Avances en El Derecho Ambiental en El Peru PDF
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Este artículo revisa los avances del derecho ambiental peruano ocurridos con
posterioridad al dictado del Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales del
Perú, en setiembre de 1990, desde la visión de un actor de la sociedad civil que trabaja en
defensa del interés publico. Para hacer esta evaluación revisaremos la Constitución y la
legislación, así como las políticas económicas, las políticas ambientales y su contribución
al desarrollo sostenible.
Este era el contexto económico en el cual fue electo presidente Alberto Kenyi Fujimori
Fujimori en 1990. El 5 de Agosto de 1992, Alberto Fujimori, con el apoyo de las fuerzas
1
Preparado para ser presentado en la sesión del día 24 de octubre de 2003 del Seminário de Abertura do
Curso de Doutorado em Direito da Universidade Federal do Pará, “Direitos Fundamentais e Relações
Sociais no Mundo Contemporâneo” “Fórum Brasil-Europa 2003”.
1
armadas y en sociedad con Vladimiro Montesinos, asesor de inteligencia y corruptor
máximo, cerró el Congreso y asumió las funciones legislativas, en un peculiar coup
d’etat. Meses después, bajo presión internacional, Fujimori anunció la convocatoria a
elecciones, ofreciendo diseñar una nueva Constitución, así como reabrir el Congreso2.
La primera prioridad del gobierno de Fujimori era estabilizar la economía, desregular los
mercados y redireccionar la economía hacia el mercado global. Fujimori enfrentaba la
necesidad de reestructurar la economía peruana largamente influenciada por el modelo de
desarrollo dirigido por el Estado introducido a comienzos de los 1970s. En Agosto de
1990, Fujimori lanzó un severo programa de ajuste estructural para estabilizar la
economía peruana y reinsertar al país al sistema financiero internacional. El programa
tenia el apoyo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, quienes
buscaban alcanzar un acuerdo respecto al programa de pagos de la deuda externa
peruana, ya para entonces de alrededor de 25,000 millones de dólares americanos (WB
1995c:1). La rectificación de los precios subsidiados, las tasas de cambio distorsionadas y
otras medidas colaterales produjeron un serio shock que incrementó la inflación a 398 por
ciento para ese mes (Gonzáles de Olarte 1993:52). A comienzos de 1991, el gobierno
acompaño el programa de estabilización con un programa de reformas estructurales para
liberalizar el comercio externo, desregular el mercado, privatizar empresas publicas y
abrir los monopolios estatales a la competencia (Gonzáles de Olarte 1993:67-69).
2
En la quincena de noviembre de 2000 un escándalo de corrupción se produjo cuando se propaló un video
que mostraba a Alberto Kouri, un congresista de las filas de Perú Posible, partido de la oposición, siendo
pagado por Montesinos. En la noche del sábado 14 de Noviembre de 2000, Alberto Fujimori anunció su
decisión de convocar a nuevas elecciones, transferir el poder y perseguir al corrupto Vladimiro Montesinos.
Después de varios días de pretender estar persiguiendo a Montesinos, Fujimori tomó un avión para asistir a
una reunión presidencial en Asia y terminó pidiendo asilo en el Japón, donde reclamó su ciudadanía Eliminado: termino
japonesa y se protegió al amparo de unos oscuros empresarios orientales que hoy lo apoyan para que pueda
ser candidato en las elecciones peruanas del 2006.
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proscripción de la prensa y el congreso. Finalmente triunfarían las necesidades del ajuste
estructural y la búsqueda de inversión extranjera a todo costo. De ahí hacia 1993 hay la
búsqueda a tientas de la salida al rechazo planteado por el gobierno de USA y la
comunidad de la OEA al desvió autoritario. La imagen del Fujiemperador, que criticaba
Julio Cotler en las paginas del derechista diario Expreso, era un triste pronostico de lo
que ocurriría con el país. Finalmente, entre los aportes de Hernando de Soto y de Carlos
Boloña se sembró el terreno para convocar al congreso Constituyente de 1993, donde
Marcenaro, Torres y Torres Lara, Chávez y demás echarían las bases del proyecto que
nos gobernaría el resto de la década; muy a costa del erario publico, la corrupción en el
gobierno y la violación de los derechos humanos. Entre 1993 y 1995 una relativa calma
política era la mascarada para la toma de los medios de comunicación, el control de la
agenda política, la destrucción de los lideres de la oposición y la consolidación del
proyecto reeleccionista del populismo chicha de ‘El Chino”. Al retorno de los fondos del
Banco Mundial se sumaria la ola de inversiones mineras y petroleras, la reiteración de la
apuesta por los recursos no renovables del país que reactivaría la economía del país. Ello
ocurrió en un contexto de débil institucionalidad y legislación ambiental. Los importantes
esfuerzos realizados, a partir de entonces, para el desarrollo de la legislación ambiental,
son, sin embargo, un muy débil marco normativo que permite una discrecionalidad
política en decisiones que son esencialmente técnicas y que ha dejado convenientemente
olvidados temas como la contaminación histórica3.
