Arqueologia de La Patagonia

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 597

Una mirada desde el último confín

Editores

Mónica Salemme - Fernando Santiago


Myrian Álvarez - Ernesto Piana
Martín Vázquez - María Estela Mansur
Fecha de catalogación:

Arqueología de la Patagonia - Una Mirada desde el último confín


de Mónica Salemme - Fernando Santiago - Myrian Álvarez
Ernesto Piana - Martín Vázquez - María Estela Mansur - et al

© Mónica Salemme - Fernando Santiago - Myrian Álvarez et al

1ra Edición - 500 ejemplares.

Diseño, diagramación y Edición:


EDITORIAL UTOPIAS de Jorge Navone
Te/Fax: 54 2901 424552
Ushuaia - Tierra del Fuego
www.editorialutopias.com.ar

Diseño de tapa: Jorge Navone

Todos los derechos reservados


I.S.B.N: 978-987-23221-

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723

Queda estrictamente prohibida, sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones esta-
blecidas por las leyes pertinentes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquer medio
o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
Instituciones Organizadoras

Centro Austral de Investigaciones Científicas


(CADIC)

Sociedad Argentina de Antropología


(SAA)

Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano


(INAPL)

Comisión Permanente de Congresos Nacionales de Arqueología Argentina


(CPCNAA)

Comisión Organizadora

Dra. Myrian Álvarez (CADIC)


Dra. María Estela Mansur (CADIC)
Lic. Ernesto Piana (CADIC)
Dra. Mónica Salemme (CADIC-UNPAT)
Lic. Fernando Santiago (CADIC)
Lic. Martín Vázquez (CADIC-MFdM)

Comisión Permanente

Lic. Teresa Civalero (INAPL)


Lic. Gabriela Guráieb (INAPL)
Dr. Pablo M. Fernández (SAA)
Dra. Julieta Gómez Otero (CPCNAA)
COLABORADORES
Adriana Lasa, Hernán De Angelis y Vanessa Parmigiani, (CADIC), Laura Caruso (Universitat Autono-
ma de Bareclona), Estefanía Herrera (UNPAT sede Ushuaia), Natalia Robledo, Carina Quattrocchi, Maia
Gessaga y Hugo Podbersich (Museo del Fin del Mundo).

REVISION DE ESTILO
La revisión de estilo de los manuscritos fue realizada por Vanesa Parmigiani (UNLP).

TRADUCCION
La traducción y revisión de los resúmenes fue realizada por María Laura Borla (Asociación de Guías de
Turismo de Tierra del Fuego).

AUSPICIOS E INSTITUCIONES QUE APOYARON ESTE EVENTO

Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC – CONICET)


Municipalidad de Ushuaia
Instituto Fueguino de Turismo (INFUETUR)
Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur
ROCH Oil and Gas
Asociación HANIS
Museo del Fin del Mundo
Universidad de la Patagonia San Juan Bosco
Total Austral S.A.
Aerolíneas Argentinas

DECLARACIONES DE INTERÉS

Declarado de Interés provincial por la Gobernadora de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e
Islas del Atlántico Sur, Decreto Nº 657/08
Declarado de interés educativo provincial, Ministerio de Educación y Cultura de la provincia de Tierra
del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Resol. Nº 150/07)
Aval Institucional de la Universidad Nacional de Patagonia San Juan Bosco, Resol Nº 147-07
Aval académico de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la
Patagonia San Juan Bosco, Resol. Nº 64-07
Aval académico de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Resol. Nº 126/08
Declaración de interés y auspicio de la Asociación de Arqueólogos Profesionales de la República Ar-
gentina (AAPRA).
Declarado de Interés Institucional por el Centro Nacional Patagónico (CENPAT - CONICET), Disposi-
ción Nº 14/08.
Declarado de interés turístico por el Instituto Fueguino de Turismo, Resol. Nº 983-05
Este libro fue posible, gracias al apoyo fundamental de

603
LISTA DE EVALUADORES

Sebastián Muñoz (CONICET – UNC) Sandra Gordillo (CONICET – UNC)


Andrés Zarankin Dolores Elkin (CONICET)
Horacio Chiavazza Juan Leoni (UNR, Rosario)
Inés Baffi (Museo Etnográfico – UBA) María Teresa Civalero (CONICET – INAPL)
Víctor Duran (CONICET – Mendoza) Gustavo A. Martínez (CONICET – INCUAPA, Olava-
Diana Mazzanti (UNMdP) rría)
María José Figuerero (UBA) Nora Flegenheimer (CONICET – Museo de Neco-
Francisco Gallardo (Museo Precolombino – Santia- chea)
go, Chile) Christine Lefèvre (Université de Paris)
Luis Alberto Borrero (IMHICIHU-CONICET) Salomon Hocsman (CONICET, ICES, Tucumán)
Juan Vicent (Instituto de Historia, CSIC – Madrid, Juan Francisco Gibaja (Barcelona, España)
España) Juan Bautista Belardi (CONICET – UNPA, Río Galle-
María Gutiérrez (INCUAPA - CONICET) gos)
Soledad Caracotche (Parques Nacionales, Barilo- Gustavo Bujalesky (CADIC – CONICET, Ushuaia)
che) Andrés Izeta (CONICET – UNC, Córdoba)
Laura Horlent (UNPAT – Ushuaia) Isabel Cartajena (Universidad de Chile, Santiago)
Raquel Piqué (Universitat Autónoma, Barcelona, Cristina Bayon
España) Patricia Madrid
Alfredo Prieto (CEQUA – Punta Arenas, Chile) María Eugenia Solari
Norma Ratto (Universidad Nacional de Catamarca) Eduardo Crivelli 
Ricardo A. Guichón (CONICET – UNCPBA) Silvia Dahinten
Flavia Morello Repetto (CEQUA – Punta Arenas, Valeria Cortegoso
Chile) Carolina Crespo
José López Mazz (Universidad de la República, Paula Barros
Montevideo) Patricia Madrid
Mercedes Podestá (INAPL, Buenos Aires) Ignacio Clemente Conte
Anette Aguerre (CONICET – UBA) Héctor Pucciarelli
Dánae Fiore (CONICET – UBA) Hugo Nami
Paula Novellino (CONICET – Mendoza) Dominique Legoupil
Adam Hajduk (CONICET – Bariloche) Pablo Fernández
Jorge Martínez (CONICET – Tucumán) Rafael Curtoni
Beatriz Cremonte (CONICET, UNJu) Marcela Leipus
María Isabel González Donald Jackson
Gustavo Barrientos Hugo Yacobaccio
Isabel Cruz Cristian Kaufmann
María Onetto Ana María Presta
Guillermo Mengoni Goñalons Cristina Bellelli
Luciano Prates Fernando Santiago
Rafael Goñi Mónica Salemme
Daniel Quiroz Myrian Alvarez
Juan José Ibáñez Ernesto Piana
Francisco Zangrando Estela Mansur
Gabriela M. Armentano Martín Vázquez
Federico Isla Luis Orquera (AIA – Buenos Aires)
Mauricio Massone Laura Miotti (CONICET – UNLP, La Plata)
Mariano Bonomo Gustavo Politis (CONICET – UNLP, La Plata)
Leonel Cabrera Pérez
Gustavo  Neme (CONICET, Museo de San Rafael, Gabriela Guráieb
Mendoza) Mónica Rotman
Raúl Carnese (UBA – CONICET) Darío Hermo
Lidia R. Nacuzzi (UBA / CONICET) Francisco Mena
Ana M. Borromei (CO NICET – UNS, Bahía Blanca) Julieta Gómez Otero
Osvaldo Mendonça (CONICET – UNRC, Río Cuarto) Roxana Boixados?
Índice

Simposio
Cazadores-recolectores y pescadores del litoral sudamericano sudoccidental
Coordinadores: Dominique Legoupil, Luis A. Orquera y Manuel San Román

Myrian Alvarez
Tendencias y cambios en las prácticas tecnológicas de los grupos cazadores-recolectores
del extremo sur Sudamericano……………………………………………………………..17
Manuel San Román, Kai Salas y Michel Fontugne
Primeros avances en la reconstrucción de secuencias de ocupación de cazadores recolecto-
res marinos en el Estrecho de Magallanes, Patagonia meridional………………..33
Francisco Zangrando, Augusto Tessone y Martín Vázquez
El poblamiento de espacios marginales del archipiélago fueguino: perspectivas desde la
evidencia arqueológica de Bahía Valentín…………………………………………………45

Simposio
Patagonia: Poblamiento, procesos y ambientes antes, durante y después del Episodio de
enfriamiento reverso antártico
Coordinadores: Laura Miotti y Luis A. Borrero

María T. Civalero
Cazadores tempranos en los contrafuertes de la Altiplanicie Central y el lago Burmeis-
ter………………………………………………………………………………….61
César Méndez, Omar Reyes, Antonio Maldonado y Jean P. François
Ser humano y medio ambiente durante la transición Pleistoceno Holoceno en las cabeceras
del río Cisnes (~44° S)……………………………………………………………………..71
Rafael Paunero
La colonización humana de la meseta central de santa cruz durante el Pleistoceno final: indica-
dores arqueológicos, referentes estratigráficos y nuevas evidencias………………...81
Jorge Rabassa, Andrea Coronato y Federico Ponce
La Depresión Bahía Inútil-Bahía San Sebastián (Tierra del Fuego, Argentina-Chile): Una co-
nexión marina inexistente Durante el Pleistoceno Tardío- Holoceno. ……………….....97
Jorge Suby
Perspectivas Paleopatológicas durante el Poblamiento de Patagonia. Posibilidades y Limita-

605
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

ciones………………………………………………………………………………105
Robert Mc Culloch y Flavia Morello
Fijando la escena: evidencia glacial y paleoecología de los ambientes Tardiglaciales y del Holo-
ceno temprano en Fuego-Patagonia…………………………………………………115

Simposio
Patagonia y sus fuentes
Coordinadoras: Silvana Buscaglia y Marcia Bianchi Villelli

Silvana Buscaglia y Marcia Bianchi Villelli


Patagonia y sus fuentes. Un estado de la cuestión………………………………………..131
Rafael Goñi y Amalia Nuevo Delaunay
La Arqueología como “fuente” de la Historia…………………………………………….143
Liliana Manzi
Dinámica poblacional y desintegración territorial entre los Selk’nam de Tierra del Fue-
go……………………………………………………………………………………...153
María Marschoff
¿Comer o no comer guanaco? Uso de recursos faunísticos locales en Floridablanca, siglo XVIII
……………………………………………………………………………………...167
Carlos Masotta
Frankenstein en la Patagonia. Imaginación arqueológica y territorio en las primeras fotogra-
fías del norte patagónico (1879-1910)…………………………………………….183
Marina Sacchi, María L. Funes y Analía Castro
Testimonios Orales y Arqueología, una primera aproximación………………………….201

Simposio
Análisis e Interpretación de los paisajes arqueológicos patagónicos
Coordinadores: Natalia Carden y Darío Hermo

Natalia Carden y Darío Hermo


Introducción al simposio “Análisis e Interpretación de los paisajes arqueológicos patagóni-
cos…………………………………………………………………………………
Juan Bautista Belardi; Flavia Carballo Marina; Tirso Bourlot y Anahí Re
Paisajes arqueológicos, circulación e interacción en diferentes escalas: una perspectiva desde
el Lago Tar (provincia de Santa Cruz)……………………………………………..209
Lucía A. Magnin
Paisajes digitales. Aproximación teórica, materiales y técnicas………………………….223
Mauricio Massone.
Territorios, movilidad y construcción de paisajes en el mundo Selk’nam……………….239
Laura Miotti; Darío Hermo; Enrique Terranova; Rocío Blanco y Bruno Mosquera
Paisajes y cazadores-recolectores: localidades arqueológicas de Plan Luan y cuenca del arroyo
Talagapa, Meseta de Somuncurá (Río Negro)…………………………………….255

Mesas de comunicaciones
Análisis Lítico
Coordinador: María Teresa Civalero

Pablo Ambrústolo; Trola, Verónica y Lucia Mazzitelli


Fuentes potenciales de aprovisionamiento de recursos líticos al sur de la ría Deseado (Santa
Cruz, Argentina)…………………………………………………………………………..271
Karen B. Borrazzo
El uso prehistórico de afloramientos terciarios en la Bahia San Sebastián (Tierra del Fuego,
Argentina)………………………………………………………………………………...279
Damián L. Bozzuto
Análisis lítico del material superficial del sector noreste del Lago Pueyrredón………….295

606
Mariana Carballido Calatayud
Evaluación del registro lítico de superficie en la localidad Cholila (Chubut): un problema nada
superficial…………………………………………………………………………...303
Marcelo Cardillo
Diversidad y composición del los conjuntos líticos de la margen sur de la desembocadura del
río Santa Cruz. Provincia de Santa Cruz. Argentina…………………………………315
Hernán De Angelis
El vidrio como materia prima introducida en el período de contacto europeo en Tierra del Fue-
go……………………………………………………………………………………...323
Cristian M. Favier Dubois, Charles R. Stern y Marcelo Cardillo
Primera caracterización de la distribución y tipos de obsidiana presentes en la costa rionegri-
na…………………………………………………………………………………337
Nora Viviana Franco y Natalia Cirigliano
Materias primas y movilidad entre las cuencas de los ríos Santa Cruz y Chico (provincia de San-
ta Cruz, Argentina): primeros resultados……………………………………………..349
María Cecilia Pallo
La tecnología lítica del sitio Bloque 1- Oquedad (Lago San Martín, provincia de Santa Cruz):
resultados de la primera etapa de análisis…………………………………………357
Mariana Sacchi
Golpeando piedras: análisis de desechos de talla experimentales. Una primera aproxima-
ción……………………………………………………………………………...371
Jimena Torres Elgueta
La estrategia de caza con boleadora de los cazadores recolectores terrestres del norte de
Tierra del Fuego. Resultados preliminares del análisis de bolas líticas y su cadena operati-
va………………………………………………………………………………...381

Aproximaciones Metodológicas
Coordinador: Mauricio Massone

Gabriel Bahamonde y Juanita Baeza


Arqueología urbana en el rescate de patrimonial industrial de Punta Arenas: una disciplina a
desarrollar……………………………………………………………………………….401
Florencia Borella y Natacha Buc
Opticas y ópticos. Una aproximación a la tecnología ósea en la Bahía de San Antonio (Río Ne-
gro), Argentina………………………………………………………………………...407
Aylen Caparelli y María Laura Ciampagna
Descripción macroscópica e identificación anatómica de un fragmento de instrumento en ma-
dera (¿arpón?) hallado en el sitio Cueva del Negro (costa norte de Santa Cruz)…...…419
Marian Berihuete; Laura Caruso y Carmen Mensua
Las plantas como recurso entre los grupos cazadores-recolectores Selknam: aportaciones del
análisis arqueobotánico del sitio Ewan (Tierra del Fuego)…………………………...431
Laura Caruso, María Estela Mansur y Raquel Piqué
Las chozas de madera de la zona central de Tierra del Fuego……………………………443
Ernesto L. Piana y Martín M. Vázquez
Arqueología de rescate en el Canal Beagle……………………………………………….455

Arte Rupestre
Coordinador: Mercedes Podestá

María Soledad Caracotche y Romina Braicovich


Experiencias de protección y puesta en valor de sitios arqueológicos con arte rupestre en áreas
protegidas: alcances y perspectivas………………………………………………...469
Dánae Fiore y Mariana Ocampo
Arte rupestre de la región margen norte del río Santa Cruz: una perspectiva distribucio-
nal……………………………………………………………………………...483

607
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Adan Hajduk y Estela Mónica Cúneo


Representaciones rupestres en la cuenca del río Curi Leuvú (departamento Chos Malal, provin-
cia del Neuquén). Informe preliminar……………………………………………..499
Anahí Re y Francisco Guichón
Densidad y distribución de representaciones rupestres en la Meseta del Strobel (provincia de
Santa Cruz)……………………………………………………………………………511
Vivian Scheinsohn; Claudia Szumik; Sabrina Leonardt y Florencia Rizzo
Distribución espacial del arte rupestre en el norte de Patagonia. Nuevos resultados…….525

Bioarqueología
Coordinador: Ricardo Guichón

Mónica Berón y Leandro Luna


Distribución espacial y cronológica de la deformación craneana tabular erecta en Pampa y
Norpatagonia…………………………………………………………………………...…543
Romina Casali, Martín H. Fugassa y Ricardo A. Guichón
Nuevos datos sobre la Misión Salesiana “La Candelaria” de Río Grande, Tierra del Fue-
go……………………………………………………………………………………...559
Gisela Cassiodoro y Solana García Guraieb
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío
del Lago Salitroso (Santa Cruz)……………………………………………………575
Castro, A.; Salceda, S.; Plischuk, M.; Desántolo, B.
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)…………591
Livia Kozameh, Cristina Bellelli; y Alfredo Fisher
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1, provincia del
Chubut. Patagonia argentina………………………………………………………….601
Kozameh Livia; López Manuel y Testa Nora
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en dos pobla-
ciones de cazadores-recolectores prehistóricos……………………………………..611
Susana Javiera Morano Büchner, Victor Manuel Sierpe González, Alfredo Prieto Iglesias
Rescate del “chenque” de Cerro Guido…………………………………………………...623
Claudia Della Negra; Paula Novellino; Adan Hajduk y S. Iván Pérez
Aquihuecó, un cementerio en Neuquén, Norpatagonia…………………………………631

Estudios Arqueofaunísticos
Coordinador: Pablo Fernández

Alejandra C. Aragone
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y parape-
tos Cerro Pampa (meseta alta), provincia de Santa Cruz.........................................639
Tirso Bourlot; Diego Rindel y Alejandra Aragone
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío
en el noroeste de Santa Cruz……………………………………………………….653
Edgar Camarós; Vanesa Parmigiani y Esther Verdún
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad
Selknam…………………………………………………………………………667
Mercedes Corbat; Adolfo Gil y Atilio F. Zangrando
El estudio de restos óseos de peces en el sur de Mendoza: primeros resultados y perspecti-
vas……………………………………………………………………………….677
Isabel Cruz
Tafonomía de huesos de cormoranes en la costa patagónica. Primeros resultados………689
Pablo Marcelo Fernández y Ana Inés Forlano
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippo-
camelus bisulcus) de Lago La Plata (Chubut)…………………………………….703
Ariel D. Frank y Rafael S. Paunero
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de

608
Cerro Tres Tetas (Meseta Central de Santa Cruz). Evidencia arqueológica y estudios experimen-
tales…………………………………………………………………………….719
G. Lorena L’Heureux
Morfometría esqueletal de Lama guanicoe de sitios arqueológicos de la región volcánica de
Pali Aike……………………………………………………………………………….733
Laura Miotti y Laura Marchionni
Procesando huesos: entre la Arqueología y la Etnografía………………………………...747
Sebastián Muñoz
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de
Tierra del Fuego…………………………………………………………………………..759
Clara Otaola
Chorrillo Malo 2. Análisis faunístico de un sitio en un “callejón sin salida”……………753
Fernando Santiago y Mónica Salemme
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del
Fuego (Argentina)…………………………………………………………………….785
Federico L. Scartascini, Melisa Charo y Alejandra Volpedo
Caracterización de las estrategias de obtención de recursos ícticos a partir del análisis de los
otolitos. El caso de la costa norte del golfo San Matías…………………………………805
Angélica M. Tivoli y Analía F. Pérez
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, fam.: Anati-
dae)………………………..………………………………………………………...813
Miguel Ángel Zubimendi y Heidi Hammond
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (provincia de
Santa Cruz)…………………………………………………………………825

Geoarqueología y Paleoambientes
Coordinador: Cristian Favier Dubois

Adriana Mehl, Nora Franco


Cambios en la morfología de los reparos rocosos: el caso de los sitios arqueológicos Chorrillo
Malo 2 y Río Bote 1 (pcia. de Santa Cruz, Argentina)…………………………851
Florencia P. Bamonte y Maria V. Mancini
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoes-
te de Santa Cruz, Argentina)…………………………………………………...…839

Información Areal y de Sitio


Coordinador: Gabriela Guráieb

Myrian Alvarez, Débora Zurro, Ivan Briz, Marco Madella, Margarita Osterrieth, Natalia Bo-
rrelli
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de
la costa norte del Canal Beagle (Argentina): el sitio Lanashuaia……………………...859
Carlos Aschero; Damián Bozzuto; M.Teresa Civalero; Mariana De Nigris; Antonela Di Vruno;
Vanina Dolce; Natalia Fernández; Laura González y Paula Limbrunner
El registro arqueológico de la costa norte del lago Pueyrredón-Cochcrane……………...875
Juan Bautista Belardi y Patricia Campan
Resultados arqueológicos en el Campo de Bloques 2, sureste del lago San Martín
(Provincia de Santa Cruz)...………………………………………………………………883
Igor Bogdanovic, Edgard Camaros, Hernán De Angelis, Adriana Lasa, M. Estela Mansur, Al-
fredo Maximiano, Vanesa Parmigiani, Raquel Piqué, Oriol Vicent
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argen-
tina)………………………………………………………………………………...897
Elisa Calás P. y Marcela Lucero J.
El sitio Marazzi 2: una ocupación costera de cazadores terrestres……………………….913
Silvana Espinosa; Rafael Goñi y Josefina Flores Coni
Aproximación tecnológica al uso de pampas y bajos en la meseta del lago Strobel (Santa Cruz,

609
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Argentina)…………………………………………………………………………..933
Cristian M. Favier Dubois, Florencia Borella y Robert H. Tykot
Explorando tendencias temporales en el uso del espacio y los recursos marinos en el golfo San
Matías (Río Negro)…………………………………………………………………..941
Ariel D. Frank y Fabiana Skarbun
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica
Reserva Península de San Julián…………………………………………...955
Christian García P
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°S): cronología,
contextos y procesos…………………………………………………………967
Julieta Gómez Otero, Nilda Weiler, Eduardo Moreno, Sergio Caviglia
Localidad arqueológica Los Cangrejales: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones
de la línea de costa en el Holoceno tardío……………………………………979
Victoria D. Horwitz
El conocimiento acerca de su pasado y los deseos por conocer más: la interacción con poblado-
res de Los Antiguos (Santa Cruz)………………………………………………..993
Lucía A. Magnin
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central
del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)……………………………….1001
Guillermo L. Mengoni Goñalons, María José Figuerero Torres, M. Victoria Fernández, Pamela
V. Chávez
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roba-
llos (Santa Cruz, Argentina)……………………………………………………….1017
Flavia Morello, Mauricio Massone, Manuel Arroyo, Elisa Calas, Jimena Torres, Robert McCu-
lloch y Luis Borrero
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y me-
dio: lo positivo de los balances negativos……………………………………………1031
Cristian Murray; Mónica Grosso; Dolores Elkin; Fernando Coronato; Horacio De Rosa; María
A. Castro; Ricardo Bastida y Nicolás Ciarlo
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de “Bahía Galenses” (Puerto Madryn, Chubut, Argen-
tina)……………………………………………………………………………….1049
Jimena Oría
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina………………………………………1065
Mariano Orlando
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una
primera aproximación……………………………………………………………….1083
Florencia Ortega y María Bernarda Marconetto
Una discusión “encendida”. Primeros resultados de los análisis de vestigios de combustión en
concheros de la costa norpatagónica (Río Negro)……………………………………1097
Cecilia Pérez de Micou; Analía Castro; María L. Funes; Susana Burry y Matilde Trivi
Prospecciones en el río Chico, provincia de Chubut………………………………….....1105
Verónica Reyes Álvarez
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período al-
farero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales, lat. 39º Sur, Patagonia septentrio-
nal……………………………………………………………………………..1115
Fabiana Skarbun
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La
María Meseta Central de Santa Cruz…………………………………..1133

610
Comunicaciones

Bioarqueología
(continuación)
Análisis del registro tecnológico y osteológico
de los entierros humanos del Holoceno tardío
del lago Salitroso (Santa Cruz): un aporte al
estudio del comportamiento mortuorio de
cazadores-recolectores
Gisela Cassiodoro1y Solana García Guraieb2

A B S T R A C T

This paper undertakes the study of technological and osteological aspects of the funerary record
from Lake Salitroso Basin (Patagonia Argentina). Specifically, the associations between the
presence and kind of grave goods and the demographic composition of the burials are analyzed.
Also the chronological and spatial distributions are taken into account, as well. A sample of twenty
“chenques” (dates from ca. 1100 to 350 years BP) and nine niches/burials under erratic blocks
(from ca. 2800 to 2200 years BP) were included in this study. Results show an important variability
both in the kind of grave goods present and in the demographic composition of the burials.
Notwithstanding, there are recurrent patterns in some of the associations. The main characteristics
of the grave goods as well as their association in burials with varying demographic composition
are discussed in relation to different aspects of Late Holocene hunter-gatherers societies from
Patagonia. Particularly, their patterns of mobility and land use as well as other aspects of their social
organization such as their mortuary behavior and the scale of internal hierarchies are addressed.

INTRODUCCIÓN

Durante los últimos diez años las investigacio- 2005), de composición demográfica (Bernal et al.
nes en la cuenca del lago Salitroso1 (noroeste de la 2004; Barrientos et al. 2005; García Guraieb et al.
provincia de Santa Cruz) han generado abundante 2007) y paleopatológicos (García Guraieb 2004).
y variada información para entender la dinámica Por su parte, el registro tecnológico ha sido estu-
del poblamiento tardío de este sector de Patago- diado en términos de su composición, distribución
nia centro-meridional por parte de grupos caza- y cronología (Cassiodoro et al. 2004; Cassiodoro
dores-recolectores (Goñi et al. 2007 y trabajos allí 2004, 2008; Guráieb et al. 2006). En general, todos
citados). El registro tecnológico y bioarqueológico estos trabajos han tenido como fin último evaluar y
de la cuenca han sido dos de las principales líneas discutir las hipótesis principales sobre la movilidad
de investigación abordadas haciendo hincapié y uso del espacio de los grupos postuladas para ex-
en distintos aspectos de su estudio. Así, el regis- plicar la dinámica del poblamiento de la cuenca y su
tro bioarqueológico, conformado por una amplia vinculación con los cambios climáticos y ecológicos
concentración de entierros correspondientes al registrados en Patagonia durante el Holoceno tar-
Holoceno tardío ha sido analizado atendiendo a dío (Goñi 2000; Goñi y Barrientos 2000, 2004; Goñi
sus aspectos cronológicos (Goñi et al. 2000-2002; et al. 2000-2002; Goñi et al. 2007).
Goñi y Barrientos 2004), tecnológicos (Cassiodoro En esta oportunidad, se aborda el estudio con-
2005, 2008), tafonómicos (Barrientos et al. 2007, junto de aspectos tecnológicos y osteológicos de
Zangrando et al. 2004), isotópicos (Tessone et al. los entierros de la cuenca del lago Salitroso con el

1 CONICET/UBA/INAPL [email protected]
2 CONICET/INAPL [email protected]

Cassiodoro - García Guraieb 613


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

interés centrado en temas que van más allá de la cursionar en aspectos de las sociedades tales como
movilidad y el uso del espacio. Específicamente se las prácticas mortuorias, su variabilidad cronológi-
realiza un estudio de los acompañamientos arte- ca, espacial y composicional y su correlato con la
factuales de los entierros de la cuenca en relación organización social.
con su composición demográfica. Se busca así in-

ARQUEOLOGÍA DEL LAGO SALITROSO

La cuenca de los lagos Salitroso-Posadas-Puey- cación ambiental que habría comenzado hacia los
rredón se caracteriza por ser un gran bajo con al- 2500/2000 años AP (González 1992) e intensificado
turas que van de los 100 a los 300 m s.n.m. (Figura hacia los 900 años AP con el desarrollo de la deno-
1). Es un ambiente de estepa arbustiva (Cabrera y minada Anomalía Climática Medieval (Stine 1994).
Willink 1980) que ofrece buenas pasturas, leña, Estas condiciones habrían implicado cambios en la
agua disponible, baja carga de nieve invernal, posi- distribución de uno de los recursos críticos de Pa-
bilidades de reparo (tanto en formaciones rocosas tagonia como el agua, por lo que necesariamente
como en médanos) y recursos animales diversos. se habrían generado cambios en la movilidad de
El modelo de poblamiento propuesto para los grupos cazadores-recolectores. Así, durante los
la cuenca se apoya en la existencia de cambios periodos de menor humedad se habrían privilegia-
climático y ecológicos regionales durante el Holo- do para el asentamiento los espacios con una alta
ceno tardío (Goñi 2000; Goñi et al. 2000-2002; Goñi disponibilidad de agua, recursos faunísticos, leña y
y Barrientos 2004). Los mismos consistirían en un reparo, como la cuenca de los lagos Salitroso-Po-
proceso de progresiva, aunque fluctuante, dese- sadas-Pueyrredón. Este proceso de reducción de la

Figura 1. Área de estudio.

614
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)

movilidad residencial, ausente en momentos pre- entierros humanos y las concentraciones de ma-
vios, habría llevado al nucleamiento de poblaciones terial lítico, cerámico y óseo registradas. En líneas
en determinados sectores ambientales, a partir de generales, las distintas vías de análisis trabajadas
los cuales se habrían desarrollado movimientos lo- han llevado a plantear que la cuenca habría sido
gísticos y estacionales hacia otros sectores para la utilizada de forma residencial, con ocupaciones
obtención de recursos específicos, como cuencas de carácter permanente o semi-permanente, por
lacustres altas o las mesetas (Goñi 2000; Goñi et al. los grupos cazadores-recolectores durante el Ho-
2000-2002; Goñi y Barrientos 2004). loceno tardío, principalmente a partir de ca. 1200
Las investigaciones arqueológicas en la cuenca años AP (Goñi 2000; Goñi et al. 2000-2002; Goñi y
del lago Salitroso, principalmente en los faldeos sur Barrientos 2004, entre otros).
y este de la Sierra Colorada se han focalizado en los

ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS SOBRE ACOMPAÑAMIENTOS FUNERARIOS

Desde sus comienzos, los estudios de la Nueva análisis, empleado o bien como medio para inferir
Arqueología sobre prácticas mortuorias incluyeron la posición de los individuos en vida y/o el grado de
el análisis sistemático de los acompañamientos fu- complejidad organizativa de una sociedad, o bien,
nerarios. Los trabajos seminales de Binford (1971) para medir rangos de circulación de bienes, límites
y Saxe (1970) implicaron una ruptura paradigmá- de los mismos, territorialidad, etc.
tica con las escuelas normativas precedentes (v.g. Durante la década de 1980, las críticas pospro-
Kroeber 1927). A través del examen de datos et- cesuales tuvieron en común el argumento de que
nográficos, estos investigadores sugirieron que la las prácticas mortuorias de una sociedad son uno
estructura y la forma de las prácticas mortuorias de los ámbitos en que las distinciones sociales y de
de una sociedad no podían explicarse de forma su- status pueden negociarse, apropiarse y reapropiar-
ficiente por sus creencias religiosas y/o ideológicas se y que, por lo tanto, no pueden realizarse inferen-
si no que respondían a la forma y la complejidad de cias directas entre el tratamiento de los individuos
las características organizacionales de la sociedad al momento de su muerte y su posición social en
misma. Con sus diferencias internas, los trabajos vida (Hodder 1982; Parker Pearson 1982; Shanks y
de la década siguiente siguieron esta línea y abor- Tilley 1982, entre otros). Bajo esta línea, entonces,
daron el estudio de las prácticas mortuorias prin- el análisis de los acompañamientos se volcó a su
cipalmente como indicador de distintos aspectos tratamiento como símbolos cuyo significado podía
de la organización social. En especial, el análisis se variar y manipularse de acuerdo a cambiantes con-
centró en la naturaleza de la desigualdad social y diciones contextuales.
el surgimiento de rankings y jerarquías (v.g. Brown Las últimas dos décadas han visto una notable
1971; Peebles y Kus 1977; Tainter 1978; O’Shea diversificación de temas y enfoques en el trata-
1984, por citar los trabajos más clásicos). Con me- miento de las prácticas mortuorias y por ende, del
nor frecuencia se abordaron otras problemáticas estudio de los acompañamientos funerarios (ver
también vinculadas con aspectos organizativos de recopilaciones en Beck 1995; Carr 1995; Rakita et
las sociedades (v.g. redes de intercambio Kendall al. 2005).
1971 o el de territorialidad de Chapman 1981, entre En este trabajo, el estudio de los acompaña-
otras). Pese a sus diferencias, en todos estos traba- mientos se aborda en relación con la composición
jos operó la premisa de que el tratamiento mortuo- demográfica de los entierros como una manera de
rio del individuo muestra una relación más o menos acceder al estudio de aspectos diversos de la or-
directa con su estatus o posición en vida y con la ganización social, tales como la movilidad, el uso
organización de su sociedad (O’Shea 1984). En to- del espacio y la diferenciación interna de los indivi-
dos ellos también la naturaleza, cantidad y riqueza duos, pero reconociendo la imposibilidad de reali-
de los acompañamientos funerarios constituyó uno zar interpretaciones lineales en el análisis.
de los aspectos principales tenidos en cuenta en el

CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA

Para este trabajo se incluyeron todos los entie- ción que pudieran poner en duda la naturaleza de
rros de la cuenca disponibles para el análisis2 que no las asociaciones entre esqueletos y el material cul-
presentaban evidencias de saqueo o mala preserva- tural que los acompañaba. Se estudiaron entierros

Cassiodoro - García Guraieb 615


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Edad
Tipo de
Individuo Convencional δC13 Código Fuente
Entierro
(en años AP)

Nicho SAC 4-N 2-1 2607 ± 41 -19.2 AA38568 Goñi et al. 2000-2002
Nicho SAC 4-N 1-1 2520 ± 40 - AA38567 Goñi y Barrientos 2004
EBB SAC 1- 8-1 2532 ± 41 -19.8 AA38563 Goñi et al. 2000-2002
EBB SAC 1- 8-2 2494 ± 43 -19.8 AA38562 Goñi et al. 2000-2002
EBB SAC 4-2-3/4 2274 ± 41 -19.2 AA38566 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1-7-1 1147 ± 37 -18.6 AA38559 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1- 7-2 1142 ± 42 -19.5 AA38561 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 2-5-4 758 ± 51 -18.7 AA77148 Inédito
Chenque SAC 1-6-1 756 ± 32 -19.1 AA38556 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 4-1-1 728 ± 39 -19.8 AA38565 Goñi et al. 2003
Chenque SAC 1-6-2 690 ± 40 -19.1 AA38557 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 10-1-4 687 ± 43 - AA38570 Goñi y Barrientos 2004
Chenque SAC 10-1-1 662 ± 43 - AA38569 Goñi y Barrientos 2004
Chenque SAC 10-2-1 637 ± 47 -19.5 AA77149 Inédito
Chenque SAC 1-1-B 622 ± 57 -19.1 AA38560 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1-6-3 539 ± 46 -19.1 AA38558 García Guraieb 2004
Chenque SAC 20-3-2 490 ± 40 -18.5 UGA10623 Goñi y Barrientos 2004
Chenque SAC 8-3-2 435 ± 46 -19.6 AA77145 Inédito
Chenque SAC 1-4-1 429 ± 40 -20 AA38564 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1-2-1 418 ± 40 -19.5 AA38553 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 1-2-2 389 ± 40 -19.1 AA38552 Goñi et al. 2000-2002
Chenque SAC 30-1-1 361 ± 45 -19.3 AA77147 Inédito
Chenque SAC 1-1-3 352 ± 40 -19.8 AA38555 Goñi et al. 2000-2002
Cuadro 1. Fechados disponibles para los entierros de la cuenca del Lago Salitroso.

correspondientes a las tres modalidades funerarias Barrientos 2000; Bernal et al. 2004) (Cuadro 1).
registradas, las cuales quedan incluidas en dos gru- En el cuadro 2 se presentan las características
pos cronológicos: un grupo más temprano com- generales de las modalidades de entierro junto con
puesto por nichos y entierros bajo bloque (en ade- la totalidad de entierros incluidos en este estudio,
lante EBB) y un grupo más tardío, compuesto por el número mínimo de individuos y el total de arte-
entierros en chenques (Goñi et al. 2000-2002; Goñi y factos analizados.

Estructuras 5
Oquedades rocosas naturales poco profundas (ca. 1,5 m) donde los
NICHOS cuerpos parecen haber sido simplemente ubicados y cubiertos total o
Individuos 8
2800-2200 años AP parcialmente por la sedimentación natural. Se encuentran concentrados
en un solo locus (cerro bajo denominado SAC 4)
Artefactos 4

Estructuras 4
Estructuras de piedra que aprovechan algún rasgo natural sobresaliente
ENTIERROS BAJO
del terreno (bloques erráticos o afloramientos de piedra) para su confec-
BLOQUE Individuos 9
ción. Aparecen dispersos en la cuenca, en sitios donde se han hallado
2800-2200 años AP tanto chenques como nichos.
Artefactos 6

Estructura 20
Estructuras de piedra localmente disponibles de contorno oval o circular
de 5 a 3 m de diámetro y de no más de 50 cm de altura. Generalmente,
CHENQUES
Individuos 62 aparecen formando concentraciones de varios entierros sobre las
1150 y 350 años AP geoformas elevadas que rodean el bajo del lago Salitroso, con una única
excepción de un chenque sobre el fondo de cuenca (SAC 3-1).
Artefactos 968

Cuadro 2. Características de las modalidades de entierro y tamaños de las muestras analizadas.

616
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)

METODOLOGÍA

Análisis osteológico de proyectil, preformas de puntas de proyectil, cu-


chillos, cuentas, raederas, muescas, mano de mo-
La estimación de la edad y la determinación del lino y preforma bola de boleadora; tiestos cerámi-
sexo de los individuos adultos se realizó siguiendo cos; cuentas de vidrio; placas de metal; cilindros de
la metodología presentada en trabajos anteriores, metal y 3 distintos tipos de cuentas de valva.
específicamente dedicados al análisis de la compo-
sición demográfica y perfiles de mortalidad de las Análisis conjunto
muestras osteológicas recuperadas en los entierros
de la cuenca (Bernal et al. 2004; Barrientos et al. Se tomó como unidad de análisis a cada una de
2005; García Guraieb et al. 2007). las estructuras de entierro debido a que la mayor
A los fines de este trabajo se consideraron dos parte de los artefactos se encuentran dispersos
grandes categorías de edad: individuos adultos, dentro de las estructuras y en pocos casos se pudo
formada por aquellos con edad estimada mayor o establecer la asociación directa entre ellos y los in-
igual 15 años e individuos subadultos, formada por dividuos.
aquellos con edad estimada menor a 15 años (Lewis El análisis conjunto comprendió varias etapas.
2007:2). Asimismo, se consideraron tres categorías En primer lugar, se detalla la presencia/ausencia de
de sexo para los individuos adultos: masculino, fe- artefactos junto con la composición demográfica
menino e indeterminado para aquellos casos en los de cada estructura, a través de un gráfico esque-
que la falta o mala preservación de las partes nece- mático. Esto se hizo por separado para el bloque
sarias para ello, no permitieron realizar una deter- cronológico más temprano (nichos y EBB) y el más
minación precisa. tardío (chenques). Seguidamente, se presentan los
artefactos registrados en cada entierro especifican-
Análisis tecnológico do algunas particularidades tecnológicas.
Se desarrollaron procedimientos cuantitati-
Los criterios metodológicos del análisis tecnoló- vos para evaluar la relación entre la composición
gico han sido especificados en otras publicaciones, demográfica y la composición artefactual de la
en relación a la tecnología lítica, cerámica y mala- muestra de chenques únicamente debido a su ma-
cológica (Cassiodoro et al. 2004; Cassiodoro 2004, yor tamaño (porcentajes, prueba exacta de Fisher,
2005, 2008; Cassiodoro y Tchillinguirian 2007). En coeficiente de correlación de Pearson, coeficiente
esta oportunidad, las variables consideradas están de determinación y probabilidades de ausencia de
en relación con la morfología de los artefactos y correlación con un nivel de significación del 0,01).
las materias primas utilizadas. Al respecto, la de- Para ahondar en dichas relaciones se realizaron co-
terminación de las materias primas de la tecnolo- rrelaciones entre la cantidad de individuos de dis-
gía malacológica fue realizada por el Lic. Landoni tintas categorías de sexo y edad de cada entierro y
(1999) y la composición metalográfica de una de la variabilidad artefactual (medida en términos de
las piezas estuvo a cargo de la Dra. Dutrús. Por su la cantidad de tipos de artefactos).
parte, las cuentas vítreas fueron estudiadas por el Al mismo tiempo, se evaluó de forma cualita-
Lic. Hajduk (2002). tiva la existencia de tendencias temporales en la
Para este trabajo definimos acompañamientos relación entre la composición demográfica y arte-
funerarios como el conjunto de ítems, artefactos o factual de cada uno de los chenques. Para ello, se
ecofactos, recuperados en los contextos funerarios, distribuyeron en una línea de tiempo los esquemas
que no son parte de la estructura mortuoria (v.g. gráficos de cada chenque con fechados radiocar-
rocas empleadas en la construcción de chenques) bónicos. Dado que éstos provienen de la datación
y cuya presencia en ellas no puede ser explicada directa de algunos de sus individuos, se calculó una
por procesos tafonómicos. Aquí nos centramos en fecha promedio empleando las dataciones dispo-
los artefactos dado que se registran sólo dos casos nibles sin calibrar en aquellos casos en los que se
de ecofactos en los entierros (materiales óseos y contaba con más de un fechado por estructura. Por
malacológicos). Los distintos ítems tecnológicos último, de forma exploratoria, se evaluó la relación
representados en la muestra de aquí en adelante entre la composición demográfica y artefactual de
serán denominados tipos de artefactos atendiendo los chenques en función de su ubicación espacial en
conjuntamente a su morfología general y a la ma- la cuenca.
teria prima en la que están confeccionados. De este
modo, se definieron 17 tipos artefactuales: artefac-
tos líticos como desechos de talla, núcleos, puntas

Cassiodoro - García Guraieb 617


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

RESULTADOS

Composición demográfica y presencia de En los nichos y EBB los acompañamientos están


acompañamientos integrados por pocos artefactos y muestran baja
La composición demográfica de los nichos y variabilidad de tipos artefactuales. Comparativa-
EBB y la presencia/ausencia de acompañamientos mente, los chenques contienen acompañamientos
en los mismos se presenta en el sector superior de con una mayor cantidad y variedad de artefactos.
la figura 2. Si se atiende sólo a la composición de- Sin embargo, el total de chenques con muchos ar-
mográfica se advierte que prácticamente no apa- tefactos e incluso, tipos artefactuales es relativa-
recen individuos subadultos en los nichos y EBB y mente bajo (SAC1-1, SAC1-2, SAC10-1).
que los mismos suelen ser individuales o contener Al mismo tiempo, existen particularidades tec-
pocos individuos (Bernal et al. 2004; García Guraieb nológicas que son vinculables con el resto de los
et al. 2007). Al mismo tiempo, se observa que un conjuntos artefactuales de la cuenca, principal-
33,33% de estos entierros contienen artefactos mente concentraciones de material arqueológico
tanto en aquellos que presentan individuos adultos en superficie (Cassiodoro 2008). En primer lugar,
(SAC4 N3, SAC1-8) como subadultos (SAC4 N6). El en las concentraciones del lago Salitroso no se han
escaso tamaño de la muestra de este tipo de entie- registrado cuentas de valva, artefactos de metal
rros no permite evaluar con mayor profundidad la y cuentas de vidrio pese a que coinciden cronoló-
existencia de patrones en las asociaciones. gicamente con los entierros en chenque (Goñi et
Por su parte, en el sector inferior de la figura 2 se al. 2000-2002). En segundo lugar, estos conjuntos
sintetiza la información demográfica y la existencia presentan una mayor riqueza de artefactos líticos
de artefactos asociados en los chenques. Estas es- que los recuperados en las estructuras de entierro.
tructuras de entierro muestran una importante va- No obstante, dentro de estos artefactos se desta-
riabilidad interna en su composición demográfica, ca el cuchillo bifacial de obsidiana recuperado en el
con entierros múltiples e individuales de variada entierro SAC1-7 por ser el artefacto manufactura-
conformación (Bernal et al. 2004; García Guraieb et do en esta materia prima más grande de la cuen-
al. 2007). ca (Figura 3 A). Del mismo modo, “preformas” de
El porcentaje de chenques con acompañamien- punta de proyectil de obsidiana como las del nicho
to es de 60%. Se destaca que el 81,8% de las estruc- 3 de SAC 4 no se han registrado en otros contextos
turas con individuos subadultos presentan artefac- tempranos o tardíos de la cuenca (Figura 3 B). Por
tos asociados. No obstante, al evaluar esta relación su morfología, este artefacto no tiene propiedades
mediante la prueba exacta de Fisher, la misma no funcionalmente aptas (aerodinámia y simetría).
es estadísticamente significativa (valor p: 0,0647). Como se detalla seguidamente, ambos artefactos
Por otra parte, en relación al sexo de los individuos, se encuentran directamente asociados a individuos
se observa que presentan acompañamiento el 75% masculinos.
de los chenques con individuos adultos femeninos Por último, cabe destacar la utilización de dis-
y el 37,5% de las estructuras con individuos adultos tintas fuentes de aprovisionamiento de materias
masculinos. primas. En este sentido, las arcillas utilizadas para
En suma, si se atiende sólo a la composición de- la manufactura cerámica están disponibles en la
mográfica de los entierros, se advierten diferencias cuenca, mientras que la obsidiana, materia prima
notables entre los contextos tempranos (nichos y más representada en los artefactos líticos, lo está
EBB) y los más tardíos (chenques) en cuanto a la a nivel regional, en Pampa del Asador (Goñi y Es-
cantidad de individuos inhumados por estructura pinosa 1999). Este radio se amplía considerando el
funeraria y a la proporción de individuos subadultos origen marino de las valvas utilizadas en la confec-
representados (Bernal et al. 2004; García Guraieb ción de algunas de las cuentas. En la misma línea se
et al. 2007). En relación con el acompañamiento, el encuentran las cuentas de vidrio para los momen-
porcentaje de chenques con artefactos en su inte- tos más tardíos de ocupación.
rior es mayor al de los nichos.
Acompañamientos en relación con el sexo y
Caracterización de los acompañamientos ar- edad de los individuos inhumados
tefactuales Para continuar explorando las relaciones entre
En los cuadros 3 y 4 se sintetiza la información los aspectos demográficos y los acompañamientos
referida a las características de los acompañamien- se realizaron una serie de correlaciones entre, por
tos funerarios tanto en chenques como en nichos y un lado, los tipos artefactuales y, por el otro, el nú-
entierros bajo bloque. mero mínimo de individuos inhumados, la cantidad
de adultos masculinos, la cantidad de adultos fe-

618
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)

Figura 2. Esquema de la composición demografía y artefactual de los entierros.

Sitio Ent. Acompañamiento

-Malacológico: 6 cuentas manufacturadas sobre valvas enteras de la especie Diplodon chilensis patagonicus.
SAC 1 8 Poseen un orificio debajo del ápice y no presentan sus bordes trabajados por lo que la forma oval está dada
por las características de la valva del molusco (Figura 4 B). También se registran valvas sin formatización.

-Lítico: 1 preforma de punta de proyectil de obsidiana, que podría corresponder al subgrupo triangular con
N3
pedúnculo. El ancho del pedúnculo es de 15 mm (Figura 3 B)
SAC 4
N6 -Lítico: 1 núcleo limolita, 1 desecho de talla de sílice y 1 de limolita

Cuadro 3. Características de los acompañamientos funerario de nichos/ EBB. Referencias: Ent.: entierro

Cassiodoro - García Guraieb 619


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Sitio Ent. Acompañamiento

-Lítico: 2 desechos de obsidiana, 1 raedera basalto y 1 núcleo obsidiana.


-Malacológico: 7 cuentas de valva pequeñas de forma circular, diámetro aproximado de 7,5 mm con un
espesor de 1 mm. Tienen un orificio central de aproximadamente 1,5 mm y están manufacturadas sobre
valvas de un molusco marino no identificado (probablemente un bivalvo) (Landoni 1999).
1
-Vítreo: 35 cuentas de vidrio que corresponderían al siglo XVI. Hay dos tipos morfológicos (Hajduk informe
interno 2002), uno compuesto por cuentas de vidrio estirado en tubo que presentan una forma prismática
de sección cuadrangular y otro por cuentas de vidrio arrollado (Figura 4 A)
-Óseo: 1 metapodio de guanaco

-Lítico: 10 desechos de talla de obsidiana y 1 de basalto.


-Cerámico: 18 tiestos, dos son fragmentos de bordes rectos con decoración incisa en forma paralela al
2 mismo. La composición mineralógica de uno de los tiestos presenta semejanzas con los sedimentos
locales (MLP, río Blanco, río Tarde y laguna SAC1) por lo que se infiere una manufactura local.
SAC 1 -Malacológico: 508 cuentas de valva similares a las registradas en el chenque 1 (Figura 4 C)

4 -Lítico: 2 muescas de obsidiana,19 desechos de obsidiana y 1 de basalto

-Vítreo: 1 cuenta con las características del primer grupo de cuentas de SAC 1-1 que a pesar de estar frac-
turada presenta las dimensiones mayores (20,5 mm de largo por 9 mm de ancho y un espesor de 8 mm).
5 -Metálico: 1 placa de metal con forma subtrapezoidal (mide unos 65 mm de largo por 44 mm de ancho
y 2 mm de espesor). Presenta 2 orificios en uno de los laterales y otro en el sector central de uno de los
extremos.

-Metálico: 1 placa de metal de forma rectangular (54 mm de largo, 38 mm de ancho y 0,5 mm de espesor)
6 con un orificio en el sector central de uno de sus extremos. A lo largo de dos de sus bordes se observan
una serie de puntos (mamelones). Su composición es de cobre (Goñi y Barrientos 2000) (Figura 4 D)

-Lítico: 1 cuchillo bifacial de obsidiana de 86 mm de largo por 51 mm de ancho y 5 mm de espesor (Figura


7
3 A)

-Malacológico: 1 cuenta de valva con bordes pulidos que le dan una forma redondeada con dos orificios
en la zona central. Dado el desgaste no ha sido posible determinar la especie utilizada. Sin embargo, por
su espesor y curvatura se plantea que ésta sería una probable almeja de origen marino o de agua dulce
4
(Landoni 1999).
SAC 2
-Metálico: 1 placa de metal de forma circular (ca. 70 mm de diámetro) con un orificio central (Figura 4 D)
-Lítico: 1 cuenta manufacturada en una roca silícea.

5 -Lítico: 1 desecho de talla de obsidiana.

-Lítico: 1 fragmento de preforma de bola de boleadora


SAC 3 1
-Malacológico: 2 valvas no trabajadas en un bivalvo no identificado

-Lítico: 1 mano de molino


-Malacológico: 347 cuentas de valva que presentan las características de las registradas en SAC 1-1 y
1 SAC 1-2
-Metálico: 4 cilindros metálicos de tamaños similares (ca. 25 mm de largo, 10 mm de ancho y 8 mm de
SAC 10
espesor) que contienen cuentas de valva en su interior (Figura 4 D)

-Lítico: 1 punta de proyectil de limbo triangular con pedúnculo diferenciado de obsidiana (mide 34 mm de
3
largo por 20 mm de ancho y tiene un espesor de 5 mm).

-Metálico: 2 placas, una de forma trapezoidal con un orificio en el centro de uno de los extremos. Sus
SAC 30 1 dimensiones son 69 mm de largo por 37 mm de ancho máximo y un espesor de 1,5 mm. La segunda tiene
forma rectangular y mide 75 mm de largo por 28 mm de ancho y 1 mm de espesor.

Cuadro 4. Características de los acompañamientos funerarios de chenques. Referencias: Ent.: entierro

meninos y la cantidad de subadultos (Tabla 1). la relación entre la cantidad de tipos de artefactos
Como se observa en la tabla 1 existe una co- y el sexo de los individuos adultos, se observan co-
rrelación positiva entre la cantidad de individuos rrelaciones muy bajas y no significativas. En suma,
depositados en los chenques y la cantidad de tipos la variabilidad artefactual está en relación con la
de artefactos. Al considerar solamente el número cantidad de subadultos y no con la cantidad de in-
mínimo de individuos subadultos esta correlación dividuos adultos masculinos o femeninos.
tiende a ser más fuerte. A su vez, al subdividir al Las asociaciones entre acompañamientos y el
conjunto de subadultos y tomar en cuenta la canti- sexo y edad de los individuos puede explorarse con
dad de individuos menores a 10 años, las relaciones más detalle al observar las asociaciones directas
entre estas variables se refuerzan aún más. De esta entre artefactos e individuos específicos (Cuadro
manera, a mayor número de individuos menores a 5). Debido a procesos postdepositacionales son re-
10 años, la cantidad de tipos de artefactos tiende a lativamente pocos casos. Sin embargo, a partir de
ser mayor. En todos los casos estas correlaciones la información disponible surgen algunas cuestio-
son estadísticamente significativas. Con respecto a nes a remarcar.

620
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)

Figura 3. Acompañamientos líticos de SAC1-7 y SAC4 N3.

En primer lugar, se observa que las cuentas de con orificios, posiblemente para el engarce de los
valva están en asociación con individuos subadul- mismos, (placas de metal, cuentas de valva y cuen-
tos y en algún caso con femeninos adultos. Los ar- tas de vidrio) pueden estar vinculados con elemen-
tefactos de metal se encuentran en entierros con tos utilizados en vida a modo de “adorno”. En con-
individuos subadultos (SAC 1-5, SAC 1-6, SAC 2-4, traposición, la presencia de artefactos líticos, con
SAC 10-1) y lo mismo sucede con las cuentas de vi- características particulares a nivel de cuenca, en los
drio (SAC 1-1, SAC 1-5). Por su parte, como ya men- entierros de SAC 1-7 y SAC 4-N3 puede relacionar-
cionamos, existen dos casos de artefactos líticos di- se con la depositación intencional de los mismos a
rectamente asociados con individuos masculinos. modo de “ofrenda”.
Uno es el cuchillo bifacial de obsidiana del chenque Finalmente, de las asociaciones observadas se
SAC 1-7, recuperado sobre el pecho del individuo de ha podido establecer la cronología de determina-
mayor edad. El segundo caso es la “preforma” de dos tipos de artefactos, como las cuentas de valva
proyectil pedunculada de obsidiana del nicho 3 de de los entierros de SAC 1 (entre 2532 + 41 años AP
SAC 4, hallada entre los metacarpianos de la mano y 389 + 40 años AP) y SAC 10-1 (662 ± 43 años AP y
izquierda y las costillas derechas del individuo. 687 ± 43 años AP) y las placas de metal de SAC 1-6
En segundo lugar, pueden establecerse dos mo- (756 ± 32 años AP). Es de destacar que la asignación
dalidades de asociación entre los individuos y los temporal establecida por Hajduk para las cuentas
tipos de artefactos. Así, la existencia de artefactos de vidrio es coincidente con la cronología más tar-

Cassiodoro - García Guraieb 621


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 4. Acompañamientos metálicos, malacológicos, cerámicos, líticos y vítreos de SAC1, SAC2 y SAC10.

Variables Correlación

Individuos por
Artefactos r r² Valor- p
estructura

Total 0,78 60,84 3,560E-05

Menores a 15 0,83 68,9 4,0761E-06


Cantidad de tipos
Menores a 10 0,85 72,25 1,9029E-06
de artefactos
Femeninos 0,49 24,01 0,0275

Masculinos -0,39 15,21 0,0851

Tabla 1. Correlación entre composición demográfica y artefactual

622
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)

individuo sexo edad artefacto


SAC1-1-4 indeterminado subadulto ctas. de vidrio

SAC1-2-1 indeterminado subadulto ctas. de valva

SAC1-2-2 femenino adulto ctas. de valva

SAC1-5-1 indeterminado subadulto placa de metal y cta. de vidrio

SAC1-6-1 indeterminado subadulto placa de metal

SAC1-7-1 masculino adulto cuchillo obsidiana

SAC1-8-1 femenino adulto ctas. de valva

SAC2-4-1 femenino subadulto cta de valva

SAC4-NI3 masculino adulto pref. pta. de proyectil

SAC10-1-1 indeterminado adulto ctas. de valva

SAC10-1-4 indeterminado subadulto ctas. de valva

SAC10-1-7 indeterminado subadulto ctas. de valva


Cuadro 5. Asociaciones directas entre individuos y artefactos.

Figura 5. Distribución cronológica de entierros en chenques.

día (352 ± 40 años AP) del chenque en que se en- del sexo de los individuos adultos a lo largo de la se-
cuentran (SAC 1-1). Esta cronología se corresponde cuencia cronológica, a simple vista se observa una
con los primeros momentos del contacto europeo. mayor representación de individuos femeninos e
indeterminados por sobre los masculinos, pero eso
Acompañamientos artefactuales, cronología se debe a que no todos los chenques han sido fe-
y espacio chados aún. De hecho, la distribución de individuos
La figura 5 permite evaluar la existencia de ten- adultos en los chenques es relativamente pareja
dencias temporales en las composición demográfi- (García Guraieb et al. 2007).
ca y las asociaciones artefactuales de los entierros En segundo lugar, al considerar, las asociaciones
en chenque3. artefactuales, se observa que tanto los chenques
En primer lugar, y atendiendo sólo a la compo- más antiguos como los más recientes presentan
sición demográfica de los entierros, se vislumbra artefactos. No obstante, en fase con lo dicho ante-
una tendencia a aquellos con mayor cantidad de in- riormente en cuanto a la relación entre cantidad de
dividuos subadultos tengan fechados más tardíos, individuos (especialmente de subadultos menores
correspondientes a los últimos siglos del lapso que de 10 años) y la diversidad de tipos artefactuales,
abarcan los chenques. En cuanto a la distribución los chenques más tardíos, que son los que contie-

Cassiodoro - García Guraieb 623


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

nen mayor cantidad de subadultos, son también los esto se debería a que se trata del sitio con la ma-
que presentan mayor diversidad artefactual. Esto yor cantidad de chenques en la cuenca. Al incluir en
es especialmente notable, entre ca. 400 y 300 años el análisis espacial los acompañamientos, como se
AP, cuando aparecen la cerámica y -ya en tiempos observa en la figura 24 y el cuadro 4, los distintos ti-
de contacto- las cuentas de vidrio. pos artefactuales ocurren sin patrón aparentemen-
Por último, en referencia a la variabilidad espa- te en chenques de distintos sectores de la cuenca.
cial, considerando sólo su composición demográ- La excepción estaría en que las cuentas de vidrio y
fica, el único patrón evidente es que la concentra- la cerámica sólo aparecen en chenques de SAC 1
ción de chenques de SAC 1 es la que muestra mayor (SAC 1-1, SAC 1-2 y SAC 1-5).
cantidad de individuos subadultos. Sin embargo,

DISCUSIÓN

A partir de este estudio conjunto se ha dado pañamientos. Así, si en los chenques los acompa-
cuenta de la existencia de una importante variabi- ñamientos se vinculan principalmente con la pre-
lidad en la composición demográfica y artefactual sencia de subadultos y los nichos/EBB contienen
del registro funerario de la cuenca del Salitroso. Sin mayoritariamente individuos adultos, sería espera-
embargo, se destacan algunos patrones: ble que este tipo de entierros no muestre abundan-
- Es mayor el porcentaje de chenques con acom- cia y diversidad de artefactos.
pañamiento que de nichos y EBB. Estas tendencias nos permiten incursionar en
- Existen tipos artefactuales en los entierros problemáticas no tratadas hasta el momento tales
que no se hallan en otros contextos de la cuenca, como las prácticas mortuorias en sí mismas, su va-
incluyendo algunos artefactos líticos que muestran riabilidad cronológica, espacial y composicional y
características particulares. su correlato con distintos aspectos de la organiza-
- En la confección de varios de los artefactos se ción social. A su vez, son un aporte más a cuestiones
han utilizado materias primas no disponibles en la relacionadas con la movilidad y uso del espacio por
región de estudio. parte de cazadores-recolectores planteadas para el
- Es relativamente bajo el porcentaje de chen- área (Goñi 2000, Goñi y Barrientos 2004).
ques con muchos artefactos y/o tipos artefactua- En primera instancia, uno de los aspectos refe-
les. rido a las prácticas mortuorias que presenta varia-
- Hay una asociación fuerte entre la presencia bilidad es el cronológico. Así, para los primeros mo-
de acompañamiento y de individuos subadultos, en mentos de ocupación, se observan pocos entierros
especial de aquellos menores de 10 años. en nichos o bajo bloques, mayoritariamente indi-
- En términos de la relación entre composición viduales y compuestos por adultos. A partir de ca.
demográfica y artefactual de los chenques y su 1200 años AP, se registran los primeros chenques
distribución espacio-temporal, se observa a partir al tiempo que no se observan más nichos o EBB. Si
de ca. 400 y 300 años AP, mayor cantidad de indi- bien la modalidad de entierro en chenque presenta
viduos enterrados, entre ellos subadultos y mayor variabilidad interna desde el momento de su apa-
frecuencia y variedad de artefactos. Esta tendencia rición, conforme avanza la cronología aumenta la
tiene su correlato espacial ya que se trata de chen- frecuencia de chenques, la cantidad de individuos
ques de una única concentración (SAC 1). representados en general, y en particular de suba-
- Se registraron pocas asociaciones directas en- dultos. A su vez, desde los acompañamientos fune-
tre individuos y artefactos específicos. Se observa rarios ambas modalidad difieren, destacándose los
una tendencia a que los artefactos líticos de obsi- chenques en cuanto a mayor frecuencia y variedad
diana se asocien a adultos masculinos y a que los de tipos artefactuales.
artefactos de metal, las cuentas de valva y las cuen- A este respecto, un punto que merece ser men-
tas de vidrio a individuos subadultos. cionado es que pese a la manifiesta variabilidad en
- A su vez, puede proponerse dos modalida- cuanto a la composición demográfica y artefac-
des de acompañamientos funerarios: “adornos” y tual de los chenques, esta modalidad de entierro
“ofrendas” muestra una estabilidad importante en la cuenca
- En los nichos y EEB, el tamaño de la muestra hasta los primeros momentos de contacto europeo
no permite un análisis exhaustivo interno. No obs- (momento a partir del cual prácticamente dejan de
tante, las diferencias en la composición demográfi- registrarse evidencias arqueológicas de ocupación
ca de las dos modalidades de entierro podrían dar del área). Asimismo, el hecho que algunos de los
cuenta de la distribución diferencial de los acom- chenques presenten evidencias de reocupación de

624
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)

la misma estructura a lo largo de varios siglos ratifi- dividuos subadultos, es un patrón frecuentemente
caría esta idea de estabilidad. observado en contextos arqueológicos y etnográfi-
A su vez, vale mencionar que ya en momentos cos de cazadores-recolectores (Saxe 1970; Binford
posteriores al contacto europeo inicial, el registro 1971, Mc Donald 2001, y trabajos allí citados) sin que
etnohistórico -en especial de los viajeros del siglo el mismo -al menos por sí solo- pueda interpretarse
XIX (v.g. Schmid 1964 [1860]; Musters 2005 [1869]) como indicador de la presencia de situaciones de
y algunos casos arqueológicos conocidos (Deodat status adquirido por nacimiento. Asimismo, cabe
1946, Prieto 1993-94, Martinic 1995) muestran que destacar que la mayoría de los acompañamientos
la modalidad de entierro en chenques sigue apare- registrados en los chenques con individuos suba-
ciendo en numerosos contextos en Patagonia, la dultos podrían ser interpretados funcionalmente
mayoría de ellos de forma aislada y con variados más como adornos que como ofrendas funerarias
y ricos acompañamientos. Más allá de las dificul- y, en este sentido, podrían considerarse simple-
tades metodológicas de comparar estos tipos de mente como posesiones que el difunto habría te-
registros, la composición demográfica y artefac- nido en vida.
tual de estos chenques contrasta fuertemente con En tercera instancia, con el estudio de los arte-
los de nuestra muestra. Esto permitiría dar cuenta factos recuperados en las estructuras de entierro
de que la ruptura que implicó el contacto europeo, se profundiza el análisis de los aspectos referidos
impactó en pocos siglos en algunos aspectos de las a los rangos de acción de los grupos cazadores-re-
prácticas mortuorias. Es decir que, se habría man- colectores del área. La utilización de materias pri-
tenido la modalidad de inhumación -chenque- pero mas no disponibles en la región de estudio, permite
habría cambiado su composición demográfica y ar- dar cuenta de rangos de circulación de objetos y/o
tefactual. personas. Así, el origen alóctono de algunas de las
En segunda instancia, avanzando hacia otros cuentas de valva señala la existencia de contactos
aspectos del análisis, creemos que los patrones indirectos o directos con sectores distantes a la
observados en este análisis permiten comenzar a cuenca, como por ejemplo la costa marina desde
discutir aspectos referidos a la diferenciación inter- ca. 700 años AP. A su vez, la presencia de cuentas de
na de individuos en grupos cazadores-recolecto- vidrio establece que estos contactos continuarían
res; más allá de los variados acercamientos a esta al momento de la llegada de los europeos.
problemática, mencionados anteriormente y cuyo Por último, algunos aspectos de las prácticas
tratamiento específico excede los objetivos de este mortuorias aquí tratados se relacionan con el mo-
trabajo. delo de uso del espacio y movilidad propuesto
Así, en primer lugar, creemos que la evidencia para el área (Goñi 2000; Goñi y Barrientos 2004).
presentada da cuenta del tratamiento mortuorio En primer lugar, el aumento de la frecuencia de
diferencial de algunos individuos (por ejemplo, chenques, la cantidad de individuos representados
SAC 1-7-1, SAC 1-6-1). En la medida en que la di- en general, y en particular de subadultos hacia los
ferenciación mortuoria puede emplearse como momentos tardíos de ocupación es uno de los prin-
indicador de la diferenciación social, los patrones cipales elementos utilizados para sostener la idea
observados sugerirían que la diferenciación en las de un cambio en el patrón de uso de la cuenca hacia
posiciones sociales de los individuos no habría sido ca. 1200 años AP. A su vez, se esboza una tendencia
muy pronunciada, ni habría excedido la generada hacia un aumento en la frecuencia y diversidad de
por el sexo, la edad o incluso las capacidades in- los acompañamientos hacia el final de la secuencia,
dividuales. De acuerdo con la literatura esto sería a partir de ca. 400-300 años AP, patrón que proba-
esperable en cazadores-recolectores (Saxe 1970; blemente se vincule con la mayor presencia de en-
Binford 1971; Kelly 1995). De esta manera podrían tierros en los últimos siglos de ocupación, en espe-
interpretarse, la muy baja frecuencia de chenques cial de entierros con subadultos. En segundo lugar,
individuales en la cuenca y, en aquellos registrados, la presencia de materias primas no disponibles en
la baja frecuencia y diversidad de sus acompaña- la cuenca da cuenta de la ampliación de rangos de
mientos. acción, vinculable con el desarrollo de estrategias
Relacionado con lo anterior, otro aspecto que de movilidad logísticas propuestas como comple-
vale mencionar es que la fuerte asociación indica- mento del proceso de disminución de la movilidad
da entre el acompañamiento artefactual y los in- residencial.

Cassiodoro - García Guraieb 625


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

CONSIDERACIONES FINALES

Este trabajo ha buscado presentar de forma muestra de entierros del lago Salitroso ofrecen una
conjunta la información obtenida a lo largo de oportunidad única de discutir estos temas de difícil
diez años de trabajo en la cuenca del lago Salitro- abordaje en contextos cazadores-recolectores.
so sobre el registro tecnológico y osteológico. Es- En el futuro esta discusión podrá ser profundi-
pecíficamente se ha mostrado que, dentro de un zada, refinando las diferencias cronológicas inter-
cuadro de variabilidad general en la composición nas de los chenques, incorporando otras líneas de
demográfica y artefactual de los entierros, es po- evidencia tanto específicas del análisis mortuorio
sible delinear ciertas tendencias que permiten dis- como de otros tipos de contextos arqueológicos
cutir distintos aspectos de la organización de las y ampliando la escala espacial. En este sentido, la
sociedades cazadoras-recolectoras del área que evidencia presentada aquí resultará un aporte a la
ocuparon la cuenca en los últimos milenios. Entre comparación entre distintos contextos funerarios
ellos se retomaron cuestiones relacionadas con la de Pampa-Patagonia (Gómez Otero y Dahinten
movilidad y uso del espacio de los grupos y se in- 1999; Salceda et al. 1999-2001; Reyes 2002; Be-
cursionó en temas no tratados hasta el momento, rón y Baffi 2004, entre otros) contribuyendo así, al
como las prácticas mortuorias y su vinculación con estudio de las prácticas mortuorias en cazadores-
la organización social, en especial, con la diferen- recolectores en una escala regional.
ciación social. Las características particulares de la

AGRADECIMIENTOS
Quisiéramos agradecer A. Hajduk por el análisis de las cuentas vítreas y a R. Goñi por los comentarios
positivos. A Lito García y Rosa Novak de la estancia Sierra Colorada por diez años de apoyo y amistad.

NOTAS
1
Este trabajo se enmarca dentro de distintos proyectos UBACyT (FI 062, F072, F065) dirigidos por R.
Goñi.
2
Sólo se dejaron fuera del análisis dos estructuras de entierro recuperadas en la última campaña ya
que el estudio de las mismas se encuentra aún en curso.
3
El rango cronológico completo de cada entierro se graficó a través de los brazos laterales de cada
uno de los esquemas. El eje vertical de la figura no tiene implicancias
4
Cabe aclarar que la nomenclatura de los entierros responde a su ubicación espacial. Por ejemplo, el
chenque SAC 1-7 es el séptimo chenque hallado en la concentración de chenques SAC 1.

BIBLIOGRAFÍA

Barrientos G., M. Del Papa, I. Pérez y F. Suárez viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado
2005 Los entierros humanos del área del lago por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
Salitroso, provincia de Santa Cruz. Actas del XIII pp. 361- 374. Instituto Nacional de Antropología y
Congreso Nacional de Arqueología Argentina. pp. 73- Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
79, Córdoba. de Antropología, Buenos Aires.
Barrientos, G., R. Goñi, F. Zangrando, M. Del Papa, S. Berón, M. e I. Baffi
García Guraieb, M. Arregui y C. Negro 2004 Variabilidad de las estructuras mortuorias en
2007 Human taphonomy in Southern Patagonia el Holoceno Tardío. Cuenca de los lagos Posadas
(provincia de Santa Cruz). En: Taphonomy and y Salitroso (prov. de Santa Cruz), y área de Lihué
Archaeozoology in Argentina, editado por M. Calel (prov. de La Pampa). En Contra viento y
Gutiérrez, G. Barrientos, M. Salemme, L. Miotti y G. marea. Arqueología de la Patagonia, editado por
Mengoni Goñalons. BAR International Series 1601, M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
pp. 187-202.Oxford. pp. 387-402. Instituto Nacional de Antropología y
Beck, L. (editora) Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
1995 Regional Approaches to Mortuary Analysis, de Antropología, Buenos Aires.
Plenum Press. New York. Binford, L
Bernal, V., S. García Guraieb y P. González 1971 Mortuary practice: their study and their
2004 Perfiles de mortalidad de las muestras de potential. Memoirs of the Society for American
restos óseos humanos procedentes del área del Archaeology 25: 6-29.
Lago Salitroso (Provincia de Santa Cruz). En Contra

626
Análisis del registro tecnológico y osteológico de los entierros humanos del Holoceno tardío del lago Salitroso (Santa Cruz)

Brown, J. García Guraieb, S.


1971 The Dimensions of Status in Burials at Spiro. 2004 Salud y enfermedad en cazadores-recolectores
En Approaches to the Social Dimensions of Mortuary del Holoceno tardío en el lago Salitroso (Santa
Practices, editado por J. Brown, pp. 92-111. Memoirs Cruz). Tesis de Licenciatura en Cs. Antropológicas
of the Society for American Archaeology, Washington (orientación Arqueología). Facultad de Filosofía y
DC. Letras. UBA.
Cabrera, A. y A. Willink García Guráieb S., P. González y V. Bernal
1980 Biogeografía de América Latina. Monografías 13, 2007 Estructura de sexo y edad de la muestra de
OEA, Washington D.C. restos humanos del Holoceno tardío del Lago
Carr, C. Salitroso (Santa Cruz, Argentina). En Arqueología de
1995. Mortuary Practices: Their Social, Philosophical- Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
Religious, Circumstantial and Physical Determinants. huesos...y develando arcanos. Editado por F. Morello,
Journal of Archaeological Method and Theory 2 (2): M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 367-374.
105-200. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Cassiodoro, G. Gómez Otero, J. y S Dahinten
2004 La tecnología cerámica en cazadores 1999 Evidencias de contactos interétnicos en el siglo
recolectores de la provincia de Santa Cruz. XV XVI en Patagonia: informe preliminar sobre el sitio
Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Río enterratorio Rawson (Chubut). Actas XII Congreso
Cuarto. En prensa. Nacional de Arqueología Argentina, editado por C.
Cassiodoro, G. Diez Marín, Tomo III: 44-53, La Plata.
2005 Tecnología malacológica de los entierros González, M.
humanos del Lago Salitroso (Santa Cruz). Relaciones 1992 Paleoambientes del Pleistoceno Tardío/
de la Sociedad Argentina de Antropología XXX: 257- Holoceno Temprano en la cuenca de los lagos
262. Buenos Aires. Belgrano y Burmeister (47°40’/48° Sur, 72° 30’ Oeste.
Cassiodoro, G. Santa Cruz). Informe Técnico N° 9:1-7. Fundación C.
2008 Movilidad y uso del espacio de cazadores- Caldenius.
recolectores del Holoceno tardío: estudio de la Goñi, R.
variabilidad del registro tecnológico en distintos 2000. Arqueología de Momentos Históricos fuera de
ambientes del noroeste de la provincia de Santa los centros de conquista y colonización: un análisis de
Cruz. Tesis de Doctorado. Facultad de Filosofía y caso en el sur de Patagonia. En: Desde el país de los
Letras. UBA. Gigantes. Perspectivas Arqueológicas en Patagonia,
Cassiodoro, G., A. Aragone y A. Re pp. 283-296. Universidad Nacional de la Patagonia
2004 Más allá de los chenques… Registro Austral, Río Gallegos.
arqueológico a cielo abierto en la cuenca de los Goñi, R. y G. Barrientos
lagos Salitroso y Posadas Pueyrredón. En Contra 2000 Estudio de chenques en el Lago Salitroso,
viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado Provincia de Santa Cruz. En Desde el País de los
por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, Gigantes. Perspectivas arqueológicas en Patagonia,
pp. 325-338. Instituto Nacional de Antropología y editado por Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S.
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina Espinosa Tomo I pp161-175. Universidad Nacional de
de Antropología, Buenos Aires. la Patagonia Austral. Río Gallegos.
Cassiodoro, G. y P. Tchilinguirian Goñi, R. y G. Barrientos
2007Análisis petrográficos de cerámicas en el noroeste 2004 Poblamiento tardío y movilidad en la cuenca
de la provincia de Santa Cruz. En Arqueología de del lago Salitroso. En Contra viento y marea.
Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando Arqueología de la Patagonia, editado por M. T.
huesos...y develando arcanos. Editado por F. Morello, Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, pp.
M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 839-852. 313-324. Instituto Nacional de Antropología y
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile. Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
Chapman, R. de Antropología, Buenos Aires.
1981 The emergence of formal disposal areas and Goñi R., G. Barrientos y G. Cassiodoro
the problems of megalithic tombs in Europe. En 2000-2002 Condiciones previas a la extinción de
The Archaeology of Death, editado por R. Chapman, las poblaciones humanas del sur de Patagonia: una
I. Kinnes, y K. Randsborg. pp. 71-81, Cambridge discusión a partir del análisis del registro arqueológico
University Press, Cambridge. de la cuenca del Lago Salitroso. Cuadernos del
Deodat, L. Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
1946 ¿Chenque o Coshom? Una pequeña cuestión Latinoamericano 19:249-266.
lexicográfica de la arqueología argentina. Argentina Goñi, R., G. Cassiodoro, D. Rindel, T. Bourlot, S. García
Austral año 17, nº 180:3-13. Buenos Aires. Guraieb, A. Re, A. Tessone, A. Aragone, A. Nuevo
Espinosa, S. y R. Goñi Delaunay y J. Flores Coni
1999 Viven! Una fuente de obsidiana en la Pcia. de 2007 Distribución del registro arqueológico en
Santa Cruz. En Soplando en el viento. III Jornadas de cuencas lacustres del noroeste de la provincia de
Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi, J. Santa Cruz. Resúmenes Ampliados del XVI Congreso
B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M. Nacional de Arqueología Argentina. Número especial
De Nigris, pp. 177-188. Neuquén-Buenos aires de la Revista Pacarina Tomo III 377-383. Facultad de
Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad

Cassiodoro - García Guraieb 627


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Nacional de Jujuy. Pérez, S., M. Beguelin y M. Del Papa.


Guráieb, G., G. Cassiodoro, A. Re y A. Tivoli 2004 Evaluación de las relaciones biológicas
2006 Distancia a la fuente de aprovisionamiento y regionales y extra-regionales de muestras del NO
variabilidad en los conjuntos líticos de la cuenca de de Santa Cruz. Resultados preliminares. En Contra
los lagos Pueyrredón-Posadas-Salitroso (Patagonia viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado
cordillerana Argentina). En Sociedades Prehistóricas, por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
Recursos Abióticos y Territorio, editado por G. Martínez pp. 347-360. Instituto Nacional de Antropología y
Fernández, A. Morgado Rodríguez y J. Afonso Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
Marrero, pp 199-214. Fundación al_Jatib de Estudios de Antropología, Buenos Aires.
de Cooperación Cultural. Granada, España. Rakita, G., J. Buikstra, L. Beck y S. Williams (Eds)
Hajduk, A. 2005 Interacting with the Dead. Perspectives on
2002 Informe sobre cuentas vítreas de Sierra Colorada Mortuary Archaeology for the New Millennium.
1. Ms. University Press of Florida. Gainsville
Hodder, I. Reyes, O.
1982 The identification of ranking in prehistory: A 2002 Funebria indígena en el curso inferior del valle
contextual perspective. En Ranking, Resource and del Río Ibáñez, margen occidental de la estepa
Exchange: Aspects of Archaeology of Early European centropatagónica (XI Región de Aisén). Anales del
Society, editado por C. Renfrew y S.J. Shennan, Instituto de la Patagonia, (Serie Ciencias Sociales)
pp.150-154. Cambridhe University Press, Cambridge. 30:87-101.
Kelly, R. Salceda, S., M. Méndez, A. Castro y J. Moreno
1995 The Foraging Spectrum. Diversity in Hunter- 1999-2001 Enterratorios indígenas de la Patagonia:
Gatherer Lifeways. Smithsonian Institution Press. el caso del sitio Heupel, Caleta Olivia, Santa Cruz
Washington and London. (Argentina). Xama 12:161-171.
Kendall, D. Saxe, A.
1971 Seriation from abundance matrices. En 1970 Social determinants of mortuary practices.
Mathematics in the Archaeological and Historical Unpublished Ph. D. Dissertation, Department of
Sciences, editado por F. Hodson, D. Kendall y P. Anthropology, University of Michigan. Ann Arbor.
Tautu, pp. 215-252. Edinburgh University Press, Schmid, T.
Edinmburgh. 1964 [1860]. Usos y Costumbres de los Indios
Kroeber, A. Patagones. Academia Nacional de la Historia. XXII.
1927 Disposal of the dead. American Anthropologist. Colección Cronistas y Viajeros del Río de la Plata.
New Series 29(3): 308-315 Buenos Aires.
Landoni, N. Shanks, M. y C. Tilley
1999 Informe sobre el material malacológico procedente 1982 Ideology, symbolic power and ritual
del yacimiento arqueológico de Sierra Colorada (N. O. communication: A reinterpretation of neolithic
de Santa Cruz). Ms. mortuary practices. En Symbolic and Structural
Lewis, M. E Archaeology, editado por I. Hodder, pp 129-154.
2007 The Bioarchaeology of Children. Perspectives Cambridge University Press, Cambridge
from Biological and Forensic Anthropology. Cambridge Stine, S.
University Press. 1994 Extreme and persistent drought in California
MacDonald, D. and Patagonia during mediaeval time. Nature, vol.
2001 Grief and burial in the American Southwest: 369:546-549.
the role of evolutionary theory in the interpretation Tainter, J.
of mortuary remains. American Antiquity 66 (4): 704- 1978 Mortuary practices and the study of prehistoric
714. social systems. En Advances in Archaeological Method
Martinic , M. and Theory: 1, editado por M. Schiffer, pp- 105-141.
1995 Los Aónikenk. Historia y cultura. Ediciones Academic Press, New York.
Universidad de Magallanes, Punta Arenas. Tessone, A., F. Zangrando, G. Barrientos, S. Valencio,
Musters, G. H. Panarello y R. Goñi
2005 [1871] La Vida entre los Patagones. Un año 2005 Isótopos estables del carbono en Patagonia
de excursiones por tierras no frecuentadas desde el Meridional: datos de la cuenca del lago salitroso
estrecho de Magallanes hasta el Río Negro. El Elefante (Provincia de santa Cruz, Republica Argentina.
Blanco. Buenos Aires. Magallania 33: 21-28
O’Shea, J. Zangrando, F, M. Del Papa, C. Negro y M. J. Arregui,
1984 Mortuary Variability: An Archaeological 2004 Estudios tafonómicos y de procesos de
Investigation. Academic Press, New York. modificación ósea posdepositacional en entierros
Parker Pearson, M. humanos de la cuenca del lago Salitroso (NO de
1982 Mortuary Practices, Society and Ideology: la Provincia de Santa Cruz). En Contra viento y
An Ethnoarchaeological Study. En Symbolic and marea. Arqueología de la Patagonia, editado por
Structural Archaeology, editado por I. Hodder, pp 99- M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
113. Cambridge University Press, Cambridge. pp. 375-386. Instituto Nacional de Antropología y
Peebles, C. y S. Kus Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
1977 Some Archaeological Correlates of Ranked de Antropología, Buenos Aires.
Societies. American Antiquity 42:421-448.

628
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa
norte de Santa Cruz, Argentina)
Alicia Castro1, Susana Salceda2, Marcos Plischuk2 y Bárbara Desántolo2

A B S T R A C T

The study of human burials offers an excellent possibility to define biocultural characteristics of
pass population and know related social behaviors. The aim of this work is to inform about the first
analysis performed to a human remains of exceptional characteristic, exhumed from a “chenque”
associated to an archaeological coastal site (Carsa) in the northern coast of Santa Cruz province
(Patagonia). The chenque was exposed through digging activities carried out workers from a nearby
factory. Rescue work began immediately thanks to the local municipal museum’s participation
(Museo Mario Brozoski). Bone remains show a very good conservation that allowed to perform
internationally standards analysis. The remains belong to an individual, approximately 23 years old,
male, 1,66 m tall. Bones present traces of infectious disease from trepanomatoses and unequivocal
traces of trepanation on cranial bones. The latter suggest the practice of healing activities performed.
This is so far a unique case for Patagonian hunter- gatherer communities. Meanwhile this practice
is common for the communities of the Northwest of Argentina and related Andean regions. This
study case allows to discuss Amerindian population’s dynamics as well as morbidity patterns.

INTRODUCCIÓN

El sitio Carsa está ubicado en el extremo Norte buen estado de conservación, y sin asociación a
de la ciudad de Puerto Deseado inmediatamente ningún tipo de ajuar funerario (Figura 2). Posterior-
en las afueras de su trazado urbano, dentro del sec- mente los estudios bioantropológicos evidenciaron
tor de litoral marino continental identificado como la existencia de una condición patológica de tipo
Costa Norte de Santa Cruz (Figura 1). El mismo es infecciosa, y de una alteración craneana producida
un sitio de entierro clasificado como chenque, ac- por una trepanación, práctica no relevada hasta el
tualmente semienterrado por médano vegetado, presente en Patagonia.
sito en el borde de la última terraza marina, inme- La tarea de rescate fue posible gracias a un tra-
diatamente por encima del último sistema de pa- bajo de extensión que se desarrolla en el marco del
leoplayas, lo que le asignaría una cronología relati- Proyecto de Investigaciones de Arqueología de la
va posterior a los 3000 años AP. Costa Norte de Santa Cruz, dirigido por la Dra. Cas-
En el año 2004 trabajos de excavación de la em- tro (Moreno y Castro 1999; Castro et al. 2003). Este
presa pesquera Carsa removieron parcialmente el proyecto tiene como objetivo estudiar el modo y la
sitio exponiendo huesos aparentemente humanos. intensidad con la que fue utilizado el litoral marí-
En ese momento la rápida determinación de los timo y zonas aledañas a lo largo del Holoceno por
obreros, que contactaron a los directivos del Mu- cazadores recolectores. Los resultados alcanzados
seo Mario Brozoski de Puerto Deseado, dio lugar hasta el momento han permitido enunciar modelos
a que las obras se detuvieran, y poder realizar allí de ocupación y uso de la Costa Norte para el Ho-
un estudio diagnóstico y una posterior excavación loceno medio y tardío, y hacer explícito el registro
de rescate. Esta última permitió corroborar que se empírico caracterizado por una gran variedad de
trataba del entierro primario de un individuo, en sitios. Entre estos se destacan los entierros huma-
posición extendida decúbito lateral izquierdo, en nos, poco excavados hasta el momento (Salceda et

1 Departamento Cientifico de Arqueología. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP.Paseo del Bosque S/N La Plata
2 Departamento Cientifico de Antropologia.Facultad de Ciencias Naturales y Museo. UNLP. CONICET

Castro et al. 629


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

al. 1999-2001), constituyendo en algunos puntos,


como en el sitio Campo de Chenques (Castro y Mo-
reno 2000), verdaderas áreas formales de entierro.
La información que se desprende de los estu-
dios bioarqueológicos es fundamental para com-
plementar el conocimiento acerca de los patrones
de alimentación y morbilidad, así como también
sobre la biodinámica de los grupos patagónicos
para el Holoceno medio y tardío.

Figura 1. Ubicación geográfica del sitio Carsa

Figura 2. Chenque en proceso de excavación.

MATERIAL Y MÉTODOS

El trabajo de rescate arqueológico consistió criterios metodológicos macroscópicos conveni-


en un estudio diagnóstico previo areal con pros- dos internacionalmente. La observación detallada
pección de la zona, evaluación de daños e impac- de las condiciones patológicas presentes en el es-
to producido por la obra, identificación del sector queleto se realizó con lupa binocular con aumento
de aparición de restos y evaluación de las áreas no 10X y a través del examen radiológico del cráneo y
removidas para completar la exhumación y consi- fémur en particular, llevado a cabo con un equipo
guiente excavación controlada de sectores no alte- Polimatch Siemmens 120 kV 500 mAs, con técnica
rados. Los restos óseos presentaban buen estado 64 kV y 63 mAs mediante un proceso de revelado
de conservación, permitiendo la caracterización manual.
biológica del individuo mediante la aplicación de

630
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)

RESULTADOS

Estudio osteológico perficie del planum nuchale con línea nucal superior
El material disponible para su análisis con es- grande y cresta occipital desarrollada, 4. processus
tricta correspondencia individual responde al si- zigomaticus muy alto y fuerte, 5. arcus superciliaris
guiente inventario: 1) cráneo completo, 2) ester- marcado, 6. tubera frontalia et parietalia debiles, 7.
nón, 3) costillas (20 enteras y 11 fragmentos), 4) inclinatio frontalis fuertemente huidiza, 8. os zigo-
escápula derecha e izquierda, 5) clavícula derecha e maticum alto con superficie irregular, 9. forma orbi-
izquierda, 6) húmero derecho e izquierdo, 7) cúbito tae cuadrada con margo supraorbitalis fuertemente
derecho e izquierdo, 8) radio derecho e izquierdo, redondeado, 10. mandíbula de aspecto muy robus-
9) carpianos (2), 10) metacarpianos (4), 11) falanges to, con 11. mentum fuerte con protuberancia bila-
(4), 12) coxal derecho e izquierdo, 13) fémur dere- teral, 12. angulus mandibulae con rugosidad y re-
cho e izquierdo, 14) tibia derecha e izquierda, y 15) troversión notable y 13. margo inferior espeso. Las
fragmentos óseos indeterminados (2). variables métricas relevadas: diámetro vertical de
la cabeza femoral (51,4 mm) y humeral (52,5 mm)
De la edad probable también se corresponden con las de un individuo
Para la estimación de la edad probable se tu- de sexo masculino (Stewart 1979).
vieron en cuenta aquellas piezas con mayor valor
diagnóstico. En este sentido, la morfología de la De los rasgos indicadores de forma
sínfisis púbica es ampliamente reconocida como La morfometría craneana se estimó a través del
el rasgo de mayor certeza para la estimación del relevamiento métrico pormenorizado de las varia-
rango etáreo al cual pertenecía el individuo al bles métricas convencionales. Los índices indica-
momento de su muerte. Los rasgos presentes en dores de forma permiten caracterizar al individuo
la sínfisis izquierda del individuo permiten adscri- hallado como Ortocráneo (Índice Vértico-Longitu-
birlo a la fase II de Todd (1920), cuyo rango oscila dinal= 70), Camecráneo (Índice Aurículo-Longitudi-
entre 20-21 años, mientras que el rango estimado nal= 53,8), Hiperleptoprosopo (Índice Facial Total=
según el método de McKern y Stewart (1957) se- 96,4), Leptorino (Índice Nasal= 40,3), Hipsiconquio
ría de 18-23 años. La fusión total de las epífisis con (Índice Orbitario= 97,6), Dolicognato (Índice Man-
sus respectivas diáfisis en todos los huesos largos dibular = 104.1).
se corresponde con un individuo que ha alcanzado Sin la intención de reabrir el debate entre mo-
la etapa adulta. Los resultados arrojados por estas delos tipológicos y modelos evolucionistas (Casa-
vías, conjuntamente, con los obtenidos a través del miquela 1990, 1992, 1996; Cocilovo 1992, Guichón
grado de obliteración de las suturas craneanas y del 1996), el individuo hallado en Puerto Deseado se
estado de la arcada alveolar, permiten adscribir al ajusta en términos generales a las descripciones
individuo a la categoría de edad adulto joven, de realizadas por diversos autores para los restos
aproximadamente 23 años de edad cronológica. óseos provenientes de sitios arqueológicos de la
región patagónica. Tanto las descripciones hechas
Del sexo probable hace ya más de 50 años por Imbelloni (1938) y Bór-
La determinación del sexo se realizó a partir del mida (1954), como los trabajos más recientes (Gó-
análisis de aquellas piezas óseas que presentan un mez Otero 1997/98) coinciden en que los esquele-
mayor valor diagnóstico. En el caso de la pelvis se tos hallados poseen un cráneo voluminoso, con
relevaron los rasgos discriminatorios (Ferembach un elevado espesor óseo y notable peso, huesos
et al. 1980) y se calculó el grado de sexualidad resul- cigomáticos muy desarrollados, cara grande, tosca
tando masculino por presentar: 1. sulcus prae-auri- y angulosa, y una mandíbula maciza y muy pesada
cularis presente en forma de traza, 2. incisura ischia- con un mentón prominente.
dica maior en forma de V, 3. angulus pubis agudo, En la tabla 1 se presentan los valores absolutos
en forma de A, 4. arcus compositus con curva única, de las variables métricas relevadas.
5. os coxae alto, estrecho, con relieves musculares
marcados, 6. foramen obturatum ovalado, 7. corpus Del estudio post-craneano
ossis ischii muy ancho, con tuberosidad isquiática Se realizó un análisis morfométrico de las pie-
desarrollada, 8. crista iliaca en forma de S neta, 9. zas inventariadas a fin de completar la información
fossa iliaca alta y estrecha, 10. pelvis maior estrecha sobre el individuo adulto. En las tablas 2, 3, 4 y 5
y 11. pelvis minor estrecha. El cráneo por su parte se presentan las variables métricas y el cálculo de
tambien presenta rasgos que permiten adscribirlo variables relativas correspondientes.
al género masculino: 1. glabella muy fuerte, 2. pro- El rasgo humeral que presenta el mayor va-
cessus mastoideus muy grande y redondeado, 3. su- lor heurístico para establecer filiación y distancias
Castro et al. 631
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Longitud máxima (g-op) 195 Derecho Izquierdo


Altura basilo-bregmática (ba-b) 137
Longitud
320 329
Altura aurículo-bregmática (po-b) 105 máxima

Anchura bicigomática (zy-zy) 140 Longitud


316 327
fisiológica
Diámetro nasion-basion (n-ba) 110
Perímetro 145 98
Altura nasion-gnation (n-gn) 135
Diámetro
Altura de la nariz (n-ns) 62 23 28.7
máximo
Anchura de la apertura piriforme 25
Diámetro
19.5 24.4
Anchura de la órbita (d-ek) 41 mínimo

Altura de la órbita 40 Diámetro


vertical de la 50.7 52.5
Anchura maxilo-alveolar (1°-2° M) 62 cabeza
Anchura del paladar (1°-2° M) 41
Diámetro
Altura de la mastoides (po-ms) 31 horizontal de 47.2 50.8
la cabeza
Anchura bicondilea (cdl-cdl) 121
Derecho Forma Izquierdo Forma
Anchura bigoníaca (go-go) 120
Índice de
Longitud de la mandíbula 126 27.5 27.3
robustez
Altura sinfisiana (id-gn) 42
Índice
84.3 Euribraquia 84.9 Euribraquia
Tabla 1. Variables métricas relevadas expresadas en mm. diafisiario

Índice de
la cabeza 93 96.7
humeral

interétnicas es sin duda su longitud total (Chillida Tabla 2. Osteometría humeral. Variables absolutas
(expresadas en mm) y relativas.
1943). En el caso del individuo analizado en este
trabajo su valor es de 329 mm, muy cercano al valor
medio para las poblaciones santacruceñas (326,9 Derecho Izquierdo
mm) (Chillida op. cit.). El mayor índice de robustez
Perímetro 145 98
encontrado por este autor también pertenece a las
poblaciones patagónicas (21–22), pero muy por de- Diámetro medios
41 29.3
bajo del índice por nosotros registrado (27,3). En antero-posterior
cuanto al índice de la cabeza del húmero (93 para el Diámetro medios
45.2 29.6
derecho y 96,7 para el izquierdo) el individuo halla- transverso
do en el sitio Carsa se encontraría entre los índices Diámetro subtro-
de los pueblos patagónicos (93) y los ándidos (95). cantérico antero- 38.8 32.5
El índice diafisiario, que traduce el grado de aplas- posterior
tamiento del hueso como resultado de esfuerzos Diámetro subtrocan-
52.3 51.4
intensos de flexión y extensión lateral (Rihuete He- térico transverso
rrada 2000), determinado para el individuo corres-
Diámetro cabeza
ponde a euribraquia (84,3 y 84,9) (Tabla 2). femoral vertical
51.7 51.3
En cuanto al análisis del fémur observamos que
el índice platimérico de nuestro caso (87,8 euri- Derecho Forma Izquierdo Forma

mérico) se asemeja con el promedio calculado por Índice


90.7 98
Scolni (1938) (eurimería) para los grupos de la Pata- pilástrico
Pilastra nula Pilastra nula

gonia continental, pero respecto al índice pilástrico


Índice pla-
se registra una discrepancia entre ambos, puesto timérico
79.4 Eurimería 87.8 Eurimería
que el individuo de Puerto Deseado presenta una
Tabla 3. Osteometría femoral. Variables absolutas (ex-
pilastra nula (98) mientras que el valor medio es-
presadas en mm) y relativas.
timado por esta autora es de 112 (pilastra media)
(Scolni op. cit.) (Tabla 3).

632
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)

Derecho Izquierdo Derecho Izquierdo


Longitud máxima 410 Altura del coxal 234 236
Longitud Ancho ala iliaca 162 167
405
fisiológica
Altura del ilion 153 153
Perímetro 99 100
Diámetro Longitud isquion 99 93
agujero 56 65
40.8 41.8 Longitud pubis
nutricio
anteroposterior Abertura de la
55 54
Diámetro agujero escotadura
nutricio 31.8 28.4 Profundidad de la
41 34
transverso escotadura
Diámetro medio Ancho cotilo-ciático 40 39
34.4 32.8
anteroposterior
Diámetro medio Índice ancho ilion 105.8 109.1
26.7 26.9
transverso Índice isquio-púbico 56.5 69.7
Derecho Forma Izquierdo Forma
Índice cotilo-ciático 72.7 72.2
Mesocne-
Índice cnémico 77.9 Eurinemia 67.9
mia Índice de abertura 74.5 62.9
Índice diafisiario
77.6 82 Tabla 5. Osteometría pélvica. Variables absolutas (ex-
medio
presadas en mm) y relativas.
Tabla 4. Osteometría tibial. Variables absolutas (expre-
sadas en mm) y relativas.

Estimación de la estatura mados”. El hueso frontal presenta un orificio fistu-


A partir de la relación entre la longitud de los loso de 4,7 mm de diámetro y se encuentra a 11,9
huesos largos y la estatura del individuo se recons- mm de la línea media del frontal y a 19,5 mm de la
truyó esta última tomando valores métricos obteni- sutura coronal. El mismo se encuentra adyacente
dos de diferentes piezas esqueletarias post-cranea- a otro orificio ocasionado por acción antrópica que
nas. Al no poder determinarse la longitud total del describiremos posteriormente.
fémur, debido al estado fragmentario del material, Mandíbula: El cóndilo derecho un orificio fistu-
se tomó la fórmula de Steele y McKern (1969): loso anteroposterior de 8,79 mm de ancho y 8,03
de alto (Figura 5).
Fémur izquierdo: Segmento 2 = 258 mm = 25.8 cm Coxal derecho: Presenta un orificio de 8,15 mm
Masculino: 0.7 (Seg. 2) + 26.20 = Longitud fémur de ancho y 5,97 mm alto en la cresta iliaca, próximo
± 1.31 cm a la región de la espina antero superior.
0.7 (25,8) + 26.20 = 44.26 ± 1.31 cm Costillas: Una costilla izquierda presenta una
Estatura = 2.38 x (44.26) + 61.41 leve periostitis mientras que otra izquierda y dos
Estatura = 166.4 ± 3.27 cm del lado derecho muestran osteitis, con osteolisis
en forma de foramen y reacción ósea grosera (Fi-
Este valor es semejante a la media de los pue- gura 6).
blos de la Patagonia continental estimada por Scol- Esternón: Se observa en la cara posterior del
ni (1938) (1,65 m) e Imbelloni (1938) que asigna una manubrio esternal una osteolisis que deja en evi-
estatura mínima de 1,60 m a estos grupos. dencia las trabéculas óseas internas.
Huesos largos: Ambos fémures presentan, en
De las condiciones patológicas la diáfisis, una importante inflamación del tejido
A partir del diagnóstico diferencial de las con- cortical. Se observa una periostitis en el tercio su-
diciones patológicas realizado a las piezas óseas se perior de la diáfisis y una importante cavitación en
arribó a los siguientes resultados: el fémur izquierdo. El fémur derecho por su parte
Cráneo: La región palatal se observa alterada en presenta una mayor alteración (Figura 7), con una
su estructura ósea normal, presentando una reab- inflamación que aumenta notablemente los diá-
sorción en su parte anterior y un pequeño foramen metros transverso y anteroposterior diafisiarios
(Figura 3). En la zona nasal se advierte una osteo- (41 mm y 45,2 mm respectivamente) en relación a
lisis parcial de la espina. Además, la inflamación u los diámetros del fémur izquierdo (29,3 mm y 29,6
osteitis se extiende hacia las regiones orbital y zi- mm). Además se observa una fístula de drenaje de
gomática (Figura 4). El parietal izquierdo presenta, 7,46 x 6,5 mm de diámetro (Figura 8).
en vista endocraneal, dos focos de hoyos “arraci-

Castro et al. 633


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 3. Osteolisis del paladar causada por un proceso


infeccioso.

Figura 4. Osteolisis facial causada por un proceso


infeccioso.

Figura 5. Orificio fistuloso en el cóndilo


derecho mandibular.

Figura 6. Osteolisis y reacción ósea grosera en dos costillas derechas.

634
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)

Figura 7. Osteitis diafisiaria en el fémur derecho.

Figura 8. Detalle de la fístula de drenaje producida por la infección en el fémur derecho.

Las señales óseas evidencian una clara con- la operación de algunos meses, teniendo en cuenta
dición patológica atribuible a una infección u os- la obliteración de las paredes de los orificios, que
teomielitis. El tipo de lesión y la localización de la ocultan el diploe, los bordes suaves y redondeados
misma posibilitan, realizando un diagnóstico de de los mismos y un área más densa circundando la
presunción (Campillo 2001), adscribirla al tipo de trepanación, visible a través de técnicas radiológi-
las treponematosis (Ortner 2003). Las bacterias cas (Campillo op. cit.) (Figura 10).
espiroquetas del tipo de los treponemas invaden
la zona de osificación endocondral activa y el pe-
riostio. Por lo general ésta es la tercera etapa de la
enfermedad en el organismo, y comienza entre 2 y
10 años después del ingreso del microorganismo al
cuerpo humano.

Sobre la trepanación
En relación a la afección sufrida por el individuo
aparece una alteración ósea craneana causada por
acciones antrópicas (Figura 9). Adyacente al orifi-
cio fistuloso anteriormente descrito el hueso fron-
tal presenta un foramen en su porción izquierda. El
mismo presenta un diámetro son de 6,1 mm y se
encuentra a 3,6 mm de la línea media del frontal y
Figura 9. Cráneo con 2 orificios en el frontal. El mayor
a 18 mm de la sutura coronal. Por su forma tron- probablemente correspondiente a una trepanación
cocónica suponemos que la técnica utilizada fue la intencional.
del barrenado, con un instrumento lítico de punta
aguda. El individuo habría tenido una sobrevida a

Castro et al. 635


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 10. Proyección radiográfica lateral derecha del


cráneo. Se observa un área densa que circunda los
orificios.

DISCUSIÓN

Los grupos humanos presentan conjuntos de fracturas de cráneo u otros procesos patológicos.
rasgos esqueletales, a partir de los cuales podemos Respecto al primer supuesto, datos etnográficos
vislumbrar los complejos morfológicos existentes (Oakley et al. 1959) revelan que estas operaciones
(Salceda y Méndez 1999). A partir de las técnicas se realizaban para permitir que los demonios, espí-
morfoscópicas y morfométricas aplicadas tanto al ritus y elementos sobrenaturales, supuestamente
cráneo como al esqueleto postcraneal se logró ads- responsables de convulsiones o dolores, escaparan
cribir al individuo dentro de los complejos morfo- de la cabeza. Algunos autores descreen de las so-
lógicos presentes en Patagonia antes del contacto luciones terapéuticas que habrían brindado estas
hispano-indígena (Imbelloni op. cit.; Bórmida op prácticas: “Consideramos que no habiéndose en-
cit.; Gómez Otero op. cit.) contrado causas reales que fundamenten la prác-
En cuanto al tipo de agente infeccioso que pro- tica científica de las trepanaciones prehistóricas,
dujo las alteraciones óseas patológicas anterior- éstas deben incluirse dentro de la magia, como
mente descritas creemos que la ausencia de pe- actos rituales o como una forma terapéutica que,
queños hoyos en el exterior de la bóveda craneal no bajo falsas premisas, intenta una curación” (Cam-
descartaría que se tratase de algún tipo de trepo- pillo op. cit.).
nema, puesto que algunas enfermedades causadas Otros investigadores, por el contrario, enfati-
por este agente, como el yaws, pueden no dejar zan la relación existente entre distintas enfermeda-
señales de esta clase (Ortner op. cit.). Teniendo en des presentes en el esqueleto y las trepanaciones.
cuenta que son los restos de un individuo adulto- El alto índice de supervivencia de los individuos
joven, sumado al lapso de tiempo necesario por trepanados muestra a las claras algún tipo de co-
una enfermedad infecciosa para afectar al sistema nocimiento terapéutico por parte de estos grupos,
esqueletario, suponemos que la forma de contac- a la vez que muchos de los cráneos trepanados evi-
to con el germen no fue venérea. En un futuro se dencian signos de fracturas o de inflamaciones en o
continuará analizando el material mediante distin- cerca del lugar intervenido. Éste bien podría ser el
tas aproximaciones (tomográficas, microscópicas) caso del individuo hallado en el sitio Carsa, ya que
con el fin de contribuir a esclarecer la historia de las la ubicación de la trepanación, en adyacencias al
treponematosis así como también su distribución orificio fistuloso, daría cuenta de una acción tera-
geográfica en la época prehispánica. péutica destinada a colaborar en la descompresión
En el caso de los restos óseos que fueron halla- del área inflamada.
dos en el Sitio Carsa, no dejan dudas sobre la pre- A modo de síntesis, coincidimos con Luis y Puc-
sencia de una trepanación. En cuanto al objetivo de ciarelli (1996) en que si bien es muy probable que la
las trepanaciones craneanas mucho se ha escrito y trepanación surgiera dentro de un contacto mági-
especulado en la antropología. Las dos hipótesis co-ritual, destinada a liberar espíritus malignos del
principales que se pueden reconocer actualmente cráneo cuando el enfermo había sufrido algún trau-
son: a) considerar a las trepanaciones como un acto matismo o injuria en esa zona, estas trepanaciones
ritual o religioso, y b) asignarle un fin terapéutico en pueden haber liberado en ciertas ocasiones coágu-

636
Bioarqueología de rescate: sitio Carsa (costa norte de Santa Cruz, Argentina)

los de sangre que ocasionaban, debido a su presión partir de un diálogo particular que se podría paran-
intracraneal, el dolor. Este alivio conseguido con gonar a la actual relación médico-paciente, y una
dicha práctica hizo que la misma desarrollara una suerte de diferenciación de rangos de importancia
gran credibilidad popular y que luego se utilizara dentro de bandas aparentemente homogéneas.
para curar distintas dolencias. Por último es de remarcar que esta práctica
La presencia de este rasgo en un entierro de no tiene antecedentes en la región patagónica y,
posibles cazadores recolectores de distribución en dado que es común en otras áreas distantes como
Patagonia centro meridional, nos lleva a ampliar la el Área Andina, nos podría sugerir vinculaciones
discusión sobre las formas de vida de esos grupos con otros grupos, lo que implicaría la existencia de
aborígenes. Esta práctica nos permitiría conjeturar una circulación importante de información, rasgos
acerca de la existencia de lazos sociales complejos y costumbres. Este tipo de hallazgos permite no
en el seno de estas comunidades de tipo banda sólo establecer patrones de morbilidad para el área
consideradas características de los cazadores reco- mencionada, sino también aportar elementos que
lectores. La posibilidad de que un individuo permita fundamentan la biodinámica de las poblaciones
que otro realice orificios en su cráneo, deja en claro amerindias.
una relación de confianza entre ambos actores, a

BIBLIOGRAFÍA

Bórmida, M. 1997-1998 Costumbres funerarias y esqueletos


1953-54 Los antiguos patagones. Estudio humanos: variabilidad y poblamiento en la costa
craneológico. Runa VI: 1-95. nordeste de la provincia del Chubut (Patagonia
Campillo, D. Argentina). Relaciones de la Sociedad Argentina de
2001 Introducción a la paleopatología. Edicions Antropología XXII-XXIII: 101-124
Bellaterra S.L., Barcelona. Guichón, R. A.
Casamiquela, R. M. 1996 Una interpretación de la historia de las
1990 Los pueblos indígenas. Ciencia Hoy 2 (7):18–28. investigaciones en la antropología biológica de Tierra
Casamiquela, R. M. del Fuego. En Arqueología, Sólo Patagonia, editado
1992 Biología y Cultura: una controversia. 2. Responde por J. Gómez Otero, pp. 451-464. CENPAT-CONICET,
Rodolfo Casamiquela. Ciencia Hoy 4 (20):18–19. Puerto Madryn.
Casamiquela, R. M. Imbelloni, J.
1996 Hombre mirando…a sí mismo. Paleontólogos, 1938 Tabla clasificatoria de los indios. Regiones
antropólogos y genetistas frente a la clasificación biológicas y grupos raciales humanos en América.
el Hombre. En Arqueología, Sólo Patagonia, editado Physis 44 (XII):229-250.
por J. Gómez Otero, pp. 437-444. CENPAT-CONICET, Luis, M. y H. Pucciarelli
Puerto Madryn. 1996 La trepanación craneana. Una práctica frecuente
Castro, A. S. y J. E. Moreno en América precolombina. Revista Museo 2(7):71-76.
2000 Noticia sobre enterratorios humanos en la Mc Kern, T. W. y T. D. Stewart
costa Norte de Santa Cruz – Patagonia – Argentina. 1957 Skeletal age changes in young American males.
Anales del Instituto de la Patagonia. (Serie Ciencias Headquarters Quater Master Researches and
Humanas). 28: 225-232. development Command, Technical Report E. P. 45.
Castro, A. S., J. E. Moreno, M. A. Andolfo, M. A. Massachusett, Notick
Zubimendi, R. Giménez, l. Mazzitelli y P. Ambrústolo Moreno, J. E. y A. S. Castro
2003 Análisis distribucionales en la costa de Santa 1999 La costa patagónica Central como excepción
Cruz (Patagonia Argentina): alcances y resultados. al modelo de cazadores de guanaco. Anales de
Magallania, Anales del Instituto de la Patagonia (Serie Arqueología y Etnología. pp. 7-13. Univ. Nacional de
Ciencias Humanas) 31: 69-94. Cuyo. Mendoza.
Chillida, L. Oakley, K. P., W. M. A. Brooke, A. R. Akester y D. R.
1943 Características Métricas y Morfológicas del Brothwell
Húmero en los Aborígenes Argentinos. Revista del 1959 Contributions on trepanning or trephination in
Instituto de Antropología de la Universidad Nacional ancient and modern times. Man 59:93-96
de Tucumán 3 (1):5-35 Ortner, D.
Cocilovo, J. A. 2003 Identification of pathological conditions in human
1992 Biología y Cultura: una controversia. 1. Objeta J. skeletal remains. Academic Press, Nueva York.
A. Cocilovo. Ciencia Hoy 4 (20):16–17. Rihuete Herrada, C.
Ferembach, D., I. Schwidetzky y M. Stoukal 2000 Dimensiones bioarqueológicas de los contextos
1980 Recommendations for age and sex diagnosis of funerarios. Estudio de los restos humanos de
skeleton. Journal of Human Evolution 9:517-549. la necrópolis prehistórica de la cova des Càrritx
Gómez Otero, J. y S. Dahinten (Ciutadella, Menorca). Tesis Doctoral Universidad

Castro et al. 637


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Autónoma de Barcelona
Salceda, S. A. y M. G. Méndez
1999 La biodiversidad amerindia. En Nueva Historia
de la Nación Argentina, Tomo I, Cap. 2, 65-81. Ed.
Planeta, Buenos Aires.
Salceda, S. A., M. G. Méndez, A. S. Castro y J. E.
Moreno
1999-2001 Enterratorios indígenas de Patagonia:
El caso del sitio Heupel-Caleta Olivia Santa Cruz
(Argentina). Xama 12-14:161-171.
Scolni de Klimann, E.
1938 Sobre las características del fémur en los varios
grupos de indígenas argentinos. Phycis 44(XII):197-
228.
Steele, D. G. y T. W. McKern
1969 A method for assessment of maximum long
bone length and living stature from fragmentary long
bones. American Journal of Physical Anthropology
31:215-227.
Stewart, T.D.
1979 Essential of Forensic Anthropology. Springfield:
Charles C. Thomas.
Todd, T.
1920 Age changes in the pubic bone. I: The male white
pubic. American Journal of Physical Anthropology 3
(3): 285-335.

638
Rastros fisiológicos y patológicos en un
resto femenino del sitio Paso del Sapo 1.
Consideraciones sobre cooperación entre
cazadores-recolectores del valle medio del Río
Chubut
Livia F. Kozameh1, Cristina Bellelli2, Oscar M. Brunás3

A B S T R A C T
Skeletal remains of an adult female exhumed in 1980 in a burial structure (“chenque”) from
the right margin of Chubut River, are presented here. Fisher (1983) excavated and described
a preliminary analysis of the remains. Later, a non calibrated AMS radiocarbon date of 830 ±
41 B.P. (AA 3855) was obtained. In this paper we make a new age adscription on the basis of
different methods and confirm the sex adscription made in 1983. Physiological, pathological and
dental patterns are described. Degenerative alterations compatible with age were identified
and evidence of diseases in several anatomical pieces suggest that the subject was unable
to move by herself. Teeth show intense and profuse damages, and the patterns associated
in the support bones indicate the alimentary and para-alimentary use of the dental pieces.
Pathologies and dental use would have been important in relation to an ill member within a
hunter-gatherer group. The severity of her condition could have obliged the group to adopt
some social mechanisms (solidarity, cooperation, reciprocity) to solve her mobility problems.

INTRODUCCIÓN

El sitio Paso del Sapo 1 (PS1) fue excavado en sigue siendo, hasta la actualidad, el único esquele-
febrero de 1980 y pocos años después A. Fisher pu- to humano recuperado a través de una excavación
blicó las características de la sepultura y del proce- arqueológica en la región.
so de su excavación, además de los resultados del
análisis del esqueleto allí exhumado (Fisher 1983)1.
Sobre la margen derecha del río Chubut, a unos
7 km (2) al SE de la localidad de Paso del Sapo (Figura
1) se ubicaron dos acumulaciones de piedra, sepa-
radas entre sí por 5 m, aproximadamente. Se trata-
ba de dos sepulturas de las conocidas como “chen-
ques” (Fisher 1983, 2005). Estas características y su
emplazamiento en la planicie de inundación del río
a pocos kilómetros de un centro poblado hacían
que ambas estructuras fueran muy visibles y justi-
ficaron la necesidad de realizar trabajos de rescate
al menos en una de ellas ya que, por información de
pobladores de la región, supimos que en sus proxi-
midades se habían registrado saqueos de sepul- Figura 1. Ubicación del sitio PS 1 en el valle medio del
turas semejantes (Fisher 1983). Por otro lado, PS1 río Chubut, a 7 km al SE de la localidad de Paso del Sapo.
1 CIC –UNR (Carrera de Investigador Científico, Universidad Nacional de Rosario).
2 CONICET – INAPL – UBA (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas – Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano – Universidad de Buenos Aires).
3 Laboratorio de Patología, Rosario - Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Rosario.

Kozameh et al. 639


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

PS1 estaba formada por una acumulación de sentamos.


bloques contra la pared de una “barda” de escasa En este trabajo se realiza una revisión de los
altura (1,40 m). Se trataba del entierro primario de restos exhumados en la excavación arqueológica
un individuo femenino que fue colocado en decúbito de 1980. A la nueva adscripción etárea y la confir-
lateral izquierdo con sus miembros flexionados hacia mación del sexo por métodos diferentes a los em-
el torso (Fisher 2005). Este autor describe también pleados por Fisher (1983), se suma la descripción
la posición de los huesos, los desplazamientos que de rastros fisiológicos, patológicos y dentarios del
sufrieron y el grado de dislocamiento y de pérdida registro bioarqueológico. La propuesta de revisión
de piezas óseas. La meterorización fue importante, intenta, además, buscar respuestas a interrogan-
ya que muchos de los huesos “… aparecen muy tes surgidos de la observación de dos piezas óseas
frágiles, porosos y con rajaduras” (Fisher 1983: que evidencian patologías, una de ellas infecciosa
80). Fisher estimó también la estatura basándose y otra causada por traumatismos reiterados. Se
en la longitud máxima del fémur derecho, cuyo suman a ello interesantes desgastes dentarios que
resultado fue 164,57 cm (3). Este autor propuso una estarían sugiriendo un uso para-alimentario del
edad 32 a 33 años. Sobre la base de los análisis que aparato masticatorio. Estos interrogantes apuntan
se detallan en el punto siguiente esta estimación principalmente a comprender cómo las patologías
fue reformulada por nosotros como superando los y los desgastes dentarios sufridos por esta perso-
45 años en el momento de la muerte. na habrían sido determinantes en la relación entre
Con posterioridad a la publicación del sitio, se un grupo de cazadores-recolectores y uno de sus
realizó un fechado radiocarbónico por AMS sobre miembros con dificultades motrices y avanzada
un fragmento de costilla, que dio una fecha no ca- edad para los estándares habituales en este tipo de
librada de 830 ± 41 años AP (AA 38551). Esta ads- poblaciones. Tal relación podría haberse construido
cripción cronológica relaciona a la sepultura con a partir de mecanismos de cooperación y solidari-
los sitios y niveles estratigráficos fechados en los dad brindados a través de cuidados y atención que
momentos “tardíos” (entre 3000 y 450 años AP) se advierten por la evidente situación de invalidez
de ocupación del valle de Piedra Parada-Paso del que se manifiestan en las lesiones óseas que aquí se
Sapo. Una puesta al día de las cronologías obteni- describen. Por su parte, sus lesiones no le impidie-
das en la región se encuentra en Fernández (2006), ron participar en tareas productivas hasta, quizás,
donde se ve que por lo menos en dos de los sitios se poco tiempo antes de su muerte.
registraron tres fechados similares al que acá pre-

MATERIAL Y MÉTODOS

En principio se inventariaron las piezas ana- y Murphy 1990; Buikstra y Ubelaker 1994).
tómicas del resto esqueletal. En el cuadro 1 se las Los métodos utilizados para examinar todo el
detalla y también se incluyen su estado de preser- esqueleto y el aparato masticatorio fueron análisis
vación y los rastros fisiológicos y patológicos de macroscópico directo con luz natural, lupa binocu-
interés relevados en cada porción anatómica. Si lar, radiología convencional y tomográfica.
bien no corresponde incluir esa índole de datos en Se practicó examen anatomopatológico del
tal listado, se decidió incorporarlos con el propósito hueso sacro. La metodología específica empleada
de no segmentar la información. para tal estudio consistió en realizar tomas de dos
Para las estimaciones de edad en el momento zonas interpretadas macroscópicamente como re-
de la muerte y de sexo se utilizaron los elementos presentativas de las alteraciones óseas visualiza-
diagnósticos corrientes para este tipo de análisis. das. Las muestras fueron primeramente hidratadas
La estimación etárea se realizó por el método de y luego colocadas en diferentes concentraciones de
la Superficie Auricular del ilium ilion (Lovejoy et al. soluciones ácidas (experiencia personal, O.M.B.4)
1985) y por el Método de las Suturas Ectocranenas (Rosai 2004). El material alcanzó así una consisten-
(Meindl y Lovejoy 1985). Para estimar el sexo cia adecuada para efectuar cortes con micrótomo
probable se tomaron en cuenta los rasgos para estudio histológico, previo proceso de inclu-
anatómicos de la región subpúbica (Buikstra y sión en parafina, utilizando técnicas de rutina. Se
Mielke 1985). Se analizaron las articulaciones evaluaron al microscopio muestras de 5 micras de
en búsqueda de presencia o ausencia de rastros grosor, coloreadas con hematoxilina eosina.
indicadores de alteraciones degenerativas, de En el aparato masticatorio se llevó a cabo un es-
osteofitosis en la columna vertebral, de fracturas y tudio pormenorizado tendiente a registrar indica-
de patologías óseas (Ortner y Putschar 1981; Mann dores de diversos usos de la dentadura, alteracio-

640
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1

PIEZA ÓSEA
N OBSERVACIONES
VÉRTEBRAS

Atlas 1 Fragmentada, presentes facetas articulares con axis pero no con cóndilos occipitales

Axis 1 Completo. Presenta rebordes en superficies articulares

Torácicas 1 Sin particularidades

Sólo una entera. Se advierten importantes rebordes (lipping) en los cuerpos vertebrales y
Lumbares 4
alteraciones en las superficies articulares

COSTILLAS 14 3 enteras y 11 fragmentos, 2 con epífisis esternales

Proceso coracoides y acromion, fragmentados. Angulo inferior, fragmentado.


1 Der. Faltan partes de la cavidad glenoidea, en su porción observable se advierte
ESCÁPULAS POROSIDAD.
Proceso coracoides, fragmentado, espina escapular y parte del acromion
1 Izq. fragmentado, POROSIDAD EN EL ÁREA CENTRAL Y PERÍMETRO DE LA
CAVIDAD GLENOIDEA.
Cabeza separada de la diáfisis, porciones faltantes del cuello anatómico.
1 Der. No se observa cuello quirúrgico - Presente parte del gran tubérculo. Surco
intertubercular. Pequeña porción del tubérculo menor. Diáfisis presente ¾ parte.
HUMEROS
Cabeza separada de la diáfisis, porciones faltantes del cuello anatómico más del
50%. Pequeña porción del cuello quirúrgico, presente. Presente porción del gran
1 Izq.
tubérculo, diáfisis completa; epífisis distal: porción de la cresta supracondilar
media.
1 Der. Completo
CUBITOS Epífisis proximal completa. Epífisis distal falta. Diáfisis 80 % presente. Limitados
1 Izq.
rebordes (lipping) en superficie articular con húmero.
- Der, Ausente
RADIO Epífisis proximal completa, leve reborde (lipping) epífisis distal, falta proceso
1 Izq.
estiloideo.
Falta el ala derecha desde la cresta mesial. PATOLOGÍA (ver aparte) bocas de supuración,
SACRO 1 provenientes de una patología infecciosa. Tamaño pequeño, con respecto al ilíaco,
particularmente comprobable en la articulación.
Casi completo; falta parte del borde iliaco anterior.
1 Der.
PATOLOGÍA : inicio de una artrosis en acetábulo
COXALES
Falta casi toda el ala ilíaca.
1 Izq.
PATOLOGÍA : inicio de una artrosis en acetábulo
Casi completo. Porciones fragmentadas de la epífisis distal: mitad del cóndilo
1 Der.
FEMURES lateral y pequeña porción del medial. Sin alteraciones
Cóndilos desprendidos. El medial fragmentado. Pequeña exostosis en el
1 Izq.
trocanter mayor.
Diáfisis completa con epífisis distal. Cóndilos tibiales, presente sólo el medial,
1 Der.
desprendido y levemente fragmentado.
TIBIAS Casi completa. Falta, por fragmentación, la tuberosidad tibial.
1 Izq. En ambas se advierten las cicatrices de la fusión de las epífisis proximales.
Pequeño reborde óseo en borde posterior del platillo interno
1 Der. Completo S/P, pequeños faltantes en epífisis distal
PERONÉS
1 Izq. Falta epífisis proximal.
- Calcáneo con PATOLOGÍA: espolón grande en la región plantar.
Etiología: procesos inflamatorios reiterados
Der. - Astrágalo
HUESOS DEL PIE - Cuboide
- Navicular
- Astrágalo
Izq.
- Metatarsos (4° y 5º)

Tabla 1. Inventario óseo del esqueleto post-craneano.

nes en el patrón masticatorio, desgastes, PDAM5, óseas de los huesos de sostén. En el análisis denta-
patologías nutricionales, cariosas, alveolares y rio se usaron, además, sondas calibradas.

Kozameh et al. 641


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El registro esqueletal exhibe rastros de variada


índole. Los hay fisiológicos, patológicos y denta-
rios. Fueron halladas algunas alteraciones dege-
nerativas menores, compatibles con la edad a la
que murió el individuo6 si bien el estado de salud
observado en los restos resulta más que aceptable.
Según se consigna en el inventario de cuadro 1 los
acetábulos muestran indicios de una artrosis de ca-
dera que se habría iniciado unos años antes de la
muerte.
Las patologías óseas se registraron en la porción
de hueso sacro recuperado y en el calcáneo dere-
cho (lamentablemente no contamos con el izquier-
do). Ambas patologías podrían sugerir dificultades
de locomoción en vida del individuo. Se describirán
específicamente más adelante.
El proceso artrósico de cadera no se relacionaría
con la lesión de sacro y partes blandas hallada, ya que
se trata de patologías no relacionadas, con mecanis-
mos fisiopatogénicos diferentes. No obstante, dicha
lesión artrósica sí podría haber sido consecuencia, al
menos en parte, de las mencionadas dificultades en
Figura 2. Placa radiográfica del sacro: el análisis
la locomoción generadas por la presencia del espo- macroscópico indica lesiones óseas con un marcado
lón calcáneo descrito más abajo. engrosamiento e irregularidad con predominancia en
También se hallaron alteraciones en el aparato las caras posterior y lateral, asociados al borramiento
masticatorio; los desgastes dentarios son acusados parcial de los reparos anatómicos. Carece de su ala
y sugieren uso para-alimentario. Todos estos ras- izquierda desde la cresta mesial.
tros se exponen en el acápite dedicado a antropo-
logía dentaria.

Hueso sacro y calcáneo


El hueso sacro carece, por fragmentación pos-
depositacional, de su ala izquierda desde la cresta
mesial. El análisis macroscópico indica lesiones
óseas con un marcado engrosamiento e irregula-
ridad con predominancia en las caras posterior y
lateral, asociados al borramiento parcial de los re-
paros anatómicos (Figura 2).
El análisis microscópico permite visualizar tra-
béculas óseas de variados grosores, con lagunas
osteocíticas presentes y líneas de cementación en
general paralelas, mostrando algunas de ellas sig-
nos de remodelación (Bullough 2004).
Figura 3. Se observa un proceso de reparación y remo-
Los cuadros macro y microscópico descritos no delación ósea a partir de la probable injuria de algún
evidencian especificidad diagnóstica de ninguna agente externo traumático y/o infeccioso.
patología ósea primaria, pero sí indicarían que ac-
tuó un proceso de reparación y remodelación ósea
a partir de la probable injuria de algún agente ex- hueso propiamente dicho, debido a la relación de
terno traumático y/o infeccioso (Figura 3). contigüidad de estas estructuras.
Es probable que la lesión ósea sacra esté rela- La posición sedente pudo deberse al dolor que
cionada con escaras infectadas, debidas a la pos- habría producido una exostosis o espolón de mar-
tración a la que se vio sometido el individuo durante cadas dimensiones que se advierte en el área plan-
tiempo prolongado. La lesión de piel y partes blan- tar del calcáneo derecho (Cuadro 1 y Figuras 4 a y
das, al profundizarse, comprometió el periostio y el b). La posible etiología serían procesos inflamato-

642
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1

rios reiterados, frecuentes en individuos que reco- Aparato masticatorio


rren grandes distancias sobre superficies irregula- La preservación de los maxilares muestra que
res, descalzos o con calzado plano. Tal alteración el superior se halla completo mientras que, de la
ósea habría causado fuertes dolores, los cuales, mandíbula, sólo ha llegado a nuestras manos un
probablemente, invalidaron la locomoción de esta fragmento de la hemimandíbula izquierda que se
persona. extiende desde el canino hasta el M3.
El análisis de las arcadas indica que de las 32
piezas dentarias se hallan presentes en sus alvéolos
sólo dos en la arcada superior (M3SD, que se en-
contraba aislada y fue remontada en su alvéolo y el
CSD) y cuatro en el fragmento mandibular recupe-
rado. Éstas son: CII, PM1II, PM2II y M3II.
Los factores causantes de la falta de 26 piezas
dentarias son las que a continuación se señalan.
Una sola pieza, el CSI, se halla ausente por pérdida
post mortem. En este individuo se verifican algunas
piezas ausentes de las denominadas missing. Tales
piezas son aquellas de las que se ignora si estuvie-
ron o no presentes antes de que se perdiera el hue-
so de sostén. En este caso son las correspondientes
Figura 4a. Calcáneo. Vista del espolón desde lateral. a la porción faltante del maxilar inferior. Por último
hay que mencionar como otra causa de ausencias
aquellas piezas perdidas in vitam o PDAM.
No se verificaron patologías cariosas. Debe
destacarse que la intensidad del desgaste produjo
el borramiento de surcos, fosas y fisuras dificultan-
do de este modo la instalación de la placa dentaria.
Tampoco se hallaron caries en cuello, pese a ser in-
tensa la retracción alveolar.
Las infecciones alveolares se hallan presentes
en los alvéolos correspondientes a las piezas que se
señalan a continuación: PM1D, CI, PM1I y PM2I del
maxilar superior y en los alvéolos del M1I y M2I de
la porción presente de la mandíbula.
El desgaste dentario en las pocas piezas presen-
Figura 4b. Calcáneo. Vista del espolón desde plantar. tes alcanza el máximo grado en la escala de Molnar
(1971), verificándose convexidad en la superficie
oclusal de las piezas con compromiso radicular en
algunas de ellas.
Se registró cementosis en casi todas las piezas
presentes con excepción de los premolares, en los

Figura 5. Reabsorción y cementosis.

Kozameh et al. 643


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

cuales no se puede observar sin dañar el hueso de


sostén (Figura 5). Se aprecian, además, vestigios de
calculus7 en áreas de raíces y en los cuellos anató-
micos.

Desgaste instrumental
En este Individuo se hallan presentes numerosos
rasgos que indicarían uso instrumental del aparato
masticatorio. Los rasgos característicos menciona-
bles son: desgastes dentarios en distintas direccio-
nes, pérdidas prematuras de piezas dentarias ante-
riores, evidente función de reemplazo de las piezas
ausentes por las contiguas remanentes (éste es el
caso del CSD que funcionó como pieza anterior en
reemplazo de los incisivos) y corrimiento de la sutu- Figura 7. Las piezas de los sectores laterales superiores
ra media palatina hacia el lado de pérdidas denta- fueron perdidas in vitam, excepto el M3SD. En ambas
piezas remanentes las cámaras están expuestas por
rias más tempranas. En la figura 6 se advierte que
el intenso desgaste. El canino superior derecho (CSD)
la sutura maxilar media sagital se halla desplazada funcionó como incisivo compensando la ausencia de
hacia el sector derecho. Perdió in vitam todas las piezas anteriores. Su forma oclusal es convexa compro-
piezas anteriores, con excepción de los caninos. El metiendo la raíz.
derecho se halla emplazado y el izquierdo se perdió
post mortem.

Figura 8. Fragmento mandibular, porción izquierda.


Piezas presentes CII, PM1II, PM2I y M3II. La dirección
del plano de desgaste es diferente en cada una de las
Figura 6. La sutura maxilar media sagital se halla
piezas. En M3II la morfología coronaria es atípica por
desplazada hacia el sector derecho. Perdió in vitam
intenso desgaste oblicuo hacia lingual con superficie
todas las piezas anteriores, con excepción de los cani-
activa pulimentada, también presente en CII.
nos. El derecho se halla emplazado y el izquierdo se
perdió post mortem.

Los planos oclusales son quebrados y discor-


dantes, producto de las diferentes alturas corona-
rias generadas por el desgaste en piezas contiguas;
se verifica formación de dentina reparadora. Las
patologías alveolares están en relación con los in-
tensos desgastes y las cámaras expuestas (Figuras
7, 8 y 9) y las ATM (Figura 10) se hallan alteradas y
exhiben porosidad producto de una demanda mas-
ticatoria intensa. La cementosis presente (Figura
5) es, probablemente, una reacción de defensa del
tejido frente a la demanda masticatoria producida
por excesivas cargas (Kozameh 1996, 1998, 2006; Figura 9. PM1II y PM2II presentan sus planos oclusales
Kozameh y Benítez 2005). rugosos y con dirección distovestibular. En el PM1II se
destaca un surco poco profundo con pérdida de sustan-
Respecto de la actividad desarrollada, tal vez
cia de mesial a distal. El resto de las piezas se perdieron
haya consistido en trituración, ablandamiento, in vitam.

644
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1

aplanamiento y estiramiento de ciertos materia-


les resilientes y, dada la morfología adquirida por
las piezas al final del proceso de desgaste, puede
suponerse que se practicaron movimientos envol-
ventes, cortos en sentidos anteroposterior y bilate-
rales, durante largos períodos con algún elemento
interpuesto. Las superficies oclusales rugosas en
los premolares podrían indicar que los materiales
interpuestos posiblemente hayan sido fibras vege-
tales y/o tiras de cuero (Kozameh 2004; Kozameh y
Testa 2004).

Figura 10. Cavidad glenoidea derecha aplanada hacia


delante en la eminencia articular del temporal alterando
la morfología de la misma. Eburnación y porosidad.

CONSIDERACIONES FINALES

Los resultados de los estudios practicados al tienen que haber sido importantes para permitirle
esqueleto de PS 1 nos habilitan para hipotetizar llegar a avanzada edad a pesar de las dificultades
sobre las dificultades que las lesiones reseñadas le que experimentó durante buena parte de su vida9.
habrían causado en sus últimos años de vida y las La información aquí presentada nos conduce a
respuestas que su grupo de pertenencia habría im- pensar en cómo habría influido la presencia de una
plementado para contrarrestar su invalidez ambu- persona con sus capacidades motoras disminui-
latoria. das en la movilidad del grupo y en los mecanismos
El espolón del cálcaneo derecho pudo ser resul- sociales que pudieran haber implementado para
tado de largas caminatas por terreno dificultoso, resolver este desafío. Para la época en que esta
posiblemente con carga, y descalza o con mínima persona vivió se registra un intenso uso del espacio
protección en los pies8. Se trata de lesiones trau- en el valle de Piedra Parada y hay evidencia de am-
máticas repetidas a lo largo de su vida que fueron plias redes de interacción, manifestadas en estos
progresivamente invalidantes debido al fuerte do- momentos por el uso, en sitios contemporáneos,
lor que producen. La casuística médica indica que de obsidiana proveniente de la Meseta de Somun-
este tipo de patología ósea plantar produce grados cura y madera de Nothofagus cfr. de los Bosques
variables de dolor, en ocasiones de gran intensidad. Subandinos (Bellelli et al. 2006; Marconetto 2002).
Si bien la sensibilidad al dolor es diferente en cada Estas redes se pudieron haber sostenido por medio
individuo, la magnitud de la lesión de este caso en de relaciones de intercambio que no implicaban el
particular, sugeriría un nivel importante de sintoma- desplazamiento a grandes distancias de todo un
tología. Como consecuencia de ello, la prolongada grupo social.
inmovilidad a la que habria estado sometido el indi- Para este caso, entonces, se puede pensar en
viduo podria haber originado escaras de evolución que el grupo disponía de mecanismos para sostener
variable, que comprometieron por contigüidad al esta situación, que pudieron haber incluido la per-
hueso sacro. manencia de algunos de sus miembros en el mismo
Por lo demás, su estado de salud general era lugar durante lapsos más prolongados, en el marco
bueno y apenas había comenzado a desarrollarse de una estrategia de tipo logística, o bien despla-
una artrosis de cadera. Por lo tanto, conservó la zamientos más cortos de todo el grupo. No exclui-
movilidad del resto del cuerpo, lo que le permiti- mos la posibilidad de que también se pueden haber
ría alimentarse por sus propios medios y también dado desplazamientos a grandes distancias ya que
realizar trabajos del tipo que sugieren los desgastes hay varios factores que nos llevan a pensar en que
instrumentales registrados en las piezas dentarias los problemas del traslado podían solucionarse sa-
presentes y que fueron descriptas en el punto an- tisfactoriamente a través de la implementación de
terior. tecnologías de transporte, dado que las materias
Durante todo el largo proceso descrito recibió primas para su construcción estaban disponibles en
alimentación y se proveyeron sus necesidades más el valle y las técnicas de trabajo del cuero y de las
básicas, además de brindarle la ayuda necesaria en fibras vegetales eran ampliamente conocidas y uti-
los traslados del grupo. Estos cuidados y atención lizadas. Por otro lado, el transporte de esta persona

Kozameh et al. 645


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

se habría visto facilitado por su posible escasa cor- papel productivo para su grupo de pertenencia. Los
pulencia a deducir de sus restos óseos, porque los mecanismos que pueden explicar esta situación se-
mismos no son densos ni pesados, su estatura era rían los de cooperación y solidaridad manifestados
de poco más de 1,60 m y, por otro lado, los caza- en el cuidado que le dieron durante su vida y que se
dores no tenían habitualmente reservas orgánicas continuó luego de la muerte al disponer su cuerpo
lipídicas. Sin ayuda externa, esta persona no podría cuidadosamente en una tumba ubicada en un lugar
haber tenido una vida tan prolongada, en relativo protegido y en un espacio ritualizado por la presen-
buen estado de salud y cumpliendo, además, un cia de sepulturas del mismo tipo.

AGRADECIMIENTOS
A Alfredo Fisher por haber sido partícipe de este trabajo en sus inicios y por haber aportado trabajo
e ideas, muchas de las cuales están expuestas acá. A Rafael Goñi que amablemente gestionó y financió
el fechado radiocarbónico a través de un Proyecto UBACyT, por lo que le agradecemos la posibilidad de
publicarlo. A Leandro Luna por la bibliografía que nos facilitó y por sus generosos comentarios. A Gala
Decima Kozameh por la producción fotográfica y a Carlos Manuel López por el diseño y ejecución del
poster exhibido en oportunidad de las VII Jornadas de Arqueología de Patagonia. A Vivian Scheinsohn por
corregir el resumen en inglés. Finalmente, al evaluador anónimo que contribuyó muchísimo a la mejor
presentación de nuestras ideas.

NOTAS
1
. La excavación fue realizada por Nacuzzi y Fisher durante la segunda campaña al área de Piedra
Parada en el marco del Proyecto de Rescate del Patrimonio Arqueológico de la Provincia del Chubut (As-
chero et al. 1983). Los restos esqueletales están en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano (INAPL), Buenos Aires, y el inventario hecho inmediatamente después de la excavación
fue enviado a la entonces Dirección de Cultura de la Provincia del Chubut.
2
. En la publicación de 1983 se dice que entre el sitio y el poblado de Paso del Sapo la distancia era de
5 km. Posteriormente Fisher reevaluó esta dato en un informe manuscrito de 2005 que gentilmente nos
facilitara (Fisher 1983, 2005).
3
. Fisher señala que “… su longitud máxima /del fémur derecho/ es de 45,3 cm y, aplicando la fórmula
de Genovés (1967:76), corresponde a una estatura en vivo de 164,57 cm 3,816.” (Fisher 1983: 81).
4
. No existe una dosis definida para estos procedimientos, por lo tanto para cada muestra es necesario
encontrar las dosis adecuadas.
5
. Pérdida de dientes antemortem
6
. Hemos señalado al inicio del trabajo que nuestros análisis indicaron que la edad al momento de la
muerte fue mayor de 45 años.
7
. Sarro.
8
. En varios contextos arqueológicos del área fueron recuperados artefactos de fibras vegetales con
forma de “plantillas”, posiblemente utilizadas dentro de algún tipo de calzado de cuero.
9
. Un caso semejante en el que también la cooperación del grupo en el cuidado de uno de sus miem-
bros discapacitado permitió una vida más larga que la esperada se presenta en Hawkey 1998. En la pro-
vincia de La Pampa, Luna et al. (2008) recientemente han planteado hipótesis de cuidado de una persona
afectada de cáncer en el sitio Chenque I.

BIBLIOGRAFÍA

Aschero, C., C. Pérez de Micou, M. Onetto, C. Bellelli, Geological Society, Special Publications 257: 241-
L. Nacuzzi y A. Fisher 255. The Geological Society, Londres.
1983 Arqueología del Chubut. El Valle de Piedra Parada. Buikstra, J. e I. Mielke
Rawson. Dirección Provincial de Cultura. 1985 Demography, Diet and Health. En: Analysis of
Bellelli, C., F. X. Pereyra y M. Carballido Prehistoric Diets, editado por R. I. Gilbert,Jr y J.H.
2006 Obsidian localization and circulation in Mielke, pp 359-422. Academic Press, N. York.
northwestern Patagonia (Argentina): sources and Buikstra, J. y D. Ubelaker
archaeological record. En Geomaterials in cultural 1994 Standards for Data Collection from Human
heritage. Editado por M. Maggetti y B. Messiga. Skeletal Remains. Arkansas Archeological Survey

646
Rastros fisiológicos y patológicos en un resto femenino del sitio Paso del Sapo 1

Research Series Nº 44. Physical Anthropology 68:15-28


Bullough, P. G. Luna, L. H., C. M. Aranda, L. A. Bossio y M. A. Berón
2004 Non neoplastics diseases of bone. En: 2008 A Case of Multiple Metastasis in Late Holocene
Sternberg’s Diagnostic Surgical Pathology, , editado Hunter-Gatherers from the Argentine Pampean
por S. E. Mills. Chapter 7, PP. 249-270. Fourth Edition. Region. International Journal of Osteoarchaeology 18:
Lippincot, Williams and Wilkins. 492–506.
Fernández, P. M. Marconetto, M. B.
2006 Aprovechamiento de recursos faunísticos en 2002 Análisis de los vestigios de combustión de los
los ambientes de estepa, bosque y ecotono bosque- sitios Alero Don Santiago y Campo Moncada. En
estepa del noroeste de la Provincia de Chubut. Tesis Plantas y cazadores en Patagonia, editado por Pérez
de Doctorado en Arqueología, FFyL, UBA. de Micou, C., pp. 33-53. Facultad de Filosofía y Letras,
Fisher, A. Universidad de Buenos Aires.
1983 Sitio Paso del Sapo 1. En Arqueología del Chubut. Meindel, R. S., C. O. Lovejoy, R. M. Mensforth y L. D.
El Valle de Piedra Parada, editado por C. Aschero et al., Carlos
pp 79-81. Dirección Provincial de Cultura, Rawson. 1985 Accuracy and Direccion of Error in Sexing of
Fisher, A. the Skeleton. Implication for Paleodemography.
2005 El Sitio Paso del Sapo 1 [1980,1983, 2005]. American Journal of Physical Anthropology 68:29-45
Informe inédito. Ms. Mann, R y S. Murphy
Hawkey, D. E. 1990 Regional Atlas of Bone Disease. Charles C.
1998 Disabilty, Compassion and the Skeletal Record: Thomas Ed. Springfield; Illinois.
Using Musculoskeletal Stress Markers (MSM) to Meindel, R. S. y C. O. Lovejoy
Construct an Osteobiography from Early New 1985 Ectocraneal Suture Closure: a Revised Method
Mexico. International Journal of Osteoarchaeology 8: for the Determination of Skeletal Age at Death Based
326-340. on the Lateral-Anterior Sutures. American Journal of
Kozameh, L. Physical Anthropology 68:57:66.
1996 Marcadores biológicos: su potencia en la Molnar, S.
reconstrucción del estilo de vida de poblaciones 1971 Human Tool Wear, Tooth Function and Cultural
extintas”. Avatares 1: 31-36. Variability. American Journal of Physical Anthropology
Kozameh, L. 34: 175-189.
1993 Patrones de abrasión dentaria en dos Ortner, D. J. y W. G. Putschar
poblaciones prehistóricas argentinas. Boletín de la 1981 Identification of Pathological Conditions in
Sociedad Española de Antropología Biológica 14: 81- Human Skeletal Remains. Smithsonian Institution
104. Sociedad Española de Antropología. Press, Washington, D.C.
Kozameh, L. Rosai, J.
2006 Una forma de expresión biológica de la cultura: 2004 Guidelines for handling of most common and
rastros en el aparato masticatorio de pueblos important surgical specimens. Rosai and Ackerman’s
cazadores recolectores. Conferencia dictada en XLIII Surgical Pathology. Appendix E. Ninth Edition.
Congreso Argentino de Anatomía. Rosario. Ms. Elsevier.
Kozameh, L.
2004 Lago Salitroso. Análisis dentario en dos restos
humanos. En Contra viento y marea. Arqueología de la
Patagonia, editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández
y A. G. Guraieb, pp. . 339-345. Instituto Nacional de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano -
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
Kozameh, L. y A. Benítez
2005 Diversos usos instrumentales del aparato
masticatorio en restos humanos de la Patagonia
Argentina. Revista Argentina de Antropología
Biológica 7 (1): 124.
Kozameh, L. y N. Testa
2004 Tierra del Fuego. Un poblador tardío del Canal
Beagle. Análisis esqueletal y dentario. En Contra viento
y marea. Arqueología de la Patagonia, editado por M.
T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, pp. 773-
744. 455-468. Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
de Antropología, Buenos Aires.
Lovejoy, C., T. Meindl, T. Pryzbeck y R. Mensforth
1985 Chronological Metamorphosis of the Auricular
Surface of the Illium: A New Method for the
Determination of Age at Death. American Journal of

Kozameh et al. 647


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

648
Estudio de rastros funcionales en la estructura
ósea de los miembros superiores en tres
poblaciones de cazadores-recolectores
prehistóricos
Livia Kozameh1, Manuel López2 y Nora Testa3

A B S T R A C T

Humans are exposed to diverse environmental and cultural pressures. Diet, diseases and the
activities carried out daily modify organisms leaving traces in the skeletons; thus skeletal analysis
becomes fundamental as an information source in adaptative studies. A functional comparative
analysis of the anatomical and biomechanical traces located in the scapular waist and the upper
limbs was performed on human remains exhumed in archeological contexts from two populations
of prehistoric hunter-gatherers (from Isla Grande de Tierra del Fuego and from the south of Entre
Ríos province). The methodology consisted in macrocospic observations and measurements of
the insertion areas of the principal muscular groups that control the upper limbs. Only in one
sample (Entre Ríos), evidences of a significant development of the muscular insertions in the
mentioned areas were found. This would show that specific actions and differential movements,
possibly related to the particular subsistence activities were carried out by each studied group.

INTRODUCCIÓN

A lo largo de su vida, los seres humanos están acordes a su uso, por lo que son pasibles de ser
expuestos a diversos entornos y presiones ambien- analizadas a fin de establecer la relación de fuerza
tales y culturales. La dieta, el estado de salud, las entre sus distintos componentes. Las presiones y
enfermedades y las actividades realizadas en la vida tracciones que actúan sobre las estructuras óseas
cotidiana, modifican el organismo dejando huellas, durante la ontogenia exacerban esas marcas.
en numerosos casos, en los esqueletos. El análisis Estos marcadores de estrés ocupacional refle-
esqueletal, es una fuente de información que pue- jan una tensión aguda y prolongada causada por
de colaborar en la comprensión del comportamien- la acción muscular que produce alteraciones en la
to humano en los estudios adaptativos. superficie del hueso. Con el fin de resistir la tensión,
Las inserciones musculares, en la mayor parte el hueso expande su estructura para disminuir o
de los músculos esqueléticos, tienen sus orígenes disipar esa fuerza, y estos cambios producen cam-
primarios en huesos separados y por lo tanto cru- bios morfológicos observables en forma de bordes,
zan articulaciones. El origen de un músculo es su in- hoyos, arrugas o exostosis. A diferencia de los cam-
serción más proximal -denominada origen- que es bios óseos producto de una patología, los marca-
aquella que permanece fija durante el movimiento dores de estrés músculo–esquelético se distinguen
principal que el músculo produce. La inserción es e identifican como cambios en la dimensión del
la fijación más distal y usualmente la parte que se hueso que están presentes sólo en sitios de inser-
mueve (Latarjet 1998). ción muscular, y son cambios aislados y de natura-
Estas inserciones se ubican en el periostio leza no aleatoria (Niño 2005).
-membrana que recubre el hueso y dejan marcas Tales cambios incluyen la reorientación de zo-

1 CUIR. Departamento de Bioantropología Facultad de Humanidades y Artes UNR


2 Departamento de Bioantropología Facultad de Humanidades y Artes UNR
3 Departamento de Bioantropología Facultad de Humanidades y Artes UNR

Kozameh et al. 649


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

nas y áreas del hueso. Cuando el límite de plasti- titivos. Estos movimientos, al efectuarse cotidia-
cidad ósea se excede, el hueso no puede recobrar namente, producirían un paulatino aumento de la
su forma original modificando, en consecuencia, su masa muscular con la consecuente remodelación
estructura. Esta observación, conocida como ley de ósea del periostio en las áreas de tales inserciones
transformación de Wolf señala que: “Cada cambio musculares. Kennedy (1989:135) define el esfuerzo
en la forma y la función del hueso o sólo de su fun- como “fuerza mutua o acción entre superficies con-
ción, es seguida por ciertos cambios definidos en su tiguas del cuerpo causadas por fuerzas externas”.
arquitectura interna e igualmente alteraciones se- El estiramiento es la deformación de una estruc-
cundarias definidas en su conformación externa de tura en respuesta a cargas externas y se relaciona
acuerdo con leyes matemáticas” (Wolf 1892:116). con las contracciones musculares, dentro de estos
De esta manera el hueso, como tejido vivo, se se reconocen el cambio en la longitud y cambios en
modifica dónde y cuándo lo necesita; es decir, se las relaciones angulares dentro de la estructura.
fortalece de ser necesario y se reduce donde no lo La formación de marcadores ocupacionales
es. de esfuerzo corresponde a respuestas del hueso
El postulado de Wolff describe la respuesta ósea a estas dos demandas, la del estiramiento y la del
a las fuerzas mecánicas en el lugar donde se produ- esfuerzo. Al principio, el tejido muscular muestra
ce la remodelación ósea, ubicándose en áreas sub- elasticidad regresando a su forma original pero, si
condrales bien vascularizadas para resistir el estrés. esta carga se realiza de manera constante, la de-
En este proceso se producen remodelaciones como formación será permanente haciendo visibles las
osteofitos, excrecencias y exostosis que expanden respuestas (Niño 2005).
la superficie del hueso con el objeto de que la pre- Es por ello que estas remodelaciones son con-
sión sea repartida de manera más uniforme (Niño secuencias de intensos usos musculares dirigidos
op. cit.). casi siempre en un sentido dinámico particular, re-
Estos cambios, cuando se producen en forma velando en consecuencia la dirección de movimien-
severa y prolongada en el tiempo, dejan marcas de tos efectuados con mayor asiduidad, lo que podría
estrés ocupacional observables macroscópicamen- sugerir el tipo de movimientos empleado para lle-
te. Otra alteración la constituye la influencia direc- gar a “hipertrofiar” el músculo referido.
ta sobre los músculos en el lugar donde se unen Es importante señalar que estos marcado-
dos superficies articulares; la compresión además res pueden verse afectados por distintos factores
de estimular el crecimiento óseo puede provocar como la edad, sexo y estado nutricional. Respecto
un reabsorción ósea si la presión es excesiva o se de la edad podemos ver como los marcadores mus-
ve afectado el suministro de sangre. Estos factores culares se hacen mas evidentes cuando el hueso
producen habitualmente crestas, elevaciones, fo- termina de crecer, es decir a mayor edad mayor
sas observables en los lugares de inserción muscu- remodelación, debido a que ha soportado más ten-
lar. La tensión incrementa la osteogénesis debajo sión durante mayor tiempo que los individuos jóve-
del músculo, produciendo una elevación en el área nes (Kennedy 1989).
de inserción que extiende el tejido conectivo direc- El sexo influye notoriamente en la diferencia-
tamente dentro del hueso. Estas fibras son recu- ción de actividades dentro de una población por lo
biertas por depósitos de hueso nuevo (Hernández que es esperable encontrar marcadores de estrés
2006). distintos para cada uno de acuerdo a la organiza-
La ley de Wolff constituye un acercamiento ha- ción socio-económica de los grupos bajo estudio.
cia el entendimiento de los cambios fenotípicos Por último, sería posible que el estado nutricio-
del hueso, pero hoy en día sabemos que la presión nal influyera en el desarrollo músculo esqueletal.
directa sobre el músculo está relacionada más con Las deficiencias nutricionales claramente identifi-
una recesión endosteal asociada que con una apo- cables por numerosos parámetros deben, sin du-
sición de hueso nuevo (Halsey 1997; Hawkey y Mer- das, influir en el desarrollo músculo-esqueletal.
bs 1995, citado en Hernández 2006) Las numerosas observaciones de restos óseos
Los movimientos del cuerpo que demandan de distintas poblaciones nos permitieron advertir
determinada fuerza y resistencia no son realizados diferencias entre las mismas áreas donde insertan
por un solo músculo sino por varios conjuntos mus- grupos musculares. Tales observaciones conduje-
culares de los cuales uno de ellos es el que soporta ron a suponer que debieron existir distintos reque-
la mayor carga. Cuando una actividad demanda rimientos funcionales durante la ontogenia de los
más a un grupo muscular que a otro, se genera una individuos cuyos restos conforman esas diferentes
“hipertrofia” en el músculo que soporta la mayor muestras.
presión, evidenciando un desarrollo en el volumen En este caso se presentan las inserciones de la
muscular que se alcanza por movimientos repe- cintura escapular y articulación escápulo humeral.

650
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos

Esta porción anatómica fue seleccionada por ser la génesis no es monocausal por lo tanto es casi impo-
de mayor movilidad en el cuerpo humano y produ- sible asignar un rastro a una actividad determinada.
ce casi todas las variantes músculo esqueléticas. Esto mismo ocurre con las inserciones musculares
A los efectos del presente estudio fueron se- y los daños articulares. Podemos preguntarnos si
leccionadas ciertas áreas de inserciones descar- ambos rastros son inevitablemente concomitan-
tándose otras por diferentes obstáculos de orden tes, si la presencia de uno elimina o condiciona la
técnico. presencia de otro o bien si funcionan en forma in-
Uno de ellos es la reducida visibilidad producida dependiente. Nuestro propósito, con el apoyo con-
por los procesos de meteorización que suelen sufrir textual que nos brinda la arqueología, es estimar
los restos. los posibles movimientos que generó la demanda
Al postular nuestros objetivos debemos dejar diaria de sus actividades más frecuentes
en claro que los rastros óseos son numerosos y su

MATERIAL Y MÉTODO

Los materiales que sirven de base para el pre-


sente estudio comparativo de inserciones muscu-
lares de restos esqueletales humanos fueron ex-
humados en contextos arqueológicos y provienen
de tres regiones diferentes Uno de los restos fue
recuperado en Canal Beagle, otros en Bahía Valen-
tín -ambos en Isla Grande de Tierra del Fuego- y la
tercera muestra utilizada en este caso, como polo
comparativo, se ubica en Cerro Lutz, al sur de la
provincia de Entre Ríos. Las muestras provienen de
poblaciones cazadoras recolectoras con diferentes
estrategias adaptativas.

Ubicación geográfica
La metodología aplicada consistió en observa-
ciones macroscópicas de las áreas donde insertan
los principales grupos musculares de la cintura es-
capular y de la articulación escápulo-humeral. La
muestra que ha servido para la realización de esta
trabajo esta compuesta por las siguientes piezas
óseas.
El individuo BV1 ha sido datado por el método
de carbono 14 dando como resultado un antigüe-
dad de 1468 ± 48 años AP (Zangrando et al. 2008)
(Tabla 1).
El individuo CL 10 obtuvo una datación de 730 ±
PROVINCIA DE ENTRE RÍOS
70 C14 AP (LP 1711 Acosta A. 2007) (Tabla 1).

PROVINCIA DE TIERRA DEL


FUEGO

Kozameh et al. 651


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

BAHIA VALENTIN
CRONOLO- REFE-
SIGLADO SEXO EDAD
GÍA RENCIA
Adulto 1468 ± 48
BV 1 Masculino
Maduro años AP
BV1

Adulto
BV 2 Masculino
Maduro
- BV 2

Adulto
BV 3 Masculino
Maduro
- BV 3

Adulto
BV 4 Masculino
Maduro
- BV 4

Adulto
BV 5 Masculino
Joven
- BV 5

CANAL BEAGLE
Adulto
CH 95 Masculino
Maduro
- CH 95

CERRO LUTZ
Adulto 730 ± 70
CL 10 Masculino
Maduro años AP
CL 10

Adulto
CL 1 Masculino
Maduro
- CL 1

Adulto
CL 14 Masculino
Maduro
- CL 14

Adulto
CL 6 Masculino
Maduro
- CL 6

Adulto
CL 4 Masculino
Maduro
- CL 4

Tabla 1.

PROVINCIA DE TIERRA DEL FUEGO

Basamos nuestras observaciones en los crite- no de la corredera bicipital del húmero. Tiene como
rios propuestos por Hawkey y Merbs (1995) quienes acción el descenso de la cintura escápulo humeral.
presentaron un sistema visual cualitativo que agru- Por último, el trapecio inserta entre la espina de la
pa los marcadores en tres categorías: robustez, de- escápula y tercio distal de la clavícula. Su función es
fectos corticales (o lesiones de tensión) y exostosis la de elevar y descender la cintura escápulo hume-
osificadas en las zonas de origen e inserción mus- ral y darle estabilidad al raquis dorsal.
cular. Se codificó la alteración a nivel de inserción
muscular siguiendo la categorización que varia de
0 a 3, según el siguiente orden: 0 = Ausente, 1 =
Suave, 2 = Moderado, 3 = Fuerte (Hawkey y Merbs
1995) (Tabla 2).

Material óseo
El material óseo de la siguiente muestra consis-
te en la cintura escapular y húmero. En cada uno de
ellos se hace referencia al área de inserción junto a
la descripción del músculo con la función que cum-
ple.

Clavículas
Músculos que insertan en la clavícula: El múscu-
lo deltoides en su porción anterior se origina en la
Foto 1. Clavículas CH 95 Clavículas tercio distal Arriba:
parte externa de la clavícula e inserta en la V deltoi-
cara posterior vista desde la inserción del trapecio Aba-
dea. Tiene como acción principal la flexión sagital y jo cara anterior: vista desde la inserción de los músculos
como secundarias la flexión horizontal, rotación in- pectoral mayor y deltoides.
terna y la abeducción. El pectoral mayor inserta en
el borde anterior de la clavícula y en el labio exter-

652
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos

Ref. Hueso Porción Lateralidad Robutez Defectos Corticales Exostosis


CH 95 Clavícula Inserción Trapecio Derecha 1 0 0
CH 95 Clavícula Inserción Pectoral Izquierda 1 0 0
BV 1 Clavícula Inserción Trapecio Derecha 2 2 0
CL 14 Clavícula Inserción Trapecio Derecha 3 2 1
CH 95 Escápula Vista posterior Derecha 0 0 0
CH 95 Escápula Vista posterior Izquierda 0 0 0
BV 1 Escápula Vista anterior Derecha 0 0 0
BV 1 Escápula Vista anterior Izquierda 0 0 0
CL 1 Escápula Proceso acromial Derecha 3 2 1
CL 14 Escápula Proceso acromial Izquierda 3 2 1
CH 95 Húmero Tubérculo menor Izquierdo 1 1 0
CH 95 Húmero Tubérculo mayor Izquierdo 1 1 0
CH 95 Húmero Corredera bicipital Izquierdo 1 1 0
CH 95 Húmero Cresta tuberosidad mayor Izquierdo 1 0 0
CH 95 Húmero Fondo corredera bicipital Izquierdo 1 1 0
CH 95 Húmero Tuberosidad deltoidea Izquierdo 2 2 1
BV 1 Húmero Tubérculo menor Derecho 2 1 1
BV 1 Húmero Tubérculo mayor Derecho 2 1 1
BV 1 Húmero Corredera bicipital Derecho 1 1 0
BV 1 Húmero Cresta tuberosidad mayor Derecho 1 0 0
BV 1 Húmero Fondo corredera bicipital Derecho 2 1 0
BV 1 Húmero Tuberosidad deltoidea Derecho 3 3 0
CL 4 Húmero Tubérculo menor Derecho 2 1 0
CL 4 Húmero Tubérculo mayor Derecho 3 0 0
CL 4 Húmero Corredera bicipital Derecho 3 1 0
CL 4 Húmero Cresta tuberosidad mayor Derecho 3 1 0
CL 4 Húmero Fondo corredera bicipital Derecho 2 1 0
CL 4 Húmero Tuberosidad deltoidea Derecho 3 2 1

Tabla 21

Foto 2. Clavícula BV 1. Clavícula derecha, tercio distal Foto 3. Clavícula Cerro Lutz. Clavícula derecha, tercio
cara superior, marcada línea de inserción de los múscu- distal cara superior, línea de inserción sumamente mar-
los trapecio y deltoides. cada de los músculos deltoides y trapecio.

Kozameh et al. 653


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Escápulas hombro, es decir, la extensión horizontal, secunda-


Los músculos que insertan en la escápula son riamente la extensión sagital, la rotación externa, y
el músculo deltoides que, en su porción media, se la acción de basculación de la escápula. El trapecio
origina en el acromion y su porción posterior en la inserta en la espina de la escápula y al tercio distal
espina de la escápula. La acción es la abducción del de la clavícula. Tiene como acción en su porción su-
perior la de elevar la cintura escapular y la inclina-
ción lateral y extensión de la cabeza y en su porción
media, la aducción.

Foto 4. Escápulas CH 95. Escápulas vista posterior Cate- Foto 5. Escápulas BV 1. Escápulas vista anterior
gorizadas como grado 0 en robustez lesiones de tensión Categorizadas como grado 0 en robustez, lesiones de
grado O y exostosis grado O. tensión grado 0 y exostosis grado O.

Foto 6. Escápula CL 1

654
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos

Foto 7. Escápula CL 14 - Fragmentos de escápulas: vista del proceso acromial inusualmente grande donde se inser-
tan los músculos trapecio en su borde anterior y el deltoides en su borde posterior.

Anatomía funcional del húmero


El húmero se ha analizado en sus dos tercios
superiores, pues se intenta remarcar la acción de la
cintura escapular por sobre su tercio distal. Las prin-
cipales áreas de inserción las constituyen el tubér-
culo menor donde inserta el músculo subescapular,
el tubérculo mayor donde insertan los músculos
supraespinoso y el infraespinoso, la corredera bici-
pital donde inserta el tendón del bíceps, la cresta
de la tuberosidad mayor donde inserta el músculo
pectoral mayor, la cresta de la tuberosidad menor
donde inserta el músculo redondo mayor, el fondo
de la corredera bicipital donde inserta el músculo Foto 8. Húmero CH 95
dorsal ancho, y por último, la tuberosidad deltoidea Húmero derecho vista dos tercios superiores anterior.
donde inserta el músculo deltoides. Tubérculo menor - inserción del subescapular. Cate-
Las acciones de los distintos músculos son: la del gorizadas como grado 2 en robustez, con grado 1 en
bíceps braquial, principalmente, flexionar el brazo, lesiones de tensión y grado O de exostosis
el antebrazo sobre el brazo y la supinación, secun- Tubérculo mayor -inserción del supraespinoso. Cate-
dariamente ejecuta la abeducción del brazo. El co- gorizadas como grado 2 en robustez, con grado 1 en
racobraquial tiene como acción la aducción, flexión lesiones de tensión y grado 0 de exostosis
sagital y flexión horizontal. El pectoral mayor eje- Corredera bicipital - inserta el tendón del bíceps. Ca-
cuta las acciones de aducción y rotación interna. tegorizadas como grado 1 en robustez, con grado 1 en
El dorsal ancho ejerce la acción de aducción, ex- lesiones de tensión y grado 0 de exostosis
tensión, rotación interna y la estabilidad del raquis Cresta tuberosidad mayor - inserta el pectoral mayor.
dorsal. El redondo mayor acciona como aducción, Categorizadas como grado 1 en robustez, con grado O
extensión, rotación interna y también la estabi- en lesiones de tensión y grado O de exostosis
lidad del raquis dorsal. Por último el deltoides, Fondo corredera bicipital - inserta el dorsal ancho.
músculo que interviene prácticamente en todos los Categorizadas como grado 2 en robustez, con grado 1
movimientos del brazo, es fácilmente identificable en lesiones de tensión y grado 0 de exostosis Tuberosi-
dad deltoidea - inserta el deltoides. Categorizadas como
en sus distintas inserciones. Actúa en la remodela-
grado 3 en robustez , con grado 3 en lesiones de tensión
ción en las superficies del húmero (tercio superior) y grado O de exostosis
y de la clavícula (borde anterior del tercio externo)
las cuales son claramente visibles. Está estructural-

Kozameh et al. 655


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

mente formado por tres porciones: anterior, media


y posterior realizando varias acciones. En su porción
anterior el deltoides flexiona el hombro, elevando el
brazo hacia el frente, en su porción media es fun-
damentalmente abductor del brazo y en su porción
posterior extiende el hombro, es decir, proyecta el
brazo hacia atrás y arriba.

Foto 10. Húmero CL 4.


Húmero derecho tercio superior vista anterior
Tubérculo menor- inserción deltoidea. Categorizadas
como grado 2 en robustez, con grado 1 en lesiones de
tensión y grado O de exostosis
Tubérculo mayor - inserción del supraespinoso y infra-
espinoso. Categorizadas como grado 3 en robustez con
grado O en lesiones de tensión y grado 0 de exostosis
Corredera bicipital - inserta el tendón del bíceps. Cate-
gorizadas como grado 3 en robustez , con grado 1 en
lesiones de tensión y grado O de exostosis
Cresta tuberosidad mayor
Inserta el pectoral mayor. Categorizadas como grado 3
en robustez, con grado 1 en lesiones de tensión y grado
O de exostosis Fondo corredera bicipital - inserta el dor-
sal ancho Categorizadas como grado 2 en robustez, con
grado 1 en lesiones de tensión y grado O de exostosis
Tuberosidad deltoidea - inserta el deltoides. Categoriza-
das como grado 3 en robustez, con grado 2 en lesiones
Foto 9. Húmero BV 1. de tensión y grado 1 de exostosis.

Foto 11. Cinco Húmeros de Bahía Valentín. Húmeros de Bahía Valentín en sus dos tercios superiores vista anterior,
todos adultos masculinos, se observan en (2) y (5) mayor remodelación ósea. En (1) línea áspera marcada.

656
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos

DISCUSIÓN

Como ya fuera mencionado, la edad, el sexo y En cuanto a los estudios de la distribución de va-
el estado nutricional son variables relevantes en los lores de isótopos estables realizados en Tierra del
estudios realizados en anatomía funcional, razón Fuego, se ha hallado en la región del canal Beagle
por la cual este análisis está basado en una mues- una clara predominancia de recursos marinos en las
tra homogénea de individuos adultos masculinos dietas, aunque no es posible descartar en la mayor
maduros. parte de los casos el aporte de proteínas terrestres.
La información contextual devenida de los apor- En península Mitre se registra una situación inversa
tes de la Arqueología se torna fundamental para y la distribución de valores aparenta ser más homo-
este trabajo. Al respecto puede mencionarse que génea que en el canal Beagle. En términos gene-
en Kozameh (1993), Kozameh (1996), Kozameh rales, se observa una importante dependencia del
et al. (2000) y Kozameh y Testa (2004) se consig- consumo de recursos marinos complementada con
na que en Bahía Valentín, hasta el presente, no se la ingesta de proteínas terrestres. (Panarello et al.
encontraron evidencias de uso de embarcaciones. 2006)
La arqueofauna muestra presencia de pinnípedos, El sitio Cerro Lutz que se halla sobre un anti-
de lo cual se deduce que la caza y recobre de estos guo albardón asociado a un paleocauce del arroyo
animales debe haberse realizado desde la costa. Martínez, próximo a su intersección con el arroyo
Las acciones posiblemente hayan tenido como eje Sagastume Chico. Estos grupos desarrollaron un
de palanca la columna vertebral, a juzgar por las le- medio de subsistencia basado en la caza y la pesca
siones en las vértebras lumbares de los individuos en el delta del Paraná (Kozameh et al. 2007). Este
analizados. Los mismos estudios indican que las sitio esta incluido dentro de los estudios arqueoló-
articulaciones de los miembros superiores se en- gicos que están llevando a cabo el equipo de traba-
cuentran prácticamente indemnes. (Kozameh et jo del Dr. Loponte y el Dr. Acosta en el sector cen-
al. 2000; Kozameh y Testa 2003; Kozameh y Testa tro-oriental de la Región Pampeana. Esta zona de
2004) y aquí se constata que las inserciones mus- humedales asociado al río Paraná inferior y tramo
culares demuestran un marcado desarrollo en los superior del Río de la Plata muestra un registro ar-
húmeros. queológico de gran complejidad, donde algunas de
Con respecto al individuo CH95 perteneciente las propiedades estudiadas sugiere una gran con-
al grupo Yámana, pueblo canoero del Canal Beagle, centración de población humana en la zona, con
hay que destacar que a las tareas básicas comunes reducida movilidad residencial e intensificación en
de los pueblos cazadores, la confección de armas la explotación de los recursos fluviales.
y utensilios, en este grupo, se habrían agregado la
construcción y uso de canoas y remos. Estas tareas “En términos generales, este tipo de ambiente
requieren una gran exigencia en la rotación del bra- podría caracterizarse por poseer recursos fijos
zo y antebrazo, incrementando el esfuerzo sobre (agua, banco de moluscos, especies vegetales
las articulaciones y, por ende, el aumento de pato- con frutos comestibles) y de muy baja movili-
logías articulares. Las canoas serían un elemento dad (roedores como el copio y el cuis) o espa-
imprescindible para tener acceso a ciertos recursos cialmente muy predecibles (peces). Los únicos
en otras islas del archipiélago, en una región donde taxones de mayor incertidumbre espacio-tem-
el desplazamiento pedestre se dificulta. Los resul- poral, son el ciervo de los pantanos (Blastocerus
tados del análisis de patologías degenerativa de dichotomus) y el venado de las pampas (Ozoto-
las articulaciones de este individuo, indicó que los ceros bezoarticus). La disponibilidad de todas las
rastros son muy acusados en los miembros supe- presas es anual, pero existe una sustancial con-
riores, principalmente en la articulación del codo y centración de recursos fluvio-lacustre durante
fundamentalmente en el derecho (Kozameh y Tes- la época estival que aumenta su predicción.”
ta 2003; Kozameh y Testa 2004). (Loponte y Acosta, 2003).

CONSIDERACIONES FINALES

Debido a la escasez numérica de la muestra, al desarrollo de las áreas de inserciones musculares


nuestra propuesta no avanza más allá de exhibir las presentadas. Sorprende la diferencia en el desarro-
diferencias expuestas sin concluir taxativamente llo de las inserciones en estos restos esqueletales
en los requerimientos vitales que hayan conducido de cazadores recolectores entre los que era espe-

Kozameh et al. 657


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

rable mayor semejanza y sin embargo difieren acu- deberíamos contar con una muestra numérica-
sadamente. Cabría pensar, entonces, que no sólo mente superior.
estaría actuando la presión ambiental sino también Creemos, sí, que este tipo de estudios permite
características hereditarias. No obstante, para lle- abrir posibilidades interpretativas en los diferentes
var a cabo este tipo de análisis con consistencia, contextos de las poblaciones bajo estudio.

ANEXO

Lista no exhaustiva de actividades que tienden de los brazos ejercen su fuerza


a mayores cargas musculares y demandas biome- sino que en los grandes esfuer-
cánicas sobre la cintura escapular y articulación zos del tronco los abdominales
glenohumeral. se contraen vigorosamente,
Para realizar las actividades indicadas en las lis- convirtiendo las cavidades to-
ta adjunta se requiere de movimientos muy repeti- rácica y abdominal en cilindros
tivos y enérgicos. de aire, líquidos y sólidos, de
Pescar paredes semirrígidas, capaces
Cargar de recibir fuerzas de compresión
Descargar originadas por la carga espinal.
Aserrar Esta instintiva presión abdomi-
Trepar nal, también denominada de
Nadar Vasalva cero, ha sido reflejada
Traccionar por distintos autores y puesto
Empujar de manifiesto su importancia en
Flexionar cabeza este tipo de actividades.

Pescar Trepar
Durante la recuperación de la pieza se ponen Para este tipo de fuerza intervienen el músculo
en funcionamiento distintos grupos musculares trapecios y los músculos elevadores de los hombros.
en función de la forma en la que cada uno la rea- Intervienen también en la rotación de la cabeza y
liza. Pero indistintamente, los más solicitados en acercan los omóplatos entre sí. Ayudan, además, a
la mano es el cubital anterior y posterior que son levantar el tronco en el momento de trepar.
los que permite dar los “toques” al atraer la pieza.
Además todos los flexores y extensores de muñeca Aserrar
y dedos que trabajan en sinergia para mantener la En esta particular ac-
estabilidad y movilidad de la muñeca. tividad se verifica que en
los movimientos rápi-
dos que se realizan con
el miembro superior, el
músculo transversal del
abdomen se activa antes
que cualquier músculo
del brazo. Esta actividad
preprogramada de los músculos transversos del
En la mano que sostiene la cuerda actúan los abdomen permite que la pelvis se mantenga esta-
flexores de los dedos y los prono–supinadores que ble antes que se inicie el movimiento en el miem-
la mantienen asida. También colaboran de manera bro superior. También se observa, en los músculos
importante el bíceps y tríceps haciendo la flexo- de los miembros inferiores, que se activan antes del
extensión del antebrazo así como el deltoides y movimiento del brazo, lo que potencia la base de
supraespinoso que mantiene el brazo en ligera se- estabilidad sobre la que puede actuar el miembro
paración lateral. superior. Esta acción integrada de los músculos de
la pelvis, y de la pierna, antes de que tenga lugar el
Cargar movimiento del brazo, es un requisito importante
Por otro lado, al cargar pesos, los músculos para la producción de una acción coordinada en la
abdominales juegan un papel fundamental para función del miembro superior.
ayudar a la columna. No solamente los músculos

658
Estudio de rastros funcionales en la estructura ósea de los miembros superiores en tres poblaciones de cazadores-recolectores prehistóricos

Traccionar
Es el movimiento con el que se traslada el peso
del cuerpo de atrás hacia adelante del apoyo. Esta
es la fase de transición con la que pasamos de la
amortiguación de la caída a la impulsión del si-
guiente paso y siempre se produce, aunque es tan
rápida que resulta casi imperceptible. La eficacia de
esta acción depende del agarre que tenga la plan- nientes lo forman el dorsal, trapecio, bíceps, y bra-
ta del pie en el suelo. Si no hay adherencia, no es quirradial. El músculo dorsal se origina en las apófi-
posible traccionar. En la carrera circular la tracción sis espinosas de las seis últimas vértebras torácicas
se realiza sobre la planta del pie, manteniéndose el y se inserta en el tubérculo menor del húmero. Las
apoyo en la misma superficie. El esfuerzo de trac- funciones principales de este músculo superficial
ción lo realiza la musculatura de los isquiotibiales son, para este tipo de actividad, la de aproximar
y del glúteo. Los músculos que actúan en la exten- el brazo en la articulación del hombro, ya que es el
sión del tronco son los músculos de las correderas aductor más potente descender el brazo elevado
vertebrales (músculos paravertebrales), junto con y traccionar en dirección dorsal. Genera, además,
el músculo cuadrado lumbar, el músculo serrato la rotación medial y otras funciones, como ser, la
posteroinferior y el dorsal ancho. depresión de la cintura escapular que contribuye a
la flexión lateral del tronco y la hiperextensión de
Remar la columna.
En este tipo de actividad los músculos intervi-

AGRADECIMIENTOS
Al Sr. Leonardo Gronda por su colaboración en el estudio de los movimientos musculares. A los Dres
Acosta y Loponte por el acceso al material óseo de Cerro Lutz. A los Lic. Orquera y Piana por el acceso a
los materiales óseos de Canal Beagle. Al Evaluador de este trabajo por sus acertadas sugerencias en la
transferencia de este material

NOTAS
1
. Si bien las columnas designadas “Robutez, Defectos Corticales y Exostosis” en rigor corresponden
al acápite RESULTADO, se optó por incluir estos datos en la tabla 2 de MATERIAL Y METODO con el pro-
pósito de no dispersar la información.

BIBLIOGRAFÍA

Acosta, A., F. Frascaroli y D. Loponte


2000 Análisis Preliminares de Restos Óseos Kozameh, L. y N. Testa
Humanos del Norte de la Provincia de Buenos Aires 2003 Análisis comparativo osteológico y dentario de
La perspectiva interdisciplinaria en la arqueología dos cazadores tardíos de fauna marina de isla Grande
contemporánea. Arqueología Contemporánea 6: 63- de Tierra del Fuego, Argentina. Revista Argentina de
73. Antropología Biológica, 5 (1) pp. 81.
Acosta, A. y D. Loponte Kozameh, L, E. Barboza y H. Vidal
2003 Presas y Predadores: Avance en la comprensión 2000 Los cazadores de Bahía Valentín, Tierra del
isotópica de la dieta de los grupos prehistóricos de la Fuego. Su Status de Salud y Enfermedad. En Desde
región pampeana. Runa XXIV: 173-212 el País de los Gigantes. Perspectivas arqueológicas en
Acosta, A. y D. Loponde Patagonia, editado por Belardi, J. B; Carballo Marina,
2004 Late Holocene hunter-gatherers the Pampean F. y S. Espinosa Tomo I, pp123-139 Universidad
Wetlands, Argentina en Zooarchaelogy of South Nacional de la Patagonia Austral. Río Gallegos.
America Edited by Guillermo Luis Mengoni Goñalons Kozameh, L., H. Panarello, A. Tessone, N. Testa, S.
BAR International Series 1298 Valencio, F. Zangrando
Hernández Espinoza, P. 2003 Isótopos estables del carbono en restos
2006 La actividad ocupacional se refleja en los huesos. humanos de Península Mitre y del Canal Beagle,
Un aporte de la antropología física a los estudios Tierra del Fuego. Revista Argentina de Antropología
del trabajo. Trabajo presentado en el V Congreso Biológica, 5 (1) pp. 80.
Nacional AMET, México. Ms. Kozameh, L. y Testa N.

Kozameh et al. 659


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

2004 Tierra del Fuego. Un Poblador Tardío del Canal


Beagle. Análisis esqueletal y Dentario. En Contra
viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado
por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
pp. 733-744. Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
de Antropología, Buenos Aires.
Kozameh, L., M. López, N. Testa
2007 Los Cazadores Recolectores de Cerro Lutz,
(Sudeste de Entre Ríos). Indicadores Esqueletales
de Actividades Cotidianas. Trabajo presentado en el
XVI Congreso Argentino de Arqueología Argentina.
Jujuy. Ms.
Kennedy, K.
1989 Skeletal Markers of Occupational Stress”. En
Reconstruction of life from the skeleton. Editado por
Alan R. Liss. pp.129-160. EEUU.
Jurmaim, R.
1991 Degenerative changes in peripheral joints as
indicator off mechanical stress: opportunities and
limitations. Intenational Journals of Osteoarchaeology,
1:247-252.
Latarjet, M.
1998 Anatomía humana. V Edición. Panamericana.
España.
Loponte, D. y A. Acosta
2003. Arqueología de Cazadores–Recolectores del
Sector Centro-Oriental de la Región Pampeana.
Runa XXIV: 173-212.
Niño, F. P.
2005 Metodología para el registro de Estrés Músculo
Esquelético. Boletín de Antropología, 19(36): 255-268.
Universidad de Antioquía, Medellín, Colombia.
Wolf, J.
1892 The law of Bone transformation, en http://www.
sccot.org.co/bancomedios/documentos%20pdf/
Las_Leyes_Ortopedia_Diciembre2006.pdf.
Zangrando, F., A. Tessone y M. Vázquez
2008 El poblamiento de espacios marginales del
archipiélago fueguino: perspectivas desde la evidencia
arqueológica de bahía Valentín. Comunicación
presentada en las VII Jornadas de Arqueología de la
Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En este volumen.

660
Rescate del “Chenque de Cerro Guido”
Susana Morano Büchner1, Víctor Sierpe González1 y Alfredo Prieto Iglesias1

A B S T R A C T

This paper presents information about findings and dating from the site “Cemetery of
cerro Guido”; it is a “chenque” containing multiple burials found at the beginning of the
XX century. It corresponds to a multiple burial at the higher altitude (1,100 meters) known
in Chilean austral Patagonia, located in the summit of the Guido hill (Última Esperanza,
Magellan Region, Chile). Materials associated to the human bones are analyzed, as well.

INTRODUCCIÓN

Existen diversos tipos de enterratorios huma- dañinos. Nadie puede imaginar una separación
nos, utilizados por cazadores-recolectores terres- más absoluta que la de este caos expuesto a to-
tres patagónicos, uno de ellos es el denominado dos los vientos. (…) Nos enfurecemos. Todos los
chenque, definido como un cúmulo de piedras pastores son iguales. Por darle a uno un gusto
dispuestas en pila, creando una formación concén- inventan cualquier dato, con tal lujo de detalles
trica en ciertos casos, bajo las cuales los indígenas que obligan a creerlo (…)”
depositaban restos humanos, variando su tamaño
de acuerdo a la cantidad de individuos dispuestos Por otra parte, a mediados del siglo XX, Juan
en él. En la mayoría de los casos, se encuentran en Mergudic y Tomas Pavicic, ascendieron la cima del
la cumbre de cerros, con la presencia o no de algún cerro encontrando en éste una pila de piedras, la
tipo de ajuar. cual correspondería a enterratorios indígenas sa-
En la provincia de Última Esperanza, Chile, se queados anteriormente.
originó una leyenda sobre la existencia de un “ce- Más tarde en el año 1993, un grupo de arqueólo-
menterio” indígena en la cima del cerro Guido. Es- gos que trabajaba en la zona, llegó al sitio verifican-
tos relatos llevaron a Annette Laming-Emperaire, do la existencia del chenque.
a ascender el cerro, con el fin de encontrar dicho
cementerio y más tarde, negar su existencia. Características del cerro Guido
El cerro Guido se encuentra en la sierra Contre-
“La leyenda cuenta que cerca de Cerro Guido ras, ubicada en la zona nororiental de la provincia
(…), se descubrió antaño un cementerio indí- de Ultima Esperanza, Región de Magallanes y An-
gena. Esto lo sabe todo el mundo, incluso los tártica Chilena; su altura aproximada es de 1270 m.
que apenas se interesan por estas cosas; pero Su cima es la prolongación de una meseta fuerte-
nadie puede detallarnos con precisión la fecha mente inclinada hacia el este (Figura 1).
y las circunstancias del hallazgo, así como los Presenta un tipo de vegetación semiárida co-
objetos descubiertos. Tendremos que ir a cerro rrespondiente a la subregión de la estepa patagó-
Guido para informarnos. nica de Magallanes, en la cual predomina el coirón
Con qué fin los indios escogieron un sitio tan (Festuca sp.). En relación a la fauna que deambula
desolado para sus muertos? ¿De dónde venían en la meseta, podemos encontrar guanacos (Lama
aquellos? ¿Cómo transportaban hasta acá los guanicoe), ovejas (Ovis aries) y algunas aves tales
cadáveres? Es bien conocido que algunos pue- como el cóndor (Vultur griphus) y dormilona fraile
blos tratan de alejar definitivamente a sus muer- (Muscisaxicola flavinucha). Los promedios de tem-
tos, los que se transformaban en seres hostiles y peratura mínima alrededor del cerro (216 m s.n.m.)

1 Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes.

Morano Büchner et al. 661


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Vista general cerro Guido.

fluctúan entre 0° C y -4° C, en verano y -10° C y -12° nanciado por el Fondo de Provisión Cultural FNDR
C en invierno, siendo este promedio más extremo 2007, del Gobierno Regional de Magallanes y An-
en la cima del cerro. tártica Chilena.
A base de todos los antecedentes recopilados Los objetivos principales de este proyecto eran
referentes al chenque del cerro Guido, a fines del el rescate de los elementos óseos humanos que
año 2007, se llevó a cabo el proyecto denominado hubieran permanecido en el lugar luego de los sa-
“Rescate de Tumbas Indígenas en Cerro Guido”, fi- queos, y la reconstrucción de la pila funeraria.

METODOLOGÍA

El ascenso al cerro se efectuó por diferentes de dentición propuesta por Ubelaker (1999). Para
sectores de éste, con el fin de encontrar una ruta el individuo adulto (N° 1), se tomó como parámetro
que demandara menor gasto de energía y tiempo. de edad la fusión del aro epifisial del cuerpo de las
Una vez en la cima, se procedió a la recolección su- vértebras de Albert y Maples (1995), que luego fue
perficial de restos óseos, además a la confección de modificado por Burns (1999). Para estimar el sexo
los dibujos de planta. Igualmente, se excavó estra- del individuo juvenil, se utilizó la medida del diá-
tigráficamente un pequeño sector intacto. metro máximo de la cabeza de fémur (Bass 1995)
El análisis de los restos óseos humanos, consis- y del húmero (Byers 2002), debido a la ausencia de
tió, en primer lugar en la determinación del NMI otros elementos óseos que presentan diformismo
(número mínimo de individuos), asignando un nú- sexual.
mero correlativo a cada individuo, empezando por Se calculó la estatura del individuo juvenil, me-
uno. Una vez realizado esto, se estimó la edad; en diante el método propuesto por Genoves (1967).
el caso de los individuos subadultos, se empleó En todos los esqueletos se observó y registró
el método de unión epifisiaria (Krogman y Iscan las patologías óseas y dentales, presentes median-
1965; Baker et al. 2005) y el método de medición te los métodos propuestos por Buikstra y Ubelaker
de la longitud ósea (Ubelaker 1999; Scheuer y Black (1994), Campillo (1993) y Mann y Murphy (1990).
2000). Debido a la ausencia de piezas dentales, con Se enviaron cinco muestras óseas humanas, para
la excepción de un individuo juvenil, que presenta- su fechado radiocarbónico, al laboratorio de la Uni-
ba algunas piezas sueltas, se empleó la cronología versidad de Uppsala, Suecia.

RESULTADOS

En relación al ascenso, se intentaron diferentes consecuencia de los reiterados saqueos a la que


rutas desde la base del cerro, variando éstas entre había sido sometido. Su diámetro alcanza los 11
un rango de 3 y 6 horas. El acceso más rápido a la m dirección E-O y 13 m dirección N-S, delimitado
cima del cerro, resultó ser la ruta por la ladera SO, éste último por la barranca. Presenta muy poco
girando en la quebrada más alta, para luego subir sedimento, debido posiblemente a su arrastre por
por la chimenea NE. acción eólica, quedando en parte atrapado por las
El chenque se encuentra formado por una pila mismas piedras.
de láminas de piedra, de diferentes tamaños, dis- Se procedió a la recolección superficial del ma-
puestas una sobre otras, la cual se encontraba terial óseo disperso, el cual en algunos casos aún
abierta formando una suerte de U (Figura 2), como presentaba colorante, encontrándose además frag-

662
Rescate del “Chenque de Cerro Guido”

taban abundante colorante (Figura 4). En la ruta a


la cima se encontró una pila de piedra, que podría
corresponder a un chenque, esta pila no presenta-
ba signos de saqueo.
En total se recuperaron los restos de al menos
siete individuos. Identificándose tres adultos (Nº 1,
2 y 3), un juvenil (N° 4) y tres infantes (Nº 5, 6 y 7).
En todos los casos los esqueletos estában incom-
pletos o presentaban menos del 30% de los hue-
sos (Figura 5). El individuo Nº 1 corresponde a un
adulto mayor de 30 años, esto evidenciado por la
fusión del aro epifisial vertebral, y la presencia de
osteofitos en el cuerpo de estas. No se pudo deter-
minar el sexo ni la estatura. El fechado obtenido es
de 1155 ± 35 AP. El individuo Nº 2 corresponde a un
adulto, no se logró establecer con exactitud la edad
de este, debido a la ausencia de elementos óseos
que constituyen patrones para la determinación de
Figura 2. Planta chenque cerro Guido. la edad. La fíbula izquierda, presenta en su extre-
mo proximal una anomalía en el crecimiento de la
matriz ósea, denominada exóstosis de crecimiento
mentos de obsidiana gris veteada entre los restos. (Figura 6). Este individuo fue fechado en 775 ± 30
Durante el trabajo de salvataje se encontró un AP. El individuo adulto Nº 3, solo esta representado
sector intacto el cual presentaba abundante colo- por un segundo metacarpo izquierdo.
rante. Se procedió así a realizar un sondeo el cual
consistió en plantear una cuadrícula –denominada
1A- en dirección sur-norte, utilizando un nivel cero
artificial y procediendo al trabajo de excavación por
niveles artificiales cada 5 cm (Figura 3). Los restos
recuperados, procedentes de la cuadrícula, presen-

Figura 3. Dibujos de planta.

Morano Büchner et al. 663


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 4. Cuadrícula 1A, nótese gran cantidad de colorante.

En el caso del esqueleto recuperado de la exca- corona (Figura 8). Esto debido a un déficit nutricio-
vación en el sector intacto, se trata de un individuo nal que afectó al individuo, aproximadamente a los
(Nº 4) juvenil de 17-20 años de edad, este rango está 36 meses, periodo en cual se forma esa porción de
dado por el cierre epifisiario de los huesos largos, la corona. El fechado obtenido para el individuo N°
metacarpos, metatarsos, costillas, y la fusión del 4 es de 710 ± 35 AP, sin calibrar.
aro epifisial de las vértebras, además de las piezas Los individuos N° 5, 6 y 7 corresponden a infan-
dentales encontradas. La cabeza del húmero mide tes de entre 5-6 años, 3-4 años y 1-2 años respecti-
4,2 cm este resultado indica que el género sería fe- vamente, su edad está dada por el cierre epifisiario
menino; por otra parte, la medida de la cabeza del de los huesos largos, la unión de los arcos y cuerpos
fémur fue de 4,4 cm que corresponde según tabla vertebrales y la longitud de las diáfisis de los huesos
a sexo indeterminado. Por lo tanto no se puede largos. En el caso del individuo Nº 6, además, se es-
establecer con exactitud el sexo de este individuo. timó la falta de osificación de la porción basilar del
Las medidas tomadas de las tibias, fíbula derecha, occipital, así como la medida de ésta y la osificación
fémur izquierdo y húmero izquierdo dieron una es- de las porciones laterales de este hueso. Ninguno
tatura aproximada de un metro sesenta centíme- de los esqueletos presenta patologías. De los indi-
tros, en el caso de un esqueleto masculino y de un viduos N° 6 y N° 7, se obtuvo los fechados 495 ± 35
metro cincuenta y ocho centímetros en el caso de AP y 690 ± 35 AP, respectivamente.
individuo femenino. La quinta vértebra lumbar y el El proyecto concluyó con la reconstrucción to-
sacro, presentan una anomalía en el cierre del tubo tal de la pila piedras, tal como suponemos que era
neural, conocido como espina bifida (Figura 7). Las originalmente.
vértebras lumbares presentan una desviación en el
proceso espinoso, debido a la patología de la quinta
lumbar. En referencia a las piezas dentales, el des-
gaste de estás es leve, no hay presencia de caries o
chipping. Los incisivos centrales superiores presen-
tan hipoplasia en el esmalte, las líneas horizontales
son leves y se encuentran en la primera mitad de la

664
Rescate del “Chenque de Cerro Guido”

Figura 5. Esquema del conjunto de restos óseos rescatados de acuerdo a cada individuo.

Figura 6. Fíbula con exóstosis de crecimiento.

Morano Büchner et al. 665


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 7. Quinta vértebra lumbar con espina bífida. Figura 8. Incisivo central con hipoplasia de esmalte.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN

El salvataje del legendario “cementerio” de ce- manos, se puede decir que este chenque se utili-
rro Guido, culminó con una definición del sitio en zaba para individuos adultos y subadultos. Apa-
cuanto a su posición, tamaño y características, en rentemente no habría una diferenciación en el
definitiva, puso fin a más de medio siglo de especu- tipo de enterratorio de acuerdo al rango de edad.
laciones acerca de su existencia. La presencia de otros chenques y enterratorios en
La altura en que se encuentra éste (1270 m los alrededores, como el de cerro Los Escorpiones,
s.n.m.), lo sitúan como el más alto registrado hasta hallado en el marco de este proyecto y que se en-
ahora en Patagonia Austral, y nos lleva a plantear contraba saqueado, y la pila de piedra encontrada
cuestiones acerca de la inversión diferencial de camino al cerro Guido, abre la interrogante acerca
tiempo (costo de transporte) para individuos de los de si se trató de “estaciones” hacia la cima, o de
valles cercanos y de las alturas. Además, podrían prácticas distintas y distantes en el tiempo sin rela-
indicar que los eventos funerarios se produjeron ción alguna entre sí.
en los meses de verano, tal vez no más de tres, en La abundancia de colorante en la preparación
que la cumbre del cerro se encuentra libre de nieve del depósito de a lo menos uno de los individuos (N°
(sólo entre noviembre y febrero), hoy en día. 4), es evidencia de una gran inversión en el ritual.
El chenque de cerro Guido, corresponde a un La fuerte impregnación de colorante en los huesos
enterratorio múltiple (al menos 7 individuos); el uso de este individuo podría indicar que se trataba de
de la estructura funeraria, para más de un indivi- un entierro secundario, esto apoyado conjunta-
duo, concuerda con otros chenque encontrados en mente por la disposición de los restos inhumados,
Patagonia Argentina y Chilena. que más bien se trataba de un paquete de huesos,
Las dataciones radiocarbónicas realizadas sobre el cual no mostraba correlación anatómica entre
5 de los 7 individuos, indican la persistencia del uso las piezas óseas.
del mismo por cerca de siete siglos, un caso similar Se encontró en el valle del río Baguales a unos
a este, es el del sitio Chenque I (Beron y Baffi 2004), 25 km al norte un depósito de tierras rojas que pu-
que fue utilizado durante un período comprendido dieron ser usadas como fuente de colorante, aun-
desde los 1030 AP y los 370 AP. Esta reutilización es que no se puede asegurar que esa fuera la misma.
trascendental a la hora de plantearse cuestiones En el sector más bajo del chenque se halló un
acerca de la persistencia de territorialidad. conjunto de fragmentos y microlascas de obsidiana
No se descarta el saqueo o apertura por parte de gris veteada. Se trata en su mayoría de fragmentos
los propios cazadores recolectores, sin embargo la que parecen haber sido percutidos sin plan. En al-
intervención parece ser un hecho histórico tardío, gunos casos se trata de pequeños prismas con re-
dado que se encontraron fragmentos de vidrio mo- serva de corteza en tres de sus cuatro caras que no
derno entre los escombros arrojados a los lados. pudieron tener otro fin que depositar como ajuar
Con la información obtenida de los restos hu- una materia prima considerada valiosa. Según los

666
Rescate del “Chenque de Cerro Guido”

estudios hechos por Stern y Franco (2000), este los chenques, como unidades discretas, como ya es
tipo de obsidiana provendría de la sierra Baguales, sabido (Beron et al. 2000; Goñi y Barrientos 2000),
a unos 40 km al norte del cerro Guido. encierra una historia de reutilizaciones que resul-
Finalmente el trabajo realizado en este sitio ta interesante para la cuestión de territorialidad.
permite señalar que, aunque los sitios hayan sido El análisis posterior de la obsidiana y el colorante
saqueados, siempre es posible obtener alguna in- puede indicar parte de la extensión de su territorio
formación de interés de sus restos. El contexto de o su área de influencia.

AGRADECIMIENTOS
A Hans Rohers y Juan Mergudic por su contribución con datos y material fotográfico, a Pedro Cárde-
nas, Gabriel Bahamonde, Jose M. Prieto y Francisco Busilich por trabajos en terreno, a Mateo Martinic
por correcciones y comentarios del manuscrito, a Thierry Dupradou por fotografías, Nicolás Simunovic,
Jorge Matetic, Arturo Kroger, Ciro Barría, René Vera, Manuel San Román, Flavia Morello, Claudia Baha-
monde y Fundación Cequa.

BIBLIOGRAFÍA

Albert, A. M. y W. Maples Burns, K. R.


1995 Stages of epiphyseal union for thoracic 1999 Forensic anthropology training manual. Prentice
and lumbar vertebral center as a method of age Hall, New Jersey.
determination for teenage and young adult skeletons. Byers, S. N.
Journal of Forensic Sciences. 40: 623-633. 2001 Introduction in forensic anthropology. A textbook.
Baker, B., T. Dupras y M. Tocheri Allyn and Bacon, Boston, Sydney, Tokyo.
2005 The osteology of infants and children. Texas Campillo, D.
A&M University Press, College Station. 1993 Paleopatología. Los primeros vestigios de la
Bass, W. M. enfermedad. Vol I. Fundación Uriach. Barcelona,
1986 Human osteology: A laboratory and field manual España.
of the human skeleton. Columbia. Missouri Arch. Genovés, S.
Society, Special Public. 1967 Proportionality of long bones and their relation
Beron, M., E. Baffi, E. Molinari, G. Barrientos, C. to stature among Mesoamericans. American Journal
Aranda y L. Luna of Physical Anthropology. 26: 67-77.
2000 Estructuras funerarias de momentos tardíos Goñi, R. y G. Barrientos
en Pampa-Patagonia. El “Chenque” de Lihué 2000 Estudio de Chenques en el Lago Salitroso,
Calel. En Desde el País de los Gigantes. Perspectivas provincia de Santa Cruz. En Desde el País de los
arqueológicas en Patagonia, editado por Belardi, J. B; Gigantes. Perspectivas arqueológicas en Patagonia,
Carballo Marina, F. y S. Espinosa Tomo I pp. 141-150. editado por Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S.
Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Río Espinosa Tomo I pp.161-175. Universidad Nacional de
Gallegos. la Patagonia Austral. Río Gallegos.
Beron, M. y E. Baffi Krogman, W. M. y M. Iscan
2004 Variabilidad de las estructuras mortuorias en 1986 The human skeleton in forensic medicine.
el holoceno tardío. Cuenca de los lagos Posadas Springfield, Illinois.
y Salitroso (Pcia. De Santa Cruz), y área de Lihué Laming-Emperaire, A.
Calel (Pcia. De la Pampa). En Contra viento y 1957 En la Patagonia, confín del mundo. Editorial del
marea. Arqueología de la Patagonia, editado por Pacífico, Santiago, Chile.
M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, Mann, R. W. y S. Murphy
pp. 387-402. Instituto Nacional de Antropología y 1990 Regional atlas of bone disease. A guide to
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina pathologic and normal variation in the human skeleton.
de Antropología, Buenos Aires. CC Thomas Publisher, Springfield, Illinois.
Buikstra J. E. y D. Ubelaker Scheuer, L. y S. Black
1994 Standards for data collection from human 2000 Developmental juvenile osteology. Academic
skeletal remains. Proceedings of a seminar at the Field Press, San Diego, New York, Tokyo.
Museum of Natural History. Organized by J. Haas. Stern, Ch. y N. Franco
Arkansas Archaeological Survey Research Series No. 2000 Obsidiana gris verdosa veteada de la cuenca
44 superior del río Santa Cruz, extremo sur de Patagonia.

Morano Büchner et al. 667


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Anales del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias.


Humanas). 28:265-273.
Ubelaker, D. H.
1999 Human skeletal remains. Excavation, analysis,
interpretation. 3rd edition. Manuals on Archaeology
2. Taraxacun, Washington.

668
Investigaciones arqueológicas y
bioarqueológicas en el sitio Aquihueco
(Norpatagonia): nuevos resultados
Claudia Della Negra1, Paula Novellino2, S. Ivan Perez2, Adan Hajduk2 y Valeria Bernal2

A B S T R A C T

The goal of the this study is to present new findings from Aquihuecó site (Chos Malal department,
province of Neuquen, 3650 ± 70 years BP) and integrate them with those obtained previously in
order to discuss the information about the characteristics of the sample, considering the age and
sex composition, radiocarbon dates, type of burial, associated artifacts and cultural practices
(e.g. artificial cranial deformation). The burials are primary and secondary and are characterized
by the presence of red ocher, both on skeletal remains and groundstones, and shell beads, lithic
artifacts, and the existence of a direct association between groundstones and adult female
individuals. The results indicate the presence of a minimum number of 56 individuals (30 adults
and 26 subadults). Artificial cranial deformation of seudocircular type was exhibited by two adults.
The development of future research aims at studying aspects linked to the mortuary practices,
health-disease, diet and microevolutionary processes at regional level which will contribute to the
characterization of patterns of biological and cultural variation observed in Northwest Patagonia.

INTRODUCCIÓN

El sitio Aquihuecó (37º05´3,5” lat. S - 70º22´31” Gendarmería Nacional de Chos Malal, se realizó un
long. O), está situado a 500 metros de la margen nuevo rescate de restos óseos humanos, ubicados
izquierda del río Curi Leuvú, en la base del Cerro en el perfil norte de un sector superior del médano.
Negro frente al paraje homónimo, a 40 km al nor- Se detectaron cinco entierros, localizados en dos
te de la capital del departamento Chos Malal, no- niveles (I, IV, V, VI y VII) y a 30 cm por debajo, un es-
roeste de la provincia del Neuquén, Norpatagonia trato con dos entierros más (II y III). Por un lado, se
Argentina (Figura 1). En 1997, en el marco de la Ley registraron inhumaciones primarias y secundarias,
provincial 2184/96, se recibió la denuncia sobre el simples y dobles, mientras que por otro se hallaron
hallazgo de restos óseos humanos y se realizó la gran cantidad de restos óseos distribuidos en la
atención de la misma, relevando el sitio y realizan- superficie del médano por agentes naturales, fun-
do una recolección superficial en la mayor concen- damentalmente eólicos. El cálculo del NMI en esta
tración de restos óseos del médano. El conjunto de ocasión, indicó la presencia de 28 individuos: dieci-
los mismos, recuperados durante esta campaña, seis adultos y doce subadultos, la mayoría menor
está representado por un NMI de cuatro individuos: de 5 años (Della Negra y Novellino 2005).
un adulto y tres subadultos. Sobre estos restos se Los entierros primarios presentaban una orien-
realizó un fechado radiocarbónico convencional en tación este-oeste, con el cráneo hacia el oeste. Las
el LATYR en el Museo de Ciencias Naturales de La posiciones de los mismos varían entre extendido
Plata obteniendo como resultado un fechado de decúbito lateral izquierdo ó decúbito dorsal, en al-
3650 ± 70 años AP (LP-1418) (Della Negra y Nove- gunos casos, con los miembros inferiores flexiona-
llino 2005). dos, y otros en posición hiperflexionado (Della Ne-
Posteriormente, en el año 2003, a partir de gra y Novellino 2005). En algunos casos, se hallaron
una nueva denuncia realizada por la Brigada 30 de asociados a las inhumaciones, molinos y manos de

1 Subsecretaría de Cultura de la provincia del Neuquén


2 Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas

Della Negra et al. 669


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Ubicación del sitio.

moler, depositados sobre o debajo de los entierros de talla (Della Negra y Novellino 2005). También se
o lajas sobre las cuales se apoyó el cráneo, ocre rojo registraron algunos restos zooarqueológicos que
cubriendo diversas partes esqueletales (Entierro IV, actualmente se encuentran en proceso de análisis.
de tipo secundario) y cuentas de valva (Entierro VII, Durante los años 2006-2007 se retomaron los
de tipo primario con deformación craneana artifi- trabajos de prospección y excavación en el sitio
cial). Asimismo, se registraron numerosas rocas de para profundizar nuestra comprensión acerca de
andesita de corte longitudinal trapezoidal, corte de aspectos biológicos y culturales de las poblaciones
diaclasamiento natural, distribuidas en superficie humanas de la región. Por lo tanto, el objetivo de
que habrían “caído” de su posición original cuya este trabajo es presentar los nuevos resultados de
procedencia puede ser atribuida a áreas de aflo- los hallazgos e integrarlos a los obtenidos previa-
ramientos de basaltos primarios. Sin embargo, la mente, con el fin de discutir la información referida
fuente de aprovisionamiento aún no ha sido detec- a las características de la muestra procedente del
tada. Sólo una de las rocas fue registrada estrati- sitio precerámico Aquihuecó, considerando la com-
gráficamente en posición vertical y localizada junto posición por sexo y edad, la cronología, el tipo de
al cráneo de uno de los entierros. entierro y materiales asociados, así como las prác-
Entre los materiales arqueológicos rescatados ticas culturales vinculadas a la deformación cranea-
en el sitio se hallaron numerosas cuentas de valva na artificial.
e instrumentos líticos de filo (raspadores, raede-
ras, cuchillos, instrumentos compuestos y lascas
con rastros de utilización), puntas de proyectil y
preformas; así como instrumentos de molienda
con restos de ocre rojo en los sectores de las piezas
utilizados para moler y algunos núcleos y desechos

670
Investigaciones arqueológicas y bioarqueológicas en el sitio Aquihueco (Norpatagonia): nuevos resultados

PROSPECCIÓN Y EXCAVACIÓN EN LAS CAMPAÑAS 2006-2007

Recolección superficial valvas y fragmentos pequeños de rocas andesíti-


En 2006-2007 se realizó una recolección su- cas.
perficial sistemática en el sitio trazando un amplio Los sectores de acumulación “A” y “B”, proba-
cuadriculado en el cual se tomó como centro y blemente, resulten de procesos de redepositación
punto de partida el perfil donde se registraron los causados por factores eólicos actuando en sentido
entierros en 2003. En ese cuadriculado se realizó longitudinal al valle del río Curi Leuvú.
recolección indiscriminada intensiva en dos líneas:
dirección NE de 18 m con 5 m de ancho, y otro en -Sector C: se encuentra ubicado a aproximada-
dirección SO de 60 m de largo por 54 m de ancho. mente a 27 m al SE de los entierros. Los materia-
En el resto del médano y sectores aledaños, se rea- les agrupados corresponden a molinos o piedras
lizó recolección discriminada de instrumentos, eco- de moler, manos, numerosos instrumentos líticos
factos y material óseo. (puntas de proyectil, raspadores, raederas, cepi-
A partir de esta recolección superficial, se pudie-llos), material zooarqueológico. Asimismo, se des-
ron detectar tres concentraciones de materiales: taca la presencia de un fogón (1,4 x 1,5 m x 5 cm de
espesor) con restos animales y vegetales quema-
-Sector A: se encuentra cercano al perfil del mé- dos en su interior.
dano en el cual se detectaron los entierros en po-
sición anatómica. En el mismo se hallaron restos Excavación de los entierros
óseos humanos, numerosas rocas andesíticas (de En 2007 se inició la excavación sistemática del
corte trapezoidal), cuentas de valvas y cantos roda- sector del médano donde en 2003 fueron localiza-
dos grandes (entre 10 y 30 cm de diámetro). dos los entierros en el perfil. Se abrieron dos cua-
drículas contiguas de 2 x 2 m, con tres ampliaciones
-Sector B: se localiza a aproximadamente 8 m al de 1 x 2 m. Se detectaron quince entierros, de los
SE del perfil. En el mismo se hallaron fragmentos cuales fueron excavados 12 hasta el momento (En-
pequeños de restos óseos humanos, escasos restos tierros XV- XXX, Figura 2).
faunísticos, manos de moler, algunos instrumentos
líticos (entre ellos puntas de proyectil), cuentas de

Figura 2. Distribución de los entierros.

Della Negra et al. 671


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Caracterización de los entierros la categoría circular de Dembo e Imbelloni (1938)


La información obtenida para cada uno de los (Figura 3d).
entierros incluye la posición de los individuos y el A continuación se describen los entierros y se
material asociado a los mismos, la determinación detalla la información obtenida para cada indivi-
del número de individuos presentes, la estimación duo:
del sexo y la edad, y el tipo de deformación artificial Entierro XV: Individuo Infantil entre 6 meses y
del cráneo. 1 año con orientación N-S y localizado sobre el en-
El diagnóstico del sexo y la edad de los individuos tierro XVI.
adultos se realizó a partir de observaciones mor- Entierro XVI: Este es un entierro doble com-
fológicas y determinaciones métricas de distintas puesto por a) un individuo femenino de 30-40 años
estructuras óseas del cráneo, la pelvis y los huesos (Individuo 1), encontrado en posición flexionada
largos siguiendo las recomendaciones de Buikstra con orientación N-S. (nivel -180 cm, -190 cm), y b)
y Ubelaker (1994). La estimación de la edad en los un individuo perinato (Individuo 2) ubicado en la
individuos subadultos se efectuó a partir del grado zona abdominal del Individuo 1 (profundidad en ni-
de erupción dentaria (Buikstra y Ubelaker 1994). La vel -160 cm, -170 cm) (Figura 4).
posición anatómica de los individuos en el entierro Entierro XVII: Individuo infantil de aproxima-
fue determinada de acuerdo con lo propuesto por damente 9 meses. A 20 cm al O del mismo, se en-
Ubelaker (1980). contró una punta de proyectil apedunculada con su
Las deformaciones artificiales del cráneo fueron ápice fracturado
estudiadas empleando técnicas de la morfometría Entierro XVIII: Individuo infantil entre 6 meses
geométrica (Adams et al. 2004). Se registraron dos y 1 año.
landmarks, uno correspondiente al nasion y el otro Entierro XIX: Entierro doble compuesto por dos
al postglabelal y 78 semilandmarks sobre las imá- individuos femeninos cuyas edades de muerte se
genes digitales del cráneo en norma lateral (Figu- estimaron en 18-21 años y 34-45 años, denomina-
ra 3a). Para evaluar las diferencias en la forma del dos Individuo 1 y 2, respectivamente. En este entie-
contorno de la calota del cráneo de 7 individuos se rro se encontró una base de molino con su cara ac-
realizó un análisis de componentes principales o tiva hacia abajo. Asimismo, se halló un cepillo lítico
relative warps (ver detalles de la técnica en Perez sobre una de las rótulas, dos bases de molino y dos
2006). La variación en forma observada fue relacio- rocas andesíticas con lascados en una de sus aristas
nada con las categorías propuestas por Imbelloni naturales (Figura 4).
(1924-25) y Dembo e Imbelloni (1938). Las grillas Entierro XX: Individuo masculino de 34-45
de deformación obtenidas a partir del análisis de años.
relative warps muestran la presencia de cráneos sin Entierro XXI: Individuo femenino de 20-25
deformación (Figura 3b), individuos con compre- años.
sión moderada en las regiones occipital y frontal Entierro XXII: Individuo juvenil femenino de 12-
-asignables a la categoría seudocircular de Dembo 15 años, con los miembros inferiores flexionados.
e Imbelloni (1938) (Figura 3c)- e individuos con una La orientación de este entierro es NO-SE. En el sec-
mayor compresión en estas regiones –asignables a tor de las vértebras cervicales se hallaron cuentas
de valva y sobre los coxales se encontró una base
de molino con la cara activa hacia abajo. Este indi-
viduo presenta el cráneo con deformación artificial
pseudocircular.
Entierro XXIII: Masculino mayor de 50 años, pre-
senta el cráneo con deformación artificial pseudo-
circular. En la zona de las vértebras cervicales se ha-
lló asociado un colgante lítico de basalto, con uno
de sus extremos modificado para ayudar al amarre
del mismo. En una de sus caras presenta líneas cor-
tas incisas paralelas entre si, formando grupos de
dos o tres. Sobre este individuo, 40 cm por encima
del tórax, aparecieron dos rocas andesíticas con
lascados en sus aristas y ápice, las cuales estaban
Figura 3. Análisis de relative warps. a) Landmarks y superpuestas y ubicadas oblicuamente con su eje
semilandmarks registrados en 2 dimensiones sobre la principal en forma vertical.
norma lateral del cráneo. Grillas de deformación para Entierro XXVIII: Individuos femenino mayor de
individuos sin deformación (b), con deformación seu- 30 años.
docircular (c) y con deformación circular (d).

672
Investigaciones arqueológicas y bioarqueológicas en el sitio Aquihueco (Norpatagonia): nuevos resultados

Figura 4. Entierros XVI y XIX.

Entierro XXIX: Individuo perinato ubicado por denominados XV, XVI, XVII, XVIII; XIX, XX, XXI, XXII,
encima del Individuo XIX. XXVIII, XXIX y XXX) y otro por dos entierros (XXII,
Entierro XXX: Individuo infantil entre 3 y 5 años, XXIII). En el primer grupo se destaca la presencia de
localizado sobre el entierro XXI y junto a entierro un mayor número de mujeres e infantes. La mayo-
XXVIII. ría de estos últimos se localizan sobre los individuos
A partir del análisis de la distribución espacial femeninos. Ambos grupos, forman dos líneas cur-
de los entierros en el médano, es posible delimitar vas subparalelas a los cuales se suman los entierros
dos grupos: uno conformado por 11 entierros (los no excavados hasta el momento (entierros XXIV,

Della Negra et al. 673


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

XXV, XXVI y XXVII). Los dos entierros asignados al entierro XXIII (adulto mayor con deformación cra-
segundo grupo saldrían de esta alineación y mas neana).
bien cerrarían un círculo que tiene como centro al

CONSIDERACIONES FINALES

Los resultados obtenidos hasta el presente nos bre restos óseos como en algunos de los artefactos
permiten generar una serie de expectativas a nivel de molienda asociados a los entierros. En el NO de
de sitio, regional y supra-regional a ser exploradas Patagonia existen antecedentes de estos hallazgos
en el futuro. A partir de estos hallazgos se pueden con una amplia dispersión en el tiempo. Por ejem-
plantear dos hipótesis o generalizaciones que ne- plo, en GUBEVI de 1778 ± 80 AP (Dto. Minas) a 20
cesitan ser confirmadas con futuras excavaciones km de la Cordillera del Viento, en esta misma lati-
del sitio: en primera instancia, la existencia de una tud, donde se encontraron pigmentos asociados
asociación directa entre la presencia de molinos y a elementos de molienda (Della Negra 2007). Asi-
los entierros de individuos adultos femeninos, su- mismo, en restos óseos humanos de la costa del río
giriendo una diferenciación por sexo de los elemen- Limay, en el sitio Grande de 890 ± 80 AP, se detectó
tos que acompañan las inhumaciones; y en segundo ocre (Della Negra y Novellino 2002) y en un esque-
lugar, que existe una asociación entre los entierros leto recuperado en el alero El Dique en la zona de
y las rocas con diaclasamiento, probablemente re- El Chocón (Sanguinetti de Bórmida 1981). En varios
lacionadas con la demarcación y señalamiento de sitios más tardíos de la región también se encon-
la localización de los mismos. El empleo de rocas tró ocre rojo en entierros primarios y secundarios.
como demarcatorias de entierros ha sido registra- También existen varias referencias etnográficas y
do en distintos sitios arqueológicos. Por ejemplo, el hallazgo de un fragmento de cuero con un dibu-
Stroebel y Moreno realizaron exhumaciones en tú- jo en rojo hallado en el Cementerio de Caepe Malal
mulos (arqueológicos), compuestos por un número (Hajduk y Biset 1991). El empleo de cueros para re-
variable de esqueletos dispuestos en forma circu- tobar los cadáveres ha sido documentado por Mo-
lar, los que presentan grandes rocas para preservar reno (1874) en entierros localizados en las costas
los entierros (Penna 1909). de río Negro, así como en cercanías de la localidad
En líneas generales, el sitio Aquihuecó se carac- de Mercedes, en el sitio Potrero Cerrado, donde
teriza por una elevada concentración de entierros Penna menciona la exhumación de menciona la ex-
e individuos en un área reducida, por la utilización humación de entierros en dunas y con pintura roja
de elementos que identifican y demarcan su locali- (Penna 1909). Es importante determinar si la pre-
zación (i.e. piedras), así como por la segregación de sencia de ocre rojo en Aquihuecó es resultado de la
los entierros de las áreas destinadas a otras activi- aplicación de pigmentos durante el entierro o de la
dades (v. g. campamentos). A partir de estas pro- pigmentación indirecta de los restos óseos por uso
piedades planteamos como hipótesis que el sitio de cueros o tejidos pintados.
podría constituir un área formal de entierro (Golds- Los individuos recuperados hasta la actualidad
tein 1981; Pardoe 1988). Esta hipótesis necesita en el sitio corresponden a un total de 30 adultos y
ser evaluada en futuros trabajos, particularmente 26 subadultos. La tendencia hacia una mayor re-
mediante la comparación de las características de presentación de individuos femeninos adultos en
Aquihuecó con otras áreas de entierro del Holoce- relación con los masculinos es un aspecto que re-
no medio y tardío del área, de Pampa y del norte de quiere mayor investigación. El elevado porcentaje
Patagonia. El rito de la muerte se encuentra dentro de individuos subadultos, y especialmente de los
de los sucesos más solemnes y trascendentales de menores de 5 años, es consistente con el perfil de
la vida de una comunidad tradicional (Winter y Su- mortalidad observado en otras muestras de caza-
til 1997). Los cementerios arqueológicos, en tanto dores recolectores (Blakely 1971; Ubelaker 1974).
expresión directa de antiguos ritos, cobran una do- El empleo de diversos criterios y métodos para la
ble importancia al ser escenario de comunicación estimación del sexo de los individuos subadultos
con lo sobrenatural y modelo de representación de contribuirá a obtener un perfil de sexo y edad de la
una visión del mundo (Winter y Sutil 1997). En este muestra de mayor resolución. Asimismo, la exten-
sentido la profundización del conocimiento del sión de las excavaciones permitirá la obtención de
contexto sociocultural en el área permitirá ampliar un tamaño mayor de entierros con el fin de confir-
nuestro panorama. mar la tendencia del perfil de mortalidad observa-
Otro aspecto a destacar es la presencia de ocre do hasta el presente en el sitio.
rojo en los entierros hallados en este sitio, tanto so- Finalmente, los análisis efectuados indican la

674
Investigaciones arqueológicas y bioarqueológicas en el sitio Aquihueco (Norpatagonia): nuevos resultados

presencia en Aquihuecó de individuos con defor- años AP, subrayando el nivel supra-regional de la
mación craneana artificial correspondiente a la distribución de estos rasgos culturales. Sin embar-
variedad seudocircular, observada en un individuo go, es necesario evaluar la similitud morfológica de
femenino y otro masculino excavados en la cam- las deformaciones de las muestras procedentes del
paña 2007, y a la circular, observada en un indivi- Holoceno medio y tardío de Pampa y Patagonia.
duo femenino recuperado en la campaña 2003, así El análisis del sitio Aquihuecó se enmarca, por
como de varios individuos sin deformación. Pode- una parte, en un proyecto de estudio regional del
mos señalar que si los distintos entierros corres- Valle del Curi Leuvú (CONICET-PIP 6232) en el que
ponden a un mismo rango cronológico, la presen- consideramos la relevancia del estudio general de
cia de individuos con y sin deformación craneana la vida de un grupo considerando conjuntamente
podrían ser el resultado tanto de diferencias dentro aspectos económicos, de subsistencia, así como la
de un grupo debidas a factores sociales (v. g. jerar- frecuencia y variación de las practicas mortuorias
quía) como de la coexistencia de dos grupos en un en tanto expresiones de carácter simbólico dentro
mismo espacio (Torres-Ruff 2002; Gallareta 2005). de una sociedad (Binford 1972). Por otra, en un pro-
En caso contrario, la variabilidad observada podría yecto más general orientado a estudiar la variación
ser atribuida a diferencias cronológicas (Bernal et espacial y temporal en las prácticas mortuorias en
al. 2008). Actualmente, se encuentran en etapa de el Noroeste de Patagonia, a evaluar los patrones de
procesamiento muestras destinadas a obtener fe- salud y dieta de estas poblaciones y los procesos
chados radiocarbónicos que nos permitirán evaluar microevolutivos que habrían dado origen al patrón
estas hipótesis. Asimismo, las deformaciones en- de variación biológica observado en la región. En
contradas en Aquihuecó tienen una frecuencia ele- este sentido, los resultados del presente trabajo
vada en muestras fechadas en ca. 3000-3500 años constituyen una primera aproximación a estas pro-
AP procedentes de sitios de la desembocadura del blemáticas contribuyendo al estudio de las pobla-
Río Negro (Perez 2006; Bernal et al. 2008) y del Su- ciones humanas del NO de Patagonia (Della Negra
deste de la Región Pampeana (Perez 2006). Nues- et al. 2008) y regiones adyacentes durante el Holo-
tros resultados amplían la distribución geográfica ceno tardío.
de estas deformaciones durante ca. 3000-4000

AGRADECIMENTOS
En primer lugar a quienes en sucesivas ocasiones se preocuparon por la preservación del sitio, Fa-
milia Mendez (Juan Luis Mendez y su hermano José Alejandro Mendez que día a día vigilan el lugar), Sr.
Ruperto Hesler, Mariana Donadio, y muy especialmente al escuadrón 30 de Gendarmería de Chos Malal.
Un agradecimiento especial a Silvia Domínguez y Liliana Martinez quienes colaboraron en las sucesivas
tareas de campo. A Damián Gonzales, Mario Florez, Patricio Gonzales, Argentino Gonzales y Osvaldo
Gonzales. A la Municipalidad de Tricao Malal por su permanente colaboración, especialmente a través del
intendente Ramón Elpidio Aguirre, así como a las sucesivas directoras de Cultura de la zona por su interés
permanente y heredado por el sitio. A don Juan Freyre y a Blas Eloy Lopez Cerero por sus recomendacio-
nes para proteger el sitio.
Los trabajos realizados en este sitio se desarrollaron con fondos provenientes de la Subsecretaría de
Cultura de la provincia del Neuquén y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas
(PIP 6232).

BIBLIOGRAFÍA

Adams, D. C., F. J. Rohlf y D. E. Slice Potencial. An Archaeological Perspective, Seminar


2004 Geometric morphometrics: Ten years of Press, Studies y Arcaeology, New York, US
progress following the ‘revolution’. Ital. J. Zool. 71: Blakely, R. L.
5-16. 1971 Mortality curves of Prehistoric Indians. American
Bernal, V., P. N. Gonzalez, S. I. Perez y H. M. Journal of Physical Anthropology 34:43-54.
Pucciarelli Buikstra, J. y D. Ubelaker
2008 Entierros humanos del Noroeste de Patagonia: 1994 Standards for data collection from human
Nuevos fechados radiocarbónicos. Ms. skeletal remains. Arkansas Archaeological Survey
Binford, L. R. Research Series 44.
1972 Mortuary Practices: Their Study and Their

Della Negra et al. 675


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Della Negra, C. Letras. UBA.


2007 Gubevi entierro con cerámica temprana en Torres-Rouff, C.
el Norte Neuquino. Trabajo presentado en el XVI 2002 Cranial vault modification and ethnicity in
Congreso Argentino de Arqueología. Jujuy 2007. Ms. middle horizon San Pedro de Atacama, Chile. Current
Della Negra, C. y P. Novellino Anthropology 43, 163-171.
2002 Nuevos estudios sobre los antiguos habitantes de Ubelaker, D. H.
la cuenca del río Limay: Sitio Grande, departamento 1974 Reconstruction of demographics profiles
Picún Leufú, provincia del Neuquén. Relaciones de la from ossuary sakeletal samples, a case study from
Sociedad Argentina de Antropología XXVII: 102-113. Tidewater Potomac. Smithsonian Contributions to
Della Negra, C. E. y P. Novellino Anthropology 18. Washington, DC:
2005 Aquihuecó: Un cementerio arqueológico, en el Ubelaker, D. H.
Norte de la Patagonia, Valle del Curi Leuvú - Neuquén, 1980 Human skeletal remains. Excavation, analysis,
Argentina. Magallania 33:165-172. interpretation. Washington, DC: Smithsonian
Della Negra, C., P. Novellino, S. I. Perez, V. Bernal y P. Institution.
Gonzalez Winter, C. T. y D. S. Sutil
2008 Proyecto Funebria del Neuquén y Análisis 1997 Perspectivas teóricas para una ideología
Bioantropológico de poblaciones antiguas de la interpretativa de la muerte. Anales de la Universidad
Provincia del Neuquén. Proyectos presentados de Chile, sexta serie, Nº6.
ante la Subsecretaría de Cultura de la Provincia del
Neuquén Enero 2008-dic-2011. Ms.
Dembo, A. y J. Imbelloni
1938 Deformaciones intencionales del cuerpo humano
de carácter étnico. Buenos Aires
Gallareta, T.
2005 Contextos Funerarios Mayas y sus implicaciones
sociales. La Sociedad Maya, Ed. Guatemala.
Goldstein, L.
1981 One Dimensional Archaeology and Multi-
Dimensional People: Spatial Organization and
Mortuary Analysis. En The Archaeology of Death,
editado por R. Chapman, I. Kinnes y K. Randsborg,
pp. 53-69. Cambridge University Press.
Hajduk, A. y A.M. Biset
1991 Principales características del sitio Caepe Malal
I-Valle del río Curi Leuvú, Departamento Chos Malal
(Provincia del Neuquén). Informe preliminar- En
Cuadernos de Investigación. Arqueología y Etnohistoria
de la Patagonia Septentrional, compendiado por M. T.
Boschín, pp. 6-17. IEHS, Tandil.
Imbelloni, J.
1924-25 Deformaciones intencionales del cráneo
en Sudamérica; polígonos craneanos aberrantes.
Revista del Museo de La Plata 28, 329-407.
Moreno, F.
1874 Cementerios y paraderos prehistóricos de la
Patagonia. Anales Científicos Argentinos 1: 2-13.
Pardoe, C.
1988 The cemetery as symbol: the distribution of
Aboriginal burial grounds in southeastern Australia.
Archaeology in Oceania 23:1-16.
Penna, J.
1909 Araucanos, Pampas, Patagones y Fueguinos:
Sus Costumbres Funerarias. Revista de Derecho,
Historia y Letras, Tomo 34, año XII,
Perez, S. I.
2006 El poblamiento holocénico del Sudeste de
la Región Pampeana: un estudio de morfometría
geométrica craneofacial. Tesis doctoral inédita,
Universidad Nacional de La Plata.
Sanguinetti de Bórmida, A.
1981 Prehistoria de la Cuenca del Río Limay. En
Trabajos de Prehistoria Nº 1. Facultad de Filosofía y

676
Comunicaciones

Estudios Arqueofaunísticos
Los conjuntos arqueofaunísticos de los
sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja)
y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta),
Provincia de Santa Cruz
Alejandra Cecilia Aragone`

A B S T R A C T

This paper is part of a project that proposes that the human peopling in central-southern Patagonia
in the Late Holocene took place during a climatic period characterised mainly by a descent in
the humidity levels. Our main goal here consists to evaluate, through the archaeofaunistical
evidence, the differential use of two archaeological sites located in different environments
in Santa Cruz: the high plateau of Cerro Pampa and the lower basin of Lago Posadas. Both sites
present environmental differences and are situated close in space and have late Holocene
chronologies. We intend to consider the faunal record found in both sites in order to evaluate
aspects of exploitation in each environment. We expect to find variability in the archaeological
record especially in the species present and the consumption habits. We suggest that Cerro
Pampa is mainly characterized by seasonal occupancies whereas the lower basin of Posadas is
distinguished by a diversified - residential use. To follow this purpose we consider the materials
found in excavations and in superficial recoveries. We analyse the faunal variability, the skeletal parts
present, the cultural and natural marks as well as the weathering process in both environments.

INTRODUCCIÓN

El tema central de este trabajo se refiere al aná- Cerro Pampa (parapetos de Pampa del Asador) (Fi-
lisis del registro óseo relevado en dos localidades gura 1).
del centro oeste de la provincia de Santa Cruz y su El poblamiento humano durante el Holoceno
evaluación en términos comparativos. Se tendrá en tardío en Patagonia centro-meridional tuvo lugar
cuenta una perspectiva regional para evaluar el uso en momentos climáticos en los que se produjeron
del espacio y los recursos asociados en ambientes descensos y ascensos en los niveles de humedad
y sectores altitudinales diferentes de Patagonia (Stine y Stine 1990; Stine 1994; Gilli et al. 2001). En
centro-meridional. Se aportarán también datos Patagonia el agua es un recurso crítico, de modo
que sumen a la discusión acerca del uso diferencial que los cambios en los niveles de humedad habrían
de las cuencas bajas lacustres y las mesetas altas a provocado que las cuencas lacustres actuaran como
escala regional. concentradoras de poblaciones humanas (Goñi et
Nuestro interés reside en caracterizar el uso del al. 2005). Estos cambios ambientales habrían afec-
espacio y los aspectos de la subsistencia durante tado los patrones de movilidad y el tamaño de las
condiciones climático/ambientales específicas del poblaciones cazadoras-recolectoras. Como conse-
Holoceno tardío, en dos localidades arqueológicas cuencia de la reducción de la movilidad, los recur-
de Patagonia centro-meridional. Una localizada sos básicos de leña, agua y reparo se obtendrían en
en tierras bajas del área del Lago Posadas (con- rangos de acción más cercanos a los campamentos
formada por los sitios Médanos del Lago Posadas estables.
y Península Posadas 1) y otra en tierras altas, en el La elección de los ambientes se habría realizado

1 Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica - Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento


Latinoamericano - [email protected]

Aragone 679
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tre aquellos sectores con importancia residencial y


de ocupaciones permanentes o semi-permanentes
y aquellos de uso logístico con ocupaciones esta-
cionales.
Los objetivos generales que guiaron este traba-
jo se presentan a continuación:
evaluar el uso del espacio y aspectos de la sub-
sistencia en la cuenca baja del lago Posadas y en la
meseta de la Pampa del Asador durante el Holoce-
no tardío, bajo condiciones ambientales de descen-
so de humedad ambiental.
enmarcar el caso de estudio en el modelo de
poblamiento humano planteado para el Holoceno
tardío en Patagonia Centro-meridional.
Los objetivos particulares consisten en:
analizar el rol que habría cumplido la meseta
alta (Pampa del Asador) y los médanos en la cuenca
baja (Médanos del Lago Posadas y Península Posa-
das 1), durante el Holoceno tardío.
analizar comparativamente los resultados en
relación con los análisis de la tecnología generados
Figura 1. Área de estudio. por otros autores, a fin de evaluar aspectos diferen-
ciales de la explotación.
La hipótesis planteada indica que se espera ha-
teniendo en cuenta los espacios aptos para asen- llar variabilidad en el registro arqueológico en as-
tamientos más prolongados. Se ha planteado en pectos de subsistencia y consumo, postulando el
trabajos previos (Goñi 2000-2002; Aragone et al. carácter estacional/logístico en la meseta del Cerro
2004; Bourlot 2004) que durante el Holoceno tardío Pampa y residencial/diversificado para la cuenca
se habría producido una diferenciación espacial en- baja del Lago Posadas.

ÁREAS DE ESTUDIO

1. Pampa del Asador pallescens) y amargo (Stipa chrysophylla), entre


otras.
1.1 Aspectos ambientales
La Pampa del Asador (Figura 2) se localiza a 1.2 Aspectos arqueológicos
los 47º56’52” S y 71º21’45” W, entre los 1000 y los En el área de la Pampa del Asador la distribu-
1200 m s.n.m., posee una marcada estacionalidad ción del material arqueológico se presenta dispersa
y una importante carga de nieve durante los meses en el espacio y se han registrado una serie de sitios
de invierno. Esta área se halla dentro del Distrito (Figura 2) y se caracteriza principalmente por ser la
Patagónico Occidental en la Provincia Patagóni- fuente de aprovisionamiento de obsidiana de la re-
ca (Cabrera y Willink 1980) y presenta clima árido/ gión (Espinosa y Goñi 1999).
semiárido. Las precipitaciones son abundantes en El sitio Cerro Pampa 1 (CP1) es una cantera-ta-
invierno y las temperaturas de 7 a 8º C durante es- ller de obsidiana con abundante material en super-
tos meses. Estas características ambientales res- ficie (Espinosa y Goñi 1999). El sitio Cerro Pampa
tringen la habitabilidad del área durante los meses 2 sector a (CP2a), que será estudiado aquí, consta
invernales. Las especies faunísticas representativas de 8 estructuras de piedra (Espinosa y Goñi 1999;
son el guanaco (Lama guanicoe), carnívoros como Aragone y Cassiodoro 2005-2006; Aragone 2007)
puma (Felis concolor), zorro (Pseudalopex griseus semicirculares, de 4 m de diámetro y 50 cm de alto.
y P.culpaeus), roedores como los tucu-tuco (Cte- Poseen orientación oeste-este y se hallan cerca-
nomys sp.), armadillos (Chaethophractus villosus, nas a una laguna. El sitio Cerro Pampa 2 sector b
Zaedyus pichiy) y aves como el ñandú petiso (Pte- Ojo de Agua (CP2b), localizado a 300 m de CP2a,
rocnemia pennata), cauquenes (Chloephaga picta) y presenta una alta densidad de material faunístico
flamencos (Phoenicopterus chilensis). Las especies y de artefactos líticos tanto en superficie como en
vegetales presentes son el coirón blanco (Festuca estratigrafía (Espinosa y Goñi 1999; Rindel et al.
680
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz

2007). Por otro lado, el sitio Cerro Pampa 2 sector 2. Área del lago Posadas
c (CP2c) está compuesto por un grupo de parape-
tos con evidencias de reutilización en la actualidad 2.1 Aspectos ambientales
(restos de metales y botellas de vidrio). También El área que comprende los lagos Posadas-Puey-
presentan material faunístico y abundante mate- rredón-Salitroso (Figura 3), se localiza a 47º30’37’’ S
rial lítico en superficie y estratigrafía (Rindel et al. y 71º46’26’’ W dentro del Distrito Patagónico Occi-
2007). Los fechados radiocarbónicos realizados en dental de la Provincia Patagónica (Cabrera y Willink
los materiales provenientes de las estructuras de 1980) y presenta un ambiente de estepa arbustiva.
piedra presentan cronologías correspondientes al Se caracteriza por la presencia de especies anima-
Holoceno tardío, que van del 2010 ± 50 al 170 ± 40 les como el guanaco (Lama guanicoe), carnívoros
años AP (Goñi 2000-2002). como el zorro gris y el colorado (Pseudalopex gri-
seus y P. culpaeus), puma (Felis concolor) y roedo-
res como el tucu-tuco (Ctenomys sp.), armadillos
(Chaethophractus villosus, Zaedyus pichiy) y aves
como patos (Anatidae sp.), cauquenes (Chloephaga
picta), macáes (Podicipedidae sp.) y ñandú petiso o
choique (Pterocnemia pennata). Las especies vege-
tales son la mata negra (Verbena tridens), calafate
(Berberis buxifolia), coirones (Festuca sp.) y molle
(Schinnus polygamust). Esta área también posee
abundante agua, leña, reparo e inviernos benignos
debido a su baja altura sobre el nivel del mar (100
m s.n.m.).

2.2 Aspectos Arqueológicos


En el área del Lago Posadas se presentan una
serie de sitios arqueológicos distribuidos en dife-
rentes puntos del paisaje, que fueran estudiados
Figura 2. Área del Cerro Pampa y sitios referidos en el en trabajos anteriores (Cassiodoro et al. 2004; Re
trabajo. Referencias: CP1: Cerro Pampa 1, CP2a: Cerro
2006; Re y Aragone 2006). Se considerarán aquí
Pampa 2a, CP2b: Cerro Pampa 2b, CP2c: Cerro Pampa 2c.

Figura 3. Área de los Lagos Posadas-Pueyrredón-Salitroso y localización de los sitios.Referencias: MLP: Médanos
del Lago Posadas, PP1: Península Posadas 1.

Aragone 681
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

dos: Médanos Lago Posadas (MLP), formado por forma de médanos, presenta el material faunístico
un grupo de cuatro hoyadas, localizado dentro de considerado en este trabajo, junto con el material
la geoforma de médanos y presenta material fau- lítico (Re 2006; Aragone 2007).
nístico y lítico en superficie y en estratigrafía (Re Los fechados radiocarbónicos efectuados en
2006; Aragone 2007). esta área presentan cronologías que corresponden
Por otro lado, el sitio denominado Península al Holoceno tardío, con fechas que van del 560 ± 90
Posadas 1 (PP1), también ubicado dentro de la geo- al 770 ± 30 (Goñi 2000-20002).

ANTECEDENTES

Los trabajos paleoclimáticos otorgan el contex- Salitroso se han considerado los aspectos bioan-
to paleoambiental que enmarca este trabajo (Sti- tropológicos de los entierros humanos, tanto en
ne y Stine 1990; González 1992; Stine 1994, 2000; chenques como en nichos (Goñi y Barrientos 2000,
Gilli et al. 2001). Los estudios en la cuenca del lago 2004; Bernal et al. 2004; Zangrando et al. 2004,
Cardiel realizados por Stine (1994, 2000) plantean entre otros), así como los hallazgos de materiales
una alternancia entre períodos secos y húmedos arqueológicos en sitios a cielo abierto (Goñi 2000;
con correlato en las transgresiones y regresiones Goñi et al. 2000-2002; Cassiodoro 2001; Aragone
del lago. Se ha postulado un pico de mayor sequía et al. 2004; Cassiodoro et al. 2004). Los fechados
hacia los 990 años AP, denominado Anomalía Cli- radiocarbónicos hasta la fecha se distribuyen en
mática Medieval (ACM), que produjo la confor- dos bloques temporales: uno desde los 2778 a 2153
mación de un nuevo paisaje a escala regional. Los años AP y otro de los 1172 a los 306 años AP (Goñi y
cambios ambientales también trajeron aparejados Barrientos 2004).
descensos en los niveles de humedad y aumentos En el sector oeste de la cuenca se relevó una se-
en las temperaturas (Stine 1994). De este modo, rie de concentraciones superficiales en médanos,
se habría alterado la distribución de los recursos, similares a las halladas en el sector este, así como la
modificándose los desplazamientos de los grupos presencia de artefactos de molienda como manos,
cazadores-recolectores. molinos y tiestos cerámicos (Aragone et al. 2004;
Por otro lado, para los antecedentes referidos a Cassiodoro et al. 2004; Re 2006; Aragone 2007). En
los trabajos realizados en parapetos de caza, conta- este sector se ha registrado una baja frecuencia de
mos con la información provista por Perito Moreno estructuras funerarias (Goñi et al. 2004) y destaca
(1873) y Claraz (1988), quienes describen estas es- además la correspondencia cronológica entre los
tructuras. Autores como Carlos Gradín (1959/1960a diferentes sitios que integran esta área. Las evi-
y b, 1971, 1976, 1996 y 1997) y García y Pérez de Mi- dencias presentadas indican que en el sector oeste
cou (1979) han realizado trabajos en distintas me- se habrían desarrollado actividades más específi-
setas con presencia de estas estructuras de piedra. cas, relacionadas con la explotación de rangos más
Existen además una serie de antecedentes de tra- amplios de recursos, mientras que en el este las
bajos arqueológicos desarrollados específicamente características del registro estarían señalando un
en el área del Cerro Pampa, en donde se plantea el carácter más residencial en las ocupaciones, evi-
uso recurrente y logístico/estacional de la meseta denciadas por la presencia de estructuras funera-
durante el Holoceno tardío (Espinosa y Goñi 1999; rias y tecnología como cerámica, manos y molinos
Goñi 2000-2002; Goñi y Barrientos 2004; Aragone (Aragone et al. 2004; Re 2006). Las investigaciones
y Cassiodoro 2005-2006; Aragone 2007; Cassiodoro realizadas en el área (Aragone et al. 2004; Re y Ara-
et al. 2007; Rindel et al. 2007, entre otros). La Pam- gone 2006; Aragone 2007, entre otros), señalan
pa del Asador resalta en su condición de fuente prin- la importancia que adquiere durante el Holoceno
cipal de materias primas, en especial de obsidiana tardío los médanos, que habrían funcionado como
(Stern et al. 1995; Espinosa y Goñi 1999; Molinari y espacios concentradores de grupos humanos y de
Espinosa 1999; Stern 1999; Belardi et al. 2006). Es- recursos (Goñi 2000; Aragone et al. 2004; Re 2006;
pinosa y Goñi (1999) se refieren a la ubicación de la Aragone 2007).
fuente de obsidiana en este sector y registran ade- Por otra parte, en el centro de la cuenca se ubi-
más guijarros de obsidiana, de sílices y de basaltos ca el alero Cerro de los Indios (Aschero et al. 1999;
de modo continuo en el espacio. Mengoni Goñalons 1999; Mengoni Goñalons y De
Por otro lado, con respecto al área del Lago Nigris 1999; Figuerero Torres 2000; Mengoni Goña-
Posadas contamos con diferentes antecedentes. lons y Yacobaccio 2000; De Nigris et al. 2004, entre
Por un lado, en el sector este de la cuenca del lago otros). Los autores han planteado que habría fun-

682
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz

cionado como un campamento base o bien como rales, separados por un hiato en donde se habría
una base residencial en el que se habrían desarro- abandonado el sitio: uno de los 3860 a los 3150 años
llado actividades domésticas junto con actividades AP y otro, más reciente, de los 1810 a los 990 años
de procesamiento y consumo intensivo de presas. AP. (Mengoni Goñalons y Yacobaccio 2000; De Ni-
Los fechados se dividen en dos bloques tempo- gris et al. 2004).

METODOLOGÍA

El material estudiado en este trabajo fue ob- patrones de representación de partes esqueletarias
tenido mediante diferentes metodologías, ya sea (Mengoni Goñalons 1999). En el caso de los agen-
excavaciones, sondeos y recolecciones de material tes naturales responsables de conformación de los
en superficie. En el Cerro Pampa, parapeto 4, se conjuntos, se consideraron las marcas de raíces,
realizó una excavación de 2 m x 0,5 m y se decidió roedores y carnívoros, siguiendo los lineamientos
separar el material que se hallara en superficie o en propuestos por Mengoni Goñalons (1999). Tam-
estratigrafía. bién se tuvo en cuenta el efecto que produce sobre
El tamaño de las muestras obtenidas en ambos los restos óseos la meteorización (Behrensmeyer
sectores puede ser explicado considerando que el 1978). El MAU% sólo se tomó para el caso del taxón
registro faunístico proveniente de los parapetos guanaco ya que es el más representado y su cálcu-
consiste en un área acotada en el espacio, delimi- lo nos permitirá realizar comparaciones entre las
tado por las propias estructuras. Mientras que por unidades anatómicas de los diferentes conjuntos
otro lado, las muestras de los sectores bajos se ha- (Mengoni Goñalons 1999). Se consideraron tam-
llan localizadas en una serie de cuatro hoyadas en bién los estadios de fusión correspondientes a los
un área más dispersa en el espacio, resultado del huesos de guanaco (Mengoni Goñalons 1999).
relevamiento sólo de una muestra del material pre- En cuanto al material tecnológico se retoman
sente. los análisis realizados en otras presentaciones
Para el análisis de los materiales arqueofaunís- (Aragone y Cassiodoro 2005-2006; Re 2006; Re
ticos se tomaron en cuenta las muestras halladas y Aragone 2006; Cassiodoro 2008, entre otros),
tanto en superficie como en estratigrafía presen- con el objetivo de complementar las evidencias
tes hasta el momento y se relevaron las siguientes aportadas desde el registro arqueofaunístico.
variables: taxones, presencia de marcas, huellas y

RESULTADOS OBTENIDOS
Cerro Pampa-Parapetos estructuras en las que se halló material. Se observa
Los resultados que se presentan en este apar- una tendencia similar hacia la mayor representa-
tado se refieren a la información arqueofaunística ción del taxón guanaco, dentro de aquellos restos
tanto de superficie como de estratigrafía prove- óseos identificables. También se han registrado
niente del grupo de 8 parapetos del sitio CP2a. restos pertenecientes a choique (Pterocnemia pen-
En la tabla 1 se muestra la información referi- nata), oveja (Ovis aries) y piche (Zaedyus pichii) en
da a los taxones hallados en superficie de todas las menores frecuencias. Se observa además un alto

Parapeto 2 Parapeto 3 Parapeto 4 Parapeto 5 Parapeto 6 Parapeto 7


Taxones
NISP % NISP % NISP % NISP % NISP % NISP %
Lama guanicoe 1 16,7 4 66,7 18 53 29 18,8 2 13,3 10 41,7

Ovis aries 1 16,7 - - - - - - - - - -

Zaedyus pichiy - - - - - - 3 2 - - - -

Pterocnemia pennata - - - - - - 10 6,5 - - 1 4,2

Macrovertebrados - - - - 3 8,8 3 2 1 6,7 - -

Microvertebrados - - - - - - 1 0,6 - - 2 8,3

Indeterminados 4 66,6 2 33,3 13 38,2 108 70,1 12 80 11 45,8

Total 6 100% 6 100% 34 100% 154 100% 15 100% 24 100%

Tabla 1. Material en superficie de parapetos.

Aragone 683
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 4. Perfil anatómico guanaco parapeto 4.

porcentaje de huesos que no han podido ser adju- rapeto 4 muestra una mayor frecuencia de partes
dicados a un taxón en particular, ingresados dentro pertenecientes al esqueleto apendicular por sobre
de la categoría de “indeterminados”. el axial. Se destaca en especial la mayor frecuencia
En cuanto a las muestras recuperadas en estra- de huesos largos, provenientes en mayor propor-
tigrafía del Parapeto 4, observamos en la tabla 2, ción de los cuartos traseros. En cuanto al esqueleto
que estos materiales presentan tendencias simi- axial destaca la mayor proporción de huesos co-
lares a aquellos recuperados en superficie, ya que rrespondientes al cráneo, el atlas y la pelvis (Figura
se observa una mayor frecuencia de guanaco por 4).
sobre las otras especies identificadas. La presen- En la figura 5 se presentan las marcas producto
cia de restos de oveja y liebre estarían señalando de agentes naturales en huesos de guanaco recu-
un componente subactual para una parte del con- perados en estratigrafía. La mayor frecuencia de
junto. Además, se presenta una alta frecuencia de marcas de raíces (N: 27) estaría señalando la esta-
restos “indeterminados”, muchos de los cuales son bilidad de los conjuntos. Existe además una baja re-
astillas, que por su tamaño y forma podrían ser ad- presentación de marcas de carnívoros y roedores.
judicadas al taxón guanaco. El perfil de meteorización de los huesos de gua-
naco registrados en estratigrafía se presenta en la
Taxones NISP % figura 6 y señala niveles moderados a altos de me-
teorización, con la mayor cantidad de huesos den-
Lama guanicoe 133 18,2

Lepus europaeus 3 0,4

Ovis aries 1 0,1

Zaedyus pichiy 10 1,4

Pterocnemia pennata 13 1,8

Macrovertebrados 65 8,9

Microvertebrados 37 5,1

Indeterminados 469 64,1

Total 731 100%

Tabla 2. Material en estratigrafía del parapeto 4.


