Politica de Alexis Tocqueville Nota Veinte

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POLITICA DE ALEXIS TOCQUEVILLE

I. INTRODUCCIÓN:

El presente trabajo de investigación se ha realizado con la finalidad de dar el


conocimiento de ALEXIS TOCQUEVILLE en base a la política, es decir que hablaremos
de la política según Alexis Tocqueville, no obstante, también hablaremos de su
pensamiento sobre la democracia que es una forma política, ¿Cómo es? ¿Cómo
debería ser?, tal caso en este trabajo de investigación en el desarrollo hablaremos más
sobre este tema que es muy interesante para nosotros, ya que, nosotros deberíamos
aplicar esto en la actualidad no solo nosotros si no todas las personas que quieran
cambiar a esta sociedad corrompida por los políticos de nuestro país.

II. DESARROLLO:

Desde mi punto de vista, Alexis de Tocqueville fue muy probablemente uno de los
pensadores políticos más brillantes del siglo XIX, y de todos los tiempos. No puede
dejar de señalarse, más allá de su pasión por la libertad, su profunda visión sobre la
sociedad democrática y sus proféticas afirmaciones sobre el futuro de los Estados
Unidos. Entre los temas que abordó más ampliamente, está la concepción de
democracia, un aspecto que aún hoy sigue generando desafíos e interrogantes para las
sociedades y los gobiernos: ¿En qué se funda la democracia? ¿Cómo podemos
asegurarnos que se mantenga en el tiempo con nuestro sistema político? Para
responder eso, primero es necesario determinar qué entendemos por “democracia”.

El concepto democracia es amplio. Un estado social o manera de ser de una sociedad


no se limita a ser la expresión de una forma política, porque la sociedad tiene otros
valores que las que no son democracias. Las sociedades del Antiguo Régimen se
basaban en la desigualdad de los estamentos y en la inmovilidad social, donde un
sector no trabaja frente al resto, y donde cada estamento tiene sus derechos y
obligaciones. El término “democracia” puede representar algo muy distinto a una forma
de gobierno, si nos referimos a una sociedad democrática o no. En la concepción
clásica, ésta no precisamente garantiza una sociedad igualitaria, sino que es
meramente una forma de gobierno. El fenómeno moderno que en cambio introdujo
Tocqueville, fue el de considerarla un estado social, es decir, un conjunto de
relaciones sociales del que derivan las costumbres, creencias, opiniones, e
instituciones de un pueblo. En su libro Democracia en América, Tocqueville presentó a
Estados Unidos como el modelo a seguir, pues poseía una forma de vida fundada en la
igualdad de condiciones basada en la creencia de que los hombres eran iguales por
naturaleza. Tal sociedad, dijo, con sus oportunidades para el enriquecimiento del
individuo, y su próspera y sólida clase media, sería muy resistente a la revolución, y, por
lo tanto, garantizaría la estabilidad. Para el francés, entonces, la democracia es ante
todo la forma de sociedad que surge de la voluntad de los hombres de vivir en igualdad
de condiciones, de tal manera que todo privilegio resulte insoportable, inmoral e injusto.

Tocqueville recalcó que la igualdad y la desigualdad son fenómenos sociales que se


relacionan con la forma en que se concibe el rol de los individuos dentro de la sociedad,
y que influyen en sus interacciones, asociaciones y divisiones. En cambio, la libertad y
el despotismo son fenómenos políticos, que se refieren a la forma que los individuos
mediante sus acciones le dan al régimen (leyes e instituciones) de su vida en común.
Además, es importante destacar que cuando pensamos en igualdad, no estamos
pensando específicamente en libertad, porque la primera es un fenómeno social, y la
segunda es un fenómeno político.

