La Familia y La Escuela Católica
La Familia y La Escuela Católica
La Familia y La Escuela Católica
2
LA FAMILIA Y LA ESCUELA CATÓLICA
Autores
3
“Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios,
con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo
quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y
yendo de camino, acostado y levantado”. (Dt 6,4‐7)
Estos versículos, sacados del libro del Deuteronomio, son conocidos como el
“Shemá Israel” (del hebreo, שׁמַע ְ שׂ ָראֵל
ְ ִ י, "Oye, oh Israel"), y responden a las primeras
palabras y al nombre de una de las principales plegarias hebreas donde se
manifiesta su credo en un solo Dios. Los creyentes la aprenden de memoria desde
la niñez y la recitan varias veces al día, intentando hacer de su vida un reflejo de lo
que pronuncian sus labios, recordando con este mensaje a sus descendientes la
presencia del Señor en medio de sus vidas.
Como podemos imaginar, al proclamar este texto dentro de la Iglesia lo
hacemos a la luz de Jesucristo, ya que en Él están cumplidas todas las profecías del
Antiguo Testamento, dándonos la clave para interpretar la Sagrada Escritura.
Traigo a la luz este texto sagrado del Deuteronomio por la importancia que
refleja en un tema tan crucial como es la transmisión de la fe a las nuevas
generaciones. Sin duda alguna, el anuncio de la Buena Noticia es algo que va
intrínsecamente unido a esa Buena Noticia, ya que sería injusto que la noticia más
importante de la humanidad sólo hubiera podido llegar a una porción concreta que
tuvo el privilegio de compartir el tiempo histórico de aquel momento. De algún
modo se debía perpetuar esa noticia de generación en generación. Así pues, desde
los mismos inicios de las comunidades primitivas cristianas estuvo patente el
interés y deseo de dar a conocer el mensaje del Evangelio hasta los confines del
mundo, llevando en las entrañas de la Iglesia un afán misionero que fue sellado por
el depósito de la tradición apostólica, probado por la sangre de los mártires,
enriquecido por la erudición de los santos Padres y anunciado por los fieles
cristianos, hasta los días de hoy. Por eso la Iglesia siempre será misionera y deberá
anunciar el amor de Dios manifestado en Cristo Jesús.
Y en este anuncio la familia juega un papel crucial, convirtiéndose en un
lugar esencial, casi podríamos decir teológico. No por casualidad el Papa Juan
Pablo II se refirió a la familia como “Iglesia doméstica”, en su exhortación
apostólica Familiaris Consortio, retomando una idea que expresó el Concilio
Vaticano II en su Constitución dogmática Lumen gentium, y que merece la pena ser
citada. Al referirse a la recepción de los sacramentos por parte de los fieles y, en
concreto al matrimonio, viene a manifestar como los cónyuges cristianos forman un
consorcio de donde nace la familia, de la cual dirá: “En esta especie de Iglesia
doméstica los padres deben ser para sus hijos los primeros predicadores de la fe,
mediante la palabra y el ejemplo, y deben fomentar la vocación propia de cada uno,
pero con un cuidado especial la vocación sagrada”. Así pues, los padres cristianos
tienen una misión ineludible e irrenunciable en la educación cristiana de sus hijos,
4
siendo legítimo utilizar todas las vías que el estado de derecho nos ofrece para
reivindicar ese derecho.
Algunas personas pueden pensar que la presencia de la Iglesia en la
educación es un privilegio o una intromisión. Eso no es cierto, e incluso ese
planteamiento supondría una mentira histórica ya que la preocupación de la
Iglesia por la enseñanza y la cultura posee una larga trayectoria. Pero a pesar de
ello sí que podemos responder a la pregunta de por qué la Iglesia está presente en
el mundo escolar y académico. La respuesta es clara:
1) Porque es un derecho constitucional de los padres, incluso en la escuela
pública. Mientras haya padres católicos pueden y deben exigir el respeto
a sus convicciones morales y religiosas.
2) Porque creemos en la educación integral de la persona, donde la
dimensión trascendente es algo esencial.
3) Porque tenemos la infraestructura para hacerlo, y para hacerlo además
muy bien, ofreciendo un nivel académico de calidad y cantidad.
4) Porque hay una demanda que va en auge para asistir a nuestros centros,
siendo la demanda mayor que la oferta. Por algo será, ¿no?
5) Porque la presencia de la Iglesia siempre ha sido un beneficio social. El
humanismo cristiano es agente de socialización y convivencia. Nunca de
imposición ni privilegio.
Frente a esta realidad, donde hay que reconocer que existen errores y
sombras, también habría que hacerse una pregunta a nivel interno. ¿Para qué
quiere la Iglesia estar presente en la escuela? La verdad que la respuesta a esta
pregunta es muy importante. ¿Será acaso por prestigio? ¿O por un afán elitista? ¿O
por mantener como sea una cantidad de alumnos? Sería muy frívolo responder
sólo a estas preguntas. Algo más debe aparecer para justificar la presencia eclesial
en el mundo educativo, y no es otra cosa más que la escuela católica sea un
instrumento evangelizador, evitando reducir la pastoral a un conjunto de valores,
en una dimensión totalmente horizontal, donde los planes pedagógicos absorben la
dimensión trascendente… Si desvirtuamos el adjetivo católico, ¿para qué quiere la
Iglesia mantener estructuras que ya están ofrecidas por otras instituciones? ¿Qué
peculiaridad debe tener? ¿Qué papel juegan los padres y la familia en todo este
proceso?
Espero que la lectura atenta de este libro “La Familia en la Escuela
Católica” sea un instrumento útil, tanto para padres católicos, como para
profesores de la escuela católica, para agentes de pastoral y para todo aquél que
esté implicado en el mundo de la enseñanza, y que nos ayude a dar respuesta a
tantas preguntas que exigen un compromiso serio y responsable. Nada hay que le
preocupe al hombre que le sea ajeno a la Iglesia. Todas sus preocupaciones y
alegrías son también las de la Iglesia, y en este contexto la familia cristiana no debe
sentir como algo ajeno el ámbito escolar, ya que ambas instituciones (familia y
escuela) deben ir de la mano, pues del mismo modo que la familia es denominada
5
“Iglesia doméstica”, la escuela también debe prolongar ese ambiente de fe en
medio de las aulas, sin imposiciones ni dogmatismos, sin extremismos ni
exageraciones, respetando a los otros pero dejándonos respetar también a
nosotros…
Agradezco al equipo de redacción de esta obra el tiempo dedicado a ella y la
colaboración de la Universidad Cardenal Herrera–CEU en su publicación, pero
sobre todo os agradeceré a los lectores que os introduzcáis en la lectura de este
libro.
Con gran afecto y mi bendición
+ Carlos, Arzobispo de Valencia
6
PRESENTACIÓN
“Todo verdadero educador sabe que para educar debe dar algo de sí mismo y
solamente así puede ayudar a sus alumnos a superar los egoísmos y capacitarlos para
un amor auténtico”
(Mensaje a la diócesis de Roma, 2008, Benedicto XVI)
Pero ese convencimiento en el papel que han de jugar los centros de enseñanza
en la educación no es óbice para que también afirmemos rotundamente que a quien le
corresponde primera y prioritariamente el derecho y el deber de educar es a la familia y,
en concreto, a los padres; pues únicamente a ellos les incumbe la responsabilidad de
formar adecuadamente a sus hijos. Ellos reciben de Dios el privilegio y la posibilidad de
moldearlos, cual arcilla de alfarero, para que, respetando su identidad, éstos puedan
lograr su plenitud como personas. En esta tarea, ardua y difícil, los padres no están
solos, sino que cuentan con el apoyo inestimable tanto de la escuela como de la
sociedad. Las familias han de sentirse unidas en este deber, pues juntas lograrán que se
allanen las dificultades que la propia tarea entraña. Por ello, es imprescindible no ir de
francotirador o a la deriva, sino mostrar por un lado la humildad suficiente para
reconocer las propias limitaciones y, por otro, la honda convicción de que no se puede
hacer dejación de esta exigencia por la enorme importancia que representa en el
bienestar y la felicidad de sus hijos.
7
Si siempre ha sido imprescindible el papel de los padres en la educación integral
de los hijos, se convierte hoy, en el actual contexto socio-cultural y económico, en una
urgencia y necesidad apremiante. Exige una mayor presencia y protagonismo, un
cuidado más solícito, esmerado y atento hacia éstos, que sea ejercido con un sentido
amplio de la responsabilidad, dada la injerencia actual del Estado y la existencia intensa
de antivalores, los cuales se pretenden implantar -especialmente en la cultura y en la
escuela- desde diversos ámbitos, motivados por fuertes intereses, bien ideológicos bien
económicos.
Por este motivo es muy importante que los padres sean conocedores de la
realidad y de la cultura contemporánea, del mundo en el que vivimos, hoy en día
marcado por un fuerte pluralismo, tendente a un relativismo debilitante y al mismo
tiempo impregnado de un fuerte materialismo, pragmatismo y tecnicismo…que lo
convierte en un ambiente poco proclive a la formación en valores humanizantes y
humanizadores. Dadas estas complejas circunstancias que nos rodean, la necesidad de
estar informados y formados representa hoy una exigencia irrenunciable a la que hay
que dar respuesta. Se hace indispensable pues, la existencia de planes de formación
específicos que puedan ayudar a los padres a satisfacer las carencias a las que se
enfrentan en esta apasionante tarea de la educación de los hijos.
8
En este sentido me parecen muy iluminadoras las palabras que la Sagrada
Congregación para la Educación Católica ya en el año 1977 manifestaba sobre “La
Escuela Católica”:
9
Por otra parte, sólo desde Jesucristo y desde la confianza en El es posible hoy en
día educar en un mundo en crisis y en continuo cambio, superar las frustraciones que en
esta noble tarea se producen ante la falta de frutos visibles o ante la existencia de
aparentes fracasos, ante el ambiente degradado y decadente que nos envuelve. Sólo El,
Jesucristo, nos hace no tener miedo, porque nos da la certeza de que no estamos solos,
de que su amor nos envuelve allí donde nos encontremos y de que toda circunstancia,
por muy gris y negativa que sea, se convierte en una nueva posibilidad para seguir
amando, para seguir creciendo, para seguir madurando,… en definitiva, en una nueva
posibilidad para el bien.
Tras asentar en los dos primeros capítulos las bases de lo que ha de ser la familia
y la escuela en su labor educativa y manifestar la posibilidad que tienen ambas de
involucrarse en las actividades pastorales de la escuela, se pasa a presentar -en el
10
capítulo tercero- el amplio programa de formación que desde CONCAPA Comunitat
Valenciana se ofrece a padres y tutores, para posteriormente describir con minuciosa
exposición los diferentes cauces de participación con los que cuentan los padres en la
educación de sus hijos (capítulo cuarto) y finalmente, en el capítulo quinto, relatar todas
las posibles actividades que puede realizar una Asociación de Padres, reflejando la
forma concreta de llevar a cabo las mismas.