Figura 5. Marcas de agentes naturales en el parapeto 4.
El perfil anatómico del taxón guanaco del pa-
684
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz

tro del estadio 3. Sin embargo, la incidencia de esta danos y cronologías correspondientes al Holoceno
variable no impidió relevar la presencia de huellas y tardío presentan una serie de características espe-
marcas en los huesos. cíficas presentadas a continuación.
La muestra correspondiente a MLP (Tabla 3)
presenta un total de 397 especímenes óseos, de los
cuales 122 son asignables al taxón guanaco (30,73%
de la muestra total). Uno de los rasgos más distin-
tivos en esta muestra es la variabilidad de especies
representadas, destacándose además de los restos
de guanaco, los restos de pez, una valva, piche y
choique dentro de los elementos óseos identifica-
dos. Además es importante señalar que se ha regis-
trado una alta cantidad de fragmentos de cáscaras
de huevo (N: 672).
Por otra parte, la muestra total de PP1 es de 306
especímenes, de los cuales el 13% (N: 40) pertene-
Figura 6. Perfil de meteorización guanaco del parapeto 4.
ce a guanaco (Tabla 3). En este caso, la variedad de
especies representada es menor. Es importante se-
Las huellas de corte relevadas en este parape- ñalar que la muestra se hallaba fragmentada, por
to se presentan en baja frecuencia, predominando lo que un alto porcentaje (55,9%) de los restos se
las localizadas dentro del esqueleto apendicular (N: encuentran en la categoría de indeterminados.
12), especialmente dentro de los huesos largos y en
menor frecuencia en las primeras falanges. Por otra MLP PP 1
parte, en el esqueleto axial se ha relevado sólo una Taxones
NISP % NISP %
huella de corte en una vértebra.
Las evidencias de termoalteración son escasas, Lama guanicoe 122 30,73 40 13
tanto en el caso de los ejemplares relevados en su- Pterocnemia pennata 1 0,25 0 0
perficie (N: 1) como en los materiales hallados en
Zaedyus pichiy 71 17,9 0 0
estratigrafía (N: 1).
Por otro lado, tuvimos en cuenta la presencia de Pez 12 3,02 12 4
elementos óseos de fusión temprana con el objeti- Valva 1 0,25 0 0
vo de conocer los momentos de ocupación de los
Macrovertebrados 28 7,05 76 24,8
sitios. Dentro del Parapeto 4 se han registrado hue-
sos de fusión temprana sin fusionar. Esta situación Microvertebrados 1 0,25 7 2,3

nos estaría indicando que este sector fue ocupado Indeterminados 161 40,55 171 55,9
al menos durante los meses de primavera/verano.
Total 397 100% 306 100%
Los resultados concernientes al material tecno-
lógico serán brevemente resumidos a continuación Tabla 3. Especies representadas en los sitios MLP y PP1.
(ver Aragone y Cassiodoro 2005-2006; Cassiodo-
ro 2008). Se observa una alta representación de En la figura 7 se observa el predominio, en am-
desechos de talla y un tool kit específico, con alta bos sitios, de huesos pertenecientes al esqueleto
frecuencia de núcleos, artefactos sumarios, ras- apendicular por sobre el axial. El perfil anatómico
padores y puntas de proyectil y percutores. Existe correspondiente al taxón guanaco señala, para el
además una alta frecuencia de desechos de talla caso de MLP que existe una tendencia más marca-
y artefactos formatizados confeccionados en ob- da hacia la presencia de autopodios (primeras y se-
sidiana. La materia prima que predomina dentro gundas falanges) junto con los metapodios, carac-
de los parapetos es la obsidiana, seguida por el terizados por presentar bajo rinde económico. Este
basalto y las rocas silíceas (Cassiodoro 2008). Se patrón podría estar indicando una tendencia hacia
ha registrado además en el parapeto 4 la presencia el desarrollo de actividades específicas relaciona-
de tiestos cerámicos tanto en estratigrafía (n: 32) das con la extracción de médula y actividades de
como en superficie (n: 1) (Cassiodoro 2008). cuereo. Por otro lado, en PP1, el perfil anatómico
muestra un patrón de representación de partes con
Área del Lago Posadas predominio de epífisis de huesos largos. El esquele-
Los dos sitios que serán considerados en este to axial se halla representado en mayor frecuencia
punto si bien presentan características en común por la escápula y por las vértebras cervicales (Figu-
como la ubicación en una serie de hoyadas en mé- ra 7).

Aragone 685
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 7. Perfil anatómico de guanaco en MLP y en PP1.

Las huellas culturales son más abundantes en El perfil de meteorización presentado en la fi-
MLP y en ambos casos se presentan en mayores gura 10 señala una mayor representación de valo-
frecuencias dentro del esqueleto apendicular (Fi- res moderados en ambos sitios. Esto estaría indi-
gura 8) por sobre el axial. Es de destacar que un cando que pese a que ambos sitios se localizan en
alto porcentaje (55,2% de los restos con huellas de médanos, los procesos de enterramiento y desen-
corte) se localiza en los autopodios, especialmente terramiento que caracterizan a esta geoforma no
en las primeras falanges. De este modo, esta evi- han incidido fuertemente en la conservación de las
dencia también estaría señalando un fuerte desa- muestras. Cabe además agregar que en ninguno de
rrollo de actividades específicas relacionadas con el los dos casos se han registrado huesos con estadios
aprovisionamiento de presas para la extracción de de meteorización 5.
médula y cuero. Es importante señalar además, especialmente
En cuanto a la representación de marcas pro- para el caso de MLP, la presencia de una alta fre-
ducto de agentes naturales, se ha observado una cuencia de huesos termoalterados. El 45,9% (N:
mayor frecuencia de marcas de raíces por sobre 56) de los huesos de guanaco posee esta evidencia
otros agentes (Figura 9), lo que estaría indicando y dentro de este porcentaje el 90,6% de estos hue-
la estabilidad de ambos conjuntos. Ello es intere- sos están quemados (N: 49), carbonizados (N: 2) y
sante señalar ya que ambos sitios se localizan en calcinados (N: 5). Todos los autopodios que presen-
médanos.

Figura 9. Marcas de origen natural de guanaco en MLP


Figura 8. Huellas culturales de guanaco en MLP y en PP1. y en PP1.

686
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz

así la presencia de individuos menores a 12 meses


de edad. Por su parte, el sitio PP1 presenta un 50%
de huesos no fusionados pero en este caso tampo-
co se han registrado restos óseos de fusión tempra-
na sin fusionar.
Por su parte, desde el registro tecnológico se
han observado evidencias de equipamiento del es-
pacio como molinos, que estarían señalando la re-
dundancia en las ocupaciones y además se hallaron
puntas de proyectil pedunculadas en ambos sitios
(Re 2006; Re y Aragone 2006). En esta área se han
Figura 10. Perfil de meteorización de guanaco en MLP registrado también otras evidencias como pigmen-
y en PP1. tos rojos (hematita, probablemente utilizada para
la preparación de pinturas), rocas alóctonas en el
área de los médanos y tiestos cerámicos en MLP
tan huellas de corte (ver arriba) se hallan también (N: 12) (Cassiodoro 2005; Re y Aragone 2006), al-
termoalterados. Esta situación estaría también gunos de ellos con marcas de hollín. Las materias
indicando una tendencia hacia el desarrollo de ac- primas líticas presentes en la cuenca muestran el
tividades específicas en este sector de la cuenca. predominio de la sílice en la confección de artefac-
Por otro lado, en PP1 el 20% (N: 8) de los huesos de tos formatizados y en los núcleos hallados en su-
guanaco se hallan quemados. perficie, seguido por la obsidiana (Cassiodoro et al.
En el sitio MLP, se ha registrado un 5,3% de hue- 2004; Re 2006).
sos sin fusionar, sin embargo ninguno de ellos po-
see cronograma de fusión temprana, descartando

DISCUSIÓN

Retomando el objetivo central de esta presen- peto 4 nos informa acerca de las características de
tación, se ha buscado evaluar a través del regis- este sector específico. Se puede plantear de este
tro arqueofaunístico las condiciones en las que se modo, el desarrollo de actividades relacionadas
presenta el uso del espacio y la subsistencia en dos con el consumo final y el procesamiento secundario
sectores altitudinales diferentes con cronologías de partes seleccionadas de presas de guanaco. Así,
pertenecientes al Holoceno tardío. esta evidencia nos estaría señalando que no es po-
Por una parte, la información proveniente del sible adjudicarles a los parapetos una funcionalidad
registro arqueológico y las características ambien- excluyente como sitios destinados únicamente a la
tales propias del área del Cerro Pampa estarían matanza y procesamiento inicial de guanacos.
apuntando hacia el desarrollo de actividades rela- La presencia de un perfil etario con elementos
cionadas con un uso estacional y logístico de este de fusión temprana sin fusionar nos estaría seña-
espacio. El registro arqueofaunístico presentado, lando la presencia de individuos crías dentro de la
acotado al sector de parapetos, está señalando la muestra y a su vez nos permite referirnos a los mo-
presencia del taxón guanaco en todas las estructu- mentos de ocupación de estos sectores (meses de
ras de piedra, tanto en los materiales provenientes primavera-verano).
de superficie como en estratigrafía. En cuanto al Una línea de evidencia independiente que com-
perfil anatómico presentado del parapeto 4, se ha plementa el registro arqueofaunístico se refiere a
observado una mayor frecuencia de restos óseos la tecnología asociada a los parapetos. La alta fre-
pertenecientes al esqueleto apendicular, desta- cuencia de desechos de talla, núcleos de obsidiana
cándose en especial la frecuencia de huesos largos y percutores, estaría señalando el desarrollo de las
provenientes en su mayoría de los cuartos traseros. primeras etapas del proceso de producción lítica,
Por otra parte, dentro del esqueleto axial se pre- mientras que las lascas de reactivación de instru-
sentan huesos con poco contenido de carne corres- mentos se relacionarían con las últimas etapas de
pondientes al cráneo, atlas y pelvis. Se ha postu- este proceso. Por su parte, las puntas de proyectil
lado previamente que el hallazgo de estos huesos y raspadores habrían sido utilizados para la adqui-
largos es esperable fuera de los sitios de matanza sición y el procesamiento de recursos faunísticos.
(Goñi y Olivera 1996; Goñi et al. 1996). Por lo tanto La presencia de tiestos cerámicos hallados también
este tipo de perfil anatómico presente en el para- señalarían la realización de una serie de actividades

Aragone 687
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

que van más allá de la matanza de presas en los pa- nos, eran ya conocidos con anterioridad y utiliza-
rapetos (Aragone y Cassiodoro 2005-2006). dos como zonas de circulación por los cazadores-
Los tiestos cerámicos junto con las propias es- recolectores (Borrero 1994-95). Esta situación se
tructuras que conforman los parapetos han sido da también en otras mesetas de la Patagonia como
entendidos como un modo de equipar el espacio en el Strobel, la meseta de Buenos Aires, la Meseta
(Aragone y Cassiodoro 2005-2006). Ello nos per- Central y la Meseta del Águila (Goñi 2000; Belardi
mite plantear el uso de este sector de modo recu- y Goñi 2003). El hallazgo de obsidiana proveniente
rrente y planificado durante períodos puntuales del del Cerro Pampa en sitios con cronologías tempra-
Holoceno tardío. nas (9600 AP) en el sitio Cerro Casa de Piedra (Civa-
Es importante marcar, a los efectos comparati- lero 2000), localizado en el Parque Nacional Perito
vos, la cercanía del sitio a cielo abierto Cerro Pam- Moreno, apoya esta idea.
pa 2 sector b Ojo de Agua (CP2b) (Rindel et al. 2007) Por otra parte, los sitios correspondientes a las
que presenta abundante material lítico, cerámico y cuencas bajas del Lago Posadas presentan otro
faunístico en superficie y estratigrafía y también tipo de evidencias. Las muestras arqueofaunís-
posee cronologías correspondientes al Holoceno ticas registradas hasta el momento, junto con el
tardío. Las evidencias faunísticas de este sitio dan conjunto ergológico dan cuenta del desarrollo de
cuenta de la obtención y el procesamiento inicial diferentes actividades a las registradas en el Cerro
de presas, con la presencia de un perfil etario que Pampa. Tanto MLP como PP1 presentan cronolo-
también daría cuenta de ocupaciones al menos du- gías referidas al Holoceno tardío y se localizan en
rante los meses de primavera/verano (Rindel et al. médanos. Lo observado en los dos sitios sugiere el
2007; Bourlot et al. 2008). Por otro lado, la presen- desarrollo de una variedad de actividades y un uso
cia de raspadores, cerámica y artefactos de molien- más tendiente hacia lo residencial y diversificado
da nos están señalando la realización de un amplio de los médanos. El perfil anatómico con el predo-
rango de actividades. Los autores consideran que minio de autopodios en el sitio MLP señala el desa-
la obtención y el procesamiento inicial de recursos rrollo de actividades específicas relacionadas con el
faunísticos junto con la disponibilidad de materias aprovisionamiento de presas para la extracción de
primas líticas in situ y el uso estacional, planificado la médula contenida en estos huesos así como para
y recurrente de la meseta estarían demostrando la obtención de cuero. Esta situación a su vez se
que estos espacios habrían sido utilizados de modo complementa con la amplia variabilidad de espe-
logístico. Así, se habrían llevado a cabo activida- cies que se hallaron en los diferentes relevamien-
des relacionadas con la caza estacional como ser el tos. Por su parte el perfil anatómico proveniente
procesamiento de presas, el aprovisionamiento de del sitio PP1, señala otro tipo de patrón, en donde
materias primas líticas y la manufactura de artefac- se encuentran representadas en mayor medida las
tos (Rindel et al. 2007). epífisis de los huesos largos. Es interesante además
Resumiendo, las características ambientales y señalar la mayor frecuencia de huellas de corte en
las evidencias arqueológicas presentes en los pa- este sector, a diferencia de lo observado en el con-
rapetos y CP2b nos permiten postular que estos junto de los parapetos. Este tipo de evidencia se ve
sectores habrían funcionado como una localidad más representada en los autopodios, lo que nos es-
utilizada al menos durante los meses de primavera/ taría señalando la intensificación del procesamien-
verano en períodos del Holoceno tardío. to de este sector del esqueleto. Sumado a ello, he-
Al retomar esta problemática a escala mayor mos registrado una alta frecuencia de evidencias
observamos que las mesetas son ambientes con- de termoalteración, principalmente localizadas en
dicionados por la estacionalidad y a partir del Ho- los autopodios, que a su vez presentan marcas de
loceno tardío estos cambios ambientales tienen su corte. Esto último también nos está indicando una
correlato en la modificación de las condiciones de mayor intensidad en el procesamiento de los recur-
distribución y abundancia de los recursos. Como re- sos faunísticos. Por otro lado, el perfil de meteori-
sultado de ello, los grupos humanos comienzan a je- zación señala valores moderados en ambos casos
rarquizar los espacios, observándose de este modo y las marcas de raíces son las que predominan en
un uso diferencial entre sectores bajos y altos (Goñi los dos conjuntos. Además los perfiles etarios de
2000). Estos últimos espacios habrían sido utiliza- estos sitios no señalan la presencia de individuos
dos durante los meses de primavera y verano, ya crías y en su mayor parte se presentan los huesos
que las condiciones ambientales dificultan su per- fusionados.
manencia en momentos invernales (Gradín et al. Por su parte, el conjunto tecnológico presente
1979; Borrero 1994-95; Gradín 1997; Goñi 2000). en este sector señala el complemento con lo regis-
Sin embargo, pese a que estos sectores no fueron trado a nivel arqueofaunístico, en donde se obser-
efectivamente ocupados en momentos tempra- va el desarrollo de una diversidad de actividades.

688
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz

La presencia de una alta frecuencia de raspadores, AP y a partir de los 2500 años AP se registran una
escasez de núcleos, predominio de obsidiana en la serie de condiciones de menor humedad a escala
confección de desechos y la existencia de artefac- regional, agudizadas a los 900 años AP. En estos
tos de molienda señala el desarrollo de una varie- momentos, nuevos espacios están disponibles para
dad de actividades (Re 2006; Re y Aragone 2006). ser ocupados y la geoforma de médanos comienza
La presencia de cerámica registrada en MLP, junto a cobrar mayor importancia (Goñi 2000; Goñi et al.
con las puntas de proyectil halladas en MLP y PP1 2000-2002; Belardi et al. 2003; Bourlot 2004).
(Re 2006) apoya también esta propuesta. En síntesis, la información hasta aquí presen-
Planteamos la existencia de un rango amplio de tada estaría mostrando el uso diferencial entre los
actividades y la redundancia en las ocupaciones, conjuntos relevados en la cuenca baja del Lago Po-
todo ello relacionado con el uso residencial de es- sadas, con ocupaciones anuales y de tipo residen-
tos espacios. Lo que hemos desarrollado hasta aquí cial/diversificado y aquellos presentes en los sec-
se enmarca en el modelo de reducción de movili- tores altos de la Pampa del Asador con tendencia
dad residencial y concentración de las poblaciones hacia un uso logístico estacional y recurrente. Esta
en las cuencas bajas durante el Holoceno tardío diferenciación de actividades en ambos sectores
(Goñi 2000; Goñi y Barrientos 2000, 2004; Goñi et es concordante con el modelo planteado para la
al. 2000-2002). región (Goñi 2000), que señala una diferenciación
Al retomar esta discusión desde una perspectiva entre los sitios ubicados en los sectores altos frente
regional, observamos que esta cuenca ha sido ocu- a aquellos localizados en las cuencas bajas.
pada de modo ininterrumpido desde los 4000 años

CONCLUSIONES

El objetivo central de este trabajo consis- tardío. El modelo de poblamiento humano del Ho-
tió en comprender a través de las evidencias ar- loceno tardío enmarcó el presente estudio.
queofaunísticas la variabilidad en el uso del espacio De este modo, hemos observado el uso diferen-
y la subsistencia en dos sectores diferentes del es- cial entre ambos sectores altitudinales con un uso
pacio, uno de ellos en la cuenca baja del Lago Posa- diversificado y residencial en las cuencas bajas y lo-
das y otro localizado en la meseta del Cerro Pampa, gístico/estacional en los sectores altos de meseta.
ambos con cronologías pertenecientes al Holoceno

AGRADECIMIENTOS
El presente trabajo se enmarca dentro de los siguientes proyectos: UBACyT F’065 y ANPCyT PICT’ 04
26295. A Rafael Goñi por la lectura y las correcciones efectuadas y al evaluador.

BIBLIOGRAFÍA

Aragone, A. C. Aschero, C., M. De Nigris, M.J. Figuerero Torres, G.


2007 Análisis arqueofaunístico comparativo entre Guraieb, G. Mengoni Goñalons y H. Yacobaccio
los conjuntos óseos de Médanos Lago Posadas y 1999 Excavaciones recientes en Cerro de los Indios 1,
Parapetos Pampa del Asador (Pcia. de Santa Cruz). Lago Posadas (Santa Cruz): nuevas perspectivas. En
Tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas, Soplando en el viento. III Jornadas de Arqueología de
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos la Patagonia, editado por Belardi, J. B.; Fernández, P.
Aires. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M. De Nigris, pp. 269-
Aragone, A. C., T. J. Bourlot, G. Cassiodoro y A. Re 286. Neuquén-Buenos aires.
2004 Análisis comparativo del registro arqueológico Behrensmeyer, A.
en médanos de interior de Santa Cruz: resultados 1978 Taphonomic and ecologic information from
preliminares. En Miradas. Trabajos de las V Jornadas bone weathering. Paleobiology 4: 150-62.
de Jóvenes Investigadores en Ciencias Antropológicas, Belardi J.B. y R. Goñi
pp. 327-345. Instituto Nacional de Antropología y 2003 Motivos rupestres y circulación de poblaciones
Pensamiento Latinoamericano. Buenos Aires cazadoras-recolectoras en la meseta del Strobel
Aragone, A. C. y G. Cassiodoro (Santa Cruz, Patagonia Argentina) Ponencias del VI
2005-2006 Los parapetos del Cerro Pampa: registro Simposio Internacional de Arte Rupestre, pp. 186-195.
arqueofaunístico y tecnológico (noroeste de la Jujuy, Argentina.
provincia de Santa Cruz). Arqueología 13:131-154.

Aragone 689
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Belardi, J. B., R. A. Goñi, T. J. Bourlot y A.C. Aragone de Antropología, Buenos Aires.


2003 Uso del espacio y paisajes arqueológicos en Cassiodoro, G., D. Rindel y A. Aragone
la cuenca del lago Cardiel (Provincia de Santa Cruz, 2007 Variabilidad del registro arqueológico de Cerro
Argentina). Magallania 31:95-106. Pampa, Santa Cruz, Argentina.Resúmenes Ampliados
Belardi, J. B., P. Tiberi, Ch. Stern y A. Sunico del XVI Congreso Nacional de Arqueología Argentina.
2006 Al este del Cerro Pampa. Ampliación del área Número especial de la Revista Pacarina Tomo III 329-
de disponibilidad de obsidiana de la Pampa del 332. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de
Asador (Provincia de Santa Cruz). Intersecciones en la Universidad Nacional de Jujuy.
Antropología 7:27-36. Civalero de Biset, M. T.
Bernal, V., S. García Guráieb y P. González 2000 Circulación, aprovechamiento de recursos
2004 Perfiles de mortalidad de las muestras de líticos y estrategias de diseño en el sur patagónico.
restos óseos humanos procedentes del área de Arqueología 10:135-152.
lago Salitroso (Provincia de Santa Cruz). En Contra Claraz, J.
viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado 1988 Diario de viaje de exploración al Chubut 1865-
por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, 1866. Ediciones Marymar.
pp. 361-373. Instituto Nacional de Antropología y De Nigris, M., M. J. Figuerero Torres, A. G. Guráieb y G.
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina Mengoni Goñalons
de Antropología, Buenos Aires. 2004 Nuevos fechados radiocarbónicos de la localidad
Borrero, L. de Cerro de los Indios 1 (Santa Cruz) y su proyección
1994-1995 Arqueología de la Patagonia. Palimpsesto areal. En Contra viento y marea. Arqueología de la
4:9-69 Patagonia, editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández
Bourlot, T. y A. G. Guraieb, pp. 537-544. Instituto Nacional de
2004 Uso del espacio en la cuenca del Lago Cardiel Antropología y Pensamiento Latinoamericano -
(Santa Cruz, Argentina): Análisis del registro Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
zooarqueológico y artefactual de médanos. Tesis de Espinosa, S.L. y R.A. Goñi
Licenciatura en Ciencias Antropológicas, Facultad de 1999¡Viven! Una fuente de obsidiana en la provincia
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. de Santa Cruz. Soplando en el viento. III Jornadas de
Bourlot, T., D. Rindel y A. Aragone Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi, J.
2008 La fractura transversa/marcado perimetral en B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M.
sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el De Nigris, pp. 177-188. Neuquén-Buenos aires
Noroeste de Santa Cruz. Comunicación presentada Figuerero Torres, M. J.
en las VII Jornadas de Arqueología de la Patagonia, 2000 Estructuración del espacio en Cerro de los Indios
Ushuaia, abril 2008. En este volumen. 1 (Lago Posadas, Santa Cruz). Desde el País de los
Cabrera, A. L. y A. Willink Gigantes. Perspectivas Arqueológicas en Patagonia,
1980 Biogeografía de América Latina. Secretaría pp. 385-400. UNPA, Río Gallegos.
General de la Organización de Estados Americanos. García L.C. y C. Pérez de Micou
Monografía 13, Serie de Biología. Washington. 1979 Aproximación a un análisis funcional de
Cassiodoro, G. parapetos pertenecientes al complejo Patagoniense
2001 Aspectos tecnológicos regionales relacionados en la Meseta de Somuncura, Provincia de Río Negro.
con los entierros humanos del área del lago Salitroso Sapiens 4:139-144.
(NO de la provincia de Santa Cruz). Informe final, Beca Gilli, A., F.S. Anselmetti, D. Ariztegui, J.P. Bradbury,
de Estímulo Universidad de Buenos Aires, Ms. K.R. Kelts, V. Margraf y J.A. McKenzie
Cassiodoro, G. 2001 Tracking abrupt climate change in the Southern
2005 La tecnología cerámica en cazadores- Hemisphere: a seismic stratigraphic study of Lago
recolectores del noroeste de la provincia de Santa Cardiel, Argentina (49ºS). Terra Nova 13(6): 443-448
Cruz. Actas del XVI Congreso Nacional de Arqueología González, M. A.
Argentina. Río Cuarto, en prensa. 1992 Paleoambientes del Pleistoceno tardío/
Cassiodoro, G. Holoceno temprano en la cuenca de los lagos
2008 Movilidad y uso del espacio de cazadores Belgrano y Burmeister (47°40’/48° Sur, 72° 30’ Oeste.
recolectores del Holoceno tardío: estudio de la Santa Cruz). Fundación Carl C: Zon Caldenius. Informe
variabilidad del registro tecnológico en distintos Técnico N°9:1-7.
ambientes del Noroeste de la provincia de Santa Goñi, R. A.
Cruz. Tesis de Doctorado. Facultad de Filosofía y 2000 Arqueología de momentos históricos fuera de
Letras. Universidad de Buenos Aires. los centros de conquista y colonización: un análisis de
Cassiodoro, G., A. Aragone y A. Re caso en el sur de Patagonia. En Desde el País de los
2004 Más allá de los chenques... Registro Gigantes. Perspectivas arqueológicas en Patagonia,
arqueológico de sitios a cielo abierto en la cuenca editado por Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S.
los lagos Salitroso y Posadas–Pueyrredón. En Contra Espinosa Tomo I pp. 283-296. Universidad Nacional
viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado de la Patagonia Austral. Río Gallegos.
por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, Goñi, R. A.
pp. 325-338. Instituto Nacional de Antropología y 2000-2002 Fechados radiocarbónicos y registro
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina arqueológico en la cuenca de los Lagos Salitroso/

690
Los conjuntos arqueofaunísticos de los sitios Médanos Lago Posadas (cuenca baja) y Parapetos Cerro Pampa (meseta alta), Santa Cruz

Posadas (Santa Cruz). Cuadernos del Instituto Nacional la meseta del lago Buenos Aires. Actas y Memorias
de Antropología y Pensamiento Latinoamericano IV Congreso Nacional de Arqueología Argentina. pp.
19:666-669. 315-337. Revista del Museo Historia Natural de San
Goñi, R.A. y G. Barrientos Rafael, Mendoza
2000 Estudio de chenques en el Lago Salitroso, Gradín, C.
provincia de Santa Cruz. En Desde el País de los 1996 Grabados y parapetos de la zona sur de la
Gigantes. Perspectivas arqueológicas en Patagonia, meseta del Lago Buenos Aires (Prov. de Santa
editado por Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S. Cruz). En: Arqueología, Sólo Patagonia, editado por
Espinosa Tomo I pp. 161-175. Universidad Nacional J. Gómez Otero, pp. 173-184. CENPAT-CONICET,
de la Patagonia Austral. Río Gallegos. Puerto Madryn.
Goñi, R. A. y G. Barrientos Gradín, C.
2004 Poblamiento tardío y movilidad en la cuenca 1997 Esas estructuras de piedra de Patagonia llamadas
del lago Salitroso. En Contra viento y marea. “corralitos”. Reproducción de separatas, Buenos
Arqueología de la Patagonia, editado por M. T. Aires. Ms.
Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, pp. Gradín, C., C.A. Aschero y A.M. Aguerre
313-324. Instituto Nacional de Antropología y 1979 Arqueología del área del Río Pinturas (Santa
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina Cruz). Relaciones de la Sociedad Argentina de
de Antropología, Buenos Aires. Antropología 13:183-228.
Goñi, R. A. y D. Olivera Mengoni Goñalons, G.
1996 La caza como variable independiente: análisis 1999 Cazadores de guanacos de la estepa patagónica.
comparativo de registros arqueológicos de la Puna Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
y Patagonia Argentinos. Proceedings of the XIII Mengoni Goñalons, G. y M. De Nigris
Congress, Vol. 6(2):1369-1378. Forlí, Italia. Ediciones 1999 Procesamiento de huesos largos de guanaco en
A.B.A.C.O. Cerro de los Indios 1 (Santa Cruz). En Soplando en el
Goñi, R. A., G. Barrientos y G. Cassiodoro viento. III Jornadas de Arqueología de la Patagonia,
2000-2002 Condiciones previas a la extinción de editado por Belardi, J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.;
las poblaciones humanas del sur de Patagonia: una Guráieb, A. G. y M. De Nigris, pp. 461-476. Neuquén-
discusión a partir del análisis del registro arqueológico Buenos aires
de la cuenca del Lago Salitroso. Cuadernos del Mengoni Goñalons, G. y H. Yacobaccio
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento 2000 Arqueología de Cerro de los Indios y su entorno.
Latinoamericano 19: 249-266 Arqueología 10:193-201.
Goñi, R.A., G. Barrientos, M.J. Figuerero, G. Mengoni Molinari, R. y S. Espinosa
Goñalons, F. Mena, V. Lucero y O. Reyes 1999 Brilla tu diamante “loco”. En Soplando en el
2004 Distribución espacial de entierros en la cordillera viento. III Jornadas de Arqueología de la Patagonia,
de Patagonia centro-meridional (lago Salitroso-Paso editado por Belardi, J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.;
Roballos, Arg/Entrada Baker-Río Chacabuco, Ch.). Guráieb, A. G. y M. De Nigris, pp. 189-198. Neuquén-
Chungara II: 1101-1107. Volumen especial. Buenos aires.
Goñi, R. A., S. L. Espinosa, J.B. Belardi, R. L. Molinari, Moreno, F. P
F. Savanti, A. C. Aragone, G. Cassiodoro, G. Lublin y D. 1873 Cementerios y paraderos prehistóricos de la
Rindel Patagonia. Anales Científicos Argentinos. Ms.
2005 Poblamiento de la estepa patagónica: cuenca Re, A.
de los lagos Cardiel y Strobel. Actas del XIII Congreso 2006 Uso del espacio en el oeste de la cuenca de los
Nacional de Arqueología Argentina 7-18. Córdoba. lagos Pueyrredón, Posadas y Salitroso (Provincia de
Goñi, R. A., I. Pereda y E. Perrota Santa Cruz): Una aproximación tecnológica. Tesis de
1996 Análisis arqueofaunístico del sitio LM1, Licenciatura en Ciencias Antropológicas, Facultad de
Llamuco, Pcia. de Neuquén. En Arqueología, Sólo Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Patagonia, editado por J. Gómez Otero, pp. 259-270. Re, A. y A. C. Aragone
CENPAT-CONICET, Puerto Madryn. 2006 El Lejano Oeste: uso del espacio en las costas
Gradín, C. del Lago Posadas y en la Margen Sur del Lago
1959/60a Petroglifos de la meseta del lago Pueyrredón (Provincia de Santa Cruz). Arqueología de
Strobel (provincia de Santa Cruz, Argentina). Acta Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
Praehistorica III/IV 123-143. huesos...y develando arcanos. Sextas Jornadas de
Gradín, C. Arqueología de Patagonia. Pp. 623-636. Punta
1959/60b Tres informaciones referentes a la meseta Arenas, Chile.
del lago Strobel (Prov. de Santa Cruz, Argentina) Acta Rindel, D. D., G. Cassiodoro y A. Aragone
Praehistorica III/IV: 144-149. 2007 La utilización de las mesetas altas durante
Gradín, C. el Holoceno tardío: el sitio Cerro Pampa 2: Ojo de
1971 Parapetos habitacionales en la meseta de Agua (Santa Cruz, Argentina). Arqueología de Fuego-
Somuncurá, provincia de Río Negro. Relaciones de la Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
Sociedad Argentina de Antropología. V, 2: 171-185. huesos…y develando arcanos. Sextas Jornadas de
Gradín, C. Arqueología de Patagonia. Pp. 649-661. Punta
1976 Parapetos de piedra y grabados rupestres de Arenas, Chile.

Aragone 691
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Stern, C.
2007 Black obsidian from central-south Patagonia;
chemical characteristics, sources and regional
distribution of artifacts. En Arqueología de Fuego-
Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
huesos...y develando arcanos. Editado por F. Morello,
M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 221-234.
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Stern, C., F. Mena, C. Aschero y R. Goñi.
1995 Obsidiana negra de los sitios arqueológicos en
la precordillera andina de Patagonia Centra. Anales
del Instituto de la Patagonia, (Serie Ciencias Sociales)
23:111-118.
Stine, S.
1994 Extreme and persistent drought in California
and Patagonia during mediaeval time. Nature 369:
546-549
Stine, S.
2000 On Mediaeval Climatic Anomaly. Current
Anthropology 41(4): 627-628
Stine, S. y M. Stine
1990 A record from Lake Cardiel of Climate Change in
Southern America. Nature 345(6277): 705-708
Zangrando, F., M. Del Papa, C. Negro y M. Arregui
2004 Estudios tafonómicos y de procesos de
modificación ósea postdepositacional en entierros
humanos de la cuenca del lago Salitroso (NO de
la provincia de Santa Cruz). En Contra viento y
marea. Arqueología de la Patagonia, editado por
M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
pp. 455-468. Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
de Antropología, Buenos Aires.

692
La fractura transversa/marcado perimetral
en sitios a cielo abierto durante el Holoceno
tardío en el noroeste de Santa Cruz
Tirso Bourlot1, Diego Rindel2 y Alejandra Aragone3

A B S T R A C T

Research in Late Holocene open air archaeological sites, located in different environments in
Patagonia, shows a high frequency of transversal fractures in guanaco long bones. We consider
here a specific type of transversal fracture: the “perimetral marking”, characterised mainly by its
regular edges. Several authors have proposed a series of alternative hypothesis to explain the
use of this fracture: to have access to the marrow cavity, to facilitate the transport of skeletal
parts, to process frozen carcasses with rigor mortis, to obtain base forms for instruments or a
combination of several of these possibilities. Our main goal consists in analyzing this pattern in
sites with late chronologies in relationship with the contexts of appearance. In order to do so, we
have evaluated the characteristics of each context in which this fracture is present as well as the
technology associated. The distribution of this technique is practically ubiquitous, since it is present
in archaeological sites located in different environments and in our cases of study in sites used
at least during summer. It is possible to demonstrate that the occurrence of this type of fracture
might be understood as a type of standardized butchering technique used all over this region.

INTRODUCCIÓN

La obtención de recursos a partir de presas raciones acerca de la manera en que se resuelve el


animales puede ser vista como un proceso de des- acceso de los consumidores a los recursos necesa-
organización de las carcasas, llevadas a cabo en rios (Binford 1980). En este sentido, la información
diferentes etapas y para diferentes propósitos, proveniente de grupos de cazadores-recolectores
relacionados a su vez con la oferta diferencial de actuales ha señalado una serie de factores intervi-
nutrientes de cada parte anatómica. Asimismo, es nientes en las estrategias utilizadas por los grupos
importante recordar que cada etapa involucrada en humanos en relación con la apropiación de nutrien-
el procesamiento de un animal tiene un correlato tes. Por ejemplo, en numerosos casos se ha obser-
arqueológico diferencial y que este proceso es acu- vado el transporte de recursos hacia aquellos luga-
mulativo, en tanto las modificaciones producidas res del espacio donde se concentra la gente. Aquí,
en los momentos iniciales de este continuum pue- el acarreo de las diferentes partes esqueletarias se
den ser observadas en los estadios finales. encuentra condicionado por el tamaño y la canti-
Por otra parte, la frecuencia de partes esque- dad de las presas obtenidas, la distancia a recorrer,
letarias observadas en una localidad, si no se halla el tamaño del grupo de portadores, entre otros
afectada por factores tafonómicos, es indicativa (Binford 1978; O´Connell et al. 1988, 1992; Lupo y
de las estrategias implementadas en relación con Schmit 2005). Como arqueólogos no podemos ob-
el procesamiento de los recursos faunísticos. Estas servar estos factores, pero sí vemos el resultado de
estrategias se encuentran mediadas por conside- estas estrategias en función de la representación

1 CONICET-INAPL [email protected]
2 INAPL [email protected]
3 ANPCyT-INAPL [email protected]

Bourlot et al 693
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

de elementos óseos en los conjuntos que analiza- junto de estas, que involucra la preparación de los
mos. huesos mediante un surco completo o incompleto
Estas observaciones tienen importantes con- que rodea su contorno. Si bien es una técnica de
secuencias en relación con las actividades desarro- procesamiento que se encuentra diseminada por
lladas en cada uno de los sitios. En este sentido, la el amplio territorio patagónico (Mengoni Goñalons
información obtenida acerca de la representación y Silveira 1976; Mengoni Goñalons 1982; Muñoz y
de partes anatómicas así como el tipo y la frecuen- Belardi 1998; Mena y Jackson 1991; Hajduk y Lez-
cia de modificaciones relacionadas con el procesa- cano 2005), su utilización ha sido registrada en gru-
miento de las presas animales por parte del hombre pos humanos de otras regiones del mundo como
son importantes indicadores del rango de activida- los Dassanecht de Kenya (Gifford-González 1989) o
des llevadas a cabo en los sitios, y por ende de la los Hadza de Tanzania (Lupo 1994).
funcionalidad de los mismos. El conocimiento de Con el fin de discutir el posible contexto de uso
estos datos es un paso previo para poder identificar y la utilidad de este tipo de modificación, se selec-
las estrategias detrás de los patrones que observa- cionó un conjunto de nueve sitios arqueológicos
mos en el registro arqueológico. ubicados en diferentes lugares del interior de Pa-
En el caso patagónico, la información faunística tagonia (Figura 1). El criterio fue tener una muestra
proveniente de diferentes tipos de sitios arqueoló- representativa de diferentes contextos arqueológi-
gicos (cuevas, aleros y sitios a cielo abierto) ha se- cos y de la variabilidad espacial y ambiental de la
ñalado recurrentemente la presencia de un tipo de región. Específicamente hemos considerado sitios
modificación antrópica denominada fractura peri- arqueológicos procedentes de cuencas lacustres
metral marcada. Algunos investigadores han vin- altas, bajas y otros localizados en ambientes de
culado la función de este rasgo de fragmentación meseta. Tales conjuntos presentan en su mayoría
ósea con una serie de hipótesis alternativas: acce- una cronología correspondiente a momentos tar-
der a las cavidades medulares, facilitar el transpor- díos de ocupación (últimos 2300 años AP); sólo un
te, procesar carcasas congeladas y/o con rigor mor- sitio tiene un fechado correspondiente al Holoceno
tis, obtener formas base para instrumentos o bien medio.
una combinación de varias de estas posibilidades Los resultados del análisis realizado indican que
(Mengoni y Silveira 1976; Mengoni Goñalons 1982; la implementación de esta técnica no se encuentra
Mena y Jackson 1991; Lupo 1994; Muñoz y Belardi en relación con el tamaño de las muestras analiza-
1998; Hadjuk y Lezcano 2005). das ni con la cantidad de presas registradas dentro
En estos términos, el objetivo principal del de cada conjunto arqueológico. Por otra parte, la
trabajo es abordar desde una escala inter-sitio la distribución espacial de esta fractura es amplia y se
discusión de este patrón a través de una serie de presenta en sitios ubicados en diferentes ambien-
variables registradas sobre los elementos óseos y tes. Asimismo, se ha observado que existe una es-
sobre el contexto arqueológico general en el que tandarización tanto en los puntos de fractura como
esta técnica se presenta. Si bien este tipo de mo- en la elección de la cara de lascado utilizada, que
dificación ha sido advertida en otras especies (De depende del elemento fracturado. En este sentido,
Nigris 2004; Caracotche et al. 2005), abordaremos planteamos que la recurrencia en este tipo de frac-
dicho estudio concentrándonos en las observacio- tura podría deberse a un modo de trozamiento es-
nes realizadas para el taxón Lama guanicoe. tandarizado. Es importante notar que la utilización
La característica principal de este tipo de frac- de esta técnica es una manera sencilla y eficiente
tura, en sentido amplio, es la presencia de bordes de acceder a la médula ósea. En este caso, se busca
rectos en relación con el eje mayor del hueso, junto romper el hueso de manera “limpia” golpeando en
con la separación de los extremos articulares de sus zonas cercanas a las epífisis pero evitando el tejido
respectivos segmentos diafisiarios. esponjoso, que limita en gran medida la fuerza del
Esta definición la aplicamos al caso de las frac- golpe y llena la médula de astillas, produciendo una
turas transversales, mientras que consideramos a la fractura mucho menos controlada.
fractura con marcado perimetral como un subcon-

METODOLOGÍA

Como mencionamos anteriormente, el punto Asimismo, buscamos aumentar el conocimien-


central de este trabajo es estudiar, en una escala in- to acerca de las características que presenta este
ter-sitio, las condiciones bajo las cuales la fractura tipo de fractura entendida como una forma de pro-
transversa se presenta en conjuntos arqueológicos cesamiento en sí misma.
del interior patagónico. De este modo, fue preciso definir previamente

694
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz

a qué nos referimos con fractura transversa y qué derando las categorías anterior, posterior, lateral
otros tipos de fracturas incluimos en ella. Además, y medial. En el caso del húmero distal se utilizó la
queríamos saber si este tipo de modificación pre- categoría cara latero-posterior.
sentaba un grado de estandarización en su produc- También se tomó en cuenta el vínculo entre la
ción y, si lo hacía, a que podía deberse. Para res- frecuencia de este tipo de fractura y otras propie-
ponder a estas preguntas, tomamos dos valores: la dades de los conjuntos óseos, tales como el núme-
longitud de los segmentos diafisiarios adheridos a ro de carcasas representadas o MNI (Número Míni-
los extremos articulares y la longitud máxima del mo de Individuos), la presencia de crías, el tamaño
tejido trabecular de los huesos largos de un indi- de las muestras y el nivel de fragmentación ósea.
viduo actual, obteniendo con ello medidas de re- La estimación de la cantidad de crías se realizó a
ferencia con las cuales comparar nuestro registro partir de la existencia de huesos no fusionados de
arqueológico. fusión temprana (Mengoni Goñalons 1999). Por su
parte, el nivel de fragmentación fue computado a
Fractura transversa/marcado perimetral través de la relación entre el NISP y el MNE, tan-
De acuerdo a lo mencionado en el párrafo an- to para el esqueleto completo como para el sector
terior, entendemos la fractura transversa como apendicular solamente. Por último, para cada con-
un tipo de fractura que se presenta en los huesos junto calculamos el porcentaje de completitud de
largos cuyos bordes rectos atraviesan transversal- las carcasas de guanaco (Mengoni Goñalons 1999)
mente al eje mayor del hueso, produciendo la se- con el objeto de estimar cuán completos entraron
paración de los extremos articulares de sus corres- los animales a los sitios arqueológicos.
pondientes segmentos diafisiarios. Dentro de este En términos exploratorios, también abordamos
tipo de modificaciones incluimos uno en particular, este estudio considerando variables que exceden el
el marcado perimetral, que se caracteriza por la re- ámbito del análisis faunístico en sí mismo. Se trata
gularidad de los bordes, previamente preparados de rasgos ligados al ambiente, la ubicación espacial
mediante un surco completo o incompleto (Muñoz de los conjuntos, su cronología y tecnología aso-
y Belardi 1998). ciada (Cuadro 1). Creemos que dichas variables son
importantes para evaluar si la variabilidad ambien-
Longitud de la diáfisis adherida a la epífisis tal, espacial y contextual podría generar variación
La longitud de la porción de diáfisis adherida en la recurrencia de la fractura transversa para los
a su epífisis fue calculada para los huesos largos casos bajo estudio.
de los conjuntos arqueológicos midiendo el lar- En ese sentido, la elección de sitios estuvo diri-
go máximo, registrado para cada hueso, entre el gida principalmente a cubrir una variedad de am-
punto más distal de la línea de fusión ósea (epífisis/ bientes que sean representativos, en una escala re-
diáfisis) y el extremo más proximal de la línea de gional amplia, de los diversos sectores que ofrece
fractura o punto de percusión. el interior de la provincia de Santa Cruz. En térmi-

Longitud del tejido esponjoso


Los valores de la longitud del tejido esponjoso
presente en los huesos largos de guanaco fue cal-
culado midiendo la longitud máxima entre la línea
de fusión (epífisis/diáfisis) y el punto mayor que al-
canza el tejido esponjoso en cada uno de los extre-
mos articulares de los huesos largos. Las medidas
fueron tomadas de una muestra comparativa de
guanaco adulto actual proveniente del lago Cardiel,
provincia de Santa Cruz. Una vez obtenidas dichas
dimensiones para cada extremo articular (húmero,
radioulna, metacarpo, fémur, tibia y metatarso),
fueron utilizadas como marco de referencia con el
cual realizamos la correlación con las medidas de
longitud de las diáfisis adheridas provenientes de
los conjuntos zooarqueológicos.
Por otro lado, se consignó para cada uno de los
conjuntos la cara del hueso donde se observaron
evidencias de percusión, en forma de hoyos y ne-
gativos de lascado. La misma fue registrada consi- Figura 1. Ubicación de los sitios arqueológicos.

Bourlot et al 695
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Ambiente (m
Sitios Localización Topografía Cronología Tecnología Bibliografía
s.n.m.)
PNPM, cuenca
ILB Borde de lago Istmo H. tardío Manos y molinos Rindel et al. 2005
alta (800)
Aragone y Cas-
siodoro 2005-
Cerro Pampa, Manos, molinos y
CP 2 OA Borde de laguna Pampa H. tardío 2006, Aragone
meseta (1000) cerámica
2007; Rindel et al.
2007

PNPM, cuenca
LEADG Borde de laguna Pampa H. medio Manos y molinos Rindel 2008
alta (950)
Aragone y Cas-
Manos, molinos, siodoro 2005-
Cerro Pampa,
CP 2 PAR4 Borde de laguna Pampa H. tardío cerámica y Para- 2006; Aragone
meseta (1000)
peto 2007; Rindel et al.
2007
Aragone et al.
2004; Bourlot
Lago Cardiel, Cerca a curso de
GSLN Médanos H. tardío Manos y molinos 2004, 2008;
cuenca baja (399) agua
Savanti et al. 2004
y 2005

Lago Cardiel, Cerca a curso de


LS 5 Médanos H. tardío Manos y molinos Bourlot 2008
cuenca baja (327) agua

Lago Cardiel, Cerca a curso de


LPA 1 Médanos H. tardío Manos y molinos Bourlot 2008
cuenca baja (282) agua

Lago Cardiel, Cerca a curso de


LPA 2 Médanos H. tardío Manos y molinos Bourlot 2008
cuenca baja (282) agua

Cassiodoro et al.
Lago Posadas, Manos, molinos y
MLP Borde de lago Médanos H. tardío 2004; Re 2006;
cuenca baja (100) cerámica
Aragone 2007
Cuadro 1. Principales características ambientales, espaciales y arqueológicas de los conjuntos bajo estudio.

nos analíticos hemos definido dos grandes sectores mos se ubican en el borde de un lago y sobre un ist-
ambientales-espaciales: sectores bajos, que com- mo, en sectores de campos de médanos cercanos
prenden cuencas lacustres por debajo de los 300 m a fuentes de agua, mientras que un tercer grupo lo
s.n.m. y sectores altos, que abarcan cuencas lacus- hace en bordes de lagunas y sobre la pampa de las
tres y mesetas ubicadas por encima de los 800 m mesetas (Cuadro 1).
s.n.m. Tal sectorización debe ser entendida como En cuanto a los contextos arqueológicos aso-
una herramienta analítica con la cual buscamos ex- ciados, las nueve muestras zooarqueológicas tie-
plorar la variabilidad. En ese sentido, es importante nen diferencias y similitudes que son interesantes
notar que la diversidad ambiental no termina con para destacar. En todos los conjuntos se observó la
nuestra división sino que comienza con ella, dado presencia de manos y molinos, artefactos que han
que dentro de cada sector mencionado y en una es- sido vinculados con actividades de fractura ósea (e.
cala espacial más pequeña existe una mayor hete- g. Binford 1981). Sin embargo, la representación de
rogeneidad de ambientes. En este trabajo hacemos cerámica y estructuras de parapeto son rasgos tec-
referencia a sitios arqueológicos según se hallaran nológicos que introducen variación entre los con-
en estos sectores (Cuadro 1 y Figura 1), teniendo en juntos (Cassiodoro 2008).
cuenta que esta separación nos permite considerar Por otro lado, todos los conjuntos con excep-
factores tales como la estacionalidad. Asimismo, la ción de LEADG -con un fechado en el Holoceno
variabilidad en cuanto a la ubicación ambiental y medio- tienen ocupaciones humanas asignables al
topográfica ha sido considerada de modo de lograr Holoceno tardío.
observar la fractura transversa en determinados En síntesis, mediante la exploración de estas va-
ambientes particulares. riables (ambientales y arqueológicas), intentamos
Todos los conjuntos provienen de sitios a cielo explicar la frecuente utilización de la fractura trans-
abierto, donde se ha observado una mayor frecuen- versa/marcado perimetral por sobre otras técnicas
cia de aparición de esta técnica de procesamiento de procesamiento, evaluando condiciones bajo
en comparación con conjuntos provenientes de las cuales ella aparece. Al respecto, como ya fuera
cuevas y aleros de la misma área de estudio (Rindel mencionado, se han ofrecido múltiples interpreta-
2008). Respecto a su entorno inmediato, los mis- ciones acerca de la función de este tipo de modifi-

696
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz

caciones en contextos arqueológicos. Las hipótesis de formas base para instrumentos y/o utilización
avanzadas, por otra parte, no son mutuamente ex- de los extremos articulares como instrumentos
cluyentes. Por el contrario, la utilidad de la técnica óseos). Por ende, la consideración del contexto ar-
se manifiesta en diferentes estadios de la cadena queológico específico es clave para comprender el
de procesamiento y uso de una serie de huesos rol de este tipo de fractura, reduciendo de esta ma-
(desarticulación inicial, fractura de los elementos nera el grado de equifinalidad en la interpretación
para acceder a las cavidades medulares, obtención del mismo.

ASPECTOS GENERALES DE LOS CONJUNTOS ÓSEOS

Debido a que los sitios han sido descriptos reite- desde 122 (MLP) a 714 (GSLN). Por otro lado, exis-
radas veces en otros trabajos (Aragone et al. 2004; ten también diferencias importantes en el MNI de
Bourlot 2004; Cassiodoro et al. 2004; Savanti et al. los sitios, que van desde 4 individuos en MLP a 24
2004, 2005; Rindel et al. 2005; Cassiodoro 2005- animales estimados en el conjunto de ILB. La mis-
2006; Re 2006; Aragone 2007; Rindel et al. 2007; ma amplitud entre las muestras se presenta en
Bourlot 2008; Rindel 2008), sólo haremos una pe- cuanto a los resultados del MNE que fluctúa entre
queña referencia de los aspectos del conjunto zo- 64 (MLP) y 400 (CP2OA). Por su parte, la comple-
oarqueológico pertinentes para este trabajo (Tabla titud anatómica sea global, axial o apendicular
1) a modo de evaluar diferencias y similitudes inter- es diferente entre los conjuntos, siendo la región
sitio. apendicular la que está mejor representada. Las
En la tabla 1 es posible señalar algunas particu- marcas de roedores y carnívoros tienen valores re-
laridades que hacen referencia a la variabilidad de lativamente bajos en todos los casos mientras que
los contextos zooarqueológicos de los sitios bajo la meteorización sigue el mismo patrón pero con
estudio. En primer lugar, las muestras presentan porcentajes relativamente altos.
variedad en los NISP totales de guanaco, que van

Comp. Comp. Comp.


Carní- Meteori-
NISP MNI MNE Anat. Anat. Anat. Roedor
voro zación
Sitios global axial apend.

(N) (N) (N) (%) (%) (%) (%) (%) (%)

ILB 651 24 352 13,86 7,72 22,91 0,62 3,61 98,9

CP2OA 581 21 400 17,62 9,67 29,36 1,37 1,89 99,82

LEADG 366 6 146 23,39 15,59 34,92 3,82 4,64 96,44

CP2 par4 133 5 86 4,8 8,06 11,9 0,75 6,77 98,4

GSLN 714 12 293 24,41 14,86 36,9 0,84 2,8 89,21

LS 5 202 6 114 19 18,61 18,65 2,47 2,97 95,54

LPA1 247 4 90 22,5 18,33 27,38 0,4 1,61 85,42

LPA2 320 6 123 20,5 10 34,52 0,31 6,56 80

MLP 122 4 64 3,84 6,45 9,52 0,81 4,09 54,1

Tabla 1. Principales características zooarqueológicas señaladas para el taxón Lama guanicoe.

RESULTADOS OBTENIDOS

De acuerdo a los objetivos planteados, el estu- localizados en cuencas lacustres altas y mesetas
dio de las variables zooarqueológicas será presen- (sectores altos) y aquellos emplazados en cuencas
tado siguiendo una agrupación de los conjuntos lacustres bajas (sectores bajos).
óseos de acuerdo a su principal ubicación espacial- Un primer aspecto que nos interesa abordar
ambiental. En ese sentido hemos dividido los con- respecto de las características generales de los con-
juntos faunísticos en dos grandes grupos, aquellos juntos ligados a la fractura transversa es el grado de

Bourlot et al 697
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

fragmentación de los mismos, en tanto este índice diáfisis. Esto es un rasgo que difiere con los datos
es un indicador importante a tener en cuenta para que conocemos para sitios en aleros y cuevas en el
evaluar el grado de procesamiento implicado en los área de estudio (Mengoni Goñalons 1999; De Nigris
conjuntos analizados. 2004; Rindel 2008), en los cuáles los valores por lo
En la figura 2 se observan los resultados corres- general son menores a 1. En contraposición, los si-
pondientes al índice de fragmentación ósea dividida tios que muestran la relación más alta de epífisis/
entre los dos sectores altitudinales. La proporción diáfisis son CP2OA (11,5) y LS5 (10,6), mientras que
entre el NISP y el MNE indica que las muestras se el resto de los conjuntos posee frecuencias menores
hallan poco fragmentadas con valores que van de y similares entre sí, aunque siempre mayores a 1.
1,5 a 2,45, es decir, conjuntos que presentan entre
2 y 3 fracturas por hueso. Debido al especial interés
que tenemos aquí sobre los huesos apendiculares,
dado que son partes anatómicas que ofrecen una
variedad de recursos alimenticios (carne, médula
ósea y grasa trabecular), también hemos calculado
dicho índice considerando sólo estos elementos.
Aquí la situación varía, ya que en los nueve casos
aumenta la fragmentación, aunque los valores se
mantienen bajos. Asimismo, hay cifras que crecen
considerablemente en LEADG, CP2PAR4, LPA2 y
MLP, mientras que en otros, tales como ILB, CP2
OA, GSLN, LS 5 y LPA1, la diferencia no es mucho
Figura 3. Índice articulación/diáfisis (MNE).
mayor. Esto a su vez marca contrastes en la intensi-
dad de fragmentación dentro y entre ambos secto- La figura 4 señala el porcentaje de marcado
res, en donde los huesos largos estarían reflejando perimetral/fractura transversa, observándose gran
un mayor énfasis en la extracción de sus recursos variabilidad entre los conjuntos, con valores que
asociados. van del 10% al 60% de huesos con estas modifica-
ciones. Es interesante remarcar que estas altas fre-
cuencias se dan en sitios que muestran diferencias
en las partes esqueletarias representadas, así como
en la estructura taxonómica (Aragone et al. 2004;
Bourlot 2004; Cassiodoro et al. 2004; Savanti et al.
2004, 2005; Rindel et al. 2005; Cassiodoro 2005-
2006; Re 2006; Aragone 2007; Rindel et al. 2007).

Figura 2. Índice de fragmentación (NISP/MNE).

La importancia de cuantificar tanto las porcio-


nes diafisiarias y los extremos proximales de hue-
sos largos ha sido señalada reiteradamente en la
literatura. El foco ha estado centrado en temas vin-
culados con unidades de análisis y problemáticas
ligadas con aspectos económicos y tafonómicos en
general (Binford 1981; Todd y Rapson 1987; Borrero Figura 4. Frecuencia de marcado perimetral/ fractura
1990; Lyman 1994; Elkin 1995; Pickering et al. 2003, transversa (% NISP).
entre otros), entre los cuales podemos incluir la dis-
cusión de la fractura transversa. Asimismo, como fuera señalado previamente,
En la figura 3 se presenta la relación entre la también hay discrepancias marcadas en los valo-
proporción de articulaciones y diáfisis, expresadas res del NISP y del MNI entre los conjuntos. De este
sobre la base de la frecuencia del MNE de los hue- modo, las diferencias observadas nos permiten ex-
sos largos de guanaco para cada sitio. Se observa poner que no existe una relación sustancial entre
un predominio de las articulaciones por sobre las este tipo de fractura y las variables aquí considera-

698
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz

das. • La mayor variabilidad se presenta en la ra-


No obstante, en dos sitios esta frecuencia posee dioulna distal y proximal. Éste es un hueso duro,
valores menores que podrían ser explicados por las por lo que es necesario realizar varios golpes para
características particulares de cada conjunto. Tal es producir la fractura. Ello queda evidenciado por la
el caso de LEADG, con fechados radiocarbónicos presencia de múltiples negativos de lascados en
que indican su ocupación durante el Holoceno me- una cara (más comúnmente) o en caras opuestas
dio. Asimismo, la menor frecuencia de huesos pro- del hueso (ver Figura 9).
cesados utilizando esta técnica en CP2PAR4 podría • También se observan diferencias entre las me-
deberse a la relación complementaria de este con- dias de los metapodios distales y proximales, expli-
junto con el de CP2OA. De esta manera, se ha pos- cables por la diferencia en la proporción de tejido
tulado que en el parapeto se habrían llevado a cabo esponjoso que posee cada segmento de las epífisis.
actividades de consumo final de presas, mientras Asimismo, la porción distal de los metapodios es
que CP2OA ha sido interpretado como un sitio de marcadamente más densa que el sector proximal
actividades de procesamiento inicial de carcasas, (Stahl 1999), por lo que, al igual que en el caso pre-
principalmente guanaco (Rindel et al. 2007). viamente discutido de la radioulna, sería necesario
Con el objetivo de interpretar las características efectuar más golpes con el fin de lograr la fractura,
de las técnicas utilizadas para realizar la fractura de lo que a su vez aumentaría el grado de variabilidad
los huesos largos, hemos realizado un análisis de en la longitud de los puntos de percusión.
dispersión que reflejase la relación entre la longitud Con el objetivo de observar la relación entre
de las diáfisis y los puntos de fractura (Figura 5). las medias de longitud de la diáfisis de los huesos
largos y del tejido esponjoso, se realizó una corre-
lación entre las dos medidas por medio del Test
de Pearson (Figura 6). Los resultados obtenidos
indican una fuerte relación entre ambas variables
(0,80). Esto confirma la hipótesis sobre la posible
intencionalidad de evitar el sector de hueso trabe-
cular a la hora de elegir la localización específica
del golpe para la fractura, debido a la dificultad que
plantea esta porción para el proceso de rotura.

Figura 5. Dispersión de la longitud de la diáfisis en re-


lación al punto de fractura para cada extremo articular
de hueso largo de guanaco.

El Box Plot presentado en la figura 5 revela lo


siguiente:
• Escasa variabilidad en la longitud de las diá-
fisis adheridas a las epífisis. Ello estaría indicando Figura 6. Correlación de Pearson entre la longitud de
estandarización respecto de la altura del hueso en diáfisis y el tejido esponjoso.
que se produce la fractura.
• Esta estandarización se relacionaría con la dis- Al mismo tiempo, hemos calculado el porcen-
tribución del tejido esponjoso en los huesos largos. taje de epífisis que presentan marcado perimetral/
Podemos plantear que la selección de los puntos fractura transversa discriminado por extremo ar-
de percusión se correspondería con la necesidad ticular de hueso largo y de acuerdo a su hallazgo
de acceder a las cavidades medulares evitando el en sitios ubicados en sectores altos y bajos (Figu-
tejido trabecular. Se produciría entonces un borde ra 7). Los resultados señalan valores porcentuales
de fractura limpio, facilitándose el rompimiento del elevados para todos los extremos articulares con
hueso. excepción de los metapodios para ambos sectores

Bourlot et al 699
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

altitudinales y del húmero distal para los sitios de Lezcano 2005), su ausencia o baja frecuencia esta-
sectores bajos. Esta tendencia refleja una utiliza- ría indicando que muchas de estas modificaciones
ción de esta técnica de procesamiento de manera no tuvieron como finalidad la confección de instru-
homogénea y elevada en todo el esqueleto apen- mentos.
dicular, con mayor frecuencia sobre los cuartos su- Por otro lado, en la mayor parte de los especí-
periores en todos los sitios bajo estudio. Al entrar menes considerados los negativos de lascado se cir-
en un grado mayor de detalle, en general sobre los cunscriben mayoritariamente a una única cara del
conjuntos de sectores bajos predominan los extre- hueso, que varía de acuerdo al tipo y a la porción del
mos proximales del húmero, la radioulna y el fémur. elemento anatómico del que se trate (Figura 9). Por
Por el contrario, en los sectores altos se observan lo tanto planteamos que la cara del hueso elegida
mayores proporciones de los elementos articulares para realizar la fractura se relacionaría tanto con la
distales de todos los huesos considerados más las morfología de cada parte esqueletaria como con la
porciones proximales de la tibia y los metapodios. técnica empleada, ya sea que se utilice un yunque o
bien que no se use ningún implemento. Queremos
destacar también que en muy pocos casos se han
observado negativos en toda la circunferencia del
borde de fractura, como fuera señalado por Hajduk
y Lascano (2005). En la figura 9 se presentan los re-
sultados referidos a la frecuencia de las epífisis de
los huesos largos y las diferentes caras en las que se
observa el golpe. Como se puede observar, existen
ciertas preferencias en la elección de las caras de
cada hueso en donde se produce el golpe.

Figura 7. Porcentaje de epífisis con marcado perimetral/


fractura transversa para huesos largos de los conjuntos
bajo estudio (% NISP).

En la figura 8 se presenta el porcentaje de hue-


sos con marcado perimetral/fractura transversa con
negativos de lascados. Como se puede observar,
en el 67% de los sitios (N: 6), la frecuencia de esta
evidencia es alta. Sin embargo, en tres sitios -lo-
calizados tanto en sectores altos (CP2PAR4) como
Figura 9. Cara del hueso en la que se produce el golpe
bajos (LPA2 y MLP)- el porcentaje de estas marcas
de percusión (% NISP).
es comparativamente baja. Dado que uno de los
rasgos diagnósticos de los instrumentos óseos es la
alta frecuencia de negativos de impacto (Hajduk y Asimismo, se calculó el porcentaje de huesos de
guanaco que presentaban evidencias de termoalte-
ración, estimado sobre la base del NISP. Planteamos
que esta propiedad de los conjuntos analizados es
importante dado que la investigación etnoarqueo-
lógica ha señalado recurrentemente que el calen-
tado de los huesos facilita la fracturación y permite
extraer con mayor facilidad la médula (Bonnichsen
1973; Binford 1978, 1981; Oliver 1993). Los resul-
tados se presentan en la tabla 2, indicando que la
mayor parte de los conjuntos muestran escasas o
nulas evidencias de quemado. La excepción a este
patrón es el conjunto de MLP, aunque se trata de un
único especímen de hueso largo quemado, lo que
pone a este conjunto en línea con lo observado en
Figura 8. Porcentaje de huesos largos con marcado el resto de las muestras.
perimetral que presentan negativos de lascados
(NISP%).

700
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz

Termoalteración (%
ción de los sitios ubicados en los sectores bajos
Sitio LPA1 y MLP, en las cuencas de los lagos Cardiel y Po-
NISP) sadas respectivamente (Cuadro 2). De este modo,
ILB 0 la aparición de huesos de fusión temprana no fusio-
CP 2 OA 0,34 nados dentro de ambos sectores estaría señalando
que estos sitios fueron ocupados al menos durante
LEADG 1,86
los meses de primavera/verano. Por otra parte, es
CP2PAR4 0,8 interesante observar que la mayor cantidad de es-
GSLN 2,1 pecímenes no fusionados, y los MNI más elevados,
LS 5 1,48 provienen de los sitios ubicados en sectores altos
(Cuadro 2). Esto apoyaría el planteo del uso esta-
LPA 1 7,69
cional de estos espacios durante el Holoceno tardío
LPA 2 3,43 (Goñi 2000), mientras que los sectores bajos serían
MLP 45,9 más variables en relación con esta propiedad.
Tabla 2. Porcentaje de elementos correspondientes a
guanaco con evidencias de termoalteración (% NISP En síntesis, lo observado en este apartado nos
termoalterado). ha permitido explorar una serie de variables que
permiten caracterizar las muestras de ambos sec-
Por otra parte, consideramos la presencia de tores, con el objetivo de comprender las caracterís-
huesos de fusión temprana (pelvis, escápula y hú- ticas del patrón de representación de este tipo de
mero distal), ya que mediante esta variable pode- fractura.
mos conocer los posibles momentos de ocupación.
En todos los conjuntos se han identificado especí-
menes sin fusionar de estos huesos, con la excep-

LATERALIDAD DEL
SECTOR SITIO CENTRO DE OSIFICACIÓN MNI
HUESO

ilium + acetábulo izquierdo

ilium + acetábulo izquierdo

CP2OA ilium + isquium + acetábulo + pubis derecho 2

escápula (coracoides) derecho

humero distal izquierdo

foramen obturador (pelvis)


CP2PAR4 1
atlas  
Sectores
acetábulo + ilium izquierdo
Altos ILB 1
humero distal izquierdo

acetábulo del isquium + isquium derecho

acetábulo del isquium + isquium derecho

acetábulo del isquium + isquium izquierdo


LEADG 3
pubis + acetábulo de pubis derecho

pubis + acetábulo de pubis derecho

pubis + acetábulo de pubis derecho

GSLN humero distal derecho 1

LS 5 - - -
Sectores
LPA1 - - -
Bajos
LPA2 acetábulo de pubis - 1

MLP - - -

Cuadro 2. Especimenes óseos de Lama guanicoe de fusión temprana (no fusionados) registrados en los conjuntos
arqueológicos bajo análisis.

Bourlot et al 701
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

A lo largo de este trabajo hemos podido obser- a su vez, implica mayores costos en tiempo de pro-
var que la fractura transversa/marcado perimetral cesamiento y en relación con la disponibilidad de
se presenta en sitios a cielo abierto en Patagonia. leña necesaria para derretir la médula. El marcado
En este tipo de depósitos arqueológicos se ha veri- perimetral/fractura transversa evita estos inconve-
ficado una marcada variabilidad en aspectos tales nientes, obteniendo una fractura más controlada
como el tamaño de las muestras (NISP) y la can- con bordes de fractura limpios. En este sentido,
tidad de individuos representados (MNI) en cada esta técnica puede ser considerada como una ma-
uno de los sitios. No obstante, todos ellos poseen nera eficiente de acceder a la médula ósea conteni-
bajos niveles de fragmentación ósea, lo que estaría da en las cavidades de los huesos largos.
indicando que, en muchos de los casos, los patro- Un punto importante para evaluar la fractura
nes de modificaciones observados se vinculan con se relaciona con la técnica empleada, por ejemplo
etapas iniciales del procesamiento de los animales si se utiliza o no un yunque para apoyar el hueso a
obtenidos. fracturar. En todos los sitios aquí estudiados se han
Por otro lado, el registro de especímenes de registrado implementos de molienda (manos y mo-
fusión temprana no fusionados en algunos de los linos) que podrían relacionarse con el desarrollo de
sitios indican la presencia de crías dentro de algu- esta actividad.
nas de las muestras (individuos de hasta 12 meses Asimismo, una característica destacable del pa-
de edad), lo que estaría señalando la ocupación en trón observado en este trabajo es la constatación
los mismos al menos durante los meses de prima- de la presencia de este tipo de fractura tanto en los
vera/verano. Así, los conjuntos estudiados poseen extremos articulares proximales como distales de
ciertas características comunes como las ocupa- todos los huesos largos. Es importante notar que el
ciones al menos durante los meses de verano y el marcado del hueso solamente en una de las epífisis
emplazamiento en sectores a cielo abierto. Existe deja la médula dentro de la cavidad medular, resul-
también una diferenciación importante en cuanto tando difícil sacarla. De esta forma, la alternativa
a la ubicación en sectores altitudinales diferentes, más rápida es la fractura transversa de ambos ex-
el entorno ambiental más inmediato y algunas va- tremos epifisiarios, con lo cual se obtiene el cilindro
riables faunísticas (NISP y MNI particularmente) y de la diáfisis, resultando mucho más fácil extraer la
tecnológicas (estructuras de parapetos y cerámica médula de la cavidad medular. Esto se podría evitar
principalmente) divergentes, mencionadas ya a lo calentando los huesos previamente a su fragmen-
largo de este trabajo. tación, práctica que facilita tanto la rotura del hue-
Asimismo, este tipo de fractura se caracteriza so como la remoción de los nutrientes contenidos
por poseer una alta estandarización. En este senti- en la cavidad medular (Bonnichsen 1973; Binford
do, se ha demostrado que existen preferencias en la 1981). En relación con este punto, es necesario re-
elección de la cara en la que se produce la fractura. saltar la escasa presencia de elementos termoalte-
Esta elección se relaciona con el tipo de hueso largo rados registrados en los casos que estudiamos, lo
del que se trate y con la morfología del mismo. que podría a su vez explicar la alta frecuencia de la
También se observó un alto grado de regula- aparición de la técnica así como la observación de
ridad en la longitud de las diáfisis adheridas a los que la misma se produce en todos los extremos ar-
extremos articulares como producto de la fractura. ticulares de los huesos largos. Por otra parte, esto
La correlación entre esta medida y la longitud del plantea la expectativa de que en sectores con baja
tejido trabecular presente en los huesos largos es disponibilidad de leña se produzca un aumento en
elevada, positiva y estadísticamente significativa, la cantidad de elementos procesados mediante
indicando un intento sistemático de evitar este esta técnica y que la misma afecte de manera rela-
sector del hueso durante el proceso de fractura. Es tivamente similar a todos los extremos articulares
importante notar que las características del tejido de los huesos largos.
esponjoso dificultan la fractura del hueso, dado que Por otra parte, es importante agregar que la
dispersan la fuerza del golpe, haciendo necesarios información etnoarqueológica ha distinguido dos
más impactos para poder romper el elemento. Por contextos generales en que la extracción de médu-
otra parte, la fractura en las porciones medias de la la tiene lugar (Binford 1978, 1981; Enloe 1993). Un
diáfisis tiene el efecto de llenar la médula de peque- primer escenario es aquel donde prima la obten-
ñas astillas de hueso (Binford 1981; Blumenschine ción incidental y el proceso se encuentra subsumi-
1988; Bunn 1989), lo que hace necesario remover- do en la obtención de otros nutrientes, tales como
las, básicamente derritiendo y colando la médula carne. Un segundo caso es la producción sistemáti-
como un paso previo para poder consumirla. Esto, ca de médula que tiene como objetivo exclusivo la

702
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz

obtención de grasa medular. Este último escenario, puestas revela el potencial carácter multipropósito
dada la naturaleza especializada del mismo, impli- de este tipo de modificación. Un punto importan-
ca un procesamiento mucho más estandarizado y te de esto es que el marcado perimetral/fractura
controlado. Como fuera mencionado, la mayor par- transversa eventualmente puede producirse en
te de los conjuntos muestran una elevada estanda- uno o varios de los diferentes estadios que involu-
rización respecto de la altura del hueso en que se cran el procesamiento de una presa. En este senti-
produce la fractura y de la cara en que se decide do, la determinación de la etapa de procesamiento
realizar el golpe. Asimismo, el grado de fragmen- implicada, mediante indicadores faunísticos (tales
tación de los conjuntos es bajo, lo que se traduce como los tipos de marcas de corte y percusión aso-
en fragmentos más grandes y menos variables. Por ciadas, su emplazamiento en el hueso, la presencia
otra parte, todos los sitios analizados para este tra- de termoalteraciones, entre otros), así como otros
bajo muestran la presencia de tecnología (manos y del contexto arqueológico general (tales como la
molinos, y en menor frecuencia cerámica) que pudo tecnología asociada) brindan importantes indica-
estar asociada con este tipo de fragmentación ósea ciones acerca de los usos de esta técnica en con-
con el fin de acceder a las cavidades medulares. En textos particulares. En los casos aquí analizados, se
relación con esto, se ha defendido la idea de que observa una baja representación de elementos ter-
la aparición de este instrumental en determinados moalterados, un escaso nivel de trozamiento de los
lugares del noroeste de Santa Cruz, en especial especímenes, la presencia de ergología apta para
sectores altos tales como las mesetas -utilizadas la realización de este tipo de modificaciones, tales
logísticamente a partir del Holoceno tardío-, esta- como manos y molinos, una elevada frecuencia de
ría indicando el uso planificado y el equipamiento este tipo de fractura en la totalidad de los huesos
de estos espacios (Rindel et. al 2007; Cassiodoro largos y evidencias de un alto grado de estandari-
2008). Si este instrumental puede ligarse efectiva- zación en el emplazamiento de las mismas. Estas
mente con el procesamiento de presas animales, características permiten defender la idea de su uti-
esto indicaría también la implementación de es- lización en un estadio inicial de procesamiento, po-
trategias de obtención planificada y sistemática de siblemente con el fin de acceder de manera eficien-
médula, posiblemente mediante el uso de técnicas te y completa a las cavidades medulares durante el
altamente estandarizadas de fractura de huesos, Holoceno tardío. En otros contextos arqueológicos
tales como las descriptas en este trabajo. la fractura perimetral bien puede haber cumplido
Un aspecto final que queremos retomar es el otros roles, o una combinación de funciones, pero
de las distintas hipótesis propuestas para explicar el punto destacable es que este rasgo se encuentra
la utilización de esta técnica de procesamiento. asociado intrínsecamente con otros que es necesa-
Como ya fuera mencionado, se ha indicado que rio explorar para poder conocer la razón de su apa-
esta modificación habría sido utilizada a los fines rición y frecuencia.
de acceder a las cavidades medulares (Gradín 1976; En síntesis, los datos hasta aquí volcados son
Mengoni Goñalons y Silveira 1976; Caviglia y Borre- un aporte más para comprender las condiciones
ro 1978; Massone et al. 1993), facilitar el trozamien- bajo las cuales aparece este tipo de fractura en
to y transporte (Massone et al. 1993; Prieto Ms. en diferentes sitios de Patagonia. Asimismo, hemos
Muñoz y Belardi 1998), procesar carcasas congela- presentado evidencia que sugiere al menos para
das y/o con rigor mortis (Binford 1978, 1981; Lupo momentos del Holoceno tardío un procesamiento
1994; Muñoz y Belardi 1998), adecuar los huesos estandarizado de las carcasas de guanaco por me-
al tamaño de contenedores utilizados para hervir dio de la fractura transversa/marcado perimetral
(Gifford González 1989), obtener formas base para que se relacionaría con la extracción completa de
instrumentos (Bird 1993; Miotti 1998; Hajduk y médula ósea y que estaría asociada a determinadas
Lezcano 2005) o bien una combinación de varias de tecnologías y se daría bajo condiciones espacio-
estas posibilidades (Muñoz y Belardi 1998; Hadjuk ambientales diversas.
y Lezcano 2005). La multiplicidad de funciones pro-

AGRADECIMIENTOS
A Juan Bautista Belardi y Rafael Goñi por la lectura y los comentarios hechos al manuscrito permitien-
do mejorar la versión original. A Cristian A. Kaufmann por sus comentarios como evaluador.
A Agustín Smart de la estancia Menelik y los Guardaparques Germán Meripillán, Magdalena Pollini y
Pablo Agnone del Parque Nacional Perito Moreno.
Agradecemos también a los proyectos donde se enmarcan nuestras investigaciones: ANPCYT PICT
04 2695, UNPA UARG 29/A114, UBACYT FO65 y al INAPL (Secretaria de Cultura de la Nación).

Bourlot et al 703
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

BIBLIOGRAFÍA

Aragone, A. C. Orono: Center for the study of the first Americans.


2007 Análisis arqueofaunístico comparativo entre Caracotche, M. S., I. Cruz, S. Espinosa, F. Carballo
los conjuntos óseos de Médanos Lago Posadas y Marina, J. B. Belardi
Parapetos Pampa del Asador (Pcia. de Santa Cruz). 2005 Rescate arqueológico en el Parque Nacional
Tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas, Monte León Nacional, (Santa Cruz, Argentina).
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Magallania 33 (2):143-163.
Aires. Caviglia, S. y L. A. Borrero
Aragone, A. C., T. J. Bourlot, G. Cassiodoro y A. Re 1978 Bahía Solano: su interpretación
2004 Análisis comparativo del registro arqueológico paleoetnozoológica en un marco regional. Actas del
en médanos de interior de Santa Cruz: resultados V Congreso Nacional de Arqueología Argentina, San
preliminares. En Miradas. Trabajos de las V Jornadas Juan, en prensa.
de Jóvenes Investigadores en Ciencias Antropológicas. Cassiodoro, G.
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento 2008 Movilidad y uso del espacio de cazadores-
Latinoamericano. pp. 327-345. Buenos Aires. recolectores del Holoceno tardío: estudio de la
Aragone, A. C. y G. Cassiodoro variabilidad del registro tecnológico en distintos
2005-2006 Los parapetos del Cerro Pampa: registro ambientes del noroeste de la provincia de Santa
arqueofaunístico y tecnológico (noroeste de la Cruz. Tesis de Doctorado. Facultad de Filosofía y
provincia de Santa Cruz). Arqueología 13:131-154. Letras. UBA.
Binford, L. Cassiodoro, G., A. Aragone y A. Re
1978 Nunamiut Ethnoarchaeology. Academic Press, 2004 Más allá de los chenques... Registro
New York. arqueológico de sitios a cielo abierto en la cuenca
Binford, L. los lagos Salitroso y Posadas–Pueyrredón. En Contra
1981 Bones: Ancient Men and Modern Myths. viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado
Academic Press, New York. por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
Blumenschine, R. J. pp. 325-338. Instituto Nacional de Antropología y
1988 An experimental model of the timing of Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
hominid and carnivore influence on archaeological de Antropología, Buenos Aires.
bone assemblage. Journal of Archaeological Science De Nigris, M. E.
15: 483-502. 2004 El consumo en grupos cazadores recolectores.
Bird, J. B. Un ejemplo zooarqueológico de Patagonia meridional.
1993 Viajes y arqueología en Chile Austral. Editado por Tesis de Doctorado. Sociedad Argentina de
J. Hyslop, Ediciones de la Universidad de Magallanes, Antropología. Buenos Aires.
Chile. Elkin, D.
Bonnichsen, R. 1995 Volume Density of South American
1973 Some operacional aspects of human and animal Camelid Skeletal Parts. International Journal of
bone alteration. En Mammalian Osteo-Archaeology: Osteoarchaeology 5: 29-37.
North America, editado por B. Miles Gilbert, pp. Enloe, J. G.
9-24. Special Publications, Missouri Archaeological 1993 Ethnoarchaeology of Marrow Cracking:
Society, Columbia: University of Missouri. Implications for the Recognition of Prehistoric
Borrero, L. A. Subsistence Organization. En From Bones to Behavior:
1990 Fuego-Patagonian bone assemblages and the Ethnoarchaeological and Experimental Contributions
problem of communal guanaco hunting. En Hunters to the Interpretation of Faunal Remains, editado
of the recent past, editado por L.B. Davis y B.O.K. por J. Hudson, pp. 82-97. Center for Archaeological
Reeves, pp. 373-379. Unwin Hyman, Londres. Investigations, University at Carbondale, Southern
Bourlot, T. J. Illinois.
2004 Uso del espacio en la cuenca del Lago Cardiel Espinosa, S. L. y R. A. Goñi
(Santa Cruz, Argentina): Análisis del registro 1999 ¡Viven! Una fuente de obsidiana en la provincia
zooarqueológico y artefactual de médanos. Tesis de de Santa Cruz. En Soplando en el viento. III Jornadas
Licenciatura en Ciencias Antropológicas. Facultad de de Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi,
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M.
Bourlot, T. J. De Nigris, pp. 177-188. Neuquén-Buenos aires
2008 Análisis faunístico de sitios arqueológicos a Gradín, C.
cielo abierto localizados en ambientes de médanos 1976 Parapetos de piedra y grabados rupestres de la
del lago Cardiel (provincia de Santa Cruz, Argentina) meseta del lago Buenos Aires. Actas y Memorias IV
Tesis doctoral en curso. Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Revista
Bunn, H. T. del Museo Historia Natural de San Rafael, Mendoza.
1989 Diagnosing Plio-Pleistocene hominid activity pp. 315-337.
with bone fracture evidence. En Bone Modification, Gifford González, D.
editado por R. Bonnichsen y M. H. Sorg, pp. 299-316. 1989 Ethnographic analogues for interpreting

704
La fractura transversa/marcado perimetral en sitios a cielo abierto durante el Holoceno tardío en el noroeste de Santa Cruz

modified bones: some cases from East Africa. En Rodrigo


Bone modification, editado por Bonnichsen, R. y M. 2003 Importance of limb bone shaft fragments in
Sorg, pp. 179-246. University of Maine, Orono. zooarchaeology; a response to “On situ attrition and
Hadjuk, A. y M. Lezcano vertebrate body part profiles” (2002), by M. C. Stiner.
2005 Un “nuevo viejo” integrante del elenco de Journal of Archaeological Science 30: 1469-1482.
instrumentos óseos de Patagonia: los machacadores Prieto, A.
óseos. Magallania 33 (1):63-80. El problema de las epífisis con marcado perimetral-
Lupo, K. D. semiperimetral y fractura. Ms.
1994 Butchering marks and carcass acquisition Re, A.
strategies distinguishing hunting from scavenging 2006 Uso del espacio en el oeste de la cuenca de los
in archaeological contexts. Journal of Archaeological lagos Pueyrredón, Posadas y Salitroso (Provincia de
Science 12:221-236 Santa Cruz): una aproximación tecnológica. Tesis de
Lupo, K. D. y D. N. Schmitt Licenciatura en Ciencias Antropológicas, Facultad de
2005 Small prey hunting technology and Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
zooarchaeological measures of taxonomic diversity Rindel, D.
and abundance: ethnoarchaeological evidence 2008 Arqueología de momentos tardíos en el
from Central African forest foragers. Journal of Noroeste de la Provincia de Santa Cruz: una
Anthropological Archaeology 24: 335-353. perspectiva faunística. Tesis doctoral en curso.
Lyman, R. L. Rindel, D., R. A. Goñi y S. L. Espinosa
1994 Vertebrate Taphonomy. Cambridge University 2005 Istmo Lago Belgrano: evaluación del registro
Press, New York. faunístico y tecnológico. Trabajo presentado en el
Massone, M., D. Jackson y A. Prieto XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Río
1993 Perspectiva Arqueológica de los Selk´nam. Cuarto, Córdoba. En prensa.
Colección de Antropología, Centro de Investigaciones Rindel, D., G. Cassiodoro y A. Aragone
Diego Barros Arana, Universidad de Magallanes y 2007 La utilización de las mesetas altas durante
Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Chile. el Holoceno tardío: el sitio Cerro Pampa 2: Ojo de
Mena L. F. y D. Jackson Agua (Santa Cruz, Argentina). En Arqueología de
1991 Tecnología y subsistencia en Alero Entrada Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
Baker, Región de Aisén, Chile. Anales del Instituto de huesos...y develando arcanos. Editado por F. Morello,
la Patagonia, (Serie Ciencias Sociales) 20:169-203. M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 649-661.
Mengoni Goñalons, G. L. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
1982 Notas zooarqueológicas I: fracturas en huesos. Savanti, F., T. Bourlot y A. Aragone
En Actas del VIII Congreso Nacional de Arqueología, 2004 Arqueofauna y ocupación tardía de las franjas
Colonia del Sacramento, Uruguay. de médanos del Lago Cardiel, provincia de Santa
Mengoni Goñalons, G. L. Cruz. En Contra viento y marea. Arqueología de la
1999 Cazadores de guanacos de la estepa patagónica. Patagonia, editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires. y A. G. Guraieb, pp. 497-506. Instituto Nacional de
Mengoni Goñalons, G. L. y M. L. Silveira Antropología y Pensamiento Latinoamericano -
1976 Análisis e interpretación de los restos faunísticos Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
de la Cueva de las Manos, Estancia Alto Río Pinturas Savanti, F., T. Bourlot y A. Aragone
(Provincia de Santa Cruz). Relaciones de la Sociedad 2005 Zooarqueología y uso del espacio en lago
Argentina de Antropología 10: 261-270. Cardiel (Pcia. de Santa Cruz, Patagonia Argentina).
Miotti, L. Arqueofauna 14: 111-127.
1998 Zooarqueología de la Meseta Central de Santa Stahl, P. W.
Cruz. Un enfoque de las estrategias adaptativas 1999 Structural density of domesticated South
aborígenes y los paleoambientes. Revista del Museo American camelid skeletal elements and the
de Historia Natural de San Rafael, 10 (1/4). archaeological investigation of prehistoric Andean
Muñoz, A. S. y J. B. Belardi Ch’arki. Journal of Archaeological Science 26:1347-
1998 El marcado perimetral en los huesos largos de 1368.
guanaco de Cañadón Leona (Colección Junius Bird): Todd, L. C. y D. J. Rapson
implicaciones arqueofaunísticas para Patagonia 1988 Long Bone Fragmentation and Interpretation
Meridional. Anales del Instituto de la Patagonia, (Serie of Faunal Assemblages: Approaches to Comparative
Ciencias Sociales), 26: 107-118. Analysis. Journal of Archaeological Science 15: 307-
O’Connell, J. F., k. Hawkes y N. B. Jones 325.
1988 Hadza Hunting, Butchering, and Bone Transport
and their Archaeological Implications. Journal of
Anthropological Research 44 (2): 113-161.
O’Connell, J. F., k. Hawkes y N. B. Jones
1992 Patterns in the Distribution, Site Structure and
Assemblage Composition of Hadza Kill-Butchering
Sites. Journal of Archaeological Science 19: 319-345.
Pickering, T. R., C. W. Marean y M. Domínguez-

Bourlot et al 705
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

706
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias
en el uso del recurso faunístico en la sociedad
Selknam
Edgard Camarós1, Vanesa Parmigiani2 y Ester Verdún Castelló1

A B S T R A C T

In this paper we analyze the differences between a domestic space and a ritual one produced
by the Selknam people (Tierra del Fuego), using archaeozoology. The differentiation between
one area and the other has been possible thanks to ethnography, because differences
were barely perceptible archaeologically speaking. This study also makes us think on
how the tangible result of a hunter-gatherer society ceremony, can be not so noticeable.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se enmarca en el proyecto


de estudios conjuntos entre el Centro Austral de
Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) y la
Universidad Autónoma de Barcelona titulado “So-
ciedad y ritual: El uso del bosque como espacio
ritual entre los Selknam de Tierra del Fuego”, que
se viene llevando a cabo desde el 2003, bajo la di-
rección de María Estela Mansur (CONICET-CADIC)
y Raquel Piqué (Universitat Autònoma de Barcelo-
na).
La localidad Ewan comprende un conjunto de
sitios arqueológicos ubicados geográficamente en
la zona central de Tierra del Fuego. Los sitios se
encuentran en un claro del bosque caducifolio de Figura 1. Ubicación geográfica de la localidad arqueo-
ñire (Nothofagus antartica), en las cercanías del río lógica Ewan.
Ewan y a unos 12 km de su desembocadura en la
costa atlántica (Figura 1).
A partir de las distintas campañas arqueológi- la tala de los árboles en el año 1905, momento de
cas llevadas a cabo desde el 2003 hasta la fecha, se contacto con los europeos (Berihuete et al. 2007).
pudieron detectar e identificar varios sitios arqueo- Ewan II está ubicado a 200 m de Ewan I, en el
lógicos en la misma zona, muy próximos unos de interior del bosque, junto a la primera línea de ár-
otros. Los trabajos de excavación se realizaron en boles del lado opuesto del claro. En él se localizaron
dos sitios que presentaban una estructura definida: cuatro estructuras de combustión separadas entre
Ewan I y Ewan II. El primero está emplazado en un sí por una distancia de 10 m. La excavación de una
claro de bosque y se caracteriza por conservar en de las estructuras permitió corroborar que se trata-
pie algunos postes principales de la estructura aé- ba de una choza derrumbada, de menores dimen-
rea de una choza, con un diámetro de 6 m y una siones que la primera.
altura de 3,17 m (Figura 2). Algunos de estos postes No nos extenderemos aquí en la descripción de
fueron fechados por dendrocronología, situando los materiales recuperados en ambos sitios. Éstos
1 Laboratori d’ Arqueozoologia. Universitat Autònoma de Barcelona. [email protected]; [email protected]
2 Universidad Nacional de La Plata. [email protected]

Camarós et al. 707


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

son presentados en otros trabajos en esta misma al. 2007; Camarós y Parmigiani 2007; Mansur et al.
obra (microlascas e instrumentos de vidrio, De An- 2007; Bogdanovic et al. 2008).
gelis 2007, 2008 en este volumen; semillas y car- La sociedad Selknam ocupó la zona interior de
bones, Berihuete et al. 2007; Bogdanovic et al., en la Isla Grande de Tierra del Fuego, desde el lago
este volumen). Fagnano hasta el Estrecho de Magallanes, hasta
principios del siglo XX. La llegada de los europeos
motivó su desaparición como sociedad. Su sistema
económico era cazador-recolector y se fundamen-
taba en la explotación de los recursos que ofrecía
el medio (cf. Borrero 1991; Chapman 2007). Este
trabajo quiere resaltar también, que además de
guanaco consumían también otros recursos y, para
ello, se movían por todo el territorio.
El Hain era un ritual que servía para que los ado-
lescentes varones entrasen en el mundo adulto. Se-
gún las crónicas, tanto la de Martin Gusinde como
la de Anne Chapman, el Hain se realizaba de mane-
ra periódica, aunque no estaban establecidos ni la
época de realización, ni su tiempo de duración. El
lugar también podía variar. A grandes rasgos, la ce-
lebración del ritual se caracterizaba por la construc-
ción de una choza más grande que las otras dónde
se reunían los hombres y los adolescentes a iniciar.
Figura 2. Estructura aérea del sitio Ewan I. Allí tenían lugar la mayoría de las actividades ce-
remoniales. Esta choza se ubicaba sola, junto a un
A partir de testimonios de habitantes del lugar claro, mientras que en el lado opuesto se ubicaban
y de las crónicas etnográficas, se relacionaron los las chozas “domésticas” donde estaban las muje-
sitios arqueológicos con una actividad ritual desa- res, niñas y niños no iniciados, quienes no tenían
rrollada por la sociedad indígena Selknam, el Hain. acceso a la misma. Se trataba de una ceremonia
A través de la información etnográfica y arqueoló- secreta, ya que nadie que no fuera hombre adulto o
gica, los sitios fueron interpretados como contem- los adolescentes iniciados podía saber qué pasaba
poráneos y vinculados entre sí, en función de su dentro de la choza ritual. Esta ceremonia tenía bá-
situación en el bosque, de las características de los sicamente el objetivo de asustar a las mujeres para
materiales arqueológicos hallados, su distribución asegurar el control social por parte de los hombres
espacial, así como por las características de las es- y seguir manteniendo una situación de poder sobre
tructuras descubiertas. Éstas coinciden con los re- las mujeres. El papel de éstas en la ceremonia era
latos etnográficos de Martín Gusinde (1982 [1931]) de espectadoras, aunque este rol también era una
y Anne Champan (2007 [1982]) para la realización parte necesaria en el desarrollo del ritual (Vila et al.
de la ceremonia de iniciación “Hain” (Berihuete et 2004; Chapman 2007).

EL ANÁLISIS ARQUEOZOOLÓGICO

Los restos de fauna son muy abundantes tan- llevado a cabo mediante la confrontación de los
to en Ewan I como en Ewan II. Su estudio es básico resultados de las diferentes líneas de análisis (tec-
para evaluar los sistemas de gestión de los recursos nología lítica, vegetales, fauna, etc.). En este tra-
consumidos por un lado, y para evaluar la posibi- bajo presentamos los resultados del análisis de la
lidad de detectar diferencias significativas entre gestión de los recursos arqueofaunísticos en su to-
los dos sitios por otro. Esto último, nos aportará talidad (vertebrados e invertebrados) de los sitios
información sobre las distintas actividades llevadas Ewan I y Ewan II-estructura 11.
a cabo en cada contexto. Uno de los objetivos del Con el fin de optimizar la recuperación del ma-
proyecto es abordar el análisis del registro arqueo- terial arqueológico, se efectuó el registro tridimen-
lógico de un sitio ceremonial, para evaluar diferen- sional de todos los restos determinables o cuyas
cias y similitudes en el consumo de los recursos y dimensiones superaran los 2 cm, seguido por el
utilización del espacio. Esta diferenciación se ha tratamiento del sedimento del interior de las es-

708
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad Selknam

tructuras mediante la técnica de flotación, recupe- to arqueológico está formado por una estructura
rándose de esta manera los materiales en tamices de la que aún se conservan en pie algunos troncos.
de 2 y 1 mm. En el interior de la choza se pudo documentar la
Para la identificación a nivel anatómico y taxo-existencia de una estructura de combustión y res-
nómico se usó la colección de referencia (CADIC) tos de distintos materiales arqueológicos. Entre los
así como diferentes atlas osteológicos específicos vestigios documentados encontramos, además de
(Schmid 1972; Barone 1976; Pacheco et al. 1979). la fauna, restos vegetales carbonizados (madera y
Para los invertebrados se utilizó la guía de Forcelli
semillas), microlascas de vidrio, metal y restos de
(2000). En general, el conjunto faunístico recupe- pigmento de ocre (Berihuete et al. 2007; Mansur et
rado en Ewan I y Ewan II se caracteriza por un alto al. 2007; De Angelis 2008).
grado de fragmentación. En referencia a los restos La mayoría de los materiales se encuentran con-
de vertebrados, se recuperó un total de 29942 frag- centrados dentro de la estructura de combustión o
mentos, de los cuales el 95,5% se obtuvo a través en las zonas adyacentes a ésta. Esta situación tam-
del tamizado en seco y la flotación. Los taxones bién afecta a los restos arqueofaunísticos, dando
determinados tanto en Ewan I como en Ewan II, como resultado la termoalteración del material
corresponden a fauna que actualmente podemos recuperado (huesos y valvas) en diferentes grados,
encontrar en el lugar. aunque la mayoría de los restos están calcinados
(Figura 3).
Ewan I El total de restos recuperados en Ewan I es de
Ewan I es el sitio que fue identificado como 21369 fragmentos. No obstante, sólo 308 han po-
choza ceremonial, donde se reunían los hombres y dido ser determinados, anatómica (65 fragmentos)
tenía lugar la mayor parte del ritual. El yacimien- o taxonómicamente (243 fragmentos) a causa del

Figura 3. Restos óseos termoalterados de Ewan I.

Camarós et al. 709


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

alto grado de fragmentación debido, en parte, a la debido al alto grado de fragmentación, no ha sido
acción del fuego. De los restos no determinados, el posible discriminar entre una y otra especie y se ha
96% tienen un tamaño menor a 2 cm (Tabla 1). optado por clasificarlas dentro del taxón Nacella sp.
Además, ha de mencionarse la presencia de un fósil
Número de fragmentos Ewan II- del género Turritella sp., de procedencia geológica
Ewan I
óseos estructura 1 y que se encuentra en el sedimento como producto
No Determinados 21061 7890
de la erosión y posterior transporte desde forma-
ciones geológicas del Terciario marino (D. Marti-
Det. Anatomicamente 65 105 nioni, Lab. Geología Andina, CADIC, comunicación
Det. Taxonómicamente 243 578 personal 2005) (Figura 5 y Tabla 2).
Tabla 1. Cantidad de fragmentos óseos en cada sitio.

En referencia a la composición taxonómica,


hemos identificado la presencia de los siguientes
taxones: guanaco (Lama guanicoe) (72%); mamífe-
ro de tamaño medio (18,1%)²; tuco-tuco fueguino
(Ctenomys magallanicus) (3,7%); avifauna (2,5%);
ictiofauna (Austrolycus laticinctus)³ (2,5%) y conejo
(Oryctolagus cuniculus) (1,2%) (Figura 4). La pre-
sencia de esta última especie es debida a factores
tafonómicos ya que parte del yacimiento se encon-
traba alterado por una conejera. Por esta razón los
restos óseos de conejo, al ser agentes intrusivos y Figura 5. NMI de los restos de moluscos de Ewan I y
tafonómicos no presentaban alteración térmica o Ewan II.
marca alguna que evidenciara modificaciones an-
NMI total
trópicas (Camarós y Parmigiani 2007; Camarós et
Ewan I Ewan II
al. 2008).
N. deaurata 2 2

N. magellanica 51 9

Nacella sp. 90 152

Turritella sp. 1 2

gaster ND 1

Placophora 1

Mytilus edulis 1 2

Total 145 169


Tabla 2. NMI de los restos de moluscos de Ewan I y
Ewan II.

En este caso, los restos también han sido alta-


mente afectados por la termoalteración. Los mo-
Figura 4. Porcentajes y NR de los taxones representa- luscos aparecen muy fragmentados y con distintas
dos en Ewan I. coloraciones causadas por la exposición a distintos
grados térmicos, ya sea por el grado de intensidad
Además de los restos de fauna vertebrada, de la combustión o por el tiempo de exposición al
también se recuperaron moluscos marinos. En este mismo (Figura 6). Los individuos enteros recupera-
caso, el número de individuos documentados en dos de Ewan I son sólo el 30,34%.
Ewan I es de 145 individuos, la gran mayoría, gas- El espectro de recursos consumidos en Ewan I
terópodos. Sólo se ha documentado un bivalvo, de muestra una amplia explotación del ambiente por
la especie Mytilus edulis chilensis (mejillón). El resto parte de la sociedad Selknam. Se consumieron
de los taxones recuperados corresponden a dos es- tanto animales de zonas boscosas de tamaño me-
pecies de lapas (Nacella (P.) magellanica y Nacella diano-grande (i.e. guanaco) y animales de tamaño
(P.) deaurata) muy comunes en la costa atlántica pequeño (i.e. tuco-tuco) así como recursos marinos
de la isla (Camarós et al. 2008). En muchos casos, (i.e. peces y moluscos).
710
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad Selknam

madera carbonizadas, microlascas e instrumentos


de vidrio, fragmentos de metal y restos de pigmen-
tos de ocre (Berihuete et al. 2007; Mansur et al.
2007; Bogdanovic et al. 2008; De Angelis 2008).
En referencia a los restos arqueofaunísticos
recuperados, en Ewan II-estructura 1 se contabili-
zó un total de 8573 fragmentos. También en este
caso, el alto grado de fragmentación y afectación
por termoalteración de los restos fue la causa de
que sólo se pudieran identificar 683 restos. De és-
Figura 6. Diferentes grados de termoalteración en los tos, sólo 105 fueron identificados a nivel anatómi-
restos malacológicos. co, mientras que 578 fueron identificados también
taxonómicamente. Del total de fragmentos no
Ewan II -estructura 1 identificados (7890), el 85,2% es de tamaño menor
Ewan II está situado a unos 200 m de Ewan a 2 cm. Este último dato es similar al obtenido para
I en el lado opuesto del claro, dentro del bosque. los restos de Ewan I (Tabla 1).
Aunque se detectaron otras cuatro estructuras de Los taxones identificados en Ewan II-estructu-
combustión en los alrededores de este sitio, por el ra 1 son: guanaco (Lama guanicoe) (30,8%); oveja
momento, ésta constituye la única estructura exca- (Ovis aries) (23,9%); zorro colorado (Pseudalopex
vada (Bogdanovic et al. 2008). culpaeus); (4,5%); roedor (Ctenomys sp.) (6,4%);
El yacimiento está delimitado por troncos que ictiofauna (1%); avifauna (0,2%) y un 33,2% que
formaban parte de la estructura aérea. A diferen- definimos como mamífero de tamaño medio del
cia de Ewan I, en este caso no se conserva en pie. que no podemos asegurar la especie, debido a las
Sin embargo durante el transcurso de la excavación posibles adscripciones de estos elementos tanto a
aparecieron troncos caídos en forma radial que po- guanaco como a oveja (Camarós y Parmigiani 2007;
drían corresponder a la misma. En cuanto al tama- Camarós et al. 2008) (Figura 8).
ño de la choza, ésta es menor que la del sitio Ewan Al igual que en Ewan I, también en este yaci-
I y su diámetro estaría comprendido entre los 3 y miento se recuperaron restos de moluscos ma-
4 m. rinos. En total se documentó la presencia de un
En Ewan II no todo el material arqueofaunístico número mínimo de individuos de 169 moluscos.
se encuentra circunscripto al área de combustión, Una cantidad muy similar a la documentada en
ya que lo encontramos distribuido por toda la su- Ewan I. También en este caso son los gasterópo-
perficie de la choza con evidencias de termoaltera- dos, concretamente las lapas (Nacella (P.) magella-
ción y sin ella (Figura 7). Este hecho es importante nica y Nacella (P.) deaurata) el taxón mayoritario,
como característica diferencial entre los dos sitios. con una presencia de 163 individuos. Además de
Además de los restos de fauna (invertebrados éstas, también se recuperaron restos de mejillón
y vertebrados), se recuperaron también semillas y (Mytilus edulis chilensis), de placóforo o quitón y

Figura 7. Diferentes grados de termoalteración en los restos óseos.

Camarós et al. 711


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

quedar totalmente al descubierto. Nacella (P.) ma-


gellanica, que se ubica en la zona superior y media
del intermareal, queda más tiempo fuera del agua
que Nacella (P.) deaurata que se ubica entre la zona
inferior del intermareal y la zona sublitoral (Morri-
coni 1999; Camarós et al. 2008).
También en este caso los moluscos tienen un
alto grado de fragmentación y termoalteración.
Para Ewan II-estructura 1 sólo están enteros el
5,99% de los individuos recuperados. Además, los
restos también presentan distintas coloraciones
por termoalteración, que corresponden a distintos
grados de exposición al fuego, tanto por tempera-
Figura 8. Porcentajes y NR de los taxones representa- tura como por tiempo.
dos en Ewan II. Los recursos animales consumidos en Ewan II
son muy similares a los consumidos en la choza ce-
fragmentos de Turritella sp. y de un gasterópodo remonial. Pero en este caso, es destacable el con-
no identificado (Figura 5 y Tabla 2) (Camarós et al. sumo también de la oveja como característica dife-
2008). Estos dos últimos taxones son fósiles. Igual rencial entre los dos sitios. El momento cronológico
que pasa en Ewan I, su presencia en el sitio se ex- en el que se sitúa el Htain es en la época de contac-
plica por agentes naturales de la propia formación to con los europeos, momento en el cual también
geológica del depósito sedimentario. Todos los se introducen nuevos recursos como las ovejas. Su
taxones representados, menos estos últimos, son presencia en la choza “doméstica” refuerza la idea
de consumo alimentario habitual. Las lapas y me- del consumo de todo tipo de recursos disponibles,
jillones se pueden encontrar fácilmente en la zona y entre éstos también los recién introducidos.
intermareal y en momentos de marea baja pueden

COMPARACIÓN ENTRE EWAN I Y II-ESTRUCTURA 1

Los resultados del análisis arqueofaunístico de Según estas descripciones, el guanaco se caza-
Ewan I y Ewan II-estructura1 constituyen un ejem- ba con arco y flecha y con la asistencia de los pe-
plo de como la sociedad Selknam está explotando rros. La caza del zorro se hacía también con arco
todos los recursos que tiene a su alcance. Aunque y flecha o garrote y también con la ayuda de los
con pequeñas diferencias, en los dos sitios se refle- perros. La caza de los roedores (tuco-tucos) era
ja el mismo tipo de gestión de los recursos. El radio una actividad importante. Carlos Gallardo describe
de explotación de estos es bastante extenso y abar- que estas cacerías podían llegar a producir más de
ca distintos ambientes: por un lado se documentan cuatrocientas piezas por partida (cf. Gallardo 1998
recursos como el guanaco, el roedor o el zorro colo- [1910]: 190).
rado que se encuentran en las zonas abiertas y ári- Los roedores se cazaban directamente dentro
das o boscosas de la isla (Massoia et al. 1993) que de sus madrigueras, con palos largos o con hondas
se podían obtener en los alrededores de las chozas. indistintamente. La caza de aves era una actividad
Por otro lado, tenemos recursos como los peces y comunal. Todas las crónicas atestiguan la importan-
los moluscos, que indican el desplazamiento de una cia de esta tarea colectiva. Ciertas aves se cazaban
parte del grupo hacia la costa para conseguirlos. de noche con antorchas para alumbrarlas en la os-
Además, el consumo de animales tan distin- curidad o también podían capturarse directamente
tos requiere distintas técnicas de captura y por lo en los nidos de los acantilados o bien usando distin-
tanto, distinto instrumental tecnológico adecuado tos tipos de trampas, hondas o flechas pequeñas.
para cada actividad. Dichas actividades e instru- El número de animales obtenidos de estas cacerías
mental específico están bien documentadas et- era muy alto.
nográficamente. Todas las crónicas (Gusinde 1982 En referencia a los recursos acuáticos, los peces
[1937]; Gallardo 1998 [1910]; Lothrop 2002 [1928]; se obtenían con cebo o red o bien podían obtener-
Chapman 2007 [1982]) coinciden en la descripción se los que quedaban atrapados en charcos en mo-
de las técnicas usadas para capturar cada uno de mentos de marea baja con una azagaya de pesca o
los recursos que se han identificado en Ewan I y II. un arpón pequeño. La recolección de los moluscos

712
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad Selknam

se hacía directamente con la mano o también con demos observar la ausencia de oveja (taxón intro-
la ayuda de un instrumento con filo o de una estaca ducido por los europeos) en la choza ritual (Ewan I).
terminada en punta. El transporte se hacía median- En este sitio tampoco documentamos la presencia
te cestos. de zorro colorado, ni de restos óseos modificados
Según la literatura etnográfica (Gusinde 1982; por cánidos en superposición a marcas de corte de
Lothrop 2002; Chapman 2007) algunas actividades origen antrópico que, por el contrario, sí aparecen
eran realizadas sólo por mujeres. Los recursos apor- en Ewan II. En consecuencia, en Ewan I, el guanaco
tados por ellas eran los moluscos y los peces que es la única especie consumida arqueozoológica-
quedaban atrapados durante la marea baja. Anne mente constatable a partir de las marcas y de la ter-
Chapman añade que las mujeres también cazaban moalteración. El consumo de roedores, aves y pe-
guanacos jóvenes con garrote y con la ayuda de los ces se documenta a partir de la termoalteración. A
perros. Según esta autora y Carlos Gallardo, la caza diferencia de todos los taxones mencionados el co-
de roedores la realizaba toda la familia o bien las nejo es totalmente intrusivo al sitio, ya que su pre-
mujeres con los niños. Esto demuestra una clara di- sencia en él es como agente disturbador y no como
ferenciación sexual del trabajo, dado que las tareas recurso. En cuanto a los peces, los especímenes
se reparten de acuerdo a un criterio de género. procedentes de Ewan I son fragmentos atribuibles
La comparación del registro arqueofaunístico a un ejemplar de Austrolycus laticinctus, una espe-
de los dos sitios revela que la principal diferencia cie marina que comúnmente puede ser recolectada
entre ambos es el mayor número de restos y el ma- en la zona intermareal debajo de rocas, donde se
yor grado de fragmentación, que presenta Ewan I, oculta durante las mareas bajas (F. A. Zangrando,
la choza ritual, (21369) respecto a Ewan II (8573). comunicación personal 2007). Si bien su presencia
En el caso de los restos de invertebrados, también es escasa en Ewan I, en Ewan II no se ha recuperado
aparecen muy fragmentados en los dos sitios, pero ningún especimen atribuible a ictiofauna.
a diferencia de lo que sucede con los vertebrados, Para el caso de los moluscos no observamos
el porcentaje de malacofauna entera es mayor diferencias significativas: las lapas son el taxón
(30,34%) en Ewan I que en Ewan II (5,99%). Tam- mayoritario, tanto para Ewan I como para Ewan II,
bién en este sentido, vemos que en Ewan I más del recuperándose un NMI similar en los dos sitios. Las
90% de los restos de fauna están situados espacial- condiciones de recuperación de estos restos son
mente en el centro de la choza, en el área de com- también similares dado el alto grado de fragmen-
bustión y en su periferia más cercana (como sucede tación y la termoalteración que presenta el mate-
con prácticamente todo el material arqueológico). rial en los dos sitios. Las especies presentadas en
En Ewan II podemos observar que la distribución de la tabla 2 son muy comunes en la zona de la costa
los restos arqueológicos es mucho más amplia: si atlántica de la Isla y se encuentran en la zona in-
bien hay una concentración en el área de combus- termareal, por lo tanto, en los momentos de ma-
tión, también están dispersos en el resto del sitio, rea baja pueden quedar totalmente fuera del agua,
en lo que corresponde a la zona interior. siendo de fácil acceso para su recolección.
Siguiendo con las diferencias significativas, po-

CONCLUSIÓN

El resultado del estudio arqueozoológico es co- da evidenciado por la diferencia en el tratamiento


herente con la expectativa de registro arqueológico de los residuos y por la posición de la entrada de
de la ceremonia del Hain. El registro arqueofaunís- acceso a la choza ritual, escondida de la vista de las
tico coincide con las descripciones de los distin- personas que estaban en las chozas domésticas. Se
tos etnógrafos que aportan información sobre la realizaba pues una actividad de ocultamiento, que
sociedad Selknam (Gusinde1982 [1931]; Gallardo queda patente en el registro. Por otro lado tene-
1998 [1910]; Lothrop 2002 [1928]; Chapman 2007 mos las chozas “domésticas” (identificadas con el
[1982]). Durante la ceremonia del Hain, se desa- sitio Ewan II), donde tenían lugar las actividades co-
rrollaban las actividades que debían iniciar a los jó- tidianas no rituales. En los dos ámbitos/contextos
venes varones al mundo adulto masculino en una se realizó un consumo diferencial de los recursos
choza más grande de lo habitual, identificada con animales según el registro arqueológico, hecho que
el sitio arqueológico Ewan I. Según estas crónicas, también se evidencia en las mismas crónicas.
todo lo que se consumía o producía en la choza del A partir de los restos arqueofaunísticos estas
Hain era eliminado para no dejar rastro de lo que diferencias en la actividad social se materializan en
allí se hacía a ojos de las mujeres y niños. Esto que- base a distintos factores:

Camarós et al. 713


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

a- En el alto grado de fragmentación como re- ción, en el grado de termoalteración y en las marcas
sultado de la termoalteración y el tipo de gestión de de carnívoros: en Ewan II se da un consumo y dese-
los restos faunísticos de Ewan I, comparado con los cho producto de una actividad social “cotidiana” y
de Ewan II, lo cual nos evidencia una clara intención en Ewan I de una actividad social “especial”. Este
de ocultamiento de las actividades allí desarrolla- tratamiento diferencial de los residuos nos puede
das: se pretendía eliminar todos los restos suscepti- estar sugiriendo, para Ewan I, una intencionalidad
bles de aportar información a las mujeres sobre las que va mas allá de la limpieza de la choza, que po-
actividades que los hombres realizaban dentro de dría ser interpretada como un ocultamiento para
la choza ritual. En concordancia con esto encontra- el resto de la sociedad Selknam de las actividades
mos más del doble de restos determinables a nivel llevadas a cabo allí (Vila et al. 2004).
específico en Ewan II (la choza doméstica) que en Por lo que respecta al consumo de recursos
Ewan I (choza donde tenían lugar muchas de las ac- animales en sí, a nivel arqueozoológico, podemos
tividades del ritual). constatar que si bien los Selknam consumen gua-
b- En Ewan I no se encontraron marcas de car- naco, también tenemos representados otro tipo de
nívoros sobre ningún resto óseo, al contrario que recursos animales más pequeños que, aunque se
Ewan II, donde éstas sí están presentes. Esto podría mencionan en las crónicas, siempre quedan en un
evidenciar lo que relataba Gusinde (1982: 985-986 segundo plano como tales. Este es el caso de la ic-
[1931]): “La Choza Grande nunca está completa- tiofauna, las aves, los roedores y los moluscos. Las
mente a solas. {...} Pues existe el peligro que los pe- distintas crónicas hacen referencia al consumo de
rros ingresen a la abandonada Choza del Klóketen, estos recursos y a partir de la arqueología es posi-
revuelvan allí las cosas y arrastren afuera, a la vista ble corroborarlo. La presencia de moluscos, de res-
de las mujeres, restos de huesos, pedazos de carne, tos de peces marinos y roedor es un claro ejemplo
saquitos con tierras colorantes y otras cosas por el de que la sociedad Selknam explotaba todos los re-
estilo.” cursos animales que el medio les ofrecía. El hecho
En el caso de Ewan II las marcas de cánidos pue- de que la costa marítima más cercana está a unos
den deberse a la acción de los perros domésticos 12 km de los yacimientos en línea recta nos está
mientras el sitio seguía ocupado, o bien a la acción indicando que se realiza un aprovechamiento ge-
de los zorros una vez abandonado el asentamiento neral de todos los recursos disponibles en la zona,
en los restos que quedaban esparcidos en el suelo. extendiéndose a un radio bastante amplio.
En cuanto a la gestión de los recursos, la pre- En conclusión, el ejemplo arqueológico de la ce-
sencia de oveja en Ewan II y no en Ewan I podría lebración del Hain en la sociedad Selknam permite
responder al hecho de que en la choza ritual se pre- documentar un consumo diferencial de los recursos
tendía hacer un énfasis sobre el consumo de recur- animales y una gestión distinta de los residuos en-
sos “tradicionales” no introducidos. Otra posible tre el ámbito doméstico y el ámbito ritual. Si bien
explicación es que conseguir una oveja es una acti- en este caso, el uso de las crónicas etnográficas y de
vidad que resulta más evidente a ojos de las muje- los testimonios de los habitantes del lugar han sido
res y niños que salir a cazar un guanaco, dado que decisivos para identificar la función de los sitios y
las ovejas tenían que comprarse en las estancias. vincularlos a un mismo contexto, esta experiencia
Con respecto a la gestión de los residuos de los permite ser aplicada en otros casos arqueológicos.
recursos animales, estos resultados nos llevaron a En referencia sólo al registro faunístico, por ejem-
plantear para Ewan I y II diferentes estrategias. Si plo es necesario reflexionar sobre las diferentes for-
bien en los dos sitios los animales son introducidos mas (o falsas similitudes) en las que se manifiestan
con fines de consumo, el desecho de sus restos fue los contextos arqueológicos simbólicos y no simbó-
diferente, sugiriendo marcos de actividades distin- licos en sociedades cazadoras-recolectoras.
tas que se reflejan tanto en el grado de fragmenta-

AGRADECIMIENTOS
A Estela Mansur por sus aportes, críticas y su enorme apoyo; a Adriana Lasa, por su colaboración
constante; a Hernán De Angelis, por sus ideas y su paciencia y a F. A. Zangrando, por su colaboración. No
queremos dejar de agradecer a todo el equipo multidisciplinar su colaboración en aquellos puntos que no
son de nuestra especialidad.

NOTAS
1
De aquí en adelante cuando se nombre a Ewan II se estará haciendo referencia a Ewan II estructura 1.
2
Aunque es muy probable que estos restos sean también de guanaco. No podemos asegurarlo pues
este taxón al estar tan fragmentado puede presentar dudas con respecto el taxón oveja. Por esta razón

714
Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en el uso del recurso faunístico en la sociedad Selknam

hemos preferido adscribirlos a esta categoría.


3
F. A. Zangrando, comunicación personal 2007.

BIBLIOGRAFÍA

Barone, R.
1976 Anatomie comparée des mammiferes Forcelli, D. O.
domestiques. Vigot Fréres Editeurs, París. 2000 Moluscos magallánicos. Guía de moluscos de
Berihuete, M., L. Caruso, G. Massaccesi, M. E. Mansur, Patagonia y Sur de Chile. Vázquez Manzini Editores,
C. Mensua, V. Parmigiani y R. Piqué Buenos Aires.
2007 Estudios arqueobotánicos en Tierra del Fuego: Gallardo, C.
el caso de la localidad Ewan. Resúmenes Ampliados 1998 [1910] Los Onas. Ed. facsimilar, Zagier & Urruty
del XVI Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Publications, Ushuaia.
Número especial de la Revista Pacarina Tomo II 91-97. Gusinde M.
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la 1982 [1931] Los indios de Tierra del Fuego. Tomo 1:
Universidad Nacional de Jujuy. Los Selk’nam. 2 vols. Centro Argentino de Etnología
Bogdanovic I., E. Camarós, H. De Angelis, A. Lasa, Americana, Bs. As.
M. E. Mansur, A. Maximiano, V. Parmigiani, R. Piqué Lothrop, S. K.
Huerta y O. Vicente 2002 [1928] The Indians of Tierra del Fuego. An account
2008 El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam of the Ona, Yahgan, Alacaluf and Haush natives of the
en el centro de la Isla. Comunicación presentada Fuegian archipelago, Zagier & Urruty Publications,
en las VII Jornadas de Arqueología de la Patagonia, Ushuaia.
Ushuaia, abril 2008. En este volumen. Mansur M. E., A. Maximiano, R. Piqué y O. Vicente
Borrero, L. A. 2007Arqueología de rituales en sociedades cazadoras-
1991 Los Selknam (Onas). Evolución cultural en la recolectoras. Una aproximación desde el análisis del
Isla Grande de Tierra del Fuego, Búsqueda-Yuchán, espacio socialmente producido. En Arqueología de
Buenos Aires. Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
Camarós, E. y V. Parmigiani huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello,
2007 Análisis del material faunístico de sitios de M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde. pp. 707-708.
la localidad Ewan (Tierra del Fuego). Resúmenes Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Ampliados del XVI Congreso Nacional de Arqueología Massoia, E., J. C. Chebez, A. Chiappe y M. Lezcano
Argentina. Número especial de la Revista Pacarina 1993 Mamíferos silvestres del archipiélago fueguino.
Tomo I 619-623401 – 407. Facultad de Humanidades L.O.L.A., Buenos Aires.
y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Pacheco, V.; A. Altamirano y E. Guerra
Jujuy. 1979 Guía osteológica de camélidos sudamericanos.
Camarós, E., V. Parmigiani y E. Verdún Serie investigaciones Nº4, Universidad Nacional de
2008 Arqueozoología de tiempos históricos: los dos San Marcos, Gabinete de Arqueología. Lima.
lados de la frontera. Fortín Otamendi (Buenos Aires) Morriconi, E.
y Ewan I-II (Tierra del Fuego). En Zooarqueología hoy. 1999 Reproductive biology of the limpet Nacella (P.)
Encuentros hispano-argentinos, editado por J. C. Díez, deaurata (Gmelin, 1791) in Bahía Lapataia (Beagle
pp.145-161 Universidad de Burgos, Burgos. Channel). Scientia Marina. Magellan-Antartic:
Champan, A. ecosystems that drifted apart, editado por W. E. Arntz
2007 [1982] Los Selk’nam. La vida de los onas en Tierra y C. Ríos, Nº 63 (Supl.1): 417-426.
del Fuego, Emecé Editores, Buenos Aires. Schmid, E.
De Angelis, H. 1972 Atlas of animal bones for prehistorians,
2007 La utilización de materias primas introducidas archaeologists and quaternary geologists. Elsevier
en el período de contacto europeo en Tierra del Publishing Company, Ámsterdam, London, New-
Fuego. Resúmenes Ampliados del XVI Congreso York.
Nacional de Arqueología Argentina. Número especial Vila, A., R. Piqué y M. E. Mansur
de la Revista Pacarina Tomo III 631-635. Facultad de 2004 Etnoarqueología de rituales en sociedades
Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad cazadoras-recolectoras. En Catalunya-Amèrica: Fons
Nacional de Jujuy. i documents de recerca, editado por Vidal-Folch, A. y
De Angelis, H. G. Dalla-Corte Caballero, pp. 286-296. Institut Català
2008 El vidrio como materia prima introducida en de Cooperació Iberoamericana, Barcelona.
el período de contacto europeo en Tierra del Fuego.
Comunicación presentada en las VII Jornadas de
Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En
este volumen.

Camarós et al. 715


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

716
El estudio de restos de peces en conjuntos
arqueológicos del sur de Mendoza: primeros
resultados y perspectivas
Mercedes Corbat1, A. Francisco Zangrando2 y Adolfo Gil3

A B S T R A C T

This paper presents the first results concerning the study of fish bone remains in archaeological sites
of southern Mendoza. Two main objectives have guided this study: 1. To evaluate the importance
given to fishes for subsistence by human populations living in that space; 2. To examine the
relationship between zooarchaeological fish assemblages composition and distributional and
abundance conditions of these resources, in a regional scale. As a first approach to this topic,
there are presented the obtained results for the sites of La Olla, RA 1, EB3 and 5 (Middle Atuel)
and Llan 17 and 22 (Llancanelo Lagoon). The taxonomical and anatomical compositions of the
bone assemblages are examined. Related to discussions about native or introduced species, new
study perspectives are drawn up, considering its relevance for protected areas management.

INTRODUCCIÓN

Recientes investigaciones arqueológicas han la introducción de plantas domésticas en la región


señalado que sociedades cazadoras-recolectoras (Neme y Gil 2008a). Otra expectativa derivada de
del sur de la provincia de Mendoza atravesaron estos argumentos consiste en que la disminución
un proceso de intensificación en el uso del espacio en la oferta de guanacos pudo haber conducido a
y de sus recursos durante los últimos 2000 años la adopción de nuevas estrategias de subsistencia
(Gil 2006; Neme 2007; Neme y Gil 2008a). Ciertos y/o un incremento en la explotación de recursos de
modelos definen la intensificación como vía para menor rendimiento individual.
incrementar la productividad de un área a expen- En este contexto regional, toman relevancia
sas de una disminución general de la eficiencia de los hallazgos de restos arqueofaunísticos de peces
aprovisionamiento (Broughton 1994, 1997; Janet- en recientes trabajos de campo. Excepto algunas
ski 1997; Grayson y Delpech 1998; Broughton y menciones bibliográficas (Gambier 1985) para el
O’Connell 1999, entre otros). En el sur de Mendoza sur de Mendoza se carecía de información arqueo-
el desarrollo de este proceso estuvo caracterizado lógica sobre el registro de este grupo taxonómico
por la ocupación de ámbitos de baja productividad y los mismos no fueron considerados en los mo-
primaria para la subsistencia humana y por un in- delos regionales de subsistencia y organización de
cremento en el aprovisionamiento de recursos las poblaciones locales. Este trabajo explora el es-
sub-óptimos. En efecto, la diversidad taxonómica tudio de restos de peces procedentes de los sitios
de los conjuntos zooarqueológicos muestran va- arqueológicos del Atuel Medio y de laguna Llan-
riaciones que reflejan una disminución en la dispo- canelo (Figura 1). En este sentido, consideramos
nibilidad de recursos de niveles de productividad a la pesca como una estrategia que posiblemente
elevada (por ejemplo Lama guanicoe) relacionado estuvo relacionada con procesos de cambio tales
con una reducción en la movilidad de los grupos hu- como los de reducción de la movilidad y aumento
manos; posiblemente esto último estuvo sujeto a demográfico en cazadores-recolectores (Murdock

1 Facultad de Ciencias Naturales y Museo, UNLP, [email protected]


2 CONICET-CADIC / UBA, [email protected]
3 CONICET-Museo de Historia Natural de San Rafael, [email protected]

Corbat et al. 717


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Áreas de estudio y localización de los sitios considerados en el texto. Referencias: 1. Lan-17; 2. Rincón del
Atuel-1; 3. La Olla, 4. El Bosquecillo 3 y El Bosquecillo 5.

1969; Kelly 1995; Binford 2001). Los principales (RA-1), El Bosquecillo 3 (EB 3) y El Bosquecillo 5 (EB
objetivos que guían esta investigación son: 1. exa- 5) localizados en la cuenca media del río Atuel y del
minar en una escala regional la composición de los sitio Llan 17 emplazado en las cercanías de la lagu-
conjuntos zooarqueológicos de peces en función na Llancanelo (Figura 1). Primeramente, damos a
de las condiciones de distribución y abundancia de conocer los resultados obtenidos en los análisis de
estos recursos en el área considerada; y 2. evaluar estos conjuntos, permitiendo examinar la compo-
la importancia de los peces en la subsistencia de las sición taxonómica y anatómica contemplando una
poblaciones humanas que habitaron el sur de Men- perspectiva tafonómica en la formación de estos
doza. depósitos arqueológicos. Por último, analizamos
Este trabajo constituye una primera aproxima- las implicaciones de estos recursos en el marco ge-
ción al estudio de la evidencia ictioarqueológica del neral de la subsistencia humana y para los procesos
sur de Mendoza y presenta los resultados obteni- de cambio señalados.
dos para los sitios La Olla (LO), Rincón del Atuel-1

718
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas

BIOGEOGRAFÍA, DISTRIBUCIÓN DE RECURSOS ÍCTICOS Y


CONDICIONAMIENTOS PARA LA PESCA

La problemática que presentamos en la intro- pejerrey) y Perciformes (Percichthys sp. o perca)


ducción se articula a su vez dentro de un marco de (Marín 2005). Esta última especie no estaría
discusión biogeográfico, ya que partimos de la pre- presente en los tributarios de la laguna Llancanelo
misa de que el uso del espacio responde principal- (López et al. 2002, Tabla 2).
mente a una jerarquía basada en la productividad La especie ictiofaunística autóctona más ca-
de los ambientes. Por lo tanto, como punto de par- racterística de los ríos Diamante, Atuel, Malargüe
tida consideramos necesario evaluar la abundan- y Grande es Hatcheria macraei, pero los tricomic-
cia y la distribución de los recursos disponibles en téridos son también abundantes. En concordancia
ambientes semi-áridos, poniendo especial interés con lo planteado en trabajos anteriores (Arratia et
en dos sectores extra-cordilleranos de ocupación al. 1983), los muestreos actuales efectuados por
tardía con valores de productividad relativamente biólogos no han colectado en esos ríos Percichthys,
bajos: Atuel Medio y Llancanelo (Gil y Neme 2002). Cheirodon ni Jenynsia (Menni 2004). Respecto a los
El área en estudio se circunscribe dentro de ríos ubicados más al norte de la provincia, en es-
lo que ha sido denominado ictiogeográficamen- tos las condiciones ambientales son más severas,
te como Ecoregión Subandina-Cuyana (López et disminuyendo la vegetación acuática en forma no-
al. 2002) o Provincia Andino-Cuyana dentro de la table, como así también la temperatura del agua.
Región Austral (López y Miquelarena 2002), entre Esto dificultaría el desarrollo de vida (al menos
otras clasificaciones, situándose en la Diagonal Ári- macroscópica) en numerosos arroyos de la región
da de Sudamérica (Bruniard 1982). Comprende el (Arratia et al. 1983) y permitiría a los ríos del norte
grupo de ríos del sistema indistintamente denomi- de Mendoza presentar una mayor diversidad.
nado Andino o Desaguadero, cuyos principales tri- El sur de la provincia de Mendoza ha sido carac-
butarios son los ríos Jáchal, San Juan, Mendoza, Tu- terizado como una región ambientalmente hetero-
nuyán, Diamante y Atuel. Dentro de este ambiente génea, con una serie de paisajes de características
se destacan los humedales en áreas ecotonales, diversas, en el que, bajo un enfoque biogeográfico,
como el sistema lacunar de Guanacache -entre la pueden distinguirse: una porción cordillerana que
región chaqueña y las áreas desérticas del oeste de incluye la alta cordillera y los valles intermedios,
Argentina- y la laguna salina Llancanelo, ubicada una región intermedia representada por el piede-
en la conjunción de las provincias biogeográficas monte, y una zona más oriental con valles fluviales
del Monte, Andina y Patagónica. Esta última recibe extracordilleranos y La Payunia (Área El Nevado
agua de los ríos Malargüe, Malo, Mocho y Chacay, y el Área El Payén). Mientras que en la cordillera
como así también posee contribuciones significati- existe abundante disponibilidad de agua, hacia el
vas de aguas freáticas (López et al. 2002). oriente este recurso se hace más escaso y locali-
Desde una perspectiva biogeográfica, los ríos zado, limitándose a los ríos principales (Diamante,
de la provincia de Mendoza son clasificados en tres Atuel y Grande) y a sus vertientes.
grupos (Arratia et al. 1983): a) los del Sistema An- Los sectores aquí analizados se emplazan en el
dino o del Desaguadero (Mendoza, Tunuyán, Dia- reborde de La Payunia y piedemonte (laguna Llan-
mante y Atuel), b) cuenca endorreica del río Malar- canelo) y en el valle extracordillerano del río Atuel
güe y c) sistema del río Colorado. El primero está (cauce medio río Atuel). En términos geomorfoló-
caracterizado por la influencia del Anticiclón Atlán- gicos son los sectores de planicie oriental y Payunia
tico con precipitaciones de verano, mientras que que desde la bioproductividad se las puede consi-
los últimos por la influencia del Anticiclón Pacífico derar marginales desde el punto de vista de la jerar-
dominante con precipitaciones de invierno. quización de los ambientes. Es decir, en términos
Para los sitios emplazados en los ámbitos relativos al resto de las áreas de la región, la expec-
del Atuel Medio (La Olla, RA 1, EB 3 y EB 5) tativa es que estos espacios hayan sido ocupados
-parte del sistema Andino o Desaguadero- y discontinuamente, o desde núcleos poblacionales
laguna LLancanelo (Llan 17) -en la cuenca distantes, y/u ocupada más tardíamente en forma
endorreica del río Malargüe- contemplamos la efectiva (Borrero 2004; Neme y Gil 2008b). Dadas
potencial representación de Siluriformes (cinco las diferencias en las configuraciones actuales en-
especies distintas de bagres: Hatcheria macraei, tre Llancanelo y cauce medio del Atuel, sobre todo
Diplomystes cuyanus, Silvinichthys mendozencis, en la estructura espacial hídrica, cabría esperar di-
Trichomycterus heterodotum y Trichomycterus ferencias en la explotación de peces entre ambos
borelli), Atheriniformes (Odonthesthes hatcheri o sectores. En ese sentido, es necesario aclarar que

Corbat et al. 719


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Llancanelo no fue claramente considerado en mo- pó en acotar variaciones internas como las que
delos previos de ocupación humana, quizá porque plantea un cuerpo lagunar y por ello se englobó
la escala espacial de dichos modelos no se preocu- todo bajo la unidad “La Payunia”.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS SITIOS ANALIZADOS

Los sitios analizados provienen de trabajos cen- el río actualmente inicia la formación de sus baña-
trados en dos sectores extracordilleranos. El Atuel dos. En los tres sitios se registran material cerámico,
Medio, salvo las evidencias de Gruta del Indio, lítico y óseo. EB-3 y EB-5 presentan una ocupación
muestra registro de ocupaciones humanas limita- humana poco densa y se emplazan sobre la terraza
das al Holoceno tardío (Gil et al. 2008). El mismo actual del río a escasos metros de la barranca. La
patrón cronológico presenta el registro de Llanca- Olla se encuentra algo más alejado del curso actual
nelo (Gil et al. 2007). Los sitios cuya información y próximo a lo que en el pasado fueron cuerpos la-
aquí se presentan tienen fechados que datan al re- gunares. Las muestras analizadas provienen de una
gistro en los últimos 1500 años AP. En el valle del río excavación de 4 m2. Por su parte las muestras recu-
Atuel, las muestras provienen de Rincón del Atuel peradas tanto en EB3 como en EB5 provienen de
1 emplazado sobre la terraza actual del río Atuel, una superficie de 2 m2. En la laguna de Llancanelo
a pocos metros de la barranca y muy próximo a la los trabajos de campo también son recientes (Gil et
Gruta del Indio (Dieguez et al. 2004; Gil et al. 2008). al. 2007) y si bien en varios de los sitios excavados
En RA-1 se excavó 12 m2 y las cronologías del de- hay restos de peces aquí se presentan los de Llan-
pósito varían entre ca. 1500 y 300 años 14C AP. La 17. Este sitio se emplaza próximo a la desemboca-
Olla, El Bosquecillo 3 y El Bosquecillo 5, localizados dura del arroyo Malo con la laguna, sobre un cam-
muy próximos a General Alvear (Figura 1), han sido po eólico. La excavación es de aproximadamente 4
recientemente excavados y las investigaciones del m2 y la cronología radiocarbónica disponible indica
contexto están en sus primeras etapas. Desde aquí ocupaciones de ca. 1000 años AP.

CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS

A fin de hacer comparable los resultados se importante ya que no es rutinariamente aplicada y


detallan algunas consideraciones en cuanto a la podría explicar situaciones en las que no se ha re-
recuperación en campo y laboratorio de los espe- cuperado restos de peces, más aún en una región
cimenes óseos y la forma en que se procedió para donde no se los esperaba encontrar. Las determi-
la identificación taxonómica y anatómica. En Llan- naciones taxonómicas y anatómicas del material
canelo y Rincón del Atuel-1 se procesaron muestras ictioarqueológico se desarrollaron mediante un
por flotación y zaranda, en este caso con mallas de enfoque comparativo con muestras osteológicas
1 mm2. Además de estas metodologías, en los sitios actuales de especies de peces presentes en el área
LO, EB3 y EB5 el material de zaranda fue separado de estudio. Para establecer la abundancia relativa
mayoritariamente en laboratorio para mejorar los de los taxones representados y de sus partes es-
índices de recuperación respecto a las separaciones queletarias empleamos las medidas de abundan-
en el campo. Dado el pequeño tamaño de los es- cia usualmente implementadas en zooarqueología
pecimenes óseos esta última aclaración puede ser (NISP, MNI, MNE y MAU%).

REPRESENTACIONES TAXONÓMICAS Y PROCESOS DE FORMACIÓN EN


LOS CONJUNTOS ICTIOARQUEOLÓGICOS

Los restos de peces procedentes de todos los restos de peces recuperados hasta el momento en
sitios analizados suman un total de 136 especíme- sitios arqueológicos del sur de Mendoza; 2. como
nes, de los cuales cerca del 53% pudo ser deter- se demostrará más abajo para algunos sitios, la
minado en el nivel taxonómico. Si bien el número proporción de estos restos es similar o superior a
de especimenes analizado puede resultar bajo, lo las representaciones de las categorías taxonómicas
consideramos representativo fundamentalmente que integran los conjuntos zooarqueológicos. Este
por dos razones: 1. constituye el número total de trabajo constituye un avance de una investigación

720
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas

Figura 2. Representaciones taxonómicas relativas de los distintos sitios analizados.

en curso y futuros estudios requerirán nuevos aná- sp. hay variaciones inter sitio. Entre esas se desta-
lisis e información procedente de mayor diversidad ca el registro únicamente de pejerrey en RA-1 y de
de situaciones. Mientras tanto, los resultados que perca tanto en EB3 y EB5 y la mayor abundancia de
presentaremos a continuación sobre la base de la perca tanto en Llan17 como en La Olla (Figura 2).
muestra señalada resultan apropiados para un aná- Entre los especímenes no identificados taxonómi-
lisis exploratorio. camente dominan las vértebras.
Se identificaron dos géneros, Percichthys sp. La figura 3 pone en evidencia que la mayor
(perca o trucha criolla) y Odonthesthes sp. (peje- abundancia de restos de peces se registra en el sitio
rrey). Si bien el taxón que predomina es Percichthys La Olla (Atuel Medio), habiéndose identificado el

Figura 3. Frecuencias absolutas de las representaciones taxonómicas por sitios analizados.

Corbat et al. 721


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

62% del total de los especímenes allí recuperados. La estimación del tamaño de los peces repre-
En los restantes sitios ubicados en el Atuel Medio y sentados en la muestra arqueológica puede ser
en Llancanelo, la abundancia de restos de peces es necesaria para reconstruir la contribución de este
considerablemente menor a los dos anteriores; en recurso a la dieta, como así también su modo de
Llan 17 la proporción de restos taxonómicamente procesamiento (Wheeler y Jones 1989; Colley,
identificados es de un 25%. 1990). Existen varios métodos para relacionar el ta-
En cuanto a las representaciones anatómicas de maño de los huesos encontrados con la longitud de
Percichthys sp., sobre la base de los análisis cuanti- los peces, ya sea a partir de gráficos que muestran
tativos efectuados para el sitio La Olla, observamos estas relaciones o del uso de fórmulas de regresión
que el esqueleto axial (vértebras) es la porción más lineal (Casteel 1976; Wheeler y Jones 1989; Colley
representada por frecuencias absolutas (MNE). Sin 1990). Sin embargo, una estimación aproximada
embargo, los elementos del cráneo, en particular del tamaño relativo de los peces resulta suficiente
basioccipitales y otolitos, son más abundantes en para los propósitos de este trabajo. Considerando
términos relativos (MAU%). Esta pauta se repite en la abundancia de las vértebras en el registro, reco-
EB5 mientras que en Llan 17, RA1 y en EB3 no hay nociéndolas además como uno de los elementos
representaciones del cráneo (ni siquiera entre los más útiles para hacer estimaciones de tamaño jun-
no identificados taxonómicamente), encontrándo- to con los basioccipitales (Wheeler y Jones 1989) se
se únicamente vértebras en estos sitios. compararon los tamaños de estos elementos con
los correspondientes a los de la muestra de referen-
cia. Así, pudimos establecer un tamaño relativo que
Elemento MNE MAU MAU %
coincide con las dimensiones señaladas en fuentes
bibliográficas: menor a 400 mm de longitud (Rin-
Basioccipital 2 2 100 guelet et al. 1967). Teniendo en cuenta un MNI= 2
Cleitro 1 0,5 25 para los restos de Percichthys sp. en el sitio La Olla,
resultaría apresurado afirmar un aporte significati-
Nasal 1 0,5 25
vo de este recurso a la dieta (Figura 4). Esta cues-
Orbital 1 0,5 25 tión se abordará en el siguiente apartado.
Otolito 2 1 50
Antes de adjudicar un origen antrópico a estos
conjuntos ictioarqueológicos, analizamos algu-
Supracleitro 1 0,5 25 nas vías posibles de mezcla entre los materiales
Vértebra caudal (VC) 33 1,7 85 arqueológicos y restos de peces depositados por
otros procesos en el pasado y en el presente.
Vértebra precaudal (VP) 14 0,9 45
En todos los conjuntos analizados se observó
Tabla 1. Índices cuantitativos en Percichthys sp. corres- una buena preservación de los especímenes óseos.
pondientes al sitio La Olla. Llan 17 es el que presenta las mejores condiciones:
el 95,8% de los restos representados tiene un grado

Figura 4. Representaciones de unidades anatómicas en Percichthys sp. correspondientes al sitio La Olla.

722
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas

de completitud aproximado al 75% y no se registra- esta vía de ingreso natural.


ron deformaciones u otro tipo de alteraciones natu- En los conjuntos analizados, con la única excep-
rales. En La Olla se observa igualmente una buena ción de EB3, se registran especímenes con diversos
preservación, ya que el 99% de los restos identifica- grados de termoalteración (quemado, carbonizado
dos presenta una completitud superior al 50%. Por y calcinado; Tabla 2), lo cual conduce a pensar que
otro lado, si bien en este sitio algunos especímenes la depositación de los restos ictiofaunísticos tuvo
presentan deformaciones postdepositacionales, en un origen antrópico. Estas alteraciones únicamen-
sus superficies óseas no se registraron otros tipos te las relacionamos con actividades de descarte, ya
de modificaciones naturales. En EB3, EB5 y RA1 los que por el momento nos resulta difícil vincularlas
restos también presentan buenas condiciones de de modo específico con posibles conductas de coc-
preservación, con promedios generales en el grado ción. Sin embargo, consideramos que esta inter-
de completitud de un 75%. pretación tiene que ser manejada con cautela en
Las aves constituyen uno de los potenciales los contextos donde la representación de peces es
agentes de aporte tafonómico al registro arqueo- extremadamente baja (EB3, EB5 y RA1), ya que en
lógico, mayormente a través de los bolos de re- estas circunstancias nos resulta más difícil descar-
gurgitación (Zangrando 2003: 44). Esto es parti- tar la posibilidad de que las termoalteraciones se
cularmente factible en sitios emplazados en las hayan producido postdepositacionalmente.
cercanías de la laguna Llancanelo, ya que dentro
de su ámbito la avifauna ictiófaga es abundante. Taxón La Olla Llan 17 EB 3 EB 5 RA 1
El registro total de especies es de 155 entre aves
55 (3) 6 (1) 2 (1)
acuáticas y no acuáticas: entre las primeras las más Percichthys 2 -

abundantes son cisnes de cuello negro (Cygnus me- Odonthesthes 4 (1) 2 (1) - - 1
lancoryphus), cisnes coscorobas (Coscoroba cosco-
Indet. 36 (7) 24 (9) 1 2 1 (1)
roba), patos (Anas sp.) y gaviotas (Larus sp.), siendo
también muy representativos flamencos comunes Total 95 (11) 32 (11) 3 4 (1) 2 (1)

(Phoenicopterus chilensis). Como punto de partida Tabla 2. Representaciones de NISP, entre paréntesis se
para evaluar el posible impacto de estos agentes señalan las cantidades de especímenes termoalterados.
en el registro arqueológico, se efectuaron recolec-
ciones de bolos de regurgitación en las proximi- Si analizamos las distribuciones verticales de
dades de la laguna Llancanelo, la mayor parte de los restos de peces y las comparamos con las co-
ellas probablemente producidas por especies de rrespondientes a los materiales líticos y cerámicos
la familia Ardeidae (Gil et al. 2007). Si bien estas observamos una importante correspondencia es-
aves acuáticas son ictiófagas, sólo 4 sobre un total tratigráfica en La Olla. En efecto, en este sitio se
de 177 egagrópilas (3,42%) presentaron restos de puede observar una distribución muy similar en-
peces (NSP= 15), siendo significativamente mayor tre los materiales artefactuales y los restos óseos
la representación de especímenes de mamíferos y de peces (Figura 5), lo que refuerza la idea de una
aves (ver tabla 9 en Gil et al. 2007). Estas recoleccio- depositación antrópica de los restos ictioarqueoló-
nes asimismo permitieron armar una muestra que gicos. Lamentablemente esta evaluación no puede
pudo ser empleada comparativamente con el ma- desarrollarse para Llan 17, ya que los materiales de
terial arqueológico. Los materiales encontrados en este sitio se encuentran en proceso de estudio y,
las egagrópilas no presentaban redondeamientos
muy acentuados en los extremos o procesos óseos
y la morfología inicial de los elementos son reco-
nocibles. Sin embargo, la superficie de los cuerpos
vertebrales normalmente se encuentra pulida, lo
que se podría atribuir a la acción corrosiva de los
ácidos estomacales (Fernandez-Jalvo y Andrews
1992). En los materiales arqueológicos por el mo-
mento no hemos registrado este tipo de modifica-
ciones y los huesos presentan una superficie más
áspera y opaca, y ángulos agudos respetando sus
morfologías originales. Esta situación, junto con
la escasa proporción de restos de peces obtenida
en las egagrópilas recolectadas, señala una nula o
Figura 5. Distribución estratigráfica en la frecuencia de
muy escasa incorporación de restos de peces a los materiales líticos, cerámicos y restos de peces en el sitio
sitios arqueológicos aquí estudiados por parte de La Olla.

Corbat et al. 723


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

por consiguiente, no contamos con los datos ne- baja frecuencia de modificaciones producidas por
cesarios. Dado que en los sitios EB3, EB5 y RA1 las agentes o procesos naturales, conjuntamente nos
frecuencias de especímenes recuperados fueron permiten sugerir que las representaciones de peces
muy bajas, no es posible obtener resultados signifi- en La Olla son de origen antrópico. Este resultado
cativos con este análisis distribucional. otorga un rol a los peces dentro de la subsistencia
En conclusión, la coincidencia en la distribu- humana que sin duda requiere ser indagado sobre
ción estratigráfica de los restos de peces con los la base de otras líneas de evidencia zooarqueológi-
de otros materiales (lítico y cerámica), sumado a ca disponibles para este sitio.
la presencia de especímenes termoalterados y una

APROVISIONAMIENTO DE PECES Y SU IMPLICACIÓN EN LA


SUBSISTENCIA HUMANA

Si comparamos el número de especímenes iden- corresponden a fragmentos de cáscara de huevos,


tificados para peces con los de otros taxones repre- principalmente de rheidos.
sentados en el registro arqueofaunístico del sitio La Si bien los cálculos de NISP para las cáscaras y
Olla, observamos que los recursos ícticos tienen un placas dérmicas requieren un tratamiento diferen-
índice relativamente elevado (Figura 6). Al menos cial, se destaca la prevalencia de restos de peces
para el caso de los peces, los restos presentan una por sobre la de aves y dasipódidos, aún cuando en
escasa fragmentación, lo que junto a la naturaleza estos últimos la presencia resulte probablemente
de la muestra -mayoritariamente vértebras-, per- sobreestimada.
miten estimar con mayor precisión la abundancia Por otra parte, y en base a estudios en otros sitios
de este recurso. Cabe aclarar que esto no implica de la región, no se puede descartar que la presencia
necesariamente el mayor consumo del mismo. Los de roedores en este conjunto zooarqueológico esté
peces sólo se encuentran superados por la catego- ligada a procesos naturales de depositación. Sobre
ría “Mammalia”, la cual engloba un conjunto amplio la información presentada en la figura 6 también es
de restos correspondientes a mamíferos pequeños interesante destacar la baja representación de res-
a grandes que no pudieron ser reconocidos en nive- tos óseos de artiodáctilos (probablemente caméli-
les taxonómicos más específicos. La representación dos) en comparación a los números de especíme-
de los peces se hace aún más relevante si conside- nes calculados para aves y peces.
ramos que la cifra proporcionada para dasipódidos Si analizamos la representación de peces frente
surge en gran medida de la cuantificación de placas a las de otros recursos en la composición estrati-
dérmicas, lo que produce una sobreestimación de gráfica de La Olla, observamos que los peces man-
este recurso. Igualmente, entre las aves la mayoría tienen índices relativamente elevados a lo largo de
toda su secuencia (Figura 7). Sólo el nivel 8 es el que
presenta un grado de variación mayor, estando allí
muy representados los especímenes óseos atribui-
bles a Mammalia. Sin embargo, nos resulta intere-
sante destacar que en varios niveles la frecuencia
de restos de peces prevalece sensiblemente por so-
bre la de mamíferos y las de otros recursos. Si bien
esta evidencia no nos permite desarrollar interpre-
taciones de grano fino en cuanto a la explotación
de peces frente a la de otros recursos, ya que no po-
demos descartar que posibles procesos de migra-
ción vertical hayan actuado diferencialmente entre
los distintos taxones, sí podemos enfatizar desde
una visión promediada que las representaciones de
restos ícticos dan cuenta de la importancia de los
peces en la subsistencia humana, un recurso poco
considerado anteriormente y de bajo rango en
cuanto a su productividad.
Figura 6. Representaciones de NISP para distintos taxo- Recientes estudios arqueofaunísticos (Neme y
nes recuperados en La Olla Gil 2008a) han debilitado la visión clásica respecto

724
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas

Figura 7. Distribución estratigráfica de frecuencias relativas para los distintos taxones representados en La Olla.

del dominio del guanaco en la dieta. Por el contra- años en el sur de Mendoza (Gil 2006; Neme 2002a,
rio, y concordante con la heterogeneidad ambien- 2002b), según el cual regiones de baja productivi-
tal de la región, el guanaco varió en su importan- dad primaria sólo habrían sido pobladas mediante
cia dentro de la subsistencia humana. En regiones una diversificación en las estrategias de subsisten-
donde la disponibilidad de este camélido es más cia. Así, la disminución experimentada en la caza
reducida que en estepas patagónicas o desiertos de presas de alto rendimiento individual condujo
altoandinos, los grupos cazadores-recolectores a un aumento en el procesamiento de las plantas,
pudieron haber orientado su subsistencia hacia proceso que culminaría con la adopción de la agri-
el aprovisionamiento de especies pequeñas y con cultura entre los 2000 y 1000 años AP en algunos
distribuciones localmente acotadas (Neme y Gil sectores del sur de Mendoza (Gil y Neme 2008a).
2008a). Este tipo de situación es el que interpreta- En este sentido, esta primera aproximación al estu-
mos para los sectores considerados en el presente dio de los restos zooarqueológicos de peces permi-
trabajo: zonas cercanas a fuentes de agua donde te plantear el interrogante de si el consumo de pe-
hay disponibilidad de peces entre otros recursos. ces registrado en algunos sitios de la región, pudo
Esta interpretación cobra mayor complejidad e haber sido parte de las estrategias utilizadas para
importancia en el marco del modelo de intensifi- mitigar la disminución en la oferta de recursos (y/o
cación de recursos planteado para los últimos 2000 ámbitos) altamente jerarquizados.

CONSIDERACIONES FINALES

Este primer análisis ictioarqueológico de con- tos de peces se restringen al sector oriental y en los
textos del sur de Mendoza evidencia la contribu- últimos 1500-2000 años. En las investigaciones ar-
ción de peces en la subsistencia humana y permite queológicas del sur de Mendoza, al igual que en las
vincularlo con un proceso de amplitud en el uso del referencias históricas, se carecía de datos sobre el
espacio, en el cual los ambientes acuáticos podrían registro y/o usos de estos recursos. Esta situación
haber adquirido mayor relevancia hacia momentos contrastaba con las tendencias que se vienen infor-
tardíos de la secuencia ocupacional de dicha re- mando para el norte de Mendoza (García Llorca y
gión. Al igual que en el norte de Mendoza, los res- Cahiza 2007). Mientras que en la laguna de Guana-

Corbat et al. 725


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

cache (Cahiza 2003), situada en el norte y misma interés el caso de la laguna Llancanelo, ubicada en
región ictiogeográfica que nuestra área de estudio, un área ecotonal al igual que la laguna de Guana-
hallamos crónicas y estudios que evidencian el con- cache. En este sentido, en necesario profundizar
sumo de peces como una importante actividad en estudios sobre aspectos tafonómicos y procesos de
el pasado, en el sur de Mendoza la demostración de formación, y sumar nuevos sitios y áreas al análisis
dicho comportamiento y su magnitud constituye ictioarqueológico para reforzar y contrastar nues-
un desafío a enfrentar con futuras investigaciones. tras interpretaciones acerca de la contribución de
De esta manera, proponemos intensificar el estu- los peces a la subsistencia de las poblaciones hu-
dio en el sur de Mendoza, revistiendo particular manas del pasado.

AGRADECIMIENTOS
Los trabajos cuyos resultados aquí se presentan se enmarcan en los proyectos subsidiados por la
Agencia Nacional de Promoción Científica y Técnica y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas
y tecnológicas. Clara Otaola, Gustavo Neme y Miguel Giardina realizaron sugerencias sobre versiones
previas. Agradecemos a Miriam Ayala quien preparó las muestras previo al análisis. También nuestro re-
conocimiento a los guardaparques del Área Protegida laguna Llancanelo y al personal de la Dirección
Provincial de Recursos Naturales de Mendoza. A Bruno Marín por facilitar material comparativo. A los
amigos del Museo de Historia Natural de San Rafael, Museo Regional Malargüe y a los estudiantes y ami-
gos que colaboraron en las tareas de campo. Por supuesto, a “Mili” por armarnos el poster presentado en
Ushuaia y diseñar algunas de las figuras presentadas en este escrito. Finalmente, queremos agradecer al
Dr. Andrés Izeta por el aporte crítico al trabajo mediante su evaluación.

BIBLIOGRAFÍA

Arratia, G., M. B. Peñafort y S. Menu-Marque 1990TheAnalysis and Interpretation ofArchaeological


1983 Peces de la región sureste de los Andes y Fish Remains. En Advances in Archaeological Method
sus probables relaciones biogeográficas actuales. and Theory 2, editado por M. Schiffer, pp. 207-253.
Deserta 7: 48-107. San Diego, Academic Press
Binford, L. Dieguez, S., A. Gil, G. Neme, M. Zárate, C. De Francesco
2001 Constructing Frames of Reference: An Analytical y E. Strasser
Method for Archaeological Theory Building Using 2004 Cronoestratigrafía del Sitio Rincón del Atuel-1
Ethnographic and Environmental Data Sets. University (San Rafael, Mendoza): Formación del sitio y
of California Press, Berkeley. ocupación humana. Intersecciones en Antropología 5:
Broughton, J. 71-80.
1994 Late Holocene resource intensification in Fernandez-Jalvo Y. y P. Andrews
the Sacramento Valley, California: The vertebrate 1992 Small Mammal Taphonomy of Gran Dolina,
evidence. Journal of Archaeological Science 21: 501- Atapuerca (Burgos), España. Journal of Archaeological
514. Science 19: 407-428.
Broughton, J. Gambier, M.
1997 Widening diet breadth, declining foraging 1985 La Cultura de Los Morrillos. Instituto de
efficiency, and prehistoric harvest pressure: Investigaciones Arqueológicas y Museo. San Juan.
Ichthyofaunal evidence from the Emeryville Argentina.
Shellmound, California. Antiquity 71: 845-862. García Llorca, J. y P. Cahiza
Broughton, J. M. Y J. F. O’Connell 2007 Aprovechamiento de recursos faunísticos en
1999 On evolutionary ecology, selectionist las lagunas de Guanacache (Mendoza, Argentina).
archaeology and behavioral archaeology. American Análisis Zooarqueológico de la empozada y altos de
Antiquity 64: 153–165. Melién II. Chungara 39 (1): 117-133.
Bruniard, E. Gil, A.
1982 La Diagonal Árida Argentina: un límite climático 2006 Arqueología de La Payunia (Mendoza, Argentina).
real. Revista Geográfica 95:5-20. El Poblamiento Humano en los Márgenes de la
Cahiza, P. A. Agricultura. BAR International Series, Oxford.
2003 Ictioarqueología de las Lagunas de Guanacache Gil, A. y G. Neme
(Mendoza, Argetnina). Identificación y estacionalidad 2002 Entre montañas y desiertos: arqueología del sur
de captura a partir del análisis de otolitos sagitales. de Mendoza. Sociedad Argentina de Antropología.
Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología Bs. As., Argentina.
XXVIII: 167-183. Gil, A, G. Neme, V. Durán, M. Giardina, P. Novellino, L.
Colley, S. M. De Santis y D. Miguelissi

726
El estudio de restos de peces en conjuntos arqueológicos del sur de Mendoza: primeros resultados y perspectivas

2007 Exploraciones arqueológicas en laguna Mendoza. Chungara 40: 5-18.


Llancanelo (Mendoza, Argentina). En Arqueología de Prieto, M. del R. y H. Chiavazza
Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando 2006 Aportes de la historia ambiental y la arqueología
huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello, para el análisis del patrón de asentamiento huarpe
M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 453-466. en el oasis norte de Mendoza. Anales de Arqueología
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile y Etnologia 59-60: 159-190.
Gil, A., G. Neme, A. Hernandez, P. Novellino, M. Ringuelet, R. A., R. H. Aramburu y A. Alonso de
Giardina, L. Salgán, H. Tuker y E. Albarrán Aramburu
2008 Rincón del Atuel-1 (San Rafael, Mendoza): 1967 Los peces argentinos de agua dulce. La Plata, AR.
Evidencias arqueológicas e Implicancias Regionales. Pub. Oficial.
Intersecciones en Antropología. en prensa. Villanueva, M. y V. Roig
Grayson D. y F. Delpech 1995 La ictiofauna de Mendoza. Reseña histórica.
1998 Changing diet breadth in the Early Upper Introducción y efectos de especies exóticas.
Palaeolithic of Southwestern France. Journal of Multequina 4: 93-104.
Archaeological Science 25: 1119-1129. Wheeler, A. y A. K. Jones
Janetski, J. 1989 Fishes. Cambridge University Press,
1997 Fremont hunting and resource intensification Cambridge.
in the eastern Great Basin. Journal of Archaeological Zangrando, A. F.
Science 24: 1075–1088. 2003 Ictioarqueología del canal Beagle. Explotación
Kelly, R. L. de peces y su implicación en la subsistencia humana.
1995 The Foraging Spectrum. Washington y London: Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
Smithsonian Institution Press.
López, H. L. y A. M. Miquelarena
2002 Biogeografía de los peces continentales de la
Argentina.
López, H., C. Morgan y M.J. Montenegro
2002 Ichtyological ecoregions of Argentina. Serie
Documentos Nº1.1-68.
Marín, B.
2005 Lista ilustrada de los peces de la provincia de
Mendoza Argentina. Revista del Museo de Historia
Natural de San Rafael Mendoza XXXI- Nº3: 117-145.
Menni, R. C.
2004 Peces y ambientes en la Argentina continental.
Monografías del Museo
Argentina de Ciencias Naturales 5, Buenos Aires.
Murdock, G. P.
1969 Correlations of exploitive and settlement
patterns. National Museums of Canada Bulletin 230:
129-46.
Neme, G.
2002a Arqueología del alto valle del Atuel, provincia
de Mendoza. Doctoral Dissertation, Two Parts.
Universidad Nacional de La Palta.
Neme, G.
2002b Arqueología del alto valle del río Atuel:
modelos, problemas y perspectivas en el estudio
arqueológico de las regiones de altura del sur de
Mendoza, 65-84. En Entre montañas y desiertos:
Arqueología del sur de Mendoza, editado por A. F.
Gil y G. A. Neme. pp. 157-180. Publicaciones de la
Sociedad Argentina de Antropología. Buenos Aires.
Neme, G.
2007 Cazadores Recolectores de Altura en Los Andes
Meridionales. BAR International Series 1591.
Neme, G. y A. Gil
2008a Faunal Exploitation and Agricultural
Transitions in the South American Agricultural Limit.
International Journal of Osteoarchaeolgy. 17:1-15.
Neme, G, y A. Gil
2008b Biogeografía humana en los andes
meridionales: tendencias arqueológicas en el sur de

Corbat et al. 727


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

728
Tafonomía de huesos de cormoranes en la
Costa Patagónica. Primeros resultados
Isabel Cruz1

A B S T R A C T

Taphonomic observations carried out at the nesting area of Imperial shags (Phalacrocorax
atriceps) on Isla Deseada (estuary of Gallegos River, Santa Cruz, Argentina) are reported with the
aim of evaluating the representation of these birds’ skeletal parts in natural deposits. Imperial
shags are the most represented avian species in the archeological record of the region and,
although it was not possible to determine a characteristic pattern of use by human populations,
the exploitation of the species was discussed in relation to the skeletal parts present in each
archaeological deposit. The representation of skeletal parts at Isla Deseada shows differences
with other taphonomic studies, since upper and lower limbs prevail, followed by the scapular
girdle, axial skeleton and pelvic girdle. While the absence of terrestrial predators on the
island may be an important factor in this representation, the pattern found is considered a
result of the intrinsic characteristics of shags’ bones. Because they are diving birds, Imperial
shags have scarcely pneumatized bones and thicker cortical walls; therefore their bones
are likely to be more resistant to taphonomic processes than other bird species’ bones.

INTRODUCCIÓN
Los cormoranes fueron las aves marinas más 1991). Debido a ello, el análisis zooarqueológico no
explotadas por los cazadores humanos de Pata- sólo implica analizar los depósitos en términos de
gonia durante el Holoceno. Están representados los actores humanos, sino que también es necesa-
en registros fósiles de la región desde el Pleisto- rio entender cuál pudo ser la contribución de otros
ceno Temprano-Medio (Tambussi y Noriega 1996) actores y procesos en la formación de los depósitos
y sus restos han sido recuperados en varios sitios en cuestión.
arqueológicos del sur de Patagonia, generalmente En la costa del sur de Patagonia, uno de los prin-
en números más altos que los de otras especies de cipales procesos que pueden derivar en la mezcla
aves (Lefèvre 1989, 1992, 1993-94, 1997; Lanata et de materiales arqueológicos y actuales es la morta-
al. 1992; Rassmussen et al. 1994; Savanti 1994; Mo- lidad de aves marinas en colonias de nidificación y
reno et al. 1998; L’Heureux y Franco 2002; Mameli sectores aledaños (Cruz 2004, 2007a, 2008a, entre
2002; Simeone y Navarro 2002; Causey y Lefèvre otros). Dado que es muy posible que los humanos
2006; Piana et al. 2007, entre otros). cazaran a los cormoranes en sus nidos o cerca de
Gran parte de lo que conocemos acerca de los ellos, es factible que los depósitos de huesos gene-
cormoranes durante los últimos miles de años en rados a partir de estas actividades tuviesen carac-
Patagonia deriva del estudio de sus huesos en re- terísticas similares a los de las colonias de nidifica-
gistros zooarqueológicos. Una de las premisas bási- ción. Por lo tanto, para comprender cuáles fueron
cas para evaluar hipótesis a partir de estos registros las interacciones entre los cormoranes y las pobla-
es que las trazas y otras propiedades de los huesos ciones humanas de la región, es necesario primero
y conjuntos deben remitir de manera inequívoca al efectuar un análisis tafonómico exhaustivo de los
actor invocado como responsable de las mismas, depósitos que contienen sus restos (Higgins 1999).
en un contexto conductual definido y bajo condi- Sobre la base de estas premisas, en 2003 se ini-
ciones ecológicas específicas (Gifford-González ciaron estudios destinados a conocer la dinámica

1 Unidad Académica Río Gallegos, Universidad Nacional de la Patagonia Austral. L. de la Torre 1070 (9400) Río
Gallegos, Argentina. Correo electrónico: [email protected]

Cruz 729
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tafonómica de los restos actuales de cormoranes y paleoambiental. Como en el caso de otras aves
en sus áreas de nidificación. En este trabajo se pre- (Cruz 2001, 2006, 2008c, entre otros), este enfoque
sentan los resultados de estos primeros estudios, permitirá evaluar a los cormoranes como presas
efectuados en el Área Natural Protegida de Uso de los cazadores humanos en un momento dado
Científico Isla Deseada (estuario del río Gallegos, y considerar todos los procesos involucrados en la
Santa Cruz, Argentina). formación de los depósitos.
El fundamento de todo estudio actualístico es De acuerdo con estas afirmaciones, en primer
que el entendimiento de los fenómenos actuales lugar aquí se presenta información biológica y eco-
permitirá comprender el modo en que los procesos lógica relevante para los estudios tafonómicos y
pasados afectaron a los registros fósiles, aunque el arqueológicos de estas aves. Luego, los resultados
grado debe determinarse en cada caso en función de las observaciones efectuadas en el área de nidi-
de las condiciones pasadas (Gifford-González 1991, ficación de cormoranes imperiales (Phalacrocorax
entre otros). Esto implica que la aplicabilidad de atriceps) de Isla Deseada. El énfasis estará puesto
los principios surgidos de observaciones actuales en la representación de partes esqueletarias de
dependerá también del grado en que se conozcan estas aves, por lo que además de presentar el pa-
los ecosistemas y ambientes del pasado, a partir de trón detectado en el conjunto actual, el mismo será
líneas de evidencia independientes de la tafonó- comparado con el registrado en algunos depósitos
mica. Por lo tanto, el análisis tafonómico de un de- arqueológicos que incluyen restos de cormoranes.
pósito específico no sólo debe incluir la evaluación Por último, se resumen algunos aspectos biogeo-
de las trazas y otras características del conjunto gráficos que deberán tenerse en cuenta para un
zooarqueológico, sino que también debe incorpo- análisis tafonómico adecuado de los huesos de es-
rar información relativa al contexto paleoecológico tas aves.

LOS CORMORANES EN LA COSTA PATAGÓNICA

Actualmente, las especies de cormoranes que Patagonia nunca supera los pocos cientos de pare-
nidifican en la costa atlántica del sur de Patagonia jas reproductivas (Frere et al. 2005).
continental son cinco: el cormorán imperial (P. atri- La disponibilidad y calidad de los hábitats apro-
ceps) y el real (P. albiventer) -que para algunos au- piados para emplazar los nidos son factores de
tores constituyen una única especie (Siegel-Causey importancia que determinan la distribución, abun-
1988; Rasmussen 1991)-, el biguá o cormorán del dancia y éxito reproductivo de las aves marinas. El
neotrópico (P. olivaceus), el cormorán gris (P. gai- hábitat para la reproducción debe incluir la presen-
mardi) y el cormorán roquero o de cuello negro (P. cia de áreas estables de gran productividad, un sus-
magellanicus) (Yorio et al. 1998; Punta, Yorio, Sara- trato adecuado para emplazar los nidos y ofrecer
via y García Borboroglu 2003; Frere et al. 2005, en- protección contra los predadores (Furnes y Mona-
tre otros). Son aves comunes en islas y acantilados gham 1987; Kharitonov y Siegel-Causey 1988; Pun-
de la región, tanto sobre la costa del mar como en ta, Yorio, Saravia y García Borboroglu 2003, entre
rías y estuarios. Allí emplazan sus apostaderos de otros). Las especies de cormoranes tienen dife-
descanso y lugares de nidificación, en los que pue- rentes requerimientos de hábitat para nidificar. El
den permanecer durante la estación de cría o a lo cormorán imperial y el real nidifican directamente
largo de todo el año (Malacalza 1995, 1998; Arrighi sobre el suelo, en nidos que son construidos con
y Navarro 1998; Punta, Yorio, Herrera y Saravia diversos materiales (guano, algas, ramas, plumas,
2003; Frere et al. 2005). huesos, restos de pichones y elementos derivados
Todos estos cormoranes son sumamente perti- de la actividad humana) y que preferencialmente
naces en la localización de sus áreas de nidificación, se ubican en sectores planos, con pendientes entre
pero la cantidad de individuos que se concentra 0° y 7° (Malacalza 1995; Punta, Yorio, Saravia y Gar-
en estos sectores durante la época reproductiva cía Borboroglu 2003; Albrieu et al. 2004; Frere et al.
depende de la especie. El cormorán imperial es 2005). Los nidos del biguá están construidos con
actualmente la cuarta especie de ave en orden de ramas, algas y plumas. Generalmente se ubican
importancia numérica en Patagonia, con colonias en la parte superior de arbustos y matas, en colo-
de hasta varios miles de individuos (Punta, Yo- nias que en muchos casos están asociadas a las de
rio, Saravia y García Borboroglu 2003; Frere et al. pingüinos de Magallanes (Malacalza y Navas 1996;
2005). Las colonias de las otras especies -el biguá, Albrieu et al. 2004; Frere et al. 2005). El cormorán
el cormorán roquero y el gris- generalmente están roquero nidifica en acantilados y elevaciones roco-
integradas por una menor cantidad de aves, que en sas, en las que comparte las zonas de nidificación

730
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados

de otras aves, formando colonias mixtas especial- ranes (Punta, Yorio, Saravia y García Borboroglu
mente con P. atriceps y P. gaimardi (Gandini y Frere 2003; Frere et al. 2005).
1995; Malacalza 1995; Frere et al. 2005). Con respecto a la mortalidad de estas aves, los
Muchos cormoranes nidifican exclusivamente cormoranes adultos rara vez mueren en las áreas
en islas, especialmente en aquellas ubicadas lejos de nidificación (Emslie y Morgan 1994). Sin embar-
de la costa y menos accesibles a los predadores go, pueden ocurrir eventos catastróficos causados
terrestres, incluidos los humanos (Punta, Yorio, por la ingestión de la neurotoxina producida por el
Saravia y García Borboroglu 2003). En las áreas de protozoario conocido como “marea roja”, por en-
nidificación, los predadores aéreos son las gaviotas fermedades y por la pérdida de las fuentes de ali-
-especialmente la cocinera (Larus dominicanus)-, mentos (Furnes y Monaghan 1987; Emslie y Morgan
las eskúas (Catharacta skua) y el petrel gigante 1994; de France 2005). En cambio, los porcentajes
(Macronectes giganteus) (Punta y Herrera 1995; de pérdida de huevos y la mortalidad de pichones
Malacalza y Navas 1996; Quintana y Yorio 1998; generalmente alcanzan porcentajes muy altos en
Yorio et al. 1998; Punta, Yorio, Saravia y García gran parte de las colonias patagónicas (Malacalza
Borboroglu 2003; Frere et al. 2005). En las colonias y Navas 1996; Arrighi y Navarro 1998; Malacalza
continentales de Chubut y Santa Cruz, los mamífe- 1998; Punta, Yorio, Herrera y Saravia 2003; Frere et
ros (especialmente zorros y pumas) pueden ejercer al. 2005).
un cierto impacto sobre las poblaciones de cormo-

ISLA DESEADA Y LA COLONIA DE CORMORANES IMPERIALES

El Área Natural Protegida de Uso Científico Isla comunidad halófita de Suaeda argentinensis - Sali-
Deseada se ubica en el estuario del río Gallegos (51º cornia ambigua (Faggi 1985). En la parte central de
40’ S - 69º 16’ W) (Figura 1) y cuenta con una super- la isla hay matorrales cerrados que no superan los
ficie aproximada de 37 hectáreas. 50-60 cm de altura, en los que se ubican los nidos de
Dado el carácter mixohalino del estuario, la flo- algunas especies de aves. En las áreas más externas
ra de la costa es escasa. En Isla Deseada domina la la vegetación es pobre y de escasa cobertura, estos
sectores son utilizados por las gaviotas cocineras y
los cormoranes imperiales para nidificar (Albrieu et
al. 2004).
Además de las especies mencionadas, en la isla
nidifican varias especies de aves de la región: pin-
güinos de Magallanes, eskúas, garzas brujas (Nycti-
corax nycticorax), bandurrias australes (Theristicus
caudatus) y patos crestones (Lophoneta specula-
rioides) (Arrighi y Navarro 1998; Yorio et al. 1998
Albrieu et al. 2004; entre otros).
El área de nidificación de los cormoranes impe-
riales se ubica en el extremo sureste de la isla, cu-
bre una superficie aproximada de 2000 m2 y cuenta
con más de 4000 parejas reproductivas. Como en
otras áreas, los cormoranes imperiales de Isla De-
seada nidifican en el sector de la isla que enfrenta
el mar, sobre terreno llano y con escasa vegetación
Figura 1. Ubicación del Área Natural Protegida Isla De- (Punta, Yorio, Herrera y Saravia 2003; Albrieu et al.
seada (estuario del río Gallegos, Santa Cruz, Argentina). 2004; Frere et al. 2005).

METODOLOGÍA

Las observaciones tafonómicas en Isla Desea- fin de lograr resultados comparables con los obte-
da se llevaron a cabo con la misma metodología nidos en ellas. Por lo tanto, el muestreo en Isla De-
implementada en otras localidades de Santa Cruz seada consistió en transectas lineales emplazadas
(Cruz 2000, 2004, 2007a, 2008a, entre otros), con el en el área central de la zona de nidos, que tuvieron

Cruz 731
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

aproximadamente 5 m de ancho y 48 m de largo. morfológicos para definir los daños de carnívoros


En total se cubrieron unos 480 m2, que constituyen son los determinados por Binford (1981). Cuando los
aproximadamente el 24% del área de nidificación. rasgos no eran claramente asignables a algún agente
La primera transecta (TANC 1) se efectuó en específico, la modificación fue considerada como
agosto de 2003, poco antes del comienzo de la es- marca indeterminada y se procedió a su descripción.
tación de apareamiento y cría de los cormoranes. Para efectuar la comparación en la representa-
El objetivo de este relevamiento fue contar con una ción de las distintas partes esqueletarias de aves,
estimación de los restos de vertebrados presentes los elementos fueron agrupados en las siguientes
en el sector antes del inicio de la estación de cría, unidades anatómicas: a) extremidades anteriores:
que es el momento durante el cual se produce la húmero, radio, ulna, carpometacarpo, falanges
mayor mortalidad. La segunda transecta (TANC 2) anteriores; b) cintura escapular: escápula, coracoi-
fue relevada en el mes de mayo de 2004, luego de des, fúrcula; c) extremidades posteriores: fémur,
finalizada la estación de cría y concluido el principal tibiatarso, fíbula, rótula, tarsometatarso, falanges
aporte de restos al depósito. posteriores; d) cintura pélvica: pelvis y sinsacro; y
La metodología de los trabajos de campo incluyó e) esqueleto axial: cráneo, mandíbula, vértebras,
el relevamiento in situ de las carcasas y huesos en las costillas y esternón.
transectas, que fue efectuado por un único observador Para efectuar el relevamiento de los restos de
que registró datos contextuales y del registro óseo. mamíferos, se consideró como “mamíferos gran-
Las variables relacionadas con el registro óseo des” al guanaco (Lama guanicoe), los mamíferos
fueron las siguientes: taxones y partes esqueletarias marinos (pinnípedos y cetáceos), el zorro colorado
presentes, grado de articulación, enterramiento y (Lycalopex culpaeus), el ganado ovino y otros ani-
modificaciones óseas (meteorización, fracturas, daños males domésticos. Entre los “mamíferos peque-
de carnívoros, modificaciones producidas por raíces, ños” (menos de 5 kg de peso) se incluye a los zorros
por pisoteo y marcas superficiales indeterminadas). grises (L. griseus), los armadillos (Dasypodidae), los
Para evaluar la meteorización se utilizaron los estadios zorrinos (Conepatus sp.) y la liebre (Lepus sp.).
propuestos por Behrensmeyer (1978). Los criterios

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En el cuadro 1 se presentan las características


Sup.
generales del sector muestreado por las transectas Transecta Sustrato %CV Visibilidad
cubierta
en el área de nidificación de cormoranes imperia-
les. Todo el sector está cubierto por el guano de las TANC 1 ca. 240 m2 guano 0 muy buena

aves, tanto en los nidos como en el espacio entre TANC 2 ca.240 m2 guano 0 muy buena
ellos (Figura 2). Allí no hay vegetación y la visibi- Cuadro 1. Características generales de las transectas en
lidad es muy buena. Sin embargo, el guano cubre el Área Natural Protegida Isla Deseada.
los restos que se van depositando, tanto carcasas TANC: transecta área nidificación cormoranes. %CV =
como huesos, por lo que los mismos son rápida- porcentaje cubierta vegetal
mente incorporados al sedimento. El guano es un
importante indicador de la existencia de áreas de

Figura 2. Nidos de cormoranes imperiales (Phalacrocorax atriceps) luego de la estación de cría (Isla Deseada, Santa
Cruz, Argentina). Escala = 1 m.

732
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados

nidificación de las especies guaneras (cormorán im- corresponden a un área menor a la relevada en las
perial y real). Desde el punto de vista del análisis ta- otras localidades, en las que los valores de densi-
fonómico, su presencia permite establecer el con- dad obtenidos son un promedio de las densidades
texto de depositación de los restos de estas aves. variables presentes en diferentes sectores (ver Cruz
Por lo tanto, es un elemento que puede utilizarse 2007a: Tabla 3). En el área de nidificación de los cor-
para detectar la superposición o mezcla de mate- moranes existe una correspondencia entre la ho-
riales arqueológicos y restos derivados de áreas de mogeneidad relativa de la depositación de restos y
nidificación de estas especies. la homogeneidad en la distribución de los nidos. En
En la tabla 1 se presentan las cantidades de res- este sentido, otro factor que puede influir para que
tos (carcasas y especímenes óseos) observados en exista una mayor densidad de huesos en el área de
cada una de las transectas, así como en el total de nidificación de cormoranes es la densidad de nidos.
ellas. Como fuera registrado en otras áreas de ni- En Isla Deseada, la densidad de nidos de cormora-
dificación de aves marinas en la costa patagónica nes es de aproximadamente 2,6 nidos/m2 (Arrighi y
(Cruz 2004, 2007a, 2008b), los huesos y carcasas Navarro 1998), mientras que en el área de nidifica-
se presentan como una concentración, que en este ción de pingüinos de Magallanes en Cabo Vírgenes
caso constituye un punto particular en el paisa- la densidad es de 17 nidos/100 m2 (Frere et al. 1996),
je óseo de la isla. Contrariamente a lo esperado, es decir 0,17 nidos/m2. Debido a que la mayor mor-
la cantidad de carcasas observada en la segunda talidad de aves marinas se produce en los nidos o
transecta (TANC 2) fue menor que en la primera, cercanías de los mismos, cuanto mayor sea la can-
efectuada antes de la estación de cría. En cambio, tidad de nidos por unidad de espacio, mayor será la
la cantidad de especímenes óseos (tanto en valores cantidad de restos en esa unidad.
de NISP como de MNE) y la densidad de huesos por En la tabla 2 se presenta la diversidad faunística
unidad de espacio fueron mayores (Tabla 1). del registro óseo en el sector muestreado. Sólo un
especimen de mamífero (un fragmento de hueso
plano) no pudo asignarse a ninguna de las clases de
Densidad
Transecta Carcasas NISP MNE (MNE/ tamaño, por lo que no se incluyó en la tabla. Como
m2) puede verse, predominan los restos de aves (67%)
TANC 1 (2003) 41 24 24 0,1 por sobre los de mamíferos (33% entre ambas cate-
gorías). Debido a que los mamíferos no habitan la
TANC 2 (2004) 30 85 82 0,5 isla, es posible que los mismos fueran transporta-
dos por el agua o por las gaviotas que nidifican en
Total 71 109 106 0,5
la isla (Cruz 2008b).
Tabla 1. Cantidad de carcasas y huesos (NISP y MNE) en
las transectas efectuadas en Isla Deseada (Santa Cruz). Los restos de aves incluyen carcasas y huesos.
TANC: transecta área nidificación cormoranes.
Como era esperable, 61 de los 70 especímenes de
aves fueron determinados como de cormoranes, el
La cantidad de carcasas, así como la cantidad resto de los especímenes corresponden a aves in-
de especímenes y la densidad por m2 se adecuan determinadas, entre las que se incluye una de gran
a lo esperado para los depósitos en áreas de nidi- tamaño, posiblemente petrel gigante. Lo mismo
ficación de la costa patagónica. Sin embargo, la sucede en el caso de las carcasas, ya que 70 de las
densidad de huesos en la zona de nidificación de observadas en el área de muestreo corresponden a
cormoranes presenta valores más altos a los detec- cormoranes.
tados en dos colonias de nidificación de Sphenisci- En líneas generales, la representación faunísti-
dae en Santa Cruz (Cruz 2007a). Es posible que los ca en el registro óseo de Isla Deseada es semejan-
valores más altos en la Isla Deseada se deban a que te a la detectada en otras localidades de la costa

Mamíferos pequeños Mamíferos grandes Aves

Transecta MNE Carc. MNE Carc. MNE Carc.

TANC 1 0 0 11 0 13 41

TANC 2 4 0 21 0 57 30

TOTAL 4 0 32 0 70 71

Tabla 2. Diversidad faunística (MNE y cantidad de carcasas) en el área de nidificación de cormoranes imperiales (P.
atriceps) de Isla Deseada (Santa Cruz, Argentina).
TANC: transecta área de nidificación de cormoranes. Carc.: carcasas.

Cruz 733
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

patagónica: hay una mayor cantidad de huesos de nes presentes. Sólo un pequeño porcentaje de los
aves que de mamíferos y, entre los restos de aves, huesos de aves se encontraba levemente meteori-
predominan los correspondientes a la especie ni- zado, mientras que más de la mitad no presentaba
dificante (Cruz 2004, 2007a, 2008a). Como en los modificaciones debidas a la meteorización. Este
otros casos, este resultado también contrasta con perfil se adecua a las expectativas para áreas de ni-
lo relevado en ambientes terrestres de la región, en dificación, en las que hay un importante aporte de
los que predominan los restos de mamíferos gran- restos durante los meses de cría. En el caso de los
des como guanacos y ovejas (Cruz 2000, 2007b, huesos de mamíferos, tal como fuera registrado en
2008a). otras localidades patagónicas, el perfil de meteori-
En la tabla 3 se presentan las propiedades tafo- zación presenta una mayor diversidad de estadios
nómicas de los huesos de mamíferos y aves. Puede que los de aves (Cruz 2007b, 2008a). Sin embargo,
verse que en todos los casos predominan los restos a diferencia de lo detectado en las otras localida-
desarticulados, pero en el caso de las aves también des, entre los huesos de mamíferos de Isla Deseada
se registraron huesos articulados. El depósito en el predominaron los huesos no meteorizados y leve-
área de nidificación de cormoranes está constitui- mente meteorizados. Es muy posible que esto se
do por una gran cantidad de huesos desarticulados relacione con la rápida cobertura de los huesos por
y carcasas con un alto grado de integridad. Es de- el guano, que los sepulta antes de que puedan ser
cir, pueden observarse los puntos extremos de la afectados por los agentes atmosféricos y registra-
secuencia de desarticulación, con una menor canti- dos en superficie por cualquier observador.
dad de casos intermedios de este proceso (31% de La cantidad de fracturas observadas es diferen-
huesos articulados). te en los restos de los dos grupos de vertebrados:
mientras que entre los huesos de mamíferos pre-
Mamíferos Aves dominan los fracturados, entre los de aves hay ma-
grandes voladoras yor cantidad que no lo está. Aunque en otras loca-
Desarticulados 100% 69%
lidades hemos establecido que la mayor cantidad
Articulados - 31% de fracturas de los restos de mamíferos se debe a
que en general poseen historias tafonómicas más
No meteorizados 36,5% 54%
Estadio 1 36,5% 8% largas que los huesos de aves (Cruz 2007a, 2008a),
Estadio 2 9% - en el caso de Isla Deseada parte de las fracturas de
Estadio 3 9% -
estos vertebrados se debe a que fueron transpor-
No determinado 9% 38%
tados por las gaviotas para la construcción de sus
Fracturados 82% 31% nidos, que requieren un peso no mayor a los 33 gr
No fracturados 18% 69%
(Cruz 2008b).
Modificaciones por No se registraron modificaciones asignables a
0% 0%
carnívoros carnívoros, lo cual es concordante con el hecho de
Huesos enterrados 64% 15% que no hay predadores o carroñeros mamíferos ha-
Huesos no enterrados 36% 85% bitando la isla. Al evaluar la acción de aves y mamí-
feros como actores tafonómicos en otros sectores
Tabla 3. Propiedades tafonómicas de los especímenes
(NISP) de mamíferos y aves en Isla Deseada. No se de la costa patagónica, establecimos que tienen
consideran las carcasas. diferentes roles en la modificación de huesos y car-
casas (Cruz 2004, 2007a, 2008a). La acción de las
Un aspecto relevante desde el punto de vista aves generalmente se centra en los tejidos blandos,
tafonómico es que la mayor parte de estos hue- por lo que su papel como actores tafonómicos con-
sos son elementos correspondientes a juveniles. El siste fundamentalmente en contribuir a la desarti-
esqueleto de los cormoranes termina de osificar- culación de las carcasas. Sin embargo, tanto en las
se aproximadamente a los 70 días del nacimiento áreas de nidificación de pingüinos como en secto-
(Johnsgard 1993, en Higgins 1999). Los huesos de res fuera de las transectas del área de nidificación
los pichones hasta ese momento son más frágiles y de los cormoranes se registraron restos de aves
se destruyen más rápidamente que los de los adul- con modificaciones en el esternón (Figura 3). Es-
tos, por lo que es posible que esta característica de tas modificaciones fueron efectuadas por gaviotas
la muestra tenga consecuencias en la historia tafo- o eskúas, e indican que en algunos casos las aves
nómica de este depósito. pueden producir efectos sobre los huesos. Aunque
En muchos de los especimenes de aves (38%) y en las transectas de Isla Deseada no se detectaron
algunos de mamíferos (9%) no fue posible evaluar este tipo de modificaciones en los huesos y carca-
el estadio de meteorización, debido a que la capa sas, es posible que algunas modificaciones leves
de guano que los recubría oscurecía las modificacio- fuesen enmascaradas por la fina capa de guano que

734
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados

Figura 3. Esternón de juvenil de gaviota cocinera (Larus dominicanus) con daños producidos por aves (Isla Deseada,
Santa Cruz, Argentina). El círculo blanco indica la ubicación de las modificaciones.

cubre los restos. De todos modos, modificaciones Partes


importantes como la que muestra la figura 3 ha- Elemento MNE
esqueletarias
brían sido registradas durante el relevamiento. Por
Húmero 16
lo tanto, se considera que es mínimo el impacto de Ext. Anteriores Radio 2
las aves en la destrucción de huesos de cormoranes MNE = 23 (38%) Ulna 4
Carpometacarpo 1
en sus nidos. falanges anteriores 0
En la tabla 3 también se observan diferencias
entre los huesos de mamíferos y aves en relación a Cintura escapular escápula 5
coracoides 5
la cobertura por sedimentos (en este caso, el gua- MNE = 10 (16%) fúrcula 0
no): entre los primeros predominan los enterrados
Fémur 13
mientras que entre los de aves aquellos que no lo tibiatarso 12
están. La menor cantidad de restos de aves cubier- Ext. Posteriores fíbula 0
tos por sedimentos seguramente se relaciona con MNE = 25 (41%) rótula
tarsometatarso
0
0
la reciente depositación de los mismos durante la falanges posteriores 0
estación de cría. cráneo 0
En la tabla 4 se presenta la representación de maxilar 0
Esqueleto axial
partes esqueletarias de aves registrada. Los especí- MNE = 2 (3%)
vértebras 0
costillas 1
menes de aves indeterminadas fueron fragmentos esternón 1
de diáfisis de huesos largos y no son considerados
Cintura pélvica pelvis 0
en este análisis. Los cormoranes estuvieron repre- MNE = 1 (2%) sinsacro 1
sentados por huesos correspondientes a todas las
unidades anatómicas, con predominio de elemen- MNE TOTAL 61

tos de las extremidades posteriores (41%) y ante- Tabla 4. Representación de partes esqueletarias de
riores (38%). cormoranes imperiales (P. atriceps) en las transectas
efectuadas en Isla Deseada (Santa Cruz, Argentina).

Cruz 735
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Partes esqueletarias P.N. P. M. R. G. R.P.C.V. P. M ID

Ext. Anteriores 54% 37% 34% 61% 38%

Cintura Escapular 14% 21% 14% 10% 16%

Ext. Posteriores 13% 16% 28% 20% 41%

Esqueleto Axial 17% 26% 22% 5% 3%

Cintura Pélvica 2% 0% 1% 4% 2%

Tabla 5. Comparación de los perfiles naturales de representación de unidades anatómicas de aves voladoras en
varias localidades patagónicas (datos de Cruz 2005) y de cormoranes en Isla Deseada.
P.N.P.M.: Parque Nacional Perito Moreno; R. G.: cuenca del río Gallegos; R.P.C.V.: Reserva Provincial Cabo Vírge-
nes; P. M.: Punta Medanosa; I. D.: Isla Deseada.

Varios autores han planteado que en las acumu- otras aves, para poder sumergirse adecuadamente
laciones naturales de huesos de aves predominan (Bellairs y Jenkin 1960). En el caso de los cormora-
los elementos de las extremidades anteriores y la nes, sólo el húmero, el esternón y el centro de unas
cintura escapular (Ericson 1987; Livingston 1989; pocas vértebras cervicales están neumatizados
Muñoz y Savanti 1998, entre otros). En concordan- (Bellairs y Jenkin 1960; Higgins 1999). Por lo tanto,
cia con estas afirmaciones, los estudios tafonómi- es posible que, debido a la carencia de neumatiza-
cos efectuados en varias localidades de Patagonia ción y a su papel en la locomoción bajo el agua, los
mostraron una representación similar (Cruz 2005, huesos de las extremidades posteriores de los cor-
entre otros). En estos estudios, los huesos corres- moranes sean más resistentes a los procesos tafo-
pondientes a todas las aves (excepto pingüinos y nómicos que los de otras aves.
ñandúes) se analizaron de forma conjunta, en una Otro factor que puede explicar este inusual pa-
categoría amplia denominada “aves voladoras”. trón de representación de partes esqueletarias es la
Esta categoría abarcó los restos de especies con un ausencia de predadores terrestres en la isla. Las ob-
amplio rango de tamaños corporales y de variación servaciones tafonómicas de Bickart (1984), de Oli-
anatómica, dentro del marco general del esqueleto ver y Graham (1994) y las propias (Cruz 2007a, en-
básico de las aves. Uno de los objetivos de las ob- tre otros) mostraron que la acción de los carnívoros
servaciones efectuadas en Isla Deseada, por lo tan- sobre carcasas de aves se concentra en las extre-
to, fue establecer si existían diferencias en la repre- midades posteriores y el esqueleto axial, mientras
sentación de partes esqueletarias de aves incluidas que las alas generalmente permanecen intactas. Es
en esta gran categoría. posible, entonces, que la mayor representación de
En la tabla 5 pueden observarse las diferencias elementos de las extremidades posteriores en Isla
entre los perfiles naturales de partes esqueletarias Deseada se deba a la ausencia de estos actores ta-
de aves voladoras y el observado para huesos de fonómicos.
cormoranes en Isla Deseada. Aunque estas dife- Para determinar si existen diferencias y/o si-
rencias pueden estar relacionadas con el tamaño militudes entre el patrón natural detectado y la
de la muestra de Isla Deseada, que es pequeña, representación de unidades anatómicas en depó-
también es factible que las mismas se vinculen con sitos arqueológicos, en tabla 6 se comparan los
la anatomía de los cormoranes, que son aves adap- resultados de Isla Deseada con los registrados en
tadas tanto al vuelo como al buceo (Siegel-Causey sitios arqueológicos que poseen una gran cantidad
1988). de restos de cormoranes. Tres de estos sitios son
El esqueleto de las aves buceadoras refleja el de Patagonia: Cabo Blanco 1 (Moreno et al. 1998),
equilibrio entre los requerimientos del vuelo y del Punta Baja (Lefèvre 1989) y Túnel VII (Mameli 2002),
buceo (Gilbert et al. 1981), lo cual tiene consecuen- el restante se ubica en la costa peruana: Quebrada
cias desde el punto de vista tafonómico. Los huesos Tacahuay (2005). La única similitud en los perfiles
de cualquier vertebrado tienen una función, que se de todos los conjuntos (los arqueológicos y el na-
relaciona con su “fuerza tafonómica” (Lyman 1994). tural) es que la cintura pélvica es la unidad menos
Esto implica que la función anatómica de un hueso representada. El perfil de Punta Baja se asemeja en
determina sus propiedades mecánicas, las que a líneas generales al de Isla Deseada, pero con una
su vez median sobre los efectos que los procesos alta representación del esqueleto axial que no po-
tafonómicos tendrán sobre ese hueso. Los huesos see el conjunto natural. Los otros conjuntos tienen
de las aves que bucean están poco neumatizados perfiles muy diferentes al de Isla Deseada.
y tienen paredes corticales más gruesas que los de Lo más interesante de esta comparación es que

736
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados

Unidades anatómicas CB 1 PB Tu VII QT ID


Ext. Anteriores 13% 30% 31% 21% 38%

Cintura Escapular 15% 17% 15% 59% 16%

Ext. Posteriores 32% 34% 26% 16% 41%

Esqueleto Axial 33% 17% 24% 3% 3%

Cintura Pélvica 7% 2% 4% 1% 2%

Tabla 6. Comparación de los patrones de representación de partes esqueletarias de cormoranes en Isla Deseada y
sitios arqueológicos: Cabo Blanco 1 (basado en Moreno et al. 1998), Punta Baja (basado en Lefèvre 1989), Túnel VII
(Mameli 2002) y Quebrada Tacahuay (basado en de France 2005).
CB1 = Cabo Blanco 1 (Santa Cruz); PB = Punta Baja (Chile); Tu VII = Túnel VII (Tierra del Fuego); QT= Quebrada Taca-
huay (Perú); ID = Isla Deseada.

no es posible aislar un patrón común a todos los de- natural observado (tal como sucede con el conjun-
pósitos arqueológicos. Lo mismo sucede con otros to de Punta Baja). Dada esta ambigüedad, los pa-
conjuntos de Patagonia, como los analizados por trones de representación de partes esqueletarias
Lefèvre (1989) y por Savanti (1994). Esto no implica no pueden considerarse un indicador claro de los
que el patrón detectado en cada uno de los depósi- actores y procesos involucrados, por lo que es poco
tos no sea el resultado de la acción humana, lo cual aconsejable que se efectúen afirmaciones sobre la
debería determinarse en cada caso a través de un conducta humana utilizando exclusivamente estos
análisis tafonómico exhaustivo. Lo que estas dife- perfiles anatómicos. Sin embargo, la representa-
rencias señalan es que es posible una gran variabi- ción de elementos constituye una de las variables
lidad en la representación de partes esqueletarias que permiten discutir la historia de un conjunto
de cormoranes en los conjuntos zooarqueológicos, óseo (Behrensmeyer 1991) y su análisis en el marco
relacionada con la diversidad de actividades huma- de las investigaciones zooarqueológicas permitirá
nas que puede involucrar a estas aves. Muchas de efectuar estudios tafonómicos más precisos en tér-
estas actividades no dejan una firma específica en minos de los procesos involucrados.
los registros óseos y pueden asemejarse al perfil

CORMORANES Y POBLACIONES HUMANAS DURANTE EL HOLOCENO

Los cambios climáticos y ambientales que se tes de los registros que analizan. Este es el caso del
sucedieron desde el Pleistoceno tuvieron un papel análisis genético de poblaciones actuales de cor-
importante en la distribución de la biota (Delcourt morán roquero en el sur de Patagonia efectuado
y Delcourt 1991, entre otros) y en el sur de Pata- por Siegel-Causey (1997), a partir del cual discute
gonia afectaron a las comunidades de vertebrados, su distribución pasada. Los hábitats rocosos que
de forma tal que las asociaciones de fauna que ob- necesitan estos cormoranes se localizan de forma
servamos en la actualidad no son necesariamente discreta y heterogénea en el sur de Patagonia. Des-
las mismas que existieron durante distintos mo- de fines del Pleistoceno y durante algunos momen-
mentos de los últimos miles de años. En el caso de tos del Holoceno, grandes extensiones de la costa
los cormoranes, la disponibilidad de hábitats apro- patagónica no fueron habitables para las aves nidi-
piados para cada una de las especies fue uno de ficantes debido a que estaban cubiertas de hielo o
los factores que determinaron su distribución en la a que fueron drásticamente alteradas por los cam-
costa patagónica desde fines del Pleistoceno. Por biantes niveles del mar. Bajo estas condiciones, fue
ejemplo, Rasmussen y colaboradores (1994) plan- probable la extirpación de poblaciones de cormora-
tean que la presencia de restos de cormoranes ro- nes roqueros. A partir del análisis genético, Siegel-
queros en un depósito arqueológico es un indicador Causey propone que durante la última glaciación
de que los acantilados que requiere la especie para existieron refugios para los cormoranes roqueros
nidificar estaban presentes en las cercanías, lo cual en el sector norte de la distribución actual y en islas
no fue constante durante el Holoceno debido a las Malvinas. Otros sectores en los que actualmente
variaciones en el nivel del mar. existe la especie constituyen zonas recientemente
Para los zooarqueólogos, sin embargo, las eva- colonizadas desde el norte y el este.
luaciones de la distribución de los cormoranes que Causey y Lefèvre (2006) también proponen que
revisten mayor interés son aquellas independien- existe relación entre el clima y la distribución pasa-

Cruz 737
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

da de los cormoranes. Consideran que en una es- propuesto por Causey y Lefèvre (2006), no se con-
cala temporal amplia, la diversidad de especies de sidera que sea lo mismo explotar a los cormoranes
cormoranes fue cualitativamente estable, pero que en sus áreas de nidificación o fuera de ellas. Son es-
en una escala más fina (Holoceno medio y tardío) la casos los sectores fuera de las áreas de nidificación
abundancia relativa y la distribución de las especies en los que es factible abordar a los cormoranes y los
de cormoranes varió de manera compleja a lo largo beneficios de este tipo de caza son menores, ya que
del tiempo en relación a los cambios ambientales y la mayor agregación de aves se encuentra siempre
al impacto de los mismos sobre las fuentes de ali- en los nidos. Como en el caso de otras aves, la caza
mentos de estas aves. de cormoranes debió ser oportunista. Un predador
Dada la posibilidad de variaciones, no es posible es oportunista cuando toma todas sus presas en la
presuponer la existencia de áreas de nidificación de misma abundancia relativa en que éstas se presen-
cormoranes en un sector específico de la costa so- tan en el ambiente en que caza, durante el perío-
bre la base de la distribución reproductiva actual. do en que el predador está activo y dentro de los
Esto deberá determinarse en cada caso a través límites de tamaño impuestos por la relación pre-
de varias líneas de evidencia, las cuales deberían dador/presa, así como la capacidad de percepción
incluir la evaluación de la existencia de hábitats y manipulación del predador (Jaksic 1989). Desde
apropiados para cada especie durante el lapso de esta perspectiva, se considera que, a lo largo del
interés, la búsqueda de depósitos correspondien- Holoceno, las poblaciones humanas de la costa
tes a áreas de nidificación y estudios como el desa- patagónica priorizaron la predación en áreas de ni-
rrollado por Siegel-Causey, entre otras. Este tema dificación siempre que las colonias de cormoranes
es importante debido a que, contrariamente a lo fueron accesibles.

CONSIDERACIONES FINALES

Los estudios actualísticos permiten conocer el cormoranes y esto tiene implicaciones para el aná-
funcionamiento de los procesos tafonómicos ac- lisis tafonómico y zooarqueológico de sus huesos.
tuantes y el rango de variabilidad que implican en Aunque hay variaciones de tamaño, la morfología
función de contextos específicos. Pero interpretar general de estas aves es similar y las diferencias
un registro fósil (tanto arqueológico como paleon- osteológicas son mínimas, lo que en muchos casos
tológico) requiere, además, que se establezcan los dificulta la identificación de sus restos a nivel es-
contextos pasados y que se evalúe la forma en que pecífico (ver Lefèvre 1989; Rasmussen et al. 1994;
los mismos pudieron determinar la forma en que Causey y Lefèvre 2006, para comentarios al res-
operan actores y procesos bajo esas condiciones pecto). Sin embargo, las especies de cormoranes
particulares. Por lo tanto, para que el análisis zooar- se diferencian en aspectos como el uso de hábitat
queológico de restos de cormoranes sea adecuado, y la cantidad de individuos que conforman una co-
estas investigaciones también deberán incluir esti- lonia. Estas dos variables no sólo son importantes
maciones acerca de la historia natural de estas aves para construir modelos zooarqueológicos, sino que
durante el Holoceno. también son significativas desde el punto de vista
Aquí se han presentado los resultados de ob- de la depositación y modificación de restos de aves
servaciones tafonómicas de restos de cormoranes, en contextos naturales. Las futuras investigaciones
centradas particularmente en establecer el perfil tafonómicas de restos de cormoranes, por lo tanto,
de representación de partes esqueletarias de es- deberán considerar estos aspectos para completar
tas aves. Desde el punto de vista de su anatomía, las investigaciones aquí presentadas.
no existen grandes diferencias entre especies de

Agradecimientos
A Silvia Ferrari y Carlos Albrieu, con quienes efectué los trabajos en Isla Deseada. Al Consejo Agrario
de la Provincia de Santa Cruz por otorgar el correspondiente permiso de investigación. A la Prefectura
Naval Argentina, por su apoyo para efectuar el transporte hasta la isla. Este trabajo es un resultado de los
proyectos 29/A107 UNPA y PIP/CONICET 5576.

738
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados

BIBLIOGRAFÍA

Albrieu, C., S. Imberti y S. Ferrari los sitios de Cabo Blanco (Santa Cruz, Patagonia
2004 Las aves de la Patagonia Sur. El estuario del río Argentina). Análisis tafonómico y perspectivas
Gallegos y zonas aledañas. Universidad Nacional de arqueológicas. Intersecciones en Antropología 7: 15-
la Patagonia Austral, Río Gallegos. 26.
Arrighi, A. C. y J. L. Navarro Cruz, I.
1998 Ecología reproductiva del cormorán imperial 2007a Avian Taphonomy: observations at two
(Phalacrocorax atriceps), en la isla Deseada (Santa Magellanic penguin (Spheniscus magellanicus)
Cruz, Argentina). El Hornero 15: 64-67. breeding colonies and their implications for the fossil
Beherensmeyer, A. K. record. Journal of Archaeological Science 34: 1252-
1978 Taphonomic and Ecological Information from 1261.
Bone Weathering. Paleobiology 4:150-162. Cruz, I.
Beherensmeyer, A. K. 2007b The recent bones of the Río Gallegos Basin
1991 Terrestrial Vertebrate Accumulations. En (Santa Cruz, Argentina) and their preservation
Taphonomy: Releasing the Data Locked in the Fossil potential. En Taphonomy and Archaeozoology in
Record, editado por P. A. Allison y D. E. G. Briggs, pp. Argentina, editado por M. A. Gutierrez, L. Miotti, G.
291-335. Plenum Press, New York. Barrientos, G. Mengoni Goñalons y M. Salemme, pp.
Bellairs, A. D’A. y C. R. Jenkin 161-170. BAR International Series S1601, Oxford.
1960 The Skeleton of Birds. En Biology and Cruz, I.
Comparative Physiology of Birds, editado por A. J. 2008a Avian and mammalian bone taphonomy in
Marshall, vol. 1: 241-300. J. Wiley & Sons, New York. Southern Continental Patagonia. A comparative
Bickart, K. J. approach. Quaternary International 180: 30-37.
1984 A Field Experiment in Avian Taphonomy. Journal Cruz, I.
of Vertebrate Paleontology 4: 525-535. 2008b Bone Accumulators. Journal of Taphonomy 17:
Binford, L. R. 69-70.
1981 Bones. Ancient Men and Modern Myths. Cruz, I.
Academic Press, New York. 2008c La explotación de las aves en la zona
Causey, D. y C. Lefèvre cordillerana del sur de Patagonia (Santa Cruz,
2006 Diagnostic Osteology and Analysis of the Argentina). Revista Werken 11. En prensa.
Mid- to Late Holocene Dynamics of Shags and de France, S. D.
Cormorants in Tierra del Fuego. International Journal 2005 Late Pleistocene marine birds from southern
of Osteoarchaeology 17: 107-216. Peru: distinguishing human capture from El Niño-
Cruz, I. induced windfall. Journal of Archaeological Science
2000 Líneas tafonómicas y ecológicas para evaluar 32: 1131-1146.
la explotación prehistórica de aves acuáticas en la Delcourt, H. R. y P. A. Delcourt
zona cordillerana (Prov. de Santa Cruz). En Desde el 1991 Quaternary Ecology. A Paleoecological
País de los Gigantes. Perspectivas arqueológicas en Perspective. Chapman & Hall, Londres.
Patagonia, editado por Belardi, J. B; Carballo Marina, Emslie, S. D. y G. S. Morgan
F. y S. Espinosa Tomo I pp. 202-217. Universidad 1994 A Catastrophic Death Assemblage and
Nacional de la Patagonia Austral. Río Gallegos. Paleoclimatic Implications of Pliocene Seabirds of
Cruz, I. Florida. Science 264: 684-685.
2001 Los pingüinos como presas durante el Holoceno. Ericson, P. G. P.
Información biológica, fósil y arqueológica para 1987 Interpretations of Archaeological Bird Remains:
evaluar su disponibilidad en el sur de Patagonia. a Taphonomic Approach. Journal of Archaeological
Archaeofauna, International Journal of Archaeozoology Science 14: 65-75.
10: 99-112. Faggi, A. M.
Cruz, I. 1985 Las comunidades vegetales de Río Gallegos,
2004 Tafonomía de huesos de aves en Punta Santa Cruz. En Transecta Botánica de la Patagonia
Medanosa (Dpto. Puerto Deseado, Santa Cruz). En: Austral, editado por O. Boelcke, D. M. Moore y F. A.
Contra viento y marea. Arqueología de la Patagonia, Roig, pp. 592-633. Buenos Aires, Argentina.
editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. Frere, E., P. Gandini y P. D. Boersma
G. Guraieb, pp. 455-468. Instituto Nacional de 1996 Aspectos particulares de la biología de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano - reproducción y tendencia poblacional del pingüino de
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires. Magallanes (Spheniscus magellanicus) en la colonia
Cruz, I. de Cabo Vírgenes, Santa Cruz, Argentina. El Hornero
2005 La representación de partes esqueléticas 14: 50-59.
de aves. Patrones naturales e interpretación Frere, E., F. Quintana y P. Gandini
arqueológica. Archaeofauna, International Journal of 2005 Cormoranes de la costa patagónica: estado
Archaeozoology 14: 69-81. poblacional, ecología y conservación. El Hornero 20:
Cruz, I. 35-52.
2006 Los huesos de pingüinos (Spheniscidae) de

Cruz 739
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Furnes, R. W. y P. Monagham Phalacrocoracidae). Neotrópica 41: 27-30.


1987 Seabird Ecology. Blackie & Son, Ltd. Glasgow. Malacalza, V. E.
Gandini, P. y E. Frere 1998 Observaciones sobre comportamiento
1995 Distribución, abundancia y ciclo reproductivo reproductivo de cormoranes (Pelecaniformes:
del Cormorán Gris Phalacrocorax gaimardi en la costa Phalacrocoracidae) en la colonia mixta de Punta
patagónica. El Hornero 14: 57-60. León (Chubut, Argentina). Neotrópica 44: 119-120.
Gifford-González, D. Malacalza, V. E. y J. R. Navas
1991 Bones are not Enough: Analogues, Knowledge, 1996 Biología y ecología reproductiva de
and Interpretive Strategies in Zooarchaeology. Phalacrocorax albiventer (Aves: Phalacrocoracidae)
Journal of Anthropological Archaeology 10: 215-254. en Punta León, Chubut, Argentina. Ornitología
Gilbert, B. M., L. D. Martin y H. G. Savage Neotropical 7: 53-61.
1981 Avian Osteology. Modern Printing Co., Laramie, Mameli, L.
USA. 2002 Bird management in America’s extreme south
Higgins, J. during the 19th century. Acta zoologica cracoviensia
1999 Túnel: A Case Study of Avian Zooarchaeology 45: 151-165.
and Taphonomy. Journal of Archaeological Science Moreno, E., A. Castro; K. Martinelli y A. Abello
26: 1449-1447. 1998 El material faunístico de Cabo Blanco 1. Anales
Jaksic, F. M. del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Sociales)
1989 Opportunism vs. selectivity among carnivorous 26: 169-180.
predators that eat mammalian prey: a statistical test Muñoz, A. S. y F. Savanti
of hypotheses. Oikos 56: 427-430. 1998 Observaciones tafonómicas sobre restos
Kharitonov, S. P. y D. Siegel-Causey avifaunísticos de la costa noreste de Tierra del
1988 Colony Formation in Seabirds. Current Fuego. Actas y Memorias del XI Congreso Nacional de
Ornithology 5: 223-272. Arqueología Argentina (8ª Parte), Revista del Museo
Lanata, J. L., M. N. Weissel, M. S. Caratcoche, J. B. de Historia Natural de San Rafael, Tomo XX 1 - 2: 107-
Belardi, A. S. Muñoz y F. Savanti 121. Mendoza.
1992 Dos mil huesos de viaje submarino: análisis Oliver, J. S. y R. W. Graham
faunístico del sitio Bahía Crossley 1, Isla de los 1994 A catastrophic kill of ice-traped coots: time-
Estados. Palimpsesto Revista de Arqueología 1: 9-24. averaged versus scavenger-specific disarticulation
Lefèvre, C. patterns. Paleobiology 20: 229-244.
1989 L’avifaune de Patagonie australe et ses relations Piana, E. L., M. M. Vázquez y A. M. Tívoli
avec l’homme au cours des six dernieres millénaires. 2007 Dieta y algo más. Animales pequeños y
Tesis Doctoral de la Université Panthéon-Sorbonne, variabilidad del comportamiento humano en el
Paris. canal Beagle. En Arqueología de Fuego-Patagonia.
Lefèvre, C. Levantando piedras, desenterrando huesos...y
1992 Punta María 2. Los restos de aves. Palimpsesto develando arcanos. Editado por F. Morello, M.
Revista de Arqueología 2: 71-98. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 39-50.
Lefèvre, C. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
1993-94 Las aves en los yacimientos del Archipiélago Punta G., P. Yorio, J. Saravia y P. García Borboroglu
del Cabo de Hornos y del Seno Grandi. Anales del 2003 Breeding Habitat Requirements of the Imperial
Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Sociales) 22: Cormorant and Rock Shag in Central Patagonia,
123-136. Argentina. Waterbirds 26: 176-183.
Lefèvre, C. Punta, G., P. Yorio, G. Herrera y J. Saravia
1997 Sea Bird Fowling in Southern Patagonia: A 2003 Biología reproductiva de los cormoranes
Contribution to Understanding the Nomadic Round imperial (Phalacrocorax atriceps) y de cuello negro
of the Canoeros Indians. International Journal of (P. magellanicus) en el golfo San Jorge, Chubut,
Osteoarchaeology 7: 260-270. Argentina. El Hornero 18: 103-111.
L’Heureux, G. L. y N. V. Franco Quintana, F. y P. Yorio
2002 Ocupaciones humanas en el área de Cabo 1998 Kelp Gull Larus dominicanus predation on an
Vírgenes (Pcia. de Santa Cruz, Argentina): el sitio Imperial Cormorant Phalacrocorax atriceps colony in
Cabo Vírgenes 6. Anales del Instituto de la Patagonia Patagonia. Marine Ornitology 26: 84-85.
(Serie Ciencias Sociales) 30: 183-201. Rasmussen, P. C.
Livingston, S. D. 1991 Relationship between Coastal South American
1989 The Taphonomic Interpretation of Avian King and Blue-Eyed Shags. The Condor 93: 825-839.
Skeletal Part Frequencies. Journal of Archaeological Rasmussen, P. C., P. S. Humphrey y J. E. Pefaur
Science 16: 537-547. 1994 Avifauna of a Beagle Channel archaeological
Lyman, R. L. site. University of Kansas Museum of Natural History
1994 Vertebrate Taphonomy. Cambridge University Ocassional Papers 165: 1-41.
Press, Cambridge. Savanti, F.
Malacalza, V. E. 1994 Las aves en la dieta de los cazadores-recolectores
1995 Aportes al conocimiento de la biología terrestres de la costa fueguina. Temas de Arqueología,
reproductiva de Phalacrocorax magellanicus (Aves: CONICET/PREP, Buenos Aires.

740
Tafonomía de huesos de cormoranes en la Costa Patagónica. Primeros resultados

Siegel-Causey, D.
1988 Phylogeny of the Phalacrocoracidae. The
Condor 90: 885-905.
Siegel-Causey, D.
1997 Molecular Variation and Biogeography of Rock
Shags. The Condor 99: 139-150.
Simeone, A. y X. Navarro
2002 Human exploitation of seabirds in coastal
southern Chile during the mid-Holocene. Revista
Chilena de Historia Natural 75: 423-431.
Tambussi, C. P. y J. I. Noriega
1996 Summary of the Fossil Record from Southern
South America. En Contributions of Southern
South America to Vertebrate Paleontology, editado
por G. Arratia, (A) 30: 245-264. Münchmer
Geowissenschaftliche, Abhandlungen, Alemania.
Yorio P., E. Frere, P. Gandini y G. Harris (editores)
1998 Atlas de la distribución reproductiva de aves
marinas en el litoral patagónico argentino. Plan de
Manejo Integrado de la Zona Costera Patagónica.

Cruz 741
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

742
Tafonomía, arqueología y conservación de
especies silvestres: el caso de los huemules
(Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata
(Chubut)
Pablo Marcelo Fernández1 y Ana Inés Forlano2

A B S T R A C T

Huemul (Hippocamelus bisulcus) remains supposedly predated by pumas (Puma concolor) were
analyzed. The bones -collected by biologists at Lago La Plata (Chubut Province, Argentina)-
represent residual assemblages from carnivore killing activities and in situ consumption. Several
lines of evidence -predator and prey behavior, taphonomic models of puma predation on other
ungulates in Patagonia, and class, morphology, and diameter of carnivore tooth damage on bones-
confirm puma action on huemul remains. Abrasion was also observed in assemblages recovered on
the lake shore or directly in the water, produced by the interaction between bones, pebble beach
and waves. Nearby lake shores puma residual assemblages could be mixed up with archaeological
remains. Nevertheless, persistence of palimpsest will depend on sediment characteristics and on
carnivore feeding intensity. Results also contribute to the conservation biology of huemul, a species
threatened by extinction, by establishing the magnitude of puma predation on deer population of
Lago La Plata and confirming the importance of lakes in the huemul´s predator avoidance behavior.

INTRODUCCIÓN

En Argentina, la acción tafonómica de los carní- el bosque caducifolio de Norpatagonia venimos


voros ha sido estudiada fundamentalmente a partir desarrollando desde 1998 un programa orientado
de observaciones de tipo actualístico-naturalísticas a identificar los principales procesos y actores tafo-
(sensu Marean 1995). Esta línea de trabajo, que ya nómicos, que tiene entre sus objetivos particulares
tiene dos décadas, permitió determinar el papel caracterizar la acción tafonómica de los carnívoros
desempeñado por zorros (Pseudalopex sp.) y pu- en ese ambiente (Fernández 1999; Bellelli, Pereyra,
mas (Puma concolor) en la acumulación y modifi- Fernández, Scheinsohn y Carballido 2000; Bellelli,
cación de restos óseos, caracterizando el tipo de Scheinsohn, Fernández, Pereyra, Podestá y Carba-
modificaciones que producen, su intensidad y su llido 2000; Fernández et al. 2008). Contribuyendo
distribución en el esqueleto así como la variación a ese objetivo específico, aquí presentamos los
que exhiben estos aspectos en diferentes contextos resultados del análisis tafonómico de restos óseos
espaciales (e. g. sitios de matanza, madrigueras de actuales recuperados por biólogos en lago La Plata
cría), temporales (estacionalidad) y ecológicos (e. (SO de Chubut), que han sido interpretados como
g. mayor densidad de presas, entre otros, Borrero el resultado de la predación ejercida por pumas
1988, 1990, 2000; Borrero y Martin 1996; Martin y sobre una población de huemules (Hippocamelus
Borrero 1997; Martin 1998, 2006; Muñoz y Savanti bisulcus, Smith-Flueck y Flueck 2001a y b).
1998; Mameli y Estévez 1999-2001; Mondini 2000, La información disponible para tiempos his-
2001, 2002a y b; Kaufmann y Messineo 2002; Cruz tóricos (1899-2000) señala que el puma ha sido
2003; Muñoz et al. 2008). el principal factor de mortalidad natural para el
Relacionada con esta línea de investigación, en huemul (Pastore y Vila 2001). El desarrollo de un

1 CONICET-INAPL-UBA, [email protected]
2 INAPL, [email protected]

Fernández - Forlano 743


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

comportamiento antipredador específico (Povilitis res poco accesibles hacen que sea un animal poco
1978) sugiere que esta relación es de larga data, frecuente (Povilitis 1978; Díaz 2000; Smith-Flueck
tornándola relevante para los arqueólogos. Nu- 2000; Serret 2001; Vila et al. 2004). Las dificultades
merosos sitios que se extienden entre la provincia para realizar estudios actualísticos sobre el huemul
de Neuquén y el estrecho de Magallanes contienen pueden ilustrarse con el ejemplo de la localidad de
restos de huemul en sus arqueofaunas, indicando Cholila. Durante cuatro años de observaciones ta-
que esta especie integró la dieta de distintas pobla- fonómicas no hemos localizado ninguna carcasa
ciones patagónicas (Belardi y Gómez Otero 1998; de ungulado nativo, a pesar de que restos óseos de
De Nigris 2004; Díaz et al. 2007). En la franja cor- huemul y de guanaco, datados en los últimos 2000
dillerana comprendida entre el valle del río Manso años, fueron recuperados en el sitio Cerro Pintado
inferior (SO de Río Negro) y el PN Los Alerces (NO de esa localidad (Fernández 2008).
de Chubut) el huemul parece haber tenido un rol En este contexto, el estudio de la colección ósea
destacado, presentándose como el taxón domi- procedente de lago La Plata, que incluye al menos
nante entre los vertebrados nativos de mayor porte 12 huemules (ocho con modificaciones por carnívo-
(Arrigoni y Fernández 2004; Bellelli et al. 2007; Po- ros) supone una oportunidad casi única para acce-
destá et al. 2007; Fernández 2008). der a información relevante para varios campos de
La interpretación adecuada de estas arqueo- conocimiento. En efecto, los resultados alcanzados
faunas, tanto en sus aspectos culturales como pa- constituyen un primer paso en la comprensión de
leoecológicos, implica ponderar la contribución del los procesos y actores tafonómicos involucrados en
puma a la conformación y transformación de los la formación de conjuntos óseos de huemul. Dado
conjuntos óseos. Idealmente, este objetivo debería que hemos utilizado como marco de referencia
cumplirse a través de estudios que garanticen las modelos tafonómicos derivados de la interacción
relaciones propuestas entre un actor tafonómico y del puma con otros ungulados, pudimos examinar
sus trazas (Gifford-González 1991). Sin embargo, el grado de ajuste con nuestro caso, notando dife-
efectuar un trabajo de este tipo ha resultado prácti- rencias que podrían ampliar el rango de variación
camente imposible. El huemul es una especie endé- de la acción tafonómica de este felino. En otro pla-
mica de los bosques subantárticos de la Argentina y no, también planteamos implicaciones acerca de la
Chile que actualmente está en peligro de extinción formación del registro arqueológico en el ámbito
(Redford y Eisenberg 1992; Serret 2001). Este status boscoso-lacustre, tanto en lo referido a la lluvia na-
de conservación deriva de las modificaciones an- tural de huesos como a sus posibilidades de preser-
trópicas del ambiente y de la fuerte presión de caza vación. Finalmente, consideramos que los aspectos
a la que fue sometida la especie. La pronunciada inferidos sobre la relación predador-presa y sobre
disminución en el rango de distribución geográfica el rol de los cuerpos de agua en el comportamiento
y en el tamaño de la población, el pequeño tama- antipredador del huemul tienen relevancia para el
ño de los grupos sociales y su ubicación en secto- manejo y la conservación de esta especie.

CARACTERÍSTICAS Y PROCEDENCIA DE LA MUESTRA


La muestra analizada fue recolectada en 1993 y de 100 m a partir de la orilla, se habrían depositado
1998 por los biólogos W. Flueck y J. M. Smith-Flueck entre un par de meses y máximo 4 años antes de su
en el lago La Plata. De acuerdo a estos investigado- hallazgo y poco más de un tercio de la muestra es-
res, el área se caracteriza por la presencia de bos- taría reflejando la predación invernal del puma so-
ques sobremaduros y densos, principalmente de bre huemules de ambos sexos y de distintas clases
lenga (Nothofagus pumilio), con un sotobosque de de edad (Flueck y Smith-Flueck 1993; Smith-Flueck
especies arbustivas, entre las que se destacan el mai- y Flueck 2001a y b). Después del análisis los huesos
tén chico (Maytenus distacha), la chaura (Gualteria permanecieron cierto tiempo en el Centro Regional
mucronata), el orocoipu (Myoschilos oblongum) y el Universitario de Bariloche de la Universidad Nacio-
calafate (Berberis serrata-dentata). La precipitación nal del Comahue y luego pasaron a la Delegación
media anual es de 1000 mm y la temperatura me- Técnica Patagonia (sede Bariloche) de la Adminis-
dia de junio-agosto varía entre -4º y -2º C (Smith- tración de Parques Nacionales, que actúa como
Flueck y Flueck 2001a). guarda de los restos óseos, que son propiedad de
En 1993 recogieron 18 muestras en la margen la Dirección de Fauna y Flora Silvestre de la Provin-
oeste de la península Huemul, en la costa norte del cia de Chubut. Esta última y la Delegación Técnica
lago (ca. 44º 52´ 30´´ S, 71º 50´ 03´´ W, 950 m s.n.m.) Patagonia autorizaron y facilitaron la realización de
y en 1998 recuperaron una muestra más en la cos- nuestro estudio.
ta sur. Casi todos los huesos provienen de un área

744
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)

METODOLOGÍA

Los modelos tafonómicos de la acción del puma que el huemul. Sobre la base del trabajo de Purdue
sobre ovejas (Ovis aries) y guanacos (Lama guanicoe) (1983), y siguiendo a Mengoni Goñalons (1999),
en la región andina del sur de Sudamérica (Borrero tomamos en cuenta los centros de fusión menos
y Martin 1996; Martin y Borrero 1997; Borrero et al. variables1 y definimos dos categorías temporales:
2005; Mondini y Muñoz 2008; Muñoz et al. 2008) fusión temprana y fusión tardía. La primera com-
fueron empleados como marcos de referencia para prende los sectores de los huesos que comienzan a
la interpretación. En nuestro análisis distinguimos fusionarse o se hallan fusionados antes del año. La
entre huesos aislados y concentraciones, corres- segunda abarca los centros de fusión que empiezan
pondiendo estas últimas a conjuntos de más de a cerrarse entre los 23 y 29 meses de edad (Cuadro
cinco huesos. Determinamos la composición ana- 1). Estas categorías nos permitieron identificar la
tómica y taxonómica de los conjuntos; estimamos presencia de animales muy jóvenes (“crías”), adul-
las clases de edad presentes en la muestra, estudia- tos jóvenes (menores de 2 años y medio) y adultos
mos las modificaciones de los especímenes óseos y osteológicamente maduros.
registramos el tipo y grado de fragmentación que
presentan. También contemplamos la existencia de
Región Fusión temprana Fusión tardía
porciones anatómicas articuladas a partir de la pre-
sencia de tejidos blandos (cuero, músculos, tendo- Cuerpo vertebral o
Cervicales, epífisis
centrum de Cervicales,
nes) y evaluamos el grado de meteorización usan- Esqueleto
Torácicas y Lumbares
anterior
Torácicas, epífisis ante-
do la escala propuesta por Behrensmeyer (1978). axial Atlas, sutura dorsal
rior y posterior
Utilizamos el NISP para expresar la composi- Pelvis, acetábulo

ción taxonómica, el MNI para estimar el número Húmero epífisis distal


Cúbito, epífisis distal
mínimo de individuos y el MNE para calcular la fre- Esqueleto Radio proximal
Fémur, epífisis distal
apendicular Falanges 1 y 2, epífisis
cuencia y abundancia relativa de partes esqueleta- proximal
Tibia, epífisis proximal
rias, basándonos en zonas diagnósticas y teniendo
Cuadro 1. Categorías ordinales de fusión ósea utilizadas
en cuenta la lateralidad. Para los cálculos de com- en el análisis de los restos de huemul.
pletitud de las carcasas de huemul consideramos
que un esqueleto completo contiene 127 elemen- Las modificaciones óseas se determinaron a ojo
tos, cómputo que excluye los cartílagos costales, desnudo o bien usando una lupa de mano de 10x
las vértebras caudales y los huesos que componen (bajos aumentos). Para la identificación y el análisis
los dedos residuales. El grado de completitud fue de las marcas de carnívoros nos basamos principal-
expresado como una proporción entre el MNE ob- mente en los trabajos ya citados sobre predación
servado y el esperado. por puma, a los que sumamos los criterios propor-
Definir las clases de edad nos resultó más com- cionados por la bibliografía sobre modificaciones
plejo. Si bien existe un trabajo sobre el brote y el de carnívoros en general (entre otros, Haynes 1980,
reemplazo dentario en el huemul, no lo hemos con- 1982, 1983; Binford 1981; Blumenschine 1988,
siderado debido a que las edades de los individuos 1995; Hill 1989; Marean y Spencer 1991; Blumens-
han sido estimadas de manera poco confiable y la chine y Marean 1993; Marean y Bertino 1994). Las
muestra utilizada es muy pequeña (Texera 1974). hemos clasificado, siguiendo la propuesta de Mon-
Tampoco hay un cronograma de fusión ósea para dini (2003: Tabla 5), en marcas, fracturas, remoción
el huemul, razón por la que realizamos una revisión y daños en bordes. También revisamos huesos de
bibliográfica con el propósito de ubicar y utilizar una guanaco modificados por pumas, depositados en
secuencia de alguna especie taxonómica y morfo- el DIPA-IMHICIHU (CONICET) de Buenos Aires, con
lógicamente afín. Seleccionamos al ciervo de cola el propósito de familiarizarnos con el tipo de daños
blanca (Odocoileus virginianus), especie americana que produce este actor tafonómico.
perteneciente a la misma subfamilia (Odocoilienae)

RESULTADOS

Composición taxonómica numeradas de I a XXVII. En consecuencia, una de


A diferencia de lo publicado, el material no es- las primeras tareas fue definir las unidades de aná-
taba separado en 19 muestras sino que constaba lisis a emplear en nuestro estudio. Sobre la base de
de 30 bolsas, tres sin numeración y las restantes un informe inédito (Flueck y Smith-Flueck 1993) y

Fernández - Forlano 745


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

con el apoyo del material publicado (Smith-Flueck y Margen sur) y 10 más que corresponden a casos
y Flueck 1997, 1998, 2001a y b) determinamos 29 no informados (Bolsas V, VI, VII, XIII, XVI, XVII, XX,
unidades (Cuadro 2), las 19 referidas en las publi- XXVI, B y C).
caciones (que aquí denominamos Unidades 1 a 18

Unidad Contexto de recuperación Composición

1 A 5 metros de la costa Metacarpo de huemul.

Carcasa casi completa de huemul, en la que faltan el cráneo, la


Costa del lago, dentro del agua,
2 mandíbula y las dos primeras cervicales. Buena parte del esqueleto axial
cubierta parcialmente por un tronco.
está articulado y el costillar izquierdo aún está cubierto por músculo.

Huesos desarticulados de huemul pertenecientes a las cuatro


3 En un sendero. extremidades más dos fragmentos de cráneo y un fragmento de
hemipelvis izquierda.

Huesos desarticulados de huemul. La parte axial del esqueleto está


A unos 3 metros de la costa dentro
representada por la mandíbula, la columna vertebral completa (sin el
del lago, a 1,5 metros de profundidad.
4 sacro), todas las costillas y las esternebras. El segmento apendicular
Algunos huesos fueron llevados a la
está representado por la pata delantera derecha y las dos patas traseras
playa por las olas.
completas.

Huesos desarticulados de huemul que incluyen fragmentos del cráneo,


una mandíbula y todos los elementos de las extremidades, excepto el
húmero derecho. Además, hay fragmentos de costillas y dos astillas
5 Costa del lago, cerca del agua.
asignadas a Artiodáctilo, que muy probablemente son de huemul. La
presencia de especímenes de huemul no fusionados pertenecientes a
elementos de fusión temprana indica que se trata de una cría.

Huesos desarticulados de huemul. Algunos del esqueleto axial (dientes


En un sendero. Los huesos estaban
sueltos, vértebras cervicales, torácicas y lumbares y costillas) y, en
6 dispersos y parcialmente cubiertos por
mayor medida, por elementos del esqueleto apendicular, aunque las
basura.
escápulas están ausentes.

Huesos desarticulados de huemul: vértebras, costillas y las dos


En un viejo camino de leñadores, a 300
7 extremidades posteriores. Aunque presenta huesos no fusionados,
metros del lago.
corresponden al grupo de elementos de fusión tardía.

En un campamento de leñadores Especímenes de oveja (vértebra cervical, húmero, radio y cúbito) y


8 abandonado a 20 metros del lago. Artiodáctilo (fragmentos de dientes, de fémur y de escápula).

Sobre un camino de leñadores, a 10


9 metros del lago.
Especímenes de oveja (pelvis, fémur) y Artiodáctilo (rótula, tibia).

Huesos articulados y desarticulados de huemul pertenecientes a la


Cerca de un camino de leñadores sección distal de la pata posterior izquierda más un fragmento de
10 abandonado. tibia derecha no fusionada en la epífisis distal. Este fragmento estaría
indicando la presencia de dos individuos.

Cerca de un camino de leñadores


11 abandonado.
Tres especímenes óseos de oveja (dos cervicales y un radio)

Fragmentos de cráneo, mandíbula, dos hemipelvis, fragmentos de


una escápula, húmero y fémur de huemul. El tamaño del cráneo y las
12 Cerca del agua.
hemipelvis no fusionadas están indicando la presencia de un individuo
juvenil (posiblemente neonato).

13 En el agua del lago. Radio izquierdo de oveja

14 Cerca del agua. Astrágalo derecho de oveja

Carcasa parcial de huemul integrada por la columna, el costillar izquierdo


15 A 3 metros del agua casi completo y las extremidades izquierdas, excepto el fémur, que es el
derecho.

Huesos desarticulados de huemul del esqueleto axial (vértebras torácicas


Huesos dispersos en un área de 5
16 metros, a lo largo de un sendero.
y lumbares, esternebras y costillas) y apendicular (húmero, radio, cúbito,
metacarpo, fémur, primera y segundas falanges).

17 A 50 metros del lago. Radio izquierdo de oveja.

Huesos sueltos de oveja y Artiodáctilo más fragmentos de dientes de


18 Sin datos
huemul.

Margen sur Sin datos Huesos desarticulados de huemul, en su mayoría al esqueleto axial.

746
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)

Unidad Contexto de recuperación Composición

Bolsa V Sin datos Fragmento de cráneo de un huemul macho.

Bolsa VI Sin datos Dos vértebras cervicales de huemul.

Especímenes rotulados como Huemul 2, Huemul 3, Huemul 4 y Huemul


6 y que pertenecen a huemul, oveja, Artiodáctilo. Además, hay dos
Bolsa VII Sin datos segundas falanges que son más pequeñas y difieren ligeramente del
material comparativo de huemul, por lo que fueron clasificadas como
Cervidae.

Especímenes de oveja de al menos dos individuos (cráneo, mandíbula,


atlas, axis, una vértebra cervical y otra lumbar, tres fragmentos de pelvis,
Bolsa XIII Sin datos
un radio y una tibia). Además, hay dos especímenes óseos de vaca
(cráneo y húmero).

Un espécimen óseo de oveja (mandíbula) y dos de Artiodáctilo (cráneo y


Bolsa XVI Sin datos
vértebra lumbar).

Bolsa XVII Sin datos Dos fragmentos de vértebra lumbar de oveja.

Bolsa XX Sin datos Escápula de oveja y un fragmento de pelvis de Artiodáctilo.

Bolsa XXVI Sin datos Escápula de oveja.

Bolsa B Sin datos Carcasa parcial de huemul (columna y costillar).

Bolsa C Sin datos Dos vértebras lumbares de huemul.

Cuadro 2. Unidades de análisis definidas para el estudio tafonómico.

Notamos también que, a diferencia de lo pu- variable, las concentraciones más completas alcan-
blicado, la muestra se compone de varios taxones, zan 87% y 70% del MNE esperado pero en general
incluidos oveja y vaca (Cuadro 2 y Tabla 1). Hemos ronda entre 40% y 50% de las unidades anatómicas
podido deducir, sobre la base del informe y de las (Tabla 2). Es posible que originalmente las concen-
publicaciones mencionadas en el párrafo anterior, traciones 2, 3, 6 y 15 estuvieran integradas por más
que los huesos de oveja fueron recolectados supo- elementos, ya que un informe menciona cráneos y
niendo que correspondían a individuos juveniles mandíbulas que no están en la muestra que hemos
de huemul. En dos casos se dan junto con especí- analizado (Flueck y Smith-Flueck 1993).
menes de huemul (unidades 18 y Bolsa VII). En el Hemos registrado la presencia de especímenes
primero, la mezcla podría ser producto de la me- óseos articulados en cinco unidades. Tres presen-
todología empleada por los biólogos en la recupe- tan una importante cantidad de elementos unidos
ración de las muestras, quienes ante el hallazgo de por músculo, cartílago y/o piel y, en general, predo-
algún resto óseo procedían a la búsqueda y reco- minan los segmentos correspondientes al esquele-
lección de todo el material adicional en un radio de to axial (Cuadro 3), que en guanacos (Borrero et al.
50 metros (Smith-Flueck y Flueck 2001a: 74). Ade- 2005) y vacas (observación personal) suelen ser los
más, el hecho de que se trate de huesos aislados y últimos en desarticularse.
fragmentados habría favorecido la confusión. En la En relación con el estado de las superficies
Bolsa VII, la presencia de huesos de huemul rotu- óseas, hay muy pocos especímenes meteorizados.
lados como Huemul 2 y de un especimen óseo de Sólo las concentraciones 5, 7 y 16 y los huesos aisla-
oveja con la sigla Huemul 6 sugiere la mezcla de dos de las unidades Margen sur, Bolsa V y Bolsa VII
materiales con posterioridad a la recolección, quizá poseen especímenes en estadio 1. La unidad 16 se-
durante el almacenamiento. ría la única que presenta un perfil de meteorización
con cierto desarrollo, con 6% de los especímenes
Representación anatómica no meteorizados, 41% en estadio 1 y 53% en esta-
En función de nuestros objetivos, a partir de dio 2. Más allá de este caso, la escasez de huesos
aquí nos centramos únicamente en los resultados meteorizados –junto con la presencia de carcasas
relativos al huemul. Dieciocho unidades de análisis parcialmente articuladas- podría estar avalando la
presentan especímenes óseos de este cérvido, 6 hipótesis de los investigadores que recolectaron
contienen huesos aislados (menos de 5 especíme- la muestra, quienes infieren una depositación re-
nes) y otras 7 poseen entre 70 y 150 especímenes lativamente reciente de los materiales óseos. Sin
(Tabla 1). Estimamos un número mínimo de 12 embargo, también debe tenerse en cuenta que el
huemules. El grado de completitud anatómica es dosel que proporciona el bosque maduro de lenga

Fernández - Forlano 747


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Unidad Huemul Oveja Vaca Cervidae Artiodáctilo Total


1 1 0 0 0 0 1

2 152 0 0 0 0 152

3 104 0 0 0 0 104

4 100 0 0 0 0 100

5 72 0 0 0 7 79

6 100 0 0 0 0 100

7 100 0 0 0 4 104

8 0 4 0 0 5 9

9 0 6 0 0 3 9

10 7 0 0 0 0 7

11 0 3 0 0 0 3

12 12 0 0 0 0 12

13 0 1 0 0 0 1

14 0 1 0 0 0 1

15 84 0 0 0 0 84

16 50 0 0 0 0 50

17 0 1 0 0 0 1

18 4 7 0 0 2 13

Margen sur 12 0 0 0 0 12

Bolsa V 1 0 0 0 0 1

Bolsa VI 2 0 0 0 0 2

Bolsa VII 2 1 0 2 5 10

Bolsa XIII 0 11 2 0 1 14

Bolsa XVI 0 1 0 0 2 3

Bolsa XVII 0 2 0 0 0 2

Bolsa XX 0 1 0 0 1 2

Bolsa XXVI 0 1 0 0 0 1

Bolsa B 54 0 0 0 0 54

Bolsa C 2 0 0 0 0 2

Subtotales 859 40 2 2 30 933

Tabla 1. Abundancia taxonómica por unidad de análisis expresada en NISP.

Unidad MNE Obs / MNE Esp

2 0,87

3 0,46

4 0,70

5 0,38

6 0,52

7 0,49

10 0,06

12 0,06

15 0,48
Tabla 2. Grado de completitud anatómica de las con-
16 0,39 centraciones óseas de huemul expresado a través de la
Margen sur 0,09 relación entre el MNE observado (MNE Obs) y el MNE
esperado para un esqueleto completo (MNE Esp).
Bolsa B 0,43

748
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)

podría estar retardando la incidencia de la meteo- Las clases de daños más frecuentes son las
rización. Las modificaciones óseas observadas son marcas y las remociones. Entre las primeras, la
de dos tipos: daños debido a la actividad de carní- mayor proporción corresponde a las perforaciones
voros y abrasión. (punctures) mientras que entre las remociones, la
de tipo genérica es la más común. En comparación,
fracturas y daños en los bordes están menos repre-
Unidad Elementos articulados
sentados (Figura 1).
Seis segmentos:
(1) Tercera a quinta vértebra cervical; (2) sexta y
séptima cervical y todas las torácicas y lumbares
junto con todas las costillas izquierdas (cubiertas
2 por músculo) y diez derechas, más las siete
esternebras; (3) la pata trasera izquierda desde
los tarsianos; (4) un dedo; (5) un dedo más el
dedo residual y (6) dos dedos junto con los dedos
residuales y los sesamoideos.

Seis segmentos:
(1) Tercera y cuarta vértebra torácica junto a una
costilla izquierda; (2) quinta a doceava vértebra
torácica junto a costillas izquierdas; (3) las siete
15 vértebras lumbares más una costilla izquierda;
(4) radio, cúbito y carpianos izquierdos; (5)
metacarpo y dedos delanteros izquierdos y (6)
pata trasera izquierda, desde el calcáneo hasta
los dedos.

16 Dos vértebras lumbares.

Dos segmentos:
(1) Cuatro vértebras cervicales, siete torácicas, Figura 1. Frecuencia relativa de las clases de modifica-
siete costillas izquierdas y siete derechas juntos ciones de carnívoro.
Bolsa B con las siete esternébras y (2) cinco torácicas,
siete lumbares, cinco costillas izquierdas y cuatro
derechas El cráneo, la pelvis y la porción superior de las
extremidades son los elementos más dañados
Bolsa C Tres vértebras lumbares.
(Figura 2). El cráneo registra la destrucción de la
Cuadro 3. Unidades anatómicas articuladas. parte anterior y suele presentar perforaciones en
la porción remanente (Figura 3A). La mandíbula
está fracturada y posee surcos (scoring). Las vérte-
Modificaciones derivadas de la actividad de bras presentan principalmente perforaciones y la
los carnívoros remoción, ahuecado (furrowing) o fractura de apó-
Ocho concentraciones y un hueso aislado pre- fisis y cuerpos vertebrales (Figura 3B). Con menos
sentan este tipo de daño. En conjunto representan frecuencia se registran surcos y hoyos (pitting). Las
8 individuos, incluyendo a las crías (unidades 5 y 12) costillas suelen estar fragmentadas y presentan
y el adulto joven (unidad 7). Dejando de lado los perforaciones y daños en los bordes (Figura 3C).
valores de la unidad 12, afectados por el pequeño Los daños en la pelvis se caracterizan por la remo-
tamaño de muestra, el porcentaje de especímenes ción de partes o de casi la totalidad del isquion e
con marcas varía entre 3% y 43% (Tabla 3). ilion. Además de verse reducidos por el mascado,
estos huesos presentan los bordes aserrados. La
Unidad NISP NISP Car %NISPCar
pelvis de una cría presenta una perforación com-
puesta por varias improntas que alcanza un máxi-
3 104 13 12,5 mo de 12 mm. Las perforaciones bajo el acetábulo
4 100 3 3,0 son recurrentes (Figura 3D) aunque en un caso se
5 72 10 13,9 registra sobre el ilion.
6 100 22 22,0 En el segmento apendicular observamos la vir-
7 100 4 4,0 tual destrucción de la escápula, que presenta una
12 12 11 91,7 importante remoción de tejido y bordes aserrados
15 84 36 42,9 (Figura 4A). Los daños en el húmero comprenden la
16 50 10 20,0 remoción o el ahuecado extremo (scoping out) de la
Bolsa V 1 1 100,0 epífisis proximal, fracturas (en dos casos helicoidal
y en otro recta) asociadas a surcos y hoyos cercanos
Tabla 3. Valores absolutos (NISP Car) y frecuencia rela-
tiva (%NISP Car) de especímenes con modificaciones de a los bordes de fractura y perforaciones en la arti-
carnívoros. culación distal (Figura 4B). En el cúbito el olécranon

Fernández - Forlano 749


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 2. Proporción de elementos (%MNE) con daños de carnívoros por unidad anatómica. Cr: cráneo; Md: man-
díbula; Ce: cervicales; To: torácicas; Lu: lumbares; Co: costillas; Pe: pelvis, Es: escápula; Hu: húmero; Cu: cúbito; Ra:
radio; Fe: fémur, Ti, tibia, 2F: segunda falange.

Figura 3. Especímenes del esqueleto axial con modificaciones de carnívoros: (A) cráneo con perforación en el fron-
tal y remoción de la sección anterior; (B) vértebras lumbares con perforaciones y fracturas de las apófisis laterales;
(C) costilla, extremo distal con daños en los bordes y (D) pelvis con perforación sobre la cara dorsal, remoción del
isquion e ilion y daños en los bordes.

750
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)

Figura 4. Especímenes del esqueleto apendicular con modificaciones de carnívoros: (A) escápula con remoción de
la hoja y bordes aserrados; (B) húmero fracturado y con remoción parcial de la epífisis distal; (C) cabeza de fémur
con perforaciones; (D) diáfisis de fémur fracturada por la acción de dientes; (E) fémur, proximal, con remoción del
trocánter mayor y (F) tibia, diáfisis proximal con el extremo pulido.

concentra los daños, que muestran intensidad va- daños sobre el trocánter mayor (remoción, ahueca-
riable ya que incluyen hoyos, perforaciones, ahue- do o perforaciones, Figura 4D) y las perforaciones
cado y la remoción de la epífisis proximal. El radio en la epífisis distal. En algunos casos el fémur está
presenta una baja proporción de modificaciones de reducido a un cilindro y presenta hoyos en los bor-
carnívoro. El fémur, al igual que el húmero, exhibe des de fractura (Figura 4E). Las tibias suelen estar
un patrón de daños recurrente caracterizado por la completas y los daños se localizan sobre la epífisis
remoción de la sección proximal, la separación de proximal (perforaciones y ahuecado). En un caso se
la cabeza (que suele presentar impresiones de dien- observó la remoción de parte del cóndilo lateral.
tes integradas por perforaciones, ver Figura 4C), los Las modificaciones más intensas se registran en las

Fernández - Forlano 751


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tibias de las dos crías. Una presenta la remoción de hallada dentro del lago, cubierta parcialmente por
la porción proximal y una fractura helicoidal que en un tronco (Cuadro 2). La posición de las marcas de
los bordes exhibe surcos y hoyos. En la otra cría las abrasión indica que la madera retuvo al animal, que
tibias están representadas por sus diáfisis y exhiben yació sobre su costado derecho un tiempo conside-
pulido en uno de los extremos de fractura (Figura rable, suficiente como para que el agua y las rocas
4F). Otras modificaciones en el segmento apendi- modificaran profundamente los huesos (Figura 5).
cular incluyen dos segundas falanges con hoyos y La ausencia de marcas de carnívoro y el grado de
una astilla de hueso largo con hoyos y surcos. completitud del esqueleto sugieren que el animal
Tomando el conjunto de las unidades de análi- podría haber muerto en el agua, quizá huyendo de
sis, el diámetro de las perforaciones varía entre 1 y algún predador, posibilidad que discutimos más
14,5 mm (dimensión máxima), con una distribución adelante.
continua de tamaños. El promedio es de 4,28 mm, La unidad 4 corresponde a una carcasa parcial
la mediana de 3,5 mm y la moda de 2 mm. que también fue encontrada en el agua (Cuadro
2). Comparada con la unidad 2, la abrasión es más
Abrasión leve2 aunque está más generalizada (Tabla 4). Una
Los signos de abrasión se registran en dos con- vértebra torácica, la escápula, el húmero y el cúbito
centraciones (unidades 2 y 4) y en dos conjuntos también presentan marcas de carnívoros, modifi-
de huesos aislados (unidades Bolsa VI y Bolsa VII). caciones que además se registran en un fémur que
Consideramos como trazas de abrasión el pulido no posee signos de abrasión. El examen detallado
y redondeado de los bordes y superficies óseas de las marcas muestra dos patrones. El más leve
(Lyman 1994), que en algunos casos están asocia- sólo presenta perforaciones pequeñas (mediana
dos a la pérdida de tejido y/o al adelgazamiento 2,2 mm) y ha sido observado en la apófisis espino-
de los huesos y que no pueden ser vinculados a la sa de la vértebra torácica, en un borde fracturado
actividad de los carnívoros. Proponemos, a modo de la escápula y en el trocánter mayor del fémur.
de hipótesis, que estas trazas son el resultado de El más intenso, en términos de destrucción ósea,
la acción del agua en combinación con el sustrato incluye el ahuecado extremo de la epífisis proxi-
rocoso (cantos rodados) de la playa del lago (ver mal del húmero y perforaciones de hasta 10 mm
Lámina 7, foto 14 de Smith-Flueck 2000). La unidad de dimensión máxima en la escápula y en el cúbi-
2 presenta 21 especímenes con esta modificación to. La existencia de estos dos patrones junto con
(Tabla 4). Se trata de una carcasa casi completa los signos de abrasión sugiere que el conjunto óseo

Figura 5. Húmero (A) y fémur (B) con abrasión.

