Arqueologia de La Patagonia
Arqueologia de La Patagonia
Arqueologia de La Patagonia
Editores
Queda estrictamente prohibida, sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones esta-
blecidas por las leyes pertinentes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquer medio
o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
Instituciones Organizadoras
Comisión Organizadora
Comisión Permanente
REVISION DE ESTILO
La revisión de estilo de los manuscritos fue realizada por Vanesa Parmigiani (UNLP).
TRADUCCION
La traducción y revisión de los resúmenes fue realizada por María Laura Borla (Asociación de Guías de
Turismo de Tierra del Fuego).
DECLARACIONES DE INTERÉS
Declarado de Interés provincial por la Gobernadora de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e
Islas del Atlántico Sur, Decreto Nº 657/08
Declarado de interés educativo provincial, Ministerio de Educación y Cultura de la provincia de Tierra
del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Resol. Nº 150/07)
Aval Institucional de la Universidad Nacional de Patagonia San Juan Bosco, Resol Nº 147-07
Aval académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la
Patagonia San Juan Bosco, Resol. Nº 64-07
Aval académico de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Resol. Nº 126/08
Declaración de interés y auspicio de la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Ar-
gentina (AAPRA).
Declarado de Interés Institucional por el Centro Nacional Patagónico (CENPAT - CONICET), Disposi-
ción Nº 14/08.
Declarado de interés turístico por el Instituto Fueguino de Turismo, Resol. Nº 983-05
Este libro fue posible, gracias al apoyo fundamental de
603
LISTA DE EVALUADORES
Simposio
Cazadores-recolectores y pescadores del litoral sudamericano sudoccidental
Coordinadores: Dominique Legoupil, Luis A. Orquera y Manuel San Román
Myrian Alvarez
Tendencias y cambios en las prácticas tecnológicas de los grupos cazadores-recolectores
del extremo sur Sudamericano……………………………………………………………..17
Manuel San Román, Kai Salas y Michel Fontugne
Primeros avances en la reconstrucción de secuencias de ocupación de cazadores recolecto-
res marinos en el Estrecho de Magallanes, Patagonia meridional………………..33
Francisco Zangrando, Augusto Tessone y Martín Vázquez
El poblamiento de espacios marginales del archipiélago fueguino: perspectivas desde la
evidencia arqueológica de Bahía Valentín…………………………………………………45
Simposio
Patagonia: Poblamiento, procesos y ambientes antes, durante y después del Episodio de
enfriamiento reverso antártico
Coordinadores: Laura Miotti y Luis A. Borrero
María T. Civalero
Cazadores tempranos en los contrafuertes de la Altiplanicie Central y el lago Burmeis-
ter………………………………………………………………………………….61
César Méndez, Omar Reyes, Antonio Maldonado y Jean P. François
Ser humano y medio ambiente durante la transición Pleistoceno Holoceno en las cabeceras
del río Cisnes (~44° S)……………………………………………………………………..71
Rafael Paunero
La colonización humana de la meseta central de santa cruz durante el Pleistoceno final: indica-
dores arqueológicos, referentes estratigráficos y nuevas evidencias………………...81
Jorge Rabassa, Andrea Coronato y Federico Ponce
La Depresión Bahía Inútil-Bahía San Sebastián (Tierra del Fuego, Argentina-Chile): Una co-
nexión marina inexistente Durante el Pleistoceno Tardío- Holoceno. ……………….....97
Jorge Suby
Perspectivas Paleopatológicas durante el Poblamiento de Patagonia. Posibilidades y Limita-
605
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
ciones………………………………………………………………………………105
Robert Mc Culloch y Flavia Morello
Fijando la escena: evidencia glacial y paleoecología de los ambientes Tardiglaciales y del Holo-
ceno temprano en Fuego-Patagonia…………………………………………………115
Simposio
Patagonia y sus fuentes
Coordinadoras: Silvana Buscaglia y Marcia Bianchi Villelli
Simposio
Análisis e Interpretación de los paisajes arqueológicos patagónicos
Coordinadores: Natalia Carden y Darío Hermo
Mesas de comunicaciones
Análisis Lítico
Coordinador: María Teresa Civalero
606
Mariana Carballido Calatayud
Evaluación del registro lítico de superficie en la localidad Cholila (Chubut): un problema nada
superficial…………………………………………………………………………...303
Marcelo Cardillo
Diversidad y composición del los conjuntos líticos de la margen sur de la desembocadura del
río Santa Cruz. Provincia de Santa Cruz. Argentina…………………………………315
Hernán De Angelis
El vidrio como materia prima introducida en el período de contacto europeo en Tierra del Fue-
go……………………………………………………………………………………...323
Cristian M. Favier Dubois, Charles R. Stern y Marcelo Cardillo
Primera caracterización de la distribución y tipos de obsidiana presentes en la costa rionegri-
na…………………………………………………………………………………337
Nora Viviana Franco y Natalia Cirigliano
Materias primas y movilidad entre las cuencas de los ríos Santa Cruz y Chico (provincia de San-
ta Cruz, Argentina): primeros resultados……………………………………………..349
María Cecilia Pallo
La tecnología lítica del sitio Bloque 1- Oquedad (Lago San Martín, provincia de Santa Cruz):
resultados de la primera etapa de análisis…………………………………………357
Mariana Sacchi
Golpeando piedras: análisis de desechos de talla experimentales. Una primera aproxima-
ción……………………………………………………………………………...371
Jimena Torres Elgueta
La estrategia de caza con boleadora de los cazadores recolectores terrestres del norte de
Tierra del Fuego. Resultados preliminares del análisis de bolas líticas y su cadena operati-
va………………………………………………………………………………...381
Aproximaciones Metodológicas
Coordinador: Mauricio Massone
Arte Rupestre
Coordinador: Mercedes Podestá
607
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Bioarqueología
Coordinador: Ricardo Guichón
Estudios Arqueofaunísticos
Coordinador: Pablo Fernández
Alejandra C. Aragone
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y parape-
tos Cerro Pampa (meseta alta), provincia de Santa Cruz.........................................639
Tirso Bourlot; Diego Rindel y Alejandra Aragone
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío
en el noroeste de Santa Cruz……………………………………………………….653
Edgar Camarós; Vanesa Parmigiani y Esther Verdún
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad
Selknam…………………………………………………………………………667
Mercedes Corbat; Adolfo Gil y Atilio F. Zangrando
El estudio de restos óseos de peces en el sur de Mendoza: primeros resultados y perspecti-
vas……………………………………………………………………………….677
Isabel Cruz
Tafonomía de huesos de cormoranes en la costa patagónica. Primeros resultados………689
Pablo Marcelo Fernández y Ana Inés Forlano
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippo-
camelus bisulcus) de Lago La Plata (Chubut)…………………………………….703
Ariel D. Frank y Rafael S. Paunero
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de
608
Cerro Tres Tetas (Meseta Central de Santa Cruz). Evidencia arqueológica y estudios experimen-
tales…………………………………………………………………………….719
G. Lorena L’Heureux
Morfometría esqueletal de Lama guanicoe de sitios arqueológicos de la región volcánica de
Pali Aike……………………………………………………………………………….733
Laura Miotti y Laura Marchionni
Procesando huesos: entre la Arqueología y la Etnografía………………………………...747
Sebastián Muñoz
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de
Tierra del Fuego…………………………………………………………………………..759
Clara Otaola
Chorrillo Malo 2. Análisis faunístico de un sitio en un “callejón sin salida”……………753
Fernando Santiago y Mónica Salemme
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del
Fuego (Argentina)…………………………………………………………………….785
Federico L. Scartascini, Melisa Charo y Alejandra Volpedo
Caracterización de las estrategias de obtención de recursos ícticos a partir del análisis de los
otolitos. El caso de la costa norte del golfo San Matías…………………………………805
Angélica M. Tivoli y Analía F. Pérez
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, fam.: Anati-
dae)………………………..………………………………………………………...813
Miguel Ángel Zubimendi y Heidi Hammond
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (provincia de
Santa Cruz)…………………………………………………………………825
Geoarqueología y Paleoambientes
Coordinador: Cristian Favier Dubois
Myrian Alvarez, Débora Zurro, Ivan Briz, Marco Madella, Margarita Osterrieth, Natalia Bo-
rrelli
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de
la costa norte del Canal Beagle (Argentina): el sitio Lanashuaia……………………...859
Carlos Aschero; Damián Bozzuto; M.Teresa Civalero; Mariana De Nigris; Antonela Di Vruno;
Vanina Dolce; Natalia Fernández; Laura González y Paula Limbrunner
El registro arqueológico de la costa norte del lago Pueyrredón-Cochcrane……………...875
Juan Bautista Belardi y Patricia Campan
Resultados arqueológicos en el Campo de Bloques 2, sureste del lago San Martín
(Provincia de Santa Cruz)...………………………………………………………………883
Igor Bogdanovic, Edgard Camaros, Hernán De Angelis, Adriana Lasa, M. Estela Mansur, Al-
fredo Maximiano, Vanesa Parmigiani, Raquel Piqué, Oriol Vicent
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argen-
tina)………………………………………………………………………………...897
Elisa Calás P. y Marcela Lucero J.
El sitio Marazzi 2: una ocupación costera de cazadores terrestres……………………….913
Silvana Espinosa; Rafael Goñi y Josefina Flores Coni
Aproximación tecnológica al uso de pampas y bajos en la meseta del lago Strobel (Santa Cruz,
609
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Argentina)…………………………………………………………………………..933
Cristian M. Favier Dubois, Florencia Borella y Robert H. Tykot
Explorando tendencias temporales en el uso del espacio y los recursos marinos en el golfo San
Matías (Río Negro)…………………………………………………………………..941
Ariel D. Frank y Fabiana Skarbun
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica
Reserva Península de San Julián…………………………………………...955
Christian García P
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°S): cronología,
contextos y procesos…………………………………………………………967
Julieta Gómez Otero, Nilda Weiler, Eduardo Moreno, Sergio Caviglia
Localidad arqueológica Los Cangrejales: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones
de la línea de costa en el Holoceno tardío……………………………………979
Victoria D. Horwitz
El conocimiento acerca de su pasado y los deseos por conocer más: la interacción con poblado-
res de Los Antiguos (Santa Cruz)………………………………………………..993
Lucía A. Magnin
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central
del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)……………………………….1001
Guillermo L. Mengoni Goñalons, María José Figuerero Torres, M. Victoria Fernández, Pamela
V. Chávez
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roba-
llos (Santa Cruz, Argentina)……………………………………………………….1017
Flavia Morello, Mauricio Massone, Manuel Arroyo, Elisa Calas, Jimena Torres, Robert McCu-
lloch y Luis Borrero
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y me-
dio: lo positivo de los balances negativos……………………………………………1031
Cristian Murray; Mónica Grosso; Dolores Elkin; Fernando Coronato; Horacio De Rosa; María
A. Castro; Ricardo Bastida y Nicolás Ciarlo
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de “Bahía Galenses” (Puerto Madryn, Chubut, Argen-
tina)……………………………………………………………………………….1049
Jimena Oría
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina………………………………………1065
Mariano Orlando
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una
primera aproximación……………………………………………………………….1083
Florencia Ortega y María Bernarda Marconetto
Una discusión “encendida”. Primeros resultados de los análisis de vestigios de combustión en
concheros de la costa norpatagónica (Río Negro)……………………………………1097
Cecilia Pérez de Micou; Analía Castro; María L. Funes; Susana Burry y Matilde Trivi
Prospecciones en el río Chico, provincia de Chubut………………………………….....1105
Verónica Reyes Álvarez
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período al-
farero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales, lat. 39º Sur, Patagonia septentrio-
nal……………………………………………………………………………..1115
Fabiana Skarbun
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La
María Meseta Central de Santa Cruz…………………………………..1133
610
Comunicaciones
Bioarqueología
(continuación)
Análisis del registro tecnológico y osteológico
de los entierros humanos del Holoceno tardío
del lago Salitroso (Santa Cruz): un aporte al
estudio del comportamiento mortuorio de
cazadores-recolectores
Gisela Cassiodoro1y Solana García Guraieb2
A B S T R A C T
This paper undertakes the study of technological and osteological aspects of the funerary record
from Lake Salitroso Basin (Patagonia Argentina). Specifically, the associations between the
presence and kind of grave goods and the demographic composition of the burials are analyzed.
Also the chronological and spatial distributions are taken into account, as well. A sample of twenty
“chenques” (dates from ca. 1100 to 350 years BP) and nine niches/burials under erratic blocks
(from ca. 2800 to 2200 years BP) were included in this study. Results show an important variability
both in the kind of grave goods present and in the demographic composition of the burials.
Notwithstanding, there are recurrent patterns in some of the associations. The main characteristics
of the grave goods as well as their association in burials with varying demographic composition
are discussed in relation to different aspects of Late Holocene hunter-gatherers societies from
Patagonia. Particularly, their patterns of mobility and land use as well as other aspects of their social
organization such as their mortuary behavior and the scale of internal hierarchies are addressed.
INTRODUCCIÓN
Durante los últimos diez años las investigacio- 2005), de composición demográfica (Bernal et al.
nes en la cuenca del lago Salitroso1 (noroeste de la 2004; Barrientos et al. 2005; García Guraieb et al.
provincia de Santa Cruz) han generado abundante 2007) y paleopatológicos (García Guraieb 2004).
y variada información para entender la dinámica Por su parte, el registro tecnológico ha sido estu-
del poblamiento tardío de este sector de Patago- diado en términos de su composición, distribución
nia centro-meridional por parte de grupos caza- y cronología (Cassiodoro et al. 2004; Cassiodoro
dores-recolectores (Goñi et al. 2007 y trabajos allí 2004, 2008; Guráieb et al. 2006). En general, todos
citados). El registro tecnológico y bioarqueológico estos trabajos han tenido como fin último evaluar y
de la cuenca han sido dos de las principales líneas discutir las hipótesis principales sobre la movilidad
de investigación abordadas haciendo hincapié y uso del espacio de los grupos postuladas para ex-
en distintos aspectos de su estudio. Así, el regis- plicar la dinámica del poblamiento de la cuenca y su
tro bioarqueológico, conformado por una amplia vinculación con los cambios climáticos y ecológicos
concentración de entierros correspondientes al registrados en Patagonia durante el Holoceno tar-
Holoceno tardío ha sido analizado atendiendo a dío (Goñi 2000; Goñi y Barrientos 2000, 2004; Goñi
sus aspectos cronológicos (Goñi et al. 2000-2002; et al. 2000-2002; Goñi et al. 2007).
Goñi y Barrientos 2004), tecnológicos (Cassiodoro En esta oportunidad, se aborda el estudio con-
2005, 2008), tafonómicos (Barrientos et al. 2007, junto de aspectos tecnológicos y osteológicos de
Zangrando et al. 2004), isotópicos (Tessone et al. los entierros de la cuenca del lago Salitroso con el
1 CONICET/UBA/INAPL [email protected]
2 CONICET/INAPL [email protected]
interés centrado en temas que van más allá de la cursionar en aspectos de las sociedades tales como
movilidad y el uso del espacio. Específicamente se las prácticas mortuorias, su variabilidad cronológi-
realiza un estudio de los acompañamientos arte- ca, espacial y composicional y su correlato con la
factuales de los entierros de la cuenca en relación organización social.
con su composición demográfica. Se busca así in-
La cuenca de los lagos Salitroso-Posadas-Puey- cación ambiental que habría comenzado hacia los
rredón se caracteriza por ser un gran bajo con al- 2500/2000 años AP (González 1992) e intensificado
turas que van de los 100 a los 300 m s.n.m. (Figura hacia los 900 años AP con el desarrollo de la deno-
1). Es un ambiente de estepa arbustiva (Cabrera y minada Anomalía Climática Medieval (Stine 1994).
Willink 1980) que ofrece buenas pasturas, leña, Estas condiciones habrían implicado cambios en la
agua disponible, baja carga de nieve invernal, posi- distribución de uno de los recursos críticos de Pa-
bilidades de reparo (tanto en formaciones rocosas tagonia como el agua, por lo que necesariamente
como en médanos) y recursos animales diversos. se habrían generado cambios en la movilidad de
El modelo de poblamiento propuesto para los grupos cazadores-recolectores. Así, durante los
la cuenca se apoya en la existencia de cambios periodos de menor humedad se habrían privilegia-
climático y ecológicos regionales durante el Holo- do para el asentamiento los espacios con una alta
ceno tardío (Goñi 2000; Goñi et al. 2000-2002; Goñi disponibilidad de agua, recursos faunísticos, leña y
y Barrientos 2004). Los mismos consistirían en un reparo, como la cuenca de los lagos Salitroso-Po-
proceso de progresiva, aunque fluctuante, dese- sadas-Pueyrredón. Este proceso de reducción de la
614
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)
movilidad residencial, ausente en momentos pre- entierros humanos y las concentraciones de ma-
vios, habría llevado al nucleamiento de poblaciones terial lítico, cerámico y óseo registradas. En líneas
en determinados sectores ambientales, a partir de generales, las distintas vías de análisis trabajadas
los cuales se habrían desarrollado movimientos lo- han llevado a plantear que la cuenca habría sido
gísticos y estacionales hacia otros sectores para la utilizada de forma residencial, con ocupaciones
obtención de recursos específicos, como cuencas de carácter permanente o semi-permanente, por
lacustres altas o las mesetas (Goñi 2000; Goñi et al. los grupos cazadores-recolectores durante el Ho-
2000-2002; Goñi y Barrientos 2004). loceno tardío, principalmente a partir de ca. 1200
Las investigaciones arqueológicas en la cuenca años AP (Goñi 2000; Goñi et al. 2000-2002; Goñi y
del lago Salitroso, principalmente en los faldeos sur Barrientos 2004, entre otros).
y este de la Sierra Colorada se han focalizado en los
Desde sus comienzos, los estudios de la Nueva análisis, empleado o bien como medio para inferir
Arqueología sobre prácticas mortuorias incluyeron la posición de los individuos en vida y/o el grado de
el análisis sistemático de los acompañamientos fu- complejidad organizativa de una sociedad, o bien,
nerarios. Los trabajos seminales de Binford (1971) para medir rangos de circulación de bienes, límites
y Saxe (1970) implicaron una ruptura paradigmá- de los mismos, territorialidad, etc.
tica con las escuelas normativas precedentes (v.g. Durante la década de 1980, las críticas pospro-
Kroeber 1927). A través del examen de datos et- cesuales tuvieron en común el argumento de que
nográficos, estos investigadores sugirieron que la las prácticas mortuorias de una sociedad son uno
estructura y la forma de las prácticas mortuorias de los ámbitos en que las distinciones sociales y de
de una sociedad no podían explicarse de forma su- status pueden negociarse, apropiarse y reapropiar-
ficiente por sus creencias religiosas y/o ideológicas se y que, por lo tanto, no pueden realizarse inferen-
si no que respondían a la forma y la complejidad de cias directas entre el tratamiento de los individuos
las características organizacionales de la sociedad al momento de su muerte y su posición social en
misma. Con sus diferencias internas, los trabajos vida (Hodder 1982; Parker Pearson 1982; Shanks y
de la década siguiente siguieron esta línea y abor- Tilley 1982, entre otros). Bajo esta línea, entonces,
daron el estudio de las prácticas mortuorias prin- el análisis de los acompañamientos se volcó a su
cipalmente como indicador de distintos aspectos tratamiento como símbolos cuyo significado podía
de la organización social. En especial, el análisis se variar y manipularse de acuerdo a cambiantes con-
centró en la naturaleza de la desigualdad social y diciones contextuales.
el surgimiento de rankings y jerarquías (v.g. Brown Las últimas dos décadas han visto una notable
1971; Peebles y Kus 1977; Tainter 1978; O’Shea diversificación de temas y enfoques en el trata-
1984, por citar los trabajos más clásicos). Con me- miento de las prácticas mortuorias y por ende, del
nor frecuencia se abordaron otras problemáticas estudio de los acompañamientos funerarios (ver
también vinculadas con aspectos organizativos de recopilaciones en Beck 1995; Carr 1995; Rakita et
las sociedades (v.g. redes de intercambio Kendall al. 2005).
1971 o el de territorialidad de Chapman 1981, entre En este trabajo, el estudio de los acompaña-
otras). Pese a sus diferencias, en todos estos traba- mientos se aborda en relación con la composición
jos operó la premisa de que el tratamiento mortuo- demográfica de los entierros como una manera de
rio del individuo muestra una relación más o menos acceder al estudio de aspectos diversos de la or-
directa con su estatus o posición en vida y con la ganización social, tales como la movilidad, el uso
organización de su sociedad (O’Shea 1984). En to- del espacio y la diferenciación interna de los indivi-
dos ellos también la naturaleza, cantidad y riqueza duos, pero reconociendo la imposibilidad de reali-
de los acompañamientos funerarios constituyó uno zar interpretaciones lineales en el análisis.
de los aspectos principales tenidos en cuenta en el
CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA
Para este trabajo se incluyeron todos los entie- ción que pudieran poner en duda la naturaleza de
rros de la cuenca disponibles para el análisis2 que no las asociaciones entre esqueletos y el material cul-
presentaban evidencias de saqueo o mala preserva- tural que los acompañaba. Se estudiaron entierros
Edad
Tipo de
Individuo Convencional δC13 Código Fuente
Entierro
(en años AP)
Nicho SAC 4-N 2-1 2607 ± 41 -19.2 AA38568 Goñi et al. 2000-2002
Nicho SAC 4-N 1-1 2520 ± 40 - AA38567 Goñi y Barrientos 2004
EBB SAC 1- 8-1 2532 ± 41 -19.8 AA38563 Goñi et al. 2000-2002
EBB SAC 1- 8-2 2494 ± 43 -19.8 AA38562 Goñi et al. 2000-2002
EBB SAC 4-2-3/4 2274 ± 41 -19.2 AA38566 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1-7-1 1147 ± 37 -18.6 AA38559 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1- 7-2 1142 ± 42 -19.5 AA38561 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 2-5-4 758 ± 51 -18.7 AA77148 Inédito
Chenque SAC 1-6-1 756 ± 32 -19.1 AA38556 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 4-1-1 728 ± 39 -19.8 AA38565 Goñi et al. 2003
Chenque SAC 1-6-2 690 ± 40 -19.1 AA38557 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 10-1-4 687 ± 43 - AA38570 Goñi y Barrientos 2004
Chenque SAC 10-1-1 662 ± 43 - AA38569 Goñi y Barrientos 2004
Chenque SAC 10-2-1 637 ± 47 -19.5 AA77149 Inédito
Chenque SAC 1-1-B 622 ± 57 -19.1 AA38560 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1-6-3 539 ± 46 -19.1 AA38558 García Guraieb 2004
Chenque SAC 20-3-2 490 ± 40 -18.5 UGA10623 Goñi y Barrientos 2004
Chenque SAC 8-3-2 435 ± 46 -19.6 AA77145 Inédito
Chenque SAC 1-4-1 429 ± 40 -20 AA38564 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1-2-1 418 ± 40 -19.5 AA38553 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1-2-2 389 ± 40 -19.1 AA38552 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 30-1-1 361 ± 45 -19.3 AA77147 Inédito
Chenque SAC 1-1-3 352 ± 40 -19.8 AA38555 Goñi et al. 2000-2002
Cuadro 1. Fechados disponibles para los entierros de la cuenca del Lago Salitroso.
correspondientes a las tres modalidades funerarias Barrientos 2000; Bernal et al. 2004) (Cuadro 1).
registradas, las cuales quedan incluidas en dos gru- En el cuadro 2 se presentan las características
pos cronológicos: un grupo más temprano com- generales de las modalidades de entierro junto con
puesto por nichos y entierros bajo bloque (en ade- la totalidad de entierros incluidos en este estudio,
lante EBB) y un grupo más tardío, compuesto por el número mínimo de individuos y el total de arte-
entierros en chenques (Goñi et al. 2000-2002; Goñi y factos analizados.
Estructuras 5
Oquedades rocosas naturales poco profundas (ca. 1,5 m) donde los
NICHOS cuerpos parecen haber sido simplemente ubicados y cubiertos total o
Individuos 8
2800-2200 años AP parcialmente por la sedimentación natural. Se encuentran concentrados
en un solo locus (cerro bajo denominado SAC 4)
Artefactos 4
Estructuras 4
Estructuras de piedra que aprovechan algún rasgo natural sobresaliente
ENTIERROS BAJO
del terreno (bloques erráticos o afloramientos de piedra) para su confec-
BLOQUE Individuos 9
ción. Aparecen dispersos en la cuenca, en sitios donde se han hallado
2800-2200 años AP tanto chenques como nichos.
Artefactos 6
Estructura 20
Estructuras de piedra localmente disponibles de contorno oval o circular
de 5 a 3 m de diámetro y de no más de 50 cm de altura. Generalmente,
CHENQUES
Individuos 62 aparecen formando concentraciones de varios entierros sobre las
1150 y 350 años AP geoformas elevadas que rodean el bajo del lago Salitroso, con una única
excepción de un chenque sobre el fondo de cuenca (SAC 3-1).
Artefactos 968
616
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)
METODOLOGÍA
RESULTADOS
618
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)
-Malacológico: 6 cuentas manufacturadas sobre valvas enteras de la especie Diplodon chilensis patagonicus.
SAC 1 8 Poseen un orificio debajo del ápice y no presentan sus bordes trabajados por lo que la forma oval está dada
por las características de la valva del molusco (Figura 4 B). También se registran valvas sin formatización.
-Lítico: 1 preforma de punta de proyectil de obsidiana, que podría corresponder al subgrupo triangular con
N3
pedúnculo. El ancho del pedúnculo es de 15 mm (Figura 3 B)
SAC 4
N6 -Lítico: 1 núcleo limolita, 1 desecho de talla de sílice y 1 de limolita
Cuadro 3. Características de los acompañamientos funerario de nichos/ EBB. Referencias: Ent.: entierro
-Vítreo: 1 cuenta con las características del primer grupo de cuentas de SAC 1-1 que a pesar de estar frac-
turada presenta las dimensiones mayores (20,5 mm de largo por 9 mm de ancho y un espesor de 8 mm).
5 -Metálico: 1 placa de metal con forma subtrapezoidal (mide unos 65 mm de largo por 44 mm de ancho
y 2 mm de espesor). Presenta 2 orificios en uno de los laterales y otro en el sector central de uno de los
extremos.
-Metálico: 1 placa de metal de forma rectangular (54 mm de largo, 38 mm de ancho y 0,5 mm de espesor)
6 con un orificio en el sector central de uno de sus extremos. A lo largo de dos de sus bordes se observan
una serie de puntos (mamelones). Su composición es de cobre (Goñi y Barrientos 2000) (Figura 4 D)
-Malacológico: 1 cuenta de valva con bordes pulidos que le dan una forma redondeada con dos orificios
en la zona central. Dado el desgaste no ha sido posible determinar la especie utilizada. Sin embargo, por
su espesor y curvatura se plantea que ésta sería una probable almeja de origen marino o de agua dulce
4
(Landoni 1999).
SAC 2
-Metálico: 1 placa de metal de forma circular (ca. 70 mm de diámetro) con un orificio central (Figura 4 D)
-Lítico: 1 cuenta manufacturada en una roca silícea.
-Lítico: 1 punta de proyectil de limbo triangular con pedúnculo diferenciado de obsidiana (mide 34 mm de
3
largo por 20 mm de ancho y tiene un espesor de 5 mm).
-Metálico: 2 placas, una de forma trapezoidal con un orificio en el centro de uno de los extremos. Sus
SAC 30 1 dimensiones son 69 mm de largo por 37 mm de ancho máximo y un espesor de 1,5 mm. La segunda tiene
forma rectangular y mide 75 mm de largo por 28 mm de ancho y 1 mm de espesor.
meninos y la cantidad de subadultos (Tabla 1). la relación entre la cantidad de tipos de artefactos
Como se observa en la tabla 1 existe una co- y el sexo de los individuos adultos, se observan co-
rrelación positiva entre la cantidad de individuos rrelaciones muy bajas y no significativas. En suma,
depositados en los chenques y la cantidad de tipos la variabilidad artefactual está en relación con la
de artefactos. Al considerar solamente el número cantidad de subadultos y no con la cantidad de in-
mínimo de individuos subadultos esta correlación dividuos adultos masculinos o femeninos.
tiende a ser más fuerte. A su vez, al subdividir al Las asociaciones entre acompañamientos y el
conjunto de subadultos y tomar en cuenta la canti- sexo y edad de los individuos puede explorarse con
dad de individuos menores a 10 años, las relaciones más detalle al observar las asociaciones directas
entre estas variables se refuerzan aún más. De esta entre artefactos e individuos específicos (Cuadro
manera, a mayor número de individuos menores a 5). Debido a procesos postdepositacionales son re-
10 años, la cantidad de tipos de artefactos tiende a lativamente pocos casos. Sin embargo, a partir de
ser mayor. En todos los casos estas correlaciones la información disponible surgen algunas cuestio-
son estadísticamente significativas. Con respecto a nes a remarcar.
620
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)
En primer lugar, se observa que las cuentas de con orificios, posiblemente para el engarce de los
valva están en asociación con individuos subadul- mismos, (placas de metal, cuentas de valva y cuen-
tos y en algún caso con femeninos adultos. Los ar- tas de vidrio) pueden estar vinculados con elemen-
tefactos de metal se encuentran en entierros con tos utilizados en vida a modo de “adorno”. En con-
individuos subadultos (SAC 1-5, SAC 1-6, SAC 2-4, traposición, la presencia de artefactos líticos, con
SAC 10-1) y lo mismo sucede con las cuentas de vi- características particulares a nivel de cuenca, en los
drio (SAC 1-1, SAC 1-5). Por su parte, como ya men- entierros de SAC 1-7 y SAC 4-N3 puede relacionar-
cionamos, existen dos casos de artefactos líticos di- se con la depositación intencional de los mismos a
rectamente asociados con individuos masculinos. modo de “ofrenda”.
Uno es el cuchillo bifacial de obsidiana del chenque Finalmente, de las asociaciones observadas se
SAC 1-7, recuperado sobre el pecho del individuo de ha podido establecer la cronología de determina-
mayor edad. El segundo caso es la “preforma” de dos tipos de artefactos, como las cuentas de valva
proyectil pedunculada de obsidiana del nicho 3 de de los entierros de SAC 1 (entre 2532 + 41 años AP
SAC 4, hallada entre los metacarpianos de la mano y 389 + 40 años AP) y SAC 10-1 (662 ± 43 años AP y
izquierda y las costillas derechas del individuo. 687 ± 43 años AP) y las placas de metal de SAC 1-6
En segundo lugar, pueden establecerse dos mo- (756 ± 32 años AP). Es de destacar que la asignación
dalidades de asociación entre los individuos y los temporal establecida por Hajduk para las cuentas
tipos de artefactos. Así, la existencia de artefactos de vidrio es coincidente con la cronología más tar-
Figura 4. Acompañamientos metálicos, malacológicos, cerámicos, líticos y vítreos de SAC1, SAC2 y SAC10.
Variables Correlación
Individuos por
Artefactos r r² Valor- p
estructura
622
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)
día (352 ± 40 años AP) del chenque en que se en- del sexo de los individuos adultos a lo largo de la se-
cuentran (SAC 1-1). Esta cronología se corresponde cuencia cronológica, a simple vista se observa una
con los primeros momentos del contacto europeo. mayor representación de individuos femeninos e
indeterminados por sobre los masculinos, pero eso
Acompañamientos artefactuales, cronología se debe a que no todos los chenques han sido fe-
y espacio chados aún. De hecho, la distribución de individuos
La figura 5 permite evaluar la existencia de ten- adultos en los chenques es relativamente pareja
dencias temporales en las composición demográfi- (García Guraieb et al. 2007).
ca y las asociaciones artefactuales de los entierros En segundo lugar, al considerar, las asociaciones
en chenque3. artefactuales, se observa que tanto los chenques
En primer lugar, y atendiendo sólo a la compo- más antiguos como los más recientes presentan
sición demográfica de los entierros, se vislumbra artefactos. No obstante, en fase con lo dicho ante-
una tendencia a aquellos con mayor cantidad de in- riormente en cuanto a la relación entre cantidad de
dividuos subadultos tengan fechados más tardíos, individuos (especialmente de subadultos menores
correspondientes a los últimos siglos del lapso que de 10 años) y la diversidad de tipos artefactuales,
abarcan los chenques. En cuanto a la distribución los chenques más tardíos, que son los que contie-
nen mayor cantidad de subadultos, son también los esto se debería a que se trata del sitio con la ma-
que presentan mayor diversidad artefactual. Esto yor cantidad de chenques en la cuenca. Al incluir en
es especialmente notable, entre ca. 400 y 300 años el análisis espacial los acompañamientos, como se
AP, cuando aparecen la cerámica y -ya en tiempos observa en la figura 24 y el cuadro 4, los distintos ti-
de contacto- las cuentas de vidrio. pos artefactuales ocurren sin patrón aparentemen-
Por último, en referencia a la variabilidad espa- te en chenques de distintos sectores de la cuenca.
cial, considerando sólo su composición demográ- La excepción estaría en que las cuentas de vidrio y
fica, el único patrón evidente es que la concentra- la cerámica sólo aparecen en chenques de SAC 1
ción de chenques de SAC 1 es la que muestra mayor (SAC 1-1, SAC 1-2 y SAC 1-5).
cantidad de individuos subadultos. Sin embargo,
DISCUSIÓN
A partir de este estudio conjunto se ha dado pañamientos. Así, si en los chenques los acompa-
cuenta de la existencia de una importante variabi- ñamientos se vinculan principalmente con la pre-
lidad en la composición demográfica y artefactual sencia de subadultos y los nichos/EBB contienen
del registro funerario de la cuenca del Salitroso. Sin mayoritariamente individuos adultos, sería espera-
embargo, se destacan algunos patrones: ble que este tipo de entierros no muestre abundan-
- Es mayor el porcentaje de chenques con acom- cia y diversidad de artefactos.
pañamiento que de nichos y EBB. Estas tendencias nos permiten incursionar en
- Existen tipos artefactuales en los entierros problemáticas no tratadas hasta el momento tales
que no se hallan en otros contextos de la cuenca, como las prácticas mortuorias en sí mismas, su va-
incluyendo algunos artefactos líticos que muestran riabilidad cronológica, espacial y composicional y
características particulares. su correlato con distintos aspectos de la organiza-
- En la confección de varios de los artefactos se ción social. A su vez, son un aporte más a cuestiones
han utilizado materias primas no disponibles en la relacionadas con la movilidad y uso del espacio por
región de estudio. parte de cazadores-recolectores planteadas para el
- Es relativamente bajo el porcentaje de chen- área (Goñi 2000, Goñi y Barrientos 2004).
ques con muchos artefactos y/o tipos artefactua- En primera instancia, uno de los aspectos refe-
les. rido a las prácticas mortuorias que presenta varia-
- Hay una asociación fuerte entre la presencia bilidad es el cronológico. Así, para los primeros mo-
de acompañamiento y de individuos subadultos, en mentos de ocupación, se observan pocos entierros
especial de aquellos menores de 10 años. en nichos o bajo bloques, mayoritariamente indi-
- En términos de la relación entre composición viduales y compuestos por adultos. A partir de ca.
demográfica y artefactual de los chenques y su 1200 años AP, se registran los primeros chenques
distribución espacio-temporal, se observa a partir al tiempo que no se observan más nichos o EBB. Si
de ca. 400 y 300 años AP, mayor cantidad de indi- bien la modalidad de entierro en chenque presenta
viduos enterrados, entre ellos subadultos y mayor variabilidad interna desde el momento de su apa-
frecuencia y variedad de artefactos. Esta tendencia rición, conforme avanza la cronología aumenta la
tiene su correlato espacial ya que se trata de chen- frecuencia de chenques, la cantidad de individuos
ques de una única concentración (SAC 1). representados en general, y en particular de suba-
- Se registraron pocas asociaciones directas en- dultos. A su vez, desde los acompañamientos fune-
tre individuos y artefactos específicos. Se observa rarios ambas modalidad difieren, destacándose los
una tendencia a que los artefactos líticos de obsi- chenques en cuanto a mayor frecuencia y variedad
diana se asocien a adultos masculinos y a que los de tipos artefactuales.
artefactos de metal, las cuentas de valva y las cuen- A este respecto, un punto que merece ser men-
tas de vidrio a individuos subadultos. cionado es que pese a la manifiesta variabilidad en
- A su vez, puede proponerse dos modalida- cuanto a la composición demográfica y artefac-
des de acompañamientos funerarios: “adornos” y tual de los chenques, esta modalidad de entierro
“ofrendas” muestra una estabilidad importante en la cuenca
- En los nichos y EEB, el tamaño de la muestra hasta los primeros momentos de contacto europeo
no permite un análisis exhaustivo interno. No obs- (momento a partir del cual prácticamente dejan de
tante, las diferencias en la composición demográfi- registrarse evidencias arqueológicas de ocupación
ca de las dos modalidades de entierro podrían dar del área). Asimismo, el hecho que algunos de los
cuenta de la distribución diferencial de los acom- chenques presenten evidencias de reocupación de
624
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)
la misma estructura a lo largo de varios siglos ratifi- dividuos subadultos, es un patrón frecuentemente
caría esta idea de estabilidad. observado en contextos arqueológicos y etnográfi-
A su vez, vale mencionar que ya en momentos cos de cazadores-recolectores (Saxe 1970; Binford
posteriores al contacto europeo inicial, el registro 1971, Mc Donald 2001, y trabajos allí citados) sin que
etnohistórico -en especial de los viajeros del siglo el mismo -al menos por sí solo- pueda interpretarse
XIX (v.g. Schmid 1964 [1860]; Musters 2005 [1869]) como indicador de la presencia de situaciones de
y algunos casos arqueológicos conocidos (Deodat status adquirido por nacimiento. Asimismo, cabe
1946, Prieto 1993-94, Martinic 1995) muestran que destacar que la mayoría de los acompañamientos
la modalidad de entierro en chenques sigue apare- registrados en los chenques con individuos suba-
ciendo en numerosos contextos en Patagonia, la dultos podrían ser interpretados funcionalmente
mayoría de ellos de forma aislada y con variados más como adornos que como ofrendas funerarias
y ricos acompañamientos. Más allá de las dificul- y, en este sentido, podrían considerarse simple-
tades metodológicas de comparar estos tipos de mente como posesiones que el difunto habría te-
registros, la composición demográfica y artefac- nido en vida.
tual de estos chenques contrasta fuertemente con En tercera instancia, con el estudio de los arte-
los de nuestra muestra. Esto permitiría dar cuenta factos recuperados en las estructuras de entierro
de que la ruptura que implicó el contacto europeo, se profundiza el análisis de los aspectos referidos
impactó en pocos siglos en algunos aspectos de las a los rangos de acción de los grupos cazadores-re-
prácticas mortuorias. Es decir que, se habría man- colectores del área. La utilización de materias pri-
tenido la modalidad de inhumación -chenque- pero mas no disponibles en la región de estudio, permite
habría cambiado su composición demográfica y ar- dar cuenta de rangos de circulación de objetos y/o
tefactual. personas. Así, el origen alóctono de algunas de las
En segunda instancia, avanzando hacia otros cuentas de valva señala la existencia de contactos
aspectos del análisis, creemos que los patrones indirectos o directos con sectores distantes a la
observados en este análisis permiten comenzar a cuenca, como por ejemplo la costa marina desde
discutir aspectos referidos a la diferenciación inter- ca. 700 años AP. A su vez, la presencia de cuentas de
na de individuos en grupos cazadores-recolecto- vidrio establece que estos contactos continuarían
res; más allá de los variados acercamientos a esta al momento de la llegada de los europeos.
problemática, mencionados anteriormente y cuyo Por último, algunos aspectos de las prácticas
tratamiento específico excede los objetivos de este mortuorias aquí tratados se relacionan con el mo-
trabajo. delo de uso del espacio y movilidad propuesto
Así, en primer lugar, creemos que la evidencia para el área (Goñi 2000; Goñi y Barrientos 2004).
presentada da cuenta del tratamiento mortuorio En primer lugar, el aumento de la frecuencia de
diferencial de algunos individuos (por ejemplo, chenques, la cantidad de individuos representados
SAC 1-7-1, SAC 1-6-1). En la medida en que la di- en general, y en particular de subadultos hacia los
ferenciación mortuoria puede emplearse como momentos tardíos de ocupación es uno de los prin-
indicador de la diferenciación social, los patrones cipales elementos utilizados para sostener la idea
observados sugerirían que la diferenciación en las de un cambio en el patrón de uso de la cuenca hacia
posiciones sociales de los individuos no habría sido ca. 1200 años AP. A su vez, se esboza una tendencia
muy pronunciada, ni habría excedido la generada hacia un aumento en la frecuencia y diversidad de
por el sexo, la edad o incluso las capacidades in- los acompañamientos hacia el final de la secuencia,
dividuales. De acuerdo con la literatura esto sería a partir de ca. 400-300 años AP, patrón que proba-
esperable en cazadores-recolectores (Saxe 1970; blemente se vincule con la mayor presencia de en-
Binford 1971; Kelly 1995). De esta manera podrían tierros en los últimos siglos de ocupación, en espe-
interpretarse, la muy baja frecuencia de chenques cial de entierros con subadultos. En segundo lugar,
individuales en la cuenca y, en aquellos registrados, la presencia de materias primas no disponibles en
la baja frecuencia y diversidad de sus acompaña- la cuenca da cuenta de la ampliación de rangos de
mientos. acción, vinculable con el desarrollo de estrategias
Relacionado con lo anterior, otro aspecto que de movilidad logísticas propuestas como comple-
vale mencionar es que la fuerte asociación indica- mento del proceso de disminución de la movilidad
da entre el acompañamiento artefactual y los in- residencial.
CONSIDERACIONES FINALES
Este trabajo ha buscado presentar de forma muestra de entierros del lago Salitroso ofrecen una
conjunta la información obtenida a lo largo de oportunidad única de discutir estos temas de difícil
diez años de trabajo en la cuenca del lago Salitro- abordaje en contextos cazadores-recolectores.
so sobre el registro tecnológico y osteológico. Es- En el futuro esta discusión podrá ser profundi-
pecíficamente se ha mostrado que, dentro de un zada, refinando las diferencias cronológicas inter-
cuadro de variabilidad general en la composición nas de los chenques, incorporando otras líneas de
demográfica y artefactual de los entierros, es po- evidencia tanto específicas del análisis mortuorio
sible delinear ciertas tendencias que permiten dis- como de otros tipos de contextos arqueológicos
cutir distintos aspectos de la organización de las y ampliando la escala espacial. En este sentido, la
sociedades cazadoras-recolectoras del área que evidencia presentada aquí resultará un aporte a la
ocuparon la cuenca en los últimos milenios. Entre comparación entre distintos contextos funerarios
ellos se retomaron cuestiones relacionadas con la de Pampa-Patagonia (Gómez Otero y Dahinten
movilidad y uso del espacio de los grupos y se in- 1999; Salceda et al. 1999-2001; Reyes 2002; Be-
cursionó en temas no tratados hasta el momento, rón y Baffi 2004, entre otros) contribuyendo así, al
como las prácticas mortuorias y su vinculación con estudio de las prácticas mortuorias en cazadores-
la organización social, en especial, con la diferen- recolectores en una escala regional.
ciación social. Las características particulares de la
AGRADECIMIENTOS
Quisiéramos agradecer A. Hajduk por el análisis de las cuentas vítreas y a R. Goñi por los comentarios
positivos. A Lito García y Rosa Novak de la estancia Sierra Colorada por diez años de apoyo y amistad.
NOTAS
1
Este trabajo se enmarca dentro de distintos proyectos UBACyT (FI 062, F072, F065) dirigidos por R.
Goñi.
2
Sólo se dejaron fuera del análisis dos estructuras de entierro recuperadas en la última campaña ya
que el estudio de las mismas se encuentra aún en curso.
3
El rango cronológico completo de cada entierro se graficó a través de los brazos laterales de cada
uno de los esquemas. El eje vertical de la figura no tiene implicancias
4
Cabe aclarar que la nomenclatura de los entierros responde a su ubicación espacial. Por ejemplo, el
chenque SAC 1-7 es el séptimo chenque hallado en la concentración de chenques SAC 1.
BIBLIOGRAFÍA
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626
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)
628
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa
norte de Santa Cruz, Argentina)
Alicia Castro1, Susana Salceda2, Marcos Plischuk2 y Bárbara Desántolo2
A B S T R A C T
The study of human burials offers an excellent possibility to define biocultural characteristics of
pass population and know related social behaviors. The aim of this work is to inform about the first
analysis performed to a human remains of exceptional characteristic, exhumed from a “chenque”
associated to an archaeological coastal site (Carsa) in the northern coast of Santa Cruz province
(Patagonia). The chenque was exposed through digging activities carried out workers from a nearby
factory. Rescue work began immediately thanks to the local municipal museum’s participation
(Museo Mario Brozoski). Bone remains show a very good conservation that allowed to perform
internationally standards analysis. The remains belong to an individual, approximately 23 years old,
male, 1,66 m tall. Bones present traces of infectious disease from trepanomatoses and unequivocal
traces of trepanation on cranial bones. The latter suggest the practice of healing activities performed.
This is so far a unique case for Patagonian hunter- gatherer communities. Meanwhile this practice
is common for the communities of the Northwest of Argentina and related Andean regions. This
study case allows to discuss Amerindian population’s dynamics as well as morbidity patterns.
INTRODUCCIÓN
El sitio Carsa está ubicado en el extremo Norte buen estado de conservación, y sin asociación a
de la ciudad de Puerto Deseado inmediatamente ningún tipo de ajuar funerario (Figura 2). Posterior-
en las afueras de su trazado urbano, dentro del sec- mente los estudios bioantropológicos evidenciaron
tor de litoral marino continental identificado como la existencia de una condición patológica de tipo
Costa Norte de Santa Cruz (Figura 1). El mismo es infecciosa, y de una alteración craneana producida
un sitio de entierro clasificado como chenque, ac- por una trepanación, práctica no relevada hasta el
tualmente semienterrado por médano vegetado, presente en Patagonia.
sito en el borde de la última terraza marina, inme- La tarea de rescate fue posible gracias a un tra-
diatamente por encima del último sistema de pa- bajo de extensión que se desarrolla en el marco del
leoplayas, lo que le asignaría una cronología relati- Proyecto de Investigaciones de Arqueología de la
va posterior a los 3000 años AP. Costa Norte de Santa Cruz, dirigido por la Dra. Cas-
En el año 2004 trabajos de excavación de la em- tro (Moreno y Castro 1999; Castro et al. 2003). Este
presa pesquera Carsa removieron parcialmente el proyecto tiene como objetivo estudiar el modo y la
sitio exponiendo huesos aparentemente humanos. intensidad con la que fue utilizado el litoral marí-
En ese momento la rápida determinación de los timo y zonas aledañas a lo largo del Holoceno por
obreros, que contactaron a los directivos del Mu- cazadores recolectores. Los resultados alcanzados
seo Mario Brozoski de Puerto Deseado, dio lugar hasta el momento han permitido enunciar modelos
a que las obras se detuvieran, y poder realizar allí de ocupación y uso de la Costa Norte para el Ho-
un estudio diagnóstico y una posterior excavación loceno medio y tardío, y hacer explícito el registro
de rescate. Esta última permitió corroborar que se empírico caracterizado por una gran variedad de
trataba del entierro primario de un individuo, en sitios. Entre estos se destacan los entierros huma-
posición extendida decúbito lateral izquierdo, en nos, poco excavados hasta el momento (Salceda et
1 Departamento Cientifico de Arqueología. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP.Paseo del Bosque S/N La Plata
2 Departamento Cientifico de Antropologia.Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP. CONICET
MATERIAL Y MÉTODOS
630
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)
RESULTADOS
Estudio osteológico perficie del planum nuchale con línea nucal superior
El material disponible para su análisis con es- grande y cresta occipital desarrollada, 4. processus
tricta correspondencia individual responde al si- zigomaticus muy alto y fuerte, 5. arcus superciliaris
guiente inventario: 1) cráneo completo, 2) ester- marcado, 6. tubera frontalia et parietalia debiles, 7.
nón, 3) costillas (20 enteras y 11 fragmentos), 4) inclinatio frontalis fuertemente huidiza, 8. os zigo-
escápula derecha e izquierda, 5) clavícula derecha e maticum alto con superficie irregular, 9. forma orbi-
izquierda, 6) húmero derecho e izquierdo, 7) cúbito tae cuadrada con margo supraorbitalis fuertemente
derecho e izquierdo, 8) radio derecho e izquierdo, redondeado, 10. mandíbula de aspecto muy robus-
9) carpianos (2), 10) metacarpianos (4), 11) falanges to, con 11. mentum fuerte con protuberancia bila-
(4), 12) coxal derecho e izquierdo, 13) fémur dere- teral, 12. angulus mandibulae con rugosidad y re-
cho e izquierdo, 14) tibia derecha e izquierda, y 15) troversión notable y 13. margo inferior espeso. Las
fragmentos óseos indeterminados (2). variables métricas relevadas: diámetro vertical de
la cabeza femoral (51,4 mm) y humeral (52,5 mm)
De la edad probable también se corresponden con las de un individuo
Para la estimación de la edad probable se tu- de sexo masculino (Stewart 1979).
vieron en cuenta aquellas piezas con mayor valor
diagnóstico. En este sentido, la morfología de la De los rasgos indicadores de forma
sínfisis púbica es ampliamente reconocida como La morfometría craneana se estimó a través del
el rasgo de mayor certeza para la estimación del relevamiento métrico pormenorizado de las varia-
rango etáreo al cual pertenecía el individuo al bles métricas convencionales. Los índices indica-
momento de su muerte. Los rasgos presentes en dores de forma permiten caracterizar al individuo
la sínfisis izquierda del individuo permiten adscri- hallado como Ortocráneo (Índice Vértico-Longitu-
birlo a la fase II de Todd (1920), cuyo rango oscila dinal= 70), Camecráneo (Índice Aurículo-Longitudi-
entre 20-21 años, mientras que el rango estimado nal= 53,8), Hiperleptoprosopo (Índice Facial Total=
según el método de McKern y Stewart (1957) se- 96,4), Leptorino (Índice Nasal= 40,3), Hipsiconquio
ría de 18-23 años. La fusión total de las epífisis con (Índice Orbitario= 97,6), Dolicognato (Índice Man-
sus respectivas diáfisis en todos los huesos largos dibular = 104.1).
se corresponde con un individuo que ha alcanzado Sin la intención de reabrir el debate entre mo-
la etapa adulta. Los resultados arrojados por estas delos tipológicos y modelos evolucionistas (Casa-
vías, conjuntamente, con los obtenidos a través del miquela 1990, 1992, 1996; Cocilovo 1992, Guichón
grado de obliteración de las suturas craneanas y del 1996), el individuo hallado en Puerto Deseado se
estado de la arcada alveolar, permiten adscribir al ajusta en términos generales a las descripciones
individuo a la categoría de edad adulto joven, de realizadas por diversos autores para los restos
aproximadamente 23 años de edad cronológica. óseos provenientes de sitios arqueológicos de la
región patagónica. Tanto las descripciones hechas
Del sexo probable hace ya más de 50 años por Imbelloni (1938) y Bór-
La determinación del sexo se realizó a partir del mida (1954), como los trabajos más recientes (Gó-
análisis de aquellas piezas óseas que presentan un mez Otero 1997/98) coinciden en que los esquele-
mayor valor diagnóstico. En el caso de la pelvis se tos hallados poseen un cráneo voluminoso, con
relevaron los rasgos discriminatorios (Ferembach un elevado espesor óseo y notable peso, huesos
et al. 1980) y se calculó el grado de sexualidad resul- cigomáticos muy desarrollados, cara grande, tosca
tando masculino por presentar: 1. sulcus prae-auri- y angulosa, y una mandíbula maciza y muy pesada
cularis presente en forma de traza, 2. incisura ischia- con un mentón prominente.
dica maior en forma de V, 3. angulus pubis agudo, En la tabla 1 se presentan los valores absolutos
en forma de A, 4. arcus compositus con curva única, de las variables métricas relevadas.
5. os coxae alto, estrecho, con relieves musculares
marcados, 6. foramen obturatum ovalado, 7. corpus Del estudio post-craneano
ossis ischii muy ancho, con tuberosidad isquiática Se realizó un análisis morfométrico de las pie-
desarrollada, 8. crista iliaca en forma de S neta, 9. zas inventariadas a fin de completar la información
fossa iliaca alta y estrecha, 10. pelvis maior estrecha sobre el individuo adulto. En las tablas 2, 3, 4 y 5
y 11. pelvis minor estrecha. El cráneo por su parte se presentan las variables métricas y el cálculo de
tambien presenta rasgos que permiten adscribirlo variables relativas correspondientes.
al género masculino: 1. glabella muy fuerte, 2. pro- El rasgo humeral que presenta el mayor va-
cessus mastoideus muy grande y redondeado, 3. su- lor heurístico para establecer filiación y distancias
Castro et al. 631
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Índice de
la cabeza 93 96.7
humeral
interétnicas es sin duda su longitud total (Chillida Tabla 2. Osteometría humeral. Variables absolutas
(expresadas en mm) y relativas.
1943). En el caso del individuo analizado en este
trabajo su valor es de 329 mm, muy cercano al valor
medio para las poblaciones santacruceñas (326,9 Derecho Izquierdo
mm) (Chillida op. cit.). El mayor índice de robustez
Perímetro 145 98
encontrado por este autor también pertenece a las
poblaciones patagónicas (21–22), pero muy por de- Diámetro medios
41 29.3
bajo del índice por nosotros registrado (27,3). En antero-posterior
cuanto al índice de la cabeza del húmero (93 para el Diámetro medios
45.2 29.6
derecho y 96,7 para el izquierdo) el individuo halla- transverso
do en el sitio Carsa se encontraría entre los índices Diámetro subtro-
de los pueblos patagónicos (93) y los ándidos (95). cantérico antero- 38.8 32.5
El índice diafisiario, que traduce el grado de aplas- posterior
tamiento del hueso como resultado de esfuerzos Diámetro subtrocan-
52.3 51.4
intensos de flexión y extensión lateral (Rihuete He- térico transverso
rrada 2000), determinado para el individuo corres-
Diámetro cabeza
ponde a euribraquia (84,3 y 84,9) (Tabla 2). femoral vertical
51.7 51.3
En cuanto al análisis del fémur observamos que
el índice platimérico de nuestro caso (87,8 euri- Derecho Forma Izquierdo Forma
632
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)
634
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)
Las señales óseas evidencian una clara con- la operación de algunos meses, teniendo en cuenta
dición patológica atribuible a una infección u os- la obliteración de las paredes de los orificios, que
teomielitis. El tipo de lesión y la localización de la ocultan el diploe, los bordes suaves y redondeados
misma posibilitan, realizando un diagnóstico de de los mismos y un área más densa circundando la
presunción (Campillo 2001), adscribirla al tipo de trepanación, visible a través de técnicas radiológi-
las treponematosis (Ortner 2003). Las bacterias cas (Campillo op. cit.) (Figura 10).
espiroquetas del tipo de los treponemas invaden
la zona de osificación endocondral activa y el pe-
riostio. Por lo general ésta es la tercera etapa de la
enfermedad en el organismo, y comienza entre 2 y
10 años después del ingreso del microorganismo al
cuerpo humano.
Sobre la trepanación
En relación a la afección sufrida por el individuo
aparece una alteración ósea craneana causada por
acciones antrópicas (Figura 9). Adyacente al orifi-
cio fistuloso anteriormente descrito el hueso fron-
tal presenta un foramen en su porción izquierda. El
mismo presenta un diámetro son de 6,1 mm y se
encuentra a 3,6 mm de la línea media del frontal y
Figura 9. Cráneo con 2 orificios en el frontal. El mayor
a 18 mm de la sutura coronal. Por su forma tron- probablemente correspondiente a una trepanación
cocónica suponemos que la técnica utilizada fue la intencional.
del barrenado, con un instrumento lítico de punta
aguda. El individuo habría tenido una sobrevida a
DISCUSIÓN
Los grupos humanos presentan conjuntos de fracturas de cráneo u otros procesos patológicos.
rasgos esqueletales, a partir de los cuales podemos Respecto al primer supuesto, datos etnográficos
vislumbrar los complejos morfológicos existentes (Oakley et al. 1959) revelan que estas operaciones
(Salceda y Méndez 1999). A partir de las técnicas se realizaban para permitir que los demonios, espí-
morfoscópicas y morfométricas aplicadas tanto al ritus y elementos sobrenaturales, supuestamente
cráneo como al esqueleto postcraneal se logró ads- responsables de convulsiones o dolores, escaparan
cribir al individuo dentro de los complejos morfo- de la cabeza. Algunos autores descreen de las so-
lógicos presentes en Patagonia antes del contacto luciones terapéuticas que habrían brindado estas
hispano-indígena (Imbelloni op. cit.; Bórmida op prácticas: “Consideramos que no habiéndose en-
cit.; Gómez Otero op. cit.) contrado causas reales que fundamenten la prác-
En cuanto al tipo de agente infeccioso que pro- tica científica de las trepanaciones prehistóricas,
dujo las alteraciones óseas patológicas anterior- éstas deben incluirse dentro de la magia, como
mente descritas creemos que la ausencia de pe- actos rituales o como una forma terapéutica que,
queños hoyos en el exterior de la bóveda craneal no bajo falsas premisas, intenta una curación” (Cam-
descartaría que se tratase de algún tipo de trepo- pillo op. cit.).
nema, puesto que algunas enfermedades causadas Otros investigadores, por el contrario, enfati-
por este agente, como el yaws, pueden no dejar zan la relación existente entre distintas enfermeda-
señales de esta clase (Ortner op. cit.). Teniendo en des presentes en el esqueleto y las trepanaciones.
cuenta que son los restos de un individuo adulto- El alto índice de supervivencia de los individuos
joven, sumado al lapso de tiempo necesario por trepanados muestra a las claras algún tipo de co-
una enfermedad infecciosa para afectar al sistema nocimiento terapéutico por parte de estos grupos,
esqueletario, suponemos que la forma de contac- a la vez que muchos de los cráneos trepanados evi-
to con el germen no fue venérea. En un futuro se dencian signos de fracturas o de inflamaciones en o
continuará analizando el material mediante distin- cerca del lugar intervenido. Éste bien podría ser el
tas aproximaciones (tomográficas, microscópicas) caso del individuo hallado en el sitio Carsa, ya que
con el fin de contribuir a esclarecer la historia de las la ubicación de la trepanación, en adyacencias al
treponematosis así como también su distribución orificio fistuloso, daría cuenta de una acción tera-
geográfica en la época prehispánica. péutica destinada a colaborar en la descompresión
En el caso de los restos óseos que fueron halla- del área inflamada.
dos en el Sitio Carsa, no dejan dudas sobre la pre- A modo de síntesis, coincidimos con Luis y Puc-
sencia de una trepanación. En cuanto al objetivo de ciarelli (1996) en que si bien es muy probable que la
las trepanaciones craneanas mucho se ha escrito y trepanación surgiera dentro de un contacto mági-
especulado en la antropología. Las dos hipótesis co-ritual, destinada a liberar espíritus malignos del
principales que se pueden reconocer actualmente cráneo cuando el enfermo había sufrido algún trau-
son: a) considerar a las trepanaciones como un acto matismo o injuria en esa zona, estas trepanaciones
ritual o religioso, y b) asignarle un fin terapéutico en pueden haber liberado en ciertas ocasiones coágu-
636
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)
los de sangre que ocasionaban, debido a su presión partir de un diálogo particular que se podría paran-
intracraneal, el dolor. Este alivio conseguido con gonar a la actual relación médico-paciente, y una
dicha práctica hizo que la misma desarrollara una suerte de diferenciación de rangos de importancia
gran credibilidad popular y que luego se utilizara dentro de bandas aparentemente homogéneas.
para curar distintas dolencias. Por último es de remarcar que esta práctica
La presencia de este rasgo en un entierro de no tiene antecedentes en la región patagónica y,
posibles cazadores recolectores de distribución en dado que es común en otras áreas distantes como
Patagonia centro meridional, nos lleva a ampliar la el Área Andina, nos podría sugerir vinculaciones
discusión sobre las formas de vida de esos grupos con otros grupos, lo que implicaría la existencia de
aborígenes. Esta práctica nos permitiría conjeturar una circulación importante de información, rasgos
acerca de la existencia de lazos sociales complejos y costumbres. Este tipo de hallazgos permite no
en el seno de estas comunidades de tipo banda sólo establecer patrones de morbilidad para el área
consideradas características de los cazadores reco- mencionada, sino también aportar elementos que
lectores. La posibilidad de que un individuo permita fundamentan la biodinámica de las poblaciones
que otro realice orificios en su cráneo, deja en claro amerindias.
una relación de confianza entre ambos actores, a
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638
Rastros fisiológicos y patológicos en un
resto femenino del sitio Paso del Sapo 1.
Consideraciones sobre cooperación entre
cazadores-recolectores del valle medio del Río
Chubut
Livia F. Kozameh1, Cristina Bellelli2, Oscar M. Brunás3
A B S T R A C T
Skeletal remains of an adult female exhumed in 1980 in a burial structure (“chenque”) from
the right margin of Chubut River, are presented here. Fisher (1983) excavated and described
a preliminary analysis of the remains. Later, a non calibrated AMS radiocarbon date of 830 ±
41 B.P. (AA 3855) was obtained. In this paper we make a new age adscription on the basis of
different methods and confirm the sex adscription made in 1983. Physiological, pathological and
dental patterns are described. Degenerative alterations compatible with age were identified
and evidence of diseases in several anatomical pieces suggest that the subject was unable
to move by herself. Teeth show intense and profuse damages, and the patterns associated
in the support bones indicate the alimentary and para-alimentary use of the dental pieces.
Pathologies and dental use would have been important in relation to an ill member within a
hunter-gatherer group. The severity of her condition could have obliged the group to adopt
some social mechanisms (solidarity, cooperation, reciprocity) to solve her mobility problems.
INTRODUCCIÓN
El sitio Paso del Sapo 1 (PS1) fue excavado en sigue siendo, hasta la actualidad, el único esquele-
febrero de 1980 y pocos años después A. Fisher pu- to humano recuperado a través de una excavación
blicó las características de la sepultura y del proce- arqueológica en la región.
so de su excavación, además de los resultados del
análisis del esqueleto allí exhumado (Fisher 1983)1.
Sobre la margen derecha del río Chubut, a unos
7 km (2) al SE de la localidad de Paso del Sapo (Figura
1) se ubicaron dos acumulaciones de piedra, sepa-
radas entre sí por 5 m, aproximadamente. Se trata-
ba de dos sepulturas de las conocidas como “chen-
ques” (Fisher 1983, 2005). Estas características y su
emplazamiento en la planicie de inundación del río
a pocos kilómetros de un centro poblado hacían
que ambas estructuras fueran muy visibles y justi-
ficaron la necesidad de realizar trabajos de rescate
al menos en una de ellas ya que, por información de
pobladores de la región, supimos que en sus proxi-
midades se habían registrado saqueos de sepul- Figura 1. Ubicación del sitio PS 1 en el valle medio del
turas semejantes (Fisher 1983). Por otro lado, PS1 río Chubut, a 7 km al SE de la localidad de Paso del Sapo.
1 CIC –UNR (Carrera de Investigador Científico, Universidad Nacional de Rosario).
2 CONICET – INAPL – UBA (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas – Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano – Universidad de Buenos Aires).
3 Laboratorio de Patología, Rosario - Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Rosario.
MATERIAL Y MÉTODOS
En principio se inventariaron las piezas ana- y Murphy 1990; Buikstra y Ubelaker 1994).
tómicas del resto esqueletal. En el cuadro 1 se las Los métodos utilizados para examinar todo el
detalla y también se incluyen su estado de preser- esqueleto y el aparato masticatorio fueron análisis
vación y los rastros fisiológicos y patológicos de macroscópico directo con luz natural, lupa binocu-
interés relevados en cada porción anatómica. Si lar, radiología convencional y tomográfica.
bien no corresponde incluir esa índole de datos en Se practicó examen anatomopatológico del
tal listado, se decidió incorporarlos con el propósito hueso sacro. La metodología específica empleada
de no segmentar la información. para tal estudio consistió en realizar tomas de dos
Para las estimaciones de edad en el momento zonas interpretadas macroscópicamente como re-
de la muerte y de sexo se utilizaron los elementos presentativas de las alteraciones óseas visualiza-
diagnósticos corrientes para este tipo de análisis. das. Las muestras fueron primeramente hidratadas
La estimación etárea se realizó por el método de y luego colocadas en diferentes concentraciones de
la Superficie Auricular del ilium ilion (Lovejoy et al. soluciones ácidas (experiencia personal, O.M.B.4)
1985) y por el Método de las Suturas Ectocranenas (Rosai 2004). El material alcanzó así una consisten-
(Meindl y Lovejoy 1985). Para estimar el sexo cia adecuada para efectuar cortes con micrótomo
probable se tomaron en cuenta los rasgos para estudio histológico, previo proceso de inclu-
anatómicos de la región subpúbica (Buikstra y sión en parafina, utilizando técnicas de rutina. Se
Mielke 1985). Se analizaron las articulaciones evaluaron al microscopio muestras de 5 micras de
en búsqueda de presencia o ausencia de rastros grosor, coloreadas con hematoxilina eosina.
indicadores de alteraciones degenerativas, de En el aparato masticatorio se llevó a cabo un es-
osteofitosis en la columna vertebral, de fracturas y tudio pormenorizado tendiente a registrar indica-
de patologías óseas (Ortner y Putschar 1981; Mann dores de diversos usos de la dentadura, alteracio-
640
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1
PIEZA ÓSEA
N OBSERVACIONES
VÉRTEBRAS
Atlas 1 Fragmentada, presentes facetas articulares con axis pero no con cóndilos occipitales
Sólo una entera. Se advierten importantes rebordes (lipping) en los cuerpos vertebrales y
Lumbares 4
alteraciones en las superficies articulares
nes en el patrón masticatorio, desgastes, PDAM5, óseas de los huesos de sostén. En el análisis denta-
patologías nutricionales, cariosas, alveolares y rio se usaron, además, sondas calibradas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
642
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1
Desgaste instrumental
En este Individuo se hallan presentes numerosos
rasgos que indicarían uso instrumental del aparato
masticatorio. Los rasgos característicos menciona-
bles son: desgastes dentarios en distintas direccio-
nes, pérdidas prematuras de piezas dentarias ante-
riores, evidente función de reemplazo de las piezas
ausentes por las contiguas remanentes (éste es el
caso del CSD que funcionó como pieza anterior en
reemplazo de los incisivos) y corrimiento de la sutu- Figura 7. Las piezas de los sectores laterales superiores
ra media palatina hacia el lado de pérdidas denta- fueron perdidas in vitam, excepto el M3SD. En ambas
piezas remanentes las cámaras están expuestas por
rias más tempranas. En la figura 6 se advierte que
el intenso desgaste. El canino superior derecho (CSD)
la sutura maxilar media sagital se halla desplazada funcionó como incisivo compensando la ausencia de
hacia el sector derecho. Perdió in vitam todas las piezas anteriores. Su forma oclusal es convexa compro-
piezas anteriores, con excepción de los caninos. El metiendo la raíz.
derecho se halla emplazado y el izquierdo se perdió
post mortem.
644
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1
CONSIDERACIONES FINALES
Los resultados de los estudios practicados al tienen que haber sido importantes para permitirle
esqueleto de PS 1 nos habilitan para hipotetizar llegar a avanzada edad a pesar de las dificultades
sobre las dificultades que las lesiones reseñadas le que experimentó durante buena parte de su vida9.
habrían causado en sus últimos años de vida y las La información aquí presentada nos conduce a
respuestas que su grupo de pertenencia habría im- pensar en cómo habría influido la presencia de una
plementado para contrarrestar su invalidez ambu- persona con sus capacidades motoras disminui-
latoria. das en la movilidad del grupo y en los mecanismos
El espolón del cálcaneo derecho pudo ser resul- sociales que pudieran haber implementado para
tado de largas caminatas por terreno dificultoso, resolver este desafío. Para la época en que esta
posiblemente con carga, y descalza o con mínima persona vivió se registra un intenso uso del espacio
protección en los pies8. Se trata de lesiones trau- en el valle de Piedra Parada y hay evidencia de am-
máticas repetidas a lo largo de su vida que fueron plias redes de interacción, manifestadas en estos
progresivamente invalidantes debido al fuerte do- momentos por el uso, en sitios contemporáneos,
lor que producen. La casuística médica indica que de obsidiana proveniente de la Meseta de Somun-
este tipo de patología ósea plantar produce grados cura y madera de Nothofagus cfr. de los Bosques
variables de dolor, en ocasiones de gran intensidad. Subandinos (Bellelli et al. 2006; Marconetto 2002).
Si bien la sensibilidad al dolor es diferente en cada Estas redes se pudieron haber sostenido por medio
individuo, la magnitud de la lesión de este caso en de relaciones de intercambio que no implicaban el
particular, sugeriría un nivel importante de sintoma- desplazamiento a grandes distancias de todo un
tología. Como consecuencia de ello, la prolongada grupo social.
inmovilidad a la que habria estado sometido el indi- Para este caso, entonces, se puede pensar en
viduo podria haber originado escaras de evolución que el grupo disponía de mecanismos para sostener
variable, que comprometieron por contigüidad al esta situación, que pudieron haber incluido la per-
hueso sacro. manencia de algunos de sus miembros en el mismo
Por lo demás, su estado de salud general era lugar durante lapsos más prolongados, en el marco
bueno y apenas había comenzado a desarrollarse de una estrategia de tipo logística, o bien despla-
una artrosis de cadera. Por lo tanto, conservó la zamientos más cortos de todo el grupo. No exclui-
movilidad del resto del cuerpo, lo que le permiti- mos la posibilidad de que también se pueden haber
ría alimentarse por sus propios medios y también dado desplazamientos a grandes distancias ya que
realizar trabajos del tipo que sugieren los desgastes hay varios factores que nos llevan a pensar en que
instrumentales registrados en las piezas dentarias los problemas del traslado podían solucionarse sa-
presentes y que fueron descriptas en el punto an- tisfactoriamente a través de la implementación de
terior. tecnologías de transporte, dado que las materias
Durante todo el largo proceso descrito recibió primas para su construcción estaban disponibles en
alimentación y se proveyeron sus necesidades más el valle y las técnicas de trabajo del cuero y de las
básicas, además de brindarle la ayuda necesaria en fibras vegetales eran ampliamente conocidas y uti-
los traslados del grupo. Estos cuidados y atención lizadas. Por otro lado, el transporte de esta persona
se habría visto facilitado por su posible escasa cor- papel productivo para su grupo de pertenencia. Los
pulencia a deducir de sus restos óseos, porque los mecanismos que pueden explicar esta situación se-
mismos no son densos ni pesados, su estatura era rían los de cooperación y solidaridad manifestados
de poco más de 1,60 m y, por otro lado, los caza- en el cuidado que le dieron durante su vida y que se
dores no tenían habitualmente reservas orgánicas continuó luego de la muerte al disponer su cuerpo
lipídicas. Sin ayuda externa, esta persona no podría cuidadosamente en una tumba ubicada en un lugar
haber tenido una vida tan prolongada, en relativo protegido y en un espacio ritualizado por la presen-
buen estado de salud y cumpliendo, además, un cia de sepulturas del mismo tipo.
AGRADECIMIENTOS
A Alfredo Fisher por haber sido partícipe de este trabajo en sus inicios y por haber aportado trabajo
e ideas, muchas de las cuales están expuestas acá. A Rafael Goñi que amablemente gestionó y financió
el fechado radiocarbónico a través de un Proyecto UBACyT, por lo que le agradecemos la posibilidad de
publicarlo. A Leandro Luna por la bibliografía que nos facilitó y por sus generosos comentarios. A Gala
Decima Kozameh por la producción fotográfica y a Carlos Manuel López por el diseño y ejecución del
poster exhibido en oportunidad de las VII Jornadas de Arqueología de Patagonia. A Vivian Scheinsohn por
corregir el resumen en inglés. Finalmente, al evaluador anónimo que contribuyó muchísimo a la mejor
presentación de nuestras ideas.
NOTAS
1
. La excavación fue realizada por Nacuzzi y Fisher durante la segunda campaña al área de Piedra
Parada en el marco del Proyecto de Rescate del Patrimonio Arqueológico de la Provincia del Chubut (As-
chero et al. 1983). Los restos esqueletales están en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano (INAPL), Buenos Aires, y el inventario hecho inmediatamente después de la excavación
fue enviado a la entonces Dirección de Cultura de la Provincia del Chubut.
2
. En la publicación de 1983 se dice que entre el sitio y el poblado de Paso del Sapo la distancia era de
5 km. Posteriormente Fisher reevaluó esta dato en un informe manuscrito de 2005 que gentilmente nos
facilitara (Fisher 1983, 2005).
3
. Fisher señala que “… su longitud máxima /del fémur derecho/ es de 45,3 cm y, aplicando la fórmula
de Genovés (1967:76), corresponde a una estatura en vivo de 164,57 cm 3,816.” (Fisher 1983: 81).
4
. No existe una dosis definida para estos procedimientos, por lo tanto para cada muestra es necesario
encontrar las dosis adecuadas.
5
. Pérdida de dientes antemortem
6
. Hemos señalado al inicio del trabajo que nuestros análisis indicaron que la edad al momento de la
muerte fue mayor de 45 años.
7
. Sarro.
8
. En varios contextos arqueológicos del área fueron recuperados artefactos de fibras vegetales con
forma de “plantillas”, posiblemente utilizadas dentro de algún tipo de calzado de cuero.
9
. Un caso semejante en el que también la cooperación del grupo en el cuidado de uno de sus miem-
bros discapacitado permitió una vida más larga que la esperada se presenta en Hawkey 1998. En la pro-
vincia de La Pampa, Luna et al. (2008) recientemente han planteado hipótesis de cuidado de una persona
afectada de cáncer en el sitio Chenque I.
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646
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1
648
Estudio de rastros funcionales en la estructura
ósea de los miembros superiores en tres
poblaciones de cazadores-recolectores
prehistóricos
Livia Kozameh1, Manuel López2 y Nora Testa3
A B S T R A C T
Humans are exposed to diverse environmental and cultural pressures. Diet, diseases and the
activities carried out daily modify organisms leaving traces in the skeletons; thus skeletal analysis
becomes fundamental as an information source in adaptative studies. A functional comparative
analysis of the anatomical and biomechanical traces located in the scapular waist and the upper
limbs was performed on human remains exhumed in archeological contexts from two populations
of prehistoric hunter-gatherers (from Isla Grande de Tierra del Fuego and from the south of Entre
Ríos province). The methodology consisted in macrocospic observations and measurements of
the insertion areas of the principal muscular groups that control the upper limbs. Only in one
sample (Entre Ríos), evidences of a significant development of the muscular insertions in the
mentioned areas were found. This would show that specific actions and differential movements,
possibly related to the particular subsistence activities were carried out by each studied group.
INTRODUCCIÓN
A lo largo de su vida, los seres humanos están acordes a su uso, por lo que son pasibles de ser
expuestos a diversos entornos y presiones ambien- analizadas a fin de establecer la relación de fuerza
tales y culturales. La dieta, el estado de salud, las entre sus distintos componentes. Las presiones y
enfermedades y las actividades realizadas en la vida tracciones que actúan sobre las estructuras óseas
cotidiana, modifican el organismo dejando huellas, durante la ontogenia exacerban esas marcas.
en numerosos casos, en los esqueletos. El análisis Estos marcadores de estrés ocupacional refle-
esqueletal, es una fuente de información que pue- jan una tensión aguda y prolongada causada por
de colaborar en la comprensión del comportamien- la acción muscular que produce alteraciones en la
to humano en los estudios adaptativos. superficie del hueso. Con el fin de resistir la tensión,
Las inserciones musculares, en la mayor parte el hueso expande su estructura para disminuir o
de los músculos esqueléticos, tienen sus orígenes disipar esa fuerza, y estos cambios producen cam-
primarios en huesos separados y por lo tanto cru- bios morfológicos observables en forma de bordes,
zan articulaciones. El origen de un músculo es su in- hoyos, arrugas o exostosis. A diferencia de los cam-
serción más proximal -denominada origen- que es bios óseos producto de una patología, los marca-
aquella que permanece fija durante el movimiento dores de estrés músculo–esquelético se distinguen
principal que el músculo produce. La inserción es e identifican como cambios en la dimensión del
la fijación más distal y usualmente la parte que se hueso que están presentes sólo en sitios de inser-
mueve (Latarjet 1998). ción muscular, y son cambios aislados y de natura-
Estas inserciones se ubican en el periostio leza no aleatoria (Niño 2005).
-membrana que recubre el hueso y dejan marcas Tales cambios incluyen la reorientación de zo-
nas y áreas del hueso. Cuando el límite de plasti- titivos. Estos movimientos, al efectuarse cotidia-
cidad ósea se excede, el hueso no puede recobrar namente, producirían un paulatino aumento de la
su forma original modificando, en consecuencia, su masa muscular con la consecuente remodelación
estructura. Esta observación, conocida como ley de ósea del periostio en las áreas de tales inserciones
transformación de Wolf señala que: “Cada cambio musculares. Kennedy (1989:135) define el esfuerzo
en la forma y la función del hueso o sólo de su fun- como “fuerza mutua o acción entre superficies con-
ción, es seguida por ciertos cambios definidos en su tiguas del cuerpo causadas por fuerzas externas”.
arquitectura interna e igualmente alteraciones se- El estiramiento es la deformación de una estruc-
cundarias definidas en su conformación externa de tura en respuesta a cargas externas y se relaciona
acuerdo con leyes matemáticas” (Wolf 1892:116). con las contracciones musculares, dentro de estos
De esta manera el hueso, como tejido vivo, se se reconocen el cambio en la longitud y cambios en
modifica dónde y cuándo lo necesita; es decir, se las relaciones angulares dentro de la estructura.
fortalece de ser necesario y se reduce donde no lo La formación de marcadores ocupacionales
es. de esfuerzo corresponde a respuestas del hueso
El postulado de Wolff describe la respuesta ósea a estas dos demandas, la del estiramiento y la del
a las fuerzas mecánicas en el lugar donde se produ- esfuerzo. Al principio, el tejido muscular muestra
ce la remodelación ósea, ubicándose en áreas sub- elasticidad regresando a su forma original pero, si
condrales bien vascularizadas para resistir el estrés. esta carga se realiza de manera constante, la de-
En este proceso se producen remodelaciones como formación será permanente haciendo visibles las
osteofitos, excrecencias y exostosis que expanden respuestas (Niño 2005).
la superficie del hueso con el objeto de que la pre- Es por ello que estas remodelaciones son con-
sión sea repartida de manera más uniforme (Niño secuencias de intensos usos musculares dirigidos
op. cit.). casi siempre en un sentido dinámico particular, re-
Estos cambios, cuando se producen en forma velando en consecuencia la dirección de movimien-
severa y prolongada en el tiempo, dejan marcas de tos efectuados con mayor asiduidad, lo que podría
estrés ocupacional observables macroscópicamen- sugerir el tipo de movimientos empleado para lle-
te. Otra alteración la constituye la influencia direc- gar a “hipertrofiar” el músculo referido.
ta sobre los músculos en el lugar donde se unen Es importante señalar que estos marcado-
dos superficies articulares; la compresión además res pueden verse afectados por distintos factores
de estimular el crecimiento óseo puede provocar como la edad, sexo y estado nutricional. Respecto
un reabsorción ósea si la presión es excesiva o se de la edad podemos ver como los marcadores mus-
ve afectado el suministro de sangre. Estos factores culares se hacen mas evidentes cuando el hueso
producen habitualmente crestas, elevaciones, fo- termina de crecer, es decir a mayor edad mayor
sas observables en los lugares de inserción muscu- remodelación, debido a que ha soportado más ten-
lar. La tensión incrementa la osteogénesis debajo sión durante mayor tiempo que los individuos jóve-
del músculo, produciendo una elevación en el área nes (Kennedy 1989).
de inserción que extiende el tejido conectivo direc- El sexo influye notoriamente en la diferencia-
tamente dentro del hueso. Estas fibras son recu- ción de actividades dentro de una población por lo
biertas por depósitos de hueso nuevo (Hernández que es esperable encontrar marcadores de estrés
2006). distintos para cada uno de acuerdo a la organiza-
La ley de Wolff constituye un acercamiento ha- ción socio-económica de los grupos bajo estudio.
cia el entendimiento de los cambios fenotípicos Por último, sería posible que el estado nutricio-
del hueso, pero hoy en día sabemos que la presión nal influyera en el desarrollo músculo esqueletal.
directa sobre el músculo está relacionada más con Las deficiencias nutricionales claramente identifi-
una recesión endosteal asociada que con una apo- cables por numerosos parámetros deben, sin du-
sición de hueso nuevo (Halsey 1997; Hawkey y Mer- das, influir en el desarrollo músculo-esqueletal.
bs 1995, citado en Hernández 2006) Las numerosas observaciones de restos óseos
Los movimientos del cuerpo que demandan de distintas poblaciones nos permitieron advertir
determinada fuerza y resistencia no son realizados diferencias entre las mismas áreas donde insertan
por un solo músculo sino por varios conjuntos mus- grupos musculares. Tales observaciones conduje-
culares de los cuales uno de ellos es el que soporta ron a suponer que debieron existir distintos reque-
la mayor carga. Cuando una actividad demanda rimientos funcionales durante la ontogenia de los
más a un grupo muscular que a otro, se genera una individuos cuyos restos conforman esas diferentes
“hipertrofia” en el músculo que soporta la mayor muestras.
presión, evidenciando un desarrollo en el volumen En este caso se presentan las inserciones de la
muscular que se alcanza por movimientos repe- cintura escapular y articulación escápulo humeral.
650
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos
Esta porción anatómica fue seleccionada por ser la génesis no es monocausal por lo tanto es casi impo-
de mayor movilidad en el cuerpo humano y produ- sible asignar un rastro a una actividad determinada.
ce casi todas las variantes músculo esqueléticas. Esto mismo ocurre con las inserciones musculares
A los efectos del presente estudio fueron se- y los daños articulares. Podemos preguntarnos si
leccionadas ciertas áreas de inserciones descar- ambos rastros son inevitablemente concomitan-
tándose otras por diferentes obstáculos de orden tes, si la presencia de uno elimina o condiciona la
técnico. presencia de otro o bien si funcionan en forma in-
Uno de ellos es la reducida visibilidad producida dependiente. Nuestro propósito, con el apoyo con-
por los procesos de meteorización que suelen sufrir textual que nos brinda la arqueología, es estimar
los restos. los posibles movimientos que generó la demanda
Al postular nuestros objetivos debemos dejar diaria de sus actividades más frecuentes
en claro que los rastros óseos son numerosos y su
MATERIAL Y MÉTODO
Ubicación geográfica
La metodología aplicada consistió en observa-
ciones macroscópicas de las áreas donde insertan
los principales grupos musculares de la cintura es-
capular y de la articulación escápulo-humeral. La
muestra que ha servido para la realización de esta
trabajo esta compuesta por las siguientes piezas
óseas.
El individuo BV1 ha sido datado por el método
de carbono 14 dando como resultado un antigüe-
dad de 1468 ± 48 años AP (Zangrando et al. 2008)
(Tabla 1).
El individuo CL 10 obtuvo una datación de 730 ±
PROVINCIA DE ENTRE RÍOS
70 C14 AP (LP 1711 Acosta A. 2007) (Tabla 1).
BAHIA VALENTIN
CRONOLO- REFE-
SIGLADO SEXO EDAD
GÍA RENCIA
Adulto 1468 ± 48
BV 1 Masculino
Maduro años AP
BV1
Adulto
BV 2 Masculino
Maduro
- BV 2
Adulto
BV 3 Masculino
Maduro
- BV 3
Adulto
BV 4 Masculino
Maduro
- BV 4
Adulto
BV 5 Masculino
Joven
- BV 5
CANAL BEAGLE
Adulto
CH 95 Masculino
Maduro
- CH 95
CERRO LUTZ
Adulto 730 ± 70
CL 10 Masculino
Maduro años AP
CL 10
Adulto
CL 1 Masculino
Maduro
- CL 1
Adulto
CL 14 Masculino
Maduro
- CL 14
Adulto
CL 6 Masculino
Maduro
- CL 6
Adulto
CL 4 Masculino
Maduro
- CL 4
Tabla 1.
Basamos nuestras observaciones en los crite- no de la corredera bicipital del húmero. Tiene como
rios propuestos por Hawkey y Merbs (1995) quienes acción el descenso de la cintura escápulo humeral.
presentaron un sistema visual cualitativo que agru- Por último, el trapecio inserta entre la espina de la
pa los marcadores en tres categorías: robustez, de- escápula y tercio distal de la clavícula. Su función es
fectos corticales (o lesiones de tensión) y exostosis la de elevar y descender la cintura escápulo hume-
osificadas en las zonas de origen e inserción mus- ral y darle estabilidad al raquis dorsal.
cular. Se codificó la alteración a nivel de inserción
muscular siguiendo la categorización que varia de
0 a 3, según el siguiente orden: 0 = Ausente, 1 =
Suave, 2 = Moderado, 3 = Fuerte (Hawkey y Merbs
1995) (Tabla 2).
Material óseo
El material óseo de la siguiente muestra consis-
te en la cintura escapular y húmero. En cada uno de
ellos se hace referencia al área de inserción junto a
la descripción del músculo con la función que cum-
ple.
Clavículas
Músculos que insertan en la clavícula: El múscu-
lo deltoides en su porción anterior se origina en la
Foto 1. Clavículas CH 95 Clavículas tercio distal Arriba:
parte externa de la clavícula e inserta en la V deltoi-
cara posterior vista desde la inserción del trapecio Aba-
dea. Tiene como acción principal la flexión sagital y jo cara anterior: vista desde la inserción de los músculos
como secundarias la flexión horizontal, rotación in- pectoral mayor y deltoides.
terna y la abeducción. El pectoral mayor inserta en
el borde anterior de la clavícula y en el labio exter-
652
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos
Tabla 21
Foto 2. Clavícula BV 1. Clavícula derecha, tercio distal Foto 3. Clavícula Cerro Lutz. Clavícula derecha, tercio
cara superior, marcada línea de inserción de los múscu- distal cara superior, línea de inserción sumamente mar-
los trapecio y deltoides. cada de los músculos deltoides y trapecio.
Foto 4. Escápulas CH 95. Escápulas vista posterior Cate- Foto 5. Escápulas BV 1. Escápulas vista anterior
gorizadas como grado 0 en robustez lesiones de tensión Categorizadas como grado 0 en robustez, lesiones de
grado O y exostosis grado O. tensión grado 0 y exostosis grado O.
Foto 6. Escápula CL 1
654
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos
Foto 7. Escápula CL 14 - Fragmentos de escápulas: vista del proceso acromial inusualmente grande donde se inser-
tan los músculos trapecio en su borde anterior y el deltoides en su borde posterior.
Foto 11. Cinco Húmeros de Bahía Valentín. Húmeros de Bahía Valentín en sus dos tercios superiores vista anterior,
todos adultos masculinos, se observan en (2) y (5) mayor remodelación ósea. En (1) línea áspera marcada.
656
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos
DISCUSIÓN
Como ya fuera mencionado, la edad, el sexo y En cuanto a los estudios de la distribución de va-
el estado nutricional son variables relevantes en los lores de isótopos estables realizados en Tierra del
estudios realizados en anatomía funcional, razón Fuego, se ha hallado en la región del canal Beagle
por la cual este análisis está basado en una mues- una clara predominancia de recursos marinos en las
tra homogénea de individuos adultos masculinos dietas, aunque no es posible descartar en la mayor
maduros. parte de los casos el aporte de proteínas terrestres.
La información contextual devenida de los apor- En península Mitre se registra una situación inversa
tes de la Arqueología se torna fundamental para y la distribución de valores aparenta ser más homo-
este trabajo. Al respecto puede mencionarse que génea que en el canal Beagle. En términos gene-
en Kozameh (1993), Kozameh (1996), Kozameh rales, se observa una importante dependencia del
et al. (2000) y Kozameh y Testa (2004) se consig- consumo de recursos marinos complementada con
na que en Bahía Valentín, hasta el presente, no se la ingesta de proteínas terrestres. (Panarello et al.
encontraron evidencias de uso de embarcaciones. 2006)
La arqueofauna muestra presencia de pinnípedos, El sitio Cerro Lutz que se halla sobre un anti-
de lo cual se deduce que la caza y recobre de estos guo albardón asociado a un paleocauce del arroyo
animales debe haberse realizado desde la costa. Martínez, próximo a su intersección con el arroyo
Las acciones posiblemente hayan tenido como eje Sagastume Chico. Estos grupos desarrollaron un
de palanca la columna vertebral, a juzgar por las le- medio de subsistencia basado en la caza y la pesca
siones en las vértebras lumbares de los individuos en el delta del Paraná (Kozameh et al. 2007). Este
analizados. Los mismos estudios indican que las sitio esta incluido dentro de los estudios arqueoló-
articulaciones de los miembros superiores se en- gicos que están llevando a cabo el equipo de traba-
cuentran prácticamente indemnes. (Kozameh et jo del Dr. Loponte y el Dr. Acosta en el sector cen-
al. 2000; Kozameh y Testa 2003; Kozameh y Testa tro-oriental de la Región Pampeana. Esta zona de
2004) y aquí se constata que las inserciones mus- humedales asociado al río Paraná inferior y tramo
culares demuestran un marcado desarrollo en los superior del Río de la Plata muestra un registro ar-
húmeros. queológico de gran complejidad, donde algunas de
Con respecto al individuo CH95 perteneciente las propiedades estudiadas sugiere una gran con-
al grupo Yámana, pueblo canoero del Canal Beagle, centración de población humana en la zona, con
hay que destacar que a las tareas básicas comunes reducida movilidad residencial e intensificación en
de los pueblos cazadores, la confección de armas la explotación de los recursos fluviales.
y utensilios, en este grupo, se habrían agregado la
construcción y uso de canoas y remos. Estas tareas “En términos generales, este tipo de ambiente
requieren una gran exigencia en la rotación del bra- podría caracterizarse por poseer recursos fijos
zo y antebrazo, incrementando el esfuerzo sobre (agua, banco de moluscos, especies vegetales
las articulaciones y, por ende, el aumento de pato- con frutos comestibles) y de muy baja movili-
logías articulares. Las canoas serían un elemento dad (roedores como el copio y el cuis) o espa-
imprescindible para tener acceso a ciertos recursos cialmente muy predecibles (peces). Los únicos
en otras islas del archipiélago, en una región donde taxones de mayor incertidumbre espacio-tem-
el desplazamiento pedestre se dificulta. Los resul- poral, son el ciervo de los pantanos (Blastocerus
tados del análisis de patologías degenerativa de dichotomus) y el venado de las pampas (Ozoto-
las articulaciones de este individuo, indicó que los ceros bezoarticus). La disponibilidad de todas las
rastros son muy acusados en los miembros supe- presas es anual, pero existe una sustancial con-
riores, principalmente en la articulación del codo y centración de recursos fluvio-lacustre durante
fundamentalmente en el derecho (Kozameh y Tes- la época estival que aumenta su predicción.”
ta 2003; Kozameh y Testa 2004). (Loponte y Acosta, 2003).
CONSIDERACIONES FINALES
rable mayor semejanza y sin embargo difieren acu- deberíamos contar con una muestra numérica-
sadamente. Cabría pensar, entonces, que no sólo mente superior.
estaría actuando la presión ambiental sino también Creemos, sí, que este tipo de estudios permite
características hereditarias. No obstante, para lle- abrir posibilidades interpretativas en los diferentes
var a cabo este tipo de análisis con consistencia, contextos de las poblaciones bajo estudio.
ANEXO
Pescar Trepar
Durante la recuperación de la pieza se ponen Para este tipo de fuerza intervienen el músculo
en funcionamiento distintos grupos musculares trapecios y los músculos elevadores de los hombros.
en función de la forma en la que cada uno la rea- Intervienen también en la rotación de la cabeza y
liza. Pero indistintamente, los más solicitados en acercan los omóplatos entre sí. Ayudan, además, a
la mano es el cubital anterior y posterior que son levantar el tronco en el momento de trepar.
los que permite dar los “toques” al atraer la pieza.
Además todos los flexores y extensores de muñeca Aserrar
y dedos que trabajan en sinergia para mantener la En esta particular ac-
estabilidad y movilidad de la muñeca. tividad se verifica que en
los movimientos rápi-
dos que se realizan con
el miembro superior, el
músculo transversal del
abdomen se activa antes
que cualquier músculo
del brazo. Esta actividad
preprogramada de los músculos transversos del
En la mano que sostiene la cuerda actúan los abdomen permite que la pelvis se mantenga esta-
flexores de los dedos y los prono–supinadores que ble antes que se inicie el movimiento en el miem-
la mantienen asida. También colaboran de manera bro superior. También se observa, en los músculos
importante el bíceps y tríceps haciendo la flexo- de los miembros inferiores, que se activan antes del
extensión del antebrazo así como el deltoides y movimiento del brazo, lo que potencia la base de
supraespinoso que mantiene el brazo en ligera se- estabilidad sobre la que puede actuar el miembro
paración lateral. superior. Esta acción integrada de los músculos de
la pelvis, y de la pierna, antes de que tenga lugar el
Cargar movimiento del brazo, es un requisito importante
Por otro lado, al cargar pesos, los músculos para la producción de una acción coordinada en la
abdominales juegan un papel fundamental para función del miembro superior.
ayudar a la columna. No solamente los músculos
658
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos
Traccionar
Es el movimiento con el que se traslada el peso
del cuerpo de atrás hacia adelante del apoyo. Esta
es la fase de transición con la que pasamos de la
amortiguación de la caída a la impulsión del si-
guiente paso y siempre se produce, aunque es tan
rápida que resulta casi imperceptible. La eficacia de
esta acción depende del agarre que tenga la plan- nientes lo forman el dorsal, trapecio, bíceps, y bra-
ta del pie en el suelo. Si no hay adherencia, no es quirradial. El músculo dorsal se origina en las apófi-
posible traccionar. En la carrera circular la tracción sis espinosas de las seis últimas vértebras torácicas
se realiza sobre la planta del pie, manteniéndose el y se inserta en el tubérculo menor del húmero. Las
apoyo en la misma superficie. El esfuerzo de trac- funciones principales de este músculo superficial
ción lo realiza la musculatura de los isquiotibiales son, para este tipo de actividad, la de aproximar
y del glúteo. Los músculos que actúan en la exten- el brazo en la articulación del hombro, ya que es el
sión del tronco son los músculos de las correderas aductor más potente descender el brazo elevado
vertebrales (músculos paravertebrales), junto con y traccionar en dirección dorsal. Genera, además,
el músculo cuadrado lumbar, el músculo serrato la rotación medial y otras funciones, como ser, la
posteroinferior y el dorsal ancho. depresión de la cintura escapular que contribuye a
la flexión lateral del tronco y la hiperextensión de
Remar la columna.
En este tipo de actividad los músculos intervi-
AGRADECIMIENTOS
Al Sr. Leonardo Gronda por su colaboración en el estudio de los movimientos musculares. A los Dres
Acosta y Loponte por el acceso al material óseo de Cerro Lutz. A los Lic. Orquera y Piana por el acceso a
los materiales óseos de Canal Beagle. Al Evaluador de este trabajo por sus acertadas sugerencias en la
transferencia de este material
NOTAS
1
. Si bien las columnas designadas “Robutez, Defectos Corticales y Exostosis” en rigor corresponden
al acápite RESULTADO, se optó por incluir estos datos en la tabla 2 de MATERIAL Y METODO con el pro-
pósito de no dispersar la información.
BIBLIOGRAFÍA
660
Rescate del “Chenque de Cerro Guido”
Susana Morano Büchner1, Víctor Sierpe González1 y Alfredo Prieto Iglesias1
A B S T R A C T
This paper presents information about findings and dating from the site “Cemetery of
cerro Guido”; it is a “chenque” containing multiple burials found at the beginning of the
XX century. It corresponds to a multiple burial at the higher altitude (1,100 meters) known
in Chilean austral Patagonia, located in the summit of the Guido hill (Última Esperanza,
Magellan Region, Chile). Materials associated to the human bones are analyzed, as well.
INTRODUCCIÓN
Existen diversos tipos de enterratorios huma- dañinos. Nadie puede imaginar una separación
nos, utilizados por cazadores-recolectores terres- más absoluta que la de este caos expuesto a to-
tres patagónicos, uno de ellos es el denominado dos los vientos. (…) Nos enfurecemos. Todos los
chenque, definido como un cúmulo de piedras pastores son iguales. Por darle a uno un gusto
dispuestas en pila, creando una formación concén- inventan cualquier dato, con tal lujo de detalles
trica en ciertos casos, bajo las cuales los indígenas que obligan a creerlo (…)”
depositaban restos humanos, variando su tamaño
de acuerdo a la cantidad de individuos dispuestos Por otra parte, a mediados del siglo XX, Juan
en él. En la mayoría de los casos, se encuentran en Mergudic y Tomas Pavicic, ascendieron la cima del
la cumbre de cerros, con la presencia o no de algún cerro encontrando en éste una pila de piedras, la
tipo de ajuar. cual correspondería a enterratorios indígenas sa-
En la provincia de Última Esperanza, Chile, se queados anteriormente.
originó una leyenda sobre la existencia de un “ce- Más tarde en el año 1993, un grupo de arqueólo-
menterio” indígena en la cima del cerro Guido. Es- gos que trabajaba en la zona, llegó al sitio verifican-
tos relatos llevaron a Annette Laming-Emperaire, do la existencia del chenque.
a ascender el cerro, con el fin de encontrar dicho
cementerio y más tarde, negar su existencia. Características del cerro Guido
El cerro Guido se encuentra en la sierra Contre-
“La leyenda cuenta que cerca de Cerro Guido ras, ubicada en la zona nororiental de la provincia
(…), se descubrió antaño un cementerio indí- de Ultima Esperanza, Región de Magallanes y An-
gena. Esto lo sabe todo el mundo, incluso los tártica Chilena; su altura aproximada es de 1270 m.
que apenas se interesan por estas cosas; pero Su cima es la prolongación de una meseta fuerte-
nadie puede detallarnos con precisión la fecha mente inclinada hacia el este (Figura 1).
y las circunstancias del hallazgo, así como los Presenta un tipo de vegetación semiárida co-
objetos descubiertos. Tendremos que ir a cerro rrespondiente a la subregión de la estepa patagó-
Guido para informarnos. nica de Magallanes, en la cual predomina el coirón
Con qué fin los indios escogieron un sitio tan (Festuca sp.). En relación a la fauna que deambula
desolado para sus muertos? ¿De dónde venían en la meseta, podemos encontrar guanacos (Lama
aquellos? ¿Cómo transportaban hasta acá los guanicoe), ovejas (Ovis aries) y algunas aves tales
cadáveres? Es bien conocido que algunos pue- como el cóndor (Vultur griphus) y dormilona fraile
blos tratan de alejar definitivamente a sus muer- (Muscisaxicola flavinucha). Los promedios de tem-
tos, los que se transformaban en seres hostiles y peratura mínima alrededor del cerro (216 m s.n.m.)
fluctúan entre 0° C y -4° C, en verano y -10° C y -12° nanciado por el Fondo de Provisión Cultural FNDR
C en invierno, siendo este promedio más extremo 2007, del Gobierno Regional de Magallanes y An-
en la cima del cerro. tártica Chilena.
A base de todos los antecedentes recopilados Los objetivos principales de este proyecto eran
referentes al chenque del cerro Guido, a fines del el rescate de los elementos óseos humanos que
año 2007, se llevó a cabo el proyecto denominado hubieran permanecido en el lugar luego de los sa-
“Rescate de Tumbas Indígenas en Cerro Guido”, fi- queos, y la reconstrucción de la pila funeraria.
METODOLOGÍA
El ascenso al cerro se efectuó por diferentes de dentición propuesta por Ubelaker (1999). Para
sectores de éste, con el fin de encontrar una ruta el individuo adulto (N° 1), se tomó como parámetro
que demandara menor gasto de energía y tiempo. de edad la fusión del aro epifisial del cuerpo de las
Una vez en la cima, se procedió a la recolección su- vértebras de Albert y Maples (1995), que luego fue
perficial de restos óseos, además a la confección de modificado por Burns (1999). Para estimar el sexo
los dibujos de planta. Igualmente, se excavó estra- del individuo juvenil, se utilizó la medida del diá-
tigráficamente un pequeño sector intacto. metro máximo de la cabeza de fémur (Bass 1995)
El análisis de los restos óseos humanos, consis- y del húmero (Byers 2002), debido a la ausencia de
tió, en primer lugar en la determinación del NMI otros elementos óseos que presentan diformismo
(número mínimo de individuos), asignando un nú- sexual.
mero correlativo a cada individuo, empezando por Se calculó la estatura del individuo juvenil, me-
uno. Una vez realizado esto, se estimó la edad; en diante el método propuesto por Genoves (1967).
el caso de los individuos subadultos, se empleó En todos los esqueletos se observó y registró
el método de unión epifisiaria (Krogman y Iscan las patologías óseas y dentales, presentes median-
1965; Baker et al. 2005) y el método de medición te los métodos propuestos por Buikstra y Ubelaker
de la longitud ósea (Ubelaker 1999; Scheuer y Black (1994), Campillo (1993) y Mann y Murphy (1990).
2000). Debido a la ausencia de piezas dentales, con Se enviaron cinco muestras óseas humanas, para
la excepción de un individuo juvenil, que presenta- su fechado radiocarbónico, al laboratorio de la Uni-
ba algunas piezas sueltas, se empleó la cronología versidad de Uppsala, Suecia.
RESULTADOS
662
Rescate del “Chenque de Cerro Guido”
En el caso del esqueleto recuperado de la exca- corona (Figura 8). Esto debido a un déficit nutricio-
vación en el sector intacto, se trata de un individuo nal que afectó al individuo, aproximadamente a los
(Nº 4) juvenil de 17-20 años de edad, este rango está 36 meses, periodo en cual se forma esa porción de
dado por el cierre epifisiario de los huesos largos, la corona. El fechado obtenido para el individuo N°
metacarpos, metatarsos, costillas, y la fusión del 4 es de 710 ± 35 AP, sin calibrar.
aro epifisial de las vértebras, además de las piezas Los individuos N° 5, 6 y 7 corresponden a infan-
dentales encontradas. La cabeza del húmero mide tes de entre 5-6 años, 3-4 años y 1-2 años respecti-
4,2 cm este resultado indica que el género sería fe- vamente, su edad está dada por el cierre epifisiario
menino; por otra parte, la medida de la cabeza del de los huesos largos, la unión de los arcos y cuerpos
fémur fue de 4,4 cm que corresponde según tabla vertebrales y la longitud de las diáfisis de los huesos
a sexo indeterminado. Por lo tanto no se puede largos. En el caso del individuo Nº 6, además, se es-
establecer con exactitud el sexo de este individuo. timó la falta de osificación de la porción basilar del
Las medidas tomadas de las tibias, fíbula derecha, occipital, así como la medida de ésta y la osificación
fémur izquierdo y húmero izquierdo dieron una es- de las porciones laterales de este hueso. Ninguno
tatura aproximada de un metro sesenta centíme- de los esqueletos presenta patologías. De los indi-
tros, en el caso de un esqueleto masculino y de un viduos N° 6 y N° 7, se obtuvo los fechados 495 ± 35
metro cincuenta y ocho centímetros en el caso de AP y 690 ± 35 AP, respectivamente.
individuo femenino. La quinta vértebra lumbar y el El proyecto concluyó con la reconstrucción to-
sacro, presentan una anomalía en el cierre del tubo tal de la pila piedras, tal como suponemos que era
neural, conocido como espina bifida (Figura 7). Las originalmente.
vértebras lumbares presentan una desviación en el
proceso espinoso, debido a la patología de la quinta
lumbar. En referencia a las piezas dentales, el des-
gaste de estás es leve, no hay presencia de caries o
chipping. Los incisivos centrales superiores presen-
tan hipoplasia en el esmalte, las líneas horizontales
son leves y se encuentran en la primera mitad de la
664
Rescate del “Chenque de Cerro Guido”
Figura 5. Esquema del conjunto de restos óseos rescatados de acuerdo a cada individuo.
Figura 7. Quinta vértebra lumbar con espina bífida. Figura 8. Incisivo central con hipoplasia de esmalte.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN
El salvataje del legendario “cementerio” de ce- manos, se puede decir que este chenque se utili-
rro Guido, culminó con una definición del sitio en zaba para individuos adultos y subadultos. Apa-
cuanto a su posición, tamaño y características, en rentemente no habría una diferenciación en el
definitiva, puso fin a más de medio siglo de especu- tipo de enterratorio de acuerdo al rango de edad.
laciones acerca de su existencia. La presencia de otros chenques y enterratorios en
La altura en que se encuentra éste (1270 m los alrededores, como el de cerro Los Escorpiones,
s.n.m.), lo sitúan como el más alto registrado hasta hallado en el marco de este proyecto y que se en-
ahora en Patagonia Austral, y nos lleva a plantear contraba saqueado, y la pila de piedra encontrada
cuestiones acerca de la inversión diferencial de camino al cerro Guido, abre la interrogante acerca
tiempo (costo de transporte) para individuos de los de si se trató de “estaciones” hacia la cima, o de
valles cercanos y de las alturas. Además, podrían prácticas distintas y distantes en el tiempo sin rela-
indicar que los eventos funerarios se produjeron ción alguna entre sí.
en los meses de verano, tal vez no más de tres, en La abundancia de colorante en la preparación
que la cumbre del cerro se encuentra libre de nieve del depósito de a lo menos uno de los individuos (N°
(sólo entre noviembre y febrero), hoy en día. 4), es evidencia de una gran inversión en el ritual.
El chenque de cerro Guido, corresponde a un La fuerte impregnación de colorante en los huesos
enterratorio múltiple (al menos 7 individuos); el uso de este individuo podría indicar que se trataba de
de la estructura funeraria, para más de un indivi- un entierro secundario, esto apoyado conjunta-
duo, concuerda con otros chenque encontrados en mente por la disposición de los restos inhumados,
Patagonia Argentina y Chilena. que más bien se trataba de un paquete de huesos,
Las dataciones radiocarbónicas realizadas sobre el cual no mostraba correlación anatómica entre
5 de los 7 individuos, indican la persistencia del uso las piezas óseas.
del mismo por cerca de siete siglos, un caso similar Se encontró en el valle del río Baguales a unos
a este, es el del sitio Chenque I (Beron y Baffi 2004), 25 km al norte un depósito de tierras rojas que pu-
que fue utilizado durante un período comprendido dieron ser usadas como fuente de colorante, aun-
desde los 1030 AP y los 370 AP. Esta reutilización es que no se puede asegurar que esa fuera la misma.
trascendental a la hora de plantearse cuestiones En el sector más bajo del chenque se halló un
acerca de la persistencia de territorialidad. conjunto de fragmentos y microlascas de obsidiana
No se descarta el saqueo o apertura por parte de gris veteada. Se trata en su mayoría de fragmentos
los propios cazadores recolectores, sin embargo la que parecen haber sido percutidos sin plan. En al-
intervención parece ser un hecho histórico tardío, gunos casos se trata de pequeños prismas con re-
dado que se encontraron fragmentos de vidrio mo- serva de corteza en tres de sus cuatro caras que no
derno entre los escombros arrojados a los lados. pudieron tener otro fin que depositar como ajuar
Con la información obtenida de los restos hu- una materia prima considerada valiosa. Según los
666
Rescate del “Chenque de Cerro Guido”
estudios hechos por Stern y Franco (2000), este los chenques, como unidades discretas, como ya es
tipo de obsidiana provendría de la sierra Baguales, sabido (Beron et al. 2000; Goñi y Barrientos 2000),
a unos 40 km al norte del cerro Guido. encierra una historia de reutilizaciones que resul-
Finalmente el trabajo realizado en este sitio ta interesante para la cuestión de territorialidad.
permite señalar que, aunque los sitios hayan sido El análisis posterior de la obsidiana y el colorante
saqueados, siempre es posible obtener alguna in- puede indicar parte de la extensión de su territorio
formación de interés de sus restos. El contexto de o su área de influencia.
AGRADECIMIENTOS
A Hans Rohers y Juan Mergudic por su contribución con datos y material fotográfico, a Pedro Cárde-
nas, Gabriel Bahamonde, Jose M. Prieto y Francisco Busilich por trabajos en terreno, a Mateo Martinic
por correcciones y comentarios del manuscrito, a Thierry Dupradou por fotografías, Nicolás Simunovic,
Jorge Matetic, Arturo Kroger, Ciro Barría, René Vera, Manuel San Román, Flavia Morello, Claudia Baha-
monde y Fundación Cequa.
BIBLIOGRAFÍA
668
Investigaciones arqueológicas y
bioarqueológicas en el sitio Aquihueco
(Norpatagonia): nuevos resultados
Claudia Della Negra1, Paula Novellino2, S. Ivan Perez2, Adan Hajduk2 y Valeria Bernal2
A B S T R A C T
The goal of the this study is to present new findings from Aquihuecó site (Chos Malal department,
province of Neuquen, 3650 ± 70 years BP) and integrate them with those obtained previously in
order to discuss the information about the characteristics of the sample, considering the age and
sex composition, radiocarbon dates, type of burial, associated artifacts and cultural practices
(e.g. artificial cranial deformation). The burials are primary and secondary and are characterized
by the presence of red ocher, both on skeletal remains and groundstones, and shell beads, lithic
artifacts, and the existence of a direct association between groundstones and adult female
individuals. The results indicate the presence of a minimum number of 56 individuals (30 adults
and 26 subadults). Artificial cranial deformation of seudocircular type was exhibited by two adults.
The development of future research aims at studying aspects linked to the mortuary practices,
health-disease, diet and microevolutionary processes at regional level which will contribute to the
characterization of patterns of biological and cultural variation observed in Northwest Patagonia.
INTRODUCCIÓN
El sitio Aquihuecó (37º05´3,5” lat. S - 70º22´31” Gendarmería Nacional de Chos Malal, se realizó un
long. O), está situado a 500 metros de la margen nuevo rescate de restos óseos humanos, ubicados
izquierda del río Curi Leuvú, en la base del Cerro en el perfil norte de un sector superior del médano.
Negro frente al paraje homónimo, a 40 km al nor- Se detectaron cinco entierros, localizados en dos
te de la capital del departamento Chos Malal, no- niveles (I, IV, V, VI y VII) y a 30 cm por debajo, un es-
roeste de la provincia del Neuquén, Norpatagonia trato con dos entierros más (II y III). Por un lado, se
Argentina (Figura 1). En 1997, en el marco de la Ley registraron inhumaciones primarias y secundarias,
provincial 2184/96, se recibió la denuncia sobre el simples y dobles, mientras que por otro se hallaron
hallazgo de restos óseos humanos y se realizó la gran cantidad de restos óseos distribuidos en la
atención de la misma, relevando el sitio y realizan- superficie del médano por agentes naturales, fun-
do una recolección superficial en la mayor concen- damentalmente eólicos. El cálculo del NMI en esta
tración de restos óseos del médano. El conjunto de ocasión, indicó la presencia de 28 individuos: dieci-
los mismos, recuperados durante esta campaña, seis adultos y doce subadultos, la mayoría menor
está representado por un NMI de cuatro individuos: de 5 años (Della Negra y Novellino 2005).
un adulto y tres subadultos. Sobre estos restos se Los entierros primarios presentaban una orien-
realizó un fechado radiocarbónico convencional en tación este-oeste, con el cráneo hacia el oeste. Las
el LATYR en el Museo de Ciencias Naturales de La posiciones de los mismos varían entre extendido
Plata obteniendo como resultado un fechado de decúbito lateral izquierdo ó decúbito dorsal, en al-
3650 ± 70 años AP (LP-1418) (Della Negra y Nove- gunos casos, con los miembros inferiores flexiona-
llino 2005). dos, y otros en posición hiperflexionado (Della Ne-
Posteriormente, en el año 2003, a partir de gra y Novellino 2005). En algunos casos, se hallaron
una nueva denuncia realizada por la Brigada 30 de asociados a las inhumaciones, molinos y manos de
moler, depositados sobre o debajo de los entierros de talla (Della Negra y Novellino 2005). También se
o lajas sobre las cuales se apoyó el cráneo, ocre rojo registraron algunos restos zooarqueológicos que
cubriendo diversas partes esqueletales (Entierro IV, actualmente se encuentran en proceso de análisis.
de tipo secundario) y cuentas de valva (Entierro VII, Durante los años 2006-2007 se retomaron los
de tipo primario con deformación craneana artifi- trabajos de prospección y excavación en el sitio
cial). Asimismo, se registraron numerosas rocas de para profundizar nuestra comprensión acerca de
andesita de corte longitudinal trapezoidal, corte de aspectos biológicos y culturales de las poblaciones
diaclasamiento natural, distribuidas en superficie humanas de la región. Por lo tanto, el objetivo de
que habrían “caído” de su posición original cuya este trabajo es presentar los nuevos resultados de
procedencia puede ser atribuida a áreas de aflo- los hallazgos e integrarlos a los obtenidos previa-
ramientos de basaltos primarios. Sin embargo, la mente, con el fin de discutir la información referida
fuente de aprovisionamiento aún no ha sido detec- a las características de la muestra procedente del
tada. Sólo una de las rocas fue registrada estrati- sitio precerámico Aquihuecó, considerando la com-
gráficamente en posición vertical y localizada junto posición por sexo y edad, la cronología, el tipo de
al cráneo de uno de los entierros. entierro y materiales asociados, así como las prác-
Entre los materiales arqueológicos rescatados ticas culturales vinculadas a la deformación cranea-
en el sitio se hallaron numerosas cuentas de valva na artificial.
e instrumentos líticos de filo (raspadores, raede-
ras, cuchillos, instrumentos compuestos y lascas
con rastros de utilización), puntas de proyectil y
preformas; así como instrumentos de molienda
con restos de ocre rojo en los sectores de las piezas
utilizados para moler y algunos núcleos y desechos
670
Investigaciones arqueológicas y bioarqueológicas en el sitio Aquihueco (Norpatagonia): nuevos resultados
672
Investigaciones arqueológicas y bioarqueológicas en el sitio Aquihueco (Norpatagonia): nuevos resultados
Entierro XXIX: Individuo perinato ubicado por denominados XV, XVI, XVII, XVIII; XIX, XX, XXI, XXII,
encima del Individuo XIX. XXVIII, XXIX y XXX) y otro por dos entierros (XXII,
Entierro XXX: Individuo infantil entre 3 y 5 años, XXIII). En el primer grupo se destaca la presencia de
localizado sobre el entierro XXI y junto a entierro un mayor número de mujeres e infantes. La mayo-
XXVIII. ría de estos últimos se localizan sobre los individuos
A partir del análisis de la distribución espacial femeninos. Ambos grupos, forman dos líneas cur-
de los entierros en el médano, es posible delimitar vas subparalelas a los cuales se suman los entierros
dos grupos: uno conformado por 11 entierros (los no excavados hasta el momento (entierros XXIV,
XXV, XXVI y XXVII). Los dos entierros asignados al entierro XXIII (adulto mayor con deformación cra-
segundo grupo saldrían de esta alineación y mas neana).
bien cerrarían un círculo que tiene como centro al
CONSIDERACIONES FINALES
Los resultados obtenidos hasta el presente nos bre restos óseos como en algunos de los artefactos
permiten generar una serie de expectativas a nivel de molienda asociados a los entierros. En el NO de
de sitio, regional y supra-regional a ser exploradas Patagonia existen antecedentes de estos hallazgos
en el futuro. A partir de estos hallazgos se pueden con una amplia dispersión en el tiempo. Por ejem-
plantear dos hipótesis o generalizaciones que ne- plo, en GUBEVI de 1778 ± 80 AP (Dto. Minas) a 20
cesitan ser confirmadas con futuras excavaciones km de la Cordillera del Viento, en esta misma lati-
del sitio: en primera instancia, la existencia de una tud, donde se encontraron pigmentos asociados
asociación directa entre la presencia de molinos y a elementos de molienda (Della Negra 2007). Asi-
los entierros de individuos adultos femeninos, su- mismo, en restos óseos humanos de la costa del río
giriendo una diferenciación por sexo de los elemen- Limay, en el sitio Grande de 890 ± 80 AP, se detectó
tos que acompañan las inhumaciones; y en segundo ocre (Della Negra y Novellino 2002) y en un esque-
lugar, que existe una asociación entre los entierros leto recuperado en el alero El Dique en la zona de
y las rocas con diaclasamiento, probablemente re- El Chocón (Sanguinetti de Bórmida 1981). En varios
lacionadas con la demarcación y señalamiento de sitios más tardíos de la región también se encon-
la localización de los mismos. El empleo de rocas tró ocre rojo en entierros primarios y secundarios.
como demarcatorias de entierros ha sido registra- También existen varias referencias etnográficas y
do en distintos sitios arqueológicos. Por ejemplo, el hallazgo de un fragmento de cuero con un dibu-
Stroebel y Moreno realizaron exhumaciones en tú- jo en rojo hallado en el Cementerio de Caepe Malal
mulos (arqueológicos), compuestos por un número (Hajduk y Biset 1991). El empleo de cueros para re-
variable de esqueletos dispuestos en forma circu- tobar los cadáveres ha sido documentado por Mo-
lar, los que presentan grandes rocas para preservar reno (1874) en entierros localizados en las costas
los entierros (Penna 1909). de río Negro, así como en cercanías de la localidad
En líneas generales, el sitio Aquihuecó se carac- de Mercedes, en el sitio Potrero Cerrado, donde
teriza por una elevada concentración de entierros Penna menciona la exhumación de menciona la ex-
e individuos en un área reducida, por la utilización humación de entierros en dunas y con pintura roja
de elementos que identifican y demarcan su locali- (Penna 1909). Es importante determinar si la pre-
zación (i.e. piedras), así como por la segregación de sencia de ocre rojo en Aquihuecó es resultado de la
los entierros de las áreas destinadas a otras activi- aplicación de pigmentos durante el entierro o de la
dades (v. g. campamentos). A partir de estas pro- pigmentación indirecta de los restos óseos por uso
piedades planteamos como hipótesis que el sitio de cueros o tejidos pintados.
podría constituir un área formal de entierro (Golds- Los individuos recuperados hasta la actualidad
tein 1981; Pardoe 1988). Esta hipótesis necesita en el sitio corresponden a un total de 30 adultos y
ser evaluada en futuros trabajos, particularmente 26 subadultos. La tendencia hacia una mayor re-
mediante la comparación de las características de presentación de individuos femeninos adultos en
Aquihuecó con otras áreas de entierro del Holoce- relación con los masculinos es un aspecto que re-
no medio y tardío del área, de Pampa y del norte de quiere mayor investigación. El elevado porcentaje
Patagonia. El rito de la muerte se encuentra dentro de individuos subadultos, y especialmente de los
de los sucesos más solemnes y trascendentales de menores de 5 años, es consistente con el perfil de
la vida de una comunidad tradicional (Winter y Su- mortalidad observado en otras muestras de caza-
til 1997). Los cementerios arqueológicos, en tanto dores recolectores (Blakely 1971; Ubelaker 1974).
expresión directa de antiguos ritos, cobran una do- El empleo de diversos criterios y métodos para la
ble importancia al ser escenario de comunicación estimación del sexo de los individuos subadultos
con lo sobrenatural y modelo de representación de contribuirá a obtener un perfil de sexo y edad de la
una visión del mundo (Winter y Sutil 1997). En este muestra de mayor resolución. Asimismo, la exten-
sentido la profundización del conocimiento del sión de las excavaciones permitirá la obtención de
contexto sociocultural en el área permitirá ampliar un tamaño mayor de entierros con el fin de confir-
nuestro panorama. mar la tendencia del perfil de mortalidad observa-
Otro aspecto a destacar es la presencia de ocre do hasta el presente en el sitio.
rojo en los entierros hallados en este sitio, tanto so- Finalmente, los análisis efectuados indican la
674
Investigaciones arqueológicas y bioarqueológicas en el sitio Aquihueco (Norpatagonia): nuevos resultados
presencia en Aquihuecó de individuos con defor- años AP, subrayando el nivel supra-regional de la
mación craneana artificial correspondiente a la distribución de estos rasgos culturales. Sin embar-
variedad seudocircular, observada en un individuo go, es necesario evaluar la similitud morfológica de
femenino y otro masculino excavados en la cam- las deformaciones de las muestras procedentes del
paña 2007, y a la circular, observada en un indivi- Holoceno medio y tardío de Pampa y Patagonia.
duo femenino recuperado en la campaña 2003, así El análisis del sitio Aquihuecó se enmarca, por
como de varios individuos sin deformación. Pode- una parte, en un proyecto de estudio regional del
mos señalar que si los distintos entierros corres- Valle del Curi Leuvú (CONICET-PIP 6232) en el que
ponden a un mismo rango cronológico, la presen- consideramos la relevancia del estudio general de
cia de individuos con y sin deformación craneana la vida de un grupo considerando conjuntamente
podrían ser el resultado tanto de diferencias dentro aspectos económicos, de subsistencia, así como la
de un grupo debidas a factores sociales (v. g. jerar- frecuencia y variación de las practicas mortuorias
quía) como de la coexistencia de dos grupos en un en tanto expresiones de carácter simbólico dentro
mismo espacio (Torres-Ruff 2002; Gallareta 2005). de una sociedad (Binford 1972). Por otra, en un pro-
En caso contrario, la variabilidad observada podría yecto más general orientado a estudiar la variación
ser atribuida a diferencias cronológicas (Bernal et espacial y temporal en las prácticas mortuorias en
al. 2008). Actualmente, se encuentran en etapa de el Noroeste de Patagonia, a evaluar los patrones de
procesamiento muestras destinadas a obtener fe- salud y dieta de estas poblaciones y los procesos
chados radiocarbónicos que nos permitirán evaluar microevolutivos que habrían dado origen al patrón
estas hipótesis. Asimismo, las deformaciones en- de variación biológica observado en la región. En
contradas en Aquihuecó tienen una frecuencia ele- este sentido, los resultados del presente trabajo
vada en muestras fechadas en ca. 3000-3500 años constituyen una primera aproximación a estas pro-
AP procedentes de sitios de la desembocadura del blemáticas contribuyendo al estudio de las pobla-
Río Negro (Perez 2006; Bernal et al. 2008) y del Su- ciones humanas del NO de Patagonia (Della Negra
deste de la Región Pampeana (Perez 2006). Nues- et al. 2008) y regiones adyacentes durante el Holo-
tros resultados amplían la distribución geográfica ceno tardío.
de estas deformaciones durante ca. 3000-4000
AGRADECIMENTOS
En primer lugar a quienes en sucesivas ocasiones se preocuparon por la preservación del sitio, Fa-
milia Mendez (Juan Luis Mendez y su hermano José Alejandro Mendez que día a día vigilan el lugar), Sr.
Ruperto Hesler, Mariana Donadio, y muy especialmente al escuadrón 30 de Gendarmería de Chos Malal.
Un agradecimiento especial a Silvia Domínguez y Liliana Martinez quienes colaboraron en las sucesivas
tareas de campo. A Damián Gonzales, Mario Florez, Patricio Gonzales, Argentino Gonzales y Osvaldo
Gonzales. A la Municipalidad de Tricao Malal por su permanente colaboración, especialmente a través del
intendente Ramón Elpidio Aguirre, así como a las sucesivas directoras de Cultura de la zona por su interés
permanente y heredado por el sitio. A don Juan Freyre y a Blas Eloy Lopez Cerero por sus recomendacio-
nes para proteger el sitio.
Los trabajos realizados en este sitio se desarrollaron con fondos provenientes de la Subsecretaría de
Cultura de la provincia del Neuquén y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
(PIP 6232).
BIBLIOGRAFÍA
676
Comunicaciones
Estudios Arqueofaunísticos
Los conjuntos arqueofaunísticos de los
sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja)
y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta),
Provincia de Santa Cruz
Alejandra Cecilia Aragone`
A B S T R A C T
This paper is part of a project that proposes that the human peopling in central-southern Patagonia
in the Late Holocene took place during a climatic period characterised mainly by a descent in
the humidity levels. Our main goal here consists to evaluate, through the archaeofaunistical
evidence, the differential use of two archaeological sites located in different environments
in Santa Cruz: the high plateau of Cerro Pampa and the lower basin of Lago Posadas. Both sites
present environmental differences and are situated close in space and have late Holocene
chronologies. We intend to consider the faunal record found in both sites in order to evaluate
aspects of exploitation in each environment. We expect to find variability in the archaeological
record especially in the species present and the consumption habits. We suggest that Cerro
Pampa is mainly characterized by seasonal occupancies whereas the lower basin of Posadas is
distinguished by a diversified - residential use. To follow this purpose we consider the materials
found in excavations and in superficial recoveries. We analyse the faunal variability, the skeletal parts
present, the cultural and natural marks as well as the weathering process in both environments.
INTRODUCCIÓN
El tema central de este trabajo se refiere al aná- Cerro Pampa (parapetos de Pampa del Asador) (Fi-
lisis del registro óseo relevado en dos localidades gura 1).
del centro oeste de la provincia de Santa Cruz y su El poblamiento humano durante el Holoceno
evaluación en términos comparativos. Se tendrá en tardío en Patagonia centro-meridional tuvo lugar
cuenta una perspectiva regional para evaluar el uso en momentos climáticos en los que se produjeron
del espacio y los recursos asociados en ambientes descensos y ascensos en los niveles de humedad
y sectores altitudinales diferentes de Patagonia (Stine y Stine 1990; Stine 1994; Gilli et al. 2001). En
centro-meridional. Se aportarán también datos Patagonia el agua es un recurso crítico, de modo
que sumen a la discusión acerca del uso diferencial que los cambios en los niveles de humedad habrían
de las cuencas bajas lacustres y las mesetas altas a provocado que las cuencas lacustres actuaran como
escala regional. concentradoras de poblaciones humanas (Goñi et
Nuestro interés reside en caracterizar el uso del al. 2005). Estos cambios ambientales habrían afec-
espacio y los aspectos de la subsistencia durante tado los patrones de movilidad y el tamaño de las
condiciones climático/ambientales específicas del poblaciones cazadoras-recolectoras. Como conse-
Holoceno tardío, en dos localidades arqueológicas cuencia de la reducción de la movilidad, los recur-
de Patagonia centro-meridional. Una localizada sos básicos de leña, agua y reparo se obtendrían en
en tierras bajas del área del Lago Posadas (con- rangos de acción más cercanos a los campamentos
formada por los sitios Médanos del Lago Posadas estables.
y Península Posadas 1) y otra en tierras altas, en el La elección de los ambientes se habría realizado
Aragone 679
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
ÁREAS DE ESTUDIO
2007). Por otro lado, el sitio Cerro Pampa 2 sector 2. Área del lago Posadas
c (CP2c) está compuesto por un grupo de parape-
tos con evidencias de reutilización en la actualidad 2.1 Aspectos ambientales
(restos de metales y botellas de vidrio). También El área que comprende los lagos Posadas-Puey-
presentan material faunístico y abundante mate- rredón-Salitroso (Figura 3), se localiza a 47º30’37’’ S
rial lítico en superficie y estratigrafía (Rindel et al. y 71º46’26’’ W dentro del Distrito Patagónico Occi-
2007). Los fechados radiocarbónicos realizados en dental de la Provincia Patagónica (Cabrera y Willink
los materiales provenientes de las estructuras de 1980) y presenta un ambiente de estepa arbustiva.
piedra presentan cronologías correspondientes al Se caracteriza por la presencia de especies anima-
Holoceno tardío, que van del 2010 ± 50 al 170 ± 40 les como el guanaco (Lama guanicoe), carnívoros
años AP (Goñi 2000-2002). como el zorro gris y el colorado (Pseudalopex gri-
seus y P. culpaeus), puma (Felis concolor) y roedo-
res como el tucu-tuco (Ctenomys sp.), armadillos
(Chaethophractus villosus, Zaedyus pichiy) y aves
como patos (Anatidae sp.), cauquenes (Chloephaga
picta), macáes (Podicipedidae sp.) y ñandú petiso o
choique (Pterocnemia pennata). Las especies vege-
tales son la mata negra (Verbena tridens), calafate
(Berberis buxifolia), coirones (Festuca sp.) y molle
(Schinnus polygamust). Esta área también posee
abundante agua, leña, reparo e inviernos benignos
debido a su baja altura sobre el nivel del mar (100
m s.n.m.).
Figura 3. Área de los Lagos Posadas-Pueyrredón-Salitroso y localización de los sitios.Referencias: MLP: Médanos
del Lago Posadas, PP1: Península Posadas 1.
Aragone 681
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
dos: Médanos Lago Posadas (MLP), formado por forma de médanos, presenta el material faunístico
un grupo de cuatro hoyadas, localizado dentro de considerado en este trabajo, junto con el material
la geoforma de médanos y presenta material fau- lítico (Re 2006; Aragone 2007).
nístico y lítico en superficie y en estratigrafía (Re Los fechados radiocarbónicos efectuados en
2006; Aragone 2007). esta área presentan cronologías que corresponden
Por otro lado, el sitio denominado Península al Holoceno tardío, con fechas que van del 560 ± 90
Posadas 1 (PP1), también ubicado dentro de la geo- al 770 ± 30 (Goñi 2000-20002).
ANTECEDENTES
Los trabajos paleoclimáticos otorgan el contex- Salitroso se han considerado los aspectos bioan-
to paleoambiental que enmarca este trabajo (Sti- tropológicos de los entierros humanos, tanto en
ne y Stine 1990; González 1992; Stine 1994, 2000; chenques como en nichos (Goñi y Barrientos 2000,
Gilli et al. 2001). Los estudios en la cuenca del lago 2004; Bernal et al. 2004; Zangrando et al. 2004,
Cardiel realizados por Stine (1994, 2000) plantean entre otros), así como los hallazgos de materiales
una alternancia entre períodos secos y húmedos arqueológicos en sitios a cielo abierto (Goñi 2000;
con correlato en las transgresiones y regresiones Goñi et al. 2000-2002; Cassiodoro 2001; Aragone
del lago. Se ha postulado un pico de mayor sequía et al. 2004; Cassiodoro et al. 2004). Los fechados
hacia los 990 años AP, denominado Anomalía Cli- radiocarbónicos hasta la fecha se distribuyen en
mática Medieval (ACM), que produjo la confor- dos bloques temporales: uno desde los 2778 a 2153
mación de un nuevo paisaje a escala regional. Los años AP y otro de los 1172 a los 306 años AP (Goñi y
cambios ambientales también trajeron aparejados Barrientos 2004).
descensos en los niveles de humedad y aumentos En el sector oeste de la cuenca se relevó una se-
en las temperaturas (Stine 1994). De este modo, rie de concentraciones superficiales en médanos,
se habría alterado la distribución de los recursos, similares a las halladas en el sector este, así como la
modificándose los desplazamientos de los grupos presencia de artefactos de molienda como manos,
cazadores-recolectores. molinos y tiestos cerámicos (Aragone et al. 2004;
Por otro lado, para los antecedentes referidos a Cassiodoro et al. 2004; Re 2006; Aragone 2007). En
los trabajos realizados en parapetos de caza, conta- este sector se ha registrado una baja frecuencia de
mos con la información provista por Perito Moreno estructuras funerarias (Goñi et al. 2004) y destaca
(1873) y Claraz (1988), quienes describen estas es- además la correspondencia cronológica entre los
tructuras. Autores como Carlos Gradín (1959/1960a diferentes sitios que integran esta área. Las evi-
y b, 1971, 1976, 1996 y 1997) y García y Pérez de Mi- dencias presentadas indican que en el sector oeste
cou (1979) han realizado trabajos en distintas me- se habrían desarrollado actividades más específi-
setas con presencia de estas estructuras de piedra. cas, relacionadas con la explotación de rangos más
Existen además una serie de antecedentes de tra- amplios de recursos, mientras que en el este las
bajos arqueológicos desarrollados específicamente características del registro estarían señalando un
en el área del Cerro Pampa, en donde se plantea el carácter más residencial en las ocupaciones, evi-
uso recurrente y logístico/estacional de la meseta denciadas por la presencia de estructuras funera-
durante el Holoceno tardío (Espinosa y Goñi 1999; rias y tecnología como cerámica, manos y molinos
Goñi 2000-2002; Goñi y Barrientos 2004; Aragone (Aragone et al. 2004; Re 2006). Las investigaciones
y Cassiodoro 2005-2006; Aragone 2007; Cassiodoro realizadas en el área (Aragone et al. 2004; Re y Ara-
et al. 2007; Rindel et al. 2007, entre otros). La Pam- gone 2006; Aragone 2007, entre otros), señalan
pa del Asador resalta en su condición de fuente prin- la importancia que adquiere durante el Holoceno
cipal de materias primas, en especial de obsidiana tardío los médanos, que habrían funcionado como
(Stern et al. 1995; Espinosa y Goñi 1999; Molinari y espacios concentradores de grupos humanos y de
Espinosa 1999; Stern 1999; Belardi et al. 2006). Es- recursos (Goñi 2000; Aragone et al. 2004; Re 2006;
pinosa y Goñi (1999) se refieren a la ubicación de la Aragone 2007).
fuente de obsidiana en este sector y registran ade- Por otra parte, en el centro de la cuenca se ubi-
más guijarros de obsidiana, de sílices y de basaltos ca el alero Cerro de los Indios (Aschero et al. 1999;
de modo continuo en el espacio. Mengoni Goñalons 1999; Mengoni Goñalons y De
Por otro lado, con respecto al área del Lago Nigris 1999; Figuerero Torres 2000; Mengoni Goña-
Posadas contamos con diferentes antecedentes. lons y Yacobaccio 2000; De Nigris et al. 2004, entre
Por un lado, en el sector este de la cuenca del lago otros). Los autores han planteado que habría fun-
682
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz
cionado como un campamento base o bien como rales, separados por un hiato en donde se habría
una base residencial en el que se habrían desarro- abandonado el sitio: uno de los 3860 a los 3150 años
llado actividades domésticas junto con actividades AP y otro, más reciente, de los 1810 a los 990 años
de procesamiento y consumo intensivo de presas. AP. (Mengoni Goñalons y Yacobaccio 2000; De Ni-
Los fechados se dividen en dos bloques tempo- gris et al. 2004).
METODOLOGÍA
El material estudiado en este trabajo fue ob- patrones de representación de partes esqueletarias
tenido mediante diferentes metodologías, ya sea (Mengoni Goñalons 1999). En el caso de los agen-
excavaciones, sondeos y recolecciones de material tes naturales responsables de conformación de los
en superficie. En el Cerro Pampa, parapeto 4, se conjuntos, se consideraron las marcas de raíces,
realizó una excavación de 2 m x 0,5 m y se decidió roedores y carnívoros, siguiendo los lineamientos
separar el material que se hallara en superficie o en propuestos por Mengoni Goñalons (1999). Tam-
estratigrafía. bién se tuvo en cuenta el efecto que produce sobre
El tamaño de las muestras obtenidas en ambos los restos óseos la meteorización (Behrensmeyer
sectores puede ser explicado considerando que el 1978). El MAU% sólo se tomó para el caso del taxón
registro faunístico proveniente de los parapetos guanaco ya que es el más representado y su cálcu-
consiste en un área acotada en el espacio, delimi- lo nos permitirá realizar comparaciones entre las
tado por las propias estructuras. Mientras que por unidades anatómicas de los diferentes conjuntos
otro lado, las muestras de los sectores bajos se ha- (Mengoni Goñalons 1999). Se consideraron tam-
llan localizadas en una serie de cuatro hoyadas en bién los estadios de fusión correspondientes a los
un área más dispersa en el espacio, resultado del huesos de guanaco (Mengoni Goñalons 1999).
relevamiento sólo de una muestra del material pre- En cuanto al material tecnológico se retoman
sente. los análisis realizados en otras presentaciones
Para el análisis de los materiales arqueofaunís- (Aragone y Cassiodoro 2005-2006; Re 2006; Re
ticos se tomaron en cuenta las muestras halladas y Aragone 2006; Cassiodoro 2008, entre otros),
tanto en superficie como en estratigrafía presen- con el objetivo de complementar las evidencias
tes hasta el momento y se relevaron las siguientes aportadas desde el registro arqueofaunístico.
variables: taxones, presencia de marcas, huellas y
RESULTADOS OBTENIDOS
Cerro Pampa-Parapetos estructuras en las que se halló material. Se observa
Los resultados que se presentan en este apar- una tendencia similar hacia la mayor representa-
tado se refieren a la información arqueofaunística ción del taxón guanaco, dentro de aquellos restos
tanto de superficie como de estratigrafía prove- óseos identificables. También se han registrado
niente del grupo de 8 parapetos del sitio CP2a. restos pertenecientes a choique (Pterocnemia pen-
En la tabla 1 se muestra la información referi- nata), oveja (Ovis aries) y piche (Zaedyus pichii) en
da a los taxones hallados en superficie de todas las menores frecuencias. Se observa además un alto
Zaedyus pichiy - - - - - - 3 2 - - - -
Aragone 683
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
porcentaje de huesos que no han podido ser adju- rapeto 4 muestra una mayor frecuencia de partes
dicados a un taxón en particular, ingresados dentro pertenecientes al esqueleto apendicular por sobre
de la categoría de “indeterminados”. el axial. Se destaca en especial la mayor frecuencia
En cuanto a las muestras recuperadas en estra- de huesos largos, provenientes en mayor propor-
tigrafía del Parapeto 4, observamos en la tabla 2, ción de los cuartos traseros. En cuanto al esqueleto
que estos materiales presentan tendencias simi- axial destaca la mayor proporción de huesos co-
lares a aquellos recuperados en superficie, ya que rrespondientes al cráneo, el atlas y la pelvis (Figura
se observa una mayor frecuencia de guanaco por 4).
sobre las otras especies identificadas. La presen- En la figura 5 se presentan las marcas producto
cia de restos de oveja y liebre estarían señalando de agentes naturales en huesos de guanaco recu-
un componente subactual para una parte del con- perados en estratigrafía. La mayor frecuencia de
junto. Además, se presenta una alta frecuencia de marcas de raíces (N: 27) estaría señalando la esta-
restos “indeterminados”, muchos de los cuales son bilidad de los conjuntos. Existe además una baja re-
astillas, que por su tamaño y forma podrían ser ad- presentación de marcas de carnívoros y roedores.
judicadas al taxón guanaco. El perfil de meteorización de los huesos de gua-
naco registrados en estratigrafía se presenta en la
Taxones NISP % figura 6 y señala niveles moderados a altos de me-
teorización, con la mayor cantidad de huesos den-
Lama guanicoe 133 18,2
Macrovertebrados 65 8,9
Microvertebrados 37 5,1
tro del estadio 3. Sin embargo, la incidencia de esta danos y cronologías correspondientes al Holoceno
variable no impidió relevar la presencia de huellas y tardío presentan una serie de características espe-
marcas en los huesos. cíficas presentadas a continuación.
La muestra correspondiente a MLP (Tabla 3)
presenta un total de 397 especímenes óseos, de los
cuales 122 son asignables al taxón guanaco (30,73%
de la muestra total). Uno de los rasgos más distin-
tivos en esta muestra es la variabilidad de especies
representadas, destacándose además de los restos
de guanaco, los restos de pez, una valva, piche y
choique dentro de los elementos óseos identifica-
dos. Además es importante señalar que se ha regis-
trado una alta cantidad de fragmentos de cáscaras
de huevo (N: 672).
Por otra parte, la muestra total de PP1 es de 306
especímenes, de los cuales el 13% (N: 40) pertene-
Figura 6. Perfil de meteorización guanaco del parapeto 4.
ce a guanaco (Tabla 3). En este caso, la variedad de
especies representada es menor. Es importante se-
Las huellas de corte relevadas en este parape- ñalar que la muestra se hallaba fragmentada, por
to se presentan en baja frecuencia, predominando lo que un alto porcentaje (55,9%) de los restos se
las localizadas dentro del esqueleto apendicular (N: encuentran en la categoría de indeterminados.
12), especialmente dentro de los huesos largos y en
menor frecuencia en las primeras falanges. Por otra MLP PP 1
parte, en el esqueleto axial se ha relevado sólo una Taxones
NISP % NISP %
huella de corte en una vértebra.
Las evidencias de termoalteración son escasas, Lama guanicoe 122 30,73 40 13
tanto en el caso de los ejemplares relevados en su- Pterocnemia pennata 1 0,25 0 0
perficie (N: 1) como en los materiales hallados en
Zaedyus pichiy 71 17,9 0 0
estratigrafía (N: 1).