Desde la Universidad CEU Cardenal Herrera ya sólo nos resta felicitar a los que
han hecho posible esta iniciativa por todo el bien que estoy seguro realizará, y animar a
los padres a que juntos en esta noble tarea se involucren en el trabajo más apasionante y
meritorio que pueden hacer en esta vida, que es ofrecer a sus hijos los medios para que
puedan lograr su propia realización personal y, en definitiva, su felicidad.
11
1.- LA COMUNIDAD ESCOLAR: BASES Y FUNDAMENTOS
1.1.- Introducción.
Lo más sorprendente de esta situación no es sólo el hecho en sí, sino sobre todo
que los diagnósticos y soluciones nos parecen aún peor que los problemas.
Evidentemente existen razones profundas que dan cuenta de la situación y de la
perplejidad que tanto docentes como padres experimentamos. En todo el mundo
occidental, pero especialmente en España, se ha perdido el suelo común, un consenso
básico en torno a la naturaleza de la educación, que no hace sino reflejar la pérdida de
una visión compartida sobre la naturaleza del ser humano.
12
resultaba evidente hace 30 años, la existencia de una cultura inserta en una tradición, ha
dejado de serlo. Visiones teístas y no teístas compartían una concepción objetiva de la
realidad humana, que constituía la columna vertebral de la cultura occidental.
13
que nos movemos en el ámbito de valores estéticos y morales absolutos así como de
verdades universales. Nuestra vida tiene como lugar propio la belleza, el bien y la
verdad, independientemente de que nuestro corazón se abra a la realidad divina o no.
Sólo el abandono del ejercicio objetivo de la razón puede llevar a concluir que la
belleza no existe y por eso se relativiza, que la bondad moral debe ser sustituida por el
consenso y la verdad objetiva se sustituye por la validez técnica. Por lo tanto, la
educación debe apuntar a la promoción integral de un ser espiritual carnal, abierto a la
contemplación de lo eterno y este objetivo puede ser compartido por la Escuela Católica
y la no confesional. El objetivo de educar en la verdad, la belleza y el bien, debe y
puede ser asumido como base objetiva común.
14
el ejercicio irracional y caprichoso de su voluntad. Curiosa paradoja la del hombre
contemporáneo, que no percibe que ese ejercicio de una voluntad vacía es un acto de
obediencia a modelos de comportamiento definidos socialmente, que convierte al
hombre en un pacífico corderito social, imitador de modas estéticas y éticas, en una
insignificante marioneta en manos del poder social, político o económico.
Esta base común falta y esta base antropológica es el sustento mínimo sobre el
que se asienta cualquier proyecto educativo. Parecería totalmente extraño plantear
humildemente un proyecto educativo que promoviera la verdad, la búsqueda de la
belleza y las virtudes morales. Ante esta propuesta la ceguera axiológica del hombre de
nuestros días reaccionaría contra esa ilegítima intromisión en la autonomía del
individuo. Frente a esa base antropológica y educativa común se reacciona con
virulencia reivindicando un conjunto de valores “cívicos” fundados no en la razón
objetiva sino en el consenso, dirigidos a la promoción del “libre”, al ejercicio de los
deseos individuales.
Creo que desde este análisis se puede entender las verdaderas dimensiones del
conflicto educativo que existe entre la escuela católica y los proyectos educativos laicos
occidentales. No se trata sólo de que la escuela católica presente a Cristo como la virtud
y la excelencia plena incardinada, sino que hereda además el modelo de realidad
humana objetiva, el de la visión griega, ajeno al estilo de vida del hombre
contemporáneo, cuyo horizonte vital no va más allá de los impulsos inmediatos de sus
tendencias desiderativas.
15
La sabiduría cristiana entabló un diálogo constructivo, no siempre fácil, con la
antropología griega. La recuperación del pensamiento aristotélico llegó a su
culminación con la gran obra de Santo Tomás, que comprendió que el esquema
antropológico del gran pensador griego era el que mejor respondía a la realidad del ser
humano, pero que al mismo tiempo necesitaba ser completado con las aportaciones de
la visión cristiana. El anuncio de Cristo supuso un cambio esencial en la concepción del
hombre. El ser humano pasa de ser una razón encarnada a ser un individuo espiritual
encarnado, creado a imagen y semejanza de la suma perfección divina.
No hace falta destacar la importancia que tiene esta visión para cualquier
proyecto educativo. Si la sabiduría griega entendía que la educación consiste en una
inmersión cultural crítica en la que el niño va asimilando progresivamente un conjunto
de valores eternos y verdades absolutas, el cristianismo señala que ese niño es una
persona plena, para el que el Señor tiene un proyecto, que él debe saber discernir y dar
cumplimiento.
Nada más alejado de las propuestas derivadas del conductismo, que creen que
nuestros hijos son meros sujetos pasivos, que con un correcto condicionamiento los
16
podemos convertir en seres adaptados a contextos cambiantes cuyos valores se definen
por la masa social. No son los niños marionetas construidas mediante ingeniería social
desde la nada.
17
profunda modificación que la filosofía cristiana realiza en la antropología aristotélica.
En conformidad con Aristóteles el hombre es un compuesto indisoluble de su realidad
corporal y de su realidad racional, pero el cristianismo considera que la racionalidad es
sólo una de las manifestaciones de nuestra dimensión espiritual pero no la única. Claro
que la actividad racional nos define como seres, pero además se pueden identificar otras
actividades espirituales que en los griegos estaban sólo esbozadas.
Las personas somos seres volitivos y somos seres movidos por la fuerza
espiritual del amor, que nos define y somos así porque hemos sido creados a imagen y
semejanza de Dios. La concepción agustina estaba ya presidida por esta visión del
hombre, lo que le permite concluir que se nos juzgará por el balance de nuestros amores
y odios. Si toda la filosofía cristiana está presidida en mayor o menor medida por esta
concepción, es sin duda en la fenomenología cristiana del siglo XX donde alcanza su
máxima expresión, sobre todo en la filosofía de Max Scheler y de Hildebrand.
En este contexto, Scheler pone como ejemplo la madre que es capaz de captar la
verdadera naturaleza de su hijo a través del amor, incluso la que aún no se ha
manifestado y que incluso él desconoce. Sólo el amor es capaz de ejercer de fuerza
motriz en el proceso de transformación de su hijo y sólo él puede provocar su proceso
de conversión. El amor de madre es uno de los ejemplos más precisos de la afirmación
scheleriana, de que hemos de amar a Dios en Dios y a los hombres en Dios. Sentir el
amor de Dios a través de su palabra y a través de nuestros semejantes es la única
posibilidad de tomar conciencia de nosotros mismos, de reconocernos, de encontrar
nuestro verdadero camino.
18
La esencia del amor es la esencia de nuestra realidad como seres hechos a
imagen y semejanza del señor y sólo a través de su manifestación, de su cuidado, de su
educación, podemos descubrir y desarrollar nuestro proyecto vital. De la afirmación
anterior se pueden extraer dos consecuencias inmediatas en el campo educativo.
Por una parte que el amor como dimensión esencial del ser humano debe ser
también la fuerza vital que anime la actuación educativa tanto en la escuela como en el
ámbito familiar. Sólo desde el amor, vocación por el estudio, se puede buscar la verdad.
Aristóteles afirmaba que el saber estaba movido por el asombro inicial ante lo
desconocido y por la búsqueda de la verdad. Falta un elemento fundamental y es el
amor progresivo ante su descubrimiento, pues no hay verdadero saber sin vocación.
19
concepción cristiana posibilita es que pudiéramos percibir una dimensión de la realidad
humana, que hasta ese momento sólo se había vislumbrado.
Se puede decir, igualmente, que no hay escuela sin familia escolar. Hasta que
todos los elementos de la escuela católica no comprendan profundamente el sentido de
estas palabras, los proyectos educativos católicos se habrán quedado a medio camino.
La propia estructura esencial del hombre exige ese tipo de educación y de comunidad,
ya que en caso contrario estaremos arruinando en buena medida el proyecto de
desarrollo y cumplimiento, que Dios nos tiene reservados.
20
1.2. -Paternidad responsable.
21
Sólo en este contexto puede entenderse el papel trascendental de los progenitores
y el término trascendental tiene aquí su plena significación religiosa. Son los padres, las
relaciones que establecen entre ellos y con sus hijos, los que hacen crecer a sus hijos en
la comunidad humana y los que posibilitan la renovación del bautismo. Sólo desde esta
perspectiva puede entenderse el papel de los padres y el verdadero significado de su
responsabilidad.
Sólo la vuelta al designio del Dios creador nos permite descubrir la identidad de
la familia, lo que es, su misión. Sólo sabiendo lo que es, podemos determinar el sentido
de su presencia, su papel educativo y asumir el verdadero significado de la
responsabilidad paterna. Ésta nace del designio creador que no es otro que íntima
comunidad de vida y amor, que se traduce en la misión de custodiar, revelar y
comunicar el amor. De ahí se derivan los cuatro cometidos de la familia: formación de
una comunidad de personas, servicio a la vida, participación en el desarrollo de la
sociedad y participación en la vida y misión de la Iglesia. De ahí surgen los cuatro
ámbitos de responsabilidad de los padres en la educación de los hijos.
22
como valor absoluto, así como del progreso humano en el sentido más integral del
término.
23
La comunidad familiar como expresión fiel de la relación de Dios con la Iglesia,
es el marco en el que se puede dar el proceso de despliegue del proyecto que Dios tiene
reservado para sus hijos. El papel asignado a los padres es la piedra angular de cualquier
proyecto educativo cristiano, por lo que resulta imprescindible cultivar las relaciones
entre la escuela como comunidad educativa y la familia.
Por todo ello la familia se convierte en escuela en el sentido más radical del
término pues la familia es escuela del más rico humanismo. Para que pueda lograr la
plenitud de su vida y misión se requieren un clima de benévola comunicación y unión
de propósitos entre los cónyuges y una cuidadosa cooperación de los padres en la
educación de los hijos.
24
1.3.-Familia y escuela católica.
Para poder cumplir con esta misión la escuela católica debe constituirse a su vez
como comunidad cristiana, como comunidad de comunión, en la que en su propio
funcionamiento cristalice la misión originaria de custodiar, revelar y comunicar el amor
recibido de Dios. Es una educación de personas y para las personas, que asume como
lema propio el que la propia familia tiene como rasgo esencial, ser escuela de
humanismo.
25
De este modo, la vida de comunión de la comunidad educativa asume el valor de
principio educativo, de paradigma que orienta su acción formativa como servicio para la
realización de una cultura de la comunión. En consecuencia, la comunidad escolar
católica, a través de los instrumentos de la enseñanza y el aprendizaje, no transmite la
cultura como medio de poder y de dominio, sino como un medio de comunión y de
escucha de la voz de los hombres, de los acontecimientos y de las cosas.