Es decir, mientras la primera surge espontáneamente (o no) del conjunto de individuos


que conforman la sociedad, la segunda se refiere a qué tan rigurosamente administra el
órgano de gobierno empoderado por la sociedad. Por lo tanto, la democracia, pensada
en su aspecto social, no necesariamente va acompañada de libertad política. En
realidad, la libertad política no depende de fuerzas irresistibles de carácter social, sino
de la acción consciente de cada hombre. Más allá de las controversias que pueda
generar, es sorprendente la perspicacia y profundidad del diagnóstico de Tocqueville, a
tal punto que su planteo mantiene hoy la misma vigencia que tenía hace
aproximadamente 180 años. Su análisis no revela solamente nuestro pasado; describe
igualmente nuestro presente, y penetra en nuestro futuro. Está en nosotros el poder de
construir la democracia y libertad que pretendemos en nuestra sociedad. Por eso, es
importante preguntarnos: ¿hasta qué punto estamos comprometidos con este proyecto,
que necesita específicamente de cada uno, y que cambiaría ampliamente varios
aspectos de nuestras vidas? Es momento ya de actuar por una sociedad democrática y
libre. Es momento de pasar de lo dicho a lo hecho.

la política de Alexis Tocqueville, nos habla de la democracia de Estados Unidos, en su


obra “La Democracia de América”, Si se quiere resolver el problema de la democracia,
la solución debe encontrarse en sí misma, es decir, la solución debe estar en armonía
con su principio fundamental, la igualdad. Todo intento por moderar la democracia con
principios o prácticas tomados de un régimen ajeno a ella estará condenado al fracaso.
Al fin y al cabo, ni siquiera un déspota puede gobernar de acuerdo con el principio
democrático sin inclinarse ante la igualdad.

Por consiguiente, razona el autor francés, la natural pasión por la libertad debe ser
complementada por un arte político que se ha practicado de manera ejemplar en los
Estados Unidos. La experiencia norteamericana sugiere que, para la solución del
problema democrático, hay que recurrir a ciertos «recursos democráticos». En primer
lugar, un cuerpo de legistas o jueces independientes. En segundo lugar, la institución
del jurado, que enseña la práctica de la responsabilidad cívica y combate el egoísmo
particular (aun siendo, simultáneamente, una de las vías de la tiranía popular,
contradicción que Tocqueville no llega a despejar) y un prominente rol de la religión,
que actúa como freno de las pasiones humanas.

Sin embargo, dejando de lado estas cuestiones formales y espirituales, Tocqueville


insiste en que, de todos los recursos democráticos, el principal es la libertad de
asociación. Tocqueville consideró las asociaciones como sustitutas artificiales de la
nobleza de épocas anteriores que, en virtud de su riqueza y de su posición, servía de
baluarte contra las intromisiones del soberano en las libertades del pueblo. En una
democracia las asociaciones protegen los derechos de la minoría contra la tiranía
mayoritaria. Dado que en una democracia cada quien es independiente, pero también
es impotente, sólo asociándose con otros podrá oponer sus opiniones a las de la
mayoría. Esta es una función política del derecho de asociación. Este es el Tocqueville
republicano, el que ve en la participación de los asuntos públicos la única manera de
defender la democracia.
Mientras que autores previos habían considerado que fomentar los partidos, las
facciones o las asociaciones era una medida divisoria en la sociedad, Tocqueville las
consideró absolutamente esenciales para el bienestar de la sociedad democrática.
Lejos de contribuir a la destrucción de la unidad de la sociedad, las asociaciones
superan las propensiones divisorias de la democracia. En los actos que acompañan a la
organización y la operación de una asociación, los individuos aprenden el arte de
adaptarse a un propósito común. Hay que asociarse. Hay que participar.

Por supuesto, esto lo hemos escuchado muchas veces (a izquierda y derecha) y en esa
línea va Tocqueville, que vio en las asociaciones un medio no solo de suavizar la tiranía
mayoritaria sino también de superar esa mediocridad a la que era propensa la
democracia. La evolución de un sentido de moral pública, a partir del espíritu de
individualismo extremo que caracteriza a las épocas democráticas, es la obsesión de
casi toda la obra de Tocqueville. Y para el autor francés el antídoto más efectivo contra
el individualismo es, sin duda, la participación en los asuntos colectivos. Si no se quiere
que los hombres se retiren por completo a sus propios círculos domésticos, si no se
quiere que se desvanezca por completo el espíritu público, habrá que enseñar a los
hombres que por un ilustrado interés en sí mismos necesitarán ayudarse
constantemente unos a otro, sacrificando una parte de su tiempo y riqueza al bienestar
de la comunidad.