Por otro lado, tuvimos en cuenta la presencia de Pez 12 3,02 12 4
elementos óseos de fusión temprana con el objeti- Valva 1 0,25 0 0
vo de conocer los momentos de ocupación de los
Macrovertebrados 28 7,05 76 24,8
sitios. Dentro del Parapeto 4 se han registrado hue-
sos de fusión temprana sin fusionar. Esta situación Microvertebrados 1 0,25 7 2,3
nos estaría indicando que este sector fue ocupado Indeterminados 161 40,55 171 55,9
al menos durante los meses de primavera/verano.
Total 397 100% 306 100%
Los resultados concernientes al material tecno-
lógico serán brevemente resumidos a continuación Tabla 3. Especies representadas en los sitios MLP y PP1.
(ver Aragone y Cassiodoro 2005-2006; Cassiodo-
ro 2008). Se observa una alta representación de En la figura 7 se observa el predominio, en am-
desechos de talla y un tool kit específico, con alta bos sitios, de huesos pertenecientes al esqueleto
frecuencia de núcleos, artefactos sumarios, ras- apendicular por sobre el axial. El perfil anatómico
padores y puntas de proyectil y percutores. Existe correspondiente al taxón guanaco señala, para el
además una alta frecuencia de desechos de talla caso de MLP que existe una tendencia más marca-
y artefactos formatizados confeccionados en ob- da hacia la presencia de autopodios (primeras y se-
sidiana. La materia prima que predomina dentro gundas falanges) junto con los metapodios, carac-
de los parapetos es la obsidiana, seguida por el terizados por presentar bajo rinde económico. Este
basalto y las rocas silíceas (Cassiodoro 2008). Se patrón podría estar indicando una tendencia hacia
ha registrado además en el parapeto 4 la presencia el desarrollo de actividades específicas relaciona-
de tiestos cerámicos tanto en estratigrafía (n: 32) das con la extracción de médula y actividades de
como en superficie (n: 1) (Cassiodoro 2008). cuereo. Por otro lado, en PP1, el perfil anatómico
muestra un patrón de representación de partes con
Área del Lago Posadas predominio de epífisis de huesos largos. El esquele-
Los dos sitios que serán considerados en este to axial se halla representado en mayor frecuencia
punto si bien presentan características en común por la escápula y por las vértebras cervicales (Figu-
como la ubicación en una serie de hoyadas en mé- ra 7).
Aragone 685
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Las huellas culturales son más abundantes en El perfil de meteorización presentado en la fi-
MLP y en ambos casos se presentan en mayores gura 10 señala una mayor representación de valo-
frecuencias dentro del esqueleto apendicular (Fi- res moderados en ambos sitios. Esto estaría indi-
gura 8) por sobre el axial. Es de destacar que un cando que pese a que ambos sitios se localizan en
alto porcentaje (55,2% de los restos con huellas de médanos, los procesos de enterramiento y desen-
corte) se localiza en los autopodios, especialmente terramiento que caracterizan a esta geoforma no
en las primeras falanges. De este modo, esta evi- han incidido fuertemente en la conservación de las
dencia también estaría señalando un fuerte desa- muestras. Cabe además agregar que en ninguno de
rrollo de actividades específicas relacionadas con el los dos casos se han registrado huesos con estadios
aprovisionamiento de presas para la extracción de de meteorización 5.
médula y cuero. Es importante señalar además, especialmente
En cuanto a la representación de marcas pro- para el caso de MLP, la presencia de una alta fre-
ducto de agentes naturales, se ha observado una cuencia de huesos termoalterados. El 45,9% (N:
mayor frecuencia de marcas de raíces por sobre 56) de los huesos de guanaco posee esta evidencia
otros agentes (Figura 9), lo que estaría indicando y dentro de este porcentaje el 90,6% de estos hue-
la estabilidad de ambos conjuntos. Ello es intere- sos están quemados (N: 49), carbonizados (N: 2) y
sante señalar ya que ambos sitios se localizan en calcinados (N: 5). Todos los autopodios que presen-
médanos.
686
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz
DISCUSIÓN
Retomando el objetivo central de esta presen- peto 4 nos informa acerca de las características de
tación, se ha buscado evaluar a través del regis- este sector específico. Se puede plantear de este
tro arqueofaunístico las condiciones en las que se modo, el desarrollo de actividades relacionadas
presenta el uso del espacio y la subsistencia en dos con el consumo final y el procesamiento secundario
sectores altitudinales diferentes con cronologías de partes seleccionadas de presas de guanaco. Así,
pertenecientes al Holoceno tardío. esta evidencia nos estaría señalando que no es po-
Por una parte, la información proveniente del sible adjudicarles a los parapetos una funcionalidad
registro arqueológico y las características ambien- excluyente como sitios destinados únicamente a la
tales propias del área del Cerro Pampa estarían matanza y procesamiento inicial de guanacos.
apuntando hacia el desarrollo de actividades rela- La presencia de un perfil etario con elementos
cionadas con un uso estacional y logístico de este de fusión temprana sin fusionar nos estaría seña-
espacio. El registro arqueofaunístico presentado, lando la presencia de individuos crías dentro de la
acotado al sector de parapetos, está señalando la muestra y a su vez nos permite referirnos a los mo-
presencia del taxón guanaco en todas las estructu- mentos de ocupación de estos sectores (meses de
ras de piedra, tanto en los materiales provenientes primavera-verano).
de superficie como en estratigrafía. En cuanto al Una línea de evidencia independiente que com-
perfil anatómico presentado del parapeto 4, se ha plementa el registro arqueofaunístico se refiere a
observado una mayor frecuencia de restos óseos la tecnología asociada a los parapetos. La alta fre-
pertenecientes al esqueleto apendicular, desta- cuencia de desechos de talla, núcleos de obsidiana
cándose en especial la frecuencia de huesos largos y percutores, estaría señalando el desarrollo de las
provenientes en su mayoría de los cuartos traseros. primeras etapas del proceso de producción lítica,
Por otra parte, dentro del esqueleto axial se pre- mientras que las lascas de reactivación de instru-
sentan huesos con poco contenido de carne corres- mentos se relacionarían con las últimas etapas de
pondientes al cráneo, atlas y pelvis. Se ha postu- este proceso. Por su parte, las puntas de proyectil
lado previamente que el hallazgo de estos huesos y raspadores habrían sido utilizados para la adqui-
largos es esperable fuera de los sitios de matanza sición y el procesamiento de recursos faunísticos.
(Goñi y Olivera 1996; Goñi et al. 1996). Por lo tanto La presencia de tiestos cerámicos hallados también
este tipo de perfil anatómico presente en el para- señalarían la realización de una serie de actividades
Aragone 687
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
que van más allá de la matanza de presas en los pa- nos, eran ya conocidos con anterioridad y utiliza-
rapetos (Aragone y Cassiodoro 2005-2006). dos como zonas de circulación por los cazadores-
Los tiestos cerámicos junto con las propias es- recolectores (Borrero 1994-95). Esta situación se
tructuras que conforman los parapetos han sido da también en otras mesetas de la Patagonia como
entendidos como un modo de equipar el espacio en el Strobel, la meseta de Buenos Aires, la Meseta
(Aragone y Cassiodoro 2005-2006). Ello nos per- Central y la Meseta del Águila (Goñi 2000; Belardi
mite plantear el uso de este sector de modo recu- y Goñi 2003). El hallazgo de obsidiana proveniente
rrente y planificado durante períodos puntuales del del Cerro Pampa en sitios con cronologías tempra-
Holoceno tardío. nas (9600 AP) en el sitio Cerro Casa de Piedra (Civa-
Es importante marcar, a los efectos comparati- lero 2000), localizado en el Parque Nacional Perito
vos, la cercanía del sitio a cielo abierto Cerro Pam- Moreno, apoya esta idea.
pa 2 sector b Ojo de Agua (CP2b) (Rindel et al. 2007) Por otra parte, los sitios correspondientes a las
que presenta abundante material lítico, cerámico y cuencas bajas del Lago Posadas presentan otro
faunístico en superficie y estratigrafía y también tipo de evidencias. Las muestras arqueofaunís-
posee cronologías correspondientes al Holoceno ticas registradas hasta el momento, junto con el
tardío. Las evidencias faunísticas de este sitio dan conjunto ergológico dan cuenta del desarrollo de
cuenta de la obtención y el procesamiento inicial diferentes actividades a las registradas en el Cerro
de presas, con la presencia de un perfil etario que Pampa. Tanto MLP como PP1 presentan cronolo-
también daría cuenta de ocupaciones al menos du- gías referidas al Holoceno tardío y se localizan en
rante los meses de primavera/verano (Rindel et al. médanos. Lo observado en los dos sitios sugiere el
2007; Bourlot et al. 2008). Por otro lado, la presen- desarrollo de una variedad de actividades y un uso
cia de raspadores, cerámica y artefactos de molien- más tendiente hacia lo residencial y diversificado
da nos están señalando la realización de un amplio de los médanos. El perfil anatómico con el predo-
rango de actividades. Los autores consideran que minio de autopodios en el sitio MLP señala el desa-
la obtención y el procesamiento inicial de recursos rrollo de actividades específicas relacionadas con el
faunísticos junto con la disponibilidad de materias aprovisionamiento de presas para la extracción de
primas líticas in situ y el uso estacional, planificado la médula contenida en estos huesos así como para
y recurrente de la meseta estarían demostrando la obtención de cuero. Esta situación a su vez se
que estos espacios habrían sido utilizados de modo complementa con la amplia variabilidad de espe-
logístico. Así, se habrían llevado a cabo activida- cies que se hallaron en los diferentes relevamien-
des relacionadas con la caza estacional como ser el tos. Por su parte el perfil anatómico proveniente
procesamiento de presas, el aprovisionamiento de del sitio PP1, señala otro tipo de patrón, en donde
materias primas líticas y la manufactura de artefac- se encuentran representadas en mayor medida las
tos (Rindel et al. 2007). epífisis de los huesos largos. Es interesante además
Resumiendo, las características ambientales y señalar la mayor frecuencia de huellas de corte en
las evidencias arqueológicas presentes en los pa- este sector, a diferencia de lo observado en el con-
rapetos y CP2b nos permiten postular que estos junto de los parapetos. Este tipo de evidencia se ve
sectores habrían funcionado como una localidad más representada en los autopodios, lo que nos es-
utilizada al menos durante los meses de primavera/ taría señalando la intensificación del procesamien-
verano en períodos del Holoceno tardío. to de este sector del esqueleto. Sumado a ello, he-
Al retomar esta problemática a escala mayor mos registrado una alta frecuencia de evidencias
observamos que las mesetas son ambientes con- de termoalteración, principalmente localizadas en
dicionados por la estacionalidad y a partir del Ho- los autopodios, que a su vez presentan marcas de
loceno tardío estos cambios ambientales tienen su corte. Esto último también nos está indicando una
correlato en la modificación de las condiciones de mayor intensidad en el procesamiento de los recur-
distribución y abundancia de los recursos. Como re- sos faunísticos. Por otro lado, el perfil de meteori-
sultado de ello, los grupos humanos comienzan a je- zación señala valores moderados en ambos casos
rarquizar los espacios, observándose de este modo y las marcas de raíces son las que predominan en
un uso diferencial entre sectores bajos y altos (Goñi los dos conjuntos. Además los perfiles etarios de
2000). Estos últimos espacios habrían sido utiliza- estos sitios no señalan la presencia de individuos
dos durante los meses de primavera y verano, ya crías y en su mayor parte se presentan los huesos
que las condiciones ambientales dificultan su per- fusionados.
manencia en momentos invernales (Gradín et al. Por su parte, el conjunto tecnológico presente
1979; Borrero 1994-95; Gradín 1997; Goñi 2000). en este sector señala el complemento con lo regis-
Sin embargo, pese a que estos sectores no fueron trado a nivel arqueofaunístico, en donde se obser-
efectivamente ocupados en momentos tempra- va el desarrollo de una diversidad de actividades.
688
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz
La presencia de una alta frecuencia de raspadores, AP y a partir de los 2500 años AP se registran una
escasez de núcleos, predominio de obsidiana en la serie de condiciones de menor humedad a escala
confección de desechos y la existencia de artefac- regional, agudizadas a los 900 años AP. En estos
tos de molienda señala el desarrollo de una varie- momentos, nuevos espacios están disponibles para
dad de actividades (Re 2006; Re y Aragone 2006). ser ocupados y la geoforma de médanos comienza
La presencia de cerámica registrada en MLP, junto a cobrar mayor importancia (Goñi 2000; Goñi et al.
con las puntas de proyectil halladas en MLP y PP1 2000-2002; Belardi et al. 2003; Bourlot 2004).
(Re 2006) apoya también esta propuesta. En síntesis, la información hasta aquí presen-
Planteamos la existencia de un rango amplio de tada estaría mostrando el uso diferencial entre los
actividades y la redundancia en las ocupaciones, conjuntos relevados en la cuenca baja del Lago Po-
todo ello relacionado con el uso residencial de es- sadas, con ocupaciones anuales y de tipo residen-
tos espacios. Lo que hemos desarrollado hasta aquí cial/diversificado y aquellos presentes en los sec-
se enmarca en el modelo de reducción de movili- tores altos de la Pampa del Asador con tendencia
dad residencial y concentración de las poblaciones hacia un uso logístico estacional y recurrente. Esta
en las cuencas bajas durante el Holoceno tardío diferenciación de actividades en ambos sectores
(Goñi 2000; Goñi y Barrientos 2000, 2004; Goñi et es concordante con el modelo planteado para la
al. 2000-2002). región (Goñi 2000), que señala una diferenciación
Al retomar esta discusión desde una perspectiva entre los sitios ubicados en los sectores altos frente
regional, observamos que esta cuenca ha sido ocu- a aquellos localizados en las cuencas bajas.
pada de modo ininterrumpido desde los 4000 años
CONCLUSIONES
El objetivo central de este trabajo consis- tardío. El modelo de poblamiento humano del Ho-
tió en comprender a través de las evidencias ar- loceno tardío enmarcó el presente estudio.
queofaunísticas la variabilidad en el uso del espacio De este modo, hemos observado el uso diferen-
y la subsistencia en dos sectores diferentes del es- cial entre ambos sectores altitudinales con un uso
pacio, uno de ellos en la cuenca baja del Lago Posa- diversificado y residencial en las cuencas bajas y lo-
das y otro localizado en la meseta del Cerro Pampa, gístico/estacional en los sectores altos de meseta.
ambos con cronologías pertenecientes al Holoceno
AGRADECIMIENTOS
El presente trabajo se enmarca dentro de los siguientes proyectos: UBACyT F’065 y ANPCyT PICT’ 04
26295. A Rafael Goñi por la lectura y las correcciones efectuadas y al evaluador.
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Aragone 689
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
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692
La fractura transversa/marcado perimetral
en sitios a cielo abierto durante el Holoceno
tardío en el noroeste de Santa Cruz
Tirso Bourlot1, Diego Rindel2 y Alejandra Aragone3
A B S T R A C T
Research in Late Holocene open air archaeological sites, located in different environments in
Patagonia, shows a high frequency of transversal fractures in guanaco long bones. We consider
here a specific type of transversal fracture: the “perimetral marking”, characterised mainly by its
regular edges. Several authors have proposed a series of alternative hypothesis to explain the
use of this fracture: to have access to the marrow cavity, to facilitate the transport of skeletal
parts, to process frozen carcasses with rigor mortis, to obtain base forms for instruments or a
combination of several of these possibilities. Our main goal consists in analyzing this pattern in
sites with late chronologies in relationship with the contexts of appearance. In order to do so, we
have evaluated the characteristics of each context in which this fracture is present as well as the
technology associated. The distribution of this technique is practically ubiquitous, since it is present
in archaeological sites located in different environments and in our cases of study in sites used
at least during summer. It is possible to demonstrate that the occurrence of this type of fracture
might be understood as a type of standardized butchering technique used all over this region.
INTRODUCCIÓN
1 CONICET-INAPL [email protected]
2 INAPL [email protected]
3 ANPCyT-INAPL [email protected]
Bourlot et al 693
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
de elementos óseos en los conjuntos que analiza- junto de estas, que involucra la preparación de los
mos. huesos mediante un surco completo o incompleto
Estas observaciones tienen importantes con- que rodea su contorno. Si bien es una técnica de
secuencias en relación con las actividades desarro- procesamiento que se encuentra diseminada por
lladas en cada uno de los sitios. En este sentido, la el amplio territorio patagónico (Mengoni Goñalons
información obtenida acerca de la representación y Silveira 1976; Mengoni Goñalons 1982; Muñoz y
de partes anatómicas así como el tipo y la frecuen- Belardi 1998; Mena y Jackson 1991; Hajduk y Lez-
cia de modificaciones relacionadas con el procesa- cano 2005), su utilización ha sido registrada en gru-
miento de las presas animales por parte del hombre pos humanos de otras regiones del mundo como
son importantes indicadores del rango de activida- los Dassanecht de Kenya (Gifford-González 1989) o
des llevadas a cabo en los sitios, y por ende de la los Hadza de Tanzania (Lupo 1994).
funcionalidad de los mismos. El conocimiento de Con el fin de discutir el posible contexto de uso
estos datos es un paso previo para poder identificar y la utilidad de este tipo de modificación, se selec-
las estrategias detrás de los patrones que observa- cionó un conjunto de nueve sitios arqueológicos
mos en el registro arqueológico. ubicados en diferentes lugares del interior de Pa-
En el caso patagónico, la información faunística tagonia (Figura 1). El criterio fue tener una muestra
proveniente de diferentes tipos de sitios arqueoló- representativa de diferentes contextos arqueológi-
gicos (cuevas, aleros y sitios a cielo abierto) ha se- cos y de la variabilidad espacial y ambiental de la
ñalado recurrentemente la presencia de un tipo de región. Específicamente hemos considerado sitios
modificación antrópica denominada fractura peri- arqueológicos procedentes de cuencas lacustres
metral marcada. Algunos investigadores han vin- altas, bajas y otros localizados en ambientes de
culado la función de este rasgo de fragmentación meseta. Tales conjuntos presentan en su mayoría
ósea con una serie de hipótesis alternativas: acce- una cronología correspondiente a momentos tar-
der a las cavidades medulares, facilitar el transpor- díos de ocupación (últimos 2300 años AP); sólo un
te, procesar carcasas congeladas y/o con rigor mor- sitio tiene un fechado correspondiente al Holoceno
tis, obtener formas base para instrumentos o bien medio.
una combinación de varias de estas posibilidades Los resultados del análisis realizado indican que
(Mengoni y Silveira 1976; Mengoni Goñalons 1982; la implementación de esta técnica no se encuentra
Mena y Jackson 1991; Lupo 1994; Muñoz y Belardi en relación con el tamaño de las muestras analiza-
1998; Hadjuk y Lezcano 2005). das ni con la cantidad de presas registradas dentro
En estos términos, el objetivo principal del de cada conjunto arqueológico. Por otra parte, la
trabajo es abordar desde una escala inter-sitio la distribución espacial de esta fractura es amplia y se
discusión de este patrón a través de una serie de presenta en sitios ubicados en diferentes ambien-
variables registradas sobre los elementos óseos y tes. Asimismo, se ha observado que existe una es-
sobre el contexto arqueológico general en el que tandarización tanto en los puntos de fractura como
esta técnica se presenta. Si bien este tipo de mo- en la elección de la cara de lascado utilizada, que
dificación ha sido advertida en otras especies (De depende del elemento fracturado. En este sentido,
Nigris 2004; Caracotche et al. 2005), abordaremos planteamos que la recurrencia en este tipo de frac-
dicho estudio concentrándonos en las observacio- tura podría deberse a un modo de trozamiento es-
nes realizadas para el taxón Lama guanicoe. tandarizado. Es importante notar que la utilización
La característica principal de este tipo de frac- de esta técnica es una manera sencilla y eficiente
tura, en sentido amplio, es la presencia de bordes de acceder a la médula ósea. En este caso, se busca
rectos en relación con el eje mayor del hueso, junto romper el hueso de manera “limpia” golpeando en
con la separación de los extremos articulares de sus zonas cercanas a las epífisis pero evitando el tejido
respectivos segmentos diafisiarios. esponjoso, que limita en gran medida la fuerza del
Esta definición la aplicamos al caso de las frac- golpe y llena la médula de astillas, produciendo una
turas transversales, mientras que consideramos a la fractura mucho menos controlada.
fractura con marcado perimetral como un subcon-
METODOLOGÍA
694
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz
a qué nos referimos con fractura transversa y qué derando las categorías anterior, posterior, lateral
otros tipos de fracturas incluimos en ella. Además, y medial. En el caso del húmero distal se utilizó la
queríamos saber si este tipo de modificación pre- categoría cara latero-posterior.
sentaba un grado de estandarización en su produc- También se tomó en cuenta el vínculo entre la
ción y, si lo hacía, a que podía deberse. Para res- frecuencia de este tipo de fractura y otras propie-
ponder a estas preguntas, tomamos dos valores: la dades de los conjuntos óseos, tales como el núme-
longitud de los segmentos diafisiarios adheridos a ro de carcasas representadas o MNI (Número Míni-
los extremos articulares y la longitud máxima del mo de Individuos), la presencia de crías, el tamaño
tejido trabecular de los huesos largos de un indi- de las muestras y el nivel de fragmentación ósea.
viduo actual, obteniendo con ello medidas de re- La estimación de la cantidad de crías se realizó a
ferencia con las cuales comparar nuestro registro partir de la existencia de huesos no fusionados de
arqueológico. fusión temprana (Mengoni Goñalons 1999). Por su
parte, el nivel de fragmentación fue computado a
Fractura transversa/marcado perimetral través de la relación entre el NISP y el MNE, tan-
De acuerdo a lo mencionado en el párrafo an- to para el esqueleto completo como para el sector
terior, entendemos la fractura transversa como apendicular solamente. Por último, para cada con-
un tipo de fractura que se presenta en los huesos junto calculamos el porcentaje de completitud de
largos cuyos bordes rectos atraviesan transversal- las carcasas de guanaco (Mengoni Goñalons 1999)
mente al eje mayor del hueso, produciendo la se- con el objeto de estimar cuán completos entraron
paración de los extremos articulares de sus corres- los animales a los sitios arqueológicos.
pondientes segmentos diafisiarios. Dentro de este En términos exploratorios, también abordamos
tipo de modificaciones incluimos uno en particular, este estudio considerando variables que exceden el
el marcado perimetral, que se caracteriza por la re- ámbito del análisis faunístico en sí mismo. Se trata
gularidad de los bordes, previamente preparados de rasgos ligados al ambiente, la ubicación espacial
mediante un surco completo o incompleto (Muñoz de los conjuntos, su cronología y tecnología aso-
y Belardi 1998). ciada (Cuadro 1). Creemos que dichas variables son
importantes para evaluar si la variabilidad ambien-
Longitud de la diáfisis adherida a la epífisis tal, espacial y contextual podría generar variación
La longitud de la porción de diáfisis adherida en la recurrencia de la fractura transversa para los
a su epífisis fue calculada para los huesos largos casos bajo estudio.
de los conjuntos arqueológicos midiendo el lar- En ese sentido, la elección de sitios estuvo diri-
go máximo, registrado para cada hueso, entre el gida principalmente a cubrir una variedad de am-
punto más distal de la línea de fusión ósea (epífisis/ bientes que sean representativos, en una escala re-
diáfisis) y el extremo más proximal de la línea de gional amplia, de los diversos sectores que ofrece
fractura o punto de percusión. el interior de la provincia de Santa Cruz. En térmi-
Bourlot et al 695
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Ambiente (m
Sitios Localización Topografía Cronología Tecnología Bibliografía
s.n.m.)
PNPM, cuenca
ILB Borde de lago Istmo H. tardío Manos y molinos Rindel et al. 2005
alta (800)
Aragone y Cas-
siodoro 2005-
Cerro Pampa, Manos, molinos y
CP 2 OA Borde de laguna Pampa H. tardío 2006, Aragone
meseta (1000) cerámica
2007; Rindel et al.
2007
PNPM, cuenca
LEADG Borde de laguna Pampa H. medio Manos y molinos Rindel 2008
alta (950)
Aragone y Cas-
Manos, molinos, siodoro 2005-
Cerro Pampa,
CP 2 PAR4 Borde de laguna Pampa H. tardío cerámica y Para- 2006; Aragone
meseta (1000)
peto 2007; Rindel et al.
2007
Aragone et al.
2004; Bourlot
Lago Cardiel, Cerca a curso de
GSLN Médanos H. tardío Manos y molinos 2004, 2008;
cuenca baja (399) agua
Savanti et al. 2004
y 2005
Cassiodoro et al.
Lago Posadas, Manos, molinos y
MLP Borde de lago Médanos H. tardío 2004; Re 2006;
cuenca baja (100) cerámica
Aragone 2007
Cuadro 1. Principales características ambientales, espaciales y arqueológicas de los conjuntos bajo estudio.
nos analíticos hemos definido dos grandes sectores mos se ubican en el borde de un lago y sobre un ist-
ambientales-espaciales: sectores bajos, que com- mo, en sectores de campos de médanos cercanos
prenden cuencas lacustres por debajo de los 300 m a fuentes de agua, mientras que un tercer grupo lo
s.n.m. y sectores altos, que abarcan cuencas lacus- hace en bordes de lagunas y sobre la pampa de las
tres y mesetas ubicadas por encima de los 800 m mesetas (Cuadro 1).
s.n.m. Tal sectorización debe ser entendida como En cuanto a los contextos arqueológicos aso-
una herramienta analítica con la cual buscamos ex- ciados, las nueve muestras zooarqueológicas tie-
plorar la variabilidad. En ese sentido, es importante nen diferencias y similitudes que son interesantes
notar que la diversidad ambiental no termina con para destacar. En todos los conjuntos se observó la
nuestra división sino que comienza con ella, dado presencia de manos y molinos, artefactos que han
que dentro de cada sector mencionado y en una es- sido vinculados con actividades de fractura ósea (e.
cala espacial más pequeña existe una mayor hete- g. Binford 1981). Sin embargo, la representación de
rogeneidad de ambientes. En este trabajo hacemos cerámica y estructuras de parapeto son rasgos tec-
referencia a sitios arqueológicos según se hallaran nológicos que introducen variación entre los con-
en estos sectores (Cuadro 1 y Figura 1), teniendo en juntos (Cassiodoro 2008).
cuenta que esta separación nos permite considerar Por otro lado, todos los conjuntos con excep-
factores tales como la estacionalidad. Asimismo, la ción de LEADG -con un fechado en el Holoceno
variabilidad en cuanto a la ubicación ambiental y medio- tienen ocupaciones humanas asignables al
topográfica ha sido considerada de modo de lograr Holoceno tardío.
observar la fractura transversa en determinados En síntesis, mediante la exploración de estas va-
ambientes particulares. riables (ambientales y arqueológicas), intentamos
Todos los conjuntos provienen de sitios a cielo explicar la frecuente utilización de la fractura trans-
abierto, donde se ha observado una mayor frecuen- versa/marcado perimetral por sobre otras técnicas
cia de aparición de esta técnica de procesamiento de procesamiento, evaluando condiciones bajo
en comparación con conjuntos provenientes de las cuales ella aparece. Al respecto, como ya fuera
cuevas y aleros de la misma área de estudio (Rindel mencionado, se han ofrecido múltiples interpreta-
2008). Respecto a su entorno inmediato, los mis- ciones acerca de la función de este tipo de modifi-
696
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz
caciones en contextos arqueológicos. Las hipótesis de formas base para instrumentos y/o utilización
avanzadas, por otra parte, no son mutuamente ex- de los extremos articulares como instrumentos
cluyentes. Por el contrario, la utilidad de la técnica óseos). Por ende, la consideración del contexto ar-
se manifiesta en diferentes estadios de la cadena queológico específico es clave para comprender el
de procesamiento y uso de una serie de huesos rol de este tipo de fractura, reduciendo de esta ma-
(desarticulación inicial, fractura de los elementos nera el grado de equifinalidad en la interpretación
para acceder a las cavidades medulares, obtención del mismo.
Debido a que los sitios han sido descriptos reite- desde 122 (MLP) a 714 (GSLN). Por otro lado, exis-
radas veces en otros trabajos (Aragone et al. 2004; ten también diferencias importantes en el MNI de
Bourlot 2004; Cassiodoro et al. 2004; Savanti et al. los sitios, que van desde 4 individuos en MLP a 24
2004, 2005; Rindel et al. 2005; Cassiodoro 2005- animales estimados en el conjunto de ILB. La mis-
2006; Re 2006; Aragone 2007; Rindel et al. 2007; ma amplitud entre las muestras se presenta en
Bourlot 2008; Rindel 2008), sólo haremos una pe- cuanto a los resultados del MNE que fluctúa entre
queña referencia de los aspectos del conjunto zo- 64 (MLP) y 400 (CP2OA). Por su parte, la comple-
oarqueológico pertinentes para este trabajo (Tabla titud anatómica sea global, axial o apendicular
1) a modo de evaluar diferencias y similitudes inter- es diferente entre los conjuntos, siendo la región
sitio. apendicular la que está mejor representada. Las
En la tabla 1 es posible señalar algunas particu- marcas de roedores y carnívoros tienen valores re-
laridades que hacen referencia a la variabilidad de lativamente bajos en todos los casos mientras que
los contextos zooarqueológicos de los sitios bajo la meteorización sigue el mismo patrón pero con
estudio. En primer lugar, las muestras presentan porcentajes relativamente altos.
variedad en los NISP totales de guanaco, que van
RESULTADOS OBTENIDOS
De acuerdo a los objetivos planteados, el estu- localizados en cuencas lacustres altas y mesetas
dio de las variables zooarqueológicas será presen- (sectores altos) y aquellos emplazados en cuencas
tado siguiendo una agrupación de los conjuntos lacustres bajas (sectores bajos).
óseos de acuerdo a su principal ubicación espacial- Un primer aspecto que nos interesa abordar
ambiental. En ese sentido hemos dividido los con- respecto de las características generales de los con-
juntos faunísticos en dos grandes grupos, aquellos juntos ligados a la fractura transversa es el grado de
Bourlot et al 697
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
fragmentación de los mismos, en tanto este índice diáfisis. Esto es un rasgo que difiere con los datos
es un indicador importante a tener en cuenta para que conocemos para sitios en aleros y cuevas en el
evaluar el grado de procesamiento implicado en los área de estudio (Mengoni Goñalons 1999; De Nigris
conjuntos analizados. 2004; Rindel 2008), en los cuáles los valores por lo
En la figura 2 se observan los resultados corres- general son menores a 1. En contraposición, los si-
pondientes al índice de fragmentación ósea dividida tios que muestran la relación más alta de epífisis/
entre los dos sectores altitudinales. La proporción diáfisis son CP2OA (11,5) y LS5 (10,6), mientras que
entre el NISP y el MNE indica que las muestras se el resto de los conjuntos posee frecuencias menores
hallan poco fragmentadas con valores que van de y similares entre sí, aunque siempre mayores a 1.
1,5 a 2,45, es decir, conjuntos que presentan entre
2 y 3 fracturas por hueso. Debido al especial interés
que tenemos aquí sobre los huesos apendiculares,
dado que son partes anatómicas que ofrecen una
variedad de recursos alimenticios (carne, médula
ósea y grasa trabecular), también hemos calculado
dicho índice considerando sólo estos elementos.
Aquí la situación varía, ya que en los nueve casos
aumenta la fragmentación, aunque los valores se
mantienen bajos. Asimismo, hay cifras que crecen
considerablemente en LEADG, CP2PAR4, LPA2 y
MLP, mientras que en otros, tales como ILB, CP2
OA, GSLN, LS 5 y LPA1, la diferencia no es mucho
Figura 3. Índice articulación/diáfisis (MNE).
mayor. Esto a su vez marca contrastes en la intensi-
dad de fragmentación dentro y entre ambos secto- La figura 4 señala el porcentaje de marcado
res, en donde los huesos largos estarían reflejando perimetral/fractura transversa, observándose gran
un mayor énfasis en la extracción de sus recursos variabilidad entre los conjuntos, con valores que
asociados. van del 10% al 60% de huesos con estas modifica-
ciones. Es interesante remarcar que estas altas fre-
cuencias se dan en sitios que muestran diferencias
en las partes esqueletarias representadas, así como
en la estructura taxonómica (Aragone et al. 2004;
Bourlot 2004; Cassiodoro et al. 2004; Savanti et al.
2004, 2005; Rindel et al. 2005; Cassiodoro 2005-
2006; Re 2006; Aragone 2007; Rindel et al. 2007).
698
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz
Bourlot et al 699
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
altitudinales y del húmero distal para los sitios de Lezcano 2005), su ausencia o baja frecuencia esta-
sectores bajos. Esta tendencia refleja una utiliza- ría indicando que muchas de estas modificaciones
ción de esta técnica de procesamiento de manera no tuvieron como finalidad la confección de instru-
homogénea y elevada en todo el esqueleto apen- mentos.
dicular, con mayor frecuencia sobre los cuartos su- Por otro lado, en la mayor parte de los especí-
periores en todos los sitios bajo estudio. Al entrar menes considerados los negativos de lascado se cir-
en un grado mayor de detalle, en general sobre los cunscriben mayoritariamente a una única cara del
conjuntos de sectores bajos predominan los extre- hueso, que varía de acuerdo al tipo y a la porción del
mos proximales del húmero, la radioulna y el fémur. elemento anatómico del que se trate (Figura 9). Por
Por el contrario, en los sectores altos se observan lo tanto planteamos que la cara del hueso elegida
mayores proporciones de los elementos articulares para realizar la fractura se relacionaría tanto con la
distales de todos los huesos considerados más las morfología de cada parte esqueletaria como con la
porciones proximales de la tibia y los metapodios. técnica empleada, ya sea que se utilice un yunque o
bien que no se use ningún implemento. Queremos
destacar también que en muy pocos casos se han
observado negativos en toda la circunferencia del
borde de fractura, como fuera señalado por Hajduk
y Lascano (2005). En la figura 9 se presentan los re-
sultados referidos a la frecuencia de las epífisis de
los huesos largos y las diferentes caras en las que se
observa el golpe. Como se puede observar, existen
ciertas preferencias en la elección de las caras de
cada hueso en donde se produce el golpe.
700
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz
Termoalteración (%
ción de los sitios ubicados en los sectores bajos
Sitio LPA1 y MLP, en las cuencas de los lagos Cardiel y Po-
NISP) sadas respectivamente (Cuadro 2). De este modo,
ILB 0 la aparición de huesos de fusión temprana no fusio-
CP 2 OA 0,34 nados dentro de ambos sectores estaría señalando
que estos sitios fueron ocupados al menos durante
LEADG 1,86
los meses de primavera/verano. Por otra parte, es
CP2PAR4 0,8 interesante observar que la mayor cantidad de es-
GSLN 2,1 pecímenes no fusionados, y los MNI más elevados,
LS 5 1,48 provienen de los sitios ubicados en sectores altos
(Cuadro 2). Esto apoyaría el planteo del uso esta-
LPA 1 7,69
cional de estos espacios durante el Holoceno tardío
LPA 2 3,43 (Goñi 2000), mientras que los sectores bajos serían
MLP 45,9 más variables en relación con esta propiedad.
Tabla 2. Porcentaje de elementos correspondientes a
guanaco con evidencias de termoalteración (% NISP En síntesis, lo observado en este apartado nos
termoalterado). ha permitido explorar una serie de variables que
permiten caracterizar las muestras de ambos sec-
Por otra parte, consideramos la presencia de tores, con el objetivo de comprender las caracterís-
huesos de fusión temprana (pelvis, escápula y hú- ticas del patrón de representación de este tipo de
mero distal), ya que mediante esta variable pode- fractura.
mos conocer los posibles momentos de ocupación.
En todos los conjuntos se han identificado especí-
menes sin fusionar de estos huesos, con la excep-
LATERALIDAD DEL
SECTOR SITIO CENTRO DE OSIFICACIÓN MNI
HUESO
LS 5 - - -
Sectores
LPA1 - - -
Bajos
LPA2 acetábulo de pubis - 1
MLP - - -
Cuadro 2. Especimenes óseos de Lama guanicoe de fusión temprana (no fusionados) registrados en los conjuntos
arqueológicos bajo análisis.
Bourlot et al 701
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
A lo largo de este trabajo hemos podido obser- a su vez, implica mayores costos en tiempo de pro-
var que la fractura transversa/marcado perimetral cesamiento y en relación con la disponibilidad de
se presenta en sitios a cielo abierto en Patagonia. leña necesaria para derretir la médula. El marcado
En este tipo de depósitos arqueológicos se ha veri- perimetral/fractura transversa evita estos inconve-
ficado una marcada variabilidad en aspectos tales nientes, obteniendo una fractura más controlada
como el tamaño de las muestras (NISP) y la can- con bordes de fractura limpios. En este sentido,
tidad de individuos representados (MNI) en cada esta técnica puede ser considerada como una ma-
uno de los sitios. No obstante, todos ellos poseen nera eficiente de acceder a la médula ósea conteni-
bajos niveles de fragmentación ósea, lo que estaría da en las cavidades de los huesos largos.
indicando que, en muchos de los casos, los patro- Un punto importante para evaluar la fractura
nes de modificaciones observados se vinculan con se relaciona con la técnica empleada, por ejemplo
etapas iniciales del procesamiento de los animales si se utiliza o no un yunque para apoyar el hueso a
obtenidos. fracturar. En todos los sitios aquí estudiados se han
Por otro lado, el registro de especímenes de registrado implementos de molienda (manos y mo-
fusión temprana no fusionados en algunos de los linos) que podrían relacionarse con el desarrollo de
sitios indican la presencia de crías dentro de algu- esta actividad.
nas de las muestras (individuos de hasta 12 meses Asimismo, una característica destacable del pa-
de edad), lo que estaría señalando la ocupación en trón observado en este trabajo es la constatación
los mismos al menos durante los meses de prima- de la presencia de este tipo de fractura tanto en los
vera/verano. Así, los conjuntos estudiados poseen extremos articulares proximales como distales de
ciertas características comunes como las ocupa- todos los huesos largos. Es importante notar que el
ciones al menos durante los meses de verano y el marcado del hueso solamente en una de las epífisis
emplazamiento en sectores a cielo abierto. Existe deja la médula dentro de la cavidad medular, resul-
también una diferenciación importante en cuanto tando difícil sacarla. De esta forma, la alternativa
a la ubicación en sectores altitudinales diferentes, más rápida es la fractura transversa de ambos ex-
el entorno ambiental más inmediato y algunas va- tremos epifisiarios, con lo cual se obtiene el cilindro
riables faunísticas (NISP y MNI particularmente) y de la diáfisis, resultando mucho más fácil extraer la
tecnológicas (estructuras de parapetos y cerámica médula de la cavidad medular. Esto se podría evitar
principalmente) divergentes, mencionadas ya a lo calentando los huesos previamente a su fragmen-
largo de este trabajo. tación, práctica que facilita tanto la rotura del hue-
Asimismo, este tipo de fractura se caracteriza so como la remoción de los nutrientes contenidos
por poseer una alta estandarización. En este senti- en la cavidad medular (Bonnichsen 1973; Binford
do, se ha demostrado que existen preferencias en la 1981). En relación con este punto, es necesario re-
elección de la cara en la que se produce la fractura. saltar la escasa presencia de elementos termoalte-
Esta elección se relaciona con el tipo de hueso largo rados registrados en los casos que estudiamos, lo
del que se trate y con la morfología del mismo. que podría a su vez explicar la alta frecuencia de la
También se observó un alto grado de regula- aparición de la técnica así como la observación de
ridad en la longitud de las diáfisis adheridas a los que la misma se produce en todos los extremos ar-
extremos articulares como producto de la fractura. ticulares de los huesos largos. Por otra parte, esto
La correlación entre esta medida y la longitud del plantea la expectativa de que en sectores con baja
tejido trabecular presente en los huesos largos es disponibilidad de leña se produzca un aumento en
elevada, positiva y estadísticamente significativa, la cantidad de elementos procesados mediante
indicando un intento sistemático de evitar este esta técnica y que la misma afecte de manera rela-
sector del hueso durante el proceso de fractura. Es tivamente similar a todos los extremos articulares
importante notar que las características del tejido de los huesos largos.
esponjoso dificultan la fractura del hueso, dado que Por otra parte, es importante agregar que la
dispersan la fuerza del golpe, haciendo necesarios información etnoarqueológica ha distinguido dos
más impactos para poder romper el elemento. Por contextos generales en que la extracción de médu-
otra parte, la fractura en las porciones medias de la la tiene lugar (Binford 1978, 1981; Enloe 1993). Un
diáfisis tiene el efecto de llenar la médula de peque- primer escenario es aquel donde prima la obten-
ñas astillas de hueso (Binford 1981; Blumenschine ción incidental y el proceso se encuentra subsumi-
1988; Bunn 1989), lo que hace necesario remover- do en la obtención de otros nutrientes, tales como
las, básicamente derritiendo y colando la médula carne. Un segundo caso es la producción sistemáti-
como un paso previo para poder consumirla. Esto, ca de médula que tiene como objetivo exclusivo la
702
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz
obtención de grasa medular. Este último escenario, puestas revela el potencial carácter multipropósito
dada la naturaleza especializada del mismo, impli- de este tipo de modificación. Un punto importan-
ca un procesamiento mucho más estandarizado y te de esto es que el marcado perimetral/fractura
controlado. Como fuera mencionado, la mayor par- transversa eventualmente puede producirse en
te de los conjuntos muestran una elevada estanda- uno o varios de los diferentes estadios que involu-
rización respecto de la altura del hueso en que se cran el procesamiento de una presa. En este senti-
produce la fractura y de la cara en que se decide do, la determinación de la etapa de procesamiento
realizar el golpe. Asimismo, el grado de fragmen- implicada, mediante indicadores faunísticos (tales
tación de los conjuntos es bajo, lo que se traduce como los tipos de marcas de corte y percusión aso-
en fragmentos más grandes y menos variables. Por ciadas, su emplazamiento en el hueso, la presencia
otra parte, todos los sitios analizados para este tra- de termoalteraciones, entre otros), así como otros
bajo muestran la presencia de tecnología (manos y del contexto arqueológico general (tales como la
molinos, y en menor frecuencia cerámica) que pudo tecnología asociada) brindan importantes indica-
estar asociada con este tipo de fragmentación ósea ciones acerca de los usos de esta técnica en con-
con el fin de acceder a las cavidades medulares. En textos particulares. En los casos aquí analizados, se
relación con esto, se ha defendido la idea de que observa una baja representación de elementos ter-
la aparición de este instrumental en determinados moalterados, un escaso nivel de trozamiento de los
lugares del noroeste de Santa Cruz, en especial especímenes, la presencia de ergología apta para
sectores altos tales como las mesetas -utilizadas la realización de este tipo de modificaciones, tales
logísticamente a partir del Holoceno tardío-, esta- como manos y molinos, una elevada frecuencia de
ría indicando el uso planificado y el equipamiento este tipo de fractura en la totalidad de los huesos
de estos espacios (Rindel et. al 2007; Cassiodoro largos y evidencias de un alto grado de estandari-
2008). Si este instrumental puede ligarse efectiva- zación en el emplazamiento de las mismas. Estas
mente con el procesamiento de presas animales, características permiten defender la idea de su uti-
esto indicaría también la implementación de es- lización en un estadio inicial de procesamiento, po-
trategias de obtención planificada y sistemática de siblemente con el fin de acceder de manera eficien-
médula, posiblemente mediante el uso de técnicas te y completa a las cavidades medulares durante el
altamente estandarizadas de fractura de huesos, Holoceno tardío. En otros contextos arqueológicos
tales como las descriptas en este trabajo. la fractura perimetral bien puede haber cumplido
Un aspecto final que queremos retomar es el otros roles, o una combinación de funciones, pero
de las distintas hipótesis propuestas para explicar el punto destacable es que este rasgo se encuentra
la utilización de esta técnica de procesamiento. asociado intrínsecamente con otros que es necesa-
Como ya fuera mencionado, se ha indicado que rio explorar para poder conocer la razón de su apa-
esta modificación habría sido utilizada a los fines rición y frecuencia.
de acceder a las cavidades medulares (Gradín 1976; En síntesis, los datos hasta aquí volcados son
Mengoni Goñalons y Silveira 1976; Caviglia y Borre- un aporte más para comprender las condiciones
ro 1978; Massone et al. 1993), facilitar el trozamien- bajo las cuales aparece este tipo de fractura en
to y transporte (Massone et al. 1993; Prieto Ms. en diferentes sitios de Patagonia. Asimismo, hemos
Muñoz y Belardi 1998), procesar carcasas congela- presentado evidencia que sugiere al menos para
das y/o con rigor mortis (Binford 1978, 1981; Lupo momentos del Holoceno tardío un procesamiento
1994; Muñoz y Belardi 1998), adecuar los huesos estandarizado de las carcasas de guanaco por me-
al tamaño de contenedores utilizados para hervir dio de la fractura transversa/marcado perimetral
(Gifford González 1989), obtener formas base para que se relacionaría con la extracción completa de
instrumentos (Bird 1993; Miotti 1998; Hajduk y médula ósea y que estaría asociada a determinadas
Lezcano 2005) o bien una combinación de varias de tecnologías y se daría bajo condiciones espacio-
estas posibilidades (Muñoz y Belardi 1998; Hadjuk ambientales diversas.
y Lezcano 2005). La multiplicidad de funciones pro-
AGRADECIMIENTOS
A Juan Bautista Belardi y Rafael Goñi por la lectura y los comentarios hechos al manuscrito permitien-
do mejorar la versión original. A Cristian A. Kaufmann por sus comentarios como evaluador.
A Agustín Smart de la estancia Menelik y los Guardaparques Germán Meripillán, Magdalena Pollini y
Pablo Agnone del Parque Nacional Perito Moreno.
Agradecemos también a los proyectos donde se enmarcan nuestras investigaciones: ANPCYT PICT
04 2695, UNPA UARG 29/A114, UBACYT FO65 y al INAPL (Secretaria de Cultura de la Nación).
Bourlot et al 703
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
BIBLIOGRAFÍA
704
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz
Bourlot et al 705
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
706
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias
en el uso del recurso faunístico en la sociedad
Selknam
Edgard Camarós1, Vanesa Parmigiani2 y Ester Verdún Castelló1
A B S T R A C T
In this paper we analyze the differences between a domestic space and a ritual one produced
by the Selknam people (Tierra del Fuego), using archaeozoology. The differentiation between
one area and the other has been possible thanks to ethnography, because differences
were barely perceptible archaeologically speaking. This study also makes us think on
how the tangible result of a hunter-gatherer society ceremony, can be not so noticeable.
INTRODUCCIÓN
son presentados en otros trabajos en esta misma al. 2007; Camarós y Parmigiani 2007; Mansur et al.
obra (microlascas e instrumentos de vidrio, De An- 2007; Bogdanovic et al. 2008).
gelis 2007, 2008 en este volumen; semillas y car- La sociedad Selknam ocupó la zona interior de
bones, Berihuete et al. 2007; Bogdanovic et al., en la Isla Grande de Tierra del Fuego, desde el lago
este volumen). Fagnano hasta el Estrecho de Magallanes, hasta
principios del siglo XX. La llegada de los europeos
motivó su desaparición como sociedad. Su sistema
económico era cazador-recolector y se fundamen-
taba en la explotación de los recursos que ofrecía
el medio (cf. Borrero 1991; Chapman 2007). Este
trabajo quiere resaltar también, que además de
guanaco consumían también otros recursos y, para
ello, se movían por todo el territorio.
El Hain era un ritual que servía para que los ado-
lescentes varones entrasen en el mundo adulto. Se-
gún las crónicas, tanto la de Martin Gusinde como
la de Anne Chapman, el Hain se realizaba de mane-
ra periódica, aunque no estaban establecidos ni la
época de realización, ni su tiempo de duración. El
lugar también podía variar. A grandes rasgos, la ce-
lebración del ritual se caracterizaba por la construc-
ción de una choza más grande que las otras dónde
se reunían los hombres y los adolescentes a iniciar.
Figura 2. Estructura aérea del sitio Ewan I. Allí tenían lugar la mayoría de las actividades ce-
remoniales. Esta choza se ubicaba sola, junto a un
A partir de testimonios de habitantes del lugar claro, mientras que en el lado opuesto se ubicaban
y de las crónicas etnográficas, se relacionaron los las chozas “domésticas” donde estaban las muje-
sitios arqueológicos con una actividad ritual desa- res, niñas y niños no iniciados, quienes no tenían
rrollada por la sociedad indígena Selknam, el Hain. acceso a la misma. Se trataba de una ceremonia
A través de la información etnográfica y arqueoló- secreta, ya que nadie que no fuera hombre adulto o
gica, los sitios fueron interpretados como contem- los adolescentes iniciados podía saber qué pasaba
poráneos y vinculados entre sí, en función de su dentro de la choza ritual. Esta ceremonia tenía bá-
situación en el bosque, de las características de los sicamente el objetivo de asustar a las mujeres para
materiales arqueológicos hallados, su distribución asegurar el control social por parte de los hombres
espacial, así como por las características de las es- y seguir manteniendo una situación de poder sobre
tructuras descubiertas. Éstas coinciden con los re- las mujeres. El papel de éstas en la ceremonia era
latos etnográficos de Martín Gusinde (1982 [1931]) de espectadoras, aunque este rol también era una
y Anne Champan (2007 [1982]) para la realización parte necesaria en el desarrollo del ritual (Vila et al.
de la ceremonia de iniciación “Hain” (Berihuete et 2004; Chapman 2007).
EL ANÁLISIS ARQUEOZOOLÓGICO
Los restos de fauna son muy abundantes tan- llevado a cabo mediante la confrontación de los
to en Ewan I como en Ewan II. Su estudio es básico resultados de las diferentes líneas de análisis (tec-
para evaluar los sistemas de gestión de los recursos nología lítica, vegetales, fauna, etc.). En este tra-
consumidos por un lado, y para evaluar la posibi- bajo presentamos los resultados del análisis de la
lidad de detectar diferencias significativas entre gestión de los recursos arqueofaunísticos en su to-
los dos sitios por otro. Esto último, nos aportará talidad (vertebrados e invertebrados) de los sitios
información sobre las distintas actividades llevadas Ewan I y Ewan II-estructura 11.
a cabo en cada contexto. Uno de los objetivos del Con el fin de optimizar la recuperación del ma-
proyecto es abordar el análisis del registro arqueo- terial arqueológico, se efectuó el registro tridimen-
lógico de un sitio ceremonial, para evaluar diferen- sional de todos los restos determinables o cuyas
cias y similitudes en el consumo de los recursos y dimensiones superaran los 2 cm, seguido por el
utilización del espacio. Esta diferenciación se ha tratamiento del sedimento del interior de las es-
708
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad Selknam
tructuras mediante la técnica de flotación, recupe- to arqueológico está formado por una estructura
rándose de esta manera los materiales en tamices de la que aún se conservan en pie algunos troncos.
de 2 y 1 mm. En el interior de la choza se pudo documentar la
Para la identificación a nivel anatómico y taxo-existencia de una estructura de combustión y res-
nómico se usó la colección de referencia (CADIC) tos de distintos materiales arqueológicos. Entre los
así como diferentes atlas osteológicos específicos vestigios documentados encontramos, además de
(Schmid 1972; Barone 1976; Pacheco et al. 1979). la fauna, restos vegetales carbonizados (madera y
Para los invertebrados se utilizó la guía de Forcelli
semillas), microlascas de vidrio, metal y restos de
(2000). En general, el conjunto faunístico recupe- pigmento de ocre (Berihuete et al. 2007; Mansur et
rado en Ewan I y Ewan II se caracteriza por un alto al. 2007; De Angelis 2008).
grado de fragmentación. En referencia a los restos La mayoría de los materiales se encuentran con-
de vertebrados, se recuperó un total de 29942 frag- centrados dentro de la estructura de combustión o
mentos, de los cuales el 95,5% se obtuvo a través en las zonas adyacentes a ésta. Esta situación tam-
del tamizado en seco y la flotación. Los taxones bién afecta a los restos arqueofaunísticos, dando
determinados tanto en Ewan I como en Ewan II, como resultado la termoalteración del material
corresponden a fauna que actualmente podemos recuperado (huesos y valvas) en diferentes grados,
encontrar en el lugar. aunque la mayoría de los restos están calcinados
(Figura 3).
Ewan I El total de restos recuperados en Ewan I es de
Ewan I es el sitio que fue identificado como 21369 fragmentos. No obstante, sólo 308 han po-
choza ceremonial, donde se reunían los hombres y dido ser determinados, anatómica (65 fragmentos)
tenía lugar la mayor parte del ritual. El yacimien- o taxonómicamente (243 fragmentos) a causa del
alto grado de fragmentación debido, en parte, a la debido al alto grado de fragmentación, no ha sido
acción del fuego. De los restos no determinados, el posible discriminar entre una y otra especie y se ha
96% tienen un tamaño menor a 2 cm (Tabla 1). optado por clasificarlas dentro del taxón Nacella sp.
Además, ha de mencionarse la presencia de un fósil
Número de fragmentos Ewan II- del género Turritella sp., de procedencia geológica
Ewan I
óseos estructura 1 y que se encuentra en el sedimento como producto
No Determinados 21061 7890
de la erosión y posterior transporte desde forma-
ciones geológicas del Terciario marino (D. Marti-
Det. Anatomicamente 65 105 nioni, Lab. Geología Andina, CADIC, comunicación
Det. Taxonómicamente 243 578 personal 2005) (Figura 5 y Tabla 2).
Tabla 1. Cantidad de fragmentos óseos en cada sitio.
N. magellanica 51 9
Turritella sp. 1 2
gaster ND 1
Placophora 1
Mytilus edulis 1 2
Los resultados del análisis arqueofaunístico de Según estas descripciones, el guanaco se caza-
Ewan I y Ewan II-estructura1 constituyen un ejem- ba con arco y flecha y con la asistencia de los pe-
plo de como la sociedad Selknam está explotando rros. La caza del zorro se hacía también con arco
todos los recursos que tiene a su alcance. Aunque y flecha o garrote y también con la ayuda de los
con pequeñas diferencias, en los dos sitios se refle- perros. La caza de los roedores (tuco-tucos) era
ja el mismo tipo de gestión de los recursos. El radio una actividad importante. Carlos Gallardo describe
de explotación de estos es bastante extenso y abar- que estas cacerías podían llegar a producir más de
ca distintos ambientes: por un lado se documentan cuatrocientas piezas por partida (cf. Gallardo 1998
recursos como el guanaco, el roedor o el zorro colo- [1910]: 190).
rado que se encuentran en las zonas abiertas y ári- Los roedores se cazaban directamente dentro
das o boscosas de la isla (Massoia et al. 1993) que de sus madrigueras, con palos largos o con hondas
se podían obtener en los alrededores de las chozas. indistintamente. La caza de aves era una actividad
Por otro lado, tenemos recursos como los peces y comunal. Todas las crónicas atestiguan la importan-
los moluscos, que indican el desplazamiento de una cia de esta tarea colectiva. Ciertas aves se cazaban
parte del grupo hacia la costa para conseguirlos. de noche con antorchas para alumbrarlas en la os-
Además, el consumo de animales tan distin- curidad o también podían capturarse directamente
tos requiere distintas técnicas de captura y por lo en los nidos de los acantilados o bien usando distin-
tanto, distinto instrumental tecnológico adecuado tos tipos de trampas, hondas o flechas pequeñas.
para cada actividad. Dichas actividades e instru- El número de animales obtenidos de estas cacerías
mental específico están bien documentadas et- era muy alto.
nográficamente. Todas las crónicas (Gusinde 1982 En referencia a los recursos acuáticos, los peces
[1937]; Gallardo 1998 [1910]; Lothrop 2002 [1928]; se obtenían con cebo o red o bien podían obtener-
Chapman 2007 [1982]) coinciden en la descripción se los que quedaban atrapados en charcos en mo-
de las técnicas usadas para capturar cada uno de mentos de marea baja con una azagaya de pesca o
los recursos que se han identificado en Ewan I y II. un arpón pequeño. La recolección de los moluscos
712
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad Selknam
se hacía directamente con la mano o también con demos observar la ausencia de oveja (taxón intro-
la ayuda de un instrumento con filo o de una estaca ducido por los europeos) en la choza ritual (Ewan I).
terminada en punta. El transporte se hacía median- En este sitio tampoco documentamos la presencia
te cestos. de zorro colorado, ni de restos óseos modificados
Según la literatura etnográfica (Gusinde 1982; por cánidos en superposición a marcas de corte de
Lothrop 2002; Chapman 2007) algunas actividades origen antrópico que, por el contrario, sí aparecen
eran realizadas sólo por mujeres. Los recursos apor- en Ewan II. En consecuencia, en Ewan I, el guanaco
tados por ellas eran los moluscos y los peces que es la única especie consumida arqueozoológica-
quedaban atrapados durante la marea baja. Anne mente constatable a partir de las marcas y de la ter-
Chapman añade que las mujeres también cazaban moalteración. El consumo de roedores, aves y pe-
guanacos jóvenes con garrote y con la ayuda de los ces se documenta a partir de la termoalteración. A
perros. Según esta autora y Carlos Gallardo, la caza diferencia de todos los taxones mencionados el co-
de roedores la realizaba toda la familia o bien las nejo es totalmente intrusivo al sitio, ya que su pre-
mujeres con los niños. Esto demuestra una clara di- sencia en él es como agente disturbador y no como
ferenciación sexual del trabajo, dado que las tareas recurso. En cuanto a los peces, los especímenes
se reparten de acuerdo a un criterio de género. procedentes de Ewan I son fragmentos atribuibles
La comparación del registro arqueofaunístico a un ejemplar de Austrolycus laticinctus, una espe-
de los dos sitios revela que la principal diferencia cie marina que comúnmente puede ser recolectada
entre ambos es el mayor número de restos y el ma- en la zona intermareal debajo de rocas, donde se
yor grado de fragmentación, que presenta Ewan I, oculta durante las mareas bajas (F. A. Zangrando,
la choza ritual, (21369) respecto a Ewan II (8573). comunicación personal 2007). Si bien su presencia
En el caso de los restos de invertebrados, también es escasa en Ewan I, en Ewan II no se ha recuperado
aparecen muy fragmentados en los dos sitios, pero ningún especimen atribuible a ictiofauna.
a diferencia de lo que sucede con los vertebrados, Para el caso de los moluscos no observamos
el porcentaje de malacofauna entera es mayor diferencias significativas: las lapas son el taxón
(30,34%) en Ewan I que en Ewan II (5,99%). Tam- mayoritario, tanto para Ewan I como para Ewan II,
bién en este sentido, vemos que en Ewan I más del recuperándose un NMI similar en los dos sitios. Las
90% de los restos de fauna están situados espacial- condiciones de recuperación de estos restos son
mente en el centro de la choza, en el área de com- también similares dado el alto grado de fragmen-
bustión y en su periferia más cercana (como sucede tación y la termoalteración que presenta el mate-
con prácticamente todo el material arqueológico). rial en los dos sitios. Las especies presentadas en
En Ewan II podemos observar que la distribución de la tabla 2 son muy comunes en la zona de la costa
los restos arqueológicos es mucho más amplia: si atlántica de la Isla y se encuentran en la zona in-
bien hay una concentración en el área de combus- termareal, por lo tanto, en los momentos de ma-
tión, también están dispersos en el resto del sitio, rea baja pueden quedar totalmente fuera del agua,
en lo que corresponde a la zona interior. siendo de fácil acceso para su recolección.
Siguiendo con las diferencias significativas, po-
CONCLUSIÓN
a- En el alto grado de fragmentación como re- ción, en el grado de termoalteración y en las marcas
sultado de la termoalteración y el tipo de gestión de de carnívoros: en Ewan II se da un consumo y dese-
los restos faunísticos de Ewan I, comparado con los cho producto de una actividad social “cotidiana” y
de Ewan II, lo cual nos evidencia una clara intención en Ewan I de una actividad social “especial”. Este
de ocultamiento de las actividades allí desarrolla- tratamiento diferencial de los residuos nos puede
das: se pretendía eliminar todos los restos suscepti- estar sugiriendo, para Ewan I, una intencionalidad
bles de aportar información a las mujeres sobre las que va mas allá de la limpieza de la choza, que po-
actividades que los hombres realizaban dentro de dría ser interpretada como un ocultamiento para
la choza ritual. En concordancia con esto encontra- el resto de la sociedad Selknam de las actividades
mos más del doble de restos determinables a nivel llevadas a cabo allí (Vila et al. 2004).
específico en Ewan II (la choza doméstica) que en Por lo que respecta al consumo de recursos
Ewan I (choza donde tenían lugar muchas de las ac- animales en sí, a nivel arqueozoológico, podemos
tividades del ritual). constatar que si bien los Selknam consumen gua-
b- En Ewan I no se encontraron marcas de car- naco, también tenemos representados otro tipo de
nívoros sobre ningún resto óseo, al contrario que recursos animales más pequeños que, aunque se
Ewan II, donde éstas sí están presentes. Esto podría mencionan en las crónicas, siempre quedan en un
evidenciar lo que relataba Gusinde (1982: 985-986 segundo plano como tales. Este es el caso de la ic-
[1931]): “La Choza Grande nunca está completa- tiofauna, las aves, los roedores y los moluscos. Las
mente a solas. {...} Pues existe el peligro que los pe- distintas crónicas hacen referencia al consumo de
rros ingresen a la abandonada Choza del Klóketen, estos recursos y a partir de la arqueología es posi-
revuelvan allí las cosas y arrastren afuera, a la vista ble corroborarlo. La presencia de moluscos, de res-
de las mujeres, restos de huesos, pedazos de carne, tos de peces marinos y roedor es un claro ejemplo
saquitos con tierras colorantes y otras cosas por el de que la sociedad Selknam explotaba todos los re-
estilo.” cursos animales que el medio les ofrecía. El hecho
En el caso de Ewan II las marcas de cánidos pue- de que la costa marítima más cercana está a unos
den deberse a la acción de los perros domésticos 12 km de los yacimientos en línea recta nos está
mientras el sitio seguía ocupado, o bien a la acción indicando que se realiza un aprovechamiento ge-
de los zorros una vez abandonado el asentamiento neral de todos los recursos disponibles en la zona,
en los restos que quedaban esparcidos en el suelo. extendiéndose a un radio bastante amplio.
En cuanto a la gestión de los recursos, la pre- En conclusión, el ejemplo arqueológico de la ce-
sencia de oveja en Ewan II y no en Ewan I podría lebración del Hain en la sociedad Selknam permite
responder al hecho de que en la choza ritual se pre- documentar un consumo diferencial de los recursos
tendía hacer un énfasis sobre el consumo de recur- animales y una gestión distinta de los residuos en-
sos “tradicionales” no introducidos. Otra posible tre el ámbito doméstico y el ámbito ritual. Si bien
explicación es que conseguir una oveja es una acti- en este caso, el uso de las crónicas etnográficas y de
vidad que resulta más evidente a ojos de las muje- los testimonios de los habitantes del lugar han sido
res y niños que salir a cazar un guanaco, dado que decisivos para identificar la función de los sitios y
las ovejas tenían que comprarse en las estancias. vincularlos a un mismo contexto, esta experiencia
Con respecto a la gestión de los residuos de los permite ser aplicada en otros casos arqueológicos.
recursos animales, estos resultados nos llevaron a En referencia sólo al registro faunístico, por ejem-
plantear para Ewan I y II diferentes estrategias. Si plo es necesario reflexionar sobre las diferentes for-
bien en los dos sitios los animales son introducidos mas (o falsas similitudes) en las que se manifiestan
con fines de consumo, el desecho de sus restos fue los contextos arqueológicos simbólicos y no simbó-
diferente, sugiriendo marcos de actividades distin- licos en sociedades cazadoras-recolectoras.
tas que se reflejan tanto en el grado de fragmenta-
AGRADECIMIENTOS
A Estela Mansur por sus aportes, críticas y su enorme apoyo; a Adriana Lasa, por su colaboración
constante; a Hernán De Angelis, por sus ideas y su paciencia y a F. A. Zangrando, por su colaboración. No
queremos dejar de agradecer a todo el equipo multidisciplinar su colaboración en aquellos puntos que no
son de nuestra especialidad.
NOTAS
1
De aquí en adelante cuando se nombre a Ewan II se estará haciendo referencia a Ewan II estructura 1.
2
Aunque es muy probable que estos restos sean también de guanaco. No podemos asegurarlo pues
este taxón al estar tan fragmentado puede presentar dudas con respecto el taxón oveja. Por esta razón
714
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad Selknam
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716
El estudio de restos de peces en conjuntos
arqueológicos del sur de Mendoza: primeros
resultados y perspectivas
Mercedes Corbat1, A. Francisco Zangrando2 y Adolfo Gil3
A B S T R A C T
This paper presents the first results concerning the study of fish bone remains in archaeological sites
of southern Mendoza. Two main objectives have guided this study: 1. To evaluate the importance
given to fishes for subsistence by human populations living in that space; 2. To examine the
relationship between zooarchaeological fish assemblages composition and distributional and
abundance conditions of these resources, in a regional scale. As a first approach to this topic,
there are presented the obtained results for the sites of La Olla, RA 1, EB3 and 5 (Middle Atuel)
and Llan 17 and 22 (Llancanelo Lagoon). The taxonomical and anatomical compositions of the
bone assemblages are examined. Related to discussions about native or introduced species, new
study perspectives are drawn up, considering its relevance for protected areas management.
INTRODUCCIÓN
Figura 1. Áreas de estudio y localización de los sitios considerados en el texto. Referencias: 1. Lan-17; 2. Rincón del
Atuel-1; 3. La Olla, 4. El Bosquecillo 3 y El Bosquecillo 5.
1969; Kelly 1995; Binford 2001). Los principales (RA-1), El Bosquecillo 3 (EB 3) y El Bosquecillo 5 (EB
objetivos que guían esta investigación son: 1. exa- 5) localizados en la cuenca media del río Atuel y del
minar en una escala regional la composición de los sitio Llan 17 emplazado en las cercanías de la lagu-
conjuntos zooarqueológicos de peces en función na Llancanelo (Figura 1). Primeramente, damos a
de las condiciones de distribución y abundancia de conocer los resultados obtenidos en los análisis de
estos recursos en el área considerada; y 2. evaluar estos conjuntos, permitiendo examinar la compo-
la importancia de los peces en la subsistencia de las sición taxonómica y anatómica contemplando una
poblaciones humanas que habitaron el sur de Men- perspectiva tafonómica en la formación de estos
doza. depósitos arqueológicos. Por último, analizamos
Este trabajo constituye una primera aproxima- las implicaciones de estos recursos en el marco ge-
ción al estudio de la evidencia ictioarqueológica del neral de la subsistencia humana y para los procesos
sur de Mendoza y presenta los resultados obteni- de cambio señalados.
dos para los sitios La Olla (LO), Rincón del Atuel-1
718
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas
Llancanelo no fue claramente considerado en mo- pó en acotar variaciones internas como las que
delos previos de ocupación humana, quizá porque plantea un cuerpo lagunar y por ello se englobó
la escala espacial de dichos modelos no se preocu- todo bajo la unidad “La Payunia”.
Los sitios analizados provienen de trabajos cen- el río actualmente inicia la formación de sus baña-
trados en dos sectores extracordilleranos. El Atuel dos. En los tres sitios se registran material cerámico,
Medio, salvo las evidencias de Gruta del Indio, lítico y óseo. EB-3 y EB-5 presentan una ocupación
muestra registro de ocupaciones humanas limita- humana poco densa y se emplazan sobre la terraza
das al Holoceno tardío (Gil et al. 2008). El mismo actual del río a escasos metros de la barranca. La
patrón cronológico presenta el registro de Llanca- Olla se encuentra algo más alejado del curso actual
nelo (Gil et al. 2007). Los sitios cuya información y próximo a lo que en el pasado fueron cuerpos la-
aquí se presentan tienen fechados que datan al re- gunares. Las muestras analizadas provienen de una
gistro en los últimos 1500 años AP. En el valle del río excavación de 4 m2. Por su parte las muestras recu-
Atuel, las muestras provienen de Rincón del Atuel peradas tanto en EB3 como en EB5 provienen de
1 emplazado sobre la terraza actual del río Atuel, una superficie de 2 m2. En la laguna de Llancanelo
a pocos metros de la barranca y muy próximo a la los trabajos de campo también son recientes (Gil et
Gruta del Indio (Dieguez et al. 2004; Gil et al. 2008). al. 2007) y si bien en varios de los sitios excavados
En RA-1 se excavó 12 m2 y las cronologías del de- hay restos de peces aquí se presentan los de Llan-
pósito varían entre ca. 1500 y 300 años 14C AP. La 17. Este sitio se emplaza próximo a la desemboca-
Olla, El Bosquecillo 3 y El Bosquecillo 5, localizados dura del arroyo Malo con la laguna, sobre un cam-
muy próximos a General Alvear (Figura 1), han sido po eólico. La excavación es de aproximadamente 4
recientemente excavados y las investigaciones del m2 y la cronología radiocarbónica disponible indica
contexto están en sus primeras etapas. Desde aquí ocupaciones de ca. 1000 años AP.
CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS
Los restos de peces procedentes de todos los restos de peces recuperados hasta el momento en
sitios analizados suman un total de 136 especíme- sitios arqueológicos del sur de Mendoza; 2. como
nes, de los cuales cerca del 53% pudo ser deter- se demostrará más abajo para algunos sitios, la
minado en el nivel taxonómico. Si bien el número proporción de estos restos es similar o superior a
de especimenes analizado puede resultar bajo, lo las representaciones de las categorías taxonómicas
consideramos representativo fundamentalmente que integran los conjuntos zooarqueológicos. Este
por dos razones: 1. constituye el número total de trabajo constituye un avance de una investigación
720
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas
en curso y futuros estudios requerirán nuevos aná- sp. hay variaciones inter sitio. Entre esas se desta-
lisis e información procedente de mayor diversidad ca el registro únicamente de pejerrey en RA-1 y de
de situaciones. Mientras tanto, los resultados que perca tanto en EB3 y EB5 y la mayor abundancia de
presentaremos a continuación sobre la base de la perca tanto en Llan17 como en La Olla (Figura 2).
muestra señalada resultan apropiados para un aná- Entre los especímenes no identificados taxonómi-
lisis exploratorio. camente dominan las vértebras.
Se identificaron dos géneros, Percichthys sp. La figura 3 pone en evidencia que la mayor
(perca o trucha criolla) y Odonthesthes sp. (peje- abundancia de restos de peces se registra en el sitio
rrey). Si bien el taxón que predomina es Percichthys La Olla (Atuel Medio), habiéndose identificado el
62% del total de los especímenes allí recuperados. La estimación del tamaño de los peces repre-
En los restantes sitios ubicados en el Atuel Medio y sentados en la muestra arqueológica puede ser
en Llancanelo, la abundancia de restos de peces es necesaria para reconstruir la contribución de este
considerablemente menor a los dos anteriores; en recurso a la dieta, como así también su modo de
Llan 17 la proporción de restos taxonómicamente procesamiento (Wheeler y Jones 1989; Colley,
identificados es de un 25%. 1990). Existen varios métodos para relacionar el ta-
En cuanto a las representaciones anatómicas de maño de los huesos encontrados con la longitud de
Percichthys sp., sobre la base de los análisis cuanti- los peces, ya sea a partir de gráficos que muestran
tativos efectuados para el sitio La Olla, observamos estas relaciones o del uso de fórmulas de regresión
que el esqueleto axial (vértebras) es la porción más lineal (Casteel 1976; Wheeler y Jones 1989; Colley
representada por frecuencias absolutas (MNE). Sin 1990). Sin embargo, una estimación aproximada
embargo, los elementos del cráneo, en particular del tamaño relativo de los peces resulta suficiente
basioccipitales y otolitos, son más abundantes en para los propósitos de este trabajo. Considerando
términos relativos (MAU%). Esta pauta se repite en la abundancia de las vértebras en el registro, reco-
EB5 mientras que en Llan 17, RA1 y en EB3 no hay nociéndolas además como uno de los elementos
representaciones del cráneo (ni siquiera entre los más útiles para hacer estimaciones de tamaño jun-
no identificados taxonómicamente), encontrándo- to con los basioccipitales (Wheeler y Jones 1989) se
se únicamente vértebras en estos sitios. compararon los tamaños de estos elementos con
los correspondientes a los de la muestra de referen-
cia. Así, pudimos establecer un tamaño relativo que
Elemento MNE MAU MAU %
coincide con las dimensiones señaladas en fuentes
bibliográficas: menor a 400 mm de longitud (Rin-
Basioccipital 2 2 100 guelet et al. 1967). Teniendo en cuenta un MNI= 2
Cleitro 1 0,5 25 para los restos de Percichthys sp. en el sitio La Olla,
resultaría apresurado afirmar un aporte significati-
Nasal 1 0,5 25
vo de este recurso a la dieta (Figura 4). Esta cues-
Orbital 1 0,5 25 tión se abordará en el siguiente apartado.
Otolito 2 1 50
Antes de adjudicar un origen antrópico a estos
conjuntos ictioarqueológicos, analizamos algu-
Supracleitro 1 0,5 25 nas vías posibles de mezcla entre los materiales
Vértebra caudal (VC) 33 1,7 85 arqueológicos y restos de peces depositados por
otros procesos en el pasado y en el presente.
Vértebra precaudal (VP) 14 0,9 45
En todos los conjuntos analizados se observó
Tabla 1. Índices cuantitativos en Percichthys sp. corres- una buena preservación de los especímenes óseos.
pondientes al sitio La Olla. Llan 17 es el que presenta las mejores condiciones:
el 95,8% de los restos representados tiene un grado
722
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas
abundantes son cisnes de cuello negro (Cygnus me- Odonthesthes 4 (1) 2 (1) - - 1
lancoryphus), cisnes coscorobas (Coscoroba cosco-
Indet. 36 (7) 24 (9) 1 2 1 (1)
roba), patos (Anas sp.) y gaviotas (Larus sp.), siendo
también muy representativos flamencos comunes Total 95 (11) 32 (11) 3 4 (1) 2 (1)
(Phoenicopterus chilensis). Como punto de partida Tabla 2. Representaciones de NISP, entre paréntesis se
para evaluar el posible impacto de estos agentes señalan las cantidades de especímenes termoalterados.
en el registro arqueológico, se efectuaron recolec-
ciones de bolos de regurgitación en las proximi- Si analizamos las distribuciones verticales de
dades de la laguna Llancanelo, la mayor parte de los restos de peces y las comparamos con las co-
ellas probablemente producidas por especies de rrespondientes a los materiales líticos y cerámicos
la familia Ardeidae (Gil et al. 2007). Si bien estas observamos una importante correspondencia es-
aves acuáticas son ictiófagas, sólo 4 sobre un total tratigráfica en La Olla. En efecto, en este sitio se
de 177 egagrópilas (3,42%) presentaron restos de puede observar una distribución muy similar en-
peces (NSP= 15), siendo significativamente mayor tre los materiales artefactuales y los restos óseos
la representación de especímenes de mamíferos y de peces (Figura 5), lo que refuerza la idea de una
aves (ver tabla 9 en Gil et al. 2007). Estas recoleccio- depositación antrópica de los restos ictioarqueoló-
nes asimismo permitieron armar una muestra que gicos. Lamentablemente esta evaluación no puede
pudo ser empleada comparativamente con el ma- desarrollarse para Llan 17, ya que los materiales de
terial arqueológico. Los materiales encontrados en este sitio se encuentran en proceso de estudio y,
las egagrópilas no presentaban redondeamientos
muy acentuados en los extremos o procesos óseos
y la morfología inicial de los elementos son reco-
nocibles. Sin embargo, la superficie de los cuerpos
vertebrales normalmente se encuentra pulida, lo
que se podría atribuir a la acción corrosiva de los
ácidos estomacales (Fernandez-Jalvo y Andrews
1992). En los materiales arqueológicos por el mo-
mento no hemos registrado este tipo de modifica-
ciones y los huesos presentan una superficie más
áspera y opaca, y ángulos agudos respetando sus
morfologías originales. Esta situación, junto con
la escasa proporción de restos de peces obtenida
en las egagrópilas recolectadas, señala una nula o
Figura 5. Distribución estratigráfica en la frecuencia de
muy escasa incorporación de restos de peces a los materiales líticos, cerámicos y restos de peces en el sitio
sitios arqueológicos aquí estudiados por parte de La Olla.
por consiguiente, no contamos con los datos ne- baja frecuencia de modificaciones producidas por
cesarios. Dado que en los sitios EB3, EB5 y RA1 las agentes o procesos naturales, conjuntamente nos
frecuencias de especímenes recuperados fueron permiten sugerir que las representaciones de peces
muy bajas, no es posible obtener resultados signifi- en La Olla son de origen antrópico. Este resultado
cativos con este análisis distribucional. otorga un rol a los peces dentro de la subsistencia
En conclusión, la coincidencia en la distribu- humana que sin duda requiere ser indagado sobre
ción estratigráfica de los restos de peces con los la base de otras líneas de evidencia zooarqueológi-
de otros materiales (lítico y cerámica), sumado a ca disponibles para este sitio.
la presencia de especímenes termoalterados y una
724
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas
Figura 7. Distribución estratigráfica de frecuencias relativas para los distintos taxones representados en La Olla.
del dominio del guanaco en la dieta. Por el contra- años en el sur de Mendoza (Gil 2006; Neme 2002a,
rio, y concordante con la heterogeneidad ambien- 2002b), según el cual regiones de baja productivi-
tal de la región, el guanaco varió en su importan- dad primaria sólo habrían sido pobladas mediante
cia dentro de la subsistencia humana. En regiones una diversificación en las estrategias de subsisten-
donde la disponibilidad de este camélido es más cia. Así, la disminución experimentada en la caza
reducida que en estepas patagónicas o desiertos de presas de alto rendimiento individual condujo
altoandinos, los grupos cazadores-recolectores a un aumento en el procesamiento de las plantas,
pudieron haber orientado su subsistencia hacia proceso que culminaría con la adopción de la agri-
el aprovisionamiento de especies pequeñas y con cultura entre los 2000 y 1000 años AP en algunos
distribuciones localmente acotadas (Neme y Gil sectores del sur de Mendoza (Gil y Neme 2008a).
2008a). Este tipo de situación es el que interpreta- En este sentido, esta primera aproximación al estu-
mos para los sectores considerados en el presente dio de los restos zooarqueológicos de peces permi-
trabajo: zonas cercanas a fuentes de agua donde te plantear el interrogante de si el consumo de pe-
hay disponibilidad de peces entre otros recursos. ces registrado en algunos sitios de la región, pudo
Esta interpretación cobra mayor complejidad e haber sido parte de las estrategias utilizadas para
importancia en el marco del modelo de intensifi- mitigar la disminución en la oferta de recursos (y/o
cación de recursos planteado para los últimos 2000 ámbitos) altamente jerarquizados.
CONSIDERACIONES FINALES
Este primer análisis ictioarqueológico de con- tos de peces se restringen al sector oriental y en los
textos del sur de Mendoza evidencia la contribu- últimos 1500-2000 años. En las investigaciones ar-
ción de peces en la subsistencia humana y permite queológicas del sur de Mendoza, al igual que en las
vincularlo con un proceso de amplitud en el uso del referencias históricas, se carecía de datos sobre el
espacio, en el cual los ambientes acuáticos podrían registro y/o usos de estos recursos. Esta situación
haber adquirido mayor relevancia hacia momentos contrastaba con las tendencias que se vienen infor-
tardíos de la secuencia ocupacional de dicha re- mando para el norte de Mendoza (García Llorca y
gión. Al igual que en el norte de Mendoza, los res- Cahiza 2007). Mientras que en la laguna de Guana-
cache (Cahiza 2003), situada en el norte y misma interés el caso de la laguna Llancanelo, ubicada en
región ictiogeográfica que nuestra área de estudio, un área ecotonal al igual que la laguna de Guana-
hallamos crónicas y estudios que evidencian el con- cache. En este sentido, en necesario profundizar
sumo de peces como una importante actividad en estudios sobre aspectos tafonómicos y procesos de
el pasado, en el sur de Mendoza la demostración de formación, y sumar nuevos sitios y áreas al análisis
dicho comportamiento y su magnitud constituye ictioarqueológico para reforzar y contrastar nues-
un desafío a enfrentar con futuras investigaciones. tras interpretaciones acerca de la contribución de
De esta manera, proponemos intensificar el estu- los peces a la subsistencia de las poblaciones hu-
dio en el sur de Mendoza, revistiendo particular manas del pasado.
AGRADECIMIENTOS
Los trabajos cuyos resultados aquí se presentan se enmarcan en los proyectos subsidiados por la
Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y tecnológicas. Clara Otaola, Gustavo Neme y Miguel Giardina realizaron sugerencias sobre versiones
previas. Agradecemos a Miriam Ayala quien preparó las muestras previo al análisis. También nuestro re-
conocimiento a los guardaparques del Área Protegida laguna Llancanelo y al personal de la Dirección
Provincial de Recursos Naturales de Mendoza. A Bruno Marín por facilitar material comparativo. A los
amigos del Museo de Historia Natural de San Rafael, Museo Regional Malargüe y a los estudiantes y ami-
gos que colaboraron en las tareas de campo. Por supuesto, a “Mili” por armarnos el poster presentado en
Ushuaia y diseñar algunas de las figuras presentadas en este escrito. Finalmente, queremos agradecer al
Dr. Andrés Izeta por el aporte crítico al trabajo mediante su evaluación.
BIBLIOGRAFÍA
726
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas
728
Tafonomía de huesos de cormoranes en la
Costa Patagónica. Primeros resultados
Isabel Cruz1
A B S T R A C T
Taphonomic observations carried out at the nesting area of Imperial shags (Phalacrocorax
atriceps) on Isla Deseada (estuary of Gallegos River, Santa Cruz, Argentina) are reported with the
aim of evaluating the representation of these birds’ skeletal parts in natural deposits. Imperial
shags are the most represented avian species in the archeological record of the region and,
although it was not possible to determine a characteristic pattern of use by human populations,
the exploitation of the species was discussed in relation to the skeletal parts present in each
archaeological deposit. The representation of skeletal parts at Isla Deseada shows differences
with other taphonomic studies, since upper and lower limbs prevail, followed by the scapular
girdle, axial skeleton and pelvic girdle. While the absence of terrestrial predators on the
island may be an important factor in this representation, the pattern found is considered a
result of the intrinsic characteristics of shags’ bones. Because they are diving birds, Imperial
shags have scarcely pneumatized bones and thicker cortical walls; therefore their bones
are likely to be more resistant to taphonomic processes than other bird species’ bones.
INTRODUCCIÓN
Los cormoranes fueron las aves marinas más 1991). Debido a ello, el análisis zooarqueológico no
explotadas por los cazadores humanos de Pata- sólo implica analizar los depósitos en términos de
gonia durante el Holoceno. Están representados los actores humanos, sino que también es necesa-
en registros fósiles de la región desde el Pleisto- rio entender cuál pudo ser la contribución de otros
ceno Temprano-Medio (Tambussi y Noriega 1996) actores y procesos en la formación de los depósitos
y sus restos han sido recuperados en varios sitios en cuestión.
arqueológicos del sur de Patagonia, generalmente En la costa del sur de Patagonia, uno de los prin-
en números más altos que los de otras especies de cipales procesos que pueden derivar en la mezcla
aves (Lefèvre 1989, 1992, 1993-94, 1997; Lanata et de materiales arqueológicos y actuales es la morta-
al. 1992; Rassmussen et al. 1994; Savanti 1994; Mo- lidad de aves marinas en colonias de nidificación y
reno et al. 1998; L’Heureux y Franco 2002; Mameli sectores aledaños (Cruz 2004, 2007a, 2008a, entre
2002; Simeone y Navarro 2002; Causey y Lefèvre otros). Dado que es muy posible que los humanos
2006; Piana et al. 2007, entre otros). cazaran a los cormoranes en sus nidos o cerca de
Gran parte de lo que conocemos acerca de los ellos, es factible que los depósitos de huesos gene-
cormoranes durante los últimos miles de años en rados a partir de estas actividades tuviesen carac-
Patagonia deriva del estudio de sus huesos en re- terísticas similares a los de las colonias de nidifica-
gistros zooarqueológicos. Una de las premisas bási- ción. Por lo tanto, para comprender cuáles fueron
cas para evaluar hipótesis a partir de estos registros las interacciones entre los cormoranes y las pobla-
es que las trazas y otras propiedades de los huesos ciones humanas de la región, es necesario primero
y conjuntos deben remitir de manera inequívoca al efectuar un análisis tafonómico exhaustivo de los
actor invocado como responsable de las mismas, depósitos que contienen sus restos (Higgins 1999).
en un contexto conductual definido y bajo condi- Sobre la base de estas premisas, en 2003 se ini-
ciones ecológicas específicas (Gifford-González ciaron estudios destinados a conocer la dinámica
1 Unidad Académica Río Gallegos, Universidad Nacional de la Patagonia Austral. L. de la Torre 1070 (9400) Río
Gallegos, Argentina. Correo electrónico: [email protected]
Cruz 729
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
tafonómica de los restos actuales de cormoranes y paleoambiental. Como en el caso de otras aves
en sus áreas de nidificación. En este trabajo se pre- (Cruz 2001, 2006, 2008c, entre otros), este enfoque
sentan los resultados de estos primeros estudios, permitirá evaluar a los cormoranes como presas
efectuados en el Área Natural Protegida de Uso de los cazadores humanos en un momento dado
Científico Isla Deseada (estuario del río Gallegos, y considerar todos los procesos involucrados en la
Santa Cruz, Argentina). formación de los depósitos.
El fundamento de todo estudio actualístico es De acuerdo con estas afirmaciones, en primer
que el entendimiento de los fenómenos actuales lugar aquí se presenta información biológica y eco-
permitirá comprender el modo en que los procesos lógica relevante para los estudios tafonómicos y
pasados afectaron a los registros fósiles, aunque el arqueológicos de estas aves. Luego, los resultados
grado debe determinarse en cada caso en función de las observaciones efectuadas en el área de nidi-
de las condiciones pasadas (Gifford-González 1991, ficación de cormoranes imperiales (Phalacrocorax
entre otros). Esto implica que la aplicabilidad de atriceps) de Isla Deseada. El énfasis estará puesto
los principios surgidos de observaciones actuales en la representación de partes esqueletarias de
dependerá también del grado en que se conozcan estas aves, por lo que además de presentar el pa-
los ecosistemas y ambientes del pasado, a partir de trón detectado en el conjunto actual, el mismo será
líneas de evidencia independientes de la tafonó- comparado con el registrado en algunos depósitos
mica. Por lo tanto, el análisis tafonómico de un de- arqueológicos que incluyen restos de cormoranes.
pósito específico no sólo debe incluir la evaluación Por último, se resumen algunos aspectos biogeo-
de las trazas y otras características del conjunto gráficos que deberán tenerse en cuenta para un
zooarqueológico, sino que también debe incorpo- análisis tafonómico adecuado de los huesos de es-
rar información relativa al contexto paleoecológico tas aves.
Actualmente, las especies de cormoranes que Patagonia nunca supera los pocos cientos de pare-
nidifican en la costa atlántica del sur de Patagonia jas reproductivas (Frere et al. 2005).
continental son cinco: el cormorán imperial (P. atri- La disponibilidad y calidad de los hábitats apro-
ceps) y el real (P. albiventer) -que para algunos au- piados para emplazar los nidos son factores de
tores constituyen una única especie (Siegel-Causey importancia que determinan la distribución, abun-
1988; Rasmussen 1991)-, el biguá o cormorán del dancia y éxito reproductivo de las aves marinas. El
neotrópico (P. olivaceus), el cormorán gris (P. gai- hábitat para la reproducción debe incluir la presen-
mardi) y el cormorán roquero o de cuello negro (P. cia de áreas estables de gran productividad, un sus-
magellanicus) (Yorio et al. 1998; Punta, Yorio, Sara- trato adecuado para emplazar los nidos y ofrecer
via y García Borboroglu 2003; Frere et al. 2005, en- protección contra los predadores (Furnes y Mona-
tre otros). Son aves comunes en islas y acantilados gham 1987; Kharitonov y Siegel-Causey 1988; Pun-
de la región, tanto sobre la costa del mar como en ta, Yorio, Saravia y García Borboroglu 2003, entre
rías y estuarios. Allí emplazan sus apostaderos de otros). Las especies de cormoranes tienen dife-
descanso y lugares de nidificación, en los que pue- rentes requerimientos de hábitat para nidificar. El
den permanecer durante la estación de cría o a lo cormorán imperial y el real nidifican directamente
largo de todo el año (Malacalza 1995, 1998; Arrighi sobre el suelo, en nidos que son construidos con
y Navarro 1998; Punta, Yorio, Herrera y Saravia diversos materiales (guano, algas, ramas, plumas,
2003; Frere et al. 2005). huesos, restos de pichones y elementos derivados
Todos estos cormoranes son sumamente perti- de la actividad humana) y que preferencialmente
naces en la localización de sus áreas de nidificación, se ubican en sectores planos, con pendientes entre
pero la cantidad de individuos que se concentra 0° y 7° (Malacalza 1995; Punta, Yorio, Saravia y Gar-
en estos sectores durante la época reproductiva cía Borboroglu 2003; Albrieu et al. 2004; Frere et al.
depende de la especie. El cormorán imperial es 2005). Los nidos del biguá están construidos con
actualmente la cuarta especie de ave en orden de ramas, algas y plumas. Generalmente se ubican
importancia numérica en Patagonia, con colonias en la parte superior de arbustos y matas, en colo-
de hasta varios miles de individuos (Punta, Yo- nias que en muchos casos están asociadas a las de
rio, Saravia y García Borboroglu 2003; Frere et al. pingüinos de Magallanes (Malacalza y Navas 1996;
2005). Las colonias de las otras especies -el biguá, Albrieu et al. 2004; Frere et al. 2005). El cormorán
el cormorán roquero y el gris- generalmente están roquero nidifica en acantilados y elevaciones roco-
integradas por una menor cantidad de aves, que en sas, en las que comparte las zonas de nidificación
730
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados
de otras aves, formando colonias mixtas especial- ranes (Punta, Yorio, Saravia y García Borboroglu
mente con P. atriceps y P. gaimardi (Gandini y Frere 2003; Frere et al. 2005).
1995; Malacalza 1995; Frere et al. 2005). Con respecto a la mortalidad de estas aves, los
Muchos cormoranes nidifican exclusivamente cormoranes adultos rara vez mueren en las áreas
en islas, especialmente en aquellas ubicadas lejos de nidificación (Emslie y Morgan 1994). Sin embar-
de la costa y menos accesibles a los predadores go, pueden ocurrir eventos catastróficos causados
terrestres, incluidos los humanos (Punta, Yorio, por la ingestión de la neurotoxina producida por el
Saravia y García Borboroglu 2003). En las áreas de protozoario conocido como “marea roja”, por en-
nidificación, los predadores aéreos son las gaviotas fermedades y por la pérdida de las fuentes de ali-
-especialmente la cocinera (Larus dominicanus)-, mentos (Furnes y Monaghan 1987; Emslie y Morgan
las eskúas (Catharacta skua) y el petrel gigante 1994; de France 2005). En cambio, los porcentajes
(Macronectes giganteus) (Punta y Herrera 1995; de pérdida de huevos y la mortalidad de pichones
Malacalza y Navas 1996; Quintana y Yorio 1998; generalmente alcanzan porcentajes muy altos en
Yorio et al. 1998; Punta, Yorio, Saravia y García gran parte de las colonias patagónicas (Malacalza
Borboroglu 2003; Frere et al. 2005). En las colonias y Navas 1996; Arrighi y Navarro 1998; Malacalza
continentales de Chubut y Santa Cruz, los mamífe- 1998; Punta, Yorio, Herrera y Saravia 2003; Frere et
ros (especialmente zorros y pumas) pueden ejercer al. 2005).
un cierto impacto sobre las poblaciones de cormo-
El Área Natural Protegida de Uso Científico Isla comunidad halófita de Suaeda argentinensis - Sali-
Deseada se ubica en el estuario del río Gallegos (51º cornia ambigua (Faggi 1985). En la parte central de
40’ S - 69º 16’ W) (Figura 1) y cuenta con una super- la isla hay matorrales cerrados que no superan los
ficie aproximada de 37 hectáreas. 50-60 cm de altura, en los que se ubican los nidos de
Dado el carácter mixohalino del estuario, la flo- algunas especies de aves. En las áreas más externas
ra de la costa es escasa. En Isla Deseada domina la la vegetación es pobre y de escasa cobertura, estos
sectores son utilizados por las gaviotas cocineras y
los cormoranes imperiales para nidificar (Albrieu et
al. 2004).
Además de las especies mencionadas, en la isla
nidifican varias especies de aves de la región: pin-
güinos de Magallanes, eskúas, garzas brujas (Nycti-
corax nycticorax), bandurrias australes (Theristicus
caudatus) y patos crestones (Lophoneta specula-
rioides) (Arrighi y Navarro 1998; Yorio et al. 1998
Albrieu et al. 2004; entre otros).
El área de nidificación de los cormoranes impe-
riales se ubica en el extremo sureste de la isla, cu-
bre una superficie aproximada de 2000 m2 y cuenta
con más de 4000 parejas reproductivas. Como en
otras áreas, los cormoranes imperiales de Isla De-
seada nidifican en el sector de la isla que enfrenta
el mar, sobre terreno llano y con escasa vegetación
Figura 1. Ubicación del Área Natural Protegida Isla De- (Punta, Yorio, Herrera y Saravia 2003; Albrieu et al.
seada (estuario del río Gallegos, Santa Cruz, Argentina). 2004; Frere et al. 2005).
METODOLOGÍA
Las observaciones tafonómicas en Isla Desea- fin de lograr resultados comparables con los obte-
da se llevaron a cabo con la misma metodología nidos en ellas. Por lo tanto, el muestreo en Isla De-
implementada en otras localidades de Santa Cruz seada consistió en transectas lineales emplazadas
(Cruz 2000, 2004, 2007a, 2008a, entre otros), con el en el área central de la zona de nidos, que tuvieron
Cruz 731
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
aves, tanto en los nidos como en el espacio entre TANC 2 ca.240 m2 guano 0 muy buena
ellos (Figura 2). Allí no hay vegetación y la visibi- Cuadro 1. Características generales de las transectas en
lidad es muy buena. Sin embargo, el guano cubre el Área Natural Protegida Isla Deseada.
los restos que se van depositando, tanto carcasas TANC: transecta área nidificación cormoranes. %CV =
como huesos, por lo que los mismos son rápida- porcentaje cubierta vegetal
mente incorporados al sedimento. El guano es un
importante indicador de la existencia de áreas de
Figura 2. Nidos de cormoranes imperiales (Phalacrocorax atriceps) luego de la estación de cría (Isla Deseada, Santa
Cruz, Argentina). Escala = 1 m.
732
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados
nidificación de las especies guaneras (cormorán im- corresponden a un área menor a la relevada en las
perial y real). Desde el punto de vista del análisis ta- otras localidades, en las que los valores de densi-
fonómico, su presencia permite establecer el con- dad obtenidos son un promedio de las densidades
texto de depositación de los restos de estas aves. variables presentes en diferentes sectores (ver Cruz
Por lo tanto, es un elemento que puede utilizarse 2007a: Tabla 3). En el área de nidificación de los cor-
para detectar la superposición o mezcla de mate- moranes existe una correspondencia entre la ho-
riales arqueológicos y restos derivados de áreas de mogeneidad relativa de la depositación de restos y
nidificación de estas especies. la homogeneidad en la distribución de los nidos. En
En la tabla 1 se presentan las cantidades de res- este sentido, otro factor que puede influir para que
tos (carcasas y especímenes óseos) observados en exista una mayor densidad de huesos en el área de
cada una de las transectas, así como en el total de nidificación de cormoranes es la densidad de nidos.
ellas. Como fuera registrado en otras áreas de ni- En Isla Deseada, la densidad de nidos de cormora-
dificación de aves marinas en la costa patagónica nes es de aproximadamente 2,6 nidos/m2 (Arrighi y
(Cruz 2004, 2007a, 2008b), los huesos y carcasas Navarro 1998), mientras que en el área de nidifica-
se presentan como una concentración, que en este ción de pingüinos de Magallanes en Cabo Vírgenes
caso constituye un punto particular en el paisa- la densidad es de 17 nidos/100 m2 (Frere et al. 1996),
je óseo de la isla. Contrariamente a lo esperado, es decir 0,17 nidos/m2. Debido a que la mayor mor-
la cantidad de carcasas observada en la segunda talidad de aves marinas se produce en los nidos o
transecta (TANC 2) fue menor que en la primera, cercanías de los mismos, cuanto mayor sea la can-
efectuada antes de la estación de cría. En cambio, tidad de nidos por unidad de espacio, mayor será la
la cantidad de especímenes óseos (tanto en valores cantidad de restos en esa unidad.
de NISP como de MNE) y la densidad de huesos por En la tabla 2 se presenta la diversidad faunística
unidad de espacio fueron mayores (Tabla 1). del registro óseo en el sector muestreado. Sólo un
especimen de mamífero (un fragmento de hueso
plano) no pudo asignarse a ninguna de las clases de
Densidad
Transecta Carcasas NISP MNE (MNE/ tamaño, por lo que no se incluyó en la tabla. Como
m2) puede verse, predominan los restos de aves (67%)
TANC 1 (2003) 41 24 24 0,1 por sobre los de mamíferos (33% entre ambas cate-
gorías). Debido a que los mamíferos no habitan la
TANC 2 (2004) 30 85 82 0,5 isla, es posible que los mismos fueran transporta-
dos por el agua o por las gaviotas que nidifican en
Total 71 109 106 0,5
la isla (Cruz 2008b).
Tabla 1. Cantidad de carcasas y huesos (NISP y MNE) en
las transectas efectuadas en Isla Deseada (Santa Cruz). Los restos de aves incluyen carcasas y huesos.
TANC: transecta área nidificación cormoranes.
Como era esperable, 61 de los 70 especímenes de
aves fueron determinados como de cormoranes, el
La cantidad de carcasas, así como la cantidad resto de los especímenes corresponden a aves in-
de especímenes y la densidad por m2 se adecuan determinadas, entre las que se incluye una de gran
a lo esperado para los depósitos en áreas de nidi- tamaño, posiblemente petrel gigante. Lo mismo
ficación de la costa patagónica. Sin embargo, la sucede en el caso de las carcasas, ya que 70 de las
densidad de huesos en la zona de nidificación de observadas en el área de muestreo corresponden a
cormoranes presenta valores más altos a los detec- cormoranes.
tados en dos colonias de nidificación de Sphenisci- En líneas generales, la representación faunísti-
dae en Santa Cruz (Cruz 2007a). Es posible que los ca en el registro óseo de Isla Deseada es semejan-
valores más altos en la Isla Deseada se deban a que te a la detectada en otras localidades de la costa
TANC 1 0 0 11 0 13 41
TANC 2 4 0 21 0 57 30
TOTAL 4 0 32 0 70 71
Tabla 2. Diversidad faunística (MNE y cantidad de carcasas) en el área de nidificación de cormoranes imperiales (P.
atriceps) de Isla Deseada (Santa Cruz, Argentina).
TANC: transecta área de nidificación de cormoranes. Carc.: carcasas.
Cruz 733
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
patagónica: hay una mayor cantidad de huesos de nes presentes. Sólo un pequeño porcentaje de los
aves que de mamíferos y, entre los restos de aves, huesos de aves se encontraba levemente meteori-
predominan los correspondientes a la especie ni- zado, mientras que más de la mitad no presentaba
dificante (Cruz 2004, 2007a, 2008a). Como en los modificaciones debidas a la meteorización. Este
otros casos, este resultado también contrasta con perfil se adecua a las expectativas para áreas de ni-
lo relevado en ambientes terrestres de la región, en dificación, en las que hay un importante aporte de
los que predominan los restos de mamíferos gran- restos durante los meses de cría. En el caso de los
des como guanacos y ovejas (Cruz 2000, 2007b, huesos de mamíferos, tal como fuera registrado en
2008a). otras localidades patagónicas, el perfil de meteori-
En la tabla 3 se presentan las propiedades tafo- zación presenta una mayor diversidad de estadios
nómicas de los huesos de mamíferos y aves. Puede que los de aves (Cruz 2007b, 2008a). Sin embargo,
verse que en todos los casos predominan los restos a diferencia de lo detectado en las otras localida-
desarticulados, pero en el caso de las aves también des, entre los huesos de mamíferos de Isla Deseada
se registraron huesos articulados. El depósito en el predominaron los huesos no meteorizados y leve-
área de nidificación de cormoranes está constitui- mente meteorizados. Es muy posible que esto se
do por una gran cantidad de huesos desarticulados relacione con la rápida cobertura de los huesos por
y carcasas con un alto grado de integridad. Es de- el guano, que los sepulta antes de que puedan ser
cir, pueden observarse los puntos extremos de la afectados por los agentes atmosféricos y registra-
secuencia de desarticulación, con una menor canti- dos en superficie por cualquier observador.
dad de casos intermedios de este proceso (31% de La cantidad de fracturas observadas es diferen-
huesos articulados). te en los restos de los dos grupos de vertebrados:
mientras que entre los huesos de mamíferos pre-
Mamíferos Aves dominan los fracturados, entre los de aves hay ma-
grandes voladoras yor cantidad que no lo está. Aunque en otras loca-
Desarticulados 100% 69%
lidades hemos establecido que la mayor cantidad
Articulados - 31% de fracturas de los restos de mamíferos se debe a
que en general poseen historias tafonómicas más
No meteorizados 36,5% 54%
Estadio 1 36,5% 8% largas que los huesos de aves (Cruz 2007a, 2008a),
Estadio 2 9% - en el caso de Isla Deseada parte de las fracturas de
Estadio 3 9% -
estos vertebrados se debe a que fueron transpor-
No determinado 9% 38%
tados por las gaviotas para la construcción de sus
Fracturados 82% 31% nidos, que requieren un peso no mayor a los 33 gr
No fracturados 18% 69%
(Cruz 2008b).
Modificaciones por No se registraron modificaciones asignables a
0% 0%
carnívoros carnívoros, lo cual es concordante con el hecho de
Huesos enterrados 64% 15% que no hay predadores o carroñeros mamíferos ha-
Huesos no enterrados 36% 85% bitando la isla. Al evaluar la acción de aves y mamí-
feros como actores tafonómicos en otros sectores
Tabla 3. Propiedades tafonómicas de los especímenes
(NISP) de mamíferos y aves en Isla Deseada. No se de la costa patagónica, establecimos que tienen
consideran las carcasas. diferentes roles en la modificación de huesos y car-
casas (Cruz 2004, 2007a, 2008a). La acción de las
Un aspecto relevante desde el punto de vista aves generalmente se centra en los tejidos blandos,
tafonómico es que la mayor parte de estos hue- por lo que su papel como actores tafonómicos con-
sos son elementos correspondientes a juveniles. El siste fundamentalmente en contribuir a la desarti-
esqueleto de los cormoranes termina de osificar- culación de las carcasas. Sin embargo, tanto en las
se aproximadamente a los 70 días del nacimiento áreas de nidificación de pingüinos como en secto-
(Johnsgard 1993, en Higgins 1999). Los huesos de res fuera de las transectas del área de nidificación
los pichones hasta ese momento son más frágiles y de los cormoranes se registraron restos de aves
se destruyen más rápidamente que los de los adul- con modificaciones en el esternón (Figura 3). Es-
tos, por lo que es posible que esta característica de tas modificaciones fueron efectuadas por gaviotas
la muestra tenga consecuencias en la historia tafo- o eskúas, e indican que en algunos casos las aves
nómica de este depósito. pueden producir efectos sobre los huesos. Aunque
En muchos de los especimenes de aves (38%) y en las transectas de Isla Deseada no se detectaron
algunos de mamíferos (9%) no fue posible evaluar este tipo de modificaciones en los huesos y carca-
el estadio de meteorización, debido a que la capa sas, es posible que algunas modificaciones leves
de guano que los recubría oscurecía las modificacio- fuesen enmascaradas por la fina capa de guano que
734
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados
Figura 3. Esternón de juvenil de gaviota cocinera (Larus dominicanus) con daños producidos por aves (Isla Deseada,
Santa Cruz, Argentina). El círculo blanco indica la ubicación de las modificaciones.
tos de las extremidades posteriores (41%) y ante- Tabla 4. Representación de partes esqueletarias de
riores (38%). cormoranes imperiales (P. atriceps) en las transectas
efectuadas en Isla Deseada (Santa Cruz, Argentina).
Cruz 735
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Cintura Pélvica 2% 0% 1% 4% 2%
Tabla 5. Comparación de los perfiles naturales de representación de unidades anatómicas de aves voladoras en
varias localidades patagónicas (datos de Cruz 2005) y de cormoranes en Isla Deseada.
P.N.P.M.: Parque Nacional Perito Moreno; R. G.: cuenca del río Gallegos; R.P.C.V.: Reserva Provincial Cabo Vírge-
nes; P. M.: Punta Medanosa; I. D.: Isla Deseada.
Varios autores han planteado que en las acumu- otras aves, para poder sumergirse adecuadamente
laciones naturales de huesos de aves predominan (Bellairs y Jenkin 1960). En el caso de los cormora-
los elementos de las extremidades anteriores y la nes, sólo el húmero, el esternón y el centro de unas
cintura escapular (Ericson 1987; Livingston 1989; pocas vértebras cervicales están neumatizados
Muñoz y Savanti 1998, entre otros). En concordan- (Bellairs y Jenkin 1960; Higgins 1999). Por lo tanto,
cia con estas afirmaciones, los estudios tafonómi- es posible que, debido a la carencia de neumatiza-
cos efectuados en varias localidades de Patagonia ción y a su papel en la locomoción bajo el agua, los
mostraron una representación similar (Cruz 2005, huesos de las extremidades posteriores de los cor-
entre otros). En estos estudios, los huesos corres- moranes sean más resistentes a los procesos tafo-
pondientes a todas las aves (excepto pingüinos y nómicos que los de otras aves.
ñandúes) se analizaron de forma conjunta, en una Otro factor que puede explicar este inusual pa-
categoría amplia denominada “aves voladoras”. trón de representación de partes esqueletarias es la
Esta categoría abarcó los restos de especies con un ausencia de predadores terrestres en la isla. Las ob-
amplio rango de tamaños corporales y de variación servaciones tafonómicas de Bickart (1984), de Oli-
anatómica, dentro del marco general del esqueleto ver y Graham (1994) y las propias (Cruz 2007a, en-
básico de las aves. Uno de los objetivos de las ob- tre otros) mostraron que la acción de los carnívoros
servaciones efectuadas en Isla Deseada, por lo tan- sobre carcasas de aves se concentra en las extre-
to, fue establecer si existían diferencias en la repre- midades posteriores y el esqueleto axial, mientras
sentación de partes esqueletarias de aves incluidas que las alas generalmente permanecen intactas. Es
en esta gran categoría. posible, entonces, que la mayor representación de
En la tabla 5 pueden observarse las diferencias elementos de las extremidades posteriores en Isla
entre los perfiles naturales de partes esqueletarias Deseada se deba a la ausencia de estos actores ta-
de aves voladoras y el observado para huesos de fonómicos.
cormoranes en Isla Deseada. Aunque estas dife- Para determinar si existen diferencias y/o si-
rencias pueden estar relacionadas con el tamaño militudes entre el patrón natural detectado y la
de la muestra de Isla Deseada, que es pequeña, representación de unidades anatómicas en depó-
también es factible que las mismas se vinculen con sitos arqueológicos, en tabla 6 se comparan los
la anatomía de los cormoranes, que son aves adap- resultados de Isla Deseada con los registrados en
tadas tanto al vuelo como al buceo (Siegel-Causey sitios arqueológicos que poseen una gran cantidad
1988). de restos de cormoranes. Tres de estos sitios son
El esqueleto de las aves buceadoras refleja el de Patagonia: Cabo Blanco 1 (Moreno et al. 1998),
equilibrio entre los requerimientos del vuelo y del Punta Baja (Lefèvre 1989) y Túnel VII (Mameli 2002),
buceo (Gilbert et al. 1981), lo cual tiene consecuen- el restante se ubica en la costa peruana: Quebrada
cias desde el punto de vista tafonómico. Los huesos Tacahuay (2005). La única similitud en los perfiles
de cualquier vertebrado tienen una función, que se de todos los conjuntos (los arqueológicos y el na-
relaciona con su “fuerza tafonómica” (Lyman 1994). tural) es que la cintura pélvica es la unidad menos
Esto implica que la función anatómica de un hueso representada. El perfil de Punta Baja se asemeja en
determina sus propiedades mecánicas, las que a líneas generales al de Isla Deseada, pero con una
su vez median sobre los efectos que los procesos alta representación del esqueleto axial que no po-
tafonómicos tendrán sobre ese hueso. Los huesos see el conjunto natural. Los otros conjuntos tienen
de las aves que bucean están poco neumatizados perfiles muy diferentes al de Isla Deseada.
y tienen paredes corticales más gruesas que los de Lo más interesante de esta comparación es que
736
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados
Cintura Pélvica 7% 2% 4% 1% 2%
Tabla 6. Comparación de los patrones de representación de partes esqueletarias de cormoranes en Isla Deseada y
sitios arqueológicos: Cabo Blanco 1 (basado en Moreno et al. 1998), Punta Baja (basado en Lefèvre 1989), Túnel VII
(Mameli 2002) y Quebrada Tacahuay (basado en de France 2005).
CB1 = Cabo Blanco 1 (Santa Cruz); PB = Punta Baja (Chile); Tu VII = Túnel VII (Tierra del Fuego); QT= Quebrada Taca-
huay (Perú); ID = Isla Deseada.
no es posible aislar un patrón común a todos los de- natural observado (tal como sucede con el conjun-
pósitos arqueológicos. Lo mismo sucede con otros to de Punta Baja). Dada esta ambigüedad, los pa-
conjuntos de Patagonia, como los analizados por trones de representación de partes esqueletarias
Lefèvre (1989) y por Savanti (1994). Esto no implica no pueden considerarse un indicador claro de los
que el patrón detectado en cada uno de los depósi- actores y procesos involucrados, por lo que es poco
tos no sea el resultado de la acción humana, lo cual aconsejable que se efectúen afirmaciones sobre la
debería determinarse en cada caso a través de un conducta humana utilizando exclusivamente estos
análisis tafonómico exhaustivo. Lo que estas dife- perfiles anatómicos. Sin embargo, la representa-
rencias señalan es que es posible una gran variabi- ción de elementos constituye una de las variables
lidad en la representación de partes esqueletarias que permiten discutir la historia de un conjunto
de cormoranes en los conjuntos zooarqueológicos, óseo (Behrensmeyer 1991) y su análisis en el marco
relacionada con la diversidad de actividades huma- de las investigaciones zooarqueológicas permitirá
nas que puede involucrar a estas aves. Muchas de efectuar estudios tafonómicos más precisos en tér-
estas actividades no dejan una firma específica en minos de los procesos involucrados.
los registros óseos y pueden asemejarse al perfil
Los cambios climáticos y ambientales que se tes de los registros que analizan. Este es el caso del
sucedieron desde el Pleistoceno tuvieron un papel análisis genético de poblaciones actuales de cor-
importante en la distribución de la biota (Delcourt morán roquero en el sur de Patagonia efectuado
y Delcourt 1991, entre otros) y en el sur de Pata- por Siegel-Causey (1997), a partir del cual discute
gonia afectaron a las comunidades de vertebrados, su distribución pasada. Los hábitats rocosos que
de forma tal que las asociaciones de fauna que ob- necesitan estos cormoranes se localizan de forma
servamos en la actualidad no son necesariamente discreta y heterogénea en el sur de Patagonia. Des-
las mismas que existieron durante distintos mo- de fines del Pleistoceno y durante algunos momen-
mentos de los últimos miles de años. En el caso de tos del Holoceno, grandes extensiones de la costa
los cormoranes, la disponibilidad de hábitats apro- patagónica no fueron habitables para las aves nidi-
piados para cada una de las especies fue uno de ficantes debido a que estaban cubiertas de hielo o
los factores que determinaron su distribución en la a que fueron drásticamente alteradas por los cam-
costa patagónica desde fines del Pleistoceno. Por biantes niveles del mar. Bajo estas condiciones, fue
ejemplo, Rasmussen y colaboradores (1994) plan- probable la extirpación de poblaciones de cormora-
tean que la presencia de restos de cormoranes ro- nes roqueros. A partir del análisis genético, Siegel-
queros en un depósito arqueológico es un indicador Causey propone que durante la última glaciación
de que los acantilados que requiere la especie para existieron refugios para los cormoranes roqueros
nidificar estaban presentes en las cercanías, lo cual en el sector norte de la distribución actual y en islas
no fue constante durante el Holoceno debido a las Malvinas. Otros sectores en los que actualmente
variaciones en el nivel del mar. existe la especie constituyen zonas recientemente
Para los zooarqueólogos, sin embargo, las eva- colonizadas desde el norte y el este.
luaciones de la distribución de los cormoranes que Causey y Lefèvre (2006) también proponen que
revisten mayor interés son aquellas independien- existe relación entre el clima y la distribución pasa-
Cruz 737
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
da de los cormoranes. Consideran que en una es- propuesto por Causey y Lefèvre (2006), no se con-
cala temporal amplia, la diversidad de especies de sidera que sea lo mismo explotar a los cormoranes
cormoranes fue cualitativamente estable, pero que en sus áreas de nidificación o fuera de ellas. Son es-
en una escala más fina (Holoceno medio y tardío) la casos los sectores fuera de las áreas de nidificación
abundancia relativa y la distribución de las especies en los que es factible abordar a los cormoranes y los
de cormoranes varió de manera compleja a lo largo beneficios de este tipo de caza son menores, ya que
del tiempo en relación a los cambios ambientales y la mayor agregación de aves se encuentra siempre
al impacto de los mismos sobre las fuentes de ali- en los nidos. Como en el caso de otras aves, la caza
mentos de estas aves. de cormoranes debió ser oportunista. Un predador
Dada la posibilidad de variaciones, no es posible es oportunista cuando toma todas sus presas en la
presuponer la existencia de áreas de nidificación de misma abundancia relativa en que éstas se presen-
cormoranes en un sector específico de la costa so- tan en el ambiente en que caza, durante el perío-
bre la base de la distribución reproductiva actual. do en que el predador está activo y dentro de los
Esto deberá determinarse en cada caso a través límites de tamaño impuestos por la relación pre-
de varias líneas de evidencia, las cuales deberían dador/presa, así como la capacidad de percepción
incluir la evaluación de la existencia de hábitats y manipulación del predador (Jaksic 1989). Desde
apropiados para cada especie durante el lapso de esta perspectiva, se considera que, a lo largo del
interés, la búsqueda de depósitos correspondien- Holoceno, las poblaciones humanas de la costa
tes a áreas de nidificación y estudios como el desa- patagónica priorizaron la predación en áreas de ni-
rrollado por Siegel-Causey, entre otras. Este tema dificación siempre que las colonias de cormoranes
es importante debido a que, contrariamente a lo fueron accesibles.
CONSIDERACIONES FINALES
Los estudios actualísticos permiten conocer el cormoranes y esto tiene implicaciones para el aná-
funcionamiento de los procesos tafonómicos ac- lisis tafonómico y zooarqueológico de sus huesos.
tuantes y el rango de variabilidad que implican en Aunque hay variaciones de tamaño, la morfología
función de contextos específicos. Pero interpretar general de estas aves es similar y las diferencias
un registro fósil (tanto arqueológico como paleon- osteológicas son mínimas, lo que en muchos casos
tológico) requiere, además, que se establezcan los dificulta la identificación de sus restos a nivel es-
contextos pasados y que se evalúe la forma en que pecífico (ver Lefèvre 1989; Rasmussen et al. 1994;
los mismos pudieron determinar la forma en que Causey y Lefèvre 2006, para comentarios al res-
operan actores y procesos bajo esas condiciones pecto). Sin embargo, las especies de cormoranes
particulares. Por lo tanto, para que el análisis zooar- se diferencian en aspectos como el uso de hábitat
queológico de restos de cormoranes sea adecuado, y la cantidad de individuos que conforman una co-
estas investigaciones también deberán incluir esti- lonia. Estas dos variables no sólo son importantes
maciones acerca de la historia natural de estas aves para construir modelos zooarqueológicos, sino que
durante el Holoceno. también son significativas desde el punto de vista
Aquí se han presentado los resultados de ob- de la depositación y modificación de restos de aves
servaciones tafonómicas de restos de cormoranes, en contextos naturales. Las futuras investigaciones
centradas particularmente en establecer el perfil tafonómicas de restos de cormoranes, por lo tanto,
de representación de partes esqueletarias de es- deberán considerar estos aspectos para completar
tas aves. Desde el punto de vista de su anatomía, las investigaciones aquí presentadas.
no existen grandes diferencias entre especies de
Agradecimientos
A Silvia Ferrari y Carlos Albrieu, con quienes efectué los trabajos en Isla Deseada. Al Consejo Agrario
de la Provincia de Santa Cruz por otorgar el correspondiente permiso de investigación. A la Prefectura
Naval Argentina, por su apoyo para efectuar el transporte hasta la isla. Este trabajo es un resultado de los
proyectos 29/A107 UNPA y PIP/CONICET 5576.
738
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados
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Cruz 741
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
742
Tafonomía, arqueología y conservación de
especies silvestres: el caso de los huemules
(Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata
(Chubut)
Pablo Marcelo Fernández1 y Ana Inés Forlano2
A B S T R A C T
Huemul (Hippocamelus bisulcus) remains supposedly predated by pumas (Puma concolor) were
analyzed. The bones -collected by biologists at Lago La Plata (Chubut Province, Argentina)-
represent residual assemblages from carnivore killing activities and in situ consumption. Several
lines of evidence -predator and prey behavior, taphonomic models of puma predation on other
ungulates in Patagonia, and class, morphology, and diameter of carnivore tooth damage on bones-
confirm puma action on huemul remains. Abrasion was also observed in assemblages recovered on
the lake shore or directly in the water, produced by the interaction between bones, pebble beach
and waves. Nearby lake shores puma residual assemblages could be mixed up with archaeological
remains. Nevertheless, persistence of palimpsest will depend on sediment characteristics and on
carnivore feeding intensity. Results also contribute to the conservation biology of huemul, a species
threatened by extinction, by establishing the magnitude of puma predation on deer population of
Lago La Plata and confirming the importance of lakes in the huemul´s predator avoidance behavior.
INTRODUCCIÓN
1 CONICET-INAPL-UBA, [email protected]
2 INAPL, [email protected]
comportamiento antipredador específico (Povilitis res poco accesibles hacen que sea un animal poco
1978) sugiere que esta relación es de larga data, frecuente (Povilitis 1978; Díaz 2000; Smith-Flueck
tornándola relevante para los arqueólogos. Nu- 2000; Serret 2001; Vila et al. 2004). Las dificultades
merosos sitios que se extienden entre la provincia para realizar estudios actualísticos sobre el huemul
de Neuquén y el estrecho de Magallanes contienen pueden ilustrarse con el ejemplo de la localidad de
restos de huemul en sus arqueofaunas, indicando Cholila. Durante cuatro años de observaciones ta-
que esta especie integró la dieta de distintas pobla- fonómicas no hemos localizado ninguna carcasa
ciones patagónicas (Belardi y Gómez Otero 1998; de ungulado nativo, a pesar de que restos óseos de
De Nigris 2004; Díaz et al. 2007). En la franja cor- huemul y de guanaco, datados en los últimos 2000
dillerana comprendida entre el valle del río Manso años, fueron recuperados en el sitio Cerro Pintado
inferior (SO de Río Negro) y el PN Los Alerces (NO de esa localidad (Fernández 2008).
de Chubut) el huemul parece haber tenido un rol En este contexto, el estudio de la colección ósea
destacado, presentándose como el taxón domi- procedente de lago La Plata, que incluye al menos
nante entre los vertebrados nativos de mayor porte 12 huemules (ocho con modificaciones por carnívo-
(Arrigoni y Fernández 2004; Bellelli et al. 2007; Po- ros) supone una oportunidad casi única para acce-
destá et al. 2007; Fernández 2008). der a información relevante para varios campos de
La interpretación adecuada de estas arqueo- conocimiento. En efecto, los resultados alcanzados
faunas, tanto en sus aspectos culturales como pa- constituyen un primer paso en la comprensión de
leoecológicos, implica ponderar la contribución del los procesos y actores tafonómicos involucrados en
puma a la conformación y transformación de los la formación de conjuntos óseos de huemul. Dado
conjuntos óseos. Idealmente, este objetivo debería que hemos utilizado como marco de referencia
cumplirse a través de estudios que garanticen las modelos tafonómicos derivados de la interacción
relaciones propuestas entre un actor tafonómico y del puma con otros ungulados, pudimos examinar
sus trazas (Gifford-González 1991). Sin embargo, el grado de ajuste con nuestro caso, notando dife-
efectuar un trabajo de este tipo ha resultado prácti- rencias que podrían ampliar el rango de variación
camente imposible. El huemul es una especie endé- de la acción tafonómica de este felino. En otro pla-
mica de los bosques subantárticos de la Argentina y no, también planteamos implicaciones acerca de la
Chile que actualmente está en peligro de extinción formación del registro arqueológico en el ámbito
(Redford y Eisenberg 1992; Serret 2001). Este status boscoso-lacustre, tanto en lo referido a la lluvia na-
de conservación deriva de las modificaciones an- tural de huesos como a sus posibilidades de preser-
trópicas del ambiente y de la fuerte presión de caza vación. Finalmente, consideramos que los aspectos
a la que fue sometida la especie. La pronunciada inferidos sobre la relación predador-presa y sobre
disminución en el rango de distribución geográfica el rol de los cuerpos de agua en el comportamiento
y en el tamaño de la población, el pequeño tama- antipredador del huemul tienen relevancia para el
ño de los grupos sociales y su ubicación en secto- manejo y la conservación de esta especie.
744
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)
METODOLOGÍA
Los modelos tafonómicos de la acción del puma que el huemul. Sobre la base del trabajo de Purdue
sobre ovejas (Ovis aries) y guanacos (Lama guanicoe) (1983), y siguiendo a Mengoni Goñalons (1999),
en la región andina del sur de Sudamérica (Borrero tomamos en cuenta los centros de fusión menos
y Martin 1996; Martin y Borrero 1997; Borrero et al. variables1 y definimos dos categorías temporales:
2005; Mondini y Muñoz 2008; Muñoz et al. 2008) fusión temprana y fusión tardía. La primera com-
fueron empleados como marcos de referencia para prende los sectores de los huesos que comienzan a
la interpretación. En nuestro análisis distinguimos fusionarse o se hallan fusionados antes del año. La
entre huesos aislados y concentraciones, corres- segunda abarca los centros de fusión que empiezan
pondiendo estas últimas a conjuntos de más de a cerrarse entre los 23 y 29 meses de edad (Cuadro
cinco huesos. Determinamos la composición ana- 1). Estas categorías nos permitieron identificar la
tómica y taxonómica de los conjuntos; estimamos presencia de animales muy jóvenes (“crías”), adul-
las clases de edad presentes en la muestra, estudia- tos jóvenes (menores de 2 años y medio) y adultos
mos las modificaciones de los especímenes óseos y osteológicamente maduros.
registramos el tipo y grado de fragmentación que
presentan. También contemplamos la existencia de
Región Fusión temprana Fusión tardía
porciones anatómicas articuladas a partir de la pre-
sencia de tejidos blandos (cuero, músculos, tendo- Cuerpo vertebral o
Cervicales, epífisis
centrum de Cervicales,
nes) y evaluamos el grado de meteorización usan- Esqueleto
Torácicas y Lumbares
anterior
Torácicas, epífisis ante-
do la escala propuesta por Behrensmeyer (1978). axial Atlas, sutura dorsal
rior y posterior
Utilizamos el NISP para expresar la composi- Pelvis, acetábulo
RESULTADOS
con el apoyo del material publicado (Smith-Flueck y Margen sur) y 10 más que corresponden a casos
y Flueck 1997, 1998, 2001a y b) determinamos 29 no informados (Bolsas V, VI, VII, XIII, XVI, XVII, XX,
unidades (Cuadro 2), las 19 referidas en las publi- XXVI, B y C).
caciones (que aquí denominamos Unidades 1 a 18
Margen sur Sin datos Huesos desarticulados de huemul, en su mayoría al esqueleto axial.
746
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)
Notamos también que, a diferencia de lo pu- variable, las concentraciones más completas alcan-
blicado, la muestra se compone de varios taxones, zan 87% y 70% del MNE esperado pero en general
incluidos oveja y vaca (Cuadro 2 y Tabla 1). Hemos ronda entre 40% y 50% de las unidades anatómicas
podido deducir, sobre la base del informe y de las (Tabla 2). Es posible que originalmente las concen-
publicaciones mencionadas en el párrafo anterior, traciones 2, 3, 6 y 15 estuvieran integradas por más
que los huesos de oveja fueron recolectados supo- elementos, ya que un informe menciona cráneos y
niendo que correspondían a individuos juveniles mandíbulas que no están en la muestra que hemos
de huemul. En dos casos se dan junto con especí- analizado (Flueck y Smith-Flueck 1993).
menes de huemul (unidades 18 y Bolsa VII). En el Hemos registrado la presencia de especímenes
primero, la mezcla podría ser producto de la me- óseos articulados en cinco unidades. Tres presen-
todología empleada por los biólogos en la recupe- tan una importante cantidad de elementos unidos
ración de las muestras, quienes ante el hallazgo de por músculo, cartílago y/o piel y, en general, predo-
algún resto óseo procedían a la búsqueda y reco- minan los segmentos correspondientes al esquele-
lección de todo el material adicional en un radio de to axial (Cuadro 3), que en guanacos (Borrero et al.
50 metros (Smith-Flueck y Flueck 2001a: 74). Ade- 2005) y vacas (observación personal) suelen ser los
más, el hecho de que se trate de huesos aislados y últimos en desarticularse.
fragmentados habría favorecido la confusión. En la En relación con el estado de las superficies
Bolsa VII, la presencia de huesos de huemul rotu- óseas, hay muy pocos especímenes meteorizados.
lados como Huemul 2 y de un especimen óseo de Sólo las concentraciones 5, 7 y 16 y los huesos aisla-
oveja con la sigla Huemul 6 sugiere la mezcla de dos de las unidades Margen sur, Bolsa V y Bolsa VII
materiales con posterioridad a la recolección, quizá poseen especímenes en estadio 1. La unidad 16 se-
durante el almacenamiento. ría la única que presenta un perfil de meteorización
con cierto desarrollo, con 6% de los especímenes
Representación anatómica no meteorizados, 41% en estadio 1 y 53% en esta-
En función de nuestros objetivos, a partir de dio 2. Más allá de este caso, la escasez de huesos
aquí nos centramos únicamente en los resultados meteorizados –junto con la presencia de carcasas
relativos al huemul. Dieciocho unidades de análisis parcialmente articuladas- podría estar avalando la
presentan especímenes óseos de este cérvido, 6 hipótesis de los investigadores que recolectaron
contienen huesos aislados (menos de 5 especíme- la muestra, quienes infieren una depositación re-
nes) y otras 7 poseen entre 70 y 150 especímenes lativamente reciente de los materiales óseos. Sin
(Tabla 1). Estimamos un número mínimo de 12 embargo, también debe tenerse en cuenta que el
huemules. El grado de completitud anatómica es dosel que proporciona el bosque maduro de lenga
2 152 0 0 0 0 152
3 104 0 0 0 0 104
4 100 0 0 0 0 100
5 72 0 0 0 7 79
6 100 0 0 0 0 100
7 100 0 0 0 4 104
8 0 4 0 0 5 9
9 0 6 0 0 3 9
10 7 0 0 0 0 7
11 0 3 0 0 0 3
12 12 0 0 0 0 12
13 0 1 0 0 0 1
14 0 1 0 0 0 1
15 84 0 0 0 0 84
16 50 0 0 0 0 50
17 0 1 0 0 0 1
18 4 7 0 0 2 13
Margen sur 12 0 0 0 0 12
Bolsa V 1 0 0 0 0 1
Bolsa VI 2 0 0 0 0 2
Bolsa VII 2 1 0 2 5 10
Bolsa XIII 0 11 2 0 1 14
Bolsa XVI 0 1 0 0 2 3
Bolsa XVII 0 2 0 0 0 2
Bolsa XX 0 1 0 0 1 2
Bolsa XXVI 0 1 0 0 0 1
Bolsa B 54 0 0 0 0 54
Bolsa C 2 0 0 0 0 2
2 0,87
3 0,46
4 0,70
5 0,38
6 0,52
7 0,49
10 0,06
12 0,06
15 0,48
Tabla 2. Grado de completitud anatómica de las con-
16 0,39 centraciones óseas de huemul expresado a través de la
Margen sur 0,09 relación entre el MNE observado (MNE Obs) y el MNE
esperado para un esqueleto completo (MNE Esp).
Bolsa B 0,43
748
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)
podría estar retardando la incidencia de la meteo- Las clases de daños más frecuentes son las
rización. Las modificaciones óseas observadas son marcas y las remociones. Entre las primeras, la
de dos tipos: daños debido a la actividad de carní- mayor proporción corresponde a las perforaciones
voros y abrasión. (punctures) mientras que entre las remociones, la
de tipo genérica es la más común. En comparación,
fracturas y daños en los bordes están menos repre-
Unidad Elementos articulados
sentados (Figura 1).
Seis segmentos:
(1) Tercera a quinta vértebra cervical; (2) sexta y
séptima cervical y todas las torácicas y lumbares
junto con todas las costillas izquierdas (cubiertas
2 por músculo) y diez derechas, más las siete
esternebras; (3) la pata trasera izquierda desde
los tarsianos; (4) un dedo; (5) un dedo más el
dedo residual y (6) dos dedos junto con los dedos
residuales y los sesamoideos.
Seis segmentos:
(1) Tercera y cuarta vértebra torácica junto a una
costilla izquierda; (2) quinta a doceava vértebra
torácica junto a costillas izquierdas; (3) las siete
15 vértebras lumbares más una costilla izquierda;
(4) radio, cúbito y carpianos izquierdos; (5)
metacarpo y dedos delanteros izquierdos y (6)
pata trasera izquierda, desde el calcáneo hasta
los dedos.
Dos segmentos:
(1) Cuatro vértebras cervicales, siete torácicas, Figura 1. Frecuencia relativa de las clases de modifica-
siete costillas izquierdas y siete derechas juntos ciones de carnívoro.
Bolsa B con las siete esternébras y (2) cinco torácicas,
siete lumbares, cinco costillas izquierdas y cuatro
derechas El cráneo, la pelvis y la porción superior de las
extremidades son los elementos más dañados
Bolsa C Tres vértebras lumbares.
(Figura 2). El cráneo registra la destrucción de la
Cuadro 3. Unidades anatómicas articuladas. parte anterior y suele presentar perforaciones en
la porción remanente (Figura 3A). La mandíbula
está fracturada y posee surcos (scoring). Las vérte-
Modificaciones derivadas de la actividad de bras presentan principalmente perforaciones y la
los carnívoros remoción, ahuecado (furrowing) o fractura de apó-
Ocho concentraciones y un hueso aislado pre- fisis y cuerpos vertebrales (Figura 3B). Con menos
sentan este tipo de daño. En conjunto representan frecuencia se registran surcos y hoyos (pitting). Las
8 individuos, incluyendo a las crías (unidades 5 y 12) costillas suelen estar fragmentadas y presentan
y el adulto joven (unidad 7). Dejando de lado los perforaciones y daños en los bordes (Figura 3C).
valores de la unidad 12, afectados por el pequeño Los daños en la pelvis se caracterizan por la remo-
tamaño de muestra, el porcentaje de especímenes ción de partes o de casi la totalidad del isquion e
con marcas varía entre 3% y 43% (Tabla 3). ilion. Además de verse reducidos por el mascado,
estos huesos presentan los bordes aserrados. La
Unidad NISP NISP Car %NISPCar
pelvis de una cría presenta una perforación com-
puesta por varias improntas que alcanza un máxi-
3 104 13 12,5 mo de 12 mm. Las perforaciones bajo el acetábulo
4 100 3 3,0 son recurrentes (Figura 3D) aunque en un caso se
5 72 10 13,9 registra sobre el ilion.
6 100 22 22,0 En el segmento apendicular observamos la vir-
7 100 4 4,0 tual destrucción de la escápula, que presenta una
12 12 11 91,7 importante remoción de tejido y bordes aserrados
15 84 36 42,9 (Figura 4A). Los daños en el húmero comprenden la
16 50 10 20,0 remoción o el ahuecado extremo (scoping out) de la
Bolsa V 1 1 100,0 epífisis proximal, fracturas (en dos casos helicoidal
y en otro recta) asociadas a surcos y hoyos cercanos
Tabla 3. Valores absolutos (NISP Car) y frecuencia rela-
tiva (%NISP Car) de especímenes con modificaciones de a los bordes de fractura y perforaciones en la arti-
carnívoros. culación distal (Figura 4B). En el cúbito el olécranon
Figura 2. Proporción de elementos (%MNE) con daños de carnívoros por unidad anatómica. Cr: cráneo; Md: man-
díbula; Ce: cervicales; To: torácicas; Lu: lumbares; Co: costillas; Pe: pelvis, Es: escápula; Hu: húmero; Cu: cúbito; Ra:
radio; Fe: fémur, Ti, tibia, 2F: segunda falange.
Figura 3. Especímenes del esqueleto axial con modificaciones de carnívoros: (A) cráneo con perforación en el fron-
tal y remoción de la sección anterior; (B) vértebras lumbares con perforaciones y fracturas de las apófisis laterales;
(C) costilla, extremo distal con daños en los bordes y (D) pelvis con perforación sobre la cara dorsal, remoción del
isquion e ilion y daños en los bordes.
750
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)
Figura 4. Especímenes del esqueleto apendicular con modificaciones de carnívoros: (A) escápula con remoción de
la hoja y bordes aserrados; (B) húmero fracturado y con remoción parcial de la epífisis distal; (C) cabeza de fémur
con perforaciones; (D) diáfisis de fémur fracturada por la acción de dientes; (E) fémur, proximal, con remoción del
trocánter mayor y (F) tibia, diáfisis proximal con el extremo pulido.
concentra los daños, que muestran intensidad va- daños sobre el trocánter mayor (remoción, ahueca-
riable ya que incluyen hoyos, perforaciones, ahue- do o perforaciones, Figura 4D) y las perforaciones
cado y la remoción de la epífisis proximal. El radio en la epífisis distal. En algunos casos el fémur está
presenta una baja proporción de modificaciones de reducido a un cilindro y presenta hoyos en los bor-
carnívoro. El fémur, al igual que el húmero, exhibe des de fractura (Figura 4E). Las tibias suelen estar
un patrón de daños recurrente caracterizado por la completas y los daños se localizan sobre la epífisis
remoción de la sección proximal, la separación de proximal (perforaciones y ahuecado). En un caso se
la cabeza (que suele presentar impresiones de dien- observó la remoción de parte del cóndilo lateral.
tes integradas por perforaciones, ver Figura 4C), los Las modificaciones más intensas se registran en las
tibias de las dos crías. Una presenta la remoción de hallada dentro del lago, cubierta parcialmente por
la porción proximal y una fractura helicoidal que en un tronco (Cuadro 2). La posición de las marcas de
los bordes exhibe surcos y hoyos. En la otra cría las abrasión indica que la madera retuvo al animal, que
tibias están representadas por sus diáfisis y exhiben yació sobre su costado derecho un tiempo conside-
pulido en uno de los extremos de fractura (Figura rable, suficiente como para que el agua y las rocas
4F). Otras modificaciones en el segmento apendi- modificaran profundamente los huesos (Figura 5).
cular incluyen dos segundas falanges con hoyos y La ausencia de marcas de carnívoro y el grado de
una astilla de hueso largo con hoyos y surcos. completitud del esqueleto sugieren que el animal
Tomando el conjunto de las unidades de análi- podría haber muerto en el agua, quizá huyendo de
sis, el diámetro de las perforaciones varía entre 1 y algún predador, posibilidad que discutimos más
14,5 mm (dimensión máxima), con una distribución adelante.
continua de tamaños. El promedio es de 4,28 mm, La unidad 4 corresponde a una carcasa parcial
la mediana de 3,5 mm y la moda de 2 mm. que también fue encontrada en el agua (Cuadro
2). Comparada con la unidad 2, la abrasión es más
Abrasión leve2 aunque está más generalizada (Tabla 4). Una
Los signos de abrasión se registran en dos con- vértebra torácica, la escápula, el húmero y el cúbito
centraciones (unidades 2 y 4) y en dos conjuntos también presentan marcas de carnívoros, modifi-
de huesos aislados (unidades Bolsa VI y Bolsa VII). caciones que además se registran en un fémur que
Consideramos como trazas de abrasión el pulido no posee signos de abrasión. El examen detallado
y redondeado de los bordes y superficies óseas de las marcas muestra dos patrones. El más leve
(Lyman 1994), que en algunos casos están asocia- sólo presenta perforaciones pequeñas (mediana
dos a la pérdida de tejido y/o al adelgazamiento 2,2 mm) y ha sido observado en la apófisis espino-
de los huesos y que no pueden ser vinculados a la sa de la vértebra torácica, en un borde fracturado
actividad de los carnívoros. Proponemos, a modo de la escápula y en el trocánter mayor del fémur.
de hipótesis, que estas trazas son el resultado de El más intenso, en términos de destrucción ósea,
la acción del agua en combinación con el sustrato incluye el ahuecado extremo de la epífisis proxi-
rocoso (cantos rodados) de la playa del lago (ver mal del húmero y perforaciones de hasta 10 mm
Lámina 7, foto 14 de Smith-Flueck 2000). La unidad de dimensión máxima en la escápula y en el cúbi-
2 presenta 21 especímenes con esta modificación to. La existencia de estos dos patrones junto con
(Tabla 4). Se trata de una carcasa casi completa los signos de abrasión sugiere que el conjunto óseo
752
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)
NISP
Unidad NISP Abr %NISP Abr Especímenes con abrasión
Huemul
Mandíbula
Vértebras cervicales (3era a 7ma)
Vértebras torácicas (1ra a 12ava)
Vértebras lumbares (1era a 7ma)
10 costillas izquierdas
4 100 48 48 2 costillas derechas
2 esternebras
Escápula, húmero y cúbito derecho
2 tibias
Sección distal del miembro posterior izquierdo (calcáneo, astrá-
galo, tercer-cuarto tarsiano y metatarso)
Tabla 4. Frecuencias absolutas (NISP Abr) y (%NISP Abr) relativas de especímenes óseos de huemul con abrasión.
posee una historia tafonómica más compleja que la sicamente porque suele acceder primero a las car-
inferida para la unidad 2. Podríamos estar frente a casas (Wade y Bowns 1993). En cambio la actividad
la acción de dos actores tafonómicos –un predador del cánido puede ser tanto previa como posterior,
y un carroñero- o bien podría tratarse de un even- ya que la posibilidad de carroñeo permanece abier-
to de caza-alimentación que involucró a un puma ta mientras queden restos aprovechables por el
adulto y su cría. A la vez, cada alternativa represen- carnívoro. Los otros casos de abrasión se presentan
ta distintas secuencias de eventos. En un escenario en huesos aislados de huemul y corresponden a 3
de predación por puma esperamos que este actor vértebras cervicales (Tabla 4).
tafonómico haya actuado previo a la abrasión, bá-
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El emplazamiento de los huesos de lago La Plata con segmentos articulados, hallado en el agua y
puede ser relacionado con el comportamiento que sin marcas de carnívoros. Por otra parte, la densa
despliega el huemul frente a la amenaza de preda- cobertura vegetal proporcionada por el bosque de
ción, ya que este cérvido se introduce en el agua lenga brinda un ámbito adecuado para que el puma
para eludir el peligro. El huemul es muy buen nada- desarrolle su manera característica de cazar presas
dor y su denso pelaje facilita su flotación, habién- de gran tamaño. Esto es, acechándolas y saltando
dose observado huemules nadando en los lagos La sobre ellas (Wade y Bowns 1993; Bellati 2000). Así,
Plata, Futalaufquen y en el brazo norte del lago San la relación entre un cuerpo de agua y condiciones
Martín (Moreno y Pastore 1998; Serret 2001:54). que facilitan la emboscada concuerda con lo espe-
El uso de los lagos como vía de escape también ha rado en una situación de predación que involucra
sido reportado para fines del siglo XIX, previo al huemules y pumas, relación que también ha sido
establecimiento de colonos criollos y europeos en observada en carcasas de guanaco atacadas y con-
la cordillera patagónica (Moreno 2007:158). Estos sumidas por este felino (Borrero et al. 2005; Muñoz
testimonios sugieren que la huida a través del agua et al. 2008).
es una táctica relativamente común que integra el Cuando mata, el puma deja heridas masivas por
repertorio de conductas antipredador del huemul. mordeduras en la parte superior de la cabeza y del
De hecho, un estudio reciente propone que los res- cuello y en los hombros y la espalda (ocasionalmen-
tos de este cérvido hallados en cercanías de cuer- te en la garganta). El consumo de la presa se inicia
pos de agua y con causa de muerte desconocida con los órganos internos (hígado, pulmón, riñones
podrían estar reflejando la acción de predadores y corazón) y continúa con la carne del hombro o del
(Pastore y Vila 2001). Tal podría ser el caso del con- cuarto trasero y pueden aparecer huesos grandes
junto óseo de la unidad 2, un animal casi completo, quebrados. Generalmente, los ciervos jóvenes son
consumidos por completo, quedando sólo la piel y área (c. f. Borrero et al. 2005; Muñoz et al. 2008).
los huesos largos pelados (Bellati 2000). Tal como Por otra parte, hemos registrado algunas modi-
puede observarse en la figura 3, la proporción de ficaciones que podrían ser atribuidas a carnívoros
elementos con modificaciones de carnívoros refle- carroñeros aunque su incidencia es baja. Ya hemos
ja esta secuencia de matanza y consumo. Si bien en discutido el caso de la unidad 4, que podría pre-
los conjuntos de lago La Plata el valor de las vérte- sentar especímenes carroñeados. Aquí podemos
bras cervicales es menor del que podría esperarse, agregar a las unidades 5 y 15. En la primera hemos
suponemos que se debe a la ausencia del atlas y el observado que los extremos fracturados de un hú-
axis en las muestras. Además, los conjuntos óseos mero, un radio, un cúbito, dos tibias y una costilla
de crías (unidades 5 y 12) se ajustan a la modalidad asignada a Artiodáctilo presentan pulido-redon-
de consumo reseñada, ya que sólo contienen hue- deado. En los tres primeros especímenes el redon-
sos largos descarnados y fragmentos de cráneo, deado está asociado a la presencia de surcos. En la
pelvis y escápula consumidos casi por completo. unidad 15 los signos que podrían evidenciar la acti-
Las clases de daños es otra línea que también vidad de carroñeros se limitan a un leve poceado en
sugiere la acción del puma. Los estudios actualísti- el olécranon del cúbito izquierdo y al borde pulido-
cos-naturalísticos sobre restos de ovejas y guanacos redondeado del húmero del mismo lado. El único
señalan que el puma deja modificaciones bastante caso de mascado recurrente corresponde a dos
diagnósticas, entre las que se destacan las perfora- segundas falanges de la unidad 16, que presentan
ciones, que promedian entre 3,5 y 5,5 mm de diá- abundante poceado. Lejos de ser atípicos, el acce-
metro, la remoción de porciones sustanciales de so secundario de otros carnívoros (presumiblemen-
tejido óseo, los daños en los bordes de los huesos, te zorros) a carcasas consumidas por pumas ha sido
las fracturas y, en algunos casos, las fisuras por ac- reportado en otros estudios tafonómicos (Borrero
ción de los dientes (Borrero y Martin 1996; Martin y et al. 2005; Muñoz et al. 2008).