Sólo una comunidad escolar que dé testimonio de comunión, puede asumir como
tarea propia la comunión con Dios a través de la donación amorosa que nos hace,
porque la escuela no educa sólo en unos determinados valores culturales, sino que si lo
hace es porque esto supone implicar al niño progresivamente en la comunidad eclesial e
histórica. Si se enseña con la Palabra, si se contribuye al desarrollo de sus capacidades
integrales en un determinado contexto, es porque se hace desde la vida en comunión de
la comunidad educativa orientada a la comunión de todos los hombres en el espíritu de
Cristo.
26
Lo que era un marco de diálogo fructífero no sólo con la escuela católica, sino
también con la escuela no confesional, pasa ahora a ser una fuente de conflicto. La
mirada a la naturaleza de la comunidad familiar y a la comunidad educativa no es un
ejercicio inútil, sino la respuesta a una situación que exige una refundación de nuestros
proyectos educativos.
27
la desestructuración de los modelos sociales, por la negación de los valores morales y
estéticos objetivos. Mantener el proyecto de educar en la verdad, la belleza y el bien era
común hasta no hace mucho a una visión cristiana y no confesional, ya que se asentaba
en la imagen natural del mundo y del hombre. Cientificismo tecnológico, relativismo
moral y zafiedad estética son los modelos sociales imperantes, con los que la familia
cristiana tiene que dialogar y dar una respuesta constructiva.
La escuela católica hoy más que nunca debe cumplir su importantísimo papel
subsidiario en la coautoría de los planes de Dios para sus hijos, siendo una condición
necesaria de la promoción integral del individuo. Una escuela que se reconozca como
continuadora de la comunidad familiar, que haga suya la vida en comunión y que esté
preparada científica, cultural y artísticamente para responder a los retos de un mundo
que ha perdido el sentido de lo trascendente es hoy más urgente que nunca.
28
medios, de sus conocimientos, para dar respuesta a los envites radicales del laicismo
imperante.
Por ello es más grave que nunca los desencuentros ocasionales de los proyectos
educativos cristianos y la vida de la familia cristiana. Sólo desde la unidad en la
persecución del bien común, desde la fraternidad comunitaria pueden plantearse las
relaciones entre escuela y familia. En cualquier caso, en esta reflexión sobre el papel de
la escuela católica, es necesario estar alerta frente a la tentación de los propios proyectos
educativos cristianos, de integrarse en la sociedad contemporánea a costa de perder la
propia identidad.
Los padres que se reconocen como católicos, especialmente aquellos que han
desarrollado su vida vocacional y profesional en el ámbito educativo, saben de la
gravedad de los caballos de Troya en la escuela católica. La escuela como elemento que
posibilita el desarrollo de los talentos de nuestros hijos, como condición de posibilidad
del descubrimiento de su vocación vital cristiana, ha caído en ocasiones en la tentación
de disolverse en el mundo con la excusa del diálogo con la sociedad contemporánea y
desde luego ha olvidado su coautoría a la hora de llevar a cabo los planes de Dios para
nuestros hijos. La gravedad de este hecho va en paralelo a la trascendencia de su misión.
29
primer orden, que revela que hay muchos caballos de Troya instalados en las
comunidades cristianas impidiendo una vida plena de comunión.
Sin pretender dar una respuesta al enorme problema planteado, sí que se revela
que la comunidad escolar, una auténtica comunidad de comunión cristiana, empieza a
adquirir otro importante papel. No sólo asume la tarea de ser corresponsable en la
educación de los hijos, sino empieza a ser una comunidad viva donde la propia familia
se reafirma, se asienta y clarifica su papel. Reflexionar sobre esta dimensión de la vida
escolar es posiblemente uno de los nuevos campos, al que los proyectos educativos
cristianos deban dar respuesta en un contexto de radical y profunda reevangelización.
30
2.- PARTICIPACIÓN EN LAS ACTIVIDADES PASTORALES
2.1.- Introducción
En las relaciones entre la familia, la escuela y la religión, como ocurre en todas las
realidades humanas, el conflicto está siempre presente, pues es consustancial a la
naturaleza humana, aunque esta circunstancia resulta muy positiva, en la medida en que
constituye una motivación para la búsqueda de nuevas alternativas, de nuevas opciones
y planteamientos. La cuestión estriba en determinar si es posible o no resolver estos
conflictos, si de esa resolución se pueden derivar aspectos positivos para futuras
31
situaciones y si ese conflicto tiene que ser necesariamente tan exacerbado como se nos
presenta interesadamente en numerosas ocasiones.
- La religión como actividad pastoral, que también se imparte fuera del horario
escolar, y que está orientada a un mayor conocimiento y profundización en la
propia fe y su vivencia.
Debemos señalar, con carácter previo, que en las escuelas católicas la religión y la
fe informan todas sus actuaciones, en la medida en que son la razón de su existencia. No
hay que olvidar que siglos antes de que los Estados crearan escuelas y promovieran
universidades, la acción evangelizadora de la Iglesia ya había generado estas
instituciones educativas, desde su preocupación por servir al desarrollo de la dignidad
del ser humano, de su crecimiento personal y de su deseo de conocer la verdad. En este
sentido, los centros educativos católicos, en todas sus expresiones, no buscan el propio
protagonismo sino que pretenden la gloria de Dios en el servicio a los estudiantes y a
sus familias, especialmente a los más necesitados. Los centros católicos deben ser
ejemplos vivos de la doctrina de la Iglesia.
32
En el documento “La escuela católica. Oferta de la Iglesia en España para la
educación en el siglo XXI”, la Conferencia Episcopal Española señala que la escuela
católica es una institución educativa que la Iglesia pone al servicio de la persona y de la
sociedad, al mismo tiempo que responde al derecho de los padres a que sus hijos
reciban la formación religiosa y moral conforme a sus convicciones, tal y como expresa
el artículo 27.3 de la Constitución Española.
33
tienen pocas posibilidades de actuación, más allá de las que en su momento tuvieron
para la elección de sus representantes en las asambleas legislativas, ante las que
responden los poderes ejecutivos, siendo ambas instancias las que tienen la
responsabilidad de aprobar las citadas normas jurídicas. En este orden de cosas, la
asignatura de religión tendrá un estatuto legal específico, dentro del esquema normativo
del Estado de Derecho, que deberá ser respetado por los diferentes sectores que
participan en el ámbito educativo.
34
formación y de vivencia de la religión en su propio colegio, junto de sus compañeros.
En estos dos últimos supuestos, las catequesis y las actividades pastorales,
principalmente en ésta última, es donde las familias y su representación en el ámbito
escolar, que son las asociaciones de padres de alumnos, pueden participar más
activamente.
Muchos se preguntan ¿por qué la familia es tan importante? o ¿por qué la Iglesia
insiste tanto en el tema del matrimonio y la familia? El motivo es simple, aunque no
todos logran comprenderlo, y es que de la familia depende el destino de la persona, su
felicidad y su capacidad de dar sentido a su existencia, por ello Juan Pablo II no se
cansaba de afirmar que el futuro de la humanidad está íntimamente vinculado al de la
familia. Esta verdad es tan evidente que parece paradójica la actitud, por desgracia muy
difundida, de quien descuida, ofende y relativiza el valor del matrimonio y la familia
35
El matrimonio no es una institución pasada de moda, al contrario, es más
necesario que nunca que nuestros jóvenes descubran el verdadero sentido del
matrimonio y puedan embarcarse en un proyecto sugestivo de vida en común, que les ha
de ayudar a superar el egoísmo que impera en nuestra sociedad, facilitando que puedan
entregarse el uno al otro. En esta entrega no existe limitación alguna para el hombre y
para la mujer, sino un enriquecimiento de ambos y una mejora de las relaciones
sociales.
En efecto, por el hecho de haber dado la vida a sus hijos, los padres tienen el
derecho originario, primario e inalienable de educarlos, y por esta razón ellos deben ser
reconocidos como los primeros y principales educadores de sus hijos. El deber de la
educación, corresponde en primer lugar a la familia, aunque ésta necesita de la ayuda de
toda la sociedad.
36
de la vida, siente que tiene una responsabilidad educativa especial, que trata de cumplir
en la familia, en la parroquia, a través de asociaciones, movimientos y grupos de
formación y de compromiso evangélico y, de modo específico, en las escuelas, en los
institutos de estudios superiores y en las universidades.
En el momento actual, cualquier labor de educación parece cada vez más ardua y
precaria. Por eso, se habla de una gran emergencia educativa, de la creciente dificultad
que se encuentra para transmitir a las nuevas generaciones los valores fundamentales de
la existencia y de un correcto comportamiento, dificultad que existe tanto en la escuela
37
como en la familia, y se puede decir que en todos los demás organismos que tienen
finalidades educativas.
La fe nos invita a vivir de una forma diferente a como se vive en nuestra sociedad
con tanta frecuencia, donde priman valores como el dinero o el éxito profesional, el
culto al cuerpo o a la sexualidad, la vida en función de las opciones de ocio o las
vacaciones, el afán por recibir el aplauso de los demás o autoafirmarse a toda cosa. Al
mismo tiempo, potencia también la libertad individual, pues la Iglesia no tiene
38
reglamentos disciplinarios o medios coercitivos para obligar a cumplir lo que propone.
Cuantos más elementos de juicio se tengan sobre la realidad, más libres y racionales
serán nuestras elecciones y opciones vitales.
39
La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, en sus cincuenta páginas
de apretada letra en el Boletín Oficial del Estado, utiliza sólo seis veces la palabra
religión y tres veces la palabra religiones. Es un indicador del escaso papel y falta de
relevancia que, por razones ideológicas y dogmáticas, se quiso dar a esta asignatura.
En efecto, sólo en las disposiciones adicionales segunda y tercera del citado texto
legal se habla de la enseñanza de la religión. El análisis de estas disposiciones permite
apreciar que se ha hecho todo lo posible para vaciar de contenido la asignatura y para
dificultar a los alumnos su asistencia a las clases; a pesar de que se indica expresamente
que la enseñanza de la religión católica se ajustará a lo establecido en el acuerdo sobre
enseñanza y asuntos culturales suscrito entre la Santa Sede y el Estado español, que
dispone que la religión católica será un área o materia en los niveles educativos que
corresponda, de carácter voluntario para los alumnos.
En el artículo II del citado acuerdo se indica que los planes educativos incluirán la
enseñanza de la religión católica en todos los centros de educación, en condiciones
equiparables a las demás disciplinas fundamentales, aunque por respeto a la libertad de
conciencia, dicha enseñanza no tendrá carácter obligatorio para los alumnos.