Un último asunto que quisiéramos por lo menos dejar planteado es el siguiente: el


pensamiento de Tocqueville muestra una sorprendente similitud con el de Max Weber.
La perspectiva histórica de larga duración es la misma y sus conclusiones –pesimistas,
sin duda son bastante parecidas. A pesar de las restricciones que les imponía a su
horizonte de visibilidad el pensamiento liberal, ambos fueron capaces de tirar por la
borda el optimismo evolucionista tan característico de esa matriz teórica. El resultado
fue una especial sensibilidad para comprender las contradicciones de la historia: el
igualitarismo podía conducir a la libertad o al despotismo moderno, decía Tocqueville; la
racionalización, recordaba Weber, nos podía hacer más libres o acabar
aprisionándonos en una jaula de hierro. La historia, por lo tanto, es dialéctica, y su
tragedia reside en que puede avanzar tanto por el “lado malo” como por el “lado bueno”.
La igualdad libera y encadena; el individualismo emancipa y aliena; la democracia
destruye aristocracias y puede crear un Leviatán. La sociedad de los iguales,
contemplada por Tocqueville, quedó reducida a ilusoria expectativa ideológica; de los
poderes locales y de las autonomías estatales, mejor ni hablar. Los Estados Unidos, a
siglo y medio de la visita de Tocqueville, vuelven a ser modelo. Pero ahora, si hemos de
creer a los neoconservadores, de “la crisis de la democracia”, de la “ingobernabilidad”
de su sociedad civil, de la necesidad imperiosa de recortar los logros democráticos de
las pasadas generaciones y de imponer un “orden político”.

Guido Vladimir Coyla Ccopa

III. CONCLUSIÖN:

Quisiera ahora reunirlas todas en un solo punto de vista. Lo que diré será menos
detallado, pero más seguro. Percibiré menos distintamente cada objeto y abarcaré con
más certidumbre los hechos generales. Sinceramente me gusto hacer este trabajo, que
aprendí mucho de la forma democrática que este autor “Alexis Tocqueville” nos habla
de una política democrática. Él no es un científico; aunque hubiera querido serlo, pero
no lo fue; su intención era muy distinta a la de un científico político, ya que, me hizo
entender su forma de gobierno democrático, me hizo reflexionar sobre el futuro de la
democracia y las posibles amenazas que existan o puedan surgir en nuestro país.
Aceptar un papel importante del cristianismo en el establecimiento de un régimen
democrático, pero con un Estado Laico

IV. BIBLIOGRAFIA:

4.1. https://www.studentsforliberty.org/2017/06/12/democracia-segun-
tocqueville-libertad-o-igualdad/

4.2. http://arbolsocialdemocrata.blogspot.com/2009/02/liberalismo-
democratico-i-alexis-de.html

4.3. https://www.youtube.com/watch?v=tIj9Q5Me0qU
4.4. https://www.jotdown.es/2015/11/la-democracia-segun-alexis-
tocqueville/

