Milan
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1. HISTORIA DE MILÁN
3.1.- El embrollo.
Selvini, opinaba que los enredos relacionales en las familias que tienen
hijas anoréxicas son, en verdad, poca cosa sí, se los compara con las
junglas por las que nos internamos, a tientas, cuando trabajamos con
familias que tienen hijos esquizofrénicos.
En el artículo “Hacía un modelo general de los juegos psicóticos en la
familia”, Selvini se expresaba así:
“Tropezamos repetitivamente con juegos o maniobras hábilmente
ocultas, que en la jerga de nuestro equipo denominamos juegos
sucios...”. Entendiendo al juego como sucio, cuando los actores
recurrían a medios desleales como engaños sutiles, mentiras impúdicas,
venganzas camufladas pero implacables, manipulaciones, seducciones,
promesas ambiguas y violaciones igualmente ambiguas, etc. Además,
juegos de esa clase contrastaban con el tipo de familias en las cuales los
íbamos descubriendo: gente bien educada, en apariencia correcta y
responsable. Su hipótesis era que la conducta psicótica del paciente
señalado estaba en conexión directa con un juego sucio. Por ejemplo,
la explosión de la conducta psicótica había tenido lugar cuando el
paciente señalado se había sentido traicionado, o por lo menos
estafado, precisamente por ese padre con el que había creído sentir más
afinidad. A este juego, como ya mencionamos anteriormente, le dio el
nombre de “embrollo”.
En Jorge se inicia el “juego familiar” a los 18 años, un año despues de
haber ingresado, por méritos propios a una universidad muy
competitiva. Los padres involucrados en una historia de desmentidas,
rechazos y seudo mutualidades, necesitan, ya Jorge adolescente
“impedir” el crecimiento de Jorge y el inicio de su recorrido hacia la
emancipación. En sesion, cuando Jorge ya tiene un diagnostico con
efectos dormitivos, los padres entran en el juego de pareja, escalada
simétrica que lo “jala”, lo succiona” hacia el remolino de desdices y de
fabulaciones utilizando la lealtad de Jorge hacia ellos, sirviéndoles de
testigo a cada uno, cuando los padres se acusan mutuamente. En este
fragor, ninguno de ellos se sitúa en la posición de Jorge, para
reflexionar sobre el guion que Jorge está sirviendo de libreto, para –
hoteticamente hablando- mantenerlos unidos, incluido Jorge.
3.3.- La instigación.
“Somos como dos potencias que se enfrentan sin tregua, pero solo en
este enfrentamiento, en el que ninguno cede un milímetro, nos
oxigenamos”
Aquí se desarrolla la conducta inusual del hijo que apunta a ambos (al
ganador y al perdedor) con el fin de desafiar el poder del ganador y
mostrar al perdedor cómo puede arreglárselas con el ganador.
Por lo tanto el primer paso sería establecer qué juego está jugando la
familia con el terapeuta, luego aprobar el juego y fomentarlo.
Generalmente el juego es: He aquí nuestra persona con el problema,
está enferma o es mala; hay que arreglarla y aliviarnos, pero no se nos
haga cambiar.
Ana es una adolescente de 14 años. Desde hace año y medio migro con
su madres de su país natal, a la tierra de la pareja de su madre. En estos
últimos 9 años, después de vivir la conmoción emocional del suicidio
de su padre, Ana nunca pudo superar tal trauma. Este año abandono el
colegio sumiéndose en la soledad (prefería encerrase en su dormitorio),
en mayo de este año, la madre encuentra trabajo y tiene que compartir
su tiempo en la casa con Ana y las responsabilidad de sus labores en el
trabajo. La baja de su popularidad en el colegio y los caprichos de una
relación de atracción con un compañero, justificaron su decisión de
retraerse del colegio. En sesión Ana acepta que con esta decisión, obligo
a la madre a dejar el trabajo y permanecer en casa con ella. En estos
últimos años conforme Ana crecí y, sentía la relación de la madre con
Antonio como una amenaza para su relación excesivamente apegada
con la madre. Se inician las instigaciones hacia Antonio, de manera
puntuada, pero Ana no logra que la madre se colija con ella contra
Antonio. Vivian momentos de aparente tranquilidad y momentos de
intensa rivalidad por parte de Ana hacia su madre. Cuestionaba “el
amor obsesivo de la madre hacia Antonio. Aparecen sus miedos y
temores imaginarios.
Bibliografía citada