Jasper
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Infiere Jaspers que la certeza que debe tener la filosofía ciertamente no es científica, sino
que su certeza va en referencia a la esencia entera del hombre, es decir, los caminos de la
filosofía sólo tienen sentido si terminan en el hombre, el cual resulta caracterizado por la
forma de su saber del ser y de sí mismo en el seno de éste. Además, argumenta que la
misma filosofía surgió antes de toda ciencia, y ésta tiene su origen allí donde despiertan los
hombres, los cuales filosofan desde pequeños, y una magnífica señal de esto son las
preguntas que realizan los niños, interpelaciones referentes a un objeto del mundo, al ser y
hasta nuestra existencia en el universo. Otro ejemplo de que la filosofía es anterior a toda
ciencia, se da de manera concreta en los enfermos mentales, puesto que en ellos tienen
lugar revelaciones metafísicas de una índole impresionante.
Para nuestro filósofo no hay manera alguna de escapar de la filosofía, ya que ésta se
encuentra en todo lo que hacemos, que si incluso decidiéramos rechazar la filosofía, ahí
estaríamos profesando también una filosofía, pero sin ser conscientes de ella.
Volviendo a las preguntas iniciales sobre ¿Qué es la filosofía y cuál es su sentido?, expone
Jaspers que desde el significado de la palabra (philósophos) ésta se refiere a la persona
amante del conocimiento, a quien busca la verdad y no a quien la posee. Filosofía quiere
decir ir de camino, y en ese camino “sus preguntas son más esenciales que sus respuestas,
y toda respuesta se convierte en una nueva pregunta”.[2] Sobre el sentido de la filosofía
habla Jaspers que es ver la realidad en su origen, hacerla propia conversando con sí mismo,
abrirse a la grandeza de lo que nos rodea y entablar comunicación de hombre a hombre
manteniendo despierta la razón, incluso frente a lo más extraño y ante lo que se rehusa. La
filosofía es aquella concentración mediante la cual el hombre llega a ser él mismo, al
hacerse partícipe de la realidad.
Una vez que se ha resuelto la pregunta sobre el significado de la filosofía, Jaspers ahora se
pregunta sobre el origen de ésta. Busca el origen entendido como la fuente de la que mana
en todo tiempo el impulso que mueve a filosofar. Sin embargo este origen es múltiple, ya
que “del asombro sale la pregunta y el conocimiento, de la duda acerca de lo conocido
surge el examen crítico y la clara certeza, de la conmoción del hombre y de la consciencia
de estar perdido nace la cuestión de sí propio”.[4]
Los tres motivos enunciados, asevera Jaspers que no agotan lo que nos mueve a filosofar en
la actualidad, puesto que éstos se encuentran subordinados a una condición, la de la
comunicación entre los hombres. Sólo existo en compañía del otro, solo no soy nada. La
comunicación que propone Jaspers es “una comunicación que no se limite a ser de
intelecto a intelecto, de espíritu a espíritu, sino que llegue ser de existencia a
existencia”.[6] Únicamente en la comunicación se alcanza el fin de la filosofía.
Una vez que se conoce qué es la filosofía y cuál es su origen, Jaspers se cuestiona sobre
¿Qué es lo que existe, qué es el ser? Ciertamente ya se ha intentado responder de muchas
maneras a estas preguntas, pero no se ha llegado a probar que una de ellas sea verdadera.
Nuestro filósofo infiere que “el ser no puede ser en conjunto ni objeto ni sujeto, sino que
tiene que ser lo Circunvalante que se manifiesta en esta separación”.[7]
El ser puro y simple no puede ser, evidentemente, un objeto, puesto que todo lo que viene a
ser un objeto se acerca a mí saliendo de lo Circunvalante, del cual también salgo yo como
sujeto. Lo Circunvalante permanece oscuro para mi consciencia, únicamente se torna claro
por medio de los objetos, es decir, éste se manifiesta en la separación del yo y del objeto.
