanza número 60, se le elevó a
la categoría de Municipio. Los Mandadores le dieron el nombre de Arme­
nia por el de una hacienda que se estaba montando cerca. Antonio María
R u fin o G u tié rr e z 193

Gómez y Jesús María Suárez hicieron la demarcación del nuevo pobla­


do, a 1,550 metros de altura sobre el nivel del mar y 19° de temperatura.
Entonces hacía parte esta región del Departamento del Oauoa, y por de-
oreto legislativo de 31 de agosto de 1908 se agregó al de (Jaldas, La Nota­
rla empezó a fancionar el 24 de noviembre de 1905; en 1907 se creó el
Juzgado de Circuito, y en 1913 el 2.°
Progresó con tal rapidez que hoy, a ios veintisiete años consta de 268
manzanas, de 64 metros en cuadro las de la parte alta y de 80 las de la baja,
la mayor parte de ellas bastante compactamente edificadas. Las calles son
rectas, algunas de ellas poco llanas, de 8 metros de anchura las de la
parte alta y de 12 las de ia baja. Casi todas tienen empedrados con guija­
rros zonas anchas laterales con caños superficiales al pie de las aceras,
por donde corren las aguas lluvias y desagües de las casas; el centro es
de tierra apisonada formando lomo ’moderado. Las aceras por lo común
son angostas e incómodas, de malísimo ladrillo o de guijarros.
No se ha construido alcantarilla oficial más que en unas seis cuadras
de una sola calle, pero bienhecha. Los particulares pagan a $ 2 por llevar
allí eus desagües y además $0-50 mensuales.
Algunos particulares han hecho pequeñas secciones de alcantarilla
en diferentes calles, para recibir los desagües de sus casas, y por ello pa­
gan a $ 0-50 mensuales de impuesto. No se cobra nada ni tiene la
menor reglamentación iá remoción de las calles para abrir y reparar
cañerías.
Al fundársela población se hizo una especie de acueducto de atano­
res de barro y de canoas de guaduas; en 1911 se reemplazó con uno de
mejor cañería trayendo el agua desde la quebrada de La Florida, a una
legua de distancia, el cual tiene 778 metros de tubería de hierro dentro
de la población, todo por cuenta de! Distrito. Hoy hay 203 pajas de agua
arrendadas, por las cuales pagan a $ 2 por deri7arlas para las casas y
$ 0-70 de impuesto mensual. Hay doce fuentes públicas y desarenados
Ya va bastante adelantada la obra de un nuevo acueducto, para el cual
se consiguió un empréstito de $ 33,0000 con la Mutualidad de Medellin,
con diez años de plazo, amortizables capital e intereses a 19 por 100 anual.
El agua se toma del lío dai Quindío, a 22 kilómetros de distanoia, y ten­
drá el acueducto cinco túneles, uno de ellos de 355 metros, taladrado en
ia roca viva.
Hay en el poblado 2 casas de tres pisos y están en edificación 7
más; 140 de dos pisos y 3 en construcción; 646 de un piso y 20 en
construcción.
Loa edificios son en general de madera y de guadua, como ios de
Manizales, diz que porque aquí se sienten frecuentes y fuertes temblo­
res ; pero quizá infiuya más en ello ia economía, y, sobre todo, el ejemplo
de la capital, que en muchos casos es moda imperiosa.
Hay tres plazas: la principal, llamada del Libertador, donde se
hacen dos mercados semanales bien concurridos y abastecidos, al aire li­
bre, Está sin empedrar y tiene en el canfcro una pila voluminosa y desaira­
da, pero con un juego de agua muy abundante y muy graciosamente dis­
puesto.
En los costados hay diez y seis casas altas.
Plaza de Cervantes, sin adorno alguno, donde se hace otra feria se­
manal de víveres.
Plaza de Sucre, que están oonvirtiendo en parque, con quiosco y cer­
ca de alambre de púas.
Monografías.—Tomo 2?—13
194 A r m e n ia

El Municipio tiene ana extensión de 312 kilómetros cuadrados, y es


una explanada llena de pequeñas colinas y cañadas, como es casi todo el
gran valle del Quindío. Desde la altura, en el ascenso de la Cordillera, se
ve todo el valle como completamente llano.
No hay reloj público.
Los caminos que parten de fa cabecera son el llamado de Calarcá, para
Ibaguó; uno para Salento, a enlazarse con el del Qaindío; el que va por
Montenegro y La Balsa a juntarse con el mismo; uno para P ereira; el que
va a Sevilla, en el Departamento del V alle; el que sigue al Zarza!, en el
Valle; y se está abriendo otro para Victoria.
Hay estos establecimientos de instrucción:
Colegio oficial de varones, en local del Distrito, con un Director que
gana $70; un Subdirector, con g50; un Prefecto, con40, y cinco Profesores,
a 8 10. Matrículas, 85;
Colegio de señoritas, en local arrendado, que paga el Distrito a $ 18,
con una Directora que gana $ 55; una Sabdietora, $ 40; una Profesora,
$ 35, y otra de corte, %10. Matrículas, 71;
Escuela urbana de varones, en local del Municipio, con Director
que gana $ 45, y cinco Maestros, a $ 35. Matrículas, 223;
Escuela urbana de niñas, en local del Distrito, con Directora que ga­
na $ 42, cuatro Maestras, a $ 32, y 25 matrículas;
Escuela pública de niñas llamada Sucre, costeada por el Distrito, en
local que cuesta $ 5, con una Directora a quien pagan $ 15, y 67 matrí­
culas; y
Tres Escuelas rurales de varones, con 193 alumnos; tres de niñas, con
178, y cuatro alternadas, con 138 varones y 207 niñas. Los sueldos de las
alternadas son a $ 17, y los de las otras rurales a $ 18, y de los locales,
7 son del Municipio,
Establecimientos privados hay:
El Colegio de señoritas que regentan ias Madres Betlemitas, que son
9, con 150 alumnas, entre ellas 30 de ambos sexos de la Escuela infantil
anexa. Las internas pagan $ 10; las externas, i 1-57 y los niños a $ 1. El
Colegio está en local amplio, construido por el actual Cura, y tiene un ex­
tenso solar;
Colegio de varones llamado San Luis, con 70 alumnos que pagan a
$ 1-20, y
Escuela mixta, con 18 varones y 26 niñas. Pensión, $ 0-40.
Los estudiantes de Armenia son por junto 1,676.
Los locales de las Escuelas públicas no sou buenos, y menos el mo
biliario.
El Departamento ha empezado a construir un buen edificio para Co­
legio de varones.
El día 2 de febrero de 1892 se asentó la primera partida de bautizo
en los libros de la parroquia por “ yo, el Cura José Ignacio Pineda,” pero
la parroquia no ha sido creada, siuo que Armenia figura oficialmente como
viceparroquia dependiente de Salento; pero en realidad no hay tal depen­
dencia para nada, y más bien Saleuto depende de Armenia, puesto que
aquel Carato forma parte de la Vicaría de que es cabecera esta parroquia.
A Pineda lo sucedió en 1894 el presbítero Ismael Valencia hasta 1901;
a éste, el presbítero José María Arias hasta 1903, que entró el actual Cura
presbítero Vicente A. Castaño.
El presbítero Castaño encontró que no había más iglesia que una casa
de techo de astillas, y empezó a couatruír en el mismo asiento la actnal pa-
R u fin o G u tié rr e z 195

rroqnial. Esta es muy amplia, de base de cal y cauto, la caai tuvo que sa­
carse de gran profundidad y levantarse bastante del lado de atrás, por la
desigualdad del terreno ; el pavimento es de madera ; el techo de teja de ba­
rro, y el cuerpo de madera y guadua, por el estilo de las de Manizales.
Con limosnas de los fieles compró el señor Cura un solar en la plaza
y edificó en él la casa cural, de dos pisos.
Funciona una Conferencia de Ja Sociedad de San Vicente de Paúl.
Con fondos de la Asociación del Sagrado Corazón de Jesús, y por ini­
ciativa del actual Gura, del doctor Alejandro Londoño y de la señora
María del Rosario Mejia de Jaramillo, se fandó el Hospital de Caridad
en regular cas», que tiene salones separados para hombres y mujeres,
para enfermes especiales y para pensionados, que pagan a $ 1 diario,
todos ellos con camas no muy mal tendidas. Hay un saloncito muy des­
mantelado que llaman capilla. Está manejado el establecimiento por una
Junta de Beneficencia, y !u administra una señorita; tiene un médico, con
$ 20 desueldo; el botiquín es muy escaso, y se carece de instrumental, pero
el doctor Aurelio Botero Isaza presta el suyo y hace gratuitamente todas
las operaciones que son necesarias. Ayer había 25 enfermos. No cuenta
con más resta o auxilio que las limosnas de vecinos caritativos y el pro­
ducto de la renta de registro, que sube a unos $ 2,000 anuales. Hay agua
pero no baños. Del Departamento no ha recibido más auxilio que $ 300
en 1916, y de la Nación nada.
El cementerio está cercado con tapias, es chico, aseado, sin capilla y
con humildes monumentos.
La Oficina de Correos y Telégrafos se estableció ea mayo de 1903, y
en marzo dé 1915 se separaron los dos ramos, quedando el de Correos a
cargo de Luis E. Botero como Administrador, a quien sucedió el actual,
que es el señor ülímaco Salazar, quien disfruta de $ 45 de sueldo, y tiene
un Ayudante, con $ 30; para pago de arrendamiento de! local, $ 7; para
útiles de escritorio, g 2, y $ 0-80 para alumbrado.
Se reciben y despachan un correo semanal por la vía da Manizales y
otro por la de Salento y el Quindío.
El año de 1917 hubo en la Oficina este movimiento:
Correspondencia recibida del interior: 18,686 cartas, 21,089 impresos,
1,333 notas oficiales, 1,681 autos civiles y criminales, ^ m u estras, 47 pa­
peles de negocios, 188 cartas recomendadas, 81 objetos reeomendos, 85
valores declarados, con $ 2,355-29; encomiendas, 146, con $ 6,064-10,y 266
tarjetas.
Correspondencia despachada para el interior: 15,639 cartas, 11,601
impresos, 1,075 notas, 750 autos civiles y criminales, 53 muestras, 23 pa­
peles de negocios, 150 cartas recomendadas, 64 objetos recomendados,
259 valores declarados, con $ 3,779-92; encomiendas, 141, con %8,228-74,
y 295 tarjetas. **»
Correspondencia recibida del Exterior: 981 cartas, 38 tarjetas, 2,466
impresos, 23 muestras, 25 recomendados y 39 encomiendas por $ 1,883.
Lo despachado para el Exterior fue 147 cartas, 25 tarjetas, 128 im­
presos y 10 recomendados.
Se emitieron 465 giros postales por valor de $ 5,679-58, que produje-
ron por derechos $ 189-25, y se cubrieron 163 por $ 1,878-35.
La venta de especies postales en el año subió a $ 611-25.
Los comerciantes han hecho construir por su cuenta uu armario con
cajillas y llaves para que les sirvan de apartados de correo, y de ellas
hay colocadas 32, que pagan al Administrador de Correos a $ 0-30
por mes.
196 Armenia

Cuando se estableció la Oficina Telegráfica estuvo a cargo de Pablo


Buriticá, quien es ahora el Jefe, con I 60 de sueldo, y tiene dos Ayudan­
tes a $ 40 cada uno, $ 8 para arrendamiento de local y $ 1-50 para alum­
brado. Entran a la Oficina el ramal de Salento y los dos que terminan en
Oalarcá y Montenegro, y repite lo de este último.
En 1917 se transmitieron 17,664 despachos porteados por valor de
$ 3.091-33; oficiales 2,295 y 4 cables, por valor de $ 14-62, y se recibieron
16,333 telegramas norteados, 2,115 oficiales y 1 cable; los repetidos en el
mismo año fueron 5,520.
Son del Distrito estas propiedades:
Casa consistorial, avaluada en ......................... $ 10,000
Dos looaleS'de Escuelas urbanas, en — . . . . . . . . ................. 6,050
Matadero público con un corral y un potrerito, en ........ 2,000
Casa abandonada, donde estuvo la cárcel, e n ....... ........ 600
Local del Colegio de varones......... .........* .......... - . . . . . . 4,500
Un solar en la población......... ............................. 500
Otro cerca del desarenados. . . . . ........................................... 320
Cinco lotes en la Plaza de Cervantes ............. 4,650
Siete locales de Escuelas rurales.
El matadero es malísimo, y no está bien situado.
La casa consistorial es de tres pisos, de buena apariencia por fuera,
pero mai dispuesta, probablemente porque se preocuparon en adaptar el
patio, sin cubierta, para teatro, dejándole dos galerías, que no tienen
asientos, clavando en el patio unas incómodas bancas para hacer platea
y reservando un pequeño espacio para escenario.
El salón del Concejo es demasiado modesto.
El Departamento está terminando la construcción de ana casa de dos
pisos, por el estilo de los edificios de Manizales, para cárcel. Está dividi­
da en dos departamentos, inseguros, para los dos sexos, sin baños, aunque
hay agua; con excusados muy malos; dormitorios detestables en común
para ios presos de cada sexo, sin una miserable banca. Hay allí 58 presos
por cuenta de la Nación, 12 del Departamento y 10 del Distrito. Se les
pasa ración de % 0-29 diarios para que se les dó alimentación por
contrato. Se les saca a trabajar a la c*lle en obras públicas, sin recono­
cerles jornal, especialmente ab arrer las plazas, que es lo único que se
hace en materia de aseo público. D8 todos esos presos sólo dos trabajan
en obras manuales de cabuya, pues no se les facilita el menor elemento
para otra clase de trabajo. A detenidos les oí la queja de que hace tiempo
que los tienen allí y no les pasan ración.
Hace unos dos años que se estableció el alumbrado eléctrico en vir­
tud de contrato hecho por ei Concejo con una Compañía nacional, por el
cual se concedió privilegio por veinte años, vencidos los cuales se prefiere
al Manicipio para la venta de la empresa, y si éste no la compra se le
sigue pagando un impuesto de $ 18 mensuales mientras hace la compra.
La empresa se comprometió a suministrar ei alumbrado público a § 0-40
el foco de 25 bujías y hacer las instalaciones a $ 6-40 por lámpara. Loa
focos de las calles y plazas son i20; en los edificios públicos y en el hos­
pital 35, por los cuales no cobran, y en la iglesia 8, de ellos 5 gratuitos y
3 al precio de los particulares. En las casas de éstos hay colocadas
389 lámparas a $ 0-50, si han pagado la instalación (a $ 7), y a $ 0-60
si la costeó la empresa. El agua para mover la planta se toma del
río Quindío, a 2.J kilómetros de distancia, y desarrolla 75 caba­
llos de fuerza, la cual puede aumentarse hasta donde se necesite. No se
R u fin o G u tié rr e z 197

emplea la energía para industria alguna, pero están montando una tri­
lladora que hará uso de ella. En las calles no van los alambres sobre
postes que estorben el tránsito.
A la población de Oalarcá se lleva de aquí el alambrado eléctrico por
contrato hecho en las mismas condiciones del de Armenia, y hay allí co
locados 200 focos por junto.
En el censo de 1893 figura ya Armenia con 3,000 habitantes; el de
1905 le da 9,632, y el de 1912,13,720, pero de entonces a esta parte ha au­
mentado mucho la población (1).
En 1917 hubo 845 nacimientos, de ellos 196 hijos ilegítimos, 308 de­
funciones y 92 matrimonios. Estos datos son buena basa para juzgar del
clima del Distrito y de la moral de sus habitantes.
El mismo año se beneficiaron 3,402 cabezas de ganado mayor, de ellas
958 hembras, y 5,333 de ganado menor. Diariamente se degüella ganado.
La propiedad rafz está avaluada en $ 1.071,805,
El presupuesto de rentas asciende a $ 29,695-04. Para instrucción
pública se destinan $ 2,290-80; para obras públicas, $ 4,690-24, y para be­
neficencia, $ 2,000.
La renta de timbre nacional produjo el año pasado $ 5,011-77; la de
consumo, $ 136,-38; la de tabaco, $ 36,387-92; la de licores destilados un
promedio mensual de $ 3,500.
Hay tres fábricas de cerveza.
Una de kola.
Dos de jabón y ?elas.
Una de cigarros y cigarrillos.
Una de chocolate.
Tres de moler café.
Dos galpones.
Dos tenerías.
Dos trilladoras de café, una de ellas movida por fuerza hidráulica y
la otra por vapor, un trapiche hidráulico y varios movidos por fuerza animal.
Oinco peluquerías. -
Tres prenderías, que pagan a $ 20 mensuales si dan dinero del 10
al 16 por 100 de ioterés mensual; $ 30 si cobran del 15 al 19, y $ 40 si co­
bran más del 20 por 100 a! mes.
Un club no bieo recomendado, que pagó matricula de $ 40 y $ 15 de
impuesto mensual.
Una fotografía.
Una gallera.
Tres hoteles.
Cinco deutisterías.
Seis boticas.
Oinco billares.
Cuatro sastrerías.
Una ebanistería.
Cuatro zapaterías.
Dos talabarterías.
Dos automóviles, y dos carros.
E ü la memoria que escribió en febrero de 1583 ei Oidor de ia Real
Audiencia don Francisco Guilléu Chaparro dice que de dentro del río
Quindío salía una fueate de agua salada, de la que se hacía sal paro el

(1) Según el censo de 1918 tiene Armenia 17,406 habitantes.


198 Ib a g u é

surtido de la tierra. No tengo noticia de si todavía se explota o conoce esa


faeute.
Ejercen sus profesiones tres médicos, tres abogados y un ingeniero
graduado.
Los extranjeros establecidos aquí son un italiano y cuatro turcos.
El Municipio sostiene una banda de diez y nueve músicos.
Hay cinco teléfonos de la población a diferentes fincas, uno de ellos es
del Municipio para comumearse/con la obra del acueducto.
Trece agentes de la Policía departamental y 17j}el Distrito, uniforma­
dos, hacen el servicio, inclusive el de serenos.
La primera imprenta, muy chica, fue traída en 1910 por el señor
Emiliano Botero, y en 1916 ge trajeron dos más, mejor surtidas. En aquel
año se publicó El Quindío, que fue el primer periódico. Durante la pre­
paración de las elecciones se publicaron siete hojas periódicas, y sólo hay
de alguna estabilidad El 15 de Octubre y El Faro.
Las principales industrias son: el cultivo del tabaco, tal vez en pri­
mer término; el del café, la ganadería, los plátanos, la caña, el maíz, los
frisóles y la explotación de guacas; algunas de éstas han dado ricos ren­
dimientos, pero ya se van agotando. Don Jesús Jaramillo Vallejo tiene una
valiosa colección de objetos de cerámica de gran mérito.
De julio de 1916 a julio de 1917 se denunciaron 360 plantaciones de ta ­
baco, con 1.142,663 matas.
Las decafé en producción se calculan en 1.300,000; las empresas de
caña en pequeño son 61; lis cabezas de ganado vacuno, 7,000; las del ca­
ballar, 2,500; las del mular, 600, y las del dé cerda, 9,500.
A pesar de la paralización general de los negocios por la guerra uni­
versal, Armenia tiene bastante movimiento comercia-, y por lo que hace
a edificaciones urbanas, tal vez ha cuadruplicado en siete años que hacía
que no pasaba yo por aquí.
Es raro ver un negro en la población, y lo más sorprendente es que
no hay en. el Distrito un solo General, y loa Coroneles son sólo dos.
El clima es bueno; sin’embargo está muy azotado el Municipio por
la lepra, y como de Bogotá no proveen de fondos para enviar los enfer­
mos a los lazaretos, ni hay aquí partida votada para hacer el gasto, cuan­
do vecinos caritativos no facilitan lo necesario para ello, se conviene con
los atacados por ei mal ea que ellos 3e presenten voluntariamente ; se les
entregan !ae comunicaciones del caso con el dictamen de los médicos que
los examinaron y los declararon leprosos, y como no son provistos de una
fotografía ni de filiación precisa para identificarlos, im amigo o un pariente
se presentaen el lugar de! destino con aquellos papeles, se le examina allí
y naturalmente se le declara sano, y se le entrega una comunicación en
que se dice esto a las autoridades locales y se les ordena que no vuelvan
a molestar a los que habían despachado; y diz que en ocasiones contienen
esas notas apreciaciones poco favorables para loe módicos que dieron
aquellos certificados.

IBAGUE
Bogotá, febrero 24 de 1918

El día 12 salí de Armenia a las siete de la mañana. A poco andar se


pasa por baen puente el río Quindío, el cual toma el nombre de La Vieja
un poco más abajo, al unírsele el Barragán. Adelante, como a dos leguas
R u fin o G u tié rr e z 199

de Armenia, se llega a la población de Oalarcá. El camino es bueno, está


hien conservado y atraviesa campos cultivados y bastante poblados. Oa­
larcá, edificado al pie de la Cordillera Central, en terreno llano y de boni­
ta situación, está a la misma altura de Armenia, y su temperatura es
semejante, Fae fundada la población en junio de 1886 por Ramón Valen­
cia y Segundo Heoao, en terreno que tenía cultivado Ramón Franco, a
quien lo compraron los primeros pobladores. El nombre se lo puso Va­
lencia en memoria del jefe de los pijaos, que murió en un combate en
Chaparral con las fuerzas del Presidente don Juan deBorja. Se erigió en
Corregimiento de Salento el 26 de febrero de 1890. La primera iglesia se
construyó el 23 de octubre de ese año, y el cementerio se bendijo el 11 de
noviembre siguiente. Ha progresado rápidamente. Tiene alumbrado eléc­
trico, abundante y buena agua con numerosas fuentes públicas; una tri­
lladora de calé y ana fábrica de chocolate; ha establecido animada feria
de ganados cada cuatro meses. La primera iglesia se demolió, y están em­
pezando a construir una buena, y mientras se concluye se celebran los
oficios en capilla provisional. Va ya muy adelante la edificación de una
casa para hospital, otra para Juzgado de Circuito y cárcel (el último Con­
greso creó el Circuito), y dos muy amplias, lujosas, para las Escuelas ur­
banas. En el Distrito de Oalarcá se cultiva el cafó en grande escala, y hay
la particularidad de haberse establecido en campo cercano, de manera
que forma un barrio de la población, una colonia de boyacenses, con los
mismos cultivos de su tierra nativa, cuyos frutos tienen gran mercado en
todas las poblaciones del Quindío.
Sin demorarme más que unos pocos mioutos, seguí viaje y vine a
dormir del lado de acá d éla Cordillera, en el punto llamado La Lora.
Desde que se sale de Oalarcá empieza ascenso penoso por lo empinado
dei camino y porque no es suficientemente ancho, y como es de piso que
aún no se ha solidificado, se encuentran pasos difíciles por los canalones
que han formado las aguas lluvias. En los últimos años se le han hecho
algunas variantes de buena vía y moderada pendiente, y parece que con­
tinúa trabajándose con algún interés en mejorarla. Como cuando pasó
hacía días que no llovía, estaba el camino seco y relativamente bueno, de
manera que podía hacerse cómodamente el viaje de Armenia a Ibaguó en
día y medio.
Hasta hace unos seis años ese flaneo de la gran Cordillera estaba casi
completamente desierto y cubierto de selva virgen, y hoy, debido a las
mejoras hechas en el camino y al gran porvenir que tiene, fas habitacio­
nes y las aberturas y cultivos son muchos y de importancia, de lado y
lado, hasta gran distancia. Una vez que se terminen las variantes y las
reparaciones, io cual demanda relativo poco costo, será ésta la vía prefe­
rida por viajeros y carga entre los Departamentos de Oundmamarca y
Tolima y el del Valle y la mayor parte del de Caldas, y se abandonará la
del Quindío, la cual fue abierta desde el siglo xvi por el Cabildo de Iba-
guó, siendo Justicia Mayor don Melchor de Valdós, y que desde entonces
siempre que llueve se pono casi intransitable. Don Agustín Oodazzi, en
informe sobre las vías de comunicación del Estado de Cundinamarca,
rendido el 6 de noviembre de 1858 al Secretario de Estado del Departa­
mento de Gobierno, decía lo siguiente sobre el camino de Oalarcá:
íkPara la pronta comunicación con el Valle del Cauca es factible un
camino carretero al travÓ3 de la montaña del Quindío desviándose de la
ruta que hoy está en uso para ir a Oartago. La nueva ruta sería la si­
guiente: saliendo de Ibagué, no se ha de trepar el alto de Palmira, sino
pasar el río de Oombeima y seguir por el llano de Carvajal (a donde el
200 Ib a g u é

Barón de Hamboldt midió el cono truncado del Tolima), y continuando


por él bajar al río Ooello, en el lugar llamado JEl Boquerón, En aquel
punto se presenta de frente un largo estribo de la Cordillera, por el cual
se puede trazar uo camino carretero hasta la cumbre. Corre a la derecha
de este ramal o estribo el río Anaime. y a la izquierda el Oocora, y la
cumbre que habrá de pasarse ea mucho más baja que la que atraviesa el
actual camino. Transpuesta dicha cumbre, se encuentra otro ramal o es­
tribo que divide las hoyas de los ríos La Yíeja o Pijao y Cumbarc.o, per­
fectamente adecuado para continuar el trazo del camino y bajar con suma
facilidad hasta el frente de La Dalia, dondejjuntan su corriente aquellos
dos ríos. El resto del camino hasta Oartago seguirá por tierra llana. Este
inmejorable camino carretero no será más largo que la desesperante vía
de herradura en uso, que jamás podrá conservarse en buen estado, a
causa de sus multiplicadas y rápidas cuestas. Por el camino que indico
no habría que tocar con el de Gnañacas: los viajeros irían en coche desde
Bogotá hasta Oartago, y de allí a Popeyán por un ferrocarril que reco­
rrerán nuestros nietos.”
Encontré grandes partidas de bueyes y malas que venían del Valle
del Canea con cacao para Bogotá y con café del valle del Qnindío para
embarcarlo en Gir&rdot, y todavía más numerosas de sal de Zipaquirá y
de batán para el (Janea y para Caldas, las cuales prefieren este camino
del Quidío en verano, por ser más corto y más descansado.
La posada de La Lora, eu la vertiente oriental de la Cordillera Cen­
tral, a unos 6 kilómetros de la cima, todavía en tierra frígidísima, es
bastante cómoda y pertenece a familia antioqueña de esmerada educa*
oión. Hasta allí es penoso el descenso, pero ya va bastante adelantada
una variante que io hará cómodo y suave y no aumentará la distancia.
De aquel lugar albaguéestá concluido el camino, con gradiente tan mode­
rada que oasi es de trazado de carretera. P ártede cerca de la capital del
Departamento a buscar el río Ooello en la desembocadura de la gran que
brnda Oocora, donde hay bueu puente; de allí se sigue por la banda dere­
cha del río, costeando la estribación que io aprisiona, hasta encontrar el
río Anaime; se pasa éste por buen puente, se llega a la población de San
Miguel y se sigue por la banda derecha de la quebrada Bermellón, la cual
se pasa un poco más adelante para ascender con faoilidad a La Lora.
De allí a Ibagué hay unas diez leguas que se recorren con facilidad eu el
día. La vía necesita algunas rectificaciones, y sobre todo que se la am­
plíe, pues es muy estrecha, de manera que los cargamentos hacen difícil
y ann peligroso el tránsito cuando se les encuentra en algunos trayectos,
y además ocurren eu ella constantes derrumbamientos de los taludes y
de la mesa del camino, porque de la unión del Anaime con el Bermellón
para abajo se atraviesa por terrenos formados por arenas volcánicas has­
ta qne se pasa el río Ooello.
De éstese suben unos 3 kilómetros por camino amplío, de poca pen­
diente y bien conservado—pero que echará a perder en poco tiempo el
arrastre de maderas,—hasta la mayor depresión del contrafuerte que va
a morir en la desembocadura del Oombeima en el Ooello. De esa depresión,
desde donde se domina el asiento de Ibagué, casi al mismo nivel, empe­
zaron los trabajos de apertura del nuevo camino de Oalarcá, y de allí
para acá se marcha por la vieja ruta hasta llegar a la ciudad, después de
pasar el Oombeima por buen puente.
El ontiguo camino para ir al Qnindío por la vía de Oalarcá subía del
puente del Ooello, en la desembocadura de la quebrada Oocora, por la
empinada cresta del contrafuerte, y después descendía bruscamente al
Rufino Gutiérrez 201

estrecho y risueño valleeito dei río Anaime, donde colonos aniioquefíos


fundaron una población de este rcmbre, que pronto; fue cabecera de Mu*
nicipio y parroquia. De allí se descendía por la orilla izquierda del río
una legua próximamente hasta encontrar la confluencia de la quebrada
Bermellón, Esta, en tiempos prehistóricos, debió de arrastrar inmensas
cantidades de arenas volcánicas que la configuración del terreno hace
creer que descendieron de la alta Cordillera que la domina por su banda
izquierda, y al tropezar con la corriente dei Anaime, que entonces sería
más poderosa, hubo una grao represa, y aquellas arenas ss posaron en
el vórtice del ángulo formado por las dos corrientes ai unirse. Así nació
una meseta alta y llana, triangular, de corta extensión, qae tiene de un
lado cerros altos y de ios otros dos el río y la quebrada, a gran profun­
didad y muy encajonados, como sucede con tolas las corrientes de agua
que cuando corren por terrenos volcánicos los socavan hasta encontrar
lecho de roca firme.
Esa meseta era conocida hasta hace seis años con el nombre de Iba-
guó Viejo, porque alií fue donde se fandó la ciudad, la cual fue destruida
por los indios pijaos y trasladada más tarde a su actual asiento. De la
antigua población no quedaban ni señales, y por allí no se veía más que
un pobre rancho. Abierto el actual camimo, el cual va directamente a esa
meseta, algunos anticquefíos empezaron a construir casas y a establecer
cultivos en ella, y entonces el JDustrísimo señor Obispo Perdomo y el pres­
bítero Juan de Dios Jaramiilo, Oara de Anaime, iniciaron la fundación de
un nuevo pueblo, empezando por formar una sociedad anónima, encabe­
zada por ellos, con capital de $ 1,600, dividido en acciones de $ 10. Con
los $ 1,600 suscritos compraron el terreno necesario en marzo de 1913, y
el 29 dei mismo mes se inauguré ia fundación con misa campal del señor
Obispo, y se hizo la repartición de ios solares. Se trazó la potación, que
consta de ochenta y cuatro manzanas de a 80 metros por lado, separadas
por calles rectas, de las cuales las cuatro principales tienen 16 metros
de anchura y 14 las demás. En el terreno comprado quedaron comprendi­
das Jas lomas que dominan la meseta, y los accionistas las cedieron para
que sean consideradas como ejidos d éla población.
Esta prosperó rápidamente, en términos que al disponer la Asamblea
Departamental, por Ordenanza número 18 de 1916, que la cabecera del
Distrito de Anaime se trasladara allí, ya había U4 edificios, y con pos­
terioridad se han levantado muchos más. La mayor parte de ellos son de
tapia pisada y teja de barro, y siete de dos pisos. Uno de éstos es ia casa
consistorial, donde están alojadas todas las oficinas públicas, inclusive
ia de Correos y Telégrafos. Ya está construido un buen local para Escuela
pública de niñas, para lo cual se destinó una manzana, y está en construc­
ción otro semejante para la de varones, y también se empezó a edificar la
casa curaf. Hay por ahora una regalar capilla de bahareque y teja de
barro.
La traslación formal de la cabecera del Municipio S3 hizo el l.° de
junio de 1916, pero la de la parroquia está todavía en Anaime, y la nueva
poblfccióii no lleva este nombre sino que se le dio el de San Miguel por
suertes que echaron los accionistas. Los vecinos le agregaron el apelati­
vo de su digno Obispo; así es que el Distrito se llama San Miguel de
Perdomo. En 1912 tenía Anaime 4,011 habitantes.
Beunidos el Bermellón y el Anaime siguen con este último nombre;
poco más abajo se junta con el río Toche, y entonces toma el nombre de
Ooello. Está tratándose de abrir un camino para comunicar el de Oalarcá
con el del Quindío por la hoya del río Teche, lo cual facilitará grande-
202 Ib a g u é

mente el comercio de Ibagué y del valle del Qaindío con las fincas de la
región que atraviesa el camino de este Dombre.
La Beal Audiencia encargó a don Andrés López de Galarza, herma­
no del Oidor de este nombre, de capitanear una'expedioión contra los pan-
tágoras y fundar una ciudad en el vallecito de Las Lanzas (llamado así
porque los indios usaban lanzas), En esa expedición iba el Capitán üoe-
11o, quien se ahogó en el río a que dio su nombre. También formaban
parte de ia expedición Melchor Valdés y Bartolomé Talaverano. Los ex­
pedicionarios fundaron a orillas de la quebrada Bermellón y del río Anai-
me, el 14 de octubre de 1550, una población, a ia cual dieron el nombre
de San Bonifacio de Ibagué. En 1551 la atacaron los indios pijaos, y por
eso hubo que trasladarla del valle de Las Lanzas a sa actual asiento,
donde se levantó inmediatamente una capilla pajiza en el lugar que ocu­
pa la Catedral de hoy. Los primeros Alcaldes nombrados fueron el Ca­
pitán Juan Cretón y Francisco Trejo; Alguacil Mayor, Pedro Gallegos;
Regidores, Juan de Mendoza Arteaga, Pedro de Salcedo, Domingo Uoello,
Gaspar de Taveray Miguel Oviedo; Escribano, Francisco Iñiguez.
El Padre Zamora dice que en ese tiempo se descubrió en el territo­
rio de Ibagué una mina de azogue, la cual fue registrada en los libros
reales.
En el viaje que hizo en 1565 el Presidente de la Real Audiencia Ve­
nero de Leiva, resolvió fundar, de acuerdo con el Vicario General de los
Dominicos, fray Andrés de Santo Tomás, un convento de la Orden en la
nueva población, y se levantó el primer edificio en lo que es hoy Colegio
de San Simón.
En 1602 cayeron los pijaos sobre Ibagué y asaltaron el hato del Al­
calde Gaspar Rodríguez. Con este motivo los Dominicanos representaron
a la Audiencia diciéndole que si no enviaba fuerzas suficientes para de­
fenderlos, abandonaban eí convento. En 1604 volvieron los pijaos y des­
truyeron las estancias del Capitán Lorenzana. Para castigar estas
depredaciones se ordenó al Capitán Pedro de Herrera que se pusiera a la
cabeza de las fuerzas de Tccaima e Ibagué, y el Gobernador de Popayán
dispuso que su hijo don Pedro de Mendoza y su sobrino don Jerónimo de
Figueroa se pusieran a) frente de las fuerzas de Oartago y obraran de
acaerdo con el Capitán Herrera. A Mendoza y Figueroa los asaltaron loa
indios entre Buga, y Cartago, y 18S cortaron las cabezas. Esas expedicio­
nes no dieron mayor resultado, porque los indios se habían internado en
la Cordillera después de destruir las sementeras, y por eso el Presiden­
te del Nuevo Reino, don Juan de Borja, tuvo que ponerse a la cabeza de
un verdadero ejército y salir a campaña contra los pijaos, a los cuales
logró vencer en Chaparral en combate en que murió Calarcá, jefe de los
indios. El triunfo del Presidente don Juan de Borja sobré los pijaos y la
muerte de Calarcá, atravesado poruña lanza por el indio Baltasar, fue cele­
brada en la iglesia del Rosario ea Ibagué con Te Deura, y la lanza se con­
servó por muchos años en el arco toral de la iglesia.
El 19 de julio de 1606 volvieron los indios a atacar la ciudad, e in­
cendiaron más de sesenta casas y las ermitas de Santa Lucía y el Humi­
lladero, las cuales no se reconstruyeron.
En aquel tiempo dependían de Ibagué estos pueblos de indios, segán
el Cosmógrafo Mayor de Indias, don Juan López de Velasco : Anaima,
Oyaima, Doirna, Oombeima, Enaima, Ghinggataima, Matagaima, Buelna,
Itandaima. Biracacaima, Malaima, Yago, Chumba, Toiima y Biracai-
ma. De estos nombres se conservan la mayor parte, pero algunos de ellos
adulterados.
R u fin o G u tié rr e z 203

Felipa ti dio a Ibaguó ei título de ciudad y le concedió escudo de


armas.
En tiempo del Virrey Góngora se conocían las misas de cinabrio, y
ói comisionó si sabio Mutis para que las reconociera.
En 1781 vino a Ibaguó con fuerzas el Jefe de los Comuneros José
Antonio Galán y los vecinos secundaron el movimiento.
En 1812 se reunieron, con el propósito de formar Congreso^ algunos
Diputados que no estaban de acuerdo con las ideas contralistas que pri­
maban en Bogotá.
En julio de 1813 organizó allí el Coronel Manuel Serviez, coo la cola­
boración del Capitán Enrique Virgo, un Cuerpo para salir a Purificación
a unirse con I&s fuerzas con que el General Antonio Nariño debía mar­
char sobre io* realistas de Pasto. Ai propio tiempo el Comandante Igna­
cio Rodríguez, con una reducida División, marchó por el camino del Quin-
dio sobre Oartago, de donde hacía poco había ¡legado Serviez huyendo
de Sámano.
Ei .1.° de mayo de 1816 tomó la población, siu resistencia, el Te­
niente Coronel realista Ramón Sicilia, y el día siguiente se juró con toda
solemnidad &Fernando vn.
El 4 de septiembre de 1816 fue fusilado allí el patriota Aianasio del
Castillo.
El 17 de diciembre de 1819 se di7idió la antigua Colombia en tres
grandes Departamentos, e Ibaguó quedó haciendo parte del de Oundi-
namarca.
El 21 de diciembre de 1810 el Comandante Santos Pacheco, legi-
timista, derrotó a los revolucionarios y ocupó a Ibaguó.
AEl 6 de agosto de 1854 abandonaron a Bogotá los Magistrados dada
Corte Suprema, y fueron a funcionar en Ibaguó, a causa d8 haberse de­
clarado dictador el General José María Meló, oriundo de esta ciudad. Si
Vicepresidente d é la República se hizo cargo allí del Poder Ejecutivo
el 5 del mismo mee; el 22 de septiembre siguiente se reuuió el Congre­
so en el edificio de San Simón, y e! 27 de octubre declaró el Senado sus­
pendido del ejercicio de la Presidencia de la República, y io sometió a jui­
cio, al General José María, Qbando.
Por Decreto de 27 de jobo de 1862 dispuso el General Mosquera
que la Convención ee reuniera en Ibagoó el l.° do septiembre siguiente,
y después, por Decreto de 16 de noviembre, reáolvió que la reunión fue­
ra en Ríonegro.
En la revolución de 1876 Antioqaia envió a Ibaguó una fuerza auxiliar
a las órdenes del Coronel Alejandro Botero Gribe, pero al acercarse iasdel
Gobierno Racional y tenerse noticia ds la derrota de Los Chancos, se re-'
tiró a Macízales el Coronel Botero Uribe el 4 de septiembre; el General
Manuel Oasabianca se retiró ei 14 del mismo mes con i&s fuerza* con­
servadoras dei Tolima en la misma dirección, y la ciudad fue ocupada por
las fuerzas del Gobierno de la Nación.
En 1861 creó el General Mosquera el Departamento del Toüma por
medio de un decreto.
Después de la guerra de este año estuvo Ibaguó como capital del
Departamento; se reunió allí la Asamblea, se llevó de Neiva la impren­
ta y se publicó el primer periódico, que fue el oficial llamado El Constitu­
cional.
El Estado del Tolima fue erigido, segregando su territorio del de
Oundinamarca, el 12 de abril de 1861, con Purificación por capital; después
204 Ib a g u é

86 trasladó provisionalmente la capital aNeiva, Guamo, Netagaima y


Purificación, en diferentes fechas.
Del año de 1866 en adelante estuvo Ibagué de capital del Estado
por cortos períodos, hasta que definitivamente se la designó con tal ca­
rácter en marzo de 1887, por la Ley 21 de 16 d8 febrero, y se inauguró en
marzo de ese mismo afío.
En 1887 se llevó a Ibagué el Tribunal Judicial, compuesto de tres
Magistrados, lo mismo que el Juzgado Superior. A ese tiempo no había
en la ciudad más que un Juzgado de Circuito; el 2.° se creó en 1896, y el
3.®en 1908.
Por Decreto número 1179, de 9 de octubre de 1901, el Gobierno Na­
cional ordenó trasladar provisionalmente la capital a Reiva mientras se
restablecía la paz; empezó a hacerse la traslación de todo, y el l.° de
marzo de 1903 se derogó aquel Decreto por el número 315, y la capital
volvió a Ibagué en abril de este año.
El Tribunal de lo Contencioso, con tres Magistrados, fue creado por
ley de diciembre de 1913, y empezó a fanoionar el 9 de marzo de 1914.
En la Oficina de Registro hay anotaciones que empiezan el afío de
1827. En la Notaría se encuentran protocolos^ partir de 1706, y la nú­
mero 2 fue creada en marzo de 1912.
Por Decreto legislativo de 15 de junio de 1905, número 457, m di­
vidió en dos el antiguo Departamento del Tolima, y quedó de capital del
de este nombre la ciudad de Ibagué,
Como Presidentes y Gobernadores del Estado y del Departamento
del Toiima, desde que se erigió aquél hasta la fecha, han funcionado en
el siguiente orden:
Presidentes—Angel María Céspedes (1861), Rafael Buenaventura,
Francisoo E. Alvarez, José María Cuóíiar P„ fíageuio Castilla, José
Hilario López, Olímaco Iriarte, Antonio María Forero, Juan Nepomuce-
no Iregui, Mariano Guerra, Inocencio Leitóa, Nicolás Roche, Eugenio
Castilla, Antonio Duesán M.} Domingo Caicedo, Uídarico Leiva, Joaquín
María Córdoba, Antonio B. Cuervo, Aníbal Galindo, Gabriel Reyes P a­
tria, Trifón Azuero, Ignacio Manrique, Benito Salas H., Ignacio Man­
rique, Frutos Santos, Marcelo Barrios, Gabriel González G.
Gobernadores—Manuel Oaaabianca (18S5), Olegario Rivera, Manuel
Oasabianca, Olegario Rivera, Manuel Caeabianca, José I. Camacho, Aqui­
lino Aparicio, Manuel Oasabianca, Fidel Peláez, Emilio A. Escobar, Fe­
derico Tobar, Manuel José Uribe, Tori bio Rivera, Antonio Gutiérrez
Rubio, Félix A. Vélez, Maximiliano Neira, Luis Umafía López, Manuel
A. Ferreira, Julio M. Escobar, Eduardo Posada, Francisco Tafur, Leo­
nidas Cárdenas, Alejandro Caicedo, Isaías Lozano ü., Plácido Cárdenas.
Ibagué está situado en una especie de ensenada que forma el valle '
dei Alto Magdalena para dar entrada a éi al torrentoso río Oombeima,
al pie de la estribación de la Cordillera Central, y en un plano de suave
inclinación, a 1,299 metros de altura sobre el nivel del mar, y con tempe­
ratura de 20°, según unas geografías, y de 21° y aun 22° según otras. Cons­
ta de 69 manzanas, de trazado bastante irregular, separadas por calles y
carreras de 10 metros de ancho por lo general. Además tiene un exten­
so y poblado camellón de salida al Oriente, y los barrios de La Hoyada
y Amé, popnlosos y de pobres edificaciones. De las calles más centrales
algunas están empedradas y macadamizadas las más. El río corre a poca
distancia de la ciudad, pero a gran profundidad.
En general, las casas del centro de la población son modestas, pero
R u fin o G u tié rr e z 205

sí hay algunas buenas de uno a dos pisos, de ladrillo, adobe y tapia pi­
sada, con techo de teja de barro, y muchas de bahareque y de teoho pa­
jizo al lado de aquéllas; aun en la plaza principal hay todavía tres ran­
chos pajizos; las de dos pisos allí son cinco, y también una chica de techo
metálico. En esa plaza, llamada de Bolívar, hay pila y bastantes árboles
de sombrío en notable variedad, y está sin empedrar. Loa andenes de las
oalles en que loa hay, son de ladrillo y de guijarros, poco anchos. En el
frontis de la Catedral hay reloj público. Fusra de esta plaza y de la de
mercado cubierto, cuenta Ibagué coa la de Santa Librada, aliado del
ouartel del .Regimiento; el Parque de Murillo Toro, muy chico, con verja
de hierro, una fuente publica y bancas; un lotecito llamado plazuela de
la Pola, y otro que está ai Occidente y tiene el nombre de Plazuela de
Boyacá.
En el territorio del Distrito catán el nevado del Tolima (toli) hielo;
ma) tierra), que tiene 5,61G metros de elevación; y el extinguido volcán
de Machín.
La Nación no tiene en Ibagué más propiedad que el edificio en que
está la Escuela pública que regentan los Marietas, el cual fue cuartel en
otro tiempo.
El Departamento tiene la Penitenciaría, la casa de Gobieno, la llama­
da Palacio de Justicia, la en qne está acuartelada la Policía departa­
mental, dos locales de Escuelas, e! edificio que ocupa la fuerza pública y
el de la planta eléctrica. La Nación le reconoce, pero parece que no paga,
$ 100 de arrendamiento por el cuartel y otros $ 100 por la Peniíetn
ciaría.
El Distrito tiene estas propiedades:
Gasa consistorial, de dos pisos, en ruinas, y por eso desocupada,
situada en la plaza principa!. Es !a misma casa del Oabildo de la época
colonial. La Alcaldía y otras oficinas municipales están en una mala y
estrecha casa arrendada; el salón del Concejo, en ia Oasa de Gobierno, muy
desmantelado y feo;
IJ d local de Escuela urbana de niñas, avaluado en $ 16,000;
Dos para Escuelas de varones, en construcción, avaluados eu $ 6.000;
Dos de Escuelas rurales, en $ 100;
Matadero público en construcción, de dos enramadas de techo metá­
lico. con agua, cercado y con patio de piso cementado, y
Los ejidos.
Segün declaraciones tomades en 1774, les títulos de los ejidos esta­
ban ya perdidos en aquel año, y entonces se decía que se extendían una
legua en contorno de la ciudad. Sin embargo, en la población se considera
al Municipio propietario de terrenos que se extienden de bastante más
abajo de ella hasta la cima del alto contrafuerte que la domina, y aun
hasta las vertientes del río Toohe» Particulares se han apoderado de
parte de esos terrenos desde tiempos remotos, sin pagar nada al Dispito
ni podérseles comprobar su falta de derecho. Los en que se reconoc la
propiedad del Municipio se arriendan para levantar habitaciones o para
cultivos en esta forma, según acuerdo de! Concejo, en que se hace minu­
ciosa clasificación: solar urbano de primera clase, a $ 1-50 por año; de
segunda, a $ 1-80 ; de tercera y de cuarta, a $ 0-60. Al arrendatario que
construye casa de tapia y teja en el lote que toma, se le rebaja durante diez
años al 50 por 100, y el 25por 100 durante cinco años al que planta dos árbo­
les de ornato al frente de la casa que construye. Por hectárea de terreuo ru­
ral de quinta olase se pagan $ 1-80 por año; de sexta, $ 1-20; desóptima,
206 Ibagu é