3
Esta es la contaminación producida en el pasado, por personas jurídicas o naturales, que no existen más. De
manera que no es posible identificar y adjudicar derechos de compensación o remediación a personas jurídicas o
naturales vigentes en el presente. Algunos países europeos, tales como Bélgica y el Reino Unido han regulado la
contaminación histórica (Matthieu 2000). En el Reino Unido la legislación ambiental se remonta al siglo XIX.
Como bien señala Boehmer-Christiansen (2000) para el caso de la minería y el gas, estas industrias han dejado
tierras contaminadas muy difíciles de limpiar, que solo recientemente han comenzado a limpiarse.
En E.U.A. la Ley Federal de Respuesta Ambiental Completa Compensación y Daños de 1980, conocida por su
acrónimo CERCLA, 42 USC., Sección 9601 et seq., provee que los anteriores operadores y propietarios de
instalaciones de residuos peligrosos así como generadores y transportadores de residuos peligrosos son
responsables por la limpieza incluso retroactivamente. Esto significa que son responsables incluso por la
contaminación que ocurrió incluso antes de la aprobación de la Ley CERCLA (Kracov 2000; Martinez-Alier
2000). La implementación de la norma esta en las manos de la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA)
o de la agencia estatal relevante (Lambe 2000). La mayoría de las limpiezas son financiadas por el gobierno
pero en algunos casos los contaminadores pagan algunos de los costos (Aber 2000). Al nivel estatal, los sitios
abandonados de una compañía que ha quebrado o que fueron contaminados antes de que una legislación
especifica fuera aprobada, pueden ser llevados a corte para la limpieza, si es que uno puede encontrar una
compañía que aun tenga dinero para ello (Meek 2000a). Todos los sitios abandonados se encuentran listados (o
ignorados) para el fondo federal de limpieza, también conocido como el Superfondo. Sin embargo, estar en la
lista no garantiza que el sitio será limpiado.
En Canadá, la contaminación que ocurrió en el pasado es un problema mayúsculo que afecta las tierras de
pueblos indígenas. La mayor parte de esta contaminación se origino en sistemas de defensa tipo radar de la
época de la guerra fría y de viejas minas (Meek 2000). El gobierno federal solo asume responsabilidad sobre
residuos en tierras federales. Peor aun varios de los territorios del Norte donde se haya la mayor parte de esta
contaminación han tomado jurisdicción sobre el manejo de los recursos naturales. Toda la contaminación que
ocurre fuera de tierras federales es materia de disputa entre la provincia y el gobierno federal (Meek 2000a).
Meek (2000) señala que las limpiezas tanto en E.U.A. como en Canadá, son mayormente iniciados por
comunidades, a menos que exista una compañía que se pueda responsabilizar:
3
Este es el periodo del crecimiento de la inversión privada que duró hasta 1997 cuando la
crisis de la privatización, el afán reeleccionista y la maquinaria populista habían perdido
su contacto con la realidad, hasta llegar a perder el apoyo de Washington con lo que se
desencadenó una serie de eventos ‘locales’ que llevaron a las fugas de Montesinos,
Fujimori y algunos de sus asociados. A partir de entonces se inició la transición
democrática con la nominación del Presidente del Congreso, Abogado Valentín Paniagua,
como Presidente de la República. El líder del partido Acción Popular hizo uso de su
inmaculada honorabilidad para tratar de reponer al país de la pesada herencia del
fujimontesinismo.
‘Debido a que todos los niveles de gobierno parecen ignorar los sitios a menos que sean forzados a verlos. Con formato: Sangría:
Una persona en Nova Scotia, Canada, dijo estar cansado de esperar que un deposito de residuos tóxicos sea Izquierda: 0 cm, Derecha: 0
estudiado y no limpiado que decidió el mismo limpiarlo y comenzó a recoger basura toxica con una pala y cm
un balde. El gobierno rápidamente atendió el caso’ (Meek 2000a).