No se nos presenta del todo, sino que se presenta siempre en los demás.
Los filósofos de nuestro tiempo, infiere Karl Jaspers, han dejado a un lado la cuestión de si
Dios existe, ni afirman su existencia, ni la niegan bajo la premisa de que aquello que no se
puede saber, mejor callar, pero él afirma que Dios existe, y no es un objeto del saber por lo
que su existencia no es apodícticamente demostrable, ni tampoco es un objeto de la
experiencia, ante Dios, sólo cabe creer en Él.
El ser libre del hombre es lo que llamamos su existencia. “Dios es cierto para mí con la
decisión en la cual existo. Dios es cierto no como contenido del saber, sino como presencia
para la existencia”.[9] Dios existe para mí, únicamente en la medida en que yo existo, si
existo Dios existe.
Karl Jaspers
1. Cómo define el autor la filosofía?
II. El pensar filosófico tiene que ser origina en todo momento. Tiene que llevarlo a
cabo cada uno por sí mismo. Una maravillosa señal de que el hombre filosofa en
cuanto tal originalmente son las preguntas de los niños. No es nada raro oír de la
boca infantil algo que por su sencillo penetra inmediatamente en las profundidades
del filosofar. He aquí unos ejemplos. Un niño manifiesta su admiración diciendo:
"me empeño en pensar que soy otro y sigo siendo siempre yo". Este niño toca en
uno de los orígenes de toda certeza, la conciencia del ser en la conciencia del yo.
Se asombra ante el enigma del yo, este ser que no cabe concebir por medio de
ningún otro. Con su cuestión se detiene el niño ante este límite.
III. El filosofar original se presenta en los enfermos mentales lo mismo que en los
niños. Pasa a veces —raras— como si se rompiesen las cadenas y los velos
generales y hablase una verdad impresionante. Al comienzo de varias
enfermedades mentales tienen lugar revelaciones metafísicas de una índole
estremecedora, aunque por su forma y lenguaje no pertenecen, en absoluto, al
rango de aquellas que dadas a conocer cobran una significación objetiva, fuera de
casos como los del poeta Hölderlin o del pintor Van Gogh. Pero quien las
presencia no puede sustraerse a la impresión de que se rompe un velo bajo el
cual vivimos ordinariamente la vida. A más de una persona sana le es también
conocida la experiencia de revelaciones misteriosamente profundas tenidas al
despertar del sueño, pero que al despertarse del todo desaparecen, haciéndonos
sentir que no somos más capaces de ellas. Hay una verdad profunda en la frase
que afirma que los niños y los locos dicen la verdad.
3. Explique la siguiente afirmación: “La filosofía bien trabajada está vinculada sin
duda a las ciencias. Tiene por supuesto éstas en el estado más avanzado a que
hayan llegado en la época correspondiente. Pero el espíritu de la filosofía tiene
otro origen. La filosofía brota antes de toda ciencia allí donde despiertan los
hombres”.
4. Quienes son los principales y grandes filósofos, para el autor? Por qué?
El autor ofrece fórmulas de sentido de la filosofía (aclara que ninguna agota este
sentido). Hoy es dable, hablar de la filosofía, quizás en las siguientes formulas; su
sentido es:
Ver la realidad en su origen;
A pesar la realidad conversando mentalmente conmigo mismo, en la actividad
interior;
Abrirnos a la vastedad de lo que nos circunvala.
Osar la comunicación de hombre a hombre sirviéndose de todo espíritu de verdad
de una lucha amorosa.
Mantener despierta, con paciencia y sin cesar la razón, incluso ante lo más
extraño y ante lo que se rehúsa.
La filosofía es aquella concentración mediante la cual el hombre llega a ser el
mismo, al hacerse partícipe de la realidad.
Para cerrar el comentario sobre el sentido, el autor se refiere al sano y cotidiano
“sentido común”, el simple patrón de medida de la utilidad, bajo el cual fracasa la
filosofía (ofrece la anécdota de Tales, el primero de los filósofos griegos, y la
sirviente, quien cae en un pozo por observar el cielo estrellado).
