Reporte b2 Santo y Humano
Reporte b2 Santo y Humano
Reporte b2 Santo y Humano
1. Argumento central del autor: Dios usa a hombres imperfectos para difundir las Buenas Nuevas de su Salvación. Esto
es una realidad que el Ministro y líder de una Iglesia debe tener claro.
Somos llamados a ser santos, y es un desafío para cada líder cristiano el ser santo y ser humano; es algo que al
mismo tiempo resulta contradictorio, pues la verdad es que “no somos santos, nunca lo hemos sido y nunca lo
seremos” por lo menos, en este lado de la eternidad.
La mayor parte del tiempo la vida es difícil y dura, y a pesar de ello, tratamos de evitar el dolor y la dificultad que nos
trae, tratamos de ocultar no solo el dolor sino también nuestros fracasos, no los admitimos, aunque todo ello forma
parte del destino humano.
No hay respuestas fáciles ni curas seguras y rápidas para solucionar las dificultades de la vida.
Pero en cierta manera es bueno que tengamos que luchar con las cosas difíciles que se presentan en nuestro
peregrinaje, nos ayudan a ser humildes y a ser un mejor ministro y más enfático, y a “depender más del Señor”.
Todos tenemos que enfrentar esa tensión entre la búsqueda de la santidad y nuestra humanidad. Luchamos pero
nos caemos con frecuencia, no nos atrevemos a darle la cara a nuestros temores o fallas, pero no es sino hasta que
los reconocemos y confesamos ante Dios, que podemos avanzar. En cada paso de la vida, siempre nos queda el
hecho relevante, que no estamos solos, pues “Dios está con nosotros y quiere usarnos”.
3. Críticas u objeciones:
Creo que el libro es muy descriptivo, con facilidad también, se hubiera podido llamar “En honor a la verdad”.
Jay Kesler, deja en éste libro, la mucha de su experiencia en la labor ministerial de su servicio al Señor, a mi parecer,
con agudeza y tino, revela la realidad del ministro cristiano, y podemos decir de todo creyente que debe vivir por fe.
Lidiando en la búsqueda de proyectar el carácter de Cristo, enfocándonos en su santidad.
También debemos tener en cuenta, como nos hace ver el autor “que fracasaremos”, pues “no somos santos y
tampoco lo seremos”, por lo menos mientras nos encontremos en éste cuerpo.
Es una línea muy delgada la santidad y nuestras inclinaciones que van en dirección contraria, muchas veces resulta,
como ir contra corriente. “El Espíritu Santo, sea nuestra ayuda y fiel guía siempre”.
Pero también es bueno saber que el Señor nos conoce y además nos moldea paso a paso, de tal manera que
obtengamos aquella forma que cumpla su propósito en nuestras vidas.
El libro es bueno, he aprendido más.
Solo diré que me queda mucho más claro el arduo trabajo que implica dejarse modelar por El Señor, y que es bueno
saber y me produce mucha paz el hecho que “Él Señor es nuestro guía y maestro y tiene todo bajo control”.
Creo que es posible ser alguien que ayude mejor y más al pastor de la Iglesia.
Y cuando me encuentre nuevamente con mis pequeñas ovejitas debo dar todo de mí, buscando reflejar “el dar de
Cristo”, que se entregó a sí mismo en rescate de todos nosotros los pecadores.