LA DEMOCRACIA EN AMERICA

AUTOR: Alexis de Tocqueville


ÍNDICE Advertencia
.............................................................................................................................. 4 Prefacio, por J.
P. Mayer .......................................................................................................... 7 Introducción.
Alexis de Tocqueville y la Teoría del Estado Democrático, por Enrique González Pedrero
.................................... 8 I Introducción del autor
........................................................................................................... 31 Advertencia de la
duodécima edición (1848) ....................................................................... 42 PRIMERA PARTE
Cap. I. Configuración exterior de la América del Norte .................................................... 47 Cap.
II. Punto de partida y su importancia para el porvenir de los angloamericanos .... 53 Razones de
algunas singularidades que presentan las leyes y las costumbres de los angloamericanos, 65. Cap.
III. Estado social de los angloamericanos ................................................................... 67 El punto
saliente de los angloamericanos es esencialmente democrático, 67; Consecuencias políticas del
estado social de los angloamericanos, 72. Cap. IV. El principio de la soberanía del pueblo en los
Estados Unidos .......................... 74 Cap. V. Necesidad de estudiar lo que sucede en los estados
antes de hablar del gobierno de la Unión .................................................... 77 El sistema comunal
en Norteamérica, 77; Circunscripción de la comuna, 79; Poderes comunales de la Nueva
Inglaterra, 79; La existencia comunal, 81; El espíritu comunal en la Nueva Inglaterra, 83; El
condado en la Nueva Inglaterra, 85; La administración en la Nueva Inglaterra, 86; Ideas generales
sobre la administración en los Estados Unidos, 112; El Estado, 94; Poder legislativo del Estado,
95; El poder ejecutivo del Estado, 96; Los efectos políticos de la descentralización administrativa
en los Estados Unidos, 97. Cap. VI. El poder judicial en los Estados Unidos y su acción sobre la
sociedad política 106 Otros poderes concedidos a los jueces norteamericanos, 110. Cap. VII. El
juicio político en los Estados Unidos ............................................................ 112 Cap. VIII. La
constitución federal ..................................................................................... 117 Historia de la
constitución federal, 117: Cuadro sumario de la constitución federal, 118; Atribuciones del
gobierno federal, 11.9; Poderes federales, 120; Poderes legislativos, 121; Otra diferencia entre el
senado y la cámara de representantes, 123; El poder ejecutivo, 123; En qué la posición del
Presidente de los Estados Unidos difiere de la de un rey constitucional en Francia, 125; Causas
accidentales que pueden acrecentar la influencia del poder ejecutivo, 127; Por qué el Presidente
de los Estados Unidos no tiene necesidad para dirigir los negocios públicos, de tener mayoría en
las cámaras, 128; Elección del Presidente, 129; La elección del Presidente es una causa de
agitación, no de ruina. Modo de la elección, 132; Crisis de la elección, 135; La reelección del
Presidente, 136; Los tribunales federales, 138; Manera de fijar la competencia de los tribunales
federales, 140; Diferentes casos de jurisdicción, 141; Manera de proceder de los tribunales
federales, 144; Alto rango que ocupa la suprema corte entre los grandes 3 poderes del Estado,
146; En qué la constitución federal es superior a la constitución de los Estados, 148; Lo que
distingue a la constitución federal de los Estados Unidos de América de todas las demás
constituciones federales, 151; Ventajas del sistema federativo, en general, y su utilidad especial
para Norteamérica, 153; Lo que hace que el sistema federal no esté al alcance de todos los
pueblos, y lo que ha permitido a los angloamericanos adoptarlo, 157; Constitución de los Estados
Unidos, 163; Constitución del Estado de Nueva York, 176. SEGUNDA PARTE Cap. I. Cómo se
puede decir rigurosamente que en los Estados Unidos es el pueblo el que gobierna
.......................................................... 191 Cap. II. Los partidos en los Estados Unidos
...................................................................... 192 Los restos del partido aristocrático en los
Estados Unidos, 196. Cap. III. La libertad de prensa en los Estados Unidos
..................................................... 198 La libertad de prensa en los Estados Unidos, 203. Cap. IV.
La asociación política en los Estados Unidos ..................................................... 206 La asociación
política en los Estados Unidos, 209. Cap. V. El gobierno de la democracia en Norteamérica
.................................................. 213 El voto universal, 213; Las elecciones del pueblo y los
instintos de la democracia norteamericana en sus elecciones, 213; Causas que pueden
corregir en parte esos instintos de la democracia, 216; Influencia que ha ejercido la
democracia norteamericana sobre las leyes electorales, 218; Los funcionarios públicos bajo
el imperio de la democracia norteamericana, 219; Lo arbitrario de los magistrados bajo el
imperio de la democracia norteamericana, 221; Inestabilidad administrativa en los Estados