40
Hay que significar, no obstante, que a pesar de todas las trabas y restricciones que
se imponen a la asignatura de religión en los distintos niveles educativos, las familias
siguen eligiendo mayoritariamente esa opción. En el curso 2009-2010, en el conjunto de
España y para todos los niveles educativos, se inscribieron en las clases de la asignatura
de religión el 72,10 % de los alumnos. Un buen ejemplo del trato discriminatorio que
recibe esta asignatura es que, mientras en las escuelas públicas de países como
Alemania, Reino Unido, Italia y Holanda la media de horas semanales dedicadas a
clases de religión es de entre 2 y 3 horas, en España es sólo de una hora y media.
En este contexto cabe preguntarse si tiene sentido privar a las nuevas generaciones
de un instrumento de interpretación y conocimiento de la realidad o borrar la tradición
histórica y artística de nuestro país, por el hecho de que no sea del agrado de la
ideología dominante. Se trata de una limitación del derecho a una educación integral y
un atentado contra una correcta formación cultural, pues priva a muchos alumnos de
elementos básicos de su propia cultura.
41
conducta individual y colectiva derivados de sus respectivas concepciones del hombre y
del mundo. La importancia que adquiere la influencia de la religión en las
manifestaciones culturales de la tradición española y occidental hacen de este tema un
contenido especialmente adecuado para reconocer fácilmente su influencia en el arte.
42
Son muchos los colegios en los que padres y madres, pero también profesores y
personal no docente, e incluso antiguos alumnos del centro, se encargan de preparar y
desarrollar, de conformidad con las normas diocesanas, la catequesis de Primera
Comunión y de Confirmación. Esta generosa disposición, redunda en beneficio de los
propios catequistas, como vivencia y expresión de su fe y su compromiso con la Iglesia;
así como de los alumnos del colegio, en la medida en que es un importante testimonio
cristiano ante el resto de familias y del conjunto de la comunidad educativa. Sólo se
puede dar gratis lo que gratis se ha recibido y, en este sentido, los catequistas realizan
así una impagable misión.
Los religiosos y profesores de las escuelas católicas, que tantas horas dedican a la
educación integral de nuestros hijos, se preguntan con frecuencia cómo vivirán su fe en
la Iglesia después de tantos años que han pasado en el colegio y qué se llevan al acabar
sus estudios.
Los padres son testigos de lo mucho que se ha hecho por ellos en el colegio en lo
que se refiere a su educación como personas, en el ámbito humano, cultural y deportivo.
Las clases de religión, la oración de la mañana y otros momentos de oración, la
preparación a los sacramentos del Perdón y de la Eucaristía, más tarde dos años para la
Confirmación, la misa dominical abierta a las familias, las Eucaristías entre semana, la
preparación a los tiempos litúrgicos, tantos proyectos de evangelización a las familias y
de incorporación de éstas en la espiritualidad propia de la entidad titular del colegio.
Ciertamente, se podría haber hecho más, pero nunca con mayo dedicación.
El Dueño de la vid se encargará de que esos esfuerzos den el fruto que tienen que
dar, siempre respetando la libertad de los catequistas y de los alumnos. Los laicos que
43
colaboran con las entidades titulares de los colegios católicos, ponen en práctica la
parábola del sembrador porque, ciertamente, no es posible encontrar un campo más
propicio para sembrar que un colegio. A pesar de sus deficiencias y de las dificultades
que tantas veces aparecen como irresolubles, si no existiera la escuela católica habría
que inventarla, como una vocación para seguir sembrando con esperanza.
Todo ese trabajo, toda esa ilusión, todo ese testimonio no es inútil. Además, en
nuestra época, el colegio es el lugar ideal para sembrar esas semillas de vida eterna.
Muchas familias ya no se acercan a las parroquias, por las dificultades que hay en
nuestras ciudades, por pereza o prejuicios, por animadversión en algunos casos, por
desconocimiento y falta de testimonios o referencias en otros, lo cual determina que sus
hijos tampoco acudan a las parroquias. En este sentido, siempre respetando y
proponiendo lo que es un bien para la persona, las familias y los propios centros, tienen
que ser conscientes de los nuevos campos de misión que se presentan.
44
interiorización, reflexión y escucha; haciendo hincapié en la Eucaristía y en el
Sacramento de la Reconciliación; instaurando una pedagogía de la oración al comenzar
y acabar el horario lectivo en la escuela; cuidando la catequesis familiar en los
sacramentos a los que acceden los niños y jóvenes, penitencia, eucaristía y
confirmación. El fin debería ser preparar a los alumnos, y en la medida de lo posible a
sus familias, para desembocar en la inserción en la comunidad parroquial y en la iglesia
local.
Entre las muchas opciones posibles, como una muestra de cómo llevar a la
práctica en nuestros colegios lo que se ha expuesto, se puede hacer referencia de forma
breve a las experiencias de oración con los niños pequeños que poco a poco han ido
creciendo en diversos colegios y que, finalmente, se han implantado también como
experiencia catequética y de oración eclesial en otros ámbitos, como las parroquias.
45
La dinámica concreta de estas experiencias de oración con los niños pequeños
suelen desarrollarse en grupos de 12-13 niños, que se denominan reuniones. No se trata
de catequesis, clases, charlas o sesiones de trabajo. Son simplemente reuniones: es
Jesús, el Señor, que se reúne con sus amigos. Esta experiencia de pastoral infantil está
bajo la protección de María, nuestra madre, que sabe lo que nos hace falta, nos acerca a
Jesús para que hagamos lo que Él nos dice. Se da una importancia fundamental a los
signos, pues todo nos habla de Dios, por lo que el lugar de la reunión debe ser
adecuado.
46
esa familia y salir a la vida pública, encontrando una nueva familia, la de los que
escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica en su propia vida. El niño se
reconoce como miembro vivo de la Iglesia, su nueva familia adulta, que puede en
ocasiones ayudarle en situaciones de sufrimiento y crisis en su familia natural.
Una educación integral, que no excluya esta dimensión espiritual del hombre, que
no niegue el valor de la religión en la vida de las personas, respetando su libertad como
nos proponía Juan Pablo II, es el único antídoto contra la falta de sentido que se vive en
nuestras sociedades hoy en día, contra los errores antropológicos que se nos presentan
como avances en la conciencia de la Humanidad, cuando son en realidad un retroceso
porque se alejan de la verdad sobre la familia, el matrimonio y la persona, hombre y
mujer, al tiempo que niegan las evidencias de la naturaleza y los datos de la ciencia.
47
infierno los unos para los otros; que el amor al prójimo sustituya al combate por el
poder y al odio; que el respeto a la vida humana sustituya a las decisiones y cálculos
egoístas y a las opciones contrarias a la dignidad y valor de toda vida.
Las familias, y las asociaciones de padres, están llamadas a esta noble y hermosa
misión. Se puede desertar delegando en la parroquia o en el colegio lo que deberían
hacer los padres por sus hijos; también los padres pueden rechazar todo lo que se les
propone y transmitir este rechazo a sus hijos; por último, los padres pueden devolver
gratis a la Iglesia, dándolo a los demás y especialmente a sus hijos, lo que gratis han
recibido.
48
3.- FORMACIÓN INTEGRAL EN LAS ESCUELAS CATÓLICAS
3.1.- Introducción
Los padres son los primeros y principales formadores de sus hijos, por el hecho de
haberles dado la vida y tienen el derecho originario e inalienable de educarlos. En este
contexto los padres tienen el deber de procurarles una educación, así como de
alimentarles, de corregirles cuando se equivocan y de ser un buen ejemplo para ellos.
Como decía Edith Stein, filósofa, religiosa carmelita y santa, formar es dar forma
a un material, con lo cual hay que conocer el material, que en este caso es la persona,
49
para que alcance una hechura con arreglo a un modelo. Algo que parece tan obvio,
muchas veces se pasa por alto. Uno conoce lo que tiene cerca, lo que ve todos los días,
lo que cultiva poco a poco y este conocimiento conduce de manera irremediable al amor
pero a veces, vivir bajo un mismo techo no implica cercanía, a veces miramos mucho
pero no vemos nada y muchas veces pretendemos recoger el fruto antes de que este esté
preparado y sin haberle proporcionado los cuidados necesarios.
50
El principal objetivo del programa formativo es el de atender a los padres y
tutores, orientándoles y formándoles en todo aquello que concierne a la educación de
sus hijos. En este sentido, las Federaciones asisten a las asociaciones de padres, que son
las encargadas de concretar las acciones formativas que se imparten en cada uno de los
centros educativos.
La importancia que tienen los padres en el proceso evolutivo de sus hijos es algo
que nadie parece poner en duda, la información que disponen es notable, a pesar de lo
cual es necesario realizar campañas de sensibilización, al objeto de que sean plenamente
conscientes de lo necesario que es su compromiso e intervención directa en el desarrollo
de la personalidad de sus hijos, para que todo su proceso madurativo se lleve a cabo del
modo más adecuado.
La labor de los padres no acaba al engendrar una nueva vida sino que ese
precisamente es el principio. No hay nada más apasionante que educar a los hijos,
ayudarles a convertirse en hombres y mujeres seguros, animarles a seguir aprendiendo y
a sentirse orgullosos de cómo son. Con el objetivo de ayudar a los padres en esta misión
se oferta un amplio programa formativo, dirigido fundamentalmente a padres con hijos
en edad escolar aunque también, de manera excepcional, a maestros y alumnos.
Es cierto que hay asociaciones de padres más autónomas, que diseñan y financian
sus propias ofertas formativas, o que las tienen cubiertas a través de los gabinetes de
orientación de los colegios. La experiencia demuestra que, incluso estas asociaciones,
participan de las ofertas formativas que ofrecen las Federaciones y que la inmensa
51
mayoría de las asociaciones no disponen de medios propios, y sin la asistencia de las
Federaciones, no podrían desarrollar estas acciones formativas en sus colegios.
Los diferentes temas que se recogen en el programa formativo son impartidos por
un numeroso grupo de profesionales de la educación, en su mayoría profesores de
Educación Primaria y Educación Secundaria de las escuelas católicas, profesores del
Pontificio Instituto Juan Pablo II y otras instituciones formativas diocesanas, así como
profesores de las Universidades valencianas, entre los que destacan los pertenecientes a
la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” y a la Universidad Cardenal
Herrera CEU. En todos los casos se cuenta con profesionales con una larga experiencia
en los temas que imparten.
52
disponibilidad de los ponentes. Como se puede comprobar, se puede definir como una
formación “a la carta”.
Las charlas tienen una duración aproximada de entre tres cuartos de hora a una
hora, a la que le sigue un tiempo de preguntas o diálogo, para que los padres expongan
sus dudas o aporten sus propias experiencias. Al finalizar cada una de las charlas, los
padres rellenan una sencilla encuesta de valoración que se remite a la Federación. El
objetivo de dicha encuesta no es otro que conocer el grado de satisfacción de los padres
con respecto al tema tratado, al ponente y su exposición, conocer otros temas en los que
estén interesados para futuras charlas, con el fin de ofrecer año tras año un mejor
servicio.