752
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)

NISP
Unidad NISP Abr %NISP Abr Especímenes con abrasión
Huemul

Tercera vértebra cervical


3 costillas
Escápula, húmero, cúbito, radio, carpiano y metacarpo derechos
2 152 21 14
Metacarpo izquierdo
Fémur, tibia, calcáneo, tercer-cuarto tarsiano y metatarso derecho
Metatarso izquierdo

Mandíbula
Vértebras cervicales (3era a 7ma)
Vértebras torácicas (1ra a 12ava)
Vértebras lumbares (1era a 7ma)
10 costillas izquierdas
4 100 48 48 2 costillas derechas
2 esternebras
Escápula, húmero y cúbito derecho
2 tibias
Sección distal del miembro posterior izquierdo (calcáneo, astrá-
galo, tercer-cuarto tarsiano y metatarso)

Bolsa VI 2 2 100 2 vértebras cervicales

Bolsa VII 2 1 50 Vértebra cervical

Tabla 4. Frecuencias absolutas (NISP Abr) y (%NISP Abr) relativas de especímenes óseos de huemul con abrasión.

posee una historia tafonómica más compleja que la sicamente porque suele acceder primero a las car-
inferida para la unidad 2. Podríamos estar frente a casas (Wade y Bowns 1993). En cambio la actividad
la acción de dos actores tafonómicos –un predador del cánido puede ser tanto previa como posterior,
y un carroñero- o bien podría tratarse de un even- ya que la posibilidad de carroñeo permanece abier-
to de caza-alimentación que involucró a un puma ta mientras queden restos aprovechables por el
adulto y su cría. A la vez, cada alternativa represen- carnívoro. Los otros casos de abrasión se presentan
ta distintas secuencias de eventos. En un escenario en huesos aislados de huemul y corresponden a 3
de predación por puma esperamos que este actor vértebras cervicales (Tabla 4).
tafonómico haya actuado previo a la abrasión, bá-

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El emplazamiento de los huesos de lago La Plata con segmentos articulados, hallado en el agua y
puede ser relacionado con el comportamiento que sin marcas de carnívoros. Por otra parte, la densa
despliega el huemul frente a la amenaza de preda- cobertura vegetal proporcionada por el bosque de
ción, ya que este cérvido se introduce en el agua lenga brinda un ámbito adecuado para que el puma
para eludir el peligro. El huemul es muy buen nada- desarrolle su manera característica de cazar presas
dor y su denso pelaje facilita su flotación, habién- de gran tamaño. Esto es, acechándolas y saltando
dose observado huemules nadando en los lagos La sobre ellas (Wade y Bowns 1993; Bellati 2000). Así,
Plata, Futalaufquen y en el brazo norte del lago San la relación entre un cuerpo de agua y condiciones
Martín (Moreno y Pastore 1998; Serret 2001:54). que facilitan la emboscada concuerda con lo espe-
El uso de los lagos como vía de escape también ha rado en una situación de predación que involucra
sido reportado para fines del siglo XIX, previo al huemules y pumas, relación que también ha sido
establecimiento de colonos criollos y europeos en observada en carcasas de guanaco atacadas y con-
la cordillera patagónica (Moreno 2007:158). Estos sumidas por este felino (Borrero et al. 2005; Muñoz
testimonios sugieren que la huida a través del agua et al. 2008).
es una táctica relativamente común que integra el Cuando mata, el puma deja heridas masivas por
repertorio de conductas antipredador del huemul. mordeduras en la parte superior de la cabeza y del
De hecho, un estudio reciente propone que los res- cuello y en los hombros y la espalda (ocasionalmen-
tos de este cérvido hallados en cercanías de cuer- te en la garganta). El consumo de la presa se inicia
pos de agua y con causa de muerte desconocida con los órganos internos (hígado, pulmón, riñones
podrían estar reflejando la acción de predadores y corazón) y continúa con la carne del hombro o del
(Pastore y Vila 2001). Tal podría ser el caso del con- cuarto trasero y pueden aparecer huesos grandes
junto óseo de la unidad 2, un animal casi completo, quebrados. Generalmente, los ciervos jóvenes son

Fernández - Forlano 753


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

consumidos por completo, quedando sólo la piel y área (c. f. Borrero et al. 2005; Muñoz et al. 2008).
los huesos largos pelados (Bellati 2000). Tal como Por otra parte, hemos registrado algunas modi-
puede observarse en la figura 3, la proporción de ficaciones que podrían ser atribuidas a carnívoros
elementos con modificaciones de carnívoros refle- carroñeros aunque su incidencia es baja. Ya hemos
ja esta secuencia de matanza y consumo. Si bien en discutido el caso de la unidad 4, que podría pre-
los conjuntos de lago La Plata el valor de las vérte- sentar especímenes carroñeados. Aquí podemos
bras cervicales es menor del que podría esperarse, agregar a las unidades 5 y 15. En la primera hemos
suponemos que se debe a la ausencia del atlas y el observado que los extremos fracturados de un hú-
axis en las muestras. Además, los conjuntos óseos mero, un radio, un cúbito, dos tibias y una costilla
de crías (unidades 5 y 12) se ajustan a la modalidad asignada a Artiodáctilo presentan pulido-redon-
de consumo reseñada, ya que sólo contienen hue- deado. En los tres primeros especímenes el redon-
sos largos descarnados y fragmentos de cráneo, deado está asociado a la presencia de surcos. En la
pelvis y escápula consumidos casi por completo. unidad 15 los signos que podrían evidenciar la acti-
Las clases de daños es otra línea que también vidad de carroñeros se limitan a un leve poceado en
sugiere la acción del puma. Los estudios actualísti- el olécranon del cúbito izquierdo y al borde pulido-
cos-naturalísticos sobre restos de ovejas y guanacos redondeado del húmero del mismo lado. El único
señalan que el puma deja modificaciones bastante caso de mascado recurrente corresponde a dos
diagnósticas, entre las que se destacan las perfora- segundas falanges de la unidad 16, que presentan
ciones, que promedian entre 3,5 y 5,5 mm de diá- abundante poceado. Lejos de ser atípicos, el acce-
metro, la remoción de porciones sustanciales de so secundario de otros carnívoros (presumiblemen-
tejido óseo, los daños en los bordes de los huesos, te zorros) a carcasas consumidas por pumas ha sido
las fracturas y, en algunos casos, las fisuras por ac- reportado en otros estudios tafonómicos (Borrero
ción de los dientes (Borrero y Martin 1996; Martin y et al. 2005; Muñoz et al. 2008).
Borrero 1997; Borrero et al. 2005; Mondini y Muñoz En síntesis, los resultados alcanzados sugieren
2008; Muñoz et al. 2008). Como vimos, la muestra que los restos óseos de huemul de lago La Plata re-
de lago La Plata registra todas estas clases, con las presentan, principalmente, conjuntos residuales en
marcas y las remociones entre las más frecuentes. sitios de matanza y alimentación de pumas, susten-
Comparado con lo informado para una carcasa de tando nuestra interpretación en el comportamien-
guanaco consumida por pumas en la laguna Dia- to de ambas especies y en el importante grado de
mante (Mendoza), los conjuntos que hemos estu- ajuste que hay entre los conjuntos de lago La Plata
diado presentan frecuencias relativas de cada clase y los modelos tafonómicos sobre predación por
más bajas. Otra diferencia es que en lago La Plata puma. Este grado de ajuste podría estar señalando
la remoción es más frecuente que los daños en los que la acción tafonómica de este felino es similar
bordes (comparar la Figura 1 con la Tabla 1 de Mu- para el huemul y el guanaco.
ñoz et al. 2008). Es posible que la primera de estas
diferencias se relacione con el aprovechamiento in- Implicaciones arqueológicas y para la conser-
tensivo observado en el caso mendocino (Mondini vación
y Muñoz 2008; Muñoz et al. 2008) mientras que la A partir del análisis que efectuamos creemos
discrepancia en la importancia de cada clase podría factible que algunas acumulaciones residuales de
deberse al número de casos involucrados (uno en matanza-alimentación de pumas eventualmente
Diamante y ocho en lago La Plata). pueden mezclarse con materiales arqueológicos. El
Más allá de situaciones contextuales particula- emplazamiento de estas acumulaciones en la costa
res, los conjuntos residuales de matanza y alimen- o en un radio que no excede los 100 metros de la
tación de pumas reflejan una acción más intensa orilla coincide con el que poseen algunos sitios ar-
–aunque no más extensa- que otros carnívoros queológicos del área boscosa de Norpatagonia (ver
neotropicales (Mondini y Muñoz 2008:55). En los ejemplos en Albornoz y Cúneo 2000). El grado de
casos aquí analizados, registramos evidencias de permanencia o persistencia de la mezcla depende-
un aprovechamiento intenso en las unidades 3, 5, rá de condiciones particulares asociadas a dos fac-
6, 12, 15 y 16. Además del consumo de la carne, las tores: el tipo de sustrato y la intensidad del apro-
fracturas observadas en cráneos, húmeros y fému- vechamiento. Los sustratos con cantos rodados,
res sugieren el acceso a fuentes de grasas como el comunes en las costas de los lagos patagónicos,
cerebro y la médula de los huesos largos en casi limitarían seriamente el entierro de los huesos, re-
todas estas unidades. Esta intensidad de aprove- teniéndolos en superficie y dejándolos a merced de
chamiento sería congruente con el tamaño corpo- factores atmosféricos -incluida la acción del olea-
ral del huemul, la dificultad de su captura y con el je- que acarrean la destrucción ósea. En sedimen-
hecho de que es el único ungulado disponible en el tos arenosos o limosos la incorporación al registro

754
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)

arqueológico sería mucho más probable y, al igual para el huemul. Aunque su relevancia ya había sido
que lo observado en carcasas de guanaco, podría señalada por los biólogos que recuperaron la mues-
incluir porciones articuladas del esqueleto (Borrero tra, nuestro trabajo discrepa con las estimaciones
et al. 2005; Muñoz et al. 2008). El considerable po- publicadas ya que, una vez removidos los restos
der masticatorio del puma, que le permite remover óseos de otros taxones, observamos que las muer-
porciones sustanciales de hueso y/o fracturarlos, tes que pueden ser interpretadas como resultado
y el hecho de que la acción de los carnívoros abre de la acción del puma casi duplican el valor consig-
el camino para una serie de procesos destructivos nado previamente (67% vs. 37% de Smith-Flueck
(Borrero et al. 2005), hace que el grado de consumo y Flueck 2001b:181). Precisar la magnitud de la
también condicione la incorporación de conjuntos acción del puma es importante ya que el impacto
residuales al registro arqueológico. predatorio de este felino puede ser significativo en
Por último, queremos señalar algunas deriva- poblaciones de huemul de tamaño reducido, frag-
ciones de nuestro trabajo que podrían resultar de mentadas, aisladas genéticamente y sobre todo
utilidad para aquellos dedicados a la conservación cuando coexisten otros problemas de conservación
de especies silvestres, especialmente el huemul. (Serret 2001: 99-100). Otro tema es la proporción
No pretendemos adentrarnos en análisis propios de crías muertas por predación. En lago La Plata
de otras disciplinas sino que simplemente quere- representan 25% de los animales cazados, propor-
mos mostrar que los estudios tafonómicos generan ción sustancialmente menor a la observada entre
conocimiento de base potencialmente utilizable los guanacos de Torres del Paine –donde alcanza a
para la conservación. Esta intención está en con- 58%- y congruente con otros estudios sobre cérvi-
sonancia con el enfoque que argumenta que la dos predados por pumas (ver Franklin et al. 1999 y
información generada por los zooarqueólogos no trabajos allí citados). Estas diferencias podrían estar
sólo es relevante para entender el pasado sino que vinculadas con la presa involucrada o deberse a que
además es útil para enfrentar problemas relacio- los guanacos del sur de Chile habitan en un parque
nados con la conservación, por ejemplo ayudando nacional, bajo condiciones particulares de manejo
a determinar factores vinculados a la disminución y protección. Finalmente, nuestro trabajo confirma
de las poblaciones animales o contribuyendo en la importancia de los cuerpos de agua para el hue-
los aspectos forenses (ver otras aplicaciones en los mul. Pensamos que la protección de este cérvido
trabajos que integran los volúmenes editados por debería contemplar la existencia de corredores o
Lyman y Cannon 2004 y Lauwerier y Plug 2005). sectores de libre tránsito hacia esas vías de escape,
Concretamente, hay tres aspectos que pue- quizá implementándose medidas que mitiguen,
den ser de utilidad. El primero se relaciona con la por ejemplo, el efecto de las rutas o caminos que
importancia del puma como factor de mortalidad suelen bordear los lagos de Norpatagonia.

AGRADECIMIENTOS
A Eduardo Ramilo y Soledad Caracotche por las gestiones administrativas relacionadas con los per-
misos para acceder a la colección de lago La Plata. Su buena predisposición y aliento ayudaron a la reali-
zación de este trabajo. A Florencia Savanti, Guillermo Mengoni Goñalons, Marisa Lazzari, Eduardo Rami-
lo y Claudio Bertonatti por la ayuda brindada en la búsqueda y obtención de bibliografía y a Luis Borrero
y Fabiana Martin por permitirnos revisar la colección ósea del DIPA-CONICET. A todos los integrantes de
nuestro equipo de investigación.

NOTAS
1
. En nuestro caso, el rango máximo de variación aceptado fue de 6 meses.
2
. La única excepción corresponde a una escápula que presenta la hoja notablemente adelgazada al
punto de volverse traslúcida.

BIBLIOGRAFÍA

Albornoz, A. y E. Cúneo por M. Podestá y M. de Hoyos, pp. 163-174. Sociedad


2000 Análisis comparativo de sitios con pictografías Argentina de Antropología y Asociación Amigos del
en ambientes lacustres boscosos de Patagonia INAPL. Buenos Aires.
Septentrional. En Arte en las Rocas. Arte rupestre, Arrigoni, G. I. y P. M. Fernández
menhires y piedras de colores en Argentina, editado 2004 Los restos óseos del Alero Sendero de

Fernández - Forlano 755


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Interpretación (PN Los Alerces, Provincia del to the Interpretation of Faunal Remains, editado por
Chubut): integridad, resolución y aprovechamiento J. Hudson, pp. 273-300. Center for Archaeological
de los recursos faunísticos del bosque. En Contra Investigations, Occasional Paper N° 21. Southern
viento y marea. Arqueología de Patagonia, compilado Illinois University at Carbondale.
por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guráieb, Borrero, L. A.
pp. 403-415. Instituto Nacional de Antropología y 1988 Estudios Tafonómicos en Tierra del Fuego: su
Pensamiento Latinoamericano y Sociedad Argentina relevancia para entender procesos de formación del
de Antropología, Buenos Aires. registro arqueológico. En Arqueología Contemporánea
Behrensmeyer, A. K Argentina. Actualidad y Perspectivas, editado por
1978 Taphonomic and ecologic information from H. D. Yacobaccio, pp. 13-32. Ediciones Búsqueda,
bone weathering. Paleobiology 4: 130-162. Buenos Aires.
Belardi, J. B. y J. Gómez Otero Borrero, L. A.
1998 Anatomía económica del huemul (Hippocamelus 1990 Taphonomy of guanaco bones in Tierra del
bisculus): una contribución a la interpretación de las Fuego. Quaternary Research 34: 361-371.
evidencias arqueológicas de su aprovechamiento en Borrero, L. A.
Patagonia. Anales del Instituto de la Patagonia (Serie 2000 Ten Years After: esquema para una tafonomía
Ciencias Sociales) 26: 195-207. regional de la Patagonia Meridional y norte de
Bellati, J. Tierra del Fuego. En Desde el País de los Gigantes.
2000 Características de la predación de huemules por Perspectivas arqueológicas en Patagonia, editado por
puma. Notas del Curso de Necropsia de Huemules, Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S. Espinosa Tomo
FVSA-APN-INTA, San Carlos de Bariloche. Ms. I pp. 183-193. Universidad Nacional de la Patagonia
Bellelli, C., M. Carballido Calatayud, P. Fernández y V. Austral. Río Gallegos.
Scheinsohn Borrero, L. A. y F. M. Martin
2007 Investigaciones arqueológicas en el valle del 1996 Tafonomía de carnívoros: un enfoque regional.
río Manso inferior (Pcia. de Río Negro).Resúmenes En Arqueología, Sólo Patagonia, editado por J. Gómez
Ampliados del XVI Congreso Nacional de Arqueología Otero, pp. 189-206. CENPAT-CONICET, Puerto
Argentina. Número especial de la Revista Pacarina Madryn.
Tomo III 309-314. Facultad de Humanidades y Ciencias Borrero, L. A., Martin, F. M. y J. Vargas
Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. 2005 Tafonomía de la interacción entre pumas y
Bellelli, C., F. Pereyra, P. Fernández, V. Scheinsohn y guanacos en el Parque Nacional Torres del Paine,
M. Carballido Chile. Magallania 33(1): 95-114.
2000 Aproximación geoarqueológica del sector sur Cruz, I.
de la Comarca Andina del Paralelo 42° S (Cholila, 2003 Paisajes tafonómicos de restos de Aves en el sur de
Chubut). Revista Cuaternario y Ciencias Ambientales. Patagonia continental. Aportes para la interpretación
Publicación Especial N° 4, Vol. 1: 15-21. de conjuntos avifaunísticos en registros arqueológicos
Bellelli, C., V. Scheinsohn, P. Fernández, F. Pereyra, M. del Holoceno. Tesis de Doctorado en Arqueología,
Podestá y M. Carballido Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
2000 Arqueología de la Comarca Andina del Paralelo Aires.
42°. Localidad de Cholila. Primeros resultados. De Nigris, M. E.
En Desde el País de los Gigantes. Perspectivas 2004 El consumo en grupos cazadores recolectores.
arqueológicas en Patagonia, editado por Belardi, J. B; Un ejemplo zooarqueológico de Patagonia meridional.
Carballo Marina, F. y S. Espinosa Tomo II pp. 587-602. Sociedad Argentina de Antropología, Colección Tesis
Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Río Doctorales, Buenos Aires.
Gallegos. Díaz, N.
Binford, L. R. 2000 El huemul (Hippocamelus bisulcus Molina, 1782):
1981 Bones. Ancient Men and Modern Myths. Una perspectiva histórica. En El Huemul Patagónico.
Academic Press, New York. Un misterioso cérvido al borde de la extinción, editado
Blumenschine, R. J. por N. Díaz y J. A. Smith-Flueck, pp. 1 a 32. L.O.L.A.,
1988 An Experimental Model of the Timing of Monografía N° 3, Buenos Aires.
Hominid and Carnivore Influence on Archaeological Díaz, N. I., A. Prieto y G. Bahamonde
Bone Assemblage. Journal of Archaeological Science 2007 Guanacos tímidos, huemules confiados: el límite
15: 483-502. occidental de los cazadores terrestres australes.
Blumenschine, R. J. Magallania 35(1): 133-138.
1995 Percussion Marks, Tooth Marks, and Fernández, P. M.
Experimental Determinations of the Timing of 1999 Investigaciones tafonómicas en la localidad
Hominid and Carnivore Access to Long Bone at FLK Cholila (Provincia del Chubut, Argentina). Libro de
Zinjanthropus, Olduvai Gorge, Tanzania. Journal of Resúmenes del XIII Congreso Nacional de Arqueología
Human Evolution 29: 21-51. Argentina, pp. 385-386. Córdoba.
Blumenschine, R. J. y C. W. Marean Fernández, P. M.
1993 A carnivore’s view of Archaeological Bone 2008Taphonomy and zooarcheology in the Neotropics:
Assemblages. En From Bones to Behavior. a view from northwestern Patagonian forest and
Ethnoarchaeological and Experimental Contributions steppe. Quaternary Internacional 180: 63-74.

756
Tafonomía, arqueología y conservación de especies silvestres: el caso de los huemules (Hippocamelus bisulcus) de lago La Plata (Chubut)

Fernández, P. M., I. Cruz y A. Forlano the Effect of Secondary Carnivore Consumers.


2008 Sitio 37: una madriguera de carnívoro en el norte American Antiquity 59: 748-768.
de la Patagonia andina (Cholila, Provincia de Chubut, Marean, C. W y L. M. Spencer
Argentina). Resúmenes del Primer Congreso Nacional 1991 Impact of Carnivore Ravaging on
de Zooarqueología Argentina, pp. 13. Malargüe. Zooarchaeological Measures of Element Abundance.
Flueck, W. y J. M. Smith-Flueck American Antiquity 56: 645-658.
1993 Survey of a Huemul Population by Lago La Martin, F. M.
Plata, Province of Chubut. Ms. 1998 Madrigueras, dormideros y letrinas:
Franklin, W. L., W. E. Johnson, R. J. Sarno y J. A. Aproximación a la tafonomía de zorros. En
Iriarte Arqueología de la Patagonia Meridional. Proyecto
1999 Ecology of the Patagonia puma Felis concolor Magallania, compilado por L. A. Borrero, pp. 73-
patagonica in southern Chile. Biological Conservation 96. Ediciones Búsqueda de Ayllu. Concepción del
90: 33-40. Uruguay.
Gifford-González, D. P. Martin, F. M.
1991 Bones are not enough: analogues, knowledge, 2006 Carnívoros y huesos humanos de Fuego-
and interpretative strategies in zooarchaeology. Patagonia. Aportes desde la tafonomía forense.
Journal of Anthropological Archaeology 10: 215-254. Sociedad Argentina de Antropología, Colección Tesis
Haynes, G. de Licenciatura, Buenos Aires.
1980 Evidence of carnivore gnawing on Pleistocene Martin, F. M. y L. A. Borrero
and Recent mammalian ones. Paleobiology 6(3): 341- 1997 A Puma Lair in Southern Patagonia: Implications
351. for the Archaeological Record. Current Anthropology
Haynes, G. 38: 453-461.
1982 Utilization and Skeletal Disturbances on North Mengoni Goñalons, G. L.
American Prey Carcasses. Arctic 35(2): 266-281. 1999 Cazadores de guanacos de la estepa patagónica.
Haynes, G. Sociedad Argentina de Antropología, colección Tesis
1983 A Guide for Differentiating Mammalian Doctorales. Buenos Aires.
Carnivore Taxa Responsible for Gnaw Damage to Mondini, N. M.
Herbivore Limb Bones. Paleobiology 9(2): 164-172. 2000 Tafonomía de abrigos rocosos de la Puna.
Hill, A. Formación de conjuntos escatológicos por zorros y
1989 Bone Modification by Modern Spotted Hyenas. sus implicancias arqueológicas. Archaeofauna 9: 151-
En Bone Modification, editado por R. Bonnichsen y M. 164.
Sorg, pp. 169-178. Center for the Study of the First Mondini, N. M.
Americans, University of Maine, Orono. 2001 Taphonomic Action of Foxes in Puna
Kaufmann, C. y P. Messineo Rockshelters: A case Study in Antofagasta de
2002 Los desplazamientos óseos en carcasas de la Sierra (Province of Catamarca, Argentina).
guanaco afectadas por la acción de zorros: un caso En Ethnoarchaeology of Andean South America.
actual y sus implicaciones arqueológicas. En Del Mar Contributions to Archaeological Method and Theory,
a los Salitrales. Diez mil Años de Historia Pampeana en editado por L. A. Kuznar, pp. 265-295. International
el Umbral del Tercer Milenio, editado por D. Mazzanti, Monographs in Prehistory, Ethnoarchaeological
M. Berón y F. Oliva, pp. 419-429. Universidad Nacional Series 4, Ann Arbor, Michigan.
de Mar del Plata, Mar del Plata. Mondini, N. M.
Lauwerier, R. C. y I. Plug (editores) 2002a Formación del registro arqueofaunístico en
2005 The Future from the Past: Archaeolozoology in abrigos rocosos de la Puna argentina. Tafonomía de
Wildlife Conservation and Heritage Management. carnívoros. Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofía
Proceedings of the 9th ICAZ Conference, Durham y Letras, Universidad de Buenos Aires.
2002, Vol. 3. Oxbow Books, Oxford. Mondini, N. M.
Lyman, R L. 2002b Carnivore Taphonomy and the Early Human
1994 Vertebrate Taphonomy. Cambridge University Occupations in the Andes. Journal of Archaeological
Press, Cambridge. Science 29: 791-801.
Lyman, R. L. y K. P. Cannon Mondini, N. M.
2004 Zooarchaeology and Conservation Biology. The 2003 Modificaciones óseas por carnívoros en la
University of Utah Press, Salt Lake City. Puna argentina. Una mirada desde el presente a la
Mammeli, L. y J. Estévez formación del registro arqueofaunístico. Mundo de
1999-2001 Seguimiento tafonómico de carcasas Antes 3: 87-110.
de camélidos, ovinos y bovinos en Tierra del Fuego Mondini, N. M. y A. S. Muñoz
(Argentina) e implicaciones arqueológicas. Xama 12- 2008 Pumas as taphonomic agents: A comparative
14: 87-106. analysis of actualistic studies in the Neotropics.
Marean, C. W. Quaternary International 180: 52-62.
1995 Of Taphonomy and Zooarchaeology. Moreno, D. I. y H. Pastore
Evolutionary Anthropology 4(2): 64-72. 1998 Estudios y conservación del huemul en el Valle
Marean, C. W. y L. Bertino Esperanza, Provincia de Chubut. Boletín Técnico 40.
1994 Intrasite Spatial Analysis of Bone: Subtracting Fundación Vida Silvestre Argentina.

Fernández - Forlano 757


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Moreno, F. P. Subred de Fauna Silvestre del Cono Sur, Coyhaique,


2007 Exploración de la Patagonia sur II. El lago Chile.
Argentino y los Andes Meridionales (1877). Ediciones Smith-Flueck, J. M. y W. T. Flueck
Continente, Buenos Aires. 1998 Algunos avances sobre la ecología del huemul.
Muñoz, A. S., N. M. Mondini, V. Durán y A. Gasco En 3a Reunión Binacional Argentino-Chilena sobre
2008 Los pumas (Puma concolor) como agentes estrategias de conservación del huemul, editado por
tafonómicos. Análisis actualístico de un sitio de E. Ramilo, pp. 35-39. Administración de Parques
matanza en los Andes. Geobios 41: 123-131. Nacionales, S. C. de Bariloche.
Muñoz, A. S. y F. Savanti Smith-Flueck, J. M. y W. T. Flueck
1998 Observaciones tafonómicas sobre restos 2001a Problemas de conservación para una
avifaunísticos de la costa noreste de Tierra del concentración inusual de huemules (Hippocamelus
Fuego. Actas y Memorias del XI Congreso Nacional de bisulcus) en la zona de lago La Plata, Provincia de
Arqueología Argentina (8ª Parte), Revista del Museo de Chubut. Mastozoología Neotropical 8(1): 72-83.
Historia Natural de San Rafael Tomo XX 1/2:107-121. Smith-Flueck, J. M. y W. T. Flueck
Pastore, H. y A. Vila 2001b Natural mortality patterns in a population of
2001 Registro de mortalidad de huemules southern Argentina huemul (Hippocamelus bisulcus),
(Hippocamelus bisulcus) en Argentina: 1899-2000. an endangered Andean cervid. Z. Jagdwiss. 47: 178-
Ms. 188.
Podestá, M. M., C. Bellelli, P. Fernández, V. Scheinso- Texera, W.
hn; M. Carballido Calatayud, A. Forlano, P. Marchione, 1974 Algunos aspectos de la biología del huemul
E. Tropea, A. Vasini, J. Alberti, M. Gallo y G. Moscovici (Hippocamelus bisulcus) (Mammalia: Artiodactyla,
Vernieri Cervidae) en cautividad. Anales del Instituto de la
2007 Arqueología del valle del río Epuyén (El Hoyo, Patagonia (Serie Ciencias Sociales) 5: 155-188.
Chubut, Patagonia Argentina). En Arqueología de Vila, A., R. López, H. Pastore, R. Faúndez y A. Serret
Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando 2004 Distribución actual del huemul en Argentina y
huesos...y develando arcanos. Editado por F. Morello, Chile. Publicación en formato digital. WCS, CODEFF
M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 427-442. Chile, CONAF Chile y Administración de Parques
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile. Nacionales Argentina.
Povilitis, A. Wade, D. A. y J. E. Bowns
1978 The Chilean Huemul Project - A Case History 1993 Procedures for Evaluating Predation of Livestock
(1975-76). En Threatened deer; proceedings of a and Wildlife. The Texas A&M University System and
Working Meeting of the Deer Specialist Group of the the United States Fish and Wildlife Service, Texas.
Survival Service Commission on the IUCN Threatened
Deer Programme and a Dossier on the planning of
restoration programmes for threatened mammals with
special reference to deer, Longview (USA), pp. 109-
128. International Union for Conservation of Nature
and Natural Resources, Morges (Switzerland).
Purdue, J. R.
1983 Epiphyseal Closure in White-tailed Deer. Journal
of Wildlife Management 47(4): 1207-1213.
Redford, K. H. y J. F. Eisenberg
1992 Mammals of the Neotropics. The Southern Cone.
Vol. 2. Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay. The
University of Chicago Press, Chicago.
Serret, A.
2001 El huemul. Fantasma de la Patagonia. Zagier &
Urrity Publications. Ushuaia, Argentina.
Smith-Flueck, J. M.
2000 La situación actual del huemul patagónico. En
El Huemul Patagónico. Un misterioso cérvido al borde
de la extinción, editado por N. Díaz y J. A. Smith-
Flueck. L.O.L.A., Monografía N° 3. pp. 67 a 150.
Buenos Aires.
Smith-Flueck, J. M. y W. T. Flueck
1997 El huemul del lago La Plata en Argentina:
Interacciones con ciervo colorado, hombres y puma.
En Memorias de la Segunda Reunión Binacional
Chileno-Argentina de Estrategias de Conservación
del Huemul, editado por M. I. Manzur, D. Aldridge,
R. López, A. Serret y V. Valverde, pp. 63-69. Oficina
Regional de la FAO para América Latina y el Caribe.

758
Análisis de la alteración térmica de los restos
óseos procedentes del componente temprano
de Cerro Tres Tetas (meseta central de Santa
Cruz). Evidencia arqueológica y estudios
experimentales
Ariel D. Frank1 y Rafael S. Paunero2

A B S T R A C T

Bone remains from the early component from site Cave 1 of Cerro Tres Tetas are scarce. Among
the bone remains that have been recovered, a burned and retouched tibia from a guanaco must
be highlighted. Many of the bone fragments in the site are also burned. These remains have not
been found inside the hearths but around them, so this thermoalteration would not have been
the result from the discarding of bones in these fire structures. In this paper we analyse the causes
of the thermal alteration of the bone artifacts mentioned above. We wonder if this attribute is a
consequence of an intentional heat treatment for technological reasons, or if it is due to non-
intentional alterations. Because of this, we have developed an experimental program in which we
thermally treat retouched and not retouched guanaco bones, in order to understand the consequences
that this process generates, to recognise its potential advantages in the production of bone artifacts
and to compare the experimental materials with the archaeological remains. On the other hand, we
study the distribution of bone remains from the early component of the site, taking into account
the location of hearths in the same component and in the component immediately overlying.

INTRODUCCIÓN

En este trabajo se busca evaluar la posibilidad posibles causas de termoalteración, tales como la
de que se haya practicado el tratamiento térmico cocción o el descarte de los huesos en fogones. Por
de elementos óseos con fines tecnológicos durante otra parte, la abundancia de restos líticos tratados
la colonización inicial de la meseta central de Santa térmicamente, así como las características particu-
Cruz. lares del conjunto faunístico, sugiere la posibilidad
Esta incógnita se basa en el hallazgo de artefac- de que esta técnica haya sido aplicada también en
tos y fragmentos óseos con evidencias de termoal- huesos.
teración en el componente temprano del sitio Cue- De esta manera, resulta importante evaluar
va 1 de la localidad arqueológica Cerro Tres Tetas, esta hipótesis, puesto que no existen referencias
en especial una tibia retocada con evidencias de hasta el momento de un posible tratamiento tér-
quemado. Estos restos se encuentran en un contex- mico con fines tecnológicos de restos óseos en la
to en el cual no se espera que hayan actuado otras Patagonia argentina.

DESCRIPCIÓN DE LA LOCALIDAD
La localidad arqueológica Cerro Tres Tetas se partamento Deseado de la provincia de Santa Cruz.
encuentra ubicada en la estancia San Rafael, de- Sus coordenadas geográficas son 48º 08´ 58´´ Lat.

1 FCNyM. UNLP. CONICET. [email protected]


2 FCNyM. UNLP. [email protected]

Frank - Paunero 759


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

S y 68º 56´ Long. O, y se ubica a una altitud que sión.


ronda entre los 450 y 480 m s.n.m. (Paunero 1994, Existió elección preferencial de lascas norma-
1996, 2000, 2001, 2003a, 2003b, 2004; Paunero y les y lascas anchas como formas base o soporte
Castro 2001; Paunero et al. 2007). para la elaboración de instrumentos.
La Cueva 1 de esta localidad (C3T 1) se encuentra Se identificaron técnicas de formatización de
orientada hacia el oeste, a 110 m de distancia de una núcleos y obtención de formas predeterminadas
vertiente actual y a una altura sobre ésta de 9,13 m. Existió un énfasis en la formatización de ins-
Es una cueva oscura, cubierta en su techo por hollín trumentos confeccionados con materias primas
y con manifestaciones rupestres en sus paredes. Su locales, aunque también se registraron alóctonas,
profundidad máxima es de 11 m entre la línea de re- como la obsidiana con origen establecido en Pam-
paro y el fondo. Su altura es de 1,50 m en el interior pa del Asador a 200 km de distancia.
y de 2,60 m en la parte más externa. El ancho de la Se observaron evidencias de tratamiento tér-
cueva propiamente dicha no excede los 11 m, pero mico de artefactos líticos como forma de optimizar
en la parte externa supera esta dimensión pues se la materia prima y un escaso registro de piezas con
continúa con un alero totalizando en este caso 21 m daño térmico.
de entrada. Se excavó una superficie total de 12,25 Según el análisis funcional los artefactos no
m2, revelando una interesante estratigrafía que formatizados fueron escasamente usados.
muestra ocupaciones humanas desde el Pleistoce- Los artefactos fueron utilizados principalmen-
no final hasta momentos posteriores a la llegada del te por prensión manual.
hombre europeo a la región (Cuadro 1). Se recuperaron escasos restos óseos, en su
Las unidades estratigráficas en el sitio (Figura mayoría indeterminados.
1) presentan límites bien marcados, buena conser- Se reconocieron dos instrumentos confeccio-
vación de los elementos arqueológicos y una relati- nados sobre hueso: un punzón y una diáfisis de tibia
va horizontalidad. La Unidad 4 correspondiente al con retoque marginal. Además se halló un pequeño
componente del Holoceno medio (LP-538: 5220 ± fragmento de diáfisis indeterminada que también
70 años 14C AP) se encuentra claramente separada contaba con retoques en uno de sus bordes.
de la unidad inferior, correspondiente al Pleistoce- Se registraron 4 fogones hacia el interior de
no final, por una inconfundible línea de discordan- la cueva, en la zona más oscura. Los artefactos se
cia. Brevemente, podemos describir la ocupación encontraban alrededor de estos fogones, a una dis-
de la Unidad 5 por las siguientes características tancia de 20 a 75 cm.
(Paunero 1994, 1996, 2000, 2001, 2003a, 2003b, De acuerdo al análisis funcional de artefactos
2004; Paunero y Castro 2001; Paunero et al. 2007): líticos, se identificaron dos actividades principales,
Se reconoció producción de artefactos líticos, una de raspado y otra de cortado ambas principal-
formatización y retoque. mente sobre cuero y en menor medida sobre hue-
Se registró evidencia de bifacialidad si bien so.
ésta fue escasa. La distribución de los artefactos en el sitio lle-
Se reconocieron técnicas de retoque por pre- va a afirmar que estas actividades se desarrollarían

Época Unidad Edad Radiocarbónica


Ceniza volcánica
Siglo XX
1
Tehuelche Histórico 2
3 a. Superior LP-770: 830 ± 60 años 14C AP
3 a. Inferior LP-1180: 1340 ± 50 años 14C AP
Holoceno Tardío
Camada de Paja LP-1187: 1740 ± 60 años 14C AP
3b LP-541: 2190 ± 70 años 14C AP
Ceniza Volcánica
Holoceno Medio
4 LP-538: 5220 ± 70 años 14C AP
Roca de Derrumbe
5. Superior LP- 800: 10,260 ± 110 años 14C AP
LP-781: 10,850 ± 150 años 14C AP
AA-39366: 10,853 ± 70 años 14C AP
Pleistoceno Final
OxA-9244: 10,915 ± 65 años 14C AP
5. Inferior
AA-39368: 11,015 ± 66 años 14C AP
AA-22233: 11,100 ± 150 años 14C AP
LP–525: 11,560 ± 140 años 14C AP
Cuadro 1. Fechados Radiocarbónicos. Cueva 1 de Cerro Tres Tetas.

760
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).

Figura 1. Estratigrafía de la Cueva 1 de C3T.

en sectores diferentes de la cueva, conformando evaluar esta hipótesis para así aportar a un mayor
áreas de actividad. conocimiento de las primeras sociedades que ha-
Las actividades se llevaron a cabo principal- bitaron la estepa patagónica, y de manera más es-
mente alrededor de los fogones. pecífica, de las tecnologías óseas de estos primeros
Algunos de estos rasgos conducen a pensar, pobladores, que han sido escasamente estudiadas
para la ocupación temprana de la cueva, en activi- hasta el momento (Jackson Squella 1989-90; Mas-
dades alternativas al consumo, referidas a tareas sone 2004; Hajduk y Lezcano 2005). También se
complementarias que integran una serie de opera- busca aportar, de manera general, información re-
ciones técnicas de la cadena productiva de bienes, levante para el estudio de las termoalteraciones en
tales como el secado de pieles, el calentamiento conjuntos arqueofaunísticos.
para doblar maderas o el tratamiento térmico de
minerales y huesos (Paunero 2001). En este senti-
do, Paunero (2001) planteó la posibilidad de que el
sitio hubiera funcionado como lugar donde se rea-
lizaba el tratamiento térmico de rocas como forma
de optimizar este recurso, dada la abundancia de
artefactos líticos que presentaban evidencias de
este procedimiento pirotecnológico, y se esbozaba
la posibilidad de que esta técnica se hubiera aplica-
do también a los huesos, considerando la presencia
de un artefacto óseo retocado con evidencias de
termoalteración. Dicho artefacto (Figura 2) corres-
ponde a una diáfisis de tibia de guanaco con reto-
ques marginales en uno de sus bordes, sobre la cara
externa de la pieza, que presenta un color marrón
oscuro y un brillo vítreo característico de los huesos
termoalterados. Esta tibia también evidencia un
brillo graso o lustre en el borde retocado.
Este último brillo o lustre se concentra exclu-
sivamente en el filo por lo que se considera que
estaría vinculado con su uso. Sus dimensiones son
20 cm de longitud, 2,7 cm de ancho y 5 cm de es-
pesor máximo (en el extremo proximal), 0,7 cm de
espesor mínimo (en el extremo distal). Además, el
fragmento de diáfisis indeterminada con retoques
también cuenta con signos de termoalteración. Figura 2. Tibia retocada con evidencias de termoaltera-
En consecuencia, el objetivo de este trabajo es ción.

Frank - Paunero 761


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

ANTECEDENTES Y CASO DE STUDIO

Hay tres etapas básicas por las que pasa un hueso en un sector coloración gris, blanca o azulada, y en
al ser calentado. Primero se evapora el agua, luego parte está carbonizado.
la materia orgánica se combustiona y finalmente se 6: Totalmente calcinado: el hueso es en toda su
modifica y descompone la materia mineral (Koon superficie de color gris, blanco o azulado.
et al. 2003). Estas dos últimas etapas generan cam- En cuanto a la textura, seguimos a Nicholson
bios en el hueso observables a nivel macroscópico, (1993) y Cain (2005) y diferenciamos 4 estadios:
tales como cambios en la coloración, textura, de- 1: Los huesos expuestos a 200º C son muy simi-
formación (warping) y fragmentación. lares a huesos frescos pero con una superficie gra-
Estos cambios son diferentes de acuerdo a sosa casi plástica en las porciones articulares.
la condición del hueso previo a la combustión, al 2: Los huesos expuestos a 300º C presentan
tiempo de exposición de los huesos al fuego, a la grandes áreas cubiertas por una capa “burbujosa”
temperatura a la que están expuestos, si la expo- (bubbly) o vítrea.
sición al fuego es directa o indirecta, entre otros 3: A los 400º C se observa una superficie granu-
factores. losa y a menudo agrietada.
Sin embargo, se pueden delinear ciertos crite- 4: A partir de los 500º C aumentan estos agrie-
rios que resultan confiables como indicadores rela- tamientos y progresivamente la superficie del hue-
tivos de termoalteración, en especial en relación al so comienza a tener una textura similar a la tiza
color y a la textura. (chalky)
El color es el identificador más común de hue- Es cierto que estas modificaciones producidas
sos quemados y de la intensidad de calor alcanzado por el fuego a nivel macroscópico pueden confun-
por el hueso; indirectamente también se lo ha rela- dirse con otras producidas por distintos agentes y
cionado a la situación en que el quemado ocurrió esto ha llevado a generar una serie de investigacio-
(Cain 2005). Aproximadamente a 200º C los huesos nes a fin de identificar con diversas metodologías
empiezan a tomar una coloración marrón oscuro cuándo un hueso fue quemado, entre ellas el uso
mientras que a 300º C alcanzan un color negro (Ni- del microscopio electrónico de barrido (Nicholson
cholson 1993). No existe un acuerdo generalizado 1993), la observación de cortes histológicos (Han-
acerca de en qué momento los huesos comienzan son y Cain 2007), el estudio biogeoquímico de los
a tomar coloraciones blancas, grisáceas y azuladas. huesos (Taylor et al. 1995) y la utilización de espec-
Si bien habitualmente se considera que son nece- troscopía infrarroja (Stiner et al. 1995; Shahack-
sarias temperaturas de 500º C o más (Hanson y Gross et al. 1997). Sin embargo, aun hoy la determi-
Cain 2007), existen estudios que demuestran que a nación sigue siendo fundamentalmente a través de
menores temperaturas también se puede alcanzar la observación macroscópica. Nosotros considera-
este estadio, en casos en que la duración de la ex- mos que la observación macroscópica es apta para
posición es mayor (i.e. Bennett 1999). la identificación de los huesos quemados siempre
En cuanto a la clasificación de huesos por su que se realice un análisis contextual adecuado y se
color, nosotros usamos una escala de 7 grados par- descarten otras posibles causas de alteración del
cialmente modificada de Stiner et al. (1995) y de hueso que puedan generar modificaciones simi-
Cain (2005): lares. Por supuesto que siempre es recomendable
0: Corresponde al hueso no quemado, que man- complementar esto con observaciones a altos au-
tiene su color original, esto es por lo general cre- mentos y otros estudios, aunque no siempre resul-
ma. ta posible.
1: Parcialmente quemado, en parte color ma- Los estudios acerca de huesos con evidencias
rrón, en parte el color original del hueso. de termoalteración han mostrado que existen po-
2: Totalmente quemado, todo el hueso es de sibles causas por las cuales un hueso recuperado
color marrón. de un sitio arqueológico pudo haber estado ex-
3: Parcialmente carbonizado, el hueso es en puesto al calor. Entre las causas más comunes, se
parte color negro, y en parte marrón o bien del co- mencionan en primer lugar la cocción de carne con
lor original de la pieza. hueso, y secundariamente otras posibilidades tales
4: Totalmente carbonizado, todo el hueso es de como el descarte intencional de huesos en el fo-
color negro. gón, el uso de estos elementos como combustible,
5: Parcialmente calcinado, el hueso muestra y las alteraciones postdepositacionales (Buikstra

762
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).

Mamífero
Indet. Lama guanicoe
pequeño
Sector Total
Indet. Molar Vértebra Cuneiforme Fémur Tibia Metapodio Falange Vértebra

A 6                 6
B1 4       1   1     6
B2 76         1     1 78
C1 1                 1
C2 9 1 2 1     1 1   15
Total 96 1 2 1 1 1 2 1 1 106
Tabla 1. Restos faunísticos provenientes de la unidad 5 de C3T 1.

y Swegle 1989; Nicholson 1993; Stiner et al. 1995; No


Cuadrícula Carbonizado Quemado Total
Bennett 1999; Théry Parisot 2002; Cain 2005). No alterado
conocemos trabajos hasta la fecha que mencionen A 6 6
el posible tratamiento térmico de huesos con fines B1 6 6
tecnológicos. B2 14 28 36 78
Sin embargo, las características del sitio y de los C1 1 1
restos nos llevan a descartar algunas de las posibili- C2 1 14 15
dades mencionadas arriba. Total 15 34 57 106
Por un lado, se considera que el consumo de Tabla 2. Termoalteración en restos faunísticos de la
animales no se realizó dentro del sitio, al menos de unidad 5 de C3T 1.
manera sistemática, puesto que los restos óseos
son muy escasos (Tabla 1). Además en los casos res del conjunto óseo nos llevaron a considerar al
en que se realiza cocción de carne con hueso, las menos como posible la aplicación de esta técnica
variaciones en el grosor del tejido blando influyen en los huesos de C3T 1.
en el quemado de las distintas partes, por lo que En tanto, los trabajos previos realizados por
en estos huesos ocurrirá la calcinación de algunas otros investigadores (Stiner et al. 1995; Bennett
zonas antes de cualquier signo de combustión en 1999) demuestran que la alteración térmica poste-
otras (Buikstra y Swegle 1989). Esto no pasa en el rior al enterramiento es posible y sugieren que al-
componente inferior de C3T 1, donde los huesos gunas variables como la duración del calentamien-
con evidencias de combustión presentan una colo- to, la matriz sedimentaria, el estado de los huesos
ración relativamente homogénea a lo largo de su y la profundidad a la que están enterrados influyen
superficie. Esto es lo que se espera para termoal- en el grado de alteración que ocurre en estos ca-
teraciones en contextos subsuperficiales (Bennett sos. En este sentido, los trabajos publicados hasta
1999). el momento parecen indicar que no es esperable
En cuanto al descarte de huesos en los fogones, encontrar evidencias de termoalteración en huesos
es esperable que al menos parte de la muestra pre- que estén a más de 10 cm de profundidad (Stiner et
sente evidencias de calcinación, puesto que esta al. 1995; Bennett 1999). Sin embargo, son necesa-
actividad tiende a mostrar todo el espectro de es- rias mayor cantidad de pruebas para poder llegar a
tadios de combustión (Cain 2005). Tampoco suce- un conocimiento más profundo de este fenómeno,
de esto en el componente inferior de C3T 1, donde especialmente si tenemos en cuenta los resultados
algunos huesos se encuentran quemados o carbo- variables que han dado las experimentaciones con
nizados, pero nunca calcinados (Tabla 2). Este mis- huesos provenientes de sitios arqueológicos. Por
mo motivo nos lleva a descartar el uso de huesos un lado, Nicholson (1993) afirma que los huesos ar-
como combustible, puesto que si éste fuera el caso, queológicos siguen las mismas etapas de termoal-
serían esperables también restos óseos calcinados teración de los huesos frescos, mientras que Ben-
en el sitio. Además, en tal caso sería esperable que nett (1999) observa discordancias en los resultados
los huesos quemados se encuentren principalmen- entre huesos frescos y huesos arqueológicos de
te dentro de los fogones o en su periferia, y como una misma experimentación, evidenciando estos
veremos más adelante, esto no sucede. últimos mínimas alteraciones.
Por el contrario, y como dijimos previamente, En consecuencia, en este trabajo buscamos
las evidencias de tratamiento térmico de artefac- evaluar las causas de la alteración térmica de los
tos líticos en el sitio, y las características particula- huesos provenientes de la Unidad 5 de C3T 1 y en

Frank - Paunero 763


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

especial, del artefacto óseo consignado arriba. Nos que es el que habitualmente se identifica en sitios
preguntamos si este rasgo es producto de un trata- arqueológicos de Patagonia (Cardich y Paunero
miento térmico intencional con fines tecnológicos, 1991-1992; Mena et al. 2000; Cattáneo 2002; Sta-
o si es consecuencia de alteraciones no intenciona- dler et al. 2003 por citar algunos casos). Además,
les. estaríamos contribuyendo al conocimiento del ma-
Manejamos dos hipótesis como probables, o nejo del fuego por parte de los primeros poblado-
bien existió un tratamiento térmico intencional de res de la región, puesto que su práctica supone un
los huesos a fin de modificarle alguna propiedad manejo cultural controlado del fuego, con nociones
relacionada con la confección de instrumental, lo acerca de las diversas propiedades de los combusti-
que quedaría evidenciado por la tibia retocada; o bles y de los materiales a tratar.
bien el artefacto y muchos de los restos óseos del Si, por el otro lado, reconocemos que existió
conjunto, luego de descartados habrían sufrido una una alteración térmica no intencional, habríamos
alteración térmica no intencional. contribuido al conocimiento de los procesos de
Las implicancias de cada una de estas hipótesis formación que afectaron a este sitio, y también ha-
son diferentes. Si efectivamente este artefacto fue bríamos aportado a nivel general al estudio de las
tratado térmicamente, estaríamos reconociendo la termoalteraciones en restos óseos, temática que
aplicación de esta técnica en material óseo, y se su- aún necesita ser desarrollada en mayor profundi-
maría así al tratamiento térmico de material lítico, dad.

MATERIALES Y MÉTODOS

Para resolver este interrogante implementa- descarnados antes de la experiencia y removimos


mos dos vías de análisis independientes y com- todo el tejido blando que fue posible, quedando
plementarias. Por un lado, desarrollamos un plan aún presente en algunas articulaciones e insercio-
experimental en el que sometemos a tratamiento nes. Los huesos fueron fracturados utilizando un
térmico a fragmentos de huesos de guanaco reto- yunque de madera como elemento pasivo y un per-
cados y sin retocar para analizar las consecuencias cutor lítico como elemento activo.
que tiene este proceso, reconocer si conlleva algún Realizamos las pruebas en fogones experimen-
tipo de ventaja en la producción artefactual y com- tales ya que consideramos que resulta la mejor ma-
parar los materiales experimentales con el arte- nera de evaluar las formas de utilización de estas
facto arqueológico. Por el otro, estudiamos la dis- estructuras de combustión en tiempos remotos.
tribución de los restos óseos recuperados en esta Los fogones tenían un diámetro promedio de 50
unidad, analizándolos en relación con la ubicación cm y eran de forma elíptica. Estos tenían en su base
de los fogones tanto de ese componente como del una capa de arena. Los fragmentos fueron distri-
inmediatamente superior. buidos 5 cm por debajo del techo de la misma, con
la cara interna mirando hacia abajo. Las variaciones
Estudios experimentales de temperatura (Figura 3) fueron medidas por me-
Llevamos a cabo 3 experimentaciones en fogo- dio de un Controlador de Temperatura marca Caho
nes con el fin de tratar térmicamente restos óseos conectado a una termocupla de tipo J. Este disposi-
de manera controlada. La cantidad de fragmentos tivo permite realizar mediciones de hasta 1100º C.
óseos tratada asciende a 15, de los cuales 14 corres- Alimentamos los fogones con madera de que-
ponden a guanaco y 1 es indeterminado (Cuadro 2). bracho, itín y eucalipto. Luego de encendido, cada
Una de las experimentaciones (Fogón A) se realizó fogón fue mantenido hasta alcanzar la temperatura
con huesos provenientes de la Unidad 3 del Sitio deseada (entre 250º C y 300º C). Decidimos no so-
Cueva del Nido (localidad arqueológica La María) brepasar los 300º C, puesto que en este margen se
asignables al Holoceno medio. En esta experimen- estima que los huesos comienzan a carbonizarse,
tación retocamos todos los huesos antes de la ter- y en el caso de C3T 1, la mayor parte de los huesos
moalteración. Todos presentaban buen estado de con evidencias de termoalteración están quema-
preservación y con pocas evidencias de meteori- dos (Tabla 2). Una vez alcanzada esta temperatura,
zación (estadios 0 y 1, Behrensmeyer 1978). En las dejamos que el fuego se apague naturalmente, y
otras 2 experimentaciones (Fogones B y C) utiliza- al día siguiente retiramos las piezas, por lo que el
mos huesos frescos de guanaco. En ellas, el 50% de tiempo de exposición se extendió en todos los ca-
los huesos que se termoalteraron habían sido reto- sos por aproximadamente 24 horas. Al retirar las
cados previamente, y el otro 50% se retocó luego piezas, éstas se encontraban en la misma posición
de la termoalteración. Los huesos frescos fueron en que habían sido colocadas originalmente y to-

764
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).

Experimentación Nº Especie Hueso Porción Largo Ancho Espesor Con retoque

anterior a la
Fogón A 301 Indet. Indet. Diáfisis 11 2,6 1
termoalteración

anterior a la
Fogón A 302 Guanaco Húmero Diáfisis 10,4 2,9 0,9
termoalteración

anterior a la
Fogón A 101 Guanaco Metapodio Diáfisis 10,3 1,7 0,9
termoalteración

anterior a la
Fogón A 201 Guanaco Metapodio Diáfisis 8 2,3 1
termoalteración

posterior a la
Fogón B 1003 Guanaco Tibia Diáfisis 10 2,1 1,5
termoalteración

anterior a la
Fogón B 1004 Guanaco Tibia Diáfisis 9,1 2,4 1
termoalteración

posterior a la
Fogón B 1001 Guanaco Metapodio Epífisis distal 11,9 2,4 2,1
termoalteración

Epífisis anterior a la
Fogón B 1002 Guanaco Metapodio 10,8 3,5 2,2
proximal termoalteración

anterior a la
Fogón C A Guanaco Fémur Diáfisis 10,3 3,5 1,5
termoalteración

posterior a la
Fogón C B Guanaco Fémur Diáfisis 8,3 3 1,6
termoalteración

posterior a la
Fogón C C Guanaco Fémur Diáfisis 8,2 2,8 1,1
termoalteración

anterior a la
Fogón C D Guanaco Fémur Diáfisis 13,2 2,9 1,3
termoalteración

posterior a la
Fogón C E Guanaco Fémur Diáfisis 9,9 2,8 1,2
termoalteración

anterior a la
Fogón C F Guanaco Fémur Diáfisis 6,7 2,5 1,0
termoalteración

posterior a la
Fogón C G Guanaco Fémur Diáfisis 7,5 1,9 0,8
termoalteración

Cuadro 2. Características de las piezas experimentales.

das estaban enteras. tos óseos recuperados de la Unidad 5, y cotejamos


Una vez recuperados, los huesos fueron clasifi- su ubicación con la posición donde estaban empla-
cados macroscópicamente en base al color y tex- zados los fogones tanto de la misma unidad, como
tura, siguiendo los lineamientos expuestos arriba. de la unidad inmediatamente superior (Unidad 4).
También registramos la presencia y tipo de fisuras En este sentido, nos interesa ver si existe una rela-
en los casos en que se presentaban. ción entre los fogones de alguna de las dos unida-
Además, la mitad de los huesos de los fogones des y la ubicación de los huesos termoalterados.
B y C (6 de 11) fueron retocados con posterioridad a Esto tiene por objetivo evaluar si es posible que
la termoalteración con el fin de reconocer qué con- la causa de las termoalteraciones se deba al efec-
secuencias tiene la termoalteración sobre el reto- to que podría generar el encendido de fogones por
que y poder compararlos con los conjuntos retoca- parte de ocupantes del sitio en momentos poste-
dos antes de la termoalteración. Los huesos fueron riores.
retocados con un percutor lítico cuyas dimensiones
son 8,4 cm x 4,8 x 3,7.

Análisis distribucional
De manera complementaria, realizamos el es-
tudio de la distribución en planta de los escasos res-

Frank - Paunero 765


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 3. Curva térmica de los fogones experimentales.

RESULTADOS

Estudios experimentales
El cuadro 3 muestra los resultados para cada
experimentación. Como podemos observar, la
mayor parte de las piezas han tomado colores co-
rrespondientes a estadios 2 y 3, es decir, quemados
totalmente (Figura 4), o bien parcialmente carbo-
nizados. Esto es consistente con lo esperado para
huesos expuestos a temperaturas cercanas a 300º
C. También es interesante notar que, en muchas de
las piezas, la cara externa del hueso, que había sido
ubicada mirando hacia arriba, presenta estadios
más avanzados de combustión que la cara interna.
Inclusive, en muchas de aquellas piezas en que se
consignó el mismo estadio para ambas caras, la
cara interna es levemente más clara que la exter-
na.
En cuanto a la textura, la mayor parte de las
piezas se pueden agrupar en el estadio 2, esto es,
de textura vítrea. Además, sólo 4 piezas (un 25%)
mostraron fisuras producto de la termoalteración.
Observamos fisuras tanto longitudinales como
transversales. Éstas son siempre curvas, en ningu-
na ocasión se produjeron fisuras rectas, y esto se
tradujo, al retocarlas, en piezas con fracturas cur-
vas, nunca rectas. Resulta interesante remarcar,
que una de las piezas arqueológicas provenientes
de Cueva del Nido presentó un importante agrie-
tamiento (Figura 5), más ancho y profundo que
las fisuras que se generaron en los huesos frescos. Figura 4. Fogón A, Pieza 301.
Es posible que esta diferencia se deba al estado

766
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).

Color cara Color cara Borde


Experimentación Nº Textura Fisuras Con retoque
externa interna retocado

anterior a la
Fogón A 301 2 1 No contrasta 2 No
termoalteración

anterior a la
Fogón A 302 2 2 No contrasta 2 No
termoalteración

anterior a la
Fogón A 101 2 2 No contrasta 1 Si
termoalteración

Contrasta anterior a la
Fogón A 201 2 2 1 No
color termoalteración

posterior a la
Fogón B 1003 2 2 No contrasta 2 No
termoalteración

anterior a la
Fogón B 1004 3 2 No contrasta 1 No
termoalteración

posterior a la
Fogón B 1001 3 1 No contrasta 2 Si
termoalteración

Contrasta anterior a la
Fogón B 1002 3 1 1 No
color termoalteración

Contrasta anterior a la
Fogón C A 3 3 2 No
color termoalteración

posterior a la
Fogón C B 4 4 Contrasta brillo 2 Si
termoalteración

posterior a la
Fogón C C 4 4 Contrasta brillo 2 No
termoalteración

anterior a la
Fogón C D 3 3 No contrasta 2 No
termoalteración
posterior a la
Fogón C E 5 4 Contrasta brillo 2 Si
termoalteración
anterior a la
Fogón C F 3 3 No contrasta 2 No
termoalteración
Contrasta posterior a la
Fogón C G 1 1 1 No
color termoalteración
Cuadro 3. Resultados observables en las piezas experimentales.

del hueso arqueológico, que probablemente haya


tenido menos colágeno, y en consecuencia la for-
mación de agrietamientos anchos y profundos se
produciría con mayor facilidad.
Por otra parte, nos interesaba evaluar si las
experimentaciones podían aportar referentes ob-
servables para determinar en qué momento fue
retocado el artefacto óseo. Para esto retocamos
las piezas experimentales, algunas antes y otras
después de exponerlas al calor.
Los bordes que habían sido retocados antes de
la termoalteración, en su mayoría, presentan un
aspecto continuo con la superficie original de la
pieza (Tabla 3). Esto es, no contrastan ni en el brillo
ni en el color. Sin embargo, algunas de las piezas,
presentan el borde retocado de un color levemente
más claro que el resto de la pieza.
En cuanto a las piezas retocadas luego del fo-
gón, un tercio de ellas no muestra diferencias entre
la superficie original y la retocada. Además, una de Figura 5. Fogón A, Pieza 101. Nótese el agrietamiento
las piezas también muestra contraste en el color, que va de cara a cara.

Frank - Paunero 767


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

por lo que aparentemente éste no sería un criterio nerar fracturas no deseadas al momento de retocar
que permita diferenciar en qué momento se reali- la pieza, por lo que los antiguos habitantes de la
zó el retoque. Por otra parte, algunas de las piezas Patagonia, de haber aplicado esta técnica, debían
retocadas luego de la exposición al calor (en parti- necesariamente conocer sus propiedades, bene-
cular piezas del fogón C que obtuvieron los estadios ficios y riesgos y debían contar con un controlado
más avanzados con respecto al color), muestran un manejo del fuego a fin de no exponer a las piezas a
contraste en el brillo entre ambas zonas. Más pre- un estrés innecesario.
cisamente, la zona retocada es más opaca que la
superficie original, y no se observa el brillo vítreo Análisis distribucional
característico. En consecuencia, éste podría ser un La unidad 5, de la cual provienen los restos óseos
referente útil para los casos en que se observan pie- analizados, presenta 4 fogones. Uno se ubica en las
zas retocadas carbonizadas. Lamentablemente, en cuadrículas C1/E2, otro en la D1, otro en G2/G1 y fi-
nuestro caso, la tibia retocada no había alcanzado nalmente otro fogón se ubica en las cuadrículas G2
este estadio de combustión. De cualquier manera, y H1. Todos los fogones son de estructura lenticular.
la muestra analizada es muy pequeña y sirve única- Las dimensiones del fogón de las cuadrículas C1/E2
mente para postular hipótesis que deberán respon- son de 120 x 60 cm; para el de la D1 contamos sólo
derse con más estudios. con un diámetro de 60 cm ya que parte del fogón
se continúa en la zona no excavada; para el de las
Sin Contraste Contraste cuadrículas G2/G1 las dimensiones son de 59 x 40
Retoque cm y para el ubicado en G2/H1 de 65 x 40 cm.
contraste Brillo Color
En la unidad 4, que se deposita inmediatamente
Antes del fogón 6 0 3
por sobre la unidad 5, se registraron sólo 2 fogones.
Luego del fogón 2 3 1 Uno se ubica en las cuadrículas A/B1 (80 x 30 cm) y
Tabla 3. Características del borde retocado. el otro en las cuadrículas B1/B2 (70 x 28 cm). Ambos
fogones son de estructura lenticular.
En cuanto al retoque, resultó evidente que la Por su parte, los restos óseos recuperados de la
termoalteración vuelve más frágiles a los huesos. unidad 5 provienen únicamente de 5 cuadrículas: A,
Esto pudo observarse de tres formas: B1, B2, C1 y C2, de los cuales el 74% se concentra
Profundidad: Los huesos retocados1 posterior- en la cuadrícula B2. El total de restos faunísticos re-
mente a la termoalteración obtuvieron retoques cuperados en estas cuadrículas, incluyendo lascas
más profundos. La profundidad promedio de los y fragmentos óseos no identificables, asciende a
huesos retocados previamente a la termoaltera- 106.
ción es de 4,4 mm, mientras que la de los huesos En la Unidad 5, los restos óseos fueron registra-
retocados después de la termoalteración es de 4,66 dos en sectores de la matriz sedimentaria ocre cla-
mm. La profundidad máxima de los huesos retoca- ra, característica de esta unidad y no se encuentran
dos previamente a la termoalteración es de 6 mm, en la cercanía de los fogones (Figura 6), puesto que
mientras que la de los huesos retocados después de en las cuadrículas en las que fueron recuperados no
las termoalteración es de 6,83 mm. había estructuras de combustión.
Menor cantidad de intentos: Los huesos retoca- Por el contrario, si observamos la figura 7 pode-
dos posteriormente a la termoalteración requirie- mos observar que casi la totalidad de huesos ter-
ron menor cantidad de golpes para lograr el reto- moalterados se encuentran en cuadrículas que en
que. Esto resultó evidente al momento del retoque: la unidad 4 presentaban fogones. La única excep-
al retocar los huesos frescos fue necesario repetir la ción a esta afirmación es un cuneiforme carboniza-
acción varias veces antes de lograr extraer lascas; do proveniente de la cuadrícula C2.
en cambio en los huesos termoalterados por lo ge- La distancia vertical entre los huesos de la uni-
neral las lascas se desprendían al primer golpe. dad 5 y los fogones de la unidad 4 no excede los 10
Fractura durante el retoque: Algunos de los cm. A una profundidad de 10 cm aún es esperable
huesos retocados posteriormente a la termoalte- que ciertos fogones alteren los conjuntos óseos,
ración, al momento del retoque se fracturaron de como lo han demostrado diversos estudios expe-
una manera no deseada, ya sea a lo largo de fisuras rimentales (Stiner et al. 1995; Bennett 1999). En
provocadas por el fuego, ya sea a partir del lugar en consecuencia, parece factible que los huesos hayan
que estaba siendo sujetada la pieza. Esto no suce- sido quemados y carbonizados por fogones encen-
dió en ninguna pieza retocada antes de ser expues- didos posteriormente a su depositación.
tas al fogón.
Esto significa que si bien la termoalteración fa-
cilita ampliamente el retoque, también puede ge-

768
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).

Figura 6. Ubicación de los fogones y restos óseos de la Figura 7. Ubicación de los fogones de la U 4 y de los
U 5. restos óseos de la U 5.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Las experimentaciones tanto con huesos fres- terísticas que presenta el conjunto óseo de C3T 1, lo
cos como con huesos arqueológicos nos han per- que nos permitiría descartar con mayor seguridad
mitido generar una colección de referencia para otras opciones de termoalteración postuladas.
evaluar el origen de las termoalteraciones en el El retoque de los huesos nos permitió corro-
conjunto óseo de la unidad 5 de C3T 1. Estas expe- borar que la termoalteración vuelve más frágiles a
rimentaciones nos dan información relevante para los huesos, tal como lo han postulado otros auto-
discutir las diversas hipótesis postuladas aunque res (por ejemplo Stiner et al. 1995). Es decir que es
esta información no es concluyente por sí sola. factible postular la termoalteración intencional de
Podemos observar que los huesos termoaltera- huesos con el fin de facilitar el retoque de huesos
dos frescos y arqueológicos presentan característi- con fines tecnológicos.
cas similares en cuanto a color y textura. La mayor Sin embargo, el análisis de las superficies de los
parte de los huesos mostraron colores asignables negativos de retoque no nos ha permitido diferen-
a los estadios 2 y 3, aunque también registramos ciar entre las piezas retocadas antes y después de
huesos con estadios 1, 4 y 5. El estadio 2 de textura la exposición al fuego. No se generaron referentes
es el predominante; las fisuras son escasas. observables que permitan diferenciar los huesos
Los huesos usados, tanto los frescos como los retocados en diferentes momentos. El único caso
arqueológicos, han adquirido colores relativamente en que fue posible hacer esto fue en aquellas piezas
uniformes a lo largo de su superficie. Esto contrasta que alcanzaron un estadio de carbonización total.
con lo propuesto por Buikstra y Swegle (1989) quie- Es decir que si bien hemos podido comprobar
nes afirman que colores uniformes en la superficie que la termoalteración facilita el retoque, el resto
del hueso son indicadores de huesos frescos, mien- de los rasgos registrados no nos permitiría diferen-
tras que los huesos secos presentan áreas sin que- ciar si los restos óseos de C3T 1 fueron alterados
mar y la termoalteración no es tan uniforme. intencionalmente o no.
La evidencia de las experimentaciones indicaría Sumado a esto, desconocemos la funcionalidad
que los restos óseos de C3T 1 habrían estado ex- de la tibia retocada. El borde retocado presenta un
puestos a temperaturas menores a 300º C. Nuestras brillo, pulimento o lustre que nos podría acercar al
experimentaciones no alcanzaron estas tempera- conocimiento de su función. Consideramos posible
turas2 y en algunos casos hemos registrado piezas su utilización en el tratamiento del cuero (¿soba-
carbonizadas, aunque en la mayoría de los casos do?). Otra posibilidad es que esta tibia haya servido
los huesos están quemados. Estas características como mango de algún instrumento lítico y el brillo
del conjunto experimental coinciden con las carac- que se observa en el borde haya sido producto del

Frank - Paunero 769


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

roce con el material utilizado para tensar al ins- alteraciones postdepositacionales.


trumento, como por ejemplo un tendón. Estudios Además nuestras experimentaciones demues-
funcionales a altos aumentos son necesarios para tran que los huesos enterrados pueden ser que-
poder determinar si alguna de estas posibilidades mados por un fuego encendido sobre ellos. Esto
efectivamente se dio en este instrumento. implica que la depositación del hueso y su termoal-
Esto nos impide hasta el momento poder eva- teración pueden representar eventos no contem-
luar si el aumento de la fragilidad era realmente poráneos en la formación del sitio arqueológico.
beneficioso, teniendo en cuenta que el artefacto en Por lo tanto, si bien no descartamos el trata-
su totalidad se volvería más frágil. De ser utilizado miento térmico intencional, consideramos más
para tareas que implican fuerza y fricción esto sería probable que la alteración se haya debido a la ac-
por el contrario negativo, puesto que aumentaría el ción de los fogones encendidos en ocupaciones
riesgo de fractura del mismo. posteriores, durante el Holoceno medio.
Por otra parte los huesos termoalterados del Queda claro que son necesarios más experimen-
componente inferior de C3T se distribuyen inme- taciones y otros estudios para poder afirmar esto
diatamente por debajo de los fogones de la unidad con mayor seguridad, sin embargo creemos que,
4, a una profundidad a la cual es aún posible alterar en esta etapa de nuestro conocimiento, la hipóte-
las piezas. El hecho de que parte de los restos estén sis de una alteración postdepositacional es la que
quemados, parte carbonizados y otros no presen- se ajusta más a los datos con los que contamos.
ten evidencias de combustión, es coherente con

AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer a todo nuestro equipo de investigación por el apoyo brindado. Este trabajo se
enmarca dentro del proyecto “Investigaciones arqueológicas en la Meseta Central de Santa Cruz: Pasado
humano y comunicación” de la Universidad Nacional de La Plata, y es parcialmente financiado por una
beca doctoral del CONICET.

NOTAS
1
. La medición de la profundidad se realizó únicamente con las piezas de los fogones B y C, puesto que
consideramos que, al ser huesos arqueológicos, las piezas del fogón A tendrían propiedades diferentes
que podrían alterar los resultados. Por otra parte, esperaríamos que el retoque de las piezas de C3T hu-
biera sido sobre hueso fresco.
2
. La temperatura máxima registrada fue de 296º C (Fogón A), 274º C (Fogón B) y 286º C (Fogón C)

BIBLIOGRAFÍA

Behrensmeyer, A. Cattáneo, G. R.
1978 Taphonomic and ecologic information from 2002 Una aproximación a la Organización de la
bone weathering. Paleobiology 4(2):150-62. Tecnología Lítica entre los Cazadores-Recolectores
Bennett, J. del Holoceno Medio/Pleistoceno Final en la Patagonia
1999 Thermal alteration of buried bone. Journal of Austral (Argentina). Tesis Doctoral Inédita. La Plata.
Archaeological Science 26: 1-8. Hajduk, A. y M. Lezcano
Buikstra, J. y M. Swegle 2005 Un “nuevo-viejo” integrante del elenco de
1989 Bone modification due to burning: Experimental instrumentos óseos de Patagonia: los machacadores
evidence. En Bone Modification., editado por óseos. Magallania 33 (1): 63-80.
Bonnichsen y Sorg, pp. 247-258. Center for the Study Hanson, M. y C. Cain
of the First Americans. University of Maine. 2007 Examining histology to identify burned bone.
Cain, C. Journal of Archaeological Science 34 (11): 1902-1913.
2005 Using burned animal bone to look at the Middle Jackson Squella, D.
Stone Age occupation and behavior. Journal of 1989-90 Retocadores extremo-laterales en contextos
Archaeological Science 32: 873-884. Paleo-Indios. Anales del Instituto de la Patagonia
Cardich, A. y R. Paunero (Serie Ciencias Sociales) 19: 121-124.
1991-1992 Arqueología de la Cueva 2 de Los Toldos Koon, H., R. Nicholson y M. Collins
(Santa Cruz, Argentina). Anales de Arqueología y 2003. A practical approach to the identification of
Etnología 46/47: 49-97. Universidad Nacional de low temperature heated bone using TEM. Journal of
Cuyo, Mendoza. Archaeological Science 30: 1393-1399.

770
Análisis de la alteración térmica de los restos óseos procedentes del componente temprano de Cerro Tres Tetas (Santa Cruz).

Massone, M. Cerro Tres Tetas, Provincia de Santa Cruz, Argentina.


2004 Los cazadores después del hielo. Colección de Anales del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias
Antropología Vol. VII. Centro de Investigaciones Sociales) Vol. 29: 189-206.
Diego Barros Arana, Dirección de Bibliotecas, Paunero, R. S., A. Castro, A. y M. Reyes
Archivos y Museos, Santiago. 2007 Estudios líticos del componente medio del sitio
Mena, F., V. Lucero, O. Reyes, V. Trejo y H. Velásquez Cueva 1 de Cerro Tres Tetas, Santa Cruz, Argentina:
2000 Cazadores tempranos y tardíos en la cueva Implicaciones para construir patrones de distribución
Baño Nuevo-1, margen occidental de la estepa artefactual y uso del microespacio. En Arqueología de
centropatagónica (XI Región de Aisén, Chile). Anales Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Sociales) huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello,
28: 173-195. M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 613-622.
Nicholson, R. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile
1993 A morphological investigation of burnt animal Shahack-Gross, R., O. Bar-Yosef y S. Weiner
bone and an evaluation of its utility in archaeology. 1997 Black-coloured bones in Hayonim Cave, Israel:
Journal of Archaeological Science 20: 411-428. differentiating between burning and oxide staining.
Paunero, R. S. Journal of Archaeological Science 24 (5): 439-446.
1994 El sitio Cueva 1 de la Localidad Arqueológica Stadler, N., N. Franco y L. Borrero
Cerro Tres Tetas (Estancia San Rafael, provincia de 2003 El tratamiento térmico y la ocupación de las
Santa Cruz, Argentina). Anales de Arqueología y cabeceras del Río Santa Cruz. Análisis, interpretación
Etnología Nº 48/48: 73-90. Universidad Nacional de y gestión en la arqueología de Sudamérica, pp 19-
Cuyo, Mendoza. 41, editado por R. Curtoni y M. Endere, INCUAPA –
Paunero, R. S. UNICEN. Olavarría.
1996 Noticia sobre nuevas fechas radiocarbónicas Stiner, M., S. Kuhn, S. Weiner y O. Bar-Yosef
del sitio Cueva 1, C3T, Santa Cruz, Argentina. Anales 1995 Differential burning, recrystallization and
de Arqueología y Etnología Nº 50-51: 189-199. fragmentation of archaeological bone. Journal of
Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. Archaeological Science 22 (2): 223-237.
Paunero, R. S. Taylor, R., P. Hare y T. White
2000 Estratigrafía de la Cueva 1, Cerro Tres Tetas. 1995 Geochemical criteria for thermal alteration of
En Guía de Campo de la Visita a las Localidades bone. Journal of Archaeological Science 22 (1): 115-
Arqueológicas: La Colonización del Sur de América 119.
durante la Transición Pleistoceno/Holoceno, editado Théry-Parisot, I.
por L. Miotti, R. Paunero, M. Salemme y G. Cattáneo, 2002 Fuel Management (Bone and Wood) During
pp. 89-100. La Plata. the Lower Aurignacian in the Pataud Rock Shelter
Paunero, R. S. (Lower Palaeolithic, Les Eyzies de Tayac, Dordogne,
2001 Fogones, conjuntos líticos y funcionalidad en el France). Contribution of Experimentation. Journal of
componente pleistocénico del sitio Cueva 1 de Cerro Archaeological Science 29: 1415-1421.
Tres Tetas, provincia de Santa Cruz. XIV Congreso
Nacional de Arqueología Argentina. Rosario, en
prensa.
Paunero, R. S.
2003a The Cerro Tres Tetas (C3T) locality in the
Central Plateau of Santa Cruz, Argentina. En Where
the South Winds Blow: Ancient Evidence of Paleo
South Americans, editado por L. Miotti, M. Salemme
y N. Flegenheimer, pp. 133-140. Center for the
Studies of the First Americans (CSFA) and Texas A &
M University Press.
Paunero, R. S.
2003b Las cuevas como sitios arqueológicos y
los diferentes usos del espacio en sociedades
colonizadoras de la Meseta Central de Santa Cruz.
Trabajo presentado en 51º Congreso Internacional de
Americanistas. Santiago de Chile. Ms.
Paunero, R. S.
2004 Localidades La María y Cerro Tres Tetas (Santa
Cruz, Argentina): Aportes al poblamiento humano
temprano del Cono Sur de América. X Congreso
Uruguayo de Arqueología, editado por L. Beovide, I.
Barreto, C. Curbelo. Edición en formato digital.
Paunero R. S. y A. Castro
2001 Análisis lítico y funcionalidad del componente
inferior del sitio Cueva 1, Localidad Arqueológica

Frank - Paunero 771


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

772
Aspectos adaptativos y microevolutivos de
Lama guanicoe en la región volcánica de Pali
Aike. Un estudio morfométrico de muestras
arqueológicas y modernas
G. Lorena L’Heureux1

A B S T R A C T

The aim of this paper is to analyze and discuss the adaptive and microevolutionary changes of
guanaco (Lama guanicoe) populations from the Pali Aike lava field (CVPA). The morphometric
data used in this study come from four apendicular bone elements (distal humerus, distal radio-
ulna, distal femur and first forelimb phalanx) measured in both archaeological and contemporary
samples. The archaeological samples come from six sites of the CVPA: Las Buitreras, Orejas de Burro
1 (Argentina), Fell’s Cave, Pali Aike, Cerro Sota and Cañadón Leona 5 (Chile), covering the temporal
lapse between the Late Pleistocene and the Late Holocene. The modern samples, consisting
in 10 carcasses, were collected in the Argentine sector of the CVPA in 2003. The obtained results
show that there was a significant reduction in corporal size of guanacos at least three points in
time: the Pleistocene-Holocene transition, the onset of the Late Holocene, and recent decades.
Among the likely causes of such reduction in corporal size are climatic changes, the predation
pressure exerted by prehistoric human populations and by contemporary poaching, competition
with sheep, and severe habitat modifications related to the petrol industry and desertification.

INTRODUCCIÓN

El objetivo de este trabajo es analizar y discutir res estimadores de este parámetro que otros ele-
los cambios adaptativos y microevolutivos de las mentos como los dientes y/o el cráneo (Eisenberg
poblaciones de guanaco (Lama guanicoe) y sus po- 1990; Scott 1990). El funcionamiento exitoso del
tenciales causas de variación morfológica: cambios sistema locomotor y el tamaño corporal, acarrean
climáticos periódicos o permanentes, modificacio- importantes consecuencias en las estrategias que
nes del hábitat, competencia por interferencia e in- adoptan los animales al condicionar su habilidad
teracción con las poblaciones humanas modernas y para trasladarse, la velocidad con que lo hacen y la
prehistóricas, durante todo el Holoceno en el cam- forma en la que pueden explotar el ambiente en el
po de lava Pali Aike (CVPA). Las principales modifi- que viven o interactuar con otras especies (relacio-
caciones estudiadas se relacionan con los cambios nes de competencia y de predador-presa).
de los tamaños que fueron observados a través del En el caso del guanaco, las modificaciones tem-
tiempo sobre diferentes elementos óseos poscra- porales del tamaño corporal traen aparejadas im-
neales del guanaco. portantes consecuencias respecto de las relaciones:
Se conoce que las dimensiones del esqueleto tamaño corporal-locomoción, por sus implicancias
poscraneal de los ungulados se relacionan estre- en las capacidades de escape/huída ante predado-
chamente con el tamaño (un parámetro que pue- res humanos; tamaño corporal-ambiente, por los
de ser apreciado tanto en la fauna moderna como diferentes requerimientos nutricionales y costos
prehistórica) y que, al estar más relacionados con de los sistemas energéticos (obtención y procesa-
la función de “sostén del peso”, resultan mejo- miento de energía) que implican tamaños más o

1 DIPA–IMHICIHU (CONICET). Saavedra 15, 5º piso (1083 ACA). Buenos Aires, Argentina. [email protected]

L’Heureux 773
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

menos grandes; y tamaño corporal-productividad, con las diferencias de los tamaños corporales del
al tener en cuenta la cantidad diferencial de carne guanaco puede brindar importante información
disponible (y otras materias primas) como presa de acerca de sus mecanismos adaptativos a escala
caza. microevolutiva sólo si se controlan los factores de
Reconocer los cambios morfológicos asociados variabilidad etaria, geográfica y temporal.

EL ÁREA DE ESTUDIO

La región volcánica de Pali Aike representa la


unidad más austral y más joven del sistema Pa-
tagónico de lavas plateau. Se localiza en el sector
meridional del extremo sur de la provincia de San-
ta Cruz, entre el río Coyle (50º S) y el estrecho de
Magallanes -Chile- (52º S) (Corbella 2002) y cubre
entre 3000 (Skewes 1978) y 4500 km2 (D´Orazio et
al. 2000). De esta superficie total, la mayor parte
del campo se encuentra en territorio Argentino (Fi-
gura 1).
La actividad volcánica que dio origen a las cola-
das basálticas del CVPA se inició en el Plioceno tar-
dío y continuó, de manera esporádica, hasta el Ho-
loceno. Se reconocen tres unidades volcánicas de
acuerdo con los distintos momentos de su forma-
ción (Figura 2). La Unidad 1, que cubre el 83% del
campo de lava, se originó hace unos 3.8 millones
de años. La Unidad 2 comprende el 15% del cam-
Figura 1. Localización del Campo Volcánico de Pali Aike
po y tiene una antigüedad de entre 2.1 millones y
(CVPA).
300.000 años. La Unidad 3 es la más joven con una
edad mínima de 15.000 años y sólo cubre el 2% del

Figura 2. Las unidades volcánicas del campo y la localización de los sitios estudiados.

774
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.

campo (Skewes 1978; Agostini et al. 1999; D´Orazio Corbella 2002).


et al. 2000; Corbella 2002). Además de representar un caso geológico sin-
De acuerdo con su génesis, la geomorfología gular -campo volcánico inactivo-, esta área se consi-
de Pali Aike exhibe un paisaje complejo en el que dera de gran interés para la discusión arqueológica
se combinan una serie de coladas basálticas, conos a nivel macroregional. Esto se debe a la importante
de escoria, cráteres y maares que dan origen a una información que aporta en relación al estudio de las
gran cantidad de cuevas, aleros, reparos, grietas y pautas de movilidad -patrones de circulación entre
formaciones subterráneas. Una característica par- la costa y el interior-, la dieta -explotación de recur-
ticular de este sistema de volcanes es que todos sos marinos y terrestres-, la territorialidad y al uso
los aparatos volcánicos se encuentran alineados que hicieron del espacio y sus recursos las pobla-
siguiendo una dirección ENE-WSW (Skewes 1978; ciones aborígenes que la habitaron en diferentes
D’Orazio et al. 2000; Corbella 2002), y que las uni- momentos del Holoceno (p.ej. Bird 1988; Barbere-
dades volcánicas presentan una distribución espa- na 2008; Charlin 2008; L’Heureux 2008a). En este
cial en la que los afloramientos más antiguos se sentido, Pali Aike es tratada como una unidad de
localizan al oeste, mientras que los más recientes análisis arqueológica espacialmente homogénea y
se ubican al sudeste del CVPA (Agostini et al. 1999; definida, y significativa en términos culturales.

EL ANÁLISIS MORFOMÉTRICO. MUESTRAS Y METODOLOGÍA

Este estudio se lleva adelante a partir del aná- 600 años AP y la muestra de Cueva Pali Aike com-
lisis morfométrico de cuatro elementos óseos prende por lo menos los últimos 8000 años radio-
apendiculares de guanaco recuperados en seis si- carbónicos (Bird 1988; Neves et al. 1999). Más allá
tios arqueológicos del CVPA (territorios argentino y de contar con esta amplitud temporal, en el pre-
chileno), y de muestras subactuales colectadas en sente estudio no se pudieron incorporar huesos
el sector argentino del campo de lava. de guanaco procedentes de todos los niveles, por
Las muestras arqueológicas se ubican cronoló- lo que se cuenta con conjuntos representativos de
gicamente entre la transición del Pleistoceno final/ la transición Pleistoceno final-Holoceno (niveles
Holoceno y el Holoceno tardío final, siendo más inferiores de Cueva Fell y Pali Aike), del Holoceno
abundantes para este último período. Del sector medio (niveles intermedios de Cueva Pali Aike), del
argentino del campo de lava se analizaron mues- Holoceno tardío inicial (Cerro Sota) y de los últimos
tras de dos sitios arqueológicos: Cueva Las Buitre- dos milenios (Cañadón Leona 5). En el cuadro 1 se
ras (excavación de 1992; Sanguinetti de Bórmida presentan solamente las edades radiocarbónicas
1976, 1999) y Orejas de Burro 1 (Borrero et al. 2004) de las unidades estratigráficas que fueron analiza-
(Figura 2). El sitio Cueva Las Buitreras registra da- das de dichos sitios.
taciones desde el 7670 ± 70 AP (capa 5 base) en ade- Cabe aclarar que la incorporación de los ele-
lante, pero los niveles analizados en este trabajo mentos óseos al análisis morfológico respondió a la
representan sólo los momentos previos al contacto posibilidad de acceso a las muestras y a que las mis-
(Cuadro 1). La localidad Orejas de Burro presenta mas presentaran huesos en condiciones de ser me-
ocupaciones a partir de aproximadamente el 3500 didos (L’Heureux 2008b). En este caso se evaluaron
años AP hasta momentos del contacto (Cuadro 1). todas las muestras de elementos de guanaco de los
Del sector chileno de Pali Aike se estudiaron sitios arqueológicos presentados, y los elementos
las muestras de huesos apendiculares de guanaco aquí utilizados representan todos aquellos posibles
procedentes de cuatro cuevas excavadas por Junius de ser incorporados al análisis (“medibles”).
Bird en 1936/37 y en 1969, y depositadas actual- En este trabajo se estudiaron, a su vez, mues-
mente en la División de Antropología del American tras de guanacos modernos representantes de los
Museum of Natural History (AMNH) de Nueva York: últimos 20 años calendáricos (diez carcasas incom-
Cueva Fell (Catálogos 41.1/1993 y 1994), Cueva pletas), los cuales fueron colectados en diferentes
Pali Aike (Catálogos 41.1/1891 y 1892), Cerro Sota puntos de los sectores sur y centro-oriental del
(Catálogos 41.1/2024) y Cañadón Leona 5 (Catálo- campo volcánico -territorio argentino- en el año
gos 41.1/2216) (Bird 1988, Figura 2). Es importante 2003 (Cuadro 2). Estas muestras resultaron útiles
destacar que los dos primeros sitios registran una para evaluar las continuidades o discontinuidades
importante profundidad cronológica, por ejemplo, de las modificaciones morfológicas observadas en
Cueva Fell cuenta con una secuencia de fechados el Holoceno tardío final, en momentos posteriores
que abarca desde fines del Pleistoceno hasta ca. al contacto.

L’Heureux 775
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

SITIOS CÓDIGO EDAD CAPA/UNIDAD REFERENCIA


ARQUEOLÓGICOS 14C A.P. MATERIAL

ARGENTINA

Beta 71984 750 ± 60 Capa 2/3; carbón Prieto et al. 1999


CUEVA
Beta 71985 670 ± 60 Capa 2/3; carbón Prieto et al. 1999
LAS BUITRERAS
CSIC-373 490 ± 40 Capa 1/2; carbón informe laboratorio

UA-23097 AMS 3565 ± 45 UXI: >70 cm; humano Barberena 2008

Ua- 21902 AMS 3490 ± 50 UX: 46-50cm; guanaco Barberena et al. 2006

OREJAS DE LP-1681 3490 ± 75 UX: -67cm; guanaco Barberena 2008


BURRO 1 LP-1462 1760 ± 70 UI: ca. 33-37cm; carbón Barberena et al. 2006

AC-1735 620 ± 200 UI/II; Mytilus sp. Barberena 2008

AC-1736 490 ± 130 UI/II; Mytilus sp. Barberena 2008

CHILE

Beta-099066 7830 ± 60 Sin dato; humano Neves et al. 1999


PALI AIKE
Gak-8294 5020 ± 150 80-90 cm; carbón Massone e Hidalgo 1981

I-3988 11000 ± 170 Capa 20; carbón Bird 1983, 1988

I-5146 10080 ± 160 Capa 18;Área D; carbón Bird 1983, 1988


CUEVA FELL
I-5145 9030 ± 230 Capa 17;Área C; carbón Bird 1983, 1988

sin dato 3725 ± 100 Ca. Cóndor; sin dato Massone e Hidalgo 1981

Gif-10791 2280 ± 60 Nivel XX; carbón Prieto et al. 1998

Gif-10790 2270 ± 50 Nivel XVIII; carbón Prieto et al. 1998


CAÑADÓN LEONA 5
Gif-10789 1740 ± 70 Nivel XVII; carbón Prieto et al. 1998

Gif-10236 2130 ± 80 Nivel XV; carbón Prieto et al. 1998

AA-7788 3645 ± 65 >105 cm; humano No publicada

CERRO SOTA AA-7789 3755 ± 65 >105 cm; humano No publicada

OxA-2850 3380 ± 70 >105 cm; humano Hedges et al. 1992

Cuadro 1. Cronología de los sitios arqueológicos del CVPA. Se presentan sólo las fechas radiocarbónicas de las uni-
dades usadas en el análisis que fueron datadas.

ÁREA
INDIVIDUO GPS EDAD SEXO
de recolección
NE de la 52º 03’ 55,3’’ S
LA.1 Laguna Azul 69º 33’ 34,1’’ W
>24 meses
M
51º 89’ 30 ’’ S
CCO.1 Borde Cráter Cerro Convento
69º 36’ 47’’ W
> 36 meses H

52º 07’ 781’’ S


MA.1 Entre Ea. Monte Aymond y L. Azul
69º 56’ 770’’ W
fusionado Indet.

MA.2 52º 07’ 803’’ S


Entre Ea. Monte Aymond y L. Azul 6 años 1/2 H
69º 56’ 715’’ W
52º 09’ 053’’ S
MA.3 Entre Ea. Monte Aymond y L. Azul
69º 55’ 682’’ W
fusionado Indet.

52º 12’ 680’’ S


OB.1 Próximo al Co. Orejas de Burro
69º 56’ 153’’ W
6 años 1/2 H

52º 07’ 000’’ S


OB.2 Próximo al Co. Orejas de Burro
69º 33’ 000’’ W
fusionado Indet.

52º 09’ 116’’ S


MA.6 Ea Monte Aymond
69º 60’ 160’’ W
4 años 1/2 H

52º 11’ 62.4’’ S


MA.7 Ea. Monte Aymond
69º 65’ 42.9’’ W
fusionado Indet.

52º 10’ 789’’ S


MA.8 Ea. Monte Aymond
69º 59’ 666’’ W
8 años 1/2 M

Cuadro 2. Muestra de guanacos modernos colectada en los sectores sur y centro-oriental del CVPA

776
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.

Para el análisis osteométrico de los restos óseos ción obtenida fue procesada mediante la aplicación
de guanaco se aplicó la metodología desarrollada de técnicas estadísticas univariadas y multivariadas
previamente (L’Heureux 2008b). Se midieron 100 (PCA; ANOVA one-way de la Media Geométrica de
huesos de cuatro elementos óseos: húmero distal todas las medidas obtenidas en el elemento), em-
(N= 30); radiocúbito distal (N= 28); fémur distal pleando los softwares PAST 1.82b y SYSTAT 10.2. El
(N= 14) y falange 1 delantera (N= 28), en los que se valor de probabilidad considerado como significati-
relevaron 33 variables métricas (Figuras 3 a 6). La vo fue de 0,05 (P <0,05). En todos los casos corres-
obtención de las variables continuas se realizó con pondientes se realizaron tests “post hoc” (test de
calibre digital (precisión 0,01) y tabla osteométrica, Tukey) para la comparación probabilidades.
y los datos fueron registrados en mm. La informa-

Figura 3. Variables osteométricas tomadas en el húme- Figura 5. Variables osteométricas tomadas en el fémur
ro distal. distal.

Figura 4. Variables osteométricas tomadas en el radio- Figura 6. Variables osteométricas tomadas en las
cúbito distal. primeras falanges delanteras.

RESULTADOS

Modificaciones morfológicas encontradas Del análisis de ANOVA del húmero distal se


A partir del análisis de componentes principales desprende la existencia de una diferencia estadís-
del húmero distal se pudo observar que las mues- ticamente significativa entre los tamaños obser-
tras tempranas de cueva Fell y Pali Aike se separan vados durante la transición Pleistoceno final-Holo-
de las representadas por los otros sitios del área (ar- ceno temprano (niveles inferiores de Cueva Fell y
queológicos y modernos) siguiendo el componente Pali Aike) y los de comienzos del Holoceno tardío
1 (Figura 7). En este componente se agrupan con un (muestras de Cerro Sota y unidades inferiores de
mayor peso las variables asociadas con las princi- OB1). A su vez, se registra una nueva diferencia
pales dimensiones del hueso (p.ej. ancho máximo significativa entre las muestras actuales respecto
de la epífisis distal y profundidad máxima de los de las de momentos previos (niveles superiores de
epicóndilos medial y lateral de la tróclea; medidas Cueva Las Buitreras, OB1 y Cañadón Leona 5) (Fi-
1 y 6 en Figura 3). Esto significa que las diferencias gura 8). En ambos casos los cambios se asocian con
morfológicas más importantes encontradas se aso- la reducción del tamaño del elemento.
cian con el tamaño del elemento.

L’Heureux 777
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 7. Análisis de Componentes Principales del Figura 9. Análisis de ANOVA de las medias geométricas
húmero distal. del radiocúbito distal.

muestras arqueológicas de este elemento siempre


resultaron muy escasas. A pesar de contar con una
muestra pequeña de estos huesos en el conjunto
del CVPA, se presentan los resultados obtenidos
para el fémur distal (Figura 10) que exhibe una in-
formación concordante con la de los otros elemen-
tos analizados. En los fémures distales se observan
cambios morfológicos asociados con la reducción
del tamaño durante aproximadamente 4000 años
desde comienzos del Holoceno tardío, marcando
dos momentos significativos estadísticamente: en
el Holoceno tardío final (muestras de Cañadón Leo-
na 5) y entre los huesos modernos.
Las primeras falanges son siempre uno de los
elementos mejor representados arqueológicamen-
te, con altas probabilidades de hallarse completos
y, por ende, de ser medidos. Las primeras falanges
Figura 8. Análisis de ANOVA de las medias geométricas
del húmero distal.

En el análisis de la epífisis distal del radiocúbito


se observan nuevamente cambios en la morfolo-
gía del hueso a través del tiempo, registrándose el
mismo patrón de reducción del tamaño en dos mo-
mentos estadísticos significativos: a comienzos del
Holoceno tardío (niveles inferiores de OB1) y entre
las muestras modernas respecto de aquellas pre-
vias al contacto (niveles superiores de Cueva Las
Buitreras, OB1 y Cañadón Leona 5) (Figura 9).
En trabajos anteriores (L’Heureux 2008b) se
identificaron diferentes estructuras anatómicas
más informativas que otras a nivel morfológico,
tales como las epífisis de los huesos largos de las
patas delanteras. También se encontraron buenas
tendencias entre los fémures, las que resultaron di-
Figura 10. Análisis de ANOVA de las medias geométri-
fíciles de evaluar estadísticamente debido a que las cas del fémur distal.

778
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.

delanteras completas siguen mostrando la tenden-


cia estadística significativa ya observada entre los
elementos previamente analizados, aunque las
magnitudes de las medias geométricas registran
la reducción de los tamaños con un declive más te-
nue. Según el test “pos hoc” de Tukey las diferen-
cias significativas se registran entre las muestras
del Holoceno tardío inicial representadas por los
niveles inferiores de OB1 y Cerro Sota, y entre las
muestras modernas respecto de aquellas tempo-
ralmente precedentes (Figura 11).

Figura 11. Análisis de ANOVA de las medias geométri-


cas de las falanges primeras delanteras.

DISCUSIÓN

A pesar de no contar con información morfo- En Santa Cruz se ha observado que las conse-
lógica-cronológica que dé cuenta de todo el conti- cuencias del riesgo climático en especies domésti-
nuum temporal que abarca el estudio (Pleistoceno cas puede acarrear una mortalidad de entre el 5 y el
final/Holoceno temprano hasta el presente) para 95%, y que entre especies silvestres las tasas pro-
cada hueso analizado, puede asumirse que, de medio de mortalidad serían aún mayores (Sturzem-
acuerdo con los datos morfológicos obtenidos, el baun y Borrelli 2001). Las secuelas demográficas de
resultado final observado es inequívoco y se asocia las fluctuaciones climáticas pueden verse actual-
con la continua -aunque no necesariamente cons- mente en el guanaco, ya que su densidad poblacio-
tante- reducción de los tamaños de los elementos nal es altamente sensible a la sucesión de inviernos
óseos en el CVPA durante el Holoceno. En conjun- desfavorables (Franklin y Fritz 1991). Ante una serie
to, las muestras denotan cambios estadísticamente de eventos climáticos extraordinarios de corta du-
significativos del tamaño corporal de las poblacio- ración, limitados o periódicos como la erupción del
nes de los guanacos en tres momentos temporales volcán Hudson en 1991 y las nevadas extremas de
diferentes: 1994 y 1995, se redujo dramáticamente la pobla-
1) a comienzos del Holoceno temprano; ción de guanacos en Patagonia meridional e insular
2) a comienzos del Holoceno tardío, y (Montes et al. 2000; Sturzembaun y Borrelli 2001).
3) durante las últimas décadas. Pero, por otro lado, se ha observado la elevada ca-
Esto se asocia con una selección sostenida en pacidad de recuperación demográfica que posee
el tiempo hacia fenotipos de guanacos de menor esta especie que en pocos años puede incremen-
tamaño y masa corporal, con menores requeri- tar notablemente su densidad demográfica ante
mientos energéticos y condiciones de relación pe- una breve continuidad de inviernos benévolos y/o
so-velocidad diferentes, que pudieron influir en el la reducción de los efectos de la caza ilegal por la
éxito de las estrategias de huída ante predadores “protección” de las manadas en las estancias (p.ej.
naturales y/o antrópicos, etc. Estas modificaciones en marzo de 2008 se contabilizaron 1500 animales
pudieron ser una respuesta adaptativa a una gran por parcela en la Estancia Bella Vista, en la margen
cantidad de condiciones que se vieron reflejadas sur del río Gallegos; P. Campan comunicación per-
en un mismo resultado: tamaños cada vez más chi- sonal).
cos. Un patrón de cambio en el tamaño corporal
Ante un evento climático adverso, una pobla- que se sostenga a través de milenios puede estar
ción sufre consecuencias por la escasez de recursos acompañado por alteraciones en la estructura de-
vitales, se compromete su capacidad de supervi- mográfica de la población. Pero se considera que
vencia y, como resultado, registra una importante las variaciones demográficas son extremadamente
reducción demográfica. dependientes de las fluctuaciones ambientales pe-

L’Heureux 779
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

riódicas de corta duración, y que éstas por sí solas los aspectos morfológicos -de tamaño- del fenoti-
no pueden provocar modificaciones morfológicas po de los guanacos.
con la capacidad de ser fijadas en el fenotipo de la Por este motivo se considera que la opción re-
especie. lacionada con un cambio climático irreversible y de
Entonces, las potenciales causas de las variacio- gran magnitud, desde bajas temperaturas (Pleisto-
nes morfológicas en el tamaño corporal pueden re- ceno final) hacia condiciones más cálidas (Holoce-
lacionarse principalmente con: cambios climáticos no), sea la mejor explicación para los cambios mor-
-no periódicos o estacionales-, predación (explota- fológicos observados en este período cronológico.
ción sostenida del recurso a través del tiempo por Los datos paleoclimáticos y glaciológicos obteni-
parte de las poblaciones humanas)1 y la reducción dos de diferentes proxy en Patagonia meridional,
definitiva del hábitat explotable y/o competencia insular y en la Antártida, corroboran este mejora-
por el espacio y/o alimentos. De acuerdo con esto, miento climático (p.ej. Heusser y Streeter 1980;
las modificaciones en los tamaños observados se Markgraf 1989; Rabassa y Clapperton 1990; Stine y
pudieron asociar en mayor o menor medida con Stine 1990; Rabassa et al. 2000; Strelin y Malagnino
diferentes mecanismos causales de acuerdo al mo- 2000; Wilson et al. 2002; EPICA 2004; Mancini et al.
mento cronológico considerado. 2005, entre otros).
Estas modificaciones morfológicas son compa-
1- Holoceno temprano tibles con el principio que sostiene que los tamaños
Cambios en el clima: aumento de la tempera- grandes brindan una ventaja fisiológica adaptativa
tura ambiente a comienzos del Holoceno (mejora- (menor pérdida de calor corporal) a bajas tempera-
miento climático/regla de Bergmann). turas (derivado de la regla biogeográfica de Berg-
mann; Bergmann 1847), por lo cual a una mayor
2- Comienzos del Holoceno tardío temperatura se esperarían organismos con tama-
Predación aborigen: incremento del uso y ex- ños más chicos y mayor superficie corporal.
plotación del principal recurso terrestre del área a La misma tendencia ya fue observada en otros
comienzos del Holoceno tardío (intensificación de sitios arqueológicos y paleontológicos tempranos
la caza sostenida a lo largo del Holoceno tardío). de Patagonia meridional (L’Heureux 2007), p.ej.
Piedra Museo (Miotti 1995; Miotti et al. 1999); Ce-
3- Últimas décadas rro Casa de Piedra 7 (Aschero et al. 1992); Cueva
Interacción con las poblaciones actuales en el Lago Sofía (Prieto 1991). Además de ser un com-
campo de lava Pali Aike (CVPA): caza furtiva, ins- portamiento macroregional, este patrón muestra
talación de petroleras y tendido de alambrados en una extensión global ampliamente registrado para
los campos. diferentes especies de mamíferos (Edwards 1967;
Competencia por interferencia con el ganado Kurtén 1968; Guthrie 1970; Davis 1977, 1981; Ducos
ovino: desplazamiento del área original de explo- y Kolsa Horwitz 1997; Weisntock 1997; Wyckoff y
tación “predilecta” (marginalización) y transmisión Dalquest 1997; McDonald 1981; Lyman 2004).
de enfermedades. 2- Centrándonos en el Holoceno tardío, donde
Desertificación: pérdida de suelos y pasturas se ubican temporalmente la mayor parte de las
(capacidad receptiva de los campos) debida a la ac- muestras estudiadas, observamos dos momentos
tividad agropecuaria no planificada, controlada y/o cronológicos en los que se registra la misma modi-
monitoreada. ficación morfológica asociada con la reducción del
tamaño corporal: a) a comienzos del Holoceno tar-
1- Como fuera demostrado en otro trabajo dío respecto de lo registrado en el Holoceno tem-
(L’Heureux 2007), la primera y mayor modificación prano, y b) entre las muestras modernas respecto
morfológica en el tamaño de los huesos de guanaco de aquellas previas al contacto.
se registra a comienzos del Holoceno temprano (Fi- La primera modificación morfológica significa-
gura 8). En la evaluación de las potenciales causas tiva pudo asociarse con el notorio incremento de
de estas variaciones morfológicas se consideraron eventos de ocupación producido a comienzos del
tanto las fluctuaciones ambientales como la inte- Holoceno tardío en el CVPA. Este punto se evaluó
racción con las poblaciones humanas (predación). utilizando como herramienta indirecta el cuerpo
Si bien las poblaciones humanas ya se encontra- de información generado por las dataciones radio-
ban en Patagonia desde por lo menos 11,000 años carbónicas de materiales de depósitos de sitios ar-
atrás, debido a la baja demografía estimada para queológicos. Esto permitió aproximarnos a la me-
los grupos de cazadores-recolectores durante el nor o mayor presencia de grupos humanos a través
Holoceno temprano, no se considera que el alcan- del tiempo en el área, a la intensidad del uso que
ce de su acción predadora haya podido influir sobre hicieron del espacio y, en lo que nos concierne, a la

780
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.

Figura 12. Edades radiocarbónicas no calibradas y eventos de ocupación en Pali Aike.

mayor explotación de su principal recurso alimenti- y la cantidad de gente que habitaba el CVPA des-
cio terrestre, el guanaco. pués del 4000 AP. Se entiende que el mayor fitness
En la distribución de fechas radiocarbónicas ob- promedio alcanzado por estos grupos, condujo
tenidas para Pali Aike2 (N=93; Figura 12) se observa ineludiblemente a una mayor intensidad de acti-
un importante contraste entre la casi inexistencia vidades de aprovisionamiento de alimentos, prin-
de eventos de ocupación previos a los 4000 años cipalmente de aquellos de alto rinde como son los
C14 AP y el destacado incremento de dataciones guanacos (L’Heureux 2008b). De acuerdo con esto,
informadas para comienzos del Holoceno tardío. el incremento demográfico de las poblaciones hu-
De la misma manera, es importante observar que manas (concomitantemente con la intensificación
el aumento de tales ocupaciones continúa a través sostenida de la caza) registrado a comienzos del
del Holoceno tardío, alcanzando su mayor frecuen- Holoceno tardío en Pali Aike, puede interpretarse
cia después de los dos mil años radiocarbónicos como el factor causal en los cambios morfológicos
(47,25%). Las fechas registradas para los últimos observados en Lama guanicoe para dicho período
4000 años comprenden el 73,62% de las edades re- cronológico.
presentativas de eventos de ocupación en el CVPA, No se pueden dejar de considerar otros poten-
lo que estaría indicando un intenso período de ocu- ciales factores modificadores del fenotipo mor-
pación aborigen en Pali Aike desde esa fecha has- fológico de los guanacos hacia el 4000 AP (p.ej.
ta tiempos históricos. Este mismo patrón también clima), aunque no existe evidencia paleoclimática
pudo ser observado a partir de edades calibradas que informe sobre cambios en la temperatura at-
(Barberena 2008). mosférica y la humedad a comienzos del Holoceno
Es decir, el análisis de la distribución temporal que registren una magnitud y presenten una pro-
de fechados radiocarbónicos evidencia un aumen- longación suficiente como para producir y sostener
to significativo en la ocupación y reutilización del la reducción significativa de los tamaños (Heusser
espacio durante el Holoceno tardío en el Campo y Streeter 1980; Markgraf 1989; Wilson et al. 2002;
Volcánico de Pali Aike que respondería a una etapa EPICA 2004; Mancini et al. 2005, etc.). En cambio,
de poblamiento efectivo del mismo. Consecuente- la covariación positiva observada con el incremen-
mente, se infiere una correlación positiva entre el to demográfico resulta consistente.
incremento de eventos de ocupaciones sincrónicas Para finalizar, es importante mencionar que en

L’Heureux 781
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Pali Aike se cuenta con información procedente de 1928 se exportaron 300000 pieles, entre 1972 y 1979
diferentes vías de análisis: zooarqueológica, bioar- fueron 443655 pieles de guanacos adultos y, entre
queológica, geoarqueológica y lítica, que demues- 1976 y 1979, 223.610 pieles de crías (Conway 2005).
tran la ocupación efectiva de los diferentes espa- Datos posteriores indican una actividad extractiva
cios en CVPA a comienzos del Holoceno tardío. de chulengos de hasta el 93% de esa clase de edad
Esto se defiende a partir del análisis de descarte y y la caza de adultos para alimentación propia y de
procesamiento de materiales faunísticos en el sitio la “perrada” en las estancias (Saba 1987).
Orejas de Burro 1 (L’Heureux 2008a), la importante Pero, sin dudas, la interacción que acarreó las
evidencia de enterratorios humanos en el área que consecuencias más pronunciadas en las últimas
comprenden un mínimo de 20 individuos para ese décadas es la que se inicia con la introducción del
momento cronológico [Orejas de Burro 1 (L’Heureux ganado ovino en la región alrededor del año 1885 y
y Barberena 2008); Cerro Sota (Bird 1983, 1988; que tuvo su máxima expresión en los ’60 (Williams
L´Heureux y Amorosi 2008), y Cañadón Leona 5 2004).
(Bird 1988; Prieto et al. 1998; L´Heureux y Amorosi De manera indirecta podemos señalar una serie
2008)], del análisis de densidad e intensidad de uso de factores que se desencadenan con esta explota-
de materias primas líticas (Charlin 2008), y del re- ción ganadera, tales como:
gistro sedimentológico y cronológico de diferentes a- La competencia por interferencia con el gana-
sitios del campo volcánico (Barberena 2008), que do ovino (Raedeke 1976). Antes de la introducción
resulta contrastante frente a otros momentos tem- de la oveja, los guanacos preferían los pastizales en
porales y respecto de áreas aledañas. terrenos abiertos de Patagonia. Las áreas boscosas
3- Como consecuencia de la interacción con las aparentemente no eran usadas por los guanacos en
poblaciones actuales, el tamaño corporal de los el continente, aunque sí en las islas (Raedeke 1982).
guanacos disminuyó nuevamente durante las úl- Ante la presencia de ganado, el guanaco abando-
timas décadas (seguramente, este proceso puede nó sus hábitats preferidos y fue desplazado hacia
retrotraerse a los últimos siglos), cuando exhiben áreas más marginales y/o dirigió su dieta hacia los
tamaños más chicos respecto de aquellos recono- arbustos para reducir el riesgo de la competencia.
cidos en momentos previos a la conquista. Las poblaciones de guanacos que sobrevivieron a
Se considera que, una vez concluida la caza abo- la crítica disminución poblacional de esta especie
rigen con técnicas e instrumentos tradicionales, se acontecida a mediados del siglo pasado -concomi-
conjugaron una nueva serie de factores derivados tante con el esplendor de la actividad ganadera ovi-
de la interacción con las poblaciones modernas en na-, fueron aquellas que ocuparon principalmente
el área (primeros colonos y luego pobladores ac- las tierras marginales sin importancia para la ga-
tuales) que, de forma directa o indirecta, produje- nadería. La marginalización de los guanacos hacia
ron las modificaciones morfológicas registradas en zonas de oferta de refugio de menor productividad
las poblaciones de guanaco. como el sector de coladas basálticas más nuevas
De manera directa, la interacción desfavorable del CVPA, presionados por una actividad antrópica
entre estas especies (humanos y guanacos) se dio ganadera -y en menor medida minera y petrolera-,
por predación, una diferente a la aborigen, rela- pudo haber influido en las últimas adecuaciones fe-
cionada con la caza comercial e ilegal de guanacos notípicas y morfológicas de las poblaciones moder-
adultos y principalmente de chulengos en busca de nas de guanaco.
cueros y por la construcción de cercos, alambrados Hay que reconocer que este tipo de empren-
(donde los animales suelen entramparse y morir dimientos ganaderos y el número de cabezas ha
enredados) y el trazado de picadas y caminos aso- declinado en gran medida a nivel nacional duran-
ciados con la producción minera y petrolera, que te las últimas décadas pero, en Santa Cruz, dicha
modificaron el rango de acción de las manadas. tendencia fue revertida a partir del año 2002. En la
No se deben subestimar las consecuencias de actualidad, el número de cabezas presentes en la
las presiones predatorias a las que estuvieron so- provincia es semejante al que existía a comienzos
metidas las poblaciones de guanacos durante los del Siglo XX. Esta recuperación de la actividad ovi-
últimos siglos. Se tienen escasos datos respecto de na fue mayor al sur de Santa Cruz (Williams 2004),
la actividad extractiva realizada por los primeros en el sector comprendido entre el río Chico y el Es-
colonos y/o por los aborígenes “por encargo” como trecho, el cual incluye al CVPA.
parte de trueque por otros ítems no utilitarios. Aun- b- Por otro lado, la instalación de los estableci-
que no hay información disponible para el área de mientos ganaderos a gran escala acarreó una serie
estudio, a modo de ejemplo puede citarse que en de consecuencias menos evidentes pero irreversi-
1916 se exportaron entre 30000 y 40000 pieles de bles: el deterioro de la productividad de los campos
chulengos originarios solamente de Chubut, en esteparios patagónicos por sobrepastoreo causan-

782
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.

do el avance de la desertificación –degradación del ción epidemiológica interespecífica negativa para


suelo y de la vegetación– (Borelli y Oliva 2001; Wi- las poblaciones de animales silvestres también ha
lliams 2004), agravado por la actividad de pisoteo sido observada en diferentes partes del mundo (La-
y la acumulación de deyecciones de las majadas. fferty y Gerber 2002).
Hay que aclarar que el guanaco también ejerce una Como se señaló anteriormente, las fluctuacio-
importante actividad extractiva diaria de pasturas nes climáticas extremas de corta duración, limi-
(aproximadamente el equivalente al de 1,7 ove- tadas o periódicas (inviernos rigurosos, heladas y
ja), pero que, por la forma de sus labios y dientes sequías no épicas), como también las catástrofes
que cortan las matas permitiendo que rebroten y, naturales de origen volcánico o sísmico, debieron
por las almohadillas de sus patas que reducen las condicionar la disponibilidad de alimentos y el
consecuencias del pisoteo, no puede asociarse su número de guanacos por grupo y, seguramente,
acción directamente con la degradación de los pas- influenciar en el establecimiento del patrón morfo-
tizales y del suelo. lógico hallado en las últimas décadas. Igualmente
c- Por último, las ovejas son responsables de no se considera que estas fluctuaciones en el clima
la introducción de diferentes enfermedades exóti- tuvieron la capacidad de generar independiente-
cas que afectan a los guanacos (Karesh et al. 1998; mente tales patrones. En este sentido se ponde-
Parreño et al. 2004). Éstas incrementan las condi- ran las presiones ejercidas por la caza furtiva (con
ciones de morbis-mortalidad y vulnerabilidad de la fines de abastecimiento particular o comercial), la
especie frente a eventos climáticos extraordinarios introducción del ganado ovino y la desertificación
estacionales. Una consecuencia derivada de esto, como aquellas variables responsables de los cam-
y asociada con el desconocimiento popular, es la bios morfológicos que fueron fijados en el fenotipo
persecución y matanza de guanacos adultos por en tiempos modernos.
parte de los ganaderos de la zona por creerlos, por Queda por conocer las secuelas morfológicas
el contrario, la fuente transmisora. Se ha compro- en las poblaciones de guanaco que se puedan aso-
bado que los guanacos son los huéspedes de las ciar con fluctuaciones paleoclimáticas épicas como
principales enfermedades infecciosas presentes en la Anomalía Climática Medieval (ACM) entre Si-
las especies domésticas, por ejemplo lengua azul, glos X y XII (Stine 1994, 1998) y la Pequeña Edad
brucelosis, virus respiratorio sincitial bovino, dia- de Hielo (PEH) entre Siglos XV y XIX (Villalba 1994;
rrea vírica bovina, herpesvirus equino tipo I, rino- Haberzettl et al. 2005), ya que se conoce las conse-
traqueítis infecciosa bovina, paratuberculosis, fie- cuencias producidas por las mismas sobre la demo-
bre aftosa, leptospirosis (17 serovares), peste de los grafía humana en el CVPA (Barberena 2008). Esto
pequeños rumiantes, parainfluenza-3 y estomatitis no puede evaluarse desde los datos presentados en
vesicular (Karesh et al. 1998) y los rotavirus (Parre- este trabajo, ya que no se cuenta con muestras re-
ño et al. 2004). presentativas de momentos previos y posteriores a
La expansión de las poblaciones modernas ha dichos eventos épicos pero que, sin duda, se asume
incrementado notablemente las frecuencias de debieron influenciar no sólo la densidad y estructu-
encuentro y transmisión de enfermedades entre ra demográfica de las poblaciones de guanaco, sino
animales silvestres y domésticos, ya que para que también el proceso iniciado a comienzos del Holo-
ocurra el contagio no es necesario el contacto di- ceno asociado con la reducción estadísticamente
recto entre las especies debido a que algunos de los significativa de los tamaños corporales que se con-
agentes tienen la capacidad de permanecer viables tinuó hasta tiempos presentes.
en el ambiente por tiempo prolongado. Tal interac-

AGRADECIMIENTOS
A Sumru Aricanli por su ayuda y colaboración en el acceso a las muestras excavadas por Junius Bird
y depositadas actualmente en la Division of Anthropology del American Museum of Natural History. A
Thomas Amorosi por facilitarme información no publicada de la cueva Pali Aike. A Amalia Sanguinetti de
Bórmida por permitirme estudiar las muestras de Las Buitreras. Este trabajo se realizó en el marco de los
proyectos: PICT- ANPCyT Nº 9498; PIP-CONICET Nº 2390 y NG Grant Nº 7736-04 dirigidos por el Dr. Luis
Borrero y la Pasantía Posdoctoral en el exterior del CONICET (Resolución D Nº 3351).

NOTAS
. Se considera la predación principalmente humana, y no la acción del predador natural del guanaco,
1

el puma (Puma concolor), por conferirle a esta última poco peso en la generación de cambios del tamaño
corporal del guanaco. Esto se debe a que se conoce que la relación predador-presa del puma-guanaco,
fue una interacción “estable” iniciada conjuntamente con otros predadores (Panthera onca y Smilodon

L’Heureux 783
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

populator) antes del arribo de las poblaciones humanas al ecosistema patagónico, y que fue sostenida,
sin cambios aparentes, por decenas de miles de años.
2
. En la evaluación de los eventos de ocupación en el CVPA se utilizaron todos los fechados radiocar-
bónicos disponibles a excepción de aquellas edades con un desvío ≥ a 300 años. Como medio de eliminar
la sobrestimación de eventos de ocupación generados por aquellas unidades estratigráficas remuestrea-
das, se decidió promediar las edades obtenidas en los casos en que una unidad contara con más de un
fechado, usando un solo dato como representante de ese evento de ocupación.

BIBLIOGRAFÍA

Agostini, S., M. D’Orazio, O. González-Ferrán, M. Argentino, pp. 285-301. Buenos Aires.


J. Haller, E. Innocentti, A. Lahsen, P.Manetti, F. Charlin, J.
Mazzarini, R. Mazzuoli y C. Meister 2009 Estrategias de Aprovisionamiento y Utilización de
1999 The Pali Aike Volcanic Field, Southern Patagonia: las Materias Primas Líticas en el Campo Volcánico Pali
petrogenesis and geodynamic significance. XIV Aike, (Prov. Santa Cruz, Argentina). BAR International
Congreso Geológico Argentino II: 261-264. Salta. Series 1901. Archaeopress, Oxford.
Aschero, C. A., C. Bellelli, M. T. Civalero de Biset, R. Davis, S. J. M.
Goñi, G. Guraieb y R. L. Molinari 1977 Size variation of the fox, Vulpes vulpes in the
1992 Cronología y tecnología en el Parque Nacional paleoartic region today, and in Israel during the late
Perito Moreno (PNPM): ¿continuidad o reemplazos? Quaternary. Journal of Zoological Society of London
Arqueología 2: 89-105. 182:343-351.
Barberena, R. Davis, S. J. M.
2008 Arqueología y Biogeografía Humana en Patagonia 1981 The effects of temperature change and
meridional. Sociedad Argentina de Antropología, domestication on the body size of Late Pleistocene
Buenos Aires. to Holocene mammals of Israel. Paleobiology 7: 101-
Barberena, R., A. Blasi y C. Castiñeira 114.
2006 Geoarqueología en cuevas: el sitio Orejas de D´Orazio, M., S. Agostini, F. Mazzarini, E. Innocentti,
Burro 1 (Pali Aike, Argentina). Magallania 34(1):119- P. Manetti, M. J. Aller, y A. Lahsen
138. 2000 The Pali Aike volcanic Field, Patagonia: Slab-
Bergmann, C. Window Magmatism near the Tip of South America.
1847 Ü ber die Verhaltnisse der Warmeokonomie der Tectonophysics 321: 407-427.
Thiere zu ihrer Grosse. Göttingen Studien 3: 595-708. Ducos, P. y L. R. Kolsa Horwitz
Bird, J. B. 1997 The influence of climate on artiodactyl size
1983 Enterratorios paleoindios con cremación en las during the Late Pleistocene-Early Holocene of the
cuevas de Palli Aike y Cerro Sota en Chile meridional. Southern Levant. Paléorient 23: 229-247.
Anales del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Edwards, W. E.
Humanas) 14: 55-65. 1967 The late Pleistocene extinction and diminution
Bird, J. B. in size of many mammalian species. En Pleistocene
1988 Travels and Archaeology in South Chile, editado Extinctions: The Search for a Cause, editado por P. S.
por J. Hyslop. University of Iowa Press, Iowa. Martin y H. E. Wright Jr., pp. 141-154. Yale University
Borrelli, P. y G. Oliva Press, New Haven.
2001 Efecto de los animales sobre los pastizales. Eisenberg, J. F.
En Ganadería Sustentable en la Patagonia Austral, 1990 The behavioral/ecological significance of body
editado por P. Borrelli y G. Oliva. INTA, Regional size in the Mammalia. En Body Size in Mammalian
Patagonia Sur. Editorial ErreGé & Asociados, Cap. 4: Paleobiology: Estimation and Biological Implications,
99-128. Buenos Aires. editado por J. Damuth y B. J. MacFadden, pp.25-37.
Borrero, L. A.; L. Manzi, G. L. L’Heureux, F. Martin, N. Cambridge University Press, Cambridge.
V. Franco, J. Charlin, R. Barberena y P. Campan EPICA community members
2004 Arqueología del campo de lava Pali Aike, 2004 Eight glacial cycles from an Antarctic ice core.
Argentina. Resúmenes del XV Congreso Nacional de Nature 429: 623-628.
Arqueología Argentina, pp. 368. Universidad Nacional Franklin, W. L. y M. Fritz
de Río Cuarto, Río Cuarto. 1991 Sustained harvesting of the Patagonia guanaco:
Conway, W. it is possible or too late?. En Neotropical Wildlife Use
2005 Act III in Patagonia. People and Wildlife. Island and Conservation, editado por J. G. Robinson y H.
Press, Washington D. C. H. Redford, pp. 317-336. Chicago University Press,
Corbella, H. Chicago.
2002 El campo volcánico-tectónico de Pali Aike. En Guthrie, R. D.
Geología y Recursos Naturales de Santa Cruz, editado 1970 Bison evolution and zoogeography in North
por M. Haller. Relatorio del XV Congreso Geológico America during the Pleistocene. British Quaternary

784
Aspectos adaptativos y microevolutivos de Lama guanicoe en la región volcánica de Pali Aike.

review of Biology 45: 1-15. Cannon, pp. 136-163. University of Utah Press, Salt
Haberzettl, T., M. Fey, A. Lucke, N. Maidana, C. Mayr, Lake City.
C. Ohlendorf, F. Schabitz, G. Schleser, M. Wille y B. Mancini, M. V., M. M. Paez, A. R. Prieto, S. Stutz, M.
Zolitschka Tonello, e I. Vilanova
2005 Climatically induced lake level changes during 2005 Holocene climatic variability reconstruction
the last two millennia as reflect in sediments of from pollen records (32°–52°S, Argentina) Quaternary
laguna Potrok Aike, southern Patagonia (Santa Cruz, International 132: 47-59.
Argentina). Journal of Paleolimmology 33: 283-302. Markgraf, V.
Hedges, R. E. M., R. Housley, C. Bronk y G. Van 1989 Paleoclimates in central and south America
Klinken since 18,000 BP based on pollen and lake-level
1992 Radiocarbon dates from the Oxford AMS records. Quaternary Sciences Reviews 8: 1-24.
system: archaeometry datelist 15. Archaeometry 34: Massone, M. y E. Hidalgo
337-357. 1981 Investigaciones arqueológicas en el alero Pali
Heusser, C. J. y S. Streeter Aike 2 (Patagonia meridional chilena). Anales del
1980 A temperature and precipitation record in the Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Humanas)
past 16,000 years in southern Chile. Science 210: 12: 125-140.
1345-1347. McDonald, J. N.
Karesh, W., M. Uhart, D. Dierenfield, W. E. Braselton, 1981 North American Bison: Their Classification and
A. Torres, C. House, H. Puche y R. Cook Evolution. California University Press, Berkeley.
1998 Health evaluation of free-ranging guanaco Miotti, L.
(Lama guanicoe). Journal of Zoo and Wildlife Medicine 1995 Piedra Museo locality: a special place in the new
29: 134-141. world. Current Research in the Pleistocene, editado
Kurtén, B. por B. T. Lepper, 12: 36-38.
1968 Pleistocene Mammals of Europa. Aldine, Miotti, L., M. Vázquez y D. Hermo
Chicago. 1999 Museo un yamnagoo pleistocénico en la
Lafferty, K. y L. Gerber colonización de la meseta de Santa Cruz. El estudio de
2002 Good medicine for conservation biology: the la arqueofauna. En Soplando en el viento. III Jornadas
intersection of epidemiology and conservation de Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi,
theory. Conservation Biology 16: 593-604. J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M.
L’Heureux, G. L. De Nigris, pp. 113-136. Neuquén-Buenos Aires.
2007 La reducción del tamaño de los guanacos (Lama Montes, C., D. A. De Lamo y J. Zavatti
guanicoe) entre el Pleistoceno final y el Holoceno en 2000 Distribución de abundancias de guanaco (Lama
el extremo austral de Patagonia continental y sus guanicoe) en los distintos ambientes de Tierra del
implicancias paleoclimáticas. Achaeofauna 16: 173- Fuego, Argentina. Mastozoología Neotropical 7: 5-14.
183. Neves, W. A., J. F. Powell y E. G. Ozolins
L’Heureux, G. L. 1999 Extra-continental morphological affinities of
2008a La arqueofauna del campo volcánico Pali Aike. Palli Aike, southern Chile. Interciencia 24(4): 258-263.
El sitio Orejas de Burro 1, Santa Cruz, Argentina. Parreño, V., F.; Fernández, J. Gómez y K. Bok
Magallania 36(1): 65-76. 2004 Molecular characterization of the first rotavirus
L’Heureux, G. L. isolated in guanacos (Lama guanicoe). Archives of
2008b El Estudio Arqueológico del Proceso Coevolutivo Virology 149: 2465-2471.
entre las Poblaciones Humanas y las Poblaciones de Prieto, A.
Guanacos en Patagonia Meridional y Norte deTierra del 1991 Cazadores tempranos y tardíos en la cueva Lago
Fuego. BAR International Series 1751. Archaeopress, Sofía 1. Anales del Instituto de la Patagonia (Serie
Oxford. Ciencias Sociales) 20: 75-100.
L’Heureux, G. L. y T. Amorosi Prieto, A. R. S. Stutz y S. Pastorino
2008 Entierros humanos de comienzos del Holoceno 1999 Arqueopalinología de la cueva Las Buitreras
tardío en la región volcánica de Pali Aike (Argentina (Provincia de Santa Cruz). Praehistoria 3: 169-181.
y Chile). Revisión de los hallazgos de Cerro Sota y Prieto, A., F. Morillo, R. Cárdenas y M. Christensen
Cañadón Leona y el sitio Orejas de Burro 1. Trabajo 1998 Cañadón Leona: a sesenta años de su
presentado en el X Congreso de la Asociación descubrimiento. Anales del Instituto de la Patagonia
Latinoamericana de Antropología Biológica (ALAB), (Serie Ciencias Humanas) 26: 83-105.
La Plata. Ms. Rabassa, J. y C. M. Clapperton
L’Heureux, G. L. y R. Barberena 1990 Quaternary glaciations of the Southern Andes.
2008 El entierro del sitio Orejas de Burro 1, campo Quaternary Science Reviews 9: 153-174.
volcánico Pali Aike. Intersecciones en Antropología Rabassa, J., A. Coronato, G. Bujalesky, M. Salemme,
9:65-75. C. Roig, A. Meglioli, C. Heusser, S. Gordillo, F. Roig, A.
Lyman, R. L. Borromei y M. Quattrocchino
2004 Prehistoric biogeography, abundance, 2000 Quaternary of Tierra del Fuego, southernmost
and phenotypic plasticity of elk (Cervus elaphus) south America: an update review. Quaternary
in Washington State. En Zooarchaeology and International 68-71: 217-140.
Conservation Biology, editado por R. L. Lyman y K. P.

L’Heureux 785
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Raedeke, K. J. environment: the case of late Pleistocene reindeer


1976 El Guanaco de Magallanes, Chile. Su Distribución (Rangifer tarandus). Archaeofauna 6: 123-135.
y Biología. Ministerio de Agricultura de Chile. Wilson, P., R. Clark, J. Birnie y D. Moore
Corporación Nacional Forestal (CONAF). Publicación 2002 Late Pleistocene and Holocene landscape
Técnica Nº 4, Santiago de Chile. evolution and environmental change in the lake
Raedeke, K. J. Sullivan, Falkland island, south Atlantic. Quaternary
1982 Habitat use by guanacos (Lama guanicoe) and Science Review 21: 1821-1840.
sheep on common rang, Tierra del Fuego, Chile. Williams, M.
Turrialba 32: 309-314. 2004 La Ganadería ovina, situación actual y
Saba, S. perspectiva. IDIA XXI, 7: 22-26.
1987 Biología Reproductiva del Guanaco. Tesis de Wyckoff, D. G. y W. W. Dalquest
Doctorado. Facultad de Ciencias Naturales y Museo, 1997 From whence they came: the paleontology of
Universidad Nacional de La Plata. southern plains bison. Plains Anthropologist 42: 5-32.
Sanguinetti de Bórmida, A.
1976 Excavaciones prehistóricas en la cueva de “Las
Buitreras” (Provincia de Santa Cruz). Relaciones de
la Sociedad Argentina de Antropología (N. S.) 10: 271-
292.
Sanguinetti de Bórmida, A.
1999 Informe sobre las investigaciones llevadas a
cabo en el área de Investigaciones de la cuenca del
Río Gallegos (Provincia de Santa Cruz, Argentina).
Praehistoria 3: 119-133.
Scott, K.
1990 Postcranial dimensions of ungulates as
predictors of body mass. En Body Size in Mammalian
Paleobiology: Estimation and Biological Implications,
editado por J. Damuth y B. J. MacFadden, pp. 301-
335. Cambridge University Press, Cambridge.
Skewes, M.
1978 Geología, petrología, quimismo y origen de los
volcanes del área de Pali-Aike, Magallanes, Chile.
Anales del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias
Sociales) 9: 95-106.
Stine, S.
1994 Extreme and persistent drought in California
and Patagonia during mediaeval time. Nature 369:
546-549.
Stine, S.
1998 A Medieval Climatic Anomaly across the
Americas. En PEP 1. Pole-Equator-Pole Paleoclimate
of the Americas, editado por V. Markgraf. Mérida,
Venezuela.
Stine, S. y M. Stine
1990 A record from lake Cardiel of climate change in
southern America. Nature 345: 705- 708.
Strelin, J. A. y E. C. Malagnino
2000 Late-Glacial history of lago Argentino,
Argentina, and age of the Puerto Bandera moraines.
Quaternary Research 54: 339-347.
Sturzenbaum, P. y P. Borelli
2001 Manejo de riesgos climáticos. En Ganadería
Sustentable en la Patagonia Austral, editado por P.
Borrelli y G. Oliva. INTA, Regional Patagonia Sur.
Editorial ErreGé & Asociados, Cap. 13: 255-270.
Buenos Aires.
Villalba, R.
1994 Tree-ring and glacial evidence for the Medieval
Warm Epoch and the Little Ice Age in southern
America. Climatic Change 26: 183-197.
Weinstock, J.
1997 The relationship between body size and

786
Procesando huesos: entre la Etnografía y la
Arqueología
Laura Miotti1 y Laura Marchionni1

A B S T R A C T

In this paper the first zooarchaeological results about mid Holocene occupation at Maripe cave, La
Primavera locality, in Deseado Massif, Santa Cruz province are presented. Archaeological samples
come from systematic excavations practiced in this site between 2003 and 2005. Taphonomic
and sedimentary rates were published previously (Miotti et al. 2007). Now we are presenting a
comparison between the bone accumulations coming from South and North chambers of the cave.
These analyses involve fragmentation (degree, proportions and frequencies of skeletal parts).
Fragmentation index (Lyman 1994) was applied, taking into account the quality and quantitative
analysis about bone modifications. On the other hand, as an independent line, consumption of
prey, among hunter-gatherers was analysed. This analysis was made throughout chronicles and
ethnographic documents about Tehuelche and Selk’nam people descendants, who inhabited
Patagonia until recent present times. The final aim is comparing present to archaeological patterns
to discuss their implications in the interpretations of archaeological record. The application of
analogies does not imply lineal tele-projections from the present to the past; this methodology is
used as a heuristic tool helpful to infer the way of life hunter-gatherers led during the Mid Holocene.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo expone los primeros resulta- roedores y aves paseriformes) ha sido incorporada
dos del análisis zooarqueológico de la cueva Mari- a los depósitos de la cueva por la acción de aves de-
pe, ubicada en la orilla este del mallín La Primave- predadoras como las lechuzas y búhos (Salemme
ra, tributario del Zanjón Blanco en las cabeceras de et al. 2006), por lo tanto estos taxa no serán trata-
la cuenca y cuyas coordenadas geográficas son 47º dos en este trabajo. Los resultados del análisis de la
51´05´´ Lat. S y 68º 56´03´´ Long. O (Figura 1). Esta fragmentación y meteorización de los especímenes
cueva tiene grandes dimensiones y se encuentra óseos de mamíferos y aves, sumado a las tasas se-
dividida en dos cámaras (Norte y Sur) por medio de dimentarias (Ferring 1986; Favier Dubois 1997) ob-
un tabique rocoso (Miotti et al. 2004). tenidas para cada una de las cámaras de la cueva,
Los análisis zooarqueológicos hechos hasta indican en principio, condiciones ambientales y de-
el momento corresponden a las determinaciones positacionales diferenciales en ambas cámaras por
anatómicas y taxonómicas de macro y micro fauna lo que estos microambientes pueden haber estado
(Salemme et al. 2006; Miotti et al. 2007), las etapas jugando un papel significativo en las decisiones to-
preliminares sobre el estudio de la fragmentación madas por los grupos humanos y por otros agentes
y meteorización de los materiales óseos y las es- biológicos (animales cavadores, carnívoros, roedo-
timaciones de las tasas de depositación (Miotti et res) que utilizaron la cueva en los distintos momen-
al. 2007). Esas primeras etapas analíticas nos han tos del Holoceno. En este sentido, las dos hipótesis
provisto de información de importancia tafonómi- de trabajo que intentaremos poner a prueba aquí
ca y paleoambiental para definir con mayor preci- son: 1) la cueva fue usada para actividades distin-
sión la integridad y la resolución arqueológica de tas en los mismos momentos de ocupación y 2) ese
estos contextos. Entre las hipótesis importantes uso diferencial se debe, al menos en parte, a que las
se destaca que la microfauna (iguánidos, pequeños condiciones microambientales diferentes de abri-

1 CONICET/ División Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo – UNLP [email protected],


[email protected]

Miotti - Marchionni 787


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Área de estudio en la Meseta Central de Santa Cruz.

go, humedad e incidencia del viento que actual- Establecer patrones de uso de los recursos
mente ofrecen ambas cámaras han sido diferentes faunísticos con especial atención en la especie
a lo largo de todo el Holoceno. Lama guanicoe (guanaco) que es la más abundante
En consecuencia, si esas condiciones influye- en toda la secuencia ocupacional del sitio.
ron para la toma de decisiones humanas acerca Analizar la variabilidad del uso del espacio in-
de la estructuración y uso del espacio, los análisis terno de la cueva, y
arqueofaunísticos comparativos del material recu- Comparar la información arqueofaunística
perado constituyen una interesante vía de análisis con modelos actuales de uso de los recursos en-
a partir de la cual es factible obtener indicadores tre sociedades cazadoras-recolectoras de altas la-
relevantes para contrastar esas hipótesis. En este titudes. La analogía etnográfica y otros modelos
sentido y avanzando en los estudios arqueofaunís- etnoarqueológicos fueron en este último aspecto
ticos de esta cueva, nos planteamos aquí tres ob- líneas importantes como herramienta heurística
jetivos específicos para abordar la problemática de para la inferencia. La misma es comprendida como
las distintas etapas de transporte, procesamiento, analogía débil y dentro de un marco de actualismo
consumo y descarte de las presas. Para este fin bus- crítico y metodológico (Gifford- González 1989a;
camos: Lyman 1994: 50)

ASPECTOS TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS

Los humanos explotan recursos animales por culturales y naturales, que afectan en mayor o
varias cuestiones, pero básicamente para la obten- menor grado los depósitos originales (Salemme y
ción de alimento como carne y grasa y/o materiales Miotti 1987; Mengoni Goñalons 1988; Lyman 1994).
para confección de herramientas, prendas y ador- En el análisis faunístico, las etapas de procesamien-
nos como los huesos, las pieles, las plumas, los ten- to de datos cuali y cuantitativos son fundamenta-
dones, etc. (Lyman 1994: 294). les para poder interpretar los restos recuperados y
Los restos faunísticos que los arqueólogos re- hacer las inferencias que consideremos relevantes
cuperamos en los sitios son el resultado tanto del para el problema que nos planteamos.
transporte selectivo realizado por los humanos La muestra considera los materiales ar-
como de otros procesos y agentes tafonómicos, queofaunísticos con ubicación tridimensional, pro-

788
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología

cedente de las excavaciones sistemáticas realiza- Los indicadores, estimadores e índices zooar-
das entre 2003 y 2005; la misma fue dividida en dos queológicos utilizados en este estudio fueron la
unidades analíticas espaciales: cámara Norte (en abundancia relativa de especies a partir de la esti-
adelante CN) y cámara Sur (en adelante CS) a fin de mación del NISP, el %NISP y el MNI (Grayson 1984),
realizar inferencias sobre las formas de transporte, estos métodos son complementarios y tienen
procesamiento, consumo y descarte de las presas y como finalidad calcular la proporción de cada taxón
los modos de estructuración del espacio intrasitio. en la muestra basándose en conteos de huesos. La
Ambos conjuntos están asignados al bloque tempo- abundancia de unidades anatómicas para la espe-
ral del Holoceno (Miotti et al. 2007). La asignación cie Lama guanicoe (guanaco) fue estimada a partir
cronológica de los subconjuntos que analizamos en del MNE, el MAU y su estandarización (%MAU)
este trabajo es difícil de determinar con exactitud (Grayson 1984; Lyman 1994) que junto con el índice
dado que el sitio presenta una secuencia arqueoló- de supervivencia (Brain 1981; Grayson 1984; Lyman
gica continua, donde el carácter acrecional de las 1994) permiten evaluar si la abundancia relativa de
ocupaciones dificulta la separación temporal de las partes esqueletarias halladas respeta las propor-
mismas. Esta separación sólo parecería posible en ciones que esas unidades presentan en las carcasas
un sector de la CN donde la ausencia de materiales individuales o si esos valores se ven afectados sea
arqueológicos nos permitirían plantearnos la exis- por decisiones y selección humana o por procesos
tencia de un componente superior y uno inferior en de destrucción post depositacional.
las cuadrículas más externas de la cueva, mientras El procesamiento de presas contempla varias
que más hacia el interior de la misma, esta separa- etapas que van desde la captura del animal, has-
ción de componentes es difícil de observar al igual ta el consumo del mismo, y supone distintas fases
que en la CS (ver Miotti et al. 2007). En este sentido de reducción de partes a unidades más pequeñas
y dado que los fechados radiocarbónicos (Cuadro 1 y que está en relación no sólo con la preparación
a y b) realizados hasta el momento evidencian en lo de los alimentos sino también con el transporte y
general una continuidad ocupacional de la cueva, y formas de consumo de los mismos (Binford 1978;
en lo particular, discontinuidades en ambas cáma- Gifford- González 1989b, 1993; Mengoni Goñalons
ras a través del Holoceno. 1999). En un conjunto zooarqueológico, el grado
de fragmentación de los huesos puede ser conside-
Fechado rado una medida que permite evaluar las distintas
Período Cuadrícula Cód. Lab. 14
C AP etapas de este proceso. Consideramos a este in-
Transición D5 AA 65179 8992 ± 65 dicador como indirecto para inferir actividades de
Pleist/Holoc C5 AA 65178 8762 ± 50 procesamiento humano dado que son muchos los
Holoceno motivos por los cuales los huesos pueden fragmen-
temprano
 
tarse (Lyman 1994). Es importante destacar que a
pesar de ello, en el caso de Maripe, la gran mayo-
Holoceno D6 AA 65173 5084 ± 49
medio C5 LP 1497 3210 ± 60 ría de los especímenes exhiben en sus superficies
indicios claros de acción humana (huellas de corte,
Holoceno
tardío
      puntos de impacto, fracturas en estado fresco, en-
tre otros); a pesar de ello, serán necesarios estudios
Cuadro 1a Cámara Norte
futuros que excluyan otros procesos no culturales
que puedan estar comprometidos en la fragmenta-
Período Cuadrícula Cód. Lab.
Fechado
14
ción de los materiales. Trabajos previos desprecian
C AP
que la fragmentación existente en Maripe pueda
Transición
A12 AA 65175 9518 ± 64
resultar de estadios elevados de meteorización
Pleist/Holoc (Miotti et al. 2007).
Holoceno Para analizar el grado de fragmentación de los
A12 AA 65174 8333 ± 63
temprano especímenes (Johnson 1989; Lyman 1994) se rea-
Holoceno B12 AA 65177 7703 ± 47 lizó la medición del tamaño de los huesos largos
medio A12 AA 65181 4113 ± 39 siguiendo la propuesta de Villa y Mahieu (1991 en
Holoceno
Lyman 1994: 334) quienes consideran al tamaño
B12 AA 65176 1078 ± 40 de los fragmentos de diáfisis una buena medida
tardío
para evaluar la intensidad de la fragmentación. Las
Cuadro 1b Cámara Sur
medidas obtenidas fueron agrupadas en clases de
LP1497 es el único fechado estándar, los demás son AMS
tamaño (cada clase de 1 cm) para hacer factible la
Cuadro 1. Fechados radiocarbónicos comparación de ambos conjuntos (Lyman 1994): la
prueba estadística de Kolmogorov- Smirnov (Shen-

Miotti - Marchionni 789


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

nan 1992:68; Lyman 1994: 335) permitió evaluar si causas y condiciones en que la misma tuvo lugar.
las diferencias observadas entre las unidades analí- En cuanto al estudio comparativo de ambas cá-
ticas eran o no significativas. maras, serán considerados los resultados obtenidos
El uso del fuego ha cumplido un papel importan- del análisis de los especímenes óseos asignados a
te en las distintas etapas del desarrollo tecnológico guanaco, mayores de 2 cm de longitud y con ubi-
y social de la humanidad. En este sentido, nuestro cación tridimensional. Los materiales recuperados
interés por considerar la proporción de superficies en zaranda y menores a 2 cm no fueron estudiados
óseas modificadas por exposición al fuego radica en este trabajo.
en que la información que eso nos puede brindar La comparación de la información arqueológica
constituye un gran aporte para comprender la es- obtenida con la procedente de fuentes etnográficas
tructuración del espacio interno de la cueva. En ese y etnoarqueológicas se realizó como herramienta
sentido el análisis de alteración térmica de las su- heurística y analógica, procedimiento abductivo
perficies óseas se realizó a partir de la identificación para la inferencia arqueológica (Gándara 2006).
macroscópica de tales modificaciones (Brain 1981; La lógica analógica es utilizada en otras disciplinas
Buikstra y Swegle 1989; Johnson 1989; De Nigris históricas como la paleontología y la geología don-
2004). Distinguir en los conjuntos faunísticos los de el actualismo es una herramienta válida para la
huesos que han sido sometidos a acción térmica formulación de hipótesis puente (Gifford 1981,
brinda información acerca de usos del fuego en la Gifford-González 1989a, 1991; Haynes 1983, 2007;
preparación y cocción de los alimentos. La frecuen- Behrensmeyer 1991; Lyman 1994; Marean 1995;
cia y el grado de alteración térmica de huesos son Gándara 2006; entre otras muchas).
indicadores tanto del uso del fuego, como del uso “Como en caso de cualquier inferencia existe
de los huesos como material combustible, o sim- siempre la posibilidad de equivocarse. Al menos
plemente como daño térmico resultado del descar- desde una epistemología falibilista, existe siempre
te de los mismos en un fogón (Perles 1977 en Men- la posibilidad del error. Y siempre significa que este
goni Goñalons 1988). No tomamos en cuenta en riesgo no es exclusivo de la analogía etnográfica en
este trabajo más rasgos de alteración térmica que particular, o incluso de la analogía en general. Aun
los correspondientes a modificación macroscópica el razonamiento deductivo está sujeto a problemas
de superficies óseas por calor, dejando para estu- cuando alguna de las premisas es falsa, dado que
dios posteriores análisis que nos permitan caracte- un argumento no es necesariamente verdadero por
rizar mejor el tipo, grado y frecuencia de alteración el hecho de ser válido” (Gándara 2006: 14).
térmica sufrida por los especímenes y las posibles

ANÁLISIS Y CARACTERIZACIÓN DE LOS CONJUNTOS FAUNÍSTICOS


RECUPERADOS EN CUEVA MARIPE

La superficie excavada total de la cueva al año


2005 es de 24 m² correspondiendo 12 m² a cada una
de las cámaras. Las cuadrículas excavadas tienen
una extensión de 2 x 2 m, y corresponden a la cá-
mara Norte la C5, la D5 y la D6 y a la cámara Sur la
A12, la B12, la E11 y la AA12. En la CN se excavaron
todos los sectores de las cuadrículas mientras que
en la CS, las cuadrículas A12 y E11 fueron excava-
das en todos sus sectores no siendo así el caso de la
AA12 que solamente fue excavada en los sectores
NE y SE y de la B12 donde se excavaron los sectores
NW y SW (Figura 2).
El total de especímenes recuperados entre am-
bas cámaras es 1007 de los cuales 633 corresponden
a los recuperados en CN y representan el 62,8% del
total mientras que los recuperados en CS son 374 Figura 2. Planta de excavación de la cueva Maripe. Las
y representan el 37,1% restante. Las determinacio- cuadrículas A12, AA12, B12, C5, D5, D6 y E11 son las
excavadas entre el 2003 y 2005. Los números del 1 al 14
nes taxonómicas y anatómicas de los especímenes
indican paneles con arte rupestre.
se realizaron siguiendo las leyes de la sistemática
biológica (Salemme et al. 1991), no pudiendo asig-

790
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología

narse a ninguna categoría y quedando como inde- tardías.


terminado sólo el 10,9% del total, siendo indeter- En el caso de los mamíferos grandes no se pudo
minados 74 (11,6%) de los recuperados en CN y 35 alcanzar un nivel más específico por falta de carac-
(9,6%) de CS. teres diagnósticos; a pesar de ello, los materiales
Las estimaciones de abundancia relativa de es- asignados a esta categoría, tienen altas chances de
pecies muestran en ambas cámaras que la especie corresponder, al menos en gran parte, a guanaco.
más abundante es el guanaco (Lama guanicoe) con De estos resultados se desprende que la espe-
más de un 50% de representación y que el segundo cie dominante a lo largo de toda la secuencia y en
grupo taxonómico altamente representado es el ambas cámaras de cueva Maripe es el guanaco,
de los mamíferos de tamaño grande (Tabla 1). Hay estando representado en CN por un 50,98% y en
otros taxones representados (aves, reptiles y ma- CS por un 57,4%. A pesar de las discrepancias ob-
míferos pequeños) pero en un porcentaje que en la servadas, al evaluar las proporciones mediante un
mayoría de los casos no supera el 5% y en muchos test de hipótesis, se encuentra que para el nivel de
otros no alcanza el 1% (Tabla 1). significatividad del 5%, la diferencia de proporcio-
Los 19 especímenes óseos correspondientes a nes halladas para los guanacos en ambas cámaras
Ovis aries cuantitativamente representan un por- no es estadísticamente significativa. Es importan-
centaje muy bajo de la muestra (5,62%); no obs- te señalar que las desigualdades observadas en las
tante, no dejan de ser importantes por encontrarse proporciones se complementan claramente con las
en niveles estratigráficos con fechados anteriores diferencias observadas en la proporción de mamí-
a la llegada europea a Patagonia. Sin embargo, y feros grandes en cada cámara y es posible que se
aunque el propósito de este trabajo no es el de de- deban más a un problema de determinación que a
tallar pormenorizadamente los aspectos tafonómi- una diferencia en el aprovechamiento de las espe-
cos del sitio, es importante destacar que los huesos cies.
de oveja aquí consignados provienen de sectores La dominancia casi exclusiva del guanaco en
removidos por acción antrópica y que además de esta cueva, es concordante con las tendencias que
huesos contenía fragmentos de vidrio, ceniza de se observan en los distintos sitios de la Patagonia
limpieza de fogón y piedras quemadas. Por otro donde este taxón ha sido el principal recurso ex-
lado hay que recordar que en la cámara sur la cue- plotado desde los inicios de la ocupación del área
va fue utilizada como vivienda hasta principios del (transición Pleistoceno/Holoceno) hasta momen-
siglo XX y en este contexto los sectores removidos tos tardíos del Holoceno (De Nigris y Mengoni Go-
podrían estar relacionados con estas ocupaciones ñalons 2004).

CAMARA NORTE CAMARA SUR


TAXON NISP %NISP NISP %NISP
REPTILIA 1 0,18 0 0

AVES 2 0,36 1 0,30

RHEIDAE 0 0,00 1 0,30

Pterocnemia sp. 0 0,00 0 0,00

Tyto alba 1 0,18 0 0,00

MAMMALIA INDET 54 9,66 60 17,75

MAM. PEQUEÑOS 3 0,54 0 0,00

MAM. GRANDES 193 34,53 56 16,57

Ctenomys sp. 0 0,00 1 0,30

Zaedyus pichiy 1 0,18 0 0,00

Ovis aries 0 0,00 19 5,62

ARTIODACTYLA 6 1,07 0 0,00

Lama sp. 10 1,79 5 1,48

Lama guanicoe 286 51,16 195 57,69

Homo sapiens 2 0,36 0 0,00

TOTAL 559 100,00 338 100,00

Tabla 1. Abundancia taxonómica en cueva Maripe (CN y CS).

Miotti - Marchionni 791


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

  CAMARA NORTE CAMARA SUR


% Su- % Su-
Elemento NISP MNI MNE MAU %MAU NISP MNI MNE MAU %MAU
perv. perv.
Cráneo 15 2 2 40 2 57,14 1 1 1 25 1 40

Bula 1 1 1 10 0,5 14,29 0 0 0 0 0 0

Mandíbula 9 2 3 30 1,5 42,86 13 2 2 25 1 40

Vér. Cervical 7 1 2 8 0,4 11,43 9 1 2 10 0,4 16

Vér. Lumbar 3 2 3 8,57 0,43 12,29 0 0 0 0 0 0

Vér. Caudal 2 2 2 5,71 0,29 8,29 4 1 3 10,71 0,43 17

Costilla Comp. 3 1 3 2,5 0,13 3,71 0 0 0 0 0 0

Costilla PX 7 1 6 5 0,25 7,14 0 0 0 0 0 0

Escápula 2 2 2 20 1 28,57 4 3 4 50 2 80

Húmero Px 3 1 1 10 0,5 14,29 0 0 0 0 0 0

Húmero Ds 5 1 2 20 1 28,57 7 4 5 62,5 2,5 100

Húmero 1 1 1 10 0,5 14,29 0 0 0 0 0 0

Radio-cúbito Px 9 5 5 50 2,5 71,43 3 3 3 37,5 1,5 60

Radio-cúbito Df 16 1 1 10 0,5 14,29 8 2 2 25 1 40

Radio-cúbito Ds 7 3 4 40 2 57,14 2 1 1 12,5 0,5 20

Pélvis 1 1 1 10 0,5 14,29 3 1 2 25 1 40

Fémur Px 8 2 4 40 2 57,14 3 2 2 25 1 40

Fémur Ds 2 1 1 10 0,5 14,29 2 2 2 25 1 40

Fémur Df 8 1 2 20 1 28,57 9 1 2 25 1 40

Patella 1 1 1 10 0,5 14,29 0 0 0 0 0 0

Tibia Px 23 3 4 40 2 57,14 8 2 3 37,5 1,5 60

Tibia Ds 2 2 2 20 1 28,57 1 1 1 12,5 0,5 20

Tibia Df 14 1 2 20 1 28,57 35 1 2 25 1 40

Metacarpo Px 3 2 3 30 1,5 42,88 6 3 5 62,5 2,5 100

Cuneiforme 1 1 1 10 0,5 14,29 0 0 0 0 0 0

Escafoide 1 1 1 10 0,5 14,29 1 1 1 12,5 0,5 20

Lunar 2 2 2 20 1 28,57 2 1 2 25 1 40

Magnum 0 0 0 0 0 0 1 1 1 12,5 0,5 20

Unciforme 1 1 1 10 0,5 14,29 5 2 4 50 2 80

Metatarso Px 10 4 7 70 3,5 100 4 2 3 37,5 1,5 60

Metapodo Ds 58 4 11 55 2,75 78,57 37 3 7 43,75 1,75 70

Calcáneo 3 3 3 30 1,5 42,88 3 2 3 37,5 1,5 60

Astrágalo 1 1 1 10 0,5 14,29 5 2 4 50 2 80

Cuboide 2 2 2 20 1 28,57 1 1 1 12,5 0,5 20

Endocuneiforme 2 2 2 20 1 28,57 1 1 1 12,5 0,5 20

Fibular 0 0 0 0 0 0 1 1 1 12,5 0,5 20

Navicular 4 3 4 5 0,25 7,14 0 0 0 0 0 0

Sesamoide 4 1 4 5 0,25 7,14 0 0 0 0 0 0

Falange Indet 9 1 5 4,17 0,21 6 2 1 2 2,08 0,08 3

Falange 1 9 1 5 12,5 0,63 18 6 1 2 6,25 0,25 10

Falange 2 9 2 5 12,5 0,63 18 6 2 3 9,38 0,38 15

Falange 3 0 0 0 0 0 0 1 1 1 3,13 0,13 5

Tabla 2. Estimación de abundancia anatómica para la especie Lama guanicoe.

792
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología

A partir de la estimación para la especie Lama en cada cámara y asignados a guanaco, en la CS el


guanicoe, de las unidades anatómicas representa- 93% de los fragmentos están quemados, mientras
das en ambas cámaras, se observa que en la CN es- que en la CN sólo el 27% exhiben las superficies al-
tán presentes todas las unidades anatómicas me- teradas por fuego (Figura 5).
nos las vértebras sacras, toráxicas y las esternebras
en tanto que, en CS no se registraron unidades del
tronco ni el húmero proximal. El máximo MAU en
CN se registró en metatarsos mientras que, en CS
los máximos valores se obtuvieron para el húmero
distal y el metacarpo proximal (Tabla 2).
Los resultados del análisis de los grados de
fragmentación para los especímenes termoalte-
rados muestran que existe una diferencia entre la
CN y la CS, siendo mayor en esta última (Figura 3).
La prueba estadística que permitió evaluar la dife-
rencia observada fue la de Kolmogorov- Smirnov
mediante la cual se encuentra para el nivel de sig-
nificatividad del 5% que la discrepancia observada
en la fragmentación existente en ambas cámaras Figura 3. Fragmentación de especímenes óseos ter-
es estadísticamente significativa. moalterados en cueva Maripe.
Es necesario aclarar que la comparación del ta-
maño de los fragmentos óseos se hizo solamente
con aquellos que presentaron alteración térmica.
La selección de los fragmentos quemados se debió
a que las frecuencias de especímenes no quemados
es de n= 122 para la CN y de n=9 para la CS (Figura
4); en estos términos ambas muestras no son esta-
dísticamente comparables, por lo tanto el error que
se introduciría al evaluar conjuntos de huesos cuyo
sesgo está dado en los diferenciales tamaños de las
muestras sería metodológicamente incorrecto, aun
conociendo que uno de los efectos de la alteración
térmica es la reducción significativa del tamaño de
los fragmentos óseos (Bunn 1989). La falta de tra- Figura 4 Fragmentación de especímenes óseos sin
bajos experimentales principalmente en conjuntos termoalteración en cueva Maripe.
con diferentes grados de alteración térmica hace
más complicado el problema y la estimación del
sesgo introducido al medir sólo fragmentos que-
mados con termoalteraciones diferenciales. Este
problema pone de manifiesto la necesidad de con-
tinuar investigando en esta categoría de datos, los
cuales aportarían a los procesos de usos de estos
materiales como desechos de alimentación, ma-
terias primas combustibles u otro tipo de proceso
tafonómico que pueda ser inferido.
Más allá de estos cuestionamientos tenemos
unos resultados bien diferentes de las modificacio-
nes óseas en los huesos largos de guanaco en una
y otra cámara (Figuras 3, 4 y 5), lo cual nos permi-
te sugerir que el procesamiento de las presas fue
diferente en ambas cámaras de la cueva, al menos
desde finales de la transición Pleistoceno/Holoceno
al Holoceno tardío.
Esto adquiere sentido al observar las frecuen- Figura 5. Proporción de huesos quemados y no quema-
cias de huesos alterados térmicamente en una y en dos en cueva Maripe.
otra cámara. Del total de especímenes recuperados

Miotti - Marchionni 793


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

INFORMACIÓN ETNOGRÁFICA Y ETNOHISTÓRICA DEL TROZAMIENTO DE


GUANACOS: SUS IMPLICANCIAS ARQUEOLÓGICAS

A continuación se sintetiza la información res- ford 1980), mientras que en otros casos, los ani-
pecto de las formas de trozamiento, transporte, re- males en forma completa eran trasladados por la
parto y consumo de guanacos recopilada de cróni- partida de caza hacia las bases residenciales, y ahí
cas que van desde el siglo XVI a principios del XX. Si se repartían y procesaban (Gallardo 1910; Bridges
bien los modelos Selk’nam pedestre y Tehuelches 1952; Musters 1964; Claraz 1988; Aguerre 2000).
ecuestres comparten bastante las formas de troza- Por último existen decisiones humanas de trans-
miento y transporte de las presas, varían como en el porte de unidades esqueletarias de bajo rendimien-
caso de otros grupos cazadores-recolectores (Bet- to o preferencia alimenticia que pueden estar en
tinger 1991; Kelly 1995) respecto del tamaño de las las bases residenciales por su transporte ocasional
partidas de caza para optimizar el acceso a los re- relacionado con la producción de instrumentos y
cursos. Por ejemplo, si la caza es de tipo solitaria en artefactos óseos (Aguerre 2000); esto podría verse
el bosque, como la practicada a finales del otoño/ reflejado en la presencia de elementos o fragmen-
invierno por los Selk’nam (Gallardo 1910), o colecti- tos de las extremidades de las patas.
va como la Tehuelche del momento ecuestre gene- A continuación se sintetizan las unidades de tro-
ralmente en la estepa (Musters 1964; Claraz 1988). zamiento más frecuentes entre grupos Selk’nam y
Por otro lado incide en las formas de trozamiento Tehuelche extraído de los cronistas arriba citados
de las presas de gran tamaño la estación del año y (Figura 6) y seguido de éste, se sintetizan las ex-
el estado de gordura de los animales en el momen- pectativas de presencia/ausencia para situaciones
to de la cacería. Una tercera fuente de variabilidad arqueológicas (Figuras 7 y 8).
es la distancia que media entre el sitio de matanza
(locus de actividades limitadas) y el campamento
familiar (base residencial) que puede alterar, inclu-
so, las formas de movilidad de las bandas. En al-
gunos casos, como los registrados entre Selk’nam
(Gallardo 1910), la base residencial era trasladada
al lugar de matanza de los guanacos representando
un clara estrategia de movilidad residencial (Bin-

Figura 7. Expectativas de hallazgo de restos óseos en


sitios arqueológicos según modelo Tehuelche.

Figura 6. Unidades de trozamiento más frecuentes en Figura 8. Expectativas de hallazgo de restos óseos en
grupos etnográficos de Patagonia continental e insular. sitios arqueológicos según modelo Selk’nam.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los resultados surgidos del cruce de la informa- tómicas y el consumo de las mismas. Dentro de
ción de %MAU e índice de supervivencia, grado de los modelos de forrajeamiento óptimo (Bettinger
fragmentación y exposición al fuego de la anatomía 1991), así como en el marco de modelos interpre-
económica de los guanacos indica que: tativos de compartir y procesar los alimentos (Mar-
A la cueva se habrían trasladado los animales shall 1993; Gifford-González 1993) es probable que
completos (trozados previamente o no) y que allí la representación de todas las partes anatómicas
se llevarían a cabo el procesamiento secundario, de los guanacos en el sitio sea producto de cace-
posiblemente la cocción de algunas unidades ana- rías en zonas cercanas a la cueva. A favor de esto,

794
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología

tanto en la pampa alta que se extiende en el primer sería esperable que tanto “el cogote” como “el cos-
nivel de basaltos del techo de la cueva como en la tillar” hubieran tenido una mayor representatividad
margen opuesta del cañadón La Primavera, existen en la muestra, ya que son dos partes importantes
indicadores arqueológicos y ecológicos (puntas de en la alimentación; el primero privilegiado para su
proyectil y lagunas someras, parapetos y abundan- preparación de cocción en húmedo -lo que recupe-
cia actual de rebaños de guanacos) que sustentan ra más nutrientes y grasa- (Gifford-González 1993)
esta idea. en momentos de escasez de recursos, mientras que
Las diferencias de procesamiento y cocción de el segundo es altamente apreciado en cualquier si-
las presas estarían representadas en los diferentes tuación, aunque contenga poca carne.
porcentajes de ambas cámaras (Tabla 2 y Figuras 3, Respecto de las partes anatómicas que se con-
4 y 5). En forma detallada se destaca: sumen en las estaciones de caza y que en épocas
La cabeza (cráneo y mandíbula) tienen en am- de abundancia de recursos suelen ser descartadas
bas cámaras mediana a alta representación. En el para ser transportadas al campamento y que cuya
caso de la mandíbula sería esperable, por el alto expectativa teórica es ausencia o presencia even-
grado de supervivencia de esta unidad, que tenga tual en la base residencial y que serían la pelvis
una alta representación; a pesar de esto, en CN el completa y las patas traseras, encontramos que en
cráneo tiene mayor representación que la mandí- cueva Maripe están presentes en proporciones mo-
bula. Esto avala la idea que esta unidad anatómica deradas a bajas, con excepción de la tibia proximal
fue ingresada completa al sitio. representada con un 60% en CS y un 57% en CN, y
La escápula, el húmero distal y los metacarpos el metatarso proximal en CN (100%) y en CS (60%).
proximales tienen la máxima representación en la Estas proporciones de los metatarsos podrían in-
cámara sur, lo que permite inferir que tanto “la pa- terpretarse en primer lugar porque son huesos con
leta” como los cuartos delanteros fueron las unida- alto grado de supervivencia, porque aunque no to-
des de trozamiento más utilizadas en esta cámara. memos en cuenta la hipótesis que al sitio ingresa-
Esto es coincidente con el uso preferencial dado a ron todas las partes anatómicas de los animales, sí
dichas unidades entre los grupos de cazadores-re- podría mantenerse la hipótesis que estos elemen-
colectores patagónicos y soporta la hipótesis de su tos ingresaron adheridos a los cueros y finalmente
alta representatividad en bases residenciales (Figu- que su presencia se deba a un transporte intencio-
ras 6 y 7). Respecto de CN, si bien la representación nal para la confección de instrumentos.
de %MAU de estas unidades es menor, adoptan Habría muchas más discusiones para realizar
una tendencia similar a las de CS. respecto de cada unidad anatómica y de los grados
Las expectativas surgidas del análisis de los mo- de modificación diferencial de las mismas, pero
delos etnográficos y etnohistóricos de trozamiento consideramos que las discusiones hasta aquí reali-
de los guanacos (Figuras 6, 7 y 8), indican que la ca- zadas en base a lo registrado arqueológicamente y
beza, la paleta, el costillar y los cuartos delanteros lo esperado, derivado del aprovechamiento de los
son las porciones preferidas para la obtención de guanacos por parte de las sociedades cazadoras re-
carne y grasa, y siempre son transportadas al cam- colectoras, es un avance que permite interpretar de
pamento residencial. De estas unidades anatómi- otro modo el registro.
cas llama la atención que si bien el elemento húme- La abundancia taxonómica y anatómica de la
ro (el hueso de “caracú”) según los relatos históricos arqueofauna de la cueva Maripe, junto con los re-
ofrece la grasa más fina (Aguerre 2000), la porción sultados obtenidos de la fragmentación y modifi-
proximal del mismo está ausente en la CS y con una caciones por calor, indican que el guanaco fue la
representación muy baja en la CN (Tabla 2). especie más utilizada por los ocupantes de la cueva
Las unidades anatómicas de la zona cervical y en ambas cámaras y a lo largo de toda la secuencia
las costillas tienen representación baja en ambas cultural correspondiente al Holoceno. Esto avala la
cámaras, estando totalmente ausente las costillas hipótesis que estos camélidos han sido la especie
en CS. Esta representación puede conducir a un mayormente utilizada durante toda la ocupación
problema de equifinalidad, sin embargo debe des- humana en Patagonia extra-andina, expresada en
tacarse que las costillas en CS tienen un grado de numerosos estudios previos y por numerosos auto-
fragmentación muy alto, asociado a importantes res.
procesos de combustión. Por lo tanto, gran parte de La fragmentación diferencial de diáfisis, las
estos especímenes fueron asignados a mamíferos distintas proporciones de exposición al fuego y las
grandes y no a guanacos, lo cual puede estar intro- diferencias en la representación de unidades ana-
duciendo un sesgo, minimizando su representación tómicas de guanaco permite inferir que durante
para la especie en cuestión. Respecto de la infor- el Holoceno hubo un uso heterogéneo del espacio
mación actualística de los cazadores-recolectores, interno de la cueva. Por otra parte, los modelos de

Miotti - Marchionni 795


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

trozamiento y transporte de los guanacos entre los tras que en la CS se registran ocupaciones en toda
cazadores-recolectores de Patagonia, derivados de la secuencia mostrando un silencio de tres mil años
la información de fuentes etnográficas y etnohistó- para el Holoceno medio, en el cual no se dispone
ricas, y en relación a las expectativas arqueológicas aún de fechados radiocarbónicos.
que cada una presenta, permite inferir que durante La presencia de especímenes óseos en la CS
el Holoceno la Cueva Maripe actuó como un área de asignados a Ovis aries posiblemente esté vinculada
actividades múltiples (base residencial) con un ma- a la ocupación reciente de la cueva (S. XX), de la
yor grado de procesamiento de las presas en la CS. cual no se poseen fechados radiocarbónicos.
Es interesante destacar que los fechados radio- No obstante, estamos seguras que en este
carbónicos realizados hasta el momento, más allá artículo se responde a una serie de preguntas im-
de mostrar una continuidad ocupacional desde la portantes sobre las formas de uso de los recursos
transición Pleistoceno/Holoceno hasta el Holoceno faunísticos del área y del uso del espacio interno
tardío, evidencian hiatos ocupacionales en ambas de la cueva. Sin embargo, están quedando fuera
cámaras que resultan en una alternancia temporal discusiones tafonómicas más complejas e impor-
de usos del espacio que parecen intercalarse. Es tantes que exceden el marco de preguntas de este
destacable la ausencia de fechados correspondien- trabajo, valorando los resultados que pueden brin-
tes al Holoceno temprano y tardío en la CN mien- dar; por lo tanto continuamos trabajando.

AGENDA

Por lo arriba expresado son muchos los trabajos cuestiones de resolución temporal.
a realizar de la arqueofauna de Cueva Maripe, entre - Realizar por vía estadística independiente los
los más inmediatos destacamos: grados de significancia de las unidades espaciales
- Lograr una secuencia de fechados radiocarbó- consideradas para afinar los aspectos de comple-
nicos y sus concentraciones isotópicas en materia- mentariedad del uso del espacio y alternancia ocu-
les óseos de guanaco. Con esto no sólo obtendría- pacional de la cueva.
mos las fechas taxón sino también una fuente de - Realizar análisis cuantitativos de modificacio-
contrastación con los fechados de fogones obteni- nes óseas referidas a huellas de corte y de marcas
dos hasta el presente (Cuadro 1 a y b), para afinar producidas por carnívoros.

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue subsidiado a partir de proyectos plurianuales: PICT 12387/03 y PIP 5885/05. La Secre-
taría de Cultura de Pico Truncado, que cada año acompaña al equipo en las cuestiones logísticas. A la fa-
milia Koproski, por su desinteresado apoyo para nuestros trabajos en la Estancia La Primavera. A Ramón
Cano, por su grata compañía y cuidado del sitio, pero además por invitarnos siempre a los “asados” en La
Dorita. A Chela y Carlos Iribarne por su apoyo incondicional.
Agradecemos los comentarios de Pablo Fernández y Sebastián Muñoz a las interpretaciones reali-
zadas en el póster sobre las modificaciones óseas del contexto, las cuales nos sirvieron para mejorar el
artículo. A Rocío Blanco por la lectura crítica y sugerencias al manuscrito.

BIBLIOGRAFÍA

Aguerre, A. M. Evolutionary Theory. University of California. Plenum


2000 Las vidas de Pati en la toldería Tehuelche del Río Press, New York/ London: Plenum Press.
Pinturas y después. Universidad Nacional de Buenos Binford, L. R.
Aires. 1978 Nunamiut Ethnoarchaeology. University of New
Behrensmeyer, A. K. Mexico, Academic Press, Albuquerque.
1991 Terrestrial vertebrate accumulations. In Binford, L. R.
Taphonomy: releasing the data looked in the fossil 1980 Willow smoke and dogs’ tails: hunter-gatherers
record, editado por D. E. G. Briggs y P. R. Crowther, settlement systems and archaeological site
pp 291-335. Topics in Geobiology Vol. 9. New York: formation. Working at Archaeology, pp. 337-356,
Plenum Press. Academic Press.
Bettinger, R. L. Brain, C. K.
1991 Hunter- Gatherers: Archaeological and 1981 The hunters or the hunted? An Introduction to

796
Procesando huesos: entre la Etnografía y la Arqueología

African Cave Taphonomy. University of Chicago Press, Modification, editado por R. Bonnichsen y M. Sorg,
Ltd. London. pp.179-246, Peopling of Americas publications,
Bridges, T. Center for the Study of the First Americans, University
1952 El ultimo confín de la Tierra. Emecé Eds., Buenos of Maine, Orono.
Aires Gifford-Gonzalez, D.
Buikstra, J. E. y M. Swegle 1991 Bones are not enough: analogues, knowledge,
1989 Bone modification due to burning: experimental and interpretive strategies in zooarchaeology. Journal
evidence. En Bone Modification, editado por R. of Anthropological Archaeology 10: 215-254
Bonnichsen y M. Sorg, pp.247-257, Peopling of Gifford-Gonzalez, D.
Americas publications, Center for the Study of the 1993 Gaps in Zooarchaeological Analyses of Butchery:
First Americans, University of Maine, Orono. Is Gender an Issue?. Interpretation of Faunal Remains,
Bunn, H. T. editado por J. Hudson, pp. 181-199. Center for
1989 Diagnosing Plio-Pleistocene hominid activity Archaeological Investigations, Ocassional Paper 21.
with bone fracture evidence. En Bone Modification, Southern Illinois University at Carbonale
editado por R. Bonnichsen y M. Sorg, pp. 299-316. Grayson, D.
Center for the Study of de First Americans, University 1984 Quantitative Zooarchaeology. Academic Press,
of Maine, Orono. Orlando
Claraz, J. Haynes, G.
1988 Diario de viaje de exploración al Chubut 1865- 1983 Frequencies of spiral and green-bone
1866. Ediciones Marymar fractures on ungulate limb bones in modern surface
De Nigris, M. assemblages. American Antiquity 48(1): 102-114
2004 El consumo en cazadores-recolectores. Un Haynes, G.
ejemplo zooarqueológico de Patagonia meridional. 2007 Tather Odd Detective Stories: A View of Some
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires. Actualistic and Taphonomic Trends in Paleoindian
De Nigris, M y G. Mengoni Goñalons Studies. En Breathing Life into Fossils: Taphonomic
2004 El guanaco como fuente de carne. En Contra Studies in Honor of C. K. (Bob) Brain, editado por T.
viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado Pickering, N. Toth y K. Schick, pp. 25-36, Stone Age
por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, Institute Press, Indiana, U.S.A.
pp. 469-476. Instituto Nacional de Antropología y Johnson, E.
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina 1989 Human modified bones from Early Southern
de Antropología, Buenos Aires. Plain sites. En Bone Modification, editado por R.
Favier Dubois, C. M. Bonnichsen y M. Sorg, pp.431-471, Peopling of
1997 Indicadores de tasas de depositación relativas Americas publications, Center for the Study of the
en el registro arqueológico, su aplicación en sitios de First Americans, University of Maine, Orono.
Fuego Patagonia. Arqueología 7: 51-75. Kelly, R. L.
Ferring, C. R. 1995 The Foraging Spectrum. Washington y London:
1986. Rates of Fluvial Sedimentation: Implications Smithsonian Institution Press
for Archaeological Variability. Geoarchaeology: An Lyman, R. L.
International Journal, Vol. 1 (3): 259-274. 1994 Vertebrate Taphonomy. Cambridge University
Gallardo, C. R. Press, New York.
1910 Los Onas. CABAUT y Cía. Eds., Buenos Aires Marshall, F.
Gándara, M. 1993 Food Sharing and the Faunal Record. En
2006 La inferencia por analogía: más allá de From Bones to Behavior: Ethnoarchaeological and
la analogía etnográfica. Etnoarqueología de la Experimental Contributions to the Interpretation of
prehistoria: más allá de la analogía. Consejo Superior Faunal Remain, editado por J. Hudson, pp. 228-46.
de Investigaciones Científicas (CSIC), pp. 13-23, Center for Archaeological Investigations, Occasional
Madrid. Paper 21. Southern Illinois University at Carbondale.
Gifford, D. Marean, C.
1981 Taphonomy and Paleoecology: a critical review 1995 Of Taphonomy and Zooarcheology. Book
of Archaeology’s sister disciplines. Advances in review. Evolutionary Anthropology 4(2): 64-72.
Archeological Method and Theory, editado por M. Mengoni Goñalons, G. L.
Schiffer, Vol. 4: 365-438, Academic Press, New York. 1988 Análisis de materiales faunísticos de sitios
Gifford-Gonzalez, D. arqueológicos. Xama, pp 71-120. CRICYT.
1989a Overview- Modern analogues: developing Mengoni Goñalons, G. L.
and interpretative framework. En Bone Modification, 1999 Cazadores de guanacos de la estepa patagónica.
editado por R. Bonnichsen y M. Sorg, pp.43-52, Editorial Sociedad Argentina de Antropología,
Peopling of Americas publications, Center for the Buenos Aires.
Study of the First Americans, University of Maine, Miotti L., D. Hermo, M. Salemme, L. Magnin y L.
Orono. Marchionni
Gifford-Gonzalez, D. 2004 Cueva Maripe y su excavación. Implicancias
1989b Ethnographic analogues for interpreting en los Estudios Regionales del Macizo del Deseado.
modified bones: some cases from Africa. En Bone Actas del XV Congreso Nacional de Arqueología

Miotti - Marchionni 797


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Argentina. Río Cuarto, Córdoba, en prensa.


Miotti, L., D. Hermo, L. Magnin, N. Carden, L.
Marchionni, A. Alcaraz, B. Mosquera, E. Terranova y
M. Salemme
2007 Resolución e Integridad Arqueológica De
La Cueva Maripe (Santa Cruz, Argentina). En
Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras,
desenterrando huesos... y develando arcanos, editado
por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto, G. Bahamonde,
pp. 555-568. Ediciones CEQUA. Punta Arenas Chile.
Musters G. C.
1964 Vida entre los Patagones. Un año de excursiones
por tierras no frecuentadas desde el Estrecho de
Magallanes hasta el Río Negro. Ediciones Solar-
Hachette. Bs. As.
Salemme, M. y L. Miotti
1987 Zooarchaeology and palaeoenvironments:
some examples from the Patagonian and Pampean
regions (Argentina). Quaternary of South America and
Antarctic Peninsula, vol. 5: 24‑47. Balkema Publishers,
The Netherlands.
Salemme, M., L. Miotti y E. Tonni
1989 Determination of mammal bones in the
zooarchaeological research. En IInd Deya Conference
of Prehistory. Volume I: Archaeological Techniques
and Technology., editado por W. H. Waldren, J.
A. Ensenyat y R. C. Kennard, pp. 209-222. BAR
International Series 573. London.
Salemme, M., L. Miotti y G. Moreira
2006 Chorology of Patagonian microfauna: its
meaning on the taphonomy and paleoenvironmental
reconstruction of archaeological sites. Sympsium
Neotropical Faunas, Internacional Council of
Archaeozoology (ICAZ), pp 158-159. México D.F.
Shennan, S.
1992 Arqueología Cuantitativa. Editorial Crítica,
Barcelona.

798
Los cánidos como agentes tafonómicos en los
depósitos arqueológicos de la Isla Grande de
Tierra del Fuego
A. Sebastián Muñoz1

A B S T R A C T

The involvement of canids in the formation of Tierra del Fuego archaeofaunal assemblages is
analyzed. The importance of this agent is evaluated in terms of potential addition and substraction of
bone remains in zooarchaeological assemblages and the differential incidence of its action regarding
the two most important taxa exploited by islander hunter gatherers: pinnipeds and camelids. The
analysis shows a low incidence of carnivore action and confirms previous expectations and published
data. When both pinniped and camelid remains are present at the same site the former display a
higher proportion of tooth marks, becoming scarce or null on the latter. In almost all cases punctures
are the most recurrent marks, followed by furrowing as the most important removal. Nevertheless,
damage association - the way different damage types co-occur – is variable across assemblages. No
particular selection was observed as to which elements are most affected. The low proportion of
marked specimens is in agreement with what is expected in residual assemblages, where carnivores
consume from but do not add transported remains. The similarities observed across assemblages
in spite of their contextual and taxonomic differences suggest that carnivore activities were
rather similar across them, although some differences are noticed relative to actualistic studies.

INTRODUCCIÓN

El objetivo de este trabajo es analizar la inciden- de la adaptación bioenergética a las regiones frías
cia de los cánidos en la formación de los conjuntos (Jiménez et al. 1995, en Novaro 1997). Dado que en
arqueofaunísticos de mamíferos de Tierra del Fue- la isla están ausentes el puma (Puma concolor) y en
go. Se trata de evaluar si este agente tafonómico el pasado también el zorro gris, el zorro colorado
ha sido importante en términos de aporte o sus- constituyó, en consecuencia, el principal carnívoro
tracción de restos óseos en los conjuntos estudia- terrestre y el único agente potencialmente impor-
dos y si puede plantearse que exista una incidencia tante desde un punto de vista tafonómico. Se trata
diferencial respecto de dos de los taxones más im- de un cánido de hábitos nocturnos y oportunista,
portantes para los cazadores recolectores de la isla: con un importante dimorfismo sexual, los machos
pinnípedos y camélidos. alcanzan un peso promedio de aproximadamente
La Isla Grande se caracteriza por la baja diver- 11 kg y las hembras oscilan en torno a los 8 kg. Res-
sidad de especies, resultado tanto de la historia pecto de otras especies de zorros sudamericanos
biogeográfica de la región como de sus cambiantes su dieta incluye más vertebrados y menos plantas e
condiciones de insularidad, que afectaron la diversi- invertebrados, siendo los pequeños mamíferos las
dad de especies en tiempos postglaciales (Redford presas principales (Novaro 1997).
y Eisenberg 1992). El cánido autóctono de la Isla En la isla Grande se ha discutido también la
Grande es el zorro colorado (Lycalopex culpaeus), existencia de perros, aunque la evidencia actual no
de mayor tamaño que el zorro gris (Lycalopex gri- permite sostener una profundidad temporal más
seus), y mayor incluso que los zorros colorados que allá de los últimos siglos, es decir en momentos de
habitan en el continente, posiblemente resultado contacto entre poblaciones aborígenes y europeas

1 Laboratorio de Zooarqueología y Tafonomía de Zonas Áridas, CONICET-Museo de Antropología, Universidad


Nacional de Córdoba. Correo electrónico: [email protected]

Muñoz 799
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

(Saxon 1976; Caviglia 1985-86, ver también Massoia desarrollados de la tafonomía de Tierra del Fuego
y Chebez 1993). Asimismo, existen carnívoros a los (Borrero 1988a, 1990; Martin 1998, 2006; Estévez
que prácticamente desconocemos como agentes Escalera y Mameli 2000), y han abarcado princi-
tafonómicos, entre los cuales es posible señalar palmente a dos agentes: los cánidos mencionados
aquellos de hábitos marítimos, como los pinnípe- y, en menor medida, las aves (Polyborus, Milvago,
dos y mustélidos (Lontra felina, Lontra provocax), Falco). Sin embargo la información de que dispo-
aunque esto no es un problema exclusivo a las in- nemos no es homogénea para estos dos tipos de
vestigaciones sobre la Isla Grande, sino que abarca agentes, ya que es abundante para el primero y
la tafonomía en general y que recién está siendo escasa para el segundo. Como se mencionó más
reconocido (ver por ej. Erlandson y Moss 2001). arriba, en tiempos históricos se introdujeron en la
Los estudios tafonómicos sobre la acción de isla perros de origen europeo y, con la ocupación
carnívoros constituyen uno de los aspectos más ganadera, también el zorro gris y gatos.

EXPECTATIVAS

Los carnívoros pueden generar al menos tres distribución, azarosa. Al referirse a casos de San
tipos de acumulaciones de huesos, uno residual y Pablo, Tierra del Fuego, aplica la escala de Haynes
dos transportados. El primero está formado por las (1982, en Borrero 1990) y llega a la conclusión de
actividades de aprovisionamiento y consumo, en el que el daño efectuado por este agente es “bajo”,
lugar de matanza o carroñeo de la presa; el segun- producto de la baja competencia por las osamentas
do y el tercero, se forman por el transporte de algu- (Borrero 1990).
nas partes hasta lugares próximos al lugar de caza De lo señalado hasta ahora obtenemos que el
y consumo, con el fin de consumir en forma indi- zorro normalmente no caza guanacos (aunque ello
vidual las mismas. Entre los factores que condicio- es posible bajo condiciones particulares de estrés),
nan la formación de cada uno de estos depósitos, ni está sujeto a una gran competencia por sus pre-
se encuentran la competencia entre predadores y sas. Esto es coincidente con lo observado a partir
carroñeros y el tamaño de las presas disponibles. Al de la información arqueológica disponible (por ej.
mismo tiempo, aspectos tales como los hábitos de Borrero y Lanata 1988; Muñoz 1996a), que muestra
alimentación de las crías implican en algunos casos que el poder destructivo de los zorros autóctonos de
un rol más importante del transporte de carne, con la Isla Grande es bajo. Respecto del orden de prefe-
el fin de alimentarlas (Binford 1981). rencia en el procesamiento de los elementos óseos,
La baja diversidad de especies característica de se ha observado que los huesos de guanaco y de
la Isla Grande tiene consecuencias respecto de la pinnípedos más atacados en contextos arqueológi-
competencia, ya que permite al zorro tener un ac- cos son los que están más abundantemente repre-
ceso temprano a las carcasas animales, a pesar de sentados en el conjunto (Muñoz 1996a y b). En las
tratarse de un carnívoro de tamaño reducido (ver observaciones tafonómicas actuales, en cambio, el
Martin 1998). Estas carcasas se encuentran mu- elemento más afectado es el nasal, uno de los que
chas veces disponibles por la ausencia de predado- se destruye con mayor facilidad y que a menudo no
res naturales sobre los herbívoros (guanaco) o por se recupera en las excavaciones arqueológicas. Es
una alta conservación de las mismas debido a las importante aclarar, sin embargo, que buena parte
bajas temperaturas (Borrero 1990). Por otro lado, de las observaciones han sido efectuadas para el
la isla no es un caso para el que pueda plantearse menor de los zorros patagónicos (el gris) y que el
alta densidad de carnívoros (Borrero 1990). Aunque ajuste de estas expectativas para el zorro colorado
existen referencias sobre la capacidad de los zo- aún es tema de investigación1 (ver Martin 1998).
rros colorados para cazar crías de guanaco (Bridges En síntesis, uniendo las expectativas deriva-
1978), las acciones del zorro estarían relacionadas das tanto de la ecología de estos animales, como
con el carroñeo de osamentas de guanaco princi- de sus características anatómicas, se espera que
palmente. el daño originado por zorros sea en general bajo.
Una situación ecológica de este tipo nos lleva a Esto se fundamenta en que no se dan condiciones
un segundo aspecto, que tiene que ver con el sesgo de competencia entre los carnívoros de la isla, por-
que estos carnívoros pueden introducir en los con- que no se encuentran en altas densidades, así como
juntos arqueológicos. Basándose en la baja densi- en las características anatómicas específicas de los
dad de predadores y la abundancia de osamentas, zorros, su estructura mandibular por ejemplo, que
Borrero (1988b) señala que los daños ocasionados no los provee de un gran poder destructivo sobre
por los zorros no deberían ser muy grandes y su los huesos.

800
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego

Desde una perspectiva arqueológica, la acción su mayor riqueza relativa al momento de descarte,
de zorros sobre materiales en sitios arqueológicos los huesos largos de pinnípedos tienen el potencial
es esperable, especialmente si tenemos en cuenta de ofrecer, de este modo, un recurso particular-
que los restos en ellos depositados ya han pasado, mente atractivo para carroñeros como los zorros
al menos en parte, por una etapa de procesamien- (Cruz Uribe y Klein 1994). Es esperable, entonces,
to humano. Esto modifica, la mayoría de las veces una mayor incidencia sobre los huesos de pinnípe-
sustancialmente, los tamaños de las piezas dispo- dos por parte de estos cánidos cuando los conjun-
nibles y por lo tanto su accesibilidad (ver por ej. tos son el resultado del procesamiento humano.
Lupo 1995). Existe, sin embargo, otro aspecto im- Asimismo, y para un mismo taxón, por ejemplo
portante al momento de considerar expectativas el guanaco, es posible esperar diferencias según los
de daño sobre conjuntos óseos arqueológicos, y es tipos de elementos representados, la intensidad de
el que tiene que ver con las características propias procesamiento humano a los que estos fueron so-
de los huesos de los animales de los que los zorros metidos y las técnicas implementadas (ver De Ni-
se alimentan (mamíferos grandes, pequeños, aves, gris 2007 y bibliografía allí citada). Es así que bajo
etc.) ya que estas características afectan no sólo el determinadas condiciones las marcas resultantes
grado de destrucción sino el lugar de depositación no se distribuyen necesariamente de forma homo-
(ver Mondini 2003a). Por ejemplo, los huesos de génea en los distintos elementos sino en aquellos
pinnípedos presentan una particularidad respecto que conservan más grasa una vez que fueron des-
de los ungulados, que consiste en la ausencia de cartados por los humanos (De Nigris 2007). A dife-
canal medular en los huesos largos. Esto implica rencia de los de grandes mamíferos, los huesos de
que los nutrientes estén dispersos en todo el hue- roedores tienden a ser consumidos enteros, por lo
so, y que, por lo tanto, tiendan a ser descartados que el daño más característico no lo constituyen las
completos en los depósitos de origen humano, es marcas sino las alteraciones por digestión (Mondini
decir, un paso antes que los de guanaco, que son 2004).
procesados para la extracción de médula ósea. Por

MATERIALES

Se estudiaron once conjuntos zooarqueológi- el nivel 3, donde lo que aumenta es la frecuencia de


cos definidos taxonómicamente a partir de los ma- restos de guanaco. En los niveles 1 y 2 la cantidad
teriales recuperados en cuatro sitios arqueológicos de restos faunísticos recuperados en general es
y teniendo en cuenta su procedencia estratigráfica. menor. Las aves y carnívoros tienen mayor impor-
Estos sitios se encuentran en la estepa y el parque tancia en los niveles 1 y 4, a lo que se suman algu-
fueguino y han sido denominados: Tres Arroyos 1 nos moluscos (lapas y caracoles) (ver Massone et al.
(TA1), San Julio 2 (SJ2) y Punta María 2 (PM2), en la 1993:51). Estos cuatro niveles se encuentran en una
estepa, y María Luisa A3 (MLA3) en el parque fue- matriz arenosa y semicompacta (Massone 1987).
guino (Figura 1). La localidad Punta María se encuentra en las
Los materiales han sido datados en un rango proximidades de la desembocadura del río Fuego
que va desde los 2300 años AP hasta el siglo XIX aproximadamente doce kilómetros al sur del cabo
(Tabla 1). San Julio 2 es un sitio estratificado ubi- Peñas. Los restos de guanaco y pinnípedos domi-
cado en un alero del Cerro Castillo. No presenta un nan entre los vertebrados de este sitio, habiéndose
perfil estratigráfico profundo, no habiéndose halla- recuperado asimismo restos de cetáceos, aves y
do materiales por debajo de los 40 cm desde la su- peces (ver Campan 1992; Lefèvre 1992; Borella et
perficie. Además de restos de guanaco se recupe- al. 1996; Borella 2004). El sitio arqueológico tiene
raron restos óseos de aves y roedores, que han sido aproximadamente 100 m de largo y 10 m de ancho
interpretados como un aporte al depósito posterior (Borrero 1986; Borella et al. 1996) y una secuencia
a la formación del sitio arqueológico (Horwitz et al. estratigráfica que puede dividirse en dos niveles
1993-94). temporalmente diferentes (Borrero 1986). Para su
Tres Arroyos 1 (TA1) se ubica en el cerro Los excavación el sitio fue dividido en dos estratos de
Onas. En este estudio sólo consideramos los nive- muestreo y en cuadriculas de 1 x 1m. Los materiales
les superiores divididos en dos conjuntos, uno que que consideramos en este trabajo provienen de dos
resulta de la agregación de los niveles 1 a 3 (TA1 n1- estratos de muestreo y forman seis conjuntos. Los
3) y un segundo corresponde al 4 (TA1 n4). En este conjuntos PM2e1g y PM2e1p fueron recuperados
sitio la diversidad de especies es en general impor- en el primero de ellos, definido sobre los límites del
tante, aumentando en el nivel 4 y disminuyendo en yacimiento. En el centro del yacimiento se definió

Muñoz 801
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Isla Grande de Tierra del Fuego. Localización de los sitios arqueológicos de donde provie-
nen los materiales estudiados.

un segundo estrato de muestreo del que provie- mo final de las partes anatómicas allí depositadas
nen cuatro conjuntos: PM2e2g y PM2e2p, corres- (Borrero 1990, Massone et al. 1993, Lanata 1995).
pondientes a los niveles superiores del mismo y SJ2, por otro lado, se caracteriza por una baja re-
PM2e3g y PM2e3p correspondientes a los niveles dundancia ocupacional y una baja diversidad taxo-
inferiores de este último. nómica (ver Borrero 1990, Horwitz et al. 1993-94:
María Luisa A3 es un sitio estratificado a cielo 399). Éste no es el caso de TA1, que se distingue por
abierto (Lanata 1995). La dispersión vertical de res- lo contrario (Massone et al. 1993: 51). PM2 y MLA3
tos no supera los 14 cm, correspondiendo éstos a son localidades costeras, es decir que se encuen-
guanaco, pinnípedos y aves (Savanti 1994; Lanata tran dentro de un máximo de un kilómetro desde
1995). la línea de costa actual y que presentan una alta di-
Los sitios arqueológicos mencionados ofrecen versidad taxonómica (Borrero 1990; Lanata 1995).
una variedad de contextos y, en consecuencia, una PM2 presenta una alta redundancia ocupacional
diversidad potencial en lo que a la evaluación de la mientras que MLA3, por el contrario, se localiza a
acción de carnívoros se refiere. En SJ2 se habrían 1 km de la costa y presenta una baja redundancia
realizado fundamentalmente actividades vincula- ocupacional. Para ninguna de estas dos localidades
das al procesamiento de guanacos (Borrero 1989). se conocen, en tiempos históricos, colonias de pin-
Las actividades inferidas para TA1, PM2 y MLA3, nípedos.
en cambio, estarían vinculadas más con el consu-

Sitio Dataciones radiocarbónicas


Referencias bibliográficas
arqueológico (años A.P.)

300 ± 100 (INGEIS 43), -38 cm, PM2e1


720 ± 50 (LP-237), - 45 cm, PM2e1 Borrero 1986
Punta María 2 (PM2) 1230 ± 50 (LP-219), -117, PM2e2 Borella et al. 1996
2300 ±90 (LP-209), -153/-163 cm, PM2e3

San Julio 2 (SJ2) Siglo XIX Horwitz et al. 1993-94

700 ± 70, (n3) Massone 1987


Tres Arroyos 1 (TA1) 1340 ± 50 (n4) Massone et al. 1993

María Luisa A3 (MLA3) 1020 ± 80 (TELEDINE 13.994) Lanata 1995

Tabla 1. Sitios arqueológicos considerados en este estudio. Dataciones radiocarbónicas.

802
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego

METODOLOGÍA

El relevamiento de las marcas de carnívoros fue es generalizado y no se encuentra muy localizado,


realizado macroscópicamente, a ojo desnudo y por consideramos que se trataba de un ahuecado ex-
medio de dos lupas de mano de 3X, 4X y 7X y 5X, tremo. El acanalado consiste en un canal paralelo
10X y 15X, respectivamente. Los criterios se basan al eje longitudinal del hueso, que puede tener una
en trabajos generales como el de Binford (1981) y longitud considerable.
las modificaciones y comentarios publicados por Los surcos (scoring) son estrías, generalmente
investigadores que han tratado la acción de estos producidas cuando los dientes raspan el tejido com-
cánidos pequeños, sea a través del registro arqueo- pacto. Suelen ser superficiales y poco profundas,
lógico o tafonómico (Borrero 1988a, 1990; Men- comúnmente lineales, aunque a veces son irregu-
goni Goñalons 1988; Mondini 1995, 2003b; Martin lares y sinuosas (Binford 1981: Figura 3.04-05). Los
1998). Los daños fueron divididos en remociones, hoyuelos (pitting) son depresiones circulares poco
esto es la pérdida de tejido cortical y esponjoso y profundas producidas por el impacto de los dientes
las marcas que consisten en surcos y hoyos, es de- sobre el tejido compacto del hueso (Binford 1981:
cir improntas de dientes. Los criterios utilizados en Figura 3.38). Finalmente se encuentran los pozos
cada caso fueron tomados de la síntesis publicada (punctures) que son depresiones más profundas
por Mondini (2003b: Tabla 5). que los hoyuelos y que consisten en la impresión
Siguiendo este último trabajo, podemos de- de dientes aislados que penetraron el hueso don-
cir que las remociones incluyen el ahuecado (fu- de éste es delgado o poroso. Muchas veces quedan
rrowing), el ahuecado extremo (scooping out) y el lascas de las paredes externas del hueso aprisiona-
acanalado. El ahuecado consiste en hoyos en el das dentro del puncture (Binford 1981: Figura 3.47).
hueso esponjoso, a veces con ondulaciones en la En los huesos planos se registró también la des-
superficie esponjosa resultante (ver Binford 1981: trucción de los bordes por la presión de los dientes,
Figura 3.42-43). El ahuecado extremo es un caso que de este modo dejan su impronta en la forma
acentuado del anterior e implica un mascado más del borde. Esto es lo que Binford denominó crenu-
considerable, a veces difícil de diferenciar en la lite- lated edge “Binford 1981:3.40”, crenulado o ase-
ratura respecto del ahuecado normal (Lyman 1994: rrado según Mengoni Goñalons 1988 y 1999, res-
Figura 6.23). El criterio adoptado en este trabajo pectivamente), y que aquí tradujimos como borde
es proporcional, allí donde la remoción significó la crenulado.
pérdida de la forma del hueso, es decir que el daño

RESULTADOS

El análisis de los materiales pone en evidencia la y los que menos 1% (4 conjuntos de guanaco entre
baja incidencia de la acción de carnívoros, medida a 0 y 1% de especímenes con marcas) (Tablas 2 y 3).
través de la proporción de especímenes óseos con Se observa también que cuando están presentes
marcas, y confirma las expectativas previamente pinnípedos y camélidos en un mismo sitio la mayor
formuladas y los datos hasta ahora conocidos. proporción de especímenes con marcas correspon-
Si se consideran los restos de pinnípedos y ca- de a los restos de los primeros, siendo escasa o nula
mélidos agregados, los siete conjuntos resultan- la afectación de los restos de los segundos. Éste es
tes muestran diferencias en la proporción de es- el caso de MLA3 y PM2.
pecímenes marcados según la procedencia de los En los conjuntos en los que los mamíferos ma-
conjuntos. Los cuatro que proceden de sitios en la rinos no están presentes las marcas en huesos de
costa presentan entre el 2 y 3% de especímenes guanaco son mayores (SJ2g, TA1 n1-3), con la ex-
afectados, mientras que los que proceden del in- cepción de TA1 n4. Esto confirma de alguna mane-
terior, compuestos exclusivamente por restos de ra datos y expectativas anteriores (Muñoz 1996b)
guanaco, presentan valores extremos, más altos y sobre la preferencia de los carnívoros por los restos
bajos (Figura 2). de pinnípedos cuando los huesos de ambos taxones
Al efectuar una discriminación taxonómica se están disponibles. Sin embargo, esta preferencia
obtienen once conjuntos, 7 de guanaco y 4 de pin- no se traduce en una representación diferencial de
nípedos. De esta manera los conjuntos con más las clases de marcas en los restos de ambos taxo-
daños registran un máximo de 6% (un total de 5 nes, ya que en todos los casos la importancia de las
conjuntos, 3 de pinnípedos y 2 de guanaco con pro- distintas marcas y remociones es muy similar (ver
porciones entre 5-6% de especímenes con marcas) Figuras 3 y 4).

Muñoz 803
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Tres Arroyos 1  Punta María 2


María Luisa
Conjuntos de guanaco San Julio 2 A3
Estrato 2 Estrato 2  
NIvel 1-3 NIvel 4 Estrato 1
superior Inferior

NISP 759 624 236 575 741 302 839

NISP con marcas de


34 40 3 14 5 3 2
carnívoros

NISP con huellas


289 183 53 132 215 80 209
culturales

%NISP con marcas de


4 6 1 2 1 1 0,23
carnívoros

% NISP con huellas


38 29 22 23 29 26 25
culturales

NISP/MNE 2,8 3,07 3,1 3.8 4,49 3,43 3,45

%. de huesos
23 14 29 28 36 22 37
completos
Tabla 2. Tamaño y fragmentación de los conjuntos de guanaco. Cantidad y proporción de especímenes con marcas
de carnívoro y huellas de origen antrópico.

 
Punta María 2
Conjuntos de pinnípedos   María Luisa A3
Estrato 1 Estrato 2 superior Estrato 2 Inferior

NISP 254 274 164 524

NISP con marcas de carnívoros 14 14 4 31

NISP con huellas culturales 39 67 30 75

%NISP con marcas de carnívoros 6 5 3 6

% NISP con huellas culturales 15 24 18 14

NISP/MNE 1,67 1,49 1,49 1,94

%. de huesos completos 44 51 52 54

Tabla 3. Tamaño y fragmentación de los conjuntos de pinnípedos. Cantidad y proporción de especímenes con mar-
cas de carnívoro y huellas de origen antrópico.

En efecto, en las figuras mencionadas se com- ya que es el único caso en el que los surcos son más
paran los principales daños registrados en los espe- importantes que el ahuecado (Figura 3).
címenes de los distintos conjuntos y se advierte que La asociación de daños, es decir, la forma en
los tafogramas resultantes muestran que en prácti- que se presentan los daños combinados varía, sin
camente la totalidad de los casos los pozos son las embargo, entre los distintos conjuntos (Tablas 4 y
marcas más recurrentes y el ahuecado la remoción 5). La mayor recurrencia de tipos de daño y la ma-
más importante. En orden de importancia siguen yor variedad de asociaciones entre estos se da en
los surcos y hoyuelos, encontrándose el ahuecado dos conjuntos de guanaco (SJ2, TA1 n1-3) y uno de
extremo y el borde crenulado con una muy baja re- pinnípedo (MLA3p). El conjunto SJ2, en particular,
presentación. Una situación particular presenta el es el que presenta las combinaciones más comple-
conjunto de SJ2, que es el único en el que los mate- jas, con hasta cuatro clases de marcas y remocio-
riales presentan borde crenulado y acanalado, y el nes en un mismo especimen (Tabla 4).
conjunto que muestra la mayor incidencia de ahue- Pozos y ahuecados es la combinación más re-
cado extremo también. En los tafogramas puede currente y se da repetidamente en casi 6 de los 11
observarse asimismo que las curvas resultan muy conjuntos (4 de guanaco y 2 de pinnípedos). La
semejantes en todos los casos, particularmente en combinación que sigue en orden de importancia
los conjuntos de guanaco. PM2e2g se diferencia es pozos y hoyuelos que se da en cuatro conjuntos.
sutilmente de los restantes conjuntos de guanaco Pozos, surcos y ahuecados se da en cinco conjun-

804
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego

Figura 2. Proporción de especímenes óseos con marcas de carnívoros (camélidos y pinnípedos agregados).

Figura 3. Representación de las marcas de carnívoros registradas en los conjuntos de guanaco.

Figura 4. Representación de las marcas de carnívoros registradas en los conjuntos de pinnípedos.

Muñoz 805
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tos, pero con una menor repetición respecto de la tos que también aprovechan en carcasas deposita-
combinación anterior. El resto de las combinacio- das por procesos naturales. En efecto, en todos los
nes se observó una sola vez, salvo la asociación en- conjuntos de guanaco los elementos más recurren-
tre pozos, surcos y ahuecado que se encuentra dos temente afectados son costillas, pelvis y fémur y
veces en los materiales de TA1 n1-3. en menor medida radio-ulna, húmero, metapodio
Respecto de los elementos más afectados, no y la primera falange (Tablas 6 y 7), lo que consti-
se encuentra una selección clara y reiterativa. Con tuye una distribución bastante coherente con las
la excepción de MLA3g, y en menor medida en observaciones actuales que Borrero (1990) realizó
MLA3p, no se observa una preferencia particular en la localidad de San Pablo (Isla Grande). Los tres
por los elementos del esqueleto axial (Figura 5). Sin primeros elementos, costillas, pelvis y fémur están
embargo, es importante destacar que el primero entre los más afectados cuando los zorros aprove-
de estos conjuntos presenta muy pocas marcas, chan carcasas completas o elementos sueltos (Bo-
convirtiéndolo en un resultado no significativo, rrero 1990).
y que en el segundo la relación con el esqueleto En el caso de los pinnípedos los huesos que pre-
apendicular es muy pareja. En general los especí- sentan más combinaciones de daños son los huesos
menes más afectados corresponden a los elemen- largos (húmero, radio, fémur y tibia) y las costillas.
tos presentes con más frecuencia en los conjuntos Es importante notar que estos suelen estar prácti-
(SJ2, PM2e2p, MLA3p), en otros dos conjuntos esta camente completos en los conjuntos estudiados.
relación está presente pero de manera más débil En menor medida, metapodios y falanges son ele-
(SJ2, TA1 n1-3 y PM2e1p), en un caso es opuesta a mentos que en el caso de los pinnípedos también
esta distribución (PM2e3g) y en otro es inexistente revisten importancia desde el punto de vista de la
(PM2e1g). Sin embargo es posible que, cuando pu- acción tafonómica de carnívoros.
dieron elegir, estos cánidos prefirieron los elemen-

Tipos de marcas SJ2 TA1 n1-3 TA1 n4 PM2e1g PM2e2g PM2e3g MLA3g
pozos (p) 27 24 3 9 2 2 1
hoyuelos (h) 6 8 0 0 1 0 1
surcos (s) 5 7 0 0 3 1 0
ahuecado (a) 17 19 0 5 1 2 0
ahuecado extremo (ae) 3 0 0 0 1 0 0
crenulado (c) 1 1 0 1 1 0 0
acanalado (ac) 1 0 0 0 0 0 0
Total 60 59 3 15 9 5 2
Asociaciones
p+s 1 1 0 0 0 0 0
p+a 10 13 0 3 1 0 0
p+c 1 0 0 0 0 0 0
h+a 1 1 0 0 0 0 0
s+h 0 1 0 0 1 0 0
s+c 0 0 0 0 1 0 0
s+a 1 0 0 0 0 0 0
s+ae 0 0 0 0 1 0 0
p+ae+h 1 0 0 0 0 0 0
p+s+a 1 2 0 0 0 1 0
p+a+c 0 1 0 0 0 0 0
p+s+h 1 0 0 0 0 0 0
p+h+a-+ae 1 0 0 0 0 0 0
s+h++ae+ac 1 0 0 0 0 0 0
indet 1 4 1 0 0 0 0
dudosas 1 1 0 2 2 1 0
Total 21 24 1 5 6 2 0
Tabla 4. Cantidad y asociación de las marcas de carnívoros registradas en los conjuntos de guanaco.

806
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego

Figura 5. Distribución de las marcas de carnívoro por región del esqueleto.

Tipos de marcas PM2e1p PM2e2p PM2e3p MLA3p


pozos (p) 10 11 2 18

hoyuelos (h) 7 1 0 7

surcos (s) 2 0 1 7

ahuecado (a) 4 6 1 10

ahuecado extremo (ae) 1 0 0 1

crenulado (c) 0 0 0 0

Total 24 18 4 43

Asociaciones      
p+h 6 0 1 0

p+s 0 0 0 1

p+a 0 4 0 7

h+a 0 0 0 1

h+ae 0 0 0 1

s+h 0 0 0 1

s+a 0 0 1 1

p+s+a 1 0 0 1

s+h+ae 1 0 0 0

Total 8 4 2 13

Tabla 5. Cantidad y asociación de las marcas de carnívoros registradas en los conjuntos de pinnípedos.

Muñoz 807
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Elemento SJ2 Ta1n1-3 Ta1n4 PM2e1g PM2e2g PM2e3g MLA3g

Cráneo p p - - - - -
Mandíbula - (p+a) - - - - -
Axis - - p a - - -
V. cervical (p+a) - - - - - -
V. lumbar (h+a+p+ae) - - - - - -
V sacras - a - - - - -
V. caudales - - - p - - -
Costillas p, (p+c), (p+a), (h+a+p+ae) h, p, (p+a) - - (s+c) p p, h
Esternón (a+c) - - - - -
Escápula - (p+a), (p+a+c) p - - - -
Húmero a, ,p, (h+a) (p+a), (p+h) - a - - -
Radio-ulna - S, (p+a) - (p+a) (s+ae) - -
Pelvis (p+a) (p+a), (s+h) - (p+a) - - -
Fémur p, a, (a+s), (p+c), (p+a) p, (p+a), (p+h) - p, (p+a) (s+h) a, (p+a+s) -
Patella - - - - p, (p+a) - -
Tibia p, (p+a) h, s - - - - -
Astrágalo p - - - - -
Calcaneo (p+a+s) - - - - - -
Metapodios - p, (p+a),(h+a), (p+s), (p+s+a) - p - - -
Falange 1 p, (p+a), (p+s) h, p, a - p - - -
Falange 2 - - - p, (p+a) - - -
Falange 3 a - - - - - -
Hueso largo - - - h - - -
Indet. (p+a) - - p - - -

Tabla 6. Distribución de los tipos y asociaciones de marcas por elemento óseo. Conjuntos de guanaco. Pozos = (p),
hoyuelos = (h), surcos = (s), ahuecado = (a), ahuecado extremo = (ae), crenulado = (c), acanalado = (ac).

Elemento PM2e1p PMe2p PMe3p MLA3p

Mandíbula  -  - -  p
V. torácica p  - -   -
Costillas p, (p+a), (s+h+ae) p -  h, p, s, (p+a), (p+s), (s+a)
Esternón -  p -   -
Húmero a, (p+a), (p+s+a)  - p p, (p+a+s)
Radio a, p (p+a) -  (h+a), (p+a)
Ulna  -  -  - (p+a)
Pelvis  -  -  - p
Fémur a (p+a)  - (p+a+ac)
Tibia  - p (a+s) (h+ae), (h+s)
Fíbula  -  - -  h, s
Patella  -  -  -  -
Astrágalo  -  - -  a, (p+a)
Calcáneo  -  - (p+a)  
Car/tar.  - (p+a)  -  -
Metapodios (p+a) p, (p+a)  -  
Falanges  - h, a p  -
Frag. hueso largo (p+a)  -  -  -
Indet.  - a  - p

Tabla 7. Distribución de los tipos y asociaciones de marcas por elemento óseo. Conjuntos de pinnípedos. Pozos =
(p), hoyuelos = (h), surcos = (s), ahuecado = (a), ahuecado extremo = (ae), crenulado = (c), acanalado = (ac).

808
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La baja proporción de especímenes con mar- los surcos tienen una importancia prácticamente
cas de carnívoro es concordante con lo esperado igual a los hoyuelos, mientras que en los dos res-
en conjuntos residuales, es decir aquellos en los tantes son incluso más importantes. En dos de los
que los carnívoros consumen pero a los que no conjuntos de pinnípedo, en cambio, los hoyuelos
transportan materiales (Mondini 2003a). A pesar son la marca más importante después de los pozos,
de las diferencias contextuales y de las derivadas mientras que en los otros dos tienen una importan-
de la composición taxonómica de los conjuntos, cia proporcional igual y menor, respectivamente,
las semejanzas mencionadas sugieren que las ac- que los surcos. Estas diferencias entre conjuntos
tividades de los carnívoros fueron bastante simi- actuales y arqueológicos sugieren que es necesa-
lares, pero con algunas diferencias respecto de lo rio profundizar las investigaciones sobre el modo
que muestran los estudios actuales. En efecto, en en que las condiciones en que se presentan las car-
los conjuntos residuales actuales de Patagonia los casas y los restos óseos en situaciones naturales y
pozos y hoyuelos son las marcas más comunes y arqueológicas afectan el procesamiento que hacen
las remociones están acotadas a los huesos de los los zorros de los restos disponibles, a fin de poder
individuos más jóvenes, como es el caso de las crías determinar si hay comportamientos diferentes por
de guanaco (Martin 2006). En los casos aquí consi- parte de los carnívoros involucrados en cada tipo
derados esta combinación se encontró únicamente de situación.
en los huesos de guanaco y no de pinnípedos. En La baja proporción de restos dañados por car-
los conjuntos transportados de la Puna, por otro nívoros en todos los conjuntos de guanaco sugiere,
lado, las marcas más comunes son los surcos y el que los cánidos en general no han ejercido un po-
poceado (Mondini 2003a). der destructivo importante sobre ninguno de ellos.
En todos los casos que aquí consideramos los Los cuatro conjuntos de pinnípedos presentan una
pozos resultaron, al igual que en los estudios actua- mayor proporción de restos con marcas de carnívo-
les patagónicos, la marca más común. Sin embargo ros, por lo que pudieron constituir una opción im-
los hoyuelos no siempre constituyen la marca que portante de carroñeo. Sin embargo, es importante
sigue en importancia, ya que, como se señaló, los destacar que más allá de las diferencias porcentua-
surcos son igualmente importantes, estando la ma- les que los especímenes de pinnípedos presentan
yor variabilidad representada en los conjuntos de respecto de los conjuntos de camélidos, el tipo de
pinnípedos. Más precisamente, como muestran los marcas representadas es semejante, por lo que
tafogramas, en tres de cinco conjuntos de guanaco no se observan características distintivas según el
con suficientes datos como para ser comparados, taxón involucrado.

Agradecimientos
Este trabajo es un resultado de los proyectos PIP 5576 y UBACyT 447. La investigación fue realiza-
da por medio de becas otorgadas por la Universidad de Buenos Aires y la Fundación Antorchas. Para el
trabajo de gabinete se contó con las instalaciones ofrecidas por el Programa de Estudios Prehistóricos
(CONICET) y del Instituto de la Patagonia (UMAG), en Punta Arenas. Los materiales estudiados fueron
ofrecidos por los doctores Luis Borrero, Mauricio Massone y José Luis Lanata. Mi agradecimiento para
ellos y las instituciones mencionadas así como para el Lic. Martín Vázquez, por los comentarios efectua-
dos a la primera versión de este trabajo. Los errores que el mismo pueda contener son de mi exclusiva
responsabilidad.

NOTAS
1
. Consideramos que la baja competencia y presión predatoria justifican el asumir que, incluso con un
mayor poder destructivo, los zorros colorados no deben necesariamente caracterizarse por un proce-
samiento intenso de los huesos. Esto es consistente con lo observado en contextos con mayor presión
predatoria, donde cánidos similares, como Vulpes vulpes, modifican extensivamente los huesos durante
el carroñeo pero no tienen un poder de fractura importante (ver Andrews y Fernandez Jalvo 1997).

Muñoz 809
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

BIBLIOGRAFÍA
Andrews, P. y Y. Fernandez Jalvo De Nigris, M. E.
1997 Surface modifications of the Sima de los Huesos 2007 Carnivore impact on human processed bones:
fossil humans. Journal of Human Evolution 33: 191- an example from southern Patagonia (Argentina). En
217. Taphonomy and Zooarchaeology in Argentina, editado
Binford, L. R. por M. Gutiérrez, L. Miotti, G. Barrientos, G. L.
1981 Bones. Ancient Men and Modern Myths. Mengoni Goñalons y M. Salemme. BAR International
Academic Press, New York. Series 1601. 171-186, Oxford.
Borella, F. Erlandson, J. M. y M. L. Moss
2004 Tafonomía Regional y Estudios Arqueofaunísticos 2001 Shellfish feeders, carrion eaters, and the
de Cetáceos enTierra del Fuego y Patagonia Meridional. archaeology of aquatic adaptations. American
BAR International Series S1257, Oxford. Antiquity 66: 413-432.
Borella, F., L. A. Borrero y M. Cozzuol Estevez Escalera, J. y L. Mameli
1996 Los restos de cetáceos del sitio Punta María 2 2000 Muerte en el canal: experiencias
costa atlántica de Tierra del Fuego. Arqueología 6: bioestratinómicas controladas sobre la acción
143-158. sustractora de carnívoros. Archaeofauna 9: 7-16.
Borrero, L. A. Horwitz, V. D., L. A. Borrero y M. Casiraghi
1986 La Economía Prehistórica de los Habitantes 1993-94 Estudios arqueológicos en San Julio 2 (Tierra
del Norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Tesis del Fuego). Relaciones de la Sociedad Argentina de
doctoral, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Antropología XIX: 391-416.
de Buenos Aires. Lanata, J. L.
Borrero, L. A. 1995 Paisajes Arqueológicos y Propiedades del
1988a Estudios tafonómicos en Tierra del Fuego: su Registro en el Sudeste Fueguino. Tesis doctoral,
relevancia para entender procesos de formación del Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
registro ar­queológico. En Arqueología Contemporánea Aires.
Argentina. Actualidad y Perspectivas, editado por H.D. Lefèvre, C.
Yacobaccio, pp. 13-32. Búsqueda, Buenos Aires. 1992 Punta María 2: los restos de aves. Palimpsesto
Borrero, L. A. Revista de Arqueología 2: 71-98.
1988b Tafonomía regional. En De Procesos, Contextos Lupo, K. D.
y Otros Huesos, editado por N.R. Ratto y A.F. Haber, 1995. Hadza bone assemblages and hyena attrition:
pp. 9-15. ICA (Sección Prehistoria), FFyL, UBA, an ethnographic example of the influence of cooking
Buenos Aires. and mode of discard on the intensity of scavenger
Borrero, L. A. ravaging. Journal of Anthropological Archaeology 14:
1989 Sites in action: the meaning of guanaco bones 288-314.
in Fuegian archaeological sites. Archaeozoologia III Lyman, R. L.
(1,2): 9-24. 1994 Vertebrate Taphonomy. Cambridge University
Borrero, L. A. Press, Cambridge.
1990 Taphonomy of guanaco bones in Tierra del Martin, F. M.
Fuego. Quaternary Research 34: 361-371. 1998 Madrigueras, dormideros y letrinas:
Borrero, L. A. y J. L. Lanata aproximación a la tafonomía de zorros. En Arqueología
1988 Estrategias adaptativas representadas en los de la Patagonia Meridional. Proyecto Magallania,
sitios de la Estancia María Luisa y Cabo San Pablo. compilado por L. A. Borrero, Ediciones Búsqueda de
Precirculados IX Congreso Nacional de Ar­queología Ayllu, pp. 73–96. Concepción del Uruguay.
Argentina, pp. 166-174. Universidad de Buenos Aires, Martin, F. M.
Buenos Aires. 2006 Carnívoros y huesos humanos de Fuego-
Bridges, E. L. Patagonia. Aportes desde la tafonomía forense.
1978 El último confín de la tierra. Marymar, Buenos Colección Tesis de Licenciatura. Sociedad Argentina
Aires. de Antropología, Buenos Aires.
Campan, P. A. Massoia, E. y J. C. Chebez
1992 Los restos de peces de Punta María 2. 1993 Mamíferos Silvestres del Archipiélago Fueguino.
Palimpsesto. Revista de Arqueología 2: 99-106. L.O.L.A., Buenos Aires.
Caviglia, S. E. Massone, M.
1985-86 Nuevos restos de cánidos tempranos en 1987 Los cazadores paleoindios de Tres Arroyos
sitios arqueológicos de Fuego-Patagonia. Anales del (Tierra del Fuego). Anales del Instituto de la Patagonia
Instituto de la Patagonia, (Serie Ciencias Sociales) 16: (Serie Ciencias Sociales): 17: 47-60.
85-93. Massone, M., D. Jackson y A. Prieto
Cruz-Uribe, K. y R. G. Klein 1993 Perspectiva Arqueológica de los Selk’nam.
1994 Chew marks and cut marks on animal bones Colección de Antropología. Centro de Investigación
from the Kasteelberg B and Dune Field Midden Diego Barros Arana, Santiago de Chile.
Later Stone Age sites, Western Cape Province, South Mengoni Goñalons, G.
Africa. Journal of Archaeological Science 21: 35-49. 1988 El estudio de huellas en arqueofaunas. Una

810
Los cánidos como agentes tafonómicos en los depósitos arqueológicos de la Isla Grande de Tierra del Fuego

vía para re-construir situaciones interactivas


en contextos arqueológicos: aspectos teórico-
metodológicos y técnicas de análisis. En De Procesos,
Contextos y Otros Huesos, editado por N.R. Ratto y
A.F. Haber, pp. 17-28, ICA (Sección Prehistoria), FFyL,
UBA. Buenos Aires.
Mengoni Goñalons, G. L.
1999 Cazadores de Guanaco en la Estepa Patagónica.
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
Mondini, N. M.
1995 Artiodactyl prey transport by foxes in Puna rock
shelters. Current Anthropology 36: 520-524.
Mondini, N. M.
2003a Formación del registro arqueofaunístico en
abrigos rocosos de la Puna argentina. Tafonomía
de carnívoros. Tesis doctoral, Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires.
Mondini, M.
2003b Modificaciones óseas por carnívoros en la
Puna argentina. Una mirada desde el presente a la
formación del registro arqueofaunístico. Mundo de
Antes 3:87-108.
Mondini, M.
2004 Accumulation of small and large vertebrates by
carnivores in Andean South America. Petits Animaux
et Sociétés Humaines. Du Complément Alimentaire aux
Ressources Utilitaires. Actes des XXIVèmes Rencontres
Internationales d’Archéologie et d’Histoire d’Antibes
(dir. por J.-P. Brugal y J. Desse), pp. 513-517. Éditions
APDCA, Antibes.
Muñoz, A. S.
1996a Análisis de marcas naturales en arqueofaunas
de los sitios Bloque Errático 1 y María Luisa A3. En
Arqueología, Sólo Patagonia, editado por J. Gómez
Otero, pp. 271-278. CENPAT-CONICET, Puerto
Madryn.
Muñoz, A. S.
1996b Explotación de pinnípedos en la costa atlántica
de Tierra del Fuego. Arqueología 6: 199-222.
Novaro, A. J.
1997 Pseudalopex culpaeus. Mammalian Species 558:
1-8.
Redford, K. H. y J. F. Eisenberg
1992 Mammals of the Neotropics, The Southern Cone,
vol. 2. Chicago University Press, Chicago.
Savanti, F.
1994 Las aves en la dieta de los cazadores-recolectores
terrestres de la costa fueguina. Temas de Arqueología,
CONICET-PREP, Buenos Aires.
Saxon, E. C.
1976 La prehistoria de Fuego-Patagonia: colonización
de un hábitat marginal. Anales del Instituto de la
Patagonia (Serie Ciencias Sociales) 7: 63-73.

Muñoz 811
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

812
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz,
Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un
sitio en un “callejón sin salida”
Clara Otaola1

A B S T R A C T

A zooarchaelogical analysis of the assemblage from Chorrillo Malo 2 site is presented. The faunal
and taphonomic results are interpreted on the basis of previous information from different lines of
evidence. In this paper we evaluate, from a zooarchaeological perspective, the intensity of human
occupations in the rockshelter during the period between 6270 ± 45 and 2525 ± 35 years BP. The
zooarchaeological study is preceded by a taphonomic assessment of the assemblages, including
the study of carnivore damages on bones and the density of specimens discarded at the site during
the mentioned sequence. The results obtained show that there is greater carnivore activity and a
greater deposition of bones probably due to human presence during the effective occupation of
the area where Chorrillo Malo 2 site is located. This analysis provides the basis to integrate faunal
information within a regional analysis of the human colonization process of southern Patagonia.

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

El sitio arqueológico Chorrillo Malo 2 (en ade- parte del análisis del material faunístico recupera-
lante ChM2) se encuentra en proximidades del do en este último trabajo de campo, en el que se
Lago Roca, al sur del Lago Argentino, provincia de alcanzaron niveles datados en ca. 6700 años AP.
Santa Cruz (Figura 1). Es un alero formado por un Los trabajos previos realizados en ChM2 se fo-
gran bloque fragmentado, ubicado en un “campo calizaron en el análisis sedimentario (Favier Dubois
de bloques” (Belardi et al. 1992). Los mismos cons- 1995, 1999), palinológico (Mancini 1998) y del ma-
tituyen los únicos reparos bajo roca disponibles en terial lítico (Franco 2002a). Los resultados de este
este sector del espacio. Dicho sitio presenta los fe- último análisis apuntaron a una diferenciación en la
chados más antiguos de la región de Lago Argenti- utilización humana del sitio a lo largo del Holoce-
no, con una cronología entre ca. 9740 ± 50 y 1240 ± no, que fue asociada con las distintas etapas de uso
25 años AP (Franco 2008). del espacio (exploración, colonización y ocupación
Los primeros trabajos en este sitio formaron efectiva) propuestas por Borrero (1994-1995) en
parte de proyectos generados desde un marco dis-
tribucional de investigación (entre otros, Belardi et
al. 1992; Borrero y Carballo Marina 1998). En este
contexto, en los años 1994 y 1995 se realizó una pri-
mera excavación, que alcanzó un tamaño de 1 x 2
m en la parte superior (cuadrículas 1 y 2, Figura 2) y
una profundidad de 1,70 m en la que se alcanzaron
niveles sedimentarios estériles. La presencia de una
roca en los depósitos inferiores limitó la excavación
a 1 x 1 m (Franco y Borrero 2003). En el año 2006
se amplió la excavación original bajo la dirección de
Nora Franco y se excavaron otras diez cuadrículas
de 1 m de lado. En el presente artículo presentamos Figura 1. Localización del sitio Chorrillo Malo 2.

1 CONICET- Museo de Historia Natural de San Rafael.

Otaola 813
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

su modelo de poblamiento de Patagonia (Franco humana del sitio y algunas variables del registro
2002a y b). zooarqueológico del sitio ChM2. Debido a la impor-
El objetivo de este trabajo consiste en evaluar tancia que tienen los antecedentes de las investiga-
el aporte de las evidencias faunísticas al análisis ciones en el área y en este sitio para la realización
de la intensidad de uso humano del alero. Por este del presente trabajo, en el siguiente apartado des-
motivo, vinculamos las evidencias arqueológicas cribiremos brevemente algunos de los resultados
generadas previamente respecto de la utilización de las mismas.

ANTECEDENTES DE LAS INVESTIGACIONES AL SUR DEL LAGO


ARGENTINO Y EN CHORRILLO MALO 2

Los trabajos realizados en el área próxima al (Mancini 1998, 1999) y se registran evidencias ar-
sitio ChM2 se focalizaron en la margen sur de la queológicas que indican una ocupación efectiva de
cuenca del Lago Argentino, en el sector meridional este espacio (Franco 2002a y b; Franco et al. 2004).
del sistema lacustre Brazo Sur- Lago Roca- Brazo A partir de este momento hay una mayor variedad
Rico y en la Sierra Baguales (Figura 1). Los mismos y frecuencia de sitios, registrándose la utilización
señalan una lenta incorporación de estos espacios de aleros y espacios a cielo abierto, lo que sugiere
localizados en cotas bajas dentro del rango de ac- una mayor ocupación humana de la región (Carba-
ción de las poblaciones que habitaron la región llo Marina et al. 1999; Franco et al. 2004), aunque
(Franco et al. 1999; Franco 2002 a y b). la misma continuaría siendo utilizada de manera
En el marco de estos trabajos, las problemáticas marginal. La información palinológica demuestra
que se han discutido para el área próxima al sitio la existencia de períodos con condiciones más frías
ChM2 están relacionadas con las pautas de uso hu- y húmedas entre ca. 2500 y 1700 años AP, tal vez
mano y circulación diferencial en este espacio. En relacionados con avances neoglaciales (entre otros
este marco se han desarrollado temas tales como Mancini 2002).
el uso marginal1 de algunos sectores (Borrero y Car- Se han discutido también los efectos de la de-
ballo Marina 1998; Borrero y Franco 2000; Franco y nominada Anomalía Climática Medieval (ACM), fe-
Borrero 2000; Borrero 2004; Pafundi 2006), la utili- chada en ca. 1000 años AP (Stine 1994), momento
zación de los recursos del bosque en áreas pericor- para el cual no se registran evidencias en el sitio
dilleranas (Belardi y Campán 1999), el abandono ChM2. La ACM habría generado stress ambiental y
de ciertas regiones o el reposicionamiento de las cambios en la disponibilidad de los recursos, lo que
poblaciones en función de los cambios climáticos habría obligado a las poblaciones altamente móvi-
registrados durante el Holoceno tardío (Borrero y les a cambiar sus estrategias de explotación del es-
Franco 2000; Franco et al. 2004) y las variaciones pacio. En este sentido, debido a la falta de eviden-
en la disponibilidad de espacios en función de los cias de sitios en el área durante este período, se ha
cambios en el nivel de los cuerpos de agua genera- postulado el abandono del área de Lago Argentino
dos por el endicamiento del sistema lacustre al sur o un reposicionamiento de las poblaciones huma-
del Lago Argentino (Pafundi 2006, 2007). nas hacia otros sectores, producto del cambio en
Un aspecto importante a considerar en función los circuitos de movilidad y asentamiento (Borrero
de los objetivos de este trabajo es la información y Franco 2000).
paleoclimática. Un tema que ha sido ampliamente
desarrollado en los trabajos previos es la relación Análisis previos de las distintas líneas de evi-
entre los cambios climáticos ocurridos durante el dencia del sitio ChM2
Holoceno y la utilización diferencial de distintos Material lítico
puntos del paisaje (Franco y Borrero 2000; Goñi et Distintos aspectos del análisis lítico fueron de-
al. 2000-2002; Franco et al. 2004). sarrollados por Franco en su tesis doctoral. Uno de
Los estudios polínicos realizados en esta región los temas de mayor interés para el presente trabajo
han documentado cambios en las precipitaciones es la confrontación de estas evidencias con las ex-
y temperaturas luego de la transición Pleistoceno- pectativas generadas para cada una de las etapas
Holoceno (entre otros, Mercer y Ager 1983; Mancini del modelo de poblamiento de un espacio: explora-
1998, 2002) e indican la presencia de condiciones ción, colonización inicial y ocupación efectiva (Bo-
áridas durante el Holoceno temprano. Hacia 6100 rrero 1989-90, 1994-95).
años 14C AP se registra un cambio hacia condicio- El cuadro 1 resume algunas de las conclusiones
nes más húmedas y frías. Hace alrededor de 3500 del análisis lítico realizado por Franco y su relación
años AP comienza un período de mayor humedad con las etapas de dicho modelo. En términos gene-

814
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”

Etapa propuesta
Período Características principales en el sitio CHM2 Clima
por el Modelo

Único sitio del área con evidencias de ocupación humana. Los materi-
ales líticos están confeccionados de manera expeditiva, sobre materia
9700 a 6100 años EXPLORACIÒN prima inmediatamente disponible. Las tasas de depositación de instru-
Seco y cálido
AP mentos son muy bajas (0,02 artefactos por m² cada 100 años)

Mayor cantidad de instrumentos y un mayor índice de fragmentación de


Ca. 6100 a 3500 COLONIZACIÓN los mismos. Hay cambios en el tratamiento de algunas materias primas Aumento de la
años AP INICIAL atribuibles a la disminución de la expeditividad. Aumento en la tasa de humedad
depositación de instrumentos

Lenta incorporación efectiva del espacio que incluye el sitio ChM2 por
Ca. 3800 años OCUPACIÓN Continúa el
parte de las poblaciones que habitaban al este. Los análisis de tierras
AP hasta ca. EFECTIVA
raras indican la presencia de materias primas proveniente del dicho
aumento de la
1000 AP sector
humedad

Cuadro 1. Síntesis del análisis lítico de ChM2 (Franco 2002a) y su relación con el modelo de poblamiento de Borrero
(1994-95).

rales, se observó una disminución del componente mento son preliminares e indican el predominio
expeditivo (sensu Nelson 1991) del conjunto lítico del guanaco (Franco y Borrero 2003). Se mencio-
hacia los momentos más tardíos de la secuencia. na que existe variabilidad en la representación de
También se observó un aumento en la cantidad de partes esqueletarias de guanaco a lo largo de la se-
materias primas de fuentes más alejadas, hecho cuencia y que dicha variabilidad no es atribuible a
que fue interpretado como una mayor integración problemas de preservación (Borrero comunicación
del sitio ChM2 dentro de los circuitos de movilidad personal en Franco 2002a); sin embargo, también
de las poblaciones que lo ocuparon. Por otro lado, se ha mencionado que en los niveles inferiores de
tal como se observa en el cuadro 1, se ha plantea- la secuencia los huesos se encuentran mejor pre-
do que podría haber existido una relación entre el servados (Favier Dubois 1995). Por otro lado, se
aumento de la humedad en el área y la ocupación ha sugerido que, pese a encontrarse en un área de
efectiva del sitio (Franco et al. 2004). ecotono bosque-estepa, no se hallaron evidencias
que sugieran la explotación de recursos faunísticos
Estudios faunísticos previos del bosque, como por ejemplo huemul (Borrero y
Los análisis faunísticos publicados hasta el mo- Franco 2000).

MUESTRA Y METODOLOGÍA EMPLEADA

En este trabajo analizamos el material óseo


recuperado en el último trabajo de campo realiza-
do en el año 2006, en el que se alcanzaron niveles
datados en 6270 ± 45 años AP (Franco et al. 2007).
Hemos estudiado los materiales provenientes de
las cuadrículas 6, 7, 8 y 9 (Figura 2), que alcanzan
una cantidad de 10867 especímenes óseos. Sin em-
bargo, para abordar los problemas de investigación
propuestos, consideraremos únicamente el mate-
rial óseo proveniente de las cuadrículas 6 y 7, con
un valor de 7302 especímenes. Las razones de esta
decisión metodológica estriban en que estas cua-
drículas son las que presentan la secuencia tempo-
ral más larga excavada durante la ampliación men- Figura 2. Esquema de la planta de la excavación realiza-
cionada y por lo tanto son las más adecuadas para da en el año 2006. La información faunística presentada
el objetivo planteado. aquí pertenece a las cuadrículas sombreadas.

Otaola 815
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Unidades de análisis puesta fundamentalmente por una gruesa capa de


Las unidades de análisis empleadas correspon- guano que contiene fauna autóctona e introducida
den a las unidades sedimentológicas definidas por y no poseemos ningún fechado para la misma, ya
la geóloga Adriana Mehl durante la última excava- que los restos de fauna son muy escasos y están en
ción. Se identificaron las siguientes unidades sedi- mal estado de preservación. Consideramos que la
mentológicas: I, II, IIa y IIIa y IIIb (Mehl 2006; Franco incorporación de esta unidad a los análisis faunís-
et al. 2007). La primera unidad de la secuencia (Uni- ticos presentados aquí no era pertinente para los
dad I) corresponde a la superficie actual del sitio objetivos de este trabajo y por ello consideramos
y no será considerada en este trabajo. Está com- como unidades de análisis las unidades II, IIa y IIIa.

EXPECTATIVAS PARA EL MATERIAL FAUNÍSTICO DE CHM2

A partir de las evidencias presentadas sobre la hecho se desprende que si hay mayor ocupación
utilización humana del sitio y la información pa- humana dejando desechos habría una mayor ofer-
leoclimática, planteamos algunas expectativas ta de alimentos para carnívoros lo que implica con-
para el registro arqueofaunístico del sitio ChM2. juntos con mayor proporción de especímenes con
Estas expectativas que consideramos explorato- marcas generadas por este agente.
rias, incluyen solamente dos variables: frecuencia A partir de lo expuesto aquí, planteamos las si-
de especímenes registrados por unidad temporal guientes expectativas:
de análisis y evidencias de utilización humana del Para momentos más tempranos de la secuen-
alero por parte de carnívoros. cia analizada (unidad IIIa), en la que se planteó que
La frecuencia de especímenes descartados pue- probablemente habría habido una utilización dis-
de ser una medida proxy de la cantidad de personas continua del sitio, por períodos cortos y por grupos
que habitaron el sitio. Las marcas de carnívoros reducidos, esperamos una menor frecuencia de
pueden funcionar como indicador de la continui- especímenes óseos descartados y mayor evidencia
dad de ocupación humana del alero, ya que con- de carnívoros sobre los mismos.
sideramos que los carnívoros no habrían habitado Para los momentos más tardíos, interpretados
el sitio al mismo tiempo que los humanos (cf. Brain como correspondientes a la ocupación efectiva del
1981; Straus 1982; Gamble 1990; Thackeray 2007), área, (unidades IIa y II) esperamos un aumento en
motivo por el cual esperamos que haya mayor ac- la frecuencia de especímenes óseos descartados y
tividad de estos agentes en contextos más tempra- una menor cantidad de evidencias de carnívoros,
nos, momentos en los que el sitio habría sido visita- debido a que en trabajos previos se sugieren para
do por humanos de modo más espaciado. Por otra estos momentos estadías más prolongadas (Fran-
parte, estudios etnoarqueológicos (Binford 1978, co 2002a).
1981; Bartram y Marean 1999; Lupo y O´Connel Más allá de confirmar o refutar las inferencias
2002) han documentado que una vez abandonado propuestas con anterioridad, creemos que el prin-
el sitio, los carnívoros aprovecharían los desechos cipal aporte de este análisis es complejizar el pano-
como fuente de alimento (ver también Mondini rama reconstruido y la secuencia ocupacional del
2002), aumentando la cantidad de evidencias de sitio e incorporar una línea de evidencia nueva para
carnívoros en estos sitios abandonados. De este la interpretación de la misma.

RESULTADOS

Se han realizado diversos análisis sobre la Unidad IIIa: es la unidad más profunda de la se-
muestra zooarqueológica del sitio ChM2 (Otaola cuencia analizada aquí para la cual poseemos dos
2008). En este trabajo presentaremos únicamente fechados: 6270 ± 45 para la parte inferior y 5395 ±
la información pertinente para los objetivos plan-
40 años 14C AP para la parte superior del depósito
teados, haciendo especial énfasis en la historia ta-
(Franco et al. 2007). En esta unidad se recupera-
fonómica del conjunto estudiado. ron 2766 especímenes óseos, 236 pertenecientes a
guanaco (Lama guanicoe), un especimen de puma
Breve caracterización de la muestra (Felis concolor), uno de ave indeterminada, 126
A continuación describiremos los conjuntos correspondientes a mamífero grande, 12 a mamí-
estudiados, desde lo más profundo hasta los más fero pequeño, 584 a roedor indeterminado. Por úl-
cercanos a la superficie actual. timo, 1806 especímenes no fueron identificados a

816
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”

 Taxón Unidad II Unidad IIa Unidad IIIa


Ave 4(0,13%) 0 1(0,03%)

Felis concolor 0 0 1(0,03%)

Conepatus humboldtii 2 (0,06%) 0 0

Lama guanicoe 115 (3,77%) 133 (10,09%) 236 (8,5%)

Mamífero grande 145 (4,7%) 82(6,22%) 126 (4,5%)

Mamífero pequeño 9 (0,29%) 2 (0,15%) 12(0,4%)

Roedores indeterminados 422 (13,8%) 172 (13,05%) 584(21,1%)

Indeterminados 2348 (77,11 %) 928 (70,4%) 1806 (65%)

Total 3045 1317 2766

Tabla 1. Especímenes identificados e indeterminados por unidad sedimentológica de análisis.

nivel taxonómico (Tabla 1). mediada por la densidad mineral ósea. Esta afir-
Unidad IIa: tiene una edad de 2860 ± 35 años mación aplica a los tres conjuntos estratigráficos
14
C AP. Aquí se recuperó un total de 1317 especíme- ya que la correlación entre los valores densitomé-
nes, de los cuales 133 corresponden a guanaco, 82 a tricos y el NNISP% dieron valores negativos y cer-
mamífero grande, 2 a mamífero pequeño, 172 per- canos a cero. En la unidad II, obtuvimos un valor de
tenecen a roedores no determinados y 928 especí- R=0,08 (p>0,05), en la unidad IIa R=-0,26 (p<0,01)
menes indeterminados (Tabla 1). y en la unidad IIIa R=-0,3 (p<0,01). Estos datos in-
Unidad II: Está fechada en 2525 ± 35 años 14C AP. dican la supervivencia de especímenes poco den-
En esta unidad se recuperó un total de 3045 espe- sos en las tres unidades analizadas. Por otro lado,
címenes de los cuales 115 pertenecen a guanaco, si comparamos los valores obtenidos en las tres
dos a zorrino (Conepatus humboldtii), cuatro a aves unidades, vemos que en las unidades IIa y IIIa hay
indeterminadas, 145 corresponden a mamífero mayor cantidad de especímenes poco densos que
grande, 422 a roedores no determinados y 2348 no en la unidad II. En comparación, esto indica que el
pudieron ser identificados a ningún nivel taxonómi- subconjunto faunístico de los niveles inferiores es-
co (Tabla 1). taría menos mediado por la densidad mineral ósea
que el conjunto de la unidad II. Esto es consistente
Perfil tafonómico de las tres unidades estrati- con los perfiles de meteorización registrados, que
gráficas de análisis analizamos más adelante.
Resulta fundamental considerar en primer lugar Como señalan Lam y Pearson (2004), la densi-
el perfil tafonómico de la muestra analizada, para dad es sólo una de muchas variables que influyen
lo cual se llevaron a cabo una serie de análisis di- en el potencial de los huesos de integrarse al regis-
rigidos a determinar su grado de preservación. Se tro fósil. A partir de los análisis estratigráficos y se-
estudiaron los estadios de meteorización (Behrens- dimentológicos obtuvimos información pertinen-
meyer 1978), la acción de carnívoros, roedores y las te para evaluar la preservación de los materiales
improntas de raíces (Haynes 1980; Binford 1981; óseos.
Mengoni Goñalons 1999; Muñoz 1999; Gutiérrez Los perfiles analizados en la excavación se en-
2004). Para determinar la acción de roedores y contraban húmedos. El agua existente en el sedi-
carnívoros se utilizaron las muestras actualísticas mento permanece durante un tiempo relativamen-
con huellas de zorro, puma y zorrino recolectadas te largo, ya que no recibe luz solar directa (Mehl
por Fabiana Martin para Patagonia meridional (ver 2006). El pH medido para la cuadrícula 7 muestra un
Martin 1998, 2006). leve incremento hacia los depósitos más antiguos,
Se analizó la relación entre las partes anatómi- con valores que van desde 6,14 en la superficie a
cas de guanaco representadas y la densidad mine- 7,48 en la base. Estos valores se encuentran dentro
ral ósea de cada elemento a partir de las medidas de las categorías suelos Moderadamente ácido (pH
calculadas por Stahl (1999). A partir de los cálculos 4,5-6,5) y Neutro (pH 6,5-8) (sensu Retallack 2001).
del coeficiente de correlación (Rho de Spearman) A partir de los estudios geoarqueológicos se
entre densidad ósea de los huesos de camélidos sugiere que en ChM2 habría habido lentas tasas de
(Stahl 1999) y NNISP% (sensu Grayson y Frey 2005; depositación de sedimentos a lo largo de la secuen-
ver explicación en nota al pie2) podemos descartar cia (Favier Dubois 1999). Esto tiene consecuencias
que la preservación de partes esqueletales esté directas para la interpretación del registro arqueo-

Otaola 817
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

lógico del sitio, que ya han sido detalladas por Fa- zar los conjuntos del sitio (Tabla 2). La unidad II es
vier Dubois. Por un lado, la depositación lenta -y la menos afectada por estos agentes; sin embargo,
probablemente discontinua- de sedimentos difi- como mencionamos, es la que posee estadios más
culta la identificación de distintos eventos de ocu- altos de meteorización, y en ella sobrevivieron es-
pación, ya que produce un registro promediado, de pecímenes de mayor densidad ósea. Observamos
baja resolución e integridad. En cuanto al material que la unidad IIa presenta un alto porcentaje de
faunístico, podemos plantear algunas expectativas acción de carnívoros y roedores. Por otra parte, las
con respecto a su preservación. La principal impli- raíces afectaron considerablemente a los especí-
cancia de esta sedimentación lenta es la prolonga- menes de la unidad IIIa.
da exposición en superficie de los materiales óseos,
produciendo como resultado estadios de meteori- Unidad II Unidad IIa Unidad IIIa
zación elevados (Favier Dubois 1999).
3,8 % 19,8% 8%
La meteorización también influyó en la pre- Carnívoros
servación diferencial de los especímenes. Como Roedores 6,9% 11,1% 7,7%
vemos en la figura 3 los especímenes de la unidad
Raíces 4,6% 8,2% 13%
II indican una meteorización relativamente avanza-
da, con un 45% de los especímenes en estadios 3 Tabla 2. Principales agentes tafonómicos que afectaron
y 4. A diferencia de esto, la meteorización afectó a la muestra.
en menor medida y de modo bastante similar a los
conjuntos de las unidades IIa y IIIa. En ambos, casi Es decir que hay una gran cantidad de variables
el 75% se encuentra en estadios 0, 1 y 2; el restante que afecta la preservación de los elementos. Por
25% se ubica en estadios 3 y 4. Esto probablemente ello, es fundamental que midamos todas estas va-
se relacione con la mayor protección que brindaba riables de manera independiente y luego hagamos
el alero en estos depósitos -especialmente en la un análisis global de todos los agentes y procesos
unidad IIIa-, debido a la presencia de grandes rocas tafonómicos que afectaron a la muestra (Behrens-
que aminoraban el efecto de los vientos dominan- meyer 1991).
tes en la región (Franco et al. 2007; Mehl y Franco Los estudios presentados indican entonces, que
2008). las unidades estratigráficas analizadas estuvieron
Con respecto a la acción de carnívoros, roedo- afectadas en distinta medida por uno u otro agente
res y raíces, vemos que su incidencia es lo suficien- tafonómico.
temente elevada como para tener cautela al anali-

Figura 3. Meteorización en las distintas unidades de análisis.

818
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”

Contrastación de las evidencias faunísticas ocupación del alero o intensidad de explotación del
con las expectativas planteadas taxón guanaco por varios motivos. Uno de ellos es
Retomamos las expectativas diacrónicas plan- que la fragmentación diferencial puede influir en
teadas inicialmente: la cantidad de especímenes contabilizados. Para
1. Para momentos más tempranos de la secuen- evaluar esto calculamos el índice de fragmentación
cia analizada (unidad IIIa) esperamos una menor para los huesos largos de guanaco siguiendo la me-
frecuencia de especímenes óseos descartados y todología propuesta por Lyman (1994, 2008). Utili-
mayor evidencia de carnívoros. zamos los valores de MNE y NISP de huesos largos
2. Para los momentos más tardíos, correspon- de guanaco. Los resultados expresados en la tabla
dientes a la ocupación efectiva del área, (unidad II 3 indican que los huesos de la unidad IIIa se encuen-
y IIa), esperamos un aumento en la frecuencia de tran más fragmentados, ya que el valor del índice
especímenes óseos descartados y una menor fre- de fragmentación es considerablemente mayor al
cuencia de evidencias de carnívoros. de las unidades IIa y II. Es decir que la fragmenta-
Para analizar las dos variables contenidas en ción podría explicar hasta cierto punto los valores
estas expectativas (cantidad de especímenes des- elevados de NISP en la unidad IIIa, ya que la tasa de
cartados y evidencia de carnívoros), consideramos depositación es mayor en los momentos más tar-
únicamente los especímenes correspondientes a díos de la secuencia.
guanaco y mamífero grande, debido a que estos Para evaluar la tasa de depositación de espe-
son los que presentan evidencias de procesamien- címenes en los dos momentos planteados en las
to antrópico y marcas de carnívoros. El resto de los expectativas nos vemos obligados a considerar los
taxones analizados proveen datos proxy de suma datos de las unidades II y Ila por un lado y la unidad
utilidad aunque no tanto para el tipo de preguntas IIIa por el otro, ya que las dos primeras correspon-
generadas en las expectativas. derían -de acuerdo con las hipótesis previas ba-
sadas en otras líneas de evidencia- a la ocupación
Tendencias en la depositación de especíme- efectiva del área y la IIIa a momentos de coloniza-
nes a través del tiempo ción inicial. Calculamos dicha tasa a partir de dividir
En la unidad IIIa, se registraron 362 especíme- la cantidad de especímenes de guanaco y mamífe-
nes (236 de guanaco y 126 de mamífero grande); ro grande por la cantidad de años que representan
en la unidad IIa se registraron 215 especímenes (133 cada una de estas unidades de análisis. Un proble-
corresponden a guanaco y 82 a mamífero grande) ma se plantea al considerar la base de la unidad IIa,
y en la unidad II se registraron 260 especímenes ya que no está fechada. Por este motivo, utilizamos
de estos dos taxones (de los cuales 115 son de gua- el fechado de los comienzos de la ocupación efec-
naco y 145 de mamífero grande). Es decir que se tiva, por arriba del derrumbe de rocas obtenido en
observa una mayor cantidad de especímenes en la las excavaciones previas (Franco y Borrero 2003).
unidad más temprana de la secuencia (unidad IIIa). Los resultados de estos cálculos (Tabla 4) indican
Sin embargo, estos valores por sí solos no pueden una mayor depositación de especímenes en la par-
considerarse como indicadores de intensidad de te más tardía de la secuencia, donde se registra una

NISP guanaco
NISP huesos largos MNE de huesos Índice
Unidad y mamífero NISP guanaco
de guanaco largos de guanaco Fragmentación
grande

II 260 115 40 14 2,8

II a 215 133 81 24 3,3

IIIa 362 236 133 27 4,9

Tabla 3. NISP de guanaco y mamífero grande e Índice de fragmentación de elementos de guanaco.

Fechados Cantidad Tasa de descarte guanaco NISP% con


NISP guanaco y
Unidad 14
C años A.P años y mamífero grande por marcas de
mamífero grande
aprox. año carnívoros

II y IIa 475 3800-2525 1275 0,37 15%

IIIa 362 5395-6270 874 0,13 8%

Tabla 4. Tasa de depositación de especímenes.