Unidos, 223; Los cargos públicos bajo el imperio de la democracia norteamericana, 224;
Los instintos de la democracia norteamericana en la fijación del salario de los funcionarios,
227; Dificultad de discernir las causas que llevan al gobierno norteamericano a la economía,
228; ¿Se pueden comparar los gastos públicos de los Estados Unidos con los de Francia?,
229; La corrupción y los vicios de los gobernantes en la democracia, Los efectos que
resultan de ellos para la moralidad pública, 232; De qué esfuerzos es capaz la democracia,
233; El poder que ejerce en general la democracia norteamericana sobre sí misma, 236; Cómo la
democracia conduce los negocios exteriores del Estado, 237. Cap. VI. Cuáles son las ventajas
reales que la sociedad norteamericana obtiene del gobierno de la democracia
................................................... 241 La tendencia general de las leyes bajo el imperio de la
democracia norteamericana y el instinto de quienes las aplican, 241; El espíritu público en los
Estados Unidos, 244; La idea de los derechos en los Estados Unidos, 246; Respeto a la ley en los
Estados Unidos, 249; Actividad que domina en todas las partes del cuerpo político en los Estados
Unidos e influencia que ejerce sobre la sociedad, 250. Cap. VII. La omnipotencia de la mayoría
en los Estados Unidos y sus efectos ............. 254 Cómo la omnipotencia de la mayoría aumenta
en Norteamérica la inestabilidad legislativa y administrativa que es natural a las democracias,
256; Tiranía de la mayoría, 257; Efectos de la omnipotencia de la mayoría sobre el arbitrio de los
funcionarios públicos norteamericanos, 259; El poder que ejerce la mayoría en Norteamérica
sobre el pensamiento, 260; Efectos de la tiranía de la mayoría sobre el carácter nacional de los
norteamericanos, 262; Que el mayor peligro de la confederación norteamericana viene de la
omnipotencia de la mayoría, 264. 4 Cap. VIII. Lo que modera en los Estados Unidos la tiranía de
la mayoría........................... 266 Ausencia de centralización definitiva, 266; El espíritu legista en
los Estados Unidos, y cómo sirve de contrapeso a la democracia, 267; El jurado en los Estados
Unidos considerado como institución política, 273. Cap. IX. Las causas principales que tienden a
mantener la república democrática en los Estados Unidos .............................................. 278 Las
causas accidentales o providenciales que contribuyen al mantenimiento de la república en los
Estados Unidos, 278; La influencia de las leyes sobre el mantenimiento de la república
democrática en los Estados Unidos, 286; La influencia de las costumbres sobre el mantenimiento
de la república democrática en los Estados Unidos, 287; La religión considerada como institución
política y cómo sirve poderosamente al mantenimiento de la república democrática entre los
norteamericanos, 287; Influencia directa que ejercen las creencias religiosas sobre la sociedad
política en los Estados Unidos, 290, Las principales causas que hacen poderosa a la religión en
Norteamérica, 293; Cómo las luces, los hábitos y la experiencia práctica de los norteamericanos
contribuyen al éxito de las instituciones democráticas, 299; Que las leyes sirven más al
mantenimiento de la república democrática en los Estados Unidos que las causas físicas, y las
costumbres más que las leyes, 302; Las leyes y las costumbres ¿bastarían para mantener las
instituciones democráticas en otra parte que no fuese Norteamérica?, 305; Importancia de lo que
precede en relación a Europa, 307. Cap. X. Algunas consideraciones sobre el estado actual y el
porvenir probable de las tres razas que habitan el territorio de los Estados Unidos
............................................................................. 312 Estado actual y porvenir de las tribus indias
que habitan el territorio poseído por la Unión, 316; Posición que ocupa la raza negra en los
Estados Unidos; peligros que su presencia hace correr a los blancos, 326; Cuáles son las
probabilidades de duración de la Unión norteamericana. Qué peligros la amenazan, 344; Las
instituciones republicanas en los Estados Unidos, cuáles son sus probabilidades de duración, 368;
Algunas consideraciones sobre las causas de la grandeza comercial de los Estados Unidos, 373.
Conclusión ............................................................................................................................ 379 II
Advertencia del autor al segundo volumen ....................................................................... 387
PRIMERA PARTE INFLUENCIA DE LA DEMOCRACIA EN EL MOVIMIENTO
INTELECTUAL EN LOS ESTADOS UNIDOS Cap. I. Método filosófico de los
norteamericanos ............................................................. 391 Cap. II. La fuente principal de las
creencias en los pueblos democráticos ..................... 395 Cap. III. Por qué los norteamericanos
muestran más aptitud y gusto para las ideas generales que sus padres los ingleses .......................
398 Cap. IV. Por qué los norteamericanos no han sido jamás tan apasionados como los franceses
por las ideas generales en materias políticas ............... 402 Cap. V. Cómo sabe servirse la religión
en los Estados Unidos, de los sentimientos democráticos
