Valverde, J. M., Cuestiones de Poesia y Politica PDF
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•cables; lia de quedarse eti medio, sin renunciar a nada, pero sin.
tirar por ningún camino especializado. Por eso, de una convic-
ción política, sólo puede entrar a formar parte legítima de una
poesía lo que es anterior a la ideología, sus hondas raíces en el
hombre y en Dios. Lo que una pasión o posición política suponga
de concepción del hombre y del universo, eso sí puede dar lugar
a poesía.
Pero, naturalmente, dentro de cualquier concepción de lo ele-
mental y genérico del hombre, se halla siempre su dimensión ne-
cesaria de ser colectivo y enraizado en una tierra. Desde esta di-
mensión es como una poesía puede —y aun debe — ser política.
Kste sentimiento primario forma parte, o proviene inmediata-
•íitente, de lo que Dilthey en su Poética clasificó como "quinto
círculo sentimental", compuesto de "estímulos materiales aislados
que afectan la vida total y de cuyo contenido íntegro nos percata-
mos por los sentimientos... De las profundidades del sentimiento
sensible surgen el instinto de nutrición, el instinto de conserva-
ción o el deseo de vivir el instinto de reproducción y el amor a la
descendencia" (pág. 87, ed. Losada). En este orden se sitúa asi-
mismo el sentido de la colectividad —arraigada, no lo olvidemos
nunca, cu una determinada morada geográfica—.
Mas como las colectividades son múltiples, sólo puede ser ob-
jeto de poesía, según lo antes dicho, aquello que sea común a
todas. Por ejemplo, el estar expuestas a daño o conflicto por parte
•de las demás. Un canto de guerra tirteico contra los invasores,
tina elegía ante la inminencia o la llegada de la catástrofe de un
pueblo, tienen perfecta posibilidad de ser poesía, puesto que se en-
gendran en algo elemental y genérico del hombre. Por el contra-
rio, 110 es de suyo tema poético una forma de gobierno, en. cuanto
tal forma, sólo válida para determinadas circunstancias de tiempo
•y espacio. Piénsese en los esenciales inconvenientes, por ejemplo,
de una oda a la democracia, o al consulado, o a la dictadura.
No obstante, ya indicamos que la colectividad se compone no
sólo de hombres, sino también de la tierra que los sustenta. La
tierra; como parte de este complejo indivisible que es la patria,
tiene un valor poético distinto al que tiene, considerada como pura
naturaleza. Esto se advierte, especialmente, en los versos de los
desterrados políticos. Nunca poetizan las imágenes recordadas de
•su patria sólo en su honda sugestión de hechos naturales •• —corno
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NOTAS
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JOSÉ M. a VALVEKDE.