Borrero 1997; Borrero et al. 2005; Mondini y Muñoz En síntesis, los resultados alcanzados sugieren
2008; Muñoz et al. 2008). Como vimos, la muestra que los restos óseos de huemul de lago La Plata re-
de lago La Plata registra todas estas clases, con las presentan, principalmente, conjuntos residuales en
marcas y las remociones entre las más frecuentes. sitios de matanza y alimentación de pumas, susten-
Comparado con lo informado para una carcasa de tando nuestra interpretación en el comportamien-
guanaco consumida por pumas en la laguna Dia- to de ambas especies y en el importante grado de
mante (Mendoza), los conjuntos que hemos estu- ajuste que hay entre los conjuntos de lago La Plata
diado presentan frecuencias relativas de cada clase y los modelos tafonómicos sobre predación por
más bajas. Otra diferencia es que en lago La Plata puma. Este grado de ajuste podría estar señalando
la remoción es más frecuente que los daños en los que la acción tafonómica de este felino es similar
bordes (comparar la Figura 1 con la Tabla 1 de Mu- para el huemul y el guanaco.
ñoz et al. 2008). Es posible que la primera de estas
diferencias se relacione con el aprovechamiento in- Implicaciones arqueológicas y para la conser-
tensivo observado en el caso mendocino (Mondini vación
y Muñoz 2008; Muñoz et al. 2008) mientras que la A partir del análisis que efectuamos creemos
discrepancia en la importancia de cada clase podría factible que algunas acumulaciones residuales de
deberse al número de casos involucrados (uno en matanza-alimentación de pumas eventualmente
Diamante y ocho en lago La Plata). pueden mezclarse con materiales arqueológicos. El
Más allá de situaciones contextuales particula- emplazamiento de estas acumulaciones en la costa
res, los conjuntos residuales de matanza y alimen- o en un radio que no excede los 100 metros de la
tación de pumas reflejan una acción más intensa orilla coincide con el que poseen algunos sitios ar-
–aunque no más extensa- que otros carnívoros queológicos del área boscosa de Norpatagonia (ver
neotropicales (Mondini y Muñoz 2008:55). En los ejemplos en Albornoz y Cúneo 2000). El grado de
casos aquí analizados, registramos evidencias de permanencia o persistencia de la mezcla depende-
un aprovechamiento intenso en las unidades 3, 5, rá de condiciones particulares asociadas a dos fac-
6, 12, 15 y 16. Además del consumo de la carne, las tores: el tipo de sustrato y la intensidad del apro-
fracturas observadas en cráneos, húmeros y fému- vechamiento. Los sustratos con cantos rodados,
res sugieren el acceso a fuentes de grasas como el comunes en las costas de los lagos patagónicos,
cerebro y la médula de los huesos largos en casi limitarían seriamente el entierro de los huesos, re-
todas estas unidades. Esta intensidad de aprove- teniéndolos en superficie y dejándolos a merced de
chamiento sería congruente con el tamaño corpo- factores atmosféricos -incluida la acción del olea-
ral del huemul, la dificultad de su captura y con el je- que acarrean la destrucción ósea. En sedimen-
hecho de que es el único ungulado disponible en el tos arenosos o limosos la incorporación al registro
754
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)
arqueológico sería mucho más probable y, al igual para el huemul. Aunque su relevancia ya había sido
que lo observado en carcasas de guanaco, podría señalada por los biólogos que recuperaron la mues-
incluir porciones articuladas del esqueleto (Borrero tra, nuestro trabajo discrepa con las estimaciones
et al. 2005; Muñoz et al. 2008). El considerable po- publicadas ya que, una vez removidos los restos
der masticatorio del puma, que le permite remover óseos de otros taxones, observamos que las muer-
porciones sustanciales de hueso y/o fracturarlos, tes que pueden ser interpretadas como resultado
y el hecho de que la acción de los carnívoros abre de la acción del puma casi duplican el valor consig-
el camino para una serie de procesos destructivos nado previamente (67% vs. 37% de Smith-Flueck
(Borrero et al. 2005), hace que el grado de consumo y Flueck 2001b:181). Precisar la magnitud de la
también condicione la incorporación de conjuntos acción del puma es importante ya que el impacto
residuales al registro arqueológico. predatorio de este felino puede ser significativo en
Por último, queremos señalar algunas deriva- poblaciones de huemul de tamaño reducido, frag-
ciones de nuestro trabajo que podrían resultar de mentadas, aisladas genéticamente y sobre todo
utilidad para aquellos dedicados a la conservación cuando coexisten otros problemas de conservación
de especies silvestres, especialmente el huemul. (Serret 2001: 99-100). Otro tema es la proporción
No pretendemos adentrarnos en análisis propios de crías muertas por predación. En lago La Plata
de otras disciplinas sino que simplemente quere- representan 25% de los animales cazados, propor-
mos mostrar que los estudios tafonómicos generan ción sustancialmente menor a la observada entre
conocimiento de base potencialmente utilizable los guanacos de Torres del Paine –donde alcanza a
para la conservación. Esta intención está en con- 58%- y congruente con otros estudios sobre cérvi-
sonancia con el enfoque que argumenta que la dos predados por pumas (ver Franklin et al. 1999 y
información generada por los zooarqueólogos no trabajos allí citados). Estas diferencias podrían estar
sólo es relevante para entender el pasado sino que vinculadas con la presa involucrada o deberse a que
además es útil para enfrentar problemas relacio- los guanacos del sur de Chile habitan en un parque
nados con la conservación, por ejemplo ayudando nacional, bajo condiciones particulares de manejo
a determinar factores vinculados a la disminución y protección. Finalmente, nuestro trabajo confirma
de las poblaciones animales o contribuyendo en la importancia de los cuerpos de agua para el hue-
los aspectos forenses (ver otras aplicaciones en los mul. Pensamos que la protección de este cérvido
trabajos que integran los volúmenes editados por debería contemplar la existencia de corredores o
Lyman y Cannon 2004 y Lauwerier y Plug 2005). sectores de libre tránsito hacia esas vías de escape,
Concretamente, hay tres aspectos que pue- quizá implementándose medidas que mitiguen,
den ser de utilidad. El primero se relaciona con la por ejemplo, el efecto de las rutas o caminos que
importancia del puma como factor de mortalidad suelen bordear los lagos de Norpatagonia.
AGRADECIMIENTOS
A Eduardo Ramilo y Soledad Caracotche por las gestiones administrativas relacionadas con los per-
misos para acceder a la colección de lago La Plata. Su buena predisposición y aliento ayudaron a la reali-
zación de este trabajo. A Florencia Savanti, Guillermo Mengoni Goñalons, Marisa Lazzari, Eduardo Rami-
lo y Claudio Bertonatti por la ayuda brindada en la búsqueda y obtención de bibliografía y a Luis Borrero
y Fabiana Martin por permitirnos revisar la colección ósea del DIPA-CONICET. A todos los integrantes de
nuestro equipo de investigación.
NOTAS
1
. En nuestro caso, el rango máximo de variación aceptado fue de 6 meses.
2
. La única excepción corresponde a una escápula que presenta la hoja notablemente adelgazada al
punto de volverse traslúcida.
BIBLIOGRAFÍA
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Chubut): integridad, resolución y aprovechamiento J. Hudson, pp. 273-300. Center for Archaeological
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756
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)
758
Análisis de la alteración térmica de los restos
óseos procedentes del componente temprano
de Cerro Tres Tetas (meseta central de Santa
Cruz). Evidencia arqueológica y estudios
experimentales
Ariel D. Frank1 y Rafael S. Paunero2
A B S T R A C T
Bone remains from the early component from site Cave 1 of Cerro Tres Tetas are scarce. Among
the bone remains that have been recovered, a burned and retouched tibia from a guanaco must
be highlighted. Many of the bone fragments in the site are also burned. These remains have not
been found inside the hearths but around them, so this thermoalteration would not have been
the result from the discarding of bones in these fire structures. In this paper we analyse the causes
of the thermal alteration of the bone artifacts mentioned above. We wonder if this attribute is a
consequence of an intentional heat treatment for technological reasons, or if it is due to non-
intentional alterations. Because of this, we have developed an experimental program in which we
thermally treat retouched and not retouched guanaco bones, in order to understand the consequences
that this process generates, to recognise its potential advantages in the production of bone artifacts
and to compare the experimental materials with the archaeological remains. On the other hand, we
study the distribution of bone remains from the early component of the site, taking into account
the location of hearths in the same component and in the component immediately overlying.
INTRODUCCIÓN
En este trabajo se busca evaluar la posibilidad posibles causas de termoalteración, tales como la
de que se haya practicado el tratamiento térmico cocción o el descarte de los huesos en fogones. Por
de elementos óseos con fines tecnológicos durante otra parte, la abundancia de restos líticos tratados
la colonización inicial de la meseta central de Santa térmicamente, así como las características particu-
Cruz. lares del conjunto faunístico, sugiere la posibilidad
Esta incógnita se basa en el hallazgo de artefac- de que esta técnica haya sido aplicada también en
tos y fragmentos óseos con evidencias de termoal- huesos.
teración en el componente temprano del sitio Cue- De esta manera, resulta importante evaluar
va 1 de la localidad arqueológica Cerro Tres Tetas, esta hipótesis, puesto que no existen referencias
en especial una tibia retocada con evidencias de hasta el momento de un posible tratamiento tér-
quemado. Estos restos se encuentran en un contex- mico con fines tecnológicos de restos óseos en la
to en el cual no se espera que hayan actuado otras Patagonia argentina.
DESCRIPCIÓN DE LA LOCALIDAD
La localidad arqueológica Cerro Tres Tetas se partamento Deseado de la provincia de Santa Cruz.
encuentra ubicada en la estancia San Rafael, de- Sus coordenadas geográficas son 48º 08´ 58´´ Lat.
760
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).
en sectores diferentes de la cueva, conformando evaluar esta hipótesis para así aportar a un mayor
áreas de actividad. conocimiento de las primeras sociedades que ha-
Las actividades se llevaron a cabo principal- bitaron la estepa patagónica, y de manera más es-
mente alrededor de los fogones. pecífica, de las tecnologías óseas de estos primeros
Algunos de estos rasgos conducen a pensar, pobladores, que han sido escasamente estudiadas
para la ocupación temprana de la cueva, en activi- hasta el momento (Jackson Squella 1989-90; Mas-
dades alternativas al consumo, referidas a tareas sone 2004; Hajduk y Lezcano 2005). También se
complementarias que integran una serie de opera- busca aportar, de manera general, información re-
ciones técnicas de la cadena productiva de bienes, levante para el estudio de las termoalteraciones en
tales como el secado de pieles, el calentamiento conjuntos arqueofaunísticos.
para doblar maderas o el tratamiento térmico de
minerales y huesos (Paunero 2001). En este senti-
do, Paunero (2001) planteó la posibilidad de que el
sitio hubiera funcionado como lugar donde se rea-
lizaba el tratamiento térmico de rocas como forma
de optimizar este recurso, dada la abundancia de
artefactos líticos que presentaban evidencias de
este procedimiento pirotecnológico, y se esbozaba
la posibilidad de que esta técnica se hubiera aplica-
do también a los huesos, considerando la presencia
de un artefacto óseo retocado con evidencias de
termoalteración. Dicho artefacto (Figura 2) corres-
ponde a una diáfisis de tibia de guanaco con reto-
ques marginales en uno de sus bordes, sobre la cara
externa de la pieza, que presenta un color marrón
oscuro y un brillo vítreo característico de los huesos
termoalterados. Esta tibia también evidencia un
brillo graso o lustre en el borde retocado.
Este último brillo o lustre se concentra exclu-
sivamente en el filo por lo que se considera que
estaría vinculado con su uso. Sus dimensiones son
20 cm de longitud, 2,7 cm de ancho y 5 cm de es-
pesor máximo (en el extremo proximal), 0,7 cm de
espesor mínimo (en el extremo distal). Además, el
fragmento de diáfisis indeterminada con retoques
también cuenta con signos de termoalteración. Figura 2. Tibia retocada con evidencias de termoaltera-
En consecuencia, el objetivo de este trabajo es ción.
Hay tres etapas básicas por las que pasa un hueso en un sector coloración gris, blanca o azulada, y en
al ser calentado. Primero se evapora el agua, luego parte está carbonizado.
la materia orgánica se combustiona y finalmente se 6: Totalmente calcinado: el hueso es en toda su
modifica y descompone la materia mineral (Koon superficie de color gris, blanco o azulado.
et al. 2003). Estas dos últimas etapas generan cam- En cuanto a la textura, seguimos a Nicholson
bios en el hueso observables a nivel macroscópico, (1993) y Cain (2005) y diferenciamos 4 estadios:
tales como cambios en la coloración, textura, de- 1: Los huesos expuestos a 200º C son muy simi-
formación (warping) y fragmentación. lares a huesos frescos pero con una superficie gra-
Estos cambios son diferentes de acuerdo a sosa casi plástica en las porciones articulares.
la condición del hueso previo a la combustión, al 2: Los huesos expuestos a 300º C presentan
tiempo de exposición de los huesos al fuego, a la grandes áreas cubiertas por una capa “burbujosa”
temperatura a la que están expuestos, si la expo- (bubbly) o vítrea.
sición al fuego es directa o indirecta, entre otros 3: A los 400º C se observa una superficie granu-
factores. losa y a menudo agrietada.
Sin embargo, se pueden delinear ciertos crite- 4: A partir de los 500º C aumentan estos agrie-
rios que resultan confiables como indicadores rela- tamientos y progresivamente la superficie del hue-
tivos de termoalteración, en especial en relación al so comienza a tener una textura similar a la tiza
color y a la textura. (chalky)
El color es el identificador más común de hue- Es cierto que estas modificaciones producidas
sos quemados y de la intensidad de calor alcanzado por el fuego a nivel macroscópico pueden confun-
por el hueso; indirectamente también se lo ha rela- dirse con otras producidas por distintos agentes y
cionado a la situación en que el quemado ocurrió esto ha llevado a generar una serie de investigacio-
(Cain 2005). Aproximadamente a 200º C los huesos nes a fin de identificar con diversas metodologías
empiezan a tomar una coloración marrón oscuro cuándo un hueso fue quemado, entre ellas el uso
mientras que a 300º C alcanzan un color negro (Ni- del microscopio electrónico de barrido (Nicholson
cholson 1993). No existe un acuerdo generalizado 1993), la observación de cortes histológicos (Han-
acerca de en qué momento los huesos comienzan son y Cain 2007), el estudio biogeoquímico de los
a tomar coloraciones blancas, grisáceas y azuladas. huesos (Taylor et al. 1995) y la utilización de espec-
Si bien habitualmente se considera que son nece- troscopía infrarroja (Stiner et al. 1995; Shahack-
sarias temperaturas de 500º C o más (Hanson y Gross et al. 1997). Sin embargo, aun hoy la determi-
Cain 2007), existen estudios que demuestran que a nación sigue siendo fundamentalmente a través de
menores temperaturas también se puede alcanzar la observación macroscópica. Nosotros considera-
este estadio, en casos en que la duración de la ex- mos que la observación macroscópica es apta para
posición es mayor (i.e. Bennett 1999). la identificación de los huesos quemados siempre
En cuanto a la clasificación de huesos por su que se realice un análisis contextual adecuado y se
color, nosotros usamos una escala de 7 grados par- descarten otras posibles causas de alteración del
cialmente modificada de Stiner et al. (1995) y de hueso que puedan generar modificaciones simi-
Cain (2005): lares. Por supuesto que siempre es recomendable
0: Corresponde al hueso no quemado, que man- complementar esto con observaciones a altos au-
tiene su color original, esto es por lo general cre- mentos y otros estudios, aunque no siempre resul-
ma. ta posible.
1: Parcialmente quemado, en parte color ma- Los estudios acerca de huesos con evidencias
rrón, en parte el color original del hueso. de termoalteración han mostrado que existen po-
2: Totalmente quemado, todo el hueso es de sibles causas por las cuales un hueso recuperado
color marrón. de un sitio arqueológico pudo haber estado ex-
3: Parcialmente carbonizado, el hueso es en puesto al calor. Entre las causas más comunes, se
parte color negro, y en parte marrón o bien del co- mencionan en primer lugar la cocción de carne con
lor original de la pieza. hueso, y secundariamente otras posibilidades tales
4: Totalmente carbonizado, todo el hueso es de como el descarte intencional de huesos en el fo-
color negro. gón, el uso de estos elementos como combustible,
5: Parcialmente calcinado, el hueso muestra y las alteraciones postdepositacionales (Buikstra
762
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).
Mamífero
Indet. Lama guanicoe
pequeño
Sector Total
Indet. Molar Vértebra Cuneiforme Fémur Tibia Metapodio Falange Vértebra
A 6 6
B1 4 1 1 6
B2 76 1 1 78
C1 1 1
C2 9 1 2 1 1 1 15
Total 96 1 2 1 1 1 2 1 1 106
Tabla 1. Restos faunísticos provenientes de la unidad 5 de C3T 1.
especial, del artefacto óseo consignado arriba. Nos que es el que habitualmente se identifica en sitios
preguntamos si este rasgo es producto de un trata- arqueológicos de Patagonia (Cardich y Paunero
miento térmico intencional con fines tecnológicos, 1991-1992; Mena et al. 2000; Cattáneo 2002; Sta-
o si es consecuencia de alteraciones no intenciona- dler et al. 2003 por citar algunos casos). Además,
les. estaríamos contribuyendo al conocimiento del ma-
Manejamos dos hipótesis como probables, o nejo del fuego por parte de los primeros poblado-
bien existió un tratamiento térmico intencional de res de la región, puesto que su práctica supone un
los huesos a fin de modificarle alguna propiedad manejo cultural controlado del fuego, con nociones
relacionada con la confección de instrumental, lo acerca de las diversas propiedades de los combusti-
que quedaría evidenciado por la tibia retocada; o bles y de los materiales a tratar.
bien el artefacto y muchos de los restos óseos del Si, por el otro lado, reconocemos que existió
conjunto, luego de descartados habrían sufrido una una alteración térmica no intencional, habríamos
alteración térmica no intencional. contribuido al conocimiento de los procesos de
Las implicancias de cada una de estas hipótesis formación que afectaron a este sitio, y también ha-
son diferentes. Si efectivamente este artefacto fue bríamos aportado a nivel general al estudio de las
tratado térmicamente, estaríamos reconociendo la termoalteraciones en restos óseos, temática que
aplicación de esta técnica en material óseo, y se su- aún necesita ser desarrollada en mayor profundi-
maría así al tratamiento térmico de material lítico, dad.
MATERIALES Y MÉTODOS
764
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).
anterior a la
Fogón A 301 Indet. Indet. Diáfisis 11 2,6 1
termoalteración
anterior a la
Fogón A 302 Guanaco Húmero Diáfisis 10,4 2,9 0,9
termoalteración
anterior a la
Fogón A 101 Guanaco Metapodio Diáfisis 10,3 1,7 0,9
termoalteración
anterior a la
Fogón A 201 Guanaco Metapodio Diáfisis 8 2,3 1
termoalteración
posterior a la
Fogón B 1003 Guanaco Tibia Diáfisis 10 2,1 1,5
termoalteración
anterior a la
Fogón B 1004 Guanaco Tibia Diáfisis 9,1 2,4 1
termoalteración
posterior a la
Fogón B 1001 Guanaco Metapodio Epífisis distal 11,9 2,4 2,1
termoalteración
Epífisis anterior a la
Fogón B 1002 Guanaco Metapodio 10,8 3,5 2,2
proximal termoalteración
anterior a la
Fogón C A Guanaco Fémur Diáfisis 10,3 3,5 1,5
termoalteración
posterior a la
Fogón C B Guanaco Fémur Diáfisis 8,3 3 1,6
termoalteración
posterior a la
Fogón C C Guanaco Fémur Diáfisis 8,2 2,8 1,1
termoalteración
anterior a la
Fogón C D Guanaco Fémur Diáfisis 13,2 2,9 1,3
termoalteración
posterior a la
Fogón C E Guanaco Fémur Diáfisis 9,9 2,8 1,2
termoalteración
anterior a la
Fogón C F Guanaco Fémur Diáfisis 6,7 2,5 1,0
termoalteración
posterior a la
Fogón C G Guanaco Fémur Diáfisis 7,5 1,9 0,8
termoalteración
Análisis distribucional
De manera complementaria, realizamos el es-
tudio de la distribución en planta de los escasos res-
RESULTADOS
Estudios experimentales
El cuadro 3 muestra los resultados para cada
experimentación. Como podemos observar, la
mayor parte de las piezas han tomado colores co-
rrespondientes a estadios 2 y 3, es decir, quemados
totalmente (Figura 4), o bien parcialmente carbo-
nizados. Esto es consistente con lo esperado para
huesos expuestos a temperaturas cercanas a 300º
C. También es interesante notar que, en muchas de
las piezas, la cara externa del hueso, que había sido
ubicada mirando hacia arriba, presenta estadios
más avanzados de combustión que la cara interna.
Inclusive, en muchas de aquellas piezas en que se
consignó el mismo estadio para ambas caras, la
cara interna es levemente más clara que la exter-
na.
En cuanto a la textura, la mayor parte de las
piezas se pueden agrupar en el estadio 2, esto es,
de textura vítrea. Además, sólo 4 piezas (un 25%)
mostraron fisuras producto de la termoalteración.
Observamos fisuras tanto longitudinales como
transversales. Éstas son siempre curvas, en ningu-
na ocasión se produjeron fisuras rectas, y esto se
tradujo, al retocarlas, en piezas con fracturas cur-
vas, nunca rectas. Resulta interesante remarcar,
que una de las piezas arqueológicas provenientes
de Cueva del Nido presentó un importante agrie-
tamiento (Figura 5), más ancho y profundo que
las fisuras que se generaron en los huesos frescos. Figura 4. Fogón A, Pieza 301.
Es posible que esta diferencia se deba al estado
766
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).
anterior a la
Fogón A 301 2 1 No contrasta 2 No
termoalteración
anterior a la
Fogón A 302 2 2 No contrasta 2 No
termoalteración
anterior a la
Fogón A 101 2 2 No contrasta 1 Si
termoalteración
Contrasta anterior a la
Fogón A 201 2 2 1 No
color termoalteración
posterior a la
Fogón B 1003 2 2 No contrasta 2 No
termoalteración
anterior a la
Fogón B 1004 3 2 No contrasta 1 No
termoalteración
posterior a la
Fogón B 1001 3 1 No contrasta 2 Si
termoalteración
Contrasta anterior a la
Fogón B 1002 3 1 1 No
color termoalteración
Contrasta anterior a la
Fogón C A 3 3 2 No
color termoalteración
posterior a la
Fogón C B 4 4 Contrasta brillo 2 Si
termoalteración
posterior a la
Fogón C C 4 4 Contrasta brillo 2 No
termoalteración
anterior a la
Fogón C D 3 3 No contrasta 2 No
termoalteración
posterior a la
Fogón C E 5 4 Contrasta brillo 2 Si
termoalteración
anterior a la
Fogón C F 3 3 No contrasta 2 No
termoalteración
Contrasta posterior a la
Fogón C G 1 1 1 No
color termoalteración
Cuadro 3. Resultados observables en las piezas experimentales.
por lo que aparentemente éste no sería un criterio nerar fracturas no deseadas al momento de retocar
que permita diferenciar en qué momento se reali- la pieza, por lo que los antiguos habitantes de la
zó el retoque. Por otra parte, algunas de las piezas Patagonia, de haber aplicado esta técnica, debían
retocadas luego de la exposición al calor (en parti- necesariamente conocer sus propiedades, bene-
cular piezas del fogón C que obtuvieron los estadios ficios y riesgos y debían contar con un controlado
más avanzados con respecto al color), muestran un manejo del fuego a fin de no exponer a las piezas a
contraste en el brillo entre ambas zonas. Más pre- un estrés innecesario.
cisamente, la zona retocada es más opaca que la
superficie original, y no se observa el brillo vítreo Análisis distribucional
característico. En consecuencia, éste podría ser un La unidad 5, de la cual provienen los restos óseos
referente útil para los casos en que se observan pie- analizados, presenta 4 fogones. Uno se ubica en las
zas retocadas carbonizadas. Lamentablemente, en cuadrículas C1/E2, otro en la D1, otro en G2/G1 y fi-
nuestro caso, la tibia retocada no había alcanzado nalmente otro fogón se ubica en las cuadrículas G2
este estadio de combustión. De cualquier manera, y H1. Todos los fogones son de estructura lenticular.
la muestra analizada es muy pequeña y sirve única- Las dimensiones del fogón de las cuadrículas C1/E2
mente para postular hipótesis que deberán respon- son de 120 x 60 cm; para el de la D1 contamos sólo
derse con más estudios. con un diámetro de 60 cm ya que parte del fogón
se continúa en la zona no excavada; para el de las
Sin Contraste Contraste cuadrículas G2/G1 las dimensiones son de 59 x 40
Retoque cm y para el ubicado en G2/H1 de 65 x 40 cm.
contraste Brillo Color
En la unidad 4, que se deposita inmediatamente
Antes del fogón 6 0 3
por sobre la unidad 5, se registraron sólo 2 fogones.
Luego del fogón 2 3 1 Uno se ubica en las cuadrículas A/B1 (80 x 30 cm) y
Tabla 3. Características del borde retocado. el otro en las cuadrículas B1/B2 (70 x 28 cm). Ambos
fogones son de estructura lenticular.
En cuanto al retoque, resultó evidente que la Por su parte, los restos óseos recuperados de la
termoalteración vuelve más frágiles a los huesos. unidad 5 provienen únicamente de 5 cuadrículas: A,
Esto pudo observarse de tres formas: B1, B2, C1 y C2, de los cuales el 74% se concentra
Profundidad: Los huesos retocados1 posterior- en la cuadrícula B2. El total de restos faunísticos re-
mente a la termoalteración obtuvieron retoques cuperados en estas cuadrículas, incluyendo lascas
más profundos. La profundidad promedio de los y fragmentos óseos no identificables, asciende a
huesos retocados previamente a la termoaltera- 106.
ción es de 4,4 mm, mientras que la de los huesos En la Unidad 5, los restos óseos fueron registra-
retocados después de la termoalteración es de 4,66 dos en sectores de la matriz sedimentaria ocre cla-
mm. La profundidad máxima de los huesos retoca- ra, característica de esta unidad y no se encuentran
dos previamente a la termoalteración es de 6 mm, en la cercanía de los fogones (Figura 6), puesto que
mientras que la de los huesos retocados después de en las cuadrículas en las que fueron recuperados no
las termoalteración es de 6,83 mm. había estructuras de combustión.
Menor cantidad de intentos: Los huesos retoca- Por el contrario, si observamos la figura 7 pode-
dos posteriormente a la termoalteración requirie- mos observar que casi la totalidad de huesos ter-
ron menor cantidad de golpes para lograr el reto- moalterados se encuentran en cuadrículas que en
que. Esto resultó evidente al momento del retoque: la unidad 4 presentaban fogones. La única excep-
al retocar los huesos frescos fue necesario repetir la ción a esta afirmación es un cuneiforme carboniza-
acción varias veces antes de lograr extraer lascas; do proveniente de la cuadrícula C2.
en cambio en los huesos termoalterados por lo ge- La distancia vertical entre los huesos de la uni-
neral las lascas se desprendían al primer golpe. dad 5 y los fogones de la unidad 4 no excede los 10
Fractura durante el retoque: Algunos de los cm. A una profundidad de 10 cm aún es esperable
huesos retocados posteriormente a la termoalte- que ciertos fogones alteren los conjuntos óseos,
ración, al momento del retoque se fracturaron de como lo han demostrado diversos estudios expe-
una manera no deseada, ya sea a lo largo de fisuras rimentales (Stiner et al. 1995; Bennett 1999). En
provocadas por el fuego, ya sea a partir del lugar en consecuencia, parece factible que los huesos hayan
que estaba siendo sujetada la pieza. Esto no suce- sido quemados y carbonizados por fogones encen-
dió en ninguna pieza retocada antes de ser expues- didos posteriormente a su depositación.
tas al fogón.
Esto significa que si bien la termoalteración fa-
cilita ampliamente el retoque, también puede ge-
768
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).
Figura 6. Ubicación de los fogones y restos óseos de la Figura 7. Ubicación de los fogones de la U 4 y de los
U 5. restos óseos de la U 5.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Las experimentaciones tanto con huesos fres- terísticas que presenta el conjunto óseo de C3T 1, lo
cos como con huesos arqueológicos nos han per- que nos permitiría descartar con mayor seguridad
mitido generar una colección de referencia para otras opciones de termoalteración postuladas.
evaluar el origen de las termoalteraciones en el El retoque de los huesos nos permitió corro-
conjunto óseo de la unidad 5 de C3T 1. Estas expe- borar que la termoalteración vuelve más frágiles a
rimentaciones nos dan información relevante para los huesos, tal como lo han postulado otros auto-
discutir las diversas hipótesis postuladas aunque res (por ejemplo Stiner et al. 1995). Es decir que es
esta información no es concluyente por sí sola. factible postular la termoalteración intencional de
Podemos observar que los huesos termoaltera- huesos con el fin de facilitar el retoque de huesos
dos frescos y arqueológicos presentan característi- con fines tecnológicos.
cas similares en cuanto a color y textura. La mayor Sin embargo, el análisis de las superficies de los
parte de los huesos mostraron colores asignables negativos de retoque no nos ha permitido diferen-
a los estadios 2 y 3, aunque también registramos ciar entre las piezas retocadas antes y después de
huesos con estadios 1, 4 y 5. El estadio 2 de textura la exposición al fuego. No se generaron referentes
es el predominante; las fisuras son escasas. observables que permitan diferenciar los huesos
Los huesos usados, tanto los frescos como los retocados en diferentes momentos. El único caso
arqueológicos, han adquirido colores relativamente en que fue posible hacer esto fue en aquellas piezas
uniformes a lo largo de su superficie. Esto contrasta que alcanzaron un estadio de carbonización total.
con lo propuesto por Buikstra y Swegle (1989) quie- Es decir que si bien hemos podido comprobar
nes afirman que colores uniformes en la superficie que la termoalteración facilita el retoque, el resto
del hueso son indicadores de huesos frescos, mien- de los rasgos registrados no nos permitiría diferen-
tras que los huesos secos presentan áreas sin que- ciar si los restos óseos de C3T 1 fueron alterados
mar y la termoalteración no es tan uniforme. intencionalmente o no.
La evidencia de las experimentaciones indicaría Sumado a esto, desconocemos la funcionalidad
que los restos óseos de C3T 1 habrían estado ex- de la tibia retocada. El borde retocado presenta un
puestos a temperaturas menores a 300º C. Nuestras brillo, pulimento o lustre que nos podría acercar al
experimentaciones no alcanzaron estas tempera- conocimiento de su función. Consideramos posible
turas2 y en algunos casos hemos registrado piezas su utilización en el tratamiento del cuero (¿soba-
carbonizadas, aunque en la mayoría de los casos do?). Otra posibilidad es que esta tibia haya servido
los huesos están quemados. Estas características como mango de algún instrumento lítico y el brillo
del conjunto experimental coinciden con las carac- que se observa en el borde haya sido producto del
AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer a todo nuestro equipo de investigación por el apoyo brindado. Este trabajo se
enmarca dentro del proyecto “Investigaciones arqueológicas en la Meseta Central de Santa Cruz: Pasado
humano y comunicación” de la Universidad Nacional de La Plata, y es parcialmente financiado por una
beca doctoral del CONICET.
NOTAS
1
. La medición de la profundidad se realizó únicamente con las piezas de los fogones B y C, puesto que
consideramos que, al ser huesos arqueológicos, las piezas del fogón A tendrían propiedades diferentes
que podrían alterar los resultados. Por otra parte, esperaríamos que el retoque de las piezas de C3T hu-
biera sido sobre hueso fresco.
2
. La temperatura máxima registrada fue de 296º C (Fogón A), 274º C (Fogón B) y 286º C (Fogón C)
BIBLIOGRAFÍA
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770
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).
772
Aspectos adaptativos y microevolutivos de
Lama guanicoe en la región volcánica de Pali
Aike. Un estudio morfométrico de muestras
arqueológicas y modernas
G. Lorena L’Heureux1
A B S T R A C T
The aim of this paper is to analyze and discuss the adaptive and microevolutionary changes of
guanaco (Lama guanicoe) populations from the Pali Aike lava field (CVPA). The morphometric
data used in this study come from four apendicular bone elements (distal humerus, distal radio-
ulna, distal femur and first forelimb phalanx) measured in both archaeological and contemporary
samples. The archaeological samples come from six sites of the CVPA: Las Buitreras, Orejas de Burro
1 (Argentina), Fell’s Cave, Pali Aike, Cerro Sota and Cañadón Leona 5 (Chile), covering the temporal
lapse between the Late Pleistocene and the Late Holocene. The modern samples, consisting
in 10 carcasses, were collected in the Argentine sector of the CVPA in 2003. The obtained results
show that there was a significant reduction in corporal size of guanacos at least three points in
time: the Pleistocene-Holocene transition, the onset of the Late Holocene, and recent decades.
Among the likely causes of such reduction in corporal size are climatic changes, the predation
pressure exerted by prehistoric human populations and by contemporary poaching, competition
with sheep, and severe habitat modifications related to the petrol industry and desertification.
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es analizar y discutir res estimadores de este parámetro que otros ele-
los cambios adaptativos y microevolutivos de las mentos como los dientes y/o el cráneo (Eisenberg
poblaciones de guanaco (Lama guanicoe) y sus po- 1990; Scott 1990). El funcionamiento exitoso del
tenciales causas de variación morfológica: cambios sistema locomotor y el tamaño corporal, acarrean
climáticos periódicos o permanentes, modificacio- importantes consecuencias en las estrategias que
nes del hábitat, competencia por interferencia e in- adoptan los animales al condicionar su habilidad
teracción con las poblaciones humanas modernas y para trasladarse, la velocidad con que lo hacen y la
prehistóricas, durante todo el Holoceno en el cam- forma en la que pueden explotar el ambiente en el
po de lava Pali Aike (CVPA). Las principales modifi- que viven o interactuar con otras especies (relacio-
caciones estudiadas se relacionan con los cambios nes de competencia y de predador-presa).
de los tamaños que fueron observados a través del En el caso del guanaco, las modificaciones tem-
tiempo sobre diferentes elementos óseos poscra- porales del tamaño corporal traen aparejadas im-
neales del guanaco. portantes consecuencias respecto de las relaciones:
Se conoce que las dimensiones del esqueleto tamaño corporal-locomoción, por sus implicancias
poscraneal de los ungulados se relacionan estre- en las capacidades de escape/huída ante predado-
chamente con el tamaño (un parámetro que pue- res humanos; tamaño corporal-ambiente, por los
de ser apreciado tanto en la fauna moderna como diferentes requerimientos nutricionales y costos
prehistórica) y que, al estar más relacionados con de los sistemas energéticos (obtención y procesa-
la función de “sostén del peso”, resultan mejo- miento de energía) que implican tamaños más o
1 DIPA–IMHICIHU (CONICET). Saavedra 15, 5º piso (1083 ACA). Buenos Aires, Argentina. [email protected]
L’Heureux 773
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
menos grandes; y tamaño corporal-productividad, con las diferencias de los tamaños corporales del
al tener en cuenta la cantidad diferencial de carne guanaco puede brindar importante información
disponible (y otras materias primas) como presa de acerca de sus mecanismos adaptativos a escala
caza. microevolutiva sólo si se controlan los factores de
Reconocer los cambios morfológicos asociados variabilidad etaria, geográfica y temporal.
EL ÁREA DE ESTUDIO
Figura 2. Las unidades volcánicas del campo y la localización de los sitios estudiados.
774
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.
Este estudio se lleva adelante a partir del aná- 600 años AP y la muestra de Cueva Pali Aike com-
lisis morfométrico de cuatro elementos óseos prende por lo menos los últimos 8000 años radio-
apendiculares de guanaco recuperados en seis si- carbónicos (Bird 1988; Neves et al. 1999). Más allá
tios arqueológicos del CVPA (territorios argentino y de contar con esta amplitud temporal, en el pre-
chileno), y de muestras subactuales colectadas en sente estudio no se pudieron incorporar huesos
el sector argentino del campo de lava. de guanaco procedentes de todos los niveles, por
Las muestras arqueológicas se ubican cronoló- lo que se cuenta con conjuntos representativos de
gicamente entre la transición del Pleistoceno final/ la transición Pleistoceno final-Holoceno (niveles
Holoceno y el Holoceno tardío final, siendo más inferiores de Cueva Fell y Pali Aike), del Holoceno
abundantes para este último período. Del sector medio (niveles intermedios de Cueva Pali Aike), del
argentino del campo de lava se analizaron mues- Holoceno tardío inicial (Cerro Sota) y de los últimos
tras de dos sitios arqueológicos: Cueva Las Buitre- dos milenios (Cañadón Leona 5). En el cuadro 1 se
ras (excavación de 1992; Sanguinetti de Bórmida presentan solamente las edades radiocarbónicas
1976, 1999) y Orejas de Burro 1 (Borrero et al. 2004) de las unidades estratigráficas que fueron analiza-
(Figura 2). El sitio Cueva Las Buitreras registra da- das de dichos sitios.
taciones desde el 7670 ± 70 AP (capa 5 base) en ade- Cabe aclarar que la incorporación de los ele-
lante, pero los niveles analizados en este trabajo mentos óseos al análisis morfológico respondió a la
representan sólo los momentos previos al contacto posibilidad de acceso a las muestras y a que las mis-
(Cuadro 1). La localidad Orejas de Burro presenta mas presentaran huesos en condiciones de ser me-
ocupaciones a partir de aproximadamente el 3500 didos (L’Heureux 2008b). En este caso se evaluaron
años AP hasta momentos del contacto (Cuadro 1). todas las muestras de elementos de guanaco de los
Del sector chileno de Pali Aike se estudiaron sitios arqueológicos presentados, y los elementos
las muestras de huesos apendiculares de guanaco aquí utilizados representan todos aquellos posibles
procedentes de cuatro cuevas excavadas por Junius de ser incorporados al análisis (“medibles”).
Bird en 1936/37 y en 1969, y depositadas actual- En este trabajo se estudiaron, a su vez, mues-
mente en la División de Antropología del American tras de guanacos modernos representantes de los
Museum of Natural History (AMNH) de Nueva York: últimos 20 años calendáricos (diez carcasas incom-
Cueva Fell (Catálogos 41.1/1993 y 1994), Cueva pletas), los cuales fueron colectados en diferentes
Pali Aike (Catálogos 41.1/1891 y 1892), Cerro Sota puntos de los sectores sur y centro-oriental del
(Catálogos 41.1/2024) y Cañadón Leona 5 (Catálo- campo volcánico -territorio argentino- en el año
gos 41.1/2216) (Bird 1988, Figura 2). Es importante 2003 (Cuadro 2). Estas muestras resultaron útiles
destacar que los dos primeros sitios registran una para evaluar las continuidades o discontinuidades
importante profundidad cronológica, por ejemplo, de las modificaciones morfológicas observadas en
Cueva Fell cuenta con una secuencia de fechados el Holoceno tardío final, en momentos posteriores
que abarca desde fines del Pleistoceno hasta ca. al contacto.
L’Heureux 775
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
ARGENTINA
Ua- 21902 AMS 3490 ± 50 UX: 46-50cm; guanaco Barberena et al. 2006
CHILE
sin dato 3725 ± 100 Ca. Cóndor; sin dato Massone e Hidalgo 1981
Cuadro 1. Cronología de los sitios arqueológicos del CVPA. Se presentan sólo las fechas radiocarbónicas de las uni-
dades usadas en el análisis que fueron datadas.
ÁREA
INDIVIDUO GPS EDAD SEXO
de recolección
NE de la 52º 03’ 55,3’’ S
LA.1 Laguna Azul 69º 33’ 34,1’’ W
>24 meses
M
51º 89’ 30 ’’ S
CCO.1 Borde Cráter Cerro Convento
69º 36’ 47’’ W
> 36 meses H
Cuadro 2. Muestra de guanacos modernos colectada en los sectores sur y centro-oriental del CVPA
776
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.
Para el análisis osteométrico de los restos óseos ción obtenida fue procesada mediante la aplicación
de guanaco se aplicó la metodología desarrollada de técnicas estadísticas univariadas y multivariadas
previamente (L’Heureux 2008b). Se midieron 100 (PCA; ANOVA one-way de la Media Geométrica de
huesos de cuatro elementos óseos: húmero distal todas las medidas obtenidas en el elemento), em-
(N= 30); radiocúbito distal (N= 28); fémur distal pleando los softwares PAST 1.82b y SYSTAT 10.2. El
(N= 14) y falange 1 delantera (N= 28), en los que se valor de probabilidad considerado como significati-
relevaron 33 variables métricas (Figuras 3 a 6). La vo fue de 0,05 (P <0,05). En todos los casos corres-
obtención de las variables continuas se realizó con pondientes se realizaron tests “post hoc” (test de
calibre digital (precisión 0,01) y tabla osteométrica, Tukey) para la comparación probabilidades.
y los datos fueron registrados en mm. La informa-
Figura 3. Variables osteométricas tomadas en el húme- Figura 5. Variables osteométricas tomadas en el fémur
ro distal. distal.
Figura 4. Variables osteométricas tomadas en el radio- Figura 6. Variables osteométricas tomadas en las
cúbito distal. primeras falanges delanteras.
RESULTADOS
L’Heureux 777
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Figura 7. Análisis de Componentes Principales del Figura 9. Análisis de ANOVA de las medias geométricas
húmero distal. del radiocúbito distal.
778
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.
DISCUSIÓN
A pesar de no contar con información morfo- En Santa Cruz se ha observado que las conse-
lógica-cronológica que dé cuenta de todo el conti- cuencias del riesgo climático en especies domésti-
nuum temporal que abarca el estudio (Pleistoceno cas puede acarrear una mortalidad de entre el 5 y el
final/Holoceno temprano hasta el presente) para 95%, y que entre especies silvestres las tasas pro-
cada hueso analizado, puede asumirse que, de medio de mortalidad serían aún mayores (Sturzem-
acuerdo con los datos morfológicos obtenidos, el baun y Borrelli 2001). Las secuelas demográficas de
resultado final observado es inequívoco y se asocia las fluctuaciones climáticas pueden verse actual-
con la continua -aunque no necesariamente cons- mente en el guanaco, ya que su densidad poblacio-
tante- reducción de los tamaños de los elementos nal es altamente sensible a la sucesión de inviernos
óseos en el CVPA durante el Holoceno. En conjun- desfavorables (Franklin y Fritz 1991). Ante una serie
to, las muestras denotan cambios estadísticamente de eventos climáticos extraordinarios de corta du-
significativos del tamaño corporal de las poblacio- ración, limitados o periódicos como la erupción del
nes de los guanacos en tres momentos temporales volcán Hudson en 1991 y las nevadas extremas de
diferentes: 1994 y 1995, se redujo dramáticamente la pobla-
1) a comienzos del Holoceno temprano; ción de guanacos en Patagonia meridional e insular
2) a comienzos del Holoceno tardío, y (Montes et al. 2000; Sturzembaun y Borrelli 2001).
3) durante las últimas décadas. Pero, por otro lado, se ha observado la elevada ca-
Esto se asocia con una selección sostenida en pacidad de recuperación demográfica que posee
el tiempo hacia fenotipos de guanacos de menor esta especie que en pocos años puede incremen-
tamaño y masa corporal, con menores requeri- tar notablemente su densidad demográfica ante
mientos energéticos y condiciones de relación pe- una breve continuidad de inviernos benévolos y/o
so-velocidad diferentes, que pudieron influir en el la reducción de los efectos de la caza ilegal por la
éxito de las estrategias de huída ante predadores “protección” de las manadas en las estancias (p.ej.
naturales y/o antrópicos, etc. Estas modificaciones en marzo de 2008 se contabilizaron 1500 animales
pudieron ser una respuesta adaptativa a una gran por parcela en la Estancia Bella Vista, en la margen
cantidad de condiciones que se vieron reflejadas sur del río Gallegos; P. Campan comunicación per-
en un mismo resultado: tamaños cada vez más chi- sonal).
cos. Un patrón de cambio en el tamaño corporal
Ante un evento climático adverso, una pobla- que se sostenga a través de milenios puede estar
ción sufre consecuencias por la escasez de recursos acompañado por alteraciones en la estructura de-
vitales, se compromete su capacidad de supervi- mográfica de la población. Pero se considera que
vencia y, como resultado, registra una importante las variaciones demográficas son extremadamente
reducción demográfica. dependientes de las fluctuaciones ambientales pe-
L’Heureux 779
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
riódicas de corta duración, y que éstas por sí solas los aspectos morfológicos -de tamaño- del fenoti-
no pueden provocar modificaciones morfológicas po de los guanacos.
con la capacidad de ser fijadas en el fenotipo de la Por este motivo se considera que la opción re-
especie. lacionada con un cambio climático irreversible y de
Entonces, las potenciales causas de las variacio- gran magnitud, desde bajas temperaturas (Pleisto-
nes morfológicas en el tamaño corporal pueden re- ceno final) hacia condiciones más cálidas (Holoce-
lacionarse principalmente con: cambios climáticos no), sea la mejor explicación para los cambios mor-
-no periódicos o estacionales-, predación (explota- fológicos observados en este período cronológico.
ción sostenida del recurso a través del tiempo por Los datos paleoclimáticos y glaciológicos obteni-
parte de las poblaciones humanas)1 y la reducción dos de diferentes proxy en Patagonia meridional,
definitiva del hábitat explotable y/o competencia insular y en la Antártida, corroboran este mejora-
por el espacio y/o alimentos. De acuerdo con esto, miento climático (p.ej. Heusser y Streeter 1980;
las modificaciones en los tamaños observados se Markgraf 1989; Rabassa y Clapperton 1990; Stine y
pudieron asociar en mayor o menor medida con Stine 1990; Rabassa et al. 2000; Strelin y Malagnino
diferentes mecanismos causales de acuerdo al mo- 2000; Wilson et al. 2002; EPICA 2004; Mancini et al.
mento cronológico considerado. 2005, entre otros).
Estas modificaciones morfológicas son compa-
1- Holoceno temprano tibles con el principio que sostiene que los tamaños
Cambios en el clima: aumento de la tempera- grandes brindan una ventaja fisiológica adaptativa
tura ambiente a comienzos del Holoceno (mejora- (menor pérdida de calor corporal) a bajas tempera-
miento climático/regla de Bergmann). turas (derivado de la regla biogeográfica de Berg-
mann; Bergmann 1847), por lo cual a una mayor
2- Comienzos del Holoceno tardío temperatura se esperarían organismos con tama-
Predación aborigen: incremento del uso y ex- ños más chicos y mayor superficie corporal.
plotación del principal recurso terrestre del área a La misma tendencia ya fue observada en otros
comienzos del Holoceno tardío (intensificación de sitios arqueológicos y paleontológicos tempranos
la caza sostenida a lo largo del Holoceno tardío). de Patagonia meridional (L’Heureux 2007), p.ej.
Piedra Museo (Miotti 1995; Miotti et al. 1999); Ce-
3- Últimas décadas rro Casa de Piedra 7 (Aschero et al. 1992); Cueva
Interacción con las poblaciones actuales en el Lago Sofía (Prieto 1991). Además de ser un com-
campo de lava Pali Aike (CVPA): caza furtiva, ins- portamiento macroregional, este patrón muestra
talación de petroleras y tendido de alambrados en una extensión global ampliamente registrado para
los campos. diferentes especies de mamíferos (Edwards 1967;
Competencia por interferencia con el ganado Kurtén 1968; Guthrie 1970; Davis 1977, 1981; Ducos
ovino: desplazamiento del área original de explo- y Kolsa Horwitz 1997; Weisntock 1997; Wyckoff y
tación “predilecta” (marginalización) y transmisión Dalquest 1997; McDonald 1981; Lyman 2004).
de enfermedades. 2- Centrándonos en el Holoceno tardío, donde
Desertificación: pérdida de suelos y pasturas se ubican temporalmente la mayor parte de las
(capacidad receptiva de los campos) debida a la ac- muestras estudiadas, observamos dos momentos
tividad agropecuaria no planificada, controlada y/o cronológicos en los que se registra la misma modi-
monitoreada. ficación morfológica asociada con la reducción del
tamaño corporal: a) a comienzos del Holoceno tar-
1- Como fuera demostrado en otro trabajo dío respecto de lo registrado en el Holoceno tem-
(L’Heureux 2007), la primera y mayor modificación prano, y b) entre las muestras modernas respecto
morfológica en el tamaño de los huesos de guanaco de aquellas previas al contacto.
se registra a comienzos del Holoceno temprano (Fi- La primera modificación morfológica significa-
gura 8). En la evaluación de las potenciales causas tiva pudo asociarse con el notorio incremento de
de estas variaciones morfológicas se consideraron eventos de ocupación producido a comienzos del
tanto las fluctuaciones ambientales como la inte- Holoceno tardío en el CVPA. Este punto se evaluó
racción con las poblaciones humanas (predación). utilizando como herramienta indirecta el cuerpo
Si bien las poblaciones humanas ya se encontra- de información generado por las dataciones radio-
ban en Patagonia desde por lo menos 11,000 años carbónicas de materiales de depósitos de sitios ar-
atrás, debido a la baja demografía estimada para queológicos. Esto permitió aproximarnos a la me-
los grupos de cazadores-recolectores durante el nor o mayor presencia de grupos humanos a través
Holoceno temprano, no se considera que el alcan- del tiempo en el área, a la intensidad del uso que
ce de su acción predadora haya podido influir sobre hicieron del espacio y, en lo que nos concierne, a la
780
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.
mayor explotación de su principal recurso alimenti- y la cantidad de gente que habitaba el CVPA des-
cio terrestre, el guanaco. pués del 4000 AP. Se entiende que el mayor fitness
En la distribución de fechas radiocarbónicas ob- promedio alcanzado por estos grupos, condujo
tenidas para Pali Aike2 (N=93; Figura 12) se observa ineludiblemente a una mayor intensidad de acti-
un importante contraste entre la casi inexistencia vidades de aprovisionamiento de alimentos, prin-
de eventos de ocupación previos a los 4000 años cipalmente de aquellos de alto rinde como son los
C14 AP y el destacado incremento de dataciones guanacos (L’Heureux 2008b). De acuerdo con esto,
informadas para comienzos del Holoceno tardío. el incremento demográfico de las poblaciones hu-
De la misma manera, es importante observar que manas (concomitantemente con la intensificación
el aumento de tales ocupaciones continúa a través sostenida de la caza) registrado a comienzos del
del Holoceno tardío, alcanzando su mayor frecuen- Holoceno tardío en Pali Aike, puede interpretarse
cia después de los dos mil años radiocarbónicos como el factor causal en los cambios morfológicos
(47,25%). Las fechas registradas para los últimos observados en Lama guanicoe para dicho período
4000 años comprenden el 73,62% de las edades re- cronológico.
presentativas de eventos de ocupación en el CVPA, No se pueden dejar de considerar otros poten-
lo que estaría indicando un intenso período de ocu- ciales factores modificadores del fenotipo mor-
pación aborigen en Pali Aike desde esa fecha has- fológico de los guanacos hacia el 4000 AP (p.ej.
ta tiempos históricos. Este mismo patrón también clima), aunque no existe evidencia paleoclimática
pudo ser observado a partir de edades calibradas que informe sobre cambios en la temperatura at-
(Barberena 2008). mosférica y la humedad a comienzos del Holoceno
Es decir, el análisis de la distribución temporal que registren una magnitud y presenten una pro-
de fechados radiocarbónicos evidencia un aumen- longación suficiente como para producir y sostener
to significativo en la ocupación y reutilización del la reducción significativa de los tamaños (Heusser
espacio durante el Holoceno tardío en el Campo y Streeter 1980; Markgraf 1989; Wilson et al. 2002;
Volcánico de Pali Aike que respondería a una etapa EPICA 2004; Mancini et al. 2005, etc.). En cambio,
de poblamiento efectivo del mismo. Consecuente- la covariación positiva observada con el incremen-
mente, se infiere una correlación positiva entre el to demográfico resulta consistente.
incremento de eventos de ocupaciones sincrónicas Para finalizar, es importante mencionar que en
L’Heureux 781
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Pali Aike se cuenta con información procedente de 1928 se exportaron 300000 pieles, entre 1972 y 1979
diferentes vías de análisis: zooarqueológica, bioar- fueron 443655 pieles de guanacos adultos y, entre
queológica, geoarqueológica y lítica, que demues- 1976 y 1979, 223.610 pieles de crías (Conway 2005).
tran la ocupación efectiva de los diferentes espa- Datos posteriores indican una actividad extractiva
cios en CVPA a comienzos del Holoceno tardío. de chulengos de hasta el 93% de esa clase de edad
Esto se defiende a partir del análisis de descarte y y la caza de adultos para alimentación propia y de
procesamiento de materiales faunísticos en el sitio la “perrada” en las estancias (Saba 1987).
Orejas de Burro 1 (L’Heureux 2008a), la importante Pero, sin dudas, la interacción que acarreó las
evidencia de enterratorios humanos en el área que consecuencias más pronunciadas en las últimas
comprenden un mínimo de 20 individuos para ese décadas es la que se inicia con la introducción del
momento cronológico [Orejas de Burro 1 (L’Heureux ganado ovino en la región alrededor del año 1885 y
y Barberena 2008); Cerro Sota (Bird 1983, 1988; que tuvo su máxima expresión en los ’60 (Williams
L´Heureux y Amorosi 2008), y Cañadón Leona 5 2004).
(Bird 1988; Prieto et al. 1998; L´Heureux y Amorosi De manera indirecta podemos señalar una serie
2008)], del análisis de densidad e intensidad de uso de factores que se desencadenan con esta explota-
de materias primas líticas (Charlin 2008), y del re- ción ganadera, tales como:
gistro sedimentológico y cronológico de diferentes a- La competencia por interferencia con el gana-
sitios del campo volcánico (Barberena 2008), que do ovino (Raedeke 1976). Antes de la introducción
resulta contrastante frente a otros momentos tem- de la oveja, los guanacos preferían los pastizales en
porales y respecto de áreas aledañas. terrenos abiertos de Patagonia. Las áreas boscosas
3- Como consecuencia de la interacción con las aparentemente no eran usadas por los guanacos en
poblaciones actuales, el tamaño corporal de los el continente, aunque sí en las islas (Raedeke 1982).
guanacos disminuyó nuevamente durante las úl- Ante la presencia de ganado, el guanaco abando-
timas décadas (seguramente, este proceso puede nó sus hábitats preferidos y fue desplazado hacia
retrotraerse a los últimos siglos), cuando exhiben áreas más marginales y/o dirigió su dieta hacia los
tamaños más chicos respecto de aquellos recono- arbustos para reducir el riesgo de la competencia.
cidos en momentos previos a la conquista. Las poblaciones de guanacos que sobrevivieron a
Se considera que, una vez concluida la caza abo- la crítica disminución poblacional de esta especie
rigen con técnicas e instrumentos tradicionales, se acontecida a mediados del siglo pasado -concomi-
conjugaron una nueva serie de factores derivados tante con el esplendor de la actividad ganadera ovi-
de la interacción con las poblaciones modernas en na-, fueron aquellas que ocuparon principalmente
el área (primeros colonos y luego pobladores ac- las tierras marginales sin importancia para la ga-
tuales) que, de forma directa o indirecta, produje- nadería. La marginalización de los guanacos hacia
ron las modificaciones morfológicas registradas en zonas de oferta de refugio de menor productividad
las poblaciones de guanaco. como el sector de coladas basálticas más nuevas
De manera directa, la interacción desfavorable del CVPA, presionados por una actividad antrópica
entre estas especies (humanos y guanacos) se dio ganadera -y en menor medida minera y petrolera-,
por predación, una diferente a la aborigen, rela- pudo haber influido en las últimas adecuaciones fe-
cionada con la caza comercial e ilegal de guanacos notípicas y morfológicas de las poblaciones moder-
adultos y principalmente de chulengos en busca de nas de guanaco.
cueros y por la construcción de cercos, alambrados Hay que reconocer que este tipo de empren-
(donde los animales suelen entramparse y morir dimientos ganaderos y el número de cabezas ha
enredados) y el trazado de picadas y caminos aso- declinado en gran medida a nivel nacional duran-
ciados con la producción minera y petrolera, que te las últimas décadas pero, en Santa Cruz, dicha
modificaron el rango de acción de las manadas. tendencia fue revertida a partir del año 2002. En la
No se deben subestimar las consecuencias de actualidad, el número de cabezas presentes en la
las presiones predatorias a las que estuvieron so- provincia es semejante al que existía a comienzos
metidas las poblaciones de guanacos durante los del Siglo XX. Esta recuperación de la actividad ovi-
últimos siglos. Se tienen escasos datos respecto de na fue mayor al sur de Santa Cruz (Williams 2004),
la actividad extractiva realizada por los primeros en el sector comprendido entre el río Chico y el Es-
colonos y/o por los aborígenes “por encargo” como trecho, el cual incluye al CVPA.
parte de trueque por otros ítems no utilitarios. Aun- b- Por otro lado, la instalación de los estableci-
que no hay información disponible para el área de mientos ganaderos a gran escala acarreó una serie
estudio, a modo de ejemplo puede citarse que en de consecuencias menos evidentes pero irreversi-
1916 se exportaron entre 30000 y 40000 pieles de bles: el deterioro de la productividad de los campos
chulengos originarios solamente de Chubut, en esteparios patagónicos por sobrepastoreo causan-
782
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.
AGRADECIMIENTOS
A Sumru Aricanli por su ayuda y colaboración en el acceso a las muestras excavadas por Junius Bird
y depositadas actualmente en la Division of Anthropology del American Museum of Natural History. A
Thomas Amorosi por facilitarme información no publicada de la cueva Pali Aike. A Amalia Sanguinetti de
Bórmida por permitirme estudiar las muestras de Las Buitreras. Este trabajo se realizó en el marco de los
proyectos: PICT- ANPCyT Nº 9498; PIP-CONICET Nº 2390 y NG Grant Nº 7736-04 dirigidos por el Dr. Luis
Borrero y la Pasantía Posdoctoral en el exterior del CONICET (Resolución D Nº 3351).
NOTAS
. Se considera la predación principalmente humana, y no la acción del predador natural del guanaco,
1
el puma (Puma concolor), por conferirle a esta última poco peso en la generación de cambios del tamaño
corporal del guanaco. Esto se debe a que se conoce que la relación predador-presa del puma-guanaco,
fue una interacción “estable” iniciada conjuntamente con otros predadores (Panthera onca y Smilodon
L’Heureux 783
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
populator) antes del arribo de las poblaciones humanas al ecosistema patagónico, y que fue sostenida,
sin cambios aparentes, por decenas de miles de años.
2
. En la evaluación de los eventos de ocupación en el CVPA se utilizaron todos los fechados radiocar-
bónicos disponibles a excepción de aquellas edades con un desvío ≥ a 300 años. Como medio de eliminar
la sobrestimación de eventos de ocupación generados por aquellas unidades estratigráficas remuestrea-
das, se decidió promediar las edades obtenidas en los casos en que una unidad contara con más de un
fechado, usando un solo dato como representante de ese evento de ocupación.
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Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
786
Procesando huesos: entre la Etnografía y la
Arqueología
Laura Miotti1 y Laura Marchionni1
A B S T R A C T
In this paper the first zooarchaeological results about mid Holocene occupation at Maripe cave, La
Primavera locality, in Deseado Massif, Santa Cruz province are presented. Archaeological samples
come from systematic excavations practiced in this site between 2003 and 2005. Taphonomic
and sedimentary rates were published previously (Miotti et al. 2007). Now we are presenting a
comparison between the bone accumulations coming from South and North chambers of the cave.
These analyses involve fragmentation (degree, proportions and frequencies of skeletal parts).
Fragmentation index (Lyman 1994) was applied, taking into account the quality and quantitative
analysis about bone modifications. On the other hand, as an independent line, consumption of
prey, among hunter-gatherers was analysed. This analysis was made throughout chronicles and
ethnographic documents about Tehuelche and Selk’nam people descendants, who inhabited
Patagonia until recent present times. The final aim is comparing present to archaeological patterns
to discuss their implications in the interpretations of archaeological record. The application of
analogies does not imply lineal tele-projections from the present to the past; this methodology is
used as a heuristic tool helpful to infer the way of life hunter-gatherers led during the Mid Holocene.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo expone los primeros resulta- roedores y aves paseriformes) ha sido incorporada
dos del análisis zooarqueológico de la cueva Mari- a los depósitos de la cueva por la acción de aves de-
pe, ubicada en la orilla este del mallín La Primave- predadoras como las lechuzas y búhos (Salemme
ra, tributario del Zanjón Blanco en las cabeceras de et al. 2006), por lo tanto estos taxa no serán trata-
la cuenca y cuyas coordenadas geográficas son 47º dos en este trabajo. Los resultados del análisis de la
51´05´´ Lat. S y 68º 56´03´´ Long. O (Figura 1). Esta fragmentación y meteorización de los especímenes
cueva tiene grandes dimensiones y se encuentra óseos de mamíferos y aves, sumado a las tasas se-
dividida en dos cámaras (Norte y Sur) por medio de dimentarias (Ferring 1986; Favier Dubois 1997) ob-
un tabique rocoso (Miotti et al. 2004). tenidas para cada una de las cámaras de la cueva,
Los análisis zooarqueológicos hechos hasta indican en principio, condiciones ambientales y de-
el momento corresponden a las determinaciones positacionales diferenciales en ambas cámaras por
anatómicas y taxonómicas de macro y micro fauna lo que estos microambientes pueden haber estado
(Salemme et al. 2006; Miotti et al. 2007), las etapas jugando un papel significativo en las decisiones to-
preliminares sobre el estudio de la fragmentación madas por los grupos humanos y por otros agentes
y meteorización de los materiales óseos y las es- biológicos (animales cavadores, carnívoros, roedo-
timaciones de las tasas de depositación (Miotti et res) que utilizaron la cueva en los distintos momen-
al. 2007). Esas primeras etapas analíticas nos han tos del Holoceno. En este sentido, las dos hipótesis
provisto de información de importancia tafonómi- de trabajo que intentaremos poner a prueba aquí
ca y paleoambiental para definir con mayor preci- son: 1) la cueva fue usada para actividades distin-
sión la integridad y la resolución arqueológica de tas en los mismos momentos de ocupación y 2) ese
estos contextos. Entre las hipótesis importantes uso diferencial se debe, al menos en parte, a que las
se destaca que la microfauna (iguánidos, pequeños condiciones microambientales diferentes de abri-
go, humedad e incidencia del viento que actual- Establecer patrones de uso de los recursos
mente ofrecen ambas cámaras han sido diferentes faunísticos con especial atención en la especie
a lo largo de todo el Holoceno. Lama guanicoe (guanaco) que es la más abundante
En consecuencia, si esas condiciones influye- en toda la secuencia ocupacional del sitio.
ron para la toma de decisiones humanas acerca Analizar la variabilidad del uso del espacio in-
de la estructuración y uso del espacio, los análisis terno de la cueva, y
arqueofaunísticos comparativos del material recu- Comparar la información arqueofaunística
perado constituyen una interesante vía de análisis con modelos actuales de uso de los recursos en-
a partir de la cual es factible obtener indicadores tre sociedades cazadoras-recolectoras de altas la-
relevantes para contrastar esas hipótesis. En este titudes. La analogía etnográfica y otros modelos
sentido y avanzando en los estudios arqueofaunís- etnoarqueológicos fueron en este último aspecto
ticos de esta cueva, nos planteamos aquí tres ob- líneas importantes como herramienta heurística
jetivos específicos para abordar la problemática de para la inferencia. La misma es comprendida como
las distintas etapas de transporte, procesamiento, analogía débil y dentro de un marco de actualismo
consumo y descarte de las presas. Para este fin bus- crítico y metodológico (Gifford- González 1989a;
camos: Lyman 1994: 50)
Los humanos explotan recursos animales por culturales y naturales, que afectan en mayor o
varias cuestiones, pero básicamente para la obten- menor grado los depósitos originales (Salemme y
ción de alimento como carne y grasa y/o materiales Miotti 1987; Mengoni Goñalons 1988; Lyman 1994).
para confección de herramientas, prendas y ador- En el análisis faunístico, las etapas de procesamien-
nos como los huesos, las pieles, las plumas, los ten- to de datos cuali y cuantitativos son fundamenta-
dones, etc. (Lyman 1994: 294). les para poder interpretar los restos recuperados y
Los restos faunísticos que los arqueólogos re- hacer las inferencias que consideremos relevantes
cuperamos en los sitios son el resultado tanto del para el problema que nos planteamos.
transporte selectivo realizado por los humanos La muestra considera los materiales ar-
como de otros procesos y agentes tafonómicos, queofaunísticos con ubicación tridimensional, pro-
788
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología
cedente de las excavaciones sistemáticas realiza- Los indicadores, estimadores e índices zooar-
das entre 2003 y 2005; la misma fue dividida en dos queológicos utilizados en este estudio fueron la
unidades analíticas espaciales: cámara Norte (en abundancia relativa de especies a partir de la esti-
adelante CN) y cámara Sur (en adelante CS) a fin de mación del NISP, el %NISP y el MNI (Grayson 1984),
realizar inferencias sobre las formas de transporte, estos métodos son complementarios y tienen
procesamiento, consumo y descarte de las presas y como finalidad calcular la proporción de cada taxón
los modos de estructuración del espacio intrasitio. en la muestra basándose en conteos de huesos. La
Ambos conjuntos están asignados al bloque tempo- abundancia de unidades anatómicas para la espe-
ral del Holoceno (Miotti et al. 2007). La asignación cie Lama guanicoe (guanaco) fue estimada a partir
cronológica de los subconjuntos que analizamos en del MNE, el MAU y su estandarización (%MAU)
este trabajo es difícil de determinar con exactitud (Grayson 1984; Lyman 1994) que junto con el índice
dado que el sitio presenta una secuencia arqueoló- de supervivencia (Brain 1981; Grayson 1984; Lyman
gica continua, donde el carácter acrecional de las 1994) permiten evaluar si la abundancia relativa de
ocupaciones dificulta la separación temporal de las partes esqueletarias halladas respeta las propor-
mismas. Esta separación sólo parecería posible en ciones que esas unidades presentan en las carcasas
un sector de la CN donde la ausencia de materiales individuales o si esos valores se ven afectados sea
arqueológicos nos permitirían plantearnos la exis- por decisiones y selección humana o por procesos
tencia de un componente superior y uno inferior en de destrucción post depositacional.
las cuadrículas más externas de la cueva, mientras El procesamiento de presas contempla varias
que más hacia el interior de la misma, esta separa- etapas que van desde la captura del animal, has-
ción de componentes es difícil de observar al igual ta el consumo del mismo, y supone distintas fases
que en la CS (ver Miotti et al. 2007). En este sentido de reducción de partes a unidades más pequeñas
y dado que los fechados radiocarbónicos (Cuadro 1 y que está en relación no sólo con la preparación
a y b) realizados hasta el momento evidencian en lo de los alimentos sino también con el transporte y
general una continuidad ocupacional de la cueva, y formas de consumo de los mismos (Binford 1978;
en lo particular, discontinuidades en ambas cáma- Gifford- González 1989b, 1993; Mengoni Goñalons
ras a través del Holoceno. 1999). En un conjunto zooarqueológico, el grado
de fragmentación de los huesos puede ser conside-
Fechado rado una medida que permite evaluar las distintas
Período Cuadrícula Cód. Lab. 14
C AP etapas de este proceso. Consideramos a este in-
Transición D5 AA 65179 8992 ± 65 dicador como indirecto para inferir actividades de
Pleist/Holoc C5 AA 65178 8762 ± 50 procesamiento humano dado que son muchos los
Holoceno motivos por los cuales los huesos pueden fragmen-
temprano
tarse (Lyman 1994). Es importante destacar que a
pesar de ello, en el caso de Maripe, la gran mayo-
Holoceno D6 AA 65173 5084 ± 49
medio C5 LP 1497 3210 ± 60 ría de los especímenes exhiben en sus superficies
indicios claros de acción humana (huellas de corte,
Holoceno
tardío
puntos de impacto, fracturas en estado fresco, en-
tre otros); a pesar de ello, serán necesarios estudios
Cuadro 1a Cámara Norte
futuros que excluyan otros procesos no culturales
que puedan estar comprometidos en la fragmenta-
Período Cuadrícula Cód. Lab.
Fechado
14
ción de los materiales. Trabajos previos desprecian
C AP
que la fragmentación existente en Maripe pueda
Transición
A12 AA 65175 9518 ± 64
resultar de estadios elevados de meteorización
Pleist/Holoc (Miotti et al. 2007).
Holoceno Para analizar el grado de fragmentación de los
A12 AA 65174 8333 ± 63
temprano especímenes (Johnson 1989; Lyman 1994) se rea-
Holoceno B12 AA 65177 7703 ± 47 lizó la medición del tamaño de los huesos largos
medio A12 AA 65181 4113 ± 39 siguiendo la propuesta de Villa y Mahieu (1991 en
Holoceno
Lyman 1994: 334) quienes consideran al tamaño
B12 AA 65176 1078 ± 40 de los fragmentos de diáfisis una buena medida
tardío
para evaluar la intensidad de la fragmentación. Las
Cuadro 1b Cámara Sur
medidas obtenidas fueron agrupadas en clases de
LP1497 es el único fechado estándar, los demás son AMS
tamaño (cada clase de 1 cm) para hacer factible la
Cuadro 1. Fechados radiocarbónicos comparación de ambos conjuntos (Lyman 1994): la
prueba estadística de Kolmogorov- Smirnov (Shen-
nan 1992:68; Lyman 1994: 335) permitió evaluar si causas y condiciones en que la misma tuvo lugar.
las diferencias observadas entre las unidades analí- En cuanto al estudio comparativo de ambas cá-
ticas eran o no significativas. maras, serán considerados los resultados obtenidos
El uso del fuego ha cumplido un papel importan- del análisis de los especímenes óseos asignados a
te en las distintas etapas del desarrollo tecnológico guanaco, mayores de 2 cm de longitud y con ubi-
y social de la humanidad. En este sentido, nuestro cación tridimensional. Los materiales recuperados
interés por considerar la proporción de superficies en zaranda y menores a 2 cm no fueron estudiados
óseas modificadas por exposición al fuego radica en este trabajo.
en que la información que eso nos puede brindar La comparación de la información arqueológica
constituye un gran aporte para comprender la es- obtenida con la procedente de fuentes etnográficas
tructuración del espacio interno de la cueva. En ese y etnoarqueológicas se realizó como herramienta
sentido el análisis de alteración térmica de las su- heurística y analógica, procedimiento abductivo
perficies óseas se realizó a partir de la identificación para la inferencia arqueológica (Gándara 2006).
macroscópica de tales modificaciones (Brain 1981; La lógica analógica es utilizada en otras disciplinas
Buikstra y Swegle 1989; Johnson 1989; De Nigris históricas como la paleontología y la geología don-
2004). Distinguir en los conjuntos faunísticos los de el actualismo es una herramienta válida para la
huesos que han sido sometidos a acción térmica formulación de hipótesis puente (Gifford 1981,
brinda información acerca de usos del fuego en la Gifford-González 1989a, 1991; Haynes 1983, 2007;
preparación y cocción de los alimentos. La frecuen- Behrensmeyer 1991; Lyman 1994; Marean 1995;
cia y el grado de alteración térmica de huesos son Gándara 2006; entre otras muchas).
indicadores tanto del uso del fuego, como del uso “Como en caso de cualquier inferencia existe
de los huesos como material combustible, o sim- siempre la posibilidad de equivocarse. Al menos
plemente como daño térmico resultado del descar- desde una epistemología falibilista, existe siempre
te de los mismos en un fogón (Perles 1977 en Men- la posibilidad del error. Y siempre significa que este
goni Goñalons 1988). No tomamos en cuenta en riesgo no es exclusivo de la analogía etnográfica en
este trabajo más rasgos de alteración térmica que particular, o incluso de la analogía en general. Aun
los correspondientes a modificación macroscópica el razonamiento deductivo está sujeto a problemas
de superficies óseas por calor, dejando para estu- cuando alguna de las premisas es falsa, dado que
dios posteriores análisis que nos permitan caracte- un argumento no es necesariamente verdadero por
rizar mejor el tipo, grado y frecuencia de alteración el hecho de ser válido” (Gándara 2006: 14).
térmica sufrida por los especímenes y las posibles
790
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología
Escápula 2 2 2 20 1 28,57 4 3 4 50 2 80
Fémur Px 8 2 4 40 2 57,14 3 2 2 25 1 40
Fémur Df 8 1 2 20 1 28,57 9 1 2 25 1 40
Tibia Df 14 1 2 20 1 28,57 35 1 2 25 1 40
Lunar 2 2 2 20 1 28,57 2 1 2 25 1 40
792
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología
A continuación se sintetiza la información res- ford 1980), mientras que en otros casos, los ani-
pecto de las formas de trozamiento, transporte, re- males en forma completa eran trasladados por la
parto y consumo de guanacos recopilada de cróni- partida de caza hacia las bases residenciales, y ahí
cas que van desde el siglo XVI a principios del XX. Si se repartían y procesaban (Gallardo 1910; Bridges
bien los modelos Selk’nam pedestre y Tehuelches 1952; Musters 1964; Claraz 1988; Aguerre 2000).
ecuestres comparten bastante las formas de troza- Por último existen decisiones humanas de trans-
miento y transporte de las presas, varían como en el porte de unidades esqueletarias de bajo rendimien-
caso de otros grupos cazadores-recolectores (Bet- to o preferencia alimenticia que pueden estar en
tinger 1991; Kelly 1995) respecto del tamaño de las las bases residenciales por su transporte ocasional
partidas de caza para optimizar el acceso a los re- relacionado con la producción de instrumentos y
cursos. Por ejemplo, si la caza es de tipo solitaria en artefactos óseos (Aguerre 2000); esto podría verse
el bosque, como la practicada a finales del otoño/ reflejado en la presencia de elementos o fragmen-
invierno por los Selk’nam (Gallardo 1910), o colecti- tos de las extremidades de las patas.
va como la Tehuelche del momento ecuestre gene- A continuación se sintetizan las unidades de tro-
ralmente en la estepa (Musters 1964; Claraz 1988). zamiento más frecuentes entre grupos Selk’nam y
Por otro lado incide en las formas de trozamiento Tehuelche extraído de los cronistas arriba citados
de las presas de gran tamaño la estación del año y (Figura 6) y seguido de éste, se sintetizan las ex-
el estado de gordura de los animales en el momen- pectativas de presencia/ausencia para situaciones
to de la cacería. Una tercera fuente de variabilidad arqueológicas (Figuras 7 y 8).
es la distancia que media entre el sitio de matanza
(locus de actividades limitadas) y el campamento
familiar (base residencial) que puede alterar, inclu-
so, las formas de movilidad de las bandas. En al-
gunos casos, como los registrados entre Selk’nam
(Gallardo 1910), la base residencial era trasladada
al lugar de matanza de los guanacos representando
un clara estrategia de movilidad residencial (Bin-
Figura 6. Unidades de trozamiento más frecuentes en Figura 8. Expectativas de hallazgo de restos óseos en
grupos etnográficos de Patagonia continental e insular. sitios arqueológicos según modelo Selk’nam.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los resultados surgidos del cruce de la informa- tómicas y el consumo de las mismas. Dentro de
ción de %MAU e índice de supervivencia, grado de los modelos de forrajeamiento óptimo (Bettinger
fragmentación y exposición al fuego de la anatomía 1991), así como en el marco de modelos interpre-
económica de los guanacos indica que: tativos de compartir y procesar los alimentos (Mar-
A la cueva se habrían trasladado los animales shall 1993; Gifford-González 1993) es probable que
completos (trozados previamente o no) y que allí la representación de todas las partes anatómicas
se llevarían a cabo el procesamiento secundario, de los guanacos en el sitio sea producto de cace-
posiblemente la cocción de algunas unidades ana- rías en zonas cercanas a la cueva. A favor de esto,
794
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología
tanto en la pampa alta que se extiende en el primer sería esperable que tanto “el cogote” como “el cos-
nivel de basaltos del techo de la cueva como en la tillar” hubieran tenido una mayor representatividad
margen opuesta del cañadón La Primavera, existen en la muestra, ya que son dos partes importantes
indicadores arqueológicos y ecológicos (puntas de en la alimentación; el primero privilegiado para su
proyectil y lagunas someras, parapetos y abundan- preparación de cocción en húmedo -lo que recupe-
cia actual de rebaños de guanacos) que sustentan ra más nutrientes y grasa- (Gifford-González 1993)
esta idea. en momentos de escasez de recursos, mientras que
Las diferencias de procesamiento y cocción de el segundo es altamente apreciado en cualquier si-
las presas estarían representadas en los diferentes tuación, aunque contenga poca carne.
porcentajes de ambas cámaras (Tabla 2 y Figuras 3, Respecto de las partes anatómicas que se con-
4 y 5). En forma detallada se destaca: sumen en las estaciones de caza y que en épocas
La cabeza (cráneo y mandíbula) tienen en am- de abundancia de recursos suelen ser descartadas
bas cámaras mediana a alta representación. En el para ser transportadas al campamento y que cuya
caso de la mandíbula sería esperable, por el alto expectativa teórica es ausencia o presencia even-
grado de supervivencia de esta unidad, que tenga tual en la base residencial y que serían la pelvis
una alta representación; a pesar de esto, en CN el completa y las patas traseras, encontramos que en
cráneo tiene mayor representación que la mandí- cueva Maripe están presentes en proporciones mo-
bula. Esto avala la idea que esta unidad anatómica deradas a bajas, con excepción de la tibia proximal
fue ingresada completa al sitio. representada con un 60% en CS y un 57% en CN, y
La escápula, el húmero distal y los metacarpos el metatarso proximal en CN (100%) y en CS (60%).
proximales tienen la máxima representación en la Estas proporciones de los metatarsos podrían in-
cámara sur, lo que permite inferir que tanto “la pa- terpretarse en primer lugar porque son huesos con
leta” como los cuartos delanteros fueron las unida- alto grado de supervivencia, porque aunque no to-
des de trozamiento más utilizadas en esta cámara. memos en cuenta la hipótesis que al sitio ingresa-
Esto es coincidente con el uso preferencial dado a ron todas las partes anatómicas de los animales, sí
dichas unidades entre los grupos de cazadores-re- podría mantenerse la hipótesis que estos elemen-
colectores patagónicos y soporta la hipótesis de su tos ingresaron adheridos a los cueros y finalmente
alta representatividad en bases residenciales (Figu- que su presencia se deba a un transporte intencio-
ras 6 y 7). Respecto de CN, si bien la representación nal para la confección de instrumentos.
de %MAU de estas unidades es menor, adoptan Habría muchas más discusiones para realizar
una tendencia similar a las de CS. respecto de cada unidad anatómica y de los grados
Las expectativas surgidas del análisis de los mo- de modificación diferencial de las mismas, pero
delos etnográficos y etnohistóricos de trozamiento consideramos que las discusiones hasta aquí reali-
de los guanacos (Figuras 6, 7 y 8), indican que la ca- zadas en base a lo registrado arqueológicamente y
beza, la paleta, el costillar y los cuartos delanteros lo esperado, derivado del aprovechamiento de los
son las porciones preferidas para la obtención de guanacos por parte de las sociedades cazadoras re-
carne y grasa, y siempre son transportadas al cam- colectoras, es un avance que permite interpretar de
pamento residencial. De estas unidades anatómi- otro modo el registro.
cas llama la atención que si bien el elemento húme- La abundancia taxonómica y anatómica de la
ro (el hueso de “caracú”) según los relatos históricos arqueofauna de la cueva Maripe, junto con los re-
ofrece la grasa más fina (Aguerre 2000), la porción sultados obtenidos de la fragmentación y modifi-
proximal del mismo está ausente en la CS y con una caciones por calor, indican que el guanaco fue la
representación muy baja en la CN (Tabla 2). especie más utilizada por los ocupantes de la cueva
Las unidades anatómicas de la zona cervical y en ambas cámaras y a lo largo de toda la secuencia
las costillas tienen representación baja en ambas cultural correspondiente al Holoceno. Esto avala la
cámaras, estando totalmente ausente las costillas hipótesis que estos camélidos han sido la especie
en CS. Esta representación puede conducir a un mayormente utilizada durante toda la ocupación
problema de equifinalidad, sin embargo debe des- humana en Patagonia extra-andina, expresada en
tacarse que las costillas en CS tienen un grado de numerosos estudios previos y por numerosos auto-
fragmentación muy alto, asociado a importantes res.
procesos de combustión. Por lo tanto, gran parte de La fragmentación diferencial de diáfisis, las
estos especímenes fueron asignados a mamíferos distintas proporciones de exposición al fuego y las
grandes y no a guanacos, lo cual puede estar intro- diferencias en la representación de unidades ana-
duciendo un sesgo, minimizando su representación tómicas de guanaco permite inferir que durante
para la especie en cuestión. Respecto de la infor- el Holoceno hubo un uso heterogéneo del espacio
mación actualística de los cazadores-recolectores, interno de la cueva. Por otra parte, los modelos de
trozamiento y transporte de los guanacos entre los tras que en la CS se registran ocupaciones en toda
cazadores-recolectores de Patagonia, derivados de la secuencia mostrando un silencio de tres mil años
la información de fuentes etnográficas y etnohistó- para el Holoceno medio, en el cual no se dispone
ricas, y en relación a las expectativas arqueológicas aún de fechados radiocarbónicos.
que cada una presenta, permite inferir que durante La presencia de especímenes óseos en la CS
el Holoceno la Cueva Maripe actuó como un área de asignados a Ovis aries posiblemente esté vinculada
actividades múltiples (base residencial) con un ma- a la ocupación reciente de la cueva (S. XX), de la
yor grado de procesamiento de las presas en la CS. cual no se poseen fechados radiocarbónicos.
Es interesante destacar que los fechados radio- No obstante, estamos seguras que en este
carbónicos realizados hasta el momento, más allá artículo se responde a una serie de preguntas im-
de mostrar una continuidad ocupacional desde la portantes sobre las formas de uso de los recursos
transición Pleistoceno/Holoceno hasta el Holoceno faunísticos del área y del uso del espacio interno
tardío, evidencian hiatos ocupacionales en ambas de la cueva. Sin embargo, están quedando fuera
cámaras que resultan en una alternancia temporal discusiones tafonómicas más complejas e impor-
de usos del espacio que parecen intercalarse. Es tantes que exceden el marco de preguntas de este
destacable la ausencia de fechados correspondien- trabajo, valorando los resultados que pueden brin-
tes al Holoceno temprano y tardío en la CN mien- dar; por lo tanto continuamos trabajando.
AGENDA
Por lo arriba expresado son muchos los trabajos cuestiones de resolución temporal.
a realizar de la arqueofauna de Cueva Maripe, entre - Realizar por vía estadística independiente los
los más inmediatos destacamos: grados de significancia de las unidades espaciales
- Lograr una secuencia de fechados radiocarbó- consideradas para afinar los aspectos de comple-
nicos y sus concentraciones isotópicas en materia- mentariedad del uso del espacio y alternancia ocu-
les óseos de guanaco. Con esto no sólo obtendría- pacional de la cueva.
mos las fechas taxón sino también una fuente de - Realizar análisis cuantitativos de modificacio-
contrastación con los fechados de fogones obteni- nes óseas referidas a huellas de corte y de marcas
dos hasta el presente (Cuadro 1 a y b), para afinar producidas por carnívoros.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue subsidiado a partir de proyectos plurianuales: PICT 12387/03 y PIP 5885/05. La Secre-
taría de Cultura de Pico Truncado, que cada año acompaña al equipo en las cuestiones logísticas. A la fa-
milia Koproski, por su desinteresado apoyo para nuestros trabajos en la Estancia La Primavera. A Ramón
Cano, por su grata compañía y cuidado del sitio, pero además por invitarnos siempre a los “asados” en La
Dorita. A Chela y Carlos Iribarne por su apoyo incondicional.
Agradecemos los comentarios de Pablo Fernández y Sebastián Muñoz a las interpretaciones reali-
zadas en el póster sobre las modificaciones óseas del contexto, las cuales nos sirvieron para mejorar el
artículo. A Rocío Blanco por la lectura crítica y sugerencias al manuscrito.
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798
Los cánidos como agentes tafonómicos en los
depósitos arqueológicos de la Isla Grande de
Tierra del Fuego
A. Sebastián Muñoz1
A B S T R A C T
The involvement of canids in the formation of Tierra del Fuego archaeofaunal assemblages is
analyzed. The importance of this agent is evaluated in terms of potential addition and substraction of
bone remains in zooarchaeological assemblages and the differential incidence of its action regarding
the two most important taxa exploited by islander hunter gatherers: pinnipeds and camelids. The
analysis shows a low incidence of carnivore action and confirms previous expectations and published
data. When both pinniped and camelid remains are present at the same site the former display a
higher proportion of tooth marks, becoming scarce or null on the latter. In almost all cases punctures
are the most recurrent marks, followed by furrowing as the most important removal. Nevertheless,
damage association - the way different damage types co-occur – is variable across assemblages. No
particular selection was observed as to which elements are most affected. The low proportion of
marked specimens is in agreement with what is expected in residual assemblages, where carnivores
consume from but do not add transported remains. The similarities observed across assemblages
in spite of their contextual and taxonomic differences suggest that carnivore activities were
rather similar across them, although some differences are noticed relative to actualistic studies.
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es analizar la inciden- de la adaptación bioenergética a las regiones frías
cia de los cánidos en la formación de los conjuntos (Jiménez et al. 1995, en Novaro 1997). Dado que en
arqueofaunísticos de mamíferos de Tierra del Fue- la isla están ausentes el puma (Puma concolor) y en
go. Se trata de evaluar si este agente tafonómico el pasado también el zorro gris, el zorro colorado
ha sido importante en términos de aporte o sus- constituyó, en consecuencia, el principal carnívoro
tracción de restos óseos en los conjuntos estudia- terrestre y el único agente potencialmente impor-
dos y si puede plantearse que exista una incidencia tante desde un punto de vista tafonómico. Se trata
diferencial respecto de dos de los taxones más im- de un cánido de hábitos nocturnos y oportunista,
portantes para los cazadores recolectores de la isla: con un importante dimorfismo sexual, los machos
pinnípedos y camélidos. alcanzan un peso promedio de aproximadamente
La Isla Grande se caracteriza por la baja diver- 11 kg y las hembras oscilan en torno a los 8 kg. Res-
sidad de especies, resultado tanto de la historia pecto de otras especies de zorros sudamericanos
biogeográfica de la región como de sus cambiantes su dieta incluye más vertebrados y menos plantas e
condiciones de insularidad, que afectaron la diversi- invertebrados, siendo los pequeños mamíferos las
dad de especies en tiempos postglaciales (Redford presas principales (Novaro 1997).
y Eisenberg 1992). El cánido autóctono de la Isla En la isla Grande se ha discutido también la
Grande es el zorro colorado (Lycalopex culpaeus), existencia de perros, aunque la evidencia actual no
de mayor tamaño que el zorro gris (Lycalopex gri- permite sostener una profundidad temporal más
seus), y mayor incluso que los zorros colorados que allá de los últimos siglos, es decir en momentos de
habitan en el continente, posiblemente resultado contacto entre poblaciones aborígenes y europeas
Muñoz 799
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
(Saxon 1976; Caviglia 1985-86, ver también Massoia desarrollados de la tafonomía de Tierra del Fuego
y Chebez 1993). Asimismo, existen carnívoros a los (Borrero 1988a, 1990; Martin 1998, 2006; Estévez
que prácticamente desconocemos como agentes Escalera y Mameli 2000), y han abarcado princi-
tafonómicos, entre los cuales es posible señalar palmente a dos agentes: los cánidos mencionados
aquellos de hábitos marítimos, como los pinnípe- y, en menor medida, las aves (Polyborus, Milvago,
dos y mustélidos (Lontra felina, Lontra provocax), Falco). Sin embargo la información de que dispo-
aunque esto no es un problema exclusivo a las in- nemos no es homogénea para estos dos tipos de
vestigaciones sobre la Isla Grande, sino que abarca agentes, ya que es abundante para el primero y
la tafonomía en general y que recién está siendo escasa para el segundo. Como se mencionó más
reconocido (ver por ej. Erlandson y Moss 2001). arriba, en tiempos históricos se introdujeron en la
Los estudios tafonómicos sobre la acción de isla perros de origen europeo y, con la ocupación
carnívoros constituyen uno de los aspectos más ganadera, también el zorro gris y gatos.
EXPECTATIVAS
Los carnívoros pueden generar al menos tres distribución, azarosa. Al referirse a casos de San
tipos de acumulaciones de huesos, uno residual y Pablo, Tierra del Fuego, aplica la escala de Haynes
dos transportados. El primero está formado por las (1982, en Borrero 1990) y llega a la conclusión de
actividades de aprovisionamiento y consumo, en el que el daño efectuado por este agente es “bajo”,
lugar de matanza o carroñeo de la presa; el segun- producto de la baja competencia por las osamentas
do y el tercero, se forman por el transporte de algu- (Borrero 1990).
nas partes hasta lugares próximos al lugar de caza De lo señalado hasta ahora obtenemos que el
y consumo, con el fin de consumir en forma indi- zorro normalmente no caza guanacos (aunque ello
vidual las mismas. Entre los factores que condicio- es posible bajo condiciones particulares de estrés),
nan la formación de cada uno de estos depósitos, ni está sujeto a una gran competencia por sus pre-
se encuentran la competencia entre predadores y sas. Esto es coincidente con lo observado a partir
carroñeros y el tamaño de las presas disponibles. Al de la información arqueológica disponible (por ej.
mismo tiempo, aspectos tales como los hábitos de Borrero y Lanata 1988; Muñoz 1996a), que muestra
alimentación de las crías implican en algunos casos que el poder destructivo de los zorros autóctonos de
un rol más importante del transporte de carne, con la Isla Grande es bajo. Respecto del orden de prefe-
el fin de alimentarlas (Binford 1981). rencia en el procesamiento de los elementos óseos,
La baja diversidad de especies característica de se ha observado que los huesos de guanaco y de
la Isla Grande tiene consecuencias respecto de la pinnípedos más atacados en contextos arqueológi-
competencia, ya que permite al zorro tener un ac- cos son los que están más abundantemente repre-
ceso temprano a las carcasas animales, a pesar de sentados en el conjunto (Muñoz 1996a y b). En las
tratarse de un carnívoro de tamaño reducido (ver observaciones tafonómicas actuales, en cambio, el
Martin 1998). Estas carcasas se encuentran mu- elemento más afectado es el nasal, uno de los que
chas veces disponibles por la ausencia de predado- se destruye con mayor facilidad y que a menudo no
res naturales sobre los herbívoros (guanaco) o por se recupera en las excavaciones arqueológicas. Es
una alta conservación de las mismas debido a las importante aclarar, sin embargo, que buena parte
bajas temperaturas (Borrero 1990). Por otro lado, de las observaciones han sido efectuadas para el
la isla no es un caso para el que pueda plantearse menor de los zorros patagónicos (el gris) y que el
alta densidad de carnívoros (Borrero 1990). Aunque ajuste de estas expectativas para el zorro colorado
existen referencias sobre la capacidad de los zo- aún es tema de investigación1 (ver Martin 1998).
rros colorados para cazar crías de guanaco (Bridges En síntesis, uniendo las expectativas deriva-
1978), las acciones del zorro estarían relacionadas das tanto de la ecología de estos animales, como
con el carroñeo de osamentas de guanaco princi- de sus características anatómicas, se espera que
palmente. el daño originado por zorros sea en general bajo.
Una situación ecológica de este tipo nos lleva a Esto se fundamenta en que no se dan condiciones
un segundo aspecto, que tiene que ver con el sesgo de competencia entre los carnívoros de la isla, por-
que estos carnívoros pueden introducir en los con- que no se encuentran en altas densidades, así como
juntos arqueológicos. Basándose en la baja densi- en las características anatómicas específicas de los
dad de predadores y la abundancia de osamentas, zorros, su estructura mandibular por ejemplo, que
Borrero (1988b) señala que los daños ocasionados no los provee de un gran poder destructivo sobre
por los zorros no deberían ser muy grandes y su los huesos.
800
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego
Desde una perspectiva arqueológica, la acción su mayor riqueza relativa al momento de descarte,
de zorros sobre materiales en sitios arqueológicos los huesos largos de pinnípedos tienen el potencial
es esperable, especialmente si tenemos en cuenta de ofrecer, de este modo, un recurso particular-
que los restos en ellos depositados ya han pasado, mente atractivo para carroñeros como los zorros
al menos en parte, por una etapa de procesamien- (Cruz Uribe y Klein 1994). Es esperable, entonces,
to humano. Esto modifica, la mayoría de las veces una mayor incidencia sobre los huesos de pinnípe-
sustancialmente, los tamaños de las piezas dispo- dos por parte de estos cánidos cuando los conjun-
nibles y por lo tanto su accesibilidad (ver por ej. tos son el resultado del procesamiento humano.
Lupo 1995). Existe, sin embargo, otro aspecto im- Asimismo, y para un mismo taxón, por ejemplo
portante al momento de considerar expectativas el guanaco, es posible esperar diferencias según los
de daño sobre conjuntos óseos arqueológicos, y es tipos de elementos representados, la intensidad de
el que tiene que ver con las características propias procesamiento humano a los que estos fueron so-
de los huesos de los animales de los que los zorros metidos y las técnicas implementadas (ver De Ni-
se alimentan (mamíferos grandes, pequeños, aves, gris 2007 y bibliografía allí citada). Es así que bajo
etc.) ya que estas características afectan no sólo el determinadas condiciones las marcas resultantes
grado de destrucción sino el lugar de depositación no se distribuyen necesariamente de forma homo-
(ver Mondini 2003a). Por ejemplo, los huesos de génea en los distintos elementos sino en aquellos
pinnípedos presentan una particularidad respecto que conservan más grasa una vez que fueron des-
de los ungulados, que consiste en la ausencia de cartados por los humanos (De Nigris 2007). A dife-
canal medular en los huesos largos. Esto implica rencia de los de grandes mamíferos, los huesos de
que los nutrientes estén dispersos en todo el hue- roedores tienden a ser consumidos enteros, por lo
so, y que, por lo tanto, tiendan a ser descartados que el daño más característico no lo constituyen las
completos en los depósitos de origen humano, es marcas sino las alteraciones por digestión (Mondini
decir, un paso antes que los de guanaco, que son 2004).
procesados para la extracción de médula ósea. Por
MATERIALES
Muñoz 801
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Figura 1. Isla Grande de Tierra del Fuego. Localización de los sitios arqueológicos de donde provie-
nen los materiales estudiados.
un segundo estrato de muestreo del que provie- mo final de las partes anatómicas allí depositadas
nen cuatro conjuntos: PM2e2g y PM2e2p, corres- (Borrero 1990, Massone et al. 1993, Lanata 1995).
pondientes a los niveles superiores del mismo y SJ2, por otro lado, se caracteriza por una baja re-
PM2e3g y PM2e3p correspondientes a los niveles dundancia ocupacional y una baja diversidad taxo-
inferiores de este último. nómica (ver Borrero 1990, Horwitz et al. 1993-94:
María Luisa A3 es un sitio estratificado a cielo 399). Éste no es el caso de TA1, que se distingue por
abierto (Lanata 1995). La dispersión vertical de res- lo contrario (Massone et al. 1993: 51). PM2 y MLA3
tos no supera los 14 cm, correspondiendo éstos a son localidades costeras, es decir que se encuen-
guanaco, pinnípedos y aves (Savanti 1994; Lanata tran dentro de un máximo de un kilómetro desde
1995). la línea de costa actual y que presentan una alta di-
Los sitios arqueológicos mencionados ofrecen versidad taxonómica (Borrero 1990; Lanata 1995).
una variedad de contextos y, en consecuencia, una PM2 presenta una alta redundancia ocupacional
diversidad potencial en lo que a la evaluación de la mientras que MLA3, por el contrario, se localiza a
acción de carnívoros se refiere. En SJ2 se habrían 1 km de la costa y presenta una baja redundancia
realizado fundamentalmente actividades vincula- ocupacional. Para ninguna de estas dos localidades
das al procesamiento de guanacos (Borrero 1989). se conocen, en tiempos históricos, colonias de pin-
Las actividades inferidas para TA1, PM2 y MLA3, nípedos.
en cambio, estarían vinculadas más con el consu-
802
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego
METODOLOGÍA
RESULTADOS
El análisis de los materiales pone en evidencia la y los que menos 1% (4 conjuntos de guanaco entre
baja incidencia de la acción de carnívoros, medida a 0 y 1% de especímenes con marcas) (Tablas 2 y 3).
través de la proporción de especímenes óseos con Se observa también que cuando están presentes
marcas, y confirma las expectativas previamente pinnípedos y camélidos en un mismo sitio la mayor
formuladas y los datos hasta ahora conocidos. proporción de especímenes con marcas correspon-
Si se consideran los restos de pinnípedos y ca- de a los restos de los primeros, siendo escasa o nula
mélidos agregados, los siete conjuntos resultan- la afectación de los restos de los segundos. Éste es
tes muestran diferencias en la proporción de es- el caso de MLA3 y PM2.
pecímenes marcados según la procedencia de los En los conjuntos en los que los mamíferos ma-
conjuntos. Los cuatro que proceden de sitios en la rinos no están presentes las marcas en huesos de
costa presentan entre el 2 y 3% de especímenes guanaco son mayores (SJ2g, TA1 n1-3), con la ex-
afectados, mientras que los que proceden del in- cepción de TA1 n4. Esto confirma de alguna mane-
terior, compuestos exclusivamente por restos de ra datos y expectativas anteriores (Muñoz 1996b)
guanaco, presentan valores extremos, más altos y sobre la preferencia de los carnívoros por los restos
bajos (Figura 2). de pinnípedos cuando los huesos de ambos taxones
Al efectuar una discriminación taxonómica se están disponibles. Sin embargo, esta preferencia
obtienen once conjuntos, 7 de guanaco y 4 de pin- no se traduce en una representación diferencial de
nípedos. De esta manera los conjuntos con más las clases de marcas en los restos de ambos taxo-
daños registran un máximo de 6% (un total de 5 nes, ya que en todos los casos la importancia de las
conjuntos, 3 de pinnípedos y 2 de guanaco con pro- distintas marcas y remociones es muy similar (ver
porciones entre 5-6% de especímenes con marcas) Figuras 3 y 4).
Muñoz 803
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
%. de huesos
23 14 29 28 36 22 37
completos
Tabla 2. Tamaño y fragmentación de los conjuntos de guanaco. Cantidad y proporción de especímenes con marcas
de carnívoro y huellas de origen antrópico.
Punta María 2
Conjuntos de pinnípedos María Luisa A3
Estrato 1 Estrato 2 superior Estrato 2 Inferior
%. de huesos completos 44 51 52 54
Tabla 3. Tamaño y fragmentación de los conjuntos de pinnípedos. Cantidad y proporción de especímenes con mar-
cas de carnívoro y huellas de origen antrópico.
En efecto, en las figuras mencionadas se com- ya que es el único caso en el que los surcos son más
paran los principales daños registrados en los espe- importantes que el ahuecado (Figura 3).
címenes de los distintos conjuntos y se advierte que La asociación de daños, es decir, la forma en
los tafogramas resultantes muestran que en prácti- que se presentan los daños combinados varía, sin
camente la totalidad de los casos los pozos son las embargo, entre los distintos conjuntos (Tablas 4 y
marcas más recurrentes y el ahuecado la remoción 5). La mayor recurrencia de tipos de daño y la ma-
más importante. En orden de importancia siguen yor variedad de asociaciones entre estos se da en
los surcos y hoyuelos, encontrándose el ahuecado dos conjuntos de guanaco (SJ2, TA1 n1-3) y uno de
extremo y el borde crenulado con una muy baja re- pinnípedo (MLA3p). El conjunto SJ2, en particular,
presentación. Una situación particular presenta el es el que presenta las combinaciones más comple-
conjunto de SJ2, que es el único en el que los mate- jas, con hasta cuatro clases de marcas y remocio-
riales presentan borde crenulado y acanalado, y el nes en un mismo especimen (Tabla 4).
conjunto que muestra la mayor incidencia de ahue- Pozos y ahuecados es la combinación más re-
cado extremo también. En los tafogramas puede currente y se da repetidamente en casi 6 de los 11
observarse asimismo que las curvas resultan muy conjuntos (4 de guanaco y 2 de pinnípedos). La
semejantes en todos los casos, particularmente en combinación que sigue en orden de importancia
los conjuntos de guanaco. PM2e2g se diferencia es pozos y hoyuelos que se da en cuatro conjuntos.
sutilmente de los restantes conjuntos de guanaco Pozos, surcos y ahuecados se da en cinco conjun-
804
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego
Figura 2. Proporción de especímenes óseos con marcas de carnívoros (camélidos y pinnípedos agregados).
Muñoz 805
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
tos, pero con una menor repetición respecto de la tos que también aprovechan en carcasas deposita-
combinación anterior. El resto de las combinacio- das por procesos naturales. En efecto, en todos los
nes se observó una sola vez, salvo la asociación en- conjuntos de guanaco los elementos más recurren-
tre pozos, surcos y ahuecado que se encuentra dos temente afectados son costillas, pelvis y fémur y
veces en los materiales de TA1 n1-3. en menor medida radio-ulna, húmero, metapodio
Respecto de los elementos más afectados, no y la primera falange (Tablas 6 y 7), lo que consti-
se encuentra una selección clara y reiterativa. Con tuye una distribución bastante coherente con las
la excepción de MLA3g, y en menor medida en observaciones actuales que Borrero (1990) realizó
MLA3p, no se observa una preferencia particular en la localidad de San Pablo (Isla Grande). Los tres
por los elementos del esqueleto axial (Figura 5). Sin primeros elementos, costillas, pelvis y fémur están
embargo, es importante destacar que el primero entre los más afectados cuando los zorros aprove-
de estos conjuntos presenta muy pocas marcas, chan carcasas completas o elementos sueltos (Bo-
convirtiéndolo en un resultado no significativo, rrero 1990).
y que en el segundo la relación con el esqueleto En el caso de los pinnípedos los huesos que pre-
apendicular es muy pareja. En general los especí- sentan más combinaciones de daños son los huesos
menes más afectados corresponden a los elemen- largos (húmero, radio, fémur y tibia) y las costillas.
tos presentes con más frecuencia en los conjuntos Es importante notar que estos suelen estar prácti-
(SJ2, PM2e2p, MLA3p), en otros dos conjuntos esta camente completos en los conjuntos estudiados.
relación está presente pero de manera más débil En menor medida, metapodios y falanges son ele-
(SJ2, TA1 n1-3 y PM2e1p), en un caso es opuesta a mentos que en el caso de los pinnípedos también
esta distribución (PM2e3g) y en otro es inexistente revisten importancia desde el punto de vista de la
(PM2e1g). Sin embargo es posible que, cuando pu- acción tafonómica de carnívoros.
dieron elegir, estos cánidos prefirieron los elemen-
Tipos de marcas SJ2 TA1 n1-3 TA1 n4 PM2e1g PM2e2g PM2e3g MLA3g
pozos (p) 27 24 3 9 2 2 1
hoyuelos (h) 6 8 0 0 1 0 1
surcos (s) 5 7 0 0 3 1 0
ahuecado (a) 17 19 0 5 1 2 0
ahuecado extremo (ae) 3 0 0 0 1 0 0
crenulado (c) 1 1 0 1 1 0 0
acanalado (ac) 1 0 0 0 0 0 0
Total 60 59 3 15 9 5 2
Asociaciones
p+s 1 1 0 0 0 0 0
p+a 10 13 0 3 1 0 0
p+c 1 0 0 0 0 0 0
h+a 1 1 0 0 0 0 0
s+h 0 1 0 0 1 0 0
s+c 0 0 0 0 1 0 0
s+a 1 0 0 0 0 0 0
s+ae 0 0 0 0 1 0 0
p+ae+h 1 0 0 0 0 0 0
p+s+a 1 2 0 0 0 1 0
p+a+c 0 1 0 0 0 0 0
p+s+h 1 0 0 0 0 0 0
p+h+a-+ae 1 0 0 0 0 0 0
s+h++ae+ac 1 0 0 0 0 0 0
indet 1 4 1 0 0 0 0
dudosas 1 1 0 2 2 1 0
Total 21 24 1 5 6 2 0
Tabla 4. Cantidad y asociación de las marcas de carnívoros registradas en los conjuntos de guanaco.
806
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego
hoyuelos (h) 7 1 0 7
surcos (s) 2 0 1 7
ahuecado (a) 4 6 1 10
crenulado (c) 0 0 0 0
Total 24 18 4 43
Asociaciones
p+h 6 0 1 0
p+s 0 0 0 1
p+a 0 4 0 7
h+a 0 0 0 1
h+ae 0 0 0 1
s+h 0 0 0 1
s+a 0 0 1 1
p+s+a 1 0 0 1
s+h+ae 1 0 0 0
Total 8 4 2 13
Tabla 5. Cantidad y asociación de las marcas de carnívoros registradas en los conjuntos de pinnípedos.
Muñoz 807
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Cráneo p p - - - - -
Mandíbula - (p+a) - - - - -
Axis - - p a - - -
V. cervical (p+a) - - - - - -
V. lumbar (h+a+p+ae) - - - - - -
V sacras - a - - - - -
V. caudales - - - p - - -
Costillas p, (p+c), (p+a), (h+a+p+ae) h, p, (p+a) - - (s+c) p p, h
Esternón (a+c) - - - - -
Escápula - (p+a), (p+a+c) p - - - -
Húmero a, ,p, (h+a) (p+a), (p+h) - a - - -
Radio-ulna - S, (p+a) - (p+a) (s+ae) - -
Pelvis (p+a) (p+a), (s+h) - (p+a) - - -
Fémur p, a, (a+s), (p+c), (p+a) p, (p+a), (p+h) - p, (p+a) (s+h) a, (p+a+s) -
Patella - - - - p, (p+a) - -
Tibia p, (p+a) h, s - - - - -
Astrágalo p - - - - -
Calcaneo (p+a+s) - - - - - -
Metapodios - p, (p+a),(h+a), (p+s), (p+s+a) - p - - -
Falange 1 p, (p+a), (p+s) h, p, a - p - - -
Falange 2 - - - p, (p+a) - - -
Falange 3 a - - - - - -
Hueso largo - - - h - - -
Indet. (p+a) - - p - - -
Tabla 6. Distribución de los tipos y asociaciones de marcas por elemento óseo. Conjuntos de guanaco. Pozos = (p),
hoyuelos = (h), surcos = (s), ahuecado = (a), ahuecado extremo = (ae), crenulado = (c), acanalado = (ac).
Mandíbula - - - p
V. torácica p - - -
Costillas p, (p+a), (s+h+ae) p - h, p, s, (p+a), (p+s), (s+a)
Esternón - p - -
Húmero a, (p+a), (p+s+a) - p p, (p+a+s)
Radio a, p (p+a) - (h+a), (p+a)
Ulna - - - (p+a)
Pelvis - - - p
Fémur a (p+a) - (p+a+ac)
Tibia - p (a+s) (h+ae), (h+s)
Fíbula - - - h, s
Patella - - - -
Astrágalo - - - a, (p+a)
Calcáneo - - (p+a)
Car/tar. - (p+a) - -
Metapodios (p+a) p, (p+a) -
Falanges - h, a p -
Frag. hueso largo (p+a) - - -
Indet. - a - p
Tabla 7. Distribución de los tipos y asociaciones de marcas por elemento óseo. Conjuntos de pinnípedos. Pozos =
(p), hoyuelos = (h), surcos = (s), ahuecado = (a), ahuecado extremo = (ae), crenulado = (c), acanalado = (ac).
808
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La baja proporción de especímenes con mar- los surcos tienen una importancia prácticamente
cas de carnívoro es concordante con lo esperado igual a los hoyuelos, mientras que en los dos res-
en conjuntos residuales, es decir aquellos en los tantes son incluso más importantes. En dos de los
que los carnívoros consumen pero a los que no conjuntos de pinnípedo, en cambio, los hoyuelos
transportan materiales (Mondini 2003a). A pesar son la marca más importante después de los pozos,
de las diferencias contextuales y de las derivadas mientras que en los otros dos tienen una importan-
de la composición taxonómica de los conjuntos, cia proporcional igual y menor, respectivamente,
las semejanzas mencionadas sugieren que las ac- que los surcos. Estas diferencias entre conjuntos
tividades de los carnívoros fueron bastante simi- actuales y arqueológicos sugieren que es necesa-
lares, pero con algunas diferencias respecto de lo rio profundizar las investigaciones sobre el modo
que muestran los estudios actuales. En efecto, en en que las condiciones en que se presentan las car-
los conjuntos residuales actuales de Patagonia los casas y los restos óseos en situaciones naturales y
pozos y hoyuelos son las marcas más comunes y arqueológicas afectan el procesamiento que hacen
las remociones están acotadas a los huesos de los los zorros de los restos disponibles, a fin de poder
individuos más jóvenes, como es el caso de las crías determinar si hay comportamientos diferentes por
de guanaco (Martin 2006). En los casos aquí consi- parte de los carnívoros involucrados en cada tipo
derados esta combinación se encontró únicamente de situación.
en los huesos de guanaco y no de pinnípedos. En La baja proporción de restos dañados por car-
los conjuntos transportados de la Puna, por otro nívoros en todos los conjuntos de guanaco sugiere,
lado, las marcas más comunes son los surcos y el que los cánidos en general no han ejercido un po-
poceado (Mondini 2003a). der destructivo importante sobre ninguno de ellos.
En todos los casos que aquí consideramos los Los cuatro conjuntos de pinnípedos presentan una
pozos resultaron, al igual que en los estudios actua- mayor proporción de restos con marcas de carnívo-
les patagónicos, la marca más común. Sin embargo ros, por lo que pudieron constituir una opción im-
los hoyuelos no siempre constituyen la marca que portante de carroñeo. Sin embargo, es importante
sigue en importancia, ya que, como se señaló, los destacar que más allá de las diferencias porcentua-
surcos son igualmente importantes, estando la ma- les que los especímenes de pinnípedos presentan
yor variabilidad representada en los conjuntos de respecto de los conjuntos de camélidos, el tipo de
pinnípedos. Más precisamente, como muestran los marcas representadas es semejante, por lo que
tafogramas, en tres de cinco conjuntos de guanaco no se observan características distintivas según el
con suficientes datos como para ser comparados, taxón involucrado.
Agradecimientos
Este trabajo es un resultado de los proyectos PIP 5576 y UBACyT 447. La investigación fue realiza-
da por medio de becas otorgadas por la Universidad de Buenos Aires y la Fundación Antorchas. Para el
trabajo de gabinete se contó con las instalaciones ofrecidas por el Programa de Estudios Prehistóricos
(CONICET) y del Instituto de la Patagonia (UMAG), en Punta Arenas. Los materiales estudiados fueron
ofrecidos por los doctores Luis Borrero, Mauricio Massone y José Luis Lanata. Mi agradecimiento para
ellos y las instituciones mencionadas así como para el Lic. Martín Vázquez, por los comentarios efectua-
dos a la primera versión de este trabajo. Los errores que el mismo pueda contener son de mi exclusiva
responsabilidad.
NOTAS
1
. Consideramos que la baja competencia y presión predatoria justifican el asumir que, incluso con un
mayor poder destructivo, los zorros colorados no deben necesariamente caracterizarse por un proce-
samiento intenso de los huesos. Esto es consistente con lo observado en contextos con mayor presión
predatoria, donde cánidos similares, como Vulpes vulpes, modifican extensivamente los huesos durante
el carroñeo pero no tienen un poder de fractura importante (ver Andrews y Fernandez Jalvo 1997).
Muñoz 809
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
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810
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego
Muñoz 811
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
812
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz,
Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un
sitio en un “callejón sin salida”
Clara Otaola1
A B S T R A C T
A zooarchaelogical analysis of the assemblage from Chorrillo Malo 2 site is presented. The faunal
and taphonomic results are interpreted on the basis of previous information from different lines of
evidence. In this paper we evaluate, from a zooarchaeological perspective, the intensity of human
occupations in the rockshelter during the period between 6270 ± 45 and 2525 ± 35 years BP. The
zooarchaeological study is preceded by a taphonomic assessment of the assemblages, including
the study of carnivore damages on bones and the density of specimens discarded at the site during
the mentioned sequence. The results obtained show that there is greater carnivore activity and a
greater deposition of bones probably due to human presence during the effective occupation of
the area where Chorrillo Malo 2 site is located. This analysis provides the basis to integrate faunal
information within a regional analysis of the human colonization process of southern Patagonia.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
El sitio arqueológico Chorrillo Malo 2 (en ade- parte del análisis del material faunístico recupera-
lante ChM2) se encuentra en proximidades del do en este último trabajo de campo, en el que se
Lago Roca, al sur del Lago Argentino, provincia de alcanzaron niveles datados en ca. 6700 años AP.
Santa Cruz (Figura 1). Es un alero formado por un Los trabajos previos realizados en ChM2 se fo-
gran bloque fragmentado, ubicado en un “campo calizaron en el análisis sedimentario (Favier Dubois
de bloques” (Belardi et al. 1992). Los mismos cons- 1995, 1999), palinológico (Mancini 1998) y del ma-
tituyen los únicos reparos bajo roca disponibles en terial lítico (Franco 2002a). Los resultados de este
este sector del espacio. Dicho sitio presenta los fe- último análisis apuntaron a una diferenciación en la
chados más antiguos de la región de Lago Argenti- utilización humana del sitio a lo largo del Holoce-
no, con una cronología entre ca. 9740 ± 50 y 1240 ± no, que fue asociada con las distintas etapas de uso
25 años AP (Franco 2008). del espacio (exploración, colonización y ocupación
Los primeros trabajos en este sitio formaron efectiva) propuestas por Borrero (1994-1995) en
parte de proyectos generados desde un marco dis-
tribucional de investigación (entre otros, Belardi et
al. 1992; Borrero y Carballo Marina 1998). En este
contexto, en los años 1994 y 1995 se realizó una pri-
mera excavación, que alcanzó un tamaño de 1 x 2
m en la parte superior (cuadrículas 1 y 2, Figura 2) y
una profundidad de 1,70 m en la que se alcanzaron
niveles sedimentarios estériles. La presencia de una
roca en los depósitos inferiores limitó la excavación
a 1 x 1 m (Franco y Borrero 2003). En el año 2006
se amplió la excavación original bajo la dirección de
Nora Franco y se excavaron otras diez cuadrículas
de 1 m de lado. En el presente artículo presentamos Figura 1. Localización del sitio Chorrillo Malo 2.
Otaola 813
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
su modelo de poblamiento de Patagonia (Franco humana del sitio y algunas variables del registro
2002a y b). zooarqueológico del sitio ChM2. Debido a la impor-
El objetivo de este trabajo consiste en evaluar tancia que tienen los antecedentes de las investiga-
el aporte de las evidencias faunísticas al análisis ciones en el área y en este sitio para la realización
de la intensidad de uso humano del alero. Por este del presente trabajo, en el siguiente apartado des-
motivo, vinculamos las evidencias arqueológicas cribiremos brevemente algunos de los resultados
generadas previamente respecto de la utilización de las mismas.
Los trabajos realizados en el área próxima al (Mancini 1998, 1999) y se registran evidencias ar-
sitio ChM2 se focalizaron en la margen sur de la queológicas que indican una ocupación efectiva de
cuenca del Lago Argentino, en el sector meridional este espacio (Franco 2002a y b; Franco et al. 2004).
del sistema lacustre Brazo Sur- Lago Roca- Brazo A partir de este momento hay una mayor variedad
Rico y en la Sierra Baguales (Figura 1). Los mismos y frecuencia de sitios, registrándose la utilización
señalan una lenta incorporación de estos espacios de aleros y espacios a cielo abierto, lo que sugiere
localizados en cotas bajas dentro del rango de ac- una mayor ocupación humana de la región (Carba-
ción de las poblaciones que habitaron la región llo Marina et al. 1999; Franco et al. 2004), aunque
(Franco et al. 1999; Franco 2002 a y b). la misma continuaría siendo utilizada de manera
En el marco de estos trabajos, las problemáticas marginal. La información palinológica demuestra
que se han discutido para el área próxima al sitio la existencia de períodos con condiciones más frías
ChM2 están relacionadas con las pautas de uso hu- y húmedas entre ca. 2500 y 1700 años AP, tal vez
mano y circulación diferencial en este espacio. En relacionados con avances neoglaciales (entre otros
este marco se han desarrollado temas tales como Mancini 2002).
el uso marginal1 de algunos sectores (Borrero y Car- Se han discutido también los efectos de la de-
ballo Marina 1998; Borrero y Franco 2000; Franco y nominada Anomalía Climática Medieval (ACM), fe-
Borrero 2000; Borrero 2004; Pafundi 2006), la utili- chada en ca. 1000 años AP (Stine 1994), momento
zación de los recursos del bosque en áreas pericor- para el cual no se registran evidencias en el sitio
dilleranas (Belardi y Campán 1999), el abandono ChM2. La ACM habría generado stress ambiental y
de ciertas regiones o el reposicionamiento de las cambios en la disponibilidad de los recursos, lo que
poblaciones en función de los cambios climáticos habría obligado a las poblaciones altamente móvi-
registrados durante el Holoceno tardío (Borrero y les a cambiar sus estrategias de explotación del es-
Franco 2000; Franco et al. 2004) y las variaciones pacio. En este sentido, debido a la falta de eviden-
en la disponibilidad de espacios en función de los cias de sitios en el área durante este período, se ha
cambios en el nivel de los cuerpos de agua genera- postulado el abandono del área de Lago Argentino
dos por el endicamiento del sistema lacustre al sur o un reposicionamiento de las poblaciones huma-
del Lago Argentino (Pafundi 2006, 2007). nas hacia otros sectores, producto del cambio en
Un aspecto importante a considerar en función los circuitos de movilidad y asentamiento (Borrero
de los objetivos de este trabajo es la información y Franco 2000).
paleoclimática. Un tema que ha sido ampliamente
desarrollado en los trabajos previos es la relación Análisis previos de las distintas líneas de evi-
entre los cambios climáticos ocurridos durante el dencia del sitio ChM2
Holoceno y la utilización diferencial de distintos Material lítico
puntos del paisaje (Franco y Borrero 2000; Goñi et Distintos aspectos del análisis lítico fueron de-
al. 2000-2002; Franco et al. 2004). sarrollados por Franco en su tesis doctoral. Uno de
Los estudios polínicos realizados en esta región los temas de mayor interés para el presente trabajo
han documentado cambios en las precipitaciones es la confrontación de estas evidencias con las ex-
y temperaturas luego de la transición Pleistoceno- pectativas generadas para cada una de las etapas
Holoceno (entre otros, Mercer y Ager 1983; Mancini del modelo de poblamiento de un espacio: explora-
1998, 2002) e indican la presencia de condiciones ción, colonización inicial y ocupación efectiva (Bo-
áridas durante el Holoceno temprano. Hacia 6100 rrero 1989-90, 1994-95).
años 14C AP se registra un cambio hacia condicio- El cuadro 1 resume algunas de las conclusiones
nes más húmedas y frías. Hace alrededor de 3500 del análisis lítico realizado por Franco y su relación
años AP comienza un período de mayor humedad con las etapas de dicho modelo. En términos gene-
814
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”
Etapa propuesta
Período Características principales en el sitio CHM2 Clima
por el Modelo
Único sitio del área con evidencias de ocupación humana. Los materi-
ales líticos están confeccionados de manera expeditiva, sobre materia
9700 a 6100 años EXPLORACIÒN prima inmediatamente disponible. Las tasas de depositación de instru-
Seco y cálido
AP mentos son muy bajas (0,02 artefactos por m² cada 100 años)
Lenta incorporación efectiva del espacio que incluye el sitio ChM2 por
Ca. 3800 años OCUPACIÓN Continúa el
parte de las poblaciones que habitaban al este. Los análisis de tierras
AP hasta ca. EFECTIVA
raras indican la presencia de materias primas proveniente del dicho
aumento de la
1000 AP sector
humedad
Cuadro 1. Síntesis del análisis lítico de ChM2 (Franco 2002a) y su relación con el modelo de poblamiento de Borrero
(1994-95).
rales, se observó una disminución del componente mento son preliminares e indican el predominio
expeditivo (sensu Nelson 1991) del conjunto lítico del guanaco (Franco y Borrero 2003). Se mencio-
hacia los momentos más tardíos de la secuencia. na que existe variabilidad en la representación de
También se observó un aumento en la cantidad de partes esqueletarias de guanaco a lo largo de la se-
materias primas de fuentes más alejadas, hecho cuencia y que dicha variabilidad no es atribuible a
que fue interpretado como una mayor integración problemas de preservación (Borrero comunicación
del sitio ChM2 dentro de los circuitos de movilidad personal en Franco 2002a); sin embargo, también
de las poblaciones que lo ocuparon. Por otro lado, se ha mencionado que en los niveles inferiores de
tal como se observa en el cuadro 1, se ha plantea- la secuencia los huesos se encuentran mejor pre-
do que podría haber existido una relación entre el servados (Favier Dubois 1995). Por otro lado, se
aumento de la humedad en el área y la ocupación ha sugerido que, pese a encontrarse en un área de
efectiva del sitio (Franco et al. 2004). ecotono bosque-estepa, no se hallaron evidencias
que sugieran la explotación de recursos faunísticos
Estudios faunísticos previos del bosque, como por ejemplo huemul (Borrero y
Los análisis faunísticos publicados hasta el mo- Franco 2000).
Otaola 815
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
A partir de las evidencias presentadas sobre la hecho se desprende que si hay mayor ocupación
utilización humana del sitio y la información pa- humana dejando desechos habría una mayor ofer-
leoclimática, planteamos algunas expectativas ta de alimentos para carnívoros lo que implica con-
para el registro arqueofaunístico del sitio ChM2. juntos con mayor proporción de especímenes con
Estas expectativas que consideramos explorato- marcas generadas por este agente.
rias, incluyen solamente dos variables: frecuencia A partir de lo expuesto aquí, planteamos las si-
de especímenes registrados por unidad temporal guientes expectativas:
de análisis y evidencias de utilización humana del Para momentos más tempranos de la secuen-
alero por parte de carnívoros. cia analizada (unidad IIIa), en la que se planteó que
La frecuencia de especímenes descartados pue- probablemente habría habido una utilización dis-
de ser una medida proxy de la cantidad de personas continua del sitio, por períodos cortos y por grupos
que habitaron el sitio. Las marcas de carnívoros reducidos, esperamos una menor frecuencia de
pueden funcionar como indicador de la continui- especímenes óseos descartados y mayor evidencia
dad de ocupación humana del alero, ya que con- de carnívoros sobre los mismos.
sideramos que los carnívoros no habrían habitado Para los momentos más tardíos, interpretados
el sitio al mismo tiempo que los humanos (cf. Brain como correspondientes a la ocupación efectiva del
1981; Straus 1982; Gamble 1990; Thackeray 2007), área, (unidades IIa y II) esperamos un aumento en
motivo por el cual esperamos que haya mayor ac- la frecuencia de especímenes óseos descartados y
tividad de estos agentes en contextos más tempra- una menor cantidad de evidencias de carnívoros,
nos, momentos en los que el sitio habría sido visita- debido a que en trabajos previos se sugieren para
do por humanos de modo más espaciado. Por otra estos momentos estadías más prolongadas (Fran-
parte, estudios etnoarqueológicos (Binford 1978, co 2002a).
1981; Bartram y Marean 1999; Lupo y O´Connel Más allá de confirmar o refutar las inferencias
2002) han documentado que una vez abandonado propuestas con anterioridad, creemos que el prin-
el sitio, los carnívoros aprovecharían los desechos cipal aporte de este análisis es complejizar el pano-
como fuente de alimento (ver también Mondini rama reconstruido y la secuencia ocupacional del
2002), aumentando la cantidad de evidencias de sitio e incorporar una línea de evidencia nueva para
carnívoros en estos sitios abandonados. De este la interpretación de la misma.
RESULTADOS
Se han realizado diversos análisis sobre la Unidad IIIa: es la unidad más profunda de la se-
muestra zooarqueológica del sitio ChM2 (Otaola cuencia analizada aquí para la cual poseemos dos
2008). En este trabajo presentaremos únicamente fechados: 6270 ± 45 para la parte inferior y 5395 ±
la información pertinente para los objetivos plan-
40 años 14C AP para la parte superior del depósito
teados, haciendo especial énfasis en la historia ta-
(Franco et al. 2007). En esta unidad se recupera-
fonómica del conjunto estudiado. ron 2766 especímenes óseos, 236 pertenecientes a
guanaco (Lama guanicoe), un especimen de puma
Breve caracterización de la muestra (Felis concolor), uno de ave indeterminada, 126
A continuación describiremos los conjuntos correspondientes a mamífero grande, 12 a mamí-
estudiados, desde lo más profundo hasta los más fero pequeño, 584 a roedor indeterminado. Por úl-
cercanos a la superficie actual. timo, 1806 especímenes no fueron identificados a
816
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”
nivel taxonómico (Tabla 1). mediada por la densidad mineral ósea. Esta afir-
Unidad IIa: tiene una edad de 2860 ± 35 años mación aplica a los tres conjuntos estratigráficos
14
C AP. Aquí se recuperó un total de 1317 especíme- ya que la correlación entre los valores densitomé-
nes, de los cuales 133 corresponden a guanaco, 82 a tricos y el NNISP% dieron valores negativos y cer-
mamífero grande, 2 a mamífero pequeño, 172 per- canos a cero. En la unidad II, obtuvimos un valor de
tenecen a roedores no determinados y 928 especí- R=0,08 (p>0,05), en la unidad IIa R=-0,26 (p<0,01)
menes indeterminados (Tabla 1). y en la unidad IIIa R=-0,3 (p<0,01). Estos datos in-
Unidad II: Está fechada en 2525 ± 35 años 14C AP. dican la supervivencia de especímenes poco den-
En esta unidad se recuperó un total de 3045 espe- sos en las tres unidades analizadas. Por otro lado,
címenes de los cuales 115 pertenecen a guanaco, si comparamos los valores obtenidos en las tres
dos a zorrino (Conepatus humboldtii), cuatro a aves unidades, vemos que en las unidades IIa y IIIa hay
indeterminadas, 145 corresponden a mamífero mayor cantidad de especímenes poco densos que
grande, 422 a roedores no determinados y 2348 no en la unidad II. En comparación, esto indica que el
pudieron ser identificados a ningún nivel taxonómi- subconjunto faunístico de los niveles inferiores es-
co (Tabla 1). taría menos mediado por la densidad mineral ósea
que el conjunto de la unidad II. Esto es consistente
Perfil tafonómico de las tres unidades estrati- con los perfiles de meteorización registrados, que
gráficas de análisis analizamos más adelante.
Resulta fundamental considerar en primer lugar Como señalan Lam y Pearson (2004), la densi-
el perfil tafonómico de la muestra analizada, para dad es sólo una de muchas variables que influyen
lo cual se llevaron a cabo una serie de análisis di- en el potencial de los huesos de integrarse al regis-
rigidos a determinar su grado de preservación. Se tro fósil. A partir de los análisis estratigráficos y se-
estudiaron los estadios de meteorización (Behrens- dimentológicos obtuvimos información pertinen-
meyer 1978), la acción de carnívoros, roedores y las te para evaluar la preservación de los materiales
improntas de raíces (Haynes 1980; Binford 1981; óseos.
Mengoni Goñalons 1999; Muñoz 1999; Gutiérrez Los perfiles analizados en la excavación se en-
2004). Para determinar la acción de roedores y contraban húmedos. El agua existente en el sedi-
carnívoros se utilizaron las muestras actualísticas mento permanece durante un tiempo relativamen-
con huellas de zorro, puma y zorrino recolectadas te largo, ya que no recibe luz solar directa (Mehl
por Fabiana Martin para Patagonia meridional (ver 2006). El pH medido para la cuadrícula 7 muestra un
Martin 1998, 2006). leve incremento hacia los depósitos más antiguos,
Se analizó la relación entre las partes anatómi- con valores que van desde 6,14 en la superficie a
cas de guanaco representadas y la densidad mine- 7,48 en la base. Estos valores se encuentran dentro
ral ósea de cada elemento a partir de las medidas de las categorías suelos Moderadamente ácido (pH
calculadas por Stahl (1999). A partir de los cálculos 4,5-6,5) y Neutro (pH 6,5-8) (sensu Retallack 2001).
del coeficiente de correlación (Rho de Spearman) A partir de los estudios geoarqueológicos se
entre densidad ósea de los huesos de camélidos sugiere que en ChM2 habría habido lentas tasas de
(Stahl 1999) y NNISP% (sensu Grayson y Frey 2005; depositación de sedimentos a lo largo de la secuen-
ver explicación en nota al pie2) podemos descartar cia (Favier Dubois 1999). Esto tiene consecuencias
que la preservación de partes esqueletales esté directas para la interpretación del registro arqueo-
Otaola 817
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
lógico del sitio, que ya han sido detalladas por Fa- zar los conjuntos del sitio (Tabla 2). La unidad II es
vier Dubois. Por un lado, la depositación lenta -y la menos afectada por estos agentes; sin embargo,
probablemente discontinua- de sedimentos difi- como mencionamos, es la que posee estadios más
culta la identificación de distintos eventos de ocu- altos de meteorización, y en ella sobrevivieron es-
pación, ya que produce un registro promediado, de pecímenes de mayor densidad ósea. Observamos
baja resolución e integridad. En cuanto al material que la unidad IIa presenta un alto porcentaje de
faunístico, podemos plantear algunas expectativas acción de carnívoros y roedores. Por otra parte, las
con respecto a su preservación. La principal impli- raíces afectaron considerablemente a los especí-
cancia de esta sedimentación lenta es la prolonga- menes de la unidad IIIa.
da exposición en superficie de los materiales óseos,
produciendo como resultado estadios de meteori- Unidad II Unidad IIa Unidad IIIa
zación elevados (Favier Dubois 1999).
3,8 % 19,8% 8%
La meteorización también influyó en la pre- Carnívoros
servación diferencial de los especímenes. Como Roedores 6,9% 11,1% 7,7%
vemos en la figura 3 los especímenes de la unidad
Raíces 4,6% 8,2% 13%
II indican una meteorización relativamente avanza-
da, con un 45% de los especímenes en estadios 3 Tabla 2. Principales agentes tafonómicos que afectaron
y 4. A diferencia de esto, la meteorización afectó a la muestra.
en menor medida y de modo bastante similar a los
conjuntos de las unidades IIa y IIIa. En ambos, casi Es decir que hay una gran cantidad de variables
el 75% se encuentra en estadios 0, 1 y 2; el restante que afecta la preservación de los elementos. Por
25% se ubica en estadios 3 y 4. Esto probablemente ello, es fundamental que midamos todas estas va-
se relacione con la mayor protección que brindaba riables de manera independiente y luego hagamos
el alero en estos depósitos -especialmente en la un análisis global de todos los agentes y procesos
unidad IIIa-, debido a la presencia de grandes rocas tafonómicos que afectaron a la muestra (Behrens-
que aminoraban el efecto de los vientos dominan- meyer 1991).
tes en la región (Franco et al. 2007; Mehl y Franco Los estudios presentados indican entonces, que
2008). las unidades estratigráficas analizadas estuvieron
Con respecto a la acción de carnívoros, roedo- afectadas en distinta medida por uno u otro agente
res y raíces, vemos que su incidencia es lo suficien- tafonómico.
temente elevada como para tener cautela al anali-
818
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”
Contrastación de las evidencias faunísticas ocupación del alero o intensidad de explotación del
con las expectativas planteadas taxón guanaco por varios motivos. Uno de ellos es
Retomamos las expectativas diacrónicas plan- que la fragmentación diferencial puede influir en
teadas inicialmente: la cantidad de especímenes contabilizados. Para
1. Para momentos más tempranos de la secuen- evaluar esto calculamos el índice de fragmentación
cia analizada (unidad IIIa) esperamos una menor para los huesos largos de guanaco siguiendo la me-
frecuencia de especímenes óseos descartados y todología propuesta por Lyman (1994, 2008). Utili-
mayor evidencia de carnívoros. zamos los valores de MNE y NISP de huesos largos
2. Para los momentos más tardíos, correspon- de guanaco. Los resultados expresados en la tabla
dientes a la ocupación efectiva del área, (unidad II 3 indican que los huesos de la unidad IIIa se encuen-
y IIa), esperamos un aumento en la frecuencia de tran más fragmentados, ya que el valor del índice
especímenes óseos descartados y una menor fre- de fragmentación es considerablemente mayor al
cuencia de evidencias de carnívoros. de las unidades IIa y II. Es decir que la fragmenta-
Para analizar las dos variables contenidas en ción podría explicar hasta cierto punto los valores
estas expectativas (cantidad de especímenes des- elevados de NISP en la unidad IIIa, ya que la tasa de
cartados y evidencia de carnívoros), consideramos depositación es mayor en los momentos más tar-
únicamente los especímenes correspondientes a díos de la secuencia.
guanaco y mamífero grande, debido a que estos Para evaluar la tasa de depositación de espe-
son los que presentan evidencias de procesamien- címenes en los dos momentos planteados en las
to antrópico y marcas de carnívoros. El resto de los expectativas nos vemos obligados a considerar los
taxones analizados proveen datos proxy de suma datos de las unidades II y Ila por un lado y la unidad
utilidad aunque no tanto para el tipo de preguntas IIIa por el otro, ya que las dos primeras correspon-
generadas en las expectativas. derían -de acuerdo con las hipótesis previas ba-
sadas en otras líneas de evidencia- a la ocupación
Tendencias en la depositación de especíme- efectiva del área y la IIIa a momentos de coloniza-
nes a través del tiempo ción inicial. Calculamos dicha tasa a partir de dividir
En la unidad IIIa, se registraron 362 especíme- la cantidad de especímenes de guanaco y mamífe-
nes (236 de guanaco y 126 de mamífero grande); ro grande por la cantidad de años que representan
en la unidad IIa se registraron 215 especímenes (133 cada una de estas unidades de análisis. Un proble-
corresponden a guanaco y 82 a mamífero grande) ma se plantea al considerar la base de la unidad IIa,
y en la unidad II se registraron 260 especímenes ya que no está fechada. Por este motivo, utilizamos
de estos dos taxones (de los cuales 115 son de gua- el fechado de los comienzos de la ocupación efec-
naco y 145 de mamífero grande). Es decir que se tiva, por arriba del derrumbe de rocas obtenido en
observa una mayor cantidad de especímenes en la las excavaciones previas (Franco y Borrero 2003).
unidad más temprana de la secuencia (unidad IIIa). Los resultados de estos cálculos (Tabla 4) indican
Sin embargo, estos valores por sí solos no pueden una mayor depositación de especímenes en la par-
considerarse como indicadores de intensidad de te más tardía de la secuencia, donde se registra una
NISP guanaco
NISP huesos largos MNE de huesos Índice
Unidad y mamífero NISP guanaco
de guanaco largos de guanaco Fragmentación
grande
Otaola 819
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
tasa de 0,37 especímenes por año, mientras que en nar que estos valores, no serían dependientes de la
los momentos más tempranos se registra una tasa cantidad de especímenes ya que la unidad que po-
de 0,13 especímenes por año. see menor cantidad de especímenes (unidad IIa) es
la más afectada por carnívoros. Correlacionamos la
Evidencias de carnívoros en el alero cantidad de especímenes de cada unidad sedimen-
Las evidencias de carnívoros en estas dos uni- tológica con la cantidad de especímenes con mar-
dades de agregación indican que en momentos cas de carnívoros y obtuvimos un valor de R= -0,5
más tempranos habría habido una menor presen- (p>0,05), lo que indica una correlación negativa y
cia de carnívoros, sólo un 8%, y en momentos más estadísticamente no significativa entre la frecuen-
recientes se habrían registrado una mayor presen- cia de especímenes y la cantidad de fragmentos
cia de los mismos, 15%. Sin embargo, cabe mencio- óseos con marcas de carnívoros.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Para analizar los aspectos relacionados con la los carnívoros locales con objetivos fundamen-
utilización del alero y el tiempo de permanencia talmente tafonómicos, pero en ninguno de estos
en el sitio, hemos mencionado el trabajo de Franco trabajos se aborda directamente la relación entre
(2002a) quien ha estudiado distintas características la utilización de cuevas y aleros por carnívoros y hu-
de los conjuntos artefactuales. Por ejemplo, los ti- manos. Apelando a trabajos europeos que abordan
pos de materias primas empleadas para la confec- esta temática, encontramos que la presencia de
ción de instrumentos, la localización de sus fuentes restos óseos de carnívoros en sitios del Viejo Mun-
de aprovisionamiento, distancia de las mismas, do ha sido utilizada para discutir ciertos aspectos
las clases de artefactos representados y el estado de la evolución del comportamiento humano como
en el que se halló el artefacto (p. ej. fragmentado, el consumo de carne en homínidos tempranos, la
agotado). Estas variables condujeron a los análisis práctica de caza versus carroñeo, el acceso prima-
ya descriptos y a partir de ellos se relacionaron los rio a las carcasas por carnívoros u homínidos entre
depósitos del sitio con distintos momentos (sen- otras cosas (entre otros, Egeland et al. 2004). Las
su Borrero 1994-95) de poblamiento del área, es- marcas de carnívoros también se han utilizado para
timándose la longitud temporal aproximada de discutir competencia dentro de ciertos ambientes
cada una de esas instancias sobre la base de los (Oliver 1994; Lupo y O´Connell 2002) y la utiliza-
fechados disponibles. Una de las conclusiones al- ción de cuevas “de tiempo compartido o de tiem-
canzadas previamente es la lenta incorporación del po completo” por parte de carnívoros y humanos
espacio con cambios en los rangos de acción, que (Straus 1982). Este último aspecto es pertinente
se van orientando hacia el sur a medida que trans- para nuestro caso de estudio, ya que está relacio-
curre el tiempo, aumentando la utilización del sitio nado con aspectos demográficos y procesos de
ChM2 por los grupos de cazadores que habitaron poblamiento que tienen connotaciones a nivel de
la región. Considerando los conjuntos faunísticos los tiempos de permanencia humana en un sitio de-
de ChM2 como línea de evidencia independiente, terminado (Gamble 1990; Mondini 2002; Thackeray
pudimos también indagar sobre la utilización del 2007). Straus (1982) planteó como hipótesis que
sitio y contribuir con los resultados de las investi- los conjuntos musterienses de diversas cuevas de
gaciones previas. En este sentido, cabe señalar que la región vasco-cantábrica deberían poseer mayor
hay un aumento en la depositación de especíme- cantidad de restos de carnívoros que los conjuntos
nes óseos a través del tiempo, lo que es consistente del Paleolítico Superior Tardío.
con las expectativas planteadas. Esta idea “tiene su racionalidad en que los Nean-
Un aspecto que resalta, sobre todo en la uni- dertales, que aparentemente eran más dependien-
dad IIa, es la gran proporción de elementos óseos tes del carroñeo y de la caza oportunística que sus
de guanaco y mamífero grande con evidencias de sucesores del Paleolítico Superior, probablemente
marcas generadas por carnívoros (casi un 20%). ocuparon las cuevas de modo menos intensivo que
Este porcentaje es más elevado de lo usualmente los Homo sapiens sapiens, por lo que [durante el
registrado en otros sitios del área. Existen diversos Paleolítico Medio, momento en el que hay eviden-
trabajos que abordan la ecología de carnívoros que cias de una menor demografía] las mismas cuevas
habitan Patagonia (Martin y Borrero 1997; Martin habrían sido utilizadas por los carnívoros como ma-
1998; Borrero y Martin 1999; Franklin et al. 1999; drigueras, con ocupaciones homínidas esporádi-
Borrero et al. 2005). En estos trabajos se realizan cas” (Strauss 1982, p. 75, traducción nuestra).
estudios sobre el comportamiento de algunos de Desde esta perspectiva, en cuanto al proceso de
820
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”
poblamiento de una región podríamos esperar que continua del alero por parte de las poblaciones hu-
en momentos de exploración y colonización inicial, manas para estos momentos. La mayor frecuencia
caracterizados por una baja demografía y en donde de marcas de carnívoros podría estar, entonces, en
los sitios serían utilizados de manera discontinua y relación con la disponibilidad de carne o grasa en
por períodos cortos (Borrero 1994-95), se observe los desechos generados por humanos. Esto deberá
una mayor actividad de carnívoros que en momen- evaluarse con mayor profundidad en el futuro.
tos de ocupación efectiva. En este trabajo buscamos integrar la informa-
Sin embargo, en el sitio ChM2 ocurre exacta- ción arqueofaunística con el resto de las evidencias
mente lo contrario, señalando lo opuesto a lo plan- publicadas para el área en la que se encuentra el si-
teado en nuestras expectativas. En momentos de tio ChM2. En un sentido, las evidencias faunísticas
colonización inicial del área se registró una propor- son concordantes con las evidencias presentadas
ción menor de especímenes con daños generados previamente ya que podemos decir que hay un au-
por carnívoros (8%) en comparación con lo regis- mento en la cantidad de especímenes óseos desde
trado en las unidades correspondientes a una ocu- los depósitos inferiores a los superiores tal como
pación efectiva del área, en donde se registró un habíamos planteado en nuestras expectativas. Con
15% de especímenes con marcas de carnívoros. Por respecto a la relación hombre-carnívoros en la uti-
otro lado, para este momento las evidencias líticas lización del alero, debemos continuar indagando
han demostrado un incremento en la utilización sobre la potencialidad de esta línea de evidencia
humana del alero (Borrero y Franco 2000; Franco para analizar la presencia humana en sitios arqueo-
2002a). lógicos.