Otaola 819
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tasa de 0,37 especímenes por año, mientras que en nar que estos valores, no serían dependientes de la
los momentos más tempranos se registra una tasa cantidad de especímenes ya que la unidad que po-
de 0,13 especímenes por año. see menor cantidad de especímenes (unidad IIa) es
la más afectada por carnívoros. Correlacionamos la
Evidencias de carnívoros en el alero cantidad de especímenes de cada unidad sedimen-
Las evidencias de carnívoros en estas dos uni- tológica con la cantidad de especímenes con mar-
dades de agregación indican que en momentos cas de carnívoros y obtuvimos un valor de R= -0,5
más tempranos habría habido una menor presen- (p>0,05), lo que indica una correlación negativa y
cia de carnívoros, sólo un 8%, y en momentos más estadísticamente no significativa entre la frecuen-
recientes se habrían registrado una mayor presen- cia de especímenes y la cantidad de fragmentos
cia de los mismos, 15%. Sin embargo, cabe mencio- óseos con marcas de carnívoros.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Para analizar los aspectos relacionados con la los carnívoros locales con objetivos fundamen-
utilización del alero y el tiempo de permanencia talmente tafonómicos, pero en ninguno de estos
en el sitio, hemos mencionado el trabajo de Franco trabajos se aborda directamente la relación entre
(2002a) quien ha estudiado distintas características la utilización de cuevas y aleros por carnívoros y hu-
de los conjuntos artefactuales. Por ejemplo, los ti- manos. Apelando a trabajos europeos que abordan
pos de materias primas empleadas para la confec- esta temática, encontramos que la presencia de
ción de instrumentos, la localización de sus fuentes restos óseos de carnívoros en sitios del Viejo Mun-
de aprovisionamiento, distancia de las mismas, do ha sido utilizada para discutir ciertos aspectos
las clases de artefactos representados y el estado de la evolución del comportamiento humano como
en el que se halló el artefacto (p. ej. fragmentado, el consumo de carne en homínidos tempranos, la
agotado). Estas variables condujeron a los análisis práctica de caza versus carroñeo, el acceso prima-
ya descriptos y a partir de ellos se relacionaron los rio a las carcasas por carnívoros u homínidos entre
depósitos del sitio con distintos momentos (sen- otras cosas (entre otros, Egeland et al. 2004). Las
su Borrero 1994-95) de poblamiento del área, es- marcas de carnívoros también se han utilizado para
timándose la longitud temporal aproximada de discutir competencia dentro de ciertos ambientes
cada una de esas instancias sobre la base de los (Oliver 1994; Lupo y O´Connell 2002) y la utiliza-
fechados disponibles. Una de las conclusiones al- ción de cuevas “de tiempo compartido o de tiem-
canzadas previamente es la lenta incorporación del po completo” por parte de carnívoros y humanos
espacio con cambios en los rangos de acción, que (Straus 1982). Este último aspecto es pertinente
se van orientando hacia el sur a medida que trans- para nuestro caso de estudio, ya que está relacio-
curre el tiempo, aumentando la utilización del sitio nado con aspectos demográficos y procesos de
ChM2 por los grupos de cazadores que habitaron poblamiento que tienen connotaciones a nivel de
la región. Considerando los conjuntos faunísticos los tiempos de permanencia humana en un sitio de-
de ChM2 como línea de evidencia independiente, terminado (Gamble 1990; Mondini 2002; Thackeray
pudimos también indagar sobre la utilización del 2007). Straus (1982) planteó como hipótesis que
sitio y contribuir con los resultados de las investi- los conjuntos musterienses de diversas cuevas de
gaciones previas. En este sentido, cabe señalar que la región vasco-cantábrica deberían poseer mayor
hay un aumento en la depositación de especíme- cantidad de restos de carnívoros que los conjuntos
nes óseos a través del tiempo, lo que es consistente del Paleolítico Superior Tardío.
con las expectativas planteadas. Esta idea “tiene su racionalidad en que los Nean-
Un aspecto que resalta, sobre todo en la uni- dertales, que aparentemente eran más dependien-
dad IIa, es la gran proporción de elementos óseos tes del carroñeo y de la caza oportunística que sus
de guanaco y mamífero grande con evidencias de sucesores del Paleolítico Superior, probablemente
marcas generadas por carnívoros (casi un 20%). ocuparon las cuevas de modo menos intensivo que
Este porcentaje es más elevado de lo usualmente los Homo sapiens sapiens, por lo que [durante el
registrado en otros sitios del área. Existen diversos Paleolítico Medio, momento en el que hay eviden-
trabajos que abordan la ecología de carnívoros que cias de una menor demografía] las mismas cuevas
habitan Patagonia (Martin y Borrero 1997; Martin habrían sido utilizadas por los carnívoros como ma-
1998; Borrero y Martin 1999; Franklin et al. 1999; drigueras, con ocupaciones homínidas esporádi-
Borrero et al. 2005). En estos trabajos se realizan cas” (Strauss 1982, p. 75, traducción nuestra).
estudios sobre el comportamiento de algunos de Desde esta perspectiva, en cuanto al proceso de

820
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”

poblamiento de una región podríamos esperar que continua del alero por parte de las poblaciones hu-
en momentos de exploración y colonización inicial, manas para estos momentos. La mayor frecuencia
caracterizados por una baja demografía y en donde de marcas de carnívoros podría estar, entonces, en
los sitios serían utilizados de manera discontinua y relación con la disponibilidad de carne o grasa en
por períodos cortos (Borrero 1994-95), se observe los desechos generados por humanos. Esto deberá
una mayor actividad de carnívoros que en momen- evaluarse con mayor profundidad en el futuro.
tos de ocupación efectiva. En este trabajo buscamos integrar la informa-
Sin embargo, en el sitio ChM2 ocurre exacta- ción arqueofaunística con el resto de las evidencias
mente lo contrario, señalando lo opuesto a lo plan- publicadas para el área en la que se encuentra el si-
teado en nuestras expectativas. En momentos de tio ChM2. En un sentido, las evidencias faunísticas
colonización inicial del área se registró una propor- son concordantes con las evidencias presentadas
ción menor de especímenes con daños generados previamente ya que podemos decir que hay un au-
por carnívoros (8%) en comparación con lo regis- mento en la cantidad de especímenes óseos desde
trado en las unidades correspondientes a una ocu- los depósitos inferiores a los superiores tal como
pación efectiva del área, en donde se registró un habíamos planteado en nuestras expectativas. Con
15% de especímenes con marcas de carnívoros. Por respecto a la relación hombre-carnívoros en la uti-
otro lado, para este momento las evidencias líticas lización del alero, debemos continuar indagando
han demostrado un incremento en la utilización sobre la potencialidad de esta línea de evidencia
humana del alero (Borrero y Franco 2000; Franco para analizar la presencia humana en sitios arqueo-
2002a). lógicos.
En síntesis, lo planteado en las expectativas so- Como conclusión, consideramos que algunos
bre el material faunístico en relación con la canti- aspectos de las evidencias faunísticas pueden ser
dad de especímenes óseos depositados para este utilizadas para indagar sobre la intensidad de uso
momento son concordantes con las evidencias líti- humano de un sitio, sin embargo, esta propuesta es
cas. En cuanto a la relación entre utilización huma- exploratoria y será necesario profundizar los análi-
na y utilización de carnívoros del alero, a diferen- sis presentados, entre ellos las consecuencias tafo-
cia de lo que planteamos en nuestras expectativas nómicas de la alternancia ocupacional de humanos
iniciales, cuando hubo mayor utilización humana y carnívoros en cuevas y aleros de Patagonia Meri-
del alero habría habido una mayor presencia de dional.
carnívoros. Esto podría implicar la utilización dis-

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo formó parte de la tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas, defendida en la Uni-
versidad de Buenos Aires, en el mes de marzo del 2008. La misma fue dirigida por Nora Franco. A ella le
agradezco toda su generosidad y dedicación. Quiero agradecer especialmente a Ramiro Barberena y a
Nora Franco nuevamente por la lectura crítica del manuscrito. A Fabiana Martin y a Lorena L´Heureux
por su ayuda con la determinación de algunos especímenes. A Juan Maryañski, Florencia Ferrari, Mariana
Ocampo, Brenda Gillio, Ana Guarido, Rodrigo Vecchi, Erico Gaal, Marcela Arredondo, Melina Bednarz,
Gabriela Armentano, Irene Lantos y Maximiliano Tello por su colaboración en los trabajos de campo en
Chorrillo Malo y en el laboratorio. También a Adriana Mehl por su colaboración en el campo y por resolver
nuestras dudas geológicas. A Don Mayo Arredondo, puestero de la estancia Chorrillo Malo, quien me
ayudó a preparar la muestra comparativa de guanaco con la cual pude estudiar todo el material presen-
tado en este trabajo. A Gerardo Povaszán, al guardaparque Martín Gray, a Pablo Díaz, a Andrés Gader y la
Asociación de Guías de El Calafate. A los empleados de la Planta estable Campamentil 17 de octubre, en
el Parque Nacional Lago Roca. A los dueños de la Estancia Chorrillo Malo y La Anita, y al Sr. Enrique Viel.
Los trabajos de campo a partir de los cuales se llevó a cabo esta investigación, fueron posibles gracias
al financiamiento de Heinz Foundation y a la Universidad de Buenos Aires (UBACyT F140).

NOTAS
1
. Entendemos que un espacio es marginal cuando es utilizado de manera discontinua en relación con
las principales vías de circulación del área. El concepto de marginalidad está relacionado con la distri-
bución y el funcionamiento de las poblaciones y no necesariamente con la productividad del ambiente
(Borrero 2004).
2
. El NNISP representa el NISP de cada elemento dividido la cantidad de veces que el elemento se
encuentra en el esqueleto del taxón en cuestión, en este caso utilizamos NNISP%, es decir que estandari-
zamos los valores de NNISP con el fin de que los distintos niveles estratigráficos sean comparables.
Otaola 821
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

BIBLIOGRAFíA

Bartram, L. E y C. W. Marean Austral. Río Gallegos.


1999 Explaining the “Klasies Pattern”: Kua Borrero, L. A. y F. Martin
ethnoarchaeology, the Die Kelders Middle Stone 1999 Tafonomía de Carnívoros: un enfoque regional.
Age artifacts and carnivore ravaging. Journal of En Arqueología, Sólo Patagonia, editado por J. Gómez
Archaeological Science 26: 9-29. Otero, pp. 189-206. CENPAT-CONICET, Puerto
Behrensmeyer, A. K. Madryn.
1978 Taphonomic and ecologic information from Borrero, L. A., F. M. Martin y J. Vargas
bone weathering. Paleobiology 4(2):150-162. 2005 Tafonomía de la interacción entre pumas y
Behrensmeyer, A. K. guanacos en el Parque Nacional Torres del Paine,
1991 Terrestrial vertebrate accumulations. En Chile. Magallania 33(1): 95-114.
Taphonomy, Releasing the Data Locked in the Fossil Brain, C. K.
Record. Editado por P.A. Allison y D.E.G Briggs, pp. 1981 The Hunters or the hunted? An introduction to
291-335. Plenum, New York. african cave taphonomy. University of Chicago Press,
Belardi, J. B. y P. Campán Chicago.
1999 Estepa y Bosque: la utilización de los lagos y Carballo Marina, F., L. A. Borrero; N. V. Franco; J. B.
lagunas en la región de Lago Argentino (Provincia de Belardi; V. D. Horwitz; P. A. Campan; F. M. Martin; A. S.
Santa Cruz). En Soplando en el viento. III Jornadas de Muñoz; F. Borella; M. F. García y J. L. Lanata
Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi, J. 1999. Arqueología de la costa del lago Argentino, río
B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M. La Leona y pampas altas intermedias. Praehistoria 3:
De Nigris, pp. 25-41. Neuquén-Buenos Aires. 13-33.
Belardi, J. B., L. A Borrero, P. Campán, F. Carballo Egeland C. P., T. R. Pickering, M. Dominguez Rodrigo
Marina, N. V. Franco, M. F. García, V. D. Horwitz, J. y C. K. Brain
L. Lanata, F. Martin, F. E. Muñoz, A. S. Muñoz, y F. 2004 Disentangling Early Stone Age palimpsests:
Savanti determining the functional Independence of hominid-
1992 Intensive Archaeological Survey in the Upper and carnivore-drived potions of archaeofaunas.
Santa Cruz Basin, Southern Patagonia. Current Journal of Human Evolution 47: 343-357.
Anthropology 33: 451-454. Favier Dubois, C.
Binford, L. R. 1995 Aproximación geoarqueológica a los Estudios
1978 Nunamiut Ethnoarchaeology. New York, de Formación de Sitios. Análisis de caso de Fuego-
Academic Press. Patagonia. Tesis de Licenciatura. Universidad de
Binford, L. R. Buenos Aires.
1981 Bones. Ancient men and modern Myths. Favier Dubois, C.
Academic Press, London. 1999 Pedogénesis y formación de registros en
Borrero, L. A. bahía San Sebastián (Tierra del Fuego) y Lago Roca
1989-90 Evolución cultural divergente en la Patagonia (Santa Cruz).En Soplando en el viento. III Jornadas de
austral. Anales del Instituto de la Patagonia (Serie Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi, J.
Ciencias Sociales) 19: 133-139. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M.
Borrero, L. A. De Nigris, pp. 319-332. Neuquén-Buenos aires.
1994-1995 Arqueología de la Patagonia. Palimpsesto. Franco, N. V.
Revista de Arqueología 4: 9-69. 2002a Estrategias de utilización de recursos líticos
Borrero, L. A. en la cuenca superior del río Santa Cruz. Tesis de
2004 The Archaeozoology of the Andean “Dead doctorado, Universidad de Buenos Aires.
Ends” in Patagonia: Living near the Continental Franco, N. V.
Ice Cap. En Colonisation, Migration and Marginal 2002b ¿Es posible diferenciar los conjuntos líticos
Areas. A zooarchaeological approach, editado por atribuidos a la exploración de un espacio de los
M. Mondini, S. Muñoz y S. Wickler, Proceedings of correspondientes a otras etapas del Poblamiento?
the 9th Conference of the International Council of Revista Werken 3: 119-132.
Archaeozoology, Durham, pp. 55-61. Oxbow Books. Franco, N. V.
Borrero, L. A. y F. Carballo Marina 2008 La estructura tecnológica regional y la
1998 Proyecto Magallania: La cuenca superior comprensión de la movilidad humana: tendencias
del río Santa Cruz. En Arqueología de la Patagonia para la cuenca del río Santa Cruz. En Arqueología del
Meridional. Proyecto Magallania. Compilado por: L. extremo sur del continente americano. Resultados de
A. Borrero; Ediciones Búsqueda de Ayllu, pp. 11-27. nuevos proyectos, compilado por L. A. Borrero y N.
Concepción del Uruguay. V. Franco. Ed. Instituto Multidisciplinario de Historia
Borrero, L. A. y N. V. Franco y Ciencias Humanas (CONICET). Buenos Aires, en
2000 Cuenca Superior del río Santa Cruz: Perspectivas prensa.
temporales. En Desde el País de los Gigantes. Franco, N. V. y L. A. Borrero
Perspectivas arqueológicas en Patagonia, editado por 2000 Estrategias de utilización de Sierra Baguales.
Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S. Espinosa Tomo Actas del XVI congreso Nacional de Arqueología
II pp. 345-356. Universidad Nacional de la Patagonia Chilena. Tomo 2: 269-282. Copiapó, Museo Regional

822
Sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de Santa Cruz, Argentina. Enfoque arqueofaunístico de un sitio en un “callejón sin salida”

de Atacama. 29: 85-109.


Franco, N. V. y L. A. Borrero Lyman, R. L.
2003 Chorrillo Malo 2: initial peopling of the Upper 1994 Relative Abundances of Skeletal Specimens and
Santa Cruz Basin. En Where the South Winds Blow. Taphonomic Analysis of Vertebrate Remains. Palaios
Ancient Evidences of Paleo South Americans, editado 9: 288-298.
por L. Miotti, M. Salemme y N. Flegenheimer, pp. Lyman, R. L.
149-152. Center for the Studies of the First Americans, 2008 Quantitative Paleozoology. Cambridge Manuals
A&M Texas University. in Archaeology. Cambridge University Press.
Franco, N. V., L.A. Borrero y M.V. Mancini Mancini, M. V.
2004 Environmental changes and hunter-gatherers at 1998 Análisis polínicos de secuencias arqueológicas
the south of Patagonia: the cases of Lago Argentino en el área de Lago Argentino. En Arqueología de
and Cabo Vírgenes (Argentina). Before Farming: the la Patagonia Meridional. Proyecto Magallania,
archaeology and anthropology of hunter-gatherers compilado por L. A. Borrero, Ediciones Búsqueda de
3(1): 1-17. Ayllu, pp. 111-132. Concepción del Uruguay.
Franco, N. V, A. Mehl y C. Otaola Mancini, M. V.
2007 Chorrillo Malo 2 (Upper Santa Cruz Basin, 1999 Cambios de la vegetación y del clima durante
Patagonia, Argentina): New data on its stratigraphic los últimos 5000 años en el área de Lago Argentino,
sequence. BAR International Series 1601, Oxford. Santa Cruz. Asociación Paleontológica Argentina,
Vol.14: 141-145. Publicación Especial 6: 49-53.
Franco, N. V; L. A. Borrero, J. B. Belardi, F. Carballo Mancini, M. V.
Marina, F. M. Martin, P. Campán, C, Favier Dubois, 2002 Vegetation and climate during the Holocene
N. Stadler, M. I. Hernandez Llosas, H. Cepeda, S. A. in Southwest Patagonia, Argentina. Review of
Muñoz, F. Borella, F. Muñoz, I. Cruz. Palaeobotany and Palinology 122: 101-115.
1999 Arqueología del cordón Baguales y sistema Martín, F. M.
lacustre al sur del Lago Argentino. (Provincia de 1998 Madrigueras, dormideros y letrinas. En
Santa Cruz). Praehistoria Nº 3: 65-86. Arqueología de la Patagonia Meridional. Proyecto
Franklin, W. L., W. E. Johnson, R. J. Sarno y J. A. Magallania, compilado por L. A. Borrero. Ediciones
Iriarte Búsqueda de Ayllu, pp. 73 a 96. Concepción del
1999 Ecology of the Patagonian puma Felis concolor Uruguay.
patagónica in southern Chile. Biological Conservation Martín, F. M.
90: 33-40. 2006 Carnívoros y huesos humanos de Fuego-
Gamble, C. Patagonia. Aportes desde la tafonomía forense.
1990 El Poblamiento paleolítico de Europa. Traducción Sociedad Argentina de Antropología, colección Tesis
castellana para España y América por Editorial de Licenciatura, Bs.As.
Crítica, Barcelona. Martin F. M y L. A. Borrero
Goñi, R., G. Barrientos y G. Cassiodoro 1997 A Puma lair in southern Patagonia: implications
2000-2002 Condiciones previas a la extinción de las for the archaeological record. Current Anthropology,
poblaciones humanas del sur de Patagonia. Una 38 (3): 453-461.
discusión a partir del análisis del registro arqueológico Mehl, A.
de la cuenca del Lago Salitroso. Cuadernos del 2006 Análisis sedimentológico del sitio arqueológico
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Chorrillo Malo 2, Lago Argentino, Provincia de Santa
Latinoamericano 19: 249-266. Cruz, Argentina. Informe inédito. Ms.
Grayson, D. K. y C. J. Frey Mehl, A y N. V. Franco
2005 Measuring Skeletal Part Representation in 2008 Cambios en la morfología de los reparos
Archaeological Faunas. Journal of Taphonomy 2 (1): rocosos. El caso de los sitios arqueológicos Chorrillo
27-42. Malo 2 y Río Bote 1 (Pcia. De Santa Cruz, Argentina).
Gutiérrez, M. A. Comunicación presentada en las VII Jornadas de
2004 Análisis tafonómicos en el área Interserrana Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En
(provincia de Buenos Aires). Tesis Doctoral inédita. este volumen.
UNLP. Mengoni Goñalons, G. L.
Haynes, G. 1999 Cazadores de guanacos de la estepa patagónica.
1980 Evidence of carnivore gnawing on Pleistocene Sociedad Argentina de Antropología. Colección Tesis
and Recent mammalian bone. Paleobiology 6 (3): Doctorales. Buenos Aires.
341-351. Mercer, J. y T. Ager
Lam, Y. M. y O. M. Pearson 1983 Glacial and Floral changes in Southern Argentina
2004 The fallibility of bone density values and their since 14,000 years ago. National Geographic Society
use in archaeological analyses. Journal of Taphonomy Research Reports 15: 455-477
(2):99-115 Mondini, M.
Lupo, K. D y J. F O´Connell 2002 Magnitude of faunal accumulation by carnivores
2002 Cut and tooth mark distributions on large and humans in the South American Andes.En From
animal bones: ethnoarchaeological data from Hazda Biosphere to Litosphere, editado por Terry O´Connor,
and their implications or current ideas about early pp. 16-24. Oxbow Books, Oxford.
human carnivore. Journal of Archaeological Science
Otaola 823
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Muñoz, A. S.
1999 El registro arqueofaunístico del sitio Campo del
Lago 2. Implicaciones para el estudio de los procesos
de formación del registro arqueológico en la costa
sur del Lago Argentino (Provincia de Santa Cruz,
Argentina). Praehistoria 3:105-117.
Oliver, J. S.
1994 Estimates of hominid and carnivore involvement
in the FLK Zinjanthropus fossil assemblage: some
socioecological implications. Journal of Human
Evolution, 27, pp. 267-294.
Otaola, C.
2008 Explotación faunística durante el Holoceno
Medio y Tardío en el sitio Chorrillo Malo 2, Provincia de
Santa Cruz, Argentina. ¿Variaciones o continuidades?
Tesis de Licenciatura, Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires.
Pafundi, L. G.
2006 Implicancias Arqueológicas y Modelizaciones
Gráficas de los Endicamientos del Sistema Lacustre
al Sur de Lago Argentino (Pcia. de Santa Cruz,
Argentina). Tesis de Licenciatura, Facultad de
Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Pafundi, L. G.
2007 Barreras biogeográficas temporales y
disponibilidad de vías de circulación. Modelizaciones
gráficas de los endicamientos del sistema lacustre
al sur del Lago Argentino, (Santa Cruz, Argentina).
En Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando
piedras, desenterrando huesos...y develando arcanos,
editado por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G.
Bahamonde, pp. 61-74. Ediciones CEQUA, Punta
Arenas, Chile.
Retallack, G. J.
2001 Soils of the past. An Introduction to Paleopedology.
Segunda Edición. Oxford, Blackwell Science.
Stahl, P. W.
1999 Structural Density of Domesticates South
America Camelid Skeletal Elements and the
Archaeological Investigation of Prehistoric Andean
Ch´arki. Journal of Archaeological Science 26  :1347-
1368.
Stine, S.
1994 Extreme and persistent drought in California and
Patagonia during medieval time. Nature 369: 546-549.
Straus, L. g.
1982 Carnivores and Cave sites in Cantabrian Spain.
Journal of Anthropological Research, 38: 75-96.
Thackeray, F.J.
2007 Hominids and carnivores at Kromdraai and other
Quaternary sites in Southern Africa. Breathing life
into fossils: taphonomic studies in honor of C.K.(Bob)
Brain, editado por T.R. Pickering, N. Toth y K.Schick,
pp. 67-74. Stone Age Institute Press.

824
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de
guanacos del Holoceno tardío en el norte de
Tierra del Fuego (Argentina)
Fernando Santiago1y Mónica Salemme1,2

A B S T R A C T

“Guanacos” have been the main resource and the critical source of meat, bone, fat, and leather
for hunter-gatherers from Patagonia and Tierra del Fuego regions. Las Vueltas 1 site (53º 37.715’
S – 68º 01.656 W) is the first place identified as a kill and processing site of Lama guanicoe
from the Late Holocene (14C 949 ± 41 years BP) that allow us to check the ethnographical
data. It is an open air site exposed by aeolian action that shows a great amount of bones
on surface. Most of these bones are guanaco remains (91%) and an unknown quantity of
materials is still buried. Other taxa less represented are birds, marine mammals, rodents and
carnivores. More than 70% of 2023 bones were identified at specific level; the sample is very
well preserved and shows a high integrity; specimens of appendicular skeleton of guanaco are
predominant, and a high frequency of them present different signals of anthropic origin. The
taphonomic analysis indicates the activity of other agents, though with a very low incidence.

INTRODUCCIÓN

La forma de obtención de las presas que contri- Sin embargo, en la literatura etnográfica se en-
buyeron a la dieta prehispánica ha sido un motivo cuentran referencias que confirmarían que la caza
de preocupación constante entre los arqueólogos. comunal era practicada por los Selk`nam de Tierra
Para quienes trabajamos en una isla, como es Tierra del Fuego (Gusinde 1990).
del Fuego, es también un motivo de atención per- Otro punto de interés es cómo practicaron la
manente cuando de reflexionar sobre la relación caza en el mundo pre-europeo. Existen pocos de-
entre los cazadores y la fauna se trata. predadores que practican emboscadas sociales, un
En este sentido, si acceder a las presas fue un ejemplo de ello son los leones africanos; los huma-
motivo que requirió de varios individuos a la vez nos modernos representan otro ejemplo –y para-
(caza cooperativa o comunal) o si individuos solita- digmático- de este tipo de caza (Stiner 1990, 1994;
rios eran eficientes en la captura de ciertas presas Steele y Baker 1993). Las prácticas de caza comunal
ha ocupado a diversos autores. Algunos de ellos por humanos están ampliamente documentadas
han planteado que, evolutivamente, varios facto- etnohistóricamente (Gusinde 1990, para el área de
res convergían para sugerir que no habrían existido estudio de este trabajo); etnoarqueológicamente
eventos de cacería masiva de guanacos en Fuego- (Binford 1978) y arqueológicamente (Speth 1983;
Patagonia, sosteniendo que el tamaño, la forma Dewar et al. 2006; Hill et al. 2007; entre muchos
de distribución de los sitios así como el comporta- otros). Las prácticas cinegéticas culturales son muy
miento territorial del guanaco indicarían que esta variadas, espacial y temporalmente; en algunos
técnica de caza nunca fue practicada en el extremo casos se utilizan sofisticadas trampas, en otros la
austral del continente americano (Borrero 1990a: intercepción de animales en rutas migratorias o la
394; Mengoni Goñalons 1995; Muñoz 2002: 145). cooperación de considerable cantidad de personas

1 Laboratorio de Geología del Cuaternario, Centro Austral de Investigaciones Científicas, CONICET, Ushuaia, Tierra
del Fuego. [email protected]
2 Facultad de Humanidades y Cs. Sociales, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Sede Ushuaia.
[email protected]

Santiago - Salemme 825


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

en el arrinconamiento de animales en trampas na- reconocida y elaborada de la “depredación múl-


turales. tiple” (Speth 1983; Steele y Baker 1993; Dewar et
Entonces, para entender mejor la relación entre al. 2006; Hill et al. 2007). Cacería social y matanza
el número de personas participantes en una cacería masiva (por emboscada, intercepción, entrampa-
y la cantidad de presas adquiridas, en este traba- miento, etc.) son así considerados como eventos
jo nos referiremos a los términos “caza comunal”, inseparables y hablan del aspecto social de los ca-
“caza cooperativa” y “cacería colectiva”, como al zadores, que retornan al grupo (o el grupo va hacia
acto de dos o más depredadores (cazadores) impli- ellos) con gran cantidad de carne, grasa, etc., para
cados en la persecución y matanza de una presa. ser compartidas con los miembros no cazadores
Así, el énfasis está puesto en el número de cazado- del grupo social.
res involucrados en una cacería y no en el número ¿Es posible que las estepas patagónicas hayan
de presas obtenidas en la misma (Steele y Baker sido una excepción a la caza masiva por embos-
1993). En tanto, el concepto de cacería masiva o cadas? El análisis de la fauna del sitio Las Vueltas
depredación en masa (mass kill, mass predation) 1 ofrece alternativas para plantear como hipótesis
refiere a una forma especializada de “depredación que por lo menos un evento de caza comunal y por
múltiple”, entendiendo por esto la instancia en encierro ocurrió en este área de lagunas de la este-
que más de un especimen es capturado en un lap- pa fueguina. El sitio está emplazado en una lengua
so relativamente breve en un episodio de caza en de tierra entre dos lagunas, rodeadas por suaves
contraposición a la obtención de un único individuo elevaciones (Figura 1A-B-C). Un fechado radiocar-
independientemente de la cantidad de cazadores bónico sobre hueso de guanaco, procedente de es-
implicados en el evento (Steele y Baker 1993). tratigrafía arrojó un resultado de ca. 1000 años AP.
La cacería masiva es, entonces, la forma más

EL SITIO Y LA REGIÓN

Las Vueltas 1 (LV1) se encuentra ubicado a los Tal como se describió antes, el sitio está empla-
53º37.715´ S - 68º01.656´ O (Figura 1B), a escasos 4 zado en una lengua de tierra entre dos lagunas, ro-
km en línea recta de la costa Atlántica. Este sitio fue deadas por elevaciones de origen Terciario; por es-
detectado en abril de 2005 durante prospecciones tas características el terreno se asemeja a un amplio
sistemáticas (Santiago et al. 2007) y en la primera anfiteatro que se abre hacia el Oeste. La laguna Las
visita del mismo se observaron grandes cantidades Vueltas -situada al oeste del sitio- es más grande y
de huesos de guanaco y materiales líticos en super- tiene aguas permanentes y de mayor profundidad
ficie; el área “sembrada” de materiales arqueoló- que la laguna pequeña situada al este, la cual po-
gicos cubría aproximadamente 600 m2 (Figura 2). see aguas someras. Ambas habrían constituido ex-
Esta superficie había perdido la cobertura vegetal celentes lugares para abrevaderos de guanacos y,
y estaba erosionándose por la acción eólica, la cual consecuentemente, sitios apropiados para su caza
había “descubierto” un sitio arqueológico, expo- intensiva; en la actualidad los campos son utiliza-
niendo miles de huesos e instrumentos líticos. dos para pastoreo de ganado ovino y es frecuente
Para los arqueólogos, esta erosión ha producido observar los rebaños pastando y bebiendo en este
el paisaje ideal de trabajo. En un área “excavada” lugar. El depósito arqueológico aparenta derivar de
como ésta podíamos buscar patrones interpreta- una sola ocupación, así lo sugieren la estratigrafía
bles de depositación y descarte, o de alteraciones de la excavación y la dispersión vertical del mate-
postdepositacionales producidas por la acción eóli- rial enterrado: un fechado radiocarbónico sobre
ca u otros agentes. Entre los materiales expuestos un hueso de guanaco procedente de estratigrafía
se registraron principalmente restos óseos de gua- arrojó una edad de 14C 949 ± 41 AP (AA69656).
naco y material lítico, tales como lascas (especial- En este trabajo se presenta solamente el aná-
mente microlascas), lascas con filos naturales, rae- lisis del material faunístico recolectado en superfi-
deras, raspadores, núcleos, percutores, yunques y cie durante una campaña en 2005, en tanto que los
dos puntas de proyectil. restos recuperados en estratigrafía (febrero 2008),
El material óseo en superficie se presentaba for- aún se encuentran en proceso de estudio.
mando asociaciones de distintos tamaños; a estas
agrupaciones las denominamos “conjuntos” y los
identificamos con letras de la A a la L (Figura 1D).

826
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

Figura 1. A) Ubicación geográfica. B)


Área de estudio. C) Foto aérea, en el
recuadro se marca la superficie del
sitio. D) Mapa de planta y cuadrículas
analizadas en este trabajo.

Santiago - Salemme 827


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 2. Sitio LV1, dispersión en superficie de material óseo (foto tomada en noviembre 2005).

MATERIALES Y MÉTODOS

Se reticuló una porción del sitio en cuadrículas impacto, negativos de lascados, alteraciones por
de 5 x 5 m, abarcándose un área de 30 x 20 m (Figu- fuego y fracturas en estado fresco.
ra 3); con estación total se levantaron los ítems de La muestra de vertebrados está compuesta por
superficie de 8 de las 24 cuadrículas planteadas. La un NISP de 2023 especímenes, más 7 fragmentos
muestra proviene de las cuadrículas C2-D2-C3-E3- malacológicos (1 valva de Mytilus edulis y 6 de Pati-
F3-D4-E4-F4 (ver planta en Figura 1D). nigera sp.). En 1525 especímenes óseos se alcanzó
el nivel de especie, de los cuales el 90,8% (N=1394)
fue asignado a Lama guanicoe (Tabla 1).
En la muestra ósea identificada a niveles meno-
res se destacan los 457 especímenes asignados a
Mammalia; los mismos están compuestos por frag-
mentos de cráneo, diáfisis de huesos largos, lascas
óseas, astillas y segmentos mediales de costillas
sin ningún rasgo diagnóstico que permita su asig-
nación taxonómica.
Figura 3. Vista de sur a norte del sitio LV1. El recuadro Considerando la ausencia de otros mamíferos
marca la zona reticulada. terrestres del tamaño del guanaco en la isla Grande
de Tierra del Fuego y aplicando criterios tales como
Para el análisis de los materiales faunísticos se los presentados (Tablas 1 y 2), asumimos que estos
utilizaron las medidas convencionales en análisis fragmentos corresponden también a huesos de
zooarqueológicos -NISP, MNI, MNE, MAU- (Lyman guanaco. Tomando cada uno de los subconjuntos
1994; Mengoni Goñalons 1999, entre otros) y el óseos identificado, solamente el reconocido como
peso de los especímenes (Lefèvre et al. 2003). Mammalia se asemeja al subconjunto de guanaco,
Desde el punto de vista tafonómico, cada frag- tanto en similar estado de meteorización como en
mento se examinó macroscópicamente identifi- los porcentajes de marcas de origen tafonómico.
cando alteraciones por meteorización y modifica- Del resto de los huesos identificados, el otro
ciones por carnívoros, roedores, raíces y fracturas mamífero grande es el asignado a Pinnipedia, pero
en estado seco. las características del hueso en este subconjunto no
Entre los indicadores de origen antrópico se son similares a las del mamífero terrestre; además
detectaron huellas de corte, raspados, hoyos de teniendo en cuenta el contexto general del sitio, es

828
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

  Nombre vulgar Taxón NISP % Peso* %


Tuco-Tuco Ctenomys magellanicus 130 8,5 81,3 0,2
Identificados Guanaco Lama guanicoe 1394 91,4 51862 99,8
a nivel de especie
Zorro colorado Pseudalopex culpaeus 1 0,06 24 0,0

  SubTOTAL   1525 100 51967 100


Roedor Cricetidae 2 0,4 0,2 0,0
Identificados
Lobo marino Pinnipedia 10 2,0 180 5,0
A niveles
menores Aves Aves 29 5,8 59,9 1,7
Mamífero Mammalia 457 91,8 3338 93,3
SubTOTAL   498 100 3578,1 100
 
TOTAL   2023 100 55545,1   

Tabla 1. NISP, %NISP y peso de los taxones identificados.*En gramos.

contingente pensar que la mayoría de estos frag- En la tabla 2 se presenta la información sinteti-
mentos óseos sin ningún carácter diagnóstico (ver zada del material faunístico recuperado en las ocho
Pickering y Egeland 2006), provienen de la frag- cuadrículas; es evidente la sobredimensión de la
mentación de los huesos largos de guanaco. De los muestra en una especie en particular, por lo tanto
457 fragmentos indeterminados, el 86,9% corres- el objetivo de este trabajo está centrado particular-
ponde a segmentos de diáfisis de huesos largos. mente en los restos de Lama guanicoe.

Comparación taxonómica intra-sitio


    LG CT PI AV CR PS Mam
Datos de la muestra    
NISP   1394 130 10 29 2 1 457
MNI   34 12 1 4 1 1 0
Índice axial apendicular NISPax/NISPap 0,4 1,7 0,1 0 0 0 --
Espectro de edad % huesos fusionados 71,7 96,1 0 51,7 100 100 --
Datos de la acumulación    
Tamaño de la acumulación Tamaño en m2 200 200 200 200 200 200 200
Densidad Nisp/m2 6,97 0,65 0,05 0,15 0,01 0,01 2,29
Datos de modificaciones    
% meteorización estadio ≥ 2 14,7 0 0 0 0 0 11,2
% carnívoros   16,1 0 20 6,9 0 100 0,44
% quemados   0,2 0 0 0 0 0 1,5
% huellas de corte   12 0 0 0 0 0 3
% marcas de raíces   38,7 0,8 10 0 0 0 11,8

LG= Lama guanicoe; CT=Ctenomys magellanicus; PI: Pinnipedia; AV= Aves; CR= Cricetidae; PS=Pseudalopex
culpaeus; Mam= Mammalia
Tabla 2. Síntesis de la información zooarqueológica y tafonómica en LV1.

ANÁLISIS DE LA MUESTRA DE GUANACO

Distribución de elementos presenta en la tabla 3 y en la figura 4. Todas las par-


Se utilizaron dos métodos para proporcionar tes esqueletarias del guanaco están representadas
una imagen de la representación de las diferentes en diferentes proporciones, pero hay una marcada
partes de guanaco: el análisis del número de es- preponderancia de elementos del esqueleto apen-
pecímenes representados mediante las categorías dicular y un déficit de los elementos de la zona
NISP, MNI, MNE, MAU y el peso de los restos es- axial. Esta tendencia se observa tanto en las ca-
queletarios. tegorías que refieren al recuento de huesos (NISP,
La distribución de elementos de guanacos se MNI, MNE) como a la categoría referible al peso.

Santiago - Salemme 829


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

  Unidad Inmaduro Maduro Indeterminado NISP       %


  anatómica Iz Dr Ax Indt. Iz Dr Ax Indt. Iz Dr Ax Indt. Total MNI NME MAU MAU

Cráneo – 1 – – 2 1 1 – – – – 7 12 4 4 4 15,09
Petroso – – – – – – – – – – – – – – – – –
Incisivo – – – – – – – – – – – 1 1 1 – – –
Canino – – – – – – – – – – – 2 2 1 – – –
Molares – – – – – – – 7 – – – – 7 1 – – –
Axial

Maxilar – 2 – – 6 7 1 – 2 2 – – 20 12 12 12 45,28
Hemimandíbula – – – – 6 10 4 1 1 – – – 22 14 17 8,5 32,08
Atlas – – – – – – 4 – – – – – 4 4 4 4 15,09
Axis – – 2 – – – 3 – – – – – 5 5 5 5 18,87
Esqueleto

Cervicales – – 9 – – – 8 – – – 5 – 22 4 17 3,4 12,83


Toráxicas – – 34 – – – 33 – – – 4 – 71 6 67 5,58 21,07
Lumbares – – 4 – – – 11 – – – 3 – 18 3 15 2,14 8,09
Sacras – – 1 – – – 4 – – – 1 – 6 5 5 5 18,87
Caudales – – – – – – – – – – – – – – – – –
Vertebras Indet. – – 13 – – – 3 – – – – – 16 – – – –
Costillas – 1 – – 48 40 – – 4 5 – 84 182 9 98 4,08 15,41
Esternebras – – 6 – – – – – – – – – 6 2 6 1 3,77
Escápula – – – – 22 9 – – – – – 12 43 22 31 15,5 58,49
Húmero Px. 5 5 – – 13 16 – – – – – – 39 21 39 19,5 73,58
Húmero Ds. 1 – – – 18 20 – – – – – – 39 20 39 19,5 73,58
Húmero Diaf. – – – – – – – – 17 17 – – 34 10 19 9,5 35,85
Radioulna Px. 6 5 – – 28 14 – – – – – – 53 34 53 26,5 100
Radioulna Ds. 2 6 – – 19 14 – – – – – – 41 21 41 20,5 77,36
Radioulna Diaf. 2 3 – – 2 3 – – 23 24 – 7 64 26 47 23,5 88,68
Pisciforme – – – – 2 3 – 1 – – – – 6 4 6 3 11,32
Escafoide – – – – 5 2 – – – – – – 7 5 7 3,5 13,21
Cuneiforme – – – – 2 3 – – – – – – 5 3 5 2,5 9,43
Lunar – – – – 2 – – – – – – – 2 2 2 1 3,77
Apendicular

Magnum – – – – 4 2 – – – – – – 6 4 6 3 11,32
Trapezoide – – – – 5 6 – – – – – – 11 6 11 5,5 20,75
Unciforme – – – – 4 3 – – – – – – 7 4 7 3,5 13,21
Metacarp. Px. 2 1 – – 9 12 – – – – – – 24 13 24 12 45,28
Metacarp. Ds. 1 – – – – – – – – – – – 1 1 1 0,5 1,89
Hemipelvis – – – – 8 8 – 1 – – – – 17 8 16 8 30,19
Fémur Px. 1 2 – 3 7 8 – – – – – – 21 10 21 10,5 39,62
Fémur Ds. 1 2 – – 11 14 – – – – – – 28 16 28 14 52,83
Esqueleto

Fémur Diaf. – – – – – – – – 13 17 – 2 32 17 10 5 18,87


Rótula – – – – 2 3 – – – – – – 5 3 5 2,5 9,43
Tibia Px. 5 2 – – 10 15 – – – – – – 32 17 32 16 60,38
Tibia Ds. 3 6 – – 17 12 – – – – – – 38 20 38 19 71,7
Tibia Diaf. – – – – – – – – 23 23 – – 46 16 30 15 56,6
Astrágalo – – – – 10 14 – – – – – – 24 14 24 12 45,28
Calcáneo 4 3 – – 14 19 – – – – – – 40 22 40 20 75,47
Endocuneiforme – – – – 1 3 – – – – – – 4 3 4 2 7,55
Navicular – – – – 4 4 – – – – – – 8 4 8 4 15,09
Ectocuneiforme – – – – 1 3 – – – – – – 4 3 4 2 7,55
Cuboide – – – – 8 5 – – – – – – 13 8 13 6,5 24,53
Metatar. Px. – – – – 19 11 – – – – – – 30 19 30 15 56,6
Metatar. Ds. – – – – – – – – – – – – – – – – –
Metapod. Ds. – – – 8 – – – 39 – – – – 47 18 47 11,75 44,34
Metapod. Diaf. – – – – – – – 20 – – – 35 55 9 55 13,75 51,89
Falange 1 – – – 3 – – – 75 – – – 1 79 9 79 9,88 37,26
Falange 2 – – – 1 – – – 17 – – – 1 19 2 19 2,38 8,96
Falange 3 – – – 1 – – – 2 – – – – 3 2 3 0,38 1,42
Diáfisis Indet. – – – – – – – – – – – 73 73   – – –
  TOTAL 33 39 69 16 309 284 72 163 83 88 13 225 1394   1094    
Tabla 3. Partes esqueletarias de Lama guanicoe: NISP, MNE, MAU, %MAU y clases de edad.

830
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

El MNI para esta especie (34 individuos) fue anatómicas y traduciendo los mismos a porcenta-
calculado sobre la base de epífisis proximales de jes -usando el total de huesos de guanaco recupe-
radioulna, teniendo en cuenta su lateralidad y sec- rados- y a éstos se los compara con un esqueleto
tores diagnósticos de la misma (sensu Mengoni Go- de referencia (tomado de Lefévre et al. 2003), se
ñalons 1999). puede aplicar la siguiente ecuación:
En cuanto al peso de los especímenes, permi-
te estimar el aspecto relativo de las especies en la (Valor arqueológico - Valor referencia)
dieta cárnea. Esta aproximación parte del supuesto Valor referencia
que existe una relación entre el peso de los huesos
y la masa muscular soportada por ellos (Lefèvre et Siguiendo esta fórmula, se obtiene una recta de
al. 2003; Chaix y Mèniel 2005); pero es sin duda en referencia y = 0, sobre la cual se pueden colocar los
el análisis de la representación de cada una de las valores obtenidos para las osamentas arqueológi-
partes del esqueleto donde este método es más cas. Ploteando juntos ambos conjuntos de datos se
eficiente. Cada fragmento óseo tiene una masa obtiene una lectura directa de las pérdidas y de los
relativa constante en relación al conjunto del peso excedentes de los valores arqueológicos, según se
del esqueleto; si se pesa el esqueleto de un deter- encuentren por debajo o por encima de la recta de
minado animal, se obtienen valores de referencia referencia, como se observa en la figura 5.
para cada uno de los huesos, valores que pueden Con este método también se manifiesta la mis-
ser comparables con el peso de los restos arqueo- ma tendencia observada en la figura 4, esto es la
lógicos. sub-representación del esqueleto axial y la sobre-
Tomando el peso de los huesos por unidades representación del apendicular.

Figura 4. Distribuciones de %MAU: esqueleto axial, pata delantera, pata trasera y metapodio indeterminado.

Santiago - Salemme 831


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Posibles marcas de pisoteo se identificaron en sólo


0,8% de los huesos.
Dada la significativa señal de acción de carní-
voros (en el 16,1% de los especímenes), decidimos
evaluar su incidencia en el conjunto por medio del
índice de epífisis sobre diáfisis, el cual puede indi-
car cuan alterado por carroñeo está un conjunto
faunístico (Marean y Spencer 1991; Blumenshine y
Marean 1993). En LV1, dicho índice se calculó para
radioulna, húmero, fémur y tibia (Tabla 4), por ser
los huesos largos más representados.
En orden de eliminar una potencial sobre-repre-
Figura 5. Estimación de peso relativo por regiones sentación de fragmentos de diáfisis sólo incluimos
anatómicas en el conjunto arqueológico y valores de las identificadas para cada uno de los elementos
referencia. antes mencionados; también comparamos los nú-
meros obtenidos en el conjunto de este sitio con los
obtenidos por Blumenshine y Marean (1993:284)
Para estimar la pérdida de elementos como (Figura 6).
producto de la densidad mineral ósea, se realizó
la correlación entre la DO (valores tomados de El- Elemento Epífisis Diáfisis Índice
kin 1995, modificados por Miotti et al. 1999) y el Radiocúbito 94 64 1,47
%MAU del guanaco utilizando el test r de Spear- Húmero 78 34 2,29
man. El resultado fue no significativo, proyectando Fémur 49 32 1,53
un rS= 0,18 p>0.5 (sobre 40 puntos ploteados), es
Tibia 70 46 1,52
decir que no hay evidencia estadística de que exista
Total elementos 291 146 1,99
una dependencia entre la supervivencia de los frag-
mentos y la densidad mineral ósea. Promedio 1,70

Utilizando el mismo test, se correlacionaron Tabla 4. Índice de carroñeo.


también los valores %MGUI (tomados de Borrero
1990a, modificados por Lyman 1994) y %MAU de El promedio del índice indica claramente que
guanaco; el mismo arrojó un rS= 0,15p>0,5 (sobre este conjunto no ha tenido pérdidas significativas
35 puntos ploteados), siendo también un valor no de epífisis por parte de carroñeros; aunque se pue-
significativo para explicar la relación entre la pre- de constatar que las marcas de carnívoros están
sencia de huesos y la selectividad humana. presentes, las mismas no serían las responsables de
las principales ausencias de huesos registradas en
Integridad tafonómica del conjunto este conjunto. Además como se observa en la figu-
La información referente al estado de meteo- ra 6, el índice para LV1 está más cerca de los valores
rización registrado en el sitio, siguiendo los seis de huesos que solamente han sido fragmentados
estadios de Behrensmeyer (1978), indica el predo-
minio de estadios bajos: el estadio 0 se observó en
el 66,4% de la muestra, el estadio 1 en 18,9% de
los restos, 12,3% para el estadio 2 y 2,4% para el
estadio 3. No se observaron huesos en estadios 4 y
5 de meteorización.
Asimismo se tuvo en cuenta la tinción diferen-
cial (o indicadores de estabilidad sensu Guichón
et al. 2000) presente en los huesos, mostrando en
el 54,5% de los casos una cara blanqueada, en el
39,3% ambas caras del hueso se presentan blan-
queadas y en el restante 6,2% se observa tinte de
sedimentos.
Con respecto a otro tipo de alteraciones de
origen natural, se observan marcas de carnívoro
(punctures, furrowing, pitting, scoring) en 16,1% de Figura 6. Comparación de los valores del índice de
los especímenes, marcas de roedores en el 9%, en diáfisis/epífisis presentados por Blumenshine y Marean
tanto que el 38,7% presenta improntas de raíces. (1993) con los valores obtenidos en este trabajo.

832
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

con percutor -obtenidos experimentalmente por


Blumenshine y Marean (1993)- y muy lejos de los
valores presentes en los huesos que han sido tanto
objeto de trabajo humano como de carnívoros.
Por otra parte, los diversos estudios actualísti-
cos efectuados sobre los principales carnívoros de
Patagonia (Borrero 1990a, 1990b; Borrero y Martin
1996) coinciden en remarcar la baja incidencia que
tienen estos agentes sobre los conjuntos óseos,
considerando además que en Tierra del Fuego sólo
existen carnívoros de tamaño pequeño.
Con respecto a las fracturas resultado de la ac-
ción de agentes naturales sólo el 17% de las mismas
Figura 7. NISP y %NISP de huellas de acción antrópica.
son tafonómicas es decir, producidas sobre el hue-
so en estado seco.

Modificaciones óseas de origen antrópico


Lo más llamativo en la muestra analizada es la vértebras sobre las apófisis espinosas -a partir de
regularidad con la que fueron tratados todos los huellas de corte longitudinales al eje axial del hue-
huesos largos que se presentan fracturados de for- so-, así como en huellas de raspado en costillas. En
ma intencional y deliberada por acción humana, la figura 10A se presentan los porcentajes de hue-
con numerosas evidencias de procesamiento. Se sos con huellas de corte (sin discriminar cortes de
registró únicamente un hueso largo de guanaco sin raspados); en las figuras 10B y 10C se exponen los
fracturas (descontando las falanges, que habitual- porcentajes de hoyos de percusión y negativos de
mente se hallan completas) y se trata de un meta- lascados respectivamente.
carpo de un individuo juvenil. Con respecto al tratamiento de las epífisis de
En cuanto al análisis de las fracturas óseas, se los huesos largos, en 55 especímenes se identificó
observó que en el 83% de los casos las mismas fue- la presencia de surcos perimetrales, probablemen-
ron realizadas sobre el hueso en estado fresco. El te para ser utilizados como “machacadores”. En
tipo de fractura identificado fue longitudinal en el LV1 vemos una cierta selectividad en la elección de
38% de los casos, transversal en el 37% y espirala- partes esqueletarias para la utilización con tal fin,
das en 25%. prefiriendo principalmente epífisis proximales an-
En cuanto a la forma del borde de la fractura se tes que distales; el elemento más frecuentemente
observa que el 73% de los mismos son bordes regu- seleccionado fue el fémur, donde ambas epífisis
lares, un 7% presenta una regularización aún mayor han sido utilizadas pero al contrario que en el resto
de los bordes al mostrar “surco perimetral” y el res- de la muestra, la epífisis preferida ha sido la distal
tante 20% presenta una superficie astillada en sus (Tabla 5).
bordes. En el 95% de los casos los bordes astillados,
columnares e irregulares se corresponden con las
fracturas tafonómicas.
Otras evidencias de la acción antrópica verifi-
cadas entre las huellas de procesamiento son ne-
gativos de lascados, raspado, cortes, puntos de
percusión, surcos perimetrales, y en muy baja pro-
porción, quemado (Figura 7).

De todas las huellas consignadas, predominan


los negativos de lascados, los cuales se presentan
principalmente en el esqueleto apendicular (Figu-
ras 8 y 9), aunque también se encuentran algunos
en mandíbulas y vértebras lumbares.
Los cortes son visibles en las porciones distales
y proximales de húmeros, radioulna, fémur, tibia Figura 8. Metapodio distal con múltiples huellas
y metapodios y podrían atribuirse a procesos de antrópicas.
desmembramiento y desarticulación, en tanto el
proceso de descarne es visible en todos los tipos de

Santiago - Salemme 833


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 9. Fragmento de húmero con puntos de percusión y negativos de lascado.

Figura 10. A) Localización y


frecuencia de huellas de corte, B)
hoyos de percusión y C) negativos
de lascados en elementos esque-
letarios de guanaco. Cada número
indica abundancia relativa de hue-
llas en cada elemento (expresado
en porcentaje).

834
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

Marcado Perimetral-Machacadores juveniles, aquellos huesos sin fusionar, observán-


Elemento Radiocúbito Fémur Húmero Tibia dose en el 13% de la muestra (N= 72). En cambio,
Epífisis Px Dst Px Dst Px Dst Px Dst
TOTAL no se encontraron evidencias de crías en la mues-
tra analizada, si tenemos en cuenta los indicadores
12 3 10 17 1 0 12 0
N 55 óseos de estacionalidad propuestos por Kaufmann
15 27 1 12
(2004); este autor considera la presencia sin fusio-
% 27,3 49,1 1,8 21,8 100
nar de coracoides en las escápulas y del isquium-
Tabla 5. Marcado perimetral en huesos largos. ilium-pubis de la pelvis como buenos indicadores de
animales recién nacidos, puesto que estos puntos
La presencia de muescas de percusión, “surcos son centros de fusión tempranos donde el proceso
perimetrales”, huesos largos fragmentados y frac- de fusión es relativamente corto (2 a 4 meses).
turas en espiral, sugiere una intencionalidad en la Utilizando el método de erupción dentaria y
fracturación de los huesos largos, seguramente aunque la muestra de mandíbulas y maxilares de
para la obtención de médula. Probablemente algu- LV1 es pequeña (N=23), la tendencia que se obser-
nos de los huesos fueran utilizados como materia va es la misma que analizando el patrón de fusión
prima para instrumental óseo, tal como lo estarían de huesos largos, es decir, ausencia de crías. Sólo
indicando los “machacadores”, particularmente se identificaron dos especímenes (un maxilar y una
en los extremos distales de fémur y los extremos mandíbula) que indicarían individuos de unos 9 me-
proximales de tibia. Un análisis pormenorizado de ses de edad; en cambio no se observan chulengos
estos aspectos se realizará en trabajos futuros y recién nacidos.
proveerá de información adicional a los sistemas En la figura 11B se destaca la ausencia de indi-
de procesamiento, consumo y descarte. viduos seniles y de crías, siendo evidente la pre-
ponderancia de individuos adultos y en edad repro-
Perfiles etarios y sexuales ductiva. Utilizando la terminología de Stiner (1990)
La edad de los animales fue definida a partir del estaríamos frente a un perfil prime dominated es
estado de fusión de huesos largos, pelvis y escápula decir que predominan adultos en edad reproducti-
además de la presentación, desarrollo y desgaste va, que por otro lado, son los que acumulan subs-
de la dentadura, que toma en cuenta el grado de tanciales cantidades de grasas de la mejor calidad
desgaste relativo de las piezas dentarias perma- en las cavidades de los huesos largos.
nentes y la presencia/ausencia de las deciduas (Puig Por lo tanto, en LV1 el patrón de mortalidad no
y Monge 1983; Puig 1988). se condice exactamente ni con un patrón atricional
La determinación etaria basada en criterios de (en el cual las categorías más representadas son los
fusión de epífisis en huesos largos (Puig y Monge animales muy jóvenes y muy viejos, por tratarse
1983; Puig 1988; Mengoni Goñalons 1999; Kauf- de las edades más susceptibles a ser reguladas por
mann 2004; Vázquez 2004; Rindel y Belardi 2006) efectos naturales aislados), ni tampoco con un pa-
da una idea aproximada de la edad de muerte de trón catastrófico (donde las frecuencias encontra-
los animales (Figura 11A). Analizando los estados das coinciden con las edades de una población viva,
de la dentición se pueden reconstruir las tablas de con mayor frecuencia de individuos juveniles).
vida de los individuos en años (Figura 11B), siendo Esta diferencia con los dos modelos anterior-
esta aproximación más adecuada y confiable que el mente mencionados nos está indicando una selec-
método del estado de fusión de las epífisis, ya que ción de animales por parte del agente acumulador.
no todas fusionan simultáneamente. Sin embargo, Siguiendo a Stiner (1990) y restringiendo to-
en un sitio arqueológico no siempre se encuentran das las categorías de edad a tan sólo tres grupos,
la cantidad suficiente de mandíbulas como para se empleó un gráfico de tres ejes para mostrar los
emplear únicamente el último método menciona- patrones de mortalidad obtenidos en base al aná-
do; es por ello que se utilizan ambos métodos de lisis del desarrollo y desgaste de la dentadura. En
forma complementaria. la figura 11C constatamos que el punto que repre-
La categoría de adultos está conformada por senta al conjunto de individuos de LV1 cae dentro
los huesos totalmente fusionados y la misma co- de un perfil catastrófico (Stiner 1990; Lyman 1994).
rresponde al 83% de los especímenes en los que se Teoréticamente, por su no selectividad, un patrón
pudo observar este atributo (N=464). catastrófico va a representar mayor cantidad de
Se consideraron pertenecientes a adultos jóve- adultos y adultos jóvenes, que un patrón de muerte
nes aquellos huesos en los que se observó un esta- atricional.
do de fusión ósea marcado; esta categoría de edad Para determinar el sexo de los animales caza-
está representada en tan sólo el 4% de la muestra dos, se utilizó el método desarrollado por Raedecke
(N=20). Por último se consideraron de individuos (1978) en guanacos actuales y aplicado a un caso

Santiago - Salemme 835


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 11. A) Estados de fusión en huesos largos expresados en %NISP. B) Perfil de mortalidad en base a erupción
y desgaste dental comparación con perfil atricional (tomado de Raedecke 1978) y catastrófico (tomado de Stiner
1990). C) Grafico tri-polar (adaptado de Stiner 1994).

836
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

arqueológico por Lefèvre et al. (2003:78-79), en el


cual se mide el tamaño del alvéolo dental de los
caninos inferiores (diámetro máximo y mínimo del
alvéolo).
La muestra arqueológica de LV1 está constitui-
da por 7 mandíbulas que representan 7 individuos y
fue comparada con la colección de referencia dada
por los autores antes mencionados. Aunque las
medidas obtenidas en la muestra de LV1 están más
dispersas que la muestra actual (Figura 12), los da-
tos ponen en evidencia la presencia de dos grupos:
el de los machos, cuyo diámetro alveolar máximo
es superior a 10 mm y el de las hembras cuyo mis-
mo diámetro es inferior a 9 mm. En LV1 podemos Figura 12. Determinación sexual de la muestra siguien-
observar que el 71% de la muestra se corresponde do criterios de Lefèvre et al. (2003).
con los diámetros alveolares en machos y el restan-
te 29% a los de hembras.

DISCUSIÓN

La baja diversidad específica de mamíferos tes tales como cráneos, vértebras y costillas deben
grandes no es novedosa en el norte de Tierra del haber sido removidos del conjunto antes de depo-
Fuego en particular y de Patagonia en general. En sitarse, si tenemos en cuenta que la DO no está me-
el sitio LV1 esto queda claramente expuesto: la di- diando en la destrucción de los mismos, como se
versidad no sólo es muy baja, sino que además una demostró antes.
única especie -el guanaco- está sobre-represen- A manera de hipótesis podemos proponer que
tada. Los otros taxones registrados están en muy la acción eólica puede ser un agente sustractor de
baja proporción y –además- no muestran eviden- especímenes óseos. A partir del momento que la
cias de acción antrópica alguna; la frecuencia de cobertura vegetal se destruye y el sedimento que
tuco-tuco alcanza un 9% y los demás no superan el cubre a los ítems arqueológicos es removido por el
5%. Por ende, las características de la muestra de viento, el conjunto queda a merced de este agente
guanaco nos permiten interpretar la presencia de tal como si fueran partículas sedimentarias. De esta
esta especie como producto de la acción antrópica, manera, solamente subsisten in situ los elementos
asumiendo que un número alto de guanacos han más pesados o los que todavía están parcialmen-
sido capturados y procesados en el lugar. te entrampados por sedimentos (Santiago y Oría
La presencia de casi todos los elementos es- 2007).
queletarios en la muestra, aunque en números va- Un amplio rango de actividades de procesa-
riables, sugiere que los animales fueron matados y miento de guanacos se ha llevado a cabo en el sitio;
faenados en este lugar o muy próximo a éste. Ahora la abundancia de puntos de impactos (principal-
bien, hay que tener en cuenta la ausencia de algu- mente en huesos largos) y negativos de lascados
nas piezas esqueletarias, y explicar qué factores po- indican el procesamiento de forma intensiva de la
drían haber sido los causantes de estas ausencias, médula contenida en el canal medular de los hue-
tales como, cráneo, costillas, vértebras y falanges; sos largos (Pickering y Egeland 2006); sin embargo,
la ausencia de estas últimas podría explicarse por no se han encontrado evidencias de intentos de ob-
el “efecto Schlepp”, es decir que como parte del tener la grasa ósea contenida en el tejido esponjo-
proceso de cuereado hubieran quedado adheridas so de los mismos (Church y Lyman 2003; Munro y
al cuero del guanaco y viajado hacia otras localida- Bar-Oz 2005), ya que las epífisis se encuentran en
des; pero ¿el resto? su mayoría completas. Para una adecuada explota-
En algunos casos, y con posterioridad a la ex- ción de la grasa ósea es necesario que los huesos de
posición del sitio como consecuencia de la acción las epífisis sean fracturados en pedazos pequeños
eólica, elementos de la pelvis y escápulas (“huesos para poder extraerla de manera eficiente (Church
vela”) han sido desplazados a sectores más aleja- y Lyman 2003); no obstante, este patrón de frag-
dos de la concentración principal (observación per- mentación de epífisis no se observa en LV1 y los
sonal), pero otros elementos esqueletarios faltan- fragmentos indeterminados corresponden en su

Santiago - Salemme 837


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

mayoría a fragmentos de diáfisis (86.9%)1. menor proporción quemados; y secundariamente


Algunos especímenes han sido utilizados como actuó algún carnívoro, lo cual queda evidenciado
herramientas y se trata particularmente de los ex- por la presencia de las típicas marcas dejadas por
tremos distales y/o proximales de los huesos largos, los mismos, tales como “punctures”, “scoring”, etc.
a veces con una cierta preparación de los mismos y No obstante, utilizando el índice de epífisis sobre
otras naturalmente. En este sentido, la presencia diáfisis se demuestra que los carnívoros accedieron
de “surcos perimetrales” no sería producto de una al conjunto óseo una vez que el mismo fue descar-
particular técnica para conseguir la fractura trans- tado por los cazadores.
versal, sino que resultan del uso expeditivo del hue- Una vez abandonado el sitio y con el sepulta-
so como instrumento en actividades que pudieron miento de los huesos, se produjeron otra serie de
implicar machacado o percusión (Hajduk y Lezcano marcas en los mismos, representadas particular-
2005). Estos autores sostienen que de los extremos mente por improntas de raíces que se presentan
articulares remanentes de fracturar los huesos para en una parte de la muestra y, en menor proporción,
la extracción de la médula, se habrían obtenido al- marcas de roedores. Por último, con la exposición
gunos ejemplares que podrían utilizarse o acondi- de los huesos por acción eólica, en tiempos recien-
cionarse como machacadores. Esto sería hacer uso tes, los mismos se meteorizaron (grietas de deseca-
del hueso como instrumento expeditivo, no forma- ción, exfoliación) y se blanquearon por exposición
tizado, sin modificar su forma original más allá de al medio aéreo, sin embargo –y a pesar de la acti-
la fractura misma; poseen una zona activa localiza- vidad ganadera actual en el área- no son relevantes
da en el perímetro del plano transverso de fractura los signos de pisoteo en los mismos.
de la diáfisis, opuesto a la epífisis, la cual sirve para Según las frecuencias de %MAU (Figura 4) y las
sujetarlo y emplearlo como machacador. del peso de los especímenes (Figura 5) de la mues-
En la figura 13 se observan algunas caracterís- tra, es evidente y coincidente en ambos métodos
ticas de los marcados perimetrales analizados: en utilizados que entre las partes esqueletarias de más
13A se distingue cómo la diáfisis toma un aspecto baja representación se encuentra todo el esquele-
romo o embotado; esto no es producto de un im- to axial, es decir vértebras (cervicales, toráxicas,
pacto lateral para lograr su fractura sino de su utili- lumbares, sacro), cráneo, mandíbula, esternebras y
zación para golpear o percutir algún objeto de for- costillas. Estos elementos son particularmente sus-
ma repetida y en muchas oportunidades. En 13B se ceptibles a perderse a través del deterioro natural
puede observar el colapso de fragmentos de diáfisis del hueso, la destrucción por carnívoros, o el trans-
dentro del tejido esponjoso de la epífisis y en 13C el porte fluvial. Pero como se expresó anteriormente
remontaje de un “machacador” con su correspon- los factores tafonómicos no parecen haber jugado
diente fragmento de diáfisis; en dicha diáfisis no un rol preponderante en LV1, así como tampoco la
se observan los lascados característicos que sí se densidad mineral ósea que no se correlaciona con
aprecian en su correspondiente epífisis. Esto quiere las partes esqueletarias faltantes; por lo tanto, has-
decir que la epífisis fue utilizada como instrumento ta el momento, su baja frecuencia la adjudicamos
y la diáfisis no. en gran medida a la remoción de estos elementos
Como ya mencionamos, se observa una selec- del sitio por los mismos cazadores-recolectores.
tividad en la elección de partes esqueletarias para Los futuros estudios sobre los materiales proce-
emplearse como machacadores; el elemento más dentes de excavación permitirán corroborar o des-
frecuentemente seleccionado fue fémur, donde echar esta hipótesis.
ambas epífisis han sido utilizadas y al contrario que Una acumulación ósea representando una po-
en el resto de la muestra de LV1 (donde siempre se blación con una curva de edad catastrófica –como
prefiere la epífisis proximal), la epífisis preferida ha la recuperada en LV1-, indicaría el empleo de una
sido la distal. técnica de caza orientada a la obtención de varios
Este mismo patrón ha sido descripto para la individuos en un solo evento cinegético. Este obje-
colección de “marcado perimetral” de Cañadón tivo se conquistaría conduciendo colectivamente
Leona en Patagonia continental (Muñoz y Belardi manadas a trampas naturales o artificiales y/o aba-
1998), en el cual predominan los marcados en fé- tiendo varios animales de manera sincrónica (sensu
mures distales. Klein 1982).
Las modificaciones más intensas en la super- Los grupos etarios reconocidos en LV1 permi-
ficie de los huesos de LV1 se produjeron antes del ten inferir el momento de ocupación del sitio, mos-
enterramiento de los huesos. Esas modificaciones trando una estacionalidad concreta. Si considera-
son el resultado principalmente de la acción huma- mos que en Tierra del Fuego el guanaco tiene sus
na: golpes, cortes, utilización de los huesos como pariciones anuales limitadas al verano (diciembre /
herramientas, tales como los machacadores, y en febrero) y que el 85% de los nacimientos ocurren

838
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

Figura 13. Marcado perimetral en A) tibia, B) fémur, C) tibia, re-ensamblaje con diáfisis.

Santiago - Salemme 839


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

antes del 30 de enero (Raedecke 1978; Vázquez conamiento, caza y procesamiento de guanacos.
2004), la ausencia de crías indicaría que la caza de En este sentido, y para momentos históricos, M.
guanacos fue intensiva en este lugar en otoño e Gusinde describe situaciones de caza del tipo que
invierno. Con ello queremos remarcar que es posi- proponemos:
ble obtener evidencia de una ocupación estacional
concreta, aunque resulta difícil probar que un sitio “En la llanura los cazadores se acercan desde va-
no estuvo ocupado o fue visitado durante el resto rios ángulos al mismo tiempo. La elevada canti-
del año (Kaufmann 2004). dad de hombres que se acercan confunde a todos
A partir de la determinación sexual se observa los animales de la manada, que no se deciden a
que hay una mayoría de individuos machos, por lo huir rápidamente, si no se detienen. (…) Por lo
cual planteamos que el grupo puede haber cazado tanto, el éxito de la cacería en la llanura estará
particularmente sobre manadas de machos. Esta más seguro y será más abundante si varios hom-
última afirmación se basa también en la edad de bres atacan una manada desde varios puntos si-
muerte de los animales: la mayor parte de los espe- multáneamente.
címenes abatidos son adultos jóvenes y los machos El cazador aprovecha para la caza otra costum-
juveniles de guanaco se agrupan solamente cuando bre del guanaco. Desde las alturas los guanacos
son expulsados de su grupo familiar por el macho bajan habitualmente a los llanos para beber, y lo
dominante o relincho (Raedecke 1978). hacen por lo general de mañana y al atardecer,
La alta fragmentación de los huesos largos su- por los mismos senderos trillados. Estos animales
giere el procesamiento in situ para la obtención de prefieren el agua salobre de los océanos y lagunas
la médula, lo cual es coincidente con una necesidad al agua dulce de los arroyos. El cazador espera
de consumo de grasa más acuciante en el invierno emboscado su rápido paso” (Gusinde 1990:12-13;
(Speth 1983; Borrero 1986). el resaltado es nuestro).
La información etnográfica también indica la
actividad de caza comunal como un hecho más Analizando la topografía circundante a LV1, el
probable y efectivo durante el invierno, tal como lo método de caza utilizado en este sitio pudo haber
sugiere la ausencia de crías en nuestra muestra: sido el de emboscadas cooperativas entre varias
personas. Rodeando las alturas cuando los anima-
“Mucho más cómoda y feliz suele ser la caza en les se encuentran pastando en el fondo de la laguna
invierno. Las cumbres nevadas no ofrecen ali- se puede encerrar una gran cantidad de individuos
mentos a los guanacos, por lo que se reúnen en en un sector acotado del espacio, y con los caza-
rebaños de numerosas cabezas y buscan los dores acercándose progresivamente, se los pudo
claros en las llanuras o las costas abiertas (…). haber confinado aún más en la estrecha franja que
Ya no es necesario, pues, que el indígena tras- separa las dos lagunas (Figuras 1C y 2).
lade su choza de un lugar a otro con tanta fre- Este sitio muestra que hay otras probabilidades
cuencia; varias familias viven juntas y la caza a la de caza individual y a pequeña escala, aspecto
en común les proporciona un abundante botín” éste que debe ser tenido en cuenta al momento de
(Gusinde 1990:253). buscar sitios arqueológicos de caza, en los cuales el
paisaje pudo haber sido utilizado como un “recurso”
En cuanto al paisaje, e independientemente de más en la ayuda para la obtención de las presas.
si los eventos de matanza fueron sincrónicos o dia-
crónicos, Las Vueltas 1 fue estratégico para el arrin-

CONCLUSIONES

El conjunto analizado presenta características metro cuadrado.


únicas y se diferencia de otros conjuntos de gua- 2 un número mínimo de individuos considera-
naco tanto arqueológicos (Borrero 1990a, Mengoni blemente mayor a otros conjuntos.
Goñalons 1999; L’Heureux y Borrero 2002; Muñoz 3 representación de todas las regiones anató-
2002; Lefèvre et al. 2003; Legoupil 2003) como ta- micas del animal.
fonómicos (Borrero 1990b; Rindel y Belardi 2006; 4 alta densidad de especímenes con huellas de
Belardi y Rindel 2008) registrados en Patagonia origen antrópico.
austral y Tierra del Fuego. Las principales diferen- 5 todas las regiones anatómicas presentan evi-
cias son: dencias de procesamiento.
1 una alta densidad de especímenes óseos por 6 fractura intensiva y homogénea de los huesos

840
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

largos. que las prácticas cinegéticas en el pasado fueron


7 perfil de mortalidad catastrófico, con alta pro- más diversas de lo que arqueológicamente habían
porción de adultos reproductivos. mostrado, hasta el momento, la mayoría de los ya-
8 una topografía adecuada para la caza por aco- cimientos del norte de la Isla Grande de Tierra del
rralamiento. Fuego.
9 asociación con artefactos líticos, tales como Con los resultados actuales, la caza de gua-
puntas fracturadas, percutores y yunques, además naco por acorralamiento y en masa ocurrió en un
de gran cantidad de lascas y fundamentalmente área de lagunas de la estepa fueguina por lo me-
microlascas. nos ca. 1000 años AP; no obstante, por el momento
Fuentes históricas y etnográficas habían docu- no podemos discernir si se trató de un único o de
mentado algunos espacios como sitio de matanza; múltiples eventos. Excavaciones, nuevos fechados
sin embargo, Las Vueltas 1 muestra por primera vez radiocarbónicos y análisis tafonómicos exhaustivos
pruebas arqueológicas de un sitio con esta función son necesarios para contrastar las hipótesis aquí
en la estepa fueguina. Esto nos permite discutir propuestas.

AGRADECIMIENTOS
Los autores desean agradecer a Germán Pintos por su ayuda en el lavado y rotulado del material, a
Gustavo Valdez por su ayuda en el trabajo de campo, a la Estación Astronómica Río Grande por su apo-
yo logístico, a la Estancia María Behety y al Sr. Fernando Saudino de la Empresa Roch por otorgar los
permisos para trabajar en el área. Martín Vázquez realizó valiosos comentarios en las distintas versiones
de este trabajo. También las observaciones realizadas por Isabel Cartajena contribuyeron a mejorar el
producto final. Las campañas se llevaron a cabo con subsidios de CONICET (PIP 6199 concedido a M.
Salemme).

NOTAS
1
. Para ver un caso de consumo de grasa ósea y medular en Patagonia ver Bourlot (2007).

BIBLIOGRAFÍA

Behrensmeyer, A. K. of the Recent Past, editado por L.B. Davies & B.O.K.
1978 Taphonomic and ecologic information from Reeves. Londres. pp. 373-399. Unwin Hyman.
bone weathering. Paleobiology 4: 150-162. Borrero, L. A.
Belardi J. B. y D. Rindel 1990b Taphonomy of guanaco bones in Tierra del
2008 Taphonomic and archaeological aspect of Fuego. Quaternary Research 34: 361- 371.
massive mortality processes in guanaco (Lama Borrero, L. A. y F. M. Martin
guanicoe) caused by winter stress in Southern 1996 Tafonomía de carnívoros: un enfoque regional.
Patagonia. Quaternary International 180: 38-51. En Arqueología. Sólo Patagonia. Editado por J. Gómez
Binford, L. R. Otero, pp. 189-198. CENPAT-CONICET. Puerto
1978 Nunamiut Ethnoarchaeology. New York. Madryn.
Academic Press. Bourlot, T.
Blumenschine, R. y C.W. Marean 2007 Nuevas excavaciones en sitios estratificados
1993 A carnivore’s view of archaeological a cielo abierto en la cuenca del Lago Cardiel
bone assemblages. From Bones to Behavior: (Santa Cruz, Argentina). En Arqueología de Fuego-
Ethnoarchaeological and experimental contributions Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
to the interpretation of faunal remains, editado por huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello,
J. Hudson. Center for Archaeological Investigations, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde. pp. 637-647.
Occasional Paper Nº 21: 273-300. Southern Illinois Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
University. Chaix L. y P. Mèniel
Borrero, L. A. 2005 Manual de Arqueozoología. Ariel Prehistoria.
1986 La Economía Prehistórica de los Habitantes Barcelona.
del Norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego. Church, R. y R. L. Lyman
Tesis de Doctorado de la Fac. de Filosofía y Letras, 2003 Small fragments make small differences in
Universidad de Buenos Aires. efficiency when rendering grease from fractured
Borrero, L. A. artiodactyl bones by boiling. Journal of Archaeological
1990a Fuego–Patagonian bone assemblages and the Science 30: 1077-1084.
problem of communal guanaco hunting. En Hunters

Santiago - Salemme 841


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Dewar G., D. Halket, T. Hart, J. Orton y J. Sealy American Antiquity 56: 645-658.
2006 Implications of a mass kill site of springbok Mengoni Goñalons, G. L.
(Antidorcas marsupialis) in South Africa: hunting 1995 Importancia socio-económica del guanaco en
practices, gender relations, and sharing in the Later el período precolombino. En Técnicas para el manejo
Stone Age. Journal of Archaeological Science 33: del Guanaco, editado por Silvia Puig. pp: 13-25.
1266-1275. Mendoza.
Elkin, D. Mengoni Goñalons, G. L.
1995 Volume Density of South American 1999 Cazadores de guanacos de la estepa patagónica.
Camelid Skeletal parts. International Journal of Sociedad Argentina de Antropología. Colección Tesis
Ostearchaeology. 5: 29-37. Doctorales, Buenos Aires.
Guichón R. A., A. S. Muñoz y L. A. Borrero Miotti, L., M. Vázquez y D. Hermo
2000 Datos para una tafonomía de restos óseos 1999 Piedra Museo un Yamnagoo Pleistocénico en la
humanos en Bahía San Sebastián, Tierra del Fuego. Colonización de la Meseta de Santa Cruz. El estudio de
Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología la Arqueofauna. En Soplando en el viento. III Jornadas
XXV: 297-313. Buenos Aires, Argentina. de Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi,
Gusinde, M. J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M.
1990 [1937] Los indios de Tierra del Fuego. Tomo 1: Los De Nigris, pp. 113-136. Neuquén-Buenos aires.
Selk´nam. Vol.1. Buenos Aires. Centro Argentino de Munro, N. D. y G. Bar-Oz
Etnología Americana. 2005 Gazelle bone fat processing in the Levantine
Hajduk, A., y M.J. Lezcano Epipalaeolithic. Journal of Archaeological Science 32:
2005 Un “nuevo-viejo” integrante del elenco de 223–239.
instrumentos óseos de Patagonia: los machacadores Muñoz S. A.
óseos. Magallania 33(1): 63-80. 2002 La Explotación de Mamíferos por Cazadores-
Hill, M., D. W. May, D. J. Rapson, A. R. Boehm y E. Recolectores Terrestres de Tierra del Fuego. Tesis de
Otárola-Castillo Doctorado. Facultad de Filosofía y Letras Universidad
2007 Faunal exploitation by Early holocene hunter/ de Buenos Aires. Buenos Aires.
gatherers on the Great plains of North America: Muñoz, S. A. y J. B. Belardi
Evidence from the Clary Ranch sites. Quaternary 1998 El marcado perimetral en los huesos largos de
International Doi:10.1016/j.quaint.2007.08.016 guanaco de Cañadón Leona (Colección Junius Bird):
Kaufmann, C. A. Implicaciones Arqueofaunísticas para Patagonia
2004 La fusión ósea como indicador de edad y Meridional. Anales del Instituto de la Patagonia, (Serie
estacionalidad en guanaco (Lama guanicoe). En Contra Ciencias Sociales) 26: 107-118.
viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado Pickering, T. R. y Ch. P. Egeland
por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, 2006 Experimental patterns of hammerstone
pp. 477-487. Instituto Nacional de Antropología y percussion damage on bones: implications for
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina inferences of carcass processing by humans. Journal
de Antropología, Buenos Aires. of Archaeological Science 33: 459-469.
Klein, R. G. Puig, S.
1982 Age (mortality) profiles as a means of 1988 Craneología y craneometría de camélidos:
distinguishing hunted species from scavenged ones diferenciación interespecífica y determinación de la
in Stone Age archaeological sites. Paleobiologia 8: edad. XAMA 1: 43-56.
151-158. Puig, S. y S. Monge
Lefèvre, C., S. Lepetz y D. Legoupil 1983 Determinación de la edad en Lama guanicoe
2003 ¿Cazadores terrestres, cazadores marítimos? (Müller). Deserta 7: 246-270.
Explotación de los recursos animales en el Locus Raedecke, K.
1. Cazadores-recolectores de Ponsonby (Patagonia 1978 El guanaco de Magallanes, Chile. Su distribución y
austral) y su paleoambiente desde VI al III milenio A.C. su biología. Corporación Nacional Forestal Ministerio
Legoupil. Magallania 31: 63-116. de Agricultura de Chile.
Legoupil, D. Rindel, D. y J. B. Belardi
2003 El sitio Arqueológico. Cazadores-recolectores 2006 Mortandad catastrófica de guanacos por estrés
de Ponsonby (Patagonia austral) y su paleoambiente invernal y sus implicaciones arqueológicas: el sitio
desde VI al III milenio A.C. Magallania 31: 19-62. Alero Los Guanacos 1, lago Cardiel (Provincia de
L’Heureux G. L. y L. A. Borrero Santa Cruz, Argentina). Magallania 34 (1):139-155.
2002 Pautas para el reconocimiento de conjuntos Santiago, F. C. y J. Oría
óseos antrópicos y no antrópicos de guanaco en 2007 Lo que el viento no se llevó. Análisis de sitios de
Patagonia. Intersecciones en Antropología 3: 29-40. superficie en la estepa fueguina. Magallania 35 (2):
Lyman, R.L. 121-132.
1994 Vertebrate Taphonomy, Cambridge University Santiago, F. C., G. G. Bujalesky y M. C. Salemme
Press, Cambridge. 2007 Prospección arqueológica en la cuenca del río
Marean, C. W. y L. M. Spencer Chico. Tierra del Fuego, Argentina. En Arqueología de
1991 Impact of carnivore ravaging on Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
zooarchaeological measures of element abundance. huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello,

842
Las Vueltas 1: un sitio de matanza de guanacos del Holoceno tardío en el norte de Tierra del Fuego (Argentina)

M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 357-363.


Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Speth, J. D.
1983 Bison Kills and bone counts. Decision making by
ancient hunters. Prehistoric Archeology and ecology
series, editado por K.W. Butzer y L.G. Freeman.
University of Chicago Press. Chicago y Londres.
Steele, D. G. y B. W. Baker
1993 Multiple predation: A definitive human hunting
strategy. From Bones to Behavior: Ethnoarchaeological
and Experimental Contributions to the interpretation
of faunal remains. editado por J. Hudson. Center for
Archaeological Investigation. Occasional Paper Nº
21. pp. 9-37. Southern Illinois University.
Stiner, M. C.
1990 The use of mortality patterns in archaeological
studies of hominid predatory adaptations. Journal of
Anthropological Archaeology 9:305-351.
Stiner, M.C.
1994 Honor among thieves. A zooarchaeological study
of Neanderthal ecology. Princeton University Press.
Princeton. New Jersey.
Vazquez, M.
2004 Tafonomía de la muerte y parámetros
poblacionales. Guanacos en las bahías Valentín y
Cambaceres. Costa sur de Tierra del Fuego. Simposio:
Procesos de formación del registro arqueológico.
XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Río
Cuarto. Resumen extendido.

Santiago - Salemme 843


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

844
Caracterización de las estrategias de
obtención de recursos ícticos a partir del
análisis de otolitos. El caso de la costa norte
del golfo San Matías (Río Negro)
Federico Scartascini1, Melisa Charo2 y Alejandra Volpedo3

A B S T R A C T

This paper is the first approach to characterization of the strategies for fish resources and their
implications in the subsistence of the hunter-gatherer groups that inhabited Patagonia Northern
Coast in pre-Hispanic times. Our study is focused in otolith analysis (calcium carbonate structures
in the internal ear of bony fish) of whitemouth croaker (Micropogonias furnieri). Otolith morphology
and morphometry in relation to present data are compared. The total length, population
structure and composition of archaeological population are considered, being differences
between populations. These differences in relation with the micro environmental features of each
sector and possible techniques of capture of this resource are evaluated. This paper constitutes
the first step to understand the selection strategies, captures and advantage of this resource.

INTRODUCCIÓN

En ciertos espacios de la costa norte del Golfo (Volpedo y Echeverría 2000), por lo que se los utiliza
San Matias se han registrado altas concentraciones en diversos estudios de ecología trófica para identi-
de otolitos de corvina rubia (Micropogonias furnieri). ficar presas (Bordino et al. 1999; Koen Alonso et al.
Estos se destacan por su abundancia en contextos 1999; Xavier et al. 2004). Esta asociación específica
arqueológicos superficiales y se encuentran aso- entre la morfología de los otolitos y la especie a la
ciados con partes esqueletarias de peces (de esa u que pertenecen, permite determinar con exactitud
otras especies), valvas de gasterópodos y bivalvos los taxones representados en los contextos arqueo-
(Favier Dubois et al. 2006) así como con artefactos lógicos (Casteel 1976; Wheeler y Jones 1989; entre
probablemente relacionados con la práctica pes- otros). Asimismo, en el caso particular de la corvina
quera (pesas de red/pesas de línea) (Scartascini y rubia existen datos de la relación alómetrica entre
Cardillo 2009). el tamaño del otolito y la talla estimada del pez vivo
Los otolitos son complejos cuerpos policristali- (Volpedo 2001; Volpedo y Echeverria 2003; Waessle
nos, compuestos principalmente por carbonato de et al. 2003).
calcio precipitado en forma de aragonita y peque- El estudio de los otolitos registrados en contex-
ñas cantidades de otros minerales, inmersos den- tos arqueológicos, constituye una vía de análisis
tro de una matriz orgánica que se encuentran en para comprender no sólo aspectos relacionados
el oído interno de los peces óseos (Carlström 1963; con la subsistencia de los grupos humanos, sino
Gauldie 1993; Campana 1999). La forma y estructu- que también son excelentes marcadores de esta-
ra de los otolitos son específicas para cada especie cionalidad, movilidad y contextos ambientales pa-

1 Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas. (DIPA) IMHICIHU. Saavedra 15 5to Piso Cap.
Federal. Argentina y Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofia y Letras (UBA). [email protected]
2 Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad
de Buenos Aires. Ciudad Universitaria. Pabellón 2, (1428), Buenos Aires Argentina.
3 Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua, Facultad de Ciencias Veterinarias, Universidad de Buenos Aires.

Scartascini et al. 845


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

sados (Casteel 1976; Wheeler y Jones 1989; Higham nar paleoambientes; estos datos serán integrados
y Horm 2000; Van Neer et al. 2004). El desarrollo del en futuros trabajos.
otolito es el resultado de la interacción entre la tasa El objetivo de este trabajo es entonces analizar
de crecimiento del pez y los efectos de las condicio- la variabilidad de los conjuntos arqueológicos de
nes ambientales (Campana y Neilson 1985; Gutiérrez otolitos de corvinas procedentes de la costa norte
y Morales-Nin 1986; Radtke y Shafer 1992). Por lo del Golfo San Matías con el propósito de explorar
tanto los otolitos pueden considerarse como “ca- las estrategias empleadas por poblaciones cazado-
jas negras” en donde es posible determinar ciertos ras recolectoras en el aprovisionamiento de este
indicadores de la influencia ambiental sobre el cre- recurso. Consideramos que la alta frecuencia rela-
cimiento de los peces (Morales-Nin 1987; Volpedo tiva con que aparecen los otolitos en los conjuntos
y Echeverría 2003; Volpedo et al. 2008). Ésta es una arqueológicos, su valor como indicador taxonómi-
línea de investigación que hemos iniciado a través co, así como la relación existente entre su tamaño
de cortes delgados en los otolitos de corvina rubia y la longitud del pez, convierten a este elemento en
para determinar estacionalidad y se están efec- una herramienta novedosa y con gran potencial in-
tuando estudios de metales pesados para determi- formativo para los estudios arqueológicos.

ÁREA DE ESTUDIO

La costa norte del Golfo San Matías presenta de la costa norte del Golfo: la Bahía San Antonio y
acantilados activos con el consecuente desarrollo el área de Bajo de la Quinta (Figuras 1 y 2).
de una prolongada plataforma litoral interrumpi- La Bahía de San Antonio está ubicada en el no-
da por entrantes costeros como la Bahía Creek, la roeste del Golfo San Matías y es un ambiente de
Caleta de los Loros y la Bahía San Antonio. En los playas arenosas y fangosas con amplias marismas
sectores que predomina la sedimentación marina sometidas a los regímenes de marea (entre seis y
son frecuentes los cordones litorales que constitu- nueve metros). Como resultado de la amplitud de
yen terrazas. Las terrazas de menor altitud (3 a 10 mareas, durante la bajamar la bahía presenta cana-
m s.n.m.) corresponden al retroceso marino poste- les, pozones y brazos de marea. En la actualidad las
rior al máximo transgresivo del Holoceno medio, y aguas de la bahía y su área de influencia son utili-
actualmente están cubiertas por depósitos eólicos, zadas como áreas de desove y cría de numerosas
en forma de dunas y mantos, en parte deflaciona- especies de peces (Perier 1994).
dos (Favier Dubois et al. 2006). El área de Bajo de la Quinta es un sector más
En este trabajo se comparan las muestras de abierto del Golfo y se presenta como un ambien-
otolitos provenientes de dos ambientes diferentes te más heterogéneo caracterizado por acantilados

Figura 1. Imagen con ubicación de las localidades y sectores mencionados.

846
Caracterización de las estrategias de obtención de recursos ícticos a partir del análisis de otolitos

Figura 2. Imágenes de la Bahía San Antonio (izq.) y Área de Bajo de la Quinta (der.).

activos, mantos de dunas, plataformas de abrasión Favier Dubois et al. 2006).


(restingas) y playas de rodados (Kokot et al. 2004;

MATERIALES Y MÉTODOS

La muestra arqueológica analizada comprende de la Quinta, 4560 ± 80 años AP (LP 1900) -rango
304 otolitos de corvina rubia, provenientes de tres calibrado: 4838-4646 años AP1 - en el sitio Playón
localidades de la costa norte del Golfo San Matías: Cementerio en la Bahía de San Antonio y 3640 ± 70
San Antonio Oeste (sitios: Playón del Cementerio y años AP (LP 1964)- rango calibrado: 3627-3450 años
No K), Saco Viejo en la margen Este de la bahía y AP1- en el sitio No K en el sector este de la bahía.
Bajo de la Quinta (tres sectores: Sector “otolitos”, La morfometría de los otolitos de origen ar-
La Noria Oeste y La Noria Sur) (Figura 1). Estos ma- queológico fue comparada con la de otolitos de
teriales son abundantes en contextos superficiales corvina rubia actuales (n=66) procedentes de Bahía
y suelen aparecer en clara asociación con otros San Blas (Figura 1), en las que se registró la longitud
elementos esqueletarios de peces y con artefactos total del pez (LT) en mm. Dicha muestra fue captu-
presumiblemente utilizados para la obtención de rada utilizando redes de enmalle y espineles opera-
dichos recursos (pesas) (Figura 3). dos desde la costa. Se seleccionaron muestras de
Los otolitos han sido fechados en los diferen- la Bahía San Blas como material comparativo de
tes sectores de la costa norte, arrojando edades corvina rubia ya que ésa es la localidad más próxi-
de 6080 ± 80 años AP (LP 1904) -rango calibrado: ma al Golfo San Matías donde se ha identificado la
6609-6402 años AP1 - en el sector “otolitos” de Bajo presencia del stock pesquero más austral de esta

Figura 3. Otolitos de corvina rubia in situ (izq.). Pesas líticas recuperadas en la Bahía de San Antonio (der.).

Scartascini et al. 847


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

especie (Volpedo y Fernández Cirelli 2006; Volpedo compararon estadísticamente las relaciones fun-
et al. 2007). cionales halladas en la muestra cuyos coeficientes
Se analizó la morfología de los otolitos de la de regresión fueron altos, aplicando el análisis de la
muestra arqueológica utilizando la terminología covarianza (ANCOVA) (Zar 1999).
propuesta por Volpedo y Echeverría (1999, 2000). Por último se comparó la talla media estimada
Se estimaron las tallas de los peces de la muestra en cada uno de los sitios mediante el test de ANOVA
arqueológica mediante la aplicación de las ecuacio- de un factor y, a fin de ajustar el nivel de probabili-
nes propuestas por Volpedo (2001). En la muestra dad para comparar muestras de diferente tamaño,
arqueológica y en la actual se registró la longitud se utilizó el test de Bomferroni (Sokal y Rohlf 1979;
máxima del otolito (LO) en mm con un calibre di- Zar 1999). A partir de estos análisis se buscó rela-
gital con error menor a 0,01 y se calcularon las cionar las diferencias de tamaño de los ejemplares
relaciones funcionales LT vs. LO entre la longitud arqueológicos con las posibles técnicas y estrate-
total de los peces y los otolitos tanto para la mues- gias de captura de los mismos en cada sector.
tra arqueológica como para la muestra actual. Se

RESULTADOS

En cuanto a la morfología, los otolitos de ori-


gen arqueológico no presentan diferencias con los
otolitos de ejemplares actuales procedentes de la
Bahía San Blas. Los otolitos provenientes de los El modelo lineal es el de mejor ajuste para las
sitios arqueológicos poseen un rango de longitud relaciones funcionales (p<0.05) tanto para los otoli-
máximo de 14,81-38,75 mm, correspondiéndose tos de origen arqueológico como para los actuales
con ejemplares de tallas estimadas en 266,6-745,4 y presentan altos coeficientes de determinación.
mm (Figura 4). En la tabla 1 se presentan los valores
máximos registrados en las muestras arqueológicas
y los datos cronológicos conocidos en comparación
con los otolitos actuales.

Figura 4. Distribución de las tallas estimadas (mm) para


todos los ejemplares de la muestra arqueológica. Se
puede observar el inicio de la distribución a partir de los
250 mm. La línea de puntos indica el límite de las tallas
máximas registradas en la actualidad.

Localidad Sitio LO (mm) LT (mm) Fechados

La Noria Este 14,8-33,9 275-576*


Ca. 450 AP2
Bajo de la
La Noria Oeste 21-34,6 390-662* (carbones)
Otolitos arqueológicos

Quinta
Sector Otolitos 16,3-32 266-649* 6080 ± 80 AP
(LP 1904, Otolitos)

4560 ± 80 AP
Playón Cementerio 18,2-37,2 335-715*
(LP 1900, Otolitos)
San Antonio Oeste
No K 20,7-38,7 385-745*
3640 ± 70 AP
(LP 1964, Otolitos)

Saco Viejo Ca. 2000-420 AP3


Saco Viejo 21,6-36,8 403-706,*
(carb. y restos hum.)
Actuales
Otolitos

San Blas San Blas 19,3-34,8 378-720* Actuales

Tabla 1. Comparación de las tallas, longitud y cronología de los otolitos recuperados en la costa norte del Golfo San
Matías, con los muestreados en la actualidad en Bahía San Blas.*LT estimado usando las ecuaciones propuestas
por Volpedo (2001).

848
Caracterización de las estrategias de obtención de recursos ícticos a partir del análisis de otolitos

Los resultados de la comparación entre el LT vs LO estudiadas (F=90,2 p<0.005) (Figura 6). El test post
de las muestras señalan que no hay diferencias sig- hoc de Bonferroni establece diferencias entre pares
nificativas (p<0.05) entre las pendientes, aunque de conjuntos analizados. En promedio, los sitios de
las ordenadas al origen son diferentes (Figura 5). la Bahía San Antonio (Playón Cementerio, No K y
Esto permite inferir que la tasa de crecimiento del Saco Viejo) presentan ejemplares de mayor tamaño
otolito en relación con la talla del pez se mantuvo que los sitios del área de Bajo de la Quinta (Media
constante a lo largo del tiempo, siendo éste un ca- SAO=550 mm, desv. est. SAO=95,79 mm vs Media
rácter distintivo de la especie. Sin embargo, en la BQ=430 mm, desv. est. BQ=100,6 mm). Esta ten-
mayoría de los ejemplares el tamaño relativo de los dencia no se cumple para el sector La Noria Oes-
otolitos es mayor en la muestra arqueológica. Los te de Bajo de la Quinta, en donde la media de las
análisis estadísticos muestran diferencias significa- tallas estimadas es marcadamente superior (Media
tivas en las tallas de los ejemplares arqueológicos y BQLO= 566 mm vs Media BQ= 430 mm) a los sitios
actuales (F=4,76 p<0.005). A fin de contemplar las del mismo área. Asimismo, La Noria Oeste es el si-
diferencias en la varianza de las muestras se utilizó tio que presenta el menor rango de variación en las
el test t con corrección para inequidad de la varian- tallas representadas (desv. est.= 79,6 mm).
za.
A partir de los análisis de ANOVA de tallas es-
timadas para la muestra arqueológica se pueden
ver diferencias entre y dentro de las localidades

Figura 6. Box Plot de la comparación de tallas estima-


das entre sectores y sitios. El círculo de la izquierda
agrupa los sitios del área de Bajo de la Quinta, mien-
tras que el circulo de la derecha agrupa los sitios de la
Bahía San Antonio. BQ LNO (Bajo de la Quinta la Noria
Figura 5. Comparación de las curvas de la función largo Oeste), BQ LNE (Bajo de la Quinta la Noria Este), BQ
del otolito mm (LO) vs largo total del ejemplar en mm OT (Bajo de la Quinta sector “otolitos”), PC (Playón
(LT) para las muestras actuales (Nat) y arqueológicas Cementerio), SV (Saco Viejo).La línea de puntos separa
(Arq). la muestra arqueológica de la muestra actual (San Blas).

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La morfología de los otolitos arqueológicos y taron que la corvina rubia se hallaba en el golfo de
los actuales coincide con la descripta por Volpedo noviembre a marzo (SAGPyA, http://www.sagpya.
(2001) y Volpedo y Echeverría (1999, 2000). Las ca- mecon.gov.ar).
racterísticas morfológicas de los otolitos revelan Las tallas estimadas para los especímenes de
que los mismos coinciden con las de los otolitos procedencia arqueológica corresponden general-
actuales pertenecientes al stock pesquero del sur mente a ejemplares de longitudes mayores a la
bonaerense (Volpedo et al. 2007). Sin embargo, si talla de la madurez sexual (340 mm en los machos
bien la distribución actual de M. furnieri -estableci- y de 360 mm en las hembras, para latitudes próxi-
da por Chao (1978) - alcanzaría en su extremo sur mas) (Cousseau y Perrota 2000). Esto sugiere que
el Golfo San Matías, es esporádica la presencia de los otolitos de los peces presentes en los sitios ar-
esta especie en la actualidad en las aguas del Gol- queológicos son mayoritariamente adultos. Las ta-
fo. Los registros de embarques pesqueros de las llas máximas de 45 ejemplares (aproximadamente
décadas del ’70 y ’80 en el Golfo San Matías, deno- el 15% de la muestra total) sobrepasan en más de

Scartascini et al. 849


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

100 mm la talla máxima observada en las costas este sentido el sector “otolitos”, que se caracteriza
bonaerenses para la especie en la actualidad (630 por una gran dispersión de estas estructuras, pre-
mm) (Cousseau y Perrota 2000). Los adultos de cor- senta una media de talla estimada igual a 430 mm
vina rubia son frecuentadores de fondos blandos (desv. est.= 88,5 mm), mientras que BQ La Noria
(arenosos y/o limosos), se alimentan principalmen- Oeste, presenta un número menor de ejemplares
te de organismos bentónicos (poliquetos, bivalvos, representados pero con una talla media mayor a
caracoles, camarones, otros crustáceos pequeños) los 600 mm (desv. est.= 79,6 mm). Estas diferencias
y en menor medida de pequeños peces, como an- podrían estar vinculadas con cambios a lo largo del
choita y anchoa. Los adultos viven en áreas de la tiempo en la geomorfología costera del área (Fa-
plataforma continental de profundidades cercanas vier Dubois com. pers.). Esta variación temporal
a los 50 m, pero en la época reproductiva (primave- estaría soportada por datos cronológicos del sector
ra–verano) se acercan a desovar a la costa. Por su “otolitos” (6080 años AP) y del sector La Noria Oes-
parte las larvas y juveniles se desarrollan en áreas te (450 años AP).
someras, e incluso penetran en rías, arroyos y lagu- Una posibilidad es que en la medida en que los
nas que desembocan en el mar, hallando refugio y ambientes de BQ fueron cambiando a lo largo del
alimento (Cousseau y Perrota 2000). tiempo, también fueron cambiando las técnicas de
De lo mencionado anteriormente se pueden captura más ventajosas para cada ambiente. En
desprender algunas implicaciones para entender este sentido las evidencias de La Noria Oeste pa-
el registro ictioarqueológico de la costa norte del recen estar mostrando la utilización de una técni-
Golfo San Matías. Por un lado se podría sostener ca de captura muy selectiva, en un ambiente que
que la distribución de tamaños y edades de corvi- por sí mismo no lo es tanto. La captura exclusiva de
nas que observamos en tiempos modernos entre ejemplares de gran tamaño (como los presentes en
aguas someras y de profundidad pueden ser el pro- La Noria Oeste), podría vincularse con la utilización
ducto de la explotación comercial contemporánea, de líneas de pesca (Owen y Merrick 1994; Greens-
siendo distintas las condiciones bioecológicas en pan 1998; Torres 2007).
el pasado. Esta es una hipótesis que no podemos En este sentido es relevante considerar la pre-
descartar y que debería ser evaluada en trabajos sencia de artefactos relacionados con la actividad
interdisciplinarios futuros, ya que resulta imposi- pesquera (pesas líticas) en las localidades estudia-
ble responder con los datos emergentes de este das. Estas pesas se encuentran formando parte de
trabajo. Una segunda implicación podría ser que la los mismos contextos arqueológicos en los que se
explotación de las corvinas en el pasado haya se- registró material ictiológico. La asignación de las
guido una pauta estacional marcada durante los pesas líticas a una técnica de captura en particular
meses de primavera-verano, considerando que las no ha sido determinada aún, pero sí se identificaron
condiciones bioecológicas de la especie hayan sido diferencias en cuanto a la morfología, el tamaño y
estables a lo largo del tiempo. el peso de estas estructuras entre las distintas lo-
Las diferencias halladas entre las tallas estima- calidades (Scartascini y Cardillo 2009). La discusión
das de las distintas localidades pueden estar aso- respecto de las técnicas de captura de peces en
ciadas a diferentes factores: microambientales, ambientes costeros, es un aspecto de difícil abor-
bioecológicos de la especie y/o a factores cultura- daje y debe ser analizado desde múltiples líneas de
les como las técnicas y estrategias de obtención. evidencia (Owen y Merrick 1994; Greenspan 1998;
En relación a las características microambientales, Massone y Torres 2004; Torres 2007). La asignación
la Bahía San Antonio se configura como un espacio de una técnica de pesca debe ser el resultado no
favorable para la obtención de corvinas de tama- sólo del estudio de los restos ictioarqueológicos,
ños grandes durante los meses de primavera-vera- sino también de las variables ecológicas y etológi-
no cuando ejemplares adultos habrían ocupado las cas de las especies representadas, la evolución de
aguas someras para reproducirse y desovar (tallas la geomorfología costera a lo largo del tiempo y las
media SAO= 557,5, desv. est.= 94,7). En este am- evidencias tecnológicas específicas para la obten-
biente particular el factor de selección de especie ción de los peces, entre otras.
y rangos de tamaño habría sido favorecido por En este trabajo hemos subrayado algunas de
las características de la bahía. Este escenario ha- las potencialidades más destacadas para análisis
bría facilitado el empleo de redes para capturar de los otolitos en contextos arqueológicos y de-
masivamente a los ejemplares adultos de corvina sarrollamos una primera discusión respecto de las
(mayores a 500 mm) y ocasionalmente a unos po- técnicas de captura de los recursos ictiológicos en
cos juveniles. El sector de Bajo de la Quinta (BQ), nuestra área de estudio. Proponemos que en la
en cambio, presenta mucha variación interna en costa norte del Golfo San Matías las poblaciones
cuanto a las tallas representadas entre sectores. En humanas habrían diferenciado aquellos espacios

850
Caracterización de las estrategias de obtención de recursos ícticos a partir del análisis de otolitos

más favorables para la pesca, lo que en primera bién cobran especial interés dentro de las discusio-
instancia implicaría un uso planificado de la costa nes vinculadas con la biología de la conservación.
antes que un uso oportunista. La práctica pesquera Los cambios en la distribución y la reducción en el
parece estar vinculada con sectores determinados tamaño de los ejemplares de corvina rubia podrían
del espacio costero que presentan características estar asociados a una multiplicidad de causas (na-
particulares. Esta tendencia también se ha obser- turales y culturales). En trabajos futuros se debe-
vado en la explotación de otros recursos con gran ría considerar metodologías interdisciplinarias que
potencial económico como son los lobos marinos permitan un mayor y más eficiente análisis de las
(Borella 2006). Esta clase de prácticas sugieren un muestras, considerando el uso de los recursos li-
marcado conocimiento por parte de las poblacio- torales en relación con múltiples factores como: la
nes cazadoras recolectoras de los ambientes litora- evolución de la geomorfología costera, la estacio-
les, los recursos disponibles y su predictiblidad. nalidad de las ocupaciones, las tecnologías y técni-
Para finalizar, cabe destacarse que nuestros re- cas de captura de los peces y la subsistencia de los
sultados son disparadores de nuevas preguntas, no grupos humanos.
solamente en el marco arqueológico sino que tam-

AGRADECIMIENTOS
Este estudio forma parte de investigaciones arqueológicas realizadas bajo la dirección de la Dra. Flo-
rencia Borella y el Dr. Cristián M. Favier Dubois en la costa de Río Negro en el marco de Proyectos finan-
ciados por el CONICET (PIP 6415 2005-2006) y la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica (PMT III
PICT 38264 2007-2009).
Con Cristian Favier Dubois, Florencia Borella, Marcelo Cardillo y Francisco Zangrando hemos discu-
tido muchas de las ideas aquí expresadas; sin duda sus valiosos comentarios han mejorado sustancial-
mente este trabajo. También deseamos agradecer su apoyo a la Agencia Cultura Río Negro, al personal
del Museo Gobernador Tello (Viedma), a las autoridades de la Municipalidad de San Antonio Oeste y al
equipo del laboratorio de Vertebrados de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA).

NOTAS
1
. Las edades fueron calibradas con el Programa CALIB 5.0.1 a un sigma e incluyen corrección por
efecto reservorio.
2
. Ver Favier Dubois, Borella y Tykot, en este volumen
3.
Ver Borella y Buc en este volumen

BIBLIOGRAFÍA
Bordino, P., G. A. Thompson y M. Iñiguez Carlström, P.
1999 Ecology and behavior of the franciscana 1963 A crystallographic study of vertebrate otolith.
(Pontoporia blainvillei) in Bahía Anegada, Argentina. The Biological bulletin (Woods Hole) 125: 441–463.
The Journal of Cetacean Research and Management 1 Casteel, R. W.
(2): 213-222. 1976 Fish remains in archaeology and
Borella, F. paleoenvironmental studies. Academic Press,
2006 ¿Dónde están los lobos en la costa atlántica Londres.
de norpatagonia? Explorando vías para resolver el Chao, L. N.
registro arqueofaunísticos. Revista Werken, 9: 97-114 1978 A basis for classifying western Atlantic
Borella, F. y N. Buc Sciaenidae (Teleostei: Perciformes). NOAA. Tech.
2008 Ópticas y ópticos. Una aproximación a la Rep. NMFS Tech. Circ. 415: 1- 64.
tecnología ósea en la bahía de San Antonio (Río Cousseau, M. B. y R. G. Perrota
Negro). Comunicación presentada en las VII Jornadas 2000 Peces marinos de Argentina: Biología,
de Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008. distribución, pesca. Mar del Plata: INIDEP.
En este volumen. Favier Dubois, C. M., F. Borella, L. Manzi, M. Cardillo,
Campana, S. E. y J. D. Neilson S. Lanzelotti, F. L. Scartascini y E. Borges Vaz
1985 Microstructure of fish otoliths. Canadian Journal 2006 Aproximación regional al registro arqueológico
of Fisheries and Aquatic Sciences 42: 1014–1032. de la costa rionegrina. Arqueología de la Costa
Campana, S. E. Patagónica. Perspectivas para la conservación, editado
1999 Chemistry and composition of fish otoliths: por I. Cruz y S. Caracotche, pp. 50-68. Universidad
pathways, mechanisms and applications. Marine Nacional de la Patagonia Austral y Secretaría de
Ecology Progress Series 188: 263-297. Cultura de la Provincia de Chubut.

Scartascini et al. 851


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Favier Dubois, C., F. Borella y R. Tykot Comisión Nacional de Energía Atómica. En Prensa.
2008 Explorando tendencias en el uso humano Sokal, R. y F. J. Rohlf
del espacio y los recursos en el litoral rionegrino 1979 Biometría. Principios y métodos estadísticos en la
durante el Holoceno medio y tardío. Comunicación investigación biológica. Blume. Madrid
presentada en las VII Jornadas de Arqueología de la Torres, J.
Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En este volumen. 2007 El rol de los recursos ictiológicos y las prácticas
Gauldie, R. W. de pesca, en las ocupaciones litorales de los grupos
1993 Polymorphic crystalline structure of fish otoliths. selk ´nam y preselk´nam del norte de Tierra del Fuego.
Journal of Morphology 218: 1-28. Tesis de Doctorado. Universidad de Chile, Facultad
Greenspan, R. L. de Ciencias Sociales, Dpto. de Antropología.
1998 Gear selectivity models, mortality profiles and Van Neer, W., A. Ervynck, L. Bolle y R. Millener
the interpretation of archaeological fish remains: A 2004 Seasonality only Works in certain parts of
case study from the Harney basin, Oregon. Journal of the year: The reconstruction of fishing seasons
Archaeological Science 25: 973-984. through otolith analysis. International Journal of
Gutiérrez, E. y B. Morales – Nin Osteoarchaeology 14: 457-474.
1986 Time series analysis of daily growth in Volpedo, A. V.
Dicentrarchus labrax otoliths. Journal of Experimental 2001 Estudio de la morfometría de las sagittae en
Marine Biology and Ecology 103:163 -179. poblaciones de sciaenidos marinos de aguas cálidas
Higham, T. F. y P. L. Horm del Perú y aguas templado-frías de Argentina. Tesis
2000 Seasonal dating using fish otoliths: Results from Doctoral. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales,
the Shang river mouth site, New Zealand. Journal of Universidad de Buenos Aires.
Archaeological Science 27: 439-438. Volpedo, A. V. y D. D. Echeverría
Koen, A., M., S.M. Pedraza, A.C.M. Schiavini, R.N.P. 1999 Diferencias morfológicas en las sagittae de
Goodall y E.A. Crespo adultos de Micropogonias furnieri (Sciaenidae) de
1999 Stomach contents of false killer whales (Pseudorca la costa bonaerense. Revista de Ciencias del Mar
crassidens) stranded on coasts of the strait of Magellan, THALASSAS 15: 19-24.
Tierra del Fuego. Marine Mammal Science 15 (3): 712 Volpedo, A. V. y D. D. Echeverría
- 724. 2000. Catálogo y claves de otolitos para la identificación
Kokot, R. R., J. O. Codignotto y M. Elissondo de peces del Mar Argentino. 1. Peces de importancia
2004 Vulnerabilidad al ascenso del nivel del mar en comercial. Editorial Dunken.
la costa de la provincia de Río Negro. Revista de la Volpedo, A. V. y D. D. Echeverría
Asociación Geológica Argentina 59 (3): 477-487. 2003 Ecomorphological patterns of the sagitta in
Massone, M. y J. Torres fish associated with bottom marine shelf in the Mar
2004 Pesas, peces y restos de cetáceos en el Argentino. Fisheries Research 60: 551-560.
campamento de Punta Catalina 3 (2.300 años AP). Volpedo, A. y A. Fernández Cirelli
Magallania 32: 143-161. 2006 Otolith chemical composition as a useful tool
Morales-Nin, BYO for sciaenids stock discrimination in Southwestern
1987 The influence of environmental factors on Atlantic. Scientia Marina 70 (2): 325-334.
microstructure of otoliths of three demersal fish species Volpedo, A. V., P. Miretzky y A. Fernández Cirelli
caught off Namibia. The Benguela and Comparable 2007 Stocks pesqueros de Cynoscion guatucupa
Ecosystems, editado por Payne, A. I. L., Gulland, J.A y K. y Micropogonia furnieri de la costa atlántica de
H.Brink, African Journal of Marine Science 5: 255-262. Sudamérica: comparación entre métodos de
Owen, J. F. y J. R. Merrick identificación. Memoria de la Fundación La Salle de
1994 Analysis of coastal middens in Routh easter Ciencias Naturales 165: 115-130.
Australia: Selectivity of Angling and other fishing Volpedo, A. V., A. Tombari y D. D. Echeverría
techniques related to Holocene deposits. Journal of 2008 Eco-morphological patterns of the sagitta of
Archaeological Science 21: 11-16. Antarctic fish. Polar Biology 31: 635-640.
Perier, M. R. Waessle, J. A., C. A. Lasta y M. Favero
1994 La Fauna íctica en el litoral de la Bahía de San 2003 Otolith morphology and body size relationships
Antonio (Golfo San Matías, Provincia de Río Negro). for juvenile sciaenidae in the Rio de la Plata estuary
Tesis de Doctoral en Ciencias Biológicas. Facultad de (35-36°). Scietia Marina, 67 (2): 233-240.
Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de Wheeler, A. y A. Jones
la Plata. 1989. Fishes. Cambridge University Press,
Radtke, R. L. y D. J. Shafer Cambridge.
1992 Environmental sensitivity of fish otolith Xavier, J. C., P. N. Trathan, J. P. Croxall, A. G. Wood, G.
microchemistry. Australian Journal of Marine and Podestá y P. G. Rodhouse
Freshwater Research 43: 935 – 951. 2004 Foraging ecology and interactions with fisheries
Scartascini, F. L. y M. Cardillo. 2009. of wandering albatrosses (Diomedea exulans)
Explorando la variabilidad métrica y morfológica de breeding at South Georgia. Fisheries Oceanography
las “Pesas líticas” recuperadas en el sector norte de 13 (5): 324–344.
la costa del golfo San Matías. Arqueometría latinoa- Zar, J. H.
mericana: Segundo Congreso Argentino y Primero 1999. Biostatistical Analysis. Fourth Edition. Prentice
Latinoamericano. Tulio Palacios et al. Buenos Aires: Hall.

852
Rendimiento económico del cauquén común
(Chloephaga picta, Familia: Anatidae)
Angélica M. Tivoli1 y Analía F. Pérez2

A B S T R A C T

Studies of economic utility used in archaeology have been mainly focused on big mammals and
their results have been applied to selective butchering and body parts transport (Binford 1978;
Jones and Metcalfe 1988; Borrero 1990; Savelle and Friesen 1996; Madrigal 2004; De Nigris and
Mengoni Goñalons 2005; and others). However, only a few studies have focused on birds up to date
(Kooyman 1990, Giardina 2006). Taking into account that actualistic frames of reference are crucial
to interpret the archaeological record, two objectives are addressed in the present paper. First, we
estimate the economic potentials of the Upland Goose for hunter-gatherer-fishers consumption,
and second we assess the relevance of these studies for animals with low individual return rate,
analyzing their impact on zooarchaeological researches. In order to reach these objectives, two
kind of analyses are carried out: a) the economic anatomy of Chloephaga picta, expressed by the
Simplified Meat Utility Index [MUI] (Metcalfe and Jones 1988); b) calorimetric determinations,
including energetic density (kcal/g) and energy content (total kcal) (Lomovasky et al. 2001). Finally,
the results concerning taxonomic representations in avifaunal assemblages from the Beagle Channel
region and other coastal zones of Tierra del Fuego province (Southern South America) are discussed.

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

Las diversas investigaciones referidas al ren- relación entre estos y los seres humanos (Binford
dimiento económico de la fauna han focalizado 1978, 1981; Savelle y Friesen 1996; Lupo 1998).
principalmente en mamíferos de gran tamaño y sus De acuerdo con esto, en el presente trabajo nos
resultados han sido aplicados en discusiones acerca proponemos los siguientes objetivos:
del transporte y procesamiento selectivo de partes 1) Estimar las potencialidades del cauquén
(Binford 1978; Jones y Metcalfe 1988; Borrero 1990; común (Chloephaga picta) para su consumo por
Savelle y Friesen 1996; Savelle et al. 1996; Belardi y parte de los cazadores-recolectores.
Gómez Otero 1998; Outram y Rowley-Conwy 1998; 2) Evaluar la relevancia de este tipo de estudios
De Nigris y Mengoni Goñalons 2004; entre otros). para presas de bajo rendimiento individual, anali-
En lo que respecta a las aves, pocos son los trabajos zando su impacto sobre las investigaciones zooar-
que se han efectuado hasta el momento (Kooyman queológicas.
1990; Giardina 2006). A fin de lograr estos objetivos, inicialmente lle-
Consideramos que la generación de marcos de vamos a cabo dos tipos de análisis: por un lado, la
referencia actuales es fundamental para poder in- anatomía económica del cauquén, expresada me-
terpretar el registro arqueológico. En este sentido, diante el Índice de Carne Simplificado -Simplified
los estudios de anatomía económica resultan una Meat Utility Index [MUI] sensu Metcalfe y Jones
herramienta de gran utilidad para la zooarque- (1988)-. Por otra parte, se efectuaron las deter-
ología, dado que el conocimiento de la estructura minaciones calorimétricas: densidad energética
corporal de los distintos animales constituye un (kcal/g de muestra) y contenido energético (kcal
pilar fundamental hacia el entendimiento de la Totales) (Lomovasky et al. 2001).

1 CONICET - Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) / Asociación de Investigaciones Antropológicas


(AIA) [email protected]
2 CONICET - Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) / UBA - Departamento de Ecología, Genética y
Evolución, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.

Tivoli - Pérez 853


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Seguidamente, los resultados obtenidos se dis- costeros de Tierra del Fuego y se indagan los alcan-
cuten en relación con la problemática arqueológica ces que este tipo de estudios tienen para la evalua-
de la región del canal Beagle y de otros sectores ción de recursos de bajo rendimiento individual.

MARCOS DE REFERENCIA: ANATOMÍA ECONÓMICA Y CALORIMETRÍA

Con el fin de contrastar los resultados de la in- de distintos taxones se pueden generar expectati-
vestigación arqueológica, es preciso contar con vas acerca de cuáles sería esperable hallar en los
cuerpos de información independientes. Estos lugares de consumo. Si bien es previsible que las
constituyen los marcos de referencia que permiten presas pequeñas sean llevadas a estos sitios en for-
interpretar distintos aspectos concernientes a los ma completa, es posible que sus distintas partes no
procesos naturales y culturales que están implica- sean aprovechadas de igual manera. Esto permite,
dos en la conformación del registro material (Bin- a su vez, que puedan establecerse expectativas
ford 1981). En este sentido, los estudios de anato- acerca del grado de procesamiento de las diferen-
mía económica constituyen un patrón de referencia tes partes anatómicas de cada una de ellas.
para predecir qué partes de los animales son sus- Como lo han notado Madrigal y Zimmermann
ceptibles de ser transportadas desde los lugares de (2002) para el caso del ciervo de cola blanca, no
matanza y trozamiento a los de consumo, cuáles siempre es aplicable la anatomía de una especie al
serán mayormente procesadas, o bien cuáles serán conjunto que conforma un grupo taxonómico ma-
escogidas para el almacenamiento, etc. yor. Por ello se considera importante conocer las
Habitualmente se presume que la selección de particularidades de las diversas especies aprove-
presas y sus partes anatómicas se realiza sobre la chadas por los grupos humanos del pasado.
base del aporte nutricional que cada una de éstas Con respecto a las aves, pocos son los trabajos
presenta (Binford 1978; Lupo 1998). Sin embargo, que se conocen: Kooyman (1990) estudió la anato-
pueden existir otros factores que estén condicio- mía económica del kiwi para obtener valores relati-
nando la selección de ciertos taxones así como vos de carne y hueso con vistas a establecer un índi-
sus partes anatómicas: entre otras cuestiones, por ce de utilidad de carne análogo para las diferentes
ejemplo la valoración social del recurso (ver Fio- especies de moa, dado que éstas se hallan extingui-
re y Zangrando 2006) o bien la elección de ciertas das (el kiwi sería la única ave emparentada con la
porciones para la obtención de materias primas moa que ha sobrevivido). Por otra parte, Giardina
(piel, hueso, tendones, plumaje, etc.) con miras a la (2006) explica detalladamente la metodología im-
confección de distintos tipos de manufacturas. No plementada para el procesamiento de rheidos y las
obstante ello, el conocimiento acerca de la estruc- potencialidades para evaluar la representación de
tura corporal y del aporte alimenticio que el animal partes de este taxón. Sin embargo, se trata nueva-
pueda proporcionar permite conocer las utilidades mente de una presa de grandes dimensiones para
potenciales de las distintas especies y sus corres- la cual se discute básicamente el transporte dife-
pondientes partes. En este sentido, los índices de rencial de partes.
utilidad son una forma de expresar en valores las Para el caso del canal Beagle, Rasmussen et al.
particularidades anatómicas. Pueden ser absolu- (1994) hacen estimaciones de pesos de carne para
tos, como el peso o las calorías, o bien relativos, ge- diferentes taxones de aves presentes en el regis-
neralmente estandarizados. Dependerá de la deci- tro arqueológico de Lancha Packewaia. Schiavini
sión del investigador la elección de las unidades a (1990 y 1993) por su parte, informa datos calóricos
implementar: pueden comprender un hueso por de pinnípedos, guanacos y también de algunos gru-
porción o bien un segmento del esqueleto (axial, pos de aves, pero estos últimos valores se basan en
apendicular, costillar, etc.). estimaciones muy generales de peso de carne y ca-
Como ya dijimos, los estudios de anatomía eco- lorías realizadas por otros autores (Raedecke 1976;
nómica son aplicados principalmente a la discusión Osborn 1977; Peters 1983; Keene 1985).
del transporte y procesamiento diferencial de par- En consecuencia, consideramos necesario co-
tes de presas de gran tamaño (Binford 1978; Jones menzar a explorar la utilidad económica de las
y Metcalfe 1988; Savelle y Friesen 1996; Savelle et aves, especialmente las que presentan un tamaño
al. 1996; Outram y Rowley-Conwy 1998). Sin em- tal que pudieran haber tenido cierta importancia en
bargo, aquí se sostiene que este tipo de trabajos las dietas de los cazadores recolectores. Creemos
pueden ser de utilidad para el estudio del aprove- que un punto importante al momento de estudiar
chamiento de fauna pequeña (Behrensmeyer 1991; los aportes energéticos de éstas es tener en cuen-
Piana et al. 2007) o de bajo rendimiento económico ta las particularidades que caracterizan al menos a
individual: a partir de la comparación de utilidades cada familia.

854
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)

EL CAUQUÉN COMÚN: SUS CARACTERÍSTICAS Y EXPECTATIVAS DE


CONSUMO

Actualmente el cauquén común o avutarda sos registrados varían entre aproximadamente 2,5
(Chloephaga picta) está ampliamente distribuido y 3,3 kg (Humphrey et al. 1970; Olrog 1979; Martín
en Patagonia continental y Tierra del Fuego. Gran 1984; Venegas Canelo 1986; Cruz 2000; Couve y Vi-
parte de su población (en especial la fueguina) mi- dal 2003).
gra hacia zonas más templadas en época invernal. Si bien el cauquén no forma colonias, es un ave
Habitualmente se lo puede ver en parejas y a veces que puede ser hallada en grupos y que además no
en grupos (Figuras 1 y 2), en diferentes ambientes, presenta dificultades para ser capturada por los
tanto terrenos llanos como en laderas de colinas y humanos: las referencias etnográficas mencionan
también en las playas, preferentemente en espa- que podían ser apresados con las manos, corriendo
cios con agua y donde hay pastos para alimentarse. detrás de ellas, o bien con lazos corredizos, ya sea
Comienzan a poner sus huevos (entre cinco y siete) acercándose o en emboscada (Gusinde 1986; Or-
entre octubre y noviembre y, hacia fines de febrero, quera y Piana 1999b). Para el caso de los Selk’nam
la mayoría de los juveniles ya pueden volar. Los pe- se menciona también el uso del garrote en la caza

Figura 1. Hembra y macho de cauquén común.

Figura 2. Grupo de cauquenes.

Tivoli - Pérez 855


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

nocturna (Gusinde 1986; Savanti 1994). cauquenes hubieran sido consumidos en propor-
Dadas las características de peso, etología y de ciones medias: es decir, en menor porcentaje que
técnicas de caza conocidas (al menos para momen- las aves que forman grandes colonias (pingüinos,
tos históricos), sería esperable entonces que los cormoranes), pero en cantidades significativas.

METODOLOGÍA

Se utilizó para este estudio un individuo macho el Índice de Utilidad de carne simplificado o MUI
adulto de cauquén común (Chloephaga picta) reco- (Simplified Meat Utility Index) según proponen
lectado en Bahía Golondrina (costa norte del canal Metcalfe y Jones (1988). Estos autores presentan
Beagle, 54º 50’S) en octubre de 2006. El especimen varios índices que son una simplificación de los
se encontraba completo en el momento de su reco- propuestos primeramente por Binford (1978). És-
lección y no presentaba ningún signo de descom- tos son el MGUI (Modified General Utility Index o
posición, carroñeo, ni contenía huevos de mosca y Índice de Utilidad general modificado) y los índices
sus ojos se encontraban completos, por lo cual con- que lo componen: MUI (Meat Utility Index o índice
sideramos que su estado era fresco. de utilidad de carne), MI (Marrow Index o Índice de
Para su disección se siguió la metodología des- médula), WGI (White Grease Index o índice de grasa
cripta en Giardina (2006). El procedimiento que se blanca). No obstante, en el presente trabajo sólo
realizó fue el siguiente (utilizando para el pesado utilizamos el MUI (simplificado), dada la dificultad
una balanza Di Pasquo SA, modelo: 8009P, dd = e: de extraer tanto la grasa corporal como la médula.
0,2 g): Este índice tiene como finalidad obtener un ranking
1 Pesado del animal entero, de importancia económica de las partes esqueleta-
2 posterior remoción del plumaje y pellejo, pe- rias sobre la base de la carne adherida a cada una
sado de cada parte, de ellas (Binford 1978). Se calcula de la siguiente
3 evisceración y pesado de cada órgano, forma (sensu Metcalfe y Jones 1988):
4 separación de las partes anatómicas (cada MUI (simplificado) = peso bruto de la parte –
hueso por separado) y pesado del hueso con carne, peso del hueso seco de la parte
5 remoción de la carne de cada hueso, Los autores también presentan el Índice es-
6 limpieza de los huesos (hervido y secado) y tandarizado [Simplified (Standarized) Meat Utility
pesado de cada uno de ellos. Index], que consiste en expresar el aporte de cada
Para expresar los resultados de la anatomía parte en una escala de porcentajes relativos:
económica del individuo estudiado se aplica aquí

Figura 3. Individuo estudiado.

856
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)

Si bien los autores consideran que sería más del esqueleto axial y los miembros posteriores),
adecuado expresar los valores de manera no estan- Ubicación de las mismas en cápsulas de papel
darizada, aquí utilizamos este índice a los fines de aluminio (previo pesado de la cápsula).
expresar gráficamente las diferencias en las pro- Pesado en estado húmedo en una balanza de
porciones de las partes. precisión [para este estudio utilizamos una balanza
Se presentan también los resultados del estu- Sartorius AG, modelo: CP 225D; dd1: 0,00001 (0 a
dio de densidad energética (kcal/g de muestra) y 80 g) y dd2: 0,0001 (80 a 220 g); e: 0,001 g],
contenido energético (kcal totales). El primero de Secado en estufa (entre 60 y 70 grados centígra-
los valores corresponde a la cantidad de calorías dos) hasta alcanzar peso seco constante. Posterior
que rinde cada gramo de muestra, mientras que molido y preparado de los pellets para cada una de
el contenido energético constituye la cantidad de éstas.
calorías que ofrece el total de la carne de un animal Por último, quemado de los pellets en la micro-
o bien una porción anatómica. Estas últimas deter- bomba calorimétrica.
minaciones se efectuaron mediante la utilización Por otra parte, sobre la base de los datos pre-
de una microbomba calorimétrica Parr 1425 (Lo- sentados por Schiavini (1993), se realizó una corre-
movasky et al. 2001). El procedimiento de análisis lación lineal entre el peso de la carne y las kilocalo-
implementado constó de los siguientes pasos: rías totales de diferentes taxones de aves. Para la
Extracción de muestras de carne de aproxima- correlación se utilizaron datos bibliográficos y los
damente entre tres y cinco gramos (en este caso, valores obtenidos en el presente trabajo.

RESULTADOS

En primer lugar se presentan los resultados ob-


tenidos respecto de las distintas partes pesadas, ex-
presados en peso en gramos y su correspondiente
porcentaje con relación al total (Tabla 1 y Figura 4).
Debido a la falta de tejido adiposo acumulado, no
fue posible remover grasa en forma manual. Dicha
carencia podría deberse a que el animal haya nece-
sitado consumir sus reservas energéticas durante
el período migratorio, o bien a que el individuo no
estuviera en condiciones óptimas de salud.

Peso en
Partes pesadas % Figura 4. Proporciones de peso de las diferentes partes.
gramos

Carne 1623,4 55,00%


y 2, figuras 4 y 5-, permiten asimismo apreciar las
Huesos 238,4 8,10% diferencias de aporte de cada uno de los tejidos y
Órganos 495,2 16,80%
partes anatómicas. Se observa que la región pec-
toral -en particular la carne adherida al esternón-
Pellejo y plumas 374,4 12,70% es la que más aporta al peso total del animal. En
segundo término se encuentra el miembro poste-
Médula 8 0,30%
rior (fémur en primer lugar y luego el tibiatarso). En
Estimación de flui-
210,6 7,10% cuanto a los miembros anteriores, una proporción
dos corporales no despreciable es la aportada por la carne adheri-
TOTAL 2950 100,00% da a los húmeros.
Tabla 1. Pesos de las diferentes partes expresadas en Con relación a la densidad y contenido ener-
gramos y porcentajes. gético, se realizaron los estudios correspondien-
tes a los músculos de los miembros posteriores y
Respecto del peso en carne, los valores obteni- la región pectoral. Si bien hay una diferencia entre
dos en este trabajo (55%, Figura 4) son coherentes ambos, de momento sólo podemos decir que ésta
con las estimaciones de Rasmussen et al. (1994) es mínima. Consecuentemente, para las restantes
para aves. porciones anatómicas (miembro anterior, cintura
Los resultados que aquí se muestran -tablas 1 pélvica, cráneo y mandíbula) se utilizaron valores

Tivoli - Pérez 857


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Peso de la Hueso seco


Parte pesada MUI
parte (g) (g)

Miembro Anterior 

Húmero 181,2 33,4 147,8

Cúbito 63,4 16,6 46,8

Radio 48,2 7 41,2

Carpometacarpo 23,8 7,8 16

Falanges Anteriores 7,2 2,4 4,8

Total miembro anterior 323,8 67,2 256,6

Miembro Posterior      

Fémur 208,4 12 196,4

Tibiatarso y Fíbula 173,8 18,2 155,6

Tarsometatarso 36 8,8 27,2

Falanges Posteriores 16,2 3,2 13

Total miembro posterior 434,4 42,2 392,2

Región pectoral 
Esternón 608,6 11,8 596,8

Fúrcula 8,4 3,4 5

Escápula y coracoides 101 15,2 85,8

Vértebras cervicales 40,2 2,8 37,4

Costillas 121,4 5,6 115,8

Vértebras Torácicas 74,8 39,4 35,4

Total región pectoral 954,4 78,2 876,2

Cráneo y mandíbula 48,4 34,8 13,6

Cintura pélvica 100,8 16 84,8

TOTALES 1861,8 238,4 1623,4

Tabla 2. Resultados del Índice de Utilidad Carne Simplificado o MUI (Simplified Meat Utility Index), sensu Metcalfe y
Jones (1988).

Figura 5. Índice de Utilidad de Carne Simplificado y Estandarizado -(S) MUI- (Metcalfe y Jones 1998).

858
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)

promediados de densidad energética (kcal/g de No obstante que el peso en carne es equivalen-


peso seco) (Tabla 3). Por otra parte, los resultados te al estimado previamente por otros autores, los
correspondientes a la cintura pélvica y cráneo/man- valores de densidad energética (kcal/gr) obtenidos
díbula son aproximaciones generales dado que, por en este estudio son notoriamente mayores por uni-
el tipo de tejido, tanto los valores calóricos como dad de peso que el conocido y aceptado para otras
los de porcentaje de agua pueden diferir de los uti- aves (cf. las cifras presentadas en Schiavini 1993;
lizados para el cálculo. ver Figura 6).
Dados estos resultados, consideramos que pue-
den mantenerse las expectativas de un consumo
Densidad
energética Peso
Contenido elevado de este taxón, si bien por debajo de lo es-
(kcal/g de húmedo (g)
energético perable para cormoranes y pingüinos. Por otra par-
(kcal)
peso seco) te, en lo que concierne a las porciones anatómicas
Región
se postula una alta incidencia de marcas para los
5,7 876,2 1321,9 huesos asociados a la porción pectoral: esternón,
pectoral
Miembro coracoides y porciones proximales de la escápula y
5,9 392,2 603,9
posterior el húmero.
Miembro
5,8 256,6 387,1
anterior
Cintura
5,8 84,8 127,9
pélvica
Cráneo y
5,8 13,6 20,5
mandíbula

TOTAL 1623,4 2461,3

Tabla 3. Densidad y contenido energético para las por-


ciones anatómicas
Nota: Las mediciones fueron realizadas en kjoules y pos-
Figura 6. Correlación entre el peso de los individuos y
teriormente convertidos a kcal (4,184 kjoules = 1 kcal).
las kcal totales de los especímenes (Schiavini 1993 y
bibliografía allí citada).

DISCUSIÓN
A los fines de evaluar el impacto que las poten- localidades. Pocos casos superan el 8%: San Pablo
cialidades económicas del cauquén pudieran haber 4: 10,5% (Chloephaga sp.), algunos sitios del Cabo
tenido en la selección de presas avifaunísticas por de Hornos: 11,0% (Tachyeres sp.) y el Seno Grandi:
parte de los grupos cazadores recolectores que 14,3% (Chloephaga sp.) (Lefèvre 1989a, 1993-94),
habitaron las zonas costeras o cercanas a las cos- en el Mar de Skyring: 17,9% (Lefèvre 1997a), en el
tas marítimas de Tierra del Fuego, se indagó en la Mar de Otway: 17,0% (San Román et al. 2002) (Ta-
información arqueológica disponible, teniendo en chyeres sp. en ambos casos) y en el muestreo de
cuenta que no pretendemos presentar aquí todas Imiwaia I que corresponde a los conchales inferiores
las investigaciones existentes para la región. Estos la categoría Anatidae presenta un 17,8% (Mameli y
informes muestran cierta disparidad, tanto en lo Estévez Escalera 2004). Únicamente en Ponsonby
que respecta a la proporción de representación de la categoría Chloephaga sp./Tachyeres sp. supera el
cauquenes como en relación con el grado de reso- 40% y Chloephaga sp. alcanza un 8,3% (Legoupil y
lución de los datos relevados. Cabe resaltar, asimis- Fontugne 1997; Lefèvre et al. 2003).
mo, que existe dificultad en la identificación de las Como se ha puntualizado en trabajos previos,
distintas especies de cauquén (Lefèvre 1992), más los cormoranes y pingüinos han sido las presas más
aún, en general la identificación de los anátidos recurrentemente consumidas (Lefèvre 1989a y b,
resulta problemática y, en muchos casos, se con- 1993-94, 1997a y b; Orquera y Piana 1999a; Mameli
signan en conjunto los cauquenes (Chloephaga sp.) y Estévez Escalera 2004). Esto se debería principal-
y los patos vapor (Tachyeres sp.) como “anátidos mente a la posibilidad de capturas en masa que son
grandes” (Lefèvre et al. 2003). consecuencia de sus hábitos de agregación en colo-
Como se puede observar en la tabla 4 y en la fi- nias (Orquera y Piana 1999a y b; Piana et al. 2007).
gura 7, ninguna de las categorías señaladas presen- En concordancia con esto, era esperable que tan-
ta una proporción significativa respecto del total de to los cauquenes como los anátidos en general no
las aves recuperadas en cada uno de los sitios y/o constituyeran el mayor aporte de aves explotadas.

Tivoli - Pérez 859


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

sp./ Chloepha-
% Chloepha-

% Chloepha-

% Tachyeres

% Tachyeres

% Anatidae

NISP/ MNI
ga picta

ga sp.

ga sp.

Citas
Total
sp.
Sitio /Localidad

Punta María 2 7,4 0 0 0 4,9 1732 NISP Lefèvre 1989a, 1992

San Pablo 4 0 10,5 0 0 3,5 57 NISP Borrero 1985, Lefèvre 1989a

Cabo de Hornos 0 0,5 0 11 0,4 3753 NISP Lefèvre 1993-94

Seno Grandi 0 14,3 0 0 0 56 NISP Lefèvre 1993-94

Legoupil 1985-86; 1989;


Punta Baja 0 0,2 0 7 0,4 3545 NISP
Lefèvre 1989a y b

Legoupil 1997, Lefèvre


Bahía Colorada 0 0 0 1,3 0 1716 NISP
1989a, 1997a y b

Punta Santa Ana 2,3 1 0 0,2 0 612 NISP Lefèvre 1989a

Bahía Buena 0 0 0 0,1 0,3 4822 NISP Lefèvre 1989a

Lefèvre 1989a, Legoupil


Englefield 1 0 0 0 0 0 1139 NISP
1997

Legoupil y Fontugne 1997;


Ponsonby 0 8,3 41,5 0,7 3 1804 NISP
Lefèvre et al. 2003

Mar de Skyring 0 2,1 0,2 17,9 0,3 3394 NISP Lefèvre 1997a

Mar de Otway (20 sitios) 0 0 0 17 0 311 NISP San Román et al. 2002

Bahía Inútil (MA-32, MA-


0 5,6 0 0 1 411 NISP Bahamondes 2004
38, MA-2, BI-3)

Lancha Packewaia Orquera y Piana 1993-94;


0 0 0 1 0 98 MNI
(componente reciente) Rasmussen et al. 1994

Lancha Packewaia Orquera y Piana 1993-94;


0 0 0 4,1 0 98 MNI
(componente antiguo) Rasmussen et al. 1994

Túnel I (capas recientes) 0 0 0 0,1 0,1 1055 NISP Orquera y Piana com. pers.

Túnel I (2do compo-


0,1 0,02 0 0,2 0,1 4552 NISP Orquera y Piana com. pers.
nente)

Túnel II 0 0 0 0 0 36 MNI Piana y Canale 1993-94

Túnel VII 0 0 0 0 0,4 2159 NISP Mameli y E. Escalera 2004

Shamakush I (capas C,
0 3,3 0 0 0,3 335 NISP Tivoli (este trabajo)
D, E y F)
Mischiúen I -Capas F(N)
0 0,3 0 0,3 0,7 721 NISP Tivoli (este trabajo)
y F(S)

Mischiúen I (Capa C) 0 0,1 0 0 0,3 1581 NISP Tivoli (este trabajo)

Imiwaia I (muestreo
0 0 0 0 1,8 383 NISP Fiore et al. 2008
Capa B)
Imiwaia I (muestreo
0 0 0 0 17,8 824 NISP Mameli y E. Escalera 2004
conchales inferiores)

Lanashuaia 0 0 2,6 0 0 228 NISP Mameli y E. Escalera 2004

Ajej I 0 1,6 0 0 0 62 NISP Mameli y E. Escalera 2004

Tabla 4. Porcentajes de Chloephaga picta, Chloephaga sp., Chloephaga sp./Tachyeres sp., Tachyeres sp. y Anatidae
respecto del total de restos de aves de cada sitio (identificadas al menos en el nivel de familia).

860
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)

Figura 7. Porcentajes de representación de Chloephaga picta, Chloephaga sp., Chloephaga sp./Tachyeres sp.,
Tachyeres sp. y Anatidae respecto del total de restos de aves encontrados en cada sitio (identificadas al menos en el
nivel de familia).

Sin embargo, en función de los resultados de la ana- nia, se ha observado un incremento en la cantidad
tomía económica y de los estudios calorimétricos de Chloephaga picta a consecuencia probablemen-
que aquí presentamos, teníamos como expectativa te de los cambios en las pasturas como producto
un mayor aprovechamiento que el efectivamente de las actividades ganaderas, así como también
hallado. Ello se fundamentaba básicamente en su debido a la disminución de la incidencia de los pre-
rendimiento económico individual -elevado en re- dadores1 (Martín 1984; Borrero 1985; Cruz 2000 ).
lación con otros grupos de aves- y en su contenido Asimismo, cabe preguntarse si existió algún tipo
energético, superior al esperado en función de su de restricción social que impidiera su captura, tal
peso corporal y significativamente mayor que el de como podría haber sucedido con algunos peces
los cormoranes (Schiavini 1993). (Fiore y Zangrando 2006).
En consecuencia, queda entonces para el futu-
ro explorar posibles explicaciones para la falta de
registro zooarqueológico de cauquenes: ¿existen
procesos tafonómicos que estén sesgando la re-
presentación de esta especie?, ¿tienen los cauque-
nes una densidad mineral ósea tal que sus huesos
se destruyan diferencialmente respecto de los de
otras especies?, ¿hubo en el pasado una menor dis-
ponibilidad de estas aves? Respecto de esto último,
en Tierra del Fuego y en otras regiones de Patago-

Tivoli - Pérez 861


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

AGENDA Y PERSPECTIVAS FUTURAS

En concordancia con la necesidad de generar sis calorimétricos y de anatomía económica para


marcos de referencia para la interpretación del diferentes familias y/o especies de aves presentes
registro zooarqueológico, aquí se ha ensayado un en el registro arqueológico de la región del canal
ejemplo de aplicación para una fauna poco explo- Beagle de modo de comprender las particularida-
rada hasta el momento: las aves. En particular se des anatómicas y de aporte energético de cada una
presentó el caso del cauquén, con intenciones de de ellas. Asimismo, sería recomendable realizar es-
demostrar la utilidad de los estudios de anatomía tos estudios con más de un individuo, atendiendo
económica para el análisis de faunas de “bajo ran- a la variabilidad que cada especie pueda presentar
king”, investigaciones que clásicamente han sido en relación con el sexo, la edad, la estación del año
aplicados a la “fauna mayor”. y el consecuente estado nutricional. Por último, si
Se concluye que este tipo de trabajos –en con- bien es importante considerar la dificultad que se
junto con el conocimiento etológico y ecológico- presenta para obtener especímenes frescos para
permite generar expectativas acerca de las espe- su disección (Ley provincial Nº 101 del año 1993),
cies que habrían sido mayormente consumidas, así enfatizamos aquí entonces el carácter de punto de
como también del grado de procesamiento espera- partida que este trabajo tiene con vistas a incre-
ble para cada parte anatómica. mentar las muestras en el futuro.
Consideramos necesario realizar nuevos análi-

AGRADECIMIENTOS
Al laboratorio de Ecofisiología del CADIC y toda su gente, fundamentalmente al Dr. Jorge Calvo. A
Mauricio González Guillot, Gabriela Scioscia, Daniel Martinioni, Juan Ponce y Alejandro Valenzuela. A Er-
nesto Piana, Luis Orquera, Francisco Zangrando, Isabel Cruz y muy especialmente a Miguel Giardina.

NOTAS
1
. En el canal Beagle, si bien se ha reducido mucho la cantidad de zorros, aumentó en cambio la de
perros cimarrones.

BIBLIOGRAFÍA
Bahamondes, M. S. del Norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego.
2004 Las aves en la cultura Selk’nam: Estudio del Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofía y Letras,
registro arqueofaunístico de cuatro sitios de bahía Universidad de Buenos Aires.
Inútil (Tierra del Fuego). Magallania 32: 163-189. Borrero, L. A.
Behrensmeyer, A. K. 1990 Fuego-Patagonia bone assemblages and the
1991 Terrestrial vertebrate accumulations. En problem of communal guanaco hunting. En: Hunters
Taphonomy: releasing the data locked in the fossil of the Recent Past, editado por L. B. Davis y B. O. K.
record. Topics in Geobiology, editado por P. A. Allison Reeves, pp. 373-406. Unwin Hyman, Londres.
y D. E. G. Briggs, vol. 9pp. 291-335. Plenum Press, Couve, E. y C. Vidal
New York. 2003 Birds of Patagonia, Tierra del Fuego and Antarctic
Belardi, J. y J. Gómez Otero Peninsula. The Falkland Islands and South Georgia.
1998 Anatomía económica del huemul Editorial Fantástico Sur Birding Ltda., Punta Arenas.
(Hippocammelus bisulcus): Una contribución a la Cruz, I.
interpretación de las evidencias arqueológica de su 2000 Líneas tafonómicas y ecológicas para evaluar la
aprovechamiento en Patagonia. Anales del Instituto explotación prehistórica de aves acuáticas en la zona
de la Patagonia. (Serie Ciencias Sociales) 26: 195- cordillerana (provincia de Santa Cruz, Argentina).
207. En Desde el País de los Gigantes. Perspectivas
Binford, L. arqueológicas en Patagonia, editado por Belardi, J. B;
1978 Nunamiut Ethnoarchaeology. Academic Press, Carballo Marina, F. y S. Espinosa Tomo I pp.203-218.
Nueva York. Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Río
Binford, L. Gallegos.
1981 Bones. Ancient Men and Modern Myths. De Nigris, M. E. y G. L. Mengoni Goñalons
Academic Press, New York. 2004 The guanaco as a source of meat and fat in the
Borrero, L. A. Southern Andes. En The zooarchaeology of fats, oils
1985 La economía prehistórica de los habitantes and dairying, editado por J. Mulville y A. Outram, pp.

862
Rendimiento económico del cauquén común (Chloephaga picta, Familia: Anatidae)

160-166. Oxbow Books, Oxford. Les primers chasseurs de mammifères marins de


Patagonie australe, editado por D. Legoupil, pp 59-
Fiore, D. y A. F. Zangrando 64. Editions Recherche Sur les Civilisations, Paris.
2006 Painted fish, eaten fish: Artistic and Lefèvre, C., S. Lepetz y D. Legoupil
archaeofaunal representations in Tierra del Fuego, 2003 ¿Cazadores terrestres, cazadores marítimos?
Southern South America. Journal of Anthropological Explotación de recursos animales en el Locus 1
Archaeology 25: 371-389. (Capítulo 2). En Cazadores-recolectores de Ponsonby
Fiore, D., A. M. Tivoli y A. F. Zangrando (Patagonia Austral) y su paleoambiente desde VI al III
2008 Good to eat or good to paint? Faunal milenio AC, vol. 31, editado por D. Legoupil, pp. 63-
consumption and avoidance among hunter-gatherer- 116. Magallania, Tirada Especial, Punta Arenas.
fishers in the Beagle Channel region (Tierra del Fuego, Legoupil, D.
Southern South America). Trabajo presentado en el 1985-86 Los indios de los archipiélagos de la
6th World Archaeological Congress, Dublin. Ms. Patagonia. Un caso de adaptación a un ambiente
Giardina, M. A. adverso. Anales del Instituto de la Patagonia. (Serie
2006 Anatomía económica de Rheidae. Intersecciones Ciencias Sociales) 16: 45-52.
en Antropología 7: 263-276. Legoupil, D. (editora)
Gusinde, M. 1989 Punta Baja. Ethno-Archèologie dans les archipiels
1986 Los Indios de Tierra del Fuego. Los Yámana, II. de Patagonie: Les nomades marins de Punta Baja.
CAEA, Buenos Aires. Éditions Recherche sur les civilisations, Mèmorie 84,
Humphrey, P. S., D. Bridge, P. W. Reynolds y R. T. Paris.
Peterson Legoupil, D. (editora)
1970 Birds of Isla Grande (Tierra del Fuego). Preliminary 1997 Bahía Colorada (île d’Englefield): Les premiers
Smithsonian Manual. Washington, D. C. chasseurs de mammifères marines de Patagonie
Jones, K. T. y D. Metcalfe australe. Editions Recherche sur les Civilisations,
1988 Bare bones archaeology: Bone marrow indices Paris.
and efficiency. Journal of Archaeological Science 15: Legoupil, D. y M. Fontugne
415-423. 1997 El poblamiento marítimo en los archipiélagos de
Keene, A. S. Patagonia: Núcleos antiguos y dispersión reciente.
1985 Nutrition and economy: Models for the study Anales del Instituto de la Patagonia. (Serie Ciencias
of prehistoric diet. The analysis of prehistoric diets, sociales) 25: 75-87.
editado por R. I. Gilbert Jr. y J. H. Mielke, pp. 155-190. Lomovasky, B. J., E. Morriconi y J. Calvo
Academic Press, New York. 2001 Energetics variation of the striped clam
Kooyman, B. Eurhomalea exalbida (Chemnitz, 1795) in Ushuaia
1990 Moa procurement: Communal or individual Bay, Beagle Channel (54º 50’S). Journal of Shellfihs
hunting? En: Hunters of the Recent Past, editado Research 20: 1089-1094.
por L. B. Davis y B. O. K. Reeves, pp. 327-351. Unwin Lupo, K.
Hyman, Londres. 1998 Experimentally derived extraction rates for
Lefèvre, C. marrow: Implications for body parts exploitation
1989a L’avifaune de Patagonie Australe et ses strategies of Plio-Pleistocene hominid scavengers.
relations avec l’homme au tours des six derniers Journal of Archaeological Science 25: 657-75.
millenaires. Tesis de Doctorado, Université de Paris. Madrigal, T. C. y J. Zimmermann Holt
Lefèvre, C. 2002 White tailed deer meat and marrow return
1989b Les oiseaux. En: Punta Baja. Ethno-Archèologie rates and their application to eastern woodlands
dans les archipiels de Patagonie: Les nomades marins archaeology. American Antiquity 67 (4): 745-759.
de Punta Baja. Mémoire Nº 84, editado por D. Mameli, L. y J. Estévez Escalera
Legoupil, pp. 99-113. Èditions Recherche sur les 2004 Etnoarqueozoología de aves: El ejemplo del
Civilisations, Paris. extremo sur americano. Treballs D’Etnoarqueología
Lefèvre, C. 5. Universidad Autónoma de Barcelona y Consejo
1992 Punta María 2: Los restos de aves. Palimpsesto Superior de Investigaciones Científicas CSIC, Madrid.
Revista de Arqueología 2: 71-98. Martín, S.
Lefèvre, C. 1984 La avutarda magallánica (Chloephaga picta) en
1993-94 Las aves en los yacimientos del archipiélago la Patagonia: su ecología, alimentación, densidad y
del Cabo de Hornos y del seno Grandi. Anales del control. IDIA 429-432: 6-24.
Instituto de la Patagonia. (Serie Ciencias Sociales) 22: Metcalfe, D. y K. T. Jones
123-136. 1988 A reconsideration of animal body-part utility
Lefèvre, C. indices. American Antiquity 53 (3): 486-504.
1997a Seabird fowling in Southern Patagonia: A Olrog, C. C.
contribution to understanding the nomadic round 1979 Nueva lista de la avifauna argentina. Opera
of the Canoeros Indians. International Journal of Lilloana 27: 1-324.
Osteoarchaoelogy 7: 260-270. Orquera, L. A. y E. L. Piana
Lefèvre, C. 1993-94 Lancha-Packewaia: Actualización y
1997b Les oiseaux. En Bahía Colorada (Île d’Englefield) rectificaciones. Relaciones de la Sociedad Argentina

Tivoli - Pérez 863


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

de Antropología XIX: 325-362. Schiavini, A.


Orquera, L. A. y E. L. Piana 1990 Estudio de la relación entre el hombre y los
1999a Arqueología de la región del canal Beagle (Tierra pinnípedos en el proceso adaptativo humano al
del Fuego, República Argentina). Sociedad Argentina canal Beagle, Tierra del Fuego, Argentina. Tesis de
de Antropología, Buenos Aires. Doctorado, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales,
Orquera, L. A. y E. L. Piana Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
1999b La vida material y social de los Yámana. Editorial Schiavini, A.
Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires. 1993 Los lobos marinos como recurso para cazadores-
Osborn, A. J. recolectores marinos: El caso de Tierra del Fuego.
1977 Strandloopers, mermaids, and fairy tales. En Latin American Antiquity 4(4): 346-366.
For theory building in archaeology: Essays on faunal Venegas Canelo, C.
remains. Aquatic resources, spatial analysis, and 1986 Aves de Patagonia y Tierra del Fuego Chileno-
systemic modeling, editado por L. R. Binford, pp. 157- Argentina. Ediciones de la Universidad de Magallanes,
205. Academic Press, New York. Punta Arenas.
Outram, A. K. y P. Rowley-Conwy
1998 Meat and marrow utility for horse (Equus).
Journal of Archaeological Science 25: 839-849.
Peters, R. H.
1983 The ecological implications of body size.
Cambridge University Press, Cambridge.
Piana, E. L. y G. Canale
1993-4 Túnel II: Un yacimiento de la Fase Reciente del
canal Beagle. Relaciones de la Sociedad Argentina de
Antropología XIX: 363-389.
Piana, E. L. y M. M. Vázquez
2004 El sitio Shamakush VIII. Puntualizaciones sobre
el uso de recursos y la gestión del asentamiento en
el canal Beagle. Actas del XV Congreso Nacional de
Arqueología Argentina, Río Cuarto, en prensa.
Piana, E. L., M. M. Vázquez y A. M. Tivoli
2007 Dieta y algo más. Animales pequeños y
variabilidad en el comportamiento humano en el
canal Beagle. En Arqueología de Fuego-Patagonia.
Levantando piedras, desenterrando huesos...y
develando arcanos, editado por F. Morello, M.
Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 39-50.
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Raedecke, K.
1976 El guanaco de Magallanes, Chile. Su distribución
y biología. Corporación Nacional Forestal (Ministerio
de Agricultura, Chile), Publicación Nº 4.
Rasmussen, P. C., S. P. Humphrey y J. E. Péfaur
1994 Avifauna of a Beagle Channel archaeological
site. Occasional papers of the Museum of Natural
History. The University of Kansas. Lawrence, Kansas,
165: 1-41.
San Román, M., F. Morello y A. Prieto
2002 Nuevos antecedentes sobre la explotación de
recursos faunísticos en el Mar de Otway y canales
adyacentes. Anales del Instituto de la Patagonia.
(Serie Ciencias Sociales) 30: 147-154.
Savanti, F.
1994 Las aves en la dieta de los cazadores-recolectores
terrestres de la costa fueguina. Temas de Arqueología.
CONICET- Programa de Estudios Prehistóricos,
Buenos Aires.
Savelle, J. M. y T. M. Friesen
1996 An Odontocete (Cetacea) meat utility index.
Journal of Archaeological Science 23: 713-721.
Savelle, J. M., T. M. Friesen y R. L. Lyman
1996 Derivation and application of an Otariid utility
index. Journal of Archaeological Science 23: 705-712.

864
Análisis de los restos malacológicos en el sitio
Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia
de Santa Cruz)
Miguel Ángel Zubimendi1 y Heidi Hammond2

A b s t r a c t

Los Albatros is a large site where an important faunistic record -both vertebrate and invertebrate
has been recovered. This paper presents information on the analysis conducted on the malacological
remains recovered in two of the three grids excavated on the front in erosion. Analysis of faunistic
record starts with a comprehensive and exhaustive taxonomic identification of species, and
their classification according to the conservation status and size of the shells. From these data
issues related to the problems of conservation and alteration of the archaeological record on
the site are discussed, as well as implications on the exploitations of shellfish in the study area
and the role that could have played on the diets of groups who occupied the Patagonian coast.

DESCRIPCIÓN CONTEXTUAL DEL SITIO LOS ALBATROS

El sector Bahía del Oso Marino se encuentra en y otros que presentan una menor pendiente, sobre
tierras de la Estancia El Negro en la costa Centro- los cuales se desarrolla una cubierta sedimentaria.
Norte de la Provincia de Santa Cruz (Argentina), En los últimos dos años, en el marco del Proyec-
aproximadamente a 20 km al sur de la ciudad de to de Investigación Arqueología de la Costa Norte
Puerto Deseado y frente a la isla Pingüino (Figura de Santa Cruz II: la resolución espacial y tempo-
1). Esta estancia posee una extensión de tierra de ral del uso de la costa por cazadores recolectores
aproximadamente 8 x 5 km. La península en la que dirigido por la Dra. Alicia Castro, se han realizado
se halla el sitio se encuentra al Norte de Bahía de diversas investigaciones en este sector litoral. Du-
los Nodales y Punta Medanosa (Castro et al. 2001) rante los trabajos de campo se han identificado una
y al Sur de Punta Guanaco (Zubimendi et al. 2005), gran cantidad de sitios, mayormente concheros a
sectores arqueológicos trabajados previamente cielo abierto, y en menor medida, concheros sobre
dentro del Proyecto Arqueológico Costa Norte de cueva y aleros y restos líticos dispersos. También se
Santa Cruz. Hemos denominado a este sector Ba- han identificado gran cantidad de enterratorios so-
hía del Oso Marino, por ser el accidente geográfico bre médanos cerca de la costa y chenques abiertos
más conspicuo y conocido por los habitantes de la ubicados en puntos panorámicos. El sector se ca-
zona. racteriza, entonces, por una alta densidad de sitios
La costa se caracteriza por su variabilidad, ya arqueológicos cercanos a la franja litoral, densidad
que es posible encontrar gran cantidad de aflora- que disminuye abruptamente en el interior inme-
mientos porfíricos de la Formación Bahía Laura, los diato.
que, por su dureza, configuran una costa recortada, Algunos trabajos específicos que se vienen rea-
intercalada con playas de arena de variada longi- lizando en el área incluyen estudios de arqueología
tud. Los afloramientos costeros tienen una altura distribucional y de búsqueda de fuentes potencia-
máxima de aproximadamente 40 metros sobre el les de materias primas líticas (Ambrústolo et al.
nivel del mar, con sectores que caen a pique al mar 2008), excavación de rescate del sitio Cueva del

1 CONICET, Departamento Científico de Arqueología, UNLP y Universidad Nacional de la Patagonia Austral – Uni-
dad Académica Caleta Olivia.
2 Departamento Científico de Arqueología, UNLP.

Zubimendi - Hammond 865


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Ubicación del sector Bahía del


Oso Marino y del sitio Los Albatros.

Negro (Castro et al. 2007, Capparelli et al. 2008) y que pocas veces se aproxima a tierras continenta-
muestreos superficiales en diversos sitios del área, les.
entre ellos el sitio Los Albatros (Bogan et al. 2007, La superficie del área cubierta por material re-
Zubimendi et al. 2007). depositado por la erosión es de aproximadamente
11,500 m2. En base a la densidad de restos arqueo-
Descripción del sitio Los Albatros lógicos hemos dividido este sitio en tres sectores:
Este sitio se halla ubicado en el lado Sur del pe- Norte, de densidad media a baja de restos
ñón Azopardo, en un sector de médano vegetado, malacológicos, y presencia de huesos de pinnípe-
asentado sobre rocas de la Formación Bahía Laura dos muy meteorizados;
que conforman el peñón (Figura 1). Se trata de un Central, con densidad alta de valvas y presen-
sitio de grandes dimensiones que presenta un nivel cia de huesos de albatros, pinnípedos y cormora-
arqueológico continuo de más de 220 m de largo. nes; y
Dicho nivel se halla en un perfil en erosión activa, in- Sur, con una densidad media a alta de restos
serto en una matriz arenosa de médano vegetado. malacológicos, y menor cantidad de huesos, aun-
La particularidad de los conjuntos arqueofaunísti- que se observan algunos de albatros y pinnípedos.
cos del sitio está dada por la gran proporción de Estos dos últimos sectores se hallan separados
huesos de albatros de ceja negra (Thalassarche por una cárcava perpendicular al frente en erosión
melanophrys) presentes a nivel superficial (Zubi- producido con posterioridad al nivel cultural. Dada
mendi et al. 2007) como en estratigrafía (Bogan la alta erosión que presenta el sitio, se observa una
et al. 2007). Esta especie pelágica sólo es posible amplia dispersión de materiales, principalmente si-
observarla de forma ocasional cerca de la costa, ya guiendo el cauce de la cárcava.

866
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)

Figura 2. Vista del perfil en erosión del sitio y ubicación de las cuadrículas excavadas.

Características de las excavaciones realiza- La cuadrícula 2 de 1 x 1 m estaba compuesta


das por una lente muy densa de valvas. Probablemente
En este trabajo se brindan los resultados de los esta lente haya estado cubierta en su totalidad por
análisis malacológicos de los restos recuperados en el médano hasta momentos recientes, sin embargo
dos cuadrículas realizadas en el sector Central del al momento de la excavación presentaba un sector
sitio (Figura 2). expuesto a la erosión y otro, interno, cubierto por
La cuadrícula 1, de 2 m2 de superficie, presen- una fina capa de sedimento eólico. La lente tenía
taba un primer nivel eólico con escasos materia- una potencia aproximada de entre 10 a 15 cm.
les arqueológicos, debajo del cual se registró un Durante la excavación se recuperó una menor
nivel con una potencia de los materiales de 25 cm cantidad de restos óseos en comparación con la
aproximadamente, que presentaba una coloración anterior cuadrícula. Los restos óseos presentes
levemente más oscura. En éste se recuperó una im- se pudieron asignar a por lo menos ocho especies
portante concentración de restos óseos, especial- distintas de vertebrados, los cuales son, en orden
mente de albatros de ceja negra (Thalassarche me- descendente según su NISP: pinnípedos, róbalo,
lanophrys), pinnípedos, cormorán (Phalacrocorax albatros de ceja negra, cormorán, gaviotín (Sterna
sp.), pingüinos (Spheniscus magellanicus), guanaco sp.), Microcavia australis, Ctenomys sp., iguánido;
(Lama guanicoe), róbalo (Eleginops maclovinus) y así como una vértebra de cetáceo no identificado.
reptil (Liolaemus sp.). También se recuperó una gran cantidad de restos
Se registró también una concentración en for- de carbones dispersos insertos en la matriz de val-
ma de pila de huesos de pinnípedos y albatros, así vas y sedimento eólico. En algunos sectores de la
como restos óseos articulados de pinnípedos (Figu- excavación se registraron concentraciones de car-
ra 3). En un trabajo previo se presentaron los res- bones, aunque no estructuras de fogón.
tos faunísticos de vertebrados recuperados en esta Las valvas que conformaban la lente, mayor-
cuadrícula (Bogan et al. 2007). Se registró la presen- mente compuesta por bivalvos mitílidos, no pre-
cia de gran cantidad de valvas de moluscos, aunque sentaban una clara orientación en la horizontal ni la
es de resaltar que éstas no se hallaban conforman- vertical, así como tampoco discordancias internas
do una lente, sino dispersas y sin orientación en la (Favier Dubois y Borella 2007). A pesar de ello se re-
matriz de sedimento eólico, conformando en algu- gistró una gran cantidad de valvas de bivalvos pa-
nos puntos pequeñas acumulaciones. En algunos readas, la mayoría de éstas presentaban los umbos
de los casos se comprobó la presencia de valvas de o charnelas juntos, o levemente desplazados hacia
bivalvos pareadas. Se envió una muestra de valvas los costados; en otros casos se hallaban pareadas
de Nacella magellanica para su fechado radiocarbó- por su extremo distal (Figura 4). En su interior se
nico1. Por debajo de este nivel se registraron valvas observó la presencia de sedimento eólico y, en al-
aisladas en muy baja densidad. gunos casos, fragmentos pequeños de valvas. Tam-
Zubimendi - Hammond 867
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 3. Restos óseos de pinnípedo articulados en la cuadricula 1.

bién fue posible observar la presencia de valvas, también marcas de radículas y gran cantidad de rai-
principalmente del mitílido Aulacomya atra, con el cillas adheridas a las valvas.
periostraco adherido en su cara externa; así como

Figura 4. Detalle de la excavación en la que se observan valvas de mitílidos pareadas.

868
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)

METODOLOGÍA DE RECUPERACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS RESTOS


MALACOLÓGICOS

Las cuadrículas se excavaron siguiendo capas la presencia de un individuo. En el caso de los gas-
naturales. La mayoría de los restos fueron recu- terópodos, al ser univalvos presentan un NRE por
perados en el terreno utilizando una zaranda con individuo, éste es, por ejemplo, el ápex en las Na-
una malla de 1 mm. Sin embargo, y para lograr cella magellanica, la columela en los Adelomelon,
una buena recuperación de restos malacológicos y la inserción del tabique en las Crepidula dilatata
otros restos de pequeño tamaño tanto líticos como y el foramen en las Fissurella. Mientras que en los
óseos, se embolsó y conservó la totalidad del “fon- bivalvos se hallan dos umbos o charnelas por indi-
do de zaranda”, el cual fue trasladado y analizado viduo, pudiéndose diferenciar generalmente entre
posteriormente en el laboratorio. el umbo izquierdo y el derecho. Otras especies, ge-
Los restos malacológicos fueron identificados neralmente muy poco representadas en el registro
al mayor nivel taxonómico posible siguiendo la no- arqueológico, presentan mayores dificultades. Por
menclatura de Castellanos (1970 [1967]), Castella- ejemplo, los poliplacóforos tienen 8 valvas o pla-
nos y Landoni (1988 y 1992 entre otros), y Aguirre cas; una cefálica o anterior, una caudal o posterior
y Farinati (2000). Se consultó también Pastorino y 6 intermedias. Los individuos pueden ser cuantifi-
(2005) para el género Trophon; Gordillo (2006) para cados tomando el valor más alto de placas caudales
Tawera gayi y Gordillo (2007) para los poliplacó- o cefálicas. En los crustáceos Balanus o Astromega-
foros. También se ha consultado la base de datos balanus pueden contabilizarse sus bases. Si bien es-
del Sistema de Información Taxonómica Integrado tas especies no son moluscos se los incluye en estos
(ITIS por sus siglas en inglés, http://www.itis.gov/). análisis faunísticos.
La identificación se realizó teniendo en cuenta los Con esta información se procedió a calcular el
rasgos morfológicos de las valvas (por ejemplo, Número de Fragmentos Identificables (NISP) así
forma, ornamentación, etc.). A su vez, los restos como el Número Mínimo de Individuos (NMI) para
malacológicos fueron clasificados según su estado cada género o especie. En el caso de los bivalvos el
de conservación en: NMI se calculó sumando las VE y los FI derechos,
Valvas Enteras (VE), aquellas con más del 90% por un lado y las VE y los FI izquierdos por el otro,
de la valva completa y con presencia del elemento tomando como NMI el valor más alto.
diagnóstico individual, o sea, el Elemento No Re- Posteriormente se midió la longitud máxima de
petitivo de la valva o NRE (Non Repetitive Element, todas las VE de las cuatro especies más numerosas
Mason et al., 1998). en ambas cuadrículas (Mytilus edulis, Perumytilus
Fragmentos Identificables (FI), cualquier pie- purpuratus, Aulacomya atra y Nacella magellanica).
za de una valva de la cual se conserve menos del En el caso de los bivalvos mitílidos se midió desde
90% de la misma y que esté presente el NRE. el umbo o charnela hasta el extremo distal, y en el
El Elemento No Repetitivo (NRE) es una parte caso de las Nacella magellanica el diámetro máximo
de la valva que es diagnóstico de una determinada de la base de la valva. Estas medidas fueron agru-
especie o género y que puede ser contabilizado un padas en rangos de 0,5 cm para su comparación.
determinado número de veces para poder inferir

RESULTADOS

Los restos malacológicos recuperados en las resto de las especies se hallan presentes en muy
excavaciones bajo número.
En la cuadrícula 1 se recuperó un alto número de En el conjunto malacológico de la segunda cua-
valvas (n = 3148) y se pudieron identificar 16 taxones drícula (Tabla 2, Figura 6) se recuperó un mayor
de moluscos (Tabla 1, Figura 5). Las especies mejor número de restos malacológicos (n = 5369). Se pu-
representadas son Mytilus edulis (60% del total de dieron identificar 13 moluscos y 2 crustáceos a nivel
valvas y un 75% si consideramos sólo los bivalvos); de especie, y otros restos correspondientes a otras
seguidos por Perumytilus purpuratus en un 17%; y especies de moluscos no identificadas.
Aulacomya atra, las cuales se encuentran presentes En esta cuadrícula se observa un predominio
en una proporción mucho menor, cercana al 3%. El aún más marcado de los bivalvos mitílidos que en
único gasterópodo presente en una proporción de la anterior, ya que entre las tres especies (Mytilus
importancia es Nacella magellanica con un 16%. El edulis, Perumytilus purpuratus y Aulacomya atra)

Zubimendi - Hammond 869


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 5. Algunas de las especies de gasterópodos presentes en la cuadrícula 1. a) Crepidula dilatata; b) tabique de
Crepidula dilatata; c) Iothia coppingeri; d) Siphonaria lessoni; e) opérculo de Fissurella sp.; f) Trophon geversianus; g)
Pareuthria plumbea; h) Acanthina monodon; i) Adelomelon sp. La barra blanca equivale a 1 cm.

870
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)

MOLLUSCA Estado de la Valva Cuantificación

GASTROPODA FI VE NISP NMI % NMI


Nacella (P.) magellanica 104 401 505 505 16,0
Crepidula dilatata 15 49 64 64 2,0
Trophon geversianus 6 1 7 7 0,2
Siphonaria lessoni 0 9 9 9 0,3
Fissurella sp. 4 0 4 4 0,1
Iothia coppingeri 0 3 3 3 0,09
Kerguelenella lateralis 0 2 2 2 0,06
Acanthina monodon 0 1 1 1 0,03
Adelomelon ferussaci 1 0 1 1 0,03
Calyptraea pileolus 0 1 1 1 0,03
Pareuthria plumbea 0 1 1 1 0,03
Indeterminado - - 2 - 0,06
FI FI VE VE
BIVALVIA NISP NMI % NMI
izq. Der. izq. der.
Mytilus edulis 803 814 140 142 1899 956 60,2
Perumytilus purpuratus 130 138 138 128 534 268 16,9
Aulacomya atra 32 35 12 11 90 46 2,9
Tawera gayi 8 4 2 6 20 10 0,6
Ensis macha 2 2 0 0 4 2 0,03
Veneridae 0 1 0 0 1 1 0,03
ARTHROPODA
Presencia
MAXILLOPODA
Balanus sp. Si
Tabla 1. Restos malacológicos recuperados en la cuadrícula 1 del sitio Los Albatros.

MOLLUSCA Estado de la Valva Cuantificación

GASTROPODA FI VE NISP NMI % NMI


Nacella (P.) magellanica 35 103 138 138 4,94
Crepidula dilatata 31 28 43 43 1,54
Kerguelenella lateralis 0 10 10 10 0,36
Siphonaria lessoni 1 8 9 9 0,32
Fissurella sp. 4 3 7 7 0,25
Iothia coppingeri 1 5 6 6 0,21
Pareuthria plumbea 0 2 2 2 0,07
Trophon geversianus 1 0 1 1 0,04
Indeterminado - - 6 - -
FI FI VE VE
BIVALVIA NISP NMI % NMI
izq. der. izq. der.
Mytilus edulis 1480 1487 605 617 4189 2104 75,39
Perumytilus purpuratus 129 143 183 156 611 312 11,18
Aulacomya atra 70 56 54 69 249 125 4,48
Tawera gayi 7 13 2 4 26 17 0,61
Ensis macha 11 14 0 0 25 14 0,50
Hiatella solida 0 0 1 1 2 1 0,04
Indeterminado - - - - 5 - -
VE VE
POLYPLACOPHORA VE Cefál. NISP NMI % NMI
Intermedias Caudal
Neoloricata 2 26 1 29 2 0,07

ARTHROPODA
Presencia
MAXILLOPODA
Balanus sp. Si

Austromegabalanus sp. Si

Tabla 2. Restos malacológicos recuperados en la cuadrícula 2 del sitio Los Albatros.

Zubimendi - Hammond 871


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 6. Algunos de los bivalvos, crustáceos y cuenta presentes en la cuadrícula 2 a) umbo derecho de Ensis
macha; b) valva derecha de Tawera gayi; c) umbo izquierdo de Tawera gayi; d) Balanus sp.; e) valva izquierda de
Hiatella solida; f) cuenta de valva de especie no determinada; g) placa cefálica de poliplacóforo; h) placa caudal de
poliplacóforo; i) placa intermedia de poliplacóforo. La barra blanca equivale a 1 cm.

representan el 94% del total del conjunto malaco- Características de las especies presentes en
lógico. las excavaciones
Nacella magellanica aparece en un número y La mayoría de las especies recuperadas tienen
una proporción muy baja para lo que suele ser su su hábitat en intermareales duros, rocosos, como
representación en sitios del área de estudio (ver las playas de rocas ignimbríticas de la formación
Zubimendi et al. 2005). Las demás especies se ha- Bahía Laura existentes en las cercanías, principal-
llaron en un número menor. Una característica de mente al Norte y al Este del sitio. Sin embargo,
esta cuadrícula fue la recuperación de una pequeña algunas pocas especies presentes en ambas cua-
cuenta de valva de color crema, con agujero de sus- drículas, como Tawera gayi o Ensis macha viven en
pensión bicónico y bordes pulidos en ambas caras sustratos blandos, como las playas de arena que se
manufacturado a partir de una valva de especie no observan al Sur del sitio (Figura 1). Valvas de estas
determinada, que no corresponde ni a un mitílido dos especies se hallan mejor representadas en la
ni a N. magellanica (Figura 6.f). cuadrícula 2, sobre todo las E. macha. Es intere-
sante la presencia del caracol Adelomelon sp., que

872
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)

vive por fuera del alcance humano, y está disponi- éstas brindan un patrón común en relación a una
ble sólo por cortos períodos de tiempo cuando es mayor dispersión en el rango de tamaños registra-
arrojado por la resaca de mareas de tormenta, por dos que las demás especies analizadas. Es posible
lo que es poco probable su explotación para con- observar, también, que las valvas de la cuadrícula 2
sumo. Un grupo de especies subtidales, que proba- son de mayor tamaño y presentan una distribución
blemente también hayan estado fuera del alcance por tamaño más uniforme.
humano para la recolección manual, son: Crepidula Una discusión interesante surge en relación a
sp., Adelomelon sp., Tawera gayi, Acanthina mo- las valvas de Perumytilus purpuratus recuperados.
nodon, Ensis macha, Austromegabalanus sp., Lothia El tamaño diminuto de esta especie, mucho más
coppingeri. Entre los gasterópodos, algunas espe- pequeña que las otras especies analizadas, plantea
cies registradas en bajo número pueden haber sido el interrogante de si ésta era un objeto de consu-
epibiontes de las especies probablemente consu- mo. Al respecto, Orquera y Piana (2001:353) postu-
midas (por ejemplo, Crepidula dilatata, Calyptraea lan que Mytilus edulis con un tamaño igual o menor
pileolus, Siphonaria lessoni, Kerguelenela lateralis, a 3 cm aportan una cantidad de nutrientes tan baja
Lothia coppingeri y Fissurella sp. y Nacella sp., Bala- que es poco probable que hayan ingresado a un si-
nus sp. y Astromegabalanus sp.). tio de forma intencional para su consumo.
Por su parte, los mitílidos viven adheridos a De acuerdo a este criterio, la totalidad de las
cualquier superficie dura, e incluso a otras valvas valvas de Perumytilus purpuratus de la cuadrícula 1
de moluscos, por medio de fuertes fibras que se- y el 97,3% de la cuadrícula 2 podrían ser conside-
gregan, conformando densas redes en las cuales se radas en la categoría no alimenticia. Incluso el 75%
hallan adheridos no sólo Mytilus edulis, Perumytilus de las valvas en ambas cuadrículas son menores a
purpuratus y Aulacomya atra, sino también otra 2 cm, evidenciando rangos de tamaños muy chicos
gran variedad de especies. para esta especie.

Comparación del tamaño de las valvas Fragmentación de los conjuntos


En la comparación del tamaño de las valvas En términos generales, el conjunto malacoló-
entre ambas cuadrículas se observan claras dife- gico en ambas cuadrículas presenta un estado de
rencias en todas las especies analizadas. Para es- conservación bueno. El porcentaje de valvas ente-
tas comparaciones se consideraron solamente las ras (VE) sobre el total de los restos recuperados (VE
cuatro especies más representadas en las dos cua- + FI) en ambas cuadrículas da valores muy homo-
drículas: Mytilus edulis, Perumytilus purpuratus, Au- géneos: 33% en la cuadrícula 1 y 35% en la 2, aun-
lacomya atra y Nacella magellanica (Figura 7). Las que si se analiza por clases, se observan algunas di-
diferencias observadas se registran mayormente ferencias como, por ejemplo, mayor porcentaje de
en la longitud modal de las valvas, pero no tanto en gasterópodos enteros en la cuadrícula 1, o bivalvos
el rango de dispersión dentro de cada especie. enteros en la cuadrícula 2 cuyo porcentaje es casi el
Las valvas de Mytilus edulis de la cuadrícula 1 doble que en la 1 (Figura 8).
son más pequeñas, y presentan un mayor rango de Si observamos la fragmentación de las val-
dispersión comparativamente, que las de la cua- vas por especies, en el caso de Mytilus edulis y
drícula 2. En ambas, todas las valvas medidas su- Aulacomya atra se registran diferencias importan-
peran los 3 cm de longitud (ver más abajo). Existe tes. En el primer caso, una comparación de dife-
una marcada selección en favor de un determinado rencias entre proporciones muestrales en ambas
rango de tamaño de las valvas de esta especie, en cuadrículas da diferencias estadísticamente signifi-
este caso, entre 4-5 cm (42%, cuadrícula 1; 70%, cativas (z=11,76, nivel de confianza 95%, Z crítico=
cuadrícula 2). ± 1,96). En el caso de A. atra (z=3,92) también se
Un patrón similar, se observa entre las valvas de evidencian diferencias significativas entre las pro-
Nacella magellanica. En esta especie se observa un porciones de valvas fragmentadas entre ambas
menor tamaño promedio en la cuadrícula 1, aunque cuadrículas. Incluso, en la cuadrícula 2, el 50% de
a diferencia de Mytilus edulis, en esta cuadrícula se las valvas de esta especie se hallan enteras, lo que
observa una mayor selección en favor de valvas se interpreta como un porcentaje muy alto tenien-
comprendidas entre los 3-4 cm. Es de destacar que do en cuenta que las valvas de esta especie son
las valvas de estas dos especies resultaron relativa- muy susceptibles a la fragmentación. Porcentajes
mente menores a los valores obtenidos por noso- similares se han registrado en la misma región, en
tros y otros autores en el ámbito de Patagonia con- conjuntos estratigráficos caracterizados por una
tinental (Zubimendi et al. 2005:126, Gómez Otero buena conservación del registro malacológico,
2007:319). A pesar de que las valvas de Aulacomya como en el sitio Cueva del Negro, ubicado a 3 km
atra son poco numerosas en ambas cuadrículas, de distancia (M. Zubimendi observación personal).

Zubimendi - Hammond 873


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 7. Comparación del tamaño de las valvas por especies entre las dos cuadrículas.

Figura 8. Gráficos comparativos de fragmentación de los conjuntos malacológicos.

874
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)

Para el caso de Nacella magellanica y Perumytilus no resultaron estadísticamente significativas (z cal-


purpuratus, las diferencias entre las dos cuadrículas culado de -1,25 y 1,7 respectivamente).

CONSIDERACIONES FINALES

A pesar de que la superficie excavada ha sido nica son más pequeñas en la cuadrícula 1. En ésta,
pequeña, se ha recuperado un gran número de además, si bien predominan los bivalvos, N. mage-
restos de valvas de diferentes especies. Sin embar- llanica está representada en un porcentaje signifi-
go, sólo 3 especies -Mytilus edulis, Aulacomya atra cativo, a diferencia de la cuadrícula 2, en la cual su
y Nacella magellanica- pueden ser consideradas número es bajo en relación al total. A partir de estas
como comestibles. evidencias podemos inferir una explotación planifi-
En ambas cuadrículas la especie mejor repre- cada y centrada en Mytilus edulis, por medio de una
sentada es Mytilus edulis, en la cual se observa una selección de individuos de esta especie de entre 4 y
marcada selección en el rango de tamaño de las 5 cm de longitud. Por planificada entendemos que
valvas. Se explotaron individuos con una longitud la explotación de los moluscos en el intermareal se
mayor a 4 cm y, en general, menores a 5 cm. La va- realizó con el objetivo de obtener individuos de una
riabilidad en el rango de tamaño de las valvas de o pocas especies con ciertas características espera-
esta especie es baja. En tal sentido futuros estudios das por aquel que realiza la recolección como por
deberían dilucidar si éste es un fenómeno de selec- ejemplo mitílidos de un rango de tamaño particular
ción en favor de un rango de longitud determinado; para consumo alimenticio.
o si en las restingas habrían existido individuos de Como ya se mencionó, los mitílidos viven con-
mayor tamaño, debido a causas ecológicas o so- formando mantos en los cuales los individuos se
breexplotación de los intermareales por parte de hallan unidos entre sí por fuertes fibras. Es por
las poblaciones humanas. Como se dijo al principio ello que si se practicara una recolección centrada
el sitio es de grandes dimensiones, por lo que es exclusivamente en un mitílido como por ejemplo,
inferible una explotación intensiva de este tipo de Mytilus edulis, se recolectarían de forma no inten-
recursos en cortos períodos de tiempo. Aunque la cional individuos de otras especies, principalmente
falta de contextos cronológicos no permite susten- Perumytilus purpuratus, que es la más abundante
tar hipótesis en este sentido, resulta probable que en algunos sectores de las restingas. El resto de las
el sitio en su totalidad represente la sumatoria de especies, casi todas epibiontes (por ejemplo, Crepi-
múltiples reocupaciones. dula) o predadoras (por ejemplo, Trophon o Acan-
Aulacomya atra y Nacella magellanica se hallan thina) de aquellas explotadas para consumo, tam-
presentes en menor proporción y, probablemente, bién habrían ingresado como producto del acarreo
hayan funcionado como especies complementa- no intencional.
rias en la búsqueda de Mytilus edulis. Los rangos Por otro lado y como lo demuestra la cuenta de
de tamaño de estas especies presentan una mayor colgante hallada en la cuadrícula 2, las valvas no
variabilidad en ambas cuadrículas. Una excepción habrían servido únicamente para consumo alimen-
la constituye N. magellanica de la cuadrícula 1 que ticio, sino que también tuvieron otras funciones.
probablemente, al tratarse de especies cuya explo- Hallazgos similares se realizaron en sitios cercanos,
tación ha sido no planificada y vinculada a la bús- entre ellos cueva del Negro (Castro et al. 2007) y
queda de M. edulis en los intermareales, presentan Médano Alto (Zubimendi et al. 2007).
una menor homogeneidad y una menor selección Otro aspecto de interés para los análisis mala-
en el tamaño de las valvas. cológicos del sitio son aquellos relacionados con la
Las valvas de Perumytilus purpuratus, abun- integridad de los conjuntos malacológicos. Por ello
dantes en los conjuntos malacológicos de ambas clasificamos los restos de acuerdo a su conserva-
cuadrículas, en su gran mayoría son demasiado ción en valvas enteras (VE) y fragmentos identifi-
pequeñas como para que su explotación haya sido cables (FI). Creemos que estas categorías nos per-
conveniente y hayan podido ser un recurso alimen- miten avanzar en la cuantificación y medición de
ticio. Es por ello que, a pesar de su alto número la integridad de muestras malacológicas en sitios
relativo, la presencia de valvas de esta especie no arqueológicos.
estaría asociada a su consumo preferencial o com- Como hemos visto, en ambos conjuntos el esta-
plementario, sino al acarreo no intencional. do de conservación es bueno, aunque se observan
A su vez, como hemos visto, se registran di- diferencias notables entre especies. Las valvas de
ferencias entre los dos conjuntos. Las valvas de Nacella magellanica presenta el mayor porcentaje
Mytilus edulis, Aulacomya atra y Nacella magella- de VE, y en menor medida Perumytilus purpuratus.

Zubimendi - Hammond 875


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

La buena conservación de estos últimos probable- medioambientales. Posteriormente, además, no


mente esté relacionada, entre otras variables, con han sufrido el impacto de agentes postdepositacio-
el pequeño tamaño de las valvas (Orquera y Piana nales, conformando conjuntos con una alta integri-
2001:365), que les confiere una mayor resistencia a dad estructural y muy estables en el tiempo. Estos
la fragmentación. Mytilus edulis y Aulacomya atra resultados son respaldados además por los conjun-
presentan índices de fragmentación relativamente tos óseos recuperados en las mismas cuadrículas,
altos, pero similares a los observados en otros con- los cuales presentaban un alto grado de elementos
textos estratigráficos y menores a los observados enteros, así como restos óseos de pinnípedos arti-
en sitios superficiales en el área (Zubimendi et al. culados (miembros y carillas articulares) y acumu-
2007). laciones de huesos.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es Finalmente, y a modo de resumen, los datos
que el análisis de integridad del conjunto y conteo cuantitativos nos están demostrando una intensa
de valvas enteras se realizó en el laboratorio, y con explotación de los moluscos en este sector particu-
posterioridad al traslado de los materiales desde lar de la Costa Norte de Santa Cruz. Estas y otras
el campo; por lo que los valores de VE habrían sido evidencias existentes para el área (Zubimendi et al.
mayores a los registrados. En qué medida las valvas 2005) reflejan la importancia que los recursos lito-
se fracturan durante el traslado no lo conocemos, rales han tenido para las sociedades que habitaron
pero es un factor que estaría distorsionando par- este territorio en el pasado. Se evidencia también
cialmente los resultados expuestos. la existencia de una variabilidad en la planifica-
Estos resultados, junto al hecho de que durante ción y selección en la explotación de moluscos,
la excavación se observó gran cantidad de valvas la cual puede ser tanto el producto de decisiones
pareadas en ambas cuadrículas (aunque es más antrópicas como de variaciones ecológicas y de
notorio en la cuadrícula 2) nos permiten inferir que disponibilidad del recurso. Todo esto genera nue-
los conjuntos malacológicos han sido cubiertos por vas preguntas, tanto de orden arqueológico como
el sedimento eólico poco después de generarse la paleoecológico, las cuales deberán ser estudiadas
acumulación de valvas. De esta manera habrían en el futuro.
quedado protegidos rápidamente de los agentes

Agradecimientos
Este trabajo forma parte del Proyecto de Investigación Arqueología de la Costa Norte de Santa Cruz
II: la resolución espacial y temporal del uso de la costa por cazadores recolectores (UNLP). Las tareas
fueron financiadas en parte por el PICT 07-10967. Queremos agradecer a Alicia Castro, Sergio Bogan,
Pablo Ambrústolo, Ricardo Bastida y Juan Pablo Martin por la ayuda brindada en distintas etapas de este
trabajo. A Sandra Gordillo que ha evaluado este trabajo y gracias a quien se ha mejorado notablemente
el mismo. A la Municipalidad de Puerto Deseado y personal del Museo Municipal Mario Brozoski de dicha
ciudad; así como a las empresas Repsol-YPF, PROSEPET y Vialidad de la Provincia de Santa Cruz quienes
nos ayudan en las tareas de campo.

Notas
1
. Al momento de enviar este trabajo a publicar se recibió el resultado de este fechado, el cual arrojó
una edad radiocarbónica convencional de 1470 ± 80 años AP. Al tratarse de una muestra de valvas de Na-
cella magellanica se estima una edad corregida por reservorio de 1070 ± 80 años AP (LP-2012).

BIBLIOGRAFÍA

Aguirre, M. y E. A. Farinati abril 2008. En este volumen.


2000 Moluscos del Cuaternario Marino de la Bogan, S., M. Zubimendi, P. Ambrústolo y A. Castro
Argentina. Boletín de la Academia Nacional de Ciencias 2007 Análisis de arqueofaunas en el sitio Los Albatros,
de Córdoba, 64: 235-333. bahía del Oso Marino (Costa Norte de Santa Cruz).
Ambrústolo, P., V. Trola y L. Mazzitelli VI Jornadas de Arqueología e Historia de las Regiones
2008 Fuentes potenciales de aprovisionamiento de Pampeana y Patagónica, Mar del Plata (publicación
recursos líticos al sur de la ría Deseado (Santa Cruz, en formato digital).
Argentina). Comunicación presentada en las VII Capparelli, A., M. L. Ciampagna y A. Castro
Jornadas de Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, 2008 Descripción macroscópica e identificación

876
Análisis de los restos malacológicos en el sitio Los Albatros, Bahía del Oso Marino (Provincia de Santa Cruz)

anatómica de un fragmento de instrumento en Beagle (Tierra del Fuego, República Argentina)


madera (¿arpón?) hallado en el sitio Cueva del -Segunda Parte-. Relaciones de la Sociedad Argentina
Negro (Costa Norte de Santa Cruz). Comunicación de Antropología XXVI: 345-368.
presentada en las VII Jornadas de Arqueología de la Pastorino, G.
Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En este volumen. 2005 A revision of the genus Trophon Montfort,
Castellanos, Z. A. 1810 (Gastropoda: Muricidae) from southern South
1970 [1967] Catálogo de los Moluscos marinos America. The Nautilus, 119 (2): 55-82.
bonaerenses. Anales de la Comisión de Investigaciones Zubimendi, M. A., A. Castro y J. E. Moreno
Científicas, 8:1-365. La Plata. 2005 El Consumo de moluscos en la Costa Norte de
Castellanos, Z. A. y N. Landoni Santa Cruz. Intersecciones en Antropología 6:121-137.
1988 Catálogo descriptivo de la malacofauna marina Zubimendi, M. A., P. Ambrústolo y S. Bogan
magallánica 2. Archigastropoda: Scissurellidae, 2007. Análisis de tres sitios ubicados al sur de la
Fissurellidae, Patellidae, Acmaeidae y Lepetidae. ría Deseado, Santa Cruz (Patagonia, Argentina).
Comisión de Investigaciones Científicas de la Resúmenes Ampliados del XVI Congreso Nacional de
Provincia de Buenos Aires. La Plata. Arqueología Argentina. Número especial de la Revista
Castellanos, Z. A. y N. Landoni Pacarina Tomo III 461-467. Facultad de Humanidades
1992 Catálogo descriptivo de la malacofauna y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de
marina magallánica 10. Neogastropoda: Volutidae, Jujuy.
Volutomitridae, Cancellariidae, Olividae y Zubimendi, M. A.; L. Mazzitelli y P. Ambrústolo
Marginellidae. Comisión de Investigaciones Científicas 2005 Análisis de la distribución de sitios en la localidad
de la Provincia de Buenos Aires. La Plata. de Punta Guanaco, Costa Norte de Santa Cruz. En:
Castro, A., J. E. Moreno, M. Andolfo y M. A. Artefactos líticos, movilidad y funcionalidad de sitios
Zubimendi en Sudamérica. Problemas y Perspectivas, editado por
2001 Distribución espacial de sitios en la localidad de P. Escola y S. Hocsman. BAR, International Series,
Punta Medanosa. Relaciones de la Sociedad Argentina Londres, Inglaterra, en prensa.
de Antropología XXVI: 303-322.
Castro, A., J. E. Moreno, M. A. Zubimendi, P.
Ambrústolo, M. Andolfo, J. Codignotto, R. Kokot,
S. Bogan, L. Mazzitelli, H. Hammond, V. Trola, L.
Ciampagna y A. Herrera
2007 Estudio integral del sector sur de la ría Deseado
y su interior inmediato, Costa Norte de Santa Cruz.
Trabajo presentado en el XVI Congreso Nacional de
Arqueología Argentina, San Salvador de Jujuy. Ms.
Favier Dubois, C: y F. Borella.
2007 Consideraciones acerca de formación del
registro arqueológico en concheros de la costa Norte
del Golfo San Matías (Río Negro, Argentina). Revista
Cazadores Recolectores del Cono Sur 2: 151-165.
Gomez Otero, J.
2007 Dieta, uso del espacio y evolución en
poblaciones cazadoras-recolectoras de la costa
centro-septentrional de Patagonia durante el
Holoceno medio y tardío. Tesis doctoral para optar
al titulo de Dr. en Filosofía, Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires.
Gordillo, S.
2006 The presence of Tawera gayi (Hupé in Gay, 1854)
(Veneridae, Bivalvia) in southern South America: Did
Tawera achieve a Late Cenozoic circumpolar traverse?
Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology
240: 587-601.
Gordillo, S.
2007Análisis tafonómico de quitones (Polyplacophora:
Mollusca) holocenos de Tierra del Fuego, Argentina.
Ameghiniana 44 (2): 407-416.
Mason, R., M. Peterson y J. Tiffany
1998 Weighing vs. counting: measurement reliability
and the California school of midden analysis.
American Antiquity 63: 303-324.
Orquera, L. A. y E. L. Piana
2001 Composición de conchales de la costa del Canal

Zubimendi - Hammond 877


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

878
Comunicaciones

Geoarqueología y Paleoambientes
Características ambientales del ecotono
Bosque – Estepa durante el Holoceno medio
(sudoeste de Santa Cruz, Argentina)
Florencia P. Bamonte1,2 y Maria V. Mancini2

A B S T R A C T

The pollen analysis from a peat core located in the Subantartic Forest – Patagonian Steppe ecotone
(49º 11’ S; 72º 22’ W) allowed to reconstruct the vegetation changes in response to the climatic change
during the mid Holocene. Radiocarbon dates of 7540 ± 160 and 5717 ± 45 14C years BP are available.
The pollen records indicate a predominance of taxa characteristic of the steppe. The oldest samples
analyzed are analogous to the present grass steppe of the study area. The shrubs taxa increase towards
the top of the sequence; however, there are no analogies either with the forest or with the semi-desert
in the study area. In order to achieve a regional paleoenviromental reconstruction, the information
obtained was compared to other pollen records from ecotone areas in the southwest of Santa Cruz at
47º S (Parque Nacional Perito Moreno) and 50º S (Cerro Frías and Chorrillo Malo 2). These sequences
show a similar trend in the vegetation changes. The results of this research will contribute to increase
the knowledge of the complexity and space variability of Holocene climate changes in Patagonia,
which have played an important role in the dynamics of vegetation and in the settlement of the region.

INTRODUCCIÓN

Desde la transición Pleistoceno-Holoceno han Para este tiempo, las sociedades humanas ya ha-
ocurrido cambios en las condiciones ambientales bían comenzado a establecer vínculos territoriales
del sudoeste de la Patagonia, las cuales han jugado y sociales en las altas latitudes de América del Sur
un importante rol en el poblamiento de la región (Miotti y Salemme 2004).
(Miotti y Salemme 2004). A partir del Holoceno Las características de la vegetación de Patago-
temprano, áreas ecotonales del sudoeste de Santa nia han sido estudiadas a partir de análisis polínicos
Cruz, presentan evidencia de ocupación (Civalero en gradientes climáticos actuales que han permiti-
y Franco 2003) y sus recursos naturales han sido do describir y evaluar las relaciones actuales entre
utilizados por las sociedades humanas desde este los conjuntos polínicos, la vegetación y el clima
momento (Civalero y Franco 2003; Franco y Borre- (Mancini 1993, 1998). Estos resultados se han uti-
ro 2003). Los depósitos sedimentarios (turberas) lizado como análogos para interpretar los cambios
de estas áreas sensibles a los cambios ambientales, de la vegetación y del clima durante el Holoceno a
contienen información paleoambiental útil para partir de registros polínicos fósiles (Mancini 1998,
comprender la tendencia de los cambios climáti- 2002; Mancini et al. 2002). Entre los 35º y 55º S a lo
cos durante el Holoceno. Particularmente para el largo de los Andes, los registros polínicos señalan
Holoceno medio (entre 7800 y 4300 años AP) se ha que la historia de los bosques presenta ciertos pa-
inferido, para el sur de los Andes, un aumento de trones característicos en diferentes bandas latitu-
la temperatura y de la aridez con un máximo entre dinales que se relacionan con la historia climática,
6500 y 4500 años AP (Grimm et al. 2001) que modi- especialmente en términos de la estacionalidad de
ficó la distribución de los patrones de vegetación. las precipitaciones (Markgraf et al. 1996). Los re-

1 Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT). ([email protected])


2 Laboratorio de Investigación de Paleoecología y Palinología. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Nacional de
Mar del Plata - Funes 3250-, 7600 Mar del Plata-, Argentina ([email protected]).

Bamonte - Mancini 881


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

gistros polínicos de turbera localizados a los 49º S va entre 400 a 200 mm y con el semidesierto con
(Auer y Cappannini 1957) y a los 50º S (Mancini et al. menos de 200 mm (Figura 1).
2008), señalan cambios en el límite bosque-estepa Las estepas graminosas constituyen el contacto
que sugieren alternancia de períodos húmedos y con los bosques en un amplio ecotono relacionado
secos durante el Holoceno. con las condiciones climáticas. En el área del lago
El objetivo de este trabajo es reconstruir los San Martín el bosque se presenta en forma conti-
cambios de la vegetación del Holoceno medio en el nua donde las precipitaciones superan los 600 mm;
sudoeste de Santa Cruz y realizar la interpretación a precipitaciones menores se intercala con la este-
paleoambiental regional mediante la comparación pa graminosa formando una faja de 30 km de an-
de registros polínicos fósiles de áreas ecotonales. cho (Movia et al. 1987).

Características ambientales de la región


La región de estudio se localiza en el área de los
lagos Tar y San Martín (Santa Cruz; Figura 1) en el
ecotono entre el Bosque Subantártico y la Estepa
Patagónica.
El clima es frío-templado con temperaturas me-
dias anuales que varían de 8º C en el sector nores-
te a 4º C en el sudoeste de Santa Cruz (Paruelo et
al. 1998). Particularmente para el área de estudio
el clima es subhúmedo andino, con un gradiente
decreciente de la temperatura hacia el oeste por la
presencia de la cordillera (González y Rial 2004). El
viento es el elemento climático característico del
área, su alta velocidad, la dirección predominante
del oeste y la duración de los períodos con vientos
fuertes se manifiestan tanto a través de las formas
de erosión eólica como en ciertas características de
la vegetación (Movia et al. 1987). Los patrones ge-
nerales de circulación y la barrera de los Andes de-
terminan un fuerte gradiente oeste-este de preci-
pitación que se relaciona con un gradiente de tipos
de vegetación. Las precipitaciones son máximas en
la zona andina donde llegan a 800 mm, disminuyen
a 300 mm en el límite entre el bosque y la estepa y
a menos de 200 mm en la meseta central (Movia
et al. 1987; Paruelo et al. 1998). Este gradiente de
precipitación se relaciona con el bosque entre 800 a Figura 1. Mapa de distribución de las unidades de
400 mm, la estepa graminosa entre 500 a 300 mm, vegetación y ubicación de las muestras actuales y de los
la estepa arbustivo–graminosa y la estepa arbusti- sitios mencionados en el texto

MATERIALES Y MÉTODOS

Para analizar la relación polen-vegetación-cli- carbónicas disponibles (Figura 2; Tabla 1), se selec-
ma actual, se estudiaron 39 muestras de sedimento cionó el tramo correspondiente al Holoceno medio
superficial colectadas en el área de estudio (Figura (ca. 4000–8000 14C años AP) comprendido entre los
1) (Mancini 2002; Mancini et al. 2002, 2008; Bamon- 80 y 168 cm de profundidad y se realizó el submues-
te 2008). El análisis polínico fósil se realizó a partir treo para el análisis polínico en forma sistemática a
de un testigo de turbera de un área aproximada de intervalos equidistantes de 5 cm o cuando se obser-
0,3 km2 localizada en Estancia La Tercera (49º 11’ S; varon cambios significativos en el sedimento.
72º 22’ O) en el límite de la estepa graminosa con La extracción polínica se realizó aplicando un
el bosque. El testigo de 230 cm de profundidad, tratamiento físico–químico de rutina (Faegri e Iver-
fue extraído con un muestreador tipo Livingstone sen 1989). Para las muestras actuales se pesaron
por Vera Markgraf (Universidad de Colorado, USA) aproximadamente 20 g y para las fósiles entre 0,7
(Figuras 1 y 2). De acuerdo a las dataciones radio- y 6 g; estas últimas fueron secadas en estufa a 60º

882
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoeste de Santa Cruz, Argentina)

C. A cada muestra se les agregaron tres pastillas de


Lycopodium clavatum. Se filtraron a través de malla
de 120 µm y se trataron con KOH 10% para disol-
ver los ácidos húmicos y deflocular las arcillas y con
HCl al 10% para eliminar carbonatos.. La fracción
mineral se separó por flotación en líquidos pesados
utilizando una solución de ZnCl2 (δ = 2 g / ml). Para
la remoción de silicatos se empleó HF; finalmente
se realizó acetólisis y los residuos se montaron en
glicerina.
Las sumas polínicas variaron entre 305 y 567 gra-
nos. En las muestras de turbera no se consideraron
en esta suma a las esporas de Pteridophyta, algas
(Zygnemataceae y Botryococcus) ni a los granos de
Cyperaceae, esta última por sobre-representación
local, indicando el tipo de vegetación de la turbe-
ra. Los resultados de las muestras actuales y fósiles
se expresan en diagramas relativos (en porcenta-
jes) de las principales variables (Figuras 3 y 4). Los
diagramas polínicos y los análisis estadísticos se
realizaron con el programa TILIA y TILIAGRAPH
(TGView 2.0.2, Grimm 2004). Los grupos de mues-
tras actuales y la zonación de la secuencia fósil se
realizó con la técnica de agrupamiento utilizando
la distancia cuerda de Edwards & Cavalli – Sforza
(TGView 2.0.2, Grimm 2004). La reconstrucción de
la historia de la vegetación durante el Holoceno
medio en el área de estudio se basó en la interpre-
tación conjunta de los espectros polínicos fósiles y
actuales. Para esto se realizó un Análisis de Agru-
pamiento (Figura 5.a) y un Análisis de Correspon-
dencia destendenciado (DCA, Figura 5.b) utilizan-
do aquellas variables que presentaron más del 2%
en al menos una muestra de la secuencia polínica.
Para la reconstrucción paleoambiental regional se
comparó la información obtenida con secuencias
polínicas ubicadas en el ecotono bosque-estepa a
los 47º S (Parque Nacional Perito Moreno, Mancini
et al. 2002) y a los 50º S (Cerro Frías y Chorrillo Malo Figura 2. Esquema de la secuencia de Estancia La Ter-
2, Mancini 2002; Mancini et al. 2008). cera analizada en este estudio. Se indican las profundi-
dades a las que fueron extraídas las muestras, el tipo de
sedimento y los fechados radiocarbónicos.

Edades calibradas
Profundidad (cm) Nº Laboratorio 14
C años AP Material
(años cal. AP)

116 – 118 AA 76035 5717 ± 45 6444 marga

150 – 152 A 4335 7540 ± 160 8285 marga-arcilla

179 – 180 A 4336 8900 ± 350 9931 marga-arcilla

Tabla 1. Dataciones radiocarbónicas de la secuencia estudiada1.

Bamonte - Mancini 883


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

RESULTADOS

Datos polínicos actuales Datos polínicos fósiles


Los conjuntos polínicos actuales (Figura 3) re- De acuerdo al análisis estadístico se observan 3
presentan a las unidades de vegetación que se zonas polínicas para la secuencia fósil (Figura 4):
desarrollan a lo largo del gradiente oeste–este de Zona 1 (anterior a 7540 ± 160 14C años AP): zona
precipitación. dominada por Poaceae (45 a 80%) acompañada
El bosque está caracterizado por Nothofagus por Asteraceae subf. Asteroideae (5 a 20%). Caryo-
(65 a 95%) acompañado por Misodendrum (< 5%). phyllaceae, Rubiaceae y Monocotyledoneae entre
El estrato herbáceo está representado por Poaceae las hierbas y Rosaceae, Ericaceae y Nassauvia entre
(hasta 30%) y Cyperaceae (hasta 10%). Con respec- los arbustos, se encuentran con valores menores al
to a los indicadores de impacto antrópico, Rumex 10%. Los valores máximos de Nothofagus alcanzan
alcanza el 60% en una muestra, mientras que los el 15% en la base de la zona y los mínimos (> 5%)
mayores valores de Asteraceae subf. Cichorioideae en el tope de la misma. Cyperaceae presenta valo-
(45%) y Plantago (5%) se observan en aquellas res máximos en la base (hasta 80%) disminuyendo
muestras que representan el límite bosque - estepa hacia el tope de la zona (40%). Se presentan bajos
graminosa. valores de Pteridophyta (hasta 15%) y de las algas
La estepa graminosa está caracterizada por Zygnemataceae y Botryococcus(< 5%). A los 163 cm
Poaceae (hasta 80%) acompañada por Cyperaceae se encontraron microfósiles correspondientes a los
(hasta 20%) y Caryophyllaceae (10%). Entre los ar- gasterópodos Lymnaea viator (dominante) y Succi-
bustos Asteraceae subf. Asteroideae y Nassauvia nea meridionalis.
alcanzan el 10%; Mulinum(40%) y Ericaceae (< 5%) Zona 2 (7540 ± 160 14C años AP - ca. 5500 años
se observan en muestras representantes del límite AP): se divide en dos subzonas. Se observa una ten-
estepa graminosa – bosque. Respecto a los indi- dencia opuesta en los valores de Poaceae y de Aste-
cadores de impacto antrópico, Plantago supera el raceae subf. Asteroideae. Nothofagus presenta un
10% en una sola muestra y hacia el este los valo- mínimo entre ambas subzonas.
res de Rumex superan el 5%; Nothofagus alcanza el Subzona 2a (7540 ± 160 14C años AP - 5717 ± 45
30%. 14
C años AP): dominan Poaceae (35 a 55%) y Aste-
La estepa arbustiva está caracterizada por As- raceae subf. Asteroideae (20 a 40%). Las hierbas,
teraceae subf. Asteroideae (20 a 45%) y valores Caryophyllaceae, Rubiaceae, Monocotyledoneae y
bajos de Nassauvia, Ephedra, Mulinum y Empetrum Fabaceae entre otras, presentan porcentajes bajos
(<5%). Rosaceae presenta sus mayores valores (< 10%). Nassauvia se encuentra en todas las mues-
(hasta 20%) en muestras cercanas al semidesierto tras con valores menores a 10%. Hacia el tope de
acompañados por Poaceae (>35%) y valores me- la subzona disminuyen, Nothofagus (30 a 10%) y
nores de Cyperaceae, Caryophyllaceae, Fabaceae Cyperaceae (80 a 30%) mientras que Pteridophyta
y otras hierbas. Fabaceae presenta un máximo de aumenta (> 15%). Las algas alcanzan el 30% coinci-
35% en una muestra del límite con la estepa grami- diendo con la presencia de moluscos a los 140 cm.
nosa. Nothofagus presenta valores entre 10 y 35%. Subzona 2b (5717 ± 45 14C años AP – ca. 5500
En general, hay baja representación de los indica- años AP): domina Poaceae (40 a 70%) acompañada
dores de impacto y se destacan Brassicaceae pre- por las hierbas Caryophyllaceae, Rubiaceae, Mono-
sente en la mayoría de las muestras (< 5%) y Rumex cotyledoneae y Valerianaceae presentes en toda la
que alcanza el 20% en una muestra del límite con la subzona. Disminuye la diversidad y los valores de
estepa graminosa. arbustos: Asteraceae subf. Asteroideae entre 10
El semidesierto está caracterizado por Astera- y 25% y Nassauvia < 10%. Nothofagus varía entre
ceae subf. Asteroideae (10 a 30%), Nassauvia (hasta 10% y 25%. Se encuentran los valores más bajos de
25%), Ephedra (hasta 25%), Chenopodiaceae (has- Cyperaceae y los más altos de Pteridophyta. Las al-
ta 40%), Rosaceae (hasta 10%) y valores variables y gas están presentes en esta subzona hasta 10%. A
bajos de Azorella, Empetrum, Verbenaceae y Sola- los 110 y 105 cm se encontraron los gasterópodos
naceae. Poaceae (15 a 50%) está acompañada por Lymnaea viator y Succinea meridionales.
componentes del estrato herbáceo como Cypera- Zona 3: (ca. 5500 años AP - ca. 4000 años AP):
ceae, Caryophyllaceae y Fabaceae. Los indicadores dominan Poaceae (40 a 70%) y Asteraceae subf. As-
de impacto están representados en forma irregular teroideae (25 a 40%). Entre las hierbas, Caryophy-
y en bajos porcentajes. Nothofagus alcanza un va- llaceae, Monocotyledoneae y Rubiaceae se presen-
lor máximo de 25%. tan con porcentajes constantes (< 5%) y entre los
arbustos, Solanaceae alcanza el 10%. Nothofagus
varía entre 5 y 15%. Cyperaceae aumenta hacia el

884
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoeste de Santa Cruz, Argentina)

Figura 3. Diagrama polínico (en %) de muestras actuales por unidades de vegetación.

Bamonte - Mancini 885


886


Figura 4. Diagrama polínico (en %) de la secuencia de turbera de Estancia La Tercera.
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoeste de Santa Cruz, Argentina)

Figura 5. (a) Análisis de Agrupamiento de muestras actuales y fósiles. (b) DCA de muestras actuales y fósiles.

Bamonte - Mancini 887


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tope mientras que Pteridophyta y algas disminu- corresponden a la zona 3 (Figura 4) y a las actuales
yen. A los 100 cm se hallaron gasterópodos corres- representantes de la estepa arbustiva con predomi-
pondientes a las especies mencionadas anterior- nio de Asteraceae subf. Asteroideae acompañada
mente y a los 80 cm sólo Lymnaea viator. por arbustos característicos del semidesierto pero
con baja a nula representación de Nassauvia y baja
Comparación entre los conjuntos polínicos representación del estrato herbáceo (Figura 3).
actuales y fósiles Subgrupo B3: incluye a las muestras fósiles per-
Los resultados del análisis de agrupamiento en- tenecientes a la zona 2 del testigo y la 18 F pertene-
tre los conjuntos polínicos actuales y fósiles indican ciente a la zona 1 (Figura 4). Presentan porcentajes
cuatro grupos A, B, C y D (Figura 5a). Con excepción similares en variables polínicas representantes del
del grupo B que comprende muestras actuales y fó- ecotono entre los dos tipos de estepa, la graminosa
siles, los grupos restantes incluyen muestras actua- y la arbustiva mostrando características de ambas
les representantes de las unidades de vegetación (Figura 3).
que se desarrollan asociadas con valores extremos Los resultados del DCA (Figura 5b) indican el
de precipitación: el grupo A incluye muestras del ordenamiento de las muestras actuales en un gra-
bosque (800 a 400 mm), el C a muestras de la es- diente de precipitación oeste-este entre los ejes 1 y
tepa arbustiva que se desarrolla hacia el este (400 2 y la analogía con las fósiles.
a 200 mm) y el D a las del semidesierto (< 200 mm) Las muestras de la zona 1 se relacionan con las
con excepción de la muestra actual 11 que pertene- de estepa graminosa actual y las de la zona 3 con
ce a la estepa graminosa. las de la estepa arbustiva y con algunas de semi-
El grupo B (Figura 5a) contiene a la totalidad de desierto; mientras que las muestras de la zona 2 (A
las muestras fósiles y se subdivide en tres subgru- y B) se distribuyen entre ambos tipos de estepas
pos, B1, B2 y B3, cada uno incluye una zona de la actuales.
secuencia polínica fósil (Figura 4) Por lo tanto, a partir de los análisis estadísticos,
Subgrupo B1: incluye a las muestras fósiles se observa que las muestras fósiles se concentran
correspondientes a la zona 1 del testigo (Figura 4) y entre la estepa graminosa y la arbustiva sin presen-
a las actuales que representan a la estepa gramino- tar analogía con las unidades de vegetación que
sa del área con predominio de Poaceae y acompa- se desarrollan en los extremos de precipitación; el
ñada por hierbas (Figura 3). bosque y el semidesierto.
Subgrupo B2: incluye a las muestras fósiles que

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Con anterioridad a los 7540 14C años AP predo- so de las condiciones con menor disponibilidad hí-
minaba en el área de estudio una estepa graminosa, drica.
que sugiere precipitaciones entre 500 y 300 mm. Las especies de gasterópodos halladas son
Entre los 7540 14C años AP y 5700 años 14C AP, semi-acuáticas y según sus requerimientos ecoló-
se observa una estepa con mayor proporción de gicos sugieren el desarrollo de un cuerpo de agua
taxones arbustivos y disminución de pastos, ade- muy somero, probablemente un hábitat húmedo
más el aumento de Nothofagus y la presencia de ocasionalmente sumergido, con pocos centíme-
Ericaceae, indicadora del límite de bosque, señalan tros de profundidad y con dominancia de macrófi-
un mayor desarrollo del mismo. Estas característi- tas (De Francesco et al. 2007). Esto es consistente
cas de la vegetación indican un cambio en la com- con el tipo de depósito analizado y con lo inferido a
posición de la estepa representada en el período partir del estudio de polen y la presencia de algas,
anterior, que puede asociarse con precipitaciones indicando que la turbera no llegó a secarse aún en
entre 400 y 200 mm. Con posterioridad a 5700 14C los períodos de menor disponibilidad de humedad.
años AP, el aumento de pastos y de Pteridophyta y En rasgos generales, se observa una tendencia
la disminución de arbustos y de Cyperaceae indican en la disminución de humedad con excepción de un
un intervalo de mayor disponibilidad de humedad período más húmedo entre 5700 14C años AP y ca.
con expansión de la estepa graminosa. Probable- 5500 años AP. A partir del análisis polínico se puede
mente, el aumento del nivel del agua en la turbera señalar que la secuencia fósil se relaciona con las
limitó el crecimiento de Cyperaceae a los bordes de estepas graminosa y arbustiva con precipitaciones
la misma (Mazzoni y Vázquez 2004). Entre ca. 5500 entre 500 y 200 mm, sin presentar analogía con el
y 4000 años AP, la disminución en la diversidad de bosque ni con el semidesierto (extremos del gra-
hierbas y el aumento de arbustos indican un regre- diente de precipitación).

888
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoeste de Santa Cruz, Argentina)

Comparación con otros estudios los niveles actuales indicando que los vientos del
Para la reconstrucción paleoambiental regional, oeste fueron menos intensos que hoy (Mancini et
la información obtenida se comparó con otras se- al. 2005).
cuencias polínicas de áreas ecotonales ubicadas a Para el área de estudio, el intervalo comprendi-
47º S en el Parque Nacional Perito Moreno (PNPM, do entre 5700 14C años AP y ca. 5500 años AP, refle-
Cerro Casa de Piedra 5 -CCP5- y Cerro Casa de Pie- ja condiciones de mayor disponibilidad hídrica. La
dra 7 -CCP7-, Mancini et al. 2002; Mancini 2007) y interpretación paleoclimática de las secuencias se
a 50º S, Cerro Frías (Mancini et al. 2008) y Chorrillo correlaciona con la información obtenida a partir
Malo 2 (Mancini, 2002) (Figura 1). Si bien estos sitios del registro de los niveles del lago Cardiel (47º S)
se encuentran en el ecotono bosque – estepa, exis- ubicado a 110 km al sudeste del PNPM. Entre 7700
ten diferencias en cuanto a su ubicación tales como y ca. 2500 años AP, los niveles del lago fueron más
altitud y distancia al bosque. Los sitios del PNPM se bajos que antes señalando condiciones secas, con
encuentran a 900 m s.n.m.; Cerro Frías y Chorrillo excepción de un intervalo húmedo coincidente con
Malo 2 a 200 m s.n.m y la turbera de Estancia La una etapa transgresiva del lago, hacia los ca. 5100
Tercera a 300 m s.n.m. La distancia al bosque se re- años AP (Stine y Stine 1990). Por otra parte, los
laciona con el gradiente de precipitación: > 400 mm avances Neoglaciales en Patagonia no comenzaron
en PNPM y en Cerro Frías; 300 mm en La Tercera y hasta después de 6000 14C años AP, coincidiendo
250 mm en Chorrillo Malo 2. Ambas áreas (47º y 50º con un episodio de enfriamiento durante ese tiem-
S) tienen registros de ocupaciones humanas desde po (Glasser et al. 2004). A los 50º S, el aumento de
ca. 9700 14C años AP (Civalero y Franco 2003) aun- los taxones herbáceos a partir de los ca. 6100 años
que el aumento poblacional ocurrió después de ca. AP indicaría mayor humedad asociada a este perío-
6000 años AP (Franco et al. 2004). Según Belardi et do de enfriamiento (Mancini 2002).
al. (2007) el inicio de la ocupaciones de cazadores- Entre los ca. 5500 y 4000 años AP, los cambios
recolectores en la cuenca del lago San Martín se ha- de la vegetación en la secuencia estudiada, pueden
bría producido hace unos ca. 9600 años AP. compararse con los cambios registrados en Chorri-
La estepa graminosa que se desarrolló en el llo Malo 2 (Mancini 2002) y PNPM (Mancini et al.
área antes de los 7540 14C años AP se relaciona con 2002) sugiriendo el desarrollo de la estepa arbus-
la vegetación inferida a partir de registros polínicos tiva y una disminución en la disponibilidad hídrica.
del Holoceno temprano de las secuencias ubicadas En el área de Estancia La Tercera, la disminución
a los 47º S (Mancini et al. 2002; Mancini 2007) y a los de algas y Pteridophyta y el aumento de arbustos
50° S (Mancini 2002; Mancini et al. 2008) asociadas podrían estar reflejando el efecto de la disminución
a mayor disponibilidad hídrica y a condiciones más de la humedad. Sin embargo, hacia el sudoeste de
frías que en el resto de la secuencia. este sitio, en la secuencia de turbera del Cerro Frías,
En el área de estudio y posterior al desarrollo de más cercana al bosque, altos valores de Nothofa-
la estepa graminosa hasta los ca. 5700 años AP, se gus sugieren la presencia de bosque denso entre
produjeron cambios en la composición de la este- ca. 5000 y 3000 años AP (Mancini et al. 2008). Esto
pa con aumento de taxones arbustivos indicando no se observa en las otras secuencias analizadas,
una vegetación similar a la reconstruida a los 50° probablemente debido a una mayor distancia al
S (Chorrillo Malo 2) entre ca. 8500 y 6100 años AP bosque que la secuencia del Cerro Frías.
(Mancini 2002); estas estepas arbustivas se rela- Pequeños cambios en la disponibilidad de hu-
cionan con condiciones de menor disponibilidad medad pueden ser importantes para la distribución
hídrica, probablemente por aumento de la tempe- de las poblaciones humanas. La mayor intensidad
ratura. En el PNPM a partir de los ca. 6500 años AP, de ocupación puede estar relacionada con períodos
el incremento de los porcentajes y concentraciones de mayor disponibilidad hídrica (Franco et al. 2004).
de los taxones arbustivos y de Nothofagus, sugie- Los cambios de vegetación reconstruidos a partir
re un aumento de temperatura de verano asocia- de la secuencia de Estancia La Tercera reflejan la
do a una mayor disponibilidad hídrica (Mancini et misma tendencia que en otros sectores ecotona-
al. 2002) que podría deberse al aporte de agua por les del SO de Patagonia indicando cambios en la
derretimiento de las nieves ya que en esta área no disponibilidad de humedad debido a una variación
existe período libre de heladas y las nevadas pue- climática regional. Estos cambios se pueden rela-
den ocurrir aún en verano (Movia et al. 1987). A ca. cionar con variaciones en la precipitación debido a
6500 años AP se observa un aumento en los valores cambios en la posición e intensidad de los vientos
de Nothofagus en las áreas comparadas que podría del oeste y/o de temperatura en relación con los
deberse a un mayor aporte de humedad en la zona avances Neoglaciales. Por lo tanto, se puede con-
andina. Sin embargo, la humedad efectiva hacia el cluir que con anterioridad a los 7540 14C años AP, las
este, en el ecotono bosque – estepa no alcanzaría condiciones para el área de estudio se relacionan

Bamonte - Mancini 889


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

con las del Holoceno temprano y para el Holoceno que actualmente ocurren en un rango de precipita-
medio las condiciones climáticas son análogas a las ción entre los 500 y 200 mm.
NOTAS
1
. Las dataciones fueron calibradas usando el programa Calib 5.0 (Stuiver y Reimer 1993; Stuiver et al.
2005). Los datos de calibración para el Hemisferio Sur son de Reimer et al. 2004 y McCormac et al. 2004.

AGRADECIMIENTOS
A M. E de Porras por su colaboración en las tareas de campo, a C. De Francesco en la determinación de
los gasterópodos y a A. Garese en la producción de las figuras. A Ana M. Borromei por sus sugerencias y
comentarios. Este trabajo fue subsidiado por la Universidad Nacional de Mar del Plata (EXA 434/08), CO-
NICET (PIP 5667) y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (FONCyT PICT 32345/05).

BIBLIOGRAFÍA

Auer, V. y D. Cappannini Glasser, N. F., S. Harrison, V. Winchester y M. Aniya


1957 La erosión en la región de los lagos San Martín 2004 Late Pleistocene and Holocene paleoclimate
y Tar. IDIA: 7-28. and glacier fluctuatios in Patagonia. Global and
Bamonte, F. P. Planetary Change 43: 79-101.
2008 Características ambientales del ecotono González, L. y P. Rial (editores)
bosque-estepa durante el Holoceno medio (Santa 2004 Guía Geográfica Interactiva de Santa Cruz.
Cruz, Argentina). Tesis de Licenciatura en Ciencias Instituto Nacional de Tecnología agropecuaria EEA
Biológicas, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Santa Cruz.Convenio INTA – Provincia de Santa Cruz
Universidad Nacional de Mar del Plata. – Universidad Nacional de la Patagonia Austral.
Belardi, J. B., S. Espinosa, F. Carballo Marina, G. Grimm, E. C., S. Lozano-García, H. Behling y V.
Barrientos, R. Goñi, A. Súnico, T. Bourlot, C. Pallo, A. Markgraf
Re y P. Campán 2001 Holocene vegetation and climate variability in
2007. Integración de las cuencas de los Lagos Tar y the Americas. En Interhemispheric Climate Linkages,
San Martín (Provincia de Santa Cruz) a la dinámica editado por V. Markgraf, pp. 325-363 Academic Press,
del poblamiento humano del Sur de Patagonia: San Diego.
primeros resultados. Trabajo presentado en el XVI Grimm, E.
Congreso Nacional de Arqueología Argentina. San 2004 Tilia y TGView 2.0.2. Illinois State Museum.
Salvador de Jujuy. Research and Collection Center. Springfield, Illinois.
Civalero, M. T. y N. Franco Mancini, M. V.
2003 Early human occupations at the West of Santa 1993 Recent pollen spectra from forest and steppe of
Cruz Province, Southern end of South America. South Argentina: a comparison with vegetation and
Quaternary International 109-110: 77-86. climate data. Review of Paleobotany and Palynology
De Francesco, C. G., M. A. Zárate y S. E. Miquel 77:129‑142.
2007 Late Pleistocene mollusc assemblages and Mancini, M. V.
inferred paleoenvironments from the Andean 1998 Vegetational changes during Holocene in the
piedmont of Mendoza, Argentina. Palaeogeography, Extra-Andean Patagonia, Santa Cruz Province,
Palaeoclimatology, Palaeoecology 251: 461-469. Argentina. Palaeogeography, Palaeoclimatology,
Faegri, K. y J. Iversen Palaeoecology 138 (1-4): 207-219.
1989 Textbook of pollen analysis. 4ª Edición John Mancini, M. V.
Wiley and Sons. Copenhague. 2002 Vegetation and climate during the Holocene
Franco, N. V. y L. A. Borrero in Southwest Patagonia, Argentina, Review of
2003 Chorrillo Malo 2: Inicial peopling of the upper Paleobotany and Palynology 122: 101-115.
Santa Cruz basin, Argentina. En Ancient Evidence Mancini, M. V.
for Paleo South Americans: From where the South 2007 Cambios paleoambientales en el ecotono
Winds Blow, editado por: Miotti, L.; M. Salemme y N. bosque-estepa: Análisis polínico del Sitio Cerro Casa
Flegenheimer. pp. 149 – 152.Center for the Studies de Piedra 7, Santa Cruz (Argentina). En Arqueología de
of First Americans (CSFA) and Texas A&M University Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
Press, Texas. huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello,
Franco, N. V., L. A. Borrero y M. V. Mancini M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 89-94.
2004 Enviromental changes and hunder-gatherers Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
in southern Patagonia: Lago Argentino and Cabo Mancini, M. V., M. M. Paez y A.R. Prieto
Vírgenes (Argentina). Before Farming 3, art. 3: 1-17. 2002 Cambios paleoambientales durante los últimos
Western Academic & Specialist Press. 7000 14C años en el ecotono bosque-estepa, 47º-48º
S, Santa Cruz, Argentina. Ameghiniana 39 (2): 151-

890
Características ambientales del ecotono Bosque – Estepa durante el Holoceno medio (sudoeste de Santa Cruz, Argentina)

162.
Mancini, M. V., M. M. Paez, A. R. Prieto, S. Stutz, M.
Tonello e I. Vilanova
2005. Mid Holocene climatic variability reconstruction
from pollen records (32º-52º S, Argentina).
Quaternary International 132: 47-59.
Mancini, M. V., A. R. Prieto, M. M. Paez y F. Schäbitz
2008. Late Quaternary and Climate of Patagonia.
En Late Cenozoic of Patagonia and Tierra del Fuego,
editado por J. Rabassa, pp. 351-367. Developments in
Quaternary Sciencies, Vol 11 Elsevier.
Markgraf, V., E. Romero y C. Villagrán
1996. History and Paleoecology of South American
Nothofagus forest. En The ecology and biogeography
of Nothofagus forest, editado por T. Veblen, R. Hill y J.
Read, pp. 354-385. Yale University.
Mazzoni, E. y M. Vázquez
2004. Ecosistemas de mallines y paisajes de la
Patagonia Austral (Provincia de Santa Cruz). INTA.
McCormac, F. G., A. G. Hogg, P. G. Blackwell, C. E.
Buck, T. F. G. Higham y P. J. Reimer
2004. SHCal04 Southern Hemisphere Calibration 0 -
1000 cal BP. Radiocarbon 46: 1087-1092.
Miotti, L. y M. C. Salemme
2004 Poblamiento, movilidad y territorios entre las
sociedades cazadoras recolectoras de Patagonia.
Complutum 15: 177-206.
Movia, C., A. Soriano y R. León
1987 La vegetación de la Cuenca del Río Santa Cruz
(provincia de Santa Cruz, Argentina). Darwiniana 28:
9-78.
Paruelo, J. M., A. Beltrán, E. Jobbágy, O. Sala y R.
Golluscio
1998 The climate of Patagonia: general patterns and
controls on biotic processes. Ecología Austral 8:85-
101.
Reimer, P. J., M. G. L. Baillie, E. Bard, A. Bayliss, J. W.
Beck, C. J. H. Bertrand, P. G. Blackwell, C. E. Buck,
G. S. Burr, K. B. Cutler, P. E. Damon, R. L. Edwards,
R. G. Fairbanks, M. Friedrich, T. P. Guilderson, A. G.
Hogg, K. A. Hughen, B. Kromer, F. G. McCormac, S. W.
Manning, C. B. Ramsey, R. W. Reimer, S. Remmele, J.
R. Southon, M. Stuiver, S. Talamo, F. W. Taylor, J. van
der Plicht y C. E. Weyhenmeyer
2004. IntCal04 terrestrial radiocarbon age calibration,
26-0 cal kyr BP.Radiocarbon 46 (3): 1029-1058.
Stine, S. y M. Stine
1990 A record from Lake Cardiel of climate change in
southern South America. Nature 345: 705-708.
Stuiver, M y P. J. Reimer
1993. Extended 14C database and revised CALIB
radiocarbon calibration program. Radiocarbon 35:
215-230.
Stuiver, M., P. J. Reimer y R. W. Reimer
2005 CALIB 5.0. [www program and documentation]

Bamonte - Mancini 891


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

892
Cambios en la morfología de los reparos
rocosos: el caso de los sitios arqueológicos
Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1 (Pcia. de Santa
Cruz, Argentina)
Adriana Mehl1 y Nora V. Franco2

A B S T R A C T

The purpose of this paper is to show changes in the morphology of two rock shelters – Chorrillo
Malo 2 and Río Bote 1- from ca. 6000 years B.P. Sedimentological and morphological studies show
changes in the surface of both of these deposits as well as in the shelter provided through time. Some
of them have affected the way in which rock shelters were utilized. In the case of Chorrillo Malo 2,
the additional protection of the shelter provided between ca. 6270 and 5400 years B. P. was probably
the reason for its repeated, although probably discontinuous use. The most intense occupation of
this place probably took place ca. 2800 years ago, with the increase of available space in the rock
shelter. The sedimentary sequence of Río Bote 1 was exposed because of a change in the course
of the river. This site has a high stratigraphic resolution, with a probable change from domestic to
burial activities at ca. 3740 years B.P. Changes in the morphology of the two rock shelters, as well as
those existing at the regional scale of the landscape are important factors to be taken into account
in the design of archaeological surveys as well as in the interpretations of the results obtained.

INTRODUCCIÓN

El objetivo de este trabajo es mostrar los cam- afectaron a distintos sitios arqueológicos a través
bios que han sufrido en su morfología dos reparos del tiempo y los de depositación de cenizas volcá-
rocosos -Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1- desde hace nicas producidas por erupciones en zonas aledañas
ca. 6000 años radiocarbónicos. Diferentes autores al área de estudio como sería el caso, por ejemplo,
han señalado la importancia de evaluar estos cam- del volcán Aguilera (entre otros Stern 2008).
bios, los que deben sumarse, en una escala más am- Estas modificaciones, tanto a la escala del sitio
plia, a los que sufre el paisaje a lo largo del tiempo como a la del paisaje, son importantes para nues-
(cf. por ejemplo Walthall 1988; Collins 1991; Kelly y tra visión e interpretación del registro arqueológico
Todd 1998). En este sentido, cabe señalar por ejem- de la zona. En este sentido, consideramos que las
plo, que durante los episodios áridos que afectaron mismas constituyen factores relevantes a tener en
la región (cf. entre otros Stine y Stine 1990; Stine cuenta durante el diseño de las prospecciones ar-
1994; Mancini 2002) podrían haberse incrementa- queológicas y en el análisis e interpretación de los
do los procesos erosivos. Por otra parte, se cono- resultados obtenidos.
cen también los episodios de caídas de rocas que

1 CONICET (INCITAP) – Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad Nacional de La Pampa.


E-mail: [email protected]
2 CONICET (IMHICIHU) - Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
E-mail: [email protected]

Mehl - Franco 893


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Ubicación y caracterización general de los sitios arqueológicos analizados

Los sitios analizados son dos aleros, conforma-


dos sobre roca volcánica -Chorrillo Malo 2- y sedi-
mentaria -Río Bote 1-. Están localizados en la mar-
gen sur de las cabeceras de la cuenca del río Santa
Cruz (Figura 1).

Figura 3. Vista del sitio arqueológico Chorrillo Malo 2


desde el sur. Debajo del lateral izquierdo del bloque se
encuentra el sector excavado. Al fondo y a la izquierda,
el glaciar Perito Moreno.

Chorrillo Malo 2 presenta los fechados más an-


tiguos para el área de estudio (de ca. 9700 años AP;
ver Tabla 1 con referencia completa de los fechados
mencionados en este texto), los que fueron obteni-
dos en los sondeos realizados entre los años 1994 y
Figura 1. Localización de los sitios arqueológicos Cho-
1995 en el marco de trabajos dirigidos por Luis Bo-
rrillo Malo 2 y Río Bote 1.
rrero (Carballo Marina et al. 1999; Franco y Borrero
2003). La ampliación de las excavaciones en el año
El sitio Chorrillo Malo 2 está ubicado al sudeste 2006, permitió fechar las ocupaciones más tardías
de Lago Roca (Figuras 2 y 3), en una cota de 250 m de los cazadores-recolectores en el mismo en ca.
s.n.m. El sector excavado está expuesto a los vien- 1200 años AP (Tabla 1; Franco et al. 2007; Franco
tos predominantes en el área. La información pa- 2008). En esta ocasión, no se alcanzaron los depósi-
leoambiental indica que el área habría estado dis- tos más antiguos del sitio, habiéndose llegado úni-
ponible para la ocupación humana desde hace ca. camente a aquéllos datados en ca. 6270 años (Fran-
10,000 años AP (Mercer y Ager 1983; McCulloch et co et al. 2007). Para este momento, la información
al. 2000; Mancini 2002). La ubicación del sitio, rela- paleoambiental indica la existencia de condiciones
tivamente alejado de los cuerpos lacustres locales, más húmedas (Mancini 2002). Con posterioridad,
permitió que estuviera disponible para el acceso existieron oscilaciones climáticas, pero la tenden-
humano a lo largo del Holoceno, aún en momentos cia general indicaría una disminución en la tempe-
de inundaciones provocadas por el glaciar Perito ratura (Mercer 1968, 1970; Mancini 2002).
Moreno (cf. Pafundi 2007).

Código
Fechado Referencia
Laboratorio

9740 ± 50 GX-25279 Franco y Borrero (2003)

9690 ± 80 CAMS 71152 Franco y Borrero (2003)

6270 ± 45 UA-32918 Franco et al. (2007)

5395 ± 40 UA-32920 Franco et al. (2007)

2860 ± 35 UA-32917 Franco et al. (2007)

2535 ± 35 UA-32919 Franco et al. (2007)

1240 ± 25 UA-33770

Tabla 1. Referencia completa de los fechados del sitio


Figura 2. Vista del sitio Chorrillo Malo 2 desde el SW. Chorrillo Malo 2 mencionados en el texto.
Al fondo se observa el Brazo Rico y, hacia la derecha,
el Cerro Frías.

894
Cambios en la morfología de los reparos rocosos: el caso de los sitios arqueológicos Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1

Por otra parte, el sitio Río Bote 1 está localiza- fechados más antiguos obtenidos hasta este mo-
do en la margen derecha del curso inferior del río mento en el sitio datan de ca. 5500 años AP (Franco
homónimo, afluente del río Santa Cruz. La suce- 2008), aunque se han encontrado evidencias más
sión sedimentaria ha sido expuesta por la erosión antiguas de ocupación, que serán analizadas en el
provocada por la migración lateral de un meandro futuro.
del río (Figuras 4 y 5). Las evidencias sugieren que
durante la ocupación humana del sitio, el cauce del
río estaba desplazado hacia el oeste.

Figura 4. Vista de los depósitos del sitio Río Bote 1


desde la margen izquierda (oeste) del río Bote.

Si bien el sitio está expuesto en la margen del


río que mira hacia el oeste y los vientos predomi-
nantes en la zona provienen de ese sector, su ubi-
cación en el valle fluvial, su altura sobre el río, así
como las morenas localizadas hacia el oeste (Figura
5), le brindan cierta protección de los vientos.
El sitio exhibe una sucesión sedimentaria de Figura 5. Vista del meandro que expuso la secuencia
más de 2,50 m de espesor y conserva una superfi- sedimentaria del sitio Río Bote 1. En el fondo se apre-
cie excavable de circa 1 m de ancho máximo. Los cian depósitos de morena.

DESARROLLO

Los depósitos sedimentarios que alojan los re- tituye el alero (cf. también Favier Dubois 1999),
gistros arqueológicos de los sitios Chorrillo Malo la que ha aportado abundante material psefítico
2 y Río Bote 1 permiten analizar la evolución en la al depósito. Debe mencionarse también el apor-
morfología interna de estos reparos rocosos desde te externo por acción eólica (Favier Dubois 1999),
el Holoceno medio tardío al Holoceno tardío. escurrimiento de agua de lluvia y derretimiento de
nieve. La cavidad actuó como una trampa de sedi-
Chorrillo Malo 2 mentos que, una vez depositados, fueron protegi-
Presenta una sucesión sedimentaria granode- dos de la acción erosiva de los vientos del oeste.
creciente de aproximadamente 1,80 m de espesor, En este sentido, cabe señalar que las grandes ro-
en la que se reconocen tres unidades sedimenta- cas ubicadas al oeste del sector excavado, una de
rias. En la unidad basal predominan grandes clas- ellas con pendiente 24° 10´ hacia el este (Figura 6),
tos (guijones) inmersos en una matriz limosa. En condicionaron la forma en que se depositaron los
las dos unidades superiores dominan sedimentos sedimentos. En la figura 7 puede verse la superfi-
arenosos con clastos de tamaño guija y guijarro, cie actual del alero y la parte expuesta de la roca
presentando guano en la parte superior (Mehl mencionada; otras rocas pudieron ser observadas a
2006; Franco et al. 2007). medida que el progreso de la excavación las dejaba
Los sedimentos fueron generados in situ, por expuestas.
meteorización física y química de la roca que cons-

Mehl - Franco 895


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

parecen cubrir también parte de la superficie uti-


lizable del alero. Este sector no fue excavado por
la presencia de posibles estructuras de rocas en los
depósitos superiores (cf. infra), que se analizarán
en el futuro.

Figura 6. Vista de las rocas que rodean al sector del


alero excavado.

Figura 8. Vista en planta del sector excavado. En color


blanco se indica la superficie utilizable entre hace ca.
6200 y 5400 años AP En gris se marcan la ubicación y
extensión de los bloques de roca.

La presencia de estas rocas, principalmente la


ubicada al oeste, brindaba reparo adicional (al brin-
dado por la cavidad) de los vientos predominantes
en el área. De acuerdo con los datos que poseemos
actualmente, para este lapso el sector utilizable
para la ocupación humana se veía reducido a casi
un tercio de la superficie actual. Sin embargo, en
Figura 7. Vista del alero hoy y de la roca que condicio- este pequeño espacio hay evidencias reiteradas de
nó la forma de depositación de los sedimentos.
presencia humana. Se ha recuperado una estructu-
ra semicircular formada por 2 a 3 hileras de rocas
A lo largo de la evolución del alero existieron de forma prolada, es decir, con un diámetro polar
diferentes morfologías de la superficie interna del mayor que el ecuatorial (Figura 9). Por debajo de
depósito. A partir de los niveles sedimentarios ex- ella se encontraron restos de guanaco con huellas
puestos en la sucesión sedimentaria analizada se de actividad humana, uno de las cuales fue fechado
reconocieron sucesivas superficies con pendiente en ca. 6270 años AP.
hacia el interior del alero. Cabe mencionar que el
depósito previo a los 6270 años muestra un cam-
bio respecto de esta pendiente. Los factores que
condujeron a dicho cambio (proceso natural o cul-
tural) deberán ser evaluados en el futuro, con la
continuación de las excavaciones. Describiremos a
continuación los cambios en la superficie disponi-
ble en dos bloques temporales, de acuerdo con los
análisis efectuados hasta el momento.
Figura 9. Detalle de la estructura de rocas en proceso
Morfología de la cavidad entre hace ca. 6270 de excavación.
y 5400 años AP
Para este bloque temporal, la superficie del ale- Por encima de esta estructura, se encontraron
ro en la cara excavada estaba reducida por la pre- los restos de un pequeño fogón. Estas evidencias
sencia de grandes bloques de roca (Figura 8). Un apuntan a la ocupación reiterada del mismo sector
bloque grande ubicado hacia el oeste se extendía del espacio. La presencia de sedimentación entre
cubriendo parte de la superficie del sondeo origi- ambos rasgos sugeriría una ocupación discontinua
nal. Algunos bloques de roca se encontraban tam- del mismo.
bién en el sector NW de la superficie excavada. Por Hacia los 5400 años AP se observó la caída de
otra parte, grandes bloques procedentes del sur una roca grande desde el techo del alero –aún se

896
Cambios en la morfología de los reparos rocosos: el caso de los sitios arqueológicos Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1

conserva la cicatriz en el techo del mismo-. La edad La estimación de la superficie disponible en el


fue obtenida a partir del fechado de un resto óseo alero se hizo sobre la base de los fechados obteni-
de guanaco con huellas antrópicas que se encontra- dos durante el último trabajo de campo (Figura 11).
ba aplastado por la roca (Figura 10). Si bien existen Se observa que la misma es mayor que en momen-
otras rocas grandes, la sincronía o no de la deposi- tos previos, debiendo mencionarse la extensión
tación de las mismas debe aún ser evaluada. de la roca grande ubicada al oeste, además de una
roca en posición vertical que compartimenta y aísla
una parte de la superficie disponible.

Figura 10. Vista de una roca grande caída. Se observan Figura 11. Extensión de la superficie utilizable en el
restos óseos de guanaco por debajo sector excavado hace ca. 2800 años (se indica en blan-
co). En gris se indican las rocas.
Entonces, como ya mencionamos, a pesar de la
reducida superficie, existen evidencias de ocupa- A este bloque temporal corresponden las ma-
ción humana reiterada. Las dimensiones de la cavi- yores evidencias de ocupación del alero, con arte-
dad sugieren que probablemente al menos el inte- factos con ocre, residuos y pigmentos, además de
rior del alero era ocupado por un número reducido posibles estructuras de rocas que deberán ser eva-
de personas. Las menores evidencias de meteori- luadas en el futuro. En lo tecnológico, se observa la
zación de restos óseos de guanaco correspondien- presencia de núcleos con extracciones centrípetas
tes a estos niveles (Otaola 2008) probablemente a partir de plataformas preparadas y de instrumen-
puedan relacionarse con la mayor protección que tos confeccionados sobre lascas procedentes de los
el alero brindaba en este momento. En este sec- mismos.
tor más reparado se han recuperado evidencias Con posterioridad a estos momentos, las evi-
de combustión y a él corresponden las únicas evi- dencias de ocupación humana del alero son meno-
dencias de frutos quemados recuperados en el si- res, no habiéndose obtenido fechados posteriores
tio. Una de ellas corresponde al género Berberis (S. a ca. 1200 años AP. Esto probablemente esté en re-
Rivera comunicación personal). Si bien no puede lación con un cambio en la forma de utilización de
defenderse un origen natural o cultural de estos estos espacios (cf. Borrero y Franco 2000).
frutos, el hecho de que estén quemados apunta a
sugerir que al menos algunas de las ocupaciones de Consideraciones generales referidas al sitio
este alero ocurrieron en verano. Chorrillo Malo 2
En general podemos decir que la caída de rocas
Morfología de la cavidad entre hace ca. 2860 fue uno de los principales factores de aporte de se-
y 2500 años AP dimentos a la cavidad. Los cambios en la forma de
Para la parte inferior de estos depósitos se re- la cavidad por debajo del alero habrían afectado la
gistra la caída de rocas grandes, tabulares a plana- forma de utilización del mismo. Así, la mayor pro-
res, con tamaños de los clastos que oscilan entre 64 fundidad del alero entre hace ca. 6270 y 5400 años
y 256 mm. No se cuenta aún con un fechado para otorgaba buena protección, probable razón del uso
la base de este depósito. La datación de ca. 2860 reiterado, aunque discontinuo, de este espacio du-
años corresponde a un resto óseo de guanaco con rante este bloque temporal. Debido a la reducción
huellas antrópicas correspondiente a este depósito. en la superficie del alero, es posible pensar que el
Por otra parte, un fechado de ca. 2500 años AP se interior del mismo habría sido ocupado por un nú-
obtuvo sobre un hueso de guanaco recuperado por mero pequeño de personas.
encima de este nivel de grandes clastos, en un de- Las evidencias arqueológicas sugieren que la
pósito arenoso con participación menor de clastos. ocupación humana más intensa de este alero ha-

Mehl - Franco 897


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

bría ocurrido hace ca. 2800 años, en coincidencia


con el incremento de la superficie utilizable del ale-
ro a medida que progresaba la colmatación de la
cavidad. De acuerdo con la información procedente
de la cantidad y localización de sitios arqueológicos
en el área, además de las características de los ar-
tefactos líticos, estos momentos corresponderían
a la ocupación efectiva (sensu Borrero 1994-95) de
estos espacios por parte de cazadores-recolectores
(Franco 2002; Franco et al. 2004). En estos momen-
tos y de acuerdo con la información tecnológica y
de procedencia de materias primas, las cotas topo-
gráficas altas y bajas próximas a este espacio, así
como los espacios más occidentales con ambientes Figura 13. Detalle parcial de la secuencia sedimentaria
de bosque, estarían integrados dentro del rango de del sitio Río Bote 1.
acción de las poblaciones que ocupaban la región
(Franco 2002, 2008; Franco et al. 2004). Chorrillo Malo 2 (Figuras 12 y 13).
Las evidencias de utilización posterior del ale- El sitio muestra evidencias reiteradas de ocu-
ro son más escasas y probablemente se relacionen pación humana, con abundantes fogones que se
con un cambio en la forma en que se utiliza el área suceden entre al menos ca. 5500 y 3470 años AP,
(Borrero y Franco 2000). de acuerdo con los fechados obtenidos hasta este
momento (Franco 2008; ver Tabla 2 con listado da-
Río Bote 1 taciones mencionadas). Cabe señalar que se han
Como ya mencionamos, la secuencia sedimen- registrado evidencias de ocupaciones anteriores,
taria de este sitio ha sido expuesta por un cambio que no han sido datadas aún. La sucesión está
en el curso del río. Presenta una sucesión sedimen- compuesta básicamente por sedimentos produc-
taria dominada por sedimentos areno-limosos de to de aportes eólicos y otros por desprendimiento
más de 2,50 m de espesor, con un mayor número del alero; estos últimos corresponden a la fracción
de niveles sedimentarios que brindan una mayor arena. En los depósitos inferiores se observa la pre-
resolución estratigráfica que en el caso del sitio sencia de sedimentos limosos, cuyas característi-
cas permitirían vincularlos con cuerpos de agua de
baja energía, de tipo palustres, influenciados por la
dinámica del río.

Fechado Código Laboratorio Referencia

5495 ± 69 AA 76787 Franco (2008)

3741 ± 51 AA 76786 Franco (2008)

Tabla 2. Referencia completa de los fechados del sitio


Río Bote 1 mencionados en el texto

Hace ca. 3740 años en el sitio se realizó un en-


tierro que involucraba al menos dos cuerpos huma-
nos, uno correspondiente a un adulto femenino y
otro a un subadulto de entre 0 y 3 meses de edad
(identificación S. García Guraieb). Los cuerpos fue-
ron cubiertos por rocas. Los procesos que afecta-
ron estos restos humanos están actualmente en
estudio, pero puede mencionarse la presencia de
pigmento sobre ellos, además de un cepillo con
ocre por debajo del adulto.
El tamaño de la fosa excavada para el entierro,
así como las evidencias contextuales, sugieren que
el depósito se habría extendido hacia el oeste, en
Figura 12. Vista del depósito sedimentario que alberga conexión con los depósitos de llanura de inunda-
los materiales arqueológicos en el sitio Río Bote 1. ción del río, actualmente no observables porque

898
Cambios en la morfología de los reparos rocosos: el caso de los sitios arqueológicos Chorrillo Malo 2 y Río Bote 1

han sido erodados por la acción del meandro del


río, junto con el frente del depósito del sitio. Hoy
en día, los restos óseos están siendo expuestos
también por la erosión que provocan los vientos
del oeste sobre el depósito sedimentario expues-
to. Se observó también la acción de aves sobre los
cuerpos –se recuperó un nido dentro del cráneo del
adulto femenino (Figura 14). Cabe señalar, por otra
parte, que un resto óseo de individuo adulto fue
recuperado al pie de la secuencia sedimentaria. El
sitio está ubicado en un lugar de fácil acceso y es
actualmente frecuentado por pobladores locales.
Las evidencias existentes hasta el momento
-procedentes de la recuperación de los cuerpos y Figura 14. Detalle del cráneo adulto femenino con
de un refilado de perfiles- indican un cambio en la nido de ave en su interior.
utilización del alero: de depósitos asociados con
actividades domésticas -presencia de fogones- a ción futura del sitio.
un lugar con inhumaciones. Se planea la excava-

COMENTARIOS Y PERSPECTIVAS

A partir del análisis sedimentológico y morfo- Los cambios son el resultado de la agradación
lógico realizado en los depósitos sedimentarios sedimentaria producto de derrumbes y del aporte
de ambos sitios se pudieron observar cambios en de materiales desde las zonas circundantes. Este
la superficie de los depósitos y en el reparo de los proceso generó la pérdida de reparo en los sitios
mismos a lo largo de su evolución, en particular en y cambios locales en los escenarios en los que los
los últimos 6000 años. En el caso de Chorrillo Malo grupos humanos desarrollaban sus actividades. Di-
2, algunos de ellos fueron visibles sólo con la exca- chas modificaciones, así como las existentes a una
vación del alero. Nos referimos concretamente, a la escala regional de paisaje, son importantes para la
protección adicional brindada por las grandes rocas visión e interpretación del registro arqueológico de
ubicadas en la cavidad entre hace ca. 6270 y 5400 la zona y constituyen factores relevantes a tener en
años AP, que fueron tapadas luego por la sedimen- cuenta durante el diseño de las prospecciones ar-
tación. queológicas y a la hora de interpretar los resultados
de las mismas.

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo ha sido realizado con fondos procedentes de Latin American Grant de Heinz Foundation,
del proyecto UBACyT F140 y del PICT 19-26040. Los fechados del sitio Río Bote 1 han sido realizados con
el apoyo del NSF Arizona AMS Laboratory.
Queremos expresar nuestro agradecimiento a las Direcciones de Cultura de la Provincia de Santa
Cruz –en particular a la Arq. Silvia Mirelman- y de la localidad de El Calafate. A la Asociación de Guías de
El Calafate y, en particular, al Sr. Andrés Gader. Queremos agradecer especialmente al dueño y admi-
nistrador de Estancia Anita y al dueño de Estancia Río Bote. A los Sres. Mayo Arredondo, Martín Gray y
Gerardo Povazsan.
A la Lic. Solana García Guraieb por la identificación de los restos óseos humanos y a la Prof. Stella
Maris Rivero (Laboratorio de Dendrología, Escuela de Bosques) por el reconocimiento de los vegetales.
A todos los que participaron en los trabajos de campo y gabinete.

BIBLIOGRAFÍA

Borrero, L. A. Borrero, Luis A. y N. V. Franco


1994-95 Arqueología de la Patagonia. Palimpsesto 2000 Cuenca superior del río Santa Cruz: perspectivas
Revista de Arqueología 4: 9-69. temporales. En Desde el país de los gigantes.