REPUBLICA DE PLATON
Los filósofos, en definitiva, son aquellos que gobiernan por “deber”, por que son los mejor
capacitados para ello y no se aferrarán al gobierno pues conocen “una vida mejor”. Además no
introducen en su gobierno ninguna pasión infame como podría ser la avaricia por conseguir fines
personales, sino que actuaran siempre por el bienestar de la polis, dando perfecto significado a la
expresión antes mencionada: “la ciudad en que estén menos ansiosos por ser gobernantes
quienes hayan de serlo, ésa ha de ser forzosamente la que viva mejor”.
Pues bien, para el ateniense un gobierno estable, bueno e ideal debía basarse en la idea de Bien y
de la justicia, más concisamente, debía gobernar el filósofo. ¿Por qué debía gobernar el filósofo?
Pues para Platón, esta pregunta poseía una sencilla respuesta. Simplemente debía gobernar el
filósofo por que son los únicos que alcanzan el conocimiento máximo, los únicos que gobernarían
sin ningún otro fin más que el de realizar su función, eso sí, mediante la idea, siempre, de Bien.
Con ello podemos afirmar que: los mejores deben gobernar.
Para Platón, la única manera, el único camino acertado que existe para llegar a esta “categoría”, la
de gobernante, es decir, alcanzar el conocimiento más real, puro y verdadero, era mediante la
educación. Pero para nuestro ateniense, el significado de educación no era el mero proceso de
transmisión de ideas, de información sino, mediante ciencias y enseñanzas para alcanzar las
ideas, superar el sentido común y entender que hay más allá.
Es muy importante saber que, para Platón no todos podían desarrollar las mismas funciones, sino
que cada uno podría desempeñar solamente aquellas funciones para las que estuviera capacitado.
Por ello hay que comentar las clases sociales, tan importantes para nuestro ateniense; se
clasifican en tres: gobernantes-filósofos, en los cuales predominaba el alma racional, es decir,
personas en las que brillaba la idea de Bien y justicia, pues… eran perfectos para gobernar (alma
de oro); los guardianes: en los que prevalecía el alma irascible, pues poseían una valentía
extraordinaria, se encargaban de defender la polis.(alma de plata); y por último, los productores: en
los que era evidente el alma apetitiva, pues se dejaban guiar por sus emociones y pasiones más
bajas, por lo que no estaban capacitados para participar en asuntos políticos, los cuales eran:
campesinos, comerciantes…
Para finalizar, podemos constatar que, la mejor forma de gobierno para Platón era la aristocracia,
ya que era el gobierno ejercido por los mejores, aquellos que tenían cualidades, naturalezas
innatas para alcanzar la capacidad de gobernar. Aunque una vez seleccionados los adecuados, los
poseedores de estas cualidades debían cultivar y potenciar sus capacidades. Y, esto se conseguía
mediante la educación, un proceso muy elaborado, selectivo y minucioso que tenía por fin alcanzar
el gobernante perfecto: el filósofo- gobernante que una vez que ha alcanzado la idea de Bien y de
Justicia puede construir un estado justo y armonioso
Por tanto, a cada hombre individual le es difícil salir de la minoría de edad, casi
convertida en naturaleza suya; inclusive, le ha cobrado afición. Por el momento es
realmente incapaz de servirse del propio entendimiento, porque jamás se le deja
hacer dicho ensayo. Los grillos que atan a la persistente minoría de edad están
dados por reglamentos y fórmulas: instrumentos mecánicos de un uso racional, o
mejor de un abuso de sus dotes naturales. Por no estar habituado a los
movimientos libres, quien se desprenda de esos grillos quizá diera un inseguro
salto por encima de alguna estrechísima zanja. Por eso, sólo son pocos los que, por
esfuerzo del propio espíritu, logran salir de la minoría de edad y andar, sin
embargo, con seguro paso.
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