La Ética en Adela Cortina
La Ética en Adela Cortina
La Ética en Adela Cortina
Cortina parte de decir que “todos los seres humanos somos inevitablemente morales
[…] porque todos nos forjamos un carácter”, es decir, que a partir de nuestras decisiones
vamos forjando un sistema de lo que llama “predisposiciones” respecto a las formas en
las que justificamos nuestros actos y, en general, nuestra identidad y conducta.
Así, día a día forjamos predisposiciones en las que quien actúa justamente se encamina
a predisponerse a lo justo y “quien toma decisiones injustas acaba generando la
predisposición a actuar injustamente y a decidir injustamente”. El “carácter”, como
interpreta la palabra griega ethos, es para la filósofa española la compleja construcción
que hacemos de estas predisposiciones en nuestra búsqueda de la felicidad, que pueden
darse en forma de virtudes –areté– o de vicios –vitium-.
Asegura Cortina que “las virtudes son las predisposiciones que nos llevan a aquello que
todos los seres humanos tienden, que es la felicidad, no hay ningún ser humano que no
quiera ser feliz”.
A la facultad humana para formular este sistema, la filósofa lo define como estructura
moral. Al respecto, asegura que “los seres humanos somos estructuralmente morales
[…] porque los seres humanos, ante el medio que nos rodea […] no vamos a dar una
respuesta automática, como les ocurre a los animales, sino que […] nuestro cerebro
hiperformalizado hace que se genere una distancia entre nuestras decisiones y el mundo
que nos rodea”, por lo que “vamos generando una gran cantidad de posibilidades de
respuesta […] y ocurre que entre ellas tenemos que elegir”. Hecho esto, es decir,
seleccionando una opción, “tenemos que justificar que la hemos elegido y hacernos
responsables de ella, es decir, somos responsables de nuestras elecciones, lo queramos o
no”.
Así, Adela Cortina pone en primer plano de la estructura moral a la libertad de elección
que tenemos los seres humanos en nuestra vida cotidiana y a lo ineludible de la misma.
Asegura que “tenemos una estructura de libertad, justificación y responsabilidad, que es
lo que se llama moral como estructura, la estructura moral de los seres humanos”.
Por otra parte, cuando aborda los contenidos morales, la pensadora plantea que éstos
“han sido diferentes a lo largo de la historia y que son diferentes en distintas culturas”,
es decir, que hacen parte de nuestro aprendizaje social en el contexto en el que nos
desenvolvemos. Al respecto, asegura que “todos tenemos una estructura moral, sólo que
después desarrollamos distintos lenguajes morales según el lugar en el que se nace,
según el lugar en el que se socializa, según lo que se aprende en una determinada
cultura […] el lenguaje moral se aprende en la sociedad en la que uno vive”, agregando
que “así como la estructura moral de los seres humanos es biológica, esos contenidos
morales vienen siempre del lugar que nacemos, de las tradiciones, de las religiones, de
la filosofía, de la literatura”.