4
Esta fue una marcha llena de simbolismo donde el nuevo Pachacutec (nombre de uno de los más grandes
Incas que recuerda el Imperio Inca) Alejandro Toledo convocaba a las huestes de los cuatro suyos del
imperio (Antisuyo, Chinchaychuso, Collasuyo y Contisuyo eran las cuatro regiones del Imperio Inca) a la
acción política para derrocar al fujimontesinismo en el poder.
4
Las dificultades con el código se dieron siempre y signaron su suerte desde el principio5.
El principal factor adverso fue como la no participación del sector empresarial en la
elaboración del mismo; sector que prefirió enfrentarse al proyecto abiertamente. Esta
posición liderada por funcionarios de empresas del sector energía y minas tuvo su
expresión mas concreta en la oposición y lobby planteada por la Sociedad Nacional de
Minería y Petróleo. Sin embargo, el Código del Medio Ambiente y los Recursos
Naturales del Perú, operó como elemento percutor del proceso de desarrollo de la
legislación ambiental nacional. A partir de la vigencia del Código se dictó un conjunto
variado de normas ambientales en diferentes sectores y se puso en marcha un proceso de
formulación de una política ambiental nacional.
5
Código fue aprobado como resultado de la oferta de Hurtado Miller en su discurso al
congreso como Presidente del Consejo de Ministros el 29 de julio de 1990 de que
revisaría el proyecto; finalmente el 5 de setiembre una moción multipartidaria presentada
por el diputado Cristóbal Campana hizo evidente que este era un interés de todos los
partidos.
No fue sino hasta después del 27 de julio de 1990, cuando ya se había instalado el
congreso electo sin clara mayoría del gobernante Cambio 90 de Fujimori, que el diputado
del Partido Popular Cristiano, Antero Flores Araoz, fue rumoreado como el distribuidor
de un ayuda memoria contra el código del medio ambiente recién aprobado por Fujimori.
Después de todo fue su colega de bancada el senador del Partido Popular Cristiano Felipe
Osterling el que en un almuerzo, ofrecido por directivos de Southern Peru Cooper
Corporation, que en ese momento era la principal empresa minera del país, a algunos
senadores, le propuso a la recién electa Senadora del Movimiento Libertad, Beatriz
Merino, que presentara un proyecto de ley postergando la entrada en vigor del nuevo
código cuyo plazo de seis meses causaba mas de un dolor de cabeza. Dicho proyecto no
obtuvo las firmas necesarias y no fue aprobado, por lo que la Senadora culpó al autor de
este articulo, quien fungía de asesor en derecho ambiental de la Presidenta de la
Comisión de Ambiente y Ecología del Senado, como responsable del hecho.
6
organizaciones se unieron a organizaciones no gubernamentales de los EE.UU. para
levantar apoyo internacional, consiguiendo que Ted Kennedy, congresista
norteamericano, interviniera para expresar su preocupación a la compañía y al gobierno
peruano.
6
El impacto de la privatización en el sector petrolero.- Durante los 1980s y comienzos de los 1990s la
producción petrolera del Perú tenia una tendencia a la baja. En 1985, PETROPERU producía 188.5 bbl/d y
en 1992 la producción petrolera era de 115.6 bbl/d (PETROPERU 1993:7). Mientras económicamente el Eliminado: :
país era golpeado por hiperinflación y la inflación, políticamente, el narcotráfico y dos organizaciones
terroristas mantenían el control de varias regiones del país. En este contexto en 1989 PETROPERU Eliminado: had
compartía el mercado con una operación de Oxi-Bridas en el lote XI en el noroeste y una operación de Eliminado: ,
Occidental en el lote 1-AB (Ministerio de Energía y Minas 1999:49).