53
- Otros temas de interés, orientado a ampliar el conocimiento en temas
relacionados con el ámbito religioso.
Cada uno de estos bloques temáticos está formado por varias charlas relacionadas
con el tema y las asociaciones de padres de alumnos pueden elegir charlas de un mismo
o de distintos bloques según sea su interés. A continuación se expone el contenido de
cada uno de estos seis bloques con mayor detalle.
54
Se habla de la familia, pero también se habla de la sociedad, porque no se puede
entender la una sin la otra. Si una enferma la otra también lo hace. Una familia sana y
madura da lugar a una sociedad sana y madura. No existe otra forma de garantizar una
sociedad con unos valores firmes y sanos y por eso la familia debe ser la gran apuesta
de la sociedad y de nuestros poderes públicos.
Cuando se habla de la familia, con frecuencia se olvida a los ancianos, que son
una parte muy importante de ella. En este bloque de charlas es necesario hablar de ellos
pues, como tuvo ocasión de recordar Juan Pablo II, nuestra sociedad lleva a los ancianos
a formas inaceptables de marginación, que son fuente de agudos sufrimientos para ellos
mismos y de empobrecimiento espiritual para muchas familias. Es imprescindible
redescubrir y valorar los cometidos del anciano en la comunidad y en particular en la
familia.
El sentido del dolor y la muerte, de la enfermedad y la vejez que a todos les llega,
está tan apartado del ideal que busca la sociedad entera, que generalmente se opta por
mirar hacia otro lado y se hace lo imposible por retrasarlo o por acabar con él cueste lo
que cueste. En ocasiones se decide, incluso, sobre la propia vida o la del otro, sin
sopesar las consecuencias, escudándose en eufemismos, como cuando se habla de la
muerte digna y, en definitiva, defendiendo lo indefendible.
55
ido encontrando en la historia y cómo éstos han influido y repercutido en ella, tal y
como hoy la conocemos.
Las charlas que pertenecen a este primer bloque temático sobre familia y
sociedad, que se vienen impartiendo con regularidad son las siguientes:
56
- El sentido del dolor y de la muerte en nuestra sociedad. La trascendencia.
Es imprescindible que los padres conozcan cada una de las etapas por las que
atraviesan sus hijos, porque el conocimiento del otro lleva a amarlo tal y como es. Con
demasiada frecuencia los padres llegan a las entrevistas con los profesores con una
actitud muy pesimista, fruto de no entender lo que les sucede a sus hijos y las razones
que motivan su comportamiento.
En la medida en que los padres conozcan, por ejemplo, cómo funciona el cerebro
de un adolescente, cómo influyen en sus decisiones cosas tan distintas como las
hormonas o la presión de su grupo de iguales, estarían más receptivos, sabrían a qué se
deben muchos de sus comportamientos y decisiones, lo cual facilitaría que pudieran
ayudarles de una manera más adecuada y disminuiría notablemente el nivel de estrés
que provoca el no saber cómo solventar determinados problemas.
57
trata de que los padres conozcan a sus hijos en las tres dimensiones de la persona, a
nivel físico/biológico, a nivel psicológico y a nivel espiritual.
En cualquier caso, lo cierto es que no cabe dejar de lado cómo se han desarrollado
los jóvenes a nivel psico-afectivo en etapas anteriores. Hay que significar que, en gran
medida, una buena salud en la adolescencia, a todos los niveles, está determinada
precisamente por un adecuado crecimiento y cuidado entre los 0 y los 12 años, en
consecuencia, los padres deben conocer cuáles son las necesidades físicas, psicológicas
y afectivas en la primera infancia, para lo cual deben contar con la formación necesaria.
Otro tema al que se concede una importancia especial, dentro de este bloque de
charlas, es el tema de la educación afectiva/sexual. Los padres tienen la obligación de
educar a sus hijos en este sentido y no pueden delegar en otros este precioso cometido.
Los niños y jóvenes deben conocer el verdadero significado de la sexualidad, la
importancia del pudor, de la dignidad del cuerpo del otro y de su propio cuerpo, del
valor de la vida humana, de la complementariedad del hombre y la mujer.
58
objetivo, no solo formar, sino también sensibilizar y animar a los padres a no ser
condescendientes con este tema, a buscar con celo, en colaboración con el colegio, la
mejor educación sexual para sus hijos y a conocer lo que la Iglesia como madre nos
aporta.
Es cierto que Dios da a los padres luz y discernimiento, pero también es cierto que
los padres y las madres son hombres y mujeres de carne y hueso, con sus aciertos y sus
errores y que, al igual que sus hijos, aunque de manera mucho más sosegada, siguen
desarrollándose y evolucionando a lo largo de su vida, y les resulta necesaria una
formación. Con frecuencia lo que sirve con un hijo, con otro no resulta útil o
conveniente, y los padres deben cambiar de método. En este sentido, ser padres requiere
una formación constante, en la medida en que hay que estar atentos las veinticuatro
horas del día, los siete días de la semana.
Las charlas que pertenecen a este segundo bloque temático sobre psicología,
personalidad y salud, que se vienen impartiendo con regularidad son las siguientes:
59
- La autoestima.
Con frecuencia los padres expresan su preocupación por la mala relación entre los
hermanos, los típicos celos que no dejan de ser preocupantes y dignos de atención, por
más que sean algo común y habitual. Es muy frecuente, asimismo, que los padres se
preocupen por los episodios de violencia, de tipo verbal o físico, en los que a veces se
encuentran involucrados sus hijos, ya sea como víctimas o como agresores,
generalmente en el ámbito escolar; o la no menos preocupante violencia que ejercen
algunos hijos sobre sus progenitores, que en los últimos años se ha incrementado de
manera notable, que es un motivo de sufrimiento constante, tanto para unos, como para
los otros.
60
Uno de los grandes problemas de la sociedad de hoy es la existencia de una falta
grave de comunicación, especialmente entre las distintas generaciones, lo cual no deja
de ser una paradoja en la era de la comunicación.
Con demasiada frecuencia los padres están tan centrados en sí mismos y en los
quehaceres de cada día, que olvidan lo que tienen alrededor, incluso a sus propios hijos.
En muchas ocasiones los padres pueden pensar que la comunicación con sus hijos es la
adecuada, pero si se paran a pensar por un instante y analizan la forma en que se
relacionan con ellos, la frecuencia con la que conversan, cuándo lo hacen o cuál es la
calidad de esa comunicación, apreciarán que siempre es mejorable.
Es cierto que el ritmo de la vida es un tanto frenético y que, con los avances de la
informática y de los medios de comunicación, resulta más fácil encontrar otras vías de
comunicación que, evidentemente no se pueden condenar, pues suponen un avance
tecnológico y social muy positivo, aunque deben ser utilizadas con cautela. En este
orden de cosas, nunca antes ha resultado tan fácil pedir perdón o decir te quiero como
ahora, aunque sea a través de un correo electrónico, o de un mensaje a nuestro teléfono
móvil de última generación.
Los padres deben tener acceso y conocer las nuevas tecnologías que le servirán
para educar a sus hijos, aunque también deben procurar una protección adecuada para
ellos. El futuro de los niños y jóvenes pasa por el desarrollo tecnológico y no se puede ir
contra el signo de los tiempos. Los padres deben perder el miedo a todas estas
novedades, de modo que puedan hacer un uso adecuado de ellas, mediante el control de
las horas de consumo, evitando el consumo individual, al tiempo que deben
aprovecharlas como medio para el diálogo y para el disfrute en familia.
En el mismo sentido, deben evitar que sus hijos caigan en una dependencia, un
aislamiento y acaben convertidos en víctimas de algo que inicialmente no era malo, para
lo cual deberán ofrecer alternativas de ocio, especialmente en compañía de otros niños o
jóvenes de su edad, o en compañía de la familia.
En definitiva, del tiempo que los padres dediquen a sus hijos y de la calidad de
éste, dependerá en gran medida que su crecimiento emocional sea el adecuado y puedan
61
convertirse en jóvenes y adultos capaces de relacionarse con los demás, y con las
nuevas tecnologías de una forma sana, llegando a ser ellos mismos capaces de
establecer momentos y tiempos para el uso de éstas.
Las charlas que pertenecen a este tercer bloque temático sobre las relaciones
interpersonales, que se vienen impartiendo con regularidad son las siguientes:
La educación es una tarea fundamental que hace posible que el ser humano llegue
a su máximo desarrollo en todas sus dimensiones. Es pues tarea de la familia y de la
escuela procurar que este desarrollo se haga realidad, por lo que ambas deben asumir
esta responsabilidad de manera conjunta, colaborando en todo para procurar a los niños
y jóvenes el ambiente idóneo en el que puedan aprender y formarse como personas.
62
programa formativo es el de acercar a los padres a una realidad que a veces, muchas por
desconocimiento, les resulta ajena, informando, formando y orientando sobre la mejor
manera de colaborar con la escuela.
La consecución del objetivo anterior precisa que los padres conozcan el sistema
educativo español, los nuevos planes de estudios que se aprueban, la orientación que
reciben sus hijos al terminar la educación obligatoria, de tal forma que tengan
herramientas para ayudarles en el estudio o en el momento de elegir los estudios a
realizar tras la citada etapa obligatoria.
Las charlas que pertenecen a este cuarto bloque temático sobre familia y escuela,
que se vienen impartiendo con regularidad son las siguientes:
63
participación, fundamentalmente a través de asociaciones de padres de alumnos, y
también a través de su participación en los consejos escolares de los centros.
Las charlas que pertenecen a este quinto bloque temático sobre formación de
juntas directivas y que se vienen impartiendo con regularidad son las siguientes:
64
- Obligaciones documentales y funcionamiento de las asociaciones de padres de
alumnos.
En este bloque se incluyen charlas que son ofrecidas en muchos casos por los
padres que se integran en las diferentes asociaciones de la Federación y se trata de
temas que son de gran interés, tanto en nuestra formación cultural, como en nuestra
formación como cristianos. Entre las charlas que se han venido impartiendo destacan las
relativas a la historia y significado del Santo Cáliz, la Sábana Santa de Turín, o la vida y
mensaje de los Santos de la Iglesia, especialmente de las Órdenes, Congregaciones e
Instituciones que son titulares de los colegios católicos.
Es imprescindible que los padres se involucren en actividades que tengan que ver
con la pastoral y animen a sus hijos a participar de ellas. Se trata, en definitiva, de
animar, a los padres y a las madres a no desfallecer en la tarea de ayudar a crecer a sus
hijos, a “perder” su tiempo por ellos y amarlos como son, a transmitir la fe y a defender
la vida y la familia, el don más precioso.