En síntesis, lo planteado en las expectativas so- Como conclusión, consideramos que algunos
bre el material faunístico en relación con la canti- aspectos de las evidencias faunísticas pueden ser
dad de especímenes óseos depositados para este utilizadas para indagar sobre la intensidad de uso
momento son concordantes con las evidencias líti- humano de un sitio, sin embargo, esta propuesta es
cas. En cuanto a la relación entre utilización huma- exploratoria y será necesario profundizar los análi-
na y utilización de carnívoros del alero, a diferen- sis presentados, entre ellos las consecuencias tafo-
cia de lo que planteamos en nuestras expectativas nómicas de la alternancia ocupacional de humanos
iniciales, cuando hubo mayor utilización humana y carnívoros en cuevas y aleros de Patagonia Meri-
del alero habría habido una mayor presencia de dional.
carnívoros. Esto podría implicar la utilización dis-
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo formó parte de la tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas, defendida en la Uni-
versidad de Buenos Aires, en el mes de marzo del 2008. La misma fue dirigida por Nora Franco. A ella le
agradezco toda su generosidad y dedicación. Quiero agradecer especialmente a Ramiro Barberena y a
Nora Franco nuevamente por la lectura crítica del manuscrito. A Fabiana Martin y a Lorena L´Heureux
por su ayuda con la determinación de algunos especímenes. A Juan Maryañski, Florencia Ferrari, Mariana
Ocampo, Brenda Gillio, Ana Guarido, Rodrigo Vecchi, Erico Gaal, Marcela Arredondo, Melina Bednarz,
Gabriela Armentano, Irene Lantos y Maximiliano Tello por su colaboración en los trabajos de campo en
Chorrillo Malo y en el laboratorio. También a Adriana Mehl por su colaboración en el campo y por resolver
nuestras dudas geológicas. A Don Mayo Arredondo, puestero de la estancia Chorrillo Malo, quien me
ayudó a preparar la muestra comparativa de guanaco con la cual pude estudiar todo el material presen-
tado en este trabajo. A Gerardo Povaszán, al guardaparque Martín Gray, a Pablo Díaz, a Andrés Gader y la
Asociación de Guías de El Calafate. A los empleados de la Planta estable Campamentil 17 de octubre, en
el Parque Nacional Lago Roca. A los dueños de la Estancia Chorrillo Malo y La Anita, y al Sr. Enrique Viel.
Los trabajos de campo a partir de los cuales se llevó a cabo esta investigación, fueron posibles gracias
al financiamiento de Heinz Foundation y a la Universidad de Buenos Aires (UBACyT F140).
NOTAS
1
. Entendemos que un espacio es marginal cuando es utilizado de manera discontinua en relación con
las principales vías de circulación del área. El concepto de marginalidad está relacionado con la distri-
bución y el funcionamiento de las poblaciones y no necesariamente con la productividad del ambiente
(Borrero 2004).
2
. El NNISP representa el NISP de cada elemento dividido la cantidad de veces que el elemento se
encuentra en el esqueleto del taxón en cuestión, en este caso utilizamos NNISP%, es decir que estandari-
zamos los valores de NNISP con el fin de que los distintos niveles estratigráficos sean comparables.
Otaola 821
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
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824
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de
guanacos del Holoceno tardío en el norte de
Tierra del Fuego (Argentina)
Fernando Santiago1y Mónica Salemme1,2
A B S T R A C T
“Guanacos” have been the main resource and the critical source of meat, bone, fat, and leather
for hunter-gatherers from Patagonia and Tierra del Fuego regions. Las Vueltas 1 site (53º 37.715’
S – 68º 01.656 W) is the first place identified as a kill and processing site of Lama guanicoe
from the Late Holocene (14C 949 ± 41 years BP) that allow us to check the ethnographical
data. It is an open air site exposed by aeolian action that shows a great amount of bones
on surface. Most of these bones are guanaco remains (91%) and an unknown quantity of
materials is still buried. Other taxa less represented are birds, marine mammals, rodents and
carnivores. More than 70% of 2023 bones were identified at specific level; the sample is very
well preserved and shows a high integrity; specimens of appendicular skeleton of guanaco are
predominant, and a high frequency of them present different signals of anthropic origin. The
taphonomic analysis indicates the activity of other agents, though with a very low incidence.
INTRODUCCIÓN
La forma de obtención de las presas que contri- Sin embargo, en la literatura etnográfica se en-
buyeron a la dieta prehispánica ha sido un motivo cuentran referencias que confirmarían que la caza
de preocupación constante entre los arqueólogos. comunal era practicada por los Selk`nam de Tierra
Para quienes trabajamos en una isla, como es Tierra del Fuego (Gusinde 1990).
del Fuego, es también un motivo de atención per- Otro punto de interés es cómo practicaron la
manente cuando de reflexionar sobre la relación caza en el mundo pre-europeo. Existen pocos de-
entre los cazadores y la fauna se trata. predadores que practican emboscadas sociales, un
En este sentido, si acceder a las presas fue un ejemplo de ello son los leones africanos; los huma-
motivo que requirió de varios individuos a la vez nos modernos representan otro ejemplo –y para-
(caza cooperativa o comunal) o si individuos solita- digmático- de este tipo de caza (Stiner 1990, 1994;
rios eran eficientes en la captura de ciertas presas Steele y Baker 1993). Las prácticas de caza comunal
ha ocupado a diversos autores. Algunos de ellos por humanos están ampliamente documentadas
han planteado que, evolutivamente, varios facto- etnohistóricamente (Gusinde 1990, para el área de
res convergían para sugerir que no habrían existido estudio de este trabajo); etnoarqueológicamente
eventos de cacería masiva de guanacos en Fuego- (Binford 1978) y arqueológicamente (Speth 1983;
Patagonia, sosteniendo que el tamaño, la forma Dewar et al. 2006; Hill et al. 2007; entre muchos
de distribución de los sitios así como el comporta- otros). Las prácticas cinegéticas culturales son muy
miento territorial del guanaco indicarían que esta variadas, espacial y temporalmente; en algunos
técnica de caza nunca fue practicada en el extremo casos se utilizan sofisticadas trampas, en otros la
austral del continente americano (Borrero 1990a: intercepción de animales en rutas migratorias o la
394; Mengoni Goñalons 1995; Muñoz 2002: 145). cooperación de considerable cantidad de personas
1 Laboratorio de Geología del Cuaternario, Centro Austral de Investigaciones Científicas, CONICET, Ushuaia, Tierra
del Fuego. [email protected]
2 Facultad de Humanidades y Cs. Sociales, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Sede Ushuaia.
[email protected]
EL SITIO Y LA REGIÓN
Las Vueltas 1 (LV1) se encuentra ubicado a los Tal como se describió antes, el sitio está empla-
53º37.715´ S - 68º01.656´ O (Figura 1B), a escasos 4 zado en una lengua de tierra entre dos lagunas, ro-
km en línea recta de la costa Atlántica. Este sitio fue deadas por elevaciones de origen Terciario; por es-
detectado en abril de 2005 durante prospecciones tas características el terreno se asemeja a un amplio
sistemáticas (Santiago et al. 2007) y en la primera anfiteatro que se abre hacia el Oeste. La laguna Las
visita del mismo se observaron grandes cantidades Vueltas -situada al oeste del sitio- es más grande y
de huesos de guanaco y materiales líticos en super- tiene aguas permanentes y de mayor profundidad
ficie; el área “sembrada” de materiales arqueoló- que la laguna pequeña situada al este, la cual po-
gicos cubría aproximadamente 600 m2 (Figura 2). see aguas someras. Ambas habrían constituido ex-
Esta superficie había perdido la cobertura vegetal celentes lugares para abrevaderos de guanacos y,
y estaba erosionándose por la acción eólica, la cual consecuentemente, sitios apropiados para su caza
había “descubierto” un sitio arqueológico, expo- intensiva; en la actualidad los campos son utiliza-
niendo miles de huesos e instrumentos líticos. dos para pastoreo de ganado ovino y es frecuente
Para los arqueólogos, esta erosión ha producido observar los rebaños pastando y bebiendo en este
el paisaje ideal de trabajo. En un área “excavada” lugar. El depósito arqueológico aparenta derivar de
como ésta podíamos buscar patrones interpreta- una sola ocupación, así lo sugieren la estratigrafía
bles de depositación y descarte, o de alteraciones de la excavación y la dispersión vertical del mate-
postdepositacionales producidas por la acción eóli- rial enterrado: un fechado radiocarbónico sobre
ca u otros agentes. Entre los materiales expuestos un hueso de guanaco procedente de estratigrafía
se registraron principalmente restos óseos de gua- arrojó una edad de 14C 949 ± 41 AP (AA69656).
naco y material lítico, tales como lascas (especial- En este trabajo se presenta solamente el aná-
mente microlascas), lascas con filos naturales, rae- lisis del material faunístico recolectado en superfi-
deras, raspadores, núcleos, percutores, yunques y cie durante una campaña en 2005, en tanto que los
dos puntas de proyectil. restos recuperados en estratigrafía (febrero 2008),
El material óseo en superficie se presentaba for- aún se encuentran en proceso de estudio.
mando asociaciones de distintos tamaños; a estas
agrupaciones las denominamos “conjuntos” y los
identificamos con letras de la A a la L (Figura 1D).
826
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
Figura 2. Sitio LV1, dispersión en superficie de material óseo (foto tomada en noviembre 2005).
MATERIALES Y MÉTODOS
Se reticuló una porción del sitio en cuadrículas impacto, negativos de lascados, alteraciones por
de 5 x 5 m, abarcándose un área de 30 x 20 m (Figu- fuego y fracturas en estado fresco.
ra 3); con estación total se levantaron los ítems de La muestra de vertebrados está compuesta por
superficie de 8 de las 24 cuadrículas planteadas. La un NISP de 2023 especímenes, más 7 fragmentos
muestra proviene de las cuadrículas C2-D2-C3-E3- malacológicos (1 valva de Mytilus edulis y 6 de Pati-
F3-D4-E4-F4 (ver planta en Figura 1D). nigera sp.). En 1525 especímenes óseos se alcanzó
el nivel de especie, de los cuales el 90,8% (N=1394)
fue asignado a Lama guanicoe (Tabla 1).
En la muestra ósea identificada a niveles meno-
res se destacan los 457 especímenes asignados a
Mammalia; los mismos están compuestos por frag-
mentos de cráneo, diáfisis de huesos largos, lascas
óseas, astillas y segmentos mediales de costillas
sin ningún rasgo diagnóstico que permita su asig-
nación taxonómica.
Figura 3. Vista de sur a norte del sitio LV1. El recuadro Considerando la ausencia de otros mamíferos
marca la zona reticulada. terrestres del tamaño del guanaco en la isla Grande
de Tierra del Fuego y aplicando criterios tales como
Para el análisis de los materiales faunísticos se los presentados (Tablas 1 y 2), asumimos que estos
utilizaron las medidas convencionales en análisis fragmentos corresponden también a huesos de
zooarqueológicos -NISP, MNI, MNE, MAU- (Lyman guanaco. Tomando cada uno de los subconjuntos
1994; Mengoni Goñalons 1999, entre otros) y el óseos identificado, solamente el reconocido como
peso de los especímenes (Lefèvre et al. 2003). Mammalia se asemeja al subconjunto de guanaco,
Desde el punto de vista tafonómico, cada frag- tanto en similar estado de meteorización como en
mento se examinó macroscópicamente identifi- los porcentajes de marcas de origen tafonómico.
cando alteraciones por meteorización y modifica- Del resto de los huesos identificados, el otro
ciones por carnívoros, roedores, raíces y fracturas mamífero grande es el asignado a Pinnipedia, pero
en estado seco. las características del hueso en este subconjunto no
Entre los indicadores de origen antrópico se son similares a las del mamífero terrestre; además
detectaron huellas de corte, raspados, hoyos de teniendo en cuenta el contexto general del sitio, es
828
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
contingente pensar que la mayoría de estos frag- En la tabla 2 se presenta la información sinteti-
mentos óseos sin ningún carácter diagnóstico (ver zada del material faunístico recuperado en las ocho
Pickering y Egeland 2006), provienen de la frag- cuadrículas; es evidente la sobredimensión de la
mentación de los huesos largos de guanaco. De los muestra en una especie en particular, por lo tanto
457 fragmentos indeterminados, el 86,9% corres- el objetivo de este trabajo está centrado particular-
ponde a segmentos de diáfisis de huesos largos. mente en los restos de Lama guanicoe.
LG= Lama guanicoe; CT=Ctenomys magellanicus; PI: Pinnipedia; AV= Aves; CR= Cricetidae; PS=Pseudalopex
culpaeus; Mam= Mammalia
Tabla 2. Síntesis de la información zooarqueológica y tafonómica en LV1.
Cráneo – 1 – – 2 1 1 – – – – 7 12 4 4 4 15,09
Petroso – – – – – – – – – – – – – – – – –
Incisivo – – – – – – – – – – – 1 1 1 – – –
Canino – – – – – – – – – – – 2 2 1 – – –
Molares – – – – – – – 7 – – – – 7 1 – – –
Axial
Maxilar – 2 – – 6 7 1 – 2 2 – – 20 12 12 12 45,28
Hemimandíbula – – – – 6 10 4 1 1 – – – 22 14 17 8,5 32,08
Atlas – – – – – – 4 – – – – – 4 4 4 4 15,09
Axis – – 2 – – – 3 – – – – – 5 5 5 5 18,87
Esqueleto
Magnum – – – – 4 2 – – – – – – 6 4 6 3 11,32
Trapezoide – – – – 5 6 – – – – – – 11 6 11 5,5 20,75
Unciforme – – – – 4 3 – – – – – – 7 4 7 3,5 13,21
Metacarp. Px. 2 1 – – 9 12 – – – – – – 24 13 24 12 45,28
Metacarp. Ds. 1 – – – – – – – – – – – 1 1 1 0,5 1,89
Hemipelvis – – – – 8 8 – 1 – – – – 17 8 16 8 30,19
Fémur Px. 1 2 – 3 7 8 – – – – – – 21 10 21 10,5 39,62
Fémur Ds. 1 2 – – 11 14 – – – – – – 28 16 28 14 52,83
Esqueleto
830
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
El MNI para esta especie (34 individuos) fue anatómicas y traduciendo los mismos a porcenta-
calculado sobre la base de epífisis proximales de jes -usando el total de huesos de guanaco recupe-
radioulna, teniendo en cuenta su lateralidad y sec- rados- y a éstos se los compara con un esqueleto
tores diagnósticos de la misma (sensu Mengoni Go- de referencia (tomado de Lefévre et al. 2003), se
ñalons 1999). puede aplicar la siguiente ecuación:
En cuanto al peso de los especímenes, permi-
te estimar el aspecto relativo de las especies en la (Valor arqueológico - Valor referencia)
dieta cárnea. Esta aproximación parte del supuesto Valor referencia
que existe una relación entre el peso de los huesos
y la masa muscular soportada por ellos (Lefèvre et Siguiendo esta fórmula, se obtiene una recta de
al. 2003; Chaix y Mèniel 2005); pero es sin duda en referencia y = 0, sobre la cual se pueden colocar los
el análisis de la representación de cada una de las valores obtenidos para las osamentas arqueológi-
partes del esqueleto donde este método es más cas. Ploteando juntos ambos conjuntos de datos se
eficiente. Cada fragmento óseo tiene una masa obtiene una lectura directa de las pérdidas y de los
relativa constante en relación al conjunto del peso excedentes de los valores arqueológicos, según se
del esqueleto; si se pesa el esqueleto de un deter- encuentren por debajo o por encima de la recta de
minado animal, se obtienen valores de referencia referencia, como se observa en la figura 5.
para cada uno de los huesos, valores que pueden Con este método también se manifiesta la mis-
ser comparables con el peso de los restos arqueo- ma tendencia observada en la figura 4, esto es la
lógicos. sub-representación del esqueleto axial y la sobre-
Tomando el peso de los huesos por unidades representación del apendicular.
Figura 4. Distribuciones de %MAU: esqueleto axial, pata delantera, pata trasera y metapodio indeterminado.
832
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
834
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
Figura 11. A) Estados de fusión en huesos largos expresados en %NISP. B) Perfil de mortalidad en base a erupción
y desgaste dental comparación con perfil atricional (tomado de Raedecke 1978) y catastrófico (tomado de Stiner
1990). C) Grafico tri-polar (adaptado de Stiner 1994).
836
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
DISCUSIÓN
La baja diversidad específica de mamíferos tes tales como cráneos, vértebras y costillas deben
grandes no es novedosa en el norte de Tierra del haber sido removidos del conjunto antes de depo-
Fuego en particular y de Patagonia en general. En sitarse, si tenemos en cuenta que la DO no está me-
el sitio LV1 esto queda claramente expuesto: la di- diando en la destrucción de los mismos, como se
versidad no sólo es muy baja, sino que además una demostró antes.
única especie -el guanaco- está sobre-represen- A manera de hipótesis podemos proponer que
tada. Los otros taxones registrados están en muy la acción eólica puede ser un agente sustractor de
baja proporción y –además- no muestran eviden- especímenes óseos. A partir del momento que la
cias de acción antrópica alguna; la frecuencia de cobertura vegetal se destruye y el sedimento que
tuco-tuco alcanza un 9% y los demás no superan el cubre a los ítems arqueológicos es removido por el
5%. Por ende, las características de la muestra de viento, el conjunto queda a merced de este agente
guanaco nos permiten interpretar la presencia de tal como si fueran partículas sedimentarias. De esta
esta especie como producto de la acción antrópica, manera, solamente subsisten in situ los elementos
asumiendo que un número alto de guanacos han más pesados o los que todavía están parcialmen-
sido capturados y procesados en el lugar. te entrampados por sedimentos (Santiago y Oría
La presencia de casi todos los elementos es- 2007).
queletarios en la muestra, aunque en números va- Un amplio rango de actividades de procesa-
riables, sugiere que los animales fueron matados y miento de guanacos se ha llevado a cabo en el sitio;
faenados en este lugar o muy próximo a éste. Ahora la abundancia de puntos de impactos (principal-
bien, hay que tener en cuenta la ausencia de algu- mente en huesos largos) y negativos de lascados
nas piezas esqueletarias, y explicar qué factores po- indican el procesamiento de forma intensiva de la
drían haber sido los causantes de estas ausencias, médula contenida en el canal medular de los hue-
tales como, cráneo, costillas, vértebras y falanges; sos largos (Pickering y Egeland 2006); sin embargo,
la ausencia de estas últimas podría explicarse por no se han encontrado evidencias de intentos de ob-
el “efecto Schlepp”, es decir que como parte del tener la grasa ósea contenida en el tejido esponjo-
proceso de cuereado hubieran quedado adheridas so de los mismos (Church y Lyman 2003; Munro y
al cuero del guanaco y viajado hacia otras localida- Bar-Oz 2005), ya que las epífisis se encuentran en
des; pero ¿el resto? su mayoría completas. Para una adecuada explota-
En algunos casos, y con posterioridad a la ex- ción de la grasa ósea es necesario que los huesos de
posición del sitio como consecuencia de la acción las epífisis sean fracturados en pedazos pequeños
eólica, elementos de la pelvis y escápulas (“huesos para poder extraerla de manera eficiente (Church
vela”) han sido desplazados a sectores más aleja- y Lyman 2003); no obstante, este patrón de frag-
dos de la concentración principal (observación per- mentación de epífisis no se observa en LV1 y los
sonal), pero otros elementos esqueletarios faltan- fragmentos indeterminados corresponden en su
838
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
Figura 13. Marcado perimetral en A) tibia, B) fémur, C) tibia, re-ensamblaje con diáfisis.
antes del 30 de enero (Raedecke 1978; Vázquez conamiento, caza y procesamiento de guanacos.
2004), la ausencia de crías indicaría que la caza de En este sentido, y para momentos históricos, M.
guanacos fue intensiva en este lugar en otoño e Gusinde describe situaciones de caza del tipo que
invierno. Con ello queremos remarcar que es posi- proponemos:
ble obtener evidencia de una ocupación estacional
concreta, aunque resulta difícil probar que un sitio “En la llanura los cazadores se acercan desde va-
no estuvo ocupado o fue visitado durante el resto rios ángulos al mismo tiempo. La elevada canti-
del año (Kaufmann 2004). dad de hombres que se acercan confunde a todos
A partir de la determinación sexual se observa los animales de la manada, que no se deciden a
que hay una mayoría de individuos machos, por lo huir rápidamente, si no se detienen. (…) Por lo
cual planteamos que el grupo puede haber cazado tanto, el éxito de la cacería en la llanura estará
particularmente sobre manadas de machos. Esta más seguro y será más abundante si varios hom-
última afirmación se basa también en la edad de bres atacan una manada desde varios puntos si-
muerte de los animales: la mayor parte de los espe- multáneamente.
címenes abatidos son adultos jóvenes y los machos El cazador aprovecha para la caza otra costum-
juveniles de guanaco se agrupan solamente cuando bre del guanaco. Desde las alturas los guanacos
son expulsados de su grupo familiar por el macho bajan habitualmente a los llanos para beber, y lo
dominante o relincho (Raedecke 1978). hacen por lo general de mañana y al atardecer,
La alta fragmentación de los huesos largos su- por los mismos senderos trillados. Estos animales
giere el procesamiento in situ para la obtención de prefieren el agua salobre de los océanos y lagunas
la médula, lo cual es coincidente con una necesidad al agua dulce de los arroyos. El cazador espera
de consumo de grasa más acuciante en el invierno emboscado su rápido paso” (Gusinde 1990:12-13;
(Speth 1983; Borrero 1986). el resaltado es nuestro).
La información etnográfica también indica la
actividad de caza comunal como un hecho más Analizando la topografía circundante a LV1, el
probable y efectivo durante el invierno, tal como lo método de caza utilizado en este sitio pudo haber
sugiere la ausencia de crías en nuestra muestra: sido el de emboscadas cooperativas entre varias
personas. Rodeando las alturas cuando los anima-
“Mucho más cómoda y feliz suele ser la caza en les se encuentran pastando en el fondo de la laguna
invierno. Las cumbres nevadas no ofrecen ali- se puede encerrar una gran cantidad de individuos
mentos a los guanacos, por lo que se reúnen en en un sector acotado del espacio, y con los caza-
rebaños de numerosas cabezas y buscan los dores acercándose progresivamente, se los pudo
claros en las llanuras o las costas abiertas (…). haber confinado aún más en la estrecha franja que
Ya no es necesario, pues, que el indígena tras- separa las dos lagunas (Figuras 1C y 2).
lade su choza de un lugar a otro con tanta fre- Este sitio muestra que hay otras probabilidades
cuencia; varias familias viven juntas y la caza a la de caza individual y a pequeña escala, aspecto
en común les proporciona un abundante botín” éste que debe ser tenido en cuenta al momento de
(Gusinde 1990:253). buscar sitios arqueológicos de caza, en los cuales el
paisaje pudo haber sido utilizado como un “recurso”
En cuanto al paisaje, e independientemente de más en la ayuda para la obtención de las presas.
si los eventos de matanza fueron sincrónicos o dia-
crónicos, Las Vueltas 1 fue estratégico para el arrin-
CONCLUSIONES
840
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
AGRADECIMIENTOS
Los autores desean agradecer a Germán Pintos por su ayuda en el lavado y rotulado del material, a
Gustavo Valdez por su ayuda en el trabajo de campo, a la Estación Astronómica Río Grande por su apo-
yo logístico, a la Estancia María Behety y al Sr. Fernando Saudino de la Empresa Roch por otorgar los
permisos para trabajar en el área. Martín Vázquez realizó valiosos comentarios en las distintas versiones
de este trabajo. También las observaciones realizadas por Isabel Cartajena contribuyeron a mejorar el
producto final. Las campañas se llevaron a cabo con subsidios de CONICET (PIP 6199 concedido a M.
Salemme).
NOTAS
1
. Para ver un caso de consumo de grasa ósea y medular en Patagonia ver Bourlot (2007).
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842
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)
844
Caracterización de las estrategias de
obtención de recursos ícticos a partir del
análisis de otolitos. El caso de la costa norte
del golfo San Matías (Río Negro)
Federico Scartascini1, Melisa Charo2 y Alejandra Volpedo3
A B S T R A C T
This paper is the first approach to characterization of the strategies for fish resources and their
implications in the subsistence of the hunter-gatherer groups that inhabited Patagonia Northern
Coast in pre-Hispanic times. Our study is focused in otolith analysis (calcium carbonate structures
in the internal ear of bony fish) of whitemouth croaker (Micropogonias furnieri). Otolith morphology
and morphometry in relation to present data are compared. The total length, population
structure and composition of archaeological population are considered, being differences
between populations. These differences in relation with the micro environmental features of each
sector and possible techniques of capture of this resource are evaluated. This paper constitutes
the first step to understand the selection strategies, captures and advantage of this resource.
INTRODUCCIÓN
En ciertos espacios de la costa norte del Golfo (Volpedo y Echeverría 2000), por lo que se los utiliza
San Matias se han registrado altas concentraciones en diversos estudios de ecología trófica para identi-
de otolitos de corvina rubia (Micropogonias furnieri). ficar presas (Bordino et al. 1999; Koen Alonso et al.
Estos se destacan por su abundancia en contextos 1999; Xavier et al. 2004). Esta asociación específica
arqueológicos superficiales y se encuentran aso- entre la morfología de los otolitos y la especie a la
ciados con partes esqueletarias de peces (de esa u que pertenecen, permite determinar con exactitud
otras especies), valvas de gasterópodos y bivalvos los taxones representados en los contextos arqueo-
(Favier Dubois et al. 2006) así como con artefactos lógicos (Casteel 1976; Wheeler y Jones 1989; entre
probablemente relacionados con la práctica pes- otros). Asimismo, en el caso particular de la corvina
quera (pesas de red/pesas de línea) (Scartascini y rubia existen datos de la relación alómetrica entre
Cardillo 2009). el tamaño del otolito y la talla estimada del pez vivo
Los otolitos son complejos cuerpos policristali- (Volpedo 2001; Volpedo y Echeverria 2003; Waessle
nos, compuestos principalmente por carbonato de et al. 2003).
calcio precipitado en forma de aragonita y peque- El estudio de los otolitos registrados en contex-
ñas cantidades de otros minerales, inmersos den- tos arqueológicos, constituye una vía de análisis
tro de una matriz orgánica que se encuentran en para comprender no sólo aspectos relacionados
el oído interno de los peces óseos (Carlström 1963; con la subsistencia de los grupos humanos, sino
Gauldie 1993; Campana 1999). La forma y estructu- que también son excelentes marcadores de esta-
ra de los otolitos son específicas para cada especie cionalidad, movilidad y contextos ambientales pa-
1 Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas. (DIPA) IMHICIHU. Saavedra 15 5to Piso Cap.
Federal. Argentina y Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofia y Letras (UBA). [email protected]
2 Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad
de Buenos Aires. Ciudad Universitaria. Pabellón 2, (1428), Buenos Aires Argentina.
3 Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Buenos Aires.
sados (Casteel 1976; Wheeler y Jones 1989; Higham nar paleoambientes; estos datos serán integrados
y Horm 2000; Van Neer et al. 2004). El desarrollo del en futuros trabajos.
otolito es el resultado de la interacción entre la tasa El objetivo de este trabajo es entonces analizar
de crecimiento del pez y los efectos de las condicio- la variabilidad de los conjuntos arqueológicos de
nes ambientales (Campana y Neilson 1985; Gutiérrez otolitos de corvinas procedentes de la costa norte
y Morales-Nin 1986; Radtke y Shafer 1992). Por lo del Golfo San Matías con el propósito de explorar
tanto los otolitos pueden considerarse como “ca- las estrategias empleadas por poblaciones cazado-
jas negras” en donde es posible determinar ciertos ras recolectoras en el aprovisionamiento de este
indicadores de la influencia ambiental sobre el cre- recurso. Consideramos que la alta frecuencia rela-
cimiento de los peces (Morales-Nin 1987; Volpedo tiva con que aparecen los otolitos en los conjuntos
y Echeverría 2003; Volpedo et al. 2008). Ésta es una arqueológicos, su valor como indicador taxonómi-
línea de investigación que hemos iniciado a través co, así como la relación existente entre su tamaño
de cortes delgados en los otolitos de corvina rubia y la longitud del pez, convierten a este elemento en
para determinar estacionalidad y se están efec- una herramienta novedosa y con gran potencial in-
tuando estudios de metales pesados para determi- formativo para los estudios arqueológicos.
ÁREA DE ESTUDIO
La costa norte del Golfo San Matías presenta de la costa norte del Golfo: la Bahía San Antonio y
acantilados activos con el consecuente desarrollo el área de Bajo de la Quinta (Figuras 1 y 2).
de una prolongada plataforma litoral interrumpi- La Bahía de San Antonio está ubicada en el no-
da por entrantes costeros como la Bahía Creek, la roeste del Golfo San Matías y es un ambiente de
Caleta de los Loros y la Bahía San Antonio. En los playas arenosas y fangosas con amplias marismas
sectores que predomina la sedimentación marina sometidas a los regímenes de marea (entre seis y
son frecuentes los cordones litorales que constitu- nueve metros). Como resultado de la amplitud de
yen terrazas. Las terrazas de menor altitud (3 a 10 mareas, durante la bajamar la bahía presenta cana-
m s.n.m.) corresponden al retroceso marino poste- les, pozones y brazos de marea. En la actualidad las
rior al máximo transgresivo del Holoceno medio, y aguas de la bahía y su área de influencia son utili-
actualmente están cubiertas por depósitos eólicos, zadas como áreas de desove y cría de numerosas
en forma de dunas y mantos, en parte deflaciona- especies de peces (Perier 1994).
dos (Favier Dubois et al. 2006). El área de Bajo de la Quinta es un sector más
En este trabajo se comparan las muestras de abierto del Golfo y se presenta como un ambien-
otolitos provenientes de dos ambientes diferentes te más heterogéneo caracterizado por acantilados
846
Caracterización de las estrategias de obtención de recursos ícticos a partir del análisis de otolitos
Figura 2. Imágenes de la Bahía San Antonio (izq.) y Área de Bajo de la Quinta (der.).
MATERIALES Y MÉTODOS
La muestra arqueológica analizada comprende de la Quinta, 4560 ± 80 años AP (LP 1900) -rango
304 otolitos de corvina rubia, provenientes de tres calibrado: 4838-4646 años AP1 - en el sitio Playón
localidades de la costa norte del Golfo San Matías: Cementerio en la Bahía de San Antonio y 3640 ± 70
San Antonio Oeste (sitios: Playón del Cementerio y años AP (LP 1964)- rango calibrado: 3627-3450 años
No K), Saco Viejo en la margen Este de la bahía y AP1- en el sitio No K en el sector este de la bahía.
Bajo de la Quinta (tres sectores: Sector “otolitos”, La morfometría de los otolitos de origen ar-
La Noria Oeste y La Noria Sur) (Figura 1). Estos ma- queológico fue comparada con la de otolitos de
teriales son abundantes en contextos superficiales corvina rubia actuales (n=66) procedentes de Bahía
y suelen aparecer en clara asociación con otros San Blas (Figura 1), en las que se registró la longitud
elementos esqueletarios de peces y con artefactos total del pez (LT) en mm. Dicha muestra fue captu-
presumiblemente utilizados para la obtención de rada utilizando redes de enmalle y espineles opera-
dichos recursos (pesas) (Figura 3). dos desde la costa. Se seleccionaron muestras de
Los otolitos han sido fechados en los diferen- la Bahía San Blas como material comparativo de
tes sectores de la costa norte, arrojando edades corvina rubia ya que ésa es la localidad más próxi-
de 6080 ± 80 años AP (LP 1904) -rango calibrado: ma al Golfo San Matías donde se ha identificado la
6609-6402 años AP1 - en el sector “otolitos” de Bajo presencia del stock pesquero más austral de esta
Figura 3. Otolitos de corvina rubia in situ (izq.). Pesas líticas recuperadas en la Bahía de San Antonio (der.).
especie (Volpedo y Fernández Cirelli 2006; Volpedo compararon estadísticamente las relaciones fun-
et al. 2007). cionales halladas en la muestra cuyos coeficientes
Se analizó la morfología de los otolitos de la de regresión fueron altos, aplicando el análisis de la
muestra arqueológica utilizando la terminología covarianza (ANCOVA) (Zar 1999).
propuesta por Volpedo y Echeverría (1999, 2000). Por último se comparó la talla media estimada
Se estimaron las tallas de los peces de la muestra en cada uno de los sitios mediante el test de ANOVA
arqueológica mediante la aplicación de las ecuacio- de un factor y, a fin de ajustar el nivel de probabili-
nes propuestas por Volpedo (2001). En la muestra dad para comparar muestras de diferente tamaño,
arqueológica y en la actual se registró la longitud se utilizó el test de Bomferroni (Sokal y Rohlf 1979;
máxima del otolito (LO) en mm con un calibre di- Zar 1999). A partir de estos análisis se buscó rela-
gital con error menor a 0,01 y se calcularon las cionar las diferencias de tamaño de los ejemplares
relaciones funcionales LT vs. LO entre la longitud arqueológicos con las posibles técnicas y estrate-
total de los peces y los otolitos tanto para la mues- gias de captura de los mismos en cada sector.
tra arqueológica como para la muestra actual. Se
RESULTADOS
Quinta
Sector Otolitos 16,3-32 266-649* 6080 ± 80 AP
(LP 1904, Otolitos)
4560 ± 80 AP
Playón Cementerio 18,2-37,2 335-715*
(LP 1900, Otolitos)
San Antonio Oeste
No K 20,7-38,7 385-745*
3640 ± 70 AP
(LP 1964, Otolitos)
Tabla 1. Comparación de las tallas, longitud y cronología de los otolitos recuperados en la costa norte del Golfo San
Matías, con los muestreados en la actualidad en Bahía San Blas.*LT estimado usando las ecuaciones propuestas
por Volpedo (2001).
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Caracterización de las estrategias de obtención de recursos ícticos a partir del análisis de otolitos
Los resultados de la comparación entre el LT vs LO estudiadas (F=90,2 p<0.005) (Figura 6). El test post
de las muestras señalan que no hay diferencias sig- hoc de Bonferroni establece diferencias entre pares
nificativas (p<0.05) entre las pendientes, aunque de conjuntos analizados. En promedio, los sitios de
las ordenadas al origen son diferentes (Figura 5). la Bahía San Antonio (Playón Cementerio, No K y
Esto permite inferir que la tasa de crecimiento del Saco Viejo) presentan ejemplares de mayor tamaño
otolito en relación con la talla del pez se mantuvo que los sitios del área de Bajo de la Quinta (Media
constante a lo largo del tiempo, siendo éste un ca- SAO=550 mm, desv. est. SAO=95,79 mm vs Media
rácter distintivo de la especie. Sin embargo, en la BQ=430 mm, desv. est. BQ=100,6 mm). Esta ten-
mayoría de los ejemplares el tamaño relativo de los dencia no se cumple para el sector La Noria Oes-
otolitos es mayor en la muestra arqueológica. Los te de Bajo de la Quinta, en donde la media de las
análisis estadísticos muestran diferencias significa- tallas estimadas es marcadamente superior (Media
tivas en las tallas de los ejemplares arqueológicos y BQLO= 566 mm vs Media BQ= 430 mm) a los sitios
actuales (F=4,76 p<0.005). A fin de contemplar las del mismo área. Asimismo, La Noria Oeste es el si-
diferencias en la varianza de las muestras se utilizó tio que presenta el menor rango de variación en las
el test t con corrección para inequidad de la varian- tallas representadas (desv. est.= 79,6 mm).
za.
A partir de los análisis de ANOVA de tallas es-
timadas para la muestra arqueológica se pueden
ver diferencias entre y dentro de las localidades
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La morfología de los otolitos arqueológicos y taron que la corvina rubia se hallaba en el golfo de
los actuales coincide con la descripta por Volpedo noviembre a marzo (SAGPyA, http://www.sagpya.
(2001) y Volpedo y Echeverría (1999, 2000). Las ca- mecon.gov.ar).
racterísticas morfológicas de los otolitos revelan Las tallas estimadas para los especímenes de
que los mismos coinciden con las de los otolitos procedencia arqueológica corresponden general-
actuales pertenecientes al stock pesquero del sur mente a ejemplares de longitudes mayores a la
bonaerense (Volpedo et al. 2007). Sin embargo, si talla de la madurez sexual (340 mm en los machos
bien la distribución actual de M. furnieri -estableci- y de 360 mm en las hembras, para latitudes próxi-
da por Chao (1978) - alcanzaría en su extremo sur mas) (Cousseau y Perrota 2000). Esto sugiere que
el Golfo San Matías, es esporádica la presencia de los otolitos de los peces presentes en los sitios ar-
esta especie en la actualidad en las aguas del Gol- queológicos son mayoritariamente adultos. Las ta-
fo. Los registros de embarques pesqueros de las llas máximas de 45 ejemplares (aproximadamente
décadas del ’70 y ’80 en el Golfo San Matías, deno- el 15% de la muestra total) sobrepasan en más de
100 mm la talla máxima observada en las costas este sentido el sector “otolitos”, que se caracteriza
bonaerenses para la especie en la actualidad (630 por una gran dispersión de estas estructuras, pre-
mm) (Cousseau y Perrota 2000). Los adultos de cor- senta una media de talla estimada igual a 430 mm
vina rubia son frecuentadores de fondos blandos (desv. est.= 88,5 mm), mientras que BQ La Noria
(arenosos y/o limosos), se alimentan principalmen- Oeste, presenta un número menor de ejemplares
te de organismos bentónicos (poliquetos, bivalvos, representados pero con una talla media mayor a
caracoles, camarones, otros crustáceos pequeños) los 600 mm (desv. est.= 79,6 mm). Estas diferencias
y en menor medida de pequeños peces, como an- podrían estar vinculadas con cambios a lo largo del
choita y anchoa. Los adultos viven en áreas de la tiempo en la geomorfología costera del área (Fa-
plataforma continental de profundidades cercanas vier Dubois com. pers.). Esta variación temporal
a los 50 m, pero en la época reproductiva (primave- estaría soportada por datos cronológicos del sector
ra–verano) se acercan a desovar a la costa. Por su “otolitos” (6080 años AP) y del sector La Noria Oes-
parte las larvas y juveniles se desarrollan en áreas te (450 años AP).
someras, e incluso penetran en rías, arroyos y lagu- Una posibilidad es que en la medida en que los
nas que desembocan en el mar, hallando refugio y ambientes de BQ fueron cambiando a lo largo del
alimento (Cousseau y Perrota 2000). tiempo, también fueron cambiando las técnicas de
De lo mencionado anteriormente se pueden captura más ventajosas para cada ambiente. En
desprender algunas implicaciones para entender este sentido las evidencias de La Noria Oeste pa-
el registro ictioarqueológico de la costa norte del recen estar mostrando la utilización de una técni-
Golfo San Matías. Por un lado se podría sostener ca de captura muy selectiva, en un ambiente que
que la distribución de tamaños y edades de corvi- por sí mismo no lo es tanto. La captura exclusiva de
nas que observamos en tiempos modernos entre ejemplares de gran tamaño (como los presentes en
aguas someras y de profundidad pueden ser el pro- La Noria Oeste), podría vincularse con la utilización
ducto de la explotación comercial contemporánea, de líneas de pesca (Owen y Merrick 1994; Greens-
siendo distintas las condiciones bioecológicas en pan 1998; Torres 2007).
el pasado. Esta es una hipótesis que no podemos En este sentido es relevante considerar la pre-
descartar y que debería ser evaluada en trabajos sencia de artefactos relacionados con la actividad
interdisciplinarios futuros, ya que resulta imposi- pesquera (pesas líticas) en las localidades estudia-
ble responder con los datos emergentes de este das. Estas pesas se encuentran formando parte de
trabajo. Una segunda implicación podría ser que la los mismos contextos arqueológicos en los que se
explotación de las corvinas en el pasado haya se- registró material ictiológico. La asignación de las
guido una pauta estacional marcada durante los pesas líticas a una técnica de captura en particular
meses de primavera-verano, considerando que las no ha sido determinada aún, pero sí se identificaron
condiciones bioecológicas de la especie hayan sido diferencias en cuanto a la morfología, el tamaño y
estables a lo largo del tiempo. el peso de estas estructuras entre las distintas lo-
Las diferencias halladas entre las tallas estima- calidades (Scartascini y Cardillo 2009). La discusión
das de las distintas localidades pueden estar aso- respecto de las técnicas de captura de peces en
ciadas a diferentes factores: microambientales, ambientes costeros, es un aspecto de difícil abor-
bioecológicos de la especie y/o a factores cultura- daje y debe ser analizado desde múltiples líneas de
les como las técnicas y estrategias de obtención. evidencia (Owen y Merrick 1994; Greenspan 1998;
En relación a las características microambientales, Massone y Torres 2004; Torres 2007). La asignación
la Bahía San Antonio se configura como un espacio de una técnica de pesca debe ser el resultado no
favorable para la obtención de corvinas de tama- sólo del estudio de los restos ictioarqueológicos,
ños grandes durante los meses de primavera-vera- sino también de las variables ecológicas y etológi-
no cuando ejemplares adultos habrían ocupado las cas de las especies representadas, la evolución de
aguas someras para reproducirse y desovar (tallas la geomorfología costera a lo largo del tiempo y las
media SAO= 557,5, desv. est.= 94,7). En este am- evidencias tecnológicas específicas para la obten-
biente particular el factor de selección de especie ción de los peces, entre otras.
y rangos de tamaño habría sido favorecido por En este trabajo hemos subrayado algunas de
las características de la bahía. Este escenario ha- las potencialidades más destacadas para análisis
bría facilitado el empleo de redes para capturar de los otolitos en contextos arqueológicos y de-
masivamente a los ejemplares adultos de corvina sarrollamos una primera discusión respecto de las
(mayores a 500 mm) y ocasionalmente a unos po- técnicas de captura de los recursos ictiológicos en
cos juveniles. El sector de Bajo de la Quinta (BQ), nuestra área de estudio. Proponemos que en la
en cambio, presenta mucha variación interna en costa norte del Golfo San Matías las poblaciones
cuanto a las tallas representadas entre sectores. En humanas habrían diferenciado aquellos espacios
850
Caracterización de las estrategias de obtención de recursos ícticos a partir del análisis de otolitos
más favorables para la pesca, lo que en primera bién cobran especial interés dentro de las discusio-
instancia implicaría un uso planificado de la costa nes vinculadas con la biología de la conservación.
antes que un uso oportunista. La práctica pesquera Los cambios en la distribución y la reducción en el
parece estar vinculada con sectores determinados tamaño de los ejemplares de corvina rubia podrían
del espacio costero que presentan características estar asociados a una multiplicidad de causas (na-
particulares. Esta tendencia también se ha obser- turales y culturales). En trabajos futuros se debe-
vado en la explotación de otros recursos con gran ría considerar metodologías interdisciplinarias que
potencial económico como son los lobos marinos permitan un mayor y más eficiente análisis de las
(Borella 2006). Esta clase de prácticas sugieren un muestras, considerando el uso de los recursos li-
marcado conocimiento por parte de las poblacio- torales en relación con múltiples factores como: la
nes cazadoras recolectoras de los ambientes litora- evolución de la geomorfología costera, la estacio-
les, los recursos disponibles y su predictiblidad. nalidad de las ocupaciones, las tecnologías y técni-
Para finalizar, cabe destacarse que nuestros re- cas de captura de los peces y la subsistencia de los
sultados son disparadores de nuevas preguntas, no grupos humanos.
solamente en el marco arqueológico sino que tam-
AGRADECIMIENTOS
Este estudio forma parte de investigaciones arqueológicas realizadas bajo la dirección de la Dra. Flo-
rencia Borella y el Dr. Cristián M. Favier Dubois en la costa de Río Negro en el marco de Proyectos finan-
ciados por el CONICET (PIP 6415 2005-2006) y la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica (PMT III
PICT 38264 2007-2009).
Con Cristian Favier Dubois, Florencia Borella, Marcelo Cardillo y Francisco Zangrando hemos discu-
tido muchas de las ideas aquí expresadas; sin duda sus valiosos comentarios han mejorado sustancial-
mente este trabajo. También deseamos agradecer su apoyo a la Agencia Cultura Río Negro, al personal
del Museo Gobernador Tello (Viedma), a las autoridades de la Municipalidad de San Antonio Oeste y al
equipo del laboratorio de Vertebrados de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA).
NOTAS
1
. Las edades fueron calibradas con el Programa CALIB 5.0.1 a un sigma e incluyen corrección por
efecto reservorio.
2
. Ver Favier Dubois, Borella y Tykot, en este volumen
3.
Ver Borella y Buc en este volumen
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852
Rendimiento económico del cauquén común
(Chloephaga picta, Familia: Anatidae)
Angélica M. Tivoli1 y Analía F. Pérez2
A B S T R A C T
Studies of economic utility used in archaeology have been mainly focused on big mammals and
their results have been applied to selective butchering and body parts transport (Binford 1978;
Jones and Metcalfe 1988; Borrero 1990; Savelle and Friesen 1996; Madrigal 2004; De Nigris and
Mengoni Goñalons 2005; and others). However, only a few studies have focused on birds up to date
(Kooyman 1990, Giardina 2006). Taking into account that actualistic frames of reference are crucial
to interpret the archaeological record, two objectives are addressed in the present paper. First, we
estimate the economic potentials of the Upland Goose for hunter-gatherer-fishers consumption,
and second we assess the relevance of these studies for animals with low individual return rate,
analyzing their impact on zooarchaeological researches. In order to reach these objectives, two
kind of analyses are carried out: a) the economic anatomy of Chloephaga picta, expressed by the
Simplified Meat Utility Index [MUI] (Metcalfe and Jones 1988); b) calorimetric determinations,
including energetic density (kcal/g) and energy content (total kcal) (Lomovasky et al. 2001). Finally,
the results concerning taxonomic representations in avifaunal assemblages from the Beagle Channel
region and other coastal zones of Tierra del Fuego province (Southern South America) are discussed.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Las diversas investigaciones referidas al ren- relación entre estos y los seres humanos (Binford
dimiento económico de la fauna han focalizado 1978, 1981; Savelle y Friesen 1996; Lupo 1998).
principalmente en mamíferos de gran tamaño y sus De acuerdo con esto, en el presente trabajo nos
resultados han sido aplicados en discusiones acerca proponemos los siguientes objetivos:
del transporte y procesamiento selectivo de partes 1) Estimar las potencialidades del cauquén
(Binford 1978; Jones y Metcalfe 1988; Borrero 1990; común (Chloephaga picta) para su consumo por
Savelle y Friesen 1996; Savelle et al. 1996; Belardi y parte de los cazadores-recolectores.
Gómez Otero 1998; Outram y Rowley-Conwy 1998; 2) Evaluar la relevancia de este tipo de estudios
De Nigris y Mengoni Goñalons 2004; entre otros). para presas de bajo rendimiento individual, anali-
En lo que respecta a las aves, pocos son los trabajos zando su impacto sobre las investigaciones zooar-
que se han efectuado hasta el momento (Kooyman queológicas.
1990; Giardina 2006). A fin de lograr estos objetivos, inicialmente lle-
Consideramos que la generación de marcos de vamos a cabo dos tipos de análisis: por un lado, la
referencia actuales es fundamental para poder in- anatomía económica del cauquén, expresada me-
terpretar el registro arqueológico. En este sentido, diante el Índice de Carne Simplificado -Simplified
los estudios de anatomía económica resultan una Meat Utility Index [MUI] sensu Metcalfe y Jones
herramienta de gran utilidad para la zooarque- (1988)-. Por otra parte, se efectuaron las deter-
ología, dado que el conocimiento de la estructura minaciones calorimétricas: densidad energética
corporal de los distintos animales constituye un (kcal/g de muestra) y contenido energético (kcal
pilar fundamental hacia el entendimiento de la Totales) (Lomovasky et al. 2001).
Seguidamente, los resultados obtenidos se dis- costeros de Tierra del Fuego y se indagan los alcan-
cuten en relación con la problemática arqueológica ces que este tipo de estudios tienen para la evalua-
de la región del canal Beagle y de otros sectores ción de recursos de bajo rendimiento individual.
Con el fin de contrastar los resultados de la in- de distintos taxones se pueden generar expectati-
vestigación arqueológica, es preciso contar con vas acerca de cuáles sería esperable hallar en los
cuerpos de información independientes. Estos lugares de consumo. Si bien es previsible que las
constituyen los marcos de referencia que permiten presas pequeñas sean llevadas a estos sitios en for-
interpretar distintos aspectos concernientes a los ma completa, es posible que sus distintas partes no
procesos naturales y culturales que están implica- sean aprovechadas de igual manera. Esto permite,
dos en la conformación del registro material (Bin- a su vez, que puedan establecerse expectativas
ford 1981). En este sentido, los estudios de anato- acerca del grado de procesamiento de las diferen-
mía económica constituyen un patrón de referencia tes partes anatómicas de cada una de ellas.
para predecir qué partes de los animales son sus- Como lo han notado Madrigal y Zimmermann
ceptibles de ser transportadas desde los lugares de (2002) para el caso del ciervo de cola blanca, no
matanza y trozamiento a los de consumo, cuáles siempre es aplicable la anatomía de una especie al
serán mayormente procesadas, o bien cuáles serán conjunto que conforma un grupo taxonómico ma-
escogidas para el almacenamiento, etc. yor. Por ello se considera importante conocer las
Habitualmente se presume que la selección de particularidades de las diversas especies aprove-
presas y sus partes anatómicas se realiza sobre la chadas por los grupos humanos del pasado.
base del aporte nutricional que cada una de éstas Con respecto a las aves, pocos son los trabajos
presenta (Binford 1978; Lupo 1998). Sin embargo, que se conocen: Kooyman (1990) estudió la anato-
pueden existir otros factores que estén condicio- mía económica del kiwi para obtener valores relati-
nando la selección de ciertos taxones así como vos de carne y hueso con vistas a establecer un índi-
sus partes anatómicas: entre otras cuestiones, por ce de utilidad de carne análogo para las diferentes
ejemplo la valoración social del recurso (ver Fio- especies de moa, dado que éstas se hallan extingui-
re y Zangrando 2006) o bien la elección de ciertas das (el kiwi sería la única ave emparentada con la
porciones para la obtención de materias primas moa que ha sobrevivido). Por otra parte, Giardina
(piel, hueso, tendones, plumaje, etc.) con miras a la (2006) explica detalladamente la metodología im-
confección de distintos tipos de manufacturas. No plementada para el procesamiento de rheidos y las
obstante ello, el conocimiento acerca de la estruc- potencialidades para evaluar la representación de
tura corporal y del aporte alimenticio que el animal partes de este taxón. Sin embargo, se trata nueva-
pueda proporcionar permite conocer las utilidades mente de una presa de grandes dimensiones para
potenciales de las distintas especies y sus corres- la cual se discute básicamente el transporte dife-
pondientes partes. En este sentido, los índices de rencial de partes.
utilidad son una forma de expresar en valores las Para el caso del canal Beagle, Rasmussen et al.
particularidades anatómicas. Pueden ser absolu- (1994) hacen estimaciones de pesos de carne para
tos, como el peso o las calorías, o bien relativos, ge- diferentes taxones de aves presentes en el regis-
neralmente estandarizados. Dependerá de la deci- tro arqueológico de Lancha Packewaia. Schiavini
sión del investigador la elección de las unidades a (1990 y 1993) por su parte, informa datos calóricos
implementar: pueden comprender un hueso por de pinnípedos, guanacos y también de algunos gru-
porción o bien un segmento del esqueleto (axial, pos de aves, pero estos últimos valores se basan en
apendicular, costillar, etc.). estimaciones muy generales de peso de carne y ca-
Como ya dijimos, los estudios de anatomía eco- lorías realizadas por otros autores (Raedecke 1976;
nómica son aplicados principalmente a la discusión Osborn 1977; Peters 1983; Keene 1985).
del transporte y procesamiento diferencial de par- En consecuencia, consideramos necesario co-
tes de presas de gran tamaño (Binford 1978; Jones menzar a explorar la utilidad económica de las
y Metcalfe 1988; Savelle y Friesen 1996; Savelle et aves, especialmente las que presentan un tamaño
al. 1996; Outram y Rowley-Conwy 1998). Sin em- tal que pudieran haber tenido cierta importancia en
bargo, aquí se sostiene que este tipo de trabajos las dietas de los cazadores recolectores. Creemos
pueden ser de utilidad para el estudio del aprove- que un punto importante al momento de estudiar
chamiento de fauna pequeña (Behrensmeyer 1991; los aportes energéticos de éstas es tener en cuen-
Piana et al. 2007) o de bajo rendimiento económico ta las particularidades que caracterizan al menos a
individual: a partir de la comparación de utilidades cada familia.
854
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)
Actualmente el cauquén común o avutarda sos registrados varían entre aproximadamente 2,5
(Chloephaga picta) está ampliamente distribuido y 3,3 kg (Humphrey et al. 1970; Olrog 1979; Martín
en Patagonia continental y Tierra del Fuego. Gran 1984; Venegas Canelo 1986; Cruz 2000; Couve y Vi-
parte de su población (en especial la fueguina) mi- dal 2003).
gra hacia zonas más templadas en época invernal. Si bien el cauquén no forma colonias, es un ave
Habitualmente se lo puede ver en parejas y a veces que puede ser hallada en grupos y que además no
en grupos (Figuras 1 y 2), en diferentes ambientes, presenta dificultades para ser capturada por los
tanto terrenos llanos como en laderas de colinas y humanos: las referencias etnográficas mencionan
también en las playas, preferentemente en espa- que podían ser apresados con las manos, corriendo
cios con agua y donde hay pastos para alimentarse. detrás de ellas, o bien con lazos corredizos, ya sea
Comienzan a poner sus huevos (entre cinco y siete) acercándose o en emboscada (Gusinde 1986; Or-
entre octubre y noviembre y, hacia fines de febrero, quera y Piana 1999b). Para el caso de los Selk’nam
la mayoría de los juveniles ya pueden volar. Los pe- se menciona también el uso del garrote en la caza
nocturna (Gusinde 1986; Savanti 1994). cauquenes hubieran sido consumidos en propor-
Dadas las características de peso, etología y de ciones medias: es decir, en menor porcentaje que
técnicas de caza conocidas (al menos para momen- las aves que forman grandes colonias (pingüinos,
tos históricos), sería esperable entonces que los cormoranes), pero en cantidades significativas.
METODOLOGÍA
Se utilizó para este estudio un individuo macho el Índice de Utilidad de carne simplificado o MUI
adulto de cauquén común (Chloephaga picta) reco- (Simplified Meat Utility Index) según proponen
lectado en Bahía Golondrina (costa norte del canal Metcalfe y Jones (1988). Estos autores presentan
Beagle, 54º 50’S) en octubre de 2006. El especimen varios índices que son una simplificación de los
se encontraba completo en el momento de su reco- propuestos primeramente por Binford (1978). És-
lección y no presentaba ningún signo de descom- tos son el MGUI (Modified General Utility Index o
posición, carroñeo, ni contenía huevos de mosca y Índice de Utilidad general modificado) y los índices
sus ojos se encontraban completos, por lo cual con- que lo componen: MUI (Meat Utility Index o índice
sideramos que su estado era fresco. de utilidad de carne), MI (Marrow Index o Índice de
Para su disección se siguió la metodología des- médula), WGI (White Grease Index o índice de grasa
cripta en Giardina (2006). El procedimiento que se blanca). No obstante, en el presente trabajo sólo
realizó fue el siguiente (utilizando para el pesado utilizamos el MUI (simplificado), dada la dificultad
una balanza Di Pasquo SA, modelo: 8009P, dd = e: de extraer tanto la grasa corporal como la médula.
0,2 g): Este índice tiene como finalidad obtener un ranking
1 Pesado del animal entero, de importancia económica de las partes esqueleta-
2 posterior remoción del plumaje y pellejo, pe- rias sobre la base de la carne adherida a cada una
sado de cada parte, de ellas (Binford 1978). Se calcula de la siguiente
3 evisceración y pesado de cada órgano, forma (sensu Metcalfe y Jones 1988):
4 separación de las partes anatómicas (cada MUI (simplificado) = peso bruto de la parte –
hueso por separado) y pesado del hueso con carne, peso del hueso seco de la parte
5 remoción de la carne de cada hueso, Los autores también presentan el Índice es-
6 limpieza de los huesos (hervido y secado) y tandarizado [Simplified (Standarized) Meat Utility
pesado de cada uno de ellos. Index], que consiste en expresar el aporte de cada
Para expresar los resultados de la anatomía parte en una escala de porcentajes relativos:
económica del individuo estudiado se aplica aquí
856
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)
Si bien los autores consideran que sería más del esqueleto axial y los miembros posteriores),
adecuado expresar los valores de manera no estan- Ubicación de las mismas en cápsulas de papel
darizada, aquí utilizamos este índice a los fines de aluminio (previo pesado de la cápsula).
expresar gráficamente las diferencias en las pro- Pesado en estado húmedo en una balanza de
porciones de las partes. precisión [para este estudio utilizamos una balanza
Se presentan también los resultados del estu- Sartorius AG, modelo: CP 225D; dd1: 0,00001 (0 a
dio de densidad energética (kcal/g de muestra) y 80 g) y dd2: 0,0001 (80 a 220 g); e: 0,001 g],
contenido energético (kcal totales). El primero de Secado en estufa (entre 60 y 70 grados centígra-
los valores corresponde a la cantidad de calorías dos) hasta alcanzar peso seco constante. Posterior
que rinde cada gramo de muestra, mientras que molido y preparado de los pellets para cada una de
el contenido energético constituye la cantidad de éstas.
calorías que ofrece el total de la carne de un animal Por último, quemado de los pellets en la micro-
o bien una porción anatómica. Estas últimas deter- bomba calorimétrica.
minaciones se efectuaron mediante la utilización Por otra parte, sobre la base de los datos pre-
de una microbomba calorimétrica Parr 1425 (Lo- sentados por Schiavini (1993), se realizó una corre-
movasky et al. 2001). El procedimiento de análisis lación lineal entre el peso de la carne y las kilocalo-
implementado constó de los siguientes pasos: rías totales de diferentes taxones de aves. Para la
Extracción de muestras de carne de aproxima- correlación se utilizaron datos bibliográficos y los
damente entre tres y cinco gramos (en este caso, valores obtenidos en el presente trabajo.
RESULTADOS
Peso en
Partes pesadas % Figura 4. Proporciones de peso de las diferentes partes.
gramos
Miembro Anterior
Miembro Posterior
Región pectoral
Esternón 608,6 11,8 596,8
Tabla 2. Resultados del Índice de Utilidad Carne Simplificado o MUI (Simplified Meat Utility Index), sensu Metcalfe y
Jones (1988).
Figura 5. Índice de Utilidad de Carne Simplificado y Estandarizado -(S) MUI- (Metcalfe y Jones 1998).
858
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)
DISCUSIÓN
A los fines de evaluar el impacto que las poten- localidades. Pocos casos superan el 8%: San Pablo
cialidades económicas del cauquén pudieran haber 4: 10,5% (Chloephaga sp.), algunos sitios del Cabo
tenido en la selección de presas avifaunísticas por de Hornos: 11,0% (Tachyeres sp.) y el Seno Grandi:
parte de los grupos cazadores recolectores que 14,3% (Chloephaga sp.) (Lefèvre 1989a, 1993-94),
habitaron las zonas costeras o cercanas a las cos- en el Mar de Skyring: 17,9% (Lefèvre 1997a), en el
tas marítimas de Tierra del Fuego, se indagó en la Mar de Otway: 17,0% (San Román et al. 2002) (Ta-
información arqueológica disponible, teniendo en chyeres sp. en ambos casos) y en el muestreo de
cuenta que no pretendemos presentar aquí todas Imiwaia I que corresponde a los conchales inferiores
las investigaciones existentes para la región. Estos la categoría Anatidae presenta un 17,8% (Mameli y
informes muestran cierta disparidad, tanto en lo Estévez Escalera 2004). Únicamente en Ponsonby
que respecta a la proporción de representación de la categoría Chloephaga sp./Tachyeres sp. supera el
cauquenes como en relación con el grado de reso- 40% y Chloephaga sp. alcanza un 8,3% (Legoupil y
lución de los datos relevados. Cabe resaltar, asimis- Fontugne 1997; Lefèvre et al. 2003).
mo, que existe dificultad en la identificación de las Como se ha puntualizado en trabajos previos,
distintas especies de cauquén (Lefèvre 1992), más los cormoranes y pingüinos han sido las presas más
aún, en general la identificación de los anátidos recurrentemente consumidas (Lefèvre 1989a y b,
resulta problemática y, en muchos casos, se con- 1993-94, 1997a y b; Orquera y Piana 1999a; Mameli
signan en conjunto los cauquenes (Chloephaga sp.) y Estévez Escalera 2004). Esto se debería principal-
y los patos vapor (Tachyeres sp.) como “anátidos mente a la posibilidad de capturas en masa que son
grandes” (Lefèvre et al. 2003). consecuencia de sus hábitos de agregación en colo-
Como se puede observar en la tabla 4 y en la fi- nias (Orquera y Piana 1999a y b; Piana et al. 2007).
gura 7, ninguna de las categorías señaladas presen- En concordancia con esto, era esperable que tan-
ta una proporción significativa respecto del total de to los cauquenes como los anátidos en general no
las aves recuperadas en cada uno de los sitios y/o constituyeran el mayor aporte de aves explotadas.
sp./ Chloepha-
% Chloepha-
% Chloepha-
% Tachyeres
% Tachyeres
% Anatidae
NISP/ MNI
ga picta
ga sp.
ga sp.
Citas
Total
sp.
Sitio /Localidad
Mar de Skyring 0 2,1 0,2 17,9 0,3 3394 NISP Lefèvre 1997a
Mar de Otway (20 sitios) 0 0 0 17 0 311 NISP San Román et al. 2002
Túnel I (capas recientes) 0 0 0 0,1 0,1 1055 NISP Orquera y Piana com. pers.
Shamakush I (capas C,
0 3,3 0 0 0,3 335 NISP Tivoli (este trabajo)
D, E y F)
Mischiúen I -Capas F(N)
0 0,3 0 0,3 0,7 721 NISP Tivoli (este trabajo)
y F(S)
Imiwaia I (muestreo
0 0 0 0 1,8 383 NISP Fiore et al. 2008
Capa B)
Imiwaia I (muestreo
0 0 0 0 17,8 824 NISP Mameli y E. Escalera 2004
conchales inferiores)
Tabla 4. Porcentajes de Chloephaga picta, Chloephaga sp., Chloephaga sp./Tachyeres sp., Tachyeres sp. y Anatidae
respecto del total de restos de aves de cada sitio (identificadas al menos en el nivel de familia).
860
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)
Figura 7. Porcentajes de representación de Chloephaga picta, Chloephaga sp., Chloephaga sp./Tachyeres sp.,
Tachyeres sp. y Anatidae respecto del total de restos de aves encontrados en cada sitio (identificadas al menos en el
nivel de familia).
Sin embargo, en función de los resultados de la ana- nia, se ha observado un incremento en la cantidad
tomía económica y de los estudios calorimétricos de Chloephaga picta a consecuencia probablemen-
que aquí presentamos, teníamos como expectativa te de los cambios en las pasturas como producto
un mayor aprovechamiento que el efectivamente de las actividades ganaderas, así como también
hallado. Ello se fundamentaba básicamente en su debido a la disminución de la incidencia de los pre-
rendimiento económico individual -elevado en re- dadores1 (Martín 1984; Borrero 1985; Cruz 2000 ).
lación con otros grupos de aves- y en su contenido Asimismo, cabe preguntarse si existió algún tipo
energético, superior al esperado en función de su de restricción social que impidiera su captura, tal
peso corporal y significativamente mayor que el de como podría haber sucedido con algunos peces
los cormoranes (Schiavini 1993). (Fiore y Zangrando 2006).
En consecuencia, queda entonces para el futu-
ro explorar posibles explicaciones para la falta de
registro zooarqueológico de cauquenes: ¿existen
procesos tafonómicos que estén sesgando la re-
presentación de esta especie?, ¿tienen los cauque-
nes una densidad mineral ósea tal que sus huesos
se destruyan diferencialmente respecto de los de
otras especies?, ¿hubo en el pasado una menor dis-
ponibilidad de estas aves? Respecto de esto último,
en Tierra del Fuego y en otras regiones de Patago-
AGRADECIMIENTOS
Al laboratorio de Ecofisiología del CADIC y toda su gente, fundamentalmente al Dr. Jorge Calvo. A
Mauricio González Guillot, Gabriela Scioscia, Daniel Martinioni, Juan Ponce y Alejandro Valenzuela. A Er-
nesto Piana, Luis Orquera, Francisco Zangrando, Isabel Cruz y muy especialmente a Miguel Giardina.
NOTAS
1
. En el canal Beagle, si bien se ha reducido mucho la cantidad de zorros, aumentó en cambio la de
perros cimarrones.
BIBLIOGRAFÍA
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Borrero, L. A. Southern Andes. En The zooarchaeology of fats, oils
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862
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)
864
Análisis de los restos malacológicos en el sitio
Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia
de Santa Cruz)
Miguel Ángel Zubimendi1 y Heidi Hammond2
A b s t r a c t
Los Albatros is a large site where an important faunistic record -both vertebrate and invertebrate
has been recovered. This paper presents information on the analysis conducted on the malacological
remains recovered in two of the three grids excavated on the front in erosion. Analysis of faunistic
record starts with a comprehensive and exhaustive taxonomic identification of species, and
their classification according to the conservation status and size of the shells. From these data
issues related to the problems of conservation and alteration of the archaeological record on
the site are discussed, as well as implications on the exploitations of shellfish in the study area
and the role that could have played on the diets of groups who occupied the Patagonian coast.
El sector Bahía del Oso Marino se encuentra en y otros que presentan una menor pendiente, sobre
tierras de la Estancia El Negro en la costa Centro- los cuales se desarrolla una cubierta sedimentaria.
Norte de la Provincia de Santa Cruz (Argentina), En los últimos dos años, en el marco del Proyec-
aproximadamente a 20 km al sur de la ciudad de to de Investigación Arqueología de la Costa Norte
Puerto Deseado y frente a la isla Pingüino (Figura de Santa Cruz II: la resolución espacial y tempo-
1). Esta estancia posee una extensión de tierra de ral del uso de la costa por cazadores recolectores
aproximadamente 8 x 5 km. La península en la que dirigido por la Dra. Alicia Castro, se han realizado
se halla el sitio se encuentra al Norte de Bahía de diversas investigaciones en este sector litoral. Du-
los Nodales y Punta Medanosa (Castro et al. 2001) rante los trabajos de campo se han identificado una
y al Sur de Punta Guanaco (Zubimendi et al. 2005), gran cantidad de sitios, mayormente concheros a
sectores arqueológicos trabajados previamente cielo abierto, y en menor medida, concheros sobre
dentro del Proyecto Arqueológico Costa Norte de cueva y aleros y restos líticos dispersos. También se
Santa Cruz. Hemos denominado a este sector Ba- han identificado gran cantidad de enterratorios so-
hía del Oso Marino, por ser el accidente geográfico bre médanos cerca de la costa y chenques abiertos
más conspicuo y conocido por los habitantes de la ubicados en puntos panorámicos. El sector se ca-
zona. racteriza, entonces, por una alta densidad de sitios
La costa se caracteriza por su variabilidad, ya arqueológicos cercanos a la franja litoral, densidad
que es posible encontrar gran cantidad de aflora- que disminuye abruptamente en el interior inme-
mientos porfíricos de la Formación Bahía Laura, los diato.
que, por su dureza, configuran una costa recortada, Algunos trabajos específicos que se vienen rea-
intercalada con playas de arena de variada longi- lizando en el área incluyen estudios de arqueología
tud. Los afloramientos costeros tienen una altura distribucional y de búsqueda de fuentes potencia-
máxima de aproximadamente 40 metros sobre el les de materias primas líticas (Ambrústolo et al.
nivel del mar, con sectores que caen a pique al mar 2008), excavación de rescate del sitio Cueva del
1 CONICET, Departamento Científico de Arqueología, UNLP y Universidad Nacional de la Patagonia Austral – Uni-
dad Académica Caleta Olivia.
2 Departamento Científico de Arqueología, UNLP.
Negro (Castro et al. 2007, Capparelli et al. 2008) y que pocas veces se aproxima a tierras continenta-
muestreos superficiales en diversos sitios del área, les.
entre ellos el sitio Los Albatros (Bogan et al. 2007, La superficie del área cubierta por material re-
Zubimendi et al. 2007). depositado por la erosión es de aproximadamente
11,500 m2. En base a la densidad de restos arqueo-
Descripción del sitio Los Albatros lógicos hemos dividido este sitio en tres sectores:
Este sitio se halla ubicado en el lado Sur del pe- Norte, de densidad media a baja de restos
ñón Azopardo, en un sector de médano vegetado, malacológicos, y presencia de huesos de pinnípe-
asentado sobre rocas de la Formación Bahía Laura dos muy meteorizados;
que conforman el peñón (Figura 1). Se trata de un Central, con densidad alta de valvas y presen-
sitio de grandes dimensiones que presenta un nivel cia de huesos de albatros, pinnípedos y cormora-
arqueológico continuo de más de 220 m de largo. nes; y
Dicho nivel se halla en un perfil en erosión activa, in- Sur, con una densidad media a alta de restos
serto en una matriz arenosa de médano vegetado. malacológicos, y menor cantidad de huesos, aun-
La particularidad de los conjuntos arqueofaunísti- que se observan algunos de albatros y pinnípedos.
cos del sitio está dada por la gran proporción de Estos dos últimos sectores se hallan separados
huesos de albatros de ceja negra (Thalassarche por una cárcava perpendicular al frente en erosión
melanophrys) presentes a nivel superficial (Zubi- producido con posterioridad al nivel cultural. Dada
mendi et al. 2007) como en estratigrafía (Bogan la alta erosión que presenta el sitio, se observa una
et al. 2007). Esta especie pelágica sólo es posible amplia dispersión de materiales, principalmente si-
observarla de forma ocasional cerca de la costa, ya guiendo el cauce de la cárcava.
866
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)
Figura 2. Vista del perfil en erosión del sitio y ubicación de las cuadrículas excavadas.
bién fue posible observar la presencia de valvas, también marcas de radículas y gran cantidad de rai-
principalmente del mitílido Aulacomya atra, con el cillas adheridas a las valvas.
periostraco adherido en su cara externa; así como
868
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)
Las cuadrículas se excavaron siguiendo capas la presencia de un individuo. En el caso de los gas-
naturales. La mayoría de los restos fueron recu- terópodos, al ser univalvos presentan un NRE por
perados en el terreno utilizando una zaranda con individuo, éste es, por ejemplo, el ápex en las Na-
una malla de 1 mm. Sin embargo, y para lograr cella magellanica, la columela en los Adelomelon,
una buena recuperación de restos malacológicos y la inserción del tabique en las Crepidula dilatata
otros restos de pequeño tamaño tanto líticos como y el foramen en las Fissurella. Mientras que en los
óseos, se embolsó y conservó la totalidad del “fon- bivalvos se hallan dos umbos o charnelas por indi-
do de zaranda”, el cual fue trasladado y analizado viduo, pudiéndose diferenciar generalmente entre
posteriormente en el laboratorio. el umbo izquierdo y el derecho. Otras especies, ge-
Los restos malacológicos fueron identificados neralmente muy poco representadas en el registro
al mayor nivel taxonómico posible siguiendo la no- arqueológico, presentan mayores dificultades. Por
menclatura de Castellanos (1970 [1967]), Castella- ejemplo, los poliplacóforos tienen 8 valvas o pla-
nos y Landoni (1988 y 1992 entre otros), y Aguirre cas; una cefálica o anterior, una caudal o posterior
y Farinati (2000). Se consultó también Pastorino y 6 intermedias. Los individuos pueden ser cuantifi-
(2005) para el género Trophon; Gordillo (2006) para cados tomando el valor más alto de placas caudales
Tawera gayi y Gordillo (2007) para los poliplacó- o cefálicas. En los crustáceos Balanus o Astromega-
foros. También se ha consultado la base de datos balanus pueden contabilizarse sus bases. Si bien es-
del Sistema de Información Taxonómica Integrado tas especies no son moluscos se los incluye en estos
(ITIS por sus siglas en inglés, http://www.itis.gov/). análisis faunísticos.
La identificación se realizó teniendo en cuenta los Con esta información se procedió a calcular el
rasgos morfológicos de las valvas (por ejemplo, Número de Fragmentos Identificables (NISP) así
forma, ornamentación, etc.). A su vez, los restos como el Número Mínimo de Individuos (NMI) para
malacológicos fueron clasificados según su estado cada género o especie. En el caso de los bivalvos el
de conservación en: NMI se calculó sumando las VE y los FI derechos,
Valvas Enteras (VE), aquellas con más del 90% por un lado y las VE y los FI izquierdos por el otro,
de la valva completa y con presencia del elemento tomando como NMI el valor más alto.
diagnóstico individual, o sea, el Elemento No Re- Posteriormente se midió la longitud máxima de
petitivo de la valva o NRE (Non Repetitive Element, todas las VE de las cuatro especies más numerosas
Mason et al., 1998). en ambas cuadrículas (Mytilus edulis, Perumytilus
Fragmentos Identificables (FI), cualquier pie- purpuratus, Aulacomya atra y Nacella magellanica).
za de una valva de la cual se conserve menos del En el caso de los bivalvos mitílidos se midió desde
90% de la misma y que esté presente el NRE. el umbo o charnela hasta el extremo distal, y en el
El Elemento No Repetitivo (NRE) es una parte caso de las Nacella magellanica el diámetro máximo
de la valva que es diagnóstico de una determinada de la base de la valva. Estas medidas fueron agru-
especie o género y que puede ser contabilizado un padas en rangos de 0,5 cm para su comparación.
determinado número de veces para poder inferir
RESULTADOS
Los restos malacológicos recuperados en las resto de las especies se hallan presentes en muy
excavaciones bajo número.
En la cuadrícula 1 se recuperó un alto número de En el conjunto malacológico de la segunda cua-
valvas (n = 3148) y se pudieron identificar 16 taxones drícula (Tabla 2, Figura 6) se recuperó un mayor
de moluscos (Tabla 1, Figura 5). Las especies mejor número de restos malacológicos (n = 5369). Se pu-
representadas son Mytilus edulis (60% del total de dieron identificar 13 moluscos y 2 crustáceos a nivel
valvas y un 75% si consideramos sólo los bivalvos); de especie, y otros restos correspondientes a otras
seguidos por Perumytilus purpuratus en un 17%; y especies de moluscos no identificadas.
Aulacomya atra, las cuales se encuentran presentes En esta cuadrícula se observa un predominio
en una proporción mucho menor, cercana al 3%. El aún más marcado de los bivalvos mitílidos que en
único gasterópodo presente en una proporción de la anterior, ya que entre las tres especies (Mytilus
importancia es Nacella magellanica con un 16%. El edulis, Perumytilus purpuratus y Aulacomya atra)
Figura 5. Algunas de las especies de gasterópodos presentes en la cuadrícula 1. a) Crepidula dilatata; b) tabique de
Crepidula dilatata; c) Iothia coppingeri; d) Siphonaria lessoni; e) opérculo de Fissurella sp.; f) Trophon geversianus; g)
Pareuthria plumbea; h) Acanthina monodon; i) Adelomelon sp. La barra blanca equivale a 1 cm.
870
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)
ARTHROPODA
Presencia
MAXILLOPODA
Balanus sp. Si
Austromegabalanus sp. Si
Figura 6. Algunos de los bivalvos, crustáceos y cuenta presentes en la cuadrícula 2 a) umbo derecho de Ensis
macha; b) valva derecha de Tawera gayi; c) umbo izquierdo de Tawera gayi; d) Balanus sp.; e) valva izquierda de
Hiatella solida; f) cuenta de valva de especie no determinada; g) placa cefálica de poliplacóforo; h) placa caudal de
poliplacóforo; i) placa intermedia de poliplacóforo. La barra blanca equivale a 1 cm.
representan el 94% del total del conjunto malaco- Características de las especies presentes en
lógico. las excavaciones
Nacella magellanica aparece en un número y La mayoría de las especies recuperadas tienen
una proporción muy baja para lo que suele ser su su hábitat en intermareales duros, rocosos, como
representación en sitios del área de estudio (ver las playas de rocas ignimbríticas de la formación
Zubimendi et al. 2005). Las demás especies se ha- Bahía Laura existentes en las cercanías, principal-
llaron en un número menor. Una característica de mente al Norte y al Este del sitio. Sin embargo,
esta cuadrícula fue la recuperación de una pequeña algunas pocas especies presentes en ambas cua-
cuenta de valva de color crema, con agujero de sus- drículas, como Tawera gayi o Ensis macha viven en
pensión bicónico y bordes pulidos en ambas caras sustratos blandos, como las playas de arena que se
manufacturado a partir de una valva de especie no observan al Sur del sitio (Figura 1). Valvas de estas
determinada, que no corresponde ni a un mitílido dos especies se hallan mejor representadas en la
ni a N. magellanica (Figura 6.f). cuadrícula 2, sobre todo las E. macha. Es intere-
sante la presencia del caracol Adelomelon sp., que
872
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)
vive por fuera del alcance humano, y está disponi- éstas brindan un patrón común en relación a una
ble sólo por cortos períodos de tiempo cuando es mayor dispersión en el rango de tamaños registra-
arrojado por la resaca de mareas de tormenta, por dos que las demás especies analizadas. Es posible
lo que es poco probable su explotación para con- observar, también, que las valvas de la cuadrícula 2
sumo. Un grupo de especies subtidales, que proba- son de mayor tamaño y presentan una distribución
blemente también hayan estado fuera del alcance por tamaño más uniforme.
humano para la recolección manual, son: Crepidula Una discusión interesante surge en relación a
sp., Adelomelon sp., Tawera gayi, Acanthina mo- las valvas de Perumytilus purpuratus recuperados.
nodon, Ensis macha, Austromegabalanus sp., Lothia El tamaño diminuto de esta especie, mucho más
coppingeri. Entre los gasterópodos, algunas espe- pequeña que las otras especies analizadas, plantea
cies registradas en bajo número pueden haber sido el interrogante de si ésta era un objeto de consu-
epibiontes de las especies probablemente consu- mo. Al respecto, Orquera y Piana (2001:353) postu-
midas (por ejemplo, Crepidula dilatata, Calyptraea lan que Mytilus edulis con un tamaño igual o menor
pileolus, Siphonaria lessoni, Kerguelenela lateralis, a 3 cm aportan una cantidad de nutrientes tan baja
Lothia coppingeri y Fissurella sp. y Nacella sp., Bala- que es poco probable que hayan ingresado a un si-
nus sp. y Astromegabalanus sp.). tio de forma intencional para su consumo.
Por su parte, los mitílidos viven adheridos a De acuerdo a este criterio, la totalidad de las
cualquier superficie dura, e incluso a otras valvas valvas de Perumytilus purpuratus de la cuadrícula 1
de moluscos, por medio de fuertes fibras que se- y el 97,3% de la cuadrícula 2 podrían ser conside-
gregan, conformando densas redes en las cuales se radas en la categoría no alimenticia. Incluso el 75%
hallan adheridos no sólo Mytilus edulis, Perumytilus de las valvas en ambas cuadrículas son menores a
purpuratus y Aulacomya atra, sino también otra 2 cm, evidenciando rangos de tamaños muy chicos
gran variedad de especies. para esta especie.
Figura 7. Comparación del tamaño de las valvas por especies entre las dos cuadrículas.
874
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)
CONSIDERACIONES FINALES
A pesar de que la superficie excavada ha sido nica son más pequeñas en la cuadrícula 1. En ésta,
pequeña, se ha recuperado un gran número de además, si bien predominan los bivalvos, N. mage-
restos de valvas de diferentes especies. Sin embar- llanica está representada en un porcentaje signifi-
go, sólo 3 especies -Mytilus edulis, Aulacomya atra cativo, a diferencia de la cuadrícula 2, en la cual su
y Nacella magellanica- pueden ser consideradas número es bajo en relación al total. A partir de estas
como comestibles. evidencias podemos inferir una explotación planifi-
En ambas cuadrículas la especie mejor repre- cada y centrada en Mytilus edulis, por medio de una
sentada es Mytilus edulis, en la cual se observa una selección de individuos de esta especie de entre 4 y
marcada selección en el rango de tamaño de las 5 cm de longitud. Por planificada entendemos que
valvas. Se explotaron individuos con una longitud la explotación de los moluscos en el intermareal se
mayor a 4 cm y, en general, menores a 5 cm. La va- realizó con el objetivo de obtener individuos de una
riabilidad en el rango de tamaño de las valvas de o pocas especies con ciertas características espera-
esta especie es baja. En tal sentido futuros estudios das por aquel que realiza la recolección como por
deberían dilucidar si éste es un fenómeno de selec- ejemplo mitílidos de un rango de tamaño particular
ción en favor de un rango de longitud determinado; para consumo alimenticio.
o si en las restingas habrían existido individuos de Como ya se mencionó, los mitílidos viven con-
mayor tamaño, debido a causas ecológicas o so- formando mantos en los cuales los individuos se
breexplotación de los intermareales por parte de hallan unidos entre sí por fuertes fibras. Es por
las poblaciones humanas. Como se dijo al principio ello que si se practicara una recolección centrada
el sitio es de grandes dimensiones, por lo que es exclusivamente en un mitílido como por ejemplo,
inferible una explotación intensiva de este tipo de Mytilus edulis, se recolectarían de forma no inten-
recursos en cortos períodos de tiempo. Aunque la cional individuos de otras especies, principalmente
falta de contextos cronológicos no permite susten- Perumytilus purpuratus, que es la más abundante
tar hipótesis en este sentido, resulta probable que en algunos sectores de las restingas. El resto de las
el sitio en su totalidad represente la sumatoria de especies, casi todas epibiontes (por ejemplo, Crepi-
múltiples reocupaciones. dula) o predadoras (por ejemplo, Trophon o Acan-
Aulacomya atra y Nacella magellanica se hallan thina) de aquellas explotadas para consumo, tam-
presentes en menor proporción y, probablemente, bién habrían ingresado como producto del acarreo
hayan funcionado como especies complementa- no intencional.
rias en la búsqueda de Mytilus edulis. Los rangos Por otro lado y como lo demuestra la cuenta de
de tamaño de estas especies presentan una mayor colgante hallada en la cuadrícula 2, las valvas no
variabilidad en ambas cuadrículas. Una excepción habrían servido únicamente para consumo alimen-
la constituye N. magellanica de la cuadrícula 1 que ticio, sino que también tuvieron otras funciones.
probablemente, al tratarse de especies cuya explo- Hallazgos similares se realizaron en sitios cercanos,
tación ha sido no planificada y vinculada a la bús- entre ellos cueva del Negro (Castro et al. 2007) y
queda de M. edulis en los intermareales, presentan Médano Alto (Zubimendi et al. 2007).
una menor homogeneidad y una menor selección Otro aspecto de interés para los análisis mala-
en el tamaño de las valvas. cológicos del sitio son aquellos relacionados con la
Las valvas de Perumytilus purpuratus, abun- integridad de los conjuntos malacológicos. Por ello
dantes en los conjuntos malacológicos de ambas clasificamos los restos de acuerdo a su conserva-
cuadrículas, en su gran mayoría son demasiado ción en valvas enteras (VE) y fragmentos identifi-
pequeñas como para que su explotación haya sido cables (FI). Creemos que estas categorías nos per-
conveniente y hayan podido ser un recurso alimen- miten avanzar en la cuantificación y medición de
ticio. Es por ello que, a pesar de su alto número la integridad de muestras malacológicas en sitios
relativo, la presencia de valvas de esta especie no arqueológicos.
estaría asociada a su consumo preferencial o com- Como hemos visto, en ambos conjuntos el esta-
plementario, sino al acarreo no intencional. do de conservación es bueno, aunque se observan
A su vez, como hemos visto, se registran di- diferencias notables entre especies. Las valvas de
ferencias entre los dos conjuntos. Las valvas de Nacella magellanica presenta el mayor porcentaje
Mytilus edulis, Aulacomya atra y Nacella magella- de VE, y en menor medida Perumytilus purpuratus.
Agradecimientos
Este trabajo forma parte del Proyecto de Investigación Arqueología de la Costa Norte de Santa Cruz
II: la resolución espacial y temporal del uso de la costa por cazadores recolectores (UNLP). Las tareas
fueron financiadas en parte por el PICT 07-10967. Queremos agradecer a Alicia Castro, Sergio Bogan,
Pablo Ambrústolo, Ricardo Bastida y Juan Pablo Martin por la ayuda brindada en distintas etapas de este
trabajo. A Sandra Gordillo que ha evaluado este trabajo y gracias a quien se ha mejorado notablemente
el mismo. A la Municipalidad de Puerto Deseado y personal del Museo Municipal Mario Brozoski de dicha
ciudad; así como a las empresas Repsol-YPF, PROSEPET y Vialidad de la Provincia de Santa Cruz quienes
nos ayudan en las tareas de campo.
Notas
1
. Al momento de enviar este trabajo a publicar se recibió el resultado de este fechado, el cual arrojó
una edad radiocarbónica convencional de 1470 ± 80 años AP. Al tratarse de una muestra de valvas de Na-
cella magellanica se estima una edad corregida por reservorio de 1070 ± 80 años AP (LP-2012).
BIBLIOGRAFÍA
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Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)
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Comunicaciones
Geoarqueología y Paleoambientes
Características ambientales del ecotono
Bosque – Estepa durante el Holoceno medio
(sudoeste de Santa Cruz, Argentina)
Florencia P. Bamonte1,2 y Maria V. Mancini2
A B S T R A C T
The pollen analysis from a peat core located in the Subantartic Forest – Patagonian Steppe ecotone
(49º 11’ S; 72º 22’ W) allowed to reconstruct the vegetation changes in response to the climatic change
during the mid Holocene. Radiocarbon dates of 7540 ± 160 and 5717 ± 45 14C years BP are available.
The pollen records indicate a predominance of taxa characteristic of the steppe. The oldest samples
analyzed are analogous to the present grass steppe of the study area. The shrubs taxa increase towards
the top of the sequence; however, there are no analogies either with the forest or with the semi-desert
in the study area. In order to achieve a regional paleoenviromental reconstruction, the information
obtained was compared to other pollen records from ecotone areas in the southwest of Santa Cruz at
47º S (Parque Nacional Perito Moreno) and 50º S (Cerro Frías and Chorrillo Malo 2). These sequences
show a similar trend in the vegetation changes. The results of this research will contribute to increase
the knowledge of the complexity and space variability of Holocene climate changes in Patagonia,
which have played an important role in the dynamics of vegetation and in the settlement of the region.
INTRODUCCIÓN
Desde la transición Pleistoceno-Holoceno han Para este tiempo, las sociedades humanas ya ha-
ocurrido cambios en las condiciones ambientales bían comenzado a establecer vínculos territoriales
del sudoeste de la Patagonia, las cuales han jugado y sociales en las altas latitudes de América del Sur
un importante rol en el poblamiento de la región (Miotti y Salemme 2004).
(Miotti y Salemme 2004). A partir del Holoceno Las características de la vegetación de Patago-
temprano, áreas ecotonales del sudoeste de Santa nia han sido estudiadas a partir de análisis polínicos
Cruz, presentan evidencia de ocupación (Civalero en gradientes climáticos actuales que han permiti-
y Franco 2003) y sus recursos naturales han sido do describir y evaluar las relaciones actuales entre
utilizados por las sociedades humanas desde este los conjuntos polínicos, la vegetación y el clima
momento (Civalero y Franco 2003; Franco y Borre- (Mancini 1993, 1998). Estos resultados se han uti-
ro 2003). Los depósitos sedimentarios (turberas) lizado como análogos para interpretar los cambios
de estas áreas sensibles a los cambios ambientales, de la vegetación y del clima durante el Holoceno a
contienen información paleoambiental útil para partir de registros polínicos fósiles (Mancini 1998,
comprender la tendencia de los cambios climáti- 2002; Mancini et al. 2002). Entre los 35º y 55º S a lo
cos durante el Holoceno. Particularmente para el largo de los Andes, los registros polínicos señalan
Holoceno medio (entre 7800 y 4300 años AP) se ha que la historia de los bosques presenta ciertos pa-
inferido, para el sur de los Andes, un aumento de trones característicos en diferentes bandas latitu-
la temperatura y de la aridez con un máximo entre dinales que se relacionan con la historia climática,
6500 y 4500 años AP (Grimm et al. 2001) que modi- especialmente en términos de la estacionalidad de
ficó la distribución de los patrones de vegetación. las precipitaciones (Markgraf et al. 1996). Los re-
gistros polínicos de turbera localizados a los 49º S va entre 400 a 200 mm y con el semidesierto con
(Auer y Cappannini 1957) y a los 50º S (Mancini et al. menos de 200 mm (Figura 1).
2008), señalan cambios en el límite bosque-estepa Las estepas graminosas constituyen el contacto
que sugieren alternancia de períodos húmedos y con los bosques en un amplio ecotono relacionado
secos durante el Holoceno. con las condiciones climáticas. En el área del lago
El objetivo de este trabajo es reconstruir los San Martín el bosque se presenta en forma conti-
cambios de la vegetación del Holoceno medio en el nua donde las precipitaciones superan los 600 mm;
sudoeste de Santa Cruz y realizar la interpretación a precipitaciones menores se intercala con la este-
paleoambiental regional mediante la comparación pa graminosa formando una faja de 30 km de an-
de registros polínicos fósiles de áreas ecotonales. cho (Movia et al. 1987).
MATERIALES Y MÉTODOS
Para analizar la relación polen-vegetación-cli- carbónicas disponibles (Figura 2; Tabla 1), se selec-
ma actual, se estudiaron 39 muestras de sedimento cionó el tramo correspondiente al Holoceno medio
superficial colectadas en el área de estudio (Figura (ca. 4000–8000 14C años AP) comprendido entre los
1) (Mancini 2002; Mancini et al. 2002, 2008; Bamon- 80 y 168 cm de profundidad y se realizó el submues-
te 2008). El análisis polínico fósil se realizó a partir treo para el análisis polínico en forma sistemática a
de un testigo de turbera de un área aproximada de intervalos equidistantes de 5 cm o cuando se obser-
0,3 km2 localizada en Estancia La Tercera (49º 11’ S; varon cambios significativos en el sedimento.
72º 22’ O) en el límite de la estepa graminosa con La extracción polínica se realizó aplicando un
el bosque. El testigo de 230 cm de profundidad, tratamiento físico–químico de rutina (Faegri e Iver-
fue extraído con un muestreador tipo Livingstone sen 1989). Para las muestras actuales se pesaron
por Vera Markgraf (Universidad de Colorado, USA) aproximadamente 20 g y para las fósiles entre 0,7
(Figuras 1 y 2). De acuerdo a las dataciones radio- y 6 g; estas últimas fueron secadas en estufa a 60º
882
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoeste de Santa Cruz, Argentina)
Edades calibradas
Profundidad (cm) Nº Laboratorio 14
C años AP Material
(años cal. AP)
RESULTADOS
884
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoeste de Santa Cruz, Argentina)
Figura 5. (a) Análisis de Agrupamiento de muestras actuales y fósiles. (b) DCA de muestras actuales y fósiles.
tope mientras que Pteridophyta y algas disminu- corresponden a la zona 3 (Figura 4) y a las actuales
yen. A los 100 cm se hallaron gasterópodos corres- representantes de la estepa arbustiva con predomi-
pondientes a las especies mencionadas anterior- nio de Asteraceae subf. Asteroideae acompañada
mente y a los 80 cm sólo Lymnaea viator. por arbustos característicos del semidesierto pero
con baja a nula representación de Nassauvia y baja
Comparación entre los conjuntos polínicos representación del estrato herbáceo (Figura 3).
actuales y fósiles Subgrupo B3: incluye a las muestras fósiles per-
Los resultados del análisis de agrupamiento en- tenecientes a la zona 2 del testigo y la 18 F pertene-
tre los conjuntos polínicos actuales y fósiles indican ciente a la zona 1 (Figura 4). Presentan porcentajes
cuatro grupos A, B, C y D (Figura 5a). Con excepción similares en variables polínicas representantes del
del grupo B que comprende muestras actuales y fó- ecotono entre los dos tipos de estepa, la graminosa
siles, los grupos restantes incluyen muestras actua- y la arbustiva mostrando características de ambas
les representantes de las unidades de vegetación (Figura 3).
que se desarrollan asociadas con valores extremos Los resultados del DCA (Figura 5b) indican el
de precipitación: el grupo A incluye muestras del ordenamiento de las muestras actuales en un gra-
bosque (800 a 400 mm), el C a muestras de la es- diente de precipitación oeste-este entre los ejes 1 y
tepa arbustiva que se desarrolla hacia el este (400 2 y la analogía con las fósiles.
a 200 mm) y el D a las del semidesierto (< 200 mm) Las muestras de la zona 1 se relacionan con las
con excepción de la muestra actual 11 que pertene- de estepa graminosa actual y las de la zona 3 con
ce a la estepa graminosa. las de la estepa arbustiva y con algunas de semi-
El grupo B (Figura 5a) contiene a la totalidad de desierto; mientras que las muestras de la zona 2 (A
las muestras fósiles y se subdivide en tres subgru- y B) se distribuyen entre ambos tipos de estepas
pos, B1, B2 y B3, cada uno incluye una zona de la actuales.
secuencia polínica fósil (Figura 4) Por lo tanto, a partir de los análisis estadísticos,
Subgrupo B1: incluye a las muestras fósiles se observa que las muestras fósiles se concentran
correspondientes a la zona 1 del testigo (Figura 4) y entre la estepa graminosa y la arbustiva sin presen-
a las actuales que representan a la estepa gramino- tar analogía con las unidades de vegetación que
sa del área con predominio de Poaceae y acompa- se desarrollan en los extremos de precipitación; el
ñada por hierbas (Figura 3). bosque y el semidesierto.
Subgrupo B2: incluye a las muestras fósiles que
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Con anterioridad a los 7540 14C años AP predo- so de las condiciones con menor disponibilidad hí-
minaba en el área de estudio una estepa graminosa, drica.
que sugiere precipitaciones entre 500 y 300 mm. Las especies de gasterópodos halladas son
Entre los 7540 14C años AP y 5700 años 14C AP, semi-acuáticas y según sus requerimientos ecoló-
se observa una estepa con mayor proporción de gicos sugieren el desarrollo de un cuerpo de agua
taxones arbustivos y disminución de pastos, ade- muy somero, probablemente un hábitat húmedo
más el aumento de Nothofagus y la presencia de ocasionalmente sumergido, con pocos centíme-
Ericaceae, indicadora del límite de bosque, señalan tros de profundidad y con dominancia de macrófi-
un mayor desarrollo del mismo. Estas característi- tas (De Francesco et al. 2007). Esto es consistente
cas de la vegetación indican un cambio en la com- con el tipo de depósito analizado y con lo inferido a
posición de la estepa representada en el período partir del estudio de polen y la presencia de algas,
anterior, que puede asociarse con precipitaciones indicando que la turbera no llegó a secarse aún en
entre 400 y 200 mm. Con posterioridad a 5700 14C los períodos de menor disponibilidad de humedad.
años AP, el aumento de pastos y de Pteridophyta y En rasgos generales, se observa una tendencia
la disminución de arbustos y de Cyperaceae indican en la disminución de humedad con excepción de un
un intervalo de mayor disponibilidad de humedad período más húmedo entre 5700 14C años AP y ca.
con expansión de la estepa graminosa. Probable- 5500 años AP. A partir del análisis polínico se puede
mente, el aumento del nivel del agua en la turbera señalar que la secuencia fósil se relaciona con las
limitó el crecimiento de Cyperaceae a los bordes de estepas graminosa y arbustiva con precipitaciones
la misma (Mazzoni y Vázquez 2004). Entre ca. 5500 entre 500 y 200 mm, sin presentar analogía con el
y 4000 años AP, la disminución en la diversidad de bosque ni con el semidesierto (extremos del gra-
hierbas y el aumento de arbustos indican un regre- diente de precipitación).
888
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoeste de Santa Cruz, Argentina)
Comparación con otros estudios los niveles actuales indicando que los vientos del
Para la reconstrucción paleoambiental regional, oeste fueron menos intensos que hoy (Mancini et
la información obtenida se comparó con otras se- al. 2005).
cuencias polínicas de áreas ecotonales ubicadas a Para el área de estudio, el intervalo comprendi-
47º S en el Parque Nacional Perito Moreno (PNPM, do entre 5700 14C años AP y ca. 5500 años AP, refle-
Cerro Casa de Piedra 5 -CCP5- y Cerro Casa de Pie- ja condiciones de mayor disponibilidad hídrica. La
dra 7 -CCP7-, Mancini et al. 2002; Mancini 2007) y interpretación paleoclimática de las secuencias se
a 50º S, Cerro Frías (Mancini et al. 2008) y Chorrillo correlaciona con la información obtenida a partir
Malo 2 (Mancini, 2002) (Figura 1). Si bien estos sitios del registro de los niveles del lago Cardiel (47º S)
se encuentran en el ecotono bosque – estepa, exis- ubicado a 110 km al sudeste del PNPM. Entre 7700
ten diferencias en cuanto a su ubicación tales como y ca. 2500 años AP, los niveles del lago fueron más
altitud y distancia al bosque. Los sitios del PNPM se bajos que antes señalando condiciones secas, con
encuentran a 900 m s.n.m.; Cerro Frías y Chorrillo excepción de un intervalo húmedo coincidente con
Malo 2 a 200 m s.n.m y la turbera de Estancia La una etapa transgresiva del lago, hacia los ca. 5100
Tercera a 300 m s.n.m. La distancia al bosque se re- años AP (Stine y Stine 1990). Por otra parte, los
laciona con el gradiente de precipitación: > 400 mm avances Neoglaciales en Patagonia no comenzaron
en PNPM y en Cerro Frías; 300 mm en La Tercera y hasta después de 6000 14C años AP, coincidiendo
250 mm en Chorrillo Malo 2. Ambas áreas (47º y 50º con un episodio de enfriamiento durante ese tiem-
S) tienen registros de ocupaciones humanas desde po (Glasser et al. 2004). A los 50º S, el aumento de
ca. 9700 14C años AP (Civalero y Franco 2003) aun- los taxones herbáceos a partir de los ca. 6100 años
que el aumento poblacional ocurrió después de ca. AP indicaría mayor humedad asociada a este perío-
6000 años AP (Franco et al. 2004). Según Belardi et do de enfriamiento (Mancini 2002).
al. (2007) el inicio de la ocupaciones de cazadores- Entre los ca. 5500 y 4000 años AP, los cambios
recolectores en la cuenca del lago San Martín se ha- de la vegetación en la secuencia estudiada, pueden
bría producido hace unos ca. 9600 años AP. compararse con los cambios registrados en Chorri-
La estepa graminosa que se desarrolló en el llo Malo 2 (Mancini 2002) y PNPM (Mancini et al.
área antes de los 7540 14C años AP se relaciona con 2002) sugiriendo el desarrollo de la estepa arbus-
la vegetación inferida a partir de registros polínicos tiva y una disminución en la disponibilidad hídrica.
del Holoceno temprano de las secuencias ubicadas En el área de Estancia La Tercera, la disminución
a los 47º S (Mancini et al. 2002; Mancini 2007) y a los de algas y Pteridophyta y el aumento de arbustos
50° S (Mancini 2002; Mancini et al. 2008) asociadas podrían estar reflejando el efecto de la disminución
a mayor disponibilidad hídrica y a condiciones más de la humedad. Sin embargo, hacia el sudoeste de
frías que en el resto de la secuencia. este sitio, en la secuencia de turbera del Cerro Frías,
En el área de estudio y posterior al desarrollo de más cercana al bosque, altos valores de Nothofa-
la estepa graminosa hasta los ca. 5700 años AP, se gus sugieren la presencia de bosque denso entre
produjeron cambios en la composición de la este- ca. 5000 y 3000 años AP (Mancini et al. 2008). Esto
pa con aumento de taxones arbustivos indicando no se observa en las otras secuencias analizadas,
una vegetación similar a la reconstruida a los 50° probablemente debido a una mayor distancia al
S (Chorrillo Malo 2) entre ca. 8500 y 6100 años AP bosque que la secuencia del Cerro Frías.
(Mancini 2002); estas estepas arbustivas se rela- Pequeños cambios en la disponibilidad de hu-
cionan con condiciones de menor disponibilidad medad pueden ser importantes para la distribución
hídrica, probablemente por aumento de la tempe- de las poblaciones humanas. La mayor intensidad
ratura. En el PNPM a partir de los ca. 6500 años AP, de ocupación puede estar relacionada con períodos
el incremento de los porcentajes y concentraciones de mayor disponibilidad hídrica (Franco et al. 2004).
de los taxones arbustivos y de Nothofagus, sugie- Los cambios de vegetación reconstruidos a partir
re un aumento de temperatura de verano asocia- de la secuencia de Estancia La Tercera reflejan la
do a una mayor disponibilidad hídrica (Mancini et misma tendencia que en otros sectores ecotona-
al. 2002) que podría deberse al aporte de agua por les del SO de Patagonia indicando cambios en la
derretimiento de las nieves ya que en esta área no disponibilidad de humedad debido a una variación
existe período libre de heladas y las nevadas pue- climática regional. Estos cambios se pueden rela-
den ocurrir aún en verano (Movia et al. 1987). A ca. cionar con variaciones en la precipitación debido a
6500 años AP se observa un aumento en los valores cambios en la posición e intensidad de los vientos
de Nothofagus en las áreas comparadas que podría del oeste y/o de temperatura en relación con los
deberse a un mayor aporte de humedad en la zona avances Neoglaciales. Por lo tanto, se puede con-
andina. Sin embargo, la humedad efectiva hacia el cluir que con anterioridad a los 7540 14C años AP, las
este, en el ecotono bosque – estepa no alcanzaría condiciones para el área de estudio se relacionan
con las del Holoceno temprano y para el Holoceno que actualmente ocurren en un rango de precipita-
medio las condiciones climáticas son análogas a las ción entre los 500 y 200 mm.
NOTAS
1
. Las dataciones fueron calibradas usando el programa Calib 5.0 (Stuiver y Reimer 1993; Stuiver et al.
2005). Los datos de calibración para el Hemisferio Sur son de Reimer et al. 2004 y McCormac et al. 2004.
AGRADECIMIENTOS
A M. E de Porras por su colaboración en las tareas de campo, a C. De Francesco en la determinación de
los gasterópodos y a A. Garese en la producción de las figuras. A Ana M. Borromei por sus sugerencias y
comentarios. Este trabajo fue subsidiado por la Universidad Nacional de Mar del Plata (EXA 434/08), CO-
NICET (PIP 5667) y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (FONCyT PICT 32345/05).
BIBLIOGRAFÍA
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892
Cambios en la morfología de los reparos
rocosos: el caso de los sitios arqueológicos
Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1 (Pcia. de Santa
Cruz, Argentina)
Adriana Mehl1 y Nora V. Franco2
A B S T R A C T
The purpose of this paper is to show changes in the morphology of two rock shelters – Chorrillo
Malo 2 and Río Bote 1- from ca. 6000 years B.P. Sedimentological and morphological studies show
changes in the surface of both of these deposits as well as in the shelter provided through time. Some
of them have affected the way in which rock shelters were utilized. In the case of Chorrillo Malo 2,
the additional protection of the shelter provided between ca. 6270 and 5400 years B. P. was probably
the reason for its repeated, although probably discontinuous use. The most intense occupation of
this place probably took place ca. 2800 years ago, with the increase of available space in the rock
shelter. The sedimentary sequence of Río Bote 1 was exposed because of a change in the course
of the river. This site has a high stratigraphic resolution, with a probable change from domestic to
burial activities at ca. 3740 years B.P. Changes in the morphology of the two rock shelters, as well as
those existing at the regional scale of the landscape are important factors to be taken into account
in the design of archaeological surveys as well as in the interpretations of the results obtained.
INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es mostrar los cam- afectaron a distintos sitios arqueológicos a través
bios que han sufrido en su morfología dos reparos del tiempo y los de depositación de cenizas volcá-
rocosos -Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1- desde hace nicas producidas por erupciones en zonas aledañas
ca. 6000 años radiocarbónicos. Diferentes autores al área de estudio como sería el caso, por ejemplo,
han señalado la importancia de evaluar estos cam- del volcán Aguilera (entre otros Stern 2008).
bios, los que deben sumarse, en una escala más am- Estas modificaciones, tanto a la escala del sitio
plia, a los que sufre el paisaje a lo largo del tiempo como a la del paisaje, son importantes para nues-
(cf. por ejemplo Walthall 1988; Collins 1991; Kelly y tra visión e interpretación del registro arqueológico
Todd 1998). En este sentido, cabe señalar por ejem- de la zona. En este sentido, consideramos que las
plo, que durante los episodios áridos que afectaron mismas constituyen factores relevantes a tener en
la región (cf. entre otros Stine y Stine 1990; Stine cuenta durante el diseño de las prospecciones ar-
1994; Mancini 2002) podrían haberse incrementa- queológicas y en el análisis e interpretación de los
do los procesos erosivos. Por otra parte, se cono- resultados obtenidos.
cen también los episodios de caídas de rocas que
Código
Fechado Referencia
Laboratorio
1240 ± 25 UA-33770
894
Cambios en la morfología de los reparos rocosos: el caso de los sitios arqueológicos Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1
Por otra parte, el sitio Río Bote 1 está localiza- fechados más antiguos obtenidos hasta este mo-
do en la margen derecha del curso inferior del río mento en el sitio datan de ca. 5500 años AP (Franco
homónimo, afluente del río Santa Cruz. La suce- 2008), aunque se han encontrado evidencias más
sión sedimentaria ha sido expuesta por la erosión antiguas de ocupación, que serán analizadas en el
provocada por la migración lateral de un meandro futuro.
del río (Figuras 4 y 5). Las evidencias sugieren que
durante la ocupación humana del sitio, el cauce del
río estaba desplazado hacia el oeste.
DESARROLLO
Los depósitos sedimentarios que alojan los re- tituye el alero (cf. también Favier Dubois 1999),
gistros arqueológicos de los sitios Chorrillo Malo la que ha aportado abundante material psefítico
2 y Río Bote 1 permiten analizar la evolución en la al depósito. Debe mencionarse también el apor-
morfología interna de estos reparos rocosos desde te externo por acción eólica (Favier Dubois 1999),
el Holoceno medio tardío al Holoceno tardío. escurrimiento de agua de lluvia y derretimiento de
nieve. La cavidad actuó como una trampa de sedi-
Chorrillo Malo 2 mentos que, una vez depositados, fueron protegi-
Presenta una sucesión sedimentaria granode- dos de la acción erosiva de los vientos del oeste.
creciente de aproximadamente 1,80 m de espesor, En este sentido, cabe señalar que las grandes ro-
en la que se reconocen tres unidades sedimenta- cas ubicadas al oeste del sector excavado, una de
rias. En la unidad basal predominan grandes clas- ellas con pendiente 24° 10´ hacia el este (Figura 6),
tos (guijones) inmersos en una matriz limosa. En condicionaron la forma en que se depositaron los
las dos unidades superiores dominan sedimentos sedimentos. En la figura 7 puede verse la superfi-
arenosos con clastos de tamaño guija y guijarro, cie actual del alero y la parte expuesta de la roca
presentando guano en la parte superior (Mehl mencionada; otras rocas pudieron ser observadas a
2006; Franco et al. 2007). medida que el progreso de la excavación las dejaba
Los sedimentos fueron generados in situ, por expuestas.
meteorización física y química de la roca que cons-
896
Cambios en la morfología de los reparos rocosos: el caso de los sitios arqueológicos Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1
Figura 10. Vista de una roca grande caída. Se observan Figura 11. Extensión de la superficie utilizable en el
restos óseos de guanaco por debajo sector excavado hace ca. 2800 años (se indica en blan-
co). En gris se indican las rocas.
Entonces, como ya mencionamos, a pesar de la
reducida superficie, existen evidencias de ocupa- A este bloque temporal corresponden las ma-
ción humana reiterada. Las dimensiones de la cavi- yores evidencias de ocupación del alero, con arte-
dad sugieren que probablemente al menos el inte- factos con ocre, residuos y pigmentos, además de
rior del alero era ocupado por un número reducido posibles estructuras de rocas que deberán ser eva-
de personas. Las menores evidencias de meteori- luadas en el futuro. En lo tecnológico, se observa la
zación de restos óseos de guanaco correspondien- presencia de núcleos con extracciones centrípetas
tes a estos niveles (Otaola 2008) probablemente a partir de plataformas preparadas y de instrumen-
puedan relacionarse con la mayor protección que tos confeccionados sobre lascas procedentes de los
el alero brindaba en este momento. En este sec- mismos.
tor más reparado se han recuperado evidencias Con posterioridad a estos momentos, las evi-
de combustión y a él corresponden las únicas evi- dencias de ocupación humana del alero son meno-
dencias de frutos quemados recuperados en el si- res, no habiéndose obtenido fechados posteriores
tio. Una de ellas corresponde al género Berberis (S. a ca. 1200 años AP. Esto probablemente esté en re-
Rivera comunicación personal). Si bien no puede lación con un cambio en la forma de utilización de
defenderse un origen natural o cultural de estos estos espacios (cf. Borrero y Franco 2000).
frutos, el hecho de que estén quemados apunta a
sugerir que al menos algunas de las ocupaciones de Consideraciones generales referidas al sitio
este alero ocurrieron en verano. Chorrillo Malo 2
En general podemos decir que la caída de rocas
Morfología de la cavidad entre hace ca. 2860 fue uno de los principales factores de aporte de se-
y 2500 años AP dimentos a la cavidad. Los cambios en la forma de
Para la parte inferior de estos depósitos se re- la cavidad por debajo del alero habrían afectado la
gistra la caída de rocas grandes, tabulares a plana- forma de utilización del mismo. Así, la mayor pro-
res, con tamaños de los clastos que oscilan entre 64 fundidad del alero entre hace ca. 6270 y 5400 años
y 256 mm. No se cuenta aún con un fechado para otorgaba buena protección, probable razón del uso
la base de este depósito. La datación de ca. 2860 reiterado, aunque discontinuo, de este espacio du-
años corresponde a un resto óseo de guanaco con rante este bloque temporal. Debido a la reducción
huellas antrópicas correspondiente a este depósito. en la superficie del alero, es posible pensar que el
Por otra parte, un fechado de ca. 2500 años AP se interior del mismo habría sido ocupado por un nú-
obtuvo sobre un hueso de guanaco recuperado por mero pequeño de personas.
encima de este nivel de grandes clastos, en un de- Las evidencias arqueológicas sugieren que la
pósito arenoso con participación menor de clastos. ocupación humana más intensa de este alero ha-
898
Cambios en la morfología de los reparos rocosos: el caso de los sitios arqueológicos Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1
COMENTARIOS Y PERSPECTIVAS
A partir del análisis sedimentológico y morfo- Los cambios son el resultado de la agradación
lógico realizado en los depósitos sedimentarios sedimentaria producto de derrumbes y del aporte
de ambos sitios se pudieron observar cambios en de materiales desde las zonas circundantes. Este
la superficie de los depósitos y en el reparo de los proceso generó la pérdida de reparo en los sitios
mismos a lo largo de su evolución, en particular en y cambios locales en los escenarios en los que los
los últimos 6000 años. En el caso de Chorrillo Malo grupos humanos desarrollaban sus actividades. Di-
2, algunos de ellos fueron visibles sólo con la exca- chas modificaciones, así como las existentes a una
vación del alero. Nos referimos concretamente, a la escala regional de paisaje, son importantes para la
protección adicional brindada por las grandes rocas visión e interpretación del registro arqueológico de
ubicadas en la cavidad entre hace ca. 6270 y 5400 la zona y constituyen factores relevantes a tener en
años AP, que fueron tapadas luego por la sedimen- cuenta durante el diseño de las prospecciones ar-
tación. queológicas y a la hora de interpretar los resultados
de las mismas.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo ha sido realizado con fondos procedentes de Latin American Grant de Heinz Foundation,
del proyecto UBACyT F140 y del PICT 19-26040. Los fechados del sitio Río Bote 1 han sido realizados con
el apoyo del NSF Arizona AMS Laboratory.
Queremos expresar nuestro agradecimiento a las Direcciones de Cultura de la Provincia de Santa
Cruz –en particular a la Arq. Silvia Mirelman- y de la localidad de El Calafate. A la Asociación de Guías de
El Calafate y, en particular, al Sr. Andrés Gader. Queremos agradecer especialmente al dueño y admi-
nistrador de Estancia Anita y al dueño de Estancia Río Bote. A los Sres. Mayo Arredondo, Martín Gray y
Gerardo Povazsan.
A la Lic. Solana García Guraieb por la identificación de los restos óseos humanos y a la Prof. Stella
Maris Rivero (Laboratorio de Dendrología, Escuela de Bosques) por el reconocimiento de los vegetales.
A todos los que participaron en los trabajos de campo y gabinete.
BIBLIOGRAFÍA
900
Comunicaciones
A B S T R A C T
The objective of this paper is to present a holistic methodological design addressed to analyze
the socio-economic dynamics of fisher-hunter-gatherer societies of the Beagle Channel region
(Southern Tierra del Fuego, Argentina). The method consists in the recovery, identification and study
of organic and inorganic residues present on stone tools as well as in archaeological sediments in
order to verify if the residues are the consequence of the use of the artifacts as tools or the result
of the artifact contamination. It includes several lines of research such us phytolithic analysis,
use-wear analysis, blood tests and organic material concentrations within the archaeological
layers. We started to apply the approach to an archaeological sample recovered from Lanashuaia
I archaeological site (XIX century). The analysis performed showed: a) significant variations in
phytolith assemblages in pieces from different areas and layers of Lanashuaia I; b) use wear
traces of bone and hide working and c) positive results in some blood tests. These results and
the techniques are discussed to highlight the problems and possibilities of each line of research.
por otra parte, permite identificar las posibles pau- b. determinar cuál es el grado de compatibili-
tas en cuanto a la conservación de los residuos en dad entre los diferentes análisis;
relación a características particulares de las dife- c. comprobar la viabilidad del método para dis-
rentes piezas analizadas. criminar si la existencia de residuos en las piezas es
El segundo de ellos se refiere al análisis de producto de alguna posible contaminación o bien
los contextos de depositación. Estos análisis (mi- se debe a su uso como instrumentos;
neralogía y análisis de materia orgánica) posibi- d. evaluar la fiabilidad del método para la re-
litan tener una cierta capacidad predictiva sobre solución de los problemas planteados y, una vez
la conservación potencial de ciertos residuos2. En generadas las bases del presente análisis, trazar
este mismo bloque, el análisis micromorfológico posibilidades, hipótesis e interpretaciones explora-
en curso permitirá conocer de forma más precisa, torias sobre las actividades de producción y consu-
el contexto sedimentario que citábamos, así como mo desarrolladas en el sitio Lanashuaia.
las características de posibles procesos pedogené- Esta propuesta se inserta en un trabajo de inves-
ticos y la existencia y el grado de desarrollo de cier- tigación con objetivos más amplios, cuyo propósito
tos procesos tafonómicos a nivel microscópico en final es la evaluación de las estrategias de produc-
el yacimiento. ción y consumo por parte de los grupos cazadores-
El tercer eje se refiere estrictamente al análisis recolectores-pescadores en los momentos tardíos;
de los residuos. Comprende dos bloques. El prime- y evaluar el impacto de la colonización europea en
ro de ellos relativo al análisis de los residuos de las la organización socio-económica de estas socieda-
piezas que incluye diferentes analíticas, y el segun- des litorales. Una vez la presente propuesta se vea
do al análisis de las muestras de control asociadas a confirmada como útil en cuanto a la resolución de
las piezas líticas seleccionadas. los problemas arqueológicos planteados, el obje-
Los objetivos de esta propuesta son varios y tivo sería integrar el análisis de residuos como un
abarcan distintas dimensiones que van desde lo análisis sistemático, no excepcional, que nos ha de
metodológico a lo interpretativo; pero estas pági- permitir identificar: las modalidades de utilización
nas se centran especialmente en aspectos meto- del instrumental, la gestión del espacio destinado a
dológicos y de procedimientos de tipo técnico y las actividades de producción-consumo, las estra-
apuntan a: tegias de explotación de los diferentes recursos, y
a. determinar cuál es el método más apropiado las continuidades y cambios socioeconómicos en
para la extracción e identificación de residuos sobre la trayectoria socio-histórica los de grupos cazado-
piezas arqueológicas; res-recolectores.
La presente propuesta se basa en el uso combi- No obstante, no fue ampliamente aplicado por
nado del análisis morfotécnico y del funcional del dos razones. En lo que respecta a los residuos ad-
registro lítico y el análisis de residuos. Entendemos heridos en los filos, las múltiples causas que pue-
que los residuos, como restos de un proceso de tra- den explicar su presencia (tales como el uso a la que
bajo, deben analizarse dependientemente del ins- fue sometida la pieza, la fricción con un mango o
trumento en que se encuentran. un protector que ayudara a sujetarla con la mano o
El análisis funcional de base microscópica, im- facilitara la prensión, el roce con sustancias adhe-
pulsado a partir de los lineamientos planteados ini- rentes o el contacto accidental entre el artefacto y
cialmente por S. A. Semenov (1964), es uno de los el residuo [Kealhofer et al. 1999]) han sido factores
métodos más adecuados para dilucidar las estrate- decisivos para su escasa utilización como herra-
gias de producción y consumo de recursos llevadas mienta de análisis. La presencia de elementos or-
a cabo por las sociedades en el pasado, mediante gánicos e inorgánicos resultantes del material tra-
el análisis de los conjuntos líticos. Dentro de este bajado dentro de la capa de micropulido (como por
marco, el análisis de los residuos3 presentes en ejemplo fitolitos o tejidos vegetales), si bien pue-
los filos activos (es decir, que han sido empleados de detectarse mediante el uso de un microscopio
como instrumentos), así como aquellos incluidos electrónico de barrido y del análisis dispersivo de
dentro de la capa de micropulido, fue uno de los rayos X, resulta difícil de emplear en identificacio-
ejes abordados desde los comienzos de su desarro- nes que vayan más allá de su origen (animal o vege-
llo (ver por ejemplo: Shaffer y Holloway 1979; Man- tal), dado que rara vez se encuentran intactos. Por
sur-Franchomme 1983; Anderson-Gerfaud 1986, lo tanto, estos tipos de análisis fueron sumamente
entre otros). relevantes en el momento en que se investigaban
904
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)
los procesos de formación de rastros de uso, pero En el marco del análisis de residuos proceden-
luego fueron paulatinamente decreciendo, dado tes de conjuntos artefactuales líticos, en las dos
que las mismas identificaciones, en cuanto al tipo últimas décadas la investigación se ha centrado es-
de material trabajado, podían obtenerse mediante pecialmente en dos focos de interés:
el uso de microscopios ópticos de reflexión. - la denominada arqueología molecular o bio-
Por otra parte, la viabilidad de estos análisis molecular, que comprende el análisis de restos de
aplicados a conjuntos artefactuales de gran canti- sangre y proteínas, así como de ADN, mediante el
dad de piezas se veía comprometida por cuestiones uso de diferentes técnicas (Loy 1993; Shanks et al.
de tipo presupuestario. Por lo tanto, fue necesario 2001; Craig y Collins 2002; Lowenstein et al. 2005,
generar métodos que permitieran, no sólo identifi- entre otros);
caciones precisas que pudieran realizarse sobre un - análisis combinados: que se basan en la com-
número de muestras representativo del contexto plementariedad entre diferentes técnicas, inclu-
analizado, sino también la posibilidad de analizar yendo en algunos casos el análisis funcional (por
volúmenes de materiales estadísticamente signifi- ejemplo, Jahren et al. 1997; Petraglia et al. 1996)
cativos de los contextos sociales analizados y con- En consonancia con este segundo grupo, in-
secuentemente, también socio-económicamente clinado hacia una visión de carácter holístico, ini-
explicativos (Lumbreras 1984a y 1984b). ciamos un proyecto interdisciplinario (CONICET-
No obstante, el análisis funcional presenta CSIC-UNMDP) con el propósito de desarrollar una
ciertas restricciones. En primer lugar, la acción de metodología integral para la recuperación e identi-
agentes post-depositacionales puede enmascarar ficación de residuos sobre artefactos líticos, desti-
las huellas de uso haciendo inviable su identifica- nada a reconstruir los procesos productivos realiza-
ción. En segundo lugar, la formación de rastros es dos por las sociedades pasadas.
un proceso dinámico en el que influyen muchas va- La primera etapa del proyecto tuvo dos obje-
riables, como por ejemplo el tiempo de trabajo, la tivos específicos: diseñar e iniciar el ajuste de los
humedad, el tipo de materia prima de los artefac- procedimientos analíticos para la recuperación de
tos, etc. Consecuentemente, no siempre es posible residuos orgánicos sobre materiales arqueológicos
identificar con precisión el material trabajado. En líticos y, por otra parte, evaluar la conservación de
último lugar, esta metodología posibilita delimitar residuos en distintas matrices sedimentarias carac-
los tipos de materiales trabajados, por ejemplo, terísticas de la región donde trabajamos. Para tal
cuero, madera, plantas no leñosas, hueso o asta, fin, las actividades se focalizaron sobre dos ejes:
entre otras; pero no es posible dilucidar los recur- a) aplicación del método propuesto a un primer
sos orgánicos procesados a nivel taxonómico. conjunto arqueológico;
Es por ellos que en los últimos años, el análi- b) análisis físico-químicos de diferentes tipos de
sis de residuos adheridos ha recobrado ímpetu en suelos.
combinación con el examen minucioso y compara- En el presente trabajo presentaremos el diseño
tivo de los sedimentos en los que se han recuperado de la investigación y los primeros resultados de la
los artefactos y con el análisis posterior o paralelo aplicación de dicho método a un primer conjunto
de los microrrastros de uso (ver: Barton et al. 1998 arqueológico procedente del sitio Lanashuaia I.
y Kealhofer et al. 1999).
Lanashuaia se encuentra localizado sobre la Ba- istmo que separa las bahías Cambaceres exterior e
hía Cambaceres a los 54° 52,75 S y 67°16, 49 O, en la interior. Esta acumulación de concheros es llama-
costa norte del canal Beagle (Figura 1). Se trata de tiva dado que se encuentran alineados y con una
un sitio arqueológico característico de las socieda- distancia entre las diferentes estructuras que apun-
des cazadoras-recolectoras-pescadoras de ámbito taría la existencia de cierta pauta en la gestión del
litoral marino que poblaron la región de los canales espacio social (Figura 2); además, se encuentran lo-
fueguinos: un conchero de forma anular constitui- calizadas en una misma cota sobre el nivel del mar
do por la depositación de los residuos de diferentes (Piana et al. 2000). Dadas estas características se
actividades productivas y de consumo (Orquera y planteó la hipótesis que dichas estructuras podrían
Piana 1992). ser resultado de una ocupación sincrónica de varias
El sitio Lanashuaia I forma parte de una acu- unidades familiares, vinculadas al proceso de apro-
mulación de diversas estructuras anulares sobre el vechamiento y consumo de un ejemplar de ballena
Figura 1. Mapa con la localización del sitio Lanashuaia, en la costa norte del Canal Beagle.
Minke identificado (op. cit.). objetivo fue obtener un análisis de las dinámicas
Los fechados radiocarbónicos dieron resulta- socioeconómicas del momento de impacto euro-
dos negativos dado que la actividad atómica de la peo en la región que pudiese ser comparado con los
muestra resultó superior a los límites de lectura del datos obtenidos en Túnel VII (localizado, aproxima-
método y equipamiento empleados; no obstan- damente, a 60 km más al oeste y fechado en el siglo
te, la cronología del sitio se ha interpretado como XIX [Estévez y Vila 1996; Orquera y Piana 1999]).
correspondiente al momento de contacto con la Ambos sitios están ubicados en microambientes
sociedad europea, dada la presencia de evidencias de características diferentes; con esta comparación
vinculadas a la sociedad industrial, cuya ocupación se buscaba evaluar la incidencia de la variabilidad
de la región está documentada históricamente ambiental en las formas de organización socioeco-
(Piana et al. 2000). nómicas implementadas por el mismo grupo social
El sitio fue excavado durante tres campañas (Piana et al. 2000).
realizadas en los años 1995, 1996 y 2005, mediante La primera campaña se focalizó en la excava-
distintos proyectos desarrollados conjuntamente ción de la estructura anular. Durante la segunda
por equipos de investigación argentinos y catala- campaña, además de continuar los trabajos pre-
nes4. Durante las primeras dos intervenciones el vios, se realizaron dos transectas (en sentido este y
Figura 2. Relevamiento topográfico de la playa de Lanashuaia (realizado por J. Estévez) con la cuadrícula visible en
el centro correspondiente al trabajo de campo realizado en la década de los 90.
906
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)
oeste por fuera de la estructura anular que ya había nerse distintas sub-muestras para realizar análisis
sido prácticamente completada) con la finalidad de diferentes enfocados a problemáticas diferentes
reconocer la relación estratigráfica del yacimiento de índole metodológica, o sobre el conocimiento
con la geomorfología natural del istmo en donde arqueológico substantivo que pretendemos gene-
está ubicado, así como constatar la presencia de rar sobre la sociedad Yámana.
restos arqueológicos en el área externa al conchal. Una de las estrategias de análisis realizadas
De esta forma se pudo observar la presencia en el consistió en la toma de muestras para desarrollar
cuadrante noreste exterior del área excavada de análisis de fitolitos. Se tomaron cuatro muestras
una importante asociación de artefactos líticos. por metro cuadrado (esto es: una muestra proce-
Esta zona, caracterizada por la presencia de gran dente de cada sub-cuadrante de 50 x 50 cm), de
cantidad de restos secundarios de talla, fue exca- varias de las unidades estratigráficas excavadas. El
vada parcialmente, confirmándose su relevancia e propósito de estos análisis (aún en desarrollo) era
interés. comprobar el grado de conservación de estas partí-
Con el objetivo de comprender las diferencias culas en contextos de conchero, con gran presencia
y similitudes de las prácticas sociales desarrolladas de carbonato cálcico y, a partir de esta exploración
dentro y fuera de la unidad habitacional (y ana- inicial, empezar a establecer unas bases mínimas
lizar las pautas globales de la gestión del espacio del comportamiento de estas partículas en esos
social a partir de la identificación de las prácticas contextos sedimentarios, a dos niveles:
socioeconómicas desarrolladas), en el año 2005 se - tafonómico, en base a la existencia o no de
desarrollaron los trabajos de campo en el marco de procesos de iluviación, permitiendo comprobar su
los cuales se implementó el análisis de residuos. estado de conservación en relación a la matriz sedi-
El proyecto perseguía en primer término re- mentaria de procedencia (en este caso: conchero o
conocer la dinámica de ocupación del espacio y la humus). En este sentido, el uso de la micromorfolo-
organización espacial de las actividades de pro- gía nos permitirá asegurar la localización in situ de
ducción y consumo de recursos a fin de obtener los microrrestos.
conocimiento más preciso sobre las estrategias - en relación a la variabilidad que presentan a
productivas de sociedades cazadoras-recolectoras. nivel horizontal, de modo que se puedan ajustar las
En segundo lugar, se buscaba iniciar la aplicación estrategias de muestreo de futuras campañas en
de nuevos métodos analíticos que posibilitaran base a los resultados obtenidos.
incrementar nuestra capacidad para generar e in- Los trabajos previos sobre análisis de fitolitos
terpretar el registro arqueológico (Briz 2004) que realizados en el sitio Túnel VII (Zurro et al., 2009)
permitiesen superar las limitaciones inherentes a han permitido refrendar las viabilidad de este tipo
la conservación de ciertas evidencias arqueológi- de análisis en los contextos del Canal Beagle, dán-
cas en contextos específicos. En coherencia con dose una excelente conservación de estas partícu-
los objetivos generales del proyecto, los trabajos las así como una marcada variabilidad horizontal
se concentraron en: a) ampliar la excavación en el de los conjuntos fitolitológicos.
área exterior en la que habían sido detectadas con- En relación a la estrategia de muestreo para el
centraciones de artefactos líticos en asociación a análisis de residuos (y no sólo en relación al análisis
un área de combustión (sobre una matriz sedimen- de fitolitos), el procedimiento fijado consistió en la
taria de humus); y b) completar la excavación de la selección de diferentes artefactos líticos, junto a
porción de conchero remanente de los trabajos de una muestra del sedimento en el que se encontraba
campo anteriores (Zurro et al. 2005). contextualizado, en tanto que muestra de control.
En este sentido, Lanashuaia brindaba la posi- Para la selección de las piezas líticas que confor-
bilidad de comenzar a ajustar y a diseñar los pro- man nuestro conjunto exploratorio para el análisis
cedimientos analíticos para la recuperación de re- de residuos fueron aplicados criterios de diversa
siduos orgánicos e inorgánicos tanto en matrices índole: en primer lugar, y siguiendo los paráme-
sedimentarias como en artefactos arqueológicos, tros generales del proyecto, se buscó disponer de
así como contar con un primer conjunto explora- una muestra representativa tanto de los contextos
torio que sirviese de “primer control” al método en correspondientes al interior del conchero como del
desarrollo. Para tal fin se llevaron a cabo distintas exterior del mismo. Si el proyecto de investigación
estrategias de muestreo tanto durante las tareas perseguía la comprensión de la gestión espacial
de campo, como en las de laboratorio. como un “todo”, contrastar la dicotomía interior-
Dichos muestreos fueron concebidos, como una exterior del conchero en tanto que ámbitos socia-
serie de capas superpuestas que, en algunos casos, les y espaciales diferenciados era un objetivo de
podían ofrecer más de un ámbito de respuesta/in- gran interés para nuestros análisis de las prácticas
terpretación: de una misma muestra podían obte- socioeconómicas allí desarrolladas.
908
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)
simétrica de los minerales a fin de separar la sílice Las piezas que fueron sometidas a análisis de
amorfa del resto de componentes de la matriz mi- residuos fueron observadas posteriormente en un
neralógica, en el presente caso se optó por obviar microscopio óptico de reflexión Olympus BHSM
esta parte del procesado debido a que en algunas con objetivos que permiten aumentos entre 50X
de las muestras el volumen de material obtenido y 500X a fin de detectar la presencia de macro y
era realmente muy bajo. Finalmente se procedió microrrastros de utilización (sensu Mansur 1999).
a secar la muestra mediante la adición de ethanol, Dadas las características de las materias primas
realizándose entonces los montajes en láminas utilizadas en la costa norte del canal Beagle, en el
para su visualización al microscopio. Las láminas análisis funcional se siguieron los lineamientos pro-
fueron analizadas en un microscopio Olympus BX puestos por Mansur (1999) para rocas de granulo-
a 400 aumentos. metría gruesa y formaciones cristalinas.
RESULTADOS
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Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)
TEST RESIDUOS
MUESTRA ANÁLISIS FUNCIONAL CAPA FITOLITOS
ORGANICOS ANIMAL
7446 Hueso C200 Negativo 3-
7452 Hueso C200 Negativo 0-
79
7475 No determinable B900 Positivo
tafonomizados
7581 No determinable B900 Positivo 74-
7583 No determinable B900 Positivo 154-
7584 No determinable B900 Positivo 105-
7585 Material duro (posible hueso) B900 Negativo 273-
7586 No determinable B900 Positivo 3.829-
7587 No determinable B900 Negativo 472-
7589 Hueso B900 Positivo 67-
7590 No determinable B900 Positivo 38-
4
7605 sin uso B900 Positivo
INDET + tafonomizados
sin uso
7606 B900 Positivo 85-
Posible presencia residuo
7608 NO DET. B900 Positivo 339-
72
7609 sin uso B900 Negativo
INDET + ARBÓREO
7610 sin uso B900 Negativo 7-
7616 No determinable B900 Positivo 78-
7617 sin uso B900 Positivo 817-
Tabla 1: Resultados de los análisis de residuos y del análisis funcional
Figura 5. Valores totales de fitolitos por AIF presentes en cada una de las piezas analizadas.
En valores negativos pueden verse aquellos fito- parte, presenta también un importante porcentaje
litos no determinables o que presentaban un grado de fitolitos no determinables, lo cual es lógico en
de tafonomización importante. La preeminencia relación al aporte arbóreo, ya que muchos de los
general de los fitolitos de herbáceas es evidente, fitolitos de origen arbóreo presentan formas tipo
con una composición mayoritaria de células cortas bloque e irregulares de difícil adscripción.
y largas (Figura 6 y Tabla 2). En la mayoría de las El análisis funcional de base microscópica apli-
muestras apenas aparecen fitolitos de origen arbó- cado a la muestra bajo estudio (N=248) resultado
reo, a excepción de la pieza 7609, que presenta un de los trabajos de intervención del 2005, permite
14% de fitolitos de origen arbóreo10 frente a un 43% también establecer una serie de observaciones
de origen herbáceo. Esta misma pieza, por otra con respecto a la problemática planteada. Uno de
Figura 6. Espectro fitolitológico de las muestras analizadas con morfotipos identificados en forma porcentual.
Nota: los valores negativos, indican los morfotipos no identificables y los tafonomizados
los aspectos que llamó la atención en el conjunto exfoliados, generó una identificación relativamen-
lítico de de Lanashuaia I fue el porcentaje significa- te baja hasta el momento de los rastros de uso. A
tivo de artefactos manufacturados sobre pizarras esto se le suma que muchas de las piezas líticas
de la Formación Yaghan. Si bien esta discusión ex- formaban parte de un área de taller ubicado en el
cede los propósitos de este trabajo, este conjunto exterior del área de conchal. En efecto el 83,3% de
es hasta el momento el único que manifiesta esta las piezas analizadas no presentan rastros de ha-
tendencia. En la mayoría de las ocupaciones de la ber sido utilizadas; el 6,1% exhibe alteraciones que
costa norte del canal Beagle este tipo de rocas pre- impiden determinar su uso y en el 3,7% de los ca-
senta frecuencias relativas que no superan el 5% de sos no pudieron ser analizadas porque los filos se
los casos en contraposición con riolitas y tobas de encontraban exfoliados. El 6,9 restante presenta
grano fino metamorfizadas que alcanzan práctica- microrrastros correspondientes al trabajo sobre
mente el 90% (Terradas 1996; Alvarez 2003). Las distintas sustancias entre las que se destaca el tra-
razones que explican su escasa utilización como bajo de sustancias óseas, seguidos por los materia-
instrumentos, -a pesar que son las rocas más fre- les duros, cueros y materiales blandos (Figura 7).
cuentes dentro de los depósitos secundarios de Es interesante observar que en el caso de los ma-
origen fluvio-glaciar- se relaciona con la baja ca- teriales duros y el hueso, la tendencia observada
lidad de esta materia prima para la talla (Alvarez hasta ahora indica un predominio de las activida-
2003). Será necesario explorar a futuro cuáles son des de corte mientras que los materiales blandos
las causas de su frecuente utilización por parte de y el cuero las transversales o de raspado (Figura 8).
los grupos que habitaron el sitio Lanashuaia I. No Es llamativa también en este caso la ausencia de
obstante los diseños artefactuales son similares al rastros vinculados con el trabajo de madera; esto
resto de las ocupaciones del canal (ver Alvarez en contrasta significativamente con lo que ocurre en
este mismo volumen). Túnel VII donde este trabajo alcanza frecuencias
Ahora bien las cualidades litológicas de las piza- notorias (Clemente 1995). Tampoco en Lanashuaia
rras tienen a su vez incidencia en las posibilidades I se han registrado actividades de procesamiento
que ofrece el análisis funcional. En efecto, los ras- de plantas no leñosas.
tros de uso son de formación lenta y la fragilidad de La composición del instrumental lítico también
los filos que aparecen frecuentemente astillados y presenta diferencias en cuanto a la composición: el
912
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)
no identiciable
HERBÁCEO
tafonomizado
MUESTRA
ARBÓREO
trapezoide
buliformes
tricomas
Cel. Cs.