Mehl - Franco 899


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Perspectivas arqueológicas en Patagonia, tomo II, in Southwest Patagonia, Argentina. Review of


pp. 345-356. Unidad Académica Río Gallegos de la Paleobotany and Palynology 122: 101-115.
Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Río McCulloch, R. D., M. J. Bentley, R. S. Purves, N. R.
Gallegos. Hulton, R. E. Sugden y C. M. Clapperton
Carballo Marina, F. M., L. A. Borrero, N. V. Franco, J. B. 2000 Climatic inferences from glacial and
Belardi, V. D. Horwitz, A. S. Muñoz, P. Campan, F. M. paleoecological evidence at the last glacial
Martin, F. Borella, M. F. García, F. Muñoz, F. Savanti y termination, southern South America. Journal of
J. L. Lanata Quaternary Science 15: 409-417.
1999 Arqueología de la costa de Lago Argentino, río Mehl, A.
La Leona y pampas altas intermedias. Praehistoria 3: 2006 Análisis sedimentológico del sitio Chorrillo
13-33. Malo 2, Lago Argentino, provincia de Santa Cruz,
Collins, M. Argentina. Ms.
1991 Rockshelters and the Early Archaeological Mercer, J.
Record in the Americas. En The First Americans: Search 1968 Variations of some Patagonian Glaciers since
and Research, editado por T. Dillehay y D. Meltzer, the Late-Glacial: I. American Journal of Science 266:
pp. 157-182. CRC Press. Boca Ratón, Florida. 91-109.
Favier Dubois, C. Mercer, J.
1999 Pedogénesis y formación de registros en 1970 Variations of some Patagonian Glaciers since
Bahía San Sebastián (Tierra del Fuego) y Lago Roca the Late-Glacial: II. American Journal of Science 269:
(Santa Cruz). En Soplando en el viento. III Jornadas de 1-25.
Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi, J. Mercer, J. H. y T. Ager
B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M. 1983 Glacial and Floral Changes in Southern Argentina
De Nigris, pp. 319-332. Neuquén-Buenos aires since 14,000 years ago. National Geographic Society
Franco, N. V. Research 15: 457 – 477.
2002 Estrategias de utilización de la cuenca superior Otaola, C.
del río Santa Cruz. Tesis doctoral inédita. Universidad 2008 Explotación faunística durante el Holoceno
de Buenos Aires. Medio y Tardío en el sitio Chorrillo Malo 2:
Franco, N. V. ¿variaciones o continuidades? Tesis de licenciatura
2008 La estructura tecnológica regional y la inédita. Universidad de Buenos Aires.
comprensión de la movilidad humana: tendencias Pafundi, L. G.
para la cuenca del río Santa Cruz. En Arqueología del 2007 Barreras biogeográficas temporales y
extremo sur del continente americano. Resultados de disponibilidad de vías de circulación. Modelizaciones
nuevos proyectos, compilado por L. A. Borrero y N. V. gráficas de los endicamientos del sistema lacustre al
Franco. pp. 119-154. Edic. Instituto Multidisciplinario sur de Lago Argentino (Santa Cruz, Argentina). En
de Historia y Ciencias Humanas (CONICET). Buenos Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras,
Aires. desenterrando huesos...y develando arcanos. Editado
Franco, N. V. y L. A. Borrero por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde,
2003 Chorrillo Malo 2: initial peopling of the Upper pp. 61-74. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Santa Cruz Basin. En Where the South Winds Blow. Stern, C.
Ancient Evidences of Paleo South Americans, editado 2008 Holocene tephrocronology record of large
por L. Miotti, M. Salemme y N. Flegenheimer, pp. explosive eruptions in the southernmost Patagonia
149-152. Center for the Studies of the First Americans Andes. Bulletin of Volcanology 70: 435-454.
(CSFA) y Texas A&M University Press, Texas, USA. Stine, S.
Franco, N. V., L. A. Borrero y M. V. Mancini 1994 Extreme and persistent drought in California
2004 Environmental changes and hunter-gatherers and Patagonia during Medieval Time. Nature 369:
in southern Patagonia: Lago Argentino and Cabo 546-549.
Vírgenes (Argentina). Before Farming: the Archaeology Stine, S. y M. Stine
and Anthropology of Hunter-gatherers 2004/3, article 1990 A record from Lake Cardiel of climate change in
3: 1-17. Southern South America. Nature 345: 705-708.
Franco, N. V., A. Mehl y C. Otaola Walthall, J. A.
2007 Chorrillo Malo 2 (Upper Santa Cruz Basin, 1988 Rockshelters and Hunter-Gatherer Adaptation
Patagonia, Argentina): new data on its stratigraphic to the Pleistocene-Holocene Transition. American
sequence. Proceedings of the XV World Congress. Vol. Antiquity 63 (2): 223-238.
14, Session C54, editado por M. Kornfeld, S. Vasil’ev y
L. Miotti, pp. 141-145. BAR International Series 1655.
Inglaterra.
Kelly, R. y C. Todd
1988 Coming into the Country: Early Paleoindian
Hunting and Mobility. American Antiquity 53 (2): 231-
244.
Mancini, M. V.
2002 Vegetation and climate during the Holocene

900
Comunicaciones

Información Areal y de Sitio


Análisis de los procesos productivos en
las sociedades cazadoras-recolectoras-
pescadoras de la costa norte del Canal Beagle
(Argentina): el sitio Lanashuaia
Myrian Alvarez1, Débora Zurro2, Ivan Briz3, Marco Madella3, Margarita Osterrieth4, Natalia Borrelli4

A B S T R A C T

The objective of this paper is to present a holistic methodological design addressed to analyze
the socio-economic dynamics of fisher-hunter-gatherer societies of the Beagle Channel region
(Southern Tierra del Fuego, Argentina). The method consists in the recovery, identification and study
of organic and inorganic residues present on stone tools as well as in archaeological sediments in
order to verify if the residues are the consequence of the use of the artifacts as tools or the result
of the artifact contamination. It includes several lines of research such us phytolithic analysis,
use-wear analysis, blood tests and organic material concentrations within the archaeological
layers. We started to apply the approach to an archaeological sample recovered from Lanashuaia
I archaeological site (XIX century). The analysis performed showed: a) significant variations in
phytolith assemblages in pieces from different areas and layers of Lanashuaia I; b) use wear
traces of bone and hide working and c) positive results in some blood tests. These results and
the techniques are discussed to highlight the problems and possibilities of each line of research.

INTRODUCCIÓN: PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA Y OBJETIVOS


El análisis de la dinámica de los procesos de cazadoras-recolectoras-pescadoras que habitaron
gestión de recursos constituye un eje fundamental la costa norte del canal Beagle.
para comprender cambios y tendencias en la orga- El objetivo de este trabajo es presentar, por una
nización socio-económica de los grupos cazadores- parte, la metodología diseñada e implementada
recolectores en el pasado. Su estudio posibilita, para el muestreo, la recuperación y el estudio de
además, dilucidar las modalidades de circulación los residuos orgánicos presentes sobre los artefac-
de materias primas, bienes y conocimientos, deter- tos líticos y, por otra parte, discutir los resultados
minar los circuitos de desplazamiento y discriminar preliminares de su aplicación a un primer conjunto
el desarrollo de redes sociales, relaciones de inter- exploratorio procedente del sitio Lanashuaia, co-
cambio o contacto entre poblaciones. rrespondiente al período de contacto entre la so-
Su abordaje requiere la articulación conjunta de ciedad Yámana y las poblaciones europeas (Piana
distintas líneas de evidencia y la implementación et al. 2000). La metodología diseñada comprende
combinada de diversos métodos y técnicas de re- tres ejes de actuación, en torno a los cuales se han
cuperación y análisis1. Es por ello que comenzamos desarrollado varios análisis.
a desarrollar una línea de trabajo integral orientada El primero de ellos comprende el análisis del
hacia la identificación de residuos sobre artefactos material lítico desde una perspectiva global, que
líticos. Su aplicación complementaria con otras sitúa el análisis funcional como elemento clave de
metodologías de análisis tiene como propósito pro- esta propuesta, ya que dota de sentido socio-eco-
fundizar en las estrategias de producción y consu- nómico a los restos líticos. El análisis de las morfo-
mo de recursos implementadas por las sociedades logías de los filos y de las volumetrías de las piezas,
1 CADIC-CONICET [email protected]
2 IMF-CSIC [email protected]
3 ICREA-IMF-CSIC [email protected]
4 UNDMP

Alvarez et al. 903


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

por otra parte, permite identificar las posibles pau- b. determinar cuál es el grado de compatibili-
tas en cuanto a la conservación de los residuos en dad entre los diferentes análisis;
relación a características particulares de las dife- c. comprobar la viabilidad del método para dis-
rentes piezas analizadas. criminar si la existencia de residuos en las piezas es
El segundo de ellos se refiere al análisis de producto de alguna posible contaminación o bien
los contextos de depositación. Estos análisis (mi- se debe a su uso como instrumentos;
neralogía y análisis de materia orgánica) posibi- d. evaluar la fiabilidad del método para la re-
litan tener una cierta capacidad predictiva sobre solución de los problemas planteados y, una vez
la conservación potencial de ciertos residuos2. En generadas las bases del presente análisis, trazar
este mismo bloque, el análisis micromorfológico posibilidades, hipótesis e interpretaciones explora-
en curso permitirá conocer de forma más precisa, torias sobre las actividades de producción y consu-
el contexto sedimentario que citábamos, así como mo desarrolladas en el sitio Lanashuaia.
las características de posibles procesos pedogené- Esta propuesta se inserta en un trabajo de inves-
ticos y la existencia y el grado de desarrollo de cier- tigación con objetivos más amplios, cuyo propósito
tos procesos tafonómicos a nivel microscópico en final es la evaluación de las estrategias de produc-
el yacimiento. ción y consumo por parte de los grupos cazadores-
El tercer eje se refiere estrictamente al análisis recolectores-pescadores en los momentos tardíos;
de los residuos. Comprende dos bloques. El prime- y evaluar el impacto de la colonización europea en
ro de ellos relativo al análisis de los residuos de las la organización socio-económica de estas socieda-
piezas que incluye diferentes analíticas, y el segun- des litorales. Una vez la presente propuesta se vea
do al análisis de las muestras de control asociadas a confirmada como útil en cuanto a la resolución de
las piezas líticas seleccionadas. los problemas arqueológicos planteados, el obje-
Los objetivos de esta propuesta son varios y tivo sería integrar el análisis de residuos como un
abarcan distintas dimensiones que van desde lo análisis sistemático, no excepcional, que nos ha de
metodológico a lo interpretativo; pero estas pági- permitir identificar: las modalidades de utilización
nas se centran especialmente en aspectos meto- del instrumental, la gestión del espacio destinado a
dológicos y de procedimientos de tipo técnico y las actividades de producción-consumo, las estra-
apuntan a: tegias de explotación de los diferentes recursos, y
a. determinar cuál es el método más apropiado las continuidades y cambios socioeconómicos en
para la extracción e identificación de residuos sobre la trayectoria socio-histórica los de grupos cazado-
piezas arqueológicas; res-recolectores.

METODOLOGÍA DE TRABAJO y ETAPAS DE ANÁLISIS

La presente propuesta se basa en el uso combi- No obstante, no fue ampliamente aplicado por
nado del análisis morfotécnico y del funcional del dos razones. En lo que respecta a los residuos ad-
registro lítico y el análisis de residuos. Entendemos heridos en los filos, las múltiples causas que pue-
que los residuos, como restos de un proceso de tra- den explicar su presencia (tales como el uso a la que
bajo, deben analizarse dependientemente del ins- fue sometida la pieza, la fricción con un mango o
trumento en que se encuentran. un protector que ayudara a sujetarla con la mano o
El análisis funcional de base microscópica, im- facilitara la prensión, el roce con sustancias adhe-
pulsado a partir de los lineamientos planteados ini- rentes o el contacto accidental entre el artefacto y
cialmente por S. A. Semenov (1964), es uno de los el residuo [Kealhofer et al. 1999]) han sido factores
métodos más adecuados para dilucidar las estrate- decisivos para su escasa utilización como herra-
gias de producción y consumo de recursos llevadas mienta de análisis. La presencia de elementos or-
a cabo por las sociedades en el pasado, mediante gánicos e inorgánicos resultantes del material tra-
el análisis de los conjuntos líticos. Dentro de este bajado dentro de la capa de micropulido (como por
marco, el análisis de los residuos3 presentes en ejemplo fitolitos o tejidos vegetales), si bien pue-
los filos activos (es decir, que han sido empleados de detectarse mediante el uso de un microscopio
como instrumentos), así como aquellos incluidos electrónico de barrido y del análisis dispersivo de
dentro de la capa de micropulido, fue uno de los rayos X, resulta difícil de emplear en identificacio-
ejes abordados desde los comienzos de su desarro- nes que vayan más allá de su origen (animal o vege-
llo (ver por ejemplo: Shaffer y Holloway 1979; Man- tal), dado que rara vez se encuentran intactos. Por
sur-Franchomme 1983; Anderson-Gerfaud 1986, lo tanto, estos tipos de análisis fueron sumamente
entre otros). relevantes en el momento en que se investigaban

904
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)

los procesos de formación de rastros de uso, pero En el marco del análisis de residuos proceden-
luego fueron paulatinamente decreciendo, dado tes de conjuntos artefactuales líticos, en las dos
que las mismas identificaciones, en cuanto al tipo últimas décadas la investigación se ha centrado es-
de material trabajado, podían obtenerse mediante pecialmente en dos focos de interés:
el uso de microscopios ópticos de reflexión. - la denominada arqueología molecular o bio-
Por otra parte, la viabilidad de estos análisis molecular, que comprende el análisis de restos de
aplicados a conjuntos artefactuales de gran canti- sangre y proteínas, así como de ADN, mediante el
dad de piezas se veía comprometida por cuestiones uso de diferentes técnicas (Loy 1993; Shanks et al.
de tipo presupuestario. Por lo tanto, fue necesario 2001; Craig y Collins 2002; Lowenstein et al. 2005,
generar métodos que permitieran, no sólo identifi- entre otros);
caciones precisas que pudieran realizarse sobre un - análisis combinados: que se basan en la com-
número de muestras representativo del contexto plementariedad entre diferentes técnicas, inclu-
analizado, sino también la posibilidad de analizar yendo en algunos casos el análisis funcional (por
volúmenes de materiales estadísticamente signifi- ejemplo, Jahren et al. 1997; Petraglia et al. 1996)
cativos de los contextos sociales analizados y con- En consonancia con este segundo grupo, in-
secuentemente, también socio-económicamente clinado hacia una visión de carácter holístico, ini-
explicativos (Lumbreras 1984a y 1984b). ciamos un proyecto interdisciplinario (CONICET-
No obstante, el análisis funcional presenta CSIC-UNMDP) con el propósito de desarrollar una
ciertas restricciones. En primer lugar, la acción de metodología integral para la recuperación e identi-
agentes post-depositacionales puede enmascarar ficación de residuos sobre artefactos líticos, desti-
las huellas de uso haciendo inviable su identifica- nada a reconstruir los procesos productivos realiza-
ción. En segundo lugar, la formación de rastros es dos por las sociedades pasadas.
un proceso dinámico en el que influyen muchas va- La primera etapa del proyecto tuvo dos obje-
riables, como por ejemplo el tiempo de trabajo, la tivos específicos: diseñar e iniciar el ajuste de los
humedad, el tipo de materia prima de los artefac- procedimientos analíticos para la recuperación de
tos, etc. Consecuentemente, no siempre es posible residuos orgánicos sobre materiales arqueológicos
identificar con precisión el material trabajado. En líticos y, por otra parte, evaluar la conservación de
último lugar, esta metodología posibilita delimitar residuos en distintas matrices sedimentarias carac-
los tipos de materiales trabajados, por ejemplo, terísticas de la región donde trabajamos. Para tal
cuero, madera, plantas no leñosas, hueso o asta, fin, las actividades se focalizaron sobre dos ejes:
entre otras; pero no es posible dilucidar los recur- a) aplicación del método propuesto a un primer
sos orgánicos procesados a nivel taxonómico. conjunto arqueológico;
Es por ellos que en los últimos años, el análi- b) análisis físico-químicos de diferentes tipos de
sis de residuos adheridos ha recobrado ímpetu en suelos.
combinación con el examen minucioso y compara- En el presente trabajo presentaremos el diseño
tivo de los sedimentos en los que se han recuperado de la investigación y los primeros resultados de la
los artefactos y con el análisis posterior o paralelo aplicación de dicho método a un primer conjunto
de los microrrastros de uso (ver: Barton et al. 1998 arqueológico procedente del sitio Lanashuaia I.
y Kealhofer et al. 1999).

MATERIALES ANALIZADOS y ESTRATEGIA DE MUESTREO: EL SITIO


LANASHUAIA I

Lanashuaia se encuentra localizado sobre la Ba- istmo que separa las bahías Cambaceres exterior e
hía Cambaceres a los 54° 52,75 S y 67°16, 49 O, en la interior. Esta acumulación de concheros es llama-
costa norte del canal Beagle (Figura 1). Se trata de tiva dado que se encuentran alineados y con una
un sitio arqueológico característico de las socieda- distancia entre las diferentes estructuras que apun-
des cazadoras-recolectoras-pescadoras de ámbito taría la existencia de cierta pauta en la gestión del
litoral marino que poblaron la región de los canales espacio social (Figura 2); además, se encuentran lo-
fueguinos: un conchero de forma anular constitui- calizadas en una misma cota sobre el nivel del mar
do por la depositación de los residuos de diferentes (Piana et al. 2000). Dadas estas características se
actividades productivas y de consumo (Orquera y planteó la hipótesis que dichas estructuras podrían
Piana 1992). ser resultado de una ocupación sincrónica de varias
El sitio Lanashuaia I forma parte de una acu- unidades familiares, vinculadas al proceso de apro-
mulación de diversas estructuras anulares sobre el vechamiento y consumo de un ejemplar de ballena

Alvarez et al. 905


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Mapa con la localización del sitio Lanashuaia, en la costa norte del Canal Beagle.

Minke identificado (op. cit.). objetivo fue obtener un análisis de las dinámicas
Los fechados radiocarbónicos dieron resulta- socioeconómicas del momento de impacto euro-
dos negativos dado que la actividad atómica de la peo en la región que pudiese ser comparado con los
muestra resultó superior a los límites de lectura del datos obtenidos en Túnel VII (localizado, aproxima-
método y equipamiento empleados; no obstan- damente, a 60 km más al oeste y fechado en el siglo
te, la cronología del sitio se ha interpretado como XIX [Estévez y Vila 1996; Orquera y Piana 1999]).
correspondiente al momento de contacto con la Ambos sitios están ubicados en microambientes
sociedad europea, dada la presencia de evidencias de características diferentes; con esta comparación
vinculadas a la sociedad industrial, cuya ocupación se buscaba evaluar la incidencia de la variabilidad
de la región está documentada históricamente ambiental en las formas de organización socioeco-
(Piana et al. 2000). nómicas implementadas por el mismo grupo social
El sitio fue excavado durante tres campañas (Piana et al. 2000).
realizadas en los años 1995, 1996 y 2005, mediante La primera campaña se focalizó en la excava-
distintos proyectos desarrollados conjuntamente ción de la estructura anular. Durante la segunda
por equipos de investigación argentinos y catala- campaña, además de continuar los trabajos pre-
nes4. Durante las primeras dos intervenciones el vios, se realizaron dos transectas (en sentido este y

Figura 2. Relevamiento topográfico de la playa de Lanashuaia (realizado por J. Estévez) con la cuadrícula visible en
el centro correspondiente al trabajo de campo realizado en la década de los 90.

906
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)

oeste por fuera de la estructura anular que ya había nerse distintas sub-muestras para realizar análisis
sido prácticamente completada) con la finalidad de diferentes enfocados a problemáticas diferentes
reconocer la relación estratigráfica del yacimiento de índole metodológica, o sobre el conocimiento
con la geomorfología natural del istmo en donde arqueológico substantivo que pretendemos gene-
está ubicado, así como constatar la presencia de rar sobre la sociedad Yámana.
restos arqueológicos en el área externa al conchal. Una de las estrategias de análisis realizadas
De esta forma se pudo observar la presencia en el consistió en la toma de muestras para desarrollar
cuadrante noreste exterior del área excavada de análisis de fitolitos. Se tomaron cuatro muestras
una importante asociación de artefactos líticos. por metro cuadrado (esto es: una muestra proce-
Esta zona, caracterizada por la presencia de gran dente de cada sub-cuadrante de 50 x 50 cm), de
cantidad de restos secundarios de talla, fue exca- varias de las unidades estratigráficas excavadas. El
vada parcialmente, confirmándose su relevancia e propósito de estos análisis (aún en desarrollo) era
interés. comprobar el grado de conservación de estas partí-
Con el objetivo de comprender las diferencias culas en contextos de conchero, con gran presencia
y similitudes de las prácticas sociales desarrolladas de carbonato cálcico y, a partir de esta exploración
dentro y fuera de la unidad habitacional (y ana- inicial, empezar a establecer unas bases mínimas
lizar las pautas globales de la gestión del espacio del comportamiento de estas partículas en esos
social a partir de la identificación de las prácticas contextos sedimentarios, a dos niveles:
socioeconómicas desarrolladas), en el año 2005 se - tafonómico, en base a la existencia o no de
desarrollaron los trabajos de campo en el marco de procesos de iluviación, permitiendo comprobar su
los cuales se implementó el análisis de residuos. estado de conservación en relación a la matriz sedi-
El proyecto perseguía en primer término re- mentaria de procedencia (en este caso: conchero o
conocer la dinámica de ocupación del espacio y la humus). En este sentido, el uso de la micromorfolo-
organización espacial de las actividades de pro- gía nos permitirá asegurar la localización in situ de
ducción y consumo de recursos a fin de obtener los microrrestos.
conocimiento más preciso sobre las estrategias - en relación a la variabilidad que presentan a
productivas de sociedades cazadoras-recolectoras. nivel horizontal, de modo que se puedan ajustar las
En segundo lugar, se buscaba iniciar la aplicación estrategias de muestreo de futuras campañas en
de nuevos métodos analíticos que posibilitaran base a los resultados obtenidos.
incrementar nuestra capacidad para generar e in- Los trabajos previos sobre análisis de fitolitos
terpretar el registro arqueológico (Briz 2004) que realizados en el sitio Túnel VII (Zurro et al., 2009)
permitiesen superar las limitaciones inherentes a han permitido refrendar las viabilidad de este tipo
la conservación de ciertas evidencias arqueológi- de análisis en los contextos del Canal Beagle, dán-
cas en contextos específicos. En coherencia con dose una excelente conservación de estas partícu-
los objetivos generales del proyecto, los trabajos las así como una marcada variabilidad horizontal
se concentraron en: a) ampliar la excavación en el de los conjuntos fitolitológicos.
área exterior en la que habían sido detectadas con- En relación a la estrategia de muestreo para el
centraciones de artefactos líticos en asociación a análisis de residuos (y no sólo en relación al análisis
un área de combustión (sobre una matriz sedimen- de fitolitos), el procedimiento fijado consistió en la
taria de humus); y b) completar la excavación de la selección de diferentes artefactos líticos, junto a
porción de conchero remanente de los trabajos de una muestra del sedimento en el que se encontraba
campo anteriores (Zurro et al. 2005). contextualizado, en tanto que muestra de control.
En este sentido, Lanashuaia brindaba la posi- Para la selección de las piezas líticas que confor-
bilidad de comenzar a ajustar y a diseñar los pro- man nuestro conjunto exploratorio para el análisis
cedimientos analíticos para la recuperación de re- de residuos fueron aplicados criterios de diversa
siduos orgánicos e inorgánicos tanto en matrices índole: en primer lugar, y siguiendo los paráme-
sedimentarias como en artefactos arqueológicos, tros generales del proyecto, se buscó disponer de
así como contar con un primer conjunto explora- una muestra representativa tanto de los contextos
torio que sirviese de “primer control” al método en correspondientes al interior del conchero como del
desarrollo. Para tal fin se llevaron a cabo distintas exterior del mismo. Si el proyecto de investigación
estrategias de muestreo tanto durante las tareas perseguía la comprensión de la gestión espacial
de campo, como en las de laboratorio. como un “todo”, contrastar la dicotomía interior-
Dichos muestreos fueron concebidos, como una exterior del conchero en tanto que ámbitos socia-
serie de capas superpuestas que, en algunos casos, les y espaciales diferenciados era un objetivo de
podían ofrecer más de un ámbito de respuesta/in- gran interés para nuestros análisis de las prácticas
terpretación: de una misma muestra podían obte- socioeconómicas allí desarrolladas.

Alvarez et al. 907


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 3. Muestreo realizado durante la campaña 2005.

En segundo lugar, se seleccionaron piezas que si la presencia de restos vegetales o animales en


formaban parte, a nivel espacial, de acumulaciones el filo activo de un instrumento corresponde a res-
o asociaciones evidentes. La razón para ello es de tos de la materia procesada, o es resultado de una
doble naturaleza: por un lado podíamos utilizar los posible contaminación.Para ello, cada pieza fue re-
datos generados en el análisis de residuos (fitolitos, cuperada junto a una muestra de control (denomi-
materia orgánica, mineralogía, etc.) para discernir nada “muestra C”) del sedimento en el cual estaba
cuál era el grado de variación a nivel micro y esta- contextualizada y que, potencialmente (mediante
blecer así parámetros útiles para futuras estrate- contacto, pisoteo o debido a otras cuestiones tafo-
gias de muestreo. nómicas), pudiera haber contaminado la misma.
En tercer lugar, trabajábamos con la hipótesis La toma de esta muestra de control en torno a la
que piezas situadas próximas espacialmente pu- pieza reviste enormes dificultades. La problemática
dieran haber participado de un mismo proceso de del volumen de muestra a procesar, si recogemos
trabajo; de manera que un análisis conjunto podría la totalidad del sedimento con el que la pieza está
permitir identificar áreas en las que se hubieran rea- en contacto al quedar completamente descubierta
lizado trabajos específicos, mediante la asociación durante el proceso de excavación, incrementa las
entre los resultados del material lítico y residuos, dificultades del análisis. En nuestro caso considera-
pero por otra parte también de los sedimentos. mos operativo determinar apriorísticamente un filo
Finalmente, otras de las variables que se tu- como potencialmente usado, basándonos en crite-
vieron en cuenta fueron relativas al tamaño de las rios tales como la longitud del mismo o el grado/
piezas, escogiendo aquellas de tamaño superior a tipo de formatización secundaria. Empleando para
veinte milímetros en su eje menor. ello, e insistimos, a efectos meramente hipotéticos
El análisis de residuos se basa en la asociación y de muestreo, resultados previos de análisis fun-
y recurrencia entre el tipo de residuo hallado en cional desarrollados para contextos similares en la
el instrumento y las características morfotécnicas región (Clemente 1995; Álvarez 2003; Briz 2004).
y económicas del artefacto donde fue localizado Así, se tomó como muestra de control el sedimento
(como por ejemplo, materia prima empleada para asociado a ese filo (Figura 3). En los casos de piezas
la producción del artefacto o las pautas relaciona- que presentaban dudas, se pudo tomar una mues-
les forma-función identificables para el tipo de pro- tra de más de un filo (caso de la pieza 7589) o bien
ceso de trabajo desarrollado por aquel instrumen- el sedimento sobre el que se apoyaba la pieza, en
to). Para ello es necesario establecer claramente aquellos casos en que el artefacto aparecía en posi-

908
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)

ción no inclinada. esto preferimos, por el momento, remarcar la na-


Pese a que el número de piezas recogidas si- turaleza estrictamente exploratoria, a nivel meto-
guiendo este protocolo es superior, en el presente dológico, de esta aplicación; a la espera de evaluar
trabajo nos referiremos concretamente a tan sólo en profundidad (y vertebradamente con el resto de
33 de estas piezas. En la actualidad, los trabajos análisis) sus capacidades y posibilidades. Apunte-
de análisis del material continúan en desarrollo, mos tan sólo la diferencia de resultados ofrecidos
y los datos de que disponemos en estos momen- por los dos tests, elemento a tener en cuenta en el
tos corresponden a piezas procedentes de niveles desarrollo de esta línea de trabajo en las siguientes
húmicos (capas: B2, Base de B800 y B900) con la excavaciones a realizar.
excepción de dos muestras (piezas: 7446 y 7452) Una vez finalizado el procesado inicial, los arte-
procedentes de un nivel de conchero (C200). factos seleccionados fueron sometidos a un lavado
Durante el trabajo de laboratorio se realizaron por suspensión en una disolución de ácido clorhí-
distintas tareas. En primer lugar, sin ningún proce- drico al 10% y estimulado mediante ultrasonido de,
sado previo de limpieza que pudiese poner en peli- únicamente, los filos objeto de estudio, y generán-
gro la conservación de posibles residuos, se realizó dose así lo que hemos denominado “muestra A”.
un test básico exploratorio de presencia de restos Estas muestras extraídas mediante ácido clor-
de tejidos blandos de origen animal. El test consis- hídrico se ubicaron en tubos de 15 ml de cara al de-
tió en la aplicación directa de bencidina. La bencidi- sarrollo del siguiente paso del procesado: tres lava-
na (C12H12N2/NH2C6H4-C6H4NH2, nº CAS 92-87-5) es dos sucesivos con agua destilada a fin de eliminar
un reactivo químico utilizado de forma regular en los restos de 10% HCl, centrifugando las muestras
investigaciones de tipo forense para la detección a 1000 r.p.m. durante 3 minutos. A partir de este
de restos de sangre, presentando una reacción de momento se inició el procesado de las muestras
tipo cromática5. mediante una adaptación del método propuesto
Tras este primer test, se procedió a la limpieza por Madella y colaboradores (1998). Se añadió una
de la superficie de la pieza mediante un rociado solución 5% de Hexametafosfato de sodio a fin de
con agua destilada (recogiendo el líquido generado deflocular la muestra, tras lo cual se añadió agua
equivalente a la muestra M0, ver Figura 4). oxigenada al 33% para eliminar la materia orgá-
Sobre esta muestra se utilizaron tiras reacti- nica. Tras la adición de cada producto químico se
vas para la detección de la presencia de sangre en procedió al lavado de la muestra como en el caso
base a la actividad pseudoperoxidativa de la hemo- del HCl (centrifugando con agua destilada 3 veces
globina y myoglobina. Diferentes casos arrojaron sucesivas y decantando el líquido sobrenadante).
resultados positivos en relación a la presencia de Aunque tradicionalmente los protocolos para la ex-
sangre (como más adelante revisaremos). Pese a tracción de fitolitos contemplan la separación den-

Figura 4. Esquema con las diferentes muestras generadas.

Alvarez et al. 909


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

simétrica de los minerales a fin de separar la sílice Las piezas que fueron sometidas a análisis de
amorfa del resto de componentes de la matriz mi- residuos fueron observadas posteriormente en un
neralógica, en el presente caso se optó por obviar microscopio óptico de reflexión Olympus BHSM
esta parte del procesado debido a que en algunas con objetivos que permiten aumentos entre 50X
de las muestras el volumen de material obtenido y 500X a fin de detectar la presencia de macro y
era realmente muy bajo. Finalmente se procedió microrrastros de utilización (sensu Mansur 1999).
a secar la muestra mediante la adición de ethanol, Dadas las características de las materias primas
realizándose entonces los montajes en láminas utilizadas en la costa norte del canal Beagle, en el
para su visualización al microscopio. Las láminas análisis funcional se siguieron los lineamientos pro-
fueron analizadas en un microscopio Olympus BX puestos por Mansur (1999) para rocas de granulo-
a 400 aumentos. metría gruesa y formaciones cristalinas.

RESULTADOS

Los trabajos de campo de 2005 posibilitaron to adherido y resultaba enormemente complicado


confirmar la existencia de dos sectores diferencia- aplicar la bencidina sobre la superficie lítica. En el
dos. segundo caso (tiras reactivas), hubo algunos resul-
a) Área exterior al conchal: que se caracteriza tados positivos (Tabla 1).
por la casi total ausencia de restos de moluscos,
salvo algún residuo procedente de una escorrentía En cuanto a los análisis de fitolitos6, existe una
del perímetro exterior del conchero. Presenta cier- gran variabilidad a nivel una cuantitativo7 (Figura
tas características particulares, que no presentan 5). Parece haber una tendencia general, y es que las
los niveles de conchero: muestras provenientes de la capa B900 (7475, 7581,
Presencia de abundante material lítico tallado; 7582, 7583, 7584, 7585, 7586, 7587, 7588, 7589, 7590,
Presencia de áreas de taller, identificados como 7591, 7604, 7605, 7606, 7607, 7608, 7609, 7610,
tales en base a la presencia de lascas y fragmentos 7611, 7616, 7617) presentan en general valores
de talla; sensiblemente inferiores a la capa B2 (7005, 7006,
Asociaciones de guijarros termoalterados de 7007, 7009, 7010, 7013, 7015, 7020, 7021, 7027, 7318)
gran tamaño; y a la capa base de B800 (7432, 7433, 7434, 7435,
b) Área conchal: formada por una sucesión de 7436, 7437, 7438). Apenas aparecen excepciones a
concheros y subconcheros, de diferente compo- esta tendencia; tan sólo las piezas 7586 (sin uso) y
sición, sobre la base de la paleoplaya y finísimas 7617 (no analizada).
manchas de humus que se alternan entre las capas Otra tendencia general remarcable es la casi to-
de conchal en algunos sectores. Allí se recupera- tal ausencia de fitolitos en las muestras extraídas
ron: de conchero, correspondientes en el presente aná-
Restos faunísticos: pinnípedos, cetáceos y lisis a tan sólo las piezas 7446 y 7452. El hecho de
abundantes restos de ictiofauna; que tan sólo sean dos piezas no nos permite aven-
Menor presencia de lítico tallado (y ausencia de turarnos a realizar afirmaciones categóricas, pero
guijarros termoalterados o rocas de gran tamaño); una explicación plausible remitiría fácilmente a que
Artefactos óseos (tales como punzones y una en los otros casos fuera la existencia de la matriz
base de arpón), así como cuentas de collar sobre del conchal, como elemento contaminante, que
valva; hubiera dado lugar a la presencia de los fitolitos en
Gran cantidad de carbones. las piezas. Ello explicaría la ausencia de fitolitos en
La puesta en práctica de la metodología de aná- estas piezas, pero no la enorme variabilidad (a nivel
lisis de residuos propuesta nos ha permitido com- cuantitativo, también) que se da en las muestras
probar la dificultad que supone realizar la batería procedentes de las capas que sí presentan fitolitos.
de análisis propuesta en los mismos materiales (por
ejemplo, se dio el caso de fractura por sericitación En lo que respecta al espectro fitolitológico,
en alguna pieza tras haber realizado los tests de corresponde en general a fitolitos de herbáceas
sangre). (células largas y cortas, buliformes, tricomas y tra-
En cuanto a los resultados de los tests de detec- pezoides) (Figura 6), con menor presencia de célu-
ción de residuos de origen animal, en el caso de la las procedentes de especies arbóreas. En negativo
bencidina todos los resultados fueron negativos. se han dispuesto los datos referentes a fitolitos no
Ello era en parte esperable, ya que entonces las determinables8 y a aquéllos fuertemente tafonomi-
piezas aún se encontraban sucias y con sedimen- zados9.

910
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)

TEST RESIDUOS
MUESTRA ANÁLISIS FUNCIONAL CAPA FITOLITOS
ORGANICOS ANIMAL
7446 Hueso C200 Negativo 3-
7452 Hueso C200 Negativo 0-
79
7475 No determinable B900 Positivo
tafonomizados
7581 No determinable B900 Positivo 74-
7583 No determinable B900 Positivo 154-
7584 No determinable B900 Positivo 105-
7585 Material duro (posible hueso) B900 Negativo 273-
7586 No determinable B900 Positivo 3.829-
7587 No determinable B900 Negativo 472-
7589 Hueso B900 Positivo 67-
7590 No determinable B900 Positivo 38-
4
7605 sin uso B900 Positivo
INDET + tafonomizados
sin uso
7606 B900 Positivo 85-
Posible presencia residuo
7608 NO DET. B900 Positivo 339-
72
7609 sin uso B900 Negativo
INDET + ARBÓREO
7610 sin uso B900 Negativo 7-
7616 No determinable B900 Positivo 78-
7617 sin uso B900 Positivo 817-
Tabla 1: Resultados de los análisis de residuos y del análisis funcional

Figura 5. Valores totales de fitolitos por AIF presentes en cada una de las piezas analizadas.

En valores negativos pueden verse aquellos fito- parte, presenta también un importante porcentaje
litos no determinables o que presentaban un grado de fitolitos no determinables, lo cual es lógico en
de tafonomización importante. La preeminencia relación al aporte arbóreo, ya que muchos de los
general de los fitolitos de herbáceas es evidente, fitolitos de origen arbóreo presentan formas tipo
con una composición mayoritaria de células cortas bloque e irregulares de difícil adscripción.
y largas (Figura 6 y Tabla 2). En la mayoría de las El análisis funcional de base microscópica apli-
muestras apenas aparecen fitolitos de origen arbó- cado a la muestra bajo estudio (N=248) resultado
reo, a excepción de la pieza 7609, que presenta un de los trabajos de intervención del 2005, permite
14% de fitolitos de origen arbóreo10 frente a un 43% también establecer una serie de observaciones
de origen herbáceo. Esta misma pieza, por otra con respecto a la problemática planteada. Uno de

Alvarez et al. 911


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 6. Espectro fitolitológico de las muestras analizadas con morfotipos identificados en forma porcentual.
Nota: los valores negativos, indican los morfotipos no identificables y los tafonomizados

los aspectos que llamó la atención en el conjunto exfoliados, generó una identificación relativamen-
lítico de de Lanashuaia I fue el porcentaje significa- te baja hasta el momento de los rastros de uso. A
tivo de artefactos manufacturados sobre pizarras esto se le suma que muchas de las piezas líticas
de la Formación Yaghan. Si bien esta discusión ex- formaban parte de un área de taller ubicado en el
cede los propósitos de este trabajo, este conjunto exterior del área de conchal. En efecto el 83,3% de
es hasta el momento el único que manifiesta esta las piezas analizadas no presentan rastros de ha-
tendencia. En la mayoría de las ocupaciones de la ber sido utilizadas; el 6,1% exhibe alteraciones que
costa norte del canal Beagle este tipo de rocas pre- impiden determinar su uso y en el 3,7% de los ca-
senta frecuencias relativas que no superan el 5% de sos no pudieron ser analizadas porque los filos se
los casos en contraposición con riolitas y tobas de encontraban exfoliados. El 6,9 restante presenta
grano fino metamorfizadas que alcanzan práctica- microrrastros correspondientes al trabajo sobre
mente el 90% (Terradas 1996; Alvarez 2003). Las distintas sustancias entre las que se destaca el tra-
razones que explican su escasa utilización como bajo de sustancias óseas, seguidos por los materia-
instrumentos, -a pesar que son las rocas más fre- les duros, cueros y materiales blandos (Figura 7).
cuentes dentro de los depósitos secundarios de Es interesante observar que en el caso de los ma-
origen fluvio-glaciar- se relaciona con la baja ca- teriales duros y el hueso, la tendencia observada
lidad de esta materia prima para la talla (Alvarez hasta ahora indica un predominio de las activida-
2003). Será necesario explorar a futuro cuáles son des de corte mientras que los materiales blandos
las causas de su frecuente utilización por parte de y el cuero las transversales o de raspado (Figura 8).
los grupos que habitaron el sitio Lanashuaia I. No Es llamativa también en este caso la ausencia de
obstante los diseños artefactuales son similares al rastros vinculados con el trabajo de madera; esto
resto de las ocupaciones del canal (ver Alvarez en contrasta significativamente con lo que ocurre en
este mismo volumen). Túnel VII donde este trabajo alcanza frecuencias
Ahora bien las cualidades litológicas de las piza- notorias (Clemente 1995). Tampoco en Lanashuaia
rras tienen a su vez incidencia en las posibilidades I se han registrado actividades de procesamiento
que ofrece el análisis funcional. En efecto, los ras- de plantas no leñosas.
tros de uso son de formación lenta y la fragilidad de La composición del instrumental lítico también
los filos que aparecen frecuentemente astillados y presenta diferencias en cuanto a la composición: el

912
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)

no identiciable
HERBÁCEO

tafonomizado
MUESTRA

ARBÓREO

trapezoide
buliformes

tricomas

Cel. Cs.
Cel. Ls.
7006 4 2 0 0 0 1 9 83
7007 3 3 1 0 1 1 8 83
7010 3 1 1 0 0 1 7 87
7013 3 3 0 0 3 2 3 86
7015 1 0 1 0 1 1 5 92
7020 0 1 1 0 2 0 2 93
7021 4 2 0 1 3 0 7 83
7027 2 2 1 0 0 1 3 90
7432 0 0 0 0 0 0 4 95
7433 1 1 0 0 0 0 4 95
7438 1 3 1 0 0 0 2 94
7020 0 1 1 0 2 0 2 93
7021 4 2 0 1 3 0 7 83
7027 2 2 1 0 0 1 3 90
7432 0 0 0 0 0 0 4 95
7433 1 1 0 0 0 0 4 95
7438 1 3 1 0 0 0 2 94
7020 0 1 1 0 2 0 2 93
7021 4 2 0 1 3 0 7 83
7027 2 2 1 0 0 1 3 90
7432 0 0 0 0 0 0 4 95
7433 1 1 0 0 0 0 4 95
7438 1 3 1 0 0 0 2 94
7591 0 6 0 0 0 0 11 83
7604 0 0 0 0 17 0 33 50
7605 0 33 0 0 0 0 0 67
7606 0 2 0 0 2 0 6 90
7607 1 4 0 0 3 0 3 89
7608 0 2 0 0 0 0 0 97
7609 43 0 14 0 0 7 7 29
7610 0 0 0 0 0 0 4 96
7616 0 3 0 0 0 6 0 91
7589(a) 0 1 0 0 1 0 2 96
7617 0 0 0 0 1 1 1 98

Tabla 2: Fitolitos identificados por artefacto

número de puntas de arma en Túnel VII es mayor


y los raspadores alcanzan frecuencias relativas im-
portantes en Lanashuaia I.
Las actividades de producción lítica muestran,
en este último, escaso desarrollo del trabajo bifacial
y la distribución por tamaño de los soportes exhibe
un predominio de lascas e instrumentos medianos
y grandes (Figura 10).
En cuanto a la relación entre los rastros identi-
ficados y los residuos detectados (Tabla 1) hemos Figura 7. Materiales trabajados en el sitio Lanashuaia I.

Alvarez et al. 913


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 8. Materiales y tipos de acciones del sitio


Lanashuaia I.

Figura 10. Características dimensionales del conjunto


lítico (en mm).

Figura 9. Rastros de uso de corte de hueso. Filo retoca-


do sobre pizarra. 200X.

observado que las piezas que dieron positivo en da el suficiente tiempo como para que se formaran
lo referente a restos de sangre trabajaron hueso o rastros diagnósticos; algunas de ellas además no
bien no pudo determinarse el material trabajado ya mostraban indicios de haber sido utilizada.
sea por alteración o porque la pieza no fue utiliza-

CONSIDERACIONES GENERALES

Aunque en el presente artículo tan sólo presen- tualmente en curso) con un control de las variables
tamos una parte de la investigación actualmente implicadas podrá esclarecer esta problemática.
en curso, los resultados que disponemos nos per- En lo referente a los resultados de los análisis
miten realizar ciertas afirmaciones. fitolitológicos, nos permiten establecer resultados
En primer lugar, claramente se hace necesario interesantes. En primer lugar, vemos la variabilidad
trabajar con muestreos mayores, de manera que que existe en los datos cuantitativos no sólo entre
la variabilidad presente en cada uno de los análisis las muestras, sino especialmente entre las capas
no imposibilite llevar a cabo análisis estadísticos analizadas (B2, base de B800, B900 y C200). La me-
significativos que nos permitan realizar inferencias nor cantidad de fitolitos en las capas inferiores nos
claras sobre el comportamiento de todas estas va- hace pensar que no se da una iluviación o movilidad
riables: contexto de origen, uso, tests de residuos vertical de estas partículas, hallándose en principio
de origen animal y análisis de fitolitos. A ellos ha- in situ.
bremos de sumar los procedentes de las muestras El comportamiento diferencial de la capa de
de control (fitolitos y materia orgánica). conchero resulta altamente interesante. La inexis-
En cuanto a los resultados de los tests de iden- tencia de fitolitos es explicable no sólo en cuanto
tificación de residuos de origen animal, creemos en a la inexistencia de matriz sedimentaria sino tam-
la necesidad de utilizar tests más sofisticados. La bién en términos de su carácter de basural de ori-
lenta formación de los rastros de uso producto del gen antrópico, aunque en este caso la limpieza de
trabajo sobre materiales blandos de origen animal, los hogares pudiese haber generado un input vege-
genera cierto grado de incertidumbre y no posibili- tal importante. Por otra parte todos los instrumen-
ta arribar a resultados concluyentes, es por ello que tos que realizaron trabajo sobre hueso así como
la realización de un programa experimental (ac- los artefactos óseos fueron hallados en niveles de

914
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)

conchero (al menos en el área de Lanashuaia que con Túnel VII. Las materias líticas explotadas, las di-
hemos trabajado en este estudio). ferencias en cuanto a las frecuencias en la compo-
Como se ha comentado ya más arriba, vemos sición de los conjuntos así como en las actividades
imprescindible trabajar con volúmenes de mues- realizadas son llamativas. Será necesario explorar
treo superiores, de manera que podamos respon- a futuro cuáles son las causas que las explican y si
der con total seguridad a las cuestiones planteadas está vinculado con la hipótesis sobre el aprovecha-
relativas a la posibilidad de la existencia de proce- miento y consumo de un ejemplar de ballena Minke
sos de contaminación. A pesar de los datos obteni- identificado por parte de distintas unidades fami-
dos en el análisis de fitolitos, la ausencia de rastros liares.
de uso relativos al trabajo sobre recursos vegetales A pesar de su complejidad, la viabilidad del mé-
imposibilita contrastar posibilidad resultados con- todo a nivel práctico ha sido contrastada, no pare-
tradictorios: por ejemplo instrumentos utilizados ciendo existir ninguna incompatibilidad entre los
para el trabajo de madera con ausencia de fitolitos análisis realizados para el presente caso de estudio.
sobre sus filos activos. La articulación de distintas líneas de análisis junto
No obstante, los análisis llevados a cabo de- con el reajuste metodológico permitirán un cono-
muestran la variabilidad que se verifica en cuanto cimiento más profundo de las actividades produc-
a las frecuencias de recursos trabajados en las ocu- tivas de las sociedades cazadoras-recolectoras del
paciones tardías del canal Beagle. Tal como hicimos extremo sur de Sudamérica.
referencia este sitio presenta diferencias notorias

AGRADECIMIENTOS
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la República Argentina (CONICET) y
el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) posibilitaron el desarrollo del proyec-
to de análisis de residuos, parte de cuyos resultados se expresaron en estas páginas. Asumpció Vila, Jordi
Estévez y Ernesto Piana prestaron su apoyo al desarrollo de nuestros proyectos. A Marcela Leipus por los
comentarios y revisiones realizadas en el manuscrito.
Quisiéramos agradecer muy especialmente el esfuerzo en los trabajos de campo y laboratorio de
Joana Boix, Marta Juez y Elsa Puig; Edgard Camaros y Victoria Yanitto también participaron en activida-
des vinculadas al proyecto. La hospitalidad de la gente de la Estancia Harberton principalmente Nathalie
Goodall, sus colaboradores del Museo Acatushún y Jorge Grecco han contribuido significativamente a
nuestras tareas.

NOTAS
1
Los resultados que se presentan en este trabajo se efectuaron gracias a un subsidio de cooperación
internacional del CONICET-CSIC y forma parte de las actividades de un proyecto más amplio financiado
por la Wenner-Green Foundation.
2
Al mismo tiempo generarán un conocimiento base sobre los sedimentos de la zona que puede ser
útil en futuros análisis de los procesos de consumo allí desarrollados y en relación a la gestión social del
espacio (identificación de áreas de concentración de materia orgánica, por ejemplo).
3
Al usar el término residuo nos referiremos a aquellos restos de materia adheridos a artefactos como
resultado de un proceso de trabajo analizables mediante diversos métodos.
4
Los proyectos que financiaron los trabajos de campo en Lanashuaia fueron: campañas 1995-1996,
“Marine Resources at the Beagle Channel prior to the Industrial Exploitation: an Archaeological Evaluation”,
(Unión Europea) campaña 2005: “La integridad del espacio social: etnoarqueología de asentamientos en
el Canal Beagle (Tierra del Fuego)”, Programa de Excavaciones Arqueológicas en el Exterior del Ministe-
rio de Cultura de España.
5
No obstante, este tipo de análisis puede brindar “falsos positivos” ante la presencia de clorofila (Ali-
son Crowther com.pers.)
6
Los conteos se realizaron contando en principio un mínimo de 150 fitolitos. En aquellas láminas en
que apenas aparecían fitolitos, se contó un mínimo de 10 transectas, independientemente del número
de fitolitos que aparecieran.
7
Los datos se presentan estandarizados respecto a un gramo de AIF (Fracción Insoluble al Ácido o
mineralógica) (ver Albert et al. 2000) de manera que los resultados entre muestras puedan ser compara-
dos.
8
Esta categoría comprende fitolitos que no pueden asimilarse a ninguna de las categorías estándar
simplemente por su forma, o bien porque al realizar el montaje quedaron fijados de tal manera que su

Alvarez et al. 915


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

identificación presenta dudas.


9
Los fitolitos tafonomizados serían aquellos identificables a nivel de morfotipos pero que presentan
fracturas o erosiones superficiales. La existencia de un porcentaje muy elevado de tafonomizados en una
muestra dada puede indicar la existencia de procesos tafonómicos en un área particular del yacimiento,
por ejemplo, por lo que en este sentido es un índice de gran utilidad.
10
La producción fitolitológica de las especies arbóreas es inferior a las de las herbáceas, por lo que los
presentes datos deben leerse como un aporte original arbóreo importante, aproximadamente compara-
ble al input herbáceo.

BIBLIOGRAFÍA

Albert, R.M., S. Weiner, O. Bar-Yosef y L. Meignen Implications for Residue Analysis of Archaeological
2000 Phytoliths in the Middle Palaeolithic Deposits Materials. Journal of Archaeological Science, 29:
of Kebara Cave, Mt Carmel, Israel: Study of the Plant 1077–1082.
Materials used for Fuel and Other Purposes. Journal Estévez, J. y A. Vila. (Coordinadores)
of Archaeological Science, 27: 931-947. 1996 Encuentros en los conchales fueguinos. Treballs
Allen, J., M. E. Newman, M. Riford y G. H. Archer d’Etnoarqueologia, 1, CSIC-UAB, Madrid-Barcelona.
1995 Blood and Plant Residues on Hawaiian Stone Hortolà, P.
Tools from Two Archaeological Sites in Upland K • 2002 Red Blood Cell Haemotaphonomy of
ne‘ohe, Ko‘olau Poko District, O‘ahu Island. Asian Experimental Human Bloodstains on Techno-
Perspectives 34: 283-302. Prehistoric Lithic Raw Materials. Journal of
Anderson-Gerfaud, P. Archaeological Science 29: 733–739.
1980 A testimony of prehistoric tasks: diagnostic Jahren, A. H., N. Toth, K. Schick, J. D. Clark y R. G.
residues on stone tool working edges. World Amundson
Archaeology 12(2): 181–194. 1997 Determining Stone Tool Use: Chemical and
Anderson-Gerfaud, P. Morphological Analyses of Residue on Experimentally
1981 Contribution methodologique a l’analyse des Manufactured Stone Tools. Journal of Archaeological
microtraces d’utilisation sur les outils préhistoriques, Science 24: 245-250.
Tesis de Doctorado, Université de Bordeaux I, Kealhofer, L., R. Torrence y R. Fullagar
Bordeaux. 1999 Integrating phytoliths within use-wear/residue
Anderson-Gerfaud P. studies of stone tools. Journal of Archaeological
1986 A few comments concerning residue analysis of Science, 26: 527-546.
stone plant-processing tools. Early man news (Part I Lowenstein, J., J. Reuther, D. Hood, G. Scheuenstuhl,
Newsletter for human paleoecoloy) 9/10/11: 69-81. S. Craig y D. Ubelaker
Barton, H., R. Torrence y R. Fullagar 2005 Identification of animal species by protein
1998 Clues to stone tool function re-examined: radioimmunoassay of bone fragments and
comparing starch grain frequencies on used and bloodstained stone tools. Forensic Science
unused obsidian artefacts. Journal of Archaeological International, 159 (2-3): 182-188.
Science 25: 1231-1238. Loy, T.
Borja, C., M. Garcias-Pacheco, E. Olivares, G. 1993 The artifact as a site: an example of the
Scheuenstuhl y J. Lowenstien biomolecular analysis of organic residues on
1997 Immunospecificity of Albumin Detected in prehistoric tools. En: Biomolecular Archaeology,
1.6 Million-Year-Old Fossils form Venta Micena in editado por: K. Thomas, Número especial de: World
Orce, Granada, Spain. American Journal of Physical Archaeology, 25(1): 44-63.
Anthropology 103: 433-441. Lumbreras, L.G.
Briz, I. 1984a La unidad arqueológica socialmente
2004 Dinàmiques econòmiques de producció- significativa (I). Gaceta andina 10: 3.
consum en el registre lític Lumbreras, L.G.
caçador-recol·lector de l’extrem sud americà. La 1984b La unidad arqueológica socialmente
societat Yàmana, Tesis de Doctorado, UAB, Servei significativa (II). Gaceta andina 11: 3.
de Publicacions de la Universitat Autònoma de Madella, M., A. Power-Jones y M. Jones
Barcelona, Barcelona. 1998 A simple method of extraction of opal phytoliths
Clemente, I. from sediments using a non-toxic heavy liquid.
1995 Instrumentos de trabajo líticos de los Yámanas Journal of Archaeological Science, 25: 801-803.
(canoeros nómadas de la Tierra del Fuego): una Mansur-Franchomme, M. E.
perspectiva desde el análisis funcional, Tesis de 1983 Traces d’Utilisation et Technologie Lithique:
Doctorado, Universitat Autònoma de Barcelona. exemple de Patagonie, tesis de Doctorado, Université
Craig, O. y M. Collins de Bourdeaux 1, Bordeaux.
2002 The Removal of Protein from Mineral Surfaces:

916
Análisis de los procesos productivos en las sociedades cazadoras-recolectoras-pescadoras de la costa norte del Canal Beagle (Argentina)

Mansur, M.
1999 Análisis de instrumental lítico: problemas de
formación y deformación de rastros de uso. Actas
del XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina
(1):355-366. La Plata.
Orquera, L. y E. Piana
1992 Un paso hacia la resolución del palimpsesto. En:
Análisis espacial en la Arqueología Patagónica, editado
por: L. Borrero y J.L. Lanata, separata, Búsqueda de
Ayllu, Buenos Aires.
Orquera, L. y E. Piana
1999 Arqueología de la región del canal Beagle.
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
Petraglia, M., D. Kneeper, P. Glumac, M. Newman y C.
Sussman
1996 Immunological and Microwear Analysis of
Chipped-Stone Artifacts from Piedmont Contexts.
American Antiquity 61:127-135.
Piana, E., J. Estévez y A. Vila
2000 Lanashuaia: un sitio de canoeros del siglo
pasado en la costa norte del canal Beagle. En Desde
el País de los Gigantes. Perspectivas arqueológicas en
Patagonia, editado por Belardi, J. B; Carballo Marina,
F. y S. Espinosa Tomo II pp. 455-469. Universidad
Nacional de la Patagonia Austral. Río Gallegos.
Shafer, H. y R. Holloway
1979 Organic residue analysis in determining stone
tool function. En Lithic Use-wear Analysis. B. Hayden
(editor).pp. 385-399. New York: Academic Press.
Shanks, O., R. Bonnichsen, A. Vella y W. Ream.
2001 Recovery of Protein and DNA Trapped in Stone
Tool Microcracks. Journal of Archaeological Science,
28: 965–972.
Semenov, S. A.
1964 Prehistoric Technology. Moonraker Press.
Wiltshire.
Terradas, X.
1996 La gestió dels recursos minerals entre les
comunitats caçadores-recol·lectores. Vers una
representació de les estratègies de proveïment de
matèries primeres. Tesis de Doctorado. Universitat
Autonoma de Barcelona.
Thomas, K.D.
1993 Molecular Biology and Archaeology: A
Prospectus for Inter-Disciplinary Research. World
Archaeology 25: 1-17.
Zurro, D., I. Briz, M. Álvarez, A. Vila y E. Piana
2005 Lanashuaia 2005. Canal Beagle, Tierra del Fuego
(Argentina). Memoria de Excavación presentada
a la Dirección General de Cultura del Gobierno de
la Provincia de Tierra del Fuego, Argentina y al
Ministerio de Cultura de España, Ushuaia-Barcelona,
Ms.
Zurro, D., Madella, M. Briz, I. and Vila A.
(2009), Variability of the phytolith record in hunter-
gatherer-fisher sites: an example from the Yamana
society (Beagle Channel, Tierra del Fuego, Argentina).
Quaternary International 193: 184-191.

Alvarez et al. 917


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

918
El registro arqueológico de la costa noreste
del Lago Pueyrredon-Cochrane (Santa Cruz,
Argentina)
Carlos Aschero1, Damián Bozzuto2, María T. Civalero2, Mariana De Nigris2, Antonela Di Vruno3,

Vanina Dolce4, Natalia Fernández4, Laura González4, Paula Limbrunner4

A B S T R A C T

The aim of this paper is to present new lithic, zooarchaeological, chronological and rock art
information from the archaeological sites located in the Northeastern coast of Pueyrredón-
Cochrane lake, in the Northwest of Santa Cruz Province, Argentina. The evidence studied will be
useful to discuss about peopling dynamics in this area of Patagonia. According to data gathered
until now, the Northeast area of the lake represents a very important ecological zone due to
topographic, lithic, floral and faunal resources availability. In a previous presentation, we defined
a potential sample area with altitudinal variations from 150 to 700 m a.s.l. The main purpose is to
evaluate if this environment, with better natural conditions than the surrounding areas, was an
attractive place for first peopling and led to a possible differential consumption of lake resources.
Surveys conducted have shown the existence of open air, rockshelter and cave sites with datable
stratigraphical levels. Radiocarbon dates place human occupation of the area in ca. 5000 years BP.

INTRODUCCION

El objetivo general de este trabajo es presentar La ocupación humana en las cercanías del lago
nueva información arqueológica producida en el Burmeister en el Parque Nacional Perito More-
marco de distintos proyectos de investigación de- no (de aquí en adelante PNPM) se remonta a ca.
sarrollados, en los últimos años, en la costa noreste 10,000 años AP. Debido a su altitud -900 a 1000 m
del lago Pueyrredón-Cochrane, emplazado en el s.n.m.-, esta zona representa uno de los ambien-
noroeste de la provincia de Santa Cruz, Argentina tes de clima más riguroso de la provincia y ofrece
(Figura 1). Los datos obtenidos en el marco de estos una variedad de ecozonas entre el bosque cordi-
estudios, integrados a los actualmente disponibles llerano y la estepa. En contraposición, el área del
para áreas circundantes -Parque Nacional Perito lago Pueyrredón-Cochrane, ubicada a aproximada-
Moreno, Lago Posadas, Sierra Colorada y Río Pin- mente 65 km lineales al norte del PNPM, con una
turas-, son fundamentales para explicar los inicios y altitud mucho menor, que en promedio ronda los
la consolidación del proceso de colonización de los 400 m s.n.m. posee un clima mucho más templado
ambientes perilacustres cordilleranos, por parte de y se caracteriza por contener una relevante oferta
antiguas poblaciones de cazadores-recolectores, de vegetales propios de la estepa, las lagunas y los
entre los 11,000 y 2500 años AP. lagos cordilleranos.

1 CONICET - Universidad Nacional de Tucumán – Instituto de Arqueología y Museo. San Martín 1545 (4000) San
Miguel de Tucumán. [email protected]
2 CONICET - Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. 3 de Febrero 1378 CP1426BJN
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
3 ANPCyT - Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. 3 de Febrero 1378 CP1426BJN
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
4 UBA - Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano. 3 de Febrero 1378 CP1426BJN Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.

Aschero et al. 919


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Particularmente, el sector perilacustre situado tacruceña y la barrera física que habría representa-
al noreste del lago se muestra como parte de una do la mayor extensión del Campo de Hielo Norte
ecozona relevante por brindar importantes recursos emplazada en el actual territorio chileno, al oeste
topográficos, litológicos, florísticos y faunísticos, del lago Pueyrredón-Cochrane. Esperamos enton-
en comparación con lo observado en el suroeste, si ces poder determinar correspondencias entre los
bien el impacto de las poblaciones actuales ha sido conjuntos de vestigios, su estructuración espacial y
mayor en este último sector, debido a la presencia las características de los sitios relevados en áreas
de un mayor número de estancias con explotación de investigación periféricas como el PNPM, Alto
ganadera y por la cercanía al poblado de Hipólito Río Pinturas, el sector estepario del actual Bajo Ca-
Irigoyen (ex Lago Posadas). racoles y la meseta del monte Belgrano.
Las expectativas que nos llevaron a iniciar la En esta primera etapa de la investigación, pro-
exploración de esta nueva zona se basan en el su- curamos orientar el estudio hacia el primer objeti-
puesto que el movimiento humano hacia el lago vo que nos habíamos propuesto: la definición de los
Pueyrredón-Cochrane habría estado influenciado tiempos de inicio, procedencia y correspondencia
por el atractivo de la benignidad del clima pero bajo entre los conjuntos de vestigios, su estructuración
dos condicionantes: a) que el sector hubiera estado espacial y las características de los sitios. Estos tra-
libre de hielos hacia fines del Pleistoceno; y b) que bajos nos permitirán establecer la direccionalidad
la altura de las aguas del lago en esas épocas hu- del proceso de colonización humana ocurrida po-
biera dejado fajas de costa y recursos topográficos siblemente desde Alto Río Pinturas, el área de Bajo
atractivos para la ocupación humana. De acuerdo Caracoles y/o la meseta del monte Belgrano; y los
con estas circunstancias, esperamos que el pobla- tiempos de ocupación efectiva en el sector NE del
miento hubiera ocurrido en una época aún más lago Pueyrredón-Cochcrane.
temprana que el movimiento humano realizado En relación con los comienzos de la coloniza-
hacia al PNPM. La dirección de estos movimientos ción, buscamos establecer la procedencia y las vías
probablemente habría sido este-oeste (desde la es- de acceso de las poblaciones originales. Durante el
tepa y/o los cañadones y “pampas” del área del Río transcurso de la etapa de consolidación plantea-
Pinturas), tomando en cuenta las dataciones más mos la existencia -entre ca. 7000/3000 años AP- de
tempranas existentes en la Altiplanicie central san- una posible intensificación en el uso de los recursos

Figura 1. Mapa de localización del área de estudio.

920
El registro arqueológico de la costa noreste del Lago Pueyrredon-Cochrane (Santa Cruz, Argentina)

de subsistencia, como parte de un concomitante puntos situados a 47°15´Lat.S/71°57´Long.O y


proceso de fisión y constricción espacial de la po- 47°25´40´´Lat.S/71°50´Long.O (Figura 1), que pre-
blación originaria. Los efectos de este último pro- senta una variación altitudinal entre los 150 y 700
ceso se indagarán a través de los distintos tiempos m s.n.m. En ella se realizaron prospecciones siste-
de construcción del paisaje arqueológico, en los máticas que permitieron la identificación de sitios a
cambios ocurridos en la producción de tecnofac- cielo abierto y bajo reparo en aleros y cuevas. En los
turas -incluido el arte rupestre- y en el uso de los primeros se efectuaron muestreos dirigidos de las
recursos bióticos. concentraciones, mientras que en los segundos se
El área considerada, en esta primera eta- practicaron una serie de sondeos y excavaciones.
pa, está conformada por un franja de aproxima- Paralelamente, se ejecutaron tareas de exploración
damente 200 km2 con vértices en la costa no- en un área de control localizada en las cercanías del
reste del lago Pueyrredón-Cochrane entre los actual poblado de Bajo Caracoles/Río Olnie.

RESULTADOS

La exploración realizada, hasta el momento, en En el área de Bajo Caracoles/Río Olnie también


el área seleccionada del lago Pueyrredón-Cochrane se localizaron una variedad de sitios, uno de los
confirma las expectativas de una importante den- cuales -Bajo Laguna 2- fue sondeado, obteniéndo-
sidad ocupacional representada por sitios bajo re- se un fechado que permite considerar a este sitio
paro y a cielo abierto, tal como se evidencia en el como una ocupación tardía.
cuadro 1.

AREA NOMBRE DEL SITIO UBICACIÓN GEOGRÁFICA ALTURA

S 47º 18’ 22,4”


Cueva Milodón Norte 1 (CMN1) 318 m s.n.m.
O 71º 53’ 55,9”
S 47º 18’ 20,8”
Cueva Milodón Norte 2 (CMN2) 306 m s.n.m.
O 71º 53’ 56,8”
S 47º 18’ 19,6”
Cueva Milodón Norte 3 (CMN3) 300 m s.n.m.
O 71º 53’ 47,1”
S 47º 20’ 09”
Estancia Pueyrredón (EP1) 393 m s.n.m.
O 71º 51’ 97,8”
S 47º 20’ 14,1”
Estancia Pueyrredón (EP2) 400 m s.n.m.
O 71º 51’ 89,8”
Alero S 47º 20’ 21,9”
436 m s.n.m.
PUEYRREDON- La Reparosa O 71º 51’ 30”
COCHRANE S 47º 20’ 30,1”
Alero de la Raedera 400 m s.n.m.
O 71º 51’ 65,4”
S 47º 21’ 35,7”
Alero Tiznado 505 m s.n.m.
O 71º 47’ 03,4”
S 47º 19’ 03,4”
Alero Inclinado 200 m s.n.m.
O 71º 54’ 05,4”
S 47º 17’ 53,7”
Relincho 1 322 m s.n.m.
O 71º 53’ 59,3”
S 47º 17’ 52,2”
Relincho 2 311 m s.n.m.
O71º 54’ 14,5”
S 47º 18’ 56”
Alero Colgado 320 m s.n.m.
O 71º 53’ 27”
47°26’ 31’ 00”S
Bajo Laguna 2 643 m s.n.m.
70°32’ 44 60”O
47°26’ 0.60”S
Estancia Laguna Blanca 782 m s.n.m.
70°21’48 30”O
BAJO
47°26’ 34 40”S
CARACOLES/ Cisne 3
70°33’ 21.50”O
670 m s.n.m.
RIO OLNIE
47°30’ 0.90”S
Cisne 5 713 m s.n.m.
70°32’4.30”O
47°31’39.30”S
Los Cisnes 642 m s.n.m.
70°35’36.10”O
Cuadro 1. Listado de sitios detectados en el noreste del lago Pueyrredón-Cochrane y en el área Bajo Caracoles/Río
Olnie.

Aschero et al. 921


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

EDAD
SITIOS SIGLA MUESTRA PROCEDENCIA EDAD 14C δ13C(‰)
CORREGIDA

CMN1 UGA 16707 Carbones Capa 5 2470 ± 170 2530 ± 170 -21.08 (+63)

CMN1 UGA 1654 Huesos Capa 7 5060 ± 50 5160 ± 50 -18.97

CMN1 R 02677 Carbones Capa 11 4829 ± 43 4837 -24.01

CMN1 R 02681 Carbones Capa 14 5086 ± 42 5091 -24.40

CMN2 UGA 1656 Carbones Capa 4 1140 ± 40 1170 ± 40 -23.18

EP1 R 02679 Huesos Capa 2 2213± 40 2250 -20.35

EP1 UGA 1657 Carbones Capa 4(2) 5050 ± 60 5090 ± 60 -22.07

EP1 R 02680 Carbones Capa 7 5358± 42 5375 -22.85

EP2 UGA 1655 Gramíneas Capa 7(2) 3490 ± 60 3540 ± 60 -21.70

Alero
UGA 16706 Gramíneas Capa 1 350 ± 170 340 ± 170 -25.57 (-9)
Colgado
Alero
UGA 16708 Carbones Capa 2 (2a) 1780 ± 140 1850 ± 140 -20.42 (+74)
Inclinado
Bajo Laguna
R 02678 Carbones Capa 2 (2) 142 ± 35 169 -21.58
2
Cuadro 2. Fechados radiocarbónicos obtenidos en el área norte del lago Pueyrredón-Cochrane. Referencias: CMN1:
Cueva Milodón Norte 1; CMN2: Cueva Milodón Norte 2; EP1: Estancia Pueyrredón 1; EP2: Estancia Pueyrredón 2.

La información procedente de los sitios identi- 1) Entre las rocas de procedencia local fueron
ficados en el área bajo estudio fue organizada de identificadas rocas silíceas y basalto variedad po-
acuerdo con una serie de ejes principales que inclu- sadas, posteriormente definido como andesita de
yen: a) la cronología; b) la tecnología lítica; c) el arte acuerdo con los análisis geoquímicos realizados
rupestre; y d) la zooarqueología. por Stern (Guráieb 2004). La fuente de aprovisiona-

a) La cronología
La buena preservación de materiales orgánicos SITIO INSTRUMENTOS DESECHOS
en la mayor parte de los sitios relevados permitió la Cueva Milodón
32 1013
realización de una serie de fechados radiocarbóni- Norte 1
cos que se ubican temporalmente en el Holoceno Cueva Milodón
8 182
medio y tardío (Cuadro 2). Norte 2
Estancia
37 383
b) La tecnología lítica Pueyrredón 1
Las evidencias líticas que se presentan en este Estancia
6 131
trabajo, provienen de los sondeos realizados en Pueyrredón 2
Cueva Milodón Norte 1, Milodón Norte 2, Estancia Alero Inclinado 0 12
Pueyrredón 1 y 2, Alero Inclinado, Alero Tiznado,
Alero La Reparosa y Alero de la Raedera. Si bien es Alero La Reparosa 2 4
una muestra pequeña, la presentamos como una
primera aproximación a las tendencias esperables Alero Tiznado 8 7
para el área. Como se puede observar en la tabla
Alero de la
1 el material registrado contó con 96 instrumentos Raedera
3 22
líticos y 1754 desechos de talla.El análisis del mate-
rial lítico se realizó siguiendo la metodología pro- Total 96 1754

puesta por Aschero (1975, 1983), pudiéndose iden- Tabla 1. Frecuencia de instrumentos y desechos de talla
tificar preliminarmente las siguientes tendencias por sitio analizado.
entre las materias primas presentes:
922
El registro arqueológico de la costa noreste del Lago Pueyrredon-Cochrane (Santa Cruz, Argentina)

miento de esta materia prima se encontraría en las de las rocas utilizadas son de procedencia local,
terrazas fluviales y el abanico aluvial del río Tarde, esto es rocas silíceas y andesita o basalto variedad
cercano al sitio Cerro de los Indios, emplazado a po- posadas.
cos kilómetros del lago Pueyrredón (Guráieb 1998; La alta representación de las rocas silíceas, ob-
Cassiodoro et al. 2004). Las rocas silíceas aparecen sidiana y andesita se manifiesta también cuando
en el campo en forma de filones y nódulos ubicados dividimos a los conjuntos entre desechos y arte-
en las cercanías de algunos de los sitios. factos formatizados. En estos últimos, las mate-
2) Entre las materias primas de procedencia rias primas locales fueron utilizadas mayoritaria-
no local se observó la presencia de obsidiana. La mente para la confección de raederas, raspadores
distancia a la fuente conocida, Pampa del Asador y cuchillos. Por otra parte, una gran variedad de
(Stern et al. 1995; Espinosa y Goñi 1999; Stern instrumentos fue confeccionada sobre obsidiana
1999), es de aproximadamente 70 km al SE de la negra, como hemos visto materia prima no local.
cuenca del lago Pueyrredón-Cochrane. Entre estos artefactos formatizados se destacan
A nivel general, aparecen en mayor proporción los fragmentos de filo, raspadores y filos naturales
las rocas silíceas y la obsidiana, seguidas por el ba- con rastros complementarios. En esta materia pri-
salto (Figura 2). Es interesante destacar que el 56% ma aparecen también, aunque en menor medida,
puntas de proyectil, núcleos y cuchillos.
En el caso de los desechos de talla, tal como se
evidencia en la figura 3, las relaciones arriba citadas
aparecen nuevamente, sin embargo las diferencias
entre las rocas silíceas y la obsidiana no son tan
fuertes como en el cuadro general. La obsidiana se
encuentra más representada en los desechos que
en los instrumentos formatizados. Los porcentajes
de las rocas silíceas se encuentran en una propor-
ción muy similar, lo que podría deberse a la cerca-
nía de las fuentes de aprovisionamiento.
Entre las técnicas de extracción presentes se
Figura 2. Materias primas presentes en los sitios. Des-
puede observar que, si bien la extracción de lascas
cripción general, sin diferenciar entre desechos de talla presenta un alto porcentaje en el conjunto total,
e instrumentos. Referencias: Si: sílice; Ob: obsidiana; hay una relativa importancia en la técnica de ex-
Ba: basalto; Ar: Arenisca; Rio: riolita; Rio Si: riolita tracción de hojas en todas las materias primas re-
silicificada. presentadas en la muestra analizada.

Figura 3. Composi-
ción de los conjun-
tos distinguiendo
por materia prima
y diferenciando
entre desechos de
talla e instrumen-
tos. Referencias: Si:
sílice; Ob: obsidia-
na; Ba: basalto;
Ar: Arenisca; Rio:
riolita; Rio Si: riolita
silicificada.

Aschero et al. 923


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Asimismo, cabe destacar que estos resultados mal. Algunos indicadores en los patrones de diseño
son preliminares y que deben realizarse más estu- hacen relacionar, en esta instancia, los motivos re-
dios diferenciando entre la utilización de materias levados con los grupos estilísticos “B” y “C” indica-
primas en los sitios así como, también, entre sitios dos para el área de estudio (Gradin 1985).
estratificados y concentraciones de superficie. Durante el proceso de excavación de la Cueva
Milodón Norte 1 se han recuperado vestigios re-
c) El arte rupestre lacionados con la producción del arte (pigmentos
Las investigaciones sobre el arte rupestre al- preparados, valvas y vellones con pigmentos).
canzan una perspectiva regional, contemplando El estado de conservación de las representacio-
la información generada en las áreas vecinas (lago nes rupestres es malo, consecuencia de las carac-
Posadas, Río Pinturas y el PNPM). Si bien los am- terísticas de la roca y del frotamiento de animales
bientes presentan características diversas, exhiben sobre la superficie de las paredes, lo cual posible-
un grado de similitud en la resolución de los moti- mente explicaría su baja densidad con respecto a
vos registrados en cuevas y aleros ocupados desde otras áreas.
ca. 10,000 años AP. En el área de control localizada en las cercanías
De esta manera y bajo una visión integradora se del actual poblado de Bajo Caracoles/Río Olnie, se
observan los emplazamientos, los soportes, los pa- relevó el sitio Alero Bajo Laguna 2, donde se regis-
trones de diseño, los conjuntos tonales entre otras traron representaciones rupestres sobre una roca
variables para completar la información existente. soporte con presencia de importantes descascara-
Se propone, en este sentido, que la existencia mientos y grietas que dificultan la preservación de
de semejanzas en los patrones de diseño, en las re- los motivos, sumado al deterioro de la superficie ro-
presentaciones artísticas de sitios emplazados en cosa por el frotamiento de los cuerpos de animales.
tierras altas y bajas, está asociada a la interacción Los motivos se presentan desvaídos y predominan
de poblaciones y a la circulación de información en- los manchones indeterminados y la tonalidad roja
tre ambos sectores. Así, la variación temporal pre- en distintos matices.
sente en los reparos rocosos con arte rupestre es-
taría vinculada a la disponibilidad de espacios y un d) La zooarqueología
acceso restringido, en relación con las alturas sobre Se analizaron muestras óseas procedentes de
el nivel actual del lago Pueyrredón-Cochrane. los sitios Cueva Milodón Norte 1, Estancia Pueyrre-
Las posibles fluctuaciones ocurridas por cierres dón 2, Alero La Reparosa y Alero La Raedera.
del drenaje al Pacífico de la cuenca de los lagos Sa- Si bien los estudios se encuentran aún en su
litroso/Posadas/Pueyrredón-Cochrane, puede per- etapa inicial se pueden señalar ciertas característi-
mitir diacronías relativas aplicadas a ciertas ma- cas generales compartidas por todos los conjuntos
nifestaciones rupestres por su emplazamiento en analizados. Entre las especies identificadas se ob-
relación a las alturas de los lagos o paleolagos. servó un marcado predominio del guanaco (Lama
Con este marco de trabajo, se relevó el paisaje guanicoe), no habiéndose determinado hasta el
y se registraron, a través de las prospecciones del momento ningún especimen atribuible a huemul.
área correspondiente a la costa noreste del lago Otros taxones reconocidos incluyen al puma (Felis
Pueyrredón-Cochrane, 5 sitios bajo reparo (Cueva concolor); al piche (Zaedyus pichiy), representado
Milodón Norte 1 y 2, Alero Inclinado, Alero Colgado fundamentalmente por sus placas dérmicas; y dis-
y Alero el Helecho), con presencia de representa- tintas variedades de aves. Además se recuperaron
ciones rupestres que involucran motivos figura- restos de cáscara de huevo de ñandú (Rheidae) y
tivos, abstractos e indeterminados, presentes en valvas de moluscos.
las rocas soportes de manera aislada o formando La presencia de roedores en los diferentes con-
conjuntos, emplazados sobre las paredes internas textos es destacada y su inclusión en las capas ar-
en sectores con buena accesibilidad y visibilidad; la queológicas se debe en la mayoría de los casos a
técnica utilizada fue la pintura (plana y lineal). procesos postdepositacionales. A pesar de su alta
Los motivos figurativos y abstractos (líneas, pun- representación muy pocos huesos presentaban
tos y negativos de manos) prevalecen con diversas huellas producto de su actividad. De manera simi-
tonalidades de blancos y rojos principalmente, y en lar, las marcas de carnívoro se presentan en muy
algunos de ellos puede observarse la utilización de baja frecuencia.
la microtopografía de la roca en la composición de En cuanto a las modificaciones de origen antró-
escenas. Si bien los análisis efectuados hasta el mo- pico se advirtió la ocurrencia de huellas de corte,
mento forman parte de una etapa inicial -descripti- raspado y percusión. La buena preservación del
va-, puede indicarse la predominancia de negativos material óseo y la baja incidencia de la meteoriza-
de manos por sobre la presencia de figuración ani- ción facilitaron su caracterización.

924
El registro arqueológico de la costa noreste del Lago Pueyrredon-Cochrane (Santa Cruz, Argentina)

COMENTARIOS FINALES

No contamos hasta el momento con datos sufi- y Stine 1990; Gilli et al. 2001) y el lago Belgrano
cientes como para definir claramente el comienzo (González 1992). Hasta el presente, carecemos de
del proceso de colonización humana en el sector información referente a la cota máxima que pudo
NE del lago Pueyrredón-Cochrane. No obstante, alcanzar el lago, que en la actualidad se ubica a 150
las fechas obtenidas, de ca. 5000 años AP, son más m s.n.m. Sin embargo, el alero Inclinado contiene
tempranas que las disponibles previamente para una secuencia de depositación limo-arenosa de ca-
la cuenca. Los fechados más antiguos habían sido racterísticas lacustres que se presenta por encima
presentados para el sitio Cerro de los Indios 1 con de su piso actual (200 m s.n.m.).
una antigüedad de 3860 ± 90 (LP 455) y 3570 ± 79 Con respecto a la correspondencia entre las tec-
(UGA 9857) (De Nigris et al. 2004). nologías líticas implementadas para la confección
Las dataciones en esta nueva área de investiga- de los conjuntos de vestigios líticos con áreas colin-
ción provienen de sitios que se ubican entre los 300 dantes y pese a que la técnica de extracción de las-
y 400 m s.n.m. Nuestra expectativa sería encontrar, cas es mayoritaria, se observa una relativa impor-
en estas cotas, sitios con fechados similares a los tancia de la de extracción de hojas, en las cuales no
obtenidos en el sitio Alero Entrada Baker, ca. 7500 verificamos una preferencia entre materias primas
años AP, ubicado entre los 500 y 600 m s.n.m. en las locales y no locales. Esto se relaciona con lo obser-
nacientes de río Chacabuco, Chile, área colindante vado en las capas medias de las cuevas Cerro Casa
a la nuestra. Sin embargo, las fechas hasta ahora de Piedra 5 y 7, los sitios de superficie de Campo
obtenidas y las características tecnológicas de las Río Roble 1 y 3 emplazados en el Parque Nacional
evidencias líticas nos hacen pensar que no habría Perito Moreno y con los componentes Río Pinturas
una mayor profundidad temporal. Si estos rasgos II y III.
se mantienen, en el futuro, deberíamos entonces Proponemos, entonces, que posiblemente exis-
explicar por qué no fue ocupada un área que pre- tió una circulación de información tecnológica en-
senta actualmente las mejores condiciones am- tre Río Pinturas y el resto de las zonas mencionadas
bientales para la vida humana. que pudo propagarse por vías naturales como Bajo
Estas consideraciones nos hacen plantear la ne- Caracoles y Río Olnie que recién ahora comienzan
cesidad de localizar, sondear y fechar sitios en co- a explorarse.
tas más altas que las anteriormente mencionadas Evidentemente, las ideas presentadas en este
debido a probables ascensos y descensos del nivel trabajo son un punto de partida, queda todavía
de las aguas del lago ocurrido a finales del Pleisto- mucho trabajo por realizar el cual posibilitará res-
ceno y durante el Holoceno, tal como ha sucedido ponder muchos de los interrogantes aquí plantea-
en otras cuencas lacustres precordilleranas de San- dos y permitirá seguir añadiendo preguntas a esta
ta Cruz, como por ejemplo el lago Cardiel (Stine investigación.

AGRADECIMIENTOS
Las tareas realizadas fueron financiadas con los siguientes subsidios de la Agencia Nacional de Pro-
moción Científica y Tecnológica, Secretaría de Ciencia y Técnica, Presidencia de la Nación: “Colonización,
manejo de recursos e interacciones en ambientes perilacustres cordilleranos de Patagonia Centro-Meri-
dional 11,000-2500 años AP” (PICT 12262) y “Colonización y consolidación en ambientes cordilleranos de
Patagonia Centro-Meridional: área del Lago Pueyrredón” (PICT 2488), dirigidos por el Lic. C. A. Aschero.
Queremos agradecer muy especialmente al Sr. Carlos Otamendi y familia, al Sr. Mario Espona por faci-
litarnos los trabajos de campo, a German Javier Soria y finalmente, a Mariana Sacchi quien fue de vital
ayuda para la realización de este trabajo.

BIBLIOGRAFÍA

Aschero, C. A. artefactos líticos. Apéndice A y B. Cátedra de Ergología


1975 Ensayo para una clasificación morfológica de y Tecnología. Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
artefactos líticos aplicada a estudios tipológicos Cassiodoro, G., A. G. Guráieb, A. Re y A. Tívoli
comparativos. Informe al CONICET. 2004 Distribución de recursos líticos en el registro
Aschero, C. A. superficial de la cuenca de los lagos Pueyrredón-
1983 Ensayo para una clasificación morfológica de Posadas-Salitroso. En: Contra viento y marea.

Aschero et al. 925


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Arqueología de la Patagonia, editado por M. T. in Southern South America. Nature 345 (6277): 705-
Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, pp. 57-70. 708.
Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano - Sociedad Argentina de
Antropología, Buenos Aires.
De Nigris, M. E., M. J. Figuerero Torres, A. G. Guráieb,
y G. L. Mengoni Goñalons
2004 Nuevos fechados radiocarbónicos en la localidad
de Cerro de los Indios 1 (Santa Cruz) y su proyección
areal. En Contra viento y marea. Arqueología de la
Patagonia, editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández
y A. G. Guraieb, pp. 537-544. Instituto Nacional de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano -
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
Espinosa, S. y R. A. Goñi
1999 ¡Viven!: una fuente de obsidiana en la provincia
de Santa Cruz. En Soplando en el viento. III Jornadas
de Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi,
J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M.
De Nigris, pp. 177-188. Neuquén-Buenos aires
Gilli, A., F. S. Anselmetti, D. Ariztegui, P. Bradbury, K.
Kelts, V. Markgraf y J. McKenzie
2001 Tracking Abrupt Climate Change in the Southern
Hemisphere: a Seismic Stratigraphic Study of Lago
Cardiel, Argentina (49° S). Terra Nova 13 (6): 443-
448.
González, M. A.
1992 Paleoambientes del Pleistoceno Tardío/
Holoceno Temprano en la cuenca de los Lagos
Belgrano y Burmeister (47° 40’/48° 00’ Sur, 72° 30’
Oeste. Santa Cruz). Informe Técnico 9: 1-7. Fundación
Carl C, zon Caldenius, Buenos Aires.
Gradin, C.
1985 Área de los cazadores meridionales (Pampa
–Patagonia). En: Cazadores de la Patagonia y
Agricultores Andinos. Arte Rupestre de la Argentina,
editado por J. Schobinger y C.Gradín. Encuentro
Ediciones. Madrid.
Guráieb, A. G.
1998 Cuáles, cuánto y de dónde: tendencias
temporales de selección de recursos líticos en
Cerro de los Indios 1 (Lago Posadas, Santa Cruz).
Arqueología 8: 77-99.
Guráieb, A. G.
2004 Selección de materias primas para la confección
de raspadores en Cerro de los Indios 1 (Lago Posadas,
Santa Cruz, Argentina). Chungara. Revista de
Antropología Chilena. Volumen especial, tomo 1: 15-28.
Stern, C
1999 Black Obsidian from Central South Patagonia:
chemical characteristics, possible sources and
regional distribution of artifacts. En Soplando en el
viento. III Jornadas de Arqueología de la Patagonia,
editado por Belardi, J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.;
Guráieb, A. G. y M. De Nigris, pp. 461-476. Neuquén-
Buenos aires
Stern, C., F. Mena, C.A. Aschero y R. Goñi
1995 Obsidiana negra en la precordillera de la
Patagonia Central. Anales del Instituto de la Patagonia
(Serie Ciencias Sociales), 23: 111-118.
Stine, S. y M. Stine
1990 A Record from Lake Cardiel of Climate Change

926
Resultados arqueológicos en el Campo de
Bloques 2, sureste del lago San Martín
(Provincia de Santa Cruz)
Juan Bautista Belardi1 y Patricia Campan2

A B S T R A C T

Boulder Field 2 is located at the southeastern margin of San Martin lake (400 m a.s.l.). Four
boulders offering shelter and archaeological material were registered. The archaeofaunal and
technological results obtained in two of them (Boulders 1 and 2) as well as the radiocarbon data
are presented. The human use of Boulder 1 started at 3800 years BP while in Boulder 2 it was at
4720 years BP. The main resource all along the stratigraphic sequences was the guanaco. Artifacts
made with locally available rocks prevailed, nevertheless low frequencies of obsidian artifacts
were also recorded. The archaeofaunal and lithic records plus their low depositional rates suggest
low intensity human use related to logistical activities. The archaeological evidences allow ranking
Boulder Field 2 in terms of hunter gatherer landscape use within the Tar and San Martin lake basins.

INTRODUCCIÓN

Las cuencas de los lagos Tar y San Martín se extremos del lago, que muestran las mayores con-
ubican en el suroeste de la provincia de Santa Cruz centraciones artefactuales de este espacio. Uno de
(49° 7´ S, 72° 11´ O) y han sido conformadas princi- ellos es el istmo de la península Maipú. En el sector
palmente por la acción glaciaria. Con el desarrollo de médanos, lindante con el borde de bosque, se
de las investigaciones se busca conocer la arqueo- registró una importante diversidad artefactual en la
logía regional como un primer paso que permita que se destaca la presencia de molinos, denotando
incorporar las cuencas a la discusión mayor del po- el equipamiento del espacio. Por otra parte, en las
blamiento de Patagonia (Belardi et al. 2007). lagunas del istmo, las actividades se concentraron
Los resultados alcanzados muestran importan- en el desbaste inicial y el aprovechamiento de una
tes concentraciones artefactuales a cielo abierto roca de disponibilidad local y de buena calidad para
en torno a la margen este del lago Tar y los alre- la talla (toba silicificada verde). A la vez, se postuló
dedores del Cerro Cach Aike. La continuidad en la el uso redundante del istmo sobre base estacional
distribución de hallazgos, las características de los y la articulación de partidas logísticas. Así, el istmo
conjuntos confeccionados en obsidiana, la diver- aparece como el lugar occidental más intensamen-
sidad artefactual representada, las características te utilizado (Espinosa et al. 2008).
de las arqueofaunas, el equipamiento del espacio y Hacia el este, las frecuencias artefactuales dis-
su ubicación en relación con cuencas circundantes, minuyen hasta encontrarse dos campos de blo-
como las de los lagos Cardiel y Strobel al norte y el ques, producto de la remoción en masa. Ambos se
lago Viedma al sur, sugieren el desarrollo de acti- encuentran en un ambiente de estepa graminosa
vidades residenciales (Belardi et al. 2007 y 2008; (Bamonte 2008). El primero de ellos, denominado
Espinosa et al. 2007). En la margen sur del lago San Campo de Bloques 1 (de aquí en más CB 1) se ubi-
Martín se han registrado dos lugares, en ambos ca a 354 m s.n.m. y tiene una extensión de 1400 m.

1 Universidad Nacional de la Patagonia Austral. CONICET. Lisandro de la Torre 1070. (9400) Río Gallegos, Santa
Cruz. [email protected]
2 Museo Regional Provincial “Padre Manuel Jesús Molina”. Ramón y Cajal 51. (9400) Río Gallegos, Santa Cruz.
[email protected]

Belardi - Campan 927


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

En éste se registraron ocho bloques que, bajo re-


paro, presentaban materiales líticos en superficie.
Se comenzaron excavaciones en el sitio Bloque 1
- Oquedad, datándose el inicio de las ocupaciones
cazadoras recolectoras en la cuenca del lago San
Martín hacia 9760 años AP, las que se prolongan, al
menos, hasta 1030 años AP (Belardi et al. 2007). Los
estudios tecnológicos muestran actividades rela-
cionadas con la regularización y el mantenimiento
de artefactos (Pallo 2008) que, junto con las carac-
terísticas de la arqueofauna en la que predomina el
guanaco (Lama guanicoe), sugieren su utilización
sobre una base logística (Belardi et al. 2007; Pallo
2008). Bajo el lado oeste de uno de los bloques
que conforma el sitio Bloque 1 – Oquedad hay un
reparo denominado Alero La Angelita 1, con un ni-
vel arqueológico datado en 3140 años AP. Del lado
sur de los bloques se relevó un negativo de mano
izquierda en rojo, que es el único motivo rupestre
encontrado en el lago San Martín y materiales ar-
queológicos en estratigrafía al pie de la representa-
ción (Belardi et al. 2007).
El segundo campo fue denominado Campo de
Bloques 2 (518 m s.n.m.) (de aquí en más CB 2). El
campo tiene una extensión aproximada de 400 m
sobre un eje E-O y se encuentra en un nivel glaci-
fluvial aterrazado, sobre una extensa pampa que Figura 1. Ubicación del Campo de Bloques 2.

Figura 2. Vista general del Campo de Bloques 2.

928
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)

desciende hasta el lago San Martín (Figuras 1 y 2). Sobre la base de los resultados alcanzados en el CB
Los bloques se encuentran próximos a un mallín 1 se postula para el CB 2 una forma de uso similar,
que se ubica al pie de la terraza. Las transectas rea- articulado logísticamente, pero con una menor in-
lizadas en dicha pampa no registraron materiales tensidad.
arqueológicos (Belardi et al. 2007). A partir del rele- A continuación se presenta la metodología em-
vamiento del campo de bloques se registraron cua- pleada y luego la información arqueológica corres-
tro que ofrecían superficies reparadas y materiales pondiente a cada uno de los bloques. Por último se
líticos en superficie. Aquí se dan a conocer los re- discuten los resultados comparando los bloques
cientes datos obtenidos, mostrando los resultados entre sí y jerarquizando en términos regionales al
de los sondeos realizados en los llamados Bloque CB 2. Así se contribuye con la discusión del uso del
1 y Bloque 2, distantes entre sí 15 m. Se brinda la espacio por parte de las poblaciones cazadoras re-
información arqueofaunística y tecnológica, como colectoras que ocuparon las cuencas de los lagos
así también los nuevos fechados radiocarbónicos. Tar y San Martín.

METODOLOGÍA

En el Bloque 1 se llevó a cabo un sondeo de 1 campo realizadas por este equipo de trabajo (Be-
m2, mientras que en el Bloque 2 se efectuó uno de lardi et al. 2007; Espinosa et al. 2008; Espinosa y Sú-
1 m2 (sondeo 1-2) y otros dos de 50 x 50 cm (son- nico 2008), se encuentran disponibles localmente
deos 3 y 4). En todos los sondeos se siguieron ni- (sensu Meltzer 1989). La excepción está dada por la
veles artificiales de 5 cm. El estudio de los materia- obsidiana, la que provendría de la Pampa del Asa-
les arqueofaunísticos se basó sobre el análisis del dor (ver Molinari y Espinosa 1999), ubicada a unos
NISP (número de especímenes identificados) y del 150 km lineales de la región de estudio (Espinosa y
MNI (número mínimo de individuos). Asimismo, Goñi 1999; Stern 1999; ver Belardi et al. 2006).
se registró el estado de los huesos, meteorización Las frecuencias de materiales arqueológicos re-
(Behrensmeyer 1978), presencia y tipo de marcas. cuperados en ambos sondeos es muy baja, por lo
Dado que la muestra está representada principal- que, si bien se han reconocido diferencias estrati-
mente por guanaco (Lama guanicoe) (Tabla 1), el gráficas, se decidió tomar los materiales de los di-
estudio se basa sobre el análisis de este taxón. No ferentes niveles de la excavación en conjunto. De
obstante, el resto del material comprende también esta manera, si bien se pierde resolución analítica,
choique (Pterocnemia pennata), roedor (Rodentia), es posible obtener un panorama más acabado de
mamífero grande (Mammalia) y aves indetermina- la información arqueológica. Al respecto, para po-
das. Aquellos elementos que no pudieron ser iden- der inferir y comparar la intensidad de ocupación se
tificados a nivel taxonómico se registraron como calcularon tasas de depositación de especímenes
indeterminados, constituyendo una parte muy pe- óseos (sobre la base del NISP de guanaco) y arte-
queña de la muestra de ambos bloques. factos cada 100 años -N especímenes-artefactos /
Con respecto al material lítico, se trabajó con (datación radiocarbónica/100) -(ver Borrero 1993;
la frecuencia de desechos de talla que poseían ta- Belardi 2005)-.
lón y los artefactos formatizados. De esta forma se Conjuntamente con los estudios mencionados
tiene un valor mínimo pero confiable del material se realizaron dataciones radiocarbónicas y se obtu-
lítico representado. Las variables principales consi- vieron valores de pH sobre muestras de sedimento
deradas fueron materia prima y tipos artefactuales del perfil estratigráfico. Las muestras se secaron
de acuerdo con la tipología propuesta por Asche- al aire y se tamizaron por malla de 2 mm. El pH se
ro (1975, 1983). Las materias primas aptas para la determinó potenciométricamente en la pasta satu-
talla fueron determinadas macroscópicamente y, a rada de los sedimentos. Los suelos ácidos, con va-
juzgar por la geología regional –afloramientos del lores inferiores a 7, son ambientes poco favorables
Complejo El Quemado (Fossa Manzini et al. 1938)- para la preservación, con un umbral de destrucción
el estudio de composiciones litológicas (Riccardi ubicado alrededor del valor 5 (entre otros, Hedges
1971), la presencia de diferentes sistemas moréni- y Millard 1995; Dent et al. 2004).
cos (Rabassa y Coronato 2002) y observaciones de

Belardi - Campan 929


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

RESULTADOS

Bloque 1 lange primera. En el otro nivel, se registraron dos


El Bloque 1 conforma un alero orientado al su- lascas óseas; un axis con huellas de corte ubicadas
doeste, con una superficie de aproximadamente entre los orificios intervertebrales y un húmero iz-
14 m² y una pendiente de 6º que desciende hacia el quierdo con fractura longitudinal y huellas de corte
norte. El nivel 0 del sondeo está a -7,5 cm de la su- en la diáfisis. Asimismo, en una tibia derecha a -44/-
perficie. El sedimento se compone principalmente 49 cm se registraron un negativo de lascado y corte
de derrubio y material fino aportado por la acción perimetral, por lo que es interpretado como un ma-
fluvial y eólica. A -60 cm comienzan a desaparecer chacador (Hajduk y Lezcano 2005). Se observaron
las rocas, que se disgregan muy fácilmente, y se en- marcas de golpe en la diáfisis y fractura longitudinal
cuentra un nivel de arcilla sin materiales arqueoló- en un radiocúbito izquierdo, en el nivel -49/-54 cm;
gicos. El sondeo se finalizó a los -70 cm al alcanzar- negativo de lascado en una tibia derecha en el nivel
se el till. Se observó un buzamiento hacia el norte -54/-59 cm y una escápula derecha, a -59/-64 cm,
de 10 cm (6°), que se manifestaba notablemente en con huellas de corte en la espina y marca de lasca-
el nivel -49/-60 cm. Esto estaría relacionado con la do en la epífisis distal. El 45,1% de los huesos tienen
pendiente del campo de bloques respecto del fara- marcas de raíces y, si bien se registraron huesos de
llón del que se desprendieron. En este sentido, la roedor en casi todos los niveles, son escasos los ele-
presencia de un hueso en posición vertical a -56 cm mentos con marcas atribuibles a este taxón (n=5).
(proximal + fragmento de diáfisis de un húmero iz- Se recuperó un total de 293 artefactos líticos
quierdo de guanaco) permite pensar en algún tipo (todos desechos de talla), de los cuales sólo 133 tie-
de proceso dinámico que habría actuado en algún nen talón, y, además, tres núcleos (Tabla 1). La tasa
momento. de depositación artefactual es de 3,5 artefactos
El sedimento presenta valores de pH CaC12 de cada 100 años. En cuanto a la mayor frecuencia de
0,01M 6,74, y 6,84 de pH en pasta, lo que implica material lítico, ocurre lo mismo que con los huesos:
condiciones que favorecen la preservación de los los niveles -24/-29 y -29/-34 cm presentan mayores
restos óseos. La meteorización (W=2) registrada en frecuencias (Tabla 1).
el 58% de los huesos de guanaco permitiría plan- Se destaca la diversidad de materias primas lí-
tear un enterramiento lento de estos materiales ticas empleadas, con mayoría de lascas de sílice,
(Cuadro 1). lutita, dacita y toba (Tabla 3), con baja incidencia
El NISP total (n=44) incluye guanaco (n=31) (Ta- de la obsidiana (9,2%).Todas estas rocas son de
bla 1), ave (n=2) e indeterminado (n=11); en esta muy buena calidad para la talla y su distribución es
categoría están incluidas las astillas, ya que por el relativamente homogénea a lo largo de la estrati-
estado de fragmentación no pudieron ser identifi- grafía. No se registraron artefactos formatizados.
cadas taxonómicamente. El MNI para guanaco es Entre los desechos de talla predominan las lascas
de dos individuos, determinado sobre la base de angulares (79%) y las vinculadas con tareas de re-
dos húmeros izquierdos proximales y de dos tibias gularización final de filos/reactivación alcanzan el
derechas proximales. Del total de piezas examina- 5%. El 77% (n=62) de los desechos de talla no su-
das para este taxón, sólo dos se presentaban en- pera los 20 mm de longitud y sólo cinco superan los
teras: un tercer carpiano y una vértebra torácica, 50 mm (todos en rocas locales). La mayoría de los
ambas entre los niveles -39 y -59 cm. El 29% de los talones son lisos (53%, n=71), seguidos por los fili-
elementos (n=9) están fusionados y corresponden formes (30%), facetados (4,44%) y diedros (4,44%).
a tibia, húmero, costilla, falange primera, vértebra Se destaca la presencia de tres núcleos de toba que
torácica y tarsiano de guanaco. La tasa de deposi- corresponden a los niveles iniciales de ocupación.
tación no alcanza a un especimen de guanaco cada El primero, de grandes dimensiones (115 x 96 x 60
100 años. mm), tiene al menos 10 extracciones multidireccio-
Si bien en un número muy bajo, los niveles -24/- nales y ha sido abandonado (Figura 3, fila superior
29 y -29/-34 cm presentan la mayor concentración izquierda). El segundo, también abandonado (70 x
de materiales de guanaco (NISP= 6 y 8 respectiva- 87 x 30 mm), tiene un frente de extracción con tres
mente) y de elementos de este mismo taxón con negativos laminares. El último tiene extracciones
marcas de actividad antrópica (Tablas 1 y 2). Con multidireccionales y ha sido descartado. Pese a la
respecto a este tipo de evidencias, se las ha reco- presencia de los núcleos no hay lascas corticales en
nocido principalmente en los huesos largos, aun- toba; la única registrada es de obsidiana.
que también en un hueso plano y una vértebra. En Se obtuvieron tres fechados radiocarbónicos. El
el primero de los niveles mencionados, se observó primero de ellos proviene de la escápula de guana-
fractura longitudinal en un metapodio y en una fa- co hallada a -60 cm (nivel -59/-64 cm), con un re-

930
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)

Figura 3. Núcleos. Fila superior (Bloque 1): izquierda (-49 cm), centro y derecha (-59 cm). Fila inferior (Bloque 2):
(-76 cm).

ÓSEO (NISP) LÍTICO

N DESECHOS DE TALLA
NIVEL Guanaco
Con talón Sin talón

Superficie 0 2 0

Nivelación a
0 5 4
-14cm
-14/-19cm 1 13 20

-19/-24cm 1 17 22

-24/-29cm 6 23 23

-29/-34cm 8 25 27

-34/-39cm 0 13 20

-39/-44cm 1 13 21

-44/-49cm 3 7+1 núcleo 11

-49/-54cm 4 7 5

-54/-59cm 5 6+2 núcleos 3

-59/-64cm 2 2 1

-64/-69cm 0 0 0

TOTAL 31 136 157

Tabla 1. Frecuencias de materiales arqueofaunísticos y líticos por niveles del Bloque 1.

Belardi - Campan 931


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

sultado de 3000 ± 50 años AP (Belardi et al. 2007). ocupaciones en el Bloque 1. Por último, se obtuvo
Un nuevo fechado radiocarbónico realizado sobre una datación de 1530 ± 40 años AP para el axis de
el proximal de tibia de guanaco registrada a los -49 guanaco proveniente de un nivel superior (a -33 cm,
cm (nivel -44/-49 cm) dio como resultado 3800 ± 40 nivel -29/-34 cm) (Cuadro 2).
años AP. Estos fechados indicarían el inicio de las

PARTES ESQUELETARIAS DE GUANACO NISP NIVEL


axis fg proximal con orificios intervertebrales 1 -29/-34cm

mandíbula fg rama izquierda 1 -49/-54cm

diente fg 1 -24/-29cm

diente fg 1 -29/-34cm

vértebra torácica 1 -54/-59cm

vértebra indeterminada fg carilla articular 1 -29/-34cm

pelvis fg íleon 1 -24/-29cm

esternebra fg 1 -29/-34cm

costilla fg proximal 1 -29/-34cm

costilla fg proximal 1 -49/-54cm

escápula derecha fg epífisis distal + fg hoja 1 -59/-64cm

húmero fg diáfisis (hacia tuberosidad deltoidea) 1 -29/-34cm

húmero fg proximal 1 -39/-44cm

húmero izquierdo proximal 1 -44/-49cm

húmero derecho proximal 1 -44/-49cm

húmero fg diáfisis distal 1 -19/-24cm

húmero izquierdo proximal + fg diáfisis 1 -54/-59cm

radiocúbito izquierdo fg diáfisis hacia distal 1 -49/-54cm

radiocúbito izquierdo proximal 1 -54/-59cm

carpiano 3ro. 1 -49/-54cm

fémur izquierdo fg diáfisis medial 1 -59/-64cm

tibia derecha proximal + fg diáfisis 1 -44/-49cm

tibia derecha proximal + fg diáfisis 1 -54/-59cm

calcáneo proximal 1 -14/-19cm

metapodio fg diáfisis distal 1 -24/-29cm

metapodio rodela 1 -24/-29cm

falange 1ra. fg proximal + fg diáfisis 1 -24/-29cm

falange 1ra. distal + fg diáfisis 1 -54/-59cm

lasca ósea 2 -29/-34cm

diáfisis indeterminada (astilla) 1 -24/-29cm

TOTAL 31

Tabla 2. Valores de NISP del Bloque 1. fg: fragmento.

Elementos enteros Elementos fragmentados Meteorización (W) Modificación antrópica

87 % (N=27) corresponden a 58 % (N=18) en W=2


Corte (N=2)
diáfisis, vértebras y huesos
Corte + negativo de lascado (N=1)
6,4 % (N=2) correspon- planos 38,7 % (N=12) W=indeterminada
Marca de golpe (N= 1)
den a carpiano y vértebra
Negativo de lascado + corte perime-
torácica 6,4 % (N=2) 9,6 % (N=3) en W=3
tral (N=1) (machacador)
corresponden a
lascas óseas

Cuadro 1. Características generales de la arqueofauna del Bloque 1. Los porcentajes corresponden al taxón guana-
co (NISP=31).

932
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)

Materias primas Lasca Núcleo Hoja TOTAL y %


Sílice 28 0 0 28 (20,6 %)

Lutita 26 0 1 27 (19,9 %)

Dacita 20 0 0 20 (14,7 %)

Toba 18 3 0 21 (15,4 %)

Obsidiana 14 0 0 14 (10,3 %)

Calcedonia 10 0 0 10 (7,3 %)

Basalto 5 0 1 6 (4,4 %)

Riolita 5 0 0 5 (3,6 %)

Jaspe 2 0 0 2 (1,4 %)

Granito 1 0 0 1 (0,7 %)

Arenisca 1 0 0 1 (0,7 %)

Indeterminada 1 0 0 1 (0,7 %)

TOTAL y % 131 (96,3 %) 3 (2,2 %) 2 (1,4 %) 136

Tabla 3. Frecuencias y porcentajes de tipos artefactuales por materia prima en el Bloque 1.

Datación corregida
Muestra (estratigrafía) Material Laboratorio Referencia
(años A.P.)

Fragmento de axis de
-33cm guanaco
1530±40 UGAMS# 2230 Este trabajo

Fragmento distal + hoja de 3000±50


-60cm escápula de guanaco
UGAMS# 1969 Belardi et al. 2007

Proximal + fragmento
-49cm de diáfisis de tibia de 3800±40 UGAMS# 2231 Este trabajo
guanaco

Cuadro 2. Fechados radiocarbónicos del Bloque 1.

Bloque 2 que en el Bloque 1, esto sugeriría que el enterra-


El reparo está conformado por dos grandes miento no fue un proceso rápido.
bloques contiguos enfrentados. Los materiales El NISP total de la muestra comprende guanaco
arqueológicos recuperados provienen mayoritaria- (n=79) -con un MNI de tres individuos establecido
mente del sondeo 1-2 realizado en el bloque norte sobre la base de la presencia de tres escápulas iz-
(Tablas 4-6). quierdas distales y tres húmeros izquierdos dista-
Su reparo se orienta al sur y la superficie cu- les-, choique (n=1), Mammalia de tamaño grande
bierta es de 8 m², mientras que la pendiente, que (n=1) e indeterminado (n=54) (Tablas 4 y 5). La tasa
desciende hacia el norte, es de 11º. El nivel 0 del de depositación de especímenes de guanaco es de
sondeo está a 6 cm de la superficie. El sedimento 1,6 cada 100 años.
se compone principalmente de rodados -dado que El hueso de choique corresponde a un fragmen-
el bloque apoya sobre el glacifluvial- y materiales to de diáfisis del tarso-metatarso con fractura lon-
finos producto de la acción aluvial y eólica. Hay un gitudinal y marcas de roedor. Presenta W=2 y fue
nivel de ceniza que comienza a los -32 cm y tiene encontrado a -40+ cm. El 49% (N=39) de las piezas
entre 2 y 3 cm de potencia. En el lado norte las ro- examinadas están fusionadas y corresponden a ti-
cas empiezan entre los -35 y -40 cm y a los -26 cm bia, fémur, húmero, escápula, radiocúbito, pelvis,
en el lado sur. Se alcanzó el nivel estéril a -80 cm y, vértebras, metapodio y tarsianos de guanaco.
al igual que en el Bloque 1, la estratigrafía es ho- El nivel -74/-79 cm es el que presenta la mayor
mogénea. frecuencia de restos óseos de guanaco (n=19) y es
El sedimento tiene valores de pH CaC12 0,01M donde también se registraron desechos de talla y
de 7,72 y pH en pasta de 7,91 por lo que existen bue- un núcleo (ver abajo). Entre los niveles -65/-78 cm
nas condiciones de preservación de restos óseos. fueron encontrados cuatro huesos de guanaco en
No obstante, el 59,5% de los huesos presenta una posición vertical entre sedimento y rodados: un ra-
meteorización moderada (W=2), seguido de un diocúbito derecho (el distal + fragmento de la diá-
27,8% en el que no pudo ser determinada debido a fisis) a -50 cm, y un fragmento de hemipelvis (con
la exfoliación que presentaban (Cuadro 3). Al igual acetábulo) a -65 cm, entre ellos. La presencia de

Belardi - Campan 933


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

rodados de diferentes tamaños y la pendiente ha- diversidad es menor (Tabla 6), aunque también lo
brían favorecido la migración del material y por lo es su frecuencia. No obstante, es similar con res-
tanto, la posición vertical en la que fueron hallados. pecto a la baja presencia de obsidiana (13,9%), el
Esta misma característica del sedimento resultó en predominio de lascas angulares (90%), talones lisos
la imposibilidad de medir la profundidad de algu- (53,33%, n=16) seguidos por los facetados (10%) y
nos de los huesos, por lo cual se los registró indi- diedros (13,33%), por el hecho de no haberse regis-
cando -40+ cm de profundidad. trado lascas corticales y por las evidencias de man-
Por otra parte, fueron hallados huesos de un tenimiento de artefactos formatizados. El 56% de
mismo nivel que pudieron ser remontados, tal el los desechos de talla (n=14) no supera los 20 mm
caso de un proximal de fémur izquierdo de guanaco de longitud. Sólo dos desechos superan los 50 mm
+ diáfisis y dos fragmentos de la cabeza del fémur y tienen entre 61 y 70 mm. Se registró un núcleo
(-49/-54 cm); dos fragmentos de una diáfisis me- multidireccional agotado de toba (82 x 61 x 37 mm)
dial de metapodio (-49/-54 cm) y dos fragmentos (Figura 3, fila inferior).
de diáfisis medial de un húmero izquierdo, además El machacador fue seleccionado para su da-
de presentar huellas de corte (-74/-79 cm); también tación, dando como resultado una edad de 3290
dos escápulas izquierdas (distal + fragmentos de la ± 50 años AP; mientras que una vértebra cervical
hoja), una de ellas a -54 cm, y la otra a -78 cm. El de guanaco, proveniente del nivel -74/-79 cm, fue
51,8% de los huesos de guanaco presenta marcas fechada en 4720 ± 50 años AP (Belardi et al. 2007).
de raíces, y el 17,7% marcas de roedor, al igual que Este último fechado indicaría el nivel inicial de ocu-
el hueso de choique. Por último, a una profundidad pación del Bloque 2 (Cuadro 4).
de 59 cm fue hallado un machacador óseo en un En el bloque sur se efectuaron los sondeos de-
fémur derecho de guanaco que presentaba nega- nominados 3 y 4, a 3 m de distancia hacia el sur
tivos de lascado en uno de los bordes (ver Hajduk y respecto del sondeo 1-2. Al igual que en este últi-
Lezcano 2005). mo sondeo, se registraron rodados desde el inicio
El total de artefactos líticos recuperados es 41 de las excavaciones. La pendiente del terreno se
entre los que hay cuatro artefactos formatizados manifiesta en la diferencia de 62 cm existente en-
(dos bolas, un raspador y un FAF–fragmento de tre la superficie del sondeo 3 y la del perfil sur del
artefacto formatizado) y 32 desechos de talla con sondeo 1-2. En el sondeo 3 no se registraron ma-
talón, en donde se incluyen una hoja de lutita y otra teriales arqueológicos, dándolo por finalizado a los
de basalto (Tabla 4). La tasa de depositación arte- -50 cm. Por el contrario, en el sondeo 4, abierto a 1
factual es de 0,7 artefactos cada 100 años. m al oeste del sondeo 3, fueron recolectados dos
Si bien predominan a lo largo de la secuencia fragmentos de cráneo, uno de vértebra torácica y
los mismos tipos de rocas que en el Bloque 1, la dos carpianos (W=2) correspondientes a guanaco

ÓSEO (NISP) LÍTICO


Guanaco DESECHOS DE TALLA ARTEFACTOS
NIVEL Choique
Con talón Sin talón FORMATIZADOS

Nivelación a -24 0 0 2 0 0

-24/-29 0 0 0 1 0

-29/-34 0 0 2 0 1

-34/-39 0 0 3 0 0

-39/-44 0 1 1 1 1

-44/-49cm 2 0 9 1 1

-49/-54cm 8 0 1 0 0

-54/-59cm 8 0 2 1 0

-59/-64cm 2 0 4 1 0

-64/-69cm 3 0 1 0 1

-69/-74cm 4 0 2 0 0

-74/-79cm 19 0 4 + 1 núcleo 0 0

-40+cm 33 0 0 0 0

TOTAL 79 1 32 5 4

Tabla 4. Frecuencias de materiales arqueofaunísticos y líticos por niveles del Bloque 2.

934
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)

PARTES ESQUELETARIAS DE GUANACO NISP NIVEL


cráneo fg 4 -40+ cm
petroso fg 1 -40+ cm
axis fg proximal 2 -40+ cm
mandíbula fg 1 -40+ cm
maxilar fg 1 -40+ cm
molar 1 -74/-79cm
vértebra cervical 1 -54/-59cm
vértebra cervical fg 1 -74/-79cm
vértebra torácica 1 -64/-69cm
vértebra fg indet 1 -40+ cm
pelvis acetábulo 1 -64/-69cm
esternebra fg 1 -40+ cm
costilla fg medial 1 -54/-59cm
costilla fg medial 2 -74/-79cm
costilla fg medial 4 -40+ cm
escápula izquierda distal + fg hoja 1 -49/-54cm
escápula izquierda distal + fg hoja 1 -64/-69cm
escápula izquierda distal + fg hoja 1 -74/-79cm
escápula derecha distal + fg hoja 1 -74/-79cm
escápula derecha fg hoja 1 -74/-79cm
húmero derecho fg proximal 1 -40+ cm
húmero derecho distal + diáfisis 1 -54/-59cm
húmero izquierdo fg distal + fg diáfisis 1 -49/-54cm
húmero izquierdo distal 1 -59/-64cm
húmero izquierdo distal 1 -74/-79cm
húmero izquierdo distal + fg diáfisis 2 -74/-79cm
húmero izquierdo fg diáfisis distal 1 -74/-79cm
húmero izquierdo fg diáfisis medial 1 -74/-79cm
húmero fg diáfisis medial (orificio nutricio) 1 -74/-79cm
radiocúbito derecho fg medial 1 -40+ cm
radiocúbito derecho distal + fg diáfisis 1 -49/-54cm
radiocúbito derecho diáfisis medial hacia distal 1 -74/-79cm
radiocúbito derecho proximal 1 -74/-79cm
radiocúbito izquierdo fg proximal + fg medial 1 -40+ cm
radiocúbito izquierdo fg medial 1 -40+ cm
radiocúbito izquierdo fg diáfisis distal 1 -49/-54cm
radiocúbito izquierdo fg proximal + diáfisis 1 -40+ cm
radiocúbito izquierdo fg diáfisis 1 -40+ cm
radiocúbito izquierdo diáfisis 1 -69/-74cm
radiocúbito izquierdo fg diáfisis medial hacia proximal 1 -40+ cm
radiocúbito izquierdo distal + diáfisis 1 -69/-74cm
metacarpo proximal + diáfisis 1 -54/-59 cm
fémur izquierdo proximal + diáfisis 1 -49/-54cm
fémur izquierdo fg cabeza 2 -49/-54cm
fémur izquierdo fg epífisis distal (cóndilo medial) 1 -40+ cm
fémur derecho fg epífisis distal (cóndilo medial) 1 -40+ cm
fémur derecho fg trocánter mayor 1 -40+ cm

Tabla 5: (Continúa en la página siguiente)

Belardi - Campan 935


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

PARTES ESQUELETARIAS DE GUANACO NISP NIVEL


fémur izquierdo distal 1 -54/-59cm
fémur derecho proximal + fg diáfisis 1 -54/-59cm
fémur derecho proximal 1 -54/-59cm
fémur derecho proximal 1 -74/-79cm
fémur fg diáfisis medial 1 -69/-74cm
tibia izquierda proximal + fg diáfisis 1 -39/-44cm
tibia derecha proximal 1 -74/-79cm
tibia fg diáfisis 1 -40+ cm
metatarso proximal + diáfisis 1 -69/-74cm
metatarso proximal + diáfisis 1 -54/-59cm
1er tarsiano y tarsiano 4 -40+ cm
metapodio fg diáfisis hacia distal 1 -40+ cm
metapodio fg diáfisis medial 1 -49/-54cm
falange 1ra. fg proximal + diáfisis 1 -40+ cm
falange 1ra. fg proximal + diáfisis 1 -40+ cm
hueso plano indeterminado fg 1 -40+ cm
fg indeterminado 1 -59/-64cm
fg indeterminado 1 -74/-79cm
fg indeterminado 1 -74/-79cm
fg indeterminado 1 -40+ cm
TOTAL 79

Tabla 5. Valores de NISP del Bloque 2. fg: fragmento.

Elementos enteros Elementos fragmentados Meteorización (W) Modificación antrópica

59,5 % (N=47) en W=2


Corte (N=6)
27,8 % (N=22) Corte + negativo de lascado (N=1)
91,1 % (N=72) corresponden W=indeterminada Marca de golpe (N=5)
8,9 % (N=7) corresponden a
a diáfisis (de tibia, húmero, Marcado perimetral (N=1)
tarsianos, vértebra cervical,
fémur, radio cúbito, metapo- 10,13 % (N=8) en W=1 Negativo de lascado (N=3)
molar, vértebra torácica
dios) huesos planos, cráneo Negativo de lascado + marca de golpe
2,53 % (N=2) en W=3 (N=1)

Cuadro 3. Características generales de la arqueofauna del Bloque 2. Los porcentajes corresponden al taxón guana-
co (NISP=79).

Tipo artefactual Toba Sílice Obsidiana Dacita Indeterminada TOTAL y %


Lasca 17 6 5 3 0 31 (86,1%)
Núcleo 1 0 0 0 0 1 (2,8%)
Bola 0 0 0 0 2 2 (5,5%)
Raspador 0 1 0 0 0 1 (2,8%)
FAF* 0 1 0 0 0 1 (2,8%)
5 3 2 36
TOTAL y % 18 (50%) 8 (22,2%)
(13,9%) (8,3%) (5,5%) (100%)

Tabla 6. Frecuencias y porcentajes de tipos artefactuales por materia prima en el Bloque 2. * Fragmento de arte-
facto formatizado

Muestra Datación
Material Laboratorio Referencias
(estratigrafía) corregida (años A.P.)

Proximal + fragmento de
-44 cm diáfisis de tibia de guanaco
3290±50 UGAMS# 1968 Este trabajo

Fragmento de vértebra
-78 cm cervical de guanaco
4720±50 UGAMS# 1970 Belardi et al. 2007

Cuadro 4. Fechados radiocarbónicos del Bloque 2.

936
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)

y huesos de roedor. También se registró material La información presentada indica que si bien
lítico: tres lascas angulares, un fragmento de nú- pudieron migrar materiales desde el bloque sur
cleo, cinco fragmentos de lascas sin talón de toba (sondeos 3 y 4) hacia el bloque norte (sondeo 1-2),
y un fragmento de lasca sin talón de calcedonia. El la mayor intensidad de ocupación se dio en este úl-
sondeo finalizó a los -52 cm, dado que la capa de timo.
rodados impidió su continuación.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Los fechados radiocarbónicos obtenidos inme- miento de las carcasas. A la vez, el perfil anatómico
diatamente por sobre los niveles estériles del Blo- representado a lo largo de las estratigrafías indica
que 1 (3800 ± 40 años AP) y del Bloque 2 (4720 ± la presencia de elementos correspondientes a los
50 años AP) indican sus ocupaciones iniciales, ubi- distintos sectores anatómicos del guanaco.
cándolas a finales del Holoceno medio. La oferta de Con respecto a los materiales líticos, en los dos
reparo que brindan los bloques, el amplio campo vi- bloques predominan los desechos de talla (lascas y
sual que se tiene desde ellos, y las pampas y el ma- núcleos), mientras que los escasos artefactos for-
llín que se encuentran al pie de los mismos -y que matizados sólo fueron registrados en el Bloque 2.
concentran tropas de guanacos- habrían actuado La ausencia de desechos de talla de toba con reser-
como atractores para la ocupación humana. La in- va de corteza -materia prima en la que se registra-
formación provista por un perfil polínico obtenido ron los núcleos- indica que los primeros estadios de
en Ea. La Tercera (que se encuentra en el sector reducción de esta roca podrían haberse realizado en
medio de la margen sur del lago San Martín) indica otros sectores dentro de los mismos sitios. No obs-
que para estos momentos ya habrían regresado las tante, también podría haber sucedido que ante la
condiciones de menor disponibilidad de humedad, obtención de formas base adecuadas, estas hayan
características del lapso comprendido entre 7540 sido transportadas a otros espacios. Con respecto
años AP y 5700 años AP (Bamonte 2008). a las demás materias primas, pero principalmente
Sobre la base cronológica obtenida en los blo- respecto de artefactos formatizados en sílices pre-
ques hay dos aspectos que se destacan. Primero, sentes en el Bloque 2, habrían ingresado ya manu-
la gran diferencia entre ambos respecto de las pri- facturados, lo mismo que en el caso de las bolas.
meras ocupaciones -casi 900 años AP- y la baja tasa Las actividades habrían estado focalizadas en el
de depositación de arqueofaunas y artefactos (aún aprovechamiento circunstancial de rocas inme-
si se consideraran aquellos desechos sin talón), su- diatamente disponibles (Civalero y Franco 2003),
giriendo una muy baja intensidad de uso por parte tal lo manifestado por la presencia de los núcleos
de las poblaciones cazadoras recolectoras a lo lar- abandonados y el predominio de talones lisos, y
go del tiempo. Así y todo, también se observan va- en el mantenimiento y regularización de filos. La
riaciones, dado que el Bloque 1, a diferencia del 2, presencia de obsidiana, si bien en baja frecuencia,
presenta una tasa de depositación de artefactos de marca el acceso a los bloques desde el este.
casi el triple, aunque el Bloque 2 duplica la tasa de En conclusión, si bien se han registrado dife-
depositación de arqueofauna. rencias entre los Bloques 1 y 2, las bajas tasas de
Las condiciones de preservación de restos óseos depositación de arqueofaunas, artefactos líticos,
en los bloques, tal como lo muestran los valores de las características de ambos tipos de materiales y
pH, habrían resultado adecuadas, lo que permite la distribución de fechados radiocarbónicos sugie-
sostener que no habría habido una gran pérdida ren un empleo de los Bloques 1 y 2 por parte de las
de material óseo. No obstante, la diferencia en las poblaciones cazadoras recolectoras que, si bien
pendientes (mayor en el Bloque 2 -11º- con respec- redundante en cuanto a lo espacial, habría sido es-
to al Bloque 1 -6º-) y las características de los se- porádico y transitorio. De esta forma, puede soste-
dimentos (rodados glacifluviales y material fino en nerse el uso logístico pero temporalmente intermi-
el Bloque 2, y derrubio y material fino en el Bloque tente del CB 2. En este sentido se puede pensar en
1) habrían favorecido una mayor migración de los la obtención y transporte de formas base obtenidas
materiales arqueológicos en el Bloque 2. en los bloques hacia otros espacios y, a la vez, en el
En ambos bloques se registraron huesos de acceso a estos bloques de individuos ya equipados
guanaco con marcas de origen antrópico, aunque (ver Kuhn 1995).
en menor frecuencia en el Bloque 2. El porcentaje Sobre la base de información disponible para
de elementos fragmentados (87% en el Bloque 1 y las cuencas de los lagos Tar y San Martín (Belardi
91,1% en el Bloque 2) indicaría un intenso procesa- et al. 2007), la articulación del CB 2 se habría dado

Belardi - Campan 937


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

desde espacios ubicados hacia el este, caso de los vidades realizadas.


alrededores del Cerro Cach Aike y la margen este El cuerpo de datos hasta ahora obtenido, si bien
del lago Tar, tal como fuera sostenido para CB 1 a limitado, apunta a que las diferencias observadas
partir de la evidencia registrada en el Bloque 1 - entre el Bloque 1 - Oquedad y los Bloques 1 y 2 se-
Oquedad, sugiriendo su uso logístico (Belardi et al. rían extensibles a los campos de bloques en sí. De
2007; Pallo 2008). No obstante, este sitio no sólo esta manera, el CB 1 habría sido más intensamen-
empezó a ser ocupado con marcada anterioridad, te utilizado que el CB 2, lo que podría relacionar-
sino que también posee mayores tasas de deposi- se con la cota menor en la que se encuentra CB 1
tación de artefactos líticos cada 100 años, que son y que lo ubica sobre la ruta natural de circulación
10 y 13 veces superiores a la de los Bloques 1 y 2 de la margen sur del lago San Martín. Esto no debe
respectivamente. A la vez, resaltan estos contras- verse como que el acceso al CB 2 conlleva mayores
tes las mayores frecuencias del uso de obsidiana a dificultades ni con la existencia de otra oferta de
lo largo del tiempo, la diversidad de artefactos for- recursos, sino como un posicionamiento diferencial
matizados (Pallo 2008, Tabla 1 y Gráficos 1 y 2) y la respecto de la circulación humana.
presencia del negativo de mano pintado. Por otra De esta manera, los resultados obtenidos en
parte, no hay diferencias sustanciales en la tasa de los Bloques 1 y 2 permiten comenzar a jerarquizar
depositación de arqueofaunas. Entonces, si bien el regionalmente al Campo de Bloques 2 en términos
uso de los tres sitios mencionados habría sido simi- del uso del espacio por parte de las poblaciones ca-
lar en cuanto a su correspondencia con actividades zadoras recolectoras que ocuparon las cuencas de
logísticas, las tasas de depositación de artefactos, los lagos Tar y San Martín. La continuación de los
seguidas por la riqueza y el creciente uso de la ob- trabajos en los campos de bloques, excavando nue-
sidiana a través del tiempo indican un uso humano vos reparos y ampliando el cuerpo de dataciones
más intenso del Bloque 1 - Oquedad, a la vez que disponibles, permitirá ajustar la discusión iniciada.
podría haber involucrado un mayor rango de acti-

AGRADECIMIENTOS
A las familias Vila Moret (Ea. La Angelita), Leyenda (Ea. La Maipú), Perazzo y Díaz (Eas. La Tercera y
El Castillo), Noble (Ea. Cach Aike), Jordana (Ea. Río Meseta), Leyenda (Ea. La Bernarda) y Soria (Ea. La
Vega). A Cielos Patagónicos (Ea. El Cóndor) y al propietario y personal de la Ea. Lago Tar por la ayuda
brindada en los trabajos de campo.
A la Comunidad de Tres Lagos y al Destacamento Lago San Martín de Gendarmería Nacional.
Al equipo de trabajo y a Mabel Bregliani (UNPA-UARG) por el análisis de los sedimentos y a Alejandro
Súnico por la información geológica brindada. Los comentarios realizados por Flavia Carballo Marina,
Silvana Espinosa, Gabriela Guraieb, Fabiana Martín y Diego Rindel ayudaron a clarificar nuestras ideas.
Las investigaciones se realizan con el apoyo de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral
(UNPA-UARG A/183/2), CONICET (PIP 6405) y ANPCyT (26295).

BIBLIOGRAFÍA

Aschero, C. de diferentes ambientes patagónicos. BAR Intenational


1975 revisión 1983 Ensayo para una clasificación Series 1390. Oxford.
morfológica de artefactos líticos aplicada a estudios Belardi, J. B., F. Carballo Marina, T. J. Bourlot y A. Re
tipológicos comparativos. Informe al CONICET. 2008 Paisajes arqueológicos, circulación e interacción
Bamonte, F. P. en diferentes escalas: una perspectiva desde el
2008 Características ambientales del ecotono lago Tar (Provincia de Santa Cruz). Comunicación
bosque-estepa durante el Holoceno medio (Santa presentada en las VII Jornadas de Arqueología de la
Cruz, Argentina). Tesis de licenciatura. Departamento Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En este volumen
de Biología. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Belardi, J. B., S. Espinosa, F. Carballo Marina, G.
Universidad Nacional de Mar del Plata. Barrientos, R. Goñi, A. Súnico, T. J. Bourlot, C. Pallo,
Behrensmeyer, A. K. A. Re y P. Campan.
1978. Taphonomic and Ecologic Information from 2007 Integración de las cuencas de los lagos Tar y San
Bone Weathering. Paleobiology 4: 150-162. Martín (Provincia de Santa Cruz) a la dinámica del
Belardi, J. B. poblamiento humano del sur de Patagonia: primeros
2005 Paisajes arqueológicos: un estudio comparativo resultados. Trabajo presentado en el XVI Congreso

938
Resultados arqueológicos en el campo de bloques 2, sureste del lago San Martín (Provincia de Santa Cruz)

Nacional de Arqueología Argentina, San Salvador de Meltzer, D.


Jujuy. 1989 Was Stone Exchanged Among Eastern North
Belardi, J. B., P. Tiberi, C. Stern y A. Súnico American Paleoindians? En Eastern Paleoindian Lithic
2006 Al este del cerro Pampa: ampliación del resource Use, editado por C. J. Ellis y J. Lothrop, pp.
área de disponibilidad de obsidiana de Pampa del 11-39. Westview Press, Boulder.
Asador (Provincia de Santa Cruz). Intersecciones en Mengoni Goñalons, G. L.
Antropología 7: 27-36. 1999 Cazadores de guanaco de la estepa patagónica.
Borrero, L. A. Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
1993 Site Formation Processes in Patagonia: Molinari, R. y S. Espinosa
Depositional rates and the properties of the 1999 Brilla tu “diamante loco…”. En Soplando en el
Archaeological Record. En Explotación de viento. III Jornadas de Arqueología de la Patagonia,
Recursos Faunísticos en Sistemas Adaptativos editado por Belardi, J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.;
Americanos, compilado por J. L. Lanata. Arqueología Guráieb, A. G. y M. De Nigris, pp. 189-198. Neuquén-
Contemporánea 4: 107-121. Buenos aires.
Civalero, M. T. y N. V. Franco Pallo, C.
2003 Early human occupations in Western Santa Cruz 2008 El conjunto lítico del sitio Bloque 1, Oquedad
Province, Southernmost South America. Quaternary (lago San Martín, SO de la Provincia de Santa
International 109-110: 77-86. Cruz – Argentina. Tesis de Licenciatura en Ciencias
Dent, B. B., S. L. Forbes y B. H. Stuart Antropológicas, Facultad de Filosofía y Letras,
2004 Review of human decomposition processes in Universidad de Buenos Aires.
soil. Environmental Geology 45:576-585. Rabassa, J. y A. Coronato
Hajduk, A. y M. Lezcano 2002 Glaciaciones del Cenozoico Tardío. En Geología
2005 Un “nuevo-viejo” integrante del elenco de y Recursos Naturales de Santa Cruz. Relatorio del
instrumentos óseos en Patagonia: los machacadores XV Congreso Geológico Argentino, editado por M. J.
óseos. Magallania 33(1): 63-80. Haller, pp. 303-315. El Calafate, Santa Cruz.
Espinosa, S. L., J. B. Belardi y R. Molinari Riccardi, A.
2007 Análisis tecnológico de los artefactos líticos 1971 Estratigrafía en el oriente de la Bahía de la
de la colección Horst Thierauf provenientes de las Lancha, Lago San Martín, Santa Cruz, Argentina.
cuencas de los lagos Tar y San Martín (Provincia de Revista Museo de la Plata. Geología. VII. 245-238. La
Santa Cruz, Argentina). En Arqueología de Fuego- Plata
Patagonia. Levantando piedras, desenterrando Stern, C. R.
huesos… y develando arcanos, editado por F. Morello, 1999 Black obsidian from central-south Patagonia;
M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 675- 685. chemical characteristics, sources and regional
Ediciones CEQUA, Punta Arenas. distribution of artifacts. En Soplando en el viento. III
Espinosa, S. L., J. B. Belardi y A. Súnico Jornadas de Arqueología de la Patagonia, editado por
2008 ¿Cuán al oeste? Arqueología del istmo de la Belardi, J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb,
península Maipú (lago San Martín, provincia de A. G. y M. De Nigris, pp. 221-234. Neuquén-Buenos
Santa Cruz) en su contexto regional. Arqueología 15, aires.
en prensa.
Espinosa S. L. y R. A. Goñi
1999 ¡Viven!: una fuente de obsidiana en la provincia
de Santa Cruz. En Soplando en el viento. III Jornadas
de Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi,
J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M.
De Nigris, pp.177-188. Neuquén-Buenos aires.
Espinosa, S. L. y A. Súnico
2008 Disponibilidad de rocas y fuentes de
aprovisionamiento de materia prima en las cuencas
lacustres San Martín y Tar (Santa Cruz, Argentina). En
VII Jornadas de Arqueología de la Patagonia. Libro de
Resúmenes, pp. 27. Ushuaia.
Fossa Manzini, E., E. Feruglio y Yussen de Campana
1938 Una reunión de Geólogos de YPF y el problema
de la nomenclatura estratigráfica. Boletín de
Informaciones Petrolíferas 171: 31-95.
Hedges, R. E. M. y A. R. Millard
1995 Bones and Groundwater: Towards the Modelling
of Diagenetic Processes. Journal of Archaeological
Science 22:155-164.
Kuhn, S.
1995 Mousterian Lithic Technology. An ecological
perspective. Princeton University Press, Princeton.

Belardi - Campan 939


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

940
El paraje de Ewan, un lugar de reunión
Selknam en el centro de la isla (Tierra del
Fuego, Argentina)
Igor Bogdanovic1, Edgard Camaros1, Hernán De Angelis2, Adriana Lasa3, M. Estela Mansur3, Alfredo

Maximiano1, Vanesa Parmigiani2, Raquel Piqué1, Oriol Vicente1

A B S T R A C T

Investigations carried out since 2003 in Tierra del Fuego were focused on the analysis of two sites at
the Ewan locality. Ewan I is located in a clearing in the forest, and it conserves parts of a hut structure;
Ewan II is inside the forest, under the ground, formed by a smaller structure. They are separated by
an intermediate area about 200 m long. This settlement pattern is coherent with the one described
in the ethnographic literature for the Hain ceremony. Excavation and analysis of both sites allowed
to propose a model where Ewan I is considered as a ceremonial hut and Ewan II as a domestic unit.
In order to contrast the model, new surveys were developed around Ewan II, using methodologies
adapted to the environmental characteristics of the forest and the hypothesis proposed. In this paper
we present the design and methodology of surveys and their results. Three new fireplaces were
discovered, thus bringing the number of domestic units to at least four. The spatial pattern of units
and the results from different analysis (zooarchaeological, archaeobotanical, etc.) on Ewan I and
Ewan II materials allow us to confirm the model proposed about ceremonial utilization of the site.

INTRODUCCIÓN

La localidad Ewan se encuentra situada en la El claro se sitúa en la zona de bosque caducifo-


zona central de la Isla Grande de Tierra del Fuego, lio de ñire (Nothofagus antarctica) (Figura 2). En la
a unos 12 km de la costa Atlántica (Figura 1), que actualidad, el claro está siendo colonizado por ár-
en tiempos históricos fue territorio de la sociedad boles jóvenes. Junto a su lado sur se encuentran to-
Selknam. Las investigaciones en esa zona se ini- davía en pie los restos de una choza de madera de
ciaron en el año 2001, en el marco de un proyecto forma cónica, parcialmente oculta por la franja de
de investigaciones arqueológicas en la franja cen- renoval (Figuras 3 y 4). Los pobladores locales no
tral de Tierra del Fuego, cuyo objetivo es estudiar tenían información sobre la época de construcción
la dinámica de la ocupación humana en las zonas o uso de la choza, a pesar de que la tradición oral la
boscosa y ecotonal, prestando particular atención atribuía a la celebración de una ceremonia de Hain,
a la explotación de los recursos vegetales (Mansur el ritual de iniciación de los varones adolescentes
2003). En su transcurso fue posible localizar un cla- selknam que fue ampliamente documentado por el
ro en un bosque antiguo, con un sitio arqueológico etnógrafo M. Gusinde (1982 [1931]).
que presentaba una característica singular: la ex- Para abordar el estudio de este sitio, se diseñó
celente conservación de las maderas. La localiza- un proyecto específico titulado “Sociedad y Ritual
ción del sitio fue posible gracias a las informacio- entre los Selknam de Tierra del Fuego”, que se de-
nes proporcionadas por los habitantes del lugar y la sarrolló desde el año 2003 en colaboración entre el
documentación gráfica que se conservaba. Centro Austral de Investigaciones Científicas (CO-

1 Universidad Autònoma de Barcelona ([email protected])


2 Universidad Nacional de La Plata
3 Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET), Ushuaia - [email protected]

Bogdanovic et al. 941


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Situación de la localidad Ewan.

Figura 2. Planta del claro y localización de los sitios Ewan I y Ewan II-estructura 1.

942
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)

Figura 3. Vista de la choza de Ewan I, parcialmente oculta por el renoval de ñire (fotografía año 2003).

jetivo relevar, excavar, documentar y delimitar el si-


tio de la choza, que denominamos Ewan I, y realizar
prospecciones intensivas para verificar la existencia
o no de otros sitios, a fin de evaluar la factibilidad
de su atribución a un evento ceremonial (Mansur et
al. 2004).
Las investigaciones llevadas a cabo en Ewan se
centraron en primer lugar en la excavación de la
choza que denominamos Ewan I. Por otra parte se
estudió la dinámica del paisaje, confirmando que,
en el momento de su construcción, la choza de
Ewan I estuvo fuera del bosque (Figuras 5 y 6).
En el marco del proyecto se realizaron también
prospecciones en los márgenes del claro de Ewan
que permitieron identificar indicios de actividad
humana en el interior del bosque, en el sector que
denominamos Ewan II.
Esta estructuración del espacio es coherente
con el patrón de asentamiento que describen las
fuentes etnográficas para la realización de la cere-
monia del Hain. En consecuencia, con el fin de con-
trastar la hipótesis de que la choza de Ewan pudiera
corresponder a una estructura del Hain, se decidió
enfocar la investigación desde una perspectiva in-
Figura 4. Detalle de la choza (fotografía año 2003).
terdisciplinaria, que permitiese evaluar las carac-
terísticas particulares de los sitios y confrontarlas
NICET-CADIC) en Ushuaia, la Universidad Autòno- dialécticamente con la información etnográfica, el
ma de Barcelona y el Laboratorio de Arqueología registro actualístico y la información generada por
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas la práctica experimental.
de Barcelona. Las investigaciones tuvieron por ob- Resultados preliminares de los trabajos realiza-

Bogdanovic et al. 943


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 5. Interior con derrumbe de troncos de la estructura, antes de la excavación (fotografía año 2003).

Figura 6. Vista de la choza de Ewan I, con renoval inicial (fotografía año 1951, R. N. P. de Goodall).

dos fueron presentados en trabajos previos y comu- presentar el estado actual de las investigaciones
nicados en ocasión de la realización de las Jornadas realizadas y los resultados obtenidos desde enton-
de Arqueología de la Patagonia en Punta Arenas ces. Presentamos la cronología específica del sitio y
(Mansur et al. 2007). El objetivo de este trabajo es se discuten los datos obtenidos a partir del estudio

944
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)

de los diferentes tipos de restos, que permiten co- prender mejor la dinámica de funcionamiento del
rroborar la atribución ceremonial de Ewan I y com- asentamiento.

EL HAIN Y LOS SITIOS ARQUEOLÓGICOS

El Hain: patrón de asentamiento de corteza o piel y adornos corporales específicos,


El Hain tenía por objetivo la iniciación de los va- todos ellos en materia orgánica. También era im-
rones a la vida adulta. Jugaba un papel fundamen- portante la pintura corporal para la que se utilizaba
tal en el proceso de socialización y en la transmisión ocre, carbón y hueso. Según los autores citados,
de las normas sociales, ya que en él se reafirmaba el tanto actores como espectadores pintaban sus
patriarcado, mediante la transmisión del papel pre- cuerpos siguiendo unas pautas relacionadas con el
dominante de los hombres, es decir el orden social personaje representado, en el caso de los actores,
existente de clara discriminación hacia las muje- o de la pertenencia a un determinado linaje, en el
res. Era “un importante sostén para el orden social caso de los espectadores.
imperante” en palabras de Gusinde (1982 [1931]). La celebración del Hain implicaba asimismo un
Durante la realización del Hain, los iniciados, deno- determinado patrón de asentamiento que debería
minados kloketen, debían pasar diversas pruebas poder ser reconocido en el registro arqueológico.
y eran iniciados en los “secretos” de los hombres Según Gusinde (1982 [1931]), la ceremonia tenía
adultos. Era una actividad secreta masculina en la lugar en un claro natural del bosque. En uno de los
que los ejecutantes eran los hombres. Como señala márgenes, cerca de la primera línea de árboles, se
A. Chapman (1986), el Hain era una escenificación construía la choza ceremonial. Las familias reuni-
en la que participaban tanto mujeres como hom- das para el Hain establecían sus unidades habita-
bres, cada uno y una haciendo su papel: de actor o cionales en un lugar cercano, a unos 200 m al Oeste
de atemorizada espectadora. de la choza ceremonial, en el interior del bosque.
La celebración del Hain implicaba la prepara- Lo que implicaba localizar un claro de determina-
ción de una serie de elementos materiales, directa- das dimensiones y forma (Figuras 7 y 8). Las chozas
mente vinculados con la ceremonia. Para la repre- habitacionales se situaban en el Oeste, en direc-
sentación de los mitos se confeccionaban máscaras ción opuesta a la entrada de la choza ceremonial

Figura 7. Choza del Hain celebrado en Laguna Pescado, según Gusinde (1982 [1931]).

Bogdanovic et al. 945


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 8. Planta del Hain de Laguna Pescado, según Gusinde (1982 [1931]).

que estaba orientada hacia el este, para “facilitar” el futuro para la misma función -nunca para otros
la entrada y salida de los espíritus. Si era posible se fines-. La choza del Hain quedaba completamente
buscaba instalar la choza ceremonial en un lugar vacía e incluso, según cita Gusinde (1982 [1931]),
un poco elevado con respecto al de las chozas de se eliminaban las evidencias que pudieran revelar
vivienda, para dominarlas y a la vez ser bien visible la naturaleza de las actividades allí realizadas. Así
desde ellas (Gusinde 1982 [1931]; Chapman 1986). se destruían en el fuego los restos alimentarios, se
La choza ceremonial se construía con una can- escondían las máscaras y se limpiaba el interior de
tidad variable de troncos, aunque generalmente se la choza.
citan alrededor de una cincuentena. Siete de estos Las estructuras habitacionales se situaban al
troncos ocupaban una posición determinada si- Oeste, en el interior del bosque, a unos 200 m de
guiendo los puntos geográficos E, NE, N, NO, O, SO la choza ceremonial. Estaban distanciadas entre
y S, en el punto SE no se colocaba ningún tronco. ellas por unos 20 m (Gusinde op cit). Eran más pe-
El eje principal se articulaba colocando primero los queñas y también estaban organizadas alrededor
troncos del punto E y O, y sobre ellos se apoyaba el de un fuego central. Su entrada quedaba orientada
resto. Los intersticios se llenaban con otros palos, igualmente hacia el Este, protegida así de los vien-
para luego cubrir todo con terrones de pasto y pie- tos dominantes.
les de guanaco. El suelo era cubierto con hierbas. La celebración del Hain podía durar varios me-
Los troncos se encajaban entre ellos gracias a las ses y en él participaban numerosas personas que
ramificaciones de la parte superior. La entrada se se congregaban para este fin. Era por lo tanto un
situaba en el Este, es decir en el lugar protegido de motivo de reunión entre familias de los diferentes
los vientos predominantes. linajes selknam que vivían en diferentes territorios
En el interior de la choza ceremonial se encen- (denominados Haruwen). Si los alimentos empe-
día una gran hoguera central alrededor de la cual se zaban a escasear en los alrededores tanto la choza
desarrollaban las actividades secretas de los hom- ceremonial como las habitacionales se trasladaban
bres-espíritus. El espacio situado entre esta choza y a otro emplazamiento.
las habitacionales era el escenario donde se repre-
sentaban los mitos-origen del orden social. El sitio Ewan
Una vez finalizado el ritual, la choza del Hain Ewan I
era abandonada, aunque se dejaban los palos es- Los trabajos realizados a lo largo de cuatro
tructurales en pie para poder ser aprovechados en campañas permitieron verificar, como hemos se-

946
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)

Figura 9. Ewan I. Distribución de materiales coordenados en A3 y situación de las bases de los troncos en pie.

ñalado, que la choza de grandes dimensiones, que recuperados fuera de la estructura de combustión y
se denominó Ewan I, se situaba en el momento en la ausencia de materiales en el exterior de la choza.
que fue construida en el margen de un claro del Ewan I tiene un diámetro de 6 m, y una altura máxi-
bosque de Nothofagus, a unos 5 a 7 m de la primera ma en la parte interior de 3,17 m.
línea de árboles (Figuras 2 y 6). La excavación per-
mitió caracterizar el sitio, tanto en el plano de uso Ewan II-estructura 1
del espacio y las técnicas constructivas, como en lo Al contrario de Ewan I, el sector correspon-
que se refiere a las actividades llevadas a cabo en diente a Ewan II no mostraba restos estructurales
su interior. aún en pie. Su localización fue posible gracias a las
Se trata de un sitio arqueológico en el que se prospecciones sistemáticas llevadas a cabo a lo lar-
conservaron restos de una estructura cónica de ma- go de las márgenes del claro, dentro de los límites
dera, algunos en pie y otros derrumbados en forma del bosque antiguo de ñire circundante al claro de
radial, localizados en el transcurso de la excavación Ewan.
(Figura 5). La disposición de los palos conservados La primera campaña de prospección permitió
permitió evidenciar que los principales estaban si- identificar un único lugar en el cual se recuperaron
tuados en los puntos Este, Noroeste y Sudoeste. El restos óseos y fragmentos de valva termoaltera-
centro de la choza estaba ocupado por un área de dos, junto con cenizas y carbones (Ewan II-estruc-
combustión de gran tamaño en la que se recupera- tura 1). La excavación realizada en este lugar per-
ron grandes cantidades de huesos calcinados, car- mitió corroborar que se trataba del punto central
bones y semillas carbonizadas. Alrededor de esta de una estructura de combustión, en cuyo interior
estructura de combustión se descubrieron escasos se conservaban aún leños parcialmente quemados.
huesos dispersos, semillas y carbones, pequeñas Dentro de la misma y en su periferia, se descubrió
motas de colorantes, así como algunas microlascas abundante material arqueológico (Figura 10). Ade-
de vidrio relacionadas con la producción de puntas más, en el transcurso de la excavación, fue posible
de proyectil y de raspadores (Figura 9). La estruc- localizar una serie de troncos caídos que al menos
tura de combustión mostraba una gran perturba- en parte podrían corresponder a los restos de una
ción debido a una excavación antigua y la actividad estructura habitacional de la cual ya no se conser-
de conejos, debido a ello no fue posible establecer vaba en pie la estructura aérea. Las informaciones
bien sus límites. Destaca la poca densidad de restos etnográficas mencionan que las mujeres traslada-

Bogdanovic et al. 947


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 10. Ewan II-estructura 1. Distribución de materiales coordenados en A3.

ban los palos de las chozas, y existen imágenes que las características de los sitios permitían corroborar
así lo muestran, por ello el hallazgo de los troncos que nos encontrábamos ante un sitio ceremonial
caídos sobre el nivel arqueológico nos llevó a for- de características similares a las descritas a partir
mular la hipótesis de su pertenencia a la estructura de la etnografía. Sin embargo, aún cuando la base
habitacional. La identificación de los troncos fue documental para la interpretación de la función de
efectuada en función de su orientación, tamaño, cada sitio fuese sólida, consideramos que la confir-
características morfológicas y marcas antrópicas, a mación de este modelo requería que se detectasen
fin de diferenciarlos de los que pudiesen provenir otras unidades domésticas. Según los datos etno-
del decaimiento natural del bosque. gráficos, la celebración del Hain era motivo de reu-
Las dimensiones de la estructura fueron es- nión de diversos grupos. Por ello, para contrastar el
timadas en función de la dispersión de los restos modelo, se debería poder documentar la existencia
arqueológicos, en particular de las microesquirlas de diversas unidades habitacionales ocupadas por
de vidrio, y en relación con la longitud de los tron- los participantes. Con este objetivo se llevaron a
cos que se han conservado enteros (que indicarían cabo nuevas prospecciones arqueológicas en Ewan
la máxima dimensión posible). Estas son menores II, utilizando diversas metodologías adaptadas a las
que las de Ewan I, se ha estimado que ésta habría características ambientales del bosque y en función
tenido un diámetro de entre 3-4 m. El área de com- de las hipótesis propuestas.
bustión ocupaba un lugar central y en ella también Para diseñar la metodología de la prospección,
abundaban los restos de huesos calcinados, semi- se tuvieron en cuenta los resultados del análisis
llas y carbones. Sin embargo en Ewan II-estructura geoestadístico de la distribución espacial de los res-
1 abundan también los restos de vidrio, tanto de tos en Ewan II-estructura 1. La correlación espacial
microlascas como de instrumentos. En este sitio de las distribuciones de las diferentes categorías
el área de dispersión de los restos es mayor que en de elementos permitió establecer una hipótesis de
Ewan I; además los restos no se encuentran exclusi- perímetro de la choza (Mansur et al. 2007), concre-
vamente en el interior del área de combustión. tamente la categoría vidrio fue la que presentó la
mayor correlación espacial (3,27 m).
Las nuevas estructuras de Ewan II Tomando como punto de partida esta hipótesis
A partir de los datos obtenidos en Ewan I y Ewan de perímetro se decidió prospectar de manera sis-
II-estructura 1 se consideró que el patrón espacial y temática el sector que se encuentra al norte de la

948
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)

Figura 11. Prospección en Ewan II y localización de las estructuras 1, 2, 3 y 4.

estructura 1 de Ewan II (Figura 11). Se efectuó un decidió plantear un retículo con líneas cada 1 m, es
muestreo mediante sondeos de 1 m2, distanciados decir efectuar los sondeos de barreno en cada es-
cada 3 m. Algunos de los sondeos debieron ser li- quina de m2. Si bien la muestra recuperada es de
geramente desplazados, debido a la presencia de pequeño diámetro como para esperar que conten-
árboles. ga restos arqueológicos, es del tamaño suficiente
El tamizado de los sedimentos de los sondeos para detectar cambios en la coloración de los se-
no reveló la presencia de ningún material arqueoló- dimentos debidos a la acumulación de cenizas o
gico. En consecuencia, podemos considerar que no la termoalteración del suelo, lo cual permitiría de-
hubo otras unidades domésticas en ese sector. En tectar la existencia de estructuras de combustión
nuestra hipótesis, de haberse mantenido constan- (Figura 11).
te la correlación espacial de la categoría microlas- Los sondeos efectuados mediante este proce-
ca de vidrio, tal como se daba en la estructura 1 de dimiento permitieron localizar tres nuevas áreas de
Ewan II, el sistema de prospección utilizado debería combustión, que podrían corresponder a otras tan-
haberlas detectado. tas estructuras habitacionales. Las áreas de com-
La segunda serie de sondeos fue efectuada ha- bustión detectadas se caracterizan por la presencia
cia la zona ubicada al sur de Ewan II-estructura 1. de sedimentos termoalterados, carbones, micro-
En esta serie se decidió implementar una nueva lascas de vidrio y hueso calcinado. Estas estructu-
metodología de testeo, mediante la utilización de ras de combustión se distancian unas de otras en
barreno manual, que permite extraer pequeñas unos 10-11 m y se encuentran alineadas siguiendo
muestras de alrededor de 7 cm de diámetro. Los el margen del bosque (Figura 12). Todas tienen una
pequeños orificios que se generan pueden ser re- visual directa de la choza Ewan I, de la cual distan
llenados fácilmente y reducen el impacto en el bos- aproximadamente 200 m. Esta distribución espa-
que. Sin embargo, al reducir el área de la superficie cial refleja por lo tanto un patrón de asentamiento
muestreada, resultaba necesario redefinir la estra- similar al descrito por las fuentes etnográficas para
tegia de muestreo a aplicar. la implantación de las estructuras del Hain.
En este caso, en vez de la correlación espacial Las nuevas zonas de combustión detectadas ele-
de la categoría vidrio, se consideraron los diáme- van la cantidad de estructuras de la zona doméstica
tros de las dos áreas de combustión excavadas, que a como mínimo cuatro, y permiten delimitar parte
en ambos casos superan 1 m. En consecuencia, se de la zona doméstica. Así, tanto la estructuración

Bogdanovic et al. 949


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 12. Ubicación de las cuatro unidades localizadas en el sitio Ewan II.

espacial de las unidades, como los resultados de las Ewan II permiten confirmar el modelo propuesto
diferentes líneas de análisis abordadas en Ewan I y sobre el uso ceremonial del sitio.

ESPACIOS DOMÉSTICOS, ESPACIOS RITUALES: LAS ACTIVIDADES


REALIZADAS EN EWAN

Metodología de campo y laboratorio La combinación e implementación sistemática


Los trabajos de campo en los sitios Ewan I y y rigurosa de estas metodologías de recuperación
Ewan II-estructura 1 fueron realizados mediante la proporcionó abundante material carbonizado de
excavación por niveles naturales, con registro tridi- origen vegetal, además de otros restos de pequeño
mensional de materiales determinables o superio- tamaño (microesquirlas de vidrio, pequeños frag-
res a 2 cm en sistema de coordenadas georreferen- mentos óseos, etc.) que quizás no hubiesen sido
ciadas, y fotografía y vectorización de elementos detectados con otros métodos de tratamiento. Los
estructurales (ver Mansur et al. 2007), a fin de facili- restos óseos, malacológicos y vítreos fueron ana-
tar el abordaje del estudio geoestadístico. lizados en su totalidad, independientemente de
El tratamiento del sedimento fue llevado a cabo sus dimensiones (Camarós et al. 2008; De Angelis
mediante la combinación de dos estrategias: cri- 2008). Para el análisis de los restos vegetales (car-
bado y flotación del sedimento. Para el cribado se bones, semillas y frutos), dado que resulta imposi-
utilizaron zarandas con luces de malla de 2 y 5 mm, ble la observación de todo el material recuperado,
en tanto que para la flotación, asistida por máquina se establecieron estrategias de muestreo que per-
de flotación, se usaron tamices de 1 y 2 mm. La uti- mitiesen analizar muestras representativas en los
lización de una u otra técnica se estableció en base planos cualitativo y cuantitativo (Berihuete et al.
a una serie de criterios. En el caso de Ewan I, todo 2008).
el sedimento perteneciente a los cuadros internos
de la choza fue flotado íntegramente, salvo en el El análisis geoestadístico
caso de los sectores perturbados, que fueron trata- El sistema de registro de datos adoptado per-
dos con zaranda, al igual que los cuadros exteriores mitió estudiar la dinámica espacial de Ewan II-es-
al perímetro de la choza. En el caso de Ewan II-es- tructura 1. Se partió del estudio de la forma e in-
tructura 1, ante la ausencia de una estructura aérea tensidad de cada una de las distribuciones de las
que delimitara el espacio, se flotó la totalidad del variables, por separado. A partir de la relación en
sedimento de los cuadros donde se ubicaba el área la intensidad entre distintas variables (intervaria-
de combustión y cuadros aledaños. Una vez esta- bilidad espacial) se buscó evaluar la existencia de
blecida una hipótesis de perímetro para la choza, se complementariedad espacial entre los rasgos dis-
decidió ampliar las excavaciones hacia la periferia, tribuidos (nivel arqueológico, deformación estra-
realizándose una muestra estimativa, en forma sis- tigráfica, estructura de combustión, localización
temática, en el sector SO de cada cuadro, que fue de huesos, restos de talla, etc.) y las acciones que
tratado mediante flotación. La ausencia de mate- pueden haberlos producido (sensu Maximiano Cas-
riales arqueológicos en estos cuadros determinó el tillejo 2005). Este tipo de análisis no fue implemen-
cribado del sedimento en seco. tado en Ewan I debido a que en este caso se había

950
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)

conservado la estructura leñosa y por lo tanto ya se autocorrelaciones espaciales, se situaría alrededor


conocía el perímetro de la choza. Por otra parte, las de 3 ó 4 m.
perturbaciones detectadas durante la excavación
hacían inviable este tipo de análisis. Las estructuras de madera
El análisis geoestadístico resultó esencial para En este mismo volumen se presenta un análisis
la interpretación de las capas A1 y A3, correspon- detallado de las estructuras de madera (Caruso,
dientes al mantillo orgánico y al nivel de suelo sub- Mansur y Pique 2008, en este volumen). Sin embar-
yacente, que fueron diferenciadas durante la ex- go creemos pertinente mencionar aquí algunos de-
cavación. La metodología y resultados del análisis talles más significativos de la construcción de Ewan
fueron presentados en un trabajo previo (Mansur et I y de los restos de madera de Ewan II-estructura 1.
al. 2007). Para todas las categorías analizadas (car- Como ya hemos comentado en ambas estruc-
bón, restos óseos, restos malacológicos, restos de turas (Ewan I y Ewan II-estructura 1) se localizaron
vidrio, etc.), el resultado final de la caracterización sendas áreas de combustión que ocupaban un área
espacial indicó un patrón espacial agregado con central en el interior del espacio construido. Así
tendencia a la concentración. El fogón articula par- mismo en ambos casos se evidenció la existencia
te de la organización espacial, a partir de los efectos de una estructura de madera, todavía en pie en el
materiales de determinadas acciones sociales (ges- caso de Ewan I.
tión combustible, uso del fuego para el procesado Según los datos etnográficos, los Selknam des-
de alimentos, gestión de los residuos, etc.). enraizaban y arrancaban de cuajo pequeños árbo-
En cuanto a la distribución espacial de cada una les que eran utilizados para confeccionar chozas y
de las capas, se observó una clara disimetría entre paravientos. La transformación de estos troncos
las ambas. Tal como se planteó en ese trabajo, para para adecuarlos a su uso posterior era mínima. Los
entender la relación entre ambas capas, se partió troncos de los sitios estudiados no presentan, en la
de la hipótesis que “A1 es una deformación de A3”. mayoría de los casos, señales de corte u otro tipo
Esta deformación sería resultado de una serie de de modificación. Sin embargo entre ellos encontra-
procesos naturales vinculados al crecimiento de la mos algunos rasgos recurrentes que indicarían una
cubierta vegetal y a la acción de agentes naturales selección de ciertos atributos y la modalidad de ob-
(eólicos, escorrentías, etc.). Junto a estos se puede tención de los troncos. La mayoría tiene un perfil
considerar la coyuntura de abandono antrópica so- rectilíneo o ligeramente sinuoso y en muchos casos
bre el nivel de ocupación (A3), a modo de un agente están acabados en una horqueta natural formada
secundario en la deformación en A3 (Mansur et al. por la bifurcación de dos ramas. En algunos casos
2007). la parte proximal corresponde a la raíz o tocón del
El tratamiento estadístico permitió reconocer, árbol, lo que indica que fueron desarraigados (no
además de la anisotropía existente, el compor- cortados). No obstante, también se documenta
tamiento espacial de cada una de las capas. La la tala para la obtención de los troncos; esta mo-
tendencia geométrica en A1 es pseudo radial, en dalidad fue constatada en cuatro de los troncos
tanto que en A3 tiende al modelo centro-periferia. descubiertos. En el resto de casos el estado de des-
Se pudo constatar que ambas capas están relacio- composición de la madera no permite apreciar los
nadas y que la naturaleza de esta relación es un rasgos formales originales y por lo tanto no se pue-
proceso de deformación. Esto significa que el cre- de plantear ninguna hipótesis sobre la modalidad
cimiento del mantillo orgánico, juntamente con de obtención.
agentes naturales como inundaciones periódicas En Ewan I la longitud de los troncos en posición
y el congelamiento del suelo, fueron responsables original varía entre 4 y 5,63 m, y su diámetro proxi-
de un movimiento vertical de los restos, siendo los mal entre los 8 y los 21 cm. En Ewan II-estructura
de pequeño tamaño los más afectados. Entre ellos 1 la longitud de los troncos oscila entre 1,50 y 5,70
destacan las microlascas de vidrio que se revelan m y su diámetro proximal entre 4 y los 14 cm. Los
como el mejor indicador de esta deformación. En troncos de Ewan II-estructura 1 habían perdido su
definitiva, podemos considerar que nos encontra- albura y en la mayoría de los casos estaban frag-
mos ante un único evento de ocupación que sufrió mentados por lo que las medidas son orientativas;
los efectos deformantes de los agentes naturales. si bien en el caso de los diámetros estos pueden ser
El análisis de las distintas categorías de ele- comparados con los de Ewan I, donde también se
mentos reveló también la existencia de un límite o observó la pérdida de albura, en lo que se refiere
barrera física no conservada, que sugerimos podría a la longitud es más complejo estimar una media.
corresponder a una estructura tipo choza o para- Las características y cantidad de troncos, así como
viento, como las documentadas etnográficamen- la distribución espacial de materiales arqueológi-
te. El diámetro posible de esta estructura, según las cos, sugieren que Ewan II-estructura 1 es una es-

Bogdanovic et al. 951


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tructura de tipo choza, aunque más pequeña que ciperáceas, todas ellas presentes en frecuencias
la de Ewan I. Una discusión más detallada sobre los mucho más bajas. Cabe señalar que exceptuando
restos de madera de Ewan I y Ewan II-estructura 1 los taxones principales la diversidad documentada
se encuentra en Caruso (2008) y en Caruso, Mansur es similar en ambas estructuras.
y Piqué (2008, en este volumen). Si bien existe la posibilidad de consumo alimen-
tario de estos vegetales, considerando que la distri-
Los restos alimentarios bución de algunas de estas especies se restringe a
El estudio de los restos recuperados en Ewan I y las inmediaciones de las áreas de combustión, tam-
Ewan II-estructura 1 muestra claras diferencias en bién es posible que la presencia de semillas carbo-
lo que se refiere a la alimentación y las actividades nizadas se deba a la quema accidental por arrastre
desarrolladas en cada sitio. de las plantas que crecían en el entorno. De todos
Los restos alimentarios de origen animal indi- modos, la elevada frecuencia de Gallium en Ewan II
can diferencias en cuanto a los taxones consumidos y Empetrum en Ewan I indican que su aporte al sitio
y a la gestión de los residuos (Camaros y Parmigiani es de origen antrópico, y no debido a causas natu-
2007; Camarós et al. 2008 en este volumen). Mien- rales. También se pudo documentar la presencia de
tras que en Ewan I predomina el consumo de gua- especies aportadas desde cierta distancia como por
naco (representa el 72% de los restos determina- ejemplo Cyperaceae y Plantaginaceae que crecen
bles) en Ewan II, junto al guanaco (33,2%), también en medio acuáticos y que pudieron ser aportados
se consumieron ovicápridos (23,9%), introducidos para otros usos.
por los europeos para la explotación de la lana.
En ambas estructuras se evidenció el consumo de Instrumentos y restos de vidrio
moluscos, principalmente lapas (Nacella sp.), aves Los instrumentos recuperados están todos
y peces, aunque estos últimos están representa- confeccionados en vidrio, materia prima de origen
dos en frecuencias muy bajas. Cabe remarcar que industrial introducida por los europeos y que subs-
el mar se encuentra a 12 km de distancia de Ewan. tituyó muy rápidamente las materias primas líticas
Respecto a la gestión de los residuos mientras que locales. Además de las informaciones etnográficas
en Ewan I casi la totalidad de los restos se encon- al respecto, no es infrecuente el hallazgo de res-
traban en el interior de la estructura de combustión tos de vidrio en sitios arqueológicos de cronología
en Ewan II se documenta mayor dispersión de res- reciente. Uno de los mejores ejemplos es el de la
tos. Así mismo entre estos últimos se documentó impronta de vivienda selknam Nº 89 del campa-
mayor número de restos no termoalterados, la mento de Tres Arroyos, donde hay abundantes mi-
presencia de marcas de carnívoros y de alteración crolascas de vidrio (Massone et al. 1993). En Ewan
por exposición a la intemperie, lo que evidencia también se recuperaron restos de hierro aunque se
diferencias con el manejo de los residuos. Mien- encontraba muy deteriorado y no fue posible reco-
tras que en Ewan I se arrojaron al fuego todos los nocer el tipo de artefacto que fue confeccionado
residuos alimentarios de origen animal en Ewan II con esta materia prima. Cabe destacar que la talla
esta práctica de eliminación de residuos fue menos de vidrio está bien documentada en Ewan II don-
exhaustiva. de se han recuperado pedazos de vidrio de proce-
Los restos de origen vegetal también son abun- dencia diversa (vidrios rodados de playa y trozos
dantes en el sitio y presentan diferencias significa- de botella con fracturas frescas), restos de talla y
tivas. La flotación de los sedimentos permitió recu- productos. El análisis de los restos de vidrio de am-
perar miles de semillas carbonizadas que han sido bos sitios fue objeto de un estudio que se presen-
objeto de un estudio exhaustivo (Berihuete Azorín ta en este mismo volumen (De Angelis 2008). En
2006). En Ewan I se pudieron determinar 2862 res- vidrio se manufacturaron principalmente puntas
tos entre los que predominan Empetrum rubrum de proyectil y raspadores, aunque también se han
(95%), un pequeño arbusto con bayas comestible documentado instrumentos con retoque bifacial.
que crece en los bosques fueguinos. En Ewan II- La cantidad de restos de vidrio de Ewan II es muy
estructura 1 se determinaron 316 restos entre los elevada. En cambio en Ewan I apenas se recupera-
que, en cambio, predominan los de una planta ras- ron varias decenas de microlascas procedentes de
trera: Gallium sp. (70%). Entre estos algunos per- materias primas diversas. Posiblemente estas mi-
tenecen a la especie G. aparine, introducida por los crolascas fuesen resultado del reavivado de filos o
europeos, mientras que otros corresponden a las retocado de algunos instrumentos para su acabado
especies locales. También se recuperaron restos de (De Angelis 2008).
otros 6 géneros (Bromus sp., Carex sp., Cerastium En ambos sitios se recuperaron restos de pig-
sp., Festuca sp., Lolium sp. y Polygonum sp.) y diver- mentos de ocre tanto dispersos como en las áreas
sas familias entre las que destacan las gramíneas y de combustión.

952
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)

Las áreas de combustión y el combustible leña así producida era después recolectada y trans-
Las estructuras de combustión de ambas cho- portada por las mujeres, que para este fin utiliza-
zas presentan características similares. Se trata de ban una correa portadora con la que sujetaban los
fogones planos, sin preparación previa, que fueron haces. En cuanto a la morfología de la leña, Gusin-
utilizados presumiblemente para obtener luz y ca- de (1982 [1931]) señala que se utilizaban grandes
lor, aunque también para destruir los residuos, en troncos, que se iban acercando al fuego a medida
su interior se concentraban la mayoría de los res- que se consumían. Los textos citan también el uso
tos, todos ellos termoalterados. La estructura de de antorchas, confeccionadas con ramas de Empe-
combustión de Ewan I estaba parcialmente destrui- trum, en actividades como la caza de aves.
da por un antiguo pozo de huaqueo y una conejera, El estudio de los carbones de Ewan I y Ewan
por lo que no fue posible ni delimitar su perímetro II muestra pocas diferencias en el consumo del
ni la profundidad del sedimento termoalterado. combustible vegetal entre ambas chozas (Caruso
En cambio la estructura de combustión de Ewan 2008). Se recolectaron troncos y ramas de gran ta-
II-estructura 1 estaba en perfecto estado y, como maño de Nothofagus antarctica que es la especie
hemos señalado todavía conservaba leños parcial- predominante en el bosque que rodea Ewan, así
mente quemados de considerables dimensiones. lo indica tanto los leños recuperados como la débil
El área de combustión presentaba una sucesión curvatura de los anillos de crecimiento de la mayo-
de capas de diferente coloración y composición: ría de los carbones. Sin embargo en Ewan I apare-
F1- capa superior compuesta por ceniza, carbón cen algunos fragmentos de carbón de Empetrum
y huesos termoalterados, todo muy suelto. rubrum. La presencia de carbones de Empetrum
F2- por debajo de F1, se trata de una superficie es muy baja lo que contrasta con la gran cantidad
de sedimento amarillo rico en residuos óseos y de de semillas recuperadas. Su presencia podría rela-
moluscos calcinados que correspondía al centro del cionarse bien con el uso de ramas de esta especie
área de combustión y donde probablemente la ac- para confeccionar antorchas, uso mencionado en
ción del fuego fue más intensa. la literatura etnográfica, lo cual explicaría el hecho
F3- sedimento rojizo que en su parte superior de que las semillas carbonizadas se han encontrado
presentaba también abundancia de material ar- fuera del área de combustión, o con algún otro uso
queológico. Corresponde a sedimento original del en relación con la gestión del fuego. Eventualmen-
suelo, que debe el cambio de coloración a la expo- te también podría tener que ver con un modo de
sición continuada al calor. recolección de frutos para el consumo, arrancando
F4- capa de sedimento negro y estéril, producto ramas enteras con frutos para ser consumidos en la
también del calor del fuego y de la falta de oxige- choza y la posterior quema de las ramas sobrantes
nación. con frutos no comestibles, aunque para este modo
Como hemos señalado destaca la gran canti- de consumo no existan referencias etnográficas.
dad de restos recuperados en el interior del área Un rasgo sobresaliente del área de combustión
de combustión, especialmente de hueso. También de Ewan II-estructura 1 es precisamente la presen-
se recuperaron instrumentos, fragmentos y micro- cia de abundantes carbones y troncos de madera
lascas de vidrio que pueden haber sido arrojados al parcialmente carbonizados. Los análisis efectuados
fuego intencionalmente, algunos de estos restos sobre estos restos indican que se trata de madera
presentaban señales de alteración por causa del de Nothofagus antarctica, que es la más abundante
fuego. en el entorno del yacimiento. Cabe destacar las di-
El estudio de las estructuras de combustión mensiones de estos palos, sus diámetros máximos
también permite discutir el uso de la madera como oscilan entre los 19 y los 6 cm, mientras que la parte
combustible; los resultados obtenidos concuerdan conservada de los más largos tiene entre 83 y 190
con algunas de las menciones etnográficas sobre cm. Las dimensiones y marcas de corte de los palos
la gestión del combustible vegetal entre los Selk- indican que para su recolección se invirtió un cierto
nam. En las fuentes etnográficas hay pocas refe- tiempo de trabajo y que el combustible no se reco-
rencias sobre los combustibles utilizados, aunque lectó al azar, se escogieron troncos y ramas de gran
se describen ciertos aspectos de la recolección del porte y para su extracción se utilizaron instrumen-
combustible o la gestión del fuego. Gusinde (1982 tos. Los palos mayores estaban todos orientados
[1931]) indica que los niños y niñas se encargaban según su eje más grande en dirección Este-Oeste
de recolectar ramitas, las mujeres arrancaban ra- y ocupaban el sector Este del área de combustión.
mas de los árboles, mientras que los hombres aba- Esta disposición de los troncos tiene que ver con la
tían ramas y desarraigaban troncos con sus lazos. gestión del fuego y del espacio ocupado. Los datos
Generalmente se buscaba leña muerta, aunque se etnográficos describen que los troncos utilizados
evitaba aquella en proceso de descomposición. La como leña sobresalían por la puerta de la choza, es-

Bogdanovic et al. 953


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tos eran introducidos a medida que se consumían. por sus características y localización podrían co-
Según la disposición de los troncos del fogón es rresponder a los palos de las estructuras. Sin em-
factible considerar que su orientación puede estar bargo la fecha reciente del sitio está avalada por la
relacionada con la existencia de una abertura en la presencia de materiales de origen europeo como el
estructura habitacional. vidrio, el metal o los ovicápridos, presentes en am-
bas estructuras y en los sondeos realizados.
Cronología y época de ocupación del sitio También fue posible determinar que la madera
La conservación de troncos de madera de Ewan se cortó al inicio del periodo vegetativo del tronco,
I permitió datar el sitio mediante dendrocronolo- es decir, en primavera. Por otra parte la presencia
gía. La datación, realizada por G. Masaccessi situó de frutos de Empetrum indica que el sitio fue ocu-
la fecha de construcción de la choza en el año 1905 pado durante el verano, momento en que fructifi-
(Berihuete et al. 2007; Caruso, Berihuete y Mensua ca esta especie. Podemos considerar, por lo tanto,
2008). Hasta el momento no ha sido posible cofe- que nos encontramos con una ocupación de prima-
char los troncos de Ewan I y Ewan II-estructura 1, vera-verano. Cabe señalar que los datos etnográfi-
ello es debido al mal estado de conservación de la cos indican que desde finales de primavera hasta el
mayoría de los troncos, que han perdido la albura, otoño, cuando el alimento era más abundante, era
aunque también a problemas de la propia especie frecuente que diversas familias acamparan en los
para ser fechada por este método. La datación mismos lugares. Por otra parte las pautas de mo-
dendrocronológica sigue en curso y esperamos vilidad descritas por la etnografía indican que en
poder establecer el momento de corte de los tron- invierno se desplazaban hacia la costa, siguiendo la
cos de Ewan II, tanto los de la estructura 1 como de migración del guanaco, mientras que en primavera
otros troncos asociados a las diferentes áreas de y verano se establecían en el interior, por las mis-
combustión identificadas hasta el momento, que mas razones.

CONCLUSIONES

Así, en función de la información oral, de los Los restos localizados en cada una de las es-
datos arqueológicos de ambos sitios, de la con- tructuras excavadas (Ewan I y Ewan II-estructura 1)
frontación con la información etnográfica y de los muestran diferencias que sin duda son consecuen-
datos actualísticos y experimentales, información cia de las actividades específicas que se desarrolla-
actualística sobre otras chozas conocidas y expe- ron en uno y otro lugar. Las diferencias se dan tan-
rimentales, consideramos estar en condiciones de to en la localización y tamaño de las estructuras,
confirmar la atribución ceremonial de la localidad mayor en el caso de la choza ceremonial, como en
Ewan. Ewan I puede ser interpretado como la choza las categorías de materiales presentes en cada una
ceremonial, mientras que las diferentes estructuras de ellas. Tanto los restos alimentarios (vegetales y
localizadas en el sector de Ewan II corresponderían animales) como los restos de instrumentos e inclu-
a las estructuras domésticas. so algunos tipos de combustibles presentan dife-
Se trata de un lugar de reunión ocupado en rencias. Los resultados obtenidos presentan datos
primavera-verano, en el que se erigieron un míni- relevantes sobre el ceremonial selknam, pero tam-
mo de cuatro unidades habitacionales y una choza bién sobre las pautas de movilidad ya que la pre-
de gran tamaño para la celebración de un Hain. La sencia de materiales de origen costero (moluscos,
relación entre las estructuras consideramos queda peces y materias primas vítreas) indica que la línea
corroborada por la presencia de materiales de ori- de costa era visitada para abastecerse de determi-
gen europeo, la estación de ocupación indicada por nados recursos.
la fructificación de las semillas presentes.

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo forma parte del proyecto “Sociedad y ritual en grupos cazadores-recolectores. El uso del
bosque como espacio ritual entre los Selknam de Tierra del Fuego”, que se desarrolla en colaboración en-
tre el Centro Austral de Investigaciones Científicas en Ushuaia, la Universidad Autònoma y el Laboratorio
de Arqueología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Barcelona. Ha contado con subsi-
dios para excavaciones del Ministerio de Cultura de España (Programa de Excavaciones en el Extranjero
2003-2005).
Queremos destacar nuestro agradecimiento a la familia Goodall, que nos recibió con cordialidad y
apoyó en los trabajos de campo, así como a Natalie P. de Goodall, quien nos suministró información y do-

954
El paraje de Ewan, un lugar de reunión Selknam en el centro de la isla (Tierra del Fuego, Argentina)

cumentación. También a R. Daniels, a B. O’Byrne, y a todos los estudiantes e investigadores, argentinos


y españoles, que participaron en los trabajos de campaña.

BIBLIOGRAFÍA
Berihuete Azorín, M. 2008 El vidrio como materia prima introducida en
2006 Aportaciones de la carpología al análisis de la el período de contacto europeo en Tierra del Fuego.
gestión de los recursos vegetales en las sociedades Comunicación presentada en las VII Jornadas de
cazadoras recolectoras: el grupo selknam de Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En
Tierra del Fuego (Argentina). Tesis de Tercer Ciclo, este volumen.
Universidad Autònoma de Barcelona. Gusinde, M.
Berihuete, M., L. Caruso, G. Massaccesi, M. E. Mansur, 1982 [1931] Los indios de Tierra del Fuego. Tomo 1: Los
C. Mensua, V. Parmigiani y R. Piqué Selk’nam. Vol. 2, Buenos Aires: Centro Argentino de
2007 Estudios arqueobotánicos en Tierra del Fuego: Etnología Americana.
El caso de la localidad Ewan. Resúmenes Ampliados Mansur, M. E.
del XVI Congreso Nacional de Arqueología Argentina. 2003 El Corazón de la Isla. Arqueología de la zona
Número especial de la Revista Pacarina Tomo I: 91-97. central de Tierra del Fuego. En Mundos Fueguinos.
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Doce Miradas. Sobre Selknam, Yaganes y Kawesqar,
Universidad Nacional de Jujuy. Taller Experimental Cuerpos Pintados, editado por C.
Berihuete, M., L. Caruso, G. Massaccesi, M. E. Mansur, Odone y P. Mason, pp. 148-166. Santiago de Chile.
C. Mensua & R. Piqué Mansur, M. E., R. Piqué y A. Vila Mitja
2008 El aprovechamiento de los recursos vegetales 2004 Sociedad y Ritual en Tierra del Fuego.
entre las sociedades cazadoras recolectoras Excavaciones Arqueológicas en un Sitio Ceremonial
de Tierra del Fuego. En La alimentación en la del Corazón de la Isla. Actas del XV Congreso Nacional
América precolombina y colonial: una aproximación de Arqueología Argentina, Río Cuarto, en prensa.
interdisciplinar, editado por A. Capparelli, A. Chevalier Mansur, M. E., R. Piqué & A. Vila Mitja
& R. Piqué CSIC. pp. 21-40. Madrid. 2007 Étude du rituel chez les chasseurs-cueilleurs.
Camaros i Perez, E y V. Parmigiani Apport de l’ethnoarchéologie des sociétés de la Terre
2007 Análisis del material faunístico de sitios de de Feu. En Chasseurs-cueilleurs. Comment vivaient
la localidad Ewan (Tierra del Fuego). Resúmenes nos ancêtres du Paléolithique supérieur, editado por S.
Ampliados del XVI Congreso Nacional de Arqueología de Beaune, pp. 143-150. Paris.
Argentina. Número especial de la Revista Pacarina Mansur, M. E., A. Maximiano, O. Vicente & R. Piqué.
Tomo II: 619-623. Facultad de Humanidades y Ciencias 2007 Arqueología de Rituales en Sociedades
Sociales de la Universidad Nacional de Jujuy. Cazadoras-Recolectoras. Una aproximación desde
Camaros, E., V. Parmigiani y E. Verdún el Análisis del Espacio Socialmente Producido. En
2008 Espacio ritual, espacio doméstico: diferencias en Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras,
el uso del recurso faunístico en la sociedad selknam. desenterrando huesos...y develando arcanos, editado
Comunicación presentada en las VII Jornadas de por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde,
Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En pp. 741-754. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
este volumen. Massone, M., D. Jackson y A. Prieto
Caruso, L. 1993 Perspectiva arqueológica de los selk’nam. Col.
2008 Los usos de la madera entre los cazadores- Antropología, Centro de Invest. Diego Barros Arana,
recolectores selknam de Tierra del Fuego. Tesis de Santiago.
Tercer Ciclo, Universidad Autònoma de Barcelona. Maximiano Castillejo, A.
Caruso, L., M. E. Mansur y R. Piqué 2005 Métodos geocomputacionales aplicados al
2008 Las chozas de madera de la zona central de análisis espacial en arqueología. Tesis de Tercer Ciclo,
Tierra del Fuego. Comunicación presentada en las VII Universidad Autònoma de Barcelona.
Jornadas de Arqueología de la Patagonia, Ushuaia,
abril 2008. En este volumen.
Caruso, L., M. Berihuete y C. Mensua
2008 Las plantas como recurso entre los cazadores-
recolectores selknam: aportes del análisis
arqueobotánico del sitio Ewan (Tierra del Fuego).
Comunicación presentada en las VII Jornadas de
Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En
este volumen.
Chapman, A.
1986 Los Selk’nam. La vida de los Onas. Buenos Aires:
Emecé editores.
De Angelis, H.

Bogdanovic et al. 955


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

956
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una
ocupación costera de cazadores terrestres¹
Elisa Calás1 y Marcela Lucero2

A B S T R A C T

This paper presents the excavation findings at the Marazzi 2 site (Bahía Inútil, Tierra del
Fuego). The characteristics of the settlement, its chronological context, and the lithic
and archaeofaunistic evidence are submitted. Finally, the adscription of the cultural
deposits is discussed as well as the different occupations represented at the site.

INTRODUCCIÓN

El sitio Marazzi 2 se ubica en la costa de Bahía


Inútil, Tierra del Fuego (Figura 1), sector donde se
han encontrado numerosos vestigios arqueológi-
cos, desde hallazgos aislados a sitios arqueológicos
(Massone, Morello, Prieto, San Román, Martin y
Cárdenas 2003). Este sitio, descubierto por Carlos
Urrejola en 1970, presenta la particularidad de ser
uno de los pocos sitios en el norte de Tierra del
Fuego que posee una estratigrafía tan profunda
(aproximadamente 150 cm). El yacimiento ha sido
intervenido en varias ocasiones, diferenciándose
distintas ocupaciones similares entre sí. Particu-
larmente, en el estrato más profundo de dos de las
unidades excavadas, se reconoció un conchal más
compacto y con abundantes restos de carbón (Mo-
rello et al. 1998; Morello et al. 2004). Esto, junto a la
presencia de instrumentos óseos elaborados sobre Figura 1. Mapa de ubicación del sitio Marazzi 2.
huesos de mamíferos marinos en estratos superio-
res, sembró dudas respecto al origen de esta ocu- Este trabajo pretende comenzar a dilucidar este
pación: ¿Se trataba de un asentamiento costero de interrogante, entregando nuevos antecedentes del
cazadores terrestres o estábamos ante una ocupa- sitio y poniendo un especial énfasis en el conjunto
ción de grupos canoeros? arqueofaunístico.

SITIO Y ESTRATIGRAFÍA

Ubicado cerca de la desembocadura del río rello et al. 1998). El Sector 1 (de aproximadamente
Torcido, en el sector sur-oriental de Bahía Inútil, 6000 m²), ubicado a 35 m de la línea de alta marea
este sitio fue dividido en dos sectores, separados actual de la bahía, corresponde a la terraza fluvial
por aproximadamente 100 m de largo, según su baja del río Torcido (2-3 m s.n.m.), la cual presen-
geomorfología y componente arqueológico (Mo- taba, en áreas erosionadas y perfiles expuestos,

1 Licenciada en Arqueología, Universidad de Chile. elisa.calas @gmail.com


2 Arqueóloga, Universidad de Chile. [email protected]

Calás - Lucero 957


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 2. Vista general de los sectores del sitio Marazzi 2.

restos de un conchal poco denso aproximadamen-


te 100 m río arriba desde la desembocadura del
mismo. El Sector 2, que abarca un área menor, se
ubica en la terraza alta que se extiende frente a la
desembocadura de este río (10 m s.n.m.), la cual no
presenta planicies fluviales. Aquí se encontraron,
también en áreas erosionadas y perfiles expuestos,
una punta de proyectil, una bola lítica, desechos de
talla y algunos restos óseos (Figura 2) (Morello et
al. 1998; Morello et al. 2004).
Este sitio ha sido excavado en tres oportunida-
des. En la primera ocasión se excavó el Sector 2, en
una superficie de 4 m² denominada unidad 3C. En
una segunda oportunidad se realizaron dos pozos
de sondeo de 1 m² en el Sector 1, éstas son las uni-
dades 25N/35E y 90N/1E, donde la última presentó
el estrato de conchal más denso mencionado ante-
riormente (Morello et al. 1998; Morello et al. 2004).
Finalmente se realizó un nuevo sondeo de 1 m² en
el Sector 1, junto a la unidad 90N/1E, denominada
unidad 3 (Figura 3). Esta última tuvo como objetivo
reevaluar la composición estratigráfica y confirmar
las características del estrato más profundo obser-
vado anteriormente en la unidad 90N/1E.
Los estratos con materiales culturales de las
unidades intervenidas en el Sector 1 alcanzaron
profundidades que van entre 140 y 150 cm. Duran-
te la excavación de la unidad 3, se confirmaron los Figura 3. Planta del Sector 1 del sitio Marazzi 2 con la
ubicación de los pozos de sondeo (Tomado de Morello
mismos estratos observados en la unidad 90N/1E, et al. 2004).
por lo que estas dos unidades serán analizadas en
conjunto. En éstas, los estratos con materiales cul-

958
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

Figura 4. Perfil Oeste del pozo 3 (izquierda), perfil Sur del pozo 90N/1E (centro) y perfil Norte del pozo 25N/35E
(derecha), Sector 1.

turales van del B al E (Figura 4). De la unidad 90N/1E


se obtuvo un fechado de 2745 ± 40 AP (sobre car-
bón) en el nivel 140-150 cm (estrato E). Por su parte,
en la unidad 25N/35E los estratos culturales van del
A al D (Figura 4), y de aquí se obtuvo un fechado de
1965 ± 40 AP (sobre corte perimetral en fémur dis-
tal de guanaco) a los 82 cm de profundidad (estrato
C) (Morello et al. 2004).
En el Sector 2, los niveles con materiales cul-
turales alcanzaron sólo los 85 cm, comprendiendo
desde el estrato A al E (Figura 5). Aquí se obtuvo un
fechado de 910 ± 70 AP (sobre fragmento de pel-
vis y vértebras de guanaco) entre los 30 y 40 cm de
profundidad (estrato C) (Morello et al. 1998).
Las excavaciones realizadas en el sitio han re- Figura 5. Perfil Este de unidad 3C, Sector 2 (Tomado de
velado diferentes ocupaciones, por lo que se de- Morello et al. 1998).
cidió realizar los análisis respetando los estratos
naturales de las distintas unidades. Las unidades 3 evidencias de un importante grado de disturbación
y 90N/1E serán analizadas en conjunto, pues pre- en los niveles superiores, probablemente asociada
sentan la misma estratigrafía. Es importante se- a la acción de roedores fosoriales (coruros) y otros
ñalar que todas las unidades revisadas presentan agentes como el pisoteo de ganado.

LA FAUNA

La excavación de estas cuatro unidades per- Román 2003).


mitió recuperar más de 6421 restos óseos, más de De los 6421 restos óseos, 2633 (41%) fueron de-
3500 fragmentos malacológicos y más de una trein- terminados anatómica y taxonómicamente (NISP),
tena de instrumentos óseos. Esta muestra corres- y representan la base del presente estudio (Tabla
ponde a la totalidad de los materiales recolectados 1).
durante las excavaciones. La excepción son los res- En general, el conjunto total se encuentra en
tos malacológicos, de los cuales, en las cuadrículas buenas condiciones de conservación. La meteori-
25N/35E y 90N/1E, sólo se recolectó una muestra zación es muy baja, lo que indica un rápido entierro
de 10 litros por cada nivel artificial de 10 cm (San de los restos. Esto seguramente incide en la baja

Calás - Lucero 959


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Mamíferos Terrestres Mamíferos Marinos


Unidad Estrato Aves Peces TOTAL Conchas*
Guanaco Zorro Roedores indet. Otáridos Cetáceos
A 140 3 95 14 2 1 44 4 302 54
B 104 4 24 14 4 1 18 - 169 32

25N/35E C 321 2 35 13 5 1 11 4 392 391


D 27 1 3 3 - - - - 34 75
A - - - - - - - - - 6
B 243 3 92 48 5 - 89 5 485 226
C 430 5 104 42 6 1 73 2 663 1016

3 D 238 3 29 25 5 1 51 11 363 1362


E 47 1 2 7 3 1 14 3 78 338
90N/1E
F 1 - - - - - - - 1 -
A 4 1 15 3 - - 3 - 26 2
B 65 2 36 - - - 3 - 106 7

3C C 7 1 2 - - - 1 - 12 2
D 3 - - - - - - - 3 -

TOTAL 1630 26 437 169 30 6 307 29 2633 3511

Tabla 1. NISP por unidad y estrato del sitio Marazzi 2.


* Para el caso de los restos malacológicos se contabilizó a través de MNI.

presencia de marcas causadas por agentes natura- Unidades 3 y 90N/1E


les: huellas de roedor (6,4%) y huellas de carnívoro El conjunto óseo de estas unidades está
(3,3%). Sin embargo, las modificaciones causadas compuesto por 1590 especímenes (60,3% del to-
por raíces son muy abundantes (67,1%), lo que po- tal), más 2948 restos de moluscos (84% del total).
dría deberse a la densa cubierta herbácea que pre- Dentro de este conjunto, el taxón dominante, en
senta el sector de emplazamiento del sitio (Figura términos de NISP, es claramente el guanaco (Lama
6). guanicoe) (60,3%), seguido por aves (14,3%), roe-
dores (14,3%), mamífero indeterminado (7,6%),

Figura 6. Tafograma de todas las unidades revisadas.

960
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

Figura 7. Gráfico de distribución de MNE de las unidades de 3 y 90N/1E.

peces (1,3%), otáridos (1,2%), zorro colorado (Dusi- no habría sido afectada significativamente por la
cyon culpaeus) (0,8%) y cetáceos (0,2%) (Figura 7). densidad mineral de los huesos. La única excep-
El guanaco es el taxón que domina en toda la ción la encontramos para los individuos adultos del
secuencia (NISP=959) (Tabla 2). Este grupo se en- estrato E, donde se observa una leve tendencia a
cuentra representado principalmente por indivi- que se encuentren más representadas las unidades
duos adultos (Figura 13), con porcentajes (MNI) de menor densidad (r=-0,299 p=0,030 n=53). Sin
que van entre 57,2 (estrato B) y 71,5 (estrato C), embargo, es necesario aclarar que la muestra que
aunque la cantidad de individuos jóvenes no deja aportó este estrato es bastante menor en compa-
de ser menor (entre 28,5% y 42,8%). Es llamativa ración a los estratos superiores, por lo que este re-
la presencia recurrente de individuos neonatos, los sultado podría ser poco representativo.
que incluso llegan a conformar el 100% de los indi- De esta forma, encontramos representado casi
viduos juveniles en el estrato D. Dentro del conjun- la totalidad del esqueleto (Figura 17), el cual exhibe
to de guanacos se pudieron identificar también al múltiples huellas de origen cultural. Las más abun-
menos dos individuos machos (estratos C y D) y una dantes son las huellas de corte (entre 9,5% en el
hembra (estrato D). estrato B y 30% en el estrato C), las que se pueden
También se realizó un análisis de utilidad eco- observar en la mayor parte de las unidades anató-
nómica, para lo cual se usó el índice propuesto por micas (Figura 8). Este tipo de huellas son producto
Borrero (1990). Este análisis no arrojó resultados tanto de actividades de trozamiento y desarticu-
significativos, lo que quiere decir que, en este caso, lación, como también de descarne. También son
la representación de unidades esqueletarias no de- frecuentes las huellas de impacto por percusión
pende de la cantidad de carne adherida a éstas. sobre los huesos, las que, en su totalidad, se ubican
La única excepción se presenta en el estrato D, sobre huesos largos (entre 3,3% en el estrato B y
para los individuos jóvenes, pues aquí se observa 10,6% en el estrato E). Además de esto, se obser-
una leve tendencia a que se encuentren mayor- varon algunos artefactos óseos, entre los que pre-
mente representadas las unidades de mayor rendi- dominan los huesos largos con corte perimetral (3
miento cárneo (r=0,385 p=0,005 n=52). en el estrato B, 11 en el estrato C y 1 en el estrato
Además se ha realizado un análisis de densi- E). También aparecen otro tipo de artefactos, de
dad ósea, para lo cual se utilizó el índice propues- los cuales uno se identificó como retocador y otro
to por Stahl (1999). Aquí los resultados muestran como punzón, además de unos probables yunques
que la representación de unidades esqueletarias óseos y un hueso largo con restos de pigmento. Los

Calás - Lucero 961


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

25N/35E 3 y 90N/1E 3C
TOTAL
A B C D B C D E F A B C D
Cráneo+Maxila 4 3 19 - 9 19 13 1 - - - - - 68
Mandíbula 2 1 4 1 3 5 4 - - - - - - 20
Incisivos 3 4 1 - 1 4 2 - - - 2 - - 17
Caninos - 1 - - 2 3 - - - - 1 - - 7
Molares 7 3 2   13 11 18 1     4   3 62
Hyoides 3 1 - - 2 1 2 - - - - - - 9
Atlas 4 - 2 - - 3 3 - - - 1 - - 13
Axis - - 2 - - 1 2 1 - - - - - 6
V. Cervical 4 5 13 1 10 16 12 6 - - - - - 67
V. Torácica 5 4 16 - 8 25 13 4 - - 2 2 - 79
V. Lumbar 10 6 23 1 14 22 14 3 - - 1 2 - 96
V. Sacra - 3 - - 1 5 - 1 - - 2 - - 12
V. Caudal - - 2 - - 3 3 - - - - - - 8
V. indet. 8 - 4 - 1 3 7 3 - - 3 - - 29
Esternebra - - 1 - 1 - - - - - 1 - - 3
Costilla 9 16 48 3 18 32 18 1 - - 5 1 - 151
Arco Intercostal 1 - 1 - 1 - - - - - - - - 3
Escápula 1 3 9 2 3 12 3 1 - - - - - 34
Húmero Px 1 2 5 - 1 4 - - - - - - - 13
Húmero Df 1 1 8 4 2 12 2 3 - - 3 - - 36
Húmero Ds 1 - 8 1 1 6 5 3 - - 1 - - 26
Radio Ulna Px 2 3 2 - 2 6 3 - - - 1 - - 19
Radio Ulna Df 3 2 7 1 3 11 8 1 - - 1 - - 37
Radio Ulna Ds 1 2 7 - 2 4 1 1 - - - - - 18
Carpianos 5 5 6 1 18 26 11 1 1 1 7 - - 82
Metacarpo Px 1 - 8 1 1 6 3 - - - - 1 - 21
Falange 1 anterior 5 2 5 1 6 8 - - - - 2 - - 29
Falange 2 anterior 1 - 2 - 4 10 - - - - 2 - - 19
Falange 3 anterior - - - - - 1 - - - - - - - 1
Pelvis 2 - 7 - 1 11 3 2 - - - - - 26
Fémur Px 2 1 5 1 2 2 3 - - - - - - 16
Fémur Df 1 1 5 1 4 6 4 2 - - 1 - - 25
Fémur Ds - 1 - 1 2 1 2 1 - - - - - 8
Patella 1 - - - 1 1 - - - - - - - 3
Tibia Px 2 - 9 2 - 4 3 - - - - - - 20
Tibia Df 1 4 9 2 5 15 13 1 - - 1 1 - 52
Tibia Ds 2 3 3 - 3 7 1 3 - - 1 - - 23
Astrágalo 1 2 3 - 2 6 2 - - - - - - 16
Calcáneo 2 2 2 - 3 6 2 - - - 2 - - 19
Tarsianos 5 2 9   13 11 6 1   1 2     50
Metatarso Px 3 2 - 1 4 12 3 - - - 3 - - 28
Falange 1 posterior - 1 3 - 3 4 1 - - - 1 - - 13
Falange 2 posterior - 1 - - 1 2 1 - - - 1 - - 6
Falange 3 posterior - - - - - 1 - - - - - - - 1
Hueso corto indet. - - - - - - - - - - 1 - - 1
Metapodio Px 1 - 2 - 1 5 1 - - - - - - 10
Metapodio Df 10 2 19 - 9 15 7 2 - - 2 - - 66
Metapodio Ds 2 5 10 1 13 21 10 1 - 1 3 - - 67
Falange 1 indet. 14 5 24 - 27 30 19 1 - 1 5 - - 126
Falange 2 indet. 3 1 5 - 10 5 6 1 - - - - - 31
Falange 3 indet. - 2 - 1 4 - - - - - - - - 7
Falange indet. 1 - - - 2 1 1 - - - 1 - - 6
Sesamoideo 5 2 1 - 6 5 3 1 - - 2 - - 25

TOTAL 140 104 321 27 243 430 238 47 1 4 65 7 3 1630

Tabla 2. NISP de Lama guanicoe por unidad anatómica.

962
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

restos óseos con huellas de exposición al fuego son en estratos B y C) y caviormofos indeterminados
mínimos, correspondiendo en todos los estratos al (1,9% - exclusivamente en estrato C). La presencia
2% del total, a excepción del estrato E, donde re- de huellas de ácidos digestivos en algunos especí-
presentan el 19%. menes evidencia que algunos restos fueron intro-
ducidos al yacimiento por aves o zorros. Sin em-
bargo, en el estrato B se encontró una mandíbula
de Ctenomys magellanicus quemada y que también
presentaba huellas de corte (Figura 9). Este tipo de
evidencia nos indica que parte del conjunto de roe-
dores, o al menos de Ctenomys magellanicus, fue
introducido al sitio por acción antrópica. A pesar de
esto, la ausencia de más restos óseos quemados o
con algún tipo de huella cultural, junto con la rela-
tiva completitud de las unidades anatómicas, nos
hace suponer que la mayor parte de este conjunto
fue introducido por agentes naturales.

Figura 8. Húmero distal de Lama guanicoe con huellas


de corte.

Figura 9. Fragmento de mandíbula de Ctenomys ma-


El grupo de aves es el segundo más abundante gellanicus con huellas de corte y termoalteración.
en estas unidades (NISP=227) (Tabla 5), con por-
centajes que fluctúan entre un 11% (estrato C) y un
18,4% (estrato B). Del total de restos óseos atribui-
dos a aves, un 68,3% pudo ser adscrito a alguna ca- El conjunto de peces es bastante reducido
tegoría taxonómica. Las más abundantes son Pha- (NISP=21), no encontrándose más que un par de es-
lacrocorax sp. y Spheniscus magellanicus, la primera pecímenes por estrato (Tabla 6). Los taxones iden-
dominando en los estratos B y C, y la segunda en el tificados son: Macruronus magellanicus (merluza
estrato D. En el estrato E, el taxón más represen- de cola), Austrolycus sp. (morena) y Genypterus sp.
tado es Diomedeidae, sin embargo la muestra es (congrio). El primero de estos habita aguas abier-
muy pequeña y puede ser poco significativa. Otros tas, sin embargo suele varar en la costa durante
taxones presentes, en baja cantidad, son: Anatidae, la estación estival. Los otros dos taxones viven en
Chloephaga sp., Larus sp. y algún Sphenicido inde- la zona intermareal, Genypterus sp. no es muy co-
terminado. Las huellas culturales en estos restos mún, y Austrolycus sp. habita entre las rocas. Estas
son más bien escasas, sólo se encuentran huellas especies son muy poco frecuentes en los sitios de
de corte en unos pocos restos de Spheniscus ma- cazadores terrestres de Tierra del Fuego, de forma
gellanicus, Anatidae, Diomedeidae y restos de ave que el conjunto hallado se asemeja más a contex-
indeterminada (NISP=8). Además algunos escasos tos naturales de Tierra del Fuego (Torres 2007).
especimenes de Spheniscus magellanicus y Phala- Los restos de otáridos también son bastante es-
crocorax sp. presentan evidencia de exposición al casos (NISP=19) (Tabla 3). Sólo un húmero comple-
fuego (NISP=3). to del estrato C pudo adscribirse a un macho adulto
El grupo de roedores se encuentra representa- de Otaria flavescens, el cual también presentaba
do en el mismo porcentaje que las aves (NISP=227) huella de corte. Los demás restos, bastante parejos
(Tabla 4). Aquí predomina Ctenomys magellanicus en los distintos estratos, no pudieron identificarse a
con proporciones muy altas (entre 89% y 100%), nivel de especie. Destaca un hueso de poppie que-
seguido por cricétidos (entre 6,7% y 10,9% - sólo mado (estrato E), y dos con huellas de corte (estra-

Calás - Lucero 963


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Otaria flavescens Indet. Total


Unidad Estrato
NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI
A - - - 2 1 1 2 1 1
B 1 1 1 3 3 1 4 4 1

25N/35E C 1 1 1 4 4 1 5 5 2
D - - - - - - - - -
A - - - - - - - - -
B - - - 5 5 1 5 5 1
C 1 1 1 5 3 1 6 4 1

3 D - - - 5 4 1 5 4 1
E - - - 3 3 1 3 3 1
90N/1E
F - - - - - - - - -

TOTAL - 3 3 3 27 23 7 30 26 8

Tabla 3. Resumen de los restos de otáridos.

to B y E). y Mytilidae respectivamente, aunque también se


Dusicyon culpaeus se encuentra escasamente encuentran otras como Odontocymbiola magella-
representado (NISP=12) por unos pocos especíme- nica, Tegula atra, Trophon sp., Chitonidae, Loxechi-
nes en cada estrato (Tabla 8), ninguno de los cuales nus albus y Venus antiqua, representadas por muy
presenta huellas culturales. Destaca la presencia de pocos especimenes. La familia Mytilidae, presente
un cráneo y una mandíbula completa en el estrato en los estratos C, D y E, es ampliamente superada
D. por Nacellidae, aunque presenta mayores porcen-
Los restos de cetáceos, aunque escasos tajes en el estrato E (32%). Ambos taxones se distri-
(NISP=3), son bastante interesantes. En el estrato C buyen abundantemente en el intermareal superior,
se encontró una cuña elaborada sobre costilla, en el que al ser expuesto por la baja marea es fácilmente
estrato D un hueso de cetáceo seccionado (Figura accesible, aún cuando se trate de poblaciones sin
10) y, por último, un hueso quemado en el estrato una especialización costera. La excepción es Odon-
E. tocymbiola magellanica (piquilhue), que habita el
Los restos malacológicos (MNI=2948) están re- submareal, aunque no es extraño encontrar esta
presentados principalmente por la clase Gastropo- concha en la playa. Registros etnográficos señalan
da (84,1%), seguido de la clase Bivalvia (15,9%) (Ta- que los selk’nam utilizaban estas conchas como
bla 7). Los taxones más abundantes son Nacellidae recipientes de líquido, transportándolas con ellos
incluso al interior (Gusinde 1982). Además, en el
estrato C se encontró un colgante con perforación
elaborado en concha (Figura 11).

Unidad 25N/35E
El conjunto óseo de esta unidad está compues-
to por 898 especímenes (34,1% del total), más 552
restos de moluscos (15,7% del total). Dentro de
este conjunto, el taxón dominante, en términos de
NISP, es claramente el guanaco (65,9%), seguido
por roedores (17,5%), aves (8,1%), mamífero inde-
terminado (4,9%), otáridos (1,2%), zorro colorado
(1,1%), peces (0,9%), y cetáceos (0,3%) (Figura 12).
Nuevamente el guanaco es el taxón que domi-
na en toda la secuencia (NISP=592) (Tabla 2). En
esta unidad los individuos jóvenes son igualmente
abundantes (Figura 13), con porcentajes (MNI) que
van entre 25% (estrato A) y 50% (estrato B y D), en-
contrándose también una recurrencia en la presen-
cia de individuos neonatos, los que se registraron
en todos los estratos. Dentro del conjunto de gua-
Figura 10. Hueso de cetáceo seccionado.

964
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

Figura 11. Colgante elaborado sobre concha.

nacos se pudo identificar también a un individuo tadas las unidades de mayor rendimiento cárneo
hembra en el estrato C. (r=0,288 p=0,038 n=52 y r=0,279 p=0,045 n=52, res-
El análisis de utilidad económica realizado para pectivamente).
esta unidad tampoco arrojó resultados significati- El análisis de densidad ósea no mostró ningún
vos, lo que quiere decir que, al igual que en las cua- resultado significativo, por lo cual la representa-
drículas anteriores, la representación de unidades ción de unidades esqueletarias no habría sido afec-
esqueletarias no depende de la cantidad de carne tada significativamente por la densidad mineral de
que éstas poseen. Nuevamente, las únicas excep- los huesos.
ciones se presentan en los individuos jóvenes de Aquí también encontramos representada casi la
los estratos C y D, donde se observa una leve ten- totalidad del esqueleto (Figura 17), el cual presenta
dencia a que se encuentren mayormente represen- diversas huellas de tipo cultural. Al igual que en las

Figura 12. Gráfico de distribución de MNE de la unidad 25N/35E (Leyenda como en figura 7).

Calás - Lucero 965


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 13. Clases de edad de Lama guanicoe (%MNI).

unidades anteriores, el tipo de huellas más abun- dos artefactos a los cuales no fue posible asignarles
dante son las de corte (entre 4,9% en el estrato A y una función, un probable yunque óseo, y un hueso
28,7% en el estrato C), producto de actividades de largo con restos de colorante (Figura 14).
trozamiento, desarticulación y descarne, las que se El segundo grupo más grande en esta unidad es
pueden observar en la mayor parte de las unidades el de roedores (NISP=157) (Tabla 4). Nuevamente
anatómicas. En algunos pocos casos, este tipo de es Ctenomys magellanicus el que domina en toda
huellas se encuentra asociado a marcas de raspa- la secuencia, con porcentajes que fluctúan entre
do y machacado. También son muy frecuentes las un 67,4% (estrato A) y un 74,3% (estrato C), a ex-
huellas de impacto por percusión sobre los huesos cepción del estrato C donde este taxón representa
(entre 3,8% en el estrato B y 37% en el estrato D), el 100% (NISP=3). La presencia de cricétidos es un
las que en su gran mayoría se ubican sobre huesos poco más alta que en las unidades anteriores (entre
largos, aunque también se registró este tipo de 20,8% y 31,6%), mientras que la de caviomorfos es
huellas sobre vértebras lumbares y escápula. Los muy escasa (1% - exclusivamente en estrato A). La
restos óseos con huellas de exposición al fuego son presencia de restos con evidencias de ácidos diges-
muy escasos; 4,3% en el estrato A, 1% en el estrato tivos es mínima, y sólo se registran en los estratos
B y 0,6% en el estrato C, no encontrándose restos A y B, por lo que es posible que algunos de estos
con este tipo de evidencia en el estrato D. También restos hayan sido ingresados al yacimiento por la
se registraron algunos artefactos óseos, en donde acción de aves o zorros. Sin embargo, la presencia
nuevamente predominan los huesos largos con de una pelvis con huellas de exposición al fuego en
corte perimetral (3 en el estrato B y 3 en el estrato el estrato D nos indicaría un probable consumo de
C). Además de estos, se registró un punzón y otros Ctenomys magellanicus. A pesar de esto, y al igual

Figura 14. Artefacto elaborado sobre metacarpo de Lama guanicoe.

966
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

Estra- Ctenomys sp. Cricétidos Caviomorfos Total


Unidad
to NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI
A 64 42 5 30 23 4 1 1 1 95 66 10
B 19 16 4 5 5 2 - - - 24 21 6
25N/35E C 26 23 3 9 9 3 - - - 35 32 6
D 3 3 1 - - - - - - 3 3 1
A - - - - - - - - - - - -
B 82 55 9 10 9 3 - - - 92 64 12
C 95 79 11 7 7 2 2 2 1 104 88 14
3 D 29 26 4 - - - - - - 29 26 4
90N/1E
E 2 2 1 - - - - - - 2 2 1
F - - - - - - - - - - - -
A 9 8 2 1 1 1 5 2 1 15 11 4
B 28 25 5 1 1 1 7 3 1 36 29 7
3C C 4 4 1 - - - - - - 4 4 1
D - - - - - - - - - - - -

TOTAL - 361 283 46 63 55 16 15 8 4 439 346 66

Tabla 4. Resumen de los restos de roedores.

que en las unidades anteriores, la ausencia de más presentes, en baja cantidad, son: Diomedeidae,
restos óseos quemados o con algún tipo de huella Larus sp. y algún Sphenicido indeterminado. En
cultural, junto con la relativa completitud de las esta unidad no se registraron especímenes de este
unidades anatómicas, evidencia que la mayor parte grupo con huellas de corte, pero sí algunos con evi-
de este conjunto fue introducido por agentes natu- dencias de exposición al fuego (Phalacrocorax sp.
rales. y ave indeterminada en el estrato A, y Spheniscus
La presencia de aves es bastante menor en com- magellanicus en el estrato B).
paración a las unidades anteriores (NISP=73) (Tabla El conjunto de otáridos es bastante reducido
5), mostrando porcentajes entre 2,8% (estrato C) y (NISP=11) (Tabla 3), encontrándose totalmente au-
14,5% (estrato A), encontrándose totalmente au- sentes en el estrato D. Sólo dos especímenes pu-
sentes los restos de este grupo en el estrato D. Del dieron adscribirse a Otaria flavescens (una falange
total de restos óseos atribuidos a aves, un 47,9% en el estrato B y un fragmento de mandíbula en
pudo ser adscrito a alguna categoría taxonómica. el estrato C). Además, se registraron dos costillas
La que predomina en todos los estratos es Phala- con huellas de corte (estratos B y C, Figura 15) y un
crocorax sp., seguido por Spheniscus magellanicus fragmento de hueso largo quemado (estrato C).
y, en el estrato A, también por Anatidae. Además, Por último, se encuentra un hueso de poppie en el
en el estrato A se registró la presencia de un espé- estrato C (fragmento de maxilar).
cimen de Phalacrocorax sp. juvenil. Otros taxones Los restos de Dusicyon culpaeus también son

Figura 15. Costilla de otárido con huellas de de corte.

Calás - Lucero 967


968

Es-
Phalacrocorax
Unidad tra- S. magellanicus Chloephaga sp. Diomedeiade Anatidae Larus sp. Sphenicido Indet. Total


sp.
to

NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI NISP MNE MNI

A 12 10 1 4 3 1 - 1 1 1 1 1 4 1 1 - - - 1 1 1 22 21 5 44 38 11

B 5 5 1 2 2 1 - - - - - - - - - 1 1 1 1 1 1 9 8 4 18 17 8
25N/35E C 2 2 1 - - - - - - - - - 1 1 1 - - - 1 1 1 7 6 3 11 10 6

D - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

A - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

B 55 48 3 7 7 1 1 1 1 3 2 1 2 2 1 1 1 1 - - - 20 18 3 89 79 11

C 24 20 2 16 14 2 2 2 1 3 3 1 1 1 1 1 1 1 - - - 26 18 4 73 59 12
3 D 8 8 1 15 14 2 1 1 1 3 3 1 3 3 1 - - - 1 1 1 20 17 3 51 47 10
90N/1E
E 1 1 1 1 1 1 - - - 4 3 1 1 1 1 1 1 1 - - - 6 6 3 14 13 8

F - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

A 2 2 1 1 1 1 - - - - - - - - - - - - - - - - 3 3 2

B 1 1 1 1 1 1 - - - - - - - - - - - - - - - 1 1 1 3 3 3
3C C 1 1 1 - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 1 1 1

D - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

TOTAL - 111 98 13 47 43 10 4 5 4 14 12 5 12 9 6 4 4 4 4 4 4 111 95 26 307 270 72

Tabla 5. Resumen de los restos de ave


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

MNE M. magellanicus

Austrolycus sp.

Genypterus sp.
Merluccius sp.
Estrato

Indet.

Total
Unidad

NISP

NISP

NISP
NISP

NISP

NISP

MNE

MNE

MNE
MNE

MNE

MNI

MNI
MNI

MNI
MNI

MNI
A - - - 1 1 1 - - - - - - 3 3 1 4 4 1
B - - - - - - - - - - - - - - - - - -
25N/35E
C 4 4 1 - - - - - - - - - - - - 4 4 1
D - - - - - - - - - - - - - - - - - -
A - - - - - - - - - - - - - - - - - -
B 1 1 1 - - - - - - - - - 4 2 1 5 3 1
3 C - - - - - - 1 1 1 - - - 1 1 1 2 2 1

90N/1E D 1 1 1 - - - - - - 2 2 1 8 5 1 11 8 2
E 2 2 1 - - - - - - - - - 1 1 1 3 3 1
F - - - - - - - - - - - - - - - - - -

TOTAL - 8 8 4 1 1 1 1 1 1 2 2 1 17 12 5 29 24 7

Tabla 6. Resumen de los restos de peces.

muy escasos (NISP=10), encontrándose unos pocos turnas. Al igual que en las unidades anteriores, es-
especímenes en cada estrato (Tabla 8), ninguno de tos taxones son muy poco frecuentes en los sitios
los cuales presenta huellas culturales. La única ex- de cazadores terrestres de Tierra del Fuego, de for-
cepción se encuentra en el estrato C, donde se re- ma que el conjunto hallado se asemeja más a con-
gistra un instrumento elaborado sobre un húmero. textos naturales de Tierra del Fuego (Torres 2007).
Los restos de peces son aún más escasos Los restos de cetáceos son mínimos (NISP=3).
(NISP=8), encontrándose sólo en los estratos A y C Se trata de una vértebra caudal completa (estrato
(Tabla 6). Los taxones identificados fueron Macru- A), un hueso seccionado (estrato B) y una cuña fina
ronus magellanicus (merluza de cola) y Merluccius de mamífero marino (aunque también podría ser
sp. (merluza común), esta última es una especie de otárido).
demersal con migraciones verticales diurnas y noc- En cuanto a los restos malacológicos, durante la

25N/35E 3 y 90N/1E 3C TOTAL


A B C D A B C D E A B C
CLASE BIVALVIA 6 7 76 26 - - 88 274 108 - 1 - 586
Mytilus chilensis 5 6 59 11 - - 75 209 92 - 1 - 458
Perumytilus purpuratus 1 1 17 15 - - 11 60 14 - - - 119
Aulacomya atra - - - - - - 1 4 - - - - 5
Venus antiqua - - - - - - 1 1 2 - - - 4
CLASE GASTROPODA 48 25 315 49 6 226 928 1088 230 2 6 2 2924
Nacella P. magellanica 46 23 311 48 - 83 334 347 172 - 2 - 1366
Nacella P. deurata - - - - 6 143 588 740 56 - - - 1533
Nacella sp. - - - - - - - - - 2 4 1 7
Odontocymbiola magellanica - - - - - - - 1 - - 1 2
Regula atra - - - - - - 1 - - - - - 1
Trophon sp. - - 1  1  -  - 1  -  - - - - 2
Chitonidae 1 1 - - - - 1 - 1 - - - 4
Fisurella sp. 1 - - - - - - - - - - - 1
Loxechinus albus - 1 3 - - - 3 1 - - - - 8
TOTAL MOLLUSCA 54 32 391 74 6 226 1016 1362 338 2 7 2 3510

Tabla 7. Resumen de los restos malacológicos.

Calás - Lucero 969


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

excavación sólo fue recuperada una muestra equi- bién se pudo identificar la presencia de al menos un
valente a aproximadamente el 10% del total. Esta individuo hembra en el estrato C.
muestra fue analizada en su totalidad (MNI=552) Los análisis de utilidad económica y de densi-
(Tabla 7). Aquí también domina la clase Gastropo- dad ósea sólo se realizaron para el estrato B, pues
da (79,2%), seguida por Bilvalvia (20,8%). Los taxa los demás estratos poseían una muy baja cantidad
más abundantes son Nacellidae y Mytilidae respec- de especímenes. Estos análisis no arrojaron resul-
tivamente, aunque también se encuentran otras tados significativos, lo que quiere decir que la re-
como Trophon sp., Chitonidae, Loxechinus albus y presentación de unidades esqueletarias, al menos
Fisurella sp., representadas por muy pocos especí- en este estrato, no dependería ni de la cantidad de
menes. Todos estos taxones se distribuyen abun- carne adherida a éstas ni de la densidad mineral de
dantemente en el intermareal superior, que al ser los huesos.
expuesto por la baja marea es fácilmente accesible, En esta unidad el esqueleto se encuentra me-
aún cuando se trate de poblaciones sin una espe- nos representado, con algunas unidades que se
cialización costera. encuentran totalmente ausentes (p.e. cráneo,
mandíbula, vértebras cervicales, escápula y pelvis)
Unidad 3C (Figura 17). Las huellas de tipo cultural son mínimas,
El conjunto óseo de esta unidad es bastante encontrándose sólo en los estratos B y C. Las hue-
reducido y está compuesto por 148 especímenes llas de corte son poco numerosas, encontrándose
(5,6% del total), más 11 restos de moluscos (0,3% sólo en dos especimenes, éstas hacen referencia a
del total). Dentro de este conjunto, el taxón domi- actividades de desarticulación y descarne. Más fre-
nante en términos de NISP, nuevamente es Lama cuentes, aunque aun así escasas, son las huellas de
guanicoe (53,4%), seguido por roedores (37,2%), impacto por percusión (8 especimenes en estrato B
aves (4,7%), Dusicyon culpaeus (2,7%) y mamífero y 1 en estrato C), las que se ubican exclusivamente
indeterminado (2%) (Figura 16). en huesos largos. Las huellas de termoalteración se
El guanaco es el taxón que domina en casi toda encuentran totalmente ausentes en esta unidad.
la secuencia (NISP=79) (Tabla 2), a excepción del También se registraron dos artefactos óseos, un
estrato A. Los individuos jóvenes son abundantes, hueso largo con corte perimetral (estrato B) y otro
con porcentajes (MNI) que van entre 33,3% (estrato artefacto indeterminado elaborado sobre un hueso
B) y 50% (estratos A y C), encontrándose evidencia largo (estrato C).
de individuos neonatos sólo en el estrato B. Tam- Al igual que en la unidad 25N/35E el segundo

Figura 16. Gráfico de distribución de MNE de la unidad 3C (Leyenda como en figura 7).

970
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

Figura 17. Distribución de unidades anatómicas de Lama guanicoe: unidad 3 y 90N/1E (izq.), unidad 25N/35E (cen-
tro), unidad 3C (der.)

grupo más abundante es el de roedores (NISP=55)


(Tabla 4), el que se encuentra totalmente ausen- Dusicyon culpaeus
Unidad Estrato
te en el estrato D. Este grupo está dominado por
Ctenomys magellanicus en toda la secuencia, con NISP MNE MNI
porcentajes entre un 60% (estrato A) y 100% (es- A 3 3 1
1
trato C). Le siguen los caviomorfos, presentes en 25N/35E
B 4 4
C 2 2 1
los estratos A (33,3%) y B (19,4%), y los cricétidos,
D 1 1 1
registrados en los mismos estratos (6,7% y 2,8% A - - -
respectivamente). No se observaron restos con B 3 3 1
huellas de ácidos digestivos, ni con huellas cultura- 3 C 5 5 1
les o de termoalteración. La ausencia de evidencias 90N/1E D 3 2 1
culturales, junto con la relativa completitud de las E 1 1 1
unidades anatómicas, evidencia que la mayor parte F - - -
de este conjunto fue introducido por agentes natu- A 1 1 1
1
rales. 3C
B 2 2
C 1 1 1
La presencia de aves es mínima (NISP=7) y se
D - - -
reduce a un solo par de especimenes por estrato, TOTAL - 26 25 11
encontrándose totalmente ausentes en el estrato
Tabla 8. Resumen de los restos de Dusicyon culpaeus.
D (Tabla 5). Los taxones identificados son Phala-
crocorax sp. y Spheniscus magellanicus, los que nos
presentan ni huellas de corte ni evidencias de expo-
sición al fuego. Comentarios
Por último, se encuentran unos pocos especi- La fauna representada a través de los restos
menes de Dusicyon culpaeus, presente en los estra- óseos analizados es bastante variada, encontrán-
tos A, B y C (Tabla 8). Ninguno de estos presenta dose mamíferos terrestres, mamíferos marinos,
huellas culturales. aves, peces y moluscos, lo que evidencia que los
Los restos malacológicos de esta unidad son grupos que habitaron el lugar poseían una dieta de
muy escasos (MNI=11), registrándose evidencias amplio espectro. Una constante dentro del sitio es
tanto de la clase Gastropoda (90,9%) como Bivalvia el hecho de que el guanaco es el taxón que domi-
(9,1%) (Tabla 7). La primera de estas se encuentra na en todas las unidades y en todos los estratos (a
representada por la familia Nacellidae y por Odon- excepción del estrato A de la unidad 3C, donde do-
tocymbiola magellanica, mientras que la segunda minan los roedores). Esto no es raro si pensamos
clase por la familia Mytilidae. Estas especies habi- que es un animal que abunda en la isla y que posee
tan el intermareal superior, que es fácilmente acce- grandes cantidades de carne, características que lo
sible al ser expuesto por la baja marea, aún cuando convirtieron seguramente en la principal fuente de
se trate de poblaciones sin una especialización cos- alimento para los cazadores recolectores terrestres
tera. La excepción es Odontocymbiola magellanica de la isla. Destaca la presencia de una gran cantidad
(piquilhue), que como ya mencionamos anterior- de individuos jóvenes y neonatos, sobre todo en el
mente, habita el submareal. Sector 1. Esto, junto a la presencia tanto de indi-

Calás - Lucero 971


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

viduos machos como hembras indica que no hubo taxón no fue cazado, sus restos fueron trasladados
una mayor selectividad en la presas cazadas, pero al sitio quizás para el aprovechamiento como ma-
sí un aprovechamiento total de éstas. Lo último se teria prima.
puede observar en las múltiples huellas de corte El grupo de roedores es el tercero más gran-
registradas en los huesos, además de las marcas de en el yacimiento. El taxón mas abundante es
de percusión sobre huesos largos, las que podrían Ctenomys magellanicus, el cual, según datos etno-
evidenciar el aprovechamiento de la médula ósea, gráficos, habría utilizado por los selk’nam (Gusinde
y la elaboración de instrumentos sobre distintos 1982). Dentro de este sitio se encontraron apenas
huesos de guanaco. dos especímenes con huellas de tipo cultural, sin
Además, dentro del conjunto de guanacos del embargo uno de ellos presenta evidencias muy cla-
Sector 1 se observan varios especímenes que pre- ras, lo que confirma el consumo de este roedor o su
sentan patologías (MNE=10). La mayoría corres- utilización para otros fines (p.e. aprovechamiento
ponde a enfermedades degenerativas y traumas, de la piel). A pesar de esto, muchos de los restos, ya
asociadas a la presencia de exostosis (crecimiento sea de Ctenomys magellanicus o de otro roedor, no
óseo irregular). Por ejemplo, en el estrato C de las presentan evidencias culturales, y sí muestran hue-
unidades 3 y 90N/1E se observan dos especímenes llas de ácidos digestivos. Esto, junto con la relativa
con osteoartritis (Baker y Brothwell 1980), proba- completitud de las unidades anatómicas, muestra
blemente correspondientes al mismo individuo, lo que la mayor parte de este conjunto fue introduci-
que podría deberse a la avanzada edad del indivi- do por agentes naturales.
duo. La presencia de Dusicyon culpaeus en el yaci-
Por otro lado, dentro de este sitio, las aves miento es bastante escasa, sin embargo, no deja de
constituyeron un recurso complementario en la ser interesante. Principalmente se encuentran re-
economía, siendo recurrente su presencia en ba- presentados el cráneo, mandíbula, vértebras y cos-
jas cantidades en todas las unidades. El taxón más tillas. Llama la atención el hallazgo de un cráneo y
representado es Phalacrocorax sp., el cual nidifica una mandíbula completos, los que probablemente
colonialmente en acantilados o paredes verticales fueron trasladados al yacimiento con algún fin no
sobre costas marinas. La presencia de un especi- conocido por nosotros.
men de cormorán juvenil en la unidad 25N/35E, Los restos de otáridos son bastante escasos en
junto a la abundancia de este taxón, indica que pro- el yacimiento, encontrándose únicamente en las
bablemente fueron cazados en los lugares de nidi- unidades del Sector 1. Esta escasez de restos, junto
ficación, lo que proporcionaría la disponibilidad de a la presencia de individuos de distintas edades, in-
varios individuos de una sola vez. Lo mismo ocurre dican que no se trataba de una caza especializada y
con Spheniscus magellanicus, taxón que también que este taxón constituyó un recurso complemen-
nidifica en colonias, que corresponde a la segun- tario y ocasional dentro de la dieta.
da especie más abundante dentro del grupo de En cuanto a la presencia de peces, ya hemos
aves. La excepción se presenta en el estrato D de mencionado que los taxones identificados se ase-
las unidades 3 y 90N/1E, donde Spheniscus mage- mejan más a los contextos naturales observados en
llanicus supera a Phalacrocorax sp.; probablemente Tierra del Fuego. Esto, sumado a la baja densidad
durante esa ocupación se tuvo un mayor acceso a de estos restos en todo el yacimiento, hacen más
una colonia de Spheniscus magellanicus que a una probable el hecho de que su origen no sea antrópi-
de Phalacrocorax sp. Los demás taxones se encuen- co, aunque no se descarta esta posibilidad.
tran representados por pocos especímenes, lo que Es probable que la presencia de algunos ele-
coincide con los hábitos solitarios o de grupos pe- mentos óseos de cetáceo en el sitio se deban al
queños que se observan para estas aves. Es proba- aprovechamiento del varamiento ocasional de
ble que la presencia de Larus sp. sea de origen natu- estos animales en la costa de la isla, seguramente
ral, pues además del bajísimo número de restos, la como materia prima para elaborar instrumentos
gran cantidad de ejemplares que se encuentran en óseos.
la actualidad en las costas de la región podrían pro- Por último, los restos malacológicos identifi-
vocar algún grado de “contaminación” en los yaci- cados corresponden a taxones que, como ya men-
mientos arqueológicos. Lo mismo podría pensarse cionamos, son fácilmente recolectables en la orilla
para Diomedeidae, sin embargo, al menos uno de expuesta por la baja marea, aún cuando se trate de
los especímenes identificados presentaba huellas poblaciones sin una especialización costera.
de origen cultural, lo que indicaría que, aún si este

972
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

LOS MATERIALES LÍTICOS

El material lítico recolectado en el yacimiento


sólo fue analizado preliminarmente en terreno, por
lo que únicamente es posible caracterizar de mane-
ra general este conjunto.
En todas las unidades excavadas se registró la
presencia de instrumental formatizado y una gran
cantidad de desechos líticos. En el Sector 1 se recu-
peraron preformas de bola, raspadores, raederas,
al menos un cepillo, un percutor y un fragmento de
punta de proyectil. Las materias primas se presen-
tan muy variadas, registrándose sílice, basalto, an-
desita, cuarzo y una lasca de obsidiana verde, entre
otras. En el Sector 2, en tanto, las piezas formatiza- Figura 18. Raederas laterales convexas.
das son más escasas, aquí se registró una punta de
proyectil pedunculada de limbo triangular y aletas De acuerdo con lo anterior, observamos que en
(similar a las descritas por Bird para el periodo Fell el Sector 1 existiría un acceso bastante más amplio
IV en el sector continental de Patagonia Meridio- a recursos líticos de calidad, los que incluso son
nal) (Bird 1993), una boleadora y raederas, predo- transportados desde lugares bastante alejados
minando las materias primas basálticas. (p.e. materia prima del chorrillo Miraflores) (Prie-
A partir de este conjunto se puede deducir que to et al. 2004) y que evidenciarían algún tipo de
en el sitio hubo tanto actividades de aprovisiona- contacto con poblaciones canoeras (p.e. obsidiana
miento de materias primas como de talla, además verde) (Morello et al. 2001). Por otra parte, en el
de las actividades propiamente domésticas eviden- Sector 2 se presentan preferentemente materiales
ciadas por raederas y raspadores, entre otros arte- basálticos de calidad regular, los que habrían sido
factos (Figura 18). obtenidos en los alrededores del sitio.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

El principal objetivo del trabajo aquí presentado marítimos. Los artefactos identificados correspon-
era dilucidar qué tipo de grupo (cazadores terres- den en su mayoría a cortes perimetrales, elemento
tres o canoeros) generó los depósitos encontrados característico de los sitios de cazadores terrestres
en el sitio. La totalidad de la evidencia no permite tardíos de Tierra del Fuego.
respaldar una ocupación de canoeros. Por una par- Un punto importante son las diferencias obser-
te está la data arqueofaunística, en donde el taxón vadas entre los sectores. El Sector 1 fue ocupado
dominante es, ampliamente, el guanaco; le siguen más intensiva, y al parecer también más exten-
aves, roedores y otras especies en menor canti- sivamente que el Sector 2. La profundidad de los
dad. Los taxones que generalmente se registran depósitos de las unidades del Sector 1, junto a la
en abundancia en los sitios de grupos canoeros se densidad de materiales observada, confirma esta
encuentran representados en muy baja proporción idea. Al parecer, y basándonos tanto en la eviden-
(p.e. otáridos y peces) (Legoupil et al. 2007), y no cia lítica como arqueofaunística, el Sector 2 corres-
dominan en ninguno de los estratos analizados. pondería a un lugar de ocupaciones efímeras y más
Además, todos los taxones identificados durante el tardías que las del Sector 1, donde se habrían insta-
análisis, incluyendo los restos malacológicos, son lado campamentos base en más de una oportuni-
fácilmente accesibles desde tierra. Por otro lado, el dad. Además, dentro de cada unidad se observan
conjunto lítico, aunque no fue analizado en profun- algunos estratos con ocupaciones más intensivas,
didad, es bastante abundante y similar a otros con- los que corresponden siempre a los estratos me-
textos observados en sitios de cazadores terrestres dios. En el Sector 1, éstos podrían corresponder
de Tierra del Fuego, donde predominan raederas a un mismo momento temporal o dos momentos
y raspadores. Además, la industria ósea en este muy cercanos (estrato B en unidad 3C y estrato C
yacimiento es más bien escasa, siendo este tipo en unidades 3 y 90N/1E, y 25N/35E). Hay que recor-
de tecnología más común en contextos de grupos dar también que Bahía Inútil constituyó un lugar

Calás - Lucero 973


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

de emplazamiento reiterado, encontrándose ves- que en el pasado fueron privilegiados ya sea por la
tigios arqueológicos de distintas temporalidades cantidad y variedad de recursos concentrados en
a lo largo de toda la bahía, principalmente junto los alrededores, o por la ubicación del lugar.
a desembocaduras de ríos (como en este caso) u Por otro lado, hay ciertos elementos dentro del
otro tipo de fuente de agua dulce (Massone, Mo- sitio que nos permiten obtener una aproximación a
rello, Prieto, San Román, Martin y Cárdenas 2003), la estacionalidad de las ocupaciones. La presencia
lo que apoya la idea de diversas ocupaciones en el tanto de guanacos neonatos (en casi la totalidad de
yacimiento a través del tiempo. Una diferencia con los estratos), otáridos neonatos, cormoranes juve-
respecto a otros yacimientos ubicados en Bahía In- niles y peces como M. magellanicus, indican ocupa-
útil cercanos a Marazzi 2, como los sitios Marazzi 32 ciones estivales (Raedecke 1979; Massoia y Chebez
y Marazzi 38 (Massone, Cárdenas, Cárdenas y Mas- 1993; Torres 2007), aunque no se descartan ocupa-
sone 2003; Morello et al. 2003), es la profundidad ciones en otras épocas del año.
de los depósitos, en estos sitios la estratigrafía no De esta manera, aunque ninguna de las evi-
supera los 50 cm, asemejándose más al Sector 2 del dencias presentadas aquí permiten respaldar la
yacimiento estudiado. En cambio, los depósitos de presencia de una ocupación de grupos canoeros,
las unidades del Sector 1 son más similares a los re- no necesariamente la excluye. De todas formas, es
gistrados en el sitio Marazzi 1 (Laming- Emperaire más probable, desde nuestro punto de vista, que
et al. 1968, 1972), donde también se observan va- las distintas ocupaciones de este sitio hayan sido
rias ocupaciones que conforman una estratigrafía generadas por cazadores terrestres del Holoceno
bastante más profunda. Quizás se trata de lugares tardío.

AGRADECIMIENTOS
Nos gustaría agradecer a Mauricio Massone, Flavia Morello, Rafael Labarca, Víctor Sierpe, Jimena
Torres, José Francisco Blanco y Alvaro Calás por su colaboración durante las distintas etapas que implicó
este trabajo. Extendemos nuestros agradecimientos a don René Milicevic y familia, por las facilidades
ofrecidas durante las diversas campañas efectuadas en el sitio.

NOTAS
1
. Proyecto FONDECYT 1060020 “Arqueología de cazadores-recolectores de Tierra del Fuego: el pro-
ceso de colonización y el factor de aislamiento geográfico, durante el Holoceno temprano y medio”.

BIBLIOGRAFÍA

Baker, J. y D. Brothwell Legoupil, D., P. Bearez, S. Lepetz, M. San Román y K


1980 Animal Diseases in Archaeology. Academic Salas
Press: London. 2007 De la pesca a la caza: evolución económica
Bird, J. del sitio Stuven 1, al sur del Golfo de Penas. En
1993 Viajes y Arqueología en Chile Austral. Ediciones Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras,
de la Universidad de Magallanes. Punta Arenas, desenterrando huesos...y develando arcanos. Editado
Chile. por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde,
Borrero, L. A. pp. 279-294. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
1990 Fuego-patagonian bone assemblages and the Massoia, E. y J. C. Chebez
problem of communal guanaco hunting. En Hunters 1993 Mamíferos silvestres del Archipiélago Fueguino.
of the Recent Past, editado por L.B. Davis y B.O.K. Literature of Latin America, Buenos Aires.
Reeves, pp. 373-399. Unwin Hyman, London. Massone, M., G. Cárdenas, P. Cárdenas y A. Massone
Gusinde, M. 2003 Estudios Arqueológicos en el sitio MA-38 de Bahía
1982 [1931] Los Indios de la Tierra del Fuego. Los Inútil. Informe de Avance N°1 Proyecto Fondecyt N°
Selk’nam. Centro Argentino de Etnología Americana, 1020004.
Buenos Aires. Massone, M., F. Morello, A. Prieto, M. San Román, F.
Laming-Emperarire, A., D. Lavallée y R. Humbert Martin y P. Cárdenas
1968 Le site Marassi en Terre de Feu. Rehue 1: 133- 2003 Sitios arqueológicos, restos de cetáceo y
143. territorios locales selk’nam en Bahía Inútil, Tierra del
Laming-Emperarire, A., D. Lavallée y R. Humbert Fuego. Magallania 31:45-59. Punta Arenas, Chile.
1972 Le site de Marazzi en Terre de Feu. Objets et Morello, F., M. San Román, R. Seguel y F. Martin
Mondes XII(2): 225-244. 1998 Excavación en el sitio Marazzi 2. Sector 2 –
Terraza superior (Río Torcido, Bahía Inútil). Primer

974
El sitio Marazzi 2 (Tierra del Fuego): una ocupación costera de cazadores terrestres

Avance. Anales del Instituto de la Patagonia 26:119-


126.
Morello, F., M. San Román, A. Prieto y C. Stern
2001 Nuevos antecedentes para una discusión
arqueológica en torno a la obsidiana verde en
Patagonia Meridional. Anales del Instituto de la
Patagonia (Serie Ciencias Sociales) 29:129-148.
Morello, F., M. Massone, M. Bahamondes, F. Martin y
P. Cárdenas
2003 Estudios superficiales y estratigráficos del sitio
Marazzi 32 (MA-32). Informe de Avance N°1 Proyecto
Fondecyt N°1020004.
Morello, F., M. San Román y A. Prieto
2004 Informe de actividades de sondeo en el sitio
Marazzi 2 Sector 1 (Río Torcido, Tierra del Fuego).
Anales del Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias
Sociales) 32: 233-238.
Prieto, A., P. Cárdenas, G. Bahamonde y M. Massone
2004 Hallazgo de una fuente de materia prima en el
chorillo Miraflores, Tierra del Fuego, Chile. Magallania
32: 229-232.
Raedecke, K.
1979 El guanaco de Magallanes, Chile. Distribución y
biología. Corporación Nacional Forestal (CONAF),
Santiago.
San Román, M.
2003 Análisis de restos malacológicos de los sitios
arqueológicos MA-2, MA-32 y MA-38, Tierra del Fuego.
Informe de Avance Primer Año, Proyecto Fondecyt
1020004.
Sthal, P.
1999 Structural density of domesticated South
American camelid skeletal elements and the
archaeological investigation of prehistoric Andean
ch’arki. Journal of Archaeological Science 26: 1347-
1368.
Torres, J.
2007 El rol de los recursos ictiológicos y las prácticas
de pesca en las ocupaciones litorales de los grupos
selk’nam y pre-selk’nam del norte de Tierra del
Fuego. Memoria para optar al Título Profesional
de Arqueólogo, Departamento de Antropología,
Universidad de Chile.

Calás - Lucero 975


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

976
Aproximación tecnológica al uso de pampas y
bajos en la meseta del lago Strobel
Silvana Espinosa1, Rafael Goñi2 y Josefina Flores Coni3

A B S T R A C T

Strobel lake basin is located on a high basaltic plateau (1000 m a.s.l.). It is characterized by the
presence of pampas and mainly by depressions where lagoons and rock shelters are found. The
archaeological signal of the pampas is related to the high frequencies of stone hunting blinds
(called “parapetos”) while in the basalt walls surrounding the lagoons complementary human
occupations and rock art (engravings) were also registered. The aim of this paper is to discuss several
technological strategies developed by hunter-gatherer populations in order to cope with the plateau
environment. The main human use of the plateau seems to be related to the seasonal hunting of
guanaco, particularly newborns. From this stand point the lithic technological data coming from
the pampas and the lagoons is integrated into a common frame of hunter-gatherer mobility.

INTRODUCCIÓN

La Meseta del lago Strobel, entre los 900 y 1100 El objetivo principal es evaluar la variabilidad
m s.n.m., presenta pampas y bajos con lagunas. Se entre diferentes tipos de sitios dentro de una mese-
ha postulado que su uso ha sido principalmente es- ta que ha sido ocupada estacionalmente con fines
tacional (primavera/verano) y que estas mesetas se de caza de guanaco (primavera/verano). Asimismo,
incorporaron plenamente al poblamiento austral se analiza a través de la tecnología si se verifica un
durante el Holoceno tardío (Goñi et al. 2006). uso diferencial del espacio que estaría planteado
En este trabajo se presenta una comparación anticipadamente por el emplazamiento y caracte-
entre conjuntos artefactuales líticos localizados rísticas de los sitios estudiados.
en dos tipos diferentes de emplazamientos: por un Se considera que los parapetos son puntos de
lado, en abrigos y reparos contra bardas basálticas acecho, caza y procesamiento inicial y que los ba-
– en especial del oeste – que enmarcan las lagu- jos son loci de reparo, procesamiento secundario
nas y bajos locales (sitio Laguna del Faldeo Verde y consumo de presas; por lo que es esperable una
–LFV-) y, por el otro, en los numerosos parapetos cierta diferenciación tecnológica en el espacio. Se
de caza en plena meseta o pampa. De tal manera busca aquí evaluar esta posible distinción a partir
se compara información proveniente tanto de las del análisis comparativo de los conjuntos artefac-
pampas como de los bajos que conforman la Me- tuales de ambos sectores.
seta del Strobel.

ANTECEDENTES

Gradin (1959/60a, b) presenta las primeras in- presencia de grabados en el sitio Laguna del Faldeo
formaciones arqueológicas sistematizadas para Verde.
la Meseta del lago Strobel, donde destaca dos as- En el proyecto iniciado en 1998 (ver Goñi et al.
pectos que son de nuestro interés: por un lado, la 2005) se relevaron en esta meseta tanto sitios con
existencia de numerosos parapetos y, por el otro, la representaciones rupestres (Ferraro y Molinari 2001

1 CONICET/UNPA-UARG. E-mail: silespi@i nfovia.com.ar


2 INAPL/UBA/UNICEN. E-mail: [email protected]
3 UBA/INAPL. E-mail: [email protected]

Espinosa et al. 977


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

y 2006; Belardi y Goñi 2002, 2003 y 2006; Goñi et al. para la caza.
2004 y 2006; Re et al. 2006-2007; Goñi, Belardi, Re, Respecto de estos últimos, no se cuenta con una
Nuevo Delaunay, Molinari y Ferraro 2007; Re et al. importante referencia bibliográfica para un estudio
2007), entre los que se encuentra LFV, como para- comparativo en Patagonia, sólo se consignan men-
petos (Goñi et al. 2005 y 2006, Belardi y Goñi 2006 ciones para la Meseta del lago Buenos Aires (Gradin
entre otros). En los diferentes trabajos se subraya 1976), Meseta de Somuncurá en Río Negro (García
la alta frecuencia tanto de reparos basálticos con y Pérez de Micou 1980) y Pampa del Asador (Goñi
representaciones rupestres (ver Re y Guichón 2008, 2000-2002; Aragone y Cassiodoro 2005-2006; Ara-
en este volumen) como de estructuras de piedra gone 2007; Rindel et al. 2007; Cassiodoro 2008).

UBICACIÓN Y SITIOS

La Meseta del lago Strobel es un plateau basál-


tico localizado en la provincia de Santa Cruz, a los
48º30’ Lat. S y 71º46’ Long. O. Tiene una extensión
aproximada de 35 km (norte-sur) por 40 km (este-
oeste).
Se caracteriza por tener un gran número de ba-
jos con cuerpos lagunares circundados por paredo-
nes de basalto, cuya característica más saliente es
su condición de buen reparo para los vientos predo-
minantes del oeste. En sus porciones occidentales,
se encuentran la mayoría de las representaciones
rupestres (grabados) y de los registros artefactua-
les relevados. En este trabajo se presenta solamen-
te el sitio denominado “Laguna del Faldeo Verde”,
ubicado en el sector norte de la meseta (Figura 1).
Por otra parte, el sector de pampas correspon-
de a las superficies planas que median entre las di-
ferentes lagunas. Se trata de una estepa de escasa
cobertura vegetal en la actualidad y de dificultoso
tránsito por su sustrato rocoso. En este sector se
ubican los parapetos estudiados que son estructu-
ras de piedra semicirculares o en arco, que en va- Figura 1. Meseta del Lago Strobel. Localización de
Laguna del Faldeo Verde y parapetos.

Figura 2: Meseta del Lago Strobel. Parapeto.

978
Aproximación tecnológica al uso de pampas y bajos en la meseta del lago Strobel

rios casos presentan material arqueológico en su- contar con fechados radiocarbónicos para dichas
perficie (Figura 2). En ninguno de ellos se registró estructuras. La muestra está conformada por diez
material orgánico o estratigrafía en su interior; esta parapetos de los cuales se recuperó el material
situación se debe a los importantes procesos erosi- para ser estudiado.
vos locales, lo cual ha impedido hasta el momento

LA MUESTRA

Se analizaron los artefactos formatizados y se mencionó, ninguno de ellos ha brindado mate-


desechos líticos provenientes de las excavaciones rial orgánico datable y no presentan estratigrafía,
del sitio Laguna del Faldeo Verde (LFV) -un bajo por lo cual su adscripción cronológica al Holoceno
lagunar con reparo- y de la muestra de 10 parape- tardío y consecuente correlación con LFV se basa
tos ubicados sobre la pampa de la Meseta del lago sobre el diseño de los artefactos líticos, en especial
Strobel. de las puntas de proyectil pedunculadas de limbo
Laguna del Faldeo Verde es un amplio reparo triangular, y en la existencia de otros parapetos en
rocoso, que presenta multiplicidad de grabados en la cercana meseta de Pampa del Asador que han
el farallón oeste (Re et al. 2006-2007). En el mismo brindado una cronología tardía (Goñi 2000-2002).
se realizaron sondeos y una excavación de 2 m², En LFV se consideró la totalidad de los artefac-
con una secuencia de cronología radiocarbónica tos formatizados y para el análisis de los desechos
que se presenta en el cuadro 1. de talla, debido a la alta frecuencia, se tomó una
muestra correspondiente a un 30% del conjunto to-
AC 1759 Sondeo 1 – nivel 1 Actual tal de cada uno de los tres niveles que contaban con
AA 77155 Sondeo 1 – 22 a 27 cm 1046±44 AP una datación radiocarbónica (nivel 1, nivel 22 a 27
AA77156 Sondeo 1 – 34 a 38 cm (base) 1295±35 AP cm y nivel 34 a 38 cm -Cuadro 1-). Sólo se consideró
Cuadro 1. Cronología Laguna del Faldeo Verde el total de la muestra de desechos para el conteo
de materias primas. En los parapetos se consideró
Los parapetos se encuentran en diferentes sec- el total de la muestra, tanto de artefactos formati-
tores de la meseta y fueron seleccionados aquellos zados como de desechos de talla.
en los que se llevaron a cabo muestreos y recolec- El análisis tecno-morfológico fue llevado a cabo
ciones, tomándose el conjunto completo del ma- siguiendo los lineamientos generales de Aschero
terial recuperado para su estudio. El listado es el (1975). Las variables consideradas fueron materia
siguiente: K6, K10, K14 (La Justita), K17, K18, K20, prima, estado, clase artefactual y tamaño, esta
K30, K55, K56 y K70 (Strobel). última solamente es consignada en el conjunto de
Estos parapetos son estructuras de piedra, en desechos de talla enteros.
arco, que se presentan agrupados o aislados. Como

RESULTADOS

A continuación se presenta en tablas y gráficos ción. Entre las materias primas las rocas silíceas se
la información resultante del análisis de los artefac- presentan en un alto porcentaje, en especial en la
tos formatizados y de los desechos de talla, tanto confección de raspadores, teniendo también la ob-
de LFV como de los parapetos. sidiana una alta representación.
Tres clases artefactuales dominan el conjunto Por su parte, los desechos de talla de LFV pre-
de LFV (Tabla 1): raspadores, artefactos de forma- sentan un estado de fractura alto, de la misma ma-
tización sumaria y puntas de proyectil, que suman nera que los artefactos formatizados. Predomina la
en total el 80%. El aspecto que más se destaca en obsidiana entre las materias primas y los tamaños
este conjunto es la alta frecuencia de raspadores. muestran una significativa tendencia hacia las ca-
Otro aspecto a tener en cuenta es que 2/3 partes tegorías menores (Figuras 3, 4 y 5).
de esta muestra está fracturada, siendo las puntas En los parapetos se observa la misma tendencia
de proyectil el caso de mayor frecuencia registrán- que en LFV, donde las tres clases artefactuales ya
dose casi exclusivamente fragmentos basales; sin descriptas son mayoritarias (80%), aunque con una
embargo en los raspadores se invierte esta rela- distribución diferente. Se destaca el mayor porcen-

Espinosa et al. 979


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

   MATERIAS PRIMAS  ESTADO  


CLASE OBS SIL BA OTRAS E F TOTAL %
RP 17 34   34 17 51 41.12
PP 21 3       24 24 19.35
AFS 10 7 4 4 8 17 25 20.16
PREF BOLA       1 1   1 0.80
F.A.F 1 10 2     13 13 10.48
RA     2 1 1 2 3 2.41
BIFAZ     1 1 1 1 2 1.61
NUC   1       1 1 0.80
CH     1 1 1 1 2 1.61
ART. ALIS.     1     1 1 0.80
TOTAL 49 55 11 9 46 78 124 100%
Tabla 1. Artefactos formatizados LFV. Referencias: RP= raspador, PP= punta de proyectil, AFS= artefacto de forma-
tización sumaria, Pref.bola= preforma bola, F.A.F.= fragmento de artefacto formatizado, RA= raedera, NUC= nú-
cleo, CH= cuchillo, ART.ALIS.= artefacto alisado, OBS= obsidiana, SIL= sílice, BA= basalto; E= entero, F= fracturado

Figura 3.- Distribución porcentual de materias primas Figura 4.- Distribución porcentual del estado de los
de los desechos de talla de LFV. desechos de talla de LFV.
taje de artefactos de formatización sumaria y de
las puntas de proyectil. Por otra parte, el índice de
fractura es muy marcado. Con respecto a las mate-
rias primas las tendencias se mantienen como en
LFV(Tabla 2).
El estado de fractura de los desechos de talla de
los parapetos es alto, similar al de LFV. La obsidia-
na sigue siendo mayoritaria entre las materias pri-
mas aunque en una menor proporción que en LFV.
Por último, si bien los tamaños continúan siendo
Figura 5.- Distribución porcentual de los tamaños de
los desechos de talla de LFV.