........................................................................................ 404 Cap. VI. El progreso del catolicismo
en los Estados Unidos ............................................ 411 5 Cap. VII. Lo que inclina el espíritu de
los pueblos democráticos hacia el panteísmo ... 412 Cap. VIII. Cómo la igualdad sugiere a los
norteamericanos la idea de la perfectibilidad indefinida del hombre
.......................................................... 413 Cap. IX. Por qué el ejemplo de los norteamericanos no
prueba que un pueblo democrático deje de tener la aptitud y el gusto para las ciencias, la
literatura y las artes ............................................ 415 Cap. X. Por qué razón los norteamericanos
se aplican más bien a la práctica de las ciencias que a su teoría .......................................................
419 Cap. XI. En qué sentido cultivan las artes los norteamericanos ..................................... 425
Cap. XII. Por qué los norteamericanos levantan al mismo tiempo tan grandes y tan pequeños
monumentos .......................................................................... 429 Cap. XIII. Fisonomía literaria de
los periodos democráticos .......................................... 431 Cap. XIV. La industria literaria
......................................................................................... 435 Cap. XV. Por qué el estudio de la
literatura griega y latina es particularmente útil en las sociedades democráticas
......................................... 436 Cap. XVI. De qué modo la democracia norteamericana ha
modificado la lengua inglesa .............................................................. 438 Cap. XVIII. Algunas
fuentes de la poesía en las naciones democráticas ........................ 443 Cap. XVIII. Por qué los
escritores y los oradores norteamericanos tienen, por lo general, un estilo ampuloso
............................................ 448 Cap. XIX. Algunas observaciones acerca del teatro en los
pueblos democráticos ........ 441 Cap. XX. Algunas tendencias particulares de los historiadores de
los siglos democráticos .................................................................. 453 Cap. XXI. La elocuencia
parlamentaria en los Estados Unidos ...................................... 456 SEGUNDA PARTE
INFLUENCIA DE LA DEMOCRACIA EN LOS SENTIMIENTOS DE LOS
NORTEAMERICANOS Cap. I. Por qué razón los pueblos democráticos muestran un amor más
vehemente y más durable hacia la igualdad que en favor de la libertad ................ 463 Cap. II. El
individualismo en los países democráticos ...................................................... 466 Cap. III. Por
qué es mayor el individualismo al salir de una revolución democrática, que en otra época
........................................................... 468 Cap. IV. De qué manera combaten los norteamericanos
el individualismo con instituciones libres ............................................. 469 Cap. V. El uso que
hacen los norteamericanos de la asociación en la vida civil ............ 473 Cap. VI. Relación que
existe entre las asociaciones y los periódicos ............................... 477 6 Cap. VII. Relación que
existe entre las asociaciones civiles y las políticas ..................... 480 Cap. VIII. De qué manera los
norteamericanos combaten el individualismo con la doctrina del interés bien entendido
........................................... 484 Cap. IX. De qué manera aplican los norteamericanos la doctrina
del interés bien entendido en materia de religión .......................................... 487 Cap. X. El gusto
por el bienestar material en Norteamérica ........................................... 489 Cap. XI. Los singulares
efectos que produce el amor a los goces materiales en las épocas democráticas
............................................................ 491 Cap. XII. Por qué razón ciertos norteamericanos
muestran un espiritualismo tan exaltado .......................................................................... 493 Cap.
XIII. Por qué se muestran tan inquietos los norteamericanos en medio de su bienestar
.................................................................. 495 Cap. XIV. De qué manera el gusto por los goces
materiales se une entre los norteamericanos al amor a la libertad y al cuidado de los negocios
públicos .......... 498 Cap. XV. Cómo las creencias religiosas atraen de cuando en cuando el alma
de los norteamericanos hacia los goces inmateriales ........................ 501 Cap. XVI. Cómo el amor
excesivo al bienestar puede perjudicar al bienestar mismo
................................................................ 505 Cap. XVII. Por qué en los tiempos de igualdad y de
duda conviene alejar el objeto de las, acciones humanas ......................................... 506 Cap.
XVIII. Por qué entre los norteamericanos todas las profesiones honestas son consideradas
honoríficas ..................................................... 509 Cap. XIX. Lo que inclina a, casi todos los
norteamericanos a las profesiones industriales ........................................................... 511 Cap.
XX. Cómo la aristocracia podría tener su origen en la industria ........................... 514 TERCERA
PARTE INFLUENCIA DE LA DEMOCRACIA EN LAS COSTUMBRES PROPIAMENTE