$ 0-60 ; de octava, $ 1-20; de novena y décima, $ 1; de undécima,


$1-20; de duodécima, $ 0-60, y de décimatercia, $3. Además hay que
pagar $ 1-50 adicional por los terrenos en que haya hormigueros o guadua*
les (siempre que estos últimos no estén a la orilla de ríos o quebradas), para
obligar a los arrendatarios a destruirlos. Si los terrenos rurales se siem­
bran de café, se rebaja el 80 por 100 del arrendamiento. Naturalmente
las extensiones arrendadas no se mfden, y lo que consideran una hectá­
rea, por ejemplo, mide dos o más.
La casa de la Gobernación es un edificio grande de dos pisos, cómo­
do, de buena construcción, que ha sido notablemente ampliado por el ac­
tual Gobernador con un segundo tramo, y no está mal paramentado ;
pero en algunas de las oficinas encontró poco aseo, y en los muros de los
claustros han pintado por via de adorno unos paisajes que apenas estarían
bien en una chichería. El salón de sesiones de la Asamblea,¡construido por
el mismo Gobernador, es amplio, cómodo y tiene buen mobiliario. Uno
de los anteriores Gobernadores, creo que el General Gasabianca, introdu­
jo lujoso mobiliario para las oficinas de la Gobernación, y de eso no que­
da nada, porque con posterioridad se lo apropiaron algunos empleados, y
no de los de menor categoría.
El Obispado del Tolima, con asiento en Ibagué, se erigió por Bula
de 20 de mayo de 1890; elegido Obispo el Uustrísimo señor doctor don
Ismael Perdomo, se consagró el 19 de junio de 1903, y desde entonces go­
bierna con gran tino, y viene impulsando con éxito aun el progreso ma
teria! de la Diócesis que le está encomendada. No hay Capital o Catedral.
Tiene Ibagué un solo G'urafco; en un principio se llamó San Bonifacio
de Ibagué, y cuando so erigió el Obispado se le cambió el nombra por el
de la Inmaculada Concepción de Ibagué. Hay una vicaparroquia, al
Oriente, en la iglesia del Carmen, a cargo de Hermanos Salesi&nos. La
iglesia parroquial es la misma que sirve de Catedral. El Carato tiene una
infeliz oasa cursi.
En los libros Viel archivo parroquia! la primera partida de bautizo
que se encuentra es de septiembre de 1660, firmada por el Licenciado
Gaspar de Figueroa, quien sigae figurando como Cura hasta 1682; des­
pués aparecen autorizando las partidas en este orden: Alonso de Vilía-
fafie, hasta 1683; doctor Martín González de la Parra, hasta 1717; doc­
tor Juan Agustín Enriquez de Mantilla, hasta 1737; doctor Francisco
Javier de Medina Serrano, hasta 1750; Juan Ignacio del Castillo, hasta
1754; Juan Maecha y Santibáfiez, hasta 1766; Vicente Cáceres Sangui­
no, hasta 1769; doctor Ignacio de Salazar Caicedo y Tejada, hasta 1771;
Ignacio Mauuel Raíz Valero, hasta 1773; José María de Arteaga, hasta
1774; Antonio Lorenzo Montealegre, hasta 1801; Domingo Díaz,hasta 1802;
Bortolomé Valéra, hasta 1807; José Silvestre Vega, hasta 1844; José
Calixto Ferreira, hasta 1873; Francisco de P. Higuera, hasta 1876; Benja­
mín Alvarado, hasta 1898; Jesús María Restrepo, hasta 1901; Manuel Suá­
rez Saavedra, hasta 1903; Leopoldo Bianco, hasta 1909; Neftalí Lo­
zano, en 1909 ; Heliodoro Perdomo M., hasta el año de 1910 ; Jesús En­
rique Calvo, hasta 1911; José Ignacio López, hasta el 17 de diciem­
bre de 1917, que se encargó el actual Cura, presbítero dootor don Juan
B. Misas L.
Hay en la capital del Tolima estos establecimientos públicos de ins­
trucción:
I. Colegio de San Simón, con un Rector que gana $ 120 ; un Vice­
rector, $ 90; dos Pasantes, a $ 35; nn Secretario Pasante, con $ 40; un
R u fin o G u tié rr e z 207

Capellán, con $ 20; na Portero, con % 12, y varios Profesores que regentan
veinticuatro cátedras, a$ 10. Además los empleados desueldo fijo desempe­
ñan cuatro cátedras. El año pasado se matricularon 90 estudiantes,
pero sólo cursaron 80. Ahora apenes se están abriendo las matrícu­
las del año escolar. En 1917 hubo 14 internos, que pagaron pensión
de $ 12;
II. Escuela Normal de Institutores, en local del Departamento, con
un Director que gana $ 98; un Subdirector, $ 65-10, dos Pagantes Profe­
sores, a $ 36-10; un Portero, $ 11-40, y diez y- seis Profesores, a $ 19.
Hay Escuela anexa, con un Director que gana, $ 70. El año pasado hubo
35 alumnos en la Norma', 42 en la anexa. De ios alumnos pagaron pen­
sión 2 a I 12 mensuales;
ni. Escuela Normal de mujeres, en local del Departamento., con una»
Directora, $ 9a ; una Subdirectora, $ 65-10; dos Celadoras y Profesoras, a
$ 36-10; una Portera, $ 11-40; Directora de la anexa, $ 70. ES año pasado
hubo 56 alumnas internas por junto y 15 externas. Estas no pagan nada,
y de las internas pagaron 7 pensión de $ 12. Olvidó anotar el número de
los Profesores y las dotaciones, pero creo que son poco más o menos como
los de la otra Normal;
IV. Escuela urbana de varones número L°, a cargo de seis P a ­
dres Marietas, a quienes se pagan i 170 por contrato; es decir, a poco
menos de $ 30 cada uno. El local es el antiguo de la Escuela Normal y
cuartel, de propiedad de la Nación, bastante bueno, no desprovisto de
mobiliario, y, sobre todo, muy aseado y bien conservado. Matrículas,
325;
V. Número *2.°, eu local arrendado, con un Director que gana $ 40;
y 75 alumnos;
Vi. Número 3.‘, en local arrendado, con ua Director de $ 40; y 40
alumnos;
Vti a x. Escuelas urbanas de mujeres números l.° a 4.°, las tres prime­
ras Escuelas en un solo local, y la cuarta en otro, todos ellos arrendados.
El año pasado hubo por junto en estas cuatro Escuelas 290 alumnas;
XI a xxx. Veinte Escuelas rurales, todas ellas alternadas, a cargo de
Maestras que ganan $ 17; siete de los locales son de propiedad de!
Distrito y los demás los facilitan Jos vecinos de las respectivas loeaüda
des. Los alumnos matriculados fueron 348 varones y 436 mujeres; y
XXXI. Escuela oficial de artes manuales, a cargo de las Hermanas de
la Caridad, en local arrendado que costea el Departamento, y además
da $ 10 mensuales para la comprado materia prima.Tiene una Directors,
con $ 30, y tres Profesoras, a $ 20. Las alumnas son 50,
Los establecimientos privados son:
I. Colegio Seminario, mayor y menor, regido por Padres La-
zaristas, en muy buen local de dos pisos, de propiedad de la Diócesis,
situado en la plaza principal , con 50 alumnos, de los cuales costea
17 el Departamento a $ 12 cada ano;
II. Colegio de la Presentación, regentado por Hermanas de la
Caridad, en local propio de la comunidad. Hay 194 alumnas, de
ellas 46 internas, y de éstas costea 12 el Departamento, a $ 12, fue­
ra de dar un auxilio de $ 30 mensuales al Colegio. La pensión que
pagan las internas es $ 10, y las externas, $ 1. Este establecimiento
está facultado para expedir grado de Maestra;
ni. Escuela Murillo Toro, de varones, donde sed a ensefíaza gratuita
a 220 alumnos;
IV. Colegio de María, para señoritas, con 70 alumDas, que pa­
gan a $ 1; y
208 lb a g u é

V. Colegio Salesiano de artes, oñcios y agricultura, en edificio de la


comunidad, con campo de experimentación. La Sección de Artes y Ofi­
cios tiene 85 alumnos y 45 la de Agricultura. La Nación costea veinti­
cinco becas, a $ L5, en la Escuela de Agricultura, y el Departamen­
to treinta, a $ 10, en la de Artes y Oficios y auxilia a la de Agricultura
con $ 120 mensuales, para pagar dos Profesores, y con $‘ 200 para los
gastos generales.
Hay en lbagué treinta y un establecimientos públicos de instrucción
y cinco privados, con 2,256 alumnos por junto. En 1910 eran 1,302.
El local del Colegio de la Presentación, situado en la plaza princi­
pal, donde ocupa media manzana, es amplio y cómodo, con jardín y bue­
na capilla. El mobiliario es modesto, y por todas partes se vea orden y
aseo.
Bu 1907 se estableció el Colegio de señoritas, con carácter oficial,
llamado del Sagrado Corazón de Jesús, y después se !e cambió el nom­
bre por el de Nuestra Señora del Rosario, y se le dio autonomía, y en
1914 se le suprimió o convirtió en Escuela Normal.
El edificio del Colegio de San Simón es el sntigao convento de do­
minicanos, del cual dicen cronistas que se estableció a fines del siglo
XVI, y que entonces tenía cuatro frailes. Según placa incrustada en los
muros, fue construido en 1722. Suprimidos en 1821 por el Congreso de
Oúcnta este convento y los de Franciscanos de Honda y Mariquita, el
Vicepresidente Santander, por Decreto de 21 de diciembre de 1822, mandó
establecer en lbagué un Colegio con el nombre de San Simón, en honor
del Libertador, y destinó a ese establecimiento todos los bienes y rentas
de aquellos tres conventos. Casi todo eso ae esfumó, y sólo le han que­
dado ai Colegio el edificio, unos terrenos ea lbagué llamados El Gural,
los cuales están arrendados y no producen casi nada, y en los Munici­
pios de Mariquita y Honda otros terrenos que el Colegio tiene abandona
dos. En este local se reunió el Congreso de 1854. En 1893 se le hicieron al­
gunas reformas al edificio, que costaron $ 55,001-10 de la moneda de f3ü-
tonces. Es de bastante amplitud, de dos pisos, con extensos patios, una
grande alberca aí aíre libre para el baño de los estudiantes; excusados
incómodos, vergonzosos; comedor y salones de aulas grandes y ventilados,
y an corredor para poner las tazas de baño de los internos, pero ni siquie­
ra con modo de colocar las toallas. Por decreto de la Gobernación, de 22
de enero de 1910, se declaró autónomo el Colegio. La Nación lo auxilia con
$ 3,000 anuales y el Departamento con $ 5,000, y además costea treinta y
cinco becas.
Los Salesiauos faeron a lbagué en 1904; desde el año siguiente empe­
zaron a construir local para Escuela de Artes y Oficios, y mientras tanto
empezaron las tareas en el del antiguo Hospital, destinado para el objeto
por la Gobernación. En 1907 se terminaron ios actuales edificios, cómo­
dos pero modestos, que han servido provisionalmente, los cuales serán
reemplazados con el tiempo por otros de mucha importancia, según los
planos. El Departamento auxilia las dos Escuelas con $ 1,440 anuales
para el pago de Profesores extranjeros, y con $ 2,400 por vía de fomento,
y sostiene treinta becas a $ 10, y la Nación veinticinco a $ 15. Hay ade­
más 10 alumnos de la Escuela de Artes y Oficios, y 20 en la de Agri­
cultura, a quienes da enseñanza y alimentación gratuitamente la co­
munidad. No hay externado. Esta Escuela está destinada a la educa­
ción moral y religiosa y a la instrucción técnica, industrial y artística
de los obreros. Allí se dan enseñanzas de Religión, Historia Sagrada, Patria
/

R u fin o G u tié r r e z 209

y Natura!; Escritora, Lectura, Ortografía, Gramática, Urbanidad, Geogra­


fía, Matemáticas, Contabilidad, Dibujo y Música.
Están abiertas las Escuelas de Tipografía, con imprenta bastante sur»
tida, en la cual se hacen muy buenos trabajos, aun de libros, etc.; de
Carpintería, Ebanistería, Sastrería, Zapatería y Encuadernación, todas
ellas muy regularmente provistas de elementos. Se hacen obras para la "
calle, y los productos se invierten en mejorar los mismos talleres; y lo
más conveniente es que de ellos salen constantemente obreros prácticos
y de sanas costumbres que van a servir de ejemplo y de maestros a otros
lugares. Con los alumnos de esta Escuela de Artes y Oficios se ha forma­
do una Compañía dramática cuyos miembros se ejercitan en composicio­
nes y recitaciones literarias, pero nose exhiben fuera del establecimiento.
Los discípulos de la clase de Música han formado una buena banda,
bien provista de instrumentos.
Depende de esta Escuela un campo cputiguo de tres hectáreas, cono­
cido con el nombre de 8an Isidro, eu el cual se cultiva una buena huerta
con toda clase de árboles y plantas, que dan l03 frutos más estimados y
i, de mayor consumo en la zona tórrida.
Muy importante y benéfica es laEscueia.de que acabo do h ab lar;'
pero quizá lo es más y de mayor porvenir la Escuela Agrícola que funda­
ron los mismos Padres Salesianos con el objeto de enseñar y adiestrar a
la juventud toiímense en las labores agrícolas. Se dan allí enseñanzas
científicas y prácticas de todo lo que se relaciona con la agricultura; los
cursos que se hacen son de Religión, Historia Patria y Natural, Geografía,
Caligrafía, Dibujo, Matemáticas, Contabilidad, Botánica, Zoología, Mine­
ralogía, Física. Química agraria, Agricultura general, Agronomía, cría de
toda clase de animales d8 corra), Apicultura, Floricultura, Horticultura,
Fruticultura, Patología vegetal. Agrimensura, Topografía, Zootecnia,
Higiene veterinaria, Quesería y Etnología. La Escuela se abrió en 1911 en
solares donados a los Salesianos para el objeto por los señores Oarlos O ar-^
vajal, Lais V. González y Edmundo Vargas, y más tarde los Padres
compraron en $ 6,500 la hacienda de ¡San Jorge, de uaas 200 hectáreas,
a una media legua de la ciudad. Los edificios de la Escaela no son lujosos
y sí cómodos y bien dispuestos desde la capilla y los salones de dormi­
torio, comedor, aulas, etc.,hasta las cuadras paraloá animales. El terreno
está bien cercado, abundantemente provisto de agua para todos los ser­
vicios, en especial para el de riegos de las sementeras; se cuenta con ma­
quinaria y herramienta necesarias para preparar la tierra y beneficiar sus
frutos, aun la caña. Faera de ensayos, que constantemente se están hacien­
do de semillas de otros climas y regiones, hay cultivos muy bien arre­
glados y separados de las diferentes clases de cafó, cacao, plátano,
yuca, arracacha, maíz, frisóles (los hay de un metro de largo la vaina),
habas, habichuelas, trigo, caña, piñas, maní, higuerillo, lino, algodón, fique,
vid, sanseviera, morera, etn,; hortalizas en gran variedad y muchas clases
de árboles frutales. En materia de pastos, se cultivan todos los conocidos
entre nosotros, y otros extranjeros que empiezan a aclimatarse; allí vi
pará, micay, indi#, imperial, yaragaá', grama del Soudáu, maíz de Cura­
zao, grama de Rodas, maíz de sorbo, sorbo azucarado, etc. El cultivo del
gusano de seda se ha empezado cou bueu éxito. v
ATemo que los a!umnos becados no hayan sido desiguados por sus
buenas condiciones para aprovechar las enseñanzas y ejemplos que reci­
ben sino por consideraciones políticas o personales, como casi siempre
sucede en estos casos. Siu embargo, el sacrificio que hacen la Nación y el
Monografías.—'Tomo 2?—14
210 lb a g u é

Departamento quedará compensado con qne cada alumno o visitante de*


ese campo de experimentación adquiera conocimiento de un solo detalla
de los que convienen a un solo cultivo, porque va a su tierra a propa
garlo, y así vamos mejorando nuestra agricultura aunque sea muy
poco a poco.
En Ibaguó no hay más que dos iglesias: la Oatedral, que es la misma
antigua parroquia), vieja y poco elegante, con frontis y una torre no de­
sairada, y alta cúpula. Es corta y bastante ancha, pues tien& cuatro na­
ves, de ellas dos de pavimento de tablas, y de mal ladrillo el de las otras
dos. Los altares no tienen el menor mérito, y menos las estatuas y los
cuadros. Hay en ella tres escaños, unas pocas malas bancas ^bastantes
reclinatorios.
Hasta 1898 esta iglesia era más chica, y el Gura, presbítero Jesús Ma­
ría Restrepo, la amplió entonces -y construyó la cúpula.
La iglesia del Oarmen, construida por los Salesianos en el camellón
de entrada por el Oriente, es de ladrillo, de 30 metros de anchura, el
techo de armazón de hierro, buen frontis, al cual sólo falta la torre *r
de fondo quedará con 80 metros cuando se terminen la cúpula y el pres­
biterio. Esta bonita y elegante iglesia sirve de viceparroquia hace unos
ocho años. Hay en ella una artística estatua de María Auxiliadora.
La Administración de Oorreos está en local arrendado a 8 30, tiene
partida de $ 40 mensuales para útiles de escritorio y de $ 5 para alumbra­
do. Se reciben y despachan estos correos: el de Bogotá con Buenaventura,
dos veces por semana, uno de ellos de correspondencia y el otro mixto ;
tres semanales de Bogotá con el Oauca, uno de ellos de encomiendas ; los
trasversales de Ambalema, San Luis y San Miguel de Perdomo, que se
reciben y despachan una vez por semana y-uno diario con la estación del
ferrocarril en Ohicoral. Está desempeñada la Oficina por un Administra­
dor que gana a $ 80; un Contador, con $ 45;' un Auxiliar de éste, $ 30-
Oficia! de Recibo y Despacho, $ 30; de Correspondencia Oficial, $ 30,.
y un Ayudante, $ 20. En 1917 se vendieron I 2,104-32 de especies posta­
les; se recibieron 17,471 encomiendas del Exterior, que produjeron
$ 4,088-05. En los primeros nueve meses de 1917 se emitieron 1,284 giros
postales por valor de $ 16,171, que produjeron $ 314-55, y se cubrieron
724, por $ 8,345-71. Las encomiendas del interior recibidas en el mismo '
tiempo valieron $ 129,072-26, y las despachadas fueron 706, por valor de
$ 128 341-36. En los nueve meses se recibieron 74,994 cartas y 50,319 im ­
presos, y se despacharon 54,070 y 62,834, respectivamente. No hay Correo
Urbano, ni buzones, ni cajillas de apartarlo. El día en que estuve en la
Oficina había 114 pliegos civiles por no haberse cubierto el valor de los
portes de correos, los cuales ascienden a unos $ 40 próximamente.
La Oficina Telegráfica se estableció en 1867; es de repetición y tras­
lación ; ocupa local arrendado a $ 25 mensuales, y tiene $ 5 para alum­
brado; está servida por un Jefe que gana $ 65, un Subjefe, $ 55; cuatro*
Ayudantes, a $ 5o ; un Oficial de Recibo, $ 40, uu Copista, $ 25, y dos
Carteros, a $ 10.
En el mismo local están 'as Oficinas de la Circunscripción e Inspección
de la l Í D e a y el depósito de materiales. En 1917 se transmitieron 30.673
telegramas porteados, por valor de $ 6,900-53, 13,947 oficíale* y 15 cables,
por valor de $ 827*30: los recibidos fueron 33,683 particulares, 13,892 ofi­
ciales y nueve cables; los repetidos fueron 16,000 en el año.
E¡ Concejo celebró en 1908 contrato cou un particular para edificar
una plaza de mercado cubierto, con estas condiciones: que tenga la ex
tensión y condiciones higiénicas que seao necesarias, conforme al plano
R u fin o G u tié rr e z 211

aceptado, por el Concejo 5 qae el contratista suministre mesas, mostrado­


res y aun -ganchos a los expendedores $ que no cobre más- que determina­
das sumas por el espacio qae ocupen ios veaiedores, lo cual se fijó por
medio de tarifa de minuciosa clasificación y de precios moderados. El
contrato es de privilegio por treinta y cinco «ños, durante los cuales el
1 por 1 0 0 del producto bruto debe darse al Hospital y a un asilo de indi­
gentes, y el 10 por 100, también bruto, al Municipio durante los primeros
veinte afios y el 25 por 100 en el resto del tiempo del privilegio. Vencidos
los treinta y cinco años, el Municipio puede comprar la plaza por la mi­
tad de! valor que entonces tenga, y si no la compra, se prorroga el privi­
legio por quince año«, y vencida esta prórroga pasa a ser propiedad del
Municipio la plaza con todos sus accesorios. Hay,otras condiciones en el
contrato que revelan que ei Concejo obró con acierto. La plaza es de
buena construcción, tiene unos 70 metros en cuadro, con galerías
laterales de ladrillo y teja de barro y otras dos que la atraviesan por
mitad. El pavimento de la parte cubierta es de ladrillo, y deguijarros el de
los patios. Hay una faentejde agua, pero se carece de excusados y urina­
rios. Oou puertas a las calles y a la plaza hay tiendas en las galerías, y
. aMemás a un lado de ella han construido los empresarios grupos de tien­
das’ separadas por calles angostas. La feria es diaria, bastante abasteci­
da de artículos de producción de tierras frías, templadas y cálidas, y no­
tablemente concurrida. Ya empieza a notarse qu 8 la, plaza es estrecha, y
lo será más cuando llegue allí el ferrocarril.
Ea febrero de 1908 celebró la Gobernación contrato con un súbdito
inglés que representaba al señor Hernando Villa, para establecer el
alumbrado público en Ibagué, con estas condiciones : privilegio por se'
senta años, cediendo al contratista el edificio construido por el Departa­
mento para casa de ensayes y amalgamación con sus maquinarias y en­
seres ; a la terminación del privilegio la planta eléctrica pasará a ser
propiedad del Departamento, sieihpre que éste pague por avalúo las
obras y mejoras hechas en la casa de ensayes, y si entonces no hace el
pago continúa el privilegio hasta verificarlo. En cambio la Empresa se
comprometió sólo a dar sesenta focos y costear las bombillas. El contrato
fue aprobado por el Consejo Administrativo, que entonces representaba
- legalmente a la Asamblea, por el Oonsejo de Ministros y por el Presiden­
te de la República. Por ese tiempo estuve en Ibagué, y se me informó
allí que dos Cabildantes de los demás alta posición se oponían al contra­
to sólo porque consideraban que alumbradas las calles por la noche eso
daría más facilidades a los jóvenes para entregarse a perniciosas distrac­
ciones. El alumbrado se inauguró el 20 de julio de 1908, y el l.° de marzo
de 1917 traspasó Villa la empresa a ios señores Laserna y (Jompañía.
Los cables fueron colocados en las calles sobre postes tan mal acondi­
cionados, tan delgados, torcidos y-feos, como si se tratara de líneas telegrá
ticas nacionales. La planta está a unos 500 metros de distancia de la plaza
principal, y el agua se toma del río Oombeima, a 520 metros de allí; des­
arrolla 84 caballos de fuerza, y los nuevos empresarios, quienes hau empe­
zado, a hacer grandes mejoras, tienen ya en La Dorada maquinaría sufi­
ciente para desarrollar 450 caballos, y en la ciudad depósitos considera­
bles de elementos.
Hay colocadas eu plazas y calles 10U lámparas de 10 y 32 bujías,
que paga e! Distrito a $ 0-75 mensuales, siendo de cargo de lo-» conce­
sionarios el sostenimiento de las bombillas, y 3‘i más, por las, cuales no
pag<» nada; los sesenta focos deque habla el contrato primitivo tstán
repartí los en oficinas públicas, iglesias, escuelas y hospital Entre par-
i

t
212 Ibagué

ticnlares están colocados 1,136 focos de 16 bajías, a $ 0-50 si han pa­


gado la instalación de cada uno a $5, o a *$0-60 si la instalación la
costeó la empresa. No hay energía colocada.
Desde tiempo inmemorial se trae agaa al poblado de la quebrada Oay,
en el lugar llamado .La Toma, que está en terreno del Municipio, donde
hay una albe^ca grande y desarenados Siendo (gobernador el señor Fé­
lix A. Vóiez, mejoró un poco lo que llaman el acueducto. No es abundan­
te, y parece que nada bneua; alcanza para cinco fuentes públicas y para
algunos edificios en que hay oficinas, establecimientos de educación y
hospital. U dos tres particulares derivan agua para sus habitaciones sin
pagar nada ai Municipio.
Los desagües de esos edfBcics y los de Us aguas lluvias de las de­
más casas de la ciudad salen a caños descubiertos que van por uuas ca­
lles al pi<¿ de los andenes yNen otras por el centro. Desde hace unos dos
años se empezó a construir buen alcantarillado dé ladrillo, revestido de
cemento, y ya hay 708 metros de la línea principal y 926 de las acceso­
rias, pero aún no están eu servicio.
Con el nombre de Banco Social del Tolima, y más que por iniciativa,
por la acertada labor del Üastrísimo señor Obispo Perdomo, se fundó en
19.17 en Ibagué una institución baocaria de giro y descuento, con capital
de $ 50,000, dividido en acciones de a * 5, con el objeto de favorecer a las
gentes trabajadoras de poco capital, y en especia! a los agricultores. To­
dos los empleados de! Banco, menos ei Secretario, el Oajero y el Tenedor
de Libros, prestan stuservicio gratuitamente.
En 1916 fandó el mismo progresista y celoso Obispo una Sociedad
anónima con el nombre de Sociedad Fomentadora deda Acción Social ea el
Tolima, dividida er» 2 2 0 acciones de $ 1 0 0 , las cuales faeron cubiertas ín­
tegramente. Lo primero que h iz) la Sociedad fue comprar la hacienda
de La Yuca, de unas 9 ,0 0 0 hectáreas con 479 cabezas de ganado, por
8 17,510. Está situada entre los Distritos de Santa Isabel y Líbano,
y pertenecía a los herederos des General Manuel Oasabianea. El objeto
de esa compra fue hacer lotes y dar facilidades a los agricultores
' pobres para trabajar dándoselos en venta o en arrendamiento en condi­
ciones muy favorables. Allí no se vende a una sola persona lote de más
de 25 hectáreas, ni se le arrienda de más de 15; los arrendatarios pueden
pagar en trabajo; el qae haja comprado un lote no puede venderlo sin
anuencia de la Junta Directiva. Tan benéficos resultados está dando esta
institución, que muchos de h a favorecidos con lotes en arrendamiento,
están comprándolos ya; y los mismos accionistas han obtenido buena
utilidad, pues el ano pasado se les repartió un dividendo de 8 10 por ac­
ción, y éstas, de $ 100 que valían, están hoy^en la plaza a $ 250, y ea
estos días repartirán nuevo di vi deu^o^JU»'Compañía ha montado eu la
hacienda una trilladora con veuteadorTfpara beneficiar el trigo y la ceba­
da qne están sembrando con i terós los colonos. Las mejoras introdu­
cidas han hecho que los terrenos aún no vendidos valgan hoy más de lo
que costó la hacienda.
El Panóptico de Ibagué es un edideio muj notable por su situación
„ en las afueras de la ciudad, a poca distancia, por su disposicióu y cons­
trucción, por lo'seguro y por lo bien provisto de agua. Los excusados sí
sou malísimos e inconvenientes, pero se está adelantando ia construcción
de seis de buenas condiciones y de tres tíaños de regadera para los pro
sos. La cocina también deja mucho que desear. Tiene patios amplios, re­
galar departamento para el cuerpo de guardia, y otros bien separados
para rematados y sindicados, con baños de alberca. El departamento de
R u fin o G u tié rr e z 213

sindicados está menos bien cuidado que oí otro, y,se halla aún inconcluso.
Contigua a! Panóptico hay buena casa, bien amoblada, donde están las
oficinas y aun dorntftorios de algunos de los empleados. Independientes
de las prisiones se han establecido baños públicos" con siete albercas, los
cuales producen hasta $ 50 mensuales, que ingresan a la caja del Panóp­
tico. En lote de una fanegada, arrendado a $ 1 por mes, se ha hecho una
gran huerta, que es cultivada potlos presos y da considerables rendi­
mientos. Quizá convendría que el producto de los baños y las hortalizas
se destinara a montar una planta eléctrica para el servicio de la prisión,
lo cuai no sería costoso porque allí muy cerca hay caída de agua. En lo
calitos separados y con algo de herramienta hay talleres de herrería, car­
pintería y zapatería, y se manufacturan en reducida escala el cuerno, el
algodón, el tabaco y la cabuya; las obras que hacen los presos las vende
la Dirección por cuenta del - respectivo obrero, y del producto se abona
a éste uua tercera parte para entregársela cuando saiga libre. Además
se ha implantado la práctica de dar dfariamente a todo preso que se ma­
neja bien una especie de vale que representa un centavo, para amorti­
zarlo el día que se le ponga en libertad.
Los^ empleados d e l. Panóptico que cortea el Gobierno Nacional, son:
el Director, con i 90 de sueldo; cuatro Inspectores, a $ 32; cuatro Sub­
inspectores-, a $ 27; cuarenta Guardianes, a $ 2 2 ; una Inspectora, a $ i l ;
un OapelláD, a $ 20; un Módico, a $ 3í>, y un Maestro de detenidos, $ 20.
Hay 142 celdas, con camas de guadua; botiquín medianamente
provisto; un altarcito para los oficios divinos, y larga mesa fija para la
comida de los presos. %
Estos son 216 por cuenta de la Nación y 109 por cuenta del Depar­
tamento y del Distritq. Los alimentos se les dan por administración, para
lo cual snfruga la Nación $ 0-20 por cada uno, aun por los deteni­
dos. A los presos se les saca a trabajar en obras públicas y particulares
sin qne se les abone jornal, y hay 83 de los rematados que trabajan en
haciendas con el carácter de concertados, sin que en ellas les den los ali­
mentos, sino sólo que pagan los dueños al establecimiento a $ 0-15
diarios porcada preso. Están vigilados allí por guardianes que-deveagan
sueldo de $ 2 2 . v k
• Encontré orden en la prisión.
Por iniciativa del presbítero Jesús María Restrepo y de don Fermín
Rocha, con eficaz coloboración de una Junta de Beneficencia, se empezó
per aüá en 1833 a construir con limosnas de vecinos caritativos un hos­
pital; adelantado un poco el edificio^ en la guerra pasada se destinó a
cuartel. Terminada ésta, se devolvió el local a la Beneficencia, quien en­
tonces lo mejoró algo; antioqueños residentes en Ibaguó empezaron la
construcción, por su cuenta, de un tramo, y la suspendieron prontamente
de manera definitiva. El edificio, autíque todavía'inconcluso, es de algu­
nas comodidades; tiene departamentos separados para hombres y para
mujeres, con camas buenas y bien tendjias, regalar botiqaío, modesta
capiila, jardín, agua abundante siu baños y un'cuarto chico para pensio­
nados; además, un departamento independiente para quince huérfanas
asiladas, con camas y tendidos bien arreglados. Estas niñas ayudan a las
faenas del hospital y reciben enseñanzas de primeras letras y de varia
das obras de mano. Está el establecimiento a cargo de cuatro Hermanas
de la jCandad, de la Presentación, y otras cuatro atienden al Asilo. La
Superiors de ellas va mejorando algo, aunque lentamente, el etlificio. Re­
cibe auxilio de $ 150 mensuales del Departamento y de $ 100 del Munici­
pio. Carece de sala de operaciones y de instrumentos de cirugía. EÍay ac-
214 Ibagué

tualmente treinta y un enfermos varones y veintidós mujeres, la mayor


parte de ellos no,vecinos sino transeúntes. *
El edificio contiguo, que hace parte del hospital y pertenece también
a la Janta de Beneficencia, está ocupado por la Escuela Normal.
Eu tiempo de la Gobernación del General Manuel Uasabianoa se
compró un gran lote para construir un edificio para Colegio de señoritas
y se empezó la obra reservando una parte considerable del lote, donde se
formó lo que es hoy plaza de Santa Librada. La edificación ha seguido
adelantándose con mucha lentitud, y allí está alojado el Regimiento Car­
tagena número 6 , de más de 300 plazas. Es un cuartel sumamente estre •
cho e incómodo, con la sola ventaja de tener patio amplio para la instruc­
ción de los soldados, y no malos excusados; pero lo 3 dormitorios están
muy desprovistos de camas y tendidos, lo mismo que el salón destinado
a los enfermos; el botiquín es muy pobre ; carece de baños; el piso, que es
de madera, está en tan mal estado que constituye un peligro para la mar­
cha sobre é l ; la cocina es detestable, vergonzosa; no tiene piezas sufi
cientes para los Oficiales, y por eso hay que permitirles que pernocten
fuera del cuartel, etc. La Nación paga a $ 1 0 0 de arrendamiento al De­
partamento por este edificio, mientras que esta entidad no paga nada a
aquélla por ocupar con una Escuela el antiguo cuartel Lo observado
en este cuartel y eu otros del país explica en parte al menos porqué
las disposiciones sobre servicio militar no se cumplen más que con mu­
chachos de raana o con pobres de chaqueta, de poblaciones retiradas,
y^son burladas por las autoridades y por los sorteados de aiguna posi­
ción, a quienes sería una crueldad ^llevar a semejantes cuarteles.
Oon el nombre de Salón Apolo está ya bastante adelantada la
construcción de uu edificio por unos jóvenes Montalvos, para exhibicio­
nes cinematográficas; ya tiene una buena galería con bancos, y otra cu­
bierta para espectadores de categoría. Ooncluído, que lará un salón có­
modo y aun elegante. y-
El señor Roberta Torres está construyendo un teatro bastante bueno,
de ladrillo, en lote central. #Mientras tanto las representaciones se hacen
en una Escuela y en salón particular.
Para conmemorar el centenario de la Independencia se estableció^
oficialmente una biblioteca, que tiene hoy unos 1,070 volúmenes, casi todos
de obras viejas en mal estado y de escaso o ningún mérito. Está la tal
biblioteca en local que hasta hace poco fue botillería, y cuesta I 5 de
arrendamiento. Al Bibliotecario se le pagan $ 39 de sueldo. En lo que
fae trastienda de la cantiua hay una mesa y unos pocos -asientos para
los escasos lectores que coucárren.
El catastro da $ 2.707,222 de valor a la propiedad raíz del Municipio,
pero no estáa incluidas las de menos d í | 100 de valor, ni las nacionales,
departamentales, municipales, eclesiásticas, det instrucción pública y de
beneficencia, ni las situadas en el llano hacia el Oriente, adonde se lleva
el agua del río Oombeima, porque esas no pagan-trapuesto predial.
Del l.° de mayo de Í9LG al 30 de abril de 1917 produjo eu Ibagué la
renta de licores $ 38,141-36; U de degüello. $ 10,344, y la de tabaco,
-$325-80. De mayo a diciembre de 1917 (ocho meses), la de licores,
$34,138-77; la de degüello, $ 7,9i8, y la de tabaco, $ 94L -40. L i de lico­
res no es mouoplio sino que está por patentes por las cuales se cobra a
razón de$ 0-37 el litro de 2 0 °; por -degüello se paga $ 2 porcada
res vacuna; y el tabaco_só!o paga el de producción del Departamento, en
trama, cuando se destina al consumo, a $ 0-05 el kilogramo. Desde la Colo­
nia es el Tolimi !a región más prodactora de tabaco de primera cali-
R u fin o G u tié rr e z 215

dad, la de las grandes factorías y de las más consumidoras del artículo,


y sin embargo resulta que la renta sólo produce en la capital del Depar­
tamento $ 1 2 0 en el mes de mayor rendimiento.
Estas tres rentas son departamentales, y de sus productos correspon­
de al Distrito de Ibagué el 10 por 100 para sus rentas comunes, y otro
10 por 1 0 0 como auxilio extraordinario para el alcantarillado de la ciudad.
En las oficinas municipales no encontró datos sobre los nacimientos
habidos, y en la nacional se me dijo que había orden superior de no su-
níinistrarlos, y aun se me citó no recuerdo qué artículo de la Ley 63 de
1914; sin embargo, al fio se humanizó el Jefe, y, tai vez violando ley muy
severa, me dio los siguientes, que sólo se refieren al año de 1916, pues diz
que no se habían recibido todos los del ano siguiente: nacimientos, T,229;
defunciones, 443; matrimonios, 176. No hubo modo de que me facilitaran
el dato de los hijos ilegítimos, pero por un cuadro que había correspon­
diente a octubre últitno puede calcularse cómo marcha eso en Ibagué:
en dicho mes hubo 150 nacimientos, y de ellos 51 ilegítimos.
El presupuesto de rentas para el presente año ascienle a $ 36,815-63;
<le ól se destinan $ 1,440 para instrucción pública, $ 1,530 para beneficen­
cia, y $ 10,493-56 para obras públicas. El producto de las rentas en 1910
fue $ 6,880.
La renta de timbre nacional prodnjo eu 1917 $ 7,527-55, -y la de
consumo, $ 1,238-65.
El año pasado se consumieron 5,718 cabezas de ganado mayor y
3,437 cerdos. En 1910 el consumo ascendió a 3,234 el del primero y a
2,538 el de cerdos.
Datos oficiales üicen que hay en el Municipio 18,300 reses vacuias,
9,135 caballares y 1.875,500 matas deycafé.
El censo de 1870 da a Ibagué 10,346 habitantes; ei de 1905 le da
26,566, y 26,693 el de 1912, esto a pesar de que aumenta visiblemente la
población.
Fábricas hay tres de aguas gaseosas, dos de jabón. Las imprentas
son ocho, y hay seis hoteles, dos fotografías, cuatro dentisterías, siete
billares, una prendería, una gallera, dos automóviles y cinco carros. Los
automóviles pagan impuesto mensual de $ 2 ; los carros, $ 1 ; la gallera,
$5; la prendería,# 20, y los billares a $ 5.
Extranjeros establecidos en el comercio están dos italianos y dos
sirios, y en la agricultura otros dos tarcos.
Antesjde la revolución de 1885 las faldas de la cordillera que do­
mina a Ibágaé esta ban completamente incultas, y apenas vínola paz
empezaron a llegar agricultores antioqueños a establecerse allí, talando
el bosque antes virgen» Hoy, por todas partes, hasta el pie de la nieve
perpetua del Tolima y hasta la cima déla Cordillera Central por las hoyas
de los tributarios del río Coello, se ven grandes aberturas con extensas
y ricasMehesas de pastos artificiales y naturales pobladas de ganados y
de productivas sementeras de papas, maíz, frijoles, arracacha, etc., que
sorteu abundantemente los mercados de Ibagué y de otras poblaciones
del valie del Tolima. Aquellos inmigrantes se establecieron en las vegas
del río Anairne y fundaron allí la población de ese nombre, y más tarde
fandaron el caserío da Briceño, que es Distrito desde 1912, al lado del
nevado del Tolima. —
J ántes de este siglo carecían de agua los llanos de Ibagué haoia el
Orieute, y por eso no se veía en ellos un solo cultivo, y sólo tal cual rancho
para vender guarapo a los caminantes: los prados estaban tapizados de
paja poco nutritiva, de manera que los ganados que allí pacían estaban
216

permanentemente flacos, delgados, lanados, y en los veranos prolonga­


dos se morían por centenares, de hambre, de sed y de las pestes que se
desarrollaban.
En 1908 don Francisco Laserna, don Telósforo Jiménez, don Gabriel
y don Manuel Mejía, y don Julio Rubio, todos ellos de origen antioqueño,
menos el üitimo, obtuvierou licencia del Ooncejo para tomar agua del río
Oombeima y llevarla llano abajo hasta la finca llamada La Palma, que
había comprado el señor Laserna. De los dueños de predios que debían,
beneficiar esa agua ninguno contribuyó, fuera del señor Rubio citado.Y
Ingenieros graduados fueron de concepto que no podía llevarse el agua*
a los llanos, y sin embargo un indio minero de ,1a Provincia de Sapía, de
apellido Colorado, se encargó de la obra y la realizó con poco gasto en
las primeras leguas, y después la hizo terminar por su exclusiva cuenta
el señor Laserna enrnna extensión de 25 kilómetros.
Desde que se puso el agua no se han presentado una sola vez pestes
en los ganados en la región regada por ella. La paja que antes cubría esos
prados va siendo reemplazada por suculenta grama; se ven ya cercabas las
propiedades que antes estaban en común, y el estado de las vacadas y ye­
güerizos de esos prados comparado con el de aquellos que pacen en don­
de no cruza el riegp fecundizado^ revelan cuánto vale el beneficio reci­
bido. Sin embargo,, ese elocuente ejemplo que les ha dado el señor La
serna no ha sido seguido por propietarios tolimenses que tienen tierras en
condiciones semejantes a las de este caballero, si no en mejores. Es que
la rutina y el mezquino espíritu regioualista pueden todavía más que los
intereses generales y particulares bien entendidos; pero con ef^iempo
prevalecerán éstos, y el enérgico octogenario/tendrá imitadores para bien
de aquellas tierras. p
Por allá hacia 1886 contrataron el Gobierno Nacional y el del Esta­
do del Tolima a un extranjero de^apellido Raedo’f y al señor Roberto B.
White para que estudiaran las regiones mineras de aquel Estado, y los
.informes que rindieron fueron tan halagüeños que entonces se despertó
una especie de fiebre o epidemia minera, que llevó su contagio a otros
pueblos y causó gravísimos perjuicios pecunarios y aun la ruina a muchas
personas. Atenido a esos informes el Jefe del Estado creó nna Junta de ^
minas, y una Comisión científica mandó establecer en Ibagué una casa de
ensayes apartado, y fundición de los minerales de oro y de plata que
aquellos comisionados científicos prometían que se explotarían en los ricos
yacimientos qae decían haber estudiado; y se introdujeron del Extranjero
aparatos y elementos valiosos. La Asamblea Nacional Legislativa de 1886,
contagiada de la^fiebre, mandó auxiliar la obra, y dispuso por la Ley 60 de
aqael año que se establecieran Escuelas de Minas en Ibagué y en Medellin,
y destinó $ 1 0 ,0 0 0 para la instalación y $ 2 0 ,0 0 0 anuales para sostenerlas.
Por decieto de 1887 Dombró el Gobierno Nacional Director de la Escuela
de Ibagué a don Francisco de P. Muñoz; Subdirector al General Tsaías
Luján. Se abrió el 6 de mayo de ese mismo año, pero sólo se presentaron
tres jóvenes a matricularse en Física experimental y Química mineral, y
por eso se cerró inmediata y definitivamente. El edificio levantado y los
aparatos y maquir;arias costaron más de $ 50,000. Ningún servicio presta­
ron a la industria minera, y de aquello lo único que ha venido a aprove­
charse es el edificio, porque se destinó veinte años más tarde para planta
de alumbrado elótrico. De las fabulosas minas estudiadas por los científicos,
ninguna dio rendimientos que compensaran los gastos que en ellas se
hicieron. Hoy sólo se benefician en el territorio de Ibagué las llamadas
Golondrina y Norcaoia, las cuales dan escasos productos. \
R u a n o G u tié rr e z 217

Desde 1907, y por acuerdo municipal, se estableció una feria semes­


tral de ganados, bastante animada, pues la situación del poblado es muy
propicia para la concurrencia de negociantes de Antioquia, (Jaldas, Oau
ca, Cundinamarca, etc. Se celebra en julio y diciembre durante cinco días.
Después de que el cementerio se retiró de la iglesia parroquial, se es­
tableció en el lote en que se está edificando el Asilo de Mendigos, y de
allí se trasladó en 1890 al lugar que ocupa hoy. Es chico, cercado con
tapias, se conserva limpio y tiene muy modestos monumentos.
Las comunidades religiosas que hay en la ciudad son las de las Her­
manas de la Caridad, Lazaristas, Maniatas y Satesianos.
Hay establecida Sociedad de San Vicente de Paúl, pero funciona con
mucha informalidad.
No hay Cámara de Comercio.
En materia de servicio telefónico no hay más que seis líneas priva­
das para entenderse con propiedades rurales.
Hay la banda de música del Regimiento y una de particulares.
El servicio de policía y serenos lo prestan 72 Agentes departamen­
tales uniformado^ y 16 municipales sin informe.
Se publican tres periódicos como órganos oficiales de! Departameu
to, del Municipio y dél ¿Poder Judicial, y seis semanarios.
El movimiento comercial es poco animado.
Como lugar de bastantéT tránsito, hay tres hoteles no malos.
El clima de Ibyaguá no es bueno porque por la situación intermedia
de los nevados de la Cordillera Central y las vegas del río Magdalena
ocurren frecuentemente muy sensibles cambios de temperatura.
El joven Artaro Camacho Triana está escribiendo una monografía de
Ibagné, y si la termina, será muy completa e interesante, pues él es muy
competente como escritor y como investigador
Partea de Ibagné el camino del Quindío para el Departamento del
Valle, el de Calarcá, para el de Caldas, uno para Ambalema, el que vie­
n en Girardot, y los de Miraflores, Briceño, San Luis y Piedra».