MATERIAS PRIMAS ESTADO TOTAL


CLASE
OBS SIL BA OTRAS E F N %
RP 4 12 2 4 8 14 22 20,37
PP 29 2 0 0 1 30 31 28,7
AFS 5 8 8 13 3 31 34 31,48
F.A.F 2 6 2 0 0 10 10 9,26
RA 0 3 0 3 1 5 6 5,56
NUC 2 1 0 1 1 3 4 3,7
CH 1 0 0 0 0 1 1 0,93
TOTAL 43 32 12 21 14 94 108 100
Tabla 2. Artefactos formatizados parapetos. Referencias: RP= raspador, PP= punta de proyectil, AFS= artefacto
de formatización sumaria, F.A.F.= fragmento de artefacto formatizado, RA= raedera, NUC= núcleo, CH= cuchillo,
OBS= obsidiana, SIL= sílice, BA= basalto; E= entero, F= fracturado.

980
Aproximación tecnológica al uso de pampas y bajos en la meseta del lago Strobel

pequeños, se percibe un incremento en la variedad


de categorías de tamaño reconocidas (un 18%) (Fi-
guras 6, 7 y 8).

Figura 6.- Distribución porcentual de los desechos de


talla de Parapetos.

Figura 7.- Distribución porcentual del estado de los Figura 8.- Distribución porcentual de los tamaños de
desechos de talla de Parapetos. los desechos de talla de Parapetos.

DISCUSIÓN

El objetivo de esta presentación ha sido evaluar pedúnculos o fragmentos de los mismos, aunque
la variabilidad tecnológica lítica referida al tipo de en los parapetos se registró una mayor variedad de
lugar donde se registró, de acuerdo con la propues- partes de estas puntas (limbos, ápices y pedúncu-
ta inicial que señalaba que entre parapetos y repa- los) y hasta piezas enteras, siendo que en LFV casi
ros en bajo existiría una diferenciación funcional. exclusivamente se registraron pedúnculos o frag-
Como primera observación de ambos con- mentos de los mismos. Esta información es inter-
juntos, se destaca el hecho de que la variedad de pretable como diferenciación espacial de tareas,
clases artefactuales es baja. Sumado a ello, las ma- marcando a LFV como un sitio de recambio arte-
yores frecuencias se distribuyen entre raspadores, factual tal como se mencionara en otra oportuni-
puntas de proyectil y artefactos de formatización dad (Belardi et al. 2005). Asimismo, los desechos de
sumaria. Paralelamente, se subraya la muy baja talla pequeños corresponderían a las etapas finales
presencia o ausencia de ciertas clases artefactua- de la secuencia de producción, subrayando así el
les que refieran a una mayor diversidad de tareas carácter limitado de las tareas llevadas a cabo en
realizadas localmente. Como ejemplo vale la baja ambos sectores.
representación de ciertas etapas de la cadena ope- Adicionalmente, destaca la altísima frecuencia
rativa tales como núcleos o lascas pasibles de ser de desechos líticos en el lugar de reparo (LFV) en
utilizadas como formas base1. comparación con la muestra de los parapetos; nue-
Sin embargo, se manifiestan ciertas discrepan- vamente subrayando el uso intenso y redundante
cias iniciales, lo cual será de gran interés seguir de este ejemplo de bajo con laguna.
explorando, tal como una mayor presencia de ras- El alto índice de fractura verificado en toda la
padores en el lugar que se propone como de proce- muestra estaría respondiendo, por un lado, al uso
samiento secundario de las presas y reparo (LFV). redundante de ciertos espacios y, por el otro, a la
De manera inversa, la mayor presencia de puntas alta exposición y vulnerabilidad de los artefactos
de proyectil en los parapetos destaca su funciona- a través del tiempo, en especial debido a la baja
lidad principal que habría sido la de acecho y caza tasa de sedimentación (parapetos especialmente)
de presas. Adicionalmente, y referido a aspectos y a los procesos erosivos locales. Este punto debe
logísticos, en ambas muestras las puntas de pro- tenerse en cuenta también a la hora de evaluar la
yectil están mayoritariamente representadas por intensidad de uso del espacio mesetario.

Espinosa et al. 981


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Las frecuencias en que las materias primas se renciado es un rasgo importante de la Meseta del
presentan no difieren de las tendencias ya obser- Strobel, que subraya el uso diferencial de la misma
vadas en la región, dada la relativa proximidad de en términos estacionales y logísticos. En este senti-
las fuentes de obsidiana, sílices y basalto (Goñi, do, la utilización logística de la misma está referida
Cassiodoro, Rindel, Bourlot, García Guraieb, Re, a un espacio de caza preponderante; la representa-
Tessone, Aragone, Nuevo Delaunay y Flores Coni ción diferencial de materias primas es explicada en
2007). En ambos sectores se mantienen las propor- función de los ejes de circulación en relación con las
ciones aunque los desechos de obsidiana en LFV se fuentes, mostrando, a través de la alta frecuencia
encuentran algo más representados, probablemen- de puntas de proyectil de obsidiana descartadas,
te debido a tareas de confección y mantenimiento la mayor intensidad de actividades de caza dentro
de los artefactos en el lugar. Sin embargo, en los de la cuenca (Belardi et al. 2005). Por otra parte, la
artefactos formatizados, aquellos manufactura- composición del tool-kit que presentan Aragone y
dos en sílice superan a los de obsidiana, referido Cassiodoro (2005-2006) de los parapetos de Pampa
en especial a los raspadores. Las materias primas del Asador es bastante similar. A diferencia de los
registradas en los artefactos formatizados de los conjuntos de la meseta del Strobel, aquí se han re-
parapetos muestran a la obsidiana en porcentaje gistrado núcleos formando parte del tool-kit, lo que
mayor manifestado a través de las puntas de pro- probablemente se deba a la cercanía a la fuente pri-
yectil, manteniendo así la tendencia regional de su maria. También las autoras señalan el descarte de
uso para estos instrumentos y las sílices para otras puntas de proyectil asociado a actividades de caza
clases artefactuales, particularmente raspadores. (Aragone y Cassiodoro 2005-2006).
En síntesis, del análisis realizado se desprende En este trabajo nos hemos propuesto comparar
que podría marcarse, a escala local, cierta variabi- conjuntos artefactuales provenientes de dos tipos
lidad en el registro tecnológico, la cual respondería diferentes de sitios, ubicados en sectores también
también a ciertas diferencias en cuanto al uso del diferentes de la Meseta del Strobel. Si bien ésta es
espacio y determinado tipo de localizaciones. Par- una primera aproximación al problema, permite
ticularmente, en LFV, referido a tareas de acondi- examinar la variabilidad tecnológica de un ambien-
cionamiento de artefactos, reparo, procesamiento te considerado como de uso específico y estacional
de presas, confección de representaciones rupes- durante el Holoceno tardío (Goñi et al. 2006). Como
tres, etc.; por otra parte, las estructuras de para- primer resultado, podemos considerar que si bien
petos son relacionables con posibles actividades las muestras presentan ciertas diferencias, las mis-
de acecho, espera, procuración y obtención de re- mas son de tono menor cuando se considera a los
cursos de caza, mostrando en su interior conjuntos conjuntos de manera integral en la meseta. En se-
artefactuales más limitados y específicos. Como ya gundo lugar, estos conjuntos presentan marcadas
señalamos, estas observaciones nos llevarán a pro- diferencias cuando se los enmarca en una perspec-
fundizar nuestro análisis local. tiva tecnológica regional más amplia, consideran-
Un aspecto importante para discutir está referi- do sectores bajos como la cuenca de los lagos Posa-
do al equipamiento del espacio y de los sitios (Kuhn das/Salitroso, lago Cardiel o los ambientes altos del
1995). En este caso no se observa un equipamien- Parque Nacional Perito Moreno (Goñi et al. 2007).
to de sitios en particular a través del transporte de Así, el carácter logístico o estacional de la Meseta
materias primas o instrumentos, por el contrario el del Strobel, es un punto que está siendo estudiado
descarte parece ser la tendencia. Pero sí se observa en una escala espacial mayor, incluyendo la discu-
un equipamiento del espacio en general, dotando sión de su uso en términos de una convergencia
de estructuras de caza a las pampas intermedias poblacional durante el Holoceno tardío (Belardi y
entre bajos con lagunas. Este equipamiento dife- Goñi 2006).

AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a las familias Cittadini (Estancia Laguna del Faldeo Verde) y Nuevo Delaunay (Estancia
La Carlina) por su inestimable apoyo en el campo. A Arturo Olivero por el valioso aporte de su cono-
cimiento de la Meseta del Strobel. A quien ha evaluado este trabajo por sus positivas sugerencias para
mejorarlo. Las investigaciones fueron financiadas con fondos de ANPCYT PICT’04 Nº 26295, Secretaría
de Cultura de la Nación (INAPL) y UNPA-UARG 29/A114.

NOTAS
1
Consideramos que la tablas presentadas son claras respecto de las semejanzas y diferencias obser-
vadas entre los conjuntos, por lo cual no se aplicó ningún test estadístico; máxime que la alta frecuencia
de subrepresentados podría distorsionar los resultados de estos tests.

982
Aproximación tecnológica al uso de pampas y bajos en la meseta del lago Strobel

BIBLIOGRAFÍA

Aragone, A. C. 2000-2002 Poblamiento humano, paleoambientes y


2007 Análisis arqueofaunístico comparativo entre cronología en la cuenca de los lagos Cardiel y Strobel.
los conjuntos óseos de Médanos Lago Posadas y Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y
Parapetos Pampa del Asador (Pcia. de Santa Cruz). Pensamiento Latinoamericano n° 19: 669-671.
Tesis de Licenciatura en Ciencias Antropológicas, Goñi, R., J. B. Belardi, S. Espinosa y F. Savanti
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos 2004 Más vale tarde que nunca: cronología de las
Aires. ocupaciones cazadoras-recolectoras en la cuenca
Aragone, A. C. y G. Cassiodoro del lago Cardiel (Santa Cruz, Argentina).En Contra
2005-2006 Los parapetos del Cerro Pampa: registro viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado
arqueofaunístico y tecnológico (noroeste de la por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
provincia de Santa Cruz). Arqueología 13: 131-154. pp. 237-324. Instituto Nacional de Antropología y
Aschero, C. A. Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
1975 Ensayo para una clasificación morfológica de de Antropología, Buenos Aires.
artefactos líticos aplicada a estudios tipológicos Goñi, R. A., S. Espinosa, J. B. Belardi, R. Molinari, F.
comparativos. Informe presentado al CONICET. Savanti, A. Aragone, G. Cassiodoro, G. Lublin y D.
Belardi, J. B. y R. A. Goñi Rindel
2002 Distribución espacial de motivos rupestres en 2005 Poblamiento de la estepa patagónica: cuenca
la cuenca del lago Cardiel (Patagonia Argentina). de los lagos Cardiel y Strobel. Actas del XIII Congreso
Boletín SIARB 16: 29-38. Nacional de Arqueología Argentina, Tomo 4: 1-18.
Belardi, J. B y R. A. Goñi Córdoba.
2003 Motivos rupestres y circulación de poblaciones Goñi, R. A., J. B. Belardi, S. L. Espinosa, F. Savanti,
cazadoras-recolectoras en la meseta del Strobel R. Molinari, G. Barrientos, T. Bourlot, A. Re, A. Nuevo
(Santa Cruz, Patagonia argentina). Formato digital VI Delaunay, G. Cassiodoro, A. Aragone, L. Ferraro, G.
Simposio Internacional de Arte Rupestre, San Salvador Durou, D. Rindel y S. García Guraieb
de Jujuy. 2006 Cazadores-recolectores de la cuenca de los
Belardi, J. B. y R. A. Goñi lagos Cardiel y Strobel: su integración a la dinámica
2006 Representaciones rupestres y convergencia poblacional tardía del sur de Patagonia. Cazadores-
poblacional durante momentos tardíos en Santa recolectores del Cono Sur. Revista de Arqueología, vol.
Cruz (Patagonia argentina). El caso de la meseta del 1: 57-66.
Strobel. En Tramas en la piedra. Producción y usos Goñi, R. A., J. B. Belardi, A. Re, A. Nuevo Delaunay, R.
del arte rupestre, editado por D. Fiore y M. Podestá. L. Molinari y L. Ferraro
AINA-WAC-SAA, pp. 85-94. Buenos Aires. 2007 Los grabados de la Meseta del Lago Strobel
Belardi, J. B., S. Espinosa y G. Cassiodoro (Patagonia argentina) desde una perspectiva
2005 Un paisaje de puntas: las cuencas de los lagos regional. Actes et Mémoires de l´lnstitut Francais
Cardiel y Strobel (Provincia de Santa Cruz, Patagonia d´Études Andines, editado por R. Hostnig, M. Strecker
argentina). Revista Werken 7: 57-76. y J. Guffroy tomo 12: 427-438. Lima, Perú.
Cassidoro, G. Goñi, R. A., G. Cassiodoro, D. Rindel, T. J. Bourlot,
2008 Movilidad y uso del espacio de cazadores S. García Guraieb, A. Re, A. Tessone, A. Aragone, A.
recolectores del Holoceno tardío: estudio de la Nuevo Delaunay y J. Flores Coni
variabilidad del registro tecnológico en distintos 2007. Distribución del registro arqueológico en
ambientes del noroeste de la provincia de Santa cuencas lacustres del noroeste de la provincia de
Cruz. Tesis de Doctorado, Universidad de Buenos Santa Cruz. Resúmenes Ampliados del XVI Congreso
Aires, Facultad de Filosofía y Letras. Nacional de Arqueología Argentina. Número especial
Ferraro, L. y R. L.Molinari de la Revista Pacarina Tomo III: 377-383. Facultad de
2001 ¡Último momento! El arte de los cazadores Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad
recorre el lago Cardiel y se dirige al Strobel. XIV Nacional de Jujuy.
Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Libro de Gradin, C. J.
Resúmenes: 377-378.Rosario. 1959/60 a Petroglifos de la meseta del lago
Ferraro, L. y R. L. Molinari Strobel (Provincia de Santa Cruz, Argentina). Acta
2006 Uso y valoración de las altas mesetas Praehistorica III/IV: 123-143.
santacruceñas a partir del estudio del arte rupestre. Gradin, C. J.
Lago Strobel (Argentina). En Tramas en la Piedra, 1959/60 b Tres informaciones referentes a la meseta
editado por D. Fiore y M. Podestá, pp 95-102. WAC, del Lago Strobel (Prov. de Santa Cruz, Argentina).
SAA y AINA. Buenos Aires. Acta Praehistorica III/IV: 144-149.
García, L. D. y C. Pérez de Micou Gradin, C. J.
1980 Aproximación a un análisis funcional de los 1976 Parapetos de piedra y grabados rupestres de la
parapetos pertenecientes al complejo Patagoniense meseta del Lago Buenos Aires. Actas y Memorias. IV
en la meseta de Somuncurá, provincia de Río Negro. Congreso Nacional de Arqueología Argentina (Primera
Sapiens nº4: 139-144. Parte). Revista del Museo de Historia Natural de San
Goñi, R. A. Rafael, Mendoza, tomo III, N° 1/4: 315-337.

Espinosa et al. 983


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Kuhn, S.
1995 Mousterian Lithic Technology. An ecological
perspective. Princeton University Press.
Re, A. y F. Guichón
2008 Densidad y distribución de representaciones
rupestres en la Meseta del Strobel (provincia de Santa
Cruz). Comunicación presentada en las VII Jornadas
de Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008.
En este volumen.
Re, A., A. Nuevo Delaunay y L. Ferraro
2004 Grabados en la meseta del Strobel: el sitio
“Laguna del Faldeo Verde”. Trabajo presentado en el
XV Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Río
Cuarto, Córdoba. Ms.
Re, A., J. B. Belardi y R. A. Goñi
2007 Dinámica poblacional tardía en Patagonia
meridional: su discusión y evaluación a través de la
distribución de motivos rupestres. En: Crónicas sobre
la piedra. Arte Rupestre de las Américas, editado por
Marcela Sepúlveda, Luis Briones y Juan Chacama.
Ediciones Universidad de Tarapacá, en prensa.
Re, A., R. A. Goñi, J. B. Belardi y A. Nuevo Delaunay
2006-2007Variabilidad de representaciones rupestres
en el sector sur de la meseta del Strobel (provincia
de Santa Cruz). Cuadernos del Instituto Nacional de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano N° 21:
215-225.
Rindel, D., G. Cassiodoro y A. Aragone
2007 La utilización de las mesetas altas durante
el Holoceno tardío: el sitio Cerro Pampa 2: Ojo de
Agua (Santa Cruz, Argentina). En Arqueología de
Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello,
M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 649-661.
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.

984
Explorando tendencias en el uso humano del
espacio y los recursos en el litoral rionegrino
(Argentina) durante el Holoceno medio y
tardío
Cristian M. Favier Dubois1, Florencia Borella1 y Robert H. Tykot2

A B S T R A C T

In this paper, evidence about temporal tendencies in the use of coastal space and resources found
in the Rio Negro littoral (northern Patagonia, San Matias Gulf) since middle Holocene times, is
presented. This research was faced throughout the use of isotopic (paleodietary), archaeofaunistic
and paleoenvironmental lines of evidence. As a main result a clear shift in dependence on marine
resources was detected in late Holocene times. Isotopic data (δ13C and δ15N) on 21 human remains
showed a change from an “intensive” use of marine resources (from 3100 to 2200 yr BP) to a “moderate”
use of them (from 1500 to 420 yr BP). On the other hand the archaeological faunal assemblages reveal
a diversification in exploited species (towards terrestrial vertebrates) with results coinciding with the
paleodietary shift, while paleoenvironmental data (δ18O and δ13C values on shell-midden mussels),
although still scarce, indicate higher temperature and marine productivity during the period of intensive
use. Finally, in historic times, marine resources were abandoned by hunter-gatherer populations
of the area due to the significant changes introduced in their lifestyles by the Spaniards’ arrival.

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

Algunas décadas atrás, en el marco de una dis- el del entorno ambiental, cuyas diferentes vías de
cusión acerca del origen y desarrollo de las adap- análisis permiten aproximarnos a los escenarios en
taciones marítimas, se destacó la necesidad de di- los que se desarrollaron las ocupaciones humanas
ferenciar entre el uso de los espacios costeros y la y a factores que pudieron afectar la toma de deci-
utilización de recursos marinos que dieran cuenta siones respecto al uso de la costa. Consideramos
de adaptaciones litorales (Yesner 1984). En la ac- que toda esta información, en suma, representa
tualidad el desarrollo de los estudios de isótopos una estrategia útil para abordar nuestro objetivo,
estables realizados en restos humanos constituyen conocer la utilización de los ambientes litorales y
una línea de evidencia que permite abordar, de for- recursos marinos por parte de grupos cazadores-
ma independiente al registro arqueofaunístico, la recolectores norpatagónicos durante el Holoceno
incidencia de los recursos marinos en la dieta, cola- medio y tardío.
borando en forma indirecta en la discusión del uso Nuestro estudio se desarrolla en las costas norte
del espacio costero por poblaciones humanas en el y oeste del golfo San Matías, Río Negro (Figura 1),
pasado. Si bien los datos de origen isotópico y ar- región que posee un clima general semiárido y co-
queofaunístico informan a diferentes escalas, brin- rresponde a la provincia de Monte (Schäbitz 2003).
dan información que puede integrarse teniendo Comenzamos por preguntarnos qué espacios cos-
en cuenta determinados recaudos metodológicos teros fueron utilizados a lo largo del tiempo y cuál
(ver Barberena et al. 2004). Un tercer eje que con- era su atractivo para las poblaciones humanas. En
sideramos importante incluir en estos estudios es este sentido, la costa norte del golfo, en particular,

1 CONICET-INCUAPA, Departamento de Arqueología, Facultad de Ciencias Sociales, UNCPBA, Olavarría. cfavier@


coopenet.com.ar [email protected]
2 Laboratory for Archaeological Science, University of South Florida, Tampa, Florida. [email protected]

Favier Dubois et al. 985


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

combina una serie de condiciones favorables para rutas o “veredas” ubicadas muchos kilómetros tie-
un uso exitoso de sus ambientes y recursos: una ele- rra adentro en función de la disponibilidad de agua
vada bioproductividad y biodiversidad marina dada (Deodat 1958-59). Este panorama, sin embargo, no
tanto por hallarse en la zona de transición entre las puede ser extendido a tiempos prehispánicos dado
regiones biogeográficas Argentina y Magallánica que el arribo de los europeos había cambiado dra-
como por la variedad de ambientes litorales repre- máticamente la economía y estilos de vida de los
sentados (Capítoli 1973), un clima relativamente indígenas, particularmente con la introducción del
templado y húmedo respecto a otros sectores de caballo (Moreno 2003; Gómez Otero 2007). De he-
la costa patagónica, surgentes de agua dulce en cho las investigaciones arqueológicas pioneras de-
los campos de dunas (Olivares y Sisul 2005), abun- sarrolladas por Bórmida (1964) ya habían reconoci-
dantes fuentes de materia prima lítica en depósitos do que estos grupos eran “cazadores de mamíferos
secundarios (Favier Dubois et al. 2006), así como marinos y recolectores de mariscos, dependiendo
condiciones adecuadas para el establecimiento de esencialmente del mar” (Bórmida 1964:95), y los
colonias de pinnípedos (Borella 2006). Entre otros trabajos arqueológicos que venimos desarrollando
aspectos, estos factores pueden resultar en opcio- desde 2004 en la costa norte del golfo San Matías
nes muy atractivas para grupos que habitan regio- apoyan y refuerzan esta idea (ver Favier Dubois et
nes semiáridas de baja productividad, como lo es el al. 2006). El rango temporal de las ocupaciones
norte de la Patagonia. No obstante, la información humanas en el sector bajo estudio se extiende al
que brindan las fuentes históricas del siglo XVIII momento entre ca. 6000 y ca. 400 años AP eviden-
acerca de este tramo costero señala que era evita- ciando la explotación de recursos marinos (peces,
do por los grupos indígenas que habitaban la región lobos marinos, moluscos y crustáceos) a lo largo de
por ser considerado muy seco (Viedma 1783/4; Vi- ese período.
llarino 1782/83). En aquellos tiempos se utilizaban

MATERIALES Y MÉTODOS

Con el objetivo de aproximarnos a los modos e 1000 m de la playa actual (Favier Dubois et al. 2007).
intensidad de uso de los recursos marinos y espaciosTodos ellos fueron datados por acelerador (NSF
costeros a lo largo del tiempo se implementaron Arizona AMS Facility, sigla AA), obteniéndose eda-
tres líneas de investigación independientes: 1- Aná-des entre ca. 3100 y 420 años radiocarbónicos AP
lisis isotópicos sobre restos humanos (paleodietas),(Tabla 1). Estos análisis están siendo complementa-
2- Información arqueológica, con énfasis en estu- dos con estudios de ecología isotópica, para lo que
dios arqueofaunísticos 3- Evidencia paleoambien- fueron procesados 5 restos faunísticos de origen
tal (particularmente isotópica y geomorfológica). arqueológico (correspondientes a especies marinas
y terrestres) y 5 muestras de plantas comestibles
Análisis isotópicos sobre restos humanos (pa- nativas actuales procedentes del área de investiga-
leodietas) ción (Tabla 2). Las muestras humanas, faunísticas y
En los últimos años se han producido numerosos
hallazgos de restos humanos en la costa norte del
golfo San Matías y oeste de la Bahía de San Antonio
(ver Favier Dubois et al. 2007), que han permitido
obtener las muestras necesarias para establecer
cronologías y realizar estudios orientados a paleo-
dietas. De esta manera realizamos análisis isotópi-
cos (δ13C y δ15N) sobre colágeno de restos óseos y
dientes (dentina) en 21 individuos (18 adultos y 3
subadultos) recuperados en 6 localidades de este
tramo costero. Estas son: Bajo de la Quinta -BQ-
(sectores 1, 3 y Cima de los Huesos), Bahía Final 6
(BF6 costa), Saco Viejo, San Antonio Oeste (secto-
res SAO-Barrio Alpat y SAO-PC), Centro Minero y
El Buque Sur. También se ha incluido en la muestra
un hallazgo procedente de Islote Lobos, en la cos- Figura 1. Mapa del litoral rionegrino (costas N y O del
ta oeste (Figura 1). Los enterratorios (primarios y golfo San Matías) con ubicación de las localidades en
las que fueron obtenidas las muestras bioarqueológi-
secundarios) se hallaban a distancias entre 70 m y cas analizadas.

986
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío

Localidad / Datación Nro Nro


Rango δ13C δ13C δ15N C:N
Sitio Sigla Muestra AMS Lab Lab
Calib.1 AMS USF USF USF
(E-O y N-S) (años AP)1 (AA) (USF)
BQCH-3 Frag. cráneo 1173+45 3,0
967-1060 75710 -18.2 -18.3 12.7 10283
BQ Frag. cráneo2 3,0
BQCH-4A -17.2 14.5 10284
CIMA DE LOS -17.6 12.6 10286
BQCH-80 Frag. cráneo 3,1
HUESOS 1008-1171 70721 -17.7 -- -- --
BQCH-X M3 superior 1225+47 --
BQ-17 M3 superior 3077+54 -13.8 -14.5 14.4 3,0 10067
BQ 3084-3334 64777
BQ 290 Premolar -- -12.7 15.2 3,0 10068
Sector 1
BQ-S1 Vi M2 sup. Izq. 2458+50 2349-2672 75708 -15.1 -17.0 14.6 3,0 10287
BQ-Sector 3 BQ-S3 Ir M3 sup. Izq. 771+45 577-721 75709 -17.1 -16.4 13.0 3,1 10288
BF6-Costa BF6-Cos Frag. costilla 796+45 665-722 75707 -19.3 -18.2 11.2 3,0 10289
SACO VIEJO SV-1 niña Frag. costilla2 421+43 332-499 75706 -17.9 -18.0 12.6 3,0 10290
SAOBA-I Frag. cráneo 2330+49 -14.5 15.7 3,0 10291
SAO-BARRIO
SAOBA-II Frag. cráneo 2163-2347 75704 -15.5 -15.9 13.9 3,0 10292
ALPAT 10293
SAOBA-III Frag. mand.2 -10.9 17.0 3,0
SAO-PC SAOPC-29 P2 sup. Izq. 3135+52 3220-3365 75705 -13 -- -- -- --
CENTRO CM-Criad. Frag. costilla 689+44 562-604 75712 -18.8 -18.6 11.2 3,0 10294
MINERO CM-Parad. Frag. costilla 1513+48 1306-1381 75711 -19.5 -19.4 9.5 3,0 10295
BS I Astrágalo 2195+49 2009-2019 70720 -13.3 -13.2 17.1 3,0
10063
EL BUQUE BS II Navicular -12.8 16.6 3,0 10064
SUR BS III Navicular -13.1 15.8 2,9 10065
10066
BS IV Navicular 2300+49 2159-2336 70719 -13.9 -12.7 17.4 3,0
IS. LOBOS IL-35 Cuneif. izq. 2670+37 2721-2769 75713 -14.6 -14.6 14.5 3,0 10296

Tabla 1. Muestra de restos humanos analizada para estudios isotópicos y datada por acelerador. 1 Programa CALIB
REV 5.0.2 (1986-2005 M. Stuiver y P.J. Reimer). Edades calibradas en años AP a un sigma y utilizando la curva para
el Hemisferio sur. 2 Subadulto.
Lab ref.*
Localidad/sitio Especie y nombre común Muestra δ13C δ15N C:N
USF
Lama guanicoe
BQ-La Noria Vértebra -19,4 7,4 3,4 10322
(guanaco)
Faro Otaria flavescens Fragmento
-11,1 22,8 3,4 10324
San Matías (6) (lobo marino) mandíbula.
Las Grutas Rhea americana
Fragmento tibia -19,6 10,1 3,5 10325
(LR1) (ñandú)
BCH - Bajada de los Spheniscus magellanicus
Húmero -12,2 21,1 3,4 10326
Pescadores (pingûino)

BQ-La Noria Micropogonias furnieri (corvina) Vértebra -12,0 15,4 3,3 10330

Condalia microphylla (piquillín) Frutos -26,5 5,6 - 8761


Schinus johnstonii Hojas y
-26,0 6,1 - 8762
(molle) tallos
Bajo de la Vaina y
Prosopis flexuosa var depressa (alpataco) -23,9 0,3 - 8763
Quinta semillas
Hojas y
Geoffroea decorticans (chañar) -27,3 0,0 - 8764
tallos
Cereus aethiops
Tallo -12,8 0,6 - 8765
(cactus de monte)
Tabla 2. Valores obtenidos sobre muestras faunísticas (arqueológicas) y plantas nativas actuales de la zona (estas
últimas sin corrección por efecto Suess en el δ13C).

vegetales fueron procesadas en los laboratorios de del golfo San Matías, que posee una notablemente
la University of South Florida (sigla USF) por uno de
mayor densidad artefactual respecto de la oeste,
los autores (R. Tykot). La preparación y análisis de
en correspondencia con la abundancia de restos
estas muestras se realizó siguiendo procedimientos humanos. En particular se destacan las localidades
establecidos para asegurar resultados confiables y Bajo de la Quinta, Barranca de los Concheros (BCH)
evitar problemas relacionados con contaminación y el sector comprendido entre los sitios Bahía Final
y diagénesis (ver Tykot 2004). 1 (BF1) y Saco Viejo (SV) (Figura 2). Las dataciones
radiocarbónicas de estos concheros fueron realiza-
Información arqueológica das tanto por acelerador (NSF Arizona AMS Facili-
La investigación se focalizó en la costa norte ty) como por la técnica convencional de centelleo

Favier Dubois et al. 987


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

líquido (Laboratorio de Tritio y Radiocarbono, LA- jada de los Pescadores (Tabla 3).
TYR, sigla LP): c. Bahía Final 1/Saco Viejo (BF1/SV): es el sector
a. Bajo de la Quinta (BQ): en esta localidad los litoral que posee la mayor cantidad de localidades y
concheros se ubican entre dunas, a diferentes dis- sitios, ubicados en dunas sobre terrazas holocenas
tancias de la playa actual. Se excavaron aquí ocho y pleistocenas. Se excavaron 6 concheros en dife-
concheros (sectores BQS1, BQS2, BQS3, BQLNO y rentes localidades (BF1, BF6 costa y paleoacantila-
BQLNE, Tabla 3), y se recuperaron numerosos res- do, FSM sondeos 2 y 6, SV; ver Figura 2 y Tabla 3), y
tos bioarqueológicos correspondientes a entierros se recuperaron dos esqueletos humanos (BF6 costa
primarios y secundarios (se analizaron 8 correspon- y Saco Viejo, Tabla 1).
dientes a los sectores S1, S3, y Cima de los Huesos,
Borella et al. 2007; Favier Dubois et al. 2007; Tabla 1).
b. Barranca de los Concheros (BCH): esta locali-
dad incluye un extenso perfil coluvio-eólico donde
se observa un elevado número de concheros inter-
estratificados, situación poco frecuente en la costa
patagónica (Favier Dubois y Lanzelotti 2006). En un
sector de 20 m de altura se muestrearon 17 lentes
superpuestos de valvas para estudios cronológicos
y paleoambientales (ver más adelante). Las lentes
de conchero más desarrolladas del perfil incluyen
artefactos líticos y restos faunísticos, se excavaron
tres de ellas (concheros 4, 10 y 16 separadas verti- Figura 2. Ubicación de las principales localidades y sitios
calmente por varios metros) y el cercano locus Ba- relevados en la costa norte del golfo San Matías.

Datación Rango Aves


Sitio Peces Otarid Crust. Rheid. Dasyp. Guan
14
C calibrado1 mar.
3430+43 BF6
3564-3648 - - - X - - -
(AA64773) Paleoac.
3000+902
2788-3051 BQ S1 X - - - - - -
(LP1878)
2984+50 BCH
2997-3162 X - X - - - -
(AA74746) Con 4
2910+90 FSM
2854-3080 X X - - - - -
(LP1877) (S2)
2482+49 BCH
2355-2611 - - X X - - -
(AA74748) Con 10
2409+38
2335-2457 BF1 X X - - - - -
(AA77302)
2197+38 BCH
2046-2298 X X X - - - -
(AA81730) BP (2)
2000+70
1821-1988 SV (1) X X - X - - -
(LP1898)
1772+36 BCH
1566-1692 - - - X - - -
(AA64775) Con 16
1380+80 FSM
1149-1314 X X - - - - -
(LP1873) (S6)
942+37 BQLNE
747-902 X - X - X X X
(AA81727) (126)
1040+602 BQ S3
674-795 X X - - - X X
(LP1923) (80)
1070+602 BQLNE
668-824 X X - - X X X
(LP2016) (125)
804+37
670-721 BQLNO (142) X X X X X X X
(AA81728)
740+40 BF6
570-674 X X - - - - X
(AA64772) Costa
540+80 BQ S2
474-628 X - X - X X X
(LP1958) (235)
450+80
329-524 BQLNO (144) X X - X - X X
(LP1926)
Tabla 3. Cronología de los concheros excavados y material arqueofaunístico recuperado (se han excluido aquellos que
sólo presentaban moluscos y que son abundantes en ambos períodos)1 Programa CALIB REV 5.0.2 (1986-2005 M. Stuiver
y P.J. Reimer). Edades calibradas en años AP a un sigma y utilizando la curva para el Hemisferio sur.2 Edades sobre valvas
marinas, en su calibración se utilizó el valor local de efecto reservorio de 266 ± 51 años AP (Favier Dubois 2008).

988
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío

En esta primera etapa los estudios arqueofaunís- dad. Tres valvas fueron obtenidas por cada lente de
ticos estuvieron orientados a evaluar la importancia conchero, correspondientes a las localidades Bahía
relativa de los recursos marinos (peces, pinnípedos, Rosas (sitio BR2, ver Favier Dubois et al. 2006), Ba-
aves marinas, moluscos, cangrejos, etc.) compara- rranca de los Concheros y Bahía Final (Tabla 5). Esas
dos con los terrestres (como guanaco, rheidos y lentes habían sido datadas previamente sobre car-
pequeños mamíferos) teniendo en cuenta los pro- bones por acelerador (NSF Arizona AMS Facility).
cesos de formación de los concheros así como po- El período involucrado es de 4000 años AP hasta el
sibles sesgos. Se utilizaron medidas de abundancia presente. Los análisis de δ18O y δ13C se realizaron
taxonómica, y se consideraron las modificaciones en el Laboratorio de Isótopos Estables del INGEIS
tafonómicas de origen natural y antrópico (Be- (UBA-CONICET). Cada valva fue molida completa,
hrensmeyer 1991; Lyman 1994; Mengoni Goñalons proporcionando el valor isotópico promedio obte-
1999) que pudieran dar cuenta de la incorporación nido a lo largo de su vida.
de elementos óseos de origen natural entremez- Se efectuaron asimismo relevamientos geomor-
clados con los restos faunísticos en los basurales fológicos preliminares a fin de evaluar la evolución
arqueológicos. del paisaje costero. Para ello se utilizaron fotos aé-
reas escala 1:60.000 del Instituto Geográfico Militar
Evidencia Paleoambiental y escala 1:20.000 del Servicio de Hidrografía Naval,
Se obtuvieron paralelamente valores de δ18O y imágenes satelitales (IGM Landsat 1999, Google
δ C sobre mitílidos (Mytilus edulis y Aulacomya ater)
13
Earth 2007), así como información generada a tra-
en 5 de los concheros estudiados a fin de comenzar vés de prospecciones en el terreno y sondeos estra-
a evaluar paleotemperaturas marinas y productivi- tigráficos.

RESULTADOS
Isótopos estables
Los resultados de isótopos estables han propor-
cionado la evidencia más sólida acerca de un cam-
bio notable en la intensidad de uso de los recursos
marinos por parte de los grupos norpatagónicos
durante el Holoceno tardío, que se registra incluso
en una misma localidad (BQ). Los valores de δ13C y
δ15N obtenidos sobre 21 individuos permiten dife-
renciar claramente dos períodos en cuanto a la se-
ñal paleodietaria (Figuras 3 y 4, Tabla 4). El primero
(ca. 3100-2200 años AP) se caracteriza por valores Figura 3. a) Valores de δ13C (21 en total, 19 provistos por
que sugieren dietas predominantemente marinas la USF y 2 por Arizona) b) Valores de δ15N (19 en total,
provistos por la USF) obtenidos sobre las muestras hu-
de elevado nivel trófico. El segundo período (ca.
manas para el intervalo 3100-420 años AP (Tabla 1).
1500-420 años AP) muestra valores que indican
dietas mixtas a predominantemente terrestres, de
menor nivel trófico en promedio.
Es interesante notar que casi no existe superpo-
sición entre los valores obtenidos para cada inter-
valo, que sólo se restringe a un valor para cada tra-
zador (Figura 3 a y b). Los valores de δ13C resultan
muy similares a los proporcionados por la datación
por acelerador en el laboratorio de Arizona (Tabla

Valores de δ13C (‰) Valores de δ15N (‰)


Máx. Min. Media y σ Máx. Min. Media y σ
1er Período -10,9 -17 -13,8+1,7 17,4 13,9 15,6+1,2

2do Período -16,4 -19,4 -17,9+0,9 14,5 9,5 12,1+1,5

Tabla 4. Valores mínimos, máximos y medias de δ13C y de δ15N obtenidos sobre los restos humanos.

Favier Dubois et al. 989


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

1). Estos últimos han sido utilizados sólo en los dos


casos en que no se contaba con valores provistos Información arqueológica
por la University of South Florida (muestras BQCH- -Bajo de la Quinta (BQ): en los concheros más
X y SAOPC-29, Tabla 1). alejados de la costa (sector 1, ca. 3000 años AP)
El consumo de alimentos marinos de alto nivel fueron hallados abundantes restos de peces y lo-
trófico durante el primer período resulta consisten- bos marinos (Otaria flavescens) mientras que en
te con la presencia de abundantes restos de peces aquellos algo más cercanos al mar (sectores 2, 3,
y lobos marinos en los sitios de esa cronología. El y La Noria Este y Oeste -BQLNO y BQLNE-), más
valor medio de δ15N obtenido (15,6‰) se ajusta a recientes (ca. 1040 a 450 años AP) encontramos
los parámetros para poblaciones consumidoras de evidencia del mismo tipo de fauna pero también la
estos recursos, de 15 a 20‰ (Schoeninger y DeNiro presencia de restos de guanaco (Lama guanicoe),
1983). rheidos y armadillos (Dasypodidae) (Tabla 4). En
Para el segundo período el consumo de alimen- estos sitios resultan abundantes los fragmentos
tos marinos ha disminuido, así como el nivel trófico de alfarería en superficie y las puntas de proyectil
promedio de la ingesta representado por los valores triangulares pequeñas.
de δ15N. Ello indica un mayor consumo de recursos -Barranca de los Concheros (BCH): las datacio-
terrestres (aunque sin abandono de los marinos), nes sobre carbón obtenidas en las lentes superior
tanto de herbívoros que se alimentan principal- e inferior del principal perfil muestreado ubican los
mente de plantas C3 (entre ellos guanaco, rheidos, concheros aquí expuestos entre ca. 3000 y 1800
y pequeños vertebrados), como posiblemente de años AP. La excavación de tres de ellos (concheros
vegetales. Esto último se vería respaldado por los 4, 10 y 16) y del locus Bajada de los Pescadores evi-
relativamente elevados valores de nitrógeno obte- denció restos quemados de pingüino (Spheniscus
nidos para algunas plantas comestibles de la zona, magellanicus). También fueron recuperados restos
entre 5 y 6‰ (Tabla 2), así como por la presencia de peces, crustáceos (Platyxanthus sp.) y lobo ma-
de abundantes morteros en los sitios tardíos, que rino (neonatos). No se halló evidencia de cerámica
pueden ser vinculados con un más efectivo aprove- en todo el sector ni de puntas de proyectil de nin-
chamiento de los vegetales. gún tipo.
-Bahía Final 1/Saco Viejo (BF1-SV): los sitios
excavados a lo largo de este sector revelaron la
presencia de fauna marina (incluyendo mamíferos
marinos y restos de peces) en los concheros más
antiguos (BF1, BF6 paleoacantilado, Faro San Ma-
tías 2, y Saco Viejo) (ca. 3400–2000 AP), así como el
consumo de especies marinas y terrestres (guana-
co) en los más recientes (como BF6 costa, ca. 740
años AP), donde también fueron registrados frag-
mentos cerámicos.
La información arqueológica se sintetiza en la
tabla 2, que se ha ordenado cronológicamente (de
los loci más antiguos a los más recientes) para ha-
cer más visible el patrón temporal en cuanto a la
Figura 4. Valores de δ13C y δ15N obtenidos en muestras
fauna presente en los sitios.
humanas (tempranas y tardías), faunísticas (arqueoló-
gicas) y vegetales (actuales).
Evidencia paleoambiental
El gráfico comparativo (Figura 4) permite ob- Con los resultados de los análisis isotópicos so-
servar mejor las tendencias en las paleodietas. En bre valvas de mitílidos se confeccionaron curvas
el período temprano los valores isotópicos se ha- suavizadas de valores de δ18O y δ13C. Éstas incluyen
llan desplazados hacia los de las especies marinas, el valor mínimo, máximo y el promedio de los tres
resultando enriquecidos en δ13C y δ15N. En el tardío, datos obtenidos en cada lente a fin de evaluar me-
en cambio, este desplazamiento se produce a fa- jor las tendencias preliminares observadas (Tabla 5,
vor de valores empobrecidos en ambos isótopos, Figura 5). Pese a la aún muy limitada cantidad de
correspondientes a especies terrestres, aunque los valores es posible notar que la curva de δ18O regis-
valores medios (-17,9‰ y 12,1‰ respectivamente) tra una disminución en la temperatura media del
todavía muestran la influencia de los recursos ma- agua marina desde 4000 años AP hasta el presente
rinos en la dieta. (los valores de δ18O se van haciendo más positivos).
Respecto al intervalo 3000-1800 AP (representado

990
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío

Edad AMS Valores de δ13C Valores de δ18O Lab. ref.


Localidad/sitio
(años AP) (‰) (‰) AIE
Bahía Rosas 2 3985+41 2,6 3 2,5 -0,4 0 -0,6 18273/5
BCH – Con 4 2984+50 2,2 2,3 2,1 -0,2 -0,2 -0,2 18281/2
BCH – Con 10 2482+49 2,2 2,4 1,8 -0,3 -0,2 -0,4 18283/4
BCH – Con 16 1772+36 1,8 2,1 1,8 0 0 -0,4 18285/6
BF6 Costa 740+40 1,8 2 1,7 0,2 0,3 0,2 18287/9
BCH - Actual -- - 0,8 1 - 0,2 0,2 18291/2

Tabla 5. Valores de δ18O y δ13C obtenidos en valvas de mitílidos entre 4000 años AP y el presente.

por el perfil de Barranca de los Concheros), si bien


son poco los valores graficados (Figura 5) las tem-
peraturas se habrían mantenido relativamente ele-
vadas, ya que eso indican los resultados de las 10
lentes aún no datadas de este perfil (intercaladas
entre los concheros 4 y 16) que mantienen valo-
res de δ18O por debajo de O durante ese intervalo.
Luego del mismo se evidencia una temperatura del
agua menor. Una tendencia opuesta se observa en Figura 5. Valores de δ18O y de δ13C desde 4000 años AP
el caso de la curva de valores de δ13C, lo que tiene hasta el presente.
sentido, ya que indica una mayor productividad
marina en momentos de temperatura elevada (va-
lores enriquecidos) y su disminución cuando ésta
desciende, hacia el Holoceno tardío final. El perío-
do de mayor temperatura del agua marina, si acaso
generado por temperaturas medias más elevadas,
podría hallarse vinculado con condiciones áridas en
áreas continentales adyacentes. A este respecto
los estudios geomorfológicos iniciales muestran
una activa morfogénesis y el movimiento de du- boca de un drenaje fluvial generando un pequeño
nas litorales desde el inicio del Holoceno tardío. lago. Los sitios arqueológicos ubicados en estas du-
En Bajo de la Quinta un campo de dunas sepultó la nas corresponden a ese intervalo, no superando en

ningún caso los 3000 años AP.

DISCUSIÓN restos faunísticos y antracológicos, poseyendo por


lo general una resolución e integridad elevadas de
Si bien era razonable esperar un predominio de acuerdo al estudio de sus procesos de formación en
la fauna marina en los sitios costeros, nuestro abor- este litoral (ver Favier Dubois y Borella 2007). No
daje al uso de estos ambientes consistió en compa- obstante, la fauna que se ha considerado explota-
rar registros costeros entre sí a lo largo del tiempo a da se restringe a aquella que mostrara evidencias
escala regional, así como paleodietas en restos hu- de algún tipo de procesamiento (quemado, huellas
manos diacrónicos hallados dentro de los 1000 m de corte, fractura intencional, etc.) o que por sus
de la faja litoral. Esto restringe la discusión al espa- características no pudiera haber ingresado al sitio
cio costero, permitiendo evaluar cambios en la uti- sino por acción humana, como es el caso de los res-
lización de recursos marinos a lo largo del tiempo tos de peces, de cangrejos y de lobos marinos, en
en un mismo contexto. No obstante existen sesgos vistas de que las lentes de valvas excavadas se ubi-
derivados de prácticas culturales, procesos de for- can en depósitos eólicos.
mación y estrategias de muestreo (ver Barberena Hemos observado que muchos sitios costeros
et al. 2004) que comenzaron a ser monitoreados. sólo evidencian la explotación de moluscos (con-
Las excavaciones se concentraron en conche- cheros sin fauna), otros loci con acumulaciones de
ros, rasgos conspicuos en el paisaje costero, que valvas de similar cronología incluyen la presencia
han demostrado ser eficaces preservadores de de peces y/o de lobos marinos, también hemos

Favier Dubois et al. 991


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

hallado distribuciones en superficie de otolitos aso- 2008 en este volumen). Si tenemos en cuenta que la
ciados a pesas líticas (ver Scartascini et al. 2008 en pesca, en algunos casos, puede aportar buena parte
este volumen), así como acumulaciones aisladas de de las proteínas y calorías más que los moluscos e
quelas de cangrejo quemadas. Esta evidencia po- incluso en ocasiones más que la caza y recolección
dría representar lugares elegidos para el consumo terrestres (Bailey y Milner 2002-3: 134), entonces
diferencial de recursos, o aún sesgos debidos al la notable presencia de otolitos de una misma es-
procesamiento y forma de descarte de distintos ti- pecie (en este caso la corvina rubia Micropogonias
pos de fauna. Pero también consideramos que en furnieri) en numerosos sitios de la costa norte del
alguna medida, y en función de la escala, puede golfo San Matías podría considerarse como indica-
estar ilustrando diferencias microambientales a dor de una explotación focalizada en este tipo de
lo largo de la faja costera en un sentido espacial, recurso. La obtención de peces con redes y líneas
donde la presencia de moluscos resulta la más con- dejaría escasa evidencia debido tanto a la baja
spicua pero varía la de otros recursos disponibles preservación que tienen los materiales orgánicos
en forma relativamente próxima (peces, lobos ma- con las que estaban confeccionadas como la de los
rinos, aves marinas, cangrejos, etc.). Tales cambios posibles restos descartados vinculados al procesa-
en la disponibilidad de recursos también ocurren miento inicial para consumo del pescado (Bailey y
en una misma localidad si tenemos en cuenta el Milner 2002-3); de esta manera el hallazgo en su-
eje temporal. En BF6 ningún conchero del sector perficie de otolitos y pesas líticas es lo esperable en
paleoacantilado muestra la presencia de restos de términos de preservación diferencial.
peces o lobos marinos a fines del Holoceno medio Por otra parte, el sector norte de la costa del
(ca. 3400 AP), mientras que 380 m en línea recta ha- golfo presenta características geomorfológicas que
cia la playa actual los concheros que se desarrollan la constituyen en un espacio apto para el empla-
allí sobre las dunas de la terraza holocena muestran zamiento de apostaderos de pinnípedos. En este
evidencias de ambas especies en ca. 740 años AP, sentido la presencia de restos de lobos marinos ne-
en un escenario que ya resultaría muy distinto al onatos en el registro arqueofaunístico en las locali-
anterior respecto al ambiente litoral involucrado. dades Bajo de la Quinta, Bahía Final, Barranca de
La evolución de la morfología costera afecta la los Concheros y Faro San Matías (Tabla 3) permite
disponibilidad de los recursos marinos y en conse- sostener la explotación de loberías reproductivas
cuencia el modo e intensidad de uso de esos espa- localizadas en esta porción del golfo San Matías en
cios por parte de los seres humanos. el pasado (Borella 2006), así como comenzar a dis-
A una escala mayor, sin embargo, estas diferen- cutir la disponibilidad de estos animales a lo largo
cias podrían enmascararse si existe disponibilidad del tiempo.
de esa variedad de recursos a lo largo del litoral Todo ello apunta a que los grupos que habita-
marítimo, más allá del lugar exacto en donde se ban el área conocían bien este espacio litoral y ex-
localizan (que puede cambiar). En este sentido la plotaban sus recursos mediante diferentes tecno-
información arqueofaunística regional aporta una logías, que aún estamos evaluando. Una de ellas,
perspectiva más completa para evaluar modos y la pesca, puede considerarse un sistema de captura
tendencias temporales en su utilización. complejo ya que involucran varias partes que preci-
Es interesante notar que la fauna marina regis- san elaborarse con anticipación al uso (redes, dife-
trada en los concheros correspondientes a los dos rentes tipos de pesas, líneas, anzuelos, etc.) con la
períodos analizados es similar. Ello sugiere su dis- correspondiente inversión de tiempo y de energía
ponibilidad a lo largo del tiempo a la escala espacial en esa tecnología.
analizada (la costa norte del golfo), sin embargo no Respecto a los cambios ambientales, se han
sabemos aún cómo fue el acceso a esos recursos detectado, aunque muy preliminarmente, tenden-
en cada etapa y si sufrió fluctuaciones en vistas de cias en la temperatura del agua marina que podrían
la propia dinámica litoral que hemos mencionado ayudar a explicar algunos de los cambios observa-
anteriormente, o por otras razones (cambios en la dos en la subsistencia que parecen esbozarse en la
temperatura/salinidad del agua, etc.). En este sen- evidencia arqueofaunística generada hasta el mo-
tido, el estudios de otolitos de corvinas recupera- mento. Si bien este registro arquefaunístico puede
dos en superficie en BQ sugiere que las técnicas considerarse un espejo imperfecto de los cambios
de captura de esta especie habría sido diferente ambientales, en ocasiones refleja modificaciones
durante el Holoceno medio (uso de redes en ambi- en la base de recursos aprovechables por los se-
entes protegidos) respecto al tardío final (líneas de res humanos. Esta premisa fue utilizada por Reitz
pesca en aguas abiertas) en función de los cambios (2002:20) en su estudio del registro arqueofaunís-
en los ambientes costeros representados a lo largo tico de la costa Peruana, al considerar que los cam-
del tiempo en esa localidad (ver Scartascini et al. bios en este registro pueden estar evidenciando la

992
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío

respuesta humana a variaciones en la abundancia estudios, este constituye un posible escenario para
animal asociadas con los cambios de la tempe- el cambio registrado en las dietas humanas.
ratura del agua y del clima detectados durante el En los concheros tardíos a la fauna marina tra-
Holoceno medio, aunque esta relación no debe dicionalmente aprovechada se suma la presencia
considerarse ni lineal ni simple ya que deben espe- de especies terrestres, no obviamente en todos los
rarse respuestas culturales diversas frente a dichos casos, pero este mayor espectro de fauna explota-
cambios. da sólo se registra en los concheros con cronología
En nuestro caso (Figuras 3 y 4) la señal paleodie- más recientes (ca. 1000-450 años AP), hecho que se
taria más temprana evidencia una fuerte focaliza- observa claramente en las principales localidades
ción en los recursos marinos en un momento coinci- bajo estudio (BQ y sector BF1/SV) (Tabla 3). Esto no
dente con una relativamente elevada temperatura significa que no se hayan aprovechado estas espe-
marina. Luego, posibles cambios en la temperatura cies en el litoral costero en tiempos anteriores, sólo
(aunque este sector de la curva de δ18O posee aún que su señal se hace más clara en los concheros del
muy baja resolución, Figura 5), acoplados o no con último período. Este hecho podría explicarse por
cambios en la morfología costera, pudieron haber diferentes factores, pero uno de ellos es su mayor
impactado en la disponibilidad/distribución de los consumo.
recursos y resultar en cambios en las estrategias de Es de esta forma que la evidencia arqueofaunís-
explotación de los mismos y en su importancia para tica parece sugerir una diversificación durante el
la subsistencia. Si bien aún deben profundizarse los Holoceno tardío final que resulta coherente con el

cambio en la señal isotópica que se registra en los restos humanos hallados en ese mismo litoral.

CONCLUSIONES PRELIMINARES de proyectil pequeñas, tecnologías no registradas


en los sitios del período anterior, mientras que
A partir de la evidencia arqueológica e isotópica aquellas vinculadas con la pesca disminuyen nota-
obtenida al momento, y sumando la información blemente su señal. Se observa una recurrente uti-
etnohistórica del siglo XVIII, podemos sugerir que lización de ciertos espacios seleccionados, medido
al menos en los últimos 3100 años hubo cambios ello en términos de densidad y diversidad de ítems
importantes en el modo e intensidad de uso de los arqueológicos, incluyendo entierros humanos.
recursos marinos. Presentamos un esquema inicial 3. Abandono (siglo XVIII). Para el siglo XVIII y
exploratorio de tres tendencias sucesivas para la con la incorporación del caballo la costa había sido
costa norte del golfo San Matías, que van de un uso virtualmente abandonada, generando el panorama
intensivo a un abandono. que describen las crónicas históricas.
1. Uso intensivo. Para este momento (que des- Consideramos que estas tendencias manifies-
conocemos aún cuándo pudo iniciarse) contamos tan cambios importantes en la forma de explota-
con información isotópica de 11 individuos que ción de los recursos marinos y consecuentemente
muestran dietas predominantemente marinas de en la utilización de los ambientes costeros a lo largo
elevado nivel trófico entre ca. 3100 y 2200 años AP del tiempo. Este panorama preliminar resulta dife-
En los sitios se evidencia durante este intervalo (y rente del registrado por colegas en la costa central
desde unos 6000 años AP) el consumo de peces, y sur de la Patagonia continental argentina. Para el
mamíferos marinos, moluscos, crustáceos y aves caso más cercano, en la costa de Chubut se eviden-
marinas, así como la utilización de tecnologías de cia mayor variabilidad dietaria a lo largo del tiempo
pesca vinculadas con el uso de redes. En este senti- y un aprovechamiento más intensivo de pinnípedos
do la conspicua presencia de otolitos y de variadas en el Holoceno tardío final (Gómez Otero 2007).
pesas líticas puede ser considerada indicador de Sin embargo, en forma semejante se habría dado
una forma de especialización costera. un abandono de los recursos marinos en el perío-
2. Uso “moderado”. Se halla evidenciado por 10 do posterior al contacto con los europeos (Moreno
individuos que muestran dietas mixtas a terrestres 2003; Gómez Otero 2007).
entre ca. 1500 y 420 años AP. Se registra en los sitios Volviendo al caso de la costa rionegrina cree-
de esta cronología la presencia de una similar fau- mos que una estrategia con cierta especialización,
na marina respecto al período anterior, a la que se como la que sugiere el primer bloque temporal,
suma la de restos de guanaco, rheidos y de peque- daría cuenta de las ventajas que los ambientes li-
ños mamíferos como armadillos. Estos materiales torales poseen respecto a los continentales en
se hallan asociados a numerosos tiestos y puntas regiones semiáridas, al poseer una productividad

Favier Dubois et al. 993


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

más elevada y sostenida, condiciones climáticas que las economías especializadas suelen ser inhe-
atemperadas y niveles freáticos más elevados en rentemente inestables (Binford 2001:402). La di-
relación con sectores interiores (ver Bailey y Mil- versificación puede ocurrir entonces en respuesta
ner 2002-3). Particularmente durante el Holoceno a la inestabilidad en los recursos, reduciendo los
medio las condiciones en la región nordeste de riesgos asociados con la explotación de sólo algu-
Patagonia fueron las más áridas respecto a otros nos de ellos. En este sentido podría ser el resultado
momentos del Holoceno, con elevadas temperatu- de cambios en la distribución o en la disponibilidad
ras y baja precipitación (Schäbitz, 1994, 2003). Nos de recursos que afectaron modos tradicionales de
preguntamos entonces si este entorno pudo favo- subsistencia. La diversificación en la dieta también
recer la colonización de la costa rionegrina, y quizás trae como consecuencia un aumento de la capaci-
un aprovechamiento intensivo de sus recursos en dad de carga del ambiente, por lo que se la conside-
forma temprana, como parece sugerir el registro ra otra estrategia de intensificación, a lo que puede
de pesas y otolitos ya en 6000 años AP en Bajo de sumarse un aprovechamiento más efectivo de los
la Quinta (Scartascini et al. 2008 en este volumen). recursos a través de la incorporación de nuevas tec-
En regiones semiáridas como ésta los recursos ma- nologías (Betts y Friesen 2004). Esto último parece
rinos pueden representar la única vía de intensifica- sugerir el registro del golfo San Matías a partir de
ción (Borrero y Barberena 2006). la presencia de tecnología cerámica y de puntas de
Es interesante asimismo destacar que a lo lar- proyectil pequeñas -referibles al uso del arco y fle-
go de la costa patagónica central y meridional los cha- en las ocupaciones más tardías. Consideramos
sitios costeros registran la presencia de moluscos, que esta situación podría acompañar un aumento
lobos marinos y aves marinas, pero una baja repre- demográfico llevando a una ocupación efectiva de
sentación de peces (Gómez Otero 2007; Arrigoni este litoral costero (sensu Borrero 1989-90) y dan-
et al. 2006; Castro et al. 2006; Borrero et al. 2006). do lugar a la saturación de espacios especialmente
Esto contrasta con el énfasis que parece haber te- favorables durante el Holoceno tardío final. Tal cir-
nido la pesca en la costa norte del golfo San Matías, cunstancia se vería particularmente reforzada en el
avalada por la abundante presencia de restos de marco del probable deterioro ambiental ocurrido
estos vertebrados en los concheros sondeados y su durante el Período Cálido Medieval (acerca de su
distribución en superficie (conjuntos de cientos de registro en Norpatagonia ver Villalba 1990, 1994).
otolitos en numerosos enclaves del paisaje litoral), Nos preguntamos entonces si hacia el 1000 AP
a lo que se suma la presencia de artefactos para la se produjo una concentración de poblaciones alre-
pesca y el uso de técnicas diferentes de captura (ver dedor de los manantiales costeros, como ya sugi-
Scartascini y Cardillo 2007, Scartascini et al. 2008 riera Bórmida (1964:98) en base a sus investigacio-
este volumen). Podríamos considerar entonces a nes. Esta hipótesis será puesta a prueba en futuros
manera de hipótesis que pudo haber existido una estudios pero al momento es consistente con el he-
focalización en recursos marinos, posible estrate- cho de que las áreas de mayor densidad de registro
gia de intensificación, centrada en la captura de artefactual y de entierros humanos correspondan
peces. Desde otro ángulo es interesante notar que a localidades de cronología tardía que concentran
en los conjuntos líticos se observa una baja diversi- recursos (en particular agua dulce) como es el caso
dad artefactual en los sitios entre el 3000 y 2000 AP de Bajo de la Quinta y Saco Viejo. Se destaca en es-
(Cardillo y Favier Dubois 2008), patrón consistente tos sitios la diversidad artefactual que incluye gran
con una disminución del rango de especies explota- cantidad y variedad de cerámicas respecto del res-
das en ese período, mientras que con posterioridad to del litoral, a lo que se suma la alta frecuencia de
al 1500 AP esa diversidad se incrementa. También artefactos de molienda (ver Orlando 2008 en este
se observa la proliferación de retocadores óseos volumen, para el caso de BQ) que apuntan a una
sobre metapodio de guanaco que muestra un ma- movilidad reducida y a estrategias de tipo “proces-
nejo notable de la tecnología ósea (Borella y Buc sor” en términos de Bettinger y Baumhoff (1982).
2008), además de evidenciar el papel relevante que Tal situación formaría parte de un contexto
adquiere este recurso en momentos tardíos. favorable para la movilidad de poblaciones desde
La diversificación que sugiere el registro ar- Norpatagonia hacia el sur de la región pampeana
queofaunístico para el Holoceno tardío final, esta- durante el Holoceno tardío final (1000-500 años
ría revelando la utilización de otras especies sobre AP) como fuera propuesto en base a evidencia ar-
las cuales anteriormente no se habría puesto mayor queológica y bioarqueológica por Barrientos y Pé-
interés. De acuerdo con Binford (2001) la diversifi- rez (2004).
cación es una estrategia que promueve la estabili- Para concluir, consideramos que las líneas de
dad, en el sentido de que provee los medios para investigación en curso, si bien en forma preliminar,
promediar fluctuaciones en los recursos, mientras han comenzado a generar información valiosa para

994
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío

discutir tanto el atractivo de la costa norte del gol- ambientes y recursos por parte de los grupos hu-
fo San Matías como las tendencias en el uso de sus manos norpatagónicos a lo largo de una historia de

ocupación que, al momento, alcanza los seis milenios.


AGRADECIMIENTOS
A la Lic. Teresa Civalero por el enorme favor de prestarnos su casa en Las Grutas durante los trabajos
de campo. A Irma y su recientemente fallecido esposo Alberto Stábile por recibirnos en su casa (Ea. La
Madreselva) y permitirnos acceder al interesantísimo Bajo de la Quinta, asimismo al Sr. Bonifacio de la
misma estancia por su valiosa ayuda. A Antonia Peronja y personal del Museo de Viedma “Gobernador
E. Tello” por su asistencia y colaboración. A la Municipalidad de San Antonio Oeste por facilitarnos el al-
bergue en esa ciudad. Al Consejo de Ecología y Medio Ambiente de la Provincia de Río Negro (CODEMA)
por autorizarnos a trabajar en áreas protegidas. A los Investigadores del Instituto de Biología Marina y
Pesquera de SAO: Enrique Morsan, Raquel Perier, Edgardo Di Giácomo, Raúl González, Alejandra Rome-
ro y Guillermo Svendsen que siempre han atendido nuestras consultas y facilitado bibliografía. Nuestro
trabajo es posible gracias a la participación de todos los integrantes del equipo. Finalmente nuestro agra-
decimiento a la evaluadora del trabajo María José Figuerero Torres y a Augusto Tessone por sus valiosas
sugerencias acerca del manuscrito. Las investigaciones fueron financiadas por los Proyectos PIP CONI-
CET 6415, National Geographic Society CRE Grant 8171-07 y PICT ANPCyT 38264.

BIBLIOGRAFÍA Competition. American Antiquity 47: 485-503.


Betts, M. W. y T. M. Friesen
2004 Quantyfing hunter-gatherer intensification:
Arrigoni, G., M. Andrieu y C. Bañados a zooarchaeological case study from Artic Canada.
2006 Arqueología de Cazadores Recolectores Journal of Anthropological Archaeology 23: 357-384.
prehistóricos en la costa central del golfo San Jorge. En Binford, L. R.
Arqueología de la Costa Patagónica, perspectivas para 2001 Constructing Frames of Reference. An Analytical
la conservación, editado por I. Cruz y S. Caracotche, Method for Archaeological Theory Building Using
Capítulo 6, pp. 91-107. UNPA, Río Gallegos. Ethnographic and Environmental Data Sets. University
Bailey, G. y N. Milner of California Press.
2002-3 Coastal hunter-gatherers and social evolution: Borella, F.
marginal or central?. Before Farming 4 (1): 129-150. 2006 ¿Dónde están los lobos en la costa atlántica
Barberena, R., G. L. L´Heureux, y L. Borrero de Norpatagonia? Explorando vías para resolver el
2004 Expandiendo el alcance de las reconstrucciones registro arqueofaunístico. Werken 9: 97-114.
de subsistencia. Isótopos estables y conjuntos Borella, F. y N. Buc
arqueofaunísticos. En Contra viento y marea. 2008 Opticas y ópticos: una aproximación a la
Arqueología de la Patagonia, editado por M. T. tecnología ósea en la bahía de San Antonio (Río
Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, pp. Negro). Resúmenes de las VII Jornadas de Arqueología
417-433. Instituto Nacional de Antropología y de la Patagonia, pp. 20, Ushuaia.
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina Borella, F., C. Mariano y C. M. Favier Dubois
de Antropología, Buenos Aires. 2007 Procesos tafonómicos en restos humanos de
Barrientos, G. e I. Pérez la localidad arqueológica de Bajo de la Quinta, golfo
2004 La expansión y dispersión de poblaciones del San Matías (Río Negro), Argentina. En Arqueología de
norte de Patagonia durante el Holoceno tardío: Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
evidencia arqueológica y modelo explicativo. En huesos...y develando arcanos. Editado por F. Morello,
Contra viento y marea. Arqueología de la Patagonia, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 403-410.
editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
G. Guraieb, pp. 179-195. Instituto Nacional de Bórmida, M.
Antropología y Pensamiento Latinoamericano - 1964 Arqueología de la costa Norpatagónica. Trabajos
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires. de Prehistoria XIV, 7-108. Madrid.
Behrensmeyer, A. K. Borrero, L.
1991 Terrestrial Vertebrate Accumulations. En 1989-90 Evolución cultural divergente en Patagonia
Taphonomy. Releasing the Data Locked in the Fósil Austral. Anales del Instituto de la Patagonia (serie
Record, editado por P. A. Allison y D. E. G. Briggs, pp. Ciencias Sociales) 19: 133-140.
291-335. Plenum Press, New York and London. Borrero, L. y R. Barberena
Bettinger, R. L. y M. A. Baumhoff 2006 Hunter-gatherer home ranges and marine
1982 The Numic Spread: Great Basin Cultures in resources. An archaeological case from Southern

Favier Dubois et al. 995


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Patagonia. Current Anthropology 47 (5): 855-867. S. Lanzelotti, F. Scartascini, C. Mariano y E. Borges


Borrero, L., V. Franco, R. Barberena, F. Borella, P. Vaz
Campán, F. Carballo Marina, I. Cruz, C. Favier Dubois, 2006 Aproximación regional al registro arqueológico
R. Guichón, L. L`Hereux, M. V. Manzini, L. Manzi y F. de la costa rionegrina. En Arqueología de la Costa
Martin Patagónica, perspectivas para la conservación.
2006 Arqueología en Cabo Vírgenes y Cañadón Editado por I. Cruz y S. Caracotche, Capítulo 3, pp.
Gap. En Arqueología de la Costa Patagónica, 50-68. UNPA, Río Gallegos.
perspectivas para la conservación. Editado por I. Cruz 2007 Primeros avances acerca del registro
y S. Caracotche, Capítulo 13, pp. 213-228. UNPA, Río bioarqueológico de la costa rionegrina.Resúmenes
Gallegos. Ampliados del XVI Congreso Nacional de Arqueología
Capítoli, R. Argentina. Número especial de la Revista Pacarina
1973 Relevamiento Ecológico y tipificación de las Tomo III. 359-364. Facultad de Humanidades y
comunidades del Litoral Marítimo de la Provincia de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de
Río Negro, con especial referencia al establecimiento Jujuy.
de áreas de cultivo para especies de interés comercial. Gómez Otero, J., J. B Belardi, A. Súnico y R. Taylor
Instituto de Biología Marina, Asesoría de desarrollo 1999 Arqueología de Cazadores-recolectores en
de Río Negro y Consejo Federal de Inversiones. Ms. Península Valdés (costa central de Patagonia):
Cardillo, M., C. M. Favier Dubois, F. Scartascini y L. primeros resultados. En Soplando en el viento. III
Lípari Jornadas de Arqueología de la Patagonia, editado por
2007 Una aproximación a la diversidad en la Belardi, J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb,
tecnología lítica de la costa norte del golfo San A. G. y M. De Nigris, pp. 393-417. Neuquén-Buenos
Matías, Río Negro, Argentina.Resúmenes Ampliados aires
del XVI Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Gómez Otero, J.
Número especial de la Revista Pacarina Tomo III: 323- 2006 Arqueología de la costa centro-septentrional
328. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de de Patagonia Argentina. En Arqueología de la Costa
la Universidad Nacional de Jujuy. Patagónica, perspectivas para la conservación.
Cardillo, M. y C. M. Favier Dubois Editado por I. Cruz y S. Caracotche, Capítulo 4, pp.
2008 Una aproximación al uso del espacio en 73-81. UNPA, Río Gallegos.
la costa norte del golfo San Matías. Río Negro, Gómez Otero, J.
Argentina. Trabajo presentado en las III Jornadas 2007 Isótopos estables, dieta y uso del espacio en
interdisciplinarias. Movilidad y Migraciones, Instituto la costa atlántica centro-septentrional y el valle
Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas. inferior del río Chubut (Patagonia, Argentina). En
IMHICIHU-CONICET, Buenos Aires. Ms. Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras,
Castro, A., J. Moreno, M. Zubimendi, M. Andolfo, B. desenterrando huesos...y develando arcanos. Editado
Videla, L. Mazzitelli, S. Bogan y P. Ambrustolo por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde,
2006 Cazadores recolectores costeros: pp. 151-161. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
interpretaciones desde el registro arqueológico de Lyman, L. R.
la costa norte de Santa Cruz. En Arqueología de la 1994 Vertebrate Taphonomy. Cabridge University
Costa Patagónica, perspectivas para la conservación. Press. Cambridge.
Editado por I. Cruz y S. Caracotche, Capítulo 8, pp Mengoni Goñalons, G. L.
129-145. UNPA, Río Gallegos. 1999 Cazadores de guanaco de la estepa patagónica.
Deodat, L. S. M. Sociedad Argentina de Antropología. Colección Tesis
1958-59 El Golfo San Matías y las veredas indígenas doctorales. Bs. As.
rionegrinas. Runa 9 (1-2): 391-404. Moreno, E.
Favier Dubois, C. M. y S. L. Lanzelotti 2003 El uso indígena de la Costa Patagónica Central
2006 Barranca de los Concheros locality: a unique en el período tardío. Tesis doctoral, Facultad de
outcrop of interstratified shell middens in a 360m Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de
long and 20m high profile discovered in Northern La Plata.
Patagonia, Argentina. ICAZ 10th Conference Olivares, G. y A. Sisul
(International Council for Archaeozoology) Abstracts, 2005 Los recursos hídricos en el sector costero
pp. 67, México. rionegrino. En Las Mesetas Patagónicas que caen al
Favier Dubois, C. M. Mar: la costa rionegrina, editado por R. Masera y J.
2008 Valores de efecto reservorio para los últimos Lew, pp. 235-247. Gobierno de Río Negro, Viedma.
5000 años obtenidos en concheros de la costa Orlando, M.
Atlántica Norpatagónica (golfo San Matías, 2008 Instrumentos de molienda y uso del espacio
Argentina). Ms. en la costa norte de la Provincia de Río Negro: una
Favier Dubois, C. M. y F. Borella primera aproximación. Comunicación presentada
2007 Consideraciones acerca de los procesos de en las VII Jornadas de Arqueología de la Patagonia,
formación de concheros en la costa Norte del golfo Ushuaia, abril 2008. En este volumen.
San Matías (Río Negro, Argentina). Cazadores- Reitz, E. J.
Recolectores del Cono Sur 2: 151-165. 2002 The use of archaeofaunal Data in Fish
Favier Dubois, C. M., F. Borella, L. Manzi, M. Cardillo, Management. En The Future from the Past.

996
Explorando tendencias en el uso humano del espacio y los recursos en el litoral rionegrino (Argentina) durante el Holoceno medio y tardío

Proceedings of the 9th ICAZ Conference, editado por


Roel C.G. Lauwerier y Ina Plug, pp. 19-33, Oxbow
Books, Durham.
Scartascini, F. L. y M. Cardillo
2007 Explorando la variabilidad métrica y morfológica
de las “pesas líticas” recuperadas en el sector
norte de la costa del golfo San Matías (Río Negro).
Actas del 2do Congreso Argentino y 1er Congreso
Latinoamericano de Arqueometría, Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, en prensa.
Scartascini, F. L., M. Charo y A. Volpedo
2008 Caracterización de las estrategias de obtención
de recursos ícticos a partir del análisis de otolitos.
El caso de la costa norte del golfo San Matías (Río
Negro). Comunicación presentada en las VII Jornadas
de Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008.
En este volumen.
Schäbitz, F.
1994 Holocene climatic variations in Northern
Patagonia, Argentina. Palaeogeography,
Palaeoclimatology, Palaeoecology 109: 287-294.
Schäbitz, F.
2003 Estudios polínicos del Cuaternario en las
regiones áridas del sur de Argentina. Revista Museo
Argentino de Ciencias Naturales 5(2): 291-299.
Schoeninger, M. J. y De Niro M. J.
1983 Stable nitrogen isotope ratios of bone collagen
reflect marine and terrestrial components of
prehistoric human diet. Science, 220:1381-1383.
Tykot R. H.
2004 Stable isotopes and diet: you are what you eat.
En Physics Methods in Archaeometry, Proceedings
of the International School of Physics “Enrico Fermi”,
editado por M. Martini, M. Milazzo & M. Piacentini,
pp. 433-444. Società Italiana di Fisica, Bologna, Italy.
Viedma, A.
1972 Diario y descripción de la costa meridional del
sur llamada vulgarmente patagónica. En Colección
Pedro de Angelis tomo VIII B: 845-963. Ed. Plus Ultra,
Buenos Aires.
Villalba, R.
1990 Climatic fluctuations in northern Patagonia
during the last 1000 years as inferred from tree-ring
records. Quaternary Research, 34: 346-360.
Villalba, R.
1994 Tree ring and Glacial Evidence for the Medieval
Warm Epoch and the Little Ice Age in Southern South
America. Climatic Change, 26: 183-197.
Villarino, D. B.
1972 [1782/83] Diario del Piloto de la Real Armada
D. Basilio Villarino del reconocimiento que hizo del
río Negro en la costa oriental de la Patagonia. En
Colección Pedro de Angelis, tomo VIII B: 967-1138. Ed.
Plus Ultra, Buenos Aires.
Yesner, D. R.
1984 Population pressure in coastal environments:
an archaeological test. World Archaeology, 16 (1):
108-127.

Favier Dubois et al. 997


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

998
Análisis de la distribución de restos
arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad
arqueológica Reserva Península de San Julián
Ariel D. Frank1 y Fabiana Skarbun1

A B S T R A C T

In this paper we present the initial results from the studies made at the site El Rincón, located at
the archaeological locality Reserva Península de San Julián. Our aim is to characterize the kind
of remains found at the site, as well as to record the way these remains are scattered along,
analyzing the distribution, spatial association and concentration of lithic artifacts, bones and
shells. We are also interested in evaluating the provenance of the material found. For this purpose
a systematic sampling was made at the site and materials where studied in situ. Geographical
Information Systems and statistical tests where used to carry out spatial analysis of the remains;
and finally, an initial study of possible sources of lithic raw materials and mussels was made.

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo se enmarca dentro del Pro- por objetivo conocer el poblamiento humano en
yecto de Investigación: “Arqueología y Comuni- la costa patagónica, en relación a las condiciones
cación en la Reserva Península de San Julián, pro- específicas de la península de San Julián como una
vincia de Santa Cruz”, N 530, UNLP, dirigido por el particular geoforma marina, y a las diferentes es-
Licenciado Rafael S. Paunero. Este proyecto tiene trategias de explotación de los ambientes imple-

Figura 1. Ubicación del sitio El Rincón en la Reserva Península de San Julián.

1 Departamento Científico de Arqueología. Museo de Ciencias Naturales de la Plata. FCNyM. UNLP. CONICET.
[email protected], [email protected]

Frank - Skarbun 999


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

mentadas por los grupos humanos que ocuparon el lizará la distribución de los mismos dentro del sitio,
actual territorio de Santa Cruz desde el Pleistoceno con el fin de registrar posibles actividades llevadas
final. a cabo, reconocer probables patrones espaciales y
En este trabajo se describirá el conjunto de res- evaluar la ubicación del sitio en relación con la dis-
tos arqueológicos del sitio El Rincón ubicado en la ponibilidad de los recursos en zonas aledañas.
Reserva Península de San Julián (Figura 1) y se ana-

UBICACIÓN DEL SITIO

La Reserva Península de San Julián se encuentra perturbación producida por coleccionistas, brindan
al sur y al este de la ciudad, enmarcando a la bahía importante información para ponderar los diferen-
del mismo nombre. Se trata fundamentalmente tes usos del espacio en el marco de una integración
de una península de 18 km de largo y de 3,5 a 5 km regional. La información proveniente de estos si-
de ancho, comprendiendo una superficie total de tios, en cuanto al análisis de datos tales como la ubi-
10400 hectáreas. cación particular dentro de la geografía regional, su
La Península de San Julián es considerada como extensión y la distribución y densidad de los restos
una geoforma diferente dentro del paisaje de cos- en el espacio (Bellelli 1991) es de gran utilidad para
ta, dadas sus características geográficas y morfo- poder comprender la dinámica de ocupación de
lógicas. Se trata de una prolongada y angosta ex- esta geoforma particular que es la península.
tensión de tierra cercada por el mar, que está unida Entre los sitios superficiales prospectados en la
y tiene comunicación con el resto del continente región destaca El Rincón por ubicarse en la inter-
sólo por una estrecha parte. Estas características sección de dos zonas con alta densidad arqueológi-
presentan ventajas para las estrategias de caza y ca (Figura 2) la costa de la bahía y la zona de acceso
recolección de moluscos que pueden ser aprove- y estrangulamiento (Paunero et al. 2007). Este sitio
chadas por los grupos cazadores recolectores. Por se ubica a los 49° 22’ 53’’ Lat. S y 67° 42’ 17’’ Long O,
un lado permite aprovechar la geografía para el en- en la superficie de deflación de un médano a una
cierro de tropillas de guanaco (Aschero y Martínez altura aproximada de 35 m sobre el nivel del mar.
2001; Bozzuto 2007), por el otro posee dos costas El objetivo particular de este trabajo es estudiar
diversas (una mirando hacia la bahía y la otra hacia las características del conjunto arqueológico del si-
el mar abierto), desde el punto de vista ecológico, tio El Rincón (Figura 1), se analizará el tipo, densi-
en cuanto a sus condiciones atmosféricas, y sepa- dad y distribución de los restos en el espacio, con el
radas por corta distancia. Esto sugiere una manera fin de registrar posibles actividades llevadas a cabo
particular de uso por parte de los grupos humanos, en el sitio, reconocer probables patrones espacia-
siendo estratégica para el manejo de recursos ma- les de uso y evaluar la ubicación del sitio en relación
rinos y terrestres.
En trabajos previos (Paunero et al. 2007) se ha
postulado la hipótesis que la península habría sido
aprovechada para el control de manadas de guana-
cos para consumo mediante campamentos en su
acceso y para la recolección de mejillones. Se rea-
lizaron estudios espaciales de distribución y densi-
dad de artefactos líticos, pudiéndose plantear dife-
rente intensidad de uso según la unidad de paisaje
estudiada. Las zonas de alta densidad artefactual
estarían vinculadas a la costa de la bahía, a la zona
de acceso y estrangulamiento, a pequeños bajos y
lagunas temporarios y a los médanos (Paunero et
al. 2007).
A partir de estos trabajos se propuso el estu-
dio de sitios superficiales y estratificados, como
medio para obtener un conocimiento integral de
esta región. Se considera a los sitios de superficie
de importancia ya que si bien presentan sesgos re-
lacionados a la conservación diferencial de los ma- Figura 2. Zonas de mayor densidad arqueológica en la
teriales, a alteraciones postdepositacionales y a la Península de San Julián.

1000
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián

con la disponibilidad de los recursos en zonas ale- et al. 2004), en esta oportunidad se caracterizará al
dañas. Si bien una breve mención acerca de El Rin- sitio con mayor detenimiento.
cón ha sido realizada en un trabajo previo (Lanata

METODOLOGÍA

Muestreo truidos para la región (Aschero 1975/1983; Cardich


Inicialmente se realizó el mapeo de los límites et al. 1981-1982, 1993-1994) y las modificaciones
del médano, cruzando datos obtenidos a partir realizadas para cumplir con los objetivos de nues-
de medidas realizadas con cinta métrica, GPS y la tra investigación (Paunero y Castro 2001; Paunero
información brindada por la imagen satelital de la et al. 2004; Skarbun et al. 2007; Frank et al. 2007).
región. Posteriormente se realizaron 23 transectas Para los restos óseos se efectuó la identificación
separadas cada 5 m, sobre las que se muestrearon por taxón, elemento, tamaño y estado (entero o
cuadrículas de 0,25 m2 cada 2 m (Figura 3). El total fragmentado). Por último, los restos malacológicos
de unidades de muestreo fue de 626. La superficie se diferenciaron por taxón, considerando si estaban
total aproximada del sitio es de 6421,64 m2, de la enteros o fragmentados. Esta clasificación permitió
cual se observaron 156 m2, por lo que la superficie realizar una breve descripción del conjunto a fin de
muestreada es del 2,43%. aportar información sobre la tecnología, subsisten-
cia y actividades llevadas a cabo en el sitio.
Posteriormente en laboratorio se efectuó la
cuantificación y estudio de los datos recolectados
en el campo, generando bases de datos que permi-
ten vincular a través de Sistemas de Información
Geográfica (SIG) el dato arqueológico con su ubi-
cación espacial dentro del sitio. De esta manera, se
llevaron a cabo análisis de distribución de los res-
tos, de asociación espacial e identificación de las
áreas de concentración de los mismos.
Los patrones espaciales de los restos arqueoló-
gicos son el producto de la interrelación de factores
sociales y naturales que afectan su disposición. El
registro arqueológico no puede entenderse sólo
Figura 3. Distribución de las transectas realizadas.
como el producto directo del uso pasado del es-
pacio, sino como producto de una amplia serie de
eventos de depositación históricamente relaciona-
Clasificación dos que dejaron conjuntos de artefactos de den-
La clasificación de los materiales superficiales se sidad variable. Los materiales se agregan, remue-
realizó in situ debido al carácter de Reserva Natural ven y reacomodan continuamente en el registro
de la localidad. Además, los sitios arqueológicos arqueológico (Dunnell 1992). En consecuencia, si
constituyen una parte valiosa del paisaje natural y bien sería factible estudiar las actividades humanas
cultural que da una noción de su temporalidad (In- a través de análisis espaciales de los conjuntos ar-
gold 2000), de las diversas culturas que habitaron queológicos, deben considerarse también diversos
el territorio, y es parte del patrimonio cultural de factores y agentes no antrópicos que podrían estar
la región. Es por eso que se considera conveniente actuando en la disposición actual de los materia-
levantar los materiales cuando sólo es imprescindi- les.
ble estudiarlos a partir de su análisis en laborato- En este sentido, en este trabajo no se asignarán
rio y después de haber evaluado y descartado las causalidades a los patrones espaciales reconocidos,
posibilidades metodológicas y logísticas de realizar sino que se intentará describirlos de manera de po-
esta tarea en terreno (Frank et al. 2007). der planificar en el futuro estrategias adecuadas de
Se registraron todos los materiales presentes estudio a fin de comprender qué factores actuaron
en cada cuadrícula, distinguiéndose según sean líti- en la conformación de la distribución y acumula-
co, óseo, valvas y restos actuales. Estos últimos no ción de los restos arqueológicos de El Rincón.
serán considerados en este trabajo.
Los artefactos líticos se clasificaron según el Asociación espacial del conjunto
grupo y la clase, siguiendo los lineamientos cons- La asociación espacial podría ser definida como

Frank - Skarbun 1001


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

la existencia de una relación funcional entre lo que ciones ni cuantas hay. Tampoco permite realizar
ocurre en un punto determinado del espacio y lo una asignación causal a las asociaciones, que debe-
que ocurre en otro lugar (Moreno y Vayá 2000 en rá realizarse a través de otro tipo de estudios.
Chasco Irigoyen 2003).
La asociación de materiales arqueológicos en Análisis de distribución y de áreas de concen-
un sitio no es azarosa, el valor de un punto en el tración de restos
espacio (por ejemplo, la frecuencia de restos de un La concentración de restos arqueológicos impli-
tipo en una cuadrícula) depende de los valores de ca que existe en un área dada una alta frecuencia de
los puntos adyacentes. Esta asociación puede de- tipos de restos similares y que la frecuencia de este
berse a diferentes causas, como la interacción de tipo sea baja en otras áreas. De esta manera, pue-
los patrones de conducta y factores tafonómicos, den visualizarse sobre un mapa, aquellas zonas en
entre otras. las que determinado elemento aparece de manera
Se utilizó el índice G de Getis y Ord, para medir más profusa y aquellas en las que este elemento no
la asociación espacial del conjunto. El estadístico es común. También nos permite observar cuántas
G, es un índice de asociación espacial que indica la concentraciones de un determinado tipo hay y cuá-
existencia de agrupamientos espaciales (clusters) les son las de mayor densidad.
de valores altos o bajos de una variable analizada Para determinar las áreas de mayor concentra-
en referencia a su promedio (Galvis Aponte 2001). ción en el sitio se efectuaron los siguientes procedi-
Una variable se encontrará espacialmente co- mientos para cada tipo de resto:
rrelacionada cuando los valores observados en un 1. Se determinó la cantidad y la densidad de
punto o región dependan de los valores observados restos para cada cuadrícula.
en regiones vecinas, de forma que se produzca una 2. Se calculó la cantidad y la densidad total de
cierta continuidad geográfica en la distribución de restos en el sitio.
esta variable, por ejemplo, sobre un mapa (Chasco 3. Se realizó una distribución de frecuencias de
Irigoyen 2003). cuadrículas, según la cantidad y la densidad de res-
Existen 3 tipos de distribuciones que pueden ser tos.
evaluadas según este índice: 4. Se ordenaron las cuadrículas de acuerdo con
a) al azar: un punto dado es igualmente proba- la cantidad de restos que tuvieran de menor a ma-
ble de darse en cualquier ubicación y la posición de yor.
ese punto no se ve afectada por la posición de algún 5. Se dividió el número total de restos en dos.
otro punto, de esta manera no existiría asociación. 6. Se sumaron los restos, comenzando por las
b) uniforme: cada punto está lo más lejos posi- cuadrículas con menores cantidades, hasta alcan-
ble de todos sus vecinos; zar el valor correspondiente a la mitad del total.
c) agrupado: muchos puntos están agrupados 7. Se agruparon las cuadrículas que tuvieran
uno cerca del otro y hay grandes áreas que contie- igual cantidad de restos.
nen muy pocos puntos. 8. Se separó la muestra en dos:
Un valor significativo positivo del índice indica a) Un conjunto de cuadrículas con valores
que los valores altos de determinada variable estás bajos. Estos valores sumados alcanzan la mitad de
agrupados en un área de estudio. Un valor signifi- la cantidad total de restos del sitio.
cativo pero negativo indica que los valores bajos b) Un conjunto de cuadrículas con valores
de una variable tienden a agruparse. El valor de Z altos. Estos valores sumados alcanzan la mitad de
en todos los desvíos estándar es calculado de ma- la cantidad total de restos del sitio.
nera que se puede determinar si el valor del índice 9. Se agruparon las cuadrículas con valores altos
es estadísticamente significativo. Se considera en diferenciadas en el paso 8b por cercanía espacial.
este trabajo una probabilidad del 99% para que el Este análisis, si bien no tiene significancia esta-
valor de Z sea estadísticamente significativo (o sea, dística, permite establecer, de una manera pauta-
Z mayor a 2,58). Es decir que este test permite re- da, qué áreas del sitio presentan concentración de
conocer si hay o no asociación en un conjunto. No los elementos arqueológicos y establecer compa-
identifica, en cambio, donde se ubican esas asocia- raciones entre distintos tipos de restos.

RESULTADOS

Análisis de todos los restos en conjunto trón agrupado del conjunto, con un 99% de proba-
Asociación espacial del conjunto bilidad de que el agrupamiento de los valores altos
El test de Getis-Ord General G muestra un pa- no sea resultado del azar (Z = 10,5).

1002
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián

Áreas de concentración de restos


Para el análisis del área de concentración de
todos los restos sin diferenciar tipos, y siguiendo
la metodología expuesta previamente, se conside-
raron cuadrículas con valores altos a aquellas con
más de 30 restos. De esta manera, se identificaron
áreas en las que se concentra la mayor cantidad de
restos (Figura 4). Para cada cuadrícula las cantida-
des reconocidas varían de 0 a 150. El promedio de
restos por cuadrícula es de 10,6. Figura 6. Distribución porcentual de restos por tipo.
óseos (22%) y líticos (14%) (Figura 6).

Restos líticos
Si comparamos la densidad de artefactos líticos
del sitio, la costa de la Bahía y toda la Península de
San Julián (Tabla 1), se puede ver que la concen-
tración en el sitio es mucho más alta que en estas
áreas consideradas (Paunero et al. 2007).

Lugar Líticos por m2


Sitio El Rincón 6,09

Costa de la Bahía 0,001261

Península 0,000576
Figura 4. Áreas de concentración de restos.
Tabla 1. Densidad de restos líticos.
La mayor cantidad de cuadrículas, 37,22%, no
La cantidad total de artefactos líticos es de 950
contiene restos, el 21,57% contiene entre 1-9, el
de los cuales el 87% son productos de talla y el resto
36,42% entre 10-49 y el 4,79% contiene 50 o más
instrumentos, núcleos y nódulos (Figura 7).
(Figura 5)

Figura 5. Frecuencia de cantidad de restos por cuadrícula.

Análisis de los diferentes tipos de restos


A partir de los análisis anteriores se busca ver
si el patrón de agrupamiento y las concentracio-
nes reconocidas para todos los restos de manera
conjunta, se repiten en los distintos tipos o bien si
existen diferencias para cada uno, indicando distri-
buciones particulares.
El análisis porcentual de los restos indica una
predominancia de valvas (64%) por sobre restos Figura 7. Distribución de los restos líticos por grupo.

Frank - Skarbun 1003


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

a b

Figura 8. Áreas de con-


centración. a. Nódulos. b.
Núcleos. c. Productos de
talla.

El test de Getis-Ord General G muestra un pa- Instrumentos


trón agrupado de los productos de talla, con un 99% Dentro de los instrumentos destaca la elevada
de probabilidad que el agrupamiento de los valores cantidad de raspadores, que alcanza cerca del 45%
altos no sea resultado del azar (Z = 7,08). Lo mismo (Tabla 2). El 22% corresponde a lascas retocadas.
sucede para los nódulos (Z= 5,64). En cuanto a los Los restantes corresponden a cuchillos, raederas,
núcleos, no muestran un fuerte agrupamiento ya percutores e indeterminados. Por otra parte, un
que hay un 5 a 10% de probabilidad que éste sea hallazgo fuera del muestreo que vale la pena men-
debido al azar (Z = 1,6). cionar es un fragmento de bola con surco.

Áreas de concentración de restos líticos Clase Cantidad Porcentaje


En la figura 8 se puede observar la distribución Percutor 1 2,04%
y concentración de los nódulos (Figura 8a), núcleos Raedera 3 6,12%
(Figura 8b) y productos de talla (Figura 8c). Para Cuchillo 5 10,20%
cada grupo se reconocieron distintas áreas de con- Indet. 7 14,29%
centración.
Lasca retocada 11 22,45%
En el análisis de los productos de talla se con-
Raspador 22 44,90%
sideraron cuadrículas con valores altos a aquellas
Total 49 100%
con densidades superiores a 40. Se diferenciaron
11 concentraciones que abarcan en total 1125 m2. Tabla 2. Instrumentos hallados en El Rincón.
Se identificaron 7 áreas con nódulos que abar-
can una superficie de 459 m2 y 11 áreas con núcleos El test de Getis-Ord General G muestra un pa-
que abarcan una superficie de 88 m2. Para la iden- trón agrupado de los instrumentos líticos, con un
tificación de áreas de concentración de nódulos y 99% de probabilidad que el agrupamiento de los
núcleos se consideraron la totalidad de cuadrículas valores altos no sea resultado del azar (Z =
­ 2,97).
con estos elementos debido a que se presentaban
en muy baja cantidad.

1004
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián

Figura 9. Áreas de concentración. a. Instrumentos. b. Raspadores.

Áreas de concentración de instrumentos líti- se concentra este tipo de instrumento, abarcando


cos 1047 m2. El test de Getis-Ord General G muestra
Al comparar el agrupamiento de instrumentos algún grado de agrupamiento pero hay más de un
con el de los otros restos, puede observarse que 90% de probabilidad que este patrón esté genera-
los instrumentos se encuentran relativamente más do por el azar (Z = 1,29).
dispersos. Se identificaron 7 concentraciones que
abarcan un total de 2099 m2 y ninguna unidad de Fuentes potenciales de aprovisionamiento de
muestreo presentó más de dos instrumentos (Figu- materia prima
ra 9). Como se mencionó previamente, El Rincón se
Si se observa la distribución específica de los ubica en la superficie de deflación de un méda-
raspadores, pueden reconocerse 6 áreas donde no, muy cercano a la orilla de la costa de la Bahía

Figura 10. Potencial fuente de aprovisionamiento (costa de la Bahía).

Frank - Skarbun 1005


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

de San Julián. En esa orilla existe una importante cionamiento y que resultan una fuente de agua po-
fuente potencial de aprovisionamiento de nódulos table.
para la talla (Figura 10). Si bien no se han realizado El test de Getis-Ord General G muestra un pa-
muestreos sistemáticos acerca de la disponibilidad trón agrupado de los restos óseos, con un 99% de
y calidad para la talla de la materia prima disponible probabilidad que el agrupamiento de los valores al-
allí, se han testeado al azar nódulos de esa fuente y tos no sea resultado del azar (Z = 18,25).
se ha podido observar que algunos de ellos son de
buena calidad. Cabe mencionar que los nódulos ha- Áreas de concentración de restos óseos
llados en el sitio tienen características coincidentes Para el análisis del área de concentración de
con los de la costa como el color, tipo de corteza y restos óseos, las cuadrículas con densidades supe-
las dimensiones. Además, núcleos y productos de riores a 40 se consideraron de valores altos. En la
talla con corteza reconocidos en El Rincón también figura 11 se puede observar que la mayor parte de
muestran similitudes macroscópicas con estos los restos óseos se concentra en la zona central del
guijarros. Son necesarios más estudios para poder sitio abarcando una gran área; también se recono-
confirmar esta hipótesis, sin embargo se postula cieron 3 zonas más de concentración, que en total
inicialmente que los artefactos líticos del sitio El abarcan 1714 m2.
Rincón serían resultado de la explotación de guija-
rros provenientes de las cercanas canteras poten- Restos malacológicos
ciales. De esta manera, la materia prima predomi- Casi la totalidad de los restos malacológicos de
nante en el sitio estaría inmediatamente accesible El Rincón corresponden a mejillones (Mytilus edu-
(sensu Skarbun et al. 2007) Por otra parte, existen lis platenses). También se han registrado escasos
otras materias primas en el sitio (obsidiana, varie- ejemplares de lapas (Nacella sp.), así como Adelo-
dades de sílex) que habrían sido ingresadas desde medon sp. y Trophon sp. (J.P.Martín Comunicación
otras localidades, de las cuales aún no conocemos personal).
su procedencia. El test de Getis-Ord General G muestra un pa-
trón agrupado de las valvas, con un 99% de proba-
bilidad de que el agrupamiento de los valores altos
no sea resultado del azar (Z = 7,39).

Áreas de concentración de valvas


Para el análisis del área de concentración de val-
vas las cuadrículas con densidades superiores a 80
se consideraron de valores altos. Se identificaron
11 áreas de concentración, dispersas a lo largo del
sitio y con distintos tamaños, que en total abarcan
1323 m2 (Figura 12).

Figura 11. Áreas de concentración de restos óseos.

Restos óseos
La mayor parte de los restos óseos están muy
fragmentados y en consecuencia no pudo deter-
minarse su taxón. Un análisis preliminar, de los que
sí se pudieron determinar, mostró que la mayoría
corresponde a guanaco (Lama guanicoe); también
hay restos de zorro (Dusicyon sp.) y piche (Zaedyus
pichiy), así como de mamífero pequeño.
En la actualidad la península presenta una can-
tidad media de guanacos, aproximadamente 200
(Manessi 2007). Estos se concentran a lo largo de
toda su extensión, pero preferentemente en los
alrededores de los molinos que aún están en fun- Figura 12. Áreas de concentración de valvas.

1006
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián

Fuentes potenciales de aprovisionamiento de


mejillones.
Con respecto a las potenciales fuentes de apro-
visionamiento de mejillones, se identificó una zona
de restinga que abarca el extremo de la península
y la zona contigua hacia el Océano Atlántico a una
distancia mínima de 11 km hacia el norte desde el si-
tio (Figura 13). Este tipo de soporte es fundamental
ya que los mejillones y las lapas suelen estar asocia-
das a substratos rocosos, mientras que los rodados
inhiben su desarrollo (Zubimendi et al. 2005).

Figura 13. Ubicación de la restinga.

DISCUSIÓN

El índice G de Getis y Ord medido sobre el con- ten evidencias de actividades múltiples. Al sitio se
junto de todos los restos indica que existe un 99% habrían transportado las presas cazadas y los meji-
de probabilidad de que haya una asociación espa- llones recolectados en distintos puntos de la penín-
cial del conjunto en la que el agrupamiento de los sula se habrían confeccionado instrumentos líticos
valores altos no sea resultado del azar. De esta ma- con materias primas locales y alóctonas, y, posible-
nera, podría haber actuado algún tipo de factor de- mente, se habrían desarrollado tareas de raspado.
positacional (antrópico o natural) en la disposición Por otra parte, de acuerdo a lo observado en los
de los restos. análisis realizados arriba, existiría una asociación
El análisis de los restos líticos muestra que la espacial no aleatoria para la mayor parte de los dis-
densidad de restos es mucho más alta para el si- tintos tipos de resto, así como diferentes áreas de
tio que para el resto de la península y la costa de concentración.
la bahía, confirmando el carácter antrópico de la El índice G indica que los productos de talla se
acumulación y la importancia de la ocupación de encuentran agrupados, así como los instrumentos y
este sitio. los nódulos. Al observar las áreas de concentración
Más allá de los probables agentes naturales que de los diferentes grupos tipológicos (Figura 14), se
pudieron haber actuado en la conformación y dis- puede ver que los instrumentos se encuentran más
tribución actual de los restos de El Rincón, el con- dispersos que el resto de los grupos, ocupando un
junto de evidencias muestra que claramente este área más extensa; esto no significa que no se en-
sitio fue un espacio utilizado y aprovechado por cuentren agrupados, simplemente que su área es
las antiguas poblaciones humanas de la región. En más amplia.
este sentido, consideramos que en El Rincón exis- Por otra parte, dentro de éstos, el índice G no

Frank - Skarbun 1007


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

muestra asociación para los raspadores; se estima En cuanto a la disponibilidad de guanacos, en


que esto se debe al bajo número de los mismos en la actualidad estos se encuentran dispersos en toda
relación con el resto de la muestra. Por lo tanto sólo la península, aunque mayormente concentrados en
se tienen en cuenta las observaciones sobre distri- las inmediaciones de los molinos en funcionamien-
bución y concentración de estos restos. En este to, lo que evidencia que el agua potable es un recur-
sentido, el análisis de las áreas de concentración in- so puntual en la región, por lo que guanacos y otros
dicaría que podrían existir ciertas zonas en las que vertebrados se aglomeran en torno a éste.
efectivamente se concentran los raspadores. Basándonos en la presencia de huesos de gua-
Si se evalúa la distribución de los otros 3 grupos naco en el sitio, consideramos que el guanaco ha-
tipológicos (productos de talla, núcleos y nódulos), bría estado disponible en la península de San Julián
existiría una correspondencia más fuerte entre pro- en épocas pasadas. Sin embargo, no contamos
ductos de talla y núcleos, aunque estos últimos al hasta el momento con fechados radiocarbónicos
igual que los raspadores, se presentan en número de los restos óseos hallados en el sitio que permitan
bajo, por lo cual sólo se consideraron los análisis afirmar esto fehacientemente y esperamos en un
sobre su distribución y concentración. Los nódu- futuro contar con dataciones a fin de acotar tem-
los se distribuirían de manera más independiente. poralmente los restos recuperados.
Además, los productos de talla tampoco estarían En cuanto a los mejillones, la restinga, poten-
distribuidos al azar. cial fuente de aprovisionamiento reconocida hasta
Las características macroscópicas de los restos el momento, se encuentra ubicada a una distancia
líticos de El Rincón muestran similitud con los gui- mínima de 11 km. Sin embargo es posible que exis-
jarros provenientes de las potenciales fuentes de tan zonas de restinga dentro de la Bahía de San Ju-
aprovisionamiento que se ubican inmediatamente lián, a pocos km del sitio, accesibles en momentos
accesibles al sitio, en diversos rasgos tales como de marea baja. Esto será corroborado en futuros
color, tipo de corteza y tamaño. En consecuencia, trabajos de campo.
es factible que la mayor parte del conjunto lítico del Finalmente, existen factores de diversa índo-
sitio haya sido producto de la explotación de mate- le que posiblemente influyen en la ubicación del
rias primas provenientes de fuentes cercanas. Otras asentamiento. Por un lado, el hecho de que el sitio
materias primas presentes en el sitio tales como la esté ubicado en un médano no resulta casual, en
obsidiana y ciertas variedades de rocas silíceas, no este sentido, se observa que la mayor parte de las
se encuentran disponibles en los rodados costeros, concentraciones altas de artefactos en la zona se
por lo que su procedencia aun está indeterminada, ubican preferentemente en este tipo de geoforma.
pero se estima que procederían de lugares más ale- Por otro lado, el sitio se encuentra en una zona en
jados. la que variados recursos estarían inmediatamente
Los recursos alimenticios, tales como las val- accesibles o bien, a una distancia no muy lejana.
vas y los restos óseos, también muestran un pa- En este sentido, a los recursos mencionados pre-
trón agrupado del conjunto de acuerdo al índice viamente se sumaría el agua. Este recurso crítico
G. Mientras que las valvas presentan agrupacio- estaría disponible en el intermareal en vertientes a
nes discretas en distintas zonas del sitio, los restos las que se podría acceder durante la marea baja y
óseos se concentran principalmente en el sector en el invierno en encharcamientos estaciónales y/o
central (Figura 15). circunstanciales durante todo el año.

Figura 14. Áreas de concentración de restos líticos. Figura 15. Superposición de las áreas de concentración
de todos los restos.

1008
Análisis de la distribución de restos arqueológicos en el sitio El Rincón, localidad arqueológica Reserva Península de San Julián

CONCLUSIÓN

Estas observaciones llevan a postular que el de fogón. La localización en el sitio de sectores o


sitio El Rincón presenta evidencias de actividades locus con posibilidades estratigráficas nos conduce
múltiples, tales como el consumo de guanaco y a desarrollar un plan de excavación sistemática, de
mejillones, la confección de instrumentos líticos y acuerdo a los objetivos expresados.
probablemente tareas de raspado. Por otra parte, los recursos reconocidos en el
El análisis de las áreas de concentración de los sitio provienen, muy probablemente, de lugares
diferentes tipos de restos nos indica que existen cercanos, por lo que el costo de acceso y aprovisio-
áreas particulares de concentración de cada tipo, si namiento sería mínimo.
bien estas áreas se superponen parcialmente y no Finalmente, las próximas investigaciones intra-
son mutuamente excluyentes. Postulamos como sitio deberán enfocarse en la explotación faunística
hipótesis que estas concentraciones podrían de- y en las estrategias tecnológicas, así como en los
marcar, al menos parcialmente, antiguas áreas de procesos de formación de sitio.
actividad. Es necesario, sin embargo desarrollar El avance en el estudio de los restantes sitios de
estudios tafonómicos y arqueológicos de diversa la península irá produciendo una idea más acaba-
índole para poder darle sustento a esta afirmación. da de cómo fue organizado el espacio en torno a
Es altamente probable que los restos presentes las actividades de los grupos humanos del pasado.
en el sitio correspondan a varias ocupaciones y en En este sentido, los estudios a largo plazo, en estas
consecuencia lo que se presenta en la actualidad dos escalas de análisis: intrasitio e intersitio, están
es un palimpsesto de ellas. En este sentido, hemos orientados, contrastar las hipótesis planteadas en
reconocido, en uno de los perfiles del médano una el proyecto de investigación diseñado para la Re-
sucesión de niveles donde se pueden reconocer serva Península de San Julián.
restos óseos y mejillones, así como posibles líneas

AGRADECIMIENTOS
Agradecemos al Consejo Agrario de la Provincia de Santa Cruz por invitarnos a realizar las investigaciones en
la Reserva Península de San Julián y por el apoyo logístico brindado. A la municipalidad de Puerto San Julián por
el respaldo brindado durante los trabajos de campo. A nuestros compañeros de trabajo, con quienes realizamos el
muestreo, por su colaboración y constante apoyo. A Juan Pablo Martin, investigador de la Unidad Académica San
Julián, UNPA por su valioso aporte a la comprensión de los restos malacológicos en terreno.

BIBLIOGRAFÍA

Aschero, C. 1981-82 Arqueología de las cuevas de El Ceibo,


1975/1983 Ensayo para una clasificación morfológica Provincia de Santa Cruz, Argentina. Relaciones de la
de artefactos líticos aplicada a estudios tipológicos Sociedad Argentina de Antropología XIV (2): 241-267.
comparativos. Informe al CONICET. Buenos Aires. Bs. As.
Aschero, C. y J. Martínez Cardich, A., R. S. Paunero y A. S. Castro
2001 Técnicas de caza en Antofagasta de la Sierra, 1993-1994 Análisis de los conjuntos líticos de la cueva
Puna meridional argentina. Relaciones de la Sociedad 2 de Los Toldos (Santa Cruz, Argentina) Anales del
Argentina de Antropología XXVI: 215-241. Instituto de la Patagonia. (Serie Ciencias Humanas).
Bellelli, C. 22: 149-173.
1991 Los desechos de talla en la interpretación Chasco Irigoyen, C.
arqueológica. Un sitio de superficie en el Valle de 2003 Métodos gráficos del análisis exploratorio de
Piedra Parada (Chubut). Shincal 3(2): 79-93. datos espaciales. Anales de economía aplicada.
Bozzuto, D. Editado por la Asociación Española de Economía
2007 Utilización del recurso topográfico en la Aplicada. Almería. España. Publicación en CD ROM.
localidad Cerro Casa de Piedra (Provincia de Dunnell, R. C.
Santa Cruz, Argentina). En Arqueología de Fuego- 1992 The Notion Site. En Space, Time, and
Patagonia. Levantando piedras, desenterrando Archaeological Landscapes, editado por J. Rossignol y
huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello, L. Wandsnider. pp. 21-41. Plenum. New York.
M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 219 –234. Frank, A. D., F. Skarbun y M. F. Paunero
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile. 2007 Hacia una aproximación de las primeras
Cardich, A., M. Mansur-Franchomme, V. Durán y M. etapas de reducción lítica en el Cañadón de la Mina,
Giesso Localidad Arqueológica La María, Meseta Central de

Frank - Skarbun 1009


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Santa Cruz Argentina. Magallania, 35 (2): 133-144.


Galvis Aponte, L. A.
2001 La Topografía Económica De Colombia.
Documentos De Trabajo Sobre Economia Regional. No.
22
Ingold, T.
2000 The temporality of landscape. Interpretive
archaeology: a reader, editado por J. Thomas. pp
510-530. Leicester University Press. London and New
York.
Lanata, J. L., S. Buscaglia, M. Cardillo, S. Frete, M.
Marschoff, A. García, G. Herbst, V. Nuviala y C. Otaola
2004 Cazadores recolectores en Puerto San Julián,
Santa Cruz. Primeros resultados. En Contra viento
y marea. Arqueología de la Patagonia, editado por
M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
pp. 745-754. Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
de Antropología, Buenos Aires.
Manessi, N.
2007 Proyecto: Refacción del casco histórico y
construcción de una vivienda en la Reserva Provincial
Península de San Julián, Ley provincial Nº 1821/86.
Ms
Paunero, R. S. y A. Castro
2001 Análisis lítico y funcionalidad del componente
inferior de Sitio Cueva 1, Localidad Arqueológica
Cerro Tres Tetas, Provincia de Santa Cruz, Argentina.
Anales del Instituto de la Patagonia. (Serie Ciencias
Humanas). Vol. 29: 189-206.
Paunero, R., F. Skarbun, A. Frank, M. Paunero, N.
Lunazzi, G. Zapata, G. Rosales y M. Del Giorgio
2007 Reserva península de San Julián: estudios
arqueológicos distribucionales en una particular
geoforma marina. Trabajo presentado en XVI
Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Jujuy.
Ms.
Paunero, R., M. Cueto, A. Frank, F. Skarbun, G. Ghidini
y G. Rosales
2004 Comunicación sobre campaña arqueológica
2002 en localidad La María, Santa Cruz. En Contra
viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado
por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
pp. 797-808. Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
de Antropología, Buenos Aires.
Skarbun, F., A. D. Frank, M. Paunero, M. Cueto y G.
Rosales
2007 Análisis de la tecnología lítica del sitio Casa
del Minero 1, Meseta Central de Santa Cruz. En
Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras,
desenterrando huesos...y develando arcanos, editado
por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde,
pp. 589–600. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Zubimendi, M. A., A. S. Castro y J. E. Moreno
2005 El consumo de moluscos en la Costa Norte de
Santa Cruz. Intersecciones en Antropología 6: 121-
137.

1010
Cazadores recolectores en el área lacustre
de la vertiente occidental andina (39°S):
cronología, contextos y procesos
Christian García P.1

A B S T R A C T

Systematic research in the Calafquén Lake region has helped to rebuild a long sequence of human
occupations from the late Pleistocene. This sequence has allowed to describe a particular way of
inhabiting these spaces, characterized by high mobility and a recurring occupation of rockshelter
and caves, a expediency lithic and bone technology and a subsistence economy based on the hunting
of small mammals and the harvesting of plants and freshwater mollusks. However, due to the limited
findings of new archaeological sites, we know that this overall picture homogenizes what we know
and relegates the background variability of potential ways to inhabit these spaces. In this sense,
this paper aims at delivering new information in the archaeological area of the neighboring Villarrica
Lake, in order to complement and enrich the overall picture of human occupations in this area.
While these new archaeological data do not differ substantially from the general characterization
done before, it does make a significant contribution in relation to the variability in how to inhabit
these places, as well as the way we think about the hunter-gatherers in this American sector.

INTRODUCCIÓN

Investigaciones sistemáticas en la región del que este cuadro general no hace otra cosa que ho-
lago Calafquén comenzadas hace más de una dé- mogenizar aquello que desconocemos y relegar a
cada atrás, han permitido reconstruir una larga un segundo plano la variabilidad potencial de for-
secuencia de ocupaciones humanas, la cual se ex- mas de habitar estos espacios. En este sentido, el
tiende desde fines del Pleistoceno y hasta momen- presente trabajo tiene como objetivo entregar nue-
tos cercanos a la llegada de los europeos. Los con- va información arqueológica proveniente del área
textos arqueológicos que componen esa secuencia del volcán Llaima, la cual viene a complementar y
nos han permitido describir una forma particular enriquecer el cuadro general de las ocupaciones
de habitar estos espacios, caracterizada por una humanas en esta área. Si bien estos nuevos datos
alta movilidad y una recurrente ocupación de ale- arqueológicos no modifican de manera sustancial
ros rocosos y cuevas, una tecnología lítica y ósea la caracterización general antes hecha, sí realizan
de carácter expeditiva, así como una economía de un aporte importante en relación a la presencia de
subsistencia basada en la caza de mamíferos pe- variabilidad en la forma de habitar estos espacios
queños y la recolección de vegetales y moluscos y también a la manera en que pensamos a los ca-
dulceacuícolas. Sin embargo, debido a los escasos zadores recolectores en este sector del continente
hallazgos de nuevos sitios arqueológicos, sabemos americano.

DESCRIPCIÓN GENERAL DEL ÁREA LONQUIMAY – LANIN

Características del área de estudio 38º y 39º de latitud sur, se puede caracterizar en
El área cordillerana del sur de Chile, entre los términos generales por la presencia de un conjunto

1 Área de Arqueología, Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural, Universidad Internacional SEK. Av. José Arrie-
ta 10000, Peñalolén, Santiago de Chile. E-mail: [email protected]

García 1011
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Eje septentrional de investigación: Lonquimay – Llaima.

de lagos de origen glaciar (Subiabre y Rojas 1994), Bío-Bío, Cautín, Lonquimay, Allipén y Alpehue por
numerosos volcanes (Moreno 1990) y una extensa nombrar solo las más importantes (Figura 1).
cobertura de diferentes formaciones de bosques El paisaje del área ha sido modelado por la ac-
templados (Armesto et al. 1996). El importante rol ción de los glaciares a fines del Pleistoceno y por
que el volcanismo tiene como agente destructor/ la actividad volcánica durante todo el Holoceno,
modelador del paisaje, nos ha llevado a considerar hasta nuestros días. En general, este eje presenta
a los volcanes como elementos clave para ordenar características alto andinas, con un relieve ondu-
territorialmente nuestras investigaciones. De esta lado y montano de altas pendientes, con valles de
forma, nuestra actual área de trabajo se enmarca orientación N-S sobre los 1000 m s.n.m., nevadas
entre los volcanes Lonquimay por el norte (38º22’ invernales, precipitaciones anuales que superan
S, 2865 m s.n.m.) y Lanín por el sur (39º38’ S, 3754 los 3000 mm y alta oscilación térmica tanto diaria
m s.n.m.), abarcando los territorios cordilleranos como estacional. La vegetación se caracteriza por
que circundan dichos sistemas volcánicos y que la presencia del bosque caducifolio altoandino con
incluyen cuencas lacustres y fluviales altas. Esta araucaria (Donoso 1993), dominado por la asocia-
gran área, ha sido dividida a su vez, en un eje sep- ción araucaria (Araucaria araucana) y lenga (Notho-
tentrional, entre los volcanes Lonquimay y Llaima fagus pumilio). Una característica peculiar de este
(38º41’ S, 3125 m s.n.m.) y en otro meridional, loca- eje es que parte de su territorio se ubica al oriente
lizado entre los volcanes Villarrica (39º25’ S, 2847 m de la cordillera andina, donde se localizan las lagu-
s.n.m.) y Lanín. Estos ejes presentan algunas dife- nas de Icalma y Galletué, cuyas aguas conforman
rencias en cuanto a su orientación cardinal, altitud, las nacientes de la cuenca del río Bío-Bío. Así mis-
clima y composición vegetacional. mo, en este sector oriental se localizan dos im-
El eje septentrional entre los volcanes Lonqui- portantes pasos internacionales, como son los de
may y Llaima, abarca una superficie cercana a los Icalma (1298 m s.n.m.) y Llaima (1430 m s.n.m.), los
4702 km2 y comprende las nacientes de los ríos que permiten la conexión con la región de los lagos

1012
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos

Figura 2. Eje meridional de investigación: Villarrica – Lanín.

Moquehue y Aluminé, en la provincia de Neuquén. Metodología de Investigación


El eje meridional de nuestra investigación, ubi- Los límites y subdivisiones de los dos ejes de
cado entre los volcanes Lanín y Villarrica, compren- investigación, han sido definidos a partir de un Sis-
de una superficie aproximada de 4492 km2 y abarca tema de Información Geográfica, el cual se cons-
la costa norte del lago Calafquén, los lagos Villarri- tituyó con información georeferenciada de redes
ca, Caburga y Collico, así como las cuencas fluviales viales, cuencas hidrográficas, curvas de nivel, uso
de los ríos Maichín, Liucura, Pangui, Pucón, Trancu- de suelos, tipos forestales, localidades, comunida-
ra, Cruces y Toltén Alto (Figura 2). des indígenas y límites administrativos. Con esta
La geomorfología de este eje responde en pri- información se definieron 22 sub-cuencas en el eje
mer término a la acción glaciar del Pleistoceno final, septentrional y 11 sub-cuencas en el meridional,
la cual formó los principales valles, lagos y lagunas las que fueron consideradas como estratos hori-
andinas. En segundo término, responde a la intensa zontales. El análisis de la información geográfica
actividad volcánica acaecida durante todo el Holo- dentro de estos estratos permitió definir áreas no
ceno. prospectables por sus características geológicas,
En términos generales, en la actualidad el eje vegetacionales o de uso del suelo (tales como cuer-
meridional se caracteriza por la extensa presencia pos de agua, lechos de ríos, ciudades y pueblos,
del bosque templado, con asociaciones de especies corridas de lavas y escoriales, etc.). De esta forma,
pertenecientes al bosque caducifolio mixto de la cor- para la selección de la muestra en cada eje, en pri-
dillera de Los Andes (tipo Nothofagus) y del bosque mer lugar se excluyeron las áreas definidas como
laurifolio de los lagos (con dominio de Eucryphia cor- no prospectables y en segundo lugar, se dividió la
difolia), particularmente en las zonas de piedemonte superficie prospectable de cada estrato a través de
y los pisos cordilleranos (Donoso 1993). una grilla con cuadrantes de 1 km2 identificados con
un numerador. Finalmente, a través de un proceso
de selección aleatorio de cuadrantes por estrato,
García 1013
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Superficie no pros- Superficie prospecta- Muestra de 0,5% del


Eje Superficie total (km2)
pectable (km2) ble (km2) total (km2)
Septentrional 4704 1752 2952 14.7
Meridional 4492 1819 2673 13.3
Total 9196 3571 5625 28
Tabla 1. Superficies a prospectar por eje de investigación.

se definieron superficies de 0,5% de las áreas pros- de prospección se enfoca sobre lugares puntuales,
pectables en cada eje para realizar la investigación los cuales ya son conocidos por tener recursos ar-
sistemática (Tabla 1). La elección del tamaño de queológicos o cuyo conocimiento se obtiene a tra-
la muestra por eje, fue realizada considerando las vés de la información proporcionada por informan-
condiciones ambientales, los recursos humanos y tes locales. Este tipo de prospección ya la habíamos
materiales disponibles para realizar prospecciones utilizado con anterioridad, proporcionándonos
pedestres en un plazo de tiempo limitado (Munita alentadores resultados.
2007, 2008). En la actualidad, hemos concluido tanto los tra-
Paralelamente a la prospección sistemática, se bajos de prospección intensiva como dirigida en el
planificó utilizar una segunda estrategia de pros- eje meridional, al tiempo que hemos comenzado a
pección, complementaria a la antes señalada, la trabajar en el eje septentrional.
cual hemos denominado como dirigida. Este tipo

RESULTADOS DE LAS PROSPECCIONES EN EL EJE MERIDIONAL

Luego de concluidas las prospecciones en el eje tanto intensiva como dirigida, una de las variables
Villarrica–Lanín, hemos podido registrar 134 recur- que hemos considerado interesantes de investigar
sos arqueológicos, que incluyen hallazgos aislados, se refiere a la altura sobre el nivel del mar. Esto con
sitios superficiales y otros con potencial estrati- el objetivo de testear la hipótesis de distribución
gráfico, así como evidencias materiales de todos aleatoria de los hallazgos con respecto a la varia-
los períodos de ocupación prehispánica y también, ble altura. Para analizar esta información, la altura
aunque en menor medida, materiales culturales de sobre el nivel del mar en que se registraron los ha-
los primeros asentamientos hispanos en la zona. llazgos arqueológicos, fue reagrupada en estratos
El trabajo de prospección dirigida ha sido la es- altitudinales de 50 m y dentro de estos estratos se
trategia que nos ha permitido recabar más informa- estimó las frecuencia de los hallazgos (Figura 4).
ción, principalmente en el área del lago Calafquén, Con este simple procedimiento, se pudo observar
debido a que es el área que se ha trabajado desde en general, que los hallazgos arqueológicos se dis-
hace más tiempo. Mientras que en las sub-cuencas tribuyen con mayor frecuencia entre los estratos
al norte de este lago, la prospección intensiva ha altitudinales 5 al 11, es decir entre los 200 y los 500
mostrado resultados tan positivos como la estrate- m s.n.m. La cantidad de hallazgos comienza a de-
gia antes señalada (Figura 3). crecer a partir de esta altura, siendo muy poco fre-
Con relación a la localización de los recursos ar- cuentes sobre el estrato 20, es decir sobre los 1000
queológicos registrados a través de la prospección m s.n.m.

Figura 3. Frecuencia de recursos arqueológicos por Figura 4. Frecuencia de hallazgos arqueológicos por
sub-cuenca de acuerdo a la estrategia de prospección. estrato altitudinal.

1014
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos

Tipos de hallazgos arqueológicos sencia de estas manifestaciones de arte rupestre


Los hallazgos arqueológicos realizados a través en esta zona, representa una novedad, por cuanto
de la prospección corresponden en su mayor parte a no existen informes sistemáticos sobre otros ha-
sitios arqueológicos abiertos de carácter habitacio- llazgos similares.
nal (Tabla 2). A cielo abierto también se registran 2 Un caso también novedoso en la zona, es el re-
cementerios del complejo cultural Pitrén, como los gistro de un varadero de canoas en el lago Calaf-
sitios Los Chilcos (Adán y Reyes 2000) y Challupén 2 quén (Caravias et al. 2007). Este se encuentra en la
(Berdichewsky y Calvo 1972-73). Igualmente, a cielo actualidad bajo las aguas del lago y de acuerdo a
abierto se han registrado algunas concentraciones los análisis practicados correspondería a tiempos
de instrumentos y desechos líticos, así como algu- históricos.
nos hallazgos aislados de fragmentos de cerámica
y líticos. Cronología de los hallazgos arqueológicos
Entre los sitios abiertos destaca la presencia de Del total de sitios arqueológicos registrados,
tres fuertes hispanos, como son Casa Fuerte Santa 14 de ellos, principalmente en el lago Calafquén,
Silvia (Gordón 1991) en la sub-cuenca del río Liu- cuentan con fechados absolutos obtenidos en su
cura, el Fuerte de Villarrica (Mera et al. 2004) y el mayoría por termoluminiscencia y en menor medi-
Fuerte Krausse, ambos en las inmediaciones de la da por 14C, sumando 27 dataciones. Estos fechados,
actual ciudad y lago Villarrica. permiten construir una secuencia cronológica que
Los sitios bajo alero (sean estos aleros rocosos abarca desde fines del Pleistoceno hasta momen-
o cuevas), representan el segundo tipo de recurso tos históricos, pudiendo distinguir dos grandes
arqueológico más registrado. En su gran mayoría conjuntos.
su función general ha sido clasificada como habi- El primer conjunto corresponde a los fechados
tacional, destacando entre ellos el alero Marifilo 1, más tempranos del área de estudio, todos realiza-
donde además se registra la sepultura de un infan- dos por 14C y provenientes de tres sitios ubicados en
te (Mera y García 2004). la costa noreste del lago Calafquén (Tabla 3). Estos
Entre los sitios bajo alero, destacan dos donde sitios corresponden a los aleros rocosos Marifilo
se registra arte rupestre. Estos son el Alero Rena- 1, Loncoñanco 2 y Los Resfalines 1 (García y Mera
hue 2 en la vecindad del lago Caburga y Pocolpen 2007). En general, las ocupaciones datadas corres-
Pinturas en la sub-cuenca del río Trancura. En el pri- ponden a campamentos de cazadores recolecto-
mer caso citado del Alero Renahue 2, se registró un res, portadores de una tecnología lítica expeditiva
panel con figuras pintadas en rojo muy deslucidas confeccionada sobre rocas locales (basalto), instru-
por la erosión, aún cuando fue posible distinguir mentos óseos relacionados a actividades de man-
una representación de rastros posiblemente hu- tención (punzones) y desechos de alimentación
manos, algunos tridígitos, en posición vertical, en (mamíferos pequeños y moluscos dulceacuícolas).
asociación a cruces simples y puntos, líneas grue- Es importante señalar que uno de los fechados
sas bajo los rastros y una greca de líneas paralelas obtenido en el alero Marifilo 1 (Beta-164475), fue
en la parte superior. En el caso de Pocolpen Pintu- realizado sobre fragmentos de parietal humano,
ras se registran tres paneles cada uno de los cuales provenientes de un individuo juvenil, dispuesto
presenta una figura, apareciendo dos contornos en de cubito lateral derecho sin mayores ofrendas fú-
color ocre que semejan un hacha ceremonial ma- nebres que un sobador lítico de basalto dispuesto
puche o un tumi y una greca compuesta por cinco entre sus manos (Mera y García 2004). Este caso
líneas color ocre paralelas (Castelleti 2008). La pre- representa el único registro de contexto funerario,

Sitio sumer- Hallazgo


Tipo de Sitio Sitio abierto Bajo Alero Total general
gido aislado
Arte rupestre 2 2
Cementerio 2 2
Fuerte hispano 3 3
Habitacional 76 21 97
Habitacional + Funebria 1 1
Hallazgo aislado 2 2 21 25
Varadero 1 1
Concentraciones 3 3
Total general 86 26 1 21 134
Tabla 2. Tipo y condición de los recursos arqueológicos registrados.

García 1015
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Sucuenca Sitio Fecha AP Codigo Referencia


Lago Calafquén Marifilo 1 10190 ± 120 Beta-164475 Mera y García 2004
Marifilo 1 8420 ± 40 Beta-138919 Mera y García 2004
Marifilo 1 7010 ± 40 Beta-164476 Mera y García 2004
Marifilo 1 6030 ± 40 Beta-164475 Mera y García 2004
Marifilo 1 4870 ± 40 Beta-138918 Mera y García 2004
Loncoñanco 2 7810 ± 50 Beta-195761 Garcia y Mera 2007

Loncoñanco 2 6110 ± 120 Beta-195760 Garcia y Mera 2007

Loncoñanco 2 3460 ± 50 Beta-195759 Garcia y Mera 2007

Los Resfalines 1 2220 ± 40 Beta-301397 Garcia y Mera 2007

Tabla 3. Dataciones absolutas para sitios del Pleistoceno final, Holoceno temprano, medio y tardío.

para tiempos del Holoceno medio en la zona cordi- De acuerdo a los fechados obtenidos para es-
llerana en estudio. tos contextos y que se registran en la tabla 4, cabe
El segundo conjunto de fechados, todos per- destacar que la presencia de cerámica en la zona se
tenecientes al Holoceno tardío, dan cuenta de retrotrae a más de 1600 años de antigüedad (350
múltiples ocupaciones a cielo abierto y bajo alero, d.C., en el sitio Los Chilcos), reconociéndose des-
correspondientes a cazadores recolectores porta- de estas fechas rasgos diagnósticos del complejo
dores de cerámica de los complejos Pitrén, Vergel cultural Pitrén (Adán y Reyes 2000), hasta tiempos
– Valdivia.

Subcuenca Sitio Años AP Código Referencia


Lago Caburga Playa Negra 1 1170 ± 40 Beta-227246 Este trabajo
Lago Calafquén Alero Ñilfe 1 1060 ± 100 UCTL 1454 Reyes et al. 2003-4

    1105 ± 100 UCTL 1236 Adán et al. 2001


  1420 ± 140 UCTL 1453 Reyes et al. 2003-4
 
  440 ± 40 UCTL 1452 Reyes et al. 2003-4
  Antilef 1 1010 ± 100 UCTL 1457 Reyes et al. 2003-4
    920 ± 90 UCTL 1279 Adán y Reyes 2000

    970 ± 100 UCTL 1458 Reyes et al. 2003-4


Challupén 2 1365 ± 100 UCTL 1524 Reyes et al. 2003-4
 
  1545 ± 160 UCTL 892 Adán y Mera 1997
  1540 ± 160 UCTL 886 Adán et al. 2001
  Dos Canoas 130 ± 70 Beta-205208 Carabias et al. 2007
  330 ± 80 Beta-205209 Carabias et al. 2007
 
Loncoñanco 2 720 ± 70 UCTL 1455 Este trabajo
 
Loncoñanco 3 650 ± 60 UCTL 1456 Reyes et al. 2003-4
  Los Chilcos 1645 ± 170 UCTL 1235 Adán y Reyes 2000
  Marifilo 1 1480 ± 150 UCTL 1460 Reyes et al. 2003-4
  590 ± 50 UCTL 1278 Adán et al. 2001
 
  735 ± 70 UCTL 1461 Reyes et al. 2003-4
 
  770 ± 70 UCTL 1458 Reyes et al. 2003-4
  Musma 1 525 ± 40 UCTL 1463 Reyes et al. 2003-4
    735 ± 50 UCTL 1276 Adán y Reyes 2000
Musma 2 345 ± 30 UCTL 1462 Reyes et al. 2003-4
 

  Pitrén 1000 ± 100 UCTL 887 Adán y Reyes 2000


 

 
Río Maichin Alero Rilul 1 680 ± 60 UCTL 1277 Adán et al. 2001
Tabla 4. Dataciones absolutas para sitios del Holoceno tardío con presencia de cerámica.

1016
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos

precontacto poco especificados; mientras que la nos (Marifilo 1 y Loncoñanco 2), como en aquellos
cerámica de los estilos Vergel-Valdivia o Tradición más tardíos de la secuencia (Musma 1). Lamenta-
Bícroma (Adán et al. 2005), se registra desde ca. de blemente, los contextos que presentan puntas pe-
600 años AP (o 1400 años d.C.). dunculadas no tienen dataciones, por lo cual no es
posible observar si ambos tipos coexisten.
Tecnología y subsistencia En general, los sitios registrados muestran
En general, la mayor cantidad de hallazgos predominantemente fases iniciales de la cadena
arqueológicos registrados corresponden a sitios operativa (desbaste de núcleos) y escasamente
abiertos de tipo habitacional, donde se registra desechos de talla relacionados al adelgazamiento
cerámica fragmentada, desechos líticos en rocas o retoque de instrumentos. Este tipo de informa-
locales (basalto y andesita) y restos óseos y mala- ción, junto a la escasez de rocas alóctonas y la baja
cológicos. En la mayor parte de los casos, estos frecuencia de formatización, respaldaría la idea so-
materiales se encuentran asociados a fogones ex- bre una organización de la tecnología lítica basada
tensos en términos horizontales, pero con escasa en un uso anticipado de las diferentes localidades
potencia en términos verticales. Una situación si- y sus recursos. En este sentido, la existencia de un
milar se observa en las ocupaciones humanas re- taller lítico y centro de acopio de nódulos de basal-
gistradas en aleros rocosos y cuevas. to andesítico en el alero Los Resfalines 1, al menos
Los sitios con los fechados más tempranos re- desde hace unos 2000 años AP, también podría uti-
gistrados en el lago Calafquén, se caracterizan por lizarse como sustento de este planteamiento. En
una industria lítica expeditiva, con escasa formati- el caso de Los Resfalines 1 (García y Mera 2007), se
zación y desarrollada sobre rocas disponibles en la ha documentado que sus ocupantes recolectaron
vecindad inmediata (Jackson y García 2005). Entre grandes nódulos de basalto en una corrida de lava
los artefactos generalmente registrados destacan del volcán Villarrica localizada a pocos metros del
cepillos sobre guijarros, denticulados, muescas y alero, los cuales fueron desbastados para obtener
lascas de filos vivos, las que podrían relacionarse grandes matrices de filos vivos largos de muy bue-
a trabajos sobre madera. Este recurrente patrón na calidad, algunos de los cuales fueron acumula-
continúa observándose entre aquellos sitios que dos en el fondo del alero, probablemente para un
presentan ocupaciones tardías y con presencia de uso posterior.
alfarería, aún cuando en éstos últimos, se registran El uso del hueso como materia prima para la
en bajas frecuencias desechos de talla y puntas de confección de instrumentos, solamente aparece
proyectil en rocas alóctonas (obsidiana y sílices). En documentado en las ocupaciones tempranas y tar-
general, las puntas de proyectil registradas provie- días del alero Marifilo 1 (García 2006). En este lugar
nen en su mayoría de contextos con dataciones del se han registrado punzones confeccionados sobre
Holoceno tardío en el lago Calafquén, observándo- ulnas de zorro (Pseudalopex griseus), así como tam-
se una recurrencia en la forma triangular del limbo bién posibles artefactos de funcionalidad desco-
con bases cóncavas y en solo dos casos, formas pe- nocida, fabricados sobre fragmentos de diáfisis de
dunculadas. pudú (Pudu pudu) y un percutor-presionador sobre
De acuerdo a los fechados obtenidos en los si- un fragmento de tibia de huemul (Hippocamelus bi-
tios en los cuales se registran puntas de proyectil sulcus).
triangulares apedunculadas (Tabla 5), es posible Probablemente, la escasez de instrumentos
observar que éstas corresponden a ocupaciones óseos se relacione mejor con las malas condiciones
de poblaciones portadoras de alfarería y que están de conservación presentes en la zona, más que con
presentes tanto en los contextos alfareros tempra- la ausencia de una tecnología ósea establecida en-

Fecha asociada
Sitio Forma limbo Forma base Materia prima
(años AP)
Alero Marifilo 1 Triangular Indeterminado Calcedonia 1410 ± 50
Alero Loncoñanco 2 Triangular Cóncava Obsidiana 1280 ± 70
Alero Ñilfe 1 Triangular Cóncava Obsidiana 1105 ± 100
Musma 1 Triangular Cóncava Obsidiana 525 ± 40
Musma 1 Triangular Convexa Obsidiana 735 ± 50
Alero Rilul 1 Triangular Recta Obsidiana 680 ± 60
Rinconada de Challupén 1 Triangular Pedunculada Sílice Sin fecha
Liucura 1 Triangular Pedunculada Obsidiana Sin fecha
Tabla 5. Puntas de proyectil en sitios del Holoceno tardío.

García 1017
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tre las poblaciones que ocuparon la zona. Como lo ceacuícolas y recursos vegetales presentes en el
demuestran las ocupaciones del Holoceno tempra- bosque. El mamífero de mayor biomasa en la zona,
no de Marifilo 1, esta tecnología era conocida por el huemul, ha sido escasamente registrado en los
sus ocupantes hace ca. de 9000 años atrás. contextos arqueológicos del área.
Estas malas condiciones de conservación pro- El uso de los recursos vegetales, ha sido prin-
ducto de la humedad y la acidez de los suelos, con- cipalmente documentado en el alero Marifilo 1 a
forma un agente que actúa de manera diferencial través de análisis carpológicos (Lehnebach et al.
a nivel de localidades, no pudiendo admitirse que 2008). Los resultados de estos análisis señalarían la
en toda el área las condiciones de conservación recolección de granos, frutos y nueces nativos dis-
sean malas. En este sentido, los restos óseos pro- ponibles en el bosque en el verano y el otoño, con
cedentes de desechos de alimentación registrados evidencias en todas las ocupaciones del alero, vale
en algunos sitios señalan que en ciertas localidades decir desde el Holoceno temprano hasta el Holoce-
existen condiciones para la preservación (aparen- no tardío.
temente relacionada a la presencia de sedimentos En relación a los moluscos dulceacuícolas, cabe
volcánicos). señalar que en general se documenta la especie Di-
De acuerdo a los datos disponibles, la subsis- plodon chilensis, almeja común en lagos y ríos del
tencia de las poblaciones que ocuparon el área, se sur de Chile y como tal, posible de recolectar en
relaciona fundamentalmente a mamíferos de pe- cualquier época del año tanto en el lago Calafquén,
queño tamaño, como el pudú y el zorro, así como como en las demás cuencas lacustres y fluviales del
en menor medida con algunas aves, moluscos dul- área.

PRIMEROS RESULTADOS EN EL EJE SEPTENTRIONAL

Trabajos de prospección tural Pitrén, así como otras más tempranas con au-
Los trabajos de prospección en el eje septen- sencia de cerámica. Dos fechados radiocarbónicos
trional se encuentran en la actualidad en desarro- obtenidos para las ocupaciones con presencia de
llo. Sin embargo, los primeros acercamientos a la alfarería se presentan en la tabla 6.
zona, han permitido registrar un importante sitio
arqueológico en las proximidades del volcán Llai- Sitio Fecha (años AP) Código
ma, dos talleres líticos y una fuente de obsidiana,
1100 ± 40 Beta-241264
los cuales aportan los primeros datos para confron- Alero Cabeza
670 ± 40 Beta-241263
de Indio 1
tar la información de ambos ejes.
La información hasta ahora obtenida, es tan di- Tabla 6. Fechados absolutos para el sitio Alero Cabeza
ferente de lo observado en el eje meridional, que de Indio 1.
a pesar de tratarse de un bajo número de hallaz-
gos arqueológicos, nos permite aventurar algunas En las ocupaciones fechadas se registra abun-
comparaciones e hipótesis sobre las diferencias en- dante cerámica monocroma fragmentada, la cual
tre ambas zonas. exhibe gran variedad en el espesor de sus paredes
y en el tratamiento de sus superficies. Dentro del
El alero Cabeza de Indio 1 conjunto total de la cerámica destaca una pequeña
El sitio arqueológico alero Cabeza de Indio 1, se fracción de piezas con diferentes tipos de decora-
encuentra ubicado en la zona cordillerana de la IX ción, entre las que figuran el ahumado, engobado
Región, frente a los faldeos orientales del volcán inciso, modelado y pintado. Entre estas piezas de-
Llaima y a una altura de 842 m s.n.m. en la sub- coradas llaman nuestra atención las llamadas “ban-
cuenca fluvial de Trufultruful. Fue registrado a tra- das modeladas paralelas”, conocido también como
vés de prospección dirigida por informantes en el cerámica “acanalada” (Hajduk 1986) o “corrugado”
mes de septiembre de 2007, campaña en la cual se (Cáceres et al. 2005), el cual se presenta tanto en
excavaron dos pozos de sondeo. La evaluación de cuerpos como en cuellos de vasijas, tratándose
estos trabajos, permitió planificar una excavación mayoritariamente de fragmentos pulidos. También
en área a través de la estratigrafía y la morfología fueron registrados algunos fragmentos decorados
natural del suelo, la que se llevó a cabo durante el de la llamada Tradición Bícroma del período Alfare-
mes de diciembre del mismo año. ro Tardío (Adán et al. 2005).
Las excavaciones en este alero han permitido Igualmente dentro de los hallazgos cerámicos
documentar ocupaciones tardías de poblaciones destacan un fragmento de tubo de pipa de forma
portadoras de cerámica asignables al complejo cul- sub-cónica y sección sub-circular, cuya superfi-

1018
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos

cie se encuentra completamente pulida, así como restos asignados dentro de la muestra, aún cuan-
también de una pieza circular de paredes delgadas do corresponderían a un solo individuo sub-adulto
y superficies pulidas, con un orificio central, el cual de unos 30 meses de edad aproximadamente. La
posiblemente sea una tortera. importante diversidad de unidades presentes (de
Los artefactos líticos conforman la segunda bajo, moderado y alto rendimiento cárneo) permite
categoría de materiales de más alta frecuencia en sugerir que el animal habría ingresado completo al
este sitio. Entre estos destacan gran cantidad de yacimiento. Un segundo taxón que claramente fue
desechos de talla en materias primas alóctonas, introducido de manera cultural al sitio, es el chin-
principalmente variedades de obsidiana (de colores gue (Conepatus chinga). El hecho de que el cráneo
negro, gris y café), así como numerosas puntas de recuperado presentara huellas relacionadas con el
proyectil, perforadores, cuchillos y raspadores. descuerado podría indicar que este animal podría
Las puntas de proyectil registradas en este sitio haber sido cazado exclusivamente por la obtención
superan en número a todas las registradas en el eje de su piel. A este contexto se deben agregar res-
meridional de investigación, destacando la presen- tos de pudú, Felidae no identificado, posiblemente
cia tanto de puntas triangulares de bases cóncavas guiña (Oncifelis guigna), roedores y aves.
o escotadas y de otras pedunculadas (Tabla 7). Otro antecedente importante al referirse a las
Prácticamente un 70% de estas puntas están estrategias de subsistencia empleada por los ocu-
fracturadas y por ende, descartadas en este lugar. pantes del alero, lo constituye el aportado por los
Junto con estos instrumentos, se registran escasos fragmentos de valvas de Diplodón chilensis, piño-
materiales relacionados con actividades domésti- nes de araucaria (Araucaria araucana) y frutos de
cas, tales como perforadores, raspadores o cuchi- lleuque (Podocarpus andina) carbonizados. Al res-
llos. pecto, su presencia en el sitio reflejaría la impor-
Dada la alta cantidad de desechos de talla de tancia de la recolección de frutos, posiblemente
pequeño tamaño con ausencia de corteza y con- durante el verano y el otoño. Igualmente el registro
siderando la escasez de otros instrumentos, así de Diplodón chilensis, señalaría la integración de
como de núcleos, el contexto lítico representaría estrategias de recolección en los cursos fluviales o
un escenario donde se llevaron a cabo actividades en lagos cercanos hacia el oriente (como Galletué,
de terminación, reparación, retomado o descarte Icalma, Moquehue o Aluminé).
de instrumentos, es decir, fases terminales de la
cadena operativa, situación muy diferente a la se- Fuente de obsidiana y talleres líticos
ñalada para los contextos del eje meridional. De gran interés ha resultado el hallazgo de una
Este contexto de cazadores recolectores con fuente de obsidiana en la sub-cuenca de Alpehue.
cerámica, da cuenta del aprovechamiento de va- Si bien, la caracterización de ésta se encuentra hoy
riadas especies de animales con distinto fin. En pri- bajo estudio, podemos adelantar algunos datos so-
mer término, es destacable la presencia de guana- bre ella. Se trata de un extenso afloramiento de ob-
co (Lama guanicoe) entre los restos identificados, sidiana de color negro y gris (semi-traslúcida), que
correspondiendo al taxón con mayor número de cubre completamente la cima de un cerro con for-

Sitio Forma limbo Forma base Materia prima Fecha asociada (años AP)

Triangular Cóncava Basalto 670 ± 40


Triangular Indeterminada Obsidiana 670 ± 40
Triangular Pedunculada Sílice 670 ± 40
Triangular Escotada Obsidiana 670 ± 40
Triangular Escotada Obsidiana 670 ± 40
Triangular Pedunculada Sílice 670 ± 40
A. Cabeza de Indio 1 Triangular Escotada Sílice 670 ± 40
Triangular Indeterminada Sílice 670 ± 40
Triangular Escotada Obsidiana 670 ± 40
Triangular Escotada Cuarzo 670 ± 40
Triangular Indeterminada Cuarzo 670 ± 40
Triangular Escotada Obsidiana 670 ± 40
Triangular Escotada Cuarzo 1100 ± 40
Tabla 7. Características de las puntas de proyectil.

García 1019
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

ma de domo, a una altura sobre los 1400 m s.n.m. des matrices bifaciales. Estos sitios, solo reconoci-
Esta fuente, denominada Casablanca por los luga- dos parcialmente, probablemente hayan estado en
reños, presenta algunos guijarros que se han des- uso durante mucho tiempo, como lo atestiguan la
prendido del afloramiento y corren laderas abajo, enorme cantidad de materiales posibles de obser-
siendo acarreados por las aguas del deshielo de las var a simple vista, por la extensión en que se dis-
nieves cordilleranas, hacia los cauces más impor- ponen en superficie y por la diversidad de formas
tantes de la cuenca del río Alpehue. La calidad para reconocibles entre las matrices descartadas. Parti-
la talla de esta obsidiana es óptima y presenta es- cularmente el sitio Rumiñañe 1, es posible que pre-
casas impurezas. sente una asociación a un pequeño campamento,
Relacionados a esta fuente primaria de obsidia- debido al hallazgo de un fogón en un sector dentro
na, se han localizado dos sitios arqueológicos cuya de la dispersión de material lítico. En la actualidad,
funcionalidad es la de taller lítico. Estos sitios, de- recién comenzamos el estudio de estos sitios, así
nominados Rumiñañe 1 (a 1150 m s.n.m.) y Molulco como los análisis de la obsidiana para poder hacer
1 (a 950 m s.n.m.), corresponden a extensos depó- correlaciones con los materiales registrados en los
sitos de desbaste de núcleos y preparación de gran- sitios arqueológicos de la zona.

VARIABILIDAD Y PROCESOS CULTURALES

La información arqueológica relevada del eje poblaciones son agricultoras. Sin embargo, al me-
meridional de investigación, nos ha ofrecido un nos en los casos que nosotros hemos registrado, las
panorama donde destaca la homogeneidad en las evidencias de cultivos son inexistentes. Sólo tene-
formas de ocupar esos espacios y de explotar sus mos fragmentarias evidencias del manejo concien-
recursos. Aparentemente, estas formas de habitar te de los recursos del bosque en el sitio Los Chilcos,
en los bosques templados de la zona lacustre de donde se registraron trazas de Chenopodium sp., al
Calafquén, Villarrica y Caburga, no ofrecen cam- interior de las vasijas, fechadas en 1645 ± 170 años
bios sustanciales durante miles de años. Sin embar- AP (Adán y Reyes 2000).
go, admitimos que se trata solo de una apariencia, No podemos desconocer que gran parte de lo
por cuanto existen notables sesgos en el trabajo que hemos revisado en este trabajo para el eje me-
arqueológico relacionados no solo al tamaño de ridional resulta bastante homogéneo en términos
la muestra, a los problemas de conservación y a la materiales, pero ello no puede llevarnos a concep-
historia tafonómica, sino más importante aún, a tualizar a las poblaciones como inmersas en una
nuestra inexperiencia para abordar problemas re- suerte de estasis durante milenios, sólo movilizada
gionales desde el punto de vista de la variabilidad. por influencias externas. Los pocos casos arqueoló-
Aludimos a la praxis de tratar de fabricar etapas, gicos con que hasta la fecha contamos para el eje
clasificar fenómenos, construir cronología, sobre septentrional, nos ilustran sobre formas de habitar
la base de rescatar ciertas recurrencias más que los la cordillera andina de maneras diferentes, utilizan-
casos únicos. En este sentido, no esperamos regis- do otros recursos, fabricando otros artefactos, po-
trar casos arqueológicos que no respondan a nues- siblemente con contactos hacia zonas más orien-
tros patrones y por ende, no estamos intelectual- tales. En síntesis, nos informan sobre la diversidad
mente preparados para enfrentar la diversidad. posible de habitar estos espacios en el pasado para
El tema que exponemos se ve reflejado en la cual no estábamos preparados.
nuestra conceptualización de la historia cultural Así por ejemplo, en el eje septentrional hemos
de nuestro eje meridional de investigación, como observado consumo de guanaco, obtención de ob-
un modo de vida tradicional (Adán et al. 2008). Si sidiana desde fuentes primarias, posibles vincula-
bien ésta ha aclarado que la continuidad nunca es ciones estilísticas con la alfarería de áreas orienta-
absoluta, debido a que la tradición siempre es mo- les, diversidad estilos y mayor frecuencia de puntas
dificada, remodelada o enriquecida, la posibilidad de proyectil, énfasis en la recolección de piñones
de observar los procesos de cambio, seguramente de araucaria, entre otras características que seña-
se nos escapa por nuestra incapacidad para tratar lan diferencias con el eje meridional. Elementos
con lo que no se ajusta a los patrones que hemos que más allá de la novedad, nos señalarían nuevas
construido. De acuerdo a esto, aún tenemos pro- formas de habitar los espacios andinos. En estos
blemas cuando pensamos en la forma de subsis- contextos reconocemos también algunas carac-
tencia de las poblaciones portadoras de cerámica. terísticas similares, como la explotación de los re-
Adoptando esquemas desarrollados en otras zonas cursos del bosque, de moluscos dulceacuícolas o la
y con realidades diferentes, se plantea que estas elección de lugares protegidos por aleros rocosos.

1020
Cazadores recolectores en el área lacustre de la vertiente occidental andina (39°
S): cronología, contextos y procesos

Al igual que en el eje meridional, no vemos cultivos cambiar nuestras formas de categorizar los fenó-
en tiempos tardíos cuando ya encontramos frag- menos, pensamos que debemos estar más atentos
mentos de cerámica. a los casos únicos o extraños, pues estos probable-
Sobre la base de realizar estas simples observa- mente nos permitan aproximarnos a los procesos
ciones sobre las similitudes y diferencias generales de cambio de estas poblaciones que no estábamos
entre los contextos de ambos ejes, podríamos estar siendo capaces de observar. Dichos procesos, pro-
en condiciones de llegar a crear nuevas caracteri- bablemente, se observen más que en las formas de
zaciones para las poblaciones del pasado. Así por los materiales o en la composición de los conjuntos
ejemplo, sólo plantear “poblaciones cazadoras re- faunísticos, en temas como la organización tecno-
colectoras con alfarería” en nuestra área de estudio, lógica, los circuitos de movilidad o la territorialidad
ya representa un giro en la forma de conceptualizar expresada a través de estilos tecnológicos o la pre-
las ocupaciones humanas. Sin embargo, más que sencia de cementerios.

CONCLUSIÓN

En este trabajo hemos dado cuenta de una sis- (el eje septentrional Lonquimay–Llaima), nos han
tematización general de los hallazgos arqueológi- enseñado algo sobre la variabilidad de las formas
cos realizados en lo que hemos denominado eje de vida que posiblemente hayan existido en estos
meridional Villarrica-Lanín, para con ello ofrecer un territorios y, además, nos han llevado a cuestionar-
panorama general sobre los contextos y cronolo- nos sobre nuestra capacidad para observar lo que
gías que hemos relevado en el último tiempo. En es heterogéneo y lo que no se ajusta a nuestras
esta caracterización general destaca una homoge- concepciones sobre la prehistoria local.
neidad en relación a la tecnología lítica, el uso del Los nuevos hallazgos de los que hemos hecho
espacio y la subsistencia durante una larga secuen- mención, no sólo tienen valor en cuanto a aportar
cia cronológica. Sin embargo hemos advertido, que nuevos datos sobre una zona pobremente cono-
dicho cuadro no nos puede llevar a considerar a las cida en términos arqueológicos, sino que además
poblaciones habitantes del área como carente de nos aportan elementos diferentes para considerar
cambio y propietaria de un modo de vida congela- las formas de vivir en el pasado en los espacios la-
do en el tiempo. En vez de esto, las nuevas eviden- custres de la vertiente occidental andina.
cias registradas en nuestra nueva área de estudio

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue realizado en el marco del Proyecto Fondecyt 1060216 “Habitando bosques, lagos
y volcanes, comparación de las ocupaciones Arcaico y Alfarero Temprano en los ámbitos cordilleranos
Llaima–Lonquimay y Villarrica–Lanín (39ºS)”. Agradecemos sinceramente los comentarios al escrito de
este trabajo realizados por Adán Hajduk.

BIBLIOGRAFÍA

Adán, L. y R. Mera Universidad de Chile, Santiago.


1997 Acerca de la distribución espacial y temporal del Adán, L., R. Mera, M. Uribe y M. Alvarado
complejo Pitrén: una revaluación a partir del estudio 2005 La tradición cerámica bícroma rojo sobre blanco
sistemático de colecciones. Boletín de la Sociedad en la región sur de Chile: los estilos decorativos
Chilena de Arqueología (24):33-37. Valdivia y Vergel. En Actas del XVI Congreso Nacional
Adán, L. y V. Reyes de Arqueología Chilena, editado por el Museo de
2000 Sitio Los Chilcos: descripción y análisis de un Historia Natural de Concepción, DIBAM y Sociedad
nuevo cementerio Pitrén en la región del Calafquén. Chilena de Arqueología, pp.399-410. Escaparate
Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología (30):30- Ediciones, Concepción.
40. Adán, L., C. García y R. Mera
Adán, L., V. Reyes y R. Mera 2008 La tradición arqueológica de bosques templados
2001 Ocupación humana de los bosques templados y su estudio en la región lacustre cordillerana de las
del centro-sur de Chile. Proposiciones acerca de un regiones IX y X. En Actas del XVII Congreso Nacional
modo de vida tradicional. En Actas del IV Congreso de Arqueología Chilena, en prensa.
Chileno de Antropología, Tomo II, pp.1444-1455.

García 1021
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Armesto, J., P. León-Lobos y M. Arroyo tempranas de Marifilo 1. Boletín de la Sociedad


1996 Los bosques templados del sur de Chile y Chilena de Arqueología (38):71-78.
Argentina: una isla biogeográfica. En Ecología de Lehnebach, C., M. Solari, L. Adán y R. Mera
los bosques nativos de Chile, editado por J. Armesto, 2008 Plant macro-remains from a rock shelter in
C. Villagrán y M. Arroyo, pp.23-28. Editorial the temperate forests of southern Chile. Vegetation
Universitaria, Santiago. History Archaeobotany 17(4):403-413
Berdichewsky, B. y M. Calvo Mera, R. y C. García
1972-1973 Excavaciones en cementerios indígenas de 2004 Alero Marifilo-1. Ocupación holoceno temprana
la región de Calafquén. Boletín de Prehistoria Número en la costa del lago Calafquén (X Región, Chile). En
Especial: 529-558. Contra viento y marea. Arqueología de la Patagonia,
Cáceres, I., C. Westfall, L. Contreras, M. Saavedra, C. editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A.
Belmar y H. Velásquez G. Guraieb, pp. 249-262. Instituto Nacional de
2005 Asentamientos indígenas en el Alto Bío Bío. Antropología y Pensamiento Latinoamericano -
En Actas del XVI Congreso Nacional de Arqueología Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
Chilena, editado por el Museo de Historia Natural Mera, R., V. Lucero, L. Vásquez, L. Harcha y V. Reyes
de Concepción, DIBAM y Sociedad Chilena de 2004 Sitios históricos tempranos de carácter
Arqueología, pp.293-303. Escaparate Ediciones, defensivo. Sector oriental de la Villa Rica (1550-1602).
Concepción. Actas del XV Congreso Nacional de Arqueología
Caravias, D., M. Chapanoff y L. Adán Chilena. Chungará, Volumen Especial, Tomo 1:175-
2007 Evidencias de navegación en ambientes lacustres 186.
precordilleranos andinos: evaluación arqueológica Moreno, H.
subactática del sitio “dos canoas del lago Calafquén”. 1990 Excursión al Truful Truful. Guía geológica.
En Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando Corporación Nacional Forestal, Temuco.
piedras, desenterrando huesos...y develando arcanos, Munita, D.
editado por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. 2007 Propuesta metodológica de prospección sub-área
Bahamonde, pp. 503-514. Ediciones CEQUA, Punta de estudio meridional: eje volcánico Villarrica – Lanín.
Arenas, Chile. Informe Proyecto FONDECYT 1060216, año 1.
Castelleti, J. Munita, D.
2008 El arte rupestre en la zona boscoso-lacustre 2008 Propuesta metodológica de prospección sub-área
cordillerana del sur de Chile y sus relaciones con las de estudio septentrional: eje volcánico Lonquimay-
regiones vecinas. Boletín de la Sociedad Chilena de Llaima. Informe Proyecto FONDECYT 1060216, año
Arqueología, en prensa. 2.
Donoso, C. Reyes, V., L. Sanhueza y L. Adán
1993 Bosques templados de Chile y Argentina. 2003-2004 Alfarería doméstica y funeraria de la
Variación, estructura y dinámica. Editorial Región del Calafquén. Revista Chilena de Antropología
Universitaria, Santiago. (17):151-179.
García, C. Subiabre, A. y C. Rojas
2006 Los artefactos óseos de Marifilo 1. Una 1994 Geografía física de la región de Los Lagos.
aproximación a la tecnología ósea entre los cazadores Ediciones Universidad Austral de Chile, Valdivia.
recolectores de la selva valdiviana. Werken 8:91-100.
García, C. y R. Mera
2007 Investigaciones de rutas de circulación y
movilidad de cazadores recolectores en la cuenca
del río Valdivia a través del tiempo. En Arqueología de
Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello,
M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 515-525.
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Gordón, A.
1991 La residencia de un encomendero español en
el siglo XVI. En Actas del XI Congreso Nacional de
Arqueología Chilena, editado por H. Niemeyer, Tomo
III, pp.197-199. Museo Nacional de Historia Natural y
Sociedad Chilena de Arqueología, Santiago.

Hajduk, A.
1986 Arqueología del Montículo Angostura. Primer
Fechado Radiocarbónico Provincia del Neuquén.
Ediciones Culturales Neuquinas. Museo Histórico
Provincial, Neuquén.
Jackson, D. y C. García
2005 Los instrumentos líticos de las ocupaciones

1022
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur:
evidencias de ocupaciones humanas y de
variaciones en la línea de costa durante el
Holoceno tardío
Julieta Gómez Otero1, Nilda Weiler2 y Eduardo Moreno3

A B S T R A C T

Los Cangrejales Sur site is located on the Patagonian Atlantic coast, seven kilometers south of the
Chubut river estuary, 43° 23´59´´ S/ 65° 03´07´´ W. The landscape is characterized by active cliffs carved
in Tertiary sediments and two slopes of marine terraces: one 10 m above sea level, probably shaped
during Late Pleistocene, and one Holocene terrace 5 m above sea level. The beach is composed by a
wave abrasion platform partially covered by Holocene gravel beach ridges. At the front of the Holocene
terrace several archaeological layers were registered, alternating with marine deposits composed by
pebbles, sand and a few shells. The archaeological layers, that stand 3 to 5 meters above the maximum
tide level, contained pieces of charcoal, lithic artifacts and archaeofaunal remains: shell, bones of
fish (predominantly), and less frequently bones of birds and terrestrial and marine mammals. Nine
radiocarbonic ages ranging between circa 2100 BP and 600 BP were obtained from these cultural strata.
The geological and archaeological evidence suggest that Late Holocene sea-level remained still higher
than the present sea-level, and during that time this coastal zone was frequently -but briefly- occupied
by hunter-gatherer groups in order to profit from marine resources, especially fish and mollusks.

INTRODUCCIÓN

Uno de los objetivos más perseguidos por los transgresión, que habría tenido lugar unos siete mil
arqueólogos que trabajan en la costa patagónica es a cuatro mil años atrás y que dejó líneas de costa
conocer la antigüedad del poblamiento humano. que en la actualidad se encuentran a más de 5 m
En el caso de Patagonia continental, el registro s.n.m. (Isla 1989; Rutter et al. 1989; Codignotto et
arqueológico disponible indica que este ambiente al.1990; Weiler 1998; Monti 2000).
estaba en uso desde hace unos siete a seis mil En 2006 el arqueólogo Sergio Caviglia (en aquel
años; es decir, desde el Holoceno medio, y que para entonces funcionario de la Secretaría de Cultura del
aquel momento ya se explotaban moluscos, peces, Chubut), proporcionó información sobre un sitio ar-
crustáceos y otros recursos marinos (Eugenio y Al- queológico ubicado al sur de la desembocadura del
dazábal 2004; Caracotche et al. 2005; Castro et al. río Chubut. Según su descripción, se caracterizaba
2007; Gómez Otero 2007; Favier Dubois et al. 2008). por la presencia de lentes de carbones, valvas, res-
Sin embargo, estas evidencias son por el momento tos óseos y escasos artefactos líticos intercalados
muy escasas; por lo tanto insuficientes para trazar con depósitos de rodados marinos que podían cor-
un panorama relativamente confiable sobre cómo responder al Holoceno medio. Para evaluar esa
utilizaban la costa y sus recursos los cazadores re- hipótesis se inició un estudio arqueológico y ge-
colectores de entonces. Tampoco se conoce cómo ológico del sitio cuyos resultados se presentan en
pudieron haberlos afectado las oscilaciones ho- este trabajo y configuran los primeros datos sobre
locénicas del nivel marino, en especial la máxima ese sector de la costa patagónica.

1 Centro Nacional Patagónico (CONICET) y UNPSJB; [email protected]


2 Centro Nacional Patagónico (CONICET); [email protected]
3 Centro Nacional Patagónico (CONICET) y UNPSJB; [email protected]

Gómez Otero et al. 1023


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

DESCRIPCIÓN DE LA LOCALIDAD

Playa Los Cangrejales es una de las playas que


conforman el complejo Playa Magagna, ubicado
sobre la costa de mar abierto a unos seis kilómetros
al sur del río Chubut (43° 23´59.9´´ S / 65° 03´07.6´´
O). Este complejo está compuesto por las playas
Bonita, El Faro y Los Cangrejales; a su vez, esta úl-
tima se subdivide en Norte y Sur (Figura 1). Todo el
complejo está urbanizado con casas de fin de se-
mana o de pescadores artesanales que viven de la
pesca y la extracción de pulpos.
El paisaje general se caracteriza por la presen-
cia de dos niveles de terrazas de origen marino.
El más elevado se encuentra en la cota de 10 m
y está formado por acumulaciones litorales que
pertenecerían al Pleistoceno tardío; el más bajo
está en cota 5 m y se habría formado a partir de la
máxima transgresión marina del Holoceno medio.
En este último nivel están contenidas las geoformas
litorales del Holoceno y las lentes arqueológicas.
Estas lentes se extendían de manera discontinua en Figura 1. Ubicación geográfica y características
un frente de aproximadamente cien metros iden- geomorfológicas del área.
tificándose varios sectores; de ellos se estudiaron
con mayor profundidad el 4 y el 5 porque mostra-
ban la mejor preservación e integridad de los con- de entre dos y cinco metros de ancho. Además se
textos. Ambos estaban separados por una cárcava analizó una muestra del sector 6 (Figura 2).

Figura 2. Frente costero en la playa Los Cangrejales Sur.

GEOMORFOLOGÍA

La zona de estudio se encuentra dentro del Geoformas del Holoceno


marco geológico de la Comarca Nordpatagónica Cordones litorales. Los cordones litorales del
(Stipanicik y Methol 1980) -también denominada Holoceno están adosados a la base de los acanti-
Patagonia septentrional- que se caracteriza por un lados inactivos y sobreimpuestos a las plataformas
paisaje mesetiforme, escalonado y con pendiente de abrasión de olas labradas sobre sedimentitas
moderada. terciarias. Configuran terrazas de entre 4 y 5 m de
altura sobre el nivel del mar actual, cuyo ancho va-

1024
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío

ría según las distintas playas: 130 m en Playa Bo- formando tres o cuatro bermas de hábito cordoni-
nita, 240 en Los Cangrejales Norte y 20 m en Los forme, de acuerdo con la denominación dada por
Cangrejales Sur (Figura 1). Esa variación en el an- Monti (1999). En cambio, la parte baja de la playa
cho de la terraza responde a procesos de erosión (playa anterior) está compuesta mayoritariamente
marina diferencial en los distintos sectores de la por arenas medianas y escasos bioclastos y presen-
costa (Monti 1999). ta un relieve suave casi subhorizontal que continúa
El mayor ancho observado en playa Los Can- hacia el mar en una amplia plataforma de abrasión
grejales Norte se debe a la presencia de una espiga de olas labrada en sedimentitas terciarias.
formada por un sistema de tres cordones litorales La dinámica litoral actual está dominada por el
cuyo punto de apoyo se encuentra en una salien- oleaje, la corriente de deriva litoral y las mareas. El
te de la costa en playa Los Cangrejales Sur. La for- oleaje tiene una dirección predominante sud-sudes-
mación de dicha espiga se debió al transporte de te. La rompiente principal se produce en los aflora-
sedimentos por una corriente de deriva litoral con mientos rocosos que se encuentran a un kilómetro
rumbo sur-norte (Monti 1997) (Figura 1). de la costa actual en Los Cangrejales Sur y a unos
El sistema compuesto por los tres cordones li- 50 metros en Los Cangrejales Norte. Tal distancia
torales creció de sur a norte, en la misma dirección determina que la influencia del oleaje sea de mayor
que presenta actualmente la corriente de deriva li- magnitud en Los Cangrejales Sur, ya que se forma
toral y a merced del angostamiento por erosión del un oleaje secundario que en tiempo normal rompe
sector de playa Los Cangrejales Sur. Ese crecimien- muy cerca del acantilado, mientras que durante las
to se debió a un proceso de canibalización, término tormentas lo llega a alcanzar (Monti 1997).
introducido por Orford et al. (1996) para explicar la La corriente de deriva litoral tiene una dirección
erosión desde el sector proximal de una barrera de sur-norte; las mareas medias presentan un régimen
rodados y la depositación en el extremo distal de semidiurno con una altura de 3,50 m para las ma-
la misma. Este proceso sucede cuando hay escasez reas medias de sicigia y 2,30 m para mareas medias
de aporte de sedimentos al sistema. de cuadratura.
Plataformas de abrasión de olas. Estas geofor- Cárcavas. Son frecuentes en este sector de cos-
mas, labradas en sedimentitas terciarias, están cu- ta y se encuentran labradas tanto en sedimentos
biertas por depósitos litorales correspondientes a del Terciario como del Cuaternario (generalmente
la transgresión del Holoceno. cordones litorales) que conforman los acantilados
activos. Están limitadas al frente de los acantilados
Geoformas actuales y producen el retroceso de los mismos. Al pie de las
Playa actual. Está constituida por material sedi- cárcavas se encuentran generalmente depósitos de
mentario en tránsito; en la parte superior de la playa remoción en masa formando pequeños conos de
(playa posterior) hay rodados medianos a gruesos deyección o aluviales.
con escasa matriz arenosa y material bioclástico

MÉTODOS

Métodos de campo y de su distancia y altura con respecto al nivel del


En el terreno se realizó un relevamiento geoló- mar; d) descripción del contexto ambiental gene-
gico y arqueológico. El trabajo geológico consistió ral; e) registro de todos los rasgos de ocupación que
en la observación de las geoformas previamen- pudieran distinguirse; f) evaluación in situ de rasgos
te analizadas sobre fotografías aéreas a escala que posibilitaran interpretar en escala general los
1:50.000, y posteriormente en el relevamiento de procesos de formación del registro arqueológico
perfiles. Mediante el uso de un nivel óptico se cal- (cf. Gifford 1980; Lyman 1987, 1994; Schiffer 1987;
cularon las cotas de todas las lentes arqueológicas Behrensmeyer 1993); g) muestreos selectivos en
respecto del nivel máximo de la marea alta medido estratigrafía.
el día 8 de enero de 2008. No se tomaron las altu- Las muestras se tomaron directamente de las
ras en relación con el nivel medio del mar debido lentes arqueológicas expuestas en los perfiles.
a la carencia de datos publicados al respecto (ver Como el objetivo era extraer carbones para datar y
Pirazzoli 1986). El relevamiento arqueológico com- obtener materiales líticos y faunísticos que permi-
prendió: a) ubicación de la localidad arqueológica tieran una estimación de las actividades represen-
en la carta topográfica o foto aérea correspondien- tadas en las mismas, se seleccionaron aquellos sec-
te; b) medición de coordenadas geográficas me- tores donde los niveles arqueológicos evidenciaban
diante GPS; c) cálculo aproximado de su superficie mayor potencia e integridad, tratando de que los

Gómez Otero et al. 1025


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

muestreos estuvieran en una misma columna estra- PAT y tres atlas: Ageitos de Castellanos y Landoni
tigráfica. Previo a la toma de muestras, se procedió (1992), Núñez Cortés y Narosky (1997) y Scarabino
a limpiar cuidadosamente los perfiles de la terraza (1977). EL MNI de gasterópodos se calculó a partir
para prevenir la mezcla con materiales removiliza- de la presencia del ápice o de la columella; el de los
dos desde niveles superiores. Como la mayoría de bivalvos por la presencia del umbón, condróforo y
las lentes estaba sepultada por entre tres a cinco charnela. El MNI de bivalvos se tomó acorde con el
metros de sedimentos, las unidades de muestreo lateral más representado entre las valvas. Se mi-
fueron pequeñas: 50 x 20 cm o 25 cm de lado por dieron todas las valvas enteras o con muy escaso
la altura de la lente en el sector muestreado. No grado de fragmentación.
obstante su pequeño tamaño, dado que las lentes Los estudios sobre restos de vertebrados si-
en toda su extensión mostraban homogeneidad en guieron la metodología propuesta por Grayson
sus rasgos arqueológicos visibles (tipo de fauna, de (1984), Lyman (1987, 1994) y Mengoni Goñalons
materiales líticos, etc.), no diferenciándose áreas (1988, 1999). No todos los materiales óseos pudie-
de actividad tales como estructuras de combustión, ron identificarse hasta el nivel de género o especie,
concentraciones líticas o de valvas, entre otros, se sea porque estaban muy fragmentados o porque
pueden considerar relativamente representativas. estaban representados por partes anatómicamen-
Para evitar la pérdida de microrrestos se embol- te poco diagnósticas como vértebras o costillas.
só la totalidad de cada muestreo y posteriormente Con respecto a la determinación taxonómica en
se procesaron los materiales en laboratorio, utili- el nivel género o especie de restos correspondien-
zándose zaranda de 1,3 mm de malla. tes a pinnípedos, es bien conocida la dificultad para
discriminar entre Otaria flavescens y Arctocepha-
Métodos de laboratorio lus australis, las dos especies que habitan la costa
Se estudiaron los materiales líticos de acuerdo patagónica: la morfología de los esqueletos es tan
con el método de Aschero (1975, 1983); determi- similar que ciertos zoólogos han cuestionado la va-
nándose grupos tipológicos y materias primas. El lidez de esta distinción taxonómica (Repennings,
objetivo fue inferir los tipos de actividad represen- Peterson y Hubbs 1971, en Legoupil 1989-90). En
tados en las respectivas muestras. este sentido, los huesos que corresponden a anima-
Respecto de la fauna, se realizó la determinación les de 12 kg a 150 kg se sitúan en una amplia franja
taxonómica y el cálculo de dos medidas de abun- que engloba a ambas especies; por lo tanto el pro-
dancia: el NISP (Número de Especímenes Identi- blema de la diferenciación morfométrica es prác-
ficados) y el MNI (Número Mínimo de Individuos); ticamente insoluble en animales jóvenes (Legoupil
también se evaluaron patrones de aprovechamien- 1989-90; Schiavini 1990). En el sitio en estudio esto
to y consumo. Con relación a los peces, solamente se vio agravado por la presencia de fragmentos de
se calculó el NISP, diferenciándose vértebras, espi- partes esqueletarias poco diagnósticas y de tama-
nas, huesos y fragmentos óseos no identificados1. ño pequeño. En consecuencia, los especímenes es-
Para la clasificación de moluscos se utilizó ma- tudiados no pudieron ser atribuidos a ninguna de
terial comparativo actual de la colección de refe- ambas especies.
rencia del Laboratorio de Arqueología del CEN-

RESULTADOS

Estratigrafía y cronología chicos mezclados con arena; hacia el sur (sector


Perfil del sector 4 izquierdo del perfil) hay una lente de rodados más
De abajo hacia arriba se registraron ocho nive- grandes granosostén. En la base se encuentra la su-
les estratigráficos (ver Figura 3). blente arqueológica SL2a con una edad de 2040 ±
Nivel VIII: 0,40 m de rodados grandes (más de 6 90 AP; separada por 2 cm de arena está la sublente
cm) con estructura granosostén. Sobre los mismos SL2b (sin datar); mientras que la sublente SL2c, da-
y mezclada con algo de arena se encuentra la len- tada en 2290 ± 80 AP, está separada de la anterior
te arqueológica L1 con una edad de 2120 ± 40 AP² por 2 cm de arena y rodados chicos (Tabla 1).
(Tabla 1). Nivel V: 0,40 m de rodados, de tamaño mediano
Nivel VII: 0,30 m de rodados grandes con escasa en la base y más pequeños en la porción superior;
arena intercalada y hacia arriba 0,60 m de rodados en la mitad se encuentra la lente arqueológica L3,
medianos y pequeños con conchillas aisladas (con fechada en 1980 ± 60 AP (Tabla 1).
predominio de almejas). Nivel IV: 0,20 m a 0,25 m de rodados medianos
Nivel VI: 0,30 a 0,35 m de rodados medianos a y grandes granosostén; en el techo aparece la lente

1026
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío

Figura 3. Perfil estratigráfico de los sectores 4 y 5.

arqueológica L4 (no muestreada). AP. Separada por unos 0,20 m de rodados se halla
Nivel III: 0,75 m de rodados medianos y peque- la lente arqueológica L0 Superior datada en 640 ±
ños con lentes de arena mediana y conchilla dise- 80 AP (Tabla 1).
minada (predominantemente almejas), con estruc- Nivel V: 0,40 m. En la base aparece una lente de
tura entrecruzada planar. arcilla de color amarillo verdoso (color del sedimen-
Nivel II: 0,90 m de rodados medianos y peque- to de la restinga actual) de 1,50 m de longitud x 0,10
ños con arena intercalada. Presenta estratifica- m de potencia. Por encima tiene arenas finas con
ción entrecruzada poco marcada y hacia la parte venillas claras de ceniza volcánica con un espesor
superior se encuentra la lente arqueológica L5 (no de entre 0,20 m y 0,25 m. En el techo presenta la
muestreada). lente arqueológica L1 fechada en 840 ± 60 AP (Ta-
Nivel I: en discordancia con el nivel anterior 1 m bla 1).
de rodados de distinto tamaño, prevaleciendo los Nivel IV: 0,40 m a 0,45 m de espesor total. En
medianos y pequeños, mezclados con arenas grue- la base tiene rodados medianos granosostén; por
sas y finas con estructuración masiva. encima y en forma de cuña apoya una lente de are-
na finamente laminada de 0,15 m de espesor, sobre
Perfil del sector 5 la cual se encontraba la lente arqueológica L4 de la
De abajo hacia arriba se identificaron 6 niveles que se obtuvo una edad de 2190 ± 90 AP (Tabla 1).
estratigráficos (Figura 3). Nivel III: 2,50 m de rodados en los que se in-
Nivel VI: 0,40 m de rodados grandes (más de tercalan lentes de arena mezcladas con conchillas
6 cm), medianos y más pequeños, con estructura (predominantemente de almejas). El espesor y la
granosostén. Por encima se encuentra la lente ar- composición granométrica de las lentes y de las
queológica L0 Inferior con una edad de 590 ± 70 láminas varía lateralmente; el conjunto presenta

Gómez Otero et al. 1027


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

ALTURA SOBRE EL
EDAD C14 AP
SECTORES NIVELes ARQUEOLÓGICOs NIVEL DE MÁXIMA CÓDIGO LAB.
(NO CALIBRADA)
MAREA
Sector 4 Lente 1 (carbón) 2,67 m 2120 ± 40 AP LP-1849
Lente 2 a (carbón) 3,57 m 2040 ± 90 AP LP-1858
Lente 2 c (carbón) 3,87 m 2290 ± 80 AP LP-1879
Lente 3 (carbón) 4,27 m 1980 ± 60 AP LP-1861

Sector 5 Lente 0 Inferior (carbón) 3,17 m 590 ± 70 AP LP-1911


Lente 0 Superior (carbón) 3,37 m 640 ± 80 AP LP-1908
Lente 1 (carbón) 4,07 m 840 ± 60 AP LP-1892
Lente 4 (carbón) 4,67 m 2190 ± 90 AP LP-1880
Sector 6 Lente Superior (carbón) 4,76 m 1490 ± 70 AP LP-1826

Tabla 1: Dataciones radiocarbónicas

estratificación entrecruzada planar. sublente: 2a (80 cm³), 2b (20 cm³), 2c (60 cm³) (Ta-
Nivel II: 0,50 m de arena de color claro con roda-blas 2 y 3).
dos de distinto tamaño. Lente 3: 4,60 m de largo x 5 cm de potencia; tie-
Nivel I: En discordancia con el nivel anterior 1 mne la misma composición que la lente 2. Se realizó
de rodados de distinto tamaño mezclados con are- un muestreo de 50 cm x 20 cm x la potencia de la
na, con estructura masiva. lente (50 cm³) (Tablas 2 y 3).
Lente 4: similar a la Lente 1 en dimensiones y
Interpretación de la secuencia estratigráfica composición arqueológica. No fue muestreada.
Por su estructura interna masiva sin estratifi- Lente 5: similar a las lentes 1 y 4, pero con ma-
cación los niveles estratigráficos superiores (I del yor proporción de lapas. No fue muestreada.
Sector 4 y I del Sector 5) representarían depósitos
de remoción en masa formados a partir del desliza- Sector 5
miento de rodados y arenas provenientes de cotas Está ubicado a nueve metros del sector 4 hacia
superiores hacia el continente. Con relación a los el sur. Por debajo del nivel estratigráfico I, origina-
restantes niveles de ambos perfiles, su estratifica- do por remoción en masa, de abajo hacia arriba se
ción entrecruzada planar y la intercalación de len- distinguieron cuatro lentes arqueológicas (Figuras
tes de arena, rodados y valvas de moluscos indican 3 y 4):
que se trata de depósitos de playa frontal (foresho- Lente 0: lente de 4,63 m de longitud, con dos
re) correspondientes a crestas de playa. sublentes que hacia el lado sur o izquierdo del perfil
están unificadas y luego se bifurcan, intercalándose
Composición de los niveles arqueológicos entre ellas una lente de arena de entre 5 y 17 cm. La
Sector 4 sublente inferior tiene alrededor de 5 cm de poten-
Por debajo del nivel estratigráfico I que, como cia y está formada por carbones, valvas de molus-
se dijo antes, se habría originado por remoción en cos, restos óseos y lascas aisladas; la sublente su-
masa, de abajo hacia arriba se distinguieron cinco perior (potencia máxima 10 cm), es más compacta,
lentes arqueológicas (Figuras 3 y 4): con carbones más grandes y está mezclada con ce-
Lente 1: lente de 2 m de largo x 3 cm de espesor, nizas y valvas de moluscos. Se hizo un muestreo de
representada por una delgada línea de carbones la sublente inferior de 25 cm de lado x 5 cm (31,25
muy chicos con algunos restos de moluscos, mi- cm³) (Tablas 2 y 3).
crofauna y pocos artefactos; se hicieron dos mues- Lente 1: lente de 2,20 m de largo x 10 cm de es-
treos contiguos de 50 cm x 20 cm x la potencia de la pesor; conformada por carbones abundantes, val-
lente (en total 60 cm³) (Tablas 2 y 3). vas de moluscos, pocas lascas y rodados; se realizó
Lente 2: lente de 5,30 m de largo por 10 a 15 cm un muestreo de 25 cm de lado x la potencia de la
de potencia, que hacia el norte o lado derecho del lente (62,50 cm³) (Tablas 2 y 3).
perfil se divide en tres sublentes (a, b y c) separa- Lente 2: 4,60 m de largo x 4 a 8 cm de potencia;
das por sedimentos estériles compuestos por are- sólo se observaron carbones. No fue muestreada.
na y rodados. Dentro de estas sublentes se halló el Lente 3: 2 m de largo x 2 cm de espesor; al igual
mismo tipo de materiales asociados: carbones chi- que la anterior únicamente se registraron carbo-
cos, valvas de moluscos, restos óseos y proporción nes. No fue muestreada.
relativamente alta de artefactos líticos; se hizo un Lente 4: lente de 1,90 m de largo x 7 a 10 cm
muestreo de 50 cm x 20 cm x la potencia de cada de espesor; la conformaban carbones, valvas de

1028
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío

moluscos y muy poco material lítico. Se realizó un antrópica, excepto marcas de raíces en los especí-
muestreo de 25 cm de lado x 10 cm (62,50 cm³) (Ta- menes más grandes.
blas 2 y 3).
Peces
Sector 6 Sus restos aparecieron en casi todos los mues-
Estaba localizado a diez metros al sur del sector treos, destacándose por presentar el NISP más alto
5. Se registró una única lente arqueológica (Lente (Tabla 2). Se registraron vértebras y costillas y en
Superior), a unos 50 centímetros de profundidad menor medida huesos del cráneo en estado frag-
desde la superficie de la terraza, en un nivel con mentario. En general predominan los tamaños
rasgos geológicos similar a los niveles I (Sector 4) y chicos (vértebras de entre 2 y 5 mm), aunque en
I (Sector 5), que como se dijo antes, se habrían for- la Lente 0 Inferior del Sector 5 se rescataron vér-
mado por remoción en masa. Se trata de una lente tebras más grandes. Muchos de los especímenes
derrumbada en parte; el largo relictual era de 0,70 muestran alteraciones térmicas.
m x 10 cm de potencia. Se hizo un muestreo de 25 No obstante, cabe la posibilidad de que hayan
cm de lado por la potencia (62,50 cm³). Esta lente, sido incorporados al registro por acción del mar o
que fue datada en 1490 ± 70 AP (Tabla 1), estaba de fauna ictiófaga (aves y mamíferos marinos) que
conformada por carbones, valvas de moluscos, las- los introduce a través de sus contenidos estoma-
cas y restos óseos, incluyendo costillas de aves en cales. Sin embargo, de haber sido depositados por
posición articular (Tablas 2 y 3). el mar las lentes no se encontrarían en tan buen
estado de preservación; por otra parte, la escasa
Restos faunísticos cantidad de especímenes de pinnípedos y de aves
Invertebrados en los muestreos de los sectores 4 y 5, sumado a
Moluscos que el muestreo de la Lente Superior del Sector 6
Están casi exclusivamente representados por presentó la mayor abundancia relativa de aves pero
lapas del género Patinigera, siguiéndole en un ale- ningún hueso de pez, no se condice con lo esperado
jado segundo lugar las volutas y las almejas blancas para el caso de incorporación por fauna ictiófaga.
(Venus antiqua) (Tabla 2). En general las valvas de En consecuencia, y teniendo además en cuenta la
lapas están enteras y varias quemadas; sus tama- existencia de restos quemados, se considera que su
ños oscilan entre 18 mm y 46 mm, predominando presencia se debería a factores culturales
las que tienen alrededor de 30 mm. En cambio las
de volutas y almejas muestran alto grado de frag- Aves
mentación. Hay también valvas de otros moluscos Si bien están representadas en casi todos los
(cholgas, pectínidos, gasterópodos), pero la gran muestreos, son en general muy escasas excepto en
mayoría son fósiles o muy chicas, lo que permite el de la Lente Superior del Sector 6, que evidenció la
inferir que su depositación fue de origen natural. mayor abundancia relativa (Tabla 2). En el conjunto
Tampoco se puede asegurar que todas las valvas predominan los cormoranes (Phalacrocorax sp.) se-
de almeja hayan sido introducidas por el hombre guidos por el pingüino de Magallanes (Spheniscus
ya que, como se mencionó en la descripción estra- magallanicus). Debido a la importante fragmenta-
tigráfica, también se registraron en los sedimen- ción de los huesos, una cantidad relevante de es-
tos marinos entre los que se intercalan los niveles pecímenes fue adjudicada a ave indeterminada; no
arqueológicos. Por lo tanto, si además se tiene en obstante pertenecerían a alguno de estos taxones.
cuenta el muy pequeño tamaño de los fragmentos, También se registraron cáscaras de huevo (proba-
su presencia podría deberse a redepositación o mi- blemente choique) en la Lente 1 del Sector 4 y la
gración vertical. Lente 1 del Sector 5. El muestreo de la Lente Su-
perior del Sector 6 se distingue no sólo por la pro-
Crustáceos porción alta de restos de aves, sino también porque
Se identificaron restos de cirripedios fósiles los cormoranes están representados por todas las
y pinzas de cangrejo (Tabla 2); estas últimas es- partes anatómicas; inclusive se hallaron un pico y
tán tan deterioradas que no pudo determinarse el una mandíbula. Se distinguieron varios cilindros de
taxón (Pedro Barón, comunicación personal 2008). radio y ulna, dos de ellos quemados; en ningún caso
se observaron otras marcas de procesamiento an-
Vertebrados trópico ni de carnívoros.
Los restos están muy fragmentados, corres-
pondiendo gran parte a astillas indeterminadas de Mamíferos
menos de tres centímetros de largo. Esto impidió Se registró la presencia de restos de guanaco
la identificación de rastros de acción antrópica y no (Lama guanicoe), pinnípedos, roedores y dos espe-

Gómez Otero et al. 1029


1030


S4-L1 S 4 - L 2a S 4 - L 2b S 4 - L 2c S4-L3 S 5 - L 0 Inf S5 – L1 S 5 – L4 S 6 –L Sup.

CLASE TAXON NISP MNI NISP MNI NISP MNI NISP MNI NISP MNI NISP MNI NISP ,MNI NISP MNI NISP MNI
Volutas 1 1 12 1 3 1 3 1 10 2 4 2 6 3 63 5
Lapa* - 29 - 29 - 17 - 3 - 236 - 143 - 77 - 8 - 79
MOLUSCOS
Almejas 3 1 4 1 4 1 6 1 23 4 7 2 8 2
Otros 7 6 8 5
CRUSTÁCEOS Indet. 1 1 1 1
PECES Osteíctios 2 394 148 82 166 4 164
Pingüino 1 1 1 1
AVES Cormorán 37 3
Indeterm. 1 1 2 1 3 1 2 1 20 1
Roedor indet. 3 1 3 2 1 1
Armadillo
51 2 6 1 5 1 1
MAMIFEROS indet.
Guanaco 10 1 3 1 2 1 2 1 3 1
Pinnípedo 1 1 6 1
Indet. 2 1 15 2
INDETERM. 48
Indet. 48 ast. 1 1 17 ast. 7 ast. 55 ast. 4 ast. 1
ast.

Tabla 2: NISP y MNI de fauna distribuida por muestreos.


* Solamente figura el MNI porque para contabilizar el NISP había que tomar en cuenta fragmentos muy destruidos.
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío

cies de dasipódidos: el peludo (Chaetophractus) y el bla 3). No obstante las diferentes densidades, hay
piche (Zaedyus). Los especímenes más abundantes recurrencia en la presencia mayoritaria de dese-
corresponden a dasipódidos (Tabla 2): la mayor par- chos de talla (Tabla 3), predominando entre las ma-
te son placas (muchas de ellas quemadas); aunque terias primas las granodioritas, tobas silicificadas y
también se recuperaron una diáfisis de fémur de pe- cuarcitas de calidad regular para la talla. Según los
ludo, una tibia y un peroné de piche (Sector 4 Lente registros de campo, estas rocas están disponibles
2), un fémur de peludo (Sector 4 Lente 3) y un hú- entre los rodados de playa locales. Los basaltos son
mero de peludo (Sector 5 Nivel 0 Inferior). Respecto prácticamente inexistentes tanto en los muestreos
del guanaco, los únicos especímenes reconocibles como en los rodados marinos, lo que contrasta con
fueron dos fragmentos de un mismo coxal (S4 L3) y lo observado en los golfos norpatagónicos.
dos diáfisis de hueso largo (S5 L0 Inf.); no obstante, Los grupos tipológicos más representados son
por su aspecto y densidad ósea algunas astillas de los guijarros partidos o con extracciones suma-
hueso largo de entre 3 cm y 5 cm de longitud fueron rias, y núcleos y nucleiformes no agotados (Tabla
atribuidas a esta especie. Los restos de pinnípedos 3). Se consignó además la presencia de un guijarro
aparecieron en el Sector 4: una carilla articular de con escotaduras (probable pesa de red o de línea),
vértebra (S 4 L2a), un hioides, fragmentos de vér- lascas con filos naturales, perforadores triédricos y
tebras, y un hueso largo muy deteriorado (S4 L3). artefactos de tamaño grande con puntas destaca-
Fuera de muestreo se rescató un canino en la Lente das entre muescas, que podrían haber funcionado
2. Los roedores (probablemente cricétidos) están como picos. Entre los desechos de talla hay de to-
solamente representados por huesos largos. dos los tamaños pero dominan los microlíticos; en
los pequeños, medianos y grandes se registró re-
restos líticos serva de corteza.
Los muestreos que evidenciaron la mayor den-
sidad de artefactos por centímetro cúbico son los
de las tres sublentes de la Lente 2 y en segundo
lugar la Lente 3 (ambas del Sector 4); los demás
muestreos aportaron cantidades muy escasas (Ta-
partido o con lascados

Punta entre muescas


y tamaño muestreo

Cuch. F. retocado
Nódulo arenisca

Cuch. F. nat.
Peso de red

Nucleiforme

Denticulado

y densidad
Perforador

Desecho
Percutor
(en cm³)

Rodado

Totales
Núcleo

Gubia
Lente

Sector x cm³

L1 13
2 2 1 8
(60 cm³) (0,21)
L2a 385
2 3 1 1 1 1 376
(80 cm³) (4,81)
L 2b 79
Sector 4 1 1 77
(20 cm³) (3,95)
L 2c 113
1 1 111
(60 cm³) (5,65)
L3
1 1 1 2 1 1 74 (1,62)
(50 cm³)
L 0 Inf. 16
1 1 2 1 11
(31,2 cm³) (0,51)
L1 18
Sector 5 (62,5 cm³)
18
(0,28)
L4 7
7
(62,5cm³) (0,11)
L Sup
19
Sector 6 (62,5 cm³) 1 2 1 2 1 12
(0,30)

Tabla 3: Grupos tipológicos distribuidos por muestreos

Gómez Otero et al. 1031


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 5. Restos de vertebrados por muestreo expresados en NISP porcentual.

1032
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío

Figura 6. Porcentaje de grupos tipológicos por muestreo.

Gómez Otero et al. 1033


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Con relación a la cronología, contrariamente a AP). Se interpreta que en ambos sectores las lentes
la expectativa inicial de encontrar ocupaciones del arqueológicas de alrededor de 2000 AP, correspon-
Holoceno medio, las dataciones dieron antigüeda- derían a ocupaciones humanas en un momento en
des menores a 2200 AP (Tabla 1, Figuras 3 y 5). Por que la línea de costa se encontraba elevada respec-
otra parte, se comprobaron incongruencias entre to de la actual. En este sentido, hay datos similares
las edades y la altura sobre el nivel de la máxima para sectores costeros cercanos: en Bahía Engaño
marea. En el Sector 4, a mayor altura menor anti- Monti (2000) dató en 1000 AP un cordón litoral a 5
güedad; en el Sector 5 se observa lo opuesto: a me- m s.n.m y en el golfo San José Weiler (1998) fechó
nor altura menor antigüedad. A su vez, la edad de la en 1100 AP un cordón de 6 m s.n.m.
Sublente 2c es no sólo más antigua que la que está Las diferentes cotas de cada una de las lentes
por debajo (Sublente 2 a) sino también que la que tendrían relación con la geometría de los depósitos
está por encima (Lente 3). litorales: las más altas habrían estado más próxi-
Si se considera el desvío estándar, en los sec- mas a la cresta y las menos elevadas más próximas
tores 4 y 5 se distinguen dos agrupamientos de a los senos. En la se observa una discontinuidad en
edades: uno entre 1980 ± 60 AP y 2240 ± 90 AP y la inclinación de los estratos naturales: los que con-
otro entre 840 ± 60 AP y 590 AP ± 70 AP (Figura 4). tienen las evidencias culturales más antiguas buzan
Las edades de alrededor de 2000 AP pueden con- a un lado y otro de lo que habría sido una cresta de
siderarse radiocarbónicamente contemporáneas; playa (actualmente disectada por la cárcava). Por el
esto también se aplicaría al grupo de edades más contrario, los estratos que contienen las lentes más
modernas. En el caso específico de la datación de tardías muestran una disposición subhorizontal, lo
la Sublente 2c -más antigua que la superior e infe- que sugiere un proceso de formación distinto. Se
rior- podría deberse a la presencia de madera en- estima que estos estratos corresponden a depósi-
vejecida (efecto old wood) en la muestra analizada tos de acreción formados por el mar en su descen-
(Carbonari 2007, comonicación personal), o asi- so, que se habrían adosado a la geoforma más an-
mismo a otros factores de contaminación no iden- tigua. No obstante, durante los trabajos de campo
tificados. De esta manera, se explicarían en parte no se pudo verificar fehacientemente la existencia
las incongruencias entre edades y cotas dentro de de un resalto que pruebe esto último.
cada sector. Por su parte, la lente del Sector 6 datada en
Resta aun por esclarecer las diferencias entre 1490 ± 70 AP -alejada espacial, estratigráfica y cro-
los sectores 4 y 5, así como la existencia en el sector nológicamente de las demás- representaría una
5 de una datación de 2190 AP en cota más elevada ocupación que tuvo lugar sobre la parte más alta de
que la de dataciones más modernas (840 AP - 590 la terraza en momentos en que el mar ya estaba en

Figura 4. Foto y cronología de los sectores 4 y 5.

1034
Localidad arqueológica Los Cangrejales Sur: evidencias de ocupaciones humanas y de variaciones en la línea de costa durante el Holoceno tardío

descenso. Con posterioridad fue cubierta por pro- trional de Patagonia (Gómez Otero 2007): por un
cesos de remoción en masa. lado representación baja de guanacos y pinnípedos
Del análisis de las evidencias arqueológicas se y alta de peces en los sectores 4 y 5; por otro, alta
infiere que la localidad arqueológica Los Cangre- proporción de restos de aves marinas en el mues-
jales Sur fue ocupada reiteradamente por lo me- treo de la Lente Superior del Sector 6, que por el
nos durante los bloques temporales identificados. momento configura el contexto con mayor abun-
Los resultados del estudio arqueofaunístico de las dancia relativa de avifauna de todo ese sector de la
muestras obtenidas indican que esas ocupaciones costa patagónica.
habrían estado relacionadas con el aprovecha- En síntesis, las evidencias aquí discutidas sugie-
miento mayoritario de peces y moluscos y en me- ren que hace dos mil años la línea de costa se en-
nor grado, aves marinas y mamíferos terrestres y contraba más alta que en la actualidad; posterior-
marinos (Figura 5). mente descendió formándose pequeñas terrazas.
Por su parte, los rasgos de los conjuntos artefac- Durante esas oscilaciones del nivel marino habrían
tuales señalan que en estas ocupaciones se tallaron tenido lugar ocupaciones recurrentes y breves vin-
y usaron expeditivamente los rodados locales. Esto, culadas con actividades extractivas en las que se
sumado a la baja diversidad de grupos tipológicos habrían aprovechado principalmente peces y mo-
(Figura 6), sugiere emplazamientos de tipo “loca- luscos. Es interesante resaltar que en la actualidad
lización” (según el modelo de Foragers-Collectors el lugar es utilizado de manera similar por pescado-
de Binford, 2007:446 [1980]). De acuerdo con este res artesanales.
modelo, una localización es un lugar utilizado sólo Para concluir, si bien este trabajo debe ser
por períodos muy cortos donde se llevan a cabo ta- profundizado sobre todo en sus aspectos geocro-
reas exclusivamente extractivas. Puede haber sido nológicos, la problemática presentada puso de
producida tanto por grupos foragers (buscadores) manifiesto la complejidad que puede tener la es-
como collectors (recolectores logísticamente orga- tratigrafía en los sectores costeros que fueron prin-
nizados). Por el momento, la escasez de datos no cipalmente modelados por la acción marina. Esto
permite interpretar el tipo de estrategia que pudo obliga a extremar las precauciones con respecto a
haber dado origen a estos niveles arqueológicos. la identificación y análisis de procesos de forma-
Se observaron diferencias con el registro ar- ción de sitio en casos como este.
queológico conocido para la costa centro-septen- AGRADECIMIENTOS

A Sergio Caviglia por compartir generosamente información; a Roberto Taylor, Verónica Schuster,
Haydée Palleres, Blanca Videla y Daniel Sauthier por su apoyo en los trabajos de campo. Roberto Taylor
y Haydée Palleres también colaboraron en los análisis de laboratorio. Asimismo queremos agradecer las
opiniones vertidas por Luis Abel Orquera, Cristian Favier Dubois y Robert McCullough en la presentación
oral de este trabajo. Muy especialmente agradecemos los valiosos comentarios de Jorge Carbonari y Ale-
jandro Monti, que al igual que los de Ernesto Piana en su calidad de evaluador, ayudaron a dar claridad y
mejorar este trabajo.

NOTAS
1
. Está previsto el estudio de estos materiales por parte de un especialista.
2.
Todos los fechados están expresados en años radiocarbónicos no calibrados y fueron realizados so-
bre carbón vegetal.

BIBLIOGRAFÍA

Ageitos de Castellanos, Z. J. y N.A. Landoni Research and Exploration 9 (4): 402-421


1992 Catálogo descriptivo de la malacofauna Binford, L.
marina magallánica. T. 3, Centro de Investigaciones 1980 Willow Smoke and Dog’s tails: Hunter-
Científicas, La Plata. Gatherer Settlement Systems and Archaeological
Aschero, C. Site Formation. American Antiquity 45 (1): 4-20.
1975 y Revisión 1983 Ensayo para una clasificación En Clásicos de Teoría Arqueológica Contemporánea,
morfológica de artefactos líticos aplicada a estudios traducido por L. A. Orquera, pp. 439-464, Sociedad
tipológico-comparativos. Informe al CONICET. Argentina de Antropología, 2007.
Behrensmeyer, K. A. Caracotche, M.S., I. Cruz, S. Espinosa, F. Carballo
1993 The Bones of Amboseli. National Geographic Marina y J. B. Belardi

Gómez Otero et al. 1035


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

2005 Rescate arqueológico en el Parque Nacional arqueológicos. Xama 1:71-120.


Monte León (Santa Cruz, Argentina). Magallania 33 Mengoni Goñalons, G.
(2): 143-164. 1999 Cazadores de guanacos de la estepa patagónica.
Castro, A.S., J. Moreno, M. Zubimendi, M. Andolfo, B. Colección Tesis Doctorales, Sociedad Argentina de
Videla, P. Ambrústolo, L. Mazzitelli y S. Bogan Antropología.
2007 Cronología de la ocupación humana en la Monti, A. J. A.
costa norte de Santa Cruz: actualización de datos 1997 Morfodinámica y ciclicidad de la acreción en
radiocarbónicos. En Arqueología de Fuego-Patagonia. depósitos costeros del Holoceno (Chubut, Argentina).
Levantando piedras, desenterrando huesos...y Tesis Doctoral, Facultad de Ciencias Exactas y
develando arcanos, editado por F. Morello, M. Naturales, Universidad de Buenos Aires.
Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 527-540. Monti, A. J. A.
Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile. 1999 Evaluación geoambiental preliminar de riesgo
Codignotto, J.O, O. Cesari, y C.A. Beros costero en playa Magagna, Chubut. Asociación
1990 Morfocronología secuencial evolutiva holocena, Geológica Aplicada a la Ingeniería y al Ambiente 13:
en bahía Solano, Chubut. Revista de la Asociación 125-136. Buenos Aires.
Geológica Argentina 45 (3-4): 205-212. Monti, A. J. A.
Eugenio, E. O. y V. Aldazábal 2000 Edades 14C y ciclicidad de la acreción en
2004 Los cazadores-recolectores del litoral marítimo depósitos costeros elevados. Bahía Engaño, Chubut.
del área de Bahía de San Blas, Provincia de Buenos Revista de la Asociación Geológica Argentina 55 (4):
Aires. En Contra viento y marea. Arqueología de la 403-406.
Patagonia, editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández Núñez Cortés, C. y T. Narosky
y A. G. Guraieb, pp. 687-700. Instituto Nacional de 1997 Cien caracoles argentinos. Editorial Albatros,
Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Buenos Aires.
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires. Orford, J. D., Carter, R. W. G. y S. C.Jennings
Favier Dubois, C., F. Borella y R.H. Tykot 1996 Control Domains and Morphological Phases in
2008 Explorando tendencias temporales en el uso del Gravel-Dominated Coastal Barriers of Nova Scotia.
espacio y los recursos marinos en el golfo San Matías Journal of Coastal Research 12 (3): 589-604.
(Río Negro). En VII Jornadas de Arqueología de la Pirazzoli, P.
Patagonia. Libro de Resúmenes, pág. 49, Ushuaia. 1986 Secular trends of relative sea level (RSL)
Gifford, D. changes indicated by tide-gaugue records. Journal of
1980 Ethnoarchaeological Contributions to the Coastal Research, Special Issue 1: 1-26.
Taphonomy in Human Sites. En Fossils in the Making: Rutter, N., E. J. Schnack; J. Del Río; J. L. Fasano; F. I.,
Vertebrate Taphonomy and Paleoecology, editado por Isla y U. Radtke
A. K. Behrensmeyer y A. P. Hill, pp. 93-106, University 1989 Correlation and dating of Quaternary littoral
of Chicago Press, Chicago. zones along the Patagonian coast, Argentina.
Gómez Otero, J. Quaternary Science Reviews 8: 213-234.
2007 Dieta, uso del espacio y evolución en sociedades Scarabino, V.
cazadoras-recolectoras de la costa centro- 1977 Moluscos del golfo San Matías (Provincia de
septentrional de Patagonia durante el Holoceno Río Negro, República Argentina). Inventario y claves
medio y tardío. Tesis doctoral, Facultad de Filosofía para su identificación. Comunicación de la Sociedad
y Letras, Universidad de Buenos Aires. Malacológica del Uruguay IV (31-32): 177.284.
Grayson, D. Schiavini, A.
1984 Quantitative Zooarchaeology: Topics in the 1990 Estudio de la relación entre el hombre y los
Analysis of Archaeological Faunas. Academic Press, pinnípedos en el proceso adaptativo humano al
Orlando. canal de Beagle, Tierra del Fuego, Argentina. Tesis
Isla, F.I. doctoral, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales,
1989 Holocene sea-level fluctuation in the southern Universidad de Buenos Aires.
hemisphere. Quaternary Science Reviews 8: 359-368. Schiffer, M.
Legoupil, D. 1987 Formation Processes of the Archaeological Record.
1989-90 La identificación de los mamíferos marinos University of New Mexico Press, Albuquerque.
en los sitios canoeros de Patagonia: problemas y Stipanicik, P.N. y Methol, E.J.
constataciones. Anales del Instituto de la Patagonia 1980 Comarca Nordpatagónica. En Geología Regional
(Serie Ciencias Sociales) 19:101-113. Argentina. Segundo Simposio, editado por J. C. M
Lyman, R.L. Turner, Academia Nacional de Ciencias, II: 1071-1097,
1987 Archaeofaunas and Butchery Studies: Córdoba.
A Taphonomic Perspective. En Advances in Weiler, N.E.
Archaeological Method and Theory, dirigido por M. B. 1998 Mid-holocene littorals deposits at southwest
Schiffer, vol. 10:249-337, Academic Press, New York. of the golfo San José, Península Valdes, Argentine
Lyman, R.L. Republic. En International Coastal Symposium, 26: 33-
1994 Vertebrate Taphonomy. Cambridge University 38. Palm Beach.
Press, Cambridge.
Mengoni Goñalons, G.
1988 Análisis de materiales faunísticos de sitios

1036
El conocimiento acerca de su pasado y los
deseos por conocer más: la interacción con
pobladores de Los Antiguos (Santa Cruz)
Victoria D. Horwitz1

A B S T R A C T

This paper explores the attitudes towards archaeology shown by the inhabitants of Los Antiguos,
a town located in the northwest corner of the province of Santa Cruz, Argentina. It examines
their knowledge about the regional past, as well as aspects of intangible heritage. It evaluates
the ways in which such knowledge is acquired through formal education and available resources
at the public library. The goal is to help how to plan a long-term outreach program, designed to
promote within the community a sense of shared identity and commitment. In turn, the latter
is expected to help promote appreciation for the past and the protection of archaeological
remains. The paper also describes the activities first launched in the context of the general plan.

INTRODUCCIÓN

¿Conocen el pasado arqueológico de su región compartida por gran parte de la población. El pa-
los residentes de Los Antiguos? ¿Valoran el patri- trimonio tangible e intangible -por ejemplo las le-
monio del pasado prehistórico?1 ¿Consideran im- yendas, mitos, evidencias del pasado rescatadas
portante protegerlo? Se analiza aquí la situación por la arqueología, la historia documental y oral, y
reflejada por estas preguntas como base para los saberes aplicados distintivos de la zona- contri-
luego iniciar una serie de acciones que -en el largo buyen a construir una identidad común. En efecto,
plazo- se espera contribuyan a fortalecer el com- el patrimonio forma parte de los cimientos de la
promiso de los participantes con su comunidad y a definición de una identidad porque incluye a todos
sentar bases sólidas para re-negociar una identidad aquellos valores comunes y restos materiales que
aceptada por los residentes de larga data y los re- caracterizan a la comunidad en forma colectiva, y
cientemente arribados a esta localidad del NO de que al mismo tiempo permiten no solamente una
la provincia de Santa Cruz. Dicha identidad se basa- conexión entre el pasado y el presente sino tam-
ría, entre otros aspectos, sobre la historia local y el bién una proyección hacia el futuro.
patrimonio cultural (Unesco 2003) compartido por Nuestro interés en fortalecer la definición de
la comunidad. una identidad local radica en que consideramos
Se considera aquí que la identidad de una po- que una construcción fuerte servirá para incentivar
blación es el resultado de una construcción local; se la valoración y protección del pasado local, en este
trataría de un proceso de representación (e.g. Del caso materializado en los restos arqueológicos. A la
Casino y Hanna 2000; Natter y Jones 1997) que de- luz del objetivo de conocer primero para planificar
fine y redefine la identidad a partir de concepciones después, se realizaron entrevistas a una muestra
generalizadas, actividades y prácticas imbuidas de de residentes, con el fin de registrar sus actitudes
significación, que luego son interpretadas por gran hacia la arqueología, sus conocimientos acerca del
parte de la población como la identidad local. pasado de la zona y de aspectos del patrimonio in-
Una identidad local se nutre de información material tales como las tradiciones, mitos, y leyen-

1 Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. 25 de Mayo 217, 3er piso. 1002Ciudad de Buenos
Aires

Horwitz 1037
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

das locales (Unesco 2008). También se registraron tantes muestreados, se iniciaron acciones dirigidas
datos que permitieran estudiar las vías de adquisi- a inculcar la importancia de la ciencia entre la po-
ción de conocimiento del pasado remoto, ya sea a blación de Los Antiguos. En base a las entrevistas
través de la enseñanza formal o de los recursos dis- que se llevaron a cabo durante los años 2006 y 2007
ponibles en la biblioteca popular municipal. se diseñaron actividades para ejecutar durante el
Las entrevistas formaron parte de la primera mes de febrero de 2008, dirigidas a tres sectores
instancia de recolección de información de base de la población: niños y adolescentes y -en menor
para planificar el programa de transferencia a largo medida- adultos.
plazo, dirigido a promover el sentido de compromi- Dado que los años formativos son cruciales para
so con la localidad. Se consideró que semejante red fomentar actitudes positivas hacia la ciencia (Albor-
de significados compartidos serviría no solamente noz et al. 2004), se iniciaron en 2008 actividades di-
como sustento y apoyo de las acciones dirigidas a rigidas a niños y jóvenes. Se enfatizó el trabajo con
la protección de los restos arqueológicos, sino tam- este segmento de la población pues comprende a
bién como complemento de los planes de desarro- individuos que probablemente encontrarán su sali-
llo de las autoridades locales, quienes pretenden da laboral en una industria del turismo que necesita
darle impulso a la economía explotando el pasado apoyarse en personas capacitadas. Por otra parte,
como recurso turístico. y tomando en cuenta que las actitudes positivas
En relación a este último punto, la intención del hacia la ciencia y el conocimiento se adquieren for-
municipio de fomentar el desarrollo económico a malmente, en el caso de Los Antiguos la escuela
través del turismo cultural se topa hoy en día con primaria y media ofrecen la única experiencia edu-
las limitaciones impuestas por el escaso número de cativa por la que atraviesa gran parte de la pobla-
habitantes con la capacitación y conocimientos ne- ción. La mayoría de los habitantes adultos de Los
cesarios para poner en funcionamiento un proyec- Antiguos cursó estudios de nivel primario y secun-
to sustentable de puesta en valor del patrimonio dario: de 37 residentes entrevistados, 6 terminaron
cultural de la zona. En este punto se entrecruzan la escuela primaria, 28 la secundaria, y 3 accedieron
los intereses del municipio de crear fuentes de in- a estudios de nivel terciario o universitario. Se trata
greso, con el deseo de los arqueólogos de proteger de una localidad joven, tanto desde el punto de vis-
los restos materiales del pasado. ta de su historia de poblamiento reciente, como de
Para superar las limitaciones derivadas de la fal- una población comprendida por muchas personas
ta de conocimientos del pasado y la escasa valora- menores de 40 años de edad.
ción del patrimonio cultural sugeridas por los habi-

LOS ANTIGUOS

El capítulo más reciente de la historia de Los de producción intensiva en lotes de tamaño redu-
Antiguos indica que los primeros pobladores ar- cido determina que la población resida ya sea en o
gentinos, chilenos y europeos llegaron durante el relativamente cerca del casco urbano y que, por lo
primer cuarto del siglo XX (Barbería 1995). A dife- tanto, tenga la posibilidad de participar del inter-
rencia del proceso de poblamiento latifundista que cambio frecuente con otros residentes de la locali-
caracterizó los sectores meridionales y australes de dad. Durante la primera mitad del siglo XX este tipo
la provincia de Santa Cruz, el sector marcado por el de asentamiento nucleado facilitó la construcción
sur del Rio Deseado y que incluye el norte de la Co- de un pasado compartido por las familias fundado-
lonia Presidente Quintana (ver Barbería 1995), se ras que, similarmente a otras áreas de la Patagonia
pobló inicialmente por familias relacionadas a las (Delrio 2005), no parece haber integrado en forma
actividades de la estancia La Ascención, luego por especial el potencial aporte cultural de las familias
minifundistas, empleados de dependencias nacio- de pueblos originarios. Y finalmente, durante los
nales y provinciales, y en las últimas cuatro déca- últimos veinte años, la identidad compartida hasta
das por chacareros productores de frutas en lotes entonces se fue resquebrajando un poco debido a la
de tamaño pequeño y mediano, así como personas explosión demográfica resultante de la inmigración
empleadas en diversos tipos de servicios públicos y de personas llegadas de otras provincias argentinas
privados, incluyendo el turismo. y de algunas ciudades de la costa patagónica, cada
Hoy en día, la población de Los Antiguos está persona identificada con la identidad particular de
compuesta por núcleos familiares que, en gran par- su lugar de origen.
te, esperan que sus hijos obtengan una educación La tabla que aparece a continuación ordena
formal al menos de nivel medio completo. El tipo datos que reflejan circunstancias históricas y socia-

1038
El conocimiento acerca de su pasado y los deseos por conocer más: la interacción con pobladores de Los Antiguos (Santa Cruz)

les de Los Antiguos. Sirven también como una vía


de entrada para contextualizar las actitudes que
muestra la población hacia el pasado.

Los Antiguos
Cantidad habitantes año 2008 Ca. 3900
Mayoría reside desde hace 10 a 20 años
Forma de gobierno Intendencia
Escuela primaria Si
Escuela secundaria Si
Biblioteca Popular y Municipal (Conabip 3074)
Bibliografía con temas de Santa Cruz Disponible en biblioteca Municipal
Aprovechamiento de la biblioteca en temas relacionados con
Escaso
el pasado
Sitio arqueológico cerca Picaderos y “chenques” destruidos
Desde 2005. Corta historia de investigaciones arqueológicas
Arqueólogos trabajando cerca en su catchment inmediato
Conferencias, y acciones educativas de arqueólogos comen-
2006
zaron en
Acciones en apoyo de la arqueología desde gobierno local Financiar cuadernillo sobre etnografía y arqueología

Tabla 1. Datos de contexto de Los Antiguos relevantes para un análisis de actitudes hacia el pasado.

MUESTRA DE ENTREVISTADOS Y TEMAS PLANTEADOS

Se entrevistó una muestra de aproximadamen- taje algo mayor conoce sitios arqueológicos -ge-
te 1% de la población (N:37), representada por las neralmente mencionan Cueva de las Manos- y un
siguientes categorías: porcentaje mucho menor conoce leyendas locales.
1) funcionarios públicos; Sin embargo, cada respuesta dejó al descubierto
2) docentes; un grado de conocimiento muy desparejo, que no
3) bibliotecarios; quedó cuantificado adecuadamente en las planillas
4) población general con al menos un femenino de estas entrevistas preliminares. La mayoría de
y un masculino de cada uno de los siguientes cuatro los entrevistados conocía poco o muy poco acerca
intervalos de edad: (i) mayores de 60, (ii) entre 45 y del pasado regional pero, dado que el cuestionario
59, (iii) entre 20 y 44, (iv) menores de 19. solamente contemplaba dos opciones, se debió
La tabla 2 muestra que 73% de los entrevistados consignar como respuesta positiva. Es posible que
conoce un poco del pasado regional y de temas de el escaso conocimiento del pasado demostrado por
estudio de la arqueología en general. Un porcen- 90% de los entrevistados pueda deberse a que mu-

Hombres (N total 17) Mujeres (N total 20)


Tema
5 Jóvenes y 12 adultos 3 jóvenes y 17 adultas
Si NO Si NO
¿Conocen pasado regional? 13 4 14 6
¿Forma vida habitantes del pasado? 12 5 13 7
¿Conoce sitios arqueológicos? 16 1 13 7
¿Conoce leyendas locales? 11 6 10 10
¿Cuánto influye el pasado en el presente? En general la respuesta fue que influye, pero no podían explicar por qué
¿Importancia de crear un museo? Todos excepto uno dijeron que sería muy importante
Sólo 5 personas sabían que existen diversos aspectos que deben ser atendi-
¿Qué se necesita para que funcione un museo? dos, y dos de ellos eran funcionarios del gobierno municipal o personas con
experiencia en administración y ejecución de proyectos.

Tabla 2. Datos de las entrevistas realizadas a pobladores de Los Antiguos.

Horwitz 1039
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

chos son inmigrantes recientes. A la luz de esta situación, y como parte del mó-
Por otra parte, de las respuestas durante las en- dulo de transferencia del proyecto de investigación
trevistas también se desprendió que los consulta- arqueológica en curso (ver notas finales 3 y 4), se
dos aplicaban nociones de demarcación territorial planificaron actividades de vinculación con el fin de
y derechos de propiedad sobre los recursos cultura- entusiasmar a la población de Los Antiguos a cono-
les materiales. Por ejemplo, a pesar de encontrarse cer aspectos de la arqueología en general, a valorar
a menos de 200 km del Cañadón del Río Pinturas, la y a proteger el patrimonio cultural. Se lo consideró
población de Los Antiguos no incluyó a la Cueva de también como una forma de contribuir a un proce-
las Manos en su mapa patrimonial local y consideró so de renegociación hacia una nueva identidad lo-
que, visto como recurso económico, caería bajo la cal compartida por los habitantes de la localidad.
influencia turística de la ciudad de Perito Moreno.

ACTIVIDADES LLEVADAS A CABO

Hasta el momento se llevaron a cabo en el mar- También se prevee, en el mediano y largo plazo,
co del proyecto de investigación financiado por reformular el diseño de actividades a medida que
Conicet y ANPCyT2 las siguientes acciones que am- se modifique el grado de conocimiento y de las ac-
pliaron el conocimiento acerca del pasado regional, titudes de los pobladores hacia el pasado lejano.
así como un acercamiento a los estudios arqueoló- Queda también planteada la necesidad de ayudar
gicos: a crear una comisión integrada por ciudadanos in-
conferencias informando acerca de los traba- teresados en un programa educativo de largo plazo
jos realizados (2006 y 2008); que aborde la valoración del pasado regional y la
cuadernillo Huellas de los antiguos. Etnografía protección del patrimonio. En el futuro inmediato
y Arqueología del Noroeste de Santa Cruz (Figue- se repetirán las simulaciones de excavación para
rero Torres, Chavez y Falcomer 2008). Realizado a niños, y se ofrecerán talleres nuevos para aquellas
pedido de la Secretaría de Turismo de la Municipali- personas que tomaron parte en la primera tanda de
dad de Los Antiguos; actividades.
talleres para adultos revisando estrategias de Por otra parte, se iniciarán proyectos para ado-
interpretación arqueológica (2008); lescentes en la escuela polimodal, apoyando ini-
talleres para niños simulando una excavación ciativas de los docentes. De esta manera se dará
arqueológica (2008). En ellos se enfatizó la impor- respuesta a la necesidad de fortalecer el interés por
tancia de recuperar los restos materiales en con- el pasado y el entorno natural entre los alumnos,
texto, al mismo tiempo que se discutió acerca de la que fuera planteado oportunamente por el director
información que se pierde al remover o destruir la del establecimiento polimodal y los profesores de
evidencia arqueológica. historia, economía y biología. Justamente, un pro-
Las acciones previstas para las próximas cam- blema que enfrentan es la escasez de materiales
pañas incluyen nuevas tandas de entrevistas utili- didácticos que presenten información pertinente a
zando cuestionarios modificados con el objetivo de la región cercana a Los Antiguos en los programas
superar las limitaciones impuestas por el anterior. curriculares oficiales.

CANALES FORMALES: LA ESCUELA SECUNDARIA

En la Argentina las cinco compañías principales Cada proceso de revisión de contenidos es li-
que editan manuales de texto de ciencias sociales derado por un coordinador de área quien, a su vez,
e historia del nivel medio son: Kapelusz, Estrada, elige a su equipo de colaboradores (Figuerero To-
A-Z, Aike y Santillana. El proceso de redacción de rres y Horwitz 2007). En el caso de los temas de pre-
nuevas ediciones implica revisar los contenidos, los historia, los manuales incluyen pocas páginas que
énfasis temáticos, y hasta los diseños de los ma- tratan brevemente a los Incas, Aztecas, y Culturas
nuales. Generalmente la publicación de ediciones Agroalfareras del NOA. Y no solamente son esca-
revisadas responde a los cambios curriculares defi- sos y cortos los temas de prehistoria, sino que se
nidos por los ministerios de educación provinciales, empobrece su tratamiento aún más cuando dichas
especialmente los introducidos por la provincia de secciones son investigadas, resumidas y redacta-
Buenos Aires. das por historiadores. En efecto, los arqueólogos

1040
El conocimiento acerca de su pasado y los deseos por conocer más: la interacción con pobladores de Los Antiguos (Santa Cruz)

raramente participan en el desarrollo de los temas Habitualmente, los docentes utilizan en clase
de prehistoria de los manuales de texto oficiales, lo los manuales de texto nacionales, es decir aquellos
que significa una menor oportunidad que se inclu- que carecen de información regional. Por su parte,
yan conocimientos de primera mano y novedosos los estudiantes sostienen que sus profesores rara
en los manuales (Figuerero Torres y Horwitz 2007). vez investigan e incluyen temas relativos al pasa-
Tampoco abunda la oportunidad de integrar al do local o actividades tendientes a valorar el pa-
trabajo en clase algún material didáctico especial trimonio cultural local. Esto ocurre a pesar de que
que trate el pasado y ambiente del NO de la pro- la biblioteca popular y municipal dispone de libros
vincia de Santa Cruz porque pocos docentes tienen que tratan temas de ciencias naturales, sociales y
conocimiento al respecto. En efecto, la generalidad humanísticas de la provincia de Santa Cruz.
de los profesores que trabajan en el colegio secun- De modo que los manuales oficiales que sirven
dario de Los Antiguos viene de otras provincias como base del trabajo en clase de la enseñanza de
o de otros sectores de Santa Cruz; y muchos pla- nivel medio no mencionan el pasado remoto par-
nifican quedarse en Los Antiguos por unos años y ticular del área ni de la Patagonia en general. Este
luego volver a sus lugares de origen. Esta situación marco permite entender la razón por la cual un
deviene en una escasa inversión de energía y com- porcentaje sustancial de los entrevistados conoce
promiso con la localidad, que se relaciona también poco acerca de cómo vivían los grupos pasados en
con los lazos débiles que se tejen con la comunidad la región.
(M.L. Lazo comunicación personal 2008).

CANALES INFORMALES: LA BIBLIOTECA

En relación a los espacios de lectura y consulta, tratan -con mayor o menor especificidad- temas
la población de Los Antiguos cuenta con la biblio- centrados en la zona:
teca popular y municipal “Napoleón Fernández”. El tres ejemplares de una obra general publicada
universo de usuarios comprende niños, adolescen- en el año 2000 trata exclusivamente la provincia de
tes, adultos jóvenes, provenientes en general de la Santa Cruz: El gran libro de la provincia de Santa
población estudiantil de Los Antiguos, y algunos tu- Cruz de Milenia Ediciones/Alfa Centro Literario.
ristas. Según las respuestas de las bibliotecarias, los Despliega una gran variedad de temas de ciencias
libros que se consultan incluyen leyendas y cuentos naturales, humanísticas, y sociales; los temas ar-
de Tehuelches, historia de la Patagonia y de la Ar- queológicos fueron escritos por investigadores de
gentina, manuales escolares y enciclopedias. primera línea y expertos en la región;
La biblioteca incluye los siguientes libros que un ejemplar de la Summa Patagónica de Raúl

Horwitz 1041
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Bulgheroni. Allí hay dos capítulos que describen et- que corresponden al área de historia se agrupan en
nografías de los Tehuelche y los Selk´nam, ambos los primeros y últimos meses del año lectivo:
escritos por investigadores de primer nivel; Sin datos más precisos que permitan interpre-
un ejemplar de la enciclopedia Patagonia Edu- tar los patrones de uso de libros depositados en la
cativa, también editada por Alfa Centro Literario/ biblioteca, sugerimos que los picos de consultas en
Milenio Ediciones, que incluye temas de (i) biología marzo, noviembre y diciembre coinciden con las
y ecología; (ii) paleontología; (iii) culturas indíge- fechas de exámenes de alumnos reprobados. De
nas; y (iv) una historia contemporánea; la misma manera, entendemos que el número de
un ejemplar de dos tomos de las actas de las consultas del resto del año respondería a la lectura
Jornadas de la Patagonia que tuvieron lugar en Río sobre temas tratados en clase. En este último sen-
Gallegos; tido, el pico de consultas en abril y mayo coincide -a
3 enciclopedias de Historia Argentina General; grandes rasgos- con la época en que habitualmen-
libros de historia de la Patagonia. te se tratan temas del pasado remoto. Visto desde
En relación a la asiduidad de consulta, las esta- una perspectiva de la estadística, se registró un to-
dísticas no especifican la cantidad por cada libro, tal de 117 consultas de libros de temas de historia a
sino que mantienen un registro general por área te- lo largo de todo un año 2007. Esta frecuencia, divi-
mática. La figura 1 refleja los datos correspondien- dida por la cantidad de habitantes de la localidad,
tes al año 2007, muestra que las consultas de libros se traduce en 0,03 consultas per capita por año.

CONOCIMIENTO DE LA ETNOGRAFÍA Y ARQUEOLOGÍA LOCAL

Las respuestas registradas durante las entrevis- lógicos cercanos;


tas indican que: 40% de los entrevistados tuvo dificultades
un 43% de los entrevistados no conocía leyen- para explicar el propósito de los estudios que rea-
da alguna; lizan los arqueólogos;
los bibliotecarios afirmaron que se consultan 100% de la muestra afirmó que conocer el pa-
libros de leyendas y cuentos Tehuelches, pero los sado era importante, pero el porcentaje se desplo-
residentes entrevistados contradicen esto; mó cuando tuvieron que explicar las razones;
en general, la población no mencionó específi- de manera similar, casi el 100% de los entre-
camente las leyendas Tehuelches (ver por ejemplo vistados expresó el deseo de crear un museo local,
Echeverría Baleta 2006) sino otras tales como La pero un número ínfimo conocía las funciones de un
Luz Mala, La LLorona, El Caleuche o el barco fan- museo, o cómo se organizaría y administraría tal
tasma; tipo de institución.
80% de los consultados conocía sitios arqueo-

DISCUSIÓN

El período de ocupación más reciente de Los procedencia, las entrevistas realizadas sugirieron
Antiguos se inició durante los primeros años del que un porcentaje importante de la población de-
siglo XX. Ubicada a orillas del Lago Buenos Aires, muestra poco conocimiento de la historia local, y
tuvo un crecimiento lento y sostenido en un en- disminuida valoración del patrimonio cultural.
torno ambiental que ofrecía condiciones menos A pesar de que aumentó la cantidad de residen-
rigurosas que la meseta patagónica cercana. Tam- tes sin el sentido de identidad forjado durante la
bién influyó su posición estratégica sobre el límite primera mitad del siglo XX, no se iniciaron acciones
internacional, a pocos kilómetros de la localidad de que mitiguen esta situación, por ejemplo a través
Chile Chico. de iniciativas que refuercen el sentido de pertenen-
A lo largo de los últimos 20 años la población cia comunitaria. Un ejemplo de esto es que en la
asentada en Los Antiguos pasó de unos pocos cien- escuela se discute poco el pasado local, y la fuen-
tos a la cifra actual de casi 4000 pobladores. Si bien te habitual para leyendas, historia, y prehistoria se
quedaría por estudiar la dimensión e impacto de circunscribe a las ruedas informales de amigos y
la llegada de tamaña cantidad de personas desde familia y, en alguna medida, a los clubes y ballets
distintos puntos del país, cada familia trayendo sus folclóricos. No se aprovecha la biblioteca adecua-
creencias, historias e identidad atada al lugar de damente, a pesar de que abre sus puertas durante

1042
El conocimiento acerca de su pasado y los deseos por conocer más: la interacción con pobladores de Los Antiguos (Santa Cruz)

diez horas diarias; escaso interés por conocer el pa- miento de la arqueología local, lo que podría expli-
sado local se interpreta a partir de las estadísticas carse por su escaso contacto con arqueólogos. Los
de consulta libros en la biblioteca. Sin embargo, Antiguos no tuvo la experiencia de otras localida-
no se descarta la posibilidad de que exista un inter- des de Patagonia que se acostumbraron a la inte-
cambio de persona a persona de libros de historia, racción periódica de arqueólogos que se encontra-
prehistoria, y patrimonio cultural. ban estudiando sitios cercanos a la localidad. En el
Visto desde el punto de interés de los arqueó- caso de Los Antiguos, las acciones de transferencia
logos por conocer las actitudes de los pobladores por parte de arqueólogos comenzaron recién hace
de Los Antiguos, se registró escaso conocimiento tres años, y seguramente se requerirá la continui-
del pasado y, eso puede explicar en parte, la escasa dad de distinto tipo de actividades para involucrar
valoración y protección del patrimonio cultural, in- a la población en la apreciación del pasado y en la
cluso a pesar de que retóricamente reivindiquen su protección del patrimonio.
importancia. La población demostró poco conoci-

PERSPECTIVAS

A la luz de esta situación resulta necesario y ur- a la comunidad en la valoración y conservación del
gente llevar a cabo acciones que tiendan a: patrimonio cultural.
incorporar el conocimiento científico del pasa- Estas metas han sido abordadas por nuestro
do a los temas desarrollados en la enseñanza for- grupo de investigación en el marco del proyecto
mal; que en los últimos años ha sido financiado por la
difundir los mismos entre la población en ge- Universidad de Buenos Aires, y que a partir de este
neral; año también será financiado por la Agencia Nacio-
promover acciones tendientes a comprometer nal de Promoción Científica y Técnica3.

AGRADECIMIENTOS
Angel Seguel ofreció ayuda invalorable con las encuestas; Juana Amado y María Soledad Herrera or-
ganizaron la producción de los talleres; y Marina Basalo fue la propulsora del cuadernillo Huellas de Los
Antiguos: Etnografía y Arqueología del NO de Santa Cruz.
UBACyT F039 (2004-2007) Ocupación del paisaje por cazadores-recolectores en el borde cordillerano
del noroeste de Santa Cruz, Argentina: persistencia en el uso de localidades, dirigido por el Dr. Guillermo
L. Mengoni Goñalons financió las actividades aquí presentadas.

NOTAS
1 Este trabajo forma parte de las actividades de vinculación de un proyecto de investigación arqueoló-
gica en curso desde hace años. El objetivo principal del proyecto general es estudiar la dinámica e historia
de la ocupación humana del extremo oeste de la Patagonia Centro-Meridional de la Argentina –en parti-
cular el sector NO de la provincia de Santa Cruz. Se evalúa la falta de continuidad espacial y temporal en
la ocupación de este espacio durante el Holoceno. Como segundo objetivo, el proyecto marco propone
evaluar la concepción comunitaria del pasado en ámbitos formales, para identificar los medios que luego
permitan transferir el conocimiento científico a la comunidad.
2 y 3 a) UBACyT F039 (2004-2007) Ocupación del paisaje por cazadores-recolectores en el borde cor-
dillerano del noroeste de Santa Cruz, Argentina: persistencia en el uso de localidades, dirigido por el Dr.
Guillermo L. Mengoni Goñalons.
b) ANPCyT PICT 2006-00668 (2008-2011) Arqueología de lugares persistentes: la ocupación del área
de Paso Roballos y Monte Zeballos-Los Antiguos (Santa Cruz), dirigido por el Dr. Guillermo L. Mengoni
Goñalons.
c) UBACYT F061 (2008-2010) Lugares persistentes y vacios ocupacionales: arqueología de Paso Roba-
llos y Monte Zeballos-Los Antiguos (Santa Cruz), dirigido por el Dr. Guillermo L. Mengoni Goñalons.

Horwitz 1043
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

BIBLIOGRAFÍA
Albornoz, M.; L. Vaccarezza; C. Polino; y M. E. Fazio
2004 Los argentinos y su visión de la ciencia y la
tecnología. Primera encuesta nacional de percepción
pública de la ciencia. Secretaría de Ciencia y
Tecnología e Innovación Productiva.
Barbería, E. M
1995 Los Dueños de la Tierra en la Patagonia Austral,
1880-1920. Río Gallegos, Universidad Nacional de la
Patagonia Austral.
Del Casino, V.J. y S.P. Hanna
2000 Representations and identities in tourism map
spaces. Progress in Human Geography 24 (1):23-46.
Delrio, W. M.
2005 Memorias de la expropiación. Sometimiento e
incorporación indígena en la Patagonia. 1872-1943.
Quilmes, Universidad Nacional de Quilmes Editorial.
Echeverría Baleta, M. (editor)
2006 Vida y Leyendas Tehuelches. Leyendas
Mitológicas. Río Gallegos. Cuarta Edición.
Figuerero Torres M. J. y V. D. Horwitz
2007 La comunicación pública del conocimiento
arqueológico: vínculos entre los centros académicos
y de enseñanza pre-universitaria. Trabajo presentado
en Primer Congreso Argentino de Estudios Sociales
de la Ciencia y la Tecnología, UNQ, 5 y 6 de julio de
2007. Ms.
Figuerero Torres, M. J., P. V. Chavez y D. Falcomer
2008 Huellas de Los Antiguos: Etnografía y Arqueología
del NO de Santa Cruz. Municipalidad de Los Antiguos,
Secretaría de Turismo.
Natter, W. y J. P. Jones
1997 Identity, space, and other uncertainties. En
Space and Social Theory: Interpreting Modernity and
Postmodernit editado por G. Benko y Ulf Strohmayer,
pp. 143-161. Blackwell, Oxford, UK y Cambridge,
USA.
UNESCO
“Convención para la Salvaguardia del Patrimonio
Inmaterial”,Paris, 17 de octubre 2003. http://www.
unesco.org/cultura/ich/index.php?pg-00006.(1 julio
2008).
UNESCO
“¿Qué es el patrimonio cultural inmaterial?”
2008 http://www.unesco.org/cultura/ich/index.
php?pg-00002.(1 julio 2008).

1044
Búsqueda de patrones en el emplazamiento
de enterratorios humanos en el Macizo
Central del Deseado. Aplicación de análisis de
visibilidad (SIG)
Lucía A. Magnin1

A B S T R A C T

During the fieldwork performed in 2008 ten funerary structures (chenques) were registered in the
northern sector of Santa Cruz Central Massif, Argentina and were added to the twelve previously
known. This new evidence motivated a research oriented to the detection and description of
location patterns. In this paper, aspects particularly related to visibility from chenques were
considered. This goal was accomplished by the use of GIS (geographic information systems) and
statistic analysis. The main observed patterns are: 1) funerary structures are located in landscape
points that offer viewsheds which are relatively wide; 2) the high terrains in estancias (ranches)
La Lotita, La Virginia, La Primavera, Bajo Grande and Ingeniero Muerto at Las Mercedes locality
can be simultaneously seen from the funerary structures; and 3) there is an intervisibility pattern
between the funerary structures which has not been observed during previous fieldwork. These
patterns obtained are only preliminary results which will be further studied in future research.

INTRODUCCIÓN

Esta investigación se desarrolla en el marco (superficie de terreno visible) desde el punto de


del proyecto “Paisajes arqueológicos de cazado- emplazamiento de estos chenques. El motivo para
res-recolectores en los Macizos del Deseado y realizar este análisis del paisaje visible es que este
Somuncurá”1 y es parte del trabajo de Tesis doctoral aspecto ha sido mencionado en registros etnográfi-
en preparación “Distribuciones arqueológicas en la cos y en estudios arqueológicos previos como algo
Meseta Central de Santa Cruz. Implicancias para los importante y tomado en cuenta para la elección
estudios de uso del espacio y movilidad de socieda- de lugares de inhumación de los difuntos (ver citas
des cazadoras recolectoras” (Magnin 2004). más adelante). Por lo tanto en este trabajo subyace
En los últimos trabajos de campo en Enero y el supuesto de que el aspecto estructural del espa-
Febrero 2008 se detectaron y se tomaron posicio- cio visual (Llobera 2003) puede considerarse un po-
nes satelitales de diez estructuras de piedra que tencial factor en la elección de su emplazamiento.
fueron interpretadas como enterratorios humanos La pregunta concretamente es si pueden iden-
o “chenques”. Los mismos se suman a otros doce tificarse patrones de visibilidad desde el lugar de
previamente conocidos en el sector norte del Maci- emplazamiento de los chenques. Esta investigación
zo Central de Santa Cruz (Figura 1). es de interés para el abordaje de las costumbres
La ampliación de los datos existentes motivó mortuorias, creencias y estructuración del paisaje
una investigación orientada hacia el hallazgo y des- en relación con las distintas actividades sociales
cripción de posibles patrones en su localización. Al realizadas por cazadores recolectores móviles que
respecto, en este trabajo se presenta una primera ocuparon este espacio hacia el Holoceno tardío
aproximación en la cual se exploraron particular- (Goñi y Barrientos 2000; Miotti 2006).
mente aspectos relacionados con la visibilidad Otro punto de interés de este trabajo es la apli-

1 CONICET. División Arqueología de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de La Plata. UNLP.

Magnin 1045
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Área de estudio.

cación de SIG como técnica de análisis para con- emplazamiento en lugares de amplias panorámi-
trastar las ideas existentes (ver objetivos 1 y 2 más cas desde chenques mediante el cálculo de cuencas
abajo) y otras nuevas (objetivos 3 y 4) generadas visuales; 2) analizar la propuesta visibilidad directa
a partir de los resultados previos. Su importancia entre los chenques y el Cerro Madre e Hija median-
radica en que permiten analizar las áreas visibles, te un análisis de líneas de visión; 3) identificar los
detectar patrones espaciales así como aplicarles rasgos más visibles desde los chenques mediante el
pruebas de significación estadística susceptibles de cálculo de cuencas visuales acumulativas y 4) ana-
ser repetidas en el futuro (Lake et al. 1998). lizar posibles relaciones de intervisibilidad entre
Los objetivos son: 1) contrastar la hipótesis de chenques.

PATRONES DE EMPLAZAMIENTO INVESTIGADOS

Los “chenques” han sido descriptos como (1934) también indica su localización en valles y en
amontonamientos de piedras que recubren el o los antiguas vaguadas, este autor no hace referencia a
cuerpos humanos depositados directamente sobre la amplitud visual desde ellos. En base a estos da-
el suelo (Canals Frau 1959). Por lo general están tos se propone que el paisaje visual (Llobera 2003)
ubicados en la cima de pequeñas elevaciones del observado por las personas desde el punto elegido
terreno o sobre bordes de mesetas, aunque tam- para localización de entierros pudo haber sido un
bién se ha mencionado su disposición en fondos de factor importante en la elección de estos lugares.
cuenca (Goñi y Barrientos 2000, 2004). A pesar de Entonces la hipótesis de partida es que los chen-
esta variedad de emplazamientos sobre distintas ques están emplazados en puntos de amplias cuen-
geoformas, un factor recurrente en la elección de cas visuales.
su localización por los grupos cazadores recolec- Por otro lado, se testea aquí otra idea respecto
tores aonikenk parece haber sido la dominancia de a la visibilidad desde los enterratorios propuesta en
panorámicas amplias (ver por ej. Vignati 1934; Ca- base a observaciones de campo por un miembro del
nals Frau 1959; Martinić 1995; Musters 1997; Goñi equipo (Laura Miotti comunicación personal). Se
y Barrientos 2000, 2004). A pesar de que Vignati trata de la existencia de líneas de visión ininterrum-

1046
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)

pidas desde los entierros hasta un rasgo topográfi- en una ladera (Miotti 2006) permiten incluir al cerro
co destacado en el sector Este del área de estudio: dentro de la esfera de lo funerario.
el Cerro Horqueta o Madre e Hija. Estas recurren- Por último, a partir de los resultados obtenidos
cias pueden estar indicando la elección de lugares surgen nuevos análisis exploratorios de los datos:
con una vista privilegiada de este rasgo. Además, la se identifica cuáles son los rasgos o sectores del
existencia de un entierro secundario en la cima de paisaje más visibles desde los chenques y se deter-
este rasgo a 155 m de desnivel desde el pie del ce- minan las relaciones de intervisibilidad entre estas
rro, sumado a otro enterratorio en cista localizado estructuras.

METODOLOGÍA Y RESULTADOS

Los datos truidas por aborígenes así como también se regis-


Como se dijo previamente, los chenques se defi- traron casos de reciclado de los mismos para otras
nen como apilamientos de piedras con función fu- funciones como la de mojones o señales.
neraria. Dado que los mismos no fueron abiertos en c) Por otro lado, se diferenciaron los chenques
los trabajos de campo, y que en el área de estudio de otras construcciones aborígenes (como para-
existen otras estructuras de piedra con distinta fun- petos de caza y bases para toldos) por su forma y
ción relacionados con la vida rural actual como mo- contexto de emplazamiento. De hecho, si la estruc-
jones o señales, corrales de piedra y soportes para tura funeraria no ha sido abierta presenta forma de
postes de alambrados, se presentan a continuación montículo (Figura 3) y no hay mayores problemas
los criterios empleados para su identificación y di- de identificación. Si por el contrario la estructura
ferenciación: fue abierta, es necesario tener otros recaudos para
a) El primer criterio para identificar a una estruc- no confundirla con estructuras como parapetos,
tura como aborigen fue la presencia de materiales que suelen tener dimensiones similares y disposi-
arqueológicos asociados. Se han hallado artefac- ción semicircular.
tos líticos tallados muy cerca de las estructuras e Aplicando estos criterios se definieron un to-
incluso visibles debajo de las rocas que forman el tal de 22 estructuras. 17 de ellas fueron medidas
chenque (Figura 2). y presentan un promedio de 235 cm de largo, 169
b) Además se consideró la presencia de líque- cm de ancho y 61 cm de alto (Tabla 1 y Figura 4).
nes cubriendo en forma completa y homogénea Entre ellos sólo uno presenta fechado radiocarbó-
la superficie exterior de las rocas. De este modo se nico: el chenque “El Sargento” localizado a 2,3 km
diferenciaron de estructuras de uso actual no cons- de la localidad arqueológica de Piedra Museo. Este

Figura 2. Artefacto lítico asociado espacialmente con un chenque.

Magnin 1047
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 3. Chenque “Tito del Valle” emplazado en la Estancia Bajo Grande (Identificado con el Nº 8 en este trabajo).

entierro fue hallado abierto y a pesar de presentar- rios aquí estudiados pertenecen al Holoceno tardío
se meteorizados, los restos humanos en su interior y, debido a que se buscan patrones comunes a to-
pudieron fecharse en 727 ± 48 14C AP (Miotti 2006). dos ellos, se los considera contemporáneos.
Para el análisis se presume que todos los enterrato- Cada enterratorio fue posicionado mediante

Número identificador
Localidad arqueológica alto (cm) ancho (cm) largo (cm)
del chenque
1 La Primavera 60 160 170
2 La Primavera 110 130 150
3 La Primavera 67 210 300
4 Las Mercedes 50 200 240
5 La Lotita 55 135 260
6 La Lotita 56 130 200
7 MNBP 40 50 70
8 La Primavera 50 140 150
9 Aguada del Cuero s/d 160 300
10 Gobernador Moyano 80 210 250
12 Gobernador Moyano 70 230 300
13 La Primavera 85 140 160
15 MNBP 80 300 300
20 La Primavera 40 240 330
22 La Primavera 40 100 200
17 La Primavera 30 160 430
19 La Lotita 65 175 190
Promedio 61 169 235

Tabla 1. Medidas y promedio en cm de las estructuras identificadas como chenques (s/d: sin dato).

1048
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)

navegador GPS no diferencial con una precisión de


entre 4 y 6 m. A partir de estos datos se generó un
mapa, un archivo vectorial en el cual cada chenque
fue representado mediante un punto. Este archivo
fue superpuesto a un modelo digital de terreno (en
adelante MDT) generado a partir de una imagen del
USGS (SRTM) con resolución espacial de 3 arcos de
segundo. Ésta es una imagen de radar constituida
por 2557 filas y 2407 columnas de celdas de 90 x 90
metros que cubren toda el área de estudio (descar-
gada de http://www.usgs.gov/). Cada una de estas
celdas presenta un valor de altura del terreno que
Figura 4. Medidas promedio para los chenques en en el sector estudiado varía entre 31 m y 1247 m.
estudio (en cm). Usando estos datos y mediante los análisis de
visibilidad descriptos más abajo fue posible abor-
dar las preguntas planteadas.