DICHAS Cap. I. De qué manera se suavizan las costumbres a medida que se igualan las
condiciones ........................................................ 519 Cap. II. Cómo la democracia hace las
relaciones habituales de los norteamericanos más sencillas y fáciles
................................................ 523 Cap. III. Por qué los norteamericanos son tan poco
susceptibles en su país y se muestran tan susceptibles en el nuestro ............................... 525 Cap.
IV. Consecuencia de los tres capítulos anteriores .................................................... 528 Cap. V.
Cómo la democracia modifica las relaciones que existen entre servidor y amo
................................................................ 530 7 Cap. VI. Cómo las instituciones y las costumbres
democráticas tienden a aumentar el precio y a acortar la duración de los arrendamientos
................ 537 Cap. VII. Influencia de la democracia en los salarios
...................................................... 539 Cap. VIII. Influencia de la democracia sobre la familia
.................................................. 541 Cap. IX. Educación de las jóvenes en los Estados Unidos
................................................ 545 Cap. X. La joven norteamericana bajo el carácter de esposa
.......................................... 547 Cap. XI. De qué manera la igualdad de condiciones contribuye a
mantener las buenas costumbres en Norteamérica .................................... 549 Cap. XII. De qué
manera los norteamericanos comprenden la igualdad del hombre y de la mujer
.......................................................... 554 Cap. XIII. Cómo la igualdad divide naturalmente a los
norteamericanos en gran número de pequeñas sociedades particulares ........................ 557 Cap.
XIV. Algunas reflexiones sobre las maneras de los norteamericanos .................... 559 Cap. XV.
La gravedad de los norteamericanos y razones por las que ésta no les impide hacer muchas veces
cosas inconsideradas ....................... 562 Cap. XVI. Por qué la vanidad nacional de los
norteamericanos es más inquieta y más fácil de irritarse que la de los ingleses
.......................................... 565 Cap. XVII. Por qué el aspecto de la sociedad en los Estados
Unidos es a la vez monótono y agitado ................................................................ 567 Cap. XVIII.
El concepto del honor en los Estados Unidos y en las sociedades democráticas
........................................................................................ 569 Cap. XIX. Por qué se encuentran en
los Estados Unidos tantos ambiciosos y tan pocas grandes ambiciones
........................................................... 578 Cap. XX. La influencia de los empleos en ciertas
naciones democráticas ...................... 583 Cap. XXI. Por qué llegan a hacerse raras las grandes
revoluciones ............................... 585 Cap. XXII. Por qué los pueblos democráticos desean
naturalmente la paz y los ejércitos democráticos la guerra ............................................. 594 Cap.
XXIII. Cuál es la clase más guerrera y revolucionaria en los ejércitos democráticos
..................................................................... 599 Cap. XXIV. Lo que hace a los ejércitos
democráticos más débiles que a los demás al entrar en campaña, y más temibles citando la guerra
se prolonga ................. 602 Cap. XXV. La disciplina en los ejércitos democráticos
.................................................... 605 Cap. XXVI. Algunas consideraciones sobre la guerra en las
sociedades democráticas .......................................................................... 606 8 CUARTA PARTE
INFLUENCIAS DE LAS IDEAS Y SENTIMIENTOS DEMOCRÁTICOS EN LA SOCIEDAD
POLÍTICA Cap. I. Los hombres reciben naturalmente de la igualdad el gusto por las instituciones
libres ............................................................ 613 Cap. II. Las ideas de los pueblos democráticos
en materia de gobierno son naturalmente favorables a la concentración de los poderes
...................... 614 Cap. III. Los sentimientos de los pueblos democráticos están de acuerdo con
sus ideas para inclinarlos a concentrar el poder .......................... 617 Cap. IV. Algunas causas
particulares y accidentales que acaban por inclinar a un pueblo democrático a centralizar el poder,
o que se lo impiden ........ 619 Cap. V. Entre las naciones europeas de nuestros días, el poder
soberano crece, aunque los soberanos sean menos estables .............................. 624 Cap. VI. Qué
clase de despotismo deben temer las naciones democráticas ................... 632 Cap. VII.
Continuación de los capítulos precedentes ....................................................... 636 Cap. VIII.
Aspecto general del problema .......................................................................... 643 Informe a la
Academia de Ciencias Morales y Políticas el 15 de enero de 1848 sobre la obra de M. Cherbuliez:
La Democracia en Suiza ............................................................. 649 Notas y Bibliografía
............................................................................................................. 663 Notas del autor, 665;
notas de J. P. Mayer, 719; bibliografía comentada, 727; ediciones de La Democracia en América,
739.