Eliminado: N
En el periodo 1990-1992, PETROPERU perforó 122 pozos productores en los campos del noroeste, otros Eliminado: :
32 en el zócalo continental y 15 en la cuenca amazónica, lo que hace un total de 169. En el mismo periodo, Eliminado: North West
PETROPERU perforó 7 pozos exploratorios en el noroeste, ninguno en el zócalo continental y 2 en la
cuenca amazónica, lo que hace un total de 9 (Ministerio de Energía y Minas 1999:48). En este periodo Eliminado: :
PETROPERU era responsable de un tercio de la producción petrolera del Perú. Eliminado: of
En 1993, como resultado del proceso de privatización que recorrió América Latina el gobierno decidió
privatizar la exploración y explotación petrolera buscando atraer capital extranjero. PETROPERU se
mantuvo responsable de algunas operaciones de refinado y comercialización (PETROPERU 1995:6). Esto Eliminado: comercialisation
produjo una pequeña recuperación de las operaciones petroleras en 1993, sin embargo, entre 1995 y 1998 la Eliminado: :
producción petrolera volvió a caer. Desde diciembre de 1996 toda las operaciones de exploración y Eliminado: ,
producción estan en las manos del sector privado y transnacional. Para 1998 el mercado petrolero estaba en
las manos de 17 corporaciones privadas (Ministerio de Energía y Minas 1999:49). Eliminado: ,
Eliminado: :
7
Recursos Naturales. Asi se modificó la definición de las actividades que requerían
estudios de impacto ambiental, se desactivó el modelo de autoridad ambiental propuesto
y se derogó normas como el articulo 71 del Código que prohibía la explotación petrolera
dentro de áreas naturales protegidas. Fue en este contexto y por esta vía que se optó por
definir las competencias ambientales de manera sectorial y no en forma de sistema
integrado. Así se decidió que la autoridad ambiental que aprobaría los estudios y
efectuaría el monitoreo ambiental de las actividades que lo requirieran seria la propia
autoridad sectorial. Es decir, el Ministerio de Energía y Minas, responsable de promover
la inversión extranjera en energía, minería e hidrocarburos sería también el responsable
de evaluar los estudios de impacto ambiental y de efectuar el monitoreo ambiental de
dichas inversiones7. Por ello no es extraño que al final de la década ningún estudio de
impacto ambiental había sido rechazado y la aplicación de los Planes de Adecuación y
Manejo Ambiental había sido sumamente laxa como en los casos de Southern Peru
Cooper Corporation y Doe Run8.
Los PAMA fueron la tregua que las empresas buscaron para la adecuación a los nuevos
mandatos del código ambiental. Mientras una de las disposiciones finales del Código
señalaba que el plazo de adecuación era 180 días, las empresas buscaron que el congreso
democrático de 1990-1992 aprobara una ley postergando la entrada en vigor del nuevo
código. Norma que resultaba impresentable ante la opinión publica por un gobierno que
acaba de aprobar la entrada en vigor del código. Finalmente se optó por crear la figura de
los Planes de Adecuación y Manejo Ambiental como una opción razonable para que las
empresas que ya se encontraban en operación pudieran presentar un plan de inversiones
que permitiera adecuar sus operaciones a los nuevos mandatos del código ambiental.
Lamentablemente el esquema planteado por la norma resultó muy laxo al otorgar plazos
de 7 a 10 años para la adecuación, pero lo que es mas grave que solo empiezan a correr a
partir de que la empresa presenta formalmente y este es aprobado. En el caso de Southern
Peru Cooper Corporation esta empresa sólo presentó su PAMA hacia finales de la década
con lo que logró que su adecuación sólo termine después del 2005.
7
Un primer paso fue la creación de la Dirección General de Asuntos Ambientales del Ministerio de Energía
y Minas como órgano encargado de emitir normas generales de alcance nacional en el sector. Un siguiente
avance fue el Decreto Supremo 016-93-EM, de 1 de mayo de 1993, Reglamento para la protección
ambiental en la actividad minero-metalúrgica que estableció los programas de adecuación y manejo
ambiental. Estos programas pueden incorporarse en un convenio de estabilidad jurídica entre el gobierno
peruano y el inversionista que garantiza que durante el plazo del convenio únicamente estará obligado a
cumplir con las obligaciones ambientales establecidas en el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental.
Para las nuevas actividades en el sector se requiere la elaboración de un estudio de impacto ambiental que
cumpla con los niveles permisibles y que esté sujeto a los procedimientos de supervisión y auditoria. Una
tercera norma importante fue la Resolución Ministerial 335-96-EM/SG que aprobó el Reglamento de
participación ciudadana mediante audiencias públicas en el trámite de aprobación de estudios de impacto
ambiental.
8
Este ultimo caso se convirtió en un escándalo clamoroso cuando el Director de Asuntos Ambientales del
Ministerio de Energía y Minas después de aprobar un sumamente laxo y cuestionado PAMA a Doe Run
renunció para pasar a trabajar a dicha empresa minera.