Cel. Ls.
7006 4 2 0 0 0 1 9 83
7007 3 3 1 0 1 1 8 83
7010 3 1 1 0 0 1 7 87
7013 3 3 0 0 3 2 3 86
7015 1 0 1 0 1 1 5 92
7020 0 1 1 0 2 0 2 93
7021 4 2 0 1 3 0 7 83
7027 2 2 1 0 0 1 3 90
7432 0 0 0 0 0 0 4 95
7433 1 1 0 0 0 0 4 95
7438 1 3 1 0 0 0 2 94
7020 0 1 1 0 2 0 2 93
7021 4 2 0 1 3 0 7 83
7027 2 2 1 0 0 1 3 90
7432 0 0 0 0 0 0 4 95
7433 1 1 0 0 0 0 4 95
7438 1 3 1 0 0 0 2 94
7020 0 1 1 0 2 0 2 93
7021 4 2 0 1 3 0 7 83
7027 2 2 1 0 0 1 3 90
7432 0 0 0 0 0 0 4 95
7433 1 1 0 0 0 0 4 95
7438 1 3 1 0 0 0 2 94
7591 0 6 0 0 0 0 11 83
7604 0 0 0 0 17 0 33 50
7605 0 33 0 0 0 0 0 67
7606 0 2 0 0 2 0 6 90
7607 1 4 0 0 3 0 3 89
7608 0 2 0 0 0 0 0 97
7609 43 0 14 0 0 7 7 29
7610 0 0 0 0 0 0 4 96
7616 0 3 0 0 0 6 0 91
7589(a) 0 1 0 0 1 0 2 96
7617 0 0 0 0 1 1 1 98
observado que las piezas que dieron positivo en da el suficiente tiempo como para que se formaran
lo referente a restos de sangre trabajaron hueso o rastros diagnósticos; algunas de ellas además no
bien no pudo determinarse el material trabajado ya mostraban indicios de haber sido utilizada.
sea por alteración o porque la pieza no fue utiliza-
CONSIDERACIONES GENERALES
Aunque en el presente artículo tan sólo presen- tualmente en curso) con un control de las variables
tamos una parte de la investigación actualmente implicadas podrá esclarecer esta problemática.
en curso, los resultados que disponemos nos per- En lo referente a los resultados de los análisis
miten realizar ciertas afirmaciones. fitolitológicos, nos permiten establecer resultados
En primer lugar, claramente se hace necesario interesantes. En primer lugar, vemos la variabilidad
trabajar con muestreos mayores, de manera que que existe en los datos cuantitativos no sólo entre
la variabilidad presente en cada uno de los análisis las muestras, sino especialmente entre las capas
no imposibilite llevar a cabo análisis estadísticos analizadas (B2, base de B800, B900 y C200). La me-
significativos que nos permitan realizar inferencias nor cantidad de fitolitos en las capas inferiores nos
claras sobre el comportamiento de todas estas va- hace pensar que no se da una iluviación o movilidad
riables: contexto de origen, uso, tests de residuos vertical de estas partículas, hallándose en principio
de origen animal y análisis de fitolitos. A ellos ha- in situ.
bremos de sumar los procedentes de las muestras El comportamiento diferencial de la capa de
de control (fitolitos y materia orgánica). conchero resulta altamente interesante. La inexis-
En cuanto a los resultados de los tests de iden- tencia de fitolitos es explicable no sólo en cuanto
tificación de residuos de origen animal, creemos en a la inexistencia de matriz sedimentaria sino tam-
la necesidad de utilizar tests más sofisticados. La bién en términos de su carácter de basural de ori-
lenta formación de los rastros de uso producto del gen antrópico, aunque en este caso la limpieza de
trabajo sobre materiales blandos de origen animal, los hogares pudiese haber generado un input vege-
genera cierto grado de incertidumbre y no posibili- tal importante. Por otra parte todos los instrumen-
ta arribar a resultados concluyentes, es por ello que tos que realizaron trabajo sobre hueso así como
la realización de un programa experimental (ac- los artefactos óseos fueron hallados en niveles de
914
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)
conchero (al menos en el área de Lanashuaia que con Túnel VII. Las materias líticas explotadas, las di-
hemos trabajado en este estudio). ferencias en cuanto a las frecuencias en la compo-
Como se ha comentado ya más arriba, vemos sición de los conjuntos así como en las actividades
imprescindible trabajar con volúmenes de mues- realizadas son llamativas. Será necesario explorar
treo superiores, de manera que podamos respon- a futuro cuáles son las causas que las explican y si
der con total seguridad a las cuestiones planteadas está vinculado con la hipótesis sobre el aprovecha-
relativas a la posibilidad de la existencia de proce- miento y consumo de un ejemplar de ballena Minke
sos de contaminación. A pesar de los datos obteni- identificado por parte de distintas unidades fami-
dos en el análisis de fitolitos, la ausencia de rastros liares.
de uso relativos al trabajo sobre recursos vegetales A pesar de su complejidad, la viabilidad del mé-
imposibilita contrastar posibilidad resultados con- todo a nivel práctico ha sido contrastada, no pare-
tradictorios: por ejemplo instrumentos utilizados ciendo existir ninguna incompatibilidad entre los
para el trabajo de madera con ausencia de fitolitos análisis realizados para el presente caso de estudio.
sobre sus filos activos. La articulación de distintas líneas de análisis junto
No obstante, los análisis llevados a cabo de- con el reajuste metodológico permitirán un cono-
muestran la variabilidad que se verifica en cuanto cimiento más profundo de las actividades produc-
a las frecuencias de recursos trabajados en las ocu- tivas de las sociedades cazadoras-recolectoras del
paciones tardías del canal Beagle. Tal como hicimos extremo sur de Sudamérica.
referencia este sitio presenta diferencias notorias
AGRADECIMIENTOS
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina (CONICET) y
el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) posibilitaron el desarrollo del proyec-
to de análisis de residuos, parte de cuyos resultados se expresaron en estas páginas. Asumpció Vila, Jordi
Estévez y Ernesto Piana prestaron su apoyo al desarrollo de nuestros proyectos. A Marcela Leipus por los
comentarios y revisiones realizadas en el manuscrito.
Quisiéramos agradecer muy especialmente el esfuerzo en los trabajos de campo y laboratorio de
Joana Boix, Marta Juez y Elsa Puig; Edgard Camaros y Victoria Yanitto también participaron en activida-
des vinculadas al proyecto. La hospitalidad de la gente de la Estancia Harberton principalmente Nathalie
Goodall, sus colaboradores del Museo Acatushún y Jorge Grecco han contribuido significativamente a
nuestras tareas.
NOTAS
1
Los resultados que se presentan en este trabajo se efectuaron gracias a un subsidio de cooperación
internacional del CONICET-CSIC y forma parte de las actividades de un proyecto más amplio financiado
por la Wenner-Green Foundation.
2
Al mismo tiempo generarán un conocimiento base sobre los sedimentos de la zona que puede ser
útil en futuros análisis de los procesos de consumo allí desarrollados y en relación a la gestión social del
espacio (identificación de áreas de concentración de materia orgánica, por ejemplo).
3
Al usar el término residuo nos referiremos a aquellos restos de materia adheridos a artefactos como
resultado de un proceso de trabajo analizables mediante diversos métodos.
4
Los proyectos que financiaron los trabajos de campo en Lanashuaia fueron: campañas 1995-1996,
“Marine Resources at the Beagle Channel prior to the Industrial Exploitation: an Archaeological Evaluation”,
(Unión Europea) campaña 2005: “La integridad del espacio social: etnoarqueología de asentamientos en
el Canal Beagle (Tierra del Fuego)”, Programa de Excavaciones Arqueológicas en el Exterior del Ministe-
rio de Cultura de España.
5
No obstante, este tipo de análisis puede brindar “falsos positivos” ante la presencia de clorofila (Ali-
son Crowther com.pers.)
6
Los conteos se realizaron contando en principio un mínimo de 150 fitolitos. En aquellas láminas en
que apenas aparecían fitolitos, se contó un mínimo de 10 transectas, independientemente del número
de fitolitos que aparecieran.
7
Los datos se presentan estandarizados respecto a un gramo de AIF (Fracción Insoluble al Ácido o
mineralógica) (ver Albert et al. 2000) de manera que los resultados entre muestras puedan ser compara-
dos.
8
Esta categoría comprende fitolitos que no pueden asimilarse a ninguna de las categorías estándar
simplemente por su forma, o bien porque al realizar el montaje quedaron fijados de tal manera que su
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918
El registro arqueológico de la costa noreste
del Lago Pueyrredon-Cochrane (Santa Cruz,
Argentina)
Carlos Aschero1, Damián Bozzuto2, María T. Civalero2, Mariana De Nigris2, Antonela Di Vruno3,
A B S T R A C T
The aim of this paper is to present new lithic, zooarchaeological, chronological and rock art
information from the archaeological sites located in the Northeastern coast of Pueyrredón-
Cochrane lake, in the Northwest of Santa Cruz Province, Argentina. The evidence studied will be
useful to discuss about peopling dynamics in this area of Patagonia. According to data gathered
until now, the Northeast area of the lake represents a very important ecological zone due to
topographic, lithic, floral and faunal resources availability. In a previous presentation, we defined
a potential sample area with altitudinal variations from 150 to 700 m a.s.l. The main purpose is to
evaluate if this environment, with better natural conditions than the surrounding areas, was an
attractive place for first peopling and led to a possible differential consumption of lake resources.
Surveys conducted have shown the existence of open air, rockshelter and cave sites with datable
stratigraphical levels. Radiocarbon dates place human occupation of the area in ca. 5000 years BP.
INTRODUCCION
El objetivo general de este trabajo es presentar La ocupación humana en las cercanías del lago
nueva información arqueológica producida en el Burmeister en el Parque Nacional Perito More-
marco de distintos proyectos de investigación de- no (de aquí en adelante PNPM) se remonta a ca.
sarrollados, en los últimos años, en la costa noreste 10,000 años AP. Debido a su altitud -900 a 1000 m
del lago Pueyrredón-Cochrane, emplazado en el s.n.m.-, esta zona representa uno de los ambien-
noroeste de la provincia de Santa Cruz, Argentina tes de clima más riguroso de la provincia y ofrece
(Figura 1). Los datos obtenidos en el marco de estos una variedad de ecozonas entre el bosque cordi-
estudios, integrados a los actualmente disponibles llerano y la estepa. En contraposición, el área del
para áreas circundantes -Parque Nacional Perito lago Pueyrredón-Cochrane, ubicada a aproximada-
Moreno, Lago Posadas, Sierra Colorada y Río Pin- mente 65 km lineales al norte del PNPM, con una
turas-, son fundamentales para explicar los inicios y altitud mucho menor, que en promedio ronda los
la consolidación del proceso de colonización de los 400 m s.n.m. posee un clima mucho más templado
ambientes perilacustres cordilleranos, por parte de y se caracteriza por contener una relevante oferta
antiguas poblaciones de cazadores-recolectores, de vegetales propios de la estepa, las lagunas y los
entre los 11,000 y 2500 años AP. lagos cordilleranos.
1 CONICET - Universidad Nacional de Tucumán – Instituto de Arqueología y Museo. San Martín 1545 (4000) San
Miguel de Tucumán. [email protected]
2 CONICET - Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. 3 de Febrero 1378 CP1426BJN
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
3 ANPCyT - Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. 3 de Febrero 1378 CP1426BJN
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
4 UBA - Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. 3 de Febrero 1378 CP1426BJN Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Particularmente, el sector perilacustre situado tacruceña y la barrera física que habría representa-
al noreste del lago se muestra como parte de una do la mayor extensión del Campo de Hielo Norte
ecozona relevante por brindar importantes recursos emplazada en el actual territorio chileno, al oeste
topográficos, litológicos, florísticos y faunísticos, del lago Pueyrredón-Cochrane. Esperamos enton-
en comparación con lo observado en el suroeste, si ces poder determinar correspondencias entre los
bien el impacto de las poblaciones actuales ha sido conjuntos de vestigios, su estructuración espacial y
mayor en este último sector, debido a la presencia las características de los sitios relevados en áreas
de un mayor número de estancias con explotación de investigación periféricas como el PNPM, Alto
ganadera y por la cercanía al poblado de Hipólito Río Pinturas, el sector estepario del actual Bajo Ca-
Irigoyen (ex Lago Posadas). racoles y la meseta del monte Belgrano.
Las expectativas que nos llevaron a iniciar la En esta primera etapa de la investigación, pro-
exploración de esta nueva zona se basan en el su- curamos orientar el estudio hacia el primer objeti-
puesto que el movimiento humano hacia el lago vo que nos habíamos propuesto: la definición de los
Pueyrredón-Cochrane habría estado influenciado tiempos de inicio, procedencia y correspondencia
por el atractivo de la benignidad del clima pero bajo entre los conjuntos de vestigios, su estructuración
dos condicionantes: a) que el sector hubiera estado espacial y las características de los sitios. Estos tra-
libre de hielos hacia fines del Pleistoceno; y b) que bajos nos permitirán establecer la direccionalidad
la altura de las aguas del lago en esas épocas hu- del proceso de colonización humana ocurrida po-
biera dejado fajas de costa y recursos topográficos siblemente desde Alto Río Pinturas, el área de Bajo
atractivos para la ocupación humana. De acuerdo Caracoles y/o la meseta del monte Belgrano; y los
con estas circunstancias, esperamos que el pobla- tiempos de ocupación efectiva en el sector NE del
miento hubiera ocurrido en una época aún más lago Pueyrredón-Cochcrane.
temprana que el movimiento humano realizado En relación con los comienzos de la coloniza-
hacia al PNPM. La dirección de estos movimientos ción, buscamos establecer la procedencia y las vías
probablemente habría sido este-oeste (desde la es- de acceso de las poblaciones originales. Durante el
tepa y/o los cañadones y “pampas” del área del Río transcurso de la etapa de consolidación plantea-
Pinturas), tomando en cuenta las dataciones más mos la existencia -entre ca. 7000/3000 años AP- de
tempranas existentes en la Altiplanicie central san- una posible intensificación en el uso de los recursos
920
El registro arqueológico de la costa noreste del Lago Pueyrredon-Cochrane (Santa Cruz, Argentina)
RESULTADOS
EDAD
SITIOS SIGLA MUESTRA PROCEDENCIA EDAD 14C δ13C(‰)
CORREGIDA
CMN1 UGA 16707 Carbones Capa 5 2470 ± 170 2530 ± 170 -21.08 (+63)
Alero
UGA 16706 Gramíneas Capa 1 350 ± 170 340 ± 170 -25.57 (-9)
Colgado
Alero
UGA 16708 Carbones Capa 2 (2a) 1780 ± 140 1850 ± 140 -20.42 (+74)
Inclinado
Bajo Laguna
R 02678 Carbones Capa 2 (2) 142 ± 35 169 -21.58
2
Cuadro 2. Fechados radiocarbónicos obtenidos en el área norte del lago Pueyrredón-Cochrane. Referencias: CMN1:
Cueva Milodón Norte 1; CMN2: Cueva Milodón Norte 2; EP1: Estancia Pueyrredón 1; EP2: Estancia Pueyrredón 2.
La información procedente de los sitios identi- 1) Entre las rocas de procedencia local fueron
ficados en el área bajo estudio fue organizada de identificadas rocas silíceas y basalto variedad po-
acuerdo con una serie de ejes principales que inclu- sadas, posteriormente definido como andesita de
yen: a) la cronología; b) la tecnología lítica; c) el arte acuerdo con los análisis geoquímicos realizados
rupestre; y d) la zooarqueología. por Stern (Guráieb 2004). La fuente de aprovisiona-
a) La cronología
La buena preservación de materiales orgánicos SITIO INSTRUMENTOS DESECHOS
en la mayor parte de los sitios relevados permitió la Cueva Milodón
32 1013
realización de una serie de fechados radiocarbóni- Norte 1
cos que se ubican temporalmente en el Holoceno Cueva Milodón
8 182
medio y tardío (Cuadro 2). Norte 2
Estancia
37 383
b) La tecnología lítica Pueyrredón 1
Las evidencias líticas que se presentan en este Estancia
6 131
trabajo, provienen de los sondeos realizados en Pueyrredón 2
Cueva Milodón Norte 1, Milodón Norte 2, Estancia Alero Inclinado 0 12
Pueyrredón 1 y 2, Alero Inclinado, Alero Tiznado,
Alero La Reparosa y Alero de la Raedera. Si bien es Alero La Reparosa 2 4
una muestra pequeña, la presentamos como una
primera aproximación a las tendencias esperables Alero Tiznado 8 7
para el área. Como se puede observar en la tabla
Alero de la
1 el material registrado contó con 96 instrumentos Raedera
3 22
líticos y 1754 desechos de talla.El análisis del mate-
rial lítico se realizó siguiendo la metodología pro- Total 96 1754
puesta por Aschero (1975, 1983), pudiéndose iden- Tabla 1. Frecuencia de instrumentos y desechos de talla
tificar preliminarmente las siguientes tendencias por sitio analizado.
entre las materias primas presentes:
922
El registro arqueológico de la costa noreste del Lago Pueyrredon-Cochrane (Santa Cruz, Argentina)
miento de esta materia prima se encontraría en las de las rocas utilizadas son de procedencia local,
terrazas fluviales y el abanico aluvial del río Tarde, esto es rocas silíceas y andesita o basalto variedad
cercano al sitio Cerro de los Indios, emplazado a po- posadas.
cos kilómetros del lago Pueyrredón (Guráieb 1998; La alta representación de las rocas silíceas, ob-
Cassiodoro et al. 2004). Las rocas silíceas aparecen sidiana y andesita se manifiesta también cuando
en el campo en forma de filones y nódulos ubicados dividimos a los conjuntos entre desechos y arte-
en las cercanías de algunos de los sitios. factos formatizados. En estos últimos, las mate-
2) Entre las materias primas de procedencia rias primas locales fueron utilizadas mayoritaria-
no local se observó la presencia de obsidiana. La mente para la confección de raederas, raspadores
distancia a la fuente conocida, Pampa del Asador y cuchillos. Por otra parte, una gran variedad de
(Stern et al. 1995; Espinosa y Goñi 1999; Stern instrumentos fue confeccionada sobre obsidiana
1999), es de aproximadamente 70 km al SE de la negra, como hemos visto materia prima no local.
cuenca del lago Pueyrredón-Cochrane. Entre estos artefactos formatizados se destacan
A nivel general, aparecen en mayor proporción los fragmentos de filo, raspadores y filos naturales
las rocas silíceas y la obsidiana, seguidas por el ba- con rastros complementarios. En esta materia pri-
salto (Figura 2). Es interesante destacar que el 56% ma aparecen también, aunque en menor medida,
puntas de proyectil, núcleos y cuchillos.
En el caso de los desechos de talla, tal como se
evidencia en la figura 3, las relaciones arriba citadas
aparecen nuevamente, sin embargo las diferencias
entre las rocas silíceas y la obsidiana no son tan
fuertes como en el cuadro general. La obsidiana se
encuentra más representada en los desechos que
en los instrumentos formatizados. Los porcentajes
de las rocas silíceas se encuentran en una propor-
ción muy similar, lo que podría deberse a la cerca-
nía de las fuentes de aprovisionamiento.
Entre las técnicas de extracción presentes se
Figura 2. Materias primas presentes en los sitios. Des-
puede observar que, si bien la extracción de lascas
cripción general, sin diferenciar entre desechos de talla presenta un alto porcentaje en el conjunto total,
e instrumentos. Referencias: Si: sílice; Ob: obsidiana; hay una relativa importancia en la técnica de ex-
Ba: basalto; Ar: Arenisca; Rio: riolita; Rio Si: riolita tracción de hojas en todas las materias primas re-
silicificada. presentadas en la muestra analizada.
Figura 3. Composi-
ción de los conjun-
tos distinguiendo
por materia prima
y diferenciando
entre desechos de
talla e instrumen-
tos. Referencias: Si:
sílice; Ob: obsidia-
na; Ba: basalto;
Ar: Arenisca; Rio:
riolita; Rio Si: riolita
silicificada.
Asimismo, cabe destacar que estos resultados mal. Algunos indicadores en los patrones de diseño
son preliminares y que deben realizarse más estu- hacen relacionar, en esta instancia, los motivos re-
dios diferenciando entre la utilización de materias levados con los grupos estilísticos “B” y “C” indica-
primas en los sitios así como, también, entre sitios dos para el área de estudio (Gradin 1985).
estratificados y concentraciones de superficie. Durante el proceso de excavación de la Cueva
Milodón Norte 1 se han recuperado vestigios re-
c) El arte rupestre lacionados con la producción del arte (pigmentos
Las investigaciones sobre el arte rupestre al- preparados, valvas y vellones con pigmentos).
canzan una perspectiva regional, contemplando El estado de conservación de las representacio-
la información generada en las áreas vecinas (lago nes rupestres es malo, consecuencia de las carac-
Posadas, Río Pinturas y el PNPM). Si bien los am- terísticas de la roca y del frotamiento de animales
bientes presentan características diversas, exhiben sobre la superficie de las paredes, lo cual posible-
un grado de similitud en la resolución de los moti- mente explicaría su baja densidad con respecto a
vos registrados en cuevas y aleros ocupados desde otras áreas.
ca. 10,000 años AP. En el área de control localizada en las cercanías
De esta manera y bajo una visión integradora se del actual poblado de Bajo Caracoles/Río Olnie, se
observan los emplazamientos, los soportes, los pa- relevó el sitio Alero Bajo Laguna 2, donde se regis-
trones de diseño, los conjuntos tonales entre otras traron representaciones rupestres sobre una roca
variables para completar la información existente. soporte con presencia de importantes descascara-
Se propone, en este sentido, que la existencia mientos y grietas que dificultan la preservación de
de semejanzas en los patrones de diseño, en las re- los motivos, sumado al deterioro de la superficie ro-
presentaciones artísticas de sitios emplazados en cosa por el frotamiento de los cuerpos de animales.
tierras altas y bajas, está asociada a la interacción Los motivos se presentan desvaídos y predominan
de poblaciones y a la circulación de información en- los manchones indeterminados y la tonalidad roja
tre ambos sectores. Así, la variación temporal pre- en distintos matices.
sente en los reparos rocosos con arte rupestre es-
taría vinculada a la disponibilidad de espacios y un d) La zooarqueología
acceso restringido, en relación con las alturas sobre Se analizaron muestras óseas procedentes de
el nivel actual del lago Pueyrredón-Cochrane. los sitios Cueva Milodón Norte 1, Estancia Pueyrre-
Las posibles fluctuaciones ocurridas por cierres dón 2, Alero La Reparosa y Alero La Raedera.
del drenaje al Pacífico de la cuenca de los lagos Sa- Si bien los estudios se encuentran aún en su
litroso/Posadas/Pueyrredón-Cochrane, puede per- etapa inicial se pueden señalar ciertas característi-
mitir diacronías relativas aplicadas a ciertas ma- cas generales compartidas por todos los conjuntos
nifestaciones rupestres por su emplazamiento en analizados. Entre las especies identificadas se ob-
relación a las alturas de los lagos o paleolagos. servó un marcado predominio del guanaco (Lama
Con este marco de trabajo, se relevó el paisaje guanicoe), no habiéndose determinado hasta el
y se registraron, a través de las prospecciones del momento ningún especimen atribuible a huemul.
área correspondiente a la costa noreste del lago Otros taxones reconocidos incluyen al puma (Felis
Pueyrredón-Cochrane, 5 sitios bajo reparo (Cueva concolor); al piche (Zaedyus pichiy), representado
Milodón Norte 1 y 2, Alero Inclinado, Alero Colgado fundamentalmente por sus placas dérmicas; y dis-
y Alero el Helecho), con presencia de representa- tintas variedades de aves. Además se recuperaron
ciones rupestres que involucran motivos figura- restos de cáscara de huevo de ñandú (Rheidae) y
tivos, abstractos e indeterminados, presentes en valvas de moluscos.
las rocas soportes de manera aislada o formando La presencia de roedores en los diferentes con-
conjuntos, emplazados sobre las paredes internas textos es destacada y su inclusión en las capas ar-
en sectores con buena accesibilidad y visibilidad; la queológicas se debe en la mayoría de los casos a
técnica utilizada fue la pintura (plana y lineal). procesos postdepositacionales. A pesar de su alta
Los motivos figurativos y abstractos (líneas, pun- representación muy pocos huesos presentaban
tos y negativos de manos) prevalecen con diversas huellas producto de su actividad. De manera simi-
tonalidades de blancos y rojos principalmente, y en lar, las marcas de carnívoro se presentan en muy
algunos de ellos puede observarse la utilización de baja frecuencia.
la microtopografía de la roca en la composición de En cuanto a las modificaciones de origen antró-
escenas. Si bien los análisis efectuados hasta el mo- pico se advirtió la ocurrencia de huellas de corte,
mento forman parte de una etapa inicial -descripti- raspado y percusión. La buena preservación del
va-, puede indicarse la predominancia de negativos material óseo y la baja incidencia de la meteoriza-
de manos por sobre la presencia de figuración ani- ción facilitaron su caracterización.
924
El registro arqueológico de la costa noreste del Lago Pueyrredon-Cochrane (Santa Cruz, Argentina)
COMENTARIOS FINALES
No contamos hasta el momento con datos sufi- y Stine 1990; Gilli et al. 2001) y el lago Belgrano
cientes como para definir claramente el comienzo (González 1992). Hasta el presente, carecemos de
del proceso de colonización humana en el sector información referente a la cota máxima que pudo
NE del lago Pueyrredón-Cochrane. No obstante, alcanzar el lago, que en la actualidad se ubica a 150
las fechas obtenidas, de ca. 5000 años AP, son más m s.n.m. Sin embargo, el alero Inclinado contiene
tempranas que las disponibles previamente para una secuencia de depositación limo-arenosa de ca-
la cuenca. Los fechados más antiguos habían sido racterísticas lacustres que se presenta por encima
presentados para el sitio Cerro de los Indios 1 con de su piso actual (200 m s.n.m.).
una antigüedad de 3860 ± 90 (LP 455) y 3570 ± 79 Con respecto a la correspondencia entre las tec-
(UGA 9857) (De Nigris et al. 2004). nologías líticas implementadas para la confección
Las dataciones en esta nueva área de investiga- de los conjuntos de vestigios líticos con áreas colin-
ción provienen de sitios que se ubican entre los 300 dantes y pese a que la técnica de extracción de las-
y 400 m s.n.m. Nuestra expectativa sería encontrar, cas es mayoritaria, se observa una relativa impor-
en estas cotas, sitios con fechados similares a los tancia de la de extracción de hojas, en las cuales no
obtenidos en el sitio Alero Entrada Baker, ca. 7500 verificamos una preferencia entre materias primas
años AP, ubicado entre los 500 y 600 m s.n.m. en las locales y no locales. Esto se relaciona con lo obser-
nacientes de río Chacabuco, Chile, área colindante vado en las capas medias de las cuevas Cerro Casa
a la nuestra. Sin embargo, las fechas hasta ahora de Piedra 5 y 7, los sitios de superficie de Campo
obtenidas y las características tecnológicas de las Río Roble 1 y 3 emplazados en el Parque Nacional
evidencias líticas nos hacen pensar que no habría Perito Moreno y con los componentes Río Pinturas
una mayor profundidad temporal. Si estos rasgos II y III.
se mantienen, en el futuro, deberíamos entonces Proponemos, entonces, que posiblemente exis-
explicar por qué no fue ocupada un área que pre- tió una circulación de información tecnológica en-
senta actualmente las mejores condiciones am- tre Río Pinturas y el resto de las zonas mencionadas
bientales para la vida humana. que pudo propagarse por vías naturales como Bajo
Estas consideraciones nos hacen plantear la ne- Caracoles y Río Olnie que recién ahora comienzan
cesidad de localizar, sondear y fechar sitios en co- a explorarse.
tas más altas que las anteriormente mencionadas Evidentemente, las ideas presentadas en este
debido a probables ascensos y descensos del nivel trabajo son un punto de partida, queda todavía
de las aguas del lago ocurrido a finales del Pleisto- mucho trabajo por realizar el cual posibilitará res-
ceno y durante el Holoceno, tal como ha sucedido ponder muchos de los interrogantes aquí plantea-
en otras cuencas lacustres precordilleranas de San- dos y permitirá seguir añadiendo preguntas a esta
ta Cruz, como por ejemplo el lago Cardiel (Stine investigación.
AGRADECIMIENTOS
Las tareas realizadas fueron financiadas con los siguientes subsidios de la Agencia Nacional de Pro-
moción Científica y Tecnológica, Secretaría de Ciencia y Técnica, Presidencia de la Nación: “Colonización,
manejo de recursos e interacciones en ambientes perilacustres cordilleranos de Patagonia Centro-Meri-
dional 11,000-2500 años AP” (PICT 12262) y “Colonización y consolidación en ambientes cordilleranos de
Patagonia Centro-Meridional: área del Lago Pueyrredón” (PICT 2488), dirigidos por el Lic. C. A. Aschero.
Queremos agradecer muy especialmente al Sr. Carlos Otamendi y familia, al Sr. Mario Espona por faci-
litarnos los trabajos de campo, a German Javier Soria y finalmente, a Mariana Sacchi quien fue de vital
ayuda para la realización de este trabajo.
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926
Resultados arqueológicos en el Campo de
Bloques 2, sureste del lago San Martín
(Provincia de Santa Cruz)
Juan Bautista Belardi1 y Patricia Campan2
A B S T R A C T
Boulder Field 2 is located at the southeastern margin of San Martin lake (400 m a.s.l.). Four
boulders offering shelter and archaeological material were registered. The archaeofaunal and
technological results obtained in two of them (Boulders 1 and 2) as well as the radiocarbon data
are presented. The human use of Boulder 1 started at 3800 years BP while in Boulder 2 it was at
4720 years BP. The main resource all along the stratigraphic sequences was the guanaco. Artifacts
made with locally available rocks prevailed, nevertheless low frequencies of obsidian artifacts
were also recorded. The archaeofaunal and lithic records plus their low depositional rates suggest
low intensity human use related to logistical activities. The archaeological evidences allow ranking
Boulder Field 2 in terms of hunter gatherer landscape use within the Tar and San Martin lake basins.
INTRODUCCIÓN
Las cuencas de los lagos Tar y San Martín se extremos del lago, que muestran las mayores con-
ubican en el suroeste de la provincia de Santa Cruz centraciones artefactuales de este espacio. Uno de
(49° 7´ S, 72° 11´ O) y han sido conformadas princi- ellos es el istmo de la península Maipú. En el sector
palmente por la acción glaciaria. Con el desarrollo de médanos, lindante con el borde de bosque, se
de las investigaciones se busca conocer la arqueo- registró una importante diversidad artefactual en la
logía regional como un primer paso que permita que se destaca la presencia de molinos, denotando
incorporar las cuencas a la discusión mayor del po- el equipamiento del espacio. Por otra parte, en las
blamiento de Patagonia (Belardi et al. 2007). lagunas del istmo, las actividades se concentraron
Los resultados alcanzados muestran importan- en el desbaste inicial y el aprovechamiento de una
tes concentraciones artefactuales a cielo abierto roca de disponibilidad local y de buena calidad para
en torno a la margen este del lago Tar y los alre- la talla (toba silicificada verde). A la vez, se postuló
dedores del Cerro Cach Aike. La continuidad en la el uso redundante del istmo sobre base estacional
distribución de hallazgos, las características de los y la articulación de partidas logísticas. Así, el istmo
conjuntos confeccionados en obsidiana, la diver- aparece como el lugar occidental más intensamen-
sidad artefactual representada, las características te utilizado (Espinosa et al. 2008).
de las arqueofaunas, el equipamiento del espacio y Hacia el este, las frecuencias artefactuales dis-
su ubicación en relación con cuencas circundantes, minuyen hasta encontrarse dos campos de blo-
como las de los lagos Cardiel y Strobel al norte y el ques, producto de la remoción en masa. Ambos se
lago Viedma al sur, sugieren el desarrollo de acti- encuentran en un ambiente de estepa graminosa
vidades residenciales (Belardi et al. 2007 y 2008; (Bamonte 2008). El primero de ellos, denominado
Espinosa et al. 2007). En la margen sur del lago San Campo de Bloques 1 (de aquí en más CB 1) se ubi-
Martín se han registrado dos lugares, en ambos ca a 354 m s.n.m. y tiene una extensión de 1400 m.
1 Universidad Nacional de la Patagonia Austral. CONICET. Lisandro de la Torre 1070. (9400) Río Gallegos, Santa
Cruz. [email protected]
2 Museo Regional Provincial “Padre Manuel Jesús Molina”. Ramón y Cajal 51. (9400) Río Gallegos, Santa Cruz.
[email protected]
928
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)
desciende hasta el lago San Martín (Figuras 1 y 2). Sobre la base de los resultados alcanzados en el CB
Los bloques se encuentran próximos a un mallín 1 se postula para el CB 2 una forma de uso similar,
que se ubica al pie de la terraza. Las transectas rea- articulado logísticamente, pero con una menor in-
lizadas en dicha pampa no registraron materiales tensidad.
arqueológicos (Belardi et al. 2007). A partir del rele- A continuación se presenta la metodología em-
vamiento del campo de bloques se registraron cua- pleada y luego la información arqueológica corres-
tro que ofrecían superficies reparadas y materiales pondiente a cada uno de los bloques. Por último se
líticos en superficie. Aquí se dan a conocer los re- discuten los resultados comparando los bloques
cientes datos obtenidos, mostrando los resultados entre sí y jerarquizando en términos regionales al
de los sondeos realizados en los llamados Bloque CB 2. Así se contribuye con la discusión del uso del
1 y Bloque 2, distantes entre sí 15 m. Se brinda la espacio por parte de las poblaciones cazadoras re-
información arqueofaunística y tecnológica, como colectoras que ocuparon las cuencas de los lagos
así también los nuevos fechados radiocarbónicos. Tar y San Martín.
METODOLOGÍA
En el Bloque 1 se llevó a cabo un sondeo de 1 campo realizadas por este equipo de trabajo (Be-
m2, mientras que en el Bloque 2 se efectuó uno de lardi et al. 2007; Espinosa et al. 2008; Espinosa y Sú-
1 m2 (sondeo 1-2) y otros dos de 50 x 50 cm (son- nico 2008), se encuentran disponibles localmente
deos 3 y 4). En todos los sondeos se siguieron ni- (sensu Meltzer 1989). La excepción está dada por la
veles artificiales de 5 cm. El estudio de los materia- obsidiana, la que provendría de la Pampa del Asa-
les arqueofaunísticos se basó sobre el análisis del dor (ver Molinari y Espinosa 1999), ubicada a unos
NISP (número de especímenes identificados) y del 150 km lineales de la región de estudio (Espinosa y
MNI (número mínimo de individuos). Asimismo, Goñi 1999; Stern 1999; ver Belardi et al. 2006).
se registró el estado de los huesos, meteorización Las frecuencias de materiales arqueológicos re-
(Behrensmeyer 1978), presencia y tipo de marcas. cuperados en ambos sondeos es muy baja, por lo
Dado que la muestra está representada principal- que, si bien se han reconocido diferencias estrati-
mente por guanaco (Lama guanicoe) (Tabla 1), el gráficas, se decidió tomar los materiales de los di-
estudio se basa sobre el análisis de este taxón. No ferentes niveles de la excavación en conjunto. De
obstante, el resto del material comprende también esta manera, si bien se pierde resolución analítica,
choique (Pterocnemia pennata), roedor (Rodentia), es posible obtener un panorama más acabado de
mamífero grande (Mammalia) y aves indetermina- la información arqueológica. Al respecto, para po-
das. Aquellos elementos que no pudieron ser iden- der inferir y comparar la intensidad de ocupación se
tificados a nivel taxonómico se registraron como calcularon tasas de depositación de especímenes
indeterminados, constituyendo una parte muy pe- óseos (sobre la base del NISP de guanaco) y arte-
queña de la muestra de ambos bloques. factos cada 100 años -N especímenes-artefactos /
Con respecto al material lítico, se trabajó con (datación radiocarbónica/100) -(ver Borrero 1993;
la frecuencia de desechos de talla que poseían ta- Belardi 2005)-.
lón y los artefactos formatizados. De esta forma se Conjuntamente con los estudios mencionados
tiene un valor mínimo pero confiable del material se realizaron dataciones radiocarbónicas y se obtu-
lítico representado. Las variables principales consi- vieron valores de pH sobre muestras de sedimento
deradas fueron materia prima y tipos artefactuales del perfil estratigráfico. Las muestras se secaron
de acuerdo con la tipología propuesta por Asche- al aire y se tamizaron por malla de 2 mm. El pH se
ro (1975, 1983). Las materias primas aptas para la determinó potenciométricamente en la pasta satu-
talla fueron determinadas macroscópicamente y, a rada de los sedimentos. Los suelos ácidos, con va-
juzgar por la geología regional –afloramientos del lores inferiores a 7, son ambientes poco favorables
Complejo El Quemado (Fossa Manzini et al. 1938)- para la preservación, con un umbral de destrucción
el estudio de composiciones litológicas (Riccardi ubicado alrededor del valor 5 (entre otros, Hedges
1971), la presencia de diferentes sistemas moréni- y Millard 1995; Dent et al. 2004).
cos (Rabassa y Coronato 2002) y observaciones de
RESULTADOS
930
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)
Figura 3. Núcleos. Fila superior (Bloque 1): izquierda (-49 cm), centro y derecha (-59 cm). Fila inferior (Bloque 2):
(-76 cm).
N DESECHOS DE TALLA
NIVEL Guanaco
Con talón Sin talón
Superficie 0 2 0
Nivelación a
0 5 4
-14cm
-14/-19cm 1 13 20
-19/-24cm 1 17 22
-24/-29cm 6 23 23
-29/-34cm 8 25 27
-34/-39cm 0 13 20
-39/-44cm 1 13 21
-49/-54cm 4 7 5
-59/-64cm 2 2 1
-64/-69cm 0 0 0
sultado de 3000 ± 50 años AP (Belardi et al. 2007). ocupaciones en el Bloque 1. Por último, se obtuvo
Un nuevo fechado radiocarbónico realizado sobre una datación de 1530 ± 40 años AP para el axis de
el proximal de tibia de guanaco registrada a los -49 guanaco proveniente de un nivel superior (a -33 cm,
cm (nivel -44/-49 cm) dio como resultado 3800 ± 40 nivel -29/-34 cm) (Cuadro 2).
años AP. Estos fechados indicarían el inicio de las
diente fg 1 -24/-29cm
diente fg 1 -29/-34cm
esternebra fg 1 -29/-34cm
TOTAL 31
Cuadro 1. Características generales de la arqueofauna del Bloque 1. Los porcentajes corresponden al taxón guana-
co (NISP=31).
932
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)
Lutita 26 0 1 27 (19,9 %)
Dacita 20 0 0 20 (14,7 %)
Toba 18 3 0 21 (15,4 %)
Obsidiana 14 0 0 14 (10,3 %)
Calcedonia 10 0 0 10 (7,3 %)
Basalto 5 0 1 6 (4,4 %)
Riolita 5 0 0 5 (3,6 %)
Jaspe 2 0 0 2 (1,4 %)
Granito 1 0 0 1 (0,7 %)
Arenisca 1 0 0 1 (0,7 %)
Indeterminada 1 0 0 1 (0,7 %)
Datación corregida
Muestra (estratigrafía) Material Laboratorio Referencia
(años A.P.)
Fragmento de axis de
-33cm guanaco
1530±40 UGAMS# 2230 Este trabajo
Proximal + fragmento
-49cm de diáfisis de tibia de 3800±40 UGAMS# 2231 Este trabajo
guanaco
rodados de diferentes tamaños y la pendiente ha- diversidad es menor (Tabla 6), aunque también lo
brían favorecido la migración del material y por lo es su frecuencia. No obstante, es similar con res-
tanto, la posición vertical en la que fueron hallados. pecto a la baja presencia de obsidiana (13,9%), el
Esta misma característica del sedimento resultó en predominio de lascas angulares (90%), talones lisos
la imposibilidad de medir la profundidad de algu- (53,33%, n=16) seguidos por los facetados (10%) y
nos de los huesos, por lo cual se los registró indi- diedros (13,33%), por el hecho de no haberse regis-
cando -40+ cm de profundidad. trado lascas corticales y por las evidencias de man-
Por otra parte, fueron hallados huesos de un tenimiento de artefactos formatizados. El 56% de
mismo nivel que pudieron ser remontados, tal el los desechos de talla (n=14) no supera los 20 mm
caso de un proximal de fémur izquierdo de guanaco de longitud. Sólo dos desechos superan los 50 mm
+ diáfisis y dos fragmentos de la cabeza del fémur y tienen entre 61 y 70 mm. Se registró un núcleo
(-49/-54 cm); dos fragmentos de una diáfisis me- multidireccional agotado de toba (82 x 61 x 37 mm)
dial de metapodio (-49/-54 cm) y dos fragmentos (Figura 3, fila inferior).
de diáfisis medial de un húmero izquierdo, además El machacador fue seleccionado para su da-
de presentar huellas de corte (-74/-79 cm); también tación, dando como resultado una edad de 3290
dos escápulas izquierdas (distal + fragmentos de la ± 50 años AP; mientras que una vértebra cervical
hoja), una de ellas a -54 cm, y la otra a -78 cm. El de guanaco, proveniente del nivel -74/-79 cm, fue
51,8% de los huesos de guanaco presenta marcas fechada en 4720 ± 50 años AP (Belardi et al. 2007).
de raíces, y el 17,7% marcas de roedor, al igual que Este último fechado indicaría el nivel inicial de ocu-
el hueso de choique. Por último, a una profundidad pación del Bloque 2 (Cuadro 4).
de 59 cm fue hallado un machacador óseo en un En el bloque sur se efectuaron los sondeos de-
fémur derecho de guanaco que presentaba nega- nominados 3 y 4, a 3 m de distancia hacia el sur
tivos de lascado en uno de los bordes (ver Hajduk y respecto del sondeo 1-2. Al igual que en este últi-
Lezcano 2005). mo sondeo, se registraron rodados desde el inicio
El total de artefactos líticos recuperados es 41 de las excavaciones. La pendiente del terreno se
entre los que hay cuatro artefactos formatizados manifiesta en la diferencia de 62 cm existente en-
(dos bolas, un raspador y un FAF–fragmento de tre la superficie del sondeo 3 y la del perfil sur del
artefacto formatizado) y 32 desechos de talla con sondeo 1-2. En el sondeo 3 no se registraron ma-
talón, en donde se incluyen una hoja de lutita y otra teriales arqueológicos, dándolo por finalizado a los
de basalto (Tabla 4). La tasa de depositación arte- -50 cm. Por el contrario, en el sondeo 4, abierto a 1
factual es de 0,7 artefactos cada 100 años. m al oeste del sondeo 3, fueron recolectados dos
Si bien predominan a lo largo de la secuencia fragmentos de cráneo, uno de vértebra torácica y
los mismos tipos de rocas que en el Bloque 1, la dos carpianos (W=2) correspondientes a guanaco
Nivelación a -24 0 0 2 0 0
-24/-29 0 0 0 1 0
-29/-34 0 0 2 0 1
-34/-39 0 0 3 0 0
-39/-44 0 1 1 1 1
-44/-49cm 2 0 9 1 1
-49/-54cm 8 0 1 0 0
-54/-59cm 8 0 2 1 0
-59/-64cm 2 0 4 1 0
-64/-69cm 3 0 1 0 1
-69/-74cm 4 0 2 0 0
-74/-79cm 19 0 4 + 1 núcleo 0 0
-40+cm 33 0 0 0 0
TOTAL 79 1 32 5 4
934
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)
Cuadro 3. Características generales de la arqueofauna del Bloque 2. Los porcentajes corresponden al taxón guana-
co (NISP=79).
Tabla 6. Frecuencias y porcentajes de tipos artefactuales por materia prima en el Bloque 2. * Fragmento de arte-
facto formatizado
Muestra Datación
Material Laboratorio Referencias
(estratigrafía) corregida (años A.P.)
Proximal + fragmento de
-44 cm diáfisis de tibia de guanaco
3290±50 UGAMS# 1968 Este trabajo
Fragmento de vértebra
-78 cm cervical de guanaco
4720±50 UGAMS# 1970 Belardi et al. 2007
936
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)
y huesos de roedor. También se registró material La información presentada indica que si bien
lítico: tres lascas angulares, un fragmento de nú- pudieron migrar materiales desde el bloque sur
cleo, cinco fragmentos de lascas sin talón de toba (sondeos 3 y 4) hacia el bloque norte (sondeo 1-2),
y un fragmento de lasca sin talón de calcedonia. El la mayor intensidad de ocupación se dio en este úl-
sondeo finalizó a los -52 cm, dado que la capa de timo.
rodados impidió su continuación.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Los fechados radiocarbónicos obtenidos inme- miento de las carcasas. A la vez, el perfil anatómico
diatamente por sobre los niveles estériles del Blo- representado a lo largo de las estratigrafías indica
que 1 (3800 ± 40 años AP) y del Bloque 2 (4720 ± la presencia de elementos correspondientes a los
50 años AP) indican sus ocupaciones iniciales, ubi- distintos sectores anatómicos del guanaco.
cándolas a finales del Holoceno medio. La oferta de Con respecto a los materiales líticos, en los dos
reparo que brindan los bloques, el amplio campo vi- bloques predominan los desechos de talla (lascas y
sual que se tiene desde ellos, y las pampas y el ma- núcleos), mientras que los escasos artefactos for-
llín que se encuentran al pie de los mismos -y que matizados sólo fueron registrados en el Bloque 2.
concentran tropas de guanacos- habrían actuado La ausencia de desechos de talla de toba con reser-
como atractores para la ocupación humana. La in- va de corteza -materia prima en la que se registra-
formación provista por un perfil polínico obtenido ron los núcleos- indica que los primeros estadios de
en Ea. La Tercera (que se encuentra en el sector reducción de esta roca podrían haberse realizado en
medio de la margen sur del lago San Martín) indica otros sectores dentro de los mismos sitios. No obs-
que para estos momentos ya habrían regresado las tante, también podría haber sucedido que ante la
condiciones de menor disponibilidad de humedad, obtención de formas base adecuadas, estas hayan
características del lapso comprendido entre 7540 sido transportadas a otros espacios. Con respecto
años AP y 5700 años AP (Bamonte 2008). a las demás materias primas, pero principalmente
Sobre la base cronológica obtenida en los blo- respecto de artefactos formatizados en sílices pre-
ques hay dos aspectos que se destacan. Primero, sentes en el Bloque 2, habrían ingresado ya manu-
la gran diferencia entre ambos respecto de las pri- facturados, lo mismo que en el caso de las bolas.
meras ocupaciones -casi 900 años AP- y la baja tasa Las actividades habrían estado focalizadas en el
de depositación de arqueofaunas y artefactos (aún aprovechamiento circunstancial de rocas inme-
si se consideraran aquellos desechos sin talón), su- diatamente disponibles (Civalero y Franco 2003),
giriendo una muy baja intensidad de uso por parte tal lo manifestado por la presencia de los núcleos
de las poblaciones cazadoras recolectoras a lo lar- abandonados y el predominio de talones lisos, y
go del tiempo. Así y todo, también se observan va- en el mantenimiento y regularización de filos. La
riaciones, dado que el Bloque 1, a diferencia del 2, presencia de obsidiana, si bien en baja frecuencia,
presenta una tasa de depositación de artefactos de marca el acceso a los bloques desde el este.
casi el triple, aunque el Bloque 2 duplica la tasa de En conclusión, si bien se han registrado dife-
depositación de arqueofauna. rencias entre los Bloques 1 y 2, las bajas tasas de
Las condiciones de preservación de restos óseos depositación de arqueofaunas, artefactos líticos,
en los bloques, tal como lo muestran los valores de las características de ambos tipos de materiales y
pH, habrían resultado adecuadas, lo que permite la distribución de fechados radiocarbónicos sugie-
sostener que no habría habido una gran pérdida ren un empleo de los Bloques 1 y 2 por parte de las
de material óseo. No obstante, la diferencia en las poblaciones cazadoras recolectoras que, si bien
pendientes (mayor en el Bloque 2 -11º- con respec- redundante en cuanto a lo espacial, habría sido es-
to al Bloque 1 -6º-) y las características de los se- porádico y transitorio. De esta forma, puede soste-
dimentos (rodados glacifluviales y material fino en nerse el uso logístico pero temporalmente intermi-
el Bloque 2, y derrubio y material fino en el Bloque tente del CB 2. En este sentido se puede pensar en
1) habrían favorecido una mayor migración de los la obtención y transporte de formas base obtenidas
materiales arqueológicos en el Bloque 2. en los bloques hacia otros espacios y, a la vez, en el
En ambos bloques se registraron huesos de acceso a estos bloques de individuos ya equipados
guanaco con marcas de origen antrópico, aunque (ver Kuhn 1995).
en menor frecuencia en el Bloque 2. El porcentaje Sobre la base de información disponible para
de elementos fragmentados (87% en el Bloque 1 y las cuencas de los lagos Tar y San Martín (Belardi
91,1% en el Bloque 2) indicaría un intenso procesa- et al. 2007), la articulación del CB 2 se habría dado
AGRADECIMIENTOS
A las familias Vila Moret (Ea. La Angelita), Leyenda (Ea. La Maipú), Perazzo y Díaz (Eas. La Tercera y
El Castillo), Noble (Ea. Cach Aike), Jordana (Ea. Río Meseta), Leyenda (Ea. La Bernarda) y Soria (Ea. La
Vega). A Cielos Patagónicos (Ea. El Cóndor) y al propietario y personal de la Ea. Lago Tar por la ayuda
brindada en los trabajos de campo.
A la Comunidad de Tres Lagos y al Destacamento Lago San Martín de Gendarmería Nacional.
Al equipo de trabajo y a Mabel Bregliani (UNPA-UARG) por el análisis de los sedimentos y a Alejandro
Súnico por la información geológica brindada. Los comentarios realizados por Flavia Carballo Marina,
Silvana Espinosa, Gabriela Guraieb, Fabiana Martín y Diego Rindel ayudaron a clarificar nuestras ideas.
Las investigaciones se realizan con el apoyo de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral
(UNPA-UARG A/183/2), CONICET (PIP 6405) y ANPCyT (26295).
BIBLIOGRAFÍA
938
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)
940
El paraje de Ewan, un lugar de reunión
Selknam en el centro de la isla (Tierra del
Fuego, Argentina)
Igor Bogdanovic1, Edgard Camaros1, Hernán De Angelis2, Adriana Lasa3, M. Estela Mansur3, Alfredo
A B S T R A C T
Investigations carried out since 2003 in Tierra del Fuego were focused on the analysis of two sites at
the Ewan locality. Ewan I is located in a clearing in the forest, and it conserves parts of a hut structure;
Ewan II is inside the forest, under the ground, formed by a smaller structure. They are separated by
an intermediate area about 200 m long. This settlement pattern is coherent with the one described
in the ethnographic literature for the Hain ceremony. Excavation and analysis of both sites allowed
to propose a model where Ewan I is considered as a ceremonial hut and Ewan II as a domestic unit.
In order to contrast the model, new surveys were developed around Ewan II, using methodologies
adapted to the environmental characteristics of the forest and the hypothesis proposed. In this paper
we present the design and methodology of surveys and their results. Three new fireplaces were
discovered, thus bringing the number of domestic units to at least four. The spatial pattern of units
and the results from different analysis (zooarchaeological, archaeobotanical, etc.) on Ewan I and
Ewan II materials allow us to confirm the model proposed about ceremonial utilization of the site.
INTRODUCCIÓN
Figura 2. Planta del claro y localización de los sitios Ewan I y Ewan II-estructura 1.
942
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)
Figura 3. Vista de la choza de Ewan I, parcialmente oculta por el renoval de ñire (fotografía año 2003).
Figura 5. Interior con derrumbe de troncos de la estructura, antes de la excavación (fotografía año 2003).
Figura 6. Vista de la choza de Ewan I, con renoval inicial (fotografía año 1951, R. N. P. de Goodall).
dos fueron presentados en trabajos previos y comu- presentar el estado actual de las investigaciones
nicados en ocasión de la realización de las Jornadas realizadas y los resultados obtenidos desde enton-
de Arqueología de la Patagonia en Punta Arenas ces. Presentamos la cronología específica del sitio y
(Mansur et al. 2007). El objetivo de este trabajo es se discuten los datos obtenidos a partir del estudio
944
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)
de los diferentes tipos de restos, que permiten co- prender mejor la dinámica de funcionamiento del
rroborar la atribución ceremonial de Ewan I y com- asentamiento.
Figura 7. Choza del Hain celebrado en Laguna Pescado, según Gusinde (1982 [1931]).
Figura 8. Planta del Hain de Laguna Pescado, según Gusinde (1982 [1931]).
que estaba orientada hacia el este, para “facilitar” el futuro para la misma función -nunca para otros
la entrada y salida de los espíritus. Si era posible se fines-. La choza del Hain quedaba completamente
buscaba instalar la choza ceremonial en un lugar vacía e incluso, según cita Gusinde (1982 [1931]),
un poco elevado con respecto al de las chozas de se eliminaban las evidencias que pudieran revelar
vivienda, para dominarlas y a la vez ser bien visible la naturaleza de las actividades allí realizadas. Así
desde ellas (Gusinde 1982 [1931]; Chapman 1986). se destruían en el fuego los restos alimentarios, se
La choza ceremonial se construía con una can- escondían las máscaras y se limpiaba el interior de
tidad variable de troncos, aunque generalmente se la choza.
citan alrededor de una cincuentena. Siete de estos Las estructuras habitacionales se situaban al
troncos ocupaban una posición determinada si- Oeste, en el interior del bosque, a unos 200 m de
guiendo los puntos geográficos E, NE, N, NO, O, SO la choza ceremonial. Estaban distanciadas entre
y S, en el punto SE no se colocaba ningún tronco. ellas por unos 20 m (Gusinde op cit). Eran más pe-
El eje principal se articulaba colocando primero los queñas y también estaban organizadas alrededor
troncos del punto E y O, y sobre ellos se apoyaba el de un fuego central. Su entrada quedaba orientada
resto. Los intersticios se llenaban con otros palos, igualmente hacia el Este, protegida así de los vien-
para luego cubrir todo con terrones de pasto y pie- tos dominantes.
les de guanaco. El suelo era cubierto con hierbas. La celebración del Hain podía durar varios me-
Los troncos se encajaban entre ellos gracias a las ses y en él participaban numerosas personas que
ramificaciones de la parte superior. La entrada se se congregaban para este fin. Era por lo tanto un
situaba en el Este, es decir en el lugar protegido de motivo de reunión entre familias de los diferentes
los vientos predominantes. linajes selknam que vivían en diferentes territorios
En el interior de la choza ceremonial se encen- (denominados Haruwen). Si los alimentos empe-
día una gran hoguera central alrededor de la cual se zaban a escasear en los alrededores tanto la choza
desarrollaban las actividades secretas de los hom- ceremonial como las habitacionales se trasladaban
bres-espíritus. El espacio situado entre esta choza y a otro emplazamiento.
las habitacionales era el escenario donde se repre-
sentaban los mitos-origen del orden social. El sitio Ewan
Una vez finalizado el ritual, la choza del Hain Ewan I
era abandonada, aunque se dejaban los palos es- Los trabajos realizados a lo largo de cuatro
tructurales en pie para poder ser aprovechados en campañas permitieron verificar, como hemos se-
946
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)
Figura 9. Ewan I. Distribución de materiales coordenados en A3 y situación de las bases de los troncos en pie.
ñalado, que la choza de grandes dimensiones, que recuperados fuera de la estructura de combustión y
se denominó Ewan I, se situaba en el momento en la ausencia de materiales en el exterior de la choza.
que fue construida en el margen de un claro del Ewan I tiene un diámetro de 6 m, y una altura máxi-
bosque de Nothofagus, a unos 5 a 7 m de la primera ma en la parte interior de 3,17 m.
línea de árboles (Figuras 2 y 6). La excavación per-
mitió caracterizar el sitio, tanto en el plano de uso Ewan II-estructura 1
del espacio y las técnicas constructivas, como en lo Al contrario de Ewan I, el sector correspon-
que se refiere a las actividades llevadas a cabo en diente a Ewan II no mostraba restos estructurales
su interior. aún en pie. Su localización fue posible gracias a las
Se trata de un sitio arqueológico en el que se prospecciones sistemáticas llevadas a cabo a lo lar-
conservaron restos de una estructura cónica de ma- go de las márgenes del claro, dentro de los límites
dera, algunos en pie y otros derrumbados en forma del bosque antiguo de ñire circundante al claro de
radial, localizados en el transcurso de la excavación Ewan.
(Figura 5). La disposición de los palos conservados La primera campaña de prospección permitió
permitió evidenciar que los principales estaban si- identificar un único lugar en el cual se recuperaron
tuados en los puntos Este, Noroeste y Sudoeste. El restos óseos y fragmentos de valva termoaltera-
centro de la choza estaba ocupado por un área de dos, junto con cenizas y carbones (Ewan II-estruc-
combustión de gran tamaño en la que se recupera- tura 1). La excavación realizada en este lugar per-
ron grandes cantidades de huesos calcinados, car- mitió corroborar que se trataba del punto central
bones y semillas carbonizadas. Alrededor de esta de una estructura de combustión, en cuyo interior
estructura de combustión se descubrieron escasos se conservaban aún leños parcialmente quemados.
huesos dispersos, semillas y carbones, pequeñas Dentro de la misma y en su periferia, se descubrió
motas de colorantes, así como algunas microlascas abundante material arqueológico (Figura 10). Ade-
de vidrio relacionadas con la producción de puntas más, en el transcurso de la excavación, fue posible
de proyectil y de raspadores (Figura 9). La estruc- localizar una serie de troncos caídos que al menos
tura de combustión mostraba una gran perturba- en parte podrían corresponder a los restos de una
ción debido a una excavación antigua y la actividad estructura habitacional de la cual ya no se conser-
de conejos, debido a ello no fue posible establecer vaba en pie la estructura aérea. Las informaciones
bien sus límites. Destaca la poca densidad de restos etnográficas mencionan que las mujeres traslada-
ban los palos de las chozas, y existen imágenes que las características de los sitios permitían corroborar
así lo muestran, por ello el hallazgo de los troncos que nos encontrábamos ante un sitio ceremonial
caídos sobre el nivel arqueológico nos llevó a for- de características similares a las descritas a partir
mular la hipótesis de su pertenencia a la estructura de la etnografía. Sin embargo, aún cuando la base
habitacional. La identificación de los troncos fue documental para la interpretación de la función de
efectuada en función de su orientación, tamaño, cada sitio fuese sólida, consideramos que la confir-
características morfológicas y marcas antrópicas, a mación de este modelo requería que se detectasen
fin de diferenciarlos de los que pudiesen provenir otras unidades domésticas. Según los datos etno-
del decaimiento natural del bosque. gráficos, la celebración del Hain era motivo de reu-
Las dimensiones de la estructura fueron es- nión de diversos grupos. Por ello, para contrastar el
timadas en función de la dispersión de los restos modelo, se debería poder documentar la existencia
arqueológicos, en particular de las microesquirlas de diversas unidades habitacionales ocupadas por
de vidrio, y en relación con la longitud de los tron- los participantes. Con este objetivo se llevaron a
cos que se han conservado enteros (que indicarían cabo nuevas prospecciones arqueológicas en Ewan
la máxima dimensión posible). Estas son menores II, utilizando diversas metodologías adaptadas a las
que las de Ewan I, se ha estimado que ésta habría características ambientales del bosque y en función
tenido un diámetro de entre 3-4 m. El área de com- de las hipótesis propuestas.
bustión ocupaba un lugar central y en ella también Para diseñar la metodología de la prospección,
abundaban los restos de huesos calcinados, semi- se tuvieron en cuenta los resultados del análisis
llas y carbones. Sin embargo en Ewan II-estructura geoestadístico de la distribución espacial de los res-
1 abundan también los restos de vidrio, tanto de tos en Ewan II-estructura 1. La correlación espacial
microlascas como de instrumentos. En este sitio de las distribuciones de las diferentes categorías
el área de dispersión de los restos es mayor que en de elementos permitió establecer una hipótesis de
Ewan I; además los restos no se encuentran exclusi- perímetro de la choza (Mansur et al. 2007), concre-
vamente en el interior del área de combustión. tamente la categoría vidrio fue la que presentó la
mayor correlación espacial (3,27 m).
Las nuevas estructuras de Ewan II Tomando como punto de partida esta hipótesis
A partir de los datos obtenidos en Ewan I y Ewan de perímetro se decidió prospectar de manera sis-
II-estructura 1 se consideró que el patrón espacial y temática el sector que se encuentra al norte de la
948
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)
estructura 1 de Ewan II (Figura 11). Se efectuó un decidió plantear un retículo con líneas cada 1 m, es
muestreo mediante sondeos de 1 m2, distanciados decir efectuar los sondeos de barreno en cada es-
cada 3 m. Algunos de los sondeos debieron ser li- quina de m2. Si bien la muestra recuperada es de
geramente desplazados, debido a la presencia de pequeño diámetro como para esperar que conten-
árboles. ga restos arqueológicos, es del tamaño suficiente
El tamizado de los sedimentos de los sondeos para detectar cambios en la coloración de los se-
no reveló la presencia de ningún material arqueoló- dimentos debidos a la acumulación de cenizas o
gico. En consecuencia, podemos considerar que no la termoalteración del suelo, lo cual permitiría de-
hubo otras unidades domésticas en ese sector. En tectar la existencia de estructuras de combustión
nuestra hipótesis, de haberse mantenido constan- (Figura 11).
te la correlación espacial de la categoría microlas- Los sondeos efectuados mediante este proce-
ca de vidrio, tal como se daba en la estructura 1 de dimiento permitieron localizar tres nuevas áreas de
Ewan II, el sistema de prospección utilizado debería combustión, que podrían corresponder a otras tan-
haberlas detectado. tas estructuras habitacionales. Las áreas de com-
La segunda serie de sondeos fue efectuada ha- bustión detectadas se caracterizan por la presencia
cia la zona ubicada al sur de Ewan II-estructura 1. de sedimentos termoalterados, carbones, micro-
En esta serie se decidió implementar una nueva lascas de vidrio y hueso calcinado. Estas estructu-
metodología de testeo, mediante la utilización de ras de combustión se distancian unas de otras en
barreno manual, que permite extraer pequeñas unos 10-11 m y se encuentran alineadas siguiendo
muestras de alrededor de 7 cm de diámetro. Los el margen del bosque (Figura 12). Todas tienen una
pequeños orificios que se generan pueden ser re- visual directa de la choza Ewan I, de la cual distan
llenados fácilmente y reducen el impacto en el bos- aproximadamente 200 m. Esta distribución espa-
que. Sin embargo, al reducir el área de la superficie cial refleja por lo tanto un patrón de asentamiento
muestreada, resultaba necesario redefinir la estra- similar al descrito por las fuentes etnográficas para
tegia de muestreo a aplicar. la implantación de las estructuras del Hain.
En este caso, en vez de la correlación espacial Las nuevas zonas de combustión detectadas ele-
de la categoría vidrio, se consideraron los diáme- van la cantidad de estructuras de la zona doméstica
tros de las dos áreas de combustión excavadas, que a como mínimo cuatro, y permiten delimitar parte
en ambos casos superan 1 m. En consecuencia, se de la zona doméstica. Así, tanto la estructuración
Figura 12. Ubicación de las cuatro unidades localizadas en el sitio Ewan II.
espacial de las unidades, como los resultados de las Ewan II permiten confirmar el modelo propuesto
diferentes líneas de análisis abordadas en Ewan I y sobre el uso ceremonial del sitio.
950
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)
tructura de tipo choza, aunque más pequeña que ciperáceas, todas ellas presentes en frecuencias
la de Ewan I. Una discusión más detallada sobre los mucho más bajas. Cabe señalar que exceptuando
restos de madera de Ewan I y Ewan II-estructura 1 los taxones principales la diversidad documentada
se encuentra en Caruso (2008) y en Caruso, Mansur es similar en ambas estructuras.
y Piqué (2008, en este volumen). Si bien existe la posibilidad de consumo alimen-
tario de estos vegetales, considerando que la distri-
Los restos alimentarios bución de algunas de estas especies se restringe a
El estudio de los restos recuperados en Ewan I y las inmediaciones de las áreas de combustión, tam-
Ewan II-estructura 1 muestra claras diferencias en bién es posible que la presencia de semillas carbo-
lo que se refiere a la alimentación y las actividades nizadas se deba a la quema accidental por arrastre
desarrolladas en cada sitio. de las plantas que crecían en el entorno. De todos
Los restos alimentarios de origen animal indi- modos, la elevada frecuencia de Gallium en Ewan II
can diferencias en cuanto a los taxones consumidos y Empetrum en Ewan I indican que su aporte al sitio
y a la gestión de los residuos (Camaros y Parmigiani es de origen antrópico, y no debido a causas natu-
2007; Camarós et al. 2008 en este volumen). Mien- rales. También se pudo documentar la presencia de
tras que en Ewan I predomina el consumo de gua- especies aportadas desde cierta distancia como por
naco (representa el 72% de los restos determina- ejemplo Cyperaceae y Plantaginaceae que crecen
bles) en Ewan II, junto al guanaco (33,2%), también en medio acuáticos y que pudieron ser aportados
se consumieron ovicápridos (23,9%), introducidos para otros usos.
por los europeos para la explotación de la lana.
En ambas estructuras se evidenció el consumo de Instrumentos y restos de vidrio
moluscos, principalmente lapas (Nacella sp.), aves Los instrumentos recuperados están todos
y peces, aunque estos últimos están representa- confeccionados en vidrio, materia prima de origen
dos en frecuencias muy bajas. Cabe remarcar que industrial introducida por los europeos y que subs-
el mar se encuentra a 12 km de distancia de Ewan. tituyó muy rápidamente las materias primas líticas
Respecto a la gestión de los residuos mientras que locales. Además de las informaciones etnográficas
en Ewan I casi la totalidad de los restos se encon- al respecto, no es infrecuente el hallazgo de res-
traban en el interior de la estructura de combustión tos de vidrio en sitios arqueológicos de cronología
en Ewan II se documenta mayor dispersión de res- reciente. Uno de los mejores ejemplos es el de la
tos. Así mismo entre estos últimos se documentó impronta de vivienda selknam Nº 89 del campa-
mayor número de restos no termoalterados, la mento de Tres Arroyos, donde hay abundantes mi-
presencia de marcas de carnívoros y de alteración crolascas de vidrio (Massone et al. 1993). En Ewan
por exposición a la intemperie, lo que evidencia también se recuperaron restos de hierro aunque se
diferencias con el manejo de los residuos. Mien- encontraba muy deteriorado y no fue posible reco-
tras que en Ewan I se arrojaron al fuego todos los nocer el tipo de artefacto que fue confeccionado
residuos alimentarios de origen animal en Ewan II con esta materia prima. Cabe destacar que la talla
esta práctica de eliminación de residuos fue menos de vidrio está bien documentada en Ewan II don-
exhaustiva. de se han recuperado pedazos de vidrio de proce-
Los restos de origen vegetal también son abun- dencia diversa (vidrios rodados de playa y trozos
dantes en el sitio y presentan diferencias significa- de botella con fracturas frescas), restos de talla y
tivas. La flotación de los sedimentos permitió recu- productos. El análisis de los restos de vidrio de am-
perar miles de semillas carbonizadas que han sido bos sitios fue objeto de un estudio que se presen-
objeto de un estudio exhaustivo (Berihuete Azorín ta en este mismo volumen (De Angelis 2008). En
2006). En Ewan I se pudieron determinar 2862 res- vidrio se manufacturaron principalmente puntas
tos entre los que predominan Empetrum rubrum de proyectil y raspadores, aunque también se han
(95%), un pequeño arbusto con bayas comestible documentado instrumentos con retoque bifacial.
que crece en los bosques fueguinos. En Ewan II- La cantidad de restos de vidrio de Ewan II es muy
estructura 1 se determinaron 316 restos entre los elevada. En cambio en Ewan I apenas se recupera-
que, en cambio, predominan los de una planta ras- ron varias decenas de microlascas procedentes de
trera: Gallium sp. (70%). Entre estos algunos per- materias primas diversas. Posiblemente estas mi-
tenecen a la especie G. aparine, introducida por los crolascas fuesen resultado del reavivado de filos o
europeos, mientras que otros corresponden a las retocado de algunos instrumentos para su acabado
especies locales. También se recuperaron restos de (De Angelis 2008).
otros 6 géneros (Bromus sp., Carex sp., Cerastium En ambos sitios se recuperaron restos de pig-
sp., Festuca sp., Lolium sp. y Polygonum sp.) y diver- mentos de ocre tanto dispersos como en las áreas
sas familias entre las que destacan las gramíneas y de combustión.
952
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)
Las áreas de combustión y el combustible leña así producida era después recolectada y trans-
Las estructuras de combustión de ambas cho- portada por las mujeres, que para este fin utiliza-
zas presentan características similares. Se trata de ban una correa portadora con la que sujetaban los
fogones planos, sin preparación previa, que fueron haces. En cuanto a la morfología de la leña, Gusin-
utilizados presumiblemente para obtener luz y ca- de (1982 [1931]) señala que se utilizaban grandes
lor, aunque también para destruir los residuos, en troncos, que se iban acercando al fuego a medida
su interior se concentraban la mayoría de los res- que se consumían. Los textos citan también el uso
tos, todos ellos termoalterados. La estructura de de antorchas, confeccionadas con ramas de Empe-
combustión de Ewan I estaba parcialmente destrui- trum, en actividades como la caza de aves.
da por un antiguo pozo de huaqueo y una conejera, El estudio de los carbones de Ewan I y Ewan
por lo que no fue posible ni delimitar su perímetro II muestra pocas diferencias en el consumo del
ni la profundidad del sedimento termoalterado. combustible vegetal entre ambas chozas (Caruso
En cambio la estructura de combustión de Ewan 2008). Se recolectaron troncos y ramas de gran ta-
II-estructura 1 estaba en perfecto estado y, como maño de Nothofagus antarctica que es la especie
hemos señalado todavía conservaba leños parcial- predominante en el bosque que rodea Ewan, así
mente quemados de considerables dimensiones. lo indica tanto los leños recuperados como la débil
El área de combustión presentaba una sucesión curvatura de los anillos de crecimiento de la mayo-
de capas de diferente coloración y composición: ría de los carbones. Sin embargo en Ewan I apare-
F1- capa superior compuesta por ceniza, carbón cen algunos fragmentos de carbón de Empetrum
y huesos termoalterados, todo muy suelto. rubrum. La presencia de carbones de Empetrum
F2- por debajo de F1, se trata de una superficie es muy baja lo que contrasta con la gran cantidad
de sedimento amarillo rico en residuos óseos y de de semillas recuperadas. Su presencia podría rela-
moluscos calcinados que correspondía al centro del cionarse bien con el uso de ramas de esta especie
área de combustión y donde probablemente la ac- para confeccionar antorchas, uso mencionado en
ción del fuego fue más intensa. la literatura etnográfica, lo cual explicaría el hecho
F3- sedimento rojizo que en su parte superior de que las semillas carbonizadas se han encontrado
presentaba también abundancia de material ar- fuera del área de combustión, o con algún otro uso
queológico. Corresponde a sedimento original del en relación con la gestión del fuego. Eventualmen-
suelo, que debe el cambio de coloración a la expo- te también podría tener que ver con un modo de
sición continuada al calor. recolección de frutos para el consumo, arrancando
F4- capa de sedimento negro y estéril, producto ramas enteras con frutos para ser consumidos en la
también del calor del fuego y de la falta de oxige- choza y la posterior quema de las ramas sobrantes
nación. con frutos no comestibles, aunque para este modo
Como hemos señalado destaca la gran canti- de consumo no existan referencias etnográficas.
dad de restos recuperados en el interior del área Un rasgo sobresaliente del área de combustión
de combustión, especialmente de hueso. También de Ewan II-estructura 1 es precisamente la presen-
se recuperaron instrumentos, fragmentos y micro- cia de abundantes carbones y troncos de madera
lascas de vidrio que pueden haber sido arrojados al parcialmente carbonizados. Los análisis efectuados
fuego intencionalmente, algunos de estos restos sobre estos restos indican que se trata de madera
presentaban señales de alteración por causa del de Nothofagus antarctica, que es la más abundante
fuego. en el entorno del yacimiento. Cabe destacar las di-
El estudio de las estructuras de combustión mensiones de estos palos, sus diámetros máximos
también permite discutir el uso de la madera como oscilan entre los 19 y los 6 cm, mientras que la parte
combustible; los resultados obtenidos concuerdan conservada de los más largos tiene entre 83 y 190
con algunas de las menciones etnográficas sobre cm. Las dimensiones y marcas de corte de los palos
la gestión del combustible vegetal entre los Selk- indican que para su recolección se invirtió un cierto
nam. En las fuentes etnográficas hay pocas refe- tiempo de trabajo y que el combustible no se reco-
rencias sobre los combustibles utilizados, aunque lectó al azar, se escogieron troncos y ramas de gran
se describen ciertos aspectos de la recolección del porte y para su extracción se utilizaron instrumen-
combustible o la gestión del fuego. Gusinde (1982 tos. Los palos mayores estaban todos orientados
[1931]) indica que los niños y niñas se encargaban según su eje más grande en dirección Este-Oeste
de recolectar ramitas, las mujeres arrancaban ra- y ocupaban el sector Este del área de combustión.
mas de los árboles, mientras que los hombres aba- Esta disposición de los troncos tiene que ver con la
tían ramas y desarraigaban troncos con sus lazos. gestión del fuego y del espacio ocupado. Los datos
Generalmente se buscaba leña muerta, aunque se etnográficos describen que los troncos utilizados
evitaba aquella en proceso de descomposición. La como leña sobresalían por la puerta de la choza, es-
tos eran introducidos a medida que se consumían. por sus características y localización podrían co-
Según la disposición de los troncos del fogón es rresponder a los palos de las estructuras. Sin em-
factible considerar que su orientación puede estar bargo la fecha reciente del sitio está avalada por la
relacionada con la existencia de una abertura en la presencia de materiales de origen europeo como el
estructura habitacional. vidrio, el metal o los ovicápridos, presentes en am-
bas estructuras y en los sondeos realizados.
Cronología y época de ocupación del sitio También fue posible determinar que la madera
La conservación de troncos de madera de Ewan se cortó al inicio del periodo vegetativo del tronco,
I permitió datar el sitio mediante dendrocronolo- es decir, en primavera. Por otra parte la presencia
gía. La datación, realizada por G. Masaccessi situó de frutos de Empetrum indica que el sitio fue ocu-
la fecha de construcción de la choza en el año 1905 pado durante el verano, momento en que fructifi-
(Berihuete et al. 2007; Caruso, Berihuete y Mensua ca esta especie. Podemos considerar, por lo tanto,
2008). Hasta el momento no ha sido posible cofe- que nos encontramos con una ocupación de prima-
char los troncos de Ewan I y Ewan II-estructura 1, vera-verano. Cabe señalar que los datos etnográfi-
ello es debido al mal estado de conservación de la cos indican que desde finales de primavera hasta el
mayoría de los troncos, que han perdido la albura, otoño, cuando el alimento era más abundante, era
aunque también a problemas de la propia especie frecuente que diversas familias acamparan en los
para ser fechada por este método. La datación mismos lugares. Por otra parte las pautas de mo-
dendrocronológica sigue en curso y esperamos vilidad descritas por la etnografía indican que en
poder establecer el momento de corte de los tron- invierno se desplazaban hacia la costa, siguiendo la
cos de Ewan II, tanto los de la estructura 1 como de migración del guanaco, mientras que en primavera
otros troncos asociados a las diferentes áreas de y verano se establecían en el interior, por las mis-
combustión identificadas hasta el momento, que mas razones.
CONCLUSIONES
Así, en función de la información oral, de los Los restos localizados en cada una de las es-
datos arqueológicos de ambos sitios, de la con- tructuras excavadas (Ewan I y Ewan II-estructura 1)
frontación con la información etnográfica y de los muestran diferencias que sin duda son consecuen-
datos actualísticos y experimentales, información cia de las actividades específicas que se desarrolla-
actualística sobre otras chozas conocidas y expe- ron en uno y otro lugar. Las diferencias se dan tan-
rimentales, consideramos estar en condiciones de to en la localización y tamaño de las estructuras,
confirmar la atribución ceremonial de la localidad mayor en el caso de la choza ceremonial, como en
Ewan. Ewan I puede ser interpretado como la choza las categorías de materiales presentes en cada una
ceremonial, mientras que las diferentes estructuras de ellas. Tanto los restos alimentarios (vegetales y
localizadas en el sector de Ewan II corresponderían animales) como los restos de instrumentos e inclu-
a las estructuras domésticas. so algunos tipos de combustibles presentan dife-
Se trata de un lugar de reunión ocupado en rencias. Los resultados obtenidos presentan datos
primavera-verano, en el que se erigieron un míni- relevantes sobre el ceremonial selknam, pero tam-
mo de cuatro unidades habitacionales y una choza bién sobre las pautas de movilidad ya que la pre-
de gran tamaño para la celebración de un Hain. La sencia de materiales de origen costero (moluscos,
relación entre las estructuras consideramos queda peces y materias primas vítreas) indica que la línea
corroborada por la presencia de materiales de ori- de costa era visitada para abastecerse de determi-
gen europeo, la estación de ocupación indicada por nados recursos.
la fructificación de las semillas presentes.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo forma parte del proyecto “Sociedad y ritual en grupos cazadores-recolectores. El uso del
bosque como espacio ritual entre los Selknam de Tierra del Fuego”, que se desarrolla en colaboración en-
tre el Centro Austral de Investigaciones Científicas en Ushuaia, la Universidad Autònoma y el Laboratorio
de Arqueología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Barcelona. Ha contado con subsi-
dios para excavaciones del Ministerio de Cultura de España (Programa de Excavaciones en el Extranjero
2003-2005).
Queremos destacar nuestro agradecimiento a la familia Goodall, que nos recibió con cordialidad y
apoyó en los trabajos de campo, así como a Natalie P. de Goodall, quien nos suministró información y do-
954
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)
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956
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una
ocupación costera de cazadores terrestres¹
Elisa Calás1 y Marcela Lucero2
A B S T R A C T
This paper presents the excavation findings at the Marazzi 2 site (Bahía Inútil, Tierra del
Fuego). The characteristics of the settlement, its chronological context, and the lithic
and archaeofaunistic evidence are submitted. Finally, the adscription of the cultural
deposits is discussed as well as the different occupations represented at the site.
INTRODUCCIÓN
SITIO Y ESTRATIGRAFÍA
Ubicado cerca de la desembocadura del río rello et al. 1998). El Sector 1 (de aproximadamente
Torcido, en el sector sur-oriental de Bahía Inútil, 6000 m²), ubicado a 35 m de la línea de alta marea
este sitio fue dividido en dos sectores, separados actual de la bahía, corresponde a la terraza fluvial
por aproximadamente 100 m de largo, según su baja del río Torcido (2-3 m s.n.m.), la cual presen-
geomorfología y componente arqueológico (Mo- taba, en áreas erosionadas y perfiles expuestos,
958
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres
Figura 4. Perfil Oeste del pozo 3 (izquierda), perfil Sur del pozo 90N/1E (centro) y perfil Norte del pozo 25N/35E
(derecha), Sector 1.
LA FAUNA
3C C 7 1 2 - - - 1 - 12 2
D 3 - - - - - - - 3 -
960
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres
peces (1,3%), otáridos (1,2%), zorro colorado (Dusi- no habría sido afectada significativamente por la
cyon culpaeus) (0,8%) y cetáceos (0,2%) (Figura 7). densidad mineral de los huesos. La única excep-
El guanaco es el taxón que domina en toda la ción la encontramos para los individuos adultos del
secuencia (NISP=959) (Tabla 2). Este grupo se en- estrato E, donde se observa una leve tendencia a
cuentra representado principalmente por indivi- que se encuentren más representadas las unidades
duos adultos (Figura 13), con porcentajes (MNI) de menor densidad (r=-0,299 p=0,030 n=53). Sin
que van entre 57,2 (estrato B) y 71,5 (estrato C), embargo, es necesario aclarar que la muestra que
aunque la cantidad de individuos jóvenes no deja aportó este estrato es bastante menor en compa-
de ser menor (entre 28,5% y 42,8%). Es llamativa ración a los estratos superiores, por lo que este re-
la presencia recurrente de individuos neonatos, los sultado podría ser poco representativo.
que incluso llegan a conformar el 100% de los indi- De esta forma, encontramos representado casi
viduos juveniles en el estrato D. Dentro del conjun- la totalidad del esqueleto (Figura 17), el cual exhibe
to de guanacos se pudieron identificar también al múltiples huellas de origen cultural. Las más abun-
menos dos individuos machos (estratos C y D) y una dantes son las huellas de corte (entre 9,5% en el
hembra (estrato D). estrato B y 30% en el estrato C), las que se pueden
También se realizó un análisis de utilidad eco- observar en la mayor parte de las unidades anató-
nómica, para lo cual se usó el índice propuesto por micas (Figura 8). Este tipo de huellas son producto
Borrero (1990). Este análisis no arrojó resultados tanto de actividades de trozamiento y desarticu-
significativos, lo que quiere decir que, en este caso, lación, como también de descarne. También son
la representación de unidades esqueletarias no de- frecuentes las huellas de impacto por percusión
pende de la cantidad de carne adherida a éstas. sobre los huesos, las que, en su totalidad, se ubican
La única excepción se presenta en el estrato D, sobre huesos largos (entre 3,3% en el estrato B y
para los individuos jóvenes, pues aquí se observa 10,6% en el estrato E). Además de esto, se obser-
una leve tendencia a que se encuentren mayor- varon algunos artefactos óseos, entre los que pre-
mente representadas las unidades de mayor rendi- dominan los huesos largos con corte perimetral (3
miento cárneo (r=0,385 p=0,005 n=52). en el estrato B, 11 en el estrato C y 1 en el estrato
Además se ha realizado un análisis de densi- E). También aparecen otro tipo de artefactos, de
dad ósea, para lo cual se utilizó el índice propues- los cuales uno se identificó como retocador y otro
to por Stahl (1999). Aquí los resultados muestran como punzón, además de unos probables yunques
que la representación de unidades esqueletarias óseos y un hueso largo con restos de pigmento. Los
25N/35E 3 y 90N/1E 3C
TOTAL
A B C D B C D E F A B C D
Cráneo+Maxila 4 3 19 - 9 19 13 1 - - - - - 68
Mandíbula 2 1 4 1 3 5 4 - - - - - - 20
Incisivos 3 4 1 - 1 4 2 - - - 2 - - 17
Caninos - 1 - - 2 3 - - - - 1 - - 7
Molares 7 3 2 13 11 18 1 4 3 62
Hyoides 3 1 - - 2 1 2 - - - - - - 9
Atlas 4 - 2 - - 3 3 - - - 1 - - 13
Axis - - 2 - - 1 2 1 - - - - - 6
V. Cervical 4 5 13 1 10 16 12 6 - - - - - 67
V. Torácica 5 4 16 - 8 25 13 4 - - 2 2 - 79
V. Lumbar 10 6 23 1 14 22 14 3 - - 1 2 - 96
V. Sacra - 3 - - 1 5 - 1 - - 2 - - 12
V. Caudal - - 2 - - 3 3 - - - - - - 8
V. indet. 8 - 4 - 1 3 7 3 - - 3 - - 29
Esternebra - - 1 - 1 - - - - - 1 - - 3
Costilla 9 16 48 3 18 32 18 1 - - 5 1 - 151
Arco Intercostal 1 - 1 - 1 - - - - - - - - 3
Escápula 1 3 9 2 3 12 3 1 - - - - - 34
Húmero Px 1 2 5 - 1 4 - - - - - - - 13
Húmero Df 1 1 8 4 2 12 2 3 - - 3 - - 36
Húmero Ds 1 - 8 1 1 6 5 3 - - 1 - - 26
Radio Ulna Px 2 3 2 - 2 6 3 - - - 1 - - 19
Radio Ulna Df 3 2 7 1 3 11 8 1 - - 1 - - 37
Radio Ulna Ds 1 2 7 - 2 4 1 1 - - - - - 18
Carpianos 5 5 6 1 18 26 11 1 1 1 7 - - 82
Metacarpo Px 1 - 8 1 1 6 3 - - - - 1 - 21
Falange 1 anterior 5 2 5 1 6 8 - - - - 2 - - 29
Falange 2 anterior 1 - 2 - 4 10 - - - - 2 - - 19
Falange 3 anterior - - - - - 1 - - - - - - - 1
Pelvis 2 - 7 - 1 11 3 2 - - - - - 26
Fémur Px 2 1 5 1 2 2 3 - - - - - - 16
Fémur Df 1 1 5 1 4 6 4 2 - - 1 - - 25
Fémur Ds - 1 - 1 2 1 2 1 - - - - - 8
Patella 1 - - - 1 1 - - - - - - - 3
Tibia Px 2 - 9 2 - 4 3 - - - - - - 20
Tibia Df 1 4 9 2 5 15 13 1 - - 1 1 - 52
Tibia Ds 2 3 3 - 3 7 1 3 - - 1 - - 23
Astrágalo 1 2 3 - 2 6 2 - - - - - - 16
Calcáneo 2 2 2 - 3 6 2 - - - 2 - - 19
Tarsianos 5 2 9 13 11 6 1 1 2 50
Metatarso Px 3 2 - 1 4 12 3 - - - 3 - - 28
Falange 1 posterior - 1 3 - 3 4 1 - - - 1 - - 13
Falange 2 posterior - 1 - - 1 2 1 - - - 1 - - 6
Falange 3 posterior - - - - - 1 - - - - - - - 1
Hueso corto indet. - - - - - - - - - - 1 - - 1
Metapodio Px 1 - 2 - 1 5 1 - - - - - - 10
Metapodio Df 10 2 19 - 9 15 7 2 - - 2 - - 66
Metapodio Ds 2 5 10 1 13 21 10 1 - 1 3 - - 67
Falange 1 indet. 14 5 24 - 27 30 19 1 - 1 5 - - 126
Falange 2 indet. 3 1 5 - 10 5 6 1 - - - - - 31
Falange 3 indet. - 2 - 1 4 - - - - - - - - 7
Falange indet. 1 - - - 2 1 1 - - - 1 - - 6
Sesamoideo 5 2 1 - 6 5 3 1 - - 2 - - 25
962
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres
restos óseos con huellas de exposición al fuego son en estratos B y C) y caviormofos indeterminados
mínimos, correspondiendo en todos los estratos al (1,9% - exclusivamente en estrato C). La presencia
2% del total, a excepción del estrato E, donde re- de huellas de ácidos digestivos en algunos especí-
presentan el 19%. menes evidencia que algunos restos fueron intro-
ducidos al yacimiento por aves o zorros. Sin em-
bargo, en el estrato B se encontró una mandíbula
de Ctenomys magellanicus quemada y que también
presentaba huellas de corte (Figura 9). Este tipo de
evidencia nos indica que parte del conjunto de roe-
dores, o al menos de Ctenomys magellanicus, fue
introducido al sitio por acción antrópica. A pesar de
esto, la ausencia de más restos óseos quemados o
con algún tipo de huella cultural, junto con la rela-
tiva completitud de las unidades anatómicas, nos
hace suponer que la mayor parte de este conjunto
fue introducido por agentes naturales.
25N/35E C 1 1 1 4 4 1 5 5 2
D - - - - - - - - -
A - - - - - - - - -
B - - - 5 5 1 5 5 1
C 1 1 1 5 3 1 6 4 1
3 D - - - 5 4 1 5 4 1
E - - - 3 3 1 3 3 1
90N/1E
F - - - - - - - - -
TOTAL - 3 3 3 27 23 7 30 26 8
Unidad 25N/35E
El conjunto óseo de esta unidad está compues-
to por 898 especímenes (34,1% del total), más 552
restos de moluscos (15,7% del total). Dentro de
este conjunto, el taxón dominante, en términos de
NISP, es claramente el guanaco (65,9%), seguido
por roedores (17,5%), aves (8,1%), mamífero inde-
terminado (4,9%), otáridos (1,2%), zorro colorado
(1,1%), peces (0,9%), y cetáceos (0,3%) (Figura 12).
Nuevamente el guanaco es el taxón que domi-
na en toda la secuencia (NISP=592) (Tabla 2). En
esta unidad los individuos jóvenes son igualmente
abundantes (Figura 13), con porcentajes (MNI) que
van entre 25% (estrato A) y 50% (estrato B y D), en-
contrándose también una recurrencia en la presen-
cia de individuos neonatos, los que se registraron
en todos los estratos. Dentro del conjunto de gua-
Figura 10. Hueso de cetáceo seccionado.
964
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres
nacos se pudo identificar también a un individuo tadas las unidades de mayor rendimiento cárneo
hembra en el estrato C. (r=0,288 p=0,038 n=52 y r=0,279 p=0,045 n=52, res-
El análisis de utilidad económica realizado para pectivamente).
esta unidad tampoco arrojó resultados significati- El análisis de densidad ósea no mostró ningún
vos, lo que quiere decir que, al igual que en las cua- resultado significativo, por lo cual la representa-
drículas anteriores, la representación de unidades ción de unidades esqueletarias no habría sido afec-
esqueletarias no depende de la cantidad de carne tada significativamente por la densidad mineral de
que éstas poseen. Nuevamente, las únicas excep- los huesos.
ciones se presentan en los individuos jóvenes de Aquí también encontramos representada casi la
los estratos C y D, donde se observa una leve ten- totalidad del esqueleto (Figura 17), el cual presenta
dencia a que se encuentren mayormente represen- diversas huellas de tipo cultural. Al igual que en las
Figura 12. Gráfico de distribución de MNE de la unidad 25N/35E (Leyenda como en figura 7).
unidades anteriores, el tipo de huellas más abun- dos artefactos a los cuales no fue posible asignarles
dante son las de corte (entre 4,9% en el estrato A y una función, un probable yunque óseo, y un hueso
28,7% en el estrato C), producto de actividades de largo con restos de colorante (Figura 14).
trozamiento, desarticulación y descarne, las que se El segundo grupo más grande en esta unidad es
pueden observar en la mayor parte de las unidades el de roedores (NISP=157) (Tabla 4). Nuevamente
anatómicas. En algunos pocos casos, este tipo de es Ctenomys magellanicus el que domina en toda
huellas se encuentra asociado a marcas de raspa- la secuencia, con porcentajes que fluctúan entre
do y machacado. También son muy frecuentes las un 67,4% (estrato A) y un 74,3% (estrato C), a ex-
huellas de impacto por percusión sobre los huesos cepción del estrato C donde este taxón representa
(entre 3,8% en el estrato B y 37% en el estrato D), el 100% (NISP=3). La presencia de cricétidos es un
las que en su gran mayoría se ubican sobre huesos poco más alta que en las unidades anteriores (entre
largos, aunque también se registró este tipo de 20,8% y 31,6%), mientras que la de caviomorfos es
huellas sobre vértebras lumbares y escápula. Los muy escasa (1% - exclusivamente en estrato A). La
restos óseos con huellas de exposición al fuego son presencia de restos con evidencias de ácidos diges-
muy escasos; 4,3% en el estrato A, 1% en el estrato tivos es mínima, y sólo se registran en los estratos
B y 0,6% en el estrato C, no encontrándose restos A y B, por lo que es posible que algunos de estos
con este tipo de evidencia en el estrato D. También restos hayan sido ingresados al yacimiento por la
se registraron algunos artefactos óseos, en donde acción de aves o zorros. Sin embargo, la presencia
nuevamente predominan los huesos largos con de una pelvis con huellas de exposición al fuego en
corte perimetral (3 en el estrato B y 3 en el estrato el estrato D nos indicaría un probable consumo de
C). Además de estos, se registró un punzón y otros Ctenomys magellanicus. A pesar de esto, y al igual
966
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres
que en las unidades anteriores, la ausencia de más presentes, en baja cantidad, son: Diomedeidae,
restos óseos quemados o con algún tipo de huella Larus sp. y algún Sphenicido indeterminado. En
cultural, junto con la relativa completitud de las esta unidad no se registraron especímenes de este
unidades anatómicas, evidencia que la mayor parte grupo con huellas de corte, pero sí algunos con evi-
de este conjunto fue introducido por agentes natu- dencias de exposición al fuego (Phalacrocorax sp.
rales. y ave indeterminada en el estrato A, y Spheniscus
La presencia de aves es bastante menor en com- magellanicus en el estrato B).
paración a las unidades anteriores (NISP=73) (Tabla El conjunto de otáridos es bastante reducido
5), mostrando porcentajes entre 2,8% (estrato C) y (NISP=11) (Tabla 3), encontrándose totalmente au-
14,5% (estrato A), encontrándose totalmente au- sentes en el estrato D. Sólo dos especímenes pu-
sentes los restos de este grupo en el estrato D. Del dieron adscribirse a Otaria flavescens (una falange
total de restos óseos atribuidos a aves, un 47,9% en el estrato B y un fragmento de mandíbula en
pudo ser adscrito a alguna categoría taxonómica. el estrato C). Además, se registraron dos costillas
La que predomina en todos los estratos es Phala- con huellas de corte (estratos B y C, Figura 15) y un
crocorax sp., seguido por Spheniscus magellanicus fragmento de hueso largo quemado (estrato C).
y, en el estrato A, también por Anatidae. Además, Por último, se encuentra un hueso de poppie en el
en el estrato A se registró la presencia de un espé- estrato C (fragmento de maxilar).
cimen de Phalacrocorax sp. juvenil. Otros taxones Los restos de Dusicyon culpaeus también son
sp.
to
NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI
A 12 10 1 4 3 1 - 1 1 1 1 1 4 1 1 - - - 1 1 1 22 21 5 44 38 11
B 5 5 1 2 2 1 - - - - - - - - - 1 1 1 1 1 1 9 8 4 18 17 8
25N/35E C 2 2 1 - - - - - - - - - 1 1 1 - - - 1 1 1 7 6 3 11 10 6
D - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
A - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
B 55 48 3 7 7 1 1 1 1 3 2 1 2 2 1 1 1 1 - - - 20 18 3 89 79 11
C 24 20 2 16 14 2 2 2 1 3 3 1 1 1 1 1 1 1 - - - 26 18 4 73 59 12
3 D 8 8 1 15 14 2 1 1 1 3 3 1 3 3 1 - - - 1 1 1 20 17 3 51 47 10
90N/1E
E 1 1 1 1 1 1 - - - 4 3 1 1 1 1 1 1 1 - - - 6 6 3 14 13 8
F - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
A 2 2 1 1 1 1 - - - - - - - - - - - - - - - - 3 3 2
B 1 1 1 1 1 1 - - - - - - - - - - - - - - - 1 1 1 3 3 3
3C C 1 1 1 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 1 1 1
D - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
MNE M. magellanicus
Austrolycus sp.
Genypterus sp.
Merluccius sp.
Estrato
Indet.
Total
Unidad
NISP
NISP
NISP
NISP
NISP
NISP
MNE
MNE
MNE
MNE
MNE
MNI
MNI
MNI
MNI
MNI
MNI
A - - - 1 1 1 - - - - - - 3 3 1 4 4 1
B - - - - - - - - - - - - - - - - - -
25N/35E
C 4 4 1 - - - - - - - - - - - - 4 4 1
D - - - - - - - - - - - - - - - - - -
A - - - - - - - - - - - - - - - - - -
B 1 1 1 - - - - - - - - - 4 2 1 5 3 1
3 C - - - - - - 1 1 1 - - - 1 1 1 2 2 1
90N/1E D 1 1 1 - - - - - - 2 2 1 8 5 1 11 8 2
E 2 2 1 - - - - - - - - - 1 1 1 3 3 1
F - - - - - - - - - - - - - - - - - -
TOTAL - 8 8 4 1 1 1 1 1 1 2 2 1 17 12 5 29 24 7
muy escasos (NISP=10), encontrándose unos pocos turnas. Al igual que en las unidades anteriores, es-
especímenes en cada estrato (Tabla 8), ninguno de tos taxones son muy poco frecuentes en los sitios
los cuales presenta huellas culturales. La única ex- de cazadores terrestres de Tierra del Fuego, de for-
cepción se encuentra en el estrato C, donde se re- ma que el conjunto hallado se asemeja más a con-
gistra un instrumento elaborado sobre un húmero. textos naturales de Tierra del Fuego (Torres 2007).
Los restos de peces son aún más escasos Los restos de cetáceos son mínimos (NISP=3).
(NISP=8), encontrándose sólo en los estratos A y C Se trata de una vértebra caudal completa (estrato
(Tabla 6). Los taxones identificados fueron Macru- A), un hueso seccionado (estrato B) y una cuña fina
ronus magellanicus (merluza de cola) y Merluccius de mamífero marino (aunque también podría ser
sp. (merluza común), esta última es una especie de otárido).
demersal con migraciones verticales diurnas y noc- En cuanto a los restos malacológicos, durante la
excavación sólo fue recuperada una muestra equi- bién se pudo identificar la presencia de al menos un
valente a aproximadamente el 10% del total. Esta individuo hembra en el estrato C.
muestra fue analizada en su totalidad (MNI=552) Los análisis de utilidad económica y de densi-
(Tabla 7). Aquí también domina la clase Gastropo- dad ósea sólo se realizaron para el estrato B, pues
da (79,2%), seguida por Bilvalvia (20,8%). Los taxa los demás estratos poseían una muy baja cantidad
más abundantes son Nacellidae y Mytilidae respec- de especímenes. Estos análisis no arrojaron resul-
tivamente, aunque también se encuentran otras tados significativos, lo que quiere decir que la re-
como Trophon sp., Chitonidae, Loxechinus albus y presentación de unidades esqueletarias, al menos
Fisurella sp., representadas por muy pocos especí- en este estrato, no dependería ni de la cantidad de
menes. Todos estos taxones se distribuyen abun- carne adherida a éstas ni de la densidad mineral de
dantemente en el intermareal superior, que al ser los huesos.
expuesto por la baja marea es fácilmente accesible, En esta unidad el esqueleto se encuentra me-
aún cuando se trate de poblaciones sin una espe- nos representado, con algunas unidades que se
cialización costera. encuentran totalmente ausentes (p.e. cráneo,
mandíbula, vértebras cervicales, escápula y pelvis)
Unidad 3C (Figura 17). Las huellas de tipo cultural son mínimas,
El conjunto óseo de esta unidad es bastante encontrándose sólo en los estratos B y C. Las hue-
reducido y está compuesto por 148 especímenes llas de corte son poco numerosas, encontrándose
(5,6% del total), más 11 restos de moluscos (0,3% sólo en dos especimenes, éstas hacen referencia a
del total). Dentro de este conjunto, el taxón domi- actividades de desarticulación y descarne. Más fre-
nante en términos de NISP, nuevamente es Lama cuentes, aunque aun así escasas, son las huellas de
guanicoe (53,4%), seguido por roedores (37,2%), impacto por percusión (8 especimenes en estrato B
aves (4,7%), Dusicyon culpaeus (2,7%) y mamífero y 1 en estrato C), las que se ubican exclusivamente
indeterminado (2%) (Figura 16). en huesos largos. Las huellas de termoalteración se
El guanaco es el taxón que domina en casi toda encuentran totalmente ausentes en esta unidad.
la secuencia (NISP=79) (Tabla 2), a excepción del También se registraron dos artefactos óseos, un
estrato A. Los individuos jóvenes son abundantes, hueso largo con corte perimetral (estrato B) y otro
con porcentajes (MNI) que van entre 33,3% (estrato artefacto indeterminado elaborado sobre un hueso
B) y 50% (estratos A y C), encontrándose evidencia largo (estrato C).
de individuos neonatos sólo en el estrato B. Tam- Al igual que en la unidad 25N/35E el segundo
Figura 16. Gráfico de distribución de MNE de la unidad 3C (Leyenda como en figura 7).
970
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres
Figura 17. Distribución de unidades anatómicas de Lama guanicoe: unidad 3 y 90N/1E (izq.), unidad 25N/35E (cen-
tro), unidad 3C (der.)
viduos machos como hembras indica que no hubo taxón no fue cazado, sus restos fueron trasladados
una mayor selectividad en la presas cazadas, pero al sitio quizás para el aprovechamiento como ma-
sí un aprovechamiento total de éstas. Lo último se teria prima.
puede observar en las múltiples huellas de corte El grupo de roedores es el tercero más gran-
registradas en los huesos, además de las marcas de en el yacimiento. El taxón mas abundante es
de percusión sobre huesos largos, las que podrían Ctenomys magellanicus, el cual, según datos etno-
evidenciar el aprovechamiento de la médula ósea, gráficos, habría utilizado por los selk’nam (Gusinde
y la elaboración de instrumentos sobre distintos 1982). Dentro de este sitio se encontraron apenas
huesos de guanaco. dos especímenes con huellas de tipo cultural, sin
Además, dentro del conjunto de guanacos del embargo uno de ellos presenta evidencias muy cla-
Sector 1 se observan varios especímenes que pre- ras, lo que confirma el consumo de este roedor o su
sentan patologías (MNE=10). La mayoría corres- utilización para otros fines (p.e. aprovechamiento
ponde a enfermedades degenerativas y traumas, de la piel). A pesar de esto, muchos de los restos, ya
asociadas a la presencia de exostosis (crecimiento sea de Ctenomys magellanicus o de otro roedor, no
óseo irregular). Por ejemplo, en el estrato C de las presentan evidencias culturales, y sí muestran hue-
unidades 3 y 90N/1E se observan dos especímenes llas de ácidos digestivos. Esto, junto con la relativa
con osteoartritis (Baker y Brothwell 1980), proba- completitud de las unidades anatómicas, muestra
blemente correspondientes al mismo individuo, lo que la mayor parte de este conjunto fue introduci-
que podría deberse a la avanzada edad del indivi- do por agentes naturales.
duo. La presencia de Dusicyon culpaeus en el yaci-
Por otro lado, dentro de este sitio, las aves miento es bastante escasa, sin embargo, no deja de
constituyeron un recurso complementario en la ser interesante. Principalmente se encuentran re-
economía, siendo recurrente su presencia en ba- presentados el cráneo, mandíbula, vértebras y cos-
jas cantidades en todas las unidades. El taxón más tillas. Llama la atención el hallazgo de un cráneo y
representado es Phalacrocorax sp., el cual nidifica una mandíbula completos, los que probablemente
colonialmente en acantilados o paredes verticales fueron trasladados al yacimiento con algún fin no
sobre costas marinas. La presencia de un especi- conocido por nosotros.
men de cormorán juvenil en la unidad 25N/35E, Los restos de otáridos son bastante escasos en
junto a la abundancia de este taxón, indica que pro- el yacimiento, encontrándose únicamente en las
bablemente fueron cazados en los lugares de nidi- unidades del Sector 1. Esta escasez de restos, junto
ficación, lo que proporcionaría la disponibilidad de a la presencia de individuos de distintas edades, in-
varios individuos de una sola vez. Lo mismo ocurre dican que no se trataba de una caza especializada y
con Spheniscus magellanicus, taxón que también que este taxón constituyó un recurso complemen-
nidifica en colonias, que corresponde a la segun- tario y ocasional dentro de la dieta.
da especie más abundante dentro del grupo de En cuanto a la presencia de peces, ya hemos
aves. La excepción se presenta en el estrato D de mencionado que los taxones identificados se ase-
las unidades 3 y 90N/1E, donde Spheniscus mage- mejan más a los contextos naturales observados en
llanicus supera a Phalacrocorax sp.; probablemente Tierra del Fuego. Esto, sumado a la baja densidad
durante esa ocupación se tuvo un mayor acceso a de estos restos en todo el yacimiento, hacen más
una colonia de Spheniscus magellanicus que a una probable el hecho de que su origen no sea antrópi-
de Phalacrocorax sp. Los demás taxones se encuen- co, aunque no se descarta esta posibilidad.
tran representados por pocos especímenes, lo que Es probable que la presencia de algunos ele-
coincide con los hábitos solitarios o de grupos pe- mentos óseos de cetáceo en el sitio se deban al
queños que se observan para estas aves. Es proba- aprovechamiento del varamiento ocasional de
ble que la presencia de Larus sp. sea de origen natu- estos animales en la costa de la isla, seguramente
ral, pues además del bajísimo número de restos, la como materia prima para elaborar instrumentos
gran cantidad de ejemplares que se encuentran en óseos.
la actualidad en las costas de la región podrían pro- Por último, los restos malacológicos identifi-
vocar algún grado de “contaminación” en los yaci- cados corresponden a taxones que, como ya men-
mientos arqueológicos. Lo mismo podría pensarse cionamos, son fácilmente recolectables en la orilla
para Diomedeidae, sin embargo, al menos uno de expuesta por la baja marea, aún cuando se trate de
los especímenes identificados presentaba huellas poblaciones sin una especialización costera.
de origen cultural, lo que indicaría que, aún si este
972
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El principal objetivo del trabajo aquí presentado marítimos. Los artefactos identificados correspon-
era dilucidar qué tipo de grupo (cazadores terres- den en su mayoría a cortes perimetrales, elemento
tres o canoeros) generó los depósitos encontrados característico de los sitios de cazadores terrestres
en el sitio. La totalidad de la evidencia no permite tardíos de Tierra del Fuego.
respaldar una ocupación de canoeros. Por una par- Un punto importante son las diferencias obser-
te está la data arqueofaunística, en donde el taxón vadas entre los sectores. El Sector 1 fue ocupado
dominante es, ampliamente, el guanaco; le siguen más intensiva, y al parecer también más exten-
aves, roedores y otras especies en menor canti- sivamente que el Sector 2. La profundidad de los
dad. Los taxones que generalmente se registran depósitos de las unidades del Sector 1, junto a la
en abundancia en los sitios de grupos canoeros se densidad de materiales observada, confirma esta
encuentran representados en muy baja proporción idea. Al parecer, y basándonos tanto en la eviden-
(p.e. otáridos y peces) (Legoupil et al. 2007), y no cia lítica como arqueofaunística, el Sector 2 corres-
dominan en ninguno de los estratos analizados. pondería a un lugar de ocupaciones efímeras y más
Además, todos los taxones identificados durante el tardías que las del Sector 1, donde se habrían insta-
análisis, incluyendo los restos malacológicos, son lado campamentos base en más de una oportuni-
fácilmente accesibles desde tierra. Por otro lado, el dad. Además, dentro de cada unidad se observan
conjunto lítico, aunque no fue analizado en profun- algunos estratos con ocupaciones más intensivas,
didad, es bastante abundante y similar a otros con- los que corresponden siempre a los estratos me-
textos observados en sitios de cazadores terrestres dios. En el Sector 1, éstos podrían corresponder
de Tierra del Fuego, donde predominan raederas a un mismo momento temporal o dos momentos
y raspadores. Además, la industria ósea en este muy cercanos (estrato B en unidad 3C y estrato C
yacimiento es más bien escasa, siendo este tipo en unidades 3 y 90N/1E, y 25N/35E). Hay que recor-
de tecnología más común en contextos de grupos dar también que Bahía Inútil constituyó un lugar
de emplazamiento reiterado, encontrándose ves- que en el pasado fueron privilegiados ya sea por la
tigios arqueológicos de distintas temporalidades cantidad y variedad de recursos concentrados en
a lo largo de toda la bahía, principalmente junto los alrededores, o por la ubicación del lugar.
a desembocaduras de ríos (como en este caso) u Por otro lado, hay ciertos elementos dentro del
otro tipo de fuente de agua dulce (Massone, Mo- sitio que nos permiten obtener una aproximación a
rello, Prieto, San Román, Martin y Cárdenas 2003), la estacionalidad de las ocupaciones. La presencia
lo que apoya la idea de diversas ocupaciones en el tanto de guanacos neonatos (en casi la totalidad de
yacimiento a través del tiempo. Una diferencia con los estratos), otáridos neonatos, cormoranes juve-
respecto a otros yacimientos ubicados en Bahía In- niles y peces como M. magellanicus, indican ocupa-
útil cercanos a Marazzi 2, como los sitios Marazzi 32 ciones estivales (Raedecke 1979; Massoia y Chebez
y Marazzi 38 (Massone, Cárdenas, Cárdenas y Mas- 1993; Torres 2007), aunque no se descartan ocupa-
sone 2003; Morello et al. 2003), es la profundidad ciones en otras épocas del año.
de los depósitos, en estos sitios la estratigrafía no De esta manera, aunque ninguna de las evi-
supera los 50 cm, asemejándose más al Sector 2 del dencias presentadas aquí permiten respaldar la
yacimiento estudiado. En cambio, los depósitos de presencia de una ocupación de grupos canoeros,
las unidades del Sector 1 son más similares a los re- no necesariamente la excluye. De todas formas, es
gistrados en el sitio Marazzi 1 (Laming- Emperaire más probable, desde nuestro punto de vista, que
et al. 1968, 1972), donde también se observan va- las distintas ocupaciones de este sitio hayan sido
rias ocupaciones que conforman una estratigrafía generadas por cazadores terrestres del Holoceno
bastante más profunda. Quizás se trata de lugares tardío.
AGRADECIMIENTOS
Nos gustaría agradecer a Mauricio Massone, Flavia Morello, Rafael Labarca, Víctor Sierpe, Jimena
Torres, José Francisco Blanco y Alvaro Calás por su colaboración durante las distintas etapas que implicó
este trabajo. Extendemos nuestros agradecimientos a don René Milicevic y familia, por las facilidades
ofrecidas durante las diversas campañas efectuadas en el sitio.
NOTAS
1
. Proyecto FONDECYT 1060020 “Arqueología de cazadores-recolectores de Tierra del Fuego: el pro-
ceso de colonización y el factor de aislamiento geográfico, durante el Holoceno temprano y medio”.
BIBLIOGRAFÍA
974
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres
976
Aproximación tecnológica al uso de pampas y
bajos en la meseta del lago Strobel
Silvana Espinosa1, Rafael Goñi2 y Josefina Flores Coni3
A B S T R A C T
Strobel lake basin is located on a high basaltic plateau (1000 m a.s.l.). It is characterized by the
presence of pampas and mainly by depressions where lagoons and rock shelters are found. The
archaeological signal of the pampas is related to the high frequencies of stone hunting blinds
(called “parapetos”) while in the basalt walls surrounding the lagoons complementary human
occupations and rock art (engravings) were also registered. The aim of this paper is to discuss several
technological strategies developed by hunter-gatherer populations in order to cope with the plateau
environment. The main human use of the plateau seems to be related to the seasonal hunting of
guanaco, particularly newborns. From this stand point the lithic technological data coming from
the pampas and the lagoons is integrated into a common frame of hunter-gatherer mobility.
INTRODUCCIÓN
La Meseta del lago Strobel, entre los 900 y 1100 El objetivo principal es evaluar la variabilidad
m s.n.m., presenta pampas y bajos con lagunas. Se entre diferentes tipos de sitios dentro de una mese-
ha postulado que su uso ha sido principalmente es- ta que ha sido ocupada estacionalmente con fines
tacional (primavera/verano) y que estas mesetas se de caza de guanaco (primavera/verano). Asimismo,
incorporaron plenamente al poblamiento austral se analiza a través de la tecnología si se verifica un
durante el Holoceno tardío (Goñi et al. 2006). uso diferencial del espacio que estaría planteado
En este trabajo se presenta una comparación anticipadamente por el emplazamiento y caracte-
entre conjuntos artefactuales líticos localizados rísticas de los sitios estudiados.
en dos tipos diferentes de emplazamientos: por un Se considera que los parapetos son puntos de
lado, en abrigos y reparos contra bardas basálticas acecho, caza y procesamiento inicial y que los ba-
– en especial del oeste – que enmarcan las lagu- jos son loci de reparo, procesamiento secundario
nas y bajos locales (sitio Laguna del Faldeo Verde y consumo de presas; por lo que es esperable una
–LFV-) y, por el otro, en los numerosos parapetos cierta diferenciación tecnológica en el espacio. Se
de caza en plena meseta o pampa. De tal manera busca aquí evaluar esta posible distinción a partir
se compara información proveniente tanto de las del análisis comparativo de los conjuntos artefac-
pampas como de los bajos que conforman la Me- tuales de ambos sectores.
seta del Strobel.
ANTECEDENTES
Gradin (1959/60a, b) presenta las primeras in- presencia de grabados en el sitio Laguna del Faldeo
formaciones arqueológicas sistematizadas para Verde.
la Meseta del lago Strobel, donde destaca dos as- En el proyecto iniciado en 1998 (ver Goñi et al.
pectos que son de nuestro interés: por un lado, la 2005) se relevaron en esta meseta tanto sitios con
existencia de numerosos parapetos y, por el otro, la representaciones rupestres (Ferraro y Molinari 2001
y 2006; Belardi y Goñi 2002, 2003 y 2006; Goñi et al. para la caza.
2004 y 2006; Re et al. 2006-2007; Goñi, Belardi, Re, Respecto de estos últimos, no se cuenta con una
Nuevo Delaunay, Molinari y Ferraro 2007; Re et al. importante referencia bibliográfica para un estudio
2007), entre los que se encuentra LFV, como para- comparativo en Patagonia, sólo se consignan men-
petos (Goñi et al. 2005 y 2006, Belardi y Goñi 2006 ciones para la Meseta del lago Buenos Aires (Gradin
entre otros). En los diferentes trabajos se subraya 1976), Meseta de Somuncurá en Río Negro (García
la alta frecuencia tanto de reparos basálticos con y Pérez de Micou 1980) y Pampa del Asador (Goñi
representaciones rupestres (ver Re y Guichón 2008, 2000-2002; Aragone y Cassiodoro 2005-2006; Ara-
en este volumen) como de estructuras de piedra gone 2007; Rindel et al. 2007; Cassiodoro 2008).
UBICACIÓN Y SITIOS
978
Aproximación tecnológica al uso de pampas y bajos en la meseta del lago Strobel
rios casos presentan material arqueológico en su- contar con fechados radiocarbónicos para dichas
perficie (Figura 2). En ninguno de ellos se registró estructuras. La muestra está conformada por diez
material orgánico o estratigrafía en su interior; esta parapetos de los cuales se recuperó el material
situación se debe a los importantes procesos erosi- para ser estudiado.
vos locales, lo cual ha impedido hasta el momento
LA MUESTRA
RESULTADOS
A continuación se presenta en tablas y gráficos ción. Entre las materias primas las rocas silíceas se
la información resultante del análisis de los artefac- presentan en un alto porcentaje, en especial en la
tos formatizados y de los desechos de talla, tanto confección de raspadores, teniendo también la ob-
de LFV como de los parapetos. sidiana una alta representación.
Tres clases artefactuales dominan el conjunto Por su parte, los desechos de talla de LFV pre-
de LFV (Tabla 1): raspadores, artefactos de forma- sentan un estado de fractura alto, de la misma ma-
tización sumaria y puntas de proyectil, que suman nera que los artefactos formatizados. Predomina la
en total el 80%. El aspecto que más se destaca en obsidiana entre las materias primas y los tamaños
este conjunto es la alta frecuencia de raspadores. muestran una significativa tendencia hacia las ca-
Otro aspecto a tener en cuenta es que 2/3 partes tegorías menores (Figuras 3, 4 y 5).
de esta muestra está fracturada, siendo las puntas En los parapetos se observa la misma tendencia
de proyectil el caso de mayor frecuencia registrán- que en LFV, donde las tres clases artefactuales ya
dose casi exclusivamente fragmentos basales; sin descriptas son mayoritarias (80%), aunque con una
embargo en los raspadores se invierte esta rela- distribución diferente. Se destaca el mayor porcen-
Figura 3.- Distribución porcentual de materias primas Figura 4.- Distribución porcentual del estado de los
de los desechos de talla de LFV. desechos de talla de LFV.
taje de artefactos de formatización sumaria y de
las puntas de proyectil. Por otra parte, el índice de
fractura es muy marcado. Con respecto a las mate-
rias primas las tendencias se mantienen como en
LFV(Tabla 2).
El estado de fractura de los desechos de talla de
los parapetos es alto, similar al de LFV. La obsidia-
na sigue siendo mayoritaria entre las materias pri-
mas aunque en una menor proporción que en LFV.
Por último, si bien los tamaños continúan siendo
Figura 5.- Distribución porcentual de los tamaños de
los desechos de talla de LFV.
980
Aproximación tecnológica al uso de pampas y bajos en la meseta del lago Strobel
Figura 7.- Distribución porcentual del estado de los Figura 8.- Distribución porcentual de los tamaños de
desechos de talla de Parapetos. los desechos de talla de Parapetos.
DISCUSIÓN
El objetivo de esta presentación ha sido evaluar pedúnculos o fragmentos de los mismos, aunque
la variabilidad tecnológica lítica referida al tipo de en los parapetos se registró una mayor variedad de
lugar donde se registró, de acuerdo con la propues- partes de estas puntas (limbos, ápices y pedúncu-
ta inicial que señalaba que entre parapetos y repa- los) y hasta piezas enteras, siendo que en LFV casi
ros en bajo existiría una diferenciación funcional. exclusivamente se registraron pedúnculos o frag-
Como primera observación de ambos con- mentos de los mismos. Esta información es inter-
juntos, se destaca el hecho de que la variedad de pretable como diferenciación espacial de tareas,
clases artefactuales es baja. Sumado a ello, las ma- marcando a LFV como un sitio de recambio arte-
yores frecuencias se distribuyen entre raspadores, factual tal como se mencionara en otra oportuni-
puntas de proyectil y artefactos de formatización dad (Belardi et al. 2005). Asimismo, los desechos de
sumaria. Paralelamente, se subraya la muy baja talla pequeños corresponderían a las etapas finales
presencia o ausencia de ciertas clases artefactua- de la secuencia de producción, subrayando así el
les que refieran a una mayor diversidad de tareas carácter limitado de las tareas llevadas a cabo en
realizadas localmente. Como ejemplo vale la baja ambos sectores.
representación de ciertas etapas de la cadena ope- Adicionalmente, destaca la altísima frecuencia
rativa tales como núcleos o lascas pasibles de ser de desechos líticos en el lugar de reparo (LFV) en
utilizadas como formas base1. comparación con la muestra de los parapetos; nue-
Sin embargo, se manifiestan ciertas discrepan- vamente subrayando el uso intenso y redundante
cias iniciales, lo cual será de gran interés seguir de este ejemplo de bajo con laguna.
explorando, tal como una mayor presencia de ras- El alto índice de fractura verificado en toda la
padores en el lugar que se propone como de proce- muestra estaría respondiendo, por un lado, al uso
samiento secundario de las presas y reparo (LFV). redundante de ciertos espacios y, por el otro, a la
De manera inversa, la mayor presencia de puntas alta exposición y vulnerabilidad de los artefactos
de proyectil en los parapetos destaca su funciona- a través del tiempo, en especial debido a la baja
lidad principal que habría sido la de acecho y caza tasa de sedimentación (parapetos especialmente)
de presas. Adicionalmente, y referido a aspectos y a los procesos erosivos locales. Este punto debe
logísticos, en ambas muestras las puntas de pro- tenerse en cuenta también a la hora de evaluar la
yectil están mayoritariamente representadas por intensidad de uso del espacio mesetario.
Las frecuencias en que las materias primas se renciado es un rasgo importante de la Meseta del
presentan no difieren de las tendencias ya obser- Strobel, que subraya el uso diferencial de la misma
vadas en la región, dada la relativa proximidad de en términos estacionales y logísticos. En este senti-
las fuentes de obsidiana, sílices y basalto (Goñi, do, la utilización logística de la misma está referida
Cassiodoro, Rindel, Bourlot, García Guraieb, Re, a un espacio de caza preponderante; la representa-
Tessone, Aragone, Nuevo Delaunay y Flores Coni ción diferencial de materias primas es explicada en
2007). En ambos sectores se mantienen las propor- función de los ejes de circulación en relación con las
ciones aunque los desechos de obsidiana en LFV se fuentes, mostrando, a través de la alta frecuencia
encuentran algo más representados, probablemen- de puntas de proyectil de obsidiana descartadas,
te debido a tareas de confección y mantenimiento la mayor intensidad de actividades de caza dentro
de los artefactos en el lugar. Sin embargo, en los de la cuenca (Belardi et al. 2005). Por otra parte, la
artefactos formatizados, aquellos manufactura- composición del tool-kit que presentan Aragone y
dos en sílice superan a los de obsidiana, referido Cassiodoro (2005-2006) de los parapetos de Pampa
en especial a los raspadores. Las materias primas del Asador es bastante similar. A diferencia de los
registradas en los artefactos formatizados de los conjuntos de la meseta del Strobel, aquí se han re-
parapetos muestran a la obsidiana en porcentaje gistrado núcleos formando parte del tool-kit, lo que
mayor manifestado a través de las puntas de pro- probablemente se deba a la cercanía a la fuente pri-
yectil, manteniendo así la tendencia regional de su maria. También las autoras señalan el descarte de
uso para estos instrumentos y las sílices para otras puntas de proyectil asociado a actividades de caza
clases artefactuales, particularmente raspadores. (Aragone y Cassiodoro 2005-2006).
En síntesis, del análisis realizado se desprende En este trabajo nos hemos propuesto comparar
que podría marcarse, a escala local, cierta variabi- conjuntos artefactuales provenientes de dos tipos
lidad en el registro tecnológico, la cual respondería diferentes de sitios, ubicados en sectores también
también a ciertas diferencias en cuanto al uso del diferentes de la Meseta del Strobel. Si bien ésta es
espacio y determinado tipo de localizaciones. Par- una primera aproximación al problema, permite
ticularmente, en LFV, referido a tareas de acondi- examinar la variabilidad tecnológica de un ambien-
cionamiento de artefactos, reparo, procesamiento te considerado como de uso específico y estacional
de presas, confección de representaciones rupes- durante el Holoceno tardío (Goñi et al. 2006). Como
tres, etc.; por otra parte, las estructuras de para- primer resultado, podemos considerar que si bien
petos son relacionables con posibles actividades las muestras presentan ciertas diferencias, las mis-
de acecho, espera, procuración y obtención de re- mas son de tono menor cuando se considera a los
cursos de caza, mostrando en su interior conjuntos conjuntos de manera integral en la meseta. En se-
artefactuales más limitados y específicos. Como ya gundo lugar, estos conjuntos presentan marcadas
señalamos, estas observaciones nos llevarán a pro- diferencias cuando se los enmarca en una perspec-
fundizar nuestro análisis local. tiva tecnológica regional más amplia, consideran-
Un aspecto importante para discutir está referi- do sectores bajos como la cuenca de los lagos Posa-
do al equipamiento del espacio y de los sitios (Kuhn das/Salitroso, lago Cardiel o los ambientes altos del
1995). En este caso no se observa un equipamien- Parque Nacional Perito Moreno (Goñi et al. 2007).
to de sitios en particular a través del transporte de Así, el carácter logístico o estacional de la Meseta
materias primas o instrumentos, por el contrario el del Strobel, es un punto que está siendo estudiado
descarte parece ser la tendencia. Pero sí se observa en una escala espacial mayor, incluyendo la discu-
un equipamiento del espacio en general, dotando sión de su uso en términos de una convergencia
de estructuras de caza a las pampas intermedias poblacional durante el Holoceno tardío (Belardi y
entre bajos con lagunas. Este equipamiento dife- Goñi 2006).
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a las familias Cittadini (Estancia Laguna del Faldeo Verde) y Nuevo Delaunay (Estancia
La Carlina) por su inestimable apoyo en el campo. A Arturo Olivero por el valioso aporte de su cono-
cimiento de la Meseta del Strobel. A quien ha evaluado este trabajo por sus positivas sugerencias para
mejorarlo. Las investigaciones fueron financiadas con fondos de ANPCYT PICT’04 Nº 26295, Secretaría
de Cultura de la Nación (INAPL) y UNPA-UARG 29/A114.
NOTAS
1
Consideramos que la tablas presentadas son claras respecto de las semejanzas y diferencias obser-
vadas entre los conjuntos, por lo cual no se aplicó ningún test estadístico; máxime que la alta frecuencia
de subrepresentados podría distorsionar los resultados de estos tests.
982
Aproximación tecnológica al uso de pampas y bajos en la meseta del lago Strobel
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Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
984
Explorando tendencias en el uso humano del
espacio y los recursos en el litoral rionegrino
(Argentina) durante el Holoceno medio y
tardío
Cristian M. Favier Dubois1, Florencia Borella1 y Robert H. Tykot2
A B S T R A C T
In this paper, evidence about temporal tendencies in the use of coastal space and resources found
in the Rio Negro littoral (northern Patagonia, San Matias Gulf) since middle Holocene times, is
presented. This research was faced throughout the use of isotopic (paleodietary), archaeofaunistic
and paleoenvironmental lines of evidence. As a main result a clear shift in dependence on marine
resources was detected in late Holocene times. Isotopic data (δ13C and δ15N) on 21 human remains
showed a change from an “intensive” use of marine resources (from 3100 to 2200 yr BP) to a “moderate”
use of them (from 1500 to 420 yr BP). On the other hand the archaeological faunal assemblages reveal
a diversification in exploited species (towards terrestrial vertebrates) with results coinciding with the
paleodietary shift, while paleoenvironmental data (δ18O and δ13C values on shell-midden mussels),
although still scarce, indicate higher temperature and marine productivity during the period of intensive
use. Finally, in historic times, marine resources were abandoned by hunter-gatherer populations
of the area due to the significant changes introduced in their lifestyles by the Spaniards’ arrival.
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Algunas décadas atrás, en el marco de una dis- el del entorno ambiental, cuyas diferentes vías de
cusión acerca del origen y desarrollo de las adap- análisis permiten aproximarnos a los escenarios en
taciones marítimas, se destacó la necesidad de di- los que se desarrollaron las ocupaciones humanas
ferenciar entre el uso de los espacios costeros y la y a factores que pudieron afectar la toma de deci-
utilización de recursos marinos que dieran cuenta siones respecto al uso de la costa. Consideramos
de adaptaciones litorales (Yesner 1984). En la ac- que toda esta información, en suma, representa
tualidad el desarrollo de los estudios de isótopos una estrategia útil para abordar nuestro objetivo,
estables realizados en restos humanos constituyen conocer la utilización de los ambientes litorales y
una línea de evidencia que permite abordar, de for- recursos marinos por parte de grupos cazadores-
ma independiente al registro arqueofaunístico, la recolectores norpatagónicos durante el Holoceno
incidencia de los recursos marinos en la dieta, cola- medio y tardío.
borando en forma indirecta en la discusión del uso Nuestro estudio se desarrolla en las costas norte
del espacio costero por poblaciones humanas en el y oeste del golfo San Matías, Río Negro (Figura 1),
pasado. Si bien los datos de origen isotópico y ar- región que posee un clima general semiárido y co-
queofaunístico informan a diferentes escalas, brin- rresponde a la provincia de Monte (Schäbitz 2003).
dan información que puede integrarse teniendo Comenzamos por preguntarnos qué espacios cos-
en cuenta determinados recaudos metodológicos teros fueron utilizados a lo largo del tiempo y cuál
(ver Barberena et al. 2004). Un tercer eje que con- era su atractivo para las poblaciones humanas. En
sideramos importante incluir en estos estudios es este sentido, la costa norte del golfo, en particular,
combina una serie de condiciones favorables para rutas o “veredas” ubicadas muchos kilómetros tie-
un uso exitoso de sus ambientes y recursos: una ele- rra adentro en función de la disponibilidad de agua
vada bioproductividad y biodiversidad marina dada (Deodat 1958-59). Este panorama, sin embargo, no
tanto por hallarse en la zona de transición entre las puede ser extendido a tiempos prehispánicos dado
regiones biogeográficas Argentina y Magallánica que el arribo de los europeos había cambiado dra-
como por la variedad de ambientes litorales repre- máticamente la economía y estilos de vida de los
sentados (Capítoli 1973), un clima relativamente indígenas, particularmente con la introducción del
templado y húmedo respecto a otros sectores de caballo (Moreno 2003; Gómez Otero 2007). De he-
la costa patagónica, surgentes de agua dulce en cho las investigaciones arqueológicas pioneras de-
los campos de dunas (Olivares y Sisul 2005), abun- sarrolladas por Bórmida (1964) ya habían reconoci-
dantes fuentes de materia prima lítica en depósitos do que estos grupos eran “cazadores de mamíferos
secundarios (Favier Dubois et al. 2006), así como marinos y recolectores de mariscos, dependiendo
condiciones adecuadas para el establecimiento de esencialmente del mar” (Bórmida 1964:95), y los
colonias de pinnípedos (Borella 2006). Entre otros trabajos arqueológicos que venimos desarrollando
aspectos, estos factores pueden resultar en opcio- desde 2004 en la costa norte del golfo San Matías
nes muy atractivas para grupos que habitan regio- apoyan y refuerzan esta idea (ver Favier Dubois et
nes semiáridas de baja productividad, como lo es el al. 2006). El rango temporal de las ocupaciones
norte de la Patagonia. No obstante, la información humanas en el sector bajo estudio se extiende al
que brindan las fuentes históricas del siglo XVIII momento entre ca. 6000 y ca. 400 años AP eviden-
acerca de este tramo costero señala que era evita- ciando la explotación de recursos marinos (peces,
do por los grupos indígenas que habitaban la región lobos marinos, moluscos y crustáceos) a lo largo de
por ser considerado muy seco (Viedma 1783/4; Vi- ese período.
llarino 1782/83). En aquellos tiempos se utilizaban
MATERIALES Y MÉTODOS
Con el objetivo de aproximarnos a los modos e 1000 m de la playa actual (Favier Dubois et al. 2007).
intensidad de uso de los recursos marinos y espaciosTodos ellos fueron datados por acelerador (NSF
costeros a lo largo del tiempo se implementaron Arizona AMS Facility, sigla AA), obteniéndose eda-
tres líneas de investigación independientes: 1- Aná-des entre ca. 3100 y 420 años radiocarbónicos AP
lisis isotópicos sobre restos humanos (paleodietas),(Tabla 1). Estos análisis están siendo complementa-
2- Información arqueológica, con énfasis en estu- dos con estudios de ecología isotópica, para lo que
dios arqueofaunísticos 3- Evidencia paleoambien- fueron procesados 5 restos faunísticos de origen
tal (particularmente isotópica y geomorfológica). arqueológico (correspondientes a especies marinas
y terrestres) y 5 muestras de plantas comestibles
Análisis isotópicos sobre restos humanos (pa- nativas actuales procedentes del área de investiga-
leodietas) ción (Tabla 2). Las muestras humanas, faunísticas y
En los últimos años se han producido numerosos
hallazgos de restos humanos en la costa norte del
golfo San Matías y oeste de la Bahía de San Antonio
(ver Favier Dubois et al. 2007), que han permitido
obtener las muestras necesarias para establecer
cronologías y realizar estudios orientados a paleo-
dietas. De esta manera realizamos análisis isotópi-
cos (δ13C y δ15N) sobre colágeno de restos óseos y
dientes (dentina) en 21 individuos (18 adultos y 3
subadultos) recuperados en 6 localidades de este
tramo costero. Estas son: Bajo de la Quinta -BQ-
(sectores 1, 3 y Cima de los Huesos), Bahía Final 6
(BF6 costa), Saco Viejo, San Antonio Oeste (secto-
res SAO-Barrio Alpat y SAO-PC), Centro Minero y
El Buque Sur. También se ha incluido en la muestra
un hallazgo procedente de Islote Lobos, en la cos- Figura 1. Mapa del litoral rionegrino (costas N y O del
ta oeste (Figura 1). Los enterratorios (primarios y golfo San Matías) con ubicación de las localidades en
las que fueron obtenidas las muestras bioarqueológi-
secundarios) se hallaban a distancias entre 70 m y cas analizadas.
986
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío
Tabla 1. Muestra de restos humanos analizada para estudios isotópicos y datada por acelerador. 1 Programa CALIB
REV 5.0.2 (1986-2005 M. Stuiver y P.J. Reimer). Edades calibradas en años AP a un sigma y utilizando la curva para
el Hemisferio sur. 2 Subadulto.
Lab ref.*
Localidad/sitio Especie y nombre común Muestra δ13C δ15N C:N
USF
Lama guanicoe
BQ-La Noria Vértebra -19,4 7,4 3,4 10322
(guanaco)
Faro Otaria flavescens Fragmento
-11,1 22,8 3,4 10324
San Matías (6) (lobo marino) mandíbula.
Las Grutas Rhea americana
Fragmento tibia -19,6 10,1 3,5 10325
(LR1) (ñandú)
BCH - Bajada de los Spheniscus magellanicus
Húmero -12,2 21,1 3,4 10326
Pescadores (pingûino)
BQ-La Noria Micropogonias furnieri (corvina) Vértebra -12,0 15,4 3,3 10330
vegetales fueron procesadas en los laboratorios de del golfo San Matías, que posee una notablemente
la University of South Florida (sigla USF) por uno de
mayor densidad artefactual respecto de la oeste,
los autores (R. Tykot). La preparación y análisis de
en correspondencia con la abundancia de restos
estas muestras se realizó siguiendo procedimientos humanos. En particular se destacan las localidades
establecidos para asegurar resultados confiables y Bajo de la Quinta, Barranca de los Concheros (BCH)
evitar problemas relacionados con contaminación y el sector comprendido entre los sitios Bahía Final
y diagénesis (ver Tykot 2004). 1 (BF1) y Saco Viejo (SV) (Figura 2). Las dataciones
radiocarbónicas de estos concheros fueron realiza-
Información arqueológica das tanto por acelerador (NSF Arizona AMS Facili-
La investigación se focalizó en la costa norte ty) como por la técnica convencional de centelleo
líquido (Laboratorio de Tritio y Radiocarbono, LA- jada de los Pescadores (Tabla 3).
TYR, sigla LP): c. Bahía Final 1/Saco Viejo (BF1/SV): es el sector
a. Bajo de la Quinta (BQ): en esta localidad los litoral que posee la mayor cantidad de localidades y
concheros se ubican entre dunas, a diferentes dis- sitios, ubicados en dunas sobre terrazas holocenas
tancias de la playa actual. Se excavaron aquí ocho y pleistocenas. Se excavaron 6 concheros en dife-
concheros (sectores BQS1, BQS2, BQS3, BQLNO y rentes localidades (BF1, BF6 costa y paleoacantila-
BQLNE, Tabla 3), y se recuperaron numerosos res- do, FSM sondeos 2 y 6, SV; ver Figura 2 y Tabla 3), y
tos bioarqueológicos correspondientes a entierros se recuperaron dos esqueletos humanos (BF6 costa
primarios y secundarios (se analizaron 8 correspon- y Saco Viejo, Tabla 1).
dientes a los sectores S1, S3, y Cima de los Huesos,
Borella et al. 2007; Favier Dubois et al. 2007; Tabla 1).
b. Barranca de los Concheros (BCH): esta locali-
dad incluye un extenso perfil coluvio-eólico donde
se observa un elevado número de concheros inter-
estratificados, situación poco frecuente en la costa
patagónica (Favier Dubois y Lanzelotti 2006). En un
sector de 20 m de altura se muestrearon 17 lentes
superpuestos de valvas para estudios cronológicos
y paleoambientales (ver más adelante). Las lentes
de conchero más desarrolladas del perfil incluyen
artefactos líticos y restos faunísticos, se excavaron
tres de ellas (concheros 4, 10 y 16 separadas verti- Figura 2. Ubicación de las principales localidades y sitios
calmente por varios metros) y el cercano locus Ba- relevados en la costa norte del golfo San Matías.
988
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío
En esta primera etapa los estudios arqueofaunís- dad. Tres valvas fueron obtenidas por cada lente de
ticos estuvieron orientados a evaluar la importancia conchero, correspondientes a las localidades Bahía
relativa de los recursos marinos (peces, pinnípedos, Rosas (sitio BR2, ver Favier Dubois et al. 2006), Ba-
aves marinas, moluscos, cangrejos, etc.) compara- rranca de los Concheros y Bahía Final (Tabla 5). Esas
dos con los terrestres (como guanaco, rheidos y lentes habían sido datadas previamente sobre car-
pequeños mamíferos) teniendo en cuenta los pro- bones por acelerador (NSF Arizona AMS Facility).
cesos de formación de los concheros así como po- El período involucrado es de 4000 años AP hasta el
sibles sesgos. Se utilizaron medidas de abundancia presente. Los análisis de δ18O y δ13C se realizaron
taxonómica, y se consideraron las modificaciones en el Laboratorio de Isótopos Estables del INGEIS
tafonómicas de origen natural y antrópico (Be- (UBA-CONICET). Cada valva fue molida completa,
hrensmeyer 1991; Lyman 1994; Mengoni Goñalons proporcionando el valor isotópico promedio obte-
1999) que pudieran dar cuenta de la incorporación nido a lo largo de su vida.
de elementos óseos de origen natural entremez- Se efectuaron asimismo relevamientos geomor-
clados con los restos faunísticos en los basurales fológicos preliminares a fin de evaluar la evolución
arqueológicos. del paisaje costero. Para ello se utilizaron fotos aé-
reas escala 1:60.000 del Instituto Geográfico Militar
Evidencia Paleoambiental y escala 1:20.000 del Servicio de Hidrografía Naval,
Se obtuvieron paralelamente valores de δ18O y imágenes satelitales (IGM Landsat 1999, Google
δ C sobre mitílidos (Mytilus edulis y Aulacomya ater)
13
Earth 2007), así como información generada a tra-
en 5 de los concheros estudiados a fin de comenzar vés de prospecciones en el terreno y sondeos estra-
a evaluar paleotemperaturas marinas y productivi- tigráficos.
RESULTADOS
Isótopos estables
Los resultados de isótopos estables han propor-
cionado la evidencia más sólida acerca de un cam-
bio notable en la intensidad de uso de los recursos
marinos por parte de los grupos norpatagónicos
durante el Holoceno tardío, que se registra incluso
en una misma localidad (BQ). Los valores de δ13C y
δ15N obtenidos sobre 21 individuos permiten dife-
renciar claramente dos períodos en cuanto a la se-
ñal paleodietaria (Figuras 3 y 4, Tabla 4). El primero
(ca. 3100-2200 años AP) se caracteriza por valores Figura 3. a) Valores de δ13C (21 en total, 19 provistos por
que sugieren dietas predominantemente marinas la USF y 2 por Arizona) b) Valores de δ15N (19 en total,
provistos por la USF) obtenidos sobre las muestras hu-
de elevado nivel trófico. El segundo período (ca.
manas para el intervalo 3100-420 años AP (Tabla 1).
1500-420 años AP) muestra valores que indican
dietas mixtas a predominantemente terrestres, de
menor nivel trófico en promedio.
Es interesante notar que casi no existe superpo-
sición entre los valores obtenidos para cada inter-
valo, que sólo se restringe a un valor para cada tra-
zador (Figura 3 a y b). Los valores de δ13C resultan
muy similares a los proporcionados por la datación
por acelerador en el laboratorio de Arizona (Tabla
Tabla 4. Valores mínimos, máximos y medias de δ13C y de δ15N obtenidos sobre los restos humanos.