ANTECEDENTES METODOLÓGICOS Y ENFOQUE TEÓRICO

Dado que cada estructura cuenta con georrefe- dimensión visual del paisaje, en el caso específico
rencia, mediante la implementación de SIG y esta- de la localización de enterratorios, ha sido estudia-
dística aplicada a un modelo digital del terreno es da para abordar al registro arqueológico desde las
posible realizar una descripción de los patrones vi- esferas percepción y el simbolismo mediante apli-
suales relacionados con ellas. Como antecedentes cación de SIG. Ambos temas son discutidos breve-
de aplicación de estas técnicas pueden mencionar- mente a continuación.
se numerosos trabajos que en la última década se En cuanto a la percepción humana del entorno,
han desarrollado desde el campo de los SIG. Por su estudio ha recibido un impulso en los últimos
ejemplo, específicamente en relación con contex- años con la implementación de los SIG. Sin embar-
tos funerarios, a continuación se comentan breve- go, los análisis estándar que están al alcance de los
mente tres trabajos que analizan relaciones de visi- arqueólogos como rutinas fácilmente aplicables
bilidad entre monumentos funerarios y su entorno. a partir de paquetes de software convencionales
Entre ellos, en el de Wheatley (1995) se estudia la están dando paso a otras herramientas analíticas
visibilidad e intervisibilidad de cerca de 30 montí- innovadoras que tienen en cuenta no sólo un es-
culos funerarios en los alrededores de Stonehenge, pacio estático bidimensional sino su estructura en
al sur de Inglaterra, que datan del comienzo del relación a un sujeto móvil (Llobera 2003) e incluso
Neolítico. En el mismo se concluye que estos mon- permiten reconstrucciones desde un actor indivi-
tículos se emplazan en lugares de visibilidad promi- dual mediante realidad virtual (ver Winterbottom y
nente y en posiciones que favorecen la visibilidad Long 2006). Sin embargo, más allá de la evolución
de otros montículos más antiguos. En otro trabajo de estas herramientas analíticas y su disponibilidad
Woodman (2000) demuestra que los monumentos creciente para aplicaciones en arqueología, existen
de la edad del bronce en Mull, Escocia también han cuestiones teóricas importantes de ser discutidas:
sido localizados en función de determinada propie- ¿hasta qué punto los estudios de visibilidad dicen
dad visual de su localización en el paisaje (con vis- algo acerca de la percepción? (Mlekuz 2006; Win-
tas amplias y hacia el mar). Por último, en el trabajo terbottom y Long 2006). Por un lado, la percepción
desarrollado en el suroeste de España por García del espacio no se da sólo mediante el sentido de la
Sanjuán et al. (2006), se analizan los monumentos visión, sino que existen otras formas de percepción
megalíticos y asentamientos de la Sierra Morena que también pueden modelarse, como la sono-
occidental (que datan del Neolítico y la Edad del ra (Mlekuz 2006). Pero más allá de la percepción
Cobre) con el objetivo de dilucidar si existe una “es- como “recepción de información” (Lake y Wood-
trategia consciente de creación de un paisaje visual man 2003:694), también puede hacer referencia a
que pueda explicar una parte de la variabilidad de la percepción humana del espacio como resultado
la distribución espacial de estos sitios” (García San- de una relación sujeto-entorno en la cual los fac-
juán et al. 2006:183). tores físicos humanos que afectan al sujeto sobre
Los trabajos citados son ejemplos de cómo la su campo visual (como restricciones mecánicas del

Magnin 1049
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

cuerpo), mientras que factores cognitivos, como ción se presentan las preguntas, procedimientos
las preconcepciones culturales dirigen la atención seguidos y patrones obtenidos.
a una parte del total de los estímulos medioam- 1. ¿Se emplazan los chenques realmente en lu-
bientales (Lake y Woodman 2003). Es decir que la gares de amplias panorámicas o por el contrario,
percepción del espacio está pautada culturalmente cualquier punto de este paisaje en general presenta
(Wheatley 1993), y es un acto individual (Mlekuz esta característica?
2006). Por lo tanto consideramos que los estudios El análisis de cuencas visuales permitió cuan-
de visibilidad del tipo aquí presentado permiten tificar el número de celdas “visibles” desde cada
definir restricciones medioambientales sobre las celda del modelo digital de terreno donde se halla
vistas, es decir que definen los límites de la percep- localizado un chenque. El total de celdas visibles
ción posible, sin abordar la subjetividad de un actor constituye su “cuenca visual” (Wheatley y Gillings
individual. 2002:202). Las cuencas visuales amplias definen
Presentadas estas limitaciones, el principal una vista panorámica desde el punto de observa-
beneficio que la arqueología puede obtener de la ción. Por el contrario, cuencas visuales estrechas
aplicación de estos análisis mediante SIG a pro- están formadas por pocas celdas, ya que represen-
blemas relacionados con la visibilidad se relaciona tan un área visible menor. Para poder definir si las
con la posibilidad de dar un marco científico formal cuencas visuales obtenidas desde los chenques son
a estos estudios. Como señalan Lake y Woodman amplias o estrechas, se compararon estadística-
(2003), aunque los ejemplos tempranos de análisis mente con un número de cuencas visuales genera-
de visibilidad mediante aplicación de SIG eran muy das desde localizaciones sin chenques.
similares a los estudios informales previos que uti- Existe un número de decisiones técnicas que
lizan interpretaciones del sentido común más que debieron tomarse para realizar este análisis y se
una estrategia de inferencia específica, existe una detallan a continuación: a) La altura del observador
tendencia creciente en formalizar el análisis para fue establecida en 1,76 m. Este parámetro debería
medir y testear las características visuales del espa- correlacionarse con la altura promedio de la po-
cio. Por ejemplo en el trabajo de Wheatley (1993) se blación, por lo que se estableció en base a las al-
aplica el testeo de hipótesis para abordar la percep- turas mencionadas por Imbelloni (1949 en Gradín
ción, estableciendo un importante antecedente en y Aguerre 1992:99) correspondientes a tehuelches
trabajos posteriores (Lake y Woodman 2003). meridionales. b) Se estableció un radio de distan-
Además pueden citarse numerosos trabajos que cia máximo para cada cálculo de visibilidad desde
presentan interés en lograr un mayor rigor estadís- el punto de observación. Esto permite eliminar
tico en las inferencias, desarrollando análisis cuanti- los problemas relacionados con el “efecto borde”
tativos con aplicación de métodos estadísticos que (Wheatley y Gillings 2002:209), es decir, que las
no están completamente incluidos en los paquetes cuencas visuales se vean reducidas por estar dema-
de software y por lo tanto demandan considerable siado cerca del borde del mapa de base o MDT. c)
inversión de tiempo y requerimientos a los equipos Debido a que las condiciones atmosféricas de vi-
de computación (Por ejemplo ver Fisher et al. 1997; sibilidad pueden afectar la cuenca visual obtenida
Lake et al. 1998; Llobera 2003). desde un punto, en este trabajo se realizaron dos
En cuanto a la posibilidad o no de abordar el sim- experiencias, una con un radio máximo de visión de
bolismo desde el registro arqueológico, más que de 10 km para condiciones de visibilidad disminuidas
la herramienta utilizada esto depende del paradig- y otro con un radio de 20 km para condiciones de
ma teórico dentro del cual se desarrolle la investi- visibilidad buena. Esta elección de los radios fue
gación. La posibilidad de interpretar o explicar lo realizada en base a la definición de visibilidad de la
que es visible desde determinadas localizaciones Organización Meteorológica Mundial (1992) usa-
en términos de su simbolismo o funcionalidad es- da por el Servicio Meteorológico Nacional (http://
tará en función de preguntas formuladas desde un www.smn.gov.ar). Se define como visibilidad “bue-
marco teórico u otro. Siguiendo a Lake y Woodman na” una que permite ver a más de 10 km, por ejem-
(2003), los análisis de visibilidad se han realizado en plo en regiones donde el aire está libre de polvo y
arqueología tanto desde el marco procesual como humedad la visibilidad puede llegar a ser de varias
procesual-cognitivo. decenas de km. d) Por último, para este cálculo se
En el presente trabajo se encontró útil la aplica- tuvo en cuenta la reducción en la visibilidad de ob-
ción de SIG para manejar la información visual den- jetos distantes establecida por acción de la curva-
tro de un marco formal de contrastación de hipó- tura de la tierra. Este efecto equivale aproximada-
tesis y exploración de datos con apoyo de pruebas mente a una disminución de 7,86 m en la superficie
estadísticas en la definición de patrones de visibili- terrestre por cada 10 km de distancia al punto de
dad relacionados con los enterratorios. A continua- vista (Conolly y Lake 2006).

1050
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)

Figura 5 a, b y c. Compa-
ración entre las cuencas
visuales de chenques y
puntos aleatorios calculadas
en un radio de 10 y 20 km
alrededor de los mismos
(expresadas como propor-
ción del máximo posible).

Como resultado se obtuvieron 22 cuencas vi- do, donde se seleccionaron dos puntos.
suales. Cada una de ellas fue calculada para un Finalmente, las cuencas visuales para los 22
chenque individual y es una imagen raster binaria puntos aleatorios y las 22 localizaciones de chen-
cuyas celdas presentan valores 1 y 0 según sean ques se presentan en la tabla 2 y la figuras 5 a, b y c.
visibles o invisibles desde el punto de observación. Estos valores fueron comparados mediante un test
El total de estas cuencas visuales calculadas cons- de Kolmogorov-Smirnov para muestras apareadas
tituye una distribución que se comparó con una de (Tabla 3). Los resultados indican que la distribución
igual tamaño (n=22) calculada a partir de puntos de cuencas visuales calculadas desde chenques es
de observación no coincidentes con chenques para significativamente diferente y mayor que una dis-
poder evaluar su significación estadística. Estos tribución aleatoria en cuanto a la amplitud de pa-
puntos fueron elegidos aleatoriamente dentro de norámicas, tanto para 10 km como para 20 km de
un conjunto de 212 registros de GPS localizados radio.
en puntos del paisaje donde no existe evidencia 2. ¿Existen patrones visuales entre los enterra-
arqueológica en superficie (puntos de evidencia torios y ciertos hitos prominentes del paisaje como
negativa). La selección se realizó estratificando el es el caso del Cerro Madre e Hija en el Monumento
paisaje en tres unidades que presentan similar to- Natural Bosque Petrificado?
pografía. Dentro de cada una de ellas se seleccionó Un análisis de líneas de visión permitió saber en
un número de puntos de evidencia negativa igual al qué casos es posible trazar una línea ininterrum-
de chenques existentes en ese sector. Este proce- pida entre un punto de observación (chenque) y el
dimiento permitió garantizar que las propiedades Cerro Madre e Hija, que por su prominencia es un
diferenciales del paisaje en los estratos definidos importante hito en este paisaje (Miotti et al. 1999).
no afecten el tamaño de las cuencas visuales cal- Este análisis fue realizado en un primer momento
culadas. El primer estrato definido corresponde usando como mapa de base el MDT, pero se regis-
al terreno más quebrado al sector oeste donde se traron inconsistencias entre las observaciones de
localizan las nacientes y el tramo medio de los prin- campo y los resultados obtenidos mediante el aná-
cipales afluentes temporarios que drenan el área. lisis. Concretamente, en tres casos en los que en el
Este sector comprende entre las principales locali- campo se registró que no existía una línea visual
dades arqueológicas a: La Primavera, Bajo Grande, directa entre chenque y el cerro, el análisis dio un
Aguada del Cuero y Gobernador Moyano. Dentro resultado opuesto. Por lo tanto se realizó el análi-
de él se seleccionaron aleatoriamente 19 puntos. sis nuevamente usando como modelo altitudinal
Por otro lado, hacia el este, donde se ubica la de base un TIN (del inglés triangulated irregular
desembocadura de los zanjones y las principales la- network) que es un MDT vectorial que representa
gunas temporarias, el segundo estrato comprende el terreno por medio de triángulos. Este tipo de
la localidad de Piedra Museo, donde se seleccionó modelo reduce los errores en cálculos de visibilidad
un único punto y el tercer estrato corresponde con ya que representa de forma más exacta las crestas
la localidad Monumento Natural Bosque Petrifica- y cimas de las elevaciones que pueden obstruir las

Magnin 1051
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Nº de celdas visibles desde

Número identi-
chenques puntos aleatorios chenques puntos aleatorios
ficador de cada
en un radio de 10 Km en un radio de 10 Km en un radio de 20 Km en un radio de 20 Km
chenque o punto

1 3764 915 5021 915

2 3675 154 4937 154

3 3740 226 5927 237

4 9464 179 23313 232

5 1089 174 8882 174

6 4332 75 5890 75

7 16778 388 52712 495

8 3571 286 4544 493

9 2185 680 3578 870

10 2401 114 4538 114

11 3646 193 7771 193

12 3246 275 5357 275

13 3975 345 4599 345

14 6153 76 9775 76

15 4706 159 5304 159

16 1665 191 2076 191

17 682 239 1831 214

18 4676 106 8801 106

19 4189 272 4929 314

20 5602 1589 17085 1875

21 4268 8578 7157 13083

22 2863 8521 3095 13086

Total 113786 25191 234468 35390

Tabla 2. Cuencas visuales desde cada localización calculadas dentro de un radio de 10 Km y de 20 Km alrededor de
cada una. Cada celda corresponde a 8100 m2.

para n=26 y p<0.05 D obtenido D crítico

Muestras chenques 10 km / puntos aleatorios 10 km 0,818 0


comparadas chenques 20 Km / puntos aleatorios 20 km 0,864 0

Tabla 3. Test de Kolmogorov-Smirnov aplicado a las distribuciones de celdas visibles desde chenques y puntos
aleatorios.

Puntos Aleatorios desde los que se ve el Cerro Madre e


Chenques desde los que se ve el Cerro Madre e Hija
Hija
4 (chenque xilópalo) 8 (La Primavera)
5 (chenque arcos altos 114) 21 (MNBP)
6 (chenque arcos altos 115) 22 (MNBP)
7 (chenque Madre e Hija)
15 (chenque Manantiales)
16 (chenque El Sargento)

Cuadro 1. Líneas de visibilidad hacia el Cerro Madre e Hija.

1052
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)

Figura 6. Chenques con visibilidad del Cerro Madre e Hija.

Figura 7. Puntos aleatorios con visibilidad del Cerro Madre e Hija.

cuencas visuales y líneas de visibilidad (Wheatley y este análisis se volvió a setear la altura del observa-
Gillings 2002). Como resultado se obtuvo una única dor en 1,76 cm y se activó la corrección de curvatura
diferencia con lo registrado en el campo: un caso en de la tierra.
que el análisis SIG arrojó un resultado de no visibi- En total, 6 de 22 chenques presentaron una línea
lidad del cerro, mientras que los registros de cam- de visión directa del Cerro (incluyendo el chenque
po indican que en realidad existe conexión visual. que se encuentra en su cima), contra 3 puntos alea-
Se eligió por lo tanto usar el modelo TIN, dado que torios que presentaron una línea ininterrumpida de
este resulta más seguro que el modelo raster. Para visión del cerro (Cuadro 1, Figuras 6 y 7).

Magnin 1053
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 8 a. Cuenca visual acumulada desde chenques.

3. ¿Es posible identificar otros hitos del paisaje resultado un patrón claro de visibilidad del rasgo
que hayan sido de importancia al momento de ele- topográfico particular analizado, esta idea se ex-
gir el emplazamiento de los enterratorios? tendió para identificar los rasgos del paisaje que
Dado que la experiencia anterior no dio como son altamente visibles desde todos los chenques

Figura 8 b. Uno de los sectores del paisaje resaltado a partir del análisis de cuenca visual acumulada desde chen-
ques. Corresponde con campos de Estancia La Virginia.

1054
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)

Figura 9. Cuenca Visual acumulada desde puntos aleatorios.

simultáneamente. Para ello se realizó un análisis rios están localizados principalmente al oeste del
de cuencas visuales acumulativo. Éste consiste en área de estudio en las alturas de las Estancias La
sumar los valores de las cuencas visuales individua- Lotita, La Virginia, el sector Alta Primavera, el Co.
les, de manera que todas las celdas en las que se di- Ingeniero Muerto de Ea. Las Mercedes y alturas de
vide el paisaje se clasifican según sean vistas desde la Ea. Bajo Grande (Figura 8a y 8b).
0 (cero) o n chenques (el valor máximo teórico para Para analizar la significación estadística de este
las celdas es, entonces 22). Por esto el mapa resul- resultado, el mismo análisis se desarrolló a partir
tante se denomina también “times seen map” que de los puntos aleatorios, dando como resultado
puede considerarse un resumen visual del modo en el mapa raster de la figura 9. Las distribuciones de
que los chenques se relacionan con otros elementos frecuencias resultantes se presentan en la tabla 4 y
del paisaje (Gaffney et al. 1996; Wheatley y Gillings los resultados del test estadístico que indica dife-
2002:208). Como resultado, los puntos del paisaje rencias significativas entre ambas se presentan en
más visibles desde la localización de los enterrato- la tabla 5.

Nº de chenques desde Nº de puntos aleatorios


los que se ve cada Frecuencia de celdas desde los que se ve Frecuencia de celdas
celda cada celda
0 3034272 0 3710368
1 594899 1 21507
2 76765 2 15447
3 24833 3 282
4 6584 4 54
5 4944 5 26
6 2657 6 8
7 1275 7 4
8 593 8 2
9 427 9 1
10 267 - -
11 127 - -
12 53 - -
13 3 - -
Total = 3747699 Total = 3747699
Tabla 4. Datos asociados a las cuencas visuales acumuladas o “times seen map”.

Magnin 1055
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

para n=22 y p<0,05 D obtenido D crítico

Muestras Cuenca visual acumulada (chenques) / Cuenca visual


0,457 0,180
comparadas acumulada (puntos aleatorios)

Tabla 5. Resultado del Test Kolmogorov-Smirnov para comparar ambas cuencas visuales acumuladas.

Figura 10.
Distribución de frecuencias de intervisibilidad.

N
(otros chenques / puntos aleatorios) Frecuencia en chenques Frecuencia en puntos aleatorios
visibles desde cada localización
0 0 6
1 7 11
2 2 5
3 2 0
4 2 0
5 0 0
6 3 0
7 3 0
8 1 0
9 0 0
10 2 0
Total = 26 Total = 26

Tabla 6. Análisis de intervisibilidad. Distribución de frecuencias de otros chenques / puntos aleatorios visibles desde
cada localización.

para n1=16 y n2=9 p<0.05 D obtenido D crítico

Muestras Frecuencia de otros chenques visibles desde cada chenque


comparadas / Frecuencia de puntos aleatorios visibles desde otros puntos 0,455 0,185
aleatorios

Tabla7. Resultado del Test Kolmogorov-Smirnov para el análisis de intervisibilidad

4. ¿Existe intervisibilidad entre chenques? mapa de cuencas visuales acumulado el valor de la


Dado el grado de coincidencia en los sectores celda coincidente con cada chenque, lo que permite
visibles desde todos los chenques a la vez (reveladas saber el número de otros chenques visibles desde
en el punto previo), y dados otros casos arqueoló- su lugar de emplazamiento. Los valores obtenidos
gicos antes mencionados, surgió la pregunta de si indican que hay un patrón de intervisibilidad signi-
en la localización de los entierros pudo haber sido ficativo (Figura 10 y Tablas 6 y 7).
importante la visibilidad de otras estructuras fune-
rarias previas. Para abordarla se desarrolló una úl-
tima prueba de intervisibilidad entre los chenques.
Esto se realizó consultando puntualmente en el

1056
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)

DISCUSIÓN

A continuación se discuten las tendencias esta- momento es necesario tener en cuenta que según
dísticas detectadas en este trabajo. Éstas pueden los resultados del anterior análisis los chenques han
fortalecerse mediante la aplicación de análisis esta- sido localizados en sectores de panorámicas am-
dísticos aún más rigurosos, lo que requerirá de apli- plias, y teniendo en cuenta que este cerro parece
cación de herramientas SIG más potentes (Fisher et ser prominente por sus características topográfi-
al. 1997; Woodman 2000; Lake y Woodman 2003). cas, son necesarios trabajos futuros para diferen-
1) El estudio de cuencas visuales indica que los ciar si hubo intencionalidad humana en el empla-
lugares elegidos para emplazar enterratorios en zamiento de los enterratorios para tener línea de
este sector del Macizo Central de Santa Cruz coin- visión ininterrumpida de este rasgo en oposición
ciden con sectores de panorámicas amplias. Existe con la coincidencia no intencional de líneas de vi-
una diferencia clara en la comparación entre las sión directa con este cerro naturalmente promi-
cuencas visuales obtenidas desde chenques y desde nente. Por ejemplo, como líneas de estudio futuras
los puntos aleatorios, siendo estadísticamente sig- pueden realizarse otras experiencias usando rasgos
nificativas a un nivel de 0,05 (test K-S de dos mues- prominentes del paisaje alternativos al cerro Madre
tras apareadas). Este patrón se detectó al analizar e Hija para contrastar mediante una nueva prueba
radios visuales cercanos (establecidos en 10 km) y los resultados obtenidos.
se repitió para los radios de distancias intermedias 3) El análisis de cálculo de cuencas visuales acu-
(20 km). Estos resultados son coincidentes con lo mulativas invierte la forma del razonamiento: en
esperado en función de la información etnográ- lugar de presuponer que la visibilidad de determi-
fica y confirma las observaciones de campo. Los nado rasgo pudo ser de importancia en la elección
mismos se ven particularmente reforzados por el del emplazamiento de los chenques, se partió de la
diseño estratificado del experimento, que elimina localización de chenques conocidas para delimitar
posibles efectos derivados de las características qué sectores son visibles desde ellas. Como resul-
visuales propias del paisaje (Woodman 2000). Un tado se obtuvo el mapa de la figura 8a, que indica
recaudo extra tomado en este trabajo fue el de que hacia el oeste del área de estudio los empla-
seleccionar a los puntos aleatorios dentro de regis- zamientos posiblemente hayan privilegiado sobre
tros de evidencia negativa tomados por nosotros todo vistas de las serranías localizadas en Estancias
en el campo. Esto difiere del método empleado en mencionadas más arriba (Figura 8b). En definitiva,
Woodman (2000), que genera puntos aleatorios sin el mapa de cuencas visuales acumuladas desde
correlato de campo, lo cual puede justificarse en el chenques muestra mediante un área en tonos gri-
caso de estudio de esta autora, donde los monu- ses y oscuros los sectores del paisaje que son vistos
mentos megalíticos han sido registrados amplia- a la vez desde los chenques. En comparación con el
mente ya que son altamente visibles en el paisaje mapa generado a partir de puntos aleatorios (Figu-
dada su prominencia. En nuestro caso no podemos ra 9), el primero muestra claramente a simple vista
usar ese método, debido a que una distribución de una mayor coincidencia de las zonas vistas desde
puntos aleatorios puede coincidir con estructuras los chenques. Esto se comprobó estadísticamente,
existentes aún no registradas. ya que la diferencia es significativa entre las dos
2) En el segundo análisis (cálculo de líneas de distribuciones (Tabla 5). En otras palabras, los sec-
visión) se verificaron conexiones visuales entre el tores del paisaje (celdas) visibles desde chenques
cerro Madre e Hija y otros 5 chenques ubicados en- coinciden mucho más veces que desde puntos alea-
tre 25 y 70 km de distancia (descontando el entierro torios. Esto puede estar indicando una intención de
secundario en su cima). ver desde los distintos chenques repetidamente el
Si bien el número de chenques con visibilidad mismo sector del paisaje, lo que podría interpretar-
directa del cerro es el doble de los puntos aleato- se como una estrategia de “monumentalización”
rios, es importante destacar que representan sólo de un rasgo natural del paisaje (Criado 1993:47).
un 27,27% del total de los chenques. Estos valores 4) Finalmente, un patrón inesperado surgió
deben tomarse como tendencias a seguir estudian- al analizar el último mapa obtenido (Figura 8a) y
do, dado que en el sector este del área estudiada constatar que existe un alto grado de intervisibili-
existen otros chenques con visibilidad directa del dad entre chenques (Tablas 6 y 7). Concretamente,
cerro que han sido registrados en trabajos de cam- no existe ninguna localización desde la cual no se
po pero aún no fueron posicionados con GPS y pue- vea/n otro/s chenque/s, e incluso dos de ellos tienen
den modificar estos resultados al sumarlos a este visibilidad de otros 10 chenques. Este resultado es
análisis en el futuro. sumamente interesante, no solamente por resultar
A partir de los resultados obtenidos hasta el una diferencia estadísticamente significativa con

Magnin 1057
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

los bajísimos grados de intervisibilidad detectados cuenta la visibilidad directa de otros chenques al
entre los puntos aleatorios (que como indica la Ta- momento de emplazar otros nuevos en el paisaje.
bla 6, nunca supera frecuencias de 2), sino sobre Patrones similares en otros estudios han sido inter-
todo porque esto no fue advertido por nosotros du- pretados como indicadores de cohesión social y de
rante el trabajo de campo. La intervisibilidad entre reclamo sobre los recursos de un área (ver Wheat-
enterratorios podría estar indicando que se tuvo en ley 1993).

CONCLUSIÓN

La utilización de técnicas de SIG en la cuantifi- cialmente designados para ello, pero sí nos permite
cación, replicación y comparación de las condicio- estudiar los contextos materiales remanentes y en-
nes de visibilidad desde los enterratorios humanos riquecer nuestro análisis mediante una línea que ha
en el sector Norte del Macizo Central de Santa Cruz demostrado generar información reveladora de la
ha permitido comenzar a describir tendencias y pa- que no estuvimos alerta previamente. Tal es el caso
trones en su emplazamiento y someter a contras- de los patrones de intervisibilidad entre enterrato-
tación diversas hipótesis acerca de las decisiones rios hallados, que pueden estar indicando, dentro
humanas que los originaron. de la dimensión “social” de análisis, cierto grado
Ninguna de las preguntas iniciales está comple- de cohesión del grupo humano que los construyó
tamente contestada, por el contrario, se abren nue- (Wheatley 1995) reforzando aún más la idea de que
vas preguntas a partir de esta exploración apoyada hayan existido creencias o significados comparti-
en técnicas SIG. Esta línea metodológica junto con dos respecto al entierro de los difuntos.
un marco teórico procesual-cognitivo permitirá Por último, los resultados obtenidos en forma
continuar analizando estos patrones y discutirlos de patrones de visibilidad no se asumen como fac-
en profundidad desde distintas dimensiones: física, tores causales de localización, ya que para ello de-
social y simbólica (Criado 1999). ben ser considerados junto con los resultados obte-
Por ejemplo, se identificaron ciertos sectores nidos desde otras líneas de evidencia en el estudio
del paisaje que se presentan como vistas coinci- del uso del paisaje por los cazadores-recolectores.
dentes desde todos los chenques pero diferentes Queda por explorarse otras posibles explica-
de otras localizaciones aleatoriamente ubicadas ciones para la localización de los entierros dentro
en sectores del paisaje con similares característi- del aspecto de la subsistencia, ya que como se ha
cas topográficas. Por lo tanto se planteó que estos planteado en otros trabajos, pueden haber funcio-
sectores pueden estar cargados de significados nado para establecer derechos territoriales sobre
comunes a las actividades funerarias que produ- recursos (Wheatley 1993; Gaffney et al. 1996; Llo-
jeron este tipo de evidencia arqueológica. En este bera 2003).
sentido, coincidimos con Miotti (2006) en que el Destacamos que un análisis preliminar como
estudio de patrones en los enterratorios humanos éste es necesario para poder dirigir estudios esta-
puede considerarse la evidencia más directa para dísticos futuros que contrasten más rigurosamente
inferir sacralidad de determinados espacios. La los patrones más claros obtenidos: el de la existen-
implementación de SIG no nos revela por sí sola el cia de cuencas visuales amplias desde cheques y de
mundo de significados que debió existir detrás del la intervisibilidad entre ellos, y que busquen otros
ritual de entierro de un difunto en espacios espe- patrones posibles.

AGRADECIMIENTOS
A quienes participaron del trabajo de campo, ya que llegar hasta los chenques no es trabajo fácil:
Santiago Medel, Fernando Santiago, Quique Terranova, Bruno Mosquera, Juan Pablo Pérez, Raúl Quitral
Dubox. A Sebastián Toledo y al personal de la Municipalidad de Pico Truncado, por su apoyo en la logís-
tica de campo. A Lulú y al Pampa un agradecimiento especial por cuidarnos y abastecernos de guanaco y
choike. Al profesor Andrew Bevan por la asistencia en cuanto a consultas metodológicas, a Diego Gobbo
por el apoyo técnico y a J.M. Lopez Mazz por sus comentarios en una versión previa de este trabajo. Los
errores que pueda presentar este trabajo son, sin embargo responsabilidad de la autora. Parte de los
análisis desarrollados en este trabajo fueron posibles gracias a la renovación de Beca interna de posgrado
CONICET - tipo I, al proyecto subsidiado PICT 12347 y a la beca “Marie Curie Host Fellowship for Early
Stage Researchers Training” desarrollada en University College London, Reino Unido, subsidiada por la
Unión Eurpea.

1058
Búsqueda de patrones en el emplazamiento de enterratorios humanos en el Macizo Central del Deseado. Aplicación de análisis de visibilidad (SIG)

NOTAS
1
. PICT Nº 12387. ANPCYT 2002.

BIBLIOGRAFÍA

Canals Frau, S. pp. 83-120, Búsqueda de Ayllu, Buenos Aires.


1959 Prehistoria de América Buenos Aires, AR: Imbelloni, J.
Sudamericana. 1949 Los Patagones, características corporales y
Conolly J. y M. Lake psicológicas de una población que agoniza, RUNA II,
2006 Geographical information systems in archaeology, parte 1 -2, pp. 5-58.
Cambridge Manuals in archaeology, Cambridge. Lake, M. W., Woodman, P. E. y S. J. Mithen
Criado Boado, F. 1998 Tailoring GIS Software for Archaeological
1993 Visibilidad e interpretación del registro Applications: An Example Concerning Viewshed
arqueológico, En Trabajos de Prehistoria, 50, pp. 39- Analysis. Journal of Archaeological Science 25: 27–38.
56. Lake M. y P. Woodman
Criado Boado, F. 2003 Visibility studies in archaeology: a review and
1999 Del Terreno al Espacio: Planteamientos y case study, En Environment and Planning B: Planning
Perspectivas para la Arqueología del Paisaje, En and Design, volume 30, pp 689 – 707.
CAPA 6, Grupo de Investigación en Arqueología del Llobera, M.
Paisaje, Universidad de Santiago de Compostela, pp. 2003 Extending GIS-based visual análisis: the concept
1-34, Santiago de Compostela. of visualscapes, International Journal of Geographical
Fisher, P., C. Farrelly, A. Maddocks y C. Ruggles Information Science, 20: 1005-1024.
1997 Spatial Analysis of Visible Areas from the Bronze Magnin, L.
Age Cairns of Mull, Journal of Archaeological Science , 2004 Distribuciones arqueológicas en la Meseta
24: 581–592. Central de Santa Cruz. Implicancias para los estudios
Gaffney, V., Stancic, Z., y H. Watson de uso del espacio y movilidad de sociedades cazadoras
1996 Moving from catchments to cognition: Tentative recolectoras. Proyecto de Tesis Doctoral aceptado
steps toward a larger archaeological context for GIS para la inscripción a la carrera de Doctorado en la
Anthoplogy, En: Space and Geographic Information Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad
Systems, editado por M. Aldenderfer and H. Maschner, Nacional de La Plata. Ms.
pp. 132-154, Oxford University Press, Oxford. Martinić, M.
García Sanjuán, L., S. Metcalfe-Wood, T. Rivera 1995 Los Aónikenk. Historia y cultura, Universidad de
Jimenez, y D. Wheatley Magallanes.
2006 Análisis de pautas de visibilidad en la Miotti, L, M. Vazquez y D. Hermo
distribución de monumentos megalíticos de Sierra 1999 Piedra Museo, un Yamnagoo pleistocénico de
Morena Occidental, En La aplicación de los SIG en los colonizadores de la meseta de Santa cruz. En
la arqueología del paisaje, editado por Ignacio Grau Soplando en el viento. III Jornadas de Arqueología de
Mirá, pp. 181-200, Madrid. la Patagonia, editado por Belardi, J. B.; Fernández, P.
Goñi, R y G. Barrientos M; Goñi, R. A.; A. G. Guráieb y M. De Nigris, pp. 113-
2000 Estudio de chenques en el Lago Salitroso, 136. Neuquén-Buenos aires.
provincia de Santa cruz. En Desde el País de los Miotti, L.
Gigantes. Perspectivas arqueológicas en Patagonia, 2006 Paisajes domésticos y sagrados desde la
editado por Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S. arqueología de los cazadores-recolectores en el
Espinosa Tomo I pp.161-175. Universidad Nacional de Macizo del Deseado, Provincia de Santa Cruz. En
la Patagonia Austral. Río Gallegos. Cazadores Recolectores del cono sur. Revista de
Goñi, R y G. Barrientos Arqueología, pp.13-42. Eudem.
2004 Poblamiento tardío y movilidad en la cuenca Mlekuz, D.
del Lago Salitroso. En Contra viento y marea. 2004 Listening to ladscapes: Modelling Past
Arqueología de la Patagonia, editado por M. T. Soundscapes, En GIS Internet Archaeology, pp.16-21.
Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, pp. Musters, G.
313-324. Instituto Nacional de Antropología y 1997 Vida entre los Patagones, Elefante Blanco,
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina Buenos Aires.
de Antropología, Buenos Aires. Organización Meteorológica Mundial
Gradín, C. y A. Aguerre 1992 Vocabulario meteorológico internacional WMO/
1992 Nuevo aporte al conocimiento de la dinámica OMM/BMO – No.182, Secretaría de la Organización
poblacional en lña cuenca del Río Pinturas (Provincia Meteorológica Mundial, Ginebra.
de Santa Cruz, República Argentina), En Análisis Vignati, M.
Espacial en la Arqueología Patagónica, editado por: 1934 Resultados de una excursión por la margen sur
Borrero J. L., J. L Lanata, B. Ventura, L. A Orquera, E. del río Santa Cruz. En Notas preliminares del Museo de
L. Piana, C. B. Pérez de Micou, C. Bellelli, C.Aschero, La Plata, tomo II, pp. 78-151.
C. Gradín, A. M. Aguerre, F. M. Carballo y J. L. Sáenz,

Magnin 1059
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Wheatley, D.
1993 Going over old ground: GIS, archaeological
theory and the act of perception. Computing the
Past:Computer Applications and Quantitative
Methods in Archaeology, editado por J. Andresen, T.
Madsen, y I. Scollar, Aarhus pp. 133–138. University
Press, Aharhus.
Wheatley, D.
1995 Cumulative viewshed analysis: a GIS-based
method for investigating intervisibility, and its
archaeological application. En: GIS and Archaeology:
a European Perspective, editado por G. Lock y Z.
Stancic, pp. 170-185, Londres.
Wheatley, D. y M. Gillings
2000 Visibility analysis and archaeology, En Spatial
Technology and Archaeology, Taylor & Francis,
pp.201-217, Viena.
Winterbottom, S. J. y D. Long
2006 From abstract to rich virtual environments:
landscape contexts in Kilmartin, Scotland. Journal of
Archaeological Science, 33: 1356-1367.
Woodman, P.
2000 Beyond significant patterning, towards past
intentions: The location of Orcadian chambered
tombs. En Proceedings of the UK. Computer
Applications and Quantitative Methods in Archaeology.
BAR International Series, editado por: C. Buck, V.
Cummings, C. Henley, S. Mills y S. Tr ick, v. 844,pp
91–105, Oxford.

1060
Carácter de las ocupaciones humanas en el
área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso
Roballos (Santa Cruz, Argentina)
Guillermo L. Mengoni Goñalons1, María José Figuerero Torres1,
M. Victoria Fernández1, Pamela V. Chávez1

A B S T R A C T

This paper explores the dynamics and history of human occupation during the Holocene
along the valleys forming a corridor between lake Carrera-Buenos Aires and the Columna-
Ghio lakes in N.W. Santa Cruz. The analysis was based on the study of persistent places, those
repeatedly used locations as indicated by radiocarbon dates. The intensity of occupation was
measured by the abundance (density) of lithic and animal bone discard and the variety of
lithic reduction activities. Dated occupations were organized in two chronological periods: a
more recent one from 760-1280 cal BP, and an earlier one from 2060-2350 cal BP. The northern
Jeinemeni-Zeballos river valley may have been a transit route with relatively short-term stops
at strategic places that were recurrently occupied for brief periods. In contrast, the southern
Ghio-Columna river valley showed longer-term occupations. This would suggest a different
role in mobility with marked differences in the use patterns of places and lithic resources.

INTRODUCCIÓN

El objetivo general del proyecto marco en el los Andes (Chile) y el borde oeste de la Meseta del
que se encuadra el presente trabajo es estudiar la Lago Buenos Aires (Argentina).
historia de la ocupación de un área cordillerana de En tiempos recientes esta zona fue afectada
Patagonia Centro-Meridional desde el poblamien- por las erupciones del volcán Hudson (45° 54´ S, 72°
to indígena inicial hasta tiempos históricos. 58´ O) ubicado a unos 120 km al N.O. del pueblo de
El área de investigación comprende una franja Los Antiguos. Es presumible que el área también se
de territorio que corre adyacente al límite entre haya visto impactada por otras erupciones previas
Argentina y Chile (entre 46°30´ S y 47°10´ S). Esta durante el Holoceno, en especial durante las erup-
área ha sido dividida en dos sectores: (a) sector nor- ciones masivas que han sido documentadas a lo lar-
te de Los Antiguos-Monte Zeballos recorrido por go de su historia, tales como aquéllas datadas 3600
los ríos Los Antiguos y Jeinemeni-Zeballos, drenan- y 6700 años AP que tuvieron una amplia dispersión
do ambos valles en el Lago Buenos Aires (200 m), y por Patagonia sur (Naranjo y Stern 1998).
(b) sector sur de Paso Roballos surcado por los ríos El interés arqueológico de esta área de investi-
Ghio-Columna (500 m) que corren primero hacia el gación radica en que se trata de una vía de comu-
sur y luego al este (Figura 1). nicación que une dos cuencas lacustres de origen
El río Los Antiguos nace en la zona del Monte glaciario (entre otros, Singer et al. 2004; Glasser y
Zeballos de más de 2000 m de altura en la mese- Jansson 2005; Douglass et al. 2006) que son impor-
ta del Lago Buenos Aires. Las otras dos cuencas tantes por su extensión y potenciales condiciones
nacen en la zona algo más baja conocida como El para la habitabilidad. Nos referimos al lago Carre-
Portezuelo (1500 m). Esta comarca constituye un ra-Buenos Aires al norte y a los lagos Cochrane-
corredor natural que corre entre la Precordillera de Pueyrredón y Posadas al sur.

1 Instituto de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 25 de Mayo 217 3er. piso, 1002 Buenos Aires. Correo
electrónico para correspondencia: [email protected]

Mengoni Goñalons et al. 1061


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Además, a través de estos valles se puede ac-


ceder sin dificultad a los territorios que se extien-
den al oeste en dirección al Pacífico, por ejemplo a
través del valle del río Chacabuco que drena en el
río Baker. Por lo tanto, se trata de una potencial vía
de tránsito para el desplazamiento de los grupos
que habitaban estas áreas cordilleranas. Pensamos
que este corredor podría tener características ar-
queológicas potencialmente distintas a las vías de
comunicación tradicionalmente exploradas como
son las extra-cordilleranas de la estepa del interior
de Patagonia o la costa marítima.

Figura 1. Mapa de ubicación de los sitios arqueológicos


discutidos.

CONCEPTOS TEÓRICOS-METODOLÓGICOS

La historia de ocupación de un área suele ser prolongados), conformando así un patrón de ocu-
el resultado de un proceso dinámico en el que se pación regional (Wandsnider 1998). Como se men-
conjugan aspectos socioculturales y ambientales. cionó más arriba conocer la historia de la ocupación
Estos factores condicionan el patrón de ocupación es el principal objetivo del proyecto marco dentro
de los diferentes lugares que son habitados en el del que se inserta este trabajo.
corto y largo plazo. Algunos lugares pueden mos- Hay dos conceptos que han sido de utilidad
trar ocupaciones continuas y otros ocupaciones para discutir algunos de estos temas: persistencia
discontinuas, como resultado del uso prolongado e intensidad. Ambos conceptos han sido aplicados
o breve de esos espacios en combinación con las al análisis de los diferentes lugares estudiados y las
tasas de acumulación de sedimentos. Por lo tanto, ocupaciones identificadas en cada uno de ellos a fin
el ritmo de ocupación de un área está dado por el de categorizar su carácter.
orden y alternancia en que los diferentes espacios Se denominan lugares persistentes a aque-
(lugares) son utilizados a través del tiempo. Tam- llos espacios que han sido usados repetidamente
bién es importante en una escala espacial mayor durante la ocupación a largo plazo de una región
considerar a las vías de circulación que permiten es- (Schlanger 1992). Estos lugares pueden tener cua-
tablecer redes de tránsito entre los diferentes luga- lidades únicas que los han hecho propicios para el
res ocupados en una región. Pensamos que a partir desarrollo de ciertas actividades, tareas o prácticas.
de un mayor control cronológico de las ocupacio- Asimismo, pueden estar caracterizados por poseer
nes detectadas podremos determinar el ritmo que ciertos rasgos arqueológicos que sirven de foco
éstas tuvieron, discernir su duración (corta o larga) para su reocupación. También pueden formarse
y establecer si se produjeron abandonos (breves o como resultado de la visita reiterada dado lo atrac-
1062
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)

tivo que puede resultar la existencia de materiales por volumen expresada por el número de ítems/
culturales depositados previamente. dm3. Esta fórmula vale tanto para el descarte líti-
Las dataciones pueden servirnos para ver si el co como para los desechos óseos de fauna u otros
uso de los lugares fue reiterado (o no) a lo largo del tipos de vestigios. La escala que empleamos para
tiempo, con qué grado de intermitencia se dieron medir el grado de intensidad a partir de la cantidad
las ocupaciones y si hubo períodos de abandono de descarte fue la siguiente:
que puedan ser corroborados en el registro sedi- • Baja: 0 a 4 ítems/dm3
mentario del sitio. • Media: 5 a 10 ítems/dm3
La intensidad en la ocupación de un espacio se • Alta: 11 ó más ítems/dm3
vincula con el esfuerzo (o energía) invertido en el Además de la densidad, la variedad del descar-
desarrollo de una cierta gama de tareas en un de- te es también una medida que se relaciona con la
terminado lugar a lo largo del tiempo. En este sen- diversidad de tareas y actividades desarrolladas
tido, intensidad también involucra un componente (Wandsnider 1992). Por lo tanto, la densidad de dis-
temporal. Así lo plantean otros trabajos que hacen tintas clases de artefactos y ecofactos será utilizada
uso del concepto de intensidad, pero aplicado -por para medir la intensidad de las ocupaciones (Hol-
ejemplo- a estructuras de combustión, donde se daway et al. 2000; Marwick 2002; Otte et al. 2003).
mide el tiempo de combustión, el grado de oxige- Tomamos la evidencia de la tecnología reductiva
nación y el tipo de combustible utilizado (Mallol et lítica para explorar la variedad de tareas realizadas
al. 2007). en cada localidad en relación con los recursos dis-
Algunos autores también lo han empleado en el ponibles regionalmente (Holdaway et al. 2000).
análisis de material lítico cuando se quiere discutir Dentro del concepto de una tecnología reducti-
el tiempo y energía invertidos en la reducción de ar- va, las unidades de análisis elegidas fueron las que
tefactos (por ejemplo, Dibble 1995; Clarkson 2002). conceptualmente refieren por un lado, a la fuente o
Otros autores lo han usado como expresión de la matriz, de las cuales se extraen elementos y, por el
cantidad de gestos técnicos (tool strokes) utiliza- otro, a los elementos extraídos (Steffen et al. 1998;
dos para faenar un animal o acceder a algunos de Hiscock 2007). Sobre esta base diferenciamos tres
sus productos (Egeland 2003; Pickering y Egeland categorías principales: los núcleos, los artefactos
2006). También se ha aplicado al estudio de restos formatizados y los desechos.
vegetales para discutir los patrones de uso y consu- Adicionalmente, constatamos si cada uno de
mo de plantas (por ejemplo, Bonzani 1997; Pearsall estos elementos tenía restos de corteza. La canti-
2000). Todos estas diferentes clases de materiales dad de corteza puede ser tomada como un indica-
pueden ser considerados globalmente como partí- dor del largo de la secuencia de reducción, poste-
culas sedimentarias cuyo origen y cantidad sirven rior transporte de elementos y cercanía entre los
de medida para estimar la intensidad de las ocu- lugares de obtención de materias primas y los de
paciones (Otte et al. 2003) al igual que las tasas de manufactura, uso y descarte de artefactos (Shiner
acumulación de sedimentos (Stein et al. 2003). 2004; Holdaway et al. 2008). En nuestro caso he-
La intensidad puede medirse a través del núme- mos tomado la presencia de corteza en cada una
ro de veces que un espacio particular fue ocupado de las categorías descriptivas del proceso de re-
y el tiempo involucrado en dichas ocupaciones. Es ducción como marcador de su intensidad: a mayor
esperable que cuanto mayor sea el tiempo com- reducción, menor será la presencia de corteza en el
prendido mayor será la variedad de actividades conjunto (Dibble et al. 2005).
desarrolladas y, por ende, la cantidad de descarte Con estas seis categorías de análisis (formatiza-
acumulado (Binford 1983). dos, núcleos y desechos, con o sin corteza) espera-
En nuestro trabajo la abundancia del descarte mos ver si hubo diferencias en la variedad de activi-
fue calculada a partir de la densidad de materiales dades reductivas desarrolladas en cada localidad.

DESCRIPCIÓN DE LAS LOCALIDADES Y DISPONIBILIDAD DE MATERIAS


PRIMAS LÍTICAS

Son varias las localidades que han sido estu- Torres y Mengoni Goñalons 2007b). Contamos con
diadas hasta el momento a lo largo del área de la información de ocupaciones en aleros y cuevas
investigación, tanto en el sector norte como sur que poseen estratigrafía que han brindado material
(Mengoni Goñalons y Figuerero Torres 2005; Figue- artefactual, vestigios óseos de animales y restos
rero Torres y Mengoni Goñalons 2007a; Figuerero vegetales. Esta información se complementa con

Mengoni Goñalons et al. 1063


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

aquélla provista por concentraciones y material ar- Edades


queológico aislado hallado en superficie y en capa Sitio
Capas Edades
Años calibrados AP
datadas Años 14C AP
en sitios a cielo abierto. A fin de comparar ambos (2 sigmas)
sectores hemos elegido aquellos sitios que poseen 9(1) 900 ± 40 760-930
AMII
secuencias datadas o material en estratigrafía (Fi- 9(3) 980 ± 40 790-980

gura 1). CSI


4 superior 1180 ± 55 980-1280
2197 ± 58 2060- 2350
En el sector norte se encuentra el Alero El Re- 4 inferior

fugio II (46°42’S ; 71°37’ O; altitud: 900 m) ubicado Tabla 1: Fechados radiocarbónicos de los sitios Alero
sobre el faldeo E del valle del río Jeinemeni, a unos Mauricio II (AMII) y Colmillo Sur I (CSI).
30 km al sur de Los Antiguos (Figuerero Torres y
Mengoni Goñalons 2007b) (Figura 1). Aquí se iden-
tificaron cuatro capas naturales con una potencia incluyó tanto aquellos sitios que están caracteriza-
total de 25 cm. dos por ocupaciones efímeras (Alero El Refugio II y
El Alero Mauricio II (46°47’ S; 71°48’ O; altitud: Cueva Lago Columna I) como aquéllos en los que
670 m) también en el sector norte, está ubicado so- las ocupaciones son más intensas (Alero Mauricio II
bre la margen derecha del río Jeinemeni medio, a y Alero Colmillo Sur I). Como se verá más adelante
1 km aguas debajo de la confluencia con el río Ze- esto posibilitó agrupar las diferentes ocupaciones
ballos (Figura 1). El reparo rocoso es de unos 18 m identificadas en cada una de las localidades sobre
por 3 m con exposición al N.O. Se trata de un sitio la base de la frecuencia combinada de artefactos
multi-componente que fue ocupado repetidas ve- líticos y material óseo acumulados por unidad es-
ces a lo largo de los últimos milenios. Si bien aún tratigráfica.
no se llegó al nivel basal, disponemos de muestras Para analizar comparativamente la variedad
arqueológicas analizadas de las capas naturales ex- de tareas en los dos sectores del área de investiga-
cavadas. La estratigrafía de este alero comprende ción y su variación temporal nos concentramos en
10 capas naturales identificadas en una superficie solamente dos de las localidades (AMII y CSI), por
de 2m2. En conjunto tienen una potencia de 100 poseer secuencias estratigráficas de más potencia,
cm. La capa 1 es de guano y las capas 2 a 5 no con- disponer de anclaje cronológico para algunas de
tienen restos arqueológicos, por lo que este análisis sus capas y contener gran cantidad (n > 500) de ar-
se basa sobre el contenido de las capas 6 a 10 inclu- tefactos líticos descartados.
sive. Los fechados disponibles provienen de la capa De ese modo se definieron dos bloques cronoló-
9 (Tabla 1). La capa 10 en este alero, descansa sobre gicos sobre la base de los fechados radiocarbónicos
una capa de ceniza volcánica no-basáltica impura actualmente disponibles (Tabla 1). Las diferentes
(Corina Risso, FCEN-UBA, comunicación personal ocupaciones identificadas en ambas localidades
2008). fueron agrupadas de acuerdo con su cronología
En el sector sur contamos con el Alero Colmi- absoluta, su ubicación relativa dentro de la pila es-
llo Sur I (47°10’ S; 71°45’ O; altitud: 730 m) (Figura tratigráfica y su individualización como unidades
1). Se trata de un reparo rocoso, formado al pie de discretas. Las diferentes unidades de análisis fue-
unas bardas que enmarcan un cañadón que corre ron definidas a partir de una unidad estratigráfica
en sentido N-S, cercano al faldeo sur del cerro ho- en particular o como agregados de varias capas.
mónimo. El alero es de 5 m por 2,5 m y tiene expo- A partir de estos criterios definimos un bloque
sición al oeste. Se identificaron cinco capas natura- más reciente que va de 760-1280 años cal. AP Este
les en una superficie de 1m2. La potencia que éstas bloque reúne a las capas 6-9 y provisoriamente a
abarcan es de 62 cm. La capa 1 es de guano y este la capa 10 de AMII y, además, a las capas 2-3 y a
análisis comprende el contenido de las capas 2 a 4 la 4s (superior) de CSI. El otro bloque más antiguo
inferiores sin haber alcanzado el fondo del alero. que abarca los 2060-2350 años cal. AP está com-
Los fechados provienen de las capas 4 superior e puesto por el momento sólo por la capa 4i (inferior)
inferior (Tabla 1). de CSI en el sector Sur. De esta manera se dispuso
Lago Columna I (47°10’ S; 71°37’ O; altitud: 600 de muestras repartidas a lo largo de las secuencias
m) es una cueva cercana a la costa norte del lago temporales y también representadas ambos secto-
homónimo (Figuerero Torres y Mengoni Goñalons res espaciales.
2007b) (Figura 1). Se identificaron seis capas natu- En cuanto a las materias primas líticas, realiza-
rales con una potencia de 50 cm. mos un análisis más detallado para ver si las acti-
Para discutir la intensidad de la ocupación de vidades tecnológicas estuvieron condicionadas por
todos estos sitios se empleó la abundancia del des- la estructura regional de este recurso (Nelson 1991;
carte expresada en términos de densidad. A fin de Andrefsky 1998). Para esto revisamos los trabajos
evaluar el rango total de variación de la densidad se para áreas aledañas al área de estudio que analiza-

1064
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)

ron las materias primas disponibles regionalmente Chile Chico, al N.O. (Ramos 2002a, b; Gorring et al.
y las representadas en el registro arqueológico. 2003; Brown et al. 2004; Espinoza et al. 2005), por
Las materias primas más representadas son: lo tanto están disponibles en la región y los consi-
obsidiana, basaltos y variedades de sílices. Estas deramos una materia prima local.
clases son las que hemos empleado para clasificar Las sílices es una categoría general que engloba
las muestras analizadas. La obsidiana provendría de a una variedad de materias primas cuya composi-
una fuente secundaria circunscripta a la localidad ción está caracterizada por un alto contenido de
de Pampa del Asador, meseta Belgrano (Espinosa SiO2 y un colorido sumamente diverso. En general,
y Goñi 2004; Stern 2004). Los análisis geoquímicos todas estas variedades de rocas y minerales se ha-
de materiales arqueológicos indican que tiene una llan en fuentes secundarias en distintas porciones
muy amplia distribución, desde Puerto Madryn al de las cuencas estudiadas. Algunas localizaciones
N.E. hasta Tierra del Fuego (García-Herbst et al. que se destacan son: a) los ríos Tarde y Pedregoso,
2007). La localización de esta fuente se encuentra afluentes del lago Posadas (Cassiodoro et al. 2004),
entre 80 y 120 km del área de estudio, por lo que es b) la zona de rocas aborregadas y la divisoria entre
considerada una materia prima no-local (Geneste las cuencas Posadas y Ghio (Guráieb 2000; Cassio-
1988). doro et al. 2004), c) el valle Chacabuco superior
Los basaltos se hallan en fuentes secundarias (Méndez Melgar 2004), y d) el río Jeinemeni infe-
relacionadas con geoformas glacifluviales y aluvia- rior (Méndez Melgar 2004). Hay una sola mención
les que rodean las mesetas tectónicas pre-andinas de una fuente primaria en las rocas aborregadas del
de las cuencas bajo estudio (Guráieb 2004). Esta Complejo El Quemado, ubicado al norte del Lago
categoría incluye también rocas andesíticas. Las Posadas (Cassiodoro et al. 2004). Al igual que los
mesetas próximas que contienen estas rocas íg- basaltos, las consideramos una materia prima lo-
neas son la del lago Buenos Aires, al este, y la de cal.

INTENSIDAD DE LAS OCUPACIONES Y CANTIDAD DE DESCARTE

En la figura 2 vemos cómo se agrupan las dife- grupos de ocupaciones. Hay ocupaciones caracte-
rentes ocupaciones identificadas en una serie de rizadas por un bajo descarte lítico que se asocia con
sitios ubicados de norte a sur a lo largo de la franja poco material óseo (Grupo A). Otras ocupaciones
de territorio investigada a partir de los conteos de poseen una moderada cantidad de descarte lítico
material lítico y vestigios óseos faunísticos. Los da- y una variada cantidad de restos óseos (Grupo B).
tos empleados para este gráfico incluyen informa- Hay también ocupaciones con alto descarte lítico y
ción de las últimas excavaciones complementando moderado descarte óseo (Grupo C). Por último hay
aquella presentada en trabajos anteriores (Mengo- ocupaciones con bajo descarte lítico y una alta can-
ni Goñalons y Figuerero Torres 2005; Figuerero To- tidad de restos óseos (Grupo D).
rres y Mengoni Goñalons 2007b; Figuerero Torres En un trabajo anterior (Figuerero Torres y Men-
y Mengoni Goñalons 2007a). Se advierten cuatro goni Goñalons 2007b) vinculamos estos patrones
con el grado de intensidad en la ocupación. Una alta
densidad de materiales se correspondería con una
alta intensidad en la ocupación y una baja densidad
con una baja intensidad. Por lo tanto, también ca-
bría pensar que estos patrones puedan estar rela-
cionados con la variedad de tareas desarrolladas y
el tiempo involucrado.

Figura 2. Cantidad de descarte (densidad) por ocupa-


ción de los siguientes sitios: Alero El Refugio II (AER),
Alero Mauricio II (AMII), Alero Colmillo Sur I (CSI) y
Cueva Lago Columna I (LC).

Mengoni Goñalons et al. 1065


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

VARIEDAD DE LAS ACTIVIDADES REDUCTIVAS

El total del material lítico para ambos sitios está presentan restos de corteza. Los desechos domi-
volcado en las siguientes tablas (2 y 3) que detallan nan (97,1%) el conjunto.
las cantidades correspondientes a las categorías En el sitio CSI, la unidad de análisis compuesta
de artefactos formatizados, núcleos y desechos por las capas 2-3 no presentan todos los elementos
(AMII: n=1812; CSI: n=3674). En las tres categorías reductivos (Tabla 3). La proporción de corteza de
se registró la presencia de corteza. Dentro de cada los elementos formatizados es del 27,6%, siendo
bloque temporal examinamos las tendencias de las menor a los valores observados en el conjunto 6-9 y
actividades reductivas para cada conjunto y, luego, semejante a la capa 10 de AMII. Hay muy pocos nú-
por materia prima. cleos con respecto a las otras categorías y ninguno
presenta corteza. Estos valores son notoriamente
Bloque temporal (760-1280 años cal. AP) menores a los de AMII. Los desechos de estas capas
La unidad de análisis compuesta por las capas también dominan el conjunto (95,4%) y la propor-
6-9 de AMII (Tabla 2) muestra todas las categorías ción de restos con corteza es menor (5,0%) a la de
descriptivas que involucra el proceso de reducción AMII.
lítica. La proporción de artefactos formatizados El conjunto de 4s de CSI están representadas
con corteza es alta (43,7%) comparada con el total todas las categorías del trabajo de reducción (Tabla
para la localidad (35,1%). Estas capas incluyen una 3). La proporción de artefactos formatizados con
cuarta parte de los núcleos del sitio, los cuales tie- corteza es menor (21,7%) al conjunto anterior y a
nen una proporción menor de elementos con cor- AMII. Los núcleos (0,2%), especialmente aquéllos
teza (25,0% vs. 50,0% para el sitio). Los desechos con corteza, tienen una muy baja representación.
dominan cuantitativamente (97,8%) y muestran Los desechos predominan (98,1%) y hay una mayor
elementos con corteza (7,5%). cantidad de desechos con corteza (7,2%) y se acer-
can a los de AMII.
Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total Las diferencias más notables entre los dos sitios
son la cantidad de núcleos, que es más del doble en
6-9 9 7 3 1 817 66 903 AMII, y los porcentajes de elementos con corteza,
% parcial 1,0 0,8 0,3 0,1 90,5 7,3 100,0 que es menor en CSI en todas las categorías (for-
matizados, núcleos y desechos).
% corteza
por 43,7 - 25,0 - 7,5 -
categoría

10 15 6 5 7 768 108 909 Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total

% parcial 1,6 0,7 0,5 0,8 84,5 11,9 100,0 2y3 21 8 3 0 623 33 688

% corteza % parcial 3,0 1,2 0,4 0,0 90,6 4,8 100,0


por - 28,6 - 58,3 12,3 -
categoría % corteza
por cate- - 27,6 - 0,0 - 5,0 -
Todas 24 13 8 8 1585 174 1812 goría

% total 1,3 0,7 0,4 0,4 87,5 9,6 100,0 4s 18 5 2 1 1258 97 1381

% corteza % parcial 1,3 0,4 0,1 0,1 91,1 7,0 100,0


por - 35,1 - 50,0 - 9,9 -
categoría % corteza
por cate- - 21,7 - 33,3 - 7,2 -
Tabla 2. Material lítico de Alero Mauricio II para los ele- goría
mentos formatizados (F), núcleos (N) y desechos (D), Todas 39 13 5 1 1881 130 2069
sin corteza (sc) y con corteza (cc).
% total 1,9 0,6 0,2 0,1 90,9 6,3 100,0

El conjunto de la capa 10 de AMII posee repre- % corteza


25,0 16,6 6,5
sentadas todas las actividades reductivas. La pro- por cate- - - - -
goría
porción de artefactos formatizados con corteza
(28,6%) es más baja que las de las capas superiores Tabla 3. Material lítico de Colmillo Sur I para los elemen-
y no se aleja demasiado de los valores para todo el tos formatizados (F), núcleos (N) y desechos (D), sin
sitio (Tabla 2). En esta unidad hay mayor cantidad corteza (sc) y con corteza (cc).
de núcleos de los cuales más de la mitad (58,3%)

1066
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)

AMII Materias primas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Parcial

Capas 6-9 Obsidiana 1 1 0 0 123 5 130

- % parcial 0,8 0,8 0,0 0,0 94,6 3,8 100,0

- % corteza por categoría - 50,0 - 0,0 - 3,9 -

- Basaltos 1 1 3 1 251 41 298

- % parcial 0,3 0,3 1,0 0,3 84,2 13,7 100,0

- % corteza por categoría - 50,0 - 25,0 - 14,0 -

- Sílices 7 5 0 0 443 20 475

- % parcial 1,5 1,0 0,0 0,0 93,3 4,2 100,0

- % corteza por categoría - 41,7 - 0,0 - 4,3 -

Capa 10 Obsidiana 2 1 0 0 93 14 110

- % parcial 1,8 0,9 0,0 0,0 84,5 12,7 100,0

- % corteza por categoría - 33,3 - 0,0 - 13,1 -

- Basaltos 1 1 1 5 325 71 404

- % parcial 0,2 0,2 0,2 1,2 80,4 17,6 100,0

- % corteza por categoría - 50,0 - 83,3 - 17,9 -

- Sílices 12 4 4 2 350 23 395

- % parcial 3,0 1,0 1,0 0,5 88,6 5,8 100,0

- % corteza por categoría - 25,0 - 33,3 - 6,2 -

Tabla 4. Material lítico por materia prima de los conjuntos del sitio Alero Mauricio II, del Bloque Temporal 760-1280
años cal. AP Elementos formatizados (F), núcleos (N), desechos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).

Las actividades reductivas evidenciadas por el na (12,1%). Esta capa sigue las mismas tendencias
material lítico para este bloque temporal son más que las anteriores para los basaltos pero tiene una
claras si se relacionan con los recursos disponibles mayor proporción de núcleos con corteza (83,3%) y
regionalmente. Para ello dividimos a los materiales desechos con corteza (17,9%).
líticos en las categorías de materias primas com- Las ausencias más notables son los núcleos de
prendidas en el modelo de disponibilidad regional obsidiana en las capas 6-9 y la 10. No obstante, hay
actualmente vigente que fue detallado más arriba. elementos formatizados y desechos con corteza
El objetivo de este ejercicio fue ver si existe un pa- en todas las capas. En las capas 6-9 la proporción
trón consistente en la ausencia de elementos por de desechos con corteza de esta materia prima es
materia prima que se correlacione con la distancia semejante a las sílices aunque bastante menor que
a la fuente conocida. el porcentaje de los desechos de basaltos con cor-
En el sector norte en ambos conjuntos de AMII teza. En cambio en la capa 10 esta proporción de
el basalto es la única materia prima representada desechos con corteza de obsidiana se asemeja a las
en todas las categorías de las actividades reduc- de los basaltos.
tivas (Tabla 4). No obstante, el descarte total de Las sílices son la materia prima más abundan-
basalto en las capas 6-9 representa cantidades in- te en las capas 6-9 (52,6%) y en la capa 10 es casi
termedias (33,0%) entre las sílices (52,6%) y la obsi- tan preponderante (43,4%) como los basaltos. Fal-
diana (14,4%) (Tabla 6). Un cuarto de los núcleos de tan por completo los núcleos en las capas 6-9. En
basaltos tienen corteza como así también la mitad cambio hay muchos artefactos formatizados aban-
de los elementos formatizados. Un 14,0% de los donados en el lugar. La proporción de artefactos
desechos de esta roca muestran corteza. Como se formatizados y los desechos con corteza en ambos
verá este valor es más alto que para las otras ma- casos es menor a las demás materias primas.
terias primas. En la capa 10 el total de descarte de En el sector sur en CSI en el conjunto de las ca-
los basaltos (44,4%) se asemeja en cantidad al de pas 2-3 ninguna materia prima tiene representadas
las sílices (43,4%) y está por encima de la obsidia- todas las categorías de reducción mientras que sí

Mengoni Goñalons et al. 1067


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

CSI Materias primas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Parcial

Capas 2-3 Obsidiana 5 2 1 0 176 13 197

- % parcial 2,5 1,0 0,5 0,0 89,3 6,6 100,0


% corteza por
- - 28,6 - 0,0 - 6,9 -
categoría
- Basaltos 3 1 1 0 138 3 146

- % parcial 2,1 0,7 0,7 0,0 94,5 2,1 100,0


% corteza por
- - 25,0 - 0,0 - 2,1 -
categoría
- Sílices 13 5 1 0 309 17 345

- % parcial 3,8 1,4 0,3 0,0 89,6 4,9 100,0


% corteza por
- - 27,8 - 0,0 - 5,2 -
categoría
Capa 4s Obsidiana 4 4 0 0 388 29 425

- % parcial 0,9 0,9 0,0 0,0 91,3 6,8 100,0


% corteza por
- - 50,0 - 0,0 - 7,0 -
categoría
- Basaltos 0 0 0 0 201 9 210

- % parcial 0,0 0,0 0,0 0,0 95,7 4,3 100,0


% corteza por
- - 0,0 - 0,0 - 4,3 -
categoría
- Sílices 14 1 2 1 669 59 746

- % parcial 1,9 0,1 0,3 0,1 89,7 7,9 100,0


% corteza por
- - 6,7 - 33,3 - 8,1 -
categoría
Tabla 5. Material lítico por materia prima de los conjuntos del sitio Colmillo Sur I, del Bloque Temporal 760-1280
años cal. AP Elementos formatizados (F), núcleos (N), desechos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).

lo están en el conjunto de la 4s. Cuantitativamente ducción de las sílices para la capa 4s. Aquí dominan
en las capas 2-3 las sílices tienen mayor descarte también las sílices (54,0%) por sobre la obsidiana
(50,1%) superando a la obsidiana (28,6%) y a los (30,8%) y los basaltos (15,2%) (Tabla 6). La propor-
basaltos (21,2%). Sin embargo, la proporción de ción de artefactos formatizados con corteza de las
descarte con corteza de las sílices no es consisten- sílices es muy baja dentro de esa categoría (6,6%)
temente la más elevada en comparación con las en comparación con las demás materias primas y
demás materias primas. La ausencia más destaca- también con respecto al conjunto anterior. Los de-
ble es la falta de núcleos con corteza. Los artefac- sechos con corteza dentro de esta categoría (8,1%)
tos formatizados con corteza tienen valores algo son algo mayores y se asemejan a los valores de
mayores (27,8%) y los desechos con corteza tienen aquéllos de la obsidiana en este conjunto.
valores intermedios entre la obsidiana y los basal- Hay núcleos de obsidiana sin corteza en las ca-
tos (Tabla 6). Esta situación contrasta con la repre- pas 2-3 y faltan por completo en la capa 4s. Dentro
sentación completa de todas las categorías de re- del conjunto de las capas 2-3, la proporción de ar-
tefactos formatizados de obsidiana con corteza es
alta (28,6%) y semejante a la de las sílices (27,8%).
%
Sitio Capas % Basalto % Sílices También el porcentaje de desechos de obsidia-
Obsidiana
na con corteza (6,9%) es superior al de las sílices
AMII 6-9 14,4 33,0 52,6
(5,2%), lo que señala cierta similitud en el trabajo
10 12,1 44,4 43,4 de reducción. En la capa 4s la proporción de arte-
factos formatizados con corteza (50,0%) es muy
CSI 2-3 28,6 21,2 50,1
superior al de las sílices (6,7%) aunque los valores
4s 30,8 15,2 54,0 de desechos con corteza son semejantes (7,0%).
4i 27,3 24,7 48,0
Hay una proporción muy baja de núcleos de ba-
salto. Faltan aquéllos con corteza en la capa 2-3 y
Tabla 6. Materias primas en los conjuntos de Alero Mau- están ausentes en la capa 4s. Esta materia prima
ricio II y Colmillo Sur I.

1068
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)

es la que tiene también menores valores de repre- gorías de reducción se hallan presentes, dominan-
sentación en ambos conjuntos. Con respecto a las do, como en los otros casos, los desechos (97,2%).
sílices, materia prima siempre mayoritaria, repre- Aquí, en comparación con el bloque temporal más
senta menos de la mitad (21,2%) en las capas 2-3 y reciente del mismo sitio, la proporción de núcleos
tres veces menos (15,2%) en la capa 4s. Acompaña con corteza es mayor (60,0%), la de los artefactos
esta tendencia la baja proporción de artefactos for- formatizados es algo menor (17,9%) y la de los de-
matizados de basalto en las capas 2-3 y una ausen- sechos semejante (5,5%).
cia total en la capa 4s. El porcentaje de desechos En este conjunto las sílices evidencian todas las
sin corteza en los basaltos es siempre inferior a las actividades de reducción (Tabla 8). Son las sílices el
otras dos materias primas. material más descartado (48,0%) seguido en pro-
porciones semejantes, por la obsidiana (27,3%) y
Bloque temporal 2060-2350 años cal. AP los basaltos (24,7%) (Tabla 6). La cantidad de ele-
El bloque temporal más temprano está repre- mentos formatizados de sílices es alta dentro del
sentado sólo por la ocupación de la capa 4 inferior conjunto, pero proporcionalmente los elementos
de Colmillo Sur I en el sector sur (Tabla 1). con corteza (12,5%) son menores que para las de-
más materias primas. La proporción de los dese-
Capas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Total chos con corteza tiene valores intermedios (4,4%)
con respecto a las demás materias primas.
4i 32 7 2 3 1475 86 1605 Todos los núcleos de obsidiana tienen corteza
% total 2,0 0,4 0,1 0,2 91,9 5,3 100,0 y los valores de desechos con corteza (10,7%) son
mayores a los de las demás materias primas.
% corteza
por categoría
- 17,9 - 60,0 - 5,5 - Las ausencias más destacadas son la falta de
núcleos de basaltos. Los valores totales de des-
Tabla 7. Material lítico de la capa 4i de Colmillo Sur I carte de los basaltos (24,7%) los colocan en último
para los elementos formatizados (F), núcleos (N) y dese-
lugar con valores cercanos a la obsidiana (27,3%)
chos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).
(Tabla 6). Los elementos formatizados en basalto
tiene valores semejantes a la obsidiana, pero se di-
El total de material lítico para el bloque está vol-
ferencian de ésta materia prima por la ausencia de
cado en la tabla 7. Esta muestra que todas las cate-
núcleos.

Materias primas Fsc Fcc Nsc Ncc Dsc Dcc Parcial


CSI

Capas 4 i Obsidiana 7 2 0 2 381 47 439


% parcial 1,6 0,4 0,0 0,4 86,8 10,7 100,0
% corteza por cat-
- 22,2 - 100,0 - 11,0 -
egoría
Basaltos 4 2 0 0 385 5 396
% parcial 1,0 0,5 0,0 0,0 97,2 10,3 100,0
% corteza por cat-
- 33,3 - 0,0 - 1,3 -
egoría
Sílices 21 3 2 1 709 34 770
% parcial 2,7 0,4 0,2 0,1 92,1 4,4 100,0
% corteza por cat-
- 12,5 - 33,3 - 4,5 -
egoría

Tabla 8. Material lítico por materia prima de la capa 4i del sitio Colmillo Sur I, del Bloque temporal 2350-2060 años
cal. AP Elementos formatizados (F), núcleos (N), desechos (D), sin corteza (sc) y con corteza (cc).

DISCUSIÓN

En este trabajo la discusión está centrada en el la variedad de actividades reductivas líticas. Estas
análisis comparativo de la intensidad de las ocupa- comparaciones se hicieron entre diferentes ocupa-
ciones detectadas en algunos sitios del norte y sur ciones de una misma localidad y entre localidades
del área de investigación. Las medidas empleadas distintas teniendo en cuenta dos bloques tempo-
en este análisis fueron la cantidad de descarte y rales de ocupación y la disponibilidad regional de

Mengoni Goñalons et al. 1069


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

materias primas. za y proporciones de corteza en los desechos seme-


En el bloque temporal más reciente (760-1280 jantes a las sílices. Incluso hay presencia de núcleos
años cal. AP) la variedad de tareas reductivas en en las capas 2-3 de CSI. Esto apunta a que su dispo-
ambos sectores del área fue semejante, en tanto nibilidad en este sector no es tan restringida como
que están presentes todas las categorías conside- lo evidenciado en el sector norte.
radas. Las diferencias se notan en la intensidad con En el bloque temporal más antiguo (2060-2350
que se llevaron a cabo las tareas de reducción aun- años cal. AP) en el sector sur, el trabajo en general
que hay variaciones intra-locales. En el sector nor- muestra una proporción de núcleos con corteza ma-
te, las proporciones de elementos con corteza en yor a la de los artefactos formatizados con corteza
todas las categorías de reducción son mayores que lo cual podría estar indicando un aprovisionamien-
aquéllas del conjunto del sector sur. Esto indicaría to más local. Esto no opera por igual para todas las
una variedad de tareas reductivas que resultan de materias primas consideradas. El tratamiento de las
una secuencia corta de reducción o menos intensa. sílices muestra mayor trabajo (variedad de tareas y
A su vez, la cantidad de núcleos indicaría una ma- valores bajos de corteza) con una secuencia de re-
yor disponibilidad de materias primas. Al tomar en ducción más larga. Aquí la disponibilidad no parece
cuenta el trabajo de reducción por materia prima, restringida dado que hay núcleos con corteza y las
las diferencias se perfilan de modo más claro. sílices se comportan como una materia prima local.
Los basaltos en el sector norte son la única ma- La obsidiana, con núcleos y altos porcentajes de
teria prima que se halla presente en todas las cate- corteza, llevaría a pensar que es una materia pri-
gorías de reducción. Muestran además una mayor ma local o, al menos, que se encontraba fácilmen-
presencia de corteza en desechos y núcleos lo que te disponible. Los basaltos, en cambio, muestran
señala una reducción menos intensa, secuencias una menor variedad de tareas y una secuencia de
más cortas de reducción y una disponibilidad ma- reducción incompleta porque no hay núcleos. Todo
yor de materia prima. Todo ello es concordante con indicaría que estas rocas se comportan como una
lo esperado para una materia prima de carácter lo- materia prima no local.
cal. En el sector sur, los basaltos muestran menor Por el momento, no notamos una tendencia
cantidad de descarte y variedad de tareas, pero un temporal en las prácticas de reducción ni en el tra-
trabajo de reducción más intenso en función de las tamiento de las materias primas. Entre los dos blo-
menores proporciones de corteza y la ausencia de ques temporales no hay tendencias marcadamente
núcleos con corteza. Por lo que en el sector sur los contrastantes. La única salvedad es que, dentro
basaltos parecieran menos disponibles y se com- del bloque más reciente en la secuencia de AMII,
portan como una materia prima no local. los núcleos de las sílices están ausentes en las ca-
Las sílices en el sector norte (AMII) dominan en pas superiores (6-9) y presentes en la inferior (capa
los conjuntos por su cantidad. No obstante, presen- 10). Sin embargo, el tratamiento de los basaltos y la
tan una menor variedad de actividades reductivas y obsidiana se mantiene igual. La capa 10 por el mo-
una menor proporción de descarte con corteza. En mento no posee dataciones y fue provisoriamente
general, esto indicaría un trabajo más intenso, aun- agrupada junto con las capas 6-9.
que con una menor disponibilidad de esta materia En cambio observamos diferencias espaciales
prima para el conjunto de las capas 6-9 y una algo en el tratamiento de las materias primas y la varie-
mayor para el de capa 10. En comparación con el dad de actividades reductivas. La tabla siguiente
procesamiento de los basaltos, las sílices operarían (Tabla 9) muestra los conjuntos presentados en las
como una materia prima no local en las capas 6-9, tablas 4, 5 y 8 ordenados por bloque temporal y por
pero no así en la capa 10. En el sector sur (CSI), la sector. En esta tabla buscamos medir la intensidad
cantidad de descarte, la variedad de actividades re- de reducción lítica a través de la variedad de acti-
ductivas y las bajas proporciones de corteza en ge- vidades, que luego compararemos con la densidad
neral, indica que las sílices se trabajaron en forma de descarte lítico. La primera medida se construyó
más intensa. La presencia de corteza en desechos y considerando cuántas clases de materias primas
núcleos también concuerda con una disponibilidad presentan toda la variedad de actividades reducti-
local de estas materias primas. vas (artefactos formatizados, núcleos y desechos,
La obsidiana en el sector norte muestra una me- con o sin corteza). Esta es alta cuando las tres clases
nor variedad de tareas por la ausencia de núcleos, de materias primas muestran todos los elementos
y las bajas proporciones de corteza señalan un tra- del trabajo de reducción, es media cuando hay sólo
bajo de reducción más intenso. Todo esto es cohe- dos y es baja cuando hay una o ninguna (Tabla 9, se-
rente con una materia prima no local. En cambio en gunda columna). A su vez consignamos la materia
el sector sur, la obsidiana no está tan intensamente prima para la cual todos los elementos reductivos
reducida mostrando muchos artefactos con corte- se hallaban presentes (Tabla 9, tercera columna).

1070
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)

Variedad de Materias Densidad


Para poder avanzar en la caracterización de las
Conjuntos
actividades primas Lítico ocupaciones queremos establecer un nexo entre la
variedad de actividades de reducción por materia
Mauricio II (6-9) Baja Basalto Baja
prima y la densidad del material lítico descartado.
Basalto
Mauricio II (10) Media
Sílices
Baja Lo esperable es que, siendo otros factores constan-
Colmillo Sur 2-3 Baja Ninguna Baja a Media
tes, una variedad determinada de actividades de
reducción se corresponda con una densidad seme-
Colmillo Sur 4s Baja Sílices Alta jante de descarte lítico. Para ello nos referimos a
Colmillo Sur (4i) Media
Obsidiana
Media los datos presentados en la figura 1. En la tabla 9
Sílices
(cuarta columna) vemos que esta correspondencia
Tabla 9. Comparación de la intensidad del trabajo de
se sostiene para las ocupaciones 6-9 de AMII, 2-3 y
reducción y el descarte del material lítico para los sitios
Alero Mauricio II y Colmillo Sur I.
4i de CSI. Pero esto no se cumple para algunas ocu-
paciones del sector norte y sur. La capa 10 de AMII
tiene una variedad de actividades media pero esto
Aquí se nota claramente que los basaltos tienen se correlaciona con una densidad baja de descarte.
todos los elementos de la actividad reductiva en el La capa 4s de CSI tiene una baja variedad de acti-
sector norte y no así en el sector sur. Es solo en el vidades reductivas y, al mismo tiempo, tiene una
sector sur que el descarte de la obsidiana muestra densidad lítica alta.
todos los elementos. En cambio las sílices están Estas aparentes anomalías pueden entenderse
presentes tanto en el sector norte como en el sec- si tomamos otros aspectos en consideración. La va-
tor sur. riedad de actividades representadas en el conjunto
Podemos relacionar este nuevo patrón con las de la capa 10 de AMII pareciera no estar fielmente
expectativas que genera la disponibilidad regional reflejada en la cantidad de descarte. Esta menor
de materias primas. Los basaltos sólo se compor- frecuencia de descarte podría relacionarse con la
tan como una materia prima local en el sector nor- substracción de elementos por algún mecanismo
te, a pesar de estar también disponibles en el sec- de conservación o reclamación que involucre llevar-
tor sur. En este último sector los basaltos muestran se artefactos del lugar donde originalmente fueron
actividades menos variadas y una menor frecuen- producidos (Holdaway et al. 2008). Así, el conjunto
cia de descarte. La obsidiana se comporta confor- descripto estaría representando un remanente del
me a lo esperable para una materia prima no local espectro global de actividades reductivas llevadas
cuya fuente de aprovisionamiento está a más de a cabo en el sitio.
80 km al S.O. del área de investigación. La presen- En el caso del conjunto del conjunto de 4s de
cia de núcleos sólo en el sector sur y de artefactos CSI que muestra una gama reducida de activida-
formatizados y desechos con corteza en el sector des y una cantidad alta de descarte, pensamos que
norte confirma este patrón. La presencia de todas podría existir un vínculo con la duración de esta
las actividades de reducción practicadas sobre las ocupación. Puede suceder que la gama de tareas
sílices conforma lo esperado para una materia pri- haya sido menor pero que hayan durado más tiem-
ma de carácter local. A esto podemos agregar que po. Esta mayor duración sería concordante con la
las sílices siempre son la materia prima más descar- cantidad de descarte registrado en esta unidad de
tada (Tabla 6) en cualquiera de los conjuntos ana- análisis, tal como se desprende de los modelos et-
lizados. noarqueológicos propuestos por Binford (1983).

CONCLUSIONES

Como se planteó en otros trabajos anteriores que son descartados y la variedad de tareas desa-
(Figuerero Torres y Mengoni Goñalons 2007 a y b) rrolladas en cada uno de ellos.
se ha observado un contraste entre las ocupacio- En el sector norte a la baja persistencia se suma
nes del norte con respecto a las del sur. Se da una una variedad de actividades de reducción que va de
mayor continuidad (persistencia) en el uso de los bajo a medio y una baja densidad de material lítico.
lugares en el sector sur (por ejemplo, en el sitio Col- Estas diferencias se hacen más notorias cuando se
millo Sur I) en comparación con los del norte (por mide la variación en la composición de los conjun-
ejemplo, en Mauricio II). tos a partir de la abundancia relativa de artefactos
En este trabajo vemos que esta diferencia en la formatizados, núcleos y desechos por materia pri-
persistencia con que se ocupan estos espacios tam- ma y, además, se mide el porcentaje de elementos
bién tiene un correlato en la cantidad de materiales que poseen corteza. Solamente se observa una

Mengoni Goñalons et al. 1071


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

secuencia de reducción más completa para los ba- en esta comarca cordillerana. El sector norte podría
saltos y las sílices, materias primas que están lo- haber constituido primordialmente una vía de trán-
calmente disponibles. Esto queda ilustrado por las sito con ocupaciones de relativa corta duración en
ocupaciones del Alero Mauricio II en el curso del río puntos de parada (lugares) estratégicos que eran
Jeinemeni. ocupados recurrentemente en forma breve. El sec-
En el sector sur, a la mayor persistencia se agre- tor sur, en cambio, habría estado caracterizado por
ga también una variedad de tareas reductivas que ocupaciones más prolongadas y por la reocupación
va de baja a media pero acompañada de una den- reiterada de aquéllos lugares que previamente ha-
sidad de materiales variable. Al igual que en el caso bían sido utilizados.
anterior se verifican variaciones en la composición Por el momento no se han advertido cambios
de los conjuntos de las tres categorías reductivas. notorios en los patrones de utilización de las mate-
Aquí se da la correspondencia entre una baja varie- rias primas durante el período comprendido entre
dad de actividades y una baja a media densidad, en los 750-2350 años cal. AP más allá de variaciones
un caso (2-3 de CSI) en que la secuencia de reduc- situacionales de escala intralocal o interlocal.
ción es incompleta para las tres clases de materias Son varios los temas que han sido discutidos en
primas consideradas. También hay corresponden- este trabajo. El objetivo fue examinar el carácter
cia en otro conjunto (4i de CSI), pero en este caso la de las diferentes ocupaciones detectadas a lo largo
secuencia de reducción se halla completa para las del corredor natural que une Los Antiguos con Paso
obsidianas y las sílices, siendo sólo esta última una Roballos. Como hemos visto hay diferencias mar-
materia prima local. No se verifica la corresponden- cadas en los patrones de utilización de los lugares
cia esperada en el conjunto de 4s de CSI y la secuen- y recursos líticos que apuntan a que el carácter de
cia de reducción se completa sólo para las sílices, las ocupaciones fue distinto en esta franja cordille-
materia prima local. Como se expuso más arriba, el rana. Queda aún por explorar otros factores que
tiempo de duración de las ocupaciones podría estar podrían estar condicionando las variaciones espa-
actuando en la conformación de este patrón. ciales y temporales observadas a fin de compren-
Este contraste entre ambos sectores estaría der en su profundidad la historia de ocupación de
sugiriendo que estos espacios tuvieron un rol dis- esta región.
tinto en la movilidad de los grupos que habitaron

AGRADECIMIENTOS
A la UBA (UBACYT 2004-7 F039), CONICET (PIP 2000- 02288) y ANPCYT (PICT 2006-00668) por el
apoyo financiero. A Víctor Ramos y Corina Risso (FCEN-UBA) por su asesoramiento. A la Municipalidad
de Los Antiguos y su pueblo por su apoyo e interés en nuestro proyecto. A las estancias El Refugio, El Ala-
mo, La Frontera, Sol de Mayo y La Juanita por su generosa hospitalidad. A Carolina Mengoni Goñalons
quien diseñó y realizó el mapa de ubicación.

BIBLIOGRAFÍA
Andrefsky, W. Cassiodoro, G., A. G. Guráieb, A. Re y A. Tívoli
1998 Lithics: Macroscopic approaches to analysis. 2004 Distribución de recursos líticos en el registro
Cambridge Manuals in Archaeology. Cambridge superficial de la cuenca de los lagos Pueyrredón-
University Press, Cambridge. Posadas-Salitroso. En Contra viento y marea.
Binford, L. R. Arqueología de la Patagonia, editado por M. T.
1983 In Pursuit of the Past. Thames & Hudson, New Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb, pp. 57-70.
York. Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Bonzani, R. M. Latinoamericano - Sociedad Argentina de
1997 Plant Diversity in the Archaeological Record: Antropología, Buenos Aires.
A Means Toward Defining Hunter-Gatherer Mobility Clarkson, C.
Strategies. Journal of Archaeological Science 2002 An Index of Invasiveness for the Measurement
24(12):1129-1139. of Unifacial and Bifacial Retouch: A Theoretical,
Brown, L. L., B. S. Singer y M. L. Gorring Experimental and Archaeological Verification. Journal
2004 Paleomagnetism and 40Ar/39Ar Chronology of of Archaeological Science 29(1):65-75.
Lavas from Meseta del Lago Buenos Aires, Patagonia. Dibble, H. L.
Geochemistry, Geophysics, Geosystems 5(1):Q01H04, 1995 Raw Material Availability, Intensity of Utilization,
doi:10.1029/2003GC000526. and Middle Paleolithic Assemblage Variability. En
Journal of Archaeological Method and Theory, editado

1072
Carácter de las ocupaciones humanas en el área de Los Antiguos- Monte Zeballos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina)

por H. L. Dibble y M. Lenoir, pp. 289-315. University Chronologie, Activités Humaines, editado por J.
Museum Monograph 91. University of Pennsylvania P. Rigaud, pp. 441-517. Mémoires de la Société
Museum of Archaeology and Anthropology, Préhistorique Française 19, Paris.
Philadelphia. Glasser, N. y K. Jansson
Dibble, H. L., U. A. Schurmans, R. P. Iovita y M. V. 2005 Fast-flowing outlet glaciers of the Last Glacial
McLaughlin Maximum Patagonian Icefield. Quaternary Research
2005 The measurement and interpretation of cortex 63:206-211.
and lithic assemblages. American Antiquity 70(3):545- Gorring, M., B. Singer, J. Gowers y S. M. Kay
560. 2003 Plio–Pleistocene basalts from the Meseta
Douglass, D. C., B. S. Singer, M. R. Kaplan, D. M. del Lago Buenos Aires, Argentina: evidence for
Mickelson y M. W. Caffee asthenosphere–lithosphere interactions during
2006 Cosmogenic nuclide surface exposure dating slab window magmatism. Chemical Geology
of boulders on last-glacial and late-glacial moraines, 193(2003):215– 235.
Lago Buenos Aires, Argentina: Interpretive Guráieb, A. G.
strategies and paleoclimate implications. Quaternary 2000 Diversidad artefactual y selección de materias
Geochronology 1:43-58. primas en contextos tardíos de Cerro de los Indios 1
Egeland, C. P. (Lago Posadas, Santa Cruz). En Desde el País de los
2003 Processing intensity and cutmark creation: an Gigantes. Perspectivas arqueológicas en Patagonia,
experimental approach. Plains Anthropologist 48:39- editado por Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S.
51. Espinosa Tomo I pp. 19-30. Universidad Nacional de
Espinosa, S. y R. A. Goñi la Patagonia Austral. Río Gallegos.
2004 Viven! Una fuente de obsidiana en la Provincia de Guráieb, A. G
Santa Cruz. En Contra viento y marea. Arqueología de la 2004 Selección de materias primas para la confección
Patagonia, editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández de raspadores en Cerro de los Indios 1 (lago Posadas,
y A. G. Guraieb, pp. 177-188. Instituto Nacional de Santa Cruz, Argentina). Chungara. Revista de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Arqueología Chilena Volumen Especial I:15-28.
Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires. Hiscock, P.
Espinoza, F., D. Morata, E. Pelleter, R. C. Maury, M. 2007 Looking the other way. A materialist/
Suárez, Y. Lagabrielle, M. Polvé, H. Bellon, J. Cotten, technological approach to classifying tools and
R. De La Cruz y C. Guivel implements, cores and retouched flakes. En Tools
2005 Petrogenesis of the Eocene and Mio–Pliocene or Cores? The Identification and Study of Alternative
alkaline basaltic magmatism in Meseta Chile Core Technology in Lithic Assemblages, editado por
Chico, southern Patagonia, Chile: Evidence for S. P. McPherron, pp. 198-222. Cambridge Scholars
the participation of two slab windows. Lithos Publishing, Newcastle.
82(2005):315– 343. Holdaway, S., P. Fanning y E. Rhodes
Figuerero Torres, M. J. y G. L. Mengoni Goñalons 2008 Challenging intensification: human--
2007a Cronología del área de Monte Zeballos-Los environment interactions in the Holocene
Antiguos y Paso Roballos (Santa Cruz, Argentina). geoarchaeological record from western New
Resúmenes Ampliados del XVI Congreso Nacional de South Wales, Australia. The Holocene 18(3):403-
Arqueología Argentina. Número especial de la Revista 412.10.1177/0959683607087930.
Pacarina Tomo III 371-372. Facultad de Humanidades Holdaway, S. J., P. C. Fanning y D. C. Witter
y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de 2000 Prehistoric Aboriginal Occupation of the
Jujuy. Rangelands: Interpreting the Surface Archaeological
Figuerero Torres, M. J. y G. L. Mengoni Goñalons Record of far Western New South Wales, Australia.
2007b Lugares persistentes y vacíos ocupacionales en The Rangelands Journal 22(1):44-57.
sociedades cazadoras-recolectoras de la Patagonia Mallol, C., F. W. Marlowe, B. M. Wood y C. C. Porter
Centro-Meridional. En Actas del XVII Congreso 2007 Earth, wind, and fire: ethnoarchaeological
Nacional de Arqueología Chilena. Sociedad Chilena de signals of Hadza fires. Journal of Archaeological
Arqueología y UACh, Valdivia, en prensa. Science 34(12):2035-2052.
García-Herbst, A. E., H. Neff, J. L. Lanata, L. García Marwick, B.
Albarido y C. R. Stern 2002 Milly’s Cave: Evidence for Human Occupation of
2007 Laser ablation ICP-MS analysis of black obsidian the Inland Pilbara during the Last Glacial Maximum.
nodules from Pampa del Asador and archaeological Tempus 7:21-33.
samples from southernmost Patagonia. En Méndez Melgar, C.
Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras, 2004 Movilidad y manejo de recursos líticos de tres
desenterrando huesos...y develando arcanos, editado valles andinos de Patagonia Centro Occidental. En
por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, Contra viento y marea. Arqueología de la Patagonia,
pp. 235-246. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile. editado por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A.
Geneste, J. M. G. Guraieb, pp. 135-148. Instituto Nacional de
1988 Les Industries de la Grotte Vaufrey: Technologie Antropología y Pensamiento Latinoamericano -
du Débitage, Économie et Circulation de la Matière Sociedad Argentina de Antropología, Buenos Aires.
Première. En La Grotte Vaufrey: Paléoenvironnement, Mengoni Goñalons, G. L. y M. J. Figuerero Torres

Mengoni Goñalons et al. 1073


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

2005 Arqueología de Paso Roballos y Monte in Archaeological Sites. Journal of Archaeological


Zeballos-Los Antiguos: diseño de investigación y Science 30:297–316.
algunos resultados iniciales. Programa y Resúmenes Stern, C. R.
VI Jornadas de Arqueología de la Patagonia., pp. 63. 2004 , Obsidian in Southern Patagonia: Review
CEHA - Instituto de la Patagonia, Universidad de of the current information. En Contra viento y
Magallanes, Punta Arenas. marea. Arqueología de la Patagonia, editado por
Naranjo, J. y C. R. Stern M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
1998 Holocene explosive activity of Hudson Volcano, pp. 167-176. Instituto Nacional de Antropología y
southern Andes. Bulletin of Volcanology 59(4):291- Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
306. de Antropología, Buenos Aires.
Nelson, M. C. Wandsnider, L.
1991 The Study of Technological Organization. 1992 The Spatial Dimension of Time. En Space,
Archaeological Method and Theory 3:57-100. Time and Archaeological Landscapes, editado por
Otte, M., I. López Bayón, P. Noiret, O. Bar-Yosef, I. J. Rossignol y L. Wandsnider, pp. 257-292. Plenum,
Yalçinkaya, M. Kartal, J.-M. Léotard y P. Pettitt New York.
2003 Sedimentary Deposition Rates and Carbon-14: Wandsnider, L.
the Epi-paleolithic Sequence of Öküzini Cave 1998 Regional Scale Processes and Archaeological
(Southwest Turkey). Journal of Archaeological Science Landscape Units. En Unit Issues in Archaeology:
30:325–341. measuring time, space and material, editado por A.
Pearsall, D. F. Ramenofsky y A. Steffen, pp. 87-102. University of
2000 Paleoethnobotany: a handbook of procedures. 2 Utah Press, Salt Lake City.
ed. Academic Press, New York.
Pickering, T. R. y C. P. Egeland
2006 Experimental patterns of hammerstone
percussion damage on bones: implications for
inferences of carcass processing by humans. Journal
of Archaeological Science 33(4):459-469.
Ramos, V.
2002a El magmatismo neógeno de la cordillera
patagónica. En Geología y Recursos Naturales de
Santa Cruz - Relatorio del XV Congreso Geológico
Argentino, editado por M. J. Haller, pp. 1-13. vol. I-12.
Asociación Geológica Argentina, Buenos Aires.
Ramos, V.
2002b El magmatismo paleógeno de la cordillera
patagónica. En Geología y Recursos Naturales de
Santa Cruz. Relatorio del XV Congreso Geológico
Argentino, editado por M. J. Haller, pp. 1-10. vol. I-10.
Asociación Geológica Argentina, Buenos Aires.
Schlanger, S. H.
1992 Recognizing Persistent Places in Anasazi
Settlement Systems. En Space, Time and
Archaeological Landscapes, editado por J. Rossignol y
L. Wandsnider, pp. 91-112. Plenum, New York.
Shiner, J. I.
2004 Place as occupational histories: Towards
an understanding of deflated surface artefact
distributions in the West Darllng, New South Wales,
Australia. Doctor of Philosophy in Anthropology,
Department of Anthropology, The University of
Auckland.
Singer, B. S., R. P. Ackert y H. Guillou
2004 40Ar/39Ar and K-Ar chronology of Pleistocene
glaciations in Patagonia. GSA Bulletin 116(3/4):434-
450; doi: 10.1130/B25177.1.
Steffen, A., E. J. Skinner y P. W. Ainsworth
1998 A View to the Core: Technological Units and
Debitage Analysis. En Unit Issues in Archaeology,
editado por A. F. Ramenofsky y A. Steffen, pp. 131-
146. University of Utah Press, Salt Lake City.
Stein, J. K., J. N. Deo y L. S. Phillips
2003 Big Sites-Short Time: Accumulation Rates

1074
Evaluando el registro arqueológico de Tierra
del Fuego durante el Holoceno temprano y
medio
Flavia Morello1, Luis Borrero2, Jimena Torres1, Mauricio Massone3, Manuel Arroyo4,
Robert McCulloch5, Elisa Calas6, Marcela Lucero6, Ismael Martínez6 y Gabriel Bahamonde1

A B S T R A C T

The first results of a research focused on the evolution of human terrestrial


colonization in Tierra del Fuego during the Holocene are presented. Emphasis is given
to moments before 2000 BP, focusing on the integration of a new methodological
strategy to approach the detection of archaeological sites for this period.

INTRODUCCIÓN

Con posterioridad a los 8000 años AP, la apertu- a los 2000 años AP, periodo en que el registro ar-
ra del estrecho de Magallanes genera la insularidad queológico es abundante y variado, interpretado
de Tierra del Fuego con una barrera biogeográfica como un aumento demográfico con ocupación
que habría aislado a los primeros grupos humanos efectiva de todos los ambientes de la isla (Borrero
registrados hace ca.10,500 años AP en la Cueva Tres 1989-90).
Arroyos 1 (Massone 2004). Se presenta la información recopilada en los
El poblamiento del Norte de la isla comienza primeros dos años de investigación del proyecto
durante el Tardiglacial pero el desarrollo posterior FONDECYT 1060020 “Arqueología de cazadores-
es menos claro, con eventos puntuales y disconti- recolectores de Tierra del Fuego: el proceso de
nuos de ocupaciones de cazadores terrestres, uno colonización y el factor de aislamiento geográfico,
discutido, del Holoceno temprano (Marazzi 1, nive- durante el Holoceno temprano y medio”. Nos con-
les inferiores), y otros del Holoceno medio-tardío, centraremos, en el modo que se ha integrado una
siempre yacimientos costeros (Morello et al. 1999; nueva estrategia metodológica para la búsqueda
Salemme y Bujalesky 2000; Salemme et al. 2007). de sitios arqueológicos y los resultados obtenidos,
Aquí se presentan los resultados preliminares hasta el momento.
de un proyecto enfocado al estudio del proceso de
colonización terrestre de Tierra del Fuego durante
el Holoceno, con énfasis en momentos anteriores

1 CEQUA y Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes. Flavia.
[email protected]. [email protected].
2 DIPA - IMIHICIHU, CONICET. [email protected].
3 Museo de Historia Natural de Concepción, DIBAM. [email protected].
4 Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes y McBurney Institu-
te - [email protected].
5 School of Biological & Environmental Sciences, University of Stirling.
[email protected].
6 Depto. Antropología, Universidad de Chile. [email protected], [email protected],
[email protected].

Morello et al. 1075


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

METODOLOGÍA

El diseño de prospección ha sido planeado en con muestreo sistemático.


múltiples etapas, con un marco interdisciplinario -Prospección sub-superficial sistemática (son-
de estudios, y combinando dos tipos de estrategias deos, pruebas de pala y barrenos): en sus prime-
de prospección, que incluyen muestreos sistemáti- ras fases de aplicación se ha buscado evaluar el
cos y guiados, dependiendo de las características desempeño de distintos sistemas de muestreo sub-
de los sectores de muestreo. superficial en condiciones controladas. En ambas
Las etapas de prospección se pueden sintetizar prospecciones se insertan nuevos procedimientos
en tres fases generales: de evaluación tafonómica de casos específicos, en-
-Inspección geomorfológica y estudios geoar- focándose a procesos de formación del registro, su
queológicos: evaluación en terreno de los antece- integridad y potencial de conservación, y, también,
dentes, identificación de geoformas presentes en estudios geoarqueológicos puntuales.
el paisaje actual y su cronología relativa (tefracro- Las áreas estudiadas en los dos primeros años
nología y otros depósitos estratificados de fecha del proyecto son:
conocida). Incluye el estudio de procesos de forma- a) Área discontinua asociada a la costa de la
ción de depósitos naturales y culturales utilizando transgresión marina del Holoceno medio, entre
de manera complementaria enfoques tafonómicos punta Catalina y bahía Inútil, en la zona Norte y
y geoarqueológicos, y discutiendo su relación con Oeste de Tierra del Fuego: prospección sistemáti-
las reconstrucciones paleoambientales y la preser- ca.
vación de registro arqueológico observado y po- b) Sector de bloques erráticos al sur de bahía
tencial. Inútil, entre río Torcido y Cameron: prospección
-Prospección superficial en áreas en las que no guiada.
se ha desarrollado este tipo de survey. Guiadas y

RESULTADOS

Terrazas marinas del Holoceno medio superficie o en el perfil, se realizó una prospección
Reconocimiento geomorfológico sub-superficial guiada al sector.
La inspección geomorfológica se concentró En otras localidades con antecedentes de geo-
considerando los antecedentes existentes, en las formas marinas, como bahía Lee, Punta Catalina y
zonas de Puerto Percy, bahía Lee, Punta Catalina, cabo Monmouth, se identifican como rasgos ero-
Porvenir Norte (costa del Paso Ancho y laguna Ver- sivos las terrazas marinas de la transgresión del
de) y Porvenir sur (Cabo Monmouth y el río Santa Holoceno medio y otras antiguas terrazas glaciola-
María) (Figura 1). custres, de antigua data en Punta Catalina, y en el
El sector de Puerto Percy, península Juan Ma- rango de la última glaciación en los otros sectores.
zía, se visitó con el objeto de identificar y tomar Estas geoformas fueron prospectadas de manera
muestras de sedimentos de depósitos marinos de sistemática en la siguiente etapa de prospección
Holoceno medio (De Muro et al. 1996b). Los perfi- arqueológica superficial.
les expuestos en la barranca costera1 presentan una La zona de Porvenir Norte permitió registrar
secuencia que abarcaba la totalidad del Holoceno: una sucesión de entre dos y cuatro terrazas de dis-
Arena café, que corresponde a suelo de tiem- tinto origen, las que según su altitud y naturaleza
pos tardíos. de los sedimentos se identificaron como de origen
Capa de arena gris, gravas, guijarros y conchas marino holocénico (ca. 5-6 m s.n.m.) o glaciolacus-
que corresponden a la formación de una terraza tre, comparando en terreno con el mapeo geomor-
marina del Holoceno medio. fológico realizado por De Muro et al. (1996a).
Arena gris oscura del Holoceno temprano, a En términos geomorfológicos se siguen por de-
juzgar por su ubicación bajo los depósitos marinos cenas de kilómetros las formaciones, siendo muy
de la transgresión (ca. 6000 AP) y por sobre la tefra clara en ciertos sectores la transgresión del Holo-
del Reclus (Figura 2). ceno medio, debido a la presencia de depósitos
Tefra del volcán Reclus, ca. 12,600 años AP. marinos en los acantilados y a una altura entre 3 y
Sedimentos de finales del Pleistoceno, origen 6 m s.n.m.
glacial. En este recorrido se registraron varios sitios
Aunque no se registra material arqueológico en arqueológicos en estas terrazas altas, por sobre

1076
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

Figura 1. Tierra del Fuego y las zonas estudiadas. 1) bloques erráticos 2) terrazas marinas del Holoceno medio.

Figura 2. Perfil
expuesto en Puerto
Percy 1.

Morello et al. 1077


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

los 6 m s.n.m. Las observaciones realizadas en los tefactos tipológicos diagnósticos de cronología
yacimientos arqueológicos refuerzan las de los de- relativa, que además son poco abundantes en el
pósitos naturales: buena preservación de depósitos registro. En su ausencia y ante la falta de indicios
y alta cubierta vegetal. Aunque esto redunda en la estratigráficos, consideramos que no es posible
baja visibilidad del sector, hay agentes que están generar criterios para diferenciar sitios arqueológi-
actuando para dejar materiales arqueológicos en cos anteriores al Holoceno tardío a priori. Por esto,
superficie en áreas acotadas (e.g. corureras activas hemos privilegiado una estrategia de datación
y abandonadas). extensiva, jerarquizando los sitios en relación a la
Siguiendo el mapa geomorfológico de De Muro disponibilidad de muestras idóneas, asociadas a
et al. (1996a), se inspeccionaron las lagunas ubica- contextos culturales en estratigrafía. En la práctica,
das al norte de Porvenir, en especial Laguna Verde, durante la prospección superficial, se encontró sólo
posible paleo-bahía durante la transgresión marina una pieza de cronología diagnóstica, probablemen-
del Holoceno medio. No obstante, la ausencia de te de inicios del Holoceno tardío, un fragmento de
depósitos marinos y por estimación de la altitud, se punta lítica lanceolada y denticulada detectada en
concluye que el mapa geomorfológico está errado el sitio Cabo Monmouth 22, y similar a las bifaces
en extender estas terrazas de segundo orden al in- registradas en Ponsonby y Lancha Packewaia. Otro
terior de Laguna Verde2. elemento considerado diagnóstico son puntas pe-
La misma actividad de identificación de geo- dunculadas pequeñas del tipo “Ona” -asociadas al
formas y evaluación de visibilidad/potencial es- uso de arco y flecha- (Bird 1993) y artefactos en vi-
tratigráfico de estas terrazas se desarrolla entre drio, como el caso de una bifaz detectada en el sitio
cabo Monmouth y el sur del río Santa María. El sur Lago Vergara E24.
de cabo Monmouth se presentó como un área es-
pecialmente interesante por la suma de registro Tafonomía
arqueológico en terrazas altas (probablemente Cabo Monmouth y Porvenir Norte
glaciolacustres), buena preservación de depósitos Se realizaron observaciones sobre restos de ce-
y perfiles expuestos con secuencias paleoambien- táceo desarticulados ubicados en las costas cerca-
tales de interés. nas al cabo Monmouth y al norte de bahía Chilota.
Las condiciones para enterramiento son muy
Prospección superficial malas en los niveles aterrazados altos cercanos al
La prospección en distintos segmentos de la cabo. Se destaca una mandíbula y unos fragmentos
costa norte y noroccidental de Tierra del Fuego de cetáceo de gran tamaño al pie de una morena,
buscaba explorar las geoformas asociadas a la bastante lejos de la costa. Dado que los fragmentos
transgresión marina del Holoceno medio, en sec- craneanos, incluyendo las mandíbulas, son los que
tores no prospectados anteriormente (Massone tienen mayor fidelidad al lugar de varamiento, se
1997; Massone et al. 2003). Se recorrieron a) Sector puede sostener sobre la base del sustrato no mari-
entre cabo del Espíritu Santo y punta Catalina, boca no que se trata de restos transportados. Muy cerca,
oriental del estrecho de Magallanes; b) sector de sobre la morena, hay escasos materiales arqueoló-
punta Espora, Primera Angostura; c) un segmento gicos.
de bahía Lee, próximo a la Segunda Angostura y Al norte de bahía Chilota el sitio arqueológico
sector entre punta Zegers y la localidad de Puerto Porvenir Norte 19 se ubica parcialmente sobre una
Percy; y d) el sector costero cercano a Porvenir, ubi- terraza marina del Holoceno medio y con un sector
cado al norte de Punta Palo, y la zona delimitada sobre terraza glacio-lacustre, protegido por suaves
entre el cabo Monmouth y el río Santa María, al sur lomadas. Las condiciones topográficas hacen sos-
de Porvenir (Figura 1). tenible que los restos de cetáceo y de pinnípedo
La prospección superficial fue utilizada como reconocidos en el sitio no sean resultado de mez-
base para planificar la fase de prospección sub- cla post-depositacional. En el sitio Porvenir Norte
superficial. Por lo que, además del registro arqueo- 26, ubicado un poco más al sur, también hay restos
lógico, la prospección superficial incluyó una eva- de cetáceo. Nuevamente, las condiciones sugieren
luación por localidad de las geoformas costeras, en depositación cultural. Las costas tampoco acumu-
especial la visibilidad de cada sector y el potencial lan restos de mamíferos marinos.
estratigráfico. Los escasos restos de cetáceo recuperados lejos
Los resultados permitieron registrar 71 hallaz- de los sitios arqueológicos no pudieron depositarse
gos, 44 sitios arqueológicos y 27 concentraciones como resultado de la dinámica actual del sistema
más de restos culturales (sensu Borrero y Lanata marino, por lo que exigen la intervención de algún
1992). agente de transporte moderno -seguramente hu-
Cabe llamar la atención sobre los escasos ar- mano- o son testigos de un estado anterior de las

1078
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

costas. La situación contextual sugiere que se trata En resumen, para la micro-región de cabo Mon-
del primer caso. mouth y Porvenir Norte, es claro que la zona de de-
positación de materiales mezclados por excelencia
Cabo Monmouth 20 es al pie de las barrancas, en una situación fácilmen-
Se trata de una extensa localidad que presenta, te determinable como secundaria. El destino de es-
en distintos sectores, concentraciones de materia- tos materiales no es sólo el de mezclarse en nuevas
les líticos y óseos. Hay evidencias de mucha acti- asociaciones secundarias, sino eventualmente ser
vidad de roedores. Por debajo se ha identificado lavados por el mar. Por otra parte, en este sector, al
una tefra del Reclus. Las condiciones de hallazgo alejarse de la costa también aumentan los riesgos
se prestan a algún proceso de mezcla. Se observa- de contaminación, pues es muy fuerte la actividad
ron rocas estalladas en las cercanías del sitio Cabo de Ctenomys sp. Sin embargo, no parece existir
Monmouth 6. También se realizaron observaciones mucha evidencia arqueológica allí. En los casos en
tafonómicas sobre restos de pinnípedos prove- los que la señal arqueológica se superpone con esta
nientes de sitios arqueológicos. Las carcasas que zona de actividad de roedores, hay huesos enterra-
eventualmente puedan depositarse en estas costas dos en posición vertical. En otras palabras, las po-
están expuestas a fuertes marejadas, que las de- sibilidades de que la mezcla reciente haya afectado
ben remover fácilmente, como ha ocurrido con los mucho a los conjuntos de cabo Monmouth son ba-
ejemplares de Otaria de Cabo Vírgenes o los dos ca- jas.
sos de carcasas de ballenas francas de cabo Espíritu
Santo (Borrero et al. 2009). La ausencia de huesos Bahía Inútil, sur
desarticulados es interesante, dada la abundancia La erosión retrocedente en las barrancas del sur
de basura traída por las corrientes. Se registró la de la bahía es muy notable, exponiendo casi total-
presencia de escasos restos de cetáceo, que pre- mente la tefra del Reclus. Este proceso, ha llevado
sentan fracturas poligonales, semejantes a las de- al desprendimiento de la barranca en bloques y tie-
finidas como resultado de meteorización (Borella ne un alto potencial de exposición de materiales ar-
2004). Parte del material arqueológico y al menos queológicos, por sobre los límites de la distribución
un húmero de pinípedo se ubica en superficie sobre de la tefra.
un sector que contiene, en estratigrafía, una turba En una situación similar, en Río Torcido se re-
y una tefra. De aquí provienen fechados radiocar- gistraron casos de caídas en bloque que expusieron
bónicos de 5565 ± 40 (Ua-33946) y 2410 ± 35 (Ua- materiales arqueológicos, incluyendo huesos que
33947) años AP. muestran evidencias de re-exposición a la meteo-
Al norte de cabo Monmouth en general el suelo rización. Estas remociones en masa, muchas veces
es poco penetrable, disminuyendo mucho las pro- incluyen materiales arqueológicos. Los materiales
babilidades de mezcla con materiales recientes. que caen estrictamente al pie de la barranca tien-
Este tipo de mezclas sólo parece ocurrir en secto- den a ser cubiertos por los sedimentos -tanto eó-
res erosionados, para los que la detección de las licos como de desprendimientos posteriores de la
mezclas se basa en criterios de completitud y colo- barranca- y quedan redepositados desordenada-
ración, incluyendo restos de ballenas y pinnípedos. mente. En otras palabras, al pie de la barranca se
Dada la posición sobre la barranca, la mayor parte están formando numerosos sitios (acumulaciones
de estos materiales son aceptables como resulta- discretas de materiales arqueológicos dictadas por
dos de actividades humanas, aunque no posean la distribución de los bloques caídos) que carecen
huellas de corte o patrones de fractura asociados de integridad. Los huesos presentan blanqueado
con explotación humana. en el sector que se expuso primeramente, por lo
El sitio Cabo Monmouth 3 contiene moluscos que manifiestan una condición que puede deno-
en capa y está localizado en una terraza muy alta. minarse “exposición pre-desbarrancamiento”, útil
Hay huesos de pingüino, pinnípedo y guanaco en marcador en el corto plazo. A largo plazo esa dife-
superficie, a veces con líquenes. Estas concentra- rencia se perderá en muchos huesos, excepto en
ciones de huesos alternan con exposiciones de una aquellos que permanecieron demasiado tiempo en
tufa lacustre, muy anterior, que en algunos casos esa posición previa a la caída, que en el largo plazo
ha contribuido al teñido de los huesos. Los huesos sufrirán la destrucción de una de las epífisis.
se han depositado con posterioridad a la tufa.
Cabo Monmouth 5 está también localizado a Bahía Inútil, este
cierta altura (ca. 30 m s.n.m.) e incluye numerosas Se exploraron los campos de dunas transversa-
bolas, moluscos, huesos de pinnípedo, guanaco y les a las cabeceras de la bahía. Están parcialmente
cánido. Se destaca la presencia de champa cubrien- vegetadas, con pequeños cuerpos de agua. Son du-
do materiales. nas longitudinales, por lo que presentan un cierto

Morello et al. 1079


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

grado de estabilidad. Hay condiciones adecuadas Prospección sub-superficial sistemática


para el enterramiento de animales parcialmente La prospección se enfocó sobre las geoformas
articulados, debido principalmente a procesos eó- identificadas como terrazas que corresponden al
licos y, más recientemente, a pisoteo por ganado litoral disponible durante el Holoceno medio, te-
vacuno, más la acción de coruros. Cerca de la costa niendo como referencia de base las terrazas mari-
aumenta notablemente el número de huesos en su- nas identificadas y situadas alrededor de 6 m s.n.m.
perficie. Solamente en la playa se registran huesos en estos sectores. Por sobre este nivel se observan
de mamíferos y aves marinos, incluyendo huesos terrazas glaciolacustres, depósitos morrénicos al-
largos de Aptenodytes sp. tos, drumlins y dunas interiores, entre otras geofor-
Las dunas desarrolladas sobre dos niveles ate- mas que fueron inspeccionadas anteriormente y/o
rrazados sucesivos, son más recientes que estos. constan en referencias geomorfológicas (De Muro
En el fondo de la bahía sólo las dunas ofrecen cier- et al. 1993, 1996a; Bentley et al. 2005).
ta protección, además de agua y ejercen atracción La prospección superficial permitió seleccionar
sobre animales. Sobre la terraza glacial pueden dos áreas de interés (Porvenir Norte y Cabo Mon-
esperarse ocupaciones con edades del Holoceno mouth), considerando la evaluación del potencial
medio. Esta terraza ofrece mala visibilidad, pero estratigráfico y la visibilidad de todos los sectores
las oportunidades de enterramiento y preservación costeros. Además, estas localidades presentan un
son relativamente buenas. abundante registro arqueológico superficial, aspec-
to que permitió contrastar las observaciones super-
Puerto Percy y bahía Lee ficiales con técnicas de muestreo sub-superficial.
En Puerto Percy, han sido muestreadas tefras y El potencial estratigráfico se consideró como una
valvas en barrancas con nidos de cormoranes y po- evaluación promedio del espesor de sedimentos
zos de roedores que indican ciertas condiciones de en capa preservados sobre los depósitos glaciares
mezcla. finipleistocénicos y, por lo tanto, es un criterio que
En bahía Lee se recorre un amplio sector que ha busca estimar el potencial de formación y preserva-
sido cubierto por las aguas de la transgresión del ción de depósitos del Holoceno.
Holoceno medio. Ubicamos sectores por sobre esa Además de la prospección sub-superficial sis-
cota en los que se encuentran algunos conjuntos temática se desarrollaron sondeos de diverso tipo
arqueológicos. Hay hallazgos aislados, incluyendo en sitios arqueológicos registrados anteriormente,
restos óseos y líticos (Bahía Lee Lagunas 2) (Figura con el fin de mejorar su caracterización y buscar
4). depósitos estratigráficos. Estos son considerados
Las observaciones tafonómicas no indican faci- sondeos guiados por cuestiones particulares del
lidad para el enterramiento de huesos modernos. registro arqueológico, y el objetivo es distinto al
Solamente en el sector que ha estado cubierto por de la prospección sub-superficial que busca evaluar
las aguas se dan buenas condiciones de mezcla con la metodología y técnicas usadas para el descubri-
huesos de guanacos modernos, básicamente por miento de sitios arqueológicos, no detectables con
pisoteo. Lo mismo ocurre en bajos de Estancia Cla- métodos tradicionales de prospección superficial,
rencia, más al sur. lo que incluye depósitos arqueológicos de baja o
La actual lluvia de huesos modernos de mamí- nula visibilidad superficial.
feros marinos en la costa es muy baja (P. Cardenas, Se implementaron dos técnicas de muestreo
comunicación personal 2006), lo que disminuye sub-superficial: pozos de sondeo de 50 x 50 cm y
las posibilidades de contaminación actual en sitios barrenos de 10 cm de diámetro3. Los dos tipos de
del Holoceno tardío -como Bahía Lee 3- y, con más sondeo fueron implementados sistemáticamente y
razón, durante el Holoceno medio, alejados de la de manera similar en las dos localidades con el fin
costa y a cotas mayores. de comparar los resultados.
La única forma de prospección posible, al igual La prospección sub-superficial sistemática in-
que en otros sectores, parece ser recorrer los te- cluyó 10 transectas de 250 m de largo, con puntos
rrenos de edad apropiada y utilizar criterios tradi- de muestreo cada 50 m, llegando a 6 puntos por
cionales de reconocimiento. La duración relativa- transecta. En cada punto se realizaron un sondeo
mente larga (unos 4000 años) de la transgresión y dos barrenados, a 5 m a cada lado del punto de
permite esperar que los sitios estén marcados por sondeo. La selección de la ubicación de cada tran-
la presencia de moluscos. En otras palabras, hubo secta consideró tres criterios: a) correspondencia
tiempo suficiente para que las costas de la trans- exacta con las áreas de la prospección superficial;
gresión fueran biológicamente productivas. b) que uno o varios de los puntos de una transecta
intercepte o pase sobre el área de un sitio arqueoló-
gico ya registrado por observaciones de superficie,

1080
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

y c) variabilidad de condiciones ambientales, prin- observado material en superficie y en la que sí se


cipalmente dadas por aspectos geomorfológicos y registraron restos culturales en capa. En el caso de
topográficos. los 20 puntos de muestreo con barreno, 16 inter-
Una de las principales dificultades de imple- ceptaron restos arqueológicos, 25% de estos fue
mentar este tipo de prospección es el tiempo y los detectado en barreno 1 y 38% en barreno 2. No-
recursos necesarios para dar una buena intensidad tamos igualmente en esta localidad un único caso
y cobertura al estudio. No obstante, el énfasis prin- en que se registró material en un pozo de barreno
cipal de esta prospección sub-superficial fue poner pero no en el sondeo de 50 x 50 cm del mismo pun-
en marcha y evaluar el desempeño de este tipo de to de muestra.
prospección de manera comparativa, ya que las
características de los sectores de Porvenir Norte y Sondeos en Sitios Arqueológicos
Cabo Monmouth demostraban que la detección de Una serie de pozos de sondeos fueron realiza-
hallazgos arqueológicos era en todos los casos rea- dos en sitios arqueológicos con el objeto de recopi-
lizable vía prospección superficial clásica. Aunque lar información estratigráfica y materiales en capa,
la visibilidad en ambas localidades era predominan- para fechar.
temente baja a mediana, con buenas expectativas
de preservación de depósitos arqueológicos, el ma- Puerto Percy 1
terial cultural también se detectaba en superficie - Este lugar de gran interés para las reconstruc-
aunque en poca densidad. Los principales agentes ciones paleoambientales fue foco de una búsque-
de transporte o erosión registrados fueron: la ac- da guiada para evaluar la posibilidad de detectar
ción de roedores, ovejas, el perfil de erosión de la hallazgos arqueológicos enterrados, en las capas
barranca costera y las huellas vehiculares. del Holoceno temprano y medio (transgresión ma-
Entonces, contábamos con un registro arqueo- rina). Para ello se realizaron pozos de sondeo y/o
lógico relativamente bien controlado y conocido a barrenado cada 5 m, harneando todo el material
partir de los restos detectados en superficie, por lo extraído. En total se realizaron 4 sondeos de 100 x
que usamos esta información para comparar y eva- 50 cm y 9 barrenados (Figura 3).
luar la metodología sub-superficial, y testear si el El resultado de los pozos es acorde a lo observa-
método permitiría detectar las eventuales concen- do en la estratigrafía de los perfiles expuestos, con
traciones o sitios arqueológicos estratificados. los sedimentos arenosos de color plomizo del Holo-
Los resultados de las transectas realizadas en ceno temprano a bastante profundidad. Debemos
Cabo Monmouth indican que en los 35 puntos de señalar igualmente que fue difícil excavar la capa de
muestreo sub-superficial (6 transectas), 22 inter- la transgresión marina del Holoceno medio pues se
ceptaron sitios arqueológicos, 20 estaban registra- presentaba como un estrato de conchas muy com-
dos previamente en la prospección superficial y 2 pacto y en algunos sectores con grandes guijarros.
pozos de sondeo detectaron material cultural en El estrato del Holoceno tardío, post-transgresión
estratigrafía, sin que previamente se detectaran marina, se asocia a la formación del suelo actual,
en superficie. De los 22 sitios interceptados, el 59% compuesta de arena café, gravas y abundantes rai-
(n=13) de los pozos de sondeo registró material cul- cillas.
tural en capa (artefactos y ecofactos), y por lo tan- El pozo S1 llegó a 164 cm, estéril en términos
to podríamos decir que detectaron los yacimientos. culturales (Figura 3). En el sondeo S2 se detectó
En cambio, el 27% de los barrenos detectó mate- material lítico en la capa superior. Corresponden
riales en estratigrafía, pero hay que considerar que a lascas ubicadas a 24 y 54 cm en la capa que co-
en 9 puntos de muestreo (casi 40% de los puntos) rresponde al Holoceno tardío. El pozo S3 llegó a 163
no se utilizó esta técnica por problemas de equipo. cm, también estéril.
Entonces, si consideramos solamente los 17 puntos Los 9 barrenados realizados en los ejes C y D
de muestreo en los que sí se realizó tanto un pozo tampoco registraron material cultural en estrati-
de sondeo como los barrenados, los resultados in- grafía.
dican que un 46% de los barrenados permitió de- Por último, en el pozo de sondeo S4 se registró
tectar los sitios arqueológicos interceptados (13 a 60 cm un fragmento de lasca interna, pero por su
puntos de muestra). profundidad y al ser un hallazgo aislado, no se puede
En el sector Porvenir Norte se realizaron 4 tran- descartar su caída de capas superiores del perfil de
sectas. Los resultados indican que de los 24 puntos excavación. Se llegó a depósitos glaciales a 132 cm.
de muestreo, 20 interceptaron sitios o concentra- Los sondeos, entonces, permitieron dar cuenta
ciones arqueológicas y en 50% de estos puntos de un sitio arqueológico de poca densidad que pasó
se detectó material cultural en el pozo de sondeo desapercibido a las observaciones superficiales y
standard. Esto incluye 2 áreas en que no se había de perfiles expuestos.

Morello et al. 1081


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 3. Croquis de Puerto Percy 1 y pozos realizados.

A estos sondeos debemos agregar los resulta-


dos del pozo de sondeo (30 x 35 cm) realizado en
una campaña anterior, el que resultó positivo, de-
tectándose dos restos líticos entre 10-20 cm de
profundidad (1 fragmento distal lasca interna y 1
desecho). En general en los barrenados se regis-
tró una lasca (<5 cm) en cada sondeo, solamente
se presentaron 3 casos con dos lascas en un mismo
barreno. Los materiales líticos en estratigrafía se
distribuyen entre los 10 y 70 cm aproximadamente,
pero de preferencia entre 10-20 cm.

Cabo San Vicente I


Se trata de un extenso yacimiento descubier-
Figura 4. Distribución de sondeos en Bahía Lee Lagu- to por la Misión Arqueológica Francesa en 1959 y
nas 2 re-estudiado en distintos momentos por Mauricio
Massone y Flavia Morello (Morello 2005; Massone
Bahía Lee Lagunas 2 y Morello 2007). Se ubica en un sector de terrazas
Este sitio fue descubierto en la inspección abarrancadas, en su mayoría sobre los 6 m s.n.m.
geomorfológica, detrás de una laguna estacional y En un área de más de 4 km de largo y cientos de
a los pies del talud de una terraza paleolacustre. Se metros de ancho, se registraron concentraciones
registra una amplia distribución de material lítico diversas, incluyendo 32 basurales conchíferos, en-
disperso (lascas, núcleos y raederas) y restos óseos tre los que se sondeó y dató el conchal N°9 en 805
de lobo marino y guanaco. La visibilidad es nula y ± 40 años AP (Ua-24689, Massone y Morello 2007).
se estima que el área debe estar a una altura cer- Luego, en la etapa de reconocimiento geomorfo-
cana o superior a 5 m s.n.m., aproximadamente a lógico se inspeccionó otro de los conchales, regis-
1 km del mar. trándose un hueso de guanaco con corte perime-
Con el fin de evaluar el potencial estratigráfico tral semi-expuesto que fue datado, entregando un
se realizaron dos ejes sistemáticos de barrenado y resultado de 2135 ± 30 años AP. Considerando el
pruebas de pala en algunos sectores (Figura 4). De amplio rango temporal de ocupaciones registra-
un total de 18 barrenados, 12 resultaron positivos das, se realizó un segundo pozo de sondeo en las
(67%) para la detección de material lítico en estra- cercanías del borde erosionado de una laguna es-
tigrafía (sólo en un caso se registró una concha de tacional, y a partir del sondeo se realizó un eje de
maucho, Nacella sp.). No obstante, las dos pruebas barrenos4. Los barrenos se ubicaron en un eje, cada
de pala (30 x 30 cm) no registraron material en de- 10 m, y 4 otros fueron guiados a conchales y otros
pósito. rasgos. Hay presencia de materiales líticos, óseos y

1082
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

malacológicos en estratigrafía hasta los 60 cm en sector se recolectó una muestra de sedimento que
el sondeo. Los resultados de los barrenos son ne- fue datado y corresponde a un paleosuelo.
gativos en 3 casos y en 8 pozos se detectó material Cerca de esta sección (Figura 5) se extrae del
cultural en estratigrafía. perfil de la barranca una epífisis de guanaco con
corte perimetral, en un estrato por sobre el paleo-
Cabo Monmouth 20 suelo. Los resultados de los fechados radiocarbóni-
El sitio Cabo Monmouth 20 es un extenso yaci- cos son los siguientes: 2410 ± 35 años AP, sobre el
miento descubierto en el año 2006, al sur de Por- mencionado hueso (Ua-33947), y 5565 ± 40 años AP
venir, sobre la barranca costera, que en este sector (paleosuelo, -21 a -28 cm profundidad, Ua-33946).
tiene una altura estimada entre 6 y 10 m s.n.m. Los estudios efectuados en Cabo Monmouth
El sitio es muy extenso (1000 m N-S y 150 m W-E, 20, en especial el análisis geoarqueológico prelimi-
Massone et al. 2007) y se emplaza en una terra- nar y el Sondeo 1 resultaron positivos, confirmando
za glaciolacustre asociada al Avance E del Último la presencia de un depósito arqueológico con arte-
Máximo Glacial (McCulloch 2007, 2008). factos líticos y conchas asociadas a un fechado cer-
La visibilidad del lugar es mala a nula (75 a 95% cano a 5500 años AP. El contexto está ubicado en el
cubierta vegetal), no obstante se observan artefac- techo del paleosuelo mencionado e inserto en él.
tos dispersos en el perfil expuesto de la barranca Hay concordancia entre la estratigrafía registrada
costera y en superficie en sectores alterados por en los perfiles expuestos y datados, y lo observado
roedores (coruros). Se registran diversos materia- en la excavación del sondeo.
les líticos (lascas, núcleos, raederas y bolas) y algu- Considerando la coherencia estratigráfica del
nos restos óseos (guanaco, lobo marino, cetáceo y perfil expuesto5, en conjunto con la existencia de
conchas) (Massone et al. 2007). concentraciones de materiales líticos en distintos
En el perfil de la barranca, en la zona sur del ya- niveles del sondeo, se concluye que en el sector
cimiento, se observaron restos óseos de guanaco registramos al menos dos ocupaciones estratigráfi-
y artefactos líticos en estratigrafía, y en un sector camente superpuestas, una asociada a la fecha de
cercano se registró un estrato de sedimento plomi- 2410 y otra algo anterior, posiblemente cercana a
zo, muy orgánico, con restos de conchas. En este 5565 años AP. Sin embargo, la densidad de mate-
riales es mediana a baja y, hasta el momento, hay
ausencia de restos óseos de claro origen antrópico.

Sitio Cabo Monmouth 5


El yacimiento fue registrado en la prospección
superficial y se decidió tomar una muestra de uno
de los conchales visibles en superficie, pues su em-
plazamiento geomorfológico era sugerente, y se
asociaba a un paleosuelo y evidencias paleolacus-
tres del Avance D del Último Máximo Glacial, visi-
bles en el perfil expuesto de la barranca costera (cfr.
McCulloch 2008).
El sitio presenta una gran superficie deflacio-
nada hacia la barranca costera y hacia el interior
restos de conchales con materiales en estratigra-
fía, insertos en dunas vegetadas. Se limpia el perfil
de uno de los conchales expuestos en superficie, y
se registra un lente de fogón con concentraciones
de conchas que tiene un espesor aproximado de 10
cm y que se extiende horizontalmente entre 1 y 1,5
m. Desde allí tomamos una muestra de sedimento
carbonoso y conchas entre los -45 y -55 cm de pro-
fundidad de la superficie de la duna, para fechar.
En 3 sectores del perfil expuesto del conchal se
observan abundantes restos óseos (aves, guana-
co, roedor y conchas – mayoritariamente choritos,
también Nacella sp. y Fisurella sp.). Se recolectan
Figura 5. Croquis del perfil expuesto sobre la barranca
2 fragmentos de diáfisis de guanaco con marcas,
en CM20, el lugar de extracción de las muestras data-
das y la localización del Pozo 1. una con percusión y la otra con huellas de corte, a

Morello et al. 1083


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

unos 20-40 cm del sedimento del conchal-fogón.


También se observan lascas pequeñas que afloran
del perfil. El fechado radiocarbónico sobre Mytilus
sp. del lente de conchas indica que el sitio es tardío:
1460 ± 40 años AP (Beta-240942).

Cabo Monmouth 22
Es uno de los pocos casos de registro superficial
de elementos diagnósticos de cronología – frag-
mento de punta lanceolada denticulada. Con el fin
de desarrollar una mejor caracterización del sitio
se volvió al lugar para desarrollar dos sondeos (S1
y S2), evaluar la presencia de depósitos en capa, y
tomar muestras para datar. Lamentablemente, los
resultados fueron negativos para ambos objetivos,
aunque en ambos se registraron escasas conchas
de mauchos y choritos, de difícil adscripción. Como
observación adicional de los materiales registrados
Figura 6. Distribución espacial de barrenados en
en la prospección superficial (1 núcleo, 1 fragmen-
Porvenir Norte-26
to de punta y conchas dispersas), debemos notar
la presencia de un fragmento de hueso, probable-
mente mamífero marino, quemado. Hay una co- el sitio.
rurera activa actualmente en el sitio, que ha hecho Es por esto que se desarrollaron sondeos de
aflorar en superficie el hueso y algunas conchas barreno de manera sistemática (cada 5 m) y una
dispersas. prueba de pala. De los 10 barrenados, solamente se
registraron dos lascas en B2. La prueba de pala (P1)
Porvenir Norte 12 también resultó estéril (Figura 6).
Se realizó un sondeo 50 x 50 cm en el sitio PN-
12E, que corresponde a una extensa concentración Sitio Porvenir Norte 17
de material cultural ubicado en una terraza inter- Este extenso yacimiento ubicado en la costa de
media de aproximadamente 5 a 6 m s.n.m., sobre Paso Ancho, ha sido re-visitado en diversas oca-
depósitos de la transgresión marina del Holoceno siones con el fin de profundizar los datos arqueo-
medio, por lo que creíamos se trataba de un yaci- lógicos, paleoambientales y geoarqueológicos que
miento de antigüedad menor a 6000 años AP. encierra el sector. Se registra un delgado rasgo cul-
El sondeo se localizó a 25 m del talud de la te- tural en el perfil expuesto de la barranca: lente de
rraza y registró abundante material en estratigrafía conchal (choritos y algunos mauchos) asociado a
hasta los 50 cm de profundidad. Entre los materia- material lítico en estratigrafía. Este punto se defi-
les líticos se registran un núcleo, lascas y desechos ne como sector A de PN17. Junto con muestras de
de bola. La fauna representada corresponde a gua- micromorfología y sedimentos -que están en pro-
naco, aves, roedores y cetáceo. Además se registra ceso de análisis - se toma una muestra del conchal,
un lente de conchal en que predominan los mau- que entregó una fecha de 2850 ± 60 años AP (Beta-
chos y choritos. Una muestra de conchas de Mytilus 240941).
edulis chilensis del nivel de 40-50 cm fue datado en
3850 ± 70 años AP (Beta-241363). Porvenir Norte 19
Este sitio se ubica sobre una terraza glaciola-
Porvenir Norte 26 custre a mayor altura que PN17, no obstante su
El yacimiento es una concentración de mate- datación fue de 710 ± 30 años AP (Ua-33945). Se
rial lítico (núcleo y lascas) y restos de cetáceo en realizó un pozo de sondeo, datándose un hueso de
un sector bastante alto (20 m s.n.m. y a 300 m del guanaco registrada entre 50-70 cm.
mar, aproximadamente) en una zona de hondona-
da entre morrenas y junto a una laguna estacional. Sitio Bahía Inútil 27
Aunque la visibilidad es nula y todos los materiales El sitio fue registrado en un proyecto anterior
se ubicaron sobre la cubierta herbácea, se estimó la (Massone et al. 2003; Massone y Morello 2007), se
distribución entre aproximadamente 100 x 20 m. La ubica en las cercanías de Bahía Inútil, a unos 500 m
presencia de al menos 3 fragmentos de un cetáceo del camino entre Porvenir y Onaisin, y a una distan-
grande nos motivó a testear sub-superficialmente cia similar de la costa, en una terraza alta (de proba-

1084
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

ble origen glaciolacustre, terraza de primer orden ron 262 bloques, denominados consecutivamente
sensu De Muro et al. 1993) y rodeado de lagunas BIS 1 a 2626. En 139 de estos se evaluó el potencial
estacionales y sectores con dunas. Dada la ubica- estratigráfico, ya sea por pruebas de pala o a par-
ción y la presencia de un contexto de cazadores te- tir de los perfiles expuestos. En los restantes 122
rrestres con abundantes materiales faunísticos del se decidió no realizar evaluación estratigráfica, ya
litoral (conchal, pinnípedo, cetáceo y pingüino rey, sea por el tamaño de los bloques, la altura poco sig-
entre otros) pero bastante alejado de la costa, se nificativa de éstos, el bajo potencial estratigráfico
decidió re-visitar el sitio con el objeto de recolec- constatado en bloques muy adyacentes, la ausen-
tar una muestra para datar. Se realizan dos pozos cia de materiales arqueológicos en bloques colin-
de sondeo de 50 x 50 cm, con el fin de recolectar dantes, o un conjunto de estos factores.
conchas, por lo que se seleccionan los sectores más La mayoría de los bloques sin prospección sub-
densos del conchal. superficial presentan un tamaño mediano (75 blo-
El Pozo 1 no presentaba cubierta vegetal y, al ques), es decir en el rango de más de 2 m y menos
igual que el siguiente pozo, la matriz es arena me- de 6 m. El resto son de tamaño pequeño (n=39), 7
diana a gruesa color gris, muy suelta con gravas grandes y 1 muy grande.
dispersas. Sólo se registra material semienterrado En cuanto a los bloques evaluados estratigráfi-
en los primeros centímetros del sondeo. Esta capa camente la mayor parte presentó un buen poten-
se extiende hasta -30 cm de profundidad, aunque cial estratigráfico (n=64), es decir, con más de 50
sin asociación a materiales culturales. Entre los cm de depósito. Casi en igual proporción se encon-
materiales se observan abundantes choritos (al- traron los depósitos con potencial mediano (n=61,
gunos quemados), mauchos y caracoles, chitón y depósitos entre 30-50 cm profundidad).
fragmentos de erizo. Se observaron restos óseos
de guanaco, ave y roedor que presentan distintos Bloques con hallazgos arqueológicos
estadios de meteorización y blanqueamiento, inde- De la totalidad de bloques registrados el 12,9%
pendiente de si estaban enterrados o semi expues- (n=34) presentó registro arqueológico asociado.
tos (W>1 hasta 3-4). Los restos líticos (desechos) Además se desarrollaron 11 pozos de sondeos diri-
enterrados en los primeros centímetros del pozo y gidos a los bloques con mejor potencial estratigrá-
hasta -10 cm, también presentan estados de con- fico cultural y/o natural.
servación distintos, con piezas bastante patinadas. Por otro lado, podemos observar que los resul-
Estas pátinas y meteorización diferencial de pie- tados de hallazgos culturales se asocian tanto a blo-
zas enterradas indican lo complejo de los procesos ques grandes como medianos y en menor medida
postdepositacionales de erosión y re-enterramien- a muy grandes. En el caso de los bloques pequeños
to que han sufrido los materiales del yacimiento. no se hallaron materiales culturales asociados.
El Pozo 2 es muy similar en matriz y contex- En cuanto al tipo de depósito arqueológico,
to, distinguiéndose con el registro de un rasgo en cabe destacar la cantidad importante de depósito
un área acotada. Se trata de un reducido lente de arqueológico (n=15) que fueron detectados sólo a
arena de un color más oscuro, con fragmentos de partir de pruebas de pala, ya que a nivel superficial
carbón y una concentración de conchas quemadas no se hallaron evidencias. No obstante, hubo con-
(choritos y mauchos). Podría tratarse de los restos juntos arqueológicos que sólo presentaron eviden-
de un rasgo de combustión. Se recolectaron todos cia superficial (n=10), lo que fue constatado a partir
los restos de conchas. El rasgo se extiende entre los de pruebas de pala. Por último, también se hallaron
-10 y -26 cm de profundidad. Una muestra de con- bloques con depósitos tanto superficiales como es-
chas (Mytilus edulis chilensis) de este rasgo se dató tratigráficos (9). En síntesis, el 74% (n=24) de los si-
en 1600 ± 50 años AP (Beta-235774). tios de bloques erráticos presentaron depósitos es-
tratigráficos, lo que constituye un porcentaje muy
Bloques Erráticos (Río Torcido – Cameron) significativo. Con relación a esto la cobertura vege-
El reconocimiento geomorfológico de esta tal cumplió una función decisiva en la preservación
zona se basó en los antecedentes geomorfológicos de los depósitos, ya que los contextos presentan
entregados por Bentley et al. (2005). en general una buena cobertura vegetal principal-
mente conformada por praderas con arbustos y en
Prospección superficial e inventario menor medida praderas bajas o vegas. Asimismo,
La prospección guiada al sur de bahía Inútil per- la visibilidad en la mayoría de los casos fue nula a
mitió evaluar el comportamiento de los depósitos mediana.
estratigráficos asociados a un gran número de blo- Cabe destacar que los bloques con mejor po-
ques erráticos ubicados en las cercanías del camino tencial estratigráfico, tanto total (considerando
a Cameron y su potencial arqueológico. Se registra- depósito estéril hasta el techo del depósito glacial)

Morello et al. 1085


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 7. Vista de la pequeña cueva de Marazzi 13, Bloque de la Obsidiana.

como cultural, se concentraron sobre la terraza ubicados sobre los sistemas morrénicos. La vege-
marina alta al noroeste del camino a Cameron. tación y la ausencia de erosión, permitió una buena
preservación de los depósitos estratigráficos.
Pozos de sondeo Se identificaron, igualmente, varias concen-
Consecutivamente a la etapa de registro y pros- traciones ubicadas a cielo abierto, entre bloques
pección sub-superficial, se realizaron pozos de son- erráticos, y sobre la terraza alta, los que presentan
deos de 50 x 50 cm dirigidos a los contextos con altas posibilidades de contar con buen potencial es-
mejor potencial. Así, se sondearon 11 bloques y se tratigráfico, a juzgar por observaciones en perfiles
dataron restos de guanaco asociados a restos líticos expuestos.
en BIS46 El Hediondo, obteniendo un resultado de Además, a nivel metodológico, fue necesaria la
1470 ± 35 años AP (SUERC-18279); y el sitio BIS63 evaluación estratigráfica por medio de pruebas de
Los Maderos, que arrojó una datación de 4345 ± 35 pala7 para la detección de sitios ya que muchos pre-
años AP (SUERC-18282). En ambos casos, los blo- sentaban visibilidad mala o nula por la vegetación.
ques se ubicaron sobre la terraza alta (barranca). Los bloques con registro arqueológico presen-
También se enviaron a fechar otras muestras de taron escasos materiales y baja diversidad. Por el
bloques erráticos asociadas a evidencias antrópi- contrario, los escasos contextos registrados a cielo
cas, como es el caso de BIS41 que dio un fechado abierto presentaron mayor variedad y abundancia
tardío de 935 ± 35 años AP (SUERC-18283 ) y otros de materiales y rasgos.
dos sitios al aire libre, ubicados en terrazas cercanas
a la costa y con perfiles expuestos sobre la barran- Sitio Marazzi 13, Bloque de la Obsidiana
ca: el sitio La Ballena 2 dio un resultado de 740 ± 35 En la pequeña cueva ubicada en el sector sur del
años AP (SUERC-18281) y el yacimiento Taca Taca Bloque de la Obsidiana, de donde se habían recogi-
Sur una fecha de 2970 ± 130 años AP (GX-33013). do en superficie lascas de obsidiana negra (Pampa
En general, la información recopilada muestra del Asador, Stern 2004) y una lasca de obsidiana
que los bloques ubicados al noroeste del camino a verde (Otway-Riesco), se realizan sondeos siste-
Cameron presentan mayor potencial estratigráfi- máticos hasta completar una trinchera de casi 2 x
co y cultural que los del interior, especialmente los 0,50 m de ancho (Figura 7). El objetivo de esta ex-

1086
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

cavación era mejorar el conocimiento del contexto Cuadrícula C10: fragmento de lasca de obsidia-
de hallazgo de estos restos líticos y encontrar aso- na negra y otra de materia prima indeterminada.
ciado material para datar. Los hallazgos arqueoló- Escasos fragmentos de carbón. Se encuentra pozo
gicos se encuentran todos en los primeros 10 cm de de sondeo realizado en el año 2000.
excavación (Figuras 8 y 9). La cuadrícula B10 resul- Cuadrícula D10: fragmento de lasca de obsi-
tó estéril. diana negra y escasos fragmentos de carbón. En el
perfil Este se registra un delgado y pequeño lente
de sedimento carbonoso y bajo éste un lente algo
más extenso de ceniza (Figura 9). Se toman mues-
tras para fechar del lente carbonoso que arrojan
una edad radiocarbónica de 3930 ± 40 años AP
(Beta-243210).
Cuadrícula E10: se recolecta un fragmento de
lasca interna de roca indeterminada.
Se realizan dos sondeos exteriores, de 30 x 30
cm, ubicados en las cercanías de la pared este del
bloque, resultado estériles.
En fin, también se realizó un pozo de sondeo de
1 m2 en el sitio Marazzi 2 - Río Torcido (Calas y Lu-
cero 2009).

Tafonomía
Las observaciones tafonómicas realizadas en un
sector de bloques erráticos de la zona interior del
río Marazzi, indican escasas posibilidades de mez-
cla reciente. En algunos casos, como en el Bloque
de la Obsidiana, se registran restos de guanacos
muertos recientemente en superficie. No obstante,
se han reconocido condiciones de preservación ex-
cepcional para sitios en algunos bloques interiores.
La prospección superficial y sub-superficial de
los bloques erráticos ubicados entre río Torcido y
Cameron presenta una expectativa diferente de
depósitos estratigráficos profundos, lo que pre-
liminarmente podría relacionarse con aspectos
Figura 8. Sitio Marazzi 13, unidades excavadas en la
geomorfológicos locales y su cronología.
cueva.

Figura 9. Perfil Este de las unidades excavadas en Marazzi 13, incluyendo el rasgo datado (Lente Z) en 3930 años AP.

Morello et al. 1087


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Geoarqueología dinámicas glaciales (McCulloch 2007) y los estudios


Un conjunto de observaciones nos permitió am- arqueológicos propiamente tales.
pliar considerablemente la perspectiva de los estu- En su conjunto, las observaciones sintetizadas
dios geoarqueológicos en curso. Se puso especial ilustran que los estudios geoarqueológicos ofrecen
énfasis en el estudio en terreno y muestreo para una especial oportunidad para comprender mejor
análisis de laboratorio de dos dimensiones comple- tanto los procesos de formación del registro ar-
mentarias del registro paleo-paisajístico. queológico de Isla Grande como las dinámicas de
(1) Por una parte, y de manera más intensiva, evolución del paisaje fueguino a lo largo del Ho-
se abordó el estudio de sedimentos estratificados loceno. Las relaciones crono-estratigráficas del
expuestos por las excavaciones arqueológicas. conjunto de paleosuelos relevados durante los úl-
El principal objetivo de estos estudios se plantea timos dos años sugieren que esta región presenta
cómo reconstruir los procesos de formación de un conjunto de superficies enterradas de diferente
sitios desde una perspectiva geoarqueológica, es antigüedad. Algunas de éstas atañen precisamente
decir, contextualizar la depositación, preservación a momentos poco conocidos de la historia del po-
y destrucción de vestigios materiales; relevar y blamiento y ocupación de la región. Su presencia
caracterizar antiguas superficies de ocupación; y en sedimentos con vestigios arqueológicos alien-
situar las dinámicas responsables de estos proce- ta una mejor comprensión de sus características
sos en las trayectorias regionales de evolución del como manera de abordar el registro arqueológico
paisaje. de estas ocupaciones.
(2) Se consideró, de manera más extensiva, el En la actualidad sólo se cuenta con la siguien-
estudio de los paleosuelos que se observan en el te información parcial de paleosuelos, su potencial
área de estudio: relevamos un número importante uso como cronología relativa y su relación con con-
de horizontes enterrados en una transecta que se diciones climáticas más benignas (humedad relati-
extiende a lo largo de aproximadamente 250 km va) hacia finales del Holoceno medio (ca. 5500 años
lineales de costa. Tenemos la certeza que todos es- AP):
tos paleosuelos se han desarrollado encima de fa- Cabo Monmouth 20, fechado directo de paleo-
cies glaciales finipleistocénicas. Ello implica que la suelo: 5565 años AP.
gran mayoría de ellos data de distintos momentos Marazzi 1 (Sector 3), corresponde estratigráfi-
del Holoceno, hipótesis respaldada por otros estu- camente al contexto datado en 5570 años AP (La-
dios de paleosuelos en la región (e.g. Favier-Dubois ming-Emperaire et al. 1972).
2003; McCulloch et al. 2005). Dado que los paleosue- Marazzi 2-Río Torcido registra un estrato que
los identifican momentos de stasis en las dinámicas corresponde a un paleosuelo enterrado bajo el con-
geomorfológicas, su estudio es de gran interés para chal antrópico datado en 2745 años AP (fecha míni-
comprender la evolución de los paisajes que fueron ma, Morello et al. 1998).
habitados por las antiguas comunidades humanas Cabo Monmouth 5, paleosuelo de más de 1460
de la isla; enriquecer otros aspectos de los estudios ± 40 años AP (fechado de conchal antrópico, Beta-
de formación del registro arqueológico en la región 240942) pues el contexto fechado está inserto en
(e.g. Borrero 2007) y establecer un diálogo inter- una formación de dunas que sobreyace al paleo-
disciplinario entre los estudios de paleo-ecología y suelo.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La implementación de nuevos métodos de des- máticas planteadas en el proyecto.


cubrimiento de sitios y restos arqueológicos ante- El estudio geomorfológico realizado previa-
riores a los 2000 años AP ha sido puesta en marcha mente a la prospección arqueológica fue de suma
en el marco del presente proyecto. Los primeros importancia para delimitar los lugares disponibles
resultados obtenidos muestran un aumento en la durante el Holoceno medio (y en menor grado del
riqueza de información y además la cantidad de da- Holoceno temprano) en la costa norte y norocci-
tos nuevos que se generan con un diseño de pros- dental de Tierra del Fuego.
pección de múltiples etapas, en el marco de un es- La prospección sub-superficial permitió generar
tudio interdisciplinario. La información es cada vez una primera evaluación de la metodología, compa-
más detallada, mejorando notablemente la eficien- rando la información del registro superficial y sub-
cia del estudio en terreno, para obtener una buena superficial, con casos controlados de yacimientos
relación de intensidad y cobertura en las zonas con arqueológicos conocidos y delimitados según in-
el mejor potencial de información, para las proble- formación de superficie y perfiles expuestos.

1088
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

Los resultados de dicha comparación indican ción.


que los pozos de sondeo son muy adecuados para En general, los bloques con registro arqueoló-
la detección de depósitos culturales enterrados, gico presentaron escasos materiales y baja diversi-
pero tienen una clara limitante en cuanto a la pro- dad. Por el contrario, los pocos contextos registra-
fundidad alcanzable y el tiempo requerido para su dos a cielo abierto presentaron mayor variedad y
realización. abundancia de materiales y rasgos.
En la localidad de Cabo Monmouth se demostró A nivel metodológico, los pozos de sondeos en
la eficacia de los sondeos con barreno para detec- sitios arqueológicos de ambos sectores también
tar registro arqueológico en estratigrafía, pudien- sirvieron para discutir la eficiencia de las dos téc-
do llegar a profundidades considerables en poco nicas de muestreo sub-superficial evaluadas: pozos
tiempo. Pero como observación general debemos de sondeo y barrenos. El caso del sitio Bahía Lee
señalar que existe menos control sobre la mezcla Lagunas 2 y Cabo San Vicente I son muy positivos
de materiales y sedimentos caídos de los bordes, por cuanto más de la mitad de los barrenos permi-
debido a la misma acción giratoria del barreno. Los tieron detectar material en capa, incluso cambian-
porcentajes de interceptación de sitios en la pros- do la percepción inicial de bahía Lee de una con-
pección sub-superficial en Porvenir Norte son algo centración de materiales superficiales dispersos, a
más bajos, pero igualmente satisfactorios. un sitio con bastante potencial estratigráfico.
Los esfuerzos por datar contextos culturales En los otros sondeos guiados los resultados
asociados a estas localidades costeras disponibles comparativos entre registro superficial y estrati-
durante el Holoceno medio -e inicios del tardío-, gráfico son similares a los obtenidos en la prospec-
sobre el nivel marino transgresivo, han dado re- ción sub-superficial sistemática.
sultados positivos, con ocupaciones humanas que Es evidente que la capacidad de detección de
fluctúan entre 5500 y 2900 años AP. Igualmente, yacimientos arqueológicos en estratigrafía por par-
fueron positivos los análisis de dos abrigos rocosos te de los sondeos (pozos y barrenos) se relaciona
en bloques erráticos de bahía Inútil. con la densidad de materiales en cada yacimiento.
En cuanto a estas localidades de bloques errá- Lamentablemente en la prospección superficial no
ticos de bahía Inútil, la información recopilada per- fue posible cuantificar esta variable, al igual que
mite observar que los bloques ubicados al noroeste otras relacionadas, como la distribución espacial de
del camino a Cameron presentan mayor potencial estas distintas densidades de registro. Esperamos
estratigráfico y cultural que los bloques interiores en el futuro generar herramientas metodológicas
(sureste), especialmente los ubicados sobre los sis- para discutir este aspecto y su injerencia en los re-
temas morrénicos. Junto con el potencial estrati- sultados de las metodologías de prospección.
gráfico como indicador, la cobertura vegetacional y En fin, como conclusión, creemos que con los
su relación con la medición de la visibilidad de una resultados recopilados, los pozos de barreno ten-
localidad fueron variables pertinentes para deter- drían la relación más conveniente entre eficacia y
minar zonas con buena preservación de los depósi- detección de sitios arqueológicos. Pensamos espe-
tos estratigráficos. cialmente en su aplicación futura en zonas de visi-
Se identificaron, igualmente, varias concentra- bilidad nula, y en las que haya predominio de depó-
ciones ubicadas a cielo abierto, entre bloques errá- sitos culturales enterrados (potencial estratigráfico
ticos, y sobre la terraza alta de origen glaciolacus- mayor a 50 cm de profundidad), y/o en los que no se
tre, los que presentan altas posibilidades de contar observe registro arqueológico superficial.
con buen potencial estratigráfico. El balance realizado de los datos obtenidos en
Además, a nivel metodológico, fue condición estos dos años tiende a positivo y permite generar
necesaria la evaluación sub-superficial (pruebas de importantes expectativas de avance en el conoci-
pala) para la detección del registro arqueológico miento del poblamiento del Holoceno medio-tar-
asociado, ya que muchos presentaban visibilidad dío de Tierra del Fuego.
mala o nula por las características de la vegeta-

AGRADECIMIENTOS
El presente estudio fue posible gracias al financiamiento de los Proyectos FONDECYT 1060020, e
Incentivo a la Cooperación Internacional 7070071 y 7060304. Además agradecemos al Centro de Estudios
del Cuaternario (CEQUA) por el financiamiento de algunos análisis y dataciones.
Igualmente, apreciamos la colaboración de los funcionarios de ENAP Magallanes de Cerro Sombrero,
a René Milicevic y familia, y Carmen Hevia.
A Manuel San Román y Jr. por su apoyo incondicional.

Morello et al. 1089


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

NOTAS
1
. La altura de la superficie superior de la barranca es de aproximadamente 4 m sobre la playa actual
y aproximadamente 5 m s.n.m.
2
. Las terrazas de segundo orden, en el mapa geomorfológico de De Muro et al. 1996 a corresponden
a formaciones entre alturas de 6 y 11 m s.n.m. de origen marino y/o lacustre.
3
. Se siguieron niveles artificiales de excavación, harneando con malla de 7 y 10 mm.
4
. Sondeo 1, 100 x 50 cm, niveles artificiales de 10 cm, harnero malla 7 mm.
5
. Esto debe considerarse con relación a la sucesión y características de los estratos del Sondeo 1 y de
los distintos puntos de muestreo del perfil expuesto de la barranca, y no necesariamente implica profun-
didades semejantes.
6
. Los bloques de dimensión mayor a 2 x 2 m fueron numerados y marcados en terreno con pintura
roja.
7
. En los bloques erráticos no fue posible probar el uso de los barrenos como muestra subsuperficial
pues no se pudo usar el equipo durante la campaña de terreno respectiva.

BIBLIOGRAFÍA

Bentley, M. J., D. E. Sugden, N. R. J. Hulton y R. D. International Geomorphology Conference, Hamilton -


Mcculloch Canadá.
2005 The landforms and pattern of deglaciation De Muro, S., A. Di Grande, y A. Brambati
in central Strait of Magellan and Bahía Inútil, 1996a Evoluzione Olocenica e aspetti geomorfologici
southernmost South America. Geografiska Annaler dell’area costierra della Península Juan Mazía (Fogli
87A: 313-334. “Puerto Percy”, Bahía Felipe” e “Puerto Sara”) (Tierra
Bird, J. del Fuego - Stretto di Magellano - Cile). Il Quaternario
1993 Viajes y Arqueología en Chile Austral. Ediciones 9:405-412.
de la Universidad de Magallanes, Punta Arenas. De Muro, S., A. Di Grande, y A. Brambati
Borella, F. 1996b Distribuzione dei terrazzi marini e transizionali
2004 Tafonomía regional y estudios arqueofaunísticos (Olocene) e carta geomorfologica della fascia costiera
de cetáceos en el norte de Tierra del Fuego y Patagonia tra Punta Paulo e Porvenir - Tierra del Fuego - Stretto
meridional. BAR International Series N° 1257, di Magellano - Cile. En XXVII Congresso Geografico
Oxford. Italiano, Trieste - Italia.
Borrero, L. Favier Dubois, C. M.
1989-90 EvoluciónCultural Divergente en la Patagonia 2003 Late Holocene climatic fluctuations and soil
Austral. Anales del Instituto de la Patagonia, (Serie genesis in Southern Patagonia: effects on the
Ciencias Humanas) 19:133-140. archaeological record. Journal of Archaeological
Borrero, L. Science 30(12): 1657-1664
2007 ObservacionesTafonómicas. Campaña noviembre Laming-Emperaire, A., D. Lavallee y R. Humbert
2007. En: Informe de Avance, 2° Año, Proyecto 1972 Le Site de Marazzi en Terre de Feu. Objets et
FONDECYT 1060020. Mondes 12(2):225-244.
Borrero, L., y J. L. Lanata Massone, M.
1992 Análisis Espacial en la Arqueología Patagónica. 1997 Prospección Arqueológica del Sector
Ediciones Ayllu, Buenos Aires. comprendido entre los ríos Marazzi y Torcido, zona
Borrero, L. A., F. Borella, M. Massone y F. Morello norte de Tierra del Fuego. Anales del Instituto de la
2009 Relevancia arqueológica de los varamientos de Patagonia, (Serie Ciencias Humanas) 25:123-136.
cetáceos en el Estrecho de Magallanes (Tierra del Massone, M.
Fuego) Chile. En: Tafonomia de Vertebrados editado 2004 Los cazadores después del hielo. Colección de
por A. Acosta y D. Loponte, pp: 1-13. Universidad de Antropología VII, Dirección de Bibliotecas, Archivos
Lujan. y Museos, Santiago.
Calas, E. y M. Lucero Massone, M. y F. Morello
2009 El sitio Marazzi 2: una ocupación costera de 2007 Los Cetáceos en el Mundo Selk´nam: una
cazadores terrestres. Comunicación presentada evaluación arqueológica. En Arqueología de Fuego-
en las VII Jornadas de Arqueología de la Patagonia, Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
Ushuaia, abril 2008. En este volumen. huesos...y develando arcanos, editado por F. Morello,
De Muro, S., A. Di Grande, y A. Brambati M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 709-721.
1993. Distribuzione dei terrazzi marini e transizionali Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
(Pleistocene? -Olocene) e carta geomorfologica della Massone, M., F. Morello, A. Prieto, M. San Román, F.
fascia costiera tra Porvenir e Puerto Yartoú Stretto Martin y P. Cardenas
di Magellano - Cile. Trabajo presentado en Third 2003 Sitios arqueológicos, restos de cetáceos y

1090
Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

territorios locales Selk’nam en bahía Inútil, Tierra del


Fuego. Magallania 31:45-60.
Massone, M., F. Morello, E. Calás, C. Huidobro, G.
Bahamonde y I. Martínez
2007 Prospección arqueológica superficial en la costa
norte y noroccidental de Tierra del Fuego. Informe de
Avance, Año 1, Proyecto FONDECYT 1060020, pp.
53-65. MS.
McCulloch, R. D.
2007 Field Report 2006. En Informe de Avance, Año 1,
Proyecto FONDECYT 1060020, pp. 13-22. MS.
McCulloch, R. D.
2008 Field Report 2007. En Informe de Avance, Año 2,
Proyecto FONDECYT 1060020. MS.
Mcculloch, R., C. Fogwill, D. Sugden, M. Bentley y P.
Kubik
2005 Chronology of the last glaciation en central
Strait of Magellan y Bahía Inútil, southernmost South
America. Geografiska Annaler 87A:289-312.
Morello, F., L. Contreras y M. San Román
1999 La Localidad de Marazzi el Sitio Arqueológico
Marazzi 1, Una Re-Evaluación. Anales del Instituto de
la Patagonia, (Serie Ciencias Humanas), 27:183-198.
Morello F., M. San Román, R. Seguel y F. Martín
1998 Excavación en el sitio Marazzi 2. Sector
2-terraza superior (río Torcido, Bahía Inútil), primer
avance. Anales del instituto de la Patagonia. (Serie
Ciencias Humanas) 26: 119-126.
Morello F., M. San Román y A. Prieto
2004. Informe de actividades de sondeo en el sitio
Marazzi 2 sector 1 (río Torcido, Tierra del Fuego).
Magallania 32: 233-238.
Morello, F.
2005 Tecnología y métodos para el desbaste de lascas
en el norte de Tierra del Fuego: los núcleos del sitio
Cabo San Vicente. Magallania 33(2):29-56.
Salemme, M., y G. Bujalesky
2000 Condiciones para el asentamiento humano
litoral entre Cabo San Sebastián y Cabo Peñas (Tierra
del Fuego) durante el Holoceno Medio. En Desde el
País de los Gigantes. Perspectivas arqueológicas en
Patagonia, editado por Belardi, J. B; Carballo Marina,
F. y S. Espinosa Tomo II pp 519-531. Universidad
Nacional de la Patagonia Austral. Río Gallegos.
Salemme, M., G Bujalesky, y F. Santiago
2007 La Arcillosa 2: la ocupación humana durante el
Holoceno medio en río Chico, Tierra del Fuego, Chile.
En Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando
piedras, desenterrando huesos...y develando arcanos,
editado por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G.
Bahamonde, pp. 723-736. Ediciones CEQUA, Punta
Arenas, Chile
Stern, C.
2004 Obsidian En Southern Patagonia: review
of the current information. En Contra viento y
marea. Arqueología de la Patagonia, editado por
M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
pp. 167-176. Instituto Nacional de Antropología y
Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
de Antropología, Buenos Aires.

Morello et al. 1091


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

1092
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de
Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)
Cristian Murray1, Mónica Grosso1, Dolores Elkin1-2, Fernando Coronato2-3, Horacio De Rosa4,
María A. Castro5, Ricardo Bastida1-2 y Nicolás Ciarlo1-4

A B S T R A C T

This paper deals with the “BG2” wrecksite, which is located in the intertidal coastal zone of
Puerto Madryn. An erosion process that affects the area is progressively exposing the remains.
It was decided to conduct an archaeological research in order to identify the chronological
and cultural context of the vessel and assess its historical and scientific relevance. The
methodology consisted mainly of the analysis of its constructive features and the identification
of wood species and metal components. The archaeological data obtained was then evaluated
in relation with the historical record gathered. The results indicate that it consisted of a mid size,
wooden sailing vessel that was built using relatively shoddy or unskilled workmanship. It was
probably built in the 19th century, so it would be the oldest wrecksite found up to the present
in the area. Wood removal evidence associated to historical data suggests that some ship
components could have been reutilized by the first Welsh settlers who arrived at this place in
1865. Preliminary results situate the “BG2” wrecksite as a maritime heritage of significant value.

ANTECEDENTES Y OBJETIVOS

La presente investigación forma parte del Pro-


yecto “Investigación y Puesta en Valor del Patri-
monio Cultural Subacuático de Península Valdés”
(Provincia del Chubut) del Programa de Arqueolo-
gía Subacuática (PROAS) del Instituto Nacional de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano. En
el marco de dicho proyecto se están comenzando
a relevar alrededor de 30 naufragios de diversas
épocas localizados tanto en los golfos Nuevo y San
José como en la costa atlántica de la península.
El sitio que nos ocupa, denominado prelimi-
narmente Bahía Galenses 2 (BG2), consiste en los
restos semienterrados de una embarcación de
madera. El mismo está localizado en una playa del Figura 1. Ubicación del sitio de naufragio BG2.
Golfo Nuevo en el sector sur de la ciudad de Puerto
Madryn, próximo a Punta Cuevas, en una ensenada referencias de pobladores locales que recuerdan
que en cartografía argentina antigua es denomina- haberlo visto descubierto en la década de 1950 (A.
da como “Bahía Galenses” (Dumrauf 1993) (Figura Couceiro comunicación personal 2000).
1). El sitio se encontraba hasta el año 2002 com- Recientemente el lugar ha estado sujeto a ries-
pletamente cubierto por sedimento, aunque hay gos de alteración natural y antrópica. Debido a su

1 Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL)


2 CONICET
3 Asociación Punta Cuevas - Puerto Madryn
4 Laboratorio de Materiales, Dpto. de Ingeniería Mecánica, Facultad de Ingeniería, Universidad de Buenos Aires
5 Laboratorio de Anatomía Vegetal, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires

Murray et al. 1093


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 2. Imágenes que ilustran el momento en que la marea comienza a cubrir los restos y cuando los mismos
quedan completamente bajo el agua.

Figura 3. Fotos tomadas con dos años de diferencia en las que se puede apreciar el descenso del nivel del sedimen-
to en varios sectores de la estructura.

emplazamiento en un ambiente intermareal, los ción de tamaño mediano construida entre los siglos
restos que afloran sobre la superficie son cubiertos XVIII y XIX (Elkin y Murray 2004, 2005). Es impor-
y descubiertos por el agua dos veces al día (Figura tante mencionar que en este sector de la costa ha-
2). Esta situación ha originado su deterioro progre- brían tenido lugar, durante el siglo XIX, actividades
sivo por la acción hidrodinámica y la exposición pe- de procesamiento de productos derivados de la
riódica a los agentes atmosféricos. A ello se suma caza de pinnípedos y cetáceos (Dumrauf 1991) y, en
una creciente erosión sedimentaria que está des- el año 1865, el desembarco de los primeros colonos
tapando gradualmente el sitio (Figura 3). Al mismo galeses que arribaron a la Patagonia (Jones 1993
tiempo, ha estado sujeto al huaqueo u otro tipo de [1898]; Jones 2000 [1926]). Asimismo, en diversas
alteración por parte de visitantes ocasionales que fuentes históricas se menciona la presencia de un
concurren a la zona balnearia todos los años. Esta antiguo naufragio en la zona (British Admiralty
situación motivó una urgente atención sobre el 1883; Ap Iwan 1889; Jones 1993 [1898]; Jones 2000
naufragio a fin de evaluar su significancia arqueo- [1926]). En función de lo anterior, en octubre de
lógica y, en base a ello, planificar futuras investiga- 2006 y febrero de 2007 se llevaron a cabo dos cam-
ciones y proponer medidas para su preservación. pañas de relevamiento y excavación en el sitio.
En enero de 2004 y septiembre de 2005 se rea- En este contexto, la investigación que se pre-
lizaron los primeros relevamientos de los restos senta a continuación tuvo como objetivo realizar
visibles, sobre la base de los cuales se estimó que una caracterización general del sitio y determinar
los mismos podrían corresponder a una embarca- su contexto cronológico-cultural.

1094
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)

METODOLOGÍA

Desde un primer momento se consideró que las del sitio como una única unidad estratigráfica. Fi-
expectativas de hallazgo de artefactos asociados a nalizada la excavación las tres áreas fueron cubier-
la estructura serían bajas, debido a la reducida po- tas con el sedimento del lugar.
tencia del sedimento existente sobre la estructura
y a la dinámica costera característica del ambiente
intermareal. En función de ello y del objetivo plan-
teado se decidió focalizar la investigación en el
estudio de los restos estructurales del casco, a fin
de determinar el tipo de embarcación y sus dimen-
siones generales. Para ello se examinaron rasgos
diagnósticos, tales como el sistema de cuadernas,
tipo de ensamblajes, clavazón y sistema de recubri-
miento del forro.
Los trabajos estuvieron condicionados por la
periódica inmersión del sitio durante la marea alta.
Se decidió entonces trabajar únicamente durante
los períodos de marea baja, lo cual significó dispo-
ner de un lapso aproximado de 4 horas por día. Figura 4. Trinchera de excavación del sector medio de
Previamente a las tareas de excavación se rele- la estructura (T1).
varon los restos estructurales que se encontraban
expuestos sobre el nivel del sedimento a fin de Las estructuras y los escasos materiales descu-
obtener un plano del sitio. Asimismo, en un sector biertos en la excavación fueron relevados tridimen-
donde no se observaban maderos en superficie pero sionalmente y fotografiados in situ. Se confeccio-
presumiblemente se hallaba parte de la estructura nó un plano a escala 1:10 en donde se registraron
enterrada, se realizó una serie de sondeos de 20 x los siguientes datos: disposición de las cuadernas;
20 cm a intervalos de 1 m, siguiendo la proyección escuadría y longitud de cada tramo de cuaderna;
del contorno de los restos expuestos. ancho y espesor de tracas de forros interno y exter-
Posteriormente se seleccionaron tres áreas de no (traca: cada una de las filas de tablas del forro);
excavación de acuerdo con su potencial diagnósti- ubicación, tipo y diámetro de clavazón; tipo y di-
co: el sector medio y ambos extremos (SO y NE) de mensiones de encastres y rebajes; curvatura trans-
la estructura visible. En el caso del sector medio, se versal de las cuadernas; indicadores de maderos
esperaba obtener información sobre aspectos ta- ausentes; marcas de construcción; y evidencias de
les como la disposición de cuadernas, la construc- alteraciones antrópicas.
ción del forro interior, la sección transversal de la Los materiales extraídos del sitio durante las
embarcación y su manga máxima. Por su parte, el excavaciones fueron sometidos a un tratamiento
estudio de los extremos de la estructura permitiría de conservación preliminar. El mismo consistió en
identificar la proa y la popa de la nave. su limpieza mecánica e inmersión en agua dulce
En el sector medio y en el extremo SO se exca- para su desalinización. Se registraron además las
varon sendas trincheras transversales al eje princi- principales características de los mismos median-
pal de la estructura. Las dimensiones de la primera te mediciones, croquis y fotografías. También se
(T1) fueron de 1,80 m de ancho y 4,80 m de largo, tomaron muestras de materiales (principalmente
mientras que las de la segunda (T2), de 2,90 m de maderas y metales) para su identificación y carac-
ancho y 2,30 m de largo (Figuras 4 y 6). En el ex- terización a fin de obtener información adicional
tremo NE se excavó selectivamente en diferentes relativa a la adscripción temporal y cultural de la
sectores (S1 y S2) con el propósito de delimitar la embarcación.
extensión de la estructura en esa zona y registrar Al finalizar los trabajos, se procedió a imple-
sus rasgos diagnósticos, cubriendo una superficie mentar un sistema de protección física en el sitio
total de 6 m2. En las tres áreas mencionadas se ex- que permitiera contrarrestar en alguna medida la
cavó hasta dejar al descubierto el plano superior de acción erosiva del medio y protegerlo de las pertur-
la estructura, alcanzando un nivel de -47 cm en T1, baciones antrópicas. Con tal fin se colocaron sobre
-63 cm T2 y -23 cm en S1 y S2. El carácter unicom- los restos de madera expuestos alrededor de 400
ponente del sitio y sus condiciones de depositación bolsas de arpillera plástica (rafia de polipropileno)
llevaron a considerar a toda la excavación dentro conteniendo arena (Figura 5).

Murray et al. 1095


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 5. Tareas de cobertura del sitio con bolsas de arpillera plástica.

Paralelamente a los trabajos de campo se ana- esta etapa de la investigación, por un lado, a brin-
lizaron las fuentes históricas conocidas referidas a dar un contexto general relativo a la ocurrencia de
la presencia de un antiguo barco naufragado en la naufragios en el área, y por otro, a obtener infor-
zona, así como también registros de naufragios y mación que permitiera aproximarnos a la identifi-
documentos vinculados a la actividad marítima en cación cronológica-cultural del sito BG2.
la región de estudio. Dicho análisis se dirigió, en

RESULTADOS

Descripción general de la estructura ma que la misma está compuesta por al menos 33


Los restos hallados corresponden a un sector cuadernas, 11 tracas del forro exterior y 4 tracas del
del fondo de una embarcación de madera. Los forro interior (Figura 6).
mismos consisten en una estructura continua y de El sector mencionado se extiende entre la quilla
forma longitudinal de 28 m de largo y 4,20 m de (ausente) y la curva del pantoque de una de las ban-
ancho. En base al relevamiento realizado, se esti- das (la curva que une el costado de la embarcación

Figura 6. Plano del sitio, en donde se indican los sectores excavados.

1096
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)

sitio podrán brindar evidencia adicional a los fines


de ajustar la información presentada.
En la tabla 1 se indican las dimensiones de los
diferentes componentes estructurales relevados y
su identificación taxonómica.

Cuadernas
La embarcación fue construida con un sistema
de cuadernas dobles. Este tipo de cuaderna está
compuesta de varios segmentos: una varenga (que
cruza sobre la quilla y se fija a la misma), un genol
a cada lado de la varenga y varias ligazones a con-
tinuación de los genoles. Dichos segmentos van
dispuestos en dos filas paralelas y están vinculados
entre sí con clavazón. En el caso del sitio BG2, las
Figura 7. Sector preservado de la embarcación (sobre
un dibujo de Paasch 1908). cuadernas poseen la particularidad de que entre
ambas filas se ha dejado un espacio de separación.
con el fondo) (Figura 7). El extremo noreste se en- En el sector de popa las cuadernas son del tipo revi-
cuentra fragmentado e incompleto, lo cual impide radas, es decir que forman un ángulo no perpendi-
determinar a qué parte de la embarcación corres- cular con respecto a la quilla, el cual se va cerrando
ponde. El extremo sudoeste, por su parte, fue iden- hacia la popa (Figura 8).
tificado preliminarmente como la popa en base a En el sector medio del barco se han preservado
la curvatura que presenta el casco en ese sector y a las siguientes partes de las cuadernas: los genoles
la disposición y forma de los maderos que lo com- y las 1º ligazones (completos), las 2º ligazones (la
ponen. En ese caso, la estructura que aquí descri- porción inferior) y las 3º ligazones (un fragmento
bimos correspondería a la banda de estribor de la del pie). Si bien las varengas están ausentes, la bue-
embarcación. na condición de la superficie interna del forro per-
Las descripciones de los elementos constituti- mite distinguir las marcas dejadas por el contacto
vos que se presentan a continuación están basadas entre ambas piezas, develando así la ubicación y el
en las observaciones y relevamientos realizados ancho que poseían (equivalente a 10 pulgadas del
durante la excavación de los sectores menciona- sistema imperial). Su dimensión de trazado habría
dos. Futuros relevamientos en otros sectores del sido igual a la de las piezas contiguas -los genoles-

Ancho Dimensión de trazado Espesor o diámetro Identificación


Elemento
(cm) (cm) (cm) taxonómica

Varenga (ausente) 25 25
Quercus robur L.
Genol 21 - 25,5 25
(n.v. roble europeo)
Quercus robur L.
1º ligazón 19,5 - 25,5 22 (cabeza), 25 (pie)
(n.v. roble europeo)
2º ligazón 22 - 23,5 22 (cabeza), 25 (pie)
3º ligazón 19,5 - 25,5 20 (pie)
Taco separador de Pinus caribaea Morelet
10
cuaderna (n.v. pino caribeño)
Forro exterior (tracas
Pinus caribaea Morelet
de aparadura y del 36 - 37 7 - 7,5
(n.v. pino caribeño)
fondo)
Pinus caribaea Morelet
Forro interior 32 - 34 6 - 7,5
(n.v. pino caribeño)
Pinus sylvestris L.
Recubrimiento externo 1,3
(n.v. pino escocés)
Robinia pseudoacacia L.
Cabilla 3 - 3,5
(n.v. falsa acacia)
Pinus caribaea Morelet
Cuña de cabilla (n.v. pino caribeño)

Tabla 1

Murray et al. 1097


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 8. Cuadernas reviradas en la trinchera T2.

para que el forro interno apoyase en una superficie ble o semi-varengas (varengas asimétricas).
pareja. En cada cuaderna las uniones de los extre- Una característica para destacar es que las li-
mos de varengas, genoles y ligazones están siem- gazones que presentan curvatura (las 1º y 2º liga-
pre desfasadas (Figura 9). zones) tienen sus extremos reducidos en sección.
La ubicación de los pies de las 1º ligazones rele- Mientras que el ancho se mantiene constante, la
vadas indica que las cabezas de varenga no estaban medida de trazado se reduce -en algunos casos
alineadas. Ello revela que las varengas eran de al- significativamente- y la pieza adopta una sección
guno de los siguientes dos tipos: de longitud varia- semicircular (Figura 10).

Figura 9. Plano de la trinchera T1 en donde se observa el sistema de cuadernas y los diferentes elementos que las
componen. Referencias: A. Ubicación de varenga (ausente), B. Genol, C. 1º ligazón, D. 2º ligazón, E. 3º ligazón, F.
Taco separador, G. Forro exterior, H. Forro interior.

1098
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)

zones que han quedado al descubierto (Figura 11).


El pie de los genoles está cortado en forma oblicua,
posiblemente para su ensamblaje con una cuña de
unión sobre la quilla.
En la cara inferior de los genoles se puede apre-
ciar la groera, canaleta que servía para drenar el
agua de la sentina hacia las bombas (Figura 12).
La groera permitió identificar cuál fue el tramo de
las cuadernas que se preservó, pues siempre está
ubicada próxima a la quilla de la embarcación. Sus
dimensiones son 6 cm de ancho x 3,5 cm de alto.
La separación entre ejes de cuadernas varía
entre 75 y 78 cm, con un promedio de 76 cm (equi-
valente a 2 pies y 6 pulgadas). El espacio total ocu-
Figura 10. Ligazones de cuadernas con sus extremos
pado por cada cuaderna en el sector próximo a la
reducidos en sección.

Figura 11. Uso de cabillas para conectar los diferentes elementos de las cuadernas. A. Cabilla de unión transversal,
B. Cabilla de unión longitudinal.

Como se mencionó más arriba, las dos filas de


ligazones que forman cada cuaderna están separa-
das por un espacio. El mismo es de 10 cm en todas
las cuadernas relevadas. En dicho espacio y a la al-
tura de cada unión longitudinal hay un taco de se-
paración de sección rectangular (Figura 9).
Las ligazones están conectadas transversal-
mente por medio de cabillas (clavijas de madera),
a razón de dos por cada unión longitudinal. Las va-
rengas y los genoles, por su parte, no están vincula-
dos transversalmente entre sí.
Las uniones longitudinales entre varengas,
genoles y ligazones son a tope -sin encastre- y
aparentemente poseen cabillas “escondidas” que
conectan sus extremos. Restos de este tipo de cabi-
llas pueden observarse en los extremos de las liga-
Figura 12. Groera tallada en la cara inferior de los genoles.

Murray et al. 1099


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

quilla es de entre 55 y 60 cm y el espacio libre entre fijadas a las cuadernas por medio de clavos metá-
cuadernas es de 17 cm en promedio. licos y de cabillas. Éstas atraviesan toda la sección
de las cuadernas y sirven también para fijar el fo-
Forro exterior rro interior. El patrón de clavado de las tablas, que
En el sector medio de la embarcación se han sólo pudo ser observado en los sectores donde las
identificado 11 tracas del forro exterior (Figura 9), cuadernas están ausentes, consiste en la mayoría
mientras que en proa y en popa su número dismi- de los casos en una cabilla y un clavo, o bien en dos
nuye debido a la menor preservación de los restos. cabillas, por cada ligazón de cuaderna. En el caso
La traca ubicada más al NO es la denominada tra- de los extremos de las tablas de aparadura, aque-
ca de aparadura, que originalmente iba dispuesta llos que pudieron ser observados están asegurados
contigua a la quilla. Su canto inferior está cortado a las cuadernas por medio de tres o cuatro clavos
en forma oblicua, presumiblemente para lograr un y ninguna cabilla. Por último, se ha observado que
adecuado encastre en el alefriz (canaleta tallada a en el extremo SO de la estructura las tablas iban
lo largo de la quilla para encastrar en ella el borde fijadas a la extensión vertical de la sobrequilla (pre-
de la traca de aparadura). Las tracas que siguen ha- sumiblemente el contracodaste) por medio de tres
cia el SE corresponden al fondo de la embarcación clavos y un perno.
y a la curva del pantoque. El espesor y ancho de to- Las cabillas fueron insertadas a través del forro
das estas tracas son en general uniformes, aunque y cuadernas en ángulos y direcciones variables. Las
en la curva del pantoque su ancho disminuye para mismas son cilíndricas y facetadas, y poseen una
adaptarse mejor a la curvatura del casco en ese sec- cuña de expansión al menos en uno de sus extremos
tor. (Figura 13). En algunos casos, las cabillas atraviesan
Las tablas de cada traca están unidas a tope y las cuadernas en forma tangencial o muy cerca de

Figura 13. Clavazón utilizada en la unión de forros y cuadernas: A. Cabilla de madera con cuña de expansión, B.
Clavo de latón (forro exterior), C. Perno de aleación de cobre no determinada (forro interior).

1100
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)

su borde, lo que disminuye considerablemente su latón con el agregado de un bajo porcentaje de es-
efectividad (Figura 14). taño. Tienen cabeza redonda y un largo promedio
de 3,4 cm y están colocados en filas diagonales. En-
tre el recubrimiento mencionado y el forro se de-
tectó la presencia de un material similar al fieltro,
en el cual se ha determinado la presencia de fibras
de lana (ovino) junto con otro componente que aún
resta identificar.

Forro interior
En los sectores excavados se ha identificado un
máximo de cuatro tracas del forro interior, las cua-
les son de la misma madera que el forro exterior (Fi-
gura 9). Las tracas ubicadas en el sector medio del
barco han perdido parte de su espesor original por
encontrarse parcialmente quemadas (este tema se
Figura 14. Evidencia de clavazón colocada en forma retomará más adelante).
deficiente. Dichas tracas están fijadas a las cuadernas me-
En base a lo observado visualmente en los rele- diante cabillas (las mismas que fijan el forro exte-
vamientos, los clavos serían todos de material, for- rior a las cuadernas), clavazón de hierro y pernos de
ma y dimensiones análogas. El análisis metalográ- aleación de cobre. La distribución de los elementos
fico de uno de ellos reveló que está hecho de latón, de fijación parece ser bastante aleatoria, sin ha-
aleación mayoritariamente compuesta por cobre berse podido identificar un patrón específico. La
y zinc, que en este caso presenta una composición clavazón de hierro se ha corroído completamente
global aproximada de 70,5% de cobre, 27,5% de y ha desaparecido, quedando como evidencia sólo
zinc y 2% de estaño. La presencia de pequeñas can- las concreciones formadas a partir de sus cabezas
tidades de estaño en la aleación permitía mejorar la y las perforaciones en la madera teñidas por óxido.
resistencia a la corrosión de este tipo de material, el La forma y tamaño de las perforaciones indican
cual es susceptible al fenómeno de decincificación. que se trataba de clavos de sección rectangular.
El análisis de la microestructura reveló que fue he- Por su parte, los pernos de aleación de cobre son
cho por moldeo. Su sección es cuadrada, de 10 x 10 los menos numerosos entre los tres tipos de clava-
mm y posee punta en cuña (dos caras paralelas y zón. Son de sección circular y poseen una cabeza
dos caras convergentes) (Figura 13). Su cabeza tie- de entre 25 y 30 mm de diámetro remachada sobre
ne forma tronco-piramidal con base cuadrangular una arandela circular de 5 mm de espesor (Figura
de 16 x 16 mm. El largo total es de aproximada- 13). No fue posible determinar si estos pernos atra-
mente 15 cm. viesan el forro exterior o si sólo llegan hasta la cara
El casco, por su parte, presenta un recubrimien- externa de las cuadernas.
to externo formado por tablas delgadas clavadas
al forro (Figura 15). En este caso los clavos, al igual Perfil de la sección media
que los mencionados en el párrafo anterior, son de Los ángulos y curvaturas medidos en el sector
medio de la embarcación nos aportan información
sobre la forma del casco en ese sector (Figura 16).
La zona más próxima a la línea de crujía, aproxi-
madamente hasta la 5º traca del forro exterior,
es plana. A partir de la 6º traca el forro comienza
a curvarse hacia arriba y en la 9º traca adopta la
curvatura máxima, que corresponde a la curva del
pantoque. El perfil mencionado indica que el fondo
de la embarcación era bastante plano.

Otras evidencias observadas


Durante los relevamientos se observó que en
ciertos sectores varios elementos de la estructura
presentan su superficie carbonizada (Figura 17). Di-
chos sectores son: los extremos distales de la ma-
Figura 15. Recubrimiento externo del casco (la flecha
indica una parte que se encuentra desprendida). yoría de las cuadernas y el sector adyacente del fo-

Murray et al. 1101


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 16. Perfil de la estructura excavada en la trinchera T1 (vista hacia el SO).

rro exterior, la superficie del forro interior y algunos


sectores del forro exterior del extremo NE. La pro-
porción de las superficies quemadas en relación al
área total de los restos expuestos es significativa.
Además, en algunos sectores se registraron
evidencias de cortes en la madera (Figura 18). El
tipo de corte y la presencia de varias astillas indican
que fueron realizados con hacha. Dichos cortes se
observaron especialmente en el forro exterior del
extremo NE y en algunas cuadernas.

Figura 18. Cortes realizados en la madera.


Figura 17. Madera quemada, en este caso la superficie
del forro interior.

Otros materiales hallados puede aportar información de interés a los fines de


Durante las excavaciones de la estructura se ha- este trabajo. El mismo fue localizado en los nive-
llaron varios artefactos y posibles ecofactos. Entre les inferiores de la trinchera T2. Uno de los rasgos
ellos podemos mencionar parte de un pequeño ba- principales de este zapato es el uso de una doble
rril cilíndrico de plomo, un zapato de cuero, restos hilera de pequeñas estaquillas de madera para unir
óseos faunísticos, fragmentos de ramas o leños, la suela con su parte superior (i.e. capellada y ca-
cabillas de madera y clavos metálicos. Los dos úl- ñetas). Dichas estaquillas atraviesan también una
timos presumiblemente formaban parte de la es- tira de cuero perimetral, denominada revirón, ubi-
tructura. cada entre la parte superior y la suela. Cada una de
Entre todos los materiales hallados cabe desta- las cañetas presenta tres orificios que servían para
car las características del zapato (Figura 19), ya que ajustar el zapato mediante un cordón. La suela evi-

1102
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)

dencia un uso intensivo.


Por último, debe señalarse la presencia de un
segmento de cadena de hierro hallada a 27 m de
la estructura en dirección Sur. Por el momento, sin
embargo, no se cuenta con evidencia que permita
relacionarla con el naufragio.

Figura 19. Zapato de cuero localizado en la trinchera T2.

DISCUSIÓN

Tipología y materiales pezó a utilizar a principios del siglo XVIII y se gene-


Los materiales utilizados en los elementos cons- ralizó durante el siglo siguiente (Desmond 1998:54
tructivos, su tipología y la forma en que están vin- [1919]; Morris et al. 1995:127). Su finalidad era la de
culados entre sí pueden resultar de ayuda para una evitar un desperdicio excesivo de madera al des-
datación relativa de la embarcación debido a que, bastar las cuadernas para recibir el forro exterior y,
a lo largo del tiempo, muchos de estos elementos durante la navegación, la de aumentar la resisten-
fueron objeto de cambios que han sido estudiados cia del casco en esos sectores.
y descriptos cronológicamente. El recubrimiento externo con tablas delgadas
En función de lo antedicho, los elementos de constituía un revestimiento de protección del fo-
mayor potencial diagnóstico son probablemente rro contra el ataque de organismos marinos per-
los pertenecientes a la clavazón. El uso de clavos de forantes de madera. Estos organismos (diversas
latón, tales como los hallados en el presente sitio, especies de crustáceos y moluscos, estos últimos
se generalizó entre el último cuarto del siglo XVIII conocidos vulgarmente como “teredos”) podían
y las primeras décadas del XIX (Crisman y Jordan provocar graves daños en un barco, e inclusive su
1999; Jones 2004). En otros contextos arqueoló- hundimiento. Por este motivo, dicho recubrimiento
gicos de naufragios se hallaron clavos similares a debía ser reemplazado con frecuencia. El sistema
los utilizados en el BG2 para fijar el forro exterior. de protección mencionado tuvo un uso muy difun-
Tal es el caso de la goleta norteamericana Comet dido durante los siglos XVI y XVII en embarcaciones
(1886-1911), que naufragó en las costas de Califor- europeas. A mediados del siglo XVII se comenzó a
nia (Russell 2005), y el sitio Mica, que corresponde a experimentar en forma sistemática con otros ma-
un naufragio atribuido al siglo XIX (Jones 2004). teriales, principalmente metálicos, para perfeccio-
El sistema de cuadernas dobles, si bien comen- nar la protección (Staniforth 1985). Para mediados
zó a utilizarse con anterioridad, es típico en la cons- del siglo XIX el uso de madera de sacrificio parece
trucción de embarcaciones de tamaño mediano o haber declinado, incluso para los barcos mercantes
grande del siglo XIX (e. g. Desmond 1998 [1919]). (Bingeman et al. 2000). La presencia de un material
Un rasgo distintivo de las cuadernas del sitio BG2 lo similar al fieltro entre el forro y su recubrimiento
constituye la separación que presentan las dos filas también es consistente con las referencias histó-
de ligazones entre sí. La razón por la cual se dejó ricas que señalan el uso de fieltro como parte del
esa separación no está aún clara. Posiblemente se sistema de protección (Paasch 1908; Glasgow 1967;
deba al propósito de mejorar la ventilación en luga- Bingeman et al. 2000).
res húmedos para reducir el deterioro de la madera.
Otra razón podría haber sido la de buscar una mejor Dimensiones
distribución de las filas de ligazones a lo largo de la Muchas de las dimensiones registradas en el
estructura, aunque las posibles ventajas estructu- sitio son consistentes con el sistema imperial de
rales resultantes de ello no resultan evidentes. unidades de pies y pulgadas (entre ellas, dos de
Por otro lado, tal como se ha señalado anterior- los parámetros más importantes para determinar
mente, se observa el uso de cuadernas reviradas. la robustez de la embarcación: la sección de las
Esta disposición, que era habitual en los extremos varengas y la separación entre las mismas). Ello in-
de proa y popa de los buques de madera, se em- dicaría que la construcción procede de una nación

Murray et al. 1103


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

anglófona. previamente. El montaje con este sistema resulta-


Asimismo, las dimensiones de los componen- ría relativamente sencillo, ya que no requeriría de
tes estructurales individuales resultan indicadores los complejos sistemas de aparejos necesarios para
bastante confiables del porte de la embarcación elevar y posicionar una cuaderna completa. No
(tamaño expresado en términos de su capacidad obstante, montar los dos brazos posteriormente a
de carga, en toneladas). Para el siglo XIX existían la varenga daría origen a puntos débiles en la unión
reglas establecidas por entidades como la británi- entre ambas piezas.
ca Lloyd’s o la norteamericana Bureau of American Con respecto a las cualidades de la construc-
Shipping con el fin de clasificar a las embarcaciones ción, se observa que las dimensiones de los com-
para su seguro. Dichas reglas establecían el tipo y ponentes estructurales tales como cuadernas,
dimensiones de los materiales para cada una de las forro y clavazón, son consistentes con la robustez
principales partes del buque, así como la forma en característica de una embarcación de navegación
que debían vincularse entre sí. En base a la tabla de oceánica. Otro ejemplo de ello es el sistema de
dimensiones del Lloyd’s rules and regulations for the inserción de las cabillas -con ángulos variables-, el
classification and construction of vessels (Desmond cual habría obedecido a la intención de otorgar ma-
1998:20 [1919]), los elementos relevados en el sitio yor firmeza a la sujeción de ambos forros a las cua-
BG2 (varengas, ligazones, forro exterior, forro inte- dernas. Asimismo, se verifica el uso de maderas de
rior y cabillas) corresponderían a una embarcación propiedades óptimas para la construcción náutica,
de entre 300 y 500 toneladas. A título ilustrativo, tales como el roble europeo (cuadernas) y la falsa
de acuerdo a una tabla de dimensiones publicada acacia (cabillas).
en Desmond (1998:22 [1919]), una embarcación Sin embargo, también se observan ciertas ca-
de 350 toneladas tendría 44 m de eslora, 7,6 m de racterísticas defectuosas en su diseño y/o construc-
manga y 4 m de puntal. A su vez, una de 450 to- ción:
neladas tendría una manga de 10 m y las mismas a) La reducción observada en los extremos de
dimensiones de eslora y puntal. algunas ligazones. En esos sectores la superficie
La estructura relevada en BG2 posee un ancho interna de las ligazones adopta la forma cilíndri-
máximo de 4,2 m. Teniendo en cuenta que se trata ca del tronco del cual fue obtenida. Esto sería una
de una de las mitades del fondo del barco, signifi- consecuencia del uso de troncos sin la curvatura
caría que la dimensión mínima de la manga sería de adecuada (cf. Adams 2003:182) (Figura 20). Dichas
alrededor de 8,4 m y por lo tanto estaría compren- reducciones resultarían en el debilitamiento de las
dida entre los dos portes mencionados anterior- uniones de ligazones en las cuadernas.
mente. Con respecto al largo total de la estructura b) Las cabillas que no sujetan en forma adecua-
(28 m), el mismo es bastante menor que la eslora da el forro exterior a las cuadernas. Esto indicaría
indicada en la tabla mencionada, aunque hay que un descuido al momento de realizar las perforacio-
tener en cuenta que una parte sustancial de las es- nes para su inserción y una ausencia de control de la
tructuras de proa y de popa están ausentes. calidad de los trabajos ejecutados. La consecuencia
sería la posibilidad de movimientos en las juntas del
Construcción forro con el consiguiente riesgo de filtraciones.
La disposición de los distintos segmentos de c) El espacio dejado entre las dos filas de liga-
cada cuaderna, por un lado, y el patrón de la cla- zones de cada cuaderna y las escasas cabillas que
vazón que los vincula entre sí, por otro lado, son conectan ambas filas. Este rasgo estaría vinculado
elementos clave para poder inferir la secuencia de sobre todo a una decisión de diseño y no necesa-
construcción. La unión transversal de las dos fi- riamente a un defecto constructivo. No obstante,
las de ligazones mediante cabillas indicaría que el dicha separación y la escasez de cabillas no favore-
conjunto de ligazones era pre-armado afuera de la cerían la firmeza estructural del conjunto.
estructura y luego montado en la misma, ya que Con respecto al lugar de construcción de la em-
resultaría muy complejo ir insertando las cabillas barcación, consideramos como principal evidencia
durante el montaje. Sin embargo, la ausencia de diagnóstica el origen de las especies de madera
clavazón transversal entre la varenga y las piezas utilizada. Las determinaciones taxonómicas (Cas-
contiguas (genoles) revela que dichos elementos tro 2008) permitieron identificar el uso de maderas
no fueron montados en forma simultánea. Ello es- de diversa procedencia geográfica. Las cuadernas
taría indicando un montaje de las distintas partes y el recubrimiento del forro fueron construidas con
de cada cuaderna por etapas, en el cual se coloca- maderas de origen europeo: roble europeo y pino
ban primero las varengas y se agregaban luego los escocés, respectivamente. Sin embargo, debe te-
dos brazos (compuestos por el genol, 1º ligazón, 2º nerse en cuenta que el mencionado pino fue intro-
ligazón, 3º ligazón, etc.), que habían sido armados ducido en Norteamérica en tiempos coloniales. El

1104
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)

Figura 20. Esquema que muestra la obtención de una ligazón curva desde un tronco con escasa curvatura, con la
consecuente reducción de sección en sus extremos (adaptado de Adams 2003).

forro exterior, el forro interior, los tacos de separa- respecto. De tratarse de una nave de guerra hubie-
ción de las cuadernas y las cuñas de cabillas fueron ran sido esperables ciertas características: que el
construidos con madera de origen caribeño (pino forro del casco estuviera revestido con cobre (cf.
caribeño). Finalmente, para las cabillas de utilizó Staniforth 1985; Ronneberg 1980; Bingeman et al.
falsa acacia, una madera originaria del sureste de 2000; Jones 2004) y no con madera como el hallado;
Estados Unidos, pero que en el siglo XVIII se encon- la presencia de armamento o elementos asociados;
traba también en Europa. y una calidad constructiva superior a la observada.
La utilización de maderas europeas y ame- Respecto a este último punto, sin embargo, debe
ricanas en distintos elementos estructurales no tenerse en cuenta que existían excepciones, ya
permite por el momento establecer el lugar de que ciertas naves mercantes fueron construidas en
construcción. En base a la variedad de elementos base a altos estándares (como los clippers) o poste-
estructurales representados en las muestras ana- riormente fueron adaptadas a un uso bélico (como
lizadas (cuadernas, forro interior, forro exterior y algunas naves corsarias).
cabillas), en principio consideramos que el uso de Las evidencias antes mencionadas, sumadas a
diversas especies no responde a actividades de la forma plana del fondo del barco, sugieren que se
mantenimiento o reparación. Más bien, deberán trataría de una nave mercante o de pesca. La cons-
evaluarse cuestiones vinculadas al comercio o tras- trucción de esta clase de barcos durante el período
lado de madera entre ambos continentes, ya que considerado podía no seguir estándares tan rigu-
para la época considerada habría habido disponi- rosos como los de las naves de uso militar, por lo
bilidad de materias primas de distinta procedencia que el recubrimiento de madera y ciertos defectos
geográfica para la construcción de embarcaciones. constructivos como los observados podrían haber
El análisis futuro de un mayor número de muestras sido considerados aceptables.
de madera nos permitirá ajustar estas interpreta- Por el momento no hay datos que permitan de-
ciones. terminar el tipo de embarcación, ya que el mismo
estaba principalmente relacionado con la clase de
Consideraciones finales sobre la embarcación aparejo, y tal como se ha indicado, no se han halla-
Con respecto al sistema de propulsión, el casco do evidencias del mismo. Sin embargo, asumiendo
de madera, la forma afinada de la probable popa que era un barco a vela de navegación oceánica y
y la ausencia de elementos mecánicos (máquinas, en base a sus dimensiones generales, suponemos
motores o piezas de propulsión) sugieren que se que podía llevar dos o tres palos. En ese caso, po-
trataba de una nave propulsada a vela. dría haber sido uno de los típicos veleros mercan-
Si bien aún no contamos con información certe- tes que surcaron nuestras aguas durante el siglo
ra sobre el uso o función de la embarcación, existen XIX: las goletas, los bergantines y las bricbarcas,
ciertas evidencias que acotan las posibilidades al así como las diversas combinaciones que existían

Murray et al. 1105


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

entre ellos. de sitio.


Con respecto al zapato de cuero hallado, sus ca-
Otras líneas de evidencia racterísticas son similares a un tipo conocido como
De acuerdo a las observaciones realizadas, el brogans. Stevens y Ordóñez (2005) refieren al ha-
sector quemado del borde externo parece coinci- llazgo de este tipo de zapatos en contextos arqueo-
dir con un plano que en el casco del barco estaría lógicos del siglo XIX en Estados Unidos. Estos auto-
ubicado en una posición más o menos horizontal y res indican que el sistema de confección mediante
algo por encima de la curva del pantoque. Excep- estaquillas de madera, conocido como pegged, al-
tuando la superficie del forro interno antes mencio- canzó amplia difusión durante dicho siglo cuando
nada, por debajo de dicho plano no se observaron cambios tecnológicos permitieron acelerar su pro-
otras maderas quemadas. ducción. Se espera que estudios adicionales sobre
Este patrón de distribución de los sectores afec- la fabricación y uso de este tipo de calzado, junto
tados parece indicar que el fuego ocurrió mientras con un análisis más detallado del zapato en cues-
la embarcación se hallaba a flote. En ese caso, la tión, permitan acotar la adscripción cronológica y
porción del barco ubicada por encima del plano cultural del mismo. En este sentido, cabe tener en
mencionado habría sido destruida total o parcial- cuenta que la bahía fue un antiguo fondeadero, por
mente por el fuego. Por debajo del mismo, sólo lo que al menos algunos de los hallazgos podrían
habría sido afectada la superficie interna de los ma- ser de carácter intrusivo.
deros en el interior del buque, posiblemente debi-
do a la caída de cenizas provenientes de las partes Actividad marítima histórica en la región
más altas, mientras que la madera en contacto con Durante el siglo XIX el mar constituyó la prin-
el agua se habría mantenido intacta. Un escenario cipal vía de comunicación, transporte y comercio
como el mencionado sería coherente con un incen- en la región patagónica. En esta época, tuvo su
dio a bordo de grandes proporciones. apogeo la explotación de recursos marinos tales
Los cortes visibles en la madera -probablemen- como pinnípedos y cetáceos. En esta actividad
te realizados con hacha- fueron producidos con estaban involucrados principalmente navegantes
posterioridad al hundimiento y depositación de la estadounidenses y británicos (Silva 1978; Dumrauf
embarcación, ya que los mismos fueron realizados 1991), aunque también, pero en menor medida, de
por debajo de su línea de flotación y, además, du- otras nacionalidades como el argentino Luis Piedra
rante la excavación se hallaron numerosas astillas Buena (Entraigas 2000). Dentro de este contexto,
in situ. Si bien de momento no se cuenta con evi- es interesante destacar que la ensenada donde se
dencia relativa a la antigüedad de estos cortes, el encuentra el sitio BG2 era conocida incluso antes
hecho de que la madera se encontraba enterrada de la llegada de los galeses por ser frecuentada por
sugiere que no son recientes. buques balleneros para el procesamiento del aceite
Los mencionados cortes de madera indican mediante el uso de calderos (Dumrauf 1991:71). En
actividades de reutilización de materiales. En este este sentido, el viajero galés Llwyd Ap Iwan, llega-
sentido, cabe destacar algunas de las fuentes histó- do a la Patagonia en 1885, observó que “En el ex-
ricas mencionadas en la primera parte de este tra- tremo [de Puerto Madryn]…en el fondo de la playa,
bajo (Jones 1993 [1898]; Jones 2000 [1926]). En las hay grandes calderos, parece que había buques ba-
mismas se hace referencia a la extracción de made- lleneros que derretían la grasa en tierra” (Coronato
ra de un viejo naufragio por parte de colonos gale- 1997:655).
ses que arribaron al lugar en 1865. Dichas maderas Por otro lado, existen referencias orales que
habrían sido utilizadas en la construcción de los pri- señalan que en la década de 1950, en las proximi-
meros refugios, consistentes en cuevas excavadas dades del sitio BG2, podía verse un recipiente me-
en acantilados costeros próximos al sitio que nos tálico cuya descripción podría corresponder a la de
ocupa (Coronato 1997). Las evidencias observadas los calderos citados (A. Couceiro, comunicación
en el sitio, por lo tanto, bien podrían corresponder personal 2007). Otra evidencia que estaría vincula-
a dichas actividades de recuperación. da a la explotación faunística en la zona es una pie-
En concordancia con las expectativas previas za de hierro hallada en el año 1995. La misma fue
al inicio de la excavación, los materiales hallados identificada preliminarmente como una punta de
fueron escasos. Ello podría deberse a múltiples lanza que podría ser del tipo utilizado en la caza de
factores, como por ejemplo el propio proceso de elefantes marinos durante el período de desarrollo
naufragio, la recuperación de materiales con pos- de esta actividad en la Patagonia (R. K. Headland
terioridad al mismo y la dinámica intermareal. Todo comunicación personal 2000).
ello deberá discutirse en un futuro en función del Finalmente, además de las referencias históri-
avance en el estudio de los procesos de formación cas mencionadas más arriba, existe otro documen-

1106
Un sitio costero vulnerable: el naufragio de Bahía Galenses (Puerto Madryn, Chubut)

to que señala la presencia de un naufragio ubicado material tomada con anterioridad al inicio de la
en un sector de la costa que coincidiría con el actual presente investigación fue identificada como afín a
emplazamiento del BG2. Se trata de una carta náu- Pinus caribaea, es decir, la misma madera utilizada
tica levantada en 1876 por la expedición de la nave en varios de los elementos estructurales del BG2
inglesa HMS Volage (British Admiralty 1883). (Castro 2003). Revelamientos futuros permitirán
Hasta el momento, la única evidencia arqueoló- esclarecer si estos restos corresponden también a
gica de un naufragio para la zona considerada (Ba- un naufragio y, en ese caso, su posible vinculación
hía Galenses) es el sitio BG2. Sin embargo, es im- con el BG2.
portante mencionar la presencia de otros restos de
madera en sus proximidades. Una muestra de este

CONCLUSIONES

A continuación enumeramos las principales tes con el sistema imperial, lo que sugiere que la
conclusiones surgidas hasta la fecha a partir del construcción se realizó en una nación anglófona.
presente estudio: En base a las maderas empleadas, la nave habría
Muy probablemente la embarcación fue cons- sido de origen americano o europeo y, en cualquie-
truida durante el siglo XIX. En ese caso sus restos ra de estos casos, se utilizaron especies alóctonas.
constituirían el naufragio más antiguo hallado has- Un incendio parece haber sido la causa del nau-
ta el presente en la zona de Puerto Madryn. fragio.
Habría estado vinculada con el comercio o la ex- La estructura fue en parte reutilizada, lo cual
plotación de recursos marinos, actividad que tuvo podría estar relacionado con las actividades desa-
un amplio desarrollo en la región durante esa épo- rrolladas por los primeros colonos galeses a su lle-
ca. gada al Chubut en la segunda mitad del siglo XIX.
Se trataba de una embarcación de madera, Finalmente, consideramos que esta primera
seguramente propulsada a vela, con un desplaza- etapa de la investigación revela que el naufragio
miento de entre 300 y 500 toneladas. de Bahía Galenses constituye un sitio de especial
La secuencia de montaje de las cuadernas su- interés para el estudio de las embarcaciones del
giere que la construcción se realizó con una infraes- período de ocupación y explotación comercial de
tructura relativamente simple. la Patagonia. Su posible vínculo con la experiencia
Ciertas características defectuosas de la cons- galesa de poblamiento le otorga además un signifi-
trucción pudieron haber comprometido su integri- cado histórico particular.
dad o solidez estructural, afectando negativamen- Su emplazamiento lo convierte en un sitio vul-
te el desempeño y/o los costos de mantenimiento. nerable y por lo tanto su protección y conservación
La mayoría de sus dimensiones son consisten- son apremiantes.

AGRADECIMIENTOS
Las investigaciones en el sitio BG2 están siendo llevadas a cabo gracias al apoyo y colaboración de
numerosas instituciones y personas. Entre las primeras queremos mencionar a la Secretaría de Cultura
de la Nación, la Secretaría de Cultura de Chubut, la Municipalidad de Puerto Madryn, la Asociación Punta
Cuevas, el Centro de Estudios Históricos y Sociales de Puerto Madryn y la Prefectura Naval de Puerto
Madryn. Además queremos agradecer especialmente a la familia Coronato-Jones por su hospitalidad y
a todas las personas que de una u otra forma han colaborado: Guillermo Gutiérrez (PROAS-INAPL), Dra.
Marta Maier (FCEN-UBA), Dra. Julieta Gómez Otero (CENPAT-CONICET), Dr. Eduardo Moreno (CENPAT-
CONICET), Dra. Nilda Weiler (CENPAT-CONICET), Hugo Álvarez, “Vasquito” Mariezcurrena, Héctor Gar-
cía, Fernando Libonatti, Ignacio Bonín, Oscar Comes, René Lavigne, Horacio Flores, Beatriz Genchi, Ma-
bel Crescenzi, Héctor Folino, Encarnación Gásquez y Eduardo Sosa.

BIBLIOGRAFÍA
Adams, J. Stockholm Studies in Archaeology 24, Stockholm
2003 Ships, Innovation & Social Change; Aspects of Marine Archaeology Reports 3, Estocolmo.
carvel shipbuilding in northern Europe 1450 – 1850,

Murray et al. 1107


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Ap Iwan, L. la Patagonia, Fundación Ameghino, Trelew.


1889 Chronicle of a voyage to Valdes Peninsula in Jones, T. N.
1886. Y Celt. Bala, 15 de Marzo. 2004 The Mica Shipwreck: Deepwater Nautical
Bingeman, J. M., J. P. Bethell, P. Goodwin y A. T. Mack Archaeology in the Gulf of Mexico. Tesis de Maestría
2000 Copper and other sheathing in the Royal Navy. en Artes, sin publicar. Texas A & M University, Texas.
The International Journal of Nautical Archaeology 29 Morris, J. W. III, G. P. Watts Jr. y M. Franklin
(2):218-229. 1995 The Comparative Analysis of 18th Century
British Admiralty Vessel Remains in the Archaeological Record:
1883 Chart of New Gulf (1876). Cap. H. Fairfax, HMS A Synthesized Theory of Framing Evolution. En
Volage. Underwater archaeology proceedings from the society
Castro, M. for Historical Archaeology conference, editado por P.
2003 Informe de determinaciones taxonómicas de Forsythe Johnston, pp. 125-133. Society for Historical
muestras de madera del sitio BG1. Laboratorio de Archaeology, Washington D.C.
Anatomía Vegetal, Facultad de Ciencias Exactas y Paasch, H.
Naturales, Universidad de Buenos Aires. 1908 From keel to truck. Paris.
Castro, M. Ronneberg, E. A. R., Jr.
2008 Informe de determinaciones taxonómicas de 1980 The Coppering of 19th Century American
muestras de madera del sitio BG2. Laboratorio de Merchant Sailing Ships. Nautical Research Journal 26
Anatomía Vegetal, Facultad de Ciencias Exactas y (3):125-148.
Naturales, Universidad de Buenos Aires. Russell, M.
Coronato, F. 2005 Beached Shipwreck Archaeology: Case Studies
1997 The first Welsh footstep in Patagonia: The from Channel Islands National Park. Submerged
primitive location of Port Madryn. The Welsh History Resources Center, U.S. Department of the Interior,
Review 18 (4):639-666. National Park Service. New Mexico.
Crisman, K. y B. Jordan Silva, H. A.
1999 Angra A: the Copper-fastened Wreck at Porto 1978 La Economía Pesquera en el Virreinato del Río de
Novo (Angra do Heroismo, Terceira island, Azores- la Plata. Fundación para la Educación, la Ciencia y la
Portugal). Revista Portuguesa de Arqueología 2 Cultura, Buenos Aires.
(1):249-254. Staniforth, M.
Desmond, Ch. 1985 The Introduction and Use of Copper Sheathing
1998 [1919] Wooden Ship-building. Vestal Press, - A History. The Bulletin of the Australian Institute for
Maryland. Maritime Archaeology 9 (1-2):21-48.
Dumrauf, C. Stevens, S. C. y M. T. Ordóñez
1991 Un precursor de la colonización del Chubut (Henry 2005 Fashionable and Work Shoes from a Nineteenth-
L. Jones). Fundación Ameghino, Viedma. Century Boston Privy. Historical Archaeology 39(4):9-
Dumrauf, C 25.
1993 El Ferrocarril Central del Chubut (Doc. n°1),
Centro de Estudios Históricos y Sociales, Puerto
Madryn.
Elkin, D. y C. Murray
2004 Proyecto Relevamiento del Patrimonio Cultural
Subacuático de Península Valdés (Provincia del
Chubut), Primer Informe. Instituto Nacional de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano,
Buenos Aires.
Elkin, D. y C. Murray
2005 Proyecto Relevamiento del Patrimonio Cultural
Subacuático de Península Valdés (Provincia del
Chubut), Segundo Informe. Instituto Nacional de
Antropología y Pensamiento Latinoamericano,
Buenos Aires.
Entraigas, R. A.
2000 Piedra Buena, Caballero del Mar. Editorial El
Elefante Blanco, Buenos Aires.
Glasgow, T.
1967 Sixteen-Century English Seamen Meet a New
Enemy – The Ship Worm. American Neptune 27 (3):
177-185.
Jones, L.
1993 [1898] La colonia galesa. El Regional, Rawson.
Jones, T.
2000 [1926] Historia de los comienzos de la Colonia en

1108
Prospecciones en el interior de la estepa
fueguina
Jimena Oría1

A B S T R A C T

This paper shows the results of the archaeological survey that took place in inland Fuegian steppe. Its
main goal is to analyze the character of the archaeological record in relation to its location, by means
of a surveying design based on the identification of landforms and the different environments of
the area. Once the space was divided following this criterion, some percentages of the surface were
surveyed, following a stratified sampling. The environmental and cultural information was recorded.
The data related to the conservation of material and the operating processes on the sites (aeolian
erosion, cattle grazing, burrowers activity, etc.) was collected with the purpose of evaluating their
incidence on the visualization and preservation. We aim at establishing a relationship between the
special topographic-ecological features and the visibility; as well as working out whether any possible
difference in the density of the archaeological record of different environments is the result of the
environmental features, the differential preservation or the human choice in the use of the space.

INTRODUCCIÓN

Este trabajo es una primera aproximación a un Los resultados permitirán a su vez complementar
sector de Tierra del Fuego escasamente estudiado, trabajos de prospección previos (Santiago, Bujales-
en el cual se busca establecer si existe relación en- ky y Salemme 2007) y disponer de puntos de com-
tre las particularidades topográfico-ecológicas y la paración a escala regional.
visibilidad arqueológica. Para este fin se prospec- A lo largo de las 4 campañas entre los meses de
taron en forma separada los distintos ambientes Noviembre de 2007 y Marzo de 2008 se recorrieron
(bordes de lagunas, cerros, valles de ríos y parches 22 unidades de prospección, con el objetivo de reu-
de bosque) y se registró el grado de visibilidad y la nir información que permita evaluar si las diferen-
densidad de hallazgos para cada caso. cias en densidad de hallazgos son producto de ca-
El área en cuestión es el interior de la estepa racterísticas propias del ambiente (visibilidad), de
fueguina, sin relación alguna con la costa actual ni preservación diferencial o de elecciones humanas
con ninguna línea de paleocosta (Bujalesky 1998). en el uso del espacio.

ÁREA DE ESTUDIO

El área en que se centraliza este estudio se en- El paisaje en ese sector de la isla corresponde a
cuentra en el norte de Tierra del Fuego, entre los la estepa fueguina (Cabrera 1976). Está compuesto
ríos Chico y Grande (Figura 1). El límite occidental por cerros y lomadas cubiertos por vegetación her-
está dado por la frontera Argentino – Chilena y para bácea y arbustiva. Los cerros de mayor altura pre-
establecer un límite oriental, se trazó arbitraria- sentan afloramientos de rocas sedimentarias del
mente una línea paralela a la costa actual pero a 25 Terciario cuya compactación es tal que no permite
km al oeste de la misma. que el viento las erosione por completo, formando
grandes planicies de roca desnuda y aleros. Otro

1 Lab. de Geología del Cuaternario, Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC – CONICET). B. Houssay
200, Ushuaia (9410). E-mail: [email protected]

Oría 1109
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Área de estudio.

rasgo visible en el paisaje son numerosas lagunas que evidencian cauces que habrían sido mucho ma-
de tamaño variable (entre 1 y 14 km de períme- yores en el pasado. La principal causa de la forma-
tro); sus cuencas han sido erosionadas (cubetas de ción de este tipo de valles son los cambios climáti-
deflación) y presentan una característica duna en cos, que hacen que se modifique la descarga que
su costa este, producto de la acumulación eólica. formó el canal reduciéndolo en forma significativa
Dangavs (2005) las define como rasgos que corres- (Petts y Foster 1985). Algunos ejemplos de valles
ponden a climas áridos o semiáridos del pasado con ríos disminuidos son el resultado de la erosión
(morfología heredada) y que bajo condiciones cli- causada por fusión glaciar; posiblemente ésta sea
máticas más húmedas se transforman en ambien- la génesis de los casos en el área de estudio (Coro-
tes lénticos. nato y Ponce, comunicación personal).
Cinco valles que contienen ríos disminuidos Cerca de los ríos Moneta y Grande (hacia el sur
(Petts y Foster 1985) cruzan el área de oeste a este. del área) pueden encontrarse colinas cubiertas por
Se trata de ríos meandrosos de planicies amplias parches de bosque bajo.

ANTECEDENTES

En los últimos 30 años se produjo un gran avan- 2005; Borella 2004; Favier Dubois y Borrero 2005;
ce en el conocimiento de la arqueología del norte para una revisión actualizada ver Borrero y Barbe-
de la isla (Borrero y Barberena 2004). Tanto a escala rena 2004).
regional como de sitio, la mayor parte de los traba- A partir de 1997 se iniciaron prospecciones sis-
jos fueron desarrollados en la costa actual. Se desa- temáticas en el área de Bahía San Sebastián-Cabo
rrollaron estudios desde variados enfoques (Borre- Peñas (Salemme y Bujalesky 2000). La estrategia
ro 1985; Ratto 1991; Scheinsohn 1993/1994; Belardi de búsqueda priorizó la identificación de rasgos
y García 1994; Franco y García 1994; Horwitz 1995, geomorfológicos que dieran cuenta de la evolución
1997/1998; Favier Dubois 1996, 1998, 2001; Martín costera y paleoambiental y la relación de estos con
y Borella 1999; Guichón et al. 2001; Muñoz 2003, los emplazamientos arqueológicos. Como produc-

1110
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina

to de sucesivas prospecciones (Salemme y Buja- mer análisis del material se estableció la funcio-
lesky 2000; Santiago, Bujalesky y Salemme 2007), nalidad del sitio como locus de procesamiento de
fueron descubiertos concheros en estratigrafía en carcasas, dado la escasa cantidad de artefactos y el
distintas localidades (Salemme et al. 2007; Santia- MNI de guanaco relativamente alto (= 10). Esto fue
go, Oría y Salemme 2007). Otros trabajos incluye- interpretado como evidencia de ocupación intensa.
ron áreas más alejadas de la costa, en márgenes de Con posterioridad Muñoz (2003, 2005) profundiza
lagunas interiores resultantes del aislamiento pro- el análisis de la fauna de este sitio con el objetivo de
vocado por la formación de barreras de grava du- comparar sitios del interior con sitios costeros.
rante el Holoceno (Santiago y Oría 2007; Santiago, La importancia del sitio San Julio 2 radica en que
Bujalesky y Salemme 2007). es un sitio estratificado y que se encuentra en el in-
En el sector chileno de la isla, las localidades terior, definiendo interior como “lejos de la costa y
trabajadas incluyen tanto la costa como ambientes de las llanuras aluviales llenas de vegas/lagunas/y
del interior de la estepa (Massone 1984, 1987, 1997, pastos ricos” (Horwitz et al. 1993-94: 397). Según
2004; Jackson 1987; Massone et al. 1993; Ocampo y los autores citados, los ocupantes de este sitio “no
Rivas 1996; Massone et al. 1998; Morello 2000). habrían tenido oportunidad de suplantar su dieta ni
En el área de estudio propiamente dicha sólo se con recursos alimenticios costeros ni con plantas
ha trabajado en los sitios San Julio 1 (Saxon 1976) recolectadas en el bosque” (ibid: 397).
y San Julio 2 (Horwitz et al. 1993-94), emplazados Luego de analizar los antecedentes se hace evi-
ambos en un mismo alero cercano al casco de la es- dente que esta vasta área cuenta con muy escasa
tancia homónima. Más allá de la excavación de es- investigación en relación a sectores vecinos; carece
tos sitios -y el análisis de sus materiales- no se han de prospecciones sistemáticas y únicamente se de-
efectuado prospecciones de ningún tipo en el área. tectó y excavó un sitio. El enfoque distribucional,
Los sitios San Julio 1 y 2 fueron ubicados cro- desde el cual nos proponemos encarar el estudio
nológicamente de acuerdo a su contexto artefac- del interior de la estepa fueguina, parte de enten-
tual. El vidrio fue la materia prima más frecuente der al registro arqueológico como una distribución
en ambas excavaciones, lo que sitúa a la ocupación espacial continua de materiales con picos de alta
con posterioridad al siglo XVI, cuando comienza a densidad -sitios- (Thomas 1975; Borrero et al. 1992;
entrar material europeo en la isla, vía naufragios. Belardi 1992). En tal sentido, el presente trabajo
La fauna está representada en ambos sitios única- busca la integración de la información distribu-
mente por especies nativas, lo que sugiere que el cional del registro arqueológico, incluyendo tanto
alero fue utilizado antes del establecimiento de los sitios como no sitios, para lograr una mejor com-
ganaderos (1902) por la ausencia de huesos de ove- prensión de la dinámica propia de este sector de la
ja en el registro (Horwitz et al. 1993-94). isla.
Luego de la excavación de San Julio 2 y del pri-

METODOLOGÍA

Se prospectó sistemáticamente el área con el ción” y “sitio” que fueron empleadas como las uni-
fin de generar datos sobre los cuales poder basar dades de registro de los mismos. Estas categorías,
un estudio distribucional del sector. Para el diseño de acuerdo a como fueron consideradas en este tra-
de prospección se utilizó un criterio que combina bajo, siguen las definidas por Borrero et al. (1992):
rasgos geomorfológicos y ambientales. Una vez Hallazgo aislado: artefacto rodeado por un cír-
dividida el área bajo este criterio, se recorrieron culo de 20 metros de diámetro sin otros hallazgos.
determinados porcentajes de superficie en cada Concentración: conjunto de 2 a 24 artefactos
subdivisión, siguiendo un muestreo estratificado dentro de un círculo de 20 metros de diámetro.
(Mueller 1975). Para conformar dicho diseño se uti- Sitio: conjunto de 24 o más artefactos dentro
lizaron cartas topográficas (1:50.000) e imágenes de un círculo de 20 metros de diámetro (o más, ya
satelitales. que hay sitios encontrados en el área cuya exten-
Los nombres con que se denominó cada área sión supera esta superficie).
de prospección responden a las cartas topográficas Todos los casos fueron posicionados con GPS y
respectivas. En los casos en que no figuraba nombre se registró la información ambiental y cultural per-
alguno en las cartas para algún rasgo particular del tinente. Además, fueron consignados datos rela-
paisaje, se respetó la toponimia de las estancias. cionados a la conservación de los materiales y a los
Los materiales arqueológicos fueron agrupados procesos actuantes sobre los sitios (erosión eólica,
en las categorías “hallazgo aislado”, “concentra- pisoteo, actividad de animales cavadores, etc.) con

Oría 1111
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

el fin de evaluar su incidencia sobre la visibilidad y ramos buena visibilidad arqueológica cuando las
preservación de los mismos. características del suelo y la vegetación permiten
Los hallazgos aislados y muchas de las con- observar la distribución de artefactos; para eva-
centraciones fueron colectados luego de su geo- luarla en términos cuantitativos se estimaron las
referenciación. En algunos casos se decidió no superficies libres de vegetación. De este modo es
recolectar las concentraciones dado que existía la posible analizar si existe una relación entre super-
posibilidad de encontrar material en estratigrafía. ficie libre de vegetación y frecuencia de hallazgos
En estas campañas sólo contábamos con un GPS arqueológicos.
que nos permitía tomar un punto central y recoger
el material estimando el diámetro de la concentra- División analítica del área
ción. En los casos en los que aún puede haber ma- El área total de reconocimiento resultante
terial en estratigrafía se utilizará en futuras campa- (aproximadamente 990 km2) fue dividida en estra-
ñas la Estación Total para obtener una distribución tos, o unidades de prospección. Como se expresó
más exacta del material en superficie y de ese modo con anterioridad, el criterio geomorfológico-am-
poder relacionarlo con el que potencialmente recu- biental primó en esta división, dado que el fin era
peremos en una excavación. Los sitios fueron de- evaluar la visibilidad arqueológica en cada ambien-
limitados también con GPS y fotografiados, pero te. En algunos de estos estratos del muestreo se
en ningún caso se levantó material, preservándolos pudo recorrer la totalidad del área, pero en otros
para posteriores trabajos con mayor detalle. casos (los valles de ríos y algunos cerros) la cubierta
Los materiales obtenidos en el campo fueron vegetal era tan densa y continua que no justificaba
analizados en el laboratorio, determinando sus el esfuerzo de recorrer a pie grandes distancias.
características tecno-morfológicas generales y
la materia prima lítica empleada. La información El concepto unidad de prospección
proveniente de la descripción de cada material Elegimos este concepto para nombrar las dis-
-sea lítico u óseo- y su procedencia, volcada en una tintas subdivisiones siguiendo las consideraciones
base de datos, se utilizó en principio para analizar de Stein (1993) sobre la escala en arqueología y
la distribución del registro arqueológico en el área geociencias. Para esta autora la escala debe con-
y la visibilidad que ofrece cada ambiente. Conside- siderarse dos veces durante la investigación: en la

Figura 2. Referencias (lag.: laguna): 1: lag. Hortensia; 2: lag. Amalia; 3: lag. Carmen; 4: lag. Arturo; 5: lag. Del
Carbón; 6: lag. Las Tres Marías; 7: lag. Aasher; 8: lag. Del 15; 9: lag. Del 16; 10: lag. Del 3; 11: río Chico; 12: río Avilés;
13: río Moneta; 14: río Herminita; 15: río Grande; 16: Cº Cañón; 17: Cº alrededor del casco de la Ea. San Julio, y lag
asociadas a dichos cerros; 18: Cº Rocas Caídas; 19: Cº Mesa; 20: cordón al norte del río Avilés; 21: Cº Schosquel; 22:
Bosque en el puesto 21

1112
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina

descripción y en la interpretación. En la instancia área total de los grupos humanos que poblaron este
de descripción -de toma, observación y medida de sector haciendo uso del paisaje en modo integral (y
los datos- las escalas pueden superponerse entre subdividiéndolo a su vez, según sus propias prácti-
disciplinas (arqueología y geociencias); en el mo- cas y cosmogonías). Por lo tanto, consideramos las
mento de la interpretación cada una hará su propio subdivisiones empleadas simplemente como uni-
recorte. dades de prospección, utilizadas únicamente para
En este trabajo las subdivisiones que se hicieron describir la distribución del registro arqueológico.
para encarar la prospección del área total siguen
criterios propios de las geociencias. Estas unida- Las distintas unidades de prospección
des son de utilidad a fines de evaluar preservación El área total fue dividida en 22 estratos que re-
y visibilidad diferencial en distintos ambientes, presentan las principales geoformas que componen
pero somos perfectamente concientes que en una el paisaje. Las mismas pueden verse en la figura 2.
instancia interpretativa no es concebible dividir el

LAS PROSPECCIONES

Dado el estado inicial de las investigaciones y la Superficie recorrida


Área de prospección
gran extensión del área de estudio, este trabajo no (en m2) (**)
puede ser más que una primera aproximación. Se Laguna Hortensia 31920
recorrió una determinada superficie en cada uno de Laguna Amalia 67500
los estratos (Tabla 1) buscando asegurar que cada
Laguna Carmen 39000
ambiente esté representado de acuerdo a sus pro-
Laguna Arturo 30000
porciones dentro del área total. Los datos relevados
hacen referencia a las características ambientales, Laguna del Carbón 21780

la visibilidad arqueológica y la presencia-ausencia Lagunas Tres Marías 51960


de materiales arqueológicos. Laguna Aasher 18000
Pese a que cada unidad de prospección tiene Laguna del cuadro15 18000
sus características particulares es posible agrupar- Laguna del cuadro16 9000
las en tres categorías principales: cuencas laguna- Lagunas del cuadro 3 27600
res, valles fluviales y cerros. A estas tres categorías
Río Chico 9000
de tipo geomorfológico debe anexarse el parche de
Río Avilés 9000
bosque visitado. Cada unidad tiene una dinámica
particular, a pesar de eso, se insinúa un patrón de Río Moneta 23400

chances de hallazgos de acuerdo a los distintos gra- Río Herminita 15000


dos de visibilidad. Río Grande (*)
Cº Cañón (*)
Lagunas Cº alrededor de San Julio 50220
En el caso de las lagunas, ubicamos 10 localida-
Cº Rocas Caídas 9000
des en el área de estudio (si consideramos el caso
Cº Mesa 12000
de Tres Marías y las lagunas del cuadro 3 como una
única localidad aunque estén compuestas de tres Cº en cordón (*)

lagunas en cada caso y lo mismo para Hortensia que Cº Schosquel 6000


se trata de dos lagunas). En líneas generales puede Bosque Puesto 21 (*)
verse que todas presentan algún borde acantilado, Tabla 1. Superficies prospectadas en cada localidad.(*)
generalmente el este y/o el sur. Estos acantilados localidades en las que no se prospectó un área acotada
se forman por erosión en la ladera de la duna ori- y mensurable
ginada por la acumulación de los sedimentos pro- (**) para medir las superficies de las áreas recorridas en
venientes de la excavación de la laguna (Dangavs cada localidad se utilizó el programa Global Mapper, en
2005). La costa opuesta, es siempre de pendiente base a punto GPS tomados en el campo.
suave y el suelo está cubierto por vegetación her-
bácea que llega hasta el agua. do “ventanas” a veces de grandes dimensiones en
Asociado a los acantilados (que en algunas la- el tapiz vegetal. Estos voladeros ofrecen abrigo del
gunas superan los 10 metros de altura) suele haber viento a las ovejas, que con su pisoteo profundizan
voladeros que se inician probablemente por ero- aún más, creando hoyadas de deflación (Figura 3).
sión eólica a partir de la laguna y se abren ofrecien- El ganado lanar circula alrededor de las lagunas

Oría 1113
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 3. Hoyadas de deflación junto a la laguna mas occidental de Tres Marías.

abriendo caminos que serán focos para la erosión el material se encuentra asociado a las costas más
eólica (Santiago y Oría 2007). Generalmente bus- altas y con acantilados y/o voladeros. Las costas
can para pastar y para acercarse al agua las costas bajas están muy vegetadas.
de pendiente más suave y vegetadas. Los acanti-
lados son visitados en ocasión de protegerse del Valles de ríos
viento. Los 5 ríos que cruzan el área de trabajo pertene-
Al recorrer las lagunas es posible establecer qué cen a la categoría de ríos disminuidos mencionada
porcentaje de sus perímetros está libre de vegeta- anteriormente. Son todos ríos meandrosos que co-
ción (Figura 4) ya sea por la presencia de un gran rren por valles muy amplios con altas terrazas.
acantilado o por el efecto de la combinación vien- Los valles fueron subdivididos en dos sectores
to-pisoteo ovino-más viento mencionado. principales: fondo de valle o planicie de inundación
El perímetro de cada laguna fue recorrido a actual y terrazas. Los ríos del área anualmente so-
pie a excepción de la margen sur de Hortensia y la brepasan sus cauces, por lo tanto en los fondos de
margen oeste de la laguna asociada a Hortensia, valle el sedimento es retrabajado con cada inunda-
de Aasher, de Arturo y de la laguna más occidental ción; allí la preservación del registro arqueológico
de las Tres Marías. En todas las localidades se en- es pobre o inexistente. Además, las planicies de
contró material en superficie y en todos los casos inundación están totalmente cubiertas por densa
vegetación, resultando en situaciones de visibili-
dad nula. En términos arqueológicos ofrecen ma-
yor potencial las terrazas debido a las posibilidades
de preservación y a que son las zonas más expues-
tas a la erosión. Es por ello que se tomó la decisión
de prospectar preferentemente las terrazas.
Se recorrió un tramo de cada valle en ambas
márgenes del río (a excepción de la margen norte
del río Chico y la margen sur del río Grande que no
se incluyen dentro del área en estudio), evaluando
visibilidad diferencial entre terraza y planicie de
Figura 4. Porcentaje de visibilidad para las localidades inundación (Figura 5).
de laguna.

1114
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina

Cerros
Los cerros de mayor altitud que se pudieron ais-
lar y tratar como unidad de prospección son seis,
pero cada uno tiene características particulares.
Esta es la geoforma que resulta más difícil aunar en
una descripción. En rasgos generales se pueden di-
vidir en dos grupos: los que presentan afloramien-
tos terciarios (cerros alrededor del casco de la Ea.
San Julio y el cerro Rocas Caídas) y los que no (ce-
rros Cañón, Mesa, Schosquel y las elevaciones en el
Figura 5. Porcentaje de visibilidad para los valles.
cordón al norte del río Avilés).
El primer grupo está compuesto por cerros que
Sólo en unos de ellos (río Chico) se encontraron tienen en sus cimas afloramientos del Terciario que
altas frecuencias de material sobre la terraza sur. forman aleros. En uno de estos aleros se encuen-
De los cuatro ríos restantes, en dos de ellos (Mone- tran emplazados los sitios San Julio 1 y 2 (Saxon
ta y Herminita) se encontraron hallazgos aislados 1976; Horwitz et al. 1993-94). En estas localidades
(3 y 1 respectivamente), pero las terrazas estaban se incluyeron las lagunas asociadas a dichos cerros,
muy vegetadas para permitir la visualización del que se forman en los bajos junto a éstos. Estos ce-
sedimento que podría contener más material. Tan- rros también están cubiertos por coironal; sólo hay
to en el río Grande como el Avilés no se registró exposición del sedimento en la parte baja y en al-
ningún hallazgo. En el río Grande hay niveles de gunas laderas donde las ovejas buscan refugio del
terrazas altos y el ambiente debió ser propicio para viento. Estos voladeros van creciendo debido a la
el asentamiento humano, pero hoy la vegetación intensidad del viento y a la gran pendiente.
cubre casi en su totalidad el suelo, impidiendo en- El cerro Rocas Caídas, presenta una ladera norte
contrar cualquier vestigio en caso de que lo hubiera extensa de más de 1 km (el cerro tiene orientación
(Figura 6). este-oeste) muy vegetada, protegida del viento y
El río Avilés, en el sector prospectado, no cuen- con grandes bloques que se han desprendido de la
ta con niveles de terraza distinguibles. Se recorrió cima y caen por dicha ladera. Al pie de la misma du-
y registró la planicie de inundación actual tapizada rante muchos años se mantuvo en funcionamiento
en su totalidad por pastos verdes. un cuadro de cultivo para pastura. Este lugar fue

Figura 6. Terrazas altas y vegetadas del valle del río Grande.

Oría 1115
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

visitado frecuentemente por gente del lugar luego Las laderas de los cerros presentan demasiada
de que se pasara el arado, para “buscar puntas de pendiente. La mayor parte está cubierta por vege-
flecha” (Sr. Clemens, Ea. El Salvador, comunicación tación y en algunos sectores se forman voladeros,
personal). producto de la erosión iniciada por los caminos de
Dentro del grupo de cerros sin afloramientos ovejas (Figura 8), el viento y la pendiente misma.
rocosos se encuentra el cerro Cañón que, con 331 m En la parte baja de la ladera en algunos casos
s.n.m., es el punto más alto del área y donde nace (algunos de los cerros ubicados alrededor del cas-
un arroyo de importante caudal, Guanacos, afluen- co de San Julio y en el cerro Schosquel) se forman
te del río Moneta. El cerro Mesa, formado por dos grandes voladeros originados por el pisoteo del
elevaciones planas unidas por una hondonada en ganado. Allí aparece material arqueológico aunque
la que se encuentra una pequeña lagunita (junto no sabemos aún su procedencia, podría estar en
a la cual se encontraron 2 artefactos); este cerro posición relativamente original o haber caído de la
es visible desde muchos puntos y desde grandes parte alta del cerro.
distancias, reconocible por su forma característica Los sectores adyacentes a los cerros tienen par-
-que le da nombre- y por estar relativamente aisla- ticular importancia. Si bien se encuentran muy ve-
do del resto. Al norte del río Avilés hay un cordón getados en algunas partes se forman voladeros, en
de cerros con una longitud aproximada de 10 km, los cuales se recuperó material en forma de hallaz-
orientado de sudoeste a noreste; funciona como go aislado y también como concentraciones.
divisoria de agua entre los ríos Avilés y Chico, al- En los cerros hay un agente más actuando sobre
canzando aproximadamente los 250 m s.n.m. en el el registro: la gravedad. La mayor densidad de ha-
sector más alto. Todos estos cerros están cubiertos llazgos se da en un sector donde es difícil saber la
por vegetación de coironal y en algunos sectores procedencia del material debido a la pendiente. De
más protegidos crece incluso vegetación arbustiva; todos modos, pese a la visibilidad reducida (en re-
la visibilidad en este cerro es nula. lación a otros rasgos como por ejemplo las lagunas
El cerro Schosquel si bien en su mayor parte que todas presentan alguna costa sin vegetación)
está cubierto por coirón, en la ladera norte se han puede decirse que en 4 de los 6 cerros mayores del
formado grandes voladeros, producto de la cons- área de estudio pudo encontrarse material en su-
tante presencia de ovejas en la misma, que la usan perficie.
como refugio del viento.
Los cerros que ofrecían visibilidad nula (cerros Parches de bosque
Mesa, Cañón y el cordón al norte del río Avilés) sólo Como ya fue expresado, si bien no se trata de
se recorrieron por partes para evaluar justamente una geoforma como en los casos anteriores, el
la visibilidad y las chances de encontrar algún vola- bosque del Puesto 21 es un pequeño parche que se
dero (Figura 7). El resto de los cerros se recorrieron tuvo en cuenta y fue visitado sólo con el fin de eva-
de modo sistemático dividiéndolos en tres partes: luar visibilidad en un ambiente distinto en cuanto a
cima (con o sin afloramientos de Terciario), ladera y su vegetación. Es una loma cubierta por un bosque
pie o bajos del cerro. bajo de ñire que parece más denso por la presencia
En las cimas de los cerros con afloramiento ter- de arbustos de mata negra y calafate que al estar
ciario sólo se encuentra la roca denudada; en algu- protegidos del viento crecen hasta alcanzar alturas
nos casos esta roca forma aleros. Se tomó un punto de más de 1 metro. La visibilidad arqueológica en el
GPS en los aleros que tenían sedimento, conside- bosque es nula; a pesar de ello, es difícil imaginar
rándolos como “sitios potenciales” que a futuro se- que este ambiente no haya sido visitado por los ca-
rán sondeados. En el cerro Rocas Caídas se realizó zadores previamente a la instalación de la estancia
un pequeño sondeo en uno de estos aleros arrojan- y del puesto que se ubica allí. En este lugar no sólo
do resultados negativos. hay disponibilidad de madera, además hay un río
(Herminita) y una laguna (Aasher) cerca (2,5 y 2,4
km respectivamente). A poca distancia, en las már-
genes del río y la costa de la laguna, está aflorando
el estrato con rodados usados en todo el área como
fuente de materia prima, de modo que es posible
que esos sean los locus de abastecimiento y de
talla. La ausencia de rocas aptas para la talla o de
lugares para tallarla harían más difícil los hallazgos
dentro del bosque.

Figura 7. Porcentaje de visibilidad para los cerros.

1116
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina

Figura 8. Caminos de ovejas en ladera del cerro Rocas Caídas.

RESULTADOS

Dada la intensidad de los procesos actuantes En la tabla 2 se muestran los resultados en fre-
(acción eólica, deflación, intemperización, pisoteo, cuencias absolutas de hallazgos aislados, concen-
crioturbación, etc.), es difícil encontrar materiales traciones y sitios registrados.
líticos de tamaño pequeño y restos óseos. Los hue-
sos que aparecen en superficie son en su mayoría Hallazgos aislados
recientes o en tal grado de meteorización que es di- Se georreferenció un total de 200 ítems líticos
fícil determinar algún indicio de actividad humana en las distintas localidades. En la tabla 3 se mues-
sobre los mismos. tran los resultados de los análisis preliminares de
El material lítico recuperado es de variada ma- estos materiales.
teria prima (riolita, calcedonia, basalto, cuarzo), Pudo observarse una concordancia entre por-
pero siempre de origen local. Como pudo consta- centaje de superficie libre de vegetación y la fre-
tarse en áreas adyacentes (Santiago, Bujalesky y cuencia de hallazgos aislados (figuras 9 y 10). Es
Salemme 2007), se utilizaron gravas provenientes decir, allí donde la cobertura vegetal no está obsta-
de depósitos glacifluviales de distribución amplia y culizando la visibilidad es más frecuente el hallazgo
homogénea en el paisaje. de materiales.

Figura 9. Frecuencia de hallazgos aislados para cada Figura 10. Frecuencia de hallazgos aislados en cerros y
laguna en relación al porcentaje de visibilidad. valles en relación al porcentaje de visibilidad.

Oría 1117
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Hallazgos
Área de prospección Concentración Sitios
aislados
Laguna Hortensia (*) 6 3 0
Laguna Amalia (*) 19 2 4
Laguna Carmen 5 0 0
Laguna Arturo (*) 11 1 1
Laguna del Carbón (*) 26 0 1
Lagunas Tres Marías (*) 27 2 (e) 1 (c) 9(w) 1 (c)
Laguna Aasher 3 0 0
Laguna del cuadro 15 3 0 0
Laguna del cuadro 16 9 0 0
Lagunas del cuadro 3 14 0 0
Río Chico 15 3 4
Río Avilés 0 0 0
Río Moneta 3 0 0
Río Herminita 1 0 0
Río Grande 0 0 0
Cº Cañón 0 0 0
Cº alrededor del casco de SJ 35 2 0
Cº Rocas Caídas 14 0 0
Cº Mesa 2 0 0
Cº en cordón entre Avilés y Chico 0 0 0
Cº Schosquel 7 0 0
Bosque en el puesto 21 0 0 0

Tabla 2. Resultados generales de las prospecciones


(*) localidades con altas frecuencias de material disperso en superficie, en las que a futuro se harán
trabajos de mayor detalle por lo tanto no se recuperó todo el material en las primeras visitas
Tipo de artefacto Riolita Calced. Basalto Horbl. Cuarcita indet. Total
Lasca 45 66 2  0 1 4 118
Núcleo 12 14  0 0  0  1 27
Raedera 2 14 1 0  1 0  18
Desecho indet. 7 9 0  0 0 0 16
Biface 1 6 0 0 0 0 7
Preforma 0 2 1 0 0 0 3
Raspador 1 1 0 0  0 1 3
Bola 0 0 0 2 0 0 2
Percutor 1 1 0 0 0 0 2
Cepillo 0 1 0 0 0 0 1
Punta 0 1 0  0 0 0 1
indet. 2 0 0 0 0 0 2
Total 71 115 4 2 2 6 200

Tabla 3. Hallazgos aislados; tipos artefactuales por materia prima. (Indet.: indeterminado; Calced.: calcedonia;
Horbl.: horblendita)

Concentraciones ferida a su emplazamiento. Cuando los artefactos


El hallazgo de concentraciones de materiales fueron recuperados, se realizó el análisis del mismo
en superficie se dio sólo en 6 de las 22 áreas pros- en laboratorio, presentándose aquí los resultados.
pectadas. Como ya fue expresado con anterioridad, Generalmente las concentraciones se registra-
el material se recolectó sólo en algunos casos, pero ron en los bordes sur y/o este de las lagunas, re-
sí se georreferenció y se registró información re- lacionadas a sectores deflacionados de las dunas

1118
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina

Figura 11. Ubicación aproximada de concentraciones en las lagunas Hortensia y Amalia.

asociadas a dichas lagunas. Tipo de


En laguna Hortensia fueron encontradas 3 con- artefacto Calcedonia Horblendita Riolita Total
centraciones (Figura 11). En la concentración norte Bola 0 1 0 1
fue encontrada una punta de proyectil y huesos hu- Lasca 4 0 1 5
manos: 1 sacro, 2 vértebras lumbares y 1 fragmento
Núcleo 1 0 0 1
de pelvis asignables a un individuo adulto de sexo
Total 5 1 1 7
masculino (Jorge Suby, comunicación personal
2008). Tabla 5. Laguna Amalia, concentración 2
En la laguna Amalia se recuperaron 2 concentra-
ciones (C1 y C2 en la Figura 11). En la concentración En la laguna Arturo se registró 1 concentración
C1 se recolectaron 3 lascas de calcedonia junto con en la parte superior de una gran duna, al sur de la
huesos de guanaco en elevado estado de meteo- laguna (Figura 12).
rización, el cual impide reconocer la existencia de
marcas de origen antrópico. Un detalle general de
ambas concentraciones puede verse en las Tablas
4 y 5.

Elemento óseo N
Molares 1
Vértebra 1
Costilla 1
Sacro 1
Escápula 1
Húmero 2
Radiocúbito 3
Fémur 2
Tibia 2
Metapodio 2
Astrágalo 1
Calcáneo 2 Figura 12. Ubicación de concentración en laguna
Arturo.
Falange 3
Hueso Largo 3 En la localidad Tres Marías se registraron 3 con-
Fragmento indeterminado 3 centraciones, 2 en la laguna del este y 1 en la laguna
Tabla 4. Laguna Amalia, concentración 1
del centro (Figura 13). Sólo se levantó y se analizó el

Oría 1119
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Tipo de artefacto Calcedonia Riolita Total


Desecho
0  1 1
Indeterminado
Lasca interna 1 1 2
Lasca primaria  0 1 1
Lasca secundaria 0 3 3
Núcleo 0  3 3
Total 1 9 10

Tabla 9. Río Chico, concentración 2

Tipo de artefacto Calcedonia Riolita Total


Lasca interna 1 1
Figura 13. Ubicación de concentraciones en Tres Marías.  0
Lasca primaria 1 1 2
Lasca secundaria 0  2 2
material de 2 de las concentraciones (Tablas 6 y 7).
Total 1 4 5
La tercera se dejó para una próxima visita.
Tabla 10. Río Chico, concentración 3

Tipo de
artefacto
Calcedonia Riolita Total Por último, en relación a los cerros que rodean
el casco de la estancia San Julio fueron registradas
11 11
Lasca  0
y recuperadas 2 concentraciones (Figura 14), nom-
Núcleo 1 5 6 bradas San Julio 3 y San Julio 4.
Total 12 5 17

Tabla 6. Tres Marías (este), concentración 1

Tipo de artefacto Riolita Total


Desecho Indeterminado 1 1
Lasca 12 12
Núcleo 3 3
Total 16 16

Tabla 7. Tres Marías (central), concentración 2


Figura 14. Ubicación aproximada de concentraciones
Sobre una terraza de la margen sur del río Chico asociadas a cerros que rodean el casco de la Ea. San
Julio.
fueron registradas 3 concentraciones; en las tablas
8, 9 y 10 se resume el análisis del material. En esta
localidad se registraron en menos de 3 km hallazgos San Julio 3 (Tabla 11) está ubicada en un gran
aislados, concentraciones e incluso sitios. Algunos voladero al pie de un cerro. Desde allí se visualiza la
materiales estaban aún atrapados en el sedimen- laguna del cuadro 15 en la que también se recupe-
to. Es probable que en próximas visitas se pueda raron materiales en sus bordes. La concentración
evaluar si el viento continúa destapando material se registró en la primera visita a la estancia (Abril
y, a través de sondeos, la presencia de material en 2007) y el material se recogió en la salida de campo
posición estratigráfica. de Diciembre del 2007. En esos meses no se mo-
dificó ni la cantidad ni la distribución de los mate-
riales.
San Julio 4 se encuentra en un voladero al pie
Tipo de artefacto Riolita Total
del cerro Castillo (Figura 14). En un alero de este
Lasca interna 4 4
cerro están emplazados los sitios San Julio 1 y 2.
Lasca primaria 2 2
Sobre la ladera este se encontró un esqueleto hu-
Lasca secundaria 5 5 mano que fue recuperado en la década del 80 por
Total 11 11 el padre Ticó (Misión Salesiana de Río Grande) con
Tabla 8: río Chico, concentración 1 ayuda de Matías Bitsch (actual administrador de la
Ea. San Julio, entonces alumno de la escuela de la
Misión Salesiana).
En San Julio 4 se recuperó material lítico (Tabla

1120
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina

Tipo de artefacto Calcedonia Riolita Cuarzo Indet. Total


Desecho indet. 2  0 1 0 3
Lasca 3 3 0 2 8
Núcleo 0 0 0 1 1
Raedera 2 0 0 0 2
Raspador 2 0 0 0 2
Total 9 3 1 3 16

Tabla 11. San Julio 3, concentración (indet.: indeterminado)

12) y varios fragmentos de huesos de guanaco con de más de 24 artefactos en un espacio reducido
alto grado de meteorización. Algunos huesos esta- decidimos asignarlo a la categoría sitio (Borrero et
ban parcialmente enterrados. al. 1992). En próximas campañas será evaluada la
potencial procedencia de estos materiales.
Tipo de La localidad Tres Marías es sin duda el caso más
Calcedonia Riolita Total
artefacto destacable. Uno de los sitios registrados se encuen-
Desecho tra en un sector deflacionado del vértice sudeste de
1 2 3
Indet. la laguna central (Figura 15d). La laguna más occi-
Lasca 1 9 10 dental presenta una gran duna en su borde sur, en
Punta 1 0 1
cuyo acantilado puede verse material arqueológico
en superficie, pero la característica más llamativa
Total 3 11 14
es la formación de numerosas hoyadas de deflación
Tabla 12. San Julio 4, concentración (líticos) (indet.:
en el borde este (Figura 3). En todas las hoyadas
indeterminado).
visitadas pudieron registrarse altas frecuencias de
material arqueológico. Cada hoyada fue registra-
Sitios
da como un sitio, proyectándose a futuro plantear
Únicamente en 5 de las 22 localidades pudieron
sondeos en los remanentes que quedan entre las
registrarse sitios arqueológicos. Todos fueron geo-
mismas para comprender mejor la distribución del
referenciados, delimitados y fotografiados. Uno de
registro en esta localidad.
ellos es el caso antes mencionado en la terraza sur
El hallazgo tanto de concentraciones como de
del río Chico, donde se registraron 4 sitios. El resto
sitios se relacionó, como se hiciera con los materia-
de las localidades en las que se encontraron sitios
les aislados, con el porcentaje de superficie libre de
se trata de lagunas (Figura 15).
vegetación (Figuras 16 y 17).

Figura 15. Ubicación aproximada de los sitios en relación a las costas de las lagunas.

Los sitios detectados en las lagunas Amalia y


Arturo (Figura 15 a y b) están emplazados en vola-
deros activos, abiertos en la duna adyacente a la la-
guna. Algunos de estos voladeros alcanzan más de
1 km de extensión a partir de la laguna y exponen
altas frecuencias de material lítico y restos óseos.
En la laguna del Carbón (Figura 15c) se registra
gran cantidad de material en un sector puntual del
acantilado. Dada la pendiente, es muy probable
que ese material no se encuentre in situ, sino que
esté cayendo de algún sector de la estratigrafía
cortado por la erosión. Si bien en este caso el grado Figura 16. Frecuencia de concentraciones y sitios en
de integridad es bajo, por tratarse de un conjunto cada laguna en relación al porcentaje de visibilidad.

Oría 1121
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Comparándolo con lo que se observa para ma-


teriales aislados, la relación entre frecuencia de ha-
llazgos y visibilidad para concentraciones y sitios no
es tan clara. Si bien los hallazgos se efectúan donde
la visibilidad es alta, se da el caso de localidades
con porcentajes de visibilidad altos en los cuales no
se registran concentraciones y/o sitios.

Figura 17. Frecuencia de concentraciones y sitios en


cerros y valles en relación al porcentaje de visibilidad.