8
La definición de la autoridad ambiental como la autoridad sectorial marcó también un
proceso diverso de avances en legislación e institucionalidad. Es decir, mientras el
Ministerio de Energía y Minas recibió financiamiento internacional para el desarrollo del
marco legal e institucional ambiental, el Ministerio de Pesquería tuvo que luchar para
tratar de implementar los PAMA en su sector, lo que hasta la fecha no ha ocurrido;
mientras que sectores como el Ministerio de Industrias lenta pero progresivamente
crearon una dirección de asuntos ambiéntales y luego implementaron alguna
normatividad ambiental en el sector. Asi se explica como el Ministerio de Energía y
Minas aprobó, en 1993, el Reglamento Ambiental en las Actividades Minero
Metalúrgicas y luego, en 1994, el Reglamento Ambiental en las Actividades Eléctricas.
9
América Latina a la sombra del ‘consenso de Washington’9. Así para 1995 se propuso
una Ley de Tierras que permitiera abrir el mercado que había estado cerrado por el
mandato de la Constitución de 1979 de la inalienabilidad de las tierras de las
comunidades nativas y campesinas. En este mismo año se aprobó el Reglamento
Ambiental en las Actividades de Hidrocarburos.
En 1996 se aprobó la ley que le dió el tiro de gracia al modelo propuesto por el Código
del Medio Ambiente y los Recursos Naturales, ya maltrecho por los Decretos
Legislativos de 1991-1992, se trataba de la Ley para denuncias por delitos ambientales.
La Ley 26631 estableció que para formalizar denuncia por estos delitos se requería
opinión fundamentada escrita de la autoridad sectorial sobre si se ha infringido la
legislación ambiental. También estableció que si el titular de una actividad productiva
contare con PAMA sólo se podrá iniciar la acción penal si la infracción implicaba la no
ejecución de las pautas contenidas en dichos programas o EIAs.
El código ambiental trajo como novedad una parte penal10. Esta parte penal fue derogada
y reemplazada por la no muy diferente sección de ‘delitos ecológicos’ del nuevo Código
Penal de 1991. En cualquier caso las normas no apuntaban a resolver la diversidad y
complejidad de los problemas ambientales que afectan a nuestros recursos naturales y a
nuestra población. En este año también se aprobó, dentro del marco del Acuerdo de
Cartagena o Pacto Andino, la Decisión 391 sobre Acceso a los Recursos Genéticos.
Hacia 1997, una activa comisión de ambiente del Congreso aprobó normas como la Ley
26821, Ley Orgánica para el Aprovechamiento Sostenible de los Recursos Naturales y la
Ley 26839, Ley sobre la Conservación y Aprovechamiento Sostenible de la Diversidad
Biológica. Ambas normas contienen una serie de declaraciones generales que no
resolvieron el tema del impacto ambiental y social de las actividades extractivas y las
necesidades de desarrollar un marco ambiental que no solo regule a la gran inversión sino
que también regule al pequeño extractor. En ese mismo periodo se aprobó la Ley 26786,
Ley de Evaluación de Impacto Ambiental para Obras y Actividades, la Ley 26410, Ley
del Consejo Nacional del Ambiente, la Ley 26834, Ley de Áreas Naturales Protegidas, la
ultima de las cuales es un cuerpo normativo que había sido identificado como una
9
En 1990 J. Williamson publicó ‘Latin American Adjustment. How much has happened?’ con el apoyo del
Institute of International Education. En este libro Williamson presentó lo que llamó ‘una lista de
recomendaciones de política aceptadas’ (Kerner 2000: 5). Estas eran diez principios neoliberales generales Eliminado: :
en relación a disciplina fiscal, gasto publico, reforma tributaria, tasas de interés, privatización, política
comercial, desregulación y demás. Este aparente acuerdo entre instituciones con sede en Washington, como
el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, sobre este conjunto de políticas es lo que se ha
conocido como el ‘consenso de Washington’.
10
Antes de que se aprobara el Código del Medio Ambiente y los Recursos Naturales algunos miembros de
la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo habían manifestado preocupación pues temían que en el
contexto del proceso de regionalización que aún vivía el país, donde precisamente en regiones con
importantes yacimientos mineros y conflictos sociales en su entorno pudiera llevar a que algunas
autoridades regionales o grupos de la sociedad civil empoderados por el mandato de cuidado ambiental y
las sanciones penales a los contaminadores pudiera terminar con alguno de estos funcionarios siendo
recluido.