990
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío
Tabla 5. Valores de δ18O y δ13C obtenidos en valvas de mitílidos entre 4000 años AP y el presente.
hallado distribuciones en superficie de otolitos aso- 2008 en este volumen). Si tenemos en cuenta que la
ciados a pesas líticas (ver Scartascini et al. 2008 en pesca, en algunos casos, puede aportar buena parte
este volumen), así como acumulaciones aisladas de de las proteínas y calorías más que los moluscos e
quelas de cangrejo quemadas. Esta evidencia po- incluso en ocasiones más que la caza y recolección
dría representar lugares elegidos para el consumo terrestres (Bailey y Milner 2002-3: 134), entonces
diferencial de recursos, o aún sesgos debidos al la notable presencia de otolitos de una misma es-
procesamiento y forma de descarte de distintos ti- pecie (en este caso la corvina rubia Micropogonias
pos de fauna. Pero también consideramos que en furnieri) en numerosos sitios de la costa norte del
alguna medida, y en función de la escala, puede golfo San Matías podría considerarse como indica-
estar ilustrando diferencias microambientales a dor de una explotación focalizada en este tipo de
lo largo de la faja costera en un sentido espacial, recurso. La obtención de peces con redes y líneas
donde la presencia de moluscos resulta la más con- dejaría escasa evidencia debido tanto a la baja
spicua pero varía la de otros recursos disponibles preservación que tienen los materiales orgánicos
en forma relativamente próxima (peces, lobos ma- con las que estaban confeccionadas como la de los
rinos, aves marinas, cangrejos, etc.). Tales cambios posibles restos descartados vinculados al procesa-
en la disponibilidad de recursos también ocurren miento inicial para consumo del pescado (Bailey y
en una misma localidad si tenemos en cuenta el Milner 2002-3); de esta manera el hallazgo en su-
eje temporal. En BF6 ningún conchero del sector perficie de otolitos y pesas líticas es lo esperable en
paleoacantilado muestra la presencia de restos de términos de preservación diferencial.
peces o lobos marinos a fines del Holoceno medio Por otra parte, el sector norte de la costa del
(ca. 3400 AP), mientras que 380 m en línea recta ha- golfo presenta características geomorfológicas que
cia la playa actual los concheros que se desarrollan la constituyen en un espacio apto para el empla-
allí sobre las dunas de la terraza holocena muestran zamiento de apostaderos de pinnípedos. En este
evidencias de ambas especies en ca. 740 años AP, sentido la presencia de restos de lobos marinos ne-
en un escenario que ya resultaría muy distinto al onatos en el registro arqueofaunístico en las locali-
anterior respecto al ambiente litoral involucrado. dades Bajo de la Quinta, Bahía Final, Barranca de
La evolución de la morfología costera afecta la los Concheros y Faro San Matías (Tabla 3) permite
disponibilidad de los recursos marinos y en conse- sostener la explotación de loberías reproductivas
cuencia el modo e intensidad de uso de esos espa- localizadas en esta porción del golfo San Matías en
cios por parte de los seres humanos. el pasado (Borella 2006), así como comenzar a dis-
A una escala mayor, sin embargo, estas diferen- cutir la disponibilidad de estos animales a lo largo
cias podrían enmascararse si existe disponibilidad del tiempo.
de esa variedad de recursos a lo largo del litoral Todo ello apunta a que los grupos que habita-
marítimo, más allá del lugar exacto en donde se ban el área conocían bien este espacio litoral y ex-
localizan (que puede cambiar). En este sentido la plotaban sus recursos mediante diferentes tecno-
información arqueofaunística regional aporta una logías, que aún estamos evaluando. Una de ellas,
perspectiva más completa para evaluar modos y la pesca, puede considerarse un sistema de captura
tendencias temporales en su utilización. complejo ya que involucran varias partes que preci-
Es interesante notar que la fauna marina regis- san elaborarse con anticipación al uso (redes, dife-
trada en los concheros correspondientes a los dos rentes tipos de pesas, líneas, anzuelos, etc.) con la
períodos analizados es similar. Ello sugiere su dis- correspondiente inversión de tiempo y de energía
ponibilidad a lo largo del tiempo a la escala espacial en esa tecnología.
analizada (la costa norte del golfo), sin embargo no Respecto a los cambios ambientales, se han
sabemos aún cómo fue el acceso a esos recursos detectado, aunque muy preliminarmente, tenden-
en cada etapa y si sufrió fluctuaciones en vistas de cias en la temperatura del agua marina que podrían
la propia dinámica litoral que hemos mencionado ayudar a explicar algunos de los cambios observa-
anteriormente, o por otras razones (cambios en la dos en la subsistencia que parecen esbozarse en la
temperatura/salinidad del agua, etc.). En este sen- evidencia arqueofaunística generada hasta el mo-
tido, el estudios de otolitos de corvinas recupera- mento. Si bien este registro arquefaunístico puede
dos en superficie en BQ sugiere que las técnicas considerarse un espejo imperfecto de los cambios
de captura de esta especie habría sido diferente ambientales, en ocasiones refleja modificaciones
durante el Holoceno medio (uso de redes en ambi- en la base de recursos aprovechables por los se-
entes protegidos) respecto al tardío final (líneas de res humanos. Esta premisa fue utilizada por Reitz
pesca en aguas abiertas) en función de los cambios (2002:20) en su estudio del registro arqueofaunís-
en los ambientes costeros representados a lo largo tico de la costa Peruana, al considerar que los cam-
del tiempo en esa localidad (ver Scartascini et al. bios en este registro pueden estar evidenciando la
992
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío
respuesta humana a variaciones en la abundancia estudios, este constituye un posible escenario para
animal asociadas con los cambios de la tempe- el cambio registrado en las dietas humanas.
ratura del agua y del clima detectados durante el En los concheros tardíos a la fauna marina tra-
Holoceno medio, aunque esta relación no debe dicionalmente aprovechada se suma la presencia
considerarse ni lineal ni simple ya que deben espe- de especies terrestres, no obviamente en todos los
rarse respuestas culturales diversas frente a dichos casos, pero este mayor espectro de fauna explota-
cambios. da sólo se registra en los concheros con cronología
En nuestro caso (Figuras 3 y 4) la señal paleodie- más recientes (ca. 1000-450 años AP), hecho que se
taria más temprana evidencia una fuerte focaliza- observa claramente en las principales localidades
ción en los recursos marinos en un momento coinci- bajo estudio (BQ y sector BF1/SV) (Tabla 3). Esto no
dente con una relativamente elevada temperatura significa que no se hayan aprovechado estas espe-
marina. Luego, posibles cambios en la temperatura cies en el litoral costero en tiempos anteriores, sólo
(aunque este sector de la curva de δ18O posee aún que su señal se hace más clara en los concheros del
muy baja resolución, Figura 5), acoplados o no con último período. Este hecho podría explicarse por
cambios en la morfología costera, pudieron haber diferentes factores, pero uno de ellos es su mayor
impactado en la disponibilidad/distribución de los consumo.
recursos y resultar en cambios en las estrategias de Es de esta forma que la evidencia arqueofaunís-
explotación de los mismos y en su importancia para tica parece sugerir una diversificación durante el
la subsistencia. Si bien aún deben profundizarse los Holoceno tardío final que resulta coherente con el
cambio en la señal isotópica que se registra en los restos humanos hallados en ese mismo litoral.
más elevada y sostenida, condiciones climáticas que las economías especializadas suelen ser inhe-
atemperadas y niveles freáticos más elevados en rentemente inestables (Binford 2001:402). La di-
relación con sectores interiores (ver Bailey y Mil- versificación puede ocurrir entonces en respuesta
ner 2002-3). Particularmente durante el Holoceno a la inestabilidad en los recursos, reduciendo los
medio las condiciones en la región nordeste de riesgos asociados con la explotación de sólo algu-
Patagonia fueron las más áridas respecto a otros nos de ellos. En este sentido podría ser el resultado
momentos del Holoceno, con elevadas temperatu- de cambios en la distribución o en la disponibilidad
ras y baja precipitación (Schäbitz, 1994, 2003). Nos de recursos que afectaron modos tradicionales de
preguntamos entonces si este entorno pudo favo- subsistencia. La diversificación en la dieta también
recer la colonización de la costa rionegrina, y quizás trae como consecuencia un aumento de la capaci-
un aprovechamiento intensivo de sus recursos en dad de carga del ambiente, por lo que se la conside-
forma temprana, como parece sugerir el registro ra otra estrategia de intensificación, a lo que puede
de pesas y otolitos ya en 6000 años AP en Bajo de sumarse un aprovechamiento más efectivo de los
la Quinta (Scartascini et al. 2008 en este volumen). recursos a través de la incorporación de nuevas tec-
En regiones semiáridas como ésta los recursos ma- nologías (Betts y Friesen 2004). Esto último parece
rinos pueden representar la única vía de intensifica- sugerir el registro del golfo San Matías a partir de
ción (Borrero y Barberena 2006). la presencia de tecnología cerámica y de puntas de
Es interesante asimismo destacar que a lo lar- proyectil pequeñas -referibles al uso del arco y fle-
go de la costa patagónica central y meridional los cha- en las ocupaciones más tardías. Consideramos
sitios costeros registran la presencia de moluscos, que esta situación podría acompañar un aumento
lobos marinos y aves marinas, pero una baja repre- demográfico llevando a una ocupación efectiva de
sentación de peces (Gómez Otero 2007; Arrigoni este litoral costero (sensu Borrero 1989-90) y dan-
et al. 2006; Castro et al. 2006; Borrero et al. 2006). do lugar a la saturación de espacios especialmente
Esto contrasta con el énfasis que parece haber te- favorables durante el Holoceno tardío final. Tal cir-
nido la pesca en la costa norte del golfo San Matías, cunstancia se vería particularmente reforzada en el
avalada por la abundante presencia de restos de marco del probable deterioro ambiental ocurrido
estos vertebrados en los concheros sondeados y su durante el Período Cálido Medieval (acerca de su
distribución en superficie (conjuntos de cientos de registro en Norpatagonia ver Villalba 1990, 1994).
otolitos en numerosos enclaves del paisaje litoral), Nos preguntamos entonces si hacia el 1000 AP
a lo que se suma la presencia de artefactos para la se produjo una concentración de poblaciones alre-
pesca y el uso de técnicas diferentes de captura (ver dedor de los manantiales costeros, como ya sugi-
Scartascini y Cardillo 2007, Scartascini et al. 2008 riera Bórmida (1964:98) en base a sus investigacio-
este volumen). Podríamos considerar entonces a nes. Esta hipótesis será puesta a prueba en futuros
manera de hipótesis que pudo haber existido una estudios pero al momento es consistente con el he-
focalización en recursos marinos, posible estrate- cho de que las áreas de mayor densidad de registro
gia de intensificación, centrada en la captura de artefactual y de entierros humanos correspondan
peces. Desde otro ángulo es interesante notar que a localidades de cronología tardía que concentran
en los conjuntos líticos se observa una baja diversi- recursos (en particular agua dulce) como es el caso
dad artefactual en los sitios entre el 3000 y 2000 AP de Bajo de la Quinta y Saco Viejo. Se destaca en es-
(Cardillo y Favier Dubois 2008), patrón consistente tos sitios la diversidad artefactual que incluye gran
con una disminución del rango de especies explota- cantidad y variedad de cerámicas respecto del res-
das en ese período, mientras que con posterioridad to del litoral, a lo que se suma la alta frecuencia de
al 1500 AP esa diversidad se incrementa. También artefactos de molienda (ver Orlando 2008 en este
se observa la proliferación de retocadores óseos volumen, para el caso de BQ) que apuntan a una
sobre metapodio de guanaco que muestra un ma- movilidad reducida y a estrategias de tipo “proces-
nejo notable de la tecnología ósea (Borella y Buc sor” en términos de Bettinger y Baumhoff (1982).
2008), además de evidenciar el papel relevante que Tal situación formaría parte de un contexto
adquiere este recurso en momentos tardíos. favorable para la movilidad de poblaciones desde
La diversificación que sugiere el registro ar- Norpatagonia hacia el sur de la región pampeana
queofaunístico para el Holoceno tardío final, esta- durante el Holoceno tardío final (1000-500 años
ría revelando la utilización de otras especies sobre AP) como fuera propuesto en base a evidencia ar-
las cuales anteriormente no se habría puesto mayor queológica y bioarqueológica por Barrientos y Pé-
interés. De acuerdo con Binford (2001) la diversifi- rez (2004).
cación es una estrategia que promueve la estabili- Para concluir, consideramos que las líneas de
dad, en el sentido de que provee los medios para investigación en curso, si bien en forma preliminar,
promediar fluctuaciones en los recursos, mientras han comenzado a generar información valiosa para
994
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío
discutir tanto el atractivo de la costa norte del gol- ambientes y recursos por parte de los grupos hu-
fo San Matías como las tendencias en el uso de sus manos norpatagónicos a lo largo de una historia de
996
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío
998
Análisis de la distribución de restos
arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad
arqueológica Reserva Península de San Julián
Ariel D. Frank1 y Fabiana Skarbun1
A B S T R A C T
In this paper we present the initial results from the studies made at the site El Rincón, located at
the archaeological locality Reserva Península de San Julián. Our aim is to characterize the kind
of remains found at the site, as well as to record the way these remains are scattered along,
analyzing the distribution, spatial association and concentration of lithic artifacts, bones and
shells. We are also interested in evaluating the provenance of the material found. For this purpose
a systematic sampling was made at the site and materials where studied in situ. Geographical
Information Systems and statistical tests where used to carry out spatial analysis of the remains;
and finally, an initial study of possible sources of lithic raw materials and mussels was made.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo se enmarca dentro del Pro- por objetivo conocer el poblamiento humano en
yecto de Investigación: “Arqueología y Comuni- la costa patagónica, en relación a las condiciones
cación en la Reserva Península de San Julián, pro- específicas de la península de San Julián como una
vincia de Santa Cruz”, N 530, UNLP, dirigido por el particular geoforma marina, y a las diferentes es-
Licenciado Rafael S. Paunero. Este proyecto tiene trategias de explotación de los ambientes imple-
1 Departamento Científico de Arqueología. Museo de Ciencias Naturales de la Plata. FCNyM. UNLP. CONICET.
[email protected], [email protected]
mentadas por los grupos humanos que ocuparon el lizará la distribución de los mismos dentro del sitio,
actual territorio de Santa Cruz desde el Pleistoceno con el fin de registrar posibles actividades llevadas
final. a cabo, reconocer probables patrones espaciales y
En este trabajo se describirá el conjunto de res- evaluar la ubicación del sitio en relación con la dis-
tos arqueológicos del sitio El Rincón ubicado en la ponibilidad de los recursos en zonas aledañas.
Reserva Península de San Julián (Figura 1) y se ana-
La Reserva Península de San Julián se encuentra perturbación producida por coleccionistas, brindan
al sur y al este de la ciudad, enmarcando a la bahía importante información para ponderar los diferen-
del mismo nombre. Se trata fundamentalmente tes usos del espacio en el marco de una integración
de una península de 18 km de largo y de 3,5 a 5 km regional. La información proveniente de estos si-
de ancho, comprendiendo una superficie total de tios, en cuanto al análisis de datos tales como la ubi-
10400 hectáreas. cación particular dentro de la geografía regional, su
La Península de San Julián es considerada como extensión y la distribución y densidad de los restos
una geoforma diferente dentro del paisaje de cos- en el espacio (Bellelli 1991) es de gran utilidad para
ta, dadas sus características geográficas y morfo- poder comprender la dinámica de ocupación de
lógicas. Se trata de una prolongada y angosta ex- esta geoforma particular que es la península.
tensión de tierra cercada por el mar, que está unida Entre los sitios superficiales prospectados en la
y tiene comunicación con el resto del continente región destaca El Rincón por ubicarse en la inter-
sólo por una estrecha parte. Estas características sección de dos zonas con alta densidad arqueológi-
presentan ventajas para las estrategias de caza y ca (Figura 2) la costa de la bahía y la zona de acceso
recolección de moluscos que pueden ser aprove- y estrangulamiento (Paunero et al. 2007). Este sitio
chadas por los grupos cazadores recolectores. Por se ubica a los 49° 22’ 53’’ Lat. S y 67° 42’ 17’’ Long O,
un lado permite aprovechar la geografía para el en- en la superficie de deflación de un médano a una
cierro de tropillas de guanaco (Aschero y Martínez altura aproximada de 35 m sobre el nivel del mar.
2001; Bozzuto 2007), por el otro posee dos costas El objetivo particular de este trabajo es estudiar
diversas (una mirando hacia la bahía y la otra hacia las características del conjunto arqueológico del si-
el mar abierto), desde el punto de vista ecológico, tio El Rincón (Figura 1), se analizará el tipo, densi-
en cuanto a sus condiciones atmosféricas, y sepa- dad y distribución de los restos en el espacio, con el
radas por corta distancia. Esto sugiere una manera fin de registrar posibles actividades llevadas a cabo
particular de uso por parte de los grupos humanos, en el sitio, reconocer probables patrones espacia-
siendo estratégica para el manejo de recursos ma- les de uso y evaluar la ubicación del sitio en relación
rinos y terrestres.
En trabajos previos (Paunero et al. 2007) se ha
postulado la hipótesis que la península habría sido
aprovechada para el control de manadas de guana-
cos para consumo mediante campamentos en su
acceso y para la recolección de mejillones. Se rea-
lizaron estudios espaciales de distribución y densi-
dad de artefactos líticos, pudiéndose plantear dife-
rente intensidad de uso según la unidad de paisaje
estudiada. Las zonas de alta densidad artefactual
estarían vinculadas a la costa de la bahía, a la zona
de acceso y estrangulamiento, a pequeños bajos y
lagunas temporarios y a los médanos (Paunero et
al. 2007).
A partir de estos trabajos se propuso el estu-
dio de sitios superficiales y estratificados, como
medio para obtener un conocimiento integral de
esta región. Se considera a los sitios de superficie
de importancia ya que si bien presentan sesgos re-
lacionados a la conservación diferencial de los ma- Figura 2. Zonas de mayor densidad arqueológica en la
teriales, a alteraciones postdepositacionales y a la Península de San Julián.
1000
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián
con la disponibilidad de los recursos en zonas ale- et al. 2004), en esta oportunidad se caracterizará al
dañas. Si bien una breve mención acerca de El Rin- sitio con mayor detenimiento.
cón ha sido realizada en un trabajo previo (Lanata
METODOLOGÍA
la existencia de una relación funcional entre lo que ciones ni cuantas hay. Tampoco permite realizar
ocurre en un punto determinado del espacio y lo una asignación causal a las asociaciones, que debe-
que ocurre en otro lugar (Moreno y Vayá 2000 en rá realizarse a través de otro tipo de estudios.
Chasco Irigoyen 2003).
La asociación de materiales arqueológicos en Análisis de distribución y de áreas de concen-
un sitio no es azarosa, el valor de un punto en el tración de restos
espacio (por ejemplo, la frecuencia de restos de un La concentración de restos arqueológicos impli-
tipo en una cuadrícula) depende de los valores de ca que existe en un área dada una alta frecuencia de
los puntos adyacentes. Esta asociación puede de- tipos de restos similares y que la frecuencia de este
berse a diferentes causas, como la interacción de tipo sea baja en otras áreas. De esta manera, pue-
los patrones de conducta y factores tafonómicos, den visualizarse sobre un mapa, aquellas zonas en
entre otras. las que determinado elemento aparece de manera
Se utilizó el índice G de Getis y Ord, para medir más profusa y aquellas en las que este elemento no
la asociación espacial del conjunto. El estadístico es común. También nos permite observar cuántas
G, es un índice de asociación espacial que indica la concentraciones de un determinado tipo hay y cuá-
existencia de agrupamientos espaciales (clusters) les son las de mayor densidad.
de valores altos o bajos de una variable analizada Para determinar las áreas de mayor concentra-
en referencia a su promedio (Galvis Aponte 2001). ción en el sitio se efectuaron los siguientes procedi-
Una variable se encontrará espacialmente co- mientos para cada tipo de resto:
rrelacionada cuando los valores observados en un 1. Se determinó la cantidad y la densidad de
punto o región dependan de los valores observados restos para cada cuadrícula.
en regiones vecinas, de forma que se produzca una 2. Se calculó la cantidad y la densidad total de
cierta continuidad geográfica en la distribución de restos en el sitio.
esta variable, por ejemplo, sobre un mapa (Chasco 3. Se realizó una distribución de frecuencias de
Irigoyen 2003). cuadrículas, según la cantidad y la densidad de res-
Existen 3 tipos de distribuciones que pueden ser tos.
evaluadas según este índice: 4. Se ordenaron las cuadrículas de acuerdo con
a) al azar: un punto dado es igualmente proba- la cantidad de restos que tuvieran de menor a ma-
ble de darse en cualquier ubicación y la posición de yor.
ese punto no se ve afectada por la posición de algún 5. Se dividió el número total de restos en dos.
otro punto, de esta manera no existiría asociación. 6. Se sumaron los restos, comenzando por las
b) uniforme: cada punto está lo más lejos posi- cuadrículas con menores cantidades, hasta alcan-
ble de todos sus vecinos; zar el valor correspondiente a la mitad del total.
c) agrupado: muchos puntos están agrupados 7. Se agruparon las cuadrículas que tuvieran
uno cerca del otro y hay grandes áreas que contie- igual cantidad de restos.
nen muy pocos puntos. 8. Se separó la muestra en dos:
Un valor significativo positivo del índice indica a) Un conjunto de cuadrículas con valores
que los valores altos de determinada variable estás bajos. Estos valores sumados alcanzan la mitad de
agrupados en un área de estudio. Un valor signifi- la cantidad total de restos del sitio.
cativo pero negativo indica que los valores bajos b) Un conjunto de cuadrículas con valores
de una variable tienden a agruparse. El valor de Z altos. Estos valores sumados alcanzan la mitad de
en todos los desvíos estándar es calculado de ma- la cantidad total de restos del sitio.
nera que se puede determinar si el valor del índice 9. Se agruparon las cuadrículas con valores altos
es estadísticamente significativo. Se considera en diferenciadas en el paso 8b por cercanía espacial.
este trabajo una probabilidad del 99% para que el Este análisis, si bien no tiene significancia esta-
valor de Z sea estadísticamente significativo (o sea, dística, permite establecer, de una manera pauta-
Z mayor a 2,58). Es decir que este test permite re- da, qué áreas del sitio presentan concentración de
conocer si hay o no asociación en un conjunto. No los elementos arqueológicos y establecer compa-
identifica, en cambio, donde se ubican esas asocia- raciones entre distintos tipos de restos.
RESULTADOS
Análisis de todos los restos en conjunto trón agrupado del conjunto, con un 99% de proba-
Asociación espacial del conjunto bilidad de que el agrupamiento de los valores altos
El test de Getis-Ord General G muestra un pa- no sea resultado del azar (Z = 10,5).
1002
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián
Restos líticos
Si comparamos la densidad de artefactos líticos
del sitio, la costa de la Bahía y toda la Península de
San Julián (Tabla 1), se puede ver que la concen-
tración en el sitio es mucho más alta que en estas
áreas consideradas (Paunero et al. 2007).
Península 0,000576
Figura 4. Áreas de concentración de restos.
Tabla 1. Densidad de restos líticos.
La mayor cantidad de cuadrículas, 37,22%, no
La cantidad total de artefactos líticos es de 950
contiene restos, el 21,57% contiene entre 1-9, el
de los cuales el 87% son productos de talla y el resto
36,42% entre 10-49 y el 4,79% contiene 50 o más
instrumentos, núcleos y nódulos (Figura 7).
(Figura 5)
a b
1004
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián
de San Julián. En esa orilla existe una importante cionamiento y que resultan una fuente de agua po-
fuente potencial de aprovisionamiento de nódulos table.
para la talla (Figura 10). Si bien no se han realizado El test de Getis-Ord General G muestra un pa-
muestreos sistemáticos acerca de la disponibilidad trón agrupado de los restos óseos, con un 99% de
y calidad para la talla de la materia prima disponible probabilidad que el agrupamiento de los valores al-
allí, se han testeado al azar nódulos de esa fuente y tos no sea resultado del azar (Z = 18,25).
se ha podido observar que algunos de ellos son de
buena calidad. Cabe mencionar que los nódulos ha- Áreas de concentración de restos óseos
llados en el sitio tienen características coincidentes Para el análisis del área de concentración de
con los de la costa como el color, tipo de corteza y restos óseos, las cuadrículas con densidades supe-
las dimensiones. Además, núcleos y productos de riores a 40 se consideraron de valores altos. En la
talla con corteza reconocidos en El Rincón también figura 11 se puede observar que la mayor parte de
muestran similitudes macroscópicas con estos los restos óseos se concentra en la zona central del
guijarros. Son necesarios más estudios para poder sitio abarcando una gran área; también se recono-
confirmar esta hipótesis, sin embargo se postula cieron 3 zonas más de concentración, que en total
inicialmente que los artefactos líticos del sitio El abarcan 1714 m2.
Rincón serían resultado de la explotación de guija-
rros provenientes de las cercanas canteras poten- Restos malacológicos
ciales. De esta manera, la materia prima predomi- Casi la totalidad de los restos malacológicos de
nante en el sitio estaría inmediatamente accesible El Rincón corresponden a mejillones (Mytilus edu-
(sensu Skarbun et al. 2007) Por otra parte, existen lis platenses). También se han registrado escasos
otras materias primas en el sitio (obsidiana, varie- ejemplares de lapas (Nacella sp.), así como Adelo-
dades de sílex) que habrían sido ingresadas desde medon sp. y Trophon sp. (J.P.Martín Comunicación
otras localidades, de las cuales aún no conocemos personal).
su procedencia. El test de Getis-Ord General G muestra un pa-
trón agrupado de las valvas, con un 99% de proba-
bilidad de que el agrupamiento de los valores altos
no sea resultado del azar (Z = 7,39).
Restos óseos
La mayor parte de los restos óseos están muy
fragmentados y en consecuencia no pudo deter-
minarse su taxón. Un análisis preliminar, de los que
sí se pudieron determinar, mostró que la mayoría
corresponde a guanaco (Lama guanicoe); también
hay restos de zorro (Dusicyon sp.) y piche (Zaedyus
pichiy), así como de mamífero pequeño.
En la actualidad la península presenta una can-
tidad media de guanacos, aproximadamente 200
(Manessi 2007). Estos se concentran a lo largo de
toda su extensión, pero preferentemente en los
alrededores de los molinos que aún están en fun- Figura 12. Áreas de concentración de valvas.
1006
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián
DISCUSIÓN
El índice G de Getis y Ord medido sobre el con- ten evidencias de actividades múltiples. Al sitio se
junto de todos los restos indica que existe un 99% habrían transportado las presas cazadas y los meji-
de probabilidad de que haya una asociación espa- llones recolectados en distintos puntos de la penín-
cial del conjunto en la que el agrupamiento de los sula se habrían confeccionado instrumentos líticos
valores altos no sea resultado del azar. De esta ma- con materias primas locales y alóctonas, y, posible-
nera, podría haber actuado algún tipo de factor de- mente, se habrían desarrollado tareas de raspado.
positacional (antrópico o natural) en la disposición Por otra parte, de acuerdo a lo observado en los
de los restos. análisis realizados arriba, existiría una asociación
El análisis de los restos líticos muestra que la espacial no aleatoria para la mayor parte de los dis-
densidad de restos es mucho más alta para el si- tintos tipos de resto, así como diferentes áreas de
tio que para el resto de la península y la costa de concentración.
la bahía, confirmando el carácter antrópico de la El índice G indica que los productos de talla se
acumulación y la importancia de la ocupación de encuentran agrupados, así como los instrumentos y
este sitio. los nódulos. Al observar las áreas de concentración
Más allá de los probables agentes naturales que de los diferentes grupos tipológicos (Figura 14), se
pudieron haber actuado en la conformación y dis- puede ver que los instrumentos se encuentran más
tribución actual de los restos de El Rincón, el con- dispersos que el resto de los grupos, ocupando un
junto de evidencias muestra que claramente este área más extensa; esto no significa que no se en-
sitio fue un espacio utilizado y aprovechado por cuentren agrupados, simplemente que su área es
las antiguas poblaciones humanas de la región. En más amplia.
este sentido, consideramos que en El Rincón exis- Por otra parte, dentro de éstos, el índice G no
Figura 14. Áreas de concentración de restos líticos. Figura 15. Superposición de las áreas de concentración
de todos los restos.
1008
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián
CONCLUSIÓN
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos al Consejo Agrario de la Provincia de Santa Cruz por invitarnos a realizar las investigaciones en
la Reserva Península de San Julián y por el apoyo logístico brindado. A la municipalidad de Puerto San Julián por
el respaldo brindado durante los trabajos de campo. A nuestros compañeros de trabajo, con quienes realizamos el
muestreo, por su colaboración y constante apoyo. A Juan Pablo Martin, investigador de la Unidad Académica San
Julián, UNPA por su valioso aporte a la comprensión de los restos malacológicos en terreno.
BIBLIOGRAFÍA
1010
Cazadores recolectores en el área lacustre
de la vertiente occidental andina (39°S):
cronología, contextos y procesos
Christian García P.1
A B S T R A C T
Systematic research in the Calafquén Lake region has helped to rebuild a long sequence of human
occupations from the late Pleistocene. This sequence has allowed to describe a particular way of
inhabiting these spaces, characterized by high mobility and a recurring occupation of rockshelter
and caves, a expediency lithic and bone technology and a subsistence economy based on the hunting
of small mammals and the harvesting of plants and freshwater mollusks. However, due to the limited
findings of new archaeological sites, we know that this overall picture homogenizes what we know
and relegates the background variability of potential ways to inhabit these spaces. In this sense,
this paper aims at delivering new information in the archaeological area of the neighboring Villarrica
Lake, in order to complement and enrich the overall picture of human occupations in this area.
While these new archaeological data do not differ substantially from the general characterization
done before, it does make a significant contribution in relation to the variability in how to inhabit
these places, as well as the way we think about the hunter-gatherers in this American sector.
INTRODUCCIÓN
Investigaciones sistemáticas en la región del que este cuadro general no hace otra cosa que ho-
lago Calafquén comenzadas hace más de una dé- mogenizar aquello que desconocemos y relegar a
cada atrás, han permitido reconstruir una larga un segundo plano la variabilidad potencial de for-
secuencia de ocupaciones humanas, la cual se ex- mas de habitar estos espacios. En este sentido, el
tiende desde fines del Pleistoceno y hasta momen- presente trabajo tiene como objetivo entregar nue-
tos cercanos a la llegada de los europeos. Los con- va información arqueológica proveniente del área
textos arqueológicos que componen esa secuencia del volcán Llaima, la cual viene a complementar y
nos han permitido describir una forma particular enriquecer el cuadro general de las ocupaciones
de habitar estos espacios, caracterizada por una humanas en esta área. Si bien estos nuevos datos
alta movilidad y una recurrente ocupación de ale- arqueológicos no modifican de manera sustancial
ros rocosos y cuevas, una tecnología lítica y ósea la caracterización general antes hecha, sí realizan
de carácter expeditiva, así como una economía de un aporte importante en relación a la presencia de
subsistencia basada en la caza de mamíferos pe- variabilidad en la forma de habitar estos espacios
queños y la recolección de vegetales y moluscos y también a la manera en que pensamos a los ca-
dulceacuícolas. Sin embargo, debido a los escasos zadores recolectores en este sector del continente
hallazgos de nuevos sitios arqueológicos, sabemos americano.
Características del área de estudio 38º y 39º de latitud sur, se puede caracterizar en
El área cordillerana del sur de Chile, entre los términos generales por la presencia de un conjunto
1 Área de Arqueología, Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural, Universidad Internacional SEK. Av. José Arrie-
ta 10000, Peñalolén, Santiago de Chile. E-mail: [email protected]
García 1011
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
de lagos de origen glaciar (Subiabre y Rojas 1994), Bío-Bío, Cautín, Lonquimay, Allipén y Alpehue por
numerosos volcanes (Moreno 1990) y una extensa nombrar solo las más importantes (Figura 1).
cobertura de diferentes formaciones de bosques El paisaje del área ha sido modelado por la ac-
templados (Armesto et al. 1996). El importante rol ción de los glaciares a fines del Pleistoceno y por
que el volcanismo tiene como agente destructor/ la actividad volcánica durante todo el Holoceno,
modelador del paisaje, nos ha llevado a considerar hasta nuestros días. En general, este eje presenta
a los volcanes como elementos clave para ordenar características alto andinas, con un relieve ondu-
territorialmente nuestras investigaciones. De esta lado y montano de altas pendientes, con valles de
forma, nuestra actual área de trabajo se enmarca orientación N-S sobre los 1000 m s.n.m., nevadas
entre los volcanes Lonquimay por el norte (38º22’ invernales, precipitaciones anuales que superan
S, 2865 m s.n.m.) y Lanín por el sur (39º38’ S, 3754 los 3000 mm y alta oscilación térmica tanto diaria
m s.n.m.), abarcando los territorios cordilleranos como estacional. La vegetación se caracteriza por
que circundan dichos sistemas volcánicos y que la presencia del bosque caducifolio altoandino con
incluyen cuencas lacustres y fluviales altas. Esta araucaria (Donoso 1993), dominado por la asocia-
gran área, ha sido dividida a su vez, en un eje sep- ción araucaria (Araucaria araucana) y lenga (Notho-
tentrional, entre los volcanes Lonquimay y Llaima fagus pumilio). Una característica peculiar de este
(38º41’ S, 3125 m s.n.m.) y en otro meridional, loca- eje es que parte de su territorio se ubica al oriente
lizado entre los volcanes Villarrica (39º25’ S, 2847 m de la cordillera andina, donde se localizan las lagu-
s.n.m.) y Lanín. Estos ejes presentan algunas dife- nas de Icalma y Galletué, cuyas aguas conforman
rencias en cuanto a su orientación cardinal, altitud, las nacientes de la cuenca del río Bío-Bío. Así mis-
clima y composición vegetacional. mo, en este sector oriental se localizan dos im-
El eje septentrional entre los volcanes Lonqui- portantes pasos internacionales, como son los de
may y Llaima, abarca una superficie cercana a los Icalma (1298 m s.n.m.) y Llaima (1430 m s.n.m.), los
4702 km2 y comprende las nacientes de los ríos que permiten la conexión con la región de los lagos
1012
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos
se definieron superficies de 0,5% de las áreas pros- de prospección se enfoca sobre lugares puntuales,
pectables en cada eje para realizar la investigación los cuales ya son conocidos por tener recursos ar-
sistemática (Tabla 1). La elección del tamaño de queológicos o cuyo conocimiento se obtiene a tra-
la muestra por eje, fue realizada considerando las vés de la información proporcionada por informan-
condiciones ambientales, los recursos humanos y tes locales. Este tipo de prospección ya la habíamos
materiales disponibles para realizar prospecciones utilizado con anterioridad, proporcionándonos
pedestres en un plazo de tiempo limitado (Munita alentadores resultados.
2007, 2008). En la actualidad, hemos concluido tanto los tra-
Paralelamente a la prospección sistemática, se bajos de prospección intensiva como dirigida en el
planificó utilizar una segunda estrategia de pros- eje meridional, al tiempo que hemos comenzado a
pección, complementaria a la antes señalada, la trabajar en el eje septentrional.
cual hemos denominado como dirigida. Este tipo
Luego de concluidas las prospecciones en el eje tanto intensiva como dirigida, una de las variables
Villarrica–Lanín, hemos podido registrar 134 recur- que hemos considerado interesantes de investigar
sos arqueológicos, que incluyen hallazgos aislados, se refiere a la altura sobre el nivel del mar. Esto con
sitios superficiales y otros con potencial estrati- el objetivo de testear la hipótesis de distribución
gráfico, así como evidencias materiales de todos aleatoria de los hallazgos con respecto a la varia-
los períodos de ocupación prehispánica y también, ble altura. Para analizar esta información, la altura
aunque en menor medida, materiales culturales de sobre el nivel del mar en que se registraron los ha-
los primeros asentamientos hispanos en la zona. llazgos arqueológicos, fue reagrupada en estratos
El trabajo de prospección dirigida ha sido la es- altitudinales de 50 m y dentro de estos estratos se
trategia que nos ha permitido recabar más informa- estimó las frecuencia de los hallazgos (Figura 4).
ción, principalmente en el área del lago Calafquén, Con este simple procedimiento, se pudo observar
debido a que es el área que se ha trabajado desde en general, que los hallazgos arqueológicos se dis-
hace más tiempo. Mientras que en las sub-cuencas tribuyen con mayor frecuencia entre los estratos
al norte de este lago, la prospección intensiva ha altitudinales 5 al 11, es decir entre los 200 y los 500
mostrado resultados tan positivos como la estrate- m s.n.m. La cantidad de hallazgos comienza a de-
gia antes señalada (Figura 3). crecer a partir de esta altura, siendo muy poco fre-
Con relación a la localización de los recursos ar- cuentes sobre el estrato 20, es decir sobre los 1000
queológicos registrados a través de la prospección m s.n.m.
Figura 3. Frecuencia de recursos arqueológicos por Figura 4. Frecuencia de hallazgos arqueológicos por
sub-cuenca de acuerdo a la estrategia de prospección. estrato altitudinal.
1014
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos
García 1015
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Tabla 3. Dataciones absolutas para sitios del Pleistoceno final, Holoceno temprano, medio y tardío.
para tiempos del Holoceno medio en la zona cordi- De acuerdo a los fechados obtenidos para es-
llerana en estudio. tos contextos y que se registran en la tabla 4, cabe
El segundo conjunto de fechados, todos per- destacar que la presencia de cerámica en la zona se
tenecientes al Holoceno tardío, dan cuenta de retrotrae a más de 1600 años de antigüedad (350
múltiples ocupaciones a cielo abierto y bajo alero, d.C., en el sitio Los Chilcos), reconociéndose des-
correspondientes a cazadores recolectores porta- de estas fechas rasgos diagnósticos del complejo
dores de cerámica de los complejos Pitrén, Vergel cultural Pitrén (Adán y Reyes 2000), hasta tiempos
– Valdivia.
Río Maichin Alero Rilul 1 680 ± 60 UCTL 1277 Adán et al. 2001
Tabla 4. Dataciones absolutas para sitios del Holoceno tardío con presencia de cerámica.
1016
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos
precontacto poco especificados; mientras que la nos (Marifilo 1 y Loncoñanco 2), como en aquellos
cerámica de los estilos Vergel-Valdivia o Tradición más tardíos de la secuencia (Musma 1). Lamenta-
Bícroma (Adán et al. 2005), se registra desde ca. de blemente, los contextos que presentan puntas pe-
600 años AP (o 1400 años d.C.). dunculadas no tienen dataciones, por lo cual no es
posible observar si ambos tipos coexisten.
Tecnología y subsistencia En general, los sitios registrados muestran
En general, la mayor cantidad de hallazgos predominantemente fases iniciales de la cadena
arqueológicos registrados corresponden a sitios operativa (desbaste de núcleos) y escasamente
abiertos de tipo habitacional, donde se registra desechos de talla relacionados al adelgazamiento
cerámica fragmentada, desechos líticos en rocas o retoque de instrumentos. Este tipo de informa-
locales (basalto y andesita) y restos óseos y mala- ción, junto a la escasez de rocas alóctonas y la baja
cológicos. En la mayor parte de los casos, estos frecuencia de formatización, respaldaría la idea so-
materiales se encuentran asociados a fogones ex- bre una organización de la tecnología lítica basada
tensos en términos horizontales, pero con escasa en un uso anticipado de las diferentes localidades
potencia en términos verticales. Una situación si- y sus recursos. En este sentido, la existencia de un
milar se observa en las ocupaciones humanas re- taller lítico y centro de acopio de nódulos de basal-
gistradas en aleros rocosos y cuevas. to andesítico en el alero Los Resfalines 1, al menos
Los sitios con los fechados más tempranos re- desde hace unos 2000 años AP, también podría uti-
gistrados en el lago Calafquén, se caracterizan por lizarse como sustento de este planteamiento. En
una industria lítica expeditiva, con escasa formati- el caso de Los Resfalines 1 (García y Mera 2007), se
zación y desarrollada sobre rocas disponibles en la ha documentado que sus ocupantes recolectaron
vecindad inmediata (Jackson y García 2005). Entre grandes nódulos de basalto en una corrida de lava
los artefactos generalmente registrados destacan del volcán Villarrica localizada a pocos metros del
cepillos sobre guijarros, denticulados, muescas y alero, los cuales fueron desbastados para obtener
lascas de filos vivos, las que podrían relacionarse grandes matrices de filos vivos largos de muy bue-
a trabajos sobre madera. Este recurrente patrón na calidad, algunos de los cuales fueron acumula-
continúa observándose entre aquellos sitios que dos en el fondo del alero, probablemente para un
presentan ocupaciones tardías y con presencia de uso posterior.
alfarería, aún cuando en éstos últimos, se registran El uso del hueso como materia prima para la
en bajas frecuencias desechos de talla y puntas de confección de instrumentos, solamente aparece
proyectil en rocas alóctonas (obsidiana y sílices). En documentado en las ocupaciones tempranas y tar-
general, las puntas de proyectil registradas provie- días del alero Marifilo 1 (García 2006). En este lugar
nen en su mayoría de contextos con dataciones del se han registrado punzones confeccionados sobre
Holoceno tardío en el lago Calafquén, observándo- ulnas de zorro (Pseudalopex griseus), así como tam-
se una recurrencia en la forma triangular del limbo bién posibles artefactos de funcionalidad desco-
con bases cóncavas y en solo dos casos, formas pe- nocida, fabricados sobre fragmentos de diáfisis de
dunculadas. pudú (Pudu pudu) y un percutor-presionador sobre
De acuerdo a los fechados obtenidos en los si- un fragmento de tibia de huemul (Hippocamelus bi-
tios en los cuales se registran puntas de proyectil sulcus).
triangulares apedunculadas (Tabla 5), es posible Probablemente, la escasez de instrumentos
observar que éstas corresponden a ocupaciones óseos se relacione mejor con las malas condiciones
de poblaciones portadoras de alfarería y que están de conservación presentes en la zona, más que con
presentes tanto en los contextos alfareros tempra- la ausencia de una tecnología ósea establecida en-
Fecha asociada
Sitio Forma limbo Forma base Materia prima
(años AP)
Alero Marifilo 1 Triangular Indeterminado Calcedonia 1410 ± 50
Alero Loncoñanco 2 Triangular Cóncava Obsidiana 1280 ± 70
Alero Ñilfe 1 Triangular Cóncava Obsidiana 1105 ± 100
Musma 1 Triangular Cóncava Obsidiana 525 ± 40
Musma 1 Triangular Convexa Obsidiana 735 ± 50
Alero Rilul 1 Triangular Recta Obsidiana 680 ± 60
Rinconada de Challupén 1 Triangular Pedunculada Sílice Sin fecha
Liucura 1 Triangular Pedunculada Obsidiana Sin fecha
Tabla 5. Puntas de proyectil en sitios del Holoceno tardío.
García 1017
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
tre las poblaciones que ocuparon la zona. Como lo ceacuícolas y recursos vegetales presentes en el
demuestran las ocupaciones del Holoceno tempra- bosque. El mamífero de mayor biomasa en la zona,
no de Marifilo 1, esta tecnología era conocida por el huemul, ha sido escasamente registrado en los
sus ocupantes hace ca. de 9000 años atrás. contextos arqueológicos del área.
Estas malas condiciones de conservación pro- El uso de los recursos vegetales, ha sido prin-
ducto de la humedad y la acidez de los suelos, con- cipalmente documentado en el alero Marifilo 1 a
forma un agente que actúa de manera diferencial través de análisis carpológicos (Lehnebach et al.
a nivel de localidades, no pudiendo admitirse que 2008). Los resultados de estos análisis señalarían la
en toda el área las condiciones de conservación recolección de granos, frutos y nueces nativos dis-
sean malas. En este sentido, los restos óseos pro- ponibles en el bosque en el verano y el otoño, con
cedentes de desechos de alimentación registrados evidencias en todas las ocupaciones del alero, vale
en algunos sitios señalan que en ciertas localidades decir desde el Holoceno temprano hasta el Holoce-
existen condiciones para la preservación (aparen- no tardío.
temente relacionada a la presencia de sedimentos En relación a los moluscos dulceacuícolas, cabe
volcánicos). señalar que en general se documenta la especie Di-
De acuerdo a los datos disponibles, la subsis- plodon chilensis, almeja común en lagos y ríos del
tencia de las poblaciones que ocuparon el área, se sur de Chile y como tal, posible de recolectar en
relaciona fundamentalmente a mamíferos de pe- cualquier época del año tanto en el lago Calafquén,
queño tamaño, como el pudú y el zorro, así como como en las demás cuencas lacustres y fluviales del
en menor medida con algunas aves, moluscos dul- área.
Trabajos de prospección tural Pitrén, así como otras más tempranas con au-
Los trabajos de prospección en el eje septen- sencia de cerámica. Dos fechados radiocarbónicos
trional se encuentran en la actualidad en desarro- obtenidos para las ocupaciones con presencia de
llo. Sin embargo, los primeros acercamientos a la alfarería se presentan en la tabla 6.
zona, han permitido registrar un importante sitio
arqueológico en las proximidades del volcán Llai- Sitio Fecha (años AP) Código
ma, dos talleres líticos y una fuente de obsidiana,
1100 ± 40 Beta-241264
los cuales aportan los primeros datos para confron- Alero Cabeza
670 ± 40 Beta-241263
de Indio 1
tar la información de ambos ejes.
La información hasta ahora obtenida, es tan di- Tabla 6. Fechados absolutos para el sitio Alero Cabeza
ferente de lo observado en el eje meridional, que de Indio 1.
a pesar de tratarse de un bajo número de hallaz-
gos arqueológicos, nos permite aventurar algunas En las ocupaciones fechadas se registra abun-
comparaciones e hipótesis sobre las diferencias en- dante cerámica monocroma fragmentada, la cual
tre ambas zonas. exhibe gran variedad en el espesor de sus paredes
y en el tratamiento de sus superficies. Dentro del
El alero Cabeza de Indio 1 conjunto total de la cerámica destaca una pequeña
El sitio arqueológico alero Cabeza de Indio 1, se fracción de piezas con diferentes tipos de decora-
encuentra ubicado en la zona cordillerana de la IX ción, entre las que figuran el ahumado, engobado
Región, frente a los faldeos orientales del volcán inciso, modelado y pintado. Entre estas piezas de-
Llaima y a una altura de 842 m s.n.m. en la sub- coradas llaman nuestra atención las llamadas “ban-
cuenca fluvial de Trufultruful. Fue registrado a tra- das modeladas paralelas”, conocido también como
vés de prospección dirigida por informantes en el cerámica “acanalada” (Hajduk 1986) o “corrugado”
mes de septiembre de 2007, campaña en la cual se (Cáceres et al. 2005), el cual se presenta tanto en
excavaron dos pozos de sondeo. La evaluación de cuerpos como en cuellos de vasijas, tratándose
estos trabajos, permitió planificar una excavación mayoritariamente de fragmentos pulidos. También
en área a través de la estratigrafía y la morfología fueron registrados algunos fragmentos decorados
natural del suelo, la que se llevó a cabo durante el de la llamada Tradición Bícroma del período Alfare-
mes de diciembre del mismo año. ro Tardío (Adán et al. 2005).
Las excavaciones en este alero han permitido Igualmente dentro de los hallazgos cerámicos
documentar ocupaciones tardías de poblaciones destacan un fragmento de tubo de pipa de forma
portadoras de cerámica asignables al complejo cul- sub-cónica y sección sub-circular, cuya superfi-
1018
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos
cie se encuentra completamente pulida, así como restos asignados dentro de la muestra, aún cuan-
también de una pieza circular de paredes delgadas do corresponderían a un solo individuo sub-adulto
y superficies pulidas, con un orificio central, el cual de unos 30 meses de edad aproximadamente. La
posiblemente sea una tortera. importante diversidad de unidades presentes (de
Los artefactos líticos conforman la segunda bajo, moderado y alto rendimiento cárneo) permite
categoría de materiales de más alta frecuencia en sugerir que el animal habría ingresado completo al
este sitio. Entre estos destacan gran cantidad de yacimiento. Un segundo taxón que claramente fue
desechos de talla en materias primas alóctonas, introducido de manera cultural al sitio, es el chin-
principalmente variedades de obsidiana (de colores gue (Conepatus chinga). El hecho de que el cráneo
negro, gris y café), así como numerosas puntas de recuperado presentara huellas relacionadas con el
proyectil, perforadores, cuchillos y raspadores. descuerado podría indicar que este animal podría
Las puntas de proyectil registradas en este sitio haber sido cazado exclusivamente por la obtención
superan en número a todas las registradas en el eje de su piel. A este contexto se deben agregar res-
meridional de investigación, destacando la presen- tos de pudú, Felidae no identificado, posiblemente
cia tanto de puntas triangulares de bases cóncavas guiña (Oncifelis guigna), roedores y aves.
o escotadas y de otras pedunculadas (Tabla 7). Otro antecedente importante al referirse a las
Prácticamente un 70% de estas puntas están estrategias de subsistencia empleada por los ocu-
fracturadas y por ende, descartadas en este lugar. pantes del alero, lo constituye el aportado por los
Junto con estos instrumentos, se registran escasos fragmentos de valvas de Diplodón chilensis, piño-
materiales relacionados con actividades domésti- nes de araucaria (Araucaria araucana) y frutos de
cas, tales como perforadores, raspadores o cuchi- lleuque (Podocarpus andina) carbonizados. Al res-
llos. pecto, su presencia en el sitio reflejaría la impor-
Dada la alta cantidad de desechos de talla de tancia de la recolección de frutos, posiblemente
pequeño tamaño con ausencia de corteza y con- durante el verano y el otoño. Igualmente el registro
siderando la escasez de otros instrumentos, así de Diplodón chilensis, señalaría la integración de
como de núcleos, el contexto lítico representaría estrategias de recolección en los cursos fluviales o
un escenario donde se llevaron a cabo actividades en lagos cercanos hacia el oriente (como Galletué,
de terminación, reparación, retomado o descarte Icalma, Moquehue o Aluminé).
de instrumentos, es decir, fases terminales de la
cadena operativa, situación muy diferente a la se- Fuente de obsidiana y talleres líticos
ñalada para los contextos del eje meridional. De gran interés ha resultado el hallazgo de una
Este contexto de cazadores recolectores con fuente de obsidiana en la sub-cuenca de Alpehue.
cerámica, da cuenta del aprovechamiento de va- Si bien, la caracterización de ésta se encuentra hoy
riadas especies de animales con distinto fin. En pri- bajo estudio, podemos adelantar algunos datos so-
mer término, es destacable la presencia de guana- bre ella. Se trata de un extenso afloramiento de ob-
co (Lama guanicoe) entre los restos identificados, sidiana de color negro y gris (semi-traslúcida), que
correspondiendo al taxón con mayor número de cubre completamente la cima de un cerro con for-
Sitio Forma limbo Forma base Materia prima Fecha asociada (años AP)
García 1019
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
ma de domo, a una altura sobre los 1400 m s.n.m. des matrices bifaciales. Estos sitios, solo reconoci-
Esta fuente, denominada Casablanca por los luga- dos parcialmente, probablemente hayan estado en
reños, presenta algunos guijarros que se han des- uso durante mucho tiempo, como lo atestiguan la
prendido del afloramiento y corren laderas abajo, enorme cantidad de materiales posibles de obser-
siendo acarreados por las aguas del deshielo de las var a simple vista, por la extensión en que se dis-
nieves cordilleranas, hacia los cauces más impor- ponen en superficie y por la diversidad de formas
tantes de la cuenca del río Alpehue. La calidad para reconocibles entre las matrices descartadas. Parti-
la talla de esta obsidiana es óptima y presenta es- cularmente el sitio Rumiñañe 1, es posible que pre-
casas impurezas. sente una asociación a un pequeño campamento,
Relacionados a esta fuente primaria de obsidia- debido al hallazgo de un fogón en un sector dentro
na, se han localizado dos sitios arqueológicos cuya de la dispersión de material lítico. En la actualidad,
funcionalidad es la de taller lítico. Estos sitios, de- recién comenzamos el estudio de estos sitios, así
nominados Rumiñañe 1 (a 1150 m s.n.m.) y Molulco como los análisis de la obsidiana para poder hacer
1 (a 950 m s.n.m.), corresponden a extensos depó- correlaciones con los materiales registrados en los
sitos de desbaste de núcleos y preparación de gran- sitios arqueológicos de la zona.
La información arqueológica relevada del eje poblaciones son agricultoras. Sin embargo, al me-
meridional de investigación, nos ha ofrecido un nos en los casos que nosotros hemos registrado, las
panorama donde destaca la homogeneidad en las evidencias de cultivos son inexistentes. Sólo tene-
formas de ocupar esos espacios y de explotar sus mos fragmentarias evidencias del manejo concien-
recursos. Aparentemente, estas formas de habitar te de los recursos del bosque en el sitio Los Chilcos,
en los bosques templados de la zona lacustre de donde se registraron trazas de Chenopodium sp., al
Calafquén, Villarrica y Caburga, no ofrecen cam- interior de las vasijas, fechadas en 1645 ± 170 años
bios sustanciales durante miles de años. Sin embar- AP (Adán y Reyes 2000).
go, admitimos que se trata solo de una apariencia, No podemos desconocer que gran parte de lo
por cuanto existen notables sesgos en el trabajo que hemos revisado en este trabajo para el eje me-
arqueológico relacionados no solo al tamaño de ridional resulta bastante homogéneo en términos
la muestra, a los problemas de conservación y a la materiales, pero ello no puede llevarnos a concep-
historia tafonómica, sino más importante aún, a tualizar a las poblaciones como inmersas en una
nuestra inexperiencia para abordar problemas re- suerte de estasis durante milenios, sólo movilizada
gionales desde el punto de vista de la variabilidad. por influencias externas. Los pocos casos arqueoló-
Aludimos a la praxis de tratar de fabricar etapas, gicos con que hasta la fecha contamos para el eje
clasificar fenómenos, construir cronología, sobre septentrional, nos ilustran sobre formas de habitar
la base de rescatar ciertas recurrencias más que los la cordillera andina de maneras diferentes, utilizan-
casos únicos. En este sentido, no esperamos regis- do otros recursos, fabricando otros artefactos, po-
trar casos arqueológicos que no respondan a nues- siblemente con contactos hacia zonas más orien-
tros patrones y por ende, no estamos intelectual- tales. En síntesis, nos informan sobre la diversidad
mente preparados para enfrentar la diversidad. posible de habitar estos espacios en el pasado para
El tema que exponemos se ve reflejado en la cual no estábamos preparados.
nuestra conceptualización de la historia cultural Así por ejemplo, en el eje septentrional hemos
de nuestro eje meridional de investigación, como observado consumo de guanaco, obtención de ob-
un modo de vida tradicional (Adán et al. 2008). Si sidiana desde fuentes primarias, posibles vincula-
bien ésta ha aclarado que la continuidad nunca es ciones estilísticas con la alfarería de áreas orienta-
absoluta, debido a que la tradición siempre es mo- les, diversidad estilos y mayor frecuencia de puntas
dificada, remodelada o enriquecida, la posibilidad de proyectil, énfasis en la recolección de piñones
de observar los procesos de cambio, seguramente de araucaria, entre otras características que seña-
se nos escapa por nuestra incapacidad para tratar lan diferencias con el eje meridional. Elementos
con lo que no se ajusta a los patrones que hemos que más allá de la novedad, nos señalarían nuevas
construido. De acuerdo a esto, aún tenemos pro- formas de habitar los espacios andinos. En estos
blemas cuando pensamos en la forma de subsis- contextos reconocemos también algunas carac-
tencia de las poblaciones portadoras de cerámica. terísticas similares, como la explotación de los re-
Adoptando esquemas desarrollados en otras zonas cursos del bosque, de moluscos dulceacuícolas o la
y con realidades diferentes, se plantea que estas elección de lugares protegidos por aleros rocosos.
1020
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos
Al igual que en el eje meridional, no vemos cultivos cambiar nuestras formas de categorizar los fenó-
en tiempos tardíos cuando ya encontramos frag- menos, pensamos que debemos estar más atentos
mentos de cerámica. a los casos únicos o extraños, pues estos probable-
Sobre la base de realizar estas simples observa- mente nos permitan aproximarnos a los procesos
ciones sobre las similitudes y diferencias generales de cambio de estas poblaciones que no estábamos
entre los contextos de ambos ejes, podríamos estar siendo capaces de observar. Dichos procesos, pro-
en condiciones de llegar a crear nuevas caracteri- bablemente, se observen más que en las formas de
zaciones para las poblaciones del pasado. Así por los materiales o en la composición de los conjuntos
ejemplo, sólo plantear “poblaciones cazadoras re- faunísticos, en temas como la organización tecno-
colectoras con alfarería” en nuestra área de estudio, lógica, los circuitos de movilidad o la territorialidad
ya representa un giro en la forma de conceptualizar expresada a través de estilos tecnológicos o la pre-
las ocupaciones humanas. Sin embargo, más que sencia de cementerios.
CONCLUSIÓN
En este trabajo hemos dado cuenta de una sis- (el eje septentrional Lonquimay–Llaima), nos han
tematización general de los hallazgos arqueológi- enseñado algo sobre la variabilidad de las formas
cos realizados en lo que hemos denominado eje de vida que posiblemente hayan existido en estos
meridional Villarrica-Lanín, para con ello ofrecer un territorios y, además, nos han llevado a cuestionar-
panorama general sobre los contextos y cronolo- nos sobre nuestra capacidad para observar lo que
gías que hemos relevado en el último tiempo. En es heterogéneo y lo que no se ajusta a nuestras
esta caracterización general destaca una homoge- concepciones sobre la prehistoria local.
neidad en relación a la tecnología lítica, el uso del Los nuevos hallazgos de los que hemos hecho
espacio y la subsistencia durante una larga secuen- mención, no sólo tienen valor en cuanto a aportar
cia cronológica. Sin embargo hemos advertido, que nuevos datos sobre una zona pobremente cono-
dicho cuadro no nos puede llevar a considerar a las cida en términos arqueológicos, sino que además
poblaciones habitantes del área como carente de nos aportan elementos diferentes para considerar
cambio y propietaria de un modo de vida congela- las formas de vivir en el pasado en los espacios la-
do en el tiempo. En vez de esto, las nuevas eviden- custres de la vertiente occidental andina.
cias registradas en nuestra nueva área de estudio
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue realizado en el marco del Proyecto Fondecyt 1060216 “Habitando bosques, lagos
y volcanes, comparación de las ocupaciones Arcaico y Alfarero Temprano en los ámbitos cordilleranos
Llaima–Lonquimay y Villarrica–Lanín (39ºS)”. Agradecemos sinceramente los comentarios al escrito de
este trabajo realizados por Adán Hajduk.
BIBLIOGRAFÍA
García 1021
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Hajduk, A.
1986 Arqueología del Montículo Angostura. Primer
Fechado Radiocarbónico Provincia del Neuquén.
Ediciones Culturales Neuquinas. Museo Histórico
Provincial, Neuquén.
Jackson, D. y C. García
2005 Los instrumentos líticos de las ocupaciones
1022
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur:
evidencias de ocupaciones humanas y de
variaciones en la línea de costa durante el
Holoceno tardío
Julieta Gómez Otero1, Nilda Weiler2 y Eduardo Moreno3
A B S T R A C T
Los Cangrejales Sur site is located on the Patagonian Atlantic coast, seven kilometers south of the
Chubut river estuary, 43° 23´59´´ S/ 65° 03´07´´ W. The landscape is characterized by active cliffs carved
in Tertiary sediments and two slopes of marine terraces: one 10 m above sea level, probably shaped
during Late Pleistocene, and one Holocene terrace 5 m above sea level. The beach is composed by a
wave abrasion platform partially covered by Holocene gravel beach ridges. At the front of the Holocene
terrace several archaeological layers were registered, alternating with marine deposits composed by
pebbles, sand and a few shells. The archaeological layers, that stand 3 to 5 meters above the maximum
tide level, contained pieces of charcoal, lithic artifacts and archaeofaunal remains: shell, bones of
fish (predominantly), and less frequently bones of birds and terrestrial and marine mammals. Nine
radiocarbonic ages ranging between circa 2100 BP and 600 BP were obtained from these cultural strata.
The geological and archaeological evidence suggest that Late Holocene sea-level remained still higher
than the present sea-level, and during that time this coastal zone was frequently -but briefly- occupied
by hunter-gatherer groups in order to profit from marine resources, especially fish and mollusks.
INTRODUCCIÓN
Uno de los objetivos más perseguidos por los transgresión, que habría tenido lugar unos siete mil
arqueólogos que trabajan en la costa patagónica es a cuatro mil años atrás y que dejó líneas de costa
conocer la antigüedad del poblamiento humano. que en la actualidad se encuentran a más de 5 m
En el caso de Patagonia continental, el registro s.n.m. (Isla 1989; Rutter et al. 1989; Codignotto et
arqueológico disponible indica que este ambiente al.1990; Weiler 1998; Monti 2000).
estaba en uso desde hace unos siete a seis mil En 2006 el arqueólogo Sergio Caviglia (en aquel
años; es decir, desde el Holoceno medio, y que para entonces funcionario de la Secretaría de Cultura del
aquel momento ya se explotaban moluscos, peces, Chubut), proporcionó información sobre un sitio ar-
crustáceos y otros recursos marinos (Eugenio y Al- queológico ubicado al sur de la desembocadura del
dazábal 2004; Caracotche et al. 2005; Castro et al. río Chubut. Según su descripción, se caracterizaba
2007; Gómez Otero 2007; Favier Dubois et al. 2008). por la presencia de lentes de carbones, valvas, res-
Sin embargo, estas evidencias son por el momento tos óseos y escasos artefactos líticos intercalados
muy escasas; por lo tanto insuficientes para trazar con depósitos de rodados marinos que podían cor-
un panorama relativamente confiable sobre cómo responder al Holoceno medio. Para evaluar esa
utilizaban la costa y sus recursos los cazadores re- hipótesis se inició un estudio arqueológico y ge-
colectores de entonces. Tampoco se conoce cómo ológico del sitio cuyos resultados se presentan en
pudieron haberlos afectado las oscilaciones ho- este trabajo y configuran los primeros datos sobre
locénicas del nivel marino, en especial la máxima ese sector de la costa patagónica.
DESCRIPCIÓN DE LA LOCALIDAD
GEOMORFOLOGÍA
1024
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío
ría según las distintas playas: 130 m en Playa Bo- formando tres o cuatro bermas de hábito cordoni-
nita, 240 en Los Cangrejales Norte y 20 m en Los forme, de acuerdo con la denominación dada por
Cangrejales Sur (Figura 1). Esa variación en el an- Monti (1999). En cambio, la parte baja de la playa
cho de la terraza responde a procesos de erosión (playa anterior) está compuesta mayoritariamente
marina diferencial en los distintos sectores de la por arenas medianas y escasos bioclastos y presen-
costa (Monti 1999). ta un relieve suave casi subhorizontal que continúa
El mayor ancho observado en playa Los Can- hacia el mar en una amplia plataforma de abrasión
grejales Norte se debe a la presencia de una espiga de olas labrada en sedimentitas terciarias.
formada por un sistema de tres cordones litorales La dinámica litoral actual está dominada por el
cuyo punto de apoyo se encuentra en una salien- oleaje, la corriente de deriva litoral y las mareas. El
te de la costa en playa Los Cangrejales Sur. La for- oleaje tiene una dirección predominante sud-sudes-
mación de dicha espiga se debió al transporte de te. La rompiente principal se produce en los aflora-
sedimentos por una corriente de deriva litoral con mientos rocosos que se encuentran a un kilómetro
rumbo sur-norte (Monti 1997) (Figura 1). de la costa actual en Los Cangrejales Sur y a unos
El sistema compuesto por los tres cordones li- 50 metros en Los Cangrejales Norte. Tal distancia
torales creció de sur a norte, en la misma dirección determina que la influencia del oleaje sea de mayor
que presenta actualmente la corriente de deriva li- magnitud en Los Cangrejales Sur, ya que se forma
toral y a merced del angostamiento por erosión del un oleaje secundario que en tiempo normal rompe
sector de playa Los Cangrejales Sur. Ese crecimien- muy cerca del acantilado, mientras que durante las
to se debió a un proceso de canibalización, término tormentas lo llega a alcanzar (Monti 1997).
introducido por Orford et al. (1996) para explicar la La corriente de deriva litoral tiene una dirección
erosión desde el sector proximal de una barrera de sur-norte; las mareas medias presentan un régimen
rodados y la depositación en el extremo distal de semidiurno con una altura de 3,50 m para las ma-
la misma. Este proceso sucede cuando hay escasez reas medias de sicigia y 2,30 m para mareas medias
de aporte de sedimentos al sistema. de cuadratura.
Plataformas de abrasión de olas. Estas geofor- Cárcavas. Son frecuentes en este sector de cos-
mas, labradas en sedimentitas terciarias, están cu- ta y se encuentran labradas tanto en sedimentos
biertas por depósitos litorales correspondientes a del Terciario como del Cuaternario (generalmente
la transgresión del Holoceno. cordones litorales) que conforman los acantilados
activos. Están limitadas al frente de los acantilados
Geoformas actuales y producen el retroceso de los mismos. Al pie de las
Playa actual. Está constituida por material sedi- cárcavas se encuentran generalmente depósitos de
mentario en tránsito; en la parte superior de la playa remoción en masa formando pequeños conos de
(playa posterior) hay rodados medianos a gruesos deyección o aluviales.
con escasa matriz arenosa y material bioclástico
MÉTODOS
muestreos estuvieran en una misma columna estra- PAT y tres atlas: Ageitos de Castellanos y Landoni
tigráfica. Previo a la toma de muestras, se procedió (1992), Núñez Cortés y Narosky (1997) y Scarabino
a limpiar cuidadosamente los perfiles de la terraza (1977). EL MNI de gasterópodos se calculó a partir
para prevenir la mezcla con materiales removiliza- de la presencia del ápice o de la columella; el de los
dos desde niveles superiores. Como la mayoría de bivalvos por la presencia del umbón, condróforo y
las lentes estaba sepultada por entre tres a cinco charnela. El MNI de bivalvos se tomó acorde con el
metros de sedimentos, las unidades de muestreo lateral más representado entre las valvas. Se mi-
fueron pequeñas: 50 x 20 cm o 25 cm de lado por dieron todas las valvas enteras o con muy escaso
la altura de la lente en el sector muestreado. No grado de fragmentación.
obstante su pequeño tamaño, dado que las lentes Los estudios sobre restos de vertebrados si-
en toda su extensión mostraban homogeneidad en guieron la metodología propuesta por Grayson
sus rasgos arqueológicos visibles (tipo de fauna, de (1984), Lyman (1987, 1994) y Mengoni Goñalons
materiales líticos, etc.), no diferenciándose áreas (1988, 1999). No todos los materiales óseos pudie-
de actividad tales como estructuras de combustión, ron identificarse hasta el nivel de género o especie,
concentraciones líticas o de valvas, entre otros, se sea porque estaban muy fragmentados o porque
pueden considerar relativamente representativas. estaban representados por partes anatómicamen-
Para evitar la pérdida de microrrestos se embol- te poco diagnósticas como vértebras o costillas.
só la totalidad de cada muestreo y posteriormente Con respecto a la determinación taxonómica en
se procesaron los materiales en laboratorio, utili- el nivel género o especie de restos correspondien-
zándose zaranda de 1,3 mm de malla. tes a pinnípedos, es bien conocida la dificultad para
discriminar entre Otaria flavescens y Arctocepha-
Métodos de laboratorio lus australis, las dos especies que habitan la costa
Se estudiaron los materiales líticos de acuerdo patagónica: la morfología de los esqueletos es tan
con el método de Aschero (1975, 1983); determi- similar que ciertos zoólogos han cuestionado la va-
nándose grupos tipológicos y materias primas. El lidez de esta distinción taxonómica (Repennings,
objetivo fue inferir los tipos de actividad represen- Peterson y Hubbs 1971, en Legoupil 1989-90). En
tados en las respectivas muestras. este sentido, los huesos que corresponden a anima-
Respecto de la fauna, se realizó la determinación les de 12 kg a 150 kg se sitúan en una amplia franja
taxonómica y el cálculo de dos medidas de abun- que engloba a ambas especies; por lo tanto el pro-
dancia: el NISP (Número de Especímenes Identi- blema de la diferenciación morfométrica es prác-
ficados) y el MNI (Número Mínimo de Individuos); ticamente insoluble en animales jóvenes (Legoupil
también se evaluaron patrones de aprovechamien- 1989-90; Schiavini 1990). En el sitio en estudio esto
to y consumo. Con relación a los peces, solamente se vio agravado por la presencia de fragmentos de
se calculó el NISP, diferenciándose vértebras, espi- partes esqueletarias poco diagnósticas y de tama-
nas, huesos y fragmentos óseos no identificados1. ño pequeño. En consecuencia, los especímenes es-
Para la clasificación de moluscos se utilizó ma- tudiados no pudieron ser atribuidos a ninguna de
terial comparativo actual de la colección de refe- ambas especies.
rencia del Laboratorio de Arqueología del CEN-
RESULTADOS
1026
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío
arqueológica L4 (no muestreada). AP. Separada por unos 0,20 m de rodados se halla
Nivel III: 0,75 m de rodados medianos y peque- la lente arqueológica L0 Superior datada en 640 ±
ños con lentes de arena mediana y conchilla dise- 80 AP (Tabla 1).
minada (predominantemente almejas), con estruc- Nivel V: 0,40 m. En la base aparece una lente de
tura entrecruzada planar. arcilla de color amarillo verdoso (color del sedimen-
Nivel II: 0,90 m de rodados medianos y peque- to de la restinga actual) de 1,50 m de longitud x 0,10
ños con arena intercalada. Presenta estratifica- m de potencia. Por encima tiene arenas finas con
ción entrecruzada poco marcada y hacia la parte venillas claras de ceniza volcánica con un espesor
superior se encuentra la lente arqueológica L5 (no de entre 0,20 m y 0,25 m. En el techo presenta la
muestreada). lente arqueológica L1 fechada en 840 ± 60 AP (Ta-
Nivel I: en discordancia con el nivel anterior 1 m bla 1).
de rodados de distinto tamaño, prevaleciendo los Nivel IV: 0,40 m a 0,45 m de espesor total. En
medianos y pequeños, mezclados con arenas grue- la base tiene rodados medianos granosostén; por
sas y finas con estructuración masiva. encima y en forma de cuña apoya una lente de are-
na finamente laminada de 0,15 m de espesor, sobre
Perfil del sector 5 la cual se encontraba la lente arqueológica L4 de la
De abajo hacia arriba se identificaron 6 niveles que se obtuvo una edad de 2190 ± 90 AP (Tabla 1).
estratigráficos (Figura 3). Nivel III: 2,50 m de rodados en los que se in-
Nivel VI: 0,40 m de rodados grandes (más de tercalan lentes de arena mezcladas con conchillas
6 cm), medianos y más pequeños, con estructura (predominantemente de almejas). El espesor y la
granosostén. Por encima se encuentra la lente ar- composición granométrica de las lentes y de las
queológica L0 Inferior con una edad de 590 ± 70 láminas varía lateralmente; el conjunto presenta
ALTURA SOBRE EL
EDAD C14 AP
SECTORES NIVELes ARQUEOLÓGICOs NIVEL DE MÁXIMA CÓDIGO LAB.
(NO CALIBRADA)
MAREA
Sector 4 Lente 1 (carbón) 2,67 m 2120 ± 40 AP LP-1849
Lente 2 a (carbón) 3,57 m 2040 ± 90 AP LP-1858
Lente 2 c (carbón) 3,87 m 2290 ± 80 AP LP-1879
Lente 3 (carbón) 4,27 m 1980 ± 60 AP LP-1861
estratificación entrecruzada planar. sublente: 2a (80 cm³), 2b (20 cm³), 2c (60 cm³) (Ta-
Nivel II: 0,50 m de arena de color claro con roda-blas 2 y 3).
dos de distinto tamaño. Lente 3: 4,60 m de largo x 5 cm de potencia; tie-
Nivel I: En discordancia con el nivel anterior 1 mne la misma composición que la lente 2. Se realizó
de rodados de distinto tamaño mezclados con are- un muestreo de 50 cm x 20 cm x la potencia de la
na, con estructura masiva. lente (50 cm³) (Tablas 2 y 3).
Lente 4: similar a la Lente 1 en dimensiones y
Interpretación de la secuencia estratigráfica composición arqueológica. No fue muestreada.
Por su estructura interna masiva sin estratifi- Lente 5: similar a las lentes 1 y 4, pero con ma-
cación los niveles estratigráficos superiores (I del yor proporción de lapas. No fue muestreada.
Sector 4 y I del Sector 5) representarían depósitos
de remoción en masa formados a partir del desliza- Sector 5
miento de rodados y arenas provenientes de cotas Está ubicado a nueve metros del sector 4 hacia
superiores hacia el continente. Con relación a los el sur. Por debajo del nivel estratigráfico I, origina-
restantes niveles de ambos perfiles, su estratifica- do por remoción en masa, de abajo hacia arriba se
ción entrecruzada planar y la intercalación de len- distinguieron cuatro lentes arqueológicas (Figuras
tes de arena, rodados y valvas de moluscos indican 3 y 4):
que se trata de depósitos de playa frontal (foresho- Lente 0: lente de 4,63 m de longitud, con dos
re) correspondientes a crestas de playa. sublentes que hacia el lado sur o izquierdo del perfil
están unificadas y luego se bifurcan, intercalándose
Composición de los niveles arqueológicos entre ellas una lente de arena de entre 5 y 17 cm. La
Sector 4 sublente inferior tiene alrededor de 5 cm de poten-
Por debajo del nivel estratigráfico I que, como cia y está formada por carbones, valvas de molus-
se dijo antes, se habría originado por remoción en cos, restos óseos y lascas aisladas; la sublente su-
masa, de abajo hacia arriba se distinguieron cinco perior (potencia máxima 10 cm), es más compacta,
lentes arqueológicas (Figuras 3 y 4): con carbones más grandes y está mezclada con ce-
Lente 1: lente de 2 m de largo x 3 cm de espesor, nizas y valvas de moluscos. Se hizo un muestreo de
representada por una delgada línea de carbones la sublente inferior de 25 cm de lado x 5 cm (31,25
muy chicos con algunos restos de moluscos, mi- cm³) (Tablas 2 y 3).
crofauna y pocos artefactos; se hicieron dos mues- Lente 1: lente de 2,20 m de largo x 10 cm de es-
treos contiguos de 50 cm x 20 cm x la potencia de la pesor; conformada por carbones abundantes, val-
lente (en total 60 cm³) (Tablas 2 y 3). vas de moluscos, pocas lascas y rodados; se realizó
Lente 2: lente de 5,30 m de largo por 10 a 15 cm un muestreo de 25 cm de lado x la potencia de la
de potencia, que hacia el norte o lado derecho del lente (62,50 cm³) (Tablas 2 y 3).
perfil se divide en tres sublentes (a, b y c) separa- Lente 2: 4,60 m de largo x 4 a 8 cm de potencia;
das por sedimentos estériles compuestos por are- sólo se observaron carbones. No fue muestreada.
na y rodados. Dentro de estas sublentes se halló el Lente 3: 2 m de largo x 2 cm de espesor; al igual
mismo tipo de materiales asociados: carbones chi- que la anterior únicamente se registraron carbo-
cos, valvas de moluscos, restos óseos y proporción nes. No fue muestreada.
relativamente alta de artefactos líticos; se hizo un Lente 4: lente de 1,90 m de largo x 7 a 10 cm
muestreo de 50 cm x 20 cm x la potencia de cada de espesor; la conformaban carbones, valvas de
1028
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío
moluscos y muy poco material lítico. Se realizó un antrópica, excepto marcas de raíces en los especí-
muestreo de 25 cm de lado x 10 cm (62,50 cm³) (Ta- menes más grandes.
blas 2 y 3).
Peces
Sector 6 Sus restos aparecieron en casi todos los mues-
Estaba localizado a diez metros al sur del sector treos, destacándose por presentar el NISP más alto
5. Se registró una única lente arqueológica (Lente (Tabla 2). Se registraron vértebras y costillas y en
Superior), a unos 50 centímetros de profundidad menor medida huesos del cráneo en estado frag-
desde la superficie de la terraza, en un nivel con mentario. En general predominan los tamaños
rasgos geológicos similar a los niveles I (Sector 4) y chicos (vértebras de entre 2 y 5 mm), aunque en
I (Sector 5), que como se dijo antes, se habrían for- la Lente 0 Inferior del Sector 5 se rescataron vér-
mado por remoción en masa. Se trata de una lente tebras más grandes. Muchos de los especímenes
derrumbada en parte; el largo relictual era de 0,70 muestran alteraciones térmicas.
m x 10 cm de potencia. Se hizo un muestreo de 25 No obstante, cabe la posibilidad de que hayan
cm de lado por la potencia (62,50 cm³). Esta lente, sido incorporados al registro por acción del mar o
que fue datada en 1490 ± 70 AP (Tabla 1), estaba de fauna ictiófaga (aves y mamíferos marinos) que
conformada por carbones, valvas de moluscos, las- los introduce a través de sus contenidos estoma-
cas y restos óseos, incluyendo costillas de aves en cales. Sin embargo, de haber sido depositados por
posición articular (Tablas 2 y 3). el mar las lentes no se encontrarían en tan buen
estado de preservación; por otra parte, la escasa
Restos faunísticos cantidad de especímenes de pinnípedos y de aves
Invertebrados en los muestreos de los sectores 4 y 5, sumado a
Moluscos que el muestreo de la Lente Superior del Sector 6
Están casi exclusivamente representados por presentó la mayor abundancia relativa de aves pero
lapas del género Patinigera, siguiéndole en un ale- ningún hueso de pez, no se condice con lo esperado
jado segundo lugar las volutas y las almejas blancas para el caso de incorporación por fauna ictiófaga.
(Venus antiqua) (Tabla 2). En general las valvas de En consecuencia, y teniendo además en cuenta la
lapas están enteras y varias quemadas; sus tama- existencia de restos quemados, se considera que su
ños oscilan entre 18 mm y 46 mm, predominando presencia se debería a factores culturales
las que tienen alrededor de 30 mm. En cambio las
de volutas y almejas muestran alto grado de frag- Aves
mentación. Hay también valvas de otros moluscos Si bien están representadas en casi todos los
(cholgas, pectínidos, gasterópodos), pero la gran muestreos, son en general muy escasas excepto en
mayoría son fósiles o muy chicas, lo que permite el de la Lente Superior del Sector 6, que evidenció la
inferir que su depositación fue de origen natural. mayor abundancia relativa (Tabla 2). En el conjunto
Tampoco se puede asegurar que todas las valvas predominan los cormoranes (Phalacrocorax sp.) se-
de almeja hayan sido introducidas por el hombre guidos por el pingüino de Magallanes (Spheniscus
ya que, como se mencionó en la descripción estra- magallanicus). Debido a la importante fragmenta-
tigráfica, también se registraron en los sedimen- ción de los huesos, una cantidad relevante de es-
tos marinos entre los que se intercalan los niveles pecímenes fue adjudicada a ave indeterminada; no
arqueológicos. Por lo tanto, si además se tiene en obstante pertenecerían a alguno de estos taxones.
cuenta el muy pequeño tamaño de los fragmentos, También se registraron cáscaras de huevo (proba-
su presencia podría deberse a redepositación o mi- blemente choique) en la Lente 1 del Sector 4 y la
gración vertical. Lente 1 del Sector 5. El muestreo de la Lente Su-
perior del Sector 6 se distingue no sólo por la pro-
Crustáceos porción alta de restos de aves, sino también porque
Se identificaron restos de cirripedios fósiles los cormoranes están representados por todas las
y pinzas de cangrejo (Tabla 2); estas últimas es- partes anatómicas; inclusive se hallaron un pico y
tán tan deterioradas que no pudo determinarse el una mandíbula. Se distinguieron varios cilindros de
taxón (Pedro Barón, comunicación personal 2008). radio y ulna, dos de ellos quemados; en ningún caso
se observaron otras marcas de procesamiento an-
Vertebrados trópico ni de carnívoros.
Los restos están muy fragmentados, corres-
pondiendo gran parte a astillas indeterminadas de Mamíferos
menos de tres centímetros de largo. Esto impidió Se registró la presencia de restos de guanaco
la identificación de rastros de acción antrópica y no (Lama guanicoe), pinnípedos, roedores y dos espe-
CLASE TAXON NISP MNI NISP MNI NISP MNI NISP MNI NISP MNI NISP MNI NISP ,MNI NISP MNI NISP MNI
Volutas 1 1 12 1 3 1 3 1 10 2 4 2 6 3 63 5
Lapa* - 29 - 29 - 17 - 3 - 236 - 143 - 77 - 8 - 79
MOLUSCOS
Almejas 3 1 4 1 4 1 6 1 23 4 7 2 8 2
Otros 7 6 8 5
CRUSTÁCEOS Indet. 1 1 1 1
PECES Osteíctios 2 394 148 82 166 4 164
Pingüino 1 1 1 1
AVES Cormorán 37 3
Indeterm. 1 1 2 1 3 1 2 1 20 1
Roedor indet. 3 1 3 2 1 1
Armadillo
51 2 6 1 5 1 1
MAMIFEROS indet.
Guanaco 10 1 3 1 2 1 2 1 3 1
Pinnípedo 1 1 6 1
Indet. 2 1 15 2
INDETERM. 48
Indet. 48 ast. 1 1 17 ast. 7 ast. 55 ast. 4 ast. 1
ast.
cies de dasipódidos: el peludo (Chaetophractus) y el bla 3). No obstante las diferentes densidades, hay
piche (Zaedyus). Los especímenes más abundantes recurrencia en la presencia mayoritaria de dese-
corresponden a dasipódidos (Tabla 2): la mayor par- chos de talla (Tabla 3), predominando entre las ma-
te son placas (muchas de ellas quemadas); aunque terias primas las granodioritas, tobas silicificadas y
también se recuperaron una diáfisis de fémur de pe- cuarcitas de calidad regular para la talla. Según los
ludo, una tibia y un peroné de piche (Sector 4 Lente registros de campo, estas rocas están disponibles
2), un fémur de peludo (Sector 4 Lente 3) y un hú- entre los rodados de playa locales. Los basaltos son
mero de peludo (Sector 5 Nivel 0 Inferior). Respecto prácticamente inexistentes tanto en los muestreos
del guanaco, los únicos especímenes reconocibles como en los rodados marinos, lo que contrasta con
fueron dos fragmentos de un mismo coxal (S4 L3) y lo observado en los golfos norpatagónicos.
dos diáfisis de hueso largo (S5 L0 Inf.); no obstante, Los grupos tipológicos más representados son
por su aspecto y densidad ósea algunas astillas de los guijarros partidos o con extracciones suma-
hueso largo de entre 3 cm y 5 cm de longitud fueron rias, y núcleos y nucleiformes no agotados (Tabla
atribuidas a esta especie. Los restos de pinnípedos 3). Se consignó además la presencia de un guijarro
aparecieron en el Sector 4: una carilla articular de con escotaduras (probable pesa de red o de línea),
vértebra (S 4 L2a), un hioides, fragmentos de vér- lascas con filos naturales, perforadores triédricos y
tebras, y un hueso largo muy deteriorado (S4 L3). artefactos de tamaño grande con puntas destaca-
Fuera de muestreo se rescató un canino en la Lente das entre muescas, que podrían haber funcionado
2. Los roedores (probablemente cricétidos) están como picos. Entre los desechos de talla hay de to-
solamente representados por huesos largos. dos los tamaños pero dominan los microlíticos; en
los pequeños, medianos y grandes se registró re-
restos líticos serva de corteza.
Los muestreos que evidenciaron la mayor den-
sidad de artefactos por centímetro cúbico son los
de las tres sublentes de la Lente 2 y en segundo
lugar la Lente 3 (ambas del Sector 4); los demás
muestreos aportaron cantidades muy escasas (Ta-
partido o con lascados
Cuch. F. retocado
Nódulo arenisca
Cuch. F. nat.
Peso de red
Nucleiforme
Denticulado
y densidad
Perforador
Desecho
Percutor
(en cm³)
Rodado
Totales
Núcleo
Gubia
Lente
Sector x cm³
L1 13
2 2 1 8
(60 cm³) (0,21)
L2a 385
2 3 1 1 1 1 376
(80 cm³) (4,81)
L 2b 79
Sector 4 1 1 77
(20 cm³) (3,95)
L 2c 113
1 1 111
(60 cm³) (5,65)
L3
1 1 1 2 1 1 74 (1,62)
(50 cm³)
L 0 Inf. 16
1 1 2 1 11
(31,2 cm³) (0,51)
L1 18
Sector 5 (62,5 cm³)
18
(0,28)
L4 7
7
(62,5cm³) (0,11)
L Sup
19
Sector 6 (62,5 cm³) 1 2 1 2 1 12
(0,30)
1032
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Con relación a la cronología, contrariamente a AP). Se interpreta que en ambos sectores las lentes
la expectativa inicial de encontrar ocupaciones del arqueológicas de alrededor de 2000 AP, correspon-
Holoceno medio, las dataciones dieron antigüeda- derían a ocupaciones humanas en un momento en
des menores a 2200 AP (Tabla 1, Figuras 3 y 5). Por que la línea de costa se encontraba elevada respec-
otra parte, se comprobaron incongruencias entre to de la actual. En este sentido, hay datos similares
las edades y la altura sobre el nivel de la máxima para sectores costeros cercanos: en Bahía Engaño
marea. En el Sector 4, a mayor altura menor anti- Monti (2000) dató en 1000 AP un cordón litoral a 5
güedad; en el Sector 5 se observa lo opuesto: a me- m s.n.m y en el golfo San José Weiler (1998) fechó
nor altura menor antigüedad. A su vez, la edad de la en 1100 AP un cordón de 6 m s.n.m.
Sublente 2c es no sólo más antigua que la que está Las diferentes cotas de cada una de las lentes
por debajo (Sublente 2 a) sino también que la que tendrían relación con la geometría de los depósitos
está por encima (Lente 3). litorales: las más altas habrían estado más próxi-
Si se considera el desvío estándar, en los sec- mas a la cresta y las menos elevadas más próximas
tores 4 y 5 se distinguen dos agrupamientos de a los senos. En la se observa una discontinuidad en
edades: uno entre 1980 ± 60 AP y 2240 ± 90 AP y la inclinación de los estratos naturales: los que con-
otro entre 840 ± 60 AP y 590 AP ± 70 AP (Figura 4). tienen las evidencias culturales más antiguas buzan
Las edades de alrededor de 2000 AP pueden con- a un lado y otro de lo que habría sido una cresta de
siderarse radiocarbónicamente contemporáneas; playa (actualmente disectada por la cárcava). Por el
esto también se aplicaría al grupo de edades más contrario, los estratos que contienen las lentes más
modernas. En el caso específico de la datación de tardías muestran una disposición subhorizontal, lo
la Sublente 2c -más antigua que la superior e infe- que sugiere un proceso de formación distinto. Se
rior- podría deberse a la presencia de madera en- estima que estos estratos corresponden a depósi-
vejecida (efecto old wood) en la muestra analizada tos de acreción formados por el mar en su descen-
(Carbonari 2007, comonicación personal), o asi- so, que se habrían adosado a la geoforma más an-
mismo a otros factores de contaminación no iden- tigua. No obstante, durante los trabajos de campo
tificados. De esta manera, se explicarían en parte no se pudo verificar fehacientemente la existencia
las incongruencias entre edades y cotas dentro de de un resalto que pruebe esto último.
cada sector. Por su parte, la lente del Sector 6 datada en
Resta aun por esclarecer las diferencias entre 1490 ± 70 AP -alejada espacial, estratigráfica y cro-
los sectores 4 y 5, así como la existencia en el sector nológicamente de las demás- representaría una
5 de una datación de 2190 AP en cota más elevada ocupación que tuvo lugar sobre la parte más alta de
que la de dataciones más modernas (840 AP - 590 la terraza en momentos en que el mar ya estaba en
1034
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío
descenso. Con posterioridad fue cubierta por pro- trional de Patagonia (Gómez Otero 2007): por un
cesos de remoción en masa. lado representación baja de guanacos y pinnípedos
Del análisis de las evidencias arqueológicas se y alta de peces en los sectores 4 y 5; por otro, alta
infiere que la localidad arqueológica Los Cangre- proporción de restos de aves marinas en el mues-
jales Sur fue ocupada reiteradamente por lo me- treo de la Lente Superior del Sector 6, que por el
nos durante los bloques temporales identificados. momento configura el contexto con mayor abun-
Los resultados del estudio arqueofaunístico de las dancia relativa de avifauna de todo ese sector de la
muestras obtenidas indican que esas ocupaciones costa patagónica.
habrían estado relacionadas con el aprovecha- En síntesis, las evidencias aquí discutidas sugie-
miento mayoritario de peces y moluscos y en me- ren que hace dos mil años la línea de costa se en-
nor grado, aves marinas y mamíferos terrestres y contraba más alta que en la actualidad; posterior-
marinos (Figura 5). mente descendió formándose pequeñas terrazas.
Por su parte, los rasgos de los conjuntos artefac- Durante esas oscilaciones del nivel marino habrían
tuales señalan que en estas ocupaciones se tallaron tenido lugar ocupaciones recurrentes y breves vin-
y usaron expeditivamente los rodados locales. Esto, culadas con actividades extractivas en las que se
sumado a la baja diversidad de grupos tipológicos habrían aprovechado principalmente peces y mo-
(Figura 6), sugiere emplazamientos de tipo “loca- luscos. Es interesante resaltar que en la actualidad
lización” (según el modelo de Foragers-Collectors el lugar es utilizado de manera similar por pescado-
de Binford, 2007:446 [1980]). De acuerdo con este res artesanales.
modelo, una localización es un lugar utilizado sólo Para concluir, si bien este trabajo debe ser
por períodos muy cortos donde se llevan a cabo ta- profundizado sobre todo en sus aspectos geocro-
reas exclusivamente extractivas. Puede haber sido nológicos, la problemática presentada puso de
producida tanto por grupos foragers (buscadores) manifiesto la complejidad que puede tener la es-
como collectors (recolectores logísticamente orga- tratigrafía en los sectores costeros que fueron prin-
nizados). Por el momento, la escasez de datos no cipalmente modelados por la acción marina. Esto
permite interpretar el tipo de estrategia que pudo obliga a extremar las precauciones con respecto a
haber dado origen a estos niveles arqueológicos. la identificación y análisis de procesos de forma-
Se observaron diferencias con el registro ar- ción de sitio en casos como este.
queológico conocido para la costa centro-septen- AGRADECIMIENTOS
A Sergio Caviglia por compartir generosamente información; a Roberto Taylor, Verónica Schuster,
Haydée Palleres, Blanca Videla y Daniel Sauthier por su apoyo en los trabajos de campo. Roberto Taylor
y Haydée Palleres también colaboraron en los análisis de laboratorio. Asimismo queremos agradecer las
opiniones vertidas por Luis Abel Orquera, Cristian Favier Dubois y Robert McCullough en la presentación
oral de este trabajo. Muy especialmente agradecemos los valiosos comentarios de Jorge Carbonari y Ale-
jandro Monti, que al igual que los de Ernesto Piana en su calidad de evaluador, ayudaron a dar claridad y
mejorar este trabajo.
NOTAS
1
. Está previsto el estudio de estos materiales por parte de un especialista.
2.
Todos los fechados están expresados en años radiocarbónicos no calibrados y fueron realizados so-
bre carbón vegetal.
BIBLIOGRAFÍA
1036
El conocimiento acerca de su pasado y los
deseos por conocer más: la interacción con
pobladores de Los Antiguos (Santa Cruz)
Victoria D. Horwitz1
A B S T R A C T
This paper explores the attitudes towards archaeology shown by the inhabitants of Los Antiguos,
a town located in the northwest corner of the province of Santa Cruz, Argentina. It examines
their knowledge about the regional past, as well as aspects of intangible heritage. It evaluates
the ways in which such knowledge is acquired through formal education and available resources
at the public library. The goal is to help how to plan a long-term outreach program, designed to
promote within the community a sense of shared identity and commitment. In turn, the latter
is expected to help promote appreciation for the past and the protection of archaeological
remains. The paper also describes the activities first launched in the context of the general plan.
INTRODUCCIÓN
¿Conocen el pasado arqueológico de su región compartida por gran parte de la población. El pa-
los residentes de Los Antiguos? ¿Valoran el patri- trimonio tangible e intangible -por ejemplo las le-
monio del pasado prehistórico?1 ¿Consideran im- yendas, mitos, evidencias del pasado rescatadas
portante protegerlo? Se analiza aquí la situación por la arqueología, la historia documental y oral, y
reflejada por estas preguntas como base para los saberes aplicados distintivos de la zona- contri-
luego iniciar una serie de acciones que -en el largo buyen a construir una identidad común. En efecto,
plazo- se espera contribuyan a fortalecer el com- el patrimonio forma parte de los cimientos de la
promiso de los participantes con su comunidad y a definición de una identidad porque incluye a todos
sentar bases sólidas para re-negociar una identidad aquellos valores comunes y restos materiales que
aceptada por los residentes de larga data y los re- caracterizan a la comunidad en forma colectiva, y
cientemente arribados a esta localidad del NO de que al mismo tiempo permiten no solamente una
la provincia de Santa Cruz. Dicha identidad se basa- conexión entre el pasado y el presente sino tam-
ría, entre otros aspectos, sobre la historia local y el bién una proyección hacia el futuro.
patrimonio cultural (Unesco 2003) compartido por Nuestro interés en fortalecer la definición de
la comunidad. una identidad local radica en que consideramos
Se considera aquí que la identidad de una po- que una construcción fuerte servirá para incentivar
blación es el resultado de una construcción local; se la valoración y protección del pasado local, en este
trataría de un proceso de representación (e.g. Del caso materializado en los restos arqueológicos. A la
Casino y Hanna 2000; Natter y Jones 1997) que de- luz del objetivo de conocer primero para planificar
fine y redefine la identidad a partir de concepciones después, se realizaron entrevistas a una muestra
generalizadas, actividades y prácticas imbuidas de de residentes, con el fin de registrar sus actitudes
significación, que luego son interpretadas por gran hacia la arqueología, sus conocimientos acerca del
parte de la población como la identidad local. pasado de la zona y de aspectos del patrimonio in-
Una identidad local se nutre de información material tales como las tradiciones, mitos, y leyen-
1 Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. 25 de Mayo 217, 3er piso. 1002Ciudad de Buenos
Aires
Horwitz 1037
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
das locales (Unesco 2008). También se registraron tantes muestreados, se iniciaron acciones dirigidas
datos que permitieran estudiar las vías de adquisi- a inculcar la importancia de la ciencia entre la po-
ción de conocimiento del pasado remoto, ya sea a blación de Los Antiguos. En base a las entrevistas
través de la enseñanza formal o de los recursos dis- que se llevaron a cabo durante los años 2006 y 2007
ponibles en la biblioteca popular municipal. se diseñaron actividades para ejecutar durante el
Las entrevistas formaron parte de la primera mes de febrero de 2008, dirigidas a tres sectores
instancia de recolección de información de base de la población: niños y adolescentes y -en menor
para planificar el programa de transferencia a largo medida- adultos.
plazo, dirigido a promover el sentido de compromi- Dado que los años formativos son cruciales para
so con la localidad. Se consideró que semejante red fomentar actitudes positivas hacia la ciencia (Albor-
de significados compartidos serviría no solamente noz et al. 2004), se iniciaron en 2008 actividades di-
como sustento y apoyo de las acciones dirigidas a rigidas a niños y jóvenes. Se enfatizó el trabajo con
la protección de los restos arqueológicos, sino tam- este segmento de la población pues comprende a
bién como complemento de los planes de desarro- individuos que probablemente encontrarán su sali-
llo de las autoridades locales, quienes pretenden da laboral en una industria del turismo que necesita
darle impulso a la economía explotando el pasado apoyarse en personas capacitadas. Por otra parte,
como recurso turístico. y tomando en cuenta que las actitudes positivas
En relación a este último punto, la intención del hacia la ciencia y el conocimiento se adquieren for-
municipio de fomentar el desarrollo económico a malmente, en el caso de Los Antiguos la escuela
través del turismo cultural se topa hoy en día con primaria y media ofrecen la única experiencia edu-
las limitaciones impuestas por el escaso número de cativa por la que atraviesa gran parte de la pobla-
habitantes con la capacitación y conocimientos ne- ción. La mayoría de los habitantes adultos de Los
cesarios para poner en funcionamiento un proyec- Antiguos cursó estudios de nivel primario y secun-
to sustentable de puesta en valor del patrimonio dario: de 37 residentes entrevistados, 6 terminaron
cultural de la zona. En este punto se entrecruzan la escuela primaria, 28 la secundaria, y 3 accedieron
los intereses del municipio de crear fuentes de in- a estudios de nivel terciario o universitario. Se trata
greso, con el deseo de los arqueólogos de proteger de una localidad joven, tanto desde el punto de vis-
los restos materiales del pasado. ta de su historia de poblamiento reciente, como de
Para superar las limitaciones derivadas de la fal- una población comprendida por muchas personas
ta de conocimientos del pasado y la escasa valora- menores de 40 años de edad.
ción del patrimonio cultural sugeridas por los habi-
LOS ANTIGUOS
El capítulo más reciente de la historia de Los de producción intensiva en lotes de tamaño redu-
Antiguos indica que los primeros pobladores ar- cido determina que la población resida ya sea en o
gentinos, chilenos y europeos llegaron durante el relativamente cerca del casco urbano y que, por lo
primer cuarto del siglo XX (Barbería 1995). A dife- tanto, tenga la posibilidad de participar del inter-
rencia del proceso de poblamiento latifundista que cambio frecuente con otros residentes de la locali-
caracterizó los sectores meridionales y australes de dad. Durante la primera mitad del siglo XX este tipo
la provincia de Santa Cruz, el sector marcado por el de asentamiento nucleado facilitó la construcción
sur del Rio Deseado y que incluye el norte de la Co- de un pasado compartido por las familias fundado-
lonia Presidente Quintana (ver Barbería 1995), se ras que, similarmente a otras áreas de la Patagonia
pobló inicialmente por familias relacionadas a las (Delrio 2005), no parece haber integrado en forma
actividades de la estancia La Ascención, luego por especial el potencial aporte cultural de las familias
minifundistas, empleados de dependencias nacio- de pueblos originarios. Y finalmente, durante los
nales y provinciales, y en las últimas cuatro déca- últimos veinte años, la identidad compartida hasta
das por chacareros productores de frutas en lotes entonces se fue resquebrajando un poco debido a la
de tamaño pequeño y mediano, así como personas explosión demográfica resultante de la inmigración
empleadas en diversos tipos de servicios públicos y de personas llegadas de otras provincias argentinas
privados, incluyendo el turismo. y de algunas ciudades de la costa patagónica, cada
Hoy en día, la población de Los Antiguos está persona identificada con la identidad particular de
compuesta por núcleos familiares que, en gran par- su lugar de origen.
te, esperan que sus hijos obtengan una educación La tabla que aparece a continuación ordena
formal al menos de nivel medio completo. El tipo datos que reflejan circunstancias históricas y socia-
1038
El conocimiento acerca de su pasado y los deseos por conocer más: la interacción con pobladores de Los Antiguos (Santa Cruz)
Los Antiguos
Cantidad habitantes año 2008 Ca. 3900
Mayoría reside desde hace 10 a 20 años
Forma de gobierno Intendencia
Escuela primaria Si
Escuela secundaria Si
Biblioteca Popular y Municipal (Conabip 3074)
Bibliografía con temas de Santa Cruz Disponible en biblioteca Municipal
Aprovechamiento de la biblioteca en temas relacionados con
Escaso
el pasado
Sitio arqueológico cerca Picaderos y “chenques” destruidos
Desde 2005. Corta historia de investigaciones arqueológicas
Arqueólogos trabajando cerca en su catchment inmediato
Conferencias, y acciones educativas de arqueólogos comen-
2006
zaron en
Acciones en apoyo de la arqueología desde gobierno local Financiar cuadernillo sobre etnografía y arqueología
Tabla 1. Datos de contexto de Los Antiguos relevantes para un análisis de actitudes hacia el pasado.
Se entrevistó una muestra de aproximadamen- taje algo mayor conoce sitios arqueológicos -ge-
te 1% de la población (N:37), representada por las neralmente mencionan Cueva de las Manos- y un
siguientes categorías: porcentaje mucho menor conoce leyendas locales.
1) funcionarios públicos; Sin embargo, cada respuesta dejó al descubierto
2) docentes; un grado de conocimiento muy desparejo, que no
3) bibliotecarios; quedó cuantificado adecuadamente en las planillas
4) población general con al menos un femenino de estas entrevistas preliminares. La mayoría de
y un masculino de cada uno de los siguientes cuatro los entrevistados conocía poco o muy poco acerca
intervalos de edad: (i) mayores de 60, (ii) entre 45 y del pasado regional pero, dado que el cuestionario
59, (iii) entre 20 y 44, (iv) menores de 19. solamente contemplaba dos opciones, se debió
La tabla 2 muestra que 73% de los entrevistados consignar como respuesta positiva. Es posible que
conoce un poco del pasado regional y de temas de el escaso conocimiento del pasado demostrado por
estudio de la arqueología en general. Un porcen- 90% de los entrevistados pueda deberse a que mu-
Horwitz 1039
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
chos son inmigrantes recientes. A la luz de esta situación, y como parte del mó-
Por otra parte, de las respuestas durante las en- dulo de transferencia del proyecto de investigación
trevistas también se desprendió que los consulta- arqueológica en curso (ver notas finales 3 y 4), se
dos aplicaban nociones de demarcación territorial planificaron actividades de vinculación con el fin de
y derechos de propiedad sobre los recursos cultura- entusiasmar a la población de Los Antiguos a cono-
les materiales. Por ejemplo, a pesar de encontrarse cer aspectos de la arqueología en general, a valorar
a menos de 200 km del Cañadón del Río Pinturas, la y a proteger el patrimonio cultural. Se lo consideró
población de Los Antiguos no incluyó a la Cueva de también como una forma de contribuir a un proce-
las Manos en su mapa patrimonial local y consideró so de renegociación hacia una nueva identidad lo-
que, visto como recurso económico, caería bajo la cal compartida por los habitantes de la localidad.
influencia turística de la ciudad de Perito Moreno.
Hasta el momento se llevaron a cabo en el mar- También se prevee, en el mediano y largo plazo,
co del proyecto de investigación financiado por reformular el diseño de actividades a medida que
Conicet y ANPCyT2 las siguientes acciones que am- se modifique el grado de conocimiento y de las ac-
pliaron el conocimiento acerca del pasado regional, titudes de los pobladores hacia el pasado lejano.
así como un acercamiento a los estudios arqueoló- Queda también planteada la necesidad de ayudar
gicos: a crear una comisión integrada por ciudadanos in-
conferencias informando acerca de los traba- teresados en un programa educativo de largo plazo
jos realizados (2006 y 2008); que aborde la valoración del pasado regional y la
cuadernillo Huellas de los antiguos. Etnografía protección del patrimonio. En el futuro inmediato
y Arqueología del Noroeste de Santa Cruz (Figue- se repetirán las simulaciones de excavación para
rero Torres, Chavez y Falcomer 2008). Realizado a niños, y se ofrecerán talleres nuevos para aquellas
pedido de la Secretaría de Turismo de la Municipali- personas que tomaron parte en la primera tanda de
dad de Los Antiguos; actividades.
talleres para adultos revisando estrategias de Por otra parte, se iniciarán proyectos para ado-
interpretación arqueológica (2008); lescentes en la escuela polimodal, apoyando ini-
talleres para niños simulando una excavación ciativas de los docentes. De esta manera se dará
arqueológica (2008). En ellos se enfatizó la impor- respuesta a la necesidad de fortalecer el interés por
tancia de recuperar los restos materiales en con- el pasado y el entorno natural entre los alumnos,
texto, al mismo tiempo que se discutió acerca de la que fuera planteado oportunamente por el director
información que se pierde al remover o destruir la del establecimiento polimodal y los profesores de
evidencia arqueológica. historia, economía y biología. Justamente, un pro-
Las acciones previstas para las próximas cam- blema que enfrentan es la escasez de materiales
pañas incluyen nuevas tandas de entrevistas utili- didácticos que presenten información pertinente a
zando cuestionarios modificados con el objetivo de la región cercana a Los Antiguos en los programas
superar las limitaciones impuestas por el anterior. curriculares oficiales.
En la Argentina las cinco compañías principales Cada proceso de revisión de contenidos es li-
que editan manuales de texto de ciencias sociales derado por un coordinador de área quien, a su vez,
e historia del nivel medio son: Kapelusz, Estrada, elige a su equipo de colaboradores (Figuerero To-
A-Z, Aike y Santillana. El proceso de redacción de rres y Horwitz 2007). En el caso de los temas de pre-
nuevas ediciones implica revisar los contenidos, los historia, los manuales incluyen pocas páginas que
énfasis temáticos, y hasta los diseños de los ma- tratan brevemente a los Incas, Aztecas, y Culturas
nuales. Generalmente la publicación de ediciones Agroalfareras del NOA. Y no solamente son esca-
revisadas responde a los cambios curriculares defi- sos y cortos los temas de prehistoria, sino que se
nidos por los ministerios de educación provinciales, empobrece su tratamiento aún más cuando dichas
especialmente los introducidos por la provincia de secciones son investigadas, resumidas y redacta-
Buenos Aires. das por historiadores. En efecto, los arqueólogos
1040
El conocimiento acerca de su pasado y los deseos por conocer más: la interacción con pobladores de Los Antiguos (Santa Cruz)
raramente participan en el desarrollo de los temas Habitualmente, los docentes utilizan en clase
de prehistoria de los manuales de texto oficiales, lo los manuales de texto nacionales, es decir aquellos
que significa una menor oportunidad que se inclu- que carecen de información regional. Por su parte,
yan conocimientos de primera mano y novedosos los estudiantes sostienen que sus profesores rara
en los manuales (Figuerero Torres y Horwitz 2007). vez investigan e incluyen temas relativos al pasa-
Tampoco abunda la oportunidad de integrar al do local o actividades tendientes a valorar el pa-
trabajo en clase algún material didáctico especial trimonio cultural local. Esto ocurre a pesar de que
que trate el pasado y ambiente del NO de la pro- la biblioteca popular y municipal dispone de libros
vincia de Santa Cruz porque pocos docentes tienen que tratan temas de ciencias naturales, sociales y
conocimiento al respecto. En efecto, la generalidad humanísticas de la provincia de Santa Cruz.
de los profesores que trabajan en el colegio secun- De modo que los manuales oficiales que sirven
dario de Los Antiguos viene de otras provincias como base del trabajo en clase de la enseñanza de
o de otros sectores de Santa Cruz; y muchos pla- nivel medio no mencionan el pasado remoto par-
nifican quedarse en Los Antiguos por unos años y ticular del área ni de la Patagonia en general. Este
luego volver a sus lugares de origen. Esta situación marco permite entender la razón por la cual un
deviene en una escasa inversión de energía y com- porcentaje sustancial de los entrevistados conoce
promiso con la localidad, que se relaciona también poco acerca de cómo vivían los grupos pasados en
con los lazos débiles que se tejen con la comunidad la región.
(M.L. Lazo comunicación personal 2008).
En relación a los espacios de lectura y consulta, tratan -con mayor o menor especificidad- temas
la población de Los Antiguos cuenta con la biblio- centrados en la zona:
teca popular y municipal “Napoleón Fernández”. El tres ejemplares de una obra general publicada
universo de usuarios comprende niños, adolescen- en el año 2000 trata exclusivamente la provincia de
tes, adultos jóvenes, provenientes en general de la Santa Cruz: El gran libro de la provincia de Santa
población estudiantil de Los Antiguos, y algunos tu- Cruz de Milenia Ediciones/Alfa Centro Literario.
ristas. Según las respuestas de las bibliotecarias, los Despliega una gran variedad de temas de ciencias
libros que se consultan incluyen leyendas y cuentos naturales, humanísticas, y sociales; los temas ar-
de Tehuelches, historia de la Patagonia y de la Ar- queológicos fueron escritos por investigadores de
gentina, manuales escolares y enciclopedias. primera línea y expertos en la región;
La biblioteca incluye los siguientes libros que un ejemplar de la Summa Patagónica de Raúl
Horwitz 1041
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Bulgheroni. Allí hay dos capítulos que describen et- que corresponden al área de historia se agrupan en
nografías de los Tehuelche y los Selk´nam, ambos los primeros y últimos meses del año lectivo:
escritos por investigadores de primer nivel; Sin datos más precisos que permitan interpre-
un ejemplar de la enciclopedia Patagonia Edu- tar los patrones de uso de libros depositados en la
cativa, también editada por Alfa Centro Literario/ biblioteca, sugerimos que los picos de consultas en
Milenio Ediciones, que incluye temas de (i) biología marzo, noviembre y diciembre coinciden con las
y ecología; (ii) paleontología; (iii) culturas indíge- fechas de exámenes de alumnos reprobados. De
nas; y (iv) una historia contemporánea; la misma manera, entendemos que el número de
un ejemplar de dos tomos de las actas de las consultas del resto del año respondería a la lectura
Jornadas de la Patagonia que tuvieron lugar en Río sobre temas tratados en clase. En este último sen-
Gallegos; tido, el pico de consultas en abril y mayo coincide -a
3 enciclopedias de Historia Argentina General; grandes rasgos- con la época en que habitualmen-
libros de historia de la Patagonia. te se tratan temas del pasado remoto. Visto desde
En relación a la asiduidad de consulta, las esta- una perspectiva de la estadística, se registró un to-
dísticas no especifican la cantidad por cada libro, tal de 117 consultas de libros de temas de historia a
sino que mantienen un registro general por área te- lo largo de todo un año 2007. Esta frecuencia, divi-
mática. La figura 1 refleja los datos correspondien- dida por la cantidad de habitantes de la localidad,
tes al año 2007, muestra que las consultas de libros se traduce en 0,03 consultas per capita por año.
DISCUSIÓN
El período de ocupación más reciente de Los procedencia, las entrevistas realizadas sugirieron
Antiguos se inició durante los primeros años del que un porcentaje importante de la población de-
siglo XX. Ubicada a orillas del Lago Buenos Aires, muestra poco conocimiento de la historia local, y
tuvo un crecimiento lento y sostenido en un en- disminuida valoración del patrimonio cultural.
torno ambiental que ofrecía condiciones menos A pesar de que aumentó la cantidad de residen-
rigurosas que la meseta patagónica cercana. Tam- tes sin el sentido de identidad forjado durante la
bién influyó su posición estratégica sobre el límite primera mitad del siglo XX, no se iniciaron acciones
internacional, a pocos kilómetros de la localidad de que mitiguen esta situación, por ejemplo a través
Chile Chico. de iniciativas que refuercen el sentido de pertenen-
A lo largo de los últimos 20 años la población cia comunitaria. Un ejemplo de esto es que en la
asentada en Los Antiguos pasó de unos pocos cien- escuela se discute poco el pasado local, y la fuen-
tos a la cifra actual de casi 4000 pobladores. Si bien te habitual para leyendas, historia, y prehistoria se
quedaría por estudiar la dimensión e impacto de circunscribe a las ruedas informales de amigos y
la llegada de tamaña cantidad de personas desde familia y, en alguna medida, a los clubes y ballets
distintos puntos del país, cada familia trayendo sus folclóricos. No se aprovecha la biblioteca adecua-
creencias, historias e identidad atada al lugar de damente, a pesar de que abre sus puertas durante
1042
El conocimiento acerca de su pasado y los deseos por conocer más: la interacción con pobladores de Los Antiguos (Santa Cruz)
diez horas diarias; escaso interés por conocer el pa- miento de la arqueología local, lo que podría expli-
sado local se interpreta a partir de las estadísticas carse por su escaso contacto con arqueólogos. Los
de consulta libros en la biblioteca. Sin embargo, Antiguos no tuvo la experiencia de otras localida-
no se descarta la posibilidad de que exista un inter- des de Patagonia que se acostumbraron a la inte-
cambio de persona a persona de libros de historia, racción periódica de arqueólogos que se encontra-
prehistoria, y patrimonio cultural. ban estudiando sitios cercanos a la localidad. En el
Visto desde el punto de interés de los arqueó- caso de Los Antiguos, las acciones de transferencia
logos por conocer las actitudes de los pobladores por parte de arqueólogos comenzaron recién hace
de Los Antiguos, se registró escaso conocimiento tres años, y seguramente se requerirá la continui-
del pasado y, eso puede explicar en parte, la escasa dad de distinto tipo de actividades para involucrar
valoración y protección del patrimonio cultural, in- a la población en la apreciación del pasado y en la
cluso a pesar de que retóricamente reivindiquen su protección del patrimonio.
importancia. La población demostró poco conoci-
PERSPECTIVAS
A la luz de esta situación resulta necesario y ur- a la comunidad en la valoración y conservación del
gente llevar a cabo acciones que tiendan a: patrimonio cultural.
incorporar el conocimiento científico del pasa- Estas metas han sido abordadas por nuestro
do a los temas desarrollados en la enseñanza for- grupo de investigación en el marco del proyecto
mal; que en los últimos años ha sido financiado por la
difundir los mismos entre la población en ge- Universidad de Buenos Aires, y que a partir de este
neral; año también será financiado por la Agencia Nacio-
promover acciones tendientes a comprometer nal de Promoción Científica y Técnica3.
AGRADECIMIENTOS
Angel Seguel ofreció ayuda invalorable con las encuestas; Juana Amado y María Soledad Herrera or-
ganizaron la producción de los talleres; y Marina Basalo fue la propulsora del cuadernillo Huellas de Los
Antiguos: Etnografía y Arqueología del NO de Santa Cruz.
UBACyT F039 (2004-2007) Ocupación del paisaje por cazadores-recolectores en el borde cordillerano
del noroeste de Santa Cruz, Argentina: persistencia en el uso de localidades, dirigido por el Dr. Guillermo
L. Mengoni Goñalons financió las actividades aquí presentadas.
NOTAS
1 Este trabajo forma parte de las actividades de vinculación de un proyecto de investigación arqueoló-
gica en curso desde hace años. El objetivo principal del proyecto general es estudiar la dinámica e historia
de la ocupación humana del extremo oeste de la Patagonia Centro-Meridional de la Argentina –en parti-
cular el sector NO de la provincia de Santa Cruz. Se evalúa la falta de continuidad espacial y temporal en
la ocupación de este espacio durante el Holoceno. Como segundo objetivo, el proyecto marco propone
evaluar la concepción comunitaria del pasado en ámbitos formales, para identificar los medios que luego
permitan transferir el conocimiento científico a la comunidad.
2 y 3 a) UBACyT F039 (2004-2007) Ocupación del paisaje por cazadores-recolectores en el borde cor-
dillerano del noroeste de Santa Cruz, Argentina: persistencia en el uso de localidades, dirigido por el Dr.
Guillermo L. Mengoni Goñalons.
b) ANPCyT PICT 2006-00668 (2008-2011) Arqueología de lugares persistentes: la ocupación del área
de Paso Roballos y Monte Zeballos-Los Antiguos (Santa Cruz), dirigido por el Dr. Guillermo L. Mengoni
Goñalons.
c) UBACYT F061 (2008-2010) Lugares persistentes y vacios ocupacionales: arqueología de Paso Roba-
llos y Monte Zeballos-Los Antiguos (Santa Cruz), dirigido por el Dr. Guillermo L. Mengoni Goñalons.
Horwitz 1043
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
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1044
Búsqueda de patrones en el emplazamiento
de enterratorios humanos en el Macizo
Central del Deseado. Aplicación de análisis de
visibilidad (SIG)
Lucía A. Magnin1
A B S T R A C T
During the fieldwork performed in 2008 ten funerary structures (chenques) were registered in the
northern sector of Santa Cruz Central Massif, Argentina and were added to the twelve previously
known. This new evidence motivated a research oriented to the detection and description of
location patterns. In this paper, aspects particularly related to visibility from chenques were
considered. This goal was accomplished by the use of GIS (geographic information systems) and
statistic analysis. The main observed patterns are: 1) funerary structures are located in landscape
points that offer viewsheds which are relatively wide; 2) the high terrains in estancias (ranches)
La Lotita, La Virginia, La Primavera, Bajo Grande and Ingeniero Muerto at Las Mercedes locality
can be simultaneously seen from the funerary structures; and 3) there is an intervisibility pattern
between the funerary structures which has not been observed during previous fieldwork. These
patterns obtained are only preliminary results which will be further studied in future research.
INTRODUCCIÓN
Magnin 1045
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
cación de SIG como técnica de análisis para con- emplazamiento en lugares de amplias panorámi-
trastar las ideas existentes (ver objetivos 1 y 2 más cas desde chenques mediante el cálculo de cuencas
abajo) y otras nuevas (objetivos 3 y 4) generadas visuales; 2) analizar la propuesta visibilidad directa
a partir de los resultados previos. Su importancia entre los chenques y el Cerro Madre e Hija median-
radica en que permiten analizar las áreas visibles, te un análisis de líneas de visión; 3) identificar los
detectar patrones espaciales así como aplicarles rasgos más visibles desde los chenques mediante el
pruebas de significación estadística susceptibles de cálculo de cuencas visuales acumulativas y 4) ana-
ser repetidas en el futuro (Lake et al. 1998). lizar posibles relaciones de intervisibilidad entre
Los objetivos son: 1) contrastar la hipótesis de chenques.
Los “chenques” han sido descriptos como (1934) también indica su localización en valles y en
amontonamientos de piedras que recubren el o los antiguas vaguadas, este autor no hace referencia a
cuerpos humanos depositados directamente sobre la amplitud visual desde ellos. En base a estos da-
el suelo (Canals Frau 1959). Por lo general están tos se propone que el paisaje visual (Llobera 2003)
ubicados en la cima de pequeñas elevaciones del observado por las personas desde el punto elegido
terreno o sobre bordes de mesetas, aunque tam- para localización de entierros pudo haber sido un
bién se ha mencionado su disposición en fondos de factor importante en la elección de estos lugares.
cuenca (Goñi y Barrientos 2000, 2004). A pesar de Entonces la hipótesis de partida es que los chen-
esta variedad de emplazamientos sobre distintas ques están emplazados en puntos de amplias cuen-
geoformas, un factor recurrente en la elección de cas visuales.
su localización por los grupos cazadores recolec- Por otro lado, se testea aquí otra idea respecto
tores aonikenk parece haber sido la dominancia de a la visibilidad desde los enterratorios propuesta en
panorámicas amplias (ver por ej. Vignati 1934; Ca- base a observaciones de campo por un miembro del
nals Frau 1959; Martinić 1995; Musters 1997; Goñi equipo (Laura Miotti comunicación personal). Se
y Barrientos 2000, 2004). A pesar de que Vignati trata de la existencia de líneas de visión ininterrum-
1046
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)
pidas desde los entierros hasta un rasgo topográfi- en una ladera (Miotti 2006) permiten incluir al cerro
co destacado en el sector Este del área de estudio: dentro de la esfera de lo funerario.
el Cerro Horqueta o Madre e Hija. Estas recurren- Por último, a partir de los resultados obtenidos
cias pueden estar indicando la elección de lugares surgen nuevos análisis exploratorios de los datos:
con una vista privilegiada de este rasgo. Además, la se identifica cuáles son los rasgos o sectores del
existencia de un entierro secundario en la cima de paisaje más visibles desde los chenques y se deter-
este rasgo a 155 m de desnivel desde el pie del ce- minan las relaciones de intervisibilidad entre estas
rro, sumado a otro enterratorio en cista localizado estructuras.
METODOLOGÍA Y RESULTADOS
Magnin 1047
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Figura 3. Chenque “Tito del Valle” emplazado en la Estancia Bajo Grande (Identificado con el Nº 8 en este trabajo).
entierro fue hallado abierto y a pesar de presentar- rios aquí estudiados pertenecen al Holoceno tardío
se meteorizados, los restos humanos en su interior y, debido a que se buscan patrones comunes a to-
pudieron fecharse en 727 ± 48 14C AP (Miotti 2006). dos ellos, se los considera contemporáneos.
Para el análisis se presume que todos los enterrato- Cada enterratorio fue posicionado mediante
Número identificador
Localidad arqueológica alto (cm) ancho (cm) largo (cm)
del chenque
1 La Primavera 60 160 170
2 La Primavera 110 130 150
3 La Primavera 67 210 300
4 Las Mercedes 50 200 240
5 La Lotita 55 135 260
6 La Lotita 56 130 200
7 MNBP 40 50 70
8 La Primavera 50 140 150
9 Aguada del Cuero s/d 160 300
10 Gobernador Moyano 80 210 250
12 Gobernador Moyano 70 230 300
13 La Primavera 85 140 160
15 MNBP 80 300 300
20 La Primavera 40 240 330
22 La Primavera 40 100 200
17 La Primavera 30 160 430
19 La Lotita 65 175 190
Promedio 61 169 235
Tabla 1. Medidas y promedio en cm de las estructuras identificadas como chenques (s/d: sin dato).
1048
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)
Dado que cada estructura cuenta con georrefe- dimensión visual del paisaje, en el caso específico
rencia, mediante la implementación de SIG y esta- de la localización de enterratorios, ha sido estudia-
dística aplicada a un modelo digital del terreno es da para abordar al registro arqueológico desde las
posible realizar una descripción de los patrones vi- esferas percepción y el simbolismo mediante apli-
suales relacionados con ellas. Como antecedentes cación de SIG. Ambos temas son discutidos breve-
de aplicación de estas técnicas pueden mencionar- mente a continuación.
se numerosos trabajos que en la última década se En cuanto a la percepción humana del entorno,
han desarrollado desde el campo de los SIG. Por su estudio ha recibido un impulso en los últimos
ejemplo, específicamente en relación con contex- años con la implementación de los SIG. Sin embar-
tos funerarios, a continuación se comentan breve- go, los análisis estándar que están al alcance de los
mente tres trabajos que analizan relaciones de visi- arqueólogos como rutinas fácilmente aplicables
bilidad entre monumentos funerarios y su entorno. a partir de paquetes de software convencionales
Entre ellos, en el de Wheatley (1995) se estudia la están dando paso a otras herramientas analíticas
visibilidad e intervisibilidad de cerca de 30 montí- innovadoras que tienen en cuenta no sólo un es-
culos funerarios en los alrededores de Stonehenge, pacio estático bidimensional sino su estructura en
al sur de Inglaterra, que datan del comienzo del relación a un sujeto móvil (Llobera 2003) e incluso
Neolítico. En el mismo se concluye que estos mon- permiten reconstrucciones desde un actor indivi-
tículos se emplazan en lugares de visibilidad promi- dual mediante realidad virtual (ver Winterbottom y
nente y en posiciones que favorecen la visibilidad Long 2006). Sin embargo, más allá de la evolución
de otros montículos más antiguos. En otro trabajo de estas herramientas analíticas y su disponibilidad
Woodman (2000) demuestra que los monumentos creciente para aplicaciones en arqueología, existen
de la edad del bronce en Mull, Escocia también han cuestiones teóricas importantes de ser discutidas:
sido localizados en función de determinada propie- ¿hasta qué punto los estudios de visibilidad dicen
dad visual de su localización en el paisaje (con vis- algo acerca de la percepción? (Mlekuz 2006; Win-
tas amplias y hacia el mar). Por último, en el trabajo terbottom y Long 2006). Por un lado, la percepción
desarrollado en el suroeste de España por García del espacio no se da sólo mediante el sentido de la
Sanjuán et al. (2006), se analizan los monumentos visión, sino que existen otras formas de percepción
megalíticos y asentamientos de la Sierra Morena que también pueden modelarse, como la sono-
occidental (que datan del Neolítico y la Edad del ra (Mlekuz 2006). Pero más allá de la percepción
Cobre) con el objetivo de dilucidar si existe una “es- como “recepción de información” (Lake y Wood-
trategia consciente de creación de un paisaje visual man 2003:694), también puede hacer referencia a
que pueda explicar una parte de la variabilidad de la percepción humana del espacio como resultado
la distribución espacial de estos sitios” (García San- de una relación sujeto-entorno en la cual los fac-
juán et al. 2006:183). tores físicos humanos que afectan al sujeto sobre
Los trabajos citados son ejemplos de cómo la su campo visual (como restricciones mecánicas del
Magnin 1049
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
cuerpo), mientras que factores cognitivos, como ción se presentan las preguntas, procedimientos
las preconcepciones culturales dirigen la atención seguidos y patrones obtenidos.
a una parte del total de los estímulos medioam- 1. ¿Se emplazan los chenques realmente en lu-
bientales (Lake y Woodman 2003). Es decir que la gares de amplias panorámicas o por el contrario,
percepción del espacio está pautada culturalmente cualquier punto de este paisaje en general presenta
(Wheatley 1993), y es un acto individual (Mlekuz esta característica?
2006). Por lo tanto consideramos que los estudios El análisis de cuencas visuales permitió cuan-
de visibilidad del tipo aquí presentado permiten tificar el número de celdas “visibles” desde cada
definir restricciones medioambientales sobre las celda del modelo digital de terreno donde se halla
vistas, es decir que definen los límites de la percep- localizado un chenque. El total de celdas visibles
ción posible, sin abordar la subjetividad de un actor constituye su “cuenca visual” (Wheatley y Gillings
individual. 2002:202). Las cuencas visuales amplias definen
Presentadas estas limitaciones, el principal una vista panorámica desde el punto de observa-
beneficio que la arqueología puede obtener de la ción. Por el contrario, cuencas visuales estrechas
aplicación de estos análisis mediante SIG a pro- están formadas por pocas celdas, ya que represen-
blemas relacionados con la visibilidad se relaciona tan un área visible menor. Para poder definir si las
con la posibilidad de dar un marco científico formal cuencas visuales obtenidas desde los chenques son
a estos estudios. Como señalan Lake y Woodman amplias o estrechas, se compararon estadística-
(2003), aunque los ejemplos tempranos de análisis mente con un número de cuencas visuales genera-
de visibilidad mediante aplicación de SIG eran muy das desde localizaciones sin chenques.
similares a los estudios informales previos que uti- Existe un número de decisiones técnicas que
lizan interpretaciones del sentido común más que debieron tomarse para realizar este análisis y se
una estrategia de inferencia específica, existe una detallan a continuación: a) La altura del observador
tendencia creciente en formalizar el análisis para fue establecida en 1,76 m. Este parámetro debería
medir y testear las características visuales del espa- correlacionarse con la altura promedio de la po-
cio. Por ejemplo en el trabajo de Wheatley (1993) se blación, por lo que se estableció en base a las al-
aplica el testeo de hipótesis para abordar la percep- turas mencionadas por Imbelloni (1949 en Gradín
ción, estableciendo un importante antecedente en y Aguerre 1992:99) correspondientes a tehuelches
trabajos posteriores (Lake y Woodman 2003). meridionales. b) Se estableció un radio de distan-
Además pueden citarse numerosos trabajos que cia máximo para cada cálculo de visibilidad desde
presentan interés en lograr un mayor rigor estadís- el punto de observación. Esto permite eliminar
tico en las inferencias, desarrollando análisis cuanti- los problemas relacionados con el “efecto borde”
tativos con aplicación de métodos estadísticos que (Wheatley y Gillings 2002:209), es decir, que las
no están completamente incluidos en los paquetes cuencas visuales se vean reducidas por estar dema-
de software y por lo tanto demandan considerable siado cerca del borde del mapa de base o MDT. c)
inversión de tiempo y requerimientos a los equipos Debido a que las condiciones atmosféricas de vi-
de computación (Por ejemplo ver Fisher et al. 1997; sibilidad pueden afectar la cuenca visual obtenida
Lake et al. 1998; Llobera 2003). desde un punto, en este trabajo se realizaron dos
En cuanto a la posibilidad o no de abordar el sim- experiencias, una con un radio máximo de visión de
bolismo desde el registro arqueológico, más que de 10 km para condiciones de visibilidad disminuidas
la herramienta utilizada esto depende del paradig- y otro con un radio de 20 km para condiciones de
ma teórico dentro del cual se desarrolle la investi- visibilidad buena. Esta elección de los radios fue
gación. La posibilidad de interpretar o explicar lo realizada en base a la definición de visibilidad de la
que es visible desde determinadas localizaciones Organización Meteorológica Mundial (1992) usa-
en términos de su simbolismo o funcionalidad es- da por el Servicio Meteorológico Nacional (http://
tará en función de preguntas formuladas desde un www.smn.gov.ar). Se define como visibilidad “bue-
marco teórico u otro. Siguiendo a Lake y Woodman na” una que permite ver a más de 10 km, por ejem-
(2003), los análisis de visibilidad se han realizado en plo en regiones donde el aire está libre de polvo y
arqueología tanto desde el marco procesual como humedad la visibilidad puede llegar a ser de varias
procesual-cognitivo. decenas de km. d) Por último, para este cálculo se
En el presente trabajo se encontró útil la aplica- tuvo en cuenta la reducción en la visibilidad de ob-
ción de SIG para manejar la información visual den- jetos distantes establecida por acción de la curva-
tro de un marco formal de contrastación de hipó- tura de la tierra. Este efecto equivale aproximada-
tesis y exploración de datos con apoyo de pruebas mente a una disminución de 7,86 m en la superficie
estadísticas en la definición de patrones de visibili- terrestre por cada 10 km de distancia al punto de
dad relacionados con los enterratorios. A continua- vista (Conolly y Lake 2006).
1050
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)
Figura 5 a, b y c. Compa-
ración entre las cuencas
visuales de chenques y
puntos aleatorios calculadas
en un radio de 10 y 20 km
alrededor de los mismos
(expresadas como propor-
ción del máximo posible).
Como resultado se obtuvieron 22 cuencas vi- do, donde se seleccionaron dos puntos.
suales. Cada una de ellas fue calculada para un Finalmente, las cuencas visuales para los 22
chenque individual y es una imagen raster binaria puntos aleatorios y las 22 localizaciones de chen-
cuyas celdas presentan valores 1 y 0 según sean ques se presentan en la tabla 2 y la figuras 5 a, b y c.
visibles o invisibles desde el punto de observación. Estos valores fueron comparados mediante un test
El total de estas cuencas visuales calculadas cons- de Kolmogorov-Smirnov para muestras apareadas
tituye una distribución que se comparó con una de (Tabla 3). Los resultados indican que la distribución
igual tamaño (n=22) calculada a partir de puntos de cuencas visuales calculadas desde chenques es
de observación no coincidentes con chenques para significativamente diferente y mayor que una dis-
poder evaluar su significación estadística. Estos tribución aleatoria en cuanto a la amplitud de pa-
puntos fueron elegidos aleatoriamente dentro de norámicas, tanto para 10 km como para 20 km de
un conjunto de 212 registros de GPS localizados radio.
en puntos del paisaje donde no existe evidencia 2. ¿Existen patrones visuales entre los enterra-
arqueológica en superficie (puntos de evidencia torios y ciertos hitos prominentes del paisaje como
negativa). La selección se realizó estratificando el es el caso del Cerro Madre e Hija en el Monumento
paisaje en tres unidades que presentan similar to- Natural Bosque Petrificado?
pografía. Dentro de cada una de ellas se seleccionó Un análisis de líneas de visión permitió saber en
un número de puntos de evidencia negativa igual al qué casos es posible trazar una línea ininterrum-
de chenques existentes en ese sector. Este proce- pida entre un punto de observación (chenque) y el
dimiento permitió garantizar que las propiedades Cerro Madre e Hija, que por su prominencia es un
diferenciales del paisaje en los estratos definidos importante hito en este paisaje (Miotti et al. 1999).
no afecten el tamaño de las cuencas visuales cal- Este análisis fue realizado en un primer momento
culadas. El primer estrato definido corresponde usando como mapa de base el MDT, pero se regis-
al terreno más quebrado al sector oeste donde se traron inconsistencias entre las observaciones de
localizan las nacientes y el tramo medio de los prin- campo y los resultados obtenidos mediante el aná-
cipales afluentes temporarios que drenan el área. lisis. Concretamente, en tres casos en los que en el
Este sector comprende entre las principales locali- campo se registró que no existía una línea visual
dades arqueológicas a: La Primavera, Bajo Grande, directa entre chenque y el cerro, el análisis dio un
Aguada del Cuero y Gobernador Moyano. Dentro resultado opuesto. Por lo tanto se realizó el análi-
de él se seleccionaron aleatoriamente 19 puntos. sis nuevamente usando como modelo altitudinal
Por otro lado, hacia el este, donde se ubica la de base un TIN (del inglés triangulated irregular
desembocadura de los zanjones y las principales la- network) que es un MDT vectorial que representa
gunas temporarias, el segundo estrato comprende el terreno por medio de triángulos. Este tipo de
la localidad de Piedra Museo, donde se seleccionó modelo reduce los errores en cálculos de visibilidad
un único punto y el tercer estrato corresponde con ya que representa de forma más exacta las crestas
la localidad Monumento Natural Bosque Petrifica- y cimas de las elevaciones que pueden obstruir las
Magnin 1051
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Número identi-
chenques puntos aleatorios chenques puntos aleatorios
ficador de cada
en un radio de 10 Km en un radio de 10 Km en un radio de 20 Km en un radio de 20 Km
chenque o punto
6 4332 75 5890 75
14 6153 76 9775 76
Tabla 2. Cuencas visuales desde cada localización calculadas dentro de un radio de 10 Km y de 20 Km alrededor de
cada una. Cada celda corresponde a 8100 m2.
Tabla 3. Test de Kolmogorov-Smirnov aplicado a las distribuciones de celdas visibles desde chenques y puntos
aleatorios.
1052
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)
cuencas visuales y líneas de visibilidad (Wheatley y este análisis se volvió a setear la altura del observa-
Gillings 2002). Como resultado se obtuvo una única dor en 1,76 cm y se activó la corrección de curvatura
diferencia con lo registrado en el campo: un caso en de la tierra.
que el análisis SIG arrojó un resultado de no visibi- En total, 6 de 22 chenques presentaron una línea
lidad del cerro, mientras que los registros de cam- de visión directa del Cerro (incluyendo el chenque
po indican que en realidad existe conexión visual. que se encuentra en su cima), contra 3 puntos alea-
Se eligió por lo tanto usar el modelo TIN, dado que torios que presentaron una línea ininterrumpida de
este resulta más seguro que el modelo raster. Para visión del cerro (Cuadro 1, Figuras 6 y 7).
Magnin 1053
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
3. ¿Es posible identificar otros hitos del paisaje resultado un patrón claro de visibilidad del rasgo
que hayan sido de importancia al momento de ele- topográfico particular analizado, esta idea se ex-
gir el emplazamiento de los enterratorios? tendió para identificar los rasgos del paisaje que
Dado que la experiencia anterior no dio como son altamente visibles desde todos los chenques
Figura 8 b. Uno de los sectores del paisaje resaltado a partir del análisis de cuenca visual acumulada desde chen-
ques. Corresponde con campos de Estancia La Virginia.
1054
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)
simultáneamente. Para ello se realizó un análisis rios están localizados principalmente al oeste del
de cuencas visuales acumulativo. Éste consiste en área de estudio en las alturas de las Estancias La
sumar los valores de las cuencas visuales individua- Lotita, La Virginia, el sector Alta Primavera, el Co.
les, de manera que todas las celdas en las que se di- Ingeniero Muerto de Ea. Las Mercedes y alturas de
vide el paisaje se clasifican según sean vistas desde la Ea. Bajo Grande (Figura 8a y 8b).
0 (cero) o n chenques (el valor máximo teórico para Para analizar la significación estadística de este
las celdas es, entonces 22). Por esto el mapa resul- resultado, el mismo análisis se desarrolló a partir
tante se denomina también “times seen map” que de los puntos aleatorios, dando como resultado
puede considerarse un resumen visual del modo en el mapa raster de la figura 9. Las distribuciones de
que los chenques se relacionan con otros elementos frecuencias resultantes se presentan en la tabla 4 y
del paisaje (Gaffney et al. 1996; Wheatley y Gillings los resultados del test estadístico que indica dife-
2002:208). Como resultado, los puntos del paisaje rencias significativas entre ambas se presentan en
más visibles desde la localización de los enterrato- la tabla 5.
Magnin 1055
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Tabla 5. Resultado del Test Kolmogorov-Smirnov para comparar ambas cuencas visuales acumuladas.
Figura 10.
Distribución de frecuencias de intervisibilidad.
N
(otros chenques / puntos aleatorios) Frecuencia en chenques Frecuencia en puntos aleatorios
visibles desde cada localización
0 0 6
1 7 11
2 2 5
3 2 0
4 2 0
5 0 0
6 3 0
7 3 0
8 1 0
9 0 0
10 2 0
Total = 26 Total = 26
Tabla 6. Análisis de intervisibilidad. Distribución de frecuencias de otros chenques / puntos aleatorios visibles desde
cada localización.
1056
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)
DISCUSIÓN
A continuación se discuten las tendencias esta- momento es necesario tener en cuenta que según
dísticas detectadas en este trabajo. Éstas pueden los resultados del anterior análisis los chenques han
fortalecerse mediante la aplicación de análisis esta- sido localizados en sectores de panorámicas am-
dísticos aún más rigurosos, lo que requerirá de apli- plias, y teniendo en cuenta que este cerro parece
cación de herramientas SIG más potentes (Fisher et ser prominente por sus características topográfi-
al. 1997; Woodman 2000; Lake y Woodman 2003). cas, son necesarios trabajos futuros para diferen-
1) El estudio de cuencas visuales indica que los ciar si hubo intencionalidad humana en el empla-
lugares elegidos para emplazar enterratorios en zamiento de los enterratorios para tener línea de
este sector del Macizo Central de Santa Cruz coin- visión ininterrumpida de este rasgo en oposición
ciden con sectores de panorámicas amplias. Existe con la coincidencia no intencional de líneas de vi-
una diferencia clara en la comparación entre las sión directa con este cerro naturalmente promi-
cuencas visuales obtenidas desde chenques y desde nente. Por ejemplo, como líneas de estudio futuras
los puntos aleatorios, siendo estadísticamente sig- pueden realizarse otras experiencias usando rasgos
nificativas a un nivel de 0,05 (test K-S de dos mues- prominentes del paisaje alternativos al cerro Madre
tras apareadas). Este patrón se detectó al analizar e Hija para contrastar mediante una nueva prueba
radios visuales cercanos (establecidos en 10 km) y los resultados obtenidos.
se repitió para los radios de distancias intermedias 3) El análisis de cálculo de cuencas visuales acu-
(20 km). Estos resultados son coincidentes con lo mulativas invierte la forma del razonamiento: en
esperado en función de la información etnográ- lugar de presuponer que la visibilidad de determi-
fica y confirma las observaciones de campo. Los nado rasgo pudo ser de importancia en la elección
mismos se ven particularmente reforzados por el del emplazamiento de los chenques, se partió de la
diseño estratificado del experimento, que elimina localización de chenques conocidas para delimitar
posibles efectos derivados de las características qué sectores son visibles desde ellas. Como resul-
visuales propias del paisaje (Woodman 2000). Un tado se obtuvo el mapa de la figura 8a, que indica
recaudo extra tomado en este trabajo fue el de que hacia el oeste del área de estudio los empla-
seleccionar a los puntos aleatorios dentro de regis- zamientos posiblemente hayan privilegiado sobre
tros de evidencia negativa tomados por nosotros todo vistas de las serranías localizadas en Estancias
en el campo. Esto difiere del método empleado en mencionadas más arriba (Figura 8b). En definitiva,
Woodman (2000), que genera puntos aleatorios sin el mapa de cuencas visuales acumuladas desde
correlato de campo, lo cual puede justificarse en el chenques muestra mediante un área en tonos gri-
caso de estudio de esta autora, donde los monu- ses y oscuros los sectores del paisaje que son vistos
mentos megalíticos han sido registrados amplia- a la vez desde los chenques. En comparación con el
mente ya que son altamente visibles en el paisaje mapa generado a partir de puntos aleatorios (Figu-
dada su prominencia. En nuestro caso no podemos ra 9), el primero muestra claramente a simple vista
usar ese método, debido a que una distribución de una mayor coincidencia de las zonas vistas desde
puntos aleatorios puede coincidir con estructuras los chenques. Esto se comprobó estadísticamente,
existentes aún no registradas. ya que la diferencia es significativa entre las dos
2) En el segundo análisis (cálculo de líneas de distribuciones (Tabla 5). En otras palabras, los sec-
visión) se verificaron conexiones visuales entre el tores del paisaje (celdas) visibles desde chenques
cerro Madre e Hija y otros 5 chenques ubicados en- coinciden mucho más veces que desde puntos alea-
tre 25 y 70 km de distancia (descontando el entierro torios. Esto puede estar indicando una intención de
secundario en su cima). ver desde los distintos chenques repetidamente el
Si bien el número de chenques con visibilidad mismo sector del paisaje, lo que podría interpretar-
directa del cerro es el doble de los puntos aleato- se como una estrategia de “monumentalización”
rios, es importante destacar que representan sólo de un rasgo natural del paisaje (Criado 1993:47).
un 27,27% del total de los chenques. Estos valores 4) Finalmente, un patrón inesperado surgió
deben tomarse como tendencias a seguir estudian- al analizar el último mapa obtenido (Figura 8a) y
do, dado que en el sector este del área estudiada constatar que existe un alto grado de intervisibili-
existen otros chenques con visibilidad directa del dad entre chenques (Tablas 6 y 7). Concretamente,
cerro que han sido registrados en trabajos de cam- no existe ninguna localización desde la cual no se
po pero aún no fueron posicionados con GPS y pue- vea/n otro/s chenque/s, e incluso dos de ellos tienen
den modificar estos resultados al sumarlos a este visibilidad de otros 10 chenques. Este resultado es
análisis en el futuro. sumamente interesante, no solamente por resultar
A partir de los resultados obtenidos hasta el una diferencia estadísticamente significativa con
Magnin 1057
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
los bajísimos grados de intervisibilidad detectados cuenta la visibilidad directa de otros chenques al
entre los puntos aleatorios (que como indica la Ta- momento de emplazar otros nuevos en el paisaje.
bla 6, nunca supera frecuencias de 2), sino sobre Patrones similares en otros estudios han sido inter-
todo porque esto no fue advertido por nosotros du- pretados como indicadores de cohesión social y de
rante el trabajo de campo. La intervisibilidad entre reclamo sobre los recursos de un área (ver Wheat-
enterratorios podría estar indicando que se tuvo en ley 1993).