CONSIDERACIONES FINALES

En esta primera aproximación ha sido posible actuando sobre el registro: la gravedad. Es eviden-
cumplir con el objetivo de analizar el grado de vi- te que fue un rasgo del paisaje visitado, pero es di-
sibilidad en las distintas unidades de prospección. fícil interpretar un registro cuya preservación se ve
Las lagunas tienen buena visibilidad en relación afectada por la acción de estos agentes.
a otro ambiente, en todas ellas algún sector de la Dado que los sitios fueron sólo posicionados
costa está despejado de vegetación. Como se des- con GPS (no contamos con datos referidos a los ar-
prende de los gráficos, las frecuencias de hallazgos tefactos que los componen) y que sólo algunas con-
aislados se ajustan bastante a lo esperable según la centraciones fueron colectadas y analizadas, no es
visibilidad ambiental, pero no ocurre lo mismo con posible usar estas dos categorías para estimar la
las frecuencias de concentraciones y sitios. Dado densidad de hallazgos. Como hemos visto, los ha-
que en las lagunas se concentra la mayor frecuen- llazgos aislados se distribuyen casi homogénea-
cia de restos (hallazgos aislados, concentraciones o mente en todos los ambientes recorridos y guardan
sitios), podemos considerarlas como espacio visita- mayor relación entre frecuencia de hallazgos y vi-
do con frecuencia por cazadores del pasado. sibilidad. Al sumarse las superficies recorridas y las
Los valles de los ríos, por el contrario, carecen frecuencias de hallazgos aislados por tipo de am-
de buena visibilidad; las planicies de inundación de biente, la densidad de artefactos alcanza un 0,0004
los mismos se anegan periódicamente perturban- en lagunas, un 0,0003 en valles de ríos y un 0,0008
do el registro y manteniéndose permanentemente en cerros. El resultado es muy preliminar, porque si
vegetadas en los momentos en que no están cu- bien los bordes de las lagunas no presentan el va-
biertas por agua. Únicamente las terrazas presen- lor más alto en densidad de hallazgos aislados, es
tarían mayores posibilidades de hallazgo, pero la allí donde se registran la mayor cantidad de sitios y
mayoría de ellas permanecen vegetadas también. concentraciones.
Sin embargo, es posible observar que también en Si bien “la densidad de hallazgos es un reflejo
este caso las frecuencias de hallazgos aislados se del carácter y la frecuencia de la utilización del es-
asocian más al perfil de visibilidad que en el caso de pacio” (Belardi 1992: 52), por lo antes expuesto es
las concentraciones y sitios. difícil establecer en esta primera aproximación si
Estos ríos tienen niveles de terrazas altos y el la diferencia en densidad de hallazgos es reflejo de
ambiente debió ser propicio para el asentamiento decisiones humanas en el uso del paisaje.
humano. Pero hoy la vegetación cubre casi en su A instancias descriptivas como ésta, se puede
totalidad el suelo, impidiendo ver cualquier vesti- decir que las prospecciones en el ambiente boscoso
gio. fueron estériles, pero consideramos que es un am-
En los cerros de mayor altitud se observa la biente que tiene particular importancia. Para inter-
misma diferencia entre visibilidad y frecuencia de pretar el registro en términos de población humana
hallazgos para hallazgos aislados, concentraciones la escala debe cambiar y deben tomarse en cuenta
y sitios. La visibilidad en líneas generales es baja factores como rangos de movilidad cazador/reco-
debido a la vegetación y a la velocidad con que el lector, disponibilidad y variabilidad de recursos.
viento expone la roca terciaria, pero además es di- Los resultados obtenidos y aquí presentados
fícil confiar en la integridad del registro. Sumado al forman parte de un primer acercamiento al área,
viento y al pisoteo de las ovejas, hay otro agente arrojando nuevos datos para empezar a conocerla.

1122
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina

Cada ambiente en particular pudo ser discriminado Aún no contamos con suficientes datos para
y analizado en términos de visibilidad ambiental hablar de preferencias en el uso del espacio. No
y arqueológica. En base a ello, puede verse que si obstante, podemos ver que la visibilidad no es la
bien los hallazgos aislados tienen cierta correlación causa única de las diferencias en la distribución del
con el grado de visibilidad, no ocurre lo mismo con registro. Éste será un camino para empezar a inte-
las concentraciones y los sitios. Hay localidades con rrogar y tratar de entender el registro arqueológico
alta visibilidad donde no se registraron sitios. del interior de la estepa fueguina.

AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a Mónica Salemme, Trish Fanning, John Pickhhard, Fernando Santiago, Martín Váz-
quez, Rocío Blanco, Maite Oría y Marilen Fernández por su colaboración en el trabajo de campo. También
a los Sres. Alberto Paz y Matías Bitsch (Ea. San Julio), Thomas Clemens (Ea. El Salvador) y Patricio Suárez
(Ea. María Behety) por permitirme recorrer las estancias. Y especialmente a Marina Cotigiani (Ea. San
Julio) y Martín Occhionero (Ea. San Julio) por todo el apoyo y la calidez recibida. A Mónica Salemme,
Marcelo Zárate, Andrea Coronato y Federico Ponce por su orientación y sus recomendaciones. La autora
es la única responsable de lo aquí expresado. Este trabajo ha sido en parte financiado por el PICT 2005
38096.

BIBLIOGRAFÍA

Belardi, J. B. Dangavs, N. V.
1992 De lo espacial a lo temporal: explorando 2005 Los ambientes acuáticos de la provincia de
distribuciones de artefactos. Revista de estudios Buenos Aires. En Relatorio del XVI Congreso Geológico
regionales 10: 35-67. Argentino. Geología y recursos minerales de la
Belardi, J. B. y M. F. García provincia de Buenos Aires, editado por R. E. de Barrio,
1994 Distribuciones comparadas en Fuego – R. O. Etcheverry, M. F. Caballé y E. Llambías, pp. 219-
Patagonia. Actas y Memorias del XI CNAA. Revista 236. Asociación Geológica Argentina, Buenos Aires.
del Museo de Historia Natural de San Rafael XIII (1/4): Favier Dubois, C. M.
244-247. 1999 Pedogénesis y formación de registros en
Borella, F. Bahía San Sebastián (Tierra del Fuego) y Lago Roca
2004 Tafonomía regional y estudios arqueofaunísticos (Santa Cruz).En Soplando en el viento. III Jornadas de
de cetáceos en Tierra del Fuego y Patagonia meridional. Arqueología de la Patagonia, editado por Belardi, J.
BAR International Series 1257. Oxford. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, A. G. y M.
Borrero, L. A. De Nigris, pp. 319-332. Neuquén-Buenos aires.
1985 La economía prehistórica de los habitantes Favier Dubois, C. M.
del norte de la Isla Grande de Tierra del Fuego, 1998 Dinámica sedimentaria y cambios de ambiente
Tesis de Doctorado, Facultad de Filosofía y Letras, en relación al registro arqueológico y taxonómico
Universidad de Buenos Aires. del Cerro Cabeza de León, Bahía San Sebastián
Borrero, L. A. y J. L. Lanata (Tierra del Fuego, Argentina). Anales del Instituto de
1992 Análisis espacial en Patagonia: Nuestra la Patagonia (serie Ciencias Sociales.) 26: 137-152.
perspectiva. En Análisis espacial en la Arqueología Punta Arenas. Chile.
Patagónica, compilado por L. A. Borrero y J. L. Favier Dubois, C. M.
Lanata, pp. 145-162. Ed. Ayllu, Buenos Aires. 2001 Análisis geoarqueológico de los procesos de
Borrero, L. A., Lanata, J. L. y B. N. Ventura formación del registro, cronología y paleoambientes,
1992 Distribución de hallazgos aislados en Piedra en sitios arqueológicos de Fuego-Patagonia, Tesis de
del Águila. En Análisis espacial en la arqueología Doctorado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
patagónica, editado por L. A. Borrero y J. L. Lanata, de Buenos Aires.
pp. 9-20. Ed. Ayllu, Buenos Aires. Favier Dubois, C. M. y L. A. Borrero
Borrero, L. A. y R. Barberena (editores) 2005 Playas de acreción: cronología y procesos de
2004 Arqueología del Norte de la Isla Grande de Tierra formación del registro arqueológico en la costa
del Fuego. Ed. Dunken, Buenos Aires. central de la Bahía San Sebastián, Tierra del Fuego
Bujalesky, G. G. (Argentina). Magallania 33 (2): 83-98.
1998 Holocene coastal evolution of Tierra del Fuego, Franco, N. V. y M. F. García
Argentina. Quaternary of South America & Antarctic 1994 Análisis de núcleos procedentes de la costa de
Peninsula 11: 247-281. Tierra del Fuego y de la cuenca superior del río Santa
Cabrera, A. Cruz (Rep. Argentina). Actas y Memorias del XI CNAA.
1976 Regiones fitogeográficas Argentinas. Ed. ACME, Revista del Museo de Historia Natural de San Rafael,
Bunos Aires. XIV (1/4): 296-297.

Oría 1123
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Guichón, R. A.; Barberena, R. y L. A. Borrero Carballo Marina, F. y S. Espinosa Tomo II pp. 481-497.
2001 ¿Dónde y cómo aparecen los restos óseos Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Río
humanos en Patagonia Austral? Anales del Instituto Gallegos.
de la Patagonia. (Serie Ciencias sociales.) 29:103-118. Mueller, J. W.
Punta Arenas. Chile. 1975 Archaeological research as cluster sampling. En
Horwitz, V. D. Sampling in archaeology, editado por J. W. Mueller,
1995 Ocupaciones prehistóricas en el sur de Bahía San pp. 33-41. The University of Arizona Press, Tucson,
Sebastián (Tierra del Fuego, Argentina). Arqueología Arizona.
5: 105-136. Muñoz, A. S.
Horwitz, V. D. 2003 La explotación de mamíferos por cazadores
1997/1998 Espíritu Santo: primeros trabajos de campo recolectores terrestres de Tierra del Fuego. Tesis de
en el extremo norte de la costa atlántica fueguina. Doctorado, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad
Palimpsesto. Revista de Arqueología: 151-159. de Buenos Aires.
Horwitz, V. D.; Borrero L. A. y M. Casiraghi. Muñoz, A. S.
1993/1994 Estudios arqueológicos en San Julio 2 2005 Zooarqueología del sector atlántico de la
(Tierra del Fuego). Relaciones en Antropología XIX: isla grande de Tierra del Fuego. La utilización
391-416. de camélidos y pinnípedos por los cazadores-
Jackson, D. recolectores fueguinos. Relaciones en Antropología
1987 Componente lítico del sitio arqueológico Tres XXX: 59-77.
Arroyos. Anales del Instituto de la Patagonia. (Serie Ocampo, C. E. y P. Rivas
Ciencias Sociales) 17: 67-72. Punta Arenas. Chile. 1996 Caracterización arqueológica preliminar del
Martín, F. M. y F. Borella suroeste de la Tierra del Fuego. Anales del Instituto
1999 Tafonomía de Tierra del Fuego: reevaluación de de la Patagonia (Serie Ciencias Sociales) 24: 125-151.
la arqueología de Cabeza de León. En Soplando en el Punta Arenas. Chile.
viento. III Jornadas de Arqueología de la Patagonia, Petts, G. & I. Foster
editado por Belardi, J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; 1985 Rivers and landscape. Edward Arnold
Guráieb, A. G. y M. De Nigris, pp. 439-451. Neuquén- (Publishers), London.
Buenos aires Ratto, N.
Massone, M. 1991 Análisis funcional de las puntas de proyectil
1984 Poblamiento humano aborigen de Tierra del líticas del sitio Punta María 2 (Tierra del Fuego).
Fuego. En Culturas indígenas de la Patagonia, editado Shincal 3 tomo 3: 171-177.
por R. Bárcena, pp. 131-144. Ed. Cultura Hispánica, Salemme, M. C. y G. G. Bujalesky
Madrid. 2000 Condiciones para el asentamiento humano
Massone, M. litoral entre Cabo San Sebastián y Cabo Peñas (Tierra
1987 Los cazadores paleoindios de Tres Arroyos del Fuego) durante el Holoceno medio. En Desde el
(Tierra del Fuego). Anales del Instituto de la Patagonia País de los Gigantes. Perspectivas arqueológicas en
(Serie Ciencias Sociales) 17: 47-60. Punta Arenas. Patagonia, editado por Belardi, J. B; Carballo Marina,
Chile. F. y S. Espinosa Tomo II pp. 519-531. Universidad
Massone, M. Nacional de la Patagonia Austral. Río Gallegos.
1997 Prospección arqueológica del sector Salemme, M. C., G. G. Bujalesky y F. C. Santiago
comprendido entre los ríos Marazzi y Torcido, zona 2007 La Arcillosa 2: La ocupación humana durante
norte de Tierra del Fuego. Anales del Instituto de la el Holoceno Medio en el Río Chico, Tierra del Fuego,
Patagonia (Serie Ciencias Sociales.) 25: 123-136. Argentina. En Arqueología de Fuego-Patagonia.
Punta Arenas. Chile. Levantando piedras, desenterrando huesos... y
Massone, M. develando arcanos, editado por F. Morello, M.
2004 Los cazadores después del hielo. Centro de Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 723-736. Ed.
Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago de CEQUA. Punta Arenas. Chile.
Chile. Santiago, F. C. y J. Oría
Massone, M., Jackson, D. y A. Prieto 2007 Lo que el viento no se llevó. Análisis de sitios de
1993 Perspectivas arqueológicas de los Selk´nam. superficie en la estepa fueguina. Magallania 35(2):
Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 121-132.
Santiago de Chile. Santiago F. C., G. G. Bujalesky y M. C. Salemme
Massone, M., Prieto, A. y P. Cárdenas 2007 Prospección Arqueológica en la cuenca del Río
1998 Prospección arqueológica en el sector de Chico. Tierra del Fuego. Argentina. En Arqueología de
Boquerón, zona norte de Tierra del Fuego. Anales del Fuego-Patagonia. Levantando piedras, desenterrando
Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias sociales) 26: huesos... y develando arcanos, editado por F. Morello,
127-136. Punta Arenas. Chile. M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde, pp. 357-363.
Morello Repetto, F. Ed. CEQUA. Punta Arenas. Chile.
2000 30 años después, una primera aproximación Santiago, F. C., J.Oría y M. C. Salemme
a la colección Marazzi (Museo Regional, Punta 2007 Nuevo contexto arqueológico del Holoceno
Arenas).En Desde el País de los Gigantes. Perspectivas medio. Río Chico 1. Tierra del Fuego, Argentina.
arqueológicas en Patagonia, editado por Belardi, J. B; Resúmenes Ampliados del XVI Congreso Nacional de

1124
Prospecciones en el interior de la estepa fueguina

Arqueología Argentina. Número especial de la Revista


Pacarina Tomo III 439-445. Facultad de Humanidades
y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de
Jujuy.
Saxon, E.
1976 La prehistoria de Fuego – Patagonia:
colonización de un hábitat marginal. Anales del
Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Sociales) 7:
63-73. Punta Arenas. Chile.
Scheinsohn, V.
1993/1994 Hacia un modelo del aprovechamiento de
las materias primas óseas en la Isla Grande de Tierra
del Fuego. Relaciones en Antropología XIX: 307-324.
Stein, J. K.
1993 Scale in Archaeology, Geosciences, and
Geoarchaeology. En Effects of scale on archaeological
and geoscientific perspectives, editado por J. K. Stein
y A. R. Linse, pp. 1-10. The geological Society of
America (Special papers 283), Colorado.
Thomas, D. H.
1975 Nonsite sampling in archaeology: up the creek
without a site? En Sampling in archaeology, editado
por J. W. Mueller, pp. 61-81. The University of Arizona
Press, Tucson, Arizona.

Oría 1125
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

1126
Instrumentos de molienda y uso del espacio
en la costa norte de la provincia de Río Negro:
una primera aproximación
Mariano Orlando1

A B S T R A C T

Within the coast of Rio Negro (Argentina) some evidence of instruments related to the milling
process have been detected (see Borella et al. 2004; Favier Dubois et al. 2005). In “Bajo de la Quinta”
sector, different classes of milling instruments were registered, as well as their different degrees
of conservation. At the same time, potential sources of raw materials were located. The objective
is to produce information to evaluate a hypothesis on the circulation strategies and the use of
space by populations that occupied this part of the Rio Negro Province coast during the last 4000
years. In order to achieve this aim, we analyzed milling instruments, their space distribution and
the characteristics of the potential sources of raw materials. In this instance, we will analyze the
typological groups represented, the variables that would take into account and denote the investment
of energy in the production (selection of raw materials, the present/absence of manufacture and
the degree of standardization, etc.) since it is considered that those variables are related to the
occupation type. At the same time, the availability of raw materials will be evaluated, taking into
account the distance to the sources of the instruments in relation to the place they were used.

INTRODUCCIÓN

Los instrumentos de molienda constituyen con- registro bioarqueológico. Entre los instrumentos
juntos artefactuales altamente significativos en la líticos, abundan los relacionados con el proceso de
comprensión de los contextos arqueológicos. Dis- molienda.
tintos autores han utilizado dichos elementos con En la localidad arqueológica Bajo de la Quinta se
el fin de arrojar luz sobre temas como la incidencia ha registrado hasta el momento la mayor abundan-
del consumo de vegetales en la dieta y su cambio a cia de diferentes clases de instrumentos de molien-
lo largo del tiempo (Wright 1994; Hard et al. 1996; da, los cuales presentaban variabilidad en cuanto a
Adams 1999), la producción y uso del instrumen- su estado de fragmentación. A su vez, se han regis-
tal (Nelson y Lippmeier 1993; Haaland 1995; Jones trado concentraciones menores de instrumentos
1996), el uso del espacio (Nelson y Lippmeier 1993; de molienda, así como algunos hallazgos aislados
Babot 2006) o el aprovisionamiento de materias en otras localidades (vg. Promontorio Belén).
primas (Williams-Thorpe y Thorpe 1993; Ormazábal En esta instancia se examinan los patrones de
1999; Babot y Larrahona 2001; Babot 2004, 2006). uso del espacio, en particular sus componentes de
Dentro de las investigaciones recientemen- planificación, duración y regularidad de la ocupa-
te reiniciadas a lo largo del amplio litoral marino ción en la costa norte de la provincia de Río Negro
de la provincia de Río Negro (véase Borella et al. a través de la distribución de los instrumentos, sus
2004; Favier Dubois et al. 2005) se han detectado características morfológicas y tecnológicas y las
en el sector Norte de la costa del golfo San Matías fuentes potenciales de materias primas. Comenza-
grandes cantidades de materiales arqueológicos, remos el análisis puntualizando sobre las variables
conformadas por una alta variedad de instrumen- que nos informan acerca de los aspectos relacio-
tos líticos y óseos, conjuntos arqueofaunísticos y nados con la producción, uso y descarte de los ins-

1 IMHICIHU-DIPA. Saavedra 15, 5to piso, Bs. As. [email protected]

Orlando 1127
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

trumentos para luego poder discutir sobre el grado metros económicos y sociales como la movilidad,
en que se seleccionaron características tendientes la subsistencia, las estrategias sociales, los patro-
a favorecer su eficiencia y aumentar la vida útil de nes de asentamiento, etc. (Bamforth 1991; Nelson
los mismos. Esto, junto con los resultados del aná- 1991; Carr 1994, entre otros). Para lograrlo se ha
lisis de las fuentes potenciales de materias primas utilizado el concepto de diseño que incluye varia-
permitirá evaluar el tipo de relación existente la bles que condicionan la forma de los instrumentos
disponibilidad de materias primas, la producción y y la composición de los equipos y que se relacionan
uso de instrumentos y ciertos aspectos del uso del con comportamientos tecnológicos (Nelson 1991).
espacio de las poblaciones que ocuparon esta parte Dentro de esta visión, los instrumentos de mo-
del litoral de la Provincia de Río Negro durante el lienda han sido considerados como site furniture,
Holoceno tardío (últimos 4000 años). elementos que debido a su tamaño o peso son
difíciles de trasladar y que se convierten en parte
Instrumentos de molienda y uso del espacio del mobiliario del sitio (Nelson 1991; Nelson y Li-
A los efectos operacionales, podemos definir los ppmeier 1993; Babot 2004). En sintonía con esto,
artefactos de molienda como aquellos instrumen- Binford (1979) plantea que el efecto del tamaño
tos utilizados de a pares con la finalidad de reducir puede ser producto de la reutilización regular del
sustancias intermedias, no artefactuales, a un ta- site furniture en cuestión. A su vez, los site furnitures
maño menor al original (Adams 1996; Babot 2004). dentro del continuum de estrategias tecnológicas
Dicho objetivo se concreta a través de la acción de conservado-expeditivo son frecuentemente ubica-
moler, machacar o triturar, y para ello generalmen- dos en el extremo conservado (Nelson y Lippmeier
te son necesarios al menos dos componentes com- 1993). Como tal, se esperaría una mayor inversión
plementarios: uno activo (la mano) accionado por de energía en la manufactura y selección de ma-
la fuerza humana y otro pasivo (molino o mortero) terias primas, lo cual implicaría instrumentos con
(Carrasco 2005). diseños mantenibles y en ocasiones diseños confia-
En general, el objetivo primordial de las inves- bles (Nelson 1991). Esta es una cuestión discutible,
tigaciones sobre tecnología en algunas corrientes sobre todo si se tiene en cuenta la disponibilidad
teóricas es poder entender la relación que existe de materias primas como se verá mas adelante en
entre los artefactos utilizados en el pasado y pará- este trabajo.

OBJETIVOS

Existe una amplia variedad de formas en que alcanzado teniendo como marco de análisis una
el espacio puede ser utilizado. Un sitio puede ser perspectiva regional y desde de un enfoque tecno-
ocupado para la realización de una actividad espe- lógico, observando las características técnico-mor-
cífica o varias actividades y acotadas en el tiempo. fológicas y morfológicas-funcionales, sin descuidar
Pueden desarrollarse varias tareas a lo largo de una la distribución espacial de los instrumentos de mo-
ocupación prolongada o se puede dar el caso del lienda. A su vez, se evalúan los criterios aplicados
desarrollo de una actividad exclusiva en repetidas en la selección de las materias primas para la con-
oportunidades. Teniendo en cuenta los conceptos fección de los instrumentos y su relación con el uso
expuestos más arriba, es de esperar que un uso di- del espacio por parte de las poblaciones cazadoras-
ferencial del paisaje costero por las poblaciones se recolectoras. Al mismo tiempo, se registraran las
refleje en distintas estrategias de manufactura y características relativas a las fuentes potenciales
uso que afectan al diseño y la distribución, así como de materias primas, las que pueden ayudar a com-
a la composición de los conjuntos de los instrumen- prender sobre la regularidad y continuidad del uso
tos de molienda (Nelson y Lippmeier 1993). de estos artefactos y, por lo tanto, del lugar en que
El objetivo de este trabajo es lograr una aproxi- se encuentran (Nelson y Lippmeier 1993).
mación a los patrones de uso del espacio analizan- Hablar de la planificación de la ocupación, ex-
do las características del aprovisionamiento de presada a través de la reocupación regular de un
materias primas y las características propias de la espacio, puede implicar por ejemplo dependencia
manufactura y uso de los instrumentos de molien- planificada o prevista de ciertos recursos y sobre
da. Dentro de esta perspectiva se pretende evaluar los cuales se conoce de antemano si requieren ser
el grado de planificación de la ocupación, su regula- sometidos al proceso de molienda para su prepa-
ridad y la duración de la misma considerándolas va- ración (Nelson y Lippmeier 1993). Por otro lado,
riables importantes en el análisis de los patrones de el uso fortuito o no planificado del espacio puede
uso del espacio prehistóricos. Dicho objetivo será estar haciendo referencia a una explotación y pro-

1128
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación

cesamiento oportunístico de los recursos (Babot y facilidad de extracción), la distancia a los sitios de
2006; Nelson y Lippmeier 1993). Según estas au- uso y las características de las rocas seleccionadas y
toras, la planificación de la ocupación se manifies- la forma en que se presentan en los depósitos están
ta en las estrategias de producción seleccionadas bajo análisis con el fin de comprender los criterios
para los instrumentos de molienda. Bajo esta óp- que motivaron la toma de decisiones involucradas
tica, cabria esperar mayor inversión en la manufac- en la consecución de los instrumentos de molienda
tura de los instrumentos para incrementar su vida (por ejemplo Bamforth 1992; Babot y Larrahona
útil y/o eficiencia en condiciones de uso anticipado. 2001).
Por el contrario, instrumentos con baja inversión en En este caso, se propone identificar criterios de
la manufactura estarían reflejando condiciones de selección de materias primas teniendo en cuenta
uso fortuito, cuestión que debe ser contrastada con las características petrográficas de la roca que fa-
la disponibilidad de materias primas y las posibili- cilitan la manufactura y uso (textura, tamaño de
dades que brinda para la manufactura de artefac- grano, estructura, etc.) así como las características
tos. Instrumentos diseñados para incrementar su referidas a la localización, disponibilidad y accesibi-
vida útil evitan los costos de producir otros nuevos lidad de las fuentes.
cuando se los necesita, mientras que un instrumen-
tal eficiente permite un mejor aprovechamiento Características ambientales y procedencia de
del tiempo. Ambas características del diseño son las muestras analizadas
beneficiosas en actividades que se llevan a cabo En los 350 km de franja costera que distan entre
con cierta regularidad, como ocurre en el caso de la el balneario El Cóndor, cercano a la desembocadu-
molienda (Horsfall 1987). ra del río Negro y Puerto Lobos, próximo al límite
La regularidad de las ocupaciones y su duración, con la provincia de Chubut, nos encontramos con
hacen referencia al grado en el cual una localidad la costa del golfo San Matías que comprende la
es ocupada reiteradamente a lo largo del tiempo, totalidad del litoral marino de la provincia de Río
como parte de un patrón de uso del espacio crea- Negro. Debido a que este amplio litoral presenta
do por un grupo (Binford 1983; Nelson y Lippmeier una composición geológica y geomorfológica dife-
1993; Babot 2006). Ambos componentes de los pa- rencial fueron distinguidos dos sectores: el Norte y
trones de uso del espacio pueden observarse a par- el Oeste. El sector Norte, que corre de este a oeste,
tir de las modificaciones de la forma de los instru- comienza en la desembocadura del río Negro y se
mentos producto de su utilización y re-utilización prolonga hasta San Antonio Oeste. Aquí observa-
(Babot 2006). Los artefactos que equipan sitios que mos el predominio de acantilados activos con de-
fueron regularmente visitados, eventualmente son sarrollo de restingas que alternan con entrantes
reducidos hasta agotar su vida útil, pudiendo sufrir costeras donde se observan cordones litorales y
repetidos episodios de mantenimiento (variante terrazas marinas cubiertas por depósitos eólicos.
de la reutilización con leves cambios en la forma El sector Oeste, orientado en un eje norte-sur,
pero no en la función sensu Schiffer 1987). Por el se extiende desde San Antonio Oeste hasta el para-
contrario, si nos encontramos frente a ocupacio- lelo 42º de latitud sur Puerto Lobos. En este sector
nes no regulares o de corta duración donde los predomina un ambiente sedimentario, que se con-
instrumentos son utilizados de forma expeditiva, tinúa hacia el sur con serranías de origen volcánico
es esperable que estos muestren menos desgaste (Favier Dubois et al. 2005).
y modificación por uso (Adams 1996; Nelson y Li- A lo largo de todo el litoral rionegrino se loca-
ppmeier 1993). La etapa dentro de la vida útil del lizaron más de 50 loci arqueológicos conformados
instrumento es posible de ser evaluada a través del por concheros y concentraciones de artefactos
grado de desgaste y el remanente de vida útil. Si líticos en superficie. Sin embargo, las mayores
observamos a nivel del conjunto de los artefactos frecuencias y variabilidad artefactual fueron loca-
de molienda de sitios visitados regularmente o con lizadas en el sector Norte (ver Borella et al. 2004;
ocupaciones prolongadas es esperable encontrar Favier Dubois et al. 2005).
instrumentos con diverso grado de desgaste pero En toda el área predomina un clima templado
con alta representación de instrumentos agotados semiárido, con una temperatura media de 15° C y
(Nelson y Lippmeier 1993). precipitaciones promedio de 250 mm anuales (Capi-
A diferencia de lo que ocurre con los instru- toli 1973). En cuanto a los recursos de agua dulce, ra-
mentos de piedra tallada del área de estudio, los ramente se encuentra disponible en superficie. Las
criterios de selección de materias primas para la escasas excepciones se deben a los denominados
confección de instrumentos de molienda son poco “lloraderos” -pequeñas surgentes que manan gota a
conocidos. Cuestiones claves como la localización gota- (Bórmida 1964), producto de la erosión de la
de fuentes, su accesibilidad (abundancia, densidad arenisca que constituye la Formación Río Negro.

Orlando 1129
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

La vegetación de la zona es típica de la provincia restos óseos humanos (Borella et al. 2004).
de monte, predominando la estepa arbustiva. Las Por su parte, Promontorio Belén (41° 9’ 20,8’’ S
especies predominantes son el romerillo, el junqui- y 63 ° 42’ 13,7’’ O), es un sector con evidencia an-
llo, el fume, la jarilla, así como en algunos sectores trópica (lente de conchillas) ubicado en una hoyada
se encuentran algarrobillos y algunas especies de de deflación entre médanos, sobre los acantilados
chañar (Cabrera y Willink 1980). costeros más elevados del área. El material lítico
En el presente trabajo son analizadas dos mues- de superficie está constituido por abundantes de-
tras de instrumentos de molienda obtenidas en el sechos de talla, grandes lascas de basalto y una
sector norte de la costa rionegrina (localidades punta apedunculada de sílice. En superficie sólo se
arqueológicas de Bajo de la Quinta y Promontorio registraron escasas astillas óseas indeterminadas
Belén), tratándose en este caso de artefactos reco- (Borella et al. 2004).
lectados para su análisis en laboratorio, a diferencia
de otros cuyas determinaciones fueron realizadas
en el campo.
Bajo de la Quinta (40° 56’ 14’’ S y 64° 20’ 34’’
O) comprende un área de aproximadamente 4,3
km de extensión donde se observan concheros
múltiples entre dunas deflacionadas sobre una te-
rraza holocena. Además de los instrumentos de
molienda se han registrado otros instrumentos
manufacturados por pulido (bolas, con y sin surco
y probables pesas de red), material lítico tallado
(puntas triangulares con pedúnculo, perforadores,
raspadores, denticulados, raederas y gran cantidad
de desechos de talla, núcleos bifaciales y bifaces).
Asimismo, se registraron círculos de guijarros ter-
moalterados, abundantes tiestos cerámicos, mate-
rial arqueofaunístico (restos de guanaco, pinípedos,
cáscaras de huevos de Rheidae, algunas grabadas,
pinzas de cangrejo quemadas, restos de gasteró-
podos y bivalvos culturalmente modificados y nu- Figura 1. Área de estudio. Costa de Río Negro. Ubica-
merosos otolitos y algunas vértebras de peces) y ción espacial de localidades arqueológicas.

METODOLOGÍA

Aspectos teórico-metodológicos de sus distintas partes (Nelson y Lippmeier 1993).


Para estudiar la planificación de la ocupación se Esto último también se relaciona con el grado de
tendrá en cuenta la energía invertida en la manu- estandarización de los instrumentos, lo que estaría
factura. En los instrumentos de molienda, esta in- en función del uso eficiente de los mismos (Bleed
versión de energía en la producción se puede obser- 1986; Torrence 1989 en Bousman 1993).
var en la selección de materias primas, la presencia/ Con el objetivo de obtener información sobre
ausencia de manufactura, el grado de estandariza- la regularidad y duración de la ocupación se obser-
ción y el tamaño de la zona activa de los artefactos varán aquellas variables que refieren a la modifica-
(Nelson y Lippmeier 1993). Si la intención buscada ción de la forma por utilización y reutilización de
es la de obtener instrumentos durables y eficientes los instrumentos. La etapa en la vida útil del instru-
entonces se espera que sean seleccionadas rocas mento es posible de ser evaluada a través del grado
con características petrográficas que fomenten la de desgaste y el remanente de vida útil, los que se
durabilidad de los artefactos, así como su eficiencia observan en el adelgazamiento de las zonas acti-
durante el proceso de abrasión (Adams 1996; Ba- vas, el grado de desgaste general de la pieza y si se
bot y Larrahona 2001; Babot 2006). A su vez, otra encuentra entera o fracturada (Nelson y Lippmeier
de las características que informa sobre el grado 1993; Babot 2004, 2006). A su vez, las transforma-
de inversión en la producción es la presencia o no ciones por uso y mantenimiento pueden ser obser-
de manufactura. Aquellos instrumentos que son vadas a partir de la identificación de las técnicas de
manufacturados con intención de que sean dura- mantenimiento y administración del desgaste. Por
bles presentan mayor atención en la manufactura su parte, las características de emplazamiento y

1130
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación

abandono de los instrumentos nos informan sobre Aspectos técnico-metodológicos


la posibilidad de un uso regular. Sumado a esto, el Para alcanzar el objetivo mencionado anterior-
tiempo total de uso de los sitios y el tiempo de una mente, fue necesario seguir ciertos pasos técnico
visita pueden ser evaluados a través de los casos de metodológicos que se detallan a continuación:
reutilización y reclamación de los artefactos (Babot El entorno en el que se presentan los hallaz-
2006). gos se encuentra dominado por un sistema de du-
Para la evaluación del abastecimiento de mate- nas entre las cuales se observan ollas de deflación
rias primas se tuvieron en cuenta aquellas variables que permiten la observación de los distintos tipos
que nos den un panorama amplio de la disponibi- de restos. Cada una de estas áreas fue denomina-
lidad de este recurso en el paisaje y de sus carac- da con una sigla distintiva (BQ.S1, BQ.S2, BQ.S3,
terísticas. Una de las cuestiones más importante a BQ.LNO, BQ.LNE y BQ.PB para los instrumentos
la hora de abordar el aprovisionamiento de mate- de Bajos de la Quinta y PB para los de Promontorio
rias primas para la manufactura de instrumentos Belén) y delimitada espacialmente a partir de la de-
de molienda es la distancia que separa al lugar de finición de su perímetro. Se registraron y analizaron
uso del lugar proveedor de materias primas. Dicha los instrumentos de molienda en sus superficies a
distancia fue mensurada a partir de la ubicación través de planillas estandarizadas confeccionadas
con GPS (Global Positioning System) de las fuen- para tal fin. En ellas se priorizaron las dimensiones
tes potenciales en relación con el lugar de uso/ tecnológicas, morfológicas y funcionales, así como
descarte de los instrumentos. A su vez, se evaluó la asignación tipológica de los instrumentos (sen-
la accesibilidad a la fuente (abundancia, densidad y su Babot 2004). A partir de aquí, se seleccionó una
facilidad de extracción de las materias primas) y las muestra al azar (n=18) con la finalidad de profundi-
características de las rocas en la fuente. Estas fue- zar en aquellas variables cualitativas y cuantitativas
ron comparadas con las características de las rocas (Tablas 1 y 2) relacionadas con la producción, uso
efectivamente utilizadas en la confección de instru- y descarte de los instrumentos de molienda. Dicha
mentos de molienda con el fin de comprender los muestra está compuesta por 9 manos, 4 molinos
criterios que motivaron la toma de decisiones para de mano, 2 morteros, 2 preformas (una de molino
la producción de los instrumentos de molienda (por de mano y otra de mortero) y un instrumento inde-
ejemplo Bamforth 1992; Babot y Larrahona 2001). terminado. Con la intención de reconocer los tipos

Aspectos relacionados a la
Variables
producción

Selección de materias primas Materia prima, Textura, Tamaño de granos y Estructura


Presencia/ausencia de manufactura, Modalidad de manufactura, Porcentaje de la superficie
Manufactura afectada por la manufactura, Geometrización de la pieza, Regularización de secciones y N° de
rasgos morfológicos complementarios
Medidas de los ejes principales, Módulos de longitud y espesor, Razones B/A y C/B, Forma de
Grado de estandarización la pieza, Ancho de la oquedad, Razón ancho máx. de la oquedad/ancho mínimo de la oquedad
y Modo de acción

Tabla 1. Variables utilizadas para evaluar la planificación de la ocupación (sobre la base de Babot 2006).

Aspectos relacionados con


Variables
el uso y descarte

Estado de conservación de la pieza, Característica de la fractura, Calificación general del desgaste,


Grado de desgaste y el
Condición, Uso general de la pieza completa, Características del descarte y Mínimo espesor rema-
remanente de vida útil nente de la base.

Mantenimiento y administra- Técnicas de manufactura, Presencia/ausencia de Técnicas de administración del desgaste, N° de


ción del desgaste caras activas y posición relativa de las mismas y N° de oquedades.

Emplazamiento y abandono Ubicación del hallazgo, Posición del hallazgo, Características del descarte y Portabilidad

N° de grupos tipológicos distintos presentes en la misma pieza, Tipo de artefacto según el número y
Reutilización y reclamación función de las zonas activas y Uso general de la pieza completa.

Tabla 2. Variables utilizadas para evaluar la regularidad y duración de la ocupación (sobre la base de Babot 2006).

Orlando 1131
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

de materias primas que han sido seleccionados se reducir los costos del transporte (Babot y Larrahona
efectuaron descripciones petrográficas de los ins- 2001). Se realizaron un muestreo sistemático y tres
trumentos mediante un análisis macroscópico y dirigidos con el fin de observar la variedad de mate-
mesoscópico utilizando lupa de mano con aumen- rias primas, teniendo en cuenta las formas natura-
tos de hasta 20X. Se tuvieron en cuenta aquellas les más factibles de ser utilizadas para la manufac-
características apreciables en esta escala de aná- tura de instrumentos de molienda a escala local. El
lisis que fueran relevantes en el diseño de los ins- muestreo sistemático consistió en una transecta de
trumentos de molienda por su vinculación con los 2 km, en donde cada 100 m se constituyeron “Pun-
procesos de manufactura y/o mantenimiento que tos de Observación” (cuadrículas de 2 X 2 m) dentro
favorecen la tarea, así como aquellos rasgos que de los cuales se registró la diversidad de materias
permitan evaluar tanto la planificación de la ocu- primas, la disponibilidad (abundancia y calidad) y la
pación como su duración y regularidad (Bamforth accesibilidad a las mismas (principalmente densi-
1992; Nelson y Lippmeier 1993; Babot y Larrahona dades y facilidad de extracción), así como la forma
2001 y Babot 2006). en que se presentan. En algunos casos se tomaron
Se realizó un relevamiento del área local con la muestras representativas de cada materia prima.
finalidad de registrar fuentes potenciales de mate- Por su parte, los muestreos dirigidos se realizaron
ria prima. Como un primer acercamiento se decidió en aquellos lugares en donde afloraba material lí-
comenzar por la prospección de las zonas más cer- tico similar al que se observa en los instrumentos.
canas a los sitios analizados ya que se parte del su- Dentro de cada afloramiento se recogió el mismo
puesto de que serán seleccionadas aquellas fuentes tipo de datos que en cada punto de observación de
de materias primas más cercanas con la finalidad de la transecta.

RESULTADOS

Análisis del material arqueológico factos, dos corresponden a artefactos inconclusos,


Considerados en conjunto, la muestra seleccio- más específicamente una preforma de mortero (N°
nada cuenta con 7 artefactos enteros y con 11 arte- 46) y una preforma de molino (N°122, Figura 2).
factos fracturados (Tabla 3). De estos últimos arte-

Figura 2. Preforma de Molino (Nº 122).

1132
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación

Nº del Instrumento Sitio


Estado de Materia prima
conservación

Rodado patagonico
SN1 BQ-S1 Fracturado

bioclastica

Ignimbrita
SN2

Arenisca

Arenisca
BQ-S2 Fracturado
6 BQ-S3 Entero Preformas
10 BQ-S3 Fracturado
M25 BQ-S3 Fracturado
39 BQ-S1 Fracturado
Molino 1 0 0 0
42 BQ-S1 Entero
Mortero 1 0 0 0
43 BQ-S1 Fracturado
Tabla 5. Distribución de materias primas en relación con
46 BQ-S1 Fracturado las preformas.
50 BQ-S1 Fracturado
56 BQ-S1 Fracturado
108 BQ-LNE Fracturado
120 BQ-LNE Entero
122 BQ-LNE Entero
126 BQ-LNE Fracturado
157 BQ-PB Fracturado
155 Promontorio Belén Entero
156 Promontorio Belén Entero

Tabla 3. Procedencia de los materiales y estado de


conservación.

En cuanto al tipo de materia prima utilizada se


observa un fuerte predominio de la arenisca n=14
Figura 3. Instrumento Nº 39, Fragmento de mortero de
de las cuales 2 corresponden a variedades bioclás- ignimbrita.
ticas, perteneciendo el resto (n=12) a las areniscas
de la formación Río Negro (Gelos et al. 1988) (Tabla
4). Todas ellas muestran una textura granular, con
En relación con los grupos tipológicos presentes
tamaños de granos que varían entre 1 y 4 mm de
en la muestra (Tabla 4) se observa que la totalidad
diámetro y una estructura compacta. El resto de los
de los morteros está manufacturada en ignimbrita.
instrumentos (n=4) se encuentran manufacturados
El N°39 (Figura 3) es un mortero con una fractu-
sobre rodados patagónicos (n=2) y sobre ignimbri-
ra que representa menos de la mitad de la pieza.
ta (n=2).
El N°126 se trata de un artefacto compuesto que
Materia prima presenta en una de sus caras activas una oquedad
perteneciente a un mortero y en su cara opuesta
Arenisca bioclastica

Rodado patagonico

una superficie activa perteneciente a un molino


Ignimbrita

de mano. Todos los molinos de mano (n=4) están


Arenisca

Grupo tipológico manufacturado en arenisca, tres de los cuales co-


rresponden a la formación Río Negro y el restante
a la arenisca bioclástica. A estos se le suma un arte-
facto pasivo no diferenciado (instrumento N°108)
Morteros 0 0 2 0
confeccionado en areniscas de la formación Río
3 1
Negro.
Molinos 0 0
En cuanto a las manos de morteros (n=4) ve-
Manos de molino 5 0 0 0
mos que hay 2 manufacturadas en arenisca (una de
cada tipo) y otras 2 en rodados patagónicos, mien-
Manos de
1 1 0 2 tras que las manos de molino (n=5) se encuentran
mortero en su totalidad manufacturadas sobre areniscas de
Artef. inferior
1 0 0 0 la formación Río Negro. Además de estos grupos
indeterm.
tipológicos se relevaron una preforma de molino y
Tabla 4. Distribución de materias primas en relación con una preforma de mortero sobre areniscas de la for-
los grupos tipológicos. mación Río Negro (Tabla 5).

Orlando 1133
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 5. Instrumento Nº 10. Detalle de picado.

En lo que se refiere a las técnicas de manufac-


tura se destaca la percusión como forma predomi-
nante (n=16) siendo el picado el procedimiento tec-
nológico elegido en la mayoría de los casos (n=14)
y en solo un caso (Nº 56) se observan rastros de las-
cado (Tabla 6). En dos de los instrumentos, a dicha
técnica se le suman la abrasión en su variedad de
alisado (instrumentos Nº 155 y 108), dando como
resultado una modalidad de manufactura de tipo
polimodal. Por su parte, en los instrumentos SN2
Figura 4. Instrumento Nº 43, fragmento de Molino de y el Nº 46 no se observan técnicas de manufactura
arenisca Formación Río Negro. claras. Sin embargo, en ambos instrumentos se ob-
servan rastros de alisado y redondeo producto del
uso de los instrumentos.

Nº del Técnicas de manufactura y


Modalidad de manufactura
instrumento procedimientos tecnológicos
56 Percusión (lascado y picado) Unimodal
M25 Percusión (picado) Unimodal
42 Percusión (picado) Unimodal
120 Percusión (picado) Unimodal
50 Percusión (picado) Unimodal
46 Indeterminada Indeterminada
126 Percusión (picado) Unimodal
39 Percusión (picado) Unimodal
43 Percusión (picado) Unimodal
155 Percusión y abrasión (picado y alisado) Polimodal
10 Percusión (picado) Unimodal
SN2 Indeterminada Indeterminada
SN1 Percusión (picado) Unimodal
6 Percusión (picado) Unimodal
156 Percusión (picado) Unimodal
108 Percusión y abrasión (picado y alisado) Polimodal
157 Percusión (picado) Unimodal
122 Percusión (picado) Unimodal

Tabla 6. Técnicas y modalidades de manufactura como indicador de inversión de energía.

1134
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación

En cuanto a las superficies afectadas por manu-


Nº del Forma de la
factura se observa que en la mayoría de los instru- Instrumento pieza
Grupos tipológicos
mentos se han trabajado sólo las superficies activas.
En otros instrumentos (N°156, 56, M25, 42, 120,126 42 Laminar Mano de molino

y 157) se observan rastros de picado o lascado en 56 Discoidal Mano de molino


bordes o superficies de apoyo. Sin embargo, en es- 120 Discoidal Mano de molino
tas piezas no se evidencian intenciones de dar una 156 Discoidal Mano de molino
forma geométrica particular a las piezas, sino que
M25 Laminar Mano de molino
esta tarea habría sido realizada con el fin de rebajar
excesos del material sobre el que se confecciona el 6 Equiaxial Mano de mortero

instrumento. A su vez, no se observa en ninguna de 10 Cilíndrica Mano de mortero


las piezas rasgos morfológicos complementarios, Sn1 Cilíndrica Mano de mortero
los cuales nos estarían indicando un esmero adicio- Sn2 Cilíndrica Mano de mortero
nal en la manufactura de la pieza.
43 Laminar Molino de mano
Un indicador claro de estandarización en la
producción de instrumentos de molienda es la for- 155 Discoidal Molino de mano

ma de los mismos. En la muestra se observa que 46 Laminar Molino de mano


las manos de molinos poseen formas discoidales 157 Discoidal Molino de mano
en su mayoría, mientras que los molinos de mano 39 Equiaxial Mortero
(así como la preforma de molino) tienden tanto a
Molino de mano
formas discoidales como laminares. Por su parte, 126 Laminar
y mortero
en las manos de morteros predominan las formas 108 Laminar Indeterminado
cilíndricas y en los morteros, debido a su escasa
122 Laminar Preforma de molino
representación no se distingue una tendencia clara
(Tabla 7). 50 Hemiesferoidal Preforma mortero

Tabla 7. Formas de los instrumentos como indicador de


estandarización.

Figura 6. Instrumento Nº 42. Mano de molino de forma laminar.

Orlando 1135
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

En cuanto al estado de conservación se observa la inflexión de las superficies por modificaciones


que siete de los instrumentos de la muestra se en- en las pautas de uso) no se ha observado en nin-
cuentran enteros, mientras que uno presenta ¾ de guno de los instrumentos de la muestra (Babot y
la pieza completa, tres la mitad de la pieza, otros Larrahona 2001).
3 instrumentos poseen una fractura que ha dejado
menos de la mitad de la pieza completa y por úl-
timo cuatro instrumentos, debido a la fractura, no
permiten estimar el tamaño de la pieza completa.
En ninguno de los casos en que las piezas se
encuentran fracturadas se pudo determinar algún
rasgo que indique fractura intencional (“matar” ri-
tualmente la pieza, por ejemplo Jackson 2003), y
las mismas poseen a su vez, diferentes grados de
desgaste y remanente de vida útil. El 33,33% de
los instrumentos presenta un alto grado de rema-
nente de vida útil, el 27,77% moderado, el 5,55%
posee escaso remanente de vida útil, el 22,22% se
encuentra agotado y el 11,13% son preformas que Figura 7. Uso, mantenimiento y reciclaje.
no han sido utilizadas (Tabla 8).
En relación a las transformaciones debidas al
uso y mantenimiento de los instrumentos se ob- En relación con las características del emplaza-
serva que el 77,77% de los instrumentos no han miento de los instrumentos no se detectó en terre-
sido sometidos a episodios de mantenimiento. El no ninguna ordenación particular de la posición de
11,11% de los instrumentos no han sido utilizados los mismos. A su vez, tampoco se detectó ningún
y el 22,22% presenta episodios de mantenimiento tipo de concentración intencional de los instru-
a través de la reactivación de las zonas activas. En mentos. Esto último sugiere que los instrumentos
cuanto a la administración del desgaste (cambio en que se encuentran enteros y con remanente de

Nº del
Estado de conservación Remanente vida útil N° de grupos tipo distintos
Instrumento
6 Entero Alto Mano de mortero

10 Frac. No permite estimar tamaño Alto Mano de mortero

39 Frac con - de 1/2 de la pieza Agotada Mortero

42 Entero Moderado Mano de molino

43 Frac con + de 1/2 de la pieza Agotada Molinos de mano

46 Frac con - de 1/2 de la pieza Agotada Molino de mano

50 Entero X Preforma mortero

56 Frac con + de 3/4 de la pieza Moderado Mano de molino

108 Frac no permite estimar tamaño Moderado Posible afinador/afilador

120 Entero Alto Mano de molino

126 Frac con - de 1/2 de la pieza Moderado 2: molino de mano y mortero

155 Entero Alto Molinos de mano

156 Entero Moderado Mano de molino

157 Frac con + de 1/2 de la pieza Alto Molinos de mano

M25 Frac con + de 1/2 de la pieza Escaso Mano de molino

Sn1 Frac no permite estimar tamaño Alto Mano de mortero

Sn2 Frac no permite estimar tamaño Agotada Mano de mortero

122 Entero X Preforma de molino

Tabla 8. Estado de conservación y remanente de vida útil.

1136
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación

vida útil fueron abandonados como residuo de fac- la zona de playa, agregándose además la presen-
to, mientras que aquellos fracturados o agotados cia de basaltos vesiculares. En este caso, al obser-
completamente podrían corresponder a residuos var la abundancia relativa de las materias primas
primarios (sensu Schiffer 1987). se nota un aumento significativo de la ignimbrita.
De todos los instrumentos que conforman la En esta zona predomina este tipo de roca más que
muestra solo uno ha presentado un caso de reuti- las areniscas que se encuentran en la playa actual.
lización (N°126), siendo éste un instrumento com- Alguna de estas rocas poseen oquedades naturales
puesto. En una de sus caras presenta una oquedad que podrían haber influido en la selección para la
de mortero, mientras que en la otra se observa manufactura de morteros. La mayoría de los blo-
una superficie activa perteneciente a un molino de ques poseen un espesor aproximado de 6 cm. Sin
mano. En ninguno de los instrumentos de molien- embargo, hay bloques de mayor tamaño que supe-
da se han observado casos de reclamación. ran fácilmente los 10 cm de espesor, tamaños se-
mejantes al de los instrumentos.
Análisis de las fuentes potenciales de mate- Tanto la arenisca como la arenisca bioclástica
rias primas que se relevaron presentan una calidad superior
En la localidad de Bajo de la Quinta, de donde a las detectadas en la playa actual, presentando
provienen la mayoría de los instrumentos de mo- formas y tamaños aptos para confección de instru-
lienda, se prospectó la zona de playa actual y de la mentos de molienda. El basalto vesicular se pre-
paleoplaya ubicada aproximadamente a 1 km de la senta de manera escasa, siendo relativamente más
línea de costa actual. dificultoso hallar rocas aptas para la manufactura.
En la playa actual se registró la presencia de De manera similar, los rodados patagónicos pre-
todas las materias primas identificadas en la con- sentan una abundancia menor, así como menores
fección de los instrumentos de molienda (arenisca, densidades que en la playa actual.
arenisca bioclástica, ignimbrita y rodados patagó- En las zonas estudiadas se han detectado tanto
nicos) igualando la diversidad presente en los ar- fuentes primarias como secundarias que debieron
tefactos. Al observar la abundancia relativa de las aportar la materia prima para la manufactura de
distintas materias primas, se nota un predominio instrumentos de molienda. Los rodados y bloques
de los rodados patagónicos, así como de la arenis- presentan características (tamaño, forma, textura,
ca formación Río Negro y la arenisca bioclástica estructura, durabilidad, etc.) que pueden favorecer
presentes en forma de bloques. Por otro lado, la el proceso de manufactura, mantenimiento y uso
ignimbrita se encuentra representada por escasos de los utensilios para todos los tipos artefactuales
bloques susceptibles a ser utilizados en la manufac- presentes en la muestra. A su vez, ofrecen oque-
tura de los instrumentos de molienda. dades o superficies planas, cóncavas o convexas
A pesar de ser las areniscas la materia prima aprovechables para la manufactura. Junto a estos,
mas representada, estas son de baja calidad para se encuentran disponibles otros tipos de menor ca-
la confección de instrumentos, ya que la mayoría lidad para estos fines.
de los bloques se encuentran poco consolidados A pesar de haberse recorrido distintas zonas,
siendo por ello demasiado friables. Sin embargo, tanto dentro como fuera de las áreas donde se re-
se han encontrado con relativa facilidad bloques gistraron los instrumentos no se han podido reco-
con la cementación, el tamaño y forma similar a nocer localizaciones en donde se llevaron a cabo las
la de los instrumentos. Por otro lado, las areniscas distintas etapas de producción de los instrumentos
bioclásticas se presentan en abundancia y calidad de molienda. Este es un problema que se plantea
similar a la arenisca para la manufactura de instru- en varias situaciones cuando se intenta reconocer
mentos de molienda. En relación a la ignimbrita, su canteras o canteras taller (Nami 1984) sobre todo
abundancia tanto relativa como absoluta es escasa, de instrumentos de molienda. A nivel general, esto
registrándose solo un bloque con la calidad, tama- puede deberse a la baja visibilidad y obstrusividad
ño y forma adecuada para la manufactura de ins- de los desechos de manufactura por picado o ali-
trumentos de molienda similares a los registrados sado, así como por su composición mineralógica
en el sitio. Tanto la abundancia y calidad, así como que suele confundirse con la matriz del sustrato en
la accesibilidad y forma de los rodados patagónicos donde se llevan a cabo las actividades (Babot y La-
hacen de su obtención para la confección de instru- rrahona 2001).
mentos de una tarea sencilla.
La prospección en la zona de la paleoplaya pre-
senta similar diversidad de materias primas que en

Orlando 1137
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

DISCUSIÓN

Como se mencionó anteriormente, la planifica- las materias primas. A esto se le suma la ausencia
ción de la ocupación se manifiesta en la producción de rasgos morfológicos complementarios en todos
de los instrumentos de molienda a través de una los instrumentos de la muestra.
importante inversión en la manufactura con la in- En lo que respecta al grado de estandarización,
tención de incrementar la vida útil de los artefac- se hace dificultoso observar una tendencia clara
tos. La primera decisión que debe enfrentarse al de ciertos parámetros (medidas de los ejes princi-
producir instrumentos de molienda es la selección pales, módulo de longitud y espesor, ancho de la
de la materia prima que se va a trabajar. La obten- oquedad, etc.) debido a la gran cantidad de instru-
ción de materias primas en el caso de las piedras de mentos fracturados. El único indicio esta dado por
moler se ve condicionada, entre otras variables, por la forma, lo que sólo estaría indicando una selec-
la distancia de las fuentes debido al peso de las mis- ción “estandarizada” de formas base adecuadas al
mas. Al comparar la oferta local de materias primas instrumento que se desea confeccionar, sin alterar
con las rocas efectivamente seleccionadas se hace la morfología general del bloque o rodado a través
evidente que estas se encuentran en las cercanías de la manufactura.
de la localidad de uso. Tanto el estado de conservación de los instru-
De acuerdo a lo observado en la muestra la se- mentos como el grado de desgaste y remanente de
lección de materias primas estuvo condicionada vida útil se corresponden con situaciones en las que
por la disponibilidad en primer lugar. Una vez den- el instrumental ha sido utilizado con regularidad a
tro de la cantera, el criterio utilizado respondería a lo largo del tiempo. Esto se evidencia a partir de la
la calidad de las rocas, en particular la durabilidad, presencia de instrumentos en distintos estados de
la forma y facilidad de manufactura. Dentro de la conservación y con distintos grados de desgaste
muestra hay un fuerte predominio de las areniscas (Nelson y Lippmeier 1993). Por otro lado, la escasa
de la formación Río Negro, disponibles dentro del presencia de episodios de mantenimiento y casos
área local. Esta elección se ve principalmente en los de reutilización, así como la ausencia de técnicas
molinos de mano y manos de molino donde parece de administración del desgaste y casos de reclama-
haber una estandarización en la selección de mate- ción claros no concuerdan con las expectativas de
rias primas, quizás con la intención de obtener ins- ocupaciones regulares o de larga duración.
trumentos abrasivos para el procesamiento de de- En conjunto estos indicadores estarían presen-
terminadas sustancias específicas. Un caso similar tando un panorama en el cual el diseño de los ar-
se estaría dando con la ignimbrita, materia prima tefactos responde a condiciones de planificación
elegida para la manufactura de morteros, en donde y regularidad de la ocupación en distintos grados.
se estaría priorizando la dureza de esta roca frente La selección de las mejores materias primas dis-
a su capacidad abrasiva. Sin embargo, estas afir- ponibles para cada trabajo, la presencia de manu-
maciones deben ser contrastadas a través del aná- factura en el 88,88% de los instrumentos, así como
lisis de una muestra mayor. En relación a la arenisca el estado de conservación y el grado de desgaste
bioclástica, aunque su disponibilidad es similar a la y remanente de vida útil responden a esta circuns-
arenisca de la formación Río Negro fue seleccio- tancia. Sin embargo se observa un bajo grado de
nada solo para la confección de dos instrumentos, estandarización en los instrumentos, así como un
situación explicada por la menor calidad (principal- desinterés por prolongar la vida útil de los mismos
mente dureza y friabilidad) y por la disponibilidad a través de distintas técnicas. Esta situación es-
de otras rocas con mejor performance abrasiva1. La taría respondiendo a la amplia disponibilidad de
selección de los rodados patagónicos, representa- materias primas dentro del área local, lo que haría
dos en dos manos de mortero parece haber respon- innecesaria la conservación de los instrumentos
dido a que esta materia prima se presenta en forma (Bamforth 1986) debido a que los recursos locales
natural con características (principalmente forma, satisfacían las necesidades. Esto último, junto con
tamaño y dureza) adecuadas para la manufactura las demás características analizadas estaría res-
de este grupo tipológico. pondiendo a la implementación de una estrategia
En relación a la inversión en la manufactura evi- tecnológica expeditiva, en donde se minimiza el
denciada en los instrumentos se observa que, salvo esfuerzo tecnológico en aquellas circunstancias en
tres instrumentos, se ha utilizado una sola técnica donde el tiempo y lugar de uso, así como la dispo-
manufactura. A su vez, la mayoría de los instru- nibilidad de materiales son predecibles de manera
mentos presentan manufactura en las zonas acti- segura (Nelson 1991).
vas, lo que incrementa la eficiencia en el proceso de Esta situación podría estar respondiendo a un
molienda y resalta las características texturales de escenario en donde la práctica de molienda juega

1138
Instrumentos de molienda y uso del espacio en la costa norte de la provincia de Río Negro: una primera aproximación

un rol complementario, aunque importante, en la la disponibilidad ambiental de recursos, las prefe-


subsistencia de los grupos prehistóricos que inten- rencias culturales, las necesidades de los grupos o
cionalmente equiparon el paisaje con artefactos de sus rangos de movilidad, haciendo que la cuestión
molienda moderadamente eficientes dentro de un de la producción de instrumentos de molienda ten-
ambiente que les ofrecía abundantes materias pri- ga múltiples aristas y un rango de variabilidad que
mas. En este caso, es interesante observar la mul- lo hacen predecible hasta cierto punto (Babot y La-
tidimensionalidad del problema de la producción rrahona 2001).
lítica, en donde participan distintas opciones como

AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a los Dres. Florencia Borella y Cristian Favier Dubois, directores del proyecto PIP-
CONICET 6415 dentro del cual fue realizado este trabajo. A mi esposa Julieta por su apoyo y generosidad,
y muy especialmente a la Dra. Liliana Manzi por su inquebrantable paciencia, su apoyo académico y per-
sonal y por la revisión crítica del manuscrito, lo que sin duda mejoró y enriqueció este trabajo.

NOTAS
1
. Desde el punto de vista de la tribología, las diferencias en la matriz y los granos minerales de las
rocas hacen que la fricción, lubricación y desgate de los materiales se de de manera distinta en cada caso.
Para un tratamiento más exhaustivo del tema ver Adams 1988.

BIBLIOGRAFÍA

Adams, J. L. American Antiquity 51(1):38-50.


1988 Use-wear analyses on manos and hide- Bamforth, D. B.
processing stones. Journal of Field Archaeology 1991 Technological organization and hunter-gatherer
15:307-315. land use. American Antiquity 56:179-186.
Adams, J. L. Bamforth, D. B.
1996 Ground stone artifacts. En Archaeological 1992 Quarries in context: a regional perspective
investigations of early village sites in the middle Santa on lithic procurement. En Stone tool procurement,
Cruz Valley, parte I Analyses and Synthesis, editado production and distribution in California prehistory,
por J. B. Mabry, Anthropological Papers 19. pp. 357- vol. 2, pp. 131-156. Institute of Archaeology Series,
422. Center for Desert Archaeology, Tucson. University of California, Los Angeles.
Adams, J. L. Binford, L. R.
1999 Refocusing the role of food-grinding tools 1979 Organization and formation processes: looking
as correlates for subsistence strategies in the U.S. at curated technologies. Journal of Anthropological
Southwest. American Antiquity 64(3): 475-498. Research 35: 255-273.
Babot, M. Binford, L. R.
2004 Tecnología y utilización de artefactos de 1983 En Busca del Pasado. Descifrando el registro
molienda en el Noroeste Prehispánico. Tesis de arqueológico. Ed. Critica
Doctorado en Arqueología, Facultad de Ciencias Bleed, P.
Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumán. 1986 The optimal design of hunting weapons:
San Miguel de Tucumán, Argentina. maintainability or reliability. American Antiquity
Babot, M. 51(4):737-747.
2006 Movilidad y artefactos de molienda en Borella F, Favier Dubois C. M., Lanzelotti S y M.
Antofagasta de la Sierra, Puna meridional argentina Cardillo
(ca. 6500-1100 años A.P.). En: Artefactos líticos, 2004 Proyecto arqueológico en el golfo San Matías
movilidad y funcionalidad de sitios: problemas y (Río Negro). Primera etapa de las investigaciones.
perspectivas, editado por: P. S. Escola y S. Hocsman. Publicación de Resúmenes del XV Congreso Nacional de
BAR Internacional Series. Oxford, en prensa. Arqueología Argentina. pp. 362. Facultad de Ciencias
Babot, M. y P. O. Larrahona Humanas, Universidad Nacional de Río Cuarto, Río
2001 Artefactos de Molienda y Materias Primas en Cuarto.
los Valles del Noroeste. En Actas del XIV Congreso Bórmida, M.
Nacional de Arqueología Argentina. Facultad de 1964 Arqueología de la costa Nordpatagónica.
Humanidades y Artes, Escuela de Antropología, Trabajos de Prehistoria XIV. Madrid.
Departamento de Arqueología, Universidad Nacional Bousman, C. B.
de Rosario, Rosario, en prensa. 1993 Hunter-Gatherer adaptations, economic risk
Bamforth, D. B. and tool desing. Lithic Technology Vol. 18, N° 1 y 2.
1986 Technological efficiency and tool curation.

Orlando 1139
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Cabrera, A. L. y A. Willink nomenclatoria. Arqueología Contemporánea 1 (2):21-


1980 Biogeografía de América Latina. Monografías de 25.
la OEA, Washington D.C. Nelson, M.
Capitoli, R. 1991 The study of technological organization. En
1973. El Golfo San Matías en el ámbito del mar Archaeological method and theory, editado por: M.
Argentino, En Relevamiento ecológico y tipificación de Schiffer, vol. 3, pp. 57-100. The University of Arizona
las comunidades del litoral marino de la Provincia de Press, Tucson.
Río Negro, con especial referencia al establecimiento Nelson, M. y H. Lippmeier
de áreas de cultivo para especies de interés comercial. 1993 Grinding-Tool design as conditioned by land-
Instituto de biología marina. pp. 1-10. Consejo Federal use pattern. American Antiquity 58(2):286-305.
de Inversiones. Ormazábal, P. B.
Carr, P. J. 1999 Lumb: un sitio de aprovisionamiento de materia
1994 The organization of technology: impact and prima lítica para elementos de molienda. En Actas del
potencial. En The organization of North American XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, tomo
prehistoric chipped stone tool technologie, editado III, pp. 156-164, La Plata.
por P. Carr, pp.1-8. Internacional monographs in Schiffer, M. B.
prehistory, Michigan. 1987 Formation Processes of the Archeological Record.
Carrasco, C. University of New Mexico Press, Albuquerque.
2005 Los artefactos de molienda durante los Períodos Williams-Thorpe, Olwen y R. Thorpe
Intermedio Tardío y Tardío en San Pedro de Atacama 1993 Geochemistry and Trade of Eastern
y Loa Superior. Estudios Atacameños 25: 35-53. Meditarranean Millstones from the Neolithic to
Favier Dubois, C. M, F. Borella, L. Manzi, M. Cardillo, S. Roman Periods. Journal of Archaeological Science 20:
Lanzellotti, F. Scartascini, C. Mariano y E. Borges Vaz 263-320.
2005 Aproximación regional al registro arqueológico Wright, K.
de la costa rionegrina. En Arqueología de la Costa 1994 Ground-stone tools and hunter-gatherer
Patagónica. Perspectivas para la conservación, editado subsistence in Southwest Asia: implications for the
por: I. Cruz y S. Caracotche, Capitulo 3, Universidad transition to farming. American Antiquity 59(2):238-
Nacional de la Patagonia Austral y Secretaria de 263.
Cultura de la Prov. de Chubut.
Gelós, E. M., J. O. Spagnuolo y R. A. Schillizzi
1988 Las unidades morfológicas de la costa norte de
Golfo San Matías y su evolución. Asociación Geológica
Argentina, Revista XLIII (3):315-326.
Haaland, R.
1995 Sedentism, cultivation, and plant domestication
in the Holocene Middle Nile Region. Journal of Field
Archaeology 22(2): 157-174.
Hard, R. J.; R. P. Mauldin y G. R. Raymond
1996 Mano size, stable carbon isotope ratios, and
macrobotanical remains as multiple lines of evidence
of maize dependence in the American Southwest.
Journal of Archaeological Method and Theory 3(4):253-
317.
Horsfall, G. A.
1987 Design theory and grinding stones. En Lithic
studies among the contemporary Highland Maya,
editado por B. Hayden, pp. 332-337. University of
Arizona Press, Tucson.
Jackson, S. D.
2003 Los implementos de molienda en un
campamento estacional del Holoceno Medio:
implicancias funcionales y contextuales. Chúngara,
Volumen especial, pp. 95-103, tomo I, en adhesión
al XV Congreso Nacional de Arqueología Chilena.
Departamento de Arqueología y Museología,
Universidad de Tarapacá, Chile.
Jones, T.
1996 Mortars, pestles, and division of labor in
Prehistoric California: a view from Big Sur. American
Antiquity 61(12):243-264.
Nami, H
1984 La tecnología lítica y una nueva propuesta

1140
Una discusión “encendida”. Primeros
resultados de los análisis de vestigios
de combustión en concheros de la costa
norpatagónica (Río Negro)
Florencia Ortega1 y María Bernarda Marconetto2

A B S T R A C T

We present the results obtained during the analysis of the burnt plant remains recovered during
the excavation of shell-midden lenses located on the North coast of San Matías Gulf, Rio Negro
Province, Argentina. Our aim is to identify, through anthracological analysis, the plant species that
were used by Mid-Holocene hunter-gatherers to light their domestic fires. Then, we describe the
methodology that was used during the construction of comparative wood samples (herbarium,
thin wood sections and contemporary burnt wood sample) as well as the techniques employed
for the recovery of the charcoal remains and their further analysis. Finally, we discuss the ways
in which firewood was collected and the possible selection of species, according to the variability
observed. For this matter, we consider the existence of different “fire structures” (Perez de
Micou, 1991) that present distinctive functions (domestic fires, fires for signal making, light,
heat, etc). From this point onward, we discuss the relationship between the functions of the fire
structures and the possible selection of wood species. Then, considering the description of the
shell-midden lenses, their location and the results of anthracological analyses, we discuss the
position that this “shell-midden lenses” should take in the classification of “fire structures”.

INTRODUCCIÓN

En el marco del proyecto arqueológico que se distribuidas a lo largo de la costa. Si bien la distri-
lleva a cabo en la costa del Golfo San Matías en la bución de estas lentes de valvas estaría indicando
provincia de Río Negro1 desarrollamos este trabajo un uso recurrente del espacio costero, no se halla-
en el que analizamos los restos de carbón vegetal ron superposiciones de concheros, con lo cual, cada
provenientes de concheros excavados durante las una representa un evento discreto de combustión.
campañas 2004 a 2007. Entendimos a los concheros como un tipo particu-
Entre los objetivos generales del proyecto que lar de estructura de combustión, ya que son episo-
enmarca este trabajo, se pueden mencionar los dios de marisqueo de corta duración, en los que se
análisis de uso del espacio costero por cazadores- encendió un fuego en el momento para abrir las
recolectores del Holoceno medio-tardío a través valvas y aparentemente no se da una recurrencia
de estudios regionales y análisis distribucionales. en el uso de los mismos (Figuras 1 y 2).
La metodología de trabajo utilizada incluye tanto En este trabajo analizamos que tipo de recursos
la realización de transectas para relevar el material leñosos fueron utilizados en cuatro sitios de la cos-
de superficie como la excavación de concheros. Los ta norte del Golfo San Matías y discutimos los resul-
concheros excavados son acumulaciones de valvas tados a nivel intersitio e intrasitio. Nos centramos
que además pueden incluir escasos restos óseos y en la cuestión de la selección de taxones en cada
material lítico, además de abundante carbón. Estas sitio y las variaciones que pudieron haber ocurrido
acumulaciones forman lentes que se encuentran en la disponibilidad de recursos leñosos y su selec-

1 Departamento de Investigaciones Prehistóricas y Arqueológicas (IMHICIHU – CONICET) – Universidad de Buenos Aires.


2 Museo de Antropología, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba – CONICET

Ortega - Marconetto 1141


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Conchero ubicado en la localidad de Faro San Matías.

ción, teniendo en cuenta a su vez las fluctuaciones


climáticas registradas para el área.

Figura 2. Detalle de la excavación de un conchero


ubicado en la localidad de Bajo de la Quinta, donde se
observa cómo aparecen los carbones entre las valvas.

PROCEDENCIA DEL MATERIAL

Los sitios de los que se obtuvo material para sp., y por herbáceas como Hyalis argentea y Sporo-
analizar son Faro San Matías, Bajo de la Quinta, Ca- bolus rigens (Bran et al. 1985).
leta de los Loros y Paesani (Figura 3), ubicados en la De cada uno de estos sitios se obtuvieron fecha-
costa norte de la provincia de Río Negro, pertene- dos, tanto por valvas como por carbón. En aquellos
ciente a la provincia fitogeográfica del Monte (Ca- sitios en los que se fecharon valvas se hizo el cálcu-
brera 1976). Los sitios analizados se encuentran en lo del efecto reservorio. Esto dio un rango tempo-
diferentes unidades de vegetación propuestas para ral que va desde los 3000 años AP hasta los 800 AP,
la región, en áreas dominadas por una vegetación siendo los fechados más tempranos los obtenidos
arbustiva de Larrea sp., Chuquiraga sp. y Atriplex en FSM y los más tardíos los de Paesani (Figura 4)
(Favier Dubois et al. 2006; Favier Dubois y Borella
2007, Favier Dubois et al. 2008).
Contamos también con datos paleoambienta-
les para el rango temporal en cuestión. La informa-
ción tomada de Schäbitz (1994, 2003) indica que las
condiciones climáticas para los últimos 4000 años
del Holoceno fueron en general áridas y secas. Por
otra parte, la información aportada por Villalba
(1990, 1994) muestra que existieron fluctuaciones
climáticas entre el 900 AC y el 1660 AC, período en
el que se sucedieron el Cálido Medieval y la Peque-
ña Edad de Hielo.
Figura 3. Mapa de las localidades de la costa norte del
Golfo San Matías.

1142
Una discusión “encendida”. Primeros resultados de los análisis de vestigios de combustión en concheros de la costa norpatagónica (Río Negro)

Figura 4. Cronología de los sitios analizados.

METODOLOGÍA

Antes de comenzar con las determinaciones del te hasta 100 X y los comparamos con la muestra de
material que implican los análisis antracológicos, referencia de cortes histológicos de madera fresca.
se constituyó un herbario de plantas leñosas reco- Esta metodología puede utilizarse ya que luego
gidas en el área cercana a los sitios, privilegiando de la combustión la estructura anatómica se man-
aquellas especies que, según información obtenida tiene (Vernet 1973). La morfología, cantidad y dis-
de los lugareños, suelen utilizarse para encender posición de las células continúa intacta, si bien se
fuegos en la zona. En total se recolectaron 37 es- pueden presentar grietas por la exposición a altas
pecies leñosas. Se realizaron en cada una de estas temperaturas, el tejido xilemático es observable.
especies cortes en los tres planos anatómicos que En el caso de leñosas con crecimiento anómalo
presenta la madera (transversal, longitudinal tan- como Atriplex sp. en nuestra muestra, desaparece
gencial y longitudinal radial). el tejido correspondiente al floema aunque el tejido
Cada uno de estos cortes fue observado al mi- xilemático no se modifica cualitativamente por la
croscopio con luz transmitida a 40 X, 100 X y 400 X y carbonización.
se realizó la descripción de los caracteres diagnós- El material a identificar se muestreó siguiendo
ticos de cada leño. Luego de conformada nuestra la curva de riqueza específica en cada unidad a ana-
colección de referencia pasamos al análisis antra- lizar (Piqué i Huerta 1999; Marconetto 2008). Esto
cológico en carbón arqueológico observando en en los casos de Faro San Matías y Paesani, de los
estos caracteres discriminantes (Cuadro 1). cuales contamos con abundante material. En el
En cada uno de los carbones analizados realiza- caso de Caleta de los Loros y Bajo de la Quinta, el
mos los cortes frescos en los tres planos anatómi- material era escaso por lo cual se determinó lo dis-
cos, los observamos al microscopio con luz inciden- ponible (Cuadro 2)

RESULTADOS DE LA IDENTIFICACIÓN

Se analizaron un total de 237 carbones que su- dominancia de Prosopis sp. seguida de Bougainvi-
maron un volumen total de 245 cc. De este total, el llea sp. en Bajo de la Quinta; valores elevados de
81% del volumen de carbón analizado pertenece a Schinus sp. en Caleta de los Loros; predominancia
Faro San Matías, le sigue Paesani con un 14% del de Larrea sp. y Prosopis sp. en Paesani y una des-
carbón, Caleta de Los Loros con un 3% y Bajo de la tacable alta frecuencia de Prosopis sp. en Faro San
Quinta con un 2% del volumen. Estos porcentajes Matías (Figura 5).
se corresponden con la frecuencia de aparición de Notamos al observar estos resultados una ma-
carbón en cada sitio. yor riqueza taxonómica en los carbones obtenidos
Pudimos observar en líneas generales una pre- en la localidad de Paesani, donde se registra la pre-

Ortega - Marconetto 1143


CARACTERES DIAGNÓSTICOS OBSERVADOS EN MATERIAL ARQUEOLÓGICO

1144
Inclusiones y otros


Taxón Anillos Porosidad Disposición de vasos Parénquima Sistema radial Tipo de radios
rasgos

Estratificado, células
Atriplex Ausente Haces de floema y xilema
fusiformes


Levemente demarcados Solitarios, series tg cortas Paratraqueal abundante, Heterocelulares Haces de floema asocia-
Bougainvillea Circular Biseriados
por hileras de parénquima y en racimos estratificado Cúbicas y erguidas dos a vasos

Solitarios sobre el anillo y Heterocelulares


Condalia Demarcados Circular con tendencia dendrítica Paratraqueal Multiseriados Procumbentes, erguidas
sobre el leño tardío y cúbicas

Solitarios sobre el anillo y


Heterocelulares
Chuquiraga Demarcados Semicircular con tendencia dendrítica Paratraqueal escaso Multiseriados
Erguidas y cúbicas
sobre el leño tardío

Paratraqueal vasicéntrico
Demarcados por parén- Series rd cortas, en raci- Heterocelulares
Grindelia Semicircular a difusa y en bandas sobre el Biseriados
quima mos y solitarios Procumbentes y erguidas
anillo

Demarcados por parén- En bandas finas apo-


Homocelulares Presencia de cristales.
Larrea quima o vasos agrupados Semicircular a difusa Solitarios traqueales y paratraque- Uniseriados y biseriados
Procumbentes Fibras estratificadas
sobre el anillo ales

En bandas finas, para- Heterocelulares


Demarcados por parén- Solitarios y con tendencia
Lycium Semicircular a difusa traqueal vasicéntrico y Uniseriados Procumbentes, erguidas
quima dendrítica
apotraqueal difuso y cúbicas

Solitarios, series rd cortas Paratraqueal en bandas Homocelulares Cristales en células


Prosopis Demarcados Circular Pluriseriados
y largas, agrupados confluentes Procumbentes parenquimáticas

Paratraqueal terminal,
con disposición den-
En racimos, series rd
Suaeda No demarcados Difusa drítica, lateral Ausente Cristales
cortas y solitarios
Células fusiformes que
tienden a la estratificación

Demarcados por poros Series rd cortas y en Heterocelulares Canales intercelulares


Schinus de mayor lumen sobre Semicircular a difusa racimos, con tendencia Paratraqueal escaso Uniseriados y biseriados Procumbentes, erguidas Engrosamientos helicoi-
el anillo dendrítica y cúbicas dales

Cuadro 1. caracteres diagnósticos observados en material arqueológico.


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín
Una discusión “encendida”. Primeros resultados de los análisis de vestigios de combustión en concheros de la costa norpatagónica (Río Negro)

Faro San Matias – (2


Bajo de la Quinta Caleta de los Loros Paesani
sond)

N° % Vol % N° % Vol % N° % Vol % N° % Vol %


Taxón
Frag Frag cc Vol Frag Frag cc Vol Frag Frag cc Vol Frag Frag cc Vol

Atriplex 2 12,5 0,5 12,5 6 43 1 12 8 15 2 6 7 5 5 3

Bougainvillea 4 25 1 25 1 7 0,5 6 4 7 2 6 0 0 0 0

Condalia 0 0 0 0 0 0 0 0 1 2 1 3 15 10 22,5 11

Chuquiraga 0 0 0 0 2 14 0,5 6 0 0 0 0 29 19 31 16

Grindelia 0 0 0 0 0 0 0 0 2 4 1 3 4 3 6 3

Larrea 2 12,5 0,5 12,5 1 7 0,5 6 28 51 11 32 3 2 3 2

Lycium 0 0 0 0 0 0 0 0 5 9 5 15 0 0 0 0

Prosopis 8 50 2 50 2 14 1 12 5 9 11 32 83 55 119 60

Suaeda 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1

Schinus 0 0 0 0 2 14 5 59 2 4 1 3 10 7 11 6

TOTAL 16 100 4 100 14 100 8,5 100 55 100 34 100 152 100 199 100
Cuadro 2. Material identificado por sitio.

Figura 5. Distribución de los resultados obtenidos a nivel intersitio.

sencia de 8 taxones. En el resto de los sitios la di- calidad procede de dos sondeos diferentes (sondeo
versidad es menor y en todos los casos se destaca 2 y sondeo 6) realizados en dos concheros que pre-
la frecuencia de un taxón en particular. El género sentaron buena potencia de material y la aparición
Prosopis en Bajo de la Quinta y Faro San Matías, y de diferentes estratos de carbón. Además estos
el género Schinus en la localidad arqueológica de fueron asignados a diferentes momentos a partir
Caleta de los Loros. de los fechados radiocarbónicos realizados (1380 ±
La vegetación actual de estas localidades no se 90 el sondeo 2; 2910 ± 90 el sondeo 6).
diferencia en gran medida, por lo que suponemos Los resultados de estos análisis se expresan en
que las diferencias pueden tener relación con la for- la figura 6. Ambos sondeos presentan diferencias
ma de recolección y selección, y/o estar vinculada a entre sus niveles inferiores y superiores. En los ni-
cambios en la oferta ambiental debida a fluctuacio- veles superiores de ambos son altas las frecuencias
nes ocurridas en el pasado. Volveremos sobre estos del género Prosopis, en tanto en los niveles inferio-
puntos más adelante. res la situación es diferente. Mientras que en el son-
Además de los resultados obtenidos a nivel in- deo 6 abunda Chuquiraga sp. en el nivel inferior, en
tersitio para este sector de la costa Norpatagónica, el sondeo 2 Prosopis sp. es acompañada por Con-
realizamos un análisis intrasitio en la localidad de dalia sp.
Faro San Matías. El material recuperado en esta lo-

Ortega - Marconetto 1145


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 6. Distribución de los resultados obtenidos a nivel intrasitio, en la localidad de Faro San Matías, Pcia. de Río
Negro.

DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS

Como propusimos al inicio, discutiremos los re- las capacidades técnicas de los grupos y aspectos
sultados obtenidos aquí en dos escalas, intersitio e socio-económicos y simbólicos (Piqué i Huerta
intrasitio, atravesadas a su vez por la variable tem- 1999; Marconetto 2006).
poral. Sería esperable que, cuanto más azarosa sea la
Diferencias y semejanzas surgen de la identifi- recolección, las asociaciones de carbón proceden-
cación del material y se ven reflejadas en asociacio- tes de unidades fitogeográficas semejantes pre-
nes florísticas de carbón vegetal recuperado en las senten las mismas frecuencias de taxones como
distintas localidades analizadas. resultado. Pero lo que pudimos observar en los re-
Como mencionamos anteriormente, la vegeta- sultados de los análisis es que esto no sucede. Por
ción en la actualidad no presenta diferencias sus- lo cual creemos que la selección de taxones debió
tanciales entre los sectores donde se ubican los si- jugar un papel importante en la conformación de
tios tratados aquí. Los estudios paleoambientales los conjuntos analizados.
realizados para el área señalan que pudieron existir Si bien en Faro San Matías y en Bajo de la Quin-
diferencias en las condiciones a lo largo del tiempo, ta, el género Prosopis presenta una frecuencia sig-
lo cual pudo afectar la oferta de leñosas en distin- nificativamente mayor, en Caleta de los Loros este
tos momentos. No obstante esto, no contamos con lugar es ocupado por el género Schinus, presentan-
herramientas para asumir una variación microam- do Paesani la particularidad de no mostrar un taxón
biental. Por lo tanto, asumimos para el pasado cier- altamente discriminado. Partimos del supuesto,
ta uniformidad en el paisaje similar a la actual. tomado de Piqué i Huerta (1999), que los taxones
Creemos que las particularidades presentadas más utilizados serán los que tienen más posibilidad
por cada sitio pueden vincularse a cuestiones tanto de dejar un porcentaje de residuo mayor.
culturales como las pautas de selección de combus- Respecto a variables ligadas a cambios en la
tible, y/o ligarse a cambios en la oferta ambiental oferta ambiental debido a fluctuaciones climáticas
debido a las fluctuaciones ocurridas en el pasado. que afectaron la región, nos planteamos que algu-
A estas variables se suman a su vez cuestiones ta- nas de las diferencias observadas en los resultados
fonómicas y las propiedades de los combustibles podían deberse a estos, implicando tal vez modifi-
vinculadas a las particularidades anatómicas y quí- caciones en las formas de aprovisionamiento.
micas de cada taxón. Al comparar los datos disponibles sobre pa-
En cuanto a las pautas de selección de combus- leoambiente para la región con la cronología de los
tibles, esta actividad sucede en un rango de posibi- sitios, surgió una cuestión interesante en relación
lidades para grupos cazadores recolectores que va al sitio Paesani. El material recuperado en este sitio
desde la recolección azarosa hasta la presión sobre presentó algunas particularidades. Por un lado, una
un taxón en particular. La forma de selección está diversidad mayor de taxones empleados respecto
condicionada por la oferta ambiental, no obstante de los otros sitios; la abundancia del género Larrea
estará determinada por variables culturales como que si bien en la actualidad es conspicuo en el am-

1146
Una discusión “encendida”. Primeros resultados de los análisis de vestigios de combustión en concheros de la costa norpatagónica (Río Negro)

biente, arqueológicamente aparece en frecuencias variaciones en los niveles iniciales de estos episo-
muy bajas; y el hecho de que no se marque la selec- dios de combustión. En el sondeo 6 es remarcable
ción de un taxón en particular como sucede en los la alta frecuencia de Chuquiraga sp. en el nivel in-
otros casos. ferior y en el sondeo 2 Prosopis sp. es acompañada
Según los trabajos realizados por Villalba (1990, por Condalia sp. Pensamos que esto puede estar
1994), las variaciones en las condiciones ambienta- respondiendo a cuestiones vinculadas a la alimen-
les del pasado implicaron condiciones frías y húme- tación y mantenimiento del fogón. Posiblemente
das entre el 900 y el 1070 AD, entre 1080 y 1250 AD este tipo de registro, que permitió recuperar dife-
las condiciones fueron cálidas y secas (coincidien- rentes estratos, esté mostrando la historia particu-
do con el Período Cálido Medieval), y entre 1270 lar de estos episodios, siendo los niveles más ba-
y 1660 AD se registra un momento frío y húmedo jos los inicios de la combustión, los cuales pueden
(coincidiendo con la Pequeña Edad de Hielo). En estar constituidos por taxones que operaran como
base a estos datos y los de Schäbitz (1994, 2003), iniciadores. En tanto Prosopis sp., recurrente en los
las condiciones reinantes durante las ocupaciones niveles superiores, es muy buen combustible y arde
de Bajo de la Quinta, Caleta de los Loros y Faro San por un largo tiempo, lo cual pudo generar un resi-
Matías fueron semejantes entre sí, frías y húmedas, duo mayor.
en tanto la ocupación de Paesani coincide con el Considerando que la diversidad taxonómica
Cálido Medieval (Figura 7). Muy posiblemente, en de leñosas en la región no es escasa, la ausencia
ese escenario, tanto la oferta ambiental de taxones de algunos taxones en el registro puede deberse a
como los modos de vida de los cazadores recolec- factores tales como: la no selección; la combustión
tores de la región debieron verse alterados, lo cual diferencial, puede ocurrir que algunos taxones, da-
implicaría el consecuente cambio en el registro an- das sus características estructurales, se conviertan
tracológico que puede interpretarse en los análisis. rápidamente en ceniza y desaparezcan del registro;
Por último, realizamos un análisis a nivel intrasi- y a factores post-depositacionales que eliminen de
tio del Faro San Matías, que permitió hacer algunas manera diferencial a los taxones del registro.
observaciones. Ambos sondeos correspondientes a En cuanto a estas últimas cuestiones, estudios
la misma localidad presentan una diferencia tem- experimentales con leñosas de la región segura-
poral de casi 1500 años, sin embargo, presentan los mente darán interesantes respuestas. Por otra par-
mismos taxones. Según los estudios paleoambien- te, es destacable que la muestra es pequeña par-
tales citados, las condiciones entre los dos momen- ticularmente en Bajo de la Quinta y Caleta de los
tos de ocupación registrados no presentarían dife- Loros y existe la posibilidad de que al aumentar la
rencias, lo cual hace pensar que la oferta ambiental muestra en el futuro se presente variación en los re-
sería semejante y se observa aparentemente un sultados, puesto que no descartamos el tamaño de
comportamiento selectivo en ambos casos orien- la muestra en este caso como fuente de variación.
tado al género Prosopis. Sin embargo, se observan

Figura 7. Cronología de sitios y condiciones ambientales.

Ortega - Marconetto 1147


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

CONSIDERACIONES FINALES

Esta ha sido nuestra primera aproximación al re- preguntas. Lo que buscamos con este trabajo fue
gistro antracológico de la costa norpatagónica, por comenzar a mirar entre los restos de los fuegos de
lo que a nuestro parecer, no puede quedar cerrada estos cazadores recolectores a fin de empezar a
en conclusiones. Éstas irán surgiendo de próximas pensar nuevas líneas de indagación a desarrollar en
investigaciones, mientras a su vez se abran nuevas el futuro en la región y encender la discusión.

AGRADECIMIENTOS
A los Dres. Florencia Borella y Cristian Favier Dubois por invitarnos a participar a través de la propues-
ta de trabajar este material. A las instituciones que financiaron las investigaciones (PIP CONICET 6415 y
PICT 38264). Al Sr. Pedro Delgado, residente de la Pcia. de Río Negro por ayudarnos en la recolección de
las diferentes leñosas de la costa norte del Golfo San Matías. A la Dra Raquel Piqué, sus valiosos comen-
tarios del manuscrito. Los errores que pudieran encontrarse son responsabilidad de las autoras.

NOTAS
1
. El proyecto “Investigaciones arqueológicas en la costa Norpatagónica” se inició en el año 2004 y
está dirigido por el Dr. Cristian Favier Dubois y la Dra. Florencia Borella.

BIBLIOGRAFÍA

Bran, D., G. Cecchi, A. Balmaceda y B. Lores Marconetto, M. B.


1985 Vegetación. En Relevamiento Integrado de los 2008 Recursos Forestales y el proceso de diferenciación
Recursos Naturales de la Provincia de Río Negro. social en tiempos prehispánicos. Valle de Ambato,
Convenio INTA - Ministerio de Recursos Naturales Catamarca, Argentina. BAR International Series,
(Pcia de Río Negro). Ms. Reports. South American Archaeology.
Cabrera, A. Piqué i Huerta, R.
1976 Regiones fitogeográficas argentinas. 1999 Producción y uso de combustible vegetal: una
Enciclopedia Argentina de agricultura y jardinería. 2da evaluación arqueológica. Treballs d´Árqueologia, 3.
edición. Vol 2: 1-85. Buenos Aires. Consejo Superior de Investigaciones Científicas y
Favier Dubois, C. M., F. Borella, L. Manzi, M. Cardillo, Universidad Autónoma de Barcelona.
S. Lanzellotti, F. Scartascini, C. Mariano y E. Borges Schäbitz, F.
Vaz 1994 Holocene climatic variations in northern
2006 Aproximación regional al registro arqueológico Patagonia, Argentina. Palaeogeography,
de la costa rionegrina. En Arqueología de la Costa Palaeoclimatology, Palaeoecology 109: 287-294.
Patagónica. Perspectivas para la conservación, Schäbitz, F.
editado por I. Cruz y M. S. Caracotche, cap. 3, pp. 50- 2003 Estudios polínicos del Caternario en las regiones
68. Universidad Nacional de la Patagonia Austral, Río áridas del sur de Argentina. Revista del Museo
Gallegos. Argentino de Ciencias Naturales 5 (2):291-299.
Favier Dubois, C. M. y F. Borella Vernet, J.L.
2007 Consideraciones acerca de los procesos de 1973 Étude sur l’histoire de la végétatation du Sud-
formación de concheros en la costa Norte del Golfo Est de la France au Quaternaire d’après les charbons
San Matías (Río Negro, Argentina). Cazadores- de bois principalement. Paleobiologie Continentale 4
Recolectores del Cono Sur. 2: 151-165. (1), 1-90. Montpellier.
Favier Dubois, C. M., F. Borella y R. H. Tykot Villalba, R.
2008 Explorando tendencias en el uso humano 1990 Climatic fluctuations in northern Patagonia
del espacio y los recursos en el litoral rionegrino during the last 1000 years as inferred from tree-ring
(Argentina) durante el Holoceno medio y tardío. records. Quaternary Research 34:346-360.
Comunicación presentada en las VII Jornadas de Villalba, R.
Arqueología de la Patagonia, Ushuaia, abril 2008. En 1994 Tree ring and Glacial Evidence for the Medieval
este volumen. Warm Epoch and the Little Ice Age in Southern South
Marconetto, M. B. America. Climatic Change 26:183-197.
2006 La gente, la leña, el monte. En El modo de hacer
las cosas. Artefactos y ecofactos en Arqueología,
compilado por C. Pérez de Micou, pp. 101-128,
Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos
Aires.

1148
Prospecciones en el Río Chico, provincia de
Chubut
Cecilia Pérez de Micou1, Analía Castro2, María Luz Funes3, Susana Burry4, MatildeTrivi4

A B S T R A C T

This article is part of a research project that aims at studying hunter gatherer groups´ mobility,
environmental resources available and their changes throughout time. We integrate information from
documents, ethnographic and oral sources, paleoenvironmental and archaeological studies. The Rio
Chico River flows from Colhue Huapi lake in East Chubut province, to Chubut River (current Ameghino
dam). Ethnohistoric sources give information about the existence of an indigenous route that was
used by Tehuelches in the XIXth century. A fieldwork was organized to check the presence of surface
archaeological sites related with the river banks and to take soil samples to do paleoenvironmental
analysis at diverse areas of the river. The zone was surveyed from its source to the outlet at the
accessible areas through state routes and local roads. Six areas were surveyed: Las Nacientes -
Puente de Cemento - Puente Nollman- Estancia El Tragüil - Paso del Álamo and Puesto El Zorzal. It
is observed that the river only presents some pools of stagnant water, where profiles were taken for
pollen analysis. The presence of extensive concentration areas with archaeological indigenous and
creole material were verified surficially. A material sample was gathered, at the moment it’s being
under analysis; in a preliminary way technological distinctions are noticed among the different sets.

INTRODUCCIÓN

Este trabajo se inscribe en un proyecto cuyo por los grupos cazadores patagónicos en sus des-
objetivo es estudiar los circuitos de movilidad de plazamientos entre los lagos Colhué Huapí y el
los grupos cazadores-recolectores, su relación con Río Chubut. Se darán a conocer los resultados de
los recursos ambientales disponibles y sus cam- la primera campaña realizada para detectar sitios
bios a través del tiempo. Se aborda aquí el camino arqueológicos a lo largo del trazado del camino y
que acompaña al Río Chico de Chubut que, según extraer muestras de sedimento para el análisis pa-
los escritos de viajeros del siglo XIX, fue utilizado linológico.

UBICACIÓN

El Río Chico recorre el este de la provincia de Senguerr como los aportes de sus afluentes, no
Chubut, desde el Lago Colhue Huapi hasta el Río alcanzan a superar las pérdidas por escurrimiento
Chubut (hoy Dique Ameghino). Las nacientes del que se producen en el lago Musters y, fundamen-
río Chico se encuentran en el extremo sudoriental talmente, las causadas por evaporación debido a la
del lago Colhué Huapi (Figura 1). Desde el año 1939, gran superficie y escasa profundidad del lago Col-
en que tuvo lugar el último sobre flujo, lo usual es hué Huapi. Asimismo, y con el correr de los años,
que el sistema formado por el río Senguerr y los en la embocadura del río se han formado médanos
lagos Musters y Colhué Huapi funcione como una y barreras sedimentarias favorecidas por la acción
cuenca endorreica, pues tanto las nacientes del eólica, las cuales obstruyen aún más un posible

1 CONICET/ UBA/ INAPL- Universidad de Buenos Aires [email protected]


2 CONICET/INAPL
3 Universidad de Buenos Aires
4 Universidad de Mar del Plata

Pérez de Micou et al. 1149


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

flujo de desagote, agravándose tal situación por la


la pampa del Castillo, la de Salamanca y la meseta
paulatina bajante de las aguas del lago Colhué Hua-
de Montemayor; y por las pampas Vaca y Pelada,
pi, que se viene produciendo de manera lenta pero las sierras Overas Grandes, la pampa Arroqui y el
ininterrumpida. cerro Colorado, en la izquierda. Son todas zonas de
gran aridez y escasas precipitaciones. En su trayec-
toria recibe varios cursos de agua también secos o
intermitentes. Por la margen derecha, y en el orden
del sentido de su escurrimiento, lo alcanzan el zan-
jón del Valle Hermoso, y los cañadones Lagarto,
Tres Botellas, El Pajarito, Otero y Sauce Solo. Por
la margen izquierda llegan a él los cañadones de las
Rosas y de la Leona.
Sólo ante nuevas e inusuales crecidas extraor-
dinarias en la alta cuenca del río Senguerr, el cauce
del Chico podría volver a recibir los excedentes de
Figura 1. Río Chico, Chubut-Argentina.
un eventual sobre flujo del sistema y conducirlos
hasta su desembocadura, en el embalse Florentino
El cauce de este río seco de considerable sec- Ameghino. Este lago artificial ocupa hoy parte del
ción, testigo de la importancia que tuvo en otros gran cauce inferior del río Chico.
tiempos, está delimitado en su margen derecha por

VEGETACIÓN

El área del Río Chico está incluida en la Provin- da”, Ephedra frustillata, Nasauvia glomerulosa y N.
cia Patagónica, Distrito Central sub-distrito Typi- ulicina, con una cobertura entre el 40 y el 60%; la
cum, caracterizada por una estepa muy abierta de estepa sub-arbustiva por Chuquiraga avellanedae,
cojines bajos y pequeñas matas de pastos, donde Ch. aurea “chuquiraga dorada”, Lycium ameghi-
la comunidad dominante es el erial de Nassauvia noi, Pleurophora patagonica, Nassauvia ulicina y
glomerulosa “colapiche” (Roig 1998). Por su lado, N. glomerulosa, con una cobertura de 40 a 60%; y
León et al. (1998) la ubican también dentro del Dis- el peladal presenta arbustos de Lycium ameghinoi,
trito Central, y describen su fisonomía como una Chuquiraga avellanedae, Atriplex lampa “zampa” y
estepa arbustiva con cobertura rala. Asimismo, Frankenia patagonica1, cubriendo la superficie del
Beeskow et al. (1987) describen para las inmedia- suelo entre un 5 a un 20%. Estas estepas, según
ciones del curso del río la presencia de estepas ar- Roig (1998) constituyen la expresión de máxima
bustivas, sub-arbustivas y peladares con arbustos. aridez dentro de las estepas patagónicas.
Entre ellas, la estepa arbustiva está caracterizada En general, a lo largo de su cauce, el río no pre-
por Chuquiraga avellanedae “quilenbai”, Berberis senta vegetación riparia, salvo al final de su curso
heterophylla “calafate”, Lycium ameghinoi “mata cerca del Embalse Ameghino.
laguna”, Nardophyllum obtusifolium “mata torci-

LA RUTA DEL RÍO CHICO EN LAS FUENTES HISTÓRICAS DEL SIGLO XIX

Las primeras menciones en fuentes escritas so- río Chico, con el objetivo de visitar los lagos Colhué
bre la utilización de la ruta que sigue el curso del río Huapi y Musters (Figura 2).
Chico provienen de exploradores que fueron acom-
pañados por galeses de la colonia, instalada en la “…a small river flowing almost north and south
desembocadura del río Chubut desde 1865. Los was found; this is usually called the “little river” at
galeses habían sido los primeros hombres blancos Chupat, but has seldom, if ever, been before visited
en adentrarse en esta zona del Chubut en busca de by any of the colonists, and was named by the
mejores tierras. Ellos acompañaron al ornitólogo travellers “Sengellen,” the Welsh diminutive for
inglés H. Durnford, quien visitó la colonia galesa en Sengel, being found to be practically a continuation
la primavera de 1877 (RGS 1883). En su expedición of the latter river. When seen on November 3rd, it
fue guiado por los galeses J. Griffiths y L. Jones, was about 60 yards in breadth, the water thick and
primero por la costa y luego siguiendo el curso del muddy and the stream rapid. The valley was about

1150
Prospecciones en el Río Chico, provincia de Chubut

three miles wide, and the soil a stiff white clay. From objects of the expedition had been to actually visit
the 5th to the 8th November, the valley was followed the lake “Coluguape,” reported to Lieut.” (RGS 1883:
up-stream, the river winding considerably, but with 85-86).
a general course S.S.W., and at one point having a
ford. 9 s Mr. Durnford and his companions continued Durnford menciona haber encontrado chenques
their way, the barrancas, or steppes bordering the en las nacientes y en el valle del río Chico. El regreso
valley on either side, became higher and the valley a la colonia galesa también lo realizan siguiendo
narrower, whilst red volcanic rocks of various el curso del río Chico.“The return was made by the
fantastic shapes and tosca hills reared themselves on same route until November 27th, when the point was
both sides. On the table-lands above the barrancas, reached at which the Sengellen was first touched,
they saw everywhere traces of the action of the sea and it was determined to follow that river to its junc-
in well-rounded pebbles, gigantic oyster-shells, and tion with the Chupat, instead of returning by the
numerous fragments of smaller shells. During the coast-line.” (RGS 1883: 88)
7th and 8th of November, the river was observed to En ese mismo año (1877) Moreno, acompañado
flow through lagoons, which in some places reached por Moyano entre otros, llega a la colonia galesa
quite across the valley, barely leaving room to pass con el objetivo de describir la cuenca del río Chubut
; these mere surrounded by extensive reed-beds and (Rey Balmaceda 1969). Moreno describe al río Chi-
contained thousands of wild fowl. One of the chief co llamándolo río Senguel ya que considera que se
trata del mismo río que tan sólo cambia de aspec-
to. Moreno menciona a Durnford y a los galeses M.
Thomas J. Griffiths y L. Jones como sus informantes
principales para esta región (Moreno 1969:57-61).
Más tarde, Ramón Lista, en su exploración del
año 1884, menciona que el grupo de tehuelches
que lo guiaban -cinco hombres a caballo prove-
nientes del grupo de Orkeke- siguen un camino
desde la confluencia del río Chubut y el río Senguel
(es el río Chico), que seguía por el valle de este últi-
mo río. Estos tehuelches, a caballo, tardaron veinte
días para llegar por ese camino desde el río Chubut
hasta Puerto Deseado (lugar en donde Lista ya los
estaba esperando, ya que se había adelantado por
barco desde Rawson). Lista adjunta un mapa en
donde marca este camino con una línea de puntos
Figura 2. Mapa realizado por Durnford en 1877 (RGS 1883). (Lista 1885).

Figura 3. Plano de Fontana (1886).

Pérez de Micou et al. 1151


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Dumrauf menciona que durante las últimas ción hacia el oeste (Figura 3). El regreso lo realizan
campañas militares del sur (1883-1884), el Teniente siguiendo el curso del río Chico (Fontana 1999).
Roa recorre el curso del río Chico en busca de los Con posterioridad al viaje de Fontana esta
últimos indios rebeldes. “Siguiendo el antiguo ca- ruta se sigue utilizando con frecuencia (Figura 4).
mino de los indios, recorrió más o menos la mitad Por ejemplo, el ingeniero galés Llwyd Ap Iwan en
del curso del río Chico – en su informe dice Sen- 1887/88, la señala en los mapas de sus expedicio-
guer – sin ningún percance desagradable, logrando nes (Williams 2006). También este mismo camino
capturar 32 indios pertenecientes a diversas tribus” es recorrido por los salesianos (el padre Melanesio)
(RGS 1883: 9). desde Rawson en 1894 para dirigirse a Concepción
Finalizadas las campañas militares en la zona, (Chile) (Pérez de Micou 2000).
en el año 1886 se crea la gobernación del Chubut A la información histórica con que contamos,
y J. L. Fontana, nombrado gobernador, realiza podemos agregar información etnográfica que nos
una exploración del territorio acompañado por un proporciona Escalada a partir de sus informantes
grupo de galeses. La expedición parte de la colonia indígenas descendientes de tehuelches meridiona-
galesa siguiendo el curso del río Chubut con direc- les:
“Así parece deducirse de los datos suministra-
dos por indígenas y antiguos pobladores que ex-
presan que por allí cruzaba el viejo camino de los
indios. Se trataba de un punto importante dentro
del sistema de rutas utilizadas por los aóni-kénk
desde la más remota antigüedad, ya que desde allí
se partía para tomar rumbo al bajo Chubut, cos-
teando el curso de este arroyo, de los ríos Mayo y
Senguer, hasta su contacto con los lagos vecinos a
Sarmiento (Musters y Colgué-Huapi), continuando
por las márgenes del Río Chico hasta su desembo-
cadura en el Chubut”. (Escalada 1949: 60-61)
En resumen, contamos con información históri-
ca y etnográfica que nos señala que esta vía de cir-
culación era muy utilizada para fines del siglo XIX y
comienzos del XX.
Figura 4. Mapa de Llwyd Ap Iwan, tomado de Williams
2006.

METODOLOGÍA

Sobre esta base se planeó una prospección de seis sectores: las Nacientes - Puente de Cemento
las márgenes del río Chico, para constatar, específi- - Puente Nollman - Estancia El Tragüil -, Paso del
camente, la presencia de sitios arqueológicos rela- Álamo y Puesto El Zorzal. Se realizaron perfiles
cionados con el curso de este río y tomar muestras para análisis palinológicos en las márgenes de los
de sedimento para análisis paleoambientales en pozones como así también en el cauce seco. Las
diversos sectores del mismo. concentraciones arqueológicas se georeferencia-
ron y se realizaron recolecciones por transectas.
La Prospección Los puntos se ubicaron en el mapa de Google Earth
El Río Chico es el nivel de base de distintos cur- con el programa Ozi Explorer (Figura 5).
sos de agua intermitentes. La dimensión de su cau- Para los estudios polínicos se realizaron cali-
ce es indicativa de la magnitud de los caudales que catas, o cuando el sedimento lo permitía se extra-
debieron transitar por él. Sin embargo, hace años jeron testigos mediante la utilización de la Sonda
que su cauce se halla seco, a excepción de algunos Berasueta. Esta sonda es una modificación de la
pozones con aguas estancadas y algunos sitios don- sonda Dachnowsky y permite la extracción de co-
de hay indicios de inundación en la planicie aluvial. lumnas estratigráficas de 0,03 m de diámetro y has-
La prospección se realizó desde las nacien- ta 1,50 m de profundidad. Consta de un muestrea-
tes hasta su desembocadura en los puntos en los dor de acero inoxidable de 0,30 m de largo, con un
cuales era posible acceder al río a través de rutas filo en su extremo, lo que le permite ser introducido
provinciales y caminos vecinales. Se prospectaron en sustratos blandos. Antes de ser introducido se

1152
Prospecciones en el Río Chico, provincia de Chubut

Figura 5. Localización de los sitios arqueológicos y los muestreos de sedimentos en Google Earth.

coloca dentro del muestreador un caño plástico de


30 cm. El muestreador va enganchado a un porta
muestreador de hierro que lleva en su parte supe-
rior una empuñadura en forma de manubrio con re-
vestimiento de goma, para un buen agarre. A este
porta muestreador se le puede agregar un alargue
de hierro, para alcanzar hasta 1,50 m de profundi-
dad. Se introduce el muestreador con el caño plás-
tico en los primeros 0,30 m de suelo, luego se saca,
se extrae el caño, se cierran los extremos con pa-
pel de aluminio y se rotula. Se coloca un segundo
caño plástico dentro del muestreador, se introduce
la sonda en la perforación original, para muestrear
ahora el segmento de 0,30 a 0,60 m de profundi-
dad, y así sucesivamente se puede repetir la opera-
ción hasta 5 veces (Figura 6).

Figura 6a. Muestreador

Pérez de Micou et al. 1153


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 6b. Caño plástico con testigo de sedimento. Figura 6c. Calicata.

RESULTADOS

Puente de Cemento (PTE CEM) Se recolectó material arqueológico en tres sec-


Se encuentra en una gran planicie aluvial, con tores diferenciados: alrededores del puente de ce-
ejemplares de las familias Apiaceae y Juncaceae, mento; planicie en el borde superior de una barda
Grindelia chiloensis “botón de oro”, Distichlis scopa- (La bajadita-LA BAJA), y alrededores de un mallín
ria “pasto salado”, Senecio filaginoides “charcao” y cercano (Mallín alto-MALL).
Rumex acetosella “vinagrillo”. Estas especies cum- En los alrededores del puente se hallaron esca-
plen, potencialmente, un importante papel en la sos materiales arqueológicos (Figura 7, n=14). Se
subsistencia indígena. El “botón de oro”, además trata de un área muy disturbada por las actividades
de usarse como medicina, proporciona una sustan- actuales de compañías petroleras que provocan
cia resinosa. El “pasto salado”, que aparece en bor- una circulación constante de gente y vehículos.
des de mallines y meandros abandonados, forma Tanto en el sitio denominado La Bajadita como
superficies aptas para el asentamiento de toldos. El en el Mallín Alto, se recolectó material indígena
“charcao” provee leña y el “vinagrillo” hojas y semi- compuesto mayoritariamente por desechos de ta-
llas comestibles. lla de diversas rocas silíceas (Figuras 8 a y b).

Puente Nollman (POLNOL)


A la vera del río, en los alrededores de los restos
de la construcción del Hotel Río Chico, se encuentra
vegetación exótica: álamos, cipreses y olmos; hay
también sauces que aportan sombra. La planicie
aluvial es arcillosa, inundable, y tiene un tipo de ve-
getación de peladal con Lycium ameghinoi, Berberis
heterophylla y Atriplex lampa. También se encuen-
tran Senecio filaginoides y Mulinum spinosum “ne-
neo”, y cerca del cauce del río se observan Grindelia
chiloensis, Ephedra ochreata “cuparra” y Hoffman-
Figura 7. Materiales arqueológicos en Puente de segia sp. De estas especies, se destacan por su utili-
Cemento

1154
Prospecciones en el Río Chico, provincia de Chubut

Figura 8b. Materiales arqueológicos en Mallín Alto


Figura 8a. Materiales arqueológicos en La Bajadita

dad la “zampa”, para salar las comidas; la “cuparra”


o “solupe” cuyos tallos se usan como masticatorios
y otorgan resistencia física; Hoffmansegia, cuyas
“papitas” son comestibles y fueron muy buscadas
por los indígenas, constituyéndose en un alimento
requerido especialmente en invierno; y el calafate,
planta alimenticia, tintórea y buena leña (Ancibor y
Pérez de Micou 1995).
En este sitio se realizó una calicata de 0,65 m de
profundidad dentro del cauce del río, se describió el
perfil y se tomaron muestras de sedimento en for- Figura 9. Materiales arqueológicos en Puente Nollman.
ma equidistante para la extracción del polen.
Se realizaron tres transectas, que cubrían una
superficie aproximada de 100 x 200 m.
La muestra del material arqueológico recolec-
tada en superficie está compuesta tanto por mate-
rial indígena (n=103) como criollo (n=90) (Figura 9).
El material indígena es en su totalidad material
lítico, mayoritariamente desechos de talla (99,96%)
(Figura 10). El material criollo está compuesto por
fragmentos de vidrio (muchos parecen haber sido
botellas), cartuchos de balas, fragmentos de he-
rraduras. Algunos fragmentos de vidrio presentan
retoques en los bordes formando un filo.
FIgura 10. Materiales líticos en Puente Nollman.
Estancia El Tragüil (EA TRAG)
Se trata de un peladeral, con vegetación arbus-
tiva rala. El río es meandroso, con una extensa pla-
nicie aluvial que estuvo completamente inundada
en el año 2002.
Se halló una gran cantidad de material lítico en
superficie (n=2149). El 98% corresponde a desechos
de talla (en su mayoría xilópalo). No se registró la
presencia de materiales criollos (Figura 11).

Paso del Álamo (POLAL)


En esta área el río es meandroso con marcadas
barrancas de nítidos perfiles expuestos donde se
prevé realizar muestreos en un futuro. La llanura
Figura 11
aluvial presenta baja cobertura vegetal, con fisono-

Pérez de Micou et al. 1155


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

mía de peladal. Aparecen bosquecitos monoespecí- puesto hay árboles también de origen exótico: ol-
ficos de Lycium ameghinoi “mata laguna”, ejempla- mos y cipreses. Por otro lado, saliendo del cauce,
res aislados de Berberis heterophylla y Chuquiraga. la fisonomía es de una estepa arbustiva–peladal, y
Como vegetación exótica se destacan tres álamos. se encuentran grandes poblaciones de Suaeda di-
Para los estudios polínicos se realizó la extracción varicada “jume” y Atriplex lampa “zampa” ambas
de un testigo en un sitio húmedo del lecho del río de la Familia Chenopodiaceae, que se desarrollan
utilizando la sonda Berasueta. en suelos salinos. De aquí se sacaron testigos con la
En cuanto al material arqueológico, en este sonda Berasueta.
caso en la muestra recolectada predominan los ar- Como dato interesante, los lugareños mencio-
tefactos criollos (n=76) sobre los indígenas (n=21) nan que los animales no comen el jume, pero sí las
(Figura 12). zampas, posiblemente por su contenido de sales.
El material indígena está compuesto en su tota- En el sitio, también se encuentran Chuquiraga ave-
lidad por artefactos líticos. Aquí se observa una im- llanedae, Lycium ameghinoi, Schinus polygamus
portante representación de instrumentos tallados “molle”, Prosopis denudans “algarrobillo”, Grindelia
(29% del total de la muestra). Los desechos de talla chiloensis, Senecio filaginoides, Berberis heterophy-
conforman el 56% de la muestra (Figura 13). lla. Tanto el molle como el algarrobillo y el calafate
son elegidos por los pobladores rurales como muy
Puesto El Zorzal (POLZOR) buenas leñas, con distintas funciones (Ancibor y
En este sitio el curso del agua es intermiten- Pérez de Micou 1995; Marconetto 2002).
te y aparecen varios tramos del cauce del río con Con respecto al material arqueológico se ob-
agua (pozones), de hasta de 200 m de extensión. serva una amplia predominancia de materiales in-
Se encuentra vegetación hidrófita, como juncos del dígenas (n=580) con respecto a los criollos (n=10)
género Schenoplectus, Eleocharis “cola de zorro”, (Figura 14).
Cortadera selloana “cortadera”, Distichis scoparia. Los artefactos indígenas hallados son en su ma-
Tanto los juncos como la cortadera fueron plantas yoría desechos de talla (87%) de diversas materias
usadas en la elaboración de artefactos por los in- primas silíceas. El resto de la muestra (13%) está
dígenas de la región. Asimismo, se observa vege- compuesta por instrumentos tallados (Figuras 15 y
tación exótica como “tamariscos” y alrededor del 16).

Figura 12. Materiales arqueológicos en Paso del Álamo. FIgura 13. Materiales líticos en Paso del Álamo.

Figura 14. Materiales arqueológicos en Puesto El Zorzal. Figura 15. Materiales líticos en Puesto El Zorzal.

1156
Prospecciones en el Río Chico, provincia de Chubut

Figura 16. Aspecto del Río Chico en “El Zorzal”.

CONSIDERACIONES FINALES Y CONCLUSIONES

A partir de esta prospección se pudo constatar la dianas que se derivarán para determinar su compo-
presencia de sitios ocupados hasta bien entrado el sición química.
siglo XX en los cuales se observaron concentracio- El sitio El Zorzal presenta en la actualidad, des-
nes de materiales indígenas y de materiales criollos de el punto de vista de los recursos vegetales, es-
en coexistencia. Se observó la presencia de mate- pecies necesarias para una instalación de duración
rial lítico -mayoritariamente sílices- y de materia- prolongada, especialmente por la variedad de muy
les criollos- fundamentalmente vidrios, gres, loza buenas leñas. El sitio Puente Nollman provee po-
y metales- ubicados en asociación a distintos tipos tencialmente variedades vegetales que pueden
de estructuras habitacionales. Hasta el momento recolectarse, conservarse y transportarse, además
no se detectó la presencia de cerámica indígena. de leña de calafate. Con respecto a El Tragüil es
Las muestras de material arqueológico y de notoria la falta de cobertura vegetal en un suelo
sedimento recuperadas se encuentran en este arenoso. Los análisis polínicos y las dataciones ra-
momento en proceso de análisis. Con respecto al diocarbónicas permitirán conocer las condiciones
material lítico, preliminarmente se advierten dife- paleoambientales contemporáneas a los materia-
rencias tecnológicas entre el material hallado en les indígenas y criollos.
los distintos sectores: en las muestras de El Zorzal Es decir, las evidencias arqueológicas y los da-
y Paso del Álamo se observa un mayor porcentaje tos de la vegetación actual, señalan la existencia de
de representación de instrumentos tallados, esto diferencias entre los sitios cuyo análisis será pro-
se diferencia especialmente con el sitio El Tragüil fundizado con el avance de las investigaciones.
en donde las muestras están compuestas práctica- Dado que los resultados de esta prospección
mente en su totalidad por desechos de talla, prin- corresponden a áreas accesibles desde la ruta, las
cipalmente de xilópalos. En todas las muestras de futuras campañas se focalizarán en ubicaciones in-
los distintos sectores se encontraron escasas obsi- termedias del curso del Río Chico.

AGRADECIMIENTOS
A la Lic. Gloria Arrigoni quien nos señaló los sitios que ella trabaja en las nacientes del río Chico y nos
permitió tomar muestras de sedimento. A Marcos Andrieu quien colaboró en la campaña. A la Estancia El
Tragüil y La Susana (Puesto EL Zorzal).
Este trabajo se realizó con la autorización de la Dirección de Investigación, Secretaria de Cultura de la
Provincia del Chubut. Se contó con la financiación de los proyectos: PICT 11759 y UBACYT F198.

Pérez de Micou et al. 1157


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

NOTAS
1
. Los nombres vulgares de las plantas sólo se han consignado en los casos en que se han documenta-
do para el área en estudio ya que éstos suelen cambiar entre distintas localidades de una misma región
fitogeográfica.

BIBLIOGRAFÍA

Ancibor, E. y C. Pérez de Micou tiempo. I Simposio Iberoamericano de Historia de la


1995 Identification of firewood species in the Cartografía. FFyL, UBA
archaeological record of the Patagonian stepp. R.G.S. Royal Geographical Society.
Journal of Ethnobiology, 15(2):189-200. Williams, F.
Beeskow, A. M., H. F. Del Valle y C. M. Rostagno 1883 Mr. Durnford´s explorations in Central Patagonia.
1987 Los sistemas fisiográficos de la región árida Proceedings or the Royal geographical Society and
y semiárida de la provincia de Chubut. SECYT. Monthly Record of Geography, New Monthly Series,
Delegación Regional Patagonia. Puerto Madryn, Vol. 5, Nº 2. (feb., 1883), pp. 84-89.
Chubut.
Escalada, F.
1949 El complejo tehuelche. Coni. Bs. As
Fontana, L. J.
1999 [1886] Viaje de Exploración en la Patagonia
Austral. Ed. Conflencia. Bs. As.
León, R. J. C., B. Donaldo, M. Collantes, J. M. Paruelo
y Alberto Soriano.
1998 Grandes unidades de vegetación de la Patagonia
extra andina. Ecología Austral 8:125-144
Lista, R.
1885 Exploración de la Pampa y de la Patagonia.
Talleres de la Tribuna Nacional. Bs. As.
Marconetto, M. B.
2002 Análisis de los vestigios de combustión de los
sitios Alero Don Santiago y Campo Moncada. En
Plantas y cazadores en Patagonia, compilado por
C. Pérez de Micou, pp. 33-53, facultad de Filosofía y
Letras. Universidad de Buenos Aires.
Moreno, F. P.
1969 Viaje a la Patagonia Austral. 1876-1877. Ed.
Solar/Hachette.
Pérez de Micou, C. B.
2000 Imágenes de un mundo desconocido. La etapa
exploratoria de la congregación salesiana en el norte
de Patagonia. Arqueología 10. 103-118.
Rey Balmaceda, R.
1969 Estudio Preliminar. En Viaje a la Patagonia
Austral. 1876-1877 de F. P. Moreno. Ed. Solar/
Hachette.
R.G.S. Royal Geographical Society
1883. Mr. Durnford´s explorations in Central
Patagonia. Proceedings or the Royal geographical
Society and Monthly Record of Geography, New
Monthly Series, Vol. 5,
Nº 2. (feb., 1883), pp. 84-89.
Roig, Fidel A.
1998 La Vegetación de la Patagonia. En
FloraPatagónica, Colección Científica INTA,
compilado por N. M. Correa, VIII (1). Solar/Hachette.
Williams, F.
2006 La exploración de la Patagonia Central y los
mapas de Llwyd Ep Iwan. En Imágenes y lenguajes
cartográficos en las representaciones del espacio y del

1158
Microvariaciones en las cadenas operativas
de producción cerámica durante el período
alfarero tardío del área lacustre de los
Andes Occidentales, lat. 39º Sur, Patagonia
septentrional
Verónica Reyes Álvarez1

A B S T R A C T

For the period 1000 AD - 1500 AD in the area of central-southern Chile, or Chilean Araucania (located
from the Bío Bío river to sound Reloncaví), archeology has traditionally defined the presence of a
cultural complex pan-regional defined as El Vergel, which has been identified as Valdivia style, as well.
Both denominations have been built primarily based on pottery decorated with red paint on white
“engobe”, forming geometric designs. The wide geographic dispersion that these vases with red paint
on white “engobe” presented in the Araucanía has created the image of a prehistoric regional rather
homogeneous culturally, obliterating in some way the wide diversity that could have presented the
human groups that inhabited this area by pre-Hispanic contact times. The main objective of this
paper is to explore, from the perspective of the technological style, diversity or microvariability, the
operational chain of production pottery from various sites of the Late Period located in two watersheds
precordilleran lake (lakes Villarrica and Calafquén) of the Chilean Araucania, and discuss the
presence of groups with different ceramic technological traditions within the vast complex El Vergel.

INTRODUCCIÓN

Este trabajo tiene como objetivo comparar y Villarrica y Calafquén, Lat 39º Sur, Patagonia Sep-
analizar preliminarmente desde la perspectiva del tentrional de los Andes occidentales. Finalmente,
estilo tecnológico (Letchman 1977) y las cadenas los resultados permitirán discutir acerca de las im-
operativas de producción cerámica (Stark 1999), plicancias sociales que podrían ser interpretadas, a
la diversidad o microvariaciones que presenta la partir de las diferencias observadas entre las cade-
fragmentería alfarera doméstica de diversos sitios nas operativas de producción cerámica de ambos
del Período Alfarero Tardío (ca 1000 d.C – 1500 d.C), lagos.
ubicados en las cuencas lacustres precordilleranas

ANTECEDENTES

El desarrollo de la investigación arqueológi- alfareros Pitrén y El Vergel y el estilo cerámico Val-


ca para el Período Alfarero del área Centro-sur de divia, han sido definidos espacial y temporalmente
Chile (ubicada desde los ríos Ñuble e Itata hasta el (Menghin 1962; Bullock 1956; Aldunate 1989; Di-
golfo de Reloncaví) (sensu Aldunate 1989), también llehay 1990; Adán 1997; Adán y Mera 1997; Quiroz
denominada Araucanía, ha permitido aportar y or- 1997). Así, a grosso modo, el complejo Pitrén fue
denar un cuerpo de datos, ofreciendo una secuen- definido como la primera ocupación agroalfarera
cia cronológica-cultural en la cual los complejos del sur de Chile (ca. del año 0 al 1000 d.C), carac-

1 Licenciada en Arqueología. Universidad de Chile. E-mail: [email protected]

Reyes Álvarez 1159


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

terizada por grupos portadores de vasijas con as- dos posteriormente en los ‘90 (Aldunate 1989; Di-
pectos morfológicos y decorativos bien definidos, llehay 1990) tendieron a presentar un panorama
registradas en asociación a cementerios pequeños más bien homogéneo1 respecto de la presencia de
y aislados. Esta sociedad agroalfarera temprana estos macro complejos alfareros Pitrén y El Vergel.
habría estado compuesta por pequeños grupos En general, en estos trabajos se enfatizó muy poco
familiares, que poseían un sistema de subsisten- en las diferencias locales, a raíz de que el material
cia cazador-recolector y movilidad estacional, em- cultural utilizado para construir estos macro com-
plazándose predominantemente en las riberas de plejos fue la decoración registrada en la cerámica
lagos y ríos, y en zonas precordilleranas lacustres funeraria, la cual sin duda le imprime cierta unidad
(Aldunate 1989). Cabe destacar que también para cultural al Período Alfarero del sur de Chile. Con mi-
este complejo se ha planteado una contrapartida ras a superar justamente esta falta de orientación
oriental y más tardía (Aldunate 1989; Adán y Alva- local, las investigaciones iniciadas desde los años
rado 1999). A partir de ca del año 1000 d.C y hasta 90 en diversas áreas del Centro-sur (Adán 1997;
la llegada de los españoles, dentro de estos grupos Adán y Mera 1997; Quiroz 1997; Adán et al. 2001),
se producirían ciertos cambios, ya que comenzarían han permitido establecer mayor variabilidad en la
a desarrollar un sistema de subsistencia con mayor comprensión de estos amplios desarrollos alfare-
énfasis agrícola y a utilizar otros tipos de vasijas. ros. A partir de este momento, esta diversidad ha
Este nuevo complejo cerámico es denominado El sido registrada tanto a nivel de las manifestaciones
Vergel y se caracterizara principalmente por entie- fúnebres (Adán 1997; Quiroz 1997; Adán y Alvarado
rros en urnas y vasijas decoradas con pintura roja 1999) como en las áreas domésticas, ya que estas
sobre engobe blanco (Bullock 1956; Aldunate 1989; últimas comenzaron a ser incorporadas dentro de
Dillehay 1990), hoy denominada Tradición Alfarera las temáticas de la investigación. En este contexto
Bícroma rojo sobre blanco (Adán et al. 2005). Los y retomando ciertas ideas que ya esbozara Aldu-
sitios de este complejo han sido encontrados prin- nate2 (1989), algunos autores comenzaron a pro-
cipalmente en el valle central entre los ríos Bío-Bío poner para la región de los lagos precordilleranos
y Toltén (Aldunate 1989), pero también en sectores y la zona ubicada al sur del Toltén, la coexistencia
costeros e insulares de la Araucanía (Contreras et a partir del año 1000 d.C de diferentes grupos alfa-
al. 2005; Massone 2005; Quiroz y Sánchez 2005). reros, portadores de tipos cerámicos diferentes, así
Además, algunos de sus rasgos diagnósticos, como como también, con modos de vida igualmente dis-
la decoración con pintura roja sobre engobe blan- tintos (Becerra y Reyes 2005; Navarro et al. 2005).
co, también se han recuperado en asentamientos De este modo, vemos que en los últimos años las
precordilleranos (Reyes et al. 2003-2004). Final- nuevas perspectivas desarrolladas para los análi-
mente, el estilo cerámico Valdivia, igualmente ca- sis cerámicos han manifestado un avance teórico-
racterizado por vasijas con decoración con pintura metodológico evidente, intentando volcar la mira-
roja sobre engobe blanco (sensu Aldunate 1989; Di- da desde la orientación histórico-cultural3 (Bullock
llehay 1990) y diseños geométricos más normados 1956; Menghin 1962; Berdichewsky y Calvo 1972-73;
que en lo Vergel (Adán et al. 2005), ha sido registra- Durán 1978) hacia problemas relacionados con mo-
do principalmente en contextos poshispánicos y al dos de vida y aspectos sociales de estas antiguas
sur de la cuenca del río Toltén. Algunos autores lo poblaciones alfareras4 (Sánchez 1997; Reyes et al.
definen como una evolución de la cerámica El Ver- 2003-2004; Contreras et al. 2005; Quiroz y Sánchez
gel, incorporándolo dentro de la Tradición Alfarera 2005). Pese a este importante giro, planteamos que
Brícoma rojo sobre blanco del sur de Chile (Adán et todavía los análisis cerámicos son eminentemente
al. 2005). descriptivos y con énfasis tipológicos (sobre todo
Particularmente, para las regiones precordille- porque se enfatiza en comparaciones con las vasi-
ranas lacustres del área Centro-sur de Chile (Figura jas mortuorias); y que sus aportes dentro de temá-
1), en un primer momento de la investigación los ticas relacionadas con patrones de asentamiento,
estudios histórico-culturales iniciados en los ‘60-’70 movilidad, sistemas de subsistencia o sistemas so-
(Menghin 1962; Berdichewsky y Calvo 1972-1973; ciales podrían ser mayores.
Bullock 1956) y los trabajos de síntesis desarrolla-

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA, HIPÓTESIS DE TRABAJO Y


CONCEPTOS PREVIOS

Tomando en consideración los antecedentes pretendió abordar de manera preliminar y explo-


expuestos en el acápite anterior, esta investigación ratoria la presencia de microvariaciones que pu-

1160
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales

dieran observarse entre dos conjuntos cerámicos et al. 1999). Por su parte y dentro de este mismo
del Período Alfarero Tardío del área Centro-sur de marco, esperamos comprender las cadenas o “se-
Chile, que fueron analizados años atrás (Reyes et cuencias operacionales” (Lemonnier 1992; Stark
al. 2003-2004; Reyes 2004). Para ello, se propuso el 1999) que se llevaron a cabo para manufacturar los
análisis comparativo y cualitativo de los resultados objetos cerámicos que nos competen, ya que ellas
ofrecidos por dos investigaciones previamente pu- representan una serie de decisiones que fueron ne-
blicadas (Reyes et al. 2003-2004; Reyes 2004), que cesarias para concretar este fin, siendo además ar-
analizaban fragmentería doméstica procedente de bitrarias ya que se eligieron entre muchas maneras
sitios tardíos, emplazados en las cuencas lacustres posibles; y dichas elecciones no indispensablemen-
cordilleranas, Villarrica y Calafquén, IX y XIV regio- te estuvieron constreñidas por las condiciones na-
nes de Chile. turales del medio ambiente. Por el contrario, estas
Como hipótesis de trabajo se partió de la pre- opciones probablemente fueron determinadas por
misa de que más allá de los rasgos cerámicos for- el contexto socio cultural en el cual los actores so-
males -decoración y morfología- que le dan unidad ciales las aprendieron y practicaron (Dietler y Her-
y peculiaridad a las vasijas funerarias de los com- bich 1998). Como señala Chilton (2001), al aproxi-
plejos Pitrén y El Vergel, a nivel de localidad los marse a las cadenas productivas desde la visión del
diversos conjuntos cerámicos domésticos que in- estilo tecnológico, tenemos la posibilidad de cono-
tegran estos macro complejos, deberían presentar cer aquellas opciones, realizadas por los producto-
variaciones en ciertos atributos. En este sentido, se res de artefactos, que trascienden la mera eficacia
pensaba que era muy probable que estos atribu- material o la lógica operativa (Chilton 2001). Serán
tos diferentes estuvieran vinculados con aspectos entonces, algunos de los pasos seguidos en la cade-
tecnológicos de manufactura cerámica, ya que se na operativa y que dan cuenta de estas elecciones
partía de la base de que en estas sociedades del Pe- arbitrarias en el proceso tecnológico de manufac-
ríodo Alfarero tardío el conocimiento y el quehacer tura cerámica, los que esperamos registrar a través
cerámico era trasmitido y ejecutado a nivel familiar del estudio de la fragmentería cerámica doméstica
o de comunidad. Por lo tanto, detrás de los aspec- de los sitios tardíos de la cordillera Andina. Cree-
tos formales y aparentes de las vasijas, era espera- mos que las variaciones observadas en las cadenas
ble encontrar un conjunto de elecciones arbitrarias operativas de producción cerámica y por ende en
de manufactura cerámica, que nos permitieran di- los estilos tecnológicos observados, podrían ser
ferenciar límites sociales. Así, podemos decir que interpretadas como diferencias en las unidades
nuestro enfoque se enmarca dentro de lo que ha sociales que dieron origen a dichos conjuntos alfa-
sido denominado estilo tecnológico (Letchman reros. Hay que aclarar sin embargo, que con este
1977), por cuanto queremos conocer y comprender ejercicio no estamos buscando “unidades étnicas”,
algunas de las opciones tecnológicas que estuvie- sino que solamente intentando observar “límites
ron involucradas en la producción de las vasijas sociales” (Stark 1999) dentro de sociedades no
cerámicas en estudio, y que fueron elegidas den- estatales. Al respecto hacemos nuestra la idea de
tro de un amplio abanico de posibilidades funcio- esta última autora quien, tomando como base los
nalmente equivalentes (Gosselain 1998). Además, planteamientos de la “antropología de la tecnolo-
se parte de la base de que dichas opciones en su gía” (Pfaffenberger 1992 en Stark 1999), desarro-
contexto fueron aprendidas y traspasadas de gene- lla un enfoque tecnológico en el cual sugiere que
ración en generación, y que no necesariamente se todos los bienes transmiten información acerca
manipularon concientemente para transmitir infor- del comportamiento. Así, los patrones tecnológi-
mación social (Stark 1999; Gosselain 1998). De esta cos involucran y generan significado en diferentes
manera, entendemos el estilo tecnológico como tradiciones culturales y de esta forma, las disconti-
“una secuencia de gustos en la manufactura que nuidades espaciales en las tradiciones tecnológicas
conllevan el propósito, energía, herramientas, pa- deberían reflejar límites sociales en el registro ma-
trones motores y conocimientos específicos” (Cecil terial (Stark 1999).

METODOLOGÍA

Como fuera señalado en el planteamiento del sobre conjuntos alfareros domésticos tardíos, pro-
problema, el presente trabajo pretende ser un ejer- venientes de los lagos Villarrica y Calafquén del
cicio preliminar en el cual se compararán a nivel área Centro-sur de Chile. El objetivo es observar
cualitativo, los resultados de dos análisis cerámicos las microvariaciones que pueda presentar la frag-
ya publicados (Reyes et al. 2003-2004; Reyes 2004), mentería, centrándonos en aquellos atributos que

Reyes Álvarez 1161


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

dan cuenta de algunos de los pasos tecnológicos En relación al primer paso, el procuramiento y
que debieron elegir y seguir dentro de la cadena preparación de las materias primas, observaremos
operativa de producción cerámica, los artesanos cómo se comportan los conjuntos en estudio en re-
que produjeron las vasijas. Obviamente esta corre- lación a las pastas cerámicas que han sido identifi-
lación entre atributos cerámicos y procesos de ma- cadas en ellos. Para esto analizaremos en los casos
nufactura alfarera se realiza partiendo de la base en que se pueda, algunos pasos productivos rela-
de que por un lado, la fragmentería sólo puede dar cionados con la recolección de las materias primas
cuenta de algunos aspectos de las vasijas enteras utilizadas, considerando arcillas y antiplásticos5, y
de donde provienen y por otro, de que si bien tanto la forma en que ambos elementos fueron combina-
fragmentería como vasijas enteras son productos dos. Para desarrollar esta tarea se expondrán bre-
terminados, en ellos sólo es posible encontrar ves- vemente los resultados de una prospección geo-
tigios indirectos de la cadena operacional de pro- lógica realizada en el área de estudio, orientada a
ducción que los generó. identificar posibles vetas de arcilla, y la información
Siguiendo a Rye (1981), Rice (1987) y Stark aportada por un estudio petrográfico6 preliminar
(1999), la secuencia operacional de manufactura de cortes delgados de fragmentos cerámicos, que
cerámica utilitaria hecha a mano, se puede resumir se llevó a cabo para desarrollar mejor el ejercicio
analíticamente en 5 tareas operacionales, cada una analítico que se presenta en este escrito.
de las cuales implica una serie de etapas producti- Respecto a la segunda tarea operacional, for-
vas (Stark 1999). Estas cinco tareas operacionales matización primaria y secundaria, veremos si es
son: procuramiento y preparación de las materias posible observar en cada conjunto cerámico algu-
primas, técnicas de formatización primarias y se- nos pasos productivos relacionados con algunas
cundarias, técnicas de formatización de la decora- técnicas de construcción de las vasijas. En cuanto
ción, secado y cocción y finalmente, tratamientos a las técnicas de formatización de la decoración, se
postcocción. Así, tomando en consideración estas compararán principalmente los pasos productivos
tareas operacionales, intentaremos observar y relacionados con los tratamientos de superficie ob-
comparar cómo se comporta el cuerpo de datos ce- servados y las decoraciones presentes (técnicas y
rámicos entregado por las investigaciones previas diseños). Para las dos últimas etapas, secado y coc-
de los dos sectores lacustres en estudio que fueron ción y tratamientos postcocción probablemente
consultadas. obtengamos escasa información publicada al res-
pecto.

DESCRIPCIÓN ÁREA DE ESTUDIO

Las cuencas lacustres Villarrica y Calafquén se orografía de esta región. Destacan el Quetropillán
emplazan en la precordillera de la IX Región de la con una altura de 2009 m, el Lanín que se eleva a
Araucanía y en la XIV Región de los Ríos de Chile 3774 m, el Choshuenco que presenta 2360 m, el
(39º Lat. S) dentro del área Centro-sur de Chile Mocho con 2439 m de altitud y por último el Villa-
(sensu Aldunate 1989). Esta área se caracteriza por rrica que alcanza los 2582 m. La actual vegetación
un paisaje dominado por la existencia de bosques de ambas cuencas está definida entre el límite al-
templados (Donoso 1993; Armesto et al. 1996) lo titudinal de la vegetación en los faldeos del volcán
que ha sido destacado para la arqueología regional Villarrica y las riberas de los lagos desarrollándose
por Aldunate (1989), considerando la sistematiza- los siguientes tipos forestales: roble-raulí-coihue,
ción propuesta por Gajardo (1994). Dentro de esta coihue-raulí-tepa, siempreverde, araucaria y lenga-
área se ubican los lagos Villarrica y Calafquén, a 220 ñire (Donoso 1981). Estos corresponden a la Región
m s.n.m. y 209 m s.n.m., respectivamente, los cua- del Bosque Caducifolio, la Región del Bosque Lau-
les forman parte de un espacio ecológico mayor, rifolio y la Región del Bosque Andino-Patagónico
conformado por los sistemas lacustres subandinos (Gajardo 1994), los que están adaptados a diferen-
de la región Extremo Sur Andina o Lagos Arauca- tes gradientes altitudinales, que van desde los 200
nos (Soto y Campos 1996). En este sector precordi- m s.n.m. que presentan las riberas de los lagos en
llerano la cordillera de los Andes presenta un des- cuestión hasta la cumbre de los volcanes, sobre los
censo en su altura, la que no sobrepasa los 2000 m 2000 m. Esta biodiversidad genera hasta la actua-
de altitud, a excepción de los volcanes. Ello permite lidad, condiciones para una variada oferta de pro-
la formación de numerosos pasos que posibilitan ductos del bosque aptos para la alimentación hu-
el tránsito entre ambas vertientes de la cordillera, mana, además de otros usos como el artefactual, el
prácticamente, durante todo el año. Los volcanes medicinal y el ritual (Adán et al. 2001).
constituyen un importante rasgo que modela la
1162
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales

SITIOS Y CONJUNTOS ALFAREROS ESTUDIADOS POR INVESTIGACIONES


PREVIAS

Sitios y conjuntos alfareros Lago Villarrica observar el n analizado de fragmentos cerámicos


Los sitios habitacionales que se ubican en las por sitio.
cercanías del lago Villarrica, cuyo material cerámico
fue analizado por una investigación previa (Reyes
MUESTRA
2004), y que ahora sus resultados son utilizados en SECTOR SITIOS ANALIZADA
este análisis comparativo, son los siguientes: Fuerte (n FRAGMENTOS)
Villa Rica (VR-7)7 (Mera et al. 1999; Mera et al. 2004)
775
y Puraquina (Mera y Lucero 2000; Mera et al. 2004) Lago Puraquina
Villarrica
(Figura 1). El primero fechado por T.L en 655 ± 55 Fuerte Villarrica. VR-7 412

AP (Mera et al. 2004) y el segundo en 515 ± 35 AP, Musma-1 253


también por T.L (Mera et al. 2004). Estos yacimien- Musma-2 54
tos contenían baja densidad de material cultural, el Antilef-1 220
cual consistía casi exclusivamente en fragmentería Lago Ca-
Ñilfe-1 113
cerámica (Reyes 2004). Dadas las características de lafquén
Loncoñanco-2 46
emplazamiento y algunos rasgos “arquitectónicos”
Loncoñanco-3 99
que presentaba el sitio Puraquina, fue interpretado
por algunos investigadores como un sitio estraté- Marifilo-1 366

gico-defensivo (Mera y Lucero 2000; Mera et al. Tabla 1. Frecuencias fragmentos cerámicos analizados
2004). Además, en función del fechado que poseía por sitio.
este último, cercano al período histórico temprano,
fue consignado como un “fortín” o “fuerte” de filia- A partir de este análisis se definieron dos gran-
ción indígena, que tuvo como finalidad ser un es- des familias de pastas9, una denominada familia
pacio de resistencia a la invasión hispana (Mera et granítica y la otra familia moscovita10. En el sitio
al. 2004). Respecto al rol estratégico-defensivo que Fuerte Villarrica la presencia del primer tipo de
pudo tener esta ocupación, pensamos que la falta pasta fue significativamente más abundante (92%)
de mayores evidencias materiales, como por ejem- mientras que en Puraquina, las dos familias de
plo restos de armas u otros vestigios de contactos pastas tenían una representación similar (39,3% y
bélicos, así como también, fechados evidentemen- 46%, respectivamente). En el caso del sitio Fuerte
te poshispanos, nos obligan a una interpretación Villarrica la familia de pastas más representativa se
más cautelosa sobre la situación funcional y tem- asociaba a formas restringidas de perfil compues-
poral atribuida a este yacimiento. Por el momen- to y a decoraciones consistentes por un lado, en
to, solamente nos adheriremos a la adscripción incisiones cortas rectas (Figura 2) y por otro lado,
cultural interpretada para él, correspondiente a a lentejuelas al pastillaje (Figura 3) (las pasta de
una ocupación de filiación indígena pre-mapuche, estos decorados también presentaban inclusiones
dado que para plantear esta asignación cultural se volcánicas) (Sepúlveda 2008). Para el sitio Pura-
realizaron análisis de los materiales cerámicos en- quina, la familia de pastas graníticas se asociaba a
contrados, constatándose un origen prehispánico y formas restringidas de perfil compuesto, de tama-
local de ellos (Reyes 2004). Además, para efectos ño pequeño11, mediano12 y grande13, mientras que
del presente análisis comparativo, más que la fun- la familia moscovita a formas restringidas de perfil
cionalidad que tuvo el sitio, nos interesa estudiar a compuesto y vasijas abiertas, de tamaño mediano
los productores de la cerámica encontrada en él. y grande. También fueron registrados fragmentos
La investigación alfarera (Reyes 2004) que se con decoraciones engobe rojo y bicromía con pin-
realizó sobre la fragmentería cerámica de los sitios tura roja sobre engobe blanco (Figura 4), cuyas va-
recién mencionados del sector del lago Villarrica, sijas fueron manufacturadas con la familia de pasta
estuvo orientada a la caracterización y compara- moscovita (Sepúlveda 2008). Dentro de este mis-
ción de sus conjuntos con los complejos cerámicos mo sitio, también se identificaron vasijas que pre-
definidos para el área Centro-sur de Chile (Alduna- sentaban acanalados anulares (Aldunate 1989) en
te 1989; Dillehay 1990), con el fin de aportar a la la unión del cuello con el cuerpo; éstos eran cánta-
funcionalidad y adscripción cultural de los asenta- ros restringidos de perfil compuesto que presenta-
mientos. Para esto el material fue clasificado con- ban diámetro grande (320 mm) y pasta moscovita
siderando aspectos tecnológicos, morfológicos y (Figura 5). Finalmente, en cuanto al tratamiento de
decorativos de la cerámica8. En la tabla 1 se puede superficie de la alfarería doméstica, ésta pudo ser

Reyes Álvarez 1163


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1. Emplazamiento de los sitios arqueológicos sectores lago Villarrica y Calafquén.

1164
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales

Figura 2. Incisiones cortas rectas

Figura 3. Lentejuelas al pastillaje

Figura 4. Bicromía roja sobre blanco

caracterizada como eminentemente pulida en el


sitio Puraquina y pulida y alisada en el sitio Fuerte
Villarrica (Reyes 2004).

Sitios y conjuntos alfareros Lago Calafquén


Los sitios habitacionales que se ubican en las
cercanías del lago Calafquén, cuyo material cerá-
mico fue analizado por una investigación previa Figura 5. Acanalado anular
(Reyes et al. 2003-2004), y que ahora sus resultados
son utilizados en este estudio comparativo, son los
Calafquén, estuvo orientada a la caracterización
siguientes: Alero Ñilfe-1, Loncoñanco-2, Loncoñan-
de los contextos alfareros, a la comparación con
co-3, Antilef-1, Laguna Musma-1, Laguna Musma-2
la cerámica de funebria de sitios de la región y a la
y Alero Marifilo-1 (Figura 1) (Adán et al. 2001). En la
observación de su comportamiento diacrónico (ya
tabla 1 se puede observar la frecuencia por sitio de
que en el estudio también se incluyeron sitios con
la fragmentería analizada y en la tabla 2 los fecha-
fechas tempranas cercanas al año 500 d.C) (Reyes
dos TL obtenidos para estos yacimientos.
et al. 2003-2004).
La investigación alfarera (Reyes et al. 2003-
Siguiendo criterios de análisis hasta cierto
2004) que se realizó sobre la fragmentería cerámica
punto similares a los aplicados en el estudio de la
de los sitios recién mencionados del sector del lago
Reyes Álvarez 1165
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

SITIO FECHA Años AP MUESTRA PUBLICADA EN


Alero 1105 ± 100 AP
(UCTL 1236) (Adán et al. 2001)
Ñilfe-1
Alero 440 ± 40 AP
(UCTL 1452) (Reyes et al. 2003-2004)
Ñilfe-1
Alero 1420 ± 140 AP
(UCTL 1453) (Reyes et al. 2003-2004)
Ñilfe-1
Alero 1060 ± 100 AP
(UCTL 1454) (Reyes et al. 2003-2004)
Ñilfe-1
Loncoñanco-2 720 ± 70 AP
(UCTL 1455) (Reyes et al. 2003-2004)

Loncoñanco-3 650 ± 60 AP
(UCTL 1456). (Reyes et al. 2003-2004)

Antilef-1 920 ± 90 AP
(UCTL 1279) (Adán et al. 2001)

Antilef-1 1010 ± 100 AP


(UCTL 1457) (Reyes et al. 2003-2004)

Antilef-1 970 ± 100 AP


(UCTL 1458) (Reyes et al. 2003-2004)

Laguna 735 ± 50 AP
(UCTL 1276) (Adán et al. 2001)
Musma-1
Laguna 525 ± 40 AP
(UCTL 1462) (Reyes et al. 2003-2004)
Musma-1
Laguna 345 ± 30 AP
(UCTL 1461) (Reyes et al. 2003-2004)
Musma-2
Alero 590 ± 50 AP
(UCTL 1278) (Adán et al. 2001)
Marifilo-1
Alero 770 ± 70 AP
(UCTL 1458) (Reyes et al.2003-2004)
Marifilo-1
Alero 1480 ± 150 AP
(UCTL 1459) (Reyes et al. 2003-2004)
Marifilo-1
Alero 735 ± 70 AP
(UCTL 1460) (Reyes et al. 2003-2004)
Marifilo-1
Tabla 2. Fechados TL sitios arqueológicos lago Calafquén

cerámica de Villarrica, también esta clasificación14 FAMILIAS DE


GRANÍTI- GRANÍTICA-
consideró aspectos tecnológicos, morfológicos y PASTAS/
CA
MOSCO-
VOLCÁNICA
SITIOS LAGO VITA (%)
decorativos en la fragmentería. Nuevamente a par- CALAFQUÉN
(%) (%)
tir de este análisis15 se lograron reconocer las dos
Ñilfe-1 56.2 38.09 -
grandes familias de pastas definidas para Villarrica,
Antilef-1 61.1 23.6 1.39
las familias graníticas y micas, y además se recono-
ció una tercera, la familia volcánica-granítica16. De Musma-1 94.5 3.54 -

las tres, la familia granítica era la que estaba ma- Musma-2 83.6 10.2 -

yoritariamente representada en todos los sitios de Rilul-1 71 3.23 -


este lago (Reyes et al. 2003-2004). Marifilo-1 65.6 14.34 0.96
En la tabla 3 se pueden observar las frecuencias Loncoñanco-2 48.9 42.21 4.49
porcentuales registradas para cada familia de pasta Loncoñanco-3 48.2 45.64 -
por sitio.
Tabla 3. Frecuencias porcentuales familias de pastas por
Además, en este estudio alfarero se exploró la
sitio lago Calafquén. Fuente: Reyes et al. 2003-2004.
relación entre las familias de pastas definidas y los
otros aspectos tecnológicos, morfológicos y deco-
rativos registrados en la clasificación. Estas en su
tratamiento de superficie de la alfarería doméstica,
mayoría eran de tamaño mediano, pero también se
ésta pudo ser caracterizada como eminentemente
registraron en menor medida vasijas de la catego-
pulida. Finalmente, respecto a la decoración, se re-
ría grande.
gistraron fragmentos con bicromía con pintura roja
Cántaros abiertos en baja representatividad
sobre engobe blanco, que en su mayoría se asocia-
también pudieron ser identificados. En cuanto al
ban con pastas graníticas (Figura 6).

1166
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales

Figura 6. Decoración bícroma pintura roja sobre engobe blanco.

RESULTADOS ANÁLISIS COMPARATIVOS Y CUALITATIVOS DE LOS


CONJUNTOS CERÁMICOS DEFINIDOS PARA LOS LAGOS VILLARRICA Y
CALAFQUÉN

A continuación compararemos los resultados este ejercicio analítico de comparación ya que nos
obtenidos por las investigaciones publicadas años permitirá esbozar los primeros pasos para estable-
atrás para ambas cuencas y cuyos principales resul- cer las microvariaciones existentes, y bosquejar lí-
tados fueron descritos en el capítulo anterior. Para neas de investigación futura.
esto, observaremos cómo cada conjunto cerámico
se comporta de acuerdo a los criterios de análi- Procuramiento y preparación de las materias
sis definidos en la metodología (en el caso de que primas
exista información al respecto), los cuales siguen Como se desprende del capítulo anterior, a par-
las etapas que pueden ser identificadas dentro de tir de la clasificación de las pastas con que fueron
la secuencia operativa de manufactura cerámica manufacturadas las vasijas registradas en los dos
utilitaria. Estamos concientes de que para algunas lagos, se observa que en ambas cuencas aparecen
de las etapas del proceso de manufactura la infor- las mismas familias de pastas (graníticas y micas),
mación cerámica ofrecida será dispar para cada y que solamente en Calafquén se registra una dife-
cuenca, o bien, simplemente no ofrecerá informa- rente (volcánica-granítica), la cual además se pre-
ción al respecto. Estas limitaciones se relacionan senta en muy baja frecuencia (Tabla 3). Así, las dife-
tanto con la orientación que tuvieron los análisis rencias más significativas que pueden constatarse
aplicados, como con la naturaleza misma de los se relacionan con los porcentajes en que cada una
fragmentos cerámicos como vehículos de este tipo de las dos familias de pastas mayoritarias apare-
de información. Sin embargo, pese a estas limita- cen. De este modo, se concluye que prácticamen-
ciones, igualmente nos pareció apropiado realizar te todos los sitios de ambas cuencas presentan los

Reyes Álvarez 1167


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

mismo tipos de pastas y además, en proporciones el antiplástico micáceo- se propuso un origen forá-
similares; siendo la familia granítica significativa- neo, de al menos 40 km de distancia.
mente más abundante que la familia mica. Esto Así, en función de estos antecedentes, poste-
último a excepción del sitio Puraquina en el lago riormente se planteó la necesidad de implementar
Villarrica y los sitios Loncoñanco-2 y Loncoñanco-3 un estudio petrográfico, para el cual se seleccionó
en el lago Calafquén, en los cuales ambas familias una muestra de 11 fragmentos de ambas cuencas,
manifiestan frecuencias similares. los cuales representaban 7 patrones de pastas17. Es-
Con miras a entender la procedencia local o fo- tos patrones eran los siguientes: del lago Villarrica
ránea (Arnold 1985; Rice 1987) de las inclusiones mi- se seleccionó el patrón micáceo M y granítico Gr, al-
cáceas y graníticas observadas macroscópicamen- gunos fragmentos de este último patrón presenta-
te en los fragmentos, durante el año 2007 se realizó ban incisiones rectas y cortas y lentejuelas al pasti-
una prospección geológica en el área circumlacus- llaje. Del lago Calafquén se analizaron los patrones
tre de ambos lagos, poniendo especial énfasis en micáceos Mr, Esq., Mc y de las pastas graníticas los
los sectores aledaños a los sitios. Como referencias patones Grm y Matriz blanca. El objetivo era deter-
se contó con mapas geológicos de la zona (Rodrí- minar el origen geológico de los litos que compo-
guez et al. 1999; Clavero y Moreno 2004) que daban nían la matriz y con ello evaluar la posibilidad de
cuenta de formaciones metamórficas y graníticas que algunos patrones de pastas definidos en las in-
para estas áreas, las cuales se constituían en poten- vestigaciones cerámicas de ambas cuencas, tuvie-
ciales fuentes de recursos de materias primas tanto ran un origen común. Sobre todo se quería testear
de arcillas como de antiplásticos. De este modo, la aquellos fragmentos que presentaban inclusiones
prospección geológica se orientó especialmente al micáceas, considerando la presencia del complejo
reconocimiento de aquellos sectores donde se des- metamórfico de esquistos en el sector de Lanco a
cribían basamentos volcánicos del cuaternario, en- 40 km. de los sitios, el cual se constituye hasta la
tre los cuales interesaba constatar y muestrear por fecha como la más cercana fuente potencial de
un lado, las formaciones del Paleozoico Superior obtención del material esquisto micáceo. De este
con granitos, granodioritas y tonalitas y por otro, modo, los resultados de los análisis de los cortes
los basamentos metamórficos y de Formación petrográficos permitieron arribar a interesantes
Panguipulli (Clavero y Moreno 2004). Sin embargo, conclusiones.
una vez realizado el recorrido geológico, solamen-
te pudo ser verificada la presencia de formaciones Pastas familia mica
graníticas, y para el caso de las áreas donde debían En primer término, se verificó que en algunos de
emplazarse los afloramientos metamórficos sólo se los patrones de pastas micáceos (patrones de Cala-
pudo confirmar la presencia de depósitos morréni- fquén Mr, Mc y de Villarrica M) existía una relación
cos o formaciones de otras litologías. Por ejemplo, directa entre los minerales presentes en la matriz
en la costa del lago Panguipulli si bien se localizó –arcilla- de las pastas con los minerales que compo-
la Formación Panguipulli, un análisis petrográfico nían los litos -inclusiones- observados en ellas. Esta
de una muestra logró identificar que el tipo de roca relación hace proponer que en estos patrones los
observada aquí eran pizarras, las que no coincidían antiplásticos pueden haber sido extraídos del mis-
con los esquistos micáceos de los fragmentos ar- mo lugar de donde se obtuvo el material arcilloso,
queológicos (Ortega 2008; Sepúlveda 2008). Las ya que éste último se habría formado a partir del
formaciones metamórficas con esquistos micáceos tipo litológico más abundante observado entre las
más cercanas a los sitios se pudieron reconocer inclusiones del patrón (Sepúlveda 2008). Así, esta
fuera del área circumlacustre, a unos 40 km hacia relación hace pensar en la posibilidad de que estos
el oeste de ella, en las cercanías de la localidad antiplásticos hayan provenido del mismo sector de
de Lanco (Provincia de Valdivia, XIV Región de los donde se obtuvo la arcilla, y por ende, es probable
Ríos) (Figura 1), formando parte de un basamento que no se hayan incorporado intencionalmente a la
representado por un complejo metamórfico de es- pasta, o al menos, no hayan sido trasladados desde
quistos (Franzese 1995). otros sectores con este fin. Esta relación se observó
Considerando esta información, se concluyó en ambas cuencas, con lo cual podemos visualizar
que las pastas que contenían inclusiones graníti- que los alfareros de ellas podrían estar compartien-
cas, potencialmente podrían haber sido extraídas do una misma opción tecnológica, que da cuenta
de sedimentos arcillosos asociados a las formacio- de una determinada selectividad y preparación de
nes graníticas registradas en las cercanías de los si- las materias primas; al menos en lo que dice rela-
tios arqueológicos, o bien, al menos el antiplástico ción con estos patrones de pastas específicos.
granítico incluido en ellas. Por el contrario, para las En segundo lugar, se observó que dos patro-
pastas con inclusiones micáceas -o al menos para nes con mica (M de Villarrica y Mr de Calafquén) de

1168
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales

ambas cuencas, podrían provenir del mismo aflo- cánicas (Ortega 2008). Por lo tanto, gran parte de
ramiento de esquisto micáceo, lo cual no quiere los sectores cercanos a los sitios arqueológicos de
decir que necesariamente desde el mismo punto donde provienen los conjuntos alfareros analiza-
exacto de extracción. Estos fragmentos presentan dos, se constituyen en posibles fuentes de arcillas
esquistos muy oxidados, producto posiblemente de aquellos patrones de pastas incluidos dentro de
de alteración hidrotermal (Sepúlveda 2008), la cual la familia granítica.
podría estar presente en diferentes sectores a lo Sin embargo, pese a este panorama general,
largo del mismo afloramiento. Nuevamente estas al igual que en el caso de las pastas micáceas, se
similitudes nos pueden llevar a pensar en que los pudo verificar que en algunos patrones de pastas
alfareros están compartiendo una misma opción graníticas (patrón Grm de Calafquén y G de Villarri-
tecnológica, que implicaría el uso selectivo de una ca) existía una relación directa entre los minerales
determinada materia prima. presentes en la matriz -arcilla- de las pastas con los
Pese a estas semejanzas, el análisis petrográfi- minerales que componían los litos -inclusiones- ob-
co igualmente aportó importantes diferencias en- servados en ellas.
tre ambas cuencas. Por un lado, en dos patrones En síntesis, respecto a los patrones de pastas
micáceos de Calafquén (Mc y Esq.) se identificaron micáceas y graníticas vemos algunas semejanzas
cristales de sillimanita, que es un cristal metamór- entre ambas cuencas, por un lado, el probable
fico de contacto, el cual no está presente entre los uso de la misma conducta en la preparación de las
patrones micáceos de Villarrica (Ortega 2008). Sin pastas, que se relaciona con la presencia de anti-
descartar que dicha diferencia pueda ser efecto plásticos que posiblemente no fueron incorpora-
de un problema muestral dado lo pequeño de la dos intencionalmente. Por otro lado, vemos que
muestra sometida a petrografía, la presencia de en ambas cuencas se constata un patrón de pasta
este cristal metamórfico de contacto solamente en micáceo (con esquistos que manifiestan alteración
los patrones de Calafquén, podría ser indicador de hidrotermal) que podría provenir del mismo aflora-
que estas pastas micáceas fueron extraídas ya sea miento metamórfico.
de una fuente diferente a la de los patrones micá- Entre las principales diferencias o microvaria-
ceos de Villarrica, o al menos, de sectores diferen- ciones se registra la presencia de sillimanita sólo en
tes dentro del mismo afloramiento de esquistos. Calafquén y la asociación de los decorados bícro-
Por lo tanto, este uso diferencial de la formación mos rojo sobre blanco de ambos lagos con diferen-
metamórfica se constituye en un elemento de mi- tes tipos de pastas (micácea en el caso de Villarrica
crovariación entre ambas cuencas. y granítica en el de Calafquén).
La otra microvariación significativa que pudo
ser constatada se refiere a los decorados bícromos Operaciones primarias y secundarias de for-
rojo sobre blanco. Mientras en Villarrica estos frag- matización y técnicas de decoración
mentos fueron manufacturados con pastas con es- En cuanto a las técnicas de formatización prima-
quisto micáceo, en Calafquén se asociaban prefe- ria y secundaria (Rye 1981), se puede señalar que el
rentemente con pastas graníticas (a excepción de único rasgo cerámico que podría ser interpretado
3 fragmentos provenientes de los sitios Loncoñan- como evidencia de una acción de la etapa prima-
co-2, Musma-2 y Marifilo-1). ria de formatización, lo constituye la presencia de
fragmentos de formas que presentan uniones del
Pastas familia granítica cuello con el cuerpo, dando cuenta de vasijas res-
La gran diversidad de afloramientos graníticos tringidas con perfiles compuestos (Shepard 1964).
detectados en la zona circumlacustre donde se de- Estas uniones representan un tipo de opción tecno-
sarrolló la prospección geológica, ha complejizado lógica, ya que podrían estar relacionadas con el uso
bastante la identificación de las posibles fuentes de la técnica de manufactura por rodetes para la
de extracción de las arcillas presentes en los frag- construcción de las vasijas enteras (Rice 1987). Esta
mentos arqueológicos. Así, en términos generales técnica de manufactura de formatización primaria
se estableció que la presencia de cuarzo, feldespa- estaría presente en ambas cuencas.
to, plagioclasa y vidrio registrado en los patrones Otro elemento tecnológico compartido por
graníticos Matriz blanca, Grm y G de ambas cuen- ambos conjuntos cerámicos y que puede ser in-
cas, indican que la arcilla habría sido obtenida de cluido dentro de las etapas de producción que son
lugares ricos en rocas graníticas y volcánicas con seguidas dentro de las técnicas de formatización
alta meteorización, que sería el caso de los alrede- decorativa, es la presencia del tratamiento pulido
dores del volcán Villarrica (Ortega 2008). Esta zona en las superficies exteriores de los fragmentos, el
se caracteriza por la presencia de morrenas con cual probablemente fue aplicado cuando las vasijas
aporte de arcillas y clastos de granito y rocas vol- estaban en su “estado cuero” (Rye 1981). Siguiendo

Reyes Álvarez 1169


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

a Rye (1981), vemos que esta opción tecnológica es las cuales sí fueron compartidas por los alfareros de
más efectiva cuando la vasija está con dureza cue- ambas cuencas.
ro, lo mismo ocurre con la aplicación de muchos Secado, cocción y tratamientos postcocción
procesos decorativos, los cuales son más exitosos A partir de las descripciones de los conjuntos
cuando la vasija está en dicho estado. Sería el caso cerámicos de ambos lagos tampoco se pudo obte-
de la aplicación de incisiones, acanalados e inclu- ner información para estas tareas operacionales.
sive de la agregación de elementos por modelado La única referencia a uno de los pasos producto
como las lentejuelas al pastillaje; todos tipos de- de esta etapa se pudo constatar entre el conjunto
corativos que son observados en Villarrica y no en cerámico del lago Calafquén, para el cual se hace
Calafquén. En este sentido, vemos que respecto mención de improntas de hojas con técnica resis-
a estas decoraciones los alfareros de ambos lagos tente (Reyes et al. 2003-2004). Esta técnica pudo
habrían tomado opciones diferentes en cuanto a haberse aplicado ya sea durante el proceso de coc-
la elección de los tipos decorativos y su técnica de ción, o bien, después de que éste concluyera, sien-
aplicación, constituyéndose en un aspecto tecno- do en este último caso un tratamiento postcocción
lógico de microvariación. No sucede lo mismo con similar al ahumado. Esta técnica no aparece docu-
las decoraciones por engobe, que también se aplica mentada en la investigación de los conjuntos cerá-
en el estado cuero, y la bicromía roja sobre blanco, micos de Villarrica.

CONCLUSIONES Y DISCUSION

De acuerdo a los resultados expuestos se pue- moscovitas es muy común encontrar yacimientos
de apreciar que dentro del ejercicio analítico plan- arcillosos que contengan micas naturalmente, las
teado en este trabajo, que consistía en comparar cuales pueden mejorar la plasticidad de las arcillas
las cadenas operativas de manufactura cerámica (Rye 1981). Y pese a que, este mineral tiene propie-
de dos conjuntos alfareros previamente analiza- dades fundentes para cocciones a alta temperatura
dos con el fin dar cuenta de microvariaciones, la como la cerámica china, la porcelana y el gres, de
etapa para la cual se obtuvo mayor información acuerdo a Rye (1981) es probable que en fragmen-
sobre las opciones tomadas por los alfareros, fue tos antiguos se presente como una inclusión natu-
la del procuramiento y preparación de las mate- ral de la arcilla y no como un elemento incorpora-
rias primas. Uno de los temas más difíciles de tra- do intencionalmente. De este modo, observamos
bajar en tecnología cerámica es la diferenciación que independiente de las acciones comprometidas
entre inclusiones naturales de las arcillas y las que dentro de la etapa de preparación de las pastas, en
son agregadas por los artesanos (Rye 1981; Rice ambas cuencas podemos registrar una preferencia
1987). En este sentido, el conocimiento geológico, por el uso de, ya sea, arcillas ricas en esquistos mi-
las técnicas petrográficas, análisis de elementos cáceos, o bien, de éste último como antiplástico,
traza, entre otras, aplicadas a la cerámica pueden obtenido de formaciones que se emplazan a más
ser herramientas fundamentales para generar pro- de 40 km de distancia de los sitios en donde las
posiciones respecto de conductas culturales (Rice vasijas fueron usadas y descartas. Así, podemos
1987). Para nuestro caso, la prospección geológi- señalar que con respecto a este mineral específi-
ca realizada y los resultados obtenidos del análisis co, en ambas cuencas se observa el mismo tipo de
petrográfico fueron fundamentales para aportar conducta tecnológica dentro de esta etapa de la ca-
información sobre opciones y preferencias en el dena operativa de producción cerámica. Siguiendo
uso-recolección de fuentes de aprovisionamiento con las acciones relacionadas con la recolección de
de arcillas y/o antiplásticos, así como también, so- las materias primas para la manufactura cerámica,
bre aspectos relacionados con la preparación de las del análisis petrográfico también se desprende que
materias primas. De esta manera, uno de los resul- algunas de las vasijas de los conjuntos cerámicos
tados más interesantes obtenidos está relacionado de ambas cuencas, podrían compartir una fuente
con la posibilidad de que las pastas de algunos pa- de arcilla y/o antiplástico, planteándose con ello
trones micáceos y graníticos (patrones Grm, G, M, la preferencia y uso común de al menos una de las
Mr y Mc), hayan sido recolectados con los antiplás- diversas fuentes de materias primas que pudieron
ticos incorporados naturalmente, siendo un rasgo ser utilizadas. Sin duda, análisis posteriores, sobre
tecnológico común a los conjuntos cerámicos de todo de elementos traza u otros, podrán aportar
ambas cuencas. Esta idea no resulta tan extraña si mejor a la contrastación de estos planteamientos,
se revisa la literatura arqueológica al respecto, en quedando dichas relaciones por el momento sola-
la cual se señala que al menos para el caso de las mente en el plano hipotético. Pese a este escenario

1170
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales

de similitudes, existe una diversidad de elementos del ámbito cordillerano). Sin embargo, estas de-
tecnológicos que se fueron configurando como mi- coraciones también han sido vinculadas con otras
crovariaciones dentro del proceso productivo. La áreas del Centro sur de Chile (Becerra y Reyes 2005)
primera se relaciona con el énfasis diferencial en y con sectores cordilleranos de los Andes orientales
el uso de las pastas micáceas observado entre las (Hajduk 1986). Así, siguiendo a Gosselain (1998),
dos cuencas. Mientras en el sitio Puraquina del lago es posible pensar en estas decoraciones como ele-
Villarrica su presencia es significativa (alcanza casi mentos particularmente visibles y técnicamente
el 50%) en Calafquén es minoritaria, a excepción de maleables y en este sentido, ellos podrían estar
los sitios Loncoñanco-2 y 3; los cuales en este senti- reflejando categorías más amplias y superficiales
do pueden estar participando de las mismas opcio- de límites sociales (Gosselain 1989). En relación a
nes tecnológicas, en términos del aprovisionamien- los otros tipos de decoraciones observados en am-
to de las materias primas, que en el sitio Puraquina. bas cuencas, consistentes en engobes y pinturas
Además, justamente en el sitio Loncoñanco-2 es rojas sobre engobes blancos aplicadas precocción,
donde aparecen decorados rojo sobre blanco con y cuyos motivos y configuraciones han permitido
pastas micáceas, constituyéndose en una diferen- incluirlas dentro de una misma unidad cultural pan
cia significativa respecto de los otros decorados de regional, como lo es la Tradición Bícroma, podemos
esta cuenca, los cuales fueron manufacturados con señalar que nuevamente la decoración nos remite
pastas graníticas. Por su parte, las microvariaciones a los ámbitos de las vasijas más visibles y sujetos a
entre las cuencas también se verifican en el hecho imitaciones e influencias. Esto porque si nos cen-
de que entre ellas existen pastas micáceas diferen- tramos en los aspectos menos evidentes, como p.e
tes (al menos es lo que se ha constatado hasta la los tipos de pastas con estas vasijas fueron con-
fecha), como sería el caso de aquellos patrones con feccionadas, constataremos microvariaciones sig-
sillimanita, mineral que sólo estaría presente en la nificativas en este aspecto tecnológico (Gosselain
cerámica de los sitios del Calafquen y no de Villa- 1989). Lo anterior queda verificado en el hecho de
rrica. Esta diferenciación podría estar implicando que la elección -conciente o no, no lo sabemos- de
el uso-recolección de sectores diferentes al interior las pastas con que fueron manufacturadas estas va-
de la misma formación metamórfica de donde pro- sijas decoradas rojo sobre blanco fueron diferentes
vienen las otras pastas micáceas, o bien, de otros para cada lago y corresponden en cada caso, a la
afloramientos metamórficos. misma familia de pastas con que fue confeccionada
Ahora bien, estas variaciones tecnológicas no la mayor parte de su alfarería no decorada (mono-
sólo se documentan en la etapa inicial del proce- croma).
so de manufactura cerámica, sino que también en En síntesis, al comparar los conjuntos cerámi-
algunos aspectos de las etapas posteriores de la cos de ambas cuencas respecto de algunos de los
cadena operativa. Como fuera señalado anterior- pasos -opciones dentro de un abanico de posibili-
mente, existen una serie de decoraciones que se re- dades- que fueron tomados dentro de las etapas
gistran exclusivamente en el lago Villarrica, las que operacionales de manufactura cerámica, nos en-
consisten en incisiones cortas y rectas, acanalados contramos con varios elementos comunes, pero
anulares y lentejuelas al pastillaje y cuya aplicación también, con elecciones evidentemente diferentes
puede ser clasificada como un paso de producción (microvaraciones). Así, vemos que para el período
-texturación-, que se realiza durante las tareas Alfarero Tardío en esta zona de lagos precordillera-
operacionales que implican las técnicas de forma- nos, existió un grupo social o varios, no lo sabemos,
tización decorativa (Stark 1999). Generalmente que ocuparon dos ámbitos geográficos diferentes
estas decoraciones se hacen durante el proceso y para ello usaron vasijas que fueron manufactu-
de secado de las vasijas, cuando se encuentran en ras de manera similar posiblemente compartiendo
estado cuero, y su ejecución en esta fase del pro- una o más fuentes de materias primas y al menos
ceso de manufactura puede encontrar diferentes una forma particular de preparación de las pastas.
explicaciones prácticas y estéticas (Rye 1981). Sin Pero a su vez, estos grupos (o este grupo) usaron
embargo, desde otra perspectiva la elección de una serie de otras vasijas que comparten solamen-
esta técnica y no de otra, nos puede remitir a op- te algunos de los pasos productivos que fueron se-
ciones tecnológicas que son menos manipuladas leccionados dentro de las etapas tecnológicas de
concientemente por parte de los alfareros (Gosse- manufactura -uso de diferentes fuentes de arcilla
lain 1998). Cabe destacar que las vasijas que pre- tanto en las vasijas monocromas como en las deco-
sentan estas decoraciones están asociadas a pas- radas-, los cuales resultan ser justamente aquellos
tas graníticas con elementos volcánicos, los cuales menos manipulados concientemente dentro del
permiten inferir un posible uso y recolección local proceso de confección cerámica. Sin duda muchas
de las fuentes de materias primas (al menos dentro dudas quedan aún por despejar, y solo nuevos aná-

Reyes Álvarez 1171


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

lisis orientados desde estas mismas perspectivas sociales que tuvieron en el pasado estas variacio-
de investigación y sobre otros ítems de cultura ma- nes tecnológicas.
terial, podrán ayudar en entender las implicancias

AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue realizado en el marco del Proyecto Fondecyt 1060216 “Habitando bosques, lagos
y volcanes, comparación de las ocupaciones Arcaico y Alfarero Temprano en los ámbitos cordilleranos
Llaima – Lonquimay y Villarrica – Lanín (39º S)”.

NOTAS
1
. Cabe mencionar, sin embargo, que dentro de este panorama pan regional hubo algunos intentos
por reconocer variaciones locales. Es el caso por un lado, de la fase costera Tirúa del Vergelense, plantea-
da por algunos autores, que se ubicaría en la costa de la provincia de Arauco (Schneider 1927; Latcham
1928; Menghin 1962 en Aldunate 1989). Por su parte, otro tipo de variación regional que se postuló, a
casua de la ausencia de sitios Vergel en el sector meridional de la Araucanía (ubicado al sur del cordón
Mahuidanche-Lastarria) y en la precordillera lacustre, se relaciona con la posible permanencia en ambas
zonas del complejo Pitrén hasta tiempos posteriores al 1.000 d.C, mientras sus contemporáneos del valle
central entre los ríos Bío-Bio y Toltén, ya estarían desarrollando las manifestaciones adjudicadas al com-
plejo El Vergel (Aldunate 1989).
2
. Este autor planteó la permanencia a partir de fines del primer milenio de nuestra era del complejo
Pitrén al sur del Toltén y en la precordillera lacustre, mientras en el valle central, entre los ríos Bío-Bío y
Toltén, se comienza a desarrollar el complejo El Vergel.
3
. Historia cultural que se fue construyendo básicamente a partir del análisis tipológico de vasijas com-
pletas de funebria.
4
. Este giro puede constatarse en la revalorización que ha tenido el estudio del material cerámico
fragmentado de carácter doméstico.
5
. En este escrito usaremos los términos antiplástico e inclusiones como sinónimos de los litos obser-
vados en la pasta, independiente de que sean inclusiones naturales de la arcilla (“accessories”) (Rye 1981)
o agregadas por los artesanos (“tempering”) (Rye 1981).
6
. Este análisis petrográfico preliminar se realizó con un microscopio binocular con diferentes lentes
5x a 40x.
7
. Para este análisis comparativo solamente se consideró el componente prehispánico del sitio (capa
5) (Mera et al. 1999).
8
. Dentro de los aspectos tecnólogos se observó el tratamiento de las superficies internas y externas,
la pasta, el tipo de cocción, el espesor de las paredes y las técnicas de manufactura. Por su parte, las
categorías morfológicas que presentaban las vasijas enteras se reconstruyeron a partir de fragmentos-
formas. Finalmente, entre los aspectos decorativos se consideraron las técnicas de engobe y pintura apli-
cados a la superficie de las vasijas (Reyes 2004).
9
. Para la clasificación de las pastas se consideraron selectivamente algunos de los criterios propues-
tos en el protocolo diseñado por Varela et al.: aspecto general de la pasta, inclusiones del antiplástico
(densidad, tamaño y forma) y color de la pasta (Varela et al. 1998) y se agregaron otros como textura
de la pasta y distribución de las inclusiones. Para el registro del atributo pasta se usó una lupa binocular
(10x-40x)” (Reyes 2004).
10
. La familia granítica está compuesta por una pasta arenogranulosa con abundantes inclusiones
blancas (cuarzos) y eventualmente también con inclusiones rojas y volcánicas y la familia mica por una
pasta definida como arenogranulosa con abundantes biotitas y micas blancas (Reyes 2004).
11
. Cuando nos referimos a esta categoría de tamaño consideramos diámetros < 100 mm.
12
. Cuando nos referimos a esta categoría de tamaño consideramos diámetros entre 100 y 200 mm.
13
. Cuando nos referimos a esta categoría de tamaño consideramos diámetros > 200 mm.
14
. Se observaron los tratamientos de superficie exterior, el espesor de las paredes y se describieron
los fragmentos-formas para establecer las categorías morfológicas de las vasijas.
15
. “Estas familias se definieron a partir del examen macroscópico de las pastas, a través de la obser-
vación de un corte fresco en los fragmentos, bajo lupa binocular (10x-40x). Las pastas se clasificaron en
una primera instancia en patrones y luego en familias. El criterio usado para definir los patrones de pastas
se basó en el reconocimiento geológico de las inclusiones que componen la arcilla, tomando además en
cuenta el tamaño y la densidad de los áridos. También dentro de la definición de los patrones se conside-

1172
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales

raron las características de la masa fundamental. Una vez identificados los patrones de pastas, éstos se
agruparon en familias. Las familias son conjuntos de patrones de pastas que comparten el mismo tipo de
árido” (Reyes et al. 2003-2004).
16
. Este análisis de pastas permitió reconocer en los sitios habitacionales 32 patrones de pastas, agru-
pados en las tres grandes familias mencionadas (Reyes et al. 2003-2004).
17
. Para el análisis petrográfico de los fragmentos, fueron seleccionaron los patrones que podían apor-
tar mayor información respecto a la discusión sobre uso local o foráneo de las arcillas.

BILBIOGRAFÍA

Adán, L. la localidad del Calafquén, precordillera andina de la


1997 Sistematización de la cerámica del Complejo IX y X Región. En: Actas del XVI Congreso Nacional de
Pitrén. Descripción de la metodología empleada. Arqueología Chilena, editado por el Museo de Historia
En Actas del XIV Congreso Nacional de Arqueología Natural de Concepción, DIBAM y Sociedad Chilena
Chilena. Contribución Arqueológica (5): 225-241. de Arqueología, pp. 389-398. Escaparate Ediciones,
Adán, L. y R. Mera Concepción.
1997 Acerca de la distribución espacial y temporal del Berdichewsky, B. y M. Calvo
Complejo Pitrén. Una revaluación a partir del estudio 1972-1973 Excavaciones en cementerios indígenas
sistemático de colecciones. Boletín de la Sociedad de la región de Calafquén. Actas del VI Congreso de
Chilena de Arqueología (24): 33-37. Arqueología Chilena. Boletín de Prehistoria, Número
Adán, L. y M. Alvarado Especial, pp. 529-558. Santiago.
1999 Análisis de colecciones alfareras pertenecientes Bullock, D.
al complejo Pitrén: una aproximación desde la 1956 Urnas funerarias prehistóricas de la región de
arqueología y la estética. En Soplando en el viento. III Angol. Boletín del Museo Nacional de Historia Natural,
Jornadas de Arqueología de la Patagonia, editado por Tomo XXVI, pp. 73-157.
Belardi, J. B.; Fernández, P. M; Goñi, R. A.; Guráieb, Cecil, L., P. Rice y D. Rice
A. G. y M. De Nigris, pp. 245-268. Neuquén-Buenos 1999 Los estilos tecnológicos de la cerámica
aires Postclásica con engobe de la región de los lagos
Adán, L., V. Reyes y R. Mera de Petén. En XII Simposio de Investigaciones
2001 Ocupación humana de los bosques templados Arqueológicas en Guatemala, 1998, editado por
del centro-sur de Chile. Proposiciones acerca de un J.P. Laporte y H.L. Escobedo, pp.788-795. Museo
modo de vida tradicional. En: Actas del IV Congreso Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala
Chileno de Antropología, Tomo II, pp. 1444-1455. Clavero, J. y H. Moreno
Santiago. 2004 Villarrica volcano (39.5ºS), Southern Andes,
Adán, L., R. Mera, M. Uribe y M. Alvarado Chile. SERNAGEOMIN, Boletín (61): 17-27. Santiago.
2005 La tradición cerámica bícroma rojo sobre blanco Contreras, L., D. Quiroz, M. Sánchez y C. Caballero
en la región sur de Chile: los estilos decorativos 2005 Ceramios, maíces y ranas…Un campamento
Valdivia y Vergel. En: Actas del XVI Congreso Nacional El Vergel en las costas de Arauco. En Actas del XVI
de Arqueología Chilena, editado por el Museo de Congreso Nacional de Arqueología Chilena, editado
Historia Natural de Concepción, DIBAM y Sociedad por el Museo de Historia Natural de Concepción,
Chilena de Arqueología, pp. 399-410. Escaparate DIBAM y Sociedad Chilena de Arqueología, pp. 357-
Ediciones, Concepción. 367. Escaparate Ediciones, Concepción.
Aldunate, C. Chilton, E.
1989 Estadio alfarero en el sur de Chile. En Culturas 2001 One siza fits all. Typology and Alternatives for
de Chile. Prehistoria, editado por J. Hidalgo, V Ceramics Research. En Material meanings. Critical
Schiappaccase, H. Niemeyer, C. Aldunate e I. approaches to the interpretation of material culture,
Solimano, pp. 329-348. Editorial Andrés Bello, editado por E.Chilton, pp. 44-60. The University of
Santiago. Utah Press, Salt lake City
Armesto, J., P. León-Lobos y M. Arroyo Dietler, M. y I. Herbich
1996 Los bosques templados del sur de Chile y 1998 Habitus, techniques, style: an integrated
Argentina: una isla biogeográfica. En Ecología de approach to the social understanding of culture and
los bosques nativos de Chile, editado por J. Armesto, boundaries. En The Archaeology of social boundaries,
C. Villagrán y M. Arroyo, pp. 23-28. Editorial editado por M. Stark, pp. 232-263. Smithsonian
Universitaria, Santiago. Institution Press, Washington.
Arnold, D.
1985 Ceramic Theory and Cultural Process. Cambridge Dillehay, T.
University Press, Cambridge. 1990 Araucanía. Presente y Pasado. Editorial Andrés
Becerra, M y V. Reyes Bello, Santiago.
2005 Análisis contextual de sitios alfareros tardíos de

Reyes Álvarez 1173


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Durán, E. Mera, R., V. Lucero, L. Vásquez, L. Harcha y V. Reyes


1978 Estudio de los tipos cerámicos del sitio Padre 2004 Sitios históricos tempranos de carácter
Las Casas, provincia de Cautín, IX Región, Chile. defensivo. Sector oriental de la Villa Rica (1550-1602).
Revista Chilena de Antropología N1: pp. 51-59. En Actas del XV Congreso Nacional de Arqueología
Donoso, C. Chilena. Chungará, Volumen Especial, Tomo 1:175-
1981 Tipos forestales de los bosques nativos de Chile. 186.
Corporación Nacional Forestal, FAO. Documento de Navarro, X., Dillehay, T. Y L. Adán
Trabajo (38). 2005 Experiencias tempranas de vida alfarera en el
Donoso, C. sector lacustre cordillerano de Villarrica. La ocupación
1993 Bosques templados de Chile y Argentina. del sitio Pucón 6. Informe Proyecto Fondecyt
Variación, estructura y dinámica. Editorial 1040326.
Universitaria, Santiago. Ortega, C.
Franzese, J. 2008 Habitando bosques, lagos y volcanes, comparación
1995 El complejo Piedra Santa (Neuquén-Argentina): de las ocupaciones Arcaico y Alfarero Temprano en los
parte de un cinturón metamórfico neopaleozoico del ámbitos cordilleranos Llaima – Lonquimay y Villarrica
Gondwana suroccidental. Revista geológica de Chile, – Lanín (39ºS). Informe petrográfico muestras de
Vol. 22, (2):193-202. roca y alfarería Villarrica. Informe Proyecto Fondecyt
Gajardo, R. 1060216.
1994 La vegetación natural de Chile. Clasificación Quiroz, D.
y distribución geográfica. Editorial Universitaria, 1997 Fragmentos recuperados: un breve panorama
Santiago. histórico para Isla Mocha. En La Isla de las palabras
Gosselain, O. rotas, compiladores D. Quiroz y M. Sánchez, pp. 237-
1998 Social and technical identity in a clay crystal 241. Ediciones de la Biblioteca Nacional de Chile.
ball. En The Archaeology of social boundaries, editado Santiago.
por M. Stark, pp. 78-106. Smithsonian Institution Quiroz, D. y M. Sánchez
Press, Washington. 2005 La secuencia Pitrén-El Vergel en Isla Mocha:
Hajduk, A. soluciones de continuidad y distinciones culturales.
1986 Arqueología del Montículo Angostura. Primer En Actas del XVI Congreso Nacional de Arqueología
Fechado Radiocarbónico Provincia del Neuquén. Chilena, editado por el Museo de Historia Natural
Ediciones Culturales Neuquinas. Museo Histórico de Concepción, DIBAM y Sociedad Chilena de
Provincial, Neuquén. Arqueología, pp. 369-378. Escaparate Ediciones,
Lemonnier, P. Concepción.
1992 Elements for an Anthropology of Technology. Rice, P.
Antropological papers Museum of Anthropology (88). 1987 Pottery analysis: a sourcebook. University of
University of Michigan, Ann Arbor. Chicago Press, Chicago.
Lechtman, H. Reyes, V., L. Sanhueza y L. Adán
1977 Style in technology - some early thoughts. En 2003-2004 Alfarería doméstica y funeraria de la
Material culture: styles, organization and dynamics of Región del Calafquén. Revista Chilena de Antropología
technology, editado por H. Lechtman and R. Merril, (17):151-179.
pp. 3-20. Proceedings of the American Ethnological Reyes, V.
Society, St. Paul, Minnesota. 2004 Relaciones interétnicas en asentamientos del
Massone, M. siglo XVI de la Precordillera Lacustre Andina, IX y
2005 Algunas reflexiones sobre el Complejo Cultural X Región: Análisis cerámico. En Actas XV Congreso
El Vergel Desde la isla Santa María. En Actas del XVI Nacional de Arqueología Chilena. Chungará. Volumen
Congreso Nacional de Arqueología Chilena, editado especial, Tomo I. pp. 161-174.
por el Museo de Historia Natural de Concepción, Rodríguez, C., Y. Pérez, H. Moreno, J. Clayton, J.
DIBAM y Sociedad Chilena de Arqueología, pp. 347- Antinao, P. Duhart y M. Martin
355. Escaparate Ediciones, Concepción. 1999 Área de Panguipulli-Riñihue, Región de Los
Menghin, O. Lagos, Escala 1:100.000. SERNAGEOMIN, Mapas
1962 Estudios de prehistoria Araucana. Acta Geológicos (10).
Praehistórica (3-4):49-120. Rye, O.
Mera, R., L., Harcha y V. Lucero 1981 Pottery Technology. Taraxacum, Washington
1999 Excavaciones en el sitio Fuerte de Villarrica: D.C.
VR-7. En Actas Primer Seminario de Arqueología, Sánchez, M.
zona Centro-sur de Chile, pp. 83-93. Universidad San 1997 El período alfarero en la isla Mocha. En La Isla
Sebastián, Concepción. de las palabras rotas, compilado por D. Quiroz y M.
Mera, R. y V. Lucero Sánchez, pp. 103-131. Ediciones de la Biblioteca
2000 Arqueología en el área de la Villa Rica. Informe Nacional de Chile. Santiago.
Proyecto Fondecyt 1970011 “Asentamientos Urbanos Soto, D. y H. Cámpos
y Militares y Rutas de Comunicación en la Región de 1996 Los Lagos oligotróficos del bosque templado
la Araucanía. Chile. 1552-1655”. húmedo del sur de Chile. En Ecología de los bosques
nativos de Chile, pp. 317-334. Editorial Universitaria,

1174
Microvariaciones en las cadenas operativas de producción cerámica durante el período alfarero tardío del área lacustre de los Andes Occidentales

Santiago.
Sepúlveda, F.
2008 Habitando bosques, lagos y volcanes, comparación
de las ocupaciones Arcaico y Alfarero Temprano en los
ambitos cordilleranos Llaima – Lonquimay y Villarrica
– Lanín (39º S). Informe geológico. Informe Proyecto
Fondecyt 1060216.
Shepard, A.
1976 Ceramics for the Archaeologist. Carnegie
Institution of Washington D.C.
Villagrán, C.
1991 Historia de los bosques templados del sur de
Chile durante el tardiglacial y el postglacial. Revista
Chilena de Historia Natural 64 (3): 447-460.
Stark, M.
1999 Social dimensions of technical choice in Kalinga
ceramic traditions. En Material meanings. Critical
approaches to the interpretation of material culture,
editado por E.Chilton, pp. 24-43.The university of
Utah Press, Salt lake City.

Reyes Álvarez 1175


Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

1176
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio
del sitio La Mesada, localidad arqueológica La
María Meseta Central de Santa Cruz
Fabiana Skarbun1

A B S T R A C T

The aim of this paper is to present the characterization of the lithic technology assemblage from
the middle component of La Mesada site, archaeological locality of La Maria, Central Plateau
of Santa Cruz, Middle Holocene age. Different strategies implemented in the production of the
instruments are discussed. They would be related to the availability of raw material, subsistence
strategies, microregional organization of space and regional social strategies. It is argued that
La Mesada site was a residential base, in which activities of production of lithic instruments and
secondary processing were carried out. Low energy technological strategies would have been
employed for the conservation of abundant and locally available raw material. Higher energy
strategies would have been implemented in the conservation of less available or scarce raw
materials. Finally, the selected standardization designs are observed all over the macroregion.

INTRODUCCIÓN

Este trabajo se enmarca dentro de las investiga- Mesada de la localidad arqueológica mencionada,
ciones que se vienen realizando en la Meseta Cen- el cual corresponde al período del Holoceno medio.
tral de Santa Cruz, específicamente en la Localidad Se trabaja dentro del marco de la organización de
Arqueológica La María y en el marco del trabajo de la tecnología lítica (Nelson 1991) y se discuten dis-
tesis doctoral que tiene por objetivo comprender la tintas estrategias implementadas en la producción
organización de la tecnología lítica de las socieda- de instrumentos de este conjunto lítico, las cuales
des pasadas que habitaron esta región. estarían relacionadas con la disponibilidad de ma-
El objetivo de este trabajo es presentar la ca- terias primas, las estrategias de subsistencia, la
racterización de la tecnología lítica del conjunto organización espacial microregional y estrategias
proveniente del componente medio del sitio La sociales macroregionales.

DESCRIPCIÓN DEL SITIO

El sitio La Mesada se encuentra en el sector La temporaria “La María” (Figura 1). Se relevaron 28
María Quebrada (Paunero et al. 2005). Este sector sitios con pinturas rupestres, dos de los cuales fue-
se ubica al norte de la localidad, su altura es de 300 ron excavados: La Mesada y Cueva Túnel.
a 400 m s.n.m., conformado principalmente por un El sitio La Mesada es una cueva pequeña (Figura
cañadón profundo con paredes de ignimbrita de la 2a) con una posición estratégica dentro del paisaje,
formación Choin Aike (Panza 1995). El cauce tem- debido a que, por un lado, se encuentra cercano a
porario nace, al igual que los cauces de la mayoría las mesetas altas y, por otro, está comunicado con
de los cañadones vecinos, en el manto de basalto los bajos con cotas menores a 200 m s.n.m. Se con-
La Angelita, constituido por basaltos olivínicos sidera que la cueva y los sectores aledaños a la mis-
(Panza 1995) y desemboca finalmente en la laguna ma se usaron de manera complementaria, donde

1 Departamento Científico de Arqueología. Museo de Ciencias Naturales de la Plata. FCNyM. UNLP. CONICET.
[email protected]

Skarbun 1177
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Figura 1: Ubicación
del sitio La Mesada.
Ref: Toba sil: Toba
silicificada
a: Vista en detalle
del sector del sitio La
Mesada. Formaciones
geológicas del área
b: Ubicación de
La Localidad
Arqueológica La
María. Distribución
de afloramientos
minerales

1178
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz

se llevaron a cabo actividades diversas por parte de ponde a la unidad 8, la cual posee un fechado de
los grupos humanos que la ocuparon a lo largo del 9090 ± 40 AP, fue caracterizada en investigaciones
tiempo. Es un sector que posee amplia visibilidad, previas como una ocupación eventual de probables
reparo del viento, acceso a las vertientes y posibili- características exploratorias (Paunero et al. 2005).
dades de caza. El componente medio, al que corresponden las uni-
El sitio La Mesada fue excavado durante los dades 5b (espesor: 13-23 cm) y 6 (espesor: 7-11 cm),
años 1996, 1999 y 2000. La estratigrafía registrada posee lentes de fogón, elementos líticos y óseos,
indica 9 unidades (Figura 2a y b). Los datos de la presentando astillas y fragmentos quemados. La
secuencia y caracterización de los componentes unidad 5b fue fechada en 4500 ± 40 AP. (Paunero
fue realizada anteriormente (Paunero 2000). 2000a). Se han efectuado remontajes de piezas líti-
Se realizaron 2 cuadrículas de 1,50 x 1,50 m di- cas entre ambas unidades, las cuales fueron consi-
vididas en hemicuadrículas (A1, A2, B1 y B2), lo que deradas como un mismo componente, asignado al
representa un área de 4,50 m2. La superficie total Holoceno medio, y será el eje de nuestra atención
de la cueva, tomando como límite la línea de go- en este trabajo. Por último el componente superior
teo, es de 12,50 m2. Esto implica que se excavó el (unidad 4, 3, 2 y 1) corresponde por su posición es-
36%. La ocupación del Holoceno temprano corres- tratigráfica al Holoceno tardío (Paunero 2000).

Figura 2. Sitio La Mesado.


A. Perfil transversal
B. Perfil Noroeste (cuadricula A)

DISTRIBUCIÓN DE LAS MATERIAS PRIMAS

En la Localidad arqueológica La María los aflora- m; se trata de un afloramiento pequeño de color


mientos de minerales de buena calidad para la talla, pardo-ocre. También pueden encontrarse otros de
son abundantes, están ampliamente distribuidos y sílex y en menor abundancia de tobas silicificadas
localmente disponibles. Estos suelen hallarse den- y de xilópalos a una distancia menor a 5 km. Por
tro de espacios propicios para la realización de las otro lado, el basalto puede ser obtenido a distan-
actividades diarias de subsistencia, como por ejem- cias menores de 1 km (Figura 1). Hasta el momen-
plo en las márgenes o las proximidades de la laguna to no se han encontrado fuentes de obsidiana en
de La María, en el cañadón de La María Quebrada. la región; sin embargo análisis realizados a rocas
Entre estas materias primas el sílex es el más provenientes de sitios cercanos señalizaron su pro-
abundante y más ampliamente distribuido. El cedencia en Pampa del Asador (Stern 2004), a una
afloramiento más cercano al sitio fue registrado distancia aproximada del sitio de 200 km.
dentro del mismo cañadón, hacia arriba y en las Bamforth (1986) ubica la disponibilidad del ma-
proximidades del basalto, a una distancia de 700 terial lítico delante de las otras condiciones de la

Skarbun 1179
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

organización tecnológica; propone que la natura- De acuerdo a la distancia de las fuentes de apro-
leza y distribución de los recursos líticos condicio- visionamiento al sitio, se realizó en trabajos previos
nará fundamentalmente la forma en que van a ser (Skarbun et al. 2007) una agrupación de las mate-
explotados. Según Andrefsky (1991, 1994) el tipo rias primas para esta localidad; en este trabajo se
de tecnología lítica practicada, la morfología final respeta la misma agrupación.
de los instrumentos y los tipos de desechos líticos 1. Materias primas alóctonas: su fuente se en-
producidos están relacionados con el tamaño, for- cuentra a más de 20 km de distancia, en este caso,
ma, calidad y disponibilidad de las materias primas la obsidiana.
líticas. Cuando no existe disponibilidad de materias 2. Materias primas locales: a distancias no ma-
primas localmente, las estrategias tecnológicas yores de 20 km, representadas para este sitio por
tenderán a una mayor inversión de energía en la las canteras de sílex, toba silicificada y xilópalo.
conservación de las mismas. En zonas con alta dis- 3. Materias primas locales que se encuentran
ponibilidad de materias primas de buena calidad se dentro de la unidad paisajística donde se ubica el
espera que haya mayor flexibilidad en las estrate- sitio, inmediatamente disponibles, como el aflora-
gias de producción de instrumentos, siendo factible miento de sílex del cañadón de La María Quebra-
que se invierta menor energía en la conservación. da.

ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN

Se ha planteado para el Holoceno medio de la recurrencia, en un área amplia, de diseños tecno-


región de la Meseta Central una estructuración del lógicos laminares los cuales fueron obtenidos y se-
espacio diferencial, en el cual se manifiesta una cre- leccionados como formas bases o soportes para la
ciente diferenciación de las áreas de actividad (in- elaboración de los instrumentos y como formas po-
tersitio), una estructuración funcional de espacios tencialmente funcionales de uso directo (Paunero
destinados a actividades domésticas y no domés- et al. 2007), estos estudios, también han mostrado
ticas y una apropiación casi exclusiva del guanaco abundancia de raspadores en estos conjuntos. Asi-
(Lama guanicoe). Los lugares de uso doméstico mismo el análisis funcional estableció que se raspa-
fueron identificados como campamentos o bases ba principalmente con raspadores distales enman-
residenciales, tanto como áreas de actividades res- gados, confeccionados sobre hojas como soportes,
tringidas y de actividades logísticas. Se postuló que y se cortaba con hojas con filos rectos y en pocos
las bases residenciales y la práctica de actividades casos sinuosos. Es decir, cortaban, raspaban y per-
cotidianas continúan muy relacionadas con zonas foraban cuero, hueso y carne, recursos que eran
abrigadas de bajos o fondos de valle (Miotti 2006). obtenidos principalmente del guanaco (Paunero et
En el registro arqueológico de la región, el Ho- al. 2007). Según Mena (1991) la ausencia de una in-
loceno medio también está representado, en esta dustria ósea y la simplificación del motivo de caza
localidad, por el componente 4 del sitio La Ventana en las pinturas rupestres, sugiere que se trataría de
y por el componente 3a del sitio Casa del Minero conjuntos de gran especificidad funcional, dentro
1 (Paunero et al. 2004, 2005, 2007; Skarbun et. al de un sistema de movilidad logística, con ocupa-
2007). Otros sitios de la Meseta Central de Santa ciones por parte de pequeños grupos, breves y re-
Cruz poseen componentes correspondientes a este dundantes. También sugiere que la zona entre las
lapso temporal, como Los Toldos cuevas 2, 3 y 13 cuencas del Río Chubut y del Santa Cruz durante
(Cardich 1977, 1987; Cardich et al. 1981-82, 1993- el Holoceno medio habrían constituido una unidad
1994) La Martita (Aguerre 1982, 1987, 2003), El Ve- como macroregión cultural, con diferencias al nor-
rano (Durán 1990; Durán et al. 2003) y Cueva 1 de te y sur de la cuenca del Río Deseado en relación a
Cerro Tres Tetas (Paunero 1993-94; Paunero et al. diferencias en el uso del espacio, las temáticas de
2007), Piedra Museo (Cattaneo 2002). El estudio de las pinturas rupestres y el uso de los recursos ali-
sus conjuntos artefactuales líticos ha mostrado una menticios (Mena 1991).

HIPÓTESIS

El sitio La Mesada fue utilizado como sitio de mentos líticos y procesamiento secundario. Por lo
base residencial y formaría parte de un espacio tanto sería esperable hallar gran diversidad de ins-
más amplio incluido en el sector circundante. En él trumentos relacionados al procesamiento secun-
se realizaron actividades de producción de instru- dario (raspado, corte, perforación de cuero, entre

1180
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz

otros) y ausencia de puntas, ya que se trataría de la materia prima disponible y de los tipos de bordes
localizaciones en las que se practicaron funciones y enmangues (Franco y Borrero 1996). La morfo-
que no incluían el uso y descarte de estos instru- logía final de los instrumentos estaría vinculada a
mentos (Mena 1991). la función específica de los mismos y/o a requeri-
En relación a los productos de la talla, dada la mientos de estandarización. También se espera
estructuración de las actividades y la alta disponibi- encontrar altos porcentajes de filos formatizados
lidad de materias primas de buena calidad cercanas con retoques marginales y unifaciales, y porcenta-
al sitio, las actividades de reducción inicial pudieron jes de las lascas retocadas y deberían haberse con-
ser realizadas fuera del sitio, en las canteras mis- feccionado menos filos por instrumento. Se habría
mas (Paunero et al. 2007). Así, deberían encontrar- producido poco o nulo reuso de instrumentos, con
se bajos porcentajes de lascas de descortezamien- porcentajes bajos de artefactos mantenidos y de
to y preparación del núcleo, altos porcentajes de lascas de mantenimiento.
productos de la talla y/o de la formatización de los En relación a las materias primas no disponi-
filos de los instrumentos. bles o más escasas en la localidad, se habrían im-
El costo de acceso a las canteras locales de plementado estrategias de mayor inversión de
materias primas de buena calidad para la talla no energía en la conservación de la materia prima. El
habría sido alto, por lo tanto, se habrían implemen- diseño de los artefactos debería ser transportable,
tado estrategias de baja inversión de energía en re- los núcleos estarían agotados y con mayor prepara-
lación a la conservación de las mismas. La selección ción de sus plataformas, minimizando los desechos
y abastecimiento de este tipo de materias primas durante la reducción o modificación y maximizan-
estarían incorporados en las actividades diarias de do los elementos útiles (Nelson 1991). Debería ha-
los grupos que las utilizaban, realizándose un procu- llarse mayores porcentajes de piezas producto de
ramiento directo (Bamforth 1992) y no implicarían la formatización del filo y del mantenimiento. Es-
una gran inversión de energía en su abastecimien- tas materias primas poseerían mayor porcentaje de
to; en este sentido existirán mayores porcentajes instrumentos con lascados bifaciales y mayor can-
de sílex, respetándose la oferta ambiental. tidad de filos por instrumento; también deberían
Durante la producción de instrumentos la baja existir diferencias funcionales entre estos.
inversión de energía en la conservación de la mate- Debieron implementarse estrategias tecnológi-
ria prima estaría evidenciada por núcleos con poca cas tendientes a la selección de diseños estandari-
preparación de sus plataformas, las cuales serían zación compartidos en la macroregión. De esta ma-
mayormente naturales o lisas, estos núcleos ha- nera se espera mayor estandarización de las formas
brían sido desechados en distintos estadios de re- base y selección de diseños tecnológicos laminares,
ducción (Nelson 1991). Por otro lado, las técnicas tanto como altos porcentajes de raspadores.
específicas dependerían de la forma y el tamaño de

ANÁLISIS DEL CONJUNTO

La caracterización tecnotipológica del conjun- Materias primas


to se hizo en base a los criterios construidos en la La materia prima más utilizada fue el sílex (Ta-
investigación arqueológica argentina, poniendo bla 1), posee porcentajes más altos que el resto
énfasis en las utilizadas para Patagonia en particu- de las materias primas para los productos de talla
lar (Aschero 1975, 1983; Cardich et al. 1981-1982, (76,61%), tanto como para los artefactos formati-
1993-1994; Cardich y Flegenheimer 1978; Orquera zados (60%) y para los núcleos (77,53%). La obsidia-
y Piana 1986; Paunero et al. 2007) y orientada a los na ocupa un porcentaje pequeño de la muestra.
objetivos específicos de la investigación (Frank et
al. 2007; Skarbun et al. 2007). A partir de esta ca- Grupos artefactuales
racterización se cruzaron variables de los atributos En relación a la los grupos artefactuales, los
de las piezas que permitieron plantear diferencias y porcentajes más altos, del conjunto en general, y
similitudes en la utilización de las materias primas de cada materia prima en particular, corresponden
y en los pasos realizados durante la confección de a los productos de talla (Tabla 2), que están confec-
artefactos formatizados y no formatizados. cionados en todas las materias primas. No sucede
El conjunto lítico del componente medio del si- lo mismo con los artefactos formatizados y los nú-
tio La Mesada está compuesto por un total de 1310 cleos, que poseen un porcentaje bajo y se elabora-
piezas, de las cuales 89 son artefactos formatiza- ron con menor variedad de materias primas.
dos, 1216 son productos de talla y 5 son núcleos.

Skarbun 1181
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

  % 
Toba Xiló-
Grupo Sílex Calcedonia Toba Obsidiana Indet. Total
Silicificada palo
Productos de talla 76,56 10,28 8,14 2,38 1,48 1,07 0,08 100

Núcleo 60 20 - - - 20 - 100

Artefactos formatizados 77,53 14,61 6,74 - 1,12 - - 100

Total 76,56 10,61 8,02 2,21 1,45 1,07 0,08 100


Tabla 1. Porcentaje de materias primas por grupos.

  %
Productos Artefactos
Materia Prima Núcleo Total
de talla formatizados
Sílex 92,82 0,3 6,88 100

Calcedonia 89,93 0,72 9,35 100

Toba Silicificada 94,29 - 5,71 100

Toba 100 - - 100

Obsidiana 94,74 - 5,26 100

Indeterminada 92,86 7,14 - 100

Xilópalo 100 - - 100

Total% 92,75 0,38 6,87 100

Total Cant. 1216 5 89 1310


Tabla 2. Porcentaje de grupos en cada materia prima.

Forma según Forma de los pla-


Materia prima los negativos de nos de percusión Estado Cant.
lascado utilizados
Lisos Activo 1
Lascas
Sílex Naturales y lisos Activo 1

Lascas y láminas Lisos Activo 1

Calcedonia Lascas y láminas Lisos Agotado 1

Indeterminada Lascas Lisos Activo 1

Tabla 3. Núcleos

Fragmento
Materia Prima Determinados% Total% Total Cant. 
Indeterminado%
Sílex 27,82 72,18 100 931

Calcedonia 17,6 82,4 100 125

Toba Silicificada 35,35 64,65 100 99

Toba 37,93 62,07 100 29

Obsidiana 5,56 94,44 100 18

Indeterminada 69,23 30,77 100 13

Xilópalo   100 100 1

Total% 27,74 72,26% 100 1215

Total cantidad 337 878  


Tabla 4. Porcentaje de fragmentos indeterminados y determinados según materias primas.

1182
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz

Núcleos La forma base para el sílex, la toba silicificada, la


Los núcleos (Tabla 3) son de lascas y de lascas calcedonia y la toba es predominantemente lasca,
y láminas, con morfologías poliédricas extendidas, el número de piezas de obsidiana es muy bajo, así
en la mayoría de los casos las plataformas son lisas, dos son lascas y dos lascas laminares (Tabla 6). Si
los tres núcleos de sílex están activos y el de calce- se consideran los módulos largo/ancho3 se puede
donia esta agotado. ver que para todas las materias primas la diferencia
entre módulos largos y regulares es muy pequeña
Productos de talla y para la calcedonia los módulos largos superan los
Para todas las materias primas son altos los regulares. Para esta variable se consideraron las
porcentajes de piezas determinadas1 (Tabla 4). piezas enteras y superiores a los 0,5 cm.
Las longitudes2 más abundantes para todas las Para los estadios de reducción, manufactura
materias primas son los muy chicos y los chicos, y mantenimiento4, la talla posee los porcentajes
siendo para el sílex, la calcedonia y la obsidiana más altos de piezas para todas las materias primas,
mayoritariamente muy chicos y para la toba silicifi- mientras que el porcentaje de piezas en el estadio
cada, la toba y el xilópalo chicos (Tabla 5). de descortezamiento es bajo para el sílex, la calce-

    % 
Materia Prima Estados Microlascas Muy chica Chica Mediana Grande Muy grande Total
Entero 44,9 14,32 27,43 12,62 0,73 - 100
Sílex
Frag. 1,16 39 47,88 10,42 1,54 - 100

Entero 61,64 12,33 16,44 6,85 2,74 - 100


Calcedonia
Frag.  - 30 66,67 3,33 - - 100

Entero 21,21 18,18 45,45 12,12 - 3,03 100


Toba
Silicificada Frag.  - 41,94 41,94 16,13 - - 100

Entero - 40 60  - - - 100
Toba
Frag. - 25 62,5 12,5 - - 100

Entero 46,67 33,33 20 - - - 100


Obsidiana
Frag.  - 100 - - - - 100

Entero -  - 66,67 33,33 - - 100


Indeterminada
Frag. - 100 - - - - 100

Xilópalo Frag. -  - 100 - - - 100

Total 28,13 24,03 35,76 10,93 1,03 0,11 100


Microlascas: 0-05 cm, Muy chica: 0,6-2 cm; Chica: 2,1- 4; Mediana: 4,1-6; Grande: 6,1-8; Muy grande: 8,1-10. Frag.:
fragmento distal, distal medio, medio, medio proximal, proximal o lateral.
Tabla 5. Porcentajes de tamaño de los productos de talla determinados según materias primas

    %
Forma Módulo Toba Calcedo-
Sílex Toba Obsidiana Indet. Total
Base Largo/ancho Silicificada nia
Lasca Regular 53,42 57,69 50 100 50 66,67 55,21
Lasca
Larga 23,74 26,92 23,08 -  50 33,33 23,61
laminar
Larga 14,61 11,54 23,08 -  -  -  14,24
Lámina
Muy Larga 0,46 -  -  -  -  -  0,35
Lasca
Ancha 5,48 -  -  -  -  -  4,17
ancha
Lámina
Regular 2,28 3,85 -  -  -  -  2,08
corta
Lasca
Larga -  -  3,85 -  -  -  0,35
triangular
Total 100 100 100 100 100 100 100
Tabla 6. Forma base y módulo largo/ancho de productos de talla enteros sin contar las microlascas según materias primas

Skarbun 1183
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

donia, la toba silicificada y la obsidiana o nulo para La mayoría de los artefactos formatizados de
la toba y el xilópalo. El porcentaje de piezas en el sílex están fragmentados, también lo está el de ob-
estadio de formatización del filo es bajo para el sí- sidiana. La calcedonia y la toba silicificada tienen
lex y nulo para la toba silicificada, la toba y el xiló- porcentajes más altos de artefactos enteros (Tabla
palo, mientras que para la calcedonia y la obsidiana 9).
son altos los productos de formatización de filos Los artefactos formatizados enteros de sílex
(Tabla 7). tienen tamaños entre muy chico y muy grande,
siendo los más abundantes los medianos; para los
Materia Descorte- Formatiza- Total artefactos de sílex fragmentados los tamaños más
Talla%
Prima zamiento% ción% % abundantes son los chicos. Los tamaños chicos y
Sílex 4,59 87,11 8,3 100 medianos tienen los porcentajes más altos para
Calcedonia 2,91 78,64 18,45 100 los artefactos de calcedonias, siendo los tamaños
Toba chicos más abundantes para los artefactos frag-
6,15 93,85 100
Silicificada
-
mentados. Los porcentajes más altos de toba silici-
Toba - 100 - 100 ficada enteras son de tamaños grandísimos y para
Obsidiana 5,88 70,59 23,53 100
los artefactos fragmentados tamaños medianos. El
artefacto de obsidiana es chico y está fragmentado
Indetermi-
nada
60 40 - 100 (Tabla 10).
Xilópalo - 100 - 100

Total% 4,75 86,31 8,94 100

Total cant. 42 763 79 885 Materia Prima Entero% Frag.% Total %

Tabla 7: Estadios de reducción según materia prima. Sílex 28,99 71,01 100

Calcedonia 53,85 46,15 100


Artefactos formatizados Toba Silicificada 83,33 16,67 100
La materia prima con porcentajes más altos en
Obsidiana  - 100 100
todas las clases de artefactos es el sílex (Tabla 8).
El único artefacto formatizado de obsidiana es una Total 35,96 64,04 100
lasca retocada. Frag.: fragmento distal, distal medio, medio, medio
Los raspadores y cuchillos fueron confeccio- proximal, proximal, lateral o indeterminado.
nados en sílex, calcedonia y toba silicificada. Las Tabla 9. Porcentaje de artefactos formatizados frag-
láminas retocadas sólo en sílex y calcedonia, las mentados y enteros según materias primas.
lascas retocadas en todas las materias primas y las
muescas en sílex y toba silicificada. Sólo se identifi-
caron raederas y puntas burilantes confeccionadas
en sílex.

  %
Cant.
Clase Sílex Calcedonia Toba Silicificada Obsidiana Total%
Total
Raspador 78,13 18,75 3,13  - 100 32

Cuchillo 80 6,67 13,33  - 100 15

Lámina retocada 92,86 7,14  -  - 100 14

Lasca retocada 53,85 23,08 15,38 7,69 100 13

Raedera 100  -  -  - 100 5

Fragmento 33,33 66,67  -  - 100 3

Muesca 66,67  - 33,33  - 100 3

Denticulado 100 - - - 100 2

Punta burilante 100  -  -  - 100 2

Total% 77,53 14,61 6,74 1,12 100 89

Total cant. 69 13 6 1 89
Tabla 8. Materia prima de artefactos formatizados.

1184
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz

    %
Muy Mega
Materia Prima Estados Muy chica Chica Mediana Grande Total%
grande forma
Entero 5 25 50 15 5  - 100
Sílex 
Frag. 16,33 59,18 20,41 4,08 - - 100

Entero  - 42,86 42,86 14,29 - - 100


Calcedonia 
Frag. 33,33 66,67 - - - - 100

Entero  - 20 20 20 - 40 100
Toba Silicifi-
cada  Frag. - - 100 - - - 100

Obsidiana Frag. - 100 - - - - 100

Total   12,36 48,31 28,09 7,87 1,12 2,25 100


Muy chica: 0,6-2 cm; Chica: 2,1- 4 cm; Mediana: 4,1-6 cm; Grande: 6,1-8 cm; Muy grande: 8,1-10 cm; Grandísimo:
mayor a 10 cm
Tabla 10. Porcentajes de tamaño de los artefactos formatizados según materias primas.

    % 
Forma Base Módulo Largo/ancho Sílex Calcedonia Toba Silicificada Total
Larga 40 28,57 60 40,63
Lámina
Muy Larga 5 - - 3,13

Larga 20 28,57 20 21,88


Lasca laminar
Muy Larga -  14,29 - 3,13

Lasca Regular 20 14,29 - 15,63

Lámina corta Regular 10 14,29 - 9,38

Lasca triangular Larga 5 - - 3,13

Lasca ancha Ancha  - - 20 3,13

Total   100 100 100 100


Tabla 11. Forma base y módulo largo/ancho de artefactos formatizados enteros según materias primas

Los porcentajes de formas base (Tabla 11) más Existe una gran cantidad de artefactos com-
abundantes para los artefactos formatizados son puestos, sin embargo los artefactos con un solo filo
las láminas y las lascas laminares para todas las ma- formatizado casi alcanzan el 50%, el resto posee
terias primas; en el sílex son también relativamente dos o tres filos (Tabla 14). Cada materia prima pre-
altos los porcentajes de lascas. Siendo los porcen- senta una situación similar, aunque existen algunas
tajes de módulos largos muy altos para todas las variaciones; de esta manera la diferencia entre los
materias primas. porcentajes de los artefactos con uno y dos filos
La mayoría de los artefactos son unifaciales, formatizados para el sílex es muy pequeña, siendo
sólo tres son bifaciales de los cuales dos son de los artefactos con tres filos los menos abundantes.
calcedonia, de esta manera el porcentaje de instru- Mientras que la calcedonia tiene porcentajes muy
mentos bifaciales de calcedonia es alto en relación altos de artefactos con solo un filo formatizado y
al resto de la muestra (Tabla 12). los de tres filos son más altos que los de dos. La mi-
Los artefactos bifaciales de calcedonia son un tad de los artefactos de toba silicificada poseen un
cuchillo y un fragmento ambos con lascados exten- solo filo y la otra mitad posee dos. El artefacto de
didos, el cuchillo posee tres filos formatizados. El obsidiana sólo posee un filo formatizado.
artefacto de sílex es una lámina retocada con lasca- Los artefactos formatizados son relativamente
dos parcialmente extendidos. diversos en relación a las clases (Tabla 15). Los más di-
Los artefactos formatizados más abundantes versos son los artefactos de sílex. La clase más abun-
son de retoque marginal, para el sílex, la calcedonia dante es la de los raspadores, le siguen en abundancia
y la toba silicificada, todos con porcentajes mayo- los cuchillos y las láminas y las lascas retocadas. En
res al 75%; el artefacto de obsidiana presenta mi- menor cantidad se hallaron raederas, muescas, pun-
croretoque marginal (Tabla 13). tas burilantes y denticulados (Tabla 16).

Skarbun 1185
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Toba Total Total


Sílex Calcedonia Obsidiana
Situación de Silicificada Cant. %
los lascados
Cant. % Cant. % Cant. % Cant. %    
Bifacial 1 1,45 2 15,38         3 3,37

Unifacial 68 98,55 11 84,62 14 100 1 100 86 96,63

Total 69 100 13 100 6 100 1 100 89 100


Tabla 12. Porcentaje de bifacialidad

  %
Toba Silici-
  Sílex Calcedonia
ficada
Obsidiana Total
Artefactos de retoque marginal 80 76,92 100  - 79,76

Artefactos de microretoque marginal 9,23 -   100 8,33

Artefactos de retalla parcialmente extendida y


6,15 - - - 4,76
retoque marginal
Artefactos de retalla marginal 3,08 7,69 - - 3,57

Artefactos de retalla extendida y retoque


 - 7,69 - - 1,19
marginal
Artefactos de retalla parcialmente extendida 1,54 - - - 1,19

Artefactos de retalla extendida  - 7,69 - - 1,19

Total 100 100 100 100 100


Tabla 13. Serie técnica de artefactos formatizados según materias primas.

  %
Sílex calcedonia Toba Silicificada Obsidiana Total
Artefacto simple 43,48 61,54 50 100 47,19

Un filo complementario 40,58 15,38 50 - 37,08

Dos filos complementarios 15,94 23,08 - - 15,73

 Total 100 100 100 100 100


Tabla 14. Porcentajes de filo por artefacto según materias primas.

Calce-
Toba dancia las lascas retocadas y los fragmentos. En el
Total Sílex silicifi- caso de las tobas silicificadas son más abundantes
  donia
cada
los cuchillos y luego las lascas retocadas.
Diversidad 2,58 2,55 1,48 1,33

Homogenei- Raspadores
0,78 0,78 0,45 0,4
dad
La mayoría son raspadores distales de filo cor-
Cantidad de clases: 27, Diversidad máxima: 3,295836866
to (Tabla 16). Son abundantes los que poseen filos
Tabla 15. Índice de Shannon-Weaver para artefactos complementarios (Tabla 17). Para esta clase de
formalizados.
artefactos es alta la fracturación, el 46,88% están
enteros y el 46,88% son fragmentos medio distales
y distales, el resto son fragmentos proximales, me-
Existen diferencias entre la clase de artefactos dio proximales (3,13%) e indeterminado (3,13%). El
de las distintas materias primas, de este modo como sílex tiene un porcentaje más alto de fragmentos
puede verse en la Tabla 16, el sílex tiene mayor can- medio distales y distales (52%), mientras que el
tidad de artefactos y los más abundantes son los resto de las piezas corresponden al 44%, un 4% son
raspadores, aunque los cuchillos y las láminas reto- fragmentos indeterminados. Por otro lado los por-
cadas son bastante abundantes. También son altos centajes de piezas de calcedonia enteras (66,67%)
los porcentajes de raspadores entre los artefactos son los más altos mientras que los fragmentos
de calcedonia, pero en este caso le siguen en abun- medio distales y distales poseen un 33,33%. El úni-

1186
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz

Toba
Calce- Obsi-
Clase Sílex Silicifi- Total
donia  diana 
cada

Raspador 25 6 1   32

Raspador distal de filo corto 18 6 - 24

Raspador distal de filo sumario 4     - 4

Raspador lateral de filo largo 1 - 1

Raspador distal lateral de filo largo 1     - 1

Raspador distal de filo largo 1 - 1

Raspador de filo extendido 1     - 1

Cuchillo 12 1 2 - 15

Cuchillo de filo recto 10 2 - 12

Cuchillo bifacial de filo convexo y filo cóncavo 1   - 1

Cuchillo de filo recto cóncavo recto 1 - 1

Cuchillo bifacial de filo recto y filo convexo 1     - 1

Lámina retocada 13 1   - 14

Lámina retocada de filo recto 9 1 - 10

Lámina retocada de filo cóncavo 2     - 2

Lámina con arista retocada 1 - 1

Lámina retocada de filo convexo 1     - 1

Lasca retocada 7 3 2 1 13

Lasca retocada de filo recto 5 3 2 1 11

Lasca retocada de filo convexo 1     - 1

Lasca retocada de filo recto y filo convexo 1 - 1

Raedera 5     - 5

Raedera de filo recto 3 - 3

Raedera de filo convexo y filo recto 1     - 1

Raedera de filo convexo 1 - 1

Fragmento 1 2   - 3

Fragmento 1 1 - 2

Fragmento de bifacial 1   - 1

Muesca 2   1 - 3

Muesca retocada 1 1 - 2

Muesca de lascado 1     - 1

Denticulado 2     - 2

Raedera denticulada 2 - 2

Punta burilante 2     - 2

Punta burilante 2 - 2

Total 69 13 6 1 89

Tabla 16. Clasificación tipológica de los artefactos formatizados. Según materias primas.

co artefacto de toba silicificada es un fragmento son altos. Se utilizaron láminas cortas como forma
proximal. base, en menor porcentaje (9,38%).
La mayoría de los raspadores se confeccionó so- El 73,33% de los raspadores enteros tiene mó-
bre formas base láminas (46,88%), los porcentajes dulos largos y el 26,67% regulares. Los módulos an-
de lascas (28,13%) y lascas largas (15,63%) también cho/espesor más abundantes son los medios (60%),

Skarbun 1187
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

le siguen los gruesos con 26,67% y los delgados sos poseen un porcentaje similar de 20% cada uno.
alcanzan un 13,33%. Para el sílex son segundos en El comportamiento de las materias primas se dife-
importancia los módulos grueso, con un porcentaje rencia, no habiendo cuchillos de sílex de módulos
de 36,36% y las calcedonias no poseen artefactos gruesos, ni de calcedonia delgados.
con módulos gruesos.
Láminas retocadas
Cuchillos Las láminas retocadas más abundantes son
Los cuchillos más abundantes son los de filo las de filo recto (Tabla 16). Para el sílex son altos
recto (Tabla 16). La fragmentación es muy alta, el los porcentajes de fragmentos proximales y me-
58,33% de los confeccionados en sílex son frag- dio proximales (38,46%) tanto como los medios
mentos medios, el 25% están enteros y el 16,67% (23,08%) y los medios distales y distales (23,08%),
son fragmentos medio distales y distales. Los dos los porcentajes más bajos corresponden a piezas
cuchillos de tobas silicificadas están enteros y el de enteras (15,38%). La lámina retocada de calcedo-
calcedonia es un fragmento proximal. Son muy al- nia es un fragmento medio. Todas las láminas reto-
tos los porcentajes de cuchillos con dos filos (Tabla cadas enteras tienen módulos largo/ancho largo y
18) siendo los cuchillos dobles los más abundantes. 50% de módulos medios y 50% de gruesos.
Los módulos largo/ancho de los enteros son largos
(80%) y muy largos (20%). El módulo de espesor Lascas retocadas
mayoritario es el medio (60%), los delgados y grue- Las lascas retocadas mayoritarias son las de

  %
Calce-
Cantidad de filos Sílex Toba Silicificada Total
donia
Artefactos simples 36 33,33 - 34,38

Raspador 36 33,33 - 34,38


Artefactos con dos filos 20 33,33 100 25
Raspador con filo retocado 8 33,33 100 15,63

Raspador con cuchillo 8 - - 6,25

Raspador con muesca 4 - - 3,13

Artefactos con tres filos 44 33,33 - 40,63


Raspador con filo retocada doble 16 16,67 - 15,63

Raspador con un filo de raedera y un filo retocado 8 16,67 - 9,38

Raspador con filo de raedera doble 12 - - 9,38

Raspador con cuchillo y muesca 4 - - 3,13

Raspador con muesca y filo retocado 4 - - 3,13

Total 100 100 100 100


Tabla 17. Cantidad de filos por raspadores según materias primas.

Toba
Cantidad de filos Sílex calcedonia Total
Silicificada

Artefactos simples 41,67 - - 33,33


Cuchillo 41,67 - - 33,33

Artefactos con dos filos 58,33 100 - 60


Cuchillo doble 50 50 - 46,67

Cuchillo con filo retocado 8,33 50 - 13,33

Artefactos con tres filos     100 6,67


Cuchillo bifacial con dos filos retocados - - 100 6,67

Total 100 100 100 100


Tabla 18. Cantidad de filos por cuchillos según materias primas.

1188
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz

filo recto (Tabla 16). La fragmentación de las las- ria prima por lo que permitieron postular hipótesis
cas retocadas de sílex es alta, los fragmentos más de asociación entre piezas correspondientes a la
abundantes son medios distales y distales (57,14%) procedencia de mismos núcleos; esta similitud in-
mientras que los artefactos enteros tienen un por- volucra tipo de materia prima, tono, textura, betas,
centaje de 28,57% y 14,29% los fragmentos medio. inclusiones, calidad para la talla, tipo de corteza,
En cambio todas las lascas retocadas de calcedonia y otras características contextuales de las piezas
y toba silicificada están enteras. El único artefactoque fortalecen la hipótesis de asociación. Hasta el
de obsidiana es un fragmento proximal. Los módu- momento, se evidenciaron doce asociaciones de
los largo/ancho son variados: para los artefactos de materias primas que involucran a ciento once pie-
sílex enteros (sólo 2) son regulares, mientras que zas. Siete asociaciones corresponden a piezas que
una calcedonia es regular, una larga y otra muy lar- fueron confeccionadas sobre la misma materia pri-
ga. Una toba silicificada es ancha y otra larga. Con ma; tres a piezas de la misma materia prima de las
respecto a los módulos de espesor una de las pie- cuales algunas remontan; y dos asociaciones co-
zas de sílex enteras es delgada y la otra media. La rresponden a piezas que sólo remontan. Se identi-
calcedonia tiene dos con espesor medio y tres con ficaron dos asociaciones entre piezas provenientes
espesor grueso y la toba silicificada posee uno cha- de las unidades 5 inferior y 6.
to y el otro grueso. La mayor asociación corresponde a setenta y un
piezas de la misma materia prima probablemente
Asociación entre piezas provenientes de un mismo núcleo (Figura 3), de las
Durante el análisis de este conjunto lítico se cuales se realizaron cinco remontajes distintos que
pudo identificar dos niveles de asociación de pie- involucran trece piezas, ocho son de descorteza-
zas, el primer nivel se refiere a piezas que remon- miento.
taban, por lo cual su asociación es indiscutible. El
segundo nivel de asociación se corresponde a simi-
litudes macroscópicas muy específicas de la mate-

Figura 3. Asociación de materia prima con remontajes.

Skarbun 1189
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

DISCUSIÓN

A partir de los resultados de los análisis pre- resultados para distintos componentes del Holoce-
cedentes es posible discutir algunos aspectos de no medio de la Meseta Central evidenciaron el uso
las actividades de producción de artefactos, tanto enmangado de los raspadores distales (Paunero et
como de las estrategias implementadas en cada al. 2007), futuros análisis funcionales de este con-
paso de su confección. En relación a la selección junto lítico podrán aclarar estos aspectos.
de materias primas se respetó la oferta ambiental, Existen evidencias de selección de soportes es-
esto queda evidenciado por la utilización mayorita- pecíficos para la confección de artefactos formati-
ria del sílex que es la materia prima más abundante zados, en lo que se refiere a tamaño, forma base y
en las inmediaciones del sitio y en la localidad. El módulos largo/ancho. Por un lado, si se comparan
resto de las materias primas fueron menos utiliza- los tamaños de los artefactos formatizados con
das, en general se encuentran en menor propor- los de los productos de talla puede verse que estos
ción en los alrededores y pueden recolectarse en últimos son chicos y muy chicos. Mientras que los
distancias menores a 5 km del sitio, a excepción de artefactos formatizados son chicos y medianos,
la obsidiana. La selección y abastecimiento de es- llegando algunas de las materias primas, como las
tas materias primas podría estar incorporada en las piezas de toba silicificada, a tener tamaños mayo-
actividades diarias de los grupos que las utilizaban res. Las formas base para los productos de talla
como procuramiento directo y no implicarían una son mayoritariamente lascas, también son altas las
gran inversión de energía en su abastecimiento. La lascas laminares, exceptuando la obsidiana que si
obsidiana ocupa un porcentaje muy pequeño de la bien su número es bajo la mitad son láminas. Sin
muestra y es una materia prima no local, pudiendo embargo se realizó una selección de formas bases
haber sido incorporada por abastecimiento directo láminas para la confección de los artefactos forma-
o intercambio de lugares más lejanos. tizados. Los módulos largo/ancho de los productos
En lo que respecta a la preparación de las ma- de talla son generalmente regulares, aunque la di-
terias primas, el porcentaje de núcleos es bajo, ferencia con los módulos largos es muy pequeña.
sólo se han hallado cinco, en general tienen poca Sólo la calcedonia posee porcentajes más altos de
preparación de sus plataformas, que en su mayoría módulos largos que regulares. Los porcentajes de
son lisas, y se les extrajeron lascas y láminas. Nue- módulos largos son muy altos para todos los arte-
vamente puede verse que la selección de las mate- factos formatizados.
rias primas respeta la oferta ambiental, dado que La diversidad de los artefactos es alta, es pro-
son mayoritarios los núcleos de sílex, los cuales se bable que se hayan llevado a cabo una variedad de
encuentran activos, a diferencia del núcleo de cal- actividades siendo las más frecuentes el raspado
cedonia que está agotado, quizá se deba a que esta y corte. Análisis funcionales deben ser llevados a
materia prima si bien está disponible localmente es cabo para poder contrastar esta idea, sin embargo
más escasa. Si bien el porcentaje de núcleos es bajo como se ha mencionado previamente, los análisis
en comparación con el resto de la muestra, son re- anteriores de raspadores provenientes de sitios de
lativamente altos si se las compara con porcentajes la región han dado como resultado el raspado. De
de otros sitios de la localidad. esta manera, la mayoría de los artefactos formati-
La actividad principal realizada para la produc- zados pueden adscribirse a actividades de procesa-
ción de herramientas con todas las materias primas miento secundario, no habiéndose hallado armas o
fue la talla, hubo poco o nulo descortezamiento, lo herramientas extractivas (Guráieb 2000).
mismo sucedió con la formatización de filo a excep- El diseño de los raspadores está estandarizado.
ción de la calcedonia y la obsidiana para las cuales La mayoría de los raspadores son de filo corto, son
esta actividad debió ser más frecuente. abundantes los filos complementarios, la mayoría
El sílex es la clase de materia prima más abun- está confeccionado sobre forma base lámina. Los
dante de los artefactos formatizados, tampoco módulos son mayoritariamente largos de espesor
se evidencia selección de materias primas para su medio. La fragmentación de los raspadores es alta,
confección. sobretodo para los sílex que en su mayoría son frag-
No se evidencia un aprovechamiento exhausti- mentos medio distales y distales. Un porcentaje
vo de la materia prima, ya que la mayoría de los ar- pequeño está confeccionado sobre láminas cortas.
tefactos formatizados son de retoque marginal, sin También se evidencia gran estandarización en
embargo casi la mitad de los artefactos posee dos cuanto a los filos rectos, estos son numerosos en
y tres filos, muchos de los cuales pueden deberse al cuchillos, láminas y lascas retocadas. Son abundan-
agarre o al enmangue, aunque aún no se han reali- tes los cuchillos con dos filos, con módulos largos y
zado análisis funcionales en este componente, los muy largos, y espesor medio. Dos cuchillos de cal-

1190
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz

cedonia son bifaciales, lo que implica una gran dife- alargar la vida útil del filo y los productos de talla
rencia en cuanto a la inversión de energía en la uti- poseen mayores módulos largos que regulares,
lización de las materias primas. También es alta la esto podría deberse al intento de producir desde
fragmentación de la muestra siendo los fragmentos los primeros pasos de la producción de instrumen-
medios para el sílex los más abundantes. Todas las tos diseños listos para su formatización final, como
láminas retocadas enteras tienen módulos largo/ medio de conservar mayor cantidad de materia
ancho largo y la mitad de los espesores son medios prima, contrariamente a lo que sucede con el sílex,
y la otra mitad gruesos. Para el sílex los porcentajes ya que durante los distintos pasos de la producción
de fragmentación son altos. Los fragmentos más de artefactos de esta materia prima, se produjo un
abundantes corresponden a fragmentos proxima- rango variable de posibles soportes de los cuales se
les y medio proximales. Existe la posibilidad que seleccionaron los que se acercan más al estándar.
por lo menos algunos de los fragmentos medios de Para las tobas silicificadas son más abundantes los
cuchillos y de los proximales de láminas retocadas cuchillos y las lascas, esta materia prima tiene una
correspondan a fragmentos distales de raspadores; estandarización media. La obsidiana ocupa un por-
futuros análisis podrán profundizar esta idea. centaje muy pequeño de la muestra y es una mate-
No hay estandarización de módulos largo/an- ria prima no local, pudiendo haber sido incorporada
cho y de espesor de las lascas retocadas. La frag- por abastecimiento directo o intercambio, en este
mentación de las lascas retocadas de sílex es alta, sentido el único artefacto de obsidiana es un frag-
los fragmentos más abundantes son medios dis- mento proximal de lasca retocada de microretoque
tales y distales. Las lascas de calcedonia y de toba marginal y no evidencia ningún otro tipo de forma-
silicificada están enteras. tización y su confección requiere poca inversión de
Puede verse que existe una estandarización di- energía, sin embargo el análisis de los productos de
ferencial de las materias primas; si se analizan las talla de esta materia prima evidenció que existían
clases de artefactos en cada materia prima se ve piezas en el estadio de formatización del filo, por
que no están igualmente distribuidos. Los artefac- lo tanto debió haberse confeccionado algún otro
tos formatizados más abundantes para el sílex son tipo de artefacto formatizado que no fue hallado
los raspadores, los cuchillos y las láminas retocadas, en el sitio, debido a procesos postdepositacionales,
todos estos artefactos tienen alta selección de for- cuestiones de la metodología de excavación (no se
mas base y de filos, es decir, poseen mayor estan- excavó la superficie total del sitio) o que haya sido
darización. Si bien las calcedonias poseen mayor transportado como un artefacto conservado y de-
cantidad de raspadores, le siguen en abundancia positado en otro lugar. Estas diferencias podrían
las lascas retocadas, las cuales implican una menor estar indicando un uso diferencial de las materias
selección en forma base y filos, por otra parte esta primas.
materia prima evidencia estrategias de producción Los análisis de asociación de piezas demostra-
diferente, involucrando una mayor inversión de ron la integridad y coherencia del componente.
energía en su producción, el núcleo está agotado y También evidenciaron al menos cuatro eventos de
los porcentajes de piezas de formatización de filos talla y un evento de descortezamiento y talla, pro-
son relativamente altos, las únicas piezas bifacia- ducido en un sector reducido del sitio, ya que las
les corresponden a esta materia prima, tal vez para piezas provienen de la misma cuadrícula.

CONCLUSIONES

Se puede concluir a partir del análisis del con- prima más abundante y más ampliamente distri-
junto lítico del componente del Holoceno medio buida en el área de estudio; y para la toba silicifica-
del sitio La Mesada que la tecnología lítica se or- da. Otras materias primas no tan disponibles en el
ganizó en torno a la producción de artefactos re- área, como la calcedonia y la obsidiana, evidencian
lacionados con actividades de procesamiento se- mayor inversión de energía en la conservación de
cundario, como raspado y corte, siendo los más la materia prima y formatización de los artefactos.
abundantes los raspadores distales de filo corto y Por otro lado, existen evidencias de estandariza-
los cuchillos de filo recto aunque la diversidad del ción de los diseños de los artefactos, en este sen-
conjunto es alta. Las estrategias implementadas en tido existen diferencias entre las materias primas,
la confección de estos artefactos fueron en general manifestando un uso diferencial de las mismas. El
de baja inversión de energía en relación con la se- sílex tiene alta selección de formas base y de filos,
lección, preparación y conservación de las materias poseen mayor estandarización. Las calcedonias,
primas, sobre todo para el sílex que es la materia poseen menor selección en forma base y filos. Las

Skarbun 1191
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

tobas silicificadas tienen una estandarización me- piezas demostraron que existe integridad y cohe-
dia y el artefacto de obsidiana no muestra estan- rencia del componente.
darización. Por último los análisis de asociación de

AGRADECIMIENTOS
A la familia Behm por su hospitalidad y gentileza, así como por permitirnos realizar las investigacio-
nes en la estancia. A la municipalidad de Puerto San Julián por el respaldo brindado durante los traba-
jos de campo. A Carlos Tremouilles, quien realizó los dibujos de las piezas líticas. A mis compañeros de
equipo de trabajo por su colaboración y constante apoyo. A la Dra. Alicia Castro por sus observaciones y
consejos y al Lic. Rafael Sebastián Paunero por su apoyo y guía en la investigación. Estas investigaciones
se realizan en el marco del proyecto: Investigaciones arqueológicas en la Meseta Central de Santa Cruz:
Pasado humano y comunicación (N 429. SeCyT. UNLP).

NOTAS
1
. Por determinadas nos referimos a piezas que al menos posean un atributo identificable que permita
clasificarlas dentro de alguna clase de productos de talla (talón, bulbo, ondas, etc.).
2.
Se midieron siguiendo el eje tecnológico. Se utilizaron las siguientes categorías: Muy chico: 0 – 1,99
cm; Chico: 2 – 3,99 cm; Mediana: 4 – 5,99 cm; Grande: 6 – 7,99 cm; Muy Grande: 8 – 9,99 cm; Grandísima:
10 – 11,99 cm; Excepcional: mayor a 12 cm.
3
. Modulo largo/ancho: es el largo sobre el ancho: muy ancha: menor o igual a 0,2 cm; ancha: mayor
a 0,2 menor o igual 0,6; regular: mayor a 0,6 menor o igual 1,5; larga: mayor a 1,5 menor o igual 4; muy
larga: mayor a 4
4
. Se considera a los productos de talla como todo artefacto lítico generado como consecuencia del
proceso de reducción de núcleos y de los instrumentos. Se distinguen tres estadios: 1. estadio de descor-
tezamiento (productos de talla con más del 90% de corteza), 2. estadio de talla (producto de la talla del
núcleo una vez descortezado), 3. estadio de retalla (productos de talla generados a partir de la formatiza-
ción final, reactivación y mantenimiento de los instrumentos) (Frank et al. 2007).

BIBLIOGRAFÍA
Aguerre, A. M. Aschero, C.
1982 Informe preliminar de las excavaciones en la 1975 Ensayo para una clasificación morfológica de
Cueva 4 de La Martita -Departamento de Magallanes- artefactos líticos aplicada a estudios tipológicos
Pcia. de Santa Cruz. Mecanografiado. Comunicación comparativos. Informe al CONICET. Buenos Aires.
presentada al VII Congreso Nacional de Arqueología Aschero, C.
Argentina. San Luis. Ms. 1983 Ensayo para una clasificación morfológica de
Aguerre, A. M. artefactos líticos aplicada a estudios tipológicos
1987 Investigaciones arqueológicas en el área de La comparativos. Apéndices A – C. Revisión. Cátedra de
Martita, Dto. De Magallanes, pcia. De Santa Cruz. En Ergología y Tecnología (FFyL-UBA). Buenos Aires.
Comunicaciones - Primeras Jornadas de Arqueología Ms.
de la Patagonia. Gobierno de la Provincia del Bamforth, D. B.
Chubut- Serie Humanidades 2: 11-16. Dirección de 1986 Technological efficiency and tool curation.
Impresiones Oficiales. Rawson. American Antiquity 51 (1): 38-50.
Aguerre, A. M. (compiladora) Bamforth, D. B.
2003 La Martita: ocupaciones de 8000 años en 1992 Quarries in context: A regional perspective
la Cueva 4. En Arqueología y Paleoambiente en la on lithic procurement. En Stone tool procurement,
Patagonia Santacruceña Argentina. 29-61. Nuevo production and distribution in California prehistory,
Offset. Buenos Aires. vol. 2, pp.131-156. Institute of Archaeology Series,
Andrefsky, W. University of California, Los Angeles.
1991 Inferring trends in prehistoric settlement Cardich, A.
behavior from lithic production technology in the 1977 Las culturas pleistocénicas y post-pleistocénicas
southern plains. North American Archaeology. Vol de los Toldos y un bosquejo de la prehistoria de
12(2): 129-144 Sudamérica, Obra del Centenario del Museo de La
Andrefsky, W. Plata, [Antropología] vol. 2, pp. 149-172, La Plata,
1994 The Geological Occurrence of Lithic and Stone Argentina.
Tool Production Strategies. Geoarchaelogy: An Cardich, A.
International Journal. Vol. 9 (5): 375-391. 1987 Arqueología de Los Toldos y El Ceibo (Provincia

1192
Análisis del conjunto lítico del Holoceno medio del sitio La Mesada, localidad arqueológica La María Meseta Central de Santa Cruz

de Santa Cruz, Argentina). Investigaciones 2006 Paisajes domésticos y sagrados desde la


Paleoindias al sur de la línea ecuatorial, Estudios arqueología de los cazadores-recolectores en el
Atacameños. 8: 98-117. Macizo del Deseado, Provincia de Santa Cruz.
Cardich, A. y N. Flegenheimer Cazadores Recolectores del cono sur. Revista de
1978 Descripción y tipología de las industrias más Arqueología. pp.11-40.
antiguas de Los Toldos. Relaciones de la Sociedad Nelson, M,
Argentina de Antropología. XII: 225‑242. 1991 The study of technological organization. En
Cardich, A., M. Mansur-Franchomme, V. Durán y M. Archaeological Method and Theory 3:57-100, editado
Giesso por. M. Schiffer. University of Arizona Press. Tucson.
1981-82 Arqueología de las cuevas de El Ceibo, Orquera, L. y E. Piana
Provincia de Santa Cruz, Argentina. Relaciones de la 1986 Normas para la descripción de objetos
Sociedad Argentina de Antropología. XIV (2): 241-267. arqueológicos de piedra tallada. Contribución Científica
Cardich, A. y R. Paunero 1. Publicación Especial CADIC. Ushuaia.
1991-92 Arqueología de la Cueva 2 de Los Toldos Panza, J. L.
(Santa Cruz, Argentina) Anales de Arqueología y 1995 Hoja Geológica 4969-II Tres Cerros, provincia
Etnología. N° 46/47. pp 49-97. Universidad Nacional de Santa Cruz. Dirección Nacional del Servicio
de Cuyo, Mendoza. Geológico.
Cardich, A., R. S. Paunero y A. S. Castro Paunero, R. S.
1993-1994 Análisis de los conjuntos líticos de la cueva 1993-94 El sitio Cueva 1 de la Localidad Arqueológica
2 de Los Toldos (Santa Cruz, Argentina) Anales del Cerro Tres Tetas (Ea San Rafael, Santa Cruz, Argentina)
Instituto de la Patagonia (Serie Ciencias Humanas) Anales de Arqueología y Etnología. N° 48/49. Pag. 73-
22: 149-173. 90. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.
Cattáneo, G. Paunero, R. S.
2002 Una aproximación a la organización de la 2000 a “Localidad Arqueológica Cerro Tres Tetas”.
tecnología lítica entre los cazadores recolectores del En Guía de Campo de la visita a las localidades
Holoceno Medio/Pleistoceno Final en la Patagonia arqueológicas. En Taller Internacional del INQUA “La
Austral, Argentina. Tesis doctoral. FCNyM- Colonización del Sur de América durante la transición
Universidad Nacional de La Plata, La Plata. Pleistoceno/Holoceno”, editado por L. Miotti, R.
Durán, V. Paunero, M. Salemme y R. Cattáneo, pp. 89-100 pp.
1990 Estudio tecno-tipológico de los raspadores La Plata.
de El Verano-Cueva 1 (Área de La Martita) Santa Paunero, R. S.
Cruz. Anales de Arqueología y Etnología Tomo 2000 b “Localidad Arqueológica La María”. Guía de
41/42:129:163. Mendoza. Campo de la visita a las localidades arqueológicas.
Durán, V., A. Gil, G. Neme y A. Gasco En Taller Internacional del INQUA “La Colonización
2003 El Verano: ocupaciones de 8.900 años en la del Sur de América durante la transición Pleistoceno/
Cueva 1 (Santa Cruz, Argentina). En: Arqueología Holoceno”, editado por L. Miotti, R. Paunero, M.
y Paleoambiente en la Patagonia Santacruceña Salemme y R. Cattáneo, pp. 101-120. La Plata.
Argentina. Compilado por A. M. Aguerre. Pp. 93-120. Paunero R.; M. Cueto, A. Frank, F. Skarbun, G. Ghidini
Buenos Aires. y G. Rosales
Franco, N. V. y L. Borrero 2004 Comunicación sobre campaña arqueológica
1996 El stress temporal y los artefactos líticos. La 2002 en localidad La María, Santa Cruz. En Contra
cuenca superior del río Santa Cruz. En Arqueología, viento y marea. Arqueología de la Patagonia, editado
Sólo Patagonia, editado por J. Gómez Otero, pp. 341- por M. T. Civalero, P. M. Fernández y A. G. Guraieb,
348. CENPAT-CONICET, Puerto Madryn. pp. 797-808. Instituto Nacional de Antropología y
Frank, A. D., F. Skarbun y M. F. Paunero Pensamiento Latinoamericano - Sociedad Argentina
2007 Hacia una aproximación de las primeras de Antropología, Buenos Aires.
etapas de reducción lítica en el Cañadón de la Mina, Paunero, R. S.; A. D. Frank; F. Skarbun; G. Rosales; G.
Localidad Arqueológica La María, Meseta Central de Zapata; M. Cueto; M. F. Paunero; D. G. Martínez; R.
Santa Cruz Argentina. Magallania, 35 (2): 133-144. López; N. Lunazzi y M. Del Giorgio
Guráieb, A. G. 2005 Arte Rupestre en Estancia La María, Meseta
2000 Diversidad artefactual y selección de materias Central de Santa Cruz: Sectorización y contextos
primas en contextos tardíos de Cerro de los Indios 1 arqueológicos. Relaciones de la Sociedad Argentina
(Lago Posadas, Santa Cruz). En Desde el País de los de Antropología. XXX: 147-168.
Gigantes. Perspectivas arqueológicas en Patagonia, Paunero, R. S., A. S. Castro y M. Reyes
editado por Belardi, J. B; Carballo Marina, F. y S. 2007 Estudios Líticos Del Componente Medio
Espinosa Tomo I pp.19-28. Universidad Nacional de Del Sitio Cueva 1 De Cerro Tres Tetas, Santa Cruz,
la Patagonia Austral. Río Gallegos. Argentina: Implicaciones Para Construir Patrones De
Mena, F. Distribución Artefactual Y Uso Del Microespacio. En
1991 Cazadores-recolectores en el área patagónica Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras,
y tierras bajas aledañas (Holoceno Medio y Tardío). desenterrando huesos...y develando arcanos, editado
Revista de Arqueología Americana 4: 131-163. por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde,
Miotti, L. pp. 613-622. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.

Skarbun 1193
Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Skarbun, F., A. Frank, M. Cueto, M. Paunero y G.


Rosales,
2007 Análisis de la tecnología lítica del Sitio Casa
del Minero 1, Meseta Central de Santa Cruz.
Arqueología de Fuego-Patagonia. Levantando piedras,
desenterrando huesos... y develando arcanos, editado
por F. Morello, M. Martinic, A. Prieto y G. Bahamonde,
pp. 589-600. Ediciones CEQUA, Punta Arenas, Chile.
Stern, Ch. R.
2004 Obsidian in Southern Patagonia: Review of the
current information. En: Arqueología, Sólo Patagonia,
editado por J. Gómez Otero, pp. 167-176. CENPAT-
CONICET, Puerto Madryn.

1194
Las siguientes Instituciones y Empresas hicieron posible la realización de este
evento:

1195

También podría gustarte