10
necesidad desde comienzos de la década cuando se buscaba dar mas autonomía a la
autoridad de áreas naturales protegidas. Si bien se aprobó la ley, en términos
institucionales las áreas naturales protegidas siguen subsumidas dentro del INRENA, mas
dominado por las prioridades políticas y la corrupción del segmento mas retrograda del
sector forestal.
Bossovic inició un acercamiento con el INRENA, dirigido por Josefina Takahashi, para
denunciar a su competidor Newman Lumber. A fines de 1999 el INRENA tomó la
decisión de vedar el cedro y la caoba, declaró zona de reserva la provincia de Tahuamanu
mediante DS 030-99-AG y decretó en estado de emergencia el distrito de Iñapari debido
a la extracción indiscriminada de la madera. En este lugar se incautó cuantiosos
volúmenes de caoba parte de lo cual el Gobierno decidió entregar a las organizaciones
locales de productores.
11
.- Para mas detalles del caso vea Caillaux y Chirinos 2003.
11
sector productivo forestal hacia la informalidad, con los enormes costos sociales y
ambiéntales que ello implicaba. El proyecto de ley contenía normas transitorias para
permitir una aplicación gradual de la norma que debería poner fin al sistema de contratos
menores a 1000 has.
Para comprender estas reacciones hay que tener presente que la anterior ley forestal había
operado a la sombra de un mecanismo de comercialización de madera basado en la
habilitación o entrega de capital, equipos, víveres, combustible a los pequeños extractores
quienes a su vez tenían que entregar la madera al habilitador o patrón, con el precio fijado
por este último, además de los castigos o deducciones de volúmenes que frecuentemente
se aplicaba. No obstante constituir una práctica en detrimento de los pequeños extractores
de una u otra forma resolvía el problema de liquidez de estos pequeños extractores. De tal
forma pues que se generaba una dependencia mutua. Por ello no es de extrañar el reclamo
airado de los pequeños productores contra la Ley Forestal sea porque se veían
directamente afectados o porque no faltaban actores que aprovechándose de las
necesidades de éstos los azuzaban para que reclamaran. Los reclamos muchas veces
fueron violentos llegando incluso a quemar el local de INRENA en Madre de Dios.
12
Hoy a comienzos de 2004 continua pendiente Loreto. El Perú tiene aproximadamente 70
millones de hectáreas forestales. En todo el primer año de concesiones 2002 salieron a
concurso un total de 3.4. millones de hectáreas en Ucayali y Madre de Dios. En el 2003
salieron a concurso otros 1.1 millones de hectáreas en Ucayali, Madre de Dios, San
Martín y Huanuco, de un potencial identificado de 20 millones de hectáreas que en
realidad parece ser solo 10 millones de has. En este momento han salido a concurso 4.5
millones de has. estando pendiente de salir a concurso otros 4.5 millones de has. en
Loreto.
1.- Muchas veces existe una contradicción a nivel de textos legales tanto en la propia
Constitución como entre ésta y las leyes sectoriales y mas aún entre estas mismas normas.
Por un lado, existe contradicción entre los enunciados productivos y los de conservación.
Mientras que, por otro lado, las leyes muestran ambigüedad legislativa en su texto, a la par
que evidencian en qué medida la política estatal ha menospreciado las funciones, por
ejemplo, del bosque y el sentido integral del manejo de los recursos naturales. Hoy nos
encontramos en un proceso de transición entre este modelo caduco y confuso hacia una
nueva legislación que se encargue con claridad de conciliar los objetivos de conservación
con los de crecimiento económico.
13
legislar mediante el reglamento con el objeto de suplir tales vacíos, o peor aún contradecir o
frenar la aplicación de la ley. Sin embargo, el sentido del reglamento es el de ordenar y
facilitar la implementación de las normas legales. Tal el caso de la legislación forestal donde
el reglamento que debería dar viabilidad y mecanismos de ejecución, intenta sustituir las
carencias de la Ley. En cierto modo es el problema que tuvo la legislación ambiental cuando
se introdujo los programas de adecuación y manejo ambiental ya que el código ambiental no
los mencionaba. De acuerdo a la doctrina jurídica el reglamento no puede ir más allá de lo
que establece la ley sino que debe limitarse a facilitar la implementación del texto de la
misma.
5.- El mito del control perfecto del regulador sobre los regulados.