CONCLUSIÓN
La utilización de técnicas de SIG en la cuantifi- cialmente designados para ello, pero sí nos permite
cación, replicación y comparación de las condicio- estudiar los contextos materiales remanentes y en-
nes de visibilidad desde los enterratorios humanos riquecer nuestro análisis mediante una línea que ha
en el sector Norte del Macizo Central de Santa Cruz demostrado generar información reveladora de la
ha permitido comenzar a describir tendencias y pa- que no estuvimos alerta previamente. Tal es el caso
trones en su emplazamiento y someter a contras- de los patrones de intervisibilidad entre enterrato-
tación diversas hipótesis acerca de las decisiones rios hallados, que pueden estar indicando, dentro
humanas que los originaron. de la dimensión “social” de análisis, cierto grado
Ninguna de las preguntas iniciales está comple- de cohesión del grupo humano que los construyó
tamente contestada, por el contrario, se abren nue- (Wheatley 1995) reforzando aún más la idea de que
vas preguntas a partir de esta exploración apoyada hayan existido creencias o significados comparti-
en técnicas SIG. Esta línea metodológica junto con dos respecto al entierro de los difuntos.
un marco teórico procesual-cognitivo permitirá Por último, los resultados obtenidos en forma
continuar analizando estos patrones y discutirlos de patrones de visibilidad no se asumen como fac-
en profundidad desde distintas dimensiones: física, tores causales de localización, ya que para ello de-
social y simbólica (Criado 1999). ben ser considerados junto con los resultados obte-
Por ejemplo, se identificaron ciertos sectores nidos desde otras líneas de evidencia en el estudio
del paisaje que se presentan como vistas coinci- del uso del paisaje por los cazadores-recolectores.
dentes desde todos los chenques pero diferentes Queda por explorarse otras posibles explica-
de otras localizaciones aleatoriamente ubicadas ciones para la localización de los entierros dentro
en sectores del paisaje con similares característi- del aspecto de la subsistencia, ya que como se ha
cas topográficas. Por lo tanto se planteó que estos planteado en otros trabajos, pueden haber funcio-
sectores pueden estar cargados de significados nado para establecer derechos territoriales sobre
comunes a las actividades funerarias que produ- recursos (Wheatley 1993; Gaffney et al. 1996; Llo-
jeron este tipo de evidencia arqueológica. En este bera 2003).
sentido, coincidimos con Miotti (2006) en que el Destacamos que un análisis preliminar como
estudio de patrones en los enterratorios humanos éste es necesario para poder dirigir estudios esta-
puede considerarse la evidencia más directa para dísticos futuros que contrasten más rigurosamente
inferir sacralidad de determinados espacios. La los patrones más claros obtenidos: el de la existen-
implementación de SIG no nos revela por sí sola el cia de cuencas visuales amplias desde cheques y de
mundo de significados que debió existir detrás del la intervisibilidad entre ellos, y que busquen otros
ritual de entierro de un difunto en espacios espe- patrones posibles.
AGRADECIMIENTOS
A quienes participaron del trabajo de campo, ya que llegar hasta los chenques no es trabajo fácil:
Santiago Medel, Fernando Santiago, Quique Terranova, Bruno Mosquera, Juan Pablo Pérez, Raúl Quitral
Dubox. A Sebastián Toledo y al personal de la Municipalidad de Pico Truncado, por su apoyo en la logís-
tica de campo. A Lulú y al Pampa un agradecimiento especial por cuidarnos y abastecernos de guanaco y
choike. Al profesor Andrew Bevan por la asistencia en cuanto a consultas metodológicas, a Diego Gobbo
por el apoyo técnico y a J.M. Lopez Mazz por sus comentarios en una versión previa de este trabajo. Los
errores que pueda presentar este trabajo son, sin embargo responsabilidad de la autora. Parte de los
análisis desarrollados en este trabajo fueron posibles gracias a la renovación de Beca interna de posgrado
CONICET - tipo I, al proyecto subsidiado PICT 12347 y a la beca “Marie Curie Host Fellowship for Early
Stage Researchers Training” desarrollada en University College London, Reino Unido, subsidiada por la
Unión Eurpea.
1058
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)
NOTAS
1
. PICT Nº 12387. ANPCYT 2002.
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1060
Carácter de las ocupaciones humanas en el
área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso
Roballos (Santa Cruz, Argentina)
Guillermo L. Mengoni Goñalons1, María José Figuerero Torres1,
M. Victoria Fernández1, Pamela V. Chávez1
A B S T R A C T
This paper explores the dynamics and history of human occupation during the Holocene
along the valleys forming a corridor between lake Carrera-Buenos Aires and the Columna-
Ghio lakes in N.W. Santa Cruz. The analysis was based on the study of persistent places, those
repeatedly used locations as indicated by radiocarbon dates. The intensity of occupation was
measured by the abundance (density) of lithic and animal bone discard and the variety of
lithic reduction activities. Dated occupations were organized in two chronological periods: a
more recent one from 760-1280 cal BP, and an earlier one from 2060-2350 cal BP. The northern
Jeinemeni-Zeballos river valley may have been a transit route with relatively short-term stops
at strategic places that were recurrently occupied for brief periods. In contrast, the southern
Ghio-Columna river valley showed longer-term occupations. This would suggest a different
role in mobility with marked differences in the use patterns of places and lithic resources.
INTRODUCCIÓN
El objetivo general del proyecto marco en el los Andes (Chile) y el borde oeste de la Meseta del
que se encuadra el presente trabajo es estudiar la Lago Buenos Aires (Argentina).
historia de la ocupación de un área cordillerana de En tiempos recientes esta zona fue afectada
Patagonia Centro-Meridional desde el poblamien- por las erupciones del volcán Hudson (45° 54´ S, 72°
to indígena inicial hasta tiempos históricos. 58´ O) ubicado a unos 120 km al N.O. del pueblo de
El área de investigación comprende una franja Los Antiguos. Es presumible que el área también se
de territorio que corre adyacente al límite entre haya visto impactada por otras erupciones previas
Argentina y Chile (entre 46°30´ S y 47°10´ S). Esta durante el Holoceno, en especial durante las erup-
área ha sido dividida en dos sectores: (a) sector nor- ciones masivas que han sido documentadas a lo lar-
te de Los Antiguos-Monte Zeballos recorrido por go de su historia, tales como aquéllas datadas 3600
los ríos Los Antiguos y Jeinemeni-Zeballos, drenan- y 6700 años AP que tuvieron una amplia dispersión
do ambos valles en el Lago Buenos Aires (200 m), y por Patagonia sur (Naranjo y Stern 1998).
(b) sector sur de Paso Roballos surcado por los ríos El interés arqueológico de esta área de investi-
Ghio-Columna (500 m) que corren primero hacia el gación radica en que se trata de una vía de comu-
sur y luego al este (Figura 1). nicación que une dos cuencas lacustres de origen
El río Los Antiguos nace en la zona del Monte glaciario (entre otros, Singer et al. 2004; Glasser y
Zeballos de más de 2000 m de altura en la mese- Jansson 2005; Douglass et al. 2006) que son impor-
ta del Lago Buenos Aires. Las otras dos cuencas tantes por su extensión y potenciales condiciones
nacen en la zona algo más baja conocida como El para la habitabilidad. Nos referimos al lago Carre-
Portezuelo (1500 m). Esta comarca constituye un ra-Buenos Aires al norte y a los lagos Cochrane-
corredor natural que corre entre la Precordillera de Pueyrredón y Posadas al sur.
1 Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 25 de Mayo 217 3er. piso, 1002 Buenos Aires. Correo
electrónico para correspondencia: [email protected]
CONCEPTOS TEÓRICOS-METODOLÓGICOS
La historia de ocupación de un área suele ser prolongados), conformando así un patrón de ocu-
el resultado de un proceso dinámico en el que se pación regional (Wandsnider 1998). Como se men-
conjugan aspectos socioculturales y ambientales. cionó más arriba conocer la historia de la ocupación
Estos factores condicionan el patrón de ocupación es el principal objetivo del proyecto marco dentro
de los diferentes lugares que son habitados en el del que se inserta este trabajo.
corto y largo plazo. Algunos lugares pueden mos- Hay dos conceptos que han sido de utilidad
trar ocupaciones continuas y otros ocupaciones para discutir algunos de estos temas: persistencia
discontinuas, como resultado del uso prolongado e intensidad. Ambos conceptos han sido aplicados
o breve de esos espacios en combinación con las al análisis de los diferentes lugares estudiados y las
tasas de acumulación de sedimentos. Por lo tanto, ocupaciones identificadas en cada uno de ellos a fin
el ritmo de ocupación de un área está dado por el de categorizar su carácter.
orden y alternancia en que los diferentes espacios Se denominan lugares persistentes a aque-
(lugares) son utilizados a través del tiempo. Tam- llos espacios que han sido usados repetidamente
bién es importante en una escala espacial mayor durante la ocupación a largo plazo de una región
considerar a las vías de circulación que permiten es- (Schlanger 1992). Estos lugares pueden tener cua-
tablecer redes de tránsito entre los diferentes luga- lidades únicas que los han hecho propicios para el
res ocupados en una región. Pensamos que a partir desarrollo de ciertas actividades, tareas o prácticas.
de un mayor control cronológico de las ocupacio- Asimismo, pueden estar caracterizados por poseer
nes detectadas podremos determinar el ritmo que ciertos rasgos arqueológicos que sirven de foco
éstas tuvieron, discernir su duración (corta o larga) para su reocupación. También pueden formarse
y establecer si se produjeron abandonos (breves o como resultado de la visita reiterada dado lo atrac-
1062
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
tivo que puede resultar la existencia de materiales por volumen expresada por el número de ítems/
culturales depositados previamente. dm3. Esta fórmula vale tanto para el descarte líti-
Las dataciones pueden servirnos para ver si el co como para los desechos óseos de fauna u otros
uso de los lugares fue reiterado (o no) a lo largo del tipos de vestigios. La escala que empleamos para
tiempo, con qué grado de intermitencia se dieron medir el grado de intensidad a partir de la cantidad
las ocupaciones y si hubo períodos de abandono de descarte fue la siguiente:
que puedan ser corroborados en el registro sedi- • Baja: 0 a 4 ítems/dm3
mentario del sitio. • Media: 5 a 10 ítems/dm3
La intensidad en la ocupación de un espacio se • Alta: 11 ó más ítems/dm3
vincula con el esfuerzo (o energía) invertido en el Además de la densidad, la variedad del descar-
desarrollo de una cierta gama de tareas en un de- te es también una medida que se relaciona con la
terminado lugar a lo largo del tiempo. En este sen- diversidad de tareas y actividades desarrolladas
tido, intensidad también involucra un componente (Wandsnider 1992). Por lo tanto, la densidad de dis-
temporal. Así lo plantean otros trabajos que hacen tintas clases de artefactos y ecofactos será utilizada
uso del concepto de intensidad, pero aplicado -por para medir la intensidad de las ocupaciones (Hol-
ejemplo- a estructuras de combustión, donde se daway et al. 2000; Marwick 2002; Otte et al. 2003).
mide el tiempo de combustión, el grado de oxige- Tomamos la evidencia de la tecnología reductiva
nación y el tipo de combustible utilizado (Mallol et lítica para explorar la variedad de tareas realizadas
al. 2007). en cada localidad en relación con los recursos dis-
Algunos autores también lo han empleado en el ponibles regionalmente (Holdaway et al. 2000).
análisis de material lítico cuando se quiere discutir Dentro del concepto de una tecnología reducti-
el tiempo y energía invertidos en la reducción de ar- va, las unidades de análisis elegidas fueron las que
tefactos (por ejemplo, Dibble 1995; Clarkson 2002). conceptualmente refieren por un lado, a la fuente o
Otros autores lo han usado como expresión de la matriz, de las cuales se extraen elementos y, por el
cantidad de gestos técnicos (tool strokes) utiliza- otro, a los elementos extraídos (Steffen et al. 1998;
dos para faenar un animal o acceder a algunos de Hiscock 2007). Sobre esta base diferenciamos tres
sus productos (Egeland 2003; Pickering y Egeland categorías principales: los núcleos, los artefactos
2006). También se ha aplicado al estudio de restos formatizados y los desechos.
vegetales para discutir los patrones de uso y consu- Adicionalmente, constatamos si cada uno de
mo de plantas (por ejemplo, Bonzani 1997; Pearsall estos elementos tenía restos de corteza. La canti-
2000). Todos estas diferentes clases de materiales dad de corteza puede ser tomada como un indica-
pueden ser considerados globalmente como partí- dor del largo de la secuencia de reducción, poste-
culas sedimentarias cuyo origen y cantidad sirven rior transporte de elementos y cercanía entre los
de medida para estimar la intensidad de las ocu- lugares de obtención de materias primas y los de
paciones (Otte et al. 2003) al igual que las tasas de manufactura, uso y descarte de artefactos (Shiner
acumulación de sedimentos (Stein et al. 2003). 2004; Holdaway et al. 2008). En nuestro caso he-
La intensidad puede medirse a través del núme- mos tomado la presencia de corteza en cada una
ro de veces que un espacio particular fue ocupado de las categorías descriptivas del proceso de re-
y el tiempo involucrado en dichas ocupaciones. Es ducción como marcador de su intensidad: a mayor
esperable que cuanto mayor sea el tiempo com- reducción, menor será la presencia de corteza en el
prendido mayor será la variedad de actividades conjunto (Dibble et al. 2005).
desarrolladas y, por ende, la cantidad de descarte Con estas seis categorías de análisis (formatiza-
acumulado (Binford 1983). dos, núcleos y desechos, con o sin corteza) espera-
En nuestro trabajo la abundancia del descarte mos ver si hubo diferencias en la variedad de activi-
fue calculada a partir de la densidad de materiales dades reductivas desarrolladas en cada localidad.
Son varias las localidades que han sido estu- Torres y Mengoni Goñalons 2007b). Contamos con
diadas hasta el momento a lo largo del área de la información de ocupaciones en aleros y cuevas
investigación, tanto en el sector norte como sur que poseen estratigrafía que han brindado material
(Mengoni Goñalons y Figuerero Torres 2005; Figue- artefactual, vestigios óseos de animales y restos
rero Torres y Mengoni Goñalons 2007a; Figuerero vegetales. Esta información se complementa con
fugio II (46°42’S ; 71°37’ O; altitud: 900 m) ubicado Tabla 1: Fechados radiocarbónicos de los sitios Alero
sobre el faldeo E del valle del río Jeinemeni, a unos Mauricio II (AMII) y Colmillo Sur I (CSI).
30 km al sur de Los Antiguos (Figuerero Torres y
Mengoni Goñalons 2007b) (Figura 1). Aquí se iden-
tificaron cuatro capas naturales con una potencia incluyó tanto aquellos sitios que están caracteriza-
total de 25 cm. dos por ocupaciones efímeras (Alero El Refugio II y
El Alero Mauricio II (46°47’ S; 71°48’ O; altitud: Cueva Lago Columna I) como aquéllos en los que
670 m) también en el sector norte, está ubicado so- las ocupaciones son más intensas (Alero Mauricio II
bre la margen derecha del río Jeinemeni medio, a y Alero Colmillo Sur I). Como se verá más adelante
1 km aguas debajo de la confluencia con el río Ze- esto posibilitó agrupar las diferentes ocupaciones
ballos (Figura 1). El reparo rocoso es de unos 18 m identificadas en cada una de las localidades sobre
por 3 m con exposición al N.O. Se trata de un sitio la base de la frecuencia combinada de artefactos
multi-componente que fue ocupado repetidas ve- líticos y material óseo acumulados por unidad es-
ces a lo largo de los últimos milenios. Si bien aún tratigráfica.
no se llegó al nivel basal, disponemos de muestras Para analizar comparativamente la variedad
arqueológicas analizadas de las capas naturales ex- de tareas en los dos sectores del área de investiga-
cavadas. La estratigrafía de este alero comprende ción y su variación temporal nos concentramos en
10 capas naturales identificadas en una superficie solamente dos de las localidades (AMII y CSI), por
de 2m2. En conjunto tienen una potencia de 100 poseer secuencias estratigráficas de más potencia,
cm. La capa 1 es de guano y las capas 2 a 5 no con- disponer de anclaje cronológico para algunas de
tienen restos arqueológicos, por lo que este análisis sus capas y contener gran cantidad (n > 500) de ar-
se basa sobre el contenido de las capas 6 a 10 inclu- tefactos líticos descartados.
sive. Los fechados disponibles provienen de la capa De ese modo se definieron dos bloques cronoló-
9 (Tabla 1). La capa 10 en este alero, descansa sobre gicos sobre la base de los fechados radiocarbónicos
una capa de ceniza volcánica no-basáltica impura actualmente disponibles (Tabla 1). Las diferentes
(Corina Risso, FCEN-UBA, comunicación personal ocupaciones identificadas en ambas localidades
2008). fueron agrupadas de acuerdo con su cronología
En el sector sur contamos con el Alero Colmi- absoluta, su ubicación relativa dentro de la pila es-
llo Sur I (47°10’ S; 71°45’ O; altitud: 730 m) (Figura tratigráfica y su individualización como unidades
1). Se trata de un reparo rocoso, formado al pie de discretas. Las diferentes unidades de análisis fue-
unas bardas que enmarcan un cañadón que corre ron definidas a partir de una unidad estratigráfica
en sentido N-S, cercano al faldeo sur del cerro ho- en particular o como agregados de varias capas.
mónimo. El alero es de 5 m por 2,5 m y tiene expo- A partir de estos criterios definimos un bloque
sición al oeste. Se identificaron cinco capas natura- más reciente que va de 760-1280 años cal. AP Este
les en una superficie de 1m2. La potencia que éstas bloque reúne a las capas 6-9 y provisoriamente a
abarcan es de 62 cm. La capa 1 es de guano y este la capa 10 de AMII y, además, a las capas 2-3 y a
análisis comprende el contenido de las capas 2 a 4 la 4s (superior) de CSI. El otro bloque más antiguo
inferiores sin haber alcanzado el fondo del alero. que abarca los 2060-2350 años cal. AP está com-
Los fechados provienen de las capas 4 superior e puesto por el momento sólo por la capa 4i (inferior)
inferior (Tabla 1). de CSI en el sector Sur. De esta manera se dispuso
Lago Columna I (47°10’ S; 71°37’ O; altitud: 600 de muestras repartidas a lo largo de las secuencias
m) es una cueva cercana a la costa norte del lago temporales y también representadas ambos secto-
homónimo (Figuerero Torres y Mengoni Goñalons res espaciales.
2007b) (Figura 1). Se identificaron seis capas natu- En cuanto a las materias primas líticas, realiza-
rales con una potencia de 50 cm. mos un análisis más detallado para ver si las acti-
Para discutir la intensidad de la ocupación de vidades tecnológicas estuvieron condicionadas por
todos estos sitios se empleó la abundancia del des- la estructura regional de este recurso (Nelson 1991;
carte expresada en términos de densidad. A fin de Andrefsky 1998). Para esto revisamos los trabajos
evaluar el rango total de variación de la densidad se para áreas aledañas al área de estudio que analiza-
1064
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
ron las materias primas disponibles regionalmente Chile Chico, al N.O. (Ramos 2002a, b; Gorring et al.
y las representadas en el registro arqueológico. 2003; Brown et al. 2004; Espinoza et al. 2005), por
Las materias primas más representadas son: lo tanto están disponibles en la región y los consi-
obsidiana, basaltos y variedades de sílices. Estas deramos una materia prima local.
clases son las que hemos empleado para clasificar Las sílices es una categoría general que engloba
las muestras analizadas. La obsidiana provendría de a una variedad de materias primas cuya composi-
una fuente secundaria circunscripta a la localidad ción está caracterizada por un alto contenido de
de Pampa del Asador, meseta Belgrano (Espinosa SiO2 y un colorido sumamente diverso. En general,
y Goñi 2004; Stern 2004). Los análisis geoquímicos todas estas variedades de rocas y minerales se ha-
de materiales arqueológicos indican que tiene una llan en fuentes secundarias en distintas porciones
muy amplia distribución, desde Puerto Madryn al de las cuencas estudiadas. Algunas localizaciones
N.E. hasta Tierra del Fuego (García-Herbst et al. que se destacan son: a) los ríos Tarde y Pedregoso,
2007). La localización de esta fuente se encuentra afluentes del lago Posadas (Cassiodoro et al. 2004),
entre 80 y 120 km del área de estudio, por lo que es b) la zona de rocas aborregadas y la divisoria entre
considerada una materia prima no-local (Geneste las cuencas Posadas y Ghio (Guráieb 2000; Cassio-
1988). doro et al. 2004), c) el valle Chacabuco superior
Los basaltos se hallan en fuentes secundarias (Méndez Melgar 2004), y d) el río Jeinemeni infe-
relacionadas con geoformas glacifluviales y aluvia- rior (Méndez Melgar 2004). Hay una sola mención
les que rodean las mesetas tectónicas pre-andinas de una fuente primaria en las rocas aborregadas del
de las cuencas bajo estudio (Guráieb 2004). Esta Complejo El Quemado, ubicado al norte del Lago
categoría incluye también rocas andesíticas. Las Posadas (Cassiodoro et al. 2004). Al igual que los
mesetas próximas que contienen estas rocas íg- basaltos, las consideramos una materia prima lo-
neas son la del lago Buenos Aires, al este, y la de cal.
En la figura 2 vemos cómo se agrupan las dife- grupos de ocupaciones. Hay ocupaciones caracte-
rentes ocupaciones identificadas en una serie de rizadas por un bajo descarte lítico que se asocia con
sitios ubicados de norte a sur a lo largo de la franja poco material óseo (Grupo A). Otras ocupaciones
de territorio investigada a partir de los conteos de poseen una moderada cantidad de descarte lítico
material lítico y vestigios óseos faunísticos. Los da- y una variada cantidad de restos óseos (Grupo B).
tos empleados para este gráfico incluyen informa- Hay también ocupaciones con alto descarte lítico y
ción de las últimas excavaciones complementando moderado descarte óseo (Grupo C). Por último hay
aquella presentada en trabajos anteriores (Mengo- ocupaciones con bajo descarte lítico y una alta can-
ni Goñalons y Figuerero Torres 2005; Figuerero To- tidad de restos óseos (Grupo D).
rres y Mengoni Goñalons 2007b; Figuerero Torres En un trabajo anterior (Figuerero Torres y Men-
y Mengoni Goñalons 2007a). Se advierten cuatro goni Goñalons 2007b) vinculamos estos patrones
con el grado de intensidad en la ocupación. Una alta
densidad de materiales se correspondería con una
alta intensidad en la ocupación y una baja densidad
con una baja intensidad. Por lo tanto, también ca-
bría pensar que estos patrones puedan estar rela-
cionados con la variedad de tareas desarrolladas y
el tiempo involucrado.
El total del material lítico para ambos sitios está presentan restos de corteza. Los desechos domi-
volcado en las siguientes tablas (2 y 3) que detallan nan (97,1%) el conjunto.
las cantidades correspondientes a las categorías En el sitio CSI, la unidad de análisis compuesta
de artefactos formatizados, núcleos y desechos por las capas 2-3 no presentan todos los elementos
(AMII: n=1812; CSI: n=3674). En las tres categorías reductivos (Tabla 3). La proporción de corteza de
se registró la presencia de corteza. Dentro de cada los elementos formatizados es del 27,6%, siendo
bloque temporal examinamos las tendencias de las menor a los valores observados en el conjunto 6-9 y
actividades reductivas para cada conjunto y, luego, semejante a la capa 10 de AMII. Hay muy pocos nú-
por materia prima. cleos con respecto a las otras categorías y ninguno
presenta corteza. Estos valores son notoriamente
Bloque temporal (760-1280 años cal. AP) menores a los de AMII. Los desechos de estas capas
La unidad de análisis compuesta por las capas también dominan el conjunto (95,4%) y la propor-
6-9 de AMII (Tabla 2) muestra todas las categorías ción de restos con corteza es menor (5,0%) a la de
descriptivas que involucra el proceso de reducción AMII.
lítica. La proporción de artefactos formatizados El conjunto de 4s de CSI están representadas
con corteza es alta (43,7%) comparada con el total todas las categorías del trabajo de reducción (Tabla
para la localidad (35,1%). Estas capas incluyen una 3). La proporción de artefactos formatizados con
cuarta parte de los núcleos del sitio, los cuales tie- corteza es menor (21,7%) al conjunto anterior y a
nen una proporción menor de elementos con cor- AMII. Los núcleos (0,2%), especialmente aquéllos
teza (25,0% vs. 50,0% para el sitio). Los desechos con corteza, tienen una muy baja representación.
dominan cuantitativamente (97,8%) y muestran Los desechos predominan (98,1%) y hay una mayor
elementos con corteza (7,5%). cantidad de desechos con corteza (7,2%) y se acer-
can a los de AMII.
Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total Las diferencias más notables entre los dos sitios
son la cantidad de núcleos, que es más del doble en
6-9 9 7 3 1 817 66 903 AMII, y los porcentajes de elementos con corteza,
% parcial 1,0 0,8 0,3 0,1 90,5 7,3 100,0 que es menor en CSI en todas las categorías (for-
matizados, núcleos y desechos).
% corteza
por 43,7 - 25,0 - 7,5 -
categoría
10 15 6 5 7 768 108 909 Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total
% parcial 1,6 0,7 0,5 0,8 84,5 11,9 100,0 2y3 21 8 3 0 623 33 688
% total 1,3 0,7 0,4 0,4 87,5 9,6 100,0 4s 18 5 2 1 1258 97 1381
1066
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
AMII Materias primas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Parcial
Tabla 4. Material lítico por materia prima de los conjuntos del sitio Alero Mauricio II, del Bloque Temporal 760-1280
años cal. AP Elementos formatizados (F), núcleos (N), desechos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).
Las actividades reductivas evidenciadas por el na (12,1%). Esta capa sigue las mismas tendencias
material lítico para este bloque temporal son más que las anteriores para los basaltos pero tiene una
claras si se relacionan con los recursos disponibles mayor proporción de núcleos con corteza (83,3%) y
regionalmente. Para ello dividimos a los materiales desechos con corteza (17,9%).
líticos en las categorías de materias primas com- Las ausencias más notables son los núcleos de
prendidas en el modelo de disponibilidad regional obsidiana en las capas 6-9 y la 10. No obstante, hay
actualmente vigente que fue detallado más arriba. elementos formatizados y desechos con corteza
El objetivo de este ejercicio fue ver si existe un pa- en todas las capas. En las capas 6-9 la proporción
trón consistente en la ausencia de elementos por de desechos con corteza de esta materia prima es
materia prima que se correlacione con la distancia semejante a las sílices aunque bastante menor que
a la fuente conocida. el porcentaje de los desechos de basaltos con cor-
En el sector norte en ambos conjuntos de AMII teza. En cambio en la capa 10 esta proporción de
el basalto es la única materia prima representada desechos con corteza de obsidiana se asemeja a las
en todas las categorías de las actividades reduc- de los basaltos.
tivas (Tabla 4). No obstante, el descarte total de Las sílices son la materia prima más abundan-
basalto en las capas 6-9 representa cantidades in- te en las capas 6-9 (52,6%) y en la capa 10 es casi
termedias (33,0%) entre las sílices (52,6%) y la obsi- tan preponderante (43,4%) como los basaltos. Fal-
diana (14,4%) (Tabla 6). Un cuarto de los núcleos de tan por completo los núcleos en las capas 6-9. En
basaltos tienen corteza como así también la mitad cambio hay muchos artefactos formatizados aban-
de los elementos formatizados. Un 14,0% de los donados en el lugar. La proporción de artefactos
desechos de esta roca muestran corteza. Como se formatizados y los desechos con corteza en ambos
verá este valor es más alto que para las otras ma- casos es menor a las demás materias primas.
terias primas. En la capa 10 el total de descarte de En el sector sur en CSI en el conjunto de las ca-
los basaltos (44,4%) se asemeja en cantidad al de pas 2-3 ninguna materia prima tiene representadas
las sílices (43,4%) y está por encima de la obsidia- todas las categorías de reducción mientras que sí
CSI Materias primas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Parcial
lo están en el conjunto de la 4s. Cuantitativamente ducción de las sílices para la capa 4s. Aquí dominan
en las capas 2-3 las sílices tienen mayor descarte también las sílices (54,0%) por sobre la obsidiana
(50,1%) superando a la obsidiana (28,6%) y a los (30,8%) y los basaltos (15,2%) (Tabla 6). La propor-
basaltos (21,2%). Sin embargo, la proporción de ción de artefactos formatizados con corteza de las
descarte con corteza de las sílices no es consisten- sílices es muy baja dentro de esa categoría (6,6%)
temente la más elevada en comparación con las en comparación con las demás materias primas y
demás materias primas. La ausencia más destaca- también con respecto al conjunto anterior. Los de-
ble es la falta de núcleos con corteza. Los artefac- sechos con corteza dentro de esta categoría (8,1%)
tos formatizados con corteza tienen valores algo son algo mayores y se asemejan a los valores de
mayores (27,8%) y los desechos con corteza tienen aquéllos de la obsidiana en este conjunto.
valores intermedios entre la obsidiana y los basal- Hay núcleos de obsidiana sin corteza en las ca-
tos (Tabla 6). Esta situación contrasta con la repre- pas 2-3 y faltan por completo en la capa 4s. Dentro
sentación completa de todas las categorías de re- del conjunto de las capas 2-3, la proporción de ar-
tefactos formatizados de obsidiana con corteza es
alta (28,6%) y semejante a la de las sílices (27,8%).
%
Sitio Capas % Basalto % Sílices También el porcentaje de desechos de obsidia-
Obsidiana
na con corteza (6,9%) es superior al de las sílices
AMII 6-9 14,4 33,0 52,6
(5,2%), lo que señala cierta similitud en el trabajo
10 12,1 44,4 43,4 de reducción. En la capa 4s la proporción de arte-
factos formatizados con corteza (50,0%) es muy
CSI 2-3 28,6 21,2 50,1
superior al de las sílices (6,7%) aunque los valores
4s 30,8 15,2 54,0 de desechos con corteza son semejantes (7,0%).
4i 27,3 24,7 48,0
Hay una proporción muy baja de núcleos de ba-
salto. Faltan aquéllos con corteza en la capa 2-3 y
Tabla 6. Materias primas en los conjuntos de Alero Mau- están ausentes en la capa 4s. Esta materia prima
ricio II y Colmillo Sur I.
1068
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
es la que tiene también menores valores de repre- gorías de reducción se hallan presentes, dominan-
sentación en ambos conjuntos. Con respecto a las do, como en los otros casos, los desechos (97,2%).
sílices, materia prima siempre mayoritaria, repre- Aquí, en comparación con el bloque temporal más
senta menos de la mitad (21,2%) en las capas 2-3 y reciente del mismo sitio, la proporción de núcleos
tres veces menos (15,2%) en la capa 4s. Acompaña con corteza es mayor (60,0%), la de los artefactos
esta tendencia la baja proporción de artefactos for- formatizados es algo menor (17,9%) y la de los de-
matizados de basalto en las capas 2-3 y una ausen- sechos semejante (5,5%).
cia total en la capa 4s. El porcentaje de desechos En este conjunto las sílices evidencian todas las
sin corteza en los basaltos es siempre inferior a las actividades de reducción (Tabla 8). Son las sílices el
otras dos materias primas. material más descartado (48,0%) seguido en pro-
porciones semejantes, por la obsidiana (27,3%) y
Bloque temporal 2060-2350 años cal. AP los basaltos (24,7%) (Tabla 6). La cantidad de ele-
El bloque temporal más temprano está repre- mentos formatizados de sílices es alta dentro del
sentado sólo por la ocupación de la capa 4 inferior conjunto, pero proporcionalmente los elementos
de Colmillo Sur I en el sector sur (Tabla 1). con corteza (12,5%) son menores que para las de-
más materias primas. La proporción de los dese-
Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total chos con corteza tiene valores intermedios (4,4%)
con respecto a las demás materias primas.
4i 32 7 2 3 1475 86 1605 Todos los núcleos de obsidiana tienen corteza
% total 2,0 0,4 0,1 0,2 91,9 5,3 100,0 y los valores de desechos con corteza (10,7%) son
mayores a los de las demás materias primas.
% corteza
por categoría
- 17,9 - 60,0 - 5,5 - Las ausencias más destacadas son la falta de
núcleos de basaltos. Los valores totales de des-
Tabla 7. Material lítico de la capa 4i de Colmillo Sur I carte de los basaltos (24,7%) los colocan en último
para los elementos formatizados (F), núcleos (N) y dese-
lugar con valores cercanos a la obsidiana (27,3%)
chos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).
(Tabla 6). Los elementos formatizados en basalto
tiene valores semejantes a la obsidiana, pero se di-
El total de material lítico para el bloque está vol-
ferencian de ésta materia prima por la ausencia de
cado en la tabla 7. Esta muestra que todas las cate-
núcleos.
Tabla 8. Material lítico por materia prima de la capa 4i del sitio Colmillo Sur I, del Bloque temporal 2350-2060 años
cal. AP Elementos formatizados (F), núcleos (N), desechos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).
DISCUSIÓN
En este trabajo la discusión está centrada en el la variedad de actividades reductivas líticas. Estas
análisis comparativo de la intensidad de las ocupa- comparaciones se hicieron entre diferentes ocupa-
ciones detectadas en algunos sitios del norte y sur ciones de una misma localidad y entre localidades
del área de investigación. Las medidas empleadas distintas teniendo en cuenta dos bloques tempo-
en este análisis fueron la cantidad de descarte y rales de ocupación y la disponibilidad regional de
1070
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)
CONCLUSIONES
Como se planteó en otros trabajos anteriores que son descartados y la variedad de tareas desa-
(Figuerero Torres y Mengoni Goñalons 2007 a y b) rrolladas en cada uno de ellos.
se ha observado un contraste entre las ocupacio- En el sector norte a la baja persistencia se suma
nes del norte con respecto a las del sur. Se da una una variedad de actividades de reducción que va de
mayor continuidad (persistencia) en el uso de los bajo a medio y una baja densidad de material lítico.
lugares en el sector sur (por ejemplo, en el sitio Col- Estas diferencias se hacen más notorias cuando se
millo Sur I) en comparación con los del norte (por mide la variación en la composición de los conjun-
ejemplo, en Mauricio II). tos a partir de la abundancia relativa de artefactos
En este trabajo vemos que esta diferencia en la formatizados, núcleos y desechos por materia pri-
persistencia con que se ocupan estos espacios tam- ma y, además, se mide el porcentaje de elementos
bién tiene un correlato en la cantidad de materiales que poseen corteza. Solamente se observa una
secuencia de reducción más completa para los ba- en esta comarca cordillerana. El sector norte podría
saltos y las sílices, materias primas que están lo- haber constituido primordialmente una vía de trán-
calmente disponibles. Esto queda ilustrado por las sito con ocupaciones de relativa corta duración en
ocupaciones del Alero Mauricio II en el curso del río puntos de parada (lugares) estratégicos que eran
Jeinemeni. ocupados recurrentemente en forma breve. El sec-
En el sector sur, a la mayor persistencia se agre- tor sur, en cambio, habría estado caracterizado por
ga también una variedad de tareas reductivas que ocupaciones más prolongadas y por la reocupación
va de baja a media pero acompañada de una den- reiterada de aquéllos lugares que previamente ha-
sidad de materiales variable. Al igual que en el caso bían sido utilizados.
anterior se verifican variaciones en la composición Por el momento no se han advertido cambios
de los conjuntos de las tres categorías reductivas. notorios en los patrones de utilización de las mate-
Aquí se da la correspondencia entre una baja varie- rias primas durante el período comprendido entre
dad de actividades y una baja a media densidad, en los 750-2350 años cal. AP más allá de variaciones
un caso (2-3 de CSI) en que la secuencia de reduc- situacionales de escala intralocal o interlocal.
ción es incompleta para las tres clases de materias Son varios los temas que han sido discutidos en
primas consideradas. También hay corresponden- este trabajo. El objetivo fue examinar el carácter
cia en otro conjunto (4i de CSI), pero en este caso la de las diferentes ocupaciones detectadas a lo largo
secuencia de reducción se halla completa para las del corredor natural que une Los Antiguos con Paso
obsidianas y las sílices, siendo sólo esta última una Roballos. Como hemos visto hay diferencias mar-
materia prima local. No se verifica la corresponden- cadas en los patrones de utilización de los lugares
cia esperada en el conjunto de 4s de CSI y la secuen- y recursos líticos que apuntan a que el carácter de
cia de reducción se completa sólo para las sílices, las ocupaciones fue distinto en esta franja cordille-
materia prima local. Como se expuso más arriba, el rana. Queda aún por explorar otros factores que
tiempo de duración de las ocupaciones podría estar podrían estar condicionando las variaciones espa-
actuando en la conformación de este patrón. ciales y temporales observadas a fin de compren-
Este contraste entre ambos sectores estaría der en su profundidad la historia de ocupación de
sugiriendo que estos espacios tuvieron un rol dis- esta región.
tinto en la movilidad de los grupos que habitaron
AGRADECIMIENTOS
A la UBA (UBACYT 2004-7 F039), CONICET (PIP 2000- 02288) y ANPCYT (PICT 2006-00668) por el
apoyo financiero. A Víctor Ramos y Corina Risso (FCEN-UBA) por su asesoramiento. A la Municipalidad
de Los Antiguos y su pueblo por su apoyo e interés en nuestro proyecto. A las estancias El Refugio, El Ala-
mo, La Frontera, Sol de Mayo y La Juanita por su generosa hospitalidad. A Carolina Mengoni Goñalons
quien diseñó y realizó el mapa de ubicación.
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1074
Evaluando el registro arqueológico de Tierra
del Fuego durante el Holoceno temprano y
medio
Flavia Morello1, Luis Borrero2, Jimena Torres1, Mauricio Massone3, Manuel Arroyo4,
Robert McCulloch5, Elisa Calas6, Marcela Lucero6, Ismael Martínez6 y Gabriel Bahamonde1
A B S T R A C T
INTRODUCCIÓN
Con posterioridad a los 8000 años AP, la apertu- a los 2000 años AP, periodo en que el registro ar-
ra del estrecho de Magallanes genera la insularidad queológico es abundante y variado, interpretado
de Tierra del Fuego con una barrera biogeográfica como un aumento demográfico con ocupación
que habría aislado a los primeros grupos humanos efectiva de todos los ambientes de la isla (Borrero
registrados hace ca.10,500 años AP en la Cueva Tres 1989-90).
Arroyos 1 (Massone 2004). Se presenta la información recopilada en los
El poblamiento del Norte de la isla comienza primeros dos años de investigación del proyecto
durante el Tardiglacial pero el desarrollo posterior FONDECYT 1060020 “Arqueología de cazadores-
es menos claro, con eventos puntuales y disconti- recolectores de Tierra del Fuego: el proceso de
nuos de ocupaciones de cazadores terrestres, uno colonización y el factor de aislamiento geográfico,
discutido, del Holoceno temprano (Marazzi 1, nive- durante el Holoceno temprano y medio”. Nos con-
les inferiores), y otros del Holoceno medio-tardío, centraremos, en el modo que se ha integrado una
siempre yacimientos costeros (Morello et al. 1999; nueva estrategia metodológica para la búsqueda
Salemme y Bujalesky 2000; Salemme et al. 2007). de sitios arqueológicos y los resultados obtenidos,
Aquí se presentan los resultados preliminares hasta el momento.
de un proyecto enfocado al estudio del proceso de
colonización terrestre de Tierra del Fuego durante
el Holoceno, con énfasis en momentos anteriores
1 CEQUA y Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes. Flavia.
[email protected]. [email protected].
2 DIPA - IMIHICIHU, CONICET. [email protected].
3 Museo de Historia Natural de Concepción, DIBAM. [email protected].
4 Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes y McBurney Institu-
te - [email protected].
5 School of Biological & Environmental Sciences, University of Stirling.
[email protected].
6 Depto. Antropología, Universidad de Chile. [email protected], [email protected],
[email protected].
METODOLOGÍA
RESULTADOS
Terrazas marinas del Holoceno medio superficie o en el perfil, se realizó una prospección
Reconocimiento geomorfológico sub-superficial guiada al sector.
La inspección geomorfológica se concentró En otras localidades con antecedentes de geo-
considerando los antecedentes existentes, en las formas marinas, como bahía Lee, Punta Catalina y
zonas de Puerto Percy, bahía Lee, Punta Catalina, cabo Monmouth, se identifican como rasgos ero-
Porvenir Norte (costa del Paso Ancho y laguna Ver- sivos las terrazas marinas de la transgresión del
de) y Porvenir sur (Cabo Monmouth y el río Santa Holoceno medio y otras antiguas terrazas glaciola-
María) (Figura 1). custres, de antigua data en Punta Catalina, y en el
El sector de Puerto Percy, península Juan Ma- rango de la última glaciación en los otros sectores.
zía, se visitó con el objeto de identificar y tomar Estas geoformas fueron prospectadas de manera
muestras de sedimentos de depósitos marinos de sistemática en la siguiente etapa de prospección
Holoceno medio (De Muro et al. 1996b). Los perfi- arqueológica superficial.
les expuestos en la barranca costera1 presentan una La zona de Porvenir Norte permitió registrar
secuencia que abarcaba la totalidad del Holoceno: una sucesión de entre dos y cuatro terrazas de dis-
Arena café, que corresponde a suelo de tiem- tinto origen, las que según su altitud y naturaleza
pos tardíos. de los sedimentos se identificaron como de origen
Capa de arena gris, gravas, guijarros y conchas marino holocénico (ca. 5-6 m s.n.m.) o glaciolacus-
que corresponden a la formación de una terraza tre, comparando en terreno con el mapeo geomor-
marina del Holoceno medio. fológico realizado por De Muro et al. (1996a).
Arena gris oscura del Holoceno temprano, a En términos geomorfológicos se siguen por de-
juzgar por su ubicación bajo los depósitos marinos cenas de kilómetros las formaciones, siendo muy
de la transgresión (ca. 6000 AP) y por sobre la tefra clara en ciertos sectores la transgresión del Holo-
del Reclus (Figura 2). ceno medio, debido a la presencia de depósitos
Tefra del volcán Reclus, ca. 12,600 años AP. marinos en los acantilados y a una altura entre 3 y
Sedimentos de finales del Pleistoceno, origen 6 m s.n.m.
glacial. En este recorrido se registraron varios sitios
Aunque no se registra material arqueológico en arqueológicos en estas terrazas altas, por sobre
1076
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio
Figura 1. Tierra del Fuego y las zonas estudiadas. 1) bloques erráticos 2) terrazas marinas del Holoceno medio.
Figura 2. Perfil
expuesto en Puerto
Percy 1.
los 6 m s.n.m. Las observaciones realizadas en los tefactos tipológicos diagnósticos de cronología
yacimientos arqueológicos refuerzan las de los de- relativa, que además son poco abundantes en el
pósitos naturales: buena preservación de depósitos registro. En su ausencia y ante la falta de indicios
y alta cubierta vegetal. Aunque esto redunda en la estratigráficos, consideramos que no es posible
baja visibilidad del sector, hay agentes que están generar criterios para diferenciar sitios arqueológi-
actuando para dejar materiales arqueológicos en cos anteriores al Holoceno tardío a priori. Por esto,
superficie en áreas acotadas (e.g. corureras activas hemos privilegiado una estrategia de datación
y abandonadas). extensiva, jerarquizando los sitios en relación a la
Siguiendo el mapa geomorfológico de De Muro disponibilidad de muestras idóneas, asociadas a
et al. (1996a), se inspeccionaron las lagunas ubica- contextos culturales en estratigrafía. En la práctica,
das al norte de Porvenir, en especial Laguna Verde, durante la prospección superficial, se encontró sólo
posible paleo-bahía durante la transgresión marina una pieza de cronología diagnóstica, probablemen-
del Holoceno medio. No obstante, la ausencia de te de inicios del Holoceno tardío, un fragmento de
depósitos marinos y por estimación de la altitud, se punta lítica lanceolada y denticulada detectada en
concluye que el mapa geomorfológico está errado el sitio Cabo Monmouth 22, y similar a las bifaces
en extender estas terrazas de segundo orden al in- registradas en Ponsonby y Lancha Packewaia. Otro
terior de Laguna Verde2. elemento considerado diagnóstico son puntas pe-
La misma actividad de identificación de geo- dunculadas pequeñas del tipo “Ona” -asociadas al
formas y evaluación de visibilidad/potencial es- uso de arco y flecha- (Bird 1993) y artefactos en vi-
tratigráfico de estas terrazas se desarrolla entre drio, como el caso de una bifaz detectada en el sitio
cabo Monmouth y el sur del río Santa María. El sur Lago Vergara E24.
de cabo Monmouth se presentó como un área es-
pecialmente interesante por la suma de registro Tafonomía
arqueológico en terrazas altas (probablemente Cabo Monmouth y Porvenir Norte
glaciolacustres), buena preservación de depósitos Se realizaron observaciones sobre restos de ce-
y perfiles expuestos con secuencias paleoambien- táceo desarticulados ubicados en las costas cerca-
tales de interés. nas al cabo Monmouth y al norte de bahía Chilota.
Las condiciones para enterramiento son muy
Prospección superficial malas en los niveles aterrazados altos cercanos al
La prospección en distintos segmentos de la cabo. Se destaca una mandíbula y unos fragmentos
costa norte y noroccidental de Tierra del Fuego de cetáceo de gran tamaño al pie de una morena,
buscaba explorar las geoformas asociadas a la bastante lejos de la costa. Dado que los fragmentos
transgresión marina del Holoceno medio, en sec- craneanos, incluyendo las mandíbulas, son los que
tores no prospectados anteriormente (Massone tienen mayor fidelidad al lugar de varamiento, se
1997; Massone et al. 2003). Se recorrieron a) Sector puede sostener sobre la base del sustrato no mari-
entre cabo del Espíritu Santo y punta Catalina, boca no que se trata de restos transportados. Muy cerca,
oriental del estrecho de Magallanes; b) sector de sobre la morena, hay escasos materiales arqueoló-
punta Espora, Primera Angostura; c) un segmento gicos.
de bahía Lee, próximo a la Segunda Angostura y Al norte de bahía Chilota el sitio arqueológico
sector entre punta Zegers y la localidad de Puerto Porvenir Norte 19 se ubica parcialmente sobre una
Percy; y d) el sector costero cercano a Porvenir, ubi- terraza marina del Holoceno medio y con un sector
cado al norte de Punta Palo, y la zona delimitada sobre terraza glacio-lacustre, protegido por suaves
entre el cabo Monmouth y el río Santa María, al sur lomadas. Las condiciones topográficas hacen sos-
de Porvenir (Figura 1). tenible que los restos de cetáceo y de pinnípedo
La prospección superficial fue utilizada como reconocidos en el sitio no sean resultado de mez-
base para planificar la fase de prospección sub- cla post-depositacional. En el sitio Porvenir Norte
superficial. Por lo que, además del registro arqueo- 26, ubicado un poco más al sur, también hay restos
lógico, la prospección superficial incluyó una eva- de cetáceo. Nuevamente, las condiciones sugieren
luación por localidad de las geoformas costeras, en depositación cultural. Las costas tampoco acumu-
especial la visibilidad de cada sector y el potencial lan restos de mamíferos marinos.
estratigráfico. Los escasos restos de cetáceo recuperados lejos
Los resultados permitieron registrar 71 hallaz- de los sitios arqueológicos no pudieron depositarse
gos, 44 sitios arqueológicos y 27 concentraciones como resultado de la dinámica actual del sistema
más de restos culturales (sensu Borrero y Lanata marino, por lo que exigen la intervención de algún
1992). agente de transporte moderno -seguramente hu-
Cabe llamar la atención sobre los escasos ar- mano- o son testigos de un estado anterior de las
1078
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio
costas. La situación contextual sugiere que se trata En resumen, para la micro-región de cabo Mon-
del primer caso. mouth y Porvenir Norte, es claro que la zona de de-
positación de materiales mezclados por excelencia
Cabo Monmouth 20 es al pie de las barrancas, en una situación fácilmen-
Se trata de una extensa localidad que presenta, te determinable como secundaria. El destino de es-
en distintos sectores, concentraciones de materia- tos materiales no es sólo el de mezclarse en nuevas
les líticos y óseos. Hay evidencias de mucha acti- asociaciones secundarias, sino eventualmente ser
vidad de roedores. Por debajo se ha identificado lavados por el mar. Por otra parte, en este sector, al
una tefra del Reclus. Las condiciones de hallazgo alejarse de la costa también aumentan los riesgos
se prestan a algún proceso de mezcla. Se observa- de contaminación, pues es muy fuerte la actividad
ron rocas estalladas en las cercanías del sitio Cabo de Ctenomys sp. Sin embargo, no parece existir
Monmouth 6. También se realizaron observaciones mucha evidencia arqueológica allí. En los casos en
tafonómicas sobre restos de pinnípedos prove- los que la señal arqueológica se superpone con esta
nientes de sitios arqueológicos. Las carcasas que zona de actividad de roedores, hay huesos enterra-
eventualmente puedan depositarse en estas costas dos en posición vertical. En otras palabras, las po-
están expuestas a fuertes marejadas, que las de- sibilidades de que la mezcla reciente haya afectado
ben remover fácilmente, como ha ocurrido con los mucho a los conjuntos de cabo Monmouth son ba-
ejemplares de Otaria de Cabo Vírgenes o los dos ca- jas.
sos de carcasas de ballenas francas de cabo Espíritu
Santo (Borrero et al. 2009). La ausencia de huesos Bahía Inútil, sur
desarticulados es interesante, dada la abundancia La erosión retrocedente en las barrancas del sur
de basura traída por las corrientes. Se registró la de la bahía es muy notable, exponiendo casi total-
presencia de escasos restos de cetáceo, que pre- mente la tefra del Reclus. Este proceso, ha llevado
sentan fracturas poligonales, semejantes a las de- al desprendimiento de la barranca en bloques y tie-
finidas como resultado de meteorización (Borella ne un alto potencial de exposición de materiales ar-
2004). Parte del material arqueológico y al menos queológicos, por sobre los límites de la distribución
un húmero de pinípedo se ubica en superficie sobre de la tefra.
un sector que contiene, en estratigrafía, una turba En una situación similar, en Río Torcido se re-
y una tefra. De aquí provienen fechados radiocar- gistraron casos de caídas en bloque que expusieron
bónicos de 5565 ± 40 (Ua-33946) y 2410 ± 35 (Ua- materiales arqueológicos, incluyendo huesos que
33947) años AP. muestran evidencias de re-exposición a la meteo-
Al norte de cabo Monmouth en general el suelo rización. Estas remociones en masa, muchas veces
es poco penetrable, disminuyendo mucho las pro- incluyen materiales arqueológicos. Los materiales
babilidades de mezcla con materiales recientes. que caen estrictamente al pie de la barranca tien-
Este tipo de mezclas sólo parece ocurrir en secto- den a ser cubiertos por los sedimentos -tanto eó-
res erosionados, para los que la detección de las licos como de desprendimientos posteriores de la
mezclas se basa en criterios de completitud y colo- barranca- y quedan redepositados desordenada-
ración, incluyendo restos de ballenas y pinnípedos. mente. En otras palabras, al pie de la barranca se
Dada la posición sobre la barranca, la mayor parte están formando numerosos sitios (acumulaciones
de estos materiales son aceptables como resulta- discretas de materiales arqueológicos dictadas por
dos de actividades humanas, aunque no posean la distribución de los bloques caídos) que carecen
huellas de corte o patrones de fractura asociados de integridad. Los huesos presentan blanqueado
con explotación humana. en el sector que se expuso primeramente, por lo
El sitio Cabo Monmouth 3 contiene moluscos que manifiestan una condición que puede deno-
en capa y está localizado en una terraza muy alta. minarse “exposición pre-desbarrancamiento”, útil
Hay huesos de pingüino, pinnípedo y guanaco en marcador en el corto plazo. A largo plazo esa dife-
superficie, a veces con líquenes. Estas concentra- rencia se perderá en muchos huesos, excepto en
ciones de huesos alternan con exposiciones de una aquellos que permanecieron demasiado tiempo en
tufa lacustre, muy anterior, que en algunos casos esa posición previa a la caída, que en el largo plazo
ha contribuido al teñido de los huesos. Los huesos sufrirán la destrucción de una de las epífisis.
se han depositado con posterioridad a la tufa.
Cabo Monmouth 5 está también localizado a Bahía Inútil, este
cierta altura (ca. 30 m s.n.m.) e incluye numerosas Se exploraron los campos de dunas transversa-
bolas, moluscos, huesos de pinnípedo, guanaco y les a las cabeceras de la bahía. Están parcialmente
cánido. Se destaca la presencia de champa cubrien- vegetadas, con pequeños cuerpos de agua. Son du-
do materiales. nas longitudinales, por lo que presentan un cierto
1080
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio
1082
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio
malacológicos en estratigrafía hasta los 60 cm en sector se recolectó una muestra de sedimento que
el sondeo. Los resultados de los barrenos son ne- fue datado y corresponde a un paleosuelo.
gativos en 3 casos y en 8 pozos se detectó material Cerca de esta sección (Figura 5) se extrae del
cultural en estratigrafía. perfil de la barranca una epífisis de guanaco con
corte perimetral, en un estrato por sobre el paleo-
Cabo Monmouth 20 suelo. Los resultados de los fechados radiocarbóni-
El sitio Cabo Monmouth 20 es un extenso yaci- cos son los siguientes: 2410 ± 35 años AP, sobre el
miento descubierto en el año 2006, al sur de Por- mencionado hueso (Ua-33947), y 5565 ± 40 años AP
venir, sobre la barranca costera, que en este sector (paleosuelo, -21 a -28 cm profundidad, Ua-33946).
tiene una altura estimada entre 6 y 10 m s.n.m. Los estudios efectuados en Cabo Monmouth
El sitio es muy extenso (1000 m N-S y 150 m W-E, 20, en especial el análisis geoarqueológico prelimi-
Massone et al. 2007) y se emplaza en una terra- nar y el Sondeo 1 resultaron positivos, confirmando
za glaciolacustre asociada al Avance E del Último la presencia de un depósito arqueológico con arte-
Máximo Glacial (McCulloch 2007, 2008). factos líticos y conchas asociadas a un fechado cer-
La visibilidad del lugar es mala a nula (75 a 95% cano a 5500 años AP. El contexto está ubicado en el
cubierta vegetal), no obstante se observan artefac- techo del paleosuelo mencionado e inserto en él.
tos dispersos en el perfil expuesto de la barranca Hay concordancia entre la estratigrafía registrada
costera y en superficie en sectores alterados por en los perfiles expuestos y datados, y lo observado
roedores (coruros). Se registran diversos materia- en la excavación del sondeo.
les líticos (lascas, núcleos, raederas y bolas) y algu- Considerando la coherencia estratigráfica del
nos restos óseos (guanaco, lobo marino, cetáceo y perfil expuesto5, en conjunto con la existencia de
conchas) (Massone et al. 2007). concentraciones de materiales líticos en distintos
En el perfil de la barranca, en la zona sur del ya- niveles del sondeo, se concluye que en el sector
cimiento, se observaron restos óseos de guanaco registramos al menos dos ocupaciones estratigráfi-
y artefactos líticos en estratigrafía, y en un sector camente superpuestas, una asociada a la fecha de
cercano se registró un estrato de sedimento plomi- 2410 y otra algo anterior, posiblemente cercana a
zo, muy orgánico, con restos de conchas. En este 5565 años AP. Sin embargo, la densidad de mate-
riales es mediana a baja y, hasta el momento, hay
ausencia de restos óseos de claro origen antrópico.
Cabo Monmouth 22
Es uno de los pocos casos de registro superficial
de elementos diagnósticos de cronología – frag-
mento de punta lanceolada denticulada. Con el fin
de desarrollar una mejor caracterización del sitio
se volvió al lugar para desarrollar dos sondeos (S1
y S2), evaluar la presencia de depósitos en capa, y
tomar muestras para datar. Lamentablemente, los
resultados fueron negativos para ambos objetivos,
aunque en ambos se registraron escasas conchas
de mauchos y choritos, de difícil adscripción. Como
observación adicional de los materiales registrados
Figura 6. Distribución espacial de barrenados en
en la prospección superficial (1 núcleo, 1 fragmen-
Porvenir Norte-26
to de punta y conchas dispersas), debemos notar
la presencia de un fragmento de hueso, probable-
mente mamífero marino, quemado. Hay una co- el sitio.
rurera activa actualmente en el sitio, que ha hecho Es por esto que se desarrollaron sondeos de
aflorar en superficie el hueso y algunas conchas barreno de manera sistemática (cada 5 m) y una
dispersas. prueba de pala. De los 10 barrenados, solamente se
registraron dos lascas en B2. La prueba de pala (P1)
Porvenir Norte 12 también resultó estéril (Figura 6).
Se realizó un sondeo 50 x 50 cm en el sitio PN-
12E, que corresponde a una extensa concentración Sitio Porvenir Norte 17
de material cultural ubicado en una terraza inter- Este extenso yacimiento ubicado en la costa de
media de aproximadamente 5 a 6 m s.n.m., sobre Paso Ancho, ha sido re-visitado en diversas oca-
depósitos de la transgresión marina del Holoceno siones con el fin de profundizar los datos arqueo-
medio, por lo que creíamos se trataba de un yaci- lógicos, paleoambientales y geoarqueológicos que
miento de antigüedad menor a 6000 años AP. encierra el sector. Se registra un delgado rasgo cul-
El sondeo se localizó a 25 m del talud de la te- tural en el perfil expuesto de la barranca: lente de
rraza y registró abundante material en estratigrafía conchal (choritos y algunos mauchos) asociado a
hasta los 50 cm de profundidad. Entre los materia- material lítico en estratigrafía. Este punto se defi-
les líticos se registran un núcleo, lascas y desechos ne como sector A de PN17. Junto con muestras de
de bola. La fauna representada corresponde a gua- micromorfología y sedimentos -que están en pro-
naco, aves, roedores y cetáceo. Además se registra ceso de análisis - se toma una muestra del conchal,
un lente de conchal en que predominan los mau- que entregó una fecha de 2850 ± 60 años AP (Beta-
chos y choritos. Una muestra de conchas de Mytilus 240941).
edulis chilensis del nivel de 40-50 cm fue datado en
3850 ± 70 años AP (Beta-241363). Porvenir Norte 19
Este sitio se ubica sobre una terraza glaciola-
Porvenir Norte 26 custre a mayor altura que PN17, no obstante su
El yacimiento es una concentración de mate- datación fue de 710 ± 30 años AP (Ua-33945). Se
rial lítico (núcleo y lascas) y restos de cetáceo en realizó un pozo de sondeo, datándose un hueso de
un sector bastante alto (20 m s.n.m. y a 300 m del guanaco registrada entre 50-70 cm.
mar, aproximadamente) en una zona de hondona-
da entre morrenas y junto a una laguna estacional. Sitio Bahía Inútil 27
Aunque la visibilidad es nula y todos los materiales El sitio fue registrado en un proyecto anterior
se ubicaron sobre la cubierta herbácea, se estimó la (Massone et al. 2003; Massone y Morello 2007), se
distribución entre aproximadamente 100 x 20 m. La ubica en las cercanías de Bahía Inútil, a unos 500 m
presencia de al menos 3 fragmentos de un cetáceo del camino entre Porvenir y Onaisin, y a una distan-
grande nos motivó a testear sub-superficialmente cia similar de la costa, en una terraza alta (de proba-
1084
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio
ble origen glaciolacustre, terraza de primer orden ron 262 bloques, denominados consecutivamente
sensu De Muro et al. 1993) y rodeado de lagunas BIS 1 a 2626. En 139 de estos se evaluó el potencial
estacionales y sectores con dunas. Dada la ubica- estratigráfico, ya sea por pruebas de pala o a par-
ción y la presencia de un contexto de cazadores te- tir de los perfiles expuestos. En los restantes 122
rrestres con abundantes materiales faunísticos del se decidió no realizar evaluación estratigráfica, ya
litoral (conchal, pinnípedo, cetáceo y pingüino rey, sea por el tamaño de los bloques, la altura poco sig-
entre otros) pero bastante alejado de la costa, se nificativa de éstos, el bajo potencial estratigráfico
decidió re-visitar el sitio con el objeto de recolec- constatado en bloques muy adyacentes, la ausen-
tar una muestra para datar. Se realizan dos pozos cia de materiales arqueológicos en bloques colin-
de sondeo de 50 x 50 cm, con el fin de recolectar dantes, o un conjunto de estos factores.
conchas, por lo que se seleccionan los sectores más La mayoría de los bloques sin prospección sub-
densos del conchal. superficial presentan un tamaño mediano (75 blo-
El Pozo 1 no presentaba cubierta vegetal y, al ques), es decir en el rango de más de 2 m y menos
igual que el siguiente pozo, la matriz es arena me- de 6 m. El resto son de tamaño pequeño (n=39), 7
diana a gruesa color gris, muy suelta con gravas grandes y 1 muy grande.
dispersas. Sólo se registra material semienterrado En cuanto a los bloques evaluados estratigráfi-
en los primeros centímetros del sondeo. Esta capa camente la mayor parte presentó un buen poten-
se extiende hasta -30 cm de profundidad, aunque cial estratigráfico (n=64), es decir, con más de 50
sin asociación a materiales culturales. Entre los cm de depósito. Casi en igual proporción se encon-
materiales se observan abundantes choritos (al- traron los depósitos con potencial mediano (n=61,
gunos quemados), mauchos y caracoles, chitón y depósitos entre 30-50 cm profundidad).
fragmentos de erizo. Se observaron restos óseos
de guanaco, ave y roedor que presentan distintos Bloques con hallazgos arqueológicos
estadios de meteorización y blanqueamiento, inde- De la totalidad de bloques registrados el 12,9%
pendiente de si estaban enterrados o semi expues- (n=34) presentó registro arqueológico asociado.
tos (W>1 hasta 3-4). Los restos líticos (desechos) Además se desarrollaron 11 pozos de sondeos diri-
enterrados en los primeros centímetros del pozo y gidos a los bloques con mejor potencial estratigrá-
hasta -10 cm, también presentan estados de con- fico cultural y/o natural.
servación distintos, con piezas bastante patinadas. Por otro lado, podemos observar que los resul-
Estas pátinas y meteorización diferencial de pie- tados de hallazgos culturales se asocian tanto a blo-
zas enterradas indican lo complejo de los procesos ques grandes como medianos y en menor medida
postdepositacionales de erosión y re-enterramien- a muy grandes. En el caso de los bloques pequeños
to que han sufrido los materiales del yacimiento. no se hallaron materiales culturales asociados.
El Pozo 2 es muy similar en matriz y contex- En cuanto al tipo de depósito arqueológico,
to, distinguiéndose con el registro de un rasgo en cabe destacar la cantidad importante de depósito
un área acotada. Se trata de un reducido lente de arqueológico (n=15) que fueron detectados sólo a
arena de un color más oscuro, con fragmentos de partir de pruebas de pala, ya que a nivel superficial
carbón y una concentración de conchas quemadas no se hallaron evidencias. No obstante, hubo con-
(choritos y mauchos). Podría tratarse de los restos juntos arqueológicos que sólo presentaron eviden-
de un rasgo de combustión. Se recolectaron todos cia superficial (n=10), lo que fue constatado a partir
los restos de conchas. El rasgo se extiende entre los de pruebas de pala. Por último, también se hallaron
-10 y -26 cm de profundidad. Una muestra de con- bloques con depósitos tanto superficiales como es-
chas (Mytilus edulis chilensis) de este rasgo se dató tratigráficos (9). En síntesis, el 74% (n=24) de los si-
en 1600 ± 50 años AP (Beta-235774). tios de bloques erráticos presentaron depósitos es-
tratigráficos, lo que constituye un porcentaje muy
Bloques Erráticos (Río Torcido – Cameron) significativo. Con relación a esto la cobertura vege-
El reconocimiento geomorfológico de esta tal cumplió una función decisiva en la preservación
zona se basó en los antecedentes geomorfológicos de los depósitos, ya que los contextos presentan
entregados por Bentley et al. (2005). en general una buena cobertura vegetal principal-
mente conformada por praderas con arbustos y en
Prospección superficial e inventario menor medida praderas bajas o vegas. Asimismo,
La prospección guiada al sur de bahía Inútil per- la visibilidad en la mayoría de los casos fue nula a
mitió evaluar el comportamiento de los depósitos mediana.
estratigráficos asociados a un gran número de blo- Cabe destacar que los bloques con mejor po-
ques erráticos ubicados en las cercanías del camino tencial estratigráfico, tanto total (considerando
a Cameron y su potencial arqueológico. Se registra- depósito estéril hasta el techo del depósito glacial)
como cultural, se concentraron sobre la terraza ubicados sobre los sistemas morrénicos. La vege-
marina alta al noroeste del camino a Cameron. tación y la ausencia de erosión, permitió una buena
preservación de los depósitos estratigráficos.
Pozos de sondeo Se identificaron, igualmente, varias concen-
Consecutivamente a la etapa de registro y pros- traciones ubicadas a cielo abierto, entre bloques
pección sub-superficial, se realizaron pozos de son- erráticos, y sobre la terraza alta, los que presentan
deos de 50 x 50 cm dirigidos a los contextos con altas posibilidades de contar con buen potencial es-
mejor potencial. Así, se sondearon 11 bloques y se tratigráfico, a juzgar por observaciones en perfiles
dataron restos de guanaco asociados a restos líticos expuestos.
en BIS46 El Hediondo, obteniendo un resultado de Además, a nivel metodológico, fue necesaria la
1470 ± 35 años AP (SUERC-18279); y el sitio BIS63 evaluación estratigráfica por medio de pruebas de
Los Maderos, que arrojó una datación de 4345 ± 35 pala7 para la detección de sitios ya que muchos pre-
años AP (SUERC-18282). En ambos casos, los blo- sentaban visibilidad mala o nula por la vegetación.
ques se ubicaron sobre la terraza alta (barranca). Los bloques con registro arqueológico presen-
También se enviaron a fechar otras muestras de taron escasos materiales y baja diversidad. Por el
bloques erráticos asociadas a evidencias antrópi- contrario, los escasos contextos registrados a cielo
cas, como es el caso de BIS41 que dio un fechado abierto presentaron mayor variedad y abundancia
tardío de 935 ± 35 años AP (SUERC-18283 ) y otros de materiales y rasgos.
dos sitios al aire libre, ubicados en terrazas cercanas
a la costa y con perfiles expuestos sobre la barran- Sitio Marazzi 13, Bloque de la Obsidiana
ca: el sitio La Ballena 2 dio un resultado de 740 ± 35 En la pequeña cueva ubicada en el sector sur del
años AP (SUERC-18281) y el yacimiento Taca Taca Bloque de la Obsidiana, de donde se habían recogi-
Sur una fecha de 2970 ± 130 años AP (GX-33013). do en superficie lascas de obsidiana negra (Pampa
En general, la información recopilada muestra del Asador, Stern 2004) y una lasca de obsidiana
que los bloques ubicados al noroeste del camino a verde (Otway-Riesco), se realizan sondeos siste-
Cameron presentan mayor potencial estratigráfi- máticos hasta completar una trinchera de casi 2 x
co y cultural que los del interior, especialmente los 0,50 m de ancho (Figura 7). El objetivo de esta ex-
1086
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio
cavación era mejorar el conocimiento del contexto Cuadrícula C10: fragmento de lasca de obsidia-
de hallazgo de estos restos líticos y encontrar aso- na negra y otra de materia prima indeterminada.
ciado material para datar. Los hallazgos arqueoló- Escasos fragmentos de carbón. Se encuentra pozo
gicos se encuentran todos en los primeros 10 cm de de sondeo realizado en el año 2000.
excavación (Figuras 8 y 9). La cuadrícula B10 resul- Cuadrícula D10: fragmento de lasca de obsi-
tó estéril. diana negra y escasos fragmentos de carbón. En el
perfil Este se registra un delgado y pequeño lente
de sedimento carbonoso y bajo éste un lente algo
más extenso de ceniza (Figura 9). Se toman mues-
tras para fechar del lente carbonoso que arrojan
una edad radiocarbónica de 3930 ± 40 años AP
(Beta-243210).
Cuadrícula E10: se recolecta un fragmento de
lasca interna de roca indeterminada.
Se realizan dos sondeos exteriores, de 30 x 30
cm, ubicados en las cercanías de la pared este del
bloque, resultado estériles.
En fin, también se realizó un pozo de sondeo de
1 m2 en el sitio Marazzi 2 - Río Torcido (Calas y Lu-
cero 2009).
Tafonomía
Las observaciones tafonómicas realizadas en un
sector de bloques erráticos de la zona interior del
río Marazzi, indican escasas posibilidades de mez-
cla reciente. En algunos casos, como en el Bloque
de la Obsidiana, se registran restos de guanacos
muertos recientemente en superficie. No obstante,
se han reconocido condiciones de preservación ex-
cepcional para sitios en algunos bloques interiores.
La prospección superficial y sub-superficial de
los bloques erráticos ubicados entre río Torcido y
Cameron presenta una expectativa diferente de
depósitos estratigráficos profundos, lo que pre-
liminarmente podría relacionarse con aspectos
Figura 8. Sitio Marazzi 13, unidades excavadas en la
geomorfológicos locales y su cronología.
cueva.
Figura 9. Perfil Este de las unidades excavadas en Marazzi 13, incluyendo el rasgo datado (Lente Z) en 3930 años AP.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
1088
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio
AGRADECIMIENTOS
El presente estudio fue posible gracias al financiamiento de los Proyectos FONDECYT 1060020, e
Incentivo a la Cooperación Internacional 7070071 y 7060304. Además agradecemos al Centro de Estudios
del Cuaternario (CEQUA) por el financiamiento de algunos análisis y dataciones.
Igualmente, apreciamos la colaboración de los funcionarios de ENAP Magallanes de Cerro Sombrero,
a René Milicevic y familia, y Carmen Hevia.
A Manuel San Román y Jr. por su apoyo incondicional.
NOTAS
1
. La altura de la superficie superior de la barranca es de aproximadamente 4 m sobre la playa actual
y aproximadamente 5 m s.n.m.
2
. Las terrazas de segundo orden, en el mapa geomorfológico de De Muro et al. 1996 a corresponden
a formaciones entre alturas de 6 y 11 m s.n.m. de origen marino y/o lacustre.
3
. Se siguieron niveles artificiales de excavación, harneando con malla de 7 y 10 mm.
4
. Sondeo 1, 100 x 50 cm, niveles artificiales de 10 cm, harnero malla 7 mm.
5
. Esto debe considerarse con relación a la sucesión y características de los estratos del Sondeo 1 y de
los distintos puntos de muestreo del perfil expuesto de la barranca, y no necesariamente implica profun-
didades semejantes.
6
. Los bloques de dimensión mayor a 2 x 2 m fueron numerados y marcados en terreno con pintura
roja.
7
. En los bloques erráticos no fue posible probar el uso de los barrenos como muestra subsuperficial
pues no se pudo usar el equipo durante la campaña de terreno respectiva.
BIBLIOGRAFÍA
1090
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio
1092
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de
Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
Cristian Murray1, Mónica Grosso1, Dolores Elkin1-2, Fernando Coronato2-3, Horacio De Rosa4,
María A. Castro5, Ricardo Bastida1-2 y Nicolás Ciarlo1-4
A B S T R A C T
This paper deals with the “BG2” wrecksite, which is located in the intertidal coastal zone of
Puerto Madryn. An erosion process that affects the area is progressively exposing the remains.
It was decided to conduct an archaeological research in order to identify the chronological
and cultural context of the vessel and assess its historical and scientific relevance. The
methodology consisted mainly of the analysis of its constructive features and the identification
of wood species and metal components. The archaeological data obtained was then evaluated
in relation with the historical record gathered. The results indicate that it consisted of a mid size,
wooden sailing vessel that was built using relatively shoddy or unskilled workmanship. It was
probably built in the 19th century, so it would be the oldest wrecksite found up to the present
in the area. Wood removal evidence associated to historical data suggests that some ship
components could have been reutilized by the first Welsh settlers who arrived at this place in
1865. Preliminary results situate the “BG2” wrecksite as a maritime heritage of significant value.
ANTECEDENTES Y OBJETIVOS
Figura 2. Imágenes que ilustran el momento en que la marea comienza a cubrir los restos y cuando los mismos
quedan completamente bajo el agua.
Figura 3. Fotos tomadas con dos años de diferencia en las que se puede apreciar el descenso del nivel del sedimen-
to en varios sectores de la estructura.
emplazamiento en un ambiente intermareal, los ción de tamaño mediano construida entre los siglos
restos que afloran sobre la superficie son cubiertos XVIII y XIX (Elkin y Murray 2004, 2005). Es impor-
y descubiertos por el agua dos veces al día (Figura tante mencionar que en este sector de la costa ha-
2). Esta situación ha originado su deterioro progre- brían tenido lugar, durante el siglo XIX, actividades
sivo por la acción hidrodinámica y la exposición pe- de procesamiento de productos derivados de la
riódica a los agentes atmosféricos. A ello se suma caza de pinnípedos y cetáceos (Dumrauf 1991) y, en
una creciente erosión sedimentaria que está des- el año 1865, el desembarco de los primeros colonos
tapando gradualmente el sitio (Figura 3). Al mismo galeses que arribaron a la Patagonia (Jones 1993
tiempo, ha estado sujeto al huaqueo u otro tipo de [1898]; Jones 2000 [1926]). Asimismo, en diversas
alteración por parte de visitantes ocasionales que fuentes históricas se menciona la presencia de un
concurren a la zona balnearia todos los años. Esta antiguo naufragio en la zona (British Admiralty
situación motivó una urgente atención sobre el 1883; Ap Iwan 1889; Jones 1993 [1898]; Jones 2000
naufragio a fin de evaluar su significancia arqueo- [1926]). En función de lo anterior, en octubre de
lógica y, en base a ello, planificar futuras investiga- 2006 y febrero de 2007 se llevaron a cabo dos cam-
ciones y proponer medidas para su preservación. pañas de relevamiento y excavación en el sitio.
En enero de 2004 y septiembre de 2005 se rea- En este contexto, la investigación que se pre-
lizaron los primeros relevamientos de los restos senta a continuación tuvo como objetivo realizar
visibles, sobre la base de los cuales se estimó que una caracterización general del sitio y determinar
los mismos podrían corresponder a una embarca- su contexto cronológico-cultural.
1094
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
METODOLOGÍA
Desde un primer momento se consideró que las del sitio como una única unidad estratigráfica. Fi-
expectativas de hallazgo de artefactos asociados a nalizada la excavación las tres áreas fueron cubier-
la estructura serían bajas, debido a la reducida po- tas con el sedimento del lugar.
tencia del sedimento existente sobre la estructura
y a la dinámica costera característica del ambiente
intermareal. En función de ello y del objetivo plan-
teado se decidió focalizar la investigación en el
estudio de los restos estructurales del casco, a fin
de determinar el tipo de embarcación y sus dimen-
siones generales. Para ello se examinaron rasgos
diagnósticos, tales como el sistema de cuadernas,
tipo de ensamblajes, clavazón y sistema de recubri-
miento del forro.
Los trabajos estuvieron condicionados por la
periódica inmersión del sitio durante la marea alta.
Se decidió entonces trabajar únicamente durante
los períodos de marea baja, lo cual significó dispo-
ner de un lapso aproximado de 4 horas por día. Figura 4. Trinchera de excavación del sector medio de
Previamente a las tareas de excavación se rele- la estructura (T1).
varon los restos estructurales que se encontraban
expuestos sobre el nivel del sedimento a fin de Las estructuras y los escasos materiales descu-
obtener un plano del sitio. Asimismo, en un sector biertos en la excavación fueron relevados tridimen-
donde no se observaban maderos en superficie pero sionalmente y fotografiados in situ. Se confeccio-
presumiblemente se hallaba parte de la estructura nó un plano a escala 1:10 en donde se registraron
enterrada, se realizó una serie de sondeos de 20 x los siguientes datos: disposición de las cuadernas;
20 cm a intervalos de 1 m, siguiendo la proyección escuadría y longitud de cada tramo de cuaderna;
del contorno de los restos expuestos. ancho y espesor de tracas de forros interno y exter-
Posteriormente se seleccionaron tres áreas de no (traca: cada una de las filas de tablas del forro);
excavación de acuerdo con su potencial diagnósti- ubicación, tipo y diámetro de clavazón; tipo y di-
co: el sector medio y ambos extremos (SO y NE) de mensiones de encastres y rebajes; curvatura trans-
la estructura visible. En el caso del sector medio, se versal de las cuadernas; indicadores de maderos
esperaba obtener información sobre aspectos ta- ausentes; marcas de construcción; y evidencias de
les como la disposición de cuadernas, la construc- alteraciones antrópicas.
ción del forro interior, la sección transversal de la Los materiales extraídos del sitio durante las
embarcación y su manga máxima. Por su parte, el excavaciones fueron sometidos a un tratamiento
estudio de los extremos de la estructura permitiría de conservación preliminar. El mismo consistió en
identificar la proa y la popa de la nave. su limpieza mecánica e inmersión en agua dulce
En el sector medio y en el extremo SO se exca- para su desalinización. Se registraron además las
varon sendas trincheras transversales al eje princi- principales características de los mismos median-
pal de la estructura. Las dimensiones de la primera te mediciones, croquis y fotografías. También se
(T1) fueron de 1,80 m de ancho y 4,80 m de largo, tomaron muestras de materiales (principalmente
mientras que las de la segunda (T2), de 2,90 m de maderas y metales) para su identificación y carac-
ancho y 2,30 m de largo (Figuras 4 y 6). En el ex- terización a fin de obtener información adicional
tremo NE se excavó selectivamente en diferentes relativa a la adscripción temporal y cultural de la
sectores (S1 y S2) con el propósito de delimitar la embarcación.
extensión de la estructura en esa zona y registrar Al finalizar los trabajos, se procedió a imple-
sus rasgos diagnósticos, cubriendo una superficie mentar un sistema de protección física en el sitio
total de 6 m2. En las tres áreas mencionadas se ex- que permitiera contrarrestar en alguna medida la
cavó hasta dejar al descubierto el plano superior de acción erosiva del medio y protegerlo de las pertur-
la estructura, alcanzando un nivel de -47 cm en T1, baciones antrópicas. Con tal fin se colocaron sobre
-63 cm T2 y -23 cm en S1 y S2. El carácter unicom- los restos de madera expuestos alrededor de 400
ponente del sitio y sus condiciones de depositación bolsas de arpillera plástica (rafia de polipropileno)
llevaron a considerar a toda la excavación dentro conteniendo arena (Figura 5).
Paralelamente a los trabajos de campo se ana- esta etapa de la investigación, por un lado, a brin-
lizaron las fuentes históricas conocidas referidas a dar un contexto general relativo a la ocurrencia de
la presencia de un antiguo barco naufragado en la naufragios en el área, y por otro, a obtener infor-
zona, así como también registros de naufragios y mación que permitiera aproximarnos a la identifi-
documentos vinculados a la actividad marítima en cación cronológica-cultural del sito BG2.
la región de estudio. Dicho análisis se dirigió, en
RESULTADOS
1096
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
Cuadernas
La embarcación fue construida con un sistema
de cuadernas dobles. Este tipo de cuaderna está
compuesta de varios segmentos: una varenga (que
cruza sobre la quilla y se fija a la misma), un genol
a cada lado de la varenga y varias ligazones a con-
tinuación de los genoles. Dichos segmentos van
dispuestos en dos filas paralelas y están vinculados
entre sí con clavazón. En el caso del sitio BG2, las
Figura 7. Sector preservado de la embarcación (sobre
un dibujo de Paasch 1908). cuadernas poseen la particularidad de que entre
ambas filas se ha dejado un espacio de separación.
con el fondo) (Figura 7). El extremo noreste se en- En el sector de popa las cuadernas son del tipo revi-
cuentra fragmentado e incompleto, lo cual impide radas, es decir que forman un ángulo no perpendi-
determinar a qué parte de la embarcación corres- cular con respecto a la quilla, el cual se va cerrando
ponde. El extremo sudoeste, por su parte, fue iden- hacia la popa (Figura 8).
tificado preliminarmente como la popa en base a En el sector medio del barco se han preservado
la curvatura que presenta el casco en ese sector y a las siguientes partes de las cuadernas: los genoles
la disposición y forma de los maderos que lo com- y las 1º ligazones (completos), las 2º ligazones (la
ponen. En ese caso, la estructura que aquí descri- porción inferior) y las 3º ligazones (un fragmento
bimos correspondería a la banda de estribor de la del pie). Si bien las varengas están ausentes, la bue-
embarcación. na condición de la superficie interna del forro per-
Las descripciones de los elementos constituti- mite distinguir las marcas dejadas por el contacto
vos que se presentan a continuación están basadas entre ambas piezas, develando así la ubicación y el
en las observaciones y relevamientos realizados ancho que poseían (equivalente a 10 pulgadas del
durante la excavación de los sectores menciona- sistema imperial). Su dimensión de trazado habría
dos. Futuros relevamientos en otros sectores del sido igual a la de las piezas contiguas -los genoles-
Varenga (ausente) 25 25
Quercus robur L.
Genol 21 - 25,5 25
(n.v. roble europeo)
Quercus robur L.
1º ligazón 19,5 - 25,5 22 (cabeza), 25 (pie)
(n.v. roble europeo)
2º ligazón 22 - 23,5 22 (cabeza), 25 (pie)
3º ligazón 19,5 - 25,5 20 (pie)
Taco separador de Pinus caribaea Morelet
10
cuaderna (n.v. pino caribeño)
Forro exterior (tracas
Pinus caribaea Morelet
de aparadura y del 36 - 37 7 - 7,5
(n.v. pino caribeño)
fondo)
Pinus caribaea Morelet
Forro interior 32 - 34 6 - 7,5
(n.v. pino caribeño)
Pinus sylvestris L.
Recubrimiento externo 1,3
(n.v. pino escocés)
Robinia pseudoacacia L.
Cabilla 3 - 3,5
(n.v. falsa acacia)
Pinus caribaea Morelet
Cuña de cabilla (n.v. pino caribeño)
Tabla 1
para que el forro interno apoyase en una superficie ble o semi-varengas (varengas asimétricas).
pareja. En cada cuaderna las uniones de los extre- Una característica para destacar es que las li-
mos de varengas, genoles y ligazones están siem- gazones que presentan curvatura (las 1º y 2º liga-
pre desfasadas (Figura 9). zones) tienen sus extremos reducidos en sección.
La ubicación de los pies de las 1º ligazones rele- Mientras que el ancho se mantiene constante, la
vadas indica que las cabezas de varenga no estaban medida de trazado se reduce -en algunos casos
alineadas. Ello revela que las varengas eran de al- significativamente- y la pieza adopta una sección
guno de los siguientes dos tipos: de longitud varia- semicircular (Figura 10).
Figura 9. Plano de la trinchera T1 en donde se observa el sistema de cuadernas y los diferentes elementos que las
componen. Referencias: A. Ubicación de varenga (ausente), B. Genol, C. 1º ligazón, D. 2º ligazón, E. 3º ligazón, F.
Taco separador, G. Forro exterior, H. Forro interior.
1098
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
Figura 11. Uso de cabillas para conectar los diferentes elementos de las cuadernas. A. Cabilla de unión transversal,
B. Cabilla de unión longitudinal.
quilla es de entre 55 y 60 cm y el espacio libre entre fijadas a las cuadernas por medio de clavos metá-
cuadernas es de 17 cm en promedio. licos y de cabillas. Éstas atraviesan toda la sección
de las cuadernas y sirven también para fijar el fo-
Forro exterior rro interior. El patrón de clavado de las tablas, que
En el sector medio de la embarcación se han sólo pudo ser observado en los sectores donde las
identificado 11 tracas del forro exterior (Figura 9), cuadernas están ausentes, consiste en la mayoría
mientras que en proa y en popa su número dismi- de los casos en una cabilla y un clavo, o bien en dos
nuye debido a la menor preservación de los restos. cabillas, por cada ligazón de cuaderna. En el caso
La traca ubicada más al NO es la denominada tra- de los extremos de las tablas de aparadura, aque-
ca de aparadura, que originalmente iba dispuesta llos que pudieron ser observados están asegurados
contigua a la quilla. Su canto inferior está cortado a las cuadernas por medio de tres o cuatro clavos
en forma oblicua, presumiblemente para lograr un y ninguna cabilla. Por último, se ha observado que
adecuado encastre en el alefriz (canaleta tallada a en el extremo SO de la estructura las tablas iban
lo largo de la quilla para encastrar en ella el borde fijadas a la extensión vertical de la sobrequilla (pre-
de la traca de aparadura). Las tracas que siguen ha- sumiblemente el contracodaste) por medio de tres
cia el SE corresponden al fondo de la embarcación clavos y un perno.
y a la curva del pantoque. El espesor y ancho de to- Las cabillas fueron insertadas a través del forro
das estas tracas son en general uniformes, aunque y cuadernas en ángulos y direcciones variables. Las
en la curva del pantoque su ancho disminuye para mismas son cilíndricas y facetadas, y poseen una
adaptarse mejor a la curvatura del casco en ese sec- cuña de expansión al menos en uno de sus extremos
tor. (Figura 13). En algunos casos, las cabillas atraviesan
Las tablas de cada traca están unidas a tope y las cuadernas en forma tangencial o muy cerca de
Figura 13. Clavazón utilizada en la unión de forros y cuadernas: A. Cabilla de madera con cuña de expansión, B.
Clavo de latón (forro exterior), C. Perno de aleación de cobre no determinada (forro interior).
1100
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
su borde, lo que disminuye considerablemente su latón con el agregado de un bajo porcentaje de es-
efectividad (Figura 14). taño. Tienen cabeza redonda y un largo promedio
de 3,4 cm y están colocados en filas diagonales. En-
tre el recubrimiento mencionado y el forro se de-
tectó la presencia de un material similar al fieltro,
en el cual se ha determinado la presencia de fibras
de lana (ovino) junto con otro componente que aún
resta identificar.
Forro interior
En los sectores excavados se ha identificado un
máximo de cuatro tracas del forro interior, las cua-
les son de la misma madera que el forro exterior (Fi-
gura 9). Las tracas ubicadas en el sector medio del
barco han perdido parte de su espesor original por
encontrarse parcialmente quemadas (este tema se
Figura 14. Evidencia de clavazón colocada en forma retomará más adelante).
deficiente. Dichas tracas están fijadas a las cuadernas me-
En base a lo observado visualmente en los rele- diante cabillas (las mismas que fijan el forro exte-
vamientos, los clavos serían todos de material, for- rior a las cuadernas), clavazón de hierro y pernos de
ma y dimensiones análogas. El análisis metalográ- aleación de cobre. La distribución de los elementos
fico de uno de ellos reveló que está hecho de latón, de fijación parece ser bastante aleatoria, sin ha-
aleación mayoritariamente compuesta por cobre berse podido identificar un patrón específico. La
y zinc, que en este caso presenta una composición clavazón de hierro se ha corroído completamente
global aproximada de 70,5% de cobre, 27,5% de y ha desaparecido, quedando como evidencia sólo
zinc y 2% de estaño. La presencia de pequeñas can- las concreciones formadas a partir de sus cabezas
tidades de estaño en la aleación permitía mejorar la y las perforaciones en la madera teñidas por óxido.
resistencia a la corrosión de este tipo de material, el La forma y tamaño de las perforaciones indican
cual es susceptible al fenómeno de decincificación. que se trataba de clavos de sección rectangular.
El análisis de la microestructura reveló que fue he- Por su parte, los pernos de aleación de cobre son
cho por moldeo. Su sección es cuadrada, de 10 x 10 los menos numerosos entre los tres tipos de clava-
mm y posee punta en cuña (dos caras paralelas y zón. Son de sección circular y poseen una cabeza
dos caras convergentes) (Figura 13). Su cabeza tie- de entre 25 y 30 mm de diámetro remachada sobre
ne forma tronco-piramidal con base cuadrangular una arandela circular de 5 mm de espesor (Figura
de 16 x 16 mm. El largo total es de aproximada- 13). No fue posible determinar si estos pernos atra-
mente 15 cm. viesan el forro exterior o si sólo llegan hasta la cara
El casco, por su parte, presenta un recubrimien- externa de las cuadernas.
to externo formado por tablas delgadas clavadas
al forro (Figura 15). En este caso los clavos, al igual Perfil de la sección media
que los mencionados en el párrafo anterior, son de Los ángulos y curvaturas medidos en el sector
medio de la embarcación nos aportan información
sobre la forma del casco en ese sector (Figura 16).
La zona más próxima a la línea de crujía, aproxi-
madamente hasta la 5º traca del forro exterior,
es plana. A partir de la 6º traca el forro comienza
a curvarse hacia arriba y en la 9º traca adopta la
curvatura máxima, que corresponde a la curva del
pantoque. El perfil mencionado indica que el fondo
de la embarcación era bastante plano.
1102
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
DISCUSIÓN
1104
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
Figura 20. Esquema que muestra la obtención de una ligazón curva desde un tronco con escasa curvatura, con la
consecuente reducción de sección en sus extremos (adaptado de Adams 2003).
forro exterior, el forro interior, los tacos de separa- respecto. De tratarse de una nave de guerra hubie-
ción de las cuadernas y las cuñas de cabillas fueron ran sido esperables ciertas características: que el
construidos con madera de origen caribeño (pino forro del casco estuviera revestido con cobre (cf.
caribeño). Finalmente, para las cabillas de utilizó Staniforth 1985; Ronneberg 1980; Bingeman et al.
falsa acacia, una madera originaria del sureste de 2000; Jones 2004) y no con madera como el hallado;
Estados Unidos, pero que en el siglo XVIII se encon- la presencia de armamento o elementos asociados;
traba también en Europa. y una calidad constructiva superior a la observada.
La utilización de maderas europeas y ame- Respecto a este último punto, sin embargo, debe
ricanas en distintos elementos estructurales no tenerse en cuenta que existían excepciones, ya
permite por el momento establecer el lugar de que ciertas naves mercantes fueron construidas en
construcción. En base a la variedad de elementos base a altos estándares (como los clippers) o poste-
estructurales representados en las muestras ana- riormente fueron adaptadas a un uso bélico (como
lizadas (cuadernas, forro interior, forro exterior y algunas naves corsarias).
cabillas), en principio consideramos que el uso de Las evidencias antes mencionadas, sumadas a
diversas especies no responde a actividades de la forma plana del fondo del barco, sugieren que se
mantenimiento o reparación. Más bien, deberán trataría de una nave mercante o de pesca. La cons-
evaluarse cuestiones vinculadas al comercio o tras- trucción de esta clase de barcos durante el período
lado de madera entre ambos continentes, ya que considerado podía no seguir estándares tan rigu-
para la época considerada habría habido disponi- rosos como los de las naves de uso militar, por lo
bilidad de materias primas de distinta procedencia que el recubrimiento de madera y ciertos defectos
geográfica para la construcción de embarcaciones. constructivos como los observados podrían haber
El análisis futuro de un mayor número de muestras sido considerados aceptables.
de madera nos permitirá ajustar estas interpreta- Por el momento no hay datos que permitan de-
ciones. terminar el tipo de embarcación, ya que el mismo
estaba principalmente relacionado con la clase de
Consideraciones finales sobre la embarcación aparejo, y tal como se ha indicado, no se han halla-
Con respecto al sistema de propulsión, el casco do evidencias del mismo. Sin embargo, asumiendo
de madera, la forma afinada de la probable popa que era un barco a vela de navegación oceánica y
y la ausencia de elementos mecánicos (máquinas, en base a sus dimensiones generales, suponemos
motores o piezas de propulsión) sugieren que se que podía llevar dos o tres palos. En ese caso, po-
trataba de una nave propulsada a vela. dría haber sido uno de los típicos veleros mercan-
Si bien aún no contamos con información certe- tes que surcaron nuestras aguas durante el siglo
ra sobre el uso o función de la embarcación, existen XIX: las goletas, los bergantines y las bricbarcas,
ciertas evidencias que acotan las posibilidades al así como las diversas combinaciones que existían
1106
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
to que señala la presencia de un naufragio ubicado material tomada con anterioridad al inicio de la
en un sector de la costa que coincidiría con el actual presente investigación fue identificada como afín a
emplazamiento del BG2. Se trata de una carta náu- Pinus caribaea, es decir, la misma madera utilizada
tica levantada en 1876 por la expedición de la nave en varios de los elementos estructurales del BG2
inglesa HMS Volage (British Admiralty 1883). (Castro 2003). Revelamientos futuros permitirán
Hasta el momento, la única evidencia arqueoló- esclarecer si estos restos corresponden también a
gica de un naufragio para la zona considerada (Ba- un naufragio y, en ese caso, su posible vinculación
hía Galenses) es el sitio BG2. Sin embargo, es im- con el BG2.
portante mencionar la presencia de otros restos de
madera en sus proximidades. Una muestra de este
CONCLUSIONES
A continuación enumeramos las principales tes con el sistema imperial, lo que sugiere que la
conclusiones surgidas hasta la fecha a partir del construcción se realizó en una nación anglófona.
presente estudio: En base a las maderas empleadas, la nave habría
Muy probablemente la embarcación fue cons- sido de origen americano o europeo y, en cualquie-
truida durante el siglo XIX. En ese caso sus restos ra de estos casos, se utilizaron especies alóctonas.
constituirían el naufragio más antiguo hallado has- Un incendio parece haber sido la causa del nau-
ta el presente en la zona de Puerto Madryn. fragio.
Habría estado vinculada con el comercio o la ex- La estructura fue en parte reutilizada, lo cual
plotación de recursos marinos, actividad que tuvo podría estar relacionado con las actividades desa-
un amplio desarrollo en la región durante esa épo- rrolladas por los primeros colonos galeses a su lle-
ca. gada al Chubut en la segunda mitad del siglo XIX.
Se trataba de una embarcación de madera, Finalmente, consideramos que esta primera
seguramente propulsada a vela, con un desplaza- etapa de la investigación revela que el naufragio
miento de entre 300 y 500 toneladas. de Bahía Galenses constituye un sitio de especial
La secuencia de montaje de las cuadernas su- interés para el estudio de las embarcaciones del
giere que la construcción se realizó con una infraes- período de ocupación y explotación comercial de
tructura relativamente simple. la Patagonia. Su posible vínculo con la experiencia
Ciertas características defectuosas de la cons- galesa de poblamiento le otorga además un signifi-
trucción pudieron haber comprometido su integri- cado histórico particular.
dad o solidez estructural, afectando negativamen- Su emplazamiento lo convierte en un sitio vul-
te el desempeño y/o los costos de mantenimiento. nerable y por lo tanto su protección y conservación
La mayoría de sus dimensiones son consisten- son apremiantes.
AGRADECIMIENTOS
Las investigaciones en el sitio BG2 están siendo llevadas a cabo gracias al apoyo y colaboración de
numerosas instituciones y personas. Entre las primeras queremos mencionar a la Secretaría de Cultura
de la Nación, la Secretaría de Cultura de Chubut, la Municipalidad de Puerto Madryn, la Asociación Punta
Cuevas, el Centro de Estudios Históricos y Sociales de Puerto Madryn y la Prefectura Naval de Puerto
Madryn. Además queremos agradecer especialmente a la familia Coronato-Jones por su hospitalidad y
a todas las personas que de una u otra forma han colaborado: Guillermo Gutiérrez (PROAS-INAPL), Dra.
Marta Maier (FCEN-UBA), Dra. Julieta Gómez Otero (CENPAT-CONICET), Dr. Eduardo Moreno (CENPAT-
CONICET), Dra. Nilda Weiler (CENPAT-CONICET), Hugo Álvarez, “Vasquito” Mariezcurrena, Héctor Gar-
cía, Fernando Libonatti, Ignacio Bonín, Oscar Comes, René Lavigne, Horacio Flores, Beatriz Genchi, Ma-
bel Crescenzi, Héctor Folino, Encarnación Gásquez y Eduardo Sosa.
BIBLIOGRAFÍA
Adams, J. Stockholm Studies in Archaeology 24, Stockholm
2003 Ships, Innovation & Social Change; Aspects of Marine Archaeology Reports 3, Estocolmo.
carvel shipbuilding in northern Europe 1450 – 1850,
1108
Prospecciones en el interior de la estepa
fueguina
Jimena Oría1
A B S T R A C T
This paper shows the results of the archaeological survey that took place in inland Fuegian steppe. Its
main goal is to analyze the character of the archaeological record in relation to its location, by means
of a surveying design based on the identification of landforms and the different environments of
the area. Once the space was divided following this criterion, some percentages of the surface were
surveyed, following a stratified sampling. The environmental and cultural information was recorded.
The data related to the conservation of material and the operating processes on the sites (aeolian
erosion, cattle grazing, burrowers activity, etc.) was collected with the purpose of evaluating their
incidence on the visualization and preservation. We aim at establishing a relationship between the
special topographic-ecological features and the visibility; as well as working out whether any possible
difference in the density of the archaeological record of different environments is the result of the
environmental features, the differential preservation or the human choice in the use of the space.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo es una primera aproximación a un Los resultados permitirán a su vez complementar
sector de Tierra del Fuego escasamente estudiado, trabajos de prospección previos (Santiago, Bujales-
en el cual se busca establecer si existe relación en- ky y Salemme 2007) y disponer de puntos de com-
tre las particularidades topográfico-ecológicas y la paración a escala regional.
visibilidad arqueológica. Para este fin se prospec- A lo largo de las 4 campañas entre los meses de
taron en forma separada los distintos ambientes Noviembre de 2007 y Marzo de 2008 se recorrieron
(bordes de lagunas, cerros, valles de ríos y parches 22 unidades de prospección, con el objetivo de reu-
de bosque) y se registró el grado de visibilidad y la nir información que permita evaluar si las diferen-
densidad de hallazgos para cada caso. cias en densidad de hallazgos son producto de ca-
El área en cuestión es el interior de la estepa racterísticas propias del ambiente (visibilidad), de
fueguina, sin relación alguna con la costa actual ni preservación diferencial o de elecciones humanas
con ninguna línea de paleocosta (Bujalesky 1998). en el uso del espacio.
ÁREA DE ESTUDIO
El área en que se centraliza este estudio se en- El paisaje en ese sector de la isla corresponde a
cuentra en el norte de Tierra del Fuego, entre los la estepa fueguina (Cabrera 1976). Está compuesto
ríos Chico y Grande (Figura 1). El límite occidental por cerros y lomadas cubiertos por vegetación her-
está dado por la frontera Argentino – Chilena y para bácea y arbustiva. Los cerros de mayor altura pre-
establecer un límite oriental, se trazó arbitraria- sentan afloramientos de rocas sedimentarias del
mente una línea paralela a la costa actual pero a 25 Terciario cuya compactación es tal que no permite
km al oeste de la misma. que el viento las erosione por completo, formando
grandes planicies de roca desnuda y aleros. Otro
1 Lab. de Geología del Cuaternario, Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC – CONICET). B. Houssay
200, Ushuaia (9410). E-mail: [email protected]
Oría 1109
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
rasgo visible en el paisaje son numerosas lagunas que evidencian cauces que habrían sido mucho ma-
de tamaño variable (entre 1 y 14 km de períme- yores en el pasado. La principal causa de la forma-
tro); sus cuencas han sido erosionadas (cubetas de ción de este tipo de valles son los cambios climáti-
deflación) y presentan una característica duna en cos, que hacen que se modifique la descarga que
su costa este, producto de la acumulación eólica. formó el canal reduciéndolo en forma significativa
Dangavs (2005) las define como rasgos que corres- (Petts y Foster 1985). Algunos ejemplos de valles
ponden a climas áridos o semiáridos del pasado con ríos disminuidos son el resultado de la erosión
(morfología heredada) y que bajo condiciones cli- causada por fusión glaciar; posiblemente ésta sea
máticas más húmedas se transforman en ambien- la génesis de los casos en el área de estudio (Coro-
tes lénticos. nato y Ponce, comunicación personal).
Cinco valles que contienen ríos disminuidos Cerca de los ríos Moneta y Grande (hacia el sur
(Petts y Foster 1985) cruzan el área de oeste a este. del área) pueden encontrarse colinas cubiertas por
Se trata de ríos meandrosos de planicies amplias parches de bosque bajo.
ANTECEDENTES
En los últimos 30 años se produjo un gran avan- 2005; Borella 2004; Favier Dubois y Borrero 2005;
ce en el conocimiento de la arqueología del norte para una revisión actualizada ver Borrero y Barbe-
de la isla (Borrero y Barberena 2004). Tanto a escala rena 2004).
regional como de sitio, la mayor parte de los traba- A partir de 1997 se iniciaron prospecciones sis-
jos fueron desarrollados en la costa actual. Se desa- temáticas en el área de Bahía San Sebastián-Cabo
rrollaron estudios desde variados enfoques (Borre- Peñas (Salemme y Bujalesky 2000). La estrategia
ro 1985; Ratto 1991; Scheinsohn 1993/1994; Belardi de búsqueda priorizó la identificación de rasgos
y García 1994; Franco y García 1994; Horwitz 1995, geomorfológicos que dieran cuenta de la evolución
1997/1998; Favier Dubois 1996, 1998, 2001; Martín costera y paleoambiental y la relación de estos con
y Borella 1999; Guichón et al. 2001; Muñoz 2003, los emplazamientos arqueológicos. Como produc-
1110
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina
to de sucesivas prospecciones (Salemme y Buja- mer análisis del material se estableció la funcio-
lesky 2000; Santiago, Bujalesky y Salemme 2007), nalidad del sitio como locus de procesamiento de
fueron descubiertos concheros en estratigrafía en carcasas, dado la escasa cantidad de artefactos y el
distintas localidades (Salemme et al. 2007; Santia- MNI de guanaco relativamente alto (= 10). Esto fue
go, Oría y Salemme 2007). Otros trabajos incluye- interpretado como evidencia de ocupación intensa.
ron áreas más alejadas de la costa, en márgenes de Con posterioridad Muñoz (2003, 2005) profundiza
lagunas interiores resultantes del aislamiento pro- el análisis de la fauna de este sitio con el objetivo de
vocado por la formación de barreras de grava du- comparar sitios del interior con sitios costeros.
rante el Holoceno (Santiago y Oría 2007; Santiago, La importancia del sitio San Julio 2 radica en que
Bujalesky y Salemme 2007). es un sitio estratificado y que se encuentra en el in-
En el sector chileno de la isla, las localidades terior, definiendo interior como “lejos de la costa y
trabajadas incluyen tanto la costa como ambientes de las llanuras aluviales llenas de vegas/lagunas/y
del interior de la estepa (Massone 1984, 1987, 1997, pastos ricos” (Horwitz et al. 1993-94: 397). Según
2004; Jackson 1987; Massone et al. 1993; Ocampo y los autores citados, los ocupantes de este sitio “no
Rivas 1996; Massone et al. 1998; Morello 2000). habrían tenido oportunidad de suplantar su dieta ni
En el área de estudio propiamente dicha sólo se con recursos alimenticios costeros ni con plantas
ha trabajado en los sitios San Julio 1 (Saxon 1976) recolectadas en el bosque” (ibid: 397).
y San Julio 2 (Horwitz et al. 1993-94), emplazados Luego de analizar los antecedentes se hace evi-
ambos en un mismo alero cercano al casco de la es- dente que esta vasta área cuenta con muy escasa
tancia homónima. Más allá de la excavación de es- investigación en relación a sectores vecinos; carece
tos sitios -y el análisis de sus materiales- no se han de prospecciones sistemáticas y únicamente se de-
efectuado prospecciones de ningún tipo en el área. tectó y excavó un sitio. El enfoque distribucional,
Los sitios San Julio 1 y 2 fueron ubicados cro- desde el cual nos proponemos encarar el estudio
nológicamente de acuerdo a su contexto artefac- del interior de la estepa fueguina, parte de enten-
tual. El vidrio fue la materia prima más frecuente der al registro arqueológico como una distribución
en ambas excavaciones, lo que sitúa a la ocupación espacial continua de materiales con picos de alta
con posterioridad al siglo XVI, cuando comienza a densidad -sitios- (Thomas 1975; Borrero et al. 1992;
entrar material europeo en la isla, vía naufragios. Belardi 1992). En tal sentido, el presente trabajo
La fauna está representada en ambos sitios única- busca la integración de la información distribu-
mente por especies nativas, lo que sugiere que el cional del registro arqueológico, incluyendo tanto
alero fue utilizado antes del establecimiento de los sitios como no sitios, para lograr una mejor com-
ganaderos (1902) por la ausencia de huesos de ove- prensión de la dinámica propia de este sector de la
ja en el registro (Horwitz et al. 1993-94). isla.
Luego de la excavación de San Julio 2 y del pri-
METODOLOGÍA
Se prospectó sistemáticamente el área con el ción” y “sitio” que fueron empleadas como las uni-
fin de generar datos sobre los cuales poder basar dades de registro de los mismos. Estas categorías,
un estudio distribucional del sector. Para el diseño de acuerdo a como fueron consideradas en este tra-
de prospección se utilizó un criterio que combina bajo, siguen las definidas por Borrero et al. (1992):
rasgos geomorfológicos y ambientales. Una vez Hallazgo aislado: artefacto rodeado por un cír-
dividida el área bajo este criterio, se recorrieron culo de 20 metros de diámetro sin otros hallazgos.
determinados porcentajes de superficie en cada Concentración: conjunto de 2 a 24 artefactos
subdivisión, siguiendo un muestreo estratificado dentro de un círculo de 20 metros de diámetro.
(Mueller 1975). Para conformar dicho diseño se uti- Sitio: conjunto de 24 o más artefactos dentro
lizaron cartas topográficas (1:50.000) e imágenes de un círculo de 20 metros de diámetro (o más, ya
satelitales. que hay sitios encontrados en el área cuya exten-
Los nombres con que se denominó cada área sión supera esta superficie).
de prospección responden a las cartas topográficas Todos los casos fueron posicionados con GPS y
respectivas. En los casos en que no figuraba nombre se registró la información ambiental y cultural per-
alguno en las cartas para algún rasgo particular del tinente. Además, fueron consignados datos rela-
paisaje, se respetó la toponimia de las estancias. cionados a la conservación de los materiales y a los
Los materiales arqueológicos fueron agrupados procesos actuantes sobre los sitios (erosión eólica,
en las categorías “hallazgo aislado”, “concentra- pisoteo, actividad de animales cavadores, etc.) con
Oría 1111
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
el fin de evaluar su incidencia sobre la visibilidad y ramos buena visibilidad arqueológica cuando las
preservación de los mismos. características del suelo y la vegetación permiten
Los hallazgos aislados y muchas de las con- observar la distribución de artefactos; para eva-
centraciones fueron colectados luego de su geo- luarla en términos cuantitativos se estimaron las
referenciación. En algunos casos se decidió no superficies libres de vegetación. De este modo es
recolectar las concentraciones dado que existía la posible analizar si existe una relación entre super-
posibilidad de encontrar material en estratigrafía. ficie libre de vegetación y frecuencia de hallazgos
En estas campañas sólo contábamos con un GPS arqueológicos.
que nos permitía tomar un punto central y recoger
el material estimando el diámetro de la concentra- División analítica del área
ción. En los casos en los que aún puede haber ma- El área total de reconocimiento resultante
terial en estratigrafía se utilizará en futuras campa- (aproximadamente 990 km2) fue dividida en estra-
ñas la Estación Total para obtener una distribución tos, o unidades de prospección. Como se expresó
más exacta del material en superficie y de ese modo con anterioridad, el criterio geomorfológico-am-
poder relacionarlo con el que potencialmente recu- biental primó en esta división, dado que el fin era
peremos en una excavación. Los sitios fueron de- evaluar la visibilidad arqueológica en cada ambien-
limitados también con GPS y fotografiados, pero te. En algunos de estos estratos del muestreo se
en ningún caso se levantó material, preservándolos pudo recorrer la totalidad del área, pero en otros
para posteriores trabajos con mayor detalle. casos (los valles de ríos y algunos cerros) la cubierta
Los materiales obtenidos en el campo fueron vegetal era tan densa y continua que no justificaba
analizados en el laboratorio, determinando sus el esfuerzo de recorrer a pie grandes distancias.
características tecno-morfológicas generales y
la materia prima lítica empleada. La información El concepto unidad de prospección
proveniente de la descripción de cada material Elegimos este concepto para nombrar las dis-
-sea lítico u óseo- y su procedencia, volcada en una tintas subdivisiones siguiendo las consideraciones
base de datos, se utilizó en principio para analizar de Stein (1993) sobre la escala en arqueología y
la distribución del registro arqueológico en el área geociencias. Para esta autora la escala debe con-
y la visibilidad que ofrece cada ambiente. Conside- siderarse dos veces durante la investigación: en la
Figura 2. Referencias (lag.: laguna): 1: lag. Hortensia; 2: lag. Amalia; 3: lag. Carmen; 4: lag. Arturo; 5: lag. Del
Carbón; 6: lag. Las Tres Marías; 7: lag. Aasher; 8: lag. Del 15; 9: lag. Del 16; 10: lag. Del 3; 11: río Chico; 12: río Avilés;
13: río Moneta; 14: río Herminita; 15: río Grande; 16: Cº Cañón; 17: Cº alrededor del casco de la Ea. San Julio, y lag
asociadas a dichos cerros; 18: Cº Rocas Caídas; 19: Cº Mesa; 20: cordón al norte del río Avilés; 21: Cº Schosquel; 22:
Bosque en el puesto 21
1112
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina
descripción y en la interpretación. En la instancia área total de los grupos humanos que poblaron este
de descripción -de toma, observación y medida de sector haciendo uso del paisaje en modo integral (y
los datos- las escalas pueden superponerse entre subdividiéndolo a su vez, según sus propias prácti-
disciplinas (arqueología y geociencias); en el mo- cas y cosmogonías). Por lo tanto, consideramos las
mento de la interpretación cada una hará su propio subdivisiones empleadas simplemente como uni-
recorte. dades de prospección, utilizadas únicamente para
En este trabajo las subdivisiones que se hicieron describir la distribución del registro arqueológico.
para encarar la prospección del área total siguen
criterios propios de las geociencias. Estas unida- Las distintas unidades de prospección
des son de utilidad a fines de evaluar preservación El área total fue dividida en 22 estratos que re-
y visibilidad diferencial en distintos ambientes, presentan las principales geoformas que componen
pero somos perfectamente concientes que en una el paisaje. Las mismas pueden verse en la figura 2.
instancia interpretativa no es concebible dividir el
LAS PROSPECCIONES
Oría 1113
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
abriendo caminos que serán focos para la erosión el material se encuentra asociado a las costas más
eólica (Santiago y Oría 2007). Generalmente bus- altas y con acantilados y/o voladeros. Las costas
can para pastar y para acercarse al agua las costas bajas están muy vegetadas.
de pendiente más suave y vegetadas. Los acanti-
lados son visitados en ocasión de protegerse del Valles de ríos
viento. Los 5 ríos que cruzan el área de trabajo pertene-
Al recorrer las lagunas es posible establecer qué cen a la categoría de ríos disminuidos mencionada
porcentaje de sus perímetros está libre de vegeta- anteriormente. Son todos ríos meandrosos que co-
ción (Figura 4) ya sea por la presencia de un gran rren por valles muy amplios con altas terrazas.
acantilado o por el efecto de la combinación vien- Los valles fueron subdivididos en dos sectores
to-pisoteo ovino-más viento mencionado. principales: fondo de valle o planicie de inundación
El perímetro de cada laguna fue recorrido a actual y terrazas. Los ríos del área anualmente so-
pie a excepción de la margen sur de Hortensia y la brepasan sus cauces, por lo tanto en los fondos de
margen oeste de la laguna asociada a Hortensia, valle el sedimento es retrabajado con cada inunda-
de Aasher, de Arturo y de la laguna más occidental ción; allí la preservación del registro arqueológico
de las Tres Marías. En todas las localidades se en- es pobre o inexistente. Además, las planicies de
contró material en superficie y en todos los casos inundación están totalmente cubiertas por densa
vegetación, resultando en situaciones de visibili-
dad nula. En términos arqueológicos ofrecen ma-
yor potencial las terrazas debido a las posibilidades
de preservación y a que son las zonas más expues-
tas a la erosión. Es por ello que se tomó la decisión
de prospectar preferentemente las terrazas.
Se recorrió un tramo de cada valle en ambas
márgenes del río (a excepción de la margen norte
del río Chico y la margen sur del río Grande que no
se incluyen dentro del área en estudio), evaluando
visibilidad diferencial entre terraza y planicie de
Figura 4. Porcentaje de visibilidad para las localidades inundación (Figura 5).
de laguna.
1114
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina
Cerros
Los cerros de mayor altitud que se pudieron ais-
lar y tratar como unidad de prospección son seis,
pero cada uno tiene características particulares.
Esta es la geoforma que resulta más difícil aunar en
una descripción. En rasgos generales se pueden di-
vidir en dos grupos: los que presentan afloramien-
tos terciarios (cerros alrededor del casco de la Ea.
San Julio y el cerro Rocas Caídas) y los que no (ce-
rros Cañón, Mesa, Schosquel y las elevaciones en el
Figura 5. Porcentaje de visibilidad para los valles.
cordón al norte del río Avilés).
El primer grupo está compuesto por cerros que
Sólo en unos de ellos (río Chico) se encontraron tienen en sus cimas afloramientos del Terciario que
altas frecuencias de material sobre la terraza sur. forman aleros. En uno de estos aleros se encuen-
De los cuatro ríos restantes, en dos de ellos (Mone- tran emplazados los sitios San Julio 1 y 2 (Saxon
ta y Herminita) se encontraron hallazgos aislados 1976; Horwitz et al. 1993-94). En estas localidades
(3 y 1 respectivamente), pero las terrazas estaban se incluyeron las lagunas asociadas a dichos cerros,
muy vegetadas para permitir la visualización del que se forman en los bajos junto a éstos. Estos ce-
sedimento que podría contener más material. Tan- rros también están cubiertos por coironal; sólo hay
to en el río Grande como el Avilés no se registró exposición del sedimento en la parte baja y en al-
ningún hallazgo. En el río Grande hay niveles de gunas laderas donde las ovejas buscan refugio del
terrazas altos y el ambiente debió ser propicio para viento. Estos voladeros van creciendo debido a la
el asentamiento humano, pero hoy la vegetación intensidad del viento y a la gran pendiente.
cubre casi en su totalidad el suelo, impidiendo en- El cerro Rocas Caídas, presenta una ladera norte
contrar cualquier vestigio en caso de que lo hubiera extensa de más de 1 km (el cerro tiene orientación
(Figura 6). este-oeste) muy vegetada, protegida del viento y
El río Avilés, en el sector prospectado, no cuen- con grandes bloques que se han desprendido de la
ta con niveles de terraza distinguibles. Se recorrió cima y caen por dicha ladera. Al pie de la misma du-
y registró la planicie de inundación actual tapizada rante muchos años se mantuvo en funcionamiento
en su totalidad por pastos verdes. un cuadro de cultivo para pastura. Este lugar fue
Oría 1115
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
visitado frecuentemente por gente del lugar luego Las laderas de los cerros presentan demasiada
de que se pasara el arado, para “buscar puntas de pendiente. La mayor parte está cubierta por vege-
flecha” (Sr. Clemens, Ea. El Salvador, comunicación tación y en algunos sectores se forman voladeros,
personal). producto de la erosión iniciada por los caminos de
Dentro del grupo de cerros sin afloramientos ovejas (Figura 8), el viento y la pendiente misma.
rocosos se encuentra el cerro Cañón que, con 331 m En la parte baja de la ladera en algunos casos
s.n.m., es el punto más alto del área y donde nace (algunos de los cerros ubicados alrededor del cas-
un arroyo de importante caudal, Guanacos, afluen- co de San Julio y en el cerro Schosquel) se forman
te del río Moneta. El cerro Mesa, formado por dos grandes voladeros originados por el pisoteo del
elevaciones planas unidas por una hondonada en ganado. Allí aparece material arqueológico aunque
la que se encuentra una pequeña lagunita (junto no sabemos aún su procedencia, podría estar en
a la cual se encontraron 2 artefactos); este cerro posición relativamente original o haber caído de la
es visible desde muchos puntos y desde grandes parte alta del cerro.
distancias, reconocible por su forma característica Los sectores adyacentes a los cerros tienen par-
-que le da nombre- y por estar relativamente aisla- ticular importancia. Si bien se encuentran muy ve-
do del resto. Al norte del río Avilés hay un cordón getados en algunas partes se forman voladeros, en
de cerros con una longitud aproximada de 10 km, los cuales se recuperó material en forma de hallaz-
orientado de sudoeste a noreste; funciona como go aislado y también como concentraciones.
divisoria de agua entre los ríos Avilés y Chico, al- En los cerros hay un agente más actuando sobre
canzando aproximadamente los 250 m s.n.m. en el el registro: la gravedad. La mayor densidad de ha-
sector más alto. Todos estos cerros están cubiertos llazgos se da en un sector donde es difícil saber la
por vegetación de coironal y en algunos sectores procedencia del material debido a la pendiente. De
más protegidos crece incluso vegetación arbustiva; todos modos, pese a la visibilidad reducida (en re-
la visibilidad en este cerro es nula. lación a otros rasgos como por ejemplo las lagunas
El cerro Schosquel si bien en su mayor parte que todas presentan alguna costa sin vegetación)
está cubierto por coirón, en la ladera norte se han puede decirse que en 4 de los 6 cerros mayores del
formado grandes voladeros, producto de la cons- área de estudio pudo encontrarse material en su-
tante presencia de ovejas en la misma, que la usan perficie.
como refugio del viento.
Los cerros que ofrecían visibilidad nula (cerros Parches de bosque
Mesa, Cañón y el cordón al norte del río Avilés) sólo Como ya fue expresado, si bien no se trata de
se recorrieron por partes para evaluar justamente una geoforma como en los casos anteriores, el
la visibilidad y las chances de encontrar algún vola- bosque del Puesto 21 es un pequeño parche que se
dero (Figura 7). El resto de los cerros se recorrieron tuvo en cuenta y fue visitado sólo con el fin de eva-
de modo sistemático dividiéndolos en tres partes: luar visibilidad en un ambiente distinto en cuanto a
cima (con o sin afloramientos de Terciario), ladera y su vegetación. Es una loma cubierta por un bosque
pie o bajos del cerro. bajo de ñire que parece más denso por la presencia
En las cimas de los cerros con afloramiento ter- de arbustos de mata negra y calafate que al estar
ciario sólo se encuentra la roca denudada; en algu- protegidos del viento crecen hasta alcanzar alturas
nos casos esta roca forma aleros. Se tomó un punto de más de 1 metro. La visibilidad arqueológica en el
GPS en los aleros que tenían sedimento, conside- bosque es nula; a pesar de ello, es difícil imaginar
rándolos como “sitios potenciales” que a futuro se- que este ambiente no haya sido visitado por los ca-
rán sondeados. En el cerro Rocas Caídas se realizó zadores previamente a la instalación de la estancia
un pequeño sondeo en uno de estos aleros arrojan- y del puesto que se ubica allí. En este lugar no sólo
do resultados negativos. hay disponibilidad de madera, además hay un río
(Herminita) y una laguna (Aasher) cerca (2,5 y 2,4
km respectivamente). A poca distancia, en las már-
genes del río y la costa de la laguna, está aflorando
el estrato con rodados usados en todo el área como
fuente de materia prima, de modo que es posible
que esos sean los locus de abastecimiento y de
talla. La ausencia de rocas aptas para la talla o de
lugares para tallarla harían más difícil los hallazgos
dentro del bosque.
1116
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina
RESULTADOS
Dada la intensidad de los procesos actuantes En la tabla 2 se muestran los resultados en fre-
(acción eólica, deflación, intemperización, pisoteo, cuencias absolutas de hallazgos aislados, concen-
crioturbación, etc.), es difícil encontrar materiales traciones y sitios registrados.
líticos de tamaño pequeño y restos óseos. Los hue-
sos que aparecen en superficie son en su mayoría Hallazgos aislados
recientes o en tal grado de meteorización que es di- Se georreferenció un total de 200 ítems líticos
fícil determinar algún indicio de actividad humana en las distintas localidades. En la tabla 3 se mues-
sobre los mismos. tran los resultados de los análisis preliminares de
El material lítico recuperado es de variada ma- estos materiales.
teria prima (riolita, calcedonia, basalto, cuarzo), Pudo observarse una concordancia entre por-
pero siempre de origen local. Como pudo consta- centaje de superficie libre de vegetación y la fre-
tarse en áreas adyacentes (Santiago, Bujalesky y cuencia de hallazgos aislados (figuras 9 y 10). Es
Salemme 2007), se utilizaron gravas provenientes decir, allí donde la cobertura vegetal no está obsta-
de depósitos glacifluviales de distribución amplia y culizando la visibilidad es más frecuente el hallazgo
homogénea en el paisaje. de materiales.
Figura 9. Frecuencia de hallazgos aislados para cada Figura 10. Frecuencia de hallazgos aislados en cerros y
laguna en relación al porcentaje de visibilidad. valles en relación al porcentaje de visibilidad.
Oría 1117
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Hallazgos
Área de prospección Concentración Sitios
aislados
Laguna Hortensia (*) 6 3 0
Laguna Amalia (*) 19 2 4
Laguna Carmen 5 0 0
Laguna Arturo (*) 11 1 1
Laguna del Carbón (*) 26 0 1
Lagunas Tres Marías (*) 27 2 (e) 1 (c) 9(w) 1 (c)
Laguna Aasher 3 0 0
Laguna del cuadro 15 3 0 0
Laguna del cuadro 16 9 0 0
Lagunas del cuadro 3 14 0 0
Río Chico 15 3 4
Río Avilés 0 0 0
Río Moneta 3 0 0
Río Herminita 1 0 0
Río Grande 0 0 0
Cº Cañón 0 0 0
Cº alrededor del casco de SJ 35 2 0
Cº Rocas Caídas 14 0 0
Cº Mesa 2 0 0
Cº en cordón entre Avilés y Chico 0 0 0
Cº Schosquel 7 0 0
Bosque en el puesto 21 0 0 0
Tabla 3. Hallazgos aislados; tipos artefactuales por materia prima. (Indet.: indeterminado; Calced.: calcedonia;
Horbl.: horblendita)
1118
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina
Elemento óseo N
Molares 1
Vértebra 1
Costilla 1
Sacro 1
Escápula 1
Húmero 2
Radiocúbito 3
Fémur 2
Tibia 2
Metapodio 2
Astrágalo 1
Calcáneo 2 Figura 12. Ubicación de concentración en laguna
Arturo.
Falange 3
Hueso Largo 3 En la localidad Tres Marías se registraron 3 con-
Fragmento indeterminado 3 centraciones, 2 en la laguna del este y 1 en la laguna
Tabla 4. Laguna Amalia, concentración 1
del centro (Figura 13). Sólo se levantó y se analizó el
Oría 1119
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Tipo de
artefacto
Calcedonia Riolita Total Por último, en relación a los cerros que rodean
el casco de la estancia San Julio fueron registradas
11 11
Lasca 0
y recuperadas 2 concentraciones (Figura 14), nom-
Núcleo 1 5 6 bradas San Julio 3 y San Julio 4.
Total 12 5 17
1120
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina
12) y varios fragmentos de huesos de guanaco con de más de 24 artefactos en un espacio reducido
alto grado de meteorización. Algunos huesos esta- decidimos asignarlo a la categoría sitio (Borrero et
ban parcialmente enterrados. al. 1992). En próximas campañas será evaluada la
potencial procedencia de estos materiales.
Tipo de La localidad Tres Marías es sin duda el caso más
Calcedonia Riolita Total
artefacto destacable. Uno de los sitios registrados se encuen-
Desecho tra en un sector deflacionado del vértice sudeste de
1 2 3
Indet. la laguna central (Figura 15d). La laguna más occi-
Lasca 1 9 10 dental presenta una gran duna en su borde sur, en
Punta 1 0 1
cuyo acantilado puede verse material arqueológico
en superficie, pero la característica más llamativa
Total 3 11 14
es la formación de numerosas hoyadas de deflación
Tabla 12. San Julio 4, concentración (líticos) (indet.:
en el borde este (Figura 3). En todas las hoyadas
indeterminado).
visitadas pudieron registrarse altas frecuencias de
material arqueológico. Cada hoyada fue registra-
Sitios
da como un sitio, proyectándose a futuro plantear
Únicamente en 5 de las 22 localidades pudieron
sondeos en los remanentes que quedan entre las
registrarse sitios arqueológicos. Todos fueron geo-
mismas para comprender mejor la distribución del
referenciados, delimitados y fotografiados. Uno de
registro en esta localidad.
ellos es el caso antes mencionado en la terraza sur
El hallazgo tanto de concentraciones como de
del río Chico, donde se registraron 4 sitios. El resto
sitios se relacionó, como se hiciera con los materia-
de las localidades en las que se encontraron sitios
les aislados, con el porcentaje de superficie libre de
se trata de lagunas (Figura 15).
vegetación (Figuras 16 y 17).
Figura 15. Ubicación aproximada de los sitios en relación a las costas de las lagunas.
Oría 1121
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
CONSIDERACIONES FINALES
En esta primera aproximación ha sido posible actuando sobre el registro: la gravedad. Es eviden-
cumplir con el objetivo de analizar el grado de vi- te que fue un rasgo del paisaje visitado, pero es di-
sibilidad en las distintas unidades de prospección. fícil interpretar un registro cuya preservación se ve
Las lagunas tienen buena visibilidad en relación afectada por la acción de estos agentes.
a otro ambiente, en todas ellas algún sector de la Dado que los sitios fueron sólo posicionados
costa está despejado de vegetación. Como se des- con GPS (no contamos con datos referidos a los ar-
prende de los gráficos, las frecuencias de hallazgos tefactos que los componen) y que sólo algunas con-
aislados se ajustan bastante a lo esperable según la centraciones fueron colectadas y analizadas, no es
visibilidad ambiental, pero no ocurre lo mismo con posible usar estas dos categorías para estimar la
las frecuencias de concentraciones y sitios. Dado densidad de hallazgos. Como hemos visto, los ha-
que en las lagunas se concentra la mayor frecuen- llazgos aislados se distribuyen casi homogénea-
cia de restos (hallazgos aislados, concentraciones o mente en todos los ambientes recorridos y guardan
sitios), podemos considerarlas como espacio visita- mayor relación entre frecuencia de hallazgos y vi-
do con frecuencia por cazadores del pasado. sibilidad. Al sumarse las superficies recorridas y las
Los valles de los ríos, por el contrario, carecen frecuencias de hallazgos aislados por tipo de am-
de buena visibilidad; las planicies de inundación de biente, la densidad de artefactos alcanza un 0,0004
los mismos se anegan periódicamente perturban- en lagunas, un 0,0003 en valles de ríos y un 0,0008
do el registro y manteniéndose permanentemente en cerros. El resultado es muy preliminar, porque si
vegetadas en los momentos en que no están cu- bien los bordes de las lagunas no presentan el va-
biertas por agua. Únicamente las terrazas presen- lor más alto en densidad de hallazgos aislados, es
tarían mayores posibilidades de hallazgo, pero la allí donde se registran la mayor cantidad de sitios y
mayoría de ellas permanecen vegetadas también. concentraciones.
Sin embargo, es posible observar que también en Si bien “la densidad de hallazgos es un reflejo
este caso las frecuencias de hallazgos aislados se del carácter y la frecuencia de la utilización del es-
asocian más al perfil de visibilidad que en el caso de pacio” (Belardi 1992: 52), por lo antes expuesto es
las concentraciones y sitios. difícil establecer en esta primera aproximación si
Estos ríos tienen niveles de terrazas altos y el la diferencia en densidad de hallazgos es reflejo de
ambiente debió ser propicio para el asentamiento decisiones humanas en el uso del paisaje.
humano. Pero hoy la vegetación cubre casi en su A instancias descriptivas como ésta, se puede
totalidad el suelo, impidiendo ver cualquier vesti- decir que las prospecciones en el ambiente boscoso
gio. fueron estériles, pero consideramos que es un am-
En los cerros de mayor altitud se observa la biente que tiene particular importancia. Para inter-
misma diferencia entre visibilidad y frecuencia de pretar el registro en términos de población humana
hallazgos para hallazgos aislados, concentraciones la escala debe cambiar y deben tomarse en cuenta
y sitios. La visibilidad en líneas generales es baja factores como rangos de movilidad cazador/reco-
debido a la vegetación y a la velocidad con que el lector, disponibilidad y variabilidad de recursos.
viento expone la roca terciaria, pero además es di- Los resultados obtenidos y aquí presentados
fícil confiar en la integridad del registro. Sumado al forman parte de un primer acercamiento al área,
viento y al pisoteo de las ovejas, hay otro agente arrojando nuevos datos para empezar a conocerla.
1122
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina
Cada ambiente en particular pudo ser discriminado Aún no contamos con suficientes datos para
y analizado en términos de visibilidad ambiental hablar de preferencias en el uso del espacio. No
y arqueológica. En base a ello, puede verse que si obstante, podemos ver que la visibilidad no es la
bien los hallazgos aislados tienen cierta correlación causa única de las diferencias en la distribución del
con el grado de visibilidad, no ocurre lo mismo con registro. Éste será un camino para empezar a inte-
las concentraciones y los sitios. Hay localidades con rrogar y tratar de entender el registro arqueológico
alta visibilidad donde no se registraron sitios. del interior de la estepa fueguina.
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a Mónica Salemme, Trish Fanning, John Pickhhard, Fernando Santiago, Martín Váz-
quez, Rocío Blanco, Maite Oría y Marilen Fernández por su colaboración en el trabajo de campo. También
a los Sres. Alberto Paz y Matías Bitsch (Ea. San Julio), Thomas Clemens (Ea. El Salvador) y Patricio Suárez
(Ea. María Behety) por permitirme recorrer las estancias. Y especialmente a Marina Cotigiani (Ea. San
Julio) y Martín Occhionero (Ea. San Julio) por todo el apoyo y la calidez recibida. A Mónica Salemme,
Marcelo Zárate, Andrea Coronato y Federico Ponce por su orientación y sus recomendaciones. La autora
es la única responsable de lo aquí expresado. Este trabajo ha sido en parte financiado por el PICT 2005
38096.
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Prospecciones en el interior de la estepa fueguina
Oría 1125
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
1126
Instrumentos de molienda y uso del espacio
en la costa norte de la provincia de Río Negro:
una primera aproximación
Mariano Orlando1
A B S T R A C T
Within the coast of Rio Negro (Argentina) some evidence of instruments related to the milling
process have been detected (see Borella et al. 2004; Favier Dubois et al. 2005). In “Bajo de la Quinta”
sector, different classes of milling instruments were registered, as well as their different degrees
of conservation. At the same time, potential sources of raw materials were located. The objective
is to produce information to evaluate a hypothesis on the circulation strategies and the use of
space by populations that occupied this part of the Rio Negro Province coast during the last 4000
years. In order to achieve this aim, we analyzed milling instruments, their space distribution and
the characteristics of the potential sources of raw materials. In this instance, we will analyze the
typological groups represented, the variables that would take into account and denote the investment
of energy in the production (selection of raw materials, the present/absence of manufacture and
the degree of standardization, etc.) since it is considered that those variables are related to the
occupation type. At the same time, the availability of raw materials will be evaluated, taking into
account the distance to the sources of the instruments in relation to the place they were used.
INTRODUCCIÓN
Los instrumentos de molienda constituyen con- registro bioarqueológico. Entre los instrumentos
juntos artefactuales altamente significativos en la líticos, abundan los relacionados con el proceso de
comprensión de los contextos arqueológicos. Dis- molienda.
tintos autores han utilizado dichos elementos con En la localidad arqueológica Bajo de la Quinta se
el fin de arrojar luz sobre temas como la incidencia ha registrado hasta el momento la mayor abundan-
del consumo de vegetales en la dieta y su cambio a cia de diferentes clases de instrumentos de molien-
lo largo del tiempo (Wright 1994; Hard et al. 1996; da, los cuales presentaban variabilidad en cuanto a
Adams 1999), la producción y uso del instrumen- su estado de fragmentación. A su vez, se han regis-
tal (Nelson y Lippmeier 1993; Haaland 1995; Jones trado concentraciones menores de instrumentos
1996), el uso del espacio (Nelson y Lippmeier 1993; de molienda, así como algunos hallazgos aislados
Babot 2006) o el aprovisionamiento de materias en otras localidades (vg. Promontorio Belén).
primas (Williams-Thorpe y Thorpe 1993; Ormazábal En esta instancia se examinan los patrones de
1999; Babot y Larrahona 2001; Babot 2004, 2006). uso del espacio, en particular sus componentes de
Dentro de las investigaciones recientemen- planificación, duración y regularidad de la ocupa-
te reiniciadas a lo largo del amplio litoral marino ción en la costa norte de la provincia de Río Negro
de la provincia de Río Negro (véase Borella et al. a través de la distribución de los instrumentos, sus
2004; Favier Dubois et al. 2005) se han detectado características morfológicas y tecnológicas y las
en el sector Norte de la costa del golfo San Matías fuentes potenciales de materias primas. Comenza-
grandes cantidades de materiales arqueológicos, remos el análisis puntualizando sobre las variables
conformadas por una alta variedad de instrumen- que nos informan acerca de los aspectos relacio-
tos líticos y óseos, conjuntos arqueofaunísticos y nados con la producción, uso y descarte de los ins-
Orlando 1127
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
trumentos para luego poder discutir sobre el grado metros económicos y sociales como la movilidad,
en que se seleccionaron características tendientes la subsistencia, las estrategias sociales, los patro-
a favorecer su eficiencia y aumentar la vida útil de nes de asentamiento, etc. (Bamforth 1991; Nelson
los mismos. Esto, junto con los resultados del aná- 1991; Carr 1994, entre otros). Para lograrlo se ha
lisis de las fuentes potenciales de materias primas utilizado el concepto de diseño que incluye varia-
permitirá evaluar el tipo de relación existente la bles que condicionan la forma de los instrumentos
disponibilidad de materias primas, la producción y y la composición de los equipos y que se relacionan
uso de instrumentos y ciertos aspectos del uso del con comportamientos tecnológicos (Nelson 1991).
espacio de las poblaciones que ocuparon esta parte Dentro de esta visión, los instrumentos de mo-
del litoral de la Provincia de Río Negro durante el lienda han sido considerados como site furniture,
Holoceno tardío (últimos 4000 años). elementos que debido a su tamaño o peso son
difíciles de trasladar y que se convierten en parte
Instrumentos de molienda y uso del espacio del mobiliario del sitio (Nelson 1991; Nelson y Li-
A los efectos operacionales, podemos definir los ppmeier 1993; Babot 2004). En sintonía con esto,
artefactos de molienda como aquellos instrumen- Binford (1979) plantea que el efecto del tamaño
tos utilizados de a pares con la finalidad de reducir puede ser producto de la reutilización regular del
sustancias intermedias, no artefactuales, a un ta- site furniture en cuestión. A su vez, los site furnitures
maño menor al original (Adams 1996; Babot 2004). dentro del continuum de estrategias tecnológicas
Dicho objetivo se concreta a través de la acción de conservado-expeditivo son frecuentemente ubica-
moler, machacar o triturar, y para ello generalmen- dos en el extremo conservado (Nelson y Lippmeier
te son necesarios al menos dos componentes com- 1993). Como tal, se esperaría una mayor inversión
plementarios: uno activo (la mano) accionado por de energía en la manufactura y selección de ma-
la fuerza humana y otro pasivo (molino o mortero) terias primas, lo cual implicaría instrumentos con
(Carrasco 2005). diseños mantenibles y en ocasiones diseños confia-
En general, el objetivo primordial de las inves- bles (Nelson 1991). Esta es una cuestión discutible,
tigaciones sobre tecnología en algunas corrientes sobre todo si se tiene en cuenta la disponibilidad
teóricas es poder entender la relación que existe de materias primas como se verá mas adelante en
entre los artefactos utilizados en el pasado y pará- este trabajo.
OBJETIVOS
Existe una amplia variedad de formas en que alcanzado teniendo como marco de análisis una
el espacio puede ser utilizado. Un sitio puede ser perspectiva regional y desde de un enfoque tecno-
ocupado para la realización de una actividad espe- lógico, observando las características técnico-mor-
cífica o varias actividades y acotadas en el tiempo. fológicas y morfológicas-funcionales, sin descuidar
Pueden desarrollarse varias tareas a lo largo de una la distribución espacial de los instrumentos de mo-
ocupación prolongada o se puede dar el caso del lienda. A su vez, se evalúan los criterios aplicados
desarrollo de una actividad exclusiva en repetidas en la selección de las materias primas para la con-
oportunidades. Teniendo en cuenta los conceptos fección de los instrumentos y su relación con el uso
expuestos más arriba, es de esperar que un uso di- del espacio por parte de las poblaciones cazadoras-
ferencial del paisaje costero por las poblaciones se recolectoras. Al mismo tiempo, se registraran las
refleje en distintas estrategias de manufactura y características relativas a las fuentes potenciales
uso que afectan al diseño y la distribución, así como de materias primas, las que pueden ayudar a com-
a la composición de los conjuntos de los instrumen- prender sobre la regularidad y continuidad del uso
tos de molienda (Nelson y Lippmeier 1993). de estos artefactos y, por lo tanto, del lugar en que
El objetivo de este trabajo es lograr una aproxi- se encuentran (Nelson y Lippmeier 1993).
mación a los patrones de uso del espacio analizan- Hablar de la planificación de la ocupación, ex-
do las características del aprovisionamiento de presada a través de la reocupación regular de un
materias primas y las características propias de la espacio, puede implicar por ejemplo dependencia
manufactura y uso de los instrumentos de molien- planificada o prevista de ciertos recursos y sobre
da. Dentro de esta perspectiva se pretende evaluar los cuales se conoce de antemano si requieren ser
el grado de planificación de la ocupación, su regula- sometidos al proceso de molienda para su prepa-
ridad y la duración de la misma considerándolas va- ración (Nelson y Lippmeier 1993). Por otro lado,
riables importantes en el análisis de los patrones de el uso fortuito o no planificado del espacio puede
uso del espacio prehistóricos. Dicho objetivo será estar haciendo referencia a una explotación y pro-
1128
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación
cesamiento oportunístico de los recursos (Babot y facilidad de extracción), la distancia a los sitios de
2006; Nelson y Lippmeier 1993). Según estas au- uso y las características de las rocas seleccionadas y
toras, la planificación de la ocupación se manifies- la forma en que se presentan en los depósitos están
ta en las estrategias de producción seleccionadas bajo análisis con el fin de comprender los criterios
para los instrumentos de molienda. Bajo esta óp- que motivaron la toma de decisiones involucradas
tica, cabria esperar mayor inversión en la manufac- en la consecución de los instrumentos de molienda
tura de los instrumentos para incrementar su vida (por ejemplo Bamforth 1992; Babot y Larrahona
útil y/o eficiencia en condiciones de uso anticipado. 2001).
