El Mesianismo Judío
El Mesianismo Judío
El Mesianismo Judío
EL MESIANISMO JUDÍO
II Messianismo ebraico, Humanitas, 37 (1982) 725-736
El mesianismo como esperanza profética de un redentor que traerá a Israel una completa
redención política y espiritual, y paralelamente, a toda la humanidad, una bendición
terrestre y una perfección moral, es una idea bíblica.
En los escritos bíblicos antiguos sólo encontramos alusiones a la idea mesiánica; en los
escritos proféticos, en cambio, ya se perfila la era mesiánica y la figura del mesías. Es
en Os 3, 5 donde aparecen los primeros rasgos de un Mesías personal.
conocimiento esotérico sobre la ciencia oculta que Dios tiene acerca del tiempo y de su
final. Para coronar este conocimiento, no faltan cálculos para determinar la fecha exacta
de la venida del Mesías; pero tampoco faltan reacciones vivas en contra de todo intento
en este sentido. Si bien es verdad que en los escritos rabínicos se lee, a menudo, que el
cumplimiento de ciertas acciones contribuiría, de alguna manera, a anticipar la
redención mesiánica; pero, visto todo, queda claro que estas acciones no pueden
provenir de una auténtica causa humana, porque en la apocalíptica no cabe la
intervención modificadora del hombre. La convicción de que es imposible prever la
venida del Mesías, que por otra parte debe venir, ha suscitado la idea de un Mesías
escondido. Según una leyenda, el Mesías habría nacido el día de la destrucción del
Templo de Jerusalén por los romanos, y podría revelarse a los hombres en cualquier
momento. Según otra leyenda del s. II d.C., el Mesías se encontraría escondido entre los
abandonados y enfermos, fuera de las puertas de Roma. La convicción, próxima a la
corriente utópica, de que la era mesiánica iría precedida por una catástrofe,
caracterizada también por violentos desórdenes sociales, puede explicar que, en algunos
escritos rabínicos, existan dos Mesías, uno de la casa de David (tradición conservadora)
y el otro de la casa de José. El Mesías hijo de José está llamado a combatir el mal, pero
después muere en la tempestad apocalíptica; en cambio, el Mesías hijo de David está
llamado a triunfar pacíficamente en la era siguiente, realizando la justicia y la paz en el
mundo.
Después del s. I d.C. se siguen desarrollando, por todo el medioevo y hasta las cruzadas,
las ideas del mesianismo apocalíptico judío. De vez en cuando suscitan el activismo de
personas y de comunidades judías, convencidas de que los trastornos apocalípticos ya
han comenzado y concluirán con la venida del Mesías. Estas personas y comunidades
creen que su deber es luchar por la reunión de todos los judíos que tarda en llegar. La
historia del pueblo judío está sembrada de aventuras mesiánicas: desde la insurrección
contra los romanos acaudillada por Bar Kokheba ("hijo de la estrella") en los años
132135, hasta las fantásticas aventuras de David Reubení y Salomón Molkho, que en el
s. XVI discuten con príncipes y soberanos, exigiéndoles autoridad y crédito; desde la
increíble historia de un grupo de judíos de Creta (s. V d.C.) que siguen a un visionario
que dice ser Moisés y se ahogan en el mar, al encaminarse a Palestina, convencidos de
que las aguas se abrirían a su paso, hasta el formidable movimiento suscitado por
Shabbetai Zevi, reconocido como Mesías en 1665, y poco después convertido al Islam.
Mesianismo y cristianismo
En el mundo judío, a partir del s. XII, al lado del mesianismo racionalista, se desarrolla
otro tipo de mesianismo que podríamos definir mis. tico y que se centra en la Cábala.
La Cábala no es una concepción doctrinal unitaria, sino una corriente religiosa con
diferentes expresiones, todas de carácter místico. Para la Cábala el mundo es un vasto
sistema de símbolos que remite alegóricamente a una realidad sublime: "el misterio de
Dios".
Conclusión
Estas son las ideas centrales sobre las que pivota el mesianismo judío contemporáneo.
Como es natural, reciben una configuración diversa según el grado de secularización del
pensamiento de los diferentes grupos del mundo judío.