La legislación asume que el espacio sobre el que se va a entrar a regular es un espacio
vacío, sin actores, sin intereses en conflicto, sin tensiones entre los varios actores, sin
tensiones entre el hecho jurídico y la norma. En tal sentido, el discurso normativo está
plagado de propuestas voluntaristas que no tienen sustento en una experiencia práctica de
cómo operan las relaciones entre los múltiples actores involucrados. El discurso
normativo asume una postura instrumental, es decir, asumen que lo normal es que la
14
norma se cumpla y cuando ello no ocurre entonces se trata de una disfunción irregular.
Cuando en realidad bien podría ser que la norma no se cumple porque sus supuestos no se
ajustan a la realidad que se pretende regular.
6.- El mito del acceso igualitario de todos los actores a la política de manejo de recursos
naturales.
El acceso de los actores al espacio de formulación, revisión e implementación de la
legislación es un acceso diferenciado en función de, al menos:
Nivel de instrucción y formación académica;
Capacidad de manejo de recursos económicos; y
Proximidad a los centros urbanos de decisión política.
15
economías donde un único actor social tendría diferentes comportamientos según la
diferente naturaleza de la relación en la que está involucrado.
16
políticas de manejo de recursos naturales generalmente pasan por alto a los gobiernos
locales. Adicionalmente, es necesario considerar que el gobierno local tiene una profunda
deformación que le permite ser un ente muy bueno para el manejo de la problemática
urbana pero una muy mala tradición de manejo del espacio rural como es el caso de
municipios rurales con gran presencia de comunidades indígenas.
Tanto los problemas al interior de la legislación como los mitos e invisibilidades se hacen
presentes en los procesos de implementación de los grandes proyectos como la
explotación del Gas de Camisea, la explotación petrolera en la Amazonía, la Gran
Minería como Yanacocha, Pierina y Antamina12. Ello ocurre en un marco normativo que
presenta grandes ‘olvidos’ como la regulación del impacto ambiental y social de la
minería artesanal, la regulación del impacto ambiental de la pequeña agricultura, la
necesidad impostergable del manejo de cuencas y la necesidad de resolver los problemas
planteados por la contaminación ‘histórica’.
De manera que si bien el Perú entre 1990 y 2004 expandió la superficie del territorio
nacional bajo el sistema nacional de áreas naturales protegidas de un 7% al 15%, la gran
12
Todos estos son proyectos de inversión de largo plazo que implican un impacto ambiental y social así
como sobre el marco normativo e institucional.
17
mayoría de estas áreas naturales protegidas son parques de papel, de manera que, por
ejemplo se encuentran afectados por la extracción forestal que provee el 90% de la
madera ilegal, la extracción minera informal, la actividad pesquera no regulada, así como
corrientes migratorias que impulsan una agricultura sin control.
Algunas conclusiones
1.- El proceso del desarrollo sostenible tiene, en el derecho ambiental, una
herramienta muy efectiva que se ha convertido en un recurso central entre muchos
de los instrumentos de derechos humanos disponibles para la acción civil. El estado,
los grupos ambientales y la población local se beneficiaron de la constitución de un
discurso y práctica de derechos ambientales y humanos a nivel internacional. Este
discurso de derecho ambiental internacional fue la base legal, a partir de la cual, las
organizaciones y los gobiernos derivaron apoyo para el desarrollo de políticas
ambientales nacionales.
Los mandatos constitucionales jugaron un doble rol. Por un lado, sirvieron como una
orientación política para los gobiernos mientras que, por otro lado, sirvieron como una
base para la acción legal de los grupos ciudadanos y para las ONGs. Inicialmente, los
ambientalistas utilizaron los mandatos constitucionales y las garantías que los protegen
como el único instrumento disponible para la defensa del ambiente. En ambos casos, las
garantías constitucionales fueron ejercitadas en defensa del ambiente y de los derechos
indígenas. Estas acciones representaron también una demanda de las organizaciones
ambientales e indígenas por mayores derechos civiles y políticos. Los mandatos
constitucionales sirvieron como un paso inicial. El derecho constitucional al ambiente fue
otorgado conjuntamente con acceso al sistema judicial a través de una acción especial de
protección de los derechos humanos. El objetivo de esta acción especial era proveer una
respuesta pronta e inmediata para prevenir cualquier daño al ambiente así como una
oportunidad para que las organizaciones ciudadanas implementaran el mandato
constitucional. La Constitución Peruana de 1979 otorgó la acción de amparo y la
Constitución de 1993 introdujo el derecho a la información el cual es protegido a través
del habeas data.