65
4.- PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LA ESCUELA
4.1.- Introducción
Es cierto que las tareas educativas son ejercidas, de forma conjunta, por las
familias y la escuela, pero no hay que olvidar que los padres tienen el deber inalienable
de educar a sus hijos y que no deben transferir esta responsabilidad educativa a la
escuela, pues ésta enseña por delegación de los padres, correspondiendo a la familia la
transmisión de certezas y valores según sus propias convicciones.
66
En este sentido, para ser considerada una participación real, es necesario
intervenir en tres niveles concretos pues, en caso contrario, estaremos en un modelo de
participación formal, pero no real:
67
No hay que olvidar que el artículo 8.a) de la Carta de los Derechos de la Familia,
aprobada por la Santa Sede en el año 1993, proclama el derecho de las familias a ejercer
su función social en la construcción de la sociedad y se refiere a su derecho a la
constitución de asociaciones de familias y al papel de las mismas en la planificación y el
desarrollo de programas que afectan a la vida familiar, así como para defender los
derechos, fomentar el bien y representar los intereses de la familia. Este precepto que no
tiene reflejo específico a nivel constitucional, sí viene recogido de manera indirecta en
los artículos 22 y 23 de la Constitución española, que reconocen el derecho de
asociación y el derecho a la participación en asuntos públicos.
68
- Asistir a los padres de alumnos en el ejercicio de su derecho a intervenir en el
control y gestión del centro sostenido con fondos públicos.
- Representar los intereses generales de los padres ante las instancias educativas
y otros organismos.
69
- Cualquier otro que se acuerde por la asociación conforme a la legalidad
vigente.
Las asociaciones de padres de alumnos, de acuerdo con los objetivos que tienen
asignados, están obligadas a relacionarse con la titularidad y la dirección del centro
educativo, en la medida en que deben colaborar con la actividad educativa del mismo.
Esta colaboración no debe producirse sólo a través del consejo escolar, sino que se
pueden y deben establecerse otros sistemas de comunicación.
Los padres deben conocer los fines y objetivos que el colegio pretende alcanzar en
orden a la formación integral de sus hijos, los medios más adecuados para su logro, las
concretas responsabilidades a las que están llamados a colaborar con el colegio y, sobre
todo, es vital para la educación de los hijos la total sintonía de los padres con el
proyecto educativo del colegio de sus hijos.
70
sensibilizadora de la sociedad y de sus instituciones, en consonancia con la presencia y
la acción desarrollada por la escuela católica en el territorio.
71
conocer y actuado con espíritu de comunión, mediante la contribución de todos, de
acuerdo con las distintas responsabilidades, funciones y competencias de cada uno.
La educación de los hijos es una de las tareas más apasionantes que realizan los
padres al cabo de su vida. En ella disfrutarán poniendo en práctica todos sus recursos,
pero también, en muchos momentos, sus dudas de cómo educarles les llevarán a
situaciones de verdadero desánimo e impotencia. En este contexto los padres deben
esmerarse en la adquisición de los conocimientos y recursos necesarios para llevar a
buen término tan difícil quehacer.
El educador no nace, sino que se hace, por ello es necesario aprender a educar. En
la actualidad se publican numerosos libros, artículos, revistas especializadas, guías,
folletos y charlas de diferentes organismos e instituciones, pero en las escuelas católicas
los padres cuentan con iniciativas como las escuelas de padres y los programas
72
formativos que, en muchas ocasiones son promovidas por las entidades titulares de los
colegios.
- Director/a.
73
- Un concejal o representante del Ayuntamiento en cuyo término municipal se
halle radicado el centro.
- Cuatro representantes de los padres elegidos entre ellos, salvo uno que es
designado por la asociación de padres más representativa del centro.
En lo que se refiere a las competencias del consejo escolar en los centros privados
concertados, entre los que se encuentran las escuelas católicas, se establecen las
siguientes funciones:
- Intervenir en la designación y cese del director/a del centro, que se realiza por la
entidad titular.
74
convivencia del centro, el consejo escolar, a instancia de padres o tutores, podrá
revisar la decisión adoptada y proponer, en su caso, las medidas oportunas.
75
para la realización de actividades complementarias que, en caso de ser
aceptadas, deberán figurar en la programación general anual.
76
Federación provincial de Asociaciones de Padres de Alumnos “Escuela y Familia”
(CONCAPA Alicante), y la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos
de la provincia de Castellón (CONCAPA Castellón), constituidas, entre otras, con las
siguientes finalidades:
Existen referencias que se remontan al año 1932 por las que puede establecerse la
existencia de la entonces denominada Asociación Católica de Familias, que daría origen
con su refundación el 1 de abril de 1950 a las actuales Federaciones Católicas de
Asociaciones de Padres de Familia y Padres de Alumnos en las tres provincias
valencianas. En sus comienzos las Federaciones contaban con muy pocas asociaciones y
su consolidación se produjo en los años anteriores y posteriores a las primeras
elecciones democráticas del año 1977.
77
El máximo órgano de gobierno de una federación de asociaciones de padres de
alumnos es la asamblea general, en la que están presentes el presidente o un
representante de cada una de las asociaciones federadas. Es habitual que a las asambleas
generales acudan otros miembros de las asociaciones, además del presidente, aunque si
hubiera que realizar algún tipo de votación, éstos últimos no tendrían derecho a voto,
aunque sí podrían intervenir en las deliberaciones.
A lo largo del curso escolar, las Federaciones Católicas realizan una serie de
actividades dirigidas a los alumnos y a los padres miembros de las asociaciones
federadas. Entre ellas cabe destacar las sesiones formativas para los padres y
componentes de las juntas directivas, que se detallan en el capítulo tercero de esta obra;
así como los certámenes de corales infantiles que se realizan con el objetivo de destinar
el beneficio económico de los conciertos a proyectos misioneros de las instituciones
religiosas titulares de los colegios de las asociaciones federadas.
78
Las Federaciones Católicas defienden el derecho de los padres a elegir el tipo de
educación para sus hijos conforme se recoge en el artículo 26 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y el artículo 27 de la Constitución Española que
afirman que los padres tendrán derecho a escoger el tipo de educación que habrá de
darse a sus hijos de acuerdo con sus convicciones; así como la gratuidad de la
enseñanza al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental o
enseñanza básica.
La familia es otro de los valores fundamentales que están presentes en todas las
actuaciones de cada una de las Federaciones Católicas de Asociaciones de Padres de
Alumnos, que se orienta a reconocer y promocionar esta institución como núcleo
fundamental de la sociedad y como ámbito educativo natural del niño que garantiza su
adecuado desarrollo integral. En este contexto, es imprescindible la formación de los
padres como elemento esencial para mejorar la calidad de la educación.
79
resto de instancias administrativas de la Generalitat; y cuenta con representación en las
altas instituciones consultivas de la Administración autonómica, entre ellas el Consejo
Escolar de la Comunitat Valenciana y el Consejo Valenciano de Bienestar Social, como
entidad representativa de la familia y; así como en las instancias de negociación, como
es la Mesa de Padres de la Conselleria d’Educació, en la que también están
representadas las dos confederaciones que agrupan a las asociaciones de padres de
alumnos de los colegios públicos. Se trata de un lugar de debate netamente sectorial y
previo a las discusiones del Consell Escolar de la Comunitat Valenciana, que permite
hacer un seguimiento de la vida escolar, su organización y sus problemas reales.
80
un informe sobre la situación del sistema educativo en la Comunitat Valenciana y tendrá
que ser consultado preceptivamente elevando elevar propuestas, previo estudio y debate
de la documentación existente, en los siguientes asuntos:
81
- Renovación pedagógica.
- Política de personal.
82
discrecionalmente se incluyan en los presupuestos municipales para acciones
educativas.
83
de afiliados, con una representatividad de más de tres millones de familias integradas en
sus 52 federaciones.
84
CAUCES DE PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LA ESCUELA
CONSEJO ESCOLAR
DEL CENTRO
ASOCIACIÓN TITULARIDAD
DE PADRES
DIRECCIÓN
Asamblea
general
COMEDOR
Junta CULTURAL
directiva
SOCIAL
Comisiones
FESTEJOS
FORMACIÓN DE PASTORA
PADRES
FEDERACIÓN ASESORAMIENTO Y
CATÓLICA FORMACIÓN DE PADRES
CONSEJO S ESCOLARES
MUNICIPALES
CONSELL ESCOLAR DE LA
COMUNITAT VALENCIANA
CONCAPA COM.
VALENCIANA MESA DE
PADRES
85
5.- ACTIVIDADES DE LAS ASOCIACIONES DE PADRES
5.1.- Introducción
En atención a todos los temas que se han tratado en los capítulos anteriores, se
puede concluir que las asociaciones de padres de alumnos pueden desarrollar numerosas
actuaciones para promover y potenciar la comunidad educativa y, en consecuencia, para
mejorar la formación y beneficiar a los alumnos de los centros docentes, entre los cuales
se encuentran los hijos de las familias asociadas.
En cualquier caso, las actuaciones a realizar han de tomar como punto de partida
una antropología acorde a la naturaleza del ser humano, pues es la única manera de que
la educación recibida por los niños y jóvenes sea una educación integral y adecuada. En
caso contrario se estaría distorsionando la realidad que les caracteriza como personas e
impidiendo que la naturaleza humana alcance su mayor realización en el amor-don.
No hay que perder de vista que todas las actividades de las asociaciones de padres
de alumnos de los colegios católicos deben orientarse a colaborar en el proyecto del
centro educativo, que no es otro que educar en, para y por el amor-don, en consonancia
con la dimensión espiritual propia de las personas y, en consecuencia, éstas deben
ocupar un lugar preferente y prioritario en la comunidad educativa.
Para ello, en primer lugar, las familias tendrán que tener acceso a una formación
integral acorde a la naturaleza humana, de manera que cualquier temática asociativa,
86
educativa, familiar y/o personal pueda ser tratada adecuadamente con garantías y
solvencia suficientes que capaciten a las familias para actuar con conocimiento de causa
en beneficio de sus descendientes y de la comunidad educativa escolar, y en segundo
lugar, las familias tendrán que participar activamente asociándose, para así poder
colaborar y cooperar con el centro docente y con la sociedad entera.
Llegados a este punto de la obra, surgen una serie de cuestiones que han de ser
afrontadas desde la asociación de padres de alumnos, en la necesidad de estar al servicio
de las familias asociadas, colaborar y cooperar con la escuela, o ayudar en la adecuada
formación del alumnado del centro e hijos de las familias asociadas.
87
Las circulares son el medio escrito habitual por el que la junta directiva se
comunica con sus asociados, con la colaboración del titular del centro que suele ser el
encargado de imprimirlas y de hacerlas llegar a los padres a través de los alumnos del
centro educativo. Estas circulares se pueden publicar, asimismo, en los tablones de
anuncios de la asociación.