Después de tres días de permanencia en aquella ciudad, emprendí


marcha para Bogotá. Sea esta la ocasibn de declarar que estos viajes míos
no han sido en misión oficial.
A poco de salir empieza ano a encontrar empleados y obreros ocu­
pados en preparar el terreno para el ferrocarril. En la quebrada de
Gualanday—donde supongo que se establecerá una estación, porque esa
será el balneario más visitado del país cuando llegue allí el tren,— donde
sólo había antes una modesta casa y dos ranchos pajizos, encontsé ahora
^ran movimiento, rpaichas edificaciones y nn restaurante muy regular­
mente servido, pués los trabajos de explanación de la vía van en ese
lugar.
El puente del camino de herradura sobre el río üoello, en el Chico
raf^está muy descuidado, a pesar da que produce buena renta. El im­
puesto de pontazgo que allí se cobra a razón de $ 0 - 0 2 por perso­
na, por cabeza de ganado y por carga, está rematado.
Del lado do acá, muy cerca del puente, es la estación de Ghicoral,
la terminal del actual servicio férreo. Hay allí cómodo y buen edificio de
tapias y teja metálica para oficinas de la estación, bodegas y vivienda
de los empleados ; pero no tienen una báscula para aforar la carga. A
su sombra se ha establecido una feria semanal de víveres regularmente
provista y concurrida y Oficina Nacional de Correos y Telégrafos. Pocas y
no buenas casas se han levantado, porque el dueño del terreno no da
#
218 Ibagué

facilidades para ello, a pesar de que si hubiera comodidades sería lugar


concurrido en los meses dq veraneo. Esta estación es de carácter perma­
nente, porque es lugar apropiado para la comunicación coa las poblacio­
nes de San Luis y Miraflores y para los llanos de la ribera izquierda del^
río üoello, donde la propiedad está bastante subdividida y por consi'
guíente poblada y cultivada.
Poco más adelante de Ohicoral hay un paradero, sin edificio, para
las haciendas vecinas. Sigue la estación del Espinal, de ladrillo y de las
condiciones de la de Ohicoral. Entre ésa y la de Flandes hay otro para­
dero, como el anterior, llamado Santa Ana. Cuando pasó por allí acaba­
ba de caer un fuerte aguacero, y como el térréno eu ese trayecto^es com*
pletamente llano y las aguas tienen muy difícil salida, las cunetas esta­
ban inundadas.
La línea fórFea se conserva ordinariamente limpia; las traviesas que
se emplean, de las cuales hay un%grande existencia en los patios de
Ohicoral, son de guayacán, diomate y cumulá, maderas de larga dura­
ción; el balasto no es en general sino de arena bien escogida, y sólo en
una legua próximamente se ha usado cascajo, pues que en aquellos lu­
gares no se encuentran cascajeras.
La estación de Flandes tiene un buen edificio para oficinas y para
pasajeros, pero carece de bodega para la carga. Además hay una elegan­
te casa para vivienda de los empleados superiores del Ferrocarril, taller
regularmente montado para lo más argente, almicón de materiales y
útiles; depósito de carbón mineral, que es el combustible que consumen
las locomotoras y es llevado de Oundinamarca; una bomba a la orilla del
río Magdalena servidgrpor vapor. Podría adoptarse para esto, con gran­
de economía,* como se hace en Oali y en Palmira, la energía eléctrica
llevada de G irardot., *
En Flandes, a la sombra de la estación del Ferrocarril, ha nacido
una población que crece de día en día, y los propietarios de los terrenos
en que va formándose, han procedido con tal tino, patriotismo y despren­
dimiento, que pronto será un poblado de grande importancia, pues han
empezado por trazar una gran ciudad, de estilo moderno, con plazas,
anchas calles y avenidas, reservando amplios lotes para oficinas públi­
cas, Escuelas, un Colegio, iglesia, cementerio, etc., todo esto* según me,
informaron, por iniciativa de don Luis Calderón, uno de los dueños.
Además, el Ministerio de Obras Públicas cedió para un parque cinco fane­
gadas de los terrenos comprados a don Carlos Tanco.
Desde 1916 hay allí Oficina de Correos y Telégrafos de algún movi­
miento, en local y con mobiliario facilitado por el Ferrocarril. En octubre
último se transmitieron 192 telegramas porteados, por valor de $ 40-10, y
se recibieron 135. El correo está mal organizado, pues el que viene de la
capital del Departamento y de la cabecera del Municipio pasa directa­
mente a Girardot, y de allí se devaelve la valija a aquella Oficina,
Flandes es Corregimiento del Espinal, con alumbrado eléctrico
procedente de la planta de Girardot; una Escnela alternada, en mal local
arrendado y con escaso mobiliario suministrado por el Ferrocarril y los
vecinos ; oficina del Corregidor en local de propiedad del Distrito; bas­
tantes casas buenas; un hotel cómodo bien servido; están construidos
grandes y lujosos edificios con la maquinaria ya montada para una fá­
brica de puntillas y otra de fósforos de palo. Si ee eleva este Corregi­
miento a la categoría de Municipio, como creo quo se hará pronto, la po­
blación tomará gran vuelo. Los que llegan a Girardot de viaje para el
Tolima, el Cauca y Caldas, empiezan a preferir con acierto pasar la
%
R ufino G u tié rr e z 219

noche en Flandes. La fábrica de fósforos tendrá planta eléctrica propia,


y con su motor se elevará agua del río Magdalena para proveer de ella
a la naciente población. El empresario de esta fábrica es don Luis
Calderón.
Por Ordenanza de 4 de agosto de 1892 se autorizó al Gobernador del
Tolima para contratar la construcción de vías férreas en el Departamen­
to, garantizando el 7 por 101) del capital que en ellas se invirtiera. El 2
de febrero del año siguiente se hizo contrato con el señor Carlos Tanco
para construir un ferrocarril de frente a Girardot, a la orilla izquierda
del río Magdalena, a Ibagaó, con ramificaciones para el norte y el sur
del Departamento. E l Gobierno Nacional aprobó ese contrato, con mo­
dificaciones. El 27 de septiembre..del mismo año de 1893 se dio principio
a la obra. La.Asamblea delToüma no aceptó las modificaciones introdu­
cidas por el Gobierno, y entonces se celebró nuevo contrato, el cual fue
aprobado y se elevó a escritura pública en noviembre de 1894, y en aquel
entonces el contratista llevaba construidos 4 J kilómetros. El Gobierno
Nacional se comprometió a expedir bonos a favor de Tanco, como garan­
tía del 7 por 1 0 0 , a razón de $ 28,1)00 por kilómetro.
Después de esto hubo aprobáciones e improbaciones por parte de la
Nación y del Departamento de lo que cada una de estas entidades esti­
pulaba con el señor Tanco, hasta que el 6 de marzo de 1897 se hizo con­
trato definitivo coa la Nación para prolongar, hasta ek Ohicorai lo que se
había construido, dando una subvención de $ 9,840 por cada kilómetro
que se construyera, y se le reconocieron al contratista $ 52,014 por algo
más de 5 kilómetros que tenía construidos. El señor Tanqo había com­
prado a* Gobierno Nacional el puente de hierro de Girardot/sobre el
río Magdalena, por $ 130,000 en bonos, y en virtud del último contrato
Tanco'traspasó la propiedad del puente a! Gobierno y la de una casa y
terrenos contiguos, por $ 71,429 en oro. Entonces el Gobierno cedió por
doce años, por la Ley 48 de 1909, a los Municipios de Girardot y Espinal el
producto de impuesto de pontazgo. Más tarde, por la Ley 56 de 913, se
dispuso que la tercera parte dé lo cedido a Girardot se destinara al h o s­
pital de esa población. Aquella cesión se le había hecho en esta forma:
tres cuartas partes para Girardot, para emplearlas en su sane&mient(fy
salubridad, y una cuarta parte para el acuedacto "del Espinal. Por el
contrato se dio privilegio a^ señor Tanco por cincuenta añ03 para explotar
el ferrocarril qqe construyera, y vencido ese tiempo, la explotación conti­
nuaría haciéndose en compañía con el Gobierno por cincuenta años. Para
aclarar las'diferencias que se presentaron entre el Departamento y el
contratista, celebraron en mayo de 1899 un nuevo contrato, por el cual
aquél convino en reconocer a éste una subvención de $ 500 'por kilóme­
tro de carrilera construida y de $ 7 ,0 0 0 por cada uno de los que constrn
yera eu adelante.
Al estallar la guerra en el año últimamente citado había construidos
17 kilómetros del puente de Girardot a cerca del Espinal, y se había es­
tablecido servicio^en ese trayecto con una locomotora diminuta y unos
poquísimos carros di malísima calidad y muy incómodos, y el servicio
era tan defectuoso que la mayoría de los viajeros, para no perder tiem­
po y no quemarse con las chispas de la locomotora, preferían hacer el via­
je a caballo o a pie. En aquel tiempo el señor Tanco m9 propuso que me
encargara de la conservación y explotación de la línea haciendo yo los gas­
tos y que me cedía todos los producto?, y no aceptó. Aqúella guerra, que
en el Tolima, por parte de ambos contendiente^ tnvo caracteres de sal­
vajez como nunca los han tenido nuestras guerras civiles, acabó de inuti­
lizar la carrilera y el escaso material rodante. C '
220 Ibagué

Terminada la revolución, el señor Tanco adelantó la carrilera hasta


el kilómetro 25 y la dotó de tres locomotoras, dos vagones, un carro para
ganados y tres plataformas. Entonces el Departamento del Tolima, fun
dándose en el Acto legislativo número 77 y en la Ley 60 de 1905, que
nacionalizaron las empresas ferrocarrileras, pasó a la Nación las reclama­
ciones que le había hecho el contratista, y en abril de 1907 se celebró
entre estos dos últimos nuevo convenio, por el cual se estipuló que en lu­
gar de la subvención se garantizaría un interés del 7 por 100 anual sobre
el capital que se invirtiera, a razón de $ 30,000 por kilómetro construido
y equipado. El concesionario inició contratos de traspaso del suyo con
dos compañías extranjeras, pero no se perfeccionaron, y al fin todq quedó
paralizado con la muy sensible muerte del señor Tanco, caballero de
grande espíritu progresista, y a quien la Nación- debe reconocerle que fue
el más valioso y eficaz promotor del ferrocarril de la Sabana e iniciador
del de Ibagué, ^
Los rieles, empleados por este contratista faeron de peso de 15 kilo­
gramos por metro lineal; el ancho de la fía, una yarda entre rieles, y la
mayor pendiente, de \ \ por 1 0 0 , corUzoníIde sólo 10 metros de ancho.
Maerto el señor Tanco, sus herederos celebraron en junio de 1912 un
contrato con el (Gobierno Nacional, por el cual vendieron a éste la pro­
piedad del ferrocarril con algunas anexidades por $ 30,000 oro, y se com­
prometieron a devolver a la Nación $ 191,950 en bonos que el señor
Tanco había recibido er* depósito por cuenta de 25 kilómetros que no ge
construyeron. Este contrato fue aprobado por la Ley 7-1 de aquel año.
Tengo noticia de que los vendedores de la empresa han iniciado
ante el Poder Judicial una acción rescisoria por lesión enorme.
Hecho dueño el Gobierno del ferrocarril, empezó la obra de recons­
trucción y prolongación déla vía por el sistemado administración, eii sep­
tiembre de 1913, bajo la dirección del Ingeniero doctor Justino Moneó, a
quien reemplazó en febrero de 1914 el General Oelerinó Jiménez.
Para dar principio a los trabajos consiguió el Gobierno un empréstito
de g 400,OoO con ios bancos de Bogotá, peft> está suma no alcanza para
llevar la carrilera hasta Ibagué, y se calcula que ,se necesitan unos
$ 1 0 0 ,0 0 0 más, fuera del valor de rieles, material rodante y edificios. La
Ley 48 de 191L había autorizado el Gobierno para contratar un emprés­
tito de I 1 .0 0 0 ,0 0 0 para la prolongación de esta vía.
Al recibirse el ferrocarril no e,e encontró puente servible en la vía, y
hubo que reconstruirlos todos, y en la estación principal, al frente de Gi-
rardot, no había más que un miserable rancho para las oficinas y'bodegas.
Ahora encontré servicio perfectamente establecido hasta Chicoral, en el
kilómetro 30, y 5 kilómetros más en que é&tán tendidos los rieles del otro
lado del Ooello. La explanación está hecha h 3 Sfca Gualanday, en,el kiló­
metro 46; de allí en adelante hay 7 más explanados, con cortas solucio­
nes de continuidad, y ya van muy adelantados los banqueos y terraple­
nes del resto de la vía hasta Ibagué, construidas 60 alcantarillas y em
pezadan las que faltan. En la sección de Gualanday se encuentran tre
chos muy deleznables, que darán bastante que hacer por los derrumba­
mientos de taludes y terraplenes. .*
El puente de hierro para el Ooello, en el Ohieoral, está en La Dorada
y en Baltrán, y ya llegaron los cuatro ingenieros y mecánicos que deben
armarlo. El de Guaianday está fabricado en los Estados Unidos, pero
aún no se tiene noticia de que lo hayan despachado. #
La línea empiez a hoya la propia orilla del río Magdalena,hasta donde
el Gobierno la hizo prolongar; construyó allí edificio para talleres. Desde
/
R u fin o G u tié rr e z 221

ese ponto hasta Ibagnó tendrá 77 kilómetros. El material rodante con que
cuenta consta de cinco locomotoras, dos carros de primera, tres de se­
gunda, seis vagones de carga, cuatro góndolas y tres plataformas, todo
nuevo y de buena calidad y apariencia. Del'material rodante que tenía el
contratista no hay nada, porque todo estaba inservible.
Los rieles eoípleados en la ííaea que encontró ! \ Administración ofi*
eial eran de 30 y 35, y unos pocos de 45 libras. Aqué'los se h*n cambia­
do casi tolos por de este últim > p h ». y d-d Olrnoc*' fcn adelante no se
han empleado más que de los de 45 libras, que son d^ los que hvbía en
la parte baja leí ferrocarril de Girardot, los caa’es van reemplazándose
allí por los de 60. De ellos hay recibidos los suficientes para 15 kilóme­
tros, y se espera que ea estos díis entregam para 5 más,* pero quedarán
faltando 27 kilómetros para completar e! enrielado hasta Ibagaé, los cua
les no sé si espera?» del Extraujero o de los que degech.m en Girardot; y
parece que en esta última empresa no hay suficientes de 60 libras para
reemplazarlos. Por supuesto que al enlazarse la carrilera de Ibaguó cou
la del Pacífico ios actuales rieles de aquella tendrán que cambiarse por
otros de mayor peso.
La sección de ingenieros encargados de la preparación del terreno en
la última sección U encontré instalada en Santa Elen?*, 3 kilómetros más
acá de Ibaguó, y desde allí hay servicio telefónico con la oficina central
de Fian les. La línea está colocada sobre postes, de rieles de 30 libras.
^ Guando se establezca el servicio hasta Ibagué, el tráfico numen
tara considerablemente, y muchísimo más cuando esta línea se enlace
con la del Pacífico; entonces no estará lejano el día en que se bag i nece­
saria una doble vía entre Girardot e Ibagné, o por lo menos extensos y nu­
merosos cambios y a parta!eres y se ve?á e! grave error que se ha cometido
ai no adquirir zona de más de 1 0 metros de ancho. Hoy atraviesa la
línea terrenos despoblados y sin cultivos, jje poco valor, en casi toda su
extensión, y mañana, cuando la necesidad imponga la ampliación de la
zona en toda su extensión o parte de ei!a, esos terrenos estarán llenos
de cultivos y de edificaciones, y su adquisición exigirá un valioso sacri­
ficio pecuniario.
El itinerario vigente hoy es así: salen los treues de Fiandes los do
mingos, luní^y jueves a l»s 7 de la mañana y a las 3 de la tarde; de
Ohicoral a las 9J y a las 5; los martes y viernes, de Fiandes a las 7 y a
las 5J, y de Ohicoral sólo a las 9£ de la mañana; los miércoles y sábados
' de Fiandes a las 3 de !a tarde y, de Ohicoral a las 5J de la mañana y a las
5 de la tarde^
ÍJo se admiten pasajeros sino de brimera y tercera por esta tarifa:
de primera, de Fiandes a Espinal, $ 6-30; a Ohicoral, •$ 0-50, y de
Espina! a Ohicoral, $ 0-20; de tercera, a % ■0-15, $ 0-25 y $ 0-10, respec­
tive men tfC^Para fletes. la tarifa divide la carga en tres clases: ía de
primera paga por (rada 62J kilogramos i 0-05 *de F¿andes al Espinal,
$ 0-08 a Ohicoral, * 0-05 del Espinal a Ohicoral; la de segunda, $ 0-07,
U 0 -io y $0-07, y la de tercera, $ 0-30, $ 0-40 y # 0-20, respectivamente.
El ganado mayor paga como pasajero (le primera, el menor como de
tercera y la^s aves $ 0 - 0 1 de Fiandes al Espinal y de este lugar a Ohi­
coral, y $ 0-02 entre Fiandes y Ohicoral.
En 1915 movilizó e 5 ferrocarril 9.825,875 de kilogramos, 15,750 pasa­
jeros de p r i m e r a , 110,035 de tercera y 1,825 cabezas de ganado mayor; en
1917. 9.857,428 de kilogramos, de ello-*, £.919,238 de frutos de! país; 24,307
pasajeros de primera, 145,100 de tercera y 4,002 cabezas de ganado. Los
productos de la Empresa en 1915 fueron $ 37,969-67, y los gastos de
\
222 S a lin a s m a r ítim a s

$ 37,711-36; en 1917 los productos ascendieron a $ 49,090-74, y los gastos


a $ 45,455-03. En los gastos están incluidos no sólo los de conservación y
administración sino también los hechos en construcción de bodegas,
casas de habitaciéu, puentes, etc.
Lo que han hecho en favor de esta vía los Presidentes Restrepo y
Ooncha, sus Ministros Araójo y Vélez, y los Directores, doctor Justino
Moneó y General Oelerino Jiménez, es digno del más entusiasta aplauso
y de la eterna gratitud del país.
Yo estoy muy viejo y muy agotado, y no ve é este ferrocarril enlaza­
do con el del Pacífico; pero no necesitan vivir mucho quienes hayau da
ver coronada fa obra de mayor importancia para el desarrollo y la tran­
quilidad de la República.

LAS SALINAS M A R IT IM A S DE CO LO M BIA


DESDE LA COLONIA

En la Oosta Atlántica hay numerosas salinas naturales que hau sido


explotadas en diferentes tiempos. Con frecuencia desaparecen unas y se
forman otras nuevas en las partes más bajas de las playas, según el.ím-
petu y dirección de las mareas y de los vientos. En las épocas de los
grandes calores y ausencia de lluvias, dondequiera que se empoza un
poco de sigua de mar cristaliza la sal en pocas horas, y aun en los inters­
ticios de los muros se pueden recoger cristales producidos por la hume­
dad de las brisas marinas. De allí el que, como la sal es un poderoso co­
rrosivo, en ciudades como Santa Marta y Riphachá, de las primeras que
fundaron los españoles en nuestras costas, casi no hay edificios antiguos,
porque han sido arruinados por la 3 acción de la sal más que por la del
tiempo.
Las salinas más conocidas en la Oosta Atlántica son éstas:
En el Departamento de Bolívar: Eí Tapón, Pasacaballos, Tigua, H a­
tillo, Playas, Santa Ana, Alcibia, Manglealto, Playitas^Tierrabomba,
El Caimán y Escocotados.
En el del Atlántico: Puerto Belillo, Galerazamba, La Atascosa, Co
rralitos, Playones, Perico, Periquito, Palotal, Rodeo y Sabanalarga.
En el del Magdalena: El Torno, Manaure, Bolombolo, Chengue, Po­
zos Colorados, Sauta Marta, Tasajera, Lagunagrande, Mondonga!, Cala-
bacilo, Puntaagachada, Flamenco, Santa Rosa, La Ceiba, Callejones, Co­
rral itos y Xavíoquebradó.
En La Goajira: Bdhíahonda, Cabo de la Vela, Laguna de Tacacas,
Boca de la Raya, San Agustín, Camarones, Oalaneada, Cangrejera,
Taroa, San José, Musiche, Bahíahondita y El Pájaro.
En las costas del sudoeste de Bolívar, en las del Chocó y en las co­
lombianas del Pacífico no hay salinas marítimas a causa de que todas
ellas están pobladas de selvas cuajadas y de que Hueve ca^i constante
mente, y la acción del sol nose hace sentir con el poder necesario para
que cristalice la sal que contiene el agua del mar que se deposita en pla­
yas y esteros cubiertos de manglares. ^
Varias v*ces se han celebrado contratos, aun privilegiados, para pro­
ducir hal de mar en el Pacífico, y siempre hau fracasado los empresarios
desnnés de hacer gastos de consideración. En los archivos del Ministerio
de Hacienda deben constar mis repetidos conceptos sobre el particular
Rufino G u tié rr e z 223

desde hacp ocho años: sal puede producirse allí, pero con tal costo que
los consumidores la obtienen a mucho menor precio introduciéndola de
Inglaterra, del Perú, de Ohilo o del Ecuador, pagando el actual impuesto
aduanero y aun el triple.
Las salinas de El Torno y Puerto Bolillo, situadas a corta distancia
de la ciadad de Barranquea, son de fácil y económica explotación, pro-
ducen sal blanca de no inferior calidad a la^de Curazao, de la calificada
oficialmente como de primera En una cosecha o cristalización uormal al­
canzan a producir estas dos salinas hasta 3.000,000 de kilogramos.
La de Gaierazamba, de costosa explotación, porque está situada en
región distante de centros^ poblados y en costa de muy difícil acceso para
las embarcaciones, porque allí el-mar está constantemente agitado, ha
llegado a producir en ana sola cosecha más de 5.000,000 de kilogramos
de sal de buena calidad, aun cuando un poco inferior a la de El Torno y
Puerto Bolillo.
La de Bahíahonda, en la península de La Goajira, tiene una longitud
de 15 kilómetros próximamente a lo largo de la costa; no necesita de
obras de arte, como las tres anteriores, para preparar las cosechas. Se
beneficia con indios salvajes, quienes no siempre se prestan a ello, pues*
consideran que la salina es de su propiedad, porque, dicen, les fue cedida
por cédala real en la época de la Oolonia. Por eso en ocasiones se oponen
a que sea beneficiada por los blancos. En 1907, por ejemplo, atacaron e in­
cendiaron el caserío de Pasheo, contiguo a la salina, que estaba habitado
por unas cuantas familias de blancos y mestizos, asesinaron a algunos de
ellos y arrojaron al mar grandes pilas de sal que había explotada. En se­
guida atacaron el castillo de manipostería que defiende la bahía, hicieron
huir al Resguardo de la Aduana que allí se estaciona, y causaron graves
desperfectos en el edificio. Guando ios indios no se prestan para hacer la
recolección de la sal, hay necesidad de llevar peones, un piquete de la
íaerza páblici y toda clase de víveres y elementos para la vida, desde
Ríohachá o Santa Marta, por el tiempo que daren la explotación y el
acarreo. Por esto, y porque la distancia hasta el almacén central de depó­
sito y expendio, en Barranquilla, es larga y la navegación difícil por lo
agitado del mar en aquellas costas, el artículo resulta más recargado que
en otra de las salinas. Sin embargo, incluyendo el empaque, que general­
mente es un saco fuerte de yute, de capacidad de 75 kilogramos, mientras
el Banco Central manejó las salinas, nunca Silió costando la arroba (12¿
kilogramo*), puesta en los almacenes de BarranqailU, más d e '$ IM)6,
a pesar de que sólo los sacos pedidos directamente- a I ig! iterra re­
sultaban & $ 0-11 cada uno. Esta eal, ano cnando considerada oficial­
mente como de^segunda, es de tan buena calidad qoe cuando las cosechas
de E Torno y Puerto Bolillo son coi tas, se ha vendido en ocasiones como
de primera, sin que la rechácenlos consumidores. Por el conocimiento
personal que tengo de la salina, por Us cosechas que allí hice beneficiar
y por el consumo que hay en el país, calculo que Bahíahon ia produce sal
suficiente para abastecer a todo el país.
Las salinas de Lagunagraude y La Atascosa se inutilizaron hace al­
gunos años abriéndoles bocas para que eutrara libremente agua del mar
en toda época, porque no convenía explotarlas.
Los pescadores de Oiónagagrande, qaeson millares y recogen el pes
cado por toneladas para el consumo de los Departamentos de la Costa y
auu de algunas de las Antillas, tenían 115 saliaas artificiales en la costa
de S-ilamruca para producir sal de espuma para la preparación de su pes­
cado y para surtir a las poblaciones ribereñas del Bajo Magdalena, (lomo
224 S a lin a s m a r ítim a s

el Gobierno se había reservado el monopolio de la elaboraoióu y venta de


la sal, y esas explotaciones eran consideradas fraudolentas, ordené cegar
oficialmente aqaellas pequeñas salinas en 1906.
Removiendo la areaa en algunos lagares de la costa baja de L \ Goa-
jira, que en otro tiempo faeron bañados por el mar, como ea Taroa, se
encaentran a poca profundidad capas más o menos espesas de sal crista­
lizada bastante blanca y limpia. Por error, o por cualquiera otra causa, el
Gobierno Nacional por resolución dictada en Cartagena el año de 1882 por
el Secretario de Relaciones Exteriores, reconoció a favor del señor Darío
Enriquez el derecho de porcientaje que señala el Código Fiscal para los
que descubran y denuncien minas de sal gema, pues como tal denunció
el señor Enriquez la calina de Taroa; pero el Gobierno del Magdalena
reclamó contra esa resolución, y el Secretario de Hacienda Nacional tuvo
que declararla en suspenso.
Todas las salinas marítimas que hoy se explotan sou naturales, con
excepción de una que, según entiendo, construyó recientemente el señor
^vA. L. Armenia, en Salgar, y a la cual pjuede augurarse excelente resal-
. tado si hay el tino suficiente de una y otra parte para armonizar los inte­
reses del Fisco con los del empresario. Bien lo merece el señor Armenia
como premio de Sus grandes conocimientos en el ramo, y como recompensa
de labores de años y de grandes sacrificios.
Desde que conocí las salinas marítimas soy de opinión que para pro­
ducir sai de buena calidad con poco gasto_y_xedacir machísimo los que se
hacen en inspectores, celadores, resguardas, transportes, edificios, aper­
tura y clausura de desagües, aseo de las salinas, etc , lo más conveniente
es destruir la mayor parte de ellas,’io cual es sencillo en muchas, y arre
glar convenientemente dos o tres de las que estén en mejores condiciones.
Creo que el señor Armenia nos dará una saludable lección práctica sobre
la materia.
Actualmente la operación de beneficiar una salina natural de Iaa que
necesitan algana obra de mano, es de íó más sencillo y rudimentarios en
época de altas mareas, cuando se acerca la de ausencia de lluvias, se
abren las bocas o canales de entrada del agua de mar a las charcas, y
cuando empiezan las bajas mareas se cierran o tapan con jjalos, ramas y
tierra, de manera que ia charca, que debe ser de muy poca profundidad,
quede llena. Allí con pocoé días de sol fuerte, la evaporación do agua es
tan activa que a poco tiene 24° de sataración y empieza a cristalizar. Los
cristales formados en la superficie por el calor solar se precipitan al fondo
del agua, y allí anidos a otros forman granos o panales más o menos
grandes y compactos, según las condiciones del tiempo y de la charca.
Para facilitar y apresarar la cristalización y la recolección en algunas de
las salinas, se forman en ellas cuadros o pozos separados unos de otros
por paredes de barro del foudo de la charca y comunicados entre sí por
pequeñas aberturas. Cuando la cristalización ha llegado a su plenitad, o
si algo adelantada ya se teme que llueva (pues un solo aguacero echa a
perder la mejor cosecha), hombres y mujeres, desnudos y armados de ca­
nastas de mimbre, recogen del fondo de !a charca ía sal y la depositan
en la orilla en pilas para que acabe dé escurrir el agua. De allí se toma
para pesarla, insacu'arla y llevaría a los depósitos. La recolección sólo
puede hacerse en las primeras horas de la mañana y últimas de la tarde,
o por la noche, porque con la acción del sol se calienta tánto el agua, que
en ocasiones se sancocha ia piel de los recolectores. A esos pobres se Ies
paga una miseria por labor tan dora: recuerdo que la primera cosecha de
1907 en Pozos Colorados contrató a razón de ($0-05) el saco de seis
arrobas, entregaio éste cosido al lado de la carrilera del ferrocarril.
Rufino Gntiérre$ 225

Si en la salina no hay edifioio para depósito de la sal (sólo tienen


cuatro de ellas ranchos pajizos para el objeto), las pilas se dejan en la
playa mientras pnede transportarse al almacén central, y para que no se
licué con las lluvias se calcina la capa superior cubriendo la pila con
ramas y prendiéndoles faego.
Dorante la época de cristalización o cosecha, qne comunmente es dos
veces en el año, y mientras la sal se transporta a los almacenes, hay nece­
sidad de sostener numerosos vigilantes para evitar los fraudes, y lo propio
hay qne hacer en aquellas salinas más cercanas qne por cualquiera cir­
cunstancia no se benefician, mientras vienen las lluvias o las altas mareas
a licuarlas. En la mayor parte de las salinas distantes los fenómenos de
cristalización y licuación se suceden sin qne ia acción administrativa se
haga sentir en la recolección y vigilancia.
Recogida la sal como queda dicho, sin más beneficio se da ai con­
sumo en los Departamentos de! Atlántico, y se lleva a los del Valle,
Oauca, Nariño, Antioquia, Caldas y Santander. Oomo todavía conserva
algo de agua, se pierde no poco por licuación, y para el transporte a lar­
gas distancias se recarga el gasto, porque hay que ponerle doble empa­
que, pues el primitivo se deshace prontamente a cansa de la humedad.
Más previsores son los indios nómadas en La Goajira, entre quienes vi en
Harijay grandes panes de sal compactada. Uno de los sistemas qne usan
para Ja compactaoión es semejante al de los bogas del Magdalena para
preparar ios viudos: hacen un hoyo en la arena, echan allí la sai de grano,
lo tapan con la misma arena y encima ponen leña o ramas, y a poco de
prender fuego está hecha ia oompaotaeión El pan sale de la forma y ta­
maño de la cavidad o de la vasija, si se ha hecho uso de alguna.
A causa de la licuación el arrendamiento de depósitos o almacenes
para la sai cuesta machísimo, pues edifioio que ha tenido ese uso se in­
utiliza casi por completo para cualesquiera otros, porque se impregna de
humedad salina que no puede destruirse. La Nación no tiene más depó­
sitos de propiedad qne uno de cal y ca%to que hice construir en Carta­
gena, con capacidad para 50,000 sacos.

El doctor Olímaco Calderón hace un estadio muy interesante d é la


administración de las salinas durante la Colonia en su importante obra
Elementos de Hacienda Pública. De ella copio y extracto la mayor parte
de las noticias referentes a aqaella época. El notable estadista empieza
por declarar qne para él el monopolio de la s a l “ por ei Estado no es cen.
surable si de él uo se abusa con ana excesiva elevación del precio del
artículo.”
“ En algunas Provincias de las que constituían el Distrito de la Real
Audiencia de Santafé, la explotación y beneficio de la sal había sido una de
las industrias más importantes de los indios. El comercio que de ella
hacían unas tribus coa otras era constante, y en algunas comarcas muy
valioso.” De esa importancia pudieron formar juicio los conquistadores
por las grandes cantidades de sal que encontraron en el río Opón, en los
bohíos donde se jantaban los indios que bajaban de la serranía con los
que subían del Magdalena a cambiar los frutos de sus industrias.
Conquistado el Naevo Reino, los indios continuaron explotando libre­
mente las salinas terrestres, hasta qne “ por Real Cédala de 5 de mayo
de 1603 se ordenó que 68 les qaitaseu las salinas y que faeseu beneficiadas
por cuenta del Rey. En cumplimiento de ceta resolución se estableció el
Moaografíaa —Tomo 2?—is
/
226 /Salinas m arítimas

estanco de la sal y se pusieron en explotación por la Real Hacienda las


Salinas de Zipaqairá, Nemocón y Tausa”; pero de lasoolonias redamaron
de esa providencia Jos representantes de la Corona, haciendo versus in­
convenientes y los perjuicios qne se cansaban a los indios sin provecho
para la Real Hacienda, y entonces por Real Cédala de 3L de dioietnbre de
1609 se ordenó “ qne se aloe la mano del dicho arbitrio” y “ se deje el uso
de la sal libremente hasta que yo ordene otra cosa, como se hacía antes
que se asentase el dicho arbitrio.”
Esta Cédula, dirigida al Virrey del Perú, se comunicó al Presidente
de la Audiencia de Santafé, con el objeto de que aquí también se alease
mano del estanco; pero don Jaan de Borja, que era el Presidente, no la
publicó hasta el 8 de noviembre de 1617. Entonces volvieron a disfrutar
libremente les indios de las salinas.
En 1622 se escaseó ia sal, y como esto perjudicaba especialmente el
laboreo de las minas de Las Lajas, et Presidente comisionó al Capitán
y Sargento Mayor don Francisco Beltrán de Caicedo, para que visitase
las Salinas de Zipaqairá, Nemocón y Tausa, y le dio instrucciones para
que reglamentara la administración de dichas Salinas de manera que hu­
biera “ la sal necesaria, así para el abasto de este Reino y su República,
como para la labor y avío de las minas de Las Lajas.”
El Comisionado dictó ordenanzas, que fueron aprobadas por el supe­
rior cou algunas modificaciones, de manera que en definitiva en ellas se
dispusG que de la Salina de Nemooón se reservase para el beneficio de
aquellas minas, y de las de Zipaqairá y Taasa para el abasto y pro­
visión del Reino. Los indios de Nemocón debían suministrar allí mismo,
poniéndolas a disposición del Presidente de )a Audiencia, 350 arrobas de
sal cada semana, la cual se les pagaba a dos tomines de plata corriente
por arroba, y si producían más de esta cantidad, podían vender libre-
mente el exceso al mismo precio. También podían vender la sal que ha-
cían “ en tiestos pequefios que ponían en los hornos de beneficio de ia sal,
para impedir que saliesen las liadlas de fuego y conservar el calor dentro
de ellos.” Para atender a los gastos del almacén, romana y demás que se
ofrecieran y para el pago del Comisario Beltrán de Caicedo, primero y
después del Corregidor de patio, se dispuso que se cobraran dos granos
de plata más en cada arroba.
A los indios de Zipaqairá se les impuso ia obligación de dar cada se
mana para ia ciudad de Santafé, o para donde dispusiera el Presidente,
160 arrobas, que debían entregar en dicha ciudad dos veces por mes. La
sal se les pagaba allí a dos tomines plata la arroba, más otros dos por
el transporte de cada carga. Ba Zipaqairá se elaboraba sal en mayor
cantidad que en Nemocón, en los tiestos pequefios, y ésta podían ven­
derla libremente a dos tomines la arroba.
A los de Tausa se les obligaba a dar allí 149 arrobas de sal por se­
mana, al precio y con las condiciones de la de Nemocón para la provisión
eu Tanja, Muzo y otros lugares y haciendas circunvecinas.
A los indios de Cogua y Gachaacipá se les impuso la obligación de
proveer de ollas a las salinas, y a los de Nemeaa y Tasgata de ia lefia,
para lo cual se fijaron los precios eo la ordenanza.
Más tarde, el 28 de septiembre de 1628, con motivo de reclamacio­
nes, la Audiencia dictó decreto en que dispuso que en lugar de dos gra
nos se cobrara a los compradores un cuartillo en cada arroba d@ sal para
pagar doscientos pesos de a cobo reales por a fio al Corregidor por su tra ­
bajo y servicio de almacén y romane, y el remanente ee reservase en las
reales cajas para lo que dispusiera aquel Tribunal.
Rufino Gutiérrez 227

Coma el Oara doctrinero de Zipaquirá se quejaba de que los indios


no asistían a la instrucción de la doctrina ni a oír misa los días festivos,
por estar ocupados en traer la sal a Santafó, y de qae los qae hacían ese
viaje eran diez y seis indios en cada semana acompañados de sus mujeres
e hijos, y gastaban en él ocho días, “ se divertían en otros pueblos en bo­
rracheras y vicios a qae eran naturalmente inclinados,” el Presidente, don
Sancho Girón, resolvió en 1632 excusar a los indios de ese trajín y ordenar
al Corregidor que atendiera al despacho de la sal, teniendo cuidado de
que no se encarecieran los fletes y que la sal se pagase a loa indios al
contado. También diotó providencias para que éstos concurriesen a ser
doctrinados.
Esto dio ocasión &que los Corregidores y sus tenientes cometieran
muchos abusos, dejando de pagar a los indios y negociando por su propia
cuenta con la sal. El Protector de naturales se quejó de esto en 1637, y
pidió al Presidente de la Audiencia que hiciese dar cumplimiento a ia
Real Cédula de 31 de diciembre de 1609; pero el Presidente resolvió el
16 de enero de 1638 “ que habiendo ordenanzas para el régimen de las sa­
linas, no debía hacerse novedad en este ramo, y que las ordenanzas vi­
gentes debían ser guardadas y cumplidas.’7
Esta situación siguió, sin que valieran reclamaciones. En 1757 el
Virrey Soils propuso el sistema de arrendamiento de las salina», pero el
Fiscal y la Audiencia opinaron en contra de ia medida, y consultada al
Rey, resolvió por Cédula de 19 de febrero de 1760 “ que se mantuviera el
libre uso de las salinas como había existido, y se tomaron las más estre­
chas providencias para acabar con la contribución de un cuartillo en
cada arraba de sal que se daba a los Corregidores.” Sin embargo, los
abusos continuaron a la sombra de la impunidad, hasta que el Virrey
Messia de la Zerda dispuso que el Fiscal Moreno y Bsc&ndón visitara las
salinas en 1768, quien presentó en e! mismo año las instrucciones sobre
el método de administración, las cuales fueron aprobadas por Cédula de
11 de septiembre de 1769. Por ellas se aseguró a los indios el beneficio de
las salinas, señalándoles lo que debían disfrutar en el uso de! agua y de
los horno». Encontró el Fiscal en Zipaquirá que el Corregidor y su te­
niente explotaban la riqueza de ese lugar en provecho propio y de algu­
nos vecinos acomodados, y puso remedio a ello.
“ El precio de la sal ea Zipaquirá desde que esas Salinas se incorpo­
raron en la Corona, se fijó ea tres reales y medio la arroba ” Los vecinos
de Girón, Piedecaesta, Bnoaramanga y otros sitios cercanos al río Mag­
dalena se proveían de sal de Santa Marta, que traían los vecinos que iban
a llevar cacao, tabaco y otros frutos, y allí se vendía desde seis hasta
doce reales la arroba, según la abundancia.
La Balina de Gachetá la beneficiaban libremente los indios, lo mismo
que las de Medina, Mámbita y Oumaral.
La sal para la Provincia de Popsyán se introducía casi toda del Mar
del Sur, e internada por el puerto de Oaliina iba a consumirse hasta en
Nóviia y Qaibdó. En las Provincias de Nóvita y Citará pagaba el derecho
de alcabala del 2 por ICO. Cuando se abrió al comercio el río Atrato em­
pezó a consumirse allí sal de Santa Marta, que era menos apreciada que
la de Seehura, que llamaban de chicharrón.
Las abundantes vertientes saladas de la Provincia de Antioquia eran
todas de propiedad particular. La* más conocidas eo la época de la Colo­
nia eran Él éooorr* y San Antonioi en el pueblo de Sopetrán, que produ­
cían hasta 2ü8 arrobas por mes de sal “ de las peores por muy amarga y
cargada de aceite,” según informe dsl Alcalde pedáneo.
228 S a lin a s m a r ítim a s

En jurisdicción de Antíoquía, en Santa Bárbara, ia de Poblanco> que


producía 28 arrobas de sal de buena calidad cada mes; la de Piedrasblan
cast distante anas seis íeguaa de Medellin, producía 35 arrobas de sal
apropiada por mes; a la orilla de Tonusoo, la de Quins%bará} que proda*
cía 2 arrobas en el verano; “ al otro lado del Canoa, en ia quebrada de
La Portada; en el río Buey, quebrada de Las Peñas; en Quebradaseoa;
en la quebraba de Guamioo en Poblanoo, en Mediaouesta; en la quebra­
da de la Loma de Escudero, en la de Garrapata y en la de Quintar, y eu
Jos sitios denominados La Piedra e lnsur se beneficiaban vertientes de
distinta calidad y saturación.”
Ku La Manga¡ jurisdicción de Santiago de Arma de Ríonegro, se be­
neficiaban cinco vertientes: dos en Et Retiro, que producía 80 arrobas de
sal amarga; dos manantiales en El Tambor, Comúnmente se beneficiaban
estas fuentes eu participación con los peones.
En el sitio de Sabaletas se beniieiaban dos fuentes; llamada una
Horcón, quo se trabajaba sólo en verano, y producía 17 arrobas por mes ;
la otra daba 150 arrobas por año; y
En Medellín el salado de Mazo en la Quebradaarriba, producía 1,000
arrobas por año de sal amarga, poco apetecida, lo mismo que las 480 arro­
bas que producía el ¡¡¡miado de Ovejas
E! Oidor Mon y Velarde, en su visita a Autioquía manifestó estrañeza
de que estas salinas, que no pagaban derecho alguno, gozasen de tal pree­
minencia y estuviesen libres del “legítimo derecho do alcabala, que deben
pagar todos los frutos que produce ia tierra.” Con este motivo el Virrey
Caballero y Góngora, por decreto expedido en Cartagena el 13 de ©otabre
de 1787, dio las autorizaciones del caso al Oidor Mon y Velarde, quien el
5 de diciembre siguiente dictó las ordenanzas necesarias, por las cuales se
dispuso que los dueños de Im salinas debían contribuir en adelante con
el 2 por 100 de sal que beneficiaran, y reglamentó con el tino que este
célebre Oidor usó en todo, ia recaudación del impuesto. Las ordenanzas
fueron aprobadas por el Virrey
En Santa Marta se beneficiaban por cuenta de la Real Hacienda
las salinas de Chengue y la Ciudad. “ La de Pozos de Salamanca o Salina
de la Ciénaga la explotaban por su cuenta los indios del pueblo.” La sal que
correspondía a la Real Haoieuda ee depositaba en el Administrador, quien
la vendía a doce resdes la fanega, precio que fue reducido a cuatro rea­
les en 1723.
Blingreso de este ramo era insignificante, pues de 1716 a 1745 el
producto de las salinas beneficiadas por cuenta de la Corona sólo alcan­
zó a $21,332.
Por Real Cédala de 22 de enero de 1730 se dispuso que a los indios
de La Ciénaga no ee les permitiera sacar más sal qu© ia que necesitaban
para su consumo, y eu 1739 se aprobó la regulación hecha por el Gober
nador de 2 fanegas de sal por cada indio chico o grande. Sin em­
bargo, las disposiciones sobre reglamentación de este ramo de la Real
Hacienda en la costa fueron ineficaces, pues Sa internación de sal por
los ríos Cauca y Magdalena pasaba al año de 8,000 fanegas, de las
onales no se vendían arriba de 200 de «al de piedra por cuenta de la Real
Hacienda.
“ Bq el pueblo de Uíénaga se acostumbraba dar en arrendamiento
las salinas jauto con el ramo de tributos, y por este medio quedaban los
indios tn aptitud de beneficiarlas libremente.” B q 1755 don Joan Antonio
Noriega propaso al Supremo Gobierno en Santafé el asiento de ía9 salinas
en Santa Marta, La Ciénaga y Ríohaeha, y ofreció pagar $ 1,000 anuales
Rufino Gutiérrez m

por el término dé cinco años. La propuesta fas bien aceptada, y ya iba a


hacerse la adjudicación del remato a Noriega, caando se le ocurrió a)
Virrey Solía pedir informe deí Oficial Rea! de Oeaña, doo José Mateo
Sánchez Barriga, que ge hallaba en Santafó, quien manifestó que con»
sideraba perjudicial a! Real Erario, porque recibía $ 1,000 al año cuando
podía reportar más crecida utilidad ; perjudicial al público porque ba­
jando gente de Mompós, Ocaña y otros lugares coa azúcares, pamela, ta­
baco, cacao y otros géaeros para retornar con sal, estando ésta en poder
de un solo individuo, se establecerla de hecho el estanco de aquellos gé­
neros, para venderlos a altos precios a loa consumidores; y perjudicial a
los indios, porque vendiendo a dos, tres y cuatro reales la fanega,
como sucedía entonces, se verÍRD privados de la contratación a causa deí
asiento. El señor Sánchez Barriga presentó un proyecto de administra­
ción, qne fue aceptado como may favorable a la Rea! Hacienda. Calcula­
ba é! que se beneficiaban por año 8,000 fanegas de sal, y proponía que
ee pagase $ 3 por la sal de grano o piedra $ L por la de espuma en cada
fanega. Formuló fas consiguientes ordenanzas, que aprobó el Virrey
Solía por Decreto del 13 de febrero de 1760. Para la sal que se internaba
se expedían guías que eran visadas por la autoridad de Barranca del Rey,
por donde necesariamente tenía que pasar, y es recogían en el puerto de
su destino.
De la esperanza qne tuviera en el éxito de estas disposiciones puede
juzgarse por lo siguiente, que es lo único que dios el Virrey Solís en la re­
lación de mando que presentó a su sucesor sobre salinas marítimas:
wLas salinas que tiene Su Majestad en Ciénaga y en Ohengue, en
Santa Marta, se han puesto eu administración bajo ciertas reglas con
que de positivo utiliza la Real Hacienda más de $ 6,000 en lo que antes
nada percibía. Esta disposición también conviene sostenerla, porque no
obstante quedar beneficiados en ella aquellos vasallos, de que han dado
gracias, tienen también sus émulos, y se le han acrecido los suyos al
Oficial Real de Ocaña-, porque concurrió coa muy buenos informes.”
Aun cuando a los asentistas se les confirieron loa cargos de Capitanes
a Guerra, Corregidores de naturales y Administradores de Real Hacien­
da para que pudieran celar más eficazmente los contrabandos y recaudar
con facilidad los derechos, parece que no se obtuvieron los resaltados
que ee esperaban; pues en 1785 se volvió al arrendamiento, "capitulando
el asiento con don Pablo García por $ 3,200 anuales, y tres años después,
con don Pedro Laque Moreno, conservando la práctica de investir a los
asentistas de las funciones y cargos qae quedan referidos.”
El Virrey Caballero y Góngora tuvo el pensamiento de poner bajo
una sola administración todas las salinas da! Reino, con reglas uniformes,
y coa ese objeto pidió informes a los Gobernadores y Corregidores. Lo iaibr
rnado lo convenció déla impracticabilidad de su proyecto, y es que había
que atender a la necesidades de cada región, no de una manera uniforme
sino de acuerdo con sus condiciones peculiares.
En algunas de las Relaciones de Mando de los Presidentes de la Au­
diencia y de los Virreyes se habla de salinas y se enumeran las reatas
estancadas, y en ninguna se menciona como tál la de la sal. Lo 'único que
en aquellos documentos se relaciona con las salinas marítimas es lo del
Virrey Solís, que dejo copiado anceB, y lo siguiente, en U Relación de
Mando qne presentó el Virrey Mendinueta en 1803:
"Las rentas estancadas, que son e! tabaco y pólvora, el aguardiente
y los naipes, se administran por cuenta del Rey en toda la extensión del
230 Salinas marítimas

Virreinato” j y más adelante agrega a! hablar de las salinas, quo oon mo­
tivo de uua grao escasea de sales que se experimentó en varios lagares
del Reino, despachó un comisionado a averiguar la causa del mal para
remediarlo, como lo verificó oportunamente j qae el Gobierno debe pre
ocuparse de la mejora del beneficio de las salinas, que hoy día se hace oon
muy poca diferencia por el método que practicaban los indios antes de
sn reducción. “ Ei arte—agrega—tiene recursos para todo, y las salinas
eon susceptibles de una multitud de reformas económicas eu los consu­
mos de leñas y tiestos, en la fábrica de los hornos, en la recolección y
preparación de las aguas y ea la extracción de la sal piedra qoe llaman
vijúa. Saldrá entonces más barata, y se excusará la alteración del precio
en un artículo de tan general preciso aso.”
Don Luis OrjueSa, en su justamente aplaudida Minuta Histórica Z\-
paquireña, trae noticias muy interesantes sobre las salinas, de las cuales
se copia y extracta lo siguiente, qne tiene alguna relación con este es­
tadio:
“ Por Cédalas reales de 1609,1760 y 1769, a que se refiere don Nicolás
Ortiz en su Estadística de las Salinas de la República, se ve que no había
monopolio en la época de la Colonia, siso sólo una contribución que pa­
gaban ios vecinos por el derecho que se les concedía, para hacer uso del
aguasal, y eso sólo en algunas de las fuentes de Zipaquirá, pues todas las
demás salinas se beneficiaban libremente.
“ En los últimos anos del siglo x v u i trasladaron a Nemooóo a los in­
dios de Zipaquirá y Tausa, que beneficiaban las salinas de estos dos lu­
gares, y se declaró que ellas pertenecían al Estado; pero aquellos indí­
genas faeron a participar de ia libre explotación de la Salina de Nemo-
cón, y loa vecinos de Zipsquirá continuaron teniendo cierta participación
y facilidades en el beneficio de las fuentes saladas de su lugar.
“ El despotismo español, del que sojuzga que no había derecho que
no estuviera dispuesto a conculcar, ae había conformado con restringuir el
uso de la materia prima, mediante !s exacción de una cuota a títalo de
arrendamiento, y había autorizado que la industria de preparar ia sal
fuera gaje de los habitantes radioado&eu los lugares salin ero s....
“ Vacilaron los Ráyes de España en estancar para la Real Hacienda
los usufructos do las salinas de ludias. Testimonio palpable de tal irre­
solución es qae, oreado primeramente el monopolio por Rsal Cédula de
Felipe m , expedida en Madrid el 3L de diciembre de 1609, no habían pa­
sado veintitrés años oaao lo Felipe IV, por Cédala dictada eu la misma
ciudad el 28 de marzo de 163J, volvía a dejar libre el uso de la sal oomo
So había estado desde la Conquista; y mantenida de este modo la liber­
tad por un período de treinta y tres años, nueva Cédula del tiempo de
Carlos ii y la Reina Gobernadora ........ volvió aerear el monopolio en
aquellas salinas de cuya privación no resultase perjuicio a los indios.”
En 1768 el Fisoal Moreno y Escaudón encontró que los indios de
Zipsquirá beneficiaban las fuentes saladas de S m Pedro, El Manzano y
otras de menos importancia, y qae ios vecinos asofractaabau los mate­
riales de Barranca, Ramada y Rate, mediante un corto tributo a la Real
Hacienda, y respetó esos derechos y regí unentó el uso que de ellos debían
hacer en adelaute.