18
contribuyó a la generación de un espacio para la interacción de diferentes intereses. A
través del desarrollo de la legislación en cada país se crearon autoridades ambientales
nacionales y ahora existe un marco general de legislación ambiental (Brañes 1991). La
introducción de declaraciones generales de cuidado ambiental no lograron prevenir la
contaminación, de manera que había una necesidad de desarrollar procedimientos más
detallados y estrictos para el control de la contaminación.
3.2.- Una segunda fase se caracterizó por que el Estado hizo uso de un nuevo discurso
que incorpora las materias ambientales como un problema político en sí. La legislación
introdujo algunas declaraciones generales pero no existían mecanismos concretos de
monitoreo y evaluación. Este fue el caso del desarrollo petrolero en la Amazonía peruana
en la década de 1970.
13
.- Por institucionalización de materias ambientales me refiero al proceso de creación de una autoridad
ambiental y la asignación de responsabilidades ambientales especificas a diferentes sectores de la
burocracia.
19
ley, es decir, la introducción de EIAs, la promulgación de regulaciones, la introducción
de estándares y límites permisibles, y la regulación de un proceso debido para la revisión
y apelación de casos ambientales. Este fue el caso de la legislación ambiental en el sector
petrolero en la Amazonía peruana a partir de mediados de la década de 1990.
En el caso de Energía y Minas esto significa que todos los desechos eliminados al
ambiente antes del 8 de septiembre de 1990, cuando el código ambiental peruano fue
promulgado, permanecerían allí y nada se haría sobre ellos. Los proponentes de esta
visión argumentan que a fin de tener seguridad jurídica necesitamos no legislar sobre el
pasado, es decir, no podemos requerir a mineros de los últimos 500 años obedecer la
20
legislación que recién se aprobó en 1990. Sin embargo, estos desechos, conteniendo
reactivos químicos y sustancias tóxicas dejados en el ambiente por actividades llevadas a
cabo en los últimos 500 años, continúan afectando ríos, lagos, fauna y la vida humana
(Comisión Latinoamericana y del Caribe para el Desarrollo y el Ambiente 1997: 39). Por
consiguiente, algo debe hacerse. Alguien tiene que pagar la factura por estos
desperdicios. Al decir nada sobre este tema y dejar los desperdicios ahí donde se
encuentran, los gobiernos le cargaron esta factura a la cuenta de las poblaciones locales y
rurales, los pueblos indígenas y la naturaleza. La magnitud de este problema necesita ser
evaluada para poder compartir esta factura adecuadamente entre la industria, los
contribuyentes y las agencias de cooperación internacional. Los gobiernos han mantenido
sus bocas cerradas con respecto a la contaminación ambiental pasada y la inmensa deuda
ambiental que representa.
7.- Los conflictos ambientales tienen el potencial para impactar en el desarrollo del
marco legal. En el caso peruano el impacto fue negativo, en el corto plazo, cuando el
gobierno decidió abolir un tercio del código ambiental; sin embargo, en el largo plazo, se
favoreció la tendencia global de desarrollar la legislación ambiental.
9.- Hasta principios de los 1990 los gobiernos ingresaban a los conflictos ambientales
con la visión de que el desarrollo energético era algo a ser discutido, negociado y
resuelto entre el Estado y las compañías privadas involucradas. Las poblaciones
locales y los ambientalistas no fueron considerados como la parte de las negociaciones
iniciales, sino como un problema a ser tratado una vez que las operaciones se iniciaran, es
decir, no había ningún reconocimiento del derecho de estas poblaciones para participar en
el proyecto energético que, sin embargo, iba a transformar el hábitat de estas poblaciones.
En los casos estudiados los gobiernos deseaban que la población local aceptara lo que
había sido acordado entre el gobierno y la compañía. Fue sólo a fines de los 1990 que
varios partes interesadas, como el caso del defensor del pueblo peruano (Tobin,
Noejovich y Yañez 1998), AIDESEP (1999), el Ministerio ecuatoriano de Energía y
Minas y el Ministerio del Ambiente (Ministerio de Energía y Minas y Ministerio del
Ambiente 1999) propusieron la necesidad de negociaciones muy tempranas con las
organizaciones indígenas a fin de prevenir impactos sociales no deseados. A finales de la
década de 1990, el impacto social de las actividades petroleras estaba empezando a ser
evaluado y una nueva política estaba diseñándose de acuerdo con el recientemente
ratificado Convenio 169 de la OIT.
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