Por el contrario, instrumentos con baja inversión en En este caso, se propone identificar criterios de
la manufactura estarían reflejando condiciones de selección de materias primas teniendo en cuenta
uso fortuito, cuestión que debe ser contrastada con las características petrográficas de la roca que fa-
la disponibilidad de materias primas y las posibili- cilitan la manufactura y uso (textura, tamaño de
dades que brinda para la manufactura de artefac- grano, estructura, etc.) así como las características
tos. Instrumentos diseñados para incrementar su referidas a la localización, disponibilidad y accesibi-
vida útil evitan los costos de producir otros nuevos lidad de las fuentes.
cuando se los necesita, mientras que un instrumen-
tal eficiente permite un mejor aprovechamiento Características ambientales y procedencia de
del tiempo. Ambas características del diseño son las muestras analizadas
beneficiosas en actividades que se llevan a cabo En los 350 km de franja costera que distan entre
con cierta regularidad, como ocurre en el caso de la el balneario El Cóndor, cercano a la desembocadu-
molienda (Horsfall 1987). ra del río Negro y Puerto Lobos, próximo al límite
La regularidad de las ocupaciones y su duración, con la provincia de Chubut, nos encontramos con
hacen referencia al grado en el cual una localidad la costa del golfo San Matías que comprende la
es ocupada reiteradamente a lo largo del tiempo, totalidad del litoral marino de la provincia de Río
como parte de un patrón de uso del espacio crea- Negro. Debido a que este amplio litoral presenta
do por un grupo (Binford 1983; Nelson y Lippmeier una composición geológica y geomorfológica dife-
1993; Babot 2006). Ambos componentes de los pa- rencial fueron distinguidos dos sectores: el Norte y
trones de uso del espacio pueden observarse a par- el Oeste. El sector Norte, que corre de este a oeste,
tir de las modificaciones de la forma de los instru- comienza en la desembocadura del río Negro y se
mentos producto de su utilización y re-utilización prolonga hasta San Antonio Oeste. Aquí observa-
(Babot 2006). Los artefactos que equipan sitios que mos el predominio de acantilados activos con de-
fueron regularmente visitados, eventualmente son sarrollo de restingas que alternan con entrantes
reducidos hasta agotar su vida útil, pudiendo sufrir costeras donde se observan cordones litorales y
repetidos episodios de mantenimiento (variante terrazas marinas cubiertas por depósitos eólicos.
de la reutilización con leves cambios en la forma El sector Oeste, orientado en un eje norte-sur,
pero no en la función sensu Schiffer 1987). Por el se extiende desde San Antonio Oeste hasta el para-
contrario, si nos encontramos frente a ocupacio- lelo 42º de latitud sur Puerto Lobos. En este sector
nes no regulares o de corta duración donde los predomina un ambiente sedimentario, que se con-
instrumentos son utilizados de forma expeditiva, tinúa hacia el sur con serranías de origen volcánico
es esperable que estos muestren menos desgaste (Favier Dubois et al. 2005).
y modificación por uso (Adams 1996; Nelson y Li- A lo largo de todo el litoral rionegrino se loca-
ppmeier 1993). La etapa dentro de la vida útil del lizaron más de 50 loci arqueológicos conformados
instrumento es posible de ser evaluada a través del por concheros y concentraciones de artefactos
grado de desgaste y el remanente de vida útil. Si líticos en superficie. Sin embargo, las mayores
observamos a nivel del conjunto de los artefactos frecuencias y variabilidad artefactual fueron loca-
de molienda de sitios visitados regularmente o con lizadas en el sector Norte (ver Borella et al. 2004;
ocupaciones prolongadas es esperable encontrar Favier Dubois et al. 2005).
instrumentos con diverso grado de desgaste pero En toda el área predomina un clima templado
con alta representación de instrumentos agotados semiárido, con una temperatura media de 15° C y
(Nelson y Lippmeier 1993). precipitaciones promedio de 250 mm anuales (Capi-
A diferencia de lo que ocurre con los instru- toli 1973). En cuanto a los recursos de agua dulce, ra-
mentos de piedra tallada del área de estudio, los ramente se encuentra disponible en superficie. Las
criterios de selección de materias primas para la escasas excepciones se deben a los denominados
confección de instrumentos de molienda son poco “lloraderos” -pequeñas surgentes que manan gota a
conocidos. Cuestiones claves como la localización gota- (Bórmida 1964), producto de la erosión de la
de fuentes, su accesibilidad (abundancia, densidad arenisca que constituye la Formación Río Negro.
Orlando 1129
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
La vegetación de la zona es típica de la provincia restos óseos humanos (Borella et al. 2004).
de monte, predominando la estepa arbustiva. Las Por su parte, Promontorio Belén (41° 9’ 20,8’’ S
especies predominantes son el romerillo, el junqui- y 63 ° 42’ 13,7’’ O), es un sector con evidencia an-
llo, el fume, la jarilla, así como en algunos sectores trópica (lente de conchillas) ubicado en una hoyada
se encuentran algarrobillos y algunas especies de de deflación entre médanos, sobre los acantilados
chañar (Cabrera y Willink 1980). costeros más elevados del área. El material lítico
En el presente trabajo son analizadas dos mues- de superficie está constituido por abundantes de-
tras de instrumentos de molienda obtenidas en el sechos de talla, grandes lascas de basalto y una
sector norte de la costa rionegrina (localidades punta apedunculada de sílice. En superficie sólo se
arqueológicas de Bajo de la Quinta y Promontorio registraron escasas astillas óseas indeterminadas
Belén), tratándose en este caso de artefactos reco- (Borella et al. 2004).
lectados para su análisis en laboratorio, a diferencia
de otros cuyas determinaciones fueron realizadas
en el campo.
Bajo de la Quinta (40° 56’ 14’’ S y 64° 20’ 34’’
O) comprende un área de aproximadamente 4,3
km de extensión donde se observan concheros
múltiples entre dunas deflacionadas sobre una te-
rraza holocena. Además de los instrumentos de
molienda se han registrado otros instrumentos
manufacturados por pulido (bolas, con y sin surco
y probables pesas de red), material lítico tallado
(puntas triangulares con pedúnculo, perforadores,
raspadores, denticulados, raederas y gran cantidad
de desechos de talla, núcleos bifaciales y bifaces).
Asimismo, se registraron círculos de guijarros ter-
moalterados, abundantes tiestos cerámicos, mate-
rial arqueofaunístico (restos de guanaco, pinípedos,
cáscaras de huevos de Rheidae, algunas grabadas,
pinzas de cangrejo quemadas, restos de gasteró-
podos y bivalvos culturalmente modificados y nu- Figura 1. Área de estudio. Costa de Río Negro. Ubica-
merosos otolitos y algunas vértebras de peces) y ción espacial de localidades arqueológicas.
METODOLOGÍA
1130
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación
Aspectos relacionados a la
Variables
producción
Tabla 1. Variables utilizadas para evaluar la planificación de la ocupación (sobre la base de Babot 2006).
Emplazamiento y abandono Ubicación del hallazgo, Posición del hallazgo, Características del descarte y Portabilidad
N° de grupos tipológicos distintos presentes en la misma pieza, Tipo de artefacto según el número y
Reutilización y reclamación función de las zonas activas y Uso general de la pieza completa.
Tabla 2. Variables utilizadas para evaluar la regularidad y duración de la ocupación (sobre la base de Babot 2006).
Orlando 1131
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
de materias primas que han sido seleccionados se reducir los costos del transporte (Babot y Larrahona
efectuaron descripciones petrográficas de los ins- 2001). Se realizaron un muestreo sistemático y tres
trumentos mediante un análisis macroscópico y dirigidos con el fin de observar la variedad de mate-
mesoscópico utilizando lupa de mano con aumen- rias primas, teniendo en cuenta las formas natura-
tos de hasta 20X. Se tuvieron en cuenta aquellas les más factibles de ser utilizadas para la manufac-
características apreciables en esta escala de aná- tura de instrumentos de molienda a escala local. El
lisis que fueran relevantes en el diseño de los ins- muestreo sistemático consistió en una transecta de
trumentos de molienda por su vinculación con los 2 km, en donde cada 100 m se constituyeron “Pun-
procesos de manufactura y/o mantenimiento que tos de Observación” (cuadrículas de 2 X 2 m) dentro
favorecen la tarea, así como aquellos rasgos que de los cuales se registró la diversidad de materias
permitan evaluar tanto la planificación de la ocu- primas, la disponibilidad (abundancia y calidad) y la
pación como su duración y regularidad (Bamforth accesibilidad a las mismas (principalmente densi-
1992; Nelson y Lippmeier 1993; Babot y Larrahona dades y facilidad de extracción), así como la forma
2001 y Babot 2006). en que se presentan. En algunos casos se tomaron
Se realizó un relevamiento del área local con la muestras representativas de cada materia prima.
finalidad de registrar fuentes potenciales de mate- Por su parte, los muestreos dirigidos se realizaron
ria prima. Como un primer acercamiento se decidió en aquellos lugares en donde afloraba material lí-
comenzar por la prospección de las zonas más cer- tico similar al que se observa en los instrumentos.
canas a los sitios analizados ya que se parte del su- Dentro de cada afloramiento se recogió el mismo
puesto de que serán seleccionadas aquellas fuentes tipo de datos que en cada punto de observación de
de materias primas más cercanas con la finalidad de la transecta.
RESULTADOS
1132
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación
Rodado patagonico
SN1 BQ-S1 Fracturado
bioclastica
Ignimbrita
SN2
Arenisca
Arenisca
BQ-S2 Fracturado
6 BQ-S3 Entero Preformas
10 BQ-S3 Fracturado
M25 BQ-S3 Fracturado
39 BQ-S1 Fracturado
Molino 1 0 0 0
42 BQ-S1 Entero
Mortero 1 0 0 0
43 BQ-S1 Fracturado
Tabla 5. Distribución de materias primas en relación con
46 BQ-S1 Fracturado las preformas.
50 BQ-S1 Fracturado
56 BQ-S1 Fracturado
108 BQ-LNE Fracturado
120 BQ-LNE Entero
122 BQ-LNE Entero
126 BQ-LNE Fracturado
157 BQ-PB Fracturado
155 Promontorio Belén Entero
156 Promontorio Belén Entero
Rodado patagonico
Orlando 1133
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
1134
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación
Orlando 1135
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Nº del
Estado de conservación Remanente vida útil N° de grupos tipo distintos
Instrumento
6 Entero Alto Mano de mortero
1136
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación
vida útil fueron abandonados como residuo de fac- la zona de playa, agregándose además la presen-
to, mientras que aquellos fracturados o agotados cia de basaltos vesiculares. En este caso, al obser-
completamente podrían corresponder a residuos var la abundancia relativa de las materias primas
primarios (sensu Schiffer 1987). se nota un aumento significativo de la ignimbrita.
De todos los instrumentos que conforman la En esta zona predomina este tipo de roca más que
muestra solo uno ha presentado un caso de reuti- las areniscas que se encuentran en la playa actual.
lización (N°126), siendo éste un instrumento com- Alguna de estas rocas poseen oquedades naturales
puesto. En una de sus caras presenta una oquedad que podrían haber influido en la selección para la
de mortero, mientras que en la otra se observa manufactura de morteros. La mayoría de los blo-
una superficie activa perteneciente a un molino de ques poseen un espesor aproximado de 6 cm. Sin
mano. En ninguno de los instrumentos de molien- embargo, hay bloques de mayor tamaño que supe-
da se han observado casos de reclamación. ran fácilmente los 10 cm de espesor, tamaños se-
mejantes al de los instrumentos.
Análisis de las fuentes potenciales de mate- Tanto la arenisca como la arenisca bioclástica
rias primas que se relevaron presentan una calidad superior
En la localidad de Bajo de la Quinta, de donde a las detectadas en la playa actual, presentando
provienen la mayoría de los instrumentos de mo- formas y tamaños aptos para confección de instru-
lienda, se prospectó la zona de playa actual y de la mentos de molienda. El basalto vesicular se pre-
paleoplaya ubicada aproximadamente a 1 km de la senta de manera escasa, siendo relativamente más
línea de costa actual. dificultoso hallar rocas aptas para la manufactura.
En la playa actual se registró la presencia de De manera similar, los rodados patagónicos pre-
todas las materias primas identificadas en la con- sentan una abundancia menor, así como menores
fección de los instrumentos de molienda (arenisca, densidades que en la playa actual.
arenisca bioclástica, ignimbrita y rodados patagó- En las zonas estudiadas se han detectado tanto
nicos) igualando la diversidad presente en los ar- fuentes primarias como secundarias que debieron
tefactos. Al observar la abundancia relativa de las aportar la materia prima para la manufactura de
distintas materias primas, se nota un predominio instrumentos de molienda. Los rodados y bloques
de los rodados patagónicos, así como de la arenis- presentan características (tamaño, forma, textura,
ca formación Río Negro y la arenisca bioclástica estructura, durabilidad, etc.) que pueden favorecer
presentes en forma de bloques. Por otro lado, la el proceso de manufactura, mantenimiento y uso
ignimbrita se encuentra representada por escasos de los utensilios para todos los tipos artefactuales
bloques susceptibles a ser utilizados en la manufac- presentes en la muestra. A su vez, ofrecen oque-
tura de los instrumentos de molienda. dades o superficies planas, cóncavas o convexas
A pesar de ser las areniscas la materia prima aprovechables para la manufactura. Junto a estos,
mas representada, estas son de baja calidad para se encuentran disponibles otros tipos de menor ca-
la confección de instrumentos, ya que la mayoría lidad para estos fines.
de los bloques se encuentran poco consolidados A pesar de haberse recorrido distintas zonas,
siendo por ello demasiado friables. Sin embargo, tanto dentro como fuera de las áreas donde se re-
se han encontrado con relativa facilidad bloques gistraron los instrumentos no se han podido reco-
con la cementación, el tamaño y forma similar a nocer localizaciones en donde se llevaron a cabo las
la de los instrumentos. Por otro lado, las areniscas distintas etapas de producción de los instrumentos
bioclásticas se presentan en abundancia y calidad de molienda. Este es un problema que se plantea
similar a la arenisca para la manufactura de instru- en varias situaciones cuando se intenta reconocer
mentos de molienda. En relación a la ignimbrita, su canteras o canteras taller (Nami 1984) sobre todo
abundancia tanto relativa como absoluta es escasa, de instrumentos de molienda. A nivel general, esto
registrándose solo un bloque con la calidad, tama- puede deberse a la baja visibilidad y obstrusividad
ño y forma adecuada para la manufactura de ins- de los desechos de manufactura por picado o ali-
trumentos de molienda similares a los registrados sado, así como por su composición mineralógica
en el sitio. Tanto la abundancia y calidad, así como que suele confundirse con la matriz del sustrato en
la accesibilidad y forma de los rodados patagónicos donde se llevan a cabo las actividades (Babot y La-
hacen de su obtención para la confección de instru- rrahona 2001).
mentos de una tarea sencilla.
La prospección en la zona de la paleoplaya pre-
senta similar diversidad de materias primas que en
Orlando 1137
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
DISCUSIÓN
Como se mencionó anteriormente, la planifica- las materias primas. A esto se le suma la ausencia
ción de la ocupación se manifiesta en la producción de rasgos morfológicos complementarios en todos
de los instrumentos de molienda a través de una los instrumentos de la muestra.
importante inversión en la manufactura con la in- En lo que respecta al grado de estandarización,
tención de incrementar la vida útil de los artefac- se hace dificultoso observar una tendencia clara
tos. La primera decisión que debe enfrentarse al de ciertos parámetros (medidas de los ejes princi-
producir instrumentos de molienda es la selección pales, módulo de longitud y espesor, ancho de la
de la materia prima que se va a trabajar. La obten- oquedad, etc.) debido a la gran cantidad de instru-
ción de materias primas en el caso de las piedras de mentos fracturados. El único indicio esta dado por
moler se ve condicionada, entre otras variables, por la forma, lo que sólo estaría indicando una selec-
la distancia de las fuentes debido al peso de las mis- ción “estandarizada” de formas base adecuadas al
mas. Al comparar la oferta local de materias primas instrumento que se desea confeccionar, sin alterar
con las rocas efectivamente seleccionadas se hace la morfología general del bloque o rodado a través
evidente que estas se encuentran en las cercanías de la manufactura.
de la localidad de uso. Tanto el estado de conservación de los instru-
De acuerdo a lo observado en la muestra la se- mentos como el grado de desgaste y remanente de
lección de materias primas estuvo condicionada vida útil se corresponden con situaciones en las que
por la disponibilidad en primer lugar. Una vez den- el instrumental ha sido utilizado con regularidad a
tro de la cantera, el criterio utilizado respondería a lo largo del tiempo. Esto se evidencia a partir de la
la calidad de las rocas, en particular la durabilidad, presencia de instrumentos en distintos estados de
la forma y facilidad de manufactura. Dentro de la conservación y con distintos grados de desgaste
muestra hay un fuerte predominio de las areniscas (Nelson y Lippmeier 1993). Por otro lado, la escasa
de la formación Río Negro, disponibles dentro del presencia de episodios de mantenimiento y casos
área local. Esta elección se ve principalmente en los de reutilización, así como la ausencia de técnicas
molinos de mano y manos de molino donde parece de administración del desgaste y casos de reclama-
haber una estandarización en la selección de mate- ción claros no concuerdan con las expectativas de
rias primas, quizás con la intención de obtener ins- ocupaciones regulares o de larga duración.
trumentos abrasivos para el procesamiento de de- En conjunto estos indicadores estarían presen-
terminadas sustancias específicas. Un caso similar tando un panorama en el cual el diseño de los ar-
se estaría dando con la ignimbrita, materia prima tefactos responde a condiciones de planificación
elegida para la manufactura de morteros, en donde y regularidad de la ocupación en distintos grados.
se estaría priorizando la dureza de esta roca frente La selección de las mejores materias primas dis-
a su capacidad abrasiva. Sin embargo, estas afir- ponibles para cada trabajo, la presencia de manu-
maciones deben ser contrastadas a través del aná- factura en el 88,88% de los instrumentos, así como
lisis de una muestra mayor. En relación a la arenisca el estado de conservación y el grado de desgaste
bioclástica, aunque su disponibilidad es similar a la y remanente de vida útil responden a esta circuns-
arenisca de la formación Río Negro fue seleccio- tancia. Sin embargo se observa un bajo grado de
nada solo para la confección de dos instrumentos, estandarización en los instrumentos, así como un
situación explicada por la menor calidad (principal- desinterés por prolongar la vida útil de los mismos
mente dureza y friabilidad) y por la disponibilidad a través de distintas técnicas. Esta situación es-
de otras rocas con mejor performance abrasiva1. La taría respondiendo a la amplia disponibilidad de
selección de los rodados patagónicos, representa- materias primas dentro del área local, lo que haría
dos en dos manos de mortero parece haber respon- innecesaria la conservación de los instrumentos
dido a que esta materia prima se presenta en forma (Bamforth 1986) debido a que los recursos locales
natural con características (principalmente forma, satisfacían las necesidades. Esto último, junto con
tamaño y dureza) adecuadas para la manufactura las demás características analizadas estaría res-
de este grupo tipológico. pondiendo a la implementación de una estrategia
En relación a la inversión en la manufactura evi- tecnológica expeditiva, en donde se minimiza el
denciada en los instrumentos se observa que, salvo esfuerzo tecnológico en aquellas circunstancias en
tres instrumentos, se ha utilizado una sola técnica donde el tiempo y lugar de uso, así como la dispo-
manufactura. A su vez, la mayoría de los instru- nibilidad de materiales son predecibles de manera
mentos presentan manufactura en las zonas acti- segura (Nelson 1991).
vas, lo que incrementa la eficiencia en el proceso de Esta situación podría estar respondiendo a un
molienda y resalta las características texturales de escenario en donde la práctica de molienda juega
1138
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a los Dres. Florencia Borella y Cristian Favier Dubois, directores del proyecto PIP-
CONICET 6415 dentro del cual fue realizado este trabajo. A mi esposa Julieta por su apoyo y generosidad,
y muy especialmente a la Dra. Liliana Manzi por su inquebrantable paciencia, su apoyo académico y per-
sonal y por la revisión crítica del manuscrito, lo que sin duda mejoró y enriqueció este trabajo.
NOTAS
1
. Desde el punto de vista de la tribología, las diferencias en la matriz y los granos minerales de las
rocas hacen que la fricción, lubricación y desgate de los materiales se de de manera distinta en cada caso.
Para un tratamiento más exhaustivo del tema ver Adams 1988.
BIBLIOGRAFÍA
Orlando 1139
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
1140
Una discusión “encendida”. Primeros
resultados de los análisis de vestigios
de combustión en concheros de la costa
norpatagónica (Río Negro)
Florencia Ortega1 y María Bernarda Marconetto2
A B S T R A C T
We present the results obtained during the analysis of the burnt plant remains recovered during
the excavation of shell-midden lenses located on the North coast of San Matías Gulf, Rio Negro
Province, Argentina. Our aim is to identify, through anthracological analysis, the plant species that
were used by Mid-Holocene hunter-gatherers to light their domestic fires. Then, we describe the
methodology that was used during the construction of comparative wood samples (herbarium,
thin wood sections and contemporary burnt wood sample) as well as the techniques employed
for the recovery of the charcoal remains and their further analysis. Finally, we discuss the ways
in which firewood was collected and the possible selection of species, according to the variability
observed. For this matter, we consider the existence of different “fire structures” (Perez de
Micou, 1991) that present distinctive functions (domestic fires, fires for signal making, light,
heat, etc). From this point onward, we discuss the relationship between the functions of the fire
structures and the possible selection of wood species. Then, considering the description of the
shell-midden lenses, their location and the results of anthracological analyses, we discuss the
position that this “shell-midden lenses” should take in the classification of “fire structures”.
INTRODUCCIÓN
En el marco del proyecto arqueológico que se distribuidas a lo largo de la costa. Si bien la distri-
lleva a cabo en la costa del Golfo San Matías en la bución de estas lentes de valvas estaría indicando
provincia de Río Negro1 desarrollamos este trabajo un uso recurrente del espacio costero, no se halla-
en el que analizamos los restos de carbón vegetal ron superposiciones de concheros, con lo cual, cada
provenientes de concheros excavados durante las una representa un evento discreto de combustión.
campañas 2004 a 2007. Entendimos a los concheros como un tipo particu-
Entre los objetivos generales del proyecto que lar de estructura de combustión, ya que son episo-
enmarca este trabajo, se pueden mencionar los dios de marisqueo de corta duración, en los que se
análisis de uso del espacio costero por cazadores- encendió un fuego en el momento para abrir las
recolectores del Holoceno medio-tardío a través valvas y aparentemente no se da una recurrencia
de estudios regionales y análisis distribucionales. en el uso de los mismos (Figuras 1 y 2).
La metodología de trabajo utilizada incluye tanto En este trabajo analizamos que tipo de recursos
la realización de transectas para relevar el material leñosos fueron utilizados en cuatro sitios de la cos-
de superficie como la excavación de concheros. Los ta norte del Golfo San Matías y discutimos los resul-
concheros excavados son acumulaciones de valvas tados a nivel intersitio e intrasitio. Nos centramos
que además pueden incluir escasos restos óseos y en la cuestión de la selección de taxones en cada
material lítico, además de abundante carbón. Estas sitio y las variaciones que pudieron haber ocurrido
acumulaciones forman lentes que se encuentran en la disponibilidad de recursos leñosos y su selec-
Los sitios de los que se obtuvo material para sp., y por herbáceas como Hyalis argentea y Sporo-
analizar son Faro San Matías, Bajo de la Quinta, Ca- bolus rigens (Bran et al. 1985).
leta de los Loros y Paesani (Figura 3), ubicados en la De cada uno de estos sitios se obtuvieron fecha-
costa norte de la provincia de Río Negro, pertene- dos, tanto por valvas como por carbón. En aquellos
ciente a la provincia fitogeográfica del Monte (Ca- sitios en los que se fecharon valvas se hizo el cálcu-
brera 1976). Los sitios analizados se encuentran en lo del efecto reservorio. Esto dio un rango tempo-
diferentes unidades de vegetación propuestas para ral que va desde los 3000 años AP hasta los 800 AP,
la región, en áreas dominadas por una vegetación siendo los fechados más tempranos los obtenidos
arbustiva de Larrea sp., Chuquiraga sp. y Atriplex en FSM y los más tardíos los de Paesani (Figura 4)
(Favier Dubois et al. 2006; Favier Dubois y Borella
2007, Favier Dubois et al. 2008).
Contamos también con datos paleoambienta-
les para el rango temporal en cuestión. La informa-
ción tomada de Schäbitz (1994, 2003) indica que las
condiciones climáticas para los últimos 4000 años
del Holoceno fueron en general áridas y secas. Por
otra parte, la información aportada por Villalba
(1990, 1994) muestra que existieron fluctuaciones
climáticas entre el 900 AC y el 1660 AC, período en
el que se sucedieron el Cálido Medieval y la Peque-
ña Edad de Hielo.
Figura 3. Mapa de las localidades de la costa norte del
Golfo San Matías.
1142
Una discusión “encendida”. Primeros resultados de los análisis de vestigios de combustión en concheros de la costa norpatagónica (Río Negro)
METODOLOGÍA
Antes de comenzar con las determinaciones del te hasta 100 X y los comparamos con la muestra de
material que implican los análisis antracológicos, referencia de cortes histológicos de madera fresca.
se constituyó un herbario de plantas leñosas reco- Esta metodología puede utilizarse ya que luego
gidas en el área cercana a los sitios, privilegiando de la combustión la estructura anatómica se man-
aquellas especies que, según información obtenida tiene (Vernet 1973). La morfología, cantidad y dis-
de los lugareños, suelen utilizarse para encender posición de las células continúa intacta, si bien se
fuegos en la zona. En total se recolectaron 37 es- pueden presentar grietas por la exposición a altas
pecies leñosas. Se realizaron en cada una de estas temperaturas, el tejido xilemático es observable.
especies cortes en los tres planos anatómicos que En el caso de leñosas con crecimiento anómalo
presenta la madera (transversal, longitudinal tan- como Atriplex sp. en nuestra muestra, desaparece
gencial y longitudinal radial). el tejido correspondiente al floema aunque el tejido
Cada uno de estos cortes fue observado al mi- xilemático no se modifica cualitativamente por la
croscopio con luz transmitida a 40 X, 100 X y 400 X y carbonización.
se realizó la descripción de los caracteres diagnós- El material a identificar se muestreó siguiendo
ticos de cada leño. Luego de conformada nuestra la curva de riqueza específica en cada unidad a ana-
colección de referencia pasamos al análisis antra- lizar (Piqué i Huerta 1999; Marconetto 2008). Esto
cológico en carbón arqueológico observando en en los casos de Faro San Matías y Paesani, de los
estos caracteres discriminantes (Cuadro 1). cuales contamos con abundante material. En el
En cada uno de los carbones analizados realiza- caso de Caleta de los Loros y Bajo de la Quinta, el
mos los cortes frescos en los tres planos anatómi- material era escaso por lo cual se determinó lo dis-
cos, los observamos al microscopio con luz inciden- ponible (Cuadro 2)
RESULTADOS DE LA IDENTIFICACIÓN
Se analizaron un total de 237 carbones que su- dominancia de Prosopis sp. seguida de Bougainvi-
maron un volumen total de 245 cc. De este total, el llea sp. en Bajo de la Quinta; valores elevados de
81% del volumen de carbón analizado pertenece a Schinus sp. en Caleta de los Loros; predominancia
Faro San Matías, le sigue Paesani con un 14% del de Larrea sp. y Prosopis sp. en Paesani y una des-
carbón, Caleta de Los Loros con un 3% y Bajo de la tacable alta frecuencia de Prosopis sp. en Faro San
Quinta con un 2% del volumen. Estos porcentajes Matías (Figura 5).
se corresponden con la frecuencia de aparición de Notamos al observar estos resultados una ma-
carbón en cada sitio. yor riqueza taxonómica en los carbones obtenidos
Pudimos observar en líneas generales una pre- en la localidad de Paesani, donde se registra la pre-
1144
Inclusiones y otros
Taxón Anillos Porosidad Disposición de vasos Parénquima Sistema radial Tipo de radios
rasgos
Estratificado, células
Atriplex Ausente Haces de floema y xilema
fusiformes
Levemente demarcados Solitarios, series tg cortas Paratraqueal abundante, Heterocelulares Haces de floema asocia-
Bougainvillea Circular Biseriados
por hileras de parénquima y en racimos estratificado Cúbicas y erguidas dos a vasos
Paratraqueal vasicéntrico
Demarcados por parén- Series rd cortas, en raci- Heterocelulares
Grindelia Semicircular a difusa y en bandas sobre el Biseriados
quima mos y solitarios Procumbentes y erguidas
anillo
Paratraqueal terminal,
con disposición den-
En racimos, series rd
Suaeda No demarcados Difusa drítica, lateral Ausente Cristales
cortas y solitarios
Células fusiformes que
tienden a la estratificación
Bougainvillea 4 25 1 25 1 7 0,5 6 4 7 2 6 0 0 0 0
Condalia 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 1 3 15 10 22,5 11
Chuquiraga 0 0 0 0 2 14 0,5 6 0 0 0 0 29 19 31 16
Grindelia 0 0 0 0 0 0 0 0 2 4 1 3 4 3 6 3
Lycium 0 0 0 0 0 0 0 0 5 9 5 15 0 0 0 0
Prosopis 8 50 2 50 2 14 1 12 5 9 11 32 83 55 119 60
Suaeda 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1
Schinus 0 0 0 0 2 14 5 59 2 4 1 3 10 7 11 6
TOTAL 16 100 4 100 14 100 8,5 100 55 100 34 100 152 100 199 100
Cuadro 2. Material identificado por sitio.
sencia de 8 taxones. En el resto de los sitios la di- calidad procede de dos sondeos diferentes (sondeo
versidad es menor y en todos los casos se destaca 2 y sondeo 6) realizados en dos concheros que pre-
la frecuencia de un taxón en particular. El género sentaron buena potencia de material y la aparición
Prosopis en Bajo de la Quinta y Faro San Matías, y de diferentes estratos de carbón. Además estos
el género Schinus en la localidad arqueológica de fueron asignados a diferentes momentos a partir
Caleta de los Loros. de los fechados radiocarbónicos realizados (1380 ±
La vegetación actual de estas localidades no se 90 el sondeo 2; 2910 ± 90 el sondeo 6).
diferencia en gran medida, por lo que suponemos Los resultados de estos análisis se expresan en
que las diferencias pueden tener relación con la for- la figura 6. Ambos sondeos presentan diferencias
ma de recolección y selección, y/o estar vinculada a entre sus niveles inferiores y superiores. En los ni-
cambios en la oferta ambiental debida a fluctuacio- veles superiores de ambos son altas las frecuencias
nes ocurridas en el pasado. Volveremos sobre estos del género Prosopis, en tanto en los niveles inferio-
puntos más adelante. res la situación es diferente. Mientras que en el son-
Además de los resultados obtenidos a nivel in- deo 6 abunda Chuquiraga sp. en el nivel inferior, en
tersitio para este sector de la costa Norpatagónica, el sondeo 2 Prosopis sp. es acompañada por Con-
realizamos un análisis intrasitio en la localidad de dalia sp.
Faro San Matías. El material recuperado en esta lo-
Figura 6. Distribución de los resultados obtenidos a nivel intrasitio, en la localidad de Faro San Matías, Pcia. de Río
Negro.
Como propusimos al inicio, discutiremos los re- las capacidades técnicas de los grupos y aspectos
sultados obtenidos aquí en dos escalas, intersitio e socio-económicos y simbólicos (Piqué i Huerta
intrasitio, atravesadas a su vez por la variable tem- 1999; Marconetto 2006).
poral. Sería esperable que, cuanto más azarosa sea la
Diferencias y semejanzas surgen de la identifi- recolección, las asociaciones de carbón proceden-
cación del material y se ven reflejadas en asociacio- tes de unidades fitogeográficas semejantes pre-
nes florísticas de carbón vegetal recuperado en las senten las mismas frecuencias de taxones como
distintas localidades analizadas. resultado. Pero lo que pudimos observar en los re-
Como mencionamos anteriormente, la vegeta- sultados de los análisis es que esto no sucede. Por
ción en la actualidad no presenta diferencias sus- lo cual creemos que la selección de taxones debió
tanciales entre los sectores donde se ubican los si- jugar un papel importante en la conformación de
tios tratados aquí. Los estudios paleoambientales los conjuntos analizados.
realizados para el área señalan que pudieron existir Si bien en Faro San Matías y en Bajo de la Quin-
diferencias en las condiciones a lo largo del tiempo, ta, el género Prosopis presenta una frecuencia sig-
lo cual pudo afectar la oferta de leñosas en distin- nificativamente mayor, en Caleta de los Loros este
tos momentos. No obstante esto, no contamos con lugar es ocupado por el género Schinus, presentan-
herramientas para asumir una variación microam- do Paesani la particularidad de no mostrar un taxón
biental. Por lo tanto, asumimos para el pasado cier- altamente discriminado. Partimos del supuesto,
ta uniformidad en el paisaje similar a la actual. tomado de Piqué i Huerta (1999), que los taxones
Creemos que las particularidades presentadas más utilizados serán los que tienen más posibilidad
por cada sitio pueden vincularse a cuestiones tanto de dejar un porcentaje de residuo mayor.
culturales como las pautas de selección de combus- Respecto a variables ligadas a cambios en la
tible, y/o ligarse a cambios en la oferta ambiental oferta ambiental debido a fluctuaciones climáticas
debido a las fluctuaciones ocurridas en el pasado. que afectaron la región, nos planteamos que algu-
A estas variables se suman a su vez cuestiones ta- nas de las diferencias observadas en los resultados
fonómicas y las propiedades de los combustibles podían deberse a estos, implicando tal vez modifi-
vinculadas a las particularidades anatómicas y quí- caciones en las formas de aprovisionamiento.
micas de cada taxón. Al comparar los datos disponibles sobre pa-
En cuanto a las pautas de selección de combus- leoambiente para la región con la cronología de los
tibles, esta actividad sucede en un rango de posibi- sitios, surgió una cuestión interesante en relación
lidades para grupos cazadores recolectores que va al sitio Paesani. El material recuperado en este sitio
desde la recolección azarosa hasta la presión sobre presentó algunas particularidades. Por un lado, una
un taxón en particular. La forma de selección está diversidad mayor de taxones empleados respecto
condicionada por la oferta ambiental, no obstante de los otros sitios; la abundancia del género Larrea
estará determinada por variables culturales como que si bien en la actualidad es conspicuo en el am-
1146
Una discusión “encendida”. Primeros resultados de los análisis de vestigios de combustión en concheros de la costa norpatagónica (Río Negro)
biente, arqueológicamente aparece en frecuencias variaciones en los niveles iniciales de estos episo-
muy bajas; y el hecho de que no se marque la selec- dios de combustión. En el sondeo 6 es remarcable
ción de un taxón en particular como sucede en los la alta frecuencia de Chuquiraga sp. en el nivel in-
otros casos. ferior y en el sondeo 2 Prosopis sp. es acompañada
Según los trabajos realizados por Villalba (1990, por Condalia sp. Pensamos que esto puede estar
1994), las variaciones en las condiciones ambienta- respondiendo a cuestiones vinculadas a la alimen-
les del pasado implicaron condiciones frías y húme- tación y mantenimiento del fogón. Posiblemente
das entre el 900 y el 1070 AD, entre 1080 y 1250 AD este tipo de registro, que permitió recuperar dife-
las condiciones fueron cálidas y secas (coincidien- rentes estratos, esté mostrando la historia particu-
do con el Período Cálido Medieval), y entre 1270 lar de estos episodios, siendo los niveles más ba-
y 1660 AD se registra un momento frío y húmedo jos los inicios de la combustión, los cuales pueden
(coincidiendo con la Pequeña Edad de Hielo). En estar constituidos por taxones que operaran como
base a estos datos y los de Schäbitz (1994, 2003), iniciadores. En tanto Prosopis sp., recurrente en los
las condiciones reinantes durante las ocupaciones niveles superiores, es muy buen combustible y arde
de Bajo de la Quinta, Caleta de los Loros y Faro San por un largo tiempo, lo cual pudo generar un resi-
Matías fueron semejantes entre sí, frías y húmedas, duo mayor.
en tanto la ocupación de Paesani coincide con el Considerando que la diversidad taxonómica
Cálido Medieval (Figura 7). Muy posiblemente, en de leñosas en la región no es escasa, la ausencia
ese escenario, tanto la oferta ambiental de taxones de algunos taxones en el registro puede deberse a
como los modos de vida de los cazadores recolec- factores tales como: la no selección; la combustión
tores de la región debieron verse alterados, lo cual diferencial, puede ocurrir que algunos taxones, da-
implicaría el consecuente cambio en el registro an- das sus características estructurales, se conviertan
tracológico que puede interpretarse en los análisis. rápidamente en ceniza y desaparezcan del registro;
Por último, realizamos un análisis a nivel intrasi- y a factores post-depositacionales que eliminen de
tio del Faro San Matías, que permitió hacer algunas manera diferencial a los taxones del registro.
observaciones. Ambos sondeos correspondientes a En cuanto a estas últimas cuestiones, estudios
la misma localidad presentan una diferencia tem- experimentales con leñosas de la región segura-
poral de casi 1500 años, sin embargo, presentan los mente darán interesantes respuestas. Por otra par-
mismos taxones. Según los estudios paleoambien- te, es destacable que la muestra es pequeña par-
tales citados, las condiciones entre los dos momen- ticularmente en Bajo de la Quinta y Caleta de los
tos de ocupación registrados no presentarían dife- Loros y existe la posibilidad de que al aumentar la
rencias, lo cual hace pensar que la oferta ambiental muestra en el futuro se presente variación en los re-
sería semejante y se observa aparentemente un sultados, puesto que no descartamos el tamaño de
comportamiento selectivo en ambos casos orien- la muestra en este caso como fuente de variación.
tado al género Prosopis. Sin embargo, se observan
CONSIDERACIONES FINALES
Esta ha sido nuestra primera aproximación al re- preguntas. Lo que buscamos con este trabajo fue
gistro antracológico de la costa norpatagónica, por comenzar a mirar entre los restos de los fuegos de
lo que a nuestro parecer, no puede quedar cerrada estos cazadores recolectores a fin de empezar a
en conclusiones. Éstas irán surgiendo de próximas pensar nuevas líneas de indagación a desarrollar en
investigaciones, mientras a su vez se abran nuevas el futuro en la región y encender la discusión.
AGRADECIMIENTOS
A los Dres. Florencia Borella y Cristian Favier Dubois por invitarnos a participar a través de la propues-
ta de trabajar este material. A las instituciones que financiaron las investigaciones (PIP CONICET 6415 y
PICT 38264). Al Sr. Pedro Delgado, residente de la Pcia. de Río Negro por ayudarnos en la recolección de
las diferentes leñosas de la costa norte del Golfo San Matías. A la Dra Raquel Piqué, sus valiosos comen-
tarios del manuscrito. Los errores que pudieran encontrarse son responsabilidad de las autoras.
NOTAS
1
. El proyecto “Investigaciones arqueológicas en la costa Norpatagónica” se inició en el año 2004 y
está dirigido por el Dr. Cristian Favier Dubois y la Dra. Florencia Borella.
BIBLIOGRAFÍA
1148
Prospecciones en el Río Chico, provincia de
Chubut
Cecilia Pérez de Micou1, Analía Castro2, María Luz Funes3, Susana Burry4, MatildeTrivi4
A B S T R A C T
This article is part of a research project that aims at studying hunter gatherer groups´ mobility,
environmental resources available and their changes throughout time. We integrate information from
documents, ethnographic and oral sources, paleoenvironmental and archaeological studies. The Rio
Chico River flows from Colhue Huapi lake in East Chubut province, to Chubut River (current Ameghino
dam). Ethnohistoric sources give information about the existence of an indigenous route that was
used by Tehuelches in the XIXth century. A fieldwork was organized to check the presence of surface
archaeological sites related with the river banks and to take soil samples to do paleoenvironmental
analysis at diverse areas of the river. The zone was surveyed from its source to the outlet at the
accessible areas through state routes and local roads. Six areas were surveyed: Las Nacientes -
Puente de Cemento - Puente Nollman- Estancia El Tragüil - Paso del Álamo and Puesto El Zorzal. It
is observed that the river only presents some pools of stagnant water, where profiles were taken for
pollen analysis. The presence of extensive concentration areas with archaeological indigenous and
creole material were verified surficially. A material sample was gathered, at the moment it’s being
under analysis; in a preliminary way technological distinctions are noticed among the different sets.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo se inscribe en un proyecto cuyo por los grupos cazadores patagónicos en sus des-
objetivo es estudiar los circuitos de movilidad de plazamientos entre los lagos Colhué Huapí y el
los grupos cazadores-recolectores, su relación con Río Chubut. Se darán a conocer los resultados de
los recursos ambientales disponibles y sus cam- la primera campaña realizada para detectar sitios
bios a través del tiempo. Se aborda aquí el camino arqueológicos a lo largo del trazado del camino y
que acompaña al Río Chico de Chubut que, según extraer muestras de sedimento para el análisis pa-
los escritos de viajeros del siglo XIX, fue utilizado linológico.
UBICACIÓN
El Río Chico recorre el este de la provincia de Senguerr como los aportes de sus afluentes, no
Chubut, desde el Lago Colhue Huapi hasta el Río alcanzan a superar las pérdidas por escurrimiento
Chubut (hoy Dique Ameghino). Las nacientes del que se producen en el lago Musters y, fundamen-
río Chico se encuentran en el extremo sudoriental talmente, las causadas por evaporación debido a la
del lago Colhué Huapi (Figura 1). Desde el año 1939, gran superficie y escasa profundidad del lago Col-
en que tuvo lugar el último sobre flujo, lo usual es hué Huapi. Asimismo, y con el correr de los años,
que el sistema formado por el río Senguerr y los en la embocadura del río se han formado médanos
lagos Musters y Colhué Huapi funcione como una y barreras sedimentarias favorecidas por la acción
cuenca endorreica, pues tanto las nacientes del eólica, las cuales obstruyen aún más un posible
VEGETACIÓN
El área del Río Chico está incluida en la Provin- da”, Ephedra frustillata, Nasauvia glomerulosa y N.
cia Patagónica, Distrito Central sub-distrito Typi- ulicina, con una cobertura entre el 40 y el 60%; la
cum, caracterizada por una estepa muy abierta de estepa sub-arbustiva por Chuquiraga avellanedae,
cojines bajos y pequeñas matas de pastos, donde Ch. aurea “chuquiraga dorada”, Lycium ameghi-
la comunidad dominante es el erial de Nassauvia noi, Pleurophora patagonica, Nassauvia ulicina y
glomerulosa “colapiche” (Roig 1998). Por su lado, N. glomerulosa, con una cobertura de 40 a 60%; y
León et al. (1998) la ubican también dentro del Dis- el peladal presenta arbustos de Lycium ameghinoi,
trito Central, y describen su fisonomía como una Chuquiraga avellanedae, Atriplex lampa “zampa” y
estepa arbustiva con cobertura rala. Asimismo, Frankenia patagonica1, cubriendo la superficie del
Beeskow et al. (1987) describen para las inmedia- suelo entre un 5 a un 20%. Estas estepas, según
ciones del curso del río la presencia de estepas ar- Roig (1998) constituyen la expresión de máxima
bustivas, sub-arbustivas y peladares con arbustos. aridez dentro de las estepas patagónicas.
Entre ellas, la estepa arbustiva está caracterizada En general, a lo largo de su cauce, el río no pre-
por Chuquiraga avellanedae “quilenbai”, Berberis senta vegetación riparia, salvo al final de su curso
heterophylla “calafate”, Lycium ameghinoi “mata cerca del Embalse Ameghino.
laguna”, Nardophyllum obtusifolium “mata torci-
LA RUTA DEL RÍO CHICO EN LAS FUENTES HISTÓRICAS DEL SIGLO XIX
Las primeras menciones en fuentes escritas so- río Chico, con el objetivo de visitar los lagos Colhué
bre la utilización de la ruta que sigue el curso del río Huapi y Musters (Figura 2).
Chico provienen de exploradores que fueron acom-
pañados por galeses de la colonia, instalada en la “…a small river flowing almost north and south
desembocadura del río Chubut desde 1865. Los was found; this is usually called the “little river” at
galeses habían sido los primeros hombres blancos Chupat, but has seldom, if ever, been before visited
en adentrarse en esta zona del Chubut en busca de by any of the colonists, and was named by the
mejores tierras. Ellos acompañaron al ornitólogo travellers “Sengellen,” the Welsh diminutive for
inglés H. Durnford, quien visitó la colonia galesa en Sengel, being found to be practically a continuation
la primavera de 1877 (RGS 1883). En su expedición of the latter river. When seen on November 3rd, it
fue guiado por los galeses J. Griffiths y L. Jones, was about 60 yards in breadth, the water thick and
primero por la costa y luego siguiendo el curso del muddy and the stream rapid. The valley was about
1150
Prospecciones en el Río Chico, provincia de Chubut
three miles wide, and the soil a stiff white clay. From objects of the expedition had been to actually visit
the 5th to the 8th November, the valley was followed the lake “Coluguape,” reported to Lieut.” (RGS 1883:
up-stream, the river winding considerably, but with 85-86).
a general course S.S.W., and at one point having a
ford. 9 s Mr. Durnford and his companions continued Durnford menciona haber encontrado chenques
their way, the barrancas, or steppes bordering the en las nacientes y en el valle del río Chico. El regreso
valley on either side, became higher and the valley a la colonia galesa también lo realizan siguiendo
narrower, whilst red volcanic rocks of various el curso del río Chico.“The return was made by the
fantastic shapes and tosca hills reared themselves on same route until November 27th, when the point was
both sides. On the table-lands above the barrancas, reached at which the Sengellen was first touched,
they saw everywhere traces of the action of the sea and it was determined to follow that river to its junc-
in well-rounded pebbles, gigantic oyster-shells, and tion with the Chupat, instead of returning by the
numerous fragments of smaller shells. During the coast-line.” (RGS 1883: 88)
7th and 8th of November, the river was observed to En ese mismo año (1877) Moreno, acompañado
flow through lagoons, which in some places reached por Moyano entre otros, llega a la colonia galesa
quite across the valley, barely leaving room to pass con el objetivo de describir la cuenca del río Chubut
; these mere surrounded by extensive reed-beds and (Rey Balmaceda 1969). Moreno describe al río Chi-
contained thousands of wild fowl. One of the chief co llamándolo río Senguel ya que considera que se
trata del mismo río que tan sólo cambia de aspec-
to. Moreno menciona a Durnford y a los galeses M.
Thomas J. Griffiths y L. Jones como sus informantes
principales para esta región (Moreno 1969:57-61).
Más tarde, Ramón Lista, en su exploración del
año 1884, menciona que el grupo de tehuelches
que lo guiaban -cinco hombres a caballo prove-
nientes del grupo de Orkeke- siguen un camino
desde la confluencia del río Chubut y el río Senguel
(es el río Chico), que seguía por el valle de este últi-
mo río. Estos tehuelches, a caballo, tardaron veinte
días para llegar por ese camino desde el río Chubut
hasta Puerto Deseado (lugar en donde Lista ya los
estaba esperando, ya que se había adelantado por
barco desde Rawson). Lista adjunta un mapa en
donde marca este camino con una línea de puntos
Figura 2. Mapa realizado por Durnford en 1877 (RGS 1883). (Lista 1885).
Dumrauf menciona que durante las últimas ción hacia el oeste (Figura 3). El regreso lo realizan
campañas militares del sur (1883-1884), el Teniente siguiendo el curso del río Chico (Fontana 1999).
Roa recorre el curso del río Chico en busca de los Con posterioridad al viaje de Fontana esta
últimos indios rebeldes. “Siguiendo el antiguo ca- ruta se sigue utilizando con frecuencia (Figura 4).
mino de los indios, recorrió más o menos la mitad Por ejemplo, el ingeniero galés Llwyd Ap Iwan en
del curso del río Chico – en su informe dice Sen- 1887/88, la señala en los mapas de sus expedicio-
guer – sin ningún percance desagradable, logrando nes (Williams 2006). También este mismo camino
capturar 32 indios pertenecientes a diversas tribus” es recorrido por los salesianos (el padre Melanesio)
(RGS 1883: 9). desde Rawson en 1894 para dirigirse a Concepción
Finalizadas las campañas militares en la zona, (Chile) (Pérez de Micou 2000).
en el año 1886 se crea la gobernación del Chubut A la información histórica con que contamos,
y J. L. Fontana, nombrado gobernador, realiza podemos agregar información etnográfica que nos
una exploración del territorio acompañado por un proporciona Escalada a partir de sus informantes
grupo de galeses. La expedición parte de la colonia indígenas descendientes de tehuelches meridiona-
galesa siguiendo el curso del río Chubut con direc- les:
“Así parece deducirse de los datos suministra-
dos por indígenas y antiguos pobladores que ex-
presan que por allí cruzaba el viejo camino de los
indios. Se trataba de un punto importante dentro
del sistema de rutas utilizadas por los aóni-kénk
desde la más remota antigüedad, ya que desde allí
se partía para tomar rumbo al bajo Chubut, cos-
teando el curso de este arroyo, de los ríos Mayo y
Senguer, hasta su contacto con los lagos vecinos a
Sarmiento (Musters y Colgué-Huapi), continuando
por las márgenes del Río Chico hasta su desembo-
cadura en el Chubut”. (Escalada 1949: 60-61)
En resumen, contamos con información históri-
ca y etnográfica que nos señala que esta vía de cir-
culación era muy utilizada para fines del siglo XIX y
comienzos del XX.
Figura 4. Mapa de Llwyd Ap Iwan, tomado de Williams
2006.
METODOLOGÍA
Sobre esta base se planeó una prospección de seis sectores: las Nacientes - Puente de Cemento
las márgenes del río Chico, para constatar, específi- - Puente Nollman - Estancia El Tragüil -, Paso del
camente, la presencia de sitios arqueológicos rela- Álamo y Puesto El Zorzal. Se realizaron perfiles
cionados con el curso de este río y tomar muestras para análisis palinológicos en las márgenes de los
de sedimento para análisis paleoambientales en pozones como así también en el cauce seco. Las
diversos sectores del mismo. concentraciones arqueológicas se georeferencia-
ron y se realizaron recolecciones por transectas.
La Prospección Los puntos se ubicaron en el mapa de Google Earth
El Río Chico es el nivel de base de distintos cur- con el programa Ozi Explorer (Figura 5).
sos de agua intermitentes. La dimensión de su cau- Para los estudios polínicos se realizaron cali-
ce es indicativa de la magnitud de los caudales que catas, o cuando el sedimento lo permitía se extra-
debieron transitar por él. Sin embargo, hace años jeron testigos mediante la utilización de la Sonda
que su cauce se halla seco, a excepción de algunos Berasueta. Esta sonda es una modificación de la
pozones con aguas estancadas y algunos sitios don- sonda Dachnowsky y permite la extracción de co-
de hay indicios de inundación en la planicie aluvial. lumnas estratigráficas de 0,03 m de diámetro y has-
La prospección se realizó desde las nacien- ta 1,50 m de profundidad. Consta de un muestrea-
tes hasta su desembocadura en los puntos en los dor de acero inoxidable de 0,30 m de largo, con un
cuales era posible acceder al río a través de rutas filo en su extremo, lo que le permite ser introducido
provinciales y caminos vecinales. Se prospectaron en sustratos blandos. Antes de ser introducido se
1152
Prospecciones en el Río Chico, provincia de Chubut
Figura 5. Localización de los sitios arqueológicos y los muestreos de sedimentos en Google Earth.
Figura 6b. Caño plástico con testigo de sedimento. Figura 6c. Calicata.
RESULTADOS
1154
Prospecciones en el Río Chico, provincia de Chubut
mía de peladal. Aparecen bosquecitos monoespecí- puesto hay árboles también de origen exótico: ol-
ficos de Lycium ameghinoi “mata laguna”, ejempla- mos y cipreses. Por otro lado, saliendo del cauce,
res aislados de Berberis heterophylla y Chuquiraga. la fisonomía es de una estepa arbustiva–peladal, y
Como vegetación exótica se destacan tres álamos. se encuentran grandes poblaciones de Suaeda di-
Para los estudios polínicos se realizó la extracción varicada “jume” y Atriplex lampa “zampa” ambas
de un testigo en un sitio húmedo del lecho del río de la Familia Chenopodiaceae, que se desarrollan
utilizando la sonda Berasueta. en suelos salinos. De aquí se sacaron testigos con la
En cuanto al material arqueológico, en este sonda Berasueta.
caso en la muestra recolectada predominan los ar- Como dato interesante, los lugareños mencio-
tefactos criollos (n=76) sobre los indígenas (n=21) nan que los animales no comen el jume, pero sí las
(Figura 12). zampas, posiblemente por su contenido de sales.
El material indígena está compuesto en su tota- En el sitio, también se encuentran Chuquiraga ave-
lidad por artefactos líticos. Aquí se observa una im- llanedae, Lycium ameghinoi, Schinus polygamus
portante representación de instrumentos tallados “molle”, Prosopis denudans “algarrobillo”, Grindelia
(29% del total de la muestra). Los desechos de talla chiloensis, Senecio filaginoides, Berberis heterophy-
conforman el 56% de la muestra (Figura 13). lla. Tanto el molle como el algarrobillo y el calafate
son elegidos por los pobladores rurales como muy
Puesto El Zorzal (POLZOR) buenas leñas, con distintas funciones (Ancibor y
En este sitio el curso del agua es intermiten- Pérez de Micou 1995; Marconetto 2002).
te y aparecen varios tramos del cauce del río con Con respecto al material arqueológico se ob-
agua (pozones), de hasta de 200 m de extensión. serva una amplia predominancia de materiales in-
Se encuentra vegetación hidrófita, como juncos del dígenas (n=580) con respecto a los criollos (n=10)
género Schenoplectus, Eleocharis “cola de zorro”, (Figura 14).
Cortadera selloana “cortadera”, Distichis scoparia. Los artefactos indígenas hallados son en su ma-
Tanto los juncos como la cortadera fueron plantas yoría desechos de talla (87%) de diversas materias
usadas en la elaboración de artefactos por los in- primas silíceas. El resto de la muestra (13%) está
dígenas de la región. Asimismo, se observa vege- compuesta por instrumentos tallados (Figuras 15 y
tación exótica como “tamariscos” y alrededor del 16).
Figura 12. Materiales arqueológicos en Paso del Álamo. FIgura 13. Materiales líticos en Paso del Álamo.
Figura 14. Materiales arqueológicos en Puesto El Zorzal. Figura 15. Materiales líticos en Puesto El Zorzal.
1156
Prospecciones en el Río Chico, provincia de Chubut
A partir de esta prospección se pudo constatar la dianas que se derivarán para determinar su compo-
presencia de sitios ocupados hasta bien entrado el sición química.
siglo XX en los cuales se observaron concentracio- El sitio El Zorzal presenta en la actualidad, des-
nes de materiales indígenas y de materiales criollos de el punto de vista de los recursos vegetales, es-
en coexistencia. Se observó la presencia de mate- pecies necesarias para una instalación de duración
rial lítico -mayoritariamente sílices- y de materia- prolongada, especialmente por la variedad de muy
les criollos- fundamentalmente vidrios, gres, loza buenas leñas. El sitio Puente Nollman provee po-
y metales- ubicados en asociación a distintos tipos tencialmente variedades vegetales que pueden
de estructuras habitacionales. Hasta el momento recolectarse, conservarse y transportarse, además
no se detectó la presencia de cerámica indígena. de leña de calafate. Con respecto a El Tragüil es
Las muestras de material arqueológico y de notoria la falta de cobertura vegetal en un suelo
sedimento recuperadas se encuentran en este arenoso. Los análisis polínicos y las dataciones ra-
momento en proceso de análisis. Con respecto al diocarbónicas permitirán conocer las condiciones
material lítico, preliminarmente se advierten dife- paleoambientales contemporáneas a los materia-
rencias tecnológicas entre el material hallado en les indígenas y criollos.
los distintos sectores: en las muestras de El Zorzal Es decir, las evidencias arqueológicas y los da-
y Paso del Álamo se observa un mayor porcentaje tos de la vegetación actual, señalan la existencia de
de representación de instrumentos tallados, esto diferencias entre los sitios cuyo análisis será pro-
se diferencia especialmente con el sitio El Tragüil fundizado con el avance de las investigaciones.
en donde las muestras están compuestas práctica- Dado que los resultados de esta prospección
mente en su totalidad por desechos de talla, prin- corresponden a áreas accesibles desde la ruta, las
cipalmente de xilópalos. En todas las muestras de futuras campañas se focalizarán en ubicaciones in-
los distintos sectores se encontraron escasas obsi- termedias del curso del Río Chico.
AGRADECIMIENTOS
A la Lic. Gloria Arrigoni quien nos señaló los sitios que ella trabaja en las nacientes del río Chico y nos
permitió tomar muestras de sedimento. A Marcos Andrieu quien colaboró en la campaña. A la Estancia El
Tragüil y La Susana (Puesto EL Zorzal).
Este trabajo se realizó con la autorización de la Dirección de Investigación, Secretaria de Cultura de la
Provincia del Chubut. Se contó con la financiación de los proyectos: PICT 11759 y UBACYT F198.
NOTAS
1
. Los nombres vulgares de las plantas sólo se han consignado en los casos en que se han documenta-
do para el área en estudio ya que éstos suelen cambiar entre distintas localidades de una misma región
fitogeográfica.
BIBLIOGRAFÍA
1158
Microvariaciones en las cadenas operativas
de producción cerámica durante el período
alfarero tardío del área lacustre de los
Andes Occidentales, lat. 39º Sur, Patagonia
septentrional
Verónica Reyes Álvarez1
A B S T R A C T
For the period 1000 AD - 1500 AD in the area of central-southern Chile, or Chilean Araucania (located
from the Bío Bío river to sound Reloncaví), archeology has traditionally defined the presence of a
cultural complex pan-regional defined as El Vergel, which has been identified as Valdivia style, as well.
Both denominations have been built primarily based on pottery decorated with red paint on white
“engobe”, forming geometric designs. The wide geographic dispersion that these vases with red paint
on white “engobe” presented in the Araucanía has created the image of a prehistoric regional rather
homogeneous culturally, obliterating in some way the wide diversity that could have presented the
human groups that inhabited this area by pre-Hispanic contact times. The main objective of this
paper is to explore, from the perspective of the technological style, diversity or microvariability, the
operational chain of production pottery from various sites of the Late Period located in two watersheds
precordilleran lake (lakes Villarrica and Calafquén) of the Chilean Araucania, and discuss the
presence of groups with different ceramic technological traditions within the vast complex El Vergel.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo tiene como objetivo comparar y Villarrica y Calafquén, Lat 39º Sur, Patagonia Sep-
analizar preliminarmente desde la perspectiva del tentrional de los Andes occidentales. Finalmente,
estilo tecnológico (Letchman 1977) y las cadenas los resultados permitirán discutir acerca de las im-
operativas de producción cerámica (Stark 1999), plicancias sociales que podrían ser interpretadas, a
la diversidad o microvariaciones que presenta la partir de las diferencias observadas entre las cade-
fragmentería alfarera doméstica de diversos sitios nas operativas de producción cerámica de ambos
del Período Alfarero Tardío (ca 1000 d.C – 1500 d.C), lagos.
ubicados en las cuencas lacustres precordilleranas
ANTECEDENTES
terizada por grupos portadores de vasijas con as- dos posteriormente en los ‘90 (Aldunate 1989; Di-
pectos morfológicos y decorativos bien definidos, llehay 1990) tendieron a presentar un panorama
registradas en asociación a cementerios pequeños más bien homogéneo1 respecto de la presencia de
y aislados. Esta sociedad agroalfarera temprana estos macro complejos alfareros Pitrén y El Vergel.
habría estado compuesta por pequeños grupos En general, en estos trabajos se enfatizó muy poco
familiares, que poseían un sistema de subsisten- en las diferencias locales, a raíz de que el material
cia cazador-recolector y movilidad estacional, em- cultural utilizado para construir estos macro com-
plazándose predominantemente en las riberas de plejos fue la decoración registrada en la cerámica
lagos y ríos, y en zonas precordilleranas lacustres funeraria, la cual sin duda le imprime cierta unidad
(Aldunate 1989). Cabe destacar que también para cultural al Período Alfarero del sur de Chile. Con mi-
este complejo se ha planteado una contrapartida ras a superar justamente esta falta de orientación
oriental y más tardía (Aldunate 1989; Adán y Alva- local, las investigaciones iniciadas desde los años
rado 1999). A partir de ca del año 1000 d.C y hasta 90 en diversas áreas del Centro-sur (Adán 1997;
la llegada de los españoles, dentro de estos grupos Adán y Mera 1997; Quiroz 1997; Adán et al. 2001),
se producirían ciertos cambios, ya que comenzarían han permitido establecer mayor variabilidad en la
a desarrollar un sistema de subsistencia con mayor comprensión de estos amplios desarrollos alfare-
énfasis agrícola y a utilizar otros tipos de vasijas. ros. A partir de este momento, esta diversidad ha
Este nuevo complejo cerámico es denominado El sido registrada tanto a nivel de las manifestaciones
Vergel y se caracterizara principalmente por entie- fúnebres (Adán 1997; Quiroz 1997; Adán y Alvarado
rros en urnas y vasijas decoradas con pintura roja 1999) como en las áreas domésticas, ya que estas
sobre engobe blanco (Bullock 1956; Aldunate 1989; últimas comenzaron a ser incorporadas dentro de
Dillehay 1990), hoy denominada Tradición Alfarera las temáticas de la investigación. En este contexto
Bícroma rojo sobre blanco (Adán et al. 2005). Los y retomando ciertas ideas que ya esbozara Aldu-
sitios de este complejo han sido encontrados prin- nate2 (1989), algunos autores comenzaron a pro-
cipalmente en el valle central entre los ríos Bío-Bío poner para la región de los lagos precordilleranos
y Toltén (Aldunate 1989), pero también en sectores y la zona ubicada al sur del Toltén, la coexistencia
costeros e insulares de la Araucanía (Contreras et a partir del año 1000 d.C de diferentes grupos alfa-
al. 2005; Massone 2005; Quiroz y Sánchez 2005). reros, portadores de tipos cerámicos diferentes, así
Además, algunos de sus rasgos diagnósticos, como como también, con modos de vida igualmente dis-
la decoración con pintura roja sobre engobe blan- tintos (Becerra y Reyes 2005; Navarro et al. 2005).
co, también se han recuperado en asentamientos De este modo, vemos que en los últimos años las
precordilleranos (Reyes et al. 2003-2004). Final- nuevas perspectivas desarrolladas para los análi-
mente, el estilo cerámico Valdivia, igualmente ca- sis cerámicos han manifestado un avance teórico-
racterizado por vasijas con decoración con pintura metodológico evidente, intentando volcar la mira-
roja sobre engobe blanco (sensu Aldunate 1989; Di- da desde la orientación histórico-cultural3 (Bullock
llehay 1990) y diseños geométricos más normados 1956; Menghin 1962; Berdichewsky y Calvo 1972-73;
que en lo Vergel (Adán et al. 2005), ha sido registra- Durán 1978) hacia problemas relacionados con mo-
do principalmente en contextos poshispánicos y al dos de vida y aspectos sociales de estas antiguas
sur de la cuenca del río Toltén. Algunos autores lo poblaciones alfareras4 (Sánchez 1997; Reyes et al.
definen como una evolución de la cerámica El Ver- 2003-2004; Contreras et al. 2005; Quiroz y Sánchez
gel, incorporándolo dentro de la Tradición Alfarera 2005). Pese a este importante giro, planteamos que
Brícoma rojo sobre blanco del sur de Chile (Adán et todavía los análisis cerámicos son eminentemente
al. 2005). descriptivos y con énfasis tipológicos (sobre todo
Particularmente, para las regiones precordille- porque se enfatiza en comparaciones con las vasi-
ranas lacustres del área Centro-sur de Chile (Figura jas mortuorias); y que sus aportes dentro de temá-
1), en un primer momento de la investigación los ticas relacionadas con patrones de asentamiento,
estudios histórico-culturales iniciados en los ‘60-’70 movilidad, sistemas de subsistencia o sistemas so-
(Menghin 1962; Berdichewsky y Calvo 1972-1973; ciales podrían ser mayores.
Bullock 1956) y los trabajos de síntesis desarrolla-
1160
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales
dieran observarse entre dos conjuntos cerámicos et al. 1999). Por su parte y dentro de este mismo
del Período Alfarero Tardío del área Centro-sur de marco, esperamos comprender las cadenas o “se-
Chile, que fueron analizados años atrás (Reyes et cuencias operacionales” (Lemonnier 1992; Stark
al. 2003-2004; Reyes 2004). Para ello, se propuso el 1999) que se llevaron a cabo para manufacturar los
análisis comparativo y cualitativo de los resultados objetos cerámicos que nos competen, ya que ellas
ofrecidos por dos investigaciones previamente pu- representan una serie de decisiones que fueron ne-
blicadas (Reyes et al. 2003-2004; Reyes 2004), que cesarias para concretar este fin, siendo además ar-
analizaban fragmentería doméstica procedente de bitrarias ya que se eligieron entre muchas maneras
sitios tardíos, emplazados en las cuencas lacustres posibles; y dichas elecciones no indispensablemen-
cordilleranas, Villarrica y Calafquén, IX y XIV regio- te estuvieron constreñidas por las condiciones na-
nes de Chile. turales del medio ambiente. Por el contrario, estas
Como hipótesis de trabajo se partió de la pre- opciones probablemente fueron determinadas por
misa de que más allá de los rasgos cerámicos for- el contexto socio cultural en el cual los actores so-
males -decoración y morfología- que le dan unidad ciales las aprendieron y practicaron (Dietler y Her-
y peculiaridad a las vasijas funerarias de los com- bich 1998). Como señala Chilton (2001), al aproxi-
plejos Pitrén y El Vergel, a nivel de localidad los marse a las cadenas productivas desde la visión del
diversos conjuntos cerámicos domésticos que in- estilo tecnológico, tenemos la posibilidad de cono-
tegran estos macro complejos, deberían presentar cer aquellas opciones, realizadas por los producto-
variaciones en ciertos atributos. En este sentido, se res de artefactos, que trascienden la mera eficacia
pensaba que era muy probable que estos atribu- material o la lógica operativa (Chilton 2001). Serán
tos diferentes estuvieran vinculados con aspectos entonces, algunos de los pasos seguidos en la cade-
tecnológicos de manufactura cerámica, ya que se na operativa y que dan cuenta de estas elecciones
partía de la base de que en estas sociedades del Pe- arbitrarias en el proceso tecnológico de manufac-
ríodo Alfarero tardío el conocimiento y el quehacer tura cerámica, los que esperamos registrar a través
cerámico era trasmitido y ejecutado a nivel familiar del estudio de la fragmentería cerámica doméstica
o de comunidad. Por lo tanto, detrás de los aspec- de los sitios tardíos de la cordillera Andina. Cree-
tos formales y aparentes de las vasijas, era espera- mos que las variaciones observadas en las cadenas
ble encontrar un conjunto de elecciones arbitrarias operativas de producción cerámica y por ende en
de manufactura cerámica, que nos permitieran di- los estilos tecnológicos observados, podrían ser
ferenciar límites sociales. Así, podemos decir que interpretadas como diferencias en las unidades
nuestro enfoque se enmarca dentro de lo que ha sociales que dieron origen a dichos conjuntos alfa-
sido denominado estilo tecnológico (Letchman reros. Hay que aclarar sin embargo, que con este
1977), por cuanto queremos conocer y comprender ejercicio no estamos buscando “unidades étnicas”,
algunas de las opciones tecnológicas que estuvie- sino que solamente intentando observar “límites
ron involucradas en la producción de las vasijas sociales” (Stark 1999) dentro de sociedades no
cerámicas en estudio, y que fueron elegidas den- estatales. Al respecto hacemos nuestra la idea de
tro de un amplio abanico de posibilidades funcio- esta última autora quien, tomando como base los
nalmente equivalentes (Gosselain 1998). Además, planteamientos de la “antropología de la tecnolo-
se parte de la base de que dichas opciones en su gía” (Pfaffenberger 1992 en Stark 1999), desarro-
contexto fueron aprendidas y traspasadas de gene- lla un enfoque tecnológico en el cual sugiere que
ración en generación, y que no necesariamente se todos los bienes transmiten información acerca
manipularon concientemente para transmitir infor- del comportamiento. Así, los patrones tecnológi-
mación social (Stark 1999; Gosselain 1998). De esta cos involucran y generan significado en diferentes
manera, entendemos el estilo tecnológico como tradiciones culturales y de esta forma, las disconti-
“una secuencia de gustos en la manufactura que nuidades espaciales en las tradiciones tecnológicas
conllevan el propósito, energía, herramientas, pa- deberían reflejar límites sociales en el registro ma-
trones motores y conocimientos específicos” (Cecil terial (Stark 1999).
METODOLOGÍA
Como fuera señalado en el planteamiento del sobre conjuntos alfareros domésticos tardíos, pro-
problema, el presente trabajo pretende ser un ejer- venientes de los lagos Villarrica y Calafquén del
cicio preliminar en el cual se compararán a nivel área Centro-sur de Chile. El objetivo es observar
cualitativo, los resultados de dos análisis cerámicos las microvariaciones que pueda presentar la frag-
ya publicados (Reyes et al. 2003-2004; Reyes 2004), mentería, centrándonos en aquellos atributos que
dan cuenta de algunos de los pasos tecnológicos En relación al primer paso, el procuramiento y
que debieron elegir y seguir dentro de la cadena preparación de las materias primas, observaremos
operativa de producción cerámica, los artesanos cómo se comportan los conjuntos en estudio en re-
que produjeron las vasijas. Obviamente esta corre- lación a las pastas cerámicas que han sido identifi-
lación entre atributos cerámicos y procesos de ma- cadas en ellos. Para esto analizaremos en los casos
nufactura alfarera se realiza partiendo de la base en que se pueda, algunos pasos productivos rela-
de que por un lado, la fragmentería sólo puede dar cionados con la recolección de las materias primas
cuenta de algunos aspectos de las vasijas enteras utilizadas, considerando arcillas y antiplásticos5, y
de donde provienen y por otro, de que si bien tanto la forma en que ambos elementos fueron combina-
fragmentería como vasijas enteras son productos dos. Para desarrollar esta tarea se expondrán bre-
terminados, en ellos sólo es posible encontrar ves- vemente los resultados de una prospección geo-
tigios indirectos de la cadena operacional de pro- lógica realizada en el área de estudio, orientada a
ducción que los generó. identificar posibles vetas de arcilla, y la información
Siguiendo a Rye (1981), Rice (1987) y Stark aportada por un estudio petrográfico6 preliminar
(1999), la secuencia operacional de manufactura de cortes delgados de fragmentos cerámicos, que
cerámica utilitaria hecha a mano, se puede resumir se llevó a cabo para desarrollar mejor el ejercicio
analíticamente en 5 tareas operacionales, cada una analítico que se presenta en este escrito.
de las cuales implica una serie de etapas producti- Respecto a la segunda tarea operacional, for-
vas (Stark 1999). Estas cinco tareas operacionales matización primaria y secundaria, veremos si es
son: procuramiento y preparación de las materias posible observar en cada conjunto cerámico algu-
primas, técnicas de formatización primarias y se- nos pasos productivos relacionados con algunas
cundarias, técnicas de formatización de la decora- técnicas de construcción de las vasijas. En cuanto
ción, secado y cocción y finalmente, tratamientos a las técnicas de formatización de la decoración, se
postcocción. Así, tomando en consideración estas compararán principalmente los pasos productivos
tareas operacionales, intentaremos observar y relacionados con los tratamientos de superficie ob-
comparar cómo se comporta el cuerpo de datos ce- servados y las decoraciones presentes (técnicas y
rámicos entregado por las investigaciones previas diseños). Para las dos últimas etapas, secado y coc-
de los dos sectores lacustres en estudio que fueron ción y tratamientos postcocción probablemente
consultadas. obtengamos escasa información publicada al res-
pecto.
Las cuencas lacustres Villarrica y Calafquén se orografía de esta región. Destacan el Quetropillán
emplazan en la precordillera de la IX Región de la con una altura de 2009 m, el Lanín que se eleva a
Araucanía y en la XIV Región de los Ríos de Chile 3774 m, el Choshuenco que presenta 2360 m, el
(39º Lat. S) dentro del área Centro-sur de Chile Mocho con 2439 m de altitud y por último el Villa-
(sensu Aldunate 1989). Esta área se caracteriza por rrica que alcanza los 2582 m. La actual vegetación
un paisaje dominado por la existencia de bosques de ambas cuencas está definida entre el límite al-
templados (Donoso 1993; Armesto et al. 1996) lo titudinal de la vegetación en los faldeos del volcán
que ha sido destacado para la arqueología regional Villarrica y las riberas de los lagos desarrollándose
por Aldunate (1989), considerando la sistematiza- los siguientes tipos forestales: roble-raulí-coihue,
ción propuesta por Gajardo (1994). Dentro de esta coihue-raulí-tepa, siempreverde, araucaria y lenga-
área se ubican los lagos Villarrica y Calafquén, a 220 ñire (Donoso 1981). Estos corresponden a la Región
m s.n.m. y 209 m s.n.m., respectivamente, los cua- del Bosque Caducifolio, la Región del Bosque Lau-
les forman parte de un espacio ecológico mayor, rifolio y la Región del Bosque Andino-Patagónico
conformado por los sistemas lacustres subandinos (Gajardo 1994), los que están adaptados a diferen-
de la región Extremo Sur Andina o Lagos Arauca- tes gradientes altitudinales, que van desde los 200
nos (Soto y Campos 1996). En este sector precordi- m s.n.m. que presentan las riberas de los lagos en
llerano la cordillera de los Andes presenta un des- cuestión hasta la cumbre de los volcanes, sobre los
censo en su altura, la que no sobrepasa los 2000 m 2000 m. Esta biodiversidad genera hasta la actua-
de altitud, a excepción de los volcanes. Ello permite lidad, condiciones para una variada oferta de pro-
la formación de numerosos pasos que posibilitan ductos del bosque aptos para la alimentación hu-
el tránsito entre ambas vertientes de la cordillera, mana, además de otros usos como el artefactual, el
prácticamente, durante todo el año. Los volcanes medicinal y el ritual (Adán et al. 2001).
constituyen un importante rasgo que modela la
1162
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales
gico-defensivo (Mera y Lucero 2000; Mera et al. Tabla 1. Frecuencias fragmentos cerámicos analizados
2004). Además, en función del fechado que poseía por sitio.
este último, cercano al período histórico temprano,
fue consignado como un “fortín” o “fuerte” de filia- A partir de este análisis se definieron dos gran-
ción indígena, que tuvo como finalidad ser un es- des familias de pastas9, una denominada familia
pacio de resistencia a la invasión hispana (Mera et granítica y la otra familia moscovita10. En el sitio
al. 2004). Respecto al rol estratégico-defensivo que Fuerte Villarrica la presencia del primer tipo de
pudo tener esta ocupación, pensamos que la falta pasta fue significativamente más abundante (92%)
de mayores evidencias materiales, como por ejem- mientras que en Puraquina, las dos familias de
plo restos de armas u otros vestigios de contactos pastas tenían una representación similar (39,3% y
bélicos, así como también, fechados evidentemen- 46%, respectivamente). En el caso del sitio Fuerte
te poshispanos, nos obligan a una interpretación Villarrica la familia de pastas más representativa se
más cautelosa sobre la situación funcional y tem- asociaba a formas restringidas de perfil compues-
poral atribuida a este yacimiento. Por el momen- to y a decoraciones consistentes por un lado, en
to, solamente nos adheriremos a la adscripción incisiones cortas rectas (Figura 2) y por otro lado,
cultural interpretada para él, correspondiente a a lentejuelas al pastillaje (Figura 3) (las pasta de
una ocupación de filiación indígena pre-mapuche, estos decorados también presentaban inclusiones
dado que para plantear esta asignación cultural se volcánicas) (Sepúlveda 2008). Para el sitio Pura-
realizaron análisis de los materiales cerámicos en- quina, la familia de pastas graníticas se asociaba a
contrados, constatándose un origen prehispánico y formas restringidas de perfil compuesto, de tama-
local de ellos (Reyes 2004). Además, para efectos ño pequeño11, mediano12 y grande13, mientras que
del presente análisis comparativo, más que la fun- la familia moscovita a formas restringidas de perfil
cionalidad que tuvo el sitio, nos interesa estudiar a compuesto y vasijas abiertas, de tamaño mediano
los productores de la cerámica encontrada en él. y grande. También fueron registrados fragmentos
La investigación alfarera (Reyes 2004) que se con decoraciones engobe rojo y bicromía con pin-
realizó sobre la fragmentería cerámica de los sitios tura roja sobre engobe blanco (Figura 4), cuyas va-
recién mencionados del sector del lago Villarrica, sijas fueron manufacturadas con la familia de pasta
estuvo orientada a la caracterización y compara- moscovita (Sepúlveda 2008). Dentro de este mis-
ción de sus conjuntos con los complejos cerámicos mo sitio, también se identificaron vasijas que pre-
definidos para el área Centro-sur de Chile (Alduna- sentaban acanalados anulares (Aldunate 1989) en
te 1989; Dillehay 1990), con el fin de aportar a la la unión del cuello con el cuerpo; éstos eran cánta-
funcionalidad y adscripción cultural de los asenta- ros restringidos de perfil compuesto que presenta-
mientos. Para esto el material fue clasificado con- ban diámetro grande (320 mm) y pasta moscovita
siderando aspectos tecnológicos, morfológicos y (Figura 5). Finalmente, en cuanto al tratamiento de
decorativos de la cerámica8. En la tabla 1 se puede superficie de la alfarería doméstica, ésta pudo ser
1164
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales
Loncoñanco-3 650 ± 60 AP
(UCTL 1456). (Reyes et al. 2003-2004)
Antilef-1 920 ± 90 AP
(UCTL 1279) (Adán et al. 2001)
Laguna 735 ± 50 AP
(UCTL 1276) (Adán et al. 2001)
Musma-1
Laguna 525 ± 40 AP
(UCTL 1462) (Reyes et al. 2003-2004)
Musma-1
Laguna 345 ± 30 AP
(UCTL 1461) (Reyes et al. 2003-2004)
Musma-2
Alero 590 ± 50 AP
(UCTL 1278) (Adán et al. 2001)
Marifilo-1
Alero 770 ± 70 AP
(UCTL 1458) (Reyes et al.2003-2004)
Marifilo-1
Alero 1480 ± 150 AP
(UCTL 1459) (Reyes et al. 2003-2004)
Marifilo-1
Alero 735 ± 70 AP
(UCTL 1460) (Reyes et al. 2003-2004)
Marifilo-1
Tabla 2. Fechados TL sitios arqueológicos lago Calafquén
las tres, la familia granítica era la que estaba ma- Musma-2 83.6 10.2 -
1166
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales
A continuación compararemos los resultados este ejercicio analítico de comparación ya que nos
obtenidos por las investigaciones publicadas años permitirá esbozar los primeros pasos para estable-
atrás para ambas cuencas y cuyos principales resul- cer las microvariaciones existentes, y bosquejar lí-
tados fueron descritos en el capítulo anterior. Para neas de investigación futura.
esto, observaremos cómo cada conjunto cerámico
se comporta de acuerdo a los criterios de análi- Procuramiento y preparación de las materias
sis definidos en la metodología (en el caso de que primas
exista información al respecto), los cuales siguen Como se desprende del capítulo anterior, a par-
las etapas que pueden ser identificadas dentro de tir de la clasificación de las pastas con que fueron
la secuencia operativa de manufactura cerámica manufacturadas las vasijas registradas en los dos
utilitaria. Estamos concientes de que para algunas lagos, se observa que en ambas cuencas aparecen
de las etapas del proceso de manufactura la infor- las mismas familias de pastas (graníticas y micas),
mación cerámica ofrecida será dispar para cada y que solamente en Calafquén se registra una dife-
cuenca, o bien, simplemente no ofrecerá informa- rente (volcánica-granítica), la cual además se pre-
ción al respecto. Estas limitaciones se relacionan senta en muy baja frecuencia (Tabla 3). Así, las dife-
tanto con la orientación que tuvieron los análisis rencias más significativas que pueden constatarse
aplicados, como con la naturaleza misma de los se relacionan con los porcentajes en que cada una
fragmentos cerámicos como vehículos de este tipo de las dos familias de pastas mayoritarias apare-
de información. Sin embargo, pese a estas limita- cen. De este modo, se concluye que prácticamen-
ciones, igualmente nos pareció apropiado realizar te todos los sitios de ambas cuencas presentan los
mismo tipos de pastas y además, en proporciones el antiplástico micáceo- se propuso un origen forá-
similares; siendo la familia granítica significativa- neo, de al menos 40 km de distancia.
mente más abundante que la familia mica. Esto Así, en función de estos antecedentes, poste-
último a excepción del sitio Puraquina en el lago riormente se planteó la necesidad de implementar
Villarrica y los sitios Loncoñanco-2 y Loncoñanco-3 un estudio petrográfico, para el cual se seleccionó
en el lago Calafquén, en los cuales ambas familias una muestra de 11 fragmentos de ambas cuencas,
manifiestan frecuencias similares. los cuales representaban 7 patrones de pastas17. Es-
Con miras a entender la procedencia local o fo- tos patrones eran los siguientes: del lago Villarrica
ránea (Arnold 1985; Rice 1987) de las inclusiones mi- se seleccionó el patrón micáceo M y granítico Gr, al-
cáceas y graníticas observadas macroscópicamen- gunos fragmentos de este último patrón presenta-
te en los fragmentos, durante el año 2007 se realizó ban incisiones rectas y cortas y lentejuelas al pasti-
una prospección geológica en el área circumlacus- llaje. Del lago Calafquén se analizaron los patrones
tre de ambos lagos, poniendo especial énfasis en micáceos Mr, Esq., Mc y de las pastas graníticas los
los sectores aledaños a los sitios. Como referencias patones Grm y Matriz blanca. El objetivo era deter-
se contó con mapas geológicos de la zona (Rodrí- minar el origen geológico de los litos que compo-
guez et al. 1999; Clavero y Moreno 2004) que daban nían la matriz y con ello evaluar la posibilidad de
cuenta de formaciones metamórficas y graníticas que algunos patrones de pastas definidos en las in-
para estas áreas, las cuales se constituían en poten- vestigaciones cerámicas de ambas cuencas, tuvie-
ciales fuentes de recursos de materias primas tanto ran un origen común. Sobre todo se quería testear
de arcillas como de antiplásticos. De este modo, la aquellos fragmentos que presentaban inclusiones
prospección geológica se orientó especialmente al micáceas, considerando la presencia del complejo
reconocimiento de aquellos sectores donde se des- metamórfico de esquistos en el sector de Lanco a
cribían basamentos volcánicos del cuaternario, en- 40 km. de los sitios, el cual se constituye hasta la
tre los cuales interesaba constatar y muestrear por fecha como la más cercana fuente potencial de
un lado, las formaciones del Paleozoico Superior obtención del material esquisto micáceo. De este
con granitos, granodioritas y tonalitas y por otro, modo, los resultados de los análisis de los cortes
los basamentos metamórficos y de Formación petrográficos permitieron arribar a interesantes
Panguipulli (Clavero y Moreno 2004). Sin embargo, conclusiones.
una vez realizado el recorrido geológico, solamen-
te pudo ser verificada la presencia de formaciones Pastas familia mica
graníticas, y para el caso de las áreas donde debían En primer término, se verificó que en algunos de
emplazarse los afloramientos metamórficos sólo se los patrones de pastas micáceos (patrones de Cala-
pudo confirmar la presencia de depósitos morréni- fquén Mr, Mc y de Villarrica M) existía una relación
cos o formaciones de otras litologías. Por ejemplo, directa entre los minerales presentes en la matriz
en la costa del lago Panguipulli si bien se localizó –arcilla- de las pastas con los minerales que compo-
la Formación Panguipulli, un análisis petrográfico nían los litos -inclusiones- observados en ellas. Esta
de una muestra logró identificar que el tipo de roca relación hace proponer que en estos patrones los
observada aquí eran pizarras, las que no coincidían antiplásticos pueden haber sido extraídos del mis-
con los esquistos micáceos de los fragmentos ar- mo lugar de donde se obtuvo el material arcilloso,
queológicos (Ortega 2008; Sepúlveda 2008). Las ya que éste último se habría formado a partir del
formaciones metamórficas con esquistos micáceos tipo litológico más abundante observado entre las
más cercanas a los sitios se pudieron reconocer inclusiones del patrón (Sepúlveda 2008). Así, esta
fuera del área circumlacustre, a unos 40 km hacia relación hace pensar en la posibilidad de que estos
el oeste de ella, en las cercanías de la localidad antiplásticos hayan provenido del mismo sector de
de Lanco (Provincia de Valdivia, XIV Región de los donde se obtuvo la arcilla, y por ende, es probable
Ríos) (Figura 1), formando parte de un basamento que no se hayan incorporado intencionalmente a la
representado por un complejo metamórfico de es- pasta, o al menos, no hayan sido trasladados desde
quistos (Franzese 1995). otros sectores con este fin. Esta relación se observó
Considerando esta información, se concluyó en ambas cuencas, con lo cual podemos visualizar
que las pastas que contenían inclusiones graníti- que los alfareros de ellas podrían estar compartien-
cas, potencialmente podrían haber sido extraídas do una misma opción tecnológica, que da cuenta
de sedimentos arcillosos asociados a las formacio- de una determinada selectividad y preparación de
nes graníticas registradas en las cercanías de los si- las materias primas; al menos en lo que dice rela-
tios arqueológicos, o bien, al menos el antiplástico ción con estos patrones de pastas específicos.
granítico incluido en ellas. Por el contrario, para las En segundo lugar, se observó que dos patro-
pastas con inclusiones micáceas -o al menos para nes con mica (M de Villarrica y Mr de Calafquén) de
1168
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales
ambas cuencas, podrían provenir del mismo aflo- cánicas (Ortega 2008). Por lo tanto, gran parte de
ramiento de esquisto micáceo, lo cual no quiere los sectores cercanos a los sitios arqueológicos de
decir que necesariamente desde el mismo punto donde provienen los conjuntos alfareros analiza-
exacto de extracción. Estos fragmentos presentan dos, se constituyen en posibles fuentes de arcillas
esquistos muy oxidados, producto posiblemente de aquellos patrones de pastas incluidos dentro de
de alteración hidrotermal (Sepúlveda 2008), la cual la familia granítica.
podría estar presente en diferentes sectores a lo Sin embargo, pese a este panorama general,
largo del mismo afloramiento. Nuevamente estas al igual que en el caso de las pastas micáceas, se
similitudes nos pueden llevar a pensar en que los pudo verificar que en algunos patrones de pastas
alfareros están compartiendo una misma opción graníticas (patrón Grm de Calafquén y G de Villarri-
tecnológica, que implicaría el uso selectivo de una ca) existía una relación directa entre los minerales
determinada materia prima. presentes en la matriz -arcilla- de las pastas con los
Pese a estas semejanzas, el análisis petrográfi- minerales que componían los litos -inclusiones- ob-
co igualmente aportó importantes diferencias en- servados en ellas.
tre ambas cuencas. Por un lado, en dos patrones En síntesis, respecto a los patrones de pastas
micáceos de Calafquén (Mc y Esq.) se identificaron micáceas y graníticas vemos algunas semejanzas
cristales de sillimanita, que es un cristal metamór- entre ambas cuencas, por un lado, el probable
fico de contacto, el cual no está presente entre los uso de la misma conducta en la preparación de las
patrones micáceos de Villarrica (Ortega 2008). Sin pastas, que se relaciona con la presencia de anti-
descartar que dicha diferencia pueda ser efecto plásticos que posiblemente no fueron incorpora-
de un problema muestral dado lo pequeño de la dos intencionalmente. Por otro lado, vemos que
muestra sometida a petrografía, la presencia de en ambas cuencas se constata un patrón de pasta
este cristal metamórfico de contacto solamente en micáceo (con esquistos que manifiestan alteración
los patrones de Calafquén, podría ser indicador de hidrotermal) que podría provenir del mismo aflora-
que estas pastas micáceas fueron extraídas ya sea miento metamórfico.
de una fuente diferente a la de los patrones micá- Entre las principales diferencias o microvaria-
ceos de Villarrica, o al menos, de sectores diferen- ciones se registra la presencia de sillimanita sólo en
tes dentro del mismo afloramiento de esquistos. Calafquén y la asociación de los decorados bícro-
Por lo tanto, este uso diferencial de la formación mos rojo sobre blanco de ambos lagos con diferen-
metamórfica se constituye en un elemento de mi- tes tipos de pastas (micácea en el caso de Villarrica
crovariación entre ambas cuencas. y granítica en el de Calafquén).
La otra microvariación significativa que pudo
ser constatada se refiere a los decorados bícromos Operaciones primarias y secundarias de for-
rojo sobre blanco. Mientras en Villarrica estos frag- matización y técnicas de decoración
mentos fueron manufacturados con pastas con es- En cuanto a las técnicas de formatización prima-
quisto micáceo, en Calafquén se asociaban prefe- ria y secundaria (Rye 1981), se puede señalar que el
rentemente con pastas graníticas (a excepción de único rasgo cerámico que podría ser interpretado
3 fragmentos provenientes de los sitios Loncoñan- como evidencia de una acción de la etapa prima-
co-2, Musma-2 y Marifilo-1). ria de formatización, lo constituye la presencia de
fragmentos de formas que presentan uniones del
Pastas familia granítica cuello con el cuerpo, dando cuenta de vasijas res-
La gran diversidad de afloramientos graníticos tringidas con perfiles compuestos (Shepard 1964).
detectados en la zona circumlacustre donde se de- Estas uniones representan un tipo de opción tecno-
sarrolló la prospección geológica, ha complejizado lógica, ya que podrían estar relacionadas con el uso
bastante la identificación de las posibles fuentes de la técnica de manufactura por rodetes para la
de extracción de las arcillas presentes en los frag- construcción de las vasijas enteras (Rice 1987). Esta
mentos arqueológicos. Así, en términos generales técnica de manufactura de formatización primaria
se estableció que la presencia de cuarzo, feldespa- estaría presente en ambas cuencas.
to, plagioclasa y vidrio registrado en los patrones Otro elemento tecnológico compartido por
graníticos Matriz blanca, Grm y G de ambas cuen- ambos conjuntos cerámicos y que puede ser in-
cas, indican que la arcilla habría sido obtenida de cluido dentro de las etapas de producción que son
lugares ricos en rocas graníticas y volcánicas con seguidas dentro de las técnicas de formatización
alta meteorización, que sería el caso de los alrede- decorativa, es la presencia del tratamiento pulido
dores del volcán Villarrica (Ortega 2008). Esta zona en las superficies exteriores de los fragmentos, el
se caracteriza por la presencia de morrenas con cual probablemente fue aplicado cuando las vasijas
aporte de arcillas y clastos de granito y rocas vol- estaban en su “estado cuero” (Rye 1981). Siguiendo
a Rye (1981), vemos que esta opción tecnológica es las cuales sí fueron compartidas por los alfareros de
más efectiva cuando la vasija está con dureza cue- ambas cuencas.
ro, lo mismo ocurre con la aplicación de muchos Secado, cocción y tratamientos postcocción
procesos decorativos, los cuales son más exitosos A partir de las descripciones de los conjuntos
cuando la vasija está en dicho estado. Sería el caso cerámicos de ambos lagos tampoco se pudo obte-
de la aplicación de incisiones, acanalados e inclu- ner información para estas tareas operacionales.
sive de la agregación de elementos por modelado La única referencia a uno de los pasos producto
como las lentejuelas al pastillaje; todos tipos de- de esta etapa se pudo constatar entre el conjunto
corativos que son observados en Villarrica y no en cerámico del lago Calafquén, para el cual se hace
Calafquén. En este sentido, vemos que respecto mención de improntas de hojas con técnica resis-
a estas decoraciones los alfareros de ambos lagos tente (Reyes et al. 2003-2004). Esta técnica pudo
habrían tomado opciones diferentes en cuanto a haberse aplicado ya sea durante el proceso de coc-
la elección de los tipos decorativos y su técnica de ción, o bien, después de que éste concluyera, sien-
aplicación, constituyéndose en un aspecto tecno- do en este último caso un tratamiento postcocción
lógico de microvariación. No sucede lo mismo con similar al ahumado. Esta técnica no aparece docu-
las decoraciones por engobe, que también se aplica mentada en la investigación de los conjuntos cerá-
en el estado cuero, y la bicromía roja sobre blanco, micos de Villarrica.
CONCLUSIONES Y DISCUSION
De acuerdo a los resultados expuestos se pue- moscovitas es muy común encontrar yacimientos
de apreciar que dentro del ejercicio analítico plan- arcillosos que contengan micas naturalmente, las
teado en este trabajo, que consistía en comparar cuales pueden mejorar la plasticidad de las arcillas
las cadenas operativas de manufactura cerámica (Rye 1981). Y pese a que, este mineral tiene propie-
de dos conjuntos alfareros previamente analiza- dades fundentes para cocciones a alta temperatura
dos con el fin dar cuenta de microvariaciones, la como la cerámica china, la porcelana y el gres, de
etapa para la cual se obtuvo mayor información acuerdo a Rye (1981) es probable que en fragmen-
sobre las opciones tomadas por los alfareros, fue tos antiguos se presente como una inclusión natu-
la del procuramiento y preparación de las mate- ral de la arcilla y no como un elemento incorpora-
rias primas. Uno de los temas más difíciles de tra- do intencionalmente. De este modo, observamos
bajar en tecnología cerámica es la diferenciación que independiente de las acciones comprometidas
entre inclusiones naturales de las arcillas y las que dentro de la etapa de preparación de las pastas, en
son agregadas por los artesanos (Rye 1981; Rice ambas cuencas podemos registrar una preferencia
1987). En este sentido, el conocimiento geológico, por el uso de, ya sea, arcillas ricas en esquistos mi-
las técnicas petrográficas, análisis de elementos cáceos, o bien, de éste último como antiplástico,
traza, entre otras, aplicadas a la cerámica pueden obtenido de formaciones que se emplazan a más
ser herramientas fundamentales para generar pro- de 40 km de distancia de los sitios en donde las
posiciones respecto de conductas culturales (Rice vasijas fueron usadas y descartas. Así, podemos
1987). Para nuestro caso, la prospección geológi- señalar que con respecto a este mineral específi-
ca realizada y los resultados obtenidos del análisis co, en ambas cuencas se observa el mismo tipo de
petrográfico fueron fundamentales para aportar conducta tecnológica dentro de esta etapa de la ca-
información sobre opciones y preferencias en el dena operativa de producción cerámica. Siguiendo
uso-recolección de fuentes de aprovisionamiento con las acciones relacionadas con la recolección de
de arcillas y/o antiplásticos, así como también, so- las materias primas para la manufactura cerámica,
bre aspectos relacionados con la preparación de las del análisis petrográfico también se desprende que
materias primas. De esta manera, uno de los resul- algunas de las vasijas de los conjuntos cerámicos
tados más interesantes obtenidos está relacionado de ambas cuencas, podrían compartir una fuente
con la posibilidad de que las pastas de algunos pa- de arcilla y/o antiplástico, planteándose con ello
trones micáceos y graníticos (patrones Grm, G, M, la preferencia y uso común de al menos una de las
Mr y Mc), hayan sido recolectados con los antiplás- diversas fuentes de materias primas que pudieron
ticos incorporados naturalmente, siendo un rasgo ser utilizadas. Sin duda, análisis posteriores, sobre
tecnológico común a los conjuntos cerámicos de todo de elementos traza u otros, podrán aportar
ambas cuencas. Esta idea no resulta tan extraña si mejor a la contrastación de estos planteamientos,
se revisa la literatura arqueológica al respecto, en quedando dichas relaciones por el momento sola-
la cual se señala que al menos para el caso de las mente en el plano hipotético. Pese a este escenario
1170
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales
de similitudes, existe una diversidad de elementos del ámbito cordillerano). Sin embargo, estas de-
tecnológicos que se fueron configurando como mi- coraciones también han sido vinculadas con otras
crovariaciones dentro del proceso productivo. La áreas del Centro sur de Chile (Becerra y Reyes 2005)
primera se relaciona con el énfasis diferencial en y con sectores cordilleranos de los Andes orientales
el uso de las pastas micáceas observado entre las (Hajduk 1986). Así, siguiendo a Gosselain (1998),
dos cuencas. Mientras en el sitio Puraquina del lago es posible pensar en estas decoraciones como ele-
Villarrica su presencia es significativa (alcanza casi mentos particularmente visibles y técnicamente
el 50%) en Calafquén es minoritaria, a excepción de maleables y en este sentido, ellos podrían estar
los sitios Loncoñanco-2 y 3; los cuales en este senti- reflejando categorías más amplias y superficiales
do pueden estar participando de las mismas opcio- de límites sociales (Gosselain 1989). En relación a
nes tecnológicas, en términos del aprovisionamien- los otros tipos de decoraciones observados en am-
to de las materias primas, que en el sitio Puraquina. bas cuencas, consistentes en engobes y pinturas
Además, justamente en el sitio Loncoñanco-2 es rojas sobre engobes blancos aplicadas precocción,
donde aparecen decorados rojo sobre blanco con y cuyos motivos y configuraciones han permitido
pastas micáceas, constituyéndose en una diferen- incluirlas dentro de una misma unidad cultural pan
cia significativa respecto de los otros decorados de regional, como lo es la Tradición Bícroma, podemos
esta cuenca, los cuales fueron manufacturados con señalar que nuevamente la decoración nos remite
pastas graníticas. Por su parte, las microvariaciones a los ámbitos de las vasijas más visibles y sujetos a
entre las cuencas también se verifican en el hecho imitaciones e influencias. Esto porque si nos cen-
de que entre ellas existen pastas micáceas diferen- tramos en los aspectos menos evidentes, como p.e
tes (al menos es lo que se ha constatado hasta la los tipos de pastas con estas vasijas fueron con-
fecha), como sería el caso de aquellos patrones con feccionadas, constataremos microvariaciones sig-
sillimanita, mineral que sólo estaría presente en la nificativas en este aspecto tecnológico (Gosselain
cerámica de los sitios del Calafquen y no de Villa- 1989). Lo anterior queda verificado en el hecho de
rrica. Esta diferenciación podría estar implicando que la elección -conciente o no, no lo sabemos- de
el uso-recolección de sectores diferentes al interior las pastas con que fueron manufacturadas estas va-
de la misma formación metamórfica de donde pro- sijas decoradas rojo sobre blanco fueron diferentes
vienen las otras pastas micáceas, o bien, de otros para cada lago y corresponden en cada caso, a la
afloramientos metamórficos. misma familia de pastas con que fue confeccionada
Ahora bien, estas variaciones tecnológicas no la mayor parte de su alfarería no decorada (mono-
sólo se documentan en la etapa inicial del proce- croma).
so de manufactura cerámica, sino que también en En síntesis, al comparar los conjuntos cerámi-
algunos aspectos de las etapas posteriores de la cos de ambas cuencas respecto de algunos de los
cadena operativa. Como fuera señalado anterior- pasos -opciones dentro de un abanico de posibili-
mente, existen una serie de decoraciones que se re- dades- que fueron tomados dentro de las etapas
gistran exclusivamente en el lago Villarrica, las que operacionales de manufactura cerámica, nos en-
consisten en incisiones cortas y rectas, acanalados contramos con varios elementos comunes, pero
anulares y lentejuelas al pastillaje y cuya aplicación también, con elecciones evidentemente diferentes
puede ser clasificada como un paso de producción (microvaraciones). Así, vemos que para el período
-texturación-, que se realiza durante las tareas Alfarero Tardío en esta zona de lagos precordillera-
operacionales que implican las técnicas de forma- nos, existió un grupo social o varios, no lo sabemos,
tización decorativa (Stark 1999). Generalmente que ocuparon dos ámbitos geográficos diferentes
estas decoraciones se hacen durante el proceso y para ello usaron vasijas que fueron manufactu-
de secado de las vasijas, cuando se encuentran en ras de manera similar posiblemente compartiendo
estado cuero, y su ejecución en esta fase del pro- una o más fuentes de materias primas y al menos
ceso de manufactura puede encontrar diferentes una forma particular de preparación de las pastas.
explicaciones prácticas y estéticas (Rye 1981). Sin Pero a su vez, estos grupos (o este grupo) usaron
embargo, desde otra perspectiva la elección de una serie de otras vasijas que comparten solamen-
esta técnica y no de otra, nos puede remitir a op- te algunos de los pasos productivos que fueron se-
ciones tecnológicas que son menos manipuladas leccionados dentro de las etapas tecnológicas de
concientemente por parte de los alfareros (Gosse- manufactura -uso de diferentes fuentes de arcilla
lain 1998). Cabe destacar que las vasijas que pre- tanto en las vasijas monocromas como en las deco-
sentan estas decoraciones están asociadas a pas- radas-, los cuales resultan ser justamente aquellos
tas graníticas con elementos volcánicos, los cuales menos manipulados concientemente dentro del
permiten inferir un posible uso y recolección local proceso de confección cerámica. Sin duda muchas
de las fuentes de materias primas (al menos dentro dudas quedan aún por despejar, y solo nuevos aná-
lisis orientados desde estas mismas perspectivas sociales que tuvieron en el pasado estas variacio-
de investigación y sobre otros ítems de cultura ma- nes tecnológicas.
terial, podrán ayudar en entender las implicancias
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue realizado en el marco del Proyecto Fondecyt 1060216 “Habitando bosques, lagos
y volcanes, comparación de las ocupaciones Arcaico y Alfarero Temprano en los ámbitos cordilleranos
Llaima – Lonquimay y Villarrica – Lanín (39º S)”.
NOTAS
1
. Cabe mencionar, sin embargo, que dentro de este panorama pan regional hubo algunos intentos
por reconocer variaciones locales. Es el caso por un lado, de la fase costera Tirúa del Vergelense, plantea-
da por algunos autores, que se ubicaría en la costa de la provincia de Arauco (Schneider 1927; Latcham
1928; Menghin 1962 en Aldunate 1989). Por su parte, otro tipo de variación regional que se postuló, a
casua de la ausencia de sitios Vergel en el sector meridional de la Araucanía (ubicado al sur del cordón
Mahuidanche-Lastarria) y en la precordillera lacustre, se relaciona con la posible permanencia en ambas
zonas del complejo Pitrén hasta tiempos posteriores al 1.000 d.C, mientras sus contemporáneos del valle
central entre los ríos Bío-Bio y Toltén, ya estarían desarrollando las manifestaciones adjudicadas al com-
plejo El Vergel (Aldunate 1989).
2
. Este autor planteó la permanencia a partir de fines del primer milenio de nuestra era del complejo
Pitrén al sur del Toltén y en la precordillera lacustre, mientras en el valle central, entre los ríos Bío-Bío y
Toltén, se comienza a desarrollar el complejo El Vergel.
3
. Historia cultural que se fue construyendo básicamente a partir del análisis tipológico de vasijas com-
pletas de funebria.
4
. Este giro puede constatarse en la revalorización que ha tenido el estudio del material cerámico
fragmentado de carácter doméstico.
5
. En este escrito usaremos los términos antiplástico e inclusiones como sinónimos de los litos obser-
vados en la pasta, independiente de que sean inclusiones naturales de la arcilla (“accessories”) (Rye 1981)
o agregadas por los artesanos (“tempering”) (Rye 1981).
6
. Este análisis petrográfico preliminar se realizó con un microscopio binocular con diferentes lentes
5x a 40x.
7
. Para este análisis comparativo solamente se consideró el componente prehispánico del sitio (capa
5) (Mera et al. 1999).
8
. Dentro de los aspectos tecnólogos se observó el tratamiento de las superficies internas y externas,
la pasta, el tipo de cocción, el espesor de las paredes y las técnicas de manufactura. Por su parte, las
categorías morfológicas que presentaban las vasijas enteras se reconstruyeron a partir de fragmentos-
formas. Finalmente, entre los aspectos decorativos se consideraron las técnicas de engobe y pintura apli-
cados a la superficie de las vasijas (Reyes 2004).
9
. Para la clasificación de las pastas se consideraron selectivamente algunos de los criterios propues-
tos en el protocolo diseñado por Varela et al.: aspecto general de la pasta, inclusiones del antiplástico
(densidad, tamaño y forma) y color de la pasta (Varela et al. 1998) y se agregaron otros como textura
de la pasta y distribución de las inclusiones. Para el registro del atributo pasta se usó una lupa binocular
(10x-40x)” (Reyes 2004).
10
. La familia granítica está compuesta por una pasta arenogranulosa con abundantes inclusiones
blancas (cuarzos) y eventualmente también con inclusiones rojas y volcánicas y la familia mica por una
pasta definida como arenogranulosa con abundantes biotitas y micas blancas (Reyes 2004).
11
. Cuando nos referimos a esta categoría de tamaño consideramos diámetros < 100 mm.
12
. Cuando nos referimos a esta categoría de tamaño consideramos diámetros entre 100 y 200 mm.
13
. Cuando nos referimos a esta categoría de tamaño consideramos diámetros > 200 mm.
14
. Se observaron los tratamientos de superficie exterior, el espesor de las paredes y se describieron
los fragmentos-formas para establecer las categorías morfológicas de las vasijas.
15
. “Estas familias se definieron a partir del examen macroscópico de las pastas, a través de la obser-
vación de un corte fresco en los fragmentos, bajo lupa binocular (10x-40x). Las pastas se clasificaron en
una primera instancia en patrones y luego en familias. El criterio usado para definir los patrones de pastas
se basó en el reconocimiento geológico de las inclusiones que componen la arcilla, tomando además en
cuenta el tamaño y la densidad de los áridos. También dentro de la definición de los patrones se conside-
1172
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales
raron las características de la masa fundamental. Una vez identificados los patrones de pastas, éstos se
agruparon en familias. Las familias son conjuntos de patrones de pastas que comparten el mismo tipo de
árido” (Reyes et al. 2003-2004).
16
. Este análisis de pastas permitió reconocer en los sitios habitacionales 32 patrones de pastas, agru-
pados en las tres grandes familias mencionadas (Reyes et al. 2003-2004).
17
. Para el análisis petrográfico de los fragmentos, fueron seleccionaron los patrones que podían apor-
tar mayor información respecto a la discusión sobre uso local o foráneo de las arcillas.
BILBIOGRAFÍA
1174
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales
Santiago.
Sepúlveda, F.
2008 Habitando bosques, lagos y volcanes, comparación
de las ocupaciones Arcaico y Alfarero Temprano en los
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Utah Press, Salt lake City.
1176
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio
del sitio La Mesada, localidad arqueológica La
María Meseta Central de Santa Cruz
Fabiana Skarbun1
A B S T R A C T
The aim of this paper is to present the characterization of the lithic technology assemblage from
the middle component of La Mesada site, archaeological locality of La Maria, Central Plateau
of Santa Cruz, Middle Holocene age. Different strategies implemented in the production of the
instruments are discussed. They would be related to the availability of raw material, subsistence
strategies, microregional organization of space and regional social strategies. It is argued that
La Mesada site was a residential base, in which activities of production of lithic instruments and
secondary processing were carried out. Low energy technological strategies would have been
employed for the conservation of abundant and locally available raw material. Higher energy
strategies would have been implemented in the conservation of less available or scarce raw
materials. Finally, the selected standardization designs are observed all over the macroregion.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo se enmarca dentro de las investiga- Mesada de la localidad arqueológica mencionada,
ciones que se vienen realizando en la Meseta Cen- el cual corresponde al período del Holoceno medio.
tral de Santa Cruz, específicamente en la Localidad Se trabaja dentro del marco de la organización de
Arqueológica La María y en el marco del trabajo de la tecnología lítica (Nelson 1991) y se discuten dis-
tesis doctoral que tiene por objetivo comprender la tintas estrategias implementadas en la producción
organización de la tecnología lítica de las socieda- de instrumentos de este conjunto lítico, las cuales
des pasadas que habitaron esta región. estarían relacionadas con la disponibilidad de ma-
El objetivo de este trabajo es presentar la ca- terias primas, las estrategias de subsistencia, la
racterización de la tecnología lítica del conjunto organización espacial microregional y estrategias
proveniente del componente medio del sitio La sociales macroregionales.
El sitio La Mesada se encuentra en el sector La temporaria “La María” (Figura 1). Se relevaron 28
María Quebrada (Paunero et al. 2005). Este sector sitios con pinturas rupestres, dos de los cuales fue-
se ubica al norte de la localidad, su altura es de 300 ron excavados: La Mesada y Cueva Túnel.
a 400 m s.n.m., conformado principalmente por un El sitio La Mesada es una cueva pequeña (Figura
cañadón profundo con paredes de ignimbrita de la 2a) con una posición estratégica dentro del paisaje,
formación Choin Aike (Panza 1995). El cauce tem- debido a que, por un lado, se encuentra cercano a
porario nace, al igual que los cauces de la mayoría las mesetas altas y, por otro, está comunicado con
de los cañadones vecinos, en el manto de basalto los bajos con cotas menores a 200 m s.n.m. Se con-
La Angelita, constituido por basaltos olivínicos sidera que la cueva y los sectores aledaños a la mis-
(Panza 1995) y desemboca finalmente en la laguna ma se usaron de manera complementaria, donde
1 Departamento Científico de Arqueología. Museo de Ciencias Naturales de la Plata. FCNyM. UNLP. CONICET.
[email protected]
Skarbun 1177
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Figura 1: Ubicación
del sitio La Mesada.
Ref: Toba sil: Toba
silicificada
a: Vista en detalle
del sector del sitio La
Mesada. Formaciones
geológicas del área
b: Ubicación de
La Localidad
Arqueológica La
María. Distribución
de afloramientos
minerales
1178
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz
se llevaron a cabo actividades diversas por parte de ponde a la unidad 8, la cual posee un fechado de
los grupos humanos que la ocuparon a lo largo del 9090 ± 40 AP, fue caracterizada en investigaciones
tiempo. Es un sector que posee amplia visibilidad, previas como una ocupación eventual de probables
reparo del viento, acceso a las vertientes y posibili- características exploratorias (Paunero et al. 2005).
dades de caza. El componente medio, al que corresponden las uni-
El sitio La Mesada fue excavado durante los dades 5b (espesor: 13-23 cm) y 6 (espesor: 7-11 cm),
años 1996, 1999 y 2000. La estratigrafía registrada posee lentes de fogón, elementos líticos y óseos,
indica 9 unidades (Figura 2a y b). Los datos de la presentando astillas y fragmentos quemados. La
secuencia y caracterización de los componentes unidad 5b fue fechada en 4500 ± 40 AP. (Paunero
fue realizada anteriormente (Paunero 2000). 2000a). Se han efectuado remontajes de piezas líti-
Se realizaron 2 cuadrículas de 1,50 x 1,50 m di- cas entre ambas unidades, las cuales fueron consi-
vididas en hemicuadrículas (A1, A2, B1 y B2), lo que deradas como un mismo componente, asignado al
representa un área de 4,50 m2. La superficie total Holoceno medio, y será el eje de nuestra atención
de la cueva, tomando como límite la línea de go- en este trabajo. Por último el componente superior
teo, es de 12,50 m2. Esto implica que se excavó el (unidad 4, 3, 2 y 1) corresponde por su posición es-
36%. La ocupación del Holoceno temprano corres- tratigráfica al Holoceno tardío (Paunero 2000).
Skarbun 1179
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
organización tecnológica; propone que la natura- De acuerdo a la distancia de las fuentes de apro-
leza y distribución de los recursos líticos condicio- visionamiento al sitio, se realizó en trabajos previos
nará fundamentalmente la forma en que van a ser (Skarbun et al. 2007) una agrupación de las mate-
explotados. Según Andrefsky (1991, 1994) el tipo rias primas para esta localidad; en este trabajo se
de tecnología lítica practicada, la morfología final respeta la misma agrupación.
de los instrumentos y los tipos de desechos líticos 1. Materias primas alóctonas: su fuente se en-
producidos están relacionados con el tamaño, for- cuentra a más de 20 km de distancia, en este caso,
ma, calidad y disponibilidad de las materias primas la obsidiana.
líticas. Cuando no existe disponibilidad de materias 2. Materias primas locales: a distancias no ma-
primas localmente, las estrategias tecnológicas yores de 20 km, representadas para este sitio por
tenderán a una mayor inversión de energía en la las canteras de sílex, toba silicificada y xilópalo.
conservación de las mismas. En zonas con alta dis- 3. Materias primas locales que se encuentran
ponibilidad de materias primas de buena calidad se dentro de la unidad paisajística donde se ubica el
espera que haya mayor flexibilidad en las estrate- sitio, inmediatamente disponibles, como el aflora-
gias de producción de instrumentos, siendo factible miento de sílex del cañadón de La María Quebra-
que se invierta menor energía en la conservación. da.
ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN
HIPÓTESIS
El sitio La Mesada fue utilizado como sitio de mentos líticos y procesamiento secundario. Por lo
base residencial y formaría parte de un espacio tanto sería esperable hallar gran diversidad de ins-
más amplio incluido en el sector circundante. En él trumentos relacionados al procesamiento secun-
se realizaron actividades de producción de instru- dario (raspado, corte, perforación de cuero, entre
1180
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz
otros) y ausencia de puntas, ya que se trataría de la materia prima disponible y de los tipos de bordes
localizaciones en las que se practicaron funciones y enmangues (Franco y Borrero 1996). La morfo-
que no incluían el uso y descarte de estos instru- logía final de los instrumentos estaría vinculada a
mentos (Mena 1991). la función específica de los mismos y/o a requeri-
En relación a los productos de la talla, dada la mientos de estandarización. También se espera
estructuración de las actividades y la alta disponibi- encontrar altos porcentajes de filos formatizados
lidad de materias primas de buena calidad cercanas con retoques marginales y unifaciales, y porcenta-
al sitio, las actividades de reducción inicial pudieron jes de las lascas retocadas y deberían haberse con-
ser realizadas fuera del sitio, en las canteras mis- feccionado menos filos por instrumento. Se habría
mas (Paunero et al. 2007). Así, deberían encontrar- producido poco o nulo reuso de instrumentos, con
se bajos porcentajes de lascas de descortezamien- porcentajes bajos de artefactos mantenidos y de
to y preparación del núcleo, altos porcentajes de lascas de mantenimiento.
productos de la talla y/o de la formatización de los En relación a las materias primas no disponi-
filos de los instrumentos. bles o más escasas en la localidad, se habrían im-
El costo de acceso a las canteras locales de plementado estrategias de mayor inversión de
materias primas de buena calidad para la talla no energía en la conservación de la materia prima. El
habría sido alto, por lo tanto, se habrían implemen- diseño de los artefactos debería ser transportable,
tado estrategias de baja inversión de energía en re- los núcleos estarían agotados y con mayor prepara-
lación a la conservación de las mismas. La selección ción de sus plataformas, minimizando los desechos
y abastecimiento de este tipo de materias primas durante la reducción o modificación y maximizan-
estarían incorporados en las actividades diarias de do los elementos útiles (Nelson 1991). Debería ha-
los grupos que las utilizaban, realizándose un procu- llarse mayores porcentajes de piezas producto de
ramiento directo (Bamforth 1992) y no implicarían la formatización del filo y del mantenimiento. Es-
una gran inversión de energía en su abastecimien- tas materias primas poseerían mayor porcentaje de
to; en este sentido existirán mayores porcentajes instrumentos con lascados bifaciales y mayor can-
de sílex, respetándose la oferta ambiental. tidad de filos por instrumento; también deberían
Durante la producción de instrumentos la baja existir diferencias funcionales entre estos.
inversión de energía en la conservación de la mate- Debieron implementarse estrategias tecnológi-
ria prima estaría evidenciada por núcleos con poca cas tendientes a la selección de diseños estandari-
preparación de sus plataformas, las cuales serían zación compartidos en la macroregión. De esta ma-
mayormente naturales o lisas, estos núcleos ha- nera se espera mayor estandarización de las formas
brían sido desechados en distintos estadios de re- base y selección de diseños tecnológicos laminares,
ducción (Nelson 1991). Por otro lado, las técnicas tanto como altos porcentajes de raspadores.
específicas dependerían de la forma y el tamaño de
Skarbun 1181
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
%
Toba Xiló-
Grupo Sílex Calcedonia Toba Obsidiana Indet. Total
Silicificada palo
Productos de talla 76,56 10,28 8,14 2,38 1,48 1,07 0,08 100
Núcleo 60 20 - - - 20 - 100
%
Productos Artefactos
Materia Prima Núcleo Total
de talla formatizados
Sílex 92,82 0,3 6,88 100
Tabla 3. Núcleos
Fragmento
Materia Prima Determinados% Total% Total Cant.
Indeterminado%
Sílex 27,82 72,18 100 931
1182
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz
%
Materia Prima Estados Microlascas Muy chica Chica Mediana Grande Muy grande Total
Entero 44,9 14,32 27,43 12,62 0,73 - 100
Sílex
Frag. 1,16 39 47,88 10,42 1,54 - 100
Entero - 40 60 - - - 100
Toba
Frag. - 25 62,5 12,5 - - 100
%
Forma Módulo Toba Calcedo-
Sílex Toba Obsidiana Indet. Total
Base Largo/ancho Silicificada nia
Lasca Regular 53,42 57,69 50 100 50 66,67 55,21
Lasca
Larga 23,74 26,92 23,08 - 50 33,33 23,61
laminar
Larga 14,61 11,54 23,08 - - - 14,24
Lámina
Muy Larga 0,46 - - - - - 0,35
Lasca
Ancha 5,48 - - - - - 4,17
ancha
Lámina
Regular 2,28 3,85 - - - - 2,08
corta
Lasca
Larga - - 3,85 - - - 0,35
triangular
Total 100 100 100 100 100 100 100
Tabla 6. Forma base y módulo largo/ancho de productos de talla enteros sin contar las microlascas según materias primas
Skarbun 1183
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
donia, la toba silicificada y la obsidiana o nulo para La mayoría de los artefactos formatizados de
la toba y el xilópalo. El porcentaje de piezas en el sílex están fragmentados, también lo está el de ob-
estadio de formatización del filo es bajo para el sí- sidiana. La calcedonia y la toba silicificada tienen
lex y nulo para la toba silicificada, la toba y el xiló- porcentajes más altos de artefactos enteros (Tabla
palo, mientras que para la calcedonia y la obsidiana 9).
son altos los productos de formatización de filos Los artefactos formatizados enteros de sílex
(Tabla 7). tienen tamaños entre muy chico y muy grande,
siendo los más abundantes los medianos; para los
Materia Descorte- Formatiza- Total artefactos de sílex fragmentados los tamaños más
Talla%
Prima zamiento% ción% % abundantes son los chicos. Los tamaños chicos y
Sílex 4,59 87,11 8,3 100 medianos tienen los porcentajes más altos para
Calcedonia 2,91 78,64 18,45 100 los artefactos de calcedonias, siendo los tamaños
Toba chicos más abundantes para los artefactos frag-
6,15 93,85 100
Silicificada
-
mentados. Los porcentajes más altos de toba silici-
Toba - 100 - 100 ficada enteras son de tamaños grandísimos y para
Obsidiana 5,88 70,59 23,53 100
los artefactos fragmentados tamaños medianos. El
artefacto de obsidiana es chico y está fragmentado
Indetermi-
nada
60 40 - 100 (Tabla 10).
Xilópalo - 100 - 100
Tabla 7: Estadios de reducción según materia prima. Sílex 28,99 71,01 100
%
Cant.
Clase Sílex Calcedonia Toba Silicificada Obsidiana Total%
Total
Raspador 78,13 18,75 3,13 - 100 32
Total cant. 69 13 6 1 89
Tabla 8. Materia prima de artefactos formatizados.
1184
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz
%
Muy Mega
Materia Prima Estados Muy chica Chica Mediana Grande Total%
grande forma
Entero 5 25 50 15 5 - 100
Sílex
Frag. 16,33 59,18 20,41 4,08 - - 100
Entero - 20 20 20 - 40 100
Toba Silicifi-
cada Frag. - - 100 - - - 100
%
Forma Base Módulo Largo/ancho Sílex Calcedonia Toba Silicificada Total
Larga 40 28,57 60 40,63
Lámina
Muy Larga 5 - - 3,13
Los porcentajes de formas base (Tabla 11) más Existe una gran cantidad de artefactos com-
abundantes para los artefactos formatizados son puestos, sin embargo los artefactos con un solo filo
las láminas y las lascas laminares para todas las ma- formatizado casi alcanzan el 50%, el resto posee
terias primas; en el sílex son también relativamente dos o tres filos (Tabla 14). Cada materia prima pre-
altos los porcentajes de lascas. Siendo los porcen- senta una situación similar, aunque existen algunas
tajes de módulos largos muy altos para todas las variaciones; de esta manera la diferencia entre los
materias primas. porcentajes de los artefactos con uno y dos filos
La mayoría de los artefactos son unifaciales, formatizados para el sílex es muy pequeña, siendo
sólo tres son bifaciales de los cuales dos son de los artefactos con tres filos los menos abundantes.
calcedonia, de esta manera el porcentaje de instru- Mientras que la calcedonia tiene porcentajes muy
mentos bifaciales de calcedonia es alto en relación altos de artefactos con solo un filo formatizado y
al resto de la muestra (Tabla 12). los de tres filos son más altos que los de dos. La mi-
Los artefactos bifaciales de calcedonia son un tad de los artefactos de toba silicificada poseen un
cuchillo y un fragmento ambos con lascados exten- solo filo y la otra mitad posee dos. El artefacto de
didos, el cuchillo posee tres filos formatizados. El obsidiana sólo posee un filo formatizado.
artefacto de sílex es una lámina retocada con lasca- Los artefactos formatizados son relativamente
dos parcialmente extendidos. diversos en relación a las clases (Tabla 15). Los más di-
Los artefactos formatizados más abundantes versos son los artefactos de sílex. La clase más abun-
son de retoque marginal, para el sílex, la calcedonia dante es la de los raspadores, le siguen en abundancia
y la toba silicificada, todos con porcentajes mayo- los cuchillos y las láminas y las lascas retocadas. En
res al 75%; el artefacto de obsidiana presenta mi- menor cantidad se hallaron raederas, muescas, pun-
croretoque marginal (Tabla 13). tas burilantes y denticulados (Tabla 16).
Skarbun 1185
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
%
Toba Silici-
Sílex Calcedonia
ficada
Obsidiana Total
Artefactos de retoque marginal 80 76,92 100 - 79,76
%
Sílex calcedonia Toba Silicificada Obsidiana Total
Artefacto simple 43,48 61,54 50 100 47,19
Calce-
Toba dancia las lascas retocadas y los fragmentos. En el
Total Sílex silicifi- caso de las tobas silicificadas son más abundantes
donia
cada
los cuchillos y luego las lascas retocadas.
Diversidad 2,58 2,55 1,48 1,33
Homogenei- Raspadores
0,78 0,78 0,45 0,4
dad
La mayoría son raspadores distales de filo cor-
Cantidad de clases: 27, Diversidad máxima: 3,295836866
to (Tabla 16). Son abundantes los que poseen filos
Tabla 15. Índice de Shannon-Weaver para artefactos complementarios (Tabla 17). Para esta clase de
formalizados.
artefactos es alta la fracturación, el 46,88% están
enteros y el 46,88% son fragmentos medio distales
y distales, el resto son fragmentos proximales, me-
Existen diferencias entre la clase de artefactos dio proximales (3,13%) e indeterminado (3,13%). El
de las distintas materias primas, de este modo como sílex tiene un porcentaje más alto de fragmentos
puede verse en la Tabla 16, el sílex tiene mayor can- medio distales y distales (52%), mientras que el
tidad de artefactos y los más abundantes son los resto de las piezas corresponden al 44%, un 4% son
raspadores, aunque los cuchillos y las láminas reto- fragmentos indeterminados. Por otro lado los por-
cadas son bastante abundantes. También son altos centajes de piezas de calcedonia enteras (66,67%)
los porcentajes de raspadores entre los artefactos son los más altos mientras que los fragmentos
de calcedonia, pero en este caso le siguen en abun- medio distales y distales poseen un 33,33%. El úni-
1186
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz
Toba
Calce- Obsi-
Clase Sílex Silicifi- Total
donia diana
cada
Raspador 25 6 1 32
Cuchillo 12 1 2 - 15
Lámina retocada 13 1 - 14
Lasca retocada 7 3 2 1 13
Raedera 5 - 5
Fragmento 1 2 - 3
Fragmento 1 1 - 2
Fragmento de bifacial 1 - 1
Muesca 2 1 - 3
Muesca retocada 1 1 - 2
Muesca de lascado 1 - 1
Denticulado 2 - 2
Raedera denticulada 2 - 2
Punta burilante 2 - 2
Punta burilante 2 - 2
Total 69 13 6 1 89
Tabla 16. Clasificación tipológica de los artefactos formatizados. Según materias primas.
co artefacto de toba silicificada es un fragmento son altos. Se utilizaron láminas cortas como forma
proximal. base, en menor porcentaje (9,38%).
La mayoría de los raspadores se confeccionó so- El 73,33% de los raspadores enteros tiene mó-
bre formas base láminas (46,88%), los porcentajes dulos largos y el 26,67% regulares. Los módulos an-
de lascas (28,13%) y lascas largas (15,63%) también cho/espesor más abundantes son los medios (60%),
Skarbun 1187
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
le siguen los gruesos con 26,67% y los delgados sos poseen un porcentaje similar de 20% cada uno.
alcanzan un 13,33%. Para el sílex son segundos en El comportamiento de las materias primas se dife-
importancia los módulos grueso, con un porcentaje rencia, no habiendo cuchillos de sílex de módulos
de 36,36% y las calcedonias no poseen artefactos gruesos, ni de calcedonia delgados.
con módulos gruesos.
Láminas retocadas
Cuchillos Las láminas retocadas más abundantes son
Los cuchillos más abundantes son los de filo las de filo recto (Tabla 16). Para el sílex son altos
recto (Tabla 16). La fragmentación es muy alta, el los porcentajes de fragmentos proximales y me-
58,33% de los confeccionados en sílex son frag- dio proximales (38,46%) tanto como los medios
mentos medios, el 25% están enteros y el 16,67% (23,08%) y los medios distales y distales (23,08%),
son fragmentos medio distales y distales. Los dos los porcentajes más bajos corresponden a piezas
cuchillos de tobas silicificadas están enteros y el de enteras (15,38%). La lámina retocada de calcedo-
calcedonia es un fragmento proximal. Son muy al- nia es un fragmento medio. Todas las láminas reto-
tos los porcentajes de cuchillos con dos filos (Tabla cadas enteras tienen módulos largo/ancho largo y
18) siendo los cuchillos dobles los más abundantes. 50% de módulos medios y 50% de gruesos.
Los módulos largo/ancho de los enteros son largos
(80%) y muy largos (20%). El módulo de espesor Lascas retocadas
mayoritario es el medio (60%), los delgados y grue- Las lascas retocadas mayoritarias son las de
%
Calce-
Cantidad de filos Sílex Toba Silicificada Total
donia
Artefactos simples 36 33,33 - 34,38
Toba
Cantidad de filos Sílex calcedonia Total
Silicificada
1188
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz
filo recto (Tabla 16). La fragmentación de las las- ria prima por lo que permitieron postular hipótesis
cas retocadas de sílex es alta, los fragmentos más de asociación entre piezas correspondientes a la
abundantes son medios distales y distales (57,14%) procedencia de mismos núcleos; esta similitud in-
mientras que los artefactos enteros tienen un por- volucra tipo de materia prima, tono, textura, betas,
centaje de 28,57% y 14,29% los fragmentos medio. inclusiones, calidad para la talla, tipo de corteza,
En cambio todas las lascas retocadas de calcedonia y otras características contextuales de las piezas
y toba silicificada están enteras. El único artefactoque fortalecen la hipótesis de asociación. Hasta el
de obsidiana es un fragmento proximal. Los módu- momento, se evidenciaron doce asociaciones de
los largo/ancho son variados: para los artefactos de materias primas que involucran a ciento once pie-
sílex enteros (sólo 2) son regulares, mientras que zas. Siete asociaciones corresponden a piezas que
una calcedonia es regular, una larga y otra muy lar- fueron confeccionadas sobre la misma materia pri-
ga. Una toba silicificada es ancha y otra larga. Con ma; tres a piezas de la misma materia prima de las
respecto a los módulos de espesor una de las pie- cuales algunas remontan; y dos asociaciones co-
zas de sílex enteras es delgada y la otra media. La rresponden a piezas que sólo remontan. Se identi-
calcedonia tiene dos con espesor medio y tres con ficaron dos asociaciones entre piezas provenientes
espesor grueso y la toba silicificada posee uno cha- de las unidades 5 inferior y 6.
to y el otro grueso. La mayor asociación corresponde a setenta y un
piezas de la misma materia prima probablemente
Asociación entre piezas provenientes de un mismo núcleo (Figura 3), de las
Durante el análisis de este conjunto lítico se cuales se realizaron cinco remontajes distintos que
pudo identificar dos niveles de asociación de pie- involucran trece piezas, ocho son de descorteza-
zas, el primer nivel se refiere a piezas que remon- miento.
taban, por lo cual su asociación es indiscutible. El
segundo nivel de asociación se corresponde a simi-
litudes macroscópicas muy específicas de la mate-
Skarbun 1189
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
DISCUSIÓN
A partir de los resultados de los análisis pre- resultados para distintos componentes del Holoce-
cedentes es posible discutir algunos aspectos de no medio de la Meseta Central evidenciaron el uso
las actividades de producción de artefactos, tanto enmangado de los raspadores distales (Paunero et
como de las estrategias implementadas en cada al. 2007), futuros análisis funcionales de este con-
paso de su confección. En relación a la selección junto lítico podrán aclarar estos aspectos.
de materias primas se respetó la oferta ambiental, Existen evidencias de selección de soportes es-
esto queda evidenciado por la utilización mayorita- pecíficos para la confección de artefactos formati-
ria del sílex que es la materia prima más abundante zados, en lo que se refiere a tamaño, forma base y
en las inmediaciones del sitio y en la localidad. El módulos largo/ancho. Por un lado, si se comparan
resto de las materias primas fueron menos utiliza- los tamaños de los artefactos formatizados con
das, en general se encuentran en menor propor- los de los productos de talla puede verse que estos
ción en los alrededores y pueden recolectarse en últimos son chicos y muy chicos. Mientras que los
distancias menores a 5 km del sitio, a excepción de artefactos formatizados son chicos y medianos,
la obsidiana. La selección y abastecimiento de es- llegando algunas de las materias primas, como las
tas materias primas podría estar incorporada en las piezas de toba silicificada, a tener tamaños mayo-
actividades diarias de los grupos que las utilizaban res. Las formas base para los productos de talla
como procuramiento directo y no implicarían una son mayoritariamente lascas, también son altas las
gran inversión de energía en su abastecimiento. La lascas laminares, exceptuando la obsidiana que si
obsidiana ocupa un porcentaje muy pequeño de la bien su número es bajo la mitad son láminas. Sin
muestra y es una materia prima no local, pudiendo embargo se realizó una selección de formas bases
haber sido incorporada por abastecimiento directo láminas para la confección de los artefactos forma-
o intercambio de lugares más lejanos. tizados. Los módulos largo/ancho de los productos
En lo que respecta a la preparación de las ma- de talla son generalmente regulares, aunque la di-
terias primas, el porcentaje de núcleos es bajo, ferencia con los módulos largos es muy pequeña.
sólo se han hallado cinco, en general tienen poca Sólo la calcedonia posee porcentajes más altos de
preparación de sus plataformas, que en su mayoría módulos largos que regulares. Los porcentajes de
son lisas, y se les extrajeron lascas y láminas. Nue- módulos largos son muy altos para todos los arte-
vamente puede verse que la selección de las mate- factos formatizados.
rias primas respeta la oferta ambiental, dado que La diversidad de los artefactos es alta, es pro-
son mayoritarios los núcleos de sílex, los cuales se bable que se hayan llevado a cabo una variedad de
encuentran activos, a diferencia del núcleo de cal- actividades siendo las más frecuentes el raspado
cedonia que está agotado, quizá se deba a que esta y corte. Análisis funcionales deben ser llevados a
materia prima si bien está disponible localmente es cabo para poder contrastar esta idea, sin embargo
más escasa. Si bien el porcentaje de núcleos es bajo como se ha mencionado previamente, los análisis
en comparación con el resto de la muestra, son re- anteriores de raspadores provenientes de sitios de
lativamente altos si se las compara con porcentajes la región han dado como resultado el raspado. De
de otros sitios de la localidad. esta manera, la mayoría de los artefactos formati-
La actividad principal realizada para la produc- zados pueden adscribirse a actividades de procesa-
ción de herramientas con todas las materias primas miento secundario, no habiéndose hallado armas o
fue la talla, hubo poco o nulo descortezamiento, lo herramientas extractivas (Guráieb 2000).
mismo sucedió con la formatización de filo a excep- El diseño de los raspadores está estandarizado.
ción de la calcedonia y la obsidiana para las cuales La mayoría de los raspadores son de filo corto, son
esta actividad debió ser más frecuente. abundantes los filos complementarios, la mayoría
El sílex es la clase de materia prima más abun- está confeccionado sobre forma base lámina. Los
dante de los artefactos formatizados, tampoco módulos son mayoritariamente largos de espesor
se evidencia selección de materias primas para su medio. La fragmentación de los raspadores es alta,
confección. sobretodo para los sílex que en su mayoría son frag-
No se evidencia un aprovechamiento exhausti- mentos medio distales y distales. Un porcentaje
vo de la materia prima, ya que la mayoría de los ar- pequeño está confeccionado sobre láminas cortas.
tefactos formatizados son de retoque marginal, sin También se evidencia gran estandarización en
embargo casi la mitad de los artefactos posee dos cuanto a los filos rectos, estos son numerosos en
y tres filos, muchos de los cuales pueden deberse al cuchillos, láminas y lascas retocadas. Son abundan-
agarre o al enmangue, aunque aún no se han reali- tes los cuchillos con dos filos, con módulos largos y
zado análisis funcionales en este componente, los muy largos, y espesor medio. Dos cuchillos de cal-
1190
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz
cedonia son bifaciales, lo que implica una gran dife- alargar la vida útil del filo y los productos de talla
rencia en cuanto a la inversión de energía en la uti- poseen mayores módulos largos que regulares,
lización de las materias primas. También es alta la esto podría deberse al intento de producir desde
fragmentación de la muestra siendo los fragmentos los primeros pasos de la producción de instrumen-
medios para el sílex los más abundantes. Todas las tos diseños listos para su formatización final, como
láminas retocadas enteras tienen módulos largo/ medio de conservar mayor cantidad de materia
ancho largo y la mitad de los espesores son medios prima, contrariamente a lo que sucede con el sílex,
y la otra mitad gruesos. Para el sílex los porcentajes ya que durante los distintos pasos de la producción
de fragmentación son altos. Los fragmentos más de artefactos de esta materia prima, se produjo un
abundantes corresponden a fragmentos proxima- rango variable de posibles soportes de los cuales se
les y medio proximales. Existe la posibilidad que seleccionaron los que se acercan más al estándar.
por lo menos algunos de los fragmentos medios de Para las tobas silicificadas son más abundantes los
cuchillos y de los proximales de láminas retocadas cuchillos y las lascas, esta materia prima tiene una
correspondan a fragmentos distales de raspadores; estandarización media. La obsidiana ocupa un por-
futuros análisis podrán profundizar esta idea. centaje muy pequeño de la muestra y es una mate-
No hay estandarización de módulos largo/an- ria prima no local, pudiendo haber sido incorporada
cho y de espesor de las lascas retocadas. La frag- por abastecimiento directo o intercambio, en este
mentación de las lascas retocadas de sílex es alta, sentido el único artefacto de obsidiana es un frag-
los fragmentos más abundantes son medios dis- mento proximal de lasca retocada de microretoque
tales y distales. Las lascas de calcedonia y de toba marginal y no evidencia ningún otro tipo de forma-
silicificada están enteras. tización y su confección requiere poca inversión de
Puede verse que existe una estandarización di- energía, sin embargo el análisis de los productos de
ferencial de las materias primas; si se analizan las talla de esta materia prima evidenció que existían
clases de artefactos en cada materia prima se ve piezas en el estadio de formatización del filo, por
que no están igualmente distribuidos. Los artefac- lo tanto debió haberse confeccionado algún otro
tos formatizados más abundantes para el sílex son tipo de artefacto formatizado que no fue hallado
los raspadores, los cuchillos y las láminas retocadas, en el sitio, debido a procesos postdepositacionales,
todos estos artefactos tienen alta selección de for- cuestiones de la metodología de excavación (no se
mas base y de filos, es decir, poseen mayor estan- excavó la superficie total del sitio) o que haya sido
darización. Si bien las calcedonias poseen mayor transportado como un artefacto conservado y de-
cantidad de raspadores, le siguen en abundancia positado en otro lugar. Estas diferencias podrían
las lascas retocadas, las cuales implican una menor estar indicando un uso diferencial de las materias
selección en forma base y filos, por otra parte esta primas.
materia prima evidencia estrategias de producción Los análisis de asociación de piezas demostra-
diferente, involucrando una mayor inversión de ron la integridad y coherencia del componente.
energía en su producción, el núcleo está agotado y También evidenciaron al menos cuatro eventos de
los porcentajes de piezas de formatización de filos talla y un evento de descortezamiento y talla, pro-
son relativamente altos, las únicas piezas bifacia- ducido en un sector reducido del sitio, ya que las
les corresponden a esta materia prima, tal vez para piezas provienen de la misma cuadrícula.
CONCLUSIONES
Se puede concluir a partir del análisis del con- prima más abundante y más ampliamente distri-
junto lítico del componente del Holoceno medio buida en el área de estudio; y para la toba silicifica-
del sitio La Mesada que la tecnología lítica se or- da. Otras materias primas no tan disponibles en el
ganizó en torno a la producción de artefactos re- área, como la calcedonia y la obsidiana, evidencian
lacionados con actividades de procesamiento se- mayor inversión de energía en la conservación de
cundario, como raspado y corte, siendo los más la materia prima y formatización de los artefactos.
abundantes los raspadores distales de filo corto y Por otro lado, existen evidencias de estandariza-
los cuchillos de filo recto aunque la diversidad del ción de los diseños de los artefactos, en este sen-
conjunto es alta. Las estrategias implementadas en tido existen diferencias entre las materias primas,
la confección de estos artefactos fueron en general manifestando un uso diferencial de las mismas. El
de baja inversión de energía en relación con la se- sílex tiene alta selección de formas base y de filos,
lección, preparación y conservación de las materias poseen mayor estandarización. Las calcedonias,
primas, sobre todo para el sílex que es la materia poseen menor selección en forma base y filos. Las
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tobas silicificadas tienen una estandarización me- piezas demostraron que existe integridad y cohe-
dia y el artefacto de obsidiana no muestra estan- rencia del componente.
darización. Por último los análisis de asociación de
AGRADECIMIENTOS
A la familia Behm por su hospitalidad y gentileza, así como por permitirnos realizar las investigacio-
nes en la estancia. A la municipalidad de Puerto San Julián por el respaldo brindado durante los traba-
jos de campo. A Carlos Tremouilles, quien realizó los dibujos de las piezas líticas. A mis compañeros de
equipo de trabajo por su colaboración y constante apoyo. A la Dra. Alicia Castro por sus observaciones y
consejos y al Lic. Rafael Sebastián Paunero por su apoyo y guía en la investigación. Estas investigaciones
se realizan en el marco del proyecto: Investigaciones arqueológicas en la Meseta Central de Santa Cruz:
Pasado humano y comunicación (N 429. SeCyT. UNLP).
NOTAS
1
. Por determinadas nos referimos a piezas que al menos posean un atributo identificable que permita
clasificarlas dentro de alguna clase de productos de talla (talón, bulbo, ondas, etc.).
2.
Se midieron siguiendo el eje tecnológico. Se utilizaron las siguientes categorías: Muy chico: 0 – 1,99
cm; Chico: 2 – 3,99 cm; Mediana: 4 – 5,99 cm; Grande: 6 – 7,99 cm; Muy Grande: 8 – 9,99 cm; Grandísima:
10 – 11,99 cm; Excepcional: mayor a 12 cm.
3
. Modulo largo/ancho: es el largo sobre el ancho: muy ancha: menor o igual a 0,2 cm; ancha: mayor
a 0,2 menor o igual 0,6; regular: mayor a 0,6 menor o igual 1,5; larga: mayor a 1,5 menor o igual 4; muy
larga: mayor a 4
4
. Se considera a los productos de talla como todo artefacto lítico generado como consecuencia del
proceso de reducción de núcleos y de los instrumentos. Se distinguen tres estadios: 1. estadio de descor-
tezamiento (productos de talla con más del 90% de corteza), 2. estadio de talla (producto de la talla del
núcleo una vez descortezado), 3. estadio de retalla (productos de talla generados a partir de la formatiza-
ción final, reactivación y mantenimiento de los instrumentos) (Frank et al. 2007).
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Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz
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Las siguientes Instituciones y Empresas hicieron posible la realización de este
evento:
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