Viniendo a la República, nada he podido encontrar en archivos, bi­


bliotecas y Ministerios naciouales anterior al año de 1820, qae se rela­
cione con las salinas marítimas. Para facilitar la eousult&en oaso de que
Rufino Gutiérrez 231

algún Úía haya Ministro de EUoieada que se preocupe del estadio de las
reatas puestas a su cuidado, formo a continuación una especie dé índice
oroEo'ógico de todas Sas disposiciones legislativas y ejecutivas dictadas
sobre el ramo directamente, o que de alguna manera tienen relación con
él, y de las opiniones y noticias principales dadas por Ministros de E sta­
do y demás altos empleados. No se extraSen iss lagunas motivadas por
la carencia y desarreglo de los documentos oficiales.
1820
Don Alejandro Osorio, como Ministro de Hacienda, presentó la Me­
moria correspondiente a este afio. En ella sólo dice qne comparados los
productos de las salinas de ese afió con las del último del Gobierno espa-
fioL hubo un aumento del 100 por 100.
1821
Por Iiey de 25 de septiembre, qne revoca y anula onalqaiera otra
disposición oontrária, se fijan los derechos de importación por las Adna­
cas; no se enumera expresamente la sal, pero por los términos del artículo
8.° se comprende que queda gravada con el 25 por 100 de su valor, ei el
artículo es traído en buque nacional; si se introduce en buque extranjero,
se recarga con el 5 por 1U0; si el baque ea nacional y viene directamente
áe Europa, tiene una rebaja del 7 por 100, y si es extranjero, del 5.
La Ley 27 del mismo mes enumera los artículos que estáu exentos
del pago del derecho de importación, y entre ellos no está comprendida
la sal, ni tampoco se enumera ea otra Ley de la misma fecha por la
cual se prohíbe la introducción al país de algunos artículos, como cafó,
cacao, aflil y azúcar.
1823
Al Congreso de este afio presentó la Memoria don José María
Castillo. Dice así:
“ Aliviados los pueblos de esas cargas onerosas (los impuestos sobre
ai tículcs alimenticios) qne los habían tenido sumidos en la miseria y en
la abyección, fueron consiguientemente restituidos al goce pleno de sus
preciosos derechos. T a los colombianos no son vejados por los esbirros
que oobraban la alcabala; ya nadie los detiene cuando conducen a los mer­
cados los frutos de su trabajo; ya no comen los que hacen la base de sus
alimentos, recargados en el valor de aquel impuesto; ya tienen libre el
tráfico interior, que es el manantial de la riqueza pública; ya no seven
forzados a sostener oon el triste producto de sus fatigas, esas legiones
de guardas que oprimían y robaban a los infelices, y que protegen el frau­
de de los ricos, ni a esa multitud de arrendadores y aun de administra­
dores que absorbían cuatro quintos de lo que recaudaban de los contri­
buyentes; ya no sufren el dolor de ver entrar en las cajas nacionales un
déoimo de cnanto se les arrancaba, y quedar los otros nueve para enriqae-
oer a los exactores; ya pueden recoger todo el fruto de sas propiedades
en el oultivo de la cafia, sin verse obligados, o a caltivar mny pooa can­
tidad, o a destruir por el fuego cuanto excediese de ésta, disminuyendo
así sus capitales, el valor desús anticipaciones y la obra de su industria,
porque el único comprador no quería reoibirles más miel, ni ellos podían
levantar el precio; y ya, eu fin, los indígenas se vea restituidos al eér de
hombres, y a la clase de ciudadanos.
232 Salinas marítimas

“En el ramo de 8alinas existe ana gran oscuridad ; todavía no cons­


ta en ía Secretaría de mi Departamento el modo con que se administra o
maneja en todas las Provincias de la República. Hay proyectos aislados
y pretensiones de elaborar nnevae salinas.”
Por Decreto legislativo de l.° de agosto se autoriza a! Ejecutivo para
arrendar la Salina de Zipaquirá besta por diez afios.
1824
Por Ley de 10 de julio se prohíbe la introducción de sales extranjeras
por todos los puertos de la República, so pena de ser decomisadas junto
con los buques que las conduzcan.
Otra Ley de 28 del mismo mes dice en su artículo l.°:
“Todas las salinas de la República que no estén enajenadas per teñe
cen a ella, y por tanto se tendrán como parte de las rentas nacionales, y
sn administración toca a la República.”
1826
La Exposición presentada por el doctor José María del Castillo ©orno
Secretario de Hacienda nada contiene qne se refiera de ana manera ex­
presa a las salinas marítimas.
Dice que “ la Ley del afio 14 declara pertenecientes a la República
todas las que no estuvieren enajenadas, y autoriza al Ejecutivo para ad­
ministrarlas por cuenta del Estado, o darlas en arrendamiento.” Oree que
el arrendamiento de las principales debe ser por diez afios y por tres las
otras, sin fijar el precio del artículo ni limitar su radio de consumo, y
agrega que para lograr estas ventajas debe examinarse la legitimidad
con que se han enajenado algunas salinas, para recuperar las que estén
poseídas indebidamente por particulares, y adquirir las otras legal­
mente.
Dice el Decreto expedido por Congreso el 19 de abril de este afio
en su artículo l.° :
“Todas las salinas que no están enajenadas son propiedad de la Repú­
blica, y las que se administren de su cuenta deberán darse en arrenda­
miento.”
El artículo 12 dice:
“ Todos los propietarios poseedores particulares de salinas, bien sean
abundantes o escasas, deberán presentar dentro de tres meses contados
desde la publicación de esta Ley, en la cabecera de cada Cantón, los títu­
los con que las hayan adquirido ante el Juez letrado de Hacienda do la
Provincia. Los que no lo hicieren en dicho término perderán las que ten­
gan y posean, y las salinas quedarán incorporadas a las de República.”
El 24 del mismo expidió el Congreso otro Decreto, en cuyo artículo,
9.° dice:
“ En las salinas que no se trabajan de cuenta de ía República, y en
lascnalee todo particular puede sacar ahora libremente la sal, sin ne­
cesitar de máquinas, calderas u otros aparatos para su formación, con la
sola obligación de pagar cierto derecho para las rentas nacionales, el que
tomare en arrendamiento la percepción de este derecho no podrá exigir
más de cuatro reales por la extracción de cada 10 arrobas de peso.”
El 30 del propio mes expidió otro decreto en que se grava con dos
H nfino G u tié rr e z 233

reales la carga de efectos extranjeros qae se introduzcan por el río Mag­


dalena y que lleguen a Mompós o pasen de allí.
Por Ley de 13 de marzo se derogó la de 8 de julio de 1824, que pro­
hibió la importación de sales extranjeras.
1827
En este afio presentó la Memoria al Congreso el mismo señor Del
Castillo. De las salinas dice:
“Las salinas fueron siempreen estos países,como en todas las naciones,
un dominio nacional, y en las de Colombia se conservó inviolable, con m«y
pocas excepciones debidas a usurpaciones antiguas y a concesiones arbi­
trarias. En medio de la guerra y de los trastornos consiguientes se hicieron
poco productivas. Con este motivo la Lsy l.mde agosto del aSo 13.® autorizó
al Ejecutivo para que pudiese dar en arrendamiento las de Zipaquirá. La
de 10 de julio del año 14.° prohibió importación de sales extranjeras; la de
28 de julio dei mismo declaró la propiedad y dominio que tiene la Repúbli*
ca en las salinas de su territorio; la de 24 de abril del año 16.° dispuso que
todas se den en arrendamiento; la de 13 dé marzo del mismo derogó
la que prohibía la importación de sales extranjeras. Así, pues, hoy todas
las salinas pertenecen al Estado, con ia única excepción de las que se
pruebe haber sido enajenadas legítimamente”
1829
Por Decreto dictado por el Libertador, el 8 de mayo, se grava la
introduaión de cada quintal de sal en ocho reales.
Por otro del mismo Libertador, diotado en Guayaquil el 24 de agosto,
se prohíbe en absoluto la introducción de sal extranjera al país.
1831
El doctor José Ignacio de Márquez, como Ministro de Hacienda, pre­
sentó la Exposición de este afio, y en ella no dedica más que trece líneas
a hablar de la renta de salinas. En nada se refiere expresamente a la s
marítimas, pero sí recuerda la Ley de 1824, que prohibió la importación
de sal extranjera; la de 1820, que derogó aquélla, y el Decreto ejecutivo
de junio de 1831, que revivió la prohibición.
1833
La Exposición de este año, firmada por el doctor Francisco Soto,
como Secretario de Hacienda, dedica un capítulo a las salinas, y no dice
una palabra sobre las marítimas, a pesar de hacer referencia a la Ley de
24 de abril de 1820 y de que en los cuadros anexos hay una partida por
producto de importación de sal por las Aduanas.
1834
El mismo doctor Soto presentó la Exposición de este afio al Congre­
so, y no dice una palabra sobre salinas marítimas.
1835
También es del doctor Soto la Exposición. Sólo hace referencia a las
salinas en general para deóir que el estanco “ de la sal en su produooión
y primera venta es un establecimiento más perjudicial, aunque tenga a
234 Salina* marítima*

favor de en origen el ejemplo de otras muchas naciones. Recae el mono­


polio sobre un género de primera necesidad, que nunca podrá ser mate-
T i a qoe alimente vicios detestables—sobre un género que la naturaleza
universalmente ha difundido en nuestro suelo,— y cuya administración
os costosa y vejatoria; con la circunstancia particular de que dejando
ganancias considerables, a lo meaos en determinados puntos, a los fabri­
cantes, es por lo mismo una de las contribuciones que reclamara de prefe­
rencia su extinción, si por ahora y eu un largo transcurso de a&os esto
no fuera imposible.*
Por Deoreto legislativo de 26 de mayo se manda invitar a contrato
para la apertura del camino del Quindío,y se dispone que en él nó se co­
bre más quedos reales por carga de sal, por derechos de peaje.
1836 •
El dootor Boto, en ei texto de la Exposición que presentó en este afio
al Congreso nada dice sobre salinas marítimas, y sólo eu los cuadros
anexos aparece una partida por derechos de importación de sal.
Por Decreto legislativo de 28 de mayo se grava la sal extranjera,
cualquiera que sea su procedencia, con ocho reales el quintal por derecho
de introducción, y la de piedra con doce reales, menos por los puertos del
Pacífico, donde es uniforme el gravamen de ocho reales por toda olase
de sal.
1837
Dedica el doctor Boto en sn Exposición de este afio no capítulo es
pedal a hacer observaciones sóbrela legislación salinera, sin qae haga
referencia a las salinas marítimas, y en otro censura el que se haya esta­
blecido tarifa diferencial para el cobro de derechos de introducción de
la sal.
1838
En la Exposición presentada al Congreso este año por don Juan de
Dios Aranzasu, como Secretario de Hacienda, no se hace referencia a las
salinas.
1839
El mismo señor Aran&azu presentó este afio la Exposición. En el
capítulo dedicado a las salinas se leen estos conceptos: “ Si el producto
de las rentas uaoionales hioiese posible la supresión de alguna de ellas,
no vacilaría en designar la de salinas.* “ Es pequeño el derecho de ocho
reales o doce a lo más que se impone a la importación de cada quintal de
sal extranjera.* “ Puede esa sal así como la que coagula en las salinas que
da en arrendamiento el Gobierno en las Provincias litorales, entrar en
ventajosa competencia con laque se elabora en las del interior.* “ Parece,
pues, indispensable que se adopten medidas eficaces a fin de que no pue­
da concurrir en los mercados det interior la sal extranjera cou la que da
en venta el Gobierno, ni la que producen las salinas que se arriendan eu
Santa Marta y Ríohaoha.”
Eu ningún» de las Memorias, Exposiciones o Informes, ni en las co­
lecciones de periódicos oficiales, he encontrado dato sobre el arrendamiento
de las salinas marítimas consideradas como de propiedad del Gobierno, ni
cobre lo que esos arrendamientos hayan producido, faera de unas redu­
cidas partidas que figuran en los onadros de ingresos sin más explicación
que esta denominación: prodnoto de fineas del Sitada.
S u fin o G u tié r r e z 236

Por Ley d8 29 de mayo se dispone que el Ejecutivo puede fijar el pre­


cio de la sal de las salinas que se administran por cnenta del Estado en­
tre oiaco y seis y medio reales por arroba, y lo autoriza para que en las
Provincias que se proveen con sai procedentes de salinas que no son de
ta República permita que se elaboren las nuevas por los descubridores o
denunciantes hasta por diez años, a condición de que no produzcan más
de la cantidad qne se estipule y qae a la expiración del término de la conce­
sión se cedan al Estado las salinas con sus anexidades, útiles, etc., por
las dos terceras partes de su valor,
1840
En el oapítnlo qae en ia Exposición de este año dedica el señor Aran-
saz a a las salinas no hace alusión a las marítimas,
1841
En la Memoria que este año presentó al Congreso don Mariano Calvo,
como Secretario, destina nn capítulo para cada una dé las rentas, menos
a la de salinas, a ia cual ni siquiera haca referencia.
1842
Don Jorge Juan Hoyos presentó la Memoria este año. Destina un
capítulo a las salinas terrestres, y encomia el sistema de arrendamiento
adoptado para ellas, y de la sal marina no haoe más referencia que para
decir qne el Gobierno tiene el propósito de rebajar el precio de venta de
la del interior con el objeto de que “ vamos preparándonos para resis­
tir el mal que amenaza a la renta can la competencia de ia sal de mar que
B8 obtiene con tánta facilidad y cayo comercio tenderá a abrazar el comer­
cio de todas las Provincias del interior que están en contacto con el río
Magdalena, luégo que se haya perfeccionado la navegación de este canal de
prosperidad común.”
Por Decreto legislativo de 27 de m lyo se dolara exenta del pago de
peaje la sal procedente de las salinas qae se elaboran por cuenta de la
República a su paso por el camino del Quindío,
El artícalo 5.° del Decreto legislativo expedido por el Congreso en
este año dice qne en adelante se cobrarán ocho reales por el derecho esta­
blecido en el artículo 9.° de la Ley de 24 de abril de 1826 sobre elaboración
de sales en aquellas salinas que no se trabajan por cuenta de la Repúbli­
ca, y ea las caales todo particular puede elaborar el género sin necesidad
de grandes aparatos.
1843
La Memoria de este afio, presentada al Congreso por don Rufino
Onervo como Secretario de Hacienda, só!o dice que el impuesto de in ter­
nación de sales debe darse en arrendamiento.
Por Ley de 7 de jauio se destina la mitad del producto del derecho de
internación de sal “ para el pago de la nueva deuda interna.”
1844
Bn el Informe de este año ai Congreso, presentado por el Seoretario
de Hacienda don Jnan Olímaoo Ordóñez, no hay una paiabra sobre las
salinas marítimas, y sólo en el cuadro del producto de las contribuciones
y rentas hay esta partida: “ Ríohaoha, proiaoto del ramo de Salinas,
$7t0”
236 S a lin a * m a r ítim a s

Por Ley de 2 de mayo se dispone lo siguiente:


“ Todas las salinas que no estén enajenadas son propiedad de la Re­
pública.”
Se autoriza al Ejecutivo para rebajar el precio de la sal a cinco reales
por arroba, puliendo fijar diferentes precios, según la calidad del artículo,
entre cinco y seis y medio reales; para permitir la elaboración de nuevas
salinas con ias mismas condiciones prescritas en la Ley de 29 de mayo de
1839, hasta por el término de veinte años; para disponer la elaboración
de salinas qne no se trabajan y suspender la de otras que se benefician.
El artículo 7.° dice:
“ No podrá exceder de dos años el térmico del arrendamiento de
aqnellas salinas en que no hay sal vijúa y en que la sal se cristaliza por la
evaporación natural del agua eu que está disuelta, sin emplear para ello
el faego u otro agente artificial; y las cuales salinas se han conocido hasta
ahora con el nombre de salinas de segunda clase, porque no se trabajan
de cuenta de la República y todo particular puede sacar libremente la sal,
pagando el derecho de ocho reales por cada diez arrobas de peso.”
La Ley de 26 mayo dispone que so continúe cobrando ocho reales por
cada quintal de sal que se interne de la que produzcan las salinas marí-
timas que se den en arrendamiento, y las cuales, si no se arriendan, pue­
den explotarse por los particulares pagando ocho reales por cada diez
arrobas que extraigan.
1845
Es del mismo señor Ordóñez el Informe de este afio. No hace referen­
cia a las salinas marítimas más que en e) cuadro de productos de las rentas
nacionales para asentar esta partida: “ Ríohacha: arrendamiento de sali­
nas y derecho de ocho reales sobre cada 10 arrobas d e ^ sa ld e 2 % clase,
$ 389-2 reales.*
1846
En el Informe de este afio, presentado por el Secretario de Hacienda
don Lino de Pombo, sólo hace alusión a las salinas marítimas para decir
que “ el derecho de internación de sal que se cobra en Mompós y Magan*
gué había estado en arrendamiento desde 1813, por la cantidad de 2,029
pesos y 6 reales y medio. Habiéndose creído que dependía del siste­
ma de arriendo el incremento muy notable de las introducciones de sal de
la Costa en las Provincias del interior, determinó el Poder Ejecutivo sus­
pender el nuevo remate que se había celebrado, y mandó poner en admi­
nistración la recaudación de aquel impuesto.”
1847
Nada dice el Secretario de Hacienda, doctor Florentino González, en
eu Informe de este año al Congreso sobre las salinas marítimas. Reco­
mienda nn proyecto de ley “ orgánica de ia renta de salinas,” en el cual no
hay, que se refiera a aquéllas, más que un parágrafo en que dice que cae
en la pena de comiso la sal que se interne sin la guía que acredite haber
pagado el derecho de internación. Ni siquiera se acompañan a! Informe
cuadros de productos de las rentas.
La Ley de 26 de mayo, “ orgánica de la renta de salinas,” dice en sa
artículo l.°: “ Todas las salinas que no estén enajenadas, son de propie­
dad de la República y serán administradas en arrendamiento o cedidas
temporalmente A los particulares con arreglo a esta Ley.” Por ella se
R u fin o G u tié r r e z 237

permit© la elaboración de salinas uaevas hasta por veíate años, al ven*


oimiento de los cuales quedan de propiedad de la Naoión las anexidades,
útiles, etc., con las condiciones que se especifiquen en el respectivo con­
trato. Debe continuarse cobrando el derecho de ocho reales por la inter­
nación de cada arroba de sal que produzcan las salinas donde el a r­
tículo se produce por la evaporación natural del agua que lo contiene.
1848
El mismo Secretario, doctor González, en su Informe al Congreso de
este ztlo* sólo se refiere a las salinas marítimas cuando da noticia de que
se comisionó a un ingeniero el estudio de las salinas de Panamá para
ver si puede proveerse de sal a las regiones del Pacífico y establecer al­
macenes en Buenaventura y Tatnaco. Tampoco hay cuadro de productos
de las rentas.
Por Decreto expedido por el Congreso el 6 de mayo, se prorroga por
seis meses el tiempo fijado por la L^y de 24 de abril de 1826 para presen­
tar los títulos de propiedad de las salinas que se consideran como de
particulares.
La Ley de 29 de mayo dispone que “ en aquellas Provincias de la
República en que se consume sal extranjera que pase de 1,000 quintales
anuales, si se descubren salinas nuevas, el Poder Ejecutivo podrá cele
brar contratos de elaboración con el in ventor”; que sean de los dueños de
las tierras las fuentesde aguasaladaque se descubran en las Provincias de
Anfeioquia, Buenaventura, Cauca, Chocó, Popayán, Pasto, Táqaerres y
Barbacoas y en el Oaquetá; pero que esta disposición no comprende las mi*
ñas del sal vijúa, y qae la sal que produzcan aquellas fuentes no pueda
introducirse a las demás Provincias.
1849
En el Informe de este año, firmado por don Ramón M. Arjona, nada
se dice sobre salinas marítimas, pero acompaña uno del Director General
de Rentas, don Ignacio Gutiérrez, que contiene estos datos:
Bou de propiedad nacional las siguientes salinas:
Provincia de Santa Marta: las de Puebloviejo, que se trabajan por
cuenta de los vecinos; la de Ohengue, que estuvo arrendada, y se ha in­
vitado a nuevo arrendamiento.
Provincia de Ríohacha: ene! Distrito de Camarones, las de Ocho-
palmas, Navíoquebrado y Lagunagrande; y en la co&fca de La Goajira las
,
del Pájaro, La Raya, Bolombolo, Pedrera, Puerto de la Vela Oalancala
Cangrejera y La Salina. “ Estas Salinas estuvieron en arrendamiento
,
hasta ei 3) de octubre de 1846, y desde el l.° de noviembre siguiente han
sido administradas por cuenta de la República, habiendo producido todas
en el último año económico cuatro mil ochocientos cincuenta y ocho rea­
les y ochenta y cinco céntimos. Se han extraído de ellas 1,619 quintales,
61 libras y 10 onzas de sal.”
Salinas de propiedad nacional que no se elaboran, sólo anota el infor
me la llamada Laguna del Rey, ubicada en el Distrito de Juan de Acosta.
Salinas de propiedad particular cuyos títulos faeron presentados y
aprobados conforme a la Ley de 24 de abril de 1826, sólo la de Galera-
samba, cuyo poseedor era el señor Miguel González, quien tenía escritora
de propiedad.
Satinas de propiedad particular cuyos títulos nose habían presentado
conforme a lo dispuesto en el Decreto legislativo de 6 de mayo de 1848:
238 Salina* marítimas

en Ja Provínola de Cartagena, añade nombre ignorado, en el Distrito de


Santa Ana, de propiedad deí señor N. Dávila, y las de Palotal y Hatillo,
en el Distrito de Tarbará, de propiedad de los señores Manuel G. Brievo
y M. Marrogo, respectivamente; y la de Santa Marta, de propiedad del
vecindario.
Dice ei señor Gutiérrez, que la mala situación del ramo se hará más
embarazosa pera la República cuando surtan gas efectos las leyes expe*
didas por el Congreso anterior, y agrega: “ La renta de salinas está limi­
tada a la concurrencia de la sal que se produce y vende por particulares;
lo está también por la sal que se extrae de las salinas nacionales de se*
ganda clase, como lo son las de la costa del Atlántico, coya sal so interna
por el río Magdalena a las Provincias de Mompós, Antioquia, Socorro y
Mariquita, compitiendo con la que producen las salinas de primera
clase que se administran por el Gobierno” ; “ está, por último, limitada
por la sal que se importa por Üáeata, Oarlosama, Buenaventura, Isouandé
y Tumacp, de coya cantidad no tengo noticia.”
Conviene completar ios datos de don Ignacio Gutiérrez sobre la Salina
de Qalerazamba^ con los siguientes:
Ei doctor Manuel Amador Fierro compró a la señora Juana Manotas
de Vargas, por cuarenta pesos, un dócimosexto de caballería de los te ­
rrenos de Qalerazamba, que medían once caballerías, y estando de Presi­
dente del Estado de Bolívar lo cedió a esta entidad gratuitamente en
1868. La Asamblea, por medio de la Ley 6.* de 21 de octubre del expre­
sado año, aceptó la donación y autorizó ai Ejecutivo del Estado 11para
obtener en compra la totalidad del terreno en que están comprendidas
las salinas.” El Fiscal de Ja Provincia de Sabanaiarga, autorizado por el
Presidente dei Estado, solicitó el remate de los terrenos, porque “ se ha­
bían declarado indivisibles en especie,” según decía el Juez Provincial
que decretó y presidió el remate ei 10 de febrero de 1871. Se adjudicaron
en ese acto a favor del Estado de Bolívar, por la suma de $ 24,000, “ ocho
caballerías de tierra denominada Qalerazamba ” Eu el auto del Juez,
aprobatorio del remate, dice que el Estado era condueño. Notificado a uno
de los dueños personalmente y a la mayoría en cabeza de “ administra­
dor de oficio,” todos asintieron a lo hecho, menos el señor José Martín
Blanco, quien declaró que no aceptaba el remate porque no era su propó­
sito vender. El Tribunal Superior del Estado, por sentencia de 16 de marzo
de 1871, aprobó lo decidido por el Jaez. Según lista publicada por la C/era-
pilaeián de documentos referentes a loe bienes del Departamento, ¡os due
ños reconocidos de aquellos terrenos eran sesenta y cuatro, que tenían
diferentes residencias.
1850
Hí Informe de este año es dei doctor Maauel Murillo, qaien dice al
hablar de la renta de sal en general:
“ Esta renta es $\n disputa una dé las más productivas y mejor ad
ministradas con que cuenta actualmente el Tesoro Nacional, pero tiene los
defectos de gravar considerablemente un artículo de absoluta e impres­
cindible necesidad y de hacerlo coo mucha desigualdad. Los habitantes
délas Provincias de Panamá, de Cartagena, Santa Marta, liíohicha,
Mompós, Antioquia, Chocó y Barbacoas, no pagaa absolutamente nada
por esta contribución ; otras Provincias pagan bien poco, y aun muchas
en que existen las salinas pagan mucho menos que otras.” Dice qoe así
como el Ejecutivo rebajó el precio de venta de la sal de Recetor, Pajarito
y Cfiámeza, cree que debe rebajaras? ei de las demás salinas. Propone al
Rufino Gutiérrez 239

Congreso on proyecto de ley sobre descentralización de rentas, por el


cual se inolnye implícita men te la de sales en las que se ceden a la» Pro­
vincias, coyas Cámaras “ pueden «oprimir o variar, aumentar o dismi
nuír en la manera qoe a bien tengan las dichas rentas o contribuciones.**
Anexo al Iaformehay uno del Director General de Reata, don Ma­
nuel Anchar, que nada dice sobre sal marina, y ni siquiera en ios nume­
rosos cuadros de productos de las rentas hay uu solo dato sobre ella.
1851
El mismo Secretario, doctor Murillo Toro, en su Informe al Congreso
de este afio, dice que la tranquilidad de que goza Venezuela le ha per­
mitido una exportación de sal mucho más fuerte para nuestro país ; que
la regularizaoióu de la navegación por vapor ha hecho que las pequeñas
embarcaciones se dediquen a conducir sal marina para los puertos déla par­
te superior del Magdalena ; que el incremento del comercio de) Pacífico
ha facilitado la introducción de sal a nuestros puertos; que con la me­
joría de las vías de comunicación esas invasiones tienen que aumentar, y
que por todo eso “se acerca la época en que no podemos sostener la com­
petencia, y sería necesario, o prohibir enteramente la introducción de la
sal extranjera y la internación de la procedente de las cosas m arítim as.. , .
o bajar el precio de las sal de una manera sensible,” y agrega que con ei
tiempo, mejoradas todavía más las vías de comunicación, “ la competen­
cia volvería a ser terrible,” y entonces no habrá más medio que hacer ana
nueva rebaja, hasta que el precio de venta no exceda del de producción.
Acompañan al Informe varios cuadros sobre el movioaiauto de la renta-
de sal, pero no hay una sola partida que se refiera a la de mar.
1852
También tocó al doctor Murillo presentar Informe al Congreso de
este afio. Sólo alude, aun cuando no directamente, a las salinas maríti­
mas, al decir que las sales importadas dei Extranjero por los puertos de
Buenaventura, Cúcuta e Iscuaiidé causaron ai año un derecho de 197,122
reales y 89 céntimos, y que no se tiene noticia de la internada en el Mag­
dalena, porque la Cámara Provincia! de Mompós creyó que ésta renta ge
habla descentralizado, y el derecho de internación se cobró como renta
municipal. A grega:
ub& renta de salinas, por otra parto, lejos de progresar, está cada
día más amenazada por !a concesión a las salinas do propiedad particu­
lar que hizo ía Ley de 26 de mayo de 1847; por la internación de las sales
marinas por el Magdalena, que anulará la renta interior e! día que me­
jore notablemente la navegación de este río, y por la introducción de sal
extranjera.”
En los cuadros anexos no hay datos sobre salinas marítimas,
En la Ley de 31 de mayo, que autoriza al Ejecutivo para contratar
un empréstito de ocho millones de reales, al iateiós del 18 por 10Q, y pa
diendo hipotecar cualquier bien, renta o ingreso del Tesoro, se recarga el
derecho de importación por las Aduanas con uno adioioual del 25 por 100,
pero se exceptúa de este nuevo gravamen la sal extranjera.
1853
El seflor Juan Nepomuoeno Gómez, eon el carácter de Secretario de
Hacienda, rindió el Informe de este afio. Dice :
“ El Gobierno ha venido a quedar reducido a dos rentas principales
para atender a todos los gastos nacionales, aduanas y salinas.7'
240 Salinas marítimas

Habla n a y largamente del sistema rentístico de España, de mono-


polios, contratos, rebajas, productos, ete.„ pero no dice ana palabra
sobre salinas marítimas.
Se hace extensiva a las Provincias de Mariquita y Neiv» la disposi­
ción del Decreto legislativo de 6 de mayo de 1848.
1854
El Informe de este año fue de don José María Plata, Dioe qae la
renta de salinas tal como está organizada pugna con los principios de la
Constitución y pesa sobre los granadinos de una manera desigual. Habla
largamente de la necesidad de que el impuesto sobre la sal, ya sea produ­
cida en el país o importada del Extranjero, se pague al Fisco de una
manera uniforme en todo el país; pero no trae una palabra sobre las
salinas marítimas; y en loa cuadros anexos aparece que el derecho de in­
ternación de sal produjo en el año 2,420 reales.
Por Ley de 9 de octubre quedaron abolidos toáoslos derechos de
internación, peaje, pasaje y pontazgo en los camines nacionales que gra­
vaban la sal.
1855
En ia Exposición ai Congreso de este año, Orinada per el mismo
señor Plata, no dice una palabra sobre salinas. 8e limita a recomendar
varios proyectos orgánicos de la Hacienda, de las diferentes rentas, etc.,
del mismo modo que lo hace casi todo nuevo Secretario, pues es raro el
que—en lagar de mejorar lo existente, haciendo cumplirlas disposicio­
nes vigentes y enderezando con tino lo torcido—no pretende implantar
nuevos sistemas y hacer reorganizaciones. Lo único que en eaos proyec­
tos tiene alguna relación con las salinas marítimas, es lo siguiente: en el
“de ley orgánica del impuesto sobre ía sal” ee fija en $ 0-16 el im­
puesto sobre cada 10 kilogramos da sal que se importe del Extranjero, o
se explote, elabore o produzca bajo cualquier forma en el país, si es de
la calidad de la que se elabora en Zipaquirá, y ei es inferior, el Ejecutivo
señalará la proporción equivalente; la sal que se produce por elaboración
del agua del mar en salinas de propiedad particular paga cí impuesto ai
tiempo de su extracción,en el logar de producción,y ai introducirla eo el
lugar del consumo, o en e! punto de partida para buscar al consumidor.
No hay en la Exposición dato sobre el producto de la renta.
El artículo l.° de la Ley de 4 de junio dice:
“ El Poder Ejecutivo fijará en las Administraciones de las Salinas
el precio de ia sa!, con tal de que ao exceda de $ 0-60 sobre el de elabo­
ración por cada 12-kilogramos de la compactada, y de $0-55 en la vijúa y
de grano. Las Provincias en que no se consuma sal extranjera ni sal del
Estado, pagarán un sabsidio en dinero en proporciones tales que el pro­
ducto de la contribución sobre la sal sea a la soma del sabsidio como la
suma de la población de las mencionadas Provincias es a la suma de la
población de la Provincia que haya de pagar el subsidio.
Parágrafo. El Poder Ejecutivo determinará el subsidio; pero sobre
el modo de imponerle y lecaudarle sólo tendrán intervención las Legis­
laturas Provinciales.”
1856
L i Exposición de este año es del doctor Bafael Náfies. Empieza por
decir que “ ana de las más poderosas tendencias de las democracias es la
demolición sucesiva e indefinida de las contribuciones,” y que él Poder
Rufino Gutiérrez MI

Ejecutivo no acepta desde luégo ni la posibilidad siquiera de supri­


mir la renta de salinas que, después de la de aduanas, es la más pro­
ductiva” ; hace en seguida un largo estadio sobre las salinas terrestres y
cada una de ellas, pero no se acuerda para nada de las marítimas. En los
cuadros anexos tampoco hay datos de productos.
La Ley de 25 de junio dice que el precio de la sal de las salinas de la
República será para cada 12} kilogramos el $ de 0-60, $ 0-40 y $0-30, res­
pectivamente, para la compactada, la de caldero y la vijúa, más el costo
de la elaboración.
La Tarifa de Aduanas expedida en este año fija en $ 0 17} el derecho
de introducción de la sa! extranjera por cada miriagramo.
1857
El mismo doctor Núñez firma la Exposición presentada ai Congreso
de este año. lío contiene datos sobre las salinas marítimas, sino sólo los
siguientes conceptos, por loa cuales se ve que desde entonces estaba
madurando los proyectos que puso en prátíca veintiocho años más tarde:
amenazan la existencia de la renta la apertura de caminos para poner
en comunicación con el Magdalena las Provincias del Norte, y la con­
cesión hecha a varias Provincias para que puedan elaborar fuentes sala­
das; pero “ ía renta íieDe poco que temer, porque la sal del Estado po­
drá darse entonces a $ 0-30 cada 12} kilogramos en la Administra­
ción de Zipaquirá, o, io que será mucho mejor, la República renun­
ciará entonces a las operaciones de compacfcación y ofrecerá solamente
sal vijúa a $ 0-15 o $ 0-20. Pero esto debe en rigor entenderse res­
pecto de la competencia de la sai marina, porque la de las fuentes sa­
ladas administradas por el interés individual, será mucho más difícil de
resistir.” Agrega: “ Es, pues, necesario, en concepto del Poder Ejecutivo:
1.a, retirar de una manera absoluta para lo sucesivo las concesiones hechas
para la libre elaboración de las fuentes saladas y disponer que tales
fuentes, cualquiera que sea su ubicación, pertenezcan a la República”....
Ni en los proyectos de reorganización de los ramos de Hacienda Pública,
ni en los cuadros anexos, hay datos referentes a las salinas marítimas.
Por la Ley de 28 de febrero se autoriza al Ejecutivo para fijar el pre­
cio de la sal en Muaeque, Recetor, Pajarito y Ohámeza, da manera que no
exceda de $ 0-60 por cada 12} kilogramos la compactada y $ 0-40 la de
caldero.
La Ley de 15 de mayo, que autoriza al Ejecutivo para contratar un
empréstito “ por la suma que estime conveniente,” lo autoriza también
para fijar el precio de la sal, siempre que no exceda del de elaboración
en más de $ 0-70 por cada 12$ kilogramos.
1858
La Exposición presentada al Congreso este año es de don Ignacio
Gutiérrez, y en su texto uo tiene una sola palabra sobre sal m arina; pero
en los documentos anexos, en el cuadro de importaciones por las Adaa-
nas, se ve qne por todas ellas se introdujo sal extranjera, la onal causó
un derecho de $ 29,394-37$ eu el año.
La Constitución de la Confederación Granadina, expedida en este año,
dice en su artícalo 6.°: “ Son bienes de la Confederación:.........3.°, las
vertientes saladas que hoy pertenecen a la República; 4.°, las minas de
esmeraldas y de sai gema, estén o nó eu tierras baldías ”
Monografía*—Tomo 2*—16
242 /Salinas marítimas

En 185S pidió ©1 Secretario de Hacienda de la Confederación al Go­


bernador del Estado de Bolívar datos de los bienes nacionales, y en los
suministrados no figuran salinas marítimas.
En los presupuestos del Estado de Bolívar, de aquel afio, figuran
partidas chicas por derechos de sal extranjera; pero ya en los del año de
1864 para adelante no figura partida alguna y sí otras insignificantes,
como las de venta de cal de una mina que tenía el Estado en La Ladera,
1859
El mismo señor Gutiérrez presentó la Exposición al Congreso de este
año. Tampoco dice uua palabra sobre las salinas marítimas; pero en los
documentos anexos figura una partida de $ 6L7-94 por derechoS/de interna­
ción de sal, y otra de $ 27,533-10 por importación de la extranjera que se
hizo en el año portodáslas Aduanas de la República, menos la de Rio-
hacha.
La Ley de 5 de abril, “ orgánica de la renta de saüaas,” contiene estas
disposiciones que se rozan con el presente estudio: las salinas de propiedad
de la Nación que convenga explotar serán administradas, arrendadas o ce­
didas temporalmente a los particulares, a juicio del Ejecutivo; el Go­
bierno se reserva el derecho de compactar sal, y nadie puede hacer eso
sino con autorización del mismo Gobierno en virtud de contrato, que
puede ser hasta por diez años; las salinas descubiertas o que se descu­
bran en los Estados que no se provean de sal de las que elabora la Nación,
pueden cederse a los descubridores, hasta por veinte años, mediante una
parte de la utilidad para el Tesoro Público; y el derecho de importación
de la sal extranjera será de $ 0-20 por miriagramo, y lo mismo se pagará
por la internación de la ‘‘sal procedente de las salinas marítimas de la
Confederación
1860
Es del mismo don Ignacio Gutiérrez el Informe de este año, y sólo se
refiere a la sal marina para decir que se ha designado al Agente de H a­
cienda de Mompós para el cobro del derecho de internación.
En el cuadro de productos de las Aduanas aparece una partida de
$ 16,989-31 como rendimiento de los derechos de importación de sal ex­
tranjera en el año por todas las Aduanas, menos las de Ríohacha y
el Meta.
1861
E! mismo señor Gutiérrez presentó al Congreso la Memoria de este
año. Sólo se refiere a las salinas marítimas, para decir que el aumento de­
cretado el l.° de junio último del precio de venta de la sal de las salinas
del interior, administradas por cuenta de la Confederación, a $ l por
cada 12J kilogramos de la compactada, y a $0-80 la de caldero y vijúa,
debe regir para la “ sal marina procedente délas salinas arrendadas, a
b u internación a los logares del consumo ordinario de aquéllas, así como
también el de importación de la sal extranjera.” Agrega: “ Las salinas
de segunda clase, que son también propiedad nacional, y que entran eu
competencia con las de particulares, situadas en los Estados de Autio-
quia, Cauca, Magdalena y Panamá, deberán entrar más bien en ia clasi­
ficación de ‘ Bienes Nacionales,1*que eu la denominación especial de ‘ Renta
de Salinas.’ ”
En los cuadros sólo hay un ingreso de $ 156 por internación de sal.
En el Decreto “ orgánico del crédito nacional ” de 9 de septiembre, se
Rufino Gutiérrez 243

dice que las minas de sal gema “ harán parte del fondo común de los Es­
tados Unidos,” y se dispone que se tome de los productos de las minas de
esmeraldas, oro y plata, y de las salinas, lo necesario para el oago de los
intereses de la deuda consolidada de censos y renta sobre el Tesoro.
1862
El “ Presidente provisorio,” por Decreto de 16 de janio, dispuso que
los productos de las salinas marítimas situadas en la Provincia deSanta
Marta, “ que pertecen a la Nación,” se destinen a la reedificación y me­
jora de Santa Marta, y los de las que están situadas en territorio goajiro*
al fomento de ia civilización de los indígenas.
1863
La Constitución de los Estados Unidos de Colombia, expedida este
año, dice en su artículo 30:
“ Los bienes, derechos y acciones, las rentas y contribuciones que
pertenecieron por cualquier título al Gobierno de la antigua Confedera­
ción Granadina, y últimamente al de los Estados Unidos de la Nueva
Granada, corresponden al de los Estados Uaidos de Colombia, con las
alteraciones hechas o que se hagan por actos legislativos especiales.”
Por la Ley de 13 de marzo se fija el precio de la “sai que se elabora
en las salinas de propiedad nacional,” así por cada kilogramo: compac­
tada, $ 0-06; de caldero, $ 0-04; vijúa, $0-03, y se grava la introducción de
la extranjera con $ 0-08 por miriagramo, menos por los puertos de Tuma-
co, Iscuandó y Buenaventura, por donde se declara exenta de derechos,
1864
El doctor Froilán Largacha, como Secretario de Hacienda, pre­
sentó 1a Memoria al Congreso de este año. Nada dice sobre salinas ma­
rítimas, y cree que el precio de $ 1-25 para la sal compactada por los
12¿ kilogramos, debe elevarse a $ 1-60 por la misma y $ 1-40 el de las
de caldero y vijúa.
La Ley 25, d e 3 de mayo,jdic8 en su artículo único:
' Cancélense al Estado Soberano del Magdalena/ por veinte años,
ios prodaetos de las Salinas de Changue, Barlovento y Sotavento, de la
ciudad de Bíohacha, para que lo aplique exclusivamente a la instrucción
primaria de ambos sexos.”
1865
La Memoria de este año está firmada por el doctor Tomás Caenca.
Hace una larga exposición sobre las salinas, pero nada dice expresamen­
te sobre las marítimas. Los conceptos que se rozan algo con éstas son los
sigaientes: varias causas conspiran a reducir la renta desaliñas: la exen­
ción de derechos He importación de la sal extranjera, por Buenaventura
y Tumaco, la supresión del derecho de internación y la explotación libre
de algunas salinas. “ La pequenez del derecho de importación y la
falta del de internación aparejan, como la explotación libre de determi­
nadas salinas, dos gravísimos males: el ano, el disminuir la renta nacional;
el otro, el proporcionar gratuitamente a la sal marina un extenso radio
de consumo, que no tendría si fuera libre la explotación de todas las sa­
linas, facilitándose a los que trafican con ella que la vendan al consu­
midor a un precio elevado por el monopolio, sin beneficio para la Nación.”
244 Salinas marítimas

■“ No hay más que dos términos equitativos: el gravamen absoluto sobre


la sal, o la libertad absoluta de la sal.” “ Si creéis, pues, necesaria la exis­
tencia del impuesto sobre la sal, hacedlo aceptable haciéndolo equitativo.
De la manera como hoy está organizado, no sólo es opuesto a los princi­
pios elementales de justicia, sino que aun se le cree contrario a la índole
de nuestra Constitución, que no reconoce sino impuestos generales, y que
no permite distinciones que hagan a una parte de la sociedad de peor
condición ante la ley que otra.” “El Poder Ejecutivo cree que debe ele­
varse el derecho de importación, restablecerse el de internación y gra­
varse la sal que se elabore en salinas de propiedad particular, de un modo
proporcional ala cifra del impuesto en la3 salinas explotadas por cuen­
ta de la República.” “No se alivia la suerte de los pueblos dejándolos
colocados entre el monopolio fiscal y el espíritu mercantil; en éste, como
en muchos otros casos, la dualidad es viciosa. Uu beneficio más positivo
recibiría la generalidad de la Nación si se hiciera común el peso del im­
puesto, porque así se podría reducir notablemente el valor del artículo,
y proporcionar a los pueblos que hoy consumen a un alto precio sal ma­
rina, creyendo no soportar el monopolio, sal del interior a un precio más
bajo.” Guando la sal del Estado se vendía en las oficinas del Gobierno
a $0-65 los 12^ kilogramos, la sai marina pagaba $ 0-28, así: § 0-08 por
derechos de extracción y g 0-20 por internación, y la extranjera de g0-20
y $ 0-30, según el puerto por donde se introducía. “Hoy, que la interna­
ción y la importación son menos costosas, y que la cuota del impuesto
que se cobra al dar la sal al consumo ha subido considerablemente,
causas todas que conspiran en favor de la sai marina, ésta no paga de­
recho de internación, y ios de importación de la extranjera se ban redu­
cido a tal punto que quizá no alcanza a ia séptima parte de lo qne pagan
loa del interior como impuesto.” “ El impuesto de la sal marina ha dismi­
nuido, pues, a medida que ha crecido el que grava la del interior.”
El Estado de Bolívar dictó en este año decreto reglamentario del
tránsito de internación de sal marina, eo uso de autorizaciones conferidas
por el Ejecutivo Nacional
1866
El mismo doctor Oaenca presentó la Memoria al Oogreso de este
año. Lo único que eu ella se refiere a salinas marítimas es esto:
“No toda la sal que hace competencia a !a del Estado es extranjera,
y siempre la recaudación del impuesto es más sencilla y segura en las
Salinas que eu las Aduanas, siendo, como es eu éstas, muy fácil el con­
trabando por ia inmensa extensión de nuestras costas y las diversas vías
por donde so puede internar la sal.”
En el año de 1864 a 1865 se importaron a ia República 4.650,000 ki­
logramos de sal, y la venta de las saíioas del interior apenas ascendió a
9,998,497-5.
De los cuadros anexos aparece qne por Oúcuta se introdujeron en
este año 834,075^ kilogramos de sal, y que de Ríohaoha se despacharon
para Cartagena, Santa Marta y Sabanilla 113,000 kilogramos.
La Loy número 18, de 24 de abril, que organiza el impuesto y renta
de salinas, no hace referencia a las marítimas más que para aumentar en
un 25 por 100 los derechos de internación.
La número 55 de 22 de junio, que da algunas autorizaciones ai Eje
outivo sobre salinas, sólo se refiere a las marítimas eu el artículo l.°, cuan*
do lo faculta para aumentar o disminuir los derechos de internación.
Rufino Gutiérrez 245

1867
La Memoria de este año es de don Alejo Morales, y no contiene nada
sobre salinas marítimas. Déla renta en general da esta noticia:
“ El producto de la renta de salinas sólo está gravado, según la Ley
de 19 de mayo de 1863, con el 15 por LOO para el pago del empréstito de
£ 200,000, contratado en Londres, con el objeto especial y único de to­
mar acciones por cuenta de la dación en la Empresa del camino de la
Buenaventura.7'
De los cuadros aparece que en el año llegaron a Ríohacha, proceden­
tes de La Goajira, y se despacharon para Santa Marta y Cartagena,
175,700 kilogramos de sal.
La Ley 21, de 24 de abril, fija el derecho de la internación de la sal
marina en $ 0-25 por cada miriagramo, y lo mismo el de importación
de la extranjera, y dice que no podrá exceder del siguiente el precio para
la venta de la de las salinas terrestres, por cada 12J kilogramos: com­
pactada, § 0-80; caldero y vijúa, $ 0-70.
1868
La Memoria presentada al Congreso de este año es del doctor Jorge
Gutiérrez de Lara. Es él de opinión que el Gobierno deje de ser compac-
tador de sal, daplique el precio de la compactada, conservo el de la de
caldero, divida en dos clases para la venta de vijúa, según su calidad, y
venda agua salada a 20° de saturación, a un precio proporcionado al gas­
to, para producir la sal que se elabore. Dedica un capítulo a la de mar,
en el cual sólo dice, en sustancia, que “ la internación de sal de mar na­
cional o extranjera que en grandes cantidades se está haciendo al Estado
de Santander y parte del de Boyacá, es una de las causas que están in­
fluyendo más poderosamente en que los productos de esta renta no
crezcan en la proporción que debiera esperarse.77“ De la que 88 interna
por Cúcuta, en cuya Aduana se deposita con protexto de que va de
tránsito para Venezuela, suben por el Magdalena miles de cargas que se
desembarcan ea Paer^o Nacional o Barran caber® ej a,7’ y se vende la
la carga a dos pesos menos que la del Gobierno. Esta competencia no
puede sostenerla la sal del monopolio oficial, y para acabar con ella
conviene no permitir internación de sal de mar por el Magdalena. Agre­
ga que esta medida puede afectar la navegación de los ríos, pero que si
se quiere conservar la renta y “ que exista el monopolio, es necesario acep­
tarla con todas sus consecuencias.,7
Por los cuadros anexos se ve que en el año se importó sal marina de
las siguientes procedencias: de las Antillas, 125,472 kilogramos; del
Ecuador, 7,592; de Venezuela 1.308,240; del Perú, 664,289, y de diferen­
tes procedencias, 16,280. De Ríohacha se despacharon para Santa Marta
338,125 kilogramos.
La Ley 30, de 2 de junio, deroga el aumento del 25 por 100 decre­
tado en 1866.
La Ley 83, de 22 de octubre, expedida por la Legislatura del Esta­
do del Magdaleua, dice:
“Son rentas del Estado: el producto de las Salinas de Ohengue y
las de Barlovento y Sotavento de la ciudad de Ríohacha, cedidas al Es­
tado por el Decreto legislativo de 3 de mayo de 1864.77
Otro artículo manda que se saquen a remate, y que puede el Ejecu­
tivo permitir que los particulares las beneficien, si no se rematan, pagan­
do $ 0-40 por cada 100 kilogramos de sal.
246 S a lin a s m a r itim a s

1869
Al Congreso de este año presentó la Memoria como Secretario don
Miguel Samper. Dedica un extenso capítulo a las salinas y al derecho de
internación. Se copian y extractan a continuación las noticias y los con­
ceptos principales que contiene la Memoria en lo que se relaciona con
la sal marina. La sal importada en el año por las Aduanas de Buenaven­
tura, Oarlosama, Tumaco, Cartagena, Sabanilla y Cúcuta fue 1.646,982
kilogramos. “Sin duda alguna, sal de mar, se introduce por el Magda'e-
na y el Bajo Cauca en cantidades de importancia” a Antioquia. “La sal
que se produce en las costas del Atlántico se calcula por los Adminis­
tradores de las Aduanas do Sabanilla, Santa Marta y Ríohacha así:
“Salina de Galerazamba, de propiedad particular, en Bolívar, 25,000
fanegas de 18 arrobas, kilogramos........................................... 5.625,000
“Salina de Ohengae, cedida por veinte años al Estado del
Magdalena ................... ....A ..;... 562,500
“ Otra salina del mismo Estado.............................................. 68,500
“Sal introducida a la Aduana de Ríohacha y producida
en aquella costa.................................................. 764,000
“ Sal recogida en la costa goajira..... ................................... 630,000
“ Sal introducida por Santa Marta ............. 1.800,000
“Total, kilogramos....................... 9.450,000”
El consumo en toda la República lo calcula el señor Samper en
21.645,335kilogramos, y las importaciones del Extranjero por otras Adua­
nas en 1.646.972 kilogramos.
La riqueza que produce la sal marina ai Estado de Bolívar, al pre­
cio de $ 3-20 la fanega, vale $ 80,000, y al Magdalena, a $ 3, es $ 54,400,
según la Memoria.
Propone que se uniforme el impuesto sobre la sal que se produzca
en toda la República, fijándolo en $ 0-40 por cada 12¿ kilogramos, y que
así no habría necesidad de gravar la internación de la marina. Por el de­
recho de internación se recaudaron en el año $ 957-22|.
“ Mi opinión decidida—continúa—es que este derecho debe ser abo­
lido aunque el Congreso no acoja formalmente la idea de uniformar y ge­
neralizar el impuesto sobre la sal. Bajar los precios de venta o hacer ca­
minos buenos son los medios de luchar con la competencia de la sal
de mar.”
“El cobro del derecho de internación se organizó en Honda, Zapato-
ca, Girón, Bacaramanga y Pamplona, puertos que se juzgaron más a
propósito para defender el radio da eoasumo de la sal que se - expende
por cuenta de la Nación.” El. derecho fijado para la internación de la sal
marina y la extranjera fue de $ 0-01| por kilogramo.
“Los pueblos de Santander repugnan el pago de este impuesto, cuyo
objeto principal es obligarlos a comprar la sal a más alto precio del que
fijaría la libre competencia entre la de mar y la nacional.” “La Adminis­
tración Ejecutiva tiene la fortuna de pensar de acuerdo con los pueblos
de Santander, y se unirá a ellos para pedir al Congreso que los libre para
siempre de) derecho de internación.”
“Se cobra nn derecho de importación a toda la sal extranjera, dere­
cho que tanto pagan los consumidores de ella en las regiones en que su
internación es libre, como en aquellas en que ésta es gravada. Si pues
Rufino Gutiérrez 247

todos están igualmente gravados con el derecho de internación, no debe


pesar sobre ningano o debe comprenderlos a todos igualmente. Además,
la sai de mar elaborada en nuestras costas no paga el derecho de impor­
tación, quedando su consumo enteramente libre hasta que toca en las
fronteras de lo que se llama el radio da consumo de la-sal del interior.
¿Porqué ha de ser libre hasta Honda o Girón y gravada en Guaduas y
Piedecuesta? La respuesta a esta pregunta es inexplicable bajo un pac­
to federal que consagra la igualdad de los Estados y de los ciudadanos
delante del derecho.” “ El Gobierno quiere que la sal que produce en sus
establecimientos no sufra una competencia que lo obligue a bajar sus
precios o a disminuir sus ventas. Esa es siempre la lógica del monopolio.
La dificultad no puede zanjarse sino por uno de dos medios: dejar com­
pletamente libre el coasumo de lasa!, o gravarla igualmente en toda la
República.” El precio fijado para la sal del Gobierno es $ 1 la arroba de
compactada, $ 0-70 la de caldero y $ 0-05 la vijúa.
“ Prohibida la industria de compactar sales como lo está por la le­
gislación vigente, y lo habría estado aun puesto en ejecución el artículo-
l.° de la Ley de 2 de junio, se comprende fácilmente que no en vano se
daría al fraade un incentivo de $ 0-30 de ganancia en cada arroba de sal.
“ El Estado de Antioquia no sufre impuesto alguno por el consumo
de la sal, y los de Bolívar y Magdalena, desde que el derecho de impor­
tación ha puesto fuera de combate la sal marina extranjera, pagan una
cuota insignificante relativamente a su población y a sus recursos.” En
los Estados de Bolívar y Magdalena el costo de producción de cada 12f
kiiogramos de sal (una arroba) hasta ponerla en los almacenes de las
plazas de comercio apenas alcanza a $ 0-10.
Según los cuadros anexos a la Memoria, la importación de sal ex­
tranjera por las Aduanas de Cartagena, CJúeata, Garlosama y Sabanilla,
ascendió ea el año a 1.894,499J kilogramos.
La Ley 57 de 24 de mayo dispone que los Estados que consuman sal
marina que se interne tengan derecho a la mitad del valor del impuesto
de internación y a la mitad de los contrabandos que se aprehendan;
autoriza al Ejecutivo para establecer almacenes de sal marina ‘‘en los
lugares donde no se consuma la sal de las salinas de la Nación,” y or­
dena qne se fije el precio de venta “ de modo que se obtenga una uti­
lidad que no baje de $ 0-92 por kilogramo.”
1S70
Ea este año presentó la Memoria don Januario Salgar. Dice que el
consumo de la sal oficial está limitado por la competencia que le haca la
marina en sus ¿evasiones al radio de consumo, favorecida por el alto pre­
cio de aquélla, y agrega:
“La importación de sal ha disminuido notablemente en general y se
ha suprimido casi en las Aduanas del Atlántico; así, el consumo se ha
abastecido con el producto obtenido en las salinas marítimas de nuestras
costas.” La sal internada según datos llegados a la Secretaría, en el año
fue 242,0981- kilogramos, y el derecho causado produjo $ 4,067-24; pero
los datos oficiales presentados a la Asamblea de Santander dicen que
sólo a aquel Estado sa introdujeron 1.112,000 kilogramos, y como ape­
nas pagaron allí derechos 197,300 kilogramos, resulta qne eutraron de
contrabando 914,670 kilogramos.
Entre los documentos anexos a la Memoria figura una nota dirigida
al Presidente de Santander, en que le dicen que a pesar de qne el pueblo
248 ¡Salinas marítimas

de este Estado ha solicitado la eliminación del impuesto de internación


de la sal, el Ejecutivo Nacional ha tenido que sostenerlo para alejar la com­
petencia que se hace a la sal del interior, y agrega: la sal marina contie­
ne “ una dosis relativamente faerte de sulfato de soda, que produce des­
arreglos de estómago que degeneran en graves afecciones de los órganos
digestivos.” “La población indígena del interior de la República ha per­
manecido exenta del coto, y la sal que consumen es la sal vijúa que lla­
man sal mora: jamás ha consumido sal marina.”
El tratado celebrado por nuestro Plenipotenciario en el Perú, don
Teodoro Valenzuela, con el Gobierno de aquel país, dice en su artículo
Vi qae “ los productos naturales o del suelo de cada una de las dos Re­
públicas, se introducirán y expenderán libres de todo derecho de impor­
tación en el territorio de la otra.” La sal marina de Sachara, que es la
que se importa del Perú, es producto natural de aquel país.
La Ley 88, de 2 de julio, reformatoria de la de 1866, que organiza el
impuesto y la renta de salinas, es extensa y minuciosa, y no tiene más
referencia a las salinas marítimas que en su artículo 8.°, que dispone que
se cobre un impuesto de $ 0-20 por la internación de cada 10 kilogramos
de sal, y en el 15, que dispone que sea decomisada la que se interne sin
pagar ef derecho.
1871
El doctor Salvador Oamacho Roldán presentó la Memoria de este
año. Trata m a y extensamente de la renta de salinas. Los puntos más
culminantes de lo que tiene relación con las marítimas se copian o ex­
tractan así: las importaciones de sal extranjera ascendieron en el año a
8.840,064 kilogramos. Los derechos de internación produjeron $ 12,193 -72j-„
Los precios de venta de la sal en ese año eran : compactada $ 0-89 los
12£ kilogramos, $ 0-65 la de caldero, $ 0-62|- la vijúa de Zipaquirá y
$ 0-60 la de Nemocón y Sesquilé.
“ Las salinas marítimas mismas no tienen más ventajas positivas
que las del interior para eí efecto de la competencia. Para que ellas pu­
dieran enviar una gran masa de sal al interior necesitarían ser 'propiedad
de alguien, del Estado o de un particular o compañía: lá\ adquisición de
esa propiedad costaría un capital, requeriría aparatos y trabajos perma­
nentes. No necesitarían de combustibles para cristalizar la s a l; pero es­
tarían expuestas a la inconstancia de los veranos y a la pérdida de la co­
secha en los inviernos prolongados; necesitarían caminos para llevarla
de Galerazamba a Sabanilla o Cartagena, de Ohengue a Santa Marta,
de Barlovento y Sotavento a Ríohacha: y para introducir 400,000 arrobas,
o 40,000 cargas al interior, cifra igual a la que sube hoy el Magdalena en
diez o doce vapores, necesitarían otros tantos de estos vehículos, a la vez
que pagan crecidos fletes ; todo lo que supone también un capital de no
poca consideración.”
Combate la idea de ceder las salinas gratuitamente a los Estados,
entre otras razones, porque éstos “tendrían buen cuidado de vender la
sal al más alto ¡precio posible,” “ porque un deudor como el Gobierno,,
que adeuda %36.000,000 ea Europa y más de $ 10.000,000 acá en el inte­
rior de nuestro país, no puede, sin cometer un acto de improbidad, rega­
lar lo qae en rigor pertenece, o por lo menos está fincado a sus acreedores ”
“El monopolio de sal no puede abolirse antes de amortizar la deuda pú­
blica exterior a lo menos; y esa deuda no puede amortizarse, por ahora>
sino dando en pago las salinas principales do la Nación.”
Rufino Gutiérrez 240

Dice que a la idea de ceder las salinas a los acreedores extranjeros


se han hecho estas tres objeciones; que se pagaría la denda con propie­
dades de Oundinamarca y Boyacáj que se prolongaría indefinidamen­
te el monopolio, y que se fomentaría en el país el poderío de una compa­
ñía extranjera.
En la contestación a estas objeciones se refiere a la propuesta hecha
a los acreedores extranjeros, y dice:
Las salinas “ han sido siempre una propiedad nacional, tan evidente,
tan incontestable, como la propiedad de una casa respecto del que la cons­
truyó.” Propiedad primero de la Coroaa de España, de la antigua Oolom
bia después, de Nueva Granada y de la Confederación Granadina en
seguida, de los Estados Unidos de Colombia hoy, sus títulos de pro­
piedad están consignados especial y expresamente en todas las Consti­
tuciones sancionadas a nombre de todo el pueblo colombiano desde 1821
hasta 1863.”
El mismo doctor Oamacho Roldán, en nombre del Gobierno, propuso
el 29 de septiembre de 1870 al Presidente del Comité de tenedores de
bonos de la deuda exterior, en sustancia :
“ En vez de dar la Repáblica el 37| por 100 de loa derechos de
importación para pagar los intereses y fondo de amortización de la anti­
gua deuda exterior, dará en pago del capital de la nueva deuda activa y
del de las antiguas deudas activa y diferida, la propiedad a perpetuidad
de las Salinas de Zipaquirá, Nemocón, Tausa, Sesquiíé y Gachetá, con
la de todas las demás que se descubran en lo sucesivo en ua radio de
diez leguas a la redonda de la plaza da Zipaquirá, con las siguientes con­
cesiones adicionales:
“ 1.a Que no podrá elaborarse en el espacio de veinticinco años otra
mina de sal gema en el territorio comprendido entre las dos Cordilleras,
Central y Oriental, hasta sus cumbres más altas, desde La Plata, al Sur,
hasta el río Ohicamoeha, al Norte, sino bajo la condición de pagar a dichos
acreedores, o a quien sus derechos represente, un impuesto de $ 0-02 de
de peso por cada kilogramo de sal que se elabore en la salina que se des­
cubra. ^
“2.a Que toda la sal que se introduzca de ía Costa Atlántica o del lago
de Maracaibo hacia el interior, pagará en favor da ía República, duran­
te veinticinco años, un derecho de $ 0-02 de peso por cada kilogramo de
sal que se introduzca del Banco para arriba por la vía del Magdalena, o
de San José de Uúcuta hacia el Sur, por la vía del Zulia.
“3.a Que todas las vertientes saladas conocidas en la actualidad den­
tro de los límites del territorio expresado en el número l.° (entre las Cor­
dilleras Central y Oriental, hasta sus más altas cumbres desde La Plata
hasta el Ohicamocha), serán o vendidas en pública subasta y por dinero o
documentos de deuda interior o exterior, según proporciones que se fija­
rán, o arreudadas por veinticinco afios, mediante na precio do $ 0-02 por
cada kilogramo de sal que produzcan.
“Pero pcrftdría por condición que en Zipaquirá y sus dependencias
no se podría vender la sal durante veinticinco años a más de $ 0-50 los
12} kilogramos, o sea $ 2 ei quintal.
“En cambio quedarán totalmente amortizadas la nueva deuda activa
y las deudas activa y diferida de 1825, y la República libre de toda obli­
gación del empréstito primitivo y de los arreglos de 1845 y 1861.
“Como puede comprenderse, el pensamiento del Gobierno, una vez
enajenadas las salinas de que es dueño en la actualidad, es abolir el mo-
250 Salinas marítimas

nopolio de sales y declarar libre la elaboración de todas las faenfces sa*


ladas qae en lo sucesivo se descubran; y éstas, propiedad del dueño de
las tierras en que estén situadas.
“La Nación se reserva la propiedad de las minas de sal gema des­
cubiertas o que se descubran en lo sucesivo al oriente de la Cordillera
Oriental, al occidente de la Cordillera Central, al norte del río Ohicamo-
cha y al sur del meridiano de La Plata, de las cuales dispondrá después
como mejor le convenga.
“ La Nación cedería, pues, a ios acreedores extranjeros la propiedad
de las minas de sal arriba expresadas cuyo radio de consumo se extien­
de cien leguas al Sur y más de cincuenta leguas al Norte, con un térmi­
no medio de más de veinte leguas de Oriente a Occidente; es decir, un
territorio de más de tres mil leguas cuadradas, en que hay establecida
una población de cerca de millón y medio de habitantes, que en la*,
actualidad consumen a razón de kilogramos de sal al año por cabeza
de población.
“Y la cede sin más competencia que la que puedan hacer las ver­
tientes saladas hoy conocidas, que se venderán en pública subasta, o se
arrendarán por veinticinco años, con la condición de pagar a la Repú­
blica un derecho de $ 0-02 por cada kilogramo de sal que produzcan, y
la que pueda hacerse con la sal marina sujeta igualmente a un dere­
cho de $ 0-02 por kilogramo, o un peso por quintal.
“En resumen, puede decirse que la ñnca cuya propiedad se ofrece a
los acreedores extranjeros, con el objeto de realizar la amortización de la
deuda exterior, representa un valor de ocho a diez millones de pesos,
suma que ofrece a dichos acreedores una utilidad de 25 a 50 por 100
sobre el actual precio de mercado de dichas deudas. Este precio, toman­
do por la base las últimas cotizaciones de Londres, es el siguiente :
“Nueva deuda activa al 40 por 100 sobre $ 3.800,000... .$ 1.520,000
“ Antigua deuda activa al 23 por 100 pobre $ 15.000,000.... 3.450,000
“ Antigua deuda diferida al 11 por 100 sobre $ 15.000,000. 1.650,000
“ T o ta l................................................................... $ 6.620,000
“Hay además otra circunstancia muy favorable a esta base de cálculo,
y es que en los Estados del Cauca y de Antioqaia, que se prolongan al
sur y al suroeste del territorio consumidor de sal de Zipaqairá, no hay
hasta ahora salinas descubiertas de alguna consideración: los habitantes
de esos Estados consumen sal marina importada de la costa del Perú, u
obtenida de vertientes de muy baja saturación, a precios que no bajan
de $ 8 a $ 10 por quintal, y que suben en ocasiones hasta $ 20;
consumen en el día algunos millares de arrobas de la de Zipaquirá
y consumirían cien o doscientos mil arrrobas si el precio de monopolio
($ 0-80 por arroba) fuese menor y si mejorase algo la condición de los
caminos. Un camino carretero que bajase de la altiplanicie de Candína-
marca al valle del Alto Magdalena aseguraría indudablemente este re­
sultado.
“Al norte del Ohicamocha, en el Estado de Santander, hasta la fron­
tera de Venezuela, es prueba suficiente de la falta de vertientes saladas
el hecho sólo de que los 250,000 habitantes que ocapan ese territorio con­
sumen sal marina importada de Maracaibo por la vía del Zulia, y la con­
sumen a precios en ocasiones may altos, pero que nunca bajan de un peso
por arroba. Se tiene noticia de que en el nudo que forma la Cordillera
Oriental, al bifurcarse ea las inmediaciones de Pamplona, hay tres o oua-
Rufino Gutiérrez \ 251

tro vertientes saladas en Iqs Distritos de Guaca y San Andrés; pero sin
duda son insignificantes, cuando no han merecido hasta ahora esfuerzo
alguno de los habitantes para elaborarlas.”
1872
El mismo doctor Oamacho Roldáu firma la Memoria presentada al
Oongreso de éste año. Que se relacione, aunque sólo indirectamente, con
las salinas marítimas, no contiene ese documento más que esto :
“Los acreedores aceptaron en principio la propuesta sobre amortiza­
ción de la deuda, con estas modificaciones: que se les garantizara un pro­
ducto de $ 500,000 de las salinas, que sólo las recibían como prenda
para administrarlas ellos directamente, convertir la deuda en una de
$ 10.000,000 al 5 por 100 anual, darles 2 000,000 de hectáreas de baldíos con
obligación de cultivarlas y poblarlas con inmigrantes extranjeros, apli­
car a la amortización de la deuda cualquier suma que produzcan las sali­
nas sobre los $ 500,000 y una parte del valor de los baldíos, y qua ai
quedar amortizada la deuda las salinas volverían a poder de la República,
pero los acreedores quedarían con derecho a la mitad de sus productos a
título de censo. El Ejecutivo avisó que aceptaba como base las modifica­
ciones anteriores, con estas variantes : que no se entregan las salinas sino
que se dan como hipoteca las mismas o las Adaanas, que se creau un fon­
do de amortización de $ 500,000 en los primeros cinco años y de $ 100,000
en ios restantes, que se introduzcan 50,000 inmigrantes extranjeros y que
amortizada la deuda cesa toda obligación de la República.” “Por mi parte
—dies el doctor Oamacho Roldán—ingisto en creer que la propuesta origi­
nal es preferible.”
“ Entre ios monopolios que nos legó la Metrópoli española, el de la
sal es incuestionablemente el más funesto para la riqueza pública, el
más odioso y el más injusto.” “ Restringir el comercio de la sal, es ata­
car las relaciones entre los hombres y disminuir ios vínculos que debie­
ran unirlos.” “El único medio positivo y práctico de iniciar la abolición
del monopolio es vender las principales salinas.” “ ¡Qué ocasión más pro­
picia que la de realizar en una sola combinación : el fia del monopolio, la
enajenación délas salinas al mejor precio posible y la amortización de la
deuda exterior.!”
La renta de saliaas “ amenazada seriamente por la invasión de la sai
marina, si el Oongreso decretase la abolición de los derechos de interna­
ción, o no autorizase su cobro ea las Aduanas, qne sería lo mismo, no
tiene ni puede tener, por su nataraieza de monopolio, un porvenir sufi­
ciente para atender a fuertes desembolsos.”
Eu el año se introdujeron, según los cuadros anexos a la Memoria,
2.315,939 kilogramos de sal extranjera. Se internaron 1.153,394= kilogra­
mos de sal marina nacional, que produjeron por derechos de internación
* 19,865-30.
La Ley de 25 de noviembre, expedida por la Asamblea de Bolívar,
dice en en artículo I?: “ El Estado reserva para sí el derecho de explotar
o producir sal marina en todo su territorio, sujetándose a la reglamenta­
ción que pueda hac<p el Gobierno de la Unión eu materia de internación,
mientras sus disposiciones no afecten los derechos y soberanía del Estado.
Los particulares dueños de salinas podrán explotarlas, siempre que pa­
guen al Tesoro del Estado un impuesto que no excederá del que el Go­
bierno del Estado cobre a los explotadores de sus salinas.”
Esta misma disposición se repitió textualmente eu la Ley 26, de 7 de
252 Salinas marítimas

diciembre de 1873; y por la 2.*, de 11 de septiembre de 1874, se reformó


en lo que se refiere a explotación de salinas de propiedad particular, fijan­
do el impuesto en $ 0-40 por cada 225 kilogramos de sai.
Poi la Ley 194, de 19 de septiembre de 1872, expe iida por !a Asam­
blea del Estado del Magdalena, se dispone que desde 1873 se exploten
por cuenta del Estado las salinas de Barlovento y Sotavento de Ríohacha,
o se permita a los particulares explotarlas pagando $ 0-40 por cada 100
kilogramos.
Por la 207, de 5 de octubre, expedida por la misma Asamblea , se
cede al Gobierno Nacional el Territorio de La Goajira.
Por la 212, de 8 del mismo mes, también de la Asamblea, se grava con
$ 0-20 cada miriagramo de sal extranjera que se introduzca al Es­
tado.
Eu el presupuesto de rentas del Magdalena para el afio de 1873 figu­
ra la de salinas coa $ 3,500 y cou i 4,000 para 1874.
1873
Don Aquileo Parra fue el Secretario que presentó la Memoria al
Congreso de este año. ‘Nada dice en relación directa con las salinas marí­
timas, y sobre las renta en general emite estos conceptos:
“ Acostumbrado el Gobierno a vivir de este impuesto, no podía pri­
varse repentinamente de él; pero si debe ir disminuyéndolo a medida que
vaya aumentando la renta de aduana, basta que llegue el día de renunciar
a ó!, conservando sólo la renta proveniente de la propiedad de las salinas.
Para entrar desde ahora en esta vía, el primer paso que debe darse es el
dé eliminar el derecho de internación de sal mariaa, cuya exacta recauda­
ción es casi imposible.” “ Este impuesto, convertido hoy en privilegio
favor de aquellos individuos sobre quienes la sanción no tiene poder algu­
no, es una fuente de desmoralización en el país ; y si a esto se agrega la
necesidad que tienen algunas poblaciones del Norte de la República de
emplear en su alimentación la sal marina, por m otiva de salubridad
muy conocidos, debemos concluir que la supresión de tal impuesto so ha
hecho esperar demasiado.”
La sal extranjera importada por las Aduanas en el año fueron 803,939
kilogramos, y la marina nacional internada, 1.433,430,
La Ley 17, de 24 de marzo, manda que no se cobre derecho de inter­
nación por la sal marina, ni de importación por la procedente del Perú.
La 31, de 6 de junio, cede a los Estados en cayo territorio se cobre
derecho de internación de sal, el producto da este impuesto,
En la Ley U*J> de 1873, que es el Código Fiscal, figaran estos a r ­
tículos :
“ Artículo 428. La Nació ^conserva la propiedad exclusiva en todas
las minas de sal y vertientes de agua salada descubiertas y que se descu­
bran en el territorio de la República, mientras sea posible abandonar este
monopolio.
“Artículo 427. Conserva también la Nación el monopolio de la elabo-
ración de sales y de la explotación de las mjnas de sal de su propiedad,
en los términos que se expresan en el presente título.
“ Artículo 228. Son de propiedad nacional las salinas marítimas situa­
das en terrenos baldíos o no apropiadas con legítimo título,”
Rufino Gutiérrez 253

1874
El mismo doctor Parra presentó la Memoria de este alio. Sobre sal
marina no dice más que esto:
‘‘Tres causas de disminución del producto de esta renta se pusieron
en acción durante el año económico próximo anterior: la eliminación del
derecho de internación de sal marina; la reducción desprecio de la sal vi­
júa y de la de grano de caldero, y la franquicia concedida en el Tratado
público que se celebró últimamente en el Perú, a favor d& la sal proce­
dente de ese país que se introduzca por los puertos habilitados del P a ­
cífico.” __
La importación de sal extranjera en el año, según los cuadros esta­
dísticos, fue de 13,089 kilogramos.
Por Decreto ejecutivo de 4 de febrero, número 47, se fija en $ 0-60
el precio de la sal compactada. El de la de caldero era de $ 0-40, y el de
la vijúa de $ 0-30.
Por el 211, de 25 de junio, se elevaron los precios anteriores a razón
de $ 0-05 por mes cada ciase, hasta quedar en $ 0-80, $ 0-60 y $ 0-50,
respectivamente. Los derechos de importación y de internación se elevan
por ese Decreto a $ 0-26J y a $ 0-20.
Por el número 933, de 30 de septiembre, se elevó a $ 0-30 el derecho
de internación.
1875
También tocó en este año al doctor Parra presentar la Memoria al
Congreso. No contiene datos sobre la cantidad y el producto de la sal im­
portada e internada en el año; y que se relacione con salinas marítimas,
sólo dice que el producto de esta renta en el año económico fue inferior ai
del año anterior en las cantidades de $ 135,233 por la rebaja del precio de
la sal “y ia suspensión del cobro del derecho de internación de la sai ma-
riña,” pero que esas causas desaparecieron desde septiembre porque vol­
vió a elevarse el precio de la sal del interior y a restablecerse el
impuesto de internación. ‘'Casos ha habido—agrega el dootor Parra,—es
verdad, en que la abolición de ciertos impuestos ha sido una necesidad
económica o social de todo panto ineludible, como sucedió, por ejemplo,
con el monopolio del tabaco.” “¿Sucede otro tanto con el monopolio de la
sal! No,seguramente. La sal es un producto que por su naturaleza no pue­
de llegar nunc* a ser objeto de exportación; pero ni siqaiera de libre ex­
plotación en el país.” La Ley destinó el rendimiento de las salinas a la
obra del ferrocarril del Norte, y así la objeción de que el impuesto no es
general, “queda desvanecida con el hecho de dar a su producto una
aplicación qne tiende a favorecer más directamente a las poblaciones que
lo pagan.” “ Dije en otro lagar que las salinas del Gobierno no pueden
darse a la libre explotación: agrego ahora que ellas deben administrarse
en todo tiempo por el Gobierno General.”
El aumento del precio de la sal fae gradual hasta pagar de diciembre
de 1874 en adelante, $ 0-80 por la arroba de sal compactada, $ 0-60 por la
de caldero y $ 0-50 por la vijúa, y lo propio sucedió con el impuesto de
internación, cayo máximo se fijó en $ 0-30. El producto de este derecho
se destinó a las mejoras materiales del Estado en que se hiciera efectivo.
Por Decreto número 402, ;de 3 de agosto, se manda elaborar por
cuenta del Gobierno la Salina de Zipaquirá.
254 Salinas marítimas

1876
La Memoria de este año fae presentada por ei doctor Nicolás Esgue-
rra. Nada contiene que se reñera directamente a las salinas marítimas.
Estos conceptos tienen relación, aun cuando remota, con ellas: “ La ren­
ta de salinas por sa importancia es la segunda del Presupuesto; pero
como ttndré ocasión de demostrado en otro lugar, el producto líquido de
ella no está en relación con ei gravamen que ei monopolio impone, el cual
es tanto más odioso cuanto no pesa siquiera sobre todos loa habitantes
de la Unión, sino solamente sobre los de algunos Estados?* “ Por modes­
to que sea nuestro presupuesto de reatas, y por mucha urgencia que
tengamos de ellas para vivir y progresar, unos pocos miles de pesos
en la balanza no puedeu inclinar é*ta, si del otro lado está la redención
del pueblo de un odioso monopolio.” “ Ea el ramo de salinas debiera li­
mitarse el Gobierno a la explotación de las que hasta hoy están descubier­
tas y son de sa propiedad, vendiendo laicamente la materia prima, y
declarando que las que se descubran en lo sucesivo pertenecen al dueño
del terreno.”
En el mismo año fue el señor Secretario a la Costa Atlántica en co­
misión oficial, y rindió informe que se halla publicado en la Memoria, pero
eu él no dice una palabra sobre las salinas de aquella región.
Por Decreto número 2¿, firmado el 20 de enero por don Santiago P é ­
rez, como Presidente de la República, y el doctor Esguerra, como Secre­
tario de Hacienda, se declara libre la elaboración de la sal, se manda que
con el agua salada que no alcance a venderse se fabrique sal de caldero
por cuenta de la Nación, y que u los terrenos, bosques, herramientas, v e­
hículos y demás elementos de fabricación de sal de propiedad nacional,
que existan eu las diversas salinas, serán, rematados por dinero sonante
en pública subasta y en el mejor postor.”
Por Decreto número 22L, de 2 de junio, firmado ya por don Aquileo
Parra como Presidente, y don Garlos Nicolás Rodríguez como Secretario,
se suspende la ejecución de! anterior Decreto.
Por el 475, de 31 de agosto, se eleva el precio de la sal por cada arro­
ba-, o sea los 12£ kilogramos, así: compactada, $ 1-60; caldero, $ 1— 50;
vijúa, $ 1-40, y la de Upín, $ 1.
1877
El doctor Januario Salgar presentó al Congreso de este año la Memoria
como Secretario de Hacienda. Ni una palabra contiene ella sobre las sali­
nas marítimas, y sólo sí estos conceptos sobre la renta en general: “ Las
salinas pueden ser comunes. Lo que uo puede ser común debe ser apro-
piable. Lo que es apropiable puede ser materia de monopolio. Y el mono­
polio es una institución socialmente nociva.” “ üaando el monopolio ee
ejercita para todos, desaparece la condición odiosa que condena su estable­
cimiento, y nada pueden temer de él los que lo soportan, caando es en su
propio nombre y representación que él se impone y administra.” “ Las
salinas son, pues, de los consumidores el último análisis, y el monopolio
que ellos soportan, lo establecen ellos mismos, lo regulan y lo explotan con
destino al servicio común de sus intereses generalesP
Dice el doctor Salgar qae en enero de 1876 el Ejecutivo declaró
libre la elaboración de la sal, pero que la nueva Administración, el 2 de
junio del mismo año, derogó esa disposición, y que su opinión es contraria
a tal libertad.
Rufino Gutiérrez 255

No trae la Memoria datos sobre el producto del impuesto de importa­


ción de la sai.
Por Decreto número 45, de 24 de enero, se rebaja a $ 1-20 el precio
de la sai vijúa.
Por el 124, de 5 de marzo, se elevan la compactada y la de caldero a
$ 2 y a $ 1-80, respectivamente.
Por el 257, de 8 de marzo, se bajan, la compactada y la de caldero, a
$ 1-60 y a $ 1-50; y se elevan, la vijúa, a $ 1-40, los derechos de im­
portación a $ 1, y los de internación a $ 0-80 por arroba.
Por la Ley 11, de 22 de marzo, se autoriza al Ejecutivo para fijar el
precio de la sal y para elevar los derechos de importación e internación
todo lo que sea necesario para que la sal marina no limite el radio de con­
sumo de la del interior.
1878
Don Luis Bernal presentó al Congreso la Memoria de este año. Nada
dice sobre salinas marítimas; y sobre !a renta general se declara parti­
dario de la libre elaboración, y da cuenta de los aumentos graduales que
ha hecho la Administración del precio de la sal hasta llegar a $ 2 para la
compactada, $ 1-80 la de caldero y $ 1-20 la vijúa.
Entre los documentos anexos está el Decreto número 103, de 8 de
abril de este año, que fija en $ 1 y en í 0-80, respectivamente, el
impuesto de importación y de internación de cada 12J kilogramos de sal.
Según los cuadros estadísticos que publica coa la Memoria sólo se in­
trodujo del Extranjero sal por dos puertos, a s í: Sabanilla, 840,293 kilo
gramos, y Tnmaco, 523,448. Estos son todos los datos qne contiene ia
Memoria.
1879
Al Congreso de este año presentó el Infome el doctor Luis Carlos
Rico. Dedica un capítulo a “ la sal marina,” en el cual dice, en sustancia,
que en el litoral atlántico se producen grandes cantidades de sal; que
desde hacia años se notaba la necesidad de imponer un gravamen sobre
la internación de ella al radio de consumo de la que producen las salinas
del Gobierno, para generalizar el impuesto y evitar la competencia; que
el producto de ese gravamen, que se conserva en $ 0-80 por 12¿ kilogra­
mos, se cedió a los Estados de Bolívar y el Magdalena, y que considera
poco equitativo este gravamen porque aquella sal sale a más bajo precio
en los mercados del Tolima y de Santander que la que se lleva de üundi-
nainarca. Dice que en la Aduana de Cúeuta se recaudan en el año por
derechos de importación $ 80,620-05, y por la de BarranquiUa sólo $ 17-70;
se declara partidario de la libre elaboración, pero no en todo el país ni de
una libertad absoluta, sino compartiendo con el público el derecho de
compactar.
No contienen los cuadros estadísticos que acompañan a la Memoria
más que los datos sobre sal marina que quedan apuntados.
Por el Decreto número 76, de 6 do febrero, se elevan los precios de
la sal a $ 1-60, $ 1-45 y $ 0-80, para la compactada, de caldero y vijna,
por su orden; y para la de XJpín se fija el precio de $ 0-80. La importa­
ción de sal extranjera debe pagar $ 1, y la internación de la marítima
nacional, $ 1-20.
Por el 182, de 3 de abril, se rebajó el derecho de internación a $ 0-60.
Por el 229, de 8 de marzo, se manda que la sal vijúa de “ mala cali­
dad” se venda a $ 0-70.
256 Salinas marítimas

Por Decreto número 318, de 3 de julio, se dispuso que a los puertos


de La Goajira no podían arribar más buques que los procedentes de Río-
hacha qne faeran por sal “de las salinas marítimas del Estado del Mag­
dalena.”
Por el 337, de 7 de julio, se rebaja a $ 0-60 los derechos tanto de im­
portación de la sal por todas las Aduanas, como de internación.
Por el número 368, de 12 de agosto, se disnuso que se vendiera a
$ 0-60 la sal de “mala calidad” de Nemocón.
Por el número 465, de l.° de noviembre, se manda que “en vista de
los resultados de la reforma en la elaboración de la Salina de Sesquilé,”
reforma hecha por contrato que se prorrogó, la venta de la “sal compac­
tada por el sistema austríaco,” en aquella Salina, sea a $ 0-10 menos que
la compactada por el sistema antiguo.
Por la Ley 8 /, de 8 de octubre, expedida por la Oonvención dei Es­
tado del Magdalena, se ordena al Poder Ejecutivo seccional celebrar “ un
contrato con el señor José Armenta para establecer elaboración de sal en
la salina de El Torno, siempre que dicho señor se obligue a dar anual­
mente Gobierno del Estado, con aplicación a la instrucción pública, la
tercera parte en especie del producto bruto de dicha salina, o la cantidad
que ajuicio del Poder Ejecutivo se estime conveniente.” La duración del
contrato no debía exceder de diez años. Se firmó en noviembre del mismo
año: se le cedió a Armenta el derecho de explotar la salina por dos años,
mediante el pago de $ 0-50 por cada 225 kilogramos de sal (poco más de
$ Ü-02J por arroba). En las relaciones de caja de la Tesorería del Magda­
lena no aparece que el contratista haya consignado suma alguna por este
negocio en los años de 1880 y 1881, lo cual hace creer que nose cumpliría
el contrato. Además, en marzo de este último año dictó e! Presidente del
Estado ua Decreto por el cual se crea y provee el empleo de Inspector
“de la í-alina descubierta en 2a isla de Los Gómez” (la do El Torno), y allí
se había de uu contrato celebrado con el señor Ricardo Angulo; pero de
este documento no hay más constancia en el periódico oficial ni en el
archivo.
1880
En este año fue al Secretario doctor Hermógenes Wilson a quien co­
rrespondió presentar la Memoria al Congreso. Ni indirectamente habla
en el texto de ella de las salinas marítimas. Sólo dice que el impuesto de
internación se bajó a $ 0-60. Del precio de la sal oficial del interior dice
que se fijó en el año así, por cada 12¿ kilogramos: compactada, 8 1-60;
de caldero, $ 1-45; vijúa, $ 1-40. No contiene más datos que los ano­
tados; pero en la Memoria del año siguiente dice el Secretario que en éste
se introdujeron só’o 237 kilogramos de sal extranjera por. las Aduanas
del Atlántico.
La Ley 17 dice en sa artículo único:
“Las salinas marítimas pertenecientes a la Nación serán, desde la
fecha de la presente Ley, propiedad de los respectivos Estados en que se
encuentren ubicadas.
“Parágrafo. Las salinas situadas en Barlovento y Sotavento de la
ciudad de Ríohacha, quedan comprendidas en esta cesión, a favor del
Estado Soberano del Magdalena.”
Por Decreto número 201, de 12 de abril, se rebaja el precio de la sal,
así: compactada, 8 0-90; de caldero, $ 0-70, y vijúa, $ 0-60.
Por el número 222, del mismo mes, se dijo que la vijúa “de mala
calidad,” de Nemocón, se vendiera a $ 0-25.
Bufino Gutiérrez 257

1881
Don Antonio Roídán fae el Secretario que presentó en este año la
Memoria, Todo lo relacionado con las salinas marítimas se limita, en sus­
tancia, u lo siguiente:
“La libertad de ias salinas, con tánto afán solicitada por afganos
espiritas apasionados como ana medida salva tora para nuestras masas
abatidas por la miseria, no solamente empeoraría la condición de los con-
sumideros de la sal, porque con elia pasaría el monopolio a manos egoís­
tas, que acaso no tendrían por el desvalido las mismas consideraciones
de que ahora disfruta, sino que ocasionaría entre los grandes y ios pe­
queños productores, es decir, entró los que están en posesión del capital
y de todos los elementos indispensables para la producción, y los que no
cuentan para entrar en la locha del trabajo sino con sus fuerzas y su
energía, una competencia desastrosa que engendraría !a ruina de loe s
últimos y daría lugar al desorden, a la inseguridad y encarecimiento ar­
tificial del producto disputado
“ Hoy con el monopolio oficia! es ei público mismo el que administra
las salinas por medio de sus representantes legítimos.
“ B! monopolio de la sal, examinado coa imparcialidad y caima, si
bien tiene defectos, no es un cáncer social, y por tanto, más que en des­
truirlo importa pensar en ios medios de modificarlo.”
Dice que el impuesto no está bien distribuido, pues “ Antioquia,
el Canoa, una parte del Tolíma y los Estados de la Costa Atlántica oo
pagan dicho impuesto,” porque !a Nación les cedió o abandoaó las salinas
que en ellos existen, mientras que “ Cundinamarca, Boy acá y Santander
soportan exclusivamente la carga que debe pesar sobre todos los Estados
de la Unión.” “Sin embargo, si conforme al Derecho, o sea ante la Cons­
titución, los habitantes de los Estados que acabo de citar pagan sólo la
contribución de la sal, los habitantes de Antioqnia, del Cauca y de! Toíi-
m& son en el hecho de peor condición que aquéllos, y los de la Costa
Atlántica están gravados por el consumo de la sai para el sostenimiento
de sos propios Gobiernos. Bu !a Costa Atlántica las salinas marítimas
eran de ia Naoión hasta el año de 1874, en que, por disposición legisla­
tiva, fueron cedidas temporal mente a los Estados en que están situadas,
como medida de fomento.”
En el año a que se refiere la Memoria se fijó el precio de la sal del
interior, así: compactada, $ 0-90; de caldero, 8 0-70, y vijaa, $ 0-60.
“Era natural creer que esta cesión produjera el resultado de hacer
bajar el precio de la sai en los Estados agraciados; mas se nota que ha
sucedido todo lo contrario, acaso por haberse creado en ellos derechos de
consumo sobre la sal marina extranjera, la caá!, sometida así a un doble
gravamen (el de importación y el de consamo), no puede entrar a los
mercados de la Costa Atlántica a establecer la competencia.”
El 14 de mayo pasó el Presidente doctor Rafael Núñez un mensaje
a) Sanado, en qne lo excita a que se dé a la renta desatinas “distinto
carácter de estricto monopolio oficial que ha tenido hasta ahora,” y agre­
ga qne “ por el momento lo que importa es qae la ley ponga límite al pre­
cio de la sal, y qne queden de raíz corregidos los inconvenientes de la
arbitrariedad ejecutiva.”
La Ley número 46, de 6 de junio, fija el precio de la sal para cada
1 2 ¿ kilogramos, así: compactada, $ i; de caldero, $ 0-90, y vijúa, $ 0-70.

Monografías.—Tomo 29—17
258 Salinas marítimas

Dispone que este precio sea uniforme para todas las salinas, menos la de
Upio, y que en los almacenes qae se establezcan en los Estados o Terri­
torios pueda el Ejecutivo rebajar hasta el 50 por 100 de costo de trans­
porte, y lo autoriza también para rebajar o elevar los precios en determi­
nadas circunstancias, dando aviso al público con anticipación.
E! Decreto número 502, de 20 de julio, disponó que desde el l.° de
octubre sólo se dé a la venta en las salinas de Oundinamarca sal vijúa y
de caldero, menos en la de Gachetá, donde continuará vendiéndose agua
salada. Bu Ohita, Muneque y Ohámeza continuaría compactándose
mientras se montaban calderos para producir sal de grano.. La compao-
tacióa quedaría libre en üundinamarca y en Onmaral y Upín. Desde la
expresada fecha los precios de venta serían: de caldero, $ 0-70 la arroba¿
vijúa de Oundinamarca, $ 0 60, y de Oamara!, $ 0-40; agua salada de
Gachetá, S 9-07, La compactada que sobrara eii Oundinamarca y laque
se elaborara en Ohita, Muneque y Ohámeza, se vendería a $ 0-90,
Por Decreto número 550, de 29 del mismo mes, se d isp u so que ía sal
vijúa “ de mala calidad qae se extraiga de los bancos de Zipaquirá y
Nemocón” se vends a $ 0~42¿.
Por e! número 891, de 2 8 de noviembre, se rebaja así el precio de la
sal: de caldero, I 0 - 0 0 5 vijúa, $ 0-40, y la de mala calidad, t 0-30; la
compactada de Ohita, Muneque y Chámeza, lo mismo que la que haya
en los almacenes oficiales y “ la que entreguen los contratistas da las sa­
linas de Oundinamarca si el Gobierno resolviere compactar en ellas,
i 0-90 por cada arroba; la sal que se iatrolazca por el río Magdalena a
los Estados de Antioquia, Santander y Tolima, pagará como derecho
de consumo a razón de $ 0 - 2 0 por arroba, los cuales deben hacer efec­
tivos los respectivos Administradores y Recaudadores de Hacienda,
El Oónsal de Colombia en Curazao dice en un informe que publica
el Diario Oficial, que el Gobernador de Bolívar hizo comprar ec aquella
isla por cuenta del Estado 4,000 barriles de a 145 kilogramos de sal, ^
que costaron, puestos en los puertos de Cartagena y Sabanilla, a $ 0-90
cada barril, esto es, a poco menos de $ 0-08 cada arroba. Conviene compa­
rar este precio coa los de los diferentes contratos celebrados por cuen­
ta de la Nación sobre compra de la misma sal ea diferentes años. Cuando
estuve en Curazao visité las salinas y estudió el punto, por lo cual puedo
asegurar que el señor Cónsul no se equivocó en su informe con respecto a
precio.
1882
B\ mismo doctor Roldáu presentó ia Memoria en este año. Ea él se
dictaron varias disposiciones sobre la reata de salinas, que indirectamen­
te se relacionan con las marítimas, como tres decretos sucesivos, que fija­
ron el precio de venta de la sal dei interior así. respectivamente: com­
pactada, $ 1 - 1 0 , $ 1 -2 0 y $ ) • de caldero, $ i, $ 1 - 1 0 y $ 0-90, y vijúa,
$ 0-90, $ 1 y $0-70; y otro por el cual se restablece la libre elabo
ración y se dispone que en las salinas de Oundinamarca sólo se venda
sal de caldero y vijúa a $ 0-70 y $ 0-60, respectivamente ; vijúa en Cuma-
ral, a $ 0-40, y agua salada en Gachetá a $ 0-07.
Los principales conceptos de la Memoria que interesan a este esta­
dio son: •
“Es un sistema fiscal absurdo el de moderar la cuota de los impues­
tos conservando los gravámenes que existen sobre sus rendimientos,
porque así se llega a la eliminación de éstos para la entidad política que
Jos establece, mayormente si tales gravámenes tienes por objeto f*vore-
Rufino Gutiérrez 259

®er ñ los contribuyentes; y siendo indudable que los productos de í& reu­
ta de salinas disminuirán de una manera notable, por haberse rebajado
es más del 50 por 1 00 les precies a que se vendía la sal desde el año de
1810 , do ee razonable continuar repartiendo los productos cutre los
listados.
{,Si se considera que existen dos causas generales de decadencia de
la renta que contrarían las medidas q ie se dictan para fomentarla, se
comprende fácilmente que ella es susceptible de un gran progreso,”
Las dos cansas que apuntasen la instabilidad en los precios de la sal y
la competencia de la sal marina. Sobre esto último dice que antes se recau-
daba estrictamente el impuesto sobre internación para evitar la coro pe»
tencia a la sal oficial, y por ello “ llenó en absoluto su objeto, pues la ren­
ta de salinas, libre de toda competencia, progresó d© una manera tan rá*
pida que en once años (de 1865 a 1876) las ventas del articulo subieron
de 1 2 a 16 millones de kilogramos”; y agrega que ya no se cobran esos
derechos porque los Gobiernos de Bolívar y del Magdalena, a cuyo car­
go están desde 1874, ios cedieron a una Compañía que no tiene interés
en hacerlos efectivos.
‘‘Por la cuenta de las sumas entregadas a los Gobiernos de Bolívar y
el Magdalena en pago de lo que les correspondió ea el último ano económi­
co por derechos de internación, aparece que pasaron por las Aduanas de
Cartagena y Bíohacha 8.427,881 kilogramos de sal procedente de las sa­
linas marítimas de nuestra Costa Atlántica, pues la cantidad pagada al­
canza a 9 491,538-31), y el derecho se cobra a razón de $ 0-60 por cada
1 2 | kilogramos.” Hace en seguida el cómputo de ia población que tienen
aquellos Estados y del consumo máximo de sal, y saca la consecuencia
de que más de cinco millones de kilogramos debieron venir a competir con
la sal del interior.
Para combatir ei mal que denuncia dice que dsbe derogarse la Ley
que ceáió ios derechos de internación, porque ios Estados de ia Costa,
“con oí hecho de no hacer efectiva la concesión, además de privar a la
dación de una de sus rentas, impide que el impuesto sobre la sal délas
salinas del interior sea tan módico como puede y debe serlo, y semejante
situación es inaceptable”; y repite más adelante:“Si los agraciados en
logar de aprovecharse de las concesiones las abandonan, dañando a la
Nación y estableciendo un privilegio inaceptable, no queda otro recurso,
para evitar el daño y anular el privilegio, que volver atrás derogando la
Ley.” *
14 Todo se conciliaria satisfactoriamente—concluye—dándole a cada
ono de aquellos'Estados, en cambio de loa derechos de internación, un
s u b s id io d e $ 2 5 ,0 0 0 a n u a le s .”
Oree el doctor Roidáu que si algún día nos fuera dado desprendernos
de Sa renta de salinas, el medio sería disminuir el precio de la sal hasta
que sólo fuera un servicio que el Gobierno prestara.
Por la Ley 46, de 18 ds agosto, se permite a los particulares com-
pactar sal con la vijúa o el agua salada que se expenden en das sali*
ñas de la Nación ; se prohíbe al Ejecutivo dar en arrendamiento a
los particulares los hornos y demás elementos de propiedad nacio­
nal; se fijan los precios de ía sal, así: compactada, $ 1 - 1 0 ; de caldero,
$ 0-80; vijúa de primera, $ 0-65; de eeguDda, $ 0-5»; de tercera, $0-40;
vijúa de ÍTpín, $0-40; se autoriza a! Ejecutivo para rebajar hasta el 30
por 1 0 0 de estos precios en loa almacenes de fuera de (Jundinamarca y
Boyaoá; se fija el derecho de introducción de la sal extranjera por las
Aduanas de! Atlántico en $ 0-60 los 12f kilogramos, y el de internación
260 S a lin a s m a r ítim a s

en $ 0-30 ; y se faculta ai Ejecutivo para aumentar los impuestos de im­


portación e internación en un 100 por 100 en oaso de guerra exterior, y
en el 60 por 100 si hay perturbación interior del orden público.
Si D^crero número 445, de 25 de agosto, en ejecución de la Ley 46,
dispone lo siguiente : desde el 1,° de enero de 1883 sólo podrá internarse
por las Aduanas del Atlántico la sal que se produzca en Sos Esta los de
Bolívar y el Magdalena, en los cuales se pagarán por derecho de interna­
ción $0-30.
1883
La Memoria de este ano fue presentada ai Congreso por el Secreta-
rio doctor Aníbal Galindo. H *bla largamente de libre elaboración red
riéudose a las salinas del interior, y propone que para la venta se clasi­
fique en tres categorías la sai vijúa; pero ni indirectamente hace refe­
rencia a las salinas marítimas, ni sobre ellas se halla dará alguno en los
documentos anexos.
La Ley número 13, de 20 de mayo, dispone que ias fuentes saladas
que se descubran, de menos de sds grados de saturación, en el Canoa, Ao-
tioquia y B dívar, puedan ser elaboradas por los particulares sin restriccio
nes de ninguna especie, pero que su producto no puede llevarse a la ven­
ta a territorio donde se consume la sal de las salinas nacionales.
Por Resolución de 6 de noviembre se asimilan los derechos de inter
nación de la sal a los de importación para los efectos del pago a plazos.
Por Decreto número 1080, da 14 de diciembre, se manda vender agua
salada en JSTemocón, elevándose a veinticinco grados de concentración, a
$ 0-50 los 50 kilogramos.
1884
En este año es también el doctor Galindo quien presenta la Me­
moria al Congreso. Lo único que ella contiene relacionado con las salinas
marítimas es lo siguiente :
Por las Aduanas de B la n q u illa , Cartagena, Santa Marta y Ríoha
cha se internaron 125.175 kilogramos de sal, que produjeron por dere
cho de internación $ 3,003-80. H*bla de las últimas disposiciones legis­
lativas sobre exención de derechos de importación de la sal peruana, so­
bre la cesión a los Estados de la Costa del producto del impuesto de
internación y sobre libre elaboración, y termina:
^Oon estas medidas la renta de salinas, fim iada e% el monopoliof
tiende a desaparecer, y !o mejor, por no decir lo único racional y moral
que debe hacerse, es legalizar la situación, para igualar a todos por la
libertad, aboliendo el monopolio y reduciéndose la Nacióu a derivar en
libre competencia con ios particulares, una renta de la rica mina de Zipa»
qniró y de las otras de menor importancia que hoy administra, como de
una propiedad nacional. Qae la libre elaboración está minando la reuta,
se deduce de uu modo geueral d éla comparación délos productos de
los tres años anteriores a la libre elaboración, cou los últimos años.”
Por Decreto número 39, de 12 de enero, se eleva el precio del agua
salada en Bemooón a $ 0-50 por los 50 kilogramos.
La Ley número 28, de 4 de agosto, fija el precio de la sal así: com­
pactada, $ 0-90; de caldero, $ 0-6¡»; vijúa de primera, segunda y tercera,
respectivamente, $ 0-55, $ 0-45 y $ 0-35 por cada arroba; de Upín, $0-3(1,
y dispone qae un año después de puesta en ejecución la Ley, qaeda reba­
jado el precio de la compactada en un centavo por mes, y ea proporción
R u fin o G u tié rr e z 261

las otras clases hasta que lleguen a estos precios fijos: compactada, $ 0-60;
de caldero, $ 0 - 3 5 ; vijaas, $ 0-30, $ 0 - 2 0 y $ u -i 6 , según su clase, Se eli­
mina por otra ley el impuesto de internación de la sal.
Por Decreto ndinero 1060, de 2 0 de diciembre, se fijan estes precios
para la sal por cada 12$ kilogramos: compactada, S 1-15; de caldero,
I 0-90; vijúa de primera clase, $ 0-77J; de segunda, $ 0-67¿ ; de tercera,
$ 0-52; la de Upía, $ 0-77J, y por 60 kilogramos de agua saluda, $ ü-50,
1885
El doctor Felipe Angulo presentó la Memoria ai Congreso dé este
año. Dice que la situación de la renta de salinas ha mejorado notable­
mente en el último año con respecto al anterior, pero que todavía está su
rendimiento muy por debajo del que dio el año de 1879 a 1880, lo cual
atribuye especialmente a la rebaja del precio de la sal y no a !a libre ela­
boración, a la cual augura los mejores resultados para el porvenir. Cree
que debe suspenderse la franquicia concedida a la sal de! Perú, y agrega
que como la internación de sai de la Costa Atlántica ha tomado “ propor­
ciones verdaderamente alarmantes,” se ha iniciado un arreglo coa los Es­
tados de Bolívar y Magdalena para que las salinas de aquellas regiones
se administren por cuenta de la Nación.
Por Decreto número 55, de 14 de enero, se fijan estos precios ala s a i:
compactada, $ 2-25; de caldero, $ 1 -5 0 ; vijúa da primera, $ 1-37J; de
segunda, $ 1 - 12 J ; de tercera, g 0-75; vijúa d@ Upín, $ 1-37J, y agua sala­
da, los 60 kilogramos, $ 1-25.
Por el n ómero 84, de 19 dei mismo mes, se rebaja a $ 0-80 el precio
de la sal de Upín.
Por Resolución de la Secretaría de Hacienda de la Nación, de 28 del
mismo mes, ee redocen a una sola las tres clases de sal vijaa, con el pre­
cio señalado en el Decreto número 55 a ía primera.
B 1 artículo l.° del Decreto de carácter legislativo número 281, da 23
de marzo, dictado por el Ejecutivo Nacional, dice :
“ Establécese en beneficio del Gobierno Nacional y durante la actual
perturbación del orden público, el monopolio absoluto de la elaboración
y venta de sal en las salinas nacionales.”
Por el número 296, de i.° de abril, también de carácter legislativo, se
dispone en el artículo l.° :
“ Establécese por cuenta y a beneficio del Gobierno Nacional el mo­
nopolio de la elaboración, explotación y venta de sal en el territorio de ia
Un ión.”
El mismo Decreto prohíbe a los particulares la introducción e inter­
nación de sal marina a los Estados de Bolívar, Magdalena, Sautauder,
Antioquia, Tolitna, Boyacá y Oundinatnarca, y agrega en su artículo 3.°:
“ El Poder Ejecutivo proveerá a dichos Estados cíe la sal que necesi­
ten para el consumo, y celebrará convenios particulares con ios de Bolí­
var y Magdalena, dueños de las salinas dei litoral, a fin de otorgarles una
indemnización por los perjuicios que sufran con esta medida de interés
público ”
Por el número 317, de 10 de abril, se aumentan los precios de la sal,
así: compactada, $ 5 ; de caldero, $ 3-50,y vijúa, $ 3.
Por el número 329, de 23 de! mismo mes, se eleva a $ 4-70 el precio
d© la sal en Ohámeza.
262 Salines marítimas

Por el número 336, de 12 de mayo, se señaló el precio de $ 0-30 por


cada 12$ kilogramos de agua salada de Chámela,
Por el número 409, del mismo mes. se rebaja este último precio a
$ 0-30.
Por el número 639, de 2 de septiembre, se rebajan los precios así?
compactada, $ 4; de caldero, $ 2-30, y vijúa, $ 2-40.
Por el número 701, de 19 de octubre, se rebajan los anteriores &$ 3,
$ 2 y $ 1-82$, respectivamente.

1886 a 1888
Don Felipe F. Paúl presentó él Informe al Congreso como Ministro
de Hacienda. Se refiere a! año económico de 1885 a 1886, al resto de este
último y a todo el de 1887. Dice que en el año de 1885 a 1886 se importa-
ron 1.255,707 kilogramos de sa! extranjera, y 1.014,144 en 1887. La Me­
moria no dice cuánto prndojo esta sal por derechos de importación.
El producto líquido de las salinas marítimas en aquel año económico
dice que fue d e .. . . . . . . . . . . . . . ........... ,. 47,648 10
E g el último cuatrimestre de 1886.......................... 51,916
B» 1887------ ...» . . . . . . 2

Suma. . . . $ 397,847 ..

De esta suma no se deduce io que s© dio como Indemnización a Bo­


lívar y Magdalena*
En el monopolio de la sal en el Canoa se obtuvo una utilidad líquida
de $ 71,584-80 en todo aquel tiempo. Este monopolio gravitaba sólo sobre
ia sal que libre de derechos se importaba del Perú por las Aduanas del
Pacífico, y fue suprimido el 29 de septiembre de 1887,
Agrega ei señor P a ú l:
“ Convendría, quizáSj con el objeto de simplificar y regularizar la
administración de esta renta, el contratar con un solo individuo o com­
pañía la producción de toda la sal marítima que demande el consumo.”
Entre los documentos anexos a la Memoria figuran un contrato con
el señor Araújo L., por el cual se compromete éste a explotar las salinas
de Galerazaníba, Manaure y Lagunagrande, entregando la sal empacada
en los almacenes de Cartagena y Santa Marta, a razón de $ 0-30 cada
12$ kilogramos de sal de grano—o sea a $ 5 cada fanega de 18 arrobas
españolas—y a $ 0-09 la sal de espuma; otro con el señor Manuel María
Palacio para entregar empacados en los almacenes de! Gobierno hasta
460,000 kilogramos de la salinas de Sabanalarga y El Rodeo, apoco osas
de $ 0-29 por cada 12$ kilogramos: otro con el señor Francisco Fonseca
Plazas, como representante de la Gobernación de Bolívar, por el cual
toma la Nación a ésta 266,899 kilogramos de sal “ que tiene depositados
en la Aduana de Cartagena” a razón de $ 0-51$ los 12$ kilogramos;
otro con el señor Antonio Araújo, por el cual se le pagan casi $ 0-23 por
cada 1 2 $ kilogramos que empaque a su costa y transporte de Ríohacha a
Barranqadla, a razón de 1 ,2 0 0 fanegas mensuales de la sal que existía
en aquella Aduana, y otro con el señor José üamaoho Boidán, apoderado
del señor O. H. Simmonds, cesionario del señor José María Domínguez,
por el cual se le reconoce una indemnización de $ 69,000 moneda perua­
na por !a rescisión del contrato en que Domínguez se comprometió a su­
ministrar en los puertos del Pacífico toda la sal que se necesitara, y el
Rufino Gutiérrez m
Gobierno a paer&rle &$ 3-20 por cada 100 kilogramos* más $ 0-15 p! des*
embarque en Buenaventura y $ 0-08 en Turnaco.
Hace ía Memoria ia enumeración de ias leyes, decretos, resoluciones
y simples órdenes por los cuales se variaba constantemente el precio de
ia sai del interior, cuyo valor se hizo fluctuar muchísimas veces de 1884
a 1887, entre $ 0-90 y 8 5 la arroba de ia compactada* y en ia misma
proporción ias demás sales, hasta qae quedó fijado ei precio así, al tiempo
de reunirse el Congreso,* compactada a $ 1-40; de caldero, $ 1-10 ; vijúa,
$ 1 , y agua salarla, los 50 kilogramos, a $0-75.
El l.° de abril de 18*55, por Decreto ejecutivo, a! hacer extensivo a
toda la República el monopolio de ía sal, se dispuso que ei precio de
la marina fuera el mismo que el de la de caldero ; en diciembre del
mismo afío se fijó en $ 1 -2 0 el precio de la sal de espuma, y en . diciembre
del afío siguiente en $ 0-60.
Por último, dice ©1 señor P aú l: *;La libre elaboración de sal estable­
cida desde 1882, y que ha venido practicándose hasta la fecha con una
interrupción de poco tiempo, impuesta por las necesidades de ía última
guerra, parece que, a lo menos, no ha sido causa, como se temió por
algunas personas, de disminución de la renta,” y agrega que no sería pru­
dente volver ai antiguo sistema porque acabaría con una industria, perju­
dicaría a otras muchas y ocasionaría grandes pérdidas a multitud de
individaos.
El artículo 2 0 2 d© ia Constitución expedida en 1886 dice:
íf Perteneces a ía República de Colombia:
ki l.° Los bienes, reatas, fincas, valores, derechos y acciones que per­
tenecían a la Unión Colombiana en 15 de abril de 1886.
4Í 2 .° Los baldíos, minas y salinas que pertenecían a los Estados,
cuyo dominio recobra la Ración, sin perjuicio de los derechos constituidos
a favor de terceros por dichos Estados, o a favor de éstos por ia Ración a
titulo de indemnización.”
Por el artículo l.° de la Ley 41 se autoriza ai Ejecutivo para exten­
der a Panamá el monopolio de sal marina en los miemos términos que se
estableció en Bolívar y Magdalena.
Por Decreto número 187, de 26 de marzo de 1886, se rebaja el precio
de la sal compactada a $ 2-40; de caldero, a $ 2 , y vijúa, a $ 1-67J.
Por el número 310, de 2 2 de mayo del mismo año, se permite que la
sai de Upío pueda circular libremente por todo el país, y se le fija e! pre­
cio de | 1-67A.
Por el número 404, de 1 0 de julio del mismo afío, se rebaja el precio
de la compactada, de caldero y vijúa, respectivamente: a $ 1-80, $ 1-50
y $ 1~04.
Por el número 509, de 23 do agosto del mismo, se restablece ía venta
de sal vijúa de segunda clase, menos en Upín, y se le fija el precio de
$ 1-20 la arroba en el resto del ano, y $ 0-80 del l.° de enero de 1887 en
adelante.
Por Decreto número 644, de 13 de noviembre de 1889, se establece el
monopolio de sal marina en Panamá, y se dispon© que por cuenta de! Go­
bierno se abran almacenes en la capital del Departamento, en Colón y ea
las demás poblaciones que convenga. En aquellas dos el precio de venta
sería $ 1 - 1 0 .
Por Decreto número 556, de 22 de agosto de 1887, se fija en $ 0-70 el
precio de la sal m arina en los mercados del Cauca.
Por el número 617, de 24 de septiembre del mismo afío, se declara
abolido el monopolio de sal marina en e! Cauca, de manera que cualquiera
264 Salinas marítimas

podieso introducirla pagando nn derecho de consumo de $ 0 - 0 2 J por kilo*


gramo.
Los señores Bernardo de la Espriella y Gustavo 8 . Guerrero denun­
ciaron ante el Ministerio de Hacienda en el mismo año una mina de sal
gema “existente en terrenos marginales del río Jaanam bú ,77 y anuncian el
envío de ‘'•maestras comprobantes tomadas de la mina.77
Por Decreto número 753, de 7 de diciembre de 1887, se declara libre
la importación y venta de sai marina en Panamá.
El Decreto número 788, del mismo mes, dice en su artículo 1 .*:
“ Conforme al artículo 204 de la Constitución..... el Gobierno no puede
disponer el súbito aumento dei precio de la sal ni en tas salinas de la Be
pública, ni en los almacenes de sai marina, ni tiene por ahora propósito
de decretarlo .77
Por Decreto número 785, de 20 de diciembre de 1887, se dispon© ia
venta de agua salada en Eemocón, a $ 0-75 cada 50 kilogramos, a la con­
centración de veinticinco grados.
1890
El mismo doctor Paúl presentó el informe ai Congreso de esta año, el
cual se refiere ya al bienio. E i el anterior abogó por que la administra­
ción de la renta de salinas se hiciera por arrendamiento, y ahora repite io
mismo, porque considera que asi aumentaría su rendimiento, mejoraría el
método de extracción, se regularizarían los transportes y se podría vigilar
mejor el contrabando. Opina que se debe rechazar la sal del Perú y facilb
tar el envío al Cauca de la que producen las salinas de nuestras costas, y
que tal vez podría obtenerse que Venezuela permitiera el tránsito por su
territorio a Cúcuta de la sal de La Goajira, libre de derechos, “como Co­
lombia lo hace respecto de la sai venezolana que pasa a Cúcuta.77
Desde 1889 se estableció un almacén de sal marina en Medellin, al
cual enviaron de Barranquilla en este año treinta y cuatro sacos y en el
siguiente treinta y siete.
Entre los documentos anexos figura un informe de! Administrador
del monopolio en Barranquilla, quien acompaña un cuadro en que figuran
cuatrocientas veintiocho salinas pequeñas, casi todas artificiales, de pro­
piedad particular, como existentes en la isla de Salamanca, en loa lagares
llamados Mondongal, Tasajera, Flamenco, Loro, Santa Rosa, Mahomay
Puntaagachada.
Coa respecto a las salinas terrestres propone que sólo se venda agua
salada, pero que si esto tiene inconvenientes, se establezca gradación de
precios en la sal vijúa, según su calidad, y se suba el del agua salada.
Por Decreto número 398, de 10 de mayo de 1889, se nombró Admi­
nistrador de la Salina de El Torno a don Juan B. Roncallo, con $ 100
de sueldo y una prima de $ 0-05 por cada saco de sal que se cosechara.
Por el número 545, de 9 de julio del mismo año, se hace exteusiva a
la sal que se introduzca por Ipiales la exención concedida por los Decre­
tos números 617 y 657 de 1887.
El Administrador del monopolio de la sai en la Costa Atlántica, se­
ñor Jo«é M. Mogollón, avisa al Ministerio en octubre que el producto de
las salinas uo alcanza para atender a ios gastos que hay que hacer, por
lo cual se deben sumas de mu 3ha consideración a los contratistas para la
explotación, señores Juan Manuei Dávila, Antonio Araújo L., Demetrio
Dávila y Samuel Pinedo.
Por Decreto número 20, de 23 de enero de 1890, se dispone que la
R u fin o G u tié rr e z 265

remuneración del Administrador de las Salinas de El Torno sea $ 2-30 por


eada 2 0 0 kilogramos de sa! que beneficie.
El 29 de marzo se celebró contrato con el señor José Asunción Silva
para explotar la salina de Changue, por cinco años, a razón de $ 3-39J
cada 1 0 U kilogramos.
Por Decreto número 677, de 30 de septiembre de 1890, se fijan ios si­
guientes precios para la sal, de l.° de enero siguiente en adelante, por
cada 1 2 J kilogramos, y que esos precios seau rebajados en $ 0 - 1 0 cada uno
hasta el de abril inclusive : compactada, $ 1-30 ; caldero. % 1 ; vijúa de
primera,$0-90;de segunda, $0-70; marina, $ 1. A lasa! de Upín le señala
$ 0-75, y en el mismo tiempo una rebaja de $ 0-05. Igual rebaja hace a
la sal de espuma en el propio tiempo, a la cual fija el precio de $ 0-55.
El señor Marco A, Fonseca ofreció a! Ministerio, en nombre del sa>
ñor Oarlos de Biham, $ 126,167-30 anuales durante el tiempo porqae
se le conceda privilegio exclusivo para introdacir y vender en los Depar­
tamentos del Cauca y Panamá sal del Perú. El Ministerio consideró in­
aceptable la propuesta.
La Ley 115, de 29 de diciembre de 1890, ordena ai Ejecutivo sacar a
licitación el contrato de explotación de las salinas marítimas hasta por
cuatro años y por una suma qae ao rebaja de $ 400,000 anuales, con con­
dición de que el contratista conserve el precio oficial de la sal qae la ley
fije para lo sucesivo en $ 0-70 la arroba de la de grano, y en $ 0-40 la de
espuma. Ea caso de qae no puedan arrendarse las salinas en el precio
fijado, ee ceden al Banco Nacional hasta por seis años, a $ 4<)0,OU0 loa dos
primeros, $ 560,000 los dos siguientes y $ 600,000 loa dos últimos, y hi el
Banco no acepta, puede rebajarse el precio del arrendamiento, pero ^úni­
camente en favor del Banco.”
1892
Presentó el Informe en este año el Ministro doctor José Manuel Goe-
naga.Los principales conceptos y noticias sobre salinas que contiene, son
éstos:
Estudiando detenidamente las cansas de la disminución de la renta,
especialmente en 1891, “ no se ha encontrado otra qae U rebaja de los
precios de las diferentes clases de sal. El producto líquido ha dismi­
nuido, con perjuicio notable para el Fisco, y no se ha obtenido propor­
cional aumento de venta de la especie. Se ve, en consecueucia, que por
algún tiempo, es decir, mientras se sale de las dificultades fiscales, hay
necesidad de restablecer los precios anteriores.” y uniformarlos para to­
das las salinas, excepción hecha de las de Chita y Mnueqae y las del li­
toral atlántico; “además, en estas últimas es casi imposible establecer
eficaz vigilancia, y los altos precios no servirían sino para estimular el
contrabando ya alarmante, e impedir que la rica sal de esos criaderos
haga competencia en Antioqnia a las salinas particulares.
‘Ljs Departamentos de Bolívar y Antioqnia contribuyen con poco
a formar la renta de salinas; en el de Panamá se consume sa! traída de
los Estados Unidos y de las Antillas, porqae se h*a presentado grandes
inconvenientes para hacer efectivo el monopolio ; del Perú y el Ecuador
viene la que se necesita en el Cauca, no quedándole a la Nación sino una
pequeña utilidad, que es el derecho llamado de consumo ”
Propone cerrar en el interior todas las salinas, menos las de Zipa-
quirá y Upífl, y hacer vigilar las marítimas por los buques del Gobierno
y otras embarcaciones costaneras “qae impidió la cristalización en las
salinas cuya cosecha no quiera aprovecharse.”
266 Salinas marítimas

Dice que las salinas marítimas no han podido arrendarse a pesar de


que se rescindieron todos los contratos que servían de obstáculo para ello
por tenerlos comprometidos por largo tiempo, porque ia base fijada fue
muy alta, y agrega: “ Probablemente, al fijar la base para esa licitación,
os fijasteis en lo qne figuraba como producto para los extinguidos Esta­
dos de Bolívar y Magdalena por derecho de internación de sales: ese
producto era meramente nominal y sólo alcanzaba cada año a la quinta
parte, a lo sumo, de lo que hoy reciben esas secoioaea de la República
por indemnización a causa del monopolio. De grande utilidad sería para
el Fisco destruir la competencia qu 9 a las salinas marítimas nuestras ba­
sen ea Antioquia las de particulares, y en ei G*ue* las del Perú y el
Ecuador; pero para esto necesita el Gobierno de facultades amplias, casi
discrecionales, por algún tiempo.57
Entre los documentos anexos hay varios cuadros, de los cuales apa­
rece que se habían celebra io ios siguientes contratos sobre explotación d©
salinas, unos por el Ministro de Hicienda, otros por el de Guerra, otros
por el Administrador de las salinas, etc,, sin que para magano de ellos
S3 exprese la duración : coa Jaan Manuel Dávila, para explotar la sa ína
de Pozos Colorados, entregando la sa 1 en Barranquiiia, sin incluir empa­
ques, a $ 6 cada 207 kilogramos; con Demetrio Dávila, para las de El Tor­
no, Santa Marta y Ohengue, a $ 2-35 los 1 0 Dkilogramos puestos ea Ba*
Tranquilla; con Manuel Insignares 9., para las de Mondonga!, Tasajera y
Flamenco, a $ 2 cada 1 0 0 kilogramos de sal de espuma puesta en Ba­
rra n q u e a ; con José Asunción Silva, qtiien traspasó el contrato a Ñama
P. Nogaera, para la de Ohengue, por cinco años, a $ 3-39 cada 1 0 0 kilo­
gramos puesta en Barranqnilia ; con P. P. de Castro, como poderado de
Juan Manuel Dávila, para tomarle a $ 2-93 cada 1 0 0 kilogramos d© una
sal que le quedó por rescisión de contrato. Por otro posterior se le pa­
gan por separado $ 6.951-90 por los 22,983 empaques, a $ 0-30 cada uno,
al señor Dávila; coa Juan B. Roncado, no propiamente contrato, sino
nombramiento de Administrador de la Salina de El Torno, oomprome-
tiéodoae el Gobierno a pagarle la sal a $ 2-30 los 1 0 0 kilogramos entrega­
dos en Barranqnilia; con José de Jesús Hernández, para explotar por dos
años las Salinas de Mondongal, Tasajera y Flamenco, $ 2-03 cada 1 0 0 ki­
logramos de sai de espuma puesta en Barranqnilia; con el mismo, de res­
cisión, al aüo de estar vigente, del anterior contrato en qne cede gratuita­
mente Hernández 150,000 kilogramos de sal (que según precio del primiti­
vo contrato valen $ 3,015), se le toma el excedente de sal, que resaltó ser
209,152¿ kilogramos (que valieron %4,245-75), y se le dan $>20,000 de in­
demnización; con Juan Manuel Dávila, de rescisión de otro, hecho en
1880, pagándole $ 34,000 como indemnización.
El Decreto número 513, de 6 de janio de 1891, dispon© que la sal que
se introduzca por los puertos de Buenaventura y Tamaoo pague el de­
recho de que trata la parte fiual del artículo 3.° de la Ley 29 de 1887.
Por el número 1411, de 24 de marzo de 1892, se mandaron cerrar las
Salinas de Nemocón y Tausa y establecer un almacén de sal vijúa de Zi
paqnirá en N^mocÓD.
Por el 175, de 14 de junio siguiente, se mandó explotar de nuevo la
de Nemocón.
Por el número 4 0 , de 9 septiembre de 1892, se derogó el 677 de 1890,
de manera q ie volvieron a subir los precios de la sal al estado en que es­
taban en septiembre de aquel ano.
La Ley 5, de 26 de agosto de 1892, dice que “ pertenecen a la Nación
las siguientes rentas y contribuciones que ee recaudan es el Departa-
Rufino Gutiérrez 26T

aieuto de Panamá : la de salinas marítima** cuando se establezca el rao-


nopolio o se organice bu explotación
La 57. de 14 de noviembre, manda establecer almacenes ea Buena­
ventura y Tamaco para veuder sai marina a precio que no exceda de! costo
depredación, transporte y administración. Cuando esta sai pueda ven­
derse a $ Ü-SO la arroba, ei Ejecutivo puede gravar (a introducción de la
extranjera “ dentro de ios derechos de aduana.”
Por la 94, de 16 de diciembre, se fijan los precióme la sal a s í: cota
pactada, $ 1-40; de E! Torno, $ 1- 2 0 ; la demás marina y la de grano,
I 1 -1 0 5 vijúa de primera, $ 1; de segunda y sai de espuma, $ 0-80, y auto­
riza al Ejecutivo para rebajar estos precios.
1894
Don Pedro Bravo fue ei Ministro que presentó este año el Informe ai
Congreso. Los conceptos más saiieutes y las noticias que sobre salinas
marítimas o que con ellas se relacionan, son éstos :
“ Aunque algunas de las distinguidas personas que hau desempeñado
m otras épocas la Cartera de Hacienda fueron de opinión que en Cundí
namarea no debía dejarse en explotación sino las salinas de Zipaqairá y la
de Oumaral y Upía, y que en Boyacá, después de dar en arrendamiento
las de Chita y Ohámeza, debían cerrarse la3 otras, he creído más acer­
tado el pensamiento contrarío, áe ponerlas todas en estado de servicio ; y
esto, entre varias razonen, por la poderosísima de que Dios, que es la
suprema sabiduría, no derrama sus dones al acaso ni.siembra sus bene­
ficios en desorden y desconcierto de manera que deban aer estériles, eiao
que coloca ei remedio ai iado de cada necesidad, como, por ejemplo, el
mané en la peregrinación de ísraei o los oasis y los camellos eu el de
síerto.
“ En armonía con estas ideas volvióse a abrir la Salina de Neaioeóa,
que había sido temporalmente cerrada, y se dieron ea arrendamiento
otras, como la de Tausa, que lo estaba igualmente. Pinsaima, aiguoas de
las situadas en el Territorio de Oasaaare, Ooeilo, etc., y abrigo el propósito
de hacer lo mismo con las restantes,”
Con la rebaja del precio de la sal, decretada eu 1890, se propuso el
Gobierno fomentar el consumo; pero coa vencido p jr ios datos estadísti­
cos en un período suficiente de que este cálculo era ilusorio y de qae, en
vez de aumentar, disminuía considerablemente la renta, se restablecie­
ron desde septiembre de 1892 los precios decretados en agosto de 1886,
a s í: compactada, % 1-40; El Torno, $ 1-20; la demás de mar y la de oai
doro, 8 1- 1 0 ; vijúa de primera, § 1 ; de segunda y de espuma, $ 0-89; de
Curazao, $ í-20. Con esta alza de preeip, que representa un 40 por 100,
se aumentó el producto en el año en uo 58 por 100.
El Administrador de las salinas marítimas, eu informe anexo a la
Memoria, es de opinión que “las salinas marítimas que producen salde
grano no necesitan, si se quiere, estricta vigilancia.” De ese documento
resulta que en las salinas los precios de explotación fueron los sigaientes
por cada arroba:
Manaure, Administrador explotador Rafael Salcedo ............. 8 0 60
Galerazamba, administrada por Antonio Araújo 5j ___ ........ 0 37
El Torno, administrada por Rafael Salcedo .............................. 031
Santa Marta y Pozos Colorados, administrada por José Do­
mingo D ávila........................... 64$
a 08 S a lin a s m a r ítim a s

Mondongal y Tasajera, administrada por José Domingo Dá-


TílíK ..., — . ......................................................
Bolombolo y Lagunagrande, administrada por Jalio J. Pineda. 0 40
Chengue, administrada por César Campo................. .................. 040
Al contratista de Manaure se le relevó déla obligación d© entregar la
&&\ en Barranquilla, y por consiguiente el transporte quedó de cargo del
Gobierno.
Foera de éstos se hicieron los siguientes contratos de que habla la
Memoria, para la importación de sal de Curazao, a $ 1-20 la arroba, o
sea los 12| kilogramos: con Whedéking, Foche & Compañía, por 100,000
arrobas, o sea 1.250,000 kilogramos, y con el General Florentino Macja-
rrée, 200,000 arrobas, o 2.500,000 kilogramos.
En abril de 1894 se dieron en arrendamiento por tres años, ai señor
Manuel N. Jiménez, las salinas marítimas de !a Costa Atlántica, menos
las de Manaure y Chengue. Sólo m Panamá y el Cauca no podía vender
sal el contratista, pero en el resto de la República sí, lijando libre­
mente el precio de ella, sin exceder de! oficial; las existencias de sal que
tuviera el Gobierno las cedía a $ 0-30 la arroba de la de grano y a g 0-25
la de espuma. En caso de pérdida de la cosecha, Jiménez podía intro­
ducir sal del Extranjero en castidad que fuera necesaria sin pagar dere­
chos. El valor del arrendamiento convenido fue $611,025 en moneda le
gal, por año, suma en la cual quedaban incluidos $ 48,000 que debían
darse al Departamento de Bolívar y $ 30,000 a! del Magdalena, cada
afio, por vía de indemnización. Considerando el tipo medio del cambia
en los tres años, resulta que el contratista debía pagar en oro por el primer
áño $237,146-84; eu el segundo, $ 231,448-82,y ene! tercero, $254,593-75;
pero por lo que ee ve en las Memorias de Hacienda, lo ingresado al Te­
soro Público en aquellos tres años no alcanzó al valor del arrendamiento
en seis meses.
Las salinas de Manaure y Chengue se excluyeron de este contrato
porqce en septiembre de 1893 se había hecho otro con el mismo señor J i ­
ménez para proveer de sal a los Departamentos de Panamá y Cauca du­
rante cinco años. AI contratista se !e entregaban estas salinas y las que
existieran eo Panamá, y se le pagaba a $ 9-45 la arroba de sa! entrega­
d a s Colón y Panamá para el consumo de este Departamento, y en Bue­
naventura y Tu maco la necesaria para el Cauca. El Gobierno debía pa­
gar la mitad del gasto que ocasionara el celo del contrabando y Sa dife
rencia entre la moneda nacional y el oro que excediera del 130 por 109
en los transportes de sal.
Por Decreto número 1154, de 2 de agosto de 1893, se establecen al­
macenes de sal marina en Buenaventura y Tumaco.
Por ei 1449, de 17 de octubre del mismo ano, se fija el precio d@$ 0-80
por cada 12- kilogramos para la venta de la sal en los almacenes de Bue­
naventura y Tamaeo, la cual debía situar eu ellos el contratista Jiménez.
Por el mismo Decreto se elevaron los derechos de introducción de la sai
extranjera de $ 0-3 coa que estaba gravada, a $ 0-70. Este aumento
debía hacerse efectivo por décimas partes en diez meses.
El Ministro de Hacienda celebró el 8 de noviembre de 1893 contrato
eon B. López A Compañía, como cesionario de Manuel N. Jiménez para
proveer de sal ai Cauca y a Panamá, por e! cual el Gobierno se com­
prometió a tomar a López & Compañía, a la terminación del con­
trato, la sal que Ies quedara de las salinas de Manaure y Chengue, exis­
tencia “que las partes contratantes suponen no excederá en cada cose­
cha de 100,000 arrobas/7 a razón de $ 2-89 cada 100 kilogramos.
R u fin o G u tié r r e z 269

Por el Decreto número 1592, de 27 de noviembre de 1893, se esta­


blece en f^vor del Gobierno el monopolio de I» explotación, introducción
y venta de sa> marina en el Departamento de Panamá.
E i 28 de mayo de 1891 dictó el Gobernador de Panamá, y fue apro­
bado por el Gobierno, un decreto por el cual se establecen almacenes de sal
m Los Santos y Aguadulce, y se dispone que el precio de venta de la sal
en ellos y en Panamá sea un’fo de $ 0-60 por arroba, y no pueda
venderse en los almacenes menos cantidad de sai de una arroba. Su sep­
tiembre creó el Gobernador na almacén enD iV ii, con aprobación del
Gobierno, y fijó en $ 0-6 ), más los gastos de transporte, el precio de lasa!.
Por Decreto número 700, de 30 de julio de 1894, se dispone que con­
tinúe vendiéndose la sal ©n Buenaventura y Turaaco a $ 0-89 la arroba ;
en 8ao José, a $ 0-77-, y en Barbacoas, a $ 1-15.
Ei 26 de octubre del mismo año, por Decreto número 1096, se ele­
vó el precio en £Un José, a l l .
Por ©1 número 853, de 10 de septiembre, se manda cerrar la salina
de Hemocón,y por ©1 número 1194, de 17 de diciembre siguiente, es vol­
vió & abrir.
1896
Ai Congreso de este año presentó el Informe el Secretario doctor
Ruperto Ferreira, en el cual no dice una palabra sobre ia reata de salinas
y menos de las marítimas. Eo los documentos anexos se ve que el impues­
to sobre la sal extranjera, que era de$ 6-70 por cada 12-- kilogramos, más
e! 25 por 100 adiciona!,.se rebujó a $ 0-10 desde el 2 de enero de ese año.
Rl Jefe de la Sección de Salinas dice:
“La experiencia ha demostrado qae si desde la capital pudieran ma­
nejarse siu dificultades considerables todas las salinas de la República,
sería mejor prescindir de los contratos de arrendamiento, que en la ma­
yor parte de loa casos no han producido sino desastres al Gobierno, pér
didas ai Fisco, mala voluntad a los concesionarios para con los empleados
que se h^n visto en la necesidad de intervenir en la rescisión de sus con­
tratos,© incontables molestias a los encargados de velar por los intere­
ses nacionales,*’
El contratista para proveer da sal al Cauca y a Panamá, señor Ma­
nn©! N. Jiménez, como apoderado de José María de la Vega, quien cedió
el contrato a B, López & Compañía, no cumplió satisfactoriamente, por
lo cual llegó a ponerse la arroba de sal eu Cali a $ 8, y en Popayáu a
| 14, y por eso el Gobierno declaró rescindido el contrato el 26 de junio
de 1895; poro con la firma del mismo Ministro de Hacienda (don Carlos
Gribe), el 25 de julio siguiente se resolvió que la rescisión sólo se refería
a la provisión de sal al Cauca, y que el contrato quedara vigente coa res
peotoa Panamá, con la condición de que la sal para este Departamento
sólo se pagara a $ 0-43, y de qua ni el contratista ni el Gobierno “harán
reclamo ninguno por la falta de cumplimiento anterior a la rescisión del
contrato ” No quedó así el asunto, sino que por Resolución del mismo Mi­
nistro Uribe, de 25 de febrero de 1896, se permitió a aquel contratista
vender en el Canéalos excedentes de la producción de sal hasta un
máximum de 10,000 quintales”
El Almacenista de sal en San José (Cauca) deoía que la sal que se lle­
vaba de Panamá, por el contratista, era de muy mala calidad, y que sin
embargo llegó a tal extremo la escasez del artículo, “ que aun de esa sucia
a nadie se lo podía vender más de la exigua cantidad de 12J kilogramos,
21O S a lin a s m a r ítim a s

& fin deque pudiera proveerse de; artículo el mayor aámero posible'de
personal; y agrega: “La sal peruana, que han principiado ya a introducir
Jos particulares en virtud de Ja casi eliminación del impuesto eobre ella,
la están vendiendo aquí (en la estación de Sin José, en el ferrosara! de
Buenaventura), a $ 3-50?í la arroba.
Rescindido el contrato para proveer al Cauca, ei Gobierno hizo llevar
allí sal desde la Costa Atlántica.
El doctor Daniel Reyes, como Inspector dei monopolio de sal, celebró
los siguientes contratos eu febrero de 1895. y faeruu aprobados por el
Gobierno: con Manuel íosigoares S4> para la explotación por dos años
de la salina de Galerazamba. Eí Gobierno se comprometió a pagarle
el saco de cinco arrobas da sa!, inclusive el empaque, entregado en los
almacenes oficiales, a $ 1-50;
Oon Rafael Salcedo, para la explotación de la salina de El Torno,
en las mismas condiciones;
Con Manuel Insignares 8., para las salinas de Mondonga! y Tasajera,
eoo las mismas coa liciones, pero se id vierte que el Gobierao ao estaba
obligado a tomar de esta sal más de 40,090 arrobas por año ;
Oon Luis Garlos Riveira, para la salina de Bolombolo, se le pagaría la
sai que entregara ensacada y arrumada eu liíohacha y Barranquüla, a
$ 1-75 y a $ 2, respectivamente, por saco de cinco arrobas, y
Oon Lázaro BÍ2 SC0 S, para las salinas de Santa Marta y Pozos Colo­
rados, con las mismas condiciones, y ios precios serian : en Santü Marta,
$ 1-50 el saco, y en Barracquilla, $ 2,
Oon posterioridad retiró el Gobierno ia aprobación qua habla dado
al contrato que se celebró con Riveira, y entonces el Inspector celebró
otro, en marzo, con el apoderado de Julio J. Pinedo, para explotar por
dos años la salina de Bolombolo, comprometiéndose a pagarle la sal que
explotara dorante dos años y entregara ensacada eu los almacenas, a
$ 1-80 el saco de cinco arrobas en Barranquilla, y a $ L35 en Eíohaeha.
Antonio Araájo L. propuso mejorar el contrato hecho con lasig
nares para explotar la salina de Galerazamba, rebajando el precio de ia
arroba de $0-30 a $ 0-27, y entonces ei Inspector resolvió llamar a lici­
tación sobre esa base.
En septiembre siguiente hizo el Inspector, señor Reyes, un contrato
con el señor O. G. Müller, por el tiempo que eí Gobierno tuvisra que
mandar sal a los puertos del Pacífico, para transportarla de Puerto Üo-
lombia y Cartagena a aquellos puertos, eu cantidad no menor de dos­
cientas cincuenta toneladas mensuales, a dos libras y un chelín cada
tonelada. El contrato fue aprobado por el Gobierno.
Eí mismo Inspector decretó en enero el establecimiento de un al­
macén de sal en el Oarmeu de Bolívar, y dispuso que allí se vendiera la
arroba de la marina de grano a $ 1-69, y la de espuma a $ 1-39. Este
Decreto fue aprobado por el Gobierno.
Por Decreto ejecutivo de 28 de junio de 1895, número 243, se
manda trasladar a üali el almacéa de San José, y que se venda la sal
en su nueva residencia a $ 2 la arroba.
En julio siguiente hizo contrato don Garlos Uribe, como Ministro de
Hacienda, con el General Diego de Castro, por el cual el Gobierno com*
pró a éste 375,000 kilogramos de sai de Curazao, pueRta al costado del
muelle de Puerto Colombia, a razón de $ 0-37 cada 12J kilogramos; Oas­
tro por bu parte se obligó a suministrar en las mismas condiciones igual
«antidad cada mes, durante cinco meses.
Bi mismo mes hacía en Barranquílla el señor Rafael M. Gran, como
Bufino Gutiérrez 271

laspeotor del monopolio, contrato, que aprobó el Gobierno, por e! casi


compró 25,000 arrobas de sal de Curazao al señor 8. M, Oausland^ puesta
en Ja Aduana de B la n q u illa , a $ 0-37 la arroba.
Por Decreto número 14, de 20 de agosto de 1895, se suprimió e* ai'
macón de sal de Santa Marta,
Por el número 418, de 30 de septiembre siguiente, se restableció la
explotación y venta de sal de la salina de Sesqai ó.
Por el 447, de 3 de octubre del propio año, se rebajan %0-10, reparti­
dos por partes iguales en diez meses, a ios derechos de introducción de la
«al por las Aduanas del Pacifico,
Por el 430, de 2 del mismo mes, se trasladan los almacenes de aa! de
Cali y Barbacoas a S m José y Tumaco, respectivamente, y se diapone
que la sal se venda en San José a %1 y en Tumaco a $ 0-80.
El 10 do julio de 189(5 dio el Gobierno ea arrendamiento, previa li­
citación, al señor José María Sierra, por el término de cuatro años y por
la suma de $ 300,700 anuales, en mpaeda corriente, las salinas m áxim as,
El contratista se obligó a establecer almacenes en Oartagena. Barran-
quilla y Ríohacha, y también ea Santa Marta, si lo exigía el Gobierno,
y a vender en ellos la sal a los precios fijados por la Ley 94 de 1892 f
pero podía establecer almacenes en cualesquiera otros lugares y fijar libre­
mente los precios de venta, y también a darle al Gobierno, puesta en las
Aduanas de Buenaventura y Tumaco, a $ 0-75 la arroba, ensacada, la
sal que je pidiera* En caso de pérdida parcial o total de una cosecha, el
contratista tenía derecho a introducir sal extranjera sin pagar impuesto
aduanero.
Este contrato rigió hasta el 30 de septiembre de 1900, y no pudo
ser cumplido rigurosamente por el Gobierno en el último año a causa de
la revolución, pues se vio obligado a tomar militarmente y vender por
su cuenta la existencia de sal que tenía el contratista en diferentes pan­
tos. Los 10fo00 sacos de sal entregados en 1905 por el Banco Oentra! al
señor Sierra, por orden del Gobierno, representan la iodemaiz^ctéa que
se le reconoció por e m
Si ee considera el promedio del cambio ea ios años de 1898 a 1900, y
que el señor Sierra hizo el pago de los arrendamientos en papel moneda*
resulta que el negocio produjo al Tesoro Público próximamente las si­
guientes sumas en oro:
El primer año .................... - -- ............... --. . $ 125,291
El segundo año ......................... . -......................... 103,330
El tercer a ñ o . . . . . . . . . .. 87,437
B! cuarto año...... .................. , .............. 28,377
La Ley 103, de 14 de noviembre de 1896, abre un crédito adicional ai
Presupuesto de gastos de $ 60,000 para pagar al Departamento del Mag­
dalena lo que le quedó a deber el Gobierno del bienio de 1895 y 1896 por
su participación en la renta de salinas maiítimas, y otro de $ 140,000 para
gastos de explotación de las mismas salinas, transportes, etc.
1898
Fue el señor Manuel Esguerra el Ministro que presentó el Informe al
(üongreso de este año. No trae datos precisos sobro el producto de las sali­
nas marítimas, pero sí los siguientes sobre ventas eu los almacenes esta­
blecidos en el Pacífico:
Buenaventura, en 1 8 9 6 ................. I 17,12165
Buenaventura, ©n 1897 .......... .<> 15,83335
272 S a lin a s m a r ítim a s

San José, en 1896 ............ $ 73 802 80


San J oj-ó, en 1897............. ....... ........, .............. 18 508 40
Tumaco, en 1896 . . . ................. ........... . ............... .. 43,401 90
Tamaco, en 1897................................ ... 3?,9il 20
Este fue el producto de la venta de 234,566 ki'ogramos de sal, a $ 1
en San José y a $ 0-80 la arroba en los otros almacenes. No dice ©I señor
Ministro cuál fue el producto líqnido, pero sí recuerda que la conducción
de Cartagena a Buenaventura o Tumaco cuesta a $ 0-35 la arroba, y
la producción de sal $ 0-30 por término medio; de manera que, dice
él, quedan $ 0-15 para loa demás gastos. Sin embargo, por los datos
que arrojan los coutratos se ve que el término medio es mayor de $ 0-30
para el Gobierno eu aquellos tiempos, y como lo* demás gastos son
los de Inspectores, Administración, almacenes y demás gastos en la Costa
Atlántica, carga y descarga, personal numeroso en los almacenes, doble
empaque de la sai, mermas, locales, etc., resulta que ei Gobierno enfría
una pérdida con el envío de la sai al Cauca para venderla a precio mucho
más bajo de lo que salía costando a los consumidores del interior de Bao
tander, Antioquia y Tolima,
De los almacenes de Painrná da estos datos e« señor Ministro : B. Ló­
pez y Compañía traspasaron so contrato para este Departamento a Ricardo
Arias. En los años de 1895 y 1897 se vendieron en el almacén de la ciudad
de Panamá 144,993 arrobas 20 libras de sai, que dejaron al Gobierno una
utilidad de $ 5,351-25; en él de David, 17,021 arrobas, con $ 1,593-05 de
utilidad, y en el de Aguadulce, 53,209 arrobas y 8 libras, eou utilidad de
$ 6,344-90.
El Gobernador del Magdalena informó al Ministerio que ei único me­
dio de proteger en sus intereses a los contratistas de ¡as salinas marítimas
contra los contrabandos, era destruir todos los cuadros o salinas artificía­
les de propiedad particular existentes en la costa de Ciénaga Grande, y
entonces el Ministro ordenó la destrucción, previo avalúo, para pagar
aunado el Congreso apropiara la partida. SI avalúo se practicó en forma
legal, y se formó el cuadro o relación de las salinas artificiales existentes,
con bu respectivo avalúo cada una de ellas, y resultaron doscientas, apre
ciadas en $ 8,106. En las diligencias publicadas en el Informe del Minis
tro no se dice quiénes son los dueños de esas doscientas salinas, ni si había
otras en las mismas condiciones. El cuadro que se publica está encabeza
do a s í: “ Relación de las salinas que se encuentran en estado de elabora­
ción en los caseríos de J51 Rosario, Mondongal, Tasajera y Makoma, cuyos
dueños 8e ignoran, y del avalúo de las expresadas salinas.” No he encon­
trado constancia de que entonces se hubieran destruido.
1903
A causa de ia guerra no hubo Congreso hasta el extraordinario que
se renaió en este año. al cual presentó el Ministro doctor Ruperto Ferrei-
ro, en calidad de Informe, nn folletíco de treinta y cuatro páginas, con
ÍDformea de los Jefes de las Secciones del Ministerio y cuatro y media lí­
neas de su cosecha. El informe del Jefe de la Sección de Salinas no con­
tiene dato que merezca anotación.
1904
Ei Informe de este año al Congreso fue del Ministro doctor Carlos
Arturo Torrea, y en él se refiere a la marcha del ramo de la Hacienda de
1898 a 1*1)3. Eu el texto dice :
4‘La explotación de nuestras salinas se hace hoy de! mismo modo pri-
R u fin o G u tié r r e z 273

mifcivo y absurdooomo lo hacían nuestros antepasados. Los malos resulta*


dos que para el Erario ha producido el sistema de elaboración y adminis­
tración oficiales de la renta de salinas, a tal punto que los gastos que im­
ponen dicha administración y elaboración absorben casi la totalidad de la
renta, hacen juzgar que acaso sería conveniente que la elaboración se hi­
ciera por una compañía anónima en que pudieran tomar parte los actua­
les elaboradores de sal. Para evitar los graves inconvenientes que las
fluctuaciones en el precio de la sal han traído, y cerrar de una vez y para
siempre la puerta a especulaciones indebidas, debe quedar terminante­
mente prohibido que se hagan cambios en el precio de la sal, si no en un
lapso largo y por unidades, en la misma forma o semejante a lo que
se hace con los derechos de importación.”
El Jefe de ía Sección de Salinas, en informe inserto en la Memoria,
dice:
“ Las salinas marítimas estuvieron arrendadas desde 1896 hasta 1909.
Terminado este contrato, que fue hecho en licitación pábiica con todas
las formalidades del caso, continuaron por administración dnrante los dos
primeros años de la guerra (fines de 1900 a principios de 1902), sio que
hasta hoy (julio de 1904) sepa el Ministerio qué fue de la renta y cómo se
administró. Desde que explota la Nación estas salinas no se ha presta*
do el interés que requieren para que su rendimiento sea el que debiera
dar en otras condiciones. Ea tesis general se puede decir que estuvieron
abandonadas” ; y cree el señor Jefe que si se les prestara interés produ­
cirían anualmente $50.000,000 en papel moneda; use haría el país ex­
portador del rico elemento,” y se suprimiría en absoluto la introducción
de sal extranjera. Propone que se dividan en tres grupos las salinas ma­
rítimas y se den en arrendamiento a una compañía que ofrezca garan­
tías.
En los documentos anexos se encuentran los que se extractan a con­
tinuación :
En septiembre de 1898 el señor Sierra, como contratista de las sali­
nas, reclamó contra la provisión de sal que 88 hacía a Panamá y al Oauca,
y la consiguiente explotación délas salinas de Manaure y Ohengue por los
cesionarios del contratista Jiménez, y pidió que no se prorrogara la vi­
gencia de ese contrato al vencerse los cinco años. El Ministro doctor
Pedro A. Molina resolvió que no se prorrogaría el contrato y que el Go­
bierno se reservaba el derecho de proveer de sai aquellos Departamen­
tos, y el contratista Sierra contrajo la obligación de vender la sal
En otro memorial del mismo mes se queja el señor Sierra de que par­
ticulares explotan iassalinas déla costa de Ciénaga Grande, constituyen­
do esto un fraude que le causa graves perjuicios, y de que el Gobernador
del Magdalena no ha cumplido las órdenes del Gobierno para ampararlo
en sus derechos, y pide indemnización. El Ministro doctor Molina reco­
noce los hechos denunciados por Sierra, dice que la Constitución no le
permite mandar despojar a los particulares de los cuadros o salinas de
que están en posesión desde antes del establecimiento del monopolio, ni
reconocer indemnización como la que se pide, y resuelve no conceder ésta
y reiterar las órdenes de que se dé auxilio al contratista para “ impedir
en cnanto fuere posible ei contrabando de sal.”
En junio de 1898 ei señor JesásDueñas ofrece entregar en Tamaco y
Buenaventura 2,500 toneladas de sal de Ohiie, de primera calidad, puesta
en tierra y ensacada, a $ 3 el quintal.
Luis Ortigosa, sübdito español, ofreció en octubre del mismo año
60,000 arrobas de “sal gema de Chile,” que dice tenía en los puertos de
Monografías.—Tomo 2?—18
274 S a lin a s m a r ítim a s

Baenaventura y Tamaco, a $ 0-75 la arroba, a condición de que se le


devuelvan los derechos de importación que pagó.
Pío D. Valencia propaso en abril de 1899 entregar en tierra, en los
puertos de Buenaventura v Tamaco, 3,000 toneladas de sal de Ohile a
8 0-70.
Víctor Cordobés propone el mismo mes dar en Buenaventura y Ta­
maco toda la sal que se necesite para el consumo del Oauca, asL: compac­
tada, de igual calidad e la del Peró, a $ 0-80 la arroba, y de grano, ma­
rina, a 8 0-60 ; advierte que la sal es nacional, preparada en una salina y
fábrica que debe permitírsele establecer en Aguadulce, de Panamá; ofre­
ce dar al Gobierno % 20,000 por este permiso, si se hace el contrato por
cinco anos. Mientras se establece la fábrica suministrará la sai de la pro­
ducida en el Extranjero o en la Costa Atlántica.
Ramón S. Cáceres, también en abril, ofrece poner a disposición del
Gobierno, mensualrnente, en Buenaventura y Tumaco, 20,000 arrobas de
sal compactada, a 8 0-70 ia arroba. Por el privilegio exclusivo de proveer
así de sal al Cauca durante tres años, ofrece $ 10,000 anuales.
Lisandro Maldonado propone contrato por el cual se le conceda pri­
vilegio exclusivo por cincuenta años para proveer de sal marina al Cauca,
con condición de no venderla a más de S 1 la arroba. La sal debe con­
siderarse como oficial para efectos de franquicia de aduanas, ferrocarriles,
impuestos, etc. En caso de que establezcan fábricas en el Pacífico para
elaborar sal, todos los materiales deben gozar de franquicia, pero al ter­
minar el privilegio quedan de propiedad del Gobierno.
Al pie de estas propuestas hay una nota que dice que en vista de
ellas el Gobierno resolvió sacar a licitación el contrato de provisión de
sal al Cauca. El llamamiento a licitación se hizo en junio.
Sin embargo, con Pío D. Valencia se hizo en mayo del mismo año
contrato de compra de las 60,000 arrobas de sal de Chile que había ofre­
cido a $ 0 -70, pero uo se le devolvieron los derechos de aduana que exigía
Ortigosa, que era el dueño de esa sal. Sobre esto habló largamente la
prensa en 1899. Por este mismo tiempo el Ministro peruano señor Salazar
Bustamante, en nombre del Gobierno a quien representaba, que es dueño
de las salinas marítimas del Perú, ofreció a nuestro Gobierno, por con­
ducto de un amigo personal, toda la sal que se necesitara en el Cauca, en­
tregándola desembarcada en las Aduanas de Buenaventura y Tamaco, a
razón de $ 0-25, moneda peruana, la arroba.
El Gobierno del Perú, dueño de las salinas de Sechura, abrió en 1896
propuestas para la "íompra de sal para proveer a Colombia, y el 12 de fe­
brero de 1897 aceptó la que le hizo don Olímaco Gómez Valdés, colom­
biano residente en aquel país, de comprarle durante tres años, a razón de
2,000 toneladas por año, a 37 soles la tonelada puesta a bordo del bu*
que. Además Gómez Valdés debía dar participación en las utilidades
que hubiera en el negocio al Gobierno peruano, y éste se comprometía a
no vender a otro sal destinada a Colombia.
Nuestro Ministro en el Perú, en 1897, dice que el gasto de extrac­
ción y acarreo de la tonelada de sal es de 12 soles, esto es, 15 centavos
de sol por arroba. Esto muestra que no era desventajosa para el Perú la
propuesta hecha por Salazar Bastamente, y la cual no consideró siquiera
nuestro Gobierno.
También figuran entre los documentos anexos a la Memoria, éstos :
Los señores Martín Restrepo Mejia y Aristides Baraya, por sí y en
representación del señor Ramón Payán, preguntaron en noviembre de
1898 al Ministerio si podían producir sal en la isla de la Gorgona, de pro­
piedad de Payán—situada en el Pacífico, frente al puerto de Guapi,—e
R u fino G u tié rr e z 275

introducirla al contitente libre de derechos de aduana. El Ministro doc­


tor Oarlos Calderón resolvió en enero de 1899 “ que siendo hoy la explo­
tación de la sal monopolio del Gobierno, éste no podía otorgarles la liber­
tad que solicitan de ejercer esa industria, lo que coustituía un privilegio
no autorizado por la ley”; pero qüe si llegan a producir sai, a lo cual los
excita, el Gobierno puede hacer un contrato con ellos para la provisión
del Departamento del Cauca.
El mismo Ministro, doctor Calderón, celebró en marzo de 1899 con­
trato con el doctor Benjamín Martínez R., como apoderado del señor Ri­
cardo Arias, gara explotar durante cinco años las salinas marítimas del
Departamento de Panamá. La sal de grano de superior calidad que se
explota, ia paga el Gobierno a $ 0-37 y 9 décimos en moneda corriente
en Panamá. lío se dice si la sal se entrega insaculada ni en qué lugares,
ni tampoco qué se hace con la sal que no tenga las condiciones conveni­
das en el contrato, pues al explotador le está prohibido darla a la venta,
y es sabido que la de Panamá es de mala calidad.
Por decreto de abril de 1899 se ordena celebrar contrato para pro­
veer de sal extranjera al Departamento del Cauca y se manda trasladar
el almacén de Buenaventura a Cali y el de Tumaeo a Barbacoas, y en los
dos puertos marítimos quedan depósitos en las Aduanas para ateuder
al pedido de las mismas poblaciones, “ pero teniendo cuidado de no
expender grandes cantidades al por mayor.”
En julio de 1899 resolvió el Ministerio, a solicitud del contratista
señor Sierra, que la sal que introdujera de Curazao no tenía que pagar el
impuesto fluvial en el río Magdalena.
El 16 de octubre de 1900 se dictó el Decreto número 161, por el cual
se organiza la explotación de las salinas marítimas. Sas principales
disposiciones son éstas: mientras dure el estado de guerra, el Gobierno
administrará y explotará las salinas; proveerá a las poblaciones del lito­
ral con la sal que explote o introduzca del Extranjero, y se establecen
almacenes en Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Tumaco, Honda,
Puerto Berrío y Bucaramanga.
Por Decreto número 581, de 30 de noviembre de 1899, se reserva el
Gobierno ei derecho exclusivo'de elaborar y compactar sal, y se expropia
la que haya en poder de particulares.
Por el número 598, de 19 de diciembre del mismo año, se derogó el
anterior Decreto en !o que se relaciona con la expropiación de la sal, pero
a los poseedores se les prohibe venderla en los lugares donde haya alma­
cenes cñciales.
Por ei número 494, de 23 de octubre del propio año, se aumentan
así, de una vez, los precios de ia sal, por cada 12£ kilogramos: compac­
tada, $ 2-40; de caldero y marina, $ 2-10; vijúa de primera clase, $ 2;
de segunda y de espuma, $1-80, y marina de El Torno, $ 2-20.
Por_ei número 504, de 5 del mismo mes, se reserva el Gobierno el
derecho exclusivo de introducir sal al Departamento del Cauca.
Por el número 675, de 28 de febrero de 1900, se da de nuevo la libre
elaboración de la sai para el público, y se rebajan los precios, así: com­
pactada, $ 1-80; de El Torno, $ 1-50; de caldero y marina, $ 1-40; vijúa
de primera, %1-25; de segunda y de espuma, $ 1.
Por el número 705, de 31 de marzo, se deroga el 504, de 5 de octubre
anterior; de manera que se permite a los particulares introducir sal al
Cauca pagando los correspondientes derechos.
Por el número 156, de 13 de octubre del mismo año, se aumenta el
precio de la sal compactada a $ 2.
Por el número 205, de 12 de noviembre, se fijan estos precios para la
276 S a lin a s m a r ítim a s

sal que se venda en loa almacenes de la Opata Atlántica y del Pacífico,


respectivamente: sal do Curazao, $ 2 y $ 2-80; do El Torno. $ 1-50 y
$ 2^40; de grano, $ 1 y $ 2, y de espuma, I 1.
Por el número 223, de 26 del mismo mes, se derogan los números 504,
de 5 de octubre de 1899, y 705, de 31 de marzo último.
Por el número 261, de 19 de diciembre siguiente, se establece un
almacén de sal en Cali.
Por Decreto número 11, de 11 de enero de 1901, se aumenta el precio
de la sal en los almacenes de Cartagena, Barranquiila y Santa Marta,
así: de El Torno y Curazao, $ 2; de grano, $ 1-80; de espuma, $ 1-50, y
se autoriza al Ejecutivo para aumentar el precio en los demás almacenes.
Por el número 13, de ía misma fecha, se establece 11a almacén de sal
en Ríohacha.
Por el número 299, de 12 de marzo, se fija el precio de venta de la
sal de Curazao en los almacenes de la Costa Atlántica, en $ 4 cada arro­
ba, y lo mismo ios derechos de introducción de toda la extranjera. ¿
Por el número 367, de l.° de abril, se exime de derechos de importa­
ción ia sal marina que introduzca el Departamento del Cauca por las
Aduanas de Buenaventura y Tumaco, hasta la cantidad de 1,000 tone­
ladas, y con ía condición de que no la venda con utilidad mayor del 10
por 100 del precio de costo.
Por el número 371, de la misma fecha, se eleva el precio de la sai
compactada a $ 2-40, y de la de caldero a $ 1-80.
Por el número 1017, de 16 de agosto de 1901, se aprueba uno del
Gobernador de Bolívar, por el cual fijó en $ 3 el precio de la sai marina.
Por el número 1063, de 6 de septiembre, se aprobó el alza de 8 4 que
hizo el mismo Gobernador.
Por el número 1238, de 31 de octubre, se suprime el almacén de sal
de Santa Marta.
Por el número 1395, de 10 de diciembre, se aprueba otro del Gober­
nador de Bolívar, por el cual alzó los precios de Curazao a $ 8; de grano
a 8 6, y de espuma a $ 4; y en seguida se aprobó otra alza hecha por el
mismo Gobernador, de la de grano a $ 20 y la de espuma a 8 10, y fijó eu
8 0-20 oro el derecho de introducción de cada arroba de sal extranjera.
Por el Decreto número 219, de 4 de febrero de 1902, se fijan estos
precios a la sai: compactada, 8 3; de caldero, $ 2-20; vijúa de primera,
$ 1-50, y de segunda, $ 1-25.
Por el número 221, de la misma fecha, se establece la venta de agua
salada en las salinas de Zipsquirá al precio de 8 0-35 el decalitro.
Por el número 1075, de 12 de julio, se fija el precio en los almacenes
de Cartagena y Ríohacha, así: de Curazao, 8 12; de grano, 8 8; de espu­
ma, $ 6, y en los demás almacenes el mismo precio, más los gastos de
transporte.
El 18 de marzo del mismo año dio el señor Ricardo Arjona al Admi­
nistrador d élas salinas marítimas, señor J. M. Aarón, 8 9,000 oro en
préstamo, para pedir sal a Curazao por cuenta del Gobierno, pagaderos a
noventa días, con el 6 por 100 dG interés, comprometiéndose el señor
Aarón a entregar al prestamista 2,000 sacos de sal para abonar su valor
a la deuda, a razón de 8 8 la arroba.
Por Decreto número 750, de 2 de marzo de 1902, se fijaron estos pre­
cios a la sal del interior: compactada, $ 5; de caldero, $ 3-50; vijna de
primera, $ 2-50, y de segunda, $ 2.
Por el número 1553, de 18 de octubre, se elevan los anteriores pre­
cios, así, por su orden: 8 10, $ 7, $ 4 y $ 3; al agua salada, de veinticinco
grados, por decalitro, $ 1-05.
R u fin o G u tié r r e z 277

Por el número 1681, de 14 de noviembre, se aprueba uno en que el


Jefe Civil y Militar de Bolívar fija en $ 20 el precio de la sal de grane, y
en $ 10 el de la de espuma.
Por el número 189, de 12 de febrero de 1903, se señalan estos precios
para la arroba de sal del interior: compactada, $ 25; de caldero de prime­
r a ,-$ 20; de segunda, $18; vijúa de primera, $ 16; de segunda, $ 13;
decalitro de agua salada, $ 2,
Por el número 203, de 14 del mismo mes, se fijan éstos para la sal
marítima: de Curazao y El Torno, $ 30; de grano de primera clase, $ 28;
de segunda, $ 25; de espuma, $ 10; para la introducción de la extranje­
ra, $ 50.
Por el número 554, de 9 de marzo siguiente, se derogó el anterior en
lo que se relaciona con el impuesto para la introducción de la sal extran­
jera, pero sólo por las Aduanas del Pacífico.
El 14 de febrero de 1903 se dictó el Decreto número 202, “ por el cual
se organiza la administración y explotación del monopolio de sai marina.”
Es diferente a los que elabora casi todo nuevo Ministro, pues sólo contie­
ne la disposición de que “el Gobierno Nacional explotará y administrará
por su cuenta ei monopolio de sal marina; pero cuando lo creyere conve­
niente podrá sacar a remate la renta que derive de dicho monopolio”;
y la orden de establecer una Administración General de la renta y alma­
cenes en Cartagena, Eíohacha y Panamá.
Por Decreto número 116, de 4 de febrero de 1904, se dispone que la
introducción de sal extranjera se pague a razón de $ 0-10 oro, por las
Aduanas de Buenaventura, Tumaco e Ipiales; a $ 0-30 por las de Arauca,
Cúcuta y Qrocuó, y por las demás, “lo que dispone la Ley 99 de 1903.”
Por el Decreto legislativo número 15, de 27 de enero de 1905, se fija
en $ 1-50 el derecho de introducción de cada 12f- kilogramos de sai ex­
tranjera por todas las Aduanas, menos las del Pacífico, y se faculta al
Ejecutivo para celebrar con los Departamentos convenios para indemni­
zarlos, por haber pasado a ser propiedad do la Nación las salinas maríti­
mas que pertenecían a los extinguidos Estados, por lo dispuesto en el
artículo 202 de la Constitución de 1886, y para variar los precios de la sai
marina y fijar los derechos de importación e internación.
Conviene advertir qué en este último período se fijaron casi siempre
los precios en papel moneda, y que éste tuvo-grandísimas oscilaciones en
su cambio por 6! oro.
1905 a 1909
Durante este período no hubo Informes de Ministros a las Asambleas
que se reunieron, en que se hablara de salinas marítimas, porque éstas
estaban administradas por el Banco Central. Como el manejo directo de
ellas estuvo a mi cargo casi todo ese tiempo, junto con el de varios bienes
nacionales y las demás rentas que entonces S3 conocían con el nombre de
Rentas Reorganizadas, y como todo lo que con ellas se relacionaba se pu­
blicó en cuatro volúmenes del Boletín que les servía de órgano de comu­
nicación, de allí se extractan las disposiciones y noticias de mayor interés
para este estudio.
El 6 de marzo de 1905 se celebró contrato entre el Ministro de H a­
cienda, doctor Pedro A. Molina, y una Compañía formada por veinticinco
caballeros, para administrar las rentas de licores, pieles, tabaco, cigarri­
llos y fósforos, por cinco años. Las condiciones pertinentes al objeto que
me he propuesto fueron que la Compañía organizaría un banco, al cual
traspasaría el contrato, y que devengaría el 10 por 100 dei producto lí­
quido de las rentas administradas como honorarios,
278 S a lin a s m a r ítim a s

El día l.° del mes siguiente se celebró otro contrato, adicional del
anterior, entre el mismo Ministro y I03 señores Nemesio Camacho y José
María Sierra, Gerentes del Banco Oentra!, que fae el fondado de acuerdo
con el anterior contrato, el primero, y de las Rentas Reorganizadas (que
entonces se llamaba Nuevas Rentas), el segundo, por el cual se incluye­
ron en la administración contratada la de salinas marítimas y la de las
Salinas de Oumarai y Upín, con la expresada comisión del 10 por 1.00 y
la facultad de introducir sal marina sin pagar derechos de aduana cuando
se perdiera parcial o totalmente la cosecha de las salinas marítimas.
El 29 de enero de 1907 se celebró otro entre el Ministro de Hacienda,
señor Tobías Valenzuela, y ¿1 Gerente del Banco Central, doctor Neme­
sio Camacho, por medio del cual m retiraron algunos bienes y rentas de
la administración de dicho Banco, se redujo la comisión a la mitad, o sea
el 5 por 100 del producto líquido, y se prorrogó el término de duración del
contrato hasta el l.° de junio de 1914. La renta de salinas marítimas con­
tinuó manejada por el Banco.
Entre el Secretario de Hacienda encargado dei Ministerio, don Bal­
domcro Sanín Cano, y el Gerente del Banco Ceutraí, don Félix Saiazar,
se celebró el 8 de diciembre de 1808 un contrato por el cual se redujo al
2 por 100 del producto líquido la comisión por administración de las
rentas.
El 14 de junio de 1909 se celebró el último contrato entre el Sub­
secretario de Hacienda encargado dei Despacho, doctor Jnstiniano Ca­
ñón, y don Félix Salazar, como Gerente del Banco, por medio del cual
declaran resueltos desde el l.° de julio siguiente “ todos ios contratos so­
bre administración de las Rentas Reorganizadas” y de bienes nacionales.
Por Decreto número 387 bis, de 27 de abril de 1905, se fijaron eRtos
precios para la sai marina en los almacenes de Barranquilla, Cartagena,
Santa Marta y Ríohacha, por cada 12£ kilogramos: sal de Curazao, El
Torno y Puerto Belillo, $ 1; para la de Manaure, Bolombolo, Bahíahonda
y Galerazamba, $ 0-80; para la de Santa Marta y Pozos Colorados, $ 0-70,
y para la de espuma, Mondonga!, Tasajera y Flamenco, $ 0-50. La do
otras salinas se asimiló a las mencionadas, según su calidad.
Don Ramón B. Jimeno, en representación del súbdito italiano señor
Joan B. Mainero y Truco, propuso, a principios de 1906, al Gobierno en­
cargarse de la administración de ia renta de sai marina, con estas condi­
ciones: primera, se le entregarían todas las salinas con su» dependencias;
segunda, se le entregaría la existencia de sal que tuviera ei Gobierno en
los depósitos, en las salinas, “ sea qae exista bajo su nombre o el de otra
institución o particular,” para venderla Mainero por cuenta del Gobierno
al precio qae éste fijara, sin cobrarle comisión ni gasto alguno; tercera, el
Gobierno suministraría la fuerza pública que le pidieran el contratista o
sns agentes; cuarta, se declararía obra nacional la administración para
no pagar impuesto alguno; quinta, el Gobierno podía nombrar un agente
qae inspeccionara las operaciones que se ejecutaran, paro “sin inmis­
cuirse de ningún modo en las operaciones que se ejecuten para realizar el
negocio,” quedando los contratistas “libres en absoluto para administrar
esos productos sin sujeción a ninguna ley ni autoridad, verdaderamente
autonómos y sólo responsables por los cargos que pueda llegar a hacer­
los la Corte de Cuentas” ; sexta, el precio de venta de la sal la fijarían li­
bremente los contratistas, sin que fuera mayor que el fijado por el Gobier­
no para las salinas terrestres; séptima, podía el contratista anticipar los
fondos para los gastos de explotación, movilización y administración en el
primer año, reconociéndosele el interés dei 1 por 100 mensual; octava, del
R u fin o G u tié rr e z 279

segundo año en adelante haría el contratista todos los gastos en moneda


de 0’885, o en la qne el Gobierno.autorizara, y para ello proporcionaría a
éste de los fondos de la empresa los suficientes para introducirla ; novena,
la venta de la sal se haría por billetes nacionales, los cuales incinera
ría el contratista, sa comprometería a retirar de la circulación en el plazo
de ocho años, y con los fondos que produjera ia venta de la sal, billetes
por valor de 600.000,000; pero si resultaban más los circulantes, el Go­
bierno prorrogaría el plazo proporcionalmente.
Pasadas estas bases al Administrador de las Rentas Reorganizadas,
poi* él se hicieron las observaciones del caso, y entonces el señor Jimeno
las modificó en algunos puntos y presentó el proyecto de una manera for­
mal. Estudiado éste y observado de nuevo por mí como Administrador, se
rechazó por no considerarlo aceptable, por razones que se expusieron en­
tonces y no hay objeto en repetir aquí.
La Administración de las Rentas mandó licuar algunas salinas en
1906, para evitar los contrabandos y grandes gastos en la vigilancia, lo
cual dio motivo a algunos vecinos de Santa Marta para quejarse alegan­
do que esa medida perjudicaba a aquella ciudad y al Departamento del
Magdalena. La queja era infundada, pues la Administración no dictó la
providencia sino después de estar segura de que en ningún caso se esca­
searía la sal para el consumo.
Por Decreto de 8 de mayo de 1906, número 526, se autorizó a la Ad­
ministración de las Rentas para rebajar el precio de la sal destinada a los
Departamentos de Santander y del Pacífico.
El Ministro de Hacienda del Perú, en Memoria presentada al Con­
greso de aquel país, dice que se despacharon para Colombia, de julio de
3901 a diciembre de 1902, 8.060,202 kilogramos de sal; y del l.° de enero
de 1903 a junio de 1904, 3.358,790.
Según datos de nuestras Aduanas, en 1904 llegaron a Buenaventura,
de diferentes procedencias, 1.823,437 kilogramos de sal extranjera, y a
Tamaco, 551,612, En 1905, a Buenaventura, 3.171,738, y a Tamaco,
878,189.
Por Decreto número 655, de 4 de junio de 1906, se mandaron cerrar
las salinas de Nemocón y Sesqniló.
Por el número 1114, de 8 de octubre del mismo año, se eximió del
pago del derecho de tonelaje a los buques que trajeran a nuestros puer­
tos sal mariua.
La Administración de las Rentas hizo en junio de 1907 la cuenta de
lo que costaba la explotación de las salinas, incluyendo todo gasto, in­
clusive el de empaque y hasta poner la sal arrumada en los almacenes, y
resultó un promedio de $ ó-47 por cada saco de 70 kilogramos, es decir,
como a $ 0-08 por arroba.
Se establecieron expendios de sal marina, desde 1907, en Barranqni-
11», Cartagena, Santa Marta, Ríohacha, Valledupar, Montería, Lorica,
Quibdó, Oereté, Calamar, Ciénaga, Fonseca, Buenaventura, Cis­
neros, Tamaco, Barbacoas, Puerto Berrío, Medellin, Oúcuta, Bucara-
manga, Ocaña y Gamarra.
En 1908 varios vecinos de Barranquilla trataron de impedir que les
empleados de las Rentas hicieran uso del caño de Los Córchales, que
conduce a la Salina de El Torno, para el transporte de la sal, y la Gober­
nación del Magdalena, a cargo entonces del doctor Luis José Barros,
dictó el 18 de marzo de aquel año Resolución por la cual declara que
aquel caño “ es bien nacional, y en consecuencia de uso público.” Los in­
teresados pidieron que so revocara esta Resolución, y el Gobernador la
confirmó por otra del 23 del mismo mes.
280 S a lin a s m a r ítim a s

Por Decreto número 1043, de 21 de septiembre de 1908, se fijó el


precio de la sai marina en $ 0-50 la arroba para Buenaventura y Tama-
co, y en $ 0-60 para Cisneros y Barbacoas.
Por el número 134, de 4 de febrero de 1909, se fijó en $ 0-40 el de­
recho de introducción de cada arroba de sal marina por los puertos de
Buenaventura; Tumaco y Guapi.
Téngase presente que mientras que e f Banco Central administró la
renta de sal marina no escaseó un solo día la de nuestra Costa Atlán­
tica, a pesar de haber hecho licuar varias salinas y de haber establecido
muchos almacenes en los Departamentos, pues siempre se obró con pru­
dencia; y que durante ese tiempo no se introdujo un grano de sal exfcram
jera por los puertos septentrionales.
Antes de encargarse de las rentase! Banco era muy frecuente la va­
riación de los precios de la sai marina—como sucedía a cada paso con la
del interior,—con gravísimo perjuicio en unos casos, y en otros con mons­
truosas utilidades para algunos particulares, y nunca con provecho para
el Tesoro Público. En este período no se hizo una sola alteración de
precios.
El Tratado de amistad, comercio y navegación, celebrado en 1905
por nuestro Plenipotenciario don Emiliano Isaza con el Gobierno del
Ecuador, dice:
“Artículo X. lío se prohibirá la importación o exportación en los
puertos o de los puertos de cualquiera de las dos Repúblicas de ningún
artículo del producto natural o manufacturado de la otra; pero de esta
libertad de exportación quedarán exceptuados los artículos qae estén o
fueren estancados, o cuya producción o venta estén reservados o se re«
serven por las leyes ai Gobierno de la una o de la otra República, com­
prendiendo su prohibición los productos de las demás naciones.
“Artículo xi. Las producciones o manufacturas de ambas Repúblicas
que sean de lícito comercio, o coya producción o venta no estén reserva­
das o se reserven por las leyes al Gobierno de la una o de la otra, com­
prendiendo sn prohibición las de las demás naciones, no pagarán dere­
cho ni impuesto alguno nacional o municipal, a la extracción o a la in­
troducción por sus fronteras terrestres; ni pagarán tales artículos por
razón de transportes, o de consumo en ei lugar de su expendio, otros o más
altos derechos de impuestos nacionales, municipales o locales que los
que paguen o pagaren las producciones o manufacturas nacionales, de la
misma especie. En otros términos, no podrá un país gravar con derechos
de exportación sos productos naturales, entre los cuales se comprenden
los semovientes o los manufacturados que van al otro, ni con derechos de
importación los productos de la misma class que vengan de él.
“ Gomo se ha dicho, la franquicia recíproca establecida en esta ciáu
aula no se extiende a los artículos que estuvieren estancados o fueren
objeto del monopolio fiscal en cualquiera de los dos países.”
De acuerdo con lo convenido en estos dos artículos del Tratado con
el Ecuador, ¿ está exenta del pago del derecho de introducción la sal de
aquella República, que entra a la nuestra por la Aduana de Ipiales?
Que resuelvan el punto los señores Ministros de Relaciones Exteriores
y de Hacienda. Lo cierto es que no lo han pagado hasta ahora, a pesar
de que la introducción es tan faerfce, que en el año pasado, por ejemplo,
pasaron por nuestra Aduana terrestre 120,218 kilogramos de sal produ­
cida en el Ecuador, según he podido verlo en los cuadros de nuestra
Oficina de Estadística.
R u fin o G u tié r r e z 281

Sea de ello lo que fuere, el Departamento de Cariño, el más olvidado


por el Gobierno Nacional en todo sentido, especialmente en materia de
mejoras materiales, en correos y telégrafos ; el más retirado de los centros
productores de sal; el de más difícil acceso para este elemento indispen­
sable para laTida, y el que a más alto precio loba consumido siem­
pre, bien merece que a sus habitantes del centro se les permita adquirir
Ja sal a un precio no menor que el más bajo que en cualquiera otra región.
A la reunión extraordinaria del Congreso en 1909 no se presentó
Informe por el Ministro de Hacienda.
1910
El doctor Tomás O. Eastman presentó en este año el Informe a la
Asamblea Nacional como Ministro de Hacienda. Hace referencia al De­
creto de 1885, que extendió hasta las salinas marítimas el monopolio*
y agrega:
‘‘Desde aquella época esas salinas han sido explotadas unas veces
por administración, otras veces por contrato, sin que hayan dado un
rendimiento satisfactorio hasta cuando el Banco Central, en virtud de
un contrato celebrado en l.° de abril de 1905, las tomó a su cargo y logró
establecer una administración bastante eficaz y productiva. El rendimiento
de esta época alcanzó a sumas no conseguidas antes, debido en parte
al alza del precio de la sal.”
Da cuenta de que resuelto el contrato con el Banco, en junio de 1909*
se estableció la administración directa; de que en 1909 el producto bruto
fue $ 703,871-16, y el líquido, $ 483,871-16, y hace la observación de que
en el primer semestre de aquel año, que estuvo la renta a cargo del Ban­
co, “el producto líquido fue muy superior al del segundo.”
Juzga exagerados los precios de la sal marina; que es inconveniente
la administración directa de la renta, y que si se ha de sostener el
monopolio, debe arrendarse.
Ai hablar de la renta en general, observa que el sistema de libre
elaboración en las salinas terrestres, al propio tiempo que el Gobierno
compacta sal con el objeto de evitar que los elaboradores particulares se
confabulen y eleven el precio, “ revela poca confianza en la eficacia de
las leyes económicas que en el sistema de la libertad rigen el desarrollo
de las industrias y la determinación de los precios, y no tiene razón
de ser.” Oree que debe suprimirse la elaboración oficial, y que asi
prosperará la renta en proporciones importantes.
Por Decreto número 2, de 10 de julio de 1909, se fijan así los precios
de la sal interior: compactada, $ 1 ; de caldero, $ 0-80; vijúa de prime­
ra, $ 0-70, y de segunda, $ 0-60; agua salada, $ 0-18.
Por el número 380, de 23 de octubre de! mismo año, se manda ex­
plotar la salina deiSemocón.
Por el Decreto número 8 6 , de 31 de enero de 1910, “que organiza *
la explotación y administración de las salinas marítimas,” so dispone
que e! Gobierno las administre y expkte por su cuenta, y que también
puede darlas en arrendamiento; que la provisión de sal se haga explo­
tando las salinas o introduciendo la extranjera directamente o por medio
de contratos, y establece una Administración del monopolio en Cartagena
y otra en Barranquilla.
La Ley 44, de 12 de setiembre del mismo año de 1910, suprime desde
el l.° de enero de 1911 el monopolio de la sal marina y autoriza al
Ejecutivo para rebajar los precios y para reglamentar el impuesto.
282 S a lin a s m a r ítim a s

Por Decreto número 658, de 2 de agosto de 19LO, se fijó en $ 0-25


el derecho de importación de cada arroba de sal por los puertos del
Pacífico.
En virtud de la autorización conferida por la Ley 4 de 1910 el Poder
Ejecutivo dictó el Decreto número 1174, de 27 de diciembre, cuyas
principales disposiciones son las siguientes: por cuenta del Gobierno se
harán todos los gastos de preparación y sostenimiento de las salinas del
Atlántico hasta ponerlas en estado de que puedan colectar sus produc*
tos los particulares, mediante el pago de un impuesto de $ 0-45 por
cada 12J kilogramos de sal de prim era; $ 0-40 por la de segunda, y
$ 0-25 por la de tercera. Se estima como sal de primera la de las salinas
de El Torno y Puerto Belillo y las de igual calidad a ésas 5 de tercera, la
conocida como sai de espuma, y de segunda, la de calid ad -intermedia
'de éstas; los particulares pueden establecer aalinas marítimas con per*
miso del Gobierno, siempre que sean de capacidad productora no menor
de cincuenta toneladas por cosecha, mediante el pago del mismo im­
puesto fijado para las nacionales; expedida una guía por empleados
constituidos al efecto, ia sal explotada por quien obtenga dicha guía
puede transportarse y venderse por los particulares en todo el país, y si
se d estin as la exportación no paga derechos de extracción; y si una
salina no produce lo necesario para atenderá todos ios pedidos de los
recolectores, se prorratea, y si prodnce más, el exceso puede hacerse
licuar oficialmente.
1911

El doctor Eastman presentó el Informe al Congreso de este año,


Dice que desde que por la Ley 44 de 1910 se establecióla libre elaboración,
el Gobierno no volvió a compactar sai en Zipaqnírá y Nemoeón, y se
concretó a vender las materias primas, o sea agua salada y sal gema.
“Ya que nuestra Hacienda—dice el doctor Eastman -tiene la
calamidad de los recursos secundarios, que produce la parte mínima de
los presupuestos y la parte máxima de las dificultades, convendría
buscar la manera de que las propiedades nacionales se administrasen
-con arreglo a las leyes comunes, tal como si ellas perteneciesen a
compañías privadas. De otra manera no es dable conseguir una adminis­
tración medianamente racional”; hace observaciones sobre las dificul­
tades que presenta la legislación vigente con sus formalismos de- re­
mates, avalúos, etc., para llenar en un momento dado una necesidad
urgente para la buena administración en materia de elementos, personal,
etc., y agrega:
“ Lo costoso y lo infecundo délas propiedades nacionales nose debe
atribuir pues a inhabilidad de los que las administran, sino a lo inapa­
rente de las leyes a qpe tienen qne sujetarse.”
Hasta el 31 de diciembre de 19L0 duró el monopolio de la sal marina.
Ea aquel año el producto bruto de esa renta, incluyendo $ 38,523-89
de las ventas en el Oanca, fue de $ 534,337-97, y el líquido g 391,441-46.
El Decreto número 203, de 27 de febrero de 1911, adicionó el 1J74
en este sentido : cuando Ia3 salinas marítimas artificiales produzcan una
cantidad mayor qne la inscrita, no se podrán licuar los excesos, “sino en
el caso de que los empresarios de las indicadas salinas no recolecten tales
excesos y los transporten a las Aduanas.” A los recolectores se les
abona el l por 1 0 0 por mermas desde que la sal se pesa en la salina hasta
R u fin o G u tié rr e z 283

que se presenta en la Aduana. La sal que se destine ai Pacífico no pagará


más qae $ 0-15, $ 0-10 y $ 0-05, según U clase, y tiene derecho al 2 por
100 de rebaja por merma.
Eí 14 de enero de! mismo año 88 dictó el Decreto número 40, orgáni­
co de la Inspección General de las Salinas Marítimas, o sea de su ad-
nisfcración.
Por el número 165, de 18 de febrero siguiente, se fijaron loa derechos
de introducción de la sal extranjera, así: por las Aduanas del Atlántico
y de Oúcuta, $ 0-75 los 12¿ kilogramos, y por las de Arauca, Orocué y
Bajo Gaquetá, $ 0 40.
Por ei número 178, de 23 del mismo mes, se rebajó el derecho para
Gúcuta a $ 0-45.
El Ministro pidió al Abogado Consultor del Ministerio concepto
sobra estos dos puntos : “¿Las salinas marítimas son hoy de propiedad
de la Nación o de propiedad de los Departamentos de Bolívar, Atlántico
y Magdalena V1 “¿Fue legal la indemnización acordada en favor de los
antiguos Estados de Bolívar y Magdalena, y ea caso afirmativo, tienen
esas entidades o las que las representen, derecho en la actualidad a ella?”
Eí abogado doctor Gabriel Posas contestó: “ 1.°, las salinas maríti­
mas son de propiedad de la ilación ; 2.°, fu3 legal la indemnización acorda­
b a en favor de ios antiguos Estados de Boiívar y Magdalena, pero éstos o
las entidades que los representan no tienen hoy derecho a esa indemniza­
ción j 3.°, los derechos constituidos en pro de terceros por los antiguos
Estados quedan a salvo, y con mayor razón los que conforme a las leyes
Tiayan adquirido aquéllos.”
La Oomisión de Abogados Consultores, compuesta por los doctores
José María González Valencia, Luis Rubio Saiz y Eduardo Rodríguez Pi-
ñeres, dio este concepto sobre lo mismo : “Son, en nuestro sentir, ente
ramente jurídicas las condiciones del coacepto del señor doctor Gabriel
Rosas, señaladas con los números l.° y 3.°”; y como no estuvieron de
acuerdo en el segundo punto, dijeron con respecto a ó! : “Fue lega! la in-
demoizacián concedida a los antiguos Estados de Bolívar y Magdalena,
pero los efectos de ios contratos por ios cuales se otorgó tal indemniza­
ción han cesado por virtud de la abolición del monopolio decretada por la
Ley 44 do 1900. Deben celebrarse con los Departamentos de Bolívar,
Atlántico y Magdalena nuevos arreglos en que se fije la indemnización
que les corresponde por la pérdida de las salinas marítimas que habían
sido cedidas a los Estados de Bolívar y Magdalena, y al fijar la cuantía
de tal indemnización debe tenerse en cuenta el beneficio que a los habi­
tantes de dichos Departamentos trae la libre explotación, y el menor
rendimiento que por causa de ésta deriva la Nación do las salinas marí­
timas mencionadas.”
Gomo estas consultas se habín hecho en virtud de reclamaciones de
los mencionados Departamentos, el Subsecretario de Hacienda encarga­
do del Despacho, don Justiniano Gañón, resolvió el 23 de marzo de 1911:
“Dígase a los Gobernadores délos Departamentos de Bolívar, Atláutico
y Magdalena, que el Gobierno se considera sin facultad para reconocer y
pagar las indemnizaciones acordadas en los convenios de 1885 y 1886
por la explotación y la veuta de sal marina-, porque, a su jaicio, eso3 con­
venios han caducado a virtud de la supresión de tal monopolio ; pero que
este Despacho presentará al Congreso en sus próximas sesiones un pro­
yecto de ley por la cual se restablezca eu favor de aquéllos el derecho a
indemnizaciones proporcionales a los productos de la renta.”
Los convenios a que se iefiere la anterior Resolución son los que ce­
lebró el doctor Felipe Angulo, como Secretario de Guerra, encargado del
284 S a lin a s m a r ítim a s

Despacho de Hacienda, el 13 de noviem bre de 1885, y como Secretario de


Hacienda, el 9 de enero del año siguiente, con I03 comisionados de los
Gobiernos del Magdalena y de Bolívar, respectivamente, por los cuales
se compromete la Nación con el primero de estos Estados a pagarle
anualmente, por trimestres anticipados, la suma de $ 30,000 como indem­
nización por la explotación de las salinas marítimas, y al segundo $ 48,000,
en las mismas condiciones.
Por los Decretos ejecutivos números 165 y 176, de 1911, se grava la
introducción de sal extranjera por los puertos del Atlántico con $ 0-75
cada 12J kilogramos j por Oúeuta, con i 0-55, y por Arauca, Orocuó y
Puerto Córdoba, con $ 0-40.
La Ley 30, de 4 de noviembre de 1911, autoriza al Ejecutivo para
fomentar por medio de subvenciones la elaboración de sal marina en el
Pacífico, para hacer elaborar sal destinada exclusivamente a los Departa*
meatos del Valle, Cauca y Naríño, para establecer almacenes en ellos, y
fijar el precio de la s a i; y declara libre de todo derecho nacional, depar­
tamental y municipal la sal marina nacional qu8 introduzcan para el
consumo en aquellos Departamentos.
Por Decreto número 610, de 3 julio del mismo año, se fija en $ 0-05J
el precio del decalitro de agua salada de Chita, para que los particulares
puedan compactar, y se autoriza ai Administrador de aquella Salina para
disminuir la compactación oficial a medida que aumente la particular,
y al Ministerio de Hacienda para señalar las fuentes donde puede ven­
derse agua salada.
Por el número 689-, de 24 del mismo mes, se rebaja a $ 0-94 el pre­
cio del decalitro de agua salada de Chita.
Por Resolución del Ministerio de Hacienda, de 23 de agosto del mis­
mo año, se reconoció al señor José Antonio Villegas el derecho a cobrar
del Tesoro Público la suma de $ 5,737-14, por el 50 por 100 del valor de
una cantidad de sal marina de contrabando encontrada en Bahf ahonda,
y que denunció y aprehendió en 1909.
Por Decreto número 390, de 26 de marzo de 1912, se manda vender
agua salada en Tausa, al precio que señala la Ley 44 de 1910.
La Ley 110, de 2 de diciembre de 1912 (Código Fiscal) en su artículo
116, dice que “ la sal marina es propiedad del Estado, y por consiguiente
sólo a éste corresponde eí derecho de extraerla en i ¿s eo3tas de la tierra
firme o en las islas, ya en sus propias salinas, ya en la de propiedad par­
ticular, previo arreglo con el dueño del suelo”

1912
Don Francisco Res trepo Plata presentó el Tu forme al Congreso de
este año. Dice que la libre elaboración de las salinas terrestres ha dado
muy buenos resultados en favor de la ren ta; que las marítimas dieron en
1911 uo producto bruto de $ 565,459-35, y líquido de $ 511,33í-19 ; que al
año siguiente tendrá la renta descenso considerable porque en el d9
1911 la explotación fue muy abundante, y se acumularon fuertes existen­
cias, en términos que la primera cosecha de 1912 se dejó perder, pues los
particulares no hicieron solicitudes para la recolección ; que en 1911 se
llevaron al Pacífico 11,138 sacos de sal del Atlántico, los cuales dieron
$ 3,547-55 de utilidades al Tesoro j y quede acuerdo con la Ley 30 de
1911, que exime de derechos toda clase de la sal nacional destinada al P a­
cífico, se ha llevado allí uua cantidad muy considerable; y agrega: “Es
oportuno observar que en el deseo de facilitar el consumo de la sal del
R u fin o G u tié rr e z 2S5

Atlántico en ios Departamentos del Pacífico, se extremaron las cosas en


la Ley 30 de 1911, dejando sin ningún gravamen la sal qne se enviara a
dichos Departamentos. No me parece conveniente dejar las cosas como
están, pues en primer lugar se priva al Fisco de importantes entradas
para la sal que se exporta para ios puertos del Pacífico, y en segundo lu­
gar se causa perjuicio ai mismo Fisco, pues ya se nota que la sal introdu­
cida por Buenaventura sin derecho alguno, tiende a invadir regiones que
siempre se han provisto de sal de Zipaquirá, lo cual podría disminuir el
consumo de ésta en esas citadas regiones, y perjudicar, en consecuencia,
los rendimientos de las salinas terrestres.’’
Los principales puntos de que tratan ios documentos anexos al Infor­
me son éstos:
Un memorial en que el señor Rafael Salcedo, de Barranquilia, pide
que el impuesto con que se grave la importación de la sal extranjera sea
uniforme en todas las Aduanas, y se fije, como en las del Pacífico, en
$ 0-25 por cada arroba, y se deje libre de derecho de consumo la sal de
espuma. SI Ministro resolvió: “ No se accede a lo solicitado por el señor
Rafael Salcedo.”
Un informe del Inspector de las Salinas del Atlántico, en el cual se
hace alusión a un edificio construido en Barranquilla “ en ios tiempos de
la administración de la renta por el Banco Central.” Conviene hacer cons­
tar que tal edificio se construyó en virtud de contrato que celebró el Mi­
nistro de Obras Públicas, sin intervención del Banco ni de ninguno de sus
empleados, y sin que pudiera el Administrador de las Rentas Reorganiza­
das conseguir que se le atendiera ni para celebrar tal contrato ni para las
formalidades que debían llenarse en la diligencia de recibo dei edificio
cuando lo dieron por terminado, ni más-tarde, cuando, nna vez recibido,
se vio que era inutiiizable $ sin embargo, se pagó na capital por él y por
reparaciones, todo completamente perdido.
El Inspector, señor General Luis Morales Berti, dice qne en ia época
de la Administración del Banco se hicieron fuertes gastos en reparaciones
de las salinas de Pozos Colorados ; que “en los tiempos del monopolio los
indios de La Goajira negociaban la sal coa los agentes del Gobierno, y
ahora con ios particulares, a cambio de víveres y telas” ; que es necesario
establecer en cada salina de La Goajira, “ además de los Cuerpos de Res­
guardo que allí funcionan, un destacamento de Gendarmería armada que
garantice la vida a aquellos empleados.”
Por Decreto número 7, de 7 de enero de 1913, se establece ia Adminis­
tración de la salina de Sesquilé y se grava con $ 0-20 cada 12¿ kilogra
mos de sal de Upía que se interne a la Provincia de Oriente de Cnndina-
marca.
La Ley 117 de 1913 ( Tarifa de Aduanas) autoriza al Ejecutivo en el
artículo 19 para fijar los derechos de importación que deba pagar la sal
que se introduzca al país, los cuales no deben ser en ningún caso inferio­
res a los que se cobraban cuando se expidió la Ley.

1913
*
El Informe presentado al Congreso do este ano es del mismo señor
Restrepo Plata. Refiriéndose a las salinas de Tausa, Gachetá y Sesquilé,
“ cuyos gastos de explotación son excesivos,” dice: “ Está demostrado
pues prácticamente que desde el punto de vista fiscal no tiene razón de
ser la explotación de esas pequeñas salinas. Ya se nota disminución en
los rendimientos de la de Nemocón por cansa de las otras salinas, sin que
h a y a compensación, pues los productos de éstas, obtenidos con grandes
2815 S a lin a s m a r ítim a s

gastos, no equivalen a «o que en Nemoeón deja de recaudarse con porcien-


taje insignificante.”
El producto bruto de las salinas marítimas ea 1912 fue de $ 160,826-76,
y el líquido, de $ 102,851-51. Dice el señor Ministro que “si en el ano pa­
sado disminuyó el rendimiento por cans* de exceso de recolección eu 1911,
en el presente, cuando ya han desaparecido casi totalmente las existen­
cias,” se presenta el inconveniente de no haber cristalizado algunas sali­
nas, como El Torno y Galerazamba, de manera que “ estamos amenaza­
dos de la pérdida total de las cosechas” ; y agrega qae en tal situación el
Gobierno estudia la manera práctica de suplir con sales del interior o
extranjera, pero que para importar éstas habría que bajar los derechos.
Por Decreto número 167, de 21 de febrero de 1913, se dispone que las
salinas marítimas “ de propiedad particular” pueden ser explotadas “ por
sus dueños,” siempre que se sometan a las condiciones establecidas para
los particulares.
El número 183, de 24 del mismo mes, dice qúl 1&3 salinas marítimas
de propiedad particular y las que se establezcan en lo sucesivo no paeden
ser arrendadas ni traspasadas a personas o compañías extranjeras.
Por el número 319, de 14 de marzo del mismo año, se dispone lo
siguiente: los Osladores de las salinas marítimas recibirán y guardarán
en las bodegas (pocas las tienen), debidamente empacados5 los bultos de
sal que exploten los particulares que hayan sacado guías; terminada la
explotación, el interesado tendrá ciento veinte días de plazo para pre­
sentar la sal en la respectiva Aduana y pagar los derechos (por los cuales
debe haber otorgado una fianza ante el Inspector de las Salinas); si no los
paga, la Aduana debe hacer efectiva la fianza; el individuo que pretenda
ser explotador de una salina debe consignar en la Aduana el 10 por 100
de los derechos de la cantidad de sal por la cual se le inscriba ; por la sal
destinada a los puertos del Pacífico no hay que hacer esa consignación ;
si terminada la recoieceióa de la sal pedida de una cosecha, queda en la
salina sobrante de sal, puede prorratearse entre los explotadores o reco­
lectores por cuenta del Gobierno para rematarla tomando por base los de­
rechos y los gastos. Los derechos que fija este Decreto para la explota­
ción, son : $ 0-45 los 12J kilogramos de sal de primera clase; $ 0-40 para
la de segunda; $0-25 para la de tercera o espuma, y $0-45 por la de
espuma refinada por cualquier procedimiento.
El Informe anua! del Inspector de las salinas marítimas contiene
estos datos:
Se suprimieron, con aprobación del Ministerio, los almacenes de Ba­
rranquea, Cartagena y Santa Marta;
En 1912 no hubo peticiones para recolectar la sal en Galerazamba,
Santa Marta, Pozos Colorados, Chengue y las salinas de Ríohacha, y se
mandarou licuar algunas de ellas, y para otras se aguardó aque las licua­
ra el invierno; y
En dicho año se despacharon de ¡a Costa Atlántica para el Pacífico
13,163 sacos de sal.
En los cuadros que se llevan en la Oficina Nacional de Estadística de
Bogotá se ve que eu el año de 1913 ae introdujeron las siguientes cantida­
des de sal:
Por Buenaventura, del Ecuador, 7,500 kilogramos.
Por Buenaventura, de la Gran Bretaña, 322,985 kilogramos.
Por Buenaventura, de Chile, 15,427 kilogramos.
Por Buenaventura, de Panamá, 387 kilogramos.
Por Buenaventura, del Perú, 109,242 kilogramos.
Por Tnmaco, de la Gran Bretaña, 34 kilogramos.
R u fin o G u tié rr e z 287

Por Tamaco, del Perú, 860,863 kilogramos.


Por Ipiales, del Ecuador, 120.218 kilogramos.
De Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, por Carta­
gena, 188 kilogramos.
De Alemania, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, por Santa
Marta, 532 kilogramos.
Sólo en el primer semestre de dicho año de 1913 se importaron por
Barranquilia 949,842 kilogramos.
Gomo queda dicho atrás, en 1885 se estableció el monopolio de las
salinas marítimas. Por causa de la guerra, o por cualquiera otra que no es
del caso estudiar, de ese año al de 1887 el producto de las salinas fue muy
corto o de él no se rindió cuenta formal. A continuación anoto los produc­
tos recaudados según documentos oficiales que he consultado, reducién­
dolos a oro ai promedio del cambio en cada año :
1885 a 1887 ................... $ 125,995 46
1888 ............. ............. ................. .. ....... . 71,447 77
1889................................ .................................. . . . 78,640 25
1899, déficit o exceso de gasto. ......... ............................ 18,596 96
1891, déficit o exceso de gasto......... ............................. 30.357 87
1892, déficit o exceso de gasto ................................... ... 3,577 45
1893, déficit o exceso de gasto...................... ... 65,800 88
1894, producto............................................... .... ............... 66,030 55
1895 y 1896 . . . ......... . . . . . . . . ...... ........ 31,302 05
1897......... ... 121,006 04
1898 ........................................ ............ .......................... L03,216 28
1899 ..................................................................... ......... 68,706 30
1900, ...................... .. ........ 28,337 10
El producto en los catorce años fue de $ 693,681-80, y deducidos los
$ 118,333-16 del exceso de gastos en los años de 1890 a 1893, resulta un
producto líquido de $ 575,348-64. Esto da un promedio anual de
$ 41,096-30, y mensual de $ 3,424-69.
Desde 1901 a 1905, año el último eu que se encargó el Banco Central
de la administración de la renta de sal marina, no hay dato de lo que haya
producido, entre otrat^razones, a cansa de la guerra.
Durante la administración del Banco Central los productos fueron
éstos, eu oro:
1905 (nueve meses), producto bruto......... ...................... $ 350,256 48
1906........ 419,761 51
1907 ......................................................... 510,595 75
1908 ........................... 557,157 89
1909 (cuatro meses).......................... • 201,297 84 .
Suma........... ............... ...$ 1.839,069 47
Gastos hechos en este tiempo en la renta......................... 791,413 49
Producto líquido............*. ......... -..................... $ 1.047,655 98
Lo cual da un promedio mensual de $ 21,360-32 de producto líquido.
Debe tenerse eu cuenta para apreciar estas cifras y las siguientes,
que cuando el Bauco Central se encargó de la administración de la renta
en 1905, recibió del Gobierno en los almacenes 54,235 sacos de sal, de a
cinco arrobas, de los cuales entregó, por orden de éste, ai señor José Ma­
ría Sierra, diez mil, y que en 1909 entregó el Banco al agente del Gobierno,
288 S a lin a s m a r ítim a s

en los mismos almacenes, 152,229 sacos de sal de a cinco arrobas, y 191,623


sacos vacíos para empacar sal. Estos se calculan a $ 0-11 cada uno, que
fae lo que costaron traídos de Inglaterra, y los sacos de sal, a $ 4-50, que
era el precio oficial de venta. Además, el Banco hizo obras valiosas en la
mejora de algunas salinas, y en Cartagena levantó desde los cimientos un
edificio de manipostería, con capacidad para doscientas cincuenta mil
arrobas de sal empacada.
En cuarenta y nueve meses de administración del Banco Central se re
cogieron en las salinas marítimas, sacos de sal de a cinco arro­
bas.......... - ....... . . . » .................................................. 629,073
Se recibieron del Gobierno.............. . . . . . . . . . ..........- ___ 54,235
Suma ................. 683,308
Quedaron en los depósitos al entregar la renta \ ...... 152,229
Diferencia. .................. . . . . . 531,079
Lo cual da un consumo anual de 130,056 sacos de sai marítima del
Atlántico en los Departamentos de Bolívar, Magdalena, Atlántico, An-
tioquia, Santander del Norte, Cauca, Nariño y Talle; pero debe tenerse
en cuenta que en estos tres últimos Departamentos ha aumentado bastan­
te el consumo de esa sal de dos años a esta parte, por haberse eliminado
los derechos de explotación para la que se destina al consumo de ellos.
En la administración directa oficial Sos rendimientos de la renta desde
que la entregó el Banco han sido :
En 1910 el producto bruto de las salinas, según cuadro rendido por
el Administrador oficial de la renta al Ministerio de Hacienda y publica­
do en la Memoria de 1911, fa e . . . . . $ 269,659 34
Los gastos . . . ..................... . . . . . 106,03
Producto líquido.................... - - ........ $ 163,620 57
o

En 1911, según informe rendido ai Ministerio por el Inspector Gene­


ral de las salinas, produjeron por ventas de sal en los alma­
cenes . $ 180,800 23
Por derechos de exploración. . . . . . . .......... * 384,65940
Suma........... ... ..................$ 565,459 63
Gastos.......................... ................................................ .. - .. 54,128 40
Producto líquido.............. . . . . ......................... 511,331 23
En 1912, según informe del mismo Inspector, publicado en la Memo­
ria de Hacienda de 1913, produjeron las salinas......... . $ 160,826 76
G a s to s ......... - ........... .. 57,975 22
Producto líquido. ................. ............... $ 102,85154
En 1913, según datos suministrados en el Ministerio de Hacienda,
el producto fue......... .............. 2........... $ 318,205 19
Los gastos ............................................ ; ...................... 47,08674
V lw.r— ..i, ,

Producto líquido........................... . 2 7 1 , 1 1 8 45
Rufino Gutiérrez 289

El producto líquido de esta Administración oficial da un promedio


mensual de $ 21,852, Es natural que con ia confianza en la estabilidad
en la paz y las mayores facilidades que hay de día en día para los trans­
portes marítimos, flaviales y terrestres, vaya aumentando el consumo, y
que la organización y la moralización de la percepción de los produotca
de la renta ganen terreno, estimuladas por el valioso ejemplo que dio el
Banco Central.
{Esta monografía de las salinas marítimas se publicó en 1914 en el
Boletín del Ministerio de Relaciones Exteriores, y lo siguiente, hasta las
noticias correspondientes al año de 1917, lo escribí a solicitud de uu hono­
rable Senador para un informe que rindió al Congreso).
1914
Eí Informe al Congreso de 1914 es del doctor José Antonio Llórente,
y en el dice al hablar de la renta de salinas marítimas:
“ Esta renta, como la de aduanas, requiere para su natural y mayor
desarrollo ponerla hasta donde sea posible a cubierto del contrabando
que la merma por modo sensible y escandaloso, según los informes que
tiene el Ministerio.”
“El Cauca, que por su posición geográfica y por su carencia de sai
debía ser rico mercado de la del Atlántico, no lo es sino en parte, a causa
de los altos fletes, y sigue la sal del Perú dominando aquel mercado y
poniendo a tributo aquella importante y poblada región en machos miles
de pesos.
“ Al escribir estas líneas tengo conocimiento de que en regiones pro­
picias al contrabando por su posición especial se han descubierto nuevas
y numerosas salinas, que han dado a ios contrabandistas muchos sacos
de sal.”
El Decreto número 319, de 14 marzo de 1914, dispone lo siguiente,
en sustancia: los explotadores de las salinas nacionales deben pagar un
derecho de $ 0-45 por arroba de sal de primera y de la de eBpuma refinada,
de $ 0-10 por la de segunda y de $ 0-25 por la de tercera, y además el viaje
de ida y regreso de los Guardas que custodian la sal de las salinas a las
aduanas; ©l solicitante, como explotador, debe depositar en la aduana
el 10 por 100 del valor de los derechos de la sal qae quiera recolectar,
fuera de otorgar una fianza por el resto de ese valor ; pero si la sal se
destina a los puertos del Pacífico, no hay que depositar el 10 por 100;
quien obtenga licencia para recolectar sal puede cambiar el destino que
había declarado que tendría, con licencia del Inspector General, antes
del vencimiento de los ciento veinte días, y puede también traspasar sus
guías; si una salina produce más sal de la qae representan las licencias
de explotación expedidas, el excedente se prorratea entre los explotado­
res que hayan solicitado permiso para más de cincuenta arrobas, y si no
quieren tomarla, puede recolectarse ese exceso por cuenta del Gobierno
para venderlo en subasta, o licuarse; la sal destinada a ios puertos del
Pacífico pu8de pesarse en las embarcaciones que la lleven de la salina al
buque en que debe transbordarse y conducirse a Colón.
La Ley 82 de 18 de noviembre de 1914 ordena al Ejecutivo qae proce­
da inmediatamente a introducir sal procedente de las salinas nacionales
del Atlántico a los Departamentos del Cauca, el Valle y Narifio, por loa
puertos de Buenaventura y Tumaco; que establezca almacenes de venta
en estas dos poblaciones y en las de Cali y Barbacoas, podiendo estable-
Monografías—Tomo 29—19
290 Salinas maritinas

cerloe en loa demás lugares que estime conveniente} que la sal se venda m
esos almacenes a precio de principal y gasto, más un 10 por 100, y que
cuando aquellos Departamentos estén provistos de sal para el consumo,
se cobre un peso de derechos por introducción de cada 12¿ kilogramos
de sal extranjera ; pero que ese derecho paede rebajarse a $ 0-10 cuando
no]pueda proveerse convenientemente de sal a las regiones diohas. Bata
Ley repite la autorización que dio la 30 de 1911 para producir sal.
1915
Bi señor Daniel J. Reyes, en su Informe al Congreso de 1915, dice lo
siguiente, refiriéndose a la sal del Atlántico que se envía al Pacífico:
“ La sal destinada a los Departamentos del Valle, Cauca y Narifio no
paga impuesto alguno, y oomo no se podrán vender las sales en Buena­
ventura, Cali y Tumaco a precio mayor que el de principal y gastos, más
un 10 por 100, resulta que en razón directa del menor costo será más exigua
la utilidad que se derive de la venta de sal en las ciudades mencionadas.
Suponiendo que a todo costo, inclusive almacenes y empleados, salga una
arroba a $ 0-50 en Buenaventura, Cali y Tumaco, el Gobierno no podrá
venderla a más de $ 0-55. Derivaría, por consiguiente, una utilidad de
$ 0-05 mientras que por cada arroba de sal que deje de importarse per­
derá el impuesto actual de $ 0-25.”
Conceptúa que debe elevarse el precio de venta de la sal oficial “ si-
qniera a $ 0-75 o a $ 0-80.”
Por el artículo 3.° de la Ley 66, de 20 de noviembre de 1915, se con­
ceden por cinco años al Municipio de Ríohacha cien toneladas anuales
de sal marina para contener los avances del mar eu aquel puerto.
1916
El doctor Diego Mendoza, como Ministro de Hacienda, dice en su
Informe al Congreso de 1916:
“ Ouéntanse como de propiedad particular las salinas artificiales de-
Tasajeras, Monlongal, Flamenco y Punta Agachada, a más de otras de
menos significación,” y las de Sabanilla y Paerto Belillo.
Todas esas salinas, a excepción de la de Sabanilla, que fue abierta
recientemente por el señor Armenia, y la cual está dando buen rendi­
miento a él y al Fisco, se explotaban como de propiedad nacional, sin
que nadie hiciera la menor observación más que sobre la de Paerto Bo­
lillo.
El doctor Mendoza compara los precios que regían en 1816 para per­
mitir la explotación de las salinas, con los de venta de la sal cuando el
Banco administró la renta, y hace observaciones en favor del nuevo
sistema, como las han hecho otros Ministros, atenidos a los mismos
datos, sin tener en cuenta que el explotador que paga $ 0-45 por ex­
traer una arroba de sal de primera, por ejemplo, no puede venderla
a ese precio porque tiene que atender a gastos de explotación, transpor­
te, sacos, depósitos, empleados, útiles, interés del capital invertido, pérdi­
das por mermas, riesgos contigentes, etc., y la vende poco más o menos
al mismo precio que se vendía antes, y aun a mayor, sobre todo cuando
se presenta un año de malas cosechas, o cuando, como sucede todos los
días, se forman compañías d© particulares para monopolizar la explota­
ción y el expendio. El mismo doctor Mendoza dice en su Informe:
Rufino Gutiérrez 291

“ El público consumidor en más de una ocasión ha tenido que pagar­


la (la sal) a precies excesivos, que a veces han excedido del doble de los
oficiales. Así, por ejemplo, a fines del año pasado y en los primeros meses
del presente el precio comercial de la sal en Barranquilla alcanzó a
$ 1 - 10.”
El Jefe de la Sección de Salinas, en su informe al Ministerio, se ex­
presó así sobre el mismo asunto:
“ Si bajo el sistema actual ha estado pagando el pueblo la sal a $ 0-80,
$ 0-90 y a veces a más de $ 3, con beneficio único de los comerciantes,
quienes la obtienen del Gobierno a $ 0-45, $ 0-40 y $ 0-25—de primera,
segunda y tercera, respectivamente,—es claro que cambiando ei sistema
podría el Gobierno alzarle unos cuantos centavos, quedándole todavía más
barata el público consumidor y beneficiándose directamente el Fisco, esto
es, la comunidad.”
Gomo su antecesor, el doctor Mendoza aboga por que se eleve a se­
tenta y cinco u ochenta centavos el precio de la sal del Pacífico.
Por el Decreto número 982, de 23 de octubre de 1914, se reforma el
1068 de 1911 en el sentido de que quien lleve sal del Atlántico para los
Departamentos del Pacífico debe depositar el valor de los derechos, y si
transcurridos tres meses no comprueba haber hecho el desembarque en el
lugar del destino, pierde el depósito.
Por el Decreto número 358, de 2 de marzo de 1916, se deroga la dis­
posición del 319 de 1914, sobre prorrateo de las cantidades de sal mayo
res de 500 arrobas que soliciten los particulares para explotar salinas.
Por el 1394, de 14 de agosto de 1916, se clasifica como de tercera cla­
se para el pago del consumo la sal que se explote en las salinas de Ríoha-
cha y la Goajira y se interne por Ríohacha para el consumo de las P ro ­
vincias de Padilla y Valledupar; y se dispone que esa sal no pueda em­
barcarse para otras Provincias sin que sea nuevamente clasificada.
Por el 1759, de 14 de octubre de 1916, se dispone que al liquidar los
derechos de la sal procedente de La Goajira sé descuente un 4 por 100 por
merma.
La Ley 54 de 24 de noviembre del mismo año deroga la 82 de 19L4.
El Decreto número 596, de 29 de marzo de 1917, deroga casi todos
los expedidos desde 1911, porque recopila y reforma las disposiciones
principales que aquéllos contienen, y organiza la parte administrativa de
las salinas marítimas en consonancia con las disposiciones legales vigen­
tes. Lo sustancial de ese Decreto, vigente actualmente, es esto: todo pago
a la renta debe hacerse en la respectiva Aduana; sal de primera clase es
la que producen las salinas del Tornoy Puerto Bolillo, y la refinada y com­
pactada de las salinas particulares que en calidad sea semejante a la de
las dos salinas mencionadas; de tercera clase es la sal de espuma, lo mis­
mo que la de las salinas de Ríobapha y La Goajira que se interne por el
puerto de Ríohacha a las Provincias de Padilla y Valledupar, pero si ésta
se destina a otros lugares, debe ser clasificada según su calidad por em­
pleados de la Administración; de segunda clase las sales intermedias en­
tre las otras dos; los derechos de consumo son $ 0-45, $ 0-30 y $ 0-15 por
cada 12J kilogramos de sal de primera, segunda y tercera clases, respec­
tivamente; la introducción de sal extranjera paga por la misma cantidad
$ 1-25 en las Aduanas del Pacífico $ 0-55 en üúcuta, $0-40 en Arauca,
Orocué y Bajo Oaqoetá, y $ 0-75 en las Aduanas del Atlántioo; la sal que
se destina a los Departamentos del Pacífico no paga impuesto de uinguna
clase; la que se exporte tampoco; los particulares pueden explotar las sa-
292 Salinas marítimas

linas marítimas nacionales mediante licencia del Administrador de ellas» so­


licitada por memoriales, y esa licencia se concede fijando la cantidad que
se permite explotar teniendo en cuenta la capacidad de la salina y las soli­
citudes, para hacer el prorrateo, si fuere necesario, fijando plazo pruden­
cial para la explotación, el cual puede ampliarse, y si vencido el plazo fija­
do no se ha empezado o terminado la recolecta, el tenedor de la lic6noia
pierde el derecho adquirido; para conceder esas licencias hay que dar fia­
dor abonado que garantice el pago de los derechos; si terminada la reco­
lección de las cantidades por las caaies se concedieron licencias, sobra sal
en la salina, se prorratea entre los explotadores que lo deseen, y si no la
toman, se puede recoger por cuenta deKJobierno para venderla en su ­
basta, pero en determinados casos pueden mandarse licuar los residuos
que queden ea las saliaas; la sal explotada debe presentarse en la Adua­
na en el término de noventa días después de terminada la explotación, y
vencido este plazo el Administrador debe declarar abandonada la que no
se retire de las bodegas de las salinas, y venderla en subasta; recibida en
las Aduanas la sal explotada, se la pesa y se liquidan y hacen efectivos
los derechos de acaerdo con la tarifa; en las Aduanas se presenta esa sal
con una guía del empleado de la respectiva salina, en qae exprese la can
tidad; si resulta más de lo que dice la guía, se cobra la diferencia, y si
menos, se reconoce al explotador ana merma hasta del 4 por 100 si es sal
de Ríohacha o de La Goajira que no sea internada por aquel puerto, y
hasta un 1 por 100 en los demás casos; por la sal depositada en las A dua­
nas se expiden guías de transporte y de consumo, y el depositante puede
retirarla por partes; las salinas natarales o artificiales de propiedad par­
ticular pueden ser explotadas por sns dueños., siempre que se sometan a
las condiciones pertinentes fijadas para las de la Nación, pero las artifi­
ciales no pueden ser de menor capacidad productiva de cincuenta tonela­
das, y los derechos, vigilancia, etc., serán los mismos de las otras salinas;
la sai que se destine a los puertos del Pacífico no paga derechos, pero
debe presentarse en ana Aduana de! Atlántico para que sea pesada y se
expida guía por duplicado para ella, y otorgarse fianza que garantice el
envío al Pacífico; mediante la vigilancia de un empleado de la Adminis­
tración designado al efecto, la sal puede transbordarse de la embarcación
que la conduce de la salina a la que deba transportarla para el Pacífico; la
que llegue a un puerto de este mar sin las formalidades exigidas o se des­
embarque indebidamente en uno del Atlántico, será considerada como de
procedencia extranjera, y pagará los derechos correspondientes ; si trans­
curridos tres meses no se presenta en la Aduana expedidora la guía con
el cumplido de la del destino, se hace efectiva la fianza otorgada; la sal
que llegue a una Aduana del Pacífico debe retirarse de ella veinticuatro
horas después de aforada, y si así nose hace paga bodegaje a razón
de $ 0-10 diarios por saco ; Ja embarcación que lleve sal al Pacífico de
puerto no habilitado del Atlántico y sin gofa, debe pagar multa de $ 1
por cada arroba; salina cristalizada para la cual no se reciban solicitu­
des de explotación puede mandarse licuar si no conviene explotarla por
cuenta de la Nación.
1917
A pesar de los datos que se han insertado y de los conceptos claros
de machos Ministros y de otros altos empleados que dejamos publicados,
el señor Tomás Sari Salcedo, en su lnforme al üongreso de 1917, dice lo
siguiente:
V
Rufino Gutiérrez 293

“ El nuevo sistema produce rendimiento líquido mayor que el del mo­


nopolio, si se tiene en cuenta que ios precios a que vendía el Banco Cen­
tral la sal eran $ i, $ 0-80 y $ 0-50 para las clases primera, segunda y
tercera, y que los fijados al establecerse la libre explotación fueron $ 0-45,
# 0-40 y $ 0-25, se verá que pagando los consumidores los impuestos, que
son la mitad de los señalados durante el monopolio, el Pisco tiene una
entrada mayor.”
Si los consumidores pagan hoy la sal sóio a la mitad de lo que la pa­
gaban durante la Administración del Banco Central, tendríamos que los
explotadores están haciendo el poco lucrativo negocio de costear gracio­
samente personal de empleados de sus oficinas, interés del capital antici­
pado, mermas, locales, empaques, transportes, etc.
También dice el señor Ministro Suri Salcedo:
“ Cuando la renta de sales marítimas estuvo a cargo del Banco Cen­
tra), el producto bruto y los gastos durante los cuatro año3 de su adminis-
tracién fueron los siguientes:
Producto bruto. Gastos.
“ 1905 (nueve meses) ............... I 150,256 48 135,907 76
“ 19<*6 (nueve meses) - = ... ................... 419,761 51 106,828 43
“ 1907 (nueve meses)........................ ....... 510,595 75 225,411 48
t( 1908 (nueve meses)........... . .. . 557,157 89 265,160 94
u 1909 (cuatro meses) . . . . . ..... 203,297 84 58.104 88
“ Producto liq u id o ................... .......... 1.047,655 98
“ Sumas ig u a le s ....... *.$ 1.839,069 47 1.839,069 47
“Dio un dato el Banco Central, que ha inducido a error sobre el
monto de la renta de sal marina en 1909, y es el de que en dicho año el
producto fue de $ 968,130-15
“.Revisadas por mí las cuentas del movimiento de esa renta en la
época mencionada, encontré que ella ee descompone así:
“Producto efectivo de la renta en el año. . . . ___________ 523,130 15
“Existencias de sal entregadas al Gobierno y aceptadas
paréate como d i n e r o . . . . . . . . . . . . . .... . ...... ........... 354,000 ..
“Cantidades entregadas posteriormente en la misma for­
ma, en Cartagena................. 91,000 ..
“Sama . . . . . . . . . . . . ........... . . . $ 968,130 15
“ El haber incluido el Banco Oeotrai como producto de la renta la
existencia de sal que dejó en depósito al entregar la s cuentas de su Admi­
nistración, indujo al error de que se ha hecho mención ”
Al entregar las rentas al Gobierno, el 30 de junio de 1909, el Admi­
nistrador de ellas dijo lo siguiente en su informe general, lo cual está en
un todo de acuerdo con los datos que publica en su Memoria el señor
Ministro al principio de la anterior transcripción, pero no así con lo del
final de ella, los cuales están en contradicción con los otros del mismo
origen:
“ Los inconvenientes que se presentaron para una buena administra­
ción 2¡r los gastos hechos en construcción de edificios, han ocasionado un
gasto de $ 791,413-49. desdo abril de 1905. Pero de esa súma total de
gastos de explotación y administración de las salinas marítimas, debe
deducirse el valor de 152,229 sacos de sal que había en depósito, así:
294 Salinas marítimas

‘•Almacenes del Atlántico ..................... 129,496


‘;Almacenes del Pacífico.... ....................... 14,188
“En Antioquia y (Jaldas.................... 2,905
“En Santander y Galáü............. 5,640
“ Total.................. 152,229

“ Qae si se computan a razón de $ 4-50 el saco de 62¿ kilos, da


$ 685,030-50 para deducir del valor de los gastos. De esa suma debe dedu­
cirse también el valor de 101,623 sacos vacíos que hay en depósito, que
pueden apreciarse a razón de $ 0-11 cada uno, y valen $ 11,178-53.
Queda, pues, reducido el valor de los gastos de las salinas marítimas en
todo el tiempo (cuarenta y nueve meses), a la cantidad de $ 95,204-46,
suma que en gran parte queda representada en el valor de los edificios
y de mejoras de las salinas.”
Por último, el señor Ministro Sari Salcedo dice: •
“En la época del monopolio se establecieron almacenes de sal en laga­
res muy distantes de la Oosta Atlántica, en donde se vendía a precios
que sólo alcanzaban a cubrir los gastos de transporte. El Fisco no obte­
nía un centavo de beneficio en esas ventas, pero el Banco sí cobraba la
comisión muy alta que tenía estipulada.”
Aquellos almacenes los establecióla Administración para favorecer
af los consumidores, teniendo buen cuidado de hacer las ventas de manera
que se cubrieran no sólo los gastos de transporte sino también los de
explotación, empaques y administración, y lo que el Fisco dejaba de reci­
bir por el impuesto de introducción de sai extranjera que desalojó la nacio­
nal en algunas regiones, como la de Santander,' y todavía fuera de esto
último se obtenía algún beneficio para el Fisco, mientras que el del Banco
venía a ser tan reducido por esas entradas, que no compensaba las moles­
tias que ocasionaba su manejo.
Como por la generalidad de los habitantes se desconocen las luchas
e intrigas qae se han desarrollado a la sombra del negocio de explotación
de las salinas marítimas y los graves perjuicios que al Fisco y, sobre
todo, al público consumidor han causado las compañías que logran aca­
parar una cantidad considerable de sai, poniendo todos los medios imagi­
nables para que ia recolección se reduzca y quedar ellas de árbitros del
expendio y de la fijación de los precios, se presenta a continuación el
cuadro de los productos que han rendido las salinas desde que se implantó
el monopolio hasta ahora, reduciendo las cantidades a oro al cambio que
regía en el respectivo año.
Loa datos para este cuadro se hau tomado de ios informes de los
Ministros y de los demás documentos oficiales de Hacienda:
Años. Productos
líquidos.
1885 a 1887 ..................................................... $ 125,995 46
1888 .... i ............. 71,447 77
1889................................................................................... 78,640 25
1890, déficit o exceso de gastos...... ....... ...... 18,596 96
1891, déficit o exceso de gastos.... .................................... 30,357 87
1892, déficit o exceso de gastos. ................... ............... 3,5T7 45
1893, déficit o exceso de gastos......................................... 65,800 88
1894 ............................... .................................................... 66,030 55
1895 y 1898 ............. .............................................. ........... 31,302 05
Rufino Gutiérrez 295

Años. Productos
líquidos,
1897. 121,006 04
1898. 103,216 82
1899. 68,706 30
1900. 28,337 10
1901 a marzo de 1905(ao hay datos a causa de la guerra).
1905 (nueve meses)......„ .......... .......................... .......... 14,256 48
1906.. '. . . . ... ................................................................. 312,933 08
1907 .......... ....___ . .. . 285,184 27
1908 ... 291,996 95
1909 (cuatro meses) ............... ,.......................................... 143,193 96
1909 (ocho meses).................... ...................... .. ...... 340,678 20
1910.. . ...................................................... ............... 163,620 57
1911.............................. ...................................... ............... 511,331 19
1912 ................ .................................................................... 102,851 54
1913 . ................. . 235,898 66
1914 ............ ........................... . .... .......... 4,.,.,,.., 265,524 62
1915 108,109 62
1916 221,985 68
1917, 72,628 12
Al principio, después de la administración de la renta por cuenta del
Banco Central, los gastos fueron muy reducidos, y por consiguiente el
producto líquido aparece más elevado que en otros años, y eso porque el
Gobierno recibió de aquella Administración 153,229 bultos de sal empa­
cados y depositados en diferentes almacenes y 101,623 sacos vacíos, todo
lo cual, al precio de entonces, representa $ 696,209-93, que no causaron
el menor gasto a la Administración oficial.
En uso de la autorización concedida por la Ley 50 de 1917, por De­
creto número 689, de 2 de mayo de 1918, se autorizó al Administrador Ge­
neral de las Salinas para contratarla explotación de la del Torno y a!
Subalterno de Cartagena para la de Galerazamba.
La Ley 47, de 16 de noviembre de 1917, en su artículo 3.° fija así el
derecho de introducción de sal extranjera por cada kilogramo : por las
Aduanas del Pacífico, $ 0-02 • por las de Arauca y Orocuó, $ 0-03; por la
fle Cúcuta, $ 0-04, y por las del Atlántico, $ 0-05.
Por la Ley 50, de 16 de noviembre de 1917, se dispone que el Go­
bierno explote ias salinas marítimas del Atlántico y venda la sai en al­
macenes de Barranquilla, Cartagena y Santa Marta al precio de costo
más un 20 por 100 de recargo, más los derechos correspondientes a toda
clase de sal, pero que las salinas de La Goajiray las de propiedad par­
ticular deben continuar explotándose “ por el actual sistema,” y manda
también la Ley que se hagan las gestiones necesarias para que en el Fe­
rrocarril del Pacífico se rebaje el flete de la sal extranjera que por él se
transporte.
1918
El Ministro de Hacienda, doctor Tomás Suri Salcedo, en su informe
al Congreso de 1918, dice:
“ Libertad en la elaboración de sales en las salinas terrestres y liber­
tad en la explotación de sales en las marítimas, es lo que conviene a !os
intereses del Fisco y a los particulares.
296 Salinas marítimas

“Hadie discute ya la conveniencia de que continúe libre la elabora­


ción de la sal de las salinas terrestres; mas en lo que se refiere a las ma­
rítimas, hay qnienes pretenden que se vuelva al sistema de monopolio*
Cuando por acción de las lluvias se pierden ías cosechas de las sa­
linas marítimas, el Fisco no sufre perjucio, sino, por el contrario, los in­
gresos aumentan, porque siendo la sai un artículo indispensable en la
alimentación y en otras industrias, se importa del Exterior la necesaria
para ei consumo, pagando derechos de importación, que son dobles de ios
que gravan el consumo de la sal nacional; mas el Gobierno no debe mi­
rar sólo la fase fiscal de este problema del consumo de las sales en los
Departamentos del litoral, sino que debe también atender los inte­
reses económicos de aquellos pueblos, evitando, hasta donde de él de­
penda, la carestía de la sal, en beneficio de ¡a salubridad pública, puesto
que con los altos precios los pescadores, gentes pobres en su mayoría, de.
jan mal salados los pescados, con peligro para los que han de consumirlos.
“ Guando podamos hacer los gastos cuantiosos que impone el arreglo
científico de las salinas, de modo que no queden expuestas a la contin*
geuoia de que la lluvia impida la cristalización, importará poco que sea
alto el gravamen sobre la sal extranjera; pero mientras tanto lo in­
dicado es fijar derechos que a! propio tiempo que protejan la producción
nacional, impidan el encarecimiento que sobreviene con la pérdida de las
cosechas de las grandes salinas marítimas del país.
“ Dejando libertad a los particulares para la explotación de las cali­
nas nacionales, mediante la reglamentación respectiva, y conservando los
impuestos actuales de consumo, que son moderados, el costo de la sal no
resultará alto a los explotadores. Si las cosechas son normales, ía concu­
rrencia qae habrá de surgir entre los diferentes explotadores, tanto de
las salinas nacionales como de las paticulares, hará que los precios
sean equitativos. Mas como debe preverse ei caso de que la pérdida
de algunas cosechas determine escasez de sal y la consiguiente es­
peculación de los tenedores, precisa qae los impuestos de importación
permitan traer sal del Exterior, que impida el alza inmoderada del pre­
cio. TJn impuesto de $ 0-04 por kilogramo sería el equitativo, y así lo
propuse en las tres legislaturas últimas. La reducción que aprobó el
Congreso en el año pasado no es suficiente.
“ Pagando la sai extranjera $ 0-04 de derechos de importacióo,
saidrá gravada cada arroba con $ 0-55 por razón de dichos derechos, dé
los recargos para la conversión y el fondo de caminos, y de los derechos
consulares, de tonelaje y demás que gravan la mercancía extranjera. El
costo del transporte de la sal traída de las Antillas o de Venezuela a núes»
troB puertos es, como fácilmente se comprende, mayor que el de la que
se traiga de nuestras salinas, y siendo mucho msnor ei impuesto de con­
sumo que los de importación, la sal extranjera no vendrá sino cuando
falte la nuéstra o cuando sus tenedorese fijen precios exagerados.
“La sal explotada en las salinas de Pozos Colorados sale costando
©n los almacenes de Barranquilla $ 1-10 cada saco de 62J kilogra­
mos; la que se explota en El Torno costará, según contrato celebrado
en licitación pública, $ 1-34 cada saco puesto también en los alma­
cenes de Barranqnilla, y la de Galerazamba costará cada saco puesto en
los almacenes de Cartagena, 8 1-54, según contrato celebrado también en
licite orón pública. Estos precios son, especialmente los dos últimos, muy
superiores a lo que costaba la explotación a los particulares, aun descon­
tando 13 diferencia por el mayor valor que tienen hoy los sacos para em­
paque.
Rufino Gutiérrez 297

“Por estas razoDes me permitiré presentar un proyecto de lev de*


rogatoria de la 50 de 1917, para qae la explotación ae haga por el siste­
ma anterior.
“ La perdida de las cosechas de las salinas de El Torno y de Galera-
zamba redujo el prodacto de la renta de salinas marítimas en el año úl «•
timo a I 130,460-77. La sal que dejó de producirse fue importada del E x ­
tranjero, y Jos derechos de importación que causó ascienden a $ 228,000.
Los ingresos del Pisco por razón del consamo de sal marina ascendieron
a $ 358,000, suma muy superior ai prodecto medio de renta, pero los con­
sumidores han pagado la sal a precios demasiado altos. Las medidas que
he indicado creo que consulten el interés del Fisco y de los consumi-
d ores”
El Decreto nümero 724, de 8 de mayo de 1918, dispone que la sal
que se explote en la salina de El Torno se expenda en Barranquilla ; la de
Galerazamba, en Cartagena, y la deOhengue, Santa Marta y Pozos Co­
lorados, en Santa Marta y Barranquilla, y que en cada almacén no pue­
da venderse diariamente más de 125,000-kilogramos de sal, ni aeadacom-
prador más de 6,250; si se solicita más de aquella cantidad, ee prorratea
entre los solicitantes ; y que a nadie se le venda cantidad menor de 62J
kilogramos.
El Decreto 1644, de 10 de octubre, divide la sal marina para el coa -
sumo en tres clases, así: de primera, la de las salinas de El Torno y de Puer­
to Beliílo y la compactada de cualquiera o tra; de tercera, la de espuma,
y de segunda, la de calidades intermedias. La de las salinas de Ríoha-
cha y LaGoajira la considera el Decreto de la ciase a que corresponda se-
gún su calidad. El derecho de consumo que debe pagar por cada 12¿ ki­
logramos es $ 0-50 por la de primera, $ 0-40 por la de segunda y $ 0-30,
por la de tercera.
El Procurador de Hacienda, en su informe de 1915, dice lo siguiente
al hablar de los rendimientos de las salinas marítimas:
“ Término medio del prodacto de las salinas de tres años de mono­
p o lio ..........- .............. ...................... . .......................529,171 71
“Término medio de ellas en cuatro años de libertad..... 287,533 05
“Diferenciaanual en contra del sistema actual.,.......... 241,638 66”
1819
El Decreto 43, de 9 enero, dispone que el Gobierno explote y ad­
ministre por su cuenta las salinas marítimas, y que puede hacerlo por
delegación; queda provisión de sal para el consumo se haga explotando
jas salinas, y en caso de que el producto de éstas no sea suficiente, impor­
tando sal extranjera por introducción directa o por medio de contratos.
El Decreto crea administraciones de la renta en Barranquilla, Cartagena,
Santa Marta, Ríohacha, Cali y Tamaco, y Resguardos en Barranquilla,
Cartagena y Calamar y en las salinas do El Torno, Puerto Belillo, Galera-
zamba y Santa Marta y Pozos Colorados, Tasajeras y Mondongal, y lea
fija personal y dotaciones, y además crea el empleo de Superitendente de
las salinas, con $ 250 de sueldo. Este Decreto ratifica Ja clasificación de
las sales, que estaba rigiendo desde el año anterior, y fija los siguientes
precios para la venta en los almacenes oficiales, por cada G2J kilogramos,
sin empaqae: do primera $4-11, de segunda $3-35 y de tercera a
$ 1-80 en Ríohacha y $ 2-20 en Santa Marta, Cartagena y Barranquilla,
y para Cali y Tamaco se aumenta el precio con el costo de transporte.
298 Salinas marítimas

Para la introducción de sai extranjera se fijan estos derechos por kilogra­


mo: por las Aduanas del Atlántico, $ 0-07; por la de Cúcuta, $ 0-04, y
por las de Arauca, Orocué y Bajo üaquetá, $ 0-03. Dice el Decreto que el
derecho de introducción por las Aduanas del Pacífico se fijará cuando
estén establecidos los almacenes allí. Las salinas marítimas explotadas
por particulares de acuerdo con decisión judicial, deben pagar estos dere­
chos por cada 62J kilogramos: de primera, $ 2-50; de segunda, $ 2, y de
tercera, $ 1-50.
El día 22 de maazo de 1919 se adjudicó en licitación pública a los se­
ñores Cortissoz, Correa & Compañía la administración de las salinas
marítimas, con estas condiciones: el Gobierno paga a los contratistas el
5 por 100 del producto líquido de las salinas marítimas del Atlántico; se
compromete a elevar el derecho de introducción de sal extranjera por las
Aduanas del Pacífico, y permite a los contratistas introducir sal extran­
jera para atender al consumo cuando las salinas marítimas no produzcan
la necesaria. Los contratistas se comprometieron : a explotar las salinas
que sea necesario para producir la sal de^jonsumo; a establecer almace­
nes de expendio en Barranquilla, Cartagena, Santa Marta, Ríohacha,
Cali y Tumaco y mantener esos almacenes bien provistos de sal; a rendir
cuentas de su administración a la Corte de Cuentas cada año, el mes de
marzo; a entregar, por quincenas vencidas, en las oficinas de Hacienda que
el Gobierno designe el producto de la renta y a informar mensualmente al
Ministerio de Hacienda sobre las existencias de sal que haya en los
almacenes y sobre el movimiento de entradas y salidas de sal y de dinero;
a producir sal de la mejor calidad posible, de manera que pueda expor­
tarse; a anticipar las sumas necesarias para la explotación de las salinas,
transportes, compra de empaques, construcción de obras permanentes y
mejoras que haya que hacer en virtud de planos y presupuestos formados
por un técnico nombrado por el Gobierno; a vender la sal a los precios
que fije el Gobierno; a dar una garantía de $ 50,000 de que cumplen el
contrato; a que el precio de costo de cada saco de sal de 62| kilogramos
no exceda para el Gobierno de $ 0-30 de la sal de EJl Torno puesta en el
almacén de Barranquilla; de $ 0-46 la de Pozos Colorados en el mismo
almacén, y de $ 0-35 en Santa Marta; de $ 0-50 la de Galerazamba en
Cartagena, y $ 0-85 la de La Goajiro, en Cartagena; $ 0-85 en Barran-
quilla, de é 0-31 en Ríohacha, y de $ 0- 30 puesta a bordo para des­
tinarla al Pacífico; y, por último, responder al Gobierno de qae el pro­
ducto líquido de la renta de salinas marítimas no sea inferior en cada año
a la suma de $ 400,000 oro, y a pagar al Gobierno la diferencia que resal­
te en caso de que el producto bruto no alcance a esa suma.
En el contrato se fijan estos precios para la venta de la sal, reserván­
dose el Gobierno la facultad de cambiarlos pero manteniendo la relación
entre ellos y la sal de Zipaquirá: sal de primera, $ 4 el saco de 62J kilo­
gramos, sin empaque, en los almacenes de Barranquilla, Cartagena, San­
ta Marta y Ríohacha; de segunda, $ 3-50 en los mismos almacenes, y a
$ 2 la de tercera en los mismos almacenes, menos en el de Ríohacha, que
será $ 1-50.
El Gobierno tiene derecho a fiscalizar las cuentas y examinar los
libros de ios contratistas. Las sumas que loa contratistas anticipen
para explotación, compra de sacos y transportes se cargarán al Gobierno
y se irán descontando con el 20 por 100 del producto de las ventas; y las
que inviertan en las obras que indique el experto nombrado por el Go­
bierno ganan de interés el 10 por 100 anua! y so amortizan con el 50 por
100 del producto líquido de la renta.
Rufino Gutiérrez 299

La duración del contrato es da cuatro años, y caduca en ca3o de


muerte o quiebra del contratista o de turbación de orden público en todo
el país.
El contratista se compromete a dar en préstamo al Gobierno en el
primer año, al 10 por 100 de interés, $ 230,000 en oro inglés o letras a la
vista sobre Londres, suma amortizable con el saldo de loa productos, una
vez hechas las amortizaciones de las sumas invertidas por anticipaciones,
y ese empréstito es renovable cada año por $ 220,000 en las mismas condi­
ciones cada vez que se haya amortizado eí anterior.
Ei Decreto 8L5 de 15 de abril, sobre ejecución del contrato de que ae
ha hablado, manda qae el l.° de mayo sigaiente se entreguen a los contra­
tistas las salinas marítimas con almacenes, edificios, existencias de sal,
enseres y demás elementos; que para computar el 5 por 100 a que tienen
derecho se entienda por producto líquido la diferencia entre el monto total
del producto de la sal que se venda y ei total de los gastos ordinarios, y
como tales se consideran loe que haya necesidad de hacer distintos a los
que demanden los sueldos de técnicos, eí costo de obras de arte y de
carácter permanente, el de edificios y depósitos que ordene el Gobierno,
el de los empleados que sean de nombramiento del Gobierno y el del
material que se le suministre. La sal que se entrega© a los contratistas
por los agentes del Gobierno se !es qarga al precio de costo fijado en el
contrato. Dispone también el Decreto que la sal de propiedad particular
que exista eo las salinas de La Goajira y en las de propiedad particular o
se explote ea éstas, debe pagar por cada 12j kilogramos un derecho de
$ 0-60, $ 0-59 y $ 0-40, respectivamente, por las clases primera, segunda
y tercera.
Por el Decreto 1154 de 5 de junio se aumenta en $ 0-03 por cada
kilogramo el derecho de importación de sal por las Aduanas de Buenaven­
tura yTumaco.
Por el 1461, de 17 de jalio, se hace el mismo aumento en loa derechos
que paga la sal que se introduce por las Aduanas del Atlántico.
1920
El Decreto número 10, de 5 de enero, dispone que la sal extranjera
que se introduzca por las Aduanas del Pacífico pague un derecho de $0-06
por cada kilogramo del 15 de enero al 15 de febrero; de $ 0-07 del 16 de
febrero al L6 de marzo de 1920,y de $ 0-98 de la última fecha en adelante.
El número 15, de 7 del mismo año, dice que las salinas marítimas
que han venido siendo explotadas por particulares no podrán continuar
explotándose mientras no se compruebe el derecho de propiedad sobre
ellas.
El número 1466, de 26 de julio, dispone que los contratistas Adminis­
tradores de las salinas formulen y rindan sus cuentas así: el primer perío­
do, de l.° de mayo al 31 de diciembre de 1919; el segundo, el tercero y el
cuarto, por el año civil, y el quinto, por los cuatro meses de 1923, para com­
pletar ios cuatro años del contrato.
El Decreto 1712, de 13 de septiembre, dice que sin perjuicio de lo es­
tablecido por el artículo 3.° del Decreto 815 de 1919, sa consideren gastos
ordinarios todos los que los contratistas hagan en cumplimiento de su
contrato.
En su Informe al Congreso de 1919 dice el Ministro de Hacieuda,
doctor Pomponio Guzrnán, que el costo de la producción de la arroba de
sal en las salinas marítimas ha sido de $ 0-20; según datos que pu­
blica el informe, el producto líquido de las calinas en el ¡uio de 1918 fue
$ 253,662-59.
300 Salinas marítimas

Eu el informe dei mismo Ministro para el Congreso de 1920, dice lo


siguiente, refiriéndose al contrato explotación de las salinas:
“ El contrato empezó a cumplirse el día I.° de mayo de 1919, de suer­
te qae el 30 de abril último se cumplió el primer año de él, con resulta­
dos favorables no previstos, lo que evidencia una ves más lo provechoso
de la vinculación del interés* particular en la administración de los bienes
oficiales. Jamás habíase allegado una provisión como la que acaba de
almacenarse, tan abundante y de tan buena calidad, 350,009 sacos, cada
uno de 62¿ kilogramos de sal de primera calidad, que abastecen
de sobra el consumo del litoral atláutico, cuyo promedio ha sido de
120,000 sacos, y el de los Departamentos del Pacífico, por mucho que allí
se desarrolle el expendio de esta sal en el año que comienza. Oon esta
cantidad se podrá hacer frente a toda necesidad, sin tener que recurrir a
importación de sai extranjera, y aun cuando sobrevenga un invierno que
haga malograr la recolección próxima, o que contribuya a que ésta sea
muy exigua.
“ Bien es verdad qae el resultado de que se acaba de hablar se debe
en gran parte al verano último, pero no menos cierto es que si a las sali­
nas no se les hacen las obras de ensanche, limpia y desagüe, la recolec­
ción no hubiera sido ni tan copiosa ni de tan buena calidad ; y si oportu­
namente no se construyen bodegas.y se reparan pañoles, quién sabe cuan­
ta sal se hubiera perdido, y estaría en riesgo de perderse por falta de de*
pósitos apropiados y seguros, como venía ocurriendo en los años ante­
riores. ^
s( Así, pues, esto contrito, destinado a crear la renta de sal marina,
que en realidad no existía sino como cosa eventual, ha cumplido en todo
y por todo su objetivo. Y lo mejor es que lo ha cumplido no sólo sin di-
ficuifcades, sino, por el contrario, con el reconocimiento general de su bon­
dad por p*rte de los costeños, y con grandes encomios por parte de los
cancanos, quienes reconocen el beneficio que se les ha hecho libertándo­
los de la coyunda a que los tenía sometidos de tiempo atrás la sal extran­
jera, que tenían que comprar a precios de oro, siendo un artículo de ne
eesidad imperiosa o insustituible en la economía orgánica.”
“ Las salidas marítimas principales de propiedad nacional cuya ex­
plotación dio en el presente año tan precioso rendimiento, son: Galera-
zamba, en el Departamento de Bolívar; El Torno, en el Atlántico ; Pozos
Colorados y Santa Marta, en el del Magdalena, y Manaure y Bahíahonda,
en el litoral goajiro.
“Fuera de las apuntadas hay un sinnúmero de salinas que si de menos
importancia por la producción aislada de cada una y la calidad del grano,
Boa, sin embargo, Sa faente más viva y constante de contrabando y moti­
vo, además, de grandes erogociones para el sostenimiento de resguardos.
Es preciso, pues, destruirlas cuanto antes, en la seguridad de que lo
que en ello se invierta es un gasto sumamente reproductivo ”
En informe rendido al Gobierno el l.° de mayo de 1920, un año des­
pués de haberse encargado de la adminiatración de las salinas, y refirién­
dose al año transcurrido, dicen los contratistas que a la subadministra­
ción de Oali enviaron 12,949 sacos desai de grano, 16,644 molida y 10,944
refinada, y a la de Tumaco, 19,472 de la primera y 200 de cada ona de las
de segunda y tercera; que han establecido almacenes de expendio en Po
payán, Barbacoas, Pasto, Santander, Palmira, Oartago, Buenaventura,
Boidanillo, Tuluá e Istmina; que la sa! dei Perú la han rebajado los in­
troductores a $ 0-60 la arroba por la competencia que les hace la
R u fin o G u tié r r e z 301

nacional; que el transporte de la sal de Cartagena o puerto Colombia a


Buenaventura y Tumaco cuesta a $ 16 la tonelada; que el l.° de mayo
de 1919, al haoerser cargo de la administración, las salinas recibieron
70,045 sacos de sal que le abonaron al Gobierno por $ 43,493; y que el
producto bruto de la renta en el año a que se refiere el informe fue de
$ 615,013-09, los gastos, $ 222,248-64, luego el producto líquido fue
$392.013-09.
Ni en la Sección de Salinas del Ministerio de Hacienda ni en la de
Contabilidad se han podido obtener datos claros sobre el resaltado,pre­
ciso que va daudo el contrato que hoy rige sobre la explotación de las
salinas marítimas.
De los pocos obtenidos resulta que loa rendimientos dados a los
contratistas son éstos:
Del 1.a de mayo al 31 de diciembre de 1919: y
Producto bruto..... ...., ........................ $ 362,203 29
Gastos ...................... 151,799 25
*0 ___ _ ..
L í q u i d o ............... . - ............................................ $ 210,404 04
Del l.° de enero al 31 de diciembre de 1920:
Producto bruto .. . . . . ............... $ 908,296 12
Gastos (personal de la Administración, material y gas­
tos varios, empaques, transportes de sal para el Pacífico y
explotación de las salinas) ............................ 435,104 10
Líquido.................................... .......................... $ 473,192 02
En el primer semestre de 1921;
Producto bruto......................... . ............. . . . .$ 220,665 13
Gastos (personal y material de la Administración, explo­
tación de salinas, transportes para el Pacífico, empaques,
e t c .) ....... 115,673 69
Líquido,..............................................................................$ 104,991 44
De todo esto uo ha recibido el Gobierno más que $ 230,000 de la
primera anticipación que los contratistas deben hacer anualmente según
el contrato, y $ 100,000 más.
Durante la vigencia de ese contrato han introducido los contratistas
50,000 sacos de sal de Curazao, y de la producida en el Atlántico han
enviado a los puertos del Pacífico 48,500 sacos.
La provisión del antiguo Cauca con sal nacional ha dado por resul­
tado el abaratamiento del artículo en aquella región y la disminución de
introducción de la extranjera, como puede verso por estos datos de
introducción hecha por Buenaventura y Tumaco en los cuatro últimos años:
Kilogramos.
En 1917........ 4.276,405
En 1918 . - .. 3.333.702
En 1919 ....................................... 2.794,478
En 1920.............................. *.............. 440,903
De la que se introduce al Departamento de Nariño, procedente del
Ecuador, que es mucha, no se tiene noticia,, porque de eso no se toma
nota en la Aduana de ípiales.

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