DEMOCRACIA SEGÚN TOCQUEVILLE: ¿LIBERTAD O IGUALDAD?

AUTOR: Melisa Tramannoni

Alexis de Tocqueville fue muy probablemente uno de los pensadores políticos más
brillantes del siglo XIX, y de todos los tiempos. No puede dejar de señalarse, más allá
de su pasión por la libertad, su profunda visión sobre la sociedad democrática y sus
proféticas afirmaciones sobre el futuro de los Estados Unidos. Entre los temas que
abordó más ampliamente, está la concepción de democracia, un aspecto que aún hoy
sigue generando desafíos e interrogantes para las sociedades y los gobiernos: ¿En qué
se funda la democracia? ¿Cómo podemos asegurarnos que se mantenga en el tiempo
con nuestro sistema político? Para responder eso, primero es necesario determinar qué
entendemos por “democracia”.

El término “democracia” puede representar algo muy distinto a una forma de


gobierno, si nos referimos a una sociedad democrática o no. En la concepción clásica,
ésta no precisamente garantiza una sociedad igualitaria, sino que es meramente una
forma de gobierno. El fenómeno moderno que en cambio introdujo Tocqueville, fue el
de considerarla un estado social, es decir, un conjunto de relaciones sociales del que
derivan las costumbres, creencias, opiniones, e instituciones de un pueblo. En su
libro Democracia en América, Tocqueville presentó a Estados Unidos como el modelo a
seguir, pues poseía una forma de vida fundada en la igualdad de condiciones –basada
en la creencia de que los hombres eran iguales por naturaleza. Tal sociedad, dijo, con
sus oportunidades para el enriquecimiento del individuo, y su próspera y sólida clase
media, sería muy resistente a la revolución, y por lo tanto, garantizaría la estabilidad.
Para el francés, entonces, la democracia es ante todo la forma de sociedad que surge
de la voluntad de los hombres de vivir en igualdad de condiciones, de tal manera que
todo privilegio resulte insoportable, inmoral e injusto.
Tocqueville recalcó que la igualdad y la desigualdad son fenómenos sociales que
se relacionan con la forma en que se concibe el rol de los individuos dentro de la
sociedad, y que influyen en sus interacciones, asociaciones y divisiones. En cambio, la
libertad y el despotismo son fenómenos políticos, que se refieren a la forma que los
individuos –mediante sus acciones– le dan al régimen (leyes e instituciones) de su vida
en común.
Además, es importante destacar que cuando pensamos en igualdad, no estamos
pensando específicamente en libertad, porque la primera es un fenómeno social, y la
segunda es un fenómeno político. Es decir, mientras la primera surge espontáneamente
(o no) del conjunto de individuos que conforman la sociedad, la segunda se refiere a
qué tan rigurosamente administra el órgano de gobierno empoderado por la sociedad.
Por lo tanto, la democracia, pensada en su aspecto social, no necesariamente va
acompañada de libertad política. En realidad, la libertad política no depende de fuerzas
irresistibles de carácter social, sino de la acción consciente de cada hombre.

Más allá de las controversias que pueda generar, es sorprendente la perspicacia


y profundidad del diagnóstico de Tocqueville, a tal punto que su planteo mantiene hoy la
misma vigencia que tenía hace aproximadamente 180 años. Su análisis no revela
solamente nuestro pasado; describe igualmente nuestro presente, y penetra en nuestro
futuro. Está en nosotros el poder de construir la democracia y libertad que pretendemos
en nuestra sociedad. Por eso, es importante preguntarnos: ¿hasta qué punto estamos
comprometidos con este proyecto, que necesita específicamente de cada uno, y que
cambiaría ampliamente varios aspectos de nuestras vidas? Es momento ya de actuar
por una sociedad democrática y libre. Es momento de pasar de lo dicho a lo hecho.

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