Otro de los medios escritos de comunicación que puede utilizar la junta directiva
son los boletines periódicos, que se publican con una frecuencia determinada. En la
impresión y distribución de estos boletines se puede contar con la ayuda del centro
educativo, aunque también puede realizarlas la asociación por sus propios medios, dado
que pueden remitirse por correo a las casas de los padres, o publicarse en los tablones de
anuncios.
Las revistas son otro de los medios escritos que suelen utilizar las asociaciones de
padres, generalmente de mayor entidad y contenido que los boletines. Es el medio
escrito por el que la asociación refleja la actividad llevada a cabo en beneficio de la
comunidad educativa durante un espacio de tiempo determinado, trimestral o anual,
88
siendo lo habitual éste último. Su contenido viene a ser un comentario, resumen o
compendio de lo recogido en las circulares y boletines, al tiempo que se recogen
noticias con imágenes, junto con escritos de autor provenientes de sus asociados, de los
ponentes que hayan impartido charlas formativas, del profesorado del colegio, o del
propio titular del centro docente o de miembros de la Administración educativa.
Las revistas que publican las asociaciones de padres, generalmente en los grandes
colegios, suelen financiarse mediante la inserción de anuncios de empresas que
pertenezcan a padres del colegio, o personas relacionadas con la comunidad educativa;
de la empresa que realiza la impresión de la revista, que puede ofrecer un precio más
barato a cambio de publicidad; o de entidades o instituciones de la localidad, como
pueden ser el Ayuntamiento, entidades financieras o comercios, que pueden encontrar
un medio de hacer una publicidad adecuada.
El contenido de las páginas web puede ser tan variado y complejo como quiera la
asociación, desde la inclusión de apartados con enlaces directos a otras páginas web
consideradas de interés, hasta la creación de un foro propio de opinión, sin perjuicio de
la inclusión de diversas secciones en base a los criterios que se consideren convenientes,
89
como podrían ser las secciones de circulares, noticias, actividades o información del
consejo escolar; con posibles subsecciones, en la medida en que la sección de
actividades podría subdividirse en pastoral, extraescolares, venta de uniformes y libros
de texto, entre otras.
Por otra parte, hay que reconocer y destacar que es cuestión de tiempo la
imposición de los medios telemáticos para comunicar a los asociados las circulares, los
boletines e incluso la revista asociativa que se pueda editar, por lo que resulta
conveniente su inclusión como posible medio de notificación asociativa en las futuras
modificaciones que se hagan de los estatutos asociativos.
90
naturaleza humana en si mismo considerada, que es trascendente, relacional, libre,
racional y sexuada, al objeto de facilitar la consecución de los siguientes objetivos:
- Facilitar que los asociados tengan información sobre aquellos temas que les
preocupan relacionados con la familia, los hijos, la escuela, la sociedad y la
propia asociación.
Para ello se ha de contar con profesionales que orienten y asesoren a las familias
asociadas en la responsabilidad que tienen que ejercer como padres, adquiriendo unos
conocimientos básicos y necesarios en aquellas materias que la asociación considere
fundamentales, desde la educación afectivo sexual de sus hijos y alumnos del centro
escolar, pasando por la problemática de la etapa adolescente, hasta el asesoramiento de
la junta directiva y de los propios asociados en materias relacionadas con el
funcionamiento de las asociaciones de padres y del sistema educativo.
91
la Constitución Española, razón por la que conviene asistir a las actividades formativas
que se convoquen por la asociación, pues no hay nada más importante y por lo que más
merece la pena luchar que por la familia, y especialmente, por el bien de los hijos, que
se desarrolla en diversos ámbitos formativos.
Las clases de estudio son las que se desarrollan por las asociaciones de padres de
alumnos como actividad extraescolar o complementaria, son financiadas generalmente
por los padres de los alumnos que se benefician de estas actividades y no suelen suponer
coste alguno para la asociación, se acude de forma voluntaria y se imparten previa
autorización del centro educativo.
La puesta en marcha de estas clases implica que, a lo largo del curso docente, se
determinen uno o dos días a la semana en los cuales han de impartirse, aunque en
periodos de exámenes puede ampliarse más días, con la finalidad de facilitar y
posibilitar un espacio-tiempo apropiado para el estudio de aquellos alumnos que tengan
dificultad para encontrar en sus casas espacios adecuados de estudio. Las clases se
desarrollan cuando finaliza el horario escolar, generalmente por las tardes y hay que
hacer notar que en numerosas ocasiones son organizadas por los propios centros
escolares.
92
aula en todo momento al objeto de garantizar un clima efectivo de estudio. Para ello,
puede hacerse un equipo padres responsables con la finalidad de que el tiempo
destinado a dirigir la clase de estudio no suponga una severa carga familiar para las
personas que se prestan a ello.
El segundo tipo de clases que se pueden organizar fuera del horario escolar, y que
se pueden promover por los padres o por el propio centro escolar, son las clases de
refuerzo o repaso, orientadas a cubrir las deficiencias académicas de los alumnos que
sean detectadas por los padres o por los profesores del centro, y que permiten reforzar y
profundizar determinadas materias curriculares, en el marco de una actividad
extraescolar o complementaria, que deben contar con la autorización del centro docente.
Este tipo de clases se suelen desarrollar uno o dos días por semana, entre lunes y jueves
93
y suelen centrarse en las materias de mayor dificultad, generalmente las de ciencias y,
fundamentalmente, las matemáticas.
En cualquier caso, y con independencia de que esta actividad sea organizada por
la asociación de padres o por el colegio, es habitual que los padres de los alumnos que
acuden a estas clases aporten unas cuotas que permitan financiar la retribución que
reciba la persona que imparte las clases. En este sentido, interesa destacar que en los
colegios católicos es relativamente frecuente que algún religioso o profesor del centro
se ofrezca de forma voluntaria y desinteresada para impartir estas clases, circunstancia
que evitaría tener que exigir una contraprestación a los padres.
94
pastorales, que han sido tratadas en el capítulo segundo de esta obra; así como las
relacionadas con la educación afectivo-sexual, que han sido referidas en el capítulo
tercero.
95
La asociación de padres de alumnos, por otra parte, puede formalizar convenios
de colaboración o contratos con entidades públicas o privadas que actúen en el ámbito
educativo, con la finalidad de beneficiar o facilitar el buen funcionamiento de la
asociación, así como la adecuada educación de sus hijos. Estos convenios pueden
promoverse por las propias asociaciones o formalizarse en el marco de convenios-marco
suscritos por las federaciones en las que están integrados.
Hay que significar que estos convenios, que han sido firmados por las
Federaciones Católicas, permiten la obtención de unos precios adecuados en la
suscripción de seguros de responsabilidad civil, sensiblemente inferiores a los que
podrían obtener las asociaciones, en el supuesto de promoverlos de forma
independiente. El régimen de los contratos referidos a las obligaciones de protección de
datos es muy diferente, en la medida en que el coste es asumido por las Federaciones.
96
En materia de publicaciones pueden cerrarse convenios con entidades del sector,
imprentas o editoriales, al objeto de formalizar un abaratamiento del coste del material
que se utiliza anualmente o esporádicamente a la vista del volumen de trabajo, del
ámbito de actuación de la entidad solicitante, del perfil de los destinatarios, o de la
publicidad que se pueda obtener. En estos supuestos las asociaciones también pueden
beneficiarse de la intermediación de las federaciones para la obtención de unos mejores
precios.
97
5.5.- Actividades extraescolares
Hay que significar que, en las actividades extraescolares organizadas por las
asociaciones de padres, resulta conveniente la formalización del pertinente seguro de
responsabilidad civil, al objeto de poder responder de los daños y perjuicios que puedan
tener los participantes e invitados en las mencionadas actividades. En la medida en que
las actividades complementarias se desarrollan dentro del horario escolar, están
cubiertas por los seguros suscritos por los centros educativos.
En los colegios católicos estas actividades, como cualquier otra que se realice,
deben realizarse desde una antropología adecuada a la persona afectando a su totalidad
de manera integradora, conforme a la dignidad que se desprende de su trascendencia, y
se llevarán a cabo mediante la contratación de los servicios con entidades encargadas de
ello, o mediante la prestación de la actividad por personal capacitado para ello.
98
colaboradores de éstos, participando activamente en su diseño y evaluación, pero no en
su organización.
Las actividades deportivas, que en ocasiones son organizadas por clubs deportivos
o entidades ajenas a las asociaciones de padres, son desarrolladas por monitores
capacitados, generalmente antiguos alumnos del colegio y se orientan a fomentar y
facilitar la práctica del deporte, para contribuir a la formación personal y mejorar la
calidad de vida del alumnado. Para ello se organizan actividades y servicios variados en
las siguientes áreas:
99
Las asociaciones de padres de alumnos también pueden organizar actividades
culturales, mediante la organización de visitas guiadas a determinadas localidades o
museos, la asistencia a teatros escolares, o la participación en talleres didácticos, que
generalmente se suelen realizar fuera del centro educativo
Otra de las actividades que, con frecuencia, organizan las asociaciones de padres
son de carácter lúdico, entretenimiento y ocio, con el objetivo de fomentar y facilitar la
interrelación, el compañerismo y el desarrollo de determinadas capacidades del
alumnado mediante la salida a reservas naturales protegidas, la asistencia a parques
temáticos, o la práctica en diversas actividades que no se pueden calificar estrictamente
como deportivas o culturales, como por ejemplo, practicas de cocina, coros escolares,
clases de guitarra, pintura, piano, viajes de fin de ciclo o curso, entre otras.
Con este objetivo, las asociaciones de padres de alumnos pueden organizar en los
centros educativos, previa autorización del titular, actividades para atender al alumnado
fuera del horario docente escolar, mientras los padres se encuentran en sus centros de
trabajo. Las modalidades más habituales de actividades de este tipo son las siguientes:
100
- Escuela de tarde, que se realiza durante todos o varios días del curso escolar.
Esta actividad se inicia a las 16,30 u 17 horas, coincidiendo con la finalización
de las clases y termina a las 18:30 u 19 horas de la tarde. Las actividades que
se realizan son muy variadas, dependiendo de la edad de los alumnos que
acuden a ellas.
- Escuela de verano, que se realiza durante el mes de julio y que, con carácter
general, cuenta con un horario escolar que abarca desde las 9 a las 14 u 15
horas; aunque de forma excepcional puede comenzar a las 8 horas y continuar
por la tarde hasta las 17 horas.
101
número y a las edades del alumnado asistente, como pueden ser las siguientes: dibujo,
pintura, recortado, pegado, sellado, plastilina, modelado de arcilla, manualidades,
confección de portadas y de caretas, maquillaje, puzles, cuenta-cuentos, audio cuentos,
guiñol, actividades musicales, mímica, concursos, juegos y cine. Se suelen organizar
fiestas al final de cada trimestre o en el mes de julio, mes en el que se suele contar con
piscinas hinchables.
