La Indignidad para Suceder
La Indignidad para Suceder
La Indignidad para Suceder
Varias son las figuras de exclusión de herencia que el Código Civil contiene: bajo
la común calificación de incapacidad para suceder, se encuentran las
denominadas "incapacidades absolutas", las "incapacidades relativas", la
indignidad para suceder y la desheredación.
La indignidad para suceder es una figura jurídica que se encuentra bajo una
inexacta calificación jurídica en el propio texto legal, careciendo en su regulación,
no sólo de sede legal específica como la propia que en el Código Civil se otorga
a la desheredación, sino que carece de un adecuado encuadre sistemático
dentro del marco del sistema de sucesiones español.
Definición de indignidad
El artículo 756 del Código Civil contempla las causas de indignidad para
suceder. Para dar una definición exacta de la indignidad, cabe señalar que cada
autor mantiene una postura diferente con respecto a lo que se entiende por
"indignidad", y de este modo podemos señalar como definiciones:
1. Según ALBALADEJO, la indignidad consiste en: "La tacha con la que la ley
marca a las personas que han cometido determinados actos especialmente
reprensibles, en virtud de la que su autor queda inhabilitado para suceder al
causante que los padeció, a menos que éste lo rehabilite".
3. ANGEL LOPEZ nos dice que la indignidad sucesoria es. "Una pena civil
consistente precisamente, en la pérdida de la posibilidad de retener la
herencia de un cierto causante, en función de conductas del que debía ser
sucesor, consideradas vituperables en la relación de éste con aquél".
Fundamento Restringido.
Fundamento Amplio.
Características de la indignidad
La exclusión por indignidad del heredero o legatario debe ser declarada por
sentencia, en juicio que pueden promover contra el indigno los llamados a
suceder a falta o en concurrencia con él. La acción prescribe al año de haber
entrado el indigno en posesión de la herencia o del legado.
Declarada la exclusión del indigno, éste queda obligado a restituir a la masa los
bienes hereditarios y a reintegrar los frutos. Si hubiera enajenado los bienes
hereditarios, la validez de los derechos del adquirente se regirá por el artículo
665 y el resarcimiento a que está obligado por la segunda parte del artículo 666.
CONCORDANCIA: c.c. arts. 665, 666, 667, 668
CONCLUSION