Hay que significar que las asociaciones de padres de alumnos que prestan estos
servicios de conciliación de vida familiar y laboral pueden participar en las
subvenciones que anualmente reciben para estas actividades las Federaciones Católicas
de Asociaciones de Padres de Alumnos de la Dirección General de Familia de la
Conselleria de Benestar Social, y que han de distribuir entre las asociaciones federadas.
102
Administración educativa competente en el caso de que su realización implique
percepción económica alguna.
103
comensales, se procederá a establecer turnos para los usuarios o no sin perjuicio de que
siempre comience el alumnado de edad más temprana. Todo el alumnado comerá lo
mismo a excepción de aquellos que necesiten dietas blandas y menús especiales
aconsejados por el médico correspondiente.
En este sentido, los padres deben participar en la revisión del funcionamiento del
servicio, en especial de los costes que determinan el precio que se les cobra
mensualmente. Hay que hacer notar que no todos los padres pueden acceder a las becas
de comedor que se convocan anualmente por la Conselleria d’Educació, pues se limitan
a los centros de titularidad pública pese a estar basadas en las circunstancias socio-
económicas del alumnado y su familia, pudiéndose dar en cualesquiera centros
104
docentes, públicos o privados concertados, debido a que los requisitos de escolarización
y admisión son los mismos para todos los centros sostenidos con fondos públicos.
Esta situación, que constituye una clara discriminación de los padres de los
colegios concertados, ha sido impugnada por la Confederación Católica de Padres de
Alumnos de la Comunitat Valenciana, aunque todavía no se cuenta con resolución
judicial alguna. Hay que significar, no obstante, que algunos Ayuntamientos realizan
convocatorias de becas de comedor, a las que se pueden concurrir los padres de los
colegios concertados.
105
El presente servicio se prestará tanto en régimen de gestión directa como en
régimen de concesión de servicio de carácter mercantil, su funcionamiento deberá
atenerse a las normas de seguridad establecidas en materia de transporte escolar, y para
poder percibir cantidades económicas de las familias por la prestación de este servicio
deberá de solicitarse, con antelación a cada curso escolar y en caso de centros de
titularidad pública o privados concertados, la autorización de la administración pública
competente sin poder superar las tarifas máximas determinadas para los centros de
titularidad pública.
En este sentido, los padres deben participar en la revisión del funcionamiento del
servicio, en especial de los costes que determinan el precio que se les cobra
mensualmente. Hay que hacer notar que, igual que ocurre con las becas de comedor
escolar, no todos los padres pueden acceder a las becas de transporte escolar que
convocan anualmente la Conselleria d’Educació, pues se limitan a los centros de
titularidad pública. Esta situación, que constituye una clara discriminación de los padres
de los colegios concertados, también ha sido impugnada por la Confederación Católica
de Padres de Alumnos de la Comunitat Valenciana, aunque todavía no se cuenta con
una resolución judicial sobre el tema.
Una vez analizadas brevemente las posibles actividades a realizar por parte de la
asociación de padres de alumnos, y debido a que es habitual que todas estas actividades
se desarrollen en el colegio a cuya comunidad educativa pertenece, hay que recordar y
106
destacar que todas las actividades que se vayan a realizar de un año para otro han de ser
informadas al consejo escolar del centro incluyéndolas en el plan general anual que es
aprobado anualmente y, en consecuencia, habrá de incluirse una evaluación de las
actividades realizadas en la memoria de fin de curso. Para ello, en relación a las
actividades de la asociación de padres de alumnos hay que tener claro lo siguiente:
- Que han de tener una finalidad educativa por lo que hay que identificar los
objetivos educativos de todas las actividades que se organicen.
- Que han de ser voluntariamente aceptadas por los padres de los alumnos por
lo que han de aprobarse en asamblea general.
- Que no pueden formar parte del horario lectivo, es decir, no pueden integrar el
horario que comprende toda la jornada escolar incluyendo los períodos de
descanso que puedan establecerse entre dos clases consecutivas.
- Que no pueden tener carácter lucrativo, por lo que las percepciones que se
reciban serán fijadas por el consejo escolar del centro a propuesta del titular
del centro e irán destinadas a cubrir los gastos de la actividad.
107
En definitiva, las actividades de las asociaciones de padres de alumnos son el
mecanismo apropiado que tienen los padres para intervenir en el buen desarrollo
educativo de sus hijos en la escuela, para colaborar con la labor educativa del titular
escolar y para promover una adecuada formación integral de la comunidad educativa
escolar, dando efectivo ejercicio a los derechos fundamentales inherentes a esta
sociedad natural y universal que es la familia y que están impresos en la conciencia del
ser humano y en los valores comunes de toda la humanidad.
108
6.- CONCLUSIÓN
109
del hombre, en la que el docente establece una relación personal con los alumnos que no
se limite a un simple dar y recibir.
En una sociedad compleja, donde todos tenemos muchas preocupaciones cada día,
se constata el hecho de que muchas familias van dejando de participar en las
responsabilidades educativas de sus hijos, al menos, en lo que atañe a la formación que
se lleva a cabo en los colegios. Los últimos estudios realizados al respecto denuncian
que el seguimiento que los padres hacen de la formación de sus hijos desciende
paulatinamente.
Las familias mismas deben de ser cada vez más conscientes de la atención debida
a los hijos y hacerse promotores de una eficaz presencia eclesial y social para tutelar sus
derechos. Ante este fenómeno, las escuelas con ideario católico han desarrollado
programas para la mayor implicación de los padres en el proceso educativo de sus hijos,
e incluso planes de formación dirigidos directamente a ellos, como son las escuelas de
padres. El reto está en vincularles aún más y en aumentar el número de padres que se
implican en estos procesos.
110
insubstituible aportación aquella personalización educativa que hace eficaz el proceso
educativo.
Uno de los pilares en los que se asienta la escuela católica es la comunión con las
familias que la han elegido para la educación de sus hijos. Esa relación se configura
como plena participación de los padres en la vida de la comunidad educativa, no sólo en
razón de su primordial responsabilidad en la educación de los hijos, sino también en
virtud del compartir la identidad y el proyecto que caracterizan la escuela católica y que
ellos deben conocer y aprobar, con disponibilidad interior.
Para que la participación de los padres sea efectiva conviene motivar, coordinar y
alimentar la sintonía de pensamiento, palabra, consejo y ejemplo de los padres con la
acción educativa del colegio. Es necesario crear modos, lugares y tiempos de diálogo,
encuentro y celebración comunitaria de toda la comunidad educativa. Todo ello no se
debe a motivos de oportunidad, sino que se basa en motivos de fe. La tradición católica
enseña que la familia tiene una misión educativa propia y original, que viene de Dios.
Los padres deben conocer los fines y objetivos que el colegio pretende alcanzar en
orden a la formación integral de sus hijos, los medios más adecuados para su logro, las
concretas responsabilidades a las que están llamados a colaborar con el colegio y, sobre
todo, es vital para la educación de los hijos la total sintonía de los padres con el
proyecto educativo del colegio de sus hijos.
111
En el contexto descrito, la escuela católica, acogiendo con agrado la colaboración
de los padres, considera también como un momento esencial de su propia misión el
servicio orgánico de formación permanente ofrecido a las familias, para apoyarlas en su
tarea educativa y para promover una coherencia cada vez más profunda entre los valores
propuestos por la escuela y los propuestos en familia.
Las asociaciones y los grupos de inspiración cristiana, que reúnen a los padres de
las escuelas católicas, representan también un puente entre la comunidad educativa y la
realidad circundante. Esas asociaciones y grupos pueden consolidar los lazos de
reciprocidad entre escuela y sociedad, manteniendo la comunidad educativa abierta a la
más amplia comunidad social y, al mismo tiempo, desarrollando una acción
sensibilizadora de la sociedad y de sus instituciones, en consonancia con la presencia y
la acción desarrollada por la escuela católica en el territorio.
112
La comunión experimentada en la comunidad educativa, animada y sostenida por
laicos y consagrados plenamente unidos en la misma misión, convierte la escuela
católica en un ambiente comunitario impregnado del espíritu del Evangelio. En
consecuencia, este ambiente comunitario se configura como un lugar privilegiado para
la formación de las generaciones jóvenes con miras a la construcción de un mundo
basado en el diálogo y la búsqueda de la comunión, más que en el enfrentamiento; en la
convivencia dentro de las diferencias, más que en su oposición.
La escuela católica, al igual que toda institución educativa se ve hoy afectada por
las situaciones y problemas de la misma sociedad a la que sirve, pues la escuela no es
un ámbito aislado. En ella confluyen los problemas culturales y sociales, la rápida
trasformación de la misma sociedad, los problemas de la familia, especialmente
reflejados en los alumnos, además de los frecuentes cambios del sistema educativo.
En las escuelas católicas existe un compromiso personal de los padres, que han
elegido este tipo de enseñanza para sus hijos y que están dispuestos a colaborar con el
centro educativo en todo aquello que pueda contribuir a la formación de los niños y
jóvenes, al objeto de que éstos puedan desarrollarse plenamente como personas y ser en
el futuro miembros activos de una sociedad que necesita vivir en la esperanza de que
puede existir una sociedad mejor y más justa.
113
En un mundo que vive en la cultura de la fama, y a menudo se alienta a los
jóvenes a modelarse según las figuras del mundo del deporte o del entretenimiento, en
las escuelas católicas se invita a nuestros hijos a no conformarse con ser personas de
segunda fila. Estar altamente cualificado en determinada actividad o profesión es bueno,
pero esto no les llenará de satisfacción a menos que aspiren a algo más grande aún.
La felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este
mundo es que muchísima gente jamás la encuentra, porque la busca en los lugares
equivocados. La clave para esto es muy sencilla: la verdadera felicidad se encuentra en
Dios. Necesitamos transmitir a nuestros hijos la necesidad de que pongan sus
esperanzas más profundas solamente en Dios, no en el dinero, la carrera, el éxito
mundano o en sus relaciones personales, sino en Dios. Sólo él puede satisfacer las
necesidades más profundas de nuestro corazón.
114
La escuela católica encuentra su verdadera justificación en la misión misma de la
Iglesia; se basa en un proyecto educativo en el que se funden armónicamente fe, cultura
y vida. Por su medio la Iglesia local evangeliza, educa y colabora en la formación de un
ambiente moralmente sano y firme en el pueblo. En el proyecto educativo de la escuela
católica Cristo es el fundamento: Él revela y promueve el sentido nuevo de la existencia
y la transforma, capacitando al hombre a vivir de manera divina, es decir, a pensar,
querer y actuar según el Evangelio, haciendo de las bienaventuranzas la